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Memoria y Conflicto

Presentado Por: Jarrison

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BUENAVENTURA: UN PUERTO SIN COMUNIDAD

Colombia ha vivido el flagelo de la guerra por más de 60 años al ser el puerto de Buenaventura
un corredor estratégico para el comercio nacional e internacional queda en la mira de los grupos
armados y el narcotráfico que ven el escenario perfecto para el transporte de sus mercancías
ilícitas, esto debido la ubicación geográfica privilegiada que cuenta este municipio.

Buenaventura se encuentra ubicado en el departamento del Valle del Cauca, en la parte


izquierda de la cordillera Occidental, sobre la Costa Pacífica. Limita al norte con del
departamento del Choco, al oriente con los municipios de Calima-Darién, Dagua, Santiago de
Cali y Jamundí; al sur con el departamento de Cauca y al occidente con el océano Pacífico. Es
uno de los municipios mas grandes del Valle del Cauca con un área de 6.785 km2, lo que
representa el 28,6% de la superficie departamental. Con el auge del conflicto armado
Buenaventura se convirtió en territorio en disputa por parte de grupos armado como las FARC y
las AUC. El periodo comprendido entre 1980 a 1998 marca los antecedentes del conflicto entre
paramilitares y la llegada de las FARC al pacifico, lo cual incremento de manera considerable
las acciones armadas de estos grupos armados en la región.
Para esta época era muy común que las AUC amenazaran y desplazaran a la población civil de
sus territorios y más cuando suponían que algunos pertenecían a las Farc. Para esta década la
población tuvo que afrontar además la privatización de Colpuertos y el surgimiento de políticas
sobre la reivindicación de las comunidades negras a través de la titulación de territorios. Otro
hito importante se dio entre 2000 y 2004 donde se dispara los indicadores de violencia en el
municipio con hechos como masacres, homicidios, asesinatos selectivos, secuestros y
desplazamiento forzado, por parte de la guerrilla de las FARC con presencia en el ciudad; años
más tarde se firma el acuerdo de desmovilización entre el Bloque Calima y el gobierno Nacional
(2004), la ola de disputa armada que se dio en el territorio aumento de manera progresiva el
número de Grupos armados Ilegales en disputa, la mutación y ambigüedad de sus identidades y
la degradación en la ejecución de los repertorios de violencia. En este periodo la sevicia y la
tortura se consolidan como prácticas regulares de la confrontación dando lugar a la perpetuación
de desmembramientos humanos y al surgimiento de lugares de terror, como las denominadas
“casas de pique”.

En cuanto a las características económicas Buenaventura cuenta con diferentes fuentes, la


principal es la actividad portuaria, seguida de la pesca, explotación forestal, minería y el turismo
por su riqueza en playas y ríos; gracias a la actividad portuaria se dio la creación de la empresa
Publica Puertos de Colombia (Colpuertos) en 1961, lo cual fue fundamental para la relación
entre la dinámica económica del puerto y la construcción de ciudad. La interacción entre la
población y la dinámica económica del puerto fue estrecha e influyó en los ámbitos políticos,
sociales y laborales de la población bonaverense. Los procesos creados desde esta relación
hicieron posible la vinculación laboral formal de más de cinco mil trabajadores nativos de la
región, fortaleció el surgimiento de élites políticas locales y la construcción de una fuerte
organización sindical.

Cada uno de los hechos mencionados se han dado en el marco de una Buenaventura, con una
población mayoritariamente afrodescendientes e indígenas Con respecto a la composición étnica,
esta era distinta entre 2005 y 2011, ya que de acuerdo con el DANE en 2005 el grupo de
afrodescendientes correspondía al 86,5 % y el de indígenas al 0,8% (Andrade, y otros, 2019).
Parte del rápido crecimiento y recomposición demográfica que ha vivido el municipio puede
estar explicado por las fuertes dinámicas del desplazamiento forzado por expulsión y por
recepción que han cobrado vida en su territorio desde el año 2000.

En definitiva, el conflicto armado en Buenaventura se ha presentado es diferentes escenarios. En


primer lugar está el abandono del Estado que violan los derechos humanos de las comunidades
tradicionales de esta región, esto se puede evidenciar en la poca inversión en desarrollo social, la
complicidad y permisividad en la implementación de megaproyectos; y la nula respuesta frente a
la situación humanitaria de las víctimas. Por otro lado, está la violencia política causada por la
presencia de actores armados a la región; los cuales utilizaron diferentes modalidades de
violencia en contra de la población civil, afectando la calidad de vida a las comunidades. Por
último, está la delincuencia común organizada, que nace dado el conflicto y como herencia de los
grupos armados; lo cual permitió el surgimiento de nuevos actores que han incrementado a
medida que avanza la modernización del puerto, la implementación de megaproyectos y la grave
situación socioeconómica de la población.

