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Extractivismos y posconflicto en Colombi: ia paz territorial Astrid Ulloa Sergio Coronado Cordaid S cinep editora editor NACIONAL oy mtr nn Coot pr pri a, Sj Caan ‘oh ese ops Ua! deo Boge ei de ‘mon pti i Grp Coa nesipeyluac oar anor Prt (orig tt tie Petes) reacted deme poe IN waits | tac ges sales so» Pin ames Ca 3nd nen rob rice cerry Coos pcr ane. ‘Ste msn ila Un Co as ai eed Ca ln Seg ‘cama denne dca Poet Fograneperlofx CHUN? 20% ue Cet Somes cane puna Sept seamen Contenido Preventacén ° Prélogo. El necextractivismo: la caldera del diablo " ASTRID ULLOA ¥ SERGIO CORONADO DELGADO Territorios, Estado, actores sociales, derechos y conflctos socioamblentales en contextos extractivistas: aportes para el posacuerdo 2 SERGIO CORONADO DELGADO ¥ VICTOR BARRERA RAMIREZ, Recursos mineros y construccién de paz terrtor zuma contradiccién insalvable? 59 PATRICIA SANCHEZ GARCIA De La Colosa a La Habana: conflicto por la produccién del tertitorio en Colombia 105 EMERSON A. BUITRAGO Limitaclones y delimitaciones de los paramos fen una Colombia posacuerdo 37 INGRID DIAZ MORENO Palma, estado y regién en los Llanos colomblanos (1960-2015) 167 CATALINA SERRANO PEREZ Mineria y terrtorio en el sur de Cérdoba: viejos y nuevos retos para la construcci6n de paz territorial 201 CATALINA QUIROGA MANRIQUE Variascaras de un incierto posconflicto. Entre la legalidad 1yla legalidad de la mineria a pequafia escala 235 Ricardo SSnches Ang «cosofia paraler sabiamente el movimiento real dela naturaleza y de lasociedad en entagonismo, Los movimientos pacifistas ecologistes, ‘campesinos, indigenas, afrodescendientes, urbanos, de trabajadores yanticorrupcién, en las democracias liberales, tienen el desafio de construir sus programas articulando y combinando esas luchas y formulando propuestas de planeacién por un mundo mejor y distinto. Su politica debe descansar en la potencia del principio de esperanza, que reviva el anhelo por la vida en todas sus manifestaciones. Si es posible vivir, y no simplemente sobrevivir. Referencias Bensaid, D. (2006) Resstencias. Ensayo de topologia general. Barcelona: El Viejo Topo. Carrizosa Umania, J 2016), Ecologia integral simpliicaciones| ‘rban{sticas. El Espectador, Opinidn, 1 de enero. En linea: butplfwww.lespectador.comlopinion/ecologia-integral-y- simplificaciones-urbanisticas(recuperado 23 de enero de 2016) Harvey, D. (2004) El nuevo imperialism. Madrid: Akal. (ONU ~ Organizacién de las Nactones Unidas (2015). Convencin marco sobre el cambio climético, Aprobacién del Acuerdo de Paris. Ea linea: http:/lunfecc.int/resourceldocs/2osscopauspallogs. pf (recuperada 16 de enero de 2036) Polanyi, K. (2003) La gran transformacién (aed). México: Fondo de Cultura Eeonémica, Quevedo,F de (i982). Antologta potica. Prélogo yselecién, Jorge Luis Borges. Madrid: Alianza, ‘Tamuro, D. (2015). COP 21 en Paris. Mis allé del especticulo, la botlla até vacia a Som, VientoSurinfo, 13 de diciembre. 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Ulloa (eds), Extractvismo minero en Colombia y América Latina, Bogoti: 1d Nacional de Colombia/Berlin:Ibero-Amerikanisches Universi Territorios, Estado, actores sociales, derechos y conflictos socioambientales en contextos portes para el posacuerdo' Astrid Ulloa Universidad nacional de Colombia, Grupo Cultura y Ambiente Sergio Coronado Centro de investigacion yEducaclon PopulanProgiame por la Paz ‘La pazes nacional como propuest, pero regional como slucion EN AMERICA LATINA ¥ en particular, en Colombia se han dado pro- cesos extractivos desde la Conquista y la Colonia, los cuales abarcan rnumerosas formas de explotacién, extraccién y trasnactonalizacién que afectan terrtorios locales, entendidos como aquellos congormados en procesos histdricos subnacionales (Ulloa, 2015). Estos procesos extractivos reproducen e incrementan desigualdades intrinsecas ala valorizacion, apropiacion y globalizacién delasnaturalezas ya su vez, _generan dinémicas que desencadenan més desigualdades (Bebbington, 2015; Gabel y Ulloa, 2014) Asimismo, ls extractivismos son la expresién del denominado capitaloceno, constituido por adiferentes escalas, complejidades y procesos