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Intervenci6n socioeducativa en comu- nidades locales. Andrés Escarbajal de Haro. Universidad de Murcic Introduccién-justificacién “Nuestras vecindades son naciones pequefias y subdesarrolladas, Son propie- dad, en general, de personas de afuera, que las consideran como inversiones pro- vechosas, El dinero local es puesto en instituciones financieras que lo invierten fuera de la economia local. Las agencias decomunicaciones pertenecen acorpora- ciones multinacionales que dan pocas noticias sobre asuntos locales y que limi tan las posibilidades de la comunicacién interna o del intercambio de informacién con otras comunidades, La noticia local es secundaria frente a la cobertura internacional; es mucho més facil saber lo que ocurre en la mitad del mundo que lo relativo a otra parte de nuestra propia vecindad” (MORRIS y HESS, 1978: 23) Segiin este texto, debemos alejar- nos de cualquier intento de diluir el poder yelempuje de las comunidades localesen teorfas y pricticas que entroncan directa- mente con la filosofia de “aldea global”. Cuando ocurre que, efectivamente, los barrios quedan fagocitados por la cultura dominante, entre otras razones, la mas importante es la faltade independenciade aquellos para autogestionar, para decidir la politica de su propio desarrollo. Es necesario ¢ ineludible, por tanto, que los barrios y comunidades locales retomen el protagonismo que nunea debieron perder en favor de las macroplaniticaciones Parece demostrado que el aiio 68 mareé algunas fronteras claras: el final de una larga postguerra mundial, el despe- gue econdmico de los paises industriali- zados y, al mismo tiempo, fue también el inicio de agitaciones y movimientos so- ciales reivindicativos. Por ello, a partir de ese afio, las politicas econémicas apare- cfan maquilladas con planteamientos de bienestar social, atenciéna marginados, y otras cuestiones compensadoras que evi- tasen los desajustes provocados por, pre- cisamente, las planificaciones macroeco- némicas. Cada pafs puso en prictica pro- gramas de salud, terceraedad, drogodepen dencias, etc, tendentes a “mejorar la cali- dad de vida de sus ciudadanos”. Sin em- bargo, y como bien apunta el tiltimo in- forme del Club de Roma, las fuerzas del mercado producen peligrosos efectos se- cundarios porque no se fundamentan en el interés general. La especulacién ciera internacional s6lo busca el benefi- cio a corto plazo, escapindose de las propias manos de quienes la pusieron en marcha y convirtiéndose s6lo en progra- masde ordenadores que dirigen al mundo (KING y SCHNEIDER, 1992; 35), La recomendacién de estos autores es que el nuevo modelo de desarrollo que se im- plante olvide planteamientos de ayuda y los sustituya por otros de asociacién, so- bre todo en el émbito local. an- 33 34 Intervencién socioeducativa en comunidades locales Peoacocin Socit, I Por ello, consideramos que los pro- blemas de salud, medio ambiente, marginacién, etc., forman un nudo tan estrecho que es pricticamente imposible disefiar programas para combatir cada uno de esos problemas. Es necesario e ineludible, por el contrario, disefiar pro- gramas de desarrollo comunitario globa- les y contextualizados, olvidéndonos de las macroplanificaciones mundiales y de los macroorganismos. Una via de solu- cién puede serconcebida desde las corpo- raciones locales y los barrios, Los orga- nismos mundiales trabajan (mucho, di- cen) para erradicarlos problemas anterio- res, pero alguien se podria preguntar por el coste real de las miles de horas de los miles de funcionarios, con sus miles de reuniones y comidas de trabajo en rela- cién a los resultados obtenidos. Puede que, sinentraren demagogias, se hable de despilfarro, Hay que hablar menos de los problemas y actuar mas paraerradicarlos, yesto se consigue con programas concre- toscircunscritos a lugares y espacios muy determinados. Ast habrd un mejor apro- vechamiento de los recursos y una mas clara direccién hacia soluciones especifi- cas comunitarios. No olvidemos que los gobiernos, en general, son reacios a los movimientos populares porque no les gusta la critica y, ademas, las soluciones anteriores harfan innecesario el rol paternalista de aquéllos. La democracia surgida tras la Segunda Guerra Mundial, apoyada en Ios mass-media, no tiene otra obsesién que convencernos de que somos nosotros quienes queremos lo que ellos quieren, Deahf que cuando las comunida- des locales quieran asociarse para solucio- nar sus problemas y hablar de su propio desarrollo aparezea la palabra utopfa. En este sentido, la Historia nos ha demostra- doque laciudad, como territorio habitado porunconjunto de seres humanos organi- zados, ha sido el modelo de utopia reali- zable adoptado por Platén, Tomas Moro, Rabelais y Fourier (FRIEDMAN, 1977 97-98). Y habria que recordar que paternalista es quien toma decisiones por otros, con consecuencias para esos otros y, ademas, elude la responsabilidad de tales decisiones, En democracia, los que deciden deben aceptar el riesgo y la res- ponsabilidad Yona FRIEDMAN (1977: 53), para explicar por qué los dirigentes estatales internacionales lanzan mensajes y plani- ficaciones que no llegan nitidamente a los. barrios y pueblos, habla del “‘sindrome de Babel”: los medios técnicos parecfan per- fectos, habjaexpertos constructores, pero, cuando la torre alcanz6 un nivel elevado, las informaciones y decisiones emanadas desde la ctispide eran recibidas de manera distorsionada, El resultado ya es conoci- do. Pues bien, sostiene nuestra autora que Jomismo sucedeen las comunidades post- industriales: no hay informacién ni co- municacién entre quienes gobiernan y son gobernados. Los gobiernos ‘“cono- cen” Jas estadisticas, mientras que las comunidades locales o de barrio son mas conscientes de sus problemas e inquietu- des. Noextrafia