El flagelo de la guerra y el conflicto armado han tenido graves efectos en la región pacifica a
nivel territorial y poblacional, lo cual ubica a la región en el centro de las confrontaciones entre
los diferentes grupos armados legales e ilegales. Ese interés nace de la ubicación estratégica para
en mercado de drogas. Esto hace a Buenaventura el mejor escenario para la producción y
exportación de cocaína. Bajo este contexto, la dinámica del conflicto armado en el Pacifico de
acuerdo con el Centro Nacional de Memoria Histórica (en adelante CNMH) se puede analizar en
cinco periodos

El primer momento se da entre 1958 y 1979, evidencia la presencia escasa de


actores armados y la violencia extrapolítica que predominaba en la región. Los
años entre 1980 y 1999 son el momento en que las guerrillas se establecieron en
el territorio y consiguieron mantener un control contundente. El tercero, entre
2000 y 2004, es el periodo paramilitar, durante el cual las AUC marcaron una
presencia activa y creciente en el municipio de Buenaventura a través de una
estrategia para sembrar el terror. Los años 2005 a 2011 marcan el momento
posterior a la desmovilización de las AUC y el surgimiento de nuevos actores
neoparamilitares. Finalmente, entre 2012 y 2016 se da el proceso de diálogo
entre el Gobierno y las FARC-EP, acompañado de un reacomodamiento de los
actores armados en la región. (CNMH, 2015)

Con incursión de los grupos armados en Buenaventura dieron paso a innumerables hechos
victimizantes según las investigaciones de la CNMH, se provocaron alrededor de 3.130 casos de
hechos victimizantes entre los más frecuentes se encuentran los asesinatos selectivos,
desaparición forzada, acciones bélicas y casos de violencia sexual. Cada uno de estos casos se
encontró que en cuanto a asesinatos selectivos fueron alrededor de 49,5 %, las desapariciones
forzadas con el 22,7%, violencia sexual alrededor del 8,3%, las acciones bélicas con un 5,5% y
los casos de masacres representan el 1,2%, Teniendo en cuenta el total de casos señalados siendo
estos los más representativos del 34,9% restante no se conoce el presunto responsable. En cuanto
a los perpetradores de estos hechos el 19,3% de los casos tuvieron como responsable a grupos
paramilitares; 18% a una guerrilla; 9,8% a un grupo armado no identificado; 9,4% a un agente
del Estado y; 8,3% a un grupo posdesmovilización.

Es importante mencionar que cada uno de los actos fueron hechos con sevicia especialmente en
masacres y desapariciones forzadas, de ahí que algunos casos fueros difíciles de clasificar en un
tipo de violencia ya que es poco frecuente encontrar casos “puros”. Hay que mencionar, además
que las masacres se acompañan de tortura, amenazas, violencia sexual, destrucción de bienes; los
desplazamientos suelen ser “el resultado de la administración estratégica y dosificada de
acciones tales como amenazas, asesinatos selectivos, violencia sexual y reclutamiento ilícito de
personas menores de edad” (CNMH, 2015, p.218). El análisis violencia debe ir de la mano con
graves impactos y secuelas que deja en la población civil dada la intencionalidad de la violencia
y el uso desmedido de la fuerza como una forma de dominación que en definitiva han limitado la
creación de un país más justo e incluyente.

Entre 1990 y 2014 el conjunto de hechos victimizantes registrados por la Red

Nacional de Información dejó un saldo de 163.227 personas víctimas directas

de la violencia en Buenaventura, cifra que corresponde al 44,1% de la


población del municipio en 2011. Esto significa que en Buenaventura casi una

de cada dos personas ha sido víctima directa de al menos una de las acciones

de violencia. No obstante, algunas de las personas han sido víctimas de más de

un hecho de violencia y en más de una ocasión, situación que nos permite

hablar de revictimización. (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2015)

Si bien la historia a mostrado una buenaventura golpeada por la violencia dicha situación
también ha permitido expresiones de resistencia, CNMH lo clasifica en tres etapas. En primer
periodo de resistencia se dio entre 1950 y 1999, caracterizado por una lucha en torno al
reconocimiento étnico y de derechos colectivos; entre 2000 y 2004 se dieron grandes avances en
la defensa de los derechos humanos, en un momento álgido del conflicto armado; además se dio
un tercer periodo, entre 2005 y 2014, el cual se caracterizó por el surgimiento de una nueva
dinámica organizativa en la que las mujeres, los jóvenes y la iglesia adquirieron un papel
protagónico, en relación con la lucha frente a los efectos del desarrollo de megaproyectos
portuarios y turísticos. Cada uno de estos momentos fueron la base para la construcción y
recuperación de la memoria que dignificaría a las múltiples personas asesinadas o desaparecidas
adoptando el discurso de la defensa de sus territorios (CNMH, 2015, p. 372), y todo acompañado
de la construcción de lenguajes alternativos de resistencia desde el arte y la cultura.

