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Prof. Mir iam Wlosko

El Tabú del Incesto y el pasaje de la


“naturaleza a la “cultura”

El Tabú del Incesto

El tabú del incesto consiste en la prohibición de reproducir la especie (tener


hijos/as) con los miembros del propio grupo familiar consanguíneo (padre, madre,
hermano/a) 1. Los animales no tienen este tipo de prohibiciones.
Entre los animales gregarios se da una organización del grupo basada en la fuerza:
los machos impulsados por el instinto sexual combaten entre sí para decidir quién
es el más fuerte. El macho que vence a los demás obtiene como premio el
apareamiento y la reproducción: el sólo se encarga de todas las hembras del grupo,
y los demás miran. Con el paso del tiempo vuelven a desafiar al macho dominante
hasta que es vencido por otro que ocupa su lugar. El apareamiento y reproducción
se realiza con cualquier hembra del grupo, independientemente de sus relaciones
de filiación. Se trata del puro instinto animal que se pone en juego.

Los humanos también son animales gregarios y también opera en ellos el deseo
sexual. No obstante este deseo está regulado por la prohibición del incesto, que
podría enunciarse del siguiente modo: “si querés reproducirte debes buscar tu
pareja fuera del núcleo familiar de tus progenitores”.
Esta regla, que se aplica en todos los núcleos familiares, obliga a que el macho
dominante (padre) deje libre a sus hembras (hijas) sabiendo que en otro grupo
familiar harán lo mismo. También evita que los machos no dominantes (hijos)
compitan en combate con el dominante por las hembras (madre y hermanas) del
propio grupo y busquen pareja reproductora por fuera, en un grupo distinto. Esta
regulación social de las relaciones de sexo y descendencia posibilita la exogamia
(buscar pareja sexual fuera del propio grupo) y que se mezclen diferentes grupos
estableciendo lazos entre ellos.

El término “incesto” alude a un tipo de relación sexual prohibida entre individuos


cuyo grado y formas de parentesco son especificados por cada cultura. La ley de
cada sociedad estipula la prohibición, que en general es entre madre e hijo,
entre padre e hija, entre hermano y hermana. La prohibición puede extenderse a las
relaciones sexuales entre tío y sobrina, tía y sobrino, padrastro e hija, madrastra

1
La palabra tabú procede del hawaiano y/o del tahitiano “tapú”, y designa una conducta, actividad o
costumbre prohibida por una sociedad, grupo humano o religión, es decir, es la prohibición de algo.
Romper un tabú es considerado como una falta imperdonable por la sociedad que lo impone.

1
e hijo, madre y yerno, padre y nuera 2. Independientemente de quienes sean los
parientes a los que se aplica la prohibición en cada cultura, hay que tener en cuenta
que es una ley universal que regula en todas las sociedades los intercambios
matrimoniales.

El hecho de que el incesto haya estado prohibido en la mayoría de las sociedades,


sea con castigo corporal, sea a través de una interdicción legal, pone de manifiesto
el carácter universal del tabú del incesto 3. Por ello, este tabú es de algún modo el
paradigma de toda ley o prohibición 4.

Se trata de una prohibición que no es un dictado de la naturaleza, sino de la


sociedad. Constituye de hecho la prohibición que permite realizar el pasaje de la
naturaleza a la cultura, de la animalidad a la humanidad, en la medida en que
regula la satisfacción de los deseos humanos: no podemos satisfacerlos de cualquier
modo sino de acuerdo a la ley social.

C l a u d e L e v i S t r a u s s : L a p r o h i b i c ió n d e l i n c e s to y e l pa s a j e d e l a
naturaleza a la cultura.

Para el antropólogo francés Lévi-Strauss, la prohibición del incesto es el único


fenómeno que tiene al mismo tiempo una dimensión natural y una cultural:
está en relación con la naturaleza porque tiene la universalidad de los instintos, y
está en relación con la cultura porque presenta el carácter coercitivo de las leyes
sociales. Constituye, el movimiento gracias al cual, por el cual, pero sobre todo en el
cual, se cumple el pasaje de la naturaleza a la cultura.

2
En casi todas las sociedades conocidas, con la excepción de algunos casos, como los de los
faraones de Egipto o la antigua nobleza hawaiana, el incesto ha sido siempre severamente
castigado y prohibido. Por ello suele ser ocultado y experimentado como una tragedia por quienes
se entregan a él.

