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Tema 3. La Competencia.

3.1-. Concepto y fundamento.

Art 1 LECrim : No se impondrá pena alguna por consecuencia de actos punibles cuya
represión incumba a la jurisdicción ordinaria, sino de conformidad con las disposiciones del
presente Código o de Leyes especiales y en virtud de sentencia dictada por Juez competente.

Este artículo recoge la garantía jurisdiccional de la aplicación del Derecho Penal, es decir,
se prohíbe la autotutela y la autodefensa y la pena solo se puede imponer a través del
proceso, y, precisamente, por un juez competente. El proceso es el instrumento para
ejercitar la función jurisdiccional.

La potestad jurisdiccional es única (una única jurisdicción), un único poder judicial. Por lo
tanto, al no haber un único órgano judicial, hay que ver cuál es el competente.

Hay un derecho constitucional de todo ciudadano, el cual es el derecho a un juez


ordinario predeterminado por la ley, por lo que, hay que ver cuáles son las
exigencias constitucionales de este artículo. Cuando sabemos cuál es el juez
competente satisfacemos la competencia.

Así mismo, también sabremos cual es el juez o tribunal que tiene que ejercer su
función jurisdiccional en ese caso concreto (juzgar y hacer ejecutar lo juzgado).

En definitiva, sabemos que todo juez tiene jurisdicción, pero no todo juez con jurisdicción
tiene competencia, por lo que hay que ver cómo la jurisdicción se convierte en competencia
de un juez determinado.

La competencia es el conjunto de reglas a partir de las cuales vamos a tener un órgano


jurisdiccional concreto que va a conocer de un asunto concreto. Se otorga a un juez
concreto de un asunto en particular, es decir, un juez penal en principio puede conocer de
cualquier asunto penal, pero no es así, puesto que sólo puede conocer de determinados
asuntos en función del territorio, por ejemplo.

3.2.- Características de la competencia.

Improrrogabilidad (art 8 LECrim): La jurisdicción criminal es siempre improrrogable.

La competencia penal es improrrogable (jurisdicción y competencia se confunde).


La competencia de un órgano judicial no se puede ceder al otro. En el proceso civil
se puede ceder, por ejemplo, la sumisión expresa o táctica, pero en el proceso penal
no se puede ceder o traspasar a otro.

Las partes no pueden acordar ningún pacto para someter su caso a un órgano
jurisdiccional concreto, la competencia es una cuestión ajena a las partes. Y, por otro
lado, el propio órgano jurisdiccional, tiene que promover su competencia a través de
la reclamación del conocimiento de un asunto del que piensa que es competente o

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inhibiéndose de un asunto del que piensa que no es competente.

La extensión (art 9 LECrim): Los Jueces y Tribunales que tengan competencia para
conocer de una causa determinada, la tendrán también para todas sus incidencias,
para llevar a efecto las providencias de tramitación y para la ejecución de las
sentencias, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 801.

Si un órgano judicial conoce de un proceso concreto, conoce de todas las


circunstancias que rodean al asunto, aunque esto no es del todo así.

Exclusividad: se refiere a la jurisdicción ordinaria (art 10 LECrim). Corresponderá a la


jurisdicción ordinaria el conocimiento de las causas y juicios criminales, con
excepción de los casos reservados por las leyes al Senado, a los Tribunales de Guerra
y Marina y a las Autoridades administrativas o de policía.

Los ordinarios son los competentes para conocer de las causas penales, salvo
aquellas que estén expresamente reconocidas a la jurisdicción militar.

3.3-. Criterios para determinar la competencia.

Objetivo. Engloba dos tipos de razones:

Cuantitativas. Hay que fijarse si se trata de un delito leve (antiguas faltas) o


del resto de delitos (graves o menos graves). Y dentro de estos últimos, la
cuantía de la pena.

Cualitativas. Atendemos a la personalidad del investigado (imputado ya no


se utiliza; modificación del 2015). Hay que ver si se trata de un aforado,
menores, fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. También se tiene en
cuenta el tipo concreto del delito, porque hay determinados tipos delictivos
que están asignados al tribunal del jurado o a la audiencia nacional.

Funcional. Se tiene en cuenta la fase del procedimiento en la que estamos (función


procesal que se ejerza en el momento del proceso concreto):

Función de instrucción o investigación. Se trata de una primera investigación


de los hechos presuntamente delictivos y de los partícipes de los hechos. Se
llevan a cabo en los juzgados de instrucción, y también tiene funciones de
instrucción los juzgados de violencia sobre la mujer.

Función de decisión. Consiste en la celebración de un juicio oral, público y


con la práctica de la prueba, terminando con la correspondiente sentencia
condenatoria o absolutoria.

Función de impugnación: se atribuye a unos órganos determinados


(generalmente superiores) el conocimiento de los recursos que contra las
sentencias u otras resoluciones judiciales se puedan imponer.

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Función de ejecución: se trata de ejecutar la pena o medida de seguridad
impuesta en la sentencia, en su caso.

Territorial. Se encarga de ver a quién se otorga la competencia dentro de unos


órganos del mismo tipo (clase o categoría). Hay órganos únicos (competencia en
todo el territorio nacional) o múltiples (muchos órganos del mismo tipo a lo largo del
territorio nacional). Para ello, tenemos que ver qué órganos son únicos y cuáles son
múltiples, porque es en estos últimos donde hay que atender a las reglas para la
competencia territorial.

Únicos: Tribunal supremo, Audiencia Nacional, y dentro de la audiencia


nacional, el juez central de lo penal, de menores, de instrucción y de vigilancia
penitenciaria. Con estos órganos no se plantea la cuestión de competencia
territorial.

Órganos múltiples: son órganos con competencia territorial limitada.

En la comunidad autónoma: TSJ.


En la provincia: AP, juzgado de lo penal, juzgado de menores y
juzgado de vigilancia penitenciaria.
En el partido judicial: juzgado de instrucción, juzgado de violencia
sobre la mujer.

El objetivo del criterio funcional y territorial es ver el órgano particular al que se le va a


otorgar la competencia de un asunto particular, dando cumplimiento al derecho al juez
ordinario predeterminado por la ley.

El juez ordinario predeterminado por la ley. Doctrina constitucional.

