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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO PARA EL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN


UNIVERSITARIA, CIENCIA Y TECNOLOGÍA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LOS LLANOS
CENTRALES RÓMULO GALLEGOS
ÁREA DE INGENIERÍA AGRONÓMICA
UNIDAD CURRICULAR: MICROBIOLOGÍA
SECCIÓN 1

EL SUELO ES UN ORGANISMO VIVIENTE

Autor:
Felix Zerpa
Alexander Carpio
Facilitador:
Ninoska Ruiz

San Juan de los Morros, Octubre de 2022


Si bien es cierto la mayoría de los insecticidas, fungicidas, bactericidas,
plaguicidas y herbicidas que se utilizan en actividades agrícolas, industriales y
domésticas son de origen orgánico. La contaminación por estos productos es
especialmente grave en el sector agrícola, donde se aplican indiscriminadamente
sobre las plantas cultivadas y el suelo, de donde son lavados por la lluvia y el
riego hacia los cursos de agua y hacia otros ecosistemas. Uno de los problemas
principales con estas sustancias es que no sólo atacan a los causantes de las plagas
sino que afectan otros organismos que son inocuos para el cultivo, e incluso
beneficiosos, pero que tienen papeles fundamentales en los ecosistemas. Por
ejemplo, un fungicida puede ser lavado hacia un bosque y destruir los hongos del
suelo, fundamentales para su funcionamiento. Así mismo, para los años cuarenta
el caso más conocido de la problemática de los pesticidas es el del DDT
(diclorodifeniltricloroetano) que se aplicó masivamente durante esa época.
Después se demostró que el DDT era absorbido por los animales en los alimentos,
no podía ser metabolizado y se acumulaba en los tejidos grasos, por lo que era
altamente tóxico; además, se transmitía por toda la cadena alimenticia.

Hoy en día el DDT está prohibido en todos los países desarrollados,


después de haber causado muchos daños. No obstante, el primer paso para
enfrentar la contaminación es entender sus causas, sus fuentes y sus efectos. Sin
embargo, es labor de todos, personas, entidades y gobiernos, estar informados y
contribuir a su reducción implementando todas las acciones posibles. De lo
contrario, será difícil pensar en el mundo de mañana con optimismo.

Existen una serie de productos químicos, como los abonos sintéticos,


herbicidas e insecticidas, que son sumamente útiles a la agricultura, pero que
cuando se usan en forma inadecuada (abuso) producen alteraciones en el suelo y
bajan la producción. En algunos casos, el problema aparece mucho después,
cuando los contaminantes se difundieron hasta la superficie, a los ríos o a la capa
freática o los mantos acuíferos. Los abonos sintéticos (urea, nitratos, fosfatos,
cloruros, entre otros) deben ser usados con moderación y cálculo, pues su abuso
intoxica y mata la fauna (lombrices, insectos, ácaros) y flora (hongos, bacterias)
del suelo. Con el agua los abonos llegan a los ríos, a los lagos y al mar, afectando
a plantas y animales acuáticos. Por eso es mejor usar abonos orgánicos como el
guano de isla, humus, abonos verdes, estiércol de animales, entre otros. Por otra
parte los pesticidas o plaguicidas, son compuestos químicos utilizados para
controlar plagas (insectos, hongos, bacterias, roedores, malezas, algas). Los más
comunes son los insecticidas (matan insectos), herbicidas (matan malezas),
fungicidas (matan hongos), roedoricidas (matan roedores), molusquicidas (matan
caracoles y babosas) y alguicidas (matan algas). Resulta claro que la materia
orgánica como componente natural del suelo, corresponde a la mezcla
heterogénea de residuos de flora y fauna en vías de descomposición, y materiales
húmicos polimerizados. Niveles adecuados de MO en el suelo promueven la
formación de macroporos y consecuentemente mejoran la tasa de infiltración,
además de facilitar la labranza y permitir una adecuada aireación del suelo
(Kemper y Rosenau, 1986; Brady y Weil, 2000).

Según Conti (2005) la materia orgánica:

En los suelos proviene, en parte, de la incorporación de los


residuos de animales (cadáveres y deyecciones) y restos
vegetales (raíces, órganos aéreos, excreciones a nivel
rizósfera, sustancias solubles de los órganos aéreos
transferidas al suelo por el agua de lluvia o rocío, etc.), en
distintos estados de descomposición y la biomasa
microbiana.