que los gobernantes de un pais prefieran lapolitica internacional ala realidad del propio pais. Alexis de Tocqueville, después de ajar por la Norteamérica del XIX, escri- bia que lo mas impresionante de lo perci bido era la ventaja de contar con institu- ciones locales democriticas y operativas para el poderoso desarrollo de un pais. ‘Tesis que ratificé Thomas Jefferson cuan- do asenté su sistema politico en el hecho Peoacoals Sociat 11 de que la mayor parte del poder y respon- sabilidad permaneciese dentro de los If- mites locales comunitarios (MORRIS y HESS, 1978: 97). Sin embargo, entiénda- se que no estamos defendiendo un Jiderazgo local, sino una democracia ba- sadaen la participacién ciudadana como plataforma real para la autonomfa local. Cuando los ciudadanos, gran parte de ellos, participa en el desarrollo de su comunidad, se dan las condiciones parala democracia territorial y la autonomia ve- cinal. 1. El desarrollo comunitario. Se aplica este término tanto para hacer referencia al fin que se quiere con- seguir como a los medios para lograrlo 0, dicho con otras palabras, se emplea tanto como filosofia que como metodologia. Y se complica la cuestién cuando, ademas, encontramos en el mercado bibliogrifico y de pensamiento acepciones que seria muy dificil diferenciar con respecto al Desarrollo Comunitario: Investigacién- Accién, Pedagogia Comunitaria, Investi- gacién Participativa, Pedagogia Comuni- taria, Desarrollo Local, Animacién Sociocultural. Lo que parece claro es que el con- cepto de Desarrollo Comunitario retoma, encierto modo, la tradici6n de este térmi- no acuitado en los afios cincuenta en los paises nérdicos a través de las “teorfas residuales” o del “capital humano” y la escuela francesa de Economia y Huma- nismo, aunque ésta iltima matiza a la anterior al afiadir la filosoffa humanista, Segiin LEBRET, maximo exponente de esta escuela en aquellos afios, no se trata- ria de “tener ms” sino de “ser cada vez més”, realzar las cualidades de la persona sarbajal de Haro en contacto con sus semejantes ante la deshumanizacin que suponfa el empuje de los planteamientos de tipo econémico (LEBRET, 1961, ANDER-EGG, 1987 33-34), Se busca, sobre todo, el cambio cualitativo en las personas y no el desa- rrollo econémico, aunque no se discute éste. Asi las cosas, Ia concepeién sobre Desarrollo Comunitario que parece mas aceptadaesaquella que loconsideracomo “un proceso destinado a crear condicio- nes de progres econémico y social para toda la comunidad, con la participacién activa de ésta y la mayor confianza posi- ble en su iniciativa “ (ANDER-EGG, 1987: 49-50). Por su parte, Marco MARCHIONI recoge esta definicién de comunidad ela~ borada por OGBURN y NIMKOFF: “Or- ganizacién total de la vida social dentro de un 4rea limitada, La comunidad es el centro de 1a actividad del grupo, de la organizacién institucional y del desarro- Ilo de la personalidad” (MARCHIONI, 1989: 68). De esta y otras definiciones, este autor destaca cuatro elementos esen- ciales en toda comunidad: a) Blterritorio. b) La poblacién. ¢) Lademanda, los problemas y necesi- dades. d) Los recursos disponibles. EI territorio es el espacio donde toman cuerpo las realidades que determi- nan el modo de vida de la poblas por tanto, una entidad fisica y social don- de afloran conflictos, contradicciones, etc. Es un factor fundamental en el trabajo social, pues en él se da la configuracién que los habitantes han elaborado a través del tiempo. ~ 85 36 Intervencién socioeducativa en comunidades locales a poblacién, con todos sus indicadores sociolégicos, es otro factor a tener en cuenta en el Desarrollo Comuni- tario, Sino conocemos cémo es la pobla- cidn de un territorio no sabremos cémo planificar. ‘La demanda, tanto la latente como Ja manifiesta, la actual como la futura, objetivay subjetiva, esel punto de partida de Ia actividad sobre un territorio. Por iiltimo, los recursos, teniendo en cuenta lo que nos dice MARCHIONI, que la propia comunidad y sus miembros son el primer recurso con el que debemos contar. Después, iremos a los recursos més tangibles: locales, instituciones, subvenciones piiblicas y privadas, ete Evidentemente, es un punto a tener en cuenta, porque ya se sabe: sin recursos no hay posibilidad de ejecutar ta planifica- cidn, Las poderosas leyes educativas en Espafia, como la Ley General de Educa- cidn de 1970, han sucumbido, fundamentalmente, por la falta de recur- sos. Eneste apartado, y como unaalterna- tiva, MARCHIONI proponecontarconel voluntariado, pero haciendo hincapié en que la labor de estas personas no debe ser entendida en sentido paternalista, sino como compromiso social con la propia comunidad de la que se es parte. Naturalmente, la mejor compensacién paraestos voluntarioses ver que suaporta- ci6n es considerada y tiene fruto en la comunidad (MARCHIONI, 1989: 69-83). Por tanto, el Desarrollo Comunita- rio es una accién coordinada que, en res- puesta a las necesidades sociales, trata de organizarauna comunidad en lasolucién de sus propios problemas (REZSOHAZY, 1988: 18). Tendrfa los siguientes objeti- vos: Peoscocia Soci 1 a) Crear las condiciones necesarias para que se dé la autoconstruecién de una comunidad, con estilo personal y au- tonomia. b) Organizaciénde grupos populares den- tro de la comunidad. ¢) Coordinacién de todos los recursos comunitarios en un proyecto global y comin d) Fundamentar el proyecto en la partici- pacién comunitaria (ALCAZAR, ARGUINBAN, PONS y ROIG, 1989: 11). Alguna autora (LOPEZ de CEBALLOS, 1989: 30-32) ha identificado tres tipos de Desarrollo Comunitario: a) Horizontal. - También Hamado Pun- tual, se aplicaeste término cuando una comunidad se autodesarrolla de ma- nera endégena, sin intermediarios. Ya fue expuesto por LAPORTA en 1979, pero parece dificil que pueda haber autodesarrollo sin trabajo previo de