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How to be a good wife..

Cómo ser una buena esposa


Nunca es fácil ser una buena esposa, incluso si tienes un esposo casi perfecto. Para ser
una buena esposa, tienes que ser capaz de comunicarte con eficacia, mantener tu romance
vivo y ser la mejor amiga de tu esposo a la vez que mantienes tu propia identidad. Si
quieres saber cómo serlo, solo sigue estos pasos.
Método1
Ser una buena compañera

1 Satisface las necesidades de tu esposo sin comprometer las tuyas. Por ejemplo, si
necesita más sexo, entonces piensa en las posibilidades y, si necesita tiempo para estar
con sus amigos o para realizar un pasatiempo, no seas posesiva. Él será más feliz y más
agradecido contigo por tu respeto. Debes satisfacer sus necesidades, o al menos algunas,
sin hacer nada que te haga sentir incómoda.
 Si quiere tener más relaciones sexuales, considera tenerlas o considera por qué
eso no te atrae. Sin embargo, no deberás obligarte a hacer algo que te incomode
tan solo por su beneficio. En lugar de ello, háblale sobre este tema de modo que
entienda lo que sientes, así podrán decidir juntos algo con lo que se sientan
cómodos.
 Si extraña tener una salida con sus amigos, entonces déjalo que salga y tú ten
una salida con tus amigas.
 Si quiere tiempo para realizar sus pasatiempos, dale ese tiempo. De esta
manera, crecerá como persona haciendo lo suyo y eso beneficiará la relación.

2 Sé la mejor amiga de tu esposo. Desarrolla una intimidad verdadera y una


aceptación incondicional. Demuestra voluntad para ser vulnerable y confía que la relación
puede soportar cualquier conflicto. Disfruta tu historia compartida y las bromas internas.
Envíale artículos que sepas que le parecerán interesantes o simplemente siéntate con él
acompañándolo en silencio. Incluso tu silencio dirá demasiado cuando el matrimonio está
fortalecido por una amistad verdadera.
 Aunque debes mantener amistades importantes para que tu vida esté llena de
amor y diversión, al final del día, tu esposo deberá ser la persona a la que
acudas.
 Intenta ser la persona con la que tu esposo se divierta más, en lugar de su mejor
amigo o su tío favorito. También tienes que ser su persona número 1 a la que
acude, ya sea cuando necesite reír o llorar.
3 Crea sueños compartidos. Nunca pierdas de vista los sueños que comparten, ya
sean mudarse a un lugar con clima cálido o viajar al extranjero para su vigésimo
aniversario. Mantén tus sueños, habla sobre ellos y realiza pasos para concretarlos. Si tus
sueños no concuerdan con los de tu esposo, entonces estarás creando un alejamiento a
medida que avanzas hacia tus objetivos, o si alguno de los dos no tiene que lo la otra
persona quiere. [1]
 Es saludable tener tus propios sueños junto con los de tu esposo, pero tienes
que asegurarte de que ninguno genere un conflicto.
 Incluso si tus sueños son grandes, igual tienes que hablar sobre ellos para
mantener viva tu pasión.
4 Mantén tu propia identidad. Asegúrate de seguir teniendo una vida divertida e
interesante. Si tu esposo se va mañana, ¿aún tienes tus propios amigos a los que ves al
menos una vez al mes, concurres a los clubes de pasatiempos o practicas deportes? Si no
es así, tu esposo siempre intentará llenar un vacío que no puede llenar y se sentirá
inadecuado. Cuando estás satisfecha como persona, tienes mucho más para aportar a la
relación. Serás una mejor compañera si puedes contar con tus propios intereses,
experiencias y puntos de vista.
 Si tu esposo piensa que es lo único bueno que sucede en tu vida, se sentirá
atrapado.
 Persigue los intereses o pasatiempos que te importaban antes de la relación.
Aunque es posible que no puedas realizar todos o la mayoría, tienes que tomarte
un tiempo para cumplir los que realmente te interesan.
5 Trabajen juntos para manejar el estrés. Los hombres y las mujeres lidian con el
estrés todo el día y todos los días. Hagan lo que puedan para ayudarse entre ustedes a
lidiar con el estrés cotidiano. Asegurarte de poder manejar tu propio estrés le quitará
presión al matrimonio. Si uno de ustedes está crónicamente estresado y el otro no
comprende la razón, entonces tendrán un problema.
 Ayuda a tu esposo a manejar el estrés hablando sobre ello y tratándolo con
mucho cuidado cuando tenga un día difícil, en lugar de hacerlo sentir peor al
enojarte porque está cansado o distanciado.
 Cuando estés estresada, permite que tu esposo sepa cómo te sientes para que
pueda hacer los quehaceres de la casa y ayudarte.
Método2
Comunicarte de manera eficaz

