Integrante: Mayerin Balza Materia: Etnografía Digital Sección: 5
Caracas, 14 de Noviembre de 2022.
Analizando las experiencias y aportes del antropólogo y etnólogo Británico de origen polaco, Bronislaw Malinowski considero que son importantes para los estudios de campo o investigación que se necesita estudiar. Se sostiene que Bronislaw descubrió una nueva forma de hacer etnografía a través de sus conocimientos teóricos. El trabajo de campo mediante observación participante es considerado dentro y fuera de la disciplina como una de las características más distintivas de la antropología; no tiene ningún interés continuar debatiendo quién fue el inventor de este método de investigación o dónde tuvo lugar por primera vez su invención. Sin embargo, todavía tiene relevancia desde los puntos de vista histórico y epistemológico saber cómo fue descubierto. La experiencia etnográfica de Malinowski continúa siendo un episodio de la historia de la antropología apto para abordar esta cuestión. El descubrimiento de Malinowski del método etnográfico mediante observación participante fue principalmente un resultado de su praxis en el campo de la investigación. Este antropólogo se convirtió en un observador cuando se colocó en la situación apropiada para observar y abrió sus ojos al presente etnográfico. Todo esto sucedió durante su primer período de trabajo de campo en las Islas Trobriand en el año 1916. Bronislaw descubrió que para entender el significado de una expresión nativa no bastaba con encontrar una equivalencia verbal en otras lenguas conocidas, sino que era necesario conocer la situación en la que la expresión había sido pronunciada, el lenguaje se halla esencialmente enraizado en la realidad de la cultura, la vida tribal y las costumbres de un pueblo, y no puede ser explicado sin una referencia constante a esos contextos más amplios de la expresión verbal. Desde el horizonte del presente etnográfico, el aprendizaje de la lengua vernácula adquirió un nuevo significado para Malinowski. El lenguaje no sólo era un instrumento para recoger datos de los informantes, sino también un vehículo del pensamiento nativo y, por ello, un medio para penetrar en su mentalidad. Malinowski pudo reunir en esa investigación en la isla Trobriand una colección de informes, narraciones características, expresiones típicas, datos del folklore y fórmulas mágicas de la mentalidad indígena en ese momento.
Con respecto a los aportes del antropólogo, este establece los
objetivos y la metodología de la investigación etnográfica, tal como los concebía en su época. El autor explica que la meta del etnógrafo es captar el cuadro completo de la vida tribal, abarcando cada fenómeno así como también cada detalle cotidiano que tiene lugar en la cultura de la comunidad que estudia. Para alcanzar este objetivo es necesario, aplicar sistemáticamente un cierto número de reglas y principios. También propone tres principios a seguir en el trabajo de campo que le permitirán al antropólogo alcanzar el objetivo de comprender el sentido de la vida tribal que estudia, entre ellas tenemos:
En primer lugar se refiere a la preparación teórica del científico:
“el estudioso debe albergar propósitos estrictamentes científicos y conocer las normas y los criterios de la etnografía moderna” Aquí, hace una fina distinción entre el conocimiento que debe poseer el etnógrafo de las teorías y los últimos estudios científicos, y las ideas preconcebidas que pueden obstaculizar el trabajo de campo, sostiene que el antropólogo debe ser capaz de formular hipótesis, necesarias en la investigación científica, pero también debe ser capaz de modificarlas sobre la base de las evidencias empíricas que emergen del trabajo etnográfico.
En segundo lugar, Malinowski plantea como fundamental que
el etnógrafo se coloque en “buenas condiciones” para el trabajo, esto implica sumergirse en la cultura de la tribu o al vivir en ella, vivir en la comunidad que se busca estudiar trae beneficios para el trabajo de campo: El primero de ellos es que el etnógrafo deja de ser un elemento extraño, nuevo, en la tribu que podría disturbar el curso cotidiano de la vida en la comunidad, de modo que puede obtener un cuadro más completo y fiel de su objeto de estudio. Un segundo beneficio de vivir entre los indígenas consiste en que el investigador puede llegar a tiempo para registrar los acontecimientos importantes en el momento en que ocurren, de modo que no se distorsionen detalles.
Por último, Bronislaw resalta la importancia de utilizar métodos
precisos para recoger, manejar y establecer pruebas. Puesto que el objetivo del investigador es dar un esquema coherente y claro de la cultura de la tribu, la organización de la misma y la estructura social deben recogerse en un esquema preciso y claro. Exige hacer un estudio completo de los fenómenos, incluyendo los detalles cotidianos y no solo aquellos acontecimientos fuera de lo habitual (como rituales particulares). Entre los métodos que tiene el etnógrafo, se encuentran el interrogatorio a los miembros de la tribu y el análisis de archivo. También señala que ciertos fenómenos no siempre pueden ser registrados con este método ya que se distorsionan o bien, no hay archivos disponibles para el etnógrafo. En este punto, Bronislaw propone la observación de los mismos en su plena realidad. Donde la observación debe ser imparcial y desprejuiciada. Publicado originalmente en inglés en Vermeulen, H.F. y Álvarez Roldán, A. (eds.) 1995. Fieldwork and Footnotes. Londres: Routledge. Pp. 143-158.