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Hora Santa Por Los Difuntos y Difuntas 3 Noviembre 2022
Hora Santa Por Los Difuntos y Difuntas 3 Noviembre 2022
MONICIÓN DE INICIO
Monitor(a): En este día, tendremos presentes a nuestros hermanos y hermanas
que han partido ya de este mundo, ofreciendo por ellos y por ellas la adoración
al santísimo Sacramento.
Todos nos debemos de sentir solidarios con los demás en el divino proyecto de salvación.
Y así como nosotros pedimos a Dios por las almas de los difuntos, también los santos o
bienaventurados piden a Dios por nosotros y por quienes han partido de este mundo.
A los santos del cielo solo les falta la glorificación del cuerpo por lo que oran por nosotros que
estamos privados de las bienaventuranzas, nuestra última perfección y sus oraciones tienen
eficacia en virtud de sus méritos anteriores y de la divina aceptación.
Dios quiere esta Comunión entre todos los bautizados y reparte su gracia a través de la Virgen
María, de los santos y las santas y del misterio santificador de la Iglesia mediante los
sacramentos. Nos ponemos de rodillas para recibir a Jesús sacramentado
1
Lector(a): Lectura de la carta de san Pablo a los Romanos (5, 5 – 11) (Sentados/as)
Lector(a): Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses (4, 13-18)
(Sentados/as)
Celebrante: Lectura del santo evangelio según san Juan (5, 24-29) (De pie)
2
Celebrante: ALABANZA Y ACCIÓN DE GRACIAS (De pie)
Padre y Dios nuestro, te alabamos y te damos gracias porque en Cristo Jesús brilla la esperanza
de nuestra feliz resurrección. Padre bueno y misericordioso, te alabamos y te damos gracias,
porque tu Hijo Jesús es a vida de los hombres y la resurrección de los muertos
Padre clemente y amoroso, te alabamos y te damos gracias, porque Jesús, tu Hijo, entregó su
vida para que todos tuviéramos vida eterna. Padre santo y bueno, te alabamos y te damos
gracias porque la vida de los creyentes no termina, sino se transforma; y al deshacerse nuestra
morada terrenal, tú nos preparas una mansión eterna en el cielo.
Padre santo y justo te damos gracias porque tú enjugarás toda lágrima de los ojos de los santos
y no habrá ya muerte ni desdichas, ni lamentos ni aflicciones. Padre santo y justo, te alabamos y
te damos gracias, porque las almas de tus hijos brillarán como el sol en tu reino bendito.
Padre santo y justo, te alabamos y te damos gracias, porque las almas de los justos están en tus
manos y no les alcanzará tormento alguno.
3
Celebrante: SENTIDO DE LOS SUFRAGIOS (Sentados/as)
No. 251. En la muerte, el justo se encuentra con Dios, que lo llama a sí para hacerle partícipe de
la vida divina.
Los sufragios son una expresión cultual de la fe en la Comunión de los santos.
Así, "la Iglesia que peregrina, desde los primeros tiempos del cristianismo tuvo perfecto
conocimiento de esta comunión de todo el Cuerpo Místico de Jesucristo, y así conservó con
gran piedad el recuerdo de los difuntos, y ofreció sufragios por ellos, "porque santo y
saludable es el pensamiento de orar por los difuntos para que queden libres de sus pecados" (2
Mac 12,46).
Estos sufragios son, en primer lugar, la celebración del sacrificio eucarístico, y después, otras
expresiones de piedad como oraciones, limosnas, obras de misericordia e indulgencias
aplicadas en favor de las almas de los difuntos.
4
Lector(a): ORACIÓN POR QUIENES HAN FALLECIDO (De pie)
Aclamemos a Cristo, el Señor, que al morir en la cruz borró el pecado y al salir del sepulcro
destruyó la muerte y digámosle: “Tú eres Señor, la resurrección y la vida”
Oh Cristo, Hijo del hombre, que, cuando moriste en la cruz, quisiste tener a tu madre como
compañera en tu pasión y cuando resucitaste, la llenaste de gozo, levanta y robustece la
esperanza de los decaídos. Oremos.
Oh Cristo, Hijo de Dios vivo, que resucitaste de entre los muertos a tu amigo Lázaro, lleva a
una resurrección de vida a los difuntos que rescataste con tu sangre preciosa. Oremos.
