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MacArthur

John F. MacArthur

John MacArthur
Canyon County, CA
2022

Copyright 2022 John MacArthur


La oración

Cómo orar en un mundo pagano


Escritura: Lucas 11:1–4

Código: 81–115
John MacArthur
Todos hemos pasado por una metamorfosis dramática en el último año—casi año y
medio. Hemos descubierto que si como Rip Van Winkle nos hubiéramos acostado y
dormido por un siglo o más y despertáramos, habríamos despertado en un mundo muy
diferente. En muchas maneras nuestro mundo es muy diferente ahora de lo que fue
incluso año y medio atrás. Creo que es bastante apropiado decir que ahora estamos
viviendo en una nación totalmente pagana, por toda medida es una nación pagana.
Incluso la iglesia, como la Israel de la antigüedad, por un lado, ha decidido adorar a Dios y,
por otro lado, ha decidido adorar ídolos, conforme ha doblado su rodilla a los dioses
culturales.
La verdad es reemplazada por las mentiras, el amor es reemplazado por el odio, la paz es
reemplazada por el enojo, y estamos viendo a nuestro alrededor preguntando cuáles son
las soluciones. Hay gente que nos dice que las soluciones son políticas. Otros nos dicen
que las soluciones son sociales—literalmente necesitamos tener una revolución en
nuestro país y quemar todo lo que está en el pasado y reconstruir alguna sociología nueva
de utopía. Otros nos dicen que es económica—la razón por la que las cosas están como
están es debido a la desigualdad económica. Y todas estas cosas nos ayudarán a regresar a
lo que sería una vida aceptable, si tan solo tratamos con cosas política, social y
económicamente.
Pero ¿cuál es la estrategia de Dios? Porque esto no es nada nuevo para el pueblo de Dios.
Israel en el Antiguo Testamento era una nación minúscula en el mar de paganismo. Atrás
cuando entraron en la Tierra prometida, habiendo dejado Egipto, los paganos eran tan
diferentes, tan anti Dios, tan demoníacos y satánicos, que Dios les dijo que literalmente
los mataran a todos, que fueran instrumentos de juicio divino. No hicieron eso. En lugar
de eso hicieron concesiones con ellos, y el resto es la historia triste del Antiguo
Testamento.
La iglesia como la conocemos en el Nuevo Testamento, la iglesia que nuestro Señor
estableció en el libro de los Hechos, era otra isla en medio del paganismo. El Antiguo
Testamento no tenía impacto en el mundo en ese tiempo, y ciertamente la llegada de
Jesús en el Nuevo Testamento y la predicación de Jesús y los apóstoles tampoco tuvo
efecto en el mundo de esa era. Entonces sea usted Israel en el Antiguo Testamento, o sea
usted la iglesia en el Nuevo Testamento, o sea usted la iglesia en la actualidad, las
circunstancias son muy parecidas—lo cual lleva a la pregunta que es, “¿Cómo es que Jesús
le dijo a Su pueblo que confrontara estas realidades?” Y para eso quiero que abra su Biblia
en el onceavo capítulo de Lucas, el onceavo capítulo de Lucas. Y tengo un gran desafío
frente a mí. Quiero ver cuatro versículos; pero cuando prediqué originalmente eso hace
unos cuantos años atrás, tomó diez mensajes.
Lucas capítulo 11, versículo 1, Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando
terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan—Juan
el bautista—enseñó a sus discípulos. Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que
estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como
en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos
nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben.” Y
no nos metas en tentación. Jesús nos instruye aquí a confrontar el mundo de paganismo
con algo que parecer ser de muy poco interés para la iglesia evangélica contemporánea; y
eso es confrontar el paganismo con la oración, con oración.
Cuando Dios apareció en el Monte Sinaí en el Antiguo Testamento, los israelitas vieron Su
presencia, y vieron que Su presencia fue acompañada por algunas realidades muy
aterradoras: muestras de truenos y relámpagos y humo debido a que, como Hebreos
12:29 dice, “Dios es fuego consumidor”. Pero a pesar de la realidad que Dios se estaba
presentando a Sí mismo como un soberano aterrador y Juez, Dios también declaró que Él
era accesible, y que Su pueblo necesitaba venir a Él en oración.
“El Santo”, dijeron los rabinos, los rabinos antiguos, “anhela las oraciones de los justos”.
En el Salmo 50 versículo 15, leemos, “E invócame en el día de la angustia; Te libraré, y tú
me honrarás”. Salmo 91:15, “Me invocará—dice Dios—y yo le responderé”. Salmo 145:18,
“Cercano está Jehová a todos los que le invocan”. Salmo 65:2, “Tú oyes la oración; a ti
vendrá toda carne”. Incluso en el Antiguo Testamento, con Dios como fuego consumidor,
se podían acercar a Dios—y llamaba Él a Su pueblo a venir a Él.
Hay un comentario, un comentario antiguo llamado Midrash, del Salmo 65, y aquí hay un
párrafo de ahí: “Un rey humano puede escuchar a dos o tres personas a la vez, pero no
puede escuchar a más; Dios no es así, porque todos los hombres pueden orarle, y Él los
escucha a todos simultáneamente. Los oídos de los hombres quedan satisfechos…” y los
oídos de los hombres puede oír un poco, “pero los oídos de Dios nunca quedan
satisfechos. Él nunca se cansa de las oraciones de los hombres”. Los rabinos estaban
diciendo en ese comentario que Dios oye a todo mundo todo el tiempo; nadie que viene a
Él es rechazado.
Los rabinos incluso enseñaban que la oración era más grande que el sacrificio. Los
maestros judíos creían que la oración debe ser constante. En el Talmud dice, “Honra al
médico antes de que tengas necesidad de él”. Y eso significa acude a Dios en oración antes
de que te desesperes. Ora cuando estés en prosperidad. Ten comunión con Dios.
Ahora hubieron varios elementos en la oración judía; usted encuentra estos a lo largo del
Antiguo Testamento; solo voy a cubrir algunos, simplemente para darle un sentido de
esto. Primero, está el elemento del amor y la alabanza. Las oraciones judías estaban llenas
de expresiones de amor y alabanza a Dios. Salmo 34, “Bendeciré a Jehová en todo tiempo;
su alabanza estará de continuo en mi boca”. Salmo 51, “Señor, abre mis labios, y publicará
mi boca tu alabanza”. También, las oraciones judías estaban llenas de gratitud y acciones
de gracias. Jonás oró, capítulo 2, versículo 9, “Yo con voz de alabanza o gratitud te
ofreceré sacrificios”. Y los rabinos dijeron esto: “Aunque todas las oraciones un día serán
terminadas, las oraciones de gratitud seguirán para siempre”.
La tercera cosa que era parte de las oraciones judías era un reconocimiento de la santidad
de Dios. Un rabino llamado Simón dijo, “En su oración, un hombre debe pensar que la
gloria shekinah de Dios está frente a él”. En otras palabras, usted está viniendo a Dios
reconociendo Su gloria.
Un cuarto elemento en la oración judía era un deseo por agradar y obedecer a Dios. Y el
Salmo 119 simplemente está lleno de esto, casi en todo versículo; todo el salmo ilustra el
deseo de agradar y obedecer a Dios. Un versículo, “Hablará mi lengua tus dichos, porque
todos tus mandamientos son justicia”. Y ese tema sigue a lo largo de esos versículos.
Entonces la oración judía tenía un elemento de amor y alabanza, gratitud y acciones de
gracias, reconocimiento de la santidad de Dios, deseo de agradar y obedecer. También
tenía un componente que conocemos y ese es la confesión de pecado y una petición por
un corazón puro. Salmo 26:6, “Lavaré en inocencia mis manos, y así andaré alrededor de
tu altar, oh Jehová”. Salmo 24:3 y 4, ¿Quién subirá a Jehová? El limpio de manos y puro de
corazón. Los judíos creían que la oración de los justos en confesión podía volver el enojo
de Dios a misericordia.
Un sexto elemento de oración judía era abnegación. Las oraciones judías más elevadas
eran ofrecidas siempre por la comunidad. Era un poco raro orar por uno mismo. Por
ejemplo, aquí hay una cita: “Todo Israel será redimido”, dijeron, “solo cuando forma un
solo grupo. Cuando todos estén unidos, recibirán la presencia de la shekinah”. Los rabinos
dijeron que para que la gente orara de manera abnegada por la Israel nacional,
corporativa en lugar de sus propios intereses personales. Otra cosa interesante que los
rabinos enseñaron es expresada en esto: “Que la oración del viajero no encuentre
entrada, oh Señor, delante de Ti”. No escuches la oración de un viajero. ¿Por qué? Porque
los viajeros quieren buen clima, pero los granjeros necesitan lluvia.
También había en la oración judía no solo la idea de que usted estaba orando en un
sentido corporativo—y usted ve esto ilustrado de una manera poderosa en el noveno
capítulo de Daniel; usted lo puede buscar—pero otro elemento de la oración judía era la
perseverancia. Moisés estaba orando por la misericordia de Dios en Deuteronomio 3 aún
después de que Dios dijo, “Basta” para ti. “No me hables más de este asunto”.
Deuteronomio 3:26. Dios dijo, Eso es suficiente—y Moisés oró por Israel después del
becerro de oro durante cuarenta días. Las oraciones judías le rogaban a Dios.
Hay otro elemento en la oración judía, y es humildad. Una y otra vez las oraciones judías
comienzan con esta frase: “Que sea Tu beneplácito. Que sea Tu voluntad”.
Ahora todos estos elementos fueron incrustados en la oración del Antiguo Testamento.
Ese es el enfoque judío tradicional de la oración. Salmo 55:1 y 2, “Escucha, oh Dios, mi
oración…está atento, y respóndeme”. Salmo 61:1 y 2, “Oye, oh Dios, mi clamor, a mi
oración atiende…clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare”. O Salmo 116, versículos 1 y
2, “Amo a Jehová, Yahweh, pues ha oído mi voz y mis súplicas; porque ha inclinado a mí su
oído, por tanto, le invocaré en todos mis días”. Usted se da la idea de que creían en la
oración, y que la oración tenía todos esos componentes y todos esos elementos.
¿Por qué le estoy diciendo eso? Porque conforme nuestro Señor enseña a Sus discípulos a
orar, Él realmente está repitiendo esas mismas cosas. No es como si esto es revelación
nueva; estos son los elementos mismos que constituían la oración en el Antiguo
Testamento, refinados por nuestro Señor. ¿Por qué, si esta la manera judía tradicional de
orar, porqué es que los discípulos en el versículo 1 dicen, Señor, enséñanos a orar? Y por
cierto esta no es la primera vez que lo dijeron. Está registrado en Mateo 6, versículos 9 al
13; hacen la misma pregunta meses antes, meses antes. Esta escena se lleva a cabo cercar
de Jerusalén. El Sermón del Monte se llevó a cabo en Galilea meses antes, y en ese
entonces estaban haciendo la misma pregunta; y están haciendo la misma pregunta aquí.
¿Por qué, si esta es la manera tradicional en la que los judíos oraban, y si ellos crecieron
en el judaísmo y conocían la Escritura, por qué es que no entienden esto? ¿Por qué es que
no entienden esto? ¿Por qué necesitan ser instruidos en la oración después de todas las
generaciones del enfoque tradicional a la oración que el Antiguo testamento presenta?
Bueno, en realidad, la respuesta es bastante simple. La respuesta es que la oración
verdadera había sido reemplazada por la hipocresía.
Mateo capítulo 6, versículo 5, Jesús dice, “Y cuando ores, no seas como los hipócritas”. Lo
que había pasado en el judaísmo había por lo tanto pasado a la oración en el judaísmo: la
religión verdadera había sido reemplazada por la hipocresía. “No oren como los hipócritas,
porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser
vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa”. Y eso es que eran
vistos por los hombres, no oídos por Dios. “Más tú, cuando ores, entra en tu aposento, y
cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te
recompensará en público. Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que
piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos, porque
vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis”. Entonces
usted tiene oraciones judías, que habían sido reducidas a hipocresía que se promovía a sí
misma, y oraciones paganas, que dominaban la cultura exterior, y esto había dejado la
oración verdadera fuera de la escena.
Entonces los discípulos dicen, “Necesitamos saber cómo orar”. Y de nuevo, digo, unos
cuantos meses antes también habían hecho esa pregunta. Entonces Jesús dice, “Muy bien,
así es cómo deben orar”. Versículo 2, “Cuando oréis, decid”. Y conocemos estas palabras
conocidas—un poco diferentes de Mateo 6, pero conocemos la oración. Y nos encanta la
oración y repetimos la oración, y cantamos la oración, y eso está bien. Es una oración
sorprendente. Pero es más que tan solo una oración, es estructura acerca de cómo orar.
Cuando usted ora a lo largo de esta estructura, las primeras cosas que ve son que
básicamente hay dos personas involucradas. Está Dios, y estamos nosotros. Dios es Padre.
Se refiere a Su nombre, Su reino, Su voluntad, Sus dones, Sus dádivas, Su perdón, Su guía.
Para nosotros es igual de importante. No solo estamos pidiendo cosas con respecto a Él,
sino por nosotros: nuestro pan diario, perdón por nuestros pecados, y que no nos meta en
tentación. En una economía de palabras divinas, simplemente en sección tan breve,
versículos 2, 3, y 4, el Señor nos da una estructura para cómo orar en la circunstancia seria
de ser el pueblo de Dios en medio del paganismo. Y usted tiene que aprender a orar
porque tenemos hipocresía cristiana, y tenemos formas paganas de oración; y algunas
veces las dos están mezcladas.
¿Qué es lo que el Señor nos dice aquí, al darnos esta estructura? Ahora los discípulos
hicieron la pregunta, “Enséñanos a orar como Juan también enseñó a sus discípulos”. Juan
tenía un grupo de seguidores, y se dijo de ellos, “Los discípulos de Juan frecuentemente
ayunan y oran”. Ellos habían sido lo que me imagino podría usted llamar identificados, de
esta manera, como un remanente de personas que todavía estaban orando como usted
debía orar. Todavía estaban orando de la manera tradicional y apropiada. Fueron los
fariseos los que comentaron acerca de Juan el Bautista y sus discípulos que ayunan y oran.
Entonces los discípulos están diciendo, “¿Cómo oramos como los discípulos de Juan
oran?” “Cuando oréis”, o literalmente “Cuando sea que oren”. En el sentido amplio,
“Cuando sea que oren, digan esto”—y la primera palabra, versículo 2, “Padre. Padre”. Esto
es absolutamente crítico.
Esta es la primera característica en la estructura de la oración: Usted identifica a Dios
como Padre. Él rara vez es llamado Padre en el Antiguo Testamento, por cierto. Nunca en
el Antiguo Testamento hay una oración dirigiéndose a Él que lo llame Padre. De hecho, era
tan extraño y tan insólito que los judíos llamaran a Dios Padre, que cuando Jesús llamó a
Dios Padre, Juan 5:18 dice que los judíos querían matarlo—porque al hacerlo Él se estaba
haciendo igual a Dios.
Y mientras que rara vez en el Antiguo Testamento el pueblo judío llama a Dios Padre,
aunque hay ocasiones en las que Él es identificado como Padre en el sentido de Creador,
Padre en el sentido de sustentador, Padre en el sentido compasivo, no es sino hasta que
usted llega al Nuevo Testamento, y el cambio es simplemente abrumador. Dios es llamado
Padre 65 veces en Mateo, Marcos, y Lucas, y cien veces en el evangelio de Juan.
Y el griego es patér. Pero los judíos no hablaban griego, hablaban arameo. Y la palabra que
usaban era Abba, Abba, el término más íntimo que los niños usaban para referirse a su
padre. La palabra para madre era immah. Immah y abba. Todavía usadas hoy en familias
que hablan hebreo, una expresión de cariño, de afecto tierno y amor de familia. Esto
realmente era insólito, entre los judíos, mostrar esa cercanía a Dios.
Entonces estamos viniendo a Dios en un sentido de relación que es algo muy diferente de
lo que la gente ha asumido en el pasado. Aunque Dios se declaró a sí mismo disponible,
aunque Dios declaró Su compasión, Su amor, Su misericordia, Su bondad, Su ternura, Su
poder, Su gracia, se había abierto una distancia entre el pueblo y Dios, porque la nación se
había vuelto una nación de hipócritas. Jesús comienza al dirigirse a Dios, entonces, de una
manera en la que los judíos nunca lo hicieron. Oh ellos veían a Dios como un padre en el
sentido creativo, en el sentido soberano; pero en esta expresión íntima, este es el sentido
de relación. Dios es un padre amoroso.
El Nuevo Testamento habla mucho de esto. Aquí es donde toda la oración tiene que
comenzar, con el reconocimiento de la promesa de Dios de concedernos nuestra petición.
Escuche Mateo 7:7, “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque
todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué
hombre hay de vosotros, que, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un
pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas
a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los
que le pidan?” De nuevo, Él es su Padre, Él es su Padre. Él no es un extraño, Él es Abba.
Jesús hizo una declaración asombrosa en Juan 20, versículo 17. Él estaba hablando de
regresar al cielo, y dijo, “Subo a mi Padre y a vuestro Padre”. En el tiempo de Jesús la
distancia entre Dios y el hombre se estaba ampliando. Aún los nombres de Dios estaban
escondidos, no se permitía que se hablaran de ellos en público. Jesús siempre llamó a Dios
Padre—cada vez excepto por una, cuando dijo, “Dios Mío, Dios Mío, ¿por qué me has
desamparado?”
Había un énfasis, entonces, en eso, de la relación y la intimidad de esa relación. Israel
conocía a Dios como el Padre de la nación, el Dios de Israel, “Nuestro Padre”, dice Primero
de Crónicas 29. Ellos conocían Su presencia en un sentido creador, en un sentido de
expresar poder. También sabían a partir de algunos de los salmos que Él era compasivo.
Ellos sabían que Dios estaba ahí para guiarlos. Jeremías 31:9, “Irán con lloro, mas con
misericordia los haré volver, y los haré andar junto a arroyos de aguas, por camino
derecho en el cual no tropezarán; porque soy a Israel por padre”.
Dios era el Padre en la creación, Él era el Padre en soberanía, Él era un padre en
compasión, Él era un padre en guía. Ellos incluso sabían que Él tenía una función de padre
en términos de la autoridad del padre. Malaquías 1:6, “El hijo honra al padre…Si pues, soy
yo padre, ¿dónde está mi honra?” Dios dice mediante el profeta, “Si Yo soy su padre,
entonces debería ser honrado como un padre merece”.
Entonces la realidad de Dios como Padre era parte del Antiguo Testamento. Pero usted
tiene que entender, ellos son una nación apóstata—ellos no tienen una relación con Dios.
Ellos no tienen esa relación, entonces más y más, históricamente se distancian a sí mismos
de la idea misma de esa relación y en cierta manera colocaron en granito la trascendencia
de Dios por encima de la inminencia de Dios.
Pero por la palabra “padre”, escuche lo que Jesús está diciendo, “Dios no es apateia”
como el dios estoico, incapaz de sentir algo; “Dios no es ataraxia”, como el dios epicúreo,
viviendo en serenidad perfecta, calmada, indiferente. Dios no es el dios de Tomás Hardy,
un inglés que llamaba a Dios “la cosa que sueña, oscura, torpe que gira la manija en este
show aburrido”. Dios no es el dios de los deístas.
Él es Abba, Él es Papá. Y todo eso cierra el asunto del temor, y todo eso cierra el asunto de
la soledad y cierra el asunto de la esperanza y cierra el asunto del amor y cierra el asunto
de los recursos. Cada vez que usted dice, “Padre”, usted no está perdido en la multitud.
Cada vez que usted dice, “Padre”, usted recuerda Isaías 45:3, “yo soy Jehová, que te
pongo nombre”. Cada vez que usted dice, “Padre”, usted se coloca en el lugar del hijo
pródigo, ¿no es cierto? Y el Padre tiene Sus brazos alrededor de usted, y coloca una túnica
sobre usted y un anillo en su dedo y sandalias en sus pies, y todo el cielo celebra que
usted es hijo.
Toda la oración comienza con eso. El reconocimiento de que, para simplificarlo y hacerlo
un poco contemporáneo, el Padre sabe lo que es mejor. El Padre tiene todos los recursos.
El Padre tiene toda la autoridad. El Padre tiene toda la sabiduría, toda la experiencia, toda
la compasión, toda la bondad, todo el conocimiento, para darnos todo lo que
necesitamos. En lugar de gritar contra la oscuridad, enojándonos contra la oscuridad,
usted se vuelve a la luz en oración, reconociendo a Dios como fuente.
En segundo lugar, reconociendo a Dios como sagrado. “Padre, santificado sea tu nombre”.
Lo que domina esta oración inmediatamente después de la palabra de introducción
“Padre” es el honor de Dios; eso debe ser dominante. Lo primero que usted necesita decir
en su oración no es, “Estoy aquí para confesar lo que yo quiero. Estoy aquí para darte mis
planes”. No, “Estoy aquí para honrarte”.
El honor de nuestro Dios es dominante; no buscamos nada por encima de eso. Todo es
filtrado a través de eso. La primera petición establece la prioridad y acaba con todo el
egoísmo y todos los intereses personales. Y cuando usted dice, “Santificado sea tu
nombre”, no es como, “Vida larga para el Rey”; no es solo algún reconocimiento verbal. Y
no es algún tipo de palabra casual en términos religiosos. Cuando usted dice, “Santificado
sea tu nombre”, usted está expresando un respeto enorme, tan enorme que usted jamás
le diría algo a Dios que no exaltara la gloria de Él. Él es la razón de nuestra oración. Su
reino es, como veremos, el objeto de nuestra oración. Su nombre, Su gloria, ahí es donde
toda la oración comienza. Y después de todo, Romanos 11 dice, todas las cosas son por Él
y para Él. Entonces conforme vemos esa declaración, “Santificado sea tu nombre”,
hablemos simplemente de “nombre”, ¿qué significa eso?
En tiempos bíblicos el nombre representaba más que tan solo un título o una designación
mediante la cual una persona era llamada. Primero de Samuel 18:30 habla acerca de
David, “se hizo de mucha estima su nombre”. El nombre de una persona adopta la
reputación de esa persona, ¿verdad? Digo eso es verdad en su vida. Cuando alguien le da
a usted un nombre, usted afirma juicios acerca de esa persona en base a lo que usted
conoce acerca de la persona. El nombre básicamente es la entrada a todo lo que esa
persona es.
El nombre representa todo lo que es la persona, revelada. El nombre representa los
atributos personales, los atributos comunicables e incomunicables de la persona de la que
usted está hablando. El nombre de Dios representa Su naturaleza, lo que Él es, Sus
atributos, Su personalidad. De hecho, Su nombre es todo lo que Él es; esa es la razón por
la que el Salmo 9:10 dice, “En ti confiarán los que conocen tu nombre”. No es solo conocer
el nombre de Él en hebreo o en inglés, o en español, significa conocer lo que Él es, conocer
todo lo que está incluido en Su nombre.
Me encanta el Salmo 20, versículo 7: “Estos confían en carros, y aquéllos en caballos, mas
nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria”. Nosotros del nombre
de Jehová nuestro Dios tendremos memoria. Jesús en Juan 17:6 dijo esta afirmación tan
magnífica: “He manifestado”, Su oración al Padre, “He manifestado tu nombre a los
hombres que del mundo me diste”. ¿Qué quiso decir, con “He manifestado tu nombre”?
Les mostré Tu persona. Juan 1 dice que Jesús estaba lleno de gracia y verdad porque Él era
el unigénito del Padre. Él era Dios en carne humana. Todo lo que Jesús es está encerrado
en Su nombre. De hecho, Jesús reveló claramente a Dios. Su naturaleza verdadera era
Dios.
Entonces “nombre” no es un título, es el total de una persona. Y creo que eso incluso es
verdad en la vida. Como dije hace un momento, cuando usted dice el nombre de una
persona, ese nombre inmediatamente llega a usted como la encarnación de lo que usted
conoce de esa persona. Entonces así es como usted debe orar: “Padre, que Tu persona, lo
que Tú eres, Tu naturaleza, Tus atributos, Tu reputación, Tu ser sea santificado”.
Y los nombres mismos de Dios son muchos, ¿no es cierto? Yahweh, el tetragramaton, el
YO SOY; es el verbo “ser”: “YO SOY EL QUE SOY”. ¿Qué significa eso? El ser eterno no
creado, incambiable, auto existente, auto suficiente. Elohim, el nombre que lo reconoce
como Creador, y la tercera palabra en la Biblia en hebreo: “En el principio creó Dios”. El
Elyón, el cual lo encuentra en Génesis 14: el Dios Altísimo. Y está Jiré, Yahweh Jiré: el
Señor proveerá. Yahweh nissi: el Señor nuestra bandera. Rapha: el Señor que sana.
Shalom: el Señor nuestra paz. Raah: el Señor mi Pastor. Tsidkenu: el Señor mi justicia.
Sabaot: el Señor de los ejércitos. Shamah: el Señor está presente. Mekoddishkem: el
Señor que te santifica. Y después la palabra hermosa Adonai: Señor. Pero el nombre más
magnífico de Dios es este nombre: Señor Jesucristo. En Él todo lo que Dios es, es revelado.
Él es todo lo que Dios es, manifestado en la carne.
Entonces entendemos el nombre. Entonces decimos, “Padre, reconozco todo lo que Tú
eres, y pido que esa realidad sea santificada”. Cuando usted lee “santificado”, usted
piensa inmediatamente en algún artículo de la historia arcaica, antigua u oscura, con
moho, con polvo. Quizás pasillos viejos, enclaustrados, túnicas largas, cantos atroces.
“Santificado” podría aparecerse más en libros de Harry Potter de lo que aparece en su
vocabulario. Usted podría pensar en aureolas o música de duelo, mórbida y otras
tradiciones cansadas. Pero santificado es hagiazo, significa santo—santo, santo.
Entonces “Estoy viniendo a Tu presencia con una meta en mente, y esa es reconocer que
Tú eres Mi Padre amoroso; y Tú eres Dios la fuente, pero también eres el Dios que es
sagrado, y reconozco eso; me postro ante Tu santidad. Eres un tipo diferente de ser que
yo. Yo vengo a Tu perfección incomparable en reverencia y adoración”. Esta es una
protección contra el sentimentalismo. Demasiado Abba y no suficiente santificado se
desequilibra.
Cuando un judío llamaba a Dios, “Padre”, tradicionalmente, casi siempre en sus oraciones
inmediatamente después decían algo acerca de la majestad de Dios. Aquí están algunas de
sus oraciones: “Oh Señor, Padre, y gobernante de mi vida. Oh Señor, Padre, y Dios de mi
vida. Oh Padre, Rey de gran poder, Altísimo, Dios Todopoderoso”. Y después una serie de
oraciones, 18 oraciones llamada Shemoneh Esrei. Las 18 empezaban así: “Oh Padre, oh
Rey, oh Señor”. En los diez días de penitencia en el tiempo del Día de la Expiación, los
judíos oraban lo que era llamado el Avinu Malkeinu: “Padre nuestro, nuestro Rey. Padre
nuestro, nuestro Rey. Padre nuestro, nuestro Rey”. Y esa secuencia de oración repetía ese
dueto 44 veces, “Padre nuestro, nuestro Rey. Padre nuestro, nuestro Rey”. Ellos
reconocían, por lo menos hasta cierto punto, a Dios como un padre compasivo; pero
inmediatamente emparejaban eso con una declaración de Su soberanía total y absoluta.
Entonces santificar el nombre es apartar todo lo que es común, todo lo que es humano,
todo lo que es profano; reconocer a Dios y solo a Dios como santo. Para reconocer a Dios
y solo a Dios como Santo así es como usted ora. ¿Cómo es que usted santifica el nombre
de Dios? Al creer en Él. Al creer que Él es quien dice que es Él. Al creer que Él es el Dios y
Padre de nuestro Señor Jesucristo. Al adorarlo como Él es. Al agradecerle. Al someterse a
Su voluntad. Al glorificarlo. Al mostrarlo a través de la vida de usted. En toda manera
posible que usted reconozca la gloria soberana de Dios es una manera en la que usted
santifica Su nombre.
Y usted puede pasar mucho tiempo en esos primeros dos, ¿no es cierto? La oración debe
concentrarse en reconocer a Dios como la fuente. Y si usted conoce su Biblia, usted puede
repetir todo lo que la Escritura dice acerca de Él como la fuente de todo: Padre de las
luces, Aquel de quien vienen todas las cosas buenas. Usted puede pasar mucho tiempo en
Dios como sagrado, repitiéndole de regreso en su oración que usted reconoce Su
perfección absoluta, majestad, gloria, y santidad.
Ahora usted está listo para el tercer elemento: Dios como soberano. “Venga tu reino.
Venga tu reino”. Esto es tan obvio que realmente no necesita mucha explicación. Pero
aquí está nuestro Señor, preparando a estos discípulos para vivir y proclamar el evangelio
en una forma completamente hipócrita, corrupta, y apóstata de judaísmo, rodeados de un
mundo que no sabe nada de Él, nada en absoluto, nada acerca del Antiguo Testamento,
nada acerca del evangelio. ¿Cómo es posible que en algún punto van a avanzar ellos? Él
dice, “Aquí está una petición simple: Venga tu reino. Dios, haz lo que sea que extienda Tu
reino”. Ese es el corazón de la oración verdadera, ¿muy bien? Ese es el corazón de la
oración verdadera.
Eso es lo que deberíamos estar orando ahora, ¿verdad? Estamos hartos del reino de
Satanás. Estamos hartos del reino de las tinieblas. Pero ¿estamos orando porque venga Su
reino? El Talmud dijo que la oración en la que no hay mención del reino de Dios ni siquiera
es una oración. Eso era conocido teológicamente pero no implementado, como las
oraciones hipócritas eran en sí mismas y por sí mismas de reconocimiento personal y se
promovían a sí mismas.
Necesitamos orar porque Su reino venga. ¿Cómo viene Su reino? Bastante simple: un alma
a la vez. Su reino avanza un alma a la vez, un creyente a la vez. Eso es por lo que
necesitamos estar orando. Todas estas personas que se llaman a sí mismas cristianas, que
están enredadas en toda esta tontería social y convirtiendo a la gente en odiosos,
tratando de promover el reordenar la vida en un mundo caído al hacer discursos unos a
otros, deben cerrar sus bocas e ir delante de Dios y pedirle que traiga Su reino.
Dice usted, “¿Acaso Dios responderá esa oración?” Escuche, la iglesia es la respuesta a esa
oración. Este es Su reino. Y le voy a decir esto: En el último año y medio el Señor ha
extendido Su reino—ciertamente en este lugar. Mientras que todo lo demás parece estar
yendo en la dirección equivocada, este lugar definitivamente va en la dirección correcta.
Entonces la oración es, “Descienda tu reino. Que tu reino venga a la tierra. Trae tu reino”.
Lo cual significa, “Trae un avance del evangelio que trae salvación que edifica a la iglesia”,
porque la iglesia es donde el reino de Dios en la tierra es visto. Y esta es una oración que
necesitamos hacer con algo de impertinencia.
Usted nunca puede hacer una tregua con el mal. Mire, creemos fuertemente en la
soberanía de Dios, pero no hacemos una tregua con el mal. No solo nos sentamos y vemos
pasar lo que sea que pasa. Peleamos contra la maldad. Usted nunca puede ser indiferente
hacia la maldad de este mundo. Usted nunca puede ser indiferente hacia la condenación
eterna de almas perdidas. Usted nunca puede resignarse a alguna actitud pasiva, alguna
aceptación gris de la manera en la que están las cosas. Usted nunca puede dejar que su
claridad teológica se vuelva comodidad teológica y ahogue su celo por la intercesión que
clama a Dios porque revele Su poder salvador en el mundo.
Este tipo de oración es una rebelión. Usted debe rebelarse, rebelarse de esta manera:
David Wells dijo, “En esencia, rebelión—rebelión contra el mundo en su caída, el rechazo
absoluto e inmortal por aceptar como normal lo que es anormal de manera dominante.
Es, en este su aspecto negativo, el rechazo de todo interés, todo plan, toda interpretación
que se opone a la norma como fue establecida originalmente por Dios. Como tal, es en sí
misma una expresión del espacio insuperable que separa el bien del mal, la declaración de
que el mal no es una variación de Dios sino su antítesis”.
Nunca haremos una tregua con la maldad. Nunca rendiremos la postura bíblica de Dios.
Esa es la razón por la que Jesús dijo en Lucas 18:1, “Oren siempre y no desmayen”.
Necesitamos orar porque venga Su reino. J.I. Packer dijo, “La oración de un cristiano no es
un intento por forzar la mano de Dios, sino un reconocimiento humilde de inutilidad y
dependencia”. Y yo añadiría que incluso es más que eso: es un acto de fe que cree que
Dios opera mediante nuestras oraciones.
Entonces hemos cubierto esto: Hemos visto a Dios como fuente, a Dios como sagrado;
hemos visto a Dios como soberano. Y después de establecer todo eso, en cierta manera
llegamos a nosotros, versículo 3: Dios como proveedor. “El pan nuestro de cada día,
dánoslo hoy”. No es, “Hazme rico”. Vamos de la majestad de Dios a la necesidad del
hombre. Las dos esferas son contiguas. La idea entera de traer Su majestad a la tierra
necesita que Su iglesia esté viva. ¿Podemos hacerlo tan simple como eso? “Mantenme
vivo para que pueda dar testimonio de la verdad del evangelio. Susténtame para que
pueda dar testimonio de Tu nombre y Tu gloria”. El Señor promete satisfacer toda
necesidad, toda necesidad.
“No os afanéis”, dice Él en el Sermón del Monte, “qué habéis de comer o beber. Sé que
tienen necesidad de eso; voy a encargarme de eso. Voy a sustentar su vida, porque no
puedo extender Mi reino si están muertos”. Esa es la razón por la que Pablo dijo, “Mucho
mejor partir y estar con Cristo, pero necesito quedarme por causa de ustedes”. Entonces
no debemos estar llegando al punto en el que comenzamos a decirnos unos a otros, “Las
cosas están tan mal, vamos al cielo”. No, las cosas no están tan mal, rebelemos todos
espiritualmente. Nunca hagamos una tregua con el mal; oremos porque venga el reino y
proclamemos el evangelio de salvación.
Y eso lleva al siguiente. Vemos a Dios como fuente, sagrado, proveedor soberano, y
después a Dios como Salvador. Versículo 4, “Y perdónanos nuestros pecados, porque
también nosotros perdonamos a todos los que nos deben”. Perdónanos nuestros pecados.
El pecado es una violación de la ley de Dios. El pecado es un crimen que incurre en
culpabilidad. El pecado merece castigo, y ese castigo es infierno eterno, a menos de que
usted se haya vuelto al Salvador, el Señor Jesucristo, quien ha provisto perdón a aquellos
que creen en Él. Entonces cuando usted llega a usted, realmente está orando, de manera
muy simple, “Mantenme vivo, y muestra el poder del perdón en mi vida”.
¿Cómo ve usted eso? Usted ve el poder del perdón de Él en mi vida por mi perdón hacia
otros. Jesús dio una parábola, se acuerda, atrás en Mateo de un hombre al que se le
perdonó una deuda impagable, y salió y estranguló a alguien que le debía una cantidad
modesta. Jesús estaba enfurecido en la parábola.
Usted muestra que usted ha sido perdonado al perdonar. Esto, Jesús lo hizo
maravillosamente claro en el Sermón del Monte. Escuche Mateo 6:12, “Perdónanos
nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”. Después
abajo en el versículo 14, “Si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a
vosotros vuestro Padre celestial; más si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco
vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas”. Eso es bastante directo.
¿Quiere ser perdonado? ¿Quiere tener borrón y cuenta nueva con Dios, incluso como
creyente? ¿Quiere asegurarse de que su cuenta está bien con Dios? ¿Quiere ser
perdonado? Entonces sea usted un perdonador. La religión falsa que está siendo
promovida en nuestro mundo que no quiere proveer perdón, nada más que venganza,
violencia, represalia, odio, es tan anticristiana como puede ser. Usted se presenta como
cristiano cuando usted perdona, cuando usted perdona; y usted muestra que Dios es un
Salvador. Si usted no perdona, usted no está siendo perdonado. Usted está en pecado.
Entonces ¿cómo ora usted? Usted ora a Dios como fuente, usted ora a Dios como sagrado,
como soberano, como proveedor, como Salvador; y una final, una nota hermosa, usted
ora a Dios como seguridad: “No nos metas en tentación”. Esto afirma lo que Dios ya ha
declarado: Él es santo. Él no tienta a nadie, a nadie. La Escritura es abundantemente clara
en eso.
Santiago 1:13, “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios;
porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es
tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido”. Dios no tienta.
Decimos, “Dios, danos pan”, y Dios dice, “Te voy a dar pan, hago esa promesa”. Decimos,
“Dios, perdona mis pecados”, y Dios dice, “Te he perdonado todos tus pecados en Cristo,
en el sentido amplio, y continuaré perdonando tus pecados, lavando tus pies”—en el
sentido de Juan 13—“si perdonas a otros”. Y Dios dice, “Créeme; nunca te metería en
tentación”.
Entonces usted está orando, que Dios sea Dios. “Protégenos de pruebas que podrían
volverse tentación”, sería la idea. Y Dios promete eso: “No os ha sobrevenido ninguna
tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo
que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que
podáis soportar”, 1 de Corintios 10:13. Dios lo va a mantener vivo a usted; Dios va a seguir
perdonando sus pecados, lavando sus pies, por así decirlo, mientras que usted esté
perdonando a todos los demás. Y Él nunca, nunca lo colocará a usted en una tentación en
la que una prueba va a llevar directamente a una tentación; Él siempre da una salida.
Entonces, cuando usted ore, ore de esta manera, “Lo único que pido para mí es vida,
perdón, y santidad, lo demás te lo dejo a Ti, para que Tu nombre sea santificado y Tu reino
venga”. Ore de esta manera. Juan 14:13 dice, “Todo lo que pidiereis al Padre en mi
nombre, lo haré. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré”. ¿Entiende ahora lo que eso
significa? Cualquier cosa consistente con lo que Él ha prometido (las últimas tres),
consistentes con quién es Él (las primeras peticiones). Y podemos concluirlo con las
palabras de Santiago: No tenéis porque, ¿qué? No pedís”.
Simplemente acordemos empezar a orar porque venga el reino, ¿verdad? No estemos
orando por una salida. Que nuestras oraciones sean esto: “Padre, reconocemos Tu
soberanía absoluta. Reconocemos que Tú eres la fuente de todo lo que es bueno.
Reconocemos que Tú eres santo—eso significa que nunca haces algo mal y nunca cometes
un error. Queremos que Tu nombre sea santificado. Queremos que Tú extiendas Tu reino
mediante el evangelio, un alma a la vez. Queremos que nos mantengas vivos para que
podamos ser útiles. Queremos que nos llenes de gratitud que produce perdón para todos
los que nos llegan a ofender, para que podamos demostrar Tu perdón. Y queremos que
siempre nos muestres el camino a través de una prueba para que no termine como una
tentación”. Así es como usted debe orar. Así es como usted debe orar. “Si usted ora de esa
manera, pida cualquier cosa”, dice Él, “lo haré por causa de Mi nombre”.
Padre, te agradecemos otra vez por Tu Palabra. Tanta gente frustrada, algunos de ellos
cristianos profesantes, tratando de entender cómo arreglar el mundo. Lo último en lo que
piensan es en la oración. Aquí estamos en medio del paganismo. Como Israel en la tierra
de Canaán, como la primera iglesia en medio del Imperio romano, somos esta pequeña
isla en un mar de podredumbre dirigido por el diablo—el mismo diablo que dirigió todos
los problemas en el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento—y sus sirvientes eternos,
los demonios. Y estamos peleando por sobrevivir. Pero nuestra rebelión no es política; no
es una estrategia de sociología; no es económica. Nuestra batalla es peleada delante de Tu
trono en oración. Proclamamos Tu verdad, y oramos porque venga Tu reino. Exáltate a Ti
mismo. Glorifícate a Ti mismo. Trae Tu reino, y en Tu tiempo, trae a Tu Rey, Jesús, de
regreso a establecer un reino de justicia y santidad.
Hasta ese entonces, que consideremos el honor más alto ser ciudadanos del reino—estar
entre aquellos que conocen Tu nombre, y que son conocidos por Ti, ser aquellos cuyas
vidas Tú sustentas por causa de Tu reino, ser los que demuestran cómo se ve el perdón
porque ese es el corazón del evangelio. ¿Cómo podemos hablar de un Dios perdonador,
decir que pertenecemos a Él, y no tener perdón? Esta es una mentira que es tan obvia que
hace que el evangelio se vea ridículo.
Y Señor ayúdanos a vivir vidas enfrentando pruebas, pero nunca dejando que esas
pruebas nos tienten a desconfiar de Ti. Muéstranos la manera de atravesarlas y la manera
de salir; fortalécenos mediante esas pruebas. Padre, trae Tu reino. Para Tu gloria oramos.
Amén.
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Elementos de la oración verdadera, 1ª Parte


Escritura: Daniel 9:1–3

Código 27–21
John MacArthur
Oremos para nuestro estudio de la Palabra de Dios en esta noche. Padre, gracias de nuevo
por la emoción que entra en nuestros corazones conforme nos reunimos sabiendo que
podemos cantar Tu alabanza y podemos servir a Tu congregación y podemos oírte hablar
a través de Tu Palabra. Llénanos con gran gozo y entonces, bendice ahora conforme te
escuchamos a Ti hablar. Y que de hecho seas Tú; y no una voz humana. Y te
agradeceremos en el nombre de Cristo. Amén.
Daniel 9 es nuestro capítulo para esta noche; y no creo que vayamos a terminar todo lo
que el Señor ha puesto en mi corazón para que les diga acerca de los primeros 19
versículos, pero vamos a comenzar en esta noche y, si el Señor quiere, lo terminaremos la
próxima noche del Día del Señor. Daniel, capítulo 9. No voy a tomar el tiempo para leer los
primeros 19 versículos porque haremos eso conforme avanzamos en el estudio. En cierta
manera, quería abrirlo a ustedes como una flor, sin quitarle nada de su majestad antes de
que usted entienda el flujo conforme se desarrolla. Y entonces, vamos a explicarlo
conforme vamos avanzando.
Realmente, creo que el Espíritu de Dios gobierna la manera en la que la Palabra de Dios es
traída al pueblo de Dios. Yo creo que Dios tiene control de ese tipo de cosas. La gente me
pregunta todo el tiempo cómo sé de qué predicar. Yo les digo bueno, simplemente paso
tiempo en oración y escucho al Espíritu de Dios y trato de evaluar en dónde está la iglesia
y conforme el Señor parece abrir mi entendimiento, se vuelve bastante claro lo que debo
enseñar. Es más bien subjetivo y realmente está bajo la dirección del Espíritu de Dios
conforme Él guía. Y no tengo duda en mi mente de que Dios nos guía en el estudio de esas
cosas que estudiamos.
Ahora, no hace muchas semanas atrás, estuvimos pasando gran parte cantidad de tiempo
estudiando la oración de los discípulos en Mateo 6; 9 y siguientes. Y estudiamos eso
actualmente por 12 semanas. Y no sé si usted se acuerda, pero estuvimos dos semanas en
lo que es conocido como la oración del Señor. Pasamos una cantidad tremenda de tiempo
estudiando eso.
El domingo pasado por la mañana estuvimos estudiando otro elemento de la oración del
capítulo 7 de Mateo donde decía ‘pedid y se os dará, buscad y hallareis, llamad y se os
abrirá.’ Y aquí estamos de nuevo en esta noche regresando al mismo tema de la oración.
No creo que eso sea un accidente. Creo que es por diseño divino para reforzarlo. No creo
que podemos subestimar la necesidad y el valor de la oración. Y creo que entre más
tiempo estudiamos la Palabra de Dios, más vamos a regresar a este tema porque se repite
a lo largo de las Escrituras.
Y francamente, creo que Daniel, capítulo 9, versículos 1 al 19 quizás sea el más grande
pasaje del Antiguo Testamento acerca de la oración. Y no quiero decir con esto que nos de
instrucción acerca de cómo orar, sino que más bien ejemplifica lo que realmente es la
oración de una manera majestuosa y maravillosa. Podría haber otros capítulos que son
equivalentes al mismo, pero no sé si haya alguno que lo sobrepase. No nos enseña acerca
de la oración mediante preceptos, nos enseña acerca de la oración al permitirnos ver a
alguien que está orando y es la mejor manera de aprender, creo yo.
Y entonces, lo que quiero que haga es que junto con la oración modelo que encontramos
aquí, la coloque al lado de la oración modelo del Señor Jesús en Mateo capítulo 6 y vea
cómo las dos se unen en su manera de pensar y refuercen lo que el Espíritu de Dios le ha
enseñado ya en esa serie. Y por cierto, eso pronto va a ser presentado en una serie
especial de cintas y debe ser parte medular de la biblioteca de todo cristiano, en donde
usted pueda regresar a eso de manera periódica para oír una vez más lo que caracteriza la
vida de oración de un cristiano.
Ahora Daniel, como usted bien sabe, si usted ha estudiado al hombre y al libro, ha
presentado para nosotros un estándar de excelencia espiritual en casi toda área
concebible. Conforme estudiamos particularmente los primeros capítulos de este
maravilloso libro, estuvimos muy conscientes de que Daniel era un hombre sorprendente.
El nivel de su compromiso y dedicación son excepcionales inclusive comparados con los
mejores hombres. Él estaba de hombros arriba por encima de todos los que le rodeaban,
inclusive los más comprometidos, sus tres amigos, Sadrac, Mesac y Abed-negó.
Simplemente había algo acerca de Daniel que estaba de hombros arriba por encima del
resto de los hombres. Y él nos ha ejemplificado un estándar de excelencia espiritual en
tantas áreas que no nos debe sorprender que fuera un ejemplo para nosotros en el área
también de la oración. Que él presente para nosotros un patrón y estándar y ejemplo; y él
así lo ha hecho en otras áreas de su vida.
Simplemente para recordarle, por ejemplo, lo hemos visto como un ejemplo de un
hombre que no hace concesiones, valiente, lleno de fe, no egoísta, humilde,
completamente resistente al mundo que lo rodeaba, persistente en su compromiso. Lo
hemos visto como un hombre santo, incorruptible, coherente en su estilo de vida. Digno
de confianza, virtuoso, obediente, lleno de adoración; y ahora encontramos, como vimos
en el capítulo 6, que él es un hombre de oración. Y él es un hombre que oración a tal
grado que usted recordará en el capítulo 6 que no iba a dejar de adorar aunque eso
significara que él iba ser arrojado al foso de leones. Él era un hombre de oración.
Y especialmente en la oración del capítulo 9 nos ejemplifica que él fue un hombre con un
sentido muy profundo de su pecaminosidad. Un sentido muy profundo de pecaminosidad.
Un hombre sorprendente; y sin embargo, no tan sorprendente porque él era un hombre
como cualquier otro hombre, nada más que él estaba totalmente entregado a Dios,
comprometido con Dios desde su juventud. Y esa es una alternativa que se le ofreció a
todo el mundo.
Ahora, en este capítulo, capítulo 9, Daniel ora. Y conforme examinamos su oración,
encontramos en ella los verdaderos elementos de la verdadera oración intercesora. Es un
mensaje que puede presentarse de manera independiente del libro de Daniel como si
fuera un tratado de la oración en sí misma. Sin embargo, está ligado a la totalidad del libro
y el contexto en su totalidad. Y permítame mostrarle cómo.
En primer lugar, hay un contexto bíblico y quiero que lo vea. Daniel, capítulo 9 incluye una
oración y su respuesta. La oración es una oración acerca de los 70 años. La oración es una
oración acerca de 70 años. La respuesta es una respuesta que tiene que ver con 70
semanas de años. La oración es una oración que busca restauración. Y la respuesta es la
respuesta de la restauración definitiva en la venida del Mesías.
Entonces, el capítulo está dividido en dos partes. La oración y su respuesta. Y mientras que
la oración ocurrió en un punto en el tiempo, un día en la vida de Daniel, la respuesta se
extiende al Reino de Cristo. Y creo que Dios respondió de una manera tan magnánima por
la gran virtud del hombre que oró. La mayoría de la gente que cuando va a estudiar
Daniel, capítulo 9 se va directamente a las profecías de las 70 semanas. Ahí hay una
profecía que habla que desde la reconstrucción de la ciudad hasta la llegada del Mesías
habrá un cierto período de tiempo; y a continuación de eso, habrá otro período de siete
años de tiempo y después el Mesías, el Príncipe, vendrá.
Y entonces, la gran profecía mesiánica ocupa la atención de la mayoría de la gente que
estudia el capítulo 9 de Daniel. Pero eso es desafortunado, en cierta manera, porque ésa
es la única respuesta a la oración; y la oración es el enfoque primordial del capítulo. De
hecho, se usa dos veces más versículos a la oración que a su respuesta. La profecía es
importante, pero no puede sustituir a la oración. Dios nunca nos llama ser tan
especulativos o a estar tan apegados al futuro que perdamos de vista el presente. Ésa es la
esencia de la importancia de la oración.
Ahora, Dios ya le ha dado a Daniel el panorama profético completo de la historia gentil.
Pero en este capítulo, le da el futuro de la historia de Israel y entonces, este hombre, en el
Antiguo Testamento, recibe por el Espíritu de Dios el entendimiento de todo el panorama
de la historia gentil y el clímax grande y glorioso de la historia judía también. Él ya ha oído
que Israel va a sufrir. Sufrirá durante el tiempo del dominio gentil. Jerusalén va a ser
pisada. Que Antíoco Epífanes y el anticristo vendrán y matarán al pueblo; y ahora, el
resultado final de eso no va a ser negativo sino positivo, ya que en últimas, el príncipe
vendrá y establecerá Su Reino. Y entonces, a Daniel se le da el panorama de la historia
gentil y en últimas, lo que Dios va a hacer también con Israel. Y eso llega aquí a la
consumación en el capítulo 9.
Aquí hay un flujo, ya que al final del capítulo 8 encontramos que Daniel al final del
versículo 27 estaba enfermo y estaba sorprendido ante lo que vio. Viendo el panorama
terrible de la historia gentil, la opresión terrible del pueblo de Israel, lo hizo enfermarse y
desmayarse. Físicamente estaba llevando una carga que simplemente era muy difícil para
él de llevar e hizo que se colapsara; y conforme usted entra al capítulo 9 desde el punto de
vista de extremidad física, él llega a un punto de gran compasión espiritual. Es su
quebrantamiento por lo que le sucederá a Israel tal como se indica en el capítulo 8 que
hace que el capítulo 9 fluya tan fácilmente siguiendo al capítulo 8, porque aquí él
comienza a orar a favor de Israel. Sabiendo lo que pasará, la oración fluye. Y quizás esa es
la razón por la que el Espíritu de Dios ha colocado al capítulo 9 después del capítulo 8.
Ahora, veamos no sólo el contexto bíblico sino el histórico. El versículo 1 nos da ese
contexto. “En el año primero de Darío, hijo de Asuero, de la nación de los medos, que vino
a ser rey sobre el reino de los caldeos.” Ahora, esto nos dice cuándo es que los
acontecimientos del capítulo 9 ocurrieron y que ocurrieron en el primer año de Darío. Es
el mismo Darío del capítulo 6. Y debido a que éste es el primer año de Darío, de nuevo,
realmente nos está llevando de regreso al mismo tiempo del capítulo 6. Esto debió haber
sucedido alrededor del mismo tiempo de la experiencia del foso de los leones. Entonces,
la vida de oración de Daniel aquí habría estado conectada en el tiempo al tipo de tema por
el que estaba orando en el capítulo 6 frente a un desastre potencial. E inclusive, perdiendo
su vida en el foso de los leones. Esto, nuevamente, es en el primer año de Darío y fue al
mismo tiempo de la experiencia en el foso de los leones.
Ahora, simplemente como comentario al margen, Darío es un nombre, que, como le
mencioné cuando estudiamos el capítulo 6, probablemente es otro nombre para Ciro, el
primer gran monarca del Imperio Medio Persa. El Imperio Babilónico terminó en el
capítulo 5 con una fiesta terrible de Belsasar, una orgía de borrachos, usted recuerda, y en
ese momento, salió una mano que escribió en la pared. “Has sido pesado en balanza, y
fuiste hallado falto de peso. Tu reino ha sido roto, y dado a los medos y a los persas…
Aquella misma noche fue muerto Belsasar, rey de los caldeos.” Los medos y los persas
vinieron, establecieron su reino y la primera fase del poder gentil terminó y la segunda
fase entró, el Imperio Medo Persa. Y fue gobernado por Ciro. Darío es un título y podría
ser traducido ‘el que detiene el cetro’. Y simplemente podría ser un título como rey o
monarca o Faraón o soberano o algo así. Y esa es probablemente la mejor manera de
explicarlo. Nos dice que Darío fue el hijo de Asuero, pero hay tantos reyes en el tiempo de
los medo persas, quienes llevaban el nombre de Asuero, era un hombre tan común, que
realmente no tenemos idea de quién era esta persona. Nos dice también que fue de la
simiente de los medos y si Ciro está en mente, Ciro fue persa, pero como gobernante del
Imperio Medo Persa, se le dio estatus como si él también fuera de la descendencia de los
medos. En otras palabras, aparentemente, al gobernar al Imperio Medo Persa, él podía
reclamar que descendía tanto de los medos como de los persas; y por lo tanto, se podía
presentar a sí mismo ante ambos grupos de personas quienes estaban amalgamados en el
Imperio. Y después, dice finalmente en el versículo 1, que él fue hecho rey sobre el reino
de los caldeos. La esfera de los caldeos sería el territorio de Babilonia antigua.
Entonces, los medos y los persas tenían su área; y cuando conquistaron a Babilonia, se
apoderaron del área de los babilónicos o los caldeos. El gobernante entonces asumió su
descendencia, su identidad tanto de los medos como de los persas; y esto para que fuera
aceptable a ambos; y éste es el individuo que conocemos quizás mejor entendido como
Ciro, el primer gobernante. Ahora, las fechas de este hombre varían del año 536 a. C. al
539 a. C., alrededor de ese tiempo Daniel habrá tenido unos 80 años de edad o un poco
más. Entonces, él ya ha vivido por un tiempo. Cuando llegó a la tierra, llegó como un
adolescente, ¿no es cierto? Si él llegó a las 14 o 15 años de edad, él habría estado ahí
durante 65 años o más; algunos dicen 67 años de edad ya para ese entonces habría estado
en ese lugar de cautividad.
Daniel era famoso, a pesar de que el Imperio Babilónico ya había desaparecido. Daniel
todavía mantenía su posición en el palacio. Los medos y los persas habían oído de este
hombre sorprendente que podía interpretar sueños, este hombre sorprendente quien en
esa misma experiencia en el foso de los leones había podido soportar la ferocidad de
bestias salvajes; ese hombre increíble. No hay duda en mi mente que los medos y los
persas entendían la virtud de este hombre; y como un hombre de grandes años, él habrá
sido un hombre de gran sabiduría, la sabiduría que sólo el tiempo puede traer y añadir a
aquello que viene de la ley de Dios.
Y entonces, Daniel fue un instrumento especial de Dios durante el primer año de Darío.
Observe el versículo 2 por un momento. “En el año primero de su reinado, yo, Daniel, miré
atentamente en los libros,” los libros, no un libro, “sagrados el número de los años de que
habló Jehová al profeta Jeremías, que habían de cumplirse sobre las ruinas de Jerusalén:
setenta años.” Ahora, Daniel, que tiene un poco más de 80 años, ha estado en la tierra 65
a 67 o 68 años, está haciendo todo lo que todo hombre de Dios hace. Está leyendo la
Palabra de Dios.
Simplemente porque él recibió de revelación divina, simplemente porque él fue un
instrumento a través del cual Dios reveló eventos futuros, no hizo a un lado la
responsabilidad que tenía de ser un estudiante de la Palabra de Dios. Nada quita esa
responsabilidad, nada. Y entonces, él estaba involucrado en la lectura de los libros. Ahora,
es aparente por ésta declaración aquí que los judíos en el exilio en Babilonia - y habían
estado en el exilio ahí durante todos estos años - sin duda alguna habían traído rollos de la
ley del Antiguo Testamento y los escritos y los profetas, los cuales ellos habían recopilado
para constituir los libros del Antiguo Testamento o los libros de Dios. Y quizás habían sido
copiados por ciertos escribas en el exilio y fueron hechos disponibles. Y sin duda alguna,
Daniel tenía un juego de estos libros y entre otras cosas, incluya los libros de Jeremías. Y
Jeremías escribió dos libros. Jeremías y Lamentaciones. Todo lo que usted tiene que hacer
es recordar que él era el profeta llorón y eso es lo que Lamentaciones significa. Y
entonces, usted recordará que Jeremías había profetizado antes de la cautividad y Dios le
había dicho a Jeremías que escribiera su profecía. Él lo hizo una vez y fue destruida; y
entonces, lo tuvo que reescribir una segunda vez y él dice esto en su propia profecía. Y
entonces, la escritura de Jeremías estaría disponible a Daniel. Ahora, conforme él estaba
leyendo Jeremías, sin ninguna duda, él estaba leyendo dos pasajes. Permítame
mostrárselos.
Jeremías 25:11 y 12. Son fascinantes. Él estaba leyendo Jeremías y él leyó esto: “Toda esta
tierra será puesta en ruinas y en espanto;” hablando de la tierra de Judá. “Y servirán estas
naciones al rey de Babilonia setenta años. Y cuando sean cumplidos los setenta años,
castigaré al rey de Babilonia y a la nación por su maldad, ha dicho Jehová, y a la tierra de
los caldeos; y la convertiré en desiertos para siempre.” Y él estaba leyendo y dijo: “Dios
dice que la desolación de Jerusalén debe durar 70 años.” Ahora, él estaba leyendo eso o
estaba leyendo el capítulo 29.
Porque en el capítulo 29 y el versículo 10 usted encuentra la misma profecía. “Porque así
dice Jehová: Cuando a Babilonia se le cumplan setenta años, Yo os visitaré, y realizaré
sobre vosotros mi favorable promesa de haceros volver a este lugar.” Ustedes entienden
lo que está pasando. Daniel está leyendo esta profecía y él cree, sin ningún lugar a dudas,
que esta es la Palabra inspirada de Dios. Y de hecho, lo era. Y él hace el descubrimiento
tremendo que 70 años están determinados para la cautividad; y usted no tiene que ser un
genio en matemáticas para entender que él ya sabía eso, que él ya había estado ahí por lo
menos 65 a 68 años.
Él había anhelado el fin de la cautividad de Judá. Él había anhelado ver al pueblo de Dios
restaurado en su tierra y él sabía que esto ya estaba casi terminando. Tenía que estar casi
terminando. Digo, si el Señor comenzó en el 605 a. C. cuando él fue llevado cautivo y ya
habían pasado casi 70 años. Y el Señor comenzó en el 597 a. C., la segunda gran
deportación, estaba bastante cerca. Y si el Señor comenzó en el año 586 a. C., todavía falta
un poco más, pero se estaba acercando.
Y Daniel sabía que iba a terminar a los 70 años o casi 70 años. Él simplemente no sabía
cuándo iba a comenzar. En la primera deportación cuando él fue llevado, en la segunda
deportación o en la tercera, cuando la ciudad finalmente fue totalmente saqueada. Él
realmente no lo sabía, pero comenzó a percibir en su corazón que estaba cerca ya el
tiempo de la restauración del pueblo de Judá a su tierra. Y ese descubrimiento maravilloso
y emocionante es el contexto de la oración de Daniel. Y es una verdad tremenda que
queremos ver conforme avanzamos y estudiamos esta oración.
Daniel entendió la Palabra de Dios y comenzó a orar. Ahora, quiero mostrarle una cosa
más. Le he dado el contexto bíblico de cómo encaja en el libro de Daniel. El contexto
histórico, cómo encaja en el contexto de la historia. Y otra cosa es el contexto espiritual.
Quiero que vea algo de la actitud del corazón de Daniel Conforme él viene delante de
Dios. Y lo único que necesito decir acerca de esto está en los versículos 3 y 4. “Y volví mi
rostro al Señor Dios, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza. Y oré a
Jehová, mi Dios, y le hice esta confesión: ¡Ah, Señor, Dios grande, digno de ser temido…”
Ahora, ¿qué es lo que usted ve aquí acerca de su actitud? ¿Qué es lo que ve acerca del
contexto espiritual? En primer lugar, en el versículo 3, veo humildad. En el versículo 4, veo
confesión; y en el versículo 4, veo reverencia. Humildad, confesión y reverencia, ésa es la
actitud a apropiada de la oración. Usted llega con ese tipo de corazón a buscar a Dios. La
carga de su oración era su propia pecaminosidad y la majestad de Dios grande y
asombrosa. Ahora, conforme usted ve el contexto bíblico, histórico y espiritual quiero que
vea la oración misma. Y conforme avanzamos, vamos a ver una pequeña lista de ocho
cosas. Veremos cuántas podemos cubrir en esta noche. Eso nos habla de la naturaleza de
la verdadera oración intercesora y amados, estos son principios que usted puede escribir
en su Biblia en algún lugar. Principios que puede escribir en una hoja de papel y recordar y
memorizar. Escríbalos en el margen y recuerde que éstos son los elementos de la oración.
Son atemporales. Son válidos a lo largo de las épocas para gobernar y guiar nuestra
comunión con Dios.
Número uno, la oración es en respuesta a la Palabra de Dios. La oración es en respuesta a
la Palabra de Dios. Eso para mí es la primera realidad asombrosa que me impactó
conforme estudié este pasaje. Versículo 2 de nuevo, “En el año primero de su reinado, yo,
Daniel, miré atentamente en los libros sagrados el número de los años de que habló
Jehová al profeta Jeremías, que habían de cumplirse sobre las ruinas de Jerusalén: setenta
años.” La oración de Daniel nació de un entendimiento de la Palabra de Dios. Esa es la
razón por la que he dicho tantas veces que es lo más importante estudiar la Palabra de
Dios y la oración sigue a eso. Porque a menos de que entendamos la Palabra de Dios, no
entendemos los propósitos y los planes de Dios para gobernar y guiar nuestras oraciones.
Fue cuando Daniel vio el plan que él comenzó la oración. Fue cuando Daniel percibió lo
que Dios tenía en mente que él comenzó a tener comunión con Dios. De hecho, estoy
seguro de que Daniel inclusive creyó que su oración era un elemento en el cumplimiento
de la Palabra de Dios misma.
Ahora, por un lado, él reconoció con certeza el propósito divino. Daniel creyó de manera
total y absoluta y completa en la soberanía de Dios. Daniel creyó que esto, la escritura de
Jeremías dice, que estaba la Palabra del Señor y él sabía que nunca sería alterada. Nunca
será cambiada. Dios cumplirá Su Palabra. Sin embargo, Daniel oró. Ahora, la razón
humana diría esto: ‘Oye, estás leyendo a lo largo de Jeremías y cuando lo lees, serán 70
años. Y Dios siempre cumple Su Palabra, ¿verdad?’ Entonces tu respuesta sería: ‘¿para qué
orar? ¿Para qué orar? Es claro. 70 años, se acabó. ¿Para qué estamos orando?’ Ahora, esa
es la respuesta típica de la razón humana. No tiene sentido. Pero esa no es la respuesta de
Daniel. Aunque no tengamos entendimiento de la relación de la oración a nivel humano
con la soberanía a nivel divino, Daniel de alguna manera sintió la responsabilidad; y ese
realmente es el punto. No sé, nunca entenderé la relación entre Dios y el hombre. No lo
entiendo a ningún nivel. No entiendo cómo Dios puede operar con el hombre en algo. No
entiendo cómo Dios puede escribir la Biblia y los hombres pueden ser usados como
instrumentos. No entiendo cómo Dios puede convertirse en hombre y Dios al mismo
tiempo. No entiendo cómo puedo yo ser salvo por mi propia decisión y sin embargo, es la
voluntad soberana desde antes de la fundación del mundo. No entiendo cómo Dios puede
llevar a cabo Su obra soberana y mis oraciones tienen una parte, pero no es para mí
entender eso. Pero cuando Dios leyó el plan de Dios, en lugar de volverse fatalista al
respecto y cerrar el libro o cerrar el rollo y decir ‘bueno, ahí está, ya casi se acaba, quiero
sentarme en mi mecedora’. Inmediatamente, cayó de rodillas en quebrantamiento y
penitencia y clamó a Dios en cilicio y cenizas en favor de su pueblo. Que Dios lo hiciera.
¿Sabe cuál es la petición de su oración? Él nunca presenta su petición hasta el versículo
19. ¿Y sabe cuál es? Una palabra. Haz. ¿La ve ahí? Haz y no hagas. Eso es lo que ‘no te
tardes’ significa. Hazlo y no lo hagas.
Ahora dice usted, ¿por qué estás orando? Digo, Dios va a hacerlo. Bueno, Daniel no está
interesado en ser un teólogo que razona de manera lógica humana. Él simplemente está
derramando su corazón. Usted preguntará por qué. Permítame decirle por qué. Usted
sabe que debemos orar cuando descubrimos cuáles son los propósitos de Dios en Su
Palabra. Y no es porque Dios necesite nuestras oraciones para hacerlo, sino porque
necesitamos alinearnos con las causas de Dios. La oración es para nosotros, es para
nosotros. Alineamos nuestros corazones con Sus causas. Vemos nuestra pecaminosidad.
Vemos la necesidad de Su gracia y poder y nos sometemos a Su plan. Entonces, la oración
y la Palabra están ligadas de manera inseparable. No creo que usted pueda orar de
manera apropiada a menos de que este en la Palabra de Dios. Permítame ilustrárselo. El
Salmo más largo, el Salmo 119 expresa esto por lo menos en tres versículos. Permítame
simplemente leérselos y después veremos otras Escrituras. Salmo 119:24, ‘Tus testimonios
son mi delicia y mis consejeros. Tus testimonios son mi delicia y mis consejeros.’
En otras palabras, cuando leo Tu Palabra, Tus testimonios se vuelven el consejero. Se
vuelven aquello que instruye mi mente. Y eso es totalmente necesario. Vaya el versículo
99 del mismo Salmo. ‘Tengo más entendimiento que todos mis maestros porque Tus
testimonios son mi meditación.’ Entiendo más que los viejos porque guardo Tus
preceptos. En otras palabras, el salmista simplemente está diciendo ‘si quiero entrar en
Tus planes, si quiero entender Tus preceptos, tengo que comprometerme con Tu Palabra.’
Y después, en la oración. No es porque Dios también lo que va a hacer. Es porque estoy
identificándome a mí mismo con Sus planes. La oración y la Palabra están ligadas de
manera inseparable. Porque no puede orar con inteligencia acerca de Sus planes hacer a
menos de que entienda lo que dice Su Palabra. Pienso en el apóstol Juan. Jesús le dice en
el capítulo 22 de Apocalipsis: “He aquí, vengo pronto. Y usted sabe lo que Juan hace. Él
ora. Él dice ‘ven, Señor Jesús.’ Usted dirá ‘Juan, eso es tonto, Él dijo que viene, ¿por qué
estas orando?’ Y Juan va a decir ‘porque me estoy identificando con la necesidad de que Él
venga.’
Es un punto de identificación con el propósito y el plan de Dios. La lectura de la Palabra y
la oración van de la mano de manera maravillosa y hermosa en los libros de Esdras y
Nehemías. Y vale la pena ver por un momento Esdras capítulo 9, versículo 4: “Y se me
juntaron todos los que temían las palabras del Dios de Israel, a causa de la prevaricación
de los del cautiverio;” Hombre, cuando sacaron la ley de Dios y la leyeron, la gente
comenzó a sacudirse, a temblar. Y todos los que temblaban ante el Dios de Israel, dice
Esdras 9:4, “mas yo estuve muy angustiado hasta la hora del sacrificio de la tarde.” Ahora,
cuando el pueblo regresó a la tierra, ellos vinieron bajo el liderazgo de Esdras y Nehemías.
Y cuando comenzaron a leer la Palabra de Dios y el pueblo comenzó a oír lo que los llevó a
ese cautiverio en el principio, hombre, comenzaron a sacudirse.
Y entonces, leyeron la Palabra de Dios y después dice el versículo 5: “Y a la hora del
sacrificio de la tarde me levanté de mi aflicción, y habiendo rasgado mi vestido y mi
manto, me postré de rodillas, y extendí mis manos a Jehová mi Dios, y dije: Dios mío,” y
después, él entra en una oración que es una oración como toda verdadera oración es. Que
nace de la comprensión de los estándares y los planes y los principios y los preceptos de
Dios como son revelados en Su Palabra.
Usted encuentra en Nehemías capítulo 8 una situación semejante. Todo el pueblo se
congregó a sí mismo ante la puerta llamada la puerta de las aguas y hablaron a Esdras el
escriba y le pidieron que trajera el libro de la ley de Moisés; y leyó de él frente a la calle. Y
leyó desde la mañana hasta el mediodía. E inclusive le hicieron un púlpito, un podio en el
versículo 5; y él abrió el libro ante todo el pueblo porque estaba por encima del pueblo. Y
cuando él lo abrió, todo el mundo se puso de pie y él leyó y leyó y leyó la Palabra de Dios y
explicó y les dijo lo que significaba. ¿Y cuál fue su respuesta? Si usted lee más adelante, va
a descubrir que en primer lugar, comienzan a examinar sus propios corazones. Tuvieron
algo de alabanza y tuvieron también confesión. El capítulo 9 nos dice que estaban
congregados en cilicio y cenizas y en ayuno y se arrojaron tierra a sí mismos y se separaron
de los extranjeros y se pusieron de pie y confesaron sus pecados y la iniquidad de sus
padres. Y lo vuelve a ver, tiene la misma respuesta. Cuando la ley de Dios era leída, el
pueblo era llevado a sus rodillas.
Escuche, si usted puede leer la Palabra de Dios y no ser llevado a la oración, entonces
usted no está escuchando lo que está leyendo. Porque lo que usted está leyendo debe ser
la causa de confesión de pecado en su vida o alabanza y gratitud a Dios por la bendición
que usted ha leído o gratitud por el plan que ahí se está desarrollando.
Esa es la razón por la que en Hechos, capítulo 6, nos dice que los apóstoles tenían que
perseverar, entregarse de manera continua a la oración y el ministerio de la Palabra. Van
de la mano. Para otra ilustración, el apóstol Pablo en Efesios capítulo 3. En Efesios capítulo
3 Pablo dice ‘se me ha dado la dispensación de la gracia de Dios y por revelación de Dios
me ha sido dado a conocer el misterio, que esencialmente es el Nuevo Testamento el
entendimiento del Nuevo Testamento de Cristo, y Dios me ha dado el misterio y estoy
transmitiéndoles el misterio a ustedes, el misterio que no fue revelado en épocas pasadas
pero ahora ha sido revelado a Sus apóstoles santos y profetas por el Espíritu.’ Y él procede
a describir toda la verdad de la Palabra de Dios. Y dice ‘por esta causa, doblo mis rodillas
ante el Padre Señor Jesucristo’ y después, él dice ‘oro porque puedan comprender.’ ¿Se
dan cuenta? Este amor que es revelado en la revelación de Dios.
Y entonces, descubrimos que Pablo recibió la Palabra y lo llevó de nuevo sus rodillas. La
Palabra genera oración. Cuando habla de Dios, anhelamos tener comunión con Él. Cuando
habla de bendición, anhelamos alabar. Cuando habla de la gloria, anhelamos recibirla.
Cuando habla de promesa, anhelamos disfrutarla. Cuando habla de pecado, anhelamos
confesar. Cuando habla de juicio, anhelamos evitarlo. Cuando habla del infierno, oramos
por los perdidos. Y entonces, la Palabra de Dios es la causa de la oración. Y simplemente
porque sabemos que algo es inevitable no significa que de manera fatalista nos
levantamos de nuestras rodillas y nos alejamos con alguna especie de indiferencia
teológica nauseabunda. La oración de Daniel, como lo es toda la oración, nace de un
estudio y entendimiento de la Palabra de Dios.
Esto es lo que enmarca nuestra vida de oración y la moldea. Entonces, en primer lugar, la
oración es generada por la Palabra de Dios. Segundo punto, la oración está arraigada en la
voluntad de Dios. Está arraigada en la voluntad de Dios. Es generada por la Palabra. Está
arraigada en Su voluntad. Ahora, en el versículo 2 del capítulo 9, Daniel dice: “yo sé que la
Palabra del Señor a través de Jeremías dice que serán 70 años durante los cuales Jerusalén
será desolada. Revelada de manera clara.” No obstante, no hay señal de resignación por
parte de Daniel. Él creía que la oración era, como dije, un elemento del cumplimiento. Si
Dios tiene un propósito, Su pueblo se identifica con Su voluntad.
Yo nunca oro y nunca creo que alguien deba orar, como si estuviéramos cambiando la
voluntad de Dios. Estamos orando para alinear nuestros corazones con Su voluntad. Y Su
voluntad siempre es bendecir a aquellos que son obedientes. Otra ilustración en la que
estaba pensando con esta misma idea, en el capítulo 6 de Apocalipsis, versículos 9 al 11,
usted encuentra algunas almas que están ahí debajo del altar y estos son los santos, los
mártires. Quizás los mártires de la época de la tribulación; y están clamando ‘¡hasta
cuándo, oh Señor!, ¿hasta cuándo no nos vengarás en la tierra? ¿Hasta cuándo la maldad
va a seguir sin que sea estorbada?’ Y sabe una cosa, conforme yo leía pensé ¿qué quieres
decir cuánto tiempo? Tienes que saber, son tres años y medio. Está por toda la Biblia.
Pero inclusive así, aunque ellos pudieron haber leído las profecías de Daniel y pudieron
haber entendido la escritura del Nuevo Testamento para este tiempo entonces en el
futuro, y saber todo lo que Dios había planeado para esa época de la tribulación de Jacob,
esos siete años, esos tres años y medio de la gran tribulación. No obstante, aunque ellos
pudieron haber sabido exactamente cuánto tiempo, todavía había un anhelo en su
corazón porque terminara. Se estaban identificando con la injusticia que estaba siendo
cometida en contra de Dios y tenían hambre y sed porque Su voluntad se cumpliera.
Permítame mostrarle una ilustración más, 1 Samuel. Creo que esta es muy, muy
interesante. Primera de Samuel capítulo 12. Versículo 19. Y espero que usted pueda ver
esto conforme lo leo. “Entonces dijo todo el pueblo a Samuel: Ruega por tus siervos a
Jehová tu Dios, para que no muramos; porque a todos nuestros pecados hemos añadido
este mal de pedir rey para nosotros.” Y como usted sabe, ellos querían un rey y
obtuvieron uno. Y tenían un rey alto que se veía bien y que era muy malo. Recibieron lo
que habían pedido y ahora dicen ‘ora, ora por nosotros; ora por nosotros porque sabemos
que hemos desafiado a Dios en esto.’ ‘Y Samuel respondió al pueblo: No temáis; vosotros
habéis hecho todo este mal; pero con todo eso no os apartéis de en pos de Jehová, sino
servidle con todo vuestro corazón. No os apartéis en pos de los que no son nada, que no
aprovechan ni libran, porque no son sino cosa vacía. Pues Jehová no desamparará a Su
pueblo, por Su gran nombre; porque Jehová ha querido haceros pueblo suyo.’ Aguanten
ahí, Dios nunca va a desamparar a Su pueblo. Versículo 23: “Así que, lejos sea de mí que
peque yo contra Jehová cesando de rogar por vosotros.” ¿Qué? ¿Por qué debía orar?
Acabas de decir que Dios nunca lo va a desamparar. Que Dios estableció un pacto con
ellos. Que Dios ha puesto en juego Su nombre al guardar el pacto, ¿qué quieres decir que
puedes pecar al cesar de orar? ¿Orar qué?
Bueno, como puede ver, esa es la razón humana. Samuel oró porque él se estaba
identificando con la voluntad de Dios por el pueblo. Para que vivieran dentro del pacto
bendecidos. Él dice en el versículo 24: “Temed solamente a Jehová y servidle de verdad
con todo vuestro corazón, pues considerad cuán grandes cosas ha hecho por vosotros.
Mas si perseveráis en hacer mal, vosotros y vuestro rey pereceréis.” Esa es una
consecuencia extraña. Dios no va a dejar Su pacto, Dios no va a cambiar Su plan, pero
ustedes podrían morir. La única manera en la que eso se puede entender es que los
individuos que pecan iban a perder las promesas, aunque Dios sería fiel a la nación como
un todo. El punto que quiero que vean es simplemente que Samuel, aunque él sabía,
aunque él conocía que la voluntad de Dios era inevitable, todavía reconocía que no orar
por ello era pecaminoso.
Ahora, no sé cómo armonizar todo eso. Simplemente sé que así es cómo reaccionó un
hombre de Dios. Orando de manera coherente con la voluntad de Dios. Yo nunca oro, lo
vuelvo a decir, nunca oro porque Dios cambie Su voluntad. Yo no quiero lo que Él no me
quiere dar. ¿Verdad? Yo no lo quiero. Yo sólo quiero que Su voluntad sea hecha. Y eso no
es resentimiento amargo. Eso no es algún tipo de resignación pasiva. Esa no es una
reserva teológica. Esa es una afirmación honesta genuina. Buscamos la voluntad de Dios.
Yo sé que Jesús viene y yo sé que va a venir en la hora exacta que el Padre determinó para
que viniera; sin embargo, siempre encuentro en mi corazón la oración ‘ven Señor Jesús
para que Tú seas glorificado’.
Inclusive Jesús no era un fatalista. Jesús iba a la cruz. Y aún que iba la cruz, Él pidió en el
huerto: “Padre, pase de Mí esta copa.” Él se rebeló contra el pecado. Él se rebeló contra la
consecuencia del hombre caído. Sin embargo, Él dijo ‘no se haga Mi voluntad sino la Tuya’.
Él se rebeló cuando Él limpió al templo. Él no era un fatalista. Orar por la voluntad de Dios
es orar porque Dios sea honrado y glorificado y exaltado. Y entonces, oramos conforme es
generada por la Palabra de Dios y está arraigada en la voluntad de Dios. Hablamos mucho
acerca de eso en nuestro estudio de Mateo 6, entonces, ya no vamos a decir más de eso.
Pero permítame darle un tercer punto y nos detendremos. La oración es entonces
generada por la Palabra de Dios, está arraigada en la voluntad de Dios y es caracterizada
por pasión. Caracterizada por pasión, versículo 3. Y creo que usted aquí tiene un retrato
magnífico de la pasión en la oración. Daniel no oró como dos barcos que pasan en la
noche. ‘Señor, por cierto, tengo este pequeño pensamiento y bueno, pensé que te lo iba a
comentar.’ Así es como muchos oran. Daniel, versículo 3, observe esto. ‘Y volví mi rostro a
Dios el Señor.’ En otras palabras, él no nada más hizo algo de manera superficial. Él se
enfocó, enfocó su rostro en el Señor Dios. Había una pasión, había una persistencia. Había
una intensidad en su oración.
Y él dice: “Y volví mi rostro al Señor Dios, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio
y ceniza.” Esas son peticiones extendidas, no comió nada, no bebió nada. Cilicio y ceniza.
Todos esos indicadores culturales de humildad. Y oré a Jehová mi Dios. Usted dice ‘Daniel,
esto es un poco ridículo. Digo, Él dice que van a ser 70 años, ¿por qué te estás molestando
tanto? Van hacer 70 años, guarda tus cenizas en la bolsa.’ Pero hay una seriedad aquí. La
Biblia dice ‘orad sin cesar’. Y es lo más persistente que usted puede ser. En Lucas,
recordamos la historia, no es cierto, del hombre que vino en el capítulo 11 y siguió
golpeando y golpeando y golpeando y golpeando en la puerta y el hombre le dio algo de
pan y el señor le dijo ‘si un hombre que está a cargo de una panadería le va a dar a usted
pan por estar golpeando tanto, ¿qué es lo que Dios va a hacer cuando usted ore con gran
persistencia?’
No sé cómo funciona, pero nos volvemos parte del plan de Dios. Santiago 5:16 dice esto:
“La oración eficaz del justo tiene mucha fuerza.” Ahora, no creo que ‘mucho’ es
necesariamente en cambiar los planes eternos, creo que ‘mucho’ quizás en cambiarnos a
nosotros. Creo que el gran valor de la oración es lo que hace para mí, no lo que hace para
Dios. Pasión. Volví mi rostro es determinación. Volví mi rostro a Dios el Señor. Y él aquí no
usa el término Yahweh sino Adonai. Adonai, que significa Señor, maestro soberano, en
sumisión a la autoridad y a la soberanía de Dios. Y sin embargo, aunque reconoce que Dios
es totalmente soberano y totalmente autoritario, todavía por intercesión y por ruego
constante de oración, con ayuno y cenizas y oración continué orando. Es algo tremendo.
Ahí en el versículo 20, notará que él está orando durante mucho tiempo.
E inclusive en el versículo 20 él dice, “Aún estaba yo hablando y orando, y confesando mi
pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová mi Dios,
por el monte santo de mi Dios; aún estaba hablando en oración, cuando Gabriel, el varón
a quien había visto en la visión al principio, vino a mí volando con presteza, como a la hora
del sacrificio de la tarde. Y hablando conmigo, me hizo comprender.” No sé cuánto tiempo
estuvo orando, pero él oró y oró y mientras que él estaba hablando y orando y
confesando y presentando su súplica, esto es algo continuo. Finalmente, Gabriel lo tocó.
Entonces, vemos que hay una constancia en la oración de Daniel.
Esto es difícil para nosotros, ¿no es cierto? Es difícil para nosotros. Vivimos en una
sociedad que viene a nosotros comerciales. Genera patrones de pensamiento de esa
manera. Nuestros tiempos de atención son limitados. Vemos programas de televisión de
media hora. Escuchamos una pequeña canción en un disco que dura tres minutos. Vemos
un comercial de 60 segundos. Vivimos en pequeños comerciales y el arte de la meditación
y la persistencia en la oración es extremadamente difícil para nosotros.
Pero Daniel fue alguien que se entregó a ello en ayuno, cilicio, cenizas. ¿Y para qué? ¿Para
confesar su pecado? Digo, por favor, ¿este hombre? ¿Daniel podía molestarse tanto por
su pecado? ¿En dónde debería estar yo la mayor parte del tiempo? Yo no llego a su
estándar, pero lo digo y lo volveré a decir la próxima semana. Entre mayor es su
conocimiento de Dios, mayor su compromiso, más abrumado está usted con su propia
pecaminosidad. Aquí Pablo fue quien dijo yo soy el ¿qué? El primero de los pecadores.
Desde nuestro punto de vista, decimos que eso es ridículo. Desde su punto de vista, él
percibió que todo el pecado en su naturaleza horrenda, desde esa mente pura, era una
realidad. Y entonces, Daniel emplea toda indicación de persistencia. Él usa todo acto
posible de humillación conforme él viene ante la ciudad celestial con la petición de su
corazón. Él usa cilicio comúnmente usado en el Antiguo Testamento como una señal de
humillación. Derramando cenizas sobre su cabeza, otro. Particularmente encontramos eso
en Job 2:8. Y ayuno conforme oraba. Él era apasionado en la oración. Y yo creo que Dios
responde a la pasión. Quería llegar al siguiente punto, pero permítame resumir
simplemente esos tres; y tomaremos el siguiente la próxima vez.
No sé por qué el Señor continúa enfatizando este asunto de la oración con nosotros. Hay
muchas otras cosas de las que le podría hablar a usted que podrían ser más emocionantes
o más dramáticas; no hay muchas cosas que le pueda decir que usted ya no conozca. Pero
realmente creo que el Señor ha estado hablándonos acerca del asunto de la oración
durante los últimos meses por una razón muy definida. Yo creo que el Señor nos está
llamando a orar. Estos son tiempos de mucha prueba. Tendemos a olvidar todas las
batallas que hay en todos los frentes que estamos peleando en estos días. Grace Church
está bajo ataque constante. Constantemente, estoy bajo ataque por parte de fuentes
incrédulas que a usted le sorprendería saber. Esto es simplemente parte de la vida.
Luchamos en las áreas espirituales con las familias en nuestra iglesia. Luchamos
financieramente tratando de satisfacer necesidades. Tenemos muchas batallas; y
realmente, creo que es fácil para la gente sentarse en esta iglesia con todo lo que
tenemos a nuestro alrededor y pensar que todo va tan bien, ‘¿quién necesita mis
oraciones?’ Y decimos ‘Jesús va a venir de cualquier manera, todo estará bien al final.’ Y
nos volvemos muy espirituales, pero realmente es fatalismo. Y nunca llegamos a
arrodillarnos con la pasión y realmente, nunca nos identificamos con la voluntad de la
Palabra de Dios en la manera en la que este amado Daniel lo hizo. Y como consecuencia,
perdemos esa comunión íntima.
¿Y sabe una cosa?, cuando usted ore, no siempre tiene que venir a Dios buscando una
respuesta. Algunas veces, simplemente puede venir a Dios para traer el peso del plan de
Dios en su corazón. Para que usted se identifique con Sus propósitos grandes y eternos. Y
quiero decirles, amados que el Señor no nos está diciendo esto todo el tiempo para que
podamos sentarnos y salir de aquí y olvidarlo. El Señor nos está diciendo esto porque
quiere que reaccionemos a esto. No creo que hayamos visto en esta iglesia todo lo que
Dios puede hacer si nos comprometemos de manera total a la oración. Si su teología
hecha a perder su vida de oración, entonces tiene mala teología. Mala. Si usted está
estudiando la Palabra de Dios, entonces la respuesta natural es que usted tendrá
comunión con el Dios de la Palabra.
¿Y sabe una cosa?, yo veo en mi propia vida conforme preparo un mensaje la experiencia
entera de la preparación es una combinación de oración y el ministerio de la Palabra.
Nunca puedo separar las dos. Por ejemplo, llego a un versículo lo leo y digo ‘Señor, ¡que
verdad!’ Y normalmente me pongo de pie, camino un poco y me tengo que mover porque
me emociono. O llego a un versículo que no entiendo y digo ‘Señor, necesito Tu ayuda en
esto. Ilumina mi mente. Llévame a una Escritura que va a explicar esto.’ Y el proceso
entero de la Palabra es oración. Inclusive, conforme estoy aquí y les predico, hay una
parte de mí que está jalando el poder de Dios todo el tiempo porque me doy cuenta que
mi fragilidad humana. No hay modo en el que yo pueda estar en la Palabra de Dios sin
estar en comunión con Dios.
Y conforme usted estudia la Palabra de Dios, no es nada menos que eso. No es académico,
no, la oración debe ser generada por la Palabra. Debe estar arraigada en la voluntad de
Dios. Me cansa la gente que anda por todos lados tratando de forzar que Dios haga algo,
reclamando y demandándole cosas a Dios, cuando Dios quiere que nos identifiquemos
con Sus causas, las cuales ya están determinadas por Su propia perfección absoluta,
siendo las mejores causas. Yo creo que la verdadera oración se caracteriza por la pasión.
Claro, yo sé que sólo unos cuantos van a entrar por la puerta estrecha; pero eso no
significa que yo no oro. Claro que yo sé que las cosas en este mundo van a empeorar y
empeorar. Eso no significa que no oro porque la voluntad de Dios todavía sea glorificada
en el medio de todo esto. Que almas sean ganadas, sean salvadas. Daniel oró de esa
manera. Aunque él tenía una profecía disoluta frente a él. Bueno, esas son las primeras
tres cosas. Retomaremos el resto la próxima vez.
Inclinen sus cabezas conmigo conforme cerramos. Padre, ayúdanos simplemente en la
sencillez de nuestro tiempo en esta noche en enfocarnos de nuevo en la realidad de la
necesidad de la oración. Tú sabes que me parece Señor, conforme miro atrás en las
Escrituras, hay muy poca enseñanza acerca de cómo orar. Simplemente hay muchas
oraciones. Creo que Te oigo diciendo que no es algo académico, es algo que sale del
corazón. Jesús oró una oración que era un patrón. Daniel nos muestra un patrón. Que
oigamos las palabras de Samuel, guárdanos de pecar al dejar de orar unos por otros.
Haznos personas de oración para que nos puedas hacer parte del cumplimiento de los
planes y los propósitos que glorifican Tu santo nombre, por causa de Jesús. Amén.
No sé si son los años de mi vida o qué es, pero ya me parece que el tiempo avanza más y
más rápido, sean las semanas, días o meses o años. O 45 ó 50 minutos. Siempre me siento
como si cuando les predico, ustedes son tan fieles. Ustedes vienen con corazones tan
hambrientos y mentes abiertas, esperando que yo saque del cielo algunas cosas grandes y
gloriosas que nunca antes han oído y los saque de aquí en asombro absoluto. Pero Dios
parece empujarme de regreso a lo elemental y creo que con mucha frecuencia, ustedes
tienen que sentarse y soportar lo que yo tengo que aprender. Y en muchas de las cosas
que predico, Dios realmente está detrás de mí. Ustedes simplemente son la audiencia,
conforme Él trata conmigo. Ésta podría ser una de esas. Pero yo confío que en cuanto
usted oye, usted también oiga lo que el Espíritu de Dios está diciendo: el hombre de Dios
es el hombre de oración.
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Elementos de una oración verdadera, 2ª Parte


Escritura: Daniel 9:4–15

Código: 27–22
John MacArthur
Tome su Biblia, y si es tan amable, como siempre en Grace Community Church, vayamos
juntos a la Palabra de Dios. Estaremos viendo el capítulo 9 de Daniel. Daniel, capítulo 9.
Ese es el contexto de nuestro mensaje en esta noche como lo fue en el último Día del
Señor por la noche. Y realmente, no es tanto predicación como más bien un capítulo de
predicación. De hecho, el libro entero se presenta así en muchos lugares. No estoy tan
preocupado por exhortarlo a proclamárselo como lo estoy simplemente en compartir con
usted las cosas que fluyen de este texto maravilloso. Si fuéramos a regresar al capítulo 6,
un capítulo conocido en el libro de Daniel, en donde encontramos a Daniel en el foso de
los leones. Y si fuéramos a ir previo al foso de los leones, ver lo que realmente lo llevó a ir,
nos encontraríamos en los versículos 10 y 11. Y ahí leemos esto: “Cuando supo Daniel que
el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que
daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su
Dios, como lo solía hacer antes. Entonces se juntaron apresuradamente aquellos hombres,
y hallaron a Daniel orando y rogando a su Dios.”
Encontramos entonces en el capítulo 6 otro de los elementos de la gran fuerza espiritual
de Daniel. Daniel estaba comprometido con la oración. Estoy seguro de que usted ha oído
muchos mensajes acerca de la oración, probablemente más de los que a usted le gustaría
oír. Probablemente se está preguntando si no lo ha entendido todo tan bien que el resto
es estrictamente innecesario. Sin embargo, parece que no importa cuántos mensajes
oigamos o cuántos mensajes presentemos, siempre hay un factor que nos convence de
pecado en otro. Porque realmente nunca nos sentimos como si oráramos como
debiéramos.
Cuando estudiamos el libro de Daniel una y otra vez, capítulo por capítulo, encontramos
desarrollándose de una manera muy sutil los rasgos maravillosos de la virtud de Daniel. Y
uno de ellos tiene que ser la oración. Él entendió que la oración era vivir en la presencia
de Dios y nada podía cambiar eso. No la amenaza de la muerte, no la amenaza de la
pérdida de reputación o el lugar. Nada. La oración era un eslabón vital con Dios. Él era
alguien como Jacob, usted sabe, cuando Jacob luchó con el Señor y dice en Génesis 32 que
él no dejó ir a Dios hasta que Dios lo bendijo. Él se aferró hasta que conoció la bendición
de Dios. Bueno, Daniel era así.
Daniel prevaleció en la oración contra el edicto del rey. Él prevaleció en la oración en el
capítulo 9 y en el medio de lo que era una situación de crisis en el medio de su amado
pueblo y nación. Y vemos en el capítulo 9, los primeros 19 versículos, la oración de Daniel.
Es la única oración de Daniel realmente de cualquier sustancia que tenemos y es una obra
maestra. Y vemos de los versículos 20 al 27 la respuesta. Y la respuesta es tan
infinitamente monumental que nos llevará semanas simplemente comprender la
respuesta. Y reservaremos eso para un tiempo en el futuro. Pero por ahora, quiero que
veamos la oración porque quiero que veamos la maravilla de esta maravillosa oración
intercesora.
Conforme Daniel, el hombre de Dios, invoca al Dios que él ama y en quien confía. Y como
le dijimos la última vez, esta oración, y como dije, esta oración de manera sutil se vuelve
un modelo para nosotros. No es que Daniel lo ofrezca así. No es que se vuelva instructiva
para nosotros en sí misma. Es que es su ejemplo mismo lo que se vuelve un modelo para
nuestra oración y Daniel estaba viviendo una vida que literalmente estaba fluyendo en la
vena de la oración, constantemente. D. L. Moody dijo: “Aquellos que han dejado la
impresión más profunda en esta tierra maldecida por el pecado han sido hombres y
mujeres de oración.” Fin de la cita. Robert Murray McShane, ese gran hombre de oración
dijo, y cito: “Una gran parte de mi tiempo es pasada en sintonizar mi corazón para la
oración, porque la oración es el vínculo que conecta la tierra con el cielo.” Fin de la cita. El
doctor Guthrie, un santo de Dios durante años, que vivió un siglo atrás dijo, y cito: “La
primera señal de la verdadera vida espiritual es la oración. Y también es el medio para
mantener la vida espiritual. El hombre puede vivir bien físicamente sin respirar como
también espiritualmente sin orar.” Fin de la cita. Ahora sí es verdad, como dice D. L.
Moody, que la gente que ha tenido el impacto más grande en la tierra va a ser gente de
oración, entonces esperaríamos que Daniel fuera un hombre de oración. Y si la oración es
tan normal como respirar, esperaríamos de nuevo que la vida de Daniel fuera una vida
que fluye en oración. Y éste es precisamente el caso.
Y a medida que miramos nuevamente el capítulo 9, veremos el modelo de la oración de
Daniel conforme se convierte en un modelo para nuestra propia oración intercesora.
Ahora, le recuerdo que la última vez señalamos el trasfondo. Ahora, vea el versículo 1,
simplemente quiero refrescar su mente. “En el año primero de Darío, hijo de Asuero, de la
nación de los medos, que vino a ser rey sobre el reino de los caldeos, en el año primero de
su reinado, yo, Daniel, miré atentamente en los libros sagrados el número de los años de
que habló Jehová al profeta Jeremías, que habían de cumplirse sobre las ruinas de
Jerusalén: setenta años.”
Es el primer año del Imperio Medio Persa. Babilonia ha caído. La fiesta de Belsasar ya allá
se llevó a cabo. Los medos y los persas se han apoderado. Ciro es ahora el gran monarca
mundial. Quizás Darío no es nada más que un título de honor que se refiere a Ciro. Es el
día de los medos persas. Darío o Ciro se sienta en el trono. Él no sólo es el rey de medo
Persia sino que sea le ha concedido el estatus como la simiente de los medos para que
pueda ser aprobado por ambos pueblos que se unen en este imperio. Y él absorbió no
sólo a los persas y a los medos sino también al reino de los caldeos, los cuales son los
babilonios. Y entonces, él une a un imperio mundial mayor, más grande que Babilonia,
más grande que Babilonia en poder y en fuerza. Y es ese primer año que Daniel se
encuentra leyendo los libros, y como mencioné la última vez, no hay duda en mi mente
que el pueblo judío, el pueblo de Judá que estaba en exilio, se había podido llevar al exilio
con ellos algunos de los escritos del Antiguo Testamento. Obviamente, tenían el libro de
Jeremías el cual fue escrito y destruido y después vuelto a escribir como nos dice Jeremías.
Pero entre los libros que tenían de los que leían ahí en el exilio, estaban las palabras de
Jeremías. Y conforme Daniel estaba leyendo en el versículo 2 de Jeremías, él se encontró
con la profecía de que la desolación de Jerusalén sólo duraría unos 70 años. Y eso impactó
a Daniel como una realidad muy significativa porque él sabía que él había estado en
cautividad durante casi 70 años para ese entonces. La mejor suposición sería que él había
estado ahí por lo menos 67 años. Él era un hombre que tenía más de 80 años de edad y
sabía que cuando Dios hacía una profecía, las profecías de Dios se cumplían. Y él sabía que
Jeremías dijo que serían 70 años. Y cuando él leyó eso en Jeremías y sabía que por lo
menos en su caso, 67 años ya habían pasado; él sabía que el tiempo era inminente. Usted
podría pensar en este punto, como dijimos la última vez, que Daniel no habría tenido nada
por qué orar. Él simplemente habría pensado ‘bueno, es la soberanía de Dios y Él dijo que
lo iba hacer en 70 años. Entonces, déjalo así.’ Pero Daniel sabía que de alguna manera
encajando en la soberanía de Dios estaba la elección del hombre. Es como la salvación. La
Biblia nos dice que Dios nos ha escogido en Él desde antes de la fundación del mundo. La
Biblia nos dice que somos elegidos según Su pre conocimiento, Su presciencia y
predestinados para ser redimidos. La Biblia nos dice que Dios conoce a los que son Suyos.
La Biblia nos dice que Dios dijo: “Tengo mucho pueblo en esa ciudad que quiero que
alcances, afirmando que Él sabía quiénes eran. En otras palabras, Dios nos ha escogido, sin
embargo nuestra salvación también depende del hecho de que tomemos una decisión,
¿no es cierto? Daniel sabía que la soberanía de Dios se cumpliría, pero no sin la respuesta
de la decisión humana. Y entonces, a la luz de la soberanía de Dios, sabiendo que debía
haber una aceptación humana, una escritura del corazón de Dios para que terminara con
la disciplina, él comienza a orar.
No es diferente del apóstol Juan en el libro de Apocalipsis, quien oyendo la Palabra de
Dios, quien dijo “He aquí, vengo pronto,” dice: “Ven señor Jesús”. Él alinea sus oraciones
con lo que él sabe que Dios va a hacer. Y creo que usted podría decir que esa es la
naturaleza de todo ‘Amén’ en la Biblia. Porque Amén significa ‘así sea’. Y cuando le
decimos a Dios ‘hazlo, que así sea’, simplemente estamos afirmando que es la voluntad de
Dios la que debe ser hecha. Y reconociendo que el hombre debe alinear su corazón con
Dios para conocer la plenitud de ese propósito cumplido.
La oración entonces, es necesaria. Aunque Dios es soberano y absoluto y va a cumplir Su
voluntad. Y por cierto, ha habido ocasiones cuando Dios extendió las cosas y ha habido
ocasiones cuando Dios acortó las cosas. Y entonces, en conexión con Su soberanía, no
podemos luchar con Él. Él puede acortar cosas, puede alargar cosas. Y entonces, Daniel se
prepara a orar sabiendo que de alguna manera, la rectitud del corazón humano tiene que
encajar en el acto soberano de Dios. Y entonces, Daniel ora. Y conforme ora, encontramos
ocho elementos de la verdadera oración intercesora que emergen fluyendo de esta
maravillosa oración. Y como dije, nos enseñan de manera explícita, se encuentran de
manera implícita. No son el propósito de la oración, sin embargo, se vuelven para
nosotros un buen propósito, un propósito muy bueno porque nos ayudan a ver lo que se
incluye en la oración intercesora apropiada.
Ahora, francamente tenemos dos problemas básicos cuando hablamos de la oración.
Número uno, no lo hacemos la suficiente, ¿verdad? Entonces la Biblia dice una y otra y
otra y otra vez ‘continúen en oración, orad sin cesar’. Lo segundo es que no sabemos por
qué orar. Y esa es la razón por la que Romanos 8 dice que no sabemos por qué orar
debido a la flaqueza de la carne; y el Espíritu, intercede por nosotros.
En otras palabras, tenemos dos problemas. No oramos lo suficiente y no sabemos por qué
orar. Y entonces, como ejemplo tenemos este patrón de oración y nos va a dar algo de la
visión de un hombre, de la pasión de un hombre y la naturaleza de la intercesión de un
hombre. Ahora, permítame repasar los tres puntos de los ocho que vimos la semana
pasada; y voy a hacer esto brevemente porque quiero cubrir los otros cinco.
La verdadera oración intercesora es generada por la Palabra de Dios. Vamos a Dios
primordialmente como una respuesta a Su Palabra, actuando en nuestros corazones. Y
compartir con usted que esto lo sé a partir de mi propia experiencia personal. Que los
tiempos de mi oración más fiel son los tiempos en los que estoy recibiendo la Palabra de
Dios. De hecho, semana tras semana, conforme me siento y estudio la Palabra de Dios,
hallo que es imposible que sea una calle de una dirección. No puedo ir a hablar a Dios sin
responderle en oración.
Y se vuelve una conversación. Y la oración de Daniel fue así. Dice el versículo 2: “Yo Daniel,
miré atentamente los libros.” Y después, en el versículo 3: “Y volví mi rostro al Dios el
Señor buscándole en oración.” La oración nació a partir del entendimiento de la Palabra
de Dios. Ahora, si usted estudia la Palabra de Dios, descubre que una y otra vez, la Biblia
dice ‘velad y orad’. ‘Velad y orad’. Jesús lo dice repetidamente, Pedro lo dice: “velad y
orad.” Y de lo que están hablando ahí es básicamente ‘observe lo que está pasando,
perciba lo que está sucediendo. Mantenga sus ojos abiertos. Sea específico acerca de lo
que está orando.’
Ahora escúchenme, la única manera en la que usted puede velar y saber por qué orar es
cuando usted sabe lo que la Palabra de Dios dice acerca de lo que está viendo. ¿Se da
cuenta? Usted debe percibir al mundo y sus acontecimientos. La Iglesia y sus
acontecimientos. El pueblo de Israel y sus acontecimientos. Usted debe ser capaz de ver lo
que está pasando a la luz de la Palabra de Dios, de lo contrario, usted no entiende los
propósitos de Dios en la historia y usted no puede orar de manera inteligente. Y entonces,
observamos no sólo el escenario a nuestro alrededor sino que observamos la Palabra de
Dios para determinar con qué cuidado y de manera apropiada debemos orar.
En Nehemías capítulo 1, Nehemías dice en el versículo 11: “Te ruego, oh Jehová, esté
ahora atento Tu oído a la oración de Tu siervo, y a la oración de Tus siervos, quienes
desean reverenciar Tu Nombre; concede ahora buen éxito a Tu siervo, y dale gracia
delante de aquel varón. Porque yo servía de copero al rey.” ¿Por qué estaba orando? ¿Por
qué estaba orando? Oyó que la ciudad de Jerusalén estaba en ruinas. Y entonces, ¿por
qué eso lo hizo orar? Porque él sabía que la ciudad de Jerusalén era la ciudad amada de
Dios y lo que él vio fue filtrado a través del conocimiento de la Palabra de Dios y lo llevó a
sus rodillas.
Nunca podremos entender lo que está pasando a menos de que lo entendamos en el
contexto de la Palabra de Dios. Y conforme vemos la Palabra de Dios, como lo hizo Daniel,
quien vio el escenario a su alrededor, la cautividad, la disciplina, el tiempo de Judá
estando en Babilonia y ahora bajo el dominio medo persa. Un tiempo en el cual estaban
siendo subyugados bajo el paganismo, él sólo podía analizar lo que estaba pasando y
adónde iba y cuando la Palabra Dios fue abierta entre él y vio que debían ser 70 años. Y
eso lo llevó a la oración. Entonces, entre mejor entendamos la Palabra de Dios, mejor
podemos entender el escenario y más nuestras oraciones se van a conformar con lo que
Dios tiene en mente. La oración intercesora, entonces amados, es generada por la Palabra
de Dios. La gente del libro es gente de oración. Fuera de la Palabra de Dios, nuestras
oraciones van a ser palabras superficiales y sin significado.
En segundo lugar, la oración intercesora no sólo está generada para la Palabra de Dios,
está arraigada en la voluntad de Dios y él sabe esto en el versículo 2, cuando él dice
‘Jeremías dijo 70 años y yo te digo Señor, que voy a orar por eso.’ Y en el versículo 19 dice:
‘¡Señor, presta atención, y actúa! ¡No tardes más, por amor de ti mismo, Dios mío!’ En
otras palabras, Dios, haz lo que Jeremías dijo que ibas a hacer. Haz Tu voluntad. Como
vimos la última vez, eso es esencialmente el corazón de toda la oración. Si pedimos algo,
dice 1 Juan 5, de acuerdo con Su voluntad, sabemos que ÉL nos oye y sabemos que
tenemos las peticiones que le hacemos a Él. Su voluntad. Su voluntad.
La oración de los discípulos dice: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea Tu
nombre venga Tu Reino, hágase ¿qué? Tu voluntad. La oración no es para cambiar la
mente de Dios, porque Dios ya desea lo mejor. ¿Sabía usted eso? ¿Sabía usted que Dios
desea lo mejor para usted, lo mejor de lo mejor? Usted no quiere cambiar Su mente
acerca de eso, ¿o sí?
La oración es para alinearlo a usted con Su voluntad. La cual ya es la mejor. Usted
preguntará qué tal si no conozco Su voluntad. Bueno, ahí es donde entra Romanos 8:26.
¡Qué promesa! ¿Qué es lo que dice? Bueno, son tres versículos que usted debe entender
porque van de la mano. Eso es lo que dicen. Asimismo el Espíritu nos ayuda en nuestra
debilidad porque no sabemos por qué orar como debemos. ¡Hombre! Eso es la verdad.
¿Conoce usted cuál es la voluntad de Dios en cada situación? Yo no. Digo, si estudio la
Palabra de Dios, sé cuál es en algunos casos. Sé que es la voluntad de Dios que la gente
sea salva. Sé que es la voluntad de Dios que estén apartados bajo el Espíritu de Dios,
llenos del Espíritu, Efesios 5:17,18. Sé que es la voluntad de Dios que usted se abstenga de
toda inmoralidad sexual, Primera de Tesalonicenses 4:3. Sé que es la voluntad de Dios que
usted sea sumiso a los autoridades que son ordenadas por Dios. Sé que es la voluntad de
Dios que en todo usted de gracias. Primera de Tesalonicenses capítulo 5. Sé que es la
voluntad de Dios que usted sufra por hacer el bien y no por hacer el mal. Sé que hay
muchas cosas que son la voluntad de Dios.
Pero no siempre lo sé. Pero cuando no lo sé y no sé cómo orar, el Espíritu hace intercesión
por mí en un lenguaje que no puede ser expresado. Estos son gemidos indecibles. Estas no
son palabras estáticas. Esto no se puede expresar. Esta es una comunión divina entre el
Espíritu de Dios y el Padre; y el Padre, que escudriña los corazones sabe cuál es la mente
del Espíritu porque Él hace intercesión por los santos según la voluntad de Dios. Cuando
no conozco la voluntad de Dios, el Espíritu sí. Y a favor de mi ascienden las oraciones, ¿no
es eso tremendo? Y esta es la razón por la que sabemos que todas las cosas son para
¿qué? Para bien. No sólo al azar, sino porque el Espíritu de Dios está intercediendo por
nosotros en donde no tenemos conocimiento de Su voluntad. En mi vida, quiero una cosa
en mis oraciones; una cosa y es que quiero que Dios haga Su voluntad. Porque Él me ama
y Su voluntad es lo mejor. Eso coloca a Dios en Su lugar a apropiado. La oración es
generada por la Palabra de Dios y está arraigada en la voluntad de Dios.
En tercer lugar, está caracterizada por la pasión, versículo 3. “Y volví mi rostro a Dios el
Señor”, le dije que la idea de volver su rostro era determinación, compromiso, intensidad,
“buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza.” Ahora, el ayuno, el cilicio y la
ceniza iban de la mano con una oración que emanaba de la profundidad del corazón. Hay
muchas cosas que la Biblia dice que acompañaban la pasión. Si usted estudia en su Biblia,
encontrará las siguientes cosas: cilicio, sentándose en cenizas colocándolas sobre la
cabeza como en Job, capítulo 2. Rapándose la cabeza, Job 1, golpeándose el pecho, Lucas
18. Llorando, 1 Samuel 1 y muchos otros lugares. Arrojando polvo sobre su cabeza,
rompiendo la ropa, ayunando, suspirando, gimiendo, llorando de manera fuerte, sudando
sangre, agonizando, un corazón que se quebranta, rasgando el corazón de uno, haciendo
juramentos, haciendo sacrificios; muchas cosas en la Biblia que se presentan como
indicadores de cosas que acompañan la pasión en el corazón de la oración.
Y entonces, vemos a Daniel en esa oración apasionada, apasionada. Él realmente está
comprometido con esto. Él realmente está derramando su corazón como Ana, quien está
derramando su corazón y no comería porque no tenía deseo de comer. Como en Ester
capítulo 4. Creo que es en el versículo 16: “Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en
Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis
doncellas ayunaré igualmente, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a
la ley; y si perezco, que perezca.” Una oración ferviente, apasionada. Lo encontramos en
Lucas capítulo 11, nuevamente, la historia maravillosa que nuestro Señor cuenta en Lucas
11, versículos 5 al 10. Simplemente recordándole brevemente. “Les dijo también: ¿Quién
de vosotros que tenga un amigo, va a él a medianoche y le dice: Amigo, préstame tres
panes, porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante; y
aquél, respondiendo desde adentro, le dice: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y
mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme, y dártelos? Os digo, que aunque
no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y
le dará todo lo que necesite. Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y
se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le
abrirá.”
En otras palabras, Dios responde a la pasión. Jonás, recuerde usted en el tercer capítulo, la
pasión de su oración en ese lugar. Y entonces, Daniel ora con intensidad. La oración no
puede ser sólo algo pasajero. Es determinar el corazón hacia algo. Apuntar el corazón
hacia algo. Lo dijo Brooks hace años atrás: “así como un fuego pintado no es un fuego, un
hombre muerto no es un hombre. Y así, la oración fría no es oración. En un fuego pintado
no hay calor. En un hombre muerto no hay vida, en una oración fría no hay omnipotencia,
no hay devoción y no hay bendición. Las oraciones frías son como flechas sin cabezas,
espadas sin filo, aves sin alas. No perforan, no cortan, no vuelan hacia el cielo. Las
oraciones frías siempre se congelan antes de que lleguen al cielo. ¡Oh, que los cristianos
dejaran sus oraciones frías y estuvieran en un marco de espíritu más cálido cuando
presentan sus súplicas al Señor!”
Y Jeremías Taylor añadió, y cito: “La facilidad del deseo es un gran enemigo para el éxito
de la oración de un buen hombre. Debe ser una oración intensa, celosa, ocupada, para
considerar qué indecencia tan enorme es que un hombre le deba hablar a Dios para lo
algo que Él no valora. Nuestras oraciones visten nuestros espíritus cuando rogamos de
manera tímida por esas cosas por las que deberíamos morir. Cosas que son más preciadas
que los cetros imperiales. Más ricas que el botín del mar o el tesoro de los montes indios.”
Fin de la cita. Entonces, Daniel oró de manera apasionada.
Ahora, cuarto; y después, en adelante hasta nuestro octavo. Las marcas de la oración
intercesora. Es generada por la Palabra de Dios. Está arraigada en la voluntad de Dios. Está
caracterizada por la pasión. Número cuatro, es cumplida en la negación de uno mismo. Es
cumplida en la negación de uno mismo. Versículo 4. Y oré a Jehová mi Dios e hice
confesión. Ahora, deténgase ahí. El corazón de toda la verdadera oración, escuche esto, es
una conciencia inicial de que usted ni siquiera merece estar ahí, ¿se da cuenta? Digo, ni
siquiera merece estar en la presencia de Dios. No tiene algo en usted que lo haga digno de
estar con Él.
Y entonces, ¿dónde comienza? Con ese reconocimiento. Hice mi confesión. ¿Por qué
hiciste eso, Daniel? Porque sabía que no merecía estar en Su presencia y específicamente,
si iba a llevar allí algún pecado. Haga un contraste de eso con la oración del fariseo en
Lucas 18, quien dice “Dios te doy gracias porque nos soy como los otros hombres. Porque
yo ayuno y doy diezmos y demás. Y Dios ni siquiera oyó esa oración. En términos de una
respuesta, porque se exaltaba sí mismo como justo, porque buscaba lo suyo, tenía
confianza en sí mismo.
Y entonces, Daniel comienza con el reconocimiento de que él no merecía ahí. Yo supongo
que Daniel quizás en su corazón trajo todo tipo de cosas. Estoy seguro que él escudriñó su
vida entera y encontró todo lo que estaba entre él y Dios. Impiedad impía, sordera a la voz
divina, desobediencia a mandatos claros y simples. Menosprecio del Señorío soberano de
Dios. Todas estas cosas llevaron a Daniel al punto de humildad, y amados, les quiero decir
algo, la humildad es la única actitud a partir de la cual la verdadera oración emana. La
única. Cuando Abraham estuvo delante de Dios en Génesis capítulo 18, por un tiempo, él
dijo esto: “He aquí ahora he comenzado hablar con Jehová siendo polvo y cenizas. Ni
siquiera pertenezco aquí. No merezco estar aquí.” Isaías vio a Dios alto y exaltado en el
capítulo 6 y dijo “Ay de mí porque soy inmundo.” El apóstol Pablo reconoció la misma
verdad acerca de sí mismo. Él no tenía derecho de estar en la presencia de Dios, él era el
primero de los pecadores. Juan vio lo mismo y cuando él vio la belleza del Cristo revelado,
cayó en humildad.
Y Daniel entiende esto. Daniel entiende que él no merece estar en la presencia de Dios. Y
entonces, antes de que él pueda interceder por alguien más, tiene que asegurarse que él
tiene la perspectiva correcta. Si hay impotencia en su vida de oración, quizás es porque no
hay negación de usted mismo. Y la negación de usted mismo incluye esto, incluye hacer a
un lado su voluntad por la voluntad de Dios, ¿verdad? Y si usted está ahí para forzar a que
Dios haga lo que usted quiere, eso no es negación de usted mismo. Una oración que con
frecuencia he orado es así: “Oh Dios, sé que con frecuencia hago Tu obra sin Tu poder. Y
peco por mi servicio muerto, ciego, mi falta de luz interna, amor y deleite. Mi mente,
corazón y lengua moviéndose sin Tu ayuda. Veo el pecado en mi corazón buscando la
aprobación de otros. Esta es mi vileza, el buscar que las opiniones de los hombres sean mi
regla, mientras que debería ver qué bien he hecho y darte la gloria. Considero qué pecado
he cometido; y sufro y me lamento por ello. Es mi pecado el predicar y orar para motivar
los deseos espirituales de otros buscando el reconocimiento mientras que mi regla
debería ser considerarme diariamente a mí mismo más vil que cualquier otro hombre en
mis propios ojos.”
Realmente, no creo que nadie pueda ministrar a alguien en la oración o en la predicación
o en cualquier otro ministerio hasta que camina por el camino de la negación de sí mismo.
Porque usted tiene que luchar con el ego de cualquier manera y más vale que se deshaga
de él desde el principio. Y Daniel sabía eso. Y entonces, él tuvo que lidiar con eso. El rogó
con Dios por un arrepentimiento más profundo del pecado, incluso el estar aterrado
cuando se acercaba. Él quería que Dios lo viera y lo purificara. Uno de los escritores
puritanos lo expresó de manera maravillosa de esta manera: “Lleva a cabo un surco
profundo en mí, Señor, Granjero celestial, para que mi ser sea un campo arado, que las
raíces de Tu gracia se extiendan de manera profunda y amplia hasta que solo Tú seas visto
en mi. Que Tu belleza adorada sea como la cosecha del verano y Tu fruto como la
abundancia del otoño.”
La verdadera intercesión es generada por la Palabra de Dios, está arraigada en la voluntad
de Dios, se caracteriza por la pasión y es cumplida en la negación de uno mismo y en
quinto lugar, la verdadera oración intercesora se identifica con el pueblo de Dios. Se
identifica con el pueblo de Dios. Notará que él dice: “Oré a Jehová mi Dios,” versículo 4, “e
hice confesión.”
Él comienza consigo mismo, pero no se detiene ahí. Observe, versículo 5, vamos a
movernos rápidamente: “Hemos pecado,” versículo 5. Versículo 6: “No hemos
obedecido.” Versículo 7: “A Ti, Señor, la justicia, y a nosotros la vergüenza en el rostro.”
Versículo 8: “Oh Jehová, a nosotros, la vergüenza en el rostro.” Versículo 10: “Y no
obedecimos.” Versículo 11: “Todo Israel traspasó Tu ley, apartándose para no obedecer Tu
voz; por lo cual ha caído sobre nosotros la maldición y el juramento que está escrito en la
ley de Moisés, siervo de Dios; porque contra Él pecamos.” Versículo 12: “Él ha cumplido la
palabra que habló contra nosotros.” Versículo 13 nosotros, nuestros, nosotros. Versículo
14, nosotros, nosotros. Versículo 15, nosotros. Versículo 16: “Porque a causa de nuestros
pecados, y por la maldad de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el oprobio de
todos los que nos rodean.”
Ahora escuche, la verdadera oración intercesora identifica al que está orando con el
pueblo por el que está orando. Es algo tremendo. Pablo lo tuvo cuando él dijo “orando
siempre por todos los santos” y después, agregó en Efesios 6:19 “y orando sobre cualquier
otro por mí.” El enfoque de nuestras oraciones, amados, debe estar en otros. Después que
nos hemos hecho a un lado a nosotros mismos, usted llega a la oración y se da cuenta, en
primer lugar, que ni siquiera merece estar ahí. Pero la Palabra de Dios lo ha llamado a
estar ahí y usted busca la voluntad de Dios y usted hace a un lado su propia voluntad y
entonces derrama su corazón a favor de otros.
Y Daniel se ve a sí mismo relacionado también con otros, era verdad de ellos en Israel que
se veían a sí mismos como parte de la entidad total. Y creo que es lo mismo en el cuerpo
de Cristo, ¿no es cierto? Creo que es muy claro que cuando usted estudia 1 Corintios
capítulo 12 usted descubre que todos somos un cuerpo, ¿no es cierto? Y cuando un
miembro sufre, el cuerpo entero sufre. Y cuando alguien se regocija, el cuerpo entero se
regocija. Tengo que identificarme en los pecados de la Iglesia. Tengo que incluirme a mí
mismo en eso. Primera de Samuel 12:23 lo expresa de manera simple. “Que Dios me
guarde de pecar contra el Señor al dejar de orar” ¿Qué?, “por ustedes.” Y yo aprendí hace
mucho tiempo atrás que el punto focal de mi vida de oración no soy yo. Comencé
reconocer la voluntad de Dios. Me saco de la escena y comienzo a orar por ustedes, ¿se da
cuenta?
Y en el cristianismo en la actualidad y en este país y en el mundo hay cristianos que no
entienden el fin de la oración porque lo único que tienen en la oración es ‘yo, mi, mío’. Y
no están abrazando las necesidades del pueblo de Dios. Pablo siempre oró por otros y
nosotros somos parte del panorama entero. Nuestro pan de cada día, dánoslo hoy.
Perdónanos nuestras deudas, no nos metas en tentación. Hay un sentido en el cual nos
incluimos unos a otros, que la oración no es un ejercicio personal privado para que
nosotros obtengamos las bondades de Dios. ¿Se da cuenta? Pero eso es lo que muchas,
muchas personas creen que es. Y no es así.
Gálatas 6:2 dice que debemos sobrellevar los unos las cargas de los otros y cumplir así la
ley de Cristo. ¿Y cuál es la ley de Cristo? La ley de Cristo es ‘un nuevo mandato que os doy
que os améis unos a otros’. Y Filipenses 1, Pablo dice ‘siempre estoy orando por ustedes’ y
en Colosenses 1 él dice ‘siempre estoy orando por ustedes’. En Filemón 4 y 5, ‘estoy
orando por ustedes’ y después menciona en 2 Corintios 1:11, ‘ustedes también ayudando
juntos al orar por nosotros’. Era mutuo. Oro por ustedes y ustedes oran por mí. Ninguno
de nosotros somos egoístas, ¿verdad? Así es como funciona el cuerpo. Tenemos que
aprender eso y aprenderlo bien. Debemos orar por aquellos que están en autoridad sobre
nosotros. Orar por los líderes, orar por aquellos que tienen necesidad y Daniel vio a su
pueblo y él lo abrazó. ¿Pero sabe una cosa? Hay algo maravilloso en Daniel, él se incluyó a
sí mismo en sus pecados. Él se incluyó a sí mismo en sus faltas. Él se incluyó a sí mismo en
sus errores, sus fallas. Él se incluyó a sí mismo en sus oraciones. Era nosotros y no ellos.
No ellos.
Digo, él no se apartó a sí mismo como si fuera justo en sí mismo. Un hombre justo en sí
mismo repudiaría una identificación así con pecadores así. Y usted podría decir que Daniel
tenía todo derecho de ponerse de pie y decir que le daba gusto no ser como ellos. Digo, él
había sido fiel durante más de 80 años. Estuvo en el palacio haciendo lo que debía hacer y
‘te acuerdas de mí, yo soy el hombre con todas las visiones, soy el hombre que cerró la
boca de los leones, soy el hombre que venció a Nabucodonosor y demás.’ Él pudo haberse
enorgullecido; y hay gente que es tan justa en sí misma que no se identifica con los
pecados de otros. Pero no Daniel. Él los abrazó porque eran su pueblo y él sabía que él
también era un pecador y sabía que él también había fallado. Y él no estaba avergonzado
por identificarse a sí mismo con sus necesidades.
Daniel ve, como lo hacían todos los judíos, la solidaridad del pueblo de Dios y también lo
debemos ver en la Iglesia, el cuerpo de Cristo también. Entonces, Daniel intercedió de
manera apasionada por su pueblo. Yo he visto con Pablo, en Romanos 9, donde Pablo dice
que él ora tanto por la salvación de Israel que en la salvación de ellos él casi desearía que
él pudiera perder su salvación si fuera necesario para que ellos pudieran ser salvos. Estaba
tan preocupado por otros. ¡Qué ejemplo tan maravilloso y emocionante! El secreto de la
intercesión, ¿quiere conocerlo en una palabra? Que en sus oraciones usted dice
‘nosotros’. Nosotros. No yo.
De tal manera que su oración, escuche esto, no es tan egoísta como para estar dirigida
hacia usted sin importar cómo afecta a otra persona sino que usted realmente está
orando a favor de lo que es mejor para el cuerpo de entero de Cristo, nosotros.
La oración entonces es generada por la Palabra de Dios, está arraigada en la voluntad de
Dios, se caracteriza por la pasión, es cumplida en la negación de uno mismo, se identifica
con el pueblo de Dios; número seis, es fortalecida en la confesión. Fortalecida en la
confesión. Ahora hemos visto que Daniel de manera personal se había negado a sí mismo
al expresar su confesión. Y si usted ve el versículo 20, él dice “aún estaba hablando y
orando y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel,” ¿se da cuenta? Ahí está
esa identificación de nuevo, él dice “Aún estaba yo hablando y orando, y confesando mi
pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová mi Dios,
por el monte santo de mi Dios;” y es tan maravilloso que no se volvió un crítico en la
Iglesia y dijo ‘yo soy el único justo, yo soy el único aquí que está haciendo las cosas bien y
que se condenen los demás en la Iglesia. Y los voy a llevar delante de Dios para que sean
juzgados y disciplinados. No, él sabía que también era un pecador. Entonces, esta oración
entera realmente es confesión. Este es un absoluto. Cuando Dios está operando en una
vida y quiero que escuche lo que digo, cuando Dios está operando en una vida, el
arrepentimiento y la confesión se convierten en la norma. La norma.
De hecho, escuche, entre más devota sea su alma, más profundo será su amor hacia Dios,
más elevado será su estándar de santidad, más genuino será su compromiso con Cristo y
mayor será su sentido de pecaminosidad. Ahora, si usted cree que conforme usted
madura como cristiano usted se va a volver menos y menos sensible al pecado, es
simplemente lo opuesto. Entre más madura como cristiano, más sensible se vuelve al
pecado. Entre más se acerca a Dios, más horrible se vuelve.
Ya para cuando David maduró y cometió el terrible pecado que cometió y derramó su
corazón en el Salmo 32 y 51, era tan evidente que el pecado literalmente lo destruyó.
Simplemente lo aplastó porque él conocía tanto, él había caminado con Dios y era un
hombre según el corazón de Dios y cuando él cometió ese pecado terrible con Betsabé y
su marido Urías, lo despedazó y derramó ese maravilloso Salmo 51 cuando él dice “Oh,
límpiame, para que sea limpio. Purifícame.” Lo odiaba. Y Esdras, al frente del pueblo en el
capítulo 9 y capítulo 10 de Esdras, ve lo mismo conforme el pueblo se compromete
consigo mismo con Dios y cuando oyó la voz de Dios y se acercan a Dios, lo primero que
pasa es que están abrumados por su pecado. Y derraman su confesión. Lo encontramos en
el capítulo 9 de Nehemías, la palabra viene en el capítulo 8 conforme se acercan a Dios y
se encuentran a sí mismos en la presencia de Dios y están abrumados con su
pecaminosidad. Pablo entendía esto. En Romanos, capítulo 7, cuando Pablo realmente
entendió la ley de Dios y cuando él entendió lo que la ley de Dios estaba diciendo y cuáles
eran realmente los estándares de Dios, fue entonces que él dijo “Me vi a mí mismo y el
pecado revivió y morí. Me mató.”
La confesión es la parte diaria de la vida de un hombre de Dios y una mujer de Dios. Y era
parte de las oraciones de Daniel. La confesión de sus pecados y los pecados de personas
que lo rodeaban. En Jeremías, capítulo 3, capítulo 8, capítulo 14 y en el primer capítulo de
Lamentaciones, el cual fue escrito por Jeremías, en todos esos cuatro lugares, Jeremías
clama en confesión a Dios conforme percibe la inminencia del juicio venidero, conforme
Dios está a punto de actuar. Conforme Dios está a punto de entrar con Su presencia en el
flujo humano. Jeremías, consciente de la presencia de Dios, comienza a desear que su
corazón sea lavado. Entre más se acerca usted a Dios, más sucio se siente. Y la clásica,
como lo mencioné antes, es Isaías 6 cuando dijo: “Vi yo al Señor sentado sobre un trono
alto y sublime, y la orla de su manto llenaba el templo. Por encima de él había serafines…
Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo es Jehová de los ejércitos… Él
dijo “¡Ay de mí!” Entonces, la intercesión es fortalecida en la confesión.
Un granjero fue con su hijo a un campo de trigo. Él quería ver si estaba listo para la
cosecha. “Ves Padre,” dijo el niño, “ves qué tan derechos están los tallos sosteniendo en
alto sus cabezas. Los que sostienen su cabeza tan alto, deben ser los mejores. Los que
están inclinados y agachados no pueden ser tan buenos.” El granjero tomó uno de cada
tipo y dijo “mira, niño necio. La razón por la que están tan derechos es porque el grano es
tan pequeño. Lo que están inclinados son los buenos. Los derechos son casi inútiles.” Y así
es en el mundo de Dios. Son aquellos que están inclinados y quebrantados lo que son
útiles porque confiesan.
Ahora, permítame tan sólo leer esto porque no necesitamos pasar tiempo en todo
versículo. Es repetitivo. Versículo 5: “Hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos
obrado perversamente, hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de Tus
mandamientos y de Tus ordenanzas.” Y ahí realmente dice cuatro cosas. Hemos pecado,
esa es una palabra, perder el objetivo, perderse del camino. Hemos hecho impíamente, lo
cual significa distorsionar o actuar de manera perversa. Hemos hecho impíamente, eso es
hacer algo mal, que usted sabe que está mal, maldad premeditada. Y nos hemos rebelado
para desafiar la autoridad. Él le da a usted cuatro términos diferentes para pecar en
hebreo, fallar al blanco, distorsionar, hacer mal que usted sabe que está mal y desafiar la
autoridad.
Y él dice, somos culpables del ángulo que lo veas. Hemos dejado Tus preceptos y Tus
ordenanzas y nos hemos alejado y no hemos regresado.
Versículo 6: “No hemos obedecido a Tus siervos los profetas, que en Tu Nombre hablaron
a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra. A
Ti, Señor, la justicia, y a nosotros la vergüenza en el rostro.” Ahora, el versículo 8,
regresaremos: “Oh Jehová, a nosotros, la vergüenza en el rostro…” Sus corazones estaban
llenos de vergüenza y se manifestaba en su rostro. Estaban avergonzados de sí mismos.
Les decimos eso a nuestros hijos, ¿no es cierto? “¿No te da pena, no te da vergüenza
hacer eso?” Estábamos avergonzados de nosotros mismos. Digo, solíamos ser alguien.
Nuestra tierra era una tierra gloriosa. Nuestro pueblo era un pueblo glorioso. Éramos
orgullosos y ahora somos desechados, somos refugiados, somos cautivos. El norte había
sido llevado en cautiverio por Asiria para que nunca regresara. El sur había sido llevado
también, los otros habían huido a Egipto, cuando Gedalías fue asesinado en Jeremías nos
dice eso. Y estamos todos dispersados y estamos avergonzados. Nuestros pecados impíos
nos han alejado y nuestros rostros están cubiertos de vergüenza. Nuestros reyes están
avergonzados, nuestros príncipes, porque hemos pecado contra ti. Y lo que continúa es
saliendo es confesión.
Versículo 10, nuevamente, él dice: “Y no obedecimos a la voz de Jehová nuestro Dios, para
andar en Sus leyes que Él puso delante de nosotros por medio de Sus siervos los profetas.”
De nuevo, él dice lo mismo. Y no escuchamos tampoco a los profetas. No prestamos
atención, no oímos. Y lo resume. Él dice en el versículo 11: “Todo Israel traspasó Tu ley,
apartándose para no obedecer Tu voz; por lo cual ha caído sobre nosotros la maldición y
el juramento que está escrito en la ley de Moisés, siervo de Dios; porque contra Él
pecamos.”
Ahora, Dios les dio maldiciones, Deuteronomio 28:15 nos dice eso. Dios les dio
maldiciones. Ustedes deobedecen, van a ser disciplinados. Y Dios guarda Su palabra.
Guarda Su Palabra positiva y guarda Su palabra negativa. La vergüenza y el juicio vinieron
porque Dios dijo que vendrían si no obedecían. Y ellos no obedecieron y vino. Y quiero que
noten en el versículo 11 que uno de los elementos más genuinos de la confesión y subraye
esto en algún lugar, uno de los elementos más verdaderos de la confesión siempre es la
realidad en la verdadera confesión, es que cuando Dios lo disciplina por su pecado, usted
acepta la responsabilidad por esa disciplina y nunca culpa a Dios.
La gente quiere culpar a Dios así como Adán. Él dijo ‘la mujer que me diste. Yo no pedí ser
casado. Desperté una mañana y estaba casado. Me diste esta mujer.’ ‘¿Por qué pecaste?’
La mujer que me diste. Tú hiciste esto. Yo ni siquiera sabía lo que era una mujer y
desperté y estaba casado. Ahora, vas hacer que yo te rinda cuentas por este pecado.’ La
mujer que Tú me diste. Y le echa la culpa a Dios. En el libro de Apocalipsis, capítulo 6, dice
que el holocausto que irrumpe ahí en la tribulación y la gente blasfema al Dios del cielo. ‘!
No merecemos esto!’ La gente dice, ‘¿cómo puede haber un Dios en el mundo?, ¿por qué,
si hay un Dios, por qué hay todo este desastre? Si hay un Dios, bueno, debería ser algún
tipo de ogro amargado.’ Como puede ver, no están dispuestos a aceptar el hecho que hay
consecuencias malas en el mundo porque el mundo está lleno de obras malas cometidas
por hombres malos quienes traen esas consecuencias sobre sí mismos.
Uno de los elementos más verdaderos de la confesión - por lo cual ha caído sobre
nosotros la maldición y el juramento que está escrito en la ley de Moisés - es nuestra
culpa. Y versículo 12, él confirma sus palabras. “Y Él ha cumplido la palabra que habló
contra nosotros y contra nuestros jefes que nos gobernaron, trayendo sobre nosotros tan
grande mal; pues nunca fue hecho debajo del cielo nada semejante a lo que se ha hecho
contra Jerusalén.” Nunca antes en la historia humana ha sido hecho algo así, que esté al
nivel de esto. Conforme el pueblo de Judá fue llevado en cautiverio. Él dice que nunca
antes ha pasado. Pero sucedió, tal como dijo que pasó. Él lo escribió en su libro de esta
manera. ‘Si no obedecen, van a ser juzgados. No obedecimos y así pasó. Y no culpamos a
Dios.’
Versículo 13: “Conforme está escrito en la ley de Moisés, todo este mal vino sobre
nosotros; y no hemos implorado el favor de Jehová nuestro Dios, para convertirnos de
nuestras maldades y prestar atención a tu verdad.” Él regresa y regresa, esta es la ley de
Moisés, Dios ya lo dijo. Se nos advirtió de manera justa.
Escuche, cuando usted peque y las cosas salgan mal en su vida, no culpe a Dios. Es usted.
Es usted. Dios no acepta esa responsabilidad. No cuestione a Dios. No culpe a Dios. El
pecado trae su recompensa justa. Está escrito en la ley de Moisés, versículos 13, ‘y no
hemos implorado el favor de Jehová nuestro Dios para convertirnos de nuestras maldades
y prestar atención a Tu verdad.
Ahora escuche eso. Él dice, ‘aún cuando el dolor viene, aún así, no nos corregimos. No lo
confesamos. No buscamos perdón. No nos volvimos, no nos arrepentimos.’ “Por tanto,
Jehová veló sobre este mal y lo ha hecho venir sobre nosotros; porque es justo Jehová
nuestro Dios en todas las obras que ha hecho, pero nosotros no hemos hecho caso de Su
voz.” Lo ve al final del versículo 14, “Jehová nuestro Dios es justo en todas Sus obras que
Él hace.” Ahora amados, no puedo enfatizar lo suficiente que ése es el elemento más
genuino, más verdadero de la confesión verdadera, que todas las circunstancias negativas
que usted recibe en todas esas disciplinas que vienen por el pecado son recibidas como
cosas merecidas por la pecaminosidad.
¡Oh, qué perspectiva tan madura es esa! Puedo decir más acerca de esto, pero no esta
noche. Sólo quiero cerrar leyendo el versículo 15: “Ahora pues, Señor Dios nuestro, que
sacaste Tu pueblo de la tierra de Egipto con mano poderosa, y con ello te granjeaste un
renombre que perdura hasta hoy; hemos pecado, hemos obrado impíamente.” Y lo
resume. Escuchen amados, la verdadera oración intercesora es generada por la Palabra de
Dios, está arraigada en la voluntad de Dios, se caracteriza por la pasión, es cumplida en la
negación de uno mismo, se identifica con el pueblo de Dios y es fortalecida en la
confesión.
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Elementos de una oración verdadera, 3ª Parte


