Professional Documents
Culture Documents
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
La payana, payanga, payanca o payaya1 es un juego infantil de Centro y Sudamérica,
que se practica con cinco piedras pequeñas u objetos similares, que consiste en ir
tomándolas del suelo aplicando diferentes etapas, al tiempo que se arroja una de
ellas al aire y se vuelve a tomar sin que caiga al piso. El término payana viene
del quechua pallay que significa recolectar, recoger del suelo. En Cuba se llama
yaquis, y era jugado por José Lezama Lima.
En Argentina y Uruguay fue un juego muy popular entre los niños de edad escolar
hasta finales de la década de 1990. En la actualidad es menos jugado, aunque en
amplias zonas del interior de ambos países lo siguen jugando los niños. A su vez,
este juego así como la rayuela y otros juegos tradicionales es enseñado en
educación física en nivel primario,2 para favorecer el desarrollo de la psico-
motricidad fina, la coordinación y la recreación al aire libre, entre otras cosas.
En Chile, el nombre de este juego se usa muchas veces para ejemplificar una
actividad inútil u ociosa. En México este juego se llama pampula.
Índice
1 Reglas del juego
2 Modos de juego
3 Otros datos
4 Véase también
5 Referencias
Reglas del juego
Existen muchas variantes locales, una de las formas más extendidas es la siguiente:
La mecánica del juego era la siguiente, y la hacía por turno cada participante que,
al fallar algún tiro, pasaba las piedras al que estaba a su izquierda. A su vez,
cuando este fallaba hacía lo mismo, y cuando las piedras volvían al que había
fallado primero retomaba el juego no desde el inicio, sino en la etapa que hubiese
fallado.
El juego se dividía en 3 etapas: Las Malas, las Buenas y las del Arco.
Las Malas 1º Se ponían las cinco piedras entre ambas manos, con las palmas hacia
arriba lo más planas posible, aunque se permitía un pequeño declive hacia el
centro. Las piedras se arrojaban hacia arriba y se debían recibir con el dorso de
las manos, juntas tal como al principio, pero obviamente del otro lado. Cada piedra
valía 10 puntos, de modo que si se atajaban las 5 eso valía 50. Luego, con las
piedras que se hubiesen atajado y sin quitarlas de esa posición, se volvían a
lanzar al aire y ahí había que tomarlas nuevamente con las palmas hacia arriba como
al principio, y los puntos se sumaban igual. Ese total - supongamos 50 + 50 o 40 +
40 o lo que fuere - era el puntaje básico que tenía cada jugador.
2º Se abrían las manos (lo más cerca del piso posible - recordemos que los
jugadores estaban sentados en el suelo en rueda) y se dejaban caer las piedras que
hubieran quedado entre ambas manos. Si eran las 5 caían las 5 y si eran 4 también,
pero si eran 3 o menos entonces había que completar las 5 y dejarlas caer.
3º Si habían caído 5 se elegía una (generalmente la que estaba más alejada del
grupo) y esa era la primera que se arrojaba hacia arriba. Mientras esa piedra
estaba en el aire había que tomar las otras, una por una, y luego ir dejándolas a
un lado. Si habían quedado 4 entre las manos al principio, esas 4 se tiraban y la
que se había caído afuera era la que se usaba para arrojar al aire. Una vez que se
habían levantado las cuatro piedras, una por una, se contaban 50 puntos más y se
seguía con "la del dos". Ahí se volvían a arrojar al piso las cinco piedritas, se
elegía una y había que tomar las otras de a dos, dejando el primer par a un lado y
levantando el otro. Luego "la del tres", donde se tiraban nuevamente y había que
levantar 3 juntas y luego la restante (esto podía hacerse en el orden que cada
jugador quisiese: una primero y luego las 3, o las 3 primero y después una).
Después venía "la del cuatro", que era tirar las cinco piedras, elegir una y tener
que levantar las otras cuatro mientras la elegida estaba en el aire. Cada vez que
una de esas etapas - la del 1, la del 2, etc. - terminaba con éxito se sumaban 50
puntos.
Las Buenas Se procedía de la misma manera, colocando las piedras entre las palmas
hacia arriba y lanzándolas, y se puntuaba igual. Después de haber dejado caer las
piedras al piso se procedía a recogerlas - la del uno, la del dos, etc. - pero sin
dejar las piedras a un lado, y conservándolas en la mano, lo que hacía mucho más
difícil levantarlas. En cada etapa se contabilizaban 50 puntos. Pero al finalizar
"la del 4" el jugador —ya con las 5 piedras en la mano— arrojaba una piedra hacia
arriba y ponía las cuatro restantes en el piso, obviamente lo más juntas posible
(eso valía 50 puntos); después tiraba la piedra que le había quedado en la mano
hacia arriba y volvía a levantar las 4 (50 puntos más) y luego dejaba una en el
piso, arrojando las 4 que tenía en la mano hacia arriba y mientras estaban en el
aire la levantaba y luego atrapaba las cuatro que estaban en el aire, obteniendo 50
puntos más.
Las del Arco Primero se procedía de la misma manera que antes, colocando las
piedras entre las palmas hacia arriba y lanzándolas, y se puntuaba igual. Se hacía
un arco apoyando en el suelo los dedos índice y pulgar de una mano (generalmente la
izquierda) y se tiraban las piedras al suelo, debiendo hacerlas pasar por ese arco
empujándolas con la mano, previo arrojar una piedra al aire y luego atajarla. Aquí
se actuaba igual, haciendo "la del uno", "la del dos", etc. y contabilizando 50
puntos por cada etapa. Finalmente se volvían a colocar las piedras entre las manos
con las palmas hacia arriba, se arrojaban, se atajaban con el dorso, se enviaban
hacia arriba nuevamente y se atajaban con las palmas abiertas y juntas, y ese paso
era la yapa (la propina) que completaba el puntaje de cada jugador.
Este juego debe su nombre en La Argentina al vocablo quechua "pallay" que significa
"recoger del suelo" y ya era jugado por los niños de los pueblos del imperio inca
hace 800 años, antes de la conquista de América. En La Argentina particularmente
también se le llama "dinenti", que es una deformación del vocablo lunfardo
"ainente" que significa "no queda nada". Sin embargo, más allá de la referencia
americana existen pruebas de que un par de milenios AC ya se jugaba en Grecia,
utilizando cinco pequeños huesos y —entre otras cosas— con motivos adivinatorios.
Véase también: Juego de las tabas#Historia
Modos de juego
Comúnmente existen dos modalidades de juego: las buenas y las malas.
En las buenas está permitido que el jugador mueva alguna de las piedras que aún no
ha recogido al intentar recoger las otras.
En las malas se penaliza el más mínimo movimiento de alguna de estas piedras y el
turno pasa al jugador siguiente.
En ambos casos, será penalizado el jugador que deje caer al suelo la piedra que ha
lanzado al aire o alguna de las que ha recogido.
Otros datos
En general, se utilizan piedras no muy redondeadas a fin de que al arrojarlas
contra el piso no rueden y se separen excesivamente.
A veces se utilizan pequeños cubos de mármol de aproximadamente un centímetro de
lado.
También se conoce como "ainenti", "denenti", "dinenti", "tenenti" o "tinenti".
También se han sabido utilizar bolitas/canicas o bolsitas rellenas de arroz hechas
de modo casero para jugar en los recreos de la escuela.
En Chile es común utilizar, en lugar de piedras, pequeñas "pulseras" hechas de
granos de maíz. A estas pulseras también se les llama payayas.
Véase también