Pacaya

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mas-sostenibles-del-mundo-884320.aspx
Pacaya Samiria: conoce el majestuoso verdor
de la Selva de los espejos [video]

La Reserva Nacional Pacaya Samiria es una de las áreas naturales protegidas más importantes
al albergar una gran variedad de especies de flora y fauna. ANDINA/Difusión

10:52 | Loreto, may. 20.


    
Por Edda Toscano, enviada especial

La maravillosa Reserva Nacional Pacaya Samiria, área natural protegida ubicada en la


región Loreto, es uno de los grandes pulmones verdes del mundo y cuenta con una
gran variedad de especies de flora y fauna.

Con una extensión de 2 millones 80,000 hectáreas, la Reserva Natural de Pacaya


Samiria (RNPS) es un paraíso natural que articula el recurso originario con la actividad
turística. Donde se conservan recursos de flora y fauna, así como su belleza escénica,
característica del bosque tropical húmedo.
Con un clima que oscila entre los 20 °C y 33 °C, recorrimos diversas áreas de uno de
los grandes pulmones verdes del mundo. Aquí se alberga una alta diversidad
biológica y las poblaciones de sus comunidades aprovechan los recursos naturales y
participan en su protección.

En su interior, la RNPS comprende las cuencas de los ríos Pacaya, Samiria y


Yanayacu-Pucate. Aunque mayormente se trata de una planicie de selva baja aluvial e
inundable, presenta algunas colinas bajas en las nacientes del Pacaya. Esta
topografía, sumada al régimen hidrológico alternado de la Amazonía de crecientes y
vaciantes, crea numerosas islas, caños y cochas.

Delfines de río

Uno de los atractivos de la RNPS –situada en la depresión Ucamara, donde se da la


confluencia de los grandes ríos Ucayali y Marañón– es la presencia de los famosos
delfines grises y rosados. Este último, una especie excepcional, resalta por su color
en las aguas de los ríos. También destacan especies emblemáticas amazónicas
como las tortugas taricaya y el paiche.

Diversidad de especies

En el Pacaya Samiria, la segunda área protegida más grande del país, se ha reportado
la presencia de más 1,000 especies de vertebrados, lo que representa un 27 % de la
diversidad de estas especies en el Perú y el 36 % del total registrado en la Amazonía.
Otro grupo de especies de la fauna silvestre son indicadores del buen estado de
conservación de sus territorios, tales como la ‘vaca marina’ o manatí, el maquisapa de
frente amarilla, el lobo de río, el puma, la sachavaca, el otorongo o jaguar, el sajino, el
coto mono y el mono choro, entre otros.

La RNPS cuenta, además, con una fauna ornitológica constituida por 449 especies,
entre las que destacan poblaciones de aves relacionadas con los ambientes
acuáticos; ello es un síntoma del buen estado de conservación de los humedales.
Entre ellas destacan la garza blanca, la garza ceniza, la puma garza, el cushuri y otras
más.

Entre los reptiles destacan la tortuga charapa (Podocnemis expansa), la taricaya


(Podocnemis unifilis). En este ecosistema abundan los peces ornamentales para la
exportación. Respecto a la flora, la RNPS alberga 965 especies de plantas silvestres y
59 de plantas cultivadas.

Turismo seguro

Desde que reanudó sus actividades con acceso al público en octubre del 2020, la
Reserva Nacional Pacaya Samiria, conocida también como la Selva de los espejos,
recibe a los turistas con todas las medidas de bioseguridad como una forma de
promover el turismo sostenible.
“Hemos capacitado a todo el personal de la reserva y efectuado alianzas con
organismos públicos y privados a fin de dar la mejor seguridad al turista”, dice el jefe
de la RNPS, Alfredo Neyra Saavedra. Precisa que la pandemia del covid-19 afectó el
turismo sostenible dentro del área protegida, así como el manejo de recursos
naturales.

Esta área natural protegida cuenta con el sello Safe Travels y fue reconocida como
destino sostenible en el mundo como parte de los Green Destinations Story Awards,
premio internacional que destaca los lugares turísticos más respetuosos con el
ecosistema y mínimo impacto sobre el ambiente y la cultura local.

Siendo un área tan extensa, existen varias rutas y actividades ofrecidas. Así, son ocho
las áreas permitidas de uso turístico: Tibilo Pastococha, Pinchi-Yanayacu Grande,
Bajo y Medio Samiria, Yanayacu Pucate-El Dorado, Nauta Caño, Yanallpa Iricahua,
Bajo Pacaya y Cochas de Punga.

