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EXPEDIENTE : 19707-2006
CUADERNO : Principal
ESCRITO : 01
MATERIA : ACA
SUMILLA : Deduce excepcion y Contesta
demanda

SEÑOR JUEZ DEL SEPTIMO JUZGADO ESPECIALIZADO EN LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO :

OFICINA DE NORMALIZACIÓN PREVISIONAL-ONP, con Registro Único de Contribuyente No. 20254165035,


con domicilio real en las Av. Bolivia No. 144, Piso 17 de la Torre del Centro Cívico de Lima, debidamente
representada por la doctora AMELIA ESPINOSA DÁVALOS, identificada con Documento Nacional de Identidad
No 09339339, quien procede según Poder por Escritura Pública otorgado ante el Notario Dr. César Francisco
Torres Kruger, en los seguidos por DE LA CRUZ MORAN CRISTÓBAL, sobre Nulidad o Ineficacia de Acto
Administrativo, a usted respetuosamente decimos:

Que, en virtud de lo previsto por los Arts. 1º, 2º y 5º incisos 3) y 12) de la Ley Nº 28532 que establece la
Reestructuración Integral de la ONP, acorde con los Arts. 1º, 2º y 6º incisos 3) y 12) del Decreto Supremo Nº
118-2006-EF, Reglamento de la Ley Nº 28532, a efectos de formalizar nuestra intervención en esta causa, NOS
APERSONAMOS A LA INSTANCIA, señalando como domicilio procesal la Casilla N° 234 del Colegio de
Abogados de Lima.

POR TANTO:

A usted señor Juez pedimos nos tenga por apersonados a la instancia y presente el domicilio procesal
señalado.

PRIMER OTROSI DECIMOS: Que, dentro del término de ley procedemos a deducir la EXCEPCIÓN DE FALTA
DE AGOTAMIENTO DE LA VÍA ADMINISTRATIVA, al amparo de lo preceptuado por el inciso 5 del artículo
446º del Código Procesal Civil y el artículo 18º de la Ley Nº 27584. Basamos nuestra excepción en los
siguientes fundamentos:

1. Debemos precisar que no hay argumento consistente en virtud del cual al versar el presente caso sobre
derechos pensionarios se pueda eximir al accionante del requisito del agotamiento de la vía previa. Lo que
ocurre es que se confunde de manera evidente los requisitos para la admisibilidad de una demanda de
amparo con aquellos que deben ser observados en una acción contencioso administrativa.

2. En ambos casos se prevé que para que proceda la demanda debe agotarse la vía administrativa. Sin
embargo, a diferencia de lo que ocurre en el proceso contencioso administrativo, en el proceso de amparo
existen normas legales expresas que si regulan excepciones a este requisito de procedencia.

3. En efecto, tanto la Ley Nº 23506 en su artículo 28º, como el vigente Código Procesal Constitucional en su
artículo 46 prevén excepciones al agotamiento de las vías previas, disponiendo está última norma que los
casos son los siguientes:
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1) Una resolución, que no sea la última en la vía administrativa, es ejecutada antes de


vencerse el plazo para que quede consentida;
2) Por el agotamiento de la vía previa la agresión pudiera convertirse en irreparable;
3) La vía previa no se encuentra regulada o ha sido iniciada innecesariamente por el
afectado; o
4) No se resuelve la vía previa en los plazos fijados para su resolución.

4. Es pues sobre la base de estos supuestos de excepción que el Tribunal Constitucional ha podido armar
una argumentación, discutible por cierto, pero en la cual se apoyan los jueces que conocen de amparos
para determinar que no es necesario el agotamiento de la vía previa para acudir a esta acción de garantía.

5. Tan cierto es esto que en la sentencia recaída en la causa Nº 1417-2005-AA/TC el propio Tribunal
Constitucional ha dicho lo siguiente:

55.-Por otra parte, en aplicación del principio pro actione que impone al Juez interpretar los
requisitos de admisibilidad de las demandas en el sentido que más favorezca el derecho de
acceso a la jurisdicción, en los supuestos en los que en el expediente de amparo obre escrito
en el que la Administración contradiga la pretensión del recurrente, el Juez del contencioso
administrativo, no podrá exigir el agotamiento de la vía administrativa.

En efecto, dado que la finalidad de la interposición de los recursos administrativos de


impugnación consiste en darle la oportunidad a la propia Administración de revisar su
actuación o reevaluarla y, en su caso, disponer el cese de la vulneración del derecho, sería
manifiestamente contrario al principio de razonabilidad y al derecho fundamental de acceso a
la jurisdicción, exigir el agotamiento de la vía administrativa en los casos en los que resulta
evidente que la propia Administración se ha ratificado en la supuesta validez del acto
considerado ilegal.

56.-Por el contrario, los expedientes de amparo en los que no sea posible verificar si la
Administración se ha o no ratificado en torno a la supuesta validez del acto
considerado atentatorio de los derechos previsionales que no configuran el contenido
directamente protegido por el derecho fundamental a la pensión, no serán remitidos al
Juez del contencioso administrativo, pues dado que en estos supuestos es plenamente
exigible el agotamiento de la vía administrativa prevista en el artículo 18º de la Ley N.º
27584, los recurrentes deberán agotarla para encontrarse habilitados a presentar la
demanda contencioso administrativa.” (énfasis nuestros)

6. Es ostensible entonces que el Tribunal Constitucional en momento alguno ha dicho que no se debe agotar
la vía administrativa por tratarse de derechos pensionarios. Lo único que si ha dicho es que en aquellos
procesos de amparo que a la fecha de la expedición de la referida sentencia se encontraban en trámite y
que por disposición de ella debían remitirse a los Juzgados Contenciosos Administrativos no se debe
exigir este requisito de procedencia si es que la ONP en el expediente de amparo hubiese presentado
escrito en el que contradiga la pretensión del recurrente. Sólo en ese caso el Juez del contencioso
administrativo no debe exigir el agotamiento de la vía administrativa.

7. Como es mas que obvio, en este caso no estamos frente al supuesto establecido por el Tribunal
Constitucional pues ni siquiera se trata de un proceso de amparo que se haya derivado a la competencia
del Juzgado Contencioso Administrativo. Este es un caso nuevo en donde el Juez tiene el deber de
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verificar si se ha agotado la vía administrativa porque así se lo ordena la ley, no sólo eso, sino que en
caso de comprobar que dicho requisito no ha sido cumplido, el Juez está en la obligación de declarar
improcedente la demanda.