de apropiacién de la naturaleza» (Haraway, 2035, p. 159) Desde esta perspectiva, «“medio ambiente” o “naturaleza” seentienden en relacién con los procesos, pricticas, politicas y representaciones asociadas con lo no-humano, como independiente de lo humano, y bajo una idea capitalista moderna de la sostenibilidad y la valoracién econémica de le naturaleza; pero, al mismo tiempo, bajo Ia idea de 1 Agradecemos os comentarios, suerenca pores de Mauricio Chavaro, Catalina Caro, Juliana Duarte, Kristina Diet y Axel Rojas. Asteid Ulloa y Sergio Coronado que partes de la naturaleza no tienen el mismo valor» (Ulloa, 2016, p. 2). Es decir, se las puede destruir o agotar, en aras de proteger otras, para convertirlas en espacios de compensacién, de sacrificio 0 de uso de naturalezas baratas, en términos de Moore (2014). [BI modelo de desarrollo extractivistay su instalacién en medio del conflicto armado en el pais no solo ha causado transformaciones en las comunidades y personas, sino también dafos irreparables en la naturaleza y en las relaciones que las comunidades y pobladores establecen con sus territorios, las cuales se han venido dando de modo desigual y en diferentes ambitos y escalas. Diversas formas de extractivismo han desencadenado miil- tiples conflictos por procesos de desterritorializacién y desarraigo, rrupturas en las relaciones entre ser humano y entorno, y violencia cepistémica, étnica y de género, entre otros, que han fracturado @ las comunidades, afectadas de este modo en sus espacios de vida’ y en Jas formas como habitan, viven y producen el territori Por tanto, es necesario reflexionar acerca del lugar que ocupan las distintas formas de relacionarse con la naturaleza asociadas los extractivismos en el contexto colombiano. De igual manera, se requiere pensar los retos de escenarios extractivistas en contextos del posacuerdo de paz. Esto implica repensar el sentido no solo de la justicia social, sino también della justica ambiental yl discusién acerca del lugar que ocupan en estos procesos la naturaleza yel Estado, ylasarticulaciones,confron- taciones y resistencias de comunidades locales, con sus propuestas alternas de ser, conocer y habitar los terrtorios. Para dar cuenta de ello presentaremos primero una discusién sobre los extractivismos ylos conflictos que generan y luego una con- textualizacin del conflictoarmado, del posacuerdo y del posconflicto. Posteriormente, ponemos a discusién la relacién que nos interesa abordar en este libro entre extractivismos y posacuerdo, que da paso al desarrollo de os elementos que consideramos claves para entender dichos procesos: el papel del Estado, los diversos actores sociales, la 2 Retomamos este concepto del pensamiento nase, como propuesta alterna de concebiry nombrar la natufaleza ycomo una forma de sustituciin de las maneras mercantiles de nombrat la naturaleza y sus elementos (vet Caro, 2036). 2 Terttoros, Estado, actors sodas, derechos y conflctossocioambiantales interrelacién compleja de los territorios y los derechos. Finalmente, presentamos unas conclusiones relacionadas con los extractivismos en un marco amplio de posconflicto. Extractivismos: ambientes apropiados Los procesos extractivistas implican el control territorial, la apropiacién de los recursos locales, el desplazamiento de los po- bladores del lugar y el acaparamiento de tierras mediante procedi- mientos conflictivos y violentos. Ast mismo, dadas las conexiones locales-globales, as dindmicas territoriales de apropiacién de facto yssimbélica de los «recursos» ~cuya valorizacién econémica prima por encima de valoraciones y relaciones culturales o de vida~ ge- ‘eran impactos socioambientales. Sin embargo, hay diferencias entre extractivismos, de acuerdo con el tipo de recursos: Podemos decir que los extractivismos, los megaproyectos o el neoextractivismo abarcan numerosas relaciones y procesos de explo: ‘tacién extraccién transnecionaizacién quedatan desdela Colonia. Sin ‘embargo, actualmente ests se relacionan con enclaves transnacionales| ylo modelos de extraccién que articulan la explotacién sistemética de ‘uno o varios recursos no renovables -y in renovables- para la expor- tacién, como respuesta anmento