También se le llama juez legal. Su contenido se conforma en 4 ramas:

El órgano jurisdiccional (juez ordinario) tiene que ser creado por una norma jurídica
anterior a su actuación, es decir, antes de que ocurran los hechos en los que tiene
lugar su actuación. La STC 90/2015 de 25 de mayo, señala lo expresado.

Los criterios de competencia o las reglas de competencia han de haber sido


creados por normas generales y anteriores. La interpretación de las normas queda
en manos de los órganos jurisdiccionales, sin que se vea vulnerado este derecho por
el mero hecho de interpretar, salvo que la interpretación sea arbitraria.

La STC 220/2009 señala que una interpretación de la norma no vulnera el derecho,


salvo que esa interpretación suponga manipulación o arbitrariedad, por lo que se
exigen normas legales y anteriores. Una interpretación de estas normas no vulnera el
derecho siempre que sea razonable y no arbitraria.

Por ejemplo, un caso de vulneración se ve en la Sentencia 35/2000, donde trataba un

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caso de desobediencia a la autoridad. No hay vulneración en la Sentencia 220/2009.

Que se cumplan de manera rigurosa las normas de reparto, que han de estar
establecidas con criterios objetivos y generales. Este criterio se aplica en
municipios donde haya varios juzgados del mismo tipo, por ejemplo, en Salamanca
hay varios juzgados de instrucción. La sentencia del Tribunal Constitucional
221/2002.

Que se siga una estricta observancia de la formación o composición del órgano


judicial, tanto los unipersonales como los colegiados. La STC 152/2015, expresa
que esta forma garantiza además del juez predeterminado por la ley, la parcialidad e
independencia por ley, ya que, si se cambian sus componentes, podría verse
afectada la parcialidad de los jueces.

3.4-. La competencia objetiva.

Este criterio, a su vez, se estructura en base a 3 criterios:

1. Criterio ordinario común. Razón cuantitativa.


2. Criterio por razón de la persona (Ratione personae): Criterio que atiende a la
cualidad de la persona investigada.
3. Criterio por razón de la materia (Ratione materiae): Se refiere a la especialidad de la
materia enjuiciada.

Dado el carácter especial de los dos últimos, son de aplicación preferente, es decir, tenemos
que ver primero la persona del imputado o la materia que nos incumbe. Entre estos dos,
prevalece el criterio personal sobre el criterio material.

Criterio ordinario común (razón cuantitativa).

En este criterio lo que vamos a determinar en función de si es delito (grave o menos grave) o
falta (delito leve). Si determinamos que no es delito leve, tenemos que ver cuál es la cuantía
de la pena. Este criterio viene dado por la mayor o menor entidad del hecho delictivo.

Se plantea primero si esta cuantía de la pena a la que hay que atender es la concretamente
solicitada o la pena en abstracto que establece el código penal.

El TS se pronunció de una manera irregular, pero ahora está claro que hay que estar a la
pena abstracta dispuesta en el CP, porque si dejamos a la parte acusadora la
responsabilidad de determinar la competencia (pena que se solicita), dejaríamos a una de
las partes la competencia que tiene que estar determinada por reglas generales y objetivas
(juez ordinario predeterminado por la ley). Por ejemplo, el delito de robo (art 240 CP), el tipo
básico está castigado con una pena de 1 a 3 años. No habría problema porque hasta 5 años
conoce el juez ordinario penal. Pero si vamos al art 163, la pena abstracta que se señala es
de 4 a 6 años; en este caso, el juez de lo penal conoce hasta los 5 años. Si la acusación pide
4, el competente es el juez de lo penal; si la acusación pide 6, conocería la audiencia
provincial, por lo que no se puede dejar en manos de la parte acusadora la determinación de

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la competencia, sino que hay que utilizar la pena abstracta, que siendo de 4 a 6 años, iría a
la audiencia provincial (porque supera los 5).

A efectos prácticos, muchas veces no se conocen las circunstancias que rodean al hecho
delictivo, como puede ser la participación; eso se va conformando durante la instrucción.
Posteriormente, en el juicio oral, se va constatando, por lo que afecta a la hora de determinar
la responsabilidad penal del hecho delictivo.

Esto puede afectar al tipo de procedimiento (ordinario o abreviado). Antes afectaba a los
recursos, y hoy a los motivos por los que se interpone un recurso, en función del órgano que
haya conocido.

El TS deja asentado que hay que atender a la pena en abstracto, como lo expresa la STS
157/1998 de 5 de febrero: esta sala ya se ha pronunciado en numerosas ocasiones a favor
de la pena abstracta fijada por el tipo. La STS 473/2014 de 9 de junio, determina la
competencia de la audiencia provincial, ya que la acusación particular había calificado los
hechos como una estafa agravada (1 a 6 años), pero la AP cuando conoció del juicio oral
dijo que no era una estafa agravada sino una estafa del tipo básico, por lo que remitió el
caso al juez de lo penal (de 6 meses a 3 años). El MF recurrió esta resolución de la AP, y el
TS dijo que la audiencia provincial había prejuzgado, y que, por lo tanto, debería seguir
juzgado la audiencia.

Como se atribuye la competencia a cada uno de los órganos jurisdiccionales (art 14


LECrim).

Juzgado de instrucción.

El 14.1 señala que el juez de instrucción es competente para el enjuiciamiento y fallo


(competencia objetiva equivale a la fase de enjuiciamiento, es decir, dictar sentencia) de
los delitos leves. Todo esto sin perjuicio de aquellas faltas o delitos leves que sea
competente el juzgado de violencia sobre la mujer.

El juzgado de instrucción en servicio de guardia puede dictar sentencia de conformidad en


los casos del art 801 LECrim (dicta sentencia de conformidad sin que exista juicio oral).

El juzgado de instrucción dictará sentencia de aceptación del decreto. Es un nuevo proceso


que se creó en 2015, regulado en el art 803 bis (letra ‘A’ a ‘J’). Es un decreto que dicta el MF
y que tiene que ser validado por el juzgado de instrucción.

Competencia objetiva del juzgado de violencia sobre la mujer.