animadores 0 educadores sociales im- plicados en el mismo. b) Balistico. - Consiste en dar muchas ayudas y recursos a una comunidad para su desarrollo. Hay un primer mo- mento de éxito (trayectoria ascenden- te de la bala), pero pronto la comuni- dad no puede digerir tantos elementos externos ni asumir el autodesarrollo cuando las ayudas se retiran, comen- zando entonces la trayectoria descen- dente de la bala. ©) Galictico. - Como su nombre indica, se trata de inyectar en la comunidad unared de relaciones sociales, proyec- tos,etc., asumidos por todos los impli- cados y actores y sostenido por ellos mismos, La comunidad asume su pro- pio desarrollo y establece sus objeti- vos sin depender de ayudas exteriores Peoscosts Socwe 11 (aunque tampoco se descartan). Elcon- trol y gestién de los procesos es com- petencia de la comunidad. Lo que distingue al Desarrollo Co- munitario de cualquier otra filosofia 0 método es la participacién efectiva de la poblacién en los programas, el acceso real de los ciudadanos a las decisiones de poder. Implicael despertarde los habitan- tes de una comunidad a la consciencia de sus problemas y a la comprensién de los hechos y manifestaciones que definen su situacién; el reconocimiento de la autotransformacién cultural de una co- munidad; la biisqueda comin de solucio- nes y la creaci6n de condiciones que propi- cien las actitudes dindmicas y el suscitar de iniciativas propias (REZSOHAZY, 1988: 23-24) Participacién y Desarrollo Comu- nitario son inseparables. Representa la forma mas eficaz de la democracia real. Sin embargo, el Desarrollo Comunitario, en su praxis, no tiene la intencién de suplantar a los partidos politicos ni a los sindicatos, Esté orientado hacia los habi- tantes de una comunidad para que sean capaces de reunirse para expresar deman- das y alternativas. Es el despertar de las conciencias; aunque, frecuentemente, Io urgente noes saber la manerade canalizar la participacién ciudadana, sino cémo propiciar su inicio, cémo emprender la marcha, Paraello, son muy adecuadas las técnicas cualitativas que utilizamos des- de la Educacion Social para “romper el hielo” (“cadena de nombres”, “la carta”, “bola de nieve”, etc.,) Es diferente estar situado en una sociedad que ser parte de ella, Cuando las personas identifican el barrio como un espacio Heno de sentido, donde se desa- Andrés Escarbajal de Haro rrolla su vida; un lugar en el que debe interactuar con otros convecinos para mejorar la realidad, en ese momento, son parte de una realidad social y no s6lo se limitan a estar en ella, Actualmente, hay un sentimiento generalizado de que quienes gobiernan son incapaces de solucionar los proble- mas concretos de una comunidad vecinal, dequeno vale la pena votar porque “todos los politicos son iguales : corruptos en potencia”, Es el momento de volver la mirada hacia la propia ciudad o el barrio y ver cémo podemos participar en su desarrollo. Vivir en un sitio sin participar es ser un residente, sin mas, no un ciuda- dano corresponsable (MORRIS y HESS, 1978: 14-15). Se vehiculiza asf una poli- tica basadaen losespacios reducidos don- de los ciudadanos comparten sus intere- ses y respetan la diversidad. La politica no es vista como algo apartado de la realidad, sino que es percibida como un instrumento para el desarrollo y la convi- vencia en el barrio. Al igual que en las elecciones generales 0 municipales el principio democritico fuandamental es “cada persona un voto” sin prejuzgar si todos tenemos la misma inteligencia para saber a quién se vota, la participacion en democracia supone que todos puedan te~ ner la oportunidad de interpretar su reali- dad y expresar las alternativas que esti- men més interesantes, Naturalmente, el Desarrollo Comu- nitario ha tenido que suftir criticas. Por ejemplo, se hadicho que las comunidades locales pueden acabar por basar sus ac tuaciones en la desconfianza hacia la Administracién; que s6lo se mueven cuan- do tienen un problema muy conereto; que es un camino demasiado largo y lento... 37 38 Invervenci6n sociveducativa en comunidades locales. Pepscocin Socwt 1 2. El fundamento. Una teorfa social debe pretender el suministro de recursos intelectuales que sirvan para orientar las précticas. Al mis- mo tiempo, ha de emancipar a los pract cantes o actores de la excesiva dependen- cia de lo precedente, de lo ya estipulado cientificamente. Dejar la interpretacién y reinterpretaci6n de la practica a los acto- res es mas racional y coherente. Analizar los problemas de la practica desde dentro es mas formativo que acudiralo ya dicho por expertos. En este sentido, es la priic- tica quien determina el valor de la teoria, y no la teorfa la que determina el desarro- Ilo de la practica (CARR, 1990: 44-53). Decfa WEBER que una ciencia so- cial no puede avanzar sin tener en cuenta la relacién intersubjetiva de los actores acerca de su propia actuacién. Porello,no podemos entender Ia practica social sin las interpretaciones que tanto los actores. como los “observadores” hacen de ella. ‘Ademis, esa prdctica se den un momen- to hist6rico concreto y en un contexto determinado, y noen otro. La sociedad, el entorno, no es algo objetivo que esté ahi y las personas deban aprehender, como proclaman los partidarios del Paradigma Tecnolégico. La realidad es establecida como tal por los propios individuos que viven en ella al interpretarla subjetiva- mente, Larealidad que consideramos mas directamente relacionada con nosotros lo es porque compartimos significados gru- pales 0 comunitarios (BERGER y LUCKMAN, 1979: 36-46). Por ello, la dindmica social, y la de sus instituciones, sélo puede ser analizada y explicada te- niendo como punto de partida la interac- cién entre sus miembros y la interpreta- cién que hacen éstos de las situaciones, porque su conducta est basada en esas interpretaciones, Interpretaciones