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Feminismo e islam Las luchas de las mujeres musulmanas contra el patriarcado Compilacion: Zahra Ali Traduccion: Andrea Romero Clave intelectual Entrevista a Hanane al-Laham: Derechos de la mujer, renovacin del pensamientoisldmico y movimiento pacifista en Siria Conclusién: Descolonizar y renovar el feminismo. Zahra Ali 185 199 INTRODUCCION Zahra Ali* La asociaci6n de los términos «feminismo» e «islamy suele plan- tearse s6lo en forma de pregunta: «tal cosa existe’», «ital cosa s posible’». Sin embargo, seria mas plansible comenzar toda interrogacién que asocie los términos «mujer», «feminismo» ¢ «islam» deconstruyendo la evidencia acerca de tal tema, De hecho, tratar la cuestidn de «la muyer en el islam, interrogarse hoy dia sobre la «condicién» de la mujer musulmana y la po- sible adecuacién entre el islam y la igualdad de género es pro- ducto de una elaboracién historica. No nos preguntamos con tanta frecuencia por «las mujeres en el judaismo», ni tampoco se plantea por doquier la cuestion de «la mujer en el cristia- nismo». Ahora bien, no cabe duda de que ello no se debe a la * Sociology mltane feminist, protesora de sociologia ena Universal Rutgers en Estados Unidos. Sus inestgaconesexploan lax dindmicae vinculadas las tnujere el genera os movimientos sociales y politicos en relacin con clos as, Meo Orie ls con textos de eta y conflict sabe todo en el rk coatemporines. En Women and Gender Iraq: betwen Notion Building and Fragmentation (Cambridge Univers Pres, 2018) ren ‘un ands socoloico de actmsmo socal y poco dels mujeres de os feminlsmesen Ina, a través de una etnografa dela organizaciones de defens de os derecho da mee ‘yn detallada historia socal, ecanémicay politica de las mujeres dade le ormacin de ‘tak contemporineo, También ha coeditada, nto con Sola Dajan-Herzbrun, un mero especial dela revista Tunes: «Phariversalcme Déclonial+ (Kind 2017) Ete volumen shords as tories decoloiales mediante un lexi bsada el epstemolog, etc, el pensemiento politico ye activismo no earocéntrco, lnRoDUCciN [31 naturaleza de los textos sagrados judios y cristianos, y menos aun a las condiciones de vida de las mujeres cristianas y judias, que varian considerablemente de Norte a Sur. Por lo tanto, re- sulta evidente que sdlo las musulmanas son designadas por su religién: se imputa al islam una influencia fundamental en sus condiciones de vida. De modo més general, se denomina con el término «mundo musulman» a un conjunto de paises, lenguas y culturas muy diferentes, que abarca varios continentes, Hablar de «mundo musulmén» y de «la mujer en el islam» parece tratarse de una evidencia y ser un eco de los prejuicios e ideas preconce- bidas sobre el islam y los musulmanes. Al ignorar la diversidad y la complejidad sociolégica de las sociedades de mayoria musul- mana, asi como los factores socioecondmicos, politicos e histé- ticos, muchos consideran que el islam es la principal causa del «subdesarrollo», el «arcaismo» y el «retraso» del «mundo musul- mano, La prueba més contundente seria la «condicion» desigual de la mujer musulmana ~en singular, por supuesto, porque todas Jas musulmanas se parecen entre si-, que retleja el oscurantismo reinante en estas sociedades. Esta obra rompe con el orientalismo y el racismo que carac- terizan hoy en dia los debates y controversias sobre las mujeres y el islam. Se trata de poner fin a los enfoques de oposicién inaria y mostrar la complejidad de una cuestién mediante su deconstruccién y afirmando al mismo tiempo la importancia de una toma de posicién fundamental: la necesidad de desco- lonizar y desencializar toda lectura del feminismo y del islam Asi pues, la idea no es responder a las preguntas impuestas por el feminismo hegeménico, sino mas bien penetrar en el interior del universo de las feministas musulmanas y observar de qué manera plantean la cuestién de la igualdad, segtin modalida- des, términos y problemiticas que les son propios. Del mismo modo, tampoco se trata de establecer cémo el pensamiento reli- gioso musulman y Ixs musulmanxs se posicionan ante las cues- tiones que plantea o impone el feminismo hegeménico, sino de 21 2aHRA ALL ‘mostrar como se piensa, aticula y desarrolla una reflexin y un compromiso respecto de las cuestiones de igualdad de género dentro del marco religioso musulmén y en contextos en los que lam es un referente principal. Este libro es una recopilacién de articulos y entrevistas con intelectuales, investigadoras y militantes comprometidas actualmente en dinamicas feministas musulmanas. En este sentido, la obra puede considerarse una introduccién a los fe- minismos musulmanes, asi como una propuesta de apertura hacia nuevas perspectivas respecto de la manera de plantear el vvinculo entre mujeres, feminismos ¢ islam(s). Mientras que en lengua inglesa existe una bibliografia relativamente abundante sobre el tema, todavia son muy pocas las producciones en otras lenguas; el campo académico también se muestra reticente a reflexionar acerca del feminismo hegeménico, cuyas nociones sobre la cuestién no suelen superar las del sentido comin, Los feminismos que toman como marco de referencia la religion son motivo de polémica y despiertan cuestionamientos, por un lado, por aquelixs feministas que consideran la religién, y sobre todo el islam, como contradictoria al proyecto de eman- cipaci6n de las mujeres. Todas las religiones, y ante todo la mu- sulmana, serian patriarcales. Por ende, la lucha por la igualdad de género implicaria necesariamente un distanciamiento de lo religioso. Por otro lado, varixs musulmanxs consideran que se trataria de una occidentalizaci6n del islam; entienden el pen- samiento musulmén contemporneo como un marco limitado, hostil a toda dinémica de renovacién y relectura, Esto quiere decir que los feminismos musulmanes se enfrentan a un irre- flexivo esencialismo: aquel que define al islam como una rea- lidad estatica, dogmética en esencia e intrinsecamente sexista, yal feminismo como un modelo inico, un espejo de una mo- dernidad occidental normativa, Este trabajo se propone abordar a fondo estas cuestiones, ofre- ciendo lecturas alternativas tanto a los feminismos hegeménicos, ItRoDUCCION | 19 que rechazan cualquier posibilidad de articulacién de las lu- chas por la igualdad de género con lo religioso, como al con- servadurismo musulman, que obstaculiza la reapropiacién del saber y la autoridad religiosa por parte de las mujeres. Todas Jas investigadoras-militantes a quienes les dimos la palabra en este libro comparten un rasgo comin: articular su adhesién al islam, a sus tradiciones espirituales, culturales y cultuales con su lucha por la igualdad de género. Desde esta postura, rede- finen, reinventan y se reapropian del feminismo, empezando por su descolonizacién. Este libro se inscribe en el cruce de la tradicién feminista cri- tica, interseccional ~impulsada principalmente por el feminismo poscolonial y decolonial y el Black Feminism y del pensamien- to reformista musulman contemporéneo. No se dirige tnica- ‘mente a investigadorxs sino que esta pensado para un puiblico amplio. Tiene por objeto constituir un instrumento de reflexion para todxs aquellxs que deseen elaborar reflexiones y anilisis que rompan con el etnocentrismo, el esencialismo y el conser- vadurismo que caracterizan hoy en dia la manera de abordar el vinculo entre mujer, feminismo e islam. Enel cruce entre feminismos e islam(s) Sin limitar el sentido de los feminismos iskimicos a sus ex- presiones académicas recientes como las que han surgido en estos iiltimos 25 anos, podemos considerar que las reivin- dicaciones de cardcter feminista, es decir, de rechazo de la dominacién masculina y del patriarcado en un marco mu- sulman, existen desde hace mucho tiempo. Segdn las femi- 1 ELBlck Feminism o feminism negro surgi en Extados Unido ete ls ats 1960 y 1970. “Manisa el pun de vite pectce de as sere negras dentro dl movimiento feminist en Estas Unidos y busca ariculr tas hchs conn texto y el racisma 141 ZAHRA AL nistas musulmanas, las protestas y los cuestionamientos de las mujeres respecto de su rol y lugar en la naciente sociedad musulmana se remontan a la época de la revelacién cordnica. Uno de los ejemplos mas elocuentes ha sido la pregunta de Umm Salama, la esposa del profeta Mahoma, de por qué el Corn se dirigia a los hombres, asi como su pedido de que la revelacién se dirija también directamente a las mujeres, sobre todo en lo que respecta a la recompensa y reconocimiento de sus obras piadosas. La respuesta a los cuestionamientos de ‘Umm Salama qued6 expresada en dos versiculos coranicos.? Del mismo modo, las feministas musulmanas demuestran, por ejemplo, que la sociedad medinesa [de Medina] era mu- cho menos patriarcal que la sociedad mecana [de La Meca], de la que deriva la primera comunidad musulmana;! nume- rosos hadices relatan que durante el establecimiento de los musulmanes en Medina, el profeta Mahoma aprobé y apoy6 el cambio de costumbres y mentalidad sobre las mujeres que distingufa a la gente de al-Ansar de la tribu al-Quraich en La Meca. Mas tarde, tras la muerte del profeta, muchas mujeres ‘cuestionaron las tradiciones sexistas y denunciaron la voluntad 2 Relatado en os raps (comentarios al Carin) dea Tabaiy Ton Kathir ee verselo 195 de a sure 3 (Alan) «Su Sehor ha ecuchado ee ucgos yo jams hala perder a nadie te ustedes, hombre o mujer el fruto de sus abeas. 