El art 14.5 dice que los juzgados de violencia sobre la mujer son competentes para el
enjuiciamiento (el conocimiento y fallo) de los juicios o situaciones tipificadas en el art
171.7.2 CP (amenazas leves); 172.3.2 CP (coacciones leves); 173.4 CP (injurias), siempre
que se hayan cometidos contra algunas de las siguientes personas determinadas en el art
14.1 A:

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Tienen que ser cometidos contra quien sea o haya sido su esposa, o mujer que esté
o haya estado ligada al autor por análoga relación de afectividad, aun sin
convivencia, es decir, pareja o expareja. En este no es necesario que haya habido
convivencia. En este caso se estima que hay violencia de género (no se exige ningún
plus), a diferencia de los 3 siguientes.
Descendientes propios (del autor) o de la esposa conviviente (aquí sí que se exige
convivencia).
Menores o incapaces que convivan con el autor.
Que se hallen sujetos a la potestad, tutela, curatela, acogimiento o guarda de hecho
de la esposa o conviviente, es decir, cualquier persona bajo la responsabilidad de la
esposa.

En los últimos 3 casos, no solo basta con que sean estas víctimas, sino que tiene que
concurrir un plus: un acto de violencia contra la mujer (acto de violencia de género).

El juzgado de violencia sobre la mujer tiene también competencia para dictar sentencia de
conformidad en el ámbito de su competencia en los casos del art 801 LECrim.

Competencias del juzgado de lo penal.

Hay que atender a la cuantía de la pena, y va a distribuir la competencia al juzgado de lo


penal o a la audiencia provincial, en función de la cuantía. Nos referimos a los delitos
graves y menos graves, porque los delitos leves los conoce el juzgado de instrucción.

El juzgado de lo penal conoce:

Conocimiento y fallo de las causas por delitos a los que la ley señale pena de
privación de libertad de duración no superior a los 5 años o multa cualquiera que sea
su cuantía.
Pena no superior a 10 años si la pena es de cualquier otra naturaleza.
Si no es competente la AN, o el juzgado central de lo penal, o el tribunal del jurado, en
función del criterio de la materia.

En cualquier otro caso conoce la AP.

Competencias de la Audiencia Provincial.


Penas superiores a 5 años de privación de libertad o multa.
Superior a 10 años si es de otra naturaleza.

Criterio por razón de la persona.

Significa que se va a atribuir la competencia a un órgano jurisdiccional diferente del que


correspondería si se aplicaran las reglas generales (criterio ordinario común).

El art 14 CE establece que todos somos iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer
ninguna discriminación. A pesar de esto, hay una serie de personas que por razón de la
función que ejercen tienen un derecho-deber que se plasma en un fuero personal o

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aforamiento, es decir, van a ser enjuiciados por un órgano diferente del que sería
competente en función del criterio general.

Según la STC 66/2001, los diputados y senadores, se tiene que proteger la independencia y
sosiego, tanto del órgano legislativo como del órgano jurisdiccional. La prerrogativa de
aforamiento actúa como un instrumento para la salvaguarda de la institución de las cortes
generales, preservando un cierto equilibrio entre los poderes.

El art 71 CE establece la inviolabilidad, inmunidad y aforamiento de los diputados y


senadores. STC 23/1997.

El art 71 CE reconoce los aforamientos y se refieren a diputados y senadores, pero la LOPJ


aumentó esta cifra, por lo que hay una saturación de personas aforadas en el ordenamiento
jurídico. Otro de los peligros de los aforamientos es que los aforados han jugado con su
cargo para manejar la competencia judicial, es decir, han jugado con los desaforamientos
para que el proceso se dilate y no les enjuicie el tribunal que les correspondería de acuerdo
a los criterios generales.

El aforamiento no tiene efectos una vez que se ha dictado el auto de apertura del juicio
oral. Por ejemplo, STS 869/2014, trata del caso Gürtel (diputados de las cortes valencianas).
Una vez dictado el auto de apertura del juicio oral ante el TSJ renunciaron a su cargo, por lo
que el caso iría a la AP correspondiente. El MF recurre. Y se establece que el aforamiento no
tendría efectos una vez que se ha dictado el auto de apertura oral. El supremo dice que el
auto dictado abriendo la apertura del juicio oral, queda consolidada la competencia de la
sala de lo penal y civil del TSJ, porque la renuncia se realizó una vez que quedó fijada la
apertura del juicio oral, por lo que la causa seguirá en el TSJ y no en la AP, porque la
renuncia fue voluntaria y una vez realizada la perpetua jurisdicciones. La renuncia al
aforamiento no tiene efectos una vez dictado el auto de apertura.

Órganos competentes.

Tribunal Superior de Justicia (TSJ).

Según el art 73 LOPJ, el apartado 4, la sala de lo civil y penal de los TSJ será competente:

Para los procesos penales que los estatutos de autonomía reserven a su


conocimiento (art 73.3.a) LOPJ). La tónica común en los estatutos señala que los
diputados autonómicos y el presidente y los miembros del gobierno autonómico
conocerá de su enjuiciamiento la sala de lo civil y penal de los TSJ si el hecho se
comete en a CCAA, y si no se comete en su territorio, irá a la sala de lo penal (sala
2ª) del Tribunal Supremo.

Para la instrucción de las causas contra jueces, magistrados y miembros del


Ministerio Fiscal, cometidos en el ejercicio de su cargo en la CCAA y siempre que la
competencia no esté atribuida al TS. En este caso concreto sí que se habla de
delitos cometidos en el ejercicio de su cargo. En el caso anterior es para cualquier
tipo de delito.

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Tribunal Supremo:

La sala del art 61 (sala especial) conoce de la instrucción y enjuiciamiento de las


causas contra los presidentes de sala o de los miembros de sala, o magistrados de
una sala del TS, cuando haya que ser enjuiciados una gran parte o todos de los que
la componen (Art 61.1. 4º LOPJ).

La sala de lo penal del TS conoce en dos supuestos:

El art 55 bis LOPJ: acciones penales dirigidas contra la Reina consorte o el


consorte de la Reina, la Princesa o Príncipe de Asturias y su consorte, así
como contra el Rey o Reina que hubiere abdicado y su consorte: la reina, hijos
del rey y los reyes eméritos.