Circuitos turísticos

La cuenca Yanayacu-Pucate, desde la comunidad Veinte de Enero, cerca del Nauta,


hasta la famosa cocha El Dorado, es la zona donde se encuentra la mayor cantidad de
refugios y áreas de campamento a lo largo del río. La laguna El Dorado es
considerada el corazón de la reserva y uno de los lugares con mayor concentración
de fauna.

En la cuenca baja y media del río Samiria, vemos las cochas Yarina, Fortuna y
Ungurahui. Además, en San Martín de Tipishca, al inicio de la cuenca, se puede
convivir con los habitantes de la comunidad nativa Kukama Kukamilla, que también
ofrecen varios circuitos por recorrer, tanto a pie como en canoas.

En la cuenca baja del Pacaya, donde abundan las cochas y el bosque, permanece
inundado gran parte el año.

Publicado: 20/5/2022
https://andina.pe/agencia/noticia-pacaya-samiria-conoce-majestuoso-verdor-de-selva-los-espejos-video-
893857.aspx
Cuatro Cuencas: "El Gobierno no
valora la vida de los pueblos indígenas"
En La Mula TV, dirigentes de las Cuatro Cuencas de la Amazonía
advirtieron que si en 45 días el Estado peruano no atiende sus reclamos,
bloquearán el río Marañón de manera indefinida.

PUBLICADO: 2022-08-23

 
Después de diez años de iniciado el diálogo entre el Estado peruano y los representantes de las
comunidades de las Cuatro Cuencas de la Amazonía, persisten los incumplimientos y la falta
de voluntad política, señaló, este lunes en 'La Mula TV', Alfonso López Tejada, presidente de
la Federación de Kukamas.

En el programa 'Al Filo', López Tejada señaló que los compromisos no se cumplen por "falta
de voluntad política del gobierno".

"No se decide asumir responsablemente los grandes daños que ha ocasionado el


mismo Estado. Las empresas han contaminado porque el mismo Estado ha permitido
porque no hay normas que garanticen la vida de los seres humanos y la vida de la
gran biodiversidad que tenemos en la Amazonía. Estamos hablando del Lote 192 y
del Lote 8. No nos olvidemos que estos lotes abarcan los grandes humedales que
están reconocidos en el planeta, como la zona del Pastaza y la gran reserva nacional
Pacaya Samiria, que están enteramente contaminados, destruidos y el Estado
frente a eso no quiere asumir responsabilidades", dijo el dirigente kukama.
"Quizás el Gobierno no lo asume porque no valora la vida de los pueblos
indígenas. Muchos dicen que la Amazonía no está en agenda, pero sí lo está porque
de ahí sacan petróleo, madera, extraen miles de millones de dólares, lo que no está
en la agenda del Estado son los pueblos que vivimos en la Amazonía y que de
nuestros territorios sacan esos grandes recursos. Entonces, ese dinero, ¿donde se
invirtió? Ha ocasionado enfermedades, empobrecimiento y muertes. La
contaminación que han dejado Pluspetrol, que se está yendo del Lote 8 y nadie
asume los pasivos", agregó López Tejada.

En entrevista con Javier Torres, el dirigente kukama se refirió a la protesta temporal que
realizaro las comunidades. 

"Siendo parte de estas Cuatro Cuentas, hemos querido iniciar toda una protesta para
llamar la atención al Estado en 24 horas. Esta protesta es el cierre del río Marañón,
concretamente con la comunidad San José de Saramoro, pero se arrastra todo el
pasado, todo el abandono del Estado, manifestado en una misma comunidad, donde
inicia el Oleoducto Norperuano, donde está la planta de bombeo número 1, donde se
han dado grandes derrames de petróleo en el 2000 y 2010, y otros derrames que
nunca han sido atendidos. Esto representa la vida de Cuatro Cuencas y más de 500
comunidades afectadas por la contaminación petrolera", señaló López Tejada.

El dirigente kukama precisó que este es "un llamado de atención al Gobierno porque nosotros
tenemos un diálogo que hemos tratado de que sea permanente ya diez años con el
Estado". "Con este gobierno, desde que se ha instalado hasta ahora, no hemos podido
sentarnos a conversar. Otros sectores del movimiento indígena han podido sentarse a
conversar, pero en representación de las cuatro cuentas, no hemos podido sentarnos a
conversar", lamentó.
"Hay compromisos del Estado, desde hace diez años que se viene arrastrando, más
que todo desde el 2015 hasta el 2022 que no se han ido implementando, más
aún, este gobiero se ha ido negando a sentarse con nosotros para poder
dialogar. Hay espacios de evaluación, como es la comisión multisectorial, donde nos
debemos de sentar temporalmente, en cada una de las cuencas para evaluar los
avances y los retrocesos, que es lo que está pasando con el cumplimiento de los
compromisos", recordó.

