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PRESENTACION Entre 1934 y 1938, durante su estancia en Brasil, un joven filésofo francés, Claude Lévi-Strauss, descubre la vocacién antropolégica: vocacién que se ira confirmando durante la década de los cuarenta en los Estados Unidos de América. Acabada la Segunda Guerra Mundial el gobierno de Francia decide crear, en México —a partir de una propuesta del distinguido americanista Paul Rivet—, el Instituto Francés de América Latina (IFAL). Precisamente por estos afios la vida universitaria mexicana recibfa el aporte de lo mas granado de la intelectualidad republicana espafiola, generosamente acogida por el presidente Lazaro C4rdenas, y también en esa época la antropologfa mexicana, ilustrada por los trabajos de Alfonso Caso y de Manuel Gamio, se iba conformando institucionalmente. El Instituto Nacional de Antropologfa e Historia (INAH), de reciente creacin, tomaba un papel determinante en la produccién y difusién de los conocimientos antropoldgicos e histéricos y manifestaba, con la creacién de la Escuela Nacional de Antropologfa e Historia (ENAH), la importancia que concedfa a la docencia. Hecho que afios mis tarde el propio Lévi-Strauss recalcarfa en su Informe sobre el lugar de la antropologia entre las ciencias sociales y problemas planteados por su ensefianza, elaborado para la UNESCO en 1954 y en el cual sefialaba el ejemplo mexicano como un modelo a seguir en varios aspectos. ELIFAL, ademas de constituirse en un centro de difusién de la lengua y el pensamiento franceses, llegé a ser un lugar de encuentro: personalidades del mundo universitario e intelectual francés se reunfan ahf con sus hom6logos mexicanos para intercambiar avances de trabajos, restimenes de vroposiciones y teorfas. El habito de las mesas redondas, implantado por Frangois Chevalier, hizo del IFAL un espacio de didlogo para los intelectuales mexicanos, capaz de congregar a quienes en otra parte ni se hubieran saludado. Este papel del IFAL, sin duda ligado a la tradici6n critica francesa, fue mas marcado en las épocas en que México atin era una ciudad relativamente pequefia, la ya legendaria ‘“regién ms transparente”. Ahora que se ha vuelto una metrpoli gigantesca, de casi 17 millones de personas, todas las funciones se multiplican, se sectorializan, se disgregan. A pesar de todo, el IFAL sigue siendo un lugar de debate. Probablemente por este motivo, Héctor Arruabarrena, uno de tantos seguidores apasionados de Lévi-Strauss, propuso a Georges Couffignal, director del IFAL, organizar un homenaje al antropélogo francés en ocasién de su 76 aniversario. La proposiciGn; wagida del afecto que la admiracién despierta en los alumnos de los grandes maestros, merecfa consideracién. No s6lo porque enfocaba la atencién hacia uno de los grandes pensadores contempordneos, sino porque tal iniciativa podrfa abrir una nueva etapa en la larga, y en ocasiones asimétrica, relacién de la antropologfa mexicana con Lévi-Strauss. En 1948 Lévi-Strauss publica su primer libro, La vida familiar y social de Jos indios nambikwara. Se trata de una monograffa sobre uno de los grupos mis primitivos del Mato Grosso. Expone detalladamente y con simpatfa la vida cotidiana, las relaciones entre parientes, las de poder, de guerra, las formas de comercio, las practicas mégicas, las relaciones sexuales, la cosmovisi6n y el sistema de clasificacién simbélica. E] rigor cient{fico gufa la descripcion al contrastar situaciones sociales polares. Por un lado, la vida sedentaria en aldeas temporales, asociada a la actividad agricola de la temporada invernal, que garantiza seguridad en la subsistencia; Por otro, la vida némada en bandas trashumantes que s6lo subsisten Pprecariamente con base en la recoleccién durante la época de verano. A finales de 1949 se edita su tesis de doctorado, Las estructuras elementales del parentesco, en la que los principios fundamentales del estructuralismo se van conformando, al demostrar la existencia de reglas en el campo parental, donde la antropologia no habia logrado superar la percepcion de arbitrariedad, En