Art 57 LOPJ: De la instrucción y enjuiciamiento de las causas contra el


Presidente del Gobierno, Presidentes del Congreso y del Senado, Presidente
del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Presidente del
Tribunal Constitucional, miembros del Gobierno, Diputados y Senadores,
Vocales del Consejo General del Poder Judicial, Magistrados del Tribunal
Constitucional y del Tribunal Supremo, Presidente de la Audiencia Nacional y
de cualquiera de sus Salas y de los Tribunales Superiores de Justicia, Fiscal
General del Estado, Fiscales de Sala del Tribunal Supremo, Presidente y
Consejeros del Tribunal de Cuentas, Presidente y Consejeros del Consejo de
Estado y Defensor del Pueblo, así como de las causas que, en su caso,
determinen los Estatutos de Autonomía.

Junto a esto, existen reglas especiales de competencia, que afectan a las fuerzas y
cuerpos de seguridad, incluyendo las del estado, autonómicas y locales. La LO 2/1986, de
fuerzas y cuerpos de seguridad, que incluye a la policía nacional, guardia civil, policía
autonómica y local. El TC lo llama reglas especiales de competencia en la sentencia
55/1990. Esto no supone un aforamiento, sino que son reglas especiales de competencia,
de acuerdo a los previsto en el art 8.1 de la LO 2/1986, porque tienen tareas de investigación
y persecución de delitos. Esta sentencia viene a recoger una serie de argumentos con los
cuales se justifican estas reglas de competencia.

Estas reglas especiales no vulneran el derecho de igualdad dado que es un reforzamiento


de garantías de carácter bilateral, ya que la asignación de la competencia beneficia tanto a
las autoridades como a la víctima o ciudadano, porque van a ser juzgados por un juez
superior a ambos.

El art 8.1 hace referencia a delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones y los órganos
competentes, que serán los siguientes:

1. Para el conocimiento de las antiguas faltas (actuales delitos leves) será siempre
competente el juez de instrucción.

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2. Para el enjuiciamiento de los delitos (graves y menos graves, es decir, los que no
sean faltas) será siempre competente la Audiencia Provincial. La especialidad es
que desaparece la competencia del juez de lo penal. La instrucción de estos delitos
sigue asignada al juez de instrucción.

STS 446/2014 de 12 de junio. La AP difiere el conocimiento del asunto al juzgado de lo


penal porque decía que estos delitos no se estaban cometiendo en el ejercicio de sus
funciones. El MF recurre. La AP pensaba que no era competente porque los delitos
cometidos no guardaban conexión con el ejercicio de las funciones por ser un plan
preconcebido, ya que los guardias civiles querían chocarse con otros vehículos a propósito
con el fin de cobrar la baja. El TS dijo que la competencia correspondía a la AP.

También tiene una competencia específica los juzgados de menores, por razón del
sujeto pasivo del proceso, que enjuician a menores de entre 14 y 18 años (art 97
LOPJ).

Juzgado central de menores: se entrecruzan los criterios (persona con materia):

Sujeto con el que se relacionan: menores de entre 14 a 18 años.


Además, conoce los delitos relacionados con el terrorismo: art 171 a 180 CP,
es decir, en función de la materia a enjuiciar.

Criterio por razón de la materia.

Lo que vamos a estudiar qué materias concretas se asignan a los órganos jurisdiccionales,
concretamente a:

Audiencia Nacional (sala de lo penal) o Juzgado Central de lo Penal.

Para ver si el asunto va al juez central de lo penal o a la sala de lo penal de la AN, vamos a
seguir la misma distribución anterior (criterio de la cuantía de la pena), es decir, conoce el
juez central de lo penal:

1. Delitos a los que la ley señale pena de privación de libertad de duración no superior a
los 5 años o multa cualquiera que sea su cuantía.
2. Pena no superior a 10 años si la pena es de cualquier otra naturaleza.

Conoce la sala de lo penal de la AN cuando:

1. Penas superiores a 5 años de privación de libertad o multa.


2. Superior a 10 años si es de otra naturaleza.

Las materias están recogidas en el art 65 LOPJ:

Delitos contra el titular de la corona, su consorte, sucesor, altos organismos de la


nación y forma de gobierno. Ejemplo, la quema de fotografías del rey, aunque el
TEDH dice que esto debería estar amparado bajo la libertad de expresión.

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Falsificación de moneda y fabricación de tarjetas de crédito y débito falsas y
cheques de viajero falsos, siempre que sean cometidos por organizaciones o grupos
criminales.
Defraudaciones y maquinaciones para alterar el precio de las cosas que produzcan o
puedan producir grave repercusión en la seguridad del tráfico mercantil, en la
economía nacional o perjuicio patrimonial en una generalidad de personas en el
territorio de más de una Audiencia. Estos criterios son alternativos, basta con que se
cumpla un criterio. El caso más sonado es el caso de las clínicas dentales.
Tráfico de drogas o estupefacientes, fraudes alimentarios y de sustancias
farmacéuticas o medicinales, siempre que sean cometidos por bandas o grupos
organizados y produzcan efectos en lugares pertenecientes a distintas Audiencias.
Se tienen que dar los dos requisitos (requisitos cumulativos).
Los delitos cometidos fuera del territorio nacional, cuando según las leyes o los
tratados corresponda su enjuiciamiento a los tribunales españoles.
El art 65 termina con una cláusula general: cualquier otro asunto que le atribuyan las
leyes, como pueden ser los delitos de terrorismo (la ley que le atribuye la
competencia a la AN es la reforma producida en la LECrim).

Tribunal del jurado.

La atribución de la materia no se hace como en la AN.

El art 1 LOTJ nos encontramos con que:

Apartado 1: establece una serie de rúbricas.

1. El Tribunal del Jurado, como institución para la participación de los ciudadanos en la


Administración de Justicia, tendrá competencia para el enjuiciamiento de los delitos
atribuidos a su conocimiento y fallo por esta u otra Ley respecto de los contenidos en las
siguientes rúbricas: a) Delitos contra las personas. b) Delitos cometidos por los funcionarios
públicos en el ejercicio de sus cargos. c) Delitos contra el honor. d) Delitos contra la libertad y
la seguridad.

