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WINNERS POR LA IGUALDAD – LA LUCHA DEL TENIS FEMENINO

12 SEPTIEMBRE, 20180 COMENTARIOS


“La práctica del deporte es un derecho humano. Cada persona debe tener la
oportunidad de practicar el deporte sin ningún tipo de discriminación… La
discriminación de un país o una persona por razones de raza, religión, política o
género se opone al espíritu olímpico.”

Comité Olímpico Internacional.

En medio del debate sobre el tenis femenino queremos abrir una nueva
perspectiva, dar un paso adelante y salir a la pista.

Nuestro deseo de transformación no es sólo hacia el tenis femenino,


queremos apoyar radicalmente a todo el deporte que muestre diversidad en un
espectáculo tan valioso como el resto de los deportes masculinos.

La diversidad en el deporte muestra historias diferentes, valores de


superación más sorprendentes, es energía, es calidad y cantidad y también es juego
de primera categoría.

Según la FDM, a pesar de que, aproximadamente, un 40% de los


practicantes de deportes y actividades físicas son mujeres, sólo entre un 6% y 8%
de la cobertura de los medios de comunicación deportivos se dedican a sus
mujeres atletas. Increíble, verdad?

Es decir, cada vez que encendemos la radio o la televisión, pagamos una


entrada e incluso comentamos un partido, debemos preguntarnos si nuestra
mirada es sólo hacia los deportes masculinos hegemónicos que se defienden y
revuelven con uñas y dientes en su propio establishment.

En los deportes paraolímpicos, el juego sucio es similar a los deportes


femeninos, no se cubren igual porque ¨no son negocio” , los llaman minoritarios, es
entonces cuando nadie los ve y casi nadie los sigue , por lo tanto hay menos
anunciantes y patrocinadores. ¿Qué tal si empezamos a cubrirlos?

Cuando el trabajo es el mismo y los resultados igual de competentes, ¿qué


importa quién lo ejecute?

Ya no nos creemos los cuentos del deporte masculino como el universal y


grandilocuente. Hoy queremos jugar un partido muy importante, no es un partido
individual, es un partido donde jugamos todas.

En un lado de la pista juegan las tenistas que han luchado y luchan


defendiendo sus derechos, desde Althea Gibson a Serena Williams, pasando por
Billie Jean King o Judy Murray.

En el otro lado de la pista juegan las preguntas y comentarios sexistas, la


falta de promoción del tenis femenino, el desinterés de las marcas por las
jugadoras, la desigual cuota de pantalla de los torneos en televisión y, en definitiva,
la sentencia que condena al 50% de este deporte a generar menos y recibir menos.

Un círculo vicioso inquebrantable que se sostiene sobre la gruesa capa de


intereses económicos que cubre al tenis y que convierte a los y las tenistas en
meros productos a los que exprimir para obtener el máximo beneficio.

Y no es sólo un tema salarial, y no nos importa que haya deportes donde


haya más discriminación que en el tenis, no buscamos consuelos ni palmaditas en
la espalada. Se trata de un tema de justicia social universal, ampliable al deporte y
a la mayoría de sectores económicos a lo largo de todo el planeta. Y de un abuso de
poder que, como muy bien apunta Billie Jean King recientemente tras las
polémicas en la final femenina del US Open, no nos permite expresarnos ante las
injusticias.

No en vano los objetivos de las Naciones Unidas de la agenda 2030 para el


desarrollo sostenible, señala a la desigualdad de género como una lacra mundial.

El JUST DO IT de Nike, el IMPOSSIBLE IS NOTHING de Adidas o el TENNIS


RUNS IN OUR BLOOD de Babolat, son eslóganes que apelan a los valores del
deporte, sin diferencias entre hombres y mujeres y otras diversidades, porque el
deporte no tiene género ni etiquetas.

Sin un verdadero cambio y una responsabilidad social por parte de quienes


mantienen este deporte, el tenis seguirá estando dominado por hombres con
intolerancia a la diversidad.

El tenis, en esencia, es deporte, y si es capaz de generar ese interés en el


tenis masculino, también lo es en el tenis femenino, porque es estrategia, esfuerzo,
potencia y espectáculo, y lo han demostrado muchas jugadoras en la pista.

Utilizando un término tenístico, las tenistas van buscando “winners” en la


lucha por sus derechos. El winner persigue abrir un ángulo o desplazar al contrario
tanto que no pueda llegar a la pelota. Y en la lucha por los derechos de las mujeres,
esos winners nos permiten abrir nuevos ángulos, nuevas perspectivas y dar pasos
hacia la igualdad.

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