Se debe agregar que Buenaventura acarrea consigo muchas historias de violencia contra a
comunidades afrodescendientes e indígenas ubicadas en esta región; lo cual conlleva que cada
uno de los hechos de resistencia de dichas comunidades está ligada a la defensa no solo de la
vida, sino también de sus territorios los cuales han sido arrebatas por las acciones ilegales de
grupos armados. Por tal razón de da el surgimiento de actores e instituciones que a través de
acciones políticas y económicas buscan erradicar la marginación, exclusión y
desterritorialización de estas comunidades, es por ello que los lideres sociales y defensores de
este territorio son de gran utilidad, pero a su vez cobran gran importancia y se convierten en
objetivos a vencer por parte de los grupos armados. Mas sin embargo a través de las acciones de
hecho y con la creación del Movimiento Social de CNCN (Coordinadora Nacional de
Comunidades Negras) al PCN (Proceso de Comunidades Negras) (1991), el surgimiento de las
Asociaciones de Cabildos Indígenas del Valle del Cauca– Regional Pacífico (1997) y la creación
de organizaciones eclesiales como la Pastoral Afro (CEPAC), en 1991. De igual manera, en 1999
surgió la AFRODES (Asociación de Afrocolombianos Desplazados), lo cual evidencia la
radicalización del conflicto armado en el Pacífico a finales de esta década (CNMH, 2015). Una
manera de resistencia es el área cultural y autores como Moreno (2013) Han indentificado tres
tendencias de resisitencias culturalmente especialmente dada en las comunidade
afrodescendientes de Buenaventura, las cuales son diferentes pero asu vez se entrelazan entre si
de ahí que exista:

Una permanente de resistencia cultural a la exclusión, de la miseria material y


la pobreza que se exterioriza cuando trata por todos los medios de realizar
acciones colectivas de protesta, desconocer la ley, transgredir la norma y
realizar prácticas cotidianas que contravienen los principios morales y
religiosos imperantes. Otra expansiva, cuando se trata de rendirles culto a los
santos patronos a través de la música, la danza y el folclor y, finalmente, otra
contractiva, que se expresa en los actos o manifestaciones espirituales cuando
se le rinde culto a la vida y sobre todo a la muerte, a través de las prácticas
religiosas y los rituales funerarios (Moreno, 2013).

Cada uno de estos elementos de resistencia han sido la base para lograr avances en la lucha por
recuperar la dignidad de las víctimas, como estos han sido muchas las manifestaciones de
resistencia en contra de la crueldad de la violencia y estas han estado acompañadas de la
visibilidad de las prácticas culturales y es preciso seguir avanzando en la construcción de
un Estado Multicultural y en la construcción de una paz duradera y estable, que permita
incluir definitivamente a las comunidades del Pacífico colombiano, en la perspectiva de un
desarrollo sostenido (Moreno, 2013).

Por otro lado, el CNMH (2015) tiene una mirada sobre las practicas de resistencia que esta muy
ligada a la necesidd de permanecer en sus territorio y vivir sin temor

lo cual favorece la renovación y transformación de los repertorios de acción


colectiva en un contexto donde el riesgo por desobedecer las reglas de los
grupos armados o cuestionar su dominio, lleva fácilmente a que una persona
sea amenazada, desmembrada, desplazada, desaparecida o asesinada. En esta
línea, se presentan a continuación las acciones de resistencia cotidiana en el
marco de dos ejes sobre los cuales se estructuran los referentes epistemológicos
propios de las comunidades afrodescendientes: “El primero, el eje vertical, que
conforma el sistema de símbolos y prácticas que hablan de la relación que el
mundo habitado de los humanos establece con el supramundo y el inframundo
(…) es decir con la esfera de lo divino y de lo sagrado, de los santos y los
muertos. (…) El segundo, el eje horizontal, está relacionado con la praxis que
desarrollan entre sí los seres humanos en y con su territorio” (Millán, Delma
Constanza, 2009, página 61; citado por el Centro Nacional de Memoria
Histórica (2015)).