Apartado 2: se recogen una serie de delitos específicos de preceptos concretos del CP.
Finalmente, se ha indicado que conoce este tribunal de los específicamente enumerados y
no de las rúbricas. Y los delitos son los siguientes:

a) Del homicidio (artículos 138 a 140).


b) De las amenazas (artículo 169.1.º).
c) De la omisión del deber de socorro (artículos 195 y 196).
d) Del allanamiento de morada (artículos 202 y 204).
e) De la infidelidad en la custodia de documentos (artículos 413 a 415).
f) Del cohecho (artículos 419 a 426).
g) Del tráfico de influencias (artículos 428 a 430).
h) De la malversación de caudales públicos (artículos 432 a 434).
i) De los fraudes y exacciones ilegales (artículos 436 a 438)
j) De las negociaciones prohibidas a funcionarios (artículos 439 y 440).

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k) De la infidelidad en la custodia de presos (artículo 471).

La ley recoge una serie de exclusiones (art 1.3 LOTJ): El juicio del Jurado se celebrará sólo
en el ámbito de la Audiencia Provincial y, en su caso, de los Tribunales que correspondan por
razón del aforamiento del acusado. En todo caso quedan excluidos de la competencia del
Jurado, los delitos cuyo enjuiciamiento venga atribuido a la Audiencia Nacional. Tampoco
puede conocer de los delitos asumidos por la Fiscalía Europea.

Segunda exclusión 5.1 in fine: el homicidio sólo se conoce si es consumado, para que no se
colapse el tribunal del jurado y, además, a los jurados le es difícil distinguir entre el ánimo de
matar y el ánimo de lesionar (así lo expresa la circular de la fiscalía). El TS dice que esto no
tiene mucho sentido, porque la distinción entre el ánimo de matar y el de lesionar es fácil,
aunque no se tengan conocimientos jurídicos.

Otra exclusión expresa (art 5.2): el delito de prevaricación, que no puede ser enjuiciado ni
por conexión. La circular de la fiscalía dice que no tiene sentido esta exclusión, porque el
jurado puede conocer del delito de cohecho (tienen naturaleza jurídica similar).

Hay una amplia extensión (dos vías):

1. Cuando las acciones y omisiones constituyan un delito continuado, el Tribunal del


Jurado si tienen atribuido el conocimiento de esos delitos. Esto es lógico.
2. Si un solo hecho puede constituir dos o más delitos, es competente el tribunal del
jurado si uno de ellos es competencia de este, aunque el otro no lo sea. Por ejemplo,
si se mata a un testigo para que no declare, hay dos delitos: asesinato y obstrucción
a la justicia. Solo el primero esta atribuido al TJ, por lo que este podría conocerlo. O,
por ejemplo, el robo y el allanamiento de morada.
3.5-. La competencia funcional.

Nos dice que órgano jurisdiccional conoce en función de la fase específica del
procedimiento en la que nos encontremos. El art 9 LECrim nos habla de la competencia
funcional: Los Jueces y Tribunales que tengan competencia para conocer de una causa
determinada, la tendrán también para todas sus incidencias, para llevar a efecto las
providencias de tramitación y para la ejecución de las sentencias, sin perjuicio de lo dispuesto
en el artículo 801.

Esto nos dice que el órgano que conoce de todas las incidencias, pero esto hay que
matizarlo, porque en función de la fase procesal, hay una asignación distinta a cada órgano.

Las fases de proceso penal son:

Instrucción.
Decisión (fase del juicio oral). Se corresponde con la competencia objetiva. -
Recursos.
Ejecución.

La instrucción.

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En el art 14.2 dice que, para la instrucción de las causas, es competente el juez de
instrucción, el juez de violencia sobre la mujer o el juzgado central de instrucción en los
supuestos que la ley determine. A esta regla hay que hacer alguna matización:

1. En el proceso de enjuiciamiento de los delitos leves, enjuician el juzgado de


instrucción o el juzgado de violencia de la mujer. No hay propiamente una
instrucción en los procedimientos por delitos leves, sino que tras la denuncia se
pasa directamente al juicio oral, por lo que no hay un nuevo juzgado porque no hay
instrucción, sino que se pasa a juicio oral.

2. El resto de los delitos (todos menos los leves): sigue el esquema del art 14. El
juzgado de instrucción en general instruye todos los delitos excepto los que se
atribuyen a los otros dos juzgados, por lo que la regla general es que instruye menos
ciertos casos:

a. El juzgado de violencia sobre la mujer (art 14.5 LECrim y 87 ter LOPJ).


Instruye:

i. Los hechos en los que haya violencia o intimidación, como puede


suceder en homicidio, aborto, lesiones, lesiones al feto, delitos contra
la libertad, delitos contra la integridad moral, contra la libertad e
indemnidad sexuales o cualquier otro delito cometido con violencia o
intimidación.

ii. El art 87 ter incluyó los delitos contra la intimidad, propia imagen y
contra el honor, porque el legislador observó que se cometía este
delito de violencia sobre la mujer a través de las nuevas tecnologías.

iii. Se parte de la base de que el autor es un hombre. Puede ser pareja, ex


pareja, novio o exnovio. La actual ley de la violencia de género solo
incluye la violencia dentro de la pareja, a diferencia de lo que dice el
tribunal de Estrasburgo, que incluye toda violencia del hombre sobre
la mujer, solo por el hecho de ser mujer, es decir, sin necesidad de que
exista vínculo.

iv. La víctima tiene que ser alguna de las que vienen reguladas en el art
14. 5.a: quien sea o haya sido su esposa, o mujer que esté o haya
estado ligada al autor por análoga relación de afectividad, aun sin
convivencia, así como de los cometidos sobre los descendientes,
propios o de la esposa o conviviente, o sobre los menores o
incapaces que con él convivan o que se hallen sujetos a la potestad,
tutela, curatela, acogimiento o guarda de hecho de la esposa o
conviviente, cuando también se haya producido un acto de violencia de
género, es decir, en los 3 últimos casos, hay que añadir que no basta
con que los delitos se cometan contra estas personas para que sea
competente el juzgado de violencia sobre la mujer, sino que también

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se requiere que haya un acto de violencia; no es necesario que sea en
el mismo acto.

v. Conocen también los juzgados de violencia sobre la mujer otro tipo de


instrucción de delitos introducidos en el art 87 ter g): quebramiento de
condena, medida de seguridad o medida cautelar que sea impuesta
por un delito cuya víctima sea una de las que hemos visto (art 468
CP).

