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Proyecto “Justa, Villa El Salvador por la

justicia e igualdad”: luchando por la


existencia de un mañana
En el 2018, 1 de cada 2 mujeres en Villa El Salvador se vio afectada por la
violencia de género, según un estudio realizado por el Programa de Naciones
Unidas para el Desarrollo.

Reunión entre la comunidad y las organizaciones para conocer un protocolo que abordará la
violencia contra las mujeres en VES / Fuente: justa.pe.undp.org

De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Villa El


Salvador es un distrito que posee un alto índice de violencia contra las mujeres. Por lo
regular, este tipo de abuso no es denunciado: solo 1 de cada 4 víctimas se acerca a un
proveedor de servicios en busca de ayuda. Esta investigación no solo es la primera en
examinar el impacto y los costos de la violencia de género en la región, sino que
también destaca el valor del apoyo que brindan las redes de mujeres para abordar esta
situación.

Es así como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo presentó el proyecto
“Justa, Villa El Salvador por la justicia e igualdad” a finales del año 2018, un programa
que muy pocos conocieron. Fue liderada por mujeres víctimas de abusos y desde su
experiencia buscaron seguir adelante ayudando a más mujeres e impulsando a las
comunidades para tener una formación sin violencia. JUSTA se replicó en territorios
como: Cajamarca, Cajabamba y Cachachi con el objetivo de complementar los canales
de ayuda, generar confianza en los ciudadanos, empoderar a la mujer y generar una
mayor libertad de expresión.

En el 2019, luego de haber identificado a todos los interesados en participar del


proyecto, se creó la Instancia Distrital de Concertación de Villa El Salvador. Tanto las
organizaciones de mujeres como participantes de la Instancia y los talleres de
empoderamiento fueron factores importantes para que esta se convierta en una Instancia
de Concertación Plus en Villa El Salvador.
El proyecto elaboró una lista de acciones específicas contra la violencia de género para
el periodo 2021-2022, estas se dividieron según los objetivos planteados. En primer
lugar, tenemos a la prevención, para ello se realizaron charlas sobre salud mental en la
comunidad, teniendo como base al Programa de Acompañamiento Emocional
desarrollado por JUSTA. El programa constaba de 13 sesiones en donde recibirían
módulos de acompañamiento emocional y talleres de creación literaria, de esta forma
buscaban que cada participante logre reconocerse como persona y expresarse a través de
la escritura. En segundo lugar, está la prevención y protección, en tal sentido se
reforzaron los servicios de apoyo para las sobrevivientes de violencia y sus familias. En
tercer lugar, se halla el fomento del empleo para las mujeres, donde se desarrollaron
programas de capacitación e inclusión laboral para ellas. Con respecto al último
objetivo, se trata del seguimiento y evaluación del proyecto, en este punto se supervisó
el progreso e impacto de este en el distrito y con ayuda de una plataforma se obtuvieron
los resultados del plan ejecutado.

Como parte del plan JUSTA, la comunidad de Villa El Salvador tomó como iniciativa
transmitir arte de diferentes maneras. Se sabe que el arte es una forma de expresar todas
aquellas emociones que llevamos dentro. Por lo que JUSTA hizo uso de este para crear
un portal que permitiera a las ciudadanas ejercer sus derechos. Así como promover, de
forma creativa, una cultura de identidad, igualdad de género y no violencia.

Mural pintado en la Comisaria de Villa El Salvador / Mural pintado en el Hospital Juan Pablo Segundo /
Fuente: justa.pe.undp.org Fuente: justa.pe.undp.org

Entre esas expresiones artísticas podemos encontrar murales que muestran a Villa El
Salvador como un distrito con mujeres líderes que hacen frente a múltiples desafíos
cotidianos. Todos ellos han sido elaborados por artistas visuales que trabajaron a la par
con vecinos y niños del distrito con la finalidad de integrarlos a la actividad. En ellos se
pueden visualizar frases motivacionales, información relevante sobre centros de ayuda
para mujeres que lo requieren, imágenes referenciales a la mujer, etc.
De igual manera, se creó un programa de radio llamado “Mujeres que no se dejan” en el
que se tratan diversos temas como los centros de ayuda, el local donde se reunían cada
semana y entre otros. Hasta el día de hoy la radio es un medio de comunicación que
permite transmitir información clara y precisa para cada sector dependiendo a quién va
dirigido el programa. Este espacio se caracteriza por resaltar lo importante que es la
igualdad entre hombres y mujeres, generando conciencia sobre ella. Su emisión fue por
la Radio Stereo Villa, que en su momento fue una de las más escuchadas en Lima Sur.

Incluso, se publicó una obra literaria titulada “Juntas florecemos”, donde se recopilan
relatos de las miembros de la Red de Lideresas JUSTA en contexto de pandemia. Todas
ellas han abordado el arte desde su lado más personal. Utilizaron la escritura como una
herramienta para compartir sus deseos, aspiraciones, temores y frustraciones con otras
mujeres. Sirviendo como ejemplo de superación para todas ellas.

En síntesis, es fundamental empoderar a todas las mujeres, así como capacitarlas para
que puedan participar activamente en la toma de decisiones comunitarias que impliquen
prevenir y reducir la violencia en su localidad. Se debe reconocer y valorar el activismo
de estas mujeres, puesto que a pesar de vivir situaciones difíciles en su día a día, están
dispuestas a ofrecer sus talentos, capacidades y recursos para generar un cambio
favorable en la sociedad.

El trabajo realizado por la Red JUSTA es admirable. El proyecto ha conseguido reducir


los niveles de tolerancia a la violencia y ha brindado una respuesta eficiente frente a las
acciones violentas reportadas en la zona. Volvió partícipes a cada uno de los miembros
de la comunidad, creó lazos de confianza entre ellos y promovió el cuidado de la salud
mental, un aspecto que ha sido descuidado en los últimos años. Definitivamente, fue una
iniciativa que motivó a toda una localidad para trabajar conjuntamente hacia un mismo
objetivo, obteniendo el bien común. Pese a que este programa ya culminó, sería muy
útil replicarlo a nivel nacional e internacional, puesto que podría significar el comienzo
del fin para la violencia de género, un mal que acecha en silencio.

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