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Bloque 8
Bloque 8
Curso 2017/2018
1. Identifica los factores del lento crecimiento demográfico español en el siglo XIX
- Tasa de mortalidad muy elevada: al finalizar el siglo rondaba el 28 %, una cifra considerable. Los
motivos son: la continuada serie de guerras, dentro y fuera del país; las enfermedades
infecciosas (fiebre amarilla, cólera, tuberculosis, viruela…) que afectaban de forma repetida a
unas clases populares subalimentadas y muy expuestas al contagio por falta de medidas públicas
de higiene y por la deficiente atención sanitaria; sucesivas crisis de subsistencias causadas por
las malas cosechas que disparaban los precios y provocaban el hambre entre campesinos y
trabajadores urbanos.
- Elevada tasa de natalidad: para las familias pobres, los hijos equivalían a una especie de
seguro de vida, puesto que el Estado no garantizaba pensiones ni atención a la vejez. Los niños,
desde edad precoz, contribuían con su trabajo a la economía familiar.
- Importantes movimientos migratorios hacia América (sobre todo hacia Argentina) a partir de
1880 (un millón de personas hasta final del siglo), motivada por la crisis agraria de fines de siglo.
- En el interior, éxodo rural (movimiento migratorio del campo a la ciudad) que explica el fuerte
crecimiento de las ciudades periféricas (Sevilla, Valencia, Málaga, Bilbao, Barcelona) y de
Madrid. Mientras tanto se estancaba o disminuía la población en las regiones de interior.
- La población española era predominantemente rural (el 51% vivía en núcleos inferiores a 5.000
habitantes y el 90% en núcleos menores de 100.000).
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Bloque 8. Pervivencias y transformaciones económicas en el siglo XIX: un desarrollo insuficiente . IES Parquesol. Curso 2017/2018
Por lo tanto, mientras en gran parte de Europa occidental se produjo la llamada transición
demográfica, caracterizada por la desaparición de la mortalidad catastrófica, la disminución de la
mortalidad ordinaria y el mantenimiento de una alta natalidad, España se mantuvo en un régimen
demográfico antiguo, síntoma de su atraso económico. La excepción fue Cataluña que inició antes
la transición demográfica, precisamente debido a su proceso de industrialización y modernización
económica. Los comportamientos demográficos de Cataluña, sobre todo el descenso de la
mortalidad, acercó a esta región a los parámetros europeos. Cataluña tuvo también una tasa de
urbanización mayor que el resto de España y similar a los países más desarrollados.
- Entre 1860-80 tiene lugar el desarrollo asturiano con los núcleos de Mieres y La Felguera.
La minería. Poco desarrollada hasta 1868 debido a la falta de capitales, la escasa demanda debido
al poco desarrollo del país y una legislación que mantenía las minas bajo control del Estado. En 1868
se liberalizó el sector (Ley de Minas): el Estado vendió las minas a los particulares lo cual permitió
la extracción por compañías privadas, la mayoría extranjeras. Así en los últimos treinta años del
siglo, la minería conoció gran esplendor, convirtiéndose en un gran exportador de minerales aunque
bajo control de capital británico, belga o francés. Productos: plomo (Jaén), cobre (Huelva),
mercurio (Ciudad Real) y el hierro (Vizcaya). En cuanto al carbón, los yacimientos más importantes
estaban en Asturias, pero el carbón asturiano era más caro y de menor calidad que el británico
que se importaba a través de Vizcaya, de modo que el sector subsistió gracias a la legislación
proteccionista. Se desarrolló la zona carbonífera de Sierra Morena, explotada por capitales
franceses. En conclusión, la explotación del subsuelo se realizó en beneficio del capital
extranjero.
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Bloque 8. Pervivencias y transformaciones económicas en el siglo XIX: un desarrollo insuficiente . IES Parquesol. Curso 2017/2018
3. Compara la revolución industrial española con la de los países más avanzados de Europa
Las características de la economía española del siglo XIX han llevado a algunos historiadores a
hablar de una industrialización frustrada o fracaso de la revolución industrial en España. Sólo
Cataluña, el País Vasco y la minería asturiana vivieron un parcial proceso de industrialización. En
comparación con los países más industrializados de Europa –Inglaterra, Francia, Bélgica, Alemania…-,
la incorporación de España a la revolución industrial y a la modernización económica resultó más
tardía, lenta, completa y desequilibrada.
En todos los países avanzados de Europa, la revolución industrial requirió como condición previa una
revolución agrícola, que en España no se produjo:
Así pues, el estancamiento agrario de España fue una de las causas de su atraso económico y de su
escasa industrialización en el siglo XIX.
