El erizo y jirafita nos enseñan las nociones espaciales
Érase un día de verano, un día alegre y soleado, un
pequeño erizo se encontraba paseando por el bosque, mientras caminaba vio a una jirafa, que tenía manchas en su largo cuello y vio una tortuga que tenía el cuello corto, saludo a la jirafa y se hicieron muy buenos amigos. Juntos seguían paseando por el bosque, de pronto se encontraron con una familia de caracoles, en la que había un caracol grande, uno mediano y uno pequeño, los saludaron de cerca y luego se alejaron. El erizo y la jirafa siguieron caminando por lo largo del bosque, juntos miraron al cielo y vieron que había unas nubes muy arriba, mientras ellos estaban abajo, se detuvieron un momento y se recostaron debajo de los árboles y vieron como volaban encima de ellos unos lindos pajaritos. Pasaron largos minutos y se dieron cuenta que el día se estaba oscureciendo y pronto se haría de noche, por lo que decidieron regresar a sus casas, en el camino veían a su alrededor y observaban que atrás de ellos estaba aún la familia de caracoles y delante de ellos un conejo, mientras miraban a la izquierda, observaron un pequeño lago de agua y hacia su derecha un girasol muy grande. Quisieron dirigirse al lago, al llegar la jirafita observó que dentro del agua estaban unos pequeños peces y afuera unos patitos y su mamá pata.
El pequeño erizo y la jirafita estaban muy felices de estar en
un lugar tan hermoso, finalmente ambos amigos decidieron dar por terminado el paseo y cada uno siguió su camino para llegar a su dulce hogar. FIN