vi. Es también competencia del juzgado de la violencia de la mujer la


instrucción los delitos contra los derechos y deberes familiares,
siempre que la víctima sea una de alguna de las que hemos visto en el
art 14.5 a (art 14.5.b), es decir, se exige que también haya habido un
acto de violencia de género, porque si no existe este acto de violencia
de género, no tenemos una víctima tal cual se exige en el art 14.5.A.
Por ejemplo, un impago de una pensión alimenticia a los hijos; en el
caso de que no haya violencia sobre la mujer (violencia de género) no
conocería este juzgado, porque no hay víctima de acuerdo al art 14.5
a. Esto también se expresa así en una circular de la fiscalía.

b. Los juzgados de paz ya no tienen ninguna competencia penal, salvo residual


(por prevención o delegación).

c. El Juzgado Central de Instrucción. Extiende su jurisdicción a todo el territorio


nacional. Se encuentra dentro del ámbito de la Audiencia Nacional, por lo que
instruye de aquellos delitos cuyo enjuiciamiento o cuya competencia
objetiva se atribuya a la sala de lo penal de la Audiencia Nacional o el
Juzgado Central de lo Penal, en función de la pena de los delitos, es decir, la
cuantía de la pena (art 65 LOPJ).

En cuanto a la instrucción de los aforamientos. Tienen competencia objetiva la sala de lo


penal del TS, sala de lo civil-penal de los TSJ y la sala especial del art 61 del TS. ¿Quién
instruye las causas de estas personas? No puede juzgar la misma persona o el mismo
órgano jurisdiccional que ha instruido, como así se puede observar en la sentencia del TC
198/1988, porque no hay imparcialidad, es decir, se vulnera el derecho a juez imparcial, y se
declaró la inconstitucionalidad de que sea el mismo órgano o la misma persona la que
instruya y la que decide. Con los aforados se realizó una reforma y se determina que
instruirá un magistrado que nunca podrá formar parte de la sala del enjuiciamiento, por
ejemplo, el juez Llarena en el caso del process.

La función de decisión.

Se corresponde con la competencia objetiva.

3.5. Función de impugnación.

¿Quién conoce de los recursos que dictan los distintos órganos jurisdiccionales?

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1. La AP conoce de las resoluciones dictadas por los juzgados de lo penal, los juzgados
de instrucción, los juzgados de violencia de la mujer, el juzgado de menores y el
juzgado de violencia penitenciaria.

2. La sala de lo penal de la AN conoce de los recursos contra las resoluciones del


juzgado central de lo penal, juzgado central de instrucción, juzgado central de
vigilancia penitenciaria y juzgado central de menores. En la AN hay una sala de
apelación, que conoce de las resoluciones que dicta la sala de lo penal de la
Audiencia Nacional.

3. La sala de lo civil y penal de los TSJ conoce de las resoluciones dictadas por la AP,
ya sea por el Tribunal del Jurado o en sí misma. También contra los autos dictados
por el Magistrado Presidente.

4. La sala 2ª del TS conoce de los recursos de casación interpuestos contra las


resoluciones que ya veremos.

Función de ejecución.

Según el art. 9 LECrim, en general, se atribuye la ejecución a aquel que ha dictado la


resolución en primera o en única instancia. En primera instancia sería el juez de lo penal o
puede ser que ejecute el TS en el caso de encontrarnos con una única instancia (caso de los
aforados).

El art. 9 señala alguna excepción, que es la establecida en el art 81.4 LECrim: las sentencias
de conformidad dictadas en los enjuiciamientos rápidos por el juzgado de instrucción o el
juzgado de violencia sobre la mujer en el ámbito que le es propio, porque estos órganos
son los que dictan la sentencia. Una vez que dice la sentencia, remite al juzgado de lo penal,
que es el que ejecuta la sentencia.

Hay que tener en cuenta las competencias del juzgado de vigilancia penitenciaria o el
Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria en el ámbito que le es propio: la ejecución de
las penas privativas de libertad, como puede ser el régimen de salidas (art 65 LOPJ).

También tiene competencia la sala de lo penal de la AN para la ejecución de las


resoluciones dictadas en el extranjero cuando el condenado o penado venga a España, en
los casos que prevean los convenios o tratados internacionales.

3.6-. La competencia territorial.

Determina qué órgano jurisdiccional concreto conoce dentro de los diversos de la misma
categoría o clase.

El art 14 LECrim recoge el criterio territorial: conoce el órgano del partido judicial del lugar
donde se comete el delito: fórum delicti comisio.

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El problema es que no está claro o no es fácil saber dónde se ha cometido el delito.
Tradicionalmente existían 3 teoría para saber dónde se ha cometido el delito:

1. Actividad: el delito se comete en el lugar donde se exterioriza o manifiesta la


voluntad delictiva, es decir, donde se realizan los actos de ejecución del delito.
2. Resultado: el delito se comete donde se produzca el resultado delictivo.
3. Ubicuidad o unitaria: el delito se comete donde se exteriorizan los actos de
ejecución como donde se produce el resultado delictivo, es decir, vale tanto la
primera como la segunda teoría.

Hoy en día, tras tiempos en que en unos delitos se seguía una teoría y en otros delitos otra,
el TS dictó un acuerdo de pleno de la sala 2ª de 3 de febrero de 2005, en el que se dijo que el
delito se comete en todas las jurisdicciones en las que se haya realizado un elemento del
tipo. El juez de cualquiera de ellas que haya iniciado causas procesales será competente de
la causa. Se recoge la ubicuidad, y, por tanto, en cualquier sitio donde se haya cometido un
elemento del tipo marcaría la competencia territorial.

Los acuerdos del pleno marcan la dinámica a seguir, pero no tienen valor jurisprudencial
hasta que se incorpora a una sentencia. La primera sentencia fue la 341/2005 de 17 de
marzo.

Excepción a la regla general respecto a los juzgados de violencia sobre la mujer (art 15
bis). La competencia territorial no se marca por donde se ha cometido el delito, sino que la
competencia territorial se marca por el domicilio de la víctima. Esto provoca una disfunción
porque da lugar a un cierto juego de la competencia, que es improrrogable y no se puede
cambiar por las partes, como, por ejemplo, que la parte se cambie de domicilio para elegir el
juzgado. Se dictó un acuerdo del TS y se delimitó el domicilio que tenía la víctima en el
momento en el que se produjeron los hechos. Esto elimina cualquier tipo de uso
fraudulento de la competencia territorial.