280 proeden unos de otros A gule- es Sean exptriados hayan sido expulsdos de ss ogres, quienes san por Mi Casa, ‘wieneshayan combstidoo moert mi servicios ey perdonae koa sus falta los retire «jars balados de arroyulos, en recompensa desu Sei, pues Dios es quien concede las mores recompensa': yd wersclo 38 dele sur 23 (AF Aza los muclnanes vals musulmana, aos creyeotes ya la creyentes, alos obedient alas obedient, los races yas veraces alos pacientes yaa pacientes, aos humilis yas humid lox ‘qe dan con sincera yas que daa con sncerida, «los que ayunan ye les que yuna, ‘os que guersan us prtesfatias yas que las gustan yas que ecueedansmcho & ‘Dios ya las que o recuerdan: Dis ls ha preparad un perdi yuna enorme ecompen teaducci de lor versicule tomadec de Mohammed Chiadnk, Le Noble Coan. Nowele traduction frangaise dy sens des vests, Thi, 2007 3 Vlas, ett otros, Lella Ahmed, Women and Gender Ila, Historical roots of 8 maser debe, Yale Univezty Press, 19, inte DUCCION | 5 de los hombres de imponer sus interpretaciones masculinas del Coran y de la tradicién profética (Sunna).* En lo que respecta a su formulacion moderna, se pue- de considerar que ha habido feminismos endogenos en las sociedades musulmanas: primero, como movimientos inte- lectuales reformistas que surgieron a fines del siglo XIX y, nego, bajo la forma de movimientos sociales en el marco de las tuchas nacionalistas y anticoloniales de principios del si- glo XX. La cuestion de los «derechos de la mujer en el islam» ha sido planteada por los pensadores reformistas musulma- nes, entre los que se destaca Muhammed ‘Abduh, discipulo de Jamal al-din al-Afghani. Los reformistas musulmanes han introducido una reflexion fundamental sobre la aprehensién dinamica del corpus religioso, en especial a través del uso del instrumento juridico del ijtihad, que permitié (re)pensar el islam en funcién de la evolucién de los contextos culturales, sociales, econémicos y politicos. Este Nahda ~Renacimiento- musulman desarrollé un nuevo discurso que proponia volver a las fuentes escriturarias (Corén y Sunna) y que implicaba una denuncia de la sacralizacién de las opiniones de los anti- ‘guos ulemas.* El objetivo era llamar a Ixs musulmanxs a dirigirse directamente a los textos religiosos en busca de las ensenianzas esenciales de la religién musulmana, distinguiendo entte el figh ~jurisprudencia islamica-, elaborado a lo largo de la historia, y la sharia, literalmente «el camino», los principios superiores de la religién que constituyen la busqueda constante y sin fin de los seres humanos. Esta postura ha permitido la lectura criti- a, la historizacidn y la contextualizacién de la jurisprudencia musulmana y del tafsir ~comentarios y exegesis del Corén-, 4 Sobre ext ema, vase a bra de Mulmined Akram al-Nadw, A-Mauhaddia The Women Solas iam, ierface Piations, 2007. 5. Expeilsts en clencias reigosas 16) ZAHRA AL Jo que abrid el camino a la critica de la impregnaci6n patriarcal que poseen una serie de opiniones juridicas y comentarios corénicos, asi como a una aprehensién dinémica de Ia juris- prudencia musulmana, Por ende, el feminismo tal como se expresé en las socieda- des de mayoria musulmana no ha sido posterior, y menos aun ha seguido, al feminismo europeo, sino que surgié al mismo tiempo que este ultimo y se manifesté a través de una postura anticolonial y nacionalista.* En este sentido, el caso de Egipto es bien conocido,’ los trabajos de Margot Badran, por ejem- plo, han puesto de relieve la porosidad de las fronteras entre millitancia laica y religiosa en un contexto en el que lo religio- so es un importante referente cultural y politico dentro de la sociedad.’ Ademds, varias figuras nacionalistas y feministas, a menudo identificadas como «laicas», han otorgado mucha importancia al referente religioso en su defensa de los dere- chos de la mujer, Ya en esta época, las feministas arabes na- clonalistas, que hacfan uso de la reflexion desarrollada por los reformistas musulmanes, defendian la idea de que el islam no es una religiOn patriarcal sino que, por el contrario, promueve la igualdad de género. Mis tarde, durante los aftos 70, en las sociedades de mayo- ria musulmana, comenzaron a surgir nuevas figuras femeninas, 6 Al tespecto,vése la obra pionera de Kumari Jayawardena, Feminisnt and Nationalism in the Third World. publica por primers ver en India en 1985 por Is edtria Kali or ‘Women y lego por Ze Boks Sons Dayan: Herbrun, ees paige au Moyer Orlent, [EHarmatia, 2005. Para una problematizacin de este asuto relacionada con laces {el feminizme actual de Medio Oriente, axel importante obra drigide por Lils Abs. Lughod, Remaking Women. Henini and Modernay inthe dae-as, Princeton Unversity Press 2005, ‘ease. entte ots, Lela Ahmed, Women and Gender n Iam, Historica roots moderne Alebate. Yale University Pres, 1982: Marg Badran, Feminist, Iam, and Nation: Gender nd he Maing of Modern Egypt, Pioceton Universy Pres, 199; Beth Baron, Egypt as a Woman. National, Gender and Politics, Univesity of California Press, 205, 15 Mangot Baden, op cit ItmoDUCCION |17 a menudo cercanas a la militancia islamista, que desarrollaron nuevas practicas y un discurso sobre las mujeres, poniendo el referente religioso en el primer plano de su compromiso social y politico.”A medida que el discurso del islam politico ganaba impulso, aparecieron discursos que buscaban promover una «modernidad musulmanay que inclufa una serie de reivindi- caciones de cardcter feminista en determinadas mujeres isla- mistas. Dos fenémenos marcaron asf la evolucién del discurso sobre las mujeres en el islam y las practicas militantes de las sociedades de mayoria musulmana: por un lado, el aumento del nivel educativo de las mujeres, ya que cada vez mas mujeres comenzaron a acceder a la universidad; por otro lado, la natura- leza del discurso islamista en su cuestionamiento del islam del poder, su capacidad de democratizar el discurso religioso y legiti- ‘mar un saber alternativo desarrollado por pensadores cuyo perfil diferia de la trayectoria dlasica de las escuelas religiosas. Como dice acertadamente Zainah Anwar,“las musulmanas educadas, graduadas de las universidades, ya nu sc conteutan con el dis~ curso religioso tradicional y empiezan pues a cuestionar a las autoridades religiosas." La divulgacién del saber religioso, y su expresién en términos diferentes a los de las escuelas islamicas tradicionales, a través del discurso de los islamistas, ha hecho posible, en numerosos contextos, una forma de reapropiacién del saber religioso por parte de las mujeres. 9 En a abe A Quit Revsuion, The Vile Reurge from the Middle Eat t Ameria (Yale ‘Universty Pres 201), Lela Aled moestra como i utc dl referent lig rear del so dl vo as daa de le cera yl ochentaen Epo pac igi sna revindicacin de tcl socal yal mama etn de esa del mal cen. 1 Vines en la segunda pars de elie, «Ngocit lot derechos de le sje Bj I ey religions en Mala» 1. Abdewemad Dialny, nu abe minis amie soufene (Publi, 1997), be demos: trado que slamismo como movimiento socal ha planteado nuevas cuestonesdenzo de Inrtodosa musulansy qe el importante rompeomie de a jes ha contriido-s sestionarlostérmins Ios que tat las cucsones de gener. Enlassociedades de mayoria musulmana, esto seacentuéain ms en los afios 1980 y 1990. En Turquia, por ejemplo, los traba- jos de Niliifer Géle revelaron el surgimiento de lo que la autora lama modern mahram: figuras musulmanas que combinan la prictica ortodoxa del islam con una manifiesta modernidad.!*A medida que las mujeres se educan mas y se apropian del saber religioso, y que los discursos alternativos se democratizan, los feminismos islimicos se desarrollan como discursos intelec- tuales y bajo la forma de pricticas militantes entre las muje- res re(islamizadas). De este modo, en el Magreb, comienzan a surgir nuevas dinémicas feministas, sobre todo en Marruecos,!? Egipto,"*Siria,'* Arabia Saudita,'* Turquia,”” Iran (en particular a través de la revista Zanan, a la que se le atribuye el origen det concepto de «feminismo islémico»),"* asi como en Malasia,”? 12 Nile Ge, Masulanes et Moderne Vote citation en Tart La Découret 1983. 