que no son cerradas ni definitivas, pues van cam- biando conforme los individuos interac- tian con los demas. Es decir, las personas van redefiniendo sus actos segtin sus ex- periencias comunitarias. De ahi que cual- quier metodologia que trate a los indivi- duos como objetos de estudio y no como sujetos constructores de la realidad, esta abocada al fracaso. Asi, el papel de un animador 0 educador social, por ejemplo, serfa precisamente desarrollar la capa cidad de comunicacién en los individuos y colectivos para que sean capaces de identificar, analizar, interpretar, etc., las situaciones sociales. Para ello no debe tanto preparar metodologias estand: rizadas y validadas cuanto invitar a la comunicacién mediante técnicas cualitati- vas que motiven a ello en situaciones imprevisibles (ELLIOT y COLLINO, 1987:23-41). Y ello porque no son impor- tantes los métodos, sino las personas. Estas deben determinar el tipo de meto- dologfao técnicas que debemos emplear, ynoal contrario, cuando se adapta perso- nas a métodos (AGAR, 1980). Durante los afios sesenta, importan- tes cambios sociales van a influir en las profundas transformaciones del Ambito cientifico-académico de las Ciencias So- ciales, La investigaci6n y linea académi- ca tradicionales, apoyadas en presupue: tos de cientificidad emanados de las Cie cias Positivas, sufrieron fuertes criticas, sobre todo en lo referente a la obtencisn y distribucién del conocimiento (SIMON, 1982: 2). En este contexto es donde, ini- cialmente, situamos laaparicién de Jiirgen HABERMAS. Este autor, tomando como punto de partida tres importantes ejes: ‘Teoria Hermenéutica, Marxismo y filo- Peoscocis Socue I sofia hegeliana, intenta llevar a cabo dos importantes tareas: criticar a las Ciencias Sociales y sus desarrollos en ese momen- to y elaborar una alternativa diferente (BERNSTEIN, 1978: 7-8 Y 21). HABERMAS habla de la ciencia social eritica como una teorfa social que aspira a la erftica ideolégica, organiza- cidn de grupos sociales y la accién de Estos para el cambio, para la mejora de su situacién (KEMMIS, 1990: 25-29). Se- gin HABERMAS, las sociedades mo- dernas han reducido la raz6n acuestiones meramente instrumentales, por loque han perdido su impulso eritico. El juicio y la deliberacién han dado paso al cdleulo y la técnica, y lareflexién a laconformidad de reglas met6dicas (CARR, 1990: 151). ¥ gran parte de culpa de esta situacién la tiene, segin HABERMAS, el tipo de razonamiento impuesto por las Ciencias Positivas, que han sometido a la Filosofia y Epistemologia a los pardmetros cienti= ficos por ellas establecidos. Es el llamado cientificismo” lafe ilimitadaen lascien- cias que han sido capaces de dominar a la Naturaleza, Jiirgen HABERMAS (““Teo- ria y praxis", “Conocimiento ¢ interés”, “Problemas del capitalismo tardfo”...) de- fiende la idea de una ciencia social erit que aspire a crear las condiciones bajo la cuales puedan realizarse los ideales im- plicitos en el lenguaje humano cotidiano. Poreflo propone las “situaciones de habla ideal”, didlogo libre y abierto. De ahi la bisqueda de una nueva plataforma que, retomando los postulados del Paradigma Hermenéutico, intente caminar més alla en la explicacién de la realidad social. Surge asf una nueva corriente que agrupa ateorias con el mismo contenido y distin- to nombre: Teorfa Critica, Ciencia Criti- ca, Paradigma Socio-Critico, etc. Segdn Andrés zscarbajal de Haro esta plataforma, la realidad social, y por ende la Educacién, no puede explicarse ni entenderse si no la situamos en los con- textos sociohistéricos en donde se produ- ce. Entonces, si esta realidad social ¢ histérica va a estar determinando las interacciones simbdlicas de las personas de una comunidad, el Paradigma Sociocritico se decanta claramente por una educacién emancipadora, una bi queda de fa propia identidad en cada comunidad. La autodeterminacién de las personas en interaccién comunitaria seria el maximo objetivo pretendido desde esta plataforma, Como exponiamos, la diferencia fundamental entre el Paradigma Socio- ctitico y el Hermenéutico, por ejemplo, estriba en que la primera plataforma hace referencia a la importancia de los contex- tos socio-hist6ricos en que se desenvuel- ve la interaccién simbélica, la construc cién de la realidad. Asi, mientras para la Teoria Hermeméutica la construccion de la realidad social es un proceso libre y voluntario, paraloscriticos esta construc cién esti viciada y mediatizada por el contexto. Las personas no s6lo constru- yen st realidad, sino que, ademas, anali zan por qué esa realidad ha de ser de esa manera y los procesos por los que ten- drfan otra realidad, asi como el fin y la utilizacién de lanuevarealidadconstruida ‘que quieren construir (SAEZ, 1989: 57; DEETZ Y KERSTEN, 1983: 160). La Teoria Socio-Critica no se compromete con postulados deterministas, sino que, por el contrario, ayuda a que los actores sociales sean mds autoconscientes en cuanto a los determinantes causales de sus creencias y précticas y, de esta mane- ra, tener mayor autocontrol racional (CARR, 1990: 83). Su papel, por tanto, es 39 40 Intervencién socioeducativa en comunidades locales. __Pepscooin Soot. I el de aumentar la capacidad para la auto- nomia racional de los practicantes. EI papel de la ideologfa, entendida como “conjunto de ideas sistematizadas que racionalizan las necesidades, las as- piraciones, los valores y los intereses. Unainterpretacién y concepcién del hom- bre y del mundo, una propuesta de objeti- vos. (REZSOHAZY, 1988: 192), 0 ideo- logias esta aqui subyacente como meca- nismo capaz de entroncar con a pretendi- da dialéctica comunitaria, Cuando los in- dividuos de una comunidad estin cons- truyendo libremente su realidad a partir de procesos de interaccién dialéctica, es- tan sacando a flote la ideologia en que se sustenta dicha