Escritura: Daniel 9:16–19

Código: 27–23
John MacArthur
En preparación para la Mesa del Señor en esta noche, quiero que regresemos a Daniel,
capítulo 9. Durante las últimas dos semanas hemos estado viendo los primeros 19
versículos de Daniel capítulo 9 y quiero que terminemos este estudio en esta noche,
brevemente; y después, compartamos la Mesa del Señor.
Daniel capítulo 9 nos presenta un gran principio de la oración. Los primeros 19 versículos
son una oración realizada por Daniel al Señor a favor del pueblo que él amaba, el pueblo
de Israel. Como hemos estado aprendiendo en los últimos dos domingos por la noche
conforme hemos estado examinando esta maravillosa oración, la oración tiene muchas
facetas; muchas facetas. He estado tratando de señalarle a lo largo de los años y meses
recientemente en los que hemos estudiado la oración del Señor en Mateo capítulo 6 que
la oración es primordialmente comunión con Dios. Realmente no está tanto diseñada
como para que obtengamos cosas como lo es en entender cosas; esto es identificarnos
con el Señor y Sus causas y Sus propósitos.
Para ilustrar eso, permítame contarle una pequeña historia. Un día, el hijo de cinco años
de D. L. Moody, gran evangelista, llegó al estudio del señor Moody. Y su padre estaba y
muy ocupado con sus libros y sus biblias; y estaba escribiendo y no quería ninguna
interrupción. El pequeño niño simplemente se paró a su lado y no dijo nada. Ni una
palabra. Y finalmente, la distracción fue más de lo que el señor Moody podía tolerar y, con
cierto enojo, le preguntó qué era lo que quería. El niño respondió ‘Nada papi,
simplemente quería estar donde tu éstas.’ Y yo creo que eso bien podría ser lo que es la
oración en primer lugar y sobre cualquier otra cosa. No es necesariamente que usted
quiere algo, simplemente quiere estar donde Él está.
Orar es entrar en Su presencia. Orar es compañerismo con Dios. La oración es desear
identificarse con la persona de Dios, el plan de Dios, el poder de Dios y el propósito de
Dios. Hemos estado viendo esta gran oración de Daniel. Él sabe cuál es el plan, le fue
revelado en el libro de Jeremías conforme él leyó. Él sabe lo que Dios está preparando
hacer, él conoce la situación. Y no es que él está pidiendo algo más allá de eso. Es
simplemente que quiere identificarse con Dios y lo que Dios ya ha prometido hacer. Él
simplemente quiere estar donde Dios está y ser parte del plan de Dios.
Y a favor del pueblo de Israel, él intercede. Y de hecho, la petición en los 19 versículos
aparece en el versículo 19 y realmente es simple: “¡Señor, escucha! ¡Señor, perdona!
¡Señor, presta atención, y actúa!” El punto primordial es “Actúa, Señor. Ya has dicho que
lo vas hacer, ya has planeado hacerlo. Revelaste en Tu palabra que lo vas a hacer y
simplemente quiero venir y decir ‘hazlo’. Simplemente quiero identificarme con eso. Y si
Señor, eso significa perdonar a Tu pueblo, entonces hazlo y cumple la conclusión de su
disciplina.”
Ahora, en esta maravillosa oración, hay 18 versículos antes de que él llegue a su petición.
Dieciocho versículos de preparación de corazón. Dieciocho versículos de intercesión por
parte de Daniel a favor de su pueblo. Y le he señalado que hay ocho elementos que
marcan a la oración intercesora genuina. Hay ocho elementos que marcan a la oración
intercesora genuina. Vemos estos ocho conforme avanzamos a lo largo de esta
maravillosa oración. Se vuelve un modelo para nosotros - de hecho - una de las mejores
en todo el Antiguo Testamento. Permítame recordarle de lo que ya aprendimos y vamos a
ver los primeros principios que hemos examinado en el pasado.
Número uno, la oración es generada en la Palabra de Dios. El versículo 2 nos dice que
mientras que él estaba leyendo el libro de Jeremías, él quiso orar. Nuestra vida de oración
procede de la intensidad de nuestro estudio de la Palabra de Dios. Conforme oímos a Dios
contarnos Sus planes, respondemos. Podríamos decir entonces que el primer principio, la
oración es generada por la Palabra de Dios, simplemente es que buscamos conocer el plan
de Dios. Ahí es donde comienza y entramos a la Palabra para descubrir qué es lo que Dios
va hacer para que podamos orar de manera inteligente.
En segundo lugar, dijimos que la oración está arraigada en la voluntad de Dios. Es
generada en la Palabra de Dios y está arraigada en la voluntad de Dios. No sólo buscamos
conocer el plan de Dios, sino verlo cumplido. No estamos tratando de cambiar la mente de
Dios. Estamos tratando de identificarnos con lo que Él ya quiere hacer, lo cual es lo mejor.
En tercer lugar, hemos aprendido que la oración se caracteriza por la pasión. La oración es
un involucramiento apasionado en los asuntos que le preocupan el corazón de Dios. La
oración no sólo busca conocer el plan de Dios, no sólo busca ver el plan de Dios cumplido,
sino que busca ver el plan de Dios cumplido ahora. Hay un anhelo. Hay una pasión
involucrada.
El cuarto lugar, entonces, también vimos que la verdadera oración intercesora, la oración
genuina se identifica por la negación de uno mismo. Es reconocido en la negación de uno
mismo. Vemos la pasión en el 3 tres y vemos la negación de uno mismo en el versículo 4,
en donde dice “Y oré a Jehová mi Dios e hice confesión.” Él no viene y dice ‘necesitas
hacer esto por mí porque yo quiero reclamarte algo’. Él no viene y dice ‘tengo un derecho
de demandar esto de Ti, Dios.’ Él viene y dice ‘soy un pecador y de hecho no tengo el
derecho de demandar nada’. La oración desde el comienzo es un reconocimiento de su
propia indignidad y un sentido de negación de sí mismo. Y entonces, la oración busca no
sólo conocer la voluntad de Dios y no sólo verla cumplida, no sólo verla cumplida de
inmediato sino verla cumplida sin importar lo que me cueste a mí.
Y después, en quinto lugar, dijimos que la verdadera oración intercesora se identifica con
el pueblo de Dios. No es egoísta. Digo, si se acaba de negar a sí mismo, no va a ser egoísta.
No va estar buscando tomar lo que puede, ser posesiva para sus propias metas. Y vemos,
conforme vimos los versículos 5 al 14 cuántas veces él dice ‘nosotros’ y ‘nuestro’ y ‘todo
Israel’. Y una y otra vez él está diciendo ‘quiero incluir a todo el pueblo de Dios, todos
nosotros. Éste es nuestro problema. Minístranos’. La esencia de la verdadera oración
intercesora es que es más grande que cualquier individuo, que cuando realmente oramos,
nosotros nos hacemos a un lado y estamos perdidos en las necesidades de otros. Le
recordamos 1 Samuel 12:23 que dice ‘que Dios me guarde que peque al dejar de orar por
ustedes’.
Entonces, podemos decir que la verdadera oración intercesora no sólo busca conocer el
plan de Dios, no sólo busca verlo cumplido, no sólo busca verlo cumplido de inmediato, no
sólo busca verlo cumplido de inmediato sin importar lo que me cueste, sino que busca
verlo cumplido por causa de otros, por causa de otros. No es ‘Señor, haz esto porque me
gustaría tenerlo’. Es ‘Por favor, hazlo para que Tu pueblo sea bendecido’.
Y después, el sexto lugar, en donde nos detuvimos la última vez, la verdadera oración
intercesor es fortalecida en la confesión. Es fortalecida en la confesión. Observe el
versículo 3. Y después, versículo 20. Versículo 3: “Y volví mi rostro al Señor Dios,
buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza. Y oré a Jehová, mi Dios, y le hice
esta confesión.” Versículo 20: “Aún estaba yo hablando y orando, y confesando mi pecado
y el pecado de mi pueblo Israel.”
Ahora, a lo largo de todo esto, hay un sentido de confesión. Confesión es decir lo mismo
que Dios está diciendo acerca de su pecado, es estar de acuerdo con Dios en que su
pecado es el pecado de usted. Daniel reconoció delante de Dios su pecado y los pecados
de su pueblo. Realmente estaba diciendo ‘Señor, te damos gracias porque ya nos
perdonaste, pero confesamos estas cosas.’ Y eso es esencial en la verdadera oración. La
verdadera oración entra en la presencia de Dios con un sentido de la santidad absoluta de
Dios y entonces, está dispuesto a reconocer su propio pecado.
Cuando vamos a una ocasión importante y probablemente no está vestido de manera
apropiada para ella, usted se disculpa. Usted sabe, eso me ha sucedido. He compartido
algunas veces cuando me sucede, me acuerdo cuando la primera vez que estaba en la
conferencia de pastores de Moody. No era un orador, simplemente fui a ser refrescado de
mi corazón. Y había estado haciendo algo esa tarde y estaba vestido de manera casual y
tenía puesta una camisa de Mickey Mouse. Normalmente, no usó una playera de Mickey
Mouse en lugares importantes; pero pensé que entraría en el auditorio para oír el
mensaje final esa noche. Y el Presidente se puso de pie y dijo: “¿Está John MacArthur en la
audiencia? Y si ésta, me gustaría que pasara y nos guiara en oración.” Esa fue la primera y
última vez que usé una remera de Mickey Mouse en una conferencia de pastores. Y ahí
estaba yo en mi camisa de Mickey Mouse.
Y claro, se vuelve más simpático entre más tiempo pasa usted pensando en ello. Eso pasó
hace mucho tiempo atrás cuando era joven y necio; pero, lo que obviamente estaba en mi
mente después es que simplemente me estuve disculpando. No sé por qué usted me pidió
orar. Estoy seguro de que si usted supiera, nunca me hubiera pedido que pasara al frente.
No pertenecía yo a ese lugar. No estaba vestido de manera apropiada. Estaba fuera de
lugar. Y usted, simplemente tropieza y no sabe qué decir porque no pertenecía ahí por no
estar vestido de manera apropiada.
Y eso realmente es la esencia de lo que es la confesión en la oración. Es ir a la presencia
del Dios santo con un reconocimiento de que usted no está vestido de manera apropiada
para estar ahí a no ser por la justicia de Cristo que lo ha cubierto a usted. Y ciertamente, a
la luz de eso, debe haber un hacer a un lado toda la pecaminosidad. Como lo dijo un
escritor, aun antes de que pudiera rogarle al Señor a favor de nada, así es como él
comenzó su oración “Dame un horror del pecado, un terror de que se acerque, un
arrepentimiento más profundo. Ayúdame a huir de él y de manera celosa determinar que
mi corazón será sólo tuyo. Escarba en las profundidades de mí, gran señor, granjero
celestial, para que mi ser sea un campo que éste bien arado, las raíces de Tu gracia
extendiéndose en las profundidades y extensiones hasta que sólo Tú seas visto en mí. Tu
belleza dorada, la cosecha de verano: Tu fruto, como la cosecha abundante de otoño.” Fin
de la cita.
En otras palabras, la preparación del corazón antes de la petición. Pablo tuvo un profundo
sentido del pecado así. En Romanos 7 habla de él. En 1 Timoteo 1:15 se llama a sí mismo
el primero de los pecadores, el que es totalmente indigno de predicar. La confesión era
parte diaria de la vida de Daniel y también es parte de las oraciones de cualquier persona.
Y realmente creo que esto es simplemente otra buena razón para tener la Mesa del Señor.
Porque para prepararnos para la Mesa del Señor, debemos confesar nuestra
pecaminosidad y al hacerlo, y confesar pecado, abrimos el potencial de la comunión plena
en oración también.
La confesión era parte de la vida diaria de Daniel, como dije, sin embargo hubo veces
cuando la confesión especial era necesaria. Simplemente porque Daniel confesara su
pecado ahí no significa que nunca antes lo hubiera hecho. No quiere decir que él se
esperó para que hubiera grandes acontecimientos para hacerlo. Pero la mayoría de
nosotros hacemos eso. No enfrentamos nuestro pecado a nivel diario, en la vida diaria.
Tendemos a acumularlo hasta que llegamos - por así decirlo - al límite, hasta que llegamos
a la comunión o hasta que llega el desastre. O estamos a punto de perder el trabajo o no
sabemos lo que está pasando mal o por qué están saliendo mal las cosas en nuestra vida.
Y después, de pronto, nos volvemos personas que confesamos mucho.
Daniel confesó su pecado todo el tiempo, pero aún así hubo ocasiones en su vida cuando
grandes acontecimientos lo enfrentaron, cuando hubo un mayor sentido de
pecaminosidad. Lo encontramos en el Antiguo Testamento, por ejemplo, en Levítico
16:21. Dice en el día de la expiación, Yom Kippur, ese gran día cuando los pecados de toda
la nación durante el año eran expiados. Ese era el día de confesión tremenda, grande. No
el lugar de la confesión diaria sino además de eso. En 2 crónicas capítulo 29, versículo 6,
cuando Ezequiel vio a Dios trayendo un gran avivamiento, hubo en respuesta un
tremendo derramamiento de confesión. En el capítulo 9 del libro de Esdras versículos 4 al
15, encontramos de nuevo cuando la Palabra de Dios aviva los corazones de la gente en
preparación para el movimiento de Dios, la operación de Dios en medio de ellos y el hacer
cosas poderosas, hubo gran confesión. En el capítulo 1 y en el capítulo 9 de Nehemías
vemos lo mismo. Y claro, en Mateo 3, conforme llega Juan el Bautista y él declara que el
Mesías está por venir, él llama al pueblo a confesar y arrepentirse y producir frutos dignos
de arrepentimiento.
Jeremías, claro, cuando él clamó acerca del juicio venidero en el tercer capítulo, en el
octavo capítulo, en el capítulo decimocuarto y nuevamente en Lamentaciones, capítulo 1,
Jeremías dice: “Dios viene y debido a que Dios viene, necesitan prepararse por la
confesión de su pecado.” Y es tan real como eso en cualquiera de sus lugares que
debemos encontrarnos con el Señor aquí en Su mesa de esa manera, ¿no es cierto? Y
entonces, debemos tener corazones preparados mediante la confesión de nuestro
pecado.
Ahora, señalamos que eso es exactamente lo que sucede en los versículos 5 al 14. Observe
el versículo 5: “Hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho impíamente.”
Versículo 6: “Ni hemos oído a Tus siervos los profetas.” Versículo 9: “De Jehová nuestro
Dios es tener misericordia y perdonaron que contra Él nos hemos rebelado.” Y no
obedecimos a la voz de Jehová nuestro Dios para andar en Sus leyes que Él puso delante
de nosotros por medio de Sus siervos los profetas. Todo Israel traspasó Tu ley,
apartándose para no obedecer Tu voz.
Y entonces, de manera repetida habla de su pecado. Esto es confesión y a lo largo de la
oración una y otra vez viene la confesión. Ahora, ¿qué está haciendo él? Ahora escuche
esto. Daniel de hecho está diciendo esto: “Merecemos el juicio que estamos recibiendo.
De acuerdo, reconocido, no lo estoy negando.” Y eso es algo maravilloso. La confesión
tiene mucho fruto. Uno, simplemente reconocer mi pecaminosidad para que el Señor
pueda purificarme, pero dos es un reconocimiento de mi pecaminosidad, para que cuando
Dios me discipline, yo admita que lo merezco.
Yo tuve que disciplinar a Melinda el otro día y la discipliné bastante duro. Y más adelante,
le dije ‘¿Sabes por qué estuve que hacer esto, no es cierto me amor?’ Y respondió ‘Sí’. No
había duda en su mente. Ella expresó su amor a mí con un gran beso y un abrazo. Ella
sabía que había hecho lo justo porque ella estaba recibiendo los frutos de su pecado y en
un sentido, eso es lo que Dios está diciendo. Cuando confesamos nuestro pecado,
liberamos a Dios para disciplinarnos sin pensar en desigualdad o injusticia.
Permítame darle una ilustración. Pase en su Biblia a Josué capítulo 7. Josué capítulo 7. El
sexto libro en el Antiguo Testamento. Josué le dijo a Acán, versículo 19. Acán, usted
recordará, era culpable de haberse robado cosas de Jericó. Dios dijo ‘cuando entren y se
apoderen de la ciudad no tomen nada de la ciudad, no saquen nada.’ Y él entró y se robó
varias cosas y las trajo de regreso y las sepultó debajo de su tienda. Y Josué lo confrontó
por ello. El Señor había mostrado de manera obvia que él había hecho esto. Y: “Entonces
Josué dijo a Acán: ‘Hijo mío, da gloria a Jehová el Dios de Israel, y dale alabanza, y
declárame ahora lo que has hecho; no me lo encubras.’ Y Acán respondió a Josué
diciendo: ‘verdaderamente yo he pecado contra Jehová el Dios de Israel, y así y así he
hecho.’ ” Y entra en los detalles “Pues vi entre los despojos un manto babilónico muy
bueno, y doscientos siclos de plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, lo cual
codicié y tomé; y he aquí que está escondido bajo tierra en medio de mi tienda, y el dinero
debajo de ello.”
“Josué entonces envió mensajeros, los cuales fueron corriendo a la tienda; y he aquí
estaba escondido en su tienda, y el dinero debajo de ello. Y tomándolo de en medio de la
tienda, lo trajeron a Josué y a todos los hijos de Israel, y lo pusieron delante de Jehová.
Entonces Josué, y todo Israel con él, tomaron a Acán hijo de Zera, el dinero, el manto, el
lingote de oro, sus hijos, sus hijas, sus bueyes, sus asnos, sus ovejas, su tienda y todo
cuanto tenía, y lo llevaron todo al valle de Acor. Y le dijo Josué: ¿Por qué nos has traído
desgracia?” En otras palabras, tu pecado ha afectado al país entero, el pueblo entero.
“Caiga la desgracia de Jehová sobre ti en este día. Y todos los israelitas los apedrearon, y
los quemaron después de apedrearlos. Y levantaron sobre él un gran montón de piedras,
que permanece hasta hoy. Y Jehová se volvió del ardor de su ira. Y por esto aquel lugar se
llama el Valle de Acor, hasta hoy.”
Ahora escuche, alguien estaba leyendo a lo largo del libro de Josué y usted lee la historia
de Acán menos versículo 19 y 20 y diría ‘bueno, ¿qué tipo de Dios va a hacer eso? Eso es
severo. Digo, todo el mundo murió. Todo animal murió. Quemaron su tienda. Todo
remanente de la vida del hombre fue eliminado. No tendría ningún sentido y usted podría
pensar que Dios es injusto y no es equitativo sino leyera los versículos 19 y 20. Él confesó.
Él dijo ‘he pecado’. Y cuando él dijo eso, él admitió que merecía morir porque la paga del
pecado es muerte. Y eso se remonta al principio, en el día que desobedezcas, Dios le dijo a
Adán, ciertamente morirás. El hombre que pecare, dice Ezequiel, morirá. En otras
palabras, la confesión de pecado hace dos cosas. Número uno trae perdón pero también
libera a Dios para disciplinar sin injusticia alguna. Ahora, Él no tiene injusticia, pero hace
pública la demostración de que el castigo es merecido.
Creo que es un buen punto porque tendemos a preguntarnos por qué las cosas no
siempre salen como pensamos que deben salir. Escuche, si usted recibiera lo que merece,
usted habría muerto hace mucho tiempo atrás. Yo también. El mismo hecho de que usted
vuelva a respirar es la gracia de Dios. Entonces, tenemos que reconocer nuestra
pecaminosidad y liberar a Dios de cualquier pensamiento de injusticia.
Regrese por un momento a 1 Samuel capítulo 4. Primera de Samuel 4. Hemos visto este
pasaje en algún tiempo en el pasado y simplemente se lo voy a recordar. Los filisteos y los
israelitas estaban en una batalla. Peleaban todo el tiempo. Los israelitas estaban
perdiendo. Realmente tenían miedo. Entonces, alguien dijo ‘más vale que vayas a traer a
Dios’. No habían prestado atención alguna a Dios quién sabe durante cuánto tiempo y
entonces, decidieron traer a Dios. Bueno, Dios estaba representado por una pequeña caja
conocida como el arca del pacto y entonces, mandaron traer el arca del pacto. Y dijeron
‘traigan el acta del pacto aquí’. En la primera parte del capítulo 4, y por los versículos 4, 5 y
6. Y vienen los hombres cargando el arca del pacto, la pequeña caja ahí con las varas en la
espalda de los sacerdotes y entran con ella. ¿Y qué pasa? Los filisteos tienen miedo, en el
versículo 7, y dicen ‘Dios ha venido al campamento, ¡Ay de nosotros!’ Ellos dicen en el
versículo 8: “¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de la mano de estos dioses poderosos?
Estos son los dioses que hirieron a Egipto con toda plaga en el desierto.”
Y entonces, realmente tienen pánico. Y ahí estaba Dios. Ahora claro, ellos eran idólatras y
entonces, ellos pensaban que éste era su ídolo. Esta era simplemente una pequeña caja
que representaba a Dios pero representaba la presencia de Dios. Y claro, los hebreos
estaban emocionados. ¡Dios ha llegado, la victoria nuestra! Pensaron que Dios era un
genio utilitario. Usted simplemente lo frota un poco y dice ‘Haz lo que debes hacer y lo
hace’. Pero no fue así. Ellos no habían vivido una vida justa y Dios no iba a venir a su
rescate, no iba a ayudarlos; y entonces la pelea continuó y en el versículo 10, Israel perdió.
Ahí hay un cambio. No sólo eso, los filisteos se robaron el arca. Salieron corriendo con la
pequeña caja. Si usted cree que eso fue problema para Israel, usted no conoce la historia.
Eso fue problema para los filisteos. Ahora tienen a Dios en sus manos.
Versículo 1 del capítulo 5 dice: “Cuando los filisteos capturaron el arca de Dios, la llevaron
desde Eben-ha-Ezer a Asdod. Y tomaron los filisteos el arca de Dios, y la metieron en la
casa de Dagón, y la pusieron junto a Dagón.” Los filisteos tenían un Dios llamado Dagón
que era mitad pez y mitad hombre en su representación. Y pensaron que éste era el dios
de los israelitas, ‘vamos a meterlo en la casa de nuestro dios y vamos a tener dos dioses’.
Entonces, lo meten ahí. “Y cuando al siguiente día los de Asdod se levantaron de mañana,
he aquí que Dagón estaba postrado en tierra delante del arca de Jehová;” Dios no tolera
ninguna competencia.
“Y tomaron a Dagón y lo volvieron a su lugar.” Se preguntaron qué había pasado. No
podían entender cómo se había tropezado, quizás había habido un terremoto local. “Y
volviéndose a levantar de mañana el siguiente día, he aquí que Dagón había caído
postrado en tierra delante del arca de Jehová; y la cabeza de Dagón y las dos palmas de
sus manos estaban cortadas sobre el umbral, habiéndole quedado a Dagón el tronco
solamente.” Y Dios estaba diciendo ‘Yo lo puse donde Yo quería. Ya no lo levanten.’
Y por cierto, el versículo 5 dice que ya nadie más volvió a adorar a Dagón. Por supuesto
que no, ¿quién va a querer adorar a un perdedor? Y el versículo 6 dice: “Y se agravó la
mano de Jehová sobre los de Asdod, y los destruyó y los hirió con tumores en Asdod y en
todo su territorio.” Y usted ahí tiene todo tipo de traducciones. Algunas de sus Biblias
dicen hemorroides. Algunas de ellas se oye como una flor. La traducción correcta es
tumores. De pronto, todos tenían tumores y todos tenían tumores en sus partes internas.
El versículo 9 habla acerca de sus partes secretas, significa lo interno. Arraigado en sus
profundidades. Comenzaron con tumores.
Bueno, el pueblo de Asdod dijo ‘Miren, ¿podrían deshacerse de esa caja? Nos está
trayendo una plaga terrible. Entonces, llevaron la pequeña caja a Gat. ¿Se acuerda de Gat?
Ahí había un hombre alto llamado Goliat. Entonces, la llevaran a Gat. Todo el mundo en
Gat terminó igual.
Y la gente dijo ‘llévenla a Ecrón’. E iba de ciudad a ciudad en Filistea. La llevaron a Ecrón y
ahí sucedió lo mismo. Los ecronitas clamaron y dijeron que sacarán a eso de ahí. Y
entonces, ahora deciden tener una junta con todas las mentes de las tierras para que
puedan descubrir cómo regresarla al lugar de donde la sacaron porque dos cosas
comenzaron a pasar. La gente que no terminó con tumores murió en una plaga que fue
traída por los ratones. Algo así como la peste bubónica o la muerte negra y la gente estaba
muriendo por todos lados.
El Arca del Señor estaba en el país de los filisteos, dice el capítulo 6 por 7 meses. Siete
meses. Y los filisteos llamaron a los sacerdotes y a los adivinos y dijeron ‘¿qué vamos a
hacer con el arca de Jehová? Díganos en qué la vamos a enviar a su lugar, ¿adónde
pertenece? Regresémosla.’ Y ellos dijeron ‘si envían el Arca del Dios de Israel, no la envíen
vacía. No la envíen vacía de regreso. Sino que devuélvanle una ofrenda por transgresión.
Le hago una pregunta simple. ¿Qué admite una ofrenda de transgresión? Pecado. Esos
paganos, en su mentalidad pagana por lo menos reconocieron que era su culpa esto que
les estaba sucediendo a ellos. ¿Se da cuenta?
No estaban levantando sus puños, como en Apocalipsis 16, cuando la gente en la
tribulación futura esté siendo quemada con el fuego y maldigan al Dios del cielo y van a
blasfemar Su nombre. No, no, de hecho estaban diciendo ‘hombre, hemos ofendido a este
Dios y más vale que corrijamos esto. Estamos recibiendo lo que merecemos.’ Entonces
dijeron ‘bueno, vamos a tener que hacer algún tipo de ofrenda.’ Y preguntaron cuál sería.
Versículo 4. “Envía de regreso cinco tumores dorados y cinco ratones de oro.” Ahora, eso
es conocido como una ofrenda devota. Los paganos hacían esto con frecuencia. Ellos
replicaban la enfermedad o la plaga en madera o en arcilla o en metal; y lo ofrecían al Dios
como una afirmación de que ellos sabían que la plaga venía de esa deidad.
Estaba en la ciudad de Corinto y un hombre nos llevó a un pequeño lugar que no
muestran a todos ahí. Contiene ofrendas votivas que excavaron alrededor del lugar de
Corinto antiguo donde adoraban al dios Asclepio de quien creían que era el dios de la
curación. Y entonces, al adorar a este dios, cuando venían y traían sacrificios a Asclepio,
hacían pequeños modelos de arcilla de cualquier parte, cualquier miembro o cualquier
parte interna del cuerpo que estaba enfermo. Y lo ofrecían a la deidad como un
reconocimiento de que su enfermedad vino a ellos porque lo ofendieron. Y el lugar está
simplemente cubierto de miles de pequeñas cosas que han sido excavadas. Esa es una
ofrenda votiva.
Y entonces, ellos hicieron estos tumores dorados y estos ratones dorados - hablando de la
plaga - y después, dice en el versículo 5: “Haréis, pues, figuras de vuestros tumores, y de
vuestros ratones que destruyen la tierra, y daréis gloria al Dios de Israel; quizá aliviará SU
mano de sobre vosotros y de sobre vuestros dioses, y de sobre vuestra tierra.” En otras
palabras, ellos dijeron ‘tienen que admitir que es su culpa’. Amados, éste es uno de los
elementos más esenciales de la confesión.
Las confesiones no son algo ligero. Es un reconocimiento de que usted ha ofendido al Dios
santo. Y si las cosas no están bien en su vida, es porque usted ha traído esto sobre usted
mismo; porque Dios es justo y debe reaccionar en contra de su injusticia. ¿Verdad? Es sólo
Su gracia lo que evita que seamos consumidos.
Ahora, de regreso a Daniel. Entonces, Daniel está haciendo una oración de confesión y él
reconoce que la cautividad, los 70 años y todos los juicios y castigos son merecidos debido
a los pecados del pueblo. El final del versículo 15, creo, lo resume bien. “Hemos pecado.
Hemos hecho impíamente.” Versículo 16: “Oh Señor, conforme a todos Tus actos de
justicia, apártese ahora Tu ira y Tu furor de sobre Tu ciudad Jerusalén, Tu santo monte;
porque a causa de nuestros pecados, y por la maldad de nuestros padres, Jerusalén y Tu
pueblo son el oprobio de todos en derredor nuestro.” No es la culpa de nadie más que la
nuestra.
Permítame resumirlo. La verdadera oración intercesora es generada por la Palabra de
Dios, está arraigada en la voluntad de Dios, se caracteriza por la pasión, se reconoce en la
negación de uno mismo, se identifica con otros y es fortalecida en la confesión.
Brevemente, dos puntos finales.
Número siete, la verdadera oración intercesora depende de la persona de Dios. Depende
de la persona de Dios. ¿Sabe una cosa?, si Dios fuera como los dioses de los filisteos,
realmente no ayudaría mucho pedir perdón porque sus dioses eran malos, dioses crueles
en sus propias mentes, pero no es así nuestro Dios. Nosotros oramos por perdón, oramos
confesando, clamamos a Dios a favor de su pueblo. Intercedemos por las necesidades de
otros porque creemos que Dios oye y responde, ¿verdad? Toda oración entonces está
basada en la persona de Dios.
Ahora, observe cómo esa persona es desarrollada comenzando en el versículo 4. “Y oré a
Jehová mi Dios e hice confesión diciendo: Ahora, Señor, Dios grande.” En primer lugar, él
dice grande. Esa palabra significa poderoso. En otras palabras, oro a Dios porque Él es lo
suficientemente poderoso como para responder. Él no es impotente. Él puede cambiar las
circunstancias. Él tiene todos los recursos infinitos a Su disposición. Él es el Dios - en el
versículo 15 - “que sacaste Tu pueblo de la tierra de Egipto con mano poderosa.” Es
maravilloso orar a un Dios que es omnipotente, ¿no es cierto? Digo, ¿no sería terrible orar
a un dios que sólo fuera la segunda deidad más poderosa y tuviera que llevar todo a
alguien más? ¡Qué situación sin esperanza es esa! Pero Él es poderoso.
En segundo lugar, Él es majestuoso. Él es majestuoso. Esto significa que debe ser honrado.
Debe ser glorificado. Debe ser exaltado. Debe ser alabado. Él es digno. Él es el más
poderoso y Él es el más majestuoso. Observe qué más. Que guarda el pacto, guarda el
pacto. No sólo vemos Su poder y Su majestad sino Su fidelidad. Cuando Dios hace una
promesa, la guarda. Y Él hizo un pacto con Su pueblo y Él nunca los va a dejar, ¿verdad? Y
si ellos se arrepentían, Él los perdonaba. Y si ellos le obedecían, Él los restauraba. Y Dios
guarda Su promesa.
La Biblia dice ‘clama a Mí y te responderé y te mostraré cosas grandes y maravillosas que
tú no conoces.’ Y creemos eso, ¿no es cierto? La Biblia dice: “Si nuestros corazones son
puros y nuestros pecados son hechos a un lado e invocamos Su nombre, Él va a responder
a nuestro llamado.” Oramos porque creemos que Dios tiene el poder de cumplirlo, porque
Él es el majestuoso en el universo y es digno de nuestras oraciones; y debido a que Él es
un Dios fiel quien va a guardar Sus promesas.
Observe también en el versículo 4, Él dice ‘que guardas la misericordia con los que te
aman y guardan Tus mandamientos’. Misericordia para los que lo aman. Permítame decir
que la palabra misericordia ahí es realmente amor. Él va a perdonar porque él ama. Él nos
va a conceder lo que pedimos en Su voluntad porque Él ama. Una cosa es ser poderoso y
algo más es ser majestuoso. Y es especialmente maravilloso ser fiel, pero lo que encierra
la fidelidad es el amor. ¡Amor!
Y después, observe conforme usted avanza en el versículo 7: “Tuya es, Señor, la justicia.”
Él es Santo. Él va a hacer lo que está bien, no lo que está mal. ¡Qué maravilloso es saber
eso! Dios nunca puede hacer algo mal. Siempre bien, siempre bien, siempre bien. No
importa lo que Él haga, siempre es lo correcto. Está bien, está bien, está bien. ¿No es
maravilloso tener ese tipo de Dios? Nunca comete un error, nunca comete una necedad,
nunca hace algo que está mal.
Nuestro Dios es poderoso, majestuoso, fiel, amoroso y absolutamente santo. Y después,
¡qué maravilloso es saber que Él es misericordioso y perdonador! Y eso podría ser el
corazón de todo. En el versículo 9 dice: “De Jehová nuestro Dios es el tener misericordia y
el perdonar.” Me gusta el hecho de que el perdón esté en el plural, ¿a usted no? Lo he
necesitado más de una vez. ¿Usted? Perdones, misericordias. Y entonces, podemos decir
que nuestro Dios es un Dios de gracia. Él es poderoso, majestuoso, fiel, amoroso, santo y
lleno de gracia.
Ahora, ése es el tipo de Dios que buscamos en nuestras oraciones. Al reunirnos en torno a
la mesa del Señor y vemos la cruz, vemos todas esas cosas. Conforme veo la cruz, veo Su
poder, porque en esa cruz Él conquista al pecado y la muerte y a Satanás y al infierno,
¿verdad? Eso es poder. Conforme veo a la cruz, veo a Su majestad porque Él ahí es una
víctima a los ojos de los romanos y los judíos; y sin embargo, paso a paso Él está
controlando todo lo que está pasando en la vruz. Y veo a alguien que está de lejos y
viéndolo controlar Su propia muerte y controlar todo acontecimiento para cumplir la
profecía en un asombroso asombro absoluto “De cierto, verdaderamente éste era el hijo
de Dios.” Él fue majestuoso inclusive al morir.
Y veo a la cruz y veo Su fidelidad. Él dijo que Él moriría por nosotros. Él dijo que tenía que
ir a la cruz. Él dijo que el Hijo del Hombre tenía que morir. Aunque en el huerto Él agonizó
por ello, Él guardó Su promesa. Él es fiel. Veo a la cruz y veo Su amor, porque Él no debería
haber estado ahí. Yo debería haber estado ahí. Pero debido a que Él amó, Él tomó mi
lugar. Veo la cruz y veo Su santidad porque es Su santidad lo que lo colocó ahí. Él no sólo
podía perdonar pecadores. Él tenía que pagar el precio para enfrentar el pecado porque Él
no puede tolerar el pecado. Su castigo debe ser pagado. Y veo Su misericordia y perdón
ahí. Él es un Dios de gracia.
Como puede ver, todo lo que Dios es para Daniel, Dios es para nosotros. Y Daniel sabe a
partir de su trato con su pueblo y lo sabemos a partir de la cruz. Vemos Su poder, Su
majestad, Su fidelidad, Su amor, Su santidad, Su gracia; y esa es la base de nuestras
oraciones. Y me da tanto gusto orar a un Dios quien es todopoderoso. Me da tanto gusto
orar a un Dios quien es absolutamente majestuoso y controla todas las circunstancias del
mundo entero. Me da tanto gusto orar a un Dios quien es absolutamente fiel con Sus
hijos, y los ama. Me da tanto gusto amar, me da tanto gusto orar a un Dios quien es
absoluta y totalmente Santo y siempre va a hacer lo que está bien. Y me da tanto gusto
orarle a un Dios quien es un Dios de gracia y perdona y perdona y perdona.
Entonces, la oración intercesora genuina, como puede ver, es generada por la Palabra de
Dios, está arraigada en la voluntad de Dios, se caracteriza por la pasión, es reconocida en
la negación de uno mismo, se identifica con el pueblo de Dios, es fortalecida en la
confesión y depende de la persona de Dios.
Un pensamiento final. La oración intercesora, finalmente, se consume en la gloria de Dios.
Se consume en la gloria de Dios. Vea el versículo 16, y simplemente siga conforme leo
hasta el versículo 19: “Oh Señor, conforme a todos Tus actos de justicia, apártese ahora Tu
ira y Tu furor de sobre Tu ciudad Jerusalén, Tu santo monte; porque a causa de nuestros
pecados, y por la maldad de nuestros padres, Jerusalén y Tu pueblo son el oprobio de
todos en derredor nuestro.” Ahora, deténgase hay un momento. Él dice: Dios, Jerusalén,
Tu ciudad, Sión, Tu monte santo debido a nosotros ha tenido que recibir Tu furia y Tu ira.
Vuélvete de eso porque Tu pueblo se ha vuelto un oprobio para Ti. En otras palabras, no lo
hagas por nosotros, hazlo por Ti. ¿Se da cuenta? Toda la oración se consume en la gloria
de Dios. Hazlo por Ti.
Versículo 17: “Ahora pues, Dios nuestro, oye la oración de Tu siervo, y sus ruegos; y haz
que Tu rostro resplandezca sobre Tu santuario asolado, por amor del Señor.” No por amor
nuestro Señor sino por amor del Señor. Versículo 18: “Inclina, oh Dios mío, Tu oído, y oye;
abre Tus ojos, y mira nuestras desolaciones, y la ciudad sobre la cual es invocado Tu
Nombre; porque no elevamos nuestros ruegos ante Ti confiados en nuestras justicias, sino
en Tus muchas misericordias.” No estamos haciendo demandas en base a nuestra propia
justicia. Estamos diciendo ‘hazlo para que manifiestes Tu gran misericordia. Esta ciudad es
llamada por Tu Nombre y Tu reputación está en juego.’
En el versículo 19: “Oye, Señor; oh Señor, perdona; presta oído, Señor, y hazlo; no tardes,
por amor de Ti mismo, Dios mío; porque Tu Nombre es invocado sobre Tu ciudad y sobre
Tu pueblo.” Como puede ver, se encuentra por todos estos cuatro versículos. Hazlo por Ti,
no por nosotros. Como puede ver, la cautividad de Judá y la inexistencia del santuario en
Jerusalén era interpretado por las naciones que los rodeaban indicando que el Dios de
Judá o no tenía poder o era un engaño en su totalidad. Y Daniel está diciendo “Dios,
redime Tu Nombre. No dejes que Tu nombre sea manchado. No dejes que se hable mal de
Ti. No dejes que nuestro pecado corrompa Tu reputación.” Hombre, esa es una oración
madura. Perdónanos por Tu causa.
Y quiero decirles una cosa, vivimos en un día cuando la oración está infinitamente lejos de
ese tipo de oración. La gente sólo estaba orando por sus propias metas y fines. Dios debe
ser glorificado. Jeremías dice lo mismo. Jeremías 29:17. “Así ha dicho Jehová de los
ejércitos: He aquí envío Yo contra ellos espada, hambre y pestilencia, y los pondré como
los higos malos, que de tan malos no se pueden comer. Los perseguiré con espada, con
hambre y con pestilencia, y los daré por escarnio a todos los reinos de la tierra, por
maldición y por espanto, y por burla y por afrenta para todas las naciones entre las cuales
los he arrojado; por cuanto no oyeron Mis palabras, dice Jehová, que les envié por Mis
siervos los profetas, desde temprano y sin cesar; y no habéis escuchado, dice Jehová.”
Dios dice ‘los voy a aplastar por un período de tiempo debido a su maldad’ pero el profeta
dice ‘Dios, no lo prolonga es. Esto es horrible. Somos oprobio entre las naciones, es Tu
reputación la que está en juego. Llevamos Tu Nombre.’ El salmista invoca a Dios con
respecto a lo mismo. Creo que es el Salmo 102. Permítame ver para asegurarme, versículo
12: “Mas Tú, Jehová, permanecerás para siempre, Y Tu memoria de generación en
generación. Te levantarás y tendrás misericordia de Sion, Porque es tiempo de tener
misericordia de ella, porque el plazo ha llegado. Porque Tus siervos aman sus piedras, y
del polvo de ella tienen compasión. Entonces las naciones temerán el nombre de Jehová, Y
todos los reyes de la tierra Tu gloria; Por cuanto Jehová habrá edificado a Sion, Y en su
gloria será visto; Habrá considerado la oración de los desvalidos, Y no habrá desechado el
ruego de ellos. Se escribirá esto para la generación venidera; Y el pueblo que está por
nacer alabará a JAH, Porque miró desde lo alto de Su santuario; Jehová miró desde los
cielos a la tierra.”
En otras palabras, el salmista dice “Dios, cuando Tú regreses y reconstruyas Tu ciudad, el
pueblo va a mirar hacia atrás y va a decir ‘El Señor es grande. ¿Ora usted así? ¿Ora usted
porque Dios haga ciertas cosas en su vida y en su Iglesia y en las vidas de otros para que Él
sea glorificado? En Juan 14, nuestro querido Señor dijo, como vimos tantas veces en la
oración de los discípulos, ‘pedid y recibiréis para que el Padre sea glorificado en el Hijo.’
Daniel dice ‘hemos pecado y hemos traído el oprobio y hemos corrompido Tu Nombre. Y
eso no está bien. Vuelve eso, Dios. Perdónanos y restaura la virtud de la santidad de la
majestad de Tu Nombre a los ojos del mundo. Llevamos Tu Nombre. Redímelo.’
Para mí, esta es una palabra personal conforme cerramos. Para mí, es el elemento más
severo del pecado el que traiga oprobio al nombre del Señor cuyo nombre yo llevo.
¿Verdad? Digo, si yo solo estuviera tratando de proteger mi propia reputación, yo tendría
más tendencia a caer en pecado. Pero es la reputación de Dios la que está en juego. Una
serie de verbos llevan a su clímax a este pasaje. ‘Oye, perdona, haz y no te tardes. Hazlo
Señor.’
¿Y qué hemos aprendido? La oración es generada por la Palabra de Dios, está arraigada en
la voluntad de Dios, se caracteriza por la pasión, se reconoce en la negación de uno
mismo, se identifica con otros, es fortalecida en la confesión, depende de la persona de
Dios y se consume en la gloria de Dios. Y ese tipo de oración, amados, es respondida. Y no
sólo es cualquier respuesta, sino una respuesta tan abrumadora que podría ser la profecía
más gloriosa en todo el libro de Daniel. Para eso, va a tener que esperar tres meses
comenzando en el versículo 20.
Oremos juntos. Padre, Te damos gracias en esta noche porque hemos podido compartir
esta mirada final de la oración de Daniel. Ayúdanos a orar como enseñaste a Daniel a orar.
Y ahora, conforme preparamos nuestros corazones para nuestra para Tu mesa, oramos
porque Tú nos hables de una manera muy especial, para que podamos oír lo que tienes
que decir.
Mientras que sus cabezas están inclinadas por un momento, permítame sugerirle una
oración para que usted pueda hacerla. Como usted sabe, la Biblia dice que usted no debe
venir a la Mesa del Señor de una manera indigna. Y para preparar su corazón, Pablo dice
en 1 Corintios 11: “deben examinarse a vosotros mismos.” En un momento, van a reunirse
y tener comunión con el Señor en Su Mesa. La Biblia nos dice cuando participamos del
pan, tenemos comunión con Su cuerpo y Su sangre en la copa. Y conforme participamos
de estas cosas, tenemos comunión con Él en el sentido más pleno y más maravilloso.
Conforme hacemos eso, confío en que su corazón esté preparado; y haya consensado
cualquier pecado que esté entre usted y Él.
Y usted podría pensar en esta oración: “Señor misericordioso, perdona todos mis pecados
de este día. Pecados de omisión y comisión, de enojo, de emoción, de labio y de vida y de
andar. Pecados de dureza de corazón, de incredulidad, de presunción, de orgullo. Pecados
de infidelidad a las almas de los hombres. Una falta de decisión determinante en la causa
de Cristo. Pecados de deficiencia al no tener celo por Tu gloria. Pecados por traer
deshonra sobre Tu gran Nombre. Pecados de engaño, injusticia, mentira. Pecados de
impureza en pensamiento, palabra, en obra. De avaricia, de sustancia guardada
acumulada de manera inapropiada y esparcida de manera no prudente. Y no consagrado
con la gloria Tuya, el gran dador. Pecados en privado y en la familia y en el estudio y en la
recreación, en el estudio de Tu Palabra, en el descuido del estudio de la misma. En
oración, ofrecida de manera irreverente y fría. Pecados al desperdiciar el tiempo, pecados
al ceder a los deseos de Satanás. En abrir mi corazón a su tentación. Pecados en no velar
cuando sé que estás cerca. Pecados al contristar al Espíritu Santo. Pecados en contra de la
luz y el conocimiento, en contra de las restricciones conscientes de Tu Espíritu. Pecados
contra la ley del amor eterno.
Perdona todos mis pecados conocidos y no conocidos, sentidos y no sentidos, confesados
y no confesados, recordados y olvidados. Oye, oh Señor, y oyendo, perdona. Esa es
nuestra oración, Padre. Y conforme examinamos nuestros propios corazones que
podamos percibir que Tú nos estás hablando, revelando esos pecados que necesitamos
hacer a un lado y revelándonos el camino de la obediencia. Oramos, también Señor
porque conforme vemos hacia la cruz en este momento, que veamos en ella la maravilla
que está ahí del que nos ha perdonado de nuestro pecado. En el nombre de Cristo. Amén.
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Ética cristiana, 4ª Parte: Sumisión y súplica


Escritura: Hebreos 13:7–8, 17–21

Código: 1642
John MacArthur
Abran sus Biblias en el capítulo 13 de Hebreos para nuestro estudio de esta noche. Vamos
a estar terminando nuestro estudio de este libro, ha sido un libro muy difícil, no es fácil de
entender, pero ha sido muy instructivo. Sé que ciertamente soy más rico por los días y
semanas y meses de estudio que he realizado en este libro y confío y oro porque usted
también lo sea.
Llegamos a nuestra mirada final del capítulo 13, el título que le he dado al capítulo entero
es “Ética cristiana y ejemplo”, y realmente podríamos incluir ahí, energía. Ética, ejemplo, y
energías cristianas, porque todo está ahí en el capítulo 13. Hemos cubierto mucho
material en términos de lo que Dios espera de los creyentes en el asunto de la conducta, y
vamos en cierta manera a resumir eso en esta noche, y después hablar del ejemplo y la
energía. Hay un profesor episcopal bien conocido llamado John Fletcher, él ha llegado a
ser bien conocido debido a que él es el promotor principal de una filosofía conocida como
ética de situaciones.
Un artículo en el Observador Nacional dijo, y cito” “El Dr. Fletcher, ha expresado un
manifiesto controversial de libertad y responsabilidad individual en base a la ética del
amor fraternal. La cual dice él, debe liberar a todo hombre de reglas rígidas, arcaicas, y
códigos como los Diez Mandamientos. Todo hombre debe decidir por sí mismo lo que es
correcto.” Es interesante que un hombre produjera un código basado en amor, que
libraría a alguien de los Diez Mandamientos cuando los Diez Mandamientos se basan
también en el amor. La idea de no matar a alguien ciertamente se relaciona con el amor,
la idea de no abusar de alguien más físicamente en adulterio se relaciona al amor. La idea
de no tener otros dioses se relaciona con el amor a Dios, la idea de no codiciar la esposa
de tu prójimo y sus bienes, ciertamente se relacionan al amor y al amor fraternal.
Y entonces, el hecho de que alguien diga que el tipo de ética que queremos es uno que es
de amor, pero elimina todas las reglas, es necia y esto es porque el amor se ciñe a los
estándares más rígidos. Y cuando usted sigue el patrón de ética de situación, y la ética de
situación simplemente dice haz lo que quieras hacer en cualquier situación dada, haz lo
que está bien, para ti está bien, bueno, lo que sucede es que ese tipo de ética da lugar a
un monstruo ético, en todo caso, que va a ser juzgado no en referencia a algún estándar
absoluto sino en base a un sentimiento interno arbitrario. Lo que se siente bien para ti
debes hacerlo, simplemente es la simplicidad de ‘haz lo que quieras’. No hay absolutos, no
hay hechos objetivos, no hay verdad, todo está en un estado de flujo y usted simplemente
brinca en dónde quiera usted brincar esa situación de ética.
Y a lo que lleva es obvio, lleva a una, a un declive moral general debido a que la gente está
tan depravada, para comenzar, usted le da el derecho de hacer lo que quieren, y eso es
exactamente lo que van a hacer. Y cuando hacen lo que quieren van a degenerarse
rápidamente y usted va a tener crimen, y va a tener enfermedad mental, y va a tener
suicidio y va a tener todas esas cosas. Y eso es exactamente lo que tenemos en nuestro
mundo. La gente ha estado desviándose en mar de relatividad y no hay un muelle de
absolutos al cual se pueden anclar. Tenemos una sociedad de personas que están
haciendo lo que quieren y terminan sin sentido. Si no hay absolutos entonces, con toda
honestidad nada significa nada de cualquier manera y los hombres no pueden vivir así.
Dostoievski el gran escritor ruso escribió en la novela clásica, Los Hermanos Karamazov,
esta gran afirmación, él dijo esto, “Si no hay Dios, entonces todo se permite.” Y lo que él
quiso decir es que, si no hay estándares y no hay reglas, entonces no importa lo que usted
haga. Si no hay Dios, entonces todo se permite. No puede haber justicia, no puede haber
leyes, y no puede haber nada. Y los hermanos Karamazov, no sé si usted lo ha leído, pero
la historia es la historia de homicidio en una pequeña aldea rusa, el asesinato de un
hombre que era dueño de un, de una propiedad y los resultados terribles de un hombre
cuando trató de creer que todo estaba bien, descubrió que él no podía vivir así. Y él tuvo
que enfrentar el hecho de que el homicidio era malo, era vil, estaba mal, y la culpabilidad
se acumuló en él.
Y la conclusión de Dostoievski fue que usted no puede eliminar a Dios, usted no puede
eliminar los estándares éticos, usted no puede eliminar la moralidad. Si lo hace entonces
va a terminar con el hecho terrible de que, si no hay ética, entonces no hay Dios, y si no
hay Dios entonces todo es permitido, y si todo es permitido la existencia es un desastre,
porque eso elimina las leyes y la justicia y los estándares de todo tipo. Y entonces, la
conclusión de Dostoievski es que debe haber un Dios.
Después usted tuvo hombres que vinieron como Camus, y Sartre que decidieron dando un
paso más hacia adelante que Dostoievski, que no había un Dios, sino que todavía existía la
moralidad. Y, después la gente trató de acorralarlos y decirles, “Si no hay Dios, ¿Quién
establece los estándares? ¿Cómo terminas con moralidad?” Y, simplemente dijeron, “No
me preguntes eso.” Y ambos terminaron con una filosofía de desesperanza. Y Sartre
relaciona su postura entera de la vida, en un libro llamado “Nausea”. Y eso simplemente
termina como suicidio, la vida no tiene más significado que eso. Le produce nausea.
Pero hay un Dios de moralidad, hay un Dios que establece algunos estándares, el Dios del
Antiguo Testamento tiene algunos estándares muy estrictos para la vida y la conducta. Y
es el mismo Dios en el Nuevo Testamento quien establece estándares de conducta para
gobernar las vidas de los individuos. Y conforme hemos visto el capítulo 13 de Hebreos,
hemos descubierto que Dios es un Dios de orden, que Dios es un Dios de principio, que
Dios no es un Dios que dice ‘haz lo que quieras’, sino que Dios tiene estándares muy
fuertes y muy rígidos y definidos de manera muy clara, de conducta.
Le hemos dado en las últimas semanas, por lo menos tres razones, por las que Dios da la
ética al final del libro de Hebreos. Los estándares para la vida cristiana. Él ha estado
presentado el Nuevo Pacto y ahora dentro del marco del Nuevo Pacto conocer a Cristo,
viviendo en la época de la gracia, y algunos estándares. Él las da por tres razones. Razón
uno, y estas no están en ningún orden especifico, pero la razón uno que le presentamos
fue el hecho de que Él quería que los judíos supieran que es el mismo Dios en el Nuevo
Testamento. Él es el mismo Dios del Nuevo Pacto, era el mismo Dios del Antiguo Pacto, es
el mismo Dios de leyes, el mismo Dios de reglas, el mismo Dios de estándares éticos de
moralidad que usted conoció en el Antiguo Testamento. Esto no es nada nuevo, esta
gracia no significa que ahora haces lo que quieres, el mismo Dios tiene los mismos
estándares moralmente.
En segundo lugar, él presenta estas éticas porque traen gozo al cristiano. Ser obediente es
estar gozoso. Y pedir hacer lo que Dios quiere que usted haga resulta en fruto en su vida,
resulta en productividad, y eso resulta en gozo. Y la tercera razón por la que Dios quiso
que viviéramos vidas que encajan con sus estándares fue para que pudiéramos dar un
testimonio claro al mundo. Y entonces, él cierra el libro de Hebreos con una lista de
principios básicos para gobernar la vida de un cristiano, para que aquello que lo lean
puedan entender que este es el mismo Dios con los mismos estándares, para que aquellos
que lean puedan entender que el gozo es producido por la obediencia. Y para que los
lectores puedan entender que el testimonio al mundo depende de la coherencia del
patrón de su vida.
Ahora, dice usted, “Bueno, ¿cómo es que Dios metió toda la ética de la vida cristiana en un
capítulo? Bueno, Él lo redujo a un denominador en común. Y aquí usted tiene principios
muy generales que en cierta manera abarcan amplias áreas y hemos estado viéndolos por
varias semanas. Comenzamos a estudiar la ética en los versículos 1 al 19. Permítame tan
solo recordarle lo que hemos cubierto. Dijimos que hay tres categorías de patrones de
conducta, o tres categorías de ética que un cristiano necesitaba seguir. Primera categoría,
en relación a otros, en relación a otros. Los primeros tres versículos que tenemos una
responsabilidad hacia otros en dos áreas, amor sostenido y empatía. Y cuando usted tiene
esos dos operando en su vida, eso cubre todo un espectro de cosas.
La segunda área de responsabilidad para nuestra ética en relación a nosotros mismos.
Tenemos una obligación hacia nosotros mismos en el área de pureza sexual, en el área de
satisfacción, y en el área de perseverancia. Necesitamos mantenernos sexualmente puros,
necesitamos estar satisfechos con lo que tengamos, y necesitamos ser perseverantes en la
fe, no siguiendo doctrina falsa. Tenemos la obligación de hacer esto para con nosotros
mismos. La última categoría de ética es en relación a Dios. En nuestra relación a Dios como
cristianos, vimos que Dios quiere de nosotros separación.
Y vimos eso en la semana pasada en los versículos 10 al 14, cómo Dios dice, “Quiero que
estés apartado del mundo, para mí mismo. Quiero que te separes del sistema, y te separes
para Mí,” versículos 13 y 14, resumiéndolo, “Acerquémonos a Él, afuera del campamento,
llevando su vituperio, porque aquí no tenemos cuidad continua, sino que buscamos una
venidera.” La idea de que el cristiano debe vivir dentro del marco del sistema, haciendo lo
que el mundo hace, jugando la función del mundo, realmente no es parte del cristianismo,
Dios quiere que estemos separados para Él.”
La segunda cosa que vimos que Dios quiere en relación consigo mismo es sacrificio. El
judío pensó que quizás en el Nuevo Pacto el sacrifico se había acabado. Bueno, el sacrificio
físico se acabó, pero todavía algunos sacrificios que debían ser hechos. Versículo 15,
sacrificio de alabanza de nuestros labios. Versículo 16, el sacrificio de una vida santa, pura,
y compartir con otras personas. Y con tales sacrificios Dios se agrada. Vemos entonces que
la separación y el sacrificio fueron las dos primeras éticas en relación con Dios.
Ahora, vayamos a la tercera esta noche y después la cuarta y después concluyamos. El
tercer estándar de conducta cristiana hacia Dios, es sumisión. No solo separación para Él,
no solo sacrificio hecho a Él, sino sumisión a Él. Quiero que observe como esta sumisión
está ordenada, versículo 17, “Obedeced a los que tienen autoridad sobre vosotros y
someteos.” Vamos a detenernos ahí. Ahora, aquí hay una responsabilidad hacia Dios. Dice
usted, “Me parece que es una responsabilidad hacia los gobernantes. Algunos.” Sí, lo es.
Pero lo que es maravilloso es que es evidente en este texto, y evidente en otros textos en
el Nuevo Testamento, y es esto, que Dios, y ahora obsérvelo, que Dios media gran parte
de Su gobierno en este mundo mediante hombres.
Dios ha hecho eso por mucho tiempo. A lo largo del Antiguo Testamento Dios medió Su
gobierno en ocasiones mediante reyes, mediante profetas, mediante jueces. Y en esta
época Dios media Su gobierno mediante hombres controlados por el Espíritu. Algún día
Dios mediará Su gobierno en el Cristo viviente que se sienta en el trono de David y
gobierna al mundo en el reino, ¿verdad? Y él va a mediar Su propio reino. Pero en este
momento Dios está literalmente gobernando a Su pueblo mediante ciertos hombres
guiados por el Espíritu.
Ahora, sabemos que si estudiamos el Nuevo Testamento descubrimos que Dios ha
establecido liderazgo en la iglesia. Y hubieron en la asamblea de los hebreos aquí, ciertos
hombres que tenían el liderazgo de esa congregación. El apóstol Pablo define a estos
hombres como ancianos, obispos, o si usted escoge la palabra ‘presbuteros’, la cual es
traducida ‘presbítero’, todo es lo mismo, pastores que enseñan. Estos hombres fueron
ordenados por el Espíritu de Dios para tener el liderazgo de la iglesia. No lideran para sí
mismos, lideran en lugar de Cristo. Son llamados pastores que están bajo Cristo. Y eso es
realmente lo que yo soy. Y eso es lo que sus pastores son, eso es lo que cualquier es en
cualquier iglesia dada.
Entonces, cuando en el 17 dice, “Obedézcanlos aquellos que os gobiernan, y sométanse.”
La sumisión aquí no es realmente a los hombres, sino que es a Dios conforme Él gobierna,
Él media Su gobierno a través de hombres controlados por el Espíritu. Entonces, ahí
estaban en la asamblea como en toda iglesia local en esa época, había hombres dotados,
escogidos por el Señor, concedidos a la iglesia para liderar. En Efesios capítulo 4 la Biblia
dice que Cristo “ganó trofeos en la cruz, y que Él regresó al cielo con todo el botín, y Él
trajo dones.”
Después dice en el versículo 11 del capítulo 4, que Él “dio esos dones a la iglesia.” Y los
dones que Él dio a la iglesia fueron “apóstoles, profetas, evangelistas, y pastores
maestros.” Los trofeos de la victoria en la cruz. Dios le devolvió a la iglesia como algunos
de esos trofeos, como regalos o dones para la instrucción y liderazgo en el cuerpo. En el
libro de los Hechos, la instrucción es dada para ordenar ancianos en toda ciudad. En el
libro de Tito la misma instrucción es repetida, de tal manera que en toda congregación
local hubieron hombres que lideraban esa congregación.
Ahora hay algunos gobiernos de la iglesia en la actualidad, en dónde la congregación
lidera a los líderes, eso no se encuentra en el Nuevo Testamento, necesita existir una
relación que está funcionando de armonía, que va de un lado al otro. Pero el liderazgo de
la iglesia siempre ha sido dado a los hombres dotados, colocados por el Espíritu de Dios
que está en control. Ahora, observe que dice “obedezcan a aquellos que gobiernan sobre
nosotros.” No hay una excepción ahí. No dice, obedézcanle si les caen bien, simplemente
dice, “obedézcanlos”. El Espíritu de Dios ha colocado ahí a esos hombres para que lideren,
esto es parte de la cadena de mando de Dios dentro del marco de la iglesia. El término, los
que gobiernan sobre vosotros, esa es una palabra en el griego, solo una palabra,
“hêgeomai” simplemente significa, “jefe” o “líder”. Obedezcan a líderes, obedezcan a jefes
y sométanse. Se traduce gobernador en Hechos capítulo 7, es traducida “jefe” o
“principal” en Lucas 22:26.
Entonces, Dios le ha dado a la iglesia ciertos hombres mediante los cuales Él media Su
gobierno, es el derecho de aquellos hombres declarar la dirección de la iglesia, presidir,
enseñar la Palabra, reprender, exhortarlo y hacerlo con paciencia. Y hacerlo en
mansedumbre. En 1 Pedro, y quiero mostrarle algunas cosas que necesitan ser
mencionadas aquí, no sea que piense que nos enseñoreamos de ustedes. En 1 Pedro
capítulo 5, versículo 2, Pedro dándole instrucción a los ancianos, versículo 1, más bien
podríamos comenzar ahí, “Los ancianos que están entre vosotros, exhorto yo también
siendo anciano con ellos, como testigos de los padecimientos de Cristo y participante de la
gloria que será revelada,” eso significa que vio a Cristo morir y vio la transfiguración
maravillosa de Cristo.
Esto es lo que él le dice a los ancianos, “Apacentad la grey de Dios.” La palabra
literalmente es “pastorear”, y pastorear significa alimentarlos, y el alimento es la Palabra.
“Alimenten al rebaño de Dios que está entre vosotros”, observe, liderando. La palabra es
“supervisando” obispo, ese es el trabajo del anciano, es llevar la supervisión para liderar a
la iglesia. Ahora observe, “No a fuerzas, sino voluntariamente. No por ganancia
deshonesta, sino con ánimo pronto.” No por dinero. Observad que hay varios peligros
para el pastorado. Varios peligros para ser anciano, peligro número uno, es el peligro de la
avaricia, el peligro de la avaricia. Y algunas personas quieren liderar porque codician la
autoridad, codician la posición profesional, codician iglesias más grandes, más dinero, más
poder y terminar siendo tiranos insignificantes que se enseñorean y dominan a la iglesia.
Esto es muy común. Él responde a eso en el versículo 3, “Ni enseñoreándoos de la grey de
Dios, sino siendo
-que-ejemplos del rebaño.”
Entonces, usted no guía como dictador, sino como patrón, esto es, estableciendo un
patrón. Pablo le dijo a Timoteo, “Se ejemplo a los creyentes en todo, palabra y obra.”
Patrón que otros puedan seguir. Entonces, siempre existe el peligro de la avaricia, que un
hombre codicia dinero, codicia poder y se vuelve una especie de mini-dictador. Y después
en el pastorado existe un segundo peligro y ese es el peligro de la soberbia. Y esto es algo
que muchos de nosotros tenemos que enfrentar en nuestras propias vidas, es el problema
de la soberbia. Y él enfrenta el peligro de la soberbia en el versículo 5, “Así mismo
vosotros jóvenes, someteos a los ancianos, y todos sumisos unos a otros, revestíos de-
que-humildad. Porque Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes. Humillaos
bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte cuando fuere tiempo.” En el
pastorado existe el peligro del deseo de ser exaltado, el peligro de la soberbia.
Y en tercer lugar existe el peligro de las concesiones. Es tan fácil hacer concesiones,
versículo 8, “Se sobrios y velad, porque vuestro adversario el diablo como león rugiente
anda alrededor mirando a quien puede devorar, al cual resistid firmes en la fe.” Existe
siempre el problema del peligro de las concesiones, ceder a Satanás, suavizar tus
convicciones porque es conveniente. Entonces, no es algo fácil supervisar, liderar, pero
ese es llamado de Dios. Hay un honor especial, la Escritura dice, para aquellos que
gobiernan bien. En 1 Timoteo 5:17 Pablo dijo esto, “Los ancianos que gobiernan bien sean
tenidos por dignos de doble honor. Mayormente los que trabajan en predicar y enseñar.”
Y después en el siguiente versículo inclusive llega a decir, “Asegúrate de pagarle lo
suficiente al predicador para que pueda vivir.” En 1 Tesalonicenses capítulo 5, versículo
12, dice esto: “También os rogamos hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre
vosotros, y que os presiden en el Señor y os amonestan.” Él dice, deben estar conscientes
de ellos, deben tener un conocimiento profundo de sus líderes. Creo que es algo
maravilloso cuando la congregación en una iglesia se hace disponible para ser conocidos
por aquellos que están en liderazgo, inclusive en esos tiempos algunas personas nunca
llegaron a conocer a los líderes. Y que los conozcan bien, se involucren bien en la medida
de lo que era posible en sus vidas.
Y entonces descubrimos que es muy obvio, como lo dice ahí en 1 Tesalonicenses, “hay
algunos que os lideran”, 1 Timoteo, “algunos gobiernan”, y Pedro dice, “algunos se
encargan de la supervisión.” Todo está diciendo lo mismo, en el marco de la iglesia hay
algunos dados a la iglesia, por el Espíritu de Dios, para que lideren en la iglesia. Y creemos
aquí, en Grace, y ha sido su creencia desde el comienzo mismo, que Dios levanta hombres
que guían a la iglesia. Y siempre pienso que es una especie de tragedia cuando usted tiene
a los pastores y a los ancianos siendo guiados por la congregación. Así no es como Dios lo
diseñó. Ahora, eso no significa como dije que usted se vuelve un pequeño dictador, en
absoluto. Usted responde y es considerado a las necesidades de la congregación. Pero
recuerde esto, la Biblia indica claramente que somos pastores que servimos bajo Cristo. 1
Pedro 5:4, el cual acabamos de estar viendo dice, “Y cuando el Príncipe de los pastores
aparezca, recibiréis una corona de gloria inmarcesible.” Somos pastores que estamos
sirviendo al Príncipe de los pastores.
Y entonces como ancianos, tenemos una responsabilidad tremenda, no solo de alimentar
al rebaño, no solo de advertir al rebaño de peligro inminente, y no solo alimentar al
rebaño cuando están heridos, lastimados, sino asegurarnos de que estamos ejerciendo
supervisión en términos de disciplinar al rebaño, en términos de mantener el liderazgo en
el rebaño, y proveer dirección. De hecho, en 1 Timoteo 3:1 habla de un obispo, la palabra
“episcopos” simplemente significa supervisar, o vigilar. Esa es la responsabilidad del
pastor. De hecho, el termino obispo, ‘episcopos’ del cual usted obtiene episcopal. El
término en sí mismo es un título usado por los atenienses para los oficiales que eran
enviados a administrar los asuntos de un estado que era súbdito. En otras palabras, el
gobierno ateniense, cuando quería gobernar a un estado que había sido sujetado, enviaba
un hombre llamado un supervisor. Y ese es exactamente el término que el Espíritu de Dios
usa para aquellos que lideran a la iglesia, es una responsabilidad seria, créame. Y tenemos
que rendir cuentas a Dios como veremos por como lideramos.
Pero ahora, quiero que observe otra cosa que dice en el versículo 17, dice: “Obedézcanlos
y sométanse.” Creo que el término obedecer tiene una relación muy, muy definida a la
enseñanza. Creo que la palabra “someterse” tiene una conexión definida a la autoridad. Y
entonces, debe haber obediencia a su enseñanza y sumisión a su autoridad. Y este no es
nuestro deber a estos hombres, es nuestro deber - ¿a quién? - a Dios. Porque ellos
gobiernan - ¿en lugar de quien, o en representación de quién? – de Cristo, ¿no es cierto? Y
le voy a decir algo, usted sabe, pienso que a veces que Cristo me ha colocado y a los otros
ancianos y pastores en esta iglesia para liderarnos en este lugar, ¡qué responsabilidad tan
increíble! Y creo que todo hombre de Dios debe reconocer esa responsabilidad, es una
responsabilidad muy sobria.
En Juan 13:20, permítame usar un versículo que se aplica, y quizás presenta con mayor
claridad el principio, Jesús dijo esto: “De cierto, de cierto os digo,” “De cierto de cierto os
digo”, escuche, “él que recibe al que yo envío”, escuche, escuche, “a Mí me recibe.” Y él
dio un paso más hacia adelante, “Y todo aquel que me recibe a Mí, recibe a Mi Padre.” Y
entonces, como puede ver, cuando un hombre es colocado en el liderazgo de la iglesia, su
sumisión y su obediencia al recibirlo a él, es el equivalente de recibir a Cristo, es el
equivalente de recibir a Aquel que lo envió, dijo Jesús.
Y entonces, estar sujetos y ser obedientes a los líderes realmente es su obligación a Dios. Y
usted sabe que cuando no tiene eso, usted tiene caos en la iglesia. Cuando usted no tiene
a líderes llenos del Espíritu que gobiernan bien, o no tiene una congregación que se
somete y obedece la Palabra que enseñan, usted tiene división. Y el Espíritu está
consciente de eso, y esa es la razón por la que el mandato está aquí. Una de las cualidades
sobresalientes que un cristiano debe tener y aquí, observe esto, hay cuatros cosas que son
reducidas como nuestras obligaciones para con Dios, solo cuatro: separación, sacrificio, la
tercera es sumisión a los líderes de la iglesia.
Ahora, no estoy aquí repitiendo algo, simplemente estoy enseñándole lo que la Palabra de
Dios dice. Cómo el Dr. Bob Jones solía decir, “Si no le gusta, llame al cielo, no lo escribí.
Esta es la Palabra de Dios.” En el versículo 17, permítame dar un paso más hacia adelante,
“Obedecer a aquellos que gobiernan sobre vosotros y someteos,” ¿por qué? “porque ellos
velan por vuestras almas, como los que deben dar cuenta.” Deténgase ahí. Y ahí viene la
responsabilidad sobria que tenemos, “ellos velan como pastores que están alerta.” Esa es
nuestra prioridad. Amados, la prioridad que yo tengo en mi vida, como un ministro en esta
iglesia, la prioridad de todos aquellos que ministran aquí como pastores y ancianos, es la
prioridad de cuidar de sus almas, cuidan de sus almas. Es muy fácil para muchos pastores
simplemente cuidar de sus cuerpos, asegurarse de que usted está aquí, eso ni siquiera es
lo que importa, lo que importa es cuidar de sus almas para asegurarse de que su vida
espiritual es lo que debe ser. Y esa es la prioridad. “Como aquellos que velan por vuestras
almas.” Sométanse.
Versículo 15 de 2 Corintios 12 dice, y estas son las palabras de Pablo, y me encanta esto, él
dice, “Y yo con mucho gusto, gastaré y seré gastado por vosotros.” ¿Es eso bueno? Él era
desechable, para cuidar de las almas de los corintios. Y me encanta la afirmación, solo una
pequeña afirmación que es tan oscura, porque realmente no la estudiamos mucho, pero 3
Juan versículo 4, solo me encanta esto, escuche lo que dice Juan, él tenía un corazón tan
grande, él dice “No tengo mayor gozo que este.” Ahora, espera un minuto esa es una
afirmación bastante poderosa. ¿No tienes un mayor gozo que, qué? “que el oír que mis
hijos andan en la verdad.” Ahora, ese es el corazón de un pastor, ¿verdad? no tengo
mayor gozo, que el oír que mis hijos, espiritualmente, andan en la verdad.
Le voy a decir una cosa, eso es un gozo. El gozo más dulce que viene a la vida de un pastor
que está comprometido con las cosas de Dios es cuando él ve a alguien andando en la
verdad, y dando fruto. Créame, eso es dulce. Y la tragedia de todas las tragedias en la vida
del hombre de Dios, es cuando él ve a aquellos en los que él invierte su vida, que no dan
fruto, que no andan en la verdad, que se alejan. Eso entristece peor que cualquier otra
cosa. Somos como enfermeras con pacientes en cuidado intensivo, cuidamos de sus
almas. Siempre pienso en Pablo, en Hechos 20, él estaba preparándose para dejar Éfeso, y
en el capítulo 20, no necesita buscarlo, simplemente permítame leerlo unos cuantos
versículos, prefiero dárselo a usted tal como el Espíritu de Dios lo afirmó.
Él dice esto y lo dice de manera tan vívida, versículo 24, “Pero ninguna de estas cosas me
mueve y considero mi vida como estimada para mí mismo, para que pueda terminar mi
carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús para dar testimonio del
evangelio de la gracia de Dios. Y ahora, he aquí, yo sé que todos vosotros entre quienes he
estado predicando el reino de Dios, no veréis más mi rostro.” Pero él dice en el 27,
“Porque no he rehusado anunciaros todo el consejo de Dios.” Les dije todo lo que pude
decirles. Ahí en el 31 él dice, “noche y día con lágrimas os amonesté.” Él cuidó de sus
almas. Y cuando él se fue todos se cayeron por todos lados y comenzaron a llorar y a
llorar, y la Biblia dice más adelante en el capítulo, “que lloraron por las palabras que él les
habló.” Él se preocupaba realmente por sus almas.
Es algo serio ser un enfermero de cuidado intensivo en la iglesia, es algo serio ser un
pastor que está vigilante, cuidando de un rebaño que tiene ovejas que siempre se están
desviando. Y tenemos que trabajar como aquellos, y digo esto inclusive con un sentido de
resistencia en mi propio corazón, de inclusive admitir que esto es verdad, que debo dar
cuentas a Dios por la manera en la que ministro, al cuidar a las almas que Él me
encomienda. Y como lo he dicho antes, esa es la razón por la que realmente no espero con
mucho gusto tener más personas, no estoy demasiado seguro de que estoy cumpliendo
con el trabajo de manera correcta con los que tengo.
En Santiago capítulo 3, versículo 1 dice esto, y ésta de nuevo como le he recordado en el
pasado es un pensamiento aterrador para muchos maestros, “Hermanos míos, no os
hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación,
porque en muchas cosas todos tropezamos,” cuando un hombre de Dios que se pone de
pie ante la congregación tropieza, normalmente no cae solo. Normalmente hay toda una
multitud de personas que vienen atrás de él, que caen detrás de él y es una condenación
más seria. 1 Timoteo 4:16 Pablo dice, ten cuidado de ti mismo, Timoteo, vas a ser un líder,
tienes que cuidarte y la doctrina, continua en esto, “porque haciendo esto te salvarás a ti
mismo y a los que te oyeran.” La gente está siguiendo, es importante como caminamos. Y
algún día vamos a dar cuentas al gran Médico, al Príncipe de los pastores, por como
lideramos, como guiamos.
Y entonces él dice, “Sean sumisos, y sean obedientes, esa es su obligación hacia Dios.
porque Dios ha establecido hombres en medio de ustedes, para liderarlos y deben dar
cuentas como aquellos que cuidan de sus almas.” Pero, sabe una cosa, además de dar
cuentas a Dios hay un par de razones por las que debe someterse, observe el versículo 17,
a la mitad, “Para que lo hagan con gozo, y no con tristeza.” Esa es la primera razón, usted
debe someterse por el gozo que trae a los líderes, por el gozo que trae a los ancianos y a
los pastores. Si usted realmente es abnegado, y mi gozo y el gozo de los otros que
laboramos aquí en medio de ustedes, si nuestro gozo significa algo para usted, entonces
su crecimiento espiritual, en su propia mente debe ser una manera de traernos gozo.
Y, sabe una cosa, yo creo y he dicho esto muchas veces, y creo que es verdad, creo que
algunas veces el grupo más triste de personas, el grupo de hombres más tristes con
mucha frecuencia son los ministros, los pastores. Y creo que algunas veces, la razón se
debe al hecho de que están tratando con una congregación obstinada y rebelde, quienes
debido a que no se quieren someter les roban el gozo de su ministerio. La idea de la
palabra tristeza aquí es “gemir” por una tarea ingrata. Y hay muchos hombres cuyo
ministerio es algo muy ingrato. Y él dice, deberían someterse, simplemente por el gozo del
que labora con ustedes. Sabe una cosa, el apóstol Pablo conocía ese gozo, aparentemente
y de manera especial los filipenses fueron sumisos, él no expresó mucho gozo por los
corintios, de hecho, eran un dolor de cabeza como también de corazón.
Pero en Filipenses 1:4 él dice, “Siempre en todas mis oraciones orando por vosotros con
gozo.” Él le dijo a los filipenses, “me hacen feliz”, y la razón era porque eran sumisos.
Usted lee la carta a los filipenses y usted no encuentra rebelión en absoluto, no hay nada
ahí. Realmente no hay ninguna doctrina falsa ahí, realmente no hay ninguna resistencia
ahí, solo un par de mujeres que se estaban peleando, causando problemas, pero eso era
todo. Evodia y Sintique en el capítulo 4, y él le dijo a Tíquico, por favor arregla eso, usted
sabe. Pero básicamente él simplemente está expresando gozo por una congregación
sumisa. Y él lo hace en el capítulo 2, versículo 16 de nuevo, “aferrándoos a la palabra de
vida, para que pueda regocijarme en el día de Cristo, por no haber corrido en vano ni
laborado en vano.” Él dice, quiero que sigan haciendo lo que hacen y lo hagan un poco
mejor, para que mi gozo permanezca.
En el capítulo 3 versículo 18 él dice “porque muchos andan de quien os he dicho antes, y
ahora os digo inclusive llorando que son los enemigos de la cruz de Cristo.” Y aquí él
admite que algunas veces, inclusive en su ministerio hay personas que andan de tal
manera que lo hacen llorar, lo hacen llorar, que le traen tristeza en lugar de gozo.
“Hermanos,” en el 17 él dice, “sed imitadores de mí, he identificar a aquellos que son
como nosotros, para que tengan un ejemplo.” Porque muchos no andan de esa manera
son enemigos y me entristecen. Pablo encontró gozo en aquellos que eran obedientes, en
aquellos que no querían caminar como él trataba de enseñarles a caminar, ellos le
causaban tristeza. Y sabe una cosa, la otra carta en el Nuevo Testamento que quizás
expresa el tipo más puro de iglesia es la primera carta a los tesalonicenses.
Y aquí de nuevo había una iglesia que era tan hermosa, y tan, y respondía, y tan sumisa y
aquí está lo que les dice en el 2:19, “¿Cuál es nuestra esperanza y gozo, y nuestra corona
de gozo, no son vosotros?” De nuevo, él dice, ustedes tesalonicenses me hacen ser tan
feliz, ustedes me hacen ser tan feliz. ¿Por qué? Porque respondieron a su ministerio,
versículo 20, me encanta este versículo corto, “Porque vosotros sois vuestra gloria y
gozo.” Y después en el capítulo 3, versículo 9, “Porque que gracias podemos darle a Dios
de nuevo por ustedes.” Digo, simplemente se nos acabaron las gracias, y él dice, “por todo
el gozo con el que nos gozamos por vosotros delante de nuestro Dios.” Simplemente
estamos llenos de gozo debido a ustedes.
Ahora, ahí hay una ilustración clásica de un grupo de personas obedientes, sumisas, que
siguieron los principios que se les enseñaron, y trajeron gozo a su corazón. Sabe una cosa,
hubo un querido profeta de la antigüedad en el Antiguo Testamento, no sé, hay un par de
profetas que me encantan, pero creo que el que simplemente por el que siento mayor
empatía es Jeremías. Y creo que me siento así porque cuando su ministerio comenzó Dios
le dijo, “Nadie jamás te va a escuchar” o va a creer nada de lo que él dijera. Y Él le dijo,
“Así va a ser por todo tu ministerio y Jeremías dijo, ‘Lo voy a hacer de cualquier manera.’ ”
Y eso es fidelidad.
Y Jeremías fue conocido como el profeta que lloraba, porque lloró mucho. Y él conoció un
poco de lo que era poder dar órdenes y enseñar cosas y la gente no hacía nada más que
rebelarse, y ser duros de cerviz y no tener gozo. Y él pasó su vida entera en angustia y
tristeza debido a un grupo de personas obstinada y rebelde sobre al cual se le asignó el
liderazgo espiritual. El 13:17 de Jeremías él dice, “Pero si no lo oyereis,” él dice, “estoy
tratando de decirles algunas cosas, pero si no lo quieren oír mi alma llorará en lugares
secretos por vuestras soberbias. Y mi ojo llorará amargamente y estaré lleno de lágrimas
debido a que el rebaño de Jehová es llevado cautivo.” Jeremías dijo, “Ustedes me
entristecen, y él lloró todo el tiempo.”
Retrocediendo al capítulo 9 versículo 1, él lo dice con palabras tan poéticas y gloriosas,
pero tan expresivas de su tristeza. Él dice, “Oh, que mi cabeza fueran aguas y mis ojos
fuentes de lágrimas, para que llorara día y noche por la herida de la hija de mi pueblo.” Así
de triste estaba, y no había suficientes lágrimas para expresar el dolor. En el capítulo 10,
versículo 19, él dice “Hay de mí por mi herida. Mi herida es triste, pero dije, ciertamente
esta es una tristeza y debo llevarla. Mi tabernáculo está echado a perder, mi cuerpo, todas
mis cuerdas están quebrantadas, mis hijos se han ido de mí y no lo están. No hay ninguno
para que estire ya mi tienda, y ponga mis cortinas, porque los pastores se han vuelto
torpes y no han buscado a Jehová. Por lo tanto, no prosperarán y todo su rebaño serán
dispersados.”
Ahora, ahí está el corazón de un hombre de Dios cuyo pueblo era rebelde. Créanme,
amados, su espiritualidad afecta sus líderes. Jamás olviden eso. Somos llamados por Dios a
cuidar de sus almas, y cuando no hay crecimiento, no hay gozo, sino tristeza. Usted sabe,
inclusive Jesús se sentó viendo la ciudad de Jerusalén un día, ¿y qué hizo? Él lloró, y dijo:
“Oh Jerusalén, Jerusalén, tú que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados,
¿cuántas veces quise congregarte como la gallina congrega a sus polluelos, pero no
quisisteis.” Y Él lloró, Él lloró porque eran rebeldes.
Y le voy a decir una cosa, solo Dios sabe cuántos pastores, cuantos queridos hombres de
Dios, fieles, a lo largo de los años han llorado profundamente, han perdido el gozo de su
ministerio por una congregación soberbia, rebelde, no sumisa, obstinada, que les robó su
gozo y no se quisieron someter. Escuche, en Tesalonicenses 5:12 Pablo les dice a los
tesalonicenses, y lo leí antes, pero quiero leer el 13, “También os rogamos hermanos que
reconozcáis a los que trabajan entre vosotros.” La palabra ‘reconozcáis’ con mucha
frecuencia en el Nuevo Testamento significa ‘amarlos’, “y están sobre nosotros en el Señor
y os amonestan,” escuchen, y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su
obra.” Ame a sus líderes, la mejor manera de amar a sus líderes, demostrarles su amor, es
obedecer.”
Siempre pienso en el niño pequeño y la pregunta se le presentó al niño pequeño, “Si
realmente quisieras mostrarle a tu papá y a tú mamá, que realmente los amas, ¿qué
harías?” Y él pensó por un minuto y después él dijo, “Creo que haría lo que me dijeran.” Y
él tuvo razón. Y si usted realmente quiere mostrarles a sus líderes que los ama, dice Pablo,
“hagan lo que les dicen.” Y él dice, “estén en paz entre vosotros, unidad, amor, el
ministerio de los dones.” Él dice, “vayan por todos lados y amonesten a los ociosos, y
alienten a los de poco ánimo, y apoyen a los débiles, y sean pacientes para con todos. Y
vean que nadie pague mal por mal, y regocíjense, y oren sin cesar.” ¿Sabe usted lo que
está diciendo? ¿quiere hace a su líder feliz? ¿quiere mostrarle que lo ama? Haga todas las
cosas que usted sabe que debe hacer espiritualmente.
Y él se reduce a cinco, y las enlista. Y lo que él está diciendo es, “No me digan que me
aman, pruébenlo. No me digan que valoran el ministerio, pruébenlo, pruébenlo al
mostrarme que pueden hacer las cosas que Dios los ha llamado que hagan. Vivan en paz
con su hermano, sean perdonadores, ministren, oren, den gratitud, sigan la voluntad de
Dios, hasta el capítulo final él da todas esas cosas entonces sométanse para el gozo del
líder.” Dice usted, muy bien MacArthur, “haz dicho suficiente, quedo claro.” Permítame
concentrarme en usted ahora.
Hay una segunda razón por la que debe ser sumiso, no solo gozo para mí, sino gozo para
usted, gozo para usted. Vea el 17 de nuevo, “obedezcan y sométanse” ¿por qué? “para
que lo hagan con gozo y no con tristeza.” Ahora, observe, “porque esto no es provechoso”
¿para qué? “para vosotros.” Si no obedecen y no se someten, ¿adivinen quién pierde?
Usted. Porque usted no está siguiendo el patrón de Dios. Si usted no tiene un espíritu
dispuesto y amoroso, obediente, entonces usted pierde, ¿por qué? porque usted está
fuera de sintonía con lo que Dios está haciendo, usted está fuera de sintonía con lo que
está siendo enseñado.
Y sabe una cosa, hay algunas personas, y sé que probablemente esto es verdad aquí. Hay
algunas personas a quienes no les caigo bien. No pueden aprender nada si trataran, y a lo
largo plazo yo no soy el que pierdo, ellos son los que pierden porque eso roba su propio
gozo, porque no hay fruto y no hay gozo. Simplemente después de que Jesús acabó de
hablar de todo el fruto maravilloso que un cristiano podría tener en su vida, Él dijo, “estas
cosas os digo para que mi gozo esté en ustedes, y su gozo” sea ¿qué? “completo”.
El fruto trae gozo, y entonces someterse lo coloca a usted en una posición de la que usted
se aprovecha en el ministerio, si usted reacciona y se rebela, usted no puede sacar
provecho. Si los miembros del cuerpo están en rebelión constante, va a ser una fuente de
tristeza profunda para sus pastores y ancianos, pero también van a menospreciar sus
propias bendiciones. No solo evita que usted reciba instrucción en su corazón, lo cual
resulta en esterilidad espiritual, sino que le quita también todo su celo.
Entonces, todo mundo pierde cuando usted se rebela, y usted descubrirá también que la
gente que más se queja por sus líderes son aquellos que están más sujetos a la amargura y
a la debilidad espiritual siempre. Bueno, entonces, la sumisión llena del Espíritu trae gozo
para todo mundo. Dice usted, “Bueno, ¿y si estoy en desacuerdo?” Bueno, no creo que la
Biblia dice que si usted tiene una idea que quizás está algo fuera de línea usted no debería
de compartirla en amor, creo eso es bueno.” Dice usted, “Sí, pero conozco a un pastor que
hizo tal y tal”. La Biblia dice, “Si un anciano ha hecho algo que esté mal repréndanlo, pero
repréndanlo en frente de dos o tres ancianos más, verdad, eso es 1 Timoteo 5:19–20.”
Entonces, no estamos en algún tipo de torre, sentándonos ahí, disparando flechas
teológicas hacia abajo a todo mundo, en cierta manera por encima de los demás, ¡No! Si
hay algo que se nos debe decir, que necesita ser dicho, debe ser dicho. Creo que la
Escritura permite eso. Inclusive lo alienta, reprende a un anciano, sí, pero no con
pensamiento serio y ante dos o tres, verificando esto. Dos o tres testigos. Y después si
merece ser reprendido, repréndelo delante de todos, para que toda la congregación
pueda tener las consecuencias del pecado.
Entonces, ¿cuál es nuestra obligación hacia Dios? Separación, sacrificio, y sumisión hacia
aquellos que Dios ha establecido como líderes. En cuarto lugar, y finalmente nuestra
obligación hacia Dios es súplica. La primera palabra del versículo 18, es ¿qué?
simplemente para esa primera palabra, ¿qué es? Orar. Esta es una obligación hacia Dios,
orar. La oración hace que las cosas sean posibles, la oración mueve la mano de Dios, la
oración busca la fuente de poder.
Y aquí está conectada de manera tan hermosa con el punto anterior, porque dice “Oren”
¿por quienes? “por nosotros”. Y él es el escritor. Y yo creo que él es uno de los ancianos
de la iglesia a quienes él les escribió aquí. Yo creo que sea quien sea este escritor, él era
uno de los líderes de esta iglesia. Él dice, “Oren por nosotros porque confiamos que
tenemos una buena conciencia en todas las cosas, dispuestos a vivir con honestidad. Pero
os ruego que hagan esto, para que yo sea restaurado pronto.” La indicación es que esa era
casa para él y él se había, y él quería regresar. “Oren, oren por mí.”
Sabe una cosa, en lugar de rebelarse contra sus líderes, ¿qué debe hacer usted? Ore por
ellos, en lugar de criticar, ore. Créame, el siervo de Cristo necesita de manera tremenda la
oración. Somos hombres, somos débiles, somos pecaminosos, somos insensatos, somos
ignorantes, erramos y necesitamos desesperadamente las oraciones de los santos. Creo
que, con mucha frecuencia, son los hombres de Dios alrededor del mundo, en lugares de
liderazgo que enfrentan la mayor fuerza del ataque de Satanás. ¿No cree usted eso?
Porque Satanás sabe que, si ellos caen, muchas personas van a caer con ellos. Y con
frecuencia somos tentados a hacer concesiones, con frecuencia somos tentados a suavizar
nuestras convicciones porque tememos enfrentar la situación. Somos tentados a ser flojos
en términos de preparación porque es un poco más fácil hacer eso y la gente de cualquier
manera no se va a dar cuenta. Somos tentados en todo tipo de pecado y necesitamos sus
oraciones, oren por nosotros.
Y entonces, el escritor los alienta a orar. Sabe una cosa, me encanta lo que el apóstol
Pablo hizo al final del libro de Efesios, él hizo lo mismo en el versículo 18, él dice, “Oren
por todos los santos, y después en el 19 él dice esto, “Y orad por mí, para que me sea dada
palabra para que dé a conocer con denuedo el misterio del evangelio por el cual soy
embajador.” Él dice, “oren por mí, oren por mí para que sea valiente.” Eso es algo muy
práctico por lo que puede orar. Y realmente creo que esto, creo que, si muchas iglesias
pasaran su tiempo orando por los pastores, en lugar de rebelarse, quizás sería una
situación un poco diferente porque creo que Dios responde a la oración. ¿Cree usted eso?
Ahora, hay dos razones que él usa para apoyarlo, él dice, “oren por mí”, ahora aquí hay
dos buenas razones, razón uno, lo merezco. Dice usted, “Oye, eso se oye como egoísmo.”
No lo es. Lo merezco. ¿Qué quieres decir conque lo mereces? Observe el versículo 18,
“porque confiamos que tenemos una buena conciencia en todas las cosas dispuestos a
vivir honestamente.” Hombre, me gusta eso. ¿Sabe usted lo que él dice? Oren por mí
porque creo, hasta donde yo sé, yo creo que soy el hombre de Dios, en el lugar de Dios,
con un corazón puro. Merezco sus oraciones. Él dice esto, “Confiamos.”
Ahora, eso no es arrogante. Hasta dónde yo sé, dice él realmente confío en que tengo una
buena conciencia, y que realmente en todas las cosas quiero vivir sinceramente, que soy
honesto en el ministerio, que realmente creo que en lo que estoy haciendo Dios está
involucrado. Oren por Dios. Yo creo que soy el hombre de Dios, llamado de este
ministerio. Es como decir, “lo merezco”. ¿Qué quieres decir una buena conciencia, amigo?
¿Qué quieres decir con que tienes una buena conciencia? Bueno, podríamos hablar
mucho de la conciencia, no digamos mucho más allá del hecho de que la conciencia es la
facultad de la mente que nos capacita a percibir lo que está bien y lo que está mal.
Es un sistema incorporado en nosotros, podemos identificar lo que está bien, podemos
identificar lo que está mal, por la respuesta de nuestra conciencia. Es el principio interno
que decide si algo está bien o mal. En cierta manera es el virrey con Dios, gobernándonos
en la tierra. Y la conciencia es la Corte que siempre está en sesión. Créame, nunca hay un
receso en la Corte de la conciencia. Realmente es lo más cercano en este mundo a rendir
cuentas ante Dios. La conciencia es aquello que determina si algo está bien o está mal.
Ahora, permítame decir esto, para comenzar, un hombre no salvo tiene una conciencia
contaminada, ¿verdad? Tito capítulo 1, versículo 15, el hombre incrédulo tiene una
conciencia contaminada. Pero, ¿sabe usted lo que sucede cuando se salva? Cuándo usted
es salvado, usted recibe una conciencia, Hebreos 9:14 que es, ¿recuerda esta palabra?
limpiada. Cuándo usted es salvo, en ese momento su conciencia es limpiada, y entonces
se vuele más bien incisiva. Usted sabe, la gente cristiana es mucho más sensible a la
maldad, ¿no es cierto? ¿Por qué? porque no tienen una consciencia contaminada, tienen
una limpia. Y con una consciencia limpia el Espíritu de Dios le revela a usted lo que está
bien y lo que está mal.
Ahora, ¿cuándo él dice? Tengo una buena consciencia, él quiere decir que conforme su
consciencia le habla le está diciendo, “Amigo, estás haciendo lo que es correcto.” ¿Lo ve?
Tengo una buena conciencia, en otras palabras, mi conciencia no me está condenando. Él
está diciendo, “Oren por mí, lo merezco, hasta dónde puedo darme en mi conciencia soy
sincero. Yo creo que mi vida está bien delante de Dios, quiero servirlo con todo mi
corazón, estoy en el lugar dónde Él me ha llamado, soy el hombre para cumplir con el
trabajo, merezco sus oraciones. Eso es algo significativo, ¿no es cierto?
¿Quiere saber algo? Voy a ser muy honesto con usted. Cuándo un hombre dice, “Ora por
mí.” U “Ora por mí ministerio”, quiero saber que él merece mis oraciones. Alguna vez ha
pensado así. Yo pienso así, un hombre se me acercó en una ocasión, nunca lo olvidaré,
dijo, “Quiero que ores por mí.” Cuándo alguien me pide eso, yo digo, “Bueno, ¿qué haces?
Orar, ¿por qué?” Él dijo, “Bueno, tengo un ministerio fabuloso.” Y dije, “Bueno, ¿cuál es tu
ministerio?” Él dijo, “Bueno, tengo un ministerio en dónde respondo al servicio.” Y yo
nunca había oído de un ministerio que responde al servicio.
Entonces, dije, “Cuéntame.” Él dijo: “Bueno, compré una máquina y todo el equipo
electrónico. Me costó más de diez mil dólares. Ya para cuando terminé había invertido
veinte mil dólares.” Y él dice, “Hemos estado operándola seis meses. Y la gente llama esto,
y deja su mensaje, o una grabación típica de respuesta, y después le das seguimiento y
demás.” Y él dice, “Estamos alabando a Dios porque en seis meses hemos visto a dos
personas venir a Cristo. Pensamos que realmente son salvos.” Y yo dije, “¿Casi veinte mil
dólares en seis meses y dos personas son salvas?” Yo le dije, “Amigo mío, permítame
decirte algo, podrías vender tus máquinas ir puerta a puerta y en una semana bajo el
control del Espíritu probablemente verías a más que eso venir a Cristo.” Realmente no
puedo con una buena conciencia pensar que ese tipo de ministerio está aprovechando al
máximo tu dinero, tu talento.”
Realmente hay muchos dirigibles del evangelio. ¿Alguna vez vio usted esa película El
Dirigible del Evangelio, en dónde un hombre quiere darle testimonio a su vecino, y
entonces él contrata a un dirigible para que caigan algunas bombas de evangelio en su
patio de atrás? Digo, hay mucho de eso. Entonces, cuándo un hombre dice ora por mí,
quiero saber si él merece mis oraciones, ¿verdad? Y eso no es ser una persona que emite
juicios, es solo ser sensato. El tiempo de oración necesita ser usado de manera
provechosa. No quiero desperdiciarlo en algo por lo que Dios está diciendo, “Oh John, no
ores por eso. Ni siquiera estoy en eso.” Usted sabe, si voy a orar quiero estar orando por
lo que Dios está haciendo.
Y entonces él dice, pudo haber algo de duda en sus mentes, como puede ver no
conocemos el trasfondo, pero pudieron haber algunos cuestionando por qué él se había
ido para comenzar y él dice “Oren por mí”, soy el hombre de Dios y hasta dónde yo sé mi
corazón está puro, mi conciencia está limpia. Creo que estoy haciendo lo que Dios quiere
que haga.” Oh, sabe una cosa, es maravilloso tener una buena conciencia como esa,
¿verdad? Es maravilloso tener una conciencia que no está acusando todo el tiempo. Y
sabe una cosa, y sin embargo todo el tiempo pienso porque debido a que somos humanos
y porque somos pecaminosos nuestra conciencia siempre tiene trabajo que hacer,
¿verdad?
Usted sabe, la gente me dice después de algún sermón, a veces, eso me convenció de
pecado. ¿Sabe lo que usted está diciendo de hecho? Que su conciencia encontró algún
área en dónde usted no está bien, ¿verdad? Y simplemente lo presentó ahí en la pantalla
de su mente y dijo, “Ah, no estás haciendo eso.” O está usted haciendo eso y no debería
hacerlo. Esa conciencia simplemente está ahí para hacer eso. Y aquí está el hombre que de
hecho dice “He examinado mi corazón ante Dios y creo que tengo una conciencia pura,
nada me está acusando.”
Usted sabe, Pablo dijo en Hechos 24:16, “Y en esto yo trabajo.” Él dice, ¿Sabes tú lo que
hago? Yo trabajo en esto, yo trabajo en esto, yo trabajo en esto. ¿Trabajas en que Pablo?
en tener siempre una conciencia que no ofende a Dios. ¿Se da cuenta? Yo trabajo. Si
descubro que mi conciencia me está convenciendo en algún área de debilidad, me meto
ahí, y saco esa área, si el Espíritu de Dios me está molestando por no orar, entonces voy a
encargarme de eso. Si el Espíritu de Dios dice que no soy fiel en mi enseñanza de la
Palabra de Dios, en mi estudio en compartir. No sé, lo que sea, me meto en esa área y la
atiendo. Eso es lo que él dice. Yo trabajo hacia este fin, siempre tener una conciencia
buena hacia Dios y después dice, hacia los hombres.
Aquí está lo opuesto a eso, 1 Timoteo 1:19, él dice, “Manteniendo la fe y buena
conciencia,” observe esto, “la cual, desechando algunos,” como puede ver, algunas
personas tratan de desechar, hacer a un lado, algunos cristianos tratan de hacer a un lado
la conciencia, y simplemente siguen siendo desobedientes, y en cierta manera siguen
haciendo a un lado la conciencia. ¿Sabe usted lo que ellos hicieron? Desechar la fe, y
terminaron naufragando. ¿Quiere saber algo? La conciencia es el timón que guía la nave.
Deshágase del timón y usted va a terminar naufragando. La conciencia es muy importante
y usted más vale que responda a la conciencia, porque hacer a un lado la conciencia
puede hacer que termine naufragando en su vida cristiana.
Y entonces él dice, “Oren por mí. Lo merezco.” En segundo lugar, él dice, “Oren por mí, lo
necesito.” Lo necesito, versículo 19. “Y más os ruego que lo hagáis así para que yo sea
restituido más pronto. Quiero llegar ahí”. Dice usted, ¿ese hombre de hecho creía que la
oración funcionaba? ¿acaso él cree que si iba a 50 kilómetros por hora y comenzaban a
orar él iba a ir a 90 kilómetros por ahora para llegar ahí? Él creía eso, no se oye muy
parecido al fatalismo, no me parece en absoluto. Él sabía que Dios oía y respondía la
oración. No hay un fatalismo ciego.
Al final del libro de Romanos, en el capítulo 15, versículo 30 Pablo dice, “Os ruego
hermanos, por el nombre del Señor Jesús, y por el amor del Espíritu que me ayudéis
orando en sus oraciones a Dios por mí, para que sea librados de aquellos que no creen, en
Judea, y para que mi servicio el cual tengo hacia Jerusalén pueda ser acepto por los
santos, para que pueda venir a vosotros.” ¿Lo ve? Oren por mí para que salga de este
desastre y llegue a ustedes. Pablo creía en la oración. Ese es el mismo Pablo que escribió
Romanos, capítulo 9, y creía en la soberanía de Dios. Sin embargo, él creía que la oración
hacia las cosas posibles, que de otra manera no podían ser posibles.
Entonces, la súplica es nuestra responsabilidad hacia Dios. Amados, le he dado en tres
semanas la ética básica de la vida cristiana. Y quiero que sepa algo, usted ahora tiene una
responsabilidad, todas estas cosas necesitan estar operando en su vida. Pero espere, hay
otras dos cosas en el pasaje que quiero señalar brevemente, y después cerraremos. Le he
dado ética, toda una lista de ética. Le ha dado la ética, simple ¿no es cierto? sin embargo,
profunda.
Ahora, permítame dar un paso más hacia adelante. Como usted sabe, una cosa es que yo
le dé una lista de algo, otra cosa es que me den un ejemplo. Me acuerdo cuando era un
niño pequeño, quería ser un jugador profesional de béisbol, anhelaba eso, lo primero que
me dio mi papá, lo que comenzó todo, me dio un guante de cátcher cuando tenía un año
de edad. Pero, de cualquier manera, quería ser un jugador de béisbol, simplemente lo
anhelaba y yo compré libros de béisbol, y leí libros de béisbol para niños pequeños, cómo
atrapar esta pelota, como sostener su bate y todo.
Pero, sabe una cosa, yo pude haber leído todos los libros de béisbol para niños pequeños,
toda mi vida, y nunca haber podido jugar béisbol, necesitaba ir a ver a alguien hacerlo. Ese
fue el siguiente paso. Me acuerdo que mi papá me llevó a el campo de Gilmore para ver a
las Estrellas de Hollywood, y me senté ahí en las bancas, y vi a ciertos hombres. Y después
vi a Los Ángeles ahí, en el campo de Wrigley, y solía ver y veía como lo hacían y comencé a
imitar a esas personas. Yo puedo decir sin duda alguna, que, si nunca hubiera conocido a
Lenny Seidel, si lo hubiera visto jugar softball, podría haber dicho en dónde fue criado,
cerca de Boston, porque se para exactamente como Ted Williams, cuando era niño no
había duda al respecto, él imitaba a Ted Williams.
Así es como aprendimos, no solo al enlistar el no hagas y haz esto, sino al ver a alguien
más hacerlo, ¿verdad? El espíritu de Dios nos da algunos ejemplos, ¿está listo para esto?
Vaya al versículo 7, quiero que vea que Dios no solo nos espera que tomemos el libro y
aprenda a hacerlo, él quiere mostrarle alguien más que lo hizo, y puede imitar a esa
persona. Versículo 7, me encanta esto, “Acordaos de los que os gobiernan y os hablaron la
palabra de Dios,” y ahora observe esto, “considerad cual haya sido el resultado de su
conducta” y hagan, que, “imitad su fe”. Sabe usted lo que él dice ¿Se acuerdan de esas
personas maravillosas, esos hombres de Dios que vinieron primero a ustedes, que primero
les dieron el evangelio, que primero le enseñaron la Palabra de Dios? ¿se acuerdan? Sigan
su fe, imítenlos, observen los resultados, consideren como su vida terminó. Imítenlos
haciendo lo mismo, ese es nuestro ejemplo.
Dice usted, ¿a quién se refiere él? Él se refiere a sus líderes, sus ancianos, sus pastores que
les enseñaban, sus evangelistas, sus profetas, vean aquellos que Dios ha colocado sobre
ustedes y como viven, y cuáles son los resultados de su vida, consideren su fin. Ahora, el
término fin, a veces en la Biblia se usa para hablar de muerte, pero otras veces solo se usa
para hablar de resultados, ekbasis. Entonces, él está diciendo vean sus vidas, vean las
vidas de aquellos que vivieron antes, los originadores del ministerio ahí. Observen como
vivieron y como murieron, y después vean los ejemplos vivos y vean los resultados del tipo
de vida que vivieron, vean su fe y síganla, síganla. Le voy a decir algo, toda persona imita a
alguien. Usted más vale que escoja a la persona correcta, ¿verdad?
Y entonces él dice, vean a sus líderes pasados, identifíquelos, y síganlos. Hay una pequeña
nota aquí que es tan buena, ¿quiere conocer la característica de un verdadero líder, de un
buen líder en la iglesia? Acuérdense de los que lideraron sobre ustedes, ese es el número
uno, lideraron. Número dos, que os hablaron, ¿qué? la Palabra de Dios, esa siempre,
siempre sé que se van a cansar de oírlo antes de que venga el Señor. Esa siempre es la
obligación del ministerio, hablar la Palabra de Dios. Bueno, él dice, recuérdenlos.
Ahora, ésta no es veneración idólatra. Esto es simplemente memoria espiritual, síganlos.
¿Sabe usted cuál es la palabra griega para imitéis? Mimeomai, de la cuál obtenemos
‘mímica’, sean mimos, sean mimos de los apóstoles, de los profetas, los evangelistas, los
maestros que Dios coloca sobre ustedes. Dice usted, “Oh, no estoy seguro de eso
MacArthur. Sigues a los hombres y oh.” Solía escuchar a personas decir eso todo el
tiempo, “No sigan a los hombres,” bueno, no creo eso. Sabe una cosa, hubieron dos
hombres que nunca conocí, pero cuando fui un cristiano joven en el Seminario, dos
hombres tuvieron un efecto profundo en mi vida. Uno de ellos fue E.M. Bounds quien
escribió un pequeño libro titulado “Poder a través de la oración”, que solía leer y releer.
Ese libro me despedazaba cada vez que lo leía. Ese hombre se volvió un patrón para mí, un
ejemplo a imitar, nunca llegué a su nivel, pero todavía está ahí.
Otro nombre fue John Payton, quién fue un misionero. Leí y volví a leer su biografía y su
compromiso se volvió un patrón para mí. El otro hombre, créalo o no, fue Tomás á
Kempis, él escribió “La imitación de Cristo” muy místico, algo raro. Sin embargo, ahí la
devoción del hombre se volvió un patrón para mí como el trasfondo para seguir sus pasos.
Y toda mi vida, honestamente, digo que soy el resultado de seguir diferentes patrones
humanos, y usted también, ¿no es cierto? Escuche 2 Tesalonicenses 3:7, “Porque vosotros
sabéis, cómo debéis imitarnos.” ¿Oyó usted eso? Pablo dice, “Saben que deben estar
siguiéndonos” observe, “porque nos conducimos no de manera desordenada entre
vosotros.” Dice, “Vivimos de manera correcta entre ustedes y deben seguir nuestros
patrones.”
Inclusive en Hebreos 6:12, ahí en el libro que estamos estudiando esa misma verdad es
presentada. “No seáis perezosos”, dice él, “sino imitadores de aquello quienes, mediante
la fe y la paciencia, heredan las promesas.” La Biblia repite que usted debe seguir otros
hombres que son sus ejemplos en la fe. En 1 Timoteo capítulo 4, versículo 12, Pablo le dijo
a Timoteo, “Ninguno tenga en poco tu juventud, sino se ejemplo a los creyentes en
palabra, conducta, amor, espíritu, fe, pureza.” Sé un patrón que otros puedan imitar. En
Tito él dijo lo mismo, Tito 2:7, él dice, “Y los jóvenes en todo, mostrándote como un
ejemplo de buenas obras. Debes seguir un ejemplo de nuevo, siguiendo el ejemplo de
otras vidas.
El apóstol Pablo repetidamente dijo, “Sed imitadores de mí,” pero la clave fue esta, él dijo
“Sed imitadores de mí, así como yo de”-qué- “de Cristo.” Y eso nos lleva al versículo 8,
obsérvelo, y aquí amados está el ejemplo definitivo para la vida cristiana, “Jesucristo es el
mismo ayer, hoy y por los siglos.” Sabe una cosa, usted puede imitar a otros hombres y
eso es bueno, pero no es lo mejor, porque los hombres van a fallar y los hombres
cambiarán, ¿verdad? Y los hombres van a decepcionar, pero Jesucristo es el mismo ayer,
hoy y por los siglos. Los hombres van y vienen, Jesús permanece.
Su primer grupo de ejemplos, hombres. El ejemplo supremo, ¿quién? Jesucristo quien
nunca varía, quien nunca cambia. Y se dará cuenta usted de que usa su nombre terrenal,
Jesús, usa su título terrenal, Mesías, Cristo. ¿Por qué? Porque está presentando un patrón
terrenal. Él les dice, observen, “Sigan a los hombres que fueron sus líderes, pero oh, si
realmente quieren seguir un ejemplo sigan el ejemplo del Jesús humano.
Permítame preguntarle algo. ¿quiere ver amor sostenido, la primera ética de la que
hablamos? ¿quiere ver amor sostenido? ¿en quién usted lo ve mejor que nadie más? Juan
13, “Jesús, habiéndolos amado los amó” –qué- “hasta el fin.” Amor sostenido. ¿Quiere ver
empatía? ¿en quién lo va a ver? ¿en quién ve empatía? Usted lo oye en Juan, Él va a la
tumba de Lázaro y Él comienza a hacer –qué- a llorar. ¿Quiere ver pureza sexual? Usted lo
verá en Jesús como en ningún otro lugar, conforme Él denuncia el pecado vil de
inmoralidad sexual, en Juan 8, y después limpia a la mujer inmoral.
¿Quiere ver satisfacción, contentamiento? Usted lo va a oír cuando Jesús dice “Mi comida
es hacer la voluntad de quién me envió.” Usted lo oirá cuando Él dice, “Las zorras tienen
agujero, las aves del aire tienen nido, pero el Hijo del hombre no tiene en dónde colocar
su cabeza.” Eso es satisfacción. ¿Quiere oír perseverancia? Escuche ahora en Mateo 4,
conforme Satanás lo confronta tres veces, y tres veces Él dice, “No. Yo confiaré en la
Palabra de Dios, rechazo la tuya.” Perseverancia. ¿Quiere ver separación del mundo?
Escuche su oración en Juan 17:16, Él dijo: “Padre, no son del mundo, así como yo no soy
del mundo.”
¿Quiere ver sacrificio? Escuche al apóstol Pablo en Efesios 5:2 cuando dice: “Y andad en
amor como Cristo también nos amó” escuche, “y se entregó a sí mismo por nosotros,
ofrenda y sacrificio a Dios, en olor fragante.” Nunca un sacrificio más grande que el de Él.
¿Quiere ver sumisión? Escuche a Jesús en el huerto conforme ora. “Más no se haga mi
voluntad,” –que- “si no la tuya.” ¿Quiere ver súplica? Obsérvelo en el huerto, conforme Él
ora por Sí mismo, por Sus discípulos, y por todos los cristianos que jamás nacerían en el
mundo.
Amigos míos, el ejemplo perfecto, el que es igual ayer, hoy y por los siglos, ese ejemplo es
Jesucristo. La ética, grandiosa. El ejemplo, vea a Jesús e imítelo. Y usted también lo
encontrará reproducido en las vidas de hombres a quien usted puede imitar. Finalmente,
usted necesita más que ética y un ejemplo. Dice usted, “Bueno, ¿qué más necesitarías?”.
Bueno le voy a decir algo amigo, si lo único que tuviera fuera la ética y el ejemplo, usted
podría salir ahí y gemiría en su carne y trataría de producir todo esto y usted que tendría,
madera, heno y hojarasca. Créame. Usted no lo puede hacer en la carne. ¿Sabe usted lo
que necesita? Necesita la energía. Oh, me gusta esto.
Observe el versículo 20, y vamos a cerrar. “Ahora, el Dios de paz,” me encanta ese título,
¿a usted no? “El Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesús, al gran
Pastor de las ovejas, mediante la sangre del Pacto eterno”, ahora observe, “os haga aptos
en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciéndola en vosotros lo que es
agradable a sus ojos, mediante Jesucristo al cual sea la gloria por los siglos de los siglos.
Amén.” ¿Quiere usted oír algo emocionante? Él le da a usted la ética, Él le da a usted el
ejemplo, y después Él le da a usted la energía. Dice usted, ¿cuál es la energía? Es el poder
de Dios. Observe lo que dice, “Ahora, el Dios de paz.”
Ahora, pase al versículo 21, “os haga aptos haciendo Él en vosotros lo que es agradable a
sus ojos.” ¿Quiere saber algo? Su crecimiento cristiano no tiene nada que ver con su
propio poder, es Dios operando en usted, ¿verdad? Hombre, que cosa tan emocionante. Y
usted puede tener todas estas pequeñas reglas, usted puede decir, las voy a hacer, voy a
amar, amar, amar, amar, voy a ser empático, empatía, empatía, y voy seguir en la carne…
usted nunca lo va a hacer.
Entonces, vea a Jesucristo y usted dice, “Muy bien, Dios, el poder es Tuyo no mío, hazlo en
mi vida y observe, el versículo 20 simplemente explota con el poder de Dios. “Y el Dios de
paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesús, al gran Pastor de las ovejas,
mediante la sangre del pacto eterno.” ¿Sabe lo que eso es? Esa es la muestra más grande
de poder divino en la historia del universo, ¿no es cierto? Lo que Dios logró en la muerte y
resurrección de Cristo.
Entonces, él simplemente está diciendo, “El Dios poderoso, Él es el que puede hacerlo a
usted perfecto. No puede usted operar en su propia energía. No puede usted
simplemente producir mediante su carne y decidir que va a ser espiritual, no funciona así.
Me gusta 2 Corintios 3:5 dice esto, “No que seamos aptos por nosotros mismos para
pensar algo de nosotros mismos, sino que nuestra suficiencia viene de Dios. ¿No es eso
bueno? Usted no puede hacer nada, observe que él dice que él quiere perfeccionarlo a
usted.
Eso significa, completo y maduro, que no le falte nada, en toda buena obra, total. Dios no
hace trabajos a medias, créame. Él quiere hacer de usted alguien que sea totalmente
maduro, perfecto. Dice, Él quiere que inclusive haga Su voluntad en todo, en todo,
“produciendo en vosotros lo que es agradable a sus ojos.” ¡Oh, me emociona tanto saber
que Dios coloca las órdenes, y después Dios es el único que puede hacerlas conforme yo
cedo a Él!
Y la pregunta de la vida cristiana es la pregunta de ceder, escuche. 2 Corintios 9:8, “Y
poderoso es Dios para hacer que toda gracia sobreabunde para vosotros, para que
vosotros siempre teniendo toda suficiencia en todas las cosas, abunde en toda buena
obra.” ¿Cómo es que usted va a tener toda la suficiencia? ¿Cómo es que usted va a
abundar en toda buena obra? Cuándo Dios tiene la capacidad de hacerlo, y eso es solo
cuestión de que usted ceda a Su poder. Mientras que usted trate de hacerlo en su propia
fuerza, usted está peleando contra el poder que puede hacerlo. Simplemente deje que
Dios lo haga, por favor. Y después cuando Él lo hace, ¿no le gusta el final del versículo 21?
¿Quién recibe la gloria? Cuándo Él lo hace, ¿quién recibe la gloria? Jesucristo. Y así debe
ser, Él lo merece, ¿no es cierto?
¿Se acuerda usted de este versículo? estoy seguro, “Porque Dios es el que en vosotros
produce así el querer como el hacer,” –qué- “por según su buena voluntad.” Es Dios. Ahí
está su energía, amados. El Nuevo Pacto es una cosa maravillosa, ¿no es cierto? Pero no es
solo gracia gratuita y haz lo que quieras, hay algo de ética, detrás de la ética hay un
ejemplo vivo, vital, detrás del ejemplo hay energía, y es el poder de Dios en su vida. Y él
cierra la parte formal de su carta al decir, ¡hazlo, Dios hazlo! Y Él lo va a hacer si usted
cede a Él.
Después él cierra con notas personales. “Os ruego hermanos, soportad la palabra de
exhortación.” Él dice, “sé que ha sido difícil y pesado, pero aguanten, porque os he escrito
en unas cuantas palabras.” Dice usted, ¡cuántas palabras! ¿acaso él no sabe qué tan largo
ha sido esto? ¿Quiere oír algo sorprendente? Usted puede leer el libro entero en menos
de una hora. Ha sido breve, poderoso, pesado, él dice, “Sopórtenlo”. Él da por sentado
que lo van a volver a leer. Después él dice, “sepan que nuestro hermano Timoteo está
fuera de la cárcel y él va a venir y os estaremos viendo pronto. Saludad a aquellos que
tienen liderazgo sobre vosotros y todos los santos, los de Italia os saludan.” Él debió haber
estado ahí con un grupo de cristianos italianos, en Roma, en este entonces. Después él
cierra de esta manera, “La gracia sea con vosotros. Amén.”
Padre, te damos gracia porque hemos podido estudiar este libro maravilloso, y hemos
tomado el tiempo en esta noche para llevarlo a una conclusión. Gracias por lo que hemos
aprendido de Tus estándares, gracias por lo que el Espíritu de Dios nos ha enseñado. Y
Padre nuestro, nos damos cuenta de que, aunque tenemos la ética, el ejemplo y la
energía, es Dios en nosotros, entonces, que cedamos. Ayúdanos a cumplir con estas cosas
que hemos aprendido en esta noche, para que podamos tener gozo. Y que aquellos que
laboran como maestros y ministros puedan tener gozo, y que el mundo que nos ve pueda
tener gozo cuando vea nuestro testimonio y vengan a nuestro Cristo.
Gracias Padre por ayudarme a lo largo de este libro. Oro porque Tú grabes
permanentemente en nuestras mentes, todo lo que fue divino, y que Tú hagas que
olvidemos lo que fue humano. Oramos Señor porque en esta noche nadie se vaya de aquí
sin hacer un compromiso con Jesucristo, y que ningún cristiano se vaya de aquí, si su
conciencia todavía los está acusando en algún área. Oramos en el nombre de Cristo.
Amén.
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La oración como adoración