1 Expresa tus sentimientos y tus necesidades de forma eficaz. Tu esposo no es


clarividente. Si quieres algo, tienes que pedirlo y, si algo está mal, tienes que decirlo. No
des pistas ni creas que él cederá porque así nunca harás nada. Si quieres ser capaz de
expresar cómo te sientes, tienes que poder hablar con un tono positivo y escuchar lo que
dice tu esposo en lugar de tener una actitud acusadora. Aquí hay algunas formas de
hacerlo:
 Envía mensajes en primera persona. En lugar de acusarlo por no cumplir con
tus necesidades, centra la conversación en ti. Por ejemplo, dile “Me siento
ignorada cuando no te veo hasta las 6:30 todas las noches”.
 Escucha lo que él dice. Cuando te diga algo, repítele lo que te dijo para que
sepa que comprendiste. Por ejemplo, “Te escuché decir que estás preocupado
por las finanzas y por esa razón estuviste trabajando hasta tarde”.
 Evita expresar una crítica. Déjalo que termine de hablar antes de responderle.
Luego de que haya dejado de hablar, ofrece una solución. Por ejemplo, dile
“Estoy dispuesta a vivir con un presupuesto más ajustado si eso hará que te vea
más seguido”.
2 Elige tus batallas. Vale la pena tratar algunos problemas, pero otros no. Si pasas
todo el tiempo criticando a tu esposo por problemas menores sin importancia, no te
escuchará cuando surjan problemas más graves.
 La crítica puede destruir una relación. Por ejemplo, siempre y cuando los platos
estén limpios y sanos, no lo regañes por cómo cargar el lavavajillas “de la forma
correcta”, déjalo que lo haga a su manera. No te preocupes por pequeñeces.
 Evita criticar a tu esposo sin hacerlo de forma constructiva. Recuerda
intentarlo, mantenerte tranquila y razonable, ya que las emociones fuertes
pueden convertir una conversación en una discusión. Si criticas cada pequeña
cosa que haga, rápidamente te dejará de prestar atención.
 Debes elogiar a tu esposo por las cosas que hace bien más a menudo de lo que
discuten por las cosas que hace mal. Esto hará que esté más dispuesto a
escucharte y mucho más feliz de estar a tu lado.
3 Sé comprensiva cuando trates un problema con tu esposo. Discute de forma
correcta. No permitas que el enojo tome el control porque puede hacer que digas cosas
que lamentarás luego. Incluso cuando no concuerdes con tu esposo, necesitas respetar su
opinión y su punto de vista. Para ser una buena esposa, tienes que entender que quizá
nunca estés de acuerdo con ciertos temas. Ninguna pareja es idéntica en lo que respecta a
la moral y las creencias, lo que significa que ambos tienen que aprender a manejar
situaciones en las que no puedan cambiar sus opiniones.
 Háblale en el momento apropiado. Simplemente no comiences a hablar sobre
los problemas en cualquier momento. Evita hacerlo antes de la cena, mientras
está pagando cuentas o cuando pasa por una situación estresante, como reparar
un problema con tu automóvil. Y nunca, jamás, empieces una discusión frente
a tus hijos. [2]
 Cuando te equivoques, admítelo. Tienes que aprender a responder a las
discusiones y ser razonable para que puedas reconocer y disculparte cuando
cometas un error.
4 Habla con tu esposo, no sobre él. Nunca hables con tus amigas o familiares
diciéndoles cosas negativas sobre tu esposo, sin comunicarte con él primero. Hablar sobre
tu esposo a sus espaldas es desleal. Cuando te casas, tu principal lealtad es con tu pareja,
no con tu familia biológica o tu grupo social.
 Quejarte sobre tu esposo con tus amigos y familiares no solo no resolverá
ninguno de los problemas, sino que también hará que tu relación se vea de
forma más negativa.
 Es posible que tus amigos y familiares piensen que saben qué es lo mejor para
ti, pero no conocen tu relación tan bien como tú y quizás te den un mal consejo
sin intención.
Método3
Ser condescendiente

