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indice siglo veintuno a eae, man. Bek oaearseesteracs own Introduecién Primera conferencia Sobre la inestabilidad de la (nociém de) naturaleza a ‘Una mutacién de la relaci6n con ef mundo - Cuatro ‘maneras de volverse loco con Ia ecologfa - La inestabili- ad de la relacién naturaleza/cultura « La invocacion de a paturaleza humana - FI recurso al “mundo natural” + De un gran servicio rendide por la pseudocontroversia. sobre el cima - Vaya y digales a sus patrones que los ientificos estén en pie de guerral” « Donde se procura pasar de la “naturaleza” al mundo - Cémo afroncar, Segunda conferencia (Cémo no (des}animar la maturaleza 87 ‘De las “Verdades que molestan” + Deseribir para alertar Dénde nes concentramos en el poder de actuar- Dele Gunny: nissan como msn inedsecén de ificulad de distinguir entre humanos y no humanos "Ysin embargo se mueve" - Otro nuevo refrito del dere- cho natural» Sobre una fastidiosa tendencia a confundir causa con creacién » (Hacia una nanuraleza que ya no serfa una religiéa? agen Scr ae ion ua erin ina de Tomo (Gamepepte’ Un 450) ‘Tercera conferencia Gaia, figura (al fin profana) de a naturaleza - : Galileo, Lovelock: dos descubrimientossimétricos - Inpro en Acdagel Magn io // Lee 3595, Gaia, un nombre mice muy pelgroso para una teorfa Pomona coimendemaye ses coat seo dept guemaran i. ‘Tambien L on on Ke 77M cna hima rs ISBN 979876297570 S CARA A caRA CON mn PLANETA suambiente, no se adaptan a al - Sobre una ligera com- plicacién del darwinismo + El espacio, hijo de la historia. Cuaria conferencia EL Antropoceno y la destruccién (de la imagen) del globo El Antropoceno: una innovacion » Mente Mallso Un término discutible para una época turaleza- Sloterdijk o el origea teol dela Esfera - La confusion dela ‘Tyrrell contra Lovelock - Los bucles de retroaeciéa : Por fin, otro principio de composicién - Melancolfao el fin del Globo. ‘Quinta conferencia, Como convocar alos diferentes pueblos (Gea naturaleza)? Dos Leviatin, dos eosmologias - Cémo evitar Ia guerra de tos dioses - Un proyecto diplomatico peligroso - La imposible convocatoria a un “pueblo de la Naturaleza” - 2Cémo darle una oportunidad a la negociacién? - Sobre ynflicto de Ia Ciencia y la Religién - Una incertidum- bre sobre el sentido de la palabra “fin” - Comparar los colectivs en lucha - Prescindir de toda religi6n nacural Sexta conferencia 2Cémo (no) acabar con el fin de los tiempos? 1610, la fecha furfdica » Stephen Toulmin y la contrarre- volucién cientifica » En busca del origen religioso de la “éesinhibicién’ » Fl extraio proyecto de waer el Paraiso a De lo religioso a lo terrestre pasando por lo secular: (Un “pueblo de Gaia"? - Lo que hay que responder sia uno lo acusan de sostener un “diseuso apocaliptico”. Séptima conferencia ‘Los Estados (de Naturaleza) entre la guerra y la pa iwnice 9 “Buscamos cl sentido normativo de la Tierra’ - Dela \liferencia entre guerra y operacién policial - ;Cémo mac niobrar cara a cara con Gaia? - Humanos contra Terres- ‘wes - Aprender a detectar los territories en lucha. Octava conferencia, Como gobernae terrtorios (naturales) en lucha? 285 En el Teatro de las negociaciones, Les Amandiers, mayo de 2015 - Aprender a reunise sin drbitro supe: ior - Extensidn de la Conferencia de los Partidas de Jos No Humanos + Muldplicacién de las partes implica das - Dibujar las zonas eriticas - Recuperar el sentido Gel Estado - Laudato Si". Hacer, por in, frente a Gaia “Tierra, tierra", Bibliogratia, . En la lengua mica, la tierra es Yamada la madre dal derecho, (uJ Bs0 es le que entiende el poeta cuando habla de la terra profundamente justay la lama justissima tellus. ant scomnarrr, Et nomos dela toma El destino ya no es la politica a secas: es a politica climstica, PETER SLOTERDIK, Hijeras I. Glbas, Macrosferotagie ‘Antes espero vera una cabra ocupar con éxito un puesto de Jardinero que ver a los humanos convertirse en los adminis. tradores responsables de la Tierra. JaotEs LOVELOGK, Gaia. Una nueve visiin dela vide sobre la Terra ‘La naturaleza no es sino el nombre para el exceso. WILLIAM Janes, A Phualisie Universe Introduccién ‘Todo comenzé haré unos diez afios con un movimniento de dan 2a que me impresioné y del que no consegui librarme. Una balarina, que hhuia, escapando de algo que debia de parecerle horroroso, no cesta, ‘mientras corra, de echar hacia atris miradas cada vez més inquietas, como si su fuga acumulase a sus espaldas unos obstéculos que estorbaran cada Yezmés sus movimientos, hasta verse forzada a darse vuelta por completo, 1 all, suspencida, impedida, de brazos cafdos, veve venir hacia ella algo ‘mds terrorifico ain que aquello de lo cual habia buido en un principio... ‘alpunto de forcarlaa esbozar