8. Así lo dispone, sin ápice de duda, el artículo 18º de la Ley Nº 27584, norma de acuerdo a la cual es
requisito para la procedencia de la demanda el agotamiento de la vía administrativa conforme a las reglas
establecidas en la Ley de Procedimiento Administrativo General o por normas especiales. Tan cierto es
esto que el artículo 20 numeral 1 de esta misma ley señala que, sin perjuicio de lo dispuesto por los
Artículos 424 y 425 del Código Procesal Civil, es requisito especial de admisibilidad de la demanda el
documento que acredite el agotamiento de la vía administrativa.

9. Las únicas excepciones para ello están previstas en el artículo 19º de la ley Nº 27584, el cual precisa que
no será exigible el agotamiento de la vía administrativa en los siguientes casos:

1.Cuando la demanda sea interpuesta por una entidad administrativa en el supuesto


contemplado en el segundo párrafo del Artículo 11 de la presente Ley.

2.Cuando en la demanda se formule como pretensión la prevista en el numeral 4 del Artículo 5


de esta Ley. En este caso el interesado deberá reclamar por escrito ante el titular de la
respectiva entidad el cumplimiento de la actuación omitida. Si en el plazo de quince días a
contar desde el día siguiente de presentado el reclamo no se cumpliese con realizar la
actuación administrativa el interesado podrá presentar la demanda correspondiente.

3.Cuando la demanda sea interpuesta por un tercero al procedimiento administrativo en el


cual se haya dictado la actuación impugnable.

10. No estamos en este caso ante ninguno de tales supuestos de excepción. Siendo ello así, la presente ex -
cepción tiene que ser declarada fundada pues incumple el requisito del agotamiento de la vía previa; ello
toda vez que el actor no interpuso el Recurso de Apelación correspondiente contra la resolución que le
otorgó la pensión que percibe actualmente.

11. El Juzgado deberá verificar entonces que de los fundamentos de hecho de la pretensión incoada se des-
prende que lo que realmente pretende el actor es reabrir un proceso administrativo concluido por su pro-
pia inercia. El mismo ha dejado consentir la resolución administrativa, mediante la que se le otorgó la pen-
sión, acto administrativo que cuestiona indirectamente en el presente proceso.

12. El Juzgado no se ha percatado entonces que al admitir esta demanda lo que se está haciendo es generar
una situación de desigualdad que no resiste ningún análisis. ¿Porqué sólo los jubilados no están
obligados a agotar la vía administrativa?. ¿Porqué la persona que mantiene un negocio unipersonal que
constituye su único ingreso y al cual le niega la licencia de funcionamiento si tiene que agotar la vía
administrativa? ¿Cuál es la diferencia en un caso y en otro?. En los dos se está dilucidando un tema
vinculado a la subsistencia, ¿porqué tratar de manera desigual a dos situaciones semejantes?.

13. Lo cierto es que estamos ante un caso en el que el actor tuvo oportunidad de impugnar la resolución
cuestionada en autos en la vía administrativa. Ello sin embargo no ocurrió así y por el contrario el
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accionante dejó consentir la citada resolución, en virtud de lo cual resulta ostensible que la presente
excepción deberá ser declarada fundada por el Juzgado.

MEDIOS PROBATORIOS

Ofrecemos como medios probatorios el mérito de la Resolución Nº 71705-86, del 14 de marzo de 1986, que
corre en autos y que acredita que no se ha interpuesto el recurso de apelación contra ella. De ello se
desprende con total claridad que el actor no ha cumplido con agotar la vía administrativa.

FUNDAMENTACIÓN JURÍDICA

Sustentamos la presente Excepción en lo dispuesto por los Artículos 446º inciso 5 del Código Procesal Civil y el
Artículo 18º de la Ley Nº 27584 “Ley que regula el Proceso Contencioso Administrativo”.

La ratio legis de estas disposiciones radica en el hecho que el proceso administrativo es un requisito previo de
acción ante la administración de justicia, y que en todo caso debe establecerse como exigencia previa la
instauración del proceso administrativo que determine la legalidad de la administración y la correlación con los
administrados, donde se pueden resolver los conflictos dentro de un procedimiento regulado y garantista.

Además, el proceso administrativo constituye uno de los sistemas de control que tienen los administrados frente
al Estado para hacer valer sus derechos, también ante esta Instancia.

POR TANTO:

A Usted señor Juez solicitamos declarar fundada la excepción propuesta y proveer de acuerdo a Ley.

SEGUNDO OTROSI DECIMOS: Que, en tiempo y modo oportuno procedemos a contestar la demanda de
autos, negándola y contradiciéndola en todos sus extremos sobre la base de los términos y fundamentos de
hecho y de derecho que a continuación pasamos a exponer:

I. LA PRETENSIÓN

La pretensión del demandante en esta causa está referida expresamente a que el Juzgado disponga que se
aplique a su caso lo dispuesto por la Ley Nº 23908 y en consecuencia:

 Se le fije como pensión mínima o inicial el equivalente a tres sueldos mínimas vitales,
teniendo en cuenta lo establecido en los artículos. 1º y 4º la Ley 23908 y se proceda a indexar
trimestralmente dicha pensión.
 Asimismo, solicita que se le abone las pensiones devengadas y los intereses legales
generados.
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II. EN CUANTO A LOS FUNDAMENTOS DE HECHO DE LA DEMANDA

1. El demandante señala que la Administración, incumpliendo con lo establecido por la Ley 23908, efectuó el
cálculo de su pensión de jubilación sin tener presentes los alcances y beneficios contemplado por aquella
norma, razón por la que su pensión no sería la que en efecto le corresponde.

2. Adicionalmente, sostiene que reúne los requisitos para ser beneficiario de una pensión de jubilación bajo
el Régimen del D.L. 19990 y que los cumplió cuando se encontraba vigente la Ley 23908.

3. Que, en consecuencia al no haberle aplicado la demandada la Ley 23908, ha vulnerado su derecho a


percibir una pensión de jubilación justa, que constituye un derecho adquirido, criterio que ha sido asumido
claramente por el Tribunal Constitucional, conforme se advierte en la uniforme y abundante jurisprudencia
existente, la que es de observancia obligatoria.

4. Al respecto debemos señalar, que el punto controvertido de fondo sobre el que se deberá pronunciar el
Juzgado es bastante claro: determinar si al actor le corresponde o no el derecho a percibir una Pensión de
Jubilación bajo la aplicación de la Ley Nº 23908.