Oh Cristo, consolador de los afligidos, que enjugaste las lágrimas de la madre viuda que
lloraba la muerte de su hijo, haciendo que resucitara, consuela también ahora a los que lloran
la muerte de sus seres queridos. Oremos.
Tú que resucitaste a una niña, concede la vida eterna a nuestros difuntos y difuntas. Oremos
Tú que desde la cruz prometiste el paraíso al buen ladrón, acoge a nuestros difuntos. Oremos
Tú que experimentaste el dolor de la muerte y resucitaste gloriosamente del sepulcro,
concede a nuestros difuntos la vida feliz de la resurrección. Oremos
Tú que lloraste ante la tumba de tu amigo Lázaro, dígnate enjugar las lágrimas de quienes
lloramos la muerte de nuestros difuntos. Oremos
Escucha, Señor, nuestras súplicas y ten misericordia de nuestros difuntos, para que no sufran
castigo por sus pecados, pues desearon cumplir tu voluntad; y, ya que la verdadera fe les unió
aquí, en la tierra, al pueblo fiel, que tu bondad ahora les una al coro de los ángeles y elegidos.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Celebrante: Dales Señor, el descanso eterno. R/. Y brille sobre ellos la luz eterna.
Celebrante: Dales Señor, el descanso eterno. R/. Y brille sobre ellos la luz eterna.
Celebrante: Dales Señor, el descanso eterno. R/. Y brille sobre ellos la luz eterna.
Celebrante: Las almas de los difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz. Amén
5
Lector(a): ORACIÓN DE LOS FIELES (De pie)
Oremos confiadamente a nuestro Padre, el Dios de la vida, hagamos memoria de los fallecidos
por Covid y de todos los difuntos y difuntas que no pudieron ser despedidos debidamente.
Pidamos por quienes han muerto solos, sin la caricia de sus seres queridos; y por todas las
personas que han dado la vida por servir a los enfermos. Hacer memoria de quienes han partido
de este mundo, nos hace volver la mirada a Cristo, muerto y resucitado, fuente de Vida eterna.
Mirándolo a él recordemos a nuestros difuntos, diciendo: “Recíbelos en tu casa, Señor”.
1. Por la Iglesia. Que sepa renovarse constantemente, y avance cada día en la fidelidad al
Evangelio. Oremos.
2. Por nuestros difuntos y difuntas, para que la luz de la vida les ilumine eternamente. Oremos.
3. Por quienes han partido ya de este mundo, para que vivan para siempre en la alegría de Dios,
libres de todo mal, de todo dolor, de toda tristeza. Oremos.
4. Por nuestros familiares y amigos, que han perdido un ser querido, para que Dios nos dé su
fuerza y sepamos acompañarnos y consolarnos mutuamente. Oremos.
5. Por quienes sufren, sea cual sea su dolor o tristeza, para que puedan encontrar esperanza y
motivos para vivir y tengan a su lado quien les ayude y anime a salir adelante. Oremos
6. Por todos los hombres y mujeres del mundo, para que en todos crezca el sincero deseo de
hacer posible una vida más humana, más digna, más fraterna. Oremos.
7. Por los ancianos, muchos de ellos en hogares geriátricos, sin la posibilidad de estar entre los
suyos y con el contacto familiar deseado. Oremos.
8. Por los hijos e hijas, que partieron antes de tiempo, dejándonos el dolor grande de una
ausencia que pervive en cada recuerdo y en cada lugar. Oremos.
9. Por nuestros familiares y amistades que se han adelantado en nuestro camino a la Casa del
Padre. Oremos.
10.Por el personal de la salud y demás trabajadores esenciales que al frente de la batalla,
pusieron alma y cuerpo en su servicio y profesión, hasta dar la vida por los demás. Oremos.
11.Por quienes han partido sin haberlos podido despedir de la manera adecuada, como ellos se
merecían y como nosotros necesitábamos. Oremos.
Escucha, Padre, nuestras plegarias, y conduce a nuestros difuntos y difuntas hacia la vida plena
de la resurrección, con Jesucristo, tu Hijo, hombre como nosotros, que vive y reina contigo por
los siglos de los siglos. Amén.
Celebrante: ORACIÓN DE RECOMENDACIÓN DEL ALMA A CRISTO (De pie)
Señor, te encomendamos a tus hijos e hijas que han partido ya de este mundo y te suplicamos,
Salvador del mundo, que les permitas participar de tu Reino eterno. Recibe su alma en tu
presencia y no te acuerdes de sus pecados pasados ni de su debilidad humana.