"Como eso no se está cumpliendo, no nos está escuchando el Estado, queremos


llamar la atención. Si es que el Estado en 45 días no reacciona, no nos da los
espacios que corresponden para buscar solución concreta de los problemas;
entonces, nuevamente, reiniciamos esta medida de bloqueo del río Marañón porque
no tenemos carreteras, la única vía de comunicación y que es sumamente importante
es el río Marañón, vamos a bloquear de forma indefinida hasta que nos podamos
sentar con el gobierno para encontrar salidas", agregó.

En ese sentido, resaltó que las organizaciones indígenas tienen estrategias trabajadas, como un
plan de salud intercultural para cinco años. Además, mencionó que el presidente del Consejo
de Ministros, Aníbal Torres, dijo qe el Gobierno estaría invirtiendo en 93 millones de soles
para implementar en la Amazonía, pero hasta ahora no hay nada.

Por su parte, el dirigente indígena Federico Díaz Sandi recordó que son 50 años de explotación
petrolera. 

"Ahorita no tenemos ninguna clase de apoyo, el Estado dice que sí va a cumplir y


hasta ahorita no cumple con su palabra, que no debe ser. Ya tenemos un año y
cuatro días que hemos firmado consulta previa y hasta ahorita no cumple", dijo.
https://redaccion.lamula.pe/2022/08/23/cuatro-cuencas-el-gobierno-no-valora-la-vida-de-
los-pueblos-indigenas/redaccionmulera/
OPINIÓN

TALA ILEGAL EN EL PARQUE


NACIONAL PACAYA-SAMIRIA
DETECTADA TRAS LA PANDEMIA

 Ian Vázquez Rowe


Docente del Dpto. de Ingeniería, y miembro del comité directivo de la carrera de Ingeniería
Ambiental y Sostenible
21.07.2021

Aproximadamente, el 6% del territorio peruano se encuentra ubicado en parques


nacionales. Muchos de estos parques se ubican en la Amazonía, lo que los hace
verdaderas reservas ecológicas de biodiversidad. Dichos parques, junto con otras
zonas protegidas del Perú, constituyen un escudo de protección de uno de los
ecosistemas más valiosos del planeta.

De hecho, estas figuras administrativas permiten conservar ecosistemas


representativos de la Amazonía peruana, así como preservar su diversidad genética.
Para esto, es crítico fomentar y mejorar el uso de los recursos naturales de acuerdo a
desarrollo ecológico apropiado. El turismo sostenible, la investigación de estos
ecosistemas o la pesca y agricultura que siguen prácticas ancestrales son algunas de
las actividades que más se han fomentado en estas áreas protegidas para garantizar
el desarrollo social y económico de las comunidades locales.

Estas actividades ilícitas dentro de estas áreas ponen en riesgo ecosistemas de


alto valor ecológico, además de contribuir a la deforestación y, por
consiguiente, a la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera,
contribuyendo al cambio climático".
A raíz de la pandemia de la COVID-19, desde mediados de marzo de 2021 el acceso a
los parques nacionales en la Amazonía peruana ha estado muy limitado debido al
cierre de fronteras y el detenimiento de la actividad turística internacional. En
principio, esto podría sugerir que estos espacios han estado ajenos a la acción del
hombre, beneficiando la salud de los ecosistemas. Sin embargo, la Red Peruana Ciclo
de Vida y Ecología Industrial (PELCAN) ha tenido acceso a fotos tomadas por uno de
los primeros grupos de turistas que entraron en el Parque Nacional de Pacaya-
Samiria en julio de 2021 tras el inicio de la pandemia, en el que se puede visualizar
una importante actividad de tala ilegal dentro del parque.

1/3Fotografías cedidas a la Red Peruana Ciclo de Vida y Ecología Industrial (PELCAN)


de deforestación en el Parque Nacional Pacaya-Samiria (julio, 2021).
Si bien se han reportado actividades de tala ilegal y deforestación en otros parques
nacionales de la Amazonía desde el inicio de la pandemia, como el Parque Nacional
de Catatumbo en Colombia, o en otras zonas protegidas, como la Comunidad Nativa
Santa Martha (Huánuco, Perú), es la primera vez que se reportan este tipo de
actividades en el Parque Nacional de Pacaya-Samiria desde el inicio de la
pandemia. Estas actividades ilícitas dentro de estas áreas ponen en riesgo
ecosistemas de alto valor ecológico, además de contribuir a la deforestación y,
por consiguiente, a la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera,
contribuyendo al cambio climático.
Desde PELCAN, invocamos al Estado a que genere mecanismos más estrictos de
control de las actividades que se desarrollan en zonas protegidas, así como a
ofrecer el apoyo necesario para que los pobladores de las zonas limítrofes a los
parques nacionales no sientan la necesidad de lucrarse a través de actividades ilícitas
en tiempos de crisis económica.

