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La historia del Estado de derecho es un desarrollo continuo, como la historia del Estado en

común o la historia de la benevolencia. Pero enfocándonos en el ejemplo surgido tras la


revolución liberal, lo cierto es que el cambio fue una constante que continúa hasta hoy.
Sistema de Derechos Fundamentales, Ciertamente, el acontecimiento más importante es la
transición del llamado "estado liberal" al "estado de bienestar", que se distingue por
diferencias significativas en periodos importantes. Así pasamos de la fase en que las
autoridades eran sujetos pasivos en la economía y se limitaban a velar por el orden público, a
individuos eficaces y resolutivos en la economía y el mercado. Estamos asistiendo a la
expansión del sufragio de un sistema de censo limitado al reconocimiento del sufragio
ecuménico. Los Guardianes Imperiales pasaron de la abstracción del estado a la abstracción
de la población. Sin embargo, un cambio importante ha venido desde la derecha, el llamado
movimiento obrero y de derechos sociales, relacionado con las relaciones laborales, que antes
no existía.
Esta tendencia despreocupada conducirá sin duda a la percepción de que el “estado de
bienestar” llegará a su fin en el futuro. De hecho, la llamada “crisis del estado del bienestar”
ya forma parte del programa de aprendizaje sobre el tema, con escenarios emergentes que
parecen un retorno a fases e ideas ya superadas, pero en realidad el estado inicia una nueva
comprensión.
En todo caso, centrándonos en los derechos, el desarrollo anterior resultó ser más rápido de lo
que podría asociarse con el concepto de Estado, ya que el surgimiento de los derechos
sociales fue una tipología de los derechos. Ha demostrado ser la demostración más efectiva y
precisa de cómo el Régimen jurídico está adaptado a la Enmienda Social. Nos gustaría
abordar estos nuevos derechos en este artículo. Mucho tiene que ver Internet y este mundo
virtual que se atreve a ser protagonista del presente y del futuro, y me gustaría considerar
cómo afectará esto al desarrollo del modelo nacional.
En este sentido, la doctrina es pacífica al clasificar los denominados “derechos de primera
generación” entre los denominados derechos civiles y políticos. Correcto. Aquí están los
derechos como la propiedad, la libertad y el honor. Los de 'segunda generación' se integran
con el surgimiento del estado de bienestar y tienen un carácter económico y laboral. Aquí
tienes derecho a la huelga, al sindicato o al trabajo. La 'tercera descendencia, nacida en la
segunda mitad del siglo XX, se orienta hacia los llamados derechos culturales y ambientales,
como la solidaridad con las minorías y grupos étnicos, la protección del patrimonio, la
diversidad cultural y los ecosistemas. Estos últimos son relativamente modernos, por lo que
muchas constituciones o bien no los incluyen en el texto, o bien, como en el caso de la
Constitución española de 1978, los incluyen por separado en el apartado de Principios
Rectores de la Política Social y Económica .Los que la propia Carta Magna llama “derechos y
libertades”, fuera del apartado de “derechos fundamentales y libertades públicas” por
supuesto, pero en todo caso lo que yo llamo “derechos y obligaciones fundamentales”.
Discusión doctrinal y jurisprudencial sobre su alcance y vigencia de cada uno de estos
derechos, dependiendo de un lugar u otro en muchas de nuestras constituciones, en los títulos
encabezados.
Pero el camino no acaba aquí. La Declaración de Derechos sigue ampliándose, y hoy esa
expansión de derechos se está haciendo de dos formas. Primero, por la creación del llamado
“derechos de cuarta generación” y segundo, por el surgimiento de manifestaciones jurídicas
en reglas inusuales (ni constitucionales ni tratados internacionales). Etapas de integración y
construcción (por ejemplo, Unión Europea) o desviaciones de las bases nacionales clásicas
(comunidades autónomas).

El desarrollo del estado de derecho presupone la aparición de nuevos derechos


inevitablemente en el curso del desarrollo social y del desarrollo posterior. Siendo testigos del
origen e integración de los llamados derechos de la primera y segunda generación, la cuarta
generación ya comienza a desarrollarse mientras que la tercera generación sigue luchando por
la plena igualdad con las demás generaciones. El papel que juega Internet en nuestra
coexistencia es innegable.
El surgimiento de los derechos relacionados con la red responde al tradicional retraso en la
regulación que responde a las necesidades sociales. En primer lugar, fueron los tribunales los
que comenzaron a armar la estructura de la jurisprudencia, y el legislativo, después de años
de clarificación de la jurisprudencia, tradujo en la estructura legal los requisitos sociales ya
establecidos.
Sin embargo, este avance no caduca con la confirmación, expedición y entrada en vigor de
estas normas, sino que su estatus crece y se eleva a lo largo de los años hasta ocupar el primer
puesto en la jerarquía de las normas. Sólo así podrán ser promulgados en constituciones o
tratados internacionales y elevados a la categoría de derechos fundamentales o derechos
humanos.
Es cierto que pasarán años antes de que los llamados “derechos de cuarta generación” se
introduzcan en la máxima regulación, pero es solo cuestión de tiempo. Su normal desarrollo
desemboca inevitablemente en una comparación con otros derechos ya reconocidos como
derechos fundamentales esenciales. Esto se debe a que Internet no parece ser una moda
pasajera que eventualmente morirá. Por el contrario, en el desarrollo de la sociedad y de las
relaciones humanas, las redes se convertirán en los principales actores a tener en cuenta.

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