efecto, si bien el hombre es un ser natural, se distingue de todos los demas por la interdiccién establecida de manera universal de unirse en matrimonio con un determinado grupo de parientes. Las uniones matrimoniales se llevan a cabo de acuerdo a reglas que varfan segtin las sociedades pero resultan siempre presentes, imperativas en tanto reglas inconscientes. Las mujeres son cedidas por un grupo a otro, para ocupar el lugar de esposas, originandose entonces una deuda del grupo de los maridos frente al grupo de los padres o hermanos. Estos tiltimos recibiran en un momento 0 en otro (intercambio simulténeo o diferido) esposas que provienen del grupo anteriormente receptor (intercambio restringido) o de otro grupo (intercambio generalizado). La investigacién exhibe varios sistemas de intercambio matrimonial y, en lugar de proporcionar una explicacion particular para cada uno de ellos, plantea un Principio que los integra a todos: el intercambio, contraparte de la prohibicion del incesto. Muestra, finalmente, que dichos sistemas se pueden reducir a tres estructuras elementales de parentesco. Tal organizaci6n tiende a asegurar el mantenimiento del grupo y, como tal, constituye una Tespuesta especfficamente cultural a las exigencias naturales, Las aportaciones de la antropologfa norteamericana, de la escuela de antropologfa social britanica, de la sociologfa francesa y las innovaciones desarrolladas en el campo de la lingiifstica por los seguidores de los formalistas rusos, agrupados en el Cfrculo de Praga, se combinan en un sistema anal{tico e interpretativo nuevo. Suma de influencias y de herencias intelectuales en la que se entretejen recuerdos de Boas, Kroeber, Durkheim, Mauss, Radcliffe-Brown y Jakobson, el libro establece las bases de un nuevo método de conocimiento en la antropologfa. El propio Lévi-Strauss envié un ejemplar autografiado a la Biblioteca del INAH de México. En Francia s6lo un pequefio grupo de intelectuales se percaté de la importancia de la publicaci6n, entre ellos Simone de Beauvoir quien resefié el libro para la revista Les Temps Modernes. En la Universidad de Leiden, de Josselin de Jong —padre de la escuela de antropologfa estructural holandesa—, coordiné de inmediato, en 1950, un seminario intensivo con estudiantes graduados, que serfa capital para la difusi6n de la obra de Lévi-Strauss en el mundo anglosaj6n. Uno de los participantes fue Rodney Needham (quien, junto con Edmund Leach, se constituy6 en introductor del estructuralismo en Gran Bretafia), y el propio de Josselin de Jong publicé en 1952 un largo comentario critico en inglés sobre Las estructuras. Dicha obra permitié a Lévi-Strauss acceder en Francia a la docencia de m4ximo nivel. En 1950 fue nombrado director de estudios en la Ecole Pratique des Hautes Etudes en donde se le confié la cétedra de “Religiones comparadas de los pueblos sin escritura” y en 1959 serfa designado titular de la cdtedra de “Antropologia social” en el Collége de France. El libro Tristes trépicos (1955) relata el itinerario intelectual que convirtié al profesor de filosoffa en etndgrafo. Lévi-Strauss nos hace compartir algunos de sus primeros viajes de estudio en el Brasil central. La descripci6n etnogrdfica va tomando cuerpo poco a poco en la pluma de un intelectual occidental. La belleza sencilla de una obra escrita a partir de apuntes de campo y de reflexiones produce una simpatfa entre el lector y esos hombres nambikwara, tup{-kawaib. . . , tan alejados y en el fondo tan cercanos. En 1958 el gran publico lee Antropologia estructural, conjunto de artfculos en los que se ponfan a su alcance propuestas para una nueva antropologfa. Frente a las interrogaciones y las crfticas, Lévi-Strauss presenta y defiende el método estructural; lo aplica a la etnologfa, pero muestra también sus rafces en la lingiifstica y su fecundidad para el estudio de otros objetos tradicionalmente reservados a la estética y a la psicologia. Como lo escribird posteriormente, el titulo de este libro “tenia valor de manifiesto”. De hecho el pensamiento estructuralista iba a alimentar en Francia y en el