12 Danio dal masini amis sie ot Spruit uri y Kept) perso lo sobre todo por medio def gurade Nadia Yassin, pero tambien de Asma Lamrabet, una referent de feminismoislinico, de quien pulicamos un articalo en la primera parte Secta cs. 1M. Pormadiadewna ere de personae tants ntacle come Onin Abow- aks quien presentamos un arcu ea a segunda pate de est libra 15 Venu, moo de empl Is entrevita cone pensedor y tant siris Hanan al Lahars cela tere piri de esta ors «Derechos de a mir renovacin del pesamientoilamico movimiento pacfisa en Siri, 16. Un buen ejemplo es Manal l-Sharif quien hs lanzado una campana por el derecho a Ja candcta de le mujeres. Vint trim Amille Le Renard «Droit de a femme veloppemen personel: les appropriations da eyes pres feinesen Ae Seoudien, (Critique internationale, N46, eneto-marzo de 2010, pp 67-86 17 Ladlfunta Konce Kuri, una figura feminista musulmana ture, fu asesinade en 1999, tras aber sido seevestradaytrtrada, nt Burak Keskin-Konat, «Entangled in Seni ‘Nationali, Feminism and sane. The ie of Koon Kui, Cal Dynami, Vl. 15, N°2, pp. 188-211, 2003 y Niler Geo. 18 Arespeci, vase ha gran aba de Zita Mi-Hossen, lao nd Gender, THe eli Debate in Contemporary ira, Princeton Univesity Press, 1999, x como Valentine Mogha ‘Tne eminem and he Discontent: Towards a Reralation of the Debstn, Sig our 9f Women im Cur and Society, VoL 27,84 2002, pp. 1126-171 19 Véaeelartele de Zainal Anwar cal segunda pate de xe Her +Negosir oe derechos ea mujer bao ley relgiosa en Malian, lnrRoDuccioN 39 Pakistan India". En Europa,” Estados Unidos” y Amé- rica Latina,” se observa entre las mujeres reislamizadas, a menudo comprometidas en dinamicas musulmanas, el sur- gimiento de una conciencia feminista islamica, en un con- texto en el que el islam esté fuertemente estigmatizado y racializado. Mas reclentemente, algunos analistas han considerado que las revueltas drabes que comenzaron en 2011 no solo impulsaron un cuestionamiento hacia el autoritarismo sino también hacia el islam del poder y las autoridades religiosas tradicionales.™ La presencia masiva de mujeres en las filas de manifestantes y el peso de su implicacién en los procesos revolucionarios colocaron a las cuestiones de género en el centro de los movimientos sociales y populares. Habra que hacer un seguimiento de las repercursiones reales del acti- vismo y compromiso masivo de las mujeres en las revueltas arabes, ya sea en el plano de las mentalidades, del pensa- micutu icligivso v en el ambito legislative. Por el nnvmento, 20 Nadia Chretina Schnee, same feminism and Musi wosmen rights activism in Indi fiom transnational dscourse to loeal movement - or vce versa Journal of eration Womens Studies, Vl 11,1, novembre de 2008, pp. $5.71 21. Respecto de Europa, vase el artical de Malika Hamid «El feminismo musilmén en "Earops‘etivern ex’ compeomiso trancnaclonals on fs spin parte de et to, Para Francia, vase la enevista con una inte musulmana fiance, Sida Kad, ‘ena erera parte de la presente obra: vAntiracsmoy anisexsmo: el recorido de una tilate mueuleane en Francia, ati como Zaha Ali Tersgni sFeminism and Jalan: post-colonial and tramsnaconal reading», en Claude filly Francoise Ori (dirs), Eechangs and Cormspondece: The Contraction of Fesiniom, Cambridge Scholes Publishing, 200 Zahra Al séminiane et nam atetenarex Zahra Aline Paine ‘Debenest,Vinceat Gay y Gabriel Girard (coords), Fminsme au lure, Sylepe, cl (Cahier deTEmancipation, 2010; y Zahra Al Abuslanans e Flot UEmergence , los movimientos feministas musulmanes han centrado su trabajo en la reforma de los estatutos personales (0 cédigos de familia) que representan un corpus legislativo que re- line el conjunto de las derechos juridicos de las mujeres (matri- monio, divorcio, herencia, etc.) y que, en varios paises de mayoria ‘musulmana, se basa en la jurisprudencia religiosa. Este compro- miso adopté la forma de un trabajo de reflexin sobre los textos religiosos combinado con una campana de informacion para las mujeres musulmanas sobre sus derechos: esto es lo que hizo, por ejemplo, la organizacién malaya Sisters in Islam y la red Femmes Sous Lois Musulmanes.” La organizacién Musawah, creada en 2009, ha elaborado un importante corpus sobre el tema y trabaja en una reforma de las leyes de estatuto personal en varios paises. En las sociedades en las que los musulmanes son minoria, como en Europa, Estados Unidos 0 América La- tina, el compromiso consiste en una militancia musulmana in- volucrada en la defensa de las mujeres musulmanas contra la discriminaci6n de la que son victimas y en un trabajo de infor- macién y formacién sobre los derechos de las mujeres en el is- Jam, tal como hace la organizacién Karamah ~Muslim Women Lawyers for Human Rights-, en Estados Unidos.* 36. Respecto de campo islamic, podemos cla de manera general, los tabies de Khaled ‘Abou Bl dl en particular su obra Speating ia Gads Name: Iamic Lave. Authority and Women, Onewerld,Osfrd, 200, de Muhammad Iashim Kamal, Sources, Nir, ad ‘Objects of Shariah, amc Quarter, Val 33, N+, 1989,¥ de Lrahim Moosay Fatt Rahman, Revive and Reform dan As Sty of LlamisFumdamentalcm, Orwrl 1955, 437 Women Living Under Muslim Laws, [Mujeres Viviendo Bajo Lees Imi 38 Abogadas Musulmanas pot las Derechos Humans, INTRODUCGION [25 Durante estos tiltimos afios, el activismo de las feministas musulmanas se desarrolla en torno a la mezquita como lugar simbélico ~en donde se pone en juego la autoridad religiosa~ y como lugar fisico -en donde se materializa el patriarcado- ‘Asi pues, han puesto en marcha iniciativas de mezquitas alter- nativas, denunciando el hecho de que el imamato ~direccisn de las mezquitas y las oraciones colectivas-, asi como el lide- razgo en las comunidades musulmanas siguen estando reser- vados a los hombres, Estas feministas musulmanas defienden cl imamato femenino y promueven su rol como lideres de las comunidades y grupos a los que pertenecen. Asi fue como surgié la iniciativa de las « mezquitas inclusivas», que promue- ven la igualdad de género y la igualdad entre sexualidades. Por ejemplo, la organizacién Inclusive Mosque Initiative, creada en Londres en 2012, considera la mezquita como un espacio de acogida y refugio para toda persona minorizada y margi- nada por su género, clase, raza, comunidad o sexualidad. ‘Aunque las producciones académicas escritas estan atin reservadas 4 un publico restringido, el pensamiento feminista musulmén se democratizé ampliamente y muchas dindmicas ‘musulmanas y grupos de mujeres se apropiaron de sus ideas. El término «feminista» es cada vez menos rechazado en las esferas ‘musulmanas y cada vez més redefinido y resignificado. Los fe- ‘minismos musulmanes han demostrado también una porosidad de las fronteras entre la militancia laica y religiosa, en la medida ‘en que sus herramientas intelectuales y el compromiso de sus militantes son diversos e hibridos y, a menudo, imposibles de definir como «religioso» o «laico». Podria decirse que estos mo- -vimientos ponen en marcha una dindmica nueva que vincula la reflexién y los escritos producidos dentro del campo iskimico con los trabajos elaborados fuera de este campo, introducien- do asi una tercera via que reine reflexiones, actores y actrices sociales que antes se ignoraban o criticaban de manera radical. Critica del feminismo hegeménico Fl feminismo musulmén cuestiona el feminismo hegeménico reivindicando el reconocimiento de la pluralidad de las moda- lidades de emancipacién femenina. Este argumento se inscribe en la linea de los feminismos criticos e interseccionales que arti- culan antirracismo y antisexismo, como el Black Feminism,” el feminismo poscolonial y decolonial. La critica feminista posco- Jonial, guiada por el vinculo conceptual racismo-imperialismo- colonialismo, ha criticado severamente la pretensién del femi- njsmo hegeménico de los paises del Norte de determinar para Jas mujeres del Sur las modalidades de su emancipacién. La fi- ‘gura mas destacada de esta critica feminista, Chandra Mohanty, ha cuestionado la supuesta universalidad de la categoria «mu- jer», caracterizada por una conciencia comin, més allé de las condiciones sociales, econdmicas y politicas reales.” A partir de esta critica, pone en tela de juicio las modalidades de lucha sugetidas por los feminisiney duminantes del Norte € lusiste en el hecho de que las prioridades que este fija no son extra- polables a todas las luchas de las mujeres. Del mismo modo, para las feministas negras como bell hooks" o Audre Lorde* el sisterhood (la sororidad o solidaridad entre mujeres) se detiene alli donde el mismo movimiento feminista se vuelve racista y donde las diferentes condiciones de vida de las mujeres imponen reivindicaciones divergentes. 