PCI-Tango y Folklore 2015. Analisis y reflexiones.
Anaclara Vergne
La fundamentación me parece muy interesante y acertada. Estoy de acuerdo con el
planteamiento que se hace acerca de la necesidad de formar este espacio de aprendizaje, entendiendo que en él se trabaja el desarrollo de artistas y educadores del arte que recuperaran el patrimonio sonoro de nuestro país y que, a partir de ello, se desplegaran nuevas creaciones y aportes al mismo. A su vez, me agrada la idea de partir de la dicotomía entre lo que es música “culta” y música “popular” para fundamentar los objetivos de enseñanza que deberá tener el perfil del estudiante. Creo que es fundamental dejar en claro que un artista debe servirse de diversas herramientas para el desarrollo tanto de sus habilidades técnicas como creativas, que trascienden a las preferencias estilísticas. Comparto también la observación que se hace acerca de lo contradictorio que resulta involucrar el aprendizaje de músicas que tradicionalmente se transmitían oralmente dentro de un marco institucional, (…” enseñar en claustros académicos” …” lo surgido en “experiencias comunitarias”). Aclara, además, que la carrera se propone SUBSANAR el desfasaje que hubo de los modelos educativos en cuanto a la enseñanza musical, lo cual me resulta fundamental para repensar cuales deben ser los factores fundamentales que deben involucrarse en este proceso de aprendizaje. También resalta la necesidad de incorporar docentes que logren llevar a cabo los objetivos propuestos para la formación artística-musical y que tengan una gran trayectoria artística que sirva re referencia a los estudiantes. Por mi parte, estoy de acuerdo también con este punto, pero creo que es bastante complejo por varios motivos. En primer lugar, es fundamental que el docente sea un buen ejemplo para el alumno, porque además de influenciarlo en su propio desarrollo como artista, le permite proyectarse en distintos espacios donde pueda desarrollarse laboralmente. El problema es que los docentes-artistas de estas especialidades estilísticas muy rara vez han tenido una formación pedagógica, ya que como se anuncia en el mismo proyecto, es una formación académica nueva. La mayoría de los docentes han hecho su recorrido de aprendizaje de forma informal o autodidacta, y sería importante que logren involucrarse en el proceso educativo de forma reflexiva en cuanto a los modelos y herramientas que serán utilizados en el desarrollo del mismo. Si bien el proyecto plantea desde lo escrito un buen modelo de educación, con buenos objetivos y modelos de educación óptimos para su desarrollo, la precariedad de recursos con la que se desenvuelven los artistas-docentes es una de las mayores falencias de la carrera. Otras de las irregularidades que encuentro y que me parecen sumamente necesarias para el desarrollo del perfil del alumno es en cuanto a la herramienta de Improvisación. Si bien se encuentra señalado en el proyecto como uno de los objetivos a desarrollar, no hay en el programa una materia que la trabaje específicamente, lo cual genera una falencia en el desarrollo de los estudiantes en su desarrollo artístico-musical. Por otro lado, el curriculum no contempla una buena conexión entre desarrollar el perfil del artista con el del perfil docente, lo cual deja en claro el poco análisis reflexivo que se hizo en cuanto al punto que mencione anteriormente. Si no sale a la vista que los docentes tienen que desarrollar más sus habilidades pedagógicas (dado que es un área nueva a explorar), no se podrá proyectar en el perfil de los alumnos que sean artistas-docentes que se involucren en un buen desarrollo del aprendizaje artístico en áreas académicas.