mundo, por una década y media, apasionadas controversias, principalmente entre antropélogos, socidlogos y filésofos, algunos de ellos partidarios del materialismo hist6rico. El totemismo en la actualidad y El pensamiento salvaje, aparecidos en 1962, constituyen un momento eminentemente teérico: Lévi-Strauss pretende bosquejar una teorfa de las superestructuras. A partir de las clasificaciones de los fenémenos naturales, sociales y cosmoldégicos, de las representaciones mfticas y de las conductas parentales intenta revelar la profunda congruencia légica y el cardcter sistematico del pensamiento “salvaje”. Si su demostracién no agota el tema, sf agrieta de manera irreversible la asociaci6n comGn entre pensamiento mitico y primitivismo. A pesar del interés tradicional de los intelectuales mexicanos por las tendencias del pensamiento francés, la antropologia no se vinculé en seguida con los planteamientos lévi-straussianos. Ni las traducciones al espafiol de las obras del maestro francés -emprendidas desde 1964 por el Fondo de Cultura Econémica (FCE) y proseguidas pronto por la editorial Siglo XXI_, ni los contados articulos consagrados a Lévi-Strauss publicados en la década de los sesenta, como “Lévi-Strauss y la pianola” de Tomés Segovia en la Revista de Bellas Artes (1968) 0 “Sociologfa y estructuralismo” de Gabriel Careaga en 11 la Revista Mexicana de Ciencias Politicas, lograron despertar la atenci6n de los intelectuales mexicanos. El desinterés, cuando no hostilidad, hacia las proposiciones estructuralistas fue tan marcado que el profesor Ricardo Ferré, quien en 1967 centraba su docencia sobre la obra Antropologia estructural, fue prdcticamente despedido por el cuerpo de maestros de la ENAH con el argumento de que el nivel era demasiado alto para que los alumnos lo entendieran. Los acontecimientos de finales de los sesenta, y particularmente de 1968 arrojaron a la mayorfa de los jévenes antropélogos mexicanos hacia el marxismo y como por estas épocas florecfan las criticas izquierdistas a Lévi-Strauss, esta generacién qued6 alejada de un conocimiento directo de la obra del antropélogo francés: s6lo supo de ella por las referencias de sus detractores. En estos afios los antropélogos maduros rechazaban a Lévi-Strauss calificéndolo de idealista, de metaffsico, como lo ilustra el articulo “Una critica al estructuralismo de Lévi-Strauss”, publicado en la revista Comunidad (1969) por Angel Palerm —figura constitutiva de la antropologfa mexicana contemporanea. En un tono semejante, el articulo “Estructuralismo e historia” de Adolfo S4nchez Vazquez, publicado en Estructuralismo y marxismo (1970), circunscribfa la validez del andlisis estructural a las sociedades primitivas, “que no evolucionan, que se repiten” y lo acusaba de realizar, en el caso de las sociedades cambiantes, la destrucci6n de Ja historia al sustituir la “unidad genética” por la “unidad formal”. La valiente, aunque un poco tardfa, respuesta de Ivan Zavala a ambos articulos (“Lévi-Strauss, en México”, Estudios politicos, 1, 1975:79-94) pas practicamente inadvertida para los antropdlogos. La presentaci6n de algunas tesis universitarias, como la de Félix Baez en la Universidad Veracruzana en 1972, consagrada al estudio de los zoque-popolucas, en la cual se reconoce explicitamente la filiacién Iévi-straussiana, o la del propio Ivan Zavala, El métoda estructuralista de Claude Lévi-Strauss, sostenida en la Universidad Nacional Aut6noma de México (UNAM) en 1974, constituyé el preludio de una ola de publicaciones y artfculos que ya podfan ser confrontados con una lectura de los textos a esta sazOn traducidos, tanto en ediciones mexicanas como argentinas. El libro de Octavio Paz, Claude Lévi-Strauss o el nuevo Sestin de Esopo (1972), y el de Ivan Zavala, Lévi-Strauss (1977), marcai los hitos de un interés intelectual imposible de soslayar y que no tardarfa en reflejarse en la docencia antropolégica. Mientras tanto la labor de Lévi-Strauss segufa consolidandose con la publicacion de Métoldgicas, una obra monumental dividida en cuatro voltimenes en donde se ponen en practica los