un gesto de repliegue. Al huir de tin horror, se habia encontrado con otro, creado en parte por su propia fuga. Me convencf de que esa danza expresaba el espititu del tempo; que ‘resumia en una sola situacidn, para mi por demas perturbadora, aquello elo que los modernos habjan huido en un principio, el arcaico horror del pasado, y aquello a lo que hoy debian hacer frente la irrupeién de ‘una figura enigmatica, fuente de un horror que se encontraba delante ¥ no detris de ellos. En un primer momento registeé la irrupeiéa de Se monsinio, mitad ciclén, mitad Leviatén, con un nombre extraio: “Cosmoroloso”. Antes de fusionario, muy pronto, en esa otra figura tan ‘controvertida sobre ia que habfa meditado alleer a James Lovelock, Ia de Gaia. Aqui, yo ya no podia escapar: tenfa que comprender lo que venia a ‘mien forma bastante angustiante: como tna fuerza a la ver mitiea, clear fica y probablemente también religiosa. 28 CARA.A.CARA CON EL PLANETA Como no sé nada de danza, me tomé varios aiios encontrar en Stéphanie Ganachaud a la intézprete ideal de ese breve movimiento. Mientras tan- 10, no sabiendo qué hacer con esta obsesionante figura del Cosmoco- de teatro, que desde entonces se convirtis en Gale Global Circus! Fue ‘entonces, por una de esas coincidencias que no deberia sorprender 2 ‘a quienes persigue una obsesin, cuando el comité de las con- natural”, ;C6mo resistrse a una propuesta ala que William James, Alfred North Whitehead, John Dewey, Henri Bergson, Hannah Arendt y muchos otros haban respondida’? (No era la ocasidn ideal para dese rrollar mediante la argumentacin aquello que la danza y ] teatro me habjan forzado originalmente a explora:? Al menos aquel medio no me cera tan ajeno, Sobre todo porque acababa de terminar la excritura de tuna investigacién sobre los modos de existencia, que se Nallaba bajo la influencia cada vez mas invasora de Gaia (Latour, 2012b). Son esas con ferencias, reelaboradas, ampliadas y completamente reescrtas, las que ‘Silas publico conservando el género, el estilo yl tono de la conferen- cia, es porque esta antropologia de los modernos que prosige desde hace cuarenta afos se encuentra cada ver mas en consonancia con lo que podemos llamar “Nuevo Régimen Climatico’ Resumo mediante esa ex: presiGn la simacién presente, cuando el cuadro fsico que los moderos habfan considerado como seguro, el suclo sobre el cual se habia desarro- lado siempre su historia, se ha vuelto inestable. Come sila escenografia 1 Interpol 12 de febrero de 2018, fad por Jonathan Mi been simeo.com /e008H56>, 12 Trabajo celesto cectindo s pari de Ie Pascua de 2910 con Cho Latour Sela puetaen cena, Gisire Aste, «4 Lxexpron te dese de un erminoineodcido por Ayty Dahan (2 pura dela fasmaners tauy partilarysopin els, oc cea, merropuceiés 27 Inubiese salido a escena para compartir la intriga con loe actores. A partir de ese momento, todo cambia en las maneras de contar historias, hasta el punto de hacer entrar en la politica todo lo que antaie pertenecia a Ja naturaleza ~figura que, por consiguiente, se transforma en un enigma ‘cada dia més indeseifrable~ Desde hace afis versias ecolégicas. Pero ninguno de esos trabajos especializados habia lo- grado nunca estremecer ls certezas de todos aquellos que continuaban imaginando un mundo social sin objeto freate a un mundo natural sin bhumano ~y sin sabio para conocerlo-, Mientras que nosotros nos esfor zAbamos en desanudar algunos de los nudos de la epistemologia y de Ja sociologta, todo el edificio que habia repartido sus funciones caia por laimportancia eventual de 3s mismos muliplicabar las invenciones para hablar de la misma cosa, pero completamente en otra cxcala: el “Antropoceno’, la “gran aceleracién”, las “zonas exticas” [signing Points], todos esos términos sorprendentes que parecian necesarios y que ‘vamos a reencontrar a medida que avancemos para comprender esta Tie- ra que parece reaccionar a nuestras acciones. Mi disciplina de origen “la sociologfa o, mejor, la antropologia de las rol de no estar ah sino para ser visto por un sujeto. Alguien que mira, por ejemplo una naruraleza musria a expresion misma es significative, se encuentra enteramente formateado para convertise en el sujeto de se tipo de objetos, mientras que esos objetos ~por ejeraplo, unas ostas, limones, capones, copas, racimos de was doradas sobre el drapeado de ‘un mantel blanco- no tienen ninguna otra funeién que la de ser presen- tados ante ee spo particular de mirada. ‘Vemos claramente, en este caso, hasta qué punto seria absurdo to- ‘nar al sujeto que ve por una rareza historica pero considerar aquello que mira ~yuna naturaleza muertal= como algo natural o, como se dice, cevidente. No se los puede separar ni eriticar por separado. Lo que fue jnventado