29. EL Dlack Feminism o feminlsmo negto surgi en Fstados Unidos entre los stioe 1960 y 1970. Manifest el punto de via especico de as mujeres negas dentro del movimiento Feminism Etados Unidos ybusos article li chas contr lecimo yl raiamo ‘Chandra Talpade Mohanty Fmvnism Without Borders: Declonzing Theory Practicing Solidarity, Dake University Prec, 203, ye artculopionero Under Wester Eyes eminiet, Scholarship and Colonial Discourses, Fema Revew, 30, ot0n0de 1988 41 Bell hooks, Fenn i for everybody: pasonate pal, Soh End Press 2000 Site ood: oil Solidarity between Womens, Feminist Review N° 23, pp. 212-238, 1985 “2 Audse Lose, Sister Ouse. says an pees, Te Speed Press, 1964 ItoDuCcON [27 ‘A su critica politica del feminismo dominante, muchas fe- ministas musulmanas agregan un cuestionamiento de la presu- posicién segitn la cual toda iniciativa de liberacién y emancipa~ cin de las mujeres supondiria un distanciamiento de lo religioso. Estas mujeres reivindican un compromiso que toma su origen en la espiritualidad musulmana. Baséndose sobre todo en el con- cepto fundamental del Tawhid (unicidad divina), las feministas musulmanas, como Amina Wadud, afirman la igualdad de to- das y todos frente al Creador e insisten en la gravedad de la do- minacién como apropiacién de una autoridad y un poder que solo pertenece a Dios. De este modo, si en varios contextos la lucha por la emancipacidn de las mujeres se ha caracteriza- do por la secularizaci6n, las feministas musulmanas proponen vincular piedad, espiritualidad y emancipacién. ‘Todas las mujeres que han participado en este libro, ya sea a través de sus escritos y producciones académicas, ya sea a tra- vés de su compromiso en organizaciones y redes nacionales y transnacionales de mujeres musulmanas (GIERFI, Sisters int Is lam, Musawah, WISE, etc.) han colaborado en la reflexién y en Ja accién feminista musulmanas. El libro esta compuesto de tres partes. La primera presenta ‘cuatro articulos que han contribuido a conceptualizar y demo- cratizar el concepto de «feminismo iskimico». Cada uno de es- tos textos propone una definicién de dicho concepto y define sus desafios. La segunda parte est consagrada a la contextuali- zacién de este pensamiento en diferentes espacios geogréficos, culturales y politicos. Finalmente, la tiltima parte de la obra in- luye dos entrevistas que reconstruyen el recorrido personal, intelectual y militante de dos mujeres musulmanas con trayec- torias y compromisos diferentes. 2a) ZAHRA AL Primera parte Lecturas alternativas El islam mas alla del patriarcado: una lectura de género e inclusiva del Coran Amina Wadud* Para considerar al islam mas alld del patriarcado, conviene cen- tar nuestra atencidn en las dos principales fuentes del pensa- iento y de las précticasislamicas: el Coran y el profeta Mahoma, Comenzaré por citar unas I{neas del Corn que comentaré para observar cémo alcanzar nuestro objetivo principal de garan- tizar la igualdad y la justicia en las practicas y leyes familiares ‘musulmanas. El Corn y la Sunna son consideradas las principales fuen- tes para comprender la sharia y desarrollar la jurisprudencia isldmica (figh), Los eruditos musulmanes que eran agentes morales elaboraron el figh como un amplio campo de estudio que contribuyé a fortalecer la justicia y la igualdad en las socie- dades musulmanas. Del mismo modo y dadas nuestras nuevas experiencias y realidades actuales (al-waagiyyah), es nuestro deber continuar participando en el proceso de establecimiento de sociedades justas ¢ igualitarias, Ello comprende nuevas ideas sobre justicia y sobre la redefinicién del papel de las mujeres Amina Wadd esa figura mis destacda del feminisno rmsuldn. Es profesora de est dis ilimioos en la Uiversdad de a Manconsanided de Virginia, en Estados Uniden Bs autora dos obras pioneres Quin ad Woman: Reading the Sacred Texts from a Wana erpctve (Oxford Unvwity Pres, 1998) «nid the Gender kad Woman Refi i an (Oneworld 2006). ELISLAM MAS ALLA DEL PATRIARCADO. [33 como individuos, miembros de la familia y agentes piblicos de las sociedades civiles musulmanas contemporaneas. Y lo mas importante: la conviccién de que el islam es un modo de vida justo e igualitario (din). Alsser un producto del razonamiento humano, el figh se basa ademas en fuentes complementarias complejas como el qiyas y el ima, Aunque es importante aclarar su significado y alcance, me centraré menos en la formaciGn del derecho positive y mas en los matices éticos del razonamiento juridico, sobre todo en Jo que respecta ala reforma, Existe un vinculo estrecho y funda- ‘mental entre la ética, el proceso de reforma y los textos sagrados (al-nusus), Mi andlisis se enfoca en la teoria ética en relacién con la praxis y en ideas sobre la relacion que cada persona tiene con Ald, asi como las relaciones dentro de las comunidades mu- sulmanas. Doy por sentado en mi argumentacién que el Corn es la palabra de Alé revelada al profeta Mahoma. Ltgualdad en ta creation, el més allé y la vida enel mundo visible Segin revela el Corin, existen tres etapas significativas del de- sarrollo humano: la creacién, el més allé (al-akhirah) y la vida entre esas dos etapas: la vida en el mundo visible. A la hora de considerar una reforma, lo que més nos interesa es observar ‘como se vive en el mundo visible (‘aalam al-shahadah), Sin em- bargo, conviene establecer un marco basado en los otros dos Ambitos o faalam al-ghayb, dado que el Corin hace explicita re- ferencia a la relacién entre estas dos esferas (‘aalamatayn). Lo que se espera de los seres humanos en este dunya (este mundo) esté vinculado con lo que creemos acerca de la naturaleza de Ali, Su creacién y el resultado final de nuestras acciones en el al-akhirah (la vida después de la muerte), asi como con lo que consideramos como la naturaleza humana. 2] annua waoUD 1) Lacreacién {Hombres! Teman a su Seor que los cred a partir de un solo ser, creando de él a su pareja y generando a partir de ambos muchos hombres y mujeres (sura 4: An Nisa, versiculo 1), Este versiculo demuestra que la pluralidad forma parte de la visidn cordnica o de la concepcién divina, ya que parte de naf- sin wahidah (eun solo ser») y zawjaha («su esposa») y termina finalmente en la humanidad entera: rijaalan kathiran wa nisaa («auchos hombres y mujeres»). En este momento de la historia humana, debido a las interconexiones creadas por la tecnologfa y las ciencias, la noci6n de pluralidad cobra més importancia (que nunca, Una vida humana afecta, sin lugar a dudas, a otras vidas humanas. Por este motivo, nuestro pensamiento y nues- tras acciones deben mostrar que somos onscientes de la inte- rrelacién que existe entre la vida humana y la creacién en su conjunto. Las decisiones tomadas respecto de, por ejemplo, el armamento nuclear o las reservas petroliferas, la manera-en que concebimos y mantenemos las relaciones familiares, o incluso nuestra concepcién del ser humano y la excelencia humana, tienen un efecto en los demas, sean hombres o mujeres, musul- manes o no musulmanes. La base de la nocién de pluralismo forma parte de la visién cordnica del mundo. El texto quese cita acontinuacién ya preveia la forma en la que, a través del Corda, participamos y transformamos las sociedades, leyes y culturas musulmanas frente a una realidad mundial més compleja: Oh, seres humanos! Los he creado a partir de un hombre y de uuna mujer, y los congregué en pueblos y tribus para que se re~ conozcan los unos a los otros. El mejor de ustedes ante Dios es el de mas piedad (sura 49: Al-Hujurat, versiculo 13), 2Cémo un mundo tan interconectado logra mantener la ex- celencia de su naturaleza en lugar de ser reducido alo més bajo ELISLAM MAS ALLA DEL PATRIARCADO.. 33 de lo bajo (sura 95: At-tin, versiculo 4-5)? Tal como se describe en el versiculo 13 de la sura 49, la taqwa es un término clave del Cordn que designa la integridad moral. Este versiculo empieza por sefialar de manera explicita la parte masculina y femenina de la creacibn divina. Asi es como Ald nos ha creado: «min kulli shay’in khlagnaa zawjayn» («hemos creado dos parejas de cada cosa»); eal-dhakr wa al-'untha» («el macho y la hembra») (sura 51: Ad-Dariat, versiculo 49; sura 53: An-Naym, versiculo 45; sura 75: Al-Qiama, versiculo 39). Esta cosmologia de Ia crea- cién por pares tiene un importante corolario en todos los as- pectos de las relaciones humanas y sociales, Es necesario, pues, encontrar un equilibrio en todos los niveles de la sociedad, des- de la esfera privada (la familia) hasta la publica (el gobierno y las politicas piblicas), Tanto los hombres como las mujeres de- ben ser considerados responsables de la elaboracién de leyes y politicas, y beneficiarse en partes iguales de la justicia inherente a dichas eyes y politicas, Por ultimo, en este versiculo, la nocién de pluralidad se retoma con las palabras «pueblos y tribuso, cuyo objetivo es «reconocerse>. El verbo, aqui utilizado en la forma reciproca (talarafu), introduce la nocién de muawadhah, o reciprocidad entre uno mismo y los demis, un término sobre elque volveré mas adelante con detenimiento. El iltimo criterio para cmitir juicios entre los seres humanos se basa en la taqwa, ‘una especie de integridad moral de los seres humanos adultos. ‘Como seres humanos responsables y adultos somos capaces de decidir qué es bueno y justo y qué es malo ¢ injusto (zulm) Esto forma parte del libre albedrio de los seres humanos. Po- demos ejercer este libre albedrio como queramos, De todos modos, aunque seamos completamente libres de ejercer esta voluntad tal como la entendemos, no nos compete a nosotros juzgar la eleccién de nuestros actos sino a Ald. Ald es el juez supremo. Ali ve y sabe todo lo