Postulados analfticos sobre la légica de las cualidades sensibles, establecidos en trabajos precedentes. En Lo crudo y lo cocido (1964) se emprende, con un plan inspirado en el discurso musical, el andlisis de un conjunto m{tico de Sudamérica. Se esclarece, entre otras cosas, que su tema central es la relacién naturaleza-cultura. El jaguar ~—tnico depredador que compite con los hombres en la América tropical, que caza con sus garras y come carne cruda— es colocado en la posicién de donador del fuego, el arco y las flechas a los hombres, quienes, en contrapartida por esos bienes.culturales le entregan el don més preciado: mujeres en calidad de esposas y lo convierten, asf, en cufiado. De la miel a las cenizas (1966) enfatiza la existencia de leyes de oposicién binaria Preexistentes a la percepci6n de los objetos de 1a naturaleza, los cuales, en una segunda instancia, ocuparfan los lugares que aquéllas determinan. Con el tema de la miel, elemento de la naturaleza, y las cenizas del tabaco quemado, que se ubican mAs all4 de la cultura, se pone de manifiesto la ligazon formal de los mitos entre sf. La preocupaci6n de El origen de las maneras de mesa (1968) se ubica en los contornos de la cocina. Se desarrolla la vinculacién de dos tridngulos culinarios que se fundamentan en la oposicién naturaleza-cultura: el de lo crudo, lo cocido y lo podrido, por una parte, y el de lo asado, lo hervido y lo ahumado, por otra. En El hombre desnudo (1971) se establecen las relaciones de homologtfa, inversion y desplazamiento entre los mitos del 4rea sudamericana y los del rea de Norteamérica. Se aclara cuales son los zoemas (especies animales que funcionan como operadores I6gicos) que, por sus caracteristicas ffsicas, pueden conjuntar en sf mismos oposiciones binarias (la mantarraya, la ardilla, la mariposa, la hormiga, la abeja). Se concluye con la afirmacién de un solo universo mitico para las dos Areas e, incluso, de un mito unico, Finalmente, se postulan las semejanzas y diferencias de procedimientos sem4nticos entre la mitologfa, la lengua, la mdsica y las matemiticas. El afio 1973 vefa la publicaci6n de una segunda Antropologia estructural, tftulo casi polémico en Francia, donde las ciencias humanas profundamente marcadas por los acontecimientos de 1968 daban la espalda a planteamientos que no fueran de inspiracién marxista. En esta obra se propone una definicién del campo de la antropologfa; se discuten algunos problemas teGricos ligados a la organizaci6n social y al estudio de los hechos de Parentesco. Los mitos 0 las variantes de un mismo mito se pueden reducir, por medio del anilisis, a unos cuantos estados de una matriz elemental. Se reflexiona, a la luz de casos norteamericanos, sobre la correspondencia entre ritual y pensamicnto mftico. A las buenas intenciones declaradas de la UNESCO, sc contesta proponiendo algunos criterios cientfficos para la organizacién de la investigacién y la ensefianza de las ciencias sociales y humanas. Lévi-Strauss llama la atencién sobre la diversidad cultural yel significado del “desarrollo” y, finalmente, en “Raza e historia”, sostiene las propuestas antietnocéntricas derivadas de los descubrimientos de las disciplinas antropoldgicas. El mismo afio, la Academia Francesa elegfa a Lévi-Strauss, consagrando la “inmortalidad” de su obra. La presencia de Lévi-Strauss en la antropologia atin después de 1968 ya no permitia seguir reduciendo su trabajo a planteamientos “intelectualistas” o “ahistoricos”. Se volvia inevitable leerlo y estudiarlo. Eso fue lo que ocurrié en México, En este sentido conviene sefialar entre las labores pioneras el curso sobre Las estructuras elementales del parentesco que Francois Lartigue impartiéd en 1969 en la Universidad Iberoamericana. Posteriormente, en 1974, la UNAM inauguré en su Facultad de Ciencias Polfticas y Sociales un seminario consagrado a la obra de Lévi-Straus a cargo de Ivan Zavala. Para 1976 en la ENAH Jesds Jéuregui dicté por primera vez un curso de teorfa del parentesco desde la perspectiva lévi-straussiana y, en 1977 en colaboracién con Juan Castaingts, el