dialéctica, De ahi que HABERMAS propongaen su teoriade la competencia comunicativa el “habla ideal” o situacién de consenso, discurso libre y racional, sin imposiciones (HABERMAS, 1970, 205). Asi, latarea del educador sera desplegar procesos de interaccién comunitariaen el sentido pro- puesto por el autor teutén, Queda claro, por tanto, que para el Paradigma Socio- Critico las personas no son objeto de educacién, sino sujetos constructores de la misma, constructores activos del cono- cimiento(KEMMIS, COLE Y SOGGET, 1983: 15) en interaccién dialéctica con los demas sujetos de su comunidad, en tareas socialmente significativas de tra- bajo critico y colaborativo. Es decir, si no hay participacién ni colaboracién, no hay critica, y si ésta no se d4, no hay emanci- pacién. Evidentemente, el Paradigma So- cio-Critico, al considerara los individuos sujetos (y no objetos) de investigacién, tiene una concepcién sobre ésta diame- tralmente opuesta a las teorfas tecnolégi- cas, Se decanta por la Investigacié acion-Ac- cién, aunque algin autor ve a ésta como unnuevo paradigma (ELLIOT, 1987: 23). Nuestro punto de vista es que la Investi- gacién-Accién es la metodologia mas adecuada paraeste paradigma porque pre- tende elaborar un discurso en y desde la prictica, de modo que no sélo se da inter pretacién y comprensién entre los suje~ tos, como proclamalaHermenéutica, sino que ademas, y fundamentalmente, hay una toma de conciencia sobre la manera de mejorar las situaciones con la partici- pacién critica de los que intervienen en ellas. Es una investigacién orientada a la praxis que intenta comprender la realidad ysuscondicionantes, criticar esa realidad de modo auténomo y participativo y, fi- nalmente, educarteniendo como punto de partida la autoeducacién de una comuni- dad, y, como instrumentos, la participa- cién libre y abierta(DEETZy KERSTEN, 1983: 148; LATHER, 1986: 257 LAPORTA, 1979) Debe quedar claro ya que la investi- gacién y la praxis social, desde el Para- digma Socio-Critico, no parten de una teoria previa, sino de situaciones reales problematizadas 0 percibidas como pro- blemas por los sujetos. Asi, la praxis accién-investigacién es Hlevada a cabo de manera participativa y colaborativa entre los investigadores 0 educadores y los miembros de la comunidad donde se de- sarrolla el proceso. De manera conjunta son percibidos y definidos como proble- mas, se disefia la alternativa y se hace el planteamiento de instrumentos y técnicas para la accidn. Posteriormente, se evaltia lodesarrollado, Las responsabilidades son compartidas entre los animadores, educa dores 0 investigadores y los miembros de Ja comunidad, aunque, naturalmente, los primeros tienen un papel innegable en la ~ Pepacocia Socut I dinamizacién de los colectivos y 1a pro- puesta de ciertas estrategias de trabajo. Es, en definitiva, unainvestigacién que se vaconstruyendo dialécticamente desde la prietica y que adquiere el compromiso de iransformar la propia préctica, loquecon- llevaprocesos deemancipacién individua- les y colectivos. De aqué deducimos el importante papel que deben desempefiar los implicados en el proceso de investiga- cién social como agentes del propio cam- bio. Los individuos de una comunidad ya no son vistos como objetos de estudio o clientes de una metodologia, sino como sujetos activosde la mismaen interaccién dialéctica con los animadores (HABER- MAS, 1986: 111). Emancipacién por la Educacién seria el lema de esta platafor- ma. Por tanto, si se quiere interpretar un contexto, no podemos dejar al margen a los que viven en él, porque nos alejaria- mos de esa realidad (GRELL y WERY, 1981: 129). El investigador se debe con- vertir en un actor entre los actores; no debe pensar e interpretar por otros. Sin embargo, sf debe explicitar su posicién ideolégica (THIRION, 1980: 113). El papel del investigador parece cla- ro: debe acabar con el culto a la cuantificacién de los cuestionarios, tests ycorrelaciones y apelar al material cuali- tativo como idéneo para la prictica social (LAMOUREUX, 1984: 76). El investi- gador critico ha de ser coordinador y facilitador de metas emancipadoras e implicar en ellas a los “destinatarios” de programas sociales. Debe organizar pro- yectos comunes criticos y colaborativos. Esun intelectual critico agente de cambio social, Andrés Escarbajat de Haro 3. La metodologia. En principio, casi cabria decir que cualquier metodologia puede ser perti- nente para el Desarrollo Comunitario, siempre que fomente la participacién, creatividad, no directividad, autoedu- cacién, actitud critica. Naturalmente, cada autor expone consideraciones 0 matices a lo que seria una metodologia general: estudio de la realidad, programacién, de- sarrolloy evaluacién. Por ejemplo, Angel de CASTRO (1990: 42) nos habla de cuatro pilares basicos: a) Debe ser una metodologfa que parta de la realidad desde un descubrimiento profundo de cada situacién. b) Cada realidad debe ser revisada desde un anilisis eritico. ©) Ha de estar basada en el didlogo y debate abierto. 