que hacemos, tanto en Ia esfe- ra piblica como en la privada, por ejemplo, en el hogar. Por lo tanto, estos dos ambitos de interaccién humana no exigen sayamanawaouo comportamientos diferentes. Adoptar una conducta justa e igualitaria en el espacio publico es tan importante como adop- tar una conducta justa e igualitaria en el hogar. Por ende, resulta evidente que la elaboracién de leyes justas ¢ igualitarias exija un equilibrio armonioso entre lo puiblico lo privado, entre mujeres y hombres, al igual que entre responsa- bilidades y beneficios. Un ejemplo de desequilibrio o injusticia comiin hoy en dia es el papel dicot6mico que tienen las muje- res musulmanas frente a la ley: si bien son consideradas sujetos de derecho moralmente responsables, no pueden participar del proceso legislativo, En el Corén, la tagwa se considera el crite- rio supremo que permite juzgar el valor humano, Sin embargo, la sociedad suele condicionar a las mujeres para que den prueba de tagwa mediante la sumisién y el silencio, en tanto que incen- tiva alos hombres a hacerlo a través de contribuciones intelec- tuales, legislativas 0 sociales. Una de las maneras mas simples para reformar la ley conforme a la ética del Corn podria con- sistir en fomentar la participacion activa e igualivaria de hom bres y mujeres en la vida publica y, sobre todo, en la reforma de leyes y politicas, para que todos puedan expresar su tagwa en pie de igualdad. Haré una observacién més sobre el Corn y la creacién hu- mana, Cuando el Coran dice: «Ini Jaa'ilun fi-l“ard khalifah» («Voy a poner en la Tierra a un representante mio») (sura 2: Al-Bacara, versiculo 30), se entiende que la humanidad debe cumplir su destino en la Tierra, fi-ard’ (sura 38: Sad, versiculo 26), Es entonces a través de la accién moral, Kilafah, que cum- plimos nuestro destino, Los seres humanos han sido creados para ser agentes morales. Este mandato divino no distingue en- tre hombres y mujeres. Por consiguiente, cada uno de nosotros es responsable de sus actos durante toda su vida. ¥, mas importante ain, como khalifah (agentes morales), somos representantes de Ald y depositarios de Su voluntad en la Tierra, La decisién de ha- cer el bien y respetar la justicia forma parte de nuestro khilafah. ELISLAM MAS ALLA DEL PATRIARCADO. 135 Es mejor realizarlo con taqwa o siendo conscientes de que aunque seamos libres de elegir cmo comportarnos, tende- remos a decidir seguir la voluntad de Alé, ya que es la me- jor eleccidn. Esta cleccién permite a la humanidad cumplir su destino como khalifak. Para demostrar nuestra taqwa y cumplir nuestra accién, debemos rendir justicia en la Tierra Y rendir justicia en la Tierra significa establecer relaciones humanas igualitarias. 2)Elmas all Respecto del més alla, solo mencionaré dos versiculos, ya que el Corin se reficre de manera sistematica al hombre y a la mujer como seres moralmente responsables, y promete recompensas ‘0 castigos a ambos conforme a su fe, actos e intenciones, actien solos o en familia, en la comunidad o en el vasto mundo, Por ejemplo: Quien haya obrado bien, sea varén o hembra, y sea creyente, e0s entrariin en el Jardin [..] (sura 40: Gafin, versiculo 40). Teman el dia en el que a nadie le valdré lo que otro haya hecko, nui se aceptaré que nadie interceda por nadie, ni habra posibilidad de pagar ningiin rescate, ni habré ayuda (sura 2: Al-Bagarah, versiculo 48). Estos versiculos del Coran ponen de relieve la responsabili- dad moral y la certeza de la recompensa o el castigo tanto para el hombre como para la mujer. Ningin alma (nafs) podra ob- tener beneficios o perder virtudes por causa de otra alma. El juicio se basa en la fe de la persona y sus acciones en la Tierra (que derivan de dicha fe) para con los demas y para con la hu- manidad en su conjunto. |. Desafiar al patriarcado con reciprocidad El patriarcado es més antiguo que la historia del islam y la vida del profeta Mahoma. Al igual que otras religiones, el islam abor- 6 y dio por sentado las normas patriarcales vigentes en aquella época. Sin embargo, el Coran introdujo lo que conviene presen- tar como una trayectoria para llevar al creyente, como persona y miembro de un orden social justo, més alla del patriarcado, Podemos preguntarnos entonces si efectivamente se ha seguido esta trayectoria. Luego de la revelaci6n al profeta Mahome, jen qué medida los pensadores musulmanes y los miembros de las sociedades musulmanas han dado un paso adelante para superar este patriarcado en el plano histérico e intelectual, asi como en las précticas comunitarias y culturales? ;Alcanzaron Jos musulmanes una justicia de género acorde con la trayectoria establecida en el Cordn? Hoy en dia, tenemos una obligacién doble, Desde el interior, debernos enfrentar la persistente inferiuridad de Ia condieién de la mujer en las leyes y en las culturas, comunidades y paises musulmanes. Al mismo tiempo, tenemos que hacer frente alas ideas importadas de las culturas no musulmanas, segiin las cua- Ies el islam no es capaz de participar del pluralismo global y del universalismo, ni cumplir con los requisitos de la democracia y los derechos humanos. No es que no somios capaces: somos mnds que capaces y abordamos estas cuestiones dentro de un mar- co isldmico, De esta manera, podemos superar el patriarcado y avanzar para integrar nociones y practicas mas igualitarias en la sociedad civil musulmana, tanto en los Estados-nacién de mayoria musulmana como en las minorias musulmanas dela diaspora en América del Norte y Europa. Fritjof Capra, en su obra The Web of Life: A New Scientific Understanding of Life Systems, describe un cambio de paradigma que ha comenzado hace casi un siglo y que desempeiié un papel importante en la superacidn de ideas patriarcales profundamente ELISLAM MAS ALLA DEL PATRIARCADO. 137 arraigadas sobre la desigualdad de las mujeres. «Este cambio de paradigma consiste en una serie de ideas y valores conso- lidados, entre ellos, la creencia de que una sociedad en la que las mujeres estén subordinadas a los hombres es aquella que obedece a las leyes de la naturaleza».' En respuesta al antiguo paradigma patriarcal, surge una nueva nocién que reemplaza Jadominacién por la colaboracién, La colaboracién es una idea que no existia en cl patriarcado tal y como lo practicaban los ‘musulmanes y los no musulmanes. El patriarcado es una nocién doble: abarca tanto las ideas como las pricticas de una hegemonia manifiesta en las esferas puiblicas y privadas. El patriarcado no se trata solo de hombres, se trata de privilegiar constantemente una forma de hacer las ‘cosas, una forma de ser y una forma de conocer. Esta manera de conocer provienc de concepciones sobre el funcionamiento del espacio pablico basadas, casi por completo, en la manera en ‘que los hombres han actuado en dicho espacio y en la impresion general de que cl espacio piblico tiene mayor importancia que el espacio privado. Sin embargo, segtin las consideraciones antes expuestas, los requisitos de la tagwa, o excelencia moral, son Jos mismos en la esfera piblica y privada. No existe un criterio diferenciado que excluye a las mujeres de una participacion igualitaria en la vida pablica o que exija una participacion identica a la de los hombres. Del mismo modo, los hombres no estan exchuidos de una participacién igualitaria en la vida privada; sin embargo, ellos, por estas contribuciones, reciben Jas mismas recompensas que las mujeres. La respuesta al pa- triarcado no es ni que las mujeres gobiernen sobre los hom- bres ni que las mujeres hagan lo que los hombres han hecho histéricamente; se trata, en cambio, de pasar dela dominaci6n 1 ej Capea The We fife A New Sclentbe Understanding of Lifesystems, Anchor Books Neva York 1996, 6 sa] arama wa0u0 ala colaboracién. Por consiguiente, la respuesta al patriarcado se comprende mejor con el término mulawadhah la reciprocidad. La reciprocidad es un valor moral fundamental que esta pre- sente en varias religiones, culturas y filosofias, y que se refleja mediante la «regla de oro de la reciprocidad».? Es un princi- pio ético universal que establece el derecho al trato justo y la responsabilidad de ser justo con los demés. Las enseftanzas del islam ofrecen muchas fuentes y ejemplos sobre la ética de la reciprocidad o muiawadhah.’ ‘Mulwadhah proviene de la raiz waw, ‘ain, dhad. Iwaadhad es un término juridico que hace referencia a las responsabilidades re- ciprocas 0 a una substitucién (este es el origen del término, segin el Modern Arabic Dictionary, el diccionario arabe-inglés de Hans ‘Weht)-El término muiawadhak ha sido utilizado en contextos mu- ‘sulmanes para referirse a transacciones financieras islamicas, «tg tinny meses te Cia Te org ch Nn a ae cane 0g tnpteanmersessetnnaa 8 (in na 9 cited) Cafe pie somal re de de ota ‘Seine s congue mrs Co ee ct fl concepio de een yl ela de oro se expandieron en I ampla ona que se encanta i elu ee As cd nn eC Sag So aloge ae ogi ontie on eine ee eb aati scape HRs to ial a se fhe ele Ben ts cnr ogo or ater See ns De a ene See Sieonon opinecaage eee doe posses raurhe ini ates ce eer ‘on i nnn eo ak (sure 83: Al-Mutaffifin, versiculo 1. in —_— ELISLAM MS ALLADELPATRIARCADO. [37 En este articulo, defino mufawadhah como una relacién de reciprocidad entre individuos. Esta comprende dos elemen- tos: 1) un conocimiento mutuo entre individuos (lo que el Cordn denomina talzrafu, en la sura 49 Al-Hujurat, versiculo 13) y 2) un apoyo mutuo entre individuos, miembros de la familia y miembros de la comunidad en su conjunto, La co- ‘munidad no se limita tinicamente a las colectividades locales sino que abarca toda la Oumma (comunidad) musulmana y la Tierra (al-ard). Asi pues, somos responsables de las conse- cuencias de nuestras acciones tanto para con los musulmanes como para con los no musulmanes. Esta nocién de pluralismo establece la responsabilidad moral de todas nuestras acciones ante la humanidad, En la sharitah, esto corresponde al térm no mulamalat, que designa las relaciones sociales 0 las accio- nes que reflejan justicia social. En el plano de la introspeccién personal (muhasabah), esto también supone tomar en cuenta las consecuencias de nuestras acciones sobre los demas. Esto se debe a que el patriarcado es un tipo de shirk (pecado supre- ‘mo contra la unidad divina), que proviene de la noci6n saté- nica de istikbar (sentimiento de superioridad respecto de los demés), como lo demuestra el siguiente relato corénico sobre la creacién de los seres humanos. La sura Al-Araf cuenta que Iblis (Satin) se nego a postrarse con los angeles ante el primer ser humano (Adin). Iblis dijo: «Ana Khayran minhu, Khalgatani min naar wa khalaqatahu min Tin» («Soy mejor que él, puesto que a mi me creaste de fuego mientras que a él lo has creado de barro», sura 7: Al Araf, versiculo 12). Esta actitud se concibe como istikbar: conside- rarse mejor que los dems en lugar de obedecer la voluntad de ‘Ald y reconocer la indispensable relacién que existe entre to- das las personas. El istikbar da lugar a practicas y sistemas de opresién, incluida la visi6n histérica del patriarcado. Las préc- ticas del istikbar estn basadas en la idea de que cualquier cosa que hagan los hombres es mejor que lo que hacen las mujeres. 40) MINA WADUD ‘Como corolario de esta légica patriarcal, los hombres son siempre mejores que las mujeres en determinados émbitos y las mujeres son siempre mejores que los hombres en otros Ambitos, pero estos son distintos o «complementarios» y no estan interrela- cionados. La idea de que los hombres son superiores reduce a las mujeres a una condicién de subordinacién, ‘Muchas personas -tanto hombres como mujeres~ han sido aculturadas para aceptar esta idea falsa sobre Ia superioridad masculina y, por ende, para ignorar la igualdad en lugar de con- siderarla como un componente esencial de su creacién, de la akhira y, por tanto, de toda Ia vida en el mundo visible. Por este motivo, existe un largo historial de practicas musulmanas basadas en un doble criterio de comportamiento: un criterio se aplica a los hombres, mientras que otro, que considera a las mujeres como inferiores, se aplica a las mujeres. Para superar estas actitudes y estructuras desiguales, tene- ‘mos que emprender reformas que reconozcan la igualdad de importancia de la creacion de las mujeres y de su manera de pensar y ser, asi como la igualdad de responsabilidades en el juicio, Esto puede lograrse mediante la creacién de un sistema de justicia social que aplique la muawadhah, es decir, que es- tablezca relaciones de reciprocidad e igualdad entre mujeres y hombres. Este sistema reconoceria que mujeres y hombres contribuyen con igual capacidad en las esferas de la actividad publica y privada. ‘Tal sistema incitaria a mujeres y hombres a destacarse en todo lo que hacen y no los limitaria a una esfera u otra. Alentaria a las personas a creer y a hacer el bien en todos los ambitos en lugar de imponerse limitaciones injustificadas, basadas en sus roles de género. De esta manera, las miiltiples competencias de las personas que realizan estas buenas accio- nes pueden prevalecer por encima de su género. La base de di- cha reciprocidad ocupa un lugar central en el islam mediante el principio del tawhid, ELISLAM MAS ALLA DEL PATRARCADO., [41 Ill, Mas alld del patriarcado y hacia una reforma a favor de la igualdad de género Existen dos eaminos que nos permitirian superar el patriarca- do; el faqwa en el plano individual y el tawhid en el plano de la praxis social y de los cédigos juridicos (figh). También en este aso, la inspiracién para tal movimiento puede extraerse del “thos del Cordn, uno de los grandes pilares de las declaraciones del profeta Mahoma, Los textos (al-nusus), especialmente los pasajes en los que mujeres y hombres son reconocidos como jguales, jusifican el concepto de igualdad y su importancia pri mordial en las relaciones y leyes familiares musulmanas, Estos on los fundamentos en los que se basan la necesidad y la post- bilidad de reformat el derecho de familia desde una perspecti- vyaislimica y teniendo en cuenta los principios de los derechos sumanos y la realidad vivida por las mujeres. Es verdad que a los musulmanes y a Jas musulmanas, a los creyentes ya las creyentes, alos obedientes y alas obedientes, & los veraces y a las veraces, a los pacientes y a las pacientes, alos hhumildes y a las humildes, a los que dan con sinceridad y a las que dan con sinceridad, a los que ayunan y alas que ayunan, a tos que guardan sus pares intimas y a ls que las guardan y 2 Jos que recuerdan mucho a Alé y las lo que recuerdan; Ald les ha preparado un perdén y una enorme recompensa (sura 33: ‘Al-Ahzab, versiculo 35). Este versiculo establece en el Corin el indiscutible marco de definiciGn de relaciones y responsabilidades morales igualitarias y reciprocas para mujeres y hombres. La vida entre In creacinyel ‘ms alla implica responsabilidades y deberes mutuos, asi como la ‘mawadhah (reciprocidad) en el pensamiento y la practica tanto de mujeres como de hombres. Como texto histérico, el Coran fue revelado en el siglo VII, en un contexto arabe caracterizado por el patriarcado y la anarquia. En sus esfuerzos por reformar 4a asina waouD Ia sociedad, el Coran les hacia frente a los desequilibrios so- ciales, politicos, econémicos y morales, ofreciendo un modelo basado en una mayor reciprocidad y declaraciones explicitas sobre las reformas en la realidad de las mujeres. Si se hubie- se respetado esta linea explicita del Corn a lo largo de los liltimos catorce siglos, la situacién de las mujeres mustilma- nas en la mayoria de los paises del mundo seria mucho mejor que en Ia actualidad. La idea fundamental de la igualdad de género deriva, por lo tanto, de la visién coranica del mun- do. En consecuencia, todos los debates sobre la igualdad de derechos para la mujer encuentran su justificacion en dicha visién coranica del mundo, Qala rasulu-Lah (saw) Inna li-rabbi ka ‘alayka haggan wa li- ahlika ‘alaka haqgan wa ti-nafsika alaka haggan, fiti kulla dhi ‘haqgan haggahu (E1 profeta Mahoma (vio) dijo: «De hecho, tu Seftor tiene ciertos derechos sobre ti, y tu familia tiene clertos derechos sobre ti, y tu cuerpo tiene ciertos derechos sobre ti; garantizale a cada uno su derecho como corresponde») (Sahih Bukhari, libro 3, hadiz. 189), Este hadiz es importante porque recomienda que, para cum- plir con los derechos que Ala (rabbika) tiene sobre nosotros, como seres humanos, hay que cumplir con los otros dos dere- chos mencionados. El primer derecho corresponde a nuestra relacién con los dems. La palabra «ahl» puede referirse, de un ‘modo limitado, a nuestros familiares directos 0, de un modo més general, a la familia de la humanidad. Esto quiere decir que deberiamos trabajar de consuno con los dems. El segundo trata sobre los derechos que deberfamos realizar en beneficio de nuestra propia alma. Por otro lado, este hadiz nos recuerda la necesidad de man- tener el equilibrio entre la realizacion de los derechos de los de- mas miembros de la familia 0 la comunidad, los derechos sobre ELISLAM MAS ALLADEL PATRIARCADO. [43 nosotros mismos y los derechos de nuestro Seftor. Esto desafia Ja opinién generalizada de que el tinico rol familiar de la mujer ‘musulmana es la abnegaci6n y la atencién de las necesidades de los demés, sin importar cudn grande sea el sacrificio. El patriar- cado tiende a beneficiar la explotacién de las tarcas que realizan las mujeres por el amor y cuidado de la familia, como si su tra- bajo derivase de algtin tipo de predisposicién bioldgica por ser ‘mujer y no de Ia expresi6n de una intensa voluntad. Para algu- nas mujeres, esta tendencia puede convertir la esfera privada en tuna especie de prisién, de la que no pueden escapar por miedo a perder su imagen de mujer plena 0 ideal. Otras, se encuentran ‘entre la espada y la pared: no solo deben encargarse dela mayor parte de las tareas domeésticas sino que también deben competir en la esfera piblica por su salario. Ademés, tal esfera pablica suele definirse