Puede ocurrir también que no conste el lugar donde se ha cometido el delito. El art 15 ha
establecido unos fueros subsidiarios cuando no se conoce el lugar donde se han cometido
los hechos:

1. El del término municipal, partido o circunscripción en el que se hayan descubierto


pruebas materiales del delito, como, por ejemplo, que aparezca el cadáver.
2. El del término municipal, partido o circunscripción en que el presunto reo haya sido
aprehendido.
3. Residencia del reo presunto.
4. Cualquiera que hubiese tenido noticia del delito, el órgano jurisdiccional que primero
comenzó las actuaciones, como puede ser que se interpusiera la denuncia allí.

Estos fueros son provisionales porque en cuanto se sepa el órgano judicial o el lugar en
concreto donde se haya cometido el delito (art 14.2 LECrim), deberán remitir las actuaciones
al juzgado competente

3.7-. La conexión.

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La regla general en el proceso penal español es que un hecho delictivo se corresponde a un
proceso. Se regula en el art 17 LECrim que dice que cada hecho delictivo tendrá una causa
o proceso.

No obstante, los delitos conexos son enjuiciados en la misma causa cuando la


investigación y prueba en conjunto de los hechos resulte conveniente para el
esclarecimiento y determinación de los hechos y los presuntos partícipes. Aquí hay una
excepción a la excepción: cuando el enjuiciamiento de los hechos da lugar a una excesiva
complejidad y dilación del proceso.

Lo que pretende el legislador es cambiar el automatismo que antes se seguía por este
criterio de conveniencia y adecuación, siempre que no se produzca la complejidad y
dilación. Esto se hace para evitar los macroprocesos, como se indica en la exposición de
motivos de la ley 41/2015.

Partiendo de la base de que hay conexión, hay un único procedimiento que acumula varios
procesos, y que deriva en dictar una única sentencia, que contendrá tantos
pronunciamientos como hechos y acusados hayan sido objetos de la causa.

El fundamento de la conexidad tiene 3 causas:

1. Lograr la celeridad del proceso.


2. La economía procesal: el enjuiciamiento conjunto de los delitos conexos es más
económico, no solo en dinero, sino también en actividad y tiempo.
3. Necesidad de que no haya sentencias contradictorias, es decir, si se enjuicia en el
mismo proceso hay una mayor armonía en los procedimientos finales, porque si hay
procedimientos distintos, en unos puede haber unos testigos y en otros no, y la
calificación de las pruebas son distintas.
4. Solventar los problemas de aplicación de las normas penales sobre concurso de
delitos y acumulación o límites de la pena a imponer.

La conexión tiene lugar cuando se da alguno de los criterios de conexión que el art 17
establece:

1. Los cometidos por dos o más personas reunidas: la comisión simultánea. Ejemplo:
un atraco a un banco entre varias personas.
2. Los cometidos por dos o más personas en distintos lugares o tiempos si hubiera
precedido concierto para ello: comisión bajo acuerdo, por ejemplo, una banda de
drogas que opera en varios sitios.
3. Los cometidos como medio para perpetrar otros o facilitar su ejecución: comisión
mediata. Cometo un delito que se utiliza como medio para facilitar otro. Por ejemplo:
falsificar un documento para cometer una estafa, allanamiento o homicidio.
4. Cometidos para procurar la impunidad de otros delitos: comisión para impunidad.
Por ejemplo, ocultar un cadáver para ocultar un homicidio.
5. Delitos de favorecimiento real y personal y el blanqueo de capitales respecto al delito
antecedente. Esto fue introducido en la reforma de 2015.

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6. Los cometidos por diversas personas cuando se ocasionen lesiones o daños
recíprocos. Esto fue introducido en la reforma de 2015. Antes, este tipo de delitos se
solían juzgar también en el mismo procedimiento, pero se trataban como falta
incidental.
7. La comisión análoga: se parte de que los delitos no son conexos, pero se pueden
enjuiciar conjuntamente. Los delitos que no sean conexos pero hayan sido
cometidos por la misma persona, tengan analogía o relación entre sí (por ejemplo,
delitos contra la propiedad), siempre y cuando sean de la competencia del mismo
órgano judicial, es decir, no valdría si una delito se ha cometido en Murcia y otro en
Galicia, podrán ser enjuiciados en la misma causa, a instancia del MF y que la prueba
e investigación en conjunto de los hechos resultan convenientes para el
esclarecimiento de los hechos, salvo que resulten complejo o excesiva dilación para
el proceso.

Incidencia de la competencia objetiva en los delitos conexos. Se siguen las


siguientes reglas:

1) Si existe algún aforado, en principio, atrae al resto de imputados al órgano judicial


del aforado.

Esto hay que aplicarlo de una manera prudente y razonable; hay un auto de 13 de noviembre
de 2014, que era un procedimiento en el TS contra 3 diputados y dos senadores en el caso
de los ERE. Estos 5 aforados irían a la sala 2ª del TS, mientras que el resto de imputados
irían al juzgado competente, que se supone que es la AP. El TS dice que, en cuanto a la
posibilidad de atraer la competencia a personas no aforadas, procede señalar que es
necesario que se respete el derecho a un juez ordinario predeterminado por la ley de las
personas no aforadas, porque el juez ordinario de los no aforados no es el mismo que el de
los aforados. Esto no quiere decir que en el caso de que se enjuicie conjuntamente se esté
vulnerando este derecho, porque la ley así lo permite, pero siempre que se pueda hay que
salvaguardar el derecho. En consecuencia, la extensión de la competencia a las personas
no aforadas solo es procedente cuando hay una conexión territorial inextensible, que se
podrá ver según los hechos o el resultado de la investigación. Por lo que, en principio, si
cabe el enjuiciamiento por separado, se aplica el derecho de un juez predeterminado. Sin
embargo, si es necesario llevarlos a todos juntos por una necesidad material, se extiende la
competencia de la sala 2º del TS (regla para aforados).

2) Cuando por la especificidad de alguno de los hechos imputados (razón de la


materia) corresponda el delito a la sala de lo penal de la AN, el conocimiento de la
sala de lo penal de la AN se extiende al resto de los delitos conexos (art 65 LOPJ).