Por intercesión de la Virgen María y de todos los santos, te pedimos por nuestros familiares,
por nuestros amigos que ya murieron.
También te pedimos por aquellos que no tienen quien pida por ellos, ten misericordia de ellos y
dales el descanso eterno.
Dios de misericordia y amor, ponemos en tus manos amorosas a nuestros hermanos y hermanas
que han partido de esta vida y ya que en esta vida les demostraste tu gran amor, y ahora que ya
están libres de toda preocupación concédeles pasar con seguridad las puertas de la muerte y
gozar de la luz y la paz eterna.
Habiendo terminado su vida terrena recíbelos en tu reino, en donde ya no habrá tristeza ni
dolor, sino únicamente felicidad y alegría con Jesús, tu Hijo, y con el Espíritu Santo, para
siempre. Amén.
6
Lector(a): LETANÍAS DE LOS FIELES DIFUNTOS (De pie)
Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad. Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo escúchanos.
Dios, Padre del Cielo, Ten piedad de todos los fieles difuntos.
Dios, Hijo, Redentor del mundo, Ten piedad de todos los fieles difuntos.
Dios Espíritu Santo, Ten piedad de todos los fieles difuntos.
Santa Trinidad, un Solo Dios. Ten piedad de todos los fieles difuntos.
Santa María Madre de Dios. Ruega por ellos y ellas
San Miguel,
San Juan Bautista,
San José,
San Pedro,
San Pablo,
San Vicente mártir,
Santo Hermano Pedro,
San Gregorio,
San Ambrosio,
San Agustín,
San Jerónimo,
San Nicolás,
Todos los santos y santas de Dios,
De todo mal, Líbrales, Señor
Del rigor de tu justicia,
De la potestad del mal,
De la amargura eterna,
De la eterna tristeza,
De la horrible oscuridad,
Del llanto y de tu ausencia eterna,
Por tu encarnación y tu santo nacimiento,
Por tu santo nombro.
Por tu Bautismo y tu ayuno.
Por tu total obediencia.
Por tu pobreza.
Por tu paciencia y ternura.
Por tu amor infinito.
Por tu amargo sufrimiento.
Por tu sudor sangriento de temor.
Por tu cautiverio.
Por tu dolorosa flagelación.
Por tu coronación de espinas.
Por las burlas que sufriste.
Por tu juicio injusto.
Por tu agonizante abandono.
Por tus cinco santas llagas.
7
Por tu corazón traspasado. Líbrales, Señor
Por tu gloriosa resurrección.
Por tu maravillosa ascensión.
Por la venida del Espíritu Santo.
Por los méritos de tu santa Madre.
Por los méritos de todos tus santos.
Por tu dulcísimo nombre,
Por tu ejemplar humildad,
Por la multitud de tus misericordias,
Por tus angustias y molestias,
Por tu cruz y tu dolorosa Pasión,
Por tu santa resurrección,
Por tu admirable ascensión,
Por la venida del Espíritu Santo,
En el día del Juicio,
Nosotros que somos pecadores. Te rogamos, óyenos.
Tú que absolviste a María Magdalena,
Tú que escuchaste al Ladrón arrepentido,
Tú que tienes las llaves de la muerte y del Infierno,
Para que te dignes salvar a nuestros parientes, amigos y bienhechores,
Para que te dignes apiadarte de aquellos que no tienen quien los recuerde,
Para que a todos ellos te dignes perdonarlos,
Para que contemplen tu rostro benigno y dócil,
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, dales el descanso.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, dales el descanso.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, dales el descanso.
Oremos: Oh Dios, Creador y Redentor de todos los hombres, concede a nuestros difuntos y
difuntas la remisión de todos sus pecados, a fin de que obtengan por los méritos de nuestro
Señor Jesucristo y de santa María siempre Virgen el perdón que siempre han deseado. Tú que
vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Dales, Señor el descanso eterno. Y brille para ellos la luz perpetua.
Descansen en paz. Amén
Concluyamos nuestra oración rezando la salve:
SALVE
Dios te salve Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza
nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti
suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
¡Ea pues!, Señora y abogada nuestra: vuelve a nosotros tus ojos
misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús: fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Amén
PADRE NUESTRO... DIOS TE SALVA MARÍA… GLORIA…
RESERVA DEL SANTÍSIMO (De rodillas) COMUNIÓN
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