3
Los antropólogos y los sociólogos han aducido tres argumentos para explicar la existencia de esta
interdicción. Lewis Morgan (1818-1881) argumentó que es una manera de proteger a la sociedad
de los efectos nefastos de la consanguinidad. Havelock Ellis y Edward Westermarck (1862-1939)
afirmaron después que la interdicción se explicaba por la sensación de repulsión ante el acto
incestuoso. Émile Durkheim (1858-1917) propuso entenderlo como la supervivencia de un conjunto
de reglas que imponían la exogamia a las sociedades. Freud abordó la cuestión a través de la
tragedia de Edipo, en una carta a Wilhelm Fliess de octubre de 1897.

4
El psicoanálisis le da un lugar central a la prohibición del incesto con los progenitores, aunque en
numerosas sociedades las relaciones que se consideran incestuosas se dan alcanzan a grupos de
parientes que no se reducen al grupo de los miembros de la familia nuclear (padre, madre, hijo,
hija).

2
En su obra “Las estructuras elementales del parentesco” (1949), Levi-Strauss
demuestra que la prohibición del incesto permite realizar el pasaje de la naturaleza
a la cultura 5.

La prohibición del incesto no tiene origen puramente natural o cultural y tampoco


es un compuesto de elementos tomados en parte de la naturaleza y en parte de la
cultura, sino que constituye el movimiento fundamental que posibilita dicho
pasaje o transformación estructural.

Se puede decir que la prohibición del incesto constituye una operación simbólica a
partir de la cual se inaugura la cultura.

¿Por qué?
Porque la idea misma de “parentesco” es socialmente constituida. No hay nada en
la naturaleza que sea del orden del “parentesco” (tener hijos, primos, suegros,
nueras, etc.) en la naturaleza se trata de vínculos de filiación pero no de parentesco.
El parentesco es, en sí, una construcción cultural: es un conjunto de símbolos
creados a partir del hecho de la consanguinidad, que sirve para pensar y actuar en
sociedad. Y, cómo toda construcción simbólica, depende del contexto cultural.
El matrimonio es un tipo de alianza social que, regulada por la prohibición del
incesto, obliga a intercambiar mujeres, es decir, a la exogamia. La prohibición del
incesto es un fenómeno universal que presiona a los grupos humanos a practicar
la exogamia 6.

5
El Tabú del incesto, dice Levi-Strauss, “(…) No tiene un origen puramente cultural ni puramente
natural. No es tampoco una dosificación de elementos compuestos tomados en parte de la
naturaleza y en parte de la cultura. Constituye el trayecto fundamental gracias al cual y sobre todo
en el cual se realiza el pasaje de la naturaleza a la cultura. En este sentido pertenece a la
naturaleza, pues es una condición general de la cultura, y en consecuencia no hay que
sorprenderse de que retenga el carácter formal de la naturaleza, es decir, la universalidad."

6
La exogamia se define en el contexto de los sistemas de parentesco como una regla que rige para
la elección del cónyuge y que prohíbe la relación matrimonial entre los miembros de un mismo
grupo, el que a su vez puede quedar delimitado por la relación de descendencia, por la pertenencia
a una misma tribu, linaje, clan o localidad. La regla, al establecer que el cónyuge obligatoriamente
debe ser elegido entre los miembros de un grupo ajeno al propio, prohíbe un grupo. La situación
inversa se denomina endogamia donde la regla determina el grupo dentro del cual se debe
contraer matrimonio, es decir, impone un grupo específico.
La exogamia es una regla que favorece el enlace entre grupos sociales diferentes. Una de las
explicaciones más generalizadas y aceptadas del tabú de incesto es que surge con el objetivo de
garantizar la exogamia. (Casarse fuera de los propios grupos de parentesco). La exogamia permite
la generación de redes más amplias, se enfatiza el rol del matrimonio en la creación y
mantenimiento de las alianzas, forzando a sus miembros a casarse fuera. Cumple
una función sociopolítica y garantiza la mezcla genética entre grupos.

3
Entre exogamia y prohibición del incesto hay una relación de
complementariedad, ya que ambas son requisitos que regulan el intercambio para
establecer alianzas matrimoniales.
Dicho de otro modo: La prohibición del incesto regula el ejercicio de la
sexualidad, ordenando las relaciones de parentesco, y reglando el intercambio y la
circulación de bienes - en este caso, de las mujeres – e imponiendo la obligación de
exogamia.