3) Suponiendo que se trate de delitos conexos cuya penalidad es diversa, el


conocimiento se atribuye a aquel que tenga atribuido el conocimiento del delito que
tenga asignada una pena mayor.

COMPETENCIA TERRITORIAL.

Hay delitos conexos que se cometen en distintos lugares, por ejemplo, robo un coche en

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Toledo para robar otro en Madrid, y luego en Leganés.

Art 18 LECrim:

1. Son Jueces y Tribunales competentes, por su orden, para conocer de las causas por
delitos conexos:

a. El del territorio en que se haya cometido el delito a que esté señalada pena
mayor.
b. El que primero comenzare la causa en el caso de que a los delitos esté
señalada igual pena.
c. El que la Audiencia de lo criminal o el Tribunal Supremo en sus casos
respectivos designen, cuando las causas hubieren empezado al mismo tiempo,
o no conste cuál comenzó primero.

2. No obstante lo anterior, será competente para conocer de los delitos conexos


cometidos por dos o más personas en distintos lugares, si hubiera precedido
concierto para ello, con preferencia a los indicados en el apartado anterior, el juez o
tribunal del partido judicial sede de la correspondiente Audiencia Provincial, siempre
que los distintos delitos se hubieren cometido en el territorio de una misma provincia y
al menos uno de ellos se hubiera perpetrado dentro del partido judicial sede de la
correspondiente Audiencia Provincial.

Hay que atender al art 18 LECrim:

1. Fuero principal de la gravedad de la pena: En el territorio en el que se haya cometido


el delito que tenga asignada una pena mayor. Pena mayor.
2. Fuero subsidiario temporal: El que primero haya comenzado a conocer una causa en
el caso de los delitos que tengan asignada una igual pena:
3. Fuero supletorio de la orden: el que la Audiencia de lo criminal o el Tribunal Supremo
en sus casos respectivos designen, cuando las causas hubieren empezado al mismo
tiempo, o no conste cuál comenzó primero. Esto hay que entenderlo de la siguiente
manera: Tendrá que conocer el que señale el órgano superior común de los que
estén en conflicto.

Hay una excepción. No obstante lo anterior, será competente de los delitos conexos
cometidos por dos o más personas en distintos lugares, si hubiera precedido concierto para
ello (la comisión bajo acuerdo- art 17.2), con preferencia a los indicados anteriormente, el
juez o tribunal del partido judicial sede de la correspondiente audiencia provincial, siempre
que los distintos delitos se hayan cometido en el territorio de una misma provincia y al
menos uno de ellos se hubiera perpetrado dentro del partido judicial sede de la
correspondiente audiencia provincial.

Particularidad (art 17 bis): en los juzgados de violencia sobre la mujer, solo pueden conocer
de los delitos comprendidos en el apartado 3 y 4 de la ley (comisión para impunidad y la
comisión mediata).

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La conexión en el tribunal del jurado (art 5 LOTJ). - No entra en el examen -

Artículo 5. Determinación de la competencia del Tribunal del Jurado.

1. La determinación de la competencia del Tribunal del Jurado se hará atendiendo al


presunto hecho delictivo, cualquiera que sea la participación o el grado de ejecución
atribuido al acusado. No obstante, en el supuesto del artículo 1.1.a) sólo será
competente si el delito fuese consumado.

2. La competencia del Tribunal del Jurado se extenderá al enjuiciamiento de los delitos


conexos, siempre que la conexión tenga su origen en alguno de los siguientes
supuestos:

a. Que dos o más personas reunidas cometan simultáneamente los distintos


delitos;
b. que dos o más personas cometan más de un delito en distintos lugares o
tiempos, si hubiere precedido concierto para ello;
c. que alguno de los delitos se haya cometido para perpetrar otros, facilitar su
ejecución o procurar su impunidad.

3. No obstante, lo anterior, y sin perjuicio de lo previsto en el artículo 1 de la presente Ley,


en ningún caso podrá enjuiciarse por conexión el delito de prevaricación, así como
aquellos delitos conexos cuyo enjuiciamiento pueda efectuarse por separado sin que
se rompa la continencia de la causa.

4. Cuando un solo hecho pueda constituir dos o más delitos será competente el Tribunal
del Jurado para su enjuiciamiento si alguno de ellos fuera de los atribuidos a su
conocimiento.

5. Asimismo, cuando diversas acciones y omisiones constituyan un delito continuado


será competente el Tribunal del Jurado si éste fuere de los atribuidos a su
conocimiento.

La competencia territorial del Tribunal del Jurado se ajustará a las normas generales.

Siempre que la conexión tenga su origen en alguna de las siguientes causas:

Comisión simultánea.
Comisión bajo acuerdo.
Comisión mediata
Comisión para la impunidad.

Por tanto, se elimina la comisión análoga y el resto de las causas vistas en el art 17.

Además, en ningún caso se puede enjuiciar por conexión el delito de prevaricación (era una
de las exclusiones en la competencia objetiva).

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Incidencia en el TJ de las reglas de conexión: establece un elenco de normas.

3.8-. Tratamiento procesal de la competencia.

La competencia penal es improrrogable, es decir, las normas de competencia son ius


cogens de obligado cumplimiento (los competentes no pueden ceder su competencia a
otros órganos jurisdiccionales) y además las partes no se pueden poner de acuerdo en la
competencia.

Dos consecuencias:

Art 238 LOPJ: La falta de competencia objetiva o funcional provoca la nulidad del
proceso porque se trata de una cuestión de orden público (necesario cumplimiento)
porque afecta al derecho a un juez ordinario predeterminado por la ley (art 24.2 CE).

La LOPJ no dice nada de la competencia territorial, porque la LOPJ se aplica a todos


los procesos (civil, por ejemplo). La competencia territorial se trata de una manera
laxa, pero raras veces da lugar a nulidad siempre y cuando haya competencia
funcional. En el proceso civil sí que nos podemos poner de acuerdo para fijar el
criterio territorial.

La competencia ha de controlarse de oficio (el propio órgano judicial) También las


partes pueden poner de manifiesto la falta de competencia, a través de los distintos
mecanismos procesales previstos en la ley.

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