correspondiente a El totemismo en la actualidad, El pensamiento salvaje y las Mitolégicas. Asimismo, en 1978, Roberto Varela inicid un curso general sobre estructuralismo en el Departamento de Antropologfa de la Universidad Aut6noma Metropolitana (UAM). En este mismo afio, con el titulo Mito y significado se publican cinco conferencias (Massey Lectures), impartidas en Canad4; en ellas Lévi-Strauss prolonga y precisa sus posiciones en torno a la relacién de los mitos con la ciencia, la historia y la mGsica, buscando afinar su comprensi6n de las semejanzas y diferencias entre el pensamiento “salvaje” y el “‘civilizado”. Entonces fue cuando la UNAM —con ocasién del cincuentenario de su autonomia —decidié otorgar el tftulo de doctor honoris causa a Lévi-Strauss, quien realiz6 en febrero de 1979 un viaje a este pafs para recibir dicha distincién. El padre del estructuralismo dedicé sus primeras horas en tierra mexicana a un exhaustivo recorrido por el Museo Nacional de Antropologfa de la ciudad de México. Su gran interés por las culturas prehispdnicas lo condujo, en los siguientes dfas, a recorridos arqueolégicos por el Templo Mayor de Tenochtitlan, Tula, Teotihuacan y Cholula. Entre otras actividades universitarias dicté, en la Facultad de Filosoffa y Letras, una conferencia sobre las diferencias funcionales y las semejanzas formales entre el mito y el cuento.* En el Instituto de Investigaciones Antropoldgicas de la UNAM se reuni6 con sus colegas locales para exporier detalladamente su recién forjado concepto de casa y plantear la posibilidad de su aplicacién en la realidad parental de Mesoamérica. Todavfa queda en la memoria de muchos antrop6logos mexicanos el recuerdo de la incansable cortesfa mostrada durante la discusi6n. A su regreso de un viaje por la region maya, no obstante la sugerencia contraria de algunos de sus anfitriones universitarios, Lévi-Strauss accedi6 a realizar un debate abierto en la ENAH, entonces instalada en un ala del Museo, que en esta ocasién se abarroté de curiosos, seguidores y detractores. Muy pronto surgieron preguntas sobre su relacién con Marx y la posible homologfa de su obra con El Capital; su posicién con respecto al psicoandlisis y particularmente a Lacan; su relaci6n con Foucault y Althusser; la coherencia de su aplicaci6n del método lingiifstico. La actitud jovial y abierta del maestro, la sutil y rigurosa organizaci6n de sus argumentos acabaron por desarmar las animadversiones partidarias y hoy en dfa esta visita se cuenta entre las horas memorables de la antropologfa en México. El libro que Lévi-Straus publica el mismo afio, La via de las mdscaras (1979), presenta un andlisis de las mascaras de los grupos indfgenas de la Columbia Briténica. Vincula los elementos de esos rostros con los mitos, el ritual, la economfa y la organizaci6n social. Extiende a las obras de arte el método que postula que una mascara no puede interpretarse en sf misma y por sf misma, como un objeto aislado, sino que s6lo adquiere sentido en el grupo de transformaciones donde sus caracterfsticas pldsticas asumen una individualidad al transmitir un mensaje que otras mascaras se encargan de vehicular en la misma cultura o en culturas vecinas. Con una posicién declaradamente antifuncionalista, sostene que una cultura no se puede explicar aisladamente, sino que tiene que ser ubicada en el complejo cultural del que forma parte. Arrancando de los problemas planteados por la * La traduccién al espafiol de dicha conferencia se incluye, a manera de epflogo, al final del pre- sente libro. : organizaci6n social de los kwakiutl, Lévi-Strauss propone, para las sociedades cuyas unidades parentales no se pueden definir como familias, ni clanes 0 linajes, el concepto de casa, En la casa se intersectan los tres tipos de filiacién (unilineal, bilineal e indiferenciada), los principios de endogamia y exogamia no son mutuamente excluyentes y se entrelazan el derecho hereditario de sucesi6n y el conferido por el voto. En México, a principios de los ochenta, algunos antropélogos habfan tebasado el nivel de discusi6n “abstracta” que prevalecia durante