por el euadro occidental es un par cuyos das miembros om igual mente raros, por no decir exéticos, y del que no encontramos Is huella ‘en ninguna otra civilizacin: el objeto para este sujeto; el sujeto para este 18 De manera por dems interexane ol bjow de os ecientsseminarosy del [allo en cus de Piippe Descola conse jstmente ex liga la con Sela enc dela naturales als de a seria dela pinars, elo que jogo dene exposcion en el Ms 32 CARAA CARA CON ELPLANEEA, ‘igurs 1.1. © Samuel Garcia Peres, Para volver menos abstracta la presencia de este operador, le pedt a un artista que la dibajara El decii6 colocar a un arquitecto~ la sazén [Le Corbusier! para que ocupara a poscin, evdentemente virtual, de alguien que se desizarin dentro det plano del cuadro y pondria en exce- na, espetando lasimetra, les dos posiciones, tan poco naturales fauna como la otra, del objeto y del sero. El ol del espectador que se hipone contemplaun cuadro ala manera occidental stan improbable que ear tistalo ha representado con ia forma de um tripode jal que xara unig tan enorme ojo tinicol” Pero aquello en Io que tampoco se repara bien sen que el objeto que sine de contrapeso a dicho ojo es igualmente itaprobable, Para prepararuna natualeza muerta antes hay que maazla, én certo modo, 0 al menos internumpirla en x movimiento; de ah as ness que esbozan la carera de un objeto del cul eu agenciador no cap t2 sino un instame, mediante aquello que muy justunente seams Una “deteacisn de imagen” 0, mejor atin, una detencidn para ia imagen Podiriamos decir sin exagerar, que no hay ns objetos en el mundo que personas que sonrien estipidamente mientras dicen “whisky” ante fac sara fotogrifea 2) Same! Garcia wo la genera de hacer los dbo. Para conaces a asia completa, Ease cmodesofecteneeorg> (auilaeleceién de Le Corbusier ex toalmente forma y sia aingonarelacon ca is polemics de 21 La exaiea del para cogntno imps a ale etn es Aparar de Pani (1075), : SOBRE LA INESTABILIDAD DE LA (NOGION DE) NATURALEZA 35, Este esquema ayuda a comprender, espero, por qué carecesfa de todo sentido querer “reconeiiar” o “superar” el sujeto y el objeto sin tomer en cuenta al operador —figurado aqui por el arquitecto manipulador— ane ha distriduido los roles entre estos personajes extrafos, de los que ‘aos van a cumplir el papel de la nataraleza (para tn sujeto} y los otros cl de la conciencia (de este objeto). El ejemplo es tanto mis esclarece- dor porque generalmente es de Ja pintura —y en especial de la pintara de paisaje- de donde tomamos el fondo de nuestras concepeiones de Ja naturaleza. E] manipulador existe realmente: es ua pintor. Cuando decimos que los occidentales son “naturalistas” queremos decir que son ‘amantes de los paisajes pintados y que Descartes imagina el muado como Proyectado sobre el lienzo, de una naturaleza mueria dela que Dios seria elagenciador.® a er a ae pesto que la Ghic ore me gevn mos re el qu chat eae elas anes gen Tos En este sentido, la naturaleza no existe (como deni) sino a slo como e nad tan tr te poe ‘in Por ns le" Oe: feacaumamamieie eee neste gee ee call petri pn oor gue a ae comin ls dv cungeeas (alah acieoee teranpiacon deo agen pe ete a ean oe Siena cere ee ee oe ee por Ge lee el gas de ean arte HE Joris impor option de Sor Sans ae ar ee ete 23 Sobre es cuestion del “esl empiric” ylaiavencba de tema de a ‘opis y del movslo wn conrara a prices de las Gaels nse Latour (ahaa, 234 Transormar lo que es un recurso expeasioen objeto a eplca (en ngs fe ice “irom ronursto pie) equal a prams vehaniasummente deus ‘lesiento dei meaenguaje para hacer de lun serena deena. Ee ligne 34 CARA.A CARA CON EL PLANETA turaleza’, Es como pretender atravesar el plano del cuadro para ir a co- ‘mer las ostras que brillan en la naturaleza muerta. Hagan lo que hagen, ustedes caerdin en la trampa pues nunca sabrin si designan Jos dominios 0 el concepto. Y seré peor aun si pretenden “reconellian” la naturaleza y Ja cultura, o “superar” la oposicion por medio de relaciones “pacificas” centre las dos.* A pesar del titulo de un libro de celebridad bien ganada, no se puede ir “més alld de naturaleza y cultura” Pero tal vez no sea del todo imposible ahondar més acd. Si nos vemos, cen efecto, ante un misto y tnico concepto hecho de dot partes, eo inismno es la prueba de que ambas son sostenidas por tn niicleo comin ‘que distribuye las diferencias entre las dos. Si an sélo pudigsemos apro- vechamos de ese niicleo, de ese diferencial, de ese dispositivo, de ese agenciador, podriamos también imaginamos cémo sortearlo, A partir de una lengua que utiliza la oposici6n, nos volveremos eapaces de tradu- ir lo que queremos decir a otra lengua que no la utlizaria. Como para empezar curar nuestra locura (obviamente, mediante la inoculacién de