5. En el presente caso, la Administración ha adecuado su accionar a la normatividad previsional aplicable al


expedir la resolución administrativa, mediante la que se comprendió al causante dentro de los alcances
del Decreto ley Nº 19990.

6. La posición del actor es negada por nuestra representada atendiendo a que en este caso se ha actuado
en estricto cumplimiento de la legislación pensionaria. En todo caso, existe una apreciación distinta del
ordenamiento legal, lo que merita el pronunciamiento judicial respecto al control de legalidad que efectúa
el Poder judicial.

III.- NEGACIÓN DE LA DEMANDA

3.1 Sobre la aplicación de la Ley Nº 23908

1. El Tribunal Constitucional, resolvió en el caso del Expediente N° 0703-2002-AC/TC, que establece la


aplicación de la Ley Nº 23908 a aquellos pensionistas que alcanzaron el punto de contingencia antes del
23 de abril de 1996, fecha de entrada en vigencia del D.Leg. 817, una sentencia posterior ha modificado
este criterio y ello es lo que viene siendo aplicado a la fecha.

2. De esta forma el Tribunal Constitucional, en sesión de pleno jurisdiccional de fecha 01 de diciembre de


2003, ha expedido Sentencia en la Acción de Amparo promovida por don Rómulo Castillo Sotomayor
contra la ONP (Exp. Nº 1816-2002-AA/TC), determinando que tendrían derecho al reajuste contemplado
en la Ley Nº 23908 los pensionistas que alcanzaron el punto de contingencia antes de la entrada en
vigencia del D.L. N° 25967, norma que modifica el goce de pensiones de jubilación que administraba el
Instituto Peruano de Seguridad Social (IPSS), esto es, antes del 19 de diciembre de 1992.
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3. Asimismo, el 28 de junio de 2004, el mismo Tribunal Constitucional ha precisado en el Exp. Nº 2203-2002-


AA/TC, los aspectos vinculados a los montos mínimos sustitutorios y los tiempos de aplicación de la Ley
Nº 23908.

4. El Juzgado debe de considerar que por la Ley Nº 24786, Ley General del Instituto Peruano de Seguridad
Social – IPSS, del 29 de diciembre de 1987, se sustituyó el SMV, como factor de referencia para el cálculo
de la Pensión Mínima, al eliminarse la referencia a tres SMV y que en buena cuenta desde diciembre de
1987 la Ley Nº 23908 dejó de aplicarse. Dice la norma:

“Artículo 31 (Ley 24786): Las pensiones que otorga el IPSS se reajustan periódicamente,
teniendo en cuenta el costo de vida y con tendencia a beneficiar en particular a las de
menor monto, debiendo mantenerse actualizados los estudios actuariales
correspondientes.

Las pensiones mínimas se regulan en función al ingreso mínimo legalmente


establecido para los trabajadores en actividad”

5. Una evidencia definitiva sobre la derogación del artículo 1º de la Ley Nº 23908, por la Ley Nº 24786, que
reguló íntegramente el mismo objeto, está dada por el hecho que una Ley posterior rehabilita una parte de
los efectos de la Ley Nº 23908 que había cesado –se entiende- por derogación tácita: La Ley Nº 25048
(18.06.1989), que en su Artículo Único dispuso: “Para los fines del Sistema Nacional de Pensiones,
Decreto Ley Nº 19990 y Régimen de Pensiones del Decreto Ley Nº 20530, se consideran remuneraciones
asegurables y pensionables, las asignaciones por refrigerio, movilidad, subsidio familiar, las gratificaciones
por Fiestas Patrias, Navidad, escolaridad y vacaciones, que perciben o que percibían los pensionistas,
funcionarios y servidores de la Administración Pública comprendidos en el Decreto Ley Nº 11377 y
Decreto Legislativo Nº 276; asimismo los pensionistas pertenecientes al régimen del Decreto Ley Nº
19990 seguirán percibiendo los beneficios que les otorga la Ley Nº 23908".

3.2 Alcances de la Ley Nº 23908

1. La Ley Nº 23908 fue emitida el 6 de setiembre de 1984, durante el período de su vigencia, buscando de
algún modo actualizar el poder adquisitivo de las pensiones estableciendo un mínimo como parámetro
por debajo del cual no puede existir ninguna pensión en el Sistema Nacional de Pensiones del D.L. Nº
19990. Dice esta norma lo siguiente:

“Artículo 1- : Fíjase en una cantidad igual a tres sueldos mínimos vitales, establecidos para la
actividad industrial de la provincia de Lima, el monto mínimo de las pensiones de invalidez y
jubilación a cargo del Sistema Nacional de Pensiones”

2. Su emisión respondía a recuperar la pérdida del poder adquisitivo de las pensiones, ocasionado por el
severo proceso inflacionario que entonces existía en el país.
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3. Se trataba ciertamente de una norma encaminada a superar los problemas de miles de jubilados de
dicho régimen pensionario, que vieron afectada entonces su economía al reducirse en el plano real el
poder adquisitivo de sus pensiones. Buscaba una solución a un problema de entonces.

4. Sin embargo, es preciso señalar que no fue con la Ley Nº 23908 que nace el criterio del reajuste de las
pensiones, aunque si es la única que fijó en 3 sueldos mínimos vitales el monto mínimo de la pensión. El
propio D.L. 19990, del 1 mayo de 1973 señaló que las pensiones que otorga el Sistema Nacional de
Pensiones deberán ser reajustadas en el tiempo, para lo que dispuso:
a. “Artículo 79.- Los reajustes de las pensiones otorgadas serán fijados por Resolución
Ministerial a propuesta del Consejo Directivo del Seguro Social del Perú, previo estudio
actuarial que tenga en cuenta las variaciones en el costo de vida. Dichos reajustes se
efectuarán por tasas diferenciales según el monto de las pensiones, de modo de
beneficiar en particular a las menores.

b. No podrá sobrepasarse el límite señalado en el artículo anterior, por efecto de uno o más
reajustes, salvo que dicho límite sea a su vez reajustado”

5. En su origen, pues, las pensiones del D.L. Nº 19990, no estuvieron sujetas a un límite mínimo, aunque si
a un monto máximo. Precisamente, el artículo 78 del D.L. Nº 19990 dispuso este principio que obedece
a un criterio distributivo y de solidaridad al interior de un régimen pensionario y que se ha mantenido en
el tiempo obviamente con una serie de reajustes1.
a. “Artículo 78.- El Consejo Directivo del Seguro Social del Perú previo estudio actuarial
propondrá al Ministro de Trabajo el monto máximo de las pensiones que otorgará el
Sistema Nacional de Pensiones el que será fijado por Decreto Supremo con el voto
aprobatorio del Consejo de Ministros.”