a partir de las actividades de los hombres, y estos hombres a menudo confian a las mujeres el cuidado del hogar familiar Fl hadiz antes citado exige un equilibrio que permita a mujeres y hombres ponerse al servicio de si mismos, al servicio de los demas miembros de la familia y la comunidad, y al ser- vicio del Senor. Finalmente, respecto precisamente de las relaciones familia- res intimas entre mujeres y hombres, el Cordn dice: Y entre Sus signos est que ha creado para ustedes, de uste- ‘des mismos, compafieras para que encuentren sosiego en ellas y puso entre ustedes amor (muwaddatan) y misericordias real- mente en eso hay signos para gente que reflexiona (sura 30: Ar- Rum, versiculo 21). La relacién matrimonial aqui descrita es sumamente dulce. ‘Muwaddatan, traducido por «amor», también significa amor mutuo e intimidad, En esta relacién no existe ninguna rivali- dad, violencia, disputa o jerarquia. Una familia no puede man- tener relaciones de reciprocidad si estas no existen en primer 42) ana WADUD lugar en la relacidn principal entre cényuges. La dominacién da paso a la colaboracién. La competencia da paso a la coopera- cidn, Todos estos son aspectos de la mulawadhah, que el Corin presenta aqui en términos aun més intimos con las palabras ‘muwaddatan bayna al-rajul wa-l-marah («amor reciproco entre el hombre y la mujer»). El modelo tradicional de la familia que esté arraigado en la doctrina juridica islémica se basa en una relacién de domina- cién en la que siempre tinicamente el hombre es considerado qawamun: responsable y, segiin determinadas interpretacio- nes, superior. En consecuencia, la mujer solo puede, y siempre debe, someterse, ser inferior y, por ende, dependiente del hom- bre. Si bien estas practicas se parecen a las vigentes en la época de la Revelacidn, en la situacién actual este modelo patriarcal ¢s incompatible con la accién e integridad de las mujeres, Las ‘mujeres han hecho y siguen haciendo valiosas contribuciones en todos los Ambitos, publicos y privados, y esta realidad debe reflejarse en la reforma de las leyes y politicas para que se reco- nozcan sus aportes y su accionar humano. El unico modelo que refleja esta integridad es aquel que se basa en el amor reciproco yel respeto mutuo, y que se implementa con absoluta igualdad. IV.El paradigma del tawhid y la reforma Hoy en dia, lo que marca la diferencia con el pasado respecto de Ja reflevién de las leyes musulmanas de estatuto personal y de familia es que las mujeres se involuran como actores y agentes tanto en asuntos interpretativos (tafsir) como jurisprudencia- les (figh). En este pardgrafo me propongo describir la legitimi- dad de este rol activo de las mujeres a partir de un anilisis del Coran. Mas especificamente, el objetivo consiste en arrojar luz sobre la necesidad de que hombres y mujeres se asocien y co- laboren activamente en nombre del islam y de la justicia en el Ambito juridico, politico y familiar. ELISLAM MAS ALLA DEL PATRIAREADO. (45 ‘La inspiracién principal para abordar este rol de cooperacién proviene del concepto de tawhid, al como se implementa en la praxis social y las relaciones humanas, En su nivel més basico, el tawhid refiere ala unicidad de Ald. Alé es uno y tinico. La pa- labra tawhid procede de la segunda forma del verbo, wahhada: ge trata de un término dindmico que subraya el poder divino de engendrar unidad y armonta en todo. Ya me he referido a esta armonia bajo el término mulawadhah o reciprocidad mutua, cooperacién ¢ interdependencia El tltime punto que quisiera considerar en este paragrafo es su relacién con el tawhid. Una idea fundamental del iskam es que Ald es el més grande. Allah akbar. Sumado a esto, el Corin establece con claridad que, ‘cuando dos personas estén juntas, Ald es el tercero, cuando tres personas estin juntas, Ald es el cuarto, y asi sucesivamente (sura 58; Al-Mujadalah, versiculo 7). Teniendo en cuenta que Ali siempre esta presente, la relacién de mu‘awadhah puede des- crihirse como una reciprocidad horizontal y representarse de la siguiente manera: Ala Yo Los demas Por ende, segiin el fawihid, en la medida en que Alé es el mas grande y tnico, entre dos personas solo puede existir una rela- ‘cién de reciprocidad horizontal. El plano horizontal correspon- de a una cooperacién mutua, ya que los roles de uno y otro son intercambiables, sin perder su integridad. En el marco patriarcal, el hombre es superior a la mujer; tal relacidn puede representarse mediante un plano vertical: as| asain wAoUD Hombre Mujer Esta es la raz6n por la cual el patriarcado es un tipo de shirk: ia a hombres y mujeres en una relacién que exchuye toda reci- procidad, ya que siempre una persona es «superior» a la otra. Sin embargo, de acuerdo con el principio del tawhid, esta relacién ¢e inconcebible, dado que la presencia de Ald debe ser el punto central mas elevado, Puesto que un nuevo eje se establece cuan- do Als est presente, y Ald siempre est presente, nadie puede ‘ocupar el nivel superior sin violar el tawhid. V.Conelusion ‘A nivel practico, el desafio consiste en integrar la experiencia de las mujeres musulmanas en el discurso. La idea es, pues, potenciar las voces de las mujeres, sus experiencias y sus ma- neras de conocer, y reconocerlas como contribuciones de igual importancia que las de los hombres en las realidades vividas del islam, La experiencia de las mujeres ha pasado a ocupar hoy un lugar central en la elaboracién de todas las politicas y practicas que les conciernen, En el islam, la intervencién tanto de mujeres como de hombres es esencial; la mujer no puede quedar relegada a una condicién subordinada. Las mujeres tienen la capacidad de contribuir de forma significativa en la elaboracién de leyes que rigen la vida personal, profesional ¥ espiritual de todos los ciudadanos, en los Bstados-nacién musulmanes modernos y en el complejo 4mbito del actual pluralismo global y de las exigencias de la democracia y los derechos humanos, {LISLAM MAS ALLA DEL PATRIANCADO.. 47 Los paises musulmanes y el escenario internacional en ge- neral estan siendo testigos de ripidos cambios, interconexio- nes y discursos diversos sobre los derechos humanos, los de- rechos de la mujer, los derechos iskimicos y el pluralismo. Es importante que las musulmanas y los musulmanes desempenten uun papel principal en la evaluacién de las implicaciones de este fendmeno en nuestras culturas, nuestros paises y nuestro din, al-Islam. También es importante que consideremos estos nue- vos vinculos con las fuentes tradicionales como un medio para transformar y reforzar los elementos fundamentales conforme a los valores y principios inmutables. De lo contrario. seremos vvietimas de un respeto (taglid) ciego de las tradiciones. Tam- bién tenemos que examinar cuidadosamente las consecuencias de nuestros actos con el fin de preservar aquello que est bien y prohibir aquello que est’ mal (‘amr bi-l ma'ruf wa nahyi ‘an al-munkar): maruf es el término clave para nombrar Io «uni- versal», lo que es evidente y bueno. En cuanto a las leyes de familia, se necesitan nuevas politicas que tomen en cuerita las verdaderas experiencias y potencialidades de las mujeres como parte integrante de Ia humanidad para cumplir la voluntad de ‘Ald ala luz del tawhid y lograr una mayor cooperaci6n entre los miembros de la comunidad. 4} nana waouD Feminismo istamico: ¢qué significa?* Margot Badran* 2Qué hay en una palabra? Qué hay detrds de una palabra? ;Qué sel feminismo islimico? Permitanme proponer una breve defl- nicién; se trata de un discurso y una préctica feminista articula- da dentro de un paradigma islmico. El feminismo islamico, que deriva su comprensién y mandato del Corn, busca derechos y justicia para mujeres y hombres cu la tulalidad de su eaistencla. Al respecto, circulan muchos malentendidos, representaciones erréneas y afirmaciones absurdas. Este nuevo feminismo, al 1e- ‘yelar tanto esperanzas como temores, es cuestionado firmemente por unos y apoyado con fervor por otros. Analizemos quién lo produce, dinde, por qué y con qué fin. * cg vat iia dy we iin Cn i a ‘en el Prince Alwaleed bin Talal Centre for Muslim-Christian Understanding. en Wa re odes dn fal sted eis eyo Gearon ea g ater ee eto testy Pes, 190), como de ono ae Ser tnd Cons Ont 90 1 teat ei oie en ino ll sain: hain ‘ano lv Wet (2 1 oe Ute 9 ce roe poe {xine dete ca in Ser fen Cope ee Sn tk es Conn step ht re oi ce pea por ear nls ligeramente modhficaca, 7 FenaIst40ILAMICO: QUE SIGNIFICA [69 Feminismo Como ya se ha sefialado con precision, las palabras y los conceptos tienen una historia al igual que las pricticas con las que se relacio- nan y vinculan. El témino «feminismo» nacié en Francia, hacia Jos afios 1880, dela mano de Hubertine Auclert, quien lo utiizé en su diario La Citoyerine para criticar la predominancia (ya domi- nacién) masculina y reclamar los derechos y la emancipacion que prometia la Revolucién Francesa. Karen Offen, historiadore del feminismo, demostré que, desde su primera aparicion, el