crecientedel consumo y demandas de ‘minerals e hidrocarburos y en general de recursos, com el consecuente ‘aumento en la scala de produccién de manera localizada, En lo local se dan cambios sociales y altos grados de transformacin ambiental y territorial. En lo nacional también se presentan cambios terrtorales como: 1aampliacién delasfronterasinternas —al darsela fexbilizacién de estas para actividades que impulsan el desarrollo econémico nacional; apropiaciones de hecho con y sin desplazamiento dela gente, y acaparamientos de tierras. Asimismo, se establecen nuevas alianzas regionales transnacionales de intervenciéa del territorio con impactos ambientales en el nivel regional-ocal,centrlizacién de ganancias en ‘corporacionesy otrosactoresy gran escala de os proyectos. Finalmente, lanaturaleza se fragmenta se genera une valorizacin, financiarzacién, Y mercantilizacién de esta. Estos procesos incluyen un gran espectro de recursos: desde la captura de carbono, monocultives y agronegocios, hasta mineralese hidrocarburos (G8bel y Ulloa, 2014 p. 427) Astid Ulloa y Serge Coronado Paralelamente, estos procesos extractivistas se inscriben en te- rritorios con una gran diversidad ambiental, donde se han generado procesos de apropiacién de bosques y minerales, hasta abarcar las funciones ecol6gicas de las especies y, cada vez ms, del agua, todo Jo cual sucede, paralelamente, en contextos sociales de desigualdades heredadas que evidencian complejasrelaciones sociales, econdmicas, ambientalesy de género, Estas desigualdades han producido conflictos de larga duracién, ain sin resolverse. Esto nos remite a revisar las desigualdades socioambientales y las formas como los conflictos concomitantes han estado relacionados con procesos de uso, control, acceso, derechos y toma de decisiones sobre los «recursos». Los conflictos se inerementan, ademés, con la necesidad del aumento de rentas por parte del Estado y a perspectiva de apropiacién de lo ambiental, en la bisqueda de materias primas para su exportacién, al punto de afectar territorios y espacios de vida. La perspectiva de ané desigualdad y ambiente es muy reciente (Gabel, Géngora y Ulloa, 2014) y da cuenta de la diversidad de nociones sobre desigualdades socioambientales, dentro de las que se destacan aquellas visiones que las analizan como una mas de las desigualdades (Diets e Isidoro, 2o14) u otras que consideran que son el resultado de procesos es- tructurales previos relacionados con procesos socioeconémicos, is que relaciona procesos sociales, sobreexplotacién de recursos, transformaciones climaticas y rela- ciones desiguales entre actores (Sholz, 2014), 0 que responden a las relaciones de interdependencia transnacional que se manifiestan en lo socioambiental (Guimaries, 2014); finalmente, estén los plantea- mientos que abordan lo ambiental en conexién con lo productivo, cextractivista y climético ~como procesos interconectados a partir de una valorizacién de la naturaleza que afecta los territorios~, a partir de nociones de un ambiente atravesado por procesos politicos que responden a un poder territorial y una geopolitica espectficos en relacién con la naturaleza (Ulloa, 20148). Las desigualdades socioambientales vinculadas a los procesos cextractivistas han producido nuevas geograflas de la apropiacién, con acaparamiento y despojo dela tierra y delo «verde» y ocupacién y consumo de sujetos y naturalezas. Cada vez més, el control se 26 “Teritoros, stado,actores so les, derechos y onflctessocloumbiantales ejerce sobre «recursos» especificos, en donde el agua ha resultado prioritaria, dado que su control permite controlar la vida misma. Estas dindmicas implican conflictos que articulan lo politico y lo ambiental, en un ambiente politizado (Le Billion, 2013). Por tanto, en los actuales contextos, es fundamental pensarloam- biental-olas naturalezas~al tiempo con as consecuentes desigualdades y conflictos socioambientales. Como bien lo expresan Roa y Urrea: La cuestin ambiental emerge como un asunto fundamental enlos ‘nuevos escenariosdenegociacién del conflctoarmado yserétambign vital «entun posible posacuerdo, Pero esto no significa que sea algo propio de «sts tiempos sibien hoy se