4d) Asumirlateoria y praxisde lading de grupos. Es decir, todo programa de Desa- rrollo Comunitario tiene su justificacién enel mismo contexto sobre el que actua- 4, Sin embargo, estono debe condicionar el trabajo de tal manera que los proyectos queden encorsetados y determinados por el propio contexto. La flexibilidad debe presidir cualquier metodologia de Desa rrollo Comunitario, Por su parte, Fernando CEMBRA- NOS, David H. MONTESINOS y Marfa BUSTELO (1989: 19-20) hacen una pro puesta metodolégica basada en la Teorfa General de Sistemas, fundamentada, por tanto, en los siguientes principios: equifinalidad (previsién de diferentes métodos que conduzcan a un mismo fin), estabilidad (cohesidn frente a las influen- cias externas), adaptabilidad (flexibili- dad ante el cambio de situaciones), ica Al 42 Intervencién socioeducativa en comunidades locales: sinergfa (el conjunto es més determinante que los componentes individuales) y re~ troalimentacién 0 feed-back (el resultado nos hard cuestionar todo el proceso). Ademis, establecen estos mismos auto res unos criterios fundamentales: la in- vestigacién debe ser instrumental, debe servir para actuar sobre la realidad; el objetivo debe ser el cambio social; es ineludible la participacién de todos los sectores implicados, incluido el auto- diagnéstico; Ia investigacién tiene que ser accesible a todos los componentes de Ja comunidad para que el colectivo sepa qué es lo que se va a hacer 0 se esta haciendo; la critica y la autocritica deben estar presentes continuamente; y, todo ello, dirigido hacia la ereatividad social, con el propio disefio de la comunidad (1989: 30-31), Interesante es también la propuesta de Francisco, J. TEJEDOR (1986: 278- 288). Este autor distingue entre investiga cién operacional ¢ investigacién dirigida n. La primera constaria de los pasos tradicionales de planteamiento del problema, hipétesis ete., contando con la guia y orientacién del investigador. Por contra, la investigacién dirigida a la ac- cién tendrfa estas caracteristicas basicas: a la acy a) El problema nace, es analizado, defi- nido y resuelto en la comunidad b) El objetivo primordial es la transfor- macién de la existencia vital de los miembros de la comunidad, Durante todo el proceso se dé una participacién activa y efectiva de los miembros de la comunidad, d) Todo tipo de personas puede y debe participar, generando éstaunatomade conciencia del potencial y desarrollo endégeno de la comunidad ©) Proacocin Soom I ©) El investigador no es director ni gufa, sino “uno mas” en todo el proceso, Su actividad debe ser “militante”. Por todo ello, se entiende que el propésito de la intervencién ha de ser generar procesos de dinamizacién social y poner en marcha iniciativas estables y auténomas tendentes a mejorar las condi- ciones y calidad de vida de una comuni- dad, poniendo el acento en la participa- cidn de los “destinatarios”. Supone ela- borar e incorporar planteamientos teéri- co-prdcticos integrados y coherentes con los programas de desarrollo social y cul- tural en los que la base de accién deben ser las comunidades locales y, por otra parte, promover, teniendo en cuenta el entomo, actividades de andlisis e inter- pretacién de la realidad, asi como progra- mas de intervencién, a fin de evaluar las propuestas de accién en la recuperacién de su identidad comunitaria en todos los sentidos (CANDEDO, 1986: 150-151) Pornuestra parte, siguiendoadiver- sosautores (ALCAZAR, 1989; ANDER- EGG, 1987; GELPI, 1981; LAPORTA, 1979; MARCHIONI, 1989; LOPEZ de CEBALLOS, 1989; REZSOHAZY, 1988; CEMBRANOS, MONTESINOS Y BUSTELO, 1989; KEMMIS y TAGGART, 1992,.) podemos establecer la siguiente metodologfa general para el Desarrollo Comunitario: A, Anili Se afirma que el Desarrollo Comu- nitario debe surgir de las necesidades de una poblacién o grupo social. Cuando los, problemas son necesidades se traducen pronto a demanda social. Por ello, quiz la primera tarea que debe emprender el educador social o animador sociocultural sea interactuar con lacomunidad paraque de la realidad. ar Peoacoaia Soca IT afloren las necesidades latentes y/o mani- fiestas (REZSOHAZY, 1988: 21). Se tra- ta de conocer las necesidades y posibili- dades del territorio: qué es lo que nos hace pensar que tenemos un problema?, jqué se interpone entre los problemas percibidos y la posible solucién a los mismos’. Comtinmente es aceptado que el andlisis de la realidad debe ser el paso inicial en cualquier estudio o investiga- cién, yasfes; sin embargo, lo que nosuele decitse, ni por supuesto hacerse, es conti- nuar ese conocimiento de las caracteristi- cas socia-ambientales durante todo el pro- ceso de investigacién o intervencién, Es unelemental y decisivo paso paral feed- back y para evitar el mutilamiento o la actuacién demagogica (MARCHIONI, 1989: 85). Es fundamental la actualiza- cién del conocimiento socio-ambiental en todas sus manifestaciones y en cons- tante interaccién comunicativa con la poblacién, En cualquier caso, y como estrate- gia, parece necesario distinguir una pri- mera fase de aproximacién diagnéstica en el andlisis de la realidad para que empiecen a ser aclarados todos los ele- mentos esenciales: territorio, poblacién, demanda y recursos, Y, para ello, nada mejor que hacer algo en lo que Marco MARCHIONI (1989: 93) insiste mucho: saber escuchar, porque, generalmente, el edueador social o animador sociocultural se presenta ante una comunidad con ele- vadas dosis de sabiduria y prejuicios y no escucha el “verdadero y auténtico” diag- néstico y andlisis de la realidad de quie- nes viven en una comunidad. La clave estiien buscarnuevos modos de comunica- cidne interaccién y, paraello, tenemos un instrumento importantisimo: el coloquio. Andrés Escarbajal de Haro Ademiés de esta técnica cualitativa, otros recursos adecuados paraesta primera fase son las entrevistas abiertas ¢ informales, la observacién participant, grupos de discusién, mesas redondas, debates, etc. Insistiremos en que esta primera fasees fundamental e importantisima para todo el proceso, porque ineludible es sa- ber de dénde partimos para una primera toma de posicién con vistas a los objeti- vos que nos plantearemos. Por ello, y aunque patezca un poco reiterativo escri- birlo, es necesario tener informacién del medio natural geogrifico (localizacién, caracteristicas, uso, estructura, climato- logia, recursos naturales, etc.), medio so cial (reas culturales, sanidad, ocio, de- mograffa, instituciones, conflictividad laboral, etc), historia, medios de comuni- cacién. ‘Naturalmente, que el mayor proble- ma que podemos encontrar es la escasa participaci6n de los “destinatarios”, pero también puede