Escritura: Mateo 6:9–10

Código: 80–30
John MacArthur
Para esta mañana, voy a desviarme, por un momento, de nuestro estudio de 1 Timoteo y
quiero que abra su Biblia Mateo, capítulo 6, versículos 9 y 10. Claro que ésta es una
porción muy conocida de las Escrituras, conocida, por muchas personas, como la oración
del Señor. Y probablemente, sería mejor titulada la oración de los discípulos. Y la razón
por la que estoy tomando un descanso de nuestro estudio de Timoteo es doble, creo. Una,
me parece que hemos pasado mucho tiempo en Timoteo, ya muchos meses para este
entonces, hablando del ministerio y el ministerio de la Iglesia y la función de los pastores y
líderes de la iglesia y los siervos en la Iglesia, los diáconos, las diaconisas y todo eso.
Realmente hemos estado hablando de lo pragmático del ministerio.
Y creo que el Señor simplemente puso en mi corazón que necesitamos tomar por lo
menos un Día del Señor y concentrarnos en el tema de la adoración. No queremos ser
demasiado pragmáticos en el sentido de que perdamos el enfoque de aquello en lo que
debemos estar concentrados; y eso primordialmente es un tema de adoración. La segunda
razón, no sólo fue la sensibilidad a equilibrar algo de la enseñanza acerca de lo pragmático
junto con la perspectiva de la adoración, sino que en mi propia vida personal, en el último
año y medio o algo así, he visto a Dios responder la oración de maneras más poderosas y
evidentes que jamás en otro tiempo de mi vida. Y entonces, he estado preocupado por
este tema entero de la oración y evaluando mi propia vida de oración y lo que la oración
es recientemente. Hemos trasmitido la serie de la oración de los discípulos en la radio y
tuvimos una maravillosa respuesta a ello.
Debido a esas cosas, del lado positivo, simplemente pensé que debemos mirar hacia atrás
a la oración de los discípulos y en cierta manera, re evaluar alguna de las grandes
verdades que son parte del cimiento en el tema de la oración que tienen que ver con
adoración. Pero no solamente me vi motivado desde el punto de vista positivo, también
me vi motivado desde el punto de vista negativo como me veo con frecuencia. Conforme
escucho lo que está pasando en el mundo cristiano y escucho a diferentes predicadores y
maestros, conforme leo diferentes libros, conforme trato de colocar, por así decirlo, mi
dedo en el pulso de lo que está pasando en círculos cristianos, veo un movimiento que se
está incrementando, el cual todos nosotros estamos algo conscientes de esto. Este asunto
del Evangelio de la prosperidad y confesión positiva que realmente amenaza de manera
muy, muy seria la pureza y la salud de la Iglesia.
Parece como si la televisión y la radio cristiana, la televisión cristiana, las iglesias
literalmente están haciendo que la gente crea más y más en el hecho de que la oración es
simplemente una manera en la que puede usted obtener lo que quiere, que Dios tiene la
obligación de entregarle lo que usted quiera. Prendí la televisión anoche, un hombre
llamado Kenneth Copeland, usted probablemente lo ha visto. Y él ha dicho ‘escriban por
este pequeño libro si realmente quieren saber sobre la salud y la prosperidad.’ Y cuando
alguien no tiene eso es porque no han entregado su cheque para obtenerlo. Eso es lo que
ellos promueven. Todo está ahí para usted. Dios tiene que dárselo a usted. Dios es
colocado en esa posición. Lo único que tiene que hacer es nombrarlo de reclamarlo y es
de usted.
El problema medular con esto es que revierte de manera tremenda la función del hombre
y de Dios. La Biblia enseña que Dios es soberano y el hombre es Su siervo. La teología de
“nómbrelo y reclámelo” y el Evangelio de la prosperidad enseñan que el hombre es
soberano y Dios es Su siervo. Y estamos en la posición de demandar y dar órdenes; y Dios
está en la posición de siervo que debe hacer lo que debemos.
Ahora, es una realidad que vivimos en una sociedad muy egoísta. Vivimos en una sociedad
centrada en sí misma y muy egoísta. Vivimos en una socia materialista. Las olas de esa
sociedad han llegado a la teología cristiana. Y la mentalidad de la prosperidad, salud,
riquezas, ‘nómbrelo y reclámenlo’, lo cual dice que usted demande de Dios y Dios se lo
tiene que dar no es nada más que una justificación espiritual para satisfacer sus deseos
egoístas, para el pecado del orgullo. Nada más.
Ese tipo de oración no es oración en absoluto. Es una perversión de la oración. De hecho,
se nos prohíbe hacer eso en las Escrituras. Toma el nombre del Señor en vano. Es
irreverente. Es satánico. Es todo menos bíblico, todo menos virtuoso, todo menos
piadoso, todo menos dirigido por el Espíritu Santo. Y creo que para que nosotros
entendamos lo que está pasando, en cierta manera, tenemos que reevaluar este asunto
de cómo tenemos que orar. Y el punto focal vienen estas palabras del Señor Jesús en
Mateo 6. “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado
sea Tu nombre. Venga Tu Reino. Hágase Tu voluntad, como en el cielo, así también en la
tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como
también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas
líbranos del mal; porque Tuyo es el Reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos.
Amén.” O así sea.
Cuando Jesús nos enseña cómo orar, y éste es el modelo de cómo orar, al principio y al
final de esa oración se enfoca en Dios, alabando Su Nombre, orando porque Su Reino
venga, orando porque Su voluntad sea hecha. Y después, las pocas peticiones que son
enlistadas aquí, seguidas por “Tuyo es el Reino y el poder y la gloria por siempre amén.” El
punto focal de la oración entonces se encuentra en la gloria y el Reino, la honra de Dios, la
extensión de Su Reino. Todo tiene que encajar en ese contexto de modo que toda la
oración en un sentido está controlada por el Reino, por la gloria de Dios. Y creo yo que
esto es elemental en nuestra vida de oración.
De hecho, en Juan 14 Jesús dijo “todo lo que pidiereis en Mi Nombre eso haré para que el
Padre sea glorificado en el Hijo.” Juan 14:13. Todo lo que pidan en Mi Nombre, lo haré
para que el Padre e sea glorificado en el Hijo. La oración comienza y termina no con los
deseos egoístas del hombre, sino que la gloria de Dios. No con la construcción de mi
imperio sino con Su Reino, no con hacer lo que quiero sino con hacer Su voluntad. No con
la elevación de mi nombre sino con el santificar Su Nombre. Todo en la oración gira en
torno a quién es Dios y lo que Dios quiere y cómo es que Dios debe ser glorificado. Y esa
es la suma y la sustancia de la oración apropiada. Y cualquier oración que esté enfocada
en uno mismo, que busca engrandecerse a sí mismo, que busca lo que yo quiero sin
importar lo que Dios quiere, cualquier oración que hace que Dios tenga que hacer lo que
yo quiero porque yo lo he demandado toma Su Nombre en vano y peca de manera
violenta en contra de la naturaleza de Dios en contra de Su voluntad y Su Palabra.
Y cuando vienen estas personas con este tipo de oración de ‘nómbrelo y reclámelo’ que
dicen que Dios quiere que usted tenga salud y sea rico y sea próspero y tenga éxito y
parecen ser espirituales, sepa esto. No son espirituales porque su preocupación no tiene
que ver con la extensión del Reino y la gloria de Dios, sino con la extensión de su propio
imperio y la satisfacción de sus propios deseos. Debemos entender eso. El error de esto no
es un error periférico. Es un error que se encuentra en el corazón mismo de la verdad
cristiana, esto es, la naturaleza de Dios es atacada.
Usted regresa al Antiguo Testamento y retoma por ejemplo tres profetas que estaban en
situaciones terribles. Comenzando en Jeremías, capítulo 32, Jeremías está en la prisión. Él
está tratando de predicarle a una nación de personas que no va a oír. Quieren cerrar su
boca. Ellos no están interesados en nada de lo que él dice. De últimas, lo arrojan a un foso.
Quieren que se calle. Él realmente no tiene un éxito medible en su ministerio. Una de sus
oraciones nos es dada en Jeremías 32 y me gustaría que escuchara esto.
Al final del versículo 16 dice: “Oré a Jehová, diciendo: ¡Oh Señor Jehová! he aquí que Tú
hiciste el cielo y la tierra con Tu gran poder, y con Tu brazo extendido, no hay nada que
sea difícil para Ti; que haces misericordia a millares, y castigas la maldad de los padres en
sus hijos después de ellos; Dios grande, poderoso, Jehová de los ejércitos es Su Nombre;
grande en consejo, y magnífico en hechos; porque Tus ojos están abiertos sobre todos los
caminos de los hijos de los hombres, para dar a cada uno según sus caminos, y según el
fruto de sus obras. Tú hiciste señales y portentos en tierra de Egipto hasta este día, y en
Israel, y entre los hombres; y te has hecho nombre, como se ve en el día de hoy. Y sacaste
a Tu pueblo Israel de la tierra de Egipto con señales y portentos, con mano fuerte y brazo
extendido, y con terror grande; y les diste esta tierra, de la cual juraste a sus padres que se
la darías, la tierra que fluye leche y miel; y entraron, y la disfrutaron; pero no oyeron Tu
voz, ni anduvieron en Tu ley; nada hicieron de lo que les mandaste hacer; por tanto, has
hecho venir sobre ellos todo este mal.”
En otras palabras, aquí hay un hombre en gran aflicción. Un hombre en gran soledad. Un
hombre en desesperanza en términos de ministerio ya que el pueblo no ha oído lo que él
ha dicho. Pero la preocupación del corazón de Jeremías es exaltar la gloria, la majestad, el
nombre, el honor y las obras de Dios. No hay preocupación con su propio dolor. No hay
preocupación por su propia circunstancia.
En Daniel, capítulo 9, Daniel también en una situación muy difícil, en medio de la
transición entre dos grandes imperios mundiales. Representando a un pueblo que está
lejos de su tierra, en una tierra extranjera, clama Dios en oración el capítulo 9, versículo 3:
“Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y
ceniza. Y oré a Jehová mi Dios e hice confesión diciendo: Ahora, Señor, Dios grande, digno
de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que Te aman y guardan Tus
mandamientos; hemos pecado,” y de nuevo, el inicio de la oración viene con una
afirmación de la naturaleza y la gloria y la grandeza y la majestad de Dios. Esa es siempre
la perspectiva piadosa. Dios, Tú estás a cargo. Dios, Tú eres glorioso. Dios, Tú eres Santo.
Lo que yo oro entonces, es orado en línea con eso, que Dios de hecho sea glorificado.
Jonás, quien está en el medio del estómago de un pez, en un lugar absolutamente
inconcebible, capítulo 2, versículo 7, dice: “Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé
de Jehová, Y mi oración llegó hasta Ti en Tu santo templo. Los que siguen vanidades
ilusorias, Su misericordia abandonan. Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios;
Pagaré lo que prometí. La salvación es de Jehová.” Esa es una oración bastante simpática
cuando estás adentro de un pez. “Y mandó Jehová al pez, y vomitó a Jonás en tierra.” Esa
fue una oración por la gloria de Dios. Eso fue “gracias Dios por quien eres Tú, bendito seas
Tú por Tu salvación, por Tu poder liberador. No hubo un ruego e insistencia. No hubo un
nombrar y reclamar nada. Simplemente exaltar la naturaleza de Dios. Y ese es el corazón
de lo que nuestro Señor nos enseña en esta oración.
Veamos simplemente esos primeros dos versículos y los cuatro elementos iniciales de la
oración que nos dan el enfoque de la oración como un acto de adoración. La oración
primordialmente es adoración. La oración se dirige a Dios, no es para obtener lo que yo
quiero sino para permitir que Dios sea glorificado. Tengo que ver esto en mis oraciones.
Mis oraciones no son primordialmente para lo que yo puedo tener sino para la gloria de
Dios. En primer lugar, la paternidad de Dios. Esto es que Dios es Padre. “Padre Nuestro
que estás en los cielos.” Esta es la base, por cierto, de nuestro denuedo en la oración.
Vamos a Dios porque no sólo es nuestro rey, no sólo es nuestro monarca, no sólo es
nuestro juez, no sólo es nuestro creador sino que también es nuestro Padre. Y esa
hermosa expresión nos da el sentido del acceso y el denuedo, el atrevimiento para venir
de manera íntima a Su presencia como un hijo o hija vendría a la presencia de su propio
padre.
Isaías 64:8: “Ahora, Jehová, Tú eres nuestro Padre, nosotros somos el barro y Tú eres
nuestro alfarero. Somos la obra de Tus manos.” Ése es el reconocimiento. Señor, Tú nos
hiciste. Tú nos diste vida. Tú nos diste nacimiento. Tú provees nuestros recursos. Te
pertenecemos a Ti a través del vínculo de una vida en común a través de la fe en Cristo.
Somos Tus hijos. Y cuando yo vengo a Dios en oración, en primer lugar vengo al que es mi
padre. Es muy diferente al de los paganos que venían a una deidad vengadora, enojada,
violenta, injusta, cruel, celosa, envidiosa; no tenemos que apaciguar a Dios, venimos a
nuestro Padre amoroso.
Y en Mateo capítulo 7, ¿se acuerda de los versículos 7 al 11? “Pedid, y se os dará; buscad,
y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca,
halla; y al que llama, se le abrirá.” Aquí hay una ilustración. “¿Qué hombre hay de
vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará
una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos,
¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?”
En otras palabras, nuestra confianza y nuestro denuedo al venir a Dios con lo que está en
nuestro corazón está basado inicialmente en el hecho de que Él es nuestro Padre. Él es
nuestro Padre.
Esta era nueva revelación en muchas maneras a los judíos cuando Jesús dijo esto. Ellos
veían a Dios como Padre sólo en un sentido nacional. “Padre mío” es una expresión
individual de una persona a Dios como su padre personal que nunca aparece en el Antiguo
Testamento. Si Dios es visto como padre en el Antiguo Testamento, es visto como Padre
de una nación, no como Padre íntimo, amoroso de un individuo. No es sino hasta que
Jesús vino y reveló a Dios como el Padre amoroso e íntimo, que realmente se convierte
para aquel que viene a Él y podemos decirle ‘Padre mío’. Y el apóstol Pablo dice que
podemos llamarlo “Abba Padre” que significa ‘papi, papito’, Romanos 8:15. Esos son
términos de cariño, términos de intimidad. Y entonces, Él es nuestro Padre.
Jesús lo llamó Padre más de 70 veces en el Nuevo Testamento. Cada vez que Él oró, Él lo
llamaba Padre con una excepción. Y esa fue la ocasión cuando Él fue separado de Él
llevando el pecado y después, Él dijo “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
desamparado?” La intimidad fue perdida en el momento de la muerte espiritual,
separación espiritual. Pero Jesús regresa y dice “Dios es Mi Padre y Dios también es
vuestro Padre.” Lo dice en Juan 20, versículo 17. ¿Se acuerda de la afirmación? “Jesús le
dijo: No me toques, porque aún no he subido a Mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles:
Subo a Mi Padre y a vuestro Padre, a Mi Dios y a vuestro Dios.” Él no sólo es Mi Padre, Él
es el Padre de ustedes. Entonces, en nuestras oraciones venimos a un Dios que es nuestro
Padre, nuestro Padre amoroso. Y podemos ir con un sentido de intimidad. Podemos ir con
denuedo y confianza como un niño iría a su Padre. No hay temor ahí.
Esto era noticias no sólo para los judíos, quienes veían a Dios como alguien muy separado
y a un Padre sólo en un sentido nacional, los judíos ni siquiera nombraban el nombre de
Dios. Cuando el nombre de Dios venía, se quedaban callados, ni siquiera hablaban de ello.
Estaban tan distantes de Dios y Dios se había vuelto algo tan aterrador para ellos. Pero
añade a eso el mundo greco romano y la cultura y encuentra que tenían la misma idea.
Los dioses que ellos habían creado eran dioses que estaban mucho más allá de cualquier
preocupación de la humanidad. Ello, los estoicos, por ejemplo, un grupo famoso filosófico
entre los griegos y los romanos, habían decidido que el atributo esencial de Dios era
apatheia… Eso significa apatía… Que Dios era esencialmente apático. No en el sentido de
la palabra en español, apático significa indiferente. Apatheia en griego significa más que
indiferente, significa incapaz de sentir nada, sin ningún pacto, sin ningún sentimiento, sin
ninguna emoción.
Y ellos decían que debido a que el hombre siente amor y odio, debido a que el hombre
siente gozo y tristeza, debido a que el hombre siente contentamiento y enojo, el hombre
es volátil; y todos los problemas de la vida están ligados a la capacidad del hombre de
sentir el rango de emociones. Por lo tanto, Dios no puede ser una víctima de esas cosas.
Entonces, para apartar a Dios de la lucha del hombre y hacerlo más grande que el hombre,
él debe ser un Dios que es absolutamente apatheia, más allá de sentir cualquier cosa. Y
entonces, los estoicos dijeron Dios no tiene la capacidad esencial de experimentar ningún
sentimiento en absoluto. Pero Jesús dijo “eso simplemente no es verdad”. Usted puede ir
a Él como su padre amoroso y Él responde porque Él se preocupa. Él no carece de pasión,
de emoción, no carece de sentimientos.
Los epicúreos establecieron otro atributo que pensaron que era el atributo primordial de
Dios y este era el atributo que es la palabra ataraxia. Significa perfectamente sereno y
perfectamente calmado. Y es la misma idea. Ellos dijeron que si Dios estuviera involucrado
en los asuntos del mundo, Dios estaría tan enojado como el resto de la gente. Entonces,
para que Dios mantenga Su serenidad, Él debe ser absolutamente incapaz de sentir nada
que pueda afectar Su estado permanente de calma. Entonces, ellos habían postulado que
Dios era un tipo de personalidad sin sentimiento, sin pasión, sin emociones, sereno, que
no tenía sentimientos en absoluto sin importar lo que estaba pasando en el mundo. Y los
judíos realmente sintieron que Dios estaba tan lejos que ni siquiera podían pronunciar Su
Nombre. Jesús irrumpe en la escena y comienza a hablar de la intimidad con la que los
hombres y mujeres pueden conocer a Dios.
Dos ejemplos más modernos de los que leí: leí de Thomas Hardy a quien se le preguntó
qué uso podía tener la oración para alguien porque cuando usted ora sólo le estaba
orando a… él dijo esto, y cito: “La cosa soñadora, oscura, que no oye, que gira la manivela
de este ídolo, se muestra.” Fin de la cita. Para él, Dios era alguna cosa que estaba
soñando, que no oía y que era oscura. Y el veredicto final de Voltaire acerca de la vida fue
que era “una mala broma, la farsa se acabó.” Y H. G. Wells en una de sus novelas presentó
un retrato de un hombre que estaba derrotado por el estrés y la aflicción y la tensión de la
vida moderna. Su única esperanza era tratar de encontrar comunión con Dios. Y el hombre
dijo esto: “Yo lo haría tan pronto como pienso en refrescar mi garganta con la Vía Láctea o
estrechar las manos con las estrellas.” Dios no siente nada, es indiferente.
Albert Einstein fue entrevistado en una ocasión. Se le preguntó si creía en un Dios. Y él dijo
que definitivamente hay una fuerza cósmica que ha creado las cosas. Pero él dijo, “nunca
podremos conocerlo.” Pero eso simplemente no es verdad. Eso no es verdad. Dios no
carece de emoción. Dios no está totalmente lejano. Dios es visto por nosotros - creo yo -
en Jesucristo llevando toda la pasión que jamás podría ser llevada. Llorar, conocer tristeza,
conocer gozo, conocer dolor, conocer toda la emoción humana y de esta manera es un
padre amoroso que comprende lo que sus hijos enfrentan. Y vamos a un Dios que no
necesita ser apaciguado sino que nos abraza como suyos. Eso hace un lado el asunto del
temor. Eso hace a un lado el asunto del temor. No temo a Dios. Porque Jesucristo me ha
hecho aceptable con Dios; y por ello, no temo a Dios. Yo soy su hijo ahora. Él me adoptado
en su familia.
Quizás usted leyó la leyenda más importante de todas las leyendas griegas,
supuestamente, la leyenda de Prometeo. Prometeo era una deidad en el panteón de los
dioses en Grecia. Y en los días antes de que el hombre poseyera el fuego, ellos dijeron que
la vida era difícil. No había fuego, no había calidez, no podían cocinar y demás. Entonces,
tristemente un día Prometeo decidió sacar el fuego de la esfera de los dioses y dárselo a
los hombres como regalo. Entonces, Prometeo trajo el fuego y se lo dio al hombre en la
tierra. Y Zeus, el dios de los reyes, estaba absolutamente furioso porque hizo eso. Él
quería mantener al hombre en un estado muy bajo y humilde y que no tuviera fuego. Y
entonces, tomó a Prometeo y lo encadenó a una roca. Y durante el día él estaba sufriendo
estar expuesto a los elementos, el calor, los rayos del sol y demás. Y a la noche, al frío de
la noche. Y más allá de eso, Zeus estaba tan furioso con Prometeo que envió a un ave para
sacarle su hígado. Pero seguía creciendo. Y cada vez que volvía a crecer, los griegos decían
que el ave venía y lo volvía a atacar.
Y usted pregunta cuál es el punto de todo eso. ¿Quién quiere un Dios como Zeus? Eso es
típico de los dioses antiguos. Son vengativos, son celosos, están enojados. De manera
típica por todo el mundo, las religiosas falsas con dioses falsos tienen deidades que deben
ser apaciguadas de manera desesperada en su enojo. Eso es típico de todas las culturas en
donde hay dioses falsos. Pero Dios es nuestro Padre. Eso hace a un lado el asunto del
temor. También se encarga de la esperanza. También se encarga de la esperanza. Las
cosas cambiarán porque un Padre amoroso hará lo que un padre amoroso necesita hacer.
Si le pedimos pan, Él no nos va a dar una piedra. Se le pedimos pecado, no nos dará una
serpiente. Sino que lo que le pidamos, Él hará eso para Sus hijos amorosos si encaja
dentro de Su voluntad. Eso se encarga de la esperanza.
Podemos vivir en esperanza en este mundo porque sabemos que nuestro Dios es un Padre
amoroso. También se encarga del asunto de la soledad. Quizá no tengamos un amigo en
este mundo, como nos gustaría tener un amigo; pero tenemos en Él un amigo que es más
cercano que un hermano. Tenemos en Él un padre que nunca nos va a dejar ni nunca nos
va a desamparar. Hay una intimidad de amor que quita cualquier soledad. Un creyente
puede estar sin recursos humanos y tener la presencia de Dios y eso es suficiente.
En cuarto lugar, se encarga del asunto del egoísmo. Observe lo que dice: “Padre nuestro.”
Y dice “nuestro pan diario” en el versículo 11 y “nuestras deudas” y “nuestros deudores” y
“no nos metas en tentación y líbranos del mal”. El punto es que toda nuestra oración
incluye una familia. No estamos solos en esto. Tenemos hermanos y hermanas que
también son hijos de Dios y lo que pidamos debe incluirlos también a ellos. En otras
palabras, no estoy diciendo Dios ‘dame lo que yo quiero. Lo quiero sin importar cómo
afecte a los demás.’
No sé cómo es en su familia, pero en nuestra familia tratamos de hacer las cosas para los
niños juntos. Y si uno de nuestros hijos viene a pedir algo y quiere algo en particular de
nosotros, quizás nos sentiríamos bien en darles eso a ese hijo sólo si de alguna manera
podemos hacer eso igual para los otros hijos. Hay un sentido en el cual parte de ser un
padre es abrazar el hecho de que ningún hijo existe en aislamiento de los otros hijos, sino
que son todos parte de la familia. Y entonces, mi vida de oración simplemente no es
‘quiero esto, demando esto, dame esto’. Sino que mi vida de oración es ‘Padre, Tú tienes
muchos hijos. Sea lo que Tú creas que es mejor para mí como uno de los hijos, aquí está
mi petición’. Eso se encarga del tema de egoísmo ya que Él es nuestro padre, no sólo mío.
Eso se encarga del tema de los recursos también en nuestra vida de oración. Dice “Padre
nuestro que estás en los cielos.” Él no está limitado a la tierra. Él no está limitado por las
limitaciones de la tierra. Estamos acostumbrados a una cantidad de recursos que está
decreciendo. Lo oímos todo el tiempo, que los recursos naturales de este mundo están
disminuyendo. Y eso es verdad. Entendemos la ley de la entropía que las cosas van en
declive, que todo se está moviendo hasta la desintegración. Entendemos lo que significa
que se acabe algo cuando usted lo usa. Usted compra la caja llena y en una semana la caja
está vacía. Entendemos eso. Usted usa el contenido de la botella y la compre botella está
vacía.
Pero en términos de recursos espirituales y eternos, eso ni siquiera existe. Se derraman
todos los recursos y no disminuyen en nada. Ahora, no entiendo eso, simplemente lo creo.
Y entonces, cuando vamos a Dios con nuestra necesidad, el hecho de que Él está en el
cielo, que es sobrenatural, que va más allá de los recursos que decrecen en este mundo,
significa que el asunto de los recursos está cubierto. Lo que necesitamos recibir de Él por
Su propósito está disponible. También se encarga del asunto de la sabiduría. Se acuerda
de la línea “el Padre sabe lo que es mejor.” Y cuando yo voy a Dios como Padre, tengo que
reconocer que Él sabe lo que es mejor.
También se se encarga del asunto de la obediencia. Un padre debe ser obedecido.
Inclusive Jesús obedeció al Padre; y eso es parte de la relación del padre/hijo. Entonces,
cuando yo oro ‘Padre nuestro’, lo que realmente estoy diciendo es ‘Dios, reconozco que
soy Tu hijo’. Reconozco que Tú me amas y tengo un acceso íntimo a Ti. Yo reconozco que
Tú tienes recursos absolutamente ilimitados, los cuales podrían ser usados a mi
disposición. Reconozco que Tú tienes una familia mucho más grande que yo mismo, quien
tiene necesidades. Reconozco que Tú harás lo que es mejor para mí. Yo reconozco que
necesito obedecerte. Yo reconozco que lo que Tú haces, Tú sabes lo que es mejor. Y así es
como comienza la oración. Comienza con una afirmación del hecho de que Dios es mi
Padre. Eso significa recursos. Eso significa obediencia. Y es el corazón de ella. Todos los
recursos están ahí. Y el llamado a la obediencia también está ahí.
En la Biblia dice que Dios sabe cuándo cae un ave. Recuerdo leer a J. E. McFadden, quien
dijo que el libro de las Escrituras, cuando dice que un ave cae, si usted ve el griego
realmente significa más que cae. No sólo que Dios sabe cuándo una ave cae al suelo en el
sentido de muerte. Él dice que es mejor traducir eso “Dios sabe cada vez que una vez
brinca.” Nada escapa el conocimiento de Dios. Cada vez que salta en el suelo, una
pequeña ave conocida por Dios, Él lo ve y lo sabe.
Y Dios, quien es el Dios que conoce todo acerca de la pequeña ave, es el mismo Dios que
conoce todo acerca de Sus hijos amados. Y esa es la razón por la que un hombre dijo
cuando decimos ‘Padre nuestro’ sabemos que no estamos perdidos en la multitud. Allí hay
intimidad. No estamos rogándole a alguna gran deidad, alguna deidad soberana en algún
lugar que es apática, sino a un Padre amoroso. Pero debemos reconocer en orar a Él que
como Padre, Él tiene el derecho de darnos lo que Él quiere, porque el padre sabe lo que es
mejor. Y somos responsables de obedecerlo porque es nuestro Padre. Entonces, la oración
comienza con el reconocimiento general de que estamos llegando a un padre amoroso
que tiene recursos ilimitados, quien sabe lo que es mejor, a quien debemos obedecer.
Vayamos a un segundo pensamiento en esta oración, no la paternidad de Dios sino la
prioridad de Dios; la prioridad de Dios. El versículo 9 dice: “Padre nuestro que estás en los
cielos, santificado sea Tu Nombre.” Aquí está la primera petición. La declaración inicial era
simplemente el saludo en la oración. Aquí está la primera petición. Y la esencia de esta
petición es adoración. Dios, lo primero por lo que oro es que Tu Nombre sea santificado.
Estaba leyendo anoche la biografía de Arthur Pink, un gran maestro de la Palabra de Dios.
Una de las cosas que dijo está muy, muy, muy relacionada con esto; y creo que es
práctica. Él dijo, y cito: “Con qué claridad es el deber fundamental en la oración aquí
presentado: la persona misma y todas sus necesidades deben recibir, deben tener un
lugar secundario y el Señor debe tener la preeminencia nuestros pensamientos, deseos y
súplicas. Esta petición es prioritaria porque la gloria del gran Nombre de Dios es el fin
definitivo de todas las cosas: cualquier otra petición no sólo debe estar subordinada a esto
sino que tiene que estar en armonía con esto y buscándolo también. No podemos orar de
manera correcta a menos de que la honra de Dios domine nuestros corazones. Si
anhelamos un deseo por la honra del Nombre de Dios no debemos ir en contra de nada
que la santidad divina quiera dar.” Fin de la cita.
Entonces, nuestras oraciones están controladas, en primer lugar, por un reconocimiento
de que Dios es Padre. En segundo lugar, están controladas por un reconocimiento de que
el Nombre de Dios debe ser santificado. Ahora ‘nombre”, ¿qué significa eso? “Santificado
sea Tu Nombre.” Eso simplemente significa todo lo que Dios es, todo lo que Dios es. En
esos días, el nombre era lo que alguien era, en un sentido, la suma de quién eran. Todavía
es así, hasta cierto punto.
Mi nombre es más que tan sólo un nombre. Realmente resume quién soy yo. Si alguien le
dice “John MacArthur”, hay una imagen de todo lo que yo soy en ese nombre. Y así es con
Dios. El Nombre de Dios es la suma de todo lo que Él es. El nombre de Cristo es la suma de
todo lo que Él es. El nombre representa la naturaleza, atributos, la esencia de la
personalidad de Dios. Entonces, lo que esta petición está diciendo es ‘Padre, que Tu
persona, Tu identidad, Tu naturaleza, Tu esencia, Tus atributos y Tu reputación sean
santificados.’
Ahora, ¿qué significa ser santificado? Bueno, simplemente significa apartar como algo
sagrado. Cuando pensamos en salones santos, normalmente pensamos en algún aposento
que está solo, en túnicas largas, en cánticos, en iglesias oscuras, en música sombría, en
tradiciones. Santificado quiere decir apartado como sagrado. Que Tu Nombre sea
apartado como sagrado. La palabra hagiazō quiere decir tratar como sagrado, santificado.
Tiene un sinónimo, doxazō, del cual obtenemos la palabra gloria. Significa glorificar u
honrar.
Otro escritor, Orígenes, dijo que también es sinónimo con hupsoō lo cual significa exaltar o
levantar en alto. Levanta en alto Tu Nombre, exaltar Tu Nombre, honra Tu Nombre.
Glorifica a Tu Nombre. Que Tu Nombre sea elevado como sagrado. Esa es una parte muy,
muy básica de la oración. Señor, lo que te honre, lo que te glorifique, lo que exalte Tu
Nombre, lo que te levante. Como puede ver, esa es la antítesis del tipo de adoración que
es tan popular en la actualidad la cual dice ‘levántame, dame esto, dame aquello,
prospérame, hazme exitoso’.
La idea es Dios, que Tú prosperes, que Tú seas glorificado, lo que eso signifique. El nombre
de Dios, Elohim, creador. El hombre de Dios El Elyon, el altísimo; Jehová, significa Yo soy el
que soy; Jehovah-Jireh, el Señor proveerá; Jehovah-Nissi, Jehová nuestra bandera;
Jehovah-Rapha, Jehová que sana; Jehovah-Shalom, Jehová nuestra paz; Jehovah-Roi,
Jehová nuestro pastor; Jehovah-Tsidkenu, Jehová nuestra justicia; Jehovah-Tsabaoth,
Jehová de los ejércitos; Jehovah-Shammah, el señor está presente; Jehovah-
Mekaddishkem, Jehová quien santifica. Todo lo que Él es esta encerrado en Su Nombre. Y
cuando decimos “santificado sea Tu Nombre” estamos diciendo que Dios sea glorificado.
El propósito de toda oración que usted ofrece es que Dios sea glorificado, exaltado,
honrado, levantado de la manera en la que Él pueda hacer exaltado. Y esto, por cierto, es
una protección contra abusar del sentimentalismo de ‘Padre’. Decir ‘Padre nuestro’ y
‘Padre nuestro’ solamente podría ser un poco peligroso. Podríamos usar de manera
excesiva la idea de padre. Y después, Abba padre, Papi, Papito, usted ahí podría entender
la intimidad, pero no entender el equilibrio. Y el equilibrio es ‘sí, Tú eres mi padre
amoroso, pero santificado sea Tu Nombre santo.’
Ningún judío jamás diría ‘Padre’ sin haber añadido algo. Entonces, en las oraciones de los
judíos, aquí hay algunos ejemplos: “Oh Señor, Padre y gobernador de mi vida; Oh Señor,
Padre y Dios de mi vida. Oh Padre, Rey de gran poder, altísimo Dios Todopoderoso. Y las
oraciones famosas diarias de Shemini Atzeret: “Oh Padre, Oh Rey, Oh Señor.” La
paternidad siempre equilibrada con esas palabras que representan Su naturaleza
asombrosa.
En el día de la expiación hay 10 días penitenciarios que rodean a ese día. Y los judíos oran
el Avinu Malkeinu, el cual es Padre nuestro, nuestro Rey; y lo oran traen 44 veces.
‘Nuestro Padre, nuestro Rey’… ‘Nuestro Padre, nuestro Rey’. Y si usted sólo conoce a Dios,
nuestro Padre, usted podría perder un poco el equilibrio. Dios también es su Rey. Y Él
tiene un lugar Santo y merece ese lugar santo. Y Su Nombre debe ser exaltado y levantado
en todo sentido.
Ahora, ¿cómo hace usted eso? ¿Cómo ora usted de tal manera como para exaltar el
nombre de Dios? Simplemente al orar porque Su gloria se cumpla, porque Su gloria se
haga por Su honra. Mi oracion es: ‘Dios, que Tú hagas esto si esto te trae gloria.’ Usted
puede estar orando por un niño. Puede estar orando por una situación en su familia.
Usted puede estar orando por un trabajo. Usted puede estar orando por un problema
físico. Señor, lo que traiga gloria a Ti, haz eso. Hazlo. Lo que exalte Tu Nombre, lo que
levante Tu Nombre, lo que haga que Tú seas glorioso, que Tú seas exaltado, lo que lleve a
la gente a verte como el Dios verdadero. Ése es el punto.
Y quiero decirle algo, en esta teología contemporánea de ‘nómbrelo y reclámelo’, ése no
es el Dios verdadero. El tipo de Dios quien es un genio utilitario quien tiene que hacer
todo lo que todo el mundo le manda, no es el Dios de la Biblia. Y usted no ha glorificado Su
Nombre, no han exaltado Su Nombre, no lo ha exaltado. Usted lo ha jalado hacia abajo. Y
el error de esto asesta un golpe en contra de la naturaleza misma de Dios. Es tomar el
nombre de Dios en vano. Es ser irreverente. No es sólo mala teología. Es irreverencia
grosera, vulgar, irreverencia aterradora.
Como el catecismo de Lutero dice: “¿Cómo es que el Nombre de Dios debe ser santificado
entre nosotros? Respuesta: “cuando tanto nuestra doctrina y nuestra vida son
verdaderamente cristianas.” En otras palabras, Dios es glorificado cuando mi vida refleja la
verdad de la Palabra de Dios, cuando mi doctrina refleja la verdad de la Palabra de Dios.
En otras palabras, cuando creo lo correcto acerca de Él y vivo de manera correcta en
sumisión a Él.
Entonces, cuando digo santificado sea Tu Nombre estoy diciendo ‘Dios, santifícate a Ti
mismo’. ¿Y qué quiero decir con eso? Despliégate a Ti mismo. ¿Y como es que Él va a
hacer eso? A través de mi vida. Despliégate a través de mi vida, sea lo que sea que eso
signifique tanto en mi vida como en la muerte, en pobreza o en riqueza, en enfermedad o
en salud. Lo que sea, despliégate a través de mi vida. Esa es la oración.
Hace muchos años atrás, Gregory of Nyssa en la Iglesia primitiva predicó un sermón del
tipo de persona que santifica el nombre de Dios, que vive para la gloria de Dios, que vive
para exaltar a Dios. Y él dijo de esa persona: “el toca la tierra de manera ligera con las
puntas de los dedos de sus pies, porque no está inmerso por los placeres de esta vida; sino
que está por encima de todo engaño que viene mediante los sentidos. Y entonces, aunque
en la carne él se esfuerza por buscar la vida inmaterial, él considera la posición de las
virtudes las únicas riquezas, la familiaridad con Dios, la única nobleza. Su único privilegio y
poder es el dominio de sí mismo como para no ser esclavo de las pasiones humanas. Él
está triste si su vida en este mundo material es prolongada. Como aquellos que tienen
náuseas en el mar, él se apresura a llegar al puesto del descanso.” Fin de la cita.
Así como debemos vivir. No estamos viviendo aquí para ser prósperos en este mundo. Y el
que vive para la gloria de Dios, el que santifica nombre de Dios quiere que Dios sea
glorificado, que Dios sea exaltado. Y él está más preocupado por orar por la gloria de Dios
que por su propia situación, su propia gloria, su propia prosperidad. Él sólo quiere
esforzarse por lo inmaterial y no verse inmerso, como él dijo, por los placeres de esta
vida.” El que glorifica a Dios está más preocupado, está más inmerso con las cosas que
deshonran a Dios, más preocupado por lo que está mal en términos del mundo y cómo
trata a Dios que por la manera en la que él es tratado. Esa es la razón por la que el Salmo
34:3 dice: “Engrandeced a Jehová conmigo, y exaltemos a una Su Nombre.” En eso
consiste la oración.
En tercer lugar, la oración no sólo es un tema de reconocer la paternidad de Dios y la
prioridad, sino también el programa de Dios. El versículo 10 dice “venga Tu Reino”. Venga
Tu Reino. Aquí hay una oración para la extensión del Reino de Dios. Esto caracteriza a todo
verdadero hombre y mujer de Dios a lo largo de la historia del Reino. Las grandezas del
Reino de Dios, los grandes del Reino de Dios, los santos de las edades han sido personas
que han estado muy preocupadas por la extensión del Reino de Dios y no con la
construcción de su propio imperio, no por colmar su propio bolsillo.
Se me preguntó el otro día cómo evaluaría a un líder cristiano de un perfil muy alto, muy
bien conocido en Estados Unidos, un hombre a quien respeto como persona. Él preguntó
cómo evalúo a ese hombre. Yo dije ‘bueno, creo que hay dos maneras primordiales por las
que evalúo la virtud de un hombre a quien no conozco de manera personal. Número uno
es ¿cómo es que la gente piadosa buena se lleva con él? En otras palabras, él está a un
nivel de liderazgo en donde tiene a muchas personas que trabajan en torno a él. ¿Por
cuánto tiempo se quedan las personas buenas y piadosas con él? Ésa es la medida de su
virtud.
Y en segundo lugar, cuánto de su éxito termina en su propio bolsillo. Si los hombres
buenos y piadosos se quedan con él por mucho tiempo, eso significa que hombres buenos
y piadosos lo encuentran, lo hallan, siendo un hombre semejante a ellos. Y si después de
mucho éxito, él no parece haber satisfecho sus deseos egoístas de manera excesiva, la
indicación es que su preocupación no es que crezca su cuenta bancaria, sino que edifique
al Reino. Éstos son el tipo de preguntas que usted tiene que hacer.
En mi vida de oración y su vida de oración el meollo no es cómo va ayudar al imperio de
John MacArthur, la empresa de John MacArthur, los esfuerzos de John MacArthur sino
cómo va a expandir el Reino. Esa es la médula. Ese es el meollo. De hecho, el Talmud decía
que la oración en la cual no se menciona al Reino de Dios no es oración en absoluto.
¿Cómo va a extender el Reino? Edifica Tu Reino. Ése es el corazón de nuestra petición.
No sólo estamos orando por el éxito de nuestro esfuerzo. No debemos estar orando sólo
por nuestra pequeña familia y sus necesidades en particular. No estamos orando sólo por
nuestra iglesia y nuestro estado. Y estamos a punto de tener una elección el martes y
estoy seguro de que hemos estado orando por esa elección y lo que sucederá. Estamos
pensando en cosas a nivel nacional y orando por el liderazgo de la nación y demás. Pero
esa no es la suma de nuestras oraciones.
En todo eso, el meollo es “Señor, simplemente que venga Tu Reino”. Eso es todo. Ese es el
panorama en general. No nuestro pequeño reino, Tu Reino. Esa es la perspectiva que es
muy útil en el ministerio para que usted no sólo comience a orar por su pequeño esfuerzo,
su pequeño mundo, su pequeña iglesia, su propio ministerio de radio, sus propias cintas,
su propia universidad y Seminario, sus propios esfuerzos. Pero realmente por lo que usted
ora es que el Reino venga como Dios quiera, de la manera que Él quiera y a través de
quien Dios quiera que venga.
¿Qué queremos decir con eso? ¿Qué es el Reino? Es una frase común. En primer lugar, es
lo suficientemente simple como para decir el Reino es simplemente la esfera de salvación
en la cual Cristo gobierna. Si hay un sentido en el que Dios es el Reino universal del
universo entero y que Él gobierna el universo entero todo el tiempo, siempre lo ha hecho,
siempre lo hará. Pero Él aquí no está hablando tanto del Reino universal como del Reino
de Cristo que gobierna en los corazones de los redimidos. Realmente es una oración para
la salvación de personas perdidas. Venga Tu Reino a través de la conversión de almas
perdidas.
El Reino, dijo Jesús, está en medio de vosotros. Está en ustedes. El Reino es la esfera en
donde Cristo gobierna. ¿Y dónde es que Cristo gobierna? Él es el gobernante en el corazón
de toda persona que ha creído en Él, ¿verdad? Él es mi Señor y Rey. Él es su Señor y su
Rey. Ése es su Reino. Y su Reino vendrá a la tierra en el nuevo milenio. Su Reino llenará el
universo en los nuevos cielos y en la nueva tierra. Pero inclusive en ese entonces, el Reino
todavía será la esfera de Su gobierno en los corazones de los hombres a través de la
salvación.
Y la oración es esta: “Sea lo que sea que extienda Tu Reino, oh Dios”, sea lo que sea que
extienda los elementos del Reino mencionados en Romanos 14:17. El Reino de Dios es
justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo, sea lo que va a traer a Cristo para establecer Su
Reino en la tierra para que sea todo glorioso, que venga. En otras palabras, esta teología
de ‘nómbrelo y reclámelo’ es tan miope, tan egoísta, tan pequeña en su manera de
pensar, que todo lo que ve soy yo y lo que yo quiero. Y no piensa por la causa más grande.
Señor, extiende Tu Reino si eso significa que yo pierda todo. Ésa es la médula. Ése es el
meollo.
Frances Havergal escribió de manera hermosa el siguiente verso a Cristo. “Oh, el gozo de
verte a Ti reinando, a Ti, mi propio Señor amado, con toda lengua confesando Tu Nombre,
adoración y honra y gloria y bendición sean traídas a Ti a una voz. Tú, mi maestro, mi amo
y mi amigo, que se ha redimido a sí mismo y está en el trono hasta el fin remoto de la
tierra glorificado, adorado y reconocido.” Fin de la cita. Ahora, ahí está la adoración de un
verdadero santo. No estoy preocupado por mí. Quiero que Tú seas honrado y que Tu seas
glorificado y que Tu Reino sea extendido en los corazones de los hombres por toda la
tierra para que en todo lugar Tú seas glorificado y adorado y reconocido por ellos. Ésa es
una oración como Jesús nos enseñó orar.
El centro de la oración entonces es la adoración. Vamos a un Padre amoroso, pero eso
significa que aceptamos lo que Él sabe que es lo mejor; y en obediencia, respondemos a
Él. Y en nuestras oraciones, lo primero que nos debe preocupar es Su gloria. Lo segundo
que nos debe preocupar es la extensión de Su Reino. Y lo tercero es que se haga Su
voluntad. El propósito de Dios. Versículo 10: “Hágase Tu voluntad como en el cielo así
también en la tierra.” Sabemos que Su voluntad es hecha en el cielo, ¿verdad? Porque
toda persona que no hizo Su voluntad en el cielo está afuera. Los ángeles caídos fueron
expulsados. Hágase Tu voluntad. Eso significa Dios, haz Tu propósito. Nunca oro una
oración sin decir ‘Señor, haz Tu voluntad.’ Y no titubeo en orar de ese modo. Eso es lo
único que quiero. No quiero nada que no sea la voluntad de Dios.
Alguien me preguntó sobre qué sucedería si me sacaran de golpe de todas las estaciones
de radio. Está bien. Si esa es la voluntad de Dios, está bien. No me importa. No necesito
hacer nada más. Y hacer menos sería algo agradable. Y siguieron con otra pregunta que se
me ha hecho antes ¿qué pasaría si el Señor simplemente te quitara tu ministerio? Está
bien. Si el Señor lo quiere quitar, Él lo puede quitar. Yo voy a tomar lo que dijo Job. Jehová
dio, Jehová quitó. Sea bendito el nombre de Jehová. Él no me necesita. Y si decide cambiar
algo, está bien, porque yo no quiero hacer nada que no sea Su voluntad. No tengo ningún
objetivo personal.
Y con frecuencia se me pregunta cuáles son mis metas para el ministerio. Realmente no
tengo ninguna, solamente quiero despertar en la mañana y hacer lo que tengo que hacer
ese día y confiar en que Dios me está guiando. Pero no tengo ningún objetivo grande o
cosas que quiera hacer. Sólo quiero la voluntad de Dios, quiero hacerla y quiero
mantenerme en la posición de hacerla. Eso no es algo a lo que me he resignado. Hay
algunas personas que dicen “Hágase Tu voluntad” y nada más que lo dicen así “Hágase Tu
voluntad…” en resentimiento amargo… “Sé que vas a hacer lo que vas a hacer.
Omar Khayyám escribió ese pequeño problema famoso “La vida es un tablero de ajedrez,
de noches y días, donde Dios con los hombres como piezas juega, mueve aquí y allí, da
jaque mate y mata. Y pieza por pieza vuelve a ponerlos en la caja pues hay un destino para
la pieza, para el jugador y para Dios.” Es una perspectiva trágica de Dios. Entonces, hay
personas que rechinan los dientes en resentimiento amargo y dicen ‘hágase Tu voluntad’
de manera fatalista. Eso no es lo que queremos decir con eso. Después, están esas
personas pasivas que en cierta manera simplemente se resignan “bueno, si eso lo que vas
a hacer Dios, así sea.” Y se van a una esquina y se chupan el dedo espiritual y se quejan y
gimen por lo trágico que es.
Y después, están aquellos que dicen ‘hágase Tu voluntad’ que sale de su teología. Son el
tipo de híper calvinistas, ustedes saben. Que creen que Dios es más grande que ellos y
entonces, ¿de qué sirve de cualquier manera? Todo va a ser como va a ser. Es otro tipo de
fatalismo. El primero es una especie de fatalismo filosófico. El segundo es una especie de
fatalismo de ‘pobre de mí’ y el tercero es un tipo de fatalismo teológico. Pero no creo que
decir ‘hágase Tu voluntad’ significa que simplemente nos damos por vencidos.
Me gusta lo que dijo David Wells: “En esencia, la petición de oración es rebelión. No es
rebelión aparente en contra de Dios, es rebelión en contra del mundo y su estado caído, el
rehusarse de manera absoluta e inmortal el aceptar como normal lo que es anormal en
toda área. Es en este aspecto negativo, el rehusarse a todo propósito y todo plan, toda
interpretación que está en contra de la norma como se estableció de manera original por
Dios.” Fin de la cita.
Y puedo revelarme en contra de la manera en la que están saliendo las cosas,
revelándome en contra de la maldad, revelándome en contra del pecado, revelándome en
contra de que Dios sea deshonrado. No voy a aceptar eso. No voy a ser un ateo con lo que
está mal. Ni siquiera voy a desanimarme. Voy a ser como las almas que están debajo del
altar, ‘¿hasta cuándo, oh Señor, vas a hacer algo? Señor, glorifica Tu Nombre, exalta Tu
Nombre,’ puedo orar a Dios. Señor, Te ruego que hagas esto porque Te trae deshonra.
Cambia esta circunstancia, trae gloria a Tu Nombre, trae honra a Ti mismo. No tengo
problema con eso, ser atrevido.
Pero al mismo tiempo, lo que Dios trae lo tengo que aceptar. Y no lo acepto de manera
amarga y no lo acepto de manera pasiva. Y no lo acepto simplemente como algo
teológico, lo aceptó como Su voluntad. Y no sólo eso, es lo mejor para mí por ahora. Y
usted dice ‘bueno, a veces eso no parece lo correcto.’ Claro, porque usted no puede ver
todo, ¿verdad? Usted no puede ver todo. Usted simplemente no tiene todo el panorama.
Y aunque Dios es mi Padre y me ama y aunque si le pido pan no me dará una piedra y si le
pido un pescado no me dará una serpiente, aunque Dios tiene recursos ilimitados que
darme a mi disposición, esas cosas son dadas cuando le darán a Él gloria, cuando
extenderán Su Reino y cuando cumplan Su voluntad. Y entonces, mis oraciones siempre
están controladas por esas cosas. Así es como Jesús nos enseñó a orar.
Entonces, el fin de la oración no es tanto respuestas tangibles. El fin de la oración es una
vida que va creciendo en su profundidad de dependencia; y el final de la oración es un
sentido más grande de ser parte del Reino de Dios y de lo que Dios estás haciendo. La
oración es cuando yo entro para alinearme en mi deber y a hacer lo que Dios quiera hacer
para Su propia gloria. Ahora, cuando eso están orden, entonces puedo decir ‘Señor, el pan
nuestro de cada día dánoslo hoy’. Entonces, puedo pedir por mis necesidades y nada más
que necesidades están ahí. ‘Señor, perdónanos nuestras deudas o por nuestros pecados
como nosotros perdonamos a otros.’
Primero, pido que mis necesidades sean suplidas. En segundo lugar, que mis pecados sean
perdonados. Y en tercer lugar, ‘no nos metas en tentación sino líbranos del mal’. Y lo
tercero por lo que oro es ‘Señor, protégeme’. Oramos por necesidades. Oramos por
limpieza. Oramos por Su protección. Pero todo dentro de los contextos de Su gloria, y
termina en el versículo 13, Su Reino, Su poder. Es el enfoque. Y entonces, la oración es
adoración. Es adoración. Y cualquier cosa menos que una oración de adoración que le da a
Dios el derecho de ser Dios, glorificar Su nombre, extender Su Reino y hacer Su voluntad
no es oración en absoluto. Podría ser llamado a oración. No es oración. Es meramente un
ejercicio de deseos egoístas.
Y cualquier cosa que supone y cualquier teología que supone que Dios le tiene que darle a
usted lo que se demanda es tomar Su nombre en vano, es irreverente y está deshonrando
a Dios inmensamente al asumir que Él es alguien que Él no es. Y como lo dije al principio,
el error de esa teología es que esta teología hace del hombre Dios y de Dios, hombre. El
hombre se convierte en el soberano, y Dios, el siervo. No es así. Entonces, cuando oramos,
oramos de esta manera, Jesús dijo, que Dios sea honrado. Inclinémonos juntos.
Padre, Te damos gracias por una palabra tan clara para nosotros. Nunca queremos nada
que no sea Tu voluntad para nosotros. Nosotros no entendemos todo el misterio de eso. Y
creemos que la oración eficaz del justo puede mucho. Creemos que Tú respondes a la
oración. Y si un juez justo a quien se le ruega de manera continua hace lo correcto,
¿cuánto más un Salvador justo hará por aquellos que lo aman? Y si un hombre que está
dormido finalmente va a abrirle la puerta a alguien que llama y llama y llama a la puerta,
aunque él la labra por estar enojado, ¿con qué rapidez Tú proveerás todo lo que
necesitamos, Tú que eres un Padre amoroso?
Sí Señor, creemos que nuestra oración será respondida, así como leemos en los Salmos
‘clamé y Tú me respondiste’. Pero Señor, ayúdanos a saber y a orar porque la respuesta
debe estar alineada con lo santificado que es Tu Nombre, la extensión de Tu Reino y la
realidad maravillosa de Tu voluntad siendo cumplida. Con ese fin, oramos inclusive en esta
mañana, que como un resultado de nuestra adoración juntos, Tu Nombre sea santificado,
levantado, exaltado y glorificado. Que Tu Reino sea extendido conforme algunos inclusive
en el día de hoy abren su corazón a Cristo. Que Tu voluntad sea hecha.
Gracias por la confianza, Señor, de que cuando te colocamos en el lugar correcto, nuestras
necesidades serán satisfechas, la limpieza será provista, y la protección y la guía serán
nuestras. No podemos pedir nada más y no pedimos nada más que eso. Y los regalos
buenos que Tú escojas darnos, las dádivas buenas que Tú escojas darnos, las aceptamos
con gratitud. Por la causa de Jesús, oramos estas cosas. Amén.
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La oración evangelística, 1ª Parte


Escritura: 1 Timoteo 2:1

Código: 54–11
John MacArthur
Esta mañana regresamos a nuestro estudio de 1 Timoteo; y nos encontramos al principio
del capítulo 2. Primera de Timoteo, capítulo 2.
Conforme iniciamos nuestro estudio de los versículos 1 al 8, los cuales serán nuestro tema
para este Día del Señor y el próximo, nos tomará dos domingos realmente examinar la
intención de este texto, quiero comenzar con una palabra personal de testimonio.
Conforme estudiaba a lo largo de esta semana este pasaje -y esto me sucede todo el
tiempo-pero parece que, de manera específica, esta semana el Espíritu Santo colocó un
peso de convicción en mi propio corazón con respecto a este pasaje, más que otros de los
que puedo pensar recientemente. Pero conforme estaba estudiando, realmente fui
convencido de pecado en mi propio corazón por mi falla a nivel personal en cumplir lo que
la Palabra de Dios dice aquí. El texto, básicamente nos llama a orar por los perdidos, como
lo veremos conforme lo estudiemos. Y recordé lo poco que hago eso. Y supongo que
debido a eso, me vi motivado en mi espíritu a pasar quizás una cantidad de tiempo más de
lo normal en este texto, en cierta manera luchando entre la interpretación y la convicción,
pensando en lo que el texto significaba; y después, pensando cómo en mi propia vida y en
la vida de la Iglesia e inclusive en la propia vida de mi propia familia podríamos comenzar
a aplicar estas cosas de una manera en la que no lo habíamos hecho en el pasado. Y me ha
tomado, debido a eso, un tiempo más bien largo. De hecho, ayer pasé el día entero
encerrado en mi estudio trabajando en el texto y en lo que yo compartiría con ustedes en
este Día del Señor y el próximo. Y realmente, no podía dejarlo.
Mi esposa Patricia dijo que es muy raro que yo hiciera eso. Y ella, en cierta manera, me
hizo algunas preguntas acerca de por qué eso estaba pasando… ¿Acaso estaba reduciendo
mi capacidad de pensamiento en mis años ya mayores? O, ¿qué era lo que realmente
estaba pasando? Pero traté de compartir con ella que hay ocasiones en las que uno entra
a un pasaje de las Escrituras y no lo puede dejar quizás por la razón que no cede su fruto
real hasta que, en cierta manera, usted llega a cierto punto. Y hay otras ocasiones en las
que usted estudia un pasaje y no lo deja, lo cautiva debido a su verdad convincente.
Y creo que ahí estaba yo. No sé, creo que realmente no pensé en eso hasta que esta
mañana estaba pensando acerca de eso durante el primer servicio, que encontré que mi
propio corazón estaba cautivado por el pasaje y por mi propio sentido de convicción que
estaba emanando, que esto es algo que de manera desesperada necesitaba oír. Y si
realmente no encontraba en mi propia vida un compromiso con la obediencia en esta
área, estoy seguro de que aquellos a quienes había enseñado por estos años podrían
también estar quedándose cortos en esta área de la misma manera. Y entonces, fui
alentado en mi espíritu al compartir con ustedes hoy y la próxima vez lo que creo que el
Espíritu de Dios está diciendo en esta área con relación a la oración evangelística.
No sé si puedo culpar esto, pero recuerdo que hace algunos años atrás se me dio un libro
escrito por un escritor cristiano de gran reputación. Era un libro que trataba con el tema
de la oración. Y en este libro, él trató de señalar el hecho que no hay nada la Palabra de
Dios que nos llame a orar por los perdidos. De hecho, fue una tesis del libro que sólo la
oración que se relaciona con el evangelismo fue una oración dada por nuestro Señor Jesús
cuando dijo: “Orad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.” Y que no
debemos orar por los perdidos sin orar porque los obreros alcancen a los perdidos.
Además, la tesis del libro era proceder y evangelizar; y a eso éramos llamados a hacer. Y
había muchas escrituras que nos motivan en esa área. Y supongo que en un sentido, ese
escritor digno de confianza, en cierta manera hizo que ese punto en mi corazón quedara
afirmado y quizás orar por los perdidos no era de gran consecuencia. Obviamente, todos
nosotros oramos por los perdidos que conocemos, gente que tiene una gran parte en
nuestro corazón por la relación de amor que tenemos con ellos. Pero creo que en cierta
manera hice eso a un lado. Y es fácil de hacer eso porque la oración evangelística
apasionada de hecho es un ejercicio de compromiso espiritual que toma tiempo y mucha
energía y es más bien hecha a un lado de manera fácil especialmente si hay una manera
en la que usted puede justificar eso. Y entonces, confieso al Señor y a ustedes que quizás
en mi propia vida no he sido tan fiel como debía ser en este tema de la oración
evangelística y el Espíritu de Dios está hablando a mi corazón acerca de esto. Me siento
motivado, inclusive en esta mañana en nuestra mesa, conforme nuestra pequeña familia
se reunió para desayunar, al leer el pasaje para llamar a todos nosotros y pasar algo de
tiempo en oración por aquellos que están sin el Salvador tratando de implementar de
manera inmediata la intención de lo que el apóstol le dice a Timoteo aquí.
Obviamente la oración por los perdidos, sin importar lo que podamos creer acerca de ellos
en términos de la enseñanza bíblica, es parte de nuestras vidas. No es necesario decir que
en la comunidad cristiana, cuando tenemos a alguien a quien queremos, que no conoce a
Cristo, lo más natural es orar por su conversión. Y realmente no es de eso que quiero
hablar ni de lo que texto habla. El punto en el texto no es tanto un mandato a que
nosotros oremos porque Dios salve a personas a quienes amamos, sino que entendamos
el espectro, lo amplio que es la oración evangelística, entender la intención del corazón de
Dios y la universalidad de la provisión del Evangelio que nos motiva a orar a un nivel más
amplio que quizás hemos llegado a entender.
Cada semana, recibimos en las tarjetas de registros, cientos de nombres de personas por
las que ustedes quieren que oremos, personas que ustedes nos piden que oremos por
ellas, que no conocen a Cristo y quieren que oremos. Y el miércoles, con frecuencia sale
una página con nada más que nombres en ella y una sección entera simplemente con
nombres de personas por las que usted está preocupado que sean salvos. Y usted y yo
sabemos que la salvación es una obra soberana de Dios y debemos ir a Dios y pedirle que
salve porque esa es Su prerrogativa.
Y también reconozco que mensualmente recibimos un calendario de oración y parte de
eso, algunos de los días del mes están involucrados en orar por naciones y pueblos y
campos misioneros que no conocen a Cristo. Sé que el nuestro ministerio de radio
recibimos bolsas de cartas diariamente alentándonos a orar por personas que no tienen al
Señor.
Debido a esto, es esencial que nosotros entendamos lo que la Biblia enseña acerca de una
oración de este tipo. ¿Es legítima? ¿Es necesaria? ¿Realmente podemos orar por la
salvación de la persona? ¿Por la salvación de la ciudad? ¿Un estado? ¿Una nación? ¿Una
tribu? ¿Podemos orar en ese tipo de términos amplios, acaso eso tiene alguna
importancia en la mente de Dios? ¿Acaso eso se presta de alguna mal manera a la obra de
salvación de Dios?
Si de hecho Dios responde a la oración que oramos al orar por la salvación de alguien,
entonces debemos estar comprometidos con hacer eso. Pero, ¿qué dice la Biblia? Bueno,
regresemos en nuestra manera de pensar, en primer lugar, al primer conjunto de libros en
las escrituras, el Pentateuco, los libros de Moisés; y encontramos en el libro que llamamos
Números, capítulos 11, versículos 1 y 2 y también en el capítulo 14, versículo 3, usted no
necesita buscarlos, en esos dos lugares en Números, Moisés oró. Y él oró por los israelitas
incrédulos ingratos que se estaban quejando. Y su oración básicamente fue porque Dios
no los consumiera en un juicio ardiente.
De hecho, en el capítulo 14 de Números, versículo 19, él clamó a Dios con estas palabras:
“Perdona, te ruego, la iniquidad de este pueblo según la grandeza de Tu misericordia.” Y
aquí está Moisés, el profeta de Dios, el estadista de Dios, el hombre de Dios a quien se le
da la responsabilidad de liderazgo entre el pueblo de Israel y la pasión de su corazón es
clamar a Dios por la salvación de esa nación. Esto es oración evangelística.
En 1 Samuel, quisiera llevarlos a ese texto. Podría pasar al capítulo 12, comparto con
ustedes el testimonio de Samuel en el capítulo 12, versículo 23. Y Samuel dice a favor de
su pueblo: “Así que, lejos sea de mí que peque yo contra Jehová cesando de rogar por
vosotros; antes os instruiré en el camino bueno y recto. Solamente temed a Jehová y
servidle de verdad con todo vuestro corazón, pues considerad cuán grandes cosas ha
hecho por vosotros. Mas si perseverareis en hacer mal, vosotros y vuestro rey pereceréis.”
Ahora Samuel da un paso más allá de lo que vimos en el texto mosaico para decir que no
sólo es un tema de importancia el orar por ustedes, sino que es un pecado el no orar por
ustedes. Dios me guarde que yo peque al dejar de orar por ustedes y que teman al Señor y
lo sirvan en verdad y con todo su corazón. Y si no hacen eso, ustedes serán consumidos en
su impiedad. Esa es una oración evangelística, esa es una oración por la conversión de
personas no redimidas en la nación de Israel.
En la profecía de Jeremías, en dos lugares, encontramos un principio muy interesante de
esto. Viene de manera inversa. En Jeremías, capítulo 7, versículo 13, el versículo 12 habla
de la impiedad del pueblo. Y ahora, dice Dios, la palabra de Jehová que viene a Jeremías
según el versículo 1, en el versículo 13 Dios dice: “Ahora, pues, por cuanto vosotros habéis
hecho todas estas obras, dice Jehová, y aunque os hablé desde temprano y sin cesar, no
oísteis, y os llamé, y no respondisteis; haré también a esta casa sobre la cual es invocado
Mi Nombre, en la que vosotros confiáis, y a este lugar que di a vosotros y a vuestros
padres, como hice a Silo. Os echaré de Mi presencia, como eché a todos vuestros
hermanos, a toda la generación de Efraín.”
Ahora, observe lo que le dice al profeta Jeremías: “Tú, pues, no ores por este pueblo, ni
levantes por ellos clamor ni oración, ni me ruegues; porque no te oiré.”
Ahora, el punto que quiero que observen es que era parte de la vida del profeta el estar
clamando a Dios a favor de su pueblo. Y ustedes saben eso a partir de leer el testimonio
de Jeremías. Ustedes saben las lágrimas tan amargas con las que lloró por la salvación de
la Israel no redimida. Usted sabe cómo él clamó a Dios porque el llevara la fe a Israel, al
Dios verdadero y que dejaran la desobediencia y la impiedad. Pero ellos han estado
metidos por tanto tiempo en su pecado que Dios le dice al profeta que deje de orar y deje
de clamar a Él a favor de ellos.
Observen el capítulo 14, versículo 10: “Así ha dicho Jehová acerca de este pueblo: Se
deleitaron en vagar, y no dieron reposo a sus pies; por tanto, Jehová no se agrada de ellos;
se acordará ahora de su maldad, y castigará sus pecados. Me dijo Jehová: No ruegues por
este pueblo para bien. Cuando ayunen, Yo no oiré su clamor, y cuando ofrezcan
holocausto y ofrenda no lo aceptaré, sino que los consumiré con espada, con hambre y
con pestilencia. Y yo dije: ¡Ah! ¡Ah, Señor Jehová!” Jeremías fue un hombre entregado a
orar por su pueblo y sólo Dios podía detenerlo.
El salmista en el Salmo 25:22 clamó a Dios con estas palabras: “Redime a Israel, oh Dios.”
Ahora, en todos estos ejemplos, usted tiene ilustraciones de hombres orando por la
salvación de un pueblo entero, de una nación. Samuel, en 1 Samuel 7 y el versículo 5,
llamó a todo el pueblo que estaba pecando en Israel a congregarse en un lugar llamado
Mizpa. Y él los llamó a todos a volverse al Señor con todos sus corazones. Él estaba
clamando por su salvación. Debía ser una gran reunión evangelística. Y él les dijo: “Si se
vuelven al Señor con todo su corazón,” y cito, “yo oraré por vosotros.” En otras palabras,
yo oraré porque Dios sea misericordioso y perdone su pecado.
Es
Ezequías, el rey, conociendo la impiedad de los corazones de su pueblo, los vio a todos
viniendo a Jerusalén, congregándose para la Pascua. Y él se dio cuenta de que todos
estaban ahí para cumplir su deber religioso. En 2 Crónicas, capítulo 30, el texto dice
‘conforme vio al pueblo, él se dio cuenta de que ellos, entre comillas, no se habían
limpiado a sí mismos.’ Eran un pueblo impuro, impío. Involucrados en un ritual religioso
externo, hipócrita. Pero sus corazones no estaban bien. Y entonces, Ezequías se volvió a
Dios y él oró por ellos con estas palabras: “El buen Señor perdona a toda persona que
prepara su corazón para buscar a Dios.” Y aquí está un rey orando por la salvación de su
pueblo.
Recuerdo también la oración de Daniel en ese gran capítulo 9, particularmente los
versículos 17 al 19, en donde Daniel ora de manera evangelística. “Ahora pues, Dios
nuestro, oye la oración de tu siervo, y sus ruegos; y haz que Tu rostro resplandezca sobre
Tu santuario asolado, por amor del Señor. Inclina, oh Dios mío, Tu oído, y oye; abre Tus
ojos, y mira nuestras desolaciones, y la ciudad sobre la cual es invocado Tu Nombre;
porque no elevamos nuestros ruegos ante Ti confiados en nuestras justicias, sino en Tus
muchas misericordias. Oye, Señor; oh Señor, perdona; presta oído, Señor, y hazlo; no
tardes, por amor de Ti mismo, Dios mío; porque Tu Nombre es invocado sobre Tu ciudad y
sobre Tu pueblo.” Y él clama a Dios porque perdone a su pueblo pecaminoso y le restaure
y a su ciudad y su adoración.
Y después, en el Nuevo Testamento, encontramos el testimonio de Esteban. Esteban oró
lo que es una oración evangelística en Hechos capítulo 7 y en los versículos 59 y 60.
Esteban estaba siendo aplastado bajo las piedras de aquellos que lo estaban apedreando
hasta morir por lo que vieron como una blasfemia. La realidad es que era el Evangelio de
Cristo. Conforme lo estaban apedreando hasta la muerte, conforme él estaba siendo
apedreado hasta la muerte, él le pidió al Señor Jesús que lo recibiera y después, oró esta
oración maravillosa: “Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Señor, no los hagas
responsables por este pecado.” Lo cual quiere decir ‘oh Dios, ten misericordia de estos
pecadores’. Lo cual es una oración de evangelismo. Él oró por su perdón, la salvación de
ellos a través de la provisión de misericordia y de gracia de Dios.
También recuerdo al apóstol Pablo en Romanos 9 quien habla de la tristeza y la gran
pesadumbre de corazón. Y la pesadumbre de corazón y la tristeza viene porque él dice “yo
casi deseara que yo mismo fuera anatema por causa de la salvación de mis parientes, el
pueblo judío, los israelitas.” Y después, en el capítulo 10, versículo 1, él dice: “El deseo de
mi corazón y la oración por Israel es que ellos sean salvos.”
Pablo oró por la nación de Israel. Esteban oró por la salvación de aquellos que lo mataron.
Daniel oró por la salvación de su pueblo. Ezequías oró por la salvación de su pueblo infiel e
impío. Samuel lo hizo y Moisés lo hizo. Y esto no es algo raro. Y estas simplemente son
muestras de la oración evangelística.
Yo creo que la Biblia nos enseña que debemos orar por los perdidos. Yo creo que de
manera clara se presenta en el texto que tenemos frente a nosotros. Leamos los
versículos 1 al 8, puedes seguirme con atención conforme leo y escuche lo que el Espíritu
de Dios dice.
“Exhorto ante todo a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias
por todos los hombres. Por los reyes y por todos los que están en eminencia. Para que
vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y
agradable delante de Dios, nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean
salvos y vengan al conocimiento de la verdad porque hay un solo Dios y un solo mediador
entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre. El cual se dio a sí mismo en rescate por
todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. Para esto yo fui constituido en
predicador y apóstol, digo verdad en Cristo, no miento, y maestro de los gentiles en fe y
verdad. Quiero pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas sin ira
ni contienda.”
Ahora Pablo está instruyendo a Timoteo en estos ocho versículos acerca del asunto de
orar por los perdidos. Esto es de manera clara la intención del pasaje. Pero esta es tan sólo
una parte de la carta entera. Y debemos explicarla en su contexto. Recuerde esto, Pablo
ha terminado su tercer viaje misionero al final de los libros de los Hechos. Él está
encarcelado en Roma. Después de un periodo de encarcelamiento en Roma, él entonces
es liberado. Después de su liberación, va a Éfeso. Ahí se reúne con Timoteo. Ahí, creo yo,
Pablo enfrentó a Himeneo y a Alejandro y sacándolos de la Iglesia porque eran líderes
herejes y apóstatas. Pablo entonces dejó Éfeso después de hacer eso, pero dejó a Timoteo
en Éfeso y le dijo: “Quiero que corrijas el resto de las cosas que necesitan ser corregidas.”
Entonces, Timoteo se quedó en Éfeso. Pablo se fue al oeste. Habiéndose ido no por mucho
tiempo, Pablo le escribe una carta a Timoteo. Esa carta es 1 Timoteo; y en esa carta,
instruye a Timoteo en las áreas específicas que él debe atender en la Iglesia. Muchas cosas
estaban mal en la Iglesia de Éfeso. Y hay mucho trabajo que queda por ser hecho.
En el capítulo 3, versículo 15, a Timoteo se le recuerda de su responsabilidad central, de
enseñarle a la gente cómo deben conducirse en la casa de Dios, la cual es la Iglesia del
Dios viviente, columna y baluarte de la Verdad. Él debe corregir esa Iglesia por su bien y
por causa de su testimonio para el resto de las iglesias y el mundo también.
Entonces, Timoteo se queda en Éfeso. Él ha servido bien al apóstol Pablo, quizás tanto
como 15 años. Él lo sabe en su corazón. Pablo sabe que él sabe eso y sin embargo, Pablo le
escribe esta carta simplemente para afirmar y fortalecer su mano como también darle a la
gente en la Iglesia una palabra de Pablo para que puedan ser alentados de que Timoteo
actúa no por sí solo, sino bajo la autoridad de este gran apóstol.
Ahora, el nuestro estudio del capítulo 1 señalamos que había muchas cosas que estaban
mal en la Iglesia. Sólo le recuerdo alguna de ellas: filosofía falsa, estaban por todos lados
en la Iglesia. Había maneras de pensar religiosas que contradecían el verdadero Evangelio
de la salvación de tal manera que la base de la fe cristiana, la gracia salvadora de Dios en
Cristo estaba siendo enturbiada y la gente no estaba enseñando la verdadera salvación.
Hubo un mal uso de la ley por parte de las personas que pensaban que eran maestros de
la ley, pero no tenían idea de cuál era la intención de la ley. Había tolerancia de pecado.
Había una falta de santidad. Había hipocresía. Había involucramiento con el error
demoníaco y los espíritus engañadores. Había una negación de la verdad acerca de quién
era realmente Cristo. Había apostasía y rechazo de la Palabra de Dios. Estaba el abuso de
la enseñanza no sana y herejía. Había adoración pervertida. Había materialismo, un deseo
de dinero y ganancia terrenal. Existía el abuso de la función de las mujeres. Había
apostasía y el rechazo de la Palabra de Dios. Había inmoralidad, orgullo, intelectualismo y
una falta de contentamiento general con la voluntad de Dios. Ahora, esa es una iglesia en
problemas desde cualquier ángulo que usted lo vea.
Y Timoteo se queda ahí para que esa Iglesia se alinee con la voluntad y el propósito de
Dios. Conforme vimos en el capítulo 1, versículo 18, recordamos que Timoteo tenía un
mandato, el cual se le había encomendado. Él tenía un mandato y él tenía una comisión. Y
él tenía una responsabilidad de hacer lo que Pablo le dijo que hiciera ahí. Y ahora,
conforme llega al capítulo 2, comienza bosquejar de manera específica las cosas que
Timoteo debe atender. Y la primera instrucción tiene que ver con el tema de orar por el
mundo perdido. Ahí es donde Pablo comienza. Y esa es la razón por la que el versículo 1
dice: “Exhorto ante todo…” Y ahora, comenzamos con un manual para el orden de la
Iglesia que comienza con este tema de la oración evangelística.
Ahora permítame decir, porque creo que usted tiene que entender esto, que esta sección
de los versículos 1 al 8 tiene una naturaleza polémica. Esto significa que trata un
problema. Va en contra de un abuso en la Iglesia. Algo está mal y esto tiene la intención
de corregirlo. Y podemos saber de manera bastante rápida lo que está mal simplemente al
ver lo que él dice acerca de lo que está bien.
Permítame señalar los tres pensamientos principales en estos 8 versículos que acabamos
de leer. Pensamiento número uno, viene en el versículo 1, debemos orar por todos los
hombres. Pensamiento número dos, viene en el versículo 4, eso es porque Dios quiere que
sean salvos. Entonces, el punto uno es orar por la salvación de todos los hombres. El
punto dos, porque Dios quiere que todos los hombres sean salvos. Y el tercer punto
primordial viene en el versículo 8, ‘y cuando oren, hay algunas condiciones que deben
cumplir para que su oración sea aceptable’. Una es manos santas, eso significa conducta
piadosa. Y la otra, es un corazón que no conoce el enojo ni la disensión. Y eso está
hablando de su motivación interna. Entonces, tenemos aquí la idea de que debemos orar
por todos los hombres, porque Dios quiere que todos los hombres sean salvos y esos
hombres que llevan a cabo la oración deben ser aquellos cuyas vidas se caracterizan por
piedad y virtud y santidad.
La Iglesia, entonces, es llamada a la tarea de orar por los perdidos a una escala amplia. Y
esa es la idea primordial. Ahora, cuando notamos la naturaleza polémica de esto,
podemos entonces concluir esto: que la Iglesia no estaba haciendo estas cosas. Uno, la
Iglesia en Éfeso aparentemente no se comprometió a sí misma a orar por todos los
hombres. Dos, no estaban comprometidos con la verdad de que Dios quería que todos los
hombres fueran salvos. Y tres, cuando oraban, estaban levantando manos sucias y
estaban orando a partir de corazones enojados y divisivos.
Eso no es demasiado difícil de entender. Si leemos a través de la epístola y la examinamos
como lo hicimos en el pasado por los errores que están ahí, recordaremos que había
judíos aparentemente en la Iglesia en Éfeso que estaban diciendo que únicamente los
judíos que guardaban la ley o aquellos que en cierta manera eran prosélitos de guardar la
ley podían ser aceptados por Dios. Había un elemento judaizante y eso es aparente en el
capítulo 1, de los versículos 7 al 11. Estaban aquellos que estaban promoviendo que se
guardara la ley como el medio de la salvación. Y esa era una exclusividad que decía que la
salvación no es para todo el mundo, es sólo para aquellos que vienen dentro del marco de
la ley judía.
También señalamos que en esta asamblea efesia, estaba el exclusivismo gentil que emanó
de esa antigua filosofía que más adelante llegó a ser conocida como gnosticismo. Y dicha
filosofía decía que la salvación sólo le pertenece a la gente que constituye la élite, esos
que son los iniciados, que han llegado a un nivel de conocimiento, que se han sintonizado
con los diferentes mediadores y sus dioses y eones y los seres angelicales que se alinean
entre el hombre y Dios. Entonces, el pueblo judío habría estado diciendo que la salvación
es únicamente para aquellos que guardan la ley judía. Y los gentiles pudieron haber estado
diciendo que la salvación únicamente es para aquellos que son los gnósticos, los que
conocen, eso es del verbo griego conocer, los que conocen; ese grupo élite de personas
que han ascendido a otro nivel en alguna experiencia mística con espíritus que creían que
eran espíritus buenos a los cuales Pablo apunta como demonios.
Entonces, habría un exclusivismo que habría estado en la Iglesia en Éfeso. Y debido a esto,
había un error severo en la doctrina de la salvación lo cual se convierte en la nota final de
la epístola entera cuando él termina en el versículo 21 del capítulo 6 al decir que han
errado con respecto a la fe. El error más grande era un error en el asunto de la extensión
de la salvación. Un grupo está diciendo que sólo es para aquellos judíos que conocen en
términos de la ley judía. El otro, es sólo para un grupo pequeño de personas que conocen
en términos de entendimiento místico. Todos los demás quedan afuera.
Y yo creo que esta sección ataca la manera estrecha de esa manera de pensar. Ataca la
manera estrecha de esa perspectiva. La intención del apóstol es decir ‘dejen eso y
reconozcan que Dios quiere que todos los hombres sean salvos’. De hecho, él repite esto
en el capítulo 4, versículo 10, que Dios es el Salvador de todos los hombres, mayormente
de los que creen. La suma de estas herejías habrían estado enseñando entonces que no
todos los hombres eran sujetos de salvación, no todos los hombres son objeto de la obra
salvadora de Dios. Y Pablo se esfuerza por contraatacar esta idea de exclusivismo al
mostrar la necesidad de orar porque todos los hombres sean salvos debido a que el
Evangelio es universal en su espectro.
Piense en esto. Y este es un judío, Pablo, y él conoce muy bien la historia de su propio
pueblo judío. Y uno de las cosas que sobresalen en la oscuridad de la historia judía es el
hecho de que estas personas no reconocieron la universalidad de su misión, ¿no es cierto?
Los judíos vivían bajo la ilusión de que Dios los había salvado por quien ellos eran y no por
causa del mundo. Ellos se veían como una cubeta en lugar de ser un canal, su perspectiva
de sí mismos era que Dios los había salvado y ‘ahora que nos hemos vuelto la pupila de Su
ojo, somos Su pueblo favorito y no dejen que nadie más en el mundo entero entre en
nuestra exclusividad’.
Tanto de esto se habría vuelto parte de su mentalidad que la ilustración gráfica de Jonás
habla de este tema con gran claridad. Aquí está Jonás llamado por Dios para ir a Nínive y
predicar a los gentiles. Jonás en su mente dice, ‘lo último que yo podría tolerar sería que
un gentil llegara a adquirir favor con Dios’, no lo puedo soportar. Y entonces, en lugar de ir
a Nínive, él se va en la dirección opuesta. Él huye de esto.
Usted dirá: “bueno, tenía miedo de la gente de Nínive”. No fue así. “Bueno, no se sentía
adecuado para evangelizar.” Ese tampoco fue el caso. La razón por la que él no fue es
porque no quería que los gentiles disfrutaran de la bendición exclusiva de Dios que el
pueblo de Israel pensaba que disfrutaban. Bueno, el Señor lo redirigió, como usted sabe, y
finalmente lo llevó ahí. El pez lo vomitó ahí en la costa. Regresó a Nínive y le predicó a
Nínive. Y sucedió algo terrible. La ciudad entera se arrepintió. Y después, Jonás salió y le
pidió a Dios que lo matara porque realmente estaba frustrado. Ahora, sus peores temores
se habían cumplido. La gente había sido salva. Ahora, ¿qué le parece a eso como una
ilustración de un profeta con una manera de pensar equivocada?
Pero eso refleja la exclusividad de gran parte de la manera de pensar de Israel. Y la triste
realidad de la historia redentora es que cuando Israel no fue el canal mediante el cual Dios
podía alcanzar al mundo, Dios vio que ese canal se bloqueó por el pecado y el egoísmo, la
impiedad; y Dios entonces abrió un nuevo canal, el cual es la comunidad redimida de
todas las naciones que conocemos como la Iglesia. Y la meta de la Iglesia no es diferente
de la meta de Israel. Y ésta es alcanzar al mundo. Y Pablo ya puede ver esta manera de
pensar comenzando a formarse en la congregación efesia, esa mentalidad que destruyó la
capacidad de la nación de Israel de cumplir con su llamado divino. Estaban desarrollando
esta exclusividad que dice que ‘la salvación es para nosotros y para nadie más. Cierra la
puerta. Somos la élite.’
Entonces, la instrucción viene con respecto a la necesidad de la oración evangelística que
es a nivel mundial. Que alcanza a todos. Ahora, observe cómo comienza en el versículo 1.
“Exhorto… Exhorto.” Él pudo haber mandado. Pero hay algo aquí un poco más profundo
que él mandó; quizás, hay cierta urgencia, hay cierto ruego y cierto imploro que viene en
esta palabra y tiene una pasión en ésta. Un mandato lleva autoridad. Un ruego o
exhortación lleva pasión. Un mandato viene de un rey. Una exhortación viene del corazón
apasionado de alguien que ama, alguien que se preocupa. Y con respecto al evangelismo
para todo el mundo, Pablo no viene con la autoridad de un mandato, él viene como el
apóstol apasionado, como un ruego y un imploro. Y él sabe también que la oración no es
mejor forzada mediante un mandato, sino motivada mediante una convicción del corazón.
Y aquí incluye en el texto griego la palabra ‘por tanto’, indicando que él lo está ligando con
lo que vino antes. Y creo que nos lleva de regreso al versículo 18: “Debido a que tienes un
cargo, debido a que tienes una comisión, debido a que todo esto ha sido confirmado en la
iglesia a través de los profetas, como lo vimos, debido a que todo esto está sobre tus
hombros, por tanto, Timoteo, hazlo.” Y esto es lo que te insto a hacer “ante todo.” Y usted
podría hacer la pregunta que yo hice: “¿por qué esto es primero?” Le voy a decir por qué,
¿cuál es el objetivo primordial de la Iglesia? ¿Por qué estamos aquí? Escuche, si el objetivo
primordial de la Iglesia es comunión, ¿en dónde estaríamos? En el cielo, porque ahí
tendríamos comunión perfecta y ninguno de ustedes la echaría a perder. Si el objetivo
primordial de la Iglesia fuera el conocimiento de la Palabra de Dios, podríamos irnos al
cielo. Tendríamos conocimiento perfecto ahí y yo no lo voy a echar a perder con nada de
lo que yo pueda decir que no fuera preciso.
No, como puede ver, el propósito de la Iglesia en el mundo en la actualidad es alcanzar a
los perdidos. Entonces, la prioridad comienza en ese punto. Y nunca van a poder alcanzar
a los perdidos al mundo perdido si tienen algún tipo de teología que dice que el Evangelio
no se aplica toda persona o a alguna persona fuera de nuestro pequeño grupo. Entonces,
en primer lugar, en donde todo comienza es con un entendimiento del espectro del
Evangelio. Ese es el primer tema que quiero tocar.
Y después, él sigue en el versículo 9 tratando con las mujeres en la iglesia. Y después, en el
capítulo 3, versículo 1, él comienza a tratar con el liderazgo de la Iglesia y él continúa con
diferentes temas a partir de ahí. Pero lo primero que él quiere que corrija es este tema del
Evangelio y su extensión y el tema de la oración evangelística. ‘Cuando ustedes se reúnen
tienen que reconocer que Dios quiere que todos los hombres sean salvos y son llamados a
orar por todos los hombres y ustedes llevan a cabo ese tipo de oración con manos santas y
un corazón puro’.
Ahora, para esta mañana quiero que veamos los primeros dos de cinco elementos de
oración evangelística que fluyen de este texto maravilloso. El primero es la naturaleza de
la oración evangelística… La naturaleza. ¿Qué es esto, cuál es su naturaleza inherente?
¿Cuál es la naturaleza de la oración evangelística? ¿Cuáles son sus riquezas? ¿Cómo la
definimos y comprendemos?
Bueno, usted notará en el versículo 1 que después de su afirmación de apertura y
exhortación, ante todo, él da cuatro palabras: rogativas, oraciones, peticiones y acciones
de gracias. Esas cuatro palabras realmente en un sentido son sinónimas. Por lo menos las
primeras tres son muy sinónimas. Y aunque podrían ser usadas de manera intercambiable
y cualquiera de esas podría ser traducida oración, debe haber una razón por la que él nos
da cuatro términos. Y realmente no quiero minimizar esa razón simplemente al decir
‘bueno, son cuatro sinónimos aquí y eso es todo, ya entonces no nos vamos a molestar
con ellos’. Creo que el hecho mismo de que el Espíritu Santo inspiró a Pablo a colocar
cuatro términos tiene la intención de que veamos eso cuatro términos y mientras que no
hay muchas diferencias en su significado, vemos sombras de variación que unidas nos dan
la riqueza de este concepto entero de la oración. Entonces, aunque en muchas maneras
son sinónimos y podrían tomarse como algo común en ese punto, al mismo tiempo tienen
sombras de significado y diferentes colores de intención que yo creo que deben ser
examinados; y cuando son examinados, nos dan un rico entendimiento del tema de la
oración.
En primer lugar, está la palabra “rogativas”. Una palabra que encontramos de manera
familiar en las Escrituras. La palabra deesis. Viene de la raíz de un verbo que significa
carecer, ser privado, estar sin algo. Debido a ese tipo de orientación de la palabra, en
cierta manera comunica la idea de que este tema de la oración emana de un sentido
general de necesidad. En otras palabras, al percibir una carencia, al estar sin algo que es
necesitado de manera desesperada, usted va a buscar la provisión que carece. Y creo que
esa es una manera apropiada de percibir la oración evangelística. La oración evangelística
emana de un sentido de necesidad.
Entendemos, ¿no es cierto?, que aquellos que están sin Cristo necesitan a Cristo.
¿Entendemos eso? ¿Entendemos que el mundo que no conoce al Salvador, que no ha
recibido el perdón de los pecados está en una situación desesperada, camino a una
eternidad de Dios en el infierno? ¿Entendemos esa necesidad? ¿Acaso necesita que lo
expliquemos aún más? Creo que no. Entonces, entendemos que una rogativa es en una
referencia a una necesidad. Y cuando vemos un mundo perdido, podemos con cualquier
tipo de mirada penetrante, cualquier entendimiento de las Escrituras, reconocer la
gravedad de esa necesidad.
También, inherente en esa palabra está la implicación de ir a alguien que tiene los
recursos para suplir esa necesidad. De hecho, los primeros usos de esta palabra estaban
ligados a tomar una especie de rama de palmera o una hoja, un monarca y eso era un
símbolo de humildad y respeto y una ofrenda de paz. Cuando usted venía para pedir algo
de él, él podía suplir para satisfacer su necesidad. Entonces, conlleva la idea no sólo del
sentido de necesidad, sino de ir a alguien que tiene recurso para suplir esa necesidad… Un
término muy rico y hermoso.
La idea entonces es ésta, amados, si llegamos a entender la naturaleza de la oración
evangelística, comenzamos a reconocer la gran necesidad de los perdidos en el mundo.
Richard Baxter, ese pastor maravilloso del siglo XVII escribió esto y creo que le hablará a
su corazón como le hizo al mío.
Él dijo, y cito: “Oh, si ustedes tienen los corazones de cristianos, dejen que anhelen la
salvación de esos pobres vecinos ignorantes, impíos. ¡Ay! No hay más que un paso entre
ellos y la muerte y el infierno. Muchos cientos de enfermedades están esperando para
apoderarse de ellos y si mueren no regenerados, ellos están perdidos para siempre.
¿Acaso tienen corazones de roca que no pueden compadecerse de hombres en una
situación como esta? Si ustedes no creen en la Palabra de Dios y el peligro de los
pecadores ¿por qué son cristianos ustedes? Si no la creen, ¿por qué no se motivan a
ayudar a otros? ¿No les importa quién está condenado mientras que ustedes son salvos?
Si es así, tienen suficiente causa para compadecerse de ustedes mismos, porque es una
manera de pensar que es totalmente incoherente con la gracia. ¿Acaso vive cerca de ellos,
o se encuentra con ellos en las calles, o trabaja con ellos, o viaja con ellos o se sienta y
habla con ellos y no les dice nada de sus almas o de la vida venidera? Si sus casas se
estuvieran incendiando, ¿no correría y los ayudaría? ¿Y no ayudará cuando sus almas
están casi al borde del fuego del infierno?”
Así dice Richard Baxter con palabras que nos convencen de pecado. La oración
evangelística comienza con un gran sentido de la urgencia basada en la necesidad.
En segundo lugar, él usa la palabra “oraciones,” proseuche, es una palabra general para la
oración. Lo que es interesante a diferencia de la palabra rogativa es que esta palabra es
usada en las Escrituras sólo en referencia a Dios. Esta oración es sólo dirigida a Dios. Y por
lo tanto, parece conllevar la noción de algo sagrado. Usted no sólo va a ir a cualquier
persona que pueda satisfacer una necesidad, usted va a ir a Dios. Lleva el elemento de
adoración y hace referencia al mismo. Y añade otra dimensión para entender la oración
evangelística y es esta dimensión: que cuando usted ora por un alma perdida, usted está
orando porque esa alma venga a la salvación, no sólo debido a su gran necesidad, sino
también por la gran gloria de Dios, ¿verdad? Usted está orando porque esta persona sea
redimida para que Dios pueda ser honrado y para que Dios sea exaltado y para que Dios
sea glorificado y para que Dios sea exaltado y que haya alabanza que sea dirigida a Su
Nombre bendito santo, ya que todas las cosas que oramos en Juan 14 son que el Padre
sea glorificado en el Hijo, dijo Jesús.
Entonces, ¿cuál es la naturaleza de la oración evangelística? Es la oración que emana de
un gran sentido de la necesidad del hombre y un gran entendimiento de la gloria de Dios.
Oramos por la salvación debido a la necesidad del hombre. Oramos por la salvación
debido a que Dios es tan digno de alabanza y gloria y adoración y honra que es un crimen
contra Su naturaleza Santa que cualquier criatura exista y no le dé lo que Él merece.
Hay una tercera palabra - y muy rica - “peticiones,” enteuxis, sólo usada aquí y otra vez en
el capítulo 4 versículo 5 y sugiere que usted va a orar en favor de alguien más. Pero hay
una gran profundidad en esta palabra que quiero que capture. La forma del verbo significa
caer con una persona. Significa volverse involucrado de manera íntima con alguien,
acercarse a alguien, conversar con familiaridad. Involucrarse con alguien. Entonces, la
oración de peticiones no es la idea de una especie de abogado legal frío. No es la idea de
contratar a algún abogado para que venga y abogue por usted.
Creo que cuando pensamos en el Señor Jesús como nuestro abogado de la corte del cielo,
pensamos que Él se viste de alguna túnica real, algún tipo de peluca, túnica legal, debería
decir y ahí se convierte en el abogado de la corte a nuestro favor. No creo que esa sea la
intención de esta palabra.
Cuando pensamos en el Espíritu Santo como dice Romanos 8:26, intercediendo por
nosotros en el sentido de que Él tiene comunión con Dios por nuestra necesidad, también
pensamos en Él en una función de abogado, más en el concepto legal.
Pero la palabra no conlleva a eso. Esta palabra, por cierto, es utilizada tanto en Hebreos
7:25 y en Romanos 8:26; y en ambos casos, la riqueza de la palabra es ésta: que es Cristo,
en Hebreos 7:25, es el Espíritu Santo, en Romanos 8:26 intercediendo por nosotros de
esta manera. Ellos literalmente se involucran con nuestras necesidades. Ellos literalmente
se acercan con nosotros para conversar con familiaridad. Ellos se involucran en nuestra
lucha. Es una palabra no sólo de abogacía sino también de empatía, una palabra de
compasión y una palabra de involucramiento de tal manera que cuando Romanos 8:26, el
Espíritu Santo está intercediendo por nosotros con gemidos invisibles, entendemos que
esa intercesión no es una intercesión fría, legal de un abogado, sino que es una comunión
íntima con el Dios viviente a partir de un sentimiento de nuestra propia necesidad. Y así es
con la intercesión de Cristo. ¡Qué concepto tan rico!
Y entonces, en nuestra oración no meramente nos ponemos de pie de una manera fría,
indiferente, abogando por la salvación de algunos por quienes tenemos muy poca
compasión, sino que por el Espíritu de Dios, habiendo caído en la profundidad de su
propia ansiedad y dolor y sentimiento con empatía, en esa situación, clamamos a Dios con
familiaridad por aquellos por quienes tenemos sentimientos fuertes.
Entonces, ¿qué estamos diciendo? La naturaleza de la oración evangelística es que oramos
con gran compasión personal e involucramiento con la persona que está en una situación
terrible. Entonces, la oración evangelística significa que entendemos la gran necesidad.
Entendemos la gloria de Dios. Y nos involucramos con empatía y compasión en el
problema de los perdidos.
Y realmente, estoy realmente convencido, amados, que los elementos carentes en
nuestras oraciones y la razón por la que no oramos como debiéramos orar es porque no
tenemos estas cosas en nuestros corazones. No vivimos con la gran conciencia de la
necesidad del hombre y la condición desesperada de los perdidos. Ni vivimos con un
deseo que nos consume por ver a Dios glorificado y magnificado en la salvación de almas,
ni se nos facilita el salirnos de nosotros mismos y entrar en las profundidades de la
ansiedad y necesidad de los problemas de otras personas por quienes oramos por la
salvación de sus almas.
Una cuarta palabra que él usa es acciones de gracias, eucharistias, acciones de gracias. Esa
es una parte de toda la oración. Y en nuestra oración evangelística tenemos que estar
dispuestos a hacer eso sea cual sea la respuesta. Parte de nuestra oración evangelística es
agradecerle a Dios por el privilegio de alcanzar a esas personas. No debemos tener
ninguna barrera racial, no debemos creer que alguien está fuera de la provisión de Dios,
de alguna manera. Debemos agradecerle a Dios porque el Evangelio puede ser extendido
a todos. Y entonces, creo que esta gratitud implica que lo que Dios haga en respuesta a las
oraciones, sea cual fuere la respuesta a esa oración, debemos estar agradecidos con Dios.
Dad gracias en todo, 1 Tesalonicenses 5, porque esta es la voluntad de Dios para con
vosotros.
Por cierto, la gratitud es el único elemento de la oración que continuará por siempre.
Todo lo demás terminará después de que hayamos entrado a Su presencia. Porque sólo le
agradeceremos para siempre. De tal manera que éste es el único elemento eterno de la
oración que debe ser parte de esas oraciones que ofrecemos inclusive aquí.
Entonces, la oración evangelística: oro porque los hombres tienen necesidad. Oro porque
Dios merece la gloria. Oro porque en la profundidad de mi corazón sienta la ansiedad de
un alma perdida. Lloro con un corazón agradecido. Sea lo que fuere que Dios haga, le doy
gracias. Ésa es la naturaleza de la oración evangelística.
Ahora, quiero añadir otro punto para esta mañana y ése es el espectro de la oración
evangelística. El espectro. Y éste realmente es el punto focal del texto. Y vamos a entrar
en gran profundidad la próxima vez, el espectro de la misma.
Al final del versículo 1, estas rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, este
tipo de oración es por todos los hombres. Ahora, ése es el espectro. Debe ser hecho por
todos los hombres. Es ilimitado. Nuestras oraciones, las cuales normalmente son egoístas
y están confinadas a nuestros propios intereses personales y a nuestras propias
necesidades personales, de vez en cuando, las extendemos a algún ser querido no salvo,
algún miembro de familia o amigo y podemos llegar a orar por esa persona, pero el punto
aquí es que nuestra oración debe ser por todos los hombres. Debe ser universal en su
intención y aspecto. No hay lugar para la exclusividad. No hay un grupo especial. No hay
élite. No hay ciertos iniciados, quienes sólo ellos pueden llegar a la salvación. Somos
llamados a orar por todos los hombres no redimidos, por todos los hombres. Incluso el
versículo 4 apoya esto ‘porque Dios quiere que todos los hombres sean salvos’. El
versículo 6, ‘porque Cristo se dio a sí mismo en rescate por todos’, debido a que Cristo
mismo se está dando en rescate por todos los hombres y Dios quiere que todos los
hombres sean salvos, entonces, necesitamos orar por todos los hombres. Ése es el
corazón del texto… Por todos los hombres.
¿Por qué? ¿Por qué todos los hombres? Porque en Hechos 17:30 dice que Dios manda a
todos los hombres en todo lugar a que se arrepientan. Ahora, eso no deja a nadie afuera.
Todos los hombres sobre la faz de la tierra son mandados a arrepentirse. Ese es el mismo
‘todos los hombres’ que aquí. No hay límites en esto. No hay exclusividad aquí. Eso está
totalmente fuera de la intención del contexto. Oren por todos los hombres. ¿Por qué?
Porque a todos los hombres se les manda en todos lugar a que se arrepientan. Y debemos
orar porque ellos se sometan al Evangelio que Tito 1:11 dice que ha aparecido a todos los
hombres ofreciéndole salvación.
Leí, cuando comenzamos nuestro servicio en esta mañana, Hechos 3:26. Y en ese texto
Pedro le está hablando al judío y dice: “A vosotros primeramente, Dios, habiendo
levantado a su Hijo, lo envió para que os bendijese.” ¿Y cuál fue la intención en la venida
de Jesús? La intención era convertir a todos ustedes de sus iniquidades. Nadie quedó
fuera. No hay exclusividad en eso. No hay límites en eso. La intención del Evangelio dado a
Israel era para volver a todo Israel de sus iniquidades. Digo, ¿por qué otra razón diría
Jesús: “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio toda criatura?” ¿Toda criatura?
Porque a toda criatura se le ha mandado a arrepentirse. Todos los hombres pueden ser
salvos en ese sentido y todos los hombres deben ser el objeto de la oración evangelística.
Esta debe ser una parte constante de la vida de la Iglesia, el orar por los perdidos.
Pablo identifica a un grupo especial de personas dentro de esta categoría amplia de todos
los hombres por quienes la Iglesia debe orar en el versículo 2. “Por los reyes y por todos
los que están en eminencia.” Él los aísla de todos los grupos posibles de personas dentro
de el ‘todos los hombres’ que él pudo haber mencionado; quizás por la tendencia por
parte de la Iglesia de no orar por ellos. A veces, eran abusivos. Podían generar odio y
enemistad y amargura.
Por otro lado, algunas veces los líderes y los reyes y los gobernantes, en cierta manera, se
ven muy distantes de la Iglesia; y la Iglesia siente muy poca responsabilidad de orar por
ellos. Ellos no los conocen. Ellos en cierto modo están por ahí afuera en un ambiente
diferente, pero ciertamente debido a la función tan grande que juegan en la vida de la
Iglesia, en su capacidad de guiar, como dice en el versículo 2, de llevar una vida quieta y
reposada, en donde la piedad y la dignidad pueden ser manifestadas, debemos orar por
ellos. La manera en la que la Iglesia funciona en cualquier gobierno depende de ese
gobierno. Y cuánta libertad la Iglesia tiene depende de cuánta libertad ese gobierno le da.
Y entonces, él dice, debido a la autoridad que tienen, debemos orar por ellos.
Pudo haber habido inclusive una tendencia en esta Iglesia, si podemos ver una polémica
en esto, pudo haber habido inclusive una tendencia aquí a que ellos hablaran mal de sus
autoridades. Después de todo, el rey, la palabra basileus aquí significa emperador. Y el
emperador en este entonces no era ningún otro que un hombre llamado Nerón. Y
podemos entender bien que la Iglesia no estuviera muy emocionada por orar por él. Un
hombre impío, vil, perverso, quien se volvió un perseguidor de la fe. Pero sacando de esa
categoría de todos los hombres, él dice: ‘oren por ellos’. Aquí hay un grupo muestra por el
que deben orar, oren por ellos y por todos los que están en autoridad. No sólo algunos de
ellos, todos ellos. Oren por todos los reyes y todos los gobernantes y magistrados y
tetrarcas y procónsules y procuradores y los alcaldes y gobernantes y senadores y
miembros del Congreso y toda persona en toda generación. Oren por todos ellos.
¿Por qué estamos orando? ¿Por qué estamos orando? Bueno, por años la Iglesia ha dicho
en cierta manera ‘bueno, vamos a orar porque sean sabios y oramos porque hagan lo
correcto’. Ése no es el punto del texto. Oren ¿por qué? Su salvación. Ése es el punto. Es
Dios quien quiere que todos los hombres sean salvos, que vengan al conocimiento de la
verdad para que Su verdad pueda operar en la sociedad. Sean buenos o malos, sean
benévolos o crueles, sean pacíficos o no, oren por ellos. Y el contexto aquí está hablando
de su salvación. Oren por la salvación de todos los líderes. Él no está hablando de tipos de
líderes, él está hablando de todos los líderes. Y él está diciendo oren por todos ellos. Y
esta es la razón por la que él debió haber dicho ‘oren por todos los hombres’. Esa es la
razón por la que usted no puede colocar un límite en esto.
También me parece interesante, por cierto, que él no dice ‘oren porque sean quitados de
su posición’. Él no dice ‘oren porque Dios se deshaga de todos los líderes que están en
desacuerdo con ustedes’. Y él ciertamente no dice ‘reemplácenlos a todos con cristianos’.
Él dice ‘oren porque Dios los salve’. ¿Por qué hemos perdido eso? Creyentes, debemos ser
leales al gobierno, Romanos 13. Debemos ser leales al gobierno porque es ordenado por
Dios. Primera de Pedro 2:17, debemos ser tan leales al gobierno, honrar al rey y hacer lo
que es correcto delante de todos los líderes y respetarlos de tal manera que no hay nada
que puedan decir en contra de nosotros. Debemos ser el modelo de lealtad.
Y aquí estamos como cristianos evangélicos con tanta frecuencia atacando a nuestros
líderes. Digo, el texto de las Escrituras dice ‘oren por su salvación’. Cuán maravilloso sería
si la Iglesia tomara toda la energía que gasta en movimientos políticos y toda la energía
que gasta y toda su metodología de política e invirtiera toda esa energía en orar por la
salvación de sus líderes. ¿Podría imaginarse qué impacto tendría en los líderes de nuestra
nación si supiera que la Iglesia de Jesucristo de un extremo de esta nación al otro extremo
estuviera en sus rodillas día tras día orando por su salvación? ¡Qué testimonio! No sólo un
testimonio, sino qué manera de activar el poder de Dios.
Como puede ver, creo que de alguna manera a lo largo del proceso perdemos de vista el
hecho de que las armas de nuestra milicia no son carnales. No peleamos con armas
carnales. Sino que las armas de nuestra milicia son armas espirituales como la oración, las
cuales son poderosas para la destrucción de las fortalezas de Satanás, dice 2 Corintios 10.
¿Por qué insiste la Iglesia en hacerse a sí misma impotente y usar armas carnales? La
respuesta para cambiar una nación es la oración.
Tertuliano escribió, un teólogo viviendo alrededor del año 160 al 230, en los primeros
siglos de la Iglesia, escribió esto, y cito: “El cristiano no es el enemigo de nadie, mucho
menos del emperador, ya que sabemos que debido a que él ha sido establecido por Dios,
es necesario que lo amemos y lo reverenciemos y lo honremos y anhelemos su seguridad;
por lo tanto, sacrificamos por la seguridad del emperador.” Fin de la cita. Y Teófilo de
Antioquía escribió, y cito: “La honra que le daré al emperador es mayor no porque lo
adoraré, sino porque oraré por él. No adoraré a nadie más que al Dios verdadero y real,
porque yo sé que el emperador fue establecido por Él. Aquellos que le dan honra real al
emperador, quienes tienen buena disposición hacia él, lo obedecerán y orarán por él.” Fin
de la cita.
Tal práctica puede ser vista en los escritos del siglo segundo y tercero. Cuando ellos se
reunían, oraban por la salvación de sus líderes. ¡Qué movimiento de Dios vendría a este
país si pasáramos nuestra energía y esfuerzo en orar por la salvación de ellos. Pero en
lugar de esto, hablamos más de los líderes con quienes estamos en desacuerdo y tratamos
de crear grupos de poder cristiano para reemplazarlos. Y nos volvemos el enemigo. Y en
muchas maneras, creo yo, contaminamos para ellos el agua de vida. La Iglesia siempre
debe funcionar en deber espiritual y el disciplina espiritual, nunca por medios mundanos.
Entonces, oramos y oramos por la salvación de las personas. Y usted pregunta si Dios
responde eso. Pudiera ser que la muerte de Esteban en el capítulo 7 de Hechos, conforme
estaba debajo de esas piedras sangrientas, su vida siendo quitada y él oró por la salvación
de aquellos que arrojaron esas piedras, ¿pudiera ser que la salvación de uno que estuvo
ahí entre esos que lo mataban fue el resultado de su oración? El nombre de esa persona
fue Saulo. ¿Podría ser que la salvación de Saulo fue la respuesta a la oración simple y de
corazón de Esteban? ¿Podría ser que en Hechos 16, cuando usted encuentra Pablo y a
Silas en la cárcel y en el cepo y dice que estaban ahí en la cárcel y estaban cantando y
orando, ¿podría ser que allí estaban orando por la salvación del que tenía autoridad sobre
ellos, esto es el carcelero de Filipos? ¿Y podría ser que Dios en su providencia maravillosa
trajo un terremoto, sacudió el lugar, hizo lo que hizo y como resultado, esa misma noche
unas cuantas horas después, el carcelero de Filipos y su casa entera fueron redimidos y
bautizados, pudiera ser que eso fue en respuesta la oración de Pablo y Silas?
En Hechos 26, Pablo está dando testimonio a Agripa. Versículo 27: “¿Crees, oh rey Agripa,
a los profetas? Yo sé que crees. Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser
cristiano. Y Pablo dijo: ¡Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente tú, sino
también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas
cadenas!” Quiero que todos sean salvos. Oh, yo le pido eso a Dios. Quiero que conozcan el
corazón de Pablo. Él no sólo oró por la salvación de Israel en Romanos 10:1, él aquí estaba
orando por la salvación de toda persona a quien le está predicando. Esto probablemente
nos dio a entender lo que estaba pasando en su corazón cada vez que él le predicaba a
alguien. La oración evangelística es parte de la vida del apóstol. “O, quisiera que Dios lo
hiciera, no sólo contigo sino con todo el mundo.” Él ciertamente no tenía una teología que
limitaba la extensión de sus oraciones. No, la oración evangelística es una prioridad para la
Iglesia.
Y su naturaleza muy simple. Emana en el corazón de un sentido profundo de la necesidad
de los perdidos. ¿Entiende usted eso? ¿Entiende usted lo que es estar perdido y
condenado al infierno? También emana de un entendimiento de la gloria de Dios y Su
dignidad de ser alabado. Como Henry Martin, quien al ver a los paganos adorando en India
dijo: “No puedo soportar la existencia si Jesús va a ser deshonrado de esta manera.”
Clama por la gloria de Dios. También emana de una empatía profunda, y una compasión
en donde me involucro tanto en la situación de estar perdido que siento el dolor en mí
mismo y clamo a Dios a favor de ellos. Y también tiene un elemento de gratitud que
reconoce que sea lo que Dios haga, está dentro de Su sabiduría soberana.
Y ésa es la naturaleza de la oración evangelística. Y la extensión de la oración evangelista
es todos los hombres. Aun esas personas que lo gobiernan a usted, de quien usted quizás
puede pensar que están en otra atmósfera, que están fuera de toque con la realidad y a
quienes no les preocupa mucho usted y quizás se siente amenazado por ellos, porque en
muchas maneras tienen la vida de usted en sus manos. No creo que esto suceda a menos
de que provenga del corazón.
Hubo una pequeña niña sorda y muda en la escuela dominical. Ella nunca había oído una
palabra y ella nunca había hablado una palabra. Pero la Maestra escribió en un pedazo de
papel. Tuvieran una pequeña lección y la maestra escribió: “¿Qué es la oración?” Y ella
tomó su pequeño lápiz y escribió: “La oración es el deseo del corazón.”
Eso es oración, sea que llegue a los labios o no, la oración es el deseo del corazón. ¿Es el
deseo de su corazón que todos los hombres sean salvos? Si lo es, entonces ese deseo va a
llegar a Dios. Oremos.
Padre de gracia, venimos de regreso con corazones agradecidos en esta hora porque
amamos la adoración y nos reunimos contigo y somos bendecidos. Pero confesamos
también que hemos llegado con convicción a este momento porque hemos fallado y yo he
fallado al no orar por un mundo perdido como debo orar. Y pido, Dios, que Tú llenes mi
propio corazón con un gran sentido de la necesidad de los perdidos, con un deseo
consumidor por Tu gloria. Con un corazón de compasión y empatía que encuentre el
deseo de mi corazón expresado continuamente en que todos los hombres puedan ser
salvos, dejando los resultados en Tu soberanía contigo. Que no es nuestro el determinar.
En nosotros, queda el orar. Ayúdanos, oh Señor, en nuestra comunión aquí y en la Iglesia
alrededor del mundo a ver que las armas de nuestra milicia son espirituales y a orar por
ciudades y estados y naciones y líderes y que todos ellos sean salvos. Haz que ese sea el
clamor de nuestros corazones. Que nosotros como iglesia sepamos lo que Pablo quiso
expresarle a la Iglesia en Éfeso, que en primer lugar debemos tener una pasión por la
salvación del mundo entero. Si eso está limitado, sea por alguna teología aberrante o por
alguna indiferencia fría, que la Iglesia no puede ser el reflejo ni de la voluntad de Dios ni
de la obra de Cristo en el mundo porque es la voluntad de Dios que todos sean salvos y es
Cristo quien se dio a sí mismo en rescate por todos. Que seamos una Iglesia que desea
alcanzar a todos los hombres. Y oh Dios, que practiquemos esto también con los
individuos con los que nos encontramos.
Mientras que sus cabezas están inclinadas por tan sólo un momento, creo que
necesitamos orar por los perdidos alrededor del mundo en nuestros servicios. Creo que
ustedes necesitan hacer eso en sus grupos de comunión en el Día del Señor toda semana.
Creo que necesitamos orar por los perdidos en nuestros grupos de estudio bíblico, en las
casas, en nuestras devociones diarias, en nuestros tiempos de familia, yo creo que si Dios
va a llevar a cabo Su obra en nosotros, el gran evangelismo alrededor del mundo,
necesitamos comenzar a orar y necesitamos comenzar a orar habitualmente y
continuamente por aquellos que están sin Cristo. Aquellos que conocemos, aquellos que
no conocemos, individuos y naciones enteras, porque ésta es la voluntad de Dios y esto
refleja la respuesta apropiada a la obra de rescate de Cristo.
Simplemente en este momento, ¿podría usted hacer un pacto en su corazón pidiéndole a
Dios que lo fortalezca para que usted lleve y se comprometa con este ministerio de
oración? ¿Va a hacer eso? ¿En este momento? Haga ese compromiso con Dios.
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
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La oración evangelística, 2ª Parte


