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Hijo de Álvaro José de la Serna y Figueroa y de Nicolasa Martínez de Hinojosa y Trujillo.

Se forma como cadete en 1782 en la Academia de Artillería de Segovia, y ascendió


a subteniente en 1787, y siendo compañero de Luis Daoiz consigue recibirse como oficial
de artillería, participó en el año 1790 en la defensa del sitio de Ceuta, participando en las
salidas que destruyeron todos los recursos del ejército sitiador del emperador de
Marruecos, obligándole a levantar el cerco sobre la ciudad.
Participa en la Guerra del Rosellón y Cataluña contra la Convención Nacional (Revolución
Francesa) de la primera república francesa, y embarcado también en distintas campañas
navales entre los años 1789 y 1802 continuó sus servicios en la escuadra de José de
Mazarredo contra la armada inglesa, y en la expedición sobre Brest del año 1799.
En 1805 ascendió al grado de teniente coronel.
Graduado sargento mayor del segundo Regimiento de Artillería, con cuya unidad concurrió
a la defensa de Valencia, y después a la de Zaragoza, a donde llegó en los primeros días
de agosto de 1808, mandando las compañías de artilleros de plaza pertenecientes a las
divisiones enviadas por la Junta Suprema de Valencia en auxilio de los aragoneses.
Participa en la defensa de Zaragoza, concretamente en la defensa del Convento de San
José, en los arrabales de la ciudad, y en la defensa de Puerta Quemada y es hecho
prisionero en este segundo sitio de Zaragoza, llevado forzadamente a Francia, desde
donde emprende una temeraria fuga de su prisión consiguiendo huir por Austria hasta
Salónica y embarcarse a España para reincorporarse a la lucha contra Napoleón
Bonaparte. Ascendido a coronel del cuerpo de artilleros en 1812 obtuvo el mando del
tercer Regimiento, y al terminar la Guerra de la Independencia Española, en la que
alcanzó nombradía, merece el alto grado de brigadier del ejército.

Guerra de la Independencia Hispanoamericana[editar]


Véase también: Invasión de De la Serna a Jujuy y Salta

Campañas del Alto Perú[editar]


Tras haber combatido en la guerra de independencia española contra la ocupación
Napoleónica, desde 1815 fue destinado para servir como oficial en el Virreinato del Perú y
afectado al teatro de operaciones en el Alto Perú.
Emprendió desde el año 1816 una serie de campañas militares para pacificar distintos
territorios altoperuanos ocupados por guerrilleros insurgentes, denominados republiquetas,
cada uno de los cuales ejercía una dominación en su zona respondiendo a las Provincias
Unidas del Río de la Plata por lo que quedaban fuera del dominio de la monarquía.
En la misma línea procedió más al sur a la ocupación de Jujuy y Salta, intentando avanzar
a Tucumán, obstaculizado por la feroz resistencia que le opusieron los gauchos de
Güemes en la frontera norte, a pesar de haber derrotado a su comandante en La Puna,
el marqués de Yavi, el 15 de noviembre de 1816.
Sus tropas entonces estaban conformadas por más de siete mil soldados organizados en
catorce cuerpos de línea repartidos en dos armas, caballería e infantería. Estaban
compuestos por los Húsares del Rey, los Dragones de la Unión de Fernándo VII, dos
batallones de Granaderos de las Imperiales de Alejandro, el batallón de Granaderos de la
Guardia y el de Cazadores a Caballo. Contaba para tal invasión con mil caballos frescos
sin monta, otras mil mulas y el soporte de una fuerza de artillería de veinte cañones.
[cita  requerida]

En el año 1817, el virrey Joaquín de la Pezuela encargó a De la Serna la misión de


emprender otro avance a Tucumán con los recursos que dispusiera en el Alto Perú para
atraer la atención del poderoso ejército que se preparaba en Mendoza para invadir la
Capitanía General de Chile. José de La Serna se opuso a esta medida, y llamó la atención
de la carencia absoluta de caballería en el ejército, lo que no le permitiría conservar ni sus
comunicaciones ni su logística, además de expresar su disconformidad con el fundamento
de la campaña por las enormes distancias que separaban el Alto Perú del ejército del
general José de San Martín situado en Mendoza. Sin embargo, bajo manifiestos de
levantar el estandarte real en Buenos Aires, obedeció la orden, emprendiendo lo mandado
por el virrey Pezuela con el resultado infructoso que le había anticipado.

San Martín en el Perú[editar]


Durante el gobierno del virrey Joaquín de la Pezuela, el 8 de septiembre de 1820,
desembarca en la bahía de Paracas el general José de San Martín, proveniente del sur,
con su Expedición Libertadora, y establece sus cuarteles en la localidad de Pisco, donde
contaba con la simpatía de los lugareños patriotas.
El Virrey, en cumplimiento a los dictámenes de España, propicia una reunión con San
Martín en Miraflores, donde se reunieron representantes de ambos líderes a partir del 25
de septiembre de 1820. La conferencia fracasó debido a las posiciones antagónicas de los
interlocutores: los patriotas pedían que se les reconociese la Independencia, en tanto
España pedía el sometimiento al Rey y a la Constitución Liberal de 1812.
Tras el fracaso de las negociaciones, San Martín envía al general Álvarez de Arenales,
desde su cuartel general en Pisco, a la Segunda campaña de Arenales a la sierra del Perú,
para combatir a los españoles, sumar adeptos y cercar la ciudad de Lima. Fue en este
viaje de Arenales cuando dos compañías realistas enteras se pasaron al lado patriota y
quedan bajo el mando de Arenales. Este no tuvo mucho éxito en su campaña, y el
resultado fue el repliegue de Lima del ejército real del Perú, al mando de José de la Serna,
hacía sus cuarteles del Cuzco.

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