haber otros problemas di- rectamente relacionados con nosotros, como la desconexién entre el andlisis de la realidad y la posterior planificacién para la acci6n, Por ello, algunos autores citados anteriormente (CEMBRANOS, MONTESINOS y BUSTELO) conside- ran que el anilisis de la realidad debe tener varios momentos claramente dife- renciados: descripeién, percepcién social, explicacin-imterpretacién, alternativas ¥ ajuste. Corresponderia a las preguntas: Zqué es lo que tenemos?, ,qué piensa la gente de lo que ocurre?, ¢por qué la reali- dad es asf?, ;qué otras realidades se po- drfan dar? y {c6mo acercar lo que tene- mos a lo que queremos ser o hacer? Graficamente, lo expresan asi: 44 Intervencién sociveducativa en comunidades locales. Pepacocia Soest 1 Descripcion. Es muy importante saber qué es lo que tenemos, quées lo que hay y qué cosa cosas no tenemos ono hay. Enel primer caso, registraremos todo el potencial dela comunidad: edificios, personas, Areas culturales, instituciones. en definitiva, debemos tener conocimiento suficiente sobre el medio natural, Interesante es también escrutar en archivos y bibliote- cas, ayuntamiento, ete., para ver si ya existe algtin trabajo relacionado con esta primera fase descriptiva, Cualquierinfor- supone una guerra abierta a una concep- ci6n acabada y estitica de la realidad Percepcién social. Esun peldafio masen ladescripeién y analisis de la realidad, Ya no se trata de saber qué es lo que hay 0 no hay sino qué impresi6n se tiene del estado de la sittia- cién Explicacién-interpretacion. Una vez registrados los datos ante- riores se procede a un primer andlisis explicativo-interpretativo de los mismos, bien mediante modelos ya elaborados en romana Percepci6n social Deseripeion ]| ———————> | Tnterpretacion r I ‘Accion ‘Alternativas Ce Amer ee macién complementaria puede ser de uti- lidad y, ademds, evitaremos repetir traba- jos ya realizados. Evidentemente, al ha- cer esta valoracién descriptiva de lo que tenemos o lo que hay, estamos dejando entrever lo que no tenemos, las carencias de la comunidad. No obstante, podemos realizar encuestas, entrevistas u otras téc- nicas para, al mismo tiempo que recaba- mos datos de los “destinatarios”, les concienciamos sobre la necesidad de pa- liar sus carencias mediante el trabajo colaborativo. Como bien expresan estos autores, es un momento creativo porque ladescripcién en negativo de unarealidad necesita siempre de un momento positive de imaginacién. La descripcién de lo que falta amplia el marco de referencia y Ciencias Sociales 0 confeccionando un modelo propio sobre cuestiones mas per- sonales y directas. Alternativas. Es un momento delicado e impor- tantisimo. Es importante porque significa proponer respuestas a todos los interro- gantes planteados en las fases anteriores, yes delicado y dificil porque las respues- tas han de venir, fundamentalmente,,des- de la propia comunidad, y ya sabemos que la falta de habito, la creencia asumida de incapacidad, la escasa conciencia de lo que significa participar, etc., son dificul- tades que podemos encontrar en cual- quier programa de Desarrollo Comunita- rio. Se piensa mas en las futuras dificulta- des que en los 6ptimos resultados que Peoacogia Soci 11 podamos conseguir. Atin asf, queda claro que lautopfadebe jugaraqutun estimable papel. Nocerramoslasrespuestas, sino que nos lanzamos a la utopfa, sin olvidar los inconvenientes sefialados. Ajuste. Esel tiltimo paso en el andlisis de la realidad propuesto por CEMBRANOS, MONTESINOS y BUSTELO, y también el primer paso para la futura planifica- cidn, Se trata, sobre todo, de recopilar los anteriores pasos y establecer un orden de prioridades atendiendo a lo que tenemos, Joque no tenemos, dificultades, alternati- vas, motivacién, interés, etc B. Planificacién. Tras el andlisis de la realidad, debe- mos ser muy cautos para no “vender” lo que no tenemos, aunque podamos cons guirlo (ojo a los objetivos). Ademas, en esta etapa es necesario seguir generando a confianza que establecimos en los co- loquios de calle y otras técnicas cuali- tativas de informacién-sensibilizacién, sobre todo, porque la comunidad estar ojo avizor en los primeros momentos y esparard realidades 0 concreciones. Por ello, lo mas oportunoes partirde activida- des sencillas y moticadoras que aseguren la participacién, Se asienta mucho mé una intervencién con objetivos iniciales modestos y realizables que con grandes objetivos utépicos, aunque no descarte- mos éstos como horizonte deseable. No olvidemos que la auténtica tarea del edu- cador social no es resolver problemas, sino propiciar la autogestién comunitaria y el compromiso de autorrealizacién (MARCHIONI, 1989, 100). Naturalmen- te, hemos de tener cuidado con lo que tantos autores proctaman: que los arboles ‘carbajal de Haro nos impidan ver el bosque, es decir, que los métodos empleados nos hagan olvidar el verdadero objetivo de la intervencién socioeducativa, Para que la intervencién respete la autonomfa, Hegue a propiciar actividades motivadoras voluntarias y activas, fomente el compromiso perso- nal, etc., el trabajo del educador social debe, como mminimo, tener presente al- gunos aspectos esenciales (COLLADO y ALVAREZ, 1986, 82-83): a) Devolver a la comunidad la informa- cidn recabada en el andlisis de la rea- lidad: Ello con el objetivo de iniciar técnicas de intercambio de puntos de vista, hipstesis y estrategias, b) Servir de soporte a las iniciativas sur- gidas de la comunidad ©) Obtener informacién para la evalu cién. Seasume que lasoluciénallos proble- mas sociales debe tener cardcter grupal 0 comunitario, y no individual. Por esto, el educador social o animador sociocultural debe estar formado, fundamentalmente, para el trabajo con grupos y colectivas sociales. Tnevitablemente, tenemos que acu- dir, otra vez, al magnifico trabajo de CEMBRANOS, MONTESINOS BUSTELO para hablar de a planifica- cidn. Segtin estos autores, Ia planifica- cin implica una forma de graduar la utopia partiendo de una realidad dada y contando con el trabajo colectivo. Coneretamente, el modelo propuesto es el llamado “de las nueve cuestiones” - jPorquése vaaactuar?, - Se razonala accién en funcién del andlisis de la realidad. - {Qué se vaa hacer?, - Especificar el tipo de proyecto que se considere mas adecuado. 