Escritura: 1 Timoteo 2:2–4

Código: 54–12
John MacArthur
Bueno, abramos nuestras Biblias en Primera de Timoteo, capítulo 2… Primera de Timoteo,
capítulo 2. Estamos estudiando los versículos 1 al 8. El tema de estos versículos es la
oración evangelística, orar por los perdidos, aquellos que no conocen a nuestro Señor y
Salvador Jesucristo. Y debido a la naturaleza de este pasaje en particular y debido al
énfasis este mes en nuestra Iglesia en el evangelismo, he estado pasando algo de mi
tiempo en momentos libres leyendo libros acerca del evangelismo. Y esta semana, estaba
leyendo un libro antiguo que me dio mi papá, un libro titulado El ganador de almas. Es una
compilación de sermones de Charles Spurgeon, el gran predicador bautista de Inglaterra. Y
encontré un párrafo que me impactó. Él dijo esto, y cito:
“Una cosa más, el ganador de almas debe ser un maestro del arte de la oración. Usted no
puede traer almas a Dios si usted mismo no va a Dios. Usted debe obtener su hacha para
la batalla y sus armas para la guerra de la armonía de la comunicación sagrada con Cristo.
Si usted pasa mucho tiempo a solas con Jesús, se contagiará de Su Espíritu. Usted se
encenderá con la llama que ardió en Su pecho y consumió Su vida. Usted llorará con las
lágrimas que cayeron sobre Jerusalén cuando Él la vio pereciendo. Y si usted no puede
hablar con tanta elocuencia como Él lo hizo, habrá sin embargo en usted algo en lo que
diga del mismo poder que en Él emocionó a los corazones y despertó a las conciencias de
los hombres. Mis queridos oyentes, especialmente ustedes miembros de la Iglesia,
siempre estoy tan ansioso, no sea que alguno de ustedes comience a acostarse sobre sus
remos y tome las cosas de manera fácil en los asuntos del Reino de Dios. Hay algunos de
ustedes, los bendigo y bendigo a Dios al recordarlos, quienes están a tiempo y fuera de
tiempo, con deseo de ganar almas. Ustedes son los que verdaderamente son salvos. Pero
temo que hay otros cuyas manos son flojas, que están satisfechos con dejarme predicar
pero ellos mismos no predican, quienes se sientan aquí y ocupan estas bancas y esperan
que la causa vaya bien. Pero eso es todo lo que hacen,” fin de la cita.
Tristemente, la apatía de algunos en su Iglesia es la apatía de otros en esta Iglesia. Y
siempre adormece el testimonio agresivo y siempre adormece la oración evangelística. Y
entonces, es bueno para nosotros en estos días recordar la necesidad de alcanzar a los
perdidos. Y un elemento muy básico y esencial de este asunto es orar por ellos, no sólo
por causa de la comunión con el Señor, sino por causa de ver al Señor responder esa
oración.
Alguien dijo, y cito: “La Iglesia está muriendo de dominio propio en exceso. Hay
demasiada luz pero hay muy poco calor.” Fin de la cita. Y aparentemente, éste fue el caso
de la Iglesia en Éfeso. A Timoteo se le había asignado, como usted sabe, el corregir las
cosas en esa Iglesia, el corregir las cosas que estaban muy mal. Una de las cosas que
estaba muy mal en la Iglesia en Éfeso era que ellos habían diseñado una nueva teología de
evangelismo. Y esa teología decía que sólo ciertos judíos que guardaban la ley podían
llegar a ser salvos y sólo ciertos gentiles que entraban en el entendimiento elite de los
secretos místicos podían llegar a la salvación. La enseñanza consecuente era que la
salvación no es para todo mundo, que Dios no quería que todos fueran salvos, que no
necesitábamos preocuparnos por llevar el Evangelio hasta los fines de la tierra, aunque
nuestro Señor dijo eso. Habían desarrollado una doctrina exclusivista, cómoda del
evangelismo que decía que la salvación era sólo para unos cuantos.
Y Pablo está muy preocupado acerca de eso y entonces, a medida que comienza escribir a
Timoteo en el capítulo 2 acerca de los asuntos que deben corregirse en la Iglesia, él
comienza con este tema de la oración evangelística, de comprender que el deseo de Dios
es que todos los hombres vengan al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Entonces,
la primera preocupación es que la Iglesia comience a orar por los perdidos. Esta es la
prioridad más elevada en la Iglesia de Jesucristo. Ataca la estrechez del error de la Iglesia
efesia, pero también actúa como una fuerte exhortación para nosotros en el día de hoy en
el tema de orar por un mundo perdido.
Ahora, aquí estamos señalando cinco elementos de la oración evangelística: su naturaleza,
su alcance, beneficio, razón y actitud. Recuerde que la semana pasada hablamos acerca de
la naturaleza de la oración evangelística. Y hemos dicho que es descrita en cuatro palabras
para la adoración dadas en el versículo 1: rogativas, oraciones, peticiones y acciones de
gracias. Esos cuatro términos, que vimos la última vez, resumen la naturaleza o definición
de la oración evangelística.
‘Rogativas’ indican que hay una necesidad. Las rogativas emanan de una necesidad.
Entonces, oramos por los perdidos debido a su gran necesidad de salvación. La palabra
‘oraciones’ reconoce la gloria de Dios. Y oramos por su salvación por la gloria que le dará a
Dios. ‘Peticiones’ tiene ver con sentir profundamente la condición de alguien y rogar a
favor de ellos. Y entonces, intercedemos a favor de ellos, porque nuestro corazón está
preocupado con compasión por su condición perdida. Y finalmente, la palabra ‘acciones
de gracias’ indica que sin importar lo que ocurra, le damos gracias a Dios con corazones
agradecidos y expresión de gratitud. Entonces, la naturaleza de la oración evangelística.
Después, la última vez hablamos del espectro de la misma. Y señalamos al final del
versículo 1 que debe ser hecha por todos los hombres. Es un mandato amplio dado a la
Iglesia, el de orar por todos los hombres. No se establece ningún límite en la oración
evangelística. El capítulo 4, versículo 10, dice que Dios es el Salvador de todos los
hombres, especialmente de aquellos que creen. Y de nuevo, se nos recuerda que
debemos orar por todos los hombres.
Ahora, específicamente, dentro de la categoría de todos los hombres, él identifica a un
grupo de personas quienes podrían ser personas por las cuales la Iglesia no ora… Debido a
la persecución o debido al abuso o por lo que fuera. Entonces, él señala que debemos orar
de manera especial por los reyes y por todos los que están en autoridad. Debemos orar
por los perdidos a nivel mundial y entre aquellos perdidos, por los líderes que con mucha
frecuencia, debido a que los vemos muy distantes, están muy lejos de nuestras oraciones
o porque quizás los vemos como alguien que no son parte de la Iglesia o que de alguna
manera están en contra de la Iglesia. O que debido a que nos vemos inmersos en las
actitudes de nuestra sociedad hacia los líderes que no son respetados o que la gente no
quiere, podríamos no hacer eso. Y entonces, simplemente como una exhortación fuerte,
de todos los grupos que podríamos haber identificado, él identifica a los líderes y dice
especialmente que debemos orar por ellos. Y la intención no es tanto orar por su sabiduría
en el liderazgo sino orar por su salvación. Como Iglesia, entonces, debemos estar
involucrados en la prioridad de orar por los perdidos y de manera particular aquellos que
están perdidos en posiciones de liderazgo, aquellos que no conocen al Señor Jesucristo.
Ahora, llegamos al tercer elemento… El beneficio de la oración evangelística. Hay un gran
beneficio para la Iglesia en orar por los perdidos. Observe lo que dice en el versículo 2: “…
para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.” En otras
palabras, conforme nos entregamos como Iglesia a la oración por los perdidos y a orar por
la salvación de nuestros líderes, va a crear una condición nacional favorable para la vida
de la Iglesia, lo cual va a contribuir a nuestros esfuerzos evangelísticos.
Ahora, este con frecuencia es un pasaje que pasamos por alto en las Escrituras y quiero
que piense en esto con mucho cuidado. Esta es la palabra del Dios viviente. Conforme la
Iglesia ora por los perdidos, no se tiene que decir que la intención de esa oración es que
los perdidos puedan ser salvos; pero como una consecuencia secundaria, cuando una
iglesia en una ciudad o estado o nación se entrega de manera habitual a la oración
incesante por los perdidos, en particular los no salvos en su liderazgo, esas personas
comienzan a ver a la Iglesia como un grupo de personas compasivas que se preocupa por
otros, que son amorosos, quienes están buscando sus mejores intereses y su bienestar. Y
de esta manera, la Iglesia no presenta una amenaza a esa sociedad, sino que es vista
quizás como un amigo bienvenido. Y conforme esas oraciones por la salvación son
respondidas y más y más personas pueden ser salvas, incluyendo a sus líderes, la
condición favorable de la Iglesia inclusive es incrementada.
Ahora, él dice que cuando oramos de esta manera, lo hacemos para que vivamos quieta y
reposadamente, una vida tranquila. La palabra quieta conlleva la idea de ausencia de
molestias externas. La palabra reposadamente conlleva la idea de ausencia de molestias
internas o de turbulencia. Entonces, la Iglesia tiene una meta, y quiero que escuche esto
con mucha atención, la Iglesia tiene una meta en la sociedad de conducir su vida de tal
manera en oración por los perdidos lo cual involucra amor y compasión incluyendo a
todos los líderes y eso crea, mediante esa actitud, la ausencia de molestias externas e
internas. Dicho de otra manera, la Iglesia nunca debe ser quien agíta a la sociedad al
involucrarse en esas cosas que causan turbulencia en la vida nacional. Condiciones de paz,
condiciones de descanso, ausencia de molestia y ansiedad benefician a la iglesia en la
tarea del evangelismo.
Ahora, quiero expandir esto porque creo que esto no es un pensamiento bien entendido.
En 1 Tesalonicenses tenemos una palabra similar, capítulo 4, versículo 11, en donde Pablo
dice que debemos estudiar, ser dirigentes, estar tranquilos. No debemos ser personas
turbulentas. Si vamos a ser conocidos por algo, debemos ser conocidos por nuestra
manera de conducirnos de manera quieta. Tranquila. No causamos turbulencia. No
sacudimos a la sociedad como tal, esa no es nuestra intención, ese no es nuestro esfuerzo
abierto. Debemos ser personas tranquilas, dice él, ocupándonos de nuestros propios
negocios, trabajando con sus propias manos, así como os mandamos para que andemos
de manera honesta hacia aquellos que están afuera, los incrédulos. Ellos deben vernos
como personas fieles, diligentes, tranquilas.
Segunda de Tesalonicenses 3 también habla del mismo tema. Oímos, dice en el versículo
11, que hay algunos de ustedes que andan desordenadamente no trabajando. Son
indigentes, están desempleados, no hacen lo que debieran. Mándalos y exhórtalos por el
Señor Jesucristo que con tranquilidad trabajen y coman de su propio pan.
Ahora escuchen, amados, la Iglesia, Pablo está diciendo, nunca debe ser una fuerza de
turbulencia política. Nunca debe ser vista como algo que se percibe como un enemigo
para la seguridad nacional o la paz nacional. Esa no es nuestra función. Nosotros debemos
buscar hacer que todas las personas que nos rodean, independientemente de su punto de
vista político, independientemente de su punto de vista filosófico, debemos buscar el
hacer amigos con ellos al orar por ellos en lugar de que sean enemigos al odiarlos y
rechazarlos. Y algunas veces, eso es difícil porque cuando somos criados en un ambiente
cristiano que es definido de manera muy clara, tendemos no sólo a odiar al sistema malo,
sino que tendemos a ver a todas las personas en el mismo como nuestros enemigos. Y
entonces, nos amargamos contra aquellos que niegan la vida que nosotros creemos que
es tan apropiada. La Iglesia aún hoy en día, estoy seguro, en los Estados Unidos de
América, es vista por muchos como una fuerza política turbulenta que se esfuerza por
sacudir las cosas en nuestro país.
Ahora, quiero que entienda lo que las Escrituras están diciendo a la luz de eso. Los
cristianos deben ser ciudadanos modelos. Eso no significa que somos indiferentes u
apáticos o que no tenemos una opinión. Pero debemos ser ciudadanos modelos en todo
sentido. Debemos ser una bendición para toda persona que nos rodea. Debemos orar por
la salvación de todos. Y si nos conocen, deben saber que la Iglesia no es un grupo político
fuerte, no es un grupo poderoso con dinero que se está moviendo en la sociedad para sus
propios fines, deben conocernos como un grupo de personas tranquilas, amorosas,
pacíficas, que constantemente están comprometidas con orar por la salvación de aquellos
que están afuera. Debemos someternos a la autoridad que está sobre nosotros y más que
tan sólo someternos a ella, debemos orar por la salvación de esas mismas personas. Si
hacemos eso, si la Iglesia en este país simplemente estuviera unida en espíritu haciendo
un pacto juntos en orar por los perdidos en nuestra nación y orar por los gobernantes y
orar por nuestros líderes y no involucrarnos en una especie de esfuerzos de poder y
movimientos de poder y política de poder para cambiar las cosas y eliminar a personas y
deshacernos de personas, sino que más bien orar por su salvación, nunca seríamos
acusados o inclusive sospecharían de nosotros por deslealtad. Ni nadie mal entendería la
razón de nuestra existencia. Y es más probable que se nos permitiera adorar y evangelizar
sin temor o restricción; y de esta manera, vivir nuestras vidas quieta y reposadamente.
Ahora, observe el final del versículo 2, él añade el tipo de vida que debe caracterizarse por
toda piedad y anhelo moral. “Piedad,” esa palabra muy conocida, eusebeia utilizada a lo
largo de 1 Timoteo, 2 Timoteo e inclusive Tito 1:1; la palabra “piedad” es una palabra muy
común en las epístolas pastorales. Tiene la idea de una actitud de reverencia. Debemos
ser personas que se distinguen debido a nuestra actitud de reverencia que nos marca,
reverencia hacia Dios, que vivimos para la majestad, el amor, la santidad, la gloria de
nuestro Dios. Debe ser que cuando alguien dice la palabra cristiano, lo único en lo que
piensa es en santidad, piedad. Piensan en personas cuyos corazones están enfocados en el
Dios vivo.
En segundo lugar, él dice, no sólo piedad sino que él también utiliza la palabra semnotes,
una palabra rara. Es utilizada otra vez en 1 Timoteo y después en Tito, capítulo 2, versículo
7. La traducción básica de anhelo moral es la idea de que no sólo tenemos la actitud
correcta, eso es piedad, sino conducta correcta. Cuando esa actitud emana, se manifiesta
en nuestra vida, hay cierto anhelo moral en la manera en la que vivimos. Hay cierto
compromiso con la moralidad. Podría decir que, si manejamos una traducción libre, él
estaría diciendo que debemos orar por los perdidos para que lleve a una vida quieta y
reposada en todo motivo santo y conducta santa. Eso es realmente lo que está buscando.
Debemos vivir de tal manera con actitudes santas y obras santas que contribuimos a la paz
y tranquilidad de nuestras vidas. No debemos causar problemas. No debemos crear un
escándalo a nivel nacional. No debemos, como recordamos a partir de Mateo, capítulo 7,
andar por todos lados arrancando la cizaña, o Mateo 13, más bien, arrancando la cizaña
del suelo y juzgando a todos los incrédulos. Debemos amarlos y orar de manera
compasiva por ellos.
Ahora, conforme leía ese versículo, pensé ‘bueno, ¿qué hay acerca del hecho de que la
piedad de hecho produce problemas? ¿Qué hay acerca de que nuestro mensaje va a ser
rechazado y va a eliminar una vida quieta y reposada en algunas maneras?’ Eso es
verdad… Eso es verdad. De hecho, en 2 Timoteo, él dice dos veces que nosotros podemos
esperar eso. Pablo inclusive dice en el capítulo 1, versículo 8, que él es prisionero debido a
su testimonio. En el capítulo 3, versículo 12, él dice que todos los que vivan piadosamente
en Cristo Jesús padecerán persecución.
Pero el punto es este, y quiero que lo entienda: si sufrimos persecución y si toleramos la
enemistad de nuestra sociedad y si no les caemos bien y si somos odiados y si somos
menospreciados, que sea por nuestra actitud santa y nuestra conducta santa, no porque
seamos un problema para nuestra sociedad nacional, no porque causamos problemas, no
porque ellos nos vean como el enemigo de los hombres. Debemos vivir de tal manera que
no seamos una amenaza para la paz y tranquilidad de nuestra nación o nuestra ciudad,
sino que nos perciban como personas honorables, dignas, moralmente comprometidas,
dignas de confianza, de tal manera que nadie hable mal en contra de la Palabra de Dios y
nadie hable mal en contra de Dios mismo o el Señor Jesucristo.
Y sabe una cosa, le doy gracias porque Grace Community Church adopta posturas fuertes.
Adoptamos posturas muy fuertes en varias cosas. Y si somos rechazados o
menospreciados, es debido a las cosas que creemos; pero nuestra sociedad a nuestro
alrededor nos ve como un amigo. Siempre me alienta la respuesta de la comunidad, no
sólo en esta misma región, en el valle, sino inclusive en Los Ángeles, al ver la vida de la
gente en Grace Community Church, siempre me sorprende que cuando los medios
masivos de comunicación quieren que alguien haga un comentario acerca de un tema que
necesitan un vocero religioso, ellos llaman a Grace Community Church porque como dijo
un reportero: “Cuando queremos un comentario cristiano sano, venimos a Grace
Community Church.” La sociedad no nos ve como una amenaza.
Estoy muy agradecido porque cuando fui a la ciudad hace unas semanas atrás y pedí
permiso para rentar de ellos el terreno que está aquí al lado de este canal para poder
construir el estacionamiento, no podían estar más contentos en darnos esa oportunidad,
lo cual hicieron, porque nos ven como un amigo de la comunidad. Me acuerdo el año que
nos dieron la placa que está colgada en la pared en reconocimiento de lo hermoso del
valle por hacer más que otra organización en el valle de San Fernando para hacer hermosa
una región del valle. Inclusive estuve agradecido porque el domingo por la mañana de la
semana pasada, en el periódico Daily News, hubo un artículo muy interesante acerca de
Grace Community Church y nuestra relación con Yoko Ono.
Ahora, no sé si usted sabe de eso. Yo no sabía de eso hasta que leí el artículo. Esa fue la
historia sorprendente. Su marido y ella tuvieron un hijo llamado Kioko y el padre, en
contra de la orden de la corte, tomó al niño, secuestró al niño y se escondió y ha estado
durante 14 años. La niña ahora está en sus años 20. Su nombre Kioko. Vinieron a
esconderse a Los Ángeles. Y nosotros, yo no sabía esto, ninguno de nosotros lo supo hasta
que leyó el periódico, vinieron a Los Ángeles a esconderse. Se involucraron en una secta
ahí en la calle, la ‘Iglesia de la palabra viviente’, a cargo de John Robert Stephens cuya hija,
por cierto, ha venido al Señor Jesucristo y está en comunión en nuestra Iglesia. No
obstante, ellos se metieron en esta secta, se metieron profundamente en esta secta y
después, por la gracia de Dios, fueron liberados de esta secta; y después, cuando quisieron
llegar a la verdadera fe en Jesucristo, esta es hija de Yoko Ono, y su marido, su padre más
bien, vinieron a Grace Community Church buscando ayuda y dinero para poder escapar de
las garras de estas personas que los tenían. Y el artículo continuó diciendo cómo Grace
Community Church, sin saber quiénes eran estas personas, no sólo les dieron consejo
espiritual y demás, sino que les dieron el dinero que necesitaban para escapar; y ahora,
están involucrados como cristianos nacidos nuevamente en la obra del Señor en otro
lugar. Y varias veces mencionó a la iglesia y siempre en una luz favorable, como un buen
samaritano. Así debe ser conocida nuestra Iglesia, así es como nuestra Iglesia debe ser
conocida, como alguien que entra sin importar quiénes son las personas, sino que
estamos aquí para mostrar el amor de Cristo y satisfacer la necesidad que está ahí.
Y fui alentado porque el periódico colocó eso a una luz favorable. Estoy muy agradecido
por eso. Pero debe ser así, de tal manera que si no les caemos bien y si no nos quieren,
sea evidente que rechazan nuestro mensaje, no porque nos ven como el enemigo.
¿Entiende usted eso? Jesús mismo fue un amigo de pecadores, ¿no es cierto? Y entonces,
debe ser que somos caracterizados por aquellos que oran por los perdidos, inclusive
nuestros líderes, inclusive los líderes de nuestra ciudad. Y quizás no estemos de acuerdo
con ellos, quizás no estemos de acuerdo con su estilo de vida, su moralidad o sus
decisiones, los líderes de nuestro estado, los líderes de nuestra nación. Quizás tengamos
todo tipo de problema con eso, pero no puede haber nada que sea ganado en últimas a
nivel espiritual al convertirnos en el enemigo de aquellos con quienes estamos en
desacuerdo. Si vamos a estar en desacuerdo, que estemos en desacuerdo en base a la
verdad de Dios, no en algo diferente a eso. Y que con todos nuestros corazones nos
comprometamos, si esta nación va a ser convertida por causa de Dios, entonces que sea
que lo hagamos mediante nuestras armas espirituales, no carnales. Y las armas
espirituales son poderosas para la destrucción de fortalezas, armas espirituales como orar
por los perdidos e incluyendo en los perdidos a aquellos que nos guían.
Y esta oración trae la conversión de personas perdidas, la conversión de líderes. Le da a la
iglesia una reputación de lealtad, honestidad, integridad y dignidad en la comunidad. Ellos
llegan a ser conocidos como esas personas que tienen actitudes santas y conducta santa y
no son una amenaza a la sociedad, sino más bien un aliento para el bienestar de la
sociedad. Eso crea la paz y la tranquilidad que permite que el evangelismo florezca, hace
que el cristianismo sea atractivo y le da al Evangelio una plataforma. Y ésa es la
consecuencia secundaria de la oración evangelística.
Ahora usted dirá: ‘bueno, espera un momento. ¿Acaso esto contradice Santiago 1? ¿Acaso
Santiago 1 no dice que la prueba de vuestra fe tiene una obra perfeccionadora? Sí, pero
hay todo tipo de maneras en las que Dios nos puede probar y traer problemas y
fortalecernos, sin que venga de la hostilidad de nuestra sociedad. Usted no necesita
hacerlo de esa manera. Si Dios lo quiere colocar en el fuego del sufrimiento, Él tiene un
millón de opciones para hacerlo. Usted no tiene que crear una. Usted no tiene que crear
una en el ambiente y yo tampoco y tampoco la Iglesia. Las pruebas vienen de muchas
maneras, a través de muchas puertas, y a Dios no le falta medios para hacer eso. Y
amados, de vez en cuando es verdad que esas pruebas traerán persecución. Pero si la
persecución viene, lo vuelvo a decir, que venga por lo que creemos acerca de la Palabra de
Dios. Como los cristianos rusos me han dicho tantas veces, ‘si somos perseguidos en Rusia,
será por nuestra fe, no por nuestras actitudes políticas o económicas. Y no por nuestras
alguna enemistad hacia nuestro pueblo e inclusive nuestros líderes’. Georgie Vins me dijo
eso. Oren por ellos.
E inclusive cuando la persecución viene, usted pregunta qué debemos hacer entonces.
Bueno, escuche lo que Jesús dijo en Mateo 5. Y es bastante claro lo que debemos hacer,
versículo 43: “Oísteis que fue dicho: ‘Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.’ ”
No, así no es. Nos hemos metido en un poco de eso en la Iglesia, pero no es el camino
correcto. “Pero Yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen,
haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen.” Oren por
su salvación.
Y todos hemos leído la historia de los mártires muchas veces en el pasado, quienes de
rodillas fueron matados, se les quitó la vida, estaban orando por aquellos que los estaban
matando y ése es el testimonio de Esteban, ¿no es cierto? Quien está ahí siendo aplastado
por las piedras que están quitándole la vida y él clama: “Padre, no les tengas en cuenta
este pecado. No los hagas responsables.” Lo cual quiere decir ‘perdónalos’. Es el Espíritu
de Jesús. Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.
Entonces, el punto es que sea cual sea el caos, sea cual sea el conflicto que pueda venir, el
resultado no debe ser que los cristianos se vuelvan los enemigos de los perdidos. Debe ser
sólo por lo que creen y por lo que viven. Y la sociedad que nos rodea debe vernos como
sus amigos, como personas compasivas, amorosas, quienes continuamente oran por su
salvación. La próxima vez, que usted escriba una carta al miembro del Congreso para
decirle lo terrible que es, escríbale una carta y dígale que usted está orando diariamente
por su salvación. Después, dígale el Evangelio. Dígale en qué consiste realmente la Iglesia.
Y si estamos ocupados por orar, yo creo que Dios va a responder esa oración. Y ésa es la
razón por la que estoy tan preocupado por esas personas que insisten en que esa nación o
cualquier otra nación nunca puede ser piadosa. La Iglesia nunca puede florecer, la obra de
Dios nunca puede ser hecha a menos de que ataquemos a toda persona en la sociedad
que no nos cae bien. Y la gente me preocupa eso con tanta frecuencia: “¿Por qué no
predicas acerca de temas sociales? ¿Políticos?” Mire, yo ataco el pecado, pero más allá de
eso, realmente no quiero aislar a toda persona en nuestra sociedad porque creo que
necesitan a Cristo. Y no que vieron que lo desechen a Él cuando me rechacen a mí.
Entonces, Dios dice ‘oren por ellos’. Y hay un beneficio marginal, usted creará un
ambiente en el cual usted podrá florecer.
Y realmente creo que en una manera pequeña, por la gracia de Dios, esta iglesia ha
disfrutado de eso. Realmente. Realmente lo ha disfrutado. Siempre me ha sorprendido
cuando leo una sección de bienes raíces en el periódico y veo una casa que se está
vendiendo, por parte de un corredor de bienes raíces y abajo dice: cerca de Grace
Community Church. Eso es bueno. Me da gusto oír eso.
Entonces, el reconocer que debemos comprometernos con esta prioridad de la oración se
basa en un sentido profundo de la necesidad de los perdidos, la carencia severa de sus
almas al enfrentar la eternidad sin Dios, una petición reverente a Dios con esa necesidad
en base a su propia gloria, un sentido compasivo de caer en la necesidad misma para que
sintamos la condición pérdida de los perdidos. Debemos orar por ellos. Y por todos
aquellos, sean simplemente el pueblo o los líderes. Y al orar así veremos a Dios
salvándolos y veremos condiciones que se producen a partir del amor y la compasión de la
Iglesia hacia los perdidos que actuarán como una bendición para la Iglesia y de esta
manera, contribuirá a que el Evangelio se esparza con mayor velocidad.
Eso me lleva, en cuarto lugar, y simplemente voy a introducir una parte en este cuarto
punto, terminaremos la próxima vez; pero eso me lleva en cuarto lugar a la razón de la
oración evangelística… La razón. Y esto está contenido en los versículos 3 al 7. Y esta es
una de LAS afirmaciones más poderosas del propósito salvador de Dios dada en cualquier
lugar de las Escrituras. No puedo apurarme en esto. Es algo monumental, simplemente
verdad dramática, poderosa, cerca del propósito salvador de Dios. No quiero meterme en
un debate teológico. No quiero hablar de teología sistemática. Sólo quiero dejar que el
texto hable por sí mismo. ¡Es tan poderoso!
¿Por qué orar por los perdidos? ¿Por qué orar por las almas de los hombres? ¿Cuál es el
propósito? Bueno, la respuesta viene en los versículos 3 al 7. “Porque esto es bueno y
agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean
salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo
mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en
rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. Para esto yo fui
constituido predicador y apóstol (digo verdad en Cristo, no miento), y maestro de los
gentiles en fe y verdad.”
Ahora, en esos cuantos versículos se resume la razón por la que debemos ganar a los
perdidos. Este tiene que ser uno de los textos evangelísticos más grandes en toda la Biblia,
una de las más grandes afirmaciones acerca de la misión de la Iglesia que se presenta en
cualquier lugar en las Sagradas Escrituras.
¿Por qué oramos por los perdidos? Número uno, y le voy a dar varios, algunos esta
semana y otros, la próxima. Punto número uno: es moralmente correcto hacerlo. Es
correcto. Observe lo que dicen el versículo 3: “porque esto es bueno.” La palabra bueno,
kalon, básicamente significa excelente, moralmente bueno de manera intrínseca. Esto es
bueno. Esto simplemente está bien. Dios lo establece como algo que está bien. Su
conciencia moral dice que está bien. Digo, usted no discutiría en contra de esto, si yo le
dijera ‘¿debe usted orar por los perdidos?’ Digo, todo en usted dice ‘eso está bien y
verdad y es bueno’… Usted iría ‘claro, es bueno orar por los perdidos porque los salva del
infierno. Los salva de una vida sin significado. Los lleva a un lugar en donde pueden
glorificar a Dios, les permite tener propósito en la vida y en la eternidad. Les permite
alcanzar a otros. Es bueno, es correcto.’ La palabra ‘esto’ apunta de regreso al orar por
todos los hombres y por los líderes. Esto es bueno. Es correcto. Es excelente. Debido a que
la salvación de otros sería el beneficio más grande para ellos y el beneficio más grande
para la Iglesia, es bueno, es excelente.
Ahora, alguien podría decir ‘bueno, espera un momento: Jesús dijo en Juan 17:9: “Yo no
oro por el mundo.” Si esto es tan bueno, ¿por qué dijo Él eso?” Descubrámoslo. Veamos
Juan 17:9. Y pensé en esto y lo incluyo aquí porque no quiero que alguien encuentre ese
versículo y diga: “Espera, esto me confunde. ¿Por qué en Juan 17:9 Jesús dije dice al Padre
en Su oración sumo sacerdotal ‘Oro por ellos,’ estos son los discípulos,’ aquellos que me
has dado, Mis propios discípulos, no oro por el mundo, sino por aquellos que me has
dado, porque son Tuyos?’ Y alguien diría ‘bueno, Jesús no oró por el mundo entero. Él dice
aquí ‘Yo no oro por el mundo.’
¿Y sabe una cosa?, eso es correcto. En este caso en particular, Él dijo ‘Yo no oro por el
mundo’. ¿Qué quiso decir con eso? Bueno, ese es el punto entero. ¿Significa eso que Dios
no ama a todo el mundo? Bueno, en Juan 3:16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo
que ha dado a Su Hijo Unigénito.” Ahora, el punto entero del versículo es que Él dio a Su
Hijo Unigénito para cumplir Su amor. Entonces, Dios ama al mundo entero. Primera de
Juan 2:2 dice que Él es la propiciación de nuestros pecados, y no sólo de los nuestros, sino
de los pecados del mundo entero.
Entonces, Dios ama al mundo. Dio un Salvador para el mundo entero. Una propiciación
para el pecado se ofrece a todo el mundo y ¿por qué dice que Él no ora por todo el
mundo? ¿Y no era la misión de Jesús ir a todo el mundo? ¿Acaso Él no dijo que
predicáramos el Evangelio a toda criatura? Sí.
¿Por qué en el versículo 9 dice que no ora por todo el mundo? Eso es muy simple. Lo que
Él está diciendo aquí es que no está orando por el éxito del mundo como el mundo.
¿Entiende usted eso? El cosmos, el sistema satánico malo. Lo que Él quiere decir es ‘no
estoy orando porque el mundo tenga éxito. Estoy orando porque los discípulos tengan
éxito al ganar al mundo, no porque el mundo tenga éxito al detenerlos.’ Él no puede orar
por los Suyos y orar por el mundo el cual es el enemigo. Como dijo William Hendrickson:
“La salvación del mundo se encuentra precisamente en dejar de ser el mundo.” Él no
podía orar por el mundo como el mundo, estaba en contra de Él. Él está diciendo ‘Yo no
oro por el éxito del mundo. Nunca haría eso. Yo oro por el éxito de mi pueblo. Él estaba
orando por Sus discípulos, para que sean protegidos del mundo. Él inclusive dice:
“Guárdalos del maligno, del que gobierna el sistema mundano, para que al creer, puedan
alcanzar al mundo,” versículos 21 al 23.
Entonces, es bueno. Jesús oró por los perdidos. Moisés, David, Samuel, Ezequías, Isaías,
Daniel, Esteban, Pablo, los vimos a todos la semana pasada; todos ellos oraron por los
perdidos. Es bueno.
Ahora, lo segundo, y voy a detenerme con ésta, pero quiero que lo escuche con atención.
Esta es verdad poderosa, poderosa. Debemos orar por los perdidos uno, porque es bueno,
es correcto, es moralmente excelente; dos, es coherente con la voluntad de Dios.
Debemos orar por los perdidos porque es coherente con la voluntad de Dios. Observe el
versículo 3: “Porque esto es bueno,” y aquí viene, “agradable delante de Dios nuestro
Salvador, quien quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la
verdad.” Es bueno delante de Dios nuestro Salvador el cual quiere que todos los hombres
sean salvos. Es la voluntad de Dios que los hombres sean salvos. Es coherente con Su
voluntad. La palabra agradable, la cual es usada en una frase similar en el capítulo 5,
versículo 4, tiene la idea… Es una palabra muy rica, no solo de recibir, dechomai, es
apodechomai, quiere decir aplaudir, quiere decir recibir con gusto, aceptar con
satisfacción, darle la bienvenida con gusto. Es una palabra muy cálida. Esto es decir ‘el
Señor con gusto, de manera ansiosa, dispuesta, con aplauso y satisfacción y gozo recibe
esto.’ Esto es lo que Él quiere, la salvación del mundo. Entonces, ‘orar por todo el mundo’
realmente es recibido con gusto por Dios. Él aplaude ese tipo de oración. Él lo acepta con
gusto porque es coherente con Su naturaleza.
¿Y qué quieres decir con eso? Bueno, observe el versículo 3: “Esto es bueno y agradable
delante de Dios nuestro creador,” ¿es eso lo que dice? No, “Dios, nuestro Salvador.” Es
coherente con quien Él es. Es coherente con Su naturaleza, con Su esencia. Capítulo 1,
versículo 1: “Pablo, apóstol de Jesucristo por mandato de Dios, nuestro Salvador.”
Capítulo 4, versículo 10: “Dios, quien es el Salvador.” Primera de Tesalonicenses, Pablo
escribe en el capítulo 5, versículo 9: “Dios no nos ha puesto para ira sino para tener
salvación.” Tito 1:3: “Sino que a su debido tiempo, ha manifestado Su palabra a través de
la predicación que me ha sido encomendada a mí a través del mandamiento de Dios
nuestro Salvador.” Tito 2:10 de nuevo, “la doctrina de Dios nuestro Salvador”. Tito 3:4: “El
amor y la bondad de Dios nuestro Salvador.” Y después, en esa maravillosa bendición que
cierra la breve epístola de Judas: “Al único sabio Dios nuestro Salvador.”
Como puede ver, se hace referencia de manera repetida a Dios como Salvador. Eso es
esencial a Su naturaleza. Él es un Salvador así como Él es un creador y un sustentador.
Dios, nuestro Salvador. Y esa teoría antigua de que el Dios del Antiguo Testamento es un
ogro que juzga a los hombres y el Cristo del Nuevo Testamento es el Salvador
simplemente no es real. Es Dios el Salvador quien envió a Cristo a llevar a cabo la obra que
salvaría, pero el propósito salvador está en el corazón de Dios.
Alguien podría decir ‘bueno, ¿acaso el Antiguo Testamento enseña que Dios es un
Salvador?’ ¡Sí! Escuche simplemente un ejemplo en 2 Samuel 22, versículo 3: “El Dios de
mi roca, en Él confiaré. Él es mi escudo y el cuerno de mi salvación. Mi torre alta y mi
refugio, mi Salvador,” 2 Samuel 22, versículo 3. Y lea el Salmo 106 y recuerde Isaías 33:3:
“Yo soy Jehová tu Dios, el Santo de Israel, tú Salvador.” Versículo 11: “Fuera de Mí no hay
Salvador.” Escuche, Dios en Su esencia más profunda y más genuina anhela salvar a los
hombres de sus pecados. Y María, cuando estaba glorificando a Dios en ese hermoso
magnificat, clamó después de oír de la maravilla de la creación de Dios en ella en Lucas
1:47 y dijo: “Mi Espíritu se goza en Dios mi Salvador,” y ella reflejó el sentimiento más
profundo y cálido de cualquier judío del Antiguo Testamento, cualquier judío verdadero,
eso clama a Dios anhelando glorificar Su nombre al llamarlo con ese nombre que sobre
cualquier otro nombre se relaciona con los pecadores, Dios mi Salvador. Dios es un
Salvador.
Entonces, cuando vamos y oramos por los perdidos, estamos orando de una manera que
es recibida con gusto, y aplaudida por Dios porque Él es - en primer lugar y sobre cualquier
otra cosa - un Dios salvador. Eso es coherente con quien Él es. Eso es coherente con Su
voluntad. Y el hecho de que aquí en el texto hay algo de polémica también es debido a
que en la cultura romana, el César se llamaba a sí mismo soter. Esto es la palabra griega
para Salvador. Y encarnaba la idea de que César era el salvador. Y dentro de la provincia
romana, él era el gran salvador de los hombres quien proveía paz y orden, prosperidad y
protección. Lo que Pablo está diciendo en contraste a la secta de César como el salvador
es Dios nuestro Salvador. Ellos tienen su salvador, nosotros tenemos a Dios nuestro
Salvador. Ésa es Su naturaleza. Y debido a que Él es Dios nuestro Salvador por naturaleza
dice el versículo cuatro, debido a que él es Dios nuestro Salvador, Él quiere que todos los
hombres sean salvos. Eso es obvio. Él es el Salvador de todos los hombres. Él es nuestro
Salvador.
Pero ése no es el fin de esto. Él no sólo está diciendo que Él es el Salvador de nosotros que
ya somos salvos. No, no, el cual quiere que todos los hombres. ‘¿Usted quiere decir que
Dios quiere que todos los hombres sean salvos?’ Eso es correcto. Él quiere que todos los
hombres sean salvos. La palabra salvos quiere decir liberados, rescatados de la ira y el
juicio divino. Usted dice ‘¿entonces quiere decir que Dios realmente quiere que todos los
hombres sean salvos?’ Ése es su deseo.
Permítame mostrarle eso en el Antiguo Testamento. Pase, en primer lugar, a Isaías 45 y
simplemente le voy a dar una rápida mirada a unos cuantos versículos. Isaías 45:22,
simplemente escuche esto. No lo podemos pasar por alto. De regreso al versículo 21,
simplemente no puedo resistir esto: “Proclamad, y hacedlos acercarse, y entren todos en
consulta; ¿quién hizo oír esto desde el principio, y lo tiene dicho desde entonces, sino Yo
Jehová? Y no hay más Dios que Yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de Mí.” Así
como Él es un Salvador, mire lo que Él dice, versículo 22: “Mirad a Mí, y sed salvos, todos
los términos de la tierra, porque Yo soy Dios, y no hay más.” El punto es que si alguien
sobre la faz de la tierra va a ser salvo, solamente hay un Dios que lo puede hacer.
Entonces, todos los fines de la tierra deben llamarlo a Él porque no hay otro Salvador.
Observe el capítulo 49, versículo 6 de Isaías. Y él le dice al pueblo de Israel y realmente
través de la obra del Mesías: “… también te di por luz de las naciones, para que seas Mi
salvación hasta lo postrero de la tierra. Así ha dicho Jehová, Redentor de Israel…” Ese es el
diseño de Dios.
La invitación entonces llega en el capítulo 55, versículo 1: “A todos los sedientos…”Oigan
todos, todo el que tiene sed. ¿Quién es ese? ¿Cuántas personas en el mundo tienen sed
de salvación? ¿Cuántas personas tienen sed de salvación? Todo el mundo la tiene. Es el
retrato de alguien sin agua, toda persona sin Cristo que no tiene agua, toda persona sin
salvación no tiene agua; y entonces, toda persona tiene sed. Todos ustedes que tienen sed
por todo el mundo, “Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y
comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche.” Llamado universal.
Ahora, observe Ezequiel capítulo 18 y quiero que vea de nuevo a partir del Antiguo
Testamento el propósito salvador de Dios que es mundial, para los fines de la tierra. En
Ezequiel 18, versículo 23, hay dos preguntas que se hacen aquí. Aparecen, al principio,
como preguntas retóricas. Más adelante, él las responde. Ezequiel 18 23: “¿Quiero Yo la
muerte del impío? dice Jehová el Señor. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos?”
¿Encuentra placer en que el impío muera? ¿Encuentro placer en que no regrese y viva?
Observe en la mitad del versículo 30: “Convertíos, y apartaos de todas vuestras
transgresiones, y no os será la iniquidad causa de ruina. Echad de vosotros todas vuestras
transgresiones con que habéis pecado, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo.
¿Por qué moriréis, casa de Israel? Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová
el Señor; convertíos, pues, y viviréis.” ¿Ustedes piensan que esa es Mi voluntad? Dios no
se agrada con la muerte y la condenación de personas impías.
Observe el capítulo 33 de Ezequiel. Él clama. Nuevamente, capítulo 33, versículo 10: “Por
tanto, tú, hijo de hombre,” la palabra viene a Ezequiel, “habla a la casa de Israel y diles,”
aquí está la Palabra de Dios, “si nuestras trasgresiones están sobre nosotros y estamos en
ellos, ¿cómo entonces viviremos?” Vamos a morir. Pero en el versículo 11: “Mientras Yo
vivo, dice el Señor Dios, no me agrado en la muerte del impío, sino que el impío se
convierta de su camino y viva; convertíos, convertíos de vuestros malos caminos ¿por qué
moriréis, oh casa de Israel?” Es el mismo clamor apasionado.
Ninguna teología bíblica que pueda enseñar que a Dios le agrada la condenación del
impío. No hay teología que pueda enseñar que Dios no quiere que todos los hombres y en
todo lugar sean salvos, porque Dios, en Hechos 17, ha llamado a todos los hombres en
todo lugar a arrepentirse. Porque Dios, en Juan 3:16, ha amado de tal manera al mundo
entero, porque Dios le ha dicho a Sus apóstoles y profetas que lleven el mensaje de
salvación hasta los fines de la tierra. Y el infierno mismo, dice la Biblia, fue preparado para
el diablo y sus ángeles, ni siquiera para los hombres originalmente. No, el deseo de Dios es
dado aquí. Vaya de regreso nuestro texto, 1 Timoteo. Debido a que Dios es un Salvador, Él
quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Esa es
otra manera de decir salvación. La salvación ocurre cuando usted viene al conocimiento
de la verdad. La palabra conocimiento aquí es este epignosis, significa un conocimiento
rico, profundo, completo; y ése es el conocimiento de la verdadera salvación.
Es usado cuatro veces en estas epístolas pastorales. En 2 Timoteo 3:7 habla de personas
que tienen una forma de piedad, pero no tiene realidad, que están siempre aprendiendo,
pero nunca pueden llegar al conocimiento de la Verdad, misma palabra. Y en Tito 1:1
comparando la fe y el conocimiento, ambos elementos de la salvación, nuevamente se
refiere al conocimiento de la Verdad.
Entonces, lo que él está diciendo aquí es que la voluntad de Dios es que todos los hombres
sean salvos y la salvación viene a través del conocimiento verdadero, profundo de la
Verdad salvadora, el Evangelio, la obra de Cristo. Y ésta puede ser una respuesta a algunos
judíos, quienes estaban diciendo que Dios quería la condenación de los herejes. Había
judíos que creían que Dios quería la condenación de los gentiles en general. Y después,
estaba esa perspectiva gnóstica, pregnóstica de que Dios quería la condenación de los que
no eran parte de la élite, las personas que nunca alcanzaron un conocimiento místico. Y él,
aquí enfrenta eso. Y él dice: “ ‘Escuchen, Dios lo quiere porque Él por naturaleza es un
Salvador. Él quiere que todos los hombres sean salvos a través de venir al conocimiento
completo de la verdad salvadora en Jesucristo.”
Y quiero cerrar al tomar la palabra ‘quiere’ y quiero que escuche con atención. ¿Qué tipo
de querer es este? Porque alguien de este versículo y dice: “Oh, Dios quiere que todos los
hombres sean salvos.” Le voy a decir algo: “Dios quiere lo que quiere, Él está a cargo.” Por
lo tanto el universalismo se enseña aquí. Esto es que, en últimas, toda persona será salva
porque esa es la voluntad de Dios y así lo dice aquí.
Otras personas dicen: “No, no, no, no, la Biblia nos puede enseñar del infierno y la Biblia
enseña que la gente va a estar ahí para siempre, entonces algunas personas no van a ir al
cielo. Por lo tanto, cuando dice que Dios quiere que todos los hombres sean salvos, no
quiere decir ‘todos los hombres’. Simplemente significa algunos hombres porque después
de todo, Dios va a hacer lo que Él quiere y Él no puede salvar a todos porque el infierno
está ahí y algunas personas están ahí. Entonces, Él tiene que salvar a todas las personas
que quiere salvar, por lo tanto no quiere salvar a todas las personas. ‘Todos’ no significa
todos, debe significar algunos.
No creo que usted necesite hacer alguna de esas dos cosas. Creo que lo que usted
necesita es entender la palabra “quiere.” La palabra es thelo. Hay dos palabras básicas
para querer, thelo, querer y boulomai. Thelo refleja la voluntad de deseo que emana del
sentimiento y la inclinación. Boulomai habla de la voluntad que viene a partir de
determinación precisa. No está diciendo que Dios ha determinado en el sentido boulomai,
que Él ha determinado de manera precisa la salvación de todos los hombres y ése es un
hecho soberanamente determinado y por lo tanto toda persona va a ser salva.
Lo voy a decir de manera muy simple. ¿Hay algunas cosas en su vida que violan la
voluntad de Dios? Sí. Pero todavía entendemos que hay una voluntad de Dios que se está
cumpliendo y es inalterable. Ésa es la voluntad de Su predeterminación soberana precisa.
Pero la voluntad del deseo de su corazón, su voluntad moral es violada todo el tiempo por
la gente, inclusive por usted y por mí. Cuando yo peco, no es la voluntad de Dios. Dios no
quiere que yo peque. ¿Pecó? Sí. Entonces, ¿puedo romper la voluntad de Dios? Si, y lo
hago todo el tiempo. Y también lo hace usted y también el mundo entero. Dios quiere la
salvación de todos los hombres desde el punto de vista moral. Ésa es la razón por la que Él
manda a todos los hombres, en todo lugar, a que se arrepientan. ¿Por qué entonces Dios
le diría a Israel: “¿por qué morirás?” Dice, no tiene que morir, ¿verdad? Oíd, todo el que
tiene sed, venga y beba.
Y los hombres pecan y se van al infierno no porque es el propósito soberano expreso de
Dios para ellos. Se van al infierno porque negaron la voluntad de Dios en su vida. Él los
llama a arrepentirse. Él los llama a ser salvos. Si alguien va al infierno va ahí no porque sea
la decisión predeterminada de Dios, sino por el rechazo de Jesucristo. Eso es lo que él está
diciendo. Él quiere que todos los hombres sean salvos.
Yo creo en la soberanía de Dios, yo creo en la elección, yo creo en la predestinación,
amados, y también creo que Dios quiere que todos los hombres sean salvos y por su
decisión, por la decisión de ellos, no son salvos y ésa es la responsabilidad de ellos, no la
de Dios. Y si usted me pregunta cómo es que esas dos cosas armonizan, le voy a decir que
nuestro primer día en el cielo voy a explicarle todo. Pero yo sé esto: Dios tiene un corazón
quebrantado porque Él desea la salvación de todos los fines de la tierra. ¿Por qué otra
razón lloraría Jesús por Jerusalén? “Cuantas veces quise reunirte pero no quisiste.” Él dijo
eso. No quisieron. ¿Por qué morirás? ¿Por qué rechazarás?
Bueno, orar por los perdidos, esencialmente. Uno, porque es correcto. Dos, porque es
coherente con la voluntad de Dios. Entonces, debemos interceder por todos los hombres,
porque Dios quiere que todos los hombres sean salvos y porque es su mayor bienestar
tanto ahora como para siempre. Oremos.
Señor Dios, ¡qué palabra tan clara nos has dado! Gracias aún por los misterios profundos
no resueltos de la soberanía y la elección humana. Gracias porque Tu mente es mucho
más grande que la nuestra. Pero gracias, Padre, por la palabra clara de que debemos orar
por los perdidos. E inclusive entre nuestros líderes, que al estar consumidos con su
bienestar, al estar consumidos con su salvación, al tener una compasión profunda, al estar
inmersos en su condición de pérdida misma, percibiendo la necesidad profunda de su
alma, que puedan ver nuestro amor, que puedan ver la santidad en nuestras actitudes y
actos para que podamos vivir esa vida quieta y reposada que pueda contribuir a la
extensión del Evangelio y lo haga atractivo.
Ayúdanos hacer eso, Señor, porque es lo correcto, porque es bueno y porque es lo que Tú
eres, Tú eres un Salvador y Tú quieres que todos los hombres sean salvos. Y nos entristece
y lloramos contigo porque tantos rechazan. Dios, oramos por los perdidos, por los
perdidos aquí en esta mañana, por aquellos que no tienen al Salvador, aquellos que están
en nuestra comunidad, aquellos que están en liderazgo alrededor del mundo. ¡Oh Padre,
billones de personas, sálvalos! Y haz que la Iglesia esté preocupada con este ministerio de
la oración intercesora a favor de los perdidos, los no salvos, aquellos que no han sido
rescatados del castigo eterno. Sálvalos, Señor, para que Tú seas alabado, para que ellos
sean bendecidos, para que la Iglesia pueda ser fortalecida. Y te lo agradeceremos. Amén.
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
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La oración evangelística, 3ª Parte


Escritura: 1 Timoteo 2:5–8
Código: 54–13
John MacArthur
Lo invito a abrir su Biblia en 1 Timoteo capítulo 2, 1 Timoteo capítulo 2. Los primeros ocho
versículos tienen que ver con la oración evangelística. Orar por lo no salvos. Esta es una
gran responsabilidad para la Iglesia, un serio llamado que el Señor nos ha encomendado.
Quiero que mantenga en mente que conforme Pablo le está escribiendo Timoteo,
Timoteo está en Éfeso. Él ha sido dejado ahí por Pablo después de su primer
encarcelamiento, con el propósito de corregir las cosas en la Iglesia. Esa gran Iglesia efesia,
la cual Pablo mismo había pastoreado durante tres años; esa gran iglesia que era tan
sólida y tan fuerte, que nació en un movimiento maravilloso del Espíritu de Dios poderoso,
había comenzado a desviarse. Había caído en falsa doctrina, había caído en pecado. Había
caído en impiedad; y muchas cosas necesitaban corregirse en la Iglesia. Y Pablo ha dejado
a Timoteo ahí para hacer eso. Él entonces le escribe esta epístola para bosquejar con
mucho cuidado esas cosas que más necesitaban su atención y esfuerzo.
Y conforme abre el capítulo 2, Pablo comienza a dar la instrucción específica con respecto
a las cosas en la Iglesia efesia que necesitaban ser enfrentadas. El primer tema en los
primeros ocho versículos es este tema de orar por todos los hombres para que sean
salvos. Aparentemente, en la Iglesia efesia se había desarrollado cierta teoría que decía
que no todos los hombres podían ser salvos. No hay razón por la cual debemos orar por
todos los hombres, quizás no hay razón inclusive para proclamar a todos los hombres. La
salvación se había convertido para ellos en una especie de regalo exclusivo que le
pertenecía únicamente quizás a algunos judíos especiales que guardaban la ley o a
algunos gentiles místicos elite que habían alcanzado cierto nivel de conocimiento
exclusivo de las cosas de Dios. Fueran cuales fueran los puntos específicos, habían
desarrollado una doctrina de exclusividad con respecto a la salvación y ya no estaban
interesados en cumplir la gran comisión. Su predicación, sin duda alguna, demostraba
esto; y también su oración o más bien, su falta de ella.
Y entonces, en los versículos 1 al 8 Pablo le da a Timoteo la instrucción de que Dios quiere
que todos los hombres sean salvos, no sólo unos cuantos judíos y gentiles elite, sino la
salvación es provista para todos los hombres. Y él debe comunicar eso a la Iglesia de tal
manera que les mande a entender eso.
Ahora, estamos muy conscientes, como lo hemos visto en las últimas dos semanas, de la
importancia de este tema de orar por los perdidos. También estamos muy conscientes de
la gran comisión de ir por todo el mundo y hacer discípulos de todas las naciones. Y esto
encaja de manera perfecta con eso. Si usted ha sido criado en la Iglesia como yo, en
muchas ocasiones ha oído a oradores misioneros que dicen: ‘sé que ustedes no pueden ir
al campo, pero al menos mientras están en casa pueden orar’. Y a lo largo de los años,
hemos orado por el evangelismo de misioneros y predicadores y maestros por todo el
mundo. Y este es un llamado a nosotros a renovar ese compromiso con la oración
evangelística.
Y entonces, conforme regresamos al texto, no necesito recordarles que el corazón de este
texto está en el final del versículo 1. Ahí dice que debemos ofrecer rogativas, oraciones,
peticiones y acciones de gracias por todos los hombres. Ése es el corazón de este pasaje.
La idea de todos los hombres. El versículo 2 dice ‘por todos los que están en eminencia’. El
versículo 4 dice que Dios quiere que todos los hombres sean salvos. Y el versículo 6 dice
que Cristo se dio a sí mismo en rescate por todos. La idea aquí entonces es de manera
clara una afirmación de que debemos tomar el Evangelio de Jesucristo y llevarlo a todos
los hombres y debemos apoyar eso con la oración. Es un llamado a la oración
evangelística, un elemento esencial en el cumplimiento de la gran comisión.
Ahora, como usted sabe si ha estado con nosotros, hay cinco elementos en este pasaje
que nos llaman a la oración evangelística… La naturaleza, el espectro, el beneficio, la razón
y la actitud conectados con una oración de este tipo. Ya hemos discutido la naturaleza de
la oración evangelística ahí atrás en el versículo 1, ¿se acuerda?, esas cuatro palabras
describiendo facetas de la oración, rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias
nos instruyeron en cuanto a la naturaleza de la oración evangelística.
En segundo lugar, vimos el espectro de la oración evangelística al final del versículo 1, es
por todos los hombres. No hay límites, incluyendo, versículo 2 dice, los reyes y todos los
que están en eminencia. Todos los hombres a todos los niveles de la sociedad humana
que están sin el Señor deben ser los objetos de nuestras oraciones, y de manera particular
aquellos que son líderes sobre nosotros.
Después, señalamos la última vez el beneficio de una oración de este tipo al final del
versículo 2, el resultado es que podamos vivir una vida quieta y reposada en toda piedad y
honestidad. Cuando la Iglesia mantiene su integridad y se queda dentro de la esfera de la
vida espiritual, será de bendición en una sociedad en lugar de una amenaza y va a
encontrar que va a disfrutar de más tranquilidad y prosperará también en la extensión del
Evangelio.
Y esa es la palabra con la que Pablo está instruyendo a Timoteo y también a nosotros. Las
condiciones de paz y reposo, la ausencia de ansiedad y fricción benefician a la Iglesia en la
obra del evangelismo. Y entonces, la Iglesia debe ser conocida en la sociedad como
aquellas personas que buscan hacer amigos de aquellos que no son salvos, que oran por la
salvación tanto de personas en general, como de líderes también. Deseamos vivir vidas de
piedad y vidas de integridad moral. Deseamos buscar las cosas de Dios, deseamos
proclamar el Evangelio de salvación de la manera más eficaz y podemos hacer eso si no
somos una amenaza para la vida nacional, la vida social, la vida política; cosas que están
más allá de la meta de la vida de la Iglesia. Entonces, buscamos contribuir a la paz para
que seamos aceptados como aquellos que aman las almas de los hombres y de esta
manera, nos quieran oír los que nos rodean. Y al no ser una amenaza a la sociedad, sino
una bendición conforme Dios responde nuestras oraciones y muchos son salvos,
encontramos la tranquilidad que nos permite la libertad de ministerio que deseamos
tanto.
Ahora, eso nos lleva al cuarto punto en donde nos quedamos la última vez. La razón de la
oración evangelística. ¿Por qué debemos hacer esto? Si, entendemos que tenemos que
hacerlo. Sí, entendemos que debemos hacerlo por todos los hombres. Si, debemos
hacerlo para poder recibir un efecto secundario para nosotros. Pero al llegar al versículo 3
y hasta el versículo 7 encontramos una lista de elementos dentro de la razón de la oración
evangelística. Ahora, quiero que entienda que esta es una porción teológica. Es rica. Por
momentos es profunda, pero al mismo tiempo es muy clara y es obligatoria para nuestra
conciencia.
En primer lugar, debemos involucrarnos en orar por los perdidos de manera regular
porque es moralmente correcto. Es benéfico y es bueno. Versículo 3: “porque esto…” esto
es el orar por la salvación de todos los hombres, “…es bueno.” Esto es bueno para ellos. Es
bueno para ellos, ésa es la idea. Es benéfico para ellos. Es excelente para ellos. Los lleva al
conocimiento de Dios. Los lleva, por la gracia de Dios, en respuesta a nuestras oraciones, a
la salvación. Ninguno de nosotros estará en desacuerdo con eso. Todos estamos de
acuerdo en que la salvación será de gran beneficio para cualquier hombre o cualquier
mujer. Todos estaríamos de acuerdo con que sería excelente que cualquiera conociera al
Señor Jesucristo. Y eso es precisamente el punto. Es bueno, es benéfico.
En segundo lugar vimos la última vez, debemos orar por los perdidos porque es coherente
con la voluntad de Dios. El versículo 3 dice que es agradable, esto es Dios lo recibe con
deleite. Lo aplaude. Le da la bienvenida a esto. “Porque Él es Dios nuestro Salvador el cual
quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.” Él
quiere a todos los hombres salvos del pecado, rescatados del juicio; y quiere que todos
vengan al conocimiento de la verdad salvadora del Evangelio de Jesucristo. Entonces, Dios
recibe con gusto esto porque esto refleja Su deseo. Su voluntad es que los hombres sean
salvos, que todos los hombres sean salvos. Señalamos que esa voluntad expresada aquí es
el deseo del corazón de Dios. Él desea que los hombres sean salvos. Él desea que todos los
hombres sean salvos.
Ahora, permítame extrapolar un poco a partir de ahí porque sé que hay personas que
cuestionan esa doctrina. Viéndolo desde otro ángulo, todos estaríamos de acuerdo, sin
lugar a dudas, con que Dios no desea que la gente peque. ¿Podríamos estar de acuerdo
con esto? No creemos que Dios desee que la gente haga maldad, que peque, que sea
desobediente, que sea impía, que no le dé a Él gloria. No, todos estamos de acuerdo con
eso. De hecho, el espectro de la teología evangélica estaría de acuerdo con eso.
Deseamos, sabemos que Dios desea que los hombres no pequen. Por ningún momento
promovemos algo diferente de eso. Entonces, para voltear la situación un poco, todos
estaríamos de acuerdo entonces con que Dios desea que todos los hombres sean santos.
Nadie discutiría en contra de esto. Dios desea que todos los hombres sean justos. Dios
desea que todos los hombres sean personas sin pecado. Dios desea que todos los
hombres le den gloria y le den honra y le den respeto. Dios desea que todos los hombres
sean obedientes. Digo, Él les manda a los hombres una y otra y otra vez a que sean
obedientes. Él llama a la justicia. Él llama a la santidad. Él llama a que no pequen. Él llama
a toda persona sobre la faz de la tierra que le dé honra y le dé gloria. Llama a todos los
hombres en todo lugar a que se arrepientan. Nadie discute contra esto. Todos sabemos
que Dios quiere que los hombres sean santos.
Por lo tanto, concluimos que la gente peca a pesar de que Dios no quiere que pequen. Eso
es obvio. La gente es impía aunque Dios no quiere que sean así. La gente no le da gloria a
Dios, aunque Dios no quiere que no le den gloria. Entonces, ¿por qué es algo tan difícil
para algunas personas reconocer que la gente también se va al infierno aunque Dios no
quiere que ellos se vayan al infierno? Dios quiere que todos los hombres sean salvos. Ése
es el deseo de Dios.
Y entonces, recordamos lo que vimos la semana pasada. Debemos orar por todos los
hombres, porque es benéfico para todos los hombres ser salvos. ¿Estaríamos todos de
acuerdo en eso? No es beneficioso ir al infierno sin Cristo. Es beneficioso ser salvo. En
segundo lugar, es coherente con la voluntad santa de Dios, el cual quiere que todos los
hombres sean salvos y conozcan la verdad de Cristo.
Ahora, en tercer lugar; y aquí entramos en un argumento profundo por parte de Pablo, el
tercer elemento en su razón para la oración evangelística es que refleja la naturaleza de
Dios como un Dios. Refleja la naturaleza de Dios como un Dios, observe el versículo 5:
“porque hay un solo Dios o porque Dios es uno.” Sólo hay un Dios. Dios es uno. Digo, en
contraste a la idea popular que usted oye todo el tiempo ‘oh, todo el mundo tiene su dios,
y realmente no importa cuál sea su dios siempre y cuando usted sea sincero. Hay un dios
para los musulmanes y un dios para los budistas y un dios para los judíos, un Dios para los
cristianos y en India hay 50 dioses para todo el mundo. Todo templo tiene su deidad
reinante, su deidad que preside. Y hay millones y millones de deidades e ídolos y dioses
por todo el mundo diseñados por los hombres. Pero las Escrituras aquí dicen que eso no
es verdad, como lo dice 1 Corintios 8, un ídolo es cero, un ídolo es nada. Si usted quiere
pasar toda su vida adorando a nada, ése es su privilegio. Pero eso es necedad. Dios es uno.
Sólo hay un Dios. En Isaías 44:6, Dios lo dijo de la manera más clara que podía ser de dicho
“Yo soy el primero y el postrero; y fuera de Mí no hay nada.” Eso cubre todo.
Y esa es la razón por la que ve en Marcos 12:29 al 31 que dice: “Oye Israel, el Señor tu
Dios uno es y por lo tanto amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, alma, mente y
fuerzas.” ¿Por qué? Puedes entregar todo tu corazón, toda tu mente, toda tu alma, toda
tu fuerza Dios porque realmente no hay nadie más a quien dársela. Sólo hay uno.
Entonces, usted ama a ese Dios con toda la capacidad que tiene de amar y adorar.
Ahora, esta unidad de Dios, el Señor nuestro Dios uno es, el Shemá de Deuteronomio 6 es
la verdad central en todas las Escrituras del Antiguo Testamento en contraste al
politeísmo de las naciones que rodeaban a Israel, muchos dioses, mucho dioses, Israel
presentaba un Dios. Ahora, éste es el punto de Pablo. Sólo hay un Dios. ¿Qué quieres decir
con eso? Lo que él quiere decir es que si hubiera muchos dioses, entonces habría muchos
caminos de salvación, ¿verdad? ¿Y no es eso lo que muchas personas en el mundo
enseñan en la actualidad? ¡Claro! Digo, el mundo dice ‘bueno, hay un dios para estas
personas y estas personas; y mientras que tú seas sincero, estará bien. Todo dios tiene su
camino, todo dios tiene su medio de salvación.’ Entonces, si hay muchos dioses, entonces
hay muchos caminos de salvación. Y si eso es verdad, no hay necesidad de evangelizar,
¿verdad? No necesitas el evangelismo, todo el mundo tiene su propio camino, déjalos en
paz. Van a llegar al mismo lugar. Todo va a salir bien el final.
Pero, Pablo dice ‘debido que hay un solo Dios y un único Dios Salvador, entonces un Dios
está en la misma relación con todos los hombres en referencia a la salvación.’ Si hay un
Dios y ese Dios es el Salvador, y ese Dios quiere que todos los hombres sean salvos,
entonces Él es el Dios de todos, en quien todos deben creer si todos van a ser salvos. Por
lo tanto, debemos orar por todos. Debido a que el Dios de todos los hombres quiere que
todos los hombres sean salvos, la oración por todos los hombres es coherente con Su
naturaleza. El cimiento entonces, amados, de la universalidad del Evangelio se encuentra
en la unidad de Dios. Escuche a Romanos 3 conforme Pablo comienza a delinear el
Evangelio en el versículo 29, él dijo: “¿Acaso Dios es el Dios de los judíos solamente? ¿No
es también de las naciones? Sí, de las naciones también ven que es un Dios.” Sólo hay un
Dios. Por lo tanto, todos los hombres deben venir al mismo Dios, por lo tanto todos los
hombres deben oír de la misma manera y por lo tanto debemos orar por todos los
hombres. Sólo hay un Dios. Y es la unidad de Dios que justifica el espectro universal del
evangelismo.
En 1 Corintios 8:4, hice referencia a esto hace un momento, dice que un ídolo no es nada
en el mundo porque no hay más que un Dios. Y después, versículo 6, no hay más que un
Dios, el Padre, de quien son todas las cosas y nosotros en Él. Sólo hay un Dios. Ahora
escuche, ese Dios, que está en la misma relación con todos los hombres es el único Dios,
es el único Dios Salvador. Si los hombres van a ser salvos, serán salvos por ese único Dios y
van a ser salvos a través de la relación con ese único Dios. Y debido a que un Dios desea
que todos los hombres vengan a la salvación, entonces debemos orar por todos los
hombres. Ninguno, ninguna nación, ningún grupo, ningún grupo religioso, ninguna religión
está fuera de la necesidad de venir al único Dios que puede salvar.
Entonces, debemos orar de manera evangelística porque es beneficioso, porque es
coherente con la voluntad de Dios, refleja la naturaleza de Dios. En cuarto lugar, es
coherente con la persona de Cristo. No sólo con la persona de Dios y su naturaleza, sino
con Cristo. Observe el versículo 5 nuevamente. No sólo hay un Dios, sino que hay un
mediador entre Dios y los hombres y el texto griego dice ‘hombre’, sin artículo, hombre
Cristo Jesús. Una mejor manera de traducir eso para expresar la intención del griego sería
“hay un Dios y un mediador entre Dios y hombre, Cristo Jesús mismo hombre.”
Ahora, aquí encontramos la coherencia con la persona de Cristo. ¿Cuántos mediadores
hay? Uno. Entonces, no podemos decir ‘bueno, hay muchos caminos al cielo’. Como dice
la gente Bahá’í, muchas puertas, usted puede por aquí, por allá, o usted puede seguir a
este líder, o aquel líder, este líder. No, hay sólo uno. Y entonces, regresamos a lo mismo.
Un Dios, un Mediador, un camino de salvación; por lo tanto, oramos por todo el mundo.
Dios quiere que todo el mundo sea salvo; y la única manera en la que pueden ser salvos es
a través de ese Mediador, de ese único mediador a ese único Dios.
En Job capítulo 9 se nos presenta el concepto de un mediador conforme Job clama en
medio de su aflicción. Y él dice en el versículo 32, al quererse comunicar con Dios, que “Él
no es hombre para que yo le pueda responder y podamos reunirnos en juicio.” Él dice ‘no
sé cómo llegar a Dios, Él no es un hombre.’ No nada más me puedo comunicar con Él. No
podemos sentarnos y hacer que esto funcione.
Después, en el versículo 33: “ni tampoco hay mediador entre nosotros.” Él usa la palabra
que se refiere a un árbitro, un mediador. No hay mediador entre nosotros, escuche esto,
que pueda colocar su mano en ambos de nosotros. Y aquí estaba Job en medio de su
aflicción clamando ‘¿dónde está alguien que pueda colocar su mano en Dios y su mano en
mí y nos pueda traer a un punto de unión?’
Bueno, ese clamor es respondido en Cristo, ¿no es cierto? Cristo es ese mesites, el
mediador, esa persona que interviene entre dos con el propósito de restaurar la paz y la
amistad o de ratificar un pacto, hacer una promesa, formar un acuerdo. Y sólo hay un
Mediador. Escuche eso, sólo uno. No hay muchos niveles de deidades por los que usted
tiene que ascender, como probablemente estaban enseñando las personas pro gnósticas
en Éfeso. No hay muchos dioses intermediarios, sub dioses, como los llamaban, eones.
Usted no tiene que atravesar por la veneración de ángeles y usted no va a Dios a través de
la veneración de santos, alguien en santos, alguien en María, sólo hay un Mediador. Sólo
uno y ése es el que coloca Su mano sobre Dios y sobre el hombre y los une. Y ese es Cristo
Jesús, hombre mismo o el mismo hombre. Y la palabra aquí hombre es la palabra
anthropos, de dónde obtenemos la palabra antropología. Es la palabra genérica para
hombre. Aner era la palabra para varón. Y veremos eso más adelante, cuando lleguemos
al versículo 8. Pero aquí está la palabra genérica. Él se volvió hombre. Él fue Dios siempre,
Él se volvió hombre. Él es el Dios hombre perfecto. Y como tal, Él toma a Dios y al hombre,
los une. Y entonces, Cristo Jesús es ese mediador.
En Hebreos 8:6 nos dice que Él es un mediador. Él es un mediador que sobrepasa a todos.
El texto dice que Él ha obtenido un ministerio más excelente. Él es el mediador de un
mejor pacto que fue establecido en mejores promesas. En el capítulo 9 de Hebreos,
versículo 15, dice que Él es el mediador de un nuevo pacto. En el capítulo 12, versículo 24,
nuevamente, el Mediador del nuevo pacto. Entonces, Él es el que toma a Dios y al
hombre, restaura la paz y la amistad, ratifica un pacto, forma un acuerdo y edifica una
relación entre Dios y el hombre. Él ha tomado Su postura entre el Dios ofendido y el
pecador ofensor; y Él ha mediado para unirlos.
¿Cuántos mediadores hay? Sólo uno… Sólo uno que puede unir al hombre y a Dios. Por lo
tanto, escuche con atención, por lo tanto Jesucristo está en relación con todos los
hombres en la misma posición definitiva. Si sólo hay un Dios, Él es el único que puede
salvar. Si sólo hay un mediador, Él es el único que puede llevarlo a ese Dios Salvador. Por
lo tanto, todos los hombres para poder llegar a la salvación deben medir a través de Cristo
a Dios. Y esa es la razón por la que Hechos 4:12 dice: “y en ningún otro hay salvación
porque no hay ningún otro bajo el cielo en que podamos ser salvos.” Sólo hay uno.
Entonces, lo que Pablo está diciendo es “mira, Timoteo, oramos por todos los hombres
porque Dios quiere que todos los hombres sean salvos y Dios es el único que lo puede
hacer y Cristo es el único mediador mediante el cual pueden venir a esa salvación. Todos
los hombres tienen el mismo Dios salvador y al mismo mediador; y de esta manera,
debemos orar por la salvación de todos los hombres porque fuera de Cristo están
condenados eternamente.” ¿Entiende usted esto? Esa es la razón por la que este es un
tema tan serio. Me sorprende con qué prontitud oramos por problemas físicos y cuánto
nos cuesta orar por la salvación. Y los problemas físicos realmente no son lo importante.
En quinto lugar, al ver las razones por las que debemos orar de manera evangelística, no
sólo es coherente con la persona de Cristo, sino que es la intención de la obra expiatoria
de Cristo. Regrese de nuevo el versículo 6. Hablando de Cristo Jesús, quien fue hombre
como también Dios y trajo a Dios y al hombre juntos, dice: “El cual se dio,” esa palabra
está cargada de contenido. Él dio, Juan 10:18, Jesús dijo: “Ninguno me quita la vida, sino
que Yo la pongo de mí mismo.” Voluntariamente. “El cual se dio,” ¿y qué es lo que Él dio?
A sí mismo, no una porción de sí mismo, no algo que Él poseía, no algo que era de Él. No
algo que realmente no necesitaba. Él dio todo. Esa es la totalidad de todo. Cristo Jesús de
manera voluntaria se dio a sí mismo como un rescate por todos.
Ahora, la palabra rescate aquí está simplemente cargada de significado. No es la palabra
simple para rescate la cual es lutron. Esa es antilutron y hay una preposición huper
conectada con ella en la frase. Y simplemente llena el significado. No es una palabra
simple para rescate en donde alguien es secuestrado, usted va, paga el rescate y lo tiene
de regreso. Es la idea de rescate sustitutivo. Usted se coloca ahí y libera a esa persona por
su propia esclavitud. Es como si un padre recibiera una nota de un hijo secuestrado y la
nota demandaba que él fuera y se convirtiera en la persona secuestrada por la libertad de
su hijo amado. Cristo se vuelve la víctima para que podamos ser liberados. Entonces, es
más que la palabra simple ‘rescate’ la cual significa el precio pagado por la liberación de
un esclavo. Es la idea de un intercambio. Cristo intercambió Su vida por nuestras vidas. Él
murió nuestra muerte. Él cargó nuestro pecado. Él tomó nuestro lugar. Él se entregó a sí
mismo de manera total como un pago sustitutivo por nuestro pecado.
¿Por quién hizo esto? Él fue un rescate por todos. ¿Podría ser tan amable de encerrar eso
en un círculo? Ése es el punto aquí. ¿Cristo murió por unos cuantos? Él murió por todos.
Eso es lo que dice. Y ésa es la idea clave de Pablo. Aquí, por cierto no tiene la intención de
dar un tratado complejo de la teología de la expiación. Él aquí no está tratando de
enfatizar todo lo que podría ser dicho acerca del rescate sustitutivo de Jesucristo. Su
punto aquí es ‘todos’. Lo que él quiere que usted entienda es que Cristo, quien es el
mediador, el único mediador, vino hacer una obra en la cruz a favor del hombre; y Dios,
que proveería un récord rescate para todos los hombres.
Y finalmente, el último elemento en la razón para la oración evangelística… Y podríamos
decir mucho más acerca de lo que ha sido dicho… Pero este último elemento viene en el
versículo 7. Y esto es, debemos orar por todos los hombres para que sean salvos por qué
esto encaja con la comisión divina de Pablo. Y Pablo se mete aquí. Esta es realmente una
afirmación interesante. “Para esto,” ¿para qué?, Para la salvación de todos los hombres,
“para esto, porque Cristo es el mediador, porque Dios es el Salvador, porque Cristo murió
como rescate por todos y lo probó cuando Él vino a su debido tiempo, para esto yo fui
constituido predicador y apóstol.”
En otras palabras, él está diciendo ‘¿qué estoy haciendo si esto no es para todos?’ La
palabra predicador es del verbo kerusso, tiene que ver con un heraldo, un proclamador,
un orador público. En esos días ellos no miraban televisión, no leían libros, no tenían
periódicos. Básicamente, si usted tenía un anuncio, usted iba a la plaza de la ciudad y
usted hacía su anuncio. Era un tiempo de la comunicación caliente. Era un tiempo en el
cual usted verbalizaba. El heraldo iba por todos lados y hacía todos los anuncios que la
gente necesitaba; y la comunicación era abierta, y la gente predicaba de manera abierta y
enseñaba públicamente. Los filósofos hablaban públicamente y las opiniones se
presentaban de manera pública. Y Pablo se convirtió en uno de esos predicadores al aire
libre. Uno de esos heraldos públicos proclamando el Evangelio de Cristo. Y lo que él está
diciendo es esto: ¿por qué fui ordenado por Dios para salir y proclamar públicamente el
Evangelio que si fuera limitado iría en contra de mi llamado mismo? Y después, no sólo fui
llamado a ser un heraldo, sino también un apóstol. Y la palabra ahí tiene referencia a
alguien siendo enviado como mensajero. Aquí estoy, un apóstol a las naciones, aquí estoy,
un mensajero de ciudad en ciudad, de nación en nación, siendo un heraldo público del
Evangelio de Cristo, ¿qué estoy haciendo si esto no se aplica a todo el mundo?
Él dice ‘digo en verdad de Cristo, no miento. Ustedes saben que he sido llamado como un
heraldo para proclamar públicamente. Ustedes saben que he sido llamado como
mensajero para extender la verdad de la gracia salvadora tan lejos como Dios me lo
permita. Como heraldo, hablo públicamente. Como misionero, alcanzo a todos los que
puede alcanzar. Y ustedes saben que esto es la verdad y no estoy mintiendo. Ustedes
saben que éste es mi llamado,’ les está diciendo. ‘Ustedes saben que ésta es mi
ordenación.’ Y puede haber algo de represión en esto que él dice, porque puede haber
algunos en la Iglesia que en cierta manera estarían en contra de la fuerza de sus
conclusiones aquí y el les recuerda que está hablando la verdad.
Y él entonces dice el final del versículo 7 “y maestro de los gentiles en fe,” esto es la fe
contenido y veracidad, la sinceridad del corazón. Yo soy el que enseña con un contenido
correcto y un corazón correcto de sinceridad. Y soy maestro de las naciones. La palabra
“naciones” o gentiles es clave, debería subrayarla. Esa es la idea clave. He sido enviado a
las naciones, las naciones del mundo. Y supuestamente, debo proclamar públicamente a
todas estas personas que Jesús salva y que Cristo es un rescate para todos y llamarlos a la
salvación. ¿Cómo puedo hacer eso si eso no es verdad? Aquí hay un problema, dice él.
Digo, yo he sido ordenado para esto. Al cumplir la gran comisión, Marcos 16:15, de
predicar el Evangelio a toda criatura. Pablo dice con la fe, el contenido y un corazón
sincero, salgo y hablo la verdad.
Y amados, realmente creo que esta es una afirmación poderosa; poderosa de la
responsabilidad de la misión de la Iglesia para el mundo. Somos llamados a las misiones al
mundo. ¿Por qué? Porque es la voluntad de Dios que todos los hombres sean salvos. ¿Por
qué? Porque solo hay un Dios para todos ellos y sólo hay un mediador, quien murió por
todos ellos. Y somos llamados como predicadores y misioneros a alcanzar a todos ellos. ¿Y
cómo llegamos a creer por un momento que estamos diciendo algo que no es verdad si Él
no murió por todos y si Dios no quiere que todos sean salvos? Entonces, debemos decir
eso, pero no podemos, porque sabemos lo que es la Verdad y entonces, es un argumento
poderoso para la proclamación universal del Evangelio salvador de Jesucristo.
Y en conclusión, después de dar todos esos elementos, él nos da finalmente la actitud de
la oración evangelística. ¿Cuál debe ser la actitud? Ahora, quiero que observe con
atención el versículo 8. Hay un ‘pues’, el cual encaja con esto. Y después, hay un cambio
de tema en el versículo 9 con las palabras ‘asimismo’. Ahí es donde cambia el tema. Esa
misma palabra aparece más adelante en el capítulo 3, versículo 8 y en el capítulo 8,
versículo 11 en donde el tema cambia en cada ocasión que aparece esta palabra. Pero el
tema no ha cambiado en el versículo 8. Es un ‘pues’ que depende de en los primeros siete
versículos.
Aquí está la actitud. Aquí llegamos a la aplicación práctica. Muy bien, a todos se nos ha
hecho consciente de que debemos orar a los perdidos. Todos sabemos por qué debemos
hacer eso. Muy bien, por tanto, quiero que todos los hombres oren el todo lugar
levantando manos santas, sin ira ni contienda.
Ahora, esto nos dice la actitud con la que debemos orar. Pero antes de que veamos la
actitud, quiero que vea que dice ‘quiero’. Y él no usa la palabra thelo la cual es la voluntad
de deseo usada ahí atrás en el versículo 4, en donde dice que Dios quiere que todos los
hombres sean salvos. Esa era la voluntad de deseo. Esta es boulomai, la voluntad de
propósito mental. Es casi como yo de mando, yo mando, yo determino que esto debe
pasar o yo presento esto como un absoluto. Pablo ahora está en un modo de mando. Por
lo tanto, debido a lo que acabamos de ver, esta tremenda, tremenda afirmación acerca
del por qué debemos orar por los perdidos, les estoy diciendo que los hombres deben orar
en todo lugar.
Ahora, note si es tan amable en donde dice “hombres,” andros, el plural de aner, el cual es
hombre, no en el sentido genérico, sino hombre en el sentido masculino en contraste a
gune, el cual es femenino. Entonces, él está diciendo los hombres como masculinos, esto
quiere decir que en la vida de la Iglesia, cuando la Iglesia se reúne y es momento de orar
por los perdidos, los hombres deben orar. Ahora, éste es el énfasis. Es usado de manera
muy clara aquí. Esto quiere decir que Pablo escoge sus términos de manera muy
cuidadosa. Quiero que los hombres, o los masculinos oren. Ahora, en la sinagoga judía, en
el tiempo del Antiguo Testamento, sólo se les permitía orar a los hombres. El énfasis aquí
lleva a uno a creer que esto también se infiltró a la Iglesia en términos del liderazgo de la
Iglesia, como sabemos que en las Escrituras les pertenece a los hombres en la adoración
pública.
Y aparentemente esto en Éfeso estaba siendo aprobado por algunas mujeres que estaban
usurpando la función masculina. Descubriremos esto, por cierto, la próxima vez en los
versículos 9 al 15. Y ese va a ser un tema realmente sensible, así que agárrense a su silla
para la próxima semana.
No obstante, es el patrón de Dios para la vida de la Iglesia que los hombres son los que
guían en la adoración pública. Y en esta situación, él está afirmando esto. Él dice demando
de ustedes no sólo un deseo siempre de mi corazón sino que presento esto, boulomai,
como una demanda. Que los hombres oren. Que los hombres oren. El término “en todo
lugar” es muy interesante. Muy interesante. Esa pequeña frase se usa cuatro veces por
Pablo, en todo lugar. Aquí en 1 Corintios 1:2 y 1 Tesalonicenses 1:8, en los cuatro lugares
se refiere a la asamblea oficial de la Iglesia. Y lo que él está diciendo es que cuando la
Iglesia se congrega, se reconoce de manera oficial como una asamblea oficial. Demando
que los hombres sean los que oren. Y la palabra aquí para orar es orar habitualmente.
Debe ser la práctica común que esta oración se lleve a cabo a favor de las personas no
salvas, y que sea llevada por los hombres.
Ahora, no quiero hacer enojar a las mujeres al decir esto. Tengo que decir lo que las
Escrituras dicen. Y vamos a entrar a los aspectos de equilibrio la próxima vez. Pero
necesita saber lo que la Palabra de Dios dice. Y la gente de dice ‘bueno, espere un
momento pastor, Primera de Corintios 11:5 dice que si las mujeres oran y profetizan,
deben hacerlo con su cabeza cubierta en una demostración de modestia y humildad y
sumisión. Por lo tanto, 1 Corintios 11:5 indica que las mujeres pueden predicar o
proclamar y pueden orar, ¿no es así? La respuesta es sí. Primera de Corintios 11 dice que
una mujer debe hacerlo, si profetiza o proclama la verdad de Dios, si ora, debe hacerlo en
una función de sumisión siendo manifiesta. Y cuando una mujer ora o profetiza en esa
cultura corintia, con su cabeza descubierta, en cierta manera mostraba o desplegaba su
libertad, viola el estándar de Dios. Ahora, sí estoy de acuerdo con eso. ¿Cómo podría
usted no estar de acuerdo con eso?, está en las Escrituras. El punto que tiene que
reconocer es que 1 Corintios 11, conforme usted avanza unos cuantos capítulos, usted
llega a 1 Corintios 14; y en 1 Corintios 14, en el versículo 35, dice “las mujeres guarden
silencio en las iglesias.” Lo único que tiene que hacer es comparar los dos: las mujeres
pueden orar y las mujeres pueden proclamar la Palabra pero no en la asamblea
apropiadamente constituida de la Iglesia en su adoración oficial cuando se congrega. Eso
es obvio y eso se confirma aquí en el versículo 11: “La mujer aprenda en silencio, en toda
sujeción porque no permito a la mujer enseñar o ejercer autoridad sobre los hombres,
sino estar en silencio.” ¿Todo el tiempo? ¿Veinticuatro horas al día? ¡Claro que no! Por
supuesto que no.
Lo que él está diciendo aquí es cuando la Iglesia se congrega en su adoración constituida
de manera apropiada. Y la pequeña frase clave es esa pequeña frase “en todo lugar.” El
punto es que cuando la Iglesia se congrega bajo el liderazgo de los hombres, lo cual es
obvio, él describe los requisitos de esos líderes en el capítulo 3; y no pueden ser nadie más
que hombres. Y entonces, veremos a los hombres que son los líderes. Y él dice cuando se
congregan para la asamblea, estos son los hombres que se levantan a orar en la Iglesia.
Usted preguntará ‘bueno, ¿cuándo puede proclamar una mujer?’ Una mujer puede
proclamar la Palabra de Dios con sus amigas. Ella puede proclamarla como los dicen los
Salmos, una gran multitud son las mujeres que publican las buenas nuevas. Puede enseñar
en muchos, muchos ambientes. Pero no en la asamblea de congregación oficial de la
Iglesia, cuando se congrega en todo lugar con el propósito de adorar y enseñar y liderar.
Eso lo deben guiar los hombres. Deben ser los líderes. Y eso es que las Escrituras delinean
de manera muy clara. Esa es la razón por la que 1 Corintios 14 dice que las mujeres deben
estar en silencio en las iglesias; y eso se afirma aquí también.
Entonces, cuando la Iglesia se congrega, los hombres deben orar. Y esa es una afirmación
fuerte que se hace aquí. Nunca fue algo que no fue popular, francamente, hasta hace unos
años cuando la Iglesia ha decidido seguir el movimiento de liberación de las mujeres. Y
realmente no hay necesidad para hacer eso. Y por cierto, el hecho de que Dios ha
establecido el liderazgo en la Iglesia y aquellos que deben someterse en la función de
hombres y mujeres no debe amenazar a nadie porque realmente somos espiritualmente
iguales delante de Dios, Gálatas 3:28. Y no sé por qué alguien debe enojarse más acerca
de eso del hecho de que yo he sido llamado por Dios a predicar y el resto de ustedes
hombres ha sido llamado por Dios a escucharme. ¿Acaso eso significa que yo me estoy
elevando a mí mismo y todos ustedes son según ciudadanas de segunda clase y todos
deben demandar que deben predicar igual que yo, de tal manera que diariamente
tengamos a alguien diferente aquí? Claro que nunca pensaríamos en esto. El punto es que
usted tiene autoridad y sumisión en todas las dimensiones de la vida y el hecho de que las
mujeres se estén revelando en contra de esto refleja la naturaleza no bíblica nuestra
sociedad. Y es algo triste cuando la Iglesia se halla a sí misma en medio de este
movimiento o este tipo de caos. Las mujeres que pueden orar y guiar a personas en el
entendimiento de la Palabra de Dios en un estudio bíblico, en casa, en un grupo de
oración, en un grupo de comunión, en una situación de clase en donde no adoptan una
función de autoridad sobre un hombre, pueden encontrar el cumplimiento que Dios
quiere que tengan conforme guían a otras mujeres, conforme guían a niños, conforme
comparten en oración con hombres en un grupo de comunión o lo que sea.
El miércoles por la noche pasado, nos reunimos en grupos pequeños y oramos juntos,
hombres y mujeres. Disfrutamos de un tiempo maravilloso. Eso no amenaza a nadie.
Compartimos cosas a partir de la Palabra de Dios juntos. Pero cuando la Iglesia se reúne
en su congregación oficial, los hombres vienen a guiar en oración para orar por los
perdidos. Y quiero que usted sepa que estoy comprometido en mi corazón con que
cuando nos reunamos, los hombres van a venir a orar por los perdidos, como yo lo hice
esta mañana, como lo hicimos en el primer servicio, como lo haremos en esta noche,
otros de nuestros hombres van a venir a orar por la salvación de cierta nación de personas
en el mundo.
Ahora, quiero que observe la actitud; y vamos a concluir brevemente. La actitud con la
que usted ora, levantando manos santas, sin ira ni contienda. Ahora, ¿qué significa esto?
¿Qué significa? ¿Con las manos en el aire? He visto todo eso.
¿Sabe una cosa?, es sorprendente, esto dice levantando manos santas. Es correcto. ¿Sabe
usted la pregunta que siempre le quiero hacer a esas personas? Si yo tomo 50 manos y
simplemente las meto por una cortina, ¿podría usted escoger a las manos santas? ¿Sabe
usted cómo se ven las manos santas? No está hablando de manos físicas. ¿Qué es una
mano santa? En ese entonces era la costumbre para los judíos volver sus manos conforme
oraban, inclusive en el Antiguo Testamento, puede ver en el Antiguo Testamento, 1 Reyes
8:22; Nehemías 8:6; Salmo 63:4, creo que también Salmo 134:2; Salmo 141:2 y también
Isaías 1:15, usted ve ilustraciones de ellos levantando sus manos al Señor. Las manos son
una cosa y los brazos son otras cosas. Nada malo con eso. Tenemos una postura de
costumbre para la oración, inclinamos nuestras cabezas y cerramos nuestros ojos. Ellos no
hacían eso. Eso es correcto, eso no es bíblico. No sé de dónde vino eso. Probablemente
comenzó, bueno, ciertamente desde la época del Nuevo Testamento y quizás no hace
mucho tiempo atrás. Y está bien, sea cual sea la costumbre, está bien. Realmente, no
importa.
El punto aquí no es que cuando usted ora sus manos tienen que estar en el aire; el punto
aquí es que el que ora debe tener manos santas. ¿Qué significa eso? La mano es la mano
de las actividades de la vida. La mayoría de las cosas en su vida involucra sus manos. Y el
punto es que el que ora, debe ser el tipo de persona que está viviendo una vida santa. Ése
es el punto. No hay algo tal como manos santas en sí mismas. La pureza de manos es
simplemente una manera de expresar la idea de pureza de vida.
Entonces, ¿quieres son los hombres que deben orar? Aquellos que tienen manos limpias.
¿Qué quiere decir eso? ¿Que se las han lavado con jabón? No, las manos limpias en el
sentido de una vida pura y un corazón puro, como dice el Salmo 24. Entonces, las manos
limpias y un corazón puro del Salmo 24; o aquí tiene lo mismo, manos santas y sin ira ni
contienda. La ‘sin ira ni contienda’ se refiere a la actitud interna, no hay enojo, no un
desacuerdo en contra de Dios o los hombres. Ése es un corazón puro con un corazón
amoroso.
Por cierto, la palabra santa aquí no es la palabra hagios, la cual es la palabra normal para
santo, es hosios, lo cual significa lo opuesto de contaminado, no contaminado, no
manchado por la maldad. Entonces, cuando esos hombres se ponen de pie para orar, que
deben orar por los perdidos, deben ser hombres cuyas vidas son santas y hombres cuyos
corazones son puros. Maravilloso… Esa es la actitud… Esa es la actitud.
Bueno, el modelo más grande de la oración evangelística es el Señor Jesucristo. En Isaías
53:12 dice que Él hizo intercesión por los transgresores, ¿no es eso maravilloso? Jesús oró
por los pecadores. ¿Qué oro? Que fueran salvos. ¿Cuándo hizo eso? En la cruz, “Padre,
perdónalos.” ¿Qué quiso decir con eso? Sálvalos, perdónalos, llévalos al arrepentimiento.
Usted preguntará ¿acaso Dios contestó Su oración? ¿Lo hizo? ¿Respondió la oración de
Jesús? En el día de Pentecostés, ¿cuántos fueron salvos? Tres mil… Y en unas cuantas
semanas, cinco mil más. Unos cuantos capítulos… la Iglesia excedía 20,000 personas. ¿La
oración fue respondida? Así fue. Jesús oró por los transgresores. Su oración fue “Padre,
perdónalos,” y el Padre los perdonó en respuesta a la oración de Su Hijo. Él es nuestro
modelo y Él es nuestro modelo.
¿Oramos por los perdidos de ese modo? John Knox oró: “Dame Escocia o muero.” Y la
historia nos dice que pocas veces en todas las épocas del hombre, un solo individuo ha
cambiado de una manera tan impactante a una nación entera como John Knox usado por
Dios para cambiar a Escocia para la salvación de almas. Charles Godel una vez preguntó: ‘si
fuera a abrir su escritorio y sacar su diario personal, ¿estaría ahí el registro de alguna
noche de angustia y oración por los hombres perdidos como se hallaron en el diario del
Hijo de Dios?’ Fin de la cita.
Y David Brainerd, ese maravilloso misionero a los indios, ahí en el río Delaware, quien
murió tan joven, una vez escribió, y cito: “no me importa en dónde vivo o qué dificultades
enfrento, siempre y cuando pueda ganar almas para Cristo. Mientras que duermo, sueño
en esas cosas. Y tan pronto como despierto, lo primero en lo que pienso es en esta gran
obra y todo mi deseo es la conversión de pecadores. Y toda mi esperanza para ello está en
Dios.” Fin de la cita.
George Whitfield clamó: “Oh Señor, dame almas o quítame mi alma.”
¿Es esa nuestra actitud? Ahí es donde comienza el evangelismo, amados. Comienza en su
vida de oración y en la vida de oración de la Iglesia cuando se congrega para adorar.
Necesitamos hacer un pacto en nuestros propios corazones para orar personalmente y les
hago la promesa de que oraremos públicamente por los perdidos, que Dios se agrade con
nuestra obediencia y la salvación de almas. Oremos juntos.
Gracias, Señor, por esta palabra. ¡Oh, qué ricos somos! Sabemos lo que Tú quieres. Nos lo
has dicho de una manera tan clara. Ahora, Señor, danos la fortaleza de Tu Espíritu para ser
obedientes a lo que Tú has pedido.
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La respuesta generosa de Dios a la valentía en la