oxra; no me hago ninguna dlusién), ‘Ahora bien, comenzamos a diséérair ese desde el mo- a elegir entre las falsas y las verdaderas maneras de estar en el mundo. En este caso, la fuerza normativa que uno més bien esperaria ver venir det lado “cultura” © “sociedad” se encuentra claramente imputada, por el contrario, del Jado “naturaleza" del doble concepto. Esta curiosa imputaciéa es mas ceridente cuando se esgrime el tema de la “naturaleza humana” que ha- SOBRE LA CNESTABILIDAD DE LA (NOCION DE) NATURAIEZA 95 brfa que “aprender a respetar” o contra la cual, por el contrario, habria ‘que “aprender a luchar” Cuando se invoca el “derecho natural”, se expresa incluso més dizec- tamente que la “naturaleza” puede ser concebida como un a Cua jurdcas. Ea ce ao, con Dsante eas cn un nine de Tara" ce Saga y Pero dete Ineo, sa ue podamos jams exaiint sem sido ni respetar su mandato. Desde el momento en que una autoridad ‘cualquiera se pone en campatia afin de impedir que se cometan actos Mamados “contra natura", las protestas no dejan de surgir inmediata- mente: cen nombre de qué osa usted decidir cudles normas de compor- tamiento serian “nanurales” y cuales “contra natura”? Como desde hace largo tempo la moral, en nuestras sociedades, ¢5 objeto de encarnira. as disputas, cualquier esfuerzo por estabilizar un juicio ético mediante Ia invocacién de Ia naturaleza apareceri como el disfraz apenas vela. do de una ideologia. La indignacién que suscitan tales invocaciones & prueba suficiente de que la “naturaleza”, aqué con sus comillas, no podefa nunca invocar Ja naturales, sin comillas, para poner fin a una controversia moral Dicho de otra manera, en lo que respecta a estos asuntos, como el de Jos productos “orgénicos"o el de los yogures "100% naturales", cada uno de nosotros resulta facilmente constructvista ~para no decir “relatvis- ta". Tan pronto como nos declaran que un producto es “natural”, com rendemos muy bien, en el peor de los eas0s, que intentan engaharnos, Yen el mejor, que se ha descubierto ova manera de ser “artificial”. Lo ue era posible para Aristételes ya no lo es hoy en da: la naturaleza 30 Puede unificar la Ciudad. Hemos llegado al punto en que la carga moral de Ja nocién de “naturaleza" se invierte tan claramente que el primer reflejo de toda tradicin critica consiste en combatir la naturalizacida, Basta con decir que una posiciGn ha sido “nauralizada” para enseguida desivarla conclusion de que conviene combatira, historizara o, cuando ‘menos, contextualizaria. En efecto, desde el momento en que se “nat raliza” o se “esencializa” un estado de hecho, se convierte casi con toda ceneza en el enunciado de un esiado de derecho. A tal punto que, en. Ja prdctica, todo ocurre como si el sentido comiin hubiese fasionade los cenunciados de factoy de jure, ‘Todo el mundo comprende que, sla ecologia consistiera en regresar'a «sa especie de llamado a la naturaleza ya sus leyes, no logratiamos enten- demos de inmediato. En las sociedades pluralistas de hoy, “natural” no e& 36. CARA A CARA CON HL PLANETA “He allfun conjunto de casos en los que el tema Navuraleza/Cultura sale a Ta luz como una distibucidn de roles, de funciones y de argumentos que no podemos reducir a uno de sus dos componentes, a pesar dela preten- sign de aquellos que Jo emplean. Cuanto mas se habla de “permanecer dentro de los limites de lo natural”, menos se obiendri el asentimiento ‘general? Algo muy diferente ocurre con la otra familia de nocior con “naturaleza” en la expresién “mundo navaral". ce que en verdad pudieran distinguirse las dos partes y obtener una consonancia. O al menos lo crefamos antes de las crisis ‘ecolégicas, ms precisamente, antes de que el Nuevo Régimen Climatico volviese la invocacién de la “naturaleza” tan polémica como la del dere- cho natural. ‘Sin embargo, 2 primera vista, la situacién deberfa ser muy diferente ya que, segin todos parecen acordar, el “mundo natural” no puede dictar ‘alos burmanos lo que deben hacer. Ene el ser y el deber ser, ghabri un sabismo franqueable? Tal es efectivamente la posicion por defecto de la cepisternologia ordinaria que se adopta desde el momento en que se pre tende “volver ala nanuraleza tal como es". Basta de ideologias: los estadlos de hecho hablan “por sf mismos”, y se deben tomar mil recaudos para no derivar de ellos carga moral alguna. Ninguna prescripcin debe surgir de su deseripeién. Ninguna pasién dobe afiadinse a la exposicién desapasio- sada de as simplsconeiones de caus eer Ener clebéia “neutralidad axioligica” es aqui de rigor. Ala inversa del Evidentemente, basta un minuto de reflexiér ‘euenta de que la distancia entre estos esmuy: y de que la posicién por defects es muy inestable. Cada vez que en una isputa cualquiera, alguien se ponga a