6. El sistema que estructuró el D.L. Nº 19990 no partía de un minimum, sino de la determinación de la


pensión individual de la persona, la misma que debe calcularse en atención a su remuneración de
referencia en aplicación de los sistemas de cálculo dispuestos en las normas, a lo cual debía aplicarse el
monto máximo dispuesto por los estudios actuariales del SNP, a que se refiere el artículo 78 citado en el
párrafo anterior.

7. Sin embargo, como se ha señalado, no dejaba desprotegido al pensionista en cuanto a los mínimos,
debido a que lo que se establecía al otorgarse la pensión, era determinar la pensión inicial, sobre la cual
debían operar los incrementos para actualizar su poder adquisitivo con los reajustes periódicos de
carácter general otorgados en armonía con el artículo 79 del D.L. Nº 19990 y que debía ser aprobado
por norma legal expresa. Dice la norma:

1 A partir de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional contenida en Exps. Nº 1163-2001-AA/TC y Nº 678-2001-AA/TC,


se ha establecido en cuanto al monto de la Pensión Máxima Mensual, que éste se incrementa periódicamente, teniendo en
cuenta las previsiones presupuestarias y las posibilidades de la economía nacional conforme a la Primera Disposición Final y
Transitoria de la Constitución Política. Como puede advertirse, se tratan de herramientas financieras que sirven al Sistema
Nacional de Pensiones para determinar el Monto Máximo que puede otorgar y que, por consiguiente, no constituye –este
modo de determinar la Pensión Máxima Mensual- un derecho subjetivo susceptible de aplicarse ultractivamente; criterio que
ha sido sostenido de manera uniforme desde entonces hasta la actualidad en muchas sentencias del aludido Tribunal. Por la
misma razón, es decir, por tratarse de una herramienta financiera del Sistema Nacional de Pensiones, que debe ser
determinada en armonía con las posibilidades financieras, el modo de determinar el monto mínimo de la pensión tampoco
puede constituir un derecho adquirido de los asegurados. La afirmación contraria supondría que el modo de determinar la
pensión mínima constituye un derecho de los asegurados aún cuando ello no suponga relación alguna con las posibilidades
financieras del Sistema Nacional de Pensiones, lo cual es abiertamente contrario al diseño jurídico y económico del Sistema
Nacional de Pensiones.
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a. “Artículo 79 (DL 19990): Los reajustes de las pensiones otorgadas serán fijados por
Resolución Ministerial a propuesta del Consejo Directivo del Seguro Social del Perú,
previo estudio actuarial que tenga en cuenta las variaciones en el costo de vida.
Dichos reajustes se efectuarán por tasas diferenciales según el monto de las pensiones,
de modo de beneficiar en particular a las menores.

b. No podrá sobrepasarse el límite señalado en el artículo anterior, por efecto de uno o más
reajustes, salvo que dicho límite sea a su vez reajustado”

8. La Ley Nº 23908 ingresa a legislar los rangos mínimos de pensión. Sin embargo, precisa los aspectos
de actualización pensionaria que ya estaba recogida en la legislación, fijando prioridades y plazos para
su ejecución y estableciendo que este reajuste debe tener en cuenta el índice de precios al consumidor
correspondiente a la zona urbana de Lima. Con ello algunos señalan que esta norma (artículo 4 de la
Ley Nº 23908) fija un sistema de indexación automática de las pensiones; empero, olvidan que el criterio
seguido por la 23908 no niega la necesidad de que estos incrementos se efectúen sobre la base de las
posibilidades del propio Sistema Nacional de Pensiones, pues el artículo 4 de esta ley invoca y se refiere
al propio artículo 79 del D.L. Nº 19990.

9. Más aún el artículo 5 de la Ley Nº 23908 establece mayores precisiones sobre la materia al señalar que
debe ser el propio Instituto Peruano de Seguridad Social, el que en un plazo máximo de 90 días
calendarios desde la promulgación de la Ley, efectúe y publique los resultados de los estudios
actuariales que han debido emitirse de conformidad con lo previsto en el artículo 79 del D.L. Nº 19990, y
el artículo 15 del reglamento del DL Nº 22842, estableciendo que es responsabilidad del Directorio del
IPSS adoptar las medidas que garanticen el equilibrio financiero del Sistema Nacional de Pensiones y
del Régimen de Prestaciones de Salud.

10. No se trató, pues, en el caso de la Ley Nº 23908 de una indexación automática, como lo señala
falsamente el actor en su demanda, sino que requería siempre de los estudios actuariales. Si no hubiera
sido así, la Ley no hubiera hecho referencia alguna a que esta acción debía contar con los estudios
correspondientes y mantener el equilibrio financiero del propio Sistema Nacional de Pensiones.

3.3. El Sueldo Mínimo Vital y los mínimos sustitutorios

1. El Sueldo Mínimo Vital (SMV) fue un concepto remunerativo –ó índice remunerativo- creado en 1962
por el D.L. Nº 14192 que estuvo vigente al momento de la entrada en vigencia de la Ley Nº 23908 y al
que esta ley hacía referencia para efectos de la pensión mínima.

2. Sin embargo, no ha sido un concepto estático, sino que en el tiempo las unidades remunerativas de
referencia han cambiado del siguiente modo:

1. El Sueldo Mínimo Vital, era un monto fijo en dinero que se aprobaba mediante
Resolución Suprema y se otorgaba para compensar adecuadamente la pérdida del
poder adquisitivo de las remuneraciones. Fue el primer índice remunerativo creado por
el D.L. Nº 14192, del 21.08.1962.
2. El Ingreso Mínimo Legal, sustituye al Sueldo Mínimo Vital, y le adiciona la bonificación
suplementaria.
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3. La Remuneración Mínima Vital, se crea a partir del Decreto Supremo Nº 054-90-TR


(20.08.1990) y considera la unificación del Ingreso Mínimo Legal, la bonificación por
movilidad y la bonificación suplementaria adicional. Todo ello en un solo concepto,
aunque manteniendo la especificidad individual de cada concepto.

3. El Decreto Supremo Nº 054-90-TR, norma que crea la Remuneración Mínima Vital (RMV), estableció
que el Ingreso Mínimo Legal “incorpora y sustituye el Sueldo Mínimo y la bonificación por movilidad”.
Con ello determinó que este nuevo concepto deba ser considerado para la liquidación de la pensión
mínima. Ello, en virtud de lo establecido por el artículo 4° del Decreto Supremo Nº 054-90-TR, que
señaló lo siguiente:

“El Ingreso Mínimo Legal a que se refiere el inciso a) del artículo 3° del presente Decreto
Supremo, regirá para los efectos legales y convencionales en qué hubiere sido considerados,
como base de referencia, excepto lo establecido en la disposición transitoria.”