De acuerdo a lo antes expuesto la materia orgánica puede producir humus


y es fundamental para la recuperación natural del suelo. Es por ello que se puede
dividir conceptualmente de manera simple en dos compartimentos: el primero
correspondería a lo que se denomina materia orgánica del suelo lábil, que se
encuentra formada por restos de animales, plantas y microorganismos,
transformados de manera incompleta, que son la primera fuente de humus y que
no forman parte integral del suelo; y un segundo grupo, se denomina materia
orgánica del suelo estable, y que está formado de sustancias húmicas y productos
de la descomposición que forman parte integral del suelo. Cabe destacar que el
carbono (CO2) es vital para un suelo saludable, la materia orgánica rica en carbono
es lo que le da al suelo su capacidad de retención de agua, así como su estructura
y fertilidad, por lo que es crucial reincorporar materia orgánica al suelo. Incluso,
los microbios del suelo necesitan carbono para prosperar, por lo que la lenta y
constante reducción de carbono en los suelos provocará inevitablemente el
colapso ecológico. Cuando los suelos se ven privados de carbono y microbios
críticos, se vuelven infértiles y desprovistos del ecosistema microbiano.
Muchos científicos aseguran que las prácticas agrícolas regenerativas
pueden retroceder el reloj del carbono, lo que podría reducir el CO 2 atmosférico y
aumentar la productividad del suelo y su resistencia a las inundaciones, plagas y
sequía. En resumen el suelo es un organismo vivo complejo y dinámico que
puede considerarse como la capa viviente de la Tierra. Se compone de elementos
minerales y orgánicos, así como de aire y agua. Es por eso, que para el logro de un
ambiente químicamente más limpio, se hacen necesarias posiciones éticas más
definidas. Los posibles beneficios económicos, derivados de la producción de
determinado material, no pueden estar por encima de la salud de la humanidad, ni
de la necesaria preservación de los diversos ecosistemas.
Ya para terminar la importancia de la materia orgánica en los suelos es un
tema fundamental, ya que, la materia orgánica, una vez transformada en humus,
junto a los microorganismos beneficiosos del suelo como las rizobacterias
(bacterias que viven cerca de la raíz) o los hongos micorrícicos, favorece el
desarrollo y crecimiento de las plantas. La simbiosis entre suelo-planta-
microorganismo tiene a la materia orgánica de nexo de unión, que incrementa la
actividad biológica, y por extensión, la fertilidad de los suelos.
Cuando los suelos agrícolas tienen poca materia orgánica, las plantas son
muy dependientes de los fertilizantes sintéticos y propensas a enfermedades, que a
su vez, requieren de más productos sintéticos (plaguicidas), aumentando el coste
económico del cultivo. Además, la aplicación continuada de este tipo de productos
puede producir efectos negativos para el medio ambiente como eutrofización o
emisión de gases de efecto invernadero. A la larga, las plantas mejoran ellas
mismas el suelo, aunque es evidente que un suelo pobre en materia orgánica se
volverá frágil y su actividad biológica se reducirá, convirtiéndose en un mero
soporte para la planta. Tenemos que ser conscientes que los suelos son un recurso
limitado y cada vez más contaminado. Debemos hacer lo posible para cuidarlos al
máximo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Agencia Europea de Medio Ambiente. (2019). El suelo: el tesoro que vive bajo
nuestros pies. [Texto en línea]. Consultado el 15 de octubre de 2022 en:
https://www.eea.europa.eu/es/senales/senales-2019/articulos/entrevista-
2014-el-suelo-el#:~:text=El%20suelo%20es%20un%20organismo,
como%20de%20aire%20y%20agua.

Christian, M. (2018). La importancia del carbono para la salud del suelo.


[Texto en línea]. Consultado el 15 de octubre de 2022 en:
https://www.agromarketing.mx/sustentabilidad/la-importancia-del-carbono-
para-la-salud-del suelo/#:~:text=La%20materia%20org%C3%A1nica%
20rica%20en,reincorporar%20materia%20org%C%A1nica%20al%20suelo.

CONTI, M. (2005). “Principios de edafología” Segunda reimpresión. Editorial –


Facultad de Agronomía. Universidad de Buenos Aires- Argentina.

Compostando Ciencia. (2018). El suelo es un organismo viviente. [Texto en


línea]. Consultado el 15 de octubre de 2022 en:
http://www.compostandociencia.com/2018/01/el-suelo-es-un-organismo-
viviente/

Google Sites. (2019). Abonos sintéticos y otros-contaminación ambiental.


[Enciclopedia en línea]. Consultado el 15 de octubre de 2022 en:
https://sites.google.com/a/micorreo.uny.edu.ve/contaminacion-
ambiental/contaminacion-del-suelo/abonos-sinteticos-y-otros

Kemper, WD y Rosenau, RC (1986). Estabilidad agregada y distribución de


tamaños. En: Klute, A. Ed., Métodos de análisis de suelos. Parte 1.
Monografía de Agronomía 9. 2ª ed., Madison, Wisconsin, 425-442.

Santillana, S.A. (2008). Química 2. 1era ed. Venezuela: Editorial Santillana,


S.A.

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