5 46 Intervencién socioeducativa en comunidades locates. Pepacoaia Soca 11 ~ @Paraquése vaaactuar?, - Formulacién de objetivos ~ ¢Aquiénse dirige laaccién?. - Determi- nar quiénes van a ser los destinatarios. ~ Cémo se vaahacer?, - Eleccién de las metodologias pertinentes. = on quign contamos?. - Los recursos humanos, referidos tanto a los educado- res 0 animadores como a los propios “destinatarios” consideradoscomo par- ticipantes activos constructores de su propio proyecto, ~ (Con qué se va acontar?, - Los recursos materiales y econémicos, = ¢Cuiindo se va a Hevar a cabo?. - La temporalizacién; con flexibilidad, pero con seriedad en el cumplimiento. ~ ¢Dénde se va a hacer? - Alcance del proyecto. C. Desarrollo de la planificacién. Para un adecuado desarrollo de la planificacién, y salvando los inconve- nientes que podemos encontrar con la discusién y relacidn, se entiende que el trabajo grupal es el més pertinente. En el desarrollo del plan, las funciones genera- les de los grupos serfan: a) Coordinacién con formulas alternati- vas de grupos formados por “exper- tos” y “destinatarios” de los progra- mas. Aqui, el trabajo en comisiones suele ser muy eficaz. ) Interconexién y proyeccién.- Los gru- pos de trabajo no se deben aislar del restode lacomunidad. Laintereomuni- cacién deberd presidir la area de cada stupo. ©) Formacién, - Noescribimos “continua” porque creemos que toda formacién lo debe ser, pero aqui nos referimos a una constante actualizacién de los grupos y destinatarios. d) Apertura a nuevos planteamientos. - Significa la renovacién constante de los grupos de trabajo, con disefios de proyectos especificos para cada acti- vidad conereta. e) Organizacién, - En los grupos de tra- bajo se debe establecer claramente la tarea, componentes, responsabilida- des, etc., para que, dentro de la flexibi- lidad, cada componente sepa exacta- mente qué debe hacer Hay, tambign, otros elementos que no deberfamos olvidar: estructura de las reuniones, dindmica de las mismas, nor- mas, etc. Por otra parte, si bien las activi dades no deben ser confundidas con el fin de un proceso, en el caso de la animacion sociocultural para el Desarrollo Comuni- tario esta cuestin es mucho mas eviden- te: las actividades son un medio par: aleanzar objetivos, No es una cuestié in baladi si tenemos en cuenta que, general- mente, se confunde animacién con reali zacién de ciertas actividades sociocultu- rales, Cierto es que, mediante las activi dades deanimacién, los grupos se cohesio- nan y estructuran, expresan y comunican, pero la Animacién Sociocultural para el Desarrollo Comunitario va més alld de las actividades, pues lo importante son los objetivos, el proyecto, las interrelacio- nes, compromisos adquiridos y, eviden- temente, para conseguir todo ello las ac~ tividades son el medio que utilizamos. Por tanto, estarfamos de acuerdo con Mario VICHE (1986, 51-53) en que las actividades programadas deben cumplir algunos requisitos minimos: fomentar el trabajo cooperativo, la comunicacién e intercambio; emanar de la discusi6n criti- ca y el consenso grupal; estimular la participaci6n; ser diseffadas para conse- guir el descubrimiento, la critica cons. Peoacocis Soci I tructiva y el compromiso y, finalmente, ser disefiadas para facilitar la posterior atoevaluacién. D. Evaluaci6n. Para evaluar no s6lo debemos tener en cuenta lo conseguido, sino que debe- mos hacer una reflexién acerca de todo el proceso, sus dificultades, la participa- cién, los criterios adoptados, el consenso. y, sobre todo, debemos olvidar la cuantificaci6nen las evaluaciones de pro- gramas sociales. Si estamos utilizando técnicas cualitativas de intervencién, pa- rece obvio que debemos utilizareste mis- mo tipo de técnicas para evaluar (“carru- sel”, “jurado”, etc,), En cuanto a los as- pectos que debemos evaluar, tampoco nos debe obsesionar tener un listado muy completo. En principio, seria suficiente reflexionar colectivamente sobre: - jHan sido identificados los proble- mas?, gse ha desarrollado un adect do andlisis de la realidad?, ghan sido expresadas las necesidades por la co- munidad?. - A quiénes hemos dirigido el progra- ma?, iquiénes han sido afectados 0 influ(dos por é1?, gaparece un “pibli- co” no identificado anteriormente como susceptible de “tratamiento”. ~ Grado de aceptacién del trabajo por la comunidad, participacién, relaciones establecidas, intercomunicaciones an- tes y después de la intervencién, etc - Caracteristicas de los educadores so- ciales o animadores, tipo de trabajo, adecuacién al contexto, percepcién de las tareas por la comunidad, papel que han jugado, técnicas utilizadas. - Comparar la situacién general exis- tente antes de Ia intervenci6n con la que es percibida por educadores y Andrés Escarbajal de Haro comunidad después de la misma Las fases paraesta evaluaci6n serian: a) Puesta en comin de los objetivos y proceso de la evaluacién. b) Definicién de las cuestiones funda- mentales que nos plantearemos. ©) Delimitacién de la evidencia o infor- macién que ya tenemos. 4) {Cémo obtendremos la informacién que nos falta?, €) Disefio de instrumentos para la regogida de lainformacién fundamen- talmente, técnicas cualitativas) £) Recopilacién de informacién. 2) Andlisis de la informacién obtenida, h) Presentaci6n de las conclusiones, in- terpretaciones, alternativas, ete. 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