oración
Escritura: Lucas 11:11–13

Código: 42–158
John MacArthur
Llegamos ahora a nuestro estudio de la Palabra de Dios para escuchar lo que Dios ha dicho
en las páginas de las Sagradas Escrituras. Lucas, capítulo 11 es nuestro texto y estamos
viendo los versículos 5 al 13. Esta es una porción de las Escrituras que es muy, muy rica y
alentadora.
Una de las cosas que me gustaría que fuera diferente en el mundo es que los servicios de
la iglesia no estuvieran algo así como confinados a los límites de tiempo a los que están en
nuestra cultura. Una de las cosas que disfruto al ir a Rusia o a otros lugares del mundo es
que usted puede predicar durante tanto tiempo como usted quiera y a nadie le importa,
ni nadie se va. No obstante, es una limitación necesaria en nuestra cultura la manera en la
que manejamos nuestra adoración - hablar durante 45, 50, 55 minutos, quizás durante
una hora ocasionalmente - y después, detenernos porque los límites de tiempo nos
fuerzan a proceder al siguiente compromiso.
Y como consecuencia, no siempre puede dar la presentación completa del texto porque
Dios no escribió Su Biblia para ser distribuida en una hora o segmentos de 45 minutos. No
todo se confina a eso. Y debido a que lo más importante no es asegurarse de que el
tiempo está bien sino de que su interpretación es correcta, la riqueza de las Escrituras se
derrama semana tras semana. Y digo eso sólo para disculparme con aquellos de ustedes
que no estuvieron aquí el domingo pasado.
Tuvimos un tiempo maravilloso el domingo pasado al analizar la primera porción de este
texto. Y simplemente, le recomendaría que consiguiera la cinta o el cd que está disponible
en el patio, porque sé que es uno de los pasajes más fascinantes y más maravillosos y
alentadores de las Escrituras que hemos estudiado hasta este punto en el libro de Lucas. Y
vamos a regresar y de hecho, vamos a terminar este texto en esta mañana y va a ser
igualmente una bendición para nosotros.
Permítame leerle el texto comenzando en el versículo 5.
“Les dijo,” hablando de Jesús, “también: ¿Quién de vosotros que tenga un amigo, va a él a
medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío ha venido a mí
de viaje, y no tengo qué ponerle delante; y aquél, respondiendo desde adentro, le dice:
No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo
levantarme y dártelos.
Os digo, que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su
importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite. Y yo os digo: Pedid, y se os dará;
buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que
busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le
dará una piedra? ¿O si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O si le pide
un huevo, le dará un escorpión? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas
a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo
pidan?”
Un pasaje muy sorprendente. Comienza con una rutina muy simple y terrenal, notando un
incidente en una pequeña villa, con un hombre que necesitaba algo de pan para alimentar
a un amigo que vino a la medianoche y termina con teología profunda en el versículo final.
Uno, de hecho, podría pasar mucho tiempo en esto. Estaba pensando en hacer una serie
de 15 semanas simplemente en el versículo 13. ¡Es tan rico!
Ahora, permítame simplemente darle el panorama general de este pasaje y después,
regresaremos a verlo de cerca. El Dios vivo y verdadero, el único Dios, el Dios verdadero,
el Dios de la Biblia, el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo es muy diferente de las
deidades y los dioses fabricados por los hombres y los demonios. Y la diferencia está en Su
naturaleza esencial. Él es amoroso, misericordioso, lleno de gracia, perdonador, accesible,
está disponible y generoso.
Esto hace un contraste directo con todos los dioses de las religiones humanas a lo largo de
la historia cuyos dioses no son nada amorosos, ni misericordiosos, ni llenos de gracia, ni
perdonadores, ni son accesibles, ni están disponibles, ni son generosos. En cierta manera,
están diseñados en la misma línea de los reyes y monarcas y gobernantes típicos. Y si
usted sabe algo de la historia antigua y la historia de los monarcas sabe que básicamente,
normalmente son inaccesibles y no están disponibles. De hecho, en Ester, capítulo 4,
versículo 11, usted tiene una caracterización de un monarca típico. Esto sucedió en el
Imperio Persa. Esto es lo que se dice.
“Todos los siervos del rey, y el pueblo de las provincias del rey, saben que cualquier
hombre o mujer que entra en el patio interior para ver al rey, sin ser llamado, una sola ley
hay respecto a él: ha de morir; salvo aquel a quien el rey extendiere el cetro de oro, el cual
vivirá.” Usted puede entrar a la presencia del rey y podría perder su vida, usted no puede
hacer eso así porque sí.
Ahora, esa es una manera típica en la que funcionaban los monarcas. Usted se acercaba
únicamente cuando era invitado; se acercaba de una manera delicada. Usted podría
haberse acercado de espaldas, leemos en algunos casos, o postrado y con toda certeza en
algunos casos, gateando. Y de manera típica, el rey estaba elevado para a usted le
quedara claro que él estaba muy por encima de usted; y usted, de alguna manera,
estuviera a sus pies. Usted se acercaba con cierto titubeo, con cierta delicadeza; y
ciertamente, no se acercaba con una actitud demandando nada.
Pero nuestro Dios es absolutamente lo opuesto. Él está disponible de manera absoluta,
está accesible de manera total, lleno de gracia, misericordioso, compasivo, amable y usted
puede ir a Su presencia con valentía y pedir lo que usted quiera. Puede ir a Su presencia
en cualquier momento y no interrumpirlo. De hecho, Él desea que usted haga eso.
Pase por un momento a Hebreos 4:16 y aquí hay un versículo que en cierta manera,
vamos a usar como trampolín para nuestra discusión de este texto. Hebreos 4:16 en cierta
manera amarra el principio que aprendemos en este pasaje de Lucas. Y dice esto en el
versículo 16: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar
misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” Y algunas traducciones usan la
palabra ‘acerquémonos pues confiadamente’. Algunas tienen la traducción ‘con valentía’.
Usemos la palabra ‘valentía’, creo que es una representación más genuina del griego.
No es un trono de ley, no es un trono de justicia. No es un trono de juicio, es un trono de
gracia. Entonces, “acerquémonos con valentía al tono de la gracia para alcanzar
misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” Ahora, quiero que vea la palabra
“confiadamente”, parrēsia en el griego, parrēsia. Significa libertad al hablar básicamente.
Significa decir lo que usted quiera decir. Significa ser valiente en lo que usted dice.
Significa ser abierto y franco. Como diríamos, ‘habla de frente y dilo como es’.
Ve a Dios con apertura y franqueza y valentía y confianza y pide lo que quieras del que
está dando gracia y misericordia para ayudar. Esta es una promesa que creo que con
frecuencia es pasada por alto. Se nos dice que vengamos a Dios con valentía para lo que
está en nuestros corazones.
Ahora, lo llevé a ese concepto la última vez. Le mostré algunas oraciones en las Escrituras
en donde la gente de hecho dijo ‘Dios, escúchame. Óyeme. Préstame atención. No te
escondas de mí, tengo esto en mi corazón y te lo estoy trayendo para que lo entiendas y
quiero que actúes, oh Dios, y que escuches y respondas mi oración.’ Y mientras que
ciertamente hay una medida de humildad ahí, también hay un elemento muy fuerte de
confianza y valentía.
Se me acercaron un par de personas la semana pasada y dijeron “¿Sabes una cosa?, nunca
antes habíamos oído eso, ese enfoque. ¿Estás seguro de que realmente es correcto?” Y
entonces, no quise que en cierta manera pensaran que yo inventé eso y pensé que debía
regresar y apoyar esto históricamente.
Y uno de mis héroes es Martin Lloyd Jones; Martin Lloyd Jones. Y esto es lo que Lloyd
Jones dijo, y cito: “Esta valentía santa, esta argumentación, este razonamiento, este
presentarle el caso a Dios, este ruego de sus propias promesas, este es el secreto entero
de la oración.” Fin de la cita. Eso bastante bueno, ¿no es cierto? Él está de acuerdo
conmigo. Él no lo sabe. Él está en el cielo. De hecho, yo estoy de acuerdo con él.
¡Claro!, y para fortalecer eso y para que usted sepa que no es nada nuevo, encontré una
maravillosa cita de Thomas Goodwin, el puritano inglés. Él inclusive va un paso más hacia
adelante. Thomas Goodwin dijo esto, y cito: “Cuando ores, literalmente puedes ir a Dios y
decirle lo que está en tu corazón y reclamar Su promesa. De hecho, tú puedes demandar
que Él sea fiel a Su promesa.” Fin de la cita. Y esto es lo que Thomas Goodwin dice.
“Demándaselo. Demándaselo.” ¡Guau! Y continúa: “No lo dejes solo, moléstalo con Su
propia promesa, dile lo que Él dijo que va a hacer. Cítale las Escrituras,” dice Lloyd Jones. Y
usted sabe, Dios se deleita en oírnos hacerlo como a un padre le gusta ver este elemento
en su propio hijo que obviamente ha estado escuchando lo que su padre ha estado
diciendo que le agrada.
Lloyd Jones continúa diciendo: “El hijo puede ser un poco impertinente. No importa. Al
Padre le gusta a pesar de eso. Y Dios es nuestro Padre y Él nos ama y a Él le gusta oírnos
rogando Sus propias promesas, citando Sus propias palabras a Él y diciendo: ‘A la luz de
esto, ¿puedes Tú refrenarte?’ Deleita el corazón de Dios. Demándalo.” Fin de la cita. Esto
es bastante valiente, ¿no?
Pero simplemente quería que supiera que otras personas han visto esto en las Escrituras.
Esa es la actitud de la oración valiente que va a Dios y dice ‘Tú hiciste la promesa. Tú
dijiste que viniera. Tú dijiste que pidiera lo que está mi corazón. Tú dijiste que fuera
valiente; entonces, aquí estamos.’ Ese tipo de valentía es lo que Jesús está enseñando
aquí en este pasaje maravillosamente rico en Lucas, capítulo 11.
Ahora, como dije la última vez, sabemos que Dios es Santo y sabemos que Él es
Todopoderoso y todo sabio y Él sabe todo. Sabemos que Él es inmutable. Sabemos que
Dios es absolutamente soberano, que está en control completo de toda circunstancia,
todo detalle. Y Él está llevando a cabo Su plan de manera perfecta.
Sabemos eso; y eso lleva a la pregunta ¿por qué oro? Y si Dios va a hacer lo que Él va a
hacer, ¿por qué debo orar? ¿Cómo es que mi oración tendrá algún efecto en eso? Y
ciertamente, simplemente voy a entrar y salir lo más rápido que pueda, y debido a que
Dios va a lo que Él va a hacer de cualquier manera, no quiero molestarlo o interrumpirlo
con mis pequeñas oraciones triviales. ¿Cómo es posible que voy a entender en la función
el papel de mis oraciones?
Y le dije la última vez que a pesar de que Dios ha ordenado los fines, Él también ha
ordenado los medios. Y el fin ha sido fijado y Él usa el medio para alcanzar Su fin. Y uno de
los medios que Él usa para alcanzar Sus fines son nuestras oraciones. Esa es la razón por la
que la oración eficaz del justo puede mucho. Dios determina a quién va a salvar desde
antes de la fundación del mundo. Él elige a algunos para salvación pero Él, aunque escoge
salvarlos -este es el fin - el medio es su fe y su arrepentimiento.
Y Dios ha determinado que seamos conformados a la imagen de Jesucristo, ése es el fin.
Pero el medio es nuestra obediencia. Dios ha determinado edificar Su Iglesia pero el
medio es nuestro servicio y nuestra predicación del Evangelio. Dios ha determinado que Él
unificará a Su Iglesia, el cuerpo de Cristo. El medio es el ejercicio de nuestros dones
espirituales. Dios alcanza Sus fines a través de Sus medios y uno de los medios que Dios
nos ha dado es la oración. Y a medida que oramos, nosotros somos los medios mediante
los cuales Dios alcanza Sus fines.
E inclusive nuestra oración más simple no es insignificante para Dios así como esta
ilustración fue tan simple. Todo lo que el hombre quería eran tres pequeños pedazos de
pan. Lo que parece ser algo trivial, no una necesidad, no una emergencia, no una gran
necesidad. Y eso es exactamente por qué Jesús usó eso como una ilustración. Lo que a
usted podría parecerle algo pequeño considerando la grandeza de Dios y lo vasto que es
Su Reino y Sus propósitos eternos no es algo pequeño en absoluto.
Usted no necesita sentirse apenado cuando usted va a Dios. Usted no necesita sentir que
sus trivialidades no le importan a Él. No necesita considerar eso porque Dios es soberano y
por lo tanto no necesita lo que usted le va a decir, su información. Usted no necesita
considerar eso porque Su decisión divina y sabiduría y poder ya están en su lugar y Él va a
hacer lo que va hacer. Y no necesita pensar que sus oraciones no juegan una parte en eso.
Juegan una parte en eso, tienen un lugar y necesita ir y necesita ir con valentía sea cual
fuere el asunto. Porque como todo lo demás en nuestra experiencia espiritual, los fines de
Dios son alcanzados mediante medios que involucran nuestra voluntad, nuestra
obediencia, nuestro deseo, nuestra fidelidad.
Ahora, la palabra clave en Lucas 11 es la palabra “importunidad” o “persistencia”. A eso
apunta en el versículo 8 cuando dice “Os digo que aunque no se va a levantar y darle algo
porque es su amigo, sin embargo por su persistencia o importunidad él se va a levantar y
darle lo que necesita.” Persistencia o importunidad, como le dije, es una palabra muy
importante. Anaideian, una palabra muy rara, significa importunidad.
Importunidad es diferente de oportunidad. Oportunidad es simplemente una
circunstancia que es favorable para usted. Importunidad es algo que es completamente
diferente. Importunidad es otra palabra para ser grosero o demasiado atrevido. Es una
palabra para desvergonzado. Es una palabra para ser agresivo en extremo. Es una palabra
para, como le dijimos la última vez, tener muchas agallas. Es una palabra para describir,
como usted sabe, el apurarse a meterse en un lugar en donde los ángeles temen pisar, ese
tipo de actitud.
Y Jesús está diciendo aquí que este hombre recibió lo que quiso porque no tuvo
vergüenza. Él se levantó la mitad de la noche y fue allí, molestó a su vecino y
aparentemente no le preocupó que el hombre estuviera dormido - él ya estaba en la cama
con su familia. Él estaba en la mitad de la noche y él va a ir ahí a molestar a toda la familia.
Todo el mundo se va a levantar. El hombre va a tener que darle el pan porque es un deber
social el hacerlo y demás. Esto es algo valiente que hacer. Esto es algo grosero. Esto es
algo que demanda agallas. Levantar a la familia entera a la mitad de la noche por algo tan
simple como tres pedazos de pan.
El Señor aquí nos está enseñando algo acerca de cómo nos acercamos a Él. Él está
llamando en este pasaje a las interrupciones sin vergüenza, valientes, la oración que es
agresiva, que va a Dios cuando podría parecer inoportuno, no ‘entrar y salir’, sino
descargar su corazón entero.
Ahora, la última vez vimos la parábola, versículos 5 al 8. Y no lo leeré de nuevo. El Señor
nos presentó este asunto con una historia que todo el mundo entendería. El punto de la
historia es que cuando usted no tiene pena de pedir, usted recibe lo que pide. Recuerde lo
que dijo Santiago: “no tenéis porque no pedís.” No vacile en pedirle a Dios. En cualquier
medianoche, en cualquier circunstancia, no importa lo pequeño que sea, si usted no lo
tiene es porque usted no pidió por ello.
Sin pena, somos invitados a invadir, a interrumpir y a venir reclamando al decir que
tenemos la invitación y diciendo “Dios, Tú prometiste. Tú dijiste oráramos sin cesar. Tú
dijiste que pidiéramos. Tú dijiste que viniéramos. Entonces, demándame si estoy fuera de
línea. Aquí estoy.” Y entonces, vimos la parábola y fue fascinante ver esta parábola.
Y lo segundo que vimos fue no sólo la parábola sino la aplicación de la parábola en esta
promesa increíble. El segundo punto es promesa, versículos 9 al 10. Y voy a llevarlo ahí
nuevamente. Jesús todavía está hablando. “Y Yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y
hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla;
y al que llama, se le abrirá.”
Esto simplemente va más allá de la imaginación. Les digo “Vengan, vengan a la mitad de la
noche por lo que pueden pensar que es pequeño; vengan y hágame cumplir Mi deber así
como un amigo hizo que otro amigo cumpliera con su obligación social de mostrarle
hospitalidad para darle algo a alguien que tenía una necesidad. Háganme cumplir Mis
promesas. Hágame cumplir Mis responsabilidades. Vengan, pidan, y Yo voy a dar. Busquen
y van a encontrar. Llamen y la puerta se les abrirá.”
Esto es casi demasiado sorprendente como para ser verdad, tan sorprendente que
después de decirlo una vez en el versículo 9, simplemente como para enfrentar con
nuestra incredulidad, Él lo repite en el versículo 10. Esto nuevamente es Dios invitándonos
a venir a Su presencia y después hay una progresión. Usted comienza pidiendo y después
se vuelve más agresivo; y comienza a buscar y finalmente, comienza a golpear, a llamar, a
golpear, a llamar. Su apelación se vuelve más agresiva. ¿Acaso, de alguna manera, esto no
le gusta a Dios? ¿Acaso esto de alguna manera irrita Dios? Al contrario. Usted pide, usted
recibe; usted busca, lo que significa que usted ruega, y encuentra; usted llama, lo cual
significa que se vuelve más intenso, y la puerta a las bendiciones de Dios le serán abiertas
a usted.
Ahora, eso simplemente es repaso. Llegamos a un tercer punto, llamemos a esto el
principio. La parábola tuvo sentido debido a una promesa. La promesa tiene sentido
debido a un principio. Y el principio es un principio bastante simple. Es este el principio:
los padres le hacen bien a sus hijos.
Observe el versículo 11 “¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra?
¿O si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará
un escorpión?” Ahora este es un principio básico. Los padres les dan regalos buenos a sus
hijos. Hablando en términos generales, hablando en términos humanos, los padres se
preocupan por sus hijos.
Él lo está elevando un poco más a partir de la amistad. La respuesta del amigo es ‘no me
molestes. La puerta ha sido cerrada, mis hijos y yo estamos en la cama, no puedo
levantarme y darte nada. Soy tu amigo pero esta amistad no llega tan lejos. Me gusta ser
tu amigo durante el día. No me interesa ser tu amigo a la mitad de la noche.’
La amistad es una cosa y la amistad llega hasta cierto punto. Pero la paternidad es algo
diferente, ¿no es cierto? Esto nuevamente es un patrón típico judío de razonar de lo
menor a lo mayor. Si un amigo va a responder a su valentía, ¿qué hará un padre?
Mis hijos ciertamente no vacilan en pedirme lo que ellos quieren. ¿Los de usted?
Ciertamente nunca han titubeado en pedirle a su madre lo que querían. Y la expectativa es
que si es algo que necesitan y sabemos que lo necesitan, van a recibirlo porque entienden
la relación que tenemos y es de amor y cuidado y responsabilidad y afecto. Y ese es el
punto aquí.
Entonces, Jesús está presentando esta promesa. Pueden pedir, buscar y llamar. Y van a
recibir y van a encontrar y la puerta será abierta; y esto está basado en el hecho de que
están viniendo a un padre. Esta es la analogía. Ese es el principio aquí. Y es muy
interesante cómo lo presenta. Él dice ‘Uno de ustedes padres,’ uno de los discípulos que
estaba escuchando esto dice de regreso en el versículo 1 que les está hablando a los
discípulos. ‘A uno de ustedes, padres, un hijo le pide un pescado. Su hijo tiene hambre. Él
quiere un pescado. Él quiere pescado.” En cierta manera esa era la carne común.
Y entonces, ¿qué le vas a dar? ¿Le vas a dar una serpiente en lugar de un pescado? Digo, si
realmente tiene hambre no te vas a burlar de su hambre y darle una serpiente. Algunos
sugieren que esta es también la palabra para anguila, Yo creo que es mejor verlo como
serpiente. No le vas a dar un animal que podría envenenarlo cuando él quiere alimento, él
quiere ser alimentado, no le vas a dar algo que podría matarlo.
Y después, él da otra analogía simple. “Si él pide un huevo, no le vas a ver un escorpión, ¿o
sí?” ¿Por qué la comparación? Porque los escorpiones tenían una especie de color
amarillento. Hay diferentes razas de diferentes tipos de escorpiones. Pero los
historiadores nos dicen que el tipo de escorpiones en esa época tenía una especie de color
amarillento, no era diferente del color de un huevo y se enrollaban; y cuando se
enrollaban como una pequeña pelota, se veían como un pequeño huevo. Entonces, ahí
había una especie de semejanza para hacer que la analogía funcionara. Él dice ‘si tu hijo
quiere un huevo porque tiene hambre, no le vas a dar un escorpión mortal.’
Ahora, cuando Jesús enseñó esto en otras partes en el Sermón del Monte en Mateo 7:9, Él
añadió una tercera analogía. Él dijo: “Si tu hijo pide pan, no le vas a dar una piedra.’ No te
vas a burlar de la necesidad de tu hijo. Y no le vas a dar algo que no puede comer. No le
vas a dar algo que lo va a matar, ése es el principio. El principio es que los padres cuidan
de sus hijos. Y cuando los hijos vienen y tienen necesidades, el padre satisface las
necesidades.
Y entonces vemos la parábola que ilustra que debemos venir en cualquier momento, sin
importar cuán simple la necesidad sea y ser valiente de manera excesiva en nuestra
petición. La promesa que yace detrás de nuestra venida es que lo que busquemos, si está
dentro del marco de Su voluntad, lo vamos a recibir. Eso se basa en el principio de que
Dios es un Padre.
Ahora, eso nos lleva al punto cuarto y el más importante. Llamémosle la premisa. Y por
premisa quiero decir el meollo, el cimiento sobre el cual la discusión está desarrollada. Y
aquí está, versículo 13: “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a
vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo
pidan?” Ahora somos llevados a la teología. Este versículo es rico.
Hemos visto una parábola y una promesa y un principio y una analogía y ahora, llegamos a
una premisa divina. Ahora llegamos a doctrina bíblica. “Pues si vosotros siendo malos,”
podemos detenernos ahí y enseñar acerca de la depravación del hombre, ¿verdad?
Vosotros sois malos y Él está hablando a Sus discípulos, Sus seguidores, aquellos que lo
aceptaron, que se sometieron a Él, que eran “salvos”. Aquellos que eran Sus hijos pero
todavía eran malos. No es sólo lo que hacemos sino lo que somos que es malo. “Pues si
vosotros siendo malos” – y por cierto la palabra malos es ponēros, ponēros, malo, impío,
sin valor, utilizada en Mateo 5:37 y 6:13 y traducida por muchas traducciones como una
referencia Satanás, “el maligno.” Ustedes comparten la naturaleza esencial que el diablo
posee. “Pues si vosotros, siendo malos,” inclusive aquellos que siguen a Jesucristo todavía
tienen un principio malo de pecado operando en ellos.
Vosotros, siendo malos. No obstante, tienen la imago dei residual, todavía les queda en
ustedes el residuo de la imagen de Dios que fue contaminada en la caída pero todavía está
ahí, porque al nivel del corazón son malos, “engañoso es el corazón más que todas las
cosas y perverso,” Jeremías 17:9; “no hay justo ni aún uno,” Romanos capítulo 3. Somos
malos. “Sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos.” Esa es la imagen residual de Dios.
Cuando usted ve lo que llamamos la ‘leche de la bondad humana’, cuando usted ve a
personas que no conocen a Dios hacer un buen trabajo como padres, amando a sus hijos,
mostrando bondad, dándole a sus hijos lo que necesitan, siendo filántropos; usted está
viendo el residuo de la imagen de Dios tan torcida y tan dañada en la caída, pero todavía
está ahí. Y entonces, Él dice: “si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a
vuestros hijos,” y aquí viene la clave “cuánto más.”
Esta es una manera antigua rabínica de discutir, una manera antigua judía de discutir el
argumento de cuánto más, el enfoque de cuánto más. “¿Cuánto más que ustedes que son
malos, su Padre celestial,” implícito quien no es malo, quien es perfectamente santo,
“dará?” Digo, si ustedes que a nivel de corazón son malos dan buenas dádivas, buenos
regalos a sus hijos, ¿cuánto más su Padre celestial quien es santo dará a Sus hijos? Si
ustedes, que sólo pueden amar de manera imperfecta dan buenas dádivas a sus hijos,
¿cuánto más su Padre celestial quien ama perfectamente le dará a Sus hijos? Si ustedes,
que son limitados en su sabiduría dan a sus hijos lo que ustedes creen que es lo mejor,
¿cuánto más su Padre quien es perfectamente sabio dará lo mejor a Sus hijos?
Todo esto presenta un vacío inmenso en nuestro entendimiento. Usted puede ir a Dios
porque Él es un Padre amoroso. Pero es un Padre amoroso que está muy por encima del
padre más amoroso en este mundo, quien por naturaleza es malo y quien hace su mejor
esfuerzo por dar buenos regalos a partir de un corazón corrupto y caído. ¿Cuánto más su
Padre celestial va a amarlo a usted con un amor perfecto? ¿Cuánto más con sabiduría
perfecta y compasión perfecta y misericordia y gracia perfecta y entendimiento perfecto
de su situación y bondad perfecta le dará a usted?
Entonces cuando usted va a Dios, usted va con valentía y usted va con persistencia y usted
entra corriendo y descarga lo que está en su corazón y primero pide y después comienza a
rogar y después comienza al golpear y sepa esto: que Dios se deleita con eso, se deleita en
eso porque Él, con Su amor perfecto y sabiduría perfecta y poder perfecto y provisión
perfecta puede dar lo mejor a Sus hijos. De hecho, el Salmo 84:11 dice: “Él no retiene
ningún bien de aquellos que caminan rectamente.” Sus hijos. Él no retiene nada.
Entonces, ¿cuánto más su Padre celestial dará que cualquier padre terrenal?
¿Sabe una cosa?, Juan 13:1: “Habiendo amado a los Suyos, los que estaban en el mundo,
los amó eis telos, al máximo nivel, al fin.” Al punto máximo, de manera completa, de
manera ilimitada, total, infinita. Es a partir de ese amor, es a partir de esa sabiduría, es a
partir de esos recursos, que Dios da. Muy diferente que un concepto de un monarca
terrenal o un dios falso.
Pero está este punto interesante aquí. Dice: “¿Cuánto más vuestro Padre celestial dará el
Espíritu Santo a los que se lo pidan?” Eso parece no tener sentido cuando usted lee eso
por primera vez. De hecho, el pasaje paralelo, Mateo 7:11, sólo paralelo en enseñanza,
aunque en una ocasión diferente, escuche Mateo 7:11. Vea si esto no tiene mejor sentido.
“Si vosotros siendo malos,” aquí Jesús enseñó lo mismo en el Sermón del Monte. “Pues si
vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro
Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” Ahora, ese es un buen
paralelo, ¿no es cierto? Ustedes siendo malos saben cómo dar buenos regalos, ¿cuánto
más vuestro Padre celestial dará lo que es bueno a aquellos que Le pidan?
Pero no dice eso aquí. Dice “¿Cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo?”
¿Cómo es que el Espíritu Santo entró aquí? Y leí algunos comentarios hace no mucho
tiempo atrás que dicen que hay una estrechez aquí. En Mateo es aquello que es bueno. Es
amplio, ilimitado. Aquí es el Espíritu Santo. Entonces, Él aquí lo estrecha, lo hace particular
a esto específico.
Cuando leo cosas así, en cierta manera no se oyen bien, no se oye bien que el Señor
hubiera hecho particular Su promesa. Él lo habría hecho tan amplio como fuera posible en
un lugar, cualquier cosa que es buena. Y después, hacerlo particular al Espíritu Santo en
otro lugar. En cierta manera, me siento en el respaldo de mi silla y entro en mi modo de
meditación para tratar de entender lo que realmente está siendo dicho aquí.
El punto entero de esto no es que Dios nos dará de manera particular algunas cosas
prescritas si resulta que le pegamos al blanco. La idea entera es que venimos y pedimos lo
que está en su corazón y entra corriendo a la presencia de Dios cuando quiera - claro, con
una medida de humildad y reverencia; no obstante, aún así, desnudando su corazón,
hablando con valentía, siendo persistente, yendo al extremo por así decirlo y puede
esperar que Dios, quien es generoso, le dará lo que es bueno. Pero ¿cómo es que el
Espíritu Santo encaja aquí?
Permítame explicarlo de una manera simple, ¿muy bien? No dice que usted pide el
Espíritu Santo necesariamente. Dice “dará el Espíritu Santo a los que Le piden.” Cuando
usted le pide a Dios, lo que usted le pide, lo que sea, Dios le da el Espíritu Santo.
Permítanme mostrarle que quiero decir. Usted pide consuelo, Él le dio al Consolador,
¿verdad? Usted pide ayuda, Él le dio al Ayudador. Usted pide verdad, Él le dio al Maestro
de la Verdad. Usted pide poder, Él le dio al Espíritu de poder. Usted pide sabiduría, Él le
dio el Espíritu de sabiduría. Usted pide guía, Él le dio al Guía. Usted pide amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; y Él le dio al Espíritu cuyo
fruto es liberado en su vida.
Como puede ver, ésta es la generosidad de Dios. Usted pide el regalo, Él da al Dador.
Usted pide el efecto, Él da la causa. Usted pide el producto, Él da la fuente. ¿Es esta
generosidad? Él le da a usted conforme a Sus riquezas, no de Sus riquezas. Usted le pide a
Dios, por así decirlo, ir al banco. Usted pide algo de dinero, Él le da el banco. Ése es el
punto. ‘Simplemente, te voy a dar el Espíritu Santo y de esta manera lo tienes todo,
porque a partir del Espíritu Santo viene el poder.’
A partir del Espíritu Santo viene la unción que te enseña todas las cosas. Del Espíritu Santo
vienen los dones, del Espíritu Santo vienen los frutos, del Espíritu Santo viene la dirección
y la guía. De la obra del Espíritu Santo viene todo. Del Espíritu Santo viene la intercesión a
tu favor para que todas las cosas sean para tu bien. ‘Simplemente, te voy a dar el Espíritu.’
¿Hablas de generosidad? Quizás puedes ir a Dios y puedes decirle ‘Señor, necesito
consuelo. Señor, necesito algo de poder para poder enfrentar esta circunstancia. Estoy
luchando aquí. Necesito sabiduría.’ Sería bastante grosero suponer, por ejemplo si fueras
un discípulo, o inclusive para nosotros, si pudiéramos colocarnos a nosotros en esa
posición de ir a Dios y decirle ‘Dios, simplemente, no quiero gracia por el momento. No
quiero consuelo por el momento. No quiero guía por el momento. ¿Podrías simplemente
descender y vivir en mí? ¿Harías eso?’ Eso sería bastante valiente, osado, ¿no es cierto?
Digo, es bastante pedirle a un Dios santo que establezca Su residencia en este vaso de
barro, que un Dios santo viva en un humano corrupto. Eso es excedernos, ¿no diría usted
eso? ‘Muy bien, aquí estoy Dios. No quiero tres panes planos de pan. No quiero tres
galletas aquí para mi amigo. Te estoy diciendo, si eres tan amable, ¿podrías por favor
venir, descender y vivir en mí permanentemente?’ ¡Oye! Esa es presunción más allá de la
descripción.
Pero eso es exactamente lo que pasa. Esto es exactamente lo que sucede. ¿Qué tan
generoso es Dios? ¿Qué más puede hacer Él? Esto no es hacerlo particular. Esto es
definición. Él no sólo te da buenas dádivas sino que Él implanta en ti de manera
permanente la fuente de cada una de ellas. ‘Vosotros sois,’ 1 Corintios 6:19–20, ‘el templo
del Espíritu Santo.’ Eres templo del Espíritu Santo. Entonces, es sólo un tema de ser
fortalecido por Su Espíritu en el hombre interior, ¿verdad?
Y luego en Efesios 3:20 dice: “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho
más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en
nosotros.” Dios dice, de hecho, tienen tantas necesidades, necesitan tanto poder, tanta
sabiduría, tanta guía, tanta ayuda, simplemente voy a colocar Mi Espíritu en ellos y de esta
manera van a tener al dador y a la fuente y a la causa.
Digo, la generosidad de esto es absolutamente asombrosa. Darnos el Espíritu Santo
específicamente no es algo menos que buenas dádivas, es algo más que buenas cosas. El
Señor está dando un paso más hacia adelante. Él dice ‘Te voy a dar lo que es bueno.’ Y
ahora, Él dice ‘Te voy a dar al bueno, al tercer miembro de la Trinidad, el Dios de dioses,
Dios el Espíritu para que venga y viva en tu vida.’
Ahora, esos discípulos sabían del Espíritu Santo. Los judíos sabían del Espíritu Santo, de
hecho podían decir esa frase y en el credo de los apóstoles “creo en el Espíritu Santo.”
Leyeron Génesis y fue el Espíritu Santo quien se movió las aguas, ¿verdad? Y produjo la
creación. Isaías, capítulo 40 atribuye la creación al Espíritu Santo. Job 33:4, Eliú da
testimonio: “El Espíritu de Dios me ha hecho.” El Espíritu de Dios es el creador. Entonces,
ellos conocían la obra del Espíritu de Dios en la creación.
Ellos también sabían que el Espíritu de Dios vino sobre los jueces en el Antiguo
Testamento y los ayudó en su liderazgo en Israel. Ellos sabían que el Espíritu de Dios vino
en aquellos artesanos que construyeron el tabernáculo y construyeron el templo, que el
Espíritu de Dios vino sobre líderes, el rey David y sobre los profetas como Ezequiel y
Miqueas y Zacarías. Ellos sabían que el Espíritu de Dios vino por motivos de poder y
profecías y para ciertas obras.
Pero ellos también sabían, y esto es realmente importante, ellos también sabían que
cuando el Mesías vino, habría un derramamiento especial del Espíritu Santo. Isaías 61
presenta al Mesías diciendo: “El Espíritu de Jehová está sobre mí porque Él me ha ungido
para predicar el Evangelio a los pobres.” Usted recuerda Lucas 4, Jesús vino y dijo: “Yo he
cumplido eso.” Entonces, ellos sabían que cuando el Mesías viniera, Él sería capacitado
por el Espíritu Santo. Y el Mesías así lo fue.
Él nació de una virgen quien por la capacidad de Su Espíritu concibió. Él fue ungido por el
Espíritu en Su bautismo. Él fue lleno por el Espíritu y fue guiado por el Espíritu en Su
tentación y en Su ministerio. El Espíritu de Dios lo capacitó. Como puede ver, a lo largo del
Evangelio de Lucas, conforme avanza a lo largo de todos esos elementos de la vida de
Jesús, ellos sabían que así debía ser, eso es lo que el Antiguo Testamento dijo, el Mesías
sería ungido por el Espíritu Santo.
Pero también sabían que cuando el Mesías vino, Él traería un Reino que sería dominado
por el Espíritu Santo. ¿Cómo sabían eso? Porque en Joel 2:28–29 dice: “El Espíritu de Dios
vendrá sobre toda la humanidad. Habrá una liberación del Espíritu Santo como nunca
antes ha habido.”
Y usted recordará en el día de Pentecostés, Pedro dice: “Lo que ustedes han visto en el día
de Pentecostés ha sido una probada de lo que Joel dijo. El Espíritu Santo va a venir sobre
toda la humanidad y habrá profecías y visiones y sueños. Eso va a suceder en el Reino
futuro y hubo una probada de ello en el día de Pentecostés.”
Entonces, ellos asociaban al Espíritu Santo con la llegada del Mesías, la vida y ministerio
personales del Mesías, con el Reino del mesías también. Pero hay un tercer un elemento.
Ellos sabían que el Espíritu Santo va a venir en plenitud a los creyentes que eran parte de
ese Reino. ¿Cómo lo sabían? Debido a ese pasaje clave que todos los judíos que conocían
el Antiguo Testamento conocían, Ezequiel capítulo 36, ese maravilloso pasaje del nuevo
pacto el cual Nicodemo también conocida como maestro en Israel.
Esto es lo que el nuevo pacto promete. Rociaré agua limpia en ustedes, seréis limpios. Los
voy a limpiar de toda su inmundicia, todos sus ídolos. Le voy a dar un nuevo corazón, voy a
colocar un nuevo Espíritu dentro de ustedes. Voy a quitar el corazón de piedra de su
carne, darles un corazón de carne. En otras palabras, voy a regenerar de manera total su
alma, su interior.
Y después esto: “Y pondré Mi Espíritu en vosotros y Él hará que ustedes caminen en mis
estatutos y que sean cuidadosos en observar Mis ordenanzas.” Entonces, ellos sabían que
el Espíritu Santo iba a venir y venía a ellos para capacitarlos para caminar en obediencia a
la Palabra de Dios. Ellos sabían que esto estaba en la promesa del nuevo pacto. Ellos
sabían lo que Pablo dijo en 2 Corintios 3, que la letra mata y el Espíritu da vida.
Entonces, Jesús entiende que están esperando el Espíritu Santo. Están esperando el
Espíritu Santo. Ellos saben que toda la plenitud vendrá en el Espíritu, que cuando el
Espíritu venga y establezca Su residencia en ellos, ellos obedecerán la ley de Dios,
caminarán en Sus mandamientos. Y entonces Jesús sabe que esto está en sus corazones y
les dice: “Si ustedes, siendo malos, saben dar buenas dádivas a sus hijos, cuanto más su
Padre celestial quien es perfecto y perfectamente bueno les dará porque ustedes quieren
más y lo que ustedes quieren más es el Espíritu Santo porque el tenerlo a Él no sólo tienen
la provisión sino que tiene la fuente, ¿verdad?
Y se acuerdan que Jesús les dijo en Juan 14 a los discípulos: “Él ha estado con ustedes,”
hablando del Espíritu, “pero ahora estará en ustedes.” Una nueva plenitud. Y Jesús dijo en
Juan 7 que “cuando el Espíritu de Dios venga en ustedes, de vuestra alma fluirán ríos de
agua viva.” Se convertirán en una fuente abundante de bendición divina. El Espíritu los va
a guiar a toda la verdad, Él va hacer que se acuerden de las cosas que les he dicho. Él los
va a guiar. Los va a dirigir. Él los va a convencer.
¿Entiende usted que todo lo que le ha sucedido a usted como creyente es producto de la
obra del Espíritu Santo? Y llegamos al punto en el que podríamos entrar en la
neumatología, el estudio del Espíritu. Como pecador, usted fue convencido por el Espíritu,
Juan 16, así es como usted llegó a comprender su pecado. Cuando usted confesó a Jesús
como Señor, cuando usted lo hizo, lo hizo por el Espíritu Santo. Ninguno confiesa a en
Jesús como Señor sino es por el Espíritu Santo, 1 Corintios 12:3. Usted recibió el
conocimiento de la verdad de Dios del Espíritu Santo porque es sólo por el Espíritu que
conoce las cosas de Dios. Primera de Corintios capítulo 2. El hombre natural no las
entiende.
A usted se le dio libertad de la ley del pecado, de la ley de la muerte por el Espíritu Santo.
“Donde está el Espíritu del Señor, Segunda de Corintios 3:17 dice, hay libertad.” Usted fue
sellado para la vida eterna por el Espíritu Santo, Efesios 1. Usted camina en justicia por el
Espíritu, Romanos 8. Usted fue bautizado en el Espíritu, 1 Corintios 12, literalmente
inmerso en Su vida y poder. Usted es habitado por el Espíritu, 1 Corintios 6:19–20. Usted
es lleno del Espíritu, Efesios 5:18. Ustedes dotado por el Espíritu Santo, 1 Corintios 12.
A usted se le dan virtudes piadosas por el Espíritu, el fruto del Espíritu, Gálatas 5. Usted es
capacitado por el Espíritu para el evangelismo, Hechos 1:8. El Espíritu Santo ora
constantemente por usted, Romanos 8, quién gime con gemidos indecibles intercediendo
por usted. Usted es santificado por el Espíritu, 2 Tesalonicenses 2. Usted es conformado a
la imagen de Cristo por el Espíritu de un nivel de gloria al siguiente, más y más como
Cristo, 2 Corintios 3:18. Usted tiene esperanza en el Espíritu, Romanos 8:23. El Espíritu es
el arrabōn, la garantía, el enganche, el anillo de compromiso de su gloria eterna futura.
En resumen, cuando el Señor le dio al Espíritu Santo, le dio todo, absolutamente todo. Por
Su presencia, por Su poder, por Su gracia, somos los poseedores de manera permanente
de todo lo que necesitamos y mucho más que eso. “Él puede hacer mucho más abundante
de lo que podemos pedir o entender.” Usted tiene más recursos en el Espíritu Santo de lo
que puede inclusive imaginarse.
Todo el pasaje es excesivo. Dios le da más al darle al Espíritu Santo de lo que usted jamás
podría llegar a entender. Esa es la razón por la que también la oración de Pablo era que
Dios nos diera el Espíritu de sabiduría y conocimiento para que entendiéramos lo que
tenemos. Y es para aquellos que piden. Usted pide y Él no le da lo que es del Espíritu, Él le
da a usted el Espíritu.
Dios no es como ese vecino, ¿verdad? Quien se molestó y dijo ‘vete’ pero finalmente,
cedió. Él es generoso. Él nos da inclusive más de lo que podemos llegar a imaginarnos
porque no podemos comprender a Dios o a Su poder o a Su sabiduría o a Sus recursos, no
podemos comprender al Espíritu a pesar de que Él vive en nosotros. Esa es la razón por la
que Él puede hacer mucho más abundantemente de lo que podamos pedir o entender. No
deshonre a Dios al dudar de Su generosidad. Vaya a Él en la mitad de su noche y sepa que
usted no lo puede interrumpir. Él se deleita en que usted esté ahí. Y hágalo cumplir Sus
promesas y sea persistente y demande que Él lo escuche y le de lo que es mejor. ¿Le
ayuda esto a ver la oración de una manera diferente? Muy bien.
Esto es tan abrumador para nosotros, Padre. Somos tan indignos, tan inmerecedores. Y sin
embargo, Tú nos has dado mucho más allá de lo que jamás podríamos comprender.
Pedimos una dádiva y nos diste al Dador. Sólo podemos decir “gracias” y vendremos y
rogaremos y oraremos y pediremos y buscaremos y llamaremos porque Tú nos has dicho
que así es como recibimos y encontramos y las puertas serán abiertas para nosotros.
Te amamos y Te damos gracias por ser el generoso que eres, ¡tan magnánimo! Nunca
podríamos ser tan valientes como para pedir que vivieras en nosotros. Y sin embargo, eso
es lo que has hecho. Te damos gracias por eso, y Te damos gracias porque el Espíritu está
ahí para fortalecernos, para enseñarnos, para guiarnos, para confortarnos, para
ayudarnos, para interceder por nosotros y guardamos y sellarnos hasta la gloria eterna.
Por esto Te damos gracias en el nombre de Cristo.
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Dios: Creador y Redentor


Escritura: Ora con valentía

Código: 42–157
John MacArthur
Abra su Biblia en Lucas capítulo 11. Regresamos a Lucas, capítulo 11 y de nuevo, la
enseñanza penetrante y maravillosa del Señor Jesucristo. Lucas 11:5 y en adelante,
llegamos a una pequeña historia conocida y realmente inolvidable que Jesús cuenta aquí.
De hecho, tiene mucho humor en ella y mientras que Jesús no dijo cosas que de hecho son
chistosas o que nos hacen reír, ciertamente vemos una calidez de Su humor en esta
historia porque es tan parecida a la vida.
La historia comienza en Lucas 11:5: “Les dijo también: ¿Quién de vosotros que tenga un
amigo, va a él a medianoche y le dice: ‘Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío
ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante’; y aquél, respondiendo desde
adentro, le dice: ‘No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en
cama; no puedo levantarme, y dártelos.’ Os digo, que aunque no se levante a dárselos por
ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite.
Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo
aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre de
vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si pescado, en lugar de pescado, le
dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si vosotros, siendo
malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial
dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?”
Hombre, lo que comienza como una historia simple, termina siendo bastante teológica,
¿no es cierto? Comienza con lo simple y termina en lo profundo. Un creyente profundo
que ha sido moldeado por las Escrituras y ésa es la única manera en la que usted puede
madurar: entiende la naturaleza de Dios. Su perspectiva de Dios realmente es la marca
distintiva de su madurez espiritual. Entender la naturaleza de Dios es crítico para la
madurez espiritual porque al final usted descansa la realidad de su Dios. El conocimiento
superficial de Dios, un conocimiento superficial de Dios, un conocimiento limitado de Dios
contribuye a un entendimiento limitado y a una fe limitada y a una confianza limitada.
Y entonces, cuando nosotros hablamos de madurez espiritual, estamos realmente
hablando acerca de comprender la naturaleza de Dios. Eso es esencial. Esto es decir que
usted entiende que Dios es eterno, que Él es poderoso, que Él es santo, que Él no cambia,
que Él es omnisciente, que Él es omnipresente, que Él es deliberado en lo que hace, que Él
es soberano, que Él está en control perfecto de todo lo que Él ha creado en todo
momento.
¿Entiende usted que Dios está por encima de todas las contingencias que se llevan a cabo
en el universo creado? Él es trascendente. Él es alto y sublime, majestuoso y exaltado y Él
está llevando a cabo Su obra a la perfección, Su plan para el universo y para la humanidad.
Él tiene todo bajo control en todo momento y Él tiene conocimiento perfecto y está
cumpliendo el plan que Él ordenó desde el principio mismo.
En Job 42:2, leemos estas palabras: “Yo conozco que todo lo puedes, Y que no hay
pensamiento que se esconda de ti.” Ahora, ahí hay un comentario de un hombre maduro.
Yo sé que Tú estás a cargo de todo y que ningún propósito Tuyo jamás puede ser
estorbado. El Salmo 33:11 dice: “El consejo de Jehová permanece para siempre.” Esto
significa que lo que Dios dice es fijado de manera permanente. Nada de lo que Dios dice
jamás cambia porque nunca hay información nueva. Nada necesita ser aclarado, ninguna
circunstancia puede ocurrir de la cual Dios no conoce o sabe ni conocía cuando Él hizo esa
declaración.
Esa es la razón por la que el Salmo 33:11 también dice: “Los planes de Su corazón son
fijados de una generación a otra.” De generación en generación, los planes del corazón de
Dios permanecen firmes. Nada cambia porque no hay más información, no hay
contingencia ni circunstancia de la cual Dios no supiera, nada cambia. Él cumple Su plan de
manera perfecta hasta el final.
En Proverbios 19:21 leemos: “Muchos son los planes del corazón del hombre pero el
consejo de Jehová permanecerá.” Nosotros cambiamos nuestros planes todo el tiempo
porque tenemos nueva información, porque las circunstancias cambian. Dios nunca
cambia nada. Su consejo está fijo.
En Isaías 14:24: “Jehová de los ejércitos juró diciendo: Ciertamente se hará de la manera
que lo he pensado, y será confirmado como lo he determinado.” Todas estas
declaraciones acerca de que permanecerá tienen que ver con Dios fijando un propósito
que nunca cambia. Yo quise que así fuera y así sucede. Lo planeé y así es y será.
En Isaías 46, un pasaje un poco más prolongado, todo esto en cierta manera se une en
términos muy claros. Isaías 46:8. “Acordaos de esto, y tened vergüenza; volved en
vosotros, prevaricadores. Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos;
porque Yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a Mí, que anuncio lo por
venir desde el principio.” Nosotros no podemos hacer eso. Nosotros no sabemos el fin
desde el principio. No podemos afirmar el fin. No podemos cumplir el fin desde el
principio. Sólo Dios puede. Esa es la razón por la que Él es Dios. No hay como Él porque no
hay alguien que pueda saber cómo va a terminar antes de que siquiera comience.
“Él anuncia lo por venir desde el principio y desde la antigüedad lo que aún no ha sido
hecho.” Y no es sólo que Él sabe cómo van a suceder. Dice: “Mi consejo permanecerá, y
haré todo lo que quiero.” Desde el principio, Dios determinó el fin, Él planeó el fin y Él
dirige todo, opera todo para llegar a ese fin. Versículo 11, “Yo hablé, y lo haré venir; lo he
pensado, y también lo haré.” Dios nunca altera Su plan y el plan que Él estableció desde el
principio Él se asegura de que se cumpla hasta el final.
Jesús, en el capítulo 1 de Hechos dijo esto en el versículo 7: “No está en vosotros el
conocer los tiempos o las épocas que el Padre ha fijado por Su propia autoridad.” Tiempos
y épocas, ¿qué significa eso? Tiempo cronológico, tiempo de reloj, tiempo calendario y
tiempo de épocas, acontecimientos. Toda la historia cronológica y todos los
acontecimientos que ocurren dentro de la historia están fijados en la autoridad misma de
Dios. Todo está determinado desde el principio hasta el final por los propósitos de Dios.
En el cuarto capítulo del libro de Hechos, leemos el testimonio de esos primeros
creyentes. “Porque verdaderamente,” versículo 27, “se unieron en esta ciudad contra Tu
santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de
Israel,” todos se unieron para matar a Jesús. Pero un versículo 28 dice: “Para hacer cuanto
Tu mano y Tu consejo habían antes determinado que sucediera.” ¡Qué afirmación! ¡Qué
afirmación! Todo lo que fuera que hicieron, fue predestinado por Dios y fue predestinado
por Su propósito.
Ahora, Dios es soberano y Dios es omnipotente. Él conoce el plan y Él tiene el poder para
cumplir el plan. Él tiene el conocimiento perfecto de tal manera que no hay nada que
cambiar en el plan. Él no necesita que nosotros le demos más información y no reacciona
a las circunstancias.
Usted pregunta por qué les estoy diciendo todo esto. Porque todas estas realidades
acerca de Dios llevan a la pregunta de cómo nuestras oraciones importan, ¿no es cierto?
¿Está llegando ahí usted? Usted comenzó diciendo ‘bueno, entiendo, ¿por qué me
molesto por orar? Todo esto parece ahogar mi vida de oración y mis pequeñas peticiones.
Y claro, esa es una de las acusaciones que se han hecho por parte de personas que
rechazan la teología reformada - si usted tiene una perspectiva fuerte de Dios, si usted
tiene la perspectiva bíblica de Dios, simplemente quita el corazón de toda su oración.
Ciertamente, no quiero molestar a Dios, yo no quiero interrumpir a Dios. Digo, Él sabe
dónde va, Él sabe lo que está haciendo, Él no necesita información de mí acerca de nada. Y
si Él no va a cambiar Su plan definitivo y diseño, si se me dice que ore, quizás lo único que
necesito hacer es ciertamente entrar por algo breve y decir ‘bueno, Tú sabes, realmente
lamento mucho molestarte, Dios. Simplemente voy a mantener esto al mínimo. Sé que
estás muy ocupado y que ya tienes todo planeado y sabes adónde va, pero no voy a tardar
mucho.’
La gente me dice eso todo el tiempo. Sé que realmente está muy ocupado y sé que tiene
muchas cosas en su mente, pero si tan sólo puedo tener un minuto. Si la gente cree que
eso es algún tipo de interrupción en mi vida y no tengo idea de lo que viene en el futuro,
cuando pienso en Dios, le diríamos a Dios ‘bueno, es ridículo para mi venir y traer este
pequeño asunto frente a Ti cuando Tú has determinado todo de principio a fin. Aún el
hecho de que yo nací, de que existo, y que yo venga aquí contigo con esta petición era
conocido por Ti desde antes de la fundación del mundo y si todo esto está en el plan,
¿cuál es el punto de todo esto? Bueno, si vengo, me voy apurar y salgo rápido. Quiero
decir, es casi vergonzoso, ¿no es cierto? Lo siento Dios, soy yo de nuevo. Y sé que te
interrumpo mucho con mis pequeñas cosas.
Pero tenemos que recordar que se nos dice que oremos y acabamos de ver eso, ¿no es
cierto? De los versículos 2 al 4 hemos estudiado la oración de los discípulos durante 12
semanas, tres meses. Y todo eso nos estaba enseñando a cómo orar, cómo orar. Y eso fue
repetido a partir de un patrón que Jesús estableció originalmente registrado en Mateo 6
cuando Él estaba ministrando en Galilea ocho meses antes de esto. Esto reiteró la misma
enseñanza.
Pero todavía nos quedamos con esta pregunta de cómo encajan nuestras oraciones y
decimos si tenemos una perspectiva madura de Dios, una perspectiva completa de Dios y
entendemos la naturaleza de Dios, ¿realmente tiene algún tipo de efecto nuestra vida de
oración?
Bueno, permítame darle una ilustración. Regresemos al libro de Nehemías. Nehemías,
capítulo 1. Israel está en cautividad. Dios lo sabe. Y la tierra de Israel, la tierra de Judá, en
particular el Reino de Sur, la ciudad de Jerusalén, está en ruinas. Capítulo 1, versículo 3:
“El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y
afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego.” Dios sabe
todo eso. De hecho, Dios se aseguró de que eso sucediera porque Dios trajo - como usted
recordará - a los babilonios para que fueran sus ejecutores, para traer juicio contra Israel
por la idolatría. Entonces, Dios sabe todo eso.
Pero quiero que todavía usted vea la respuesta de Nehemías, versículo 4: “Cuando oí estas
palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de
los cielos.” No cambió el dolor del corazón, simplemente porque Dios sabía todo esto y
Nehemías sabía que Dios sabía todo esto, no cambió cómo Nehemías se sintió.
Usted dirá “Bueno, quizás él no tenía una muy buena idea. Quizás él realmente no
entendía quién era Dios y se abrumó de manera excesiva y lloró y ayunó y oró y ésta en
duelo y realmente está en una condición muy emotiva aquí. Quizás él simplemente no
sabe que Dios está a cargo. Quizás él realmente es un arminiano suelto flotando ahí en el
Antiguo Testamento.
Pero observe su oración en el versículo 5: “Y dije: Te ruego, oh Jehová, Dios de los cielos,
fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y
guardan Sus mandamientos.” Si, él entendía a Dios. Él entendía que Dios era el Señor
soberano. Él entendió Su grandeza, Su majestad, todos los atributos que expresan esos
términos. Él entendió que tenía un pacto y que Él era fiel a ese pacto. Él entendió Su gracia
y misericordia a aquellos que lo aman y guardan Sus mandamientos. Él entendió todo eso,
pero a pesar de eso, versículo 6: “Esté ahora atento Tu oído y abiertos Tus ojos para oír la
oración de Tu siervo, que hago ahora delante de Ti día y noche, por los hijos de Israel, tus
siervos.”
¿Alguna vez le ha hablado a Dios así? Alguna vez le ha dicho “Dios, escúchame. Te estoy
hablando. Abre Tus ojos y ve mi situación.” No creo que jamás yo le haya dicho eso a Dios.
Y no sólo se lo dijo una vez, él dice ‘estoy orando delante de ti día y noche, ayunando y
orando’, delante del Dios de los cielos a quien él entiende de manera completa. Él
realmente está entrando con fuerza. Él está diciendo Dios, abre Tu oído, abre Tus ojos y ve
la situación.” Esto es bastante atrevido, ¿no es cierto? Es casi vergonzoso.
¿Y sabe una cosa?, en cierta manera entramos a la presencia de Dios y decimos “Tú sabes
Señor, soy yo otra vez. Señor, lo que sea Tu voluntad, por favor, quitemos esto desde el
principio. Ahí es donde estoy. Yo sé que tienes otras cosas que atender, entonces
entiendo sino puedo molestarte con esto.” Ese no es el enfoque de Nehemías. Dios, Tú
sabes. Despierta. Mira. Ve, por favor.
Observe el Salmo 17:1: “Oye, oh Jehová, una causa justa; está atento a mi clamor. Escucha
mi oración.” Estas personas que oraban en el Antiguo Testamento demandaban ser oídos
por Dios. Salmo 27:7- estas son ilustraciones, hay muchas más. Salmo 27:7: “Oye, oh
Jehová, mi voz con que a Ti clamo.” Cuando te estoy hablando, Dios. “Ten misericordia de
mí, y respóndeme.” ¿Alguna vez usted le ha dicho eso de Dios? Te estoy diciendo Dios,
más vale que me escuches y quiero una respuesta. Respóndeme.
El Salmo 55 añade otro componente. “Escucha, oh Dios, mi oración, Y no te escondas de
mi súplica.” No te escondas en ningún lugar. Te estoy hablando. Es sorprendente. “Está
atento, y respóndeme; Clamo en mi oración, y me conmuevo,” te estoy diciendo que las
cosas no están bien, y necesitas escucharme. No quiero que te vayas a esconder algún
lugar. Ponme atención. Se oye como mis hijos me hablan cuando estoy distraído.
El Salmo 102 es otro y de nuevo, estas son muestras que le estoy dando. “Oye mi oración,
oh Jehová. Y deja que mi clamor por ello la llegue a Ti. No escondas Tu rostro de mí en mi
día de aflicción; inclina Tu oído a mi aflicción.” De nuevo, este nuevo tipo de actitud
demandante, casi grosera. Es casi grosera. Es como si alguien se le acercara a usted y le
dijera mírame. Quiero hablar contigo. Veme. No te distraigas. Usted diría ‘bueno, ¡espera
un momento!’.
El Salmo 143 añade otro componente, “Oh Jehová, oye mi oración, escucha mis ruegos;
Respóndeme por Tu verdad, por Tu justicia.” Me encanta esto: “Y no entres en juicio con
Tu siervo.” No quiero discutir. No quiero que te enojes conmigo. Simplemente tranquiliza,
enfría Tu enojo y simplemente escucha. Es una manera sorprendente de hablarle a Dios.
Sorprendente. Me sorprende el denuedo, la valentía.
Cuando yo estaba creciendo como niño, mi abuela solía tener esta pequeña frase. Ya no la
oigo mucho. Mi mamá la copió y continuó con ella. Ella decía: “Bueno, Johnny, eso
demanda muchas agallas.” ¿Alguna vez escuchó a alguien decir eso? “Se necesita muchas
agallas.” No sé de dónde salió eso. Si usted busca “agallas” en el diccionario, no sé cómo
se conectan. Pero mi mamá decía “eso necesitaba mucha fuerza.” Es como si usted se
brincó las trancas, se ha pasado de límite, ha ido demasiado lejos.
Usted preguntará cuál es el punto de hablarle a Dios así. Si usted sabe que Dios es
soberano y sabe que Dios es sabio y todopoderoso y que sabe todo y lo conoce todo y ha
determinado todo desde el principio el fin y todo lo del medio, ¿de qué sirve orar, cuál es
el punto en orar? Y la respuesta es porque Dios no sólo ha ordenado el fin sino que ha
ordenado los medios para llegar al fin y no sé usted, pero yo prefiero ser parte del medio
de Dios que cualquier otra cosa.
Supongo que podría ser alguien pasivo y no importarme si participo o no del medio que
Dios usa para llegar y alcanzar a Su fin. Pero yo prefiero estar involucrado en ser el medio
por el impacto residual - para mi es maravilloso, es Su bondad y bendición en esta vida y
recompensa eterna en la vida venidera. No tiene que ver con cambiar la mente de Dios.
No tiene nada que ver con cambiar los planes de Dios. No tiene que ver con darle
información que Él no tenga. No tiene que ver con cambiar las circunstancias que Él quizás
no hubiera esperado. Simplemente tiene que ver con ser usado por Dios.
El Antiguo Testamento, y le voy a dar una ilustración, el profeta del Antiguo Testamento
dijo que Jesús nacería en Belén. Bueno, ese es el final. Y tenía que ser. Él podía haber
nacido en cualquier lugar o todo el Antiguo Testamento podría haber sido desacreditado.
El profeta habría estado equivocado. ¿Por qué Jesús nació en Belén? Porque César
Augusto, quien no sabía nada acerca de Malaquías o Jesús, determinó que se llevara a
cabo un censo en Israel y que todos tenían que ir a su ciudad natal para registrarse para el
censo, Lucas 2.
Y entonces, José y María tenían que ir a Belén en el momento exacto del censo, el cual fue
exactamente el momento en el que ella dio a luz al bebé. El Mesías nació en Belén. El fin
estaba en el plan de Dios desde el principio como lo expresa el profeta en el Antiguo
Testamento. El medio fue un César ignorante emitiendo un decreto. Dios usa a los medios
como también determina el final.
Y en Hechos, capítulo 2, en donde Pedro está predicando en el día de Pentecostés, él dice:
“Ustedes mataron al hijo de Dios por la voluntad y plan predeterminados y determinados
por Dios.” El medio de nuestra salvación - Dios determinó que Cristo fuera el sacrificio
para nuestra salvación. El medio, soldados romanos; y todas las cosas involucradas en
esto.
Como todo lo demás, mire, Dios determinó su salvación desde antes de la fundación del
mundo. El medio es a través de su fe y arrepentimiento. Usted no será salvo sin la fe.
Usted no será santificado sin obediencia. Y usted no disfrutará de la bondad de Dios en
esta vida sin participar en la oración en el cumplimiento de los propósitos divinos. Usted
no puede pensar en algo más maravilloso que Dios le permita ser un medio para los fines
de Él. Es increíble. No quiero cambiar a Dios.
Permítame decirle, en este momento no quiero cambiar nada. No puedo. Sería ridículo
pensarlo. Pero eso sería suponer que yo tengo una idea mejor y eso es torpeza total. Pero
pesar que Dios me puede usar a mí, siendo totalmente ignorante del futuro, totalmente
inepto para ser un medio mediante el cual Él cumple Sus fines eternos y después no sólo
bendecirme por eso, sino que recompensarme para siempre, va más allá de lo que puedo
imaginarme.
Esa es la razón por la que la Biblia nos dice que oremos. La oración es el medio mediante
el cual la sabiduría infinita de Dios, Su poder infinito, y propósito perfecto son unidos para
cumplir Su voluntad. Usted no puede ser salvo sin creer. Usted no puede ser santificado
sin obedecer. Y usted no puede disfrutar de la bondad de Dios en esta vida sin participar
en Su propósito que se desarrolla a través de sus oraciones y a través de su servicio a Él.
Eso es lo que vamos a ver en esta historia.
Pase al versículo 8. Usted notará en el versículo 8 la palabra “importunidad”. Esa es una
buena palabra. Si usted tiene la oportunidad de buscarla en el diccionario, esto es lo que
usted encuentra. Importunidad es diferente a oportunidad. Todos usamos oportunidad
todo el tiempo porque eso es lo que en cierta manera funciona para nosotros en nuestro
lenguaje diario. Oportunidad es una palabra en el diccionario que dice, significa una
circunstancia favorable para nosotros. Usted ve lo que parece ser una circunstancia
favorable para usted y se aprovecha de ella. Usted entra en esa circunstancia para
aprovechar en esa oportunidad lo que usted cree que está disponible para usted ahí, es
una oportunidad.
Importunidad no es eso en absoluto. Es totalmente diferente. Oportunidad simplemente
significa moverse en una circunstancia favorable. Importunidad es mucho más fuerte. Es
una palabra que tiene una urgencia y una persistencia en ella pero es más grande que la
palabra persistencia. Algunos diccionarios la traducen de esta manera: algo
problemáticamente urgente, excesivamente persistente. Es una palabra ahí, pero inclusive
imparable hasta el punto de ser molesto.
Lo que sucedió aquí es que este hombre finalmente se salió de la cama y le dio al hombre
lo que quería porque era una persona persistente al punto de ser molesta. Él era
persistente de manera excesiva. Él presentaba una urgencia que llego a ser hasta molesta.
Es la palabra en el griego anaideian, es una hapax legomena, esto es sólo es usada una vez
en el Nuevo Testamento, el único lugar en el que aparece. Y realmente lo que significa - y
podría usted verlo en algunos comentarios al margen de algunas versiones - es falta de
vergüenza, alguien que simplemente hace a un lado todo sentido de vergüenza; en un
léxico dijo “valiente”. Atrevido de manera excesiva, otro dijo: falta de vergüenza total.
Alguien que simplemente es grosero y que es valiente, atrevido. Alguien que tiene muchas
agallas. ¿Debemos orar así?
Eso es lo que Jesús nos va a enseñar aquí, a orar así. Y por lo tanto, participar en el medio
mediante el cual Dios cumple Sus fines. Comencemos con la parábola. ¿Muy bien?, vamos
a ver dos puntos el día de hoy. Y va a ser todo; pero eso nunca sucede. Entonces, estoy
viviendo en una ilusión en mi edad avanzada.
Lucas 11:5, Jesús simplemente entra. El tema es oración. Él les acaba de enseñar a cómo
orar, todavía está hablando del mismo tema, probablemente en el mismo lugar, en el
mismo momento. “Les dijo también…” Porque Él sabía que esta pregunta surgiría. Si Dios
tiene Su Reino y Dios tiene Su voluntad y Dios tiene Su propósito y todo esto, hay una
pregunta aquí ¿por qué oramos? Y quizás simplemente oramos, usted sabe, este tipo de
oraciones rápidas, ‘entrar y salir’ sin buscar interrumpir a Dios en absoluto. Y ahora Él
cuenta la historia.
“¿Quién de vosotros que tenga un amigo, va a él a medianoche y le dice: ‘Amigo,
préstame tres panes.’ ” Ahora, la enseñanza de la oración lleva a una pregunta: ¿no
debemos ser algo resistentes o tener algo de vergüenza de molestar a Dios con nuestros
problemas debido que, como usted sabe, Él va a hacer lo que va hacer? Entonces, aquí
está la ilustración. Jesús entra a la vida diaria, muy simple. Una historia inolvidable.
Suponga que tiene un philos, un amigo, alguien por quien usted siente afecto. Significa
vecino, ‘prójimo’.
Ahora en Israel, como en otras partes del mundo en tiempos antiguos y un tercio de los
países del mundo hoy en día, las personas en los lugares donde no tienen mucho
dependen de sus vecinos. Dependen el uno del otro. En cierta manera sobreviven juntos.
Obtienen el suficiente pan para el día, se come el pan del día y acabó. El siguiente día
vuelven a hacer pan. Y quizás pueden tener una provisión de granos y pueden tener una
provisión de aceite como la viuda en el Antiguo Testamento, pero no tienen los
preservantes y entonces, no tienen un almacén de comida. No tienen supermercado al
que pueden ir las 24 horas, no tienen tiendas de alimentos que ciertamente están abiertas
en la noche y no tiene acceso a eso; y entonces, es la batalla por el pan a diario. Y así era.
Y entonces, aquí hay un hombre que tiene un vecino y va a buscarlo a la medianoche. Y
este es el peor momento para una visita. Me molesta cuando la gente viene a verme a la
medianoche. No me importa lo que digan. Ese no es un buen momento en el cual buscar a
alguien. Y por cierto, no había televisión en esos días, entonces no había noches largas de
nada. Cuando venía la oscuridad, básicamente se quedaba despierto un poco de tiempo
con la luz de una vela, después se iba a acostar porque tenía que comenzar a trabajar a las
seis de la mañana. Esa era la hora en la que comenzaba el día de trabajo. Entonces, nadie
estaba despierto a la medianoche.
Y dice aquí que este hombre va la casa de su amigo a la medianoche y le dice -
probablemente su casa estaban una comunidad pequeña - y comienza a gritar su nombre.
“Oye, oye, oye soy yo.” Y él lo está despertando, obviamente. “Amigo, amigo,” siempre es
bueno decir esa palabra cuando acaba de hacer eso. Simplemente para repetir, esperando
que pueda hacerlo sentir con algún sentido de bienestar que usted lo considera como
amigo. Es un saludo considerado si usted acaba de llegar sin ser invitado a medianoche y
se está volviendo una molestia en la vida de alguien. Todavía estoy muy convencido de
que podría ayudar a aplacar la irritación.
“Préstame tres panes.” Ahora, no quiere decir tres panes grandes como los que estamos
acostumbrados a ver. Un pan básicamente era una pieza de pan plano. Él quiere tres
piezas de pan plano lo cual era sería una comida normal mojada quizás en un tipo de
aceite de oliva o quizás con algún tipo de fruta untado, lo que sea, esto era lo suficiente
como para la comida de una noche.
Ahora, esta no es una emergencia. No está diciendo ‘mi esposa está teniendo un bebé’,
‘mi esposa está muriendo’, ‘mi hijo se rompió una pierna’. ‘Tengo un ladrón en la casa’. Él
está a la mitad de la noche y dice ‘quiero estos tres panes’. Y el hombre probablemente
está pensando ‘¿qué está pasando? Me está despertando para comer algo a medianoche.
¡Esto es ridículo!’ De hecho, es un acto muy generoso y abnegado por parte de él porque
él mismo ha sido despertado.
Porque el versículo 6 dice: “Porque un amigo mío ha llegado.” Estoy simplemente
compartiendo el gozo aquí contigo. “Un amigo mío ha llegado de un viaje y no tengo nada
que darle.” La gente con frecuencia viajaba de noche en esa parte cálida del mundo; y su
amigo llegó a medianoche y él tuvo que levantarse recibirlo y atenderlo. Llegó de manera
inesperada.
Por cierto, la hospitalidad era esperada en el mundo antiguo, muy esperada entre el
pueblo judío. Ellos se concentraban en la hospitalidad. Era parte de su deber social, más
una parte de su deber religioso. Parte de su deber con Dios era el cuidar del extraño, ¿no
es cierto? Digo, eso es lo que vemos en el Antiguo Testamento. Ellos sabían lo que tenían
que hacer. Y entonces, este hombre pobre que recibe a su invitado a la medianoche en su
casa tenía algo así como un dilema difícil: puedo ser yo un anfitrión pobre o un vecino
pobre, ¿verdad?
Ser un anfitrión pobre no era una opción porque la hospitalidad estaba en un nivel
elevado de las prioridades en las consideraciones culturales. Y él sabía que su vecino
también lo sabía. Entonces, ambos estaban realmente haciendo lo que era correcto
aunque era un poco incómodo para ambos. Y entonces, dice ‘realmente no es para mí, no
quiero un refrigerio de medianoche. Es un amigo mío que acaba de llegar, me está
visitando de un viaje largo y no tengo nada que darle’. Él obviamente tiene hambre, no ha
comido nada, no hay tiendas, no hay restaurantes, no hay un almacén de comida, nada.
Muy diferente, por cierto, de nuestro mundo, ¿verdad? Cuando usted simplemente
diariamente vive con el pan que tiene.
Y hay una respuesta bastante predecible, versículo 7: “Y aquél, respondiendo desde
adentro, le dice: ‘No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en
cama; no puedo levantarme y dártelos.’ ” Ahora, esto es exactamente lo que usted
esperaría. Usted sabe, sería difícil para mí hacer lo que el hombre hizo. No sé, creo que yo
habría terminado siendo un mal anfitrión.
Patricia le diría, como usted sabe que a mí no me gusta molestar a la gente. Y si yo
estuviera en esta situación y ella estuviera diciendo ‘mira, tienes a este invitado. Ve con el
vecino y consigue comida.’ Yo diría ‘tú ve, yo no quiero ir’. Yo no sé qué es, pero no me
gusta molestar a la gente. Ella diría ‘eso es lo que esperaría que dijeras’. Pero él fue y el
hombre tiene una respuesta predecible ‘no me molestes, deja de causarme problemas,
¿qué estás haciendo? Las puertas ya están cerradas.’ No era una puerta como las que
tenemos que se cierran fácilmente. Algunas veces, las puertas, de hecho, se cerraban
mediante anillos, una combinación de metal y hierro; y quitarlas no era algo simple,
abrirla habría hecho mucho ruido. Y hay una familia entera ahí. Y él dice ‘mis hijos y yo ya
estamos en la cama’. Normalmente la misma cama. Tenían un tapete grande, casas de una
sola habitación, ¿verdad? Casa de una sola habitación. La cocina en una esquina, el
espacio para vivir por aquí y el cuarto en el mismo lugar. Simplemente desenrollaban el
tapete y todo el mundo se acostaba sobre el tapete con algunas almohadas o lo que fuera.
Y entre más frío era, más se acercaban el uno al otro. Así es como mantenían el calor.
Entonces si él se levantaba, todo el mundo se levantaría, todos los niños se levantarían. Y
probablemente ya para este momento la gente que vive al lado ya se despertó porque
están oyendo también la conversación. Todo esto parece muy presuntuoso, muy molesto.
Realmente no es una emergencia seria. Digo, ¿se moriría si esperara hasta el desayuno?
Digo, ¿no estás excediéndote poco en este tema de la hospitalidad? Dile al hombre que se
vaya a acostar. Se le olvidará cuando se quede dormido. Usted sabe, dele un pequeño
discurso. ‘Has estado en un viaje largo. Probablemente estás cansado. Simplemente
acuéstate, te quedarás dormido y te olvidarás.’ El hombre dice ‘no me voy a levantar y
darte nada, esto es demasiado problemático.’
Y después Jesús, brincándose una narración larga, salta al punto de la historia en el
versículo 8. “Os digo, que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo
por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite.” Realmente no hay
sentido en no levantarse porque no se va a ir. Y realmente, ya me despertaste y
despertaste a los niños.
Le digo que va a recibir lo que pide por su falta de vergüenza. Esa es la palabra anaideian,
por su falta de vergüenza, sus agallas, su atrevimiento. El énfasis aquí es en su
atrevimiento. En su valentía. No es tanto en la persistencia y en pedir tanto, si no el
atrevimiento de pedir en un momento tan inoportuno, simplemente se necesitaron
muchas agallas para hacer esto.
Bueno, es una ilustración perfecta. Es una ilustración perfecta de todos nosotros
acercándonos a Dios y diciendo: “sé que es inapropiado interrumpirte porque sé que Tú
estás coordinando todo el universo y tienes todas estas cosas que estás haciendo. Pero yo
sólo necesito que te sientes y me escuches y veas esto y no te distraigas. Tengo algunas
cosas que necesito…” Ahí está, es demasiado.
Pero no es así. El retrato aquí es de denuedo, de atrevimiento, de falta de vergüenza, de
importunidad, cosas que parecen casi raras fuera de lugar para hacer nosotros al ir a la
presencia del Dios del universo. Pero nuestro Señor nos está enseñando cómo ser
invasivos, cómo ser atrevidos en nuestras oraciones. Este hombre no respondió por
motivos de amistad sino por motivos de molestia. Él es un contraste con Dios quien por
cierto en el Antiguo Testamento dice que no ‘se adormecerá ni dormirá nunca’. Entonces,
usted no lo está despertando. Y si este hombre pudo darle a este hombre lo que él quería
no por motivos de amistad sino debido a su atrevimiento sin vergüenza, ¿qué es lo que
Dios hará, el que lo ama a usted de manera perfecta?, ¿qué le dará cuando usted venga a
Su presencia?
Y entonces, la parábola lleva a esta promesa increíble en los versículos 9 y 10. Y esto es
excesivo: “Y Yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.” Esta
no es la opinión de alguien. Ésta es la voz de Dios encarnado hablando. ¿Muy bien? ‘Y Yo
os digo’ - ésta es la voz de autoridad divina absoluta. ¿Que lo que estás diciendo? Él no
dice ‘no se atrevan a venir y tocar en la presencia de Dios demandando cosas.’
Yo esperaría que él dijera eso. Más vale que retrocedan. No sean como ese hombre. No
vengan a interrumpir a Dios. Él conoce su necesidad. Él sabe lo que está pasando. Él no
necesita información de ustedes. Él puede ver lo que hay en su corazón. Él puede ver su
preocupación. Él no dice nada de eso en absoluto. Él dice lo opuesto. Tengan la libertad,
versículo 9. “…Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo
aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.” Es increíble, ¿no
es cierto?
Tres verbos imperativos, presente imperativo. Continúen pidiendo, continúen buscando,
continúen tocando. No titubeen en absoluto. No se preocupen. No vacilen en ser osados.
No se avergüencen. Pidan. Ese es en cierta manera el primer nivel. ‘Pst, pst. Dios, soy yo.’
Busquen. Ese es el segundo nivel. Zēteō significa “esforzarse” o “demandar”. “Dios, te
estoy diciendo, tienes que oírme ahora. Tienes que ver lo que está pasando aquí. No te
distraigas.” Toquen. Ahora estás golpeando las puertas del cielo. No teman pedir y ser
agresivos en su petición y no teman el golpear en la puerta del cielo.
¿Alguna vez ha pensado usted en la oración de esta manera? ¿Simplemente tomando esa
pequeña historia? Es simplemente sorprendente. Santiago dice que ‘no tenéis porque no
pedís’ o pide para consumirlo su propia concupiscencia o pide siendo de noble ánimo,
realmente no creyendo, pide a partir de un corazón desobediente y ha olvidado que Dios
oye las oraciones de aquellos que obedecen Sus mandamientos. ‘¡Oh!,’ dice usted, ‘espere
un momento. ¿Es este un cheque en blanco?’ Por favor, no nada más puede pedir, buscar,
tocar y va a recibir.
Bueno, ¿es este un cheque blanco? No. Ya ha sido aclarado por los versículos 2 al 4, “Así
es como deben orar: “Padre, santificado sea Tu Nombre. Venga Tu Reino. Y después,
añadimos Mateo 6 “Hágase Tu voluntad.” Entonces, es siempre de acuerdo con el Nombre
de Dios, de acuerdo con el Reino de Dios, de acuerdo con la voluntad de Dios que
pedimos. No es un cheque en blanco.
La generosidad de la afirmación en los versículos 9 y 10 es absolutamente sorprendente. Y
debido a que el versículo 9 es tan sorprendente, el versículo 10 repite lo mismo. No es
necesariamente decir lo mismo dos veces, especialmente cuando realmente no cambia
nada. Pero él lo hace debido a que el primer versículo, versículo 9, en cierta manera lo
deja a usted sorprendido. Por favor, Dios dice, puedes comenzar a hablar en voz baja
estando yo del otro lado de la pared, por así decirlo y puedes levantar tu voz y comenzar a
hacer demandas y puedes inclusive golpear a la puerta si quieres y te voy a decir esto.
Cuando tú pidas, encontrarás, cuando tú toques, recibirás lo que desees. Yo voy abrir la
puerta. ¡Qué gran afirmación!
Jeremías 29:12 al 13 y vamos a cerrar con estos dos. Jeremías 29:12 al 13. No se vaya
porque dije esto. Jeremías 29:11, esto es tan bueno. “Porque Yo sé los pensamientos que
tengo acerca de vosotros, dice Jehová.” ¿No es eso bueno? ¡Eso es maravilloso! Eso es
soberanía, ¿no es cierto? “Pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que
esperáis.” Yo conozco, Yo sé lo que tengo preparado para ti. Ahí hay una afirmación del
conocimiento perfecto de Dios, de soberanía perfecta y de que Él está rompiendo Su
propósito.
Pero en el versículo 12, Él dice: “Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a Mí, y Yo os
oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.” En un
sentido, las dos parecen contradecirse. Yo conozco mis planes, están establecidos, fijos,
son buenos. Pero te digo una cosa, ven y ora y te haré parte del medio del cumplimiento
de esos planes cuando me busques con todo tu corazón.
¿Y qué sale de esto? Le voy a decir lo que sale de esto, una experiencia de la bondad de
Dios. Una experiencia de comunión con Dios. Esta es la riqueza de lo que disfrutamos en
esta vida y en la vida venidera, la recompensa eterna de ser participantes dispuestos en
los propósitos de Dios. La próxima vez que ore, sea atrevido. La próxima vez que ore, lo
cual debe ser en todo momento, ‘orad sin cesar’, no tenga vergüenza. La próxima vez que
ore, vaya a la presencia de Dios dispuesto a derramar su corazón. La próxima vez que ore,
pídale a Dios que escuche y vea y que no le dé la espalda a usted y que oiga el clamor de
su corazón. Y conforme usted ora y Dios desarrolla y cumple Su propósito, usted estará
disfrutando la experiencia de haber sido parte de lo que Él cumple; y disfrutará de Su
bondad.
Este concepto, esta gran verdad, esta gran promesa está construida en cierta manera en
un axioma, en un principio obvio y está construido en un cimiento divino. Y veremos esas
dos cosas la próxima vez. Acompáñeme en oración.
Padre, te damos gracias en este día por una generosidad tan increíble. ¿Qué podemos
decir? Simplemente, va más allá de nuestra comprensión. Te damos gracias porque
podemos venir a Tu presencia gloriosa como Nehemías, entendiendo plenamente quién
eres y sin embargo, orando, ayunando, llorando, rogando porque seamos parte del medio
mediante el cual Tú cumples Tus fines. ¡Qué privilegio que podemos disfrutar de una
experiencia así y una bendición de esta magnitud de primera mano tanto ahora como por
siempre! Te damos gracias en el nombre de Cristo.
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Orando en todo tiempo