4. Esto ha sido determinado así de claro por el TC en la sentencia referida del 28 de junio del 2004, (Exp.
N.° 2203-2002-AA/TC) caso de Juan Ruiz Zambrano, en donde ha señalado que:
“b. La pensión mínima originalmente se estableció en un monto equivalente a tres sueldos
mínimos vitales, pero, posteriormente, las modificaciones legales que regularon los sueldos o
salarios mínimos de los trabajadores, la transformaron en el ingreso mínimo legal, el mismo
que, solo a estos efectos, debe entenderse vigente hasta el 18 de diciembre de 1992.”

5. Con ello queda claramente determinado que no se aplica en ningún caso para efecto pensionario la
remuneración mínima vital y en todo caso la aplicación de la Ley Nº 23908 tiene un efecto limitado en el
tiempo.

6. Ahora bien, planteada la no aplicación de conceptos distintos al Ingreso Mínimo Legal (no es de
aplicación entonces la Remuneración Mínima Vital conforme a lo determinado por el TC) y que el actor
percibe lo que legalmente le corresponde y por lo tanto a la fecha no es de aplicación la Ley Nº 23908,
queda por plantear nuestra argumentación respecto a desde cuando debe contemplarse la vigencia de
la Ley Nº 23908 y hasta cuando. Y aquí hay una diferencia con lo señalado por el TC que queremos
puntualizar.

7. La defensa de la ONP considera que existe una diferencia de apreciación jurídica en el caso de la Ley
Nº 23908, pues dicha norma estuvo vigente no hasta la dación del D.L. Nº 25967 como se dice en las
sentencias citadas, pues se considera que el Tribunal Constitucional ha soslayado que la pensión
inicial o mínima desaparece a partir de la entrada en vigencia de la Ley Nº 24786 (29/12/87), Ley
General del Instituto Peruano de Seguridad Social – IPSS, que sustituyó el SMV, como factor de
referencia para el cálculo de la Pensión Mínima, por el de IML (Ingreso Mínimo Legal), eliminando la
referencia a tres SMV. Dice la norma:

“Artículo 31 (Ley 24786): Las pensiones que otorga el IPSS se reajustan periódicamente,
teniendo en cuenta el costo de vida y con tendencia a beneficiar en particular a las de menor
monto, debiendo mantenerse actualizados los estudios actuariales correspondientes.

Las pensiones mínimas se regulan en función al ingreso mínimo legalmente establecido


para los trabajadores en actividad”
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8. Si queremos advertir los términos de las modificaciones introducidas por esta norma, deberemos
apreciar que:
 Se ratifica el principio de reajuste periódico de las pensiones.
 Se ratifica que tales reajustes deben efectuarse en armonía con
Los estudios actuariales
Las variaciones en el costo de vida.
 Se indica que el monto mínimo de la pensión ya no es 3 SMV sino que éste
debe ser determinado en función al ingreso mínimo de los trabajadores en
actividad. No se señala que sea igual o equivalente, sino que debe ser
establecido «en función a» éste.

9. Así lo esta entendiendo el Poder Judicial actualmente, tal como se puede observar en la Sentencia
recaída en el Expediente Nº 2004-42371-0-0100-J-CI-48, en los seguidos por Godofredo Rodríguez
Rojas contra la ONP, ante el 48 Juzgado Civil, la cual declara Infundada la demanda y establece que:
“...se tiene que la pretensión del recurrente carece de asidero, toda vez que no se tiene en
consideración que por disposición del artículo 31º de la Ley 24786, se produjo la derogación
tácita del sistema de reajuste de las pensiones de jubilación, las cuales venían siendo
reajustadas bajo los alcances de la Ley 23908 hasta la entrada en vigencia de la señalada Ley
24786 (promulgada el veintinueve de diciembre de mil novecientos ochenta y siete); en este
sentido, la pretensión del recurrente esta destinada a la aplicación ultraactiva de una norma
que fue derogada exprofesamente y que, más aún, no se encontraba vigente al momento del
otorgamiento de la pensión de jubilación correspondiente al demandante..”

10. Una evidencia definitiva sobre la derogación del artículo 1º de la Ley Nº 23908, por la Ley Nº 24786,
que reguló íntegramente el mismo objeto, está dada por el hecho que una Ley posterior rehabilita una
parte de los efectos de la Ley Nº 23908 que había cesado –se entiende- por derogación tácita: La Ley
Nº 25048 (18.06.1989), en su Artículo Único dispuso:
“Artículo Único.- Para los fines del Sistema Nacional de Pensiones, Decreto Ley Nº 19990 y
Régimen de Pensiones del Decreto Ley Nº 20530, se consideran remuneraciones asegurables
y pensionables, las asignaciones por refrigerio, movilidad, subsidio familiar, las gratificaciones
por Fiestas Patrias, Navidad, escolaridad y vacaciones, que perciben o que percibían los
pensionistas, funcionarios y servidores de la Administración Pública comprendidos en el
Decreto Ley Nº 11377 y Decreto Legislativo Nº 276; asimismo los pensionistas
pertenecientes al régimen del Decreto Ley Nº 19990 seguirán percibiendo los beneficios
que les otorga la Ley Nº 23908".

11. Como puede apreciarse, la norma no restablece el régimen de beneficios otorgados por la Ley Nº
23908 para el universo de ASEGURADOS del Sistema Nacional de Pensiones sino únicamente para
quienes tenían, a la fecha de publicación de la Ley Nº 25048, la calidad de PENSIONISTAS, que son
los asegurados que ya gozan de una pensión a cargo del SNP. Para ellos, y no para quienes aún no
han accedido a pensión, es que se establece la continuidad de los beneficios aludidos.

12. Finalmente, se promulgó el D.L. Nº 25967 (18.12.1992), que al modificar nuevamente el régimen del
Reajuste de Pensiones, modificó también la Ley Nº 24786. En su artículo 5, precisó lo ya establecido
por el artículo 31 de la Ley 24786, y antes por el artículo 79 del D.L. Nº 19990, en el sentido que los
reajustes deben efectuarse en función a las posibilidades financieras del SNP.