1 Ten expectativas realistas. Ninguno de los dos es perfecto y las expectativas no


alcanzadas tienden a frustrar a todos. Si tus expectativas son demasiado altas o irreales,
necesitas establecer estándares que sean alcanzables. Por ejemplo, no es justo esperar
posesiones lujosas y tener al amor de tu vida en casa para cada comida. Si quieres pasar
más tiempo con él, entonces prepárate para tener ese deseo cumplido bajo un costo.
 Recuerda que ninguna relación es perfecta. Si esperas llevarte bien con tu
esposo y ser feliz el 100 % del tiempo, entonces no funcionará para ti.
 También debes tener expectativas financieras realistas. Quizá tú y tu esposo no
estén en la situación económica que deseaban hace cinco o diez años, pero eso
es perfectamente normal. Aprecia lo que tienes en lugar de esperar más.
2 No intentes cambiar a tu esposo. Acéptalo cómo es y hazle saber que nunca querrás
que cambie de ninguna manera por ti. Tiene tanto que ofrecerte si tan solo le dieras
espacio para ser él mismo, ya que ambos son una persona en crecimiento. Ámalo por
cómo es y te amará incondicionalmente.
 Acepta que tú y tu esposo no son la misma persona, por lo que no siempre verá
al mundo de la misma forma que tú, lo cual es algo bueno. Estar con alguien
que no sea exactamente igual a ti hará que la relación sea más profunda.
 Hay una diferencia entre pedirle a tu esposo que limpie más la casa y lograr que
sea fanático de las excursiones cuando odia estar al aire libre. Puedes pedirle
que mejore en diferentes áreas, pero no puedes forzarlo a que le guste las
mismas cosas que a ti.
3 Avanza con los cambios. Ambos experimentarán crisis juntos, desde la pérdida de
un trabajo hasta la muerte de un ser querido. Pueden pasar dificultades financieras o ser
ricos inesperadamente y no saber qué hacer. No obstante, el matrimonio puede sobrevivir
a los cambios si están dispuestos a mantener la comunicación y ser flexibles. A
continuación hay algunas cosas que debes tener en cuenta a medida que aprendas a
aceptar el cambio:
 Recuerda que sin importar el cambio que surja, tú y tu esposo deben lidiar con
él como equipo y no como personas del lado opuesto de la guerra. Afrontar los
cambios juntos hace que sean mucho más manejables.
 Avanza con los cambios de tu vida amorosa. Aunque es probable que tú y tu
esposo aún sean apasionados en el amor, no te sientas decepcionada si él no
quiere hacer el amor todas las noches o besarte veinte veces al día como lo
hacía cuando eran recién casados. Aún puedes mantener el amor fuerte sin
desear que sea igual a cuando te casaste.
 Avanza con los cambios de tu cuerpo. Aunque ejercites mucho para mantenerte
en forma y comas saludablemente, tienes que aceptar que tu cuerpo a los 50
años no es tan esbelto como lo era a los 25, y eso está bien.
4 Acepta que tener hijos cambia la relación. La relación entre tú y tu esposo
cambiará sin lugar a dudas y evolucionará una vez que tengan hijos. Esto no significa que
cambiará para peor, sino que pasarán mucho más tiempo concentrándose en ellos en lugar
de ustedes. Acepta que esto cambiará la relación y esfuérzate para que sea próspero de
nuevas maneras.
 Para ayudar a esta transición, pasen más tiempo juntos con los niños, cuando
puedan, en lugar de aislarse ustedes mismos por turnos.
 Encuentren nuevas actividades divertidas que puedan hacer todos juntos para
que tú y tu esposo se mantengan fuertes a medida que educan a sus hijos.
 Fortalece aún más tu relación trabajando de forma conjunta con tu esposo.
Debes estar de acuerdo con la manera de educar y disciplinar a tus hijos para
que no entren en el rol del “policía bueno” y el “policía malo” y no se enfrenten
cuando tengan que controlar a los niños.
 Si sufres alguna enfermedad lucha porque ocurra la felicidad de los hijos, visita
a los especialistas y que ellos ayudaran a lograr la visita de la cigüeña.
5 Acepten sus errores. Si quieres ser aceptada como esposa, tienes que aceptar los
errores de tu esposo y respetar sinceramente sus disculpas por hacer algo mal (siempre
que no te comprometa de gran manera). Si guardas rencor por mucho tiempo, no podrás
apreciar las cosas buenas que tiene. Por lo tanto, es mejor aceptar sus disculpas, conversar
sobre cómo no te ofenderá más de esa manera y continuar con la relación en lugar de
guardar resentimientos sobre el pasado.
 También tienes que aceptar tus propios errores. No te concentres tanto en ser la
esposa perfecta que no puedas admitir cuando te equivocas.
 Admitir que comiste un error los ayudará a crecer a ambos como pareja.
 No temas en equivocarte por complacer a tu pareja, la vivencia y la
comprensión serán las mejores armas para la eterna felicidad.
Método4
Dedicar tiempo para el romance