invo a ‘dimension normativa estard presente pero bajo una forma mas alambi cada, puesto que el mandato principal impondra precisamente que ese SODRE 1A INESTABILIDAD DE LA (NOCIGN DE) NATERALEZA 37 0, incluso, no deba permitirque se extraiga nin- |. Que exigencia moral mn poderosa es aquella segiin la cual habria que alstenerse por completo de toda moral si se quisiera ‘mensurar plenamente la realidad de lo que es!” Es como negarles al se- ‘Bor Spock y a los habitantes de Vulcano todo sentimiento del bien y del ‘mal. En cuanto al “sin mis", da la impresién de que esta reserva no va ‘ durar demasiado! Por el contrario, qué extensa sucesiéa de argumen- tos pod desarrollarse esgrimiendo la indiscutible nevesidad de aquello que es frente a las incertidumbres confusas de aquello que debe sr. Entretanto, Is simple descripcidn esti acompafiada por un conjunto extremadamente forzoso de mandavos. “Hay” que aprender a respetar los hechos en bruto. “No hay” que sacar conclusiones precipitadas sobre ‘estos ni sobre ls manera en que se ordenan, tampoce sobre las leecio- nes que es conveniente obtener; pri ‘ellos “eben” ser co- nocidios en primer lugar *en ple cuando se imponen, mcrovertida. Asf, noramos tenor es la paradoja de la Jnvocacién de la “naturaleza’: una formidable canga prescriptiva vehicu- Jizada por aquello que no debe poseer dimensién preseriptiva alguna.” Por lo general se resume esta dimensién normativa en segundo grado ‘Hay que respetar] las leyes de la naturaleza [que] ios [hagamos lo que hagamos y pensemos lo que pen expresion fuese realmente suficiente, no tendriamos ne normativo se insinéia bastante bien porque, en la prictica, siempre y a cada instante hay que recordirselo a aquellos que podrian no obedeccr ‘a esas leyes. Esta situacién de interlocucién, muy a menudo de disputa, veces de polémica, la encontramos cada vez que se utiliza la existencia xno moral del “mundo natural” para criticar una eleccién eultaral o un ‘comportamiento humano. Enseguida, la pura y bruta existencia de los hechos indiscutibles penetra en la discusién para ponerle fin, jugando a ppleno el rol normativo que se suponia que esos hechos no posefan (rol 28 Trarara historia de war acnades morales ha side precsunene objeto sel eabao sixemuico de Dason (2074), mel intodvencn de Spence Nicdaame 20 A Niewache,especisinente en Le gaya cineia debemos candle de los 38. CARA A CARA CON EL PLANETA, de fbi nduewido que no leone de otra pre que desuexsenia ‘purmente atta) ado qi era snple cites comtrara tanto on los dete ls ne cesdade, or sus, lon Sealey, antasendo dele humane, cada ‘er que tno acide Tos hecho e insite en els, aa aa un lor tints del eal no cones qoe le importa ms que cualquier os “Repre agutl ur splenente yj quan ono La ahi la Yo ‘unt abiraia de low uae a a que "es predio® aber ponerse ace recobar fear aa capa normata qu en unprncpo fe habla desearado. pecamente porque uno ha dja de lado ls cusones tome qi sempre didon ogra por tin ponerse de aruerdes"Y x0 (sat loquleraa ustedes o hol” No hag ors cova qu que coment ‘SoxsBeamene el grt srl e age! quegolpes lame con el Puo ern una dion.” Pin invocacin dein naam jamds se contenta con fair una ey sora tbien sve ere para marl oi» aque que se par tan de ela. Por lo ant, ena nin de “nati hay tna dimensi6npomica,Eveuiodestenerte alos hecho eh noma lasegunda poten No conten con intoduc el alr mor peo, Pretend ae, plnoar heal plfco por exodenca ened ta es po a acer sre cons maralr™ Ee ic, pote tor omprendelo, no ver apace uramente el conte ete nos er del concepto Netleza/Cunre. For ene, do am el come {Spe cg conterosntentance dea edn sy present mina Seing,eracammente como en as irnabls quer, enoadas a Yo shea fcr del “derecho natal Apes de fs apa Stains "densi ma fr nag tus fuerte queen el jemple pro Envdotloe cyte boc detect tesa ames natant peor an pronto con opens haere Contadoinacuscin de “naman spe ex de hecho com sto de derecho obligar la rea pass ats sein. Deja, cn peica-bin lopresntitoe es temp, ua vendre {30 Barelo cisco Ashmore, FévardsyPoter (198 sigue in senerparngé, SOBRE LA INESTABILIDAD DE LA (NOCIGN DE) NATURALEZA 39 (Cosa extratia, los primeros en notarlo en piblico no son fos ecologists, ‘ino sus adverearios mas eneamnizados. En efecto sin el inmenso wabajo de zapa de los climatoescépticos contra las ciencias del sistema Tierra, jams habriamos podido comprender hasta qué punto la invoeacién del “mundo natural” habia dejado de ser inestable, Gracias a esta falsa que- rella, un argumento que hasta entonees era apenas el descubrimienco Ge un reducido ntimero de historiadores de las ciencias se vuelve visible ahora plena luz.” Desde la década de 1990, lo sabemos, poderosos grupos de presiéa se han movilizado para sembrar dudas sobre los “hechos” (ana mezcla cada ver mis co} al mismo tiempo cada vez més robusta de modelos y de mediciones) que comenzaban a tener consense dentro de las comunidades de investigadores sobre el origen humano de las ‘mutaciones climéticas.