13. Sin embargo, es necesario efectuar algunas precisiones en cuanto a la fecha de vigencia de la
aplicación de los 3 sueldos mínimos vitales a que se refiere la Ley Nº 23908 señalado por el Tribunal
11

Constitucional, en lo relativo a que este régimen aparentemente estuvo en vigencia hasta la dación del
D.L. Nº 25967 (19.12.92).

14. Así, conforme a las modificaciones del SMV en el tiempo, la Ley Nº 23908 carecía de un referente
vigente desde que no existía este concepto por mandato del D.S. Nº 054-90-TR desde el 20.08.1990 al
ser reemplazado por el Ingreso Mínimo Legal (mínimo vital sustitutorio según mandato legal). Empero,
la fecha de corte de este sistema se dio con la Resolución Ministerial Nº 091-92-TR (del 04.04.92).

15. En conclusión el sueldo mínimo vital concluyó hacia 1990 (D.S. Nº 054-90-TR) y fue continuado por
mandato legal –como mínimo vital sustitutorio- por el Ingreso Mínimo Legal desde entonces hasta la
expedición de la Resolución Ministerial Nº 091-92-TR publicada el 8 de abril de 1992, que en materia
pensionaria fue desestimada cuando se señaló por la (Resolución Ministerial Nº 091-92-TR) que el
Instituto Peruano de Seguridad Social (IPSS) determina el reajuste del monto de las pensiones de los
regímenes que administra.

16. Estos Reajustes se fueron produciendo en la práctica a través de resoluciones de alcance general
expedidas por el Instituto Peruano de Seguridad Social, de acuerdo al previo análisis de la situación
financiera del Sistema Nacional de Pensiones.

17. De esta forma, no puede entenderse, como lo hace el Tribunal Constitucional, que la fecha de corte del
sistema de 3 SMV o mínimos sustitutorios desaparece a partir de la dación del D.L. Nº 25967, sino que
–dada la existencia de una norma legal expresa que así lo determina- debe entenderse que ello cambia
a partir de la Resolución Ministerial Nº 091-92-TR (04.04.92) que estableció que el reajuste de las
pensiones serán efectuados por el IPSS, pues a partir de entonces es que el sistema cambia a un
nuevo modelo que luego fue ratificado por el D.L. Nº 25967.

3.3 La pensión Inicial del actor fue superior a 3 sueldos mínimos vitales

1. Es importante señalar que el Sistema Nacional de Pensiones dejó de aplicar el criterio de la Ley Nº 23908
por mandato de la Resolución Ministerial Nº 091-92-TR del 8 de abril de 1992. Sin embargo, es pertinente
señalar que la aplicación de la Ley Nº 23908 en la práctica no operaba, pues los montos de los mínimos
en aplicación del concepto sustitutorio (Ingreso Mínimo Legal) no eran pertinentes ni más beneficiosa para
los pensionistas pues se trataba de una cifra que, en la gran mayoría de casos, era superada
económicamente por la pensión inicial que otorgaba el IPSS en función a la remuneración de referencia.

2. En la fecha que el IPSS le otorgó la pensión inicial al actor (01 de febrero de 1986), estaba vigente el DS
Nº 011-86-TR que fijó el Sueldo Mínimo Vital en I/. 135.00 Intis que multiplicado por tres nos da la suma
de I/. 405.00 Intis; sin embargo, como podemos apreciar de la resolución administrativa cuestionada por el
actor, la pensión inicial que se le otorgó, entonces, fue de I/. 2,066.13 Intis, monto que representaba más
de 3 veces el SMV de la fecha.
12

3. En tal sentido, si se le aplica el criterio que señala el actor, la pensión inicial debería ser reducida y es a
ese monto que se le deben aplicar los aumentos de la pensión decretados por el Gobierno.

4. El IPSS, entonces, aplicó entonces lo más benéfico para el jubilado. Téngase en cuenta- reiteramos- que
un criterio distinto aplicado judicialmente podría significar una disminución de la pensión, lo que
perjudicaría al actor.

3.4 Sobre la pretendida indexación automática

1. Según la demanda, el actor tendría derecho al reajuste de su pensión vía indexación automática de
conformidad con el artículo 4 de la Ley 23908. Sin embargo, consideramos que este es un tema que debe
evaluarse debidamente pues las normas no establecen lo que afirma la demanda.

2. En primer lugar debemos indicar que el Tribunal Constitucional en la sentencia recaída en el Expediente
0198-2003-AC/TC ha señalado que:
“....es necesario precisar que el referido reajuste de las pensiones esta condicionado a
factores económicos externos y al equilibrio financiero del Sistema Nacional de Pensiones y
que no se efectúa de forma indexada o automática”

3. De esta manera queda claramente establecido que la solicitud de reajuste automático del actor, de
conformidad con el artículo 4 de la Ley 23908, debe ser declarada infundada por el Juzgado, toda vez que
el Tribunal Constitucional a indicado que el mismo no puede proceder de forma automática, toda vez que
depende de las posibilidades financieras de la Administración.

4. Los fundamentos de este criterio asumido por el Tribunal, según lo señalado por la Oficina de
Normalización Previsional, se basan en que la Ley Nº 23908 fue dictada dentro del marco general que rige
al Sistema Nacional de Pensiones regulado por el Decreto Ley Nº 19990. En este sentido, al hacer
referencia esta norma a la prioridad trimestral para el reajuste de las pensiones teniendo en cuenta la
variación del costo de vida, tal reajuste debe operar necesariamente sobre la base de las reglas generales
de Reajuste de Pensiones establecidas en el texto del Decreto Ley Nº 19990.

5. En efecto, como se ha señalado anteriormente la propia Ley Nº 23908 en su artículo 4 se remite a las
disposiciones del artículo 79 del Decreto Ley Nº 19990 y a los artículos 60 al 64 de su Reglamento
aprobado por Decreto Supremo Nº 011-74-TR. De manera tal que esta Ley no hace más que adicionar a
las normas existentes entonces, algunas reglas para la determinación del Reajuste de las Pensiones. El
artículo 4 de esta norma expresa:
“El reajuste de pensiones a que se contrae el artículo 79° del Decreto Ley N°19990 y artículo
60° a 64° de su reglamento, se efectuará con prioridad trimestral, teniendo en cuenta las
variaciones del costo de vida...”.

6. Por su parte, el artículo 79 del Decreto Ley Nº 19990 hace referencia a que el reajuste de pensiones se
realiza previo estudio actuarial, teniendo en cuenta las variaciones del costo de vida y tasas diferenciales
a favor de las pensiones de menores montos. A su vez, el artículo 64 del Reglamento del D.L. 19990,
13

aprobado por D.S. Nº 011-74-TR, señala que dicho informe actuarial debe especificar la suma total
destinada al reajuste y analizar su efecto en el equilibrio financiero del Sistema Nacional de Pensiones.