presentaasi la cuestién ambiental hacstado siempreen el nicleo delos confictos sociales las dsputas porel dominio ‘delas fuentes vitales para el desarrollo econémico (agus, energia terra, minerals y otros bienes naturales) y por el control territorial han sido ‘engran medida luchas ambientals, Tal particulridad tiene incidencia también hoy en las cuestiones dela paz (2015p. 2}. En estos contextos, nos preguntamos por la relacién entre el . Losestudios demuestran quelos derechos y garantias constitucio- nales resultan insuficientes para enfrentar de forma integralla defensa de los territorios de los impactos negativos de la extraccién de los recursos naturales, y también evidencian la ausencia de herramientas legales para la proteccién de los terrtorios de comunidades campe- sinas que se ven afectadas por igual ante el avance del extractivismo. ‘Como consecuencia, las comunidades campesinas y sus organiza- ciones politicas adelantan propuestas orientadas a su reconocimiento como actores colectivos, como la que pide garantizar el derecho a la consulta y consentimiento previo, libre e informado y la proteccién de derechos territoriales. Desde la interpretacién analégica de los casos, se intenta explicar los diversos conflictos existentes por las, formas actules y recientes de extraccién aurifera y cémo estos estén, sgenerando complejas reconfiguraciones en los territorios, a pesar de le accién del Estado o de los derechos especificos que les hayan sido concedidos & las comunidades que los habitan. Estos complejos procesos implican, en los casos de territoriali- dades superpuestas de campesinos, afrodescendientes ¢ indigenas, pensar en nuevos reconocimientos de derechos. Una propuesta puede ser ~en términos de Boaventura de Sousa (2014)~ Ia de inscribir las demandas en una perspectiva de derechos interculturales que con- fronte nociones de derechos previos y proponga nuevas maneras de reconocimiento, Los elementos expuestos -particularmente aquellos que utilizan los derechos como eje de andlisis della interaccién entre « _Astd Ulloa y Sergio Coronado extractivismo y conficto armado- dilucidan también las alterna tivas para la construccién de la paz-a partir de la ampliacién dela ciudadania y la garantia de los derechos de aquellas comunidades involucradas en este tipo de contradicciones. Sin embargo, no podemos olvidar que tanto los procesos extrac- tivos como el reconocimiento de distintos derechos étnicos y culturales han generado nuevos conflictos interculturales, pues cuando estén. en juego procesos extractivos yacceso a wrecursos» estratégicos ~con tuna valoracién econémica y la posibilidad de inscribirse en mercados, locales-nacionales-globales, en una propuesta propia econdmica y ambiental~ emergen complejidades y contradicciones entre grupos €tnicos en un mismo terrtorio o en terrtorios aledafios. Esto implica entender que la paz debe ser construida desde Jo territorial, a partir del reconocimiento legal: de los derechos implicados, incluidos los referidos a la propiedad; de los procesos colectivos y comunitarios en lo que ata alo territorial y ambiental; y-de los acuerdos interculturales e interétnicos. ‘A modo de conclusié: En la perspectiva de un posconflicto, tal como, se planted anteriormente, este significars el resultado progresivo de la imple~ ‘mentacién de los acuerdos con sus implicaciones politicas, sociales yecondmicas, pero también su replanteamiento y nuevos acuerdos sociales, donde diversas estrategias y propuestas locales permitan repensar las l6gicas econémicas extractivistas y se parta de las retos para el posconflicto propuestas territoriales y ambientales locales. Asimismo, hay que repensar la guerra articulada alos extractivismos para repensar la paz Esto nos leva no olvidar que en los conflictos soctoambientales lo ambiental se articula a dinémicas politicas, dado que implica el uso, el acceso, el control, los derechos, le distribucién y a toma de decisiones, no solo respecto del propio territorio sino de lo que se entiende y-valora como naturaleza. Elo nos convoce a pensar en las demandas de pueblos indigenas, afrodescendientes y campesinos por la autonomia territorial y ambiental, y también en el