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Siendo que luego, del debate y audiencia de juicio oral, este Juzgado Penal Colegiado
Supraprovincial Transitorio Zona Sur de Ica absolvió a una persona acusada del delito de
violación sexual por falta de suficiencia probatoria.
Hasta aquí, estos son los hechos, y parte del iter procesal; no obstante, para aspecto que no toca
abordar, debemos tener en consideración los fundamentos, que llevaron a la decisión de la
insuficiencia probatoria, para ello los señalaremos de forma sucinta, que para dicho colegiado:
1) No hay prueba de que la víctima haya bebido «tanto» como para que haya estado en
estado de inconsciencia,
2) No hay rotura del himen y otro tipo de lesiones genitales que acrediten el contacto
sexual,
3) No hay rastro de material biológico en las prendas íntimas de la víctima o en su cuerpo
que acrediten contacto sexual, y
4) Respecto a la conducta de la víctima, pues bajo esto se hace una inferencia que esta
parecía sentir un afecto romántico por el acusado.
Es pues bajo este último punto que denotaremos para nuestro análisis, ya que en su fundamento
bajo el numeral 34 y 35, establece dicha resolución:
[…] Las reglas de la experiencia nos orientan razonar en el sentido de que una
madre al saber que su hija pese a tener conocimiento que ha salido con su vecino que
vive a dos puertas de la de ella y que debía de retornar a las once de la noche, no
retorna a su domicilio, el primer impulso es salir a indagar por su destino, sin
embargo, ha esperado que su hija retorne a casa a las 06:15 AM aproximadamente
para recién saber de su paradero. […]
[…] quienes examinaron a la agraviada coinciden en señalar que es una mujer tímida
[…] sin embargo, suele vestir prendas interiores como la descrita por la bióloga
forense Doris Matilde García Espinoza en su dictamen de biología forense N°
201907000119, describiéndolo … “…trusa femenina de color rojo con encaje en zona
delantera, blondas en contorno de pierna…” resultando extraño que la supuesta
personalidad que presenta la misma (tímida) no guarde relación con la prenda íntima
que utilizó el día de los hechos, pues por las máxima de la experiencia este tipo de
atuendo interior femenino suele usarse en ocasiones especiales para momentos de
intimidad, por lo conlleva a inferir que la agraviada se había preparado o estaba
dispuesta a mantener relaciones sexuales con el imputado1 […].
Como bien se señaló precedentemente, para el caso de delitos contra la libertad sexual, dentro
de la investigación, el Ministerio Publico, recaba los elementos de convicción suficientes para
un eventual juicio oral; no obstante, para esta clase de delito se va requerir ayuda del
conocimiento científico , de lo que se conoce como prueba científica, los mismo que se generan
a partir de la recolección indicios, objetos o elementos que se hallan en la escena del crimen; de
decir de una parte podrán dar mayor convicción de certeza a parte de la declaración de la
agraviada o de posibles testigos, como medios de prueba directos; también serán necesario el
empleo de fuentes de pruebas indirectas, como testigos de referencias, y también el de las
conocidas como “indicios concomitantes2”, como los exámenes médicos legales: examen de
reconocimiento físico, examen de integridad sexual, pericia psicológica a la agraviada,
exámenes toxicológicos entre otros que sumados otorguen mayor sustento a los hechos objeto
de imputación. De modo, que la suma de todos estos elementos periféricos, permiten concluir la
certeza del hecho indicado.
Como bien sabemos que la prueba indiciaria se compone de tres elementos: el indicio o hecho
base de presunción, el hecho presumido o conclusión y el nexo o relación causal , que une al
indicio o el hecho base con su correspondiente conclusión; de allí que se trate de un proceso
inferencial cognitivo realizado por el juzgador.
Así bien, en el caso que nos atañe, el operador jurídico, ha expuesto fundamento opuesto a la
pretensión del Ministerio Publico y ha interpretado los medios probatorios recabados como
elemento contra indiciario, ya que se plasman tanto en parte del fundamento 34 y 34, que se ha
enunciado precedentemente, pues dentro de este proceso de inferencia, ha utilizado a las reglas
o máximas de experiencia, como justificación, para ello debemos considerar previamente que
“(…) la máxima de la experiencia nos dice que determinado hecho, actitud o fenómeno se
puede manifestar de determinada forma debido a la constante y reiterada observación del
acontecer común por la repetición uniforme de ciertos acontecimientos de accionar humano
(…)3”
Por otro lado, el aspecto mas cuestionable, dentro de estos fundamentos lo hallamos en el
fundamento 35, cuando se indica: “pues por las máximas de la experiencia este tipo de atuendo
interior femenino suele usarse en ocasiones especiales para momentos de intimidad, por lo
conlleva a inferir que la agraviada se había preparado o estaba dispuesta a mantener
relaciones sexuales con el imputado”; aquí el juzgador emplea erróneamente lo que se
denomina máximas de la experiencia pues nuevamente no atañe al hecho que se pretende
probar, sino se centra en la actitud de la víctima, en prejuicio de como debe o no debe estar
vestida; de allí que no le falte razón al autor H. Butron (2020), considerar a estos estereotipos,
erróneamente, como máximas de la experiencia:
Bajo lo dicho hasta ahora, podemos advertir que el proceso inferencial que ha empleado el
juzgador en este caso contiene serias deficiencias en su argumentación, pues se ha pretendido
señalar máximas de la experiencia a prejuicios, lo de ninguna manera pueden ser considerados
como tal, pues son contrarios al Estado Constitucional de Derecho, y a una sociedad
democrática como la nuestra y que conlleva inexorablemente a una mala justificación interna de
la resolución aludida, ergo, mala motivación judicial lo que acarrea una trasgresión al debido
proceso. Siendo esto así corresponde indicar en el siguiente apartado.
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Según la Real Academia Española, el prejuicio es una opinión previa y tenaz, por lo general
desfavorable, acerca de algo que se conoce mal.
Entonces, para que la prueba indiciarla pueda ser considerada como prueba de cargo suficiente
para desvirtuar la presunción de inocencia, resumiendo lo señalando en los apartados anteriores-
deben analizarse los siguientes requisitos: i) El hecho o los hechos bases (o indicios) han de
estar plenamente probados; ii) Los hechos constitutivos del delito deben deducirse precisamente
de estos hechos base completamente probados; iii) Para que se pueda comprobar la
razonabilidad de la inferencia es preciso, en primer lugar, que el órgano judicial exteriorice los
hechos que están acreditados, o indicios, y sobre todo que explique el razonamiento o engarce
entre los hechos base y los hechos consecuencia; iv) Y, finalmente, que este razonamiento esté
asentado en las reglas del criterio humano o en las reglas de la experiencia común o, en una
comprensión razonable de la realidad normalmente vivida y apreciada conforme a criterios
colectivos vigentes.
“(…) el debido proceso en su vertiente formal de la debida motivación, también se habría visto
afectado porque de la conclusión a la cual arribó el Colegiado de instancia sobre los resultados
de las pericias, no se desprende de una premisa que cuestione la logicidad o suficiencia de estos
exámenes (o de sus autores), sino que utiliza una premisa no razonable para desvirtuar sus
conclusiones y, por lo tanto, su valoración final no es lógica.
Así, la sentencia de primera instancia estaría incursa en vicios procesales que vulneran el
debido proceso y la debida motivación de resoluciones judiciales, puesto que se ha evidenciado
que no se ha valorado en forma individual (en su integridad) y menos en forma conjunta todos
los medios probatorios actuados en juicio oral; y con ello no se efectuó una correcta motivación
de la decisión absolutoria a favor del acusado, pues realizo una valoración de la prueba
aportada sin justificar dicho razonamiento.
Concluyeron que dichos defectos son insubsanables porque no permiten al Tribunal se Segundo
Grado emitir una sentencia de mérito, razón por la cual conforme con lo establecido en el
artículo 150, inciso d), del Código Procesal Penal, se amparó el recurso de apelación de las
entidades recurrentes y se declaró la nulidad de la sentencia, disponiendo que otro Juzgado
Penal Colegiado, proceda a emitir nuevo pronunciamiento, previo juzgamiento, observando las
garantías del debido proceso y la debida motivación de las resoluciones judiciales.
Finalmente, en cuanto a este punto advertimos que, si bien en primera instancia se han advertido
deficiencias en cuanto a la debida motivación, específicamente en lo que corresponde a los
procesos de inferencias de los indicios con el hecho indicado, esto a través del derecho a una
segunda instancia, han podido ser subsanados, no obstante, quien asume esos errores en paso del
tiempo los propios sujetos procesales.
REFERENCIAS BLICLIOGRÁFICAS
§ Velarde, H. B. (2020, 2 noviembre). Prenda íntima de color rojo con encaje delantero,
estereotipos de género y justicia discriminatoria en el Perú. LP.
https://lpderecho.pe/prenda-intima-estereotipos-genero-justicia-discriminatoria-peru/