7. En ese sentido, la referencia a la variación del costo de vida para el reajuste trimestral dispuesto por el
artículo 4 de la Ley Nº 23908, resulta ser un elemento adicional, pero no único, a tener en cuenta por parte
de la Administración al momento de efectuar y disponer el reajuste de las pensiones del Sistema Nacional
de Pensiones.

8. Como se aprecia, de acuerdo a artículo 79 del DL 19990, los reajustes debían ser fijados a través de
norma legal expresa y debían ser establecidos siempre que se cumplieran dos requisitos esenciales:
 La previa realización de un estudio actuarial.
 Debían tener en cuenta las variaciones en el costo de vida.

9. El Estudio Actuarial permite determinar las posibilidades financieras del sistema, antes de decidir el
otorgamiento de incrementos en el monto de las pensiones; es decir que si la situación financiera del
Sistema Nacional de Pensiones no lo permite, no pueden otorgarse incrementos. Hay incrementos,
siempre que el sistema pueda pagarlos. Recuérdese que el Sistema Nacional de Pensiones, según el
artículo 6 del DL 19990, se financia con las aportaciones, el producto de las multas por infracciones, el
rendimiento de las inversiones, los intereses de capitales y reservas, y las donaciones. En tal sentido,
ningún incremento en el monto de las pensiones debe afectar el presupuesto público, situación que ha
variado en la actualidad, pues cada pasivo que debe asumir el SNP termina por incorporarse al pasivo
contemplado en el Presupuesto General de la República, afectando seriamente no sólo el equilibrio
financiero del SNP sino también, la Situación Económica General de la Nación. La distorsión, como
apreciamos, se ha hecho regla e invade el sistema, sumiéndolo en grave crisis.

10. La norma, pues no dispone que los incrementos respondan directa o automáticamente a las variaciones
en el costo de vida (lo cual sería una indexación típica) sino que al otorgarse incrementos, con base en las
posibilidades financieras del Sistema Nacional de Pensiones, debe tenerse en cuenta, sobre la relación
entre estas posibilidades y las variaciones en el costo de vida, que señalan una necesidad creciente.

11. El otorgamiento de incrementos en el monto de las pensiones debía, pues, regirse por una regla esencial:
estar en armonía con las posibilidades económicas del SNP establecidas en los estudios actuariales. Tan
cierta es esta afirmación que el artículo 64 del DS Nº 011-74-TR, Reglamento del DL 19990, dispuso que
los informes actuariales, debían analizar el efecto del incremento en el equilibrio financiero del sistema;
cuidadosa disposición que obligaba a otorgar incrementos sólo sobre la base de lo que el sistema permite
otorgar, lo que supone analizar los efectos del incremento no en el presente solamente sino sobre la
posibilidad del sistema de soportar en el futuro, sus efectos:
“Artículo 64 (DS 011-74-TR, del 31.07.1974): El informe actuarial dispuesto por el artículo 79 del
Decreto Ley Nº 19990, deberá especificar la suma total destinada al reajuste y analizar su
efecto en el equilibrio financiero del Sistema Nacional de Pensiones.

12. Entonces, en el Sistema Nacional de Pensiones para que opere un reajuste de pensiones a la luz del
artículo 79° del DL N° 19990 y del artículo 4° de la Ley N° 23908, si bien deberán considerarse las
14

variaciones del costo de vida en función al IPC de la zona urbana de Lima, ello deberá ser
necesariamente sujeto a los estudios actuariales a fin de determinar la factibilidad y el nivel del incremento
de las pensiones. El reajuste de pensiones implicará entonces una serie de actos, que no se reducen a la
sola aplicación automática del IPC (indexación).

IV. EL PAGO DE INTERESES SOLO PROCEDE DE MANERA EXCEPCIONAL EN MATERIA PREVISIONAL

1. La pretensión accesoria de pago de intereses legales incoada por el actor no es susceptible de ser
amparada toda vez que ella no resulta ser una obligación compatible con la naturaleza de las
prestaciones de orden previsional. La normatividad vigente aplicable así lo ha establecido.

2. En efecto, las normas previsionales contenidas en D.L. 19990, sus modificatorias y ampliatorias no prevén
el pago de los intereses reclamados por el accionante, por ende la demanda en este extremo es
manifiestamente improcedente.

3. La Ley Nº 28266 ha ratificado este criterio al señalar, respecto del fraccionamiento de devengados, que es
legítimo efectuarlo hasta por el plazo de un año sin generarle a la ONP la obligación de pago de
intereses. Sólo en el caso que el plazo del fraccionamiento sea mayor entonces, ordena la ley que, a la
respectiva alícuota deberá aplicársele la tasa de interés legal fijada por el BCR.

4. Entonces, para que la posición del accionante fuera válida en relación a la existencia de una obligación
actual de pago de intereses en materia pensionaría, tendría que existir una norma que así lo establezca
dentro de las normas que regulan el Sistema Nacional de Pensiones. Sin embargo, como lo hemos
precisado las normas previsionales únicamente establecen la forma de cálculo de los diversos beneficios
que otorgan, modalidades, requisitos y en su caso el cálculo de la pensión y devengados que se pudieran
originar.

5. Adicionalmente, existe una norma plenamente vigente que expresamente señala que el pago de intereses
solicitado por el actor es improcedente: el numeral 7.5 del Anexo del Decreto Supremo No. 159-2002-EF,
que forma parte integrante del mismo, publicado con fecha 25 de octubre de 2002 en el Diario Oficial “El
Peruano”, establece de manera clara e incontrovertible que en las reclamaciones de naturaleza
previsional no procede pago alguno por concepto de intereses, de lo que se desprende inequívocamente
que esta pretensión también debe ser desestimada por el Juzgado.