los setenta y procedieron a realizar investigaciones sobre los campos privilegiados del pensamiento de Lévi-Strauss: el parentesco, los mitos, los rituales, la misica. . . Para estos j6venes intelectuales el acceso al estructuralismo se habja dado a contracorriente y en una época en que ya “habia pasado de moda”. Estas condiciones fueron, quiz4, las que permitieron un acercamiento més sereno y una lectura anclada en la problematica propiamente antropolégica, mas que en el discurso filoséfico o polftico. El seminario que t impartiéd Yves-Marie Gourio en el IFAL en 1982 en torno a algunos grandes textos de Lévi-Strauss fue testigo del interés del piblico intelectual mexicano | | por el antropélogo francés. Un nuevo libro de Lévi-Strauss, La mirada distante (1983) que recoge artfculos y conferencias de los afios setenta y principios de los ochenta, podria ser una tercera antropologia estructural ‘“‘a la manera de stretta’”’, por su tematica, ya que volvemos a encontrar andlisis de configuraciones miticas, la discusién en tomo a varios temas de parentesco, un acercamiento estructural al arte. La forma es la del didlogo: Lévi-Strauss conversa con la sociobiologia y con la psicologia, apuntando la genética de las poblaciones como una disciplina prometedora; contesta a la critica antropolégica anglosajona y aclara algunos aspectos de su pensamiento a veces mal interpretado por haber tenido que expresarse directamente en inglés. Finalmente, homenajea a grandes colegas, como Roger Bastide, Emile Benveniste y Roman Jakobson. Palabras. dadas (1984) publica el resumen de los cursos impartidos de 1951 a 1982; armazén del edificio que constituye su obra. Reencontramos, a veces en estado de hipétesis, de demostracién inacabada o ya consolidada, a veces en forma de intuicién o de nota marginal, los elementos que sus libros han Ilevado a la madurez. Estos textos nos abren el sal6n de clase —uno de los laboratorios del etndlogo— y nos enteramos de “palabras” ain no publicadas: “El porvenir de la etnologia”, “‘Canibalismo y disfraz ritual”, “Orden y desorden de la tradicién oral”. . . Bajo el punto de vista del concepto de casa, emprendemos un recorrido por los sistemas de parentesco de Melanesia, Micronesia, Polinesia y Africa. Es de particular interés la critica de Lévi-Strauss, ahora explicita y directa, a los tericos britdnicos de la filiaci6n. Con Lévi-Strauss la antropologfa encontr6, por vez primera, un método basado en conceptos te6ricos que ha logrado superar el empirismo. En su obra —de impresionante erudicién, profunda coherencia y fecunda continuidad— el maestro ha llegado a comprender la diversidad de las culturas al establecer invariantes estructurales. Ha descubierto, asf, leyes mas alld de la actividad consciente a través de las formas sociales mds variadas. Articula un vasto material etnografico, acumulado por varios siglos de observaci6n de los pueblos, en un conjunto de propiedades universales. No ~ 15 s6lo supera el trabajo monogréfico, sino, baséndose siempre en él, acerca desde su interior a sociedades alejadas entre sf. De esta manera permite el avance en la comprensién de las sociedades humanas, a la que no habian accedido ni la “historia conjetural” ni el difusionismo. A partir de sus demostraciones el hombre debe ser reubicado humildemente en Ia naturaleza desde la cultura, abandonando la arrogancia de los humanismos fincados en la ilusi6n de la libertad y la omnipotencia. Proponer, a finales de 1984, un homenaje a Lévi-Strauss era poner de manifiesto la vinculacién, ya consumada, de la antropologfa mexicana con el pensador estructuralista. Era también abrir un foro a la presentacién publica y al recuento de los trabajos que jévenes, y no tan j6venes, irivestigadores mexicanos y extranjeros habfan venido realizando aisladamente. Era una manera de contestar desde la regi6n mesoamericana —la Gnica gran zona de este continente no abordada en su obra —a la dltima publicacién del maestro: Paroles données. Por esto se llamé el simposio “Palabras devueltas”, sefial de reciprocidad que reconocfa abiertamente la aportaci6n de