1 Tómate un tiempo para las citas nocturnas. Sin importar cuán ocupada estés, cuán
estresante sea tu trabajo o cuántos hijos tengas, necesitas destinar tiempo para pasar una
noche romántica con tu esposo. Si no tienen hijos, procuren tener una noche así una vez
por semana. Si los tienen, traten de tener una salida una vez cada dos semanas o tan a
menudo como puedan. Si bien puede parecer anticuado, si te vistes elegante y van a un
lugar agradable y especial pueden renovar la conexión romántica y tomar un respiro de
aire fresco lejos de su hogar.
 La “cita nocturna” no necesariamente debe tener una temática romántica.
Pueden ir a jugar a los bolos, al minigolf o incluso salir a correr de noche juntos.
Solo hagan lo que puedan para conectarse y pasar tiempo juntos.
2 Planifica el sexo. Es posible que sientas que el sexo debe ser espontáneo, pero si no
lo añades a tu cronograma, quizá comiences a descuidarlo. Sin la aceptación de intimidad
frecuente y el amor que proviene de la relación sexual, una persona puede sentirse
insatisfecha, gruñona y con el tiempo puede tener sentimientos de rechazo e incluso enojo.
Recuerda que una relación sexual proporciona intimidad y una liberación física que es
primordial para ambos.
 En la mayoría de las relaciones, cada pareja tiene necesidades y expectativas
diferentes con respecto a la frecuencia de la intimidad física. Encuentra un
medio feliz con tu esposo. Las parejas que se sienten responsables para
satisfacer las necesidades de su amor tienden a ser más felices en su relación.
3 Besa apasionadamente. Luego de un tiempo, te conformas con un beso en los labios
en lugar de un beso francés. Establece como objetivo compartir al menos un beso de seis
segundos con tu esposo cada día, o cada mañana y noche, incluso si no tienes más tiempo
para la intimidad que ese. Es probable que no quieras que tu esposo piense que besarte a
ti es igual que darles besos a los niños; la pasión debe continuar presente en los besos.
 Cuando hagan el amor, no solo practiquen el sexo, sino asegúrense de que los
besos también sean una parte integral. Está bien los juegos previos.
4 Haz que tu habitación sea un santuario para el sexo. Prohíbe la televisión, las
computadoras portátiles y los materiales relacionados al trabajo. Tu habitación tiene que
ser destinada para dormir y tener relaciones sexuales. Si llevas los juguetes de los niños,
las noticias nocturnas o el trabajo adicional que tienes que hacer, entonces no pensarás
que la habitación es un lugar especial y sagrado. Mantener un área de la casa para dormir
y tener relaciones hará que tu amor y el sexo se sientan más especiales y vitales en la
relación matrimonial.
 Tú y tu esposo pueden trabajar juntos para quitar los elementos irrelevantes de
la habitación. Esto también se puede convertir en una actividad de pareja
divertida.

Consejos
 Recuerda solucionar los problemas en lugar de irte a la primera señal de ellos. Te casaste
por una razón y también prometiste que permanecerías a su lado por una razón.
 Una mujer que es feliz consigo misma es la mejor esposa. Recuerda “Si mamá no es feliz,
nadie es feliz”.
 Si tu matrimonio está en problemas, busca un consejero. El divorcio es agonizante tanto
para la pareja como para los hijos, así que pelea por tu matrimonio comprendiendo las
necesidades de cada uno e intentando satisfacerlas.
 No fuerces las cosas. Esto significa insistir en cualquier acto en el que tu pareja no quiera
participar. Es contraproducente y potencialmente perjudicial para la relación.
 Muchas esposas definen sus roles a través de la fe religiosa. Sin embargo, en los
matrimonios donde las parejas tienen entornos religiosos diferentes, es posible que no
compartan las mismas visiones sobre qué es lo que hace una buena esposa. Además, los
mensajes muy conservadores sobre la sumisión como parte de ser una buena esposa
pueden impedir que la mujer sea capaz de desarrollarse y convertirse en una pareja
vibrante. Honra tu fe, pero también honra tus necesidades.
 Los matrimonios felices experimentan más salud, más riquezas y más felicidad que las
personas solteras o divorciadas. Además, los estudios demuestran que en los matrimonios
felices hay menos incidencia de ataques cardíacos, cáncer y accidentes cardiovasculares,
así como una vida sexual más satisfecha y menores casos de depresión o violencia
doméstica.
 Si tienes problemas en tu matrimonio, habla con los profesionales en lugar de con amigos
cercanos y familiares, pues incluso después de que todo se resuelva estas personas
seguirán teniendo una mala opinión de tu esposo. También tendrán una tendencia a darte
consejos parcializados.
 Recuerda que tanto tú como tu esposo son un equipo, así que cuando lo ayudas a tener
éxito en una tarea, también es tu éxito y viceversa. Ayuda a que su trabajo sea más sencillo
y él será receptivo y recíproco.
 Si no te sientes cómoda con algún acto sexual, tienes todo el derecho de negarte a hacerlo
y a recibir respeto.
 Órale a Dios para que sea una parte del pacto que los unió. Esta es la razón por la que una
fe compartida es muy importante.

 Siempre confía en él, el compañero de tu vida y abrázalo muy fuerte para sientas el latir
de su corazón por su compañera.

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