Dice Levi-Strauss:
"(…) el fenómeno fundamental que resulta de la prohibición del incesto es
que a partir del momento en que me prohíbo el uso de una mujer, que así
queda disponible para otro hombre, hay en alguna parte un hombre que
renuncia a una mujer que por ese hecho se hace disponible para mí (...)"
"El contenido de la prohibición no se agota en el hecho de la prohibición,
ésta se instaura para garantizar y fundar en forma directa o indirecta, mediata
o inmediata, un intercambio".

En este sentido, la prohibición del incesto permite el pasaje de un hecho de la


naturaleza – las relaciones de consanguinidad – al hecho cultural – el de las alianzas
reguladas por la sociedad.

Según Levi-Strauss:
“La prohibición del incesto constituye precisamente el vínculo de unión entre
una y otra. (…) En efecto, es menos una unión que una transformación o un
pasaje; antes de ella, la cultura aún no existe; con ella, la naturaleza deja de
existir, en el hombre, como reino soberano.”

Entonces, sintetizando lo dicho hasta ahora:

1. La cultura (o civilización) es inaugurada por la prohibición del incesto


2. La prohibición del incesto implica de modo complementario, la obligación
de exogamia, o dicho de otra manera: la prohibición del incesto es la
vertiente negativa de una regla positiva: la obligación de la exogamia.
3. la obligación de exogamia es una ley que regula y ordena los
intercambios entre los sexos

Esta regulación cultural de los intercambios sexuales aleja a la reproducción


humana del las leyes de la naturaleza (acoplamiento y consanguinidad) y la sitúa en
el campo de la cultura (alianza reglada por lo social), permitiendo así el pasaje
del hecho natural de la consanguinidad al hecho cultural de la alianza.

De este modo, la prohibición del incesto regula, reglamenta, cumple el papel


fundamental de la cultura de asegurar la existencia del grupo.

4
El papel primordial de la cultura es asegurar la existencia del grupo como grupo.
Para ello debe sustituir un modo de reproducción basada en el instinto y en el
poder del más fuerte, por una regulación de otro tipo. La regulación de las alianzas
matrimoniales es parte central de cualquier sistema social.

Ahora bien: si desde el punto de vista del desarrollo de la civilización, la prohibición


del incesto es un elemento necesario para el pasaje de la naturaleza a la cultura;
veremos que desde el punto de vista psicológico de cada nuevo sujeto que se
incluye en el mundo social dicha prohibición también debe ser establecida a fin de
situar al individuo en el campo de la ley, es decir, en el campo de las regulaciones
sociales y simbólico-culturales.

La prohibición del incesto no solo es un elemento de la prehistoria de la


humanidad, sino una ley que debe instalarse en cada nuevo individuo que adviene
al mundo, a fin de que se constituya como sujeto psicosocial.

El Tabú del Incesto en Freud: Tó tem y Tabú

Freud abordó la cuestión de la prohibición del incesto a lo largo de toda su obra.


No obstante, es en el escrito denominado “Tótem y Tabú” ” (1912-13), en el que
explora los aspectos de la prohibición relacionados con la prehistoria de la
civilización.
En discusión con científicos de su época, que sostenían diversas hipótesis vinculadas
a qué es lo que da origen a la prohibición del incesto, Freud señala que esta no
tiene su origen en el horror que genera el incesto, sino en el deseo que suscita .
Mediante esta inversión en el razonamiento, Freud inscribe la prohibición en el
corazón de la cultura y en la relación del sujeto con la ley.

En "Totem y Tabú" Freud sostiene que cada uno de nosotros, en función de lo que
denomina herencia arcaica o filogenética 7 , reproduce lo experimentado por la raza
humana en sus diversas etapas históricas. Esto explicaría ciertas características
psicológicas del hombre moderno.
Para rastrear esa herencia arcaica recurre un mito o a una fábula fundacional de la
civilización: supuso que hubo un hecho primordial que llevó al horror al incesto y su
consecuente.