®\A pesar de la distinci6n entre hechos y valo- es, tan cara alos filésofos y a los éticos, los patrones de las grandes ex. presas amenazadas entrevieron de inmediato lo que estaba en juego. Notaron que, si se comprobaban I cidlogo y ret6rico climatieo” en lug lentamiento global”, Ia mejor formulacin de esta profunda Blosofia: la descnipcién de los hechos esté tan peligro- samente cerca de la presoipeién de una politica que, para detener el cuestionamiento del modo de vide industrial, es preciso sembrar la dda sobre los hechos, La mayoria de los cientificos eree que el calemtamiento global €$ causado mayormente por los contaminantes de origen hur ‘mano que reclaman una reglamentacin estricta. El estratega republicano, el sefior Luntz, parece estar de acuerdo con esto. {32 Fodeaos decir que todas as cuesones de dominio dels ese suis (eae, 2006) sean hecho plies. planes, por eemplo, en Shain ease ambizn Hogan (2009), tmpliamente en el repo bre ls “oomoaicado- 40 CARA A CARA CON HL PLANETA cuando confiesa: “El debate cientifico nos esté cerrande todas Jas puertas de salida”. Sin embargo, su opit cerradas", escribe, "sus puntos de vista sobre el calentamiento global también se modificardn, Por consiguiente, ustedes de- ben seguir haciendo de la cusencia de crtidumbreciontifica el ar gumento central “Environmental Word Games’, New Yor Times, ‘un complot “contra ol American Way of Lif’; la ecologia, un ataque a los imprescriptibles derechos de la bumanidad a modernizarse.** Todo eto, sin lograr desestabilizar el consenso de los expecialisias, cada afio valida do con mayor solide.” Sise aceptase hacer del CO, y por lo tanto del carbén tanto como det ppetréleo, a causede la mutacin climatica, los industriales y los financis- tas han comprendido cabalmemte que ya no se podria mantener jams la descripcién de los hechos separada de la atribucién moral -y muy pronto, de la implementacién de una politica. La imputacién de una ‘responsabilidad exige una respuesa sobre todo, evidentemente, cuando SOBRE LA INESTADILIDAD DELLA (NOCION De) NATURALEZA 41 ‘1 causa es “humana”. Si ellos no dan batalla vigorosamente, el estado convertiré en el equivalente de un estado de derecho, Des- >n, tal vez incluso dar el toque de rebato, Ya aba mostrario a la Iuz del dia. taro. No hace falta decir que, ante semjante urgencia, la epistemologia ordinarla no tuvo mucho peso, ‘Uno no vaa intimidar a los poderosos golpeando la mesa con el putio, stos son los bechos, queridos gerentes ge- nerales, lo quieran ustedes o no!”. La “neutralidad axiolégica” volaré en [pedazos. Los lobbistas movilizaron a toda la tropa disponible de eomu nicadores, de expertos comprads e inchuso de acadéiicos insaspechae bles, de modo que por la fuerz2 de hechos completain queram0s algo completamente diferente. Como escri carbén es “Inocente” y debe ser lavado enérgicament cusaciba, yds toda responsabilidad (Gervais, 2012).** No se admite ninguna dua j0t0s n0 hechos impulsaria a otras no- En lo que puede sopesarse toda la, iad de la invocacién del “estado del mundo natural” es en que el contraataque sélo ha podido Auncionar porque la posicién por defecto, la de la epistemolozia ordi nati, siguié pareciéndole sensata a todo el mundo: al piblico, a los po- Iticos y sobre todo, y esto es lo mis asombroso, a los especialistas en 6] lima, aquellos que se veian tan violentae injustamente atacados porque, segiin sus adversarios, habrian transgredido los lmaites entre la ciencia y 4a moral. En efecto, si os lobbistas hubiesen dicho “No creemas en es03 hhechos; no nos convieners conllevan sacrificios que no quiremas hacer” (0, 38 Voheremosa encontrar es impostbildad de dngulshechoryaleres em ln conferencia siguiente, as como enn chars cuanto inroduace non ce Antropaceno, 9? lnvnameme, P.K. Hasty Ere C, Es propusieron que lee 42 CARAA CARA CON PLANETA ‘como dijo el presidente Bush: "Nuestro modo de vida no es negociable) * todo el mundo habria visto despuntar en ellos unas lindas orejas de bue 170, Desde luego, sobre el “mundo natural” nadie puede permitinse decir ‘que “no quiere” saber nada con él. Los hechos, como se dice, se supone ‘que son “obstinad su propia manera de presoibi: No se puede negociar con ellos, ni ajustarfos a nuestra conveniencia De modo que los climatoescépticos tuvieron la astucia de volver la ‘epistemologfa ordinaria contra sus adversarios; se limitaron a los meros hechos, afirmando tranquilamente: “Los hechos no estén ahi, quiéranlo ustedes 0 no”. ¥ se pusieron a dar ruidosos pufietazos a la