Pero hubo otros obstáculos que retardaron y ralentizaron el desarrollo industrial en España en el
siglo XIX: las continuas guerras, la pérdida de los territorios americanos, la inestabilidad política, la
escasez de carbón (pues era de mala calidad y poco abundante), la carencia de materias primas (por
ejemplo, el algodón, materia básica para la industria textil catalana, debía importarse
enteramente), la deficiente red de comunicaciones, el atraso tecnológico, la falta de capitales
nacionales, la dependencia energética del exterior, el excesivo apego de los grupos industriales
españoles a las protecciones arancelarias (cuya consecuencia fue la escasa competitividad en el
mercado internacional de los productos manufacturados españoles por su mayor precio y su menor
calidad, la ausencia de mentalidad empresarial y el elevado índice de analfabetismo (que dificultaba
que los trabajadores adquiriesen conocimientos técnicos profesionales).
En cualquier caso, muchos otros países europeos –Portugal, Rusia, Grecia, Rumania, Polonia-
completaron también su expansión industrial con retraso, padecieron también una fuerte
dependencia de los capitales extranjeros y, en definitiva, quedaron en inferioridad económica,
militar y diplomática.
A comienzos del siglo XIX, transitar con carro –único sistema de transporte terrestre posible- por
España era una aventura. En época de lluvia, los caminos eran intransitables. Sólo existían seis
caminos reales que unían Madrid con el País Vasco, Cataluña, Valencia, Andalucía, Extremadura y
Galicia, únicas vías que permitían el transporte terrestre y de mercancías por el interior de
España. El transporte fluvial era casi inexistente (con la excepción del Canal de Castilla). Sólo el
transporte marítimo experimentó un progreso considerable a lo largo del siglo XIX gracias a la
mejora de los puertos y a la introducción de la máquina de vapor.
medio de transporte. Hace su aparición en la década de los años 40. La Ley de 1844 reservaba al
Estado la concesión de las líneas ferroviarias que dejaba a la iniciativa privada su construcción,
iniciándose las primeras líneas: Barcelona-Mataró (1848) y Madrid-Aranjuez. Se adoptó un ancho
de vía superior al europeo (lo que dificultó los contactos con el resto del continente).
Además, la Ley Bancaria de 1856 permitió el desarrollo de un sistema para financiar la red
ferroviaria. Así, entre 1856 y 1866 se alcanzaron los 5.000 kilómetros gracias a la subvención
permanente del Estado y a la aportación de capital y de tecnología extranjera, sobre todo
francesa. Se construyó con una cierta precipitación y se cometieron algunos errores, como la
disposición radial, centrada en Madrid, que no favoreció el contacto entre las zonas periféricas
peninsulares, las más pobladas y dinámicas. El ferrocarril cambió el coste y la velocidad del
transporte de personas y mercancías y tuvo una repercusión económica positiva.
Los aranceles son tarifas que se aplican a las mercancías que entran en un país. Se emplean como
instrumento para recaudar impuestos (arancel fiscal) o para proteger la economía de un país de la
competencia de las importaciones (arancel proteccionista).
El librecambismo era defendido por aquellos sectores cuya actividad económica se basaba en la
exportación al exterior (vino, cítricos) así como para las compañías de ferrocarriles (eximía de
aranceles a los materiales necesarios para tender las líneas). Ventajas: se obliga a la industria
nacional a ser más competitiva, se favorece la exportación. Tuvieron eco en las masas urbanas, para
quienes el librecambismo significaba comprar el pan más barato. Desventajas: se corre el riesgo de
que se cierren empresas por la competencia extranjera o bien que no aparezcan y se desarrollen
empresas nuevas.
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Bloque 8. Pervivencias y transformaciones económicas en el siglo XIX: un desarrollo insuficiente . IES Parquesol. Curso 2017/2018
A lo largo del XIX los gobiernos españoles se debatieron entre una política proteccionista
(aranceles elevados) y librecambista (aranceles bajos):
La peseta estuvo en circulación desde 1868 hasta 2002, en que fue sustituida por el euro.
En 1856 las Cortes del Bienio Progresista aprobaron dos importantes leyes:
1. Creación del Banco de España, regulando así la emisión de moneda. Cuando en 1868 se
introdujo la peseta, se reforzaron las competencias del Banco de España como único banco
emisor.
Durante los años de la Restauración, el sector financiero experimentó un fuerte crecimiento. Las
clases medias comenzaron a invertir en valores y las Bolsas de Madrid y Barcelona experimentaron un
gran auge. Paralelamente surgió en el País Vasco una poderosa banca ligada a la industria del hierro.
Después de la crisis del 98, el sector bancario recuperó su pujanza (creación de los bancos de
Santander, Bilbao, Vizcaya).
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