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Debilidades y Desafíos Como Investigador. Jaime - Esteban - Rodríguez
Debilidades y Desafíos Como Investigador. Jaime - Esteban - Rodríguez
Investigador.
GRUPO: G1
Tabla de contenido
Debilidades y desafíos como Investigador. .............................................................................. 2
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Ante ello surgen dos preguntas: ¿cuáles son esas dimensiones complementarias del ser
investigador que la educación superior puede destacar en la forja de espíritus
científicos?, y ¿cuáles son los obstáculos que nos corresponde superar? Para responder
acudo a la experiencia comprensiva, que me ha enseñado que en este asunto de
contribuir a abrir caminos de indagación y de participar en la forja de espíritus científicos
a partir de su deseo es imprescindible discutir y analizar
tres dimensiones, complementarias entre sí, que intervienen en este proceso lento, pero
necesario. Estas son: el deseo del sujeto, la voluntad política de la institución y el campo
del saber. Estas dimensiones tienen que ver con las preguntas centrales de todo
proyecto de investigación formativa o científica: ¿qué investigar?, ésta implica al campo
del saber, del conocimiento y de la realidad que se explora, y ¿cómo investigar?, que
involucra a los sujetos y la institución, por las actitudes, aptitudes, competencias y apoyos
requeridos para su desarrollo.
El ideal de ser investigador implica avizorar los problemas del entorno, ser capaces de
mantener un pensamiento sistemático de observación, de preguntarse por lo que desean
ser, por lo que estudian, por lo que hacen, por lo que piensan; ser capaces de dudar, con
argumentos significativos, frente al conocimiento que se brinda; de curiosear entre
múltiples referentes bibliográficos; de indagar más allá de lo simple y cotidiano; ser
capaces de replantearse los paradigmas desde donde hablan los docentes, como así ha
de ser el espíritu investigativo; es ir formándose su propia personalidad conceptual con
el estudio riguroso que la ciencia y los demás saberes nos aportan día tras día; es ser
capaz de trabajar intelectualmente con persistencia y profundidad sobre los problemas
de cualquier orden; es ser productivo intelectualmente, mostrando escritos que
argumenten sus verdades; es ser capaz de asumir el aprendizaje como proyecto de vida
e incentivar la autoestima profesional para superar las inseguridades que la debilitan; en
últimas, es darle sentido y significado a su acción de cuidar desde el acto de conocer.
como docentes o que recibimos como estudiantes; hemos creído que la investigación es
una materia más por cumplir en el currículo, o que es interés de un pequeño grupo de
docentes, o que es una serie de tareas y compromisos que el currículo fragmentado
exige; no se asume como un compromiso ético-social del rol docente y del rol de
estudiante.
Formar ese ser investigador implica superar estos obstáculos iniciales, haciendo
conciencia de esa lucha permanente que debemos mantener contra la propensión al
conservadurismo y el conformismo intelectual, pues, como Bachelard nos lo advierte, al
final, el instinto formativo acaba por ceder frente al instinto conservativo. Llega un
momento en el que el espíritu prefiere lo que confirma su saber a lo que lo contradice,
en el que prefiere las respuestas a las preguntas.
A manera de síntesis. He aprendido que para forjar y cualificar espíritus científicos en los
que se articulen las tres dimensiones complementarias planteadas es necesario
acciones prácticas; en primer lugar, abonar el terreno y esparcir semillas; para ello, entre
muchas cosas que se pueden hacer, considero necesario potenciar el trabajo en grupo,
pues el colectivo se convierte en un catalizador de ideas y argumentos que posibilitan al
joven investigador decantar sus propios conceptos, para entrar en una dinámica de
relación entre ellos que le darán un cuerpo coherente de lo comprendido. Y el colectivo
se convierte en una red que potencia la credibilidad y el respeto por las ideas del autor,
pero a su vez visibiliza los campos oscuros y los contornos del conocimiento en los cuales
puede incidir con sus nuevas preguntas, es decir, comprender que tiene un territorio por
explorar, un terreno propio desde el cual puede tejer nuevo conocimiento.