Uno de los hechos victimizantes que mas ha marcado no solo la vida y el territorio de las
comunidades afectadas es el desplazamiento forzado de ahí que, las resistencia de los pueblos y
lucha por una mejor calidad de vida de las víctimas se logró a crear el artículo 1 de la ley 387 de
1997, el cual expone que se entiende como desplazado: Toda persona que se ha visto forzada a
migrar dentro del territorio nacional abandonando su localidad de residencia o actividades
económicas habituales, porque su vida, su integrad física, su seguridad o libertad personal han
sido vulneradas o se encuentran directamente amenazadas. Lo anterior, permite entrever el
actuar o propósito gubernamental en materia de asistencia a la población desplazada de
Buenaventura. Es decir, con la definición de desplazado, se apela a la salvaguarda de los
derechos mencionados, así como se recurre a la prevención de despojo mediante acciones
gubernamentales. Con esto se busca que se continúen creando que favorezcan a la población
afrocolombiana de Buenaventura; esto es en definitiva un gran logro para estas comunidades
puesto que se cuentan con un Departamento para la Prosperidad Social, que encaminado con la
recuperación de la memoria histórica se podrá lograr una real reparación a las víctimas de la
guerra.
 
Cabe resaltar que el papel de la memoria histórica en el conflicto armado en Colombia es de gran
importancia para lograr escenarios de convivencia y reconciliación lo cual es el primer paso para
lograr el derecho a la verdad, justicia y sobre todo la reparación a todas las víctimas. Tanto el
Estado como la sociedad tiene misión trabajar en la memoria histórica puesto que permite
recordar para no olvidar y sobre todo para no repetir.

Cabe señalar, que la memoria histórica del conflicto armado debe propender
por convertirse en un elemento unificador, incluyente, plural, imparcial y de
responsabilidad social, donde converjan todas las voces, testimonios y
anécdotas de este proceso de violencia, que durante años ha enlutado a los
hogares colombianos. La construcción de la memoria histórica debe propender
por la reconciliación y convivencia de los ciudadanos, elemento fundamental
para conducir al país por un horizonte de paz, democratización y progreso
(CNMH, 2015).

El documento elaborado por el Centro de Memoria Histórica, llamado Buenaventura: un puerto


sin comunidad, hace una extensa recopilación de la historia de violencia en este municipio desde
épocas coloniales hasta el presente, a través de una caracterización del municipio de
Buenaventura permitiendo conocer su configuración histórica, aspectos generales sobre su
localización y demografía, lo cual permite conocer un poco mas sobre esta localidad y las
personas que le habitan; el documento también identifica los grupos armados autores de la era de
violencia en este territorio, esto permite que individualice a los responsables de los delitos y de
esta manera buscar medios de reparación y reconciliación. También cabe resaltar que el
documento expone los múltiples hechos victimizantes, que si bien continuamente hablamos de la
violencia poco se habla de las barbaries cometidas y como estos actos afectaron a la victimas y
los efectos que esto tiene en los sobrevivientes. Otro punto importante dentro de el documento es
que no se centra solo en los aspectos negativos, además muestra la lucha de la población por
recobrar la dignidad, sus territorios y sobre todo sus derechos.

Se debe agregar que el conflicto armado crea cambios considerables en las emociones,
sentimientos, tradiciones, costumbres y dinámicas de los individuos, los sistemas familiares y la
comunidad, entre otros. Lo cual hace necesario comprender la relación que existe entre en
territorio y lo emocional que puede traducirse a la forma cultural en que se manifiesta una
población. Por ende, el conflicto armado mediante su confrontación explicita y existente
históricamente justifica su actuar por la necesidad de una trasformación a toda costa, sin valorar
los daños, donde la triangulación de este conflicto será actores, intereses y territorio, generando
diversidad de impactos psicosociales a los individuos y comunidades enteras por la consecución
de unos recursos (Moreno, 2013), por tal razon es necesario conocer todos los aspetos que han
dado lugar al conflicto armado como lo expone el documento, ya que los efectos de la violencia
no termina con el desplazamiento, los secuestros, las masagre, las violaciones etc., por el
contrario continua a traves de los años en la mente de las victimas. Por último, este documento
permite de manera amplia conocer el trabajo y la importancia de la memoria histórica en una
sociedad marcada por la violencia y deja claro quede debe seguir reconstruyendo esta sociedad
puesto que la violencia y la guerra los grupos criminales aún no termina y el número de víctimas
siguen creciendo, por lo cual las acciones de resistencia tampoco deberán terminar.

Referencias
Andrade, O. D., Castaño, A., Diaz, L., Duarte, C., Giraldo, I., Lacoste, B., . . . Daniela , T.
(2019). Buenaventura el orden del Caos: Dinamicas historicas y territoriales del
conflicto politico, social y armado 1958-2016. Proyecto de Investigacion , Pontificia
Universidad Javeriana, Instituto de Estudios Interculturales, Cali.

Centro Nacional de Memoria Histórica. (2015). Buenaventura: Un puerto sin comunidad.


Bogotá.

Moreno, A. (2013). Buenaventura: Una comunidad culturalmente en resistencia. Criterio Libre


Jurudico(19), 11-28.

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