7
El término "filogénesis" designa la evolución de los seres vivos desde la primitiva forma de vida
hasta el desarrollo de la especie en cuestión. Por ejemplo, la filogénesis del hombre abarca desde la
forma de vida más sencilla hasta la aparición del hombre actual. Mientras “filogénesis” se refiere a
la evolución de la especie, “ontogénesis” se refiere al proceso evolutivo de un individuo dentro de
esa especie.

5
La fábula o mito dice mas o menos lo siguiente: la primera estructura social habría
sido la horda primitiva, que estaba gobernada por un macho poderoso, severo y
celoso, quien era el dueño y poseía el acceso a todas las mujeres del grupo. Ante
esta situación, los hijos se habrían confabulado para asesinarlo. Un día, los machos
jóvenes o hijos de la tribu, se rebelaron contra la tiranía del padre: a través de un
acto de violencia colectiva, mataron al padre y se comieron su cadáver. A partir de
esta “cena totémica”, cada uno de los hijos tuvo dentro de sí “un poco del padre”.
Esta “cena totémica” implicó una dimensión simbólica muy importante: no sólo se
habrían comido el cuerpo, sino que principalmente, habrían incorporado sus
atributos espirituales, es decir, se identificaron con el padre. El arrepentimiento y los
sentimientos de culpa que surgieron tras el asesinato los llevaron a instaurar un
nuevo orden social basado en la exogamia, es decir, en la prohibición (o tabú) de
poseer a las mujeres del clan, al tiempo que instauraron el totemismo (o la
prohibición de dar muerte al tótem, figura que sustituye simbólicamente al padre).
El padre una vez asesinado, adquirió más poder y autoridad que cuando estaba
vivo, ya que se instala entre los hijos-hermanos una obediencia retroactiva a la
norma de no acceder a las mujeres del clan. Esta obediencia retroactiva fue posible
por el sentimiento de culpa que se generó luego del asesinato. ¿Por qué se generó
culpa? Porque los hijos no solo odiaban al padre, sino que también lo amaban y
admiraban, es decir, tenían ante esa figura una gran ambivalencia afectiva.

El nuevo orden social instaurado ningún hijo-hermano podía ser el déspota dueño
de todas las mujeres: la prohibición del incesto impedía que los hermanos se peleen
entre sí por las mujeres de su clan, y obligaba a que tuvieran que establecer lazos
con otros clanes para realizar alianzas matrimoniales y reproducirse. Totemismo,
exogamia, prohibición del incesto: tal había sido el modelo común de todas las
religiones, y en particular del monoteísmo.

En esta fábula que Freud desarrolla en Tótem y Tabú, también puede apreciarse el
pasaje de la naturaleza a la cultura: se pasa de la horda primitiva - en la que el
poder era detentado por un padre-tiránico -, a la regulación social en función de la
ley a la cual todos están sometidos de igual manera. No hay nadie que esté por
encima de la ley.
La reglamentación que constituye a la sociedad implica la asunción de una
sexualidad reglamentada, marcada por la prohibición del incesto, y que regula la
circulación de mujeres. El sexo pierde su naturalidad para emerger como una
sexualidad atravesada por el orden simbólico.

¿Cuáles son las consecuencias de este proceso de nuestros ancestros en la


constitución del psiquismo actual?
Son varias: 1. la existencia de la ambivalencia inconsciente hacia la figura paterna,
2. la existencia del deseo incestuoso hacia la madre, y 3. el horror ante esta

6
tendencia, así como la existencia de sentimientos de culpa que engendrarían estas
fantasías. En suma: el Complejo de Edipo.

El complejo de Edipo, dice Freud, es:

“(…) la expresión de dos deseos reprimidos (deseo de incesto, deseo de


matar al padre) contenidos en los dos tabúes propios del totemismo:
prohibición del incesto, prohibición de matar al padre-tótem. En
consecuencia, es universal, ya que expresa las dos grandes prohibiciones
fundadoras de todas las sociedades humanas”.

En síntesis: en Tótem y Tabú Freud construye una fábula que permite comprender
como la ley (la prohibición del incesto) es interiorizada por cada nuevo individuo
que adviene a la cultura, y cuya eficacia está regulada por la culpa. No se trata de
una versión “real” de lo que ocurrió históricamente en el “origen”. De hecho, Freud
no cree que la famosa horda haya existido en ninguna parte: el estado original era
de hecho la forma interiorizada en cada sujeto (la ontogénesis) de una historia
colectiva (la filogénesis) que se repite a lo largo de las generaciones.

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