Imagina que eres el jefe de un área, y tienes 10 personas a tu cargo. Un día,
una de las personas a tu cargo falta sin avisar. Lo llamas y te asegura que uno de sus compañeros le comunicó que ese día era no laborable para la empresa. De pronto te encuentras en un problema que debes resolver lo más antes posible, pero ¿cómo lo resolvemos?
Primero debemos establecer qué es un conflicto
2. ¿Qué es un conflicto?
Los conflictos empresariales o laborales son aquellos problemas que surgen
al interior de una organización, entre dos o más personas que la integran.
Este tipo de situaciones suelen generar rivalidades, inconformismo, disputas
y, en general, un ambiente de trabajo tenso que impide la consecución de objetivos.
3. Proceso de solución de conflictos
1. Reconocer que existe un conflicto 2. Identificar y etiquetar las emociones que genera ese conflicto (en ti y en los demás) 3. Identificar cuáles son la posibilidades que ese conflicto está obstaculizando (en ti y en los demás) 4. Entiende qué es lo peor que podría pasar si no se materializan esas posibilidades 5. Determina qué es lo mejor que podría pasar si se logra una solución del conflicto 6. Indaga a la otra parte para saber cómo está experimentando el conflicto 7. Crea una lista de mínimo 10 opciones diferentes para el conflicto que puedan funcionar para todos 8. Analiza las diferentes técnicas de resolución de conflictos que tienes disponibles 9. Propicia un espacio donde puedas aplicar una de las técnicas y puedas exponer estas ideas para co-crear nuevas soluciones 10.Analiza los resultados obtenidos y vuelve a comenzar si es necesario 4. Método Thomas/Kilmann
La colaboración: Con este enfoque lo que buscamos es dar una solución
conjunta al conflicto, buscando satisfacer a todas las partes (win-win) y tratando el conflicto de manera abierta y colaborativa. Requiere de un nivel alto de asertividad por ambas partes que ayude a encontrar puntos de unión. La cesión: Aquí se trata de buscar también una solución, suavizando el origen del conflicto, el objetivo no es tanto ganar sino que llegar a un acuerdo. Se busca privilegiar la relación ante todo, acomodándose a las peticiones de la otra parte. El compromiso: En este enfoque se busca un equilibrio entre ambas partes, suelen darse concesiones, cedicendo o renunciando a algo, de manera que se facilite el consenso. Se busca alcanzar un acuerdo que sirva parcialmente a ambas partes. Este acuerdo no es el mejor, sino algo que permite avanzar.
La competencia: Este sería el clásico «win-lose», una parte busca ganar
en detrimento de la otra. Técnica habitualmente usada en problemas urgentes y cuando es necesario dar resolución con rapidez para evitar una situación aún más complicada. La evasión: En este enfoque lo que se busca es intentar que el problema se solucione sin interacción por ninguna de las partes, evitándolo retardando su resolución. Se suele dar en situaciones donde se espera que el problema se solucione solo (suele ser la técnica mas ineficaz y menos recomendada, aunque algunos personajes de la escena política la suelen utilizar a menudo, intentando que se «olviden» o «solucionen solos los problemas», mientras los tapan con otras noticias más «emocionantes», las denominadas «cortinas de humo»). 5. Recomendaciones 1. Evita la competencia insana o agresiva: cuando una situación conflictiva gira entorno a una competencia que no es del todo sana, lo mejor es desistir y evitar este tipo de competencia en el futuro, pues por lo general no aporta nada positivo a ninguna de las partes involucradas. 2. Ponte en el lugar del otro: Esto no significa que vas a ceder ante las demandas de todos, sino que procuras entender el punto de vista de la otra parte, para ayudar a resolver el conflicto. Aquí podemos poner en práctica la máxima de las conversaciones efectiva: «escucha para entender, no para responder». 3. Acepta la intención de otros para colaborar: Esto no significa que una tercera persona quiera involucrarse en tus asuntos, pero cuando las dos partes no logran llegar a un acuerdo, lo mejor es permitir que un tercero participe. Asegúrate de seleccionar un tercero que ya tenga los resultados que estás buscando. 4. Retírate cuando debas hacerlo: Cuando un conflicto no parece tener solución o la otra parte se niega a hallarla, lo mejor para ti y para tu salud es la retirada. Retirarse no significa perder, significa evitar continuar con el conflicto. 5. Coopera: Ayudar y facilitar la búsqueda de una solución que pueda satisfacer a ambas partes es posible cuando existe cooperación, de lo contrario es imposible que se dé la resolución de conflictos. 6. Convierte la experiencia en algo positivo: Aunque un conflicto se trata de una situación por lo general negativa, procura asumir una actitud positiva y convertirla en un cambio que te permita crecer, mejorar tus habilidades o aprender algo nuevo, dejando de lado los aspectos negativos de la confrontación. 7. Piensa creativamente: La vida es un campo infinito de opciones y posibilidades, si tienes la mentalidad de que todo conflicto tiene infinitas soluciones tu mente estará buscando todo el tiempo nuevas fórmulas que funcionen para ambos. 8. Separar a las personas del conflicto: Sí, sabemos que no es tan fácil como parece y por eso te vamos a dejar una herramienta: Imagina cómo sería esa situación si cambias a todos los actores de la reunión, imagina otras personas e identifica como cambia tu percepción de la situación.