mesa. Bs una ‘zampa bien armada: mientras los poderosos juegan a dot puntas, per biendo con dlasidad la carga preseriptiva de los hechos y, al mismo ‘dempo, limitando el debate a sélo la discusida de los descubrimientos de quienes niegan que aquellos existan, los otros se dan cuenta de que los hechos conllevan una aec se prohihen seguirlos al otro lado de la barrera que, sin embargo, ;sus adversarios atraviesan alegremente cen los dos sentidos! Consecuencia: los pseudoeseépticos han hecho una verdadera carniceria con sus desdichados oponentes."' En efecto, no se ssupone que la vox mecinica del sefor Spock vaya a temblar ante las me- Giciones, las alarmas, las alerts y las imputaciones de responsabilidad. Pero la vor de los climatélogos no cesaba de temblar ante descubrimien- 195 tanto més embarazosos cuanto ellos no sabfan qué hacer con su carga ‘moral y politica, sin embargo tan patenvemente evidente. Qué hacer, cen efecto, ante unas “verdades que molestan", si uno no tiene derecho sino a enunciar verdades con una vor mecénica, sin aiiadir nada més? {Gore, 2007). Uno se queda paralizado. Por eso, desde hace tnos veinte aos, asistimos al asombroso expects ‘culo de una batalla campal entre un partido que ha comprendido per- fectamente el cariccer normativo de la invocaci6n del mundo namral ~y que por esa razén niega la existencia de ese mundo-, y otro partido que, 40 Bn 1002, enla Cumbre dea Tera en Rio: “El Ameen Wi of Lifen0 x egociale, En la sexta conterenia rvreacemore orgen leloyio de Seton tune Squaeton, 2012), a mejor invoduceisn al Nuvo Regimen {Gmauica capado por lado de a en em elena cel prendne de SOERE LA INESTABMADAD DE LA (ROCTON DE) NATURALEZA 45 por su parte, nose atreve a descargar la fuerza prescriptiva de los hechos que ha descubierto y debe atenerse, como si tuviese las manos atadasa la expalda, a hablar “inicamente de ciencia".* Por una saberbia inversion, de Ia situacién, hoy som los especialistas en las ciencias de Ia Tierra quie- res aparecen como unos exaltados, militantes por una causa, ilumina- dos, catastrofistas, y son los climatoeseépticos los que asummen el papel de cienuificos ponderados que, ellos por lo menos, jno confunden el modo ‘en que va el mundo con el modo en que debe ir! Incluso han logrado apropiarse, inviriendo su sentido, del hermoso término “escéptico”* En la obra de teatro Gate Global Circus que sive de hilo conductor 2 estas ‘onferencias, el autor, Pierre Daubigny (2018), ha puesto en boca de Vir- ‘ginie “la climat6ioga que ante una asamblea de bloggers, y a pesar de las §nterrupciones permanentes de un climatoescéptico rentado de nombre ‘Ted, resume los hechos corroborados~ una frase que permitira salir de Ja trampa en que los cientificos se han dejado caer. Ella propone utilizar sun medio que equivaldria a modificar Is relacin entre las ciencias y la politica y sobre todo entre los ciemtificos yet mundo con el que procuran ‘entrar en sintonia. Seria necesario que ellos aceptaran sus responsabilidae des, en el sentido que Donna Haravay (2014) da a esta palabra: tomarse capacs de responder (aquello que el inglés hace resomar mejor: we hove esponseabiitis), En el escenario, acorralada por Ted, que no deja de reclamar un de Date “democritico”, fair and balanced en el sentido de Fox News, donde Jos esoépticos tendrian el mismo peso que la “secta calentista",” Virgi- nie, como una evolucionista que se viese obligada a responder a las ob Jjeciones de un creacionista vacila en aceptar el desaffo, Ella sabe que 45 Bedloombre-tecanceadesndo ay qe deo se hatsm ue Ta uti para designar a aquelosque“ereen” (como. ve tata de wna ciet 44 CARA A CARA CON HL PLANETA lugar los informes sucesivos del GTEC han resumido mds de veinte avios de documentacién, con una certeza estimada en el orden de alrededor del 98%, al menos para el origen antr6pico del ealentamiento global.” Elfendmeno masivo contra el cual Ted intenta sublevar al auditorio ¢s asunto cerrado desde mucho tiempo antes de entrar en ese anfiteatro. Ahora, Virginie quersia pasar a las cuestiones, muy numerosas, que si ‘guen en discusién y que son, a sus ojos, las mas interesantes. Pero Ted. ‘no va a ganar porque conozca la cuestién mc 1 introducir hechos nuevos; se le paga para que aplique la flosofia del sefior Lun: para que gane, basta que el public presente en la sala re gstre que existe un debate entre expertos. Aceptar responder es crear la escena de un platé de television con Ia sefiora Pro enfrentada al sefior Contra, para gran alegria del piiblice que saldré tranquilizado por un “zquign sabe?” desmovilizador.” Fl érgano mismo de la razén, el debate abierto, se convierte en el Srgano de la manipulacién. sin embargo, si Virginie se niega a plegarse a este ejercicio impuesto, daré