las teorfas de Lévi-Strauss en la antropologfa del siglo xx. Asf fue como el IFAL convocé a las instituciones académicas de México a participar en un simposio organizado para los dfas 27, 28 y 29 de noviembre de 1984. La respuesta fue inmediata y entusiasta: las instituciones que inscribieron ponentes fueron el INAH, la ENAH, el Departamento de Etnologia y Antropologia Social del INAH, el Instituto Nacional Indigenista, el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropologia Social, la Facultad de Filosofia y Letras y la Facultad de Ciencias Politicas y Sociales de la UNAM, la UAM (unidades Azcapotzalco e Iztapalapa), la Facultad de Antropologia de la Universidad Veracruzana, el Instituto Politécnico Nacional, la Escuela Freudiana de México, el Circulo de Estudios Antropoldgicos e Histéricos, el Colegio de Antropologia de la Universidad de Puebla, el Laboratorio de Antropologia Social de Buenos Aires y el Centre d’Etudes Mexicaines et Centraméricaines. Los intelectuales que en México trabajaban en torno a la obra de Lévi-Strauss, generalmente sin mucha conexién entre si, iban por fin a reunirse. Claude Lévi-Strauss no pudo asistir al simposio, como lo hubieran deseado los participantes y los organizadores, pero les dirigié una carta de saludo y agradecimiento que se incluye en esta publicaci6n. El sefior Bernard Bochet, embajador de Francia en México, inauguré el evento sefialando su propia experiencia de lector, no especialista por cierto, pero sf cautivado por las proposiciones del homenajeado. Veinticuatro expositores presentaron sus comunicaciones ante un piblico numeroso. La silueta ligeramente encorvada del profesor del Collége de France, motivo principal del cartel producido en esta ocasion por el IFAL y el INAH, rodeaba a los asistentes como una evocaci6n del maestro admirado. Se designaron como editores de la publicaci6n resultante del simposio a Yves-Marie Gourio y Jestis Jduregui, apoyados por un Comité de Lectura integrado por Le6n Ferrer, Cécile Gilbert, Nicole Giron, Mariv-Odile Marion y Dominique Michelet. Con excepcién de dos ponencias, se publican todas las comunicaciones presentadas en el simposio, mas una que se habfa aceptado para sustituir alguna eventual ausencia de Altima hora. Las opiniones vertidas en esta obra colectiva son las de cada autor y corresponden a su particular entendimiento del estructuralismo; por lo tanto, no comprometen en manera alguna la responsabilidad de los editores. Si transcurrié més de un afio entre esos tres dfas de homenaje y laentrega del manuscrito a la imprenta, no es s6lo porque uno se siente menos vulnerable al hablar que al escribir; es también porque esa reunién de noviembre de 1984 agrupé a intelectuales de horizontes, de pafses y de terrenos tan diversos que la redaccion de este “nuevo capitulo” de la antropologfa exigib, en ocasiones, volver a buscar a sus autores. Habfa, en efecto, entre ellos quienes habfan vuelto a sus campos o quienes no habian pensado publicar. Muchos, después de haber hablado con aplomo, nos Pusimos a repensar y en ocasiones a corregir lo escrito, lamentando no encontrar en la hoja la entonacién, el ritmo o la mfmica adecuados. Habfa que transformar un ritual académico —fundamentalmente oral— en letra impresa. Asif, el plazo para la edici6n se volvié tiempo para la reflexién. Esta obra no expresa simplemente unos dias de efervescencia. Es el resultado de reflexiones nacidas, revividas o consolidadas en la confrontacién. Puede ser que abra horizontes, que consagre alianzas sobre terrenos comunes © que consume divergencias: no se han dicho cosas indiferentes. La agrupacién en cuatro apartados —simbolismo, parentesco y organizacion social, el comentario y la critica— es una de las posibles formas de afrontar la heterogeneidad de contribuciones cuyo tema fue dejado a la opcion de los Ponentes. Creemos que este libro es una verdad aproximada del evento y deseamos que como tal tome su lugar en el seno de la “inmensa mentira de la civilizaci6n”. Nicole GIRON Yves-Marie GOURIO Jestis JAUREGUI

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