ENERGÍAPERÚ PETRÓLEO

Alerta la reserva Pacaya Samiria, de Perú, por


contaminación de petróleo

Publicado por: Redacción EFEverde21 de mayo, 2014

Una zona de la reserva nacional de Pacaya Samiria, en la Amazonía de Perú, fue


declarada en emergencia ambiental durante 90 días junto a otras localidades
indígenas debido a la contaminación del agua y del suelo ocasionadas por derrames
de petróleo.
Claudia Ochoa, representante de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) de la región

Loreto, donde se sitúa Pacaya Samiria, dijo hoy a Efe que la reserva ha sido afectada en su zona norte,

sobre todo por un derrame ocurrido en 2013.

 "Hay que tener en cuenta que hay un daño, pero no en toda la reserva porque el lugar
donde ha ocurrido el derrame es en la parte norte, y no ha sido directamente en
Pacaya Samiria, sino un poco alejado, sino que impacta la reserva y la zona de
amortiguamiento", explicó Ochoa.

 Pacaya Samiria es un área natural protegida de 2.080.000 hectáreas que comprende


una gran diversidad biológica y es hogar de numerosas comunidades nativas y
tradicionales, según información del Ministerio del Ambiente (Minam).

 El domingo pasado entró en vigencia la declaración de emergencia ambiental de la


parte baja de la cuenca del río Marañón, que comprenden 17 localidades de Loreto y
la zona conocida como Batería 3 del Lote 8, ubicada en Pacaya Samiria y que
pertenece a la empresa Pluspetrol.

 "Se ha determinado que la zona evaluada contiene niveles de riesgo significativo


para la vida, la salud de la población y el ambiente, lo que configura daño ambiental
significativo", señaló una resolución del Minam.

 Al ser consultada por Efe, Paola Chinén, subdirectora de Calidad Ambiental de la
Dirección de Evaluación del OEFA (Organismo de Evaluación y Fiscalización
Ambiental), indicó que la contaminación de esa zona viene de años atrás.

Extracción de petróleo y falta tratamiento de agua


Una madre baña a su hija en la Reserva Nacional de Pacaya
Samiria, situada entre los ríos Marañón y Ucayali, que dan origen al
Amazonas. EFE/Sergio Urday

 "Esa zona es básicamente de extracción de petróleo y eso


sumado a la falta de plantas de tratamiento de agua incrementa
el factor de riesgo", manifestó Chinén.
 La funcionaria expresó que diversos exámenes por parte de varias instituciones que
han tomado muestras del suelo y de fuentes de agua han registrado la presencia de
elementos contaminantes.

 "En el caso del suelo se encontró concentraciones de hidrocarburos totales de


petróleo elevados que sobrepasan el estándar de calidad ambiental y algunos
metales también", precisó.

 Chinén aseguró que la declaración de emergencia no iba a solucionar el problema del


lugar, pero que con ella se pretende "tomar medidas inmediatas para poder evitar
algún tipo de riesgo inminente en temas de salud y generar un plan de mediano y
largo plazo de acciones". EFEverde

“Si queremos conservar al puma también


debemos cuidar a sus presas principales”:
Héctor Luque | ENTREVISTA
por Yvette Sierra Praeli en 9 septiembre 2022

 El investigador peruano estudió los hábitos alimenticios de los pumas en la


Reserva Nacional Salinas y Aguada Blanca; su trabajo reveló que las vicuñas y los
guanacos silvestres son las especies que más consumen estos felinos.
 El científico creó un instituto para que estudiantes puedan acceder a becas y
entren en contacto con reconocidos científicos.

Héctor Luque descubrió el mundo de la biología de la mano de su padre. Con


él viajó a varias provincias en Puno, en el sur de Perú, e incluso estudió en los
pueblos donde su padre enseñaba, un profesor rural dedicado a la biología y a
la química.

Pero su fascinación por los felinos la descubrió en la Reserva Nacional Pacaya


Samiria; ahí llegó como voluntario y quedó maravillado por lo que descubrió
del jaguar. Cuando regresó a Puno pensó en seguir el rastro a los jaguares en
la selva de esa región. Sin embargo, un profesor lo animó a buscar una
alternativa en los Andes. Fue así que convirtió al puma en el centro de sus
investigaciones.