6. De los fundamentos que anteceden se desprende que la Administración no tiene ninguna obligación a su
cargo referida al pago de intereses legales a favor del actor, máxime si en este sentido se viene
pronunciando el Tribunal Constitucional, Organo Jurisdiccional que mediante Sentencia expedida en la
Causa N° 006-2002-AT/TC, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04 de abril de 2003 ha establecido
que no existe norma legal que ordene que ONP deba pagar intereses. Adicionalmente, se señala
expresamente que la Ley N° 25920 tampoco contiene mandato expreso en ese sentido que ONP deba
acatar. Así tenemos que la referida sentencia señala textualmente que:
15

“En cuanto a la pretensión contenida en la demanda no se ha acreditado en autos la


existencia de una norma o acto administrativo que ordene a la ONP que cumpla con
pagar, a favor del demandante, la suma de siete mil treintiocho Nuevos soles con
sesentidós centimos (S/. 7,038.62), por intereses y pensiones de jubilación
devengadas. En tal sentido no se puede pretender que la liquidación de parte
presentada por el demandante (de fojas 5 a 7) tenga el carácter de acto administrativo,
dado que no reune ni las características, ni las formalidades necesarias al efecto.
De otro lado, el demandante ha hecho referencia al Decreto Ley N| 25920 que dispone
que el interés que corresponde pagar por adeudos de carácter laboral es el fijado por el
Banco Central de Reserva del Perú; sin embargo dicha norma tampoco contiene
mandato expreso que deba cumplir la ONP”.

7. El mismo Tribunal Constitucional se ha pronunciado además mediante Sentencia expedida el 28 de


noviembre de 2003 en el Expediente N° 2984-2002-AA/TC, Acción de Amparo incoada por don Domingo
Béjar Ferreccio en los términos siguientes:
“Respecto al pago de intereses legales, el Tribunal Constitucional, no puede
pronunciarse, por no ser tal reclamación de naturaleza constitucional, ni por ser ésta
la vía pertinente”

8. En el mismo sentido se ha pronunciado la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Lima, en la Sentencia
de fecha 18 de agosto de 2003, recaída en el Expediente N° 451-2003 en la que se consigna que:
TERCERO.- “...que en cambio no procede el pago de intereses desde que en
materia previsional la ley no establece la asunción de los mismos, al no tratarse de
obligaciones de dar suma de dinero, sino fundamentalmente la determinación de un
derecho para gozar de una pensión se cesantía...”

9. A manera de conclusión recalcamos que las obligaciones de carácter previsional por su propia naturaleza
no son en si mismas susceptibles de generar intereses y sólo de darse el supuesto excepcional previsto
en la Ley Nº 28266, al que antes hemos hecho referencia, es que podría tratarse este tema.

V. FUNDAMENTACIÓN JURÍDICA

1. EL artículo 1 de la Ley 23908, donde se desprende que el concepto remunerativo a utilizar en los
casos de aplicación de la Ley 23908 es el Sueldo Mínimo Vital.
2. El Decreto Supremo Nº 054-90-TR, norma por la que se crea la REMUNERACIÓN MINIMA VITAL
(RMV), que es otro concepto remunerativo. Según esta norma, la Remuneración Mínima Vital (RMV)
está integrada por el Ingreso Mínimo Legal (IML) y la bonificación por movilidad y bonificación
suplementaria adicional.
3. Artículo 31 de la Ley Nº 24786 (29/12/87), Ley General del Instituto Peruano de Seguridad Social; por
la cual se deroga la Ley 23908 al establecerse una nueva formula de cálculo para determinar la
pensión mínima.
4. Los artículos 196 y 200 del Código Procesal Civil, en cuya virtud la presente demanda deviene en
infundada.

Estos fundamentos de orden jurídico demuestran no sólo la legalidad de la actuación de los


funcionarios de la Administración Pública, sino también la falta de sustento de la demanda, lo que
determina que la misma no sea atendible en sede judicial.
16

VI. MEDIOS PROBATORIOS

Ofrecemos como medios probatorios que acreditan nuestra posición los siguientes:

1. El mérito del texto de la demanda que corre en autos, por cuya virtud se demuestra que la
pretensión del actor carece de fundamentos. Las afirmaciones del accionante contenidas en la
demanda tienen la calidad de declaración asimilada de la parte que las efectúa, de conformidad con lo
dispuesto por el Código Procesal Civil.
2. La Resolución No. 71705-86, del 14 de marzo de 1986, mediante la cual se le otorgó al actor la
pensión de jubilación que en la actualidad percibe.

VII. ANEXOS

En calidad de anexos, adjuntamos los siguientes documentos:

1-A Copia del D.N.I. que identifica el representante legal que suscribe el presente escrito.

1-B Copia certificada del Testimonio de la Escritura Pública otorgado ante el Notario Dr. César
Francisco Torres Kruger, documento que acredita las facultades del representante legal de la
Oficina de Normalización Previsional que suscribe el presente escrito.

POR TANTO:

Al Juzgado solicitamos tenga por contestada la demanda de autos, valore los argumentos expuestos y,
oportunamente la declare INFUNDADA.

TERCER OTROSI DECIMOS: Que, atendiendo a que el proceso está referido específicamente a establecer si
corresponde o no la aplicación de la Ley 23908 a la pensión del accionante, siendo por consiguiente la materia
controvertida en el presente caso de puro derecho, solicitamos, respetuosamente, a su Despacho prescindir del
expediente administrativo del actor como medio probatorio, en virtud de lo que procedería dejar sin efecto el
mandato contenido en la Resolución Nº 1, en lo que respecta a la remisión de los referidos actuados
administrativos al Juzgado.

CUARTO OTROSI DECIMOS: Que, designamos como Abogados de la Oficina de Normalización Previsional a
los doctores Alberto Quintana Sánchez, Víctor Acuña Arcos, Amelia Espinosa Dávalos y Jeannie Santana
Manrique.

QUINTO OTROSÍ DECIMOS: Que, de conformidad con lo dispuesto en el art. 80 del C.P.C., otorgamos
facultades generales de representación establecidas en el Art. 74 del precitado, a los Abogados antes
nombrados y habiendo señalado domicilio real, declaramos estar instruidos de los alcances de la
representación que delegamos.
17

SEXTO OTROSI DECIMOS: Que, facultamos a los señores Roberto Carlos Córdova Castro, Oliver Tito
Cuevas, Julio Velásquez Aquije, Alexander Tafur Glenny, Víctor Quinto, Manuel Calero López, Wilmer
Alburqueque Álvarez, así como a la señorita Rosalba Aljovín Mathey, para que conjunta e indistintamente puedan
dar lectura y revisión de los autos, así como se les pueda hacer entrega de los recaudos, oficios, exhortos, copias
simples yo copias certificadas que se pudiera expedir en el presente proceso.

SÉPTIMO OTROSI DECIMOS: Que, por efectos de la Ley No. 27231, nuestra Institución se encuentra
exonerada del pago de Tasa Judicial por ofrecimiento de pruebas.

Lima, 07 de Agosto de 2006.

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