la impresion. ella bien lo sabe~ de ser dogmatica: pecado mortal en la época de los ilimitados comentarios en la web... que ella o porque vaya Pero como hacer? En el marco actual, no hay alternativa. Una cien- fica debe parecer fla, distante, indiferente y desinteresada. Durante algunos segundos, en suspenso, ella explora otras soluciones, cada una as calamitosa que la anterior. Es entonces cuando, en un momento de inspiraciéa y de pavor, le grita a Ted, a 150 qu sn innumerable as oatroersia sobre fs conseevencias rc de dicha causlidad, sobre ls mecanismos exacos, sobre ah lide de los modelo, sobre la ida dels dats desi Iugo, sree ‘esis tomar El Consens refinement al fence mashoy & ‘desde hace ms de die aon, lo peor ya pad y oil roocupare” NO ce SODRE 1A INESTABILIDAD DE LA (NOCION DE) NATURALEZA 45 Sin embargo, en la siguiente escena confesari, roda avergonzada, que én €l fondo no sabe lo que significa esa guecra. Para los entices, en efecto, el camino de la guerra no existe, Los otros som los que esti. en sguerrs, y desde hace mucho tiempo: cios que enviaron a Ted a persue bar su conferencia. Ni los investigadores honestos como Virginie antes de ese grito nic valiente piblico de su exposiciéa saben que estén cn situacién de guerra. Se creen todavia al abrigo ts la linea Maginot del debate racionalmente levado adelante entre personas razonables en un espacio cerrado y protegido para cuestiones de menor importancia o de Iejana aplicacisa. Desde el momento en que st les habla de “respetar los hechos", se sienten obligados a responder con cortesi, visto que ese es, también, precisamente el principio de su metodo, Si Virginie no bubiese reaceionado con tanta ira, la tampa del negacionismo se habria cerrado sobre ella* Salvo que este negucionismo no se aplica a hechos pasados, segura: dos desde hace largo tiempo, y que ya no son citicados sino por gente cuya ideclogia es demasiado claramente visible: no pueden vivir en un mundo en cl que los humanos serfan capaces de semejantes crimence sca ver, lo que est en juego son hechos presentes, hechos que vienen 4 nosotros, actos que estin siendo cometides.¥ aq la ideologta no es tan fécil de deteciar, :pues son numerosos los que querrian no vivir en 1un mundo donde los humanos serian eapaces de semejantes crimenes! La esperanza de que ningtin humano seré capaz de cometetlos nos toca eno mis profundo de nosotros mismos. En todo momento corremos et riesgo de conspirar con nuestros enemigos. Estar en sitzacign de guerra és precisamente esto: tener que decidir sin zegla preestablecida de qué lado habra que ponerse:* ‘Tanto més cuanto los negacionisas, esta vez, ya no son unos margine- Jes que juegaa a “romper los tabies” de las elites las ites mismas estan ‘en guerra contra otras dlites* Los fenémenes en disputaafectan el fare 48 La tampa funciona rant se responde empiscumente como, al conta, sise cehisa a hace, l igual que pars el neon Geox crimes o fase aN 19). 49 Ens iptinaconterencia etoman’ este principio ejenia. 80 Lo que se morta, en ene execs a Academia de Genin nenot en Franca), no menos que lo grandes medios de comnicaién eon e Mell ‘Stn jounat os flaps de premsos Nobel, Nose los puede sparta ‘ilinente de un manotao, dl mimo modo que los vascnios de aquellos se hacen eampata conta ia tacumacién,o8 fiver dea existence la 46 CARA A CARA CON EL PLANET +o préximo, obligan a repensar todo el pasado, pero principalmente ata- ‘can de frente las decisiones de todas los grupos de presién y se refieren 1 cuestiones que interesan a miles de millones de humanos obligados a cambiar su modo de vida hasta en los menores detalles de su existencia. reunidas para claborar estos hechos que se han vuelto indiscatibles no provienen de ciencias prestigiosas como lafisica de particulas 0 las mate- maticas, sino de una multinad de ciencias de campo cuyas certidumbres no han sido conquistadas mediante ninguna demostracién clamoross, sino por el entrecruzamiento de centenares de miles de hechos diminw- tos, retrabajados por los modelos, entretefides de pruebas que cobran interés en que las primeras sean falias-, Pobre Virginie. ;Qué desampa- 0,7 qué grito diol Smo no habria de tener vergitenza de sentir en su mano temblorosa el peso del hacha de guerra que acaba de desenterar? Ted es expulsado, pero para Virginie comienza una nueva perailla, la ciencia de los climatdlogos, 2 quienes acusan de comporarse como ‘un Lobty, conforman ellos también un grupo, para el eual han definido: tests de ingreso, disefiado fronteras, repartiendo de manera diferente Jos componentes del mundo, y han determinado qué cabe esperar dela politica y c6mo debe funcionar la ciencia (lo que més tarde Jamaremos ‘su “cosmograma’).

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