término ha recibido miltiples significados y definiciones. Este término ha sido utilizado con diversas acepciones ¢ ins- pirado a muchos movimientos. La palabra apareci6 en lengua inglesa durante la primera década del siglo XX, primero en Gran Bretafa y luego en Estados Unidos, en los anos 1910. A comien- 10s de la década del veinte, ya circulaba en Egipto, tanto en fran- ‘cés como en drabe, bajo la forma nisa‘iyya, Aunque el término iene de Occidente, concretamente de Francla, nu pur cllo es occidental. El feminismo estadounidense no es el ferninismo francés (tal como proclaman las estadounidenses y las francesas). El feminismo egipcio no es ni francés ni occidental. Es egipcio. Sus fundadoras asi lo demuestran y la historia es clara al respecto. Los feminismos nacen en situaciones geogrificas particu- lares y se expresan siempre en términos locales. La historia dc las mujeres -campo de investigacin que se constituyé en los, aiios sesenta y que cobré impulso en la década de los setenta y Jos ochenta~ analiza la multiplicidad de feminismos que emer- gieron en diversos lugares del mundo. La obra fundadora de Ta académica esrilanquesa Kumari Jayawardena, Feminism and Nationalism in the Third World? (Feminismo ynacionalismo en. 2 Publicado poe primera ver en Indien eo Kal for Women, y Inco en I tori Zed Books S01 MARGOTBADRAN el Tercer Mundo], de 1986, describe los movimientos feminis- tas que surgieron en distintos paises de Asia y Medio Oriente Se trataba de feminismos que formaban parte de las luchas por Ja liberacién nacional y los movimientos religiosos reformistas, incluidos los islamicos. Como se sabe, Egipto fue uno de los primeros paises en desarrollar un pensamiento feminista y en organizar, de manera colectiva, un activismo feminista. ‘A pesar de la abundante literatura que circula sobre este tema, en diferentes lenguas y en todas partes del mundo, la idea de que el feminismo es occidental aiin contintia propagindose por personas que desconocen la historia o que utilizan esta idea desde una dptica de deslegitimacién. La manera esencialista monolitica y estatica en que algunas personas hablan de wfe- minismo occidental» refleja una percepcién occidentalista y es portadora de un proyecto politico que apunta a sabotear el fe- minismo. El feminismo, por el contrario, es una planta que solo crece en su propia tierra (lo que no quiere decir que las ideas ylos movimientos feministas estén hermeticamente cerrados) Feminismo islémico La expresién «feminismo islimico» comenz6 a aparecer en dis- tintas regiones del mundo a lo largo de los aftos 90. Por mi par- te, la descubri leyendo escritos de mujeres musulmanas. Segin Afsanch Najmabadeh y Ziba Mir-Hosseini, académicas iranies, este concepto fue popularizado por las redactoras de la revis- ta femenina Zanan de Teheran, fundada en 1992 por Shahla Sherkat. A su vez, Mai Yamani, investigadora saudi, utili26 esta expresién en su libro Feminism and Islam, publicado en 1996. En Turquia, en la década de los noventa, el término «feminismo 3 Maia Fein on th oe ty pci as Le ‘obra esl res ‘une serie de conferencias sobre el ferinismo yla ley islémic tadas por Mai Yaman entre octubre de 1993 y junio de 1994. ee FEMINISMO ISLAMICO: QUE SicNFICa 52 {skimico» fue utilizado en los articulos de las académicas Yesim Arat y Feride Acar, asi como en Ja obra de Niliifer Géle, The Forbidden Modern (publicada en turco en 1991 y en inglés en 1996)," para deseribir el nuevo paradigma feminista que estaba surgiendo en su pais. En la misma época, la militante sudafrica- na Shamina Shaikh, al igual que sus hermanos y hermanas ac- Livistas, empled este concepto en sus discursos y articulos. Esto demuestra claramente que, desde mediados de los noventa, el término «feminismo islimico» ya circulaba por todas partes de la umma (comunidad) mundial, ‘Ahora bien, es importante hacer una distincién entre el fe~ minismo islamico como proyecto explicito -concepto analiti- co- y el feminismo isldmico como término identitario, Como hemos sefialado anteriormente, algunas mujeres musulmanas laman «feminismo islimico» a su proyecto de articulacion y promocién de la préctica de la igualdad de género y justicia so- Gial que establece el Cordn, Otras mujeres no lo llaman asi y prefieren describirlo como un proyecto islamico de relectura del Coran y otros textos religiosos desde wna perspectiva femi- nista, una relectura a cargo de «académicas y activistas», para retomar la expresin utilizada en Windows of Faith, publicado en 2001° bajo la direccidn de Gisela Webb. Entre las mujeres que producen, articulan y utilizan el discurso feminista islimico, algunas se adjudican la etiqueta de «feminista iskimica» y otras la rechazan. Entre las protagonistas del femi- nismo islmico, es posible encontrar religious Muslims (musul- manas religiosas, expresién que, por lo general, hace referencia | ite Gale The Forbidden Modern, Unversity of Michigan Pres, 198, B1 198310 el fornl La Découerte pull una veri france de esta obra con tla Misuimanes ct Moderne. Volt ciation en Trg, ‘5 Gisela Webb (ed), Windows of Fuh. Dua Women Scolar Activists in North Americ. Syracuse University Pres, 2001 La obra es una recopilcin de textos de feminists ms: rmanasetadounidenss a las practicantes), secular Muslims (musulmanas laicas, cuya manifestacién religiosa no es tan visible en publica) y no mu- sulmanas. Muchxs musulmanxs utilizan los adjetivos «eligi so» y «laico» (religious y secular) para definirse a si mismxs, en tanto que otrxs se sienten mds incémodxs con estos términos. En este punto, conviene historizar 0 contextualizar el uso de estas palabras porque su significado varia segun el espacio y el tiempo. Asimismo, es importante senalar que los términos «re- ligioso» y «laico» no son expresiones herméticamente cerradas, sino que estan ~y siempre han estado interrelacionadas. Entre las mujeres que participan en la articulacidn teOrica y la puesta en prictica del feminismo islamico, algunas reivindi- can de entrada una identidad «feminista iskimicay. Es el caso, por ejemplo, de las colaboradoras de la revista irani Zanan, de exégetas y activistas sudafricanas o incluso de las mujeres que forman parte del grupo Sisters in Islam {Hermanas en el Islam], en Malasia.* Otras mujeres ~entre las que se encuentran mu- chas de las principales figuras del feminismo islamico 0 de esta nueva interpretacion cordnica sensible a las cuestiones de gé- nero- se muestran més reacias a identificarse como feministas islamicas. Por ejemplo, Fatima Mernissi, autora de Women and Islam: An Historical and Theological Enquiry (publicado por primera vez en inglés en 1991 y luego con el titulo Le Harem politique en 1987), uno de los textos fundadores del feminismo isldmico, se considera a si misma como una feminista laica y no como una feminista musulmana, Sin embargo, en los tltimos atos, algunas de ellas han cam- biado de postura. Aftos atrés, a tedloga musulmana y afroame- ricana Amina Wadud, autora del importante libro Qurian and Woman: Rereading the Sacred Text from a Womans Perspective {6 Como li gure de este propo, Zain Anmear. Vanes artic sobre Malai cr asada pare de est lio, ‘FeMuisiao sLANeco, QUE SIGNIFICA? 53 [El Corén y la mujer: una relectura del texto sagrado desde una perspectiva femeninal,’ se negaba categéricamente a definirse como feminista islimica. Hoy en dia, es menos estricta al res- pecto y considera, por el contrario, que lo més importante es ‘que su trabajo se entienda, Sin embargo, Wadud reacciona con severidad cuando la etiquetan de «feminista occidental», En el prefacio ala edicién de 1999 de su libro, critica el uso peyorativo de los términos «occidental y «feministay. Como musulmana devota, se pregunta: ;qué hay de malo en ser «occidental»? (no nos olvidemos de que hay un niimero considerable y cada ver mayor de musulmanas occidentales o de musulmanas en Occi- dente, entre ellas la propia Wadud). En cuanto al descrédito que golpea al femninismo,Wadud sefiala: «Nunca se hace referencia al feminismo como una nocién radical que, ante todo, consi- dra a las mujeres como seres humanos». Al igual que Wadud, Riffat Hassan ~tedloga de origen pakistani, radicada en Esta~ dos Unidos- piensa que lo més importante es que su trabajo se entienda y por eso también terminé aceptando la etiqueta de «feminista islamica». Fenémeno mundial El feminismo islamico es un fenémeno mundial. No es un pro- ducto exclusivo de Oriente u Occidente, sino que trasciende las fronteras de estas dos entidades. Como ya se ha sefialado, al surgir en diferentes éreas geogrificas del mundo, el feminismo iskimico es el resultado del trabajo que realizan las mujeres en ‘sus propios contextos nacionales, ya sea en paises de mayoria ‘musulmana 0 en paises donde antiguamente se establecieron 1 Amina Waded, Quran and Woman Reading he Sacred Tet fram a Womans Perspective te libro se publics por primera ver en Malasia,en 199, jeg, en Orford University Pres

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