control vertical de sus terrtorios. ‘Teritoros, Estado, actores sociales, derechos y conflicts socioambientales. Esta mirada trasciende los acuerdos de paz y da elementos que permiten repensar e inclu varios ees: + Patticipacién politica y procesos democriticos. + Reformas legales, politicas e institucionales. + Inclusién de diversas miradas territorial y sus relaciones con la naturaleza. + Inclusién de as visiones de tervitoriosy naturalezas como sujetos de reparacién colectiva. «+ Reconocimiento de las demandas de pueblos indigenas y afro- descendientes a propésito de los derechos y la propiedad del stubsuelo, el sobre suelo y os elementos naturales. + Reconocimiento y restitucién de derechos terrtoriales y cul- turales campesinos. + Localizacién de diversas visiones de desarrollo y I6gicas eco. némicas ~aun las extractivas-, de acuerdo con las dindmicas calturales y locales. + Diferenciacién de os arreglos institucionales en contextos locales. + Reversién de las desigualdades estructurales (politicas, eco- rnémicas, sociales, culturales, del conocimiento y de género) € institucionales. PriorizaciOn de agendas sociales, de acuerdo con situaciones previas de desconocimiento y vulneracién de derechos. + Articulacién de lo ambiental con lo econémico y lo cultural, Historizacién de los conflictos. Inclusién de lo ambiental como sujeto politico, donde el agua constituye un referente vital que articula propuestas de vida + Reconocimiento de las demandas de justicia ambiental, + Repensar una financlacién del posacuerdo que no implique la profundizacién del modelo extractivista. El conjunto de autores yautoras que participan en este ibro tocan ‘en sus conclusiones una serie de reflexiones y recomendaciones para abordarlos conflictos derivados de ia interaccién entre conflictoarmado yyextractivismos en la etapa de posconilicto, En estas se advierten un conjunto de ideas para evitar que el vinculo entre la extraccién de -Astild Ulloa y Sergio Coronado recursos naturales y la guerra se convierta en un motor de pervivencia de la confrontacién armada después de la firma del acuerdo de paz, De igual forma, hacen énfasis en las demandas y necesidades de las ‘comunidades involucradas en estas disputas territoriales. Sibien hay recomendaciones de cardcter general, quesesintetizan en la contribucién de Victor Barrera y Sergio Coronado (2016), se evidencia la necesidad de respuestas diferenciadas de acuerdo con las condiciones especificas de cada contexto territorial. Ast, para Ia regién Pacifico, Mauricio Pardo (2016) observa que la situaciéa de posconflicto debe traer reformas legales, polfticas, sociales y acciones institucionales. Estas deben posibilitar el arribo a una si- tuacién posextractiva que considere el bienestar de las poblaciones afrodescendientes del Pacifico, en la que asuman una economia ex: tractiva limitada y sostenible complementada con otras actividades, productivas y con efectivas politicas sociales. De igual forma, Catalina Serrano (2016) lama la atencién sobre la necesidad de priorizar las agendas sociales represadas durante décadas, como paso necesario para la construccién de la paz te- rritorial. Si bien esto es una recomendacién que puede aplicarse al conjunto de las regiones afectadas por la violencia, cobra especial relevancia en aquellos lugares de extraccién de recursos mineros, particularmente porque en ellos la desigualdad social y Ia falta de garantia de derechos sociales resultan més apremiantes incluso que en otros municipios afectados por las dinémicas del conflicto armado, como los cocaleros (Rudas y Espitia, 201), Por otro lado, es necesaria una mirada histérica que reconozca Jos miltiples actores relacionados, por ejemplo, con los 36 complejos de péramos y las desigualdades estructurales, no solo econémicas, sino también de conocimiento y de poder, como apunta Emerson Buitrago (2016). Las dindmicas terrtoriales han afectado de manera compleja a los campesinos; por tanto, para hacer frente a procesos historicos de pérdida del territorio de campesinos, para Catalina ‘Quiroga (2016) se requieren formas de restitucién de derechos sobre clterritorio. De manera paralela, como los conflictos generados por el