Escritura: Efesios 6:18–24

Código: 1962
John MacArthur
Esta mañana llegamos al sexto capítulo de Efesios por última vez, porque vamos a
terminar nuestro estudio de este libro maravilloso. Entiendo, como mencioné la semana
pasada, que este es el mensaje 62 o 63 en nuestro estudio de Efesios y pienso de nuevo,
como cuando cierro un libro, que hemos pasado más de un año estudiando este libro, que
realmente no hemos comenzado a llegar a las riquezas y las profundidades que aquí
están; pero Dios realmente ha cambiado nuestras vidas conforme hemos estudiado. Dios
ha hecho algunas cosas maravillosas.
Conforme miro hacia atrás, a los temas del libro de Efesios, probablemente en este libro,
en más de un año, hemos disfrutado el tiempo más emocionante de nuestra Iglesia. Dios
nos ha confrontado en tantas maneras, con tantos pensamientos nuevos; ha hecho
algunas cosas dramáticas en medio de nosotros y realmente ahora no llega a un fin,
porque simplemente tomamos todo lo que hemos aprendido, tomamos todo lo que Dios
ha plantado en nuestros corazones y comenzamos a aplicarlo aquí, conforme
comenzamos a vivir nuestras vidas para Su gloria. Un
Entonces, no dejamos el libro de Efesios. Simplemente, tomamos lo que hemos aprendido
y comenzamos a dejarlo moverse a través de nosotros para la gloria de Dios, conforme
vivimos en este mundo. Pero llegamos en esta mañana a la última sección del libro y
tomaremos esta sección como una unidad esta mañana. Y quiero que escuche conforme
leo los versículos 18 al 24.
“Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con
toda perseverancia y súplica por todos los santos; y por mí, a fin de que al abrir mi boca
me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del Evangelio, por el cual
soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar. Para que
también vosotros sepáis mis asuntos, y lo que hago, todo os lo hará saber Tíquico,
hermano amado y fiel ministro en el Señor, el cual envié a vosotros para esto mismo, para
que sepáis lo tocante a nosotros, y que consuele vuestros corazones. Paz sea a los
hermanos, y amor con fe, de Dios Padre y del Señor Jesucristo. La gracia sea con todos los
que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor inalterable. Amén.”
En el año 1671, nació en Alemania un hombre llamado Johann Burchard Freystein. Él
escribió las siguientes palabras de un himno antiguo, y cito: “levántate alma mía a velar y
orar. De tu sueño, despierta. No estés inconsciente por el día malo o tomado, porque al
enemigo bien lo conocemos. Su cosecha él levanta mientras que el cristiano duerme. Vela
en contra de las trampas del diablo, no sea que se encuentre dormido a ti, porque, de
hecho, él se esfuerza por engañar y cegarte. Satanás ataca como víctima a aquellos que
están durmiendo seguros y no velan. Pero mientras que estás alerta, también ora al Señor
de manera incesante. Él te liberará, Él será tu fortaleza y hará que tu fe incremente. Oh
Señor, bendice en aflicción y que nada me mueva de la voluntad a servirte a Ti.” Fin de la
cita.
Más de 100 años atrás, Charlotte Elliott escribió las palabras de otro himno: “cristiano, no
busques aún el reposo. Despójate de tus sueños de comodidad. Tú estás en medio de
enemigos, vela y ora. Principados y potestades, sin que los veas, están esperando tus
horas en las que no estás alerta. Vela y ora. Vela como si de eso dependiera únicamente
todo el día. Ora para que se te envíe ayuda desde arriba. Vela y ora.”
Estos dos himnos apuntan a la realidad de que la victoria sobre Satanás, la victoria sobre
sus huestes, la victoria en la batalla en la que estamos involucrados, involucra un
compromiso tremendo con la oración. Eso es lo que ambos escritores de los himnos están
diciendo.
Y eso es precisamente lo que el apóstol Pablo está diciendo en el capítulo 6, versículo 18.
Ahora, él ya explicó la batalla en el capítulo 6, versículos 10 al 13. Y él ya ha explicado de
manera muy clara la armadura en los versículos 14 al 17. Y ahora, él trae a la luz el tema
de la oración. El versículo 18, comienza “orando en todo tiempo.”
La oración, entonces, se convierte en el tema de conclusión en la carta a los efesios. No se
menciona como parte de la armadura del cristiano porque es más que eso. La armadura
terminó en el versículo 17 y la oración va por encima de esto. Y además de eso, la oración
está en armonía con eso.
Entonces, el apóstol Pablo no está diciendo además de estas cosas, añadan la oración.
Sino que más bien, entretejido en esto está la oración. Mientras que estamos
poniéndonos el cinto de la veracidad y la coraza de justicia y el calzado del Evangelio de la
paz y el casco de la salvación y la espada del Espíritu, a lo largo de todo esto, estamos
involucrados con esos elementos, el escudo de la fe, al mismo tiempo estamos
involucrados en la oración. Orando en todo tiempo, a lo largo del proceso de armarnos a
nosotros mismos, a lo largo de las demandas de la batalla, a lo largo del proceso de que
esté en el punto máximo de intensidad o más tranquilo en la batalla, estamos
involucrados en la oración. La oración es el aire mismo que respiramos.
Me acuerdo leer acerca del tipo de animal que vive en los lugares oscuros del mar. Ahí en
la profundidad del mar, no es un pez, ni un ave realmente, pero vive ahí y puede quedarse
en la oscuridad por un período de tiempo, pero después tiene que ascender de regreso a
la superficie y volver a inhalar. Y después, regresar de nuevo.
Y así también el creyente, mientras que a lo largo de su vida en todas las vicisitudes y en
todo momento de su vida debe ascender, por así decirlo, al trono de Dios para respirar,
inhalar del aire de la oración. Y después, y únicamente entonces, él puede existir en la
oscuridad del mundo que lo rodea. Y eso es exactamente lo que Pablo está diciendo aquí.
La oración es como nuestra respiración. Le he dicho antes que es como respirar. Usted no
tiene que pensar para respirar porque el aire ejerce presión en pulmones y lo fuerza a
respirar.
Y entonces, como creyentes, no orar es contener su respiración espiritual. Y los
resultados, son siempre malos. Mientras que usted vive la vida cristiana, todo el tiempo
que se pone la armadura, todo el tiempo que usted pelea, está respirando y respirando y
respirando, por así decirlo, en oración. La oración permea todo esto. Pienso en leer El
Progreso del Peregrino y cómo Dios le da al cristiano, en esa maravillosa alegoría, un arma
llamada “toda oración”. Y la instrucción es que cuando todo lo demás falla, esto causará
que usted pueda derrotar a todos los enemigos que enfrenta en el valle de la sombra.
Pero la oración realmente es más de lo que Bunyan ve ahí. Es más que un arma adicional.
Es la atmósfera en la que se lleva a cabo nuestra vida. Toda nuestra pelea y todo el
armarnos a nosotros mismos afecta a todo en ese sentido.
Ahora, el hecho de que concluye en el libro de Efesios es planeado por el Espíritu Santo de
Dios. No es por accidente. Nuestro Señor siempre instó a los hombres a orar en Lucas
18:1. Y Él sabe que, en la batalla, cuando la batalla se dificultad, usted puede desmayar.
Usted puede cansarse. Usted puede darse por vencido. Usted puede abandonar la pelea si
usted no ora.
Realmente, tiene dos alternativas: usted ora o desmaya. No hay término medio. Y
entonces, en la batalla de la cual él acaba de hablar, la oración se vuelve vital. Pero es más
que tan sólo ese contexto. La razón por la que la oración viene aquí es porque encaja con
la conclusión del libro total. La carta entera de Efesios llega a un clímax, a su cúspide y a
un pináculo en este punto. Es como si la oración fuera como un crescendo musical en el
gran libro de alabanza que es el gran libro de Efesios.
Ahora, permítame mostrarle por qué digo eso. Si usted regresa a Efesios, usted
descubrirá, como lo hemos hecho en el tiempo que hemos estudiado, que este libro, más
probablemente que cualquier otro libro en la Biblia entera, presenta los recursos de un
creyente. En mi mente, no veo otro libro que llegue a su nivel de estatura en términos de
la delineación de los recursos que son nuestros al estar en Cristo. Es incomparable en ese
sentido. Es un largo catálogo de todo lo que es nuestro como cristianos. Lo que Pedro dice
en una frase simple, que tenemos todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad, lo
que Colosenses 2 dice en esa simple frase simple, “y vosotros estáis completos en Él,”
realmente es magnificado y llevado a su máxima plenitud en el libro de Efesios.
Toda nuestra totalidad está aquí. Todos nuestros recursos están aquí. Y la clave de eso
está en el capítulo 1, versículo 3: “hemos sido bendecidos con toda bendición espiritual en
los lugares celestiales en Cristo Jesús.” Y después, él pasa a delinearlos durante seis
capítulos. Es un catálogo monumental de todo lo que es nuestro en Cristo. Y nos eleva a
grandes alturas.
Comienza, por así decirlo, en los lugares celestiales. Comenzamos en las glorias y nos
quedamos ahí durante el libro entero hasta que finalmente llegamos al capítulo 6:18. Y
Dios demanda que caigamos sobre nuestras rodillas. Y la oración, entonces, se convierte
en la clave, escuche esto, para apropiarnos de los recursos. Todos están ahí y todos son
nuestros en Cristo. Pero no podemos simplemente flotar en la gloria, por así decirlo.
Tenemos que llegar a la realidad de estar en nuestras rodillas delante de Dios para que
estas cosas puedan ser implementadas en nuestras vidas.
Entonces, el libro comienza en los lugares celestiales y termina en sus rodillas, conforme
Pablo nos llama a orar. Ahora, usted podría pensar que con un libro con recursos tan
tremendos, que la oración no sería tan necesaria. ¿Para qué orar? Por ejemplo, escuche,
según el capítulo 1, versículo 3, somos súper bendecidos. Según el capítulo 1, versículos 4
al 6, somos súper amados. Según el capítulo 1, versículo 7, somos perdonados y
redimidos. Capítulo 1, versículo 8, dice que se nos ha dado sabiduría. Capítulo 1, versículo
11, dice que somos hechos ricos. Capítulo 1, versículo 13 dice que estamos seguros,
estamos sellados con el Espíritu. Capítulo 2, versículos 4 al 6, estamos vivos con nueva
vida. Capítulo 2, versículo 7, somos objetos de gracia externa. Capítulo 2, versículo 10,
somos la obra maestra de Dios.
Nuevamente, capítulo 2, versículo 10 somos llamados a una vida de buenas obras que
Dios hará por medio de nosotros. Capítulo 2, versículos 13 al 18, somos uno con Dios y con
el resto de los cristianos. Capítulo 2, versículo 19, somos miembros de la familia íntima de
Dios. Capítulo 2, versículo 22, somos la habitación misma del Espíritu Santo. Capítulo 3,
versículo 20, somos poderosos más allá de nuestra propia imaginación. Capítulo 3,
versículo 21, podemos glorificar a Dios.
¡Qué definición tan increíble de un ser humano! Es sorprendente lo que Dios ha hecho por
nosotros, más allá de lo que jamás podemos imaginar. Cuando usted pasa de ahí al cuarto
capítulo, continúa. En el capítulo 4, versículo 3, se nos dice que poseemos al Espíritu vivo
de Dios en nosotros. En el capítulo 4, versículos 4 al 6, somos miembros del cuerpo de
Cristo. En el capítulo 4, versículos 11 al 13, hemos recibido dones y hombres dotados para
perfeccionarnos para hacer la obra del ministerio. En el capítulo 4, capítulos versículos 20
al 24, tenemos a Jesucristo para enseñarnos a vivir una vida nueva.
En el capítulo 5, versículos 1 y 2 hemos recibido el amor de Dios para que podamos andar
en amor. En el capítulo 5, versículo 8, hemos recibido la luz misma de Dios para que
vivamos en la luz. En el capítulo 5, versículos 15 al 17, hemos recibido la sabiduría y la
verdad de Dios para que podamos vivir de manera sabia en el mundo. En el capítulo 5,
versículo 18, hemos recibido el poder de la plenitud del Espíritu de Dios. En el capítulo 5,
versículos 21, hasta el capítulo 6, versículo 9, hemos recibido los recursos para hacer que
toda relación humana sea todo lo que Dios siempre quiso que fuera.
Finalmente, en el capítulo 6, versículos 10 al 17, hemos recibido una armadura
invulnerable, invencible, fantástica y poderosa en contra de la cual Satanás es indefenso,
está indefenso, si la usamos, llevándolo a un clímax en la espada del Espíritu, que es el
arma magnifica de la Palabra de Dios que está en la mano de todo creyente.
Ahora, ese es un retrato tremendo, eso es todo lo que es ser un cristiano. Ahora, para
cuando usted tiene todo eso en su cabeza y usted reconoce su posición exaltada en Cristo
y ve los recursos para vivir la vida cristiana de manera eficaz, y usted sabe que no carece
de nada, usted entonces enfrenta un problema de manera inmediata.
Y el problema es lo que usted podría llamar un tipo de doctrina de legalismo. Un problema
que puede ser definido en 1 Corintios 10:12: “así que el que piensa estar firme, mire que
no caiga.” Usted de hecho se convierte en lo que yo podría llamar un ateo espiritual.
En otras palabras, tiene una creencia plena en Dios sólo que no lo necesita a Él. Y supongo
que este sería uno de los peligros más serios en una Iglesia como la nuestra. Estamos tan
bien preparados. Tenemos tanto conocimiento. Tenemos tanta información. Tenemos
tantos recursos. Entendemos nuestra posición. Conocemos nuestros dones. Hemos visto
la bendición de Dios. Hemos tenido tanto éxito y tan poco fracaso.
Entonces, es fácil para nosotros simplemente avanzar y realmente no reconocer a Dios en
absoluto. Podemos caer en un pecado terrible de pensar que tenemos toda capacidad en
nosotros mismos y perder el sentido de dependencia de Dios.
Creo que debemos orar como un hermano oró, que Dios nos dio de suficiente éxito para
conocer que Él está ahí y suficiente fracaso para saber que lo necesitamos de manera
desesperada. Tenemos tantas cosas a nuestro favor en nuestra sociedad, en nuestra
Iglesia, en nuestras vidas. Hemos visto una bendición tan tremenda por parte de Dios, que
es fácil enorgullecernos y reducir todo a cómo hacerlo y a los trucos y programas y
estrategias y los métodos. Lo tenemos todo, lo hemos hecho todo y eso es maravilloso. Y
todo va muy bien.
¿Y sabe una cosa? Quizás nuestro matrimonio va bien, nuestros hijos están bien, todo está
bien en nuestra Iglesia, todo es maravilloso y nos volvemos ateos espirituales.
Simplemente, no dependemos de Dios. Y ese tipo de oración profunda que anhela clamar
a Dios desde nuestros corazones, simplemente no está ahí.
Tenemos algunos queridos amigos, Pedro y Lilian Marevus, con quienes hemos estado
muchas veces cuando están en Estados Unidos, con quienes hemos compartido mucha
comunión rica mientras que estuvimos ministrando en Nicaragua. En la última semana,
con las peleas terribles y matanzas que están sucediendo en Nicaragua, estas queridas
personas han tenido que huir del país, han tenido que tomar lo que pudieron y han tenido
que salir. Tienen una pequeña planta ahí. Y hacían cosméticos. Tenían su propio negocio. Y
el gobierno, claro, demandó que la usara para producir algún tipo de municiones. Y los
rebeldes dijeron que, si lo hacían, los matarían a todos. Y entonces, estaban atrapados. Y
tuvieron que huir por sus vidas. Y dudo seriamente si han tenido mucho problemas en
pensar por algo por qué orar. Perdieron todo. Todo. Su hogar, todo. Tienen que comenzar
desde abajo. Sus hijos están siendo educados en Estados Unidos. Y entiendo que van a
tener que llevarlos a todos de regreso al hogar porque ellos ya no tienen dinero para
apoyarlos. Pero, vamos tan bien algunas veces que perdemos la perspectiva. Y
creo que algunas veces, si la perdemos, Dios puede traer cosas a nuestras vidas para
ayudarnos a recuperarla. Y eso es lo que Pablo está diciendo. Lo tienen todo, pero aun así,
todo depende de Él. Es como un entrenador de fútbol americano. Un jugador de fútbol
americano profesional ha dominado sus técnicas. Para cuando llega a las filas del fútbol
americano profesional, él sabe lo que está haciendo. Él sabe exactamente lo que está
haciendo. Él entiende cómo jugar en su posición. Él entiende el fútbol americano. Él está
entrenado. Él tiene las habilidades y el equipo, el talento, todo.
Y, sin embargo, ese hombre grande, quien ha dominado la profesión en la que está, quien
conoce todo detalle, tiene que escuchar a un pequeño hombre que está al lado de él con
una tabla, diciéndole cada movimiento que tiene que realizar. He oído a algunos de los
hombres de los Dallas Cowboys, que éste es el discurso típico que Tom Landry les da
cuando los Dallas han perdido. Él entra al vestuario y les dice: “caballeros, le dije cómo
ganar el partido. No hicieron lo que yo les dije que hicieran, entonces perdieron.” Y él se
da la vuelta y se va.
Ahora, usted puede tener todo el talento y todos los recursos y todo el entrenamiento y
toda la capacidad innata, pero si usted no hace lo que Dios le manda hacer a usted, usted
pierde. Eso es esencialmente lo que Pablo está diciendo. No crean que debido a que
tienen todos estos recursos y debido a que tienen toda esta historia de Cristo y han
llegado a ser este ser en Cristo, que puede volverse un ateo espiritual y vivir como si no
necesitaran a Dios. No puede ser hecho. La armadura no es mecánica y la armadura no es
mágica. Necesita a Dios. Dios infunde en la armadura y Dios infunde en nuestros recursos
Su poder y Su energía.
Y entonces, ahí existe el peligro latente que los cristianos que tienen un conocimiento de
doctrina y algún tipo de historia de éxito y algún entendimiento bastante eficaz de los
principios espirituales prácticos puede volverse satisfechos y no necesitan una oración
constante, apasionada, que rasga su corazón. Y eso es una tragedia.
Esa es la razón por la que esta epístola comienza en los lugares celestiales y termina en
sus rodillas. Porque todo eso depende de la oración. Quizás, usted ve su vida y dice:
“¿sabes una cosa?, conozco tanto.” Y algunos de ustedes que han salido del seminario ven
su vida y dicen: “conozco tanto pero no veo mucho pasando en mi vida.” Bueno, usted
piensa en la armadura. Usted piensa en los recursos. No son ni mágicos ni mecánicos. No
lo son. Dependen de la oración. El alma del hombre se mueve en la presencia de Dios.
Ahora, eso es lo que Pablo quiere que veamos. Y entonces, veámoslo. Vamos a cubrir
todos estos versículos. Créalo o no. Alguien se me acercó después de que acabé en el
primer servicio y su boca estaba abierta. Dijeron que no pensaban que iba a cubrir tantos
versículos. “Estoy sorprendido.” Pero los vamos a cubrir. Vamos a saltarnos los últimos
cuatro.
En primer lugar, quiero que vea la instrucción general del versículo 18. La instrucción
general, versículo 18, notará que hay cuatro ‘todos’. “Orando en todo tiempo y súplica en
el Espíritu. Y velando en ello con toda oración y súplica por todos los santos.”
Ahora, aquí usted tiene los cuatro ‘todos de la oración’. Cuatro veces, ‘todo’ es enfatizado.
Esto es tan maravilloso. Cada parte se viste de oración. La oración permea todo lo que
somos y todo lo que hacemos. Es el elemento que abarca toda nuestra vida. Esa es la
razón por la que digo que es el aire que respiramos. No hay momento en nuestra vida en
el que no debemos estar orando.
Veamos en primer lugar la frecuencia de la oración. Tomaremos todos estos ‘todos’ uno a
la vez. La frecuencia de la oración, versículo 18. Orando en todo tiempo. ¿Cuándo
debemos orar? En todo tiempo. Ahora, algunos de ustedes han salido de trasfondos en
donde oraban leyendo de un libro de oración o donde usted oraba en algún momento
específico del día. ¿Sabe una cosa? El pueblo judío solía orar en ciertas ocasiones.
Inclusive, en el libro de los Hechos, cuando se reunía la primera Iglesia, ‘se reunían para
las oraciones’, dice. Realmente, esto lo arrastraron de su judaísmo. Los tiempos
establecidos del día para las oraciones.
Pero el Nuevo Testamento, el nuevo pacto y el nacimiento de la Iglesia trajeron una nueva
era. Y esto es que debe haber una característica constante en la oración. No debemos ya
orar en momentos específicos del día. Debemos estar orando en todo tiempo, en toda
ocasión, en todo momento. Jesús nos dio indicación de que esto estaba por venir cuando
dijo en Lucas 21:36: “velad por tanto y orad siempre.” En todo tiempo. Y los apóstoles lo
dijeron en Hechos 6:4.
“Pero nosotros nos entregaremos a la oración.” Nos entregaremos continuamente. No
sólo a esas oraciones pre escritas, sino a toda oración. Se dijo de Cornelio en Hechos 10
que él era un hombre devoto y oraba a Dios siempre. En Romanos 12:12 dice: “continúen
siendo dirigente en la oración.” En Colosenses 4:2, continúen en oración. En Filipenses 4:6,
en toda oración y súplica. Y resumiéndolo, en 1 Tesalonicenses 5:17: “orad sin cesar.”
Segunda de Timoteo 1:3, el apóstol Pablo indicó que él hacía eso. A Timoteo le escribió
“sin cesar, me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día.” Tenemos que orar siempre. En
Hechos 12, encontramos a la Iglesia orando constantemente. Y aunque su oración fue algo
débil en la fe, Dios la respondió de tal manera que hay un patrón de orar en todo tiempo.
Solía preguntarme lo que esto significaba porque mi vida estaba llena de tantas cosas.
Aparentemente, no había manera en la que pudiera orar en todo tiempo. Y obviamente,
usted no puede andar corriendo por todos lados con su pequeña libreta de oración
leyendo oraciones todo el día, ¿verdad? Usted ve a Israel y usted ve a esas personas judías
delante del muro de los lamentos, hora tras hora, repitiendo sus oraciones. Quizás usted
viene de un trasfondo de la Iglesia Católica en donde usted pasa por una serie de cuentas
una y otra y otra y otra vez, momento tras momento, ninguna de esas cosas es lo que
significa ‘orando en todo tiempo’.
No es sólo andar por todos lados repitiendo ciertas fórmulas o repetición vana. Es
simplemente vivir su vida en la conciencia de Dios. Es que su vida entera se levanta a Dios
en comunión y en comunicación. Veo mi propia vida y solía preguntarme “¿cómo puedo
orar en todo tiempo?” Y descubro las pocas veces en mi vida cuando no estoy consciente
de Dios. Todo lo que veo y todo lo que experimento en mi vida simplemente se convierte
en una oración. Esto es, es algo que comparto con mi mejor amigo. Es algo que
instantáneamente se comunica con Dios. Si me veo tentado, inmediatamente esa
tentación se convierte en una oración. “Señor, Tú sabes lo que estoy enfrentando.
Ayúdame en esto”. Si veo algo bueno, mi primer pensamiento es “Dios, Tú eres la fuente
de toda buena dádiva y todo don perfecto. Gracias por eso.” Si veo algo malo, digo: “oh
Dios, que la maldad no reine. Oh Dios, corrígelo.” Si veo a alguien sin Jesucristo y tengo la
oportunidad de conocerlos, mi primera respuesta es: “oh Dios, siempre es tan triste que
no Te conocen. Tráelos a Ti mismo.” Si veo problema, digo “Dios, Tú eres el libertador”.
En otras palabras, la vida se convierte en una oración ascendente. Todos sus
pensamientos, todas sus obras y todas sus circunstancias se vuelven en una causa o punto
de comunicación con Dios. Así es como debemos vivir, ¿se da cuenta?
Eso es lo que significa poner la mira en las cosas de arriba. Eso es lo que significa pensar
en Cristo. Que Su presencia consciente esté en la mente de usted de tal manera que todo
se convierta en una oración. Toda su vida y todos sus pensamientos.
Y creo que realmente ése es el punto entero de la vida cristiana, ¿se da cuenta? Como
puede ver, la razón por la que Dios lo salvó a usted fue para tener comunión. ¿Sabía usted
eso? Él lo salvó para tener comunión. Eso es lo que dice Primera de Juan. “Lo que hemos
visto y oído os lo declaramos.” ¿Por qué declara el Evangelio? Para que tengáis comunión
con nosotros. Y nuestra comunión es con el Padre y con Su Hijo Jesucristo.
Dios lo salvó para tener comunión. Él quiere tener comunión; y no hay una mayor
expresión de comunión que la oración. Esto es cuando usted tiene comunión con Dios. Y si
usted ha sido salvo y no tiene comunión con Él, usted está negándole el propósito para el
cual Él lo salvó a usted. Usted le está negando el propósito para el cual Él lo redimió. Usted
fue salvo para entrar en comunión con Él. Y entonces, debemos orar continuamente.
La palabra de raíz en Colosenses 4:2, continuar en la oración es la raíz kartereō. Significa
ser constante. Ser continuo. Es usado de Moisés cuando dice que él soportó en Hebreos
11:27. El término es usado en su intensidad en Colosenses con una preposición añadida
enfrente del mismo. Significa ser intenso, aguantar ahí en oración constante. La idea no es
sólo algún tipo de orar de vez en cuando al Señor, sino una vida entera de estar luchando,
perseverando, por asuntos profundos.
¿Y sabe una cosa? Es simplemente una manera de vivir cuando su corazón está abierto a
Dios. La oración constante, fuerte, apasionada, persistente, valiente, aferrándose y sin
dejarlo hasta que usted es bendecido.
¿Sabe usted cómo nuestro Señor da dos ilustraciones en Lucas 11 y en Lucas 18? Él habla
en una parte del juez injusto y de la mujer que seguía viniendo y rogando, y rogando y
rogando y finalmente, el juez injusto hizo lo que ella quería. Y el Señor está diciendo que,
si un juez injusto le va a dar algo a una mujer persistente, ¿qué cree usted que Dios le dará
a Sus propios hijos si persisten?
Y más adelante, se acuerda del hombre que toca y toca la puerta; y el hombre dice “esta
tienda está cerrada. Vete a dormir. Estoy en la cama con mi esposa y mis hijos. No voy a
salir.” Y el hombre toca, y toca y finalmente, el otro sale y dice “muy bien, te voy a dar
pan.” Lo que Jesús está diciendo es que el hombre que está durmiendo, que está ya
metido en la cama va a venir y le va a dar pan a alguien que está tocando a su puerta,
¿qué creen que un Padre amoroso le dará a Su hijo que tiene necesidad?
Y el punto en ambas es que siguieron persistiendo y recibieron lo que quisieron. Y Dios
está diciendo que, si eres persistente y fiel en tus oraciones y oras de manera inoportuna,
Él oirá y responderá. Entonces, la vida debe ser un ejercicio constante de oración.
¡Oh amados, pueden conocer tanto y nunca pensar en Dios! En lo único en lo que piensan
es en las cosas que han aprendido. Y el propósito entero de lo que han aprendido es
acercarlos a la presencia de Dios. Veremos más de esto en un minuto.
En primer lugar, entonces, la frecuencia de la oración: en todo tiempo, siempre. Lo que
usted ve en la vida asciende a Dios en una oración porque la comunión está tan abierta.
En segundo lugar, no sólo vemos la frecuencia de la oración, sino que el segundo “todo”
nos muestra la variedad de la oración. “Orando en todo tiempo con toda oración y
súplica.” Toda oración y súplica. La palabra oración. Una palabra simple. De manera
general, simplemente significa peticiones. Proseuchē, oración en general. Conversación. La
palabra súplica, deēsis, significa un específico. Entonces, ahí está el área general de
oración. Oramos de manera más general. Oramos de manera específica.
Pero noten que estamos en toda oración y súplica. Debemos estar orando en todo
tiempo. ¿Qué significa en toda oración y súplica? Simplemente todo tipo de cosas. Eso es
todo. Ahí hay diferentes maneras de orar. Algunas personas creen que la única manera en
la que usted ora es de rodillas. Algunas personas creen que el único modo en el que usted
puede orar es con sus manos levantadas. Otros piensan que deben tener sus manos
dobladas así o de esta manera. Algunas personas creen que tiene que orar a partir de un
libro de oración, usar un libro de oración o se le tienen que decir qué oraciones repetir.
Escuche. Él dice: “oren en todo tiempo con todo tipo de oraciones.”
Y, por cierto, si usted va a estar orando todo el tiempo, usted tiene que tener todo tipo de
oración porque usted nunca estará en la misma posición. Usted puede orar de manera
pública o privada. Usted puede orar de manera verbal o en silencio. Usted puede orar con
un volumen bajo o un volumen alto. De manera deliberada, planeada o espontánea.
Puede haber peticiones o gratitud, confesiones y humillaciones. Alabanza. Usted puede
estar de rodillas, de pie, levantando las manos, postrado. Él simplemente está diciendo
oren todo el tiempo de toda manera.
Y esa es una buena indicación de que él significa simplemente ‘oren a lo largo de la vida
entera’. Algunas veces, bueno, normalmente toda noche me arrodillo y oro con nuestros
hijos. Y nos arrodillamos. Melinda se acuesta. El resto de nosotros nos arrodillamos y
oramos. Después, me voy a la cama algunas veces y estoy acostado y con mi cabeza
simplemente viendo el techo y simplemente oro. Y en la mañana, despierto sin haber
dicho amén.
Oro cuando estoy caminando. Me acuerdo cuando estaba en la universidad y estaba
aprendiendo cómo predicar, solían llevarnos en un auto. Cinco de nosotros nos
amontonábamos en un auto y entrábamos; y nos llevaban a diferentes lugares y ciudades
y estaciones de autobuses para que predicáramos. Y me llevaron ahí a la estación de
Greyhound y decían: “ahí está tu estación. Tú, predica. Regresaremos en dos horas.” Yo
predicaba un sermón y después, tomaba un descanso de 15 minutos e iba a testificar; y
luego, predicaba otro sermón.
Y eso es algo aterrador para un joven. Pero les digo, todavía me aterra. No lo haría ahora,
pero, de cualquier manera, me llevaban ahí y orábamos. Íbamos orando conforme nos
llevaban en el auto. Recuerdo la primera vez que hicimos esto, pensé que era algo
extraño. El hombre que iba manejando iba a orando y él nos cerraba sus ojos. Entre más
pensaba en esto, más me gustaba, obviamente. Un testimonio vivo del hecho que es una
buena manera de orar si usted está manejando.
Pero bueno, usted puede orar mientras que maneja a auto. De hecho, Bill Clutterham me
dijo esta mañana que su esposa puede saber cuándo está orando cuando maneja, porque
él reduce la velocidad más, y más y más; y entre más se acerca a Dios, más sensible se
vuelve al límite de velocidad.
Pero bueno, usted puede orar en todo tiempo y en toda circunstancia y en cualquier
situación en la que esté; y eso es exactamente lo que Pablo está diciendo. Nunca,
habiendo considerado todos los recursos infinitos que son suyos en Cristo, piense ni por
un momento que usted no depende en todo momento del poder de Dios, porque
depende de Él. Que todo se convierta en oración.
Y entonces, Pablo le dice a Timoteo en 1 Timoteo 2:8: “quiero que los hombres oren en
todo lugar.” Si usted estudia las oraciones de la Biblia, usted encontrará que hay todo tipo
de oraciones y todo tipo de posiciones en todo tipo de momento. Es un estilo de vida. Un
soldado está orando en todo momento, de tal manera que lo que él enfrente en la batalla,
inclusive si es un ataque sorpresa, él está listo. Él tiene un tipo de vida que está
totalmente abierto Dios.
Escuche, me acuerdo que asistí a una conferencia de pastores con algunos de los pastores
de la Iglesia y un hombre se puso de pie y predicó acerca del hecho de que debemos orar
en la mañana. Y digo, él predicó: “debemos orar en la mañana.” Y él fue a todo pasaje
como yo lo hice esta mañana, Salmo 63: “de mañana te buscaré, oh Dios.” Y él habló
acerca de los hombres que oraban en la mañana; y aquí estaban en la mañana. Y debemos
orar en la mañana. Fue un gran sermón. Y mientras que él estuvo predicando, estuve
buscando todas las Escrituras que hablaban de orar en la noche y en la tarde y demás.
Digo, él tenía un buen punto. Debemos orar en la mañana, pero no a expensas de
cualquier otro momento. Inclusive el Salmo 55:17 dice: “de noche, de mañana y en la
tarde oraré.” Y Daniel oró tres veces al día. Y Jesús, Lucas 6:2 dice: “Él siguió toda la noche
en oración.” Y 1 Timoteo 5:5 dice que “las viudas oran noche y día”. Es un estilo de vida.
La oración, en un sentido, amados, es más importante que el conocimiento, es una buena
palabra para nosotros aquí. En un sentido, es un elemento más importante que el
conocimiento. Martín Lloyd Jones dice “nuestra posición definitiva como cristianos es
aprobada por la naturaleza de nuestra vida de oración.” Usted puede tener mucho
conocimiento, inclusive, usted puede ser un alumno del seminario o un egresado del
seminario, un ministro, pastor o misionero, maestro de Biblia. Pero su vida de oración va a
ser una medida, un monitor de cuán realmente profundo es su conocimiento de Dios y su
relación con Él.
¿Por qué digo eso? Por esta razón, escuche: la teología, escuche, en últimas es el
conocimiento de Dios, ¿verdad? La teología es el conocimiento de Dios. Entonces, entre
más teología conozco, más conozco acerca de Dios. Y entre más conozco acerca de Dios,
más debo verme motivado, como dijo el salmista, para seguirlo de cerca. Y si yo digo que
tengo todo este conocimiento, pero no me veo motivado a estar en Su presencia todas
mis horas conscientes, entonces es cuestionable el efecto que este conocimiento ha
tenido en mi vida.
“A fin de conocerte, el único Dios verdadero y a Jesucristo, a quien Tú has enviado y a
quien yo estudio.” Es que yo quiero aprender la palabra para poder conocer a Dios. Y
entre más lo conozco, más quiero estar en Su presencia. Y si usted conoce todo eso, pero
usted no tiene hambre y sed de estar en Su presencia y su vida no es una comunicación
abierta con Él en todo momento consciente, entonces es cuestionable que su teología
haya tenido el efecto apropiado. Vemos, entonces, que debemos orar en todo tiempo,
con todo tipo de oración conforme nuestras vidas están abiertas a Dios.
Como dije, Él quiere que lo conozcamos porque la comunión es el resultado final. ¿Usted
tiene est comunión? ¿Es su vida una oración constante? Oh, qué cosa tan purificadora es
esa.
En tercer lugar, no sólo vemos la frecuencia de la oración y el tipo de la oración y la
variedad de la oración, sino la manera de la oración en tercer lugar. Él dice: “velando en
todo tiempo con toda perseverancia y súplica.” En otras palabras, debemos velar con toda
perseverancia. Y de nuevo, usted ve la idea de perseverancia, de ser fiel, de aguantar, de
continuar perseverar. Orando continuamente mientras que está velando.
La oración es estar alerta ante los asuntos, alerta a lo que está pasando. Jesús dijo: “velad
y orad” muchas veces. Primera de Pedro 4:7: “velar y orar”. Usted no puede orar
apropiadamente a menos de que vea lo que está pasando. Cuando usted llegue al punto
en el que su corazón está lleno de oración será porque usted ve tantas cosas que están
pasando.
Anoche estaba orando inclusive con mi esposa. Estábamos hablando acerca del hecho de
que hoy día es difícil orar, no porque usted no sepa por qué orar, sino porque hay tantas
cosas con las que estamos siendo inundados. Sabe una cosa, vivimos en un día de
comunicación tremenda. Recibo correo de radio oyentes, personas que escuchan las
cintas, personas en el campo misionero, de todos lados. La Iglesia es tan grande. Hay
tantas necesidades. La hoja de oración que sale el miércoles por la noche simplemente
inunda mi mente, hay tantas cosas.
Y algunas veces, simplemente digo: “Señor Dios, ni siquiera sé qué decirte fuera de leer la
lista de oración.” Digo, no puedo, solía tener una lista de oración y escribir cosas y
simplemente, se volvió algo monstruoso. Todavía lo hago, pero simplemente es
monstruoso, ni siquiera puedo comenzar.
Escuchen, si orara sin cesar, no podría orar por todas las cosas que están en mi corazón.
Pero tengo que seguir velando y tengo que estar alerta para poder ver las cosas que son
necesarias. Quiero orar de manera específica porque Dios entonces responde de manera
específica. Y después, le voy a dar a Él gloria específica. Eso es Juan 14:13 y 14: “todo lo
que pidiereis en Mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado.” Como puede ver,
Dios responde a la oración para desplegar Su poder. Si usted no ora de manera específica,
Él no puede desplegarse a sí mismo.
Le conté una vez acerca de Marcy. Ella cuando era pequeña solía orar diciendo: “Dios
bendice a todo el mundo.” Y yo le decía: “Marcy, no puedes orar así. Dios no puede hacer
eso. Él no puede hacer ¡pam! mundo. ¿Te sientes mejor? Eso es demasiado grande.
Necesitas orar de manera específica.” Y nuestros hijos se han adaptado a eso y ahora
oramos de manera específica. Y Dios responde de manera específica y Le damos la gloria.
Velen. Estén alertas. ¿Sabe lo que está pasando con la gente alrededor suyo? Por cierto, el
término velar nos dice que debemos estar viendo hacia fuera, en vez de estar viendo hacia
dentro. Conocemos nuestros propios problemas. Ahí no es donde tenemos que pasar
nuestro tiempo en oración. Necesitamos pasar nuestro tiempo en oración con otras
personas. Viendo, alerta, viendo sus necesidades. Y lesvoy a decir lo que esto mata. Al
egoísmo.
Francamente, le voy a dar una ilustración simple. La mayoría de nosotros realmente nunca
tomamos en serio la oración hasta que algo sucede en nuestras propias vidas, algo
problemático. Estamos diez veces más preocupados por nuestros propios problemas que
por los problemas de cualquier otra persona. Y eso muestra cómo vivimos centrados en
nosotros mismos.
¿Puede perderse a sí mismo en las necesidades de otros como las del querido por todo
Pablo? ¿Podría decir “he orado por ti noche y día con lágrimas”? ¿Alguna vez ha orado
noche y día por alguien con lágrimas? Quizás haya llorado un poco por sus propios
problemas, pero dudo que muchos de nosotros hayamos hecho eso por los problemas de
alguien más. Eso muestra el orgullo del corazón humano, inclusive de un creyente
regenerado. Debemos estar proskarterēsis, esto es perseverando de manera continua,
velando y orando, estando alerta a las necesidades de otros.
Y, por cierto, aquí puedo añadir, que vaya más allá de lo físico. ¿Sabe una cosa?, oramos
por el reumatismo de la tía Marta, los problemas del corazón de alguien y por la pierna
rota de alguien y por la cirugía de alguien. Y eso no me molesta, pero francamente, en mi
lista de oración esas cosas están en la parte de abajo.
Lo que me preocupa es la batalla espiritual, es la guerra. ¿Y están los creyentes ganando la
batalla? Lo físico, en un sentido, aunque es material, es inmaterial. Lo que hace que mi
corazón esté preocupado es alguien que no está viendo victoria en su vida. Alguien que no
está viendo a Dios llevar a cabo Su obra poderosa. Alguien que no sabe que tiene que ver
la liberación del poder del Espíritu de Dios. Eso preocupa mi corazón. Estoy orando por la
extensión del Reino de Dios y las vidas de Su pueblo. Estoy orando porque almas sean
ganadas a Jesucristo. Es muy difícil para mí el colocar en la parte de arriba de mi lista lo
físico, aunque reconozco que es una necesidad y que tiene un efecto tremendo en
nuestras vidas espirituales, eso es secundario.
Lo que Pablo está diciendo es esto: miren, aquí está la guerra y es debido a la guerra que
debemos orar. No es fácil que usted gane la batalla. Y entonces, oro por ustedes. Oro, de
vez en cuando, por las cosas físicas de la gente, pero más que esto, oro porque Dios le de
victoria a usted. Oro porque usted gane la batalla en contra del enemigo.
Realmente, no me importa lo que sucederá a mí cuerpo físico o al suyo siempre y cuando
podamos ganar la victoria para la gloria de Dios, ¿amén? Ésa es la batalla. Ése es el punto.
Entonces, nos concentramos en lo que es más necesario. Entonces, Pablo, cuando hace
una petición aquí, él no dice: “Oh, oren por mí, estoy en la cárcel. Oh, oren por mí, tengo
esta cadena que en esta lastimando. Oren por mi pierna derecha.” ¡No! Lo que él dice es:
“oren porque se me de valentía para que me sea dada palabra para hablar el misterio del
Evangelio.” En otras palabras, “oren por mí, para que cuando Satanás me tiente a cerrar
mi boca, yo gane sobre la tentación y hable el Evangelio.” Oren por que gane la batalla.
Oh, amados, tenemos que estar involucrados en súplica unos por otros de manera
persistente, mientras que velamos y vemos cuáles son las necesidades, ¿realmente
conoce las necesidades de la gente que lo rodea a usted? ¿Conoce las necesidades
espirituales de su cónyuge, de hijos, de sus amigos, de sus vecinos, de la gente en su
estudio bíblico, de la gente que usted conoce? ¿Realmente ora por ellos conforme ellos
pelean la batalla? Algunas veces, lo único que hacemos es orar cuando viene el desastre. Y
quizás un poco de oración preventiva podría haber ayudado.
Entonces, vemos la frecuencia de la oración: en todo tiempo. La variedad de la oración:
con toda oración y súplica. La cuestión de la oración: velando con toda perseverancia. Y
finalmente, los objetos indirectos de la oración, orando en todo tiempo por todos los
santos, dice al final del versículo 18.
Esto ha llevado a nuestro último punto. Debemos orar el uno por el otro. ¿Sabe una cosa?,
no nos dice que debemos orar por nosotros mismos. Esa no es la prioridad. Yo
simplemente tengo un compromiso personal en mi propia vida y no quiero imponerlo en
nadie, pero no oro por mí mismo. Difícilmente puedo orar por todas las cosas que son
necesarias. Y nunca he encontrado la necesidad de orar por mí. Reconozco que tengo
necesidades y le pido al Señor por cosas pecaminosas y confieso cosas en mi vida. ¿Pero
concentrarme en mí? Mejor me concentro en ser obediente en este punto. Confío en las
Escrituras y oro por otros en lugar de orar por mí mismo. Soy cubierto porque otros oran
por mí.
¡Oh, es tan maravilloso cuando oramos por otros! Una vez conocí a un hombre que me
dijo “¿sabes una cosa? Tú ministerio me ha bendecido. Voy a orar por ti durante seis
meses.” Pensé que eso fue simpático. ¿Qué tengo que hacer para que hubiera orado por
mí durante un año? Pero después, conforme comencé a pensar en eso, pensé bueno, este
es un compromiso que él ha hecho. Que Dios bendiga su corazón por hacer este
compromiso. Él va a orar por mí y yo voy a orar por él. Porque durante estos seis meses
que supe que él estaba orando por mí, sentí la responsabilidad de orar por él, porque si
algo le pasaba a él, él dejaba de orar por mí, ¿se da cuenta?
Entonces, así es como el cuerpo crece en amor. Así es como nos volvemos uno, cuando no
tenemos que esperar a nuestros problemas para orar, sino cuando estamos perdidos en
las necesidades de otros. Entonces, aprendemos a orar al orar por otros. Esta es la vida de
oración del cuerpo.
El apóstol Pablo lo ilustra tan bien. Él siempre oró por el resto de la gente. Primera de
Samuel 12:23, que Dios me guarde que deba pecar contra Jehová al dejar de orar por
vosotros. No se preocupe por usted, usted ore por alguien más, alguien más ora por usted
y todo el mundo es cubierto, ¿verdad? Cuando una parte del cuerpo físico está enferma,
el resto del cuerpo la compensa de manera directa e indirecta y así es en la oración. Oren
unos por otros. Un dedo enfermo no puede ayudar que a sí mismo. El resto del cuerpo
tiene que bombear vida nueva a ese dedo. A ese dedo herido. Esa parte de su anatomía
que está lastimada por lo que tiene que ser apoyada por el resto. No puede ayudarse a sí
misma por su debilidad. Y así es que debemos orar unos por otros, para estar
preocupados por eso.
¿Sabe una cosa? Antes de que estallara la guerra civil española en Barcelona y Madrid y
otras partes de España, había clínicas psicológicas que habían surgido por toda España. Y
había muchas personas neuróticas, según los historiadores. Y todos estos neuróticos
estaban recibiendo una serie de tratamientos para su neurosis. Eran atendidos de manera
regular por los psiquiatras y demás. Y había mucha gente que recibía consulta. Este
historiador dijo, de manera interesante, que hicieron un estudio psicológico y sociológico
de los efectos de la guerra civil española. Y todas esas personas que tenían problemas
personales y preocupaciones y ansiedades y tentaciones y estaban involucradas en
psiquiatría y psicoanálisis todo esto, tan pronto como la guerra civil vino, uno de los
primeros efectos más impactante de la guerra fue que virtualmente vacío toda las clínicas
psicológicas y psiquiátricas en España. ¡Qué interesante!
Un escritor dijo que estas personas neuróticas repentinamente fueron curadas por una
ansiedad mayor. La ansiedad por su vida entera, fuera que sus hogares todavía estuvieran
ahí, fuera que sus maridos todavía estuvieran vivos, fuera que sus hijos fueran asesinados.
Sus ansiedades mayores se deshicieron de las menores. Al tener que prestarle atención al
problema mayor, olvidaron sus propios problemas menores.
¿Quiere ser una persona saludable? Entonces, piérdase a sí mismo en las cosas reales que
importan. Las batallas espirituales de otras personas. Piérdase a mismo en una oración
consumidora por el Reino de Dios. Y no tendrá problemas con su ansiedad insignificante.
Entiendo que lo mismo pasó en Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial. Un
temor mayor expulsó a temor menor.
Creo que es necesario para nosotros aprender eso. Una de las razones por las que
tenemos una sociedad tan enferma, llena de gente que es un manojo de nervios, gente
que anda por todos lados con todo tipo de dolores psico-inducidos y problemas es porque
simplemente estamos tan centrados en nosotros mismos.
Realmente, yo me considero como una persona algo paciente. Uso el algo simplemente
porque algunas personas no estarían de acuerdo con esto. Pero sabe una cosa, una de las
cosas que es difícil tolerar para mí son personas que simplemente están totalmente
consumidas con sus propios problemas ya que ésta es una manifestación tan clara de
estar centrados en sí mismos.
Pero eso es opuesto al concepto de la vida cristiana. Debemos estar tan perdidos en las
necesidades de otros que el yo se desvanece. Que sus pequeñas ansiedades den lugar a
ansiedades mayores, las batallas espirituales de otros.
Bueno, hay un pensamiento final en este versículo 18 y es este: Cuando usted lo ha dicho
todo: la frecuencia de la oración, en todo tiempo; la variedad de la oración, en toda
oración; la manera de la oración, velando para que conozca las necesidades con toda
perseverancia; los objetos indirectos de la oración, todos los santos. Pero el pensamiento
que permea todo está en la mitad del versículo. Debemos orar “en el Espíritu,” en el
Espíritu.
Ahora, por favor amados, esto no tiene nada que ver con hablar en lenguas. Cada vez que
oigo eso, simplemente es como que alguien rasguña el pizarrón con sus uñas. Usted no
puede meter las lenguas en este versículo. En Judas 20 dice: “orando en el Espíritu Santo”.
No está hablando de algún tipo de éxtasis. No está hablando de algún idioma extático.
Orando en el Espíritu es lo mismo que orar en el nombre de Cristo. Es orar en coherencia
con quien Él es y cuál Su voluntad es. Aprenda a orar en armonía con el Espíritu. Que sus
oraciones sean un dueto con el que vive para interceder perpetuamente por usted. Usted
sabe que Romanos 8:23 dice: “no sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu hace
intercesión por nosotros con gemidos indecibles.” Y Dios “conoce la mente del Espíritu,” y
Él oye y responde.
Escuche, mientras que usted vive la vida cristiana, el Espíritu de Dios dentro de usted ora a
favor de usted. Y Él siempre ora la oración correcta. Y Él siempre recibe la respuesta
correcta. Por eso el versículo 28 dice que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan
a bien. Ese no es un accidente. Eso es porque el Espíritu está orando. Y orar en el Espíritu
es simplemente alinear su propia oración de manera coherente con la mente y la voluntad
del Espíritu.
Usted pregunta cómo hago esto. Simplemente, al andar en la plenitud del Espíritu.
Conforme su vida está llena del Espíritu, conforme usted anda en el Espíritu, en
obediencia al Espíritu, conforme usted está caminando de cerca detrás del Señor,
conforme usted está teniendo comunión constante en Su presencia, el Espíritu de Dios va
a gobernar sus pensamientos de tal manera que sus oraciones estarán en armonía con el
Espíritu de Dios. Eso es orar en el Espíritu. Qué cosa tan tremenda es saber que yo puedo
unirme en mis oraciones con el Espíritu de Dios, que puedo clamar de las profundidades
de mi corazón debido a la presencia del Espíritu del Padre que mora en mí, que dice
“Abba, Padre”. Y sé que Dios oye y responde.
De tal manera que el requisito que permea todas nuestras oraciones es que debemos orar
en el Espíritu. De hecho, Zacarías 12:10 llama al Espíritu Santo el Espíritu de súplica, el
Espíritu de súplica. No es diferente que orar en el nombre de Jesús. De hecho, el Espíritu
Santo es llamado el Espíritu de Su Hijo, el Espíritu de Su Hijo.
Y entonces, amados, debemos orar. Nuestras vidas deben estar abiertas, tener comunión.
¿Y sabe una cosa? Esto nos cura. ¡Oh, qué cosa tan saludable es esta! Entonces, la
frecuencia, la variedad, la manera, los objetos indirectos, todos operan la gloria de Dios y
para nuestro gozo conforme oramos.
Y después, Pablo cierra con una ilustración específica. Simplemente, se la voy a leer. Es
simple. ¿Quiere algo específico por qué orar? ¿Por qué debo orar, Pablo? Versículo 19,
orad, “… por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con
denuedo el misterio del Evangelio, por el cual soy embajador en cadenas; que con
denuedo hable de él, como debo hablar.” Él dice: ‘yo soy una ilustración. Oren por mí. No
por mis necesidades físicas, sino por mi batalla, mi guerra. Oren porque Dios me permita
ser valiente, ser directo, y que me dé una palabra.’
Ahora, este es el modelo, amados. La guerra estaba ahí. Pablo estaba enfrentando al
enemigo cara a cara, conforme era un prisionero en Roma. Los embajadores tenían una
inmunidad diplomática, pero no este embajador. Él estaba encadenado donde él estaba.
Él estaba encadenado y ahí estaba. Él dice: “oh, la batalla es dura. Usted sabe, algunas
veces y quiero renunciar. Algunas veces, pienso que estoy perdiendo mi valentía. Oren por
mí, porque Dios me dé palabra.”
Yo voy a seguir sus pasos. Quiero decirle oren por el predicador. La gente pregunta por
qué necesitan orar por nosotros, ¿orar por Pablo? ¿Quién necesita orar por Pablo? Digo, él
tiene todo. Debemos orar por la gente en la periferia; simplemente recuerde que, si el
hombre en la cabeza cae, muchas personas van con él. Y Pablo estaba consciente del
hecho de que el resto era tan fuerte como su líder y su patrón lo era. Oren por mí, dice él,
para que pueda ser valiente en lo que digo y que en mi valentía también pueda reunir a
otros en torno a mí y para que ellos también tengan valentía.
Y usted sabe que cuando escribió la carta a los filipenses después de esto, él escribió y
dijo: “¡Oh!, lo que me ha sucedido en la cárcel les ha dado mayor valentía a otros.” ¿Se da
cuenta? Entonces, conforme oraron por él, él se volvió un ejemplo más fuerte y ayudó a
otros. “Oren por mí,” él dice.
Y el punto que quiero que usted entienda es que él quería que oraran porque una batalla
espiritual fuera ganada, para que él no perdiera valentía y su denuedo. Usted dice:
‘bueno, me gustaría orar por otras personas, pero no tengo ninguna información.’ Y esa es
la razón por la que Pablo añadió los versículos 21 y 22. Él dice: “Para que también vosotros
sepáis mis asuntos, y lo que hago, todo os lo hará saber Tíquico, hermano amado y fiel
ministro en el Señor, el cual envié a vosotros para esto mismo, para que sepáis lo tocante
a nosotros,” yo no espero que oren por mí si no tiene ninguna información.
Entonces, voy a enviar a mi buen amigo Tíquico. Por cierto, un querido amigo de Pablo
mencionado cinco veces en el Nuevo Testamento, quien es el que entrega la carta de los
Efesios y también trae palabra acerca de Pablo. Estaban preocupados. No sabían qué
estaba pasando en su vida. No sabían cómo iban las cosas en la prisión. Querían oír. Él dice
‘lo estoy enviando para que les de esta información, para que puedan realmente orar de
manera inteligente.’ El versículo 22, “al cual envié a vosotros para esto mismo, para que
sepáis lo tocante a nosotros y que consuele vuestros corazones.” Él les va a decir que
estoy bien. Él les va a decir dónde está la batalla y puedan orar.
Escuchen amados, si vamos a orar, oremos por cosas espirituales y abramos nuestras
vidas unos a otros para que tengamos algo porque orar, ¿verdad? Tenemos que
comunicarnos, tenemos que compartir la lucha, compartir la batalla, compartir las
victorias para que podamos llevar los unos las cargas de los otros. ¡Qué lección de la
oración! Debemos estar conscientes de Dios, ser abnegados, estar velando, llenos del
Espíritu, siendo persistentes, personas valientes, buscando únicamente la gloria de Dios
en nuestras oraciones.
Y yo creo que conforme vivimos ese tipo de vida y oramos ese tipo de oraciones, seremos
más y más conformados a la imagen de Jesucristo. Y conforme oramos unos por otros, el
cuerpo será edificado y Él será glorificado. Y ése es el clímax de la carta.
Pablo cierra con una bendición a la cual no añado nada. “Paz sea a los hermanos, y amor
con fe, de Dios Padre y del Señor Jesucristo. La gracia sea con todos los que aman a
nuestro Señor Jesucristo con amor inalterable. Amén.” Oremos.
Un Santo de Dios, hace muchos años atrás, oró de esta manera. Quiero hacerla nuestra
oración en esta mañana. “Oh, Señor, en la oración llegó al mundo eterno. Y en ese océano
amplio, mi alma triunfa sobre todos los males en las costas de la mortalidad. El tiempo,
con sus recreaciones y decepciones crueles nunca parece ser tan inconsiderado como en
ese entonces. En la oración, oh Dios, me veo a mí mismo como nada. Hallo que mi corazón
Te busca a Ti con intensidad y con una sed profunda por vivir contigo. Benditos sean los
vientos fuertes del Espíritu, que aceleran mi camino a la nueva Jerusalén. En la oración,
todas las cosas aquí abajo se desvanecen y nada parece importante más que la santidad
de corazón y la salvación de otros.”
“En la oración, todas mis preocupaciones mundanas y temores y ansiedades desaparecen
y son tan pequeñas y en tamaño como una nube de viento. En la oración, mi alma exalta
internamente con pensamientos de lo que Tú estás haciendo por Tu Iglesia. Y anhelo que
Tú tengas un mayor nombre de los pecadores regresando a Ti. En la oración, soy elevado
por encima de los disgustos y adulaciones de la vida para probar los gozos celestiales.
Entrando al mundo externo, puedo entregarme a mí mismo a Ti con todo mi corazón para
siempre. En oración, puedo colocar todas mis preocupaciones en Tus manos para que
estén de manera total a Tu disposición sin tener voluntad o interés propio. En la oración,
puedo interceder por mis amigos, ministros, pecadores, la Iglesia, Tu Reino con la mayor
libertad, la esperanza más brillante como un hijo a su padre y como una amante con su
amado. Y entonces, oh Dios, ayúdame a orar siempre y a nunca cesar.”
Padre, añado a esa oración la mía. Que seamos personas de oración, nunca satisfechos
con nosotros mismos, nunca arrogantes, sabiendo que todo nuestro conocimiento y todo
el registro del pasado de Tu bendición no debe llevarnos más que a la plenitud de
comunión que viene cuando nuestra vida es comunicación abierta contigo. Oh, que
sigamos de cerca Tus pasos. Que vivamos como si nuestra vida misma fuera ofrecida como
una oración. Y Te damos gracias, en nombre de Cristo, por un propósito como éste. Amén.
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Orando por las cosas correctas, 1ª Parte


Escritura: 2 Tesalonicenses 1:11

Código: 53–5
John MacArthur
Al abrir la Palabra de Dios juntos, debe ser obvio para todos nosotros que estamos a
punto de oír al Señor hablándonos. Estas palabras que vienen a nosotros de las páginas de
la Escritura, son la Palabra pura de Dios, de Su propio corazón y Su propia voz para
nosotros, y de esta manera demandan nuestra atención.
El texto para esta mañana es 2 Tesalonicenses capítulo 1, versículo 11 y 12. 2
Tesalonicenses capítulo 1, versículos 11 y 12. “Por lo cual así mismo oramos siempre por
vosotros, para que Dios os tenga por digno de su llamamiento, y cumpla todo propósito de
bondad y toda obra de fe con su poder, para que el nombre de nuestro Señor Jesucristo
sea glorificado en vosotros y vosotros en él, por la gracia de nuestro Dios y del Señor
Jesucristo.”
Esto es lo que yo llamo un reporte de oración de Pablo. No es una oración, aunque sus
cartas tienen muchas oraciones en ellas, sino que es un reporte de como ora él. Él le está
diciendo a los tesalonicenses la naturaleza de su oración por ellos. Y conforme usted ve
esa oración y la considera, llega a la conclusión de que él está orando por las cosas
correctas. Tristemente las oraciones de la mayoría de los cristianos están dirigidas a las
cosas equivocadas. La mayoría del tiempo los cristianos oran con respecto a sí mismos, y a
aquellos que aman, por cosas algo superficiales. Las oraciones con frecuencia están
dirigidas en la dirección equivocada y son muy cortas de vista, y de hecho egoístas.
Los cristianos de manera típica oran por salud y felicidad, y éxito. Oran por beneficio
personal, oran por comodidad, oran por soluciones para arreglar todos los problemas
pequeños de la vida. Oran por un cuerpo curado, o un hogar, o un alimento, un trabajo,
un auto, un marido, una esposa, una promoción, más dinero. Esas cosas mientras que
ciertamente constituyen parte de la vida, están a un nivel muy bajo en la lista de
prioridades de Pablo. También están a un nivel muy bajo en la lista de prioridades de
Jesús, quien dijo básicamente, “No os afanéis por lo que coman o beban, o vistan,
sabiendo bien que Dios provee todas esas cosas, prosigan buscando asuntos que se
relacionan con el reino de Dios.” Con frecuencia pedimos, dice Santiago, y no recibimos
porque pedimos mal, con el único propósito de consumirlo en nuestros propios deseos.
Entonces, con mucha frecuencia no solo oramos por las cosas equivocadas, sino que
oramos por la razón equivocada. Entonces, conforme vemos esta verdad de la oración de
Pablo vemos un hombre que oraba por las cosas correctas, por la razón correcta. Las cosas
correctas están en el versículo 11, la razón está en el versículo 11, y vamos a desarrollarle
estas. Es un texto breve, pero uno que está tan lleno de verdad que podríamos pasar
meses aquí, y usted está viviendo con una ilusión seria, si piensa que vamos a acabar estos
dos versículos hoy.
Supongo que en este punto en particular podría hacerle la pregunta, ¿por qué ora?
Cuándo hablamos de usted y su vida y su familia y la gente en su mundo, la gente a la que
usted ama, su iglesia, ¿Por qué ora usted? ¿Qué desea para usted mismo? ¿Qué desea
para su conyugue? ¿Qué desea para sus hijos? ¿Qué desea para la gente a la que usted
ama? ¿Qué desea para la gente en su iglesia? ¿Qué es lo que realmente quiere?
Si Dios se apareciera y dijera: “Quiero darte tres deseos. Lo que tú pidas te daré. ¿Cuáles
serían? ¿Qué le pediría usted a Dios? ¿Tiene usted los valores correctos? ¿Tiene usted la
lista de prioridades correctas? Vivimos en un mundo, claro, que está afectado, un mundo
que está desviado, un mundo que conoce poco de lo que es de valor verdadero. Vivimos
en un mundo en dónde la gente busca todas las cosas equivocadas. Y esa búsqueda
masiva que nos sobrepasa, que nos rodea y se infiltra en nuestras vidas y hace que nos
enredemos en la búsqueda misma de cosas que significan nada, o no deberían significar
nada para nosotros.
La actitud de la mayoría de la gente mundana, en términos de su búsqueda, es expuesta
de manera apropiada por la historia clásica, corta de Antón Chekhov llamada “La
Apuesta”. Chekhov fue un escritor ruso que escribió en los 1800s. Esta historia nos ayuda
a entender el sistema de valores de la mayoría de la gente. La trama involucra una
apuesta entre dos hombres preparados. Y fue una apuesta por el asunto del
confinamiento solitario. Un banquero, rico, en sus cuarenta, cincuentas, creía que la pena
de muerte era un castigo más humano que el confinamiento solitario, porque un ejecutor
mata de una vez por todas. El confinamiento solitario mata gradualmente. Uno de sus
invitados en una fiesta, un abogado joven de veinticinco años de edad, estuvo en
desacuerdo y le dijo: “Vivir bajo alguna condición es mejor que no vivir en absoluto.”
Enojado, el banquero de manera impulsiva respondió con una apuesta de dos millones de
rublos. Una fortuna. Él apostó que el joven no podía durar cinco años en confinamiento
solitario. El abogado estaba tan convencido de que podía soportar, y estaba tan pronto
por recibir los dos millones, que anunció que él se quedaría quince años en lugar de cinco,
para presentar su argumento. Los arreglos se hicieron. El joven pasó a un edificio
separado, en el terreno grande del banquero. No se le permitió recibir visitas, ni
periódicos. Él podía escribir cartas, pero, no recibir ninguna. Habían guardias que estaban
vigilando para asegurarse de que nunca violara el acuerdo. Pero fueron colocados de tal
manera que nunca pudiera ver él a otro ser humano. Él recibió su alimento en silencio a
través de una apertura pequeña en dónde él no podía ver a aquellos que le servían. Todo
lo demás que él quería, libros, ciertos elementos e instrumentos musicales, se le
concedieron mediante su propia petición especial, escrita.
La historia se desarrolla con una de las cosas que el abogado pidió a lo largo de los años, y
los vistazos ocasionales de los vigilantes que lo veían mientras que él dormía. Durante el
primer año el piano podía ser oído casi en cualquier hora. Él pidió muchos libros, la
mayoría de los cuales fueron novelas y lectura ligera. Al año siguiente la música cesó y las
obras de varios autores clásicas fueron pedidas. En el sexto año de su aislamiento él
comenzó a estudiar idiomas, y poco después escribió que él había dominado seis idiomas.
Después del décimo año de su confinamiento, el prisionero se sentó sin moverse en la
mesa y leyó el Nuevo Testamento. Después de una saturación de más de un año de la
Biblia, él comenzó a estudiar teología. La segunda mitad de la historia se concentra en la
noche antes de la fecha final del mediodía cuando el abogado iba a ganar la apuesta. El
banquero está ahora al final de su carrera. Sus especulaciones arriesgadas y su
intempestividad habían afectado negativamente de manera gradual su negocio.
El millonario que una vez tenía confianza en sí mismo, ahora era un banquero de segundo
nivel, y pagar la apuesta lo destruiría. Enojado por su insensatez y celoso del hombre que
pronto sería rico que ahora solo tenía cuarenta años de edad, el banquero mayor
determinó matar a su adversario y culpar al vigilante con el homicidio. Metiéndose al
cuarto del hombre, lo encontró dormido en la mesa. Antes de que pudiera matarlo, él se
dio cuenta que el abogado había escrito una carta para él. Él la tomó.
Esto es lo que leyó: “Mañana, a las doce del mediodía, seré libre. Pero antes de dejar este
cuarto, creo que es necesario decirte unas cuantas palabras. Con una consciencia limpia y
delante de Dios quien me ve, te declaro que desprecio la libertad, y la vida, y la salud y
todo lo que tus libros llaman los gozos de este mundo. Sé que soy más sabio que todos
ustedes, y desprecio todos tus libros. Desprecio todas las bendiciones y sabiduría
terrenales, nada de esto tiene valor y es falso, es hueco y engañoso como un espejismo.
Puedes ser soberbio, sabio y hermoso, pero la muerte va a borrarte de la faz de la tierra
como lo hace como los ratones que viven debajo de tu suelo.”
“Y tus herederos, tu historia, tu genio inmortal, va a arder con la destrucción de la tierra.
Haz enloquecido y no has seguido el camino correcto. Tomas lo que es falso como
verdadero, y lo que es deforme como si fuera bello. Para probarte como desprecio todo lo
que valoras, renuncio a los dos millones que vi en una ocasión como la apertura del
paraíso para mí, que ahora menosprecio. Y para privarme del derecho de recibir los dos
millones, voy a dejar mi cárcel cinco horas antes del tiempo señalado, y al hacerlo voy a
romper los términos de nuestro contrato.” Y él firmó su nombre.
El banquero leyó las líneas. Reemplazó el papel sobre la mesa, besó al hombre extraño
que estaba durmiendo, y con lágrimas en sus ojos, dejó la casa en silencio. Chekhov
escribe, “Nunca antes, ni siquiera después de haber enfrentado pérdidas serias, se había
despreciado a sí mismo como lo hizo en ese momento. Sus lágrimas lo mantuvieron
despierto el resto de la noche. Y a las siete de la mañana, al día siguiente, fue informado
por el vigilante que habían visto al hombre salir por una ventana, ir a la puerta, y
desaparecer.” Algunas personas tienen que aprender de una manera difícil, que es lo
correcto, y algunas personas nunca aprenderán.
Pablo sabía, observe el versículo 11, “Por lo cual así mismo oramos, y esto es por lo que
oramos. Para que nuestro Dios os tenga por digno de su llamamiento, y cumpla todo
propósito de bondad, y toda obra de fe con su poder. Tres peticiones: oramos por su
dignidad, oramos por su cumplimiento, y oramos por su trabajo o su servicio. Hay tanto en
esas tres cosas, que cautiva nuestras mentes. Hay tal profundidad en esas tres peticiones.
Confiamos que podremos, por la ayuda del Espíritu abrirlas.
El mundo está lleno de necios. Necios que mediante el camino duro aprenden que es lo
correcto, y necios que nunca aprenden que es lo correcto. Nosotros los que conocemos al
Señor Jesucristo y que tenemos la Palabra de Dios, no necesitamos ser tan necios. No
necesitamos desperdiciar nuestro tiempo esforzándonos por obtener lo que en últimas
después de todo ni siquiera tiene valor. Necesitamos pasar nuestro tiempo ganando lo
que es de un valor inestimable.
Tres deseos que Pablo tuvo por ellos: dignidad, cumplimiento y servicio poderoso. Antes
de que veamos esas peticiones y sus implicaciones, quiero que consideremos el texto
desde la perspectiva de la oración. Pablo comienza en el versículo 11 al decir, “Por lo cual
asimismo oramos.” Y él nos presenta su recurso. Fuera cual fuera lo que él quería para los
tesalonicenses, él sabía que tenía solo mediante la oración. Él no se volvió a la ingenuidad
humana, él no se volvió a algún programa, él se volvió a Dios.
Conforme pensamos en este gran texto, y antes de que veamos las peticiones y las
razones por las peticiones en el versículo 12, necesitamos ver este asunto del recurso el
cual es la oración. “Por lo cual, asimismo oramos siempre.” Varias cosas fluyen de ahí. En
primer lugar, obviamente, que él oró por ellos. En segundo lugar, que él oró por ellos todo
el tiempo, “siempre,” lo cual claro fue típico de Pablo.
En tercer lugar, que al orar por ellos todo el tiempo, él tenía una meta en mente. Con este
fin, o por esta razón, o con este propósito, sus oraciones eran muy incisivas, eran muy
directas, no eran genéricas, no eran generales, eran específicas. Y las tres cosas que
fueron la meta, o el fin, fue el propósito, la dirección de su oración, fueron dignidad,
cumplimiento y servicio eficaz. Por eso oró. Él buscó por ellos las cosas correctas. Él aquí
está presentándose como un pastor fiel. En el sexto capítulo de Hechos, y el versículo 4,
dice que los que pastorean el rebaño de Dios, aquellos que son los líderes deben
entregarse de manera continua a la oración y al ministerio de la Palabra.
Ahora, la manera en la que usted cumple su parte en la santificación del pueblo de Dios,
cuando usted es el líder, es orar por ellos porque Dios los santifique y les enseñe,
entonces, le da la verdad que santifica. El patrón de la oración para el pastor es una
oración por la santificación de su gente, por la madurez de su gente, por el crecimiento de
su gente, por el desarrollo de su gente espiritualmente. Y eso es aquello por lo que Pablo
ora. No solo, claro, oró por ellos, sino que también les enseñó la Palabra de Dios.
Esa es la responsabilidad doble. Dichas oraciones son comunes en las cartas de Pablo, no
necesitamos profundizar al perseguir a lo largo de todas sus epístolas rastreando todas sus
oraciones, sería suficiente recordarle que no puedo leer una epístola de Pablo sin
encontrar una oración directa o un reporte de como ora. Si fuera a regresar y tomar el
tiempo de leer 1 Tesalonicenses otra vez, descubriría que en el capítulo 1 él abre el
capítulo al decirle que él ora por ellos y les da un reporte de oración. Encontraría que
conforme se mueve al capítulo 3, versículos 11 al 13, él se detiene y de hecho ora por
ellos. Y cuando él llega al capítulo 5, versículo 23, él se detiene y vuelve a orar por ellos.
Entonces, no nos sorprende que aquí en el primer capítulo de esta pequeña epístola, la
Segunda, él usa amados, en Tesalónica. Él se detiene antes de que cierre este primer
capítulo, e incluye una oración o un reporte realmente de como él ha estado orando por
ellos. Podríamos concluir fácilmente, claro, que la epístola misma, solo tiene tres capítulos
y por lo tanto solo tomaría cuestión de unos cuantos momentos leerla, y quizás no muy
largo escribirla, debido a que él ha estado escribiendo bajo la inspiración directa del
Espíritu Santo. Él bien pudo haber escrito esto, todo en un tiempo muy breve.
Entonces, la medida del tiempo habría sido breve con respecto a la parte de enseñanza y
quizás mucho, mucho más larga con respecto a la parte de oración, porque él no dice, les
escribimos siempre, sino que él dice, estamos ¿qué? orando por ustedes siempre. Hay
momentos breves en los que podemos enseñar, hay tiempos ilimitados en los que
podemos orar, y la vida de oración del pastor es algo constante, él quizás no siempre esté
de rodillas, él quizás no siempre tenga sus manos dobladas o sus ojos cerrados, pero rara
vez hay un momento consciente cuando el pastor no tiene a las ovejas en su corazón. Y
estando en su corazón, de esta manera, son llevadas al corazón de Dios, y la oración por la
santificación es un estilo de vida.
Entonces, no nos sorprende cuando Pablo, al escribir sus epístolas se detiene en ciertos
puntos para orar o incluye un reporte de oración acerca de cómo él ha estado orando y
continuará orando por ellos. Entonces, aquí él dice, esto sé, quiero que sean santificados,
quiero que sean dignos, quiero que estén satisfechos, quiero que sirvan con poder. Y el
recurso al que acudo para eso es Dios, acudo a Dios. Y aquí se nos presenta un equilibrio
maravilloso, sabemos que debemos enseñarle a la gente porque deben obedecer la
Palabra para ser santificados, pero también sabemos que es solo Dios el que puede
motivar esa obediencia.
Esa es la razón por la que cuando algo bueno sucede en nuestra vida, ¿quién recibe el
crédito? Dios. Porque en nuestra carne no podemos hacer algo bueno. Entonces, hay una
tensión maravillosa que debe ser mantenida en nuestros corazones y mentes, que
básicamente dice, si voy a ser un cristiano santificado, avanzando por el camino a la
semejanza a Cristo, si voy a estar creciendo en la gracia y el conocimiento del Señor, si voy
a ser más y más santo pasando de un nivel de gloria al siguiente nivel de gloria, cambiado
por el Espíritu Santo para ser más y más conformado a Cristo, si ese proceso está
sucediendo en mi vida, demanda mi obediencia. Debo obedecer la Palabra y al Espíritu.
Pero también sé que la única manera en la que eso puede suceder, es cuando Dios
capacita esto para que suceda.
Entonces, estoy atrapado, por así decirlo en la misma tensión que existe en tantos, tantos
lugares en la Palabra de Dios, y la verdad de la fe cristiana. Pero quiero hablar de eso esta
mañana, porque creo que es importante. Hay una respuesta creciente entre personas
cristianas a la verdad de la soberanía de Dios, y le agradezco a Dios por eso. La iglesia
finalmente está despertando al hecho de que Dios es un Dios absolutamente y totalmente
soberano. Y Dios controla todas las cosas con la Palabra de Su poder.
Que Dios hará lo que Él quiere hacer cuando lo quiere hacer, de la manera en la que lo
quiere hacer, porque así lo ha ordenado, y porque Él está a cargo de manera absoluta y
porque Él tiene el poder para hacerlo. Dios está cumpliendo Su propósito perfecto desde
antes de que el mundo comenzara, todo está establecido y fijo por Su mente infinita, y va
a operar según Su poder infinito y propósito. Me da gusto que la iglesia ha afirmado eso.
Pero también estoy preocupado porque en la afirmación de la soberanía absoluta de Dios,
no venga un sentido de menosprecio hacia la responsabilidad por parte del creyente, sea
por un lado a orar, o por otro lado para obedecer.
Recientemente he estado involucrado en una plática que va algo así, “Después de todo,
Dios controla todo, entonces, si Él me deja pecar realmente no es mi problema.” U otra
plática que podría ser algo así, “Dios va a hacer lo que Dios va a hacer de cualquier
manera, entonces, ¿por qué orar?” Y lo que quieren hacer, es quitar toda la tensión de la
realidad espiritual y reducir todo el asunto a la comprensión humana y decir, “Si no puedo
entender cómo se relaciona esto, voy a inventar mi propia teología.”
La oración es una realidad esencial. Y una creencia fuerte y llena de confianza y bíblica en
la soberanía de Dios no hace a un lado la oración. Así como la obediencia es un elemento
en el que Dios cumple Sus propósitos soberanos de salvación y santificación, así también
la oración es un elemento humano mediante el cual ese propósito es cumplido. Ese es un
misterio, que no es entendido, pero es creído.
Entonces, Pablo sabe que solo Dios puede producir las cosas correctas, pero él también
exhorta a los tesalonicenses una y otra vez acerca de las cosas correctas. En la primera
carta recordará usted, él comenzó en el capítulo 1 al decirles, “Sé de su obra de fe, sé de
su obra de amor,” y el también dijo: “sé de su perseverancia de esperanza.” Él dijo, “Sé
que ustedes son los elegidos, sé que oyeron la Palabra, como es la Palabra del Señor, y
creyeron. Sé que se han vuelto un ejemplo para las otras iglesias, sé que de ustedes la
Palabra ha salido, sé que se han arrepentido y vuelto a Dios de los ídolos. Sé que están
esperando la Segunda Venida. Sé que se aman unos a otros y nadie ni siquiera necesita
enseñarles a hacer eso.”
Y después en el capítulo 4, él les dice en el versículo 1, “Sé que todo eso es verdad, pero
les estoy pidiendo que abunden aún más.” Y él les está colocando sobre ellos la
responsabilidad. Después al final de la primera carta a ellos, en el capítulo 5, él les da una
serie, a manera de estacatos como ametralladora, de mandamientos que les dice que
estén siempre gozosos, que oren sin cesar, que den gracia, que no apaguen al Espíritu,
que no menosprecien la relación de Dios, que examinen todo cuidadosamente, que se
aferren a lo que es bueno y se mantengan lo más alejado posible de lo que es malo. Y él
les está dando mandato, tras mandato, tras mandato, él entiende que la voluntad del
hombre está involucrada en el instrumento de Dios cumpliendo Su propósito santificador.
Y entonces, él entiende también que al frente de la santificación, en la parte de oración,
que nuestras oraciones son parte del plan, mediante el cual Dios cumple Sus propósitos
eternos. Entonces, debemos recordar aquí la palabra tan importante que, aunque
creemos de todo corazón en la soberanía de Dios, si eso nos lleva a menospreciar el lugar
de la oración, esa es teología mala, como también cristianismo desobediente. Dios es
Soberano, no hay duda en absoluto acerca de la soberanía de Dios.
En Job 42:2, “Yo sé que tú todo lo puedes, y que ningún propósito tuyo puede ser
estorbado.” En Proverbios 16:33, el escritor dice: “Los hombres echan suertes, pero toda
decisión es del Señor.” En Daniel, recuerda usted al rey que finalmente volvió en sí,
Nabucodonosor, después de haber vivido en el campo y comiendo pasto durante siete
años finalmente entendió, y él dijo de Dios, “Él hace según su voluntad en el ejército del
cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano y le diga, ¿Qué
haces? Dios actúa de manera totalmente independiente del hombre.
Isaías el profeta, ciertamente lo dijo de manera tan maravillosa como podría ser dicho, en
el capítulo 46, el versículo 9, “Yo soy Dios y no hay otro. Yo soy Dios y no hay semejante a
mí, que declara el fin desde el principio y desde la antigüedad lo que aún no había sido
hecho, que dice, mi propósito se establecerá y haré todo lo que quiero.” Y después al final
del versículo 11, “Lo he planeado y lo haré.” Si, Dios es soberano. Si, Él es soberano. Pero
eso no hace a un lado la oración. Pablo aquí sabe que Dios tiene un plan soberano, pero él
continúa orando por ellos. Él derrama su corazón a Dios para que sean dignos y cumplan y
sean eficaces en su servicio para que Dios sea glorificado.
Y vuelvo a decir, sí exhortamos, sí creemos en la soberanía de Dios, pero también
entendemos el lugar de la oración. Y sabemos que todas las cosas buenas que vienen,
vienen del poder de Dios. Para ilustrarle eso, permítame mostrarle tan solo unas cuantas
ilustraciones en la Escritura. De regreso a 1 Samuel capítulo 12, una ilustración bastante
fascinante. El pueblo había pecado de varias maneras, y después pecaron finalmente al
pedir un rey como el resto de la gente había pecado, el versículo 19 de 1 Samuel 12,
después todo el pueblo le dijo a Samuel, ora por tus siervos a Jehová tú Dios. Dijeron:
“Samuel ¿podrías por favor interceder por nosotros? Por favor, ora por nosotros para que
no muramos, porque hemos añadido a todos nuestros pecados esta maldad al pedir para
nosotros un rey.”
“Entonces, por favor, ¿orarías que no seamos matados, que Dios no nos mates?” Samuel
le dijo al pueblo: No teman. No tienen nada que temer.” Ahora, ¿Por qué diría él eso?
Porque él conocía el plan. Él conocía el plan soberano de Dios. Han cometido toda esta
maldad, sin embargo, no se desvíen de seguir al Señor, sino sirvan a Jehová con todo su
corazón. Él dice: Miren, sí han pecado. Sí, merecen morir, pero comiencen a ser
obedientes en este momento, comiencen a obedecer. No deben desviarse. Entonces van a
seguir cosas fútiles que no pueden traer provecho o librar, porque son fútiles.
Entonces, él dice, “No teman. Simplemente comiencen a hacer lo correcto.” Después,
versículo 22, él regresa al plan de Dios, “Porque Jehová no abandonará a su pueblo,
debido a su gran nombre, porque Jehová se ha agradado de hacer de vosotros un pueblo
para sí mismo.” Él dice, “Miren, Dios no los va a matar. Dios no los va a matar porque Dios
tiene un plan. El plan ya está operando, el plan ha sido revelado, el plan es que van a ser
su pueblo, Él no está a punto de matarlos.”
Entonces, ¿qué está diciendo él? Vienen a él y dicen: “Ora por nosotros, ora por
nosotros.” Y él dice, “No teman, no van a morir yo conozco el plan. El plan es que vivan. El
plan es que ustedes son el pueblo. Dios los va a mantener vivos porque Él los ha escogido,
Su nombre está en juego, esto es Su reputación está en juego, Su plan está en juego.
Entonces, no teman, no van a morir.”
Pero después en el versículo 23, observen lo que él dijo: “Además en cuanto a mí, lejos
sea de mí que yo peque en contra de Jehová al dejar – ¿de qué? – de orar por vosotros. Yo
los voy a instruir en el camino correcto.” Y bueno, voy a hacer dos cosas por ustedes. Voy
a enseñarles el camino correcto, y bueno, voy a orar por ustedes porque sé cómo el plan
va a funcionar.” No es eso algo interesante, Dios no los va a matar, eso está confirmado.
Bueno, entonces, usted le dice a Samuel, ¿Por qué entonces estás orando por ellos? ¿Cuál
es el punto? El punto es que es el clamor de mi corazón. Es el anhelo de mi corazón. Es el
ruego de mi corazón alinear mi corazón con los propósitos de Dios. Y mis oraciones son
parte del instrumento mediante el cual Dios lleva a cabo Su plan, y también lo es mi
enseñanza.
Entonces, voy a orar por ustedes al principio, y los voy a instruir y Dios no los va a matar.
Como puede ver, la obediencia, la oración, la soberanía, todo se mezcla. Es como
Romanos 9, ¿no es cierto? En Romanos 9, Pablo dice, “No todo Israel es Israel, no todos
los judíos van a ser salvos. A Jacob amé, a Esaú aborrecí, tendré misericordia del que
tenga misericordia, tendré compasión del que tenga compasión. En otras palabras, Dios
está diciendo, “Voy a salvar a quién quiera salvar.” Y él sigue así a lo largo del capítulo 9,
Pablo escribe eso. ¿Quién eres tú para cuestionar? ¿Qué derecho tiene el vaso para
decirle al alfarero, porque hicístes esto? ¿Hay injusticia en Dios? No.
Dios puede hacer lo que quiera y va a hacer lo que Él quiera hacer y así es. Y eso significa
que no todo Israel será salvo. Israel será hecho a un lado, y los Gentiles, un pueblo que no
era pueblo, será salvo. Pablo presenta eso en términos absolutamente inequívocos.
Capítulo 9 de Romanos. ¿Sabe usted como comienza el capítulo 10? Mi oración por Israel
es porque sean salvos. ¿Qué? Conozco el plan soberano, pero eso no elimina mi vida de
oración. Ruego a Dios por Israel, por su salvación. Dejo la parte de Dios, en Dios; y mi
parte, en mí. “La oración eficaz del justo, puede mucho.” De alguna manera, Dios
incorpora eso.
Me encanta Lucas 22, porque es una ilustración tan apta de este mismo principio. En
Lucas 22, esto es fascinante, Jesús le dice a Pedro: “Simón, Simón,” y lo llamó usando su
nombre antiguo cuando él estaba actuando como era antes, “Simón, Simón, he aquí
Satanás ha demandado zarandearte como a trigo. Satanás quiere venir detrás de ti.” La
implicación es: “Y le estoy dando permiso.” Pero también podría llenar ahí en los espacios
blancos, sé que vas a sobrevivir. ¿Verdad? Él sabía eso. Él sabía que Pedro no perdería de
manera total su salvación y se hundiría en el poder satánico y terminaría en el infierno. Él
sabía eso. Satanás quiere tenerte, y él te va a hacer pasar por una prueba que te va a
sacudir mucho, y voy a dejar que él lo haga.
Él sabía exactamente cómo iba a salir. Pero observe el versículo 32, “Pero yo,” ¿qué? “he
rogado por ti.” ¿Sabe usted que las oraciones de Jesús fueron incluso una parte del plan
soberano de Dios? Jesús no dijo, “Bueno, no hay sentido en que yo ore, sé cómo va a
resultar todo esto.” Jesús no dijo, “No solo sé cómo va salir, estoy controlando todo esto,
entonces, ¿por qué debería orar? Jesús, en su humanidad es un ejemplo de uno, quién,
aunque conocía de manera perfecta el plan de Dios, aun así, oró porque ese plan sea
cumplido.
Él sabía que Pedro pasaría la prueba, sobreviviría, por últimas entregaría su vida en la
causa de Cristo por un siervo fiel, moriría como un mártir, sin renunciar a su fe. Jesús
conocía todo eso, lo planeó todo eso, Él hizo que todo eso sucediera, Él llevó a cabo eso
en la vida de Pedro, sin embargo, oró por Pedro ahí. Si el Hijo se une en oración junto con
el plan soberano del Padre, entonces, ¿deberíamos hacer menos que eso? La oración y el
poder soberano van de la mano junto con el ruego y la responsabilidad humana.
Y otro que es uno de mis favoritos, está al final del libro de Apocalipsis, ilustrando el
mismo principio, le muestra que el corazón clama por alinearse con el plan de Dios. Eso es
lo que realmente es la oración. Estamos clamando para alinearnos con los planes de Dios.
Al final del versículo 20, apenas, antes de que él diga, “la gracia del Señor Jesús sea con
todos vosotros. Amén,” su penúltima afirmación, Juan dice, “Amén, ven Señor Jesús.” Esa
es su oración, “Ven Señor Jesús.”
Ahora, alguien podría decirle a Juan, “Juan, ¿has estado escuchando? Acabas de escribir
veintidós capítulos para decir que Jesús está por venir. Ahora, si acabas de pasar veintidós
capítulos diciendo que Él viene, ¿por qué estás orando, ven Señor Jesús? Acabas de decir
que Él viene.” De hecho, en el mismo versículo, “Vengo pronto,” respuesta, “Ven, Señor
Jesús.” Como puede ver, la oración simplemente se alinea con el plan.
Pablo sabe, ahora, de regreso a 2 Tesalonicenses, que Dios desea santificar a Su pueblo. Y
él alinea su oración con el deseo de Dios. Dios, sé que Tú quieres santificar a Tú pueblo, sé
que quieres cumplir todo deseo, que tienen por bondad. Sé que quieres ver su obra de fe
producida con poder, sé que ese es tu deseo, me estoy alineando con eso. Eso es lo
correcto, y estoy orando por lo correcto, y les estoy enseñando para activar su voluntad
con respecto a lo correcto. Quieren orar unos por otros, así es como deben orar. Y estas
son las cosas por las que usted debe orar, porque estas son las cosas que le preocupan a
Dios. A Dios realmente no le preocupan los asuntos pequeños de la vida, tanto como le
preocupan los asuntos grandes espirituales de la vida.
Cómo puede ver, el propósito de Dios por el Espíritu Santo, es conformarlo a usted más y
más a la imagen de Jesucristo. Las cosas pequeñas en la vida, que viene y se van son algo
que están a un lado de ese proceso. Funcionan con ese proceso, quizás de una u otra
manera, entonces Dios tiene un plan soberano, el cual va a cumplir de manera soberana,
pero dentro de ese plan soberano hay un lugar para la oración, conforme nos alineamos
con ese plan, y nosotros incluso nos volvemos los medios para activar ese plan, porque la
oración eficaz del justo puede mucho, puede mucho.
¿Y necesitamos recordar esa ilustración fascinante de Isaías? Isaías fue a Ezequías. “Esto
es lo que Jehová dice,” Isaías le dijo, “Pon tu casa en orden porque vas a morir. No te vas a
recuperar.” Isaías 38:1. Le dijo, “No te vas a recuperar, te vas a morir.” Después de eso el
rey lloró amargamente, recuerda, y oró acerca de su situación inminente. Bueno, fue
Isaías, después que ni siquiera había salido de la casa del rey, después de presentarle el
primer mensaje, a quien se le dijo por parte de Dios, “Regresa, y dile a Ezequías, esto. Esto
es lo que Jehová, el Dios de tu padre David dice, “He oído tu oración, he visto tus lágrimas,
te voy a curar y voy a añadir quince años a tu vida.” Sorprendente. El relato mismo del
profeta presenta de manera muy clara, que, si el rey no hubiera orado, si él no hubiera
orado, él habría muerto.
Entonces, de alguna manera, el instrumento de la oración encaja dentro del plan, como
también encaja la obediencia, porque si usted no obedece no será santificado. Si usted no
obedece el evangelio, no será salvo. Entonces, no podemos creer en la soberanía de Dios,
no nada más podemos creer en la enseñanza de la Palabra de Dios, si de alguna manera
nos despoja de la pasión por orar. La oración entonces es el corazón anhelando unirse con
los propósitos santos de Dios para su cumplimiento.
“Dios opera en nosotros,” dice T. C. Hammond, como lo dijo hace años atrás en un artículo
de revista, “hay y debe haber una respuesta humana a la obertura divina.” La oración es
un acto mediante el cual me alineo con los propósitos de Dios, y mediante el cual Él lleva a
cabo Sus propósitos para cumplirlos. La oración mueve a Dios, Dios mueve a Su pueblo
quien se mueve en respuesta a Él.
Entonces, ese es el recurso. Y sea lo que sea que usted puede creer acerca de la soberanía
de Dios, sin importar cuan firme sea su confianza de que Él está a cargo de todo, no
puede, no puede, disminuir su vida de oración. Pablo, entonces, ora, para que nuestro
Dios os tenga por dignos de Su llamamiento, y cumpla todo propósito de bondad y toda
obra de fe con Su poder. Esas tres cosas. Son cosas magníficas. Dignidad, eso tiene que ver
con virtud espiritual, que el Señor lo haga a usted el tipo de persona que debería ser.
Cumplimiento, que Dios entonces cumpla en las circunstancias de su vida todo anhelo
santo.
Y después finalmente, que sea cual sea el servicio que usted realiza, sea hecho con poder.
Eso es lo que Dios está buscando. Una vida digna, una vida cumplida, una vida poderosa.
Esas son las cosas correctas porque orar. Cuando usted ora por su cónyuge, u ora por sus
hijos, u ora por sus amigos, u ora por su iglesia, u ora por su vida espiritual de manera
personal, ore por esas cosas: dignidad, cumplimiento, poder en el servicio.
Ahora, como una nota, esta es una transición fácil realmente, de los versículos 5 al 10.
Simplemente al incluirla en el capítulo en dónde va, normalmente encontramos este tipo
de notas acerca de su vida de oración antes, en el primer capítulo. Normalmente se
aparecen en los primeros cinco o seis versículos, pero aquí él se espera hasta después que
él ha explicado la Segunda Venida. Y creo que es una manera excelente de hacerlo,
porque cualquier explicación de la Segunda Venida, cualquier explicación de la esperanza
futura del cristiano, tiene implicaciones presentes inmediatas, ¿no es cierto?
Ahora, usted sabe, del versículo 5 al 10, entramos a detalle en el regreso del Señor. El
versículo 7 es la clave ahí a la mitad del versículo, cuando el Señor Jesús será revelado del
cielo, con los ángeles de Su poder en llama de fuego. Y dijimos que Él viene por dos
propósitos: retribución y alivio. La expectativa entonces de la venida de Cristo, no solo es
algo que afecta como vemos el futuro, sino que afecta como vemos el presente, porque
tiene implicaciones tan importantes en el presente.
En 2 Pedro capítulo 3, quizás el texto más conocido y fácil de entender con respecto a
esto, Pedro está escribiendo acerca del regreso de Cristo, habla de la promesa de Su
venida en el versículo 4, habla de Su juicio, y después en el versículo 8, él dice que esto va
a venir y va a venir de manera inevitable, no pueden resistirlo, no pueden hacerlo a un
lado. Si parece como mucho tiempo, simplemente recuerden que los días y los milenios
son lo mismo para Dios.
Y después en el versículo 9 él dice: “El Señor no tarda, y si él promete lo va a hacer.”
Versículo 10, él lo describe como un día que viene como un ladrón. Los cielos van a pasar,
él entra todo eso. Después en el versículo 11 viene una verdadera clave. Debido a que
todas estas cosas van a ser destruidas de esta manera, ¿qué tipo de personas deberían
ser? en conducta santa y piedad. Después en el versículo 14, él dice, deberían ser hallados
en paz, irreprensibles, sin mancha. Versículo 18, creciendo en gracia y el conocimiento de
nuestro Salvador el Señor Jesucristo.
Entonces, cuando usted sabe que viene la venida futura de Cristo, la respuesta presente
es corregir su vida. 1 Juan 3:3 dice que, si usted tiene esa esperanza en usted, lo purifica a
usted. Entonces, Pablo conocía el plan de Dios para la gloria futura de su pueblo y sabía
que estaba establecido, esa es la esperanza del cristiano, pero él también sabía que tenía
implicaciones prácticas inmensas para cómo vivían. Y entonces, él se mueve fácilmente a
orar que los aspectos prácticos de esa esperanza puedan encontrar su manifestación en
las vidas de la gente. Él sabía por ejemplo en el versículo 12, que serían glorificados algún
día, pero él quería que Cristo fuera glorificado en ellos ahora, ahora. La realidad de lo que
será debería ser una diferencia en lo que es.
Entonces, Pablo dice, “Miren, estoy orando a Dios por ustedes por estas tres cosas. Esto es
lo correcto. Realmente es lo correcto. Es aquello con lo que usted debería estar
comprometido para estar orando por esto. De alguna manera tenemos que quitarnos
cosas para concentrarnos en las cosas correctas. Estas son las cosas por las que debemos
estar preocupados en nuestra propia obediencia cristiana. Buscando ser más dignos del
nombre de Cristo, buscando estar persiguiendo lo que es bueno, y verlo cumplido,
buscando servir con poder. Y si eso es lo que buscamos, esa es la meta, si ese es el fin de
nuestras oraciones y nuestros patrones de obediencia, Dios va a ser honrado.
Reconozco que es sacrificial, reconozco que usted en un sentido tiene que apagar todo lo
que le rodea, tiene que cegarse a la sociedad y a la basura que inevitablemente está
siendo arrojada sobre usted, y tiene que buscar algo que demanda una mirada directa y
una mirada recta, y un sentido tremendo de compromiso y sacrificio para mantenerse
enfocado.
Lance me estaba mostrando una ilustración interesante en un libro del Pony Express, que
habla del sacrificio y la dedicación que demanda vivir por las cosas correctas. El Pony
Express era una compañía exprés privada que llevaba el correo mediante un relevo
organizado. Recuerda de usted, de jinetes montando a caballo. El extremo Este era San
José, Missouri; el extremo Oeste era Sacramento, California. El costo de enviar una carta
usando el servicio de Pony Express era de $2.50 dólares por onza. Y eso es más de cien
años atrás, entonces eso era mucho dinero.
Si el clima y los caballos aguantaban y los indios se detenían, la carta cubría el viaje de más
de dos mil kilómetros en diez días, a máxima velocidad. Esa fue la cantidad de tiempo que
tomó para que el discurso inaugural de Lincoln llegara a Sacramento desde San José.
Podría sorprenderle que el Pony Express solo estuvo operando desde el 3 de abril de 1860,
al 18 de noviembre de 1861; después vino el telégrafo.
Y cuando la línea del telégrafo vino, y la línea fue terminada entre las dos ciudades, el
Pony Express ya no era necesario. Ser un jinete para el Pony Express era difícil, habla a
usted de enfoque. Estar montando de manera constante a máxima velocidad,
deteniéndose únicamente para cambiar de caballo. Se esperaba que usted montara más
de cien kilómetros al día cambiando de caballos cada 30 kilómetros, un poco más. Fuera
del correo, el único equipaje que se les permitía llevar contenía unas provisiones, un poco
de harina, alimento de trigo, y tocino. En caso de peligro tenía un paquete médico que
contenía algunas cosas. Para viajar ligero e incrementar su movilidad, para esquivar a los
indios durante los ataques de los indios, los hombres solo usaban protectores para los
brazos, incluso durante el clima de invierno fuerte, conforme cruzaban las Rocallosas.
Dice usted, ¿cómo es posible que podían conseguir que alguien viviera así? ¿Cómo es que
llegaron a reclutar a alguien? Bueno, aquí hay un anuncio de un periódico de San
Francisco en los 1860s. Este fue un anuncio publicado por el Pony Express. Esto es lo que
decía: “Se busca jóvenes delgados, fuertes,” usted no quiere matar al caballo, usted lo
entiende. “No mayores de 18,” tienen que tener la fuerza. “Deben ser jinetes expertos
dispuestos a arriesgarse diariamente.” Y la nota final, “se prefieren huérfanos.” Sabe usted
que nunca les faltó jinetes. Siempre tenían una lista de espera de jinetes. Algunas
personas fueron atraídas por lo atractivo que era un sacrificio así.
Supongo que, en la dimensión espiritual, este asunto de mantenerse enfocado y seguir las
cosas correctas demanda el mismo tipo de rigor y virilidad y dedicación y sacrificio y
espíritu de aventura y el mismo tipo de indiferencia hacia todas las cosas y a toda la gente
que nos rodea, que demandaba en el mundo físico para poder tener un buen candidato
para ser reclutado en el Pony Express. ¿Puede mantenerse enfocado? ¿Puede mantenerse
a la velocidad que Dios quiere que usted se mantenga moviéndose hacia la meta hacia la
que Él quiere que usted se mueva con todas las cosas que están pasando a su alrededor y
no distraerse? ¿Puede mantenerse con las cosas correctas? Ese es el desafío. No puede
usted solo y esa es la razón por la que Pablo ora, que usted pueda por el poder de Dios.
Padre, gracias por el recordatorio de nuevo de la centralidad de la oración, en el asunto de
la santificación y el crecimiento espiritual. Gracias Padre, por recordarnos que sí, Tú eres
soberano; sí, Tú conoces todas las cosas desde el fin hasta el principio porque Tú las has
ordenado. Sí, Tú has establecido Tus propósitos y van a cumplirse. Sí, Tú eres el Señor y Tú
no cambias. Afirmamos todo eso. Pero al mismo tiempo, Señor, de alguna manera
misteriosa, maravillosa y paradójica, Tú de alguna manera haz incorporado en la ecuación
soberana, entera, la función de la oración y la obediencia.
Y entonces, oramos con Pablo, por nuestra iglesia. Dios, que Tú los tengas por dignos de
su llamado. Que Tú llenes todos sus deseos de bondad, y que Tú hagas que su servicio
emanando de la fe sea poderoso. Y Señor, que Tú también le des el poder y la fortaleza y
la voluntad para mantenerse en el camino, para seguir avanzando en contra de todo los
adversarios y enemigos y situaciones y dificultades sin estorbos, viajando ligero,
moviéndose rápido por el camino, haciendo el sacrificio necesario para alcanzar la meta,
el premio, el cual es la semejanza a Cristo.
Te agradecemos Señor, que Tú puedes hacer esto en nuestras vidas, lo cual anhelamos
que Tú hagas, y por lo cual te damos alabanza en el nombre de Cristo. Amén.
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Orando por las cosas correctas, 2ª Parte


Escritura: 2 Tesalonicenses 1:11

Código: 53–6
John MacArthur
Uno de los legados más raros de la Segunda Guerra Mundial han sido las sectas de
cargamento, cómo son llamadas en el Pacífico Sur. Muchos de los pueblos aborígenes de
islas que van desde Australia hasta Indonesia en la parte norte, fueron expuestos
inicialmente a la civilización moderna mediante las Fuerzas Armadas aliadas durante la
Segunda Guerra Mundial. El ejército estadounidense en particular, con frecuencia utilizaba
islas remotas que habían sido habitadas solo por gente del área. Usaron esas islas como
pistas de aterrizaje temporales y almacenes de provisiones. Hombres blancos vinieron a
esas islas llevando cargamento y después se iban con la misma velocidad con la que
habían llegado. La gente de las tribus no tuvo tiempo de aprender la manera en la que
funcionaba la civilización.
La civilización simplemente descendió y cayó sobre ellos. Vieron tecnología de punta de
cerca. Estos aviones salían del cielo, aterrizaban en la jungla, dejaban su cargamento y
después despegaban. Los nativos de la isla vieron encendedores para cigarros, los vieron
produciendo fuego de manera mágica y pensaban que eran milagrosos. Vieron máquinas
grandes empujando hacia un lado los bosques para construir las pistas de aterrizaje, en
dónde estos aviones grandes podían aterrizar. Por primera vez vieron jeeps y armamento
moderno y refrigeradores, y radios, y herramientas potentes, y muchas variedades de
ropa y alimento.
Estaban fascinados realmente por todo eso, y la conclusión a la que llegaron, en cierta
manera alguna natural, fue que los hombres blancos eran dioses y volaron del cielo con
todas las cosas. Y su conclusión fue que los dioses eran seres que le traían a usted muchas
cosas. Cuándo la guerra se acabó, los ejércitos se fueron, y los hombres de las tribus
construyeron altares a los dioses del cargamento. Los tabernáculos eran réplicas perfectas
de aviones, o torres de control o hangares hechas de bambú o algún tipo de material
natural entretejido. Se veían como lo que era real, pero lo único para lo que servían era
para que fueran un lugar de adoración.
En algunas de las islas más remotas, las sectas de cargamento todavía están operando en
la actualidad, en este momento, hoy. Y si usted fuera a algunos de esos lugares,
descubriría que algunos de ellos han personificado todos los estadounidenses en una
deidad. Y el nombre de ese dios es Tom Navy. Oran, la gente le ora para que el
cargamento santo caiga, y veneran reliquias religiosas como encendedores, cámaras,
lentes, plumas, tuercas, tornillos, y otro tipo de cosas.
Conforme la civilización ha comenzado a penetrar en estas islas remotas, en dónde las
sectas de cargamento existen, su fascinación por el cargamento no ha disminuido. Los
misioneros que han sido enviados a esas áreas a predicar el evangelio, descubren que la
gente involucrada en las sectas de cargamento, inicialmente los reciben de manera cálida,
porque piensan que es la segunda venida de los dioses del cargamento. El problema es
que están esperando el cargamento, no el evangelio. Y los misioneros descubren que
están tan inmersos en un materialismo que ni siquiera entienden que no pueden recibir
fácilmente el evangelio. Y se ha vuelto muy difícil penetrar estas personas de secta de
cargamento con la verdad salvadora.
Bueno, veo ese tipo de fenómeno religioso extraño y veo en el cristianismo
contemporáneo un paralelo bastante interesante, podría ser llamado el Movimiento de
Palabra de Fe, o el Movimiento de Fe, o la Fórmula de Fe, o la Palabra de Fe, o Hiper Fe,
Confesión Positiva, o Nómbralo y Reclámalo o Prosperidad y Salud y Riqueza, o lo que sea.
Es lo mismo de siempre, en cierta manera este es un nuevo tipo de la secta de
cargamento, en dónde Dios es este Dios que descarga sus productos materialistas
externos, tangibles, que pueden consumir.
Estos maestros contemporáneos enseñan, francamente, que la oración es un medio para
la gratificación personal. La oración es una herramienta mediante la cual usted consigue lo
que quiere. Y primordialmente lo que usted quiere es material. Se puede consumir, es
algo que usted puede tomar con su mano. Es dinero, es ropa, son autos y casas, y otras
cosas materiales. En mi mente no hay diferencia entre las sectas de cargamento extrañas
del Pacífico Sur, y la predicación de la prosperidad contemporánea que reduce a Dios a
algún tipo de siervo quien dependiendo del capricho y el deseo por gratificación personal.
Eso prevalece en la actualidad. Existe un mal entendimiento tan serio, como resultado de
lo que la oración es, que necesita ser corregido.
Ahora, eso me lleva al pasaje frente a nosotros. Abra su Biblia en 2 Tesalonicenses,
capítulo 1. 2 Tesalonicenses capítulo 1, versículos 11 y 12. Nos lleva a la vida de oración de
Pablo. Su vida de oración es absolutamente diferente a la manera en la que alguien se
acerca a Dios como lo acabo de describir. Pablo no ora por cosas materiales. Él no ora por
cosas que pueda consumir, sus oraciones son mucho más profundas que eso. Escuche
como ora, 2 Tesalonicenses 1:11, “Por lo cual así mismo oramos siempre por vosotros,
para que nuestro Dios os tenga por digno de su llamamiento y cumpla todo propósito de
bondad y toda obra de fe con su poder, para que el nombre de nuestro Señor Jesucristo
sea glorificado en vosotros y vosotros en él, por la gracia de nuestro Dios y del Señor
Jesucristo.”
No hay nada material en esa oración, no hay nada que se puede consumir en esa oración.
No hay nada que puede satisfacer un deseo personal en esa oración, el Dios al que Pablo
ora no es un dios de cargamento. Él no trae radios y cámaras y televisiones y binoculares y
encendedores. Eso no es por lo que ora Pablo. Pablo ha entendido la oración, por lo que
realmente es, en el nivel profundo que Dios quiso que fuera.
Entonces, conforme vemos estos dos versículos hemos titulado este estudio de dos
semanas, “Orando por las cosas correctas”. La oración verdadera es aprender a pensar los
pensamientos de Dios como Él quiere. Aprender a desear los deseos de Dios con Él.
Aprender a amar lo que Él ama y aborrecer lo que Él aborrece. Y entre más profunda se
vuelva su vida de oración y más se alinee con la voluntad de Dios, y los anhelos de Dios y
los deseos de Dios y los amores de Dios, y los odios de Dios, menos cosas triviales la
ocuparán, menos cosas que puede consumir serán manifiestas. Y más su oración, se
volverán anhelos que abarcan mucho y afirmaciones de esas realidades espirituales, que
usted sabe, que están cerca del corazón de Dios.
Usted orará así, “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga
tu reino. Hágase tu voluntad. La oración nos coloca en la relación más cercana con Dios.
Nos levanta a Él, nos coloca en el lugar de mantener compañía con Dios. Y ahí en esa
compañía, con una Biblia abierta y un corazón abierto, aprendemos a escuchar antes de
que hablamos.
Encuentro en mi propia vida personal que las experiencias más puras y más genuinas y
más enfocadas de oración que tengo, son cuando oro frente a mi Biblia abierta, porque la
voluntad de Dios es revelada. El corazón de Dios es manifiesto, los anhelos de Dios son
dados a conocer a mí, aquello que Él ama es revelado, aquello que Él aborrece es
revelado. Y eso se traduce en mi afirmación y mi oración, esto se vuelve un estilo de vida.
Vivimos en dos niveles. Usted puede estar involucrado en las rutinas que toman su
tiempo, y tiene que concentrar cierto tiempo de su mente consciente a esas rutinas. Pero
una de las grandes realidades de la mente humana por la creación de Dios, es que puede
estar tratando con más de una cosa al mismo tiempo. Tiene la capacidad de dividir su
atención. Y mientras que todos estamos tratando al nivel tangible, transitorio de la vida
externa en la que estamos inmersos, al mismo tiempo hay una consciencia que va mucho
más profundo que eso. Este era Pablo. Pablo podía estar enseñando, predicando,
planeando, escribiendo, trabajando, exhortando, discipulando, viajando, sufriendo, pero
todo el tiempo, por debajo, a otro nivel orando a un nivel que mostraba con que
profundidad él entendía la mente de Dios.
Si en su vida, la oración es reducida a algún período de tiempo que se identifica, en el que
usted expresa verbalmente cosas a Dios, o un período de tiempo en el que usted detiene
todo lo demás y se coloca en una posición única y enfoca su mente en Dios y levanta sus
oraciones, incluso de una manera silenciosa, esas, mientras que son importantes, no
pueden constituir toda su vida de oración. Su vida de oración es simplemente una manera
de vivir, y se lleva a cabo todo el tiempo. Sus actividades abiertas y obvias, externas,
demandan cierta cantidad de atención, pero existe ese nivel más profundo de
comprensión, que se está llevando a cabo todo el tiempo dentro de usted, que es una
comunión incesante con el Dios vivo.
Fue tan verdadero en el caso de la vida de Pablo, que de manera periódica como usted lee
a lo largo de sus epístolas, ese nivel más bajo sale a la superficie. Usted casi podría decir
que es como un volcán. Hay una superficie delgada, una tapa delgada en la superficie de la
tierra, pero debajo de la tierra está esta combinación de gas y fuego que está hirviendo, y
de vez en cuando irrumpe y sale a la superficie y la lava caliente fluye. Así era en el
corazón de Pablo, había un corazón ardiendo por Dios. Había una relación explosiva con
Dios, y en el proceso de su escritura o predicación, enseñanza, discipulado, viajar, planear,
preparar, de vez en cuando lo que estaba pasando todo el tiempo debajo de la superficie,
en la calidez de su comunión con Dios, estallaba y llegaba a la superficie.
Y entonces, descubrimos conforme leemos sus epístolas, de vez en cuando que una de
estas oraciones explota, llegando a la superficie en un volcán del calor de su corazón. Así
es el versículo 11 y 12 aquí llegamos al nivel profundo de Pablo. Él no nos está dando
algún tipo de explicación de teología, él no nos está llevando a lo largo de la progresión
lógica de una doctrina, él no nos está dando algún tipo de razón para cierta exhortación. Él
no está definiendo para nosotros un problema en la iglesia en el que él quiere darnos una
solución. Él no está atacando algún asunto, él no está tratando con alguna doctrina falsa o
enseñanza falsa, si no que más bien, de pronto, vamos debajo de todo eso y en una
explosión sale está lava caliente de su vida de oración.
Y siempre señalamos la palabra ‘siempre’, porque siempre parece estar ahí. Cuándo él
dice, oramos por ustedes, él siempre dice siempre. Y tenemos que hacer la pregunta,
¿cómo puedes hacer eso? Y la respuesta a la pregunta es porque está este otro nivel en el
que él vive en comunión con Dios. Pablo, en ese nivel profundo, en dónde la oración
verdaderamente existe, en dónde la oración es una preocupación interminable, conoce a
Dios muy bien. En ese nivel él entiende la voluntad de Dios, porque le ha sido revelada en
las Escrituras, él siente lo que Dios siente. A él le duele en dónde Dios le duele, él se
regocija en dónde Dios se regocija, él entiende lo que Dios quiere, lo que Dios anhela, lo
que Dios ama, lo que Dios odia, es parte de la madurez espiritual conocer eso.
Y como consecuencia sus oraciones nunca son superficiales, y nunca son egoístas y nunca
ven solo lo que está frente a sus ojos. Siempre son muy profundas, muy espirituales,
siempre buscan abrazar cosas que son absolutamente imposibles de consumirse, cosas
que usted no puede tocar ni sentir. Él no está orando por las cosas físicas. Y entonces
quiero decirle que este es un buen punto en nuestro estudio de la Palabra de Dios para
recordarnos que muchos de nosotros, en la mayoría de los casos, oramos por las cosas
equivocadas, y Pablo oraba por las cosas correctas. Y supongo que para algunos de
nosotros la oración es un tiempo periódico en el cual detenemos todo y nos enfocamos en
expresar verbalmente nuestras peticiones, en lugar de que sea un estilo de vida incesante.
La madurez espiritual, entonces, está marcada por esas dos cosas. Está marcada por una
vida de oración incesante que se lleva a cabo en un nivel profundo debajo de la superficie
de las cosas normales, y es oración que busca las cosas correctas porque conoce la mente
y el corazón y la voluntad de Dios. Ahora, viendo de nuevo estos versículos le recuerdo
que la última vez vimos el punto uno, el cuál es el recurso mismo, cuando él quiso algo
para sí mismo, cuando él quiso algo para la gente amada a la que él ministraba, el recurso
fue la oración.
Entonces, el versículo 11, “Por lo cual, asimismo oramos siempre por vosotros.” Este nivel
que estaba por debajo de la superficie de comunión consciente con Dios tenía inherente
en él oraciones por sus iglesias, él ve la oración como el medio para adquirir estos fines
espirituales. Para Pablo, y para cualquier cristiano maduro, la oración es una condición, la
oración es una condición, es un estado de la mente. Es una condición permanente o un
estado de la mente, permanente, mediante el cual las promesas y los propósitos de Dios,
el bienestar espiritual de Su pueblo, la extensión de Su evangelio, y el crecimiento de Su
iglesia son la pasión del creyente. Es ese tipo de condición. Es vivir en una condición en la
que usted está consumido con las promesas y propósitos de Dios, con el bienestar de Su
pueblo, la extensión de Su evangelio, y el crecimiento de Su iglesia. Y las cosas que le
preocupan a usted son las cosas que le preocupan a Él. Alinea su corazón con Dios.
Y vimos algo del recurso de la oración, la última vez, acerca de cómo se alinea con la
soberanía de Dios. Vayamos a las peticiones, ese el punto dos en este texto. ¿Qué es lo
que él pide? Alinearse con Dios, conocer la mente y el corazón de Dios ¿Por qué ora
Pablo? Versículo 11, “Para que nuestro Dios os tenga por dignos de su llamamiento, y
cumpla todo propósito de bondad y toda obra de fe con su poder.” Esas tres cosas, nada
egoísta, nada superficial, nada externo, nada temporal, nada que se pueda consumir, éste
es tesoro espiritual rico, rico, por lo que él ora.
En primer lugar, dignidad. Dignidad. “Para que nuestro Dios, os tenga por dignos de su
llamamiento.” Esta es una petición amplia que realmente abarca la virtud cristiana. Ora
porque Dios los haga dignos. En otras palabras, que Dios los capacite para merecer el
nombre que llevan. Si usted va a ir por todos lados diciendo que es de Cristo, y Cristo es
de usted, entonces debería merecer ese título. Él usa el pronombre posesivo “nuestro
Dios” simplemente para recordarle a sus lectores y a nosotros que Dios no es un ogro
distante, Dios es no es alguien que debe ser temido, Dios no es uno que no puede ser
tocado con los sentimientos de nuestras debilidades y no mediante claro, Cristo, ha
demostrado que es un Dios tierno y que se preocupa.
Entonces, en un sentido íntimo, él identifica a Dios como nuestro Dios, y él dice, “Nuestro
Dios quiere hacerlos” o considerarlos, ese verbo puede tomarse de cualquiera de las dos
maneras, de cualquier manera, si lo hace usted digno, Él lo va a considerar por digno. Si lo
considera digno va a ser porque Él lo hizo digno, pero nuestro Dios quiere hacerlo digno
para que pueda ser considerado digno de nuestro llamamiento. Esa pequeña afirmación
‘vuestro llamamiento’ y permítame ayudarle a ver lo que significa. Cuando usted ve el
término llamado ‘llamamiento’, vuestro llamamiento en las epístolas del Nuevo
Testamento, se refiere a salvación. No es el tipo de llamado, digamos, que Jesús usaría en
los evangelios, en dónde Él dice: “Muchos son llamados, pero pocos escogidos.”
Ese es simplemente un llamado del evangelio en dónde los pecadores son llamados a
arrepentirse, los incrédulos son llamados a creer, la gente no salva es llamada a ser salva.
Esa no es la manera en la que es usada en las epístolas. Es usado de lo que los teólogos
llamarían un llamado eficaz, efectivo, a la salvación. Es usada para ese momento en el que
Dios lo salva a usted. Su llamamiento es el momento en el que Dios lo llamó a usted, la
realidad de su salvación. Usted fue llamado a Cristo por Dios. Usted fue atraído a la
salvación. Es ese sentido, es el sentido de Romanos capítulo 8, en dónde dice, que a los
que predestinó, a estos también llamó, y a los que llamó, a estos también justificó, y a los
que justificó a estos también glorificó.
Entonces, ahí tiene usted la predestinación, el llamado, justificación, y la glorificación. Ese
es el flujo de la salvación. Los predestinados son llamados a la salvación, de esta manera
son declarados justos, de esta manera son dirigidos a la gloria. Usted ve lo mismo en
Romanos 11:29, “porque el llamamiento de Dios es irrevocable.” Dichos llamados de Dios
son irrevocables, son permanentes. Gálatas 1:15, Pablo habla de su salvación y él la llama
el tiempo en el que él fue llamado. 1 Corintios 1:26 habla de la salvación como un
llamado.
Entonces, es un término que significa un llamado eficaz, efectivo, a la salvación. Usted ve
lo mismo en 1 Tesalonicenses 2:12, “para que andéis de una manera digna del Dios que os
llamó a su reino y gloria.” Es un llamado al reino, es un llamado a la gloria, es un llamado
salvador. Podría ser en los mismos términos que Jesús usó cuando Él habló de que el
Padre trae. “Ninguno puede venir a mí si el Padre que me envió no le trajere.” Esa es la
esencia de ese llamado.
Entonces, él dice, “Miren, han sido llamados a salvación. Han sido llamados a Dios,
llamados a Cristo, llamados a llevar el nombre ‘cristiano.’ Han sido llamados para ser
identificados como el pueblo de Dios, hijos de Dios. “Ahora,” dice él, “oro para que
nuestro Dios os tenga por dignos de su llamamiento,” que merezcan llevar ese nombre. Él
quiere que usted sea digno. Esa palabra trae a nuestra mente varias cosas. En Romanos
1:32 la Biblia dice que los impíos son dignos de muerte, son dignos de muerte. Son
indignos de salvación, y eso incluye a todos nosotros. Ninguno de nosotros es digno de
salvación.
Entonces, podemos presentar el punto simple, pequeño, Dios salva a los indignos. Dios
por gracia salva a los indignos. Podemos añadir a eso, esto, Dios entonces hace a los
indignos, dignos. A la iglesia en Sardis, en Apocalipsis 3, y versículo 4, el Señor dijo:
“Porque eres digno,” Dios salva al indigno y hace al indigno, digno. Pero más allá de eso,
Dios quiere que se vuelvan más dignos. Él quiere incrementar eso en el sentido práctico.
¿Cómo puedo entender eso? Bueno, antes de que usted es cristiano, usted es indigno.
Cuándo usted se volvió cristiano se volvió digno en un sentido posicional, eso quiere decir
que, así como se volvió justo en la justicia de Cristo, entonces se volvió en esa justicia,
digno.
En otras palabras, Dios lo hizo a usted digno cuando usted era indigno, y lo hizo por gracia.
Usted no se lo ganó, no se lo podía ganar, no podía hacer nada digno de salvación, no
podía hacer nada que fuera lo suficientemente digno para ganársela, no podía hacer nada
lo suficientemente digno para mantenerla, pero Dios le da a usted una dignidad que está
en Cristo. Cuándo Él lo declara a usted justo, y lo viste en la justicia de Cristo, eso lo hace a
usted digno.
Entonces, en la posición que usted ocupa delante de Dios, usted es digno. Pero en el
sentido práctico, Pablo dice, “estoy orando porque Dios los haga dignos.” En otras
palabras, Él va a incrementar esa dignidad. Usted ve algo parecido ahí atrás en el versículo
5 del capítulo 1. Como Dios mediante sus juicios de disciplina está haciéndolos dignos del
reino por el cual están sufriendo. Dios quiere que usted sea más digno, Él quiere que
usted merezca más el llevar Su nombre. Él no quiere que sea una vergüenza para Su
nombre, vergüenza para Su iglesia.
Entonces, Él quiere hacerlo a usted más digno para incrementar su dignidad, y Él lo hace
mediante el sufrimiento, capítulo 1 versículo 5, Él trae sufrimientos a su vida, que en cierta
manera hacen a un lado la carne y lo llevan a sí mismo y traen madurez espiritual, y aquí,
en la nota positiva, Pablo está orando porque Dios continúe ese proceso, sea como sea
que necesite operar, que Dios lo haga digno de Su llamamiento. Usted ya lo es en
posición, necesita ser más y más digno en práctica. Algún día en el futuro usted será
completamente digno, porque usted será completamente santo.
Mientras tanto, necesitamos volvernos más dignos de llevar el nombre de Cristo. Los
cristianos son hechos dignos, así como son hechos justos, pero necesitan volverse más
justos, necesitan volverse más dignos. La cuestión de vivir a nivel de esa dignidad divina
interna, es estimulada por la mano de Dios que juzga, y es estimulada por el Espíritu de
Dios conforme Él se mueve en nuestras vidas mediante la Palabra y su aplicación.
Entonces, él dice, “Quiero que sean más dignos.” Creo que esa es una oración que todo
pastor debería orar, todo pastor ora. “Quiero que mi congregación sea más digna de llevar
el nombre de Cristo. No quiero que mi congregación traiga menosprecio a Cristo. No
quiero que mi congregación traiga deshonra a Su nombre. No quiero que sean la causa
como los judíos fueron, de que Dios sea menospreciado. ¿Recuerda usted que él dijo, el
nombre de Dios era calumniado debido a su conducta, en Romanos 2?
Y habían algunas personas en la iglesia tesalonicense que no estaban actuando de una
manera muy digna. Realmente no eran dignos de llevar el nombre, vea el capítulo 3,
versículo 6, “Os mandamos hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que se
alejen de todo hermano que lleva una vida desordenada y no según la tradición que
recibiste de nosotros.” Hay algunos hermanos, ahí afuera, que están en una situación
desordenada, que no están siguiendo la tradición. Esto es la Escritura, la Palabra, “la
enseñanza que recibieron de nosotros,” versículo 11.
Están llevando una vida indisciplinada, no están trabajando, y están actuando de manera
entrometida, manténganse alejados de esas personas. Habían algunas personas indignas.
Dignas, sí, posicionalmente cubiertas con la justicia de Cristo, pero en su vida práctica no
eran dignos de ser llamados cristianos. Sabe, una cosa, yo creo que algunas veces Dios
simplemente mata a esas personas, se los lleva al cielo. No son dignos de llevar Su nombre
en la tierra, son una mancha para Él.
Entonces, él está orando que estas personas caminen de una manera digna del nombre
que llevan. Usted tiene una responsabilidad tremenda. Usted tiene un privilegio
tremendo, y yo también, si llevamos el nombre cristiano, de vivir de una manera digna de
llevar el nombre. Observe Efesios, y le voy a mostrar como este mismo pensamiento, en
cierta manera es un tema recurrente que es importante en los escritos de Pablo. Efesios
4:1, “Yo, pues, prisionero en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación o
llamamiento con la que habéis sido llamados.” Debe andar de una manera digna.
Y él lo define, “con toda humildad, mansedumbre, paciencia, soportándoos unos a otros
en amor, siendo diligentes en preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.” Así
es como usted debe caminar. Eso es lo que un cristiano digno hace. Un cristiano digno es
humilde y gentil y paciente y soporta y ama y busca la unidad. Observe Filipenses capítulo
1, Filipenses capítulo 1 versículo 27, “Solo que os comportéis como es digno del evangelio
de Cristo.” ¿Cómo es eso? Bueno, “estando firmes en un espíritu, una mente,
esforzándose juntos, luchando juntos por la fe del evangelio, nunca alarmados por sus
adversarios, sufriendo de manera dispuesta.” Así es como usted es digno. Usted anda de
una manera digna cuando usted busca la unidad, cuando usted está firme, cuando confía
en Dios en medio de la dificultad. Cuando soporta el sufrimiento por cause de Él.
Colosenses 1:10 él dice lo mismo. “Esto es por lo que oramos, que andéis como es digno
del Señor.” ¿Cómo? “Agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, creciendo
en el crecimiento de Dios, fortalecido con todo poder conforme a la potencia de su gloria.
Dando gracias,” versículo 12. ¿Qué es una vida digna? Es una vida que agrada al Señor en
toda área. Es una vida que da fruto en toda buena obra. Incrementa en conocimiento,
fortalecida con poder. Es una vida que está agradecida. Esa es una vida digna. Y después,
como señalé antes, 1 Tesalonicenses 2:12 dice lo mismo. “Anden de una manera digna del
Dios que los llama a su reino y gloria.” Y, ¿cómo debe caminar? Bueno, Pablo dice que
caminemos de esta manera, versículo 10, “de manera devota, recta e irreprensible.”
Entonces, usted puede ver que este es un tema al que Pablo le gusta regresar, esta idea de
dignidad. Él está diciendo: “Oro porque Dios incremente su dignidad de llevar el nombre
de Su Hijo.” Si usted ve el Nuevo Testamento y lo resume, sería algo así, un andar digno. Y
le voy a dar una lista, no lo escriba, simplemente escuche, en las escrituras que leí y varias
más, es así…un andar digno es un andar en humildad, un andar en pureza, un andar en
contentamiento, un andar por fe, un andar en justicia, un andar en unidad, un andar en
gentileza, un andar en fortaleza, un andar en paciencia, un andar en amor, un andar en
gozo, un andar en gratitud, un andar en la luz, un andar en conocimiento, un andar en
sabiduría, un andar en verdad y un andar siendo fructíferos.
Resumiéndolo, si usted dice que Cristo y usted están relacionados, 1 Juan 2:6, debería
andar como Él anduvo. Esto entonces es una petición amplia. Él está orando porque Dios
capacite a los cristianos a vivir su dignidad espiritual. Son dignos debido a la justicia de
Cristo imputada a ellos. Algún día serán dignos de andar con Él en blanco, porque todo el
pecado se acabará y mientras tanto él quiere que su dignidad se incremente para que
abarque toda su vida. Esa es una oración por la virtud cristiana.
La segunda petición, la segunda petición realmente es por bondad, por bondad. Él dice la
segunda petición simplemente en estas palabras, “que nuestro Dios cumpla todo
propósito de bondad.” Me gusta incluso llamar a ese punto, cumplimiento. Él ora porque
Dios les de cumplimiento. La palabra ahí, pleros, significa cumplir. “Dios, por favor, cumple
en sus vidas todo lo que desean, cuando lo que desean es bueno, por lo que Tú defines.”
Esa es su oración. Que Dios cumpla todo anhelo de ellos por lo que es bueno. ¿En dónde
encuentra lo que es bueno? Bueno, Jesús dijo que hay uno bueno, y ese es Dios.
Entonces, el que tiene objetivos completamente buenos es Dios. Él simplemente está
diciendo, Dios, quiero que les des todo lo que deseas siempre y cuando, por tu definición,
es bueno. Hombre, ese es un punto poderoso. Quiero que conozcan el cumplimiento,
quiero que sus oraciones sean respondidas, quiero que sus sueños se vuelvan realidad, sus
deseos sean cumplidos, sus anhelos se cumplan, pero solo si son buenos por Tú definición.
Ahí atrás en los Salmos, entendemos un poco este tipo de oración. Salmo 21, simplemente
le voy a leer esto a usted, versículos 2 y 3, “Tú le has dado el deseo de su corazón, y tú no
has retenido la petición de sus labios, porque tú lo encuentras con las bendiciones de
cosas buenas.” Esa es la clave. Le diste lo que quiso. Le diste lo que pidió, porque era
bueno, porque Tú viste que era bueno. Salmo 37, sé que usted recuerda, un texto muy
conocido y útil, escuche el versículo 4, “Deléitate así mismo en Jehová, y él dará las
peticiones de tu corazón.” Espera un minuto, ¿acaso Dios le va a dar a usted todo lo que
su corazón desea? Sí, si usted se está deleitando en Él. El punto es que, si usted se está
deleitando en Él, entonces sus deseos son los deseos de Él. Él es primero.
Y entonces, cuando usted ora, Él le va a dar a usted aquello por lo que usted oró, porque
será coherente con su deseo. Cuando usted se deleita en el Señor, su anhelo será por
bondad. Y Dios va a cumplir su anhelo. Una nota más en los Salmos, está en el Salmo 138,
versículo 8, “el Señor cumplirá lo que tiene que ver conmigo.” El Señor va a cumplir lo que
tiene que ver conmigo. ¿Por qué es que el salmista es tan atrevido como para decir, Dios
va a hacer lo que yo quiero? La respuesta es, porque ya había sido hecho evidente en ese
Salmo, que lo que él quería era lo que Dios quería.
Santiago dice, “Miren, piden y no reciben. ¿Por qué? Porque quieren consumirlo para sus
propios deseos.” Están pidiendo gratificación personal. Pablo dice, “Dios, dales todo lo
que su corazón desea, cuando lo que su corazón desea es, ¿qué? “bueno, por Tú
definición.” Esa es una vida en dónde hay cumplimiento. Yo sé que la mayoría de la gente
probablemente supone que Dios no quiere hacer que alguien sea feliz, que Dios, o tiene
alguna satisfacción de ser un aguafiestas cósmico, que Dios siente que tiene que haber un
poco de lluvia en el desfile de todo mundo, simplemente para recordarles quien está a
cargo, que Dios quiere dejar a la gente con una especie de miseria permanente para
recordarles que Él es estricto y demandante.
Eso realmente no es verdad. Dios quiere darle a usted el deseo de su corazón, cuando
usted acude a Él en oración. Él quiere darle el deseo de su corazón, mientras que el deseo
de su corazón, aquello por lo que pide usted es un deseo que usted ha aprendido al
escuchar, y usted sabe que es Su mente y Su voluntad. Salmo 145:16 dice, “Él abre su
mano y satisface el deseo de todo ser viviente.” Ese es Dios. Dios es generoso y lleno de
gracia. Él anhela darle a Sus hijos lo que anhelan, pero Él anhelan que anhele lo que ellos
debería anhelar. Y Él sabe que cuando lo reciben, va a traer alabanza. Salmo 90:14 dice
que, “cuando te doy lo que me pides vas a cantarme una canción.”
Entonces, ¿por qué ora Pablo? ¿Cuáles son las cosas correctas por las que debemos orar?
¿Por qué debe orar usted en su propia vida, en la vida de aquellos a los que usted ama, a
la gente en su iglesia? Usted ora por su dignidad. Ora porque su virtud cristiana crezca.
Ora porque su virtud cristiana crezca. Y después ora por su cumplimiento, que Dios haga
en su vida el cumplimiento de toda buena cosa que anhela, porque sabe que Dios también
lo anhela. Si usted quiere que sus oraciones sean respondidas, entonces escuche y
conozca la mente y el corazón de Dios, y ore por lo que es bueno por definición de Él, y Él
se lo dará a usted.
Tercera petición, ora por su poder. Él quiere que sean una congregación digna, una
congregación cumplida, y una congregación poderosa. “Oro porque nuestro Dios cumpla,”
vamos a tomar el verbo ahí, porque creo que él tiene la intención de ser así, “para que
nuestro Dios cumpla toda obra de fe con su poder.” Porque nuestro Dios cumpla los
esfuerzos de ustedes de manera poderosa. Ellos ya estaban involucrados en la obra de fe,
de regreso en 1 Tesalonicenses 1:3, él dijo: “Ya agradecí a Dios por su obra de fe.”
Escuche, no existe algo así como una fe que no funciona, ¿verdad? La fe sin obras está,
¿qué? muerta.
Santiago 2:17–26 es explícito en decir eso. “Así también la fe sino tiene obras está muerta
estando por sí sola. Pero alguien podría decir, tú tienes fe, yo tengo obras muéstrame tú
fe sin las obras y yo te mostraré mi fe por mis obras.” En otras palabras, ¿cómo me vas a
mostrar tu fe? No la puedo ver. La única manera en la que usted puede mostrarla es en
sus obras. Y él procede a describir eso. “La fe obra,” él dice, así como el cuerpo sin el
espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.”
Entonces, ellos tenían una verdadera fe salvadora y se manifestaba, funcionaba, operaba,
producía fruto, él dice, “agradezco a Dios por la obra de su fe.” Pero ahora por lo que está
orando es, “estoy pidiendo a Dios que haga que esa obra de fe sea poderosa. No solo
mínimo, sino máximo.” Él entendió la salvación por la gracia mediante la fe únicamente,
pero él también entendió que la salvación por gracia mediante la fe únicamente producía
obras, porque somos hechura suya creados en Cristo Jesús para buenas obras,” Efesios
2:10, “la cual Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ella.” Él entendió eso,
la fe salvadora verdadera va a producir obras, pero él dijo, “quiero que esas obras sean
poderosas.”
Estas son las cosas correctas. Esto realmente son las cosas correctas. Dice usted, por
cierto, ¿cómo puede eso suceder? ¿Cómo sucede eso, ese tipo de situación poderosa?
Bueno, usted puede regresar a Efesios 3, y usted tiene una pista. 3:15, Pablo está orando,
y él identifica a Dios en los versículos 14 y 15, y después en el 16 aquí está su petición,
“que él os de conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos por poder mediante
su espíritu, en el hombre interior.” Esa es la clave. El poder de Dios es liberado según lo
que acabo de leerle, mediante el Espíritu de Dios en el hombre interior.
Dice usted, “¿Cómo sucede eso?” Al dejar que la Palabra de Cristo more en abundancia en
usted, hasta que la Palabra de Dios domine su corazón. Él dice, “Quiero que su obra de fe
sea poderosa. Y quiero que sus anhelos por bondad sean cumplidos, y quiero que su vida
sea digna de llevar el nombre de Cristo.” Esas son las cosas correctas porque orar. Por eso
debería orar, por su cónyuge en la vida, por sus hijos, por sus amigos, por la gente a la que
usted ama, a su iglesia. Nos atoramos como un disco rayado en las cosas temporales.
Y finalmente, la razón, el recurso para sus deseos por esta iglesia, oración. Las peticiones,
dignidad, cumplimiento, y poder. Ahora, la razón, y esto es tan básico, tan importante,
versículo 2, “para que el nombre de nuestro Señor Jesucristo sea glorificado en vosotros, y
vosotros en él, por la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.” Aquí está la razón, el
propósito no es para usted, el propósito es para el Señor, para que, o con el propósito de
que el nombre de nuestro Señor Jesucristo sea glorificado. Ahí está ese pronombre
posesivo pequeño ‘nuestro’, de nuevo, está hablando de intimidad con la que estamos
relacionados a Cristo, así como lo estamos con Dios. Aquí está el propósito más alto, el
motivo más alto, la razón más grande, ustedes deben volverse así para que el nombre de
nuestro Señor Jesucristo, sea glorificado en ustedes y ustedes en él. Es para Su gloria.
Permítanme desmenuzarlo por un momento. Ve esa frase, ‘el nombre de nuestro Señor’,
‘el nombre del Señor’, ese es un título del Antiguo Testamento para Dios, lo ve en Génesis
4:26; Éxodo 33:19; Deuteronomio 5:11; Isaías 42:8; Isaías 56:6. Es un título para Dios, y
aquí dice, el nombre de nuestro Señor Jesús, lo cual está identificando de manera clara,
inequívoca a Jesús como Dios, Jehová Dios, el Dios del Antiguo Testamento. El término
nombre, significa todo lo que Él es, la totalidad del Señor. Todo lo que el Señor es, sería
otra manera de decir eso de una manera diferente.
Entonces él dice: “Todo esto quieren ustedes, para que todo lo que el Señor Jesús es sea
honrado, exaltado, levantado.” Recuerda en Daniel 9 cuando Daniel estaba orando por su
pueblo. Él oró y oró y oró a lo largo de ese capítulo maravilloso entero, por las
necesidades de su pueblo. Y después al final de esa sección, él da la razón del porqué,
“Oh, Señor, oye oh Señor, perdona oh Señor, escucha, toma acción por causa de ti.” ¿Por
qué? “Porque tú ciudad y tu pueblo son llamados por tu nombre. Tu reputación está en
juego Dios, por favor haz esto. Tu nombre está en juego aquí, tu reputación está en
juego.”
Usted sabe, como también yo lo sé amigos, que la excusa número uno que la gente da por
no querer volverse cristianos es que dicen: “Bueno, conozco algunos cristianos, y
básicamente, llene el espacio en blanco, son hipócritas.” Esa siempre es una excusa que la
gente usa. Y eso fue lo que Daniel estaba diciendo, “Mira, Señor, tienes que hacer algo
aquí porque tú nombre está en juego, tu reputación está en juego en las vidas de tu
pueblo. Llevan tu nombre.”
Eso es lo que Pablo está diciendo. Dios te estoy pidiendo que hagas esto, y tú nombre está
en juego, y la gloria de tu nombre está en juego. Quiero que aquellos que llevan el
nombre del Señor Jesús traigan honor a Él.” Esto es algo maravilloso que él dice, “para que
el nombre de nuestro Señor Jesús sea glorificado en ustedes.” Guau. ¡Que pensamiento!
Que Dios, el Señor Jesucristo pueda ser glorificado en mí, este vaso de tierra, esta arcilla
humilde, esta carne pecaminosa. Pero ahí está. Así como su gloria podía brillar en el rostro
de Moisés, puede brillar a través de mí.
Esa es la razón por la que Jesús dijo: “Así brille vuestra luz delante de los hombres, para
que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”
Cómo puede ver, debemos vivir para que Dios sea glorificado. Él quiere ser glorificado en
usted, dice Pablo. Oh Dios, haz esto, para que el Señor Jesús sea glorificado en estas
personas, y estas personas en Él. ¿Qué significa eso? Es recíproco. Si Él es glorificado a
través de usted, en otras palabras, si Él es honrado a través de usted, entonces Él lo va a
honrar a usted. Él lo va a exaltar a usted, Él lo va a levantar a usted.
Usted está diciendo, ¿está hablando eso de gloria eterna? Seguro. ¿Está también
hablando quizás en esta vida? Quizás. Dios está tan lleno de gracia, que Él nos da el
privilegio de glorificar a Cristo en nosotros. Y después él dice, “Y Él también los va a
glorificar a ustedes. Él los va a honrar a ustedes.” Seguro. En el futuro Él nos va a glorificar,
pero incluso ahora, creo que Dios va a levantar a aquellos que glorifican Su nombre. Él los
va a levantar con bendición. ¡Qué cosa tan tremenda! “Oro,” y aquí está la razón, “porque
el Señor Jesús, en la plenitud de quien es Él, sea glorificado en ustedes. Y a su vez,
conforme Él es glorificado en ustedes, Él los va a exaltar. Él los va a honrar. Él los va a
levantar.” Un principio espiritual muy simple. Usted honra a Cristo, Cristo lo honra a
usted.
El deseo de Pablo aquí está expresado como en ningún otro lugar en 2 Corintios 8:23 por
Pablo mismo, simplemente escuche esto, él dice: “Acerca de Tito, mi colaborador entre
vosotros, en cuanto a nuestros hermanos,” él dice esto, hablando de la comunión
cristiana, “en cuanto a nuestros hermanos, son mensajeros de las iglesias, una gloria para
Cristo.” Guau. Aquellos que son nuestros hermanos, que son mensajeros de las iglesias,
aquellos que sirven, son una gloria para Cristo, son un honor para Él. ¿No es esa su meta,
ser un honor para Cristo, y Él a su vez lo va a honrar a usted? Él lo va a hacer.
William Barclay lo expresó, creo yo, cuando él dijo: “La gloria de un maestro se encuentra
en los eruditos que él produce. La gloria de un padre se encuentra en los hijos a quienes
ha engendrado. La gloria de un maestro se encuentra en sus discípulos.” Y así es lo mismo
con Cristo. Su gloria se encuentra en aquellos que le pertenecen a Él. ¿Puede haber algún
privilegio, y puede haber alguna responsabilidad más grande que eso? Él nos glorifica
porque nosotros lo glorificamos. Algún día eso sucederá, pero creo que incluso ahora Él va
a levantar al que lo levanta a Él.
Y después él cierra al decir, “Y todo esto, conforme la gracia de nuestro Dios y del Señor
Jesucristo.” Esa es la razón por la que estoy orando, Dios, porque Tú eres el único que
puede hacerlo. Y Tú tienes que hacerlo por gracia porque estas personas no lo merecen, y
no merecen ser hechos dignos. No merecen tener sus deseos cumplidos y ciertamente no
merecen servir con poder, pero quiero que lo hagas, quiero que lo hagas por la gracia,
aunque no lo merecen, para que Tú puedas recibir la gloria. Eso es lo que está diciendo:
“Hazlo por gracia.”
Escuche, todo lo que viene a usted a su vida cristiana es por gracia. Es así como su
salvación fue. Y después esta frase al final. “La gracia de nuestro Dios y el Señor
Jesucristo.” Cuando usted ve el idioma original ahí, y trata de entender lo que el escritor
realmente está tratando de decir con esos dos términos “Dios,” y “el Señor Jesucristo”
usted puede terminar con dos posturas que se pueden defender por igual. Una es que él
está hablando de una persona. “Dios, esto es el Señor Jesucristo.” Y él de hecho está
llamando a Dios el Señor Jesucristo, y llamando al Señor Jesucristo, Dios. Hay una persona
en mente.
Usted también puede verlo como, dos. “Dios” y “el Señor Jesucristo”. En ambos casos él
está afirmando la deidad de Cristo, porque en el caso número uno, él está hablando de
una persona, Dios, quien es el Señor Jesucristo; en el caso número dos, él está hablando
de Dios y el Señor Jesucristo. Número uno, es una persona. Número dos, son dos personas
iguales.
Entonces, en cualquiera de los dos casos, de nuevo, la afirmación de la deidad de Cristo. Y
él depende de manera total de la soberanía de Dios, la soberanía de Cristo para conceder
esta respuesta a sus oraciones por gracia, porque no lo merecemos.
Entonces, ¿qué busca en sus oraciones? ¿Qué pide? Espero que no esté metido en la secta
del cargamento. ¿Qué busca? ¿Qué quiere para usted, por el resto de la gente? Las cosas
correctas. Espero. Y quizás si usted no habla tanto y escucha más, aprenderá cuales son las
cosas correctas.
Gracias Padre, por este gran texto, que nos dirige hacia un entendimiento apropiado de la
oración. Que encuentre su camino en la esencia misma de nuestras vidas, y que vivamos
como Pablo con esa lava caliente, por así decirlo, de comunión celosa contigo, debajo de
la superficie en un nivel más profundo que cuando explota siempre ora conforme a Tú
voluntad. Queremos orar en el Espíritu, y sabemos que el Espíritu siempre ora conforme a
Tú voluntad.
Padre, oramos por nuestra iglesia, porque Tú los hagas y los consideres dignos de su
llamado, que Tú cumplas todo deseo por bondad, y que Tú cumplas la obra de fe con gran
poder para que Jesucristo sea glorificado en ellos, y después como consecuencia, ellos
sean honrados por Él. Y pedimos esto, no porque lo merecemos, sino porque Tú eres un
Dios de gracia. Y queremos honrarte a Ti. En el nombre de Tu Hijo. Amén.
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
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Orando sin cesar