El biólogo peruano Héctor Luque en la reserva Nacional Salinas y Aguada Blanca. Foto:
Cortesía Héctor Luque.

En su búsqueda del gran depredador de los Andes, Luque llegó a Chile y


después a la Reserva Nacional Salinas y Aguada Blanca, en Arequipa, Perú. Sus
investigaciones sobre este felino también lo llevaron a Costa Rica para
especializarse en estrategias de conservación.

Ahora su investigación «Alimentación del puma (Puma concolor) en el altiplano


alpino de las Salinas y Reserva Nacional Aguada Blanca, Perú», publicada
recientemente, es uno de los pocos estudios sobre esta especie realizada en
los Andes peruanos.

Luque no solo hace investigación, también se preocupa por cerrar las brechas
socioeconómicas de los investigadores peruanos, por eso creó el Instituto
Andino de Conservación y Manejo de Vida Silvestre, que busca conectar a
estudiantes de regiones andinas con investigadores destacados de diferentes
partes del mundo.

En esta entrevista, Luque cuenta a Mongabay Latam sobre sus


investigaciones y su proyecto para apoyar a los jóvenes científicos en Perú.

—¿Por qué decidió investigar sobre la alimentación del puma?

—Cuando estaba en la universidad, leí algunos estudios sobre la dieta del


puma que se habían hecho en otras regiones de América y me percaté que
había muy pocos estudios sobre este tema realizados en los Andes.  De hecho,
la mayor cantidad de estudios que se habían hecho sobre el puma en los
Andes provenían de Chile, Argentina y Bolivia. No encontré, hasta ese
momento, un estudio que describiera la dieta del puma en una región
altoandina de Perú. Por recomendación de algunos profesores y el interés de
conocer un poco más sobre el puma, planteé este estudio.

Al ejecutar la tesis me enfrenté con muchos problemas metodológicos. Como


había leído estudios de investigadores en Chile, los contacté para que me
asesoraran. Uno de ellos me contestó y me invitó a Chile. Me dijo: «tienes
preguntas muy interesantes ¿por qué no vienes y conversamos en persona?»
Imagen de cámara trampa de un puma en la Reserva Nacional Salinas y Aguada Blanca. Foto:
Procarnívoros.

—¿Y se fue a Chile?

—Mis papás me ayudaron, sacaron un préstamo para que yo pueda viajar y


me fui para Chile. Ahí conocí a quienes son mis coautores. Ellos me dieron
recomendaciones valiosísimas. Uno de ellos es un científico muy reconocido,
Agustín Iriarte Walton, una autoridad en el estudio de los pumas. También
conocí a otro experto, el investigador Alfredo Zúñiga. Estuve un tiempo en
Santiago y otro en Temuco, para resolver mis dudas. Regresé a Perú para
ejecutar mi investigación que sustenté en 2016. Dos años después, en 2018
empecé el proceso de redacción del artículo junto con todas las personas que
formaron parte de la investigación.

—Usted hizo su investigación en la Reserva Nacional Salinas y Aguada


Blanca, en Arequipa. ¿Qué lo llevó a esa área protegida?

—Cuando le mencioné a un profesor de la universidad que quería estudiar


sobre la dieta del puma me dijo que primero encontrará una zona donde haya
pumas. Entonces era un hecho que tenía que investigar dentro de un área
protegida, porque eso me aseguraba que el ecosistema se encuentre,
digamos, en una condición más natural que un área no protegida, lo cual
incrementaba la posibilidad de encontrar a la especie.

El otro factor fue económico, pues en las áreas protegidas hay, digamos,
apoyo del gobierno para los estudiantes que vamos como voluntarios y
podemos hacer nuestras investigaciones. Entonces fue un tema
estratégico: encontrar la especie y también en términos económicos. En el
camino conocí a otro investigador que también estaba trabajando con pumas
en la reserva.

—¿Por qué decidió enfocarse en el puma?

—Cuando estuve en la Reserva Nacional Pacaya Samiria encontré en la


biblioteca del puesto de control un documento de gestión, un pequeño folleto,
que hablaba sobre el jaguar, y quedé maravillado. Cuando regresé a Puno,
pensé que debía buscar algo cerca y quería irme a la selva de Puno, pero un
profesor me dijo que en la selva hay muchos investigadores, pero que no se
hace casi nada en la sierra y fue así que pensé en el puma. Entonces decidí
utilizar el equivalente ecológico del jaguar. En los ecosistemas de bosque
amazónico, el jaguar es el máximo depredador mamífero terrestre y su
equivalente ecológico en los Andes es el puma, el felino de mayor distribución
que América, que se encuentra desde el nivel del mar hasta los 5800 metros
de altitud en los Andes, y también habita en la selva.