cextractivismo también han respondido alas representaciones estatales Teritoros, Estado, actors sodas, derechoryconflcossocioambientales. del espacio y del desarrollo, Cardona, Pinlla y Galves (2016) plantean al reconocimiento de visiones locales identitarias, terrtoriales y de desarrollos propios. Para Fernando Lépez_ (2016), en contextos interétnicos, donde conviven diversas visiones y modos de vida, se presentan varios retos: la participacién ciudadana en los planes de desarrollo; a articulacién de diversos intereses de preservacién con actividades econémicas; y la ampliacién de la democracia para incluir las voces, considera- ciones y decisiones de pobladores locales. Esto nos lleva a retomar las propuestas locales, donde las nociones sobre a paz son diversas. Asimismo, ello implica repensar las elaciones con lo ambiental y las demandas locales de justicia ambiental, frente alas apropiaciones y despojos y @ los efectos irreversibles del proceso extractivo. Se han. destacado en el libro los procesos que permiten un replanteamiento general de os extractivismos, pero hay que destacar en particular que las defensas territoriales y ambientales cada vez mis tienen al agua como referente primordial, que posibilita la continuidad de la vida humana y no humana. Demandas y propuestas claves en las diseu- siones sobre politcas piblicas ambientales y en los replantearnientos de ordenamientos territoriales, para privilegiar el agua como un derecho fundamental frente alos embates extractivistas (Caro, 2016). Estas demandas tienen diversas dimensiones, se sitian histérica ysocialmente y responden a diversas concepciones del territorio, las naturalezas,lajusticia ambiental ola paz. Por ejemplo, retomado las, palabras de Catalina Caro, las propuestas de paz indigenas tienen otros significados: Precisamente, la paz para los indigenes significa la paz para el terrtorio; sino se recuperan las antiguas conexiones entree cultura yyla naturaleza rotes por la guerra, la paz estan solo un proyecto ‘exégeno por fuera de la cultura. Los indigenas entienden que el ‘cambio enelterrtorio ha significado también el eambioen sus formas de relacionamiento con la naturaleza, por lo que pensar en la paz es pensar en renovadas formas detervtorilidad marcadas por una total autodeterminacién en el manejo de los elementos de vida y figuras de gestién comunitaria y étnica del terrtorio (2016 p). 1 Astrid Ulloa y Sergio Coronado Ladiversidad de perspectivas tambidn se evidenciaen territorial respecto de los asuntos econémicos y sociales en los que se quiere incidir con propuestas locales, lo que implicaria, de acuerdo con los hallazgos de Angélica Léper, «el establecimiento de consensos mul- tiactores frente ala complejidad que supone la gestién deterritoriosen Jos que a marginalidad yl exclusion han sido una constantehistérica. Estos consensos deberdn entonces valorar todo lo posible los recursos naturales, en concordancia con los intereses y ls aspiraciones de las comunidades involucradas en todas las dimensiones» (2016). Estos procesos selogran, como plantean ac Ciro, Barbose y Ciro (2016), con la participacién en las dindmicas econémicas locales, En el caso del Caqueté, se debe repensar la forma como se ha articulado el territorio al Estado-nacién y al mercado global, para ofrecer «las herramientas «estos territorios para diagnosticar los problemas de su entorno, ly para] disefar yejecutar las sluciones» Para poder repensarls, estas propuestas no pueden desconocer las desigualdades previas existents. Los capitulos dela presente obra evidencian precisamente muchas de dichas desigualdades, eno que hace al cumplimiento de derechos y al acceso, toma de decisiones y control de os erritorios, de acuerdo con criterios de etnicidad,loca- lizacién o conocimientos. Sin embargo, as desigualdades de género no han tenido suficiente espacio de discusidn, frente a prioridades territoriales o ambientales. Por tanto, es necesario sefialar que los anilisis sobre la relacién entre extractivismos y género [..J requieren de una mirada queineluya aspectos territorial, ambientaes, politicos, econémics, culturalesy sociale, para poder

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