Escritura: 1 Tesalonicenses 5:17

Código: 52–28
John MacArthur
Nuestro texto esta mañana, es un versículo. Capítulo 5, versículo 17. 1 Tesalonicense 5:17
dice: “Orar sin cesar.” El apóstol Pablo en este mandato simple y específico llama a los
cristianos a orar, básicamente, como un estilo de vida. Yo solía decir que: “el orar es como
respirar”. Simplemente es normal, simplemente es natural, simplemente es la vida para
nosotros. Inhalamos, exhalamos la atmósfera de la presencia y el poder de Dios. Y,
mientras que eso es verdad, también es verdad que nosotros, quienes dependemos de
Dios y quienes si -somos cristianos genuinamente-, tenemos comunión con Dios no
oramos de manera tan incesante como deberíamos orar.
Somos culpables, creo yo, de contener nuestra respiración espiritualmente mientras que
suponemos que la presión del ambiente mismo de la presencia de Dios nos forzaría a orar
así como la presencia del aire nos fuerza a respirar. Eso no es necesariamente el caso. Y
nosotros, como cristianos, restringimos nuestra inhalación, la presencia misma de Dios
debido a nuestra propia pecaminosidad. Entonces, viene el mandato del apóstol Pablo a
orar sin cesar, orar en todo tiempo, a oración continua, persistente, incesante. Es una
parte esencial de la vida cristiana y fluye de la dependencia de Dios.
Quiero que entendamos este principio de orar sin cesar y mientras que, tan solo leerlo, le
da cierto entendimiento claro, hay mucho más para entender la importancia de esa
afirmación encontrada en las Escrituras y quiero ver si puedo darle algo de la riqueza de lo
que la Palabra tiene que decir. Un buen punto inicial es ver dos parábolas que Nuestro
Señor dio. De hecho, entre las muchas parábolas de Nuestro Señor, estas dos, sobresalen
como algo único. Son únicas por una razón muy simple e interesante. Todas las otras
parábolas se relacionan a Dios, a manera de comparación. En cierta manera, son como
Dios. Son como el Reino de Dios. Son como la manera en la que Dios opera.
Estas dos parábolas se relacionan con Dios a manera de contraste. No son como Dios.
Únicamente, son la únicas dos parábolas que Jesús jamás dio que se relacionen a Dios a
manera de contraste. Estas dos parábolas nos dan ilustraciones de alguien quien es
totalmente diferente de Dios y, al hacer eso, presentan un punto muy, muy fuerte acerca
de este asunto de orar persistentemente sin cesar. Vayamos a estas dos parábolas.
La primera la encontramos en Lucas, capítulo 11. Es llamada La Parábola del amigo que se
rehusaba, Lucas, capítulo 11. Nuestro Señor la dio en un contexto de oración. De hecho,
los discípulos se habían acercado a Él y le habían dicho, en Lucas 11:1: “Enséñanos a orar,
así como Juan le enseñó a sus discípulos.” Y Jesús les respondió con las palabras
conocidas: “Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea Tu Nombre. Venga Tu Reino. El
pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestros pecados, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Y no nos metas en tentación.” La conocida
oración del Señor o la oración de los discípulos. Entonces, en los versículos 2–4 Jesús les
enseñó que decir. Él les enseñó, básicamente, el contenido de la oración. Cuando usted
ora debe honrar a Dios y santificar Su Nombre. Debe orar por esas cosas que se relacionan
con Su Reino. Debe buscar la provisión diaria que solo Él da. Debe confesar sus pecados y
buscar Su Perdón. Debe pedir Su Sabiduría para no ser guiado a la tentación. Esos son los
componentes de la oración. Así es como debemos orar, lo que debe decir cuando usted
ora.
Pero, más allá de eso, ÉL les dijo: “Supongamos que uno de vosotros tiene un amigo y va a
él a medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío ha venido de
un viaje y no tengo nada que darle; y desde adentro, él le responderá y le dirá: no me
molestes; la puerta ya ha sido cerrada, y mis niños y yo ya estamos en cama; no puedo
levantarme y darte nada.” Usted tiene que acordarse que en esos días cuando hacía frío,
la familia entera se metía en la misma cama para poder calentarse y todos ya estaban
metidos y calientes a medianoche y este no era el momento para salirse de la cama y
darle algo de pan a su amigo. Versículo 8: “Os digo” Jesús dijo “que aunque él no se
levante y le dé a su amigo nada porque él es su amigo, sin embargo, debido a su
persistencia él se levantará y le dará todo lo que él necesita. En otras palabras, lo que él
no haría por amistad él lo hará por dormir, porque el hombre no se va a ir hasta que
reciba su pan.
Entonces, Jesús te está diciendo: “Aquí hay un hombre cuya amistad no le permite darle
este gesto de sacrificio y, entonces, el hombre, simplemente, lo irrita hasta que,
finalmente, no tiene alternativa. Esto –Nuestro Señor está diciendo-, debe instruirnos
acerca de los beneficios de la persistencia. Pero, el punto que Él, realmente, está
presentando aquí, es que cuando usted considera lo diferente que es de Dios el amigo que
se rehusó a ayudar al otro amigo, la parábola se vuelve aún más asombrosa. La parábola
tiene aún más impacto. Si un amigo que se rehúsa a ayudar a otro amigo va a hacer algo
por usted –porque usted es persistente-, imagínese lo que un Dios que no se rehúsa a
ayudarlo va a hacer por usted, si usted es persistente. Ahí está el contraste.
Y Jesús procede a hablar acerca de un Padre a quien le pide su hijo, versículo 11, un
pescado, no le dan una serpiente, o ¿sí?, en lugar de un pescado. O si le pide un huevo no
le dan un escorpión, o ¿sí? En otras palabras, un padre terrenal no va a darle algo que
dañe a su hijo. Un padre terrenal va a oír el clamor de su hijo. Entonces, en el versículo 13:
“Si vosotros siendo malos” -ese es el punto-, “sabéis cómo dar buenas dádivas a vuestros
hijos, cuanto más vuestro Padre Celestial” –implícito que no es malo-, “dará el Espíritu
Santo a los que le pidan.” Dios es tan diferente. Pero Dios responde a la persistencia. Si un
amigo infiel, un amigo que se rehúsa a ayudar a otro amigo, un amigo no compasivo, un
amigo que carece de compasión, un amigo que no tiene misericordia y no expresa gracia
va a ayudar debido a que otro amigo le pide de manera persistente algo. Si va a responder
debido a peticiones persistentes, ¿qué cree usted que un Dios, quien es amoroso, lleno de
gracia, misericordioso, compasivo y tierno de corazón hará si usted es persistente?
El orar sin cesar mueve la Mano de Dios. Entonces, primero Él les dijo qué decir y después,
Jesús les dijo: “Ahora quiero recordarles que lo sigan diciendo.” Decirlo con persistencia
porque Dios -quien es bueno-, oirá y responderá. En Lucas 18 hay otra parábola que sigue
el mismo estilo de contraste. En el versículo 1 de Lucas 18 Jesús, de nuevo, ha estado
enseñando acerca de la oración y Él les estaba dando una parábola para mostrarles que
debían orar en todo tiempo y no desmayar. Si no recibes una respuesta inmediata, si las
cosas no son exactamente cómo quieres que sean, si las cosas no cambian tan
rápidamente como tú podrías haber planeado, no desmayes, no te desanimes, necesitas
continuar orando. Necesitas orar en todo tiempo, incesantemente, continuamente, sin
cesar.
Y después, para ilustrar esto Él dice: “Había, en cierta ciudad, un juez que no temía ni a
Dios ni respetaba a los hombres.” Ahora, usted tiene que entender cómo es que llegó a
ser juez, pero llegó a ser juez. “Y había una viuda en esa ciudad” -por lo menos en esta
historia-, y ella continuaba acudiendo a él, a este juez, repetidamente diciéndole: “dame
protección legal de mi adversario.” Aparentemente, alguien estaba haciendo todo lo
posible por quitarle el sustento mínimo en la vida y estaba rogando por justicia en la corte
de este juez. Y, por un tiempo, versículo 4, él no quería pero después, él se dijo a sí mismo:
“Aunque no temo a Dios ni respeto al hombre, sin embargo, debido a que esta viuda me
molesta le daré protección legal no sea que por venir a mí continuamente me agote la
paciencia. Esta mujer es un dolor. Lo que no hago por amor a Dios, lo que no hago por
amor a la humanidad lo voy a hacer por estar en paz.” Él está diciendo: “Ya no puedo
soportar esta molestia continua.” Y después, versículo 6, el Señor dijo: “Oíd lo que el juez
injusto dijo: ¿Acaso Dios no traerá justicia para sus elegidos que claman a Él día y noche?
¿Se tardará en responderles? Os digo que Él traerá justicia para ellos rápidamente”.
Como puede ver Dios es muy diferente de un juez injusto. Dios es diferente de un amigo
que se rehúsa a ayudar a otro amigo. Pero, si un amigo que se rehúsa a ayudar a otro
amigo y un juez injusto van a hacer lo que se les pide debido al ruego continuo, entonces,
ciertamente, un Dios compasivo, amoroso, lleno de Gracia, amable, tierno de corazón
hará más. Ese es su punto. Entonces, Jesús está diciendo de hecho: “Oren. Oren así. Oren
persistentemente, oren constantemente, oren en todo tiempo. No se rindan, no se
desanimen. Sigan tocando, sigan pidiendo, sigan buscando, y Jehová, su Dios, bueno,
compasivo, fiel, amoroso, lleno de Gracia, misericordioso, oirá y responderá.
Ahora, algunos han imaginado que parábolas como estas contradicen otras cosas que
Jesús enseño. Por ejemplo, allá atrás en Mateo, capítulo 6, Él dijo algo: “A primera vista,
en la superficie, podría parecer contradictorio y necesita ser entendido”. En Mateo 6,
versículo 7, Jesús dijo: “Y cuando oréis no hagáis repeticiones vanas, como los gentiles,
porque creen que por sus muchas palabras serán oídos. Por lo tanto, no seáis como ellos
porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad antes de que le pidáis. Dice
usted: “Acaso, ¿esto no es contradictorio? ¿Acaso no está diciendo que no repitamos
nuestras oraciones?” No. Él está diciendo: “No repitan de manera vana”. Esa es la clave.
¿Qué quieres decir con “repeticiones vanas”? Bueno, el tipo de oraciones que los paganos
oran. Suponen que serán oídos por sus muchas palabras. En otras palabras, no es que la
Deidad se preocupa por Su Corazón. No es que el Dios entiende la compasión, la pasión, el
dolor, el anhelo, el deseo del corazón, es que haya alguna fórmula, algún ritual religioso,
alguna ceremonia, algún mantra, algún canto, algo u otro, alguna secuencia de cuentas,
alguna fórmula repetitiva que de alguna manera va a hacer que ese Dios haga algo que de
otra manera no haría. Jesús simplemente estaba diciéndoles: “No oren de esa manera”. Él
no está prohibiendo la repetición significativa. Él no está prohibiendo el ruego del corazón,
lo que Él está prohibiendo es el ritual vacío, el balbuceo sin pensar que fluye solo de la
boca y supone que Dios responderá debido a las palabras en lugar del corazón. Entonces,
cuando Pablo dice: “Orad sin cesar”, él no está en desacuerdo con Jesús, él, simplemente
está apoyando el principio enseñado en Lucas 11 y Lucas 18 de que la oración debe ser
incesante. No somos oídos, simplemente, por nuestras muchas palabras sino que somos
oídos por el clamor de nuestro corazón.
El hombre que vino a la casa de su amigo y necesitaba pan no oró una fórmula de oración
de ritual, él rogó por algo que necesitaba. La viuda que vino al juez no ofreció al juez algún
mantra o algún canto o alguna recitación de oración ritual. La mujer le presentó el clamor
de su corazón por protección de alguien que tenía el poder para hacer eso. Y una oración
así, que clama desde el corazón, que repite, es aquello que mueve el corazón de un Dios
amoroso y compasivo. De hecho, inclusive podemos comenzar a entender el orar sin cesar
al ver la vida de Nuestro Señor mismo debido a que Él hizo eso. Él, obviamente, estuvo en
comunión constante con el Padre y lo vemos en las Escrituras levantándose temprano a
orar. Lo vemos paseando toda la noche en oración. Debe haber sido una comunión
interminable e incesante entre Él mismo y el Padre.
Hebrón nos dice que él ofreció oraciones y súplicas con clamor fuerte y lágrimas. Ese es un
principio fascinante. Hubo una intensidad en las oraciones de Jesús que es absolutamente
única. Eso es absolutamente sorprendente. Cuando Él oró, en varias ocasiones, hubo una
gran agonía. Y podemos suponer que, aunque las Escrituras no nos relatan todos los
detalles de todas sus oraciones, tuvo mucho del mismo tipo de intensidad como esas
oraciones que vemos y nos son reveladas en el texto. Cuando la Biblia nos dice que Él fue
al monte de los Olivos y oró toda la noche, sin duda alguna, hubo una intensidad en ese
tipo de oración que conocemos muy poco -si es que llegamos a conocer-.
La gran ilustración clásica que tenemos de la intensidad de Su oración viene en el huerto
previo a Su Muerte en donde lo vemos orando ahí, en sudor y en una agonía de sangre. Él
está postrado orando y Lucas escribe en el capítulo 22 diciendo: “Padre, si Tú quieres,
pase de Mí esta copa más no será Mi Voluntad sino la Tuya.” Lucas escribe: “Y, estando en
agonía, Él oró con mayor fervor y Su sudor se volvió como gotas de sangre que cayeron al
suelo.” Hay un tipo de experiencia agonizante intensa aquí que hace que el Señor
Jesucristo sude y después comienza a sangrar en ese mismo ambiente de oración. Eso me
impacta. También me impacta que en Mateo capítulo 26, versículos 38–46 nos dice que
Jesús repitió el proceso de su ruego en el huerto durante tres veces consecutivas. Esta fue
una experiencia de oración prolongada. De hecho, sabemos que fue prolongada por tanto
tiempo que los discípulos se quedaron dormidos en varias ocasiones y, entonces, en esta
agonía prolongada de oración podemos tener una idea de la vida de Nuestro Señor
Jesucristo, que es excepcional.
Permítame decirle lo que quiero decir con eso. El Señor Jesucristo llevó a cabo muchas
obras poderosas cuando estuvo en la Tierra. En ninguna de ellas hay un esfuerzo aparente
de energía, aunque las Escrituras dicen que Virtud salió de Él, no hay nada que Él hace en
todas las Sagradas Escrituras, en términos de registro del Nuevo Testamento que indicaría
que hubo algún tipo de agonía, esfuerzo en el proceso de llevar a cabo ese milagro. Fuera
que Él estuviera dando vista a los ciegos, o dando sentido de oído a los sordos, o haciendo
que pudieran hablar los mudos, o dando salud al cuerpo enfermo, o dando la capacidad
de caminar a una persona que no podía caminar. O fuera que Él estuviera resucitando a
alguien de los muertos, o fuera que Él estuviera alimentando a cinco mil hombres más
mujeres, niños, veinte mil personas ahí en la costa, o fuera que Él estuviera calmando una
tormenta, o fuera que Él estuviera caminando en agua. No importaba lo que fuera. No hay
registro de que hubo algún esfuerzo aparente de energía, algún tipo de esfuerzo, algún
sudor, alguna gota de sangre en algún tipo de esfuerzo agonizante para hacer que eso
sucediera.
Parece que no se involucró cansancio alguno, no hubo esfuerzo alguno. No le costó
trabajo alguno hasta que llegamos a la oración. Y cuando Él oró hubo una agonía, hubo
una carga en Su Corazón, en Su Ser mismo, que se manifestó en Su Cuerpo físico. Él oró en
una agonía hasta la sangre, un nivel de intensidad que, ciertamente, habla de la
persistencia que Jesús indicó en Lucas 11:18 y que Pablo tenía en mente cuando dijo:
“Orad sin cesar.” La Primera Iglesia se caracterizó por este tipo de oración continua,
apasionada, incesante, desde el comienzo, inclusive antes del día de Pentecostés, en
Hechos 1:14: “Todos los creyentes eran uno.” Dice: “Eran de una mente y estaban
entregándose continuamente a la oración”. Oración incesante. Oración constante. Oración
persistente. Es lo que marcó a la Primera Iglesia. Cuando los apóstoles estaban
estructurando la iglesia para que todo el Ministerio pudiera llevarse a cabo, ellos mismos
dijeron: “No podemos hacer todas estas cosas rutinarias pero nos entregaremos a la
oración. Nos entregaremos a la oración y al Ministerio de la Palabra.
En Hechos, capítulo 12, de nuevo, vemos a la Primera Iglesia. Pedro estaba siendo
mantenido en la prisión pero se estaba elevando oración por él de manera apasionada por
la Iglesia de Dios. La oración apasionada, incesante, la oración persistente, marcó a la
Primera Iglesia. Cuando usted llega a las Epístolas, sea que usted esté leyendo Romanos,
Efesios, Filipenses, Colosenses o sea que esté leyendo Primera de Tesalonicenses, usted
oye a Pablo exhortando a los creyentes a orar. De hecho, quizás, la más significativa de
todas esas epístolas es Efesios al señalar la importancia de la oración. Él dice en Efesios
6:18: “Con toda oración y ruego, orad en todo tiempo.” Es la misma idea, orando en todo
tiempo.
En la misma epístola que estamos estudiando en este momento 1 Tesalonicenses 3
versículo 10, él da su propio ejemplo: “Nosotros noche y día oramos.” Es, simplemente, un
estilo de vida. Oración incesante, interminable. Colosenses -me encanta el testimonio de
Epafras-, siervo de Jesucristo, siempre rogando encarecidamente por vosotros en sus
oraciones. Un hombre de oración. En el capítulo 4, versículo 2 de Colosenses él dice:
“Orad, manteniéndose alerta con una actitud de gratitud.” La oración incesante,
prevaleciente, persistente, insistente, es tan esencial que Isaac Colrich tuvo razón cuando
dijo: “La oración es la energía más elevada de la cual el corazón humano es capaz de
presentar y el mérito más grande del cristiano sobre la tierra.”
Pero me temo que si concebimos a la oración como algún tipo de mérito que demanda
mucha energía, que es noble y glorioso, la aislamos a algunos cuantos momentos
grandiosos en la vida. Es eso. Pero también es un tipo de comunión incesante que debe
constituir la médula misma de nuestra existencia diaria. Involucra intensidad -esa es la
esencia de la oración-, Dios es hallado -usted recordará-, por aquellos que le buscan con
todo su corazón. Luchar en oración, prevalece con Dios. “La oración eficaz del hombre
justo puede mucho”, dijo Santiago.
Entonces, mientras existen todos esos momentos grandes, nobles, de oración agonizante
que demanda mucha energía. La oración, también, para nosotros, es un estilo de vida
diario muy, muy evidente. Algunas veces, simplemente, se vuelve más intenso que otras
ocasiones. Orar sin cesar, entonces, es el mandato de Dios para nosotros. La palabra orada
aquí es, simplemente, la palabra general, proseuchomai, la palabra más común del Nuevo
Testamento para orar. Podría ser alabanza, podría ser gratitud, podría ser confesión,
podría ser petición, podría ser intercesión, podría ser sumisión. Es, simplemente, orar, en
general. Sin cesar es una palabra que, básicamente, significa recurrente, no significa
hablar continuamente, significa oración recurrente. Como dije, simplemente, un estilo de
vida.
Debemos estar continuamente en oración, continuamente en una actitud de oración.
Probablemente ustedes, como yo -yo rara vez me quedo dormido en la noche fuera de
estar en medio de una oración-, rara vez me despierto en la oración sin orar. Es a tal grado
parte de mi vida el estar en un estado de comunión abierta con Dios. Algunas veces es
más intensa que otras veces pero siempre consciente de su presencia me encuentro que
me quedo dormido a la mitad de mis oraciones y vuelvo a despertar a la mitad de mis
oraciones. Las Escrituras nos dan ejemplos de personas que oraron en la mañana,
personas que oraron en la tarde, personas que oraron en la noche, personas que oran
siete horas al día, personas que oran a medianoche, personas que oran toda la noche,
personas que oran antes del atardecer, personas que oran por días, personas que oran
por semanas, algunas que oraron por mucho tiempo, algunas oraron por poco tiempo,
algunas oraron de rodillas, algunas oraron de pie, algunas oraron acostadas sobre una
cama, algunas oraron postrados en el suelo, algunas oraron con sus manos arriba, algunas
oraron con sus manos abajo, algunas oraron con sus manos hacia fuera, algunas oraron
con el rostro hacia abajo, algunas oraron con el rostro hacia arriba, etc., etc. En toda
manera, en todo lugar, la oración, orar sin cesar.
Ahora, si usted ve nuestro texto, una vez más, usted va a ver que es un tipo de compañero
del versículo 16. El versículo 16 dice: “Orad, estad siempre gozosos.” El versículo 17 dice:
“Orad sin cesar.” Realmente, son compañeros en la vida espiritual y tienen un equilibrio
hermoso. El creyente, a lo largo de su vida cristiana siente su insuficiencia y por ello vive
en dependencia total de Dios. Mientras que usted siente su insuficiencia y usted siente su
dependencia, usted va a orar sin cesar. Al mismo tiempo, mientras se siente insuficiente y
dependiente usted también sabe que es beneficiario de bendición estupenda por parte de
Dios. Entonces, por un lado, usted está orando en dependencia. Por otro lado, usted está
regocijándose en la recepción de la bendición multiforme de Dios. Entonces, estamos
siempre gozosos porque Dios está derramando bendición en respuesta a nuestra oración
sin cesar.
Si yo como cristiano vivo en un estado perpetúo de insuficiencia personal, un estado
perpetuo de reconocer mi dependencia de Dios. Si vivo continuamente agradecido por
todo lo que Él hace por mí, continuamente arrepentido por mi pecado, continuamente
expresando mi amor hacia otros, eso va a fluir en oración no expresada en voz alta a Dios
y eso también va a causar que Dios abra las puertas de bendición, las cuales van a resultar
en mi respuesta gozosa. Y, entonces, no solo debemos estar siempre gozosos sino que
debemos tomar el camino a ese gozo el cual es el camino de la oración incesante que
resulta en bendición, lo cual resulta en gozo.
Ahora, ¿Cómo es que este versículo 17 encaja en el contexto entero aquí? Pablo según
cierra esta carta a la Iglesia Tesalonicense quiere ayudarles a dirigir a la iglesia en el
camino correcto para el futuro. Es una buena iglesia, una gran iglesia, una iglesia noble,
una iglesia espiritual, pero quiere recordarles como crecer y ser un rebaño saludable,
maduro. Es una iglesia joven, una iglesia bebé, solo tiene unos cuantos meses de haber
nacido y él tiene un plan de crecimiento para ellos. En los versículos 12 y 13: “Cultivar un
rebaño saludable involucró la relación correcta entre pastores y ovejas y las ovejas y los
pastores.” En los versículos 14 y 15: “Cultivar a un rebaño saludable demandó la relación
correcta entre las ovejas y las ovejas.” Y aquí del versículo 16 al versículo 22: “Un rebaño
saludable demanda una relación correcta entre las ovejas y el Gran Pastor.”
Entonces, la iglesia está constituida por esas relaciones. Liderazgo a la congregación,
congregación al liderazgo. Congregación a congregación, congregación a Dios. Y ninguna
iglesia puede elevarse por encima dela vida espiritual de su propia congregación.
Entonces, su relación con el Gran Pastor es crucial. Y lo primero que usted necesita hacer
es ser gozoso y, lo segundo, estar orando a Él siempre. Así es como usted mantiene esa
relación –como debe ser-, y eso es esencial para una iglesia que crece, para una iglesia
saludable. Si vamos a ser una iglesia saludable debemos estar orando sin cesar. Debemos
estar buscando el recurso divino, debemos estar tocando la puerta buscando los panes.
Debemos estar doblando la rodilla ante el pie de la justicia divina, rogando por nuestro
caso para que sea resuelto con equidad y justicia. Debemos estar acudiendo a Dios a favor
de nosotros mismos y otros orando sin cesar porque ahí es donde liberamos la grandeza
del poder y de la bendición de Dios.
Ahora, realmente no hay nada más que decir acerca del versículo. Usted entiende lo que
significa. Pero quiero ir detrás del versículo un poco. Y quiero darle una pequeña lista de
cosas que voy a llamar “motivos para orar” porque sé que algo es realidad en su vida,
porque es verdad en mi vida. No importa cuánto oro, siempre me siento como que no oro
lo suficiente. ¿Se siente usted de esa manera? En cierta manera tengo un estado continuo
de culpabilidad por falta de oración. No importa cuánto oro siempre me siento como que
no he orado lo suficiente. Y esto es, en parte, debido al hecho de que no he orado lo
suficiente y parte, debido al hecho de que estoy en una posición con la que soy inundado
con tantas peticiones de oración que es imposible para mí, como ser humano, inclusive
intentar mantenerme al día con todas ellas. Lo cual hace que mi carga sea más pesada.
Tengo que regresar, entonces, y preguntarme si, realmente, estoy motivado para orar
cuando no oro como debiera.
Y quiero ayudarle a entender algunos motivos para orar. Quiero darle diez de ellos,
simplemente una pequeña lista a manera de despensa. Diez motivos para orar que creo
que producen una vida de oración incesante. Número 1 es un deseo para la Gloria del
Señor. Un deseo para la Gloria del Señor. La oración, Jesús dijo, debe comenzar de esta
manera: “Padre Nuestro que estás en los Cielos, santificado sea Tu Nombre, venga Tu
Reino, hágase Tu Voluntad […]” Ahora, lo que usted está orando cuando usted ora ahí es
que Dios sea glorificado, que los propósitos de Dios sean cumplido, que el nombre de Dios
sea exaltado, que la voluntad de Dios sea hecha. Eso es lo que usted está orando. Usted
no está orando por usted mismo, usted está orando por Él.
Cuando Daniel preparó su corazón para orar, en el capítulo 9 de Daniel, en ese gran
modelo de oración en el Antiguo Testamento, fue el anhelo por la Gloria de Dios que lo
hizo orar. Él oró porque Dios perdonara al pueblo, que Dios perdonara su pecado. Y él oró
porque Dios cumpliera Su Promesa. Dios había dicho: “Voy a mantenerlos en la cautividad
por tantos años y después los voy a liberar.” Y él estaba leyendo Jeremías –Daniel estaba
leyéndolo-, y él encontró eso y él dijo: “Dios, quiero que hagas esto, quiero que Tu Reino
venga, que Tu Voluntad se haga, que Tu Promesa sea cumplida y quiero que Tú perdones
a Tu Pueblo. Quiero que lo hagas.” Dice él en el versículo 19: “Por causa de Ti, oh Dios
mío, por Tu Ciudad y Tu pueblo, que son llamados por Tu Nombre.” Y lo que él está
diciendo es: “Dios, si Tú haces esto va a contribuir a Tu Reputación, va a exaltar Tu
Nombre, te va a glorificar. Hazlo por causa de Ti.” Y yo creo que ese podría ser el motivo
supremo de todos los motivos en la oración, el cual es un deseo por la Gloria del Señor. Y
cuando usted ora porque Jesús sea levantado y que Dios sea exaltado y glorificado usted
lo está haciendo porque eso es una carga en su corazón, porque a usted le preocupa.
Usted es como David quien dijo: “El celo por Tu Casa me consume. Los de nuestros- que
están cayendo sobre Ti me están lastimando. Y él clamó porque el Señor fuera levantado,
sí. El primer motivo para la oración es un deseo por la Gloria de Dios, la Gloria del Señor.
Cuando su corazón anhela porque Dios sea glorificado, usted se va a encontrar orando con
ese fin en mente. Usted se va a encontrar a sí mismo en un clamor incesante a Dios. Se ha
exaltado, se ha glorificado, se ha levantado. Cumple Tu Propósito, edifica Tú Reino, haz Tu
Voluntad.
En segundo lugar, un segundo motivo para orar es un deseo por tener comunión con Dios.
Un deseo por tener comunión con Dios. El salmista dio palabras tan hermosas a esta
verdad en el salmo 42, versículo 1: “Como el siervo brama por las corrientes de las aguas,
así te anhelo, Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, por el Dios vivo. ¿Cuándo
vendrá y me presentaré delante de Dios? Mis lágrimas han sido mi comida día y noche.”
Ahora, ahí hay un anhelo por Dios. Ahí hay un corazón clamando por comunión. El
sentimiento de estar alejado de Dios. El sentimiento de estar aislado, el sentimiento de
soledad que alcanza y dice: “Dios, quiero Tu Comunión, quiero Tu Compañía, quiero Tu
Presencia. El Salmo 63, palabras más magníficas: “Oh Dios, Tú eres mi Dios, te buscaré
apasionadamente y mi alma tiene sed de Ti. Mi carne te anhela en una tierra seca y árida
donde no hay agua. Porque te he visto en el santuario, para ver Tu Poder y Tu Gloria. Solo
quiero verte, solo quiero estar contigo, solo quiero experimentar Tu Asombro. En el Salmo
84, los primeros dos versículos, ahí, de nuevo: “Cuán hermosas son Tus Moradas, oh
Jehová, de los Ejércitos. Mi alma anheló, inclusive, tuvo deseo por los patios de Jehová. Mi
corazón y mi carne cantan por gozo al Dios vivo. Cuan bienaventurados son los que moran
en Tu Casa.” El anhelo por estar ante la presencia de Dios y quizás, el más magnífico de
todos, Salmo 27, simplemente escuche estas palabras maravillosas: “Jehová es mi luz y mi
salvación a quién temeré. Jehová es la fortaleza de mi vida de quién tendré miedo. Una
cosa he pedido de Jehová y esta buscaré. Que more en la casa de Jehová todos los días de
mi vida para contemplar la belleza de Jehová y meditar en Su Templo. Solo quiero estar
donde Él está.” ¿Tiene usted eso? ¿Tiene usted ese anhelo por comunión? ¿Por comunión
dulce?
Hay un tercer motivador a la oración, a la oración incesante y ese es un deseo por que se
satisfagan necesidades. Un deseo por que se satisfagan necesidades, no solo las nuestras
sino las de aquellos que nos rodean. “El pan nuestro de cada día dánoslo hoy.” Jesús nos
enseñó a decir en Mateo 6:11. ¿Es correcto orar porque nuestras necesidades sean
satisfechas? ¿Es correcto pedirle a Dios por las cosas básicas de la vida? Esa es una
motivación para orar. No obstante, pocos de nosotros somos motivados en esa manera
porque tenemos tanto, tanto. Pero por todo este mundo hay muchas personas que oran
porque Dios de manera regular, simplemente, les de sus necesidades diarias. No
entendemos eso en esta cultura con tanta riqueza pero es el estilo de vida para muchos
de nuestros hermanos y hermanas en Cristo. De hecho, tenemos a un querido hermano
quien ha venido de África, Sam y su esposa Nora, estuvieron en nuestra iglesia durante
seis años quizás, antes de que regresaran a administrar en África. Él ha venido de África
porque él no puede alimentar a su familia. El resto del mundo no es como aquí, porque él
no puede encontrar medicina para su diabetes. Vivimos en un ambiente donde pedirle a
Dios por nuestras necesidades diarias es bastante raro. Pero no debemos ser tan necios
para asumir que Dios en Su Gracia ha provisto nuestras necesidades diarias sin pedirle.
¿Debemos volvernos indiferentes a Él para que nos sean quitadas a nosotros?
Un cuarto motivo para la oración persistente es un deseo por tener sabiduría. Un deseo
por sabiduría. Santiago lo dijo de esta manera, dice: “Si alguno de vosotros tiene falta de
sabiduría pídala a Dios el cual da a todos abundantemente y sin reproche.” Si usted vive
engañándose pensando que no necesita la sabiduría de Dios, realmente, está engañado,
¿no es cierto? Cuando Jesús nos enseñó a orar, Él dijo esto: Vosotros, pues, oraréis así: Y
no nos metas en tentación más líbranos del mal.” Realmente creo que esa es una oración
para el discernimiento espiritual. Que esa es una oración para la sabiduría espiritual:
“Señor, por favor, por Tu Espíritu, dame la capacidad de discernir cuando estoy
enfrentando una tentación. Dame la sabiduría para discernir cuando estoy siendo llevado
a algo que es malo.” Necesitamos estar orando de manera incesante eso. Necesitamos
estar orando todos los días de nuestras vidas. “Señor, por favor, líbrame de la tentación y
no me lleves en un camino malo. Dame la sabiduría, y el discernimiento, y el
entendimiento, y la sensibilidad espiritual, y la guía del Espíritu de Dios para que no caiga
en las trampas de Satanás y las trampas de la carne y del mundo.
¿Qué motiva a la oración? ¿La oración incesante? Un deseo por la Gloria de Dios, un deseo
por tener comunión con Él, un deseo porque las necesidades sean satisfechas y un deseo
por sabiduría al caminar en medio de este campo minado que es este mundo.
Número 5, la oración es motivada por un deseo de ser liberado de los problemas. Un
deseo de ser liberado de los problemas. Hay tantos textos en los Salmos que hablan de
esto. Permítanme resumirlo en uno que lo dice todo. Salmo 20, versículo 1: “Que Jehová
te responda en el día de la aflicción.” Y, ciertamente, Él responderá. Ciertamente, Él
responderá. Cuando llegamos a esos momentos de gran aflicción, tienden a motivar
nuestra oración incesante, ¿no es cierto? Mientras más grande sea el problema y más
grande es la aflicción en la que nos encontramos con mucha frecuencia es porque no
hemos pedido sabiduría y, entonces, caemos en la trampa de nuestra ignorancia y, ahora,
necesitamos ser librados de ella y no hay salida humana, clamamos porque Dios nos libre.
Nos recuerda Jonás –quien, por cierto, tuvo una vida de oración muy específica-, él se
encontró en el estómago de un gran pez y dice en Jonás 2:1: “Jonás oró a Jehová, su Dios,
desde el estómago del pez.” Y les voy a decir una cosa, el no oró por todos los misioneros
primero. Él dijo: “Sácame” en breve. Y el Señor lo sacó, el Señor lo libró y él dijo: “Clamé a
Jehová en mi aflicción, al Señor, y Tú me has sacado del foso, Jehová, mi Dios.” Él dijo:
“Estuve allá abajo y me acordé del Señor y clamé y Él me libró.” Acudimos a Dios en esos
momentos de problemas tremendos, de presión, de estrés, de dolor, de aflicción y
necesitamos su liberación. Eso motiva nuestra oración incesante.
Número 6. Un deseo de alivio del temor y la preocupación. Un deseo de alivio del temor y
la preocupación. Eso nos va a hacer orar si somos sabios y tenemos una perspectiva
espiritual. En Filipenses, capítulo 4 -necesitamos recordar esto con tanta frecuencia-, dice:
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones en toda oración y
ruego con acción de gracias, y la Paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento guardará
vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” Cuando usted esté en temor
y ansiedad y preocupación, esté en depresión, esté en aflicción, ¿qué debe hacer?
Simplemente dicho, deje de afanarse, deje de estar ansioso y vaya a orar y ore con un
corazón agradecido y la Paz de Dios, que sobrepasa toda la comprensión humana
protegerá su corazón y mente. ¿Qué significa eso? La guardará de ansiedad, la guardará
de depresión, aflicción, temor, preocupación. Si usted quiere una solución humanamente
comprensible acuda a una persona. Si usted quiere una solución humanamente
incomprensible acuda a Dios. En el momento de temor, en el temor de la preocupación,
en el temor de ansiedad, en el tiempo de aflicción emocional y dolor la fórmula es simple.
Simplemente vaya al Señor en oración persistente, continua, incesante, con gratitud y la
Paz de Dios prometida guardará su corazón y mente.
¿Por qué es que la gente acude a otras fuentes diferentes de esa? Cuando usted quiere
ese alivio del temor y la preocupación Nuestro Dios ha prometido que es Suyo mediante la
oración. El salmista escribió en el Salmo 4: “Cuando clamo, Dios de mi justicia, me has
aliviado en mi aflicción. Ten misericordia de mí y oye mi oración. Lo hiciste en el pasado,
¿podrías volver a aliviarme?”
Número 7. Otro motivo para orar es el deseo de ofrecer gratitud por bendición pasada. Un
deseo de ofrecer gratitud por bendición pasada. Si usted tiene un corazón agradecido, si
usted es una persona agradecida y si usted se acuerda de todo lo que Dios ha hecho en
toda Su Bondad, lo va a hacer orar a usted. Si no es por ninguna otra razón y,
simplemente, decir “gracias”. En el Salmo 44 leemos, el salmista dice: “Oh Dios, con
nuestros oídos hemos oído, nuestros padres nos han contado la obra que Tú hiciste en sus
días, en los días de la Antigüedad. Tú con Tu propia Mano sacaste a las naciones, después
los plantaste, después Tú afligiste a los pueblos, después Tú los esparciste porque por su
propia espada no poseyeron la tierra y su propio brazo no los salvó sino Tu Diestra y Tu
Brazo y la Luz de Tu Presencia. Porque Tú los favoreciste, Tú eres mi Rey, oh Dios.” Esto es,
simplemente, alabanza y eso no es alabanza por algo que Dios no había hecho por él. Eso
es alabanza por lo que Dios había hecho por otros, el pasado. Aprender a estar agradecido
con Dios por todo lo que Él ha hecho a lo largo de la Historia Redentora. Tener un corazón
agradecido por todas las cosas buenas que Dios ha hecho no solo por usted. El apóstol
Pablo escribe en Filipenses y Él dice: “Agradezco a mi Dios acordándome de vosotros. La
oración es siempre ofrecida con gozo por su participación en el Evangelio desde el Primer
Día hasta ahora.” Simplemente no puedo evitar más que orar todo el tiempo
agradeciéndole a Dios por lo que Él está haciendo en su vida y lo que Él ha hecho y está
haciendo si usted, realmente, está agradecido con Dios por todo lo que Él ha hecho, va a
motivarlo a orar una oración de gratitud.
Número 8. Aquí hay un motivo muy importante para orar y ese es un deseo por ser
liberado de la culpabilidad del pecado. Un deseo por ser liberado de la culpabilidad del
pecado. Es el salmo clásico penitencial, el Salmo 32 habla de esto y solo le estoy dando
Escrituras seleccionadas de muchas que podrían ser usadas en estos puntos. Pero escuche
el Salmo 32 y escuche esto. Comenzando en el versículo 3 simplemente para darle el flujo:
“Cuando estuve en silencio” David dice “mi cuerpo se desgastó. Tuve enfermedad
psicosomática como resultado de la culpabilidad. En mi gemir todo el día, día y noche Tu
Mano estuvo sobre mí. Mi vitalidad, mis jugos, la vida, se secaron como el calor del
verano. Yo era un desastre. Un desastre.” Los jugos de la vida tienen que ver con el
sistema del flujo sanguíneo, el sistema de la saliva, el sistema nervioso -el cual es
conducido por fluido-. “Todos los jugos de mi vida se secaron. La saliva se secó, el flujo de
sangre no estaba bien, por lo tanto, tuve problemas fisiológicos. Mi sistema nervioso era
un desastre, era un desastre. Tuve una fiebre, estaba gimiendo.” En el versículo 5 él dice:
“Después reconocí mi pecado a Ti. Mi iniquidad no te escondí, dije, confesaré mis
transgresiones a Jehová y Tú perdonaste la maldad de mi pecado. Confesé y perdonaste.”
Después, de regreso al principio del salmo él dice esto: “Bienaventurado el varón cuya
transgresión ha sido perdonada y cubierto su pecado.” Bienaventurado el varón a quien
Jehová no imputa iniquidad y en cuyo espíritu no hay engaño. El engaño se acabó. Usted
no está cubriendo el pecado, usted lo ha abierto, usted lo ha confesado y ahora es
perdonado y ahora es bendecido. Sí, la oración incesante, la confesión penitencial es
motivada por un deseo de ser liberado de la culpabilidad del pecado.
Número 9. Otro motivo para orar es el deseo por la salvación de los perdidos. Un deseo
por la salvación de los perdidos. Usted se verá motivado a la oración persistente cuando
usted está motivado de manera compasiva por la gente perdida. Están por todos lados y si
usted se preocupa por su salvación va a haber un compromiso casi incesante con orar
conforme se cruzan por su camino y su mente. Escuche Hermanos 10:1: “Hermanos” dice
Pablo “el deseo de mi corazón y mi oración a Dios por ellos es por su salvación.” Pablo
dice: “Estoy orando por su salvación.” No puedo ver a personas no salvas y no orar por su
salvación. Timoteo en 1 Timoteo, capítulo 2 es mandado por Pablo. Ahí Pablo le dice que
Dios quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad y
después él dice: “Ahora quiero que los hombres levanten manos santas, orando siempre.”
Y, ¿por qué están orando? Por la salvación de la gente perdida por quienes Dios ha
provisto una salvación. Un deseo por la salvación de los perdidos motiva a la oración. Si
usted no ora incesantemente, entonces, algo está mal con su compasión por los perdidos.
Y, número 10. La oración incesante es motivada por un deseo por el crecimiento espiritual
de los creyentes. Un deseo por el crecimiento espiritual de los creyentes. En Efesios, por
ejemplo, capítulo 1, versículo 15, Pablo les dice a los efesios, versículo 15: “Por esta razón,
yo también, habiendo ido a la razón en la Fe de Jesucristo que existe entre vosotros y
vuestro amor por todos los santos, no dejo de dar gracias por vosotros haciendo mención
de vosotros en mis oraciones.” Ahora, ¿por qué estás orando, Pablo?: “Para que el Dios de
Nuestro Señor Jesucristo, el Padre de Gloria, os de espíritu de sabiduría y de revelación en
el conocimiento de Él. Oro porque los ojos de vuestro corazón sean alumbrados para que
sepáis cuál es la esperanza de Su Llamado y cuáles son las riquezas de la Gloria de Su
Herencia en los santos y cuál es la súper eminente grandeza de Su Poder hacia aquellos de
nosotros que creemos. Estoy orando por ustedes.” “Bueno, ¿por qué estás orando?” “Por
su sabiduría, su conocimiento, su alumbramiento, su iluminación, su esperanza. Estoy
orando porque el Poder de Dios sea liberado en sus vidas. Estoy orando por su
crecimiento espiritual. En el capítulo 3, versículo 14, él dice: “Por esta causa doble mis
rodillas ante el Padre y estoy orando por ustedes.” “¿Por qué estás orando?” Versículo 16:
“Para que los conceda, según las riquezas de Su Gloria, el ser fortalecidos con poder en el
espíritu del hombre interior. Estoy orando por poder espiritual.” Versículo 17: “Estoy
orando porque Cristo se establezca en sus corazones y que sean arraigados y cimentados
en amor.” Y, para que entendáis el amor que sobrepasa todo conocimiento, versículo 19:
“Y para que seáis llenos de la Plenitud de Dios.” Y, versículo 20: “Para que hagáis mucho
más abundantemente de lo que podáis pedir o entender. Estoy orando por su crecimiento
espiritual.”
Tenemos mucho por qué orar, ¿no es cierto? ¿Qué lo motiva a orar? Cuando usted desea
la Gloria de Dios, cuando usted desea la comunión con Él, cuando usted desea que
necesidades sean satisfechas por el Único que tiene los recursos, cuando usted desea
sabiduría y discernimiento, cuando usted desea liberación de los problemas de la vida,
cuando usted desea estar libre del temor y la ansiedad y la preocupación, cuando usted
desea ofrecer gratitud por todas sus bendiciones pasadas y presentes, cuando usted desea
ser liberado de la culpabilidad y del pecado, cuando usted desea la salvación de otros y
cuando usted desea el desarrollo y crecimiento de los creyentes.
En su vida debe haber suficientes recordatorios de estas cosas para mantenerlo orando
todo el tiempo, ¿verdad? Entonces, realice un pequeño inventario espiritual. Si usted no
está orando sin cesar es porque algo está mal a nivel de deseo. Algo está mal en el nivel
subyacente de la motivación. ¿Cómo motivarse usted para mi propia vida en los años de
experiencia que tengo? Solo le puedo decir que mi vida de oración es motivada por la
Palabra de Dios. Es mi tiempo en la disciplina de la Palabra de Dios y el estudio de la
Palabra de Dios que motiva mi vida de oración. O, hay otras ocasiones, cuando el Espíritu
de Dios se mueve en mí –conforme estoy viviendo en obediencia al Señor-, que me motiva
a orar, claro. Pero si quiero desarrollar un anhelo real porque Dios sea glorificado, después
encuentro que ese anhelo es desarrollado a partir de un estudio de Su Palabra. Y,
conforme veo Su Palabra ser abierta y Su Plan, maravilloso -como Daniel-, una vez leo lo
que Dios ha planeado para mi propia gloria futura, después el anhelo comienza a
incrementarse, a subir en mi corazón porque Él se ha glorificado. Es como Juan, quien al
final del Libro del Apocalipsis acaba de contar todas las glorias que van a venir con Cristo y
él no puede evitar más que clamar: “Oh, Señor, ven rápido y no es por causa mía, sino por
Tu Causa.” Entonces, conforme veo el Plan Glorioso de Dios bosquejado en la Palabra de
Dios, me consume Su Reino y su Gloria, me motivan a orar. Con ese fin en mente,
conforme estudio la Palabra de Dios y es en esa comunión con Dios, conforme Él se revela
a Sí Mismo en la Palabra, conforme aprendo más de Su Persona y Su Naturaleza y la
Majestad de quién es Él, tengo un mayor deseo de tener comunión con Él. Conforme
estudio mi Biblia y encuentro todo en Sus Promesas y todas las cosas que Él anhela hacer
por Sus Hijos y cómo Él va a satisfacer todas nuestras necesidades, y cómo Él va a proveer
todo. Por lo tanto, me veo motivado a orar con ese fin en mente. Y conforme leo las
Escrituras y las estudio y encuentro Su Majestad revelada en Su Sabiduría, Su
Discernimiento sorprendente, Su Entendimiento perfecto de todo, hace que yo anhele el
tener esa misma sabiduría para que sea mi sabiduría, para que pueda, entonces, vivir en
medio de este mundo difícil.
Conforme leo las Escrituras y veo la Crónica de los Tiempos en los que Él ha liberado a Su
Pueblo una y otra y otra vez, y las promesas que Él les ha dado y qué Él siempre hará lo
mismo por Su Pueblo me motiva a orar por liberación de los problemas de mi propia vida y
de las vidas de aquellos que me rodean. Y cuando veo las Escrituras y encuentro cuántos
de Sus siervos amados especiales fueron liberados de temor y preocupación y ansiedad,
cuántos de ellos cantaron himnos en la cárcel y cuántos de ellos podían soportar un horno
ardiente, y alabo al Dios que les permitió llegar ahí porque ellos confiaron de manera total
en Él. Me permite ser aliviado de mi propio temor, de mi propia preocupación. Conforme
reconozco que puedo echar toda mi ansiedad en Él, sabiendo que Él cuida de mí de
manera perfecta y soy liberado de la ansiedad.
Y, también, en cuanto estudio mi Biblia y encuentro el registro de todas Sus Bendiciones
pasadas y sus obras pasadas y la gloria de toda la Historia Redentora. Todo lo que Él ha
hecho para llevar la Historia Redentora donde está ahora, para que pueda experimentar
las Glorias de Cristo, y las Bendiciones de Su Espíritu que mora en mí, y el Tesoro de Su
Palabra y me motiva darle gracias por Sus Bendiciones. Y, conforme veo las Escrituras y
veo el perdón perfecto provisto en Jesucristo, la Majestad del Plan de la Expiación y cómo
fue cumplido por gracia, por medio de la fe en mi propia vida, y cómo tengo acceso al
perdón completo y limpieza en todo momento de mi vida me lleva a confesar mis
pecados. Y, conforme veo la lágrimas de Dios, en Jeremías 13, y las lágrimas de Jesús, en el
Evangelio de Mateo, en el capítulo 23, lágrimas que son derramadas por aquellos que
rechazan la Salvación y rechazan la Bondad de Dios, me hace desear la Salvación de los
perdidos, así, como Dios la desea. Y, conforme veo el anhelo, revelado en las Escrituras,
del Corazón de Dios porque Su Pueblo crezca porque los Suyos crezcan espiritualmente,
ese llamado continuo de principio a fin de las Escrituras, para que los que son Suyos vivan
en obediencia y santidad, me recuerdo orar por el crecimiento espiritual de los creyentes.
Entonces, si quiero tener una vida de oración persistente, constante, voy a tener que
tener ciertos deseos en mi corazón que van a generar eso, que van a motivar eso. Esos
deseos se vuelven en mi vida el fruto de mi estudio fiel e intenso de la Palabra de Dios, el
cual me revela estas cosas de maneras frescas y nuevas cada vez que le estudio y, por lo
tanto, motiva mi propia vida de oración. Rara vez yo salgo de un tiempo de estudio en la
Palabra de Dios sin tener un nuevo tipo de compromiso con la oración. En una u otra
dimensión, con mayor fidelidad de lo que tengo. “Orad sin cesar.” Dijo Pablo, y al decirlo,
él dijo mucho. Debe ser nuestro estilo de vida.
Inclinémonos juntos en oración. Te damos gracias, Padre, por la promesa primera en Juan
21, que todo lo que pidiéramos de Ti lo recibiremos. Porque guardamos Tus
Mandamientos y hacemos las cosas que son agradables a Ti. Entonces, sabemos que
nuestras oraciones son eficaces y poderosas y que si oramos a partir del contexto de
guardar Tus Mandamientos y hacer lo que es agradable a Ti, Tú vas a oír y a responder
nuestras oraciones, y conforme Tú haces eso vamos a ser bendecidos, y después Tú vas a
recibir toda la Gloria. Sabemos que ese es el Plan. Con ese fin en mente, oramos, por
causa de Jesús. Amén.
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
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La predicación

La necesidad de predicar a Cristo


Escritura: 2 Corintios 4

Código: SC17–1
John MacArthur
El tema claro de predicar a Cristo llamó nuestra atención a 2 Corintios, capítulo 4, y lo
aliento a que vaya ahí, a 2 Corintios capítulo 4, en particular al versículo 5. El apóstol Pablo
escribe: “Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a
nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús.” Se me pidió que considerara ese
versículo y su contexto para que en cierta manera comencemos con el tema de predicar a
Cristo.
Comienza al decir: “No nos predicamos a nosotros mismos.” Quizás Pablo tenía en mente
las palabras de Jeremías acerca de algunos predicadores en su día, que predicaron los
engaños de sus propias mentes, o que hablan una visión de su propia imaginación. O
quizás él incluso pensó en su primer viaje misionero, cuando él y Bernabé llegaron a Listra,
y sanaron a un hombre cojo de nacimiento y la multitud decidió que eran dioses, Zeus, y
Hermes. Y Hechos 14:15 dice: “Pablo y Bernabé, se rasgaron sus vestiduras y saliendo a la
multitud gritaron: “Varones, ¿por qué hacéis estas cosas? Nosotros también somos
hombres de la misma naturaleza que vosotros, y predicamos el evangelio a vosotros, que
os volváis de estas vanidades a un Dios viviente.” No nos predicamos a nosotros mismos.
Escuche las palabras de nuestro Señor: “El que habla de sí mismo, busca su propia gloria
en lugar de la gloria del que lo envió.” Y entonces, predicamos a Cristo Jesús como Señor.
Pablo dice: “Predicamos a Cristo crucificado, predicamos a Cristo como la sabiduría de
Dios, y la justicia y santificación y redención. Predicamos a Cristo como aquel en quien
todas las promesas de Dios son sí y amén.” Y Pablo dice: “Cristo es predicado y en esto me
regocijo, si, y me regocijaré aún.” Y, ¿Por qué es tan crucial que prediquemos a Cristo?
Porque dice en Romanos 10, “Todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo. Y,
¿cómo invocarán sin predicador? Porque la fe viene por oír la palabra acerca de Cristo.”
Pablo dice: “Somos esclavos.” Somos esclavos en un sentido, aquellos que oirán y creerán,
pero no son el amo del predicador, somos esclavos a ellos por causa de Jesús.
Y, entonces, no nos predicamos a nosotros mismos, sino que predicamos a Cristo Jesús
como Señor. Él es tema constante de nuestra predicación. Ahora, es claro que ese fue el
llamado y la pasión de Pablo, y el mandato que él le extendió a todos los que lo seguirían.
Él fue fiel hasta el fin mismo de su vida, predicó a Cristo hasta el final mismo de sus días.
En algún punto en mis primeros años, yo caí bajo el poder de Pablo. Y cuándo la gente me
pregunta, ¿quién ha sido mi héroe en la fe? Ha habido muchas personas que han tocado
mi vida, mi padre fue uno, mi mentor el Dr. Carlos Feinberg fue uno, pero la persona que
tuvo la mayor influencia en mí, a lo largo de los años, ha sido el apóstol Pablo. Siempre me
sentí como una especie de una versión de Timoteo que llegó tarde, tratando de aprender
de Pablo.
Y de todas las palabras que Pablo jamás dejó, bajo la inspiración del Espíritu Santo para
que nosotros las consideráramos, la que me ha parecido más interesante es lo que es
registrado en 2 Timoteo 4, él dice esto: “Porque yo ya estoy para ser sacrificado, el tiempo
de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he
guardado la fe. En el futuro me espera la corona de justicia que el Señor, el Juez justo me
dará en aquel día, y no solo a mí, sino también a todos aquellos que han amado su
venida.” Llegar al final mismo de su vida y poder decir, he peleado la buena batalla, he
terminado la carrera, he guardado la fe, espero una recompensa celestial. Él había seguido
a Cristo hasta el fin mismo. Sufrimiento incomprensible, dificultad internamente,
externamente, pero él fue fiel hasta el final por el mero amor al Señor y el gozo de la
obediencia.
Pablo dijo: “Sé imitadores de mí, así como yo de Cristo.” Cuándo usted llega 2 Timoteo,
capítulo 4, sus palabras finales escritas, usted ve a Pablo en cierta manera en las altitudes
de su propio Everest, habiendo llegado a la cumbre del ministerio fiel, para inhalar ese
oxigeno raro que tan pocos llegan a experimentar. Hay muchas personas que nunca llegan
a la cima, algunos que mueren camino a la cima. Su escalada ciertamente fue más difícil y
más larga que la de la mayoría, pero él alcanzó esa cumbre, un final triunfal. La cumbre de
lealtad a Cristo hasta el respiro final mismo.
Sorprendentemente, no hubieron multitudes terrenales ahí, nadie le dio un trofeo, nadie
lo reconoció a él, ni a sus logros. Él le dice a Timoteo: “Todos en Asia me han
desamparado.” Timoteo, el discípulo a quien le iba a entregar la estafeta, esencialmente
está al borde de dejar el ministerio, y las palabras finales de Pablo no se oyen triunfales en
absoluto, son así. “Esfuérzate por venir a mí pronto, porque Demas, habiendo amado este
mundo actual me ha dejado y se ha ido a Tesalónica, Crescente se ha ido a Galacia, Tito a
Dalmacia, solo Lucas está conmigo. Recoge a Marcos y tráelo contigo, porque me es útil
para el ministerio. Pero a Tíquico lo he enviado a Éfeso. Cuando vengas, trae el capote que
dejé en Troas con Carpo, y los libros, especialmente los pergaminos.”
“Alejandro el calderero me ha hecho mucho mal; el Señor le pague conforme a sus
hechos. Cuídate en contra de él, porque él se opuso de manera vigorosa a nuestra
enseñanza. En mi primera defensa nadie estuvo conmigo, pero todos me dejaron, que no
les sea tomado en cuenta. Pero el Señor estuvo conmigo, me fortaleció, para que a través
de mí la proclamación fuera llevada a cabo de manera plena, y para que todos los gentiles
pudieran oír. Y fui librado de la boca del león. Y el Señor me librará de toda obra mala, y
me llevará a salvo a su reino celestial. A él sea la gloria, por los siglos de los siglos. Amén.”
Simplemente parece haber una soledad en esas palabras, desde un punto de vista
humano, y el mundo ingrato está a punto de cortarle la cabeza. La pregunta que siempre
me he hecho es, ¿cómo es que usted hace eso? ¿cómo pasa usted todo lo que él pasó en
el ministerio, y permanece tan estable, inamovible, siempre abundando en la obra del
Señor? ¿Cómo es que usted llega ahí? ¿Cómo termina usted así? ¿Cómo es que usted
escala esa montaña de fidelidad, batallando a lo largo del camino, con obstáculos
externos, internos, luchas, con su propia debilidad, su propio pecado, y todo lo que viene
a usted desde afuera? ¿Cómo es que usted llega ahí?
Encontré la respuesta a eso en el texto mismo que estamos viendo, en 2 Corintios capítulo
4, entonces, permítame abrirlo para usted si puedo. Vamos a avanzar a lo largo de ese
cuarto capítulo. Incrustado en este capítulo está ese quinto versículo en dónde él dice:
“No nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús como Señor, y a nosotros
como vuestros siervos por causa de Jesús.” Hay tanto más en torno a esto que explica
porque él podía ser tan fiel hasta el fin mismo al predicar a Cristo.
Ahora, quiero que observe el versículo 1, obviamente, y una frase al final del versículo 1:
“No desmayamos.” Y usted se dará cuenta que esa misma frase está en el versículo 16,
“No desmayamos.” Es como si este testimonio que él da aquí, se encuentra en corchetes
mediante esta frase, “No desmayamos.” No estoy seguro de que esa es la mejor
traducción, y necesita algo de explicación. Si usted tiene la Versión Autorizada Antigua en
inglés dice: “No desmayamos,” lo cual es incluso menos útil que esta. El verbo es ekkakeó,
hay mucho más ahí en ese verbo que tan solo la idea de desanimarse.
Es simplemente ek, la preposición y kakao, que significa causar maldad, causar maldad.
Las formas del nombre kakos, kakeo, palabras fuertes, malicia, impiedad, depravación, ser
moralmente malo, ser dañino, ser corrupto, ser un criminal. El adverbio de manera
miserable, de manera equivocada, de manera criminal. Palabras muy fuertes, y una mejor
manera quizás de entenderlo sería, que Pablo está diciendo: “No cedemos a la maldad. No
cedemos a la maldad.” No tiene que ver tanto con ser cobarde, no tiene que ver tanto con
ser resbaladizo; como tiene que ver con ceder a la maldad.
Kiddle dice: “Actuar mal. Actuar mal.” Esto realmente es una deserción pecaminosa. No
desertamos. Pablo dice: “No estamos cediendo a la maldad, en ninguna manera.” ¿Qué lo
motiva aquí, a él a decir esto? Bueno, creo que en parte su experiencia con los corintios
tuvo el potencial de empujarlo a la decepción pecaminosa. Él conocía la dificultad
profunda y la decepción penetrante en esa iglesia, su pecado, su superficialidad, su
rebelión, su crítica de él le rompió el corazón, y él dice eso en esta carta. Él estaba
preocupado por la impureza en la iglesia, celos, demandas, incesto, profanación de la
mesa del Señor. De hecho, usted podía decir que la iglesia corintia estaba tan mal en
ciertas maneras que Apolos no se quedaría o regresaría a Corinto, aunque Pablo lo instó a
hacerlo. En cierta manera era la iglesia que nadie quería pastorear.
Él escribió cuatro cartas, dos registradas en el Nuevo Testamento, y a otras dos se refirió.
Sea lo que fuera que fue remediado por la primera carta, se quedó corto de dónde debía
estar, porque la iglesia entonces se abrió a falsos maestros que tenían un objetivo, y ese
objetivo era destruir la confianza de la iglesia en Pablo. Y entonces, simplemente hicieron
todo lo que pudieron, por hablar mal de él. Él realizó una visita muy dolorosa a ellos y se
fue sintiéndose peor de antes de que había llegado. Y escribió una carta muy severa a
ellos, una vez más, y él no quería volver a regresar.
Los falsos maestros estaban adquiriendo popularidad en esa iglesia y estaba rompiendo su
corazón. Era la situación que podía hacer que un ministro desertara. Estaban destrozando
su virtud, estaban explotando su controversia con Pedro, estaban cuestionando sus
credenciales, estaban calumniándolo en toda manera posible, dijeron que no era
impresionante como un orador. Él era menospreciable en términos de su presencia
corporal, dijeron que era inepto en la oratoria. Era una experiencia depresiva trabajar con
esa iglesia, eso es exactamente lo que dice en el capítulo 7, estaba deprimido.
Esta epístola fue escrita por Pablo con resistencia, para defender su propio apostolado en
contra de los ataques de los falsos maestros. Fue escrita realmente en un momento
agonizante en su vida. Usted no puede evitar sino ver eso. Incluso conforme usted
comienza a lo largo de la epístola en el capítulo 1, él habla del Padre de misericordias y el
Dios de toda consolación, versículo 4, el cual nos consuela en todas nuestras aflicciones. Y
en el capítulo 2 él habla de la tristeza. En el capítulo 4, cómo lo veremos en un momento,
más problemas, en el capítulo 6 más problemas.
En el capítulo 11 él presenta una lista de todas las cosas que él ha sufrido como un
apóstol, y la concluye al decir: “La preocupación de la iglesia es ¿quién peca y no siento el
dolor? Y aquí hay un hombre que está tratando con una congregación de personas que lo
decepcionan mucho, mucho, en cuyas vidas él ha invertido todo lo que tiene. A pesar de
eso, y a pesar de todas las otras vicisitudes que él enfrentó en otros lugares a lo largo de
su ministerio, él no cedió a la maldad. No hubo deserción mala, él fue verdadero y fiel
hasta el fin mismo, y creo que en este capítulo él resume las convicciones que lo
mantuvieron fiel y quiero presentárselas. Va a necesitar realizar usted un estudio más
detallado, para verlas en mayor detalle.
Pero quiero darle el panorama de la mejor manera que podamos hacerlo en el tiempo que
tenemos. Versículo 1, la primera cosa de lo que estaba cierto Pablo, una convicción
inamovible, y las convicciones son las que nos mantienen fieles. Las convicciones son lo
que nos mantienen fieles. La primera convicción que Pablo tuvo, fue una convicción
acerca de la superioridad y la gloria del nuevo pacto por encima del antiguo. En el
versículo 1, él comienza diciendo: “Por lo cual teniendo nosotros este ministerio,” usted
puede detenerse ahí. Sabemos que el “por lo cual” está ahí como una transición, es una
transición del capítulo anterior, en el cual compara el antiguo pacto y el nuevo pacto, esta
no fue alguna transición, algún cambio, alguna comparación que Pablo vio desde afuera,
esta es una comparación que Pablo vivió en el interior.
Él era un judío, un fariseo de fariseos, celoso de la ley, celoso por las tradiciones,
irreprensible hasta dónde la gente sabía, por fuera. Él incluso da ese tipo de testimonio al
rey Agripa, en el capítulo 26 de Hechos, hablando acerca de lo quisquilloso que era su
legalismo, y su apego al antiguo pacto, pero cuando en el camino a Damasco él fue
azotado por el Señor mismo, leemos la historia física de su conversión en Hechos 9,
leemos el relato espiritual en Filipenses 3. Dice en Filipenses 3 que él dice: “De pronto
todo ese legalismo del antiguo pacto se volvió estiércol.” Cuándo él encontró la justicia de
Dios concedida a él mediante la fe en Cristo.
Él dice, entonces en primer lugar: “Tenemos este ministerio.” ¿Qué ministerio? El
ministerio del nuevo pacto. De regreso en el capítulo 3, es llamado el “ministerio del
Espíritu,” es llamado el “ministerio con gloria.” Es muy diferente que el Antiguo pacto, el
cual es llamado el ministerio de condenación, el ministerio de muerte. Este es “algo
mejor” de Hebreos 11:39–40. Si usted regresa al capítulo 3 por tan solo un momento, y ve
el versículo 6, usted verá que el nuevo pacto da vida, el nuevo pacto da vida mediante el
Espíritu, el Antiguo pacto mata. La Ley pronunció la sentencia de muerte sobre todos,
nadie puede guardar la Ley por lo tanto la Ley solo tiene el poder de matar. El nuevo pacto
a vida.
El nuevo pacto también provee justicia, versículo 7, el ministerio del antiguo pacto es de
muerte, un ministerio muerte. El nuevo pacto es un ministerio de vida, porque el versículo
9 es un ministerio de justicia. El antiguo no podía proveer justicia, el nuevo provee justicia.
El antiguo pacto fue temporal, fue un pacto que se estaba desvaneciendo, versículo 7,
versículo 10 y versículo 11, su gloria se desvanece. El nuevo pacto es permanente, nunca
debe ser reemplazado. El antiguo pacto no tuvo esperanza, el nuevo pacto, versículo 12
tiene esperanza en lugar de desesperanza. El nuevo pacto es claro, en contraste a lo
oscuro, velado, versículo 13 y 14. El nuevo pacto está centrado en Cristo, él menciona a
Cristo en el versículo 14, el velo es quitado en Cristo.
La plenitud de la revelación de Cristo es la realidad del nuevo pacto. El misterio revelado
en Cristo. El nuevo pacto es capacitado por el Espíritu Santo, versículo 17, y el nuevo
pacto, versículo 18 es transformador. El nuevo pacto bajo el poder del Espíritu Santo, nos
mueve de un nivel de gloria al siguiente, hasta que somos conformados a la imagen de
Cristo. Aquí estaba un hombre, quien salió del antiguo pacto, el antiguo pacto de
condenación y muerte, desesperanza, al nuevo pacto. Y escuche, él nunca perdió la
maravilla por la realidad del nuevo pacto.
Él sabía de qué había sido librado, todo lo demás en el mundo era insignificante,
comparado con la liberación que se le había provisto a él, mediante la gracia soberana de
Dios a través de Jesucristo. Era un honor sorprendente, sorprendente para él. Creo que
eso es lo que él tiene en mente en parte, de regreso al capítulo 2, versículo 14: “Más
gracias sean dadas a Dios, quien siempre nos lleva al triunfo en Cristo, y manifiesta a
través de nosotros, el dulce aroma del conocimiento de él en todo lugar.”
¿Habla usted de ser importante en el mundo? Esa es la persona más importante en el
mundo, alguien, alguien que está avanzando en el triunfo de Cristo, y quien manifiesta el
aroma dulce del conocimiento de Él en todo lugar, alguien quien es una fragancia de
Cristo para Dios, entre aquellos que están siendo salvos, incluso entre aquellos que están
pereciendo, para unos, aroma de muerte para muerte; para otros, aroma de vida para
vida, ¿y para estas cosas quién es suficiente? Ningún humano en sí mismo puede tener
ese tipo de impacto eterno, pero Pablo es un predicador del nuevo pacto, esencialmente
él es tan usado por Dios como para ser un impacto en la eternidad de la gente, sea en el
cielo o el infierno. ¿Qué necio se rebajaría a algo menos que eso?
Hablamos mucho del evangelio. Esta es una muy buena razón, por la que necesitamos
estar continuamente viendo el evangelio, estudiar las glorias del evangelio, cantar acerca
de las glorias del evangelio, para que nunca jamás, jamás olvidemos el privilegio de ser
llamados al nuevo pacto. Pablo estaba seguro de que el nuevo pacto era superior al
antiguo, y él nunca superó la maravilla del privilegio de ser parte del nuevo pacto, y del
hecho de que se le dio la responsabilidad de proclamar el nuevo pacto. Si nunca nadie
jamás oyó y creyó, si él primordialmente era un aroma de muerte para muerte, lo cual él
era, como lo es todo predicador, como lo fue Isaías, todavía era el más alto de todos los
honores, y el más grande de todos los gozos. Entre más usted conoce acerca de la
pecaminosidad del pecado y la pecaminosidad del hombre, más valorará usted la
salvación del nuevo pacto, provista por la gracia mediante la fe en Cristo.
Y hay una segunda razón por la que Pablo fue fiel hasta el final, una segunda convicción,
una segunda certeza. Él tenía la certeza de que el ministerio era una misericordia, él
estaba seguro de que el ministerio era una misericordia. Regrese al versículo 1 una vez
más, y sé que vamos lento, pero vamos a acelerar. “Por lo cual teniendo nosotros este
ministerio, según la misericordia.” Simplemente me detengo ahí, y digo, sabe una cosa,
usted tiene que entender que su ministerio es una misericordia, usted no se lo ganó y
usted no lo mantiene porque de alguna manera usted está calificado. Es una misericordia.
Y para Pablo, simplemente era algo sorprendente que se le hubiera dado esta
misericordia.
Escuche sus palabras, 1 Timoteo 1: “Doy gracias a Cristo Jesús Señor nuestro, el cual me
fortaleció porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio, habiendo yo sido antes
blasfemo, perseguidor, injuriador, pero fui recibido a misericordia. Y la gracia de nuestro
Señor fue mucho más abundante con la fe y el amor que son en Cristo Jesús. Palabra fiel
es esta y digna de ser aceptada por todos, que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los
pecadores, entre los cuales yo soy el primero. Sin embargo, por esto hallé misericordia,
para que yo siendo el primero, Jesucristo mostrase su paciencia perfecta como ejemplo
para aquellos que creen en él para vida eterna.” El ministerio es una misericordia. Usted
está ahí, no porque usted es mejor que otros, sino porque usted demuestra misericordia,
usted demuestra gracia.
Conocemos nuestros corazones, conocemos nuestras debilidades, conocemos nuestros
fracasos muy bien. Y estoy seguro de que nos preguntamos porque el Señor nos llamó,
porque él continúa manteniéndonos ahí. Cuándo Pablo le estaba escribiendo a los
corintios, 1 Corintios 7, él les estaba hablando acerca de asuntos con respecto al
matrimonio, y él dijo: “Doy mi opinión como alguien que por la misericordia del Señor es
digno de confianza.” No sobrestime su importancia en el ministerio, es una misericordia,
es una misericordia. Todo lo que viene a nosotros es una misericordia. A los filipenses
Pablo dice: “Epafrodito estuvo enfermo hasta el punto de la muerte y Dios le mostró
misericordia a él y a mí, para que no estuviera en tristeza.”
Todos nuestros ministerios son misericordias. Misericordia, misericordia, misericordia.
Nos llama, nos equipa, nos rodea con hombres y mujeres que vienen a nuestro lado para
servir al Señor con nosotros, es un regalo de gracia, es una misericordia para los que son
totalmente inmerecedores e indignos. Nunca pierda de vista eso. Nunca es ganado, usted
no se lo ganó, usted no es perfecto, y sus imperfecciones no van a hacer que usted pierda
algo que no ganó. Pablo se rehusaba a defenderse a sí mismo, él tuvo que hacerlo en el
caso de los corintios, para que los falsos maestros no ganaran más terreno. Esperaba que
fueran revertidos y fueran sacados y regresaran a confiar en él, pero incluso mientras que
se defiende a sí mismo, él quiere que todo mundo sepa que él está en el ministerio
puramente por misericordia.
Hay una tercera cosa aquí que es muy elemental, él es un hombre fiel hasta el fin mismo,
motivado por algunas convicciones, la convicción de la súper superioridad del nuevo
pacto, y el ministerio fue una misericordia. Y la tercera cosa de la que estaba muy seguro,
fue la convicción de que él necesitaba tener un corazón puro, una convicción de que él
necesitaba tener un corazón. Él no comenzó en el camino a la maldad, y él dice esto de
manera inmediata en el versículo 2: “Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso.”
Una afirmación muy interesante, “Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso,” lo
habían acusado de una vida secreta de pecado.
Aparentemente, leyendo entre líneas, en 2 Corintios lo han acusado de hacer lo que él
hacía con mujeres para ganar favores sexuales de ellas, lo acusaron de ser corrupto en el
sentido de que él estaba en el ministerio por dinero, lo acusaron de mentir de sus éxitos,
él dice: “Miren, no tenemos ninguna vida escondida. No tengo una vida escondida. No hay
nada que no pueden ver.” ¿Era él perfecto? No. Al mismo tiempo que él escribió eso, él
escribió Romanos, y dijo: “¡Oh, miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de
muerte?” Por un lado, él ha renunciado a las cosas escondidas debido a la vergüenza, por
otro lado, él es un hombre miserable. ¿Cómo se reconcilia esto? Él reconoce su condición
miserable, él no la esconde, él está abierto a confesarla. Él puede por un lado decir: “Soy
un hombre miserable, veo un principio operando en mí en contra de la ley de Dios,
guiándome a pecar. Odio eso. Odio que no hago lo que debo hacer, y hago lo que no debo
hacer.”
Pero por otro lado él puede decir: “He renunciado a una vida escondida de vergüenza, no
tengo ninguna vida secreta.” Renunciamos es un tipo de aoristo gnómico, es una especie
de atemporalidad: “He renunciado a eso, hay una renuncia permanente a esto. Y, oh por
cierto solía ser un fariseo y había diseñado el arte de la vergüenza secreta, la había llevado
a su perfección. Yo era tan bueno en la vergüenza secreta que nadie sabía que jamás violé
la ley de Dios. Así de bueno era yo como hipócrita, era un hipócrita hábil. He renunciado a
todo eso.”
Me encanta lo que él dice ahí atrás en el capítulo 1, versículo 12, porque él de nuevo está
tratando de defenderse a sí mismo en contra de las acusaciones, y esto es tan interesante,
él dice en el versículo 12: “Nuestra confianza es esta.” Y debió haber sido muy difícil para
él, incluso haber escrito eso en papel, aunque inspirado por el Espíritu Santo, haberlo
escrito en lo que él lo escribió. “Porque nuestra confianza es esta, el testimonio de nuestra
consciencia, que en santidad y en sinceridad piadosa, no en sabiduría carnal, sino en la
gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y especialmente hacia vosotros.”
¿Sabe usted lo que él está diciendo? Tengo una conciencia limpia, tengo una conciencia
limpia. Pueden acusarme lo que ustedes quieran, tengo una conciencia limpia. Me están
acusando, mi conciencia no me está acusando, no significa que soy perfecto, o miserable
de mí, pero lo que eso significa es que no me aferro al pecado. No cultivo una vida interior
de vergüenza secreta, tengo una conciencia limpia.
Sabe una cosa, eso es lo que usted debe ser. No importa lo que venga en contra de usted,
si su conciencia está limpia, ninguna acusación se pega. La conciencia es un regalo de Dios.
Es un domo, da lugar al temor, a la ansiedad, incluso el pánico si la luz llega a la realidad
de la vergüenza escondida. Y usted queda aterrado porque lo descubren, especialmente si
está en el ministerio. “Mi conciencia está limpia,” Pablo dice. ¿Cómo es que usted
mantiene su conciencia limpia? Al ganar la batalla contra el pecado en el interior, al
ganarla en el interior.
He conducido mi vida en el mundo, y especialmente hacia ustedes en santidad y
sinceridad piadosa, pureza moral y transparencia. Sabe una cosa, eso es lo que es la
sinceridad piadosa, el término transparencia. Soy un libro abierto, soy transparente, él
repite esto bastante varias veces en el libro de los Hechos, dando testimonio hacia el final
del libro, y también en una carta a Timoteo, la batalla siempre es en el interior, Santiago 1,
y va del interior al exterior, usted tiene que ganar la batalla en el interior.
Fue Carlos Wesley quien escribió uno de los pocos himnos que yo he llegado a ver acerca
de la conciencia. Él escribió esto: “Quiero un principio interior de temor vigilante piadoso,
una sensibilidad hacia el pecado de dolor al sentirlo cerca. Ayúdame, ante el primer
acercamiento a sentir la soberbia o el deseo malo, de sorprender el que se está desviando
mi voluntad y apagar el fuego que está empezando. De ti sé que me puedo desviar para
no entristecer más tu bondad, dame el asombro filial, te ruego; la conciencia tierna da,
rápida como la niña del ojo, Dios has que mi conciencia sea. Despierta mi alma cuando el
pecado esté cerca, y mantenlo aun despierto.”
Pablo sabía que necesitaba tener una vida pura. Y eso significaba que él tenía que
mantener una conciencia limpia. Y eso significaba que él tenía que enfrentar el pecado en
el interior. Y si usted no hace eso, cuando conciba se va a manifestar y va a producir la
muerte. ¿Qué mantuvo a Pablo predicando fielmente a Cristo hasta el final? Una cuarta
convicción, él tenía la certeza de la responsabilidad de predicar con precisión la Palabra de
Dios. Él tenía la certeza de la responsabilidad de predicar con precisión la Palabra de Dios.
Y él dice eso en el versículo 2, él dice: “No solo hemos renunciado a lo oculto y
vergonzoso, no andando con astucia ni adulterando la Palabra de Dios, sino por la
manifestación de la verdad, recomendándonos a toda conciencia humana delante de
Dios.”
Eso es mucho que decir, una verdad muy, muy importante, él está seguro de la prioridad
de no adulterar la Palabra de Dios, sino manifestar la verdad, no andando en “panurgia.”
Esa es una combinación de palabras que significan todo, y trabajar; no dejar que el fin
justifique los medios. No hacer lo que tenga que ser hecho para ser exitoso, por la medida
que usted quiere usar. Panurgia, la idea de alguien que es capaz de hacer absolutamente
cualquier cosa para ganar el fin que la persona quisiera ganar. Algo astuto, algo sin
escrúpulos, algo engañoso, lo que se necesite para alcanzar las metas. En cierta manera es
sinónimo de “kakurgia”, lo cual significa un malhechor, un criminal. Es criminal tomar la
Palabra de Dios y manipularla para alcanzar sus fines.
Entonces, él dice: “No soy así, no opero de esa manera, no opero tomando la Palabra de
Dios y torciéndola para mis propios fines, adulterando la Palabra de Dios,” el deporte
favorito de los falsos maestros y los predicadores falsos. De regreso al capítulo 2, por un
momento, versículo 17, él dice: “No somos como muchos, manipulando la Palabra de
Dios,” o adulterando la Palabra de Dios, kapelos, farsantes, charlatanes, impostores. No
estoy jugando con la verdad divina, no estoy diluyéndola, no estoy encubriéndola, no
estoy abaratándola, no soy un tramposo, no adultero.
Esa es realmente una palabra conectada a un anzuelo. No uso la Palabra para que
muerdan el anzuelo, para consumirlos. También es usada de diluir vino, lo cual era una
especie de trampa. No manejo la Escritura de una manera engañosa, no la uso como un
anzuelo para jalarlos y comercializar con ustedes. No diluyo la verdad, no la corrompo
para alcanzar un fin con ustedes, sea cual sea ese fin, sino que más bien soy fiel a la
manifestación de la verdad, phaneroō, la manifestación, la revelación de la verdad, verdad
divina, la exposición abierta clara de la Palabra de Dios, la verdad. Este es mi esfuerzo
incansable.
“Recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios.” Esa es una afirmación
tan fascinante. usted puede manipular la Escritura, usted puede torcerla, usted puede
suavizarla, usted puede alterarla, y hacer que alcance algún fin con las personas en la
sociedad a las que usted piensa que debe apelar, usted puede jugar con ella para quitar la
ofensa, sacar la ofensa. Usted puede hacer todo ese tipo de cosas, pero al final usted ha
derrotado el propósito mismo para el cual la verdad existe. Usted subestima algo que Dios
ha colocado en toda persona creada en el mundo, y eso es la ley de Dios escrita en el
corazón, y ese es el único punto de contacto que usted tiene con el pecador. Si usted
altera eso, usted se ha aislado, usted puede hacer un amigo, pero usted no va a cambiar
un corazón. No importa que pruebas, dificultades, desacuerdos, ataques, persecución.
No importa lo que viene de manera injusta, que ataques, que crítica, Pablo está diciendo:
“Puedes ser fiel a la verdad, porque yo sé que la verdad lleva en sí su propia
recomendación interna.” Usted no tiene que defender la Palabra de Dios, tiene una gloria
propia, tiene un poder propio. Fue Hodges, el gran teólogo quien dijo: “Pablo sabía que la
verdad tenía un poder en sí, a tal grado que incluso cuando era rechazada y odiada, se
recomendaba a sí misma a la conciencia, como la verdad.” El siguió diciendo: “Y aquellos
ministros que son sinceros y declaran simplemente la verdad como Dios la reveló, se
recomiendan a sí mismos a las conciencias de los hombres.”
Eso debería ser grandes noticias para usted. No tiene que cambiarla, no puede hacer eso,
ciertamente no a los ojos de Dios, y Pablo nos recuerda entonces, al final del versículo 2,
que él hace todo porque él sabe que Dios está viendo. Él tenía la certeza de la
responsabilidad que tenía de predicar la Palabra de Dios, de predicar la verdad sin engaño,
sin alteración, sin manipulación, todo el consejo de Dios trazado de manera correcta,
usado correctamente. Esa fue una convicción que lo guardó de desertar de manera
pecaminosa.
Número cinco, él tenía la certeza de que los resultados no dependían de él. Él tenía la
certeza de que los resultados no dependían de él. Dice usted: “Muy bien, estoy afuera,
estoy predicando la verdad, y estoy predicando la ley de Dios y después el evangelio, y
abriendo la Palabra de Dios y dejando que la Palabra de Dios salga, y estoy confiando en
que Dios con Su Palabra encuentre un punto de contacto con el pecador debido a la
predisposición del pecador a la ley de Dios que está incorporada en él. Estoy confiando en
eso, pero no veo ningún resultado. En cierta manera me estoy preguntando porque las
cosas no están pasando como me gustaría verlas pasar. Aquí viene una respuesta rápida,
Pablo sabía que los resultados no dependían de él.
Ahora, permítame recordarle, no dependían de él en absoluto. Entonces, alterar el
mensaje de alguna manera, sería pensar que depende de ustedes. Y usted necesita hacer
algo diferente porque usted es el problema. No. Él dice en el versículo 3: “Pero si nuestro
evangelio está aún encubierto,” aun sino penetra en el pecador, “entre los que se pierden
está encubierto, en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos,
para que no le resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen
de Dios.” Esa es una porción poderosa de la Escritura. Si nuestro evangelio está
encubierto, hay una razón. Estamos hablándole a una categoría de personas identificadas
por Pablo como los que se pierden. Esa es una categoría de personas, los que se pierden.
Él se refiere a los que se pierden de regreso ahí en 1 Corintios capítulo 1: “El evangelio es
locura para los que se pierden.” La gente que está en la categoría de los que se pierden,
son los que están espiritualmente muertos, los que están ciegos espiritualmente, están
muertos espiritualmente, y ciegos por naturaleza, y están doblemente cegados debido a
Satanás, el dios de este siglo, él ha cegado las mentes de los incrédulos. Entonces son,
ciegos por naturaleza, y están cegados por Satanás, son doblemente ciegos, son
profundamente ciegos. No pueden ver la luz del evangelio de la gloria de Cristo, que es la
imagen de Dios. La gloria es brillante, es la gloria misma de Dios brillando en la faz de
Jesucristo, viniendo a través del evangelio, es luz refulgente pero no lo pueden ver. Están
ciegos como una piedra muerta.
Entonces, bienvenidos al ministerio. Usted le está hablando a estas personas. 2 Corintios
10, Pablo dice: “…que están en una especie de tumba, una especie de prisión, que se
vuelve una tumba.” Él dice: “…que están en fortaleza.” La palabra para prisión, tumba,
sepulcro. La gente está literalmente cautiva a cualquier cosa levantada, cualquier idea,
cualquier “logismos” levantada en contra del conocimiento de Dios. Son cautivos a las
mentiras y cegados, y después cautivos a las mentiras, son impenetrables, absolutamente
impenetrables, desde un punto de vista humano.
Si nuestro evangelio está encubierto, está encubierto porque la gente está en la categoría
de los que se pierden. La otra categoría, 1 Corintios 1, es aquellos que están siendo salvos.
Está la categoría de los que están siendo salvos, y está la categoría de los que se pierden.
Los que se pierden no pueden responder. Esa es la razón por la que Pablo también dice en
1 Corintios capítulo 1, que cuando responden es debido a la obra asombrosa de Dios, el
que se gloría, gloríese en el Señor. Por un lado, usted podría decir que la doctrina de la
depravación es la doctrina más desalentadora en la Biblia, lo es en cierta manera. Pero, en
otro sentido, la doctrina de la depravación es una palabra alentadora. Dice usted, eso es
raro. Bueno, me alienta el hecho de que no puedo hacer por despertar al pecador muerto.
Entonces, simplemente déjame ser fiel a la manifestación de la verdad en la Palabra de
Dios, que Dios usa eso para despertar al pecador muerto. El ministerio perseverante hasta
el final, fiel a Cristo, entiende y está cómodo con la gran realidad de la gracia
regeneradora, divina, soberana. Todos los resultados vienen de Dios. Vimos el versículo 5,
entonces vaya al versículo 6, aquí está la explicación: “Porque Dios, que mandó que de las
tinieblas resplandeciese la luz.” Usted se acuerda de eso cuando Dios dijo eso, ¿cuándo
Dios dijo eso? Génesis 1, Dios quien dijo la luz brillará de las tinieblas, sea la luz, es el que
resplandeció en nuestros corazones para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios
en la paz de Jesucristo.
La única manera en la que un pecador muerto, ciego, jamás verá la luz es cuando Dios
lleva a cabo un milagro creador en el alma, como el milagro de crear la luz en Génesis.
¡Qué paralelo! Dios entró a las tinieblas, nada más que tinieblas, tinieblas infinitas y dijo,
sea la luz. De la misma manera, solo Dios puede entrar a las tinieblas del alma humana, y
decir sea la luz. Si yo pensara que la calidad de mi mensaje determina el destino eterno de
alguien, no creo que podría predicar, creo que estaría paralizado. No necesito ese crédito,
estaría contento con dar todo el crédito para deshacerme de la responsabilidad. No
necesito ninguno de los dos, simplemente encuentro tanto gozo, simplemente en predicar
la Palabra y dejar todos los resultados al Creador. Pablo fue fiel hasta el fin mismo, porque
él sabía que los resultados no dependían de él. Podría haber sido bastante desalentador.
Y eso lo lleva a una sexta convicción. Él tenía la certeza de lo insignificante que era. Él
tenía la certeza de lo insignificante que era, versículo 7: “Pero tenemos este tesoro.” ¿Qué
tesoro Pablo? El tesoro del evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios. El
tesoro de la luz del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Cristo, esas frases
magnificas demandan más atención de lo que he podido prestarles esta mañana. Él dice:
“Tenemos este tesoro, este tesoro de todos los tesoros que sobrepasa a cualquier otro
tesoro, o a todos los tesoros combinados.” Este es un contraste fuerte, un contraste casi
conmovedor entre la gloria brillante de Dios en la faz de Jesucristo, propagada mediante
el evangelio, y el contenedor frágil, débil, frágil, feo, lleno de fallas, en el que es contenido.
Tenemos este tesoro en vasos de barro.
Dijeron que él no era impresionante, dijeron que su discurso era menospreciable, dijeron
que era inepto. Esas no son noticias para él. Él no está apenado por eso, lo que va más allá
de su comprensión es cómo Dios podía tomar la gloria de este evangelio, y colocarla en un
vaso de barro como él. Me acuerdo de A. T. Robertson leyendo una afirmación que él hizo
hace años atrás: “Si Dios no pudiera usar instrumentos pobres y voces débiles, Él no
podría producir música, es lo único que tiene.” Este evangelio de la gloria del Nuevo
Testamento está en ostrakinos, vasos de barro: vasos de barro comunes y corrientes,
baratos, feos, rompibles, reemplazables, sin valor.
¿Para que usan los vasos de barro? Bueno, aparentemente los usan para sepultar ciertas
cosas en el suelo, cosas de valor, para efectos de seguridad. También las usan para sacar
los desechos orgánicos de la casa. Eso es lo que un vaso de barro haría, son distinguidos
en 2 Timoteo 2:20, de los vasos para honra. Hay vasos para honra y vasos para deshonra.
Y los vasos para honra son de oro y plata, en eso sirve usted la comida. ‘Los vasos para
deshonra’ es cuando usted saca el alimento procesado. No hay valor intrínsico en esos,
son feos.
Fue Sir Tomas Moore, quien llamó a Martín Lutero un contenedor de desechos. Escuche lo
que él dijo: “Lutero no tiene nada en su boca sino inmundicia y estiércol, con los que él
juega al bufón. Él metería en su boca el estiércol que otros hombres escupirían en un
contenedor. Si él fuera a dejar la insensatez y el enojo con lo que estamos demasiado
familiarizados hoy día, las locuras que él produce, si él fuera a tragarse su propia
inmundicia y lamer el estiércol con el que ha contaminado a tal grado su lengua, y su
pluma, no teniendo en su boca nada más que agua contaminada, inmundicia y estiércol y
agua de caño, él va recibir un consejo a tiempo. Si fuera a dejar esta locura con todas sus
locuras, y enojos, con su estiércol y su inmundicia.”
Ahora, ahí tienen ustedes un párrafo alentador, saludable. Hombre, ni siquiera puedo
concebir alguien que escribiera todo eso. Lutero podría haber dicho: “Sí. Isaías habría
dicho: “Señor, tú no me quieres. Yo soy un hombre de –qué- de labios inmundos.” Pablo
se vio a sí mismo como el menor, el más pequeño de todos los apóstoles, no es cierto, el
más pequeño de todos los apóstoles. En 1 Corintios 4 hay un pasaje ahí, otro que me
impactó al principio de mi ministerio, cuando pensé en el ministerio, él dice esto, 1
Corintios 4:9, “Porque según pienso, Dios nos ha exhibido a nosotros los apóstoles, como
postreros, como a sentenciados a muerte, pues hemos llegado a ser espectáculo al
mundo, a los ángeles, y a los hombres.” Esto es sarcasmo.
“Nosotros somos insensatos por amor de Cristo, más vosotros prudentes en Cristo,
nosotros débiles, más vosotros fuertes, vosotros honorables más nosotros despreciados.
Hasta esta hora padecemos hambre, tenemos sed, estamos desnudos, somos abofeteados
y no tenemos morada fija. Nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos, nos
maldicen y bendecimos, padecemos persecución y las soportamos, nos difaman y
rogamos.” Lo resume de esta manera: “Hemos venido a ser a esta hora como la escoria
del mundo, el desecho de todos.”
Desecho y escoria, sinónimos para la suciedad que se queda en el fondo de un contenedor
de basura, usado de manera figurada, para los criminales más bajos, más degradados, con
frecuencia sacrificados en sociedades paganas. Esta es la humillación personal de Pablo.
“No soy nada, un blasfemo, un homicida,” como leímos antes. El poder del evangelio
glorioso no tiene nada que ver con nosotros, tenemos el tesoro en vasos de barro. Somos
débiles, somos comunes y corrientes, simples, frágiles, rompibles, deshonrosos, pero
dicha debilidad no es fatal para el poder del evangelio. “Porque no me avergüenzo del
evangelio de Cristo, porque es poder de Dios para salvación.”
Entonces, ¿cómo sostiene Pablo su fidelidad al predicar a Cristo? mediante un conjunto de
convicciones, convicciones inamovibles que lo mantuvieron fuerte contra cualquier
decepción, cualquier decepción pecaminosa. Él estaba convencido de la superioridad del
nuevo pacto, él estaba convencido de que el ministerio es una misericordia, él estaba
convencido de la necesidad de una vida pura. Él estaba convencido de que necesitaba
predicar continuamente la Palabra, la verdad. Él estaba convencido de que los resultados
no dependían de él, sino de Dios. Y él estaba convencido acerca de que era insignificante.
El capítulo termina con un par de convicciones más. Él estaba convencido del beneficio del
sufrimiento. Él estaba convencido del beneficio del sufrimiento, él es un vaso de barro, y
él es un vaso de barro que ha sido golpeado de manera brutal, que nunca ganó un
concurso de popularidad. Versículo 8: “Que estamos atribulados en todo, más no
angustiados; en apuros, más no desesperados; perseguidos, más no desamparados;
derribados, pero no destruidos. Llevando en el cuerpo siempre, por todas partes, la
muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos.
Porque nosotros que vivimos siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús,
para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal, de manera que
la muerte actúa en nosotros y en vosotros, la vida.”
Tres veces él dice lo mismo, la muerte opera en nosotros y cómo resultado la vida opera
en ustedes. Mi sufrimiento contribuye a que ustedes vivan. Cuatro contrastes aparecen
aquí en los versículos 8 y 9: “Atribulados en todo, más no angustiados.” Atribulados es
“thilibos” significa ‘presión’, pero no angustiados, lo cual significa, “No estoy tan
confinado, y presionado que no hay escape. Estoy perplejo, cierto tipo de desesperanza,
pero no es desesperanza final. Estoy perseguido “diokō”, soy casado como un animal que
está por ser matado, pero nunca abandonado por Dios. Estoy derribado, derribado,
aventado con fuerza, pero no destruido. A través de todo esto lo que sale en mi
sufrimiento, el beneficio de ustedes.
¿Cómo sucede eso? Bueno, él explica eso, vaya al capítulo 12, por un momento, en 2
Corintios, él dice: Debido a” versículo 7, “la superabundante grandeza de las revelaciones,
por esta razón, para evitar que me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en
la carne, un mensajero de Satanás, que me atormentara para evitar que me exaltara, para
guardarme de exaltarme a mí mismo.” Simplemente, de manera breve decimos que este
es un aguijón, pero eso realmente significa una estaca, una lanza. No es alguna espina
como en un rosal, sino una estaca. Es metida en su carne, es una herida profundamente
dolorosa para él, él lo llama un mensajero de Satanás, un ángelos. Esa es una persona, esa
no es una enfermedad, es un mensajero satánico que lo está atormentando.
Y creo que lo más probable es que quién fuera, fuera quién fuera la persona que estaba
guiando el ataque en contra de él, entre los falsos maestros en Corinto, era esa persona,
ese mensajero. Y él ora porque el Señor lo quitara, oró tres veces y el Señor no lo quitó,
porque lo humilla. Guau. Algunos de los problemas en su iglesia el Señor los está
permitiendo para humillarlo a usted. Le pedí tres veces, él dijo: “No” Él me dijo: “Bástate
mi gracia”. Y aquí está la afirmación, “porque el poder se perfecciona en –qué- la
debilidad. “Por lo tanto, de buena gana me gloriaré por mis debilidades, para que el poder
de Cristo esté en mí. De buena gana me gloriaré en mis debilidades, para que el poder de
Cristo esté sobre mí. Por lo tanto, estoy contento con mis debilidades, con insultos, con
aflicciones, persecuciones, y dificultades por causa de Cristo, porque cuando soy débil
entonces soy fuerte.”
Aquí hay un grupo de falsos maestros guiados por un líder poseído por demonios,
despedazando a esta iglesia que él amaba. Y él tiene sentimientos tan íntimos, tan
amorosos en su corazón hacia esta iglesia, de tal manera que, si hay pecado ahí, él siente
el dolor. Y los demonios, se le ha permitido a los demonios despedazar a su campo y él
dice: “Por favor, detén esto.” “No, has tenido tantas revelaciones. Necesitas ser
humillado, y necesitas aprender que tu fortaleza se encuentra en tu debilidad.
Regrese entonces a dónde estábamos en 2 Corintios, y usted ve que, sin entrar a detalles,
él dice: “Llevo,” en el versículo 10, “en mi cuerpo, la muerte de Jesús.” En otras palabras,
todo el dolor, sufrimiento, incluso la muerte que vino a él, que era con la intención de que
fuera para Cristo, Cristo no estuvo ahí. Entonces, la dirigieron hacia aquel que lo
representaba, pero tiene un propósito, para que la vida de Jesús también sea manifiesta
en nuestro cuerpo. Y después esencialmente lo mismo en el siguiente versículo:
“Constantemente estamos siendo entregados a la muerte por causa de Jesús, para que la
vida de Jesús también se manifieste en nuestra carne mortal.” Lo vuelve a decir, la muerte
opera en nosotros, pero la vida en ustedes. Así es, yo me juego la vida, yo sufro
persecución, soy torturado, yo soy perseguido para que sea débil. Y a partir de mi
debilidad sale fortaleza espiritual que trae vida a ustedes.
Así es como usted tiene que abrazar su sufrimiento. Si usted no abraza su sufrimiento, es
más probable que usted deje el ministerio, y se quede ahí al lado, antes de que llegue a la
cumbre. El Señor, claro, fue acechado por Sus enemigos hasta que lo mataron, y así fue
Pablo, pero a lo largo de este camino en su debilidad, Dios estaba operando
poderosamente. Pablo nunca podía ser la explicación para su impacto, Pablo nunca podía
ser la explicación para su impacto, no era él. Dijeron que él parecía ser nada, nada. Y
atormentado en su alma por la llegada terrible de los falsos maestros en la iglesia, que él
amaba. Sin embargo, el poder de Dios se manifestó a través de su debilidad.
Muy bien, permítame tan solo darle dos cosas finales en que pensar en este capítulo, que
fueron convicciones de Pablo que creo que lo mantuvieron fiel hasta el final. Él tuvo la
certeza de la necesidad de ser valiente, él tuvo la certeza de la necesidad de ser valiente.
Me encanta esa palabra en el versículo 13: “Pero teniendo el mismo espíritu de fe,
conforme a lo que está escrito,” y él se remonta al Salmo 116, ‘Creí, por lo cual hablé.’
Nosotros también creemos por lo cual también hablamos.” Me gusta eso, ¿no le gusta a
usted? Hombre. Usted dice lo que cree. Es correcto. No me edito a mí mismo. Si lo creo lo
digo.
Algunas veces la gente me pregunta: “¿Llegas a pensar en lo que la gente va a pensar
cuando dices algo?” Nunca había pensado en eso hasta ahora. Estoy seguro de que
hubieron ocasiones cuando pude haber dicho las cosas de manera diferente, y habría
estado mejor, pero solo pienso en una cosa, ¿es esto verdad? ¿es esto verdad? Creí, por lo
tanto, hablé. También creemos y así hablamos. ¿Cómo sería la iglesia hoy en la actualidad
si los pastores hicieran eso? Usted lo cree, dígalo. Usted lo cree porque es verdad, está
revelado en la Escritura, entonces trae sufrimiento, entonces trae rechazo, no cambiaré el
mensaje.
Estoy de pie por fe, es el Espíritu de fe que dice: “Lo creo, entonces lo dije.” No puedo, no
puedo creer algo, no puedo creer algo y no decirlo, sin importar que persecución venga. El
silencio podría significar una medida de consuelo, el significado podría significar una
medida de comodidad o aceptación o popularidad, pero como Lutero, estamos obligados
a hablar lo que creemos. Valentía. Valentía. Bueno, ¿no te da miedo que puedas morir,
Pablo? No. ¿Por qué? versículo 14: “Sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a
nosotros también nos resucitará con Jesús y nos presentará juntamente con vosotros.”
Ahí está usted.
Entonces, te van a matar. ¿Vas a qué? A ser resucitado. El aguijón es quitado de la muerte.
Además, si digo la verdad, aun si muero por ello, porque todas estas cosas padecemos,
versículo 15, “por amor a vosotros para que, abundando la gracia, por medio de muchos,
la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios.” Lo que él quiere decir con eso es
que más y más personas van a convertirse a Cristo, y van a añadirse al coro de aleluya, y
van a añadirse al coro aleluya, dándole gracia de manera eterna a la gloria de Dios.
Entonces, digo lo que es verdad por dos razones. Razón número uno: si me matan el Señor
me va a resucitar. Razón número dos: La gente va a oír la verdad, creer la verdad, y son
salvos. Y la gracia de la salvación se esparce a más y más personas quienes entonces se
añaden a las voces de aquellos que están dando gracias, que abundan para la gloria de
Dios. Bueno, una convicción final. Él tenía la certeza, de que la gloria futura era mejor que
cualquier cosa que este mundo podía ofrecer. Versículo 16: “Por tanto, no desmayamos;
antes, aunque este nuestro hombre interior se va desgastando, el interior no obstante se
renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un
cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven,
sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven
son eternas.”
En vista de la realidad sorprendente, gloriosa de la verdad del evangelio del nuevo pacto,
el ministerio del nuevo pacto, una misericordia que florece en la vida de un predicador
indigno, bajo el poder soberano de Dios, en la predicación de la Palabra, incluso en medio
de ser golpeado y de estar herido en la lucha, él abraza el poder perfeccionador del
sufrimiento, él es fiel a sus convicciones, enfrenta la vida o la muerte en la certeza con
confianza de la resurrección, y hace todo eso porque él espera un eterno peso de gloria.
Cómo dije, nadie le dio un trofeo al final, él está esperando la recompensa que viene a él
de la mano de su salvador.
Un eterno peso de gloria, peso, baros, pesado, pesado, baros, pesado, excediendo todos
los límites, mucho más allá de toda comparación. Y eso tiene que significar, y digo, esa
tiene que ser la meta. No vemos las cosas que son vistas, las cosas que no son vistas.
Usted no va a desanimarse si vive por estas convicciones, usted no va a desertar. Usted un
día va a estar en la cima, al final de su vida, y va a inhalar ese aire extraño de fidelidad
hasta el fin mismo, y usted podrá decir, espero, porque para mí el vivir ha sido Cristo, y el
morir, ganancia.
Padre, te damos gracias por la oportunidad de estar juntos en esta mañana, y la riqueza
de nuestra comunión y nuestra adoración y el poder bendito de tu verdad. Hemos
cubierto mucho, hemos cubierto un capítulo entero y Señor hemos dejado afuera muchas
cosas que son tan maravillosas y necesitan ser consideradas, pero ayúdanos a entender el
panorama general. Hemos visto la vida de un hombre quien es un ejemplo para nosotros,
él mismo dijo: “Síganme, conforme yo sigo a Cristo.” Que hagamos aquello que Él nos ha
pedido hacer, seguir en un patrón que nos lleva a un final como ese, en dónde podremos
decir: “No he desertado de ninguna manera mala. Estando a fin con sangre, sin haber
doblado la rodilla, sin haber sido quebrantado, y fieles. Y viendo aquello, y viendo
únicamente esa recompensa que, habiéndola recibido, la arrojaremos a los pies de Aquel
a quien pertenece toda la gloria.
Danos una gran semana Señor, cumple toda, cumple todas Tus intenciones buenas en
toda vida. Y te agradeceremos en el nombre de nuestro Salvador. Amén.
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La providencia