Héctor Luque señala que los hallazgos de la investigación permitirá tomar decisiones de
conservación con base en la evidencia científica. Foto: Cortesía Héctor Luque.

—¿Cuáles fueron los principales hallazgos de esta investigación?

—El principal hallazgo fue el gran espectro de presas que tiene el puma. En las
heces que analizamos encontramos pequeños roedores, presas medianas y
también presas de tamaño grande. Esto nos permitió concluir que el puma
interactúa con todas las especies de la fauna terrestre que se encuentran en la
zona, desde pequeños roedores hasta animales como la llama, la alpaca y los
perros. También con animales no nativos en Sudamérica, como la liebre
europea que se introdujo en el siglo XIX en Argentina y se ha expandido como
una plaga a lo largo del sur de Sudamérica y está en expansión hacia el norte.
En Salinas y Aguada Blanca hemos encontrado rastros de esta liebre y de
perros domésticos en la dieta del puma. También puedo decir que dentro del
espectro de presas se incluye la depredación de animales  no nativos.

Además, aunque el puma se alimenta de animales domésticos como el


ganado, las llamas y alpacas, las presas preferidas siempre son los camélidos
silvestres como la vicuña y el guanaco. Encontramos que la especie que más
biomasa le aporta al puma es la vicuña, seguida del guanaco y después están
las demás especies.

Otro hallazgo importante es que las poblaciones de camélidos domésticos,


como llamas y alpacas, son más abundantes que los camélidos
silvestres. Sin embargo, a pesar de la alta densidad de ganado doméstico, las
vicuñas y los guanacos silvestres fueron las especies más consumidas.
Creemos que esto se debe, principalmente, al manejo ganadero, pues por lo
general, el ganado siempre está resguardado en corrales.

—¿Qué importancia tiene conocer la dieta de una especie?

—Saber, por ejemplo, cuáles son las principales presas del puma o cuáles son
las presas más importantes de una especie permite a los gestores de vida
silvestre contar con herramientas para tomar decisiones con base en la
evidencia científica. Nosotros sabemos, gracias a este estudio, que el puma
depreda a los zorros y que controla sus poblaciones. Le pongo un ejemplo, si
no existieran pumas o si se extirparan a los pumas de Salinas y Aguada
Blanca, lo más probable es que las poblaciones de zorros se incrementarían
exponencialmente y, al suceder esto, la depredación del ganado sería mucho
más alta.

Un puma puede cazar cinco o seis llamas en un año, pero un zorro va a cazar
15 o 20 crías de llama en un año. Esta evidencia permite, por ejemplo, al
Sernanp [Servicio Nacional de Áreas Protegidas por el Estado] utilizar esta
información para tomar decisiones sobre el manejo del área protegida.

La depredación de los zorros se puede utilizar como una estrategia de


educación ambiental para explicar a la población, y a los ganaderos, cuáles
son los servicios que ofrecen los pumas.
También al saber que la vicuña es su presa principal podemos entender que,
si queremos conservar al puma, también debemos cuidar a sus presas
principales. Entonces, podemos decir que el principal aporte de esta
investigación es la evidencia científica para la toma de decisiones para la
conservación. A veces, muchas decisiones de conservación se toman en
ausencia de evidencia científica, e incluso, ante la ausencia de estudios en el
país, se debe recurrir a investigaciones de otros países en ecosistemas
similares.

Huella de un puma en la Reserva Nacional Salinas y Aguada Blanca. Foto: Hector Luque.

—¿Es complicado determinar la dieta de un animal, en este caso, el


puma?

—La comunidad científica tiene varias formas de tener una aproximación a la


dieta de un individuo: se puede hacer a través de análisis isotópicos, también
a través de la observación directa y, la forma más eficiente y menos invasiva
es el análisis de sus heces. Existen guías de heces, si tiene una determinada
forma es de zorro; si tiene otra forma es de gato, o de puma. Es decir, existen
guías bien detalladas. Y así como existen guías de heces también existen guías
de pelos, pues cada especie tiene un patrón de la cutícula del pelo
diferente. Las guías describen cómo es el patrón y las características de
los pelos de cada especie.

—¿Cómo hizo usted el análisis?

—Lo primero fue identificar las heces en campo con la ayuda de los
guardaparques y luego hacer un análisis en laboratorio. Para ello se tiene que
retirar todo el material digerido y solamente quedarnos con los pelos,
hacemos un proceso de lavado de los pelos y analizamos cada uno de estos
para saber a qué animal pertenece y hacer una clasificación. Así, obtuve
muestras de pumas de 21 heces y analicé, por ejemplo, cuántas veces
apareció un guanaco, cuántas una vicuña.

En el caso de las presas medianas y pequeñas, como los ratones, que son las
especies más frecuentes, pero no necesariamente son las especies más
importantes. Por ejemplo, un ratón puede aparecer en las 21 muestras, pero
cuando es depredado por un puma no ofrece mucha materia digerible, en
cambio un guanaco si, porque solamente el corazón de un guanaco o un
órgano blando ofrece mucho más energía o proteína que un ratón. Aunque
las presas pequeñas son las más frecuentes, las presas más importantes son
aquellas que ofrecen mayor cantidad de biomasa, en este caso las presas más
grandes.

—Tomando en cuenta que la investigación se desarrolla dentro de la


reserva Salinas y Aguada Blanca, ¿cuál fue el nivel de coordinación con el
personal de Sernanp?

—De hecho Sernanp tuvo una participación fundamental en este trabajo.


Además del permiso nos dieron todas las facilidades para realizar la
investigación. Creo que Sernanp cumple un rol importante en la formación de
científicos, sobre todo para muchos de los estudiantes que no tenemos
recursos para financiar nuestras investigaciones. Y también quiero destacar el
apoyo de los guardaparques que ha sido fundamental. Ellos destinaron su
tiempo de trabajo para llevarme a las zonas donde hay pumas, me enseñaron
a buscar rastros, a identificar las heces. Con el expertise de los
guardaparques logramos sacar adelante este estudio. Los guardaparques
son maestros de campo para los estudiantes y muy importantes en la
formación científica de los biólogos o de las personas que trabajan en las
áreas protegidas.
Los pumas habitan desde el
nivel del mar hasta los 5800 metros de altura. Foto: Cámara trampa en la Reserva Salinas y
Aguada Blanca.

—Los guardaparques cumplen una labor clave para la ciencia

—Es fundamental. Además de ayudarnos a colectar datos útiles para la


investigación científica, también son héroes, trabajan arriesgando su propia
vida en beneficio de la conservación. Recuerdo, por ejemplo, una vez que
había una tormenta muy fuerte en Salinas y Aguada Blanca, resulta que
habían cazadores furtivos de vicuña. Los guardaparques tuvieron que ir para
tratar de capturarlos, poniendo su propia vida en peligro.

—¿Qué investigación está haciendo ahora?

—Con un colega, profesor de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos


que trabaja en la estación veterinaria Ivita Marangani en Cusco, acabamos de
escribir un artículo académico sobre la matanza de pumas. Es sobre las
condiciones corporales de los pumas que comen ganado. Mi coautor dirige
una institución depositaria de muestras biológicas autorizada por el Serfor
[Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre] y, como es veterinario, recibió
dos cadáveres de pumas asesinados por ganaderos.

Coincidentemente encontramos que estos pumas tenían condiciones


corporales bajas. Uno de ellos era un macho joven que estaba en condición de
desnutrición, al parecer era un juvenil y no podía cazar. La otra era una
hembra que tenía los huesos de la pata trasera fracturados y mal
soldados, entonces posiblemente le producía cojera.

También encontró un tercer puma que era anciano, tenía la dentadura


desgastada. Entonces hemos llegado a la conclusión de que estos tres pumas
no reunían las condiciones necesarias para poder buscar sus presas en
paisajes sin humanos, puesto que tenían que competir con pumas más
fuertes y, al no poder hacerlo, se vieron obligados a buscar espacios de
forrajeo auxiliares.

En los lugares donde hay ganado, cazar una llama o una alpaca es mucho más
fácil para un depredador que cazar un guanaco o una vicuña. Las llamas y
alpacas, al ser animales domésticos, no se van a defender ni escapar. 
Tenemos la hipótesis de que estos individuos no reunían las condiciones de
salud necesarias para la captura de presa silvestres, lo que los condujo a
buscar sus presas en paisajes rurales humanos.

—En el caso del conflicto entre pumas y humanos, principalmente con los
ganaderos, ¿han hecho alguna investigación sobre el tema?

+—Estamos trabajando en un estudio sobre mortalidad de ganado. Hemos


hecho un análisis de datos provenientes de criaderos de llamas y alpacas en
los Andes para ver cuál es la principal causa de mortalidad del ganado. Hemos
encontrado que las principales causas de mortalidad de llamas y alpacas son
las enfermedades, que la mortalidad por depredadores es mucho menor. Los
ganaderos en los Andes tienen percepciones muy negativas hacia el puma y
eso los pone en peligro. Pero este conflicto también tiene un componente
socioeconómico, pues imagine que un puma mate un ganado o una alpaca,
eso va a significar una pérdida, entonces, evidentemente la población va a
tener una actitud negativa porque están atentando contra su economía, pero
también es un problema para la conservación.

Héctor Luque también ha creado un instituto para apoyar a jóvenes científicos. Foto: Cortesía
Héctor Luque.

—¿Qué es lo que le gusta del puma?

—El rol que desempeña en el ecosistema. Es una especie muy importante


porque su ciclo de vida contribuye a mantener el equilibrio. Ese impacto sobre
las demás especies es lo que más me llama la atención. Tengo una fascinación
por los felinos y en particular por los felinos silvestres. Además, los pumas son
animales muy sigilosos, de hábitos nocturnos y crepusculares. Son activos
durante la noche, que es la hora en la que cazan y  al amanecer. También se
mueven durante el día, pero su actividad es mucho menor. No he tenido la
suerte de ver un puma de forma directa, pero me encantaría.

—¿Cómo llegó usted a interesarse por la ciencia?

—Mi papá es profesor de biología. De hecho, mi papá y mi mamá son


profesores rurales y sé lo duro que es ser profesor en el Perú. Entonces, mi
papá me llevaba a todos los lugares a los que iba a trabajar. Estudié en tres
escuelas diferentes y en diferentes pueblos, en uno de los colegios mi papá
llegó a ser mi profesor de biología y química. Así nació mi interés por ser
biólogo, viendo a mi papá. En la Universidad Nacional de Puno, donde estudié,
existe la especialidad de Ecología y ahí descubrí mi pasión por la conservación.
Luego tuve la fortuna de hacer un voluntariado en la Reserva Nacional Pacaya
Samiria donde descubrí mi pasión por la vida silvestre y por los carnívoros,
especialmente por los grandes felinos. Así fue que decidí hacer mi tesis sobre
el puma.

—¿Qué significó estudiar en diferentes provincias de Puno?

—Influyó en mi visión humana porque compartí el colegio con niños de


diferentes condiciones socioeconómicas. Me acuerdo de amiguitos que tenían
que trabajar. En uno de los pueblos donde vivía, la gente se dedicaba a la
actividad minera, entonces, llegaba el fin de semana y mis compañeros de
colegio se iban a la mina a trabajar. Yo no trabajaba, pero a través de ellos
pude ver que la vida es bastante dura y difícil. Cuando ingresé a la
universidad, me olvidé de esos problemas. Cuando llegué a Costa Rica para
hacer mi maestría, con una beca del gobierno de ese país que cubría lo
esencial, muchas veces tenía que pensar de dónde obtener ingresos extras
para mis gastos. Entonces recordé a mis compañeros de colegio que no solo
debían pensar en las clases, sino también en conseguir dinero. Recordé
también a mis compañeros de la universidad que llegaban de otras provincias 
y casi no salían cuando el resto iba de fiesta. Bueno, en Costa Rica estuve en la
misma situación.
Héctor Luque Observando a una rana venenosa en Costa Rica. Foto: Cortesía Héctor Luque.

—Usted ha creado una organización que busca apoyar a jóvenes


científicos

—Se llama Instituto Andino de Conservación y Manejo de Vida Silvestre que,


básicamente, busca estudiantes de las regiones andinas con vulnerabilidad
socioeconómica que tengan deseos de investigar para ponerlos en contacto
con científicos reconocidos, para que puedan ejecutar sus investigaciones de
forma eficiente.

Lo que pasa en Perú y en el mundo es que muchos estudiantes que tienen


potencial para hacer investigación de alto nivel viven en condiciones de
vulnerabilidad socioeconómica. En mi caso, por ejemplo, para viajar a Chile
mis padres tuvieron que sacar un préstamo, se endeudaron. Entonces, hay
estudiantes con vulnerabilidad socioeconómica que no tienen acceso a
información especializada, pues los cursos especializados cuestan 500, 600
o 1000 dólares y los estudiantes de bajos recursos no pueden pagarlos. La
organización que estamos creando busca poner en contacto a estos
estudiantes con investigadores de alto nivel de forma gratuita, y que estas
investigaciones empiecen a llenar estas lagunas de conocimiento en los
Andes.

—¿Por qué decidió crear esta organización?

—He tenido acceso a cursos especializados de 800 ó 1000 dólares, porque me


ganaba media beca y luego me prestaban el dinero que me faltaba. Me ponía
a pensar: qué pasa con las otras personas que no pueden hacer eso, que no
tienen la oportunidad o que no tienen alguien que les enseñe cómo buscar
una beca. Por eso, con este instituto queremos cerrar brechas
socioeconómicas.

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