La providencia de Dios en la sepultura de Cristo


Escrituras Seleccionadas

Código: 81–110
John MacArthur
Al llegar a pensar en la resurrección de nuestro Señor esta mañana, esto hará que el
Domingo de Resurrección sea el número 52 para mí, aquí en Grace Church. Y no hay
escasez de formas de abordar la Resurrección de nuestro Señor, así que estoy emocionado
de tener otra oportunidad.
Lo que a menudo se pasa por alto en las glorias de la cruz y el Viernes Santo y las glorias
de la Resurrección, el domingo, es lo que sucedió en el medio, y ese es el entierro de
nuestro Señor. A primera vista, podría pensar que la sepultura o el entierro de nuestro
Señor fue solo una cuestión de necesidad, solo algo que sucedió al margen. Pero la
realidad es que la sepultura de Jesús es tan sobrenatural como todo lo demás en torno a
Su obra redentora en ese fin de semana, hace dos mil años atrás. Y la sepultura de Jesús
es tan significativa que los cuatro evangelios hablan de él a detalle, para pintar un cuadro
del hecho de que incluso la sepultura de Cristo es magníficamente sobrenatural.
La realidad es que desde el momento en que el sufrimiento de Jesús terminó en muerte y
entregó Su espíritu al Padre, entró en el paraíso y la presencia divina vivo, Dios controló
cada detalle de Su sepultura. El Padre, podría usted decir, estuvo a cargo del funeral del
Hijo. Los rasgos divinos, planeados previamente, profetizados y ejecutados
poderosamente de Su sepultura son una evidencia más fuerte del propósito divino en la
historia, de la veracidad de las Escrituras, de la deidad de Cristo, de la soberanía de Dios
sobre todos los eventos y todas las personas. Pero la sepultura de Jesús se pasa por alto, y
en ese caso se pierde algo profundo. De hecho, comprender Su sepultura va a elevar la
confianza que usted tiene en todo lo demás acerca de ese fin de semana. Su muerte y Su
resurrección va a elevar su confianza en las Escrituras y en el poder soberano de Dios.
Ahora, a lo largo de la historia, Dios opera básicamente de manera sobrenatural de dos
maneras. Uno es mediante milagros: Rara vez, pero en ocasiones, ciertamente como está
registrado en las Escrituras, Dios hace un milagro, y un milagro suspende la ley natural.
Dios entra en la vida, la ley natural, la suspende y luego sostiene esa suspensión durante
el tiempo que Él desea operar de manera sobrenatural; y después vuelve a colocar las
cosas en su orden normal. Es una interrupción sobrenatural, no científica e inexplicable de
la ley natural. Eso es lo que es un milagro. Un milagro no es cuando usted encuentra un
lugar para estacionarse en el centro comercial; un milagro es la suspensión de la ley
natural y la invasión de lo sobrenatural, de modo que no hay explicación humana, como
caminar sobre el agua, como curar a gente ciega.
Pero hay otra forma en la que Dios actúa en la historia, y es a través de la providencia. Los
teólogos lo llaman providencia. Y esto es mucho, mucho más común que los milagros. De
hecho, en esta época usted esperaría mucho tiempo antes de ver un milagro;
probablemente, no verá ninguno en absoluto. Los milagros se reservaron para momentos
de revelación muy especiales, conforme Dios validó a aquellos que lo representaron al
asistir, al respaldar su ministerio con milagros. Dado que ahora todo se mide no por la
capacidad milagrosa del predicador sino por las Escrituras, los milagros han dejado de ser
parte de la vida normal. Pero lo que no ha cesado es la providencia. Y la providencia es
una expresión mucho más poderosa de la soberanía de Dios, que incluso un milagro.
Para que Dios interrumpa la ley natural y haga algo sobrenatural requiere un acto. Pero
para que Dios constantemente, día tras día, hora tras hora, minuto tras minuto, a lo largo
de toda la historia humana, sin interrupción, sin suspensión, para lograr exactamente Sus
propios propósitos mediante los eventos y comportamientos personales de Sus criaturas,
de modo que todo cuando se junta no hace nada más que lograr exactamente lo que Él
pretende, es demasiado asombroso como para siquiera comprenderlo.
Todos los comportamientos libres de las personas, generados por un número infinito de
actitudes, motivos, elecciones, acciones y reacciones inexplicables, Dios entrelaza
meticulosamente para cumplir perfectamente Su voluntad, para una demostración de
sabiduría y poder mucho mayor que un milagro. La constante y asombrosa sabiduría y
poder de Dios en la providencia opera todo el tiempo, cada milisegundo, y se ve de
manera dramática en el asombroso control divino exhibido a lo largo de toda la historia
humana, y ciertamente se manifiesta así mismo en la sepultura del Señor Jesús.
Ahora, para contarle la historia completa, necesito incluir los cuatro evangelios, así que
eso es lo que vamos a hacer esta mañana. Vamos a ver qué nos dicen los evangelios sobre
la sepultura de Jesús, eso es significativo. Vamos a ver la sepultura desde el punto de vista
de los soldados indiferentes, y luego veremos la sepultura desde el punto de vista de los
santos amorosos, y luego veremos la sepultura de Jesús desde el punto de vista de los
líderes espirituales apóstatas. Así que vamos a tener tres perspectivas sobre el entierro de
nuestro Señor, y veremos la providencia de Dios en acción.
En primer lugar, la providencia divina en la acción de los soldados indiferentes. Puede
ahora pasar en su Biblia a Juan 19; Juan 19, y comenzaremos en el versículo 30. Juan 19,
versículo 30. Este es, como usted sabe, la declaración final de nuestro Señor antes de que
Él inclina su cabeza. “Cuando hubo tomado el vinagre, dijo: ‘¡Consumado es!’. Y habiendo
inclinado la cabeza, entregó el espíritu”, habiendo dicho también: “Padre, en tus manos
encomiendo mi espíritu”. Luego, en el versículo 31, retomamos el tema para esta mañana.
“Entonces los judíos, por cuanto era la preparación de la pascua, a fin de que los cuerpos
no quedasen en la cruz en el día de reposo (pues aquel día de reposo era de gran
solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados de allí.
Vinieron, pues, los soldados, y quebraron las piernas al primero, el primer ladrón, y
asimismo al otro que había sido crucificado con él. Mas cuando llegaron a Jesús, como le
vieron ya muerto, no le quebraron las piernas. Pero uno de los soldados le abrió el
costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua. Y el que lo vio da testimonio, y su
testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis.
Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliese la Escritura: No será quebrado
hueso suyo. Y también otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.”
Normalmente, la muerte es una sorpresa, por lo menos el momento mismo de la muerte.
Normalmente, la persona que está muriendo no tiene el control de ese momento. Pero
Jesús estaba en control del momento de Su muerte. Él dijo: “¡Consumado es! Padre, en
tus manos encomiendo mi espíritu”, y Él entregó su vida. En el décimo capítulo de Juan,
ahí atrás dijo: “Nadie me la quita la vida; yo de mí mismo la pongo”. Y, por cierto,
Apocalipsis 1:18 dice de Él que tiene “las llaves de la muerte”. Él podía abrir la muerte
incluso para Él mismo, en cualquier momento que quisiera.
Él entregó su propia vida antes de lo normal. No era necesariamente el promedio, pero
normalmente la gente colgaba de una cruz entre dos o tres días. Estuvo en la cruz durante
seis horas, desde las nueve de la mañana hasta las tres de la tarde aproximadamente. Y
los ladrones crucificados a cada lado de Él, como acabamos de leer, todavía estaban vivos
cuando Él ya había muerto, lo cual es bastante sorprendente, porque Él no tenía pecado, y
ellos eran miserables y pecaminosos, y el pecado solo en su presencia reclama lo que se le
debe; pero al nivel en el que participaron, probablemente tuvo un costo mayor en su
físico, mientras que el pecado no tuvo ningún costo en el físico de Jesús.
Y hubiéramos esperado que Él viviera mucho más tiempo que uno que había sido cargado
con la caída del pecado de Adán y luego con sus propias transgresiones. Pero Jesús murió
incluso antes de que murieran los ladrones. Todos estos tres hombres que colgaban en el
cielo ese día, fuera de Jerusalén necesitaban bajar de la cruz, y necesitaban bajar en ese
mismo momento. ¿Por qué? Porque, como notará en el versículo 31, era el día de
preparación; ese es el día antes del día de reposo, ese es el viernes. A fin de que los
cuerpos no quedasen en la cruz en el día de reposo, los judíos “rogaron a Pilato que se les
quebrasen las piernas y fuesen quitados de allí”.
¿Por qué les importaba si esas personas todavía estaban allí colgadas en el día de reposo?
Bueno, se remonta al capítulo 21 de Deuteronomio. Permítame leerles un par de
versículos, los versículos 22 y 23: “Si alguno hubiere cometido algún crimen digno de
muerte, y lo hiciereis morir, y lo colgareis en un madero, no dejaréis que su cuerpo pase la
noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el
colgado; y no contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad”. Entonces Dios
les había dado la realidad de que, si habían ejecutado a alguien por una causa justa, no
dejaban a esa persona colgada allí hasta el día siguiente.
Ahora bien, esto es aún más significativo cuando al día siguiente es el día de reposo; ellos
no querían que tres cuerpos estuvieran colgando de cruces en el día de reposo. Y este no
era cualquier día de reposo, éste era la Pascua. Y entonces los tres habrían profanado el
día de reposo; habrían profanado este día de reposo de la pascua si los hubieran dejado
en la cruz, vivos o muertos. Dejar los cuerpos en la cruz, a los ojos de los líderes judíos,
habría sido profanar la tierra.
Esto es algo que nos ayuda a ver algo de su hipocresía. No querían que los cadáveres
contaminaran la tierra, aunque uno de esos cuerpos pertenecía al Hijo de Dios y al Mesías,
a quien ellos habían condenado a muerte. Y, por cierto, ya habían tenido una plática con
Pilato, y en algún momento entraron en su pretorio, que los habría profanado con toda
seguridad, por su propia tradición ceremonial, al entrar en cualquier lugar gentil.
Estaban muy familiarizados con la crucifixión, por cierto. Si regresa al año 4 a. C., el
registro nos dice que hubo un general romano llamado Varo. Y Varo crucificó a dos mil
judíos en la Tierra Santa; entonces estaban familiarizados con eso. Y, por cierto, Augusto
César afirmó haber crucificado a treinta mil criminales. De hecho, fueron identificados, por
lo menos por Augusto, como esclavos. Entonces ellos sabían lo que era la crucifixión y
ellos sabían que la gente podía quedarse en una cruz durante días.
Familiarizados con la crucifixión, sabían que la forma de acelerarla era bastante simple.
Versículo 31, le pidieron a Pilato que les diera permiso para quebrarles las piernas. Lo que
hacían era tomar un mazo y aplastar el fémur en cada pierna. Esto se llama crucifragium
en latín. Involucraba romper el fémur de las piernas de las víctimas con un mazo de hierro;
y este gesto hacía que la muerte fuera casi inmediata, porque el cuerpo se hundiría y ya
no podría empujarse con las uñas mediante los pies y, por lo tanto, respirar, y se
asfixiarían con bastante rapidez. Además del shock y la pérdida de sangre, la asfixia les
quitaba la vida con mucha rapidez.
Se dará cuenta de que el nombre del hombre es Pilato, quien era el gobernador en ese
momento, el procurador bajo Tiberio, durante un período desde aproximadamente el 26
al 36 d.C., es decir, hasta el momento de la muerte de nuestro Señor. Entonces
preguntaron si podían romper esos fémures para que esos hombres murieran antes de
que terminara el día anterior al día de reposo. Y nuevamente, este fue el día de la
preparación; hoy es viernes, y es importante que estos cuerpos bajen de la cruz, a los
judíos, antes de que comience el día de reposo, el viernes, y eso es importante. “Y fuesen”
—al final del versículo 31— “quitados”, removidos. “Vinieron, pues los soldados”,
habiendo recibido el permiso, “y quebraron las piernas al primero, y asimismo al otro que
había sido crucificado con él. Mas cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no
le quebraron las piernas. Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al
instante salió sangre y agua”.
Ahora es importante reconocer que estos soldados romanos eran verdugos de oficio.
Sabían quién estaba muerto y quién no lo estaba. No necesitaban un electrocardiograma.
Estaban muy familiarizados con la muerte, habiendo estado involucrados en la crucifixión
de probablemente miles de personas. Sabían lo que vieron. Ellos sabían que los ladrones
estaban vivos y rompieron sus fémures para que murieran de inmediato. Sabían que Jesús
estaba muerto y, para demostrar eso, le traspasaron o le perforaron el costado con una
lanza; y salió sangre y agua; esta es una mezcla de sangre y líquido linfático que podría ser
el resultado de un episodio cardíaco.
El Salmo 69 tiene referencias claras a la cruz, y una de ellas, en el versículo 20, es que “el
escarnio ha quebrantado mi corazón”. ¿Podría haber sido que la causa de la muerte del
Señor fue que Su corazón simplemente explotó? Así que lo encontraron muerto y no le
rompieron las piernas. El versículo 35 después nos dice que Juan estaba allí, el escritor, y
Él lo vio. “Y el que lo vio da testimonio”, refiriéndose a sí mismo Juan, “y su testimonio es
verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis”. Juan está
diciendo: “Quiero que sepan que estuve allí; fui testigo ocular y Jesús estaba muerto.
Jesús estaba muerto”.
Eso fue importante, importante debido a dos profecías del Antiguo Testamento, el
versículo 36. La primera es de Éxodo 12:46; Números 9:12, e incluso el Salmo 34: “Ni
hueso de él será quebrantado”. Si Él no hubiera estado muerto, habrían violado esa
profecía; Él no habría cumplido esa profecía, Él no sería el Mesías y Dios no tendría el
control de todo. Cordero de la pascua (y la razón por la que me refiero de regreso a Éxodo
y a Números), el cordero de la pascua no podría tener ningún hueso roto, una imagen del
Cordero final.
Y otra Escritura, versículo 37; Zacarías 12:10, mirarán al que traspasaron. Así que fue
profetizado que “ni un hueso de él se rompería”, como es el caso del cordero de la pascua,
y que lo mirarían —los judíos, un día en el futuro, dice Zacarías, diciendo— “a quien
traspasaron”. Juan dice: “Yo estuve allí. No se rompió ni un hueso, y Él fue traspasado”.
Entonces, la acción de no solo nuestro Señor entregando Su vida, sino la acción de los
soldados en el cuerpo de Cristo, estaban bajo control divino y validan las profecías del
Antiguo Testamento, validan la naturaleza mesiánica de Jesús, establecen la realidad de Su
resurrección. como el Hijo de Dios, y demuestran la providencia soberana de Dios sobre
cada detalle. Todas estas figuras, los judíos, Pilato, los soldados, los verdugos, están
operando con cierta libertad. No tienen sentido de la Escritura divina, no tienen sentido
de profecía. No están tratando de cumplir con nada, solo están haciendo lo que parecía
razonable.
Pero Dios providencialmente estaba controlando la sepultura de Su Hijo, controlando cada
detalle con respecto a Su cuerpo y cómo era manejado. Necesitaba ser quitado de esa
cruz, dijeron los judíos, porque necesitaba estar abajo antes de la Pascua. Pero sabemos
que tenía que bajar antes de la Pascua, no para que no profanara la Pascua, sino para que
estuviera en la tumba tres días: parte del viernes, todo el sábado, parte del domingo. Ellos
no sabían que estaban cumpliendo esa profecía o cualquier otra profecía.
Así que conforme llegamos a la retirada en sí del cuerpo de la cruz y su ubicación en la
tumba, quiero que vaya a Marcos 15; Marcos 15. Esto es sorprendente. ¿Qué van a hacer
con el cuerpo? Jesús está muerto; los judíos lo quieren abajo. Si usted conoce la historia,
usted sabe que los discípulos, la mayoría, había huido. Su madre había sido colocada bajo
el cuidado de Juan. Era algo que los romanos hacían incluso por los delincuentes, entregar
el cuerpo a la familia si lo pedían. Pero nadie en la familia lo hizo. Podemos suponer que
María estaba bajo el cuidado de Juan y estaba despojada.
Entonces, ¿qué le va a pasar al cuerpo? Versículo 42 de Marcos 15: “Cuando llegó la
noche,” que significa que es por la tarde, “porque era la preparación” —nuevamente nos
dice que es viernes— “es decir, la víspera del día de reposo” —algunos intentan decir que
Jesús fue crucificado el miércoles o el jueves; no, es el día antes del día de reposo. “José
de Arimatea, miembro noble del concilio, que también esperaba el reino de Dios, vino y
entró osadamente a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús. Pilato se sorprendió de que ya
hubiese muerto; y haciendo venir al centurión, le preguntó si ya estaba muerto. E
informado por el centurión, dio el cuerpo a José, el cual compró una sábana, y quitándolo,
lo envolvió en la sábana, y lo puso en un sepulcro que estaba cavado en una peña, e hizo
rodar una piedra a la entrada del sepulcro. Y María Magdalena y María madre de José
miraban dónde lo ponían”.
Vamos de la providencia divina en la acción de los soldados indiferentes, a la providencia
divina en la acción de los santos amorosos. Y conocemos a José de Arimatea, y un
compañero que apareció, y lo conoceremos en un momento, con el nombre de Nicodemo
y las mujeres. Y lo que es más importante, nuevamente, se recuerda en el versículo 42 que
era el día de preparación, el día antes del día de reposo. Y en ausencia de alguien más que
viniera a llevarse el cuerpo de Cristo, si así hubiera terminado, lo hubieran arrojado a la
Gehena, el basurero de la ciudad.
Esta es la única aparición de este hombre en el Nuevo Testamento, José de Arimatea. Su
historia es breve, pero su historia es maravillosa. Es una historia de salvación. Es el
testimonio inesperado de la fe en Cristo, apartado del rechazo blasfemo y abierto de toda
la nación. Él es como el ladrón que creyó. Él es como el centurión que creyó, o los otros
soldados que creyeron en la cruz. Esta es un alma rescatada del Sanedrín, la Corte
Suprema Judía compuesta por setenta líderes nobles, sacerdotes y laicos, y uno más, el
sumo sacerdote; y fueron ellos los que consiguieron la muerte de Cristo. Había sido
juzgado antes que ellos. Aparece uno de ellos, José de Arimatea, un miembro destacado
del consejo, tal vez un sacerdote, el único disidente. Lucas dice esto acerca de él: “Él era
un hombre bueno y justo”, misma palabra usada del centurión para referirse a Jesús:
“Verdaderamente este hombre era justo, este hombre era el Hijo de Dios”.
Dos personas en la cruz identificadas como justas: Jesús y José. Y José era justo
únicamente porque creyó, y la justicia de Jesús fue acreditada a su cuenta. Uno era justo
por naturaleza: el Señor Jesús; el otro era justo por gracia. No habían demasiadas
personas de este tipo en Israel en este momento; su religión del judaísmo era tan
apóstata. Hubieron algunos, Zacarías e Isabel, padres de Juan el Bautista; Zacarías era
sacerdote. Estaba José y estaba María. Estaba Simeón y estaba Ana, los dos que estaban
en el templo cuando Jesús fue llevado allí para la ceremonia después de su nacimiento.
Mateo dice de José esto: “Era discípulo de Jesús”. Juan dice: “Era discípulo de Jesús, pero
secreto, por temor a los judíos”. Él fue un discípulo secreto.
Así que él, junto con Zacarías e Isabel, José y María, y Simeón y Ana, es uno del
remanente, supongo que se podría decir, uno de la simiente santa sobre la que escribió
Isaías, un santo remanente en una nación apóstata, un creyente en Jesucristo a quien
entonces se le concedió la verdadera justicia. Pero él no fue muy osado; todavía estaba
luchando con el miedo.
Este no era momento para el miedo, cobarde hasta este momento. ¿Cómo sabemos eso?
Bueno, fue cobarde no solo porque nos dice “por miedo a los judíos”, no se declaró
discípulo; pero Lucas 23:51 dice: “No había consentido el plan de acción” del Sanedrín. Y
no sabemos si estuvo ausente, no sabemos si se quedó callado, no dijo nada; pero cuando
llegó el momento de tomar una postura en el juicio de Jesús, él no pudo consentir.
Démosle el beneficio de la duda y digamos que fuera lo que fuera que él temía, lo superó y
votó no, no. Para ese entonces él era un creyente y un discípulo, y se declaró justo y un
buen hombre, y amaba a Cristo, y está horrorizado por la decisión del Sanedrín y
devastado por la muerte del Mesías. Y cuando todos estuvieron de acuerdo con la muerte
de Jesús, todo el Sanedrín, y eso se dice específicamente en Mateo 27:1 y Lucas 22:7,
todos estuvieron de acuerdo, es sólo José quien no consintió.
¿Quién es este hombre? José es un nombre común. Bueno, él es ese José, solo por el bien
de la iglesia en el futuro, de Arimatea, una ciudad de los judíos, Lucas dice. Supongo que
no hay una ubicación exacta para esto, pero parece estar al noroeste de Jerusalén, en
algún lugar entre 8 y 25 kilómetros. Y lo más probable es que sea la antigua ciudad de
Ramá, Ramá, Ramathaim-Zophim, que fue el lugar del nacimiento de, por ejemplo,
Samuel. Entonces él era de un lugar conocido, y esto es simplemente para identificarlo y
diferenciarlo de todos los demás Josés, de esta ciudad y miembro del Sanedrín.
“Él estaba” —me encanta esto, versículo 43— “esperando el reino de Dios. Estaba
esperando el reino de Dios”. También estaba esperándolo Juan el Bautista. Y también
Zacarías e Isabel. También José y María. También Simeón y Ana. Él es un verdadero
creyente en Yahweh. Él es un verdadero creyente en el Mesías. Él espera que Jesús ahora,
como Mesías, traiga el reino de Dios. Pero ahora Él es un cadáver. Su corazón tuvo que
haber estado roto.
¿Exactamente qué impulsó a José a querer Su cuerpo y tener el privilegio de enterrarlo?
¿Qué era? ¿Fue motivado por la empatía? ¿Fue motivado por la compasión? ¿Fue
motivado por la protección para que el cuerpo de su Mesías no fuera profanado? Quizás, y
seguramente esas cosas son ciertas. Pero, ¿era también alguien que, debido a que era
bueno y justo, pensaba con claridad, y tal vez con mayor claridad de lo que pensaban los
discípulos, y tal vez creía que Jesús resucitaría de entre los muertos?
Ciertamente actúa por amor. Ciertamente, dondequiera que estuviera tratando de
esconderse y mantener en secreto su discipulado, eso fue en el pasado, porque nos dice,
en el versículo 43, “entró osadamente”; y eso significa que probablemente cuando
prosiguió la votación, se abstuvo o envió algún tipo de mensaje disidente, pero solo uno al
que le habría faltado valor, digamos.
Pero ahora entra osadamente y va a Pilato y le pide el cuerpo. ¿Va a Pilato? Se supone que
no debe acercarse a este gentil. Esto demandó valor, porque había sido un discípulo
secreto, porque había estado funcionando como un líder prominente del Sanedrín. Entró a
ver a Pilato. Versículo 44, “Pilato se sorprendió de que ya hubiese muerto, y haciendo
venir al centurión, le preguntó si ya estaba muerto”.
Así que fue a ver a Pilato, profanándose así en la víspera de la Pascua, según la tradición
de ellos. No hay duda de que el resto del Sanedrín también le estaba pidiendo a Pilato lo
que ellos querían, y ellos querían que le rompieran las piernas y bajaran a los criminales.
Juan 19:38 dice que fue justo después de que los judíos le pidieron a Pilato que les
rompiera las piernas, y los soldados se fueron para cumplir con esa petición. Al salir, José
entra y pide el cadáver.
Pilato ni siquiera ha recibido noticias de los soldados sobre si Jesús está vivo o muerto, por
lo que vuelve a llamar al centurión, quien le dijo que Jesús estaba muerto. José de
Arimatea sabía que los judíos querían que Jesús y los demás murieran. Conocía su
tradición; sabía que los querían abajo antes de la puesta del sol, antes del día de reposo;
así que pide el cuerpo antes de que Pilato supiera si Jesús incluso estaba muerto.
Versículo 45: “E informado por el centurión, le dio el cuerpo”, ptōma en griego, el cadáver,
“a José”.
Este es un momento en el que debe detenerse y pensar un poco. Ahora él había pagado el
precio de su discipulado. Estaba registrado públicamente, abiertamente. Había ido a la
presencia maldita de Pilato, profanándose a sí mismo el día antes del día de reposo. Él se
había declarado seguidor de este Jesús muerto. Él ahora tiene Su cadáver. Él amaba a
Jesús, no quería que Su cuerpo fuera deshonrado. Él quería seguir cualquier camino que
minimizara cualquier profanación adicional. Algunos han sugerido que tal vez él no quería
que le rompieran las piernas a Jesús. Pero creo que lo que realmente está detrás de esto
es, y esto se debe solo a las cosas que se dicen sobre este hombre, que todavía se estaba
aferrando a la esperanza de la resurrección. Quizás todo era cierto.
Tantos estaban esparcidos, tantos estaban sin esperanza. Pero él quería ese cuerpo. En lo
que probablemente nunca pensó fue en Isaías 53:9, que dice: “Se dispuso con los impíos
su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte”. Setecientos años antes, Isaías había
dicho que se le habría asignado que arrojaran su cuerpo con los malvados, pero resultó
que estaba con un hombre rico en su muerte. Su tumba fue planeada para estar con los
malvados, pero fue enterrado con un hombre rico.
José no tiene prisa porque es ese hombre rico; él no lo sabe eso. Él no se está apresurando
simplemente porque no quiere que el cuerpo de Jesús sea más deshonrado. No se está
apresurando porque no quiere violar el día de reposo. Él podía estar motivado por una
pequeña cantidad de fe en que, una vez sepultado, Jesús resucitaría. ¿Qué está
impulsando a este hombre? Simplemente, Dios. Él está obligado por Dios. Él está siendo
impulsado por Dios. Él se está moviendo a una velocidad divina, no solo para darle a Jesús
una sepultura honorable, una sepultura apropiada; no solo para hacerlo todo con toda la
dignidad que pueda quedar para ese tipo de condición; sino que más bien está
moviéndose en el tiempo de Dios, para llevar a Jesús a la tumba el viernes, porque tiene
que estar allí tres días.
Mateo 12:40, “El Hijo del Hombre estará tres días y tres noches en el corazón de la tierra”;
y un día y una noche constituían cualquier parte de las 24 horas. Así que “lo quito” en el
versículo 46, siendo obligado por Dios, pero sin saberlo, pero sacó, en primer lugar, “en
una sábana o lienzo de lino”, luego “lo bajó y lo envolvió en el lienzo de lino y lo puso en
un sepulcro que estaba cavado en una peña, e hizo rodar una piedra a la entrada del
sepulcro”.
Marcos dice que lo hizo todo por sí mismo. Juan dice que él mismo se llevó el cuerpo; él
mismo cargó a su Salvador. Va más allá de la comprensión imaginar lo que estaba pasando
por su mente conforme colgaba el cuerpo de Jesús, el cadáver del Mesías, sobre su
hombro. Pero imagínense cuando la cruz bajó y estaba acostado, y él sacó los dos pies a
través de los clavos, y quitó las espinas que estaban clavadas en Su cabeza, y sacó Sus
manos y muñecas de los clavos, y miró el rostro ensangrentado y limpió la sangre, el
sudor, las lágrimas, la suciedad, lo envolvió en un lienzo, y por sí mismo colocó al Hijo de
Dios sobre su hombro. Y, por cierto, los judíos no embalsamaban, envolvían en tiras, tiras
de lino y envolvían todo el cuerpo; y luego, entre esas envolturas, rociaban especias para
minimizar el hedor de la carne en descomposición.
Ahora, ninguno de los evangelios dice que José tuviera especias. Pero Juan nos dice que
fueron traídos por otra persona que acaba de aparecerse con especias, Juan 19:39. Bueno,
volvamos al 38, solo para preparar la escena: “José de Arimatea, que era discípulo de
Jesús, pero secretamente por miedo de los judíos, rogó a Pilato que le permitiese llevarse
el cuerpo de Jesús, y Pilato se lo concedió. Entonces vino, y se llevó el cuerpo de Jesús.
También Nicodemo,” nombre conocido, Juan 3, “el maestro de Israel—el que antes había
visitado a Jesús de noche, también vino trayendo un compuesto de mirra y de áloes, como
cien libras de peso. Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos con
especias aromáticas, según es costumbre sepultar entre los judíos”.
En algún lugar de la noche, mientras se dirigía a la tumba, apareció Nicodemo. Mirra,
cosechada de plantas, una especie de resina gomosa, fragante, en forma de polvo. Y el
aloe es muy parecido; el aloe proviene de las hojas de un suculento polvo en flor, también
aromático. Y eso, cien libras de peso, es mucho. Eso sería algo para una persona muy, muy
importante. Entonces aquí está Nicodemo, otro seguidor de Cristo. En algún lugar entre
Juan 3 y Juan 19, en algún lugar entre conocer a Jesús por primera vez y ver Su cuerpo
muerto, Nicodemo se había convertido en un seguidor de Jesús. Había nacido de nuevo
por el Espíritu Santo.
Así que eso nos lleva de nuevo a Marcos 15, y ahora juntos ellos acuestan a Jesús en la
tumba. Las especias son colocadas sobre Él, y Él es colocado en el sepulcro, el sepulcro
excavado en la roca. Mateo 27:60 dice que era la propia tumba de José. Mateo también
llamó a José “un hombre rico”. Juan dice, creo que es el capítulo 19, versículo 42, que
estaba muy cerca del Gólgota. Y lo “pusieron en un sepulcro,” esencialmente, en el que
nadie había sido sepultado jamás. Y luego José de Arimatea “hizo rodar una piedra a la
entrada del sepulcro”. Juan 19:41 dice que esta tumba estaba en un jardín; por eso se
llama, incluso, la tumba del jardín.
Todo esto, obviamente, para honrar a Cristo por parte de seguidores amorosos. Todo esto
para evitar que los ladrones de tumbas robaran, porque las personas eran sepultadas con
sus objetos de valor, aunque tal vez no hubieran tenido mucho si hubieran robado la
tumba de Jesús, ya que Él realmente no tenía ningún objeto de valor. Pero querían
proteger el cuerpo de Él. Este fue la sepultura más confiable, amorosa, cuidadosa y
honorable que dos hombres pudieron ofrecer a alguien que ellos amaban. Pero detrás de
esto estaba esto: Dios se estaba moviendo para asegurarse de que estuviera en el suelo el
viernes antes de la puesta del sol, para que estuviera “tres días… en el corazón de la
tierra”.
Ahora solo para explicar un poco sobre esta tumba. Normalmente, las tumbas tenían
estantes; estaban tallados en la roca. Y tendrían estantes y colocaban un cuerpo en un
estante. No están embalsamando; el cuerpo se descompondría algo rápidamente y
eventualmente habría sido un montón de huesos; y entraban, tomaban los huesos y los
metían en una caja llamada osario. ¿Alguna vez has oído eso? Un osario. Y los huesos se
conservaban. Ese habría sido el proceso normal. Pero esta era una tumba en la que nadie
había estado nunca.
Entonces, qué funeral. No se cantó ningún himno, no se rezó ninguna oración, no se
predicó ningún sermón, no se leyó ningún elogio; sólo un cuerpo colocado allí para
descomponerse. Pero ellos estaban cumpliendo las Escrituras. Lo habían traspasado, no se
le había roto hueso alguno, y ahora lo habían sepultado en la tumba de un rico, como dijo
Isaías; y Él estaría allí tres días.
El versículo de apertura confirma el entierro del viernes, “el día de la preparación”, el
versículo 42, “el día o la víspera antes del día de reposo”. El versículo 47 después cierra el
registro de Marcos en este capítulo: “María Magdalena y María, la madre de José,
miraban dónde lo ponían”. Al parecer, estaban siguiendo a José de Arimatea. Recuerde,
ellas habían estado parados en la cruz, y luego retrocedieron y estaban más lejos. Lucas
agrega Joana y algunos otros. Los discípulos estaban esparcidos, pero las mujeres estaban
allí. ¿Dónde está Pedro? ¿Dónde está el resto? Ellos se fueron. Pero las mujeres estaban
ahí.
Lucas capítulo 23 nos da la siguiente escena importante, versículo 54. Nuevamente, Lucas
23:54, “El día de preparación”, era viernes, “y estaba para comenzar el día de reposo. Y las
mujeres que habían venido con él desde Galilea, siguieron también, y vieron el sepulcro, y
cómo fue puesto su cuerpo”. Estaban mirando, como leemos en Marcos. “Y vueltas” a sus
hogares “prepararon especias aromáticas y ungüentos; y descansaron el día de reposo,
conforme al mandamiento”. Así que está Él en la tumba el viernes. El día de reposo, el
sábado descansan. No serán superadas por extraños.
Ellas no van a permitir ser superadas por extraños, ellas van a añadir sus propias
expresiones de amor al pasar las últimas horas del viernes mezclando especias para traer
de regreso a la tumba, no el día de reposo, porque no podían hacer un viaje, sino el primer
día, domingo. Y así el capítulo 24 comienza así: “El primer día de la semana, muy de
mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias aromáticas que habían preparado”.
Ellas descansaron el día de reposo. Ellas fueron obedientes a la Palabra de Dios, honraron
el día de reposo. Este es, por cierto, el último día de reposo legítimo. A partir de ahora, no
adoramos el día de reposo, adoramos el domingo, el día en que Él resucitó.
Entonces vemos la acción de los santos amorosos, sumada a la acción de los soldados
indiferentes, todos demostrando la acción de Dios providencialmente, conforme Él hace
que Su Hijo sea sepultado el viernes. Y eso nos lleva al tercer grupo que tiene una función
en esta sepultura. Los soldados indiferentes, y los santos amorosos; y después la
providencia divina en la acción de los líderes espirituales odiosos. Y regresemos a donde
comenzamos a leer las Escrituras, regresemos al capítulo 27 de Mateo, y lo concluiremos.
Mateo capítulo 27, y 62 es el versículo: “Al día siguiente, que es después de la
preparación, se reunieron los principales sacerdotes y los fariseos ante Pilato, diciendo:
Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún: Después de tres días
resucitaré”. Ahora espere un minuto. El día siguiente a la preparación es el día de reposo.
¿Qué están haciendo en una casa gentil el día de reposo? ¿Qué están haciendo con Pilato?
Las tradiciones de ellos fueron hechas a un lado de manera muy conveniente porque
están preocupados.
“Nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún: Después de tres días resucitaré.
Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus
discípulos de noche, y lo hurten, y digan al pueblo: Resucitó de entre los muertos. Y será el
postrer error peor que el primero. Y Pilato les dijo: Ahí tenéis una guardia; id, aseguradlo
como sabéis. Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y
poniendo la guardia”. “Vamos a asegurarnos de que Él nunca salga de esa tumba”. Ellos se
van a asegurar de que no haya un engaño peor que el engañador, Jesús, vivo, por los
discípulos robando Su cuerpo, por lo que la tumba fue sellada.
Algunas personas dicen: “Jesús no estaba muerto en la cruz, y por eso Él salió de la
tumba”. ¿En serio? Eso es imposible. Los soldados sabían que Él estaba muerto. Algunas
personas afirman que las mujeres fueron a la tumba equivocada y fueron a una que
estaba vacía. Eso no es posible, porque sabemos que Su cuerpo fue ungido con especias.
Algunas personas dicen: “Bueno, los discípulos robaron su cuerpo”. ¿En serio? Dice usted:
“Bueno, ¿cómo podrían robar su cuerpo si los romanos pusieron una guardia allí?” Bueno,
no pudieron, así que tuvieron que sobornar a los soldados.
Me encanta esto, capítulo 28. Jesús ya no está, la piedra fue removida. Los soldados llegan
al pueblo. “La guardia”, en el versículo 11, “fueron a la ciudad, y dieron aviso a los
principales sacerdotes de todas las cosas que habían acontecido. Y reunidos con los
ancianos, y habido consejo, dieron mucho dinero a los soldados”. Hay una palabra para
esto: soborno. Y “se supone que debes decir esto: “Sus discípulos vinieron de noche y se lo
llevaron mientras dormíamos”. ¿En serio? Entonces, ¿cómo sabes eso, si estabas
dormido? Vas a tener que hacerlo mejor que eso, torpe. “Y si esto lo oyere el
gobernador”, cuando cuenten esa historia torpe, “le persuadiremos, y os pondremos a
salvo”. Y ellos, tomando el dinero, hicieron como se les había instruido. Este dicho se ha
divulgado entre los judíos hasta el día de hoy”. La mentira probó la resurrección.
Isaías 46 dice esto: “Yo soy Dios, y no hay otro Dios, Yo soy Dios y nada hay semejante a
mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era
hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero”. Y Dios logró la
sepultura y la resurrección de Su Hijo, no solo mediante poder milagroso, el poder de la
vida, sino mediante la providencia. Dios reina. Dios actúa en todos los aspectos de la vida
de todos, de acuerdo con Su propósito. No importa lo que los hombres hagan o no hagan,
usted puede tomar a soldados indiferentes, usted puede tomar a santos amorosos, usted
puede tomar a líderes espirituales odiosos, y cuando todos combinan sus actos de libre
elección, ellos van a hacer lo que Dios quería que se hiciera.
Jesús fue resucitado, como leímos. Él dijo esto al final del 28: “Toda potestad me es dada
en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que
guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo”. Justo al final de este tremendo relato sobre la Resurrección,
viene la Gran — ¿qué? —Comisión. ¿Está Jesús vivo? Entonces vaya a contarlo.
Padre, te damos gracias por Tu Palabra. Tantos de sus elementos son maravillosamente
poderosos, convincentes, contundentes. Te damos gracias por un día tan bendecido; sólo
podríamos desear poder empezar de nuevo y hacerlo de nuevo. Las alegrías de este día
han sido alegrías supremas. Los mayores gozos de la vida, las más grandiosas expresiones
de amor, los más dulces niveles de compañerismo, los más dulces niveles de comunión se
encuentran todos en la adoración colectiva de Tu iglesia redimida. Nos hemos esforzado
con canciones y oraciones y por la Palabra para levantar a nuestro Dios, Padre, Hijo y
Espíritu Santo, pero en particular hoy, para dar gloria a Aquel que resucitó a Cristo de
entre los muertos, el Padre que lo resucitó para certificar Su sacrificio, el Espíritu quien es
fuente de vida, y el Hijo mismo, que nos trajo vida mediante Su propia Resurrección.
Gracias por llenar nuestros corazones de gozo esta mañana; y eso se transfiera por sí
mismo en un anhelo por ir y hacer discípulos, y dar a conocer al mundo la verdad del
Cristo resucitado. Cuán desesperados están, cuán perdidos están; esta es su única
esperanza. Úsanos poderosamente en este día para proclamar a Cristo, y a Él crucificado y
resucitado y regresando otra vez. Y para Su gloria lo pedimos. Amén.
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La resurección

Asombro ante la tumba vacía


Escritura: Marcos 16:1–8

Código: 41–84
John MacArthur
Estoy tan profundamente agradecido por las personas con las que Dios me ha rodeado en
mi propia familia, comenzando con Patricia, y todos mis hijos y nietos, y el resto de la
gente que el Señor ha traído a mi vida que ha servido aquí, que han sido parte de esta
iglesia. Este es un viaje que todos hemos tomado juntos, no es algo que es hecho en
aislamiento de ninguna manera, y para que yo pueda hacer las cosas que he determinado
hacer en mi corazón y que el Señor me ha capacitado para hacer, muchas otras cosas
tenían que ser hechas por otras personas que han hecho bien y noblemente todas las
tareas que podían imaginarse haber sido hechas para capacitarme para hacer lo que
quiero hacer y siento que Dios me ha llamado a hacer.
Y entonces, este es un deleite para mí llegar a este punto y poder decirles gracias por
hacerlo posible. Gracias por no correrme de aquí cien veces a lo largo de los años. Estoy
agradecido por su amor y su apoyo y su aliento en tantas maneras, y lo digo en serio,
todos ustedes. Y ustedes conocen todas las cosas que han hecho para hacer que este
ministerio sea posible y gozoso, y soy el más bendecido. Para mí, claro, el gozo está en el
estudio. Las horas y horas de estudio cada semana por todos estos años me han
beneficiado inmensamente. Ustedes reciben el sobrante de eso, reciben una hora. Es
como una proporción de una a doce, por cada 10 o 12 que paso, ustedes reciben una.
Entonces soy el que es más recompensado, les voy a decir eso.
Llegamos esta mañana al final del Evangelio de Marcos. Pero antes de que veamos el final
del Evangelio de Marcos quiero que vaya a 1 de Corintios capítulo 15, 1 de Corintios
capítulo 15. Vamos hablar de la resurrección del Señor Jesucristo, y quiero comenzar al
tomar del apóstol Pablo una porción de su escrito inspirado que presenta la importancia
de la resurrección frente a nosotros. En 1 de Corintios 15 y versículo 1, Pablo escribe:
“Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también
recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual, asimismo, si retenéis la palabra que
os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.
Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por
nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer
día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, o Pedro, y después a los doce.
Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún,
y otros ya duermen. Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; y al último
de todos, como a un abortivo, me apareció a mí.”
Notará por las palabras aquí del apóstol Pablo que la resurrección ocupa esta porción de
la Escritura con la huella más grande. Hace una referencia a la muerte de Cristo, hace una
referencia a la sepultura de Cristo, pero el énfasis principal está en las evidencias de Su
resurrección. La razón de eso es que la resurrección no es simplemente un componente
del evangelio, no es meramente una característica del evangelio, es el evento principal. De
hecho, es el evento más grande en la vida de nuestro Señor Jesús. Y dado que Su vida es la
vida más grandiosa, es el evento más grandioso de toda la historia humana. Es el evento
culminante de la redención divina. Es la piedra angular de la promesa del evangelio.
La resurrección es la fuente de vida eterna para nosotros los que creemos. De hecho, sin
la resurrección la cruz no significaría nada, la enseñanza de Jesús no significaría nada, las
obras de Jesús no significarían nada, porque sin la resurrección no habría salvación. La
resurrección no es el epílogo, es el clímax de la vida de Cristo y Su obra. La iglesia no se
reúne y nunca se ha reunido el viernes, por importante que sea la cruz, la iglesia siempre
se ha reunido el domingo porque la iglesia siempre ha entendido la prioridad de la
resurrección.
Y, por cierto, la resurrección de Cristo es básicamente la clave para nuestra propia
resurrección, y lo que es exclusivo del cristianismo es que a los que creemos en Cristo se
nos promete ser resucitados de entre los muertos, física, literalmente, corporalmente,
como Él fue, en una forma de resurrección en la que viviremos para siempre. No existe tal
promesa en el islam. No existe tal promesa en el hinduismo, el budismo o cualquier otra
religión mundial. Lo que es exclusivo del cristianismo es la promesa de una resurrección
física en una forma que será perfecta, gozosa y eterna.
Volviendo por un momento a 1 Corintios 15 y el versículo 14, leemos esto: “Si Cristo no
resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. Y somos
hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo,
al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan. Porque si los muertos no
resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en
vuestros pecados. Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron. Si en esta
vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los
hombres.” Y luego el versículo 20 dice: “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos”.
Al regresar al evangelio de Marcos, algunos comentarios que podrían ayudarnos a
establecer el escenario. Los cuatro escritores de los evangelios cuentan la historia de la
resurrección. Mientras los cuatro cuentan la historia de Su crucifixión, los cuatro la siguen
con Su resurrección. Cada uno de los escritores - Mateo, Marcos, Lucas y Juan - aportan a
la historia elementos y características únicos. El resultado es una combinación poderosa y
magnífica de todos estos relatos inspirados para darnos la revelación completa de este
magnífico evento histórico. No falta nada. Cuando juntamos Mateo, Marcos, Lucas y Juan,
obtenemos todo lo que el Espíritu de Dios inspiró y quiso que supiéramos.
Sin embargo, en medio de esta rica armonía de relatos de la resurrección de Jesucristo,
falta una cosa. Puede que se sorprenda de lo que es. Es la resurrección misma. No hay
ningún relato de eso. No hay una descripción de lo que sucedió. El fenómeno no se
describe. Nadie lo vio, y de hecho, nadie pudo explicarlo. Cómo sucedió es
incomprensible, sobrenatural, como la creación. Que sucedió es el asunto crítico, y ese
hecho está plenamente establecido por los cuatro escritores.
El relato de Marcos es el más breve. Pero estamos acostumbrados a eso con Marcos, ¿no?
Parece tener prisa. La palabra familiar en Marcos es “inmediatamente, inmediatamente,
inmediatamente, inmediatamente”. Escuche su relato, comenzando en el versículo 1 del
capítulo 16: “Cuando pasó el día de reposo, María Magdalena, María la madre de Jacobo,
y Salomé, compraron especias aromáticas para ir a ungirle. Y muy de mañana, el primer
día de la semana, vinieron al sepulcro, ya salido el sol. Pero decían entre sí: ¿Quién nos
removerá la piedra de la entrada del sepulcro? Pero cuando miraron, vieron removida la
piedra, que era muy grande. Y cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven sentado
al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca; y se espantaron. Mas él les dijo: No os
asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no está aquí;
mirad el lugar en donde le pusieron. Pero id, decid a sus discípulos, y a Pedro, que él va
delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo. Y ellas se fueron huyendo del
sepulcro, porque les había tomado temblor y espanto; ni decían nada a nadie, porque
tenían miedo.” Y ese es el final de Marcos.
Dice: “Espera un minuto, hay más en mi Biblia”. Se lo explicaré esta noche. Pero el
versículo 8 es el final de Marcos. Termina abruptamente; pero también termina
climáticamente, ¿no es así?, con asombro y maravilla. Los versículos 9 al 20, notará que en
su Biblia probablemente están entre corchetes, o hay una nota marginal que explica que
estos versículos no aparecen en los manuscritos más antiguos. Entonces, Marcos termina
su evangelio con la ardiente realidad de la resurrección de Jesucristo que se apodera de
las almas de estas mujeres con asombro y maravilla.
Cada uno de los cuatro evangelios, como dije, da diferentes detalles de la resurrección.
Mateo tiene mucho más que decir más allá de donde Marcos detiene la narración, Lucas
tiene mucho más que decir más allá de donde Marcos detiene la narrativa, Juan tiene
mucho más que decir donde Marcos detiene la narrativa, y esto da testimonio del hecho
de que la escritura de los Evangelios no fue una especie de operación artificial por parte
de un comité de personas que intentan que todo encaje perfectamente.
Este no es un grupo de personas que están sentadas escribiendo historias de una sola
fuente común, como si existiera alguna fuente de la cual Mateo, Marcos, Lucas y Juan
escribieron sus evangelios. Si todos estuvieran escribiendo desde una fuente común,
estarían prácticamente diciendo lo mismo. Estos son escritores inspirados individualmente
y están escribiendo a partir de sus propias experiencias. Resulta que Marcos se sentó a los
pies de Pedro, y reflejó gran parte de la visión de Pedro de las cosas que nos presenta esa
perspectiva.
Pero no hay ningún esfuerzo artificial para que todo coincida. Hay, más bien, a lo que
estamos muy acostumbrados en este mundo, y esa es la providencia de Dios por la cual
Dios toma todas las experiencias y todas las palabras y todos los sentimientos y toda la
escritura de estos cuatro hombres, y ellos escriben lo que hay en su corazón para escribir,
y lo escriben de la manera que lo entienden, y el Espíritu Santo prevalece sobre todo para
que por la providencia de Dios armonice perfectamente.
Así es como trabaja la divina providencia todo el tiempo. Las realidades, las historias son
reales, son naturales, son personales. Las experiencias de cada persona individual y cada
evento individual son una verdadera expresión de esa persona sobre la que se está
escribiendo y, sin embargo, todo se combina perfectamente. Debería sorprenderse de lo
mucho que eso da fe de la autoría divina de las Sagradas Escrituras.
Y recuerde también que hay algunas variaciones en lo que experimentaron las personas;
pero todas estas personas que se presentan el domingo por la mañana y experimentan lo
que experimentan - una tumba vacía, ángeles, una confrontación con Cristo y todo el
asombro de eso - están en algún estado de conmoción; y por lo tanto la percepción está
limitada por el trauma. Esto es tan maravilloso. Es tan maravilloso que haya este nivel de
integridad en las Escrituras que lo vemos de la forma en que ellos lo vieron, lo
experimentamos de la manera en que ellos lo experimentaron, en medio del asombro y la
conmoción.
Los cuatro escritores de los Evangelios registran que Jesús murió. Todos registran que Él
estaba verdaderamente muerto. Todos registran que murió en una cruz, que murió el
viernes por la tarde y fue sepultado el viernes por la tarde, y fue colocado en una tumba, y
la tumba fue sellada con una piedra. Y todos registran que el domingo por la mañana se
levantó de los muertos, la tumba estaba vacía, los ángeles explicaron que había resucitado
y Cristo comenzó a aparecer a sus seguidores. Todos registran todo eso, y todo puede
combinarse maravillosamente.
Ahora, nota al margen: sabe que me encanta hacer esto. Y cuando pasamos por Marcos,
mezclamos a Juan y Lucas y mezclamos a Mateo para obtener esa descripción. Solo quiero
que sepa que uno de los proyectos que va a ver en algún lugar en el futuro es algo en lo
que estamos trabajando en este momento, y es una armonía combinada de los
Evangelios. Estamos tomando a Mateo, Marcos, Lucas y Juan, y los combinamos a todos
en párrafos para que lea una historia de Cristo en la que se mezclarán todos los elementos
de los cuatro escritores. Estoy emocionado por eso, y eso vendrá. Pero por ahora,
vayamos al relato de Marcos, y mezclaremos un poco a los otros tres.
El punto aquí es dar testimonio de que Jesús se levantó de los muertos; eso es muy
importante. Recuerde ahora, Él dijo que Él se levantaría al comienzo de Su ministerio,
como está registrado en el evangelio de Juan, capítulo 2, versículo 19. Él dijo: “Si destruís
este cuerpo, en tres días lo resucitaré”. Desde el principio dijo: “Cuando me maten,
resucitaré”, y siempre decía tres días. Hemos visto eso en el evangelio de Marcos, capítulo
8, versículo 31; capítulo 9, versículo 31; capítulo 10, versículos 33 y 34. Él les dijo
repetidamente: “Voy a morir, voy a resucitar. Voy a morir, voy a resucitar “. Y cada vez
que Él identificó un período de tiempo, ya sea Juan 2:19; Mateo 12:40; Lucas 13:32, cada
vez fueron tres días. Así que tomamos el texto de Marcos y no nos sorprende encontrar,
como encontramos en todos los demás evangelios, que, al tercer día, lo que Él dijo que
haría es exactamente lo que hizo.
Ahora al entrar a esta experiencia increíble vamos a ver evidencia de la resurrección a lo
largo de tres líneas: el testimonio de la tumba vacía, el testimonio de los ángeles
celestiales, y el testimonio de los testigos oculares; testimonio del hecho histórico,
testimonio de la revelación celestial, y testimonio de los testigos oculares, personales.
Marcos hace eso en solo ocho versículos, realmente eso es todo lo que necesita hacer. Sin
duda Jesús dijo que resucitaría, sin duda dijo que resucitaría al tercer día, y lo único que
Marcos tiene que hacer es mostrar que Él resucitó y dar evidencia.
Comencemos con el testimonio de la tumba vacía, capítulo 16, versículo 1: “Cuando pasó
el día de reposo”, ahora permítame detenerlo ahí. “Día de reposo.” Que día es ese ¿Qué
día es el día de reposo judío? Sábado, sábado. Cuando terminó el sábado, y, por cierto,
para ellos el sábado, el sábado de Sabbat, termina a las seis en punto. Marcamos nuestros
días a la medianoche, ellos marcan sus días al atardecer.
Así que ahora estamos doce horas después del día de reposo. Estamos ahora, dice Lucas
de esta manera, “El primer día de la semana”. ¿Entonces es qué? Domingo. Llevamos doce
horas. Es temprano, o casi doce horas, temprano en la mañana del domingo. Y, por cierto,
los judíos no tenían palabra para los días. No tenían lunes, martes, miércoles, jueves,
viernes, sábado, domingo en palabras hebreas, solo usaban números y todos los números
estaban relacionados con el Día de reposo. Comenzaron a contar el día después del día de
reposo: el primer día después del día de reposo, el segundo día después, el tercer día
después, el cuarto y así sucesivamente.
Entonces Lucas dice, En el primer día de la semana. Eso es domingo, ese es el tercer día. él
estuvo en la tumba el viernes, Él estuvo en la tumba el sábado, él ha estado en la tumba
quizás por casi 12 horas el domingo, eso cubre los tres días en la tumba. Cualquier parte
de un día constituye un cumplimiento de eso. Ahora es domingo temprano por la mañana.
Este va a ser un cambio muy, muy dramático en cómo el pueblo de Dios ve sus días. El día
más importante para el pueblo de Dios hasta este fin de semana siempre era el sábado. El
día más importante de la semana a partir de este fin de semana siempre ha sido el
Domingo. Este es un cambio dramático.
Desde ese fin de semana, ningún día de reposo ha sido necesario. Desde ese fin de
semana, ningún día de reposo ha sido requerido. Desde ese fin de semana, ningún día de
reposo ni siquiera es legítimo. Es lo mismo como la Pascua. La última Pascua sucedió al
final de esa semana, y Jesús instituyó la Cena del Señor como la nueva fiesta memorial
conmemorando Su muerte, y nunca ha habido una pascua legítima desde ese entonces, y
tampoco ha habido un día de reposo legítimo desde ese fin de semana.
Todo cambió el primer día de esa semana, y esa es la razón por la que la iglesia se reunió
ese día. Lea Hechos 20 versículo 7, la iglesia siempre se reunía el primer día. Lea 1 de
Corintios 16, versículo 2, la iglesia se congregaba el primer día. De hecho, estaba tan
establecido y tan estandarizado que en Apocalipsis capítulo 1 versículo 10, para el final del
siglo primero, cuando Juan está escribiendo, dice, Juan estaba escribiendo en el Espíritu
en, y por primera vez, leemos esto, el Día del Señor. Entonces ya no era el primer día, era
el, ¿qué? Era el Día del Señor. Y todavía lo es, no es cierto.
“El domingo temprano por la mañana a tiempo. María Magdalena, María la Madre de
Jacobo, y Salomé,” y voy a detenerme ahí. Aquí están estas mujeres. Estamos muy
conscientes de que están ahí. Han estado ahí por mucho tiempo, han estado ahí por un
par de años, realmente. Todo comenzó en Galilea, no es cierto, mucho tiempo antes.
Fueron las que lo siguieron en Galilea. Regrese al versículo 41 en el capítulo 15, quienes,
cuando él estaba en Galilea, le seguían y le servían, y otras muchas que habían subido con
él a Jerusalén.
Literalmente habían estado siguiendo a Jesús a todas partes y habían estado haciendo
algo muy singular: seguirlo y ministrarle. Y solo dice que estas mujeres y ángeles estaban
ministrando a Cristo, nunca dice que Sus discípulos estaban haciendo eso. Y conocemos a
estas mujeres, las hemos conocido. Atrás en el versículo 40: María Magdalena, María la
madre de Santiago el Menor y José, y Salomé. Y hay otras. Lucas identifica a otra mujer en
Lucas 24:10 con el nombre de Juana.
Hay otras mujeres. Hay todo un grupo de mujeres que han seguido a Jesús. Ellas vieron Su
entierro. Vaya al versículo 46 del capítulo 15: “José de Arimatea compró una sábana, y
quitándolo, lo bajó de la cruz, lo envolvió en la sábana, y lo puso y en un sepulcro que
estaba cavado en una peña, e hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro. Y María
Magdalena y María, la madre de José, miraban dónde lo ponían.”
Ahora habían estado mirando la cruz, ¿verdad? Atrás en el versículo 40, vieron la
crucifixión desde lejos, finalmente, y luego siguieron a José de Arimatea. Y se reunió con
Nicodemo. Y rociaron especias sobre Jesús, lo envolvieron en lino y lo pusieron en la
tumba sin usar de José; la tumba de un hombre rico en un hermoso jardín. Miraron desde
lejos, sin duda, quizás ni siquiera siendo vistas. Entonces ellas habían visto Su muerte y
habían visto Su entierro. Y ahora, el domingo, vuelven. ¿Por qué vuelven? Compraron
especias aromáticas para venir a ungirlo.
Mire, vieron lo que pasó tarde el viernes. No iban a ser superadas por un par de
desconocidos. Se trataba de mujeres que habían estado con Jesús durante un par de años,
quizás. Ellas lo amaban. Lo adoraban. Le sirvieron. Lo adoraron. Están atrapadas en una
tristeza terrible, un dolor desgarrador y agonizante. Mire, este no es solo un amigo, este
es Aquel en quien creían que descansaba su salvación.
Es inconcebible cómo fueron sus agonías. No me las puedo imaginar. Realmente no puedo
simpatizar con lo que fue esa experiencia tardía cuando regresaron a casa después de
verlo enterrado, y luego pasaron el siguiente día de reposo y parte de la noche y se
levantaron en la oscuridad del domingo por la mañana para regresar. No sé qué tipo de
agonías sufrieron: horrores, preguntas, dudas, miedos, ansiedades: “¿Cómo puede
suceder esto? ¿Cómo puede ser esto?” Pero no han perdido su sentido de afecto, no han
perdido su amor, y van a regresar y van a hacer lo que siempre harían las familias
amorosas, y ellas eran Su familia: iban para poner las especias en su cuerpo. Esta es una
acción de amor de su parte.
Entonces vienen. Y el versículo 2 dice que vienen muy de mañana el primer día de la
semana. Lucas dice: “Al amanecer”. Mateo dice: “Cuando empezó a amanecer”. Pero Juan
dice: “Mientras aún estaba oscuro”. Entonces, ¿estaba amaneciendo o estaba oscuro?
Bueno, por favor. podrías experimentar eso, ¿no? Podrías decir: “Está amaneciendo” y, sin
embargo, podrías estar atrapado en la oscuridad.
Esto, nuevamente, es una maravillosa, maravillosa ilustración de la integridad y
honestidad de los relatos de los testigos oculares de las Escrituras que combinan estas
cosas sin tratar de hacer alguna corrección artificial. Es el amanecer. Y podría decir, “Está
amaneciendo”, o podría decir, “Bueno, todavía está un poco oscuro”. No tengo ningún
problema con eso, especialmente en la situación allí, porque bloqueando todo el lado este
de la ciudad de Jerusalén está el Monte de los Olivos, que se eleva sobre la ciudad. Podía
ver el resplandor del amanecer que ya había estallado en el desierto hacia el este. Podía
ver el resplandor en la montaña y, sin embargo, podría estar en la oscuridad de la ciudad
hasta que el sol saliera por la cima del Monte de los Olivos. Mucha credibilidad radica en
esas perspectivas no alteradas.
Pero realmente hay algo más que eso aquí, porque es Juan quien dice que estaba oscuro.
Y esto es lo que dice, Juan 20, versículo 1: “María Magdalena fue de mañana, siendo aún
oscuro al sepulcro. María Magdalena fue de mañana siendo aún oscuro al sepulcro. Llegan
estas mujeres, y cuando llegan, el sol ya ha salido. ¿Qué le dice eso? Estas mujeres
vinieron después.
Ahora déjeme seguir con eso solo por un minuto. Mateo nos dice que cuando María
Magdalena comenzó, obviamente no estaba sola, tenía una compañera: María. Otra María
estaba con ella: María, la madre de Santiago y José, una de estas mujeres. Entonces todas
comienzan juntas. Pero Juan dice que cuando llegó María Magdalena, estaba oscuro.
Simplemente, lo que sucedió fue que María siguió adelante.
Estas mujeres podrían haber estado viniendo de diferentes lugares, comenzando juntas;
María llega primero. Ella llega, dice Juan, en el lado oscuro del amanecer. Hay suficiente
luz para ver que la tumba está abierta, la piedra ha sido quitada. Entonces María
Magdalena llega primero, antes que su compañera. Recuerde, están en la oscuridad.
Podrían haber sido separadas, no podían esperarse la una a la otra. Ciertamente, María
Magdalena parecía estar muy adelantada; las otras mujeres, viniendo en la oscuridad a
diferentes velocidades.
Ella ve la piedra rodada, dice Juan, no entra. Salta, gira en sus sandalias y se dirige hacia
Pedro y Juan; ella les va a decir. ¿Y cuál es el mensaje? Juan dice, capítulo 20, versículo 2,
“Han robado el cadáver”. Esa es su conclusión. Por cierto, eso nos dice que ella no creía en
una resurrección. Ella no dice: “Oh, sucedió tal como Él dijo que sucedería”. No. Nunca lo
creyeron. Incluso con todos los milagros, no lo creyeron.
Entonces, cuando llegó, está oscuro, pero hay suficiente luz para ver que la piedra fue
quitada. Ella concluye que los ladrones de tumbas han robado el cuerpo. Y el robo de
tumbas era un problema en aquellos días porque la gente a menudo era enterrada con
objetos de valor, aunque Jesús no tenía ninguno. Ella simplemente asume que Su cuerpo
ha sido robado, y se da la vuelta y corre de regreso en la oscuridad para decírselo a Pedro
y a Juan; ni siquiera ve a las otras mujeres que vienen.
Retomamos la historia en el versículo 3, entonces, de Marcos. Las otras mujeres llegan.
Conforme se acercan, se dicen entre sí, versículo 3, “¿Quién nos removerá la piedra de la
entrada del sepulcro?” Mire, sabían en dónde estaba la tumba, y sabían que la piedra
había sido colocada sobre ella porque vieron eso el viernes. Se están preguntando cómo
van a quitar la piedra. El versículo 4 dice, “Pero cuando miraron, vieron removida la
piedra, que era muy grande.” Wow. Qué impresión. ¿qué van a concluir? Bueno,
instantáneamente concluiríamos lo mismo que María Magdalena concluyó porque
ninguna de ellas esperaba una resurrección.
Dice, Bueno, ¿no crees que estas mujeres vinieron esperando una resurrección? No,
vinieron esperando ungir un cuerpo muerto. ¿Por qué estarían ungiendo un cuerpo
muerto con especias? Para mitigar el hedor. Si estuvieran convencidas de que habría una
resurrección ese día, ¿por qué gastar el dinero y desperdiciar el tiempo? Y, por cierto, no
sabían lo que pasó el sábado. El sábado fue un día importante en la tumba, pero no tenían
idea: María Magdalena no tenía idea, estas mujeres no tenían idea. Estoy seguro de que le
gustaría saber lo que pasó. Le voy a mostrar lo que pasó.
Vaya a Mateo 27. Aquí está el relato de Mateo. Si usted ve el versículo 60 usted ve la
sepultura del viernes, José coloca el cuerpo en una sábana limpia, coloca el cuerpo de
nuestro Señor en un sepulcro nuevo que había labrado en la peña, hizo rodar una gran
piedra en la entrada, se fue. María Magdalena estaba ahí y la otra María, sentadas delante
del sepulcro. Entonces lo vieron todo, la sepultura, al día siguiente. ¿Cuál es el día
siguiente? sábado, día de reposo, el día después de la preparación, el cual era el viernes.
“Se reunieron los principales sacerdotes y los fariseos ante Pilato.” Entonces en el día de
reposo van a Pilato. Esto es profanación del Día de reposo, el fin de semana de Pascua,
conforme entran a un lugar gentil otra vez, por lo menos según sus propias leyes.
Diciendo: “Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún, Después de tres
días resucitaré. Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el tercer día, no sea que
vengan sus discípulos de noche, y lo hurten, y digan al pueblo: Resucitó de entre los
muertos. Y será el postrer error peor que el primero.”
Entonces van a Pilato y dicen, Necesitamos una guardia para asegurarnos de que los
discípulos no vengan y se roben el cuerpo para tratar de realizar una resurrección falsa.
No obstante, sabemos, que ninguno de ellos creía en una resurrección. No esperaban una.
No iban a inventar una. Y le voy a dar otro principio simple pequeño, no iban a fingir una
resurrección y después ir a morir como mártires por una resurrección falsa. Por cierto, la
gente va a mentir para ganar dinero, no van a mentir para ser ejecutada. Van a mentir
para evitar la ejecución, pero no para ser ejecutados. La gente no miente para ser un
mártir, no entrega su vida por las mentiras, quieren que usted entregue su vida por la
mentira de ellos, no su propia vida.
Entonces Pilato les dijo, tienen una guarda, les dio algunos soldados romanos. Dijo.
aseguradlo como sabéis. Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro. Y le digo, cuando
los soldados romanos hacían algo seguro, lo hacían seguro porque sabían lo que estaba en
juego, tenían que cumplir su deber, o las consecuencias eran terribles. Y junto con la
guardia, sellaron la piedra. Colocaron una piedra sobre ella, simplemente identificándola
como sellada por el poder romano, y el sello no debía ser roto.
Entonces, eso es lo que pasó el sábado. Ahora hay una guardia en la tumba. Las mujeres
no tienen idea de eso. No regresaron el sábado. ¿Por qué? Porque siguiendo la ley judía,
no irían y tocarían un cuerpo muerto el día de reposo, no tomaban un viaje un día de
reposo, no trabajaban un día de reposo, entonces no van a regresar sino hasta el domingo
por la mañana. Pero el día de reposo, los Romanos toman su lugar.
Algo más pasó en las horas profundas, oscuras del domingo por la mañana. En algún
momento después de que el día de reposo terminó a las seis en punto, en algún punto en
la oscuridad de lo oscuro, le voy a mostrar lo que es, capítulo 28 de Mateo versículo 2, un
gran terremoto, ya había ocurrido para cuando las mujeres llegaron. “Hubo un gran
terremoto, porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la
piedra, y se sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago y su vestido blanco como
la nieve. Y de miedo de él los guardas temblaron, y se quedaron como muertos.”
Wow. Algunas cosas interesantes están pasando ahí el fin de semana. Guardia romana. De
pronto en la oscuridad profunda oscuridad de la noche hay un terremoto, un terremoto
severo, terremoto severo, quizás un terremoto de ocho puntos localizado
sobrenaturalmente, y en el terror del terremoto, los soldados ven a un ángel
resplandeciente rodar la piedra y sentarse sobre ella, y están tan aterrados que entran en
coma.
Hemos visto esto antes en la Escritura, no es cierto, con Ezequiel e Isaías y otros. La
presencia brillante, celestial de este ángel les da una anestesia divina, y no tienen idea de
lo que les pegó. Y, por cierto, la piedra removida simplemente como comentario, no para
dejar que Jesús saliera, sino para dejar que las mujeres entraran. Los soldados en algún
punto despiertan de su estupor, y usted puede imaginarse la euforia, ¿Viste ese ángel?
¿Qué pasó después de eso? No sé lo que pasó después de eso. Nadie sabe qué pasó
después de eso, simplemente se apagaron todos como luces.
Para cuando las mujeres llegan no hay soldados o los habrían encontrado. Simplemente
llegan, y en el versículo 5, dice, entraron en el sepulcro. No hay soldados ahí. Ni siquiera
hay alguna evidencia de soldados ahí. Los soldados no tienen a quién cuidar. Se
despertaron en algún punto de su estupor en la profundidad de la oscuridad y sabían que
tenían un problema, habían fracasado en su deber, y tienen que reportarle a los que les
rinden cuentas, y ese no es Pilato, sino, más bien, el Sanedrín que le pidió a Pilato que se
los diera, al Sanedrín. Entonces van al Sanedrín y le reportan al Sanedrín.
Bueno, usted sabe lo que dicen, Estábamos haciendo lo que debíamos estar haciendo, lo
que siempre hacemos, estábamos cuidando. De pronto, hubo un terremoto aterrador,
estaba sacudiendo todo. Y después un ángel brillante, un ser angelical, salió del cielo, se
sentó en la piedra después de rodarla, y eso es lo último que recordamos. Y cuando
despertamos, revisamos la tumba, Él no estaba ahí. Regresaremos a ellos en un minuto,
pero por el momento, por favor, regresemos con las mujeres.
Vienen, y no hay soldados. Entrando en la tumba, Lucas dice que no encontraron el
cuerpo del Señor Jesús. Ahora, ¿qué van a concluir? ¿Qué concluyó María Magdalena?
Quizás inicialmente; pero no les toma mucho tiempo obtener otra explicación. Vamos a
llegar ahí en un minuto. Pero déjeme detenerlo aquí mismo y darle el punto simple que
Marcos está presentando.
Todo lo que le he dicho hasta ahora es para demostrar una cosa, una cosa y una sola cosa:
la tumba no está ocupada. ¿De acuerdo? ¿Lo entendió? Eso es. Tiene una tumba vacía.
Eso es lo que está transmitiendo Marcos, al igual que Juan, Lucas y Mateo. La tumba
estaba vacía. Y sabemos que los discípulos no robaron el cuerpo porque ni siquiera creían
en una resurrección, que luego no requería que fingieran. Pero el cuerpo no está ahí.
Los soldados romanos sabían que no robaron el cuerpo. Las mujeres sabían que no
robaron el cuerpo. Pedro y Juan, cuando llegaron, sabían que no habían robado el cuerpo.
Pero los líderes judíos temían que alguien pudiera robar el cuerpo. Bueno, ¿por qué
incluso pensarían así? Porque eran farsantes y mentirosos con mucha, mucha experiencia,
y pensaban que otras personas pensaban como ellos pensaban. Mentirían para perpetuar
su religión todos los días; eso es la hipocresía.
Entonces, todos los hechos, todos los hechos físicos, dejan en claro que la tumba está
vacía, la tumba está vacía. Y todo el mundo sabe que el cuerpo no fue robado. Eso está
confirmado, volviendo a Mateo 28, de una manera muy interesante. Volvamos a la
reunión de soldados con el Sanedrín. Versículo 11 de Mateo 28: “Entraron en la ciudad e
informaron a los principales sacerdotes de lo que había sucedido”. Les contaron la historia
de lo que había sucedido, tal como sucedió: “Un terremoto, un ángel, un coma, nos
despertamos, el cuerpo desaparecido”.
“Oh, ahora tenemos un problema. Tenemos una verdadera resurrección en nuestras
manos, ¿qué vamos a hacer para desacreditar eso?” ¿No es asombroso? ¿Cuán enorme y
profunda es la incredulidad? Están tan a gusto con una mentira, están tan acostumbrados
a una mentira, están tan familiarizados con la hipocresía que la verdad se les escapa por
completo. No solo no la ven, ni siquiera tienen interés en ella.
“Entonces reunieron a los ancianos, el Sanedrín se reunió, y habido consejo, dieron mucho
dinero a los soldados,” hay una palabra para eso, sí, soborno, “diciendo: Decid vosotros,
Sus discípulos vinieron de noche y lo hurtaron, estando nosotros dormidos.” Hey, eso
afectará mucho a nuestros superiores. Se supone que no debemos estar dormidos, se
supone que debemos estar cumpliendo con nuestro deber. Y, por cierto, si esto lo oyere el
gobernador, nosotros le persuadiremos, y os pondremos a salvo, los mantendremos
alejados de los problemas “. Eran buenos en ganarse a Pilato, se lo prometo. Lo ganaron
en la ejecución de Jesús. Podían intimidar las sandalias de ese hombre.
Bueno, los soldados, no tenían otra opción. Entonces, en el versículo 15, “Tomaron el
dinero e hicieron como se les había instruido”. Iban a todas partes diciendo: “Los
discípulos robaron el cuerpo. Los discípulos robaron el cuerpo. Los discípulos robaron el
cuerpo “. Y la historia se difundió tan ampliamente entre los judíos que todavía existe
cuando Mateo escribe veinticinco años después.
¿Sabe que los líderes de Israel nunca negaron la tumba vacía? Las mujeres sabían que la
tumba estaba vacía. Los discípulos sabían que la tumba estaba vacía. Los guardias sabían
que la tumba estaba vacía. El Sanedrín sabía que la tumba estaba vacía. Ese es el
testimonio, la primera línea de testimonio. Nadie señaló nunca una tumba ocupada. Nadie
negó jamás que la tumba de Jesús estaba vacía.
Bueno, las mujeres ahora están en estado de shock, y el impacto se intensifica en la
segunda línea del testimonio: el testimonio de los ángeles. Pasaremos por esto
rápidamente. En el versículo 5, nuevamente, dice: “Cuando entraron en el sepulcro, vieron
a un joven sentado al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca, y se espantaron”.
Vieron a un joven sentado a la derecha con una túnica blanca. ¿Una túnica
resplandeciente y deslumbrante? Si. Lucas dice que en realidad había dos ángeles que de
repente se pararon cerca de ellas con ropa deslumbrante. Si vio un ángel deslumbrante, es
posible que no se dé cuenta si era uno o dos. Juan dice en Juan 20, versículo 12, que en
realidad había dos ángeles.
Un poco más tarde, cuando las mujeres se encuentran con los ángeles, están parados
cerca de ellos, en primer lugar; entonces ellos se alejaron y estaban sentados, uno a la
cabecera y otro a los pies, sobre la losa donde yacía el cuerpo de Jesús. Entonces tenemos
dos testigos angelicales. “En boca de dos testigos” - incluso testigos angelicales, según
Deuteronomio 19:15 - “la verdad es confirmada”. Entonces, uno de los ángeles habla.
Creo que esta fue una conversación muy natural. Probablemente estaban tratando de
procesar el caminar por primera vez en toda su vida hacia la presencia angelical -
mensajeros angelicales ardientes y resplandecientes de la misma presencia de Dios - y
tratando de averiguar qué está pasando. La piedra está lejos, la tumba está vacía, los
ángeles ardientes están allí y el ángel que habla está tratando de comunicar el mensaje
más allá de las ondas de choque. Quizás hablaron y dijeron cosas diferentes.
De hecho, hay diferentes cosas registradas aquí por Marcos y otros escritores. Pero por
ahora, las mujeres estaban espantadas. La palabra es ekthambeō, significa estar
aterrorizado, aterrorizado no en el sentido de que teme por su vida, sino de que hay algo
a su alrededor que no se puede comprender racionalmente; no puede captarlo, no puede
captarlo; desconcierto. De hecho, Lucas dice que estaban aterrorizadas y literalmente
cayeron con la cara hacia el suelo. Esto es tan impactante. Lucas usa una palabra de la que
obtenemos la palabra “fobia”, una especie de miedo severo, un miedo. Una fobia es el
miedo a algo que no se comprende o explica de manera racional.
Bueno, finalmente, se registra que uno de los ángeles les dijo en el versículo 6: “No os
asustéis”. Es fácil para usted decirlo, señor. “No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el
que fue crucificado”. Y aquí está la primera palabra sobre la resurrección: “Ha resucitado”.
Esa es una palabra en griego, ēgerthē, un verbo. “Él” - literalmente pasivo - “Ha
resucitado. Ha sido resucitado “. Lucas agrega en Lucas 24:5 que uno de los ángeles
también dijo: “¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?” Así que es una
conversación muy natural. Se dijeron cosas mientras los ángeles intentaban comunicar
más allá, como dije, de las ondas de choque que estaban pasando en las mentes de las
mujeres. “Él no está aquí”, dijo. “Ha resucitado, no está aquí. Mirad el lugar en donde le
pusieron. Él no está allí “.
Hemos visto el testimonio de la tierra: una tumba vacía. Ahora escuchamos el testimonio
del cielo: ángeles celestiales. Negar la resurrección de Jesucristo es negar las realidades
históricas de la tumba vacía y es negar la revelación histórica de los ángeles celestiales.
Hablan por Dios, ¿no es cierto? Hablan por Dios.
Hay una tercera línea de evidencia para probar la resurrección, solo brevemente,
versículos 7 y 8, es el testimonio de testigos presenciales. Me encanta esto. Los ángeles
continúan hablando. “Id. Id.” Este es un mandamiento. Y, por cierto, por si acaso está
mirando por ahí, Marcos de hecho no usa la palabra “ángeles”, pero los otros escritores sí.
Entonces sabemos que estos son ángeles y este es un ángel que habla.
“Id”, el ángel - quiero que se asegure de saber que este es un ángel porque este ángel
habla por Dios y da una orden. “Id, decid a sus discípulos y a Pedro. ¿Por qué mete a
Pedro allí? Porque Pedro necesitaba un pequeño toque personal de amor y recuperación
porque la última escena con Pedro fue realmente bastante fea: sus negaciones. “Díganle a
Pedro y a los demás que Él va adelante de vosotros a Galilea. Allí le veréis como os dijo.
Díganle a los hombres. Señoras, cuando se vayan, vayan a los apóstoles, díganles que
vayan a Galilea; Él se va a reunir con ustedes allí.”
Ya lo había dicho atrás en el capítulo 14, versículo 28: “Después que haya resucitado, iré
delante de vosotros a Galilea”. Les dijo: “Me reuniré con ustedes en Galilea. Voy a
aparecer ante ustedes en Galilea.” “Así que vayan y díganles que se dirijan a Galilea”.
Adivine qué; no fueron a Galilea. Cuando llegaron las mujeres, dijeron: “No, esto no puede
ser verdad, esto no puede ser verdad “. Mientras tanto, María Magdalena hizo que Pedro
y Juan corrieran solos hacia la tumba. Los demás, los que estaban reunidos en esta
reunión con los apóstoles, no lo creyeron. No fueron a Galilea.
Esa noche, recuerda, se les apareció en el aposento alto, donde estaban acurrucados en
miedo. Durante esa semana, les apareció a dos de ellos en el camino a Emaús. Durante
esa semana, tuvo una aparición privada para Pedro, mencionada en 1 Corintios 15, y una
aparición privada para Santiago, también mencionada allí. Y a la semana siguiente, ocho
días después de la primera aparición, se les apareció de nuevo; y todas esas apariciones
fueron en Jerusalén porque no fueron a Galilea. Simplemente están acurrucados, tratando
de averiguarlo. Las mujeres lo entendieron mucho más rápido, lo entendieron en unos
pocos minutos, días para los hombres.
Bueno, finalmente se pusieron en marcha y se fueron a Galilea, y Juan 21 registra las
apariciones de Jesús en Galilea; y ahí es donde, creo, se apareció a quinientas personas a
la vez, quinientos creyentes reunidos en Galilea. Bueno, la asombrosa maravilla de esta
realidad de la resurrección está siendo comprendida por las mujeres junto a la tumba
vacía y el mensaje angelical. Entonces el versículo 8 dice que se convierten en los primeros
testigos oculares. “Y ellas fueron huyendo del sepulcro, porque les había tomado temblor
y espanto, ni decían nada a nadie porque tenían miedo.” Y ese es el final. Es un gran
versículo.
La palabra “temblor”. tromos. La palabra “espanto”: ektasis, éxtasis, una especie de
sentimiento trascendente, desprendido de la realidad. “Miedo”. phobeo, fóbico. Todas
estas son experiencias que trascienden la razón. No pueden procesar lo que está
sucediendo. No es porque tengan miedo de que algo les va a dañar, es la incapacidad, en
su desconcierto, de dar una explicación racional de las realidades que ahora han
comprendido. Están tan atónitas, aquí está la prueba: son mujeres y no le dijeron nada a
nadie. No. Vamos. Por favor. Wow. ¡Cuán atónitas estaban!
Cuando dice que tenían miedo, significa que estaban en esa condición fóbica de no poder
dar razones o explicaciones sobre lo que estaba pasando. Y ese es el final de Marcos. La
tumba vacía, los ángeles celestiales y la experiencia de las mujeres, todas evidencias de la
resurrección de Jesús. Pero no quiero terminar aquí. Quiero terminar en Mateo, Mateo
28. Esto le va a gustar.
El versículo 8, Mateo retoma la historia: “saliendo del sepulcro con temor, - oh, estoy tan
contento de que esto esté aquí - “y” - ¿qué? - “gran gozo.” Su miedo se está convirtiendo
en gozo cuando todo comienza a aclararse. “Y fueron corriendo a dar las nuevas”. ¿Qué?
La resurrección a los discípulos. Me encanta esto, versículo 9: “Y he aquí, Jesús les salió al
encuentro y las saludó: “Hola, señoras”. Digo, esto es realmente asombroso. “Y ellas
acercándose abrazaron sus pies y le adoraron”.
Qué día para ellas, ¿eh? ¿Y no es especial que las mujeres fueron los primeros testigos
oculares del Cristo resucitado? Jesús les dijo: “No temáis, id, dad las nuevas a mis
hermanos, para que vayan a Galilea,” Él está tratando de darles un mensaje, “y allí me
verán.” Y ya conoce el resto de la historia: las mujeres se van, y no pueden convencerlos, y
no lo creen, y se quedan ocho días. Pero Marcos termina donde Marcos, por las
providencias del Espíritu Santo, tenía la intención de terminarlo: maravillado, asombrado,
como debería ser la respuesta de cualquiera a la resurrección de Cristo.
La resurrección, así, se establece como un hecho de la historia, como un hecho de la
teología por el testimonio angelical. Es el evento más importante en la vida de Cristo. Es el
evento más importante de la historia del mundo. Es el evento más importante en su vida y
en la mía, porque es por Su resurrección (la del Señor) que nosotros somos justificados y
viviremos para siempre. Negar la resurrección es negar el testimonio de los hechos, negar
el testimonio de los ángeles, negar el testimonio de los testigos oculares y negar el
testimonio de las Escrituras y negar la verdad de Dios. Dice: “Bueno, ¿por qué se agregan
esas otras cosas?” Venga esta noche, se lo voy a decir; realmente le va a encantar.
Oremos.
Qué maravillosa experiencia para nosotros, Señor, ser parte de esa mañana, esa mañana
de domingo. Que esto no sea solo historia, aunque es historia. Que no sea solo teología,
aunque es teología. Que no sea solo testimonio, aunque es testimonio. Pero que sea para
nosotros la vida. Que confesemos con nuestra boca a Jesús como Señor, y creamos en
nuestro corazón que Tú lo resucitaste de los muertos, y así seamos salvos.
Padre, gracias por toda la historia, de principio a fin, de la encarnación. Gracias por los
gozos exquisitos que han sido nuestros al pasar por Marcos de principio a fin. Y ahora
sabemos que lo que Marcos dijo al principio mismo es realmente cierto. Cuando comenzó
a escribir, lo primero que dijo fue: “principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios”. ¿Y
qué lo prueba? “Él es declarado Hijo de Dios por la resurrección de los muertos.” Así dice
el apóstol Pablo.
Y así se demuestra que toda la historia es genuinamente la historia del Hijo de Dios como
lo demuestra Su resurrección. Y si Él es el Hijo, y lo es, entonces Él es el Salvador, el único
Salvador, nuestra única esperanza, nuestro único rescate y la única fuente de vida. Nos
regocijamos en conocerlo, amarlo y servirlo. Oro por aquellos que hasta este punto lo han
rechazado, que caigan sobre su rostro como las mujeres y adoren al Señor resucitado.
Todas las cosas para Su gloria, oramos. Amén.
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El encubrimiento de la Resurrección
Escritura: Mateo 28:11–15

Código: 80–214
John MacArthur
La resurrección del Señor Jesucristo, es la piedra angular de la fe cristiana. Jesús resucitó
de los muertos, como evidencia de que Él había satisfecho a Dios con Su sacrificio por el
pecado. Él había pagado el pecado en su totalidad. Dios quedó satisfecho con Su sacrificio
y lo resucitó de los muertos. En su muerte, Él provee la expiación por el pecado. En Su
resurrección, Él provee para nosotros triunfo sobre la muerte y vida eterna. La
resurrección es la gran realidad de nuestra fe.
Robert Gorham Davis, profesor jubilado de inglés de la Universidad de Harvard, pasa su
tiempo en estos días escribiéndole cartas a la sección editorial del periódico New York
Times. Él escribe muchas cartas; y son motivadas por cualquier mención favorable de la
verdad cristiana. Cada vez que el New York Times hace alguna mención de la verdad
cristiana, él protesta con una carta. Una carta como esas, dice lo siguiente: “Si hubiera un
Dios así, quien realmente quisiera revelarse a sí mismo a la humanidad, Él lo podría hacer
de una manera que no dejara duda”, fin de la cita.
Bueno, señor Davis, Él lo hizo. Él no dejó duda de la revelación de sí mismo en Jesucristo,
al resucitarle de los muertos. Los hechos son claros, la evidencia es amplia, pero, aún así la
mayoría de la gente rechaza la resurrección; y comete suicidio eterno. Rechazar la
resurrección de Jesucristo, rechazarlo como Salvador y Señor resucitado, es equivalente a
perder toda esperanza de bendición en esta vida y la eternidad. La resurrección es la única
esperanza. De hecho, la única manera de ser salvo de sus pecados. La única manera de
entrar al cielo de Dios, para morar para siempre en gozo y paz, es confesar a Jesús como
Señor, y creer en su corazón que Dios lo resucitó de los muertos. Si usted no cree eso,
usted morirá en sus pecados y pasará la eternidad en castigo. La resurrección de
Jesucristo, es la puerta a la inmortalidad en el cielo.
¿Hay duda al respecto? Robert Gorham Davis sugeriría que la hay, pero está equivocado.
A pesar de la evidencia, a lo largo de los años, los pecadores se han esforzado por justificar
o negar la resurrección. No es que es razonable negarla, es que aman su pecado; y si
Cristo resucitó de los muertos, entonces Cristo es Dios y son culpables delante de Dios por
su pecado. El hombre entonces, en un esfuerzo irracional por evadir su culpabilidad y
responsabilidad para con Dios, inventa teorías, ideas para negar la resurrección que es tan
evidente. Oh, hay una teoría famosa que dice que de alguna manera Cristo realmente
nunca murió. Él simplemente se desmayó, Él, debido al shock de Sus heridas, entró en
algún tipo de estado de coma. Él supuestamente estaba muerto, y por lo tanto fue
quitado de la cruz; y colocado en una tumba. Revivido por las especias y el aire fresco de
la tumba, Él se despertó y salió de la tumba. Por lo tanto, los discípulos asumieron que Él
había resucitado de los muertos; y Él estaba contento con perpetuar su ilusión.
Bueno, esa teoría no funciona. Ni siquiera fue inventada, si no hasta mil seiscientos años
después de la resurrección, por un hombre llamado Venturini. Tomó mil seiscientos años
inventarla y todos los primeros registros son enfáticos acerca del hecho de que Él estuvo
muerto; y todo mundo sabía que los romanos eran muy buenos en la muerte y la
ejecución. Y, si ellos dijeron que estaba muerto, Él estaba muerto. Además, si fuera
verdad, significaría que Jesús sobrevivió de manera exitosa a golpes severos, la crucifixión,
la asfixia en la cruz, una lanza que fue metida en Su costado, una tumba con unos 35 kilos
de especias que estaban envolviendo Su cuerpo. Y después de tres días sin alimento y sin
agua, se despertó sin ayuda médica o sin ayuda humana, habiendo perdido la mayor parte
de Su sangre, movió la piedra, salió caminando, venció a la guardia romana. Y después,
convenció a la gente de que estaba vivo de los muertos y perfectamente bien. Y, después
Él viajó a pie más de 10 kilómetros, con Sus pies destrozados por los clavos… Ridículo. Y,
por lo tanto esta teoría del desmayo, ahí queda.
Después, ha sido presentada la teoría de “no sepultura”. Que Cristo de hecho nunca fue
colocado en la tumba. La razón por la que Él no está ahí, es que para comenzar, Él nunca
fue puesto ahí. Él fue aventado a un foso para criminales ejecutados como el resto de la
gente que eran crucificados. Simplemente escarbaron una fosa grande y seguían
aventando los cuerpos. Y, eso es lo que le pasó. Él no estuvo ahí el domingo, porque no
estuvo ahí el viernes.
Esa teoría no funciona. ¿Por qué los líderes judíos demandaron que la tumba fuera
sellada, si Él no estaba ahí? Y, ¿por qué demandaron que los romanos guardaran la
tumba? Y, ¿por qué tuvieron que inventar algún tipo de historia, para explicar que el
cuerpo no estuvo ahí, si lo hubieran aventado a una fosa? Simplemente pudieron haber
ido a la fosa, haberlo obtenido, y haber dicho: “Aquí está y Él está muerto”.
Y, después está la teoría de la alucinación. Diciendo que todas las apariciones de Jesús
después de Su resurrección a las mujeres, y a los discípulos, y a los doce, y a los quinientos
que lo vieron al mismo tiempo en Galilea, todas fueron alucinaciones. Pensaron que
vieron a Jesús, porque tenían tantas ganas de verlo, porque creían tan fuertemente en
una resurrección, que literalmente, alucinaron la apariencia de Jesús, para satisfacer su
deseo fuerte.
Bueno, esa teoría no funciona. Porque, ¿cómo es posible que la iglesia estuviera edificada,
construida sobre alucinaciones y durara? ¿Cómo puede ustad explicar que los discípulos
salieran y se volvieran mártires por una alucinación? Y, ¿cómo pueden quinientas
personas que lo vieron al mismo tiempo en Galilea, tener la misma alucinación al mismo
tiempo, si es solo cuestión de imaginación? Y, debido a que no esperaban una
resurrección, ¿por qué habrían estado de manera patológica en una condición como para
alucinar una? Y por cierto, ¿dónde estaba el cuerpo si solo fue una alucinación? ¿Por qué
el cuerpo no estaba en la tumba?
Y, después está la teoría de la telepatía, que dice que no hubo una resurrección física,
pero, Dios queriendo que la gente pensara que hubo una resurrección, envió de regreso
imágenes mentales, mediante telepatía, a los discípulos, para que pensaran que Jesús
estaba vivo. Eso no funciona, porque hace de Dios un engañador. Hace de Dios parte de
un invento. Funda al cristianismo en el engaño. Hace mentirosos a los discípulos, por
haber dicho que lo tocaron y lo sintieron. Y, usted no puede tocar ni sentir una alucinación
o una imagen telepática. Y debió haber sido no solo una fotografía, si no que debió haber
sido un video, porque la imagen llegó hasta más de 10 kilómetros a Emaús, en una
conversación; inclusive comieron. Al principio, creo que es interesante que los discípulos
ni siquiera reconocieron que era Jesús cuando Él se les apareció a ellos. Y usted tiene que
preguntar si Dios era incapaz de hacer que el retrato fuera convincente. Y, ¿qué hay
acerca del cuerpo? Eso no explica por qué el cuerpo no estuvo ahí, si solo era una
alucinación, si solo era telepatía mental. El cuerpo debería haber estado en la tumba
sellada.
Bueno, después está la teoría de médium, que ha sido más popular en los últimos años.
Que una médium, alguien que invoca demonios, invocó al espíritu de Jesús muerto,
mediante el poder de ocultismo. Eso no funciona, porque no explica la tumba vacía. Y, eso
no explica cómo podían tocarlo, y comer con Él, y hablar con Él. Y, después está la teoría
de la identidad equivocada, que dice que alguien andaba por todos lados pretendiendo
ser Jesús, y diciendo que él era Jesús, y diciendo que él era Jesús resucitado de la tumba.
Si Él hizo eso para poder convencer a la gente de que Él era Jesús, Él debió haberse
crucificado a sí mismo, porque tenía que demostrar que tenía heridas frescas en Sus
manos, heridas frescas en Sus pies y una herida fresca en Su costado. Él debió haber
duplicado todas las heridas de Jesús, el cual es un precio bastante alto que pagar, para
hacerse pasar por alguien de manera falsa. Y para hacerlo convincente, habría sido difícil
sobrevivir esas heridas.
Ahora, ¿cómo explica usted los milagros post resurrección? ¿Cómo explica que un
impostor atraviesa las paredes para llegar al aposento alto, donde los discípulos estaban
reunidos con la puerta cerrada? Y, ¿cómo explica el hecho de que este impostor ascendió
al cielo enfrente de todos ellos? Y, ¿cómo explica a un impostor que puede convencer a
los discípulos de que él es Jesús? Y además, ¿cómo explica eso la tumba vacía? Si éste es
un impostor, el cuerpo debería estar ahí.
Renan, el ateo francés, trató de destruir la resurrección, porque él decía que estaba
basada en el testimonio de una mujer excéntrica que estaba delirando, que estaba
aterrada; llamada María Magdalena, que tenía siete demonios, y era una mujer histérica
que estaba al punto de la locura. Bueno, ¿acaso él olvidó a los once discípulos?¿Acaso él
olvidó a los quinientos testigos oculares? Y además, ¿dónde estaba el cuerpo? Si ésta fue
una mujer loca que estaba delirando, ¿dónde estaba el cuerpo? Los judíos simplemente
pudieron haber producido el cuerpo, y haber detenido toda la predicación apostólica de la
resurrección. Si solo fue un asunto de médiums, si solo fue una aparición, una alucinación,
si solo fue telepatía mental, si fue un impostor, usted podría tomar a todos estos, y
detener toda la predicación acerca de la resurrección. Y todo lo que los judíos tendrán que
haber hecho, es producir el cuerpo. Si ésta en una fosa en el suelo, prodúzcalo. Si está
todavía en la tumba, sáquelo; y detiene la predicación.
Un crítico trató de resolver esa – un crítico trató de resolver ese problema tan difícil, G.D.
Arnold en su libro llamado De Hecho Resucitado. Él dice que el cuerpo de Jesús se evaporó
en gases en tres días. Y, algunas personas desesperadas creyeron eso.
Usted realmente solo tiene una alternativa. Si usted no va a creer en la resurrección, solo
hay una teoría posible que tiene sentido, porque el asunto contundente en la
resurrección, es que tiene que explicar por qué el cuerpo ya no está ahí. Y, si no es
resurrección, solo tiene una opción: alguien se llevó el cuerpo. Ésa es la única explicación
razonable. Entonces, cuando todos los críticos y todas las teorías son evaluados, todo lo
que necesita hacer es ver si su teoría explica el hecho de que la tumba está vacía.
Inclusive, los líderes judíos sabían que sólo había una explicación posible fuera de una
resurrección; y era que alguien se llevó el cuerpo. Ésa es la única explicación posible.
Y entonces, podríamos decir que hay personas que han presentado esa teoría. De hecho,
esa fue la teoría original. Observe en Mateo 28 versículo 11: “Mientras ellas iban, he aquí
unos de la guardia fueron a la ciudad, y dieron aviso a los principales sacerdotes de toda
las cosas que habían acontecido. Y reunido con los ancianos, y habido consejo, dieron
mucho dinero a los soldados, diciendo: ‘Decid vosotros’ ” – y aquí está la única razón por
la que tiene sentido. “Sus discípulos vinieron de noche, y lo hurtaron, estando nosotros
dormidos. Y si esto lo oyere el gobernador, nosotros le persuadiremos, y os pondremos a
salvo.’ Y ellos, tomando el dinero, hicieron como se les había instruido. Este dicho se ha
divulgado entre los judíos hasta el día de hoy”.
Ahora, quiero hablar de este pasaje. Esto me parece fascinante. Cuando Mateo llega al
final de su Evangelio, y un gran, gran acontecimiento de todos los acontecimientos, es la
resurrección. Él la ha presentado al final de su gran Evangelio, 28 capítulos, ¿cómo es que
va a probar que la resurrección realmente sucedió? Él lo hace de la manera más extraña.
Él permite que los enemigos de Jesús lo prueben, en lugar de que los amigos de Jesús lo
hagan. Oh, él pudo haber dado testimonio por parte de María Magdalena, él pudo haber
dado testimonio de las otras mujeres, él pudo haber presentado el testimonio de Pedro y
Juan, que llegaron a la tumba vacía. Él pudo haber presentado el testimonio de los once
que estuvieron ahí cuando Jesús vino. Él pudo haber presentado el testimonio de Tomás
quien lo tocó y dijo: “Creo”, y vio sus heridas. Él pudo haber presentado de los quinientos
testigos oculares en Galilea. Él pudo haber presentado el testimonio de Santiago. Él pudo
haber presentado el testimonio de todos ellos, o de uno de ellos, pero no lo hizo. Si no de
manera sorprendente, él trae el testimonio de los enemigos de Jesús.
Ahora, los judíos estaban muy, muy claros de que solo había una explicación que podría
funcionar; y esa era que alguien se robó el cuerpo. Ellos no lo hicieron. Ellos no se robarían
el cuerpo e inventarían una resurrección. Eso sería lo opuesto de lo que ellos querían
hacer. Ellos fueron los que demandaron que la tumba fuera sellada con el sello romano, y
que no podía ser roto sin una repercusión seria para la ley romana. Ellos eran los que
demandaron que un guardia romano fuera colocado ahí, por lo menos doce hombres.
Ellos fueron los que querían que esto fuera sellado, para que el cuerpo nunca fuera
quitado de ese lugar. Ellos no lo habrían tomado. Y, los romanos no lo habrían quitado.
Ellos no habrían ganado nada al tomarlo. Jesús no era nada para ellos. Entonces, la única
posibilidad que quedaba, era que los discípulos se robaron el cuerpo. Ese era el único
cuento que podían contar, para poder justificar la tumba vacía. Y eso es exactamente lo
que inventaron. Y, esa es la única alternativa.
En su esfuerzo por encubrir la resurrección, probaron que era verdad. Y, le voy a mostrar
eso. Veamos la trama. Versículo 11. Vamos a ver cómo empieza ahí a la mitad del
versículo 11: “He aquí unos de la guardia” – como dije, probablemente doce de ellos
habían establecido una guardia ahí en la tumba.
De regreso en el versículo 2, este el primer día de la semana. “Y hubo un gran terremoto;
porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se
sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve. Y
de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como muertos”. Ahora, estos son los
guardias. La tierra comienza a temblar y como oímos en la canción antes: “Un ángel viene
brillante y glorioso, y aterrador, y rueda la piedra”. Y, ellos literalmente están
traumatizados en un estado de terror tal, que se quedan como hombres muertos que
están desmayados. Y, cuando ellos llegaron, se puede asegurar de que revisaron para ver
que la tumba estuviera vacía. Un terremoto sobrenatural, un movimiento sobrenatural de
la piedra, un ángel glorioso sobrenatural, nunca antes habían visto algo así, y una tumba
vacía. Como puede ver, los soldados estaban conscientes de un acontecimiento
sobrenatural, una resurrección. Y entonces, en el versículo 11: “Unos de la guardia fueron
a la ciudad”. Puede estar seguro de que después de que llegaron, exploraron estos
fenómenos increíblemente sobrenaturales, y también encontraron la ropa con la que
habían envuelto Su cuerpo, y también el pañuelo que estaba en otro lugar. Porque estaba
enrollado en Su cabeza, indicando que nadie se había apresurado por quitarle todo eso, y
lo había aventado en alguna esquina. Él simplemente salió como estaba. Examinaron la
escena entera. Y, dieron aviso a los principales sacerdotes de todas las cosas que habían
acontecido.
Ahora los hombres malos, quienes eran los líderes religiosos en Israel, habían tratado de
manera desesperada de eliminar a Jesús. Usaron un homicidio masivo para tratar de
ejecutarlo cuando Él nació. ¿Se acuerda que fue Herodes el que emitió un decreto de
matar a todos los niños pequeños ahí en el área, esperando masacrar al nuevo rey que
había nacido? Y, durante la vida y ministerio de Jesús, pronunciaron maldiciones en contra
de Él. Lo maldijeron, lo llamaron poseído por demonios, lo acusaron de usar poder
demoniaco. Hicieron todo lo que pudieron hacer para desacreditarlo. Hicieron uso de
traición y complot con un discípulo que lo traicionó, llamado Judas, para tratar de
capturarlo. Usaron de injusticia e iniquidad. Usaron injusticia y desigualdad en violación de
toda la jurisprudencia normal, para sentenciarlo a la muerte. Chantajearon a Pilato, para
que Pilato lo sentenciara a la muerte. Usaron de fuerza para mantener Su cuerpo en la
tumba. Y ahora, van a tener que hacer algo para mentir acerca de lo que acaba de
suceder, porque os soldados les acaban de decir que ha resucitado. Los soldados les dicen
todo lo que sucedió; todo.
Hubo un temblor, una piedra ya no estaba. Y, hubo un ángel del cielo; y el cuerpo ya no
está. Y, la ropa de la tumba está ahí. Y, sin duda estos soldados habían sido instruidos por
los judíos: “Sean especialmente cuidadosos en el tercer día, porque ese es el día en el que
Él dijo que iba a resucitar”. Y, ellos debieron haber estado muy alertas en ese tercer día,
conforme amanecía. Y, sucedió.
Entonces, los sumos sacerdotes ahora reciben la palabra, las primeras noticias de la
resurrección de Jesús. Los discípulos ni siquiera saben todavía, las mujeres, como se indica
en el versículo 11, todavía iban camino a los discípulos. Los discípulos ni siquiera saben
esto todavía. Pero, ahora los líderes saben.
Bueno, ¿cuál fue su reacción? Bueno, regrese al capítulo 27, versículo 42 por un
momento. Mientras que Jesús estaba colgando de la cruz, sus sacerdotes, principales
sacerdotes, las mismas personas, junto con los escribas y ancianos, se estaban burlando
de Él. Estos son los líderes religiosos de Israel. Están tan contentos de verlo en la cruz, que
lo menosprecian con tal orgullo, que literalmente se están burlando, mientras que Él está
muriendo. Y, ellos dicen: “A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar; si es el Rey de
Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en Él.”
Eso es lo que ellos dijeron. Si Él bajare de la cruz, creeremos. Bueno, le voy a decir algo, Él
hizo algo mejor que descender, Él murió ahí y salió de la tumba, y todavía no creyeron. No
iban a creer. Sus corazones estaban tan duros como la piedra que había sido movida.
Estaban confirmados en la apostasía. Y entonces, cuando oyen que hubo una resurrección,
una resurrección sobrenatural, y toda la evidencia es clara, de que fue una resurrección
sobrenatural, y lo que temían, de hecho, se había vuelto realidad. Y, ellos conocían Su
poder de resucitar a otras personas muertas, porque lo habían visto. Ellos conocían Su
poder de sanar enfermedades. Ellos conocían Su poder sobre el reino de las tinieblas. Ellos
conocían Su capacidad de multiplicar el alimento, de hacer maravillas milagrosas, de
caminar sobre el agua, etcétera. Ellos conocían todo eso. Su temor más grande, por lo
tanto, simplemente es otro en una larga fila de milagros, de los que estaban muy
conscientes, pero, en lugar de que esos milagros trajeran fe, simplemente endurecieron
sus corazones determinados en pecar, que amaban el pecado. Y entonces, el shock de una
resurrección los impulsó a una trama por encubrirlo.
Entonces, en el versículo 12: “Y reunidos con los ancianos, y habido consejo” – esa es una
junta formal, una junta del Sanedrín que se llevó a cabo. El Sanedrín, 70 hombres, 70 de
los ancianos de Israel, que constituyen el cuerpo de adjudicación, el cuerpo legal que tenía
la capacidad de tomar determinaciones, de hacer leyes con respecto a la nación entera. Y
entonces, tuvieron una junta. El lenguaje aquí en el griego es lenguaje formal, y el término
“reunidos”, es una referencia a la junta formal del Sanedrín. Y, la palabra “habido
consejo”, indica una resolución oficial. Ellos habían tomado consejo juntos. Y “habido
consejo”, es una frase formal que indica que se pasó, se aprobó una resolución formal.
Entonces, el cuerpo gubernamental, el Sanedrín, se reunió. Los hechos se les contaron, de
que Jesús había resucitado de los muertos. Que vino un terremoto. Que un ángel estuvo
ahí, que la gloria refulgente causó que toda la guardia romana literalmente terminara
como muerta, y todo lo que se les dijo fue de testigos oculares de primera mano, por
parte de esos guardias. Y ahora, tienen que hacer algo al respecto. Entonces, se reúnen y
llegan a una resolución.
Y, la resolución es triple. Número uno: Sobornamos a los soldados para que mientan. Y, él
dice al final del versículo 12: “Dieron mucho dinero a los soldados”. Tenemos que
sobornarlos para que mientan. No podemos que estén ahí por todos lados diciendo que
hubo un terremoto, y que la tumba fue abierta, y que hubo un ángel santo, y que la ropa
de la tumba estaba ahí, y que el pañuelo estaba en su lugar, y obviamente, Jesús resucitó
de los muertos. No podemos permitir eso. Entonces, les dieron mucho argurion, dinero de
plata. Judas, como usted sabe, lo habían comprado por 30 piezas de plata. Ahora,
probablemente tuvieron que pagar doce veces esa cantidad. Pero no había un precio
demasiado alto que pagar para mentir acerca de esto. Esto no lo podían tolerar. ¿No es
sorprendente lo determinados que estaban en su incredulidad?
Entonces, le pagaron una gran cantidad de dinero, versículo 13, y les dijeron: “Deben decir
– no pueden decir la verdad- deben decir que Sus discípulos vinieron de noche y lo
robaron, mientras que estábamos dormidos. Eso es lo que deben decir”. Y entonces, los
soldados son sobornados, para volverse predicadores del anti-evangelio.
Ahora, hay algunas implicaciones de esto. Si usted era un soldado romano y se le da la
posición de proteger algo, y se duerme mientras está trabajando, esto es bastante serio.
Usted podría perder su comisión, peor, usted podría perder, ¿qué? Su vida.
¿Qué estaban haciendo durmiendo, en violación de la ley militar romana? La pena capital
sería prescrita para una actividad así. Entonces, lo primero que hacen, es sobornar a los
soldados. Lo segundo que hacen, es decirles a los soldados que prediquen la mentira. Y lo
tercero que hacen es proteger a los soldados.
Estos son los líderes de Israel. Ellos dicen: “Deben decir que los discípulos vinieron de
noche, y lo robaron, mientras que estábamos dormidos”. ¿Es eso verdad? No es verdad. Y
saben que no es verdad. Como puede ver, ésa es la única teoría posible. Esa es la única
teoría que tiene algo de sentido, porque tiene que explicar el cuerpo ausente. Y, usted
sabe que los judíos no se llevaron el cuerpo, querían que se quedara ahí. Y, esa es la razón
por la que lo sellaron. Los romanos no se lo llevaron y no tenían razón alguna para
llevárselo. Ellos saben que solo hay una teoría posible, y esa es que los discípulos se lo
llevaron, y saben que eso no es lo que sucedió. Entonces, solo queda una posibilidad,
Jesús resucitó de los muertos.
Esto es brillante. Y, las implicaciones para los soldados, van a estar ahí por todos lados
diciendo: “Bueno, todos estábamos dormidos, y los discípulos vinieron, y se robaron el
cuerpo”. La pregunta que tengo es: “¿Ah, sí? ¿Estabas dormido? ¿Cómo sabes quién se
robó el cuerpo?” No puedes tener ambas. No puedes estar dormido y también saber
quién se lo llevó. Digo, todo esto es absurdo. Las implicaciones para los romanos son tan
serias, que en el versículo 14 ellos dicen: “Y si esto lo oyere el gobernador, nosotros le
persuadiremos, y os pondremos a salvo”. Este es Pilato, el oficial militar primordial en
Palestina.
¡Hombre! Ellos eran buenos en hacer esto. Literalmente tenían a Pilato en sus manos,
como si fuera plastilina, porque Pilato habían hecho tantas cosas torpes, que él estaba
tratando de representar la presencia romana en Palestina, irritando y agitando a los
judíos. Que los judíos habían ido a Roma una y otra vez, quejándose de Pilato, y
eventualmente, claro, cuando Pilato se resistió en crucificar a Jesús, los judíos le dijeron:
“Si no crucificas a Jesús, le vamos a decir a César”.
Y Pilato tenía tanto miedo de otra queja por parte de los judíos con César, que él cedió
bajo ese chantaje, y ellos sabían que lo tenían en la palma de sus manos. Él no iba a
sobrevivir otro levantamiento de los judíos en contra de él. Y entonces, ellos sabían que
podían ir a Pilato, si Pilato iba a ejercer alguna acción en contra de ellos, alguna corte
marcial, o alguna ejecución. Y, tenían a Pilato en la mano de sus manos, y ellos podían
mantener a los soldados lejos de los problemas.
Ahora, esto se está volviendo una trama bastante compleja. Tiene que decirle a los
soldados que mientan. Para que mientan, tiene que sobornarlos. Recuerde usted que Juan
el Bautista, cuando estaba predicando ahí por el Río Jordán, llamó a los soldados al
arrepentimiento, y dijo: “Si su arrepentimiento es real, ya no van a recibir más sobornos”.
Indicando que eso era lo que los soldados hacían. Podían ser comprados, podían ser
sobornados. Y entonces, fueron sobornados, y ahora también tienen que cubrirse las
espaldas, desde el punto de vista de Pilato. Entonces, tienen que ejercer un poco de
intimidación y chantaje contra Pilato, para proteger a estos hombres. Entonces, esto se
está volviendo una trama muy compleja, para cubrir la realidad simple de lo que los
soldados les contaron que había sucedido.
Bueno, los soldados, versículo 15, tomaron el dinero. No les importaba Jesús, no les
importaba nada de este discurso mesiánico. No les interesaba eso a ellos. Simplemente
recibieron el dinero y lo que habían sido instruidos, la palabra es didasko, es la palabra
clásica para enseñar. Estoy seguro de que literalmente fueron metidos, usted sabe,
digamos que usted tiene a doce soldados ahí, tiene a doce personas que están contando la
misma historia, y todos saben que es una mentira. Tienen que analizar los detalles,
¿verdad? Porque si la gente comienza a comparar historias: “Bueno, el soldado tal y tal me
dijo que pasó así. Y, el soldado tal y tal me dijo que pasó así”. Ellos debieron haber
inventado esto, hasta los detalles más finos, y hubo tiempo de pedagogía que se llevó a
cabo, en donde sentaron a los soldados y los instruyeron en todos los detalles, para que
todo mundo estuviera contando la misma historia, en caso de que alguien empezara a
comparar lo que los soldados decían.
Y entonces, tiene usted la trama. Y, la propagación sigue, versículo 15: “Y ellos, tomando
el dinero, hicieron como les había instruido. Este dicho se ha divulgado entre los judíos
hasta el día de hoy”. A ellos no se les dijo que se quedaron con esto. Se les dijo que lo
esparcieran, porque sabían que la resurrección iba a ser predicada. Sabían eso, porque
sucedió; y estaban seguros de que los discípulos sabrían. Y las mujeres, ya sabían, e iban
camino a los discípulos. Ellos sabían que esto se iba a esparcir, entonces, tenían que
esparcir la mentira. Entonces, literalmente estuvieron propagándola, y esto fue propagado
entre los judíos hasta este día. Mateo está escribiendo unos 30 años después, y está
diciendo que todavía es la historia dominante.
Entonces, los soldados mintieron. Los sumos sacerdotes mintieron. Y, ellos esparcieron la
mentira. Y, como usted sabe, si usted estudia los Evangelios, si usted estudia el Evangelio
de Mateo, estudia la vida de Cristo, desde el principio del Evangelio hasta el final, es
simplemente una larga fila de insultos contra el hijo de Dios. Simplemente no hay fin en
esta fila larga de insultos, hasta que usted llega a esto. Ésta es la última gran afrenta. Este
es el último gran insulto. Esta es la nota final de rechazo. Inventar una mentira para cubrir
lo que usted sabe que es verdad. Esta es la apostasía final, y esta es la razón por la que
unos cuantos años después Jerusalén es destruida bajo el juicio de Dios.
Quizás usted se está preguntando en su mente, ¿por qué Mateo terminaría su Evangelio
así? ¿Por qué él llega al final de su Evangelio así? ¿No es este un enfoque más bien
negativo? Digo, tenemos un Evangelio tan glorioso, ¿no es esto una manera de terminar
por la puerta de atrás?
Bueno, tenemos que reconocer que, a primera vista, ciertamente parece ser negativo,
pero, de hecho no lo es. Es el genio divino el llegar a esto de ésta manera, el tratarlo de
esta manera. Mateo no solo está llenando aquí el espacio, esto está muy bien calculado.
Ciertamente no está tratando de desacreditar a Cristo, al contar la historia de esta
mentira. Él no se está uniendo a la burla de ninguna manera.
Le voy a decir lo que él está haciendo. Lo que él pudo haber hecho, como dije hace un
momento, es que él puedo haber probado la resurrección desde el punto de vista positivo.
Él pudo haber hablado acerca de la tumba vacía. Él pudo haber hablado de la ropa de la
tumba que estaba ahí. Él pudo haber hablado del terremoto. Él pudo haber hablado de
que la piedra se movió. Él pudo haber hablado del ángel y haberlo dejado ahí. Oh, él pudo
haber hablado de María Magdalena, y haber dado algún testimonio personal por parte de
ella. Él pudo haber dado un testimonio personal de Pedro o Juan. Él pudo haber dado un
testimonio personal como Lucas lo hizo, por parte de los dos discípulos en el camino a
Emaús. Él pudo haber obtenido el testimonio de los doce, cuando se congregaron en el
aposento alto el domingo por la noche, cuando Jesús apareció. Él pudo haber hablado de
los doce, cuando se congregaron ocho días más tarde y Jesús les volvió a aparecer. Él pudo
haber incluido el testimonio de Tomás, de que él vio Sus manos, y vio Sus pies, y vio el
hoyo en Su costado y dijo: “Señor mío, Dios mío”. Él pudo haber dado el testimonio de los
siete que lo vieron en Galilea, registrado en el último capítulo del evangelio de Juan. Él
pudo haber dado el testimonio de los quinientos testigos oculares. Él pudo haber dado el
testimonio de Santiago. Él pudo haber dado el testimonio de los once en el Monte de los
Olivos, que vieron a Jesús y vieron cómo ascendió al cielo.
Esto quiere decir que él pudo haber usado el testimonio de sus amigos, y ése era un buen
testimonio. Digo, los discípulos realmente creyeron. Ellos creyeron que Jesús estaba vivo.
Lo vieron. Hablaron con Él. Lo tocaron. Comieron con Él. Durante 40 días, ellos
interactuaron con Jesús. Esto no fue algo momentáneo. Estaban convencidos sin lugar a
duda. Después de que Tomás fue traído a ahí, estaban totalmente convencidos. Estaban
tan convencidos, que pasaron el resto de sus vidas declarando que Jesús estaba vivo, y
entregaron sus vidas, la mayoría de ellos, como mártires por esa realidad. Y no creyeron
que habría una resurrección. Inclusive, dos que iban en el camino a Emaús estaban
quejándose por la tristeza del hecho de que Jesús estaba muerto. Inclusive Tomás no creía
a menos de que lo hubiera visto. Pero, ellos se convirtieron en predicadores poderosos de
la resurrección, tan poderosos que miles de miles, de miles personas respondieron
inmediatamente a su preducación.
¿Qué poder los transformó? ¿Qué cambió a estos predicadores cobardes, simples pobres,
analfabetos, y los hizo hombres que cambiaron la faz entera de la tierra? No eran
elocuentes, no estaban preparados, no eran particularmente brillantes. No eran oradores
fuertes. No eran maestros del argumento de la lógica y persuasión, y eran carismáticos.
No iban a morir por una mentira o una ilusión. Pero, lo predicaron y no sólo lo predicaron,
si no que lo predicaron con pasión.
Además, tuvieron toda oportunidad para satisfacerse a sí mismos con la evidencia. Vieron
a Jesús. Tocaron a Jesús. Hablaron con Él. Comieron con Él. Esa es la razón por la que
Hechos 1:3 dice que Él se probó a sí mismo como vivo, mediante muchas pruebas
indubitables.
Ahora, todo eso es muy convincente. Digo, él pudo haber presentado un argumento para
la resurrección, a favor de la resurrección, por parte de sus amigos que realmente lo
vieron, y cambió sus vidas y cambió al mundo. Pero, ¿sabe una cosa? El mundo siempre
está lleno de críticos que no creerían a sus amigos. Oh, ellos hubieran dicho que era una
ilusión. Hubieran dicho: “¡Oh, fue una alucinación!” “¡Oh, fue algún tipo de telepatía
mental!” “¡Oh, literalmente fueron engañados por un impostor!” O: “¡Claro, van a mentir
acerca de Él!” Ellos eran sus amigos y quieren continuar con la misma mentira, porque lo
amaron, y Él fue tan amable con ellos. Entonces, habría habido personas que habrían
hecho a un lado el testimonio de sus amigos. Y, le voy a decir una cosa, es bastante difícil
hacer a un lado el testimonio de sus enemigos. Lo último que los líderes judíos querían era
una resurrección; y recibieron una, y el encubrimiento entero es la prueba más fuerte de
que realmente sucedió. Como puede ver, simplemente siga el pensamiento. Era imposible
para ellos negar que Cristo había resucitado mediante algún medio sobrenatural. Era
imposible negarlo. No podían negarlo. Entonces, sólo tenían una alternativa, si usted va a
negar lo que es imposible negar, tiene que inventar alguna explicación para la tumba
vacía. Y, así fue. Pero, es absolutamente absurdo y es imposible creer en su explicación.
¿Cómo podrían discípulos cobardes – el más valiente de los cuales había negado a Jesús
tres veces, esto es Pedro, y el resto se había dispersado cuando Él fue llevado prisionero-,
cómo podrían todos ellos de pronto unirse con gran poder, gran resolución, gran fuerza,
entrar, vencer a la guardia romana y robar el cuerpo de Jesús, y después vivir una vida
para continuar con el engaño que los llevó al martirio? Eso es absolutamente ridículo.
Ellos no habrían sobornado a los soldados romanos, no habrían tenido nada con qué
sobornarlos, y no habrían tenido capacidad alguna de protegerlos de Pilato. Y, si ellos se
robaron el cuerpo, ¿por qué dejaron ahí la ropa en la tumba? ¿Por qué no simplemente si
estaba ahí, lo tomaron como estaba y se fueron? Y, ¿cómo es que movieron la piedra? Y,
¿cómo vencieron a los guardias y ni siquiera creían en la resurrección?
Y, después está ese versículo 13 tan molesto, los soldados romanos debían decir: “…Sus
discípulos vinieron de noche, y lo hurtaron, estando nosotros dormidos.” ¿Qué es eso?
¿Cómo sabes eso, si estás dormido? Había cuatro vigilias en la noche para los soldados
romanos, que duraban dos a tres horas cada una. ¿Debemos creer que la guardia entera
se quedó dormida, cuando de manera rutinaria estaban acostumbrados a estar
despuertos para su vigilia? Y, si estaban dormidos, no tenían nada qué reportar. Pero
reportaron todos los detalles. No estaban dormidos. Estaban despiertos, ellos lo vieron
todo; y los judíos lo encubrieron. Esa es la prueba más grande de la resurrección, la
prueba que viene por parte de los enemigos de Jesús.
De cualquier manera que lo vea usted, Jesús resucitó de los muertos. Y, Él dijo: “Porque Yo
vivo,” ¿qué? “Vosotros también viviréis”. Si confiesa a Jesús como Señor y cree en su
corazón que Dios lo ha resucitado de los muertos, será salvo. Usted debe creer en la
resurrección. Es un hecho histórico. Debe creerlo. Crea que Él murió en una cruz como una
expiación perfecta por el pecado, pagó el precio de manera completa, para proveer
perdón para los pecadores penitentes, y fue resucitado de los muertos, conquistando la
muerte, concediendo a todos los que creen en Él vida eterna en las glorias del cielo. Ése es
el mensaje que me gustaría darle al mundo. Ése es el mensaje que siempre hemos querido
darle al mundo. Lo que la canción que cantamos antes dice: “La muerte no puede
mantener a su presa, Jesús, mi Salvador. Él rompió las barras, Jesús, mi Señor. De la tumba
Él resucitó, con un triunfo poderoso sobre Sus enemigos. Él resucitó sobre el dominio
oscuro. Y, Él vive para siempre con Sus santos, para reinar. Él resucitó. Él resucitó. Aleluya.
¡Cristo resucitó!”. Creemos eso; y lo creemos porque es verdad.
Padre Nuestro, te alabamos por la resurrección de Jesucristo. Te damos gracias por el
hecho de que Él vive, que Él vive siempre, habiendo conquistado el pecado, y la muerte, y
Satanás, y el infierno. Habiendo pagado de manera total el precio por el pecado, Él
concede vida eterna a todos los que creen. ¡Oh Padre, Tú quedaste satisfecho con Su
sacrificio, satisfecho con Su muerte por el pecado, satisfecho porque Él pagó la paga de
manera completa, y de esta manera, Tú lo resucitaste de los muertos, y lo levantaste a la
gloria! Y, Él es nuestro Señor y nuestro Cristo resucitado en quien creemos. Sus amigos
dan testimonio de Su resurrección, pero, inclusive Sus enemigos dan un testimonio más
fuerte, en la trama sorprendente por encubrirlo. Te damos gracias porque Jesús vive; y
que vivimos en Él ahora y para siempre. Amén.
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
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El Evangelio de la resurrección
Escritura: 1 Corintios 15:1–11

Código: 90–407
John MacArthur
Primera de Corintios, capítulo 15, es nuestro capítulo y estoy muy, muy agradecido por la
dirección del Espíritu de Dios para ver este capítulo; es el gran capítulo de la resurrección.
Como usted puede ver, al verlo de manera simple es largo, tiene 58 versículos y para
cuando terminemos tendremos un gran entendimiento de la maravilla de la resurrección.
Ahora, este capítulo no trata de manera en particular acerca de la resurrección de Cristo,
aunque es parte del cimiento de la resurrección. Es acerca de su resurrección y mi
resurrección, entonces este es su futuro de lo que estamos hablando aquí, esta es su
historia. Esto le sucederá a usted, esto es muy personal, esto mira hacia adelante. A lo que
el señor ha preparado para aquellos que le aman.
Todos aquellos que aman a Cristo resucitarán de los muertos. Aquellos que están en la
iglesia, resucitarán en el rapto de Cristo. Aquellos del Antiguo Testamento y a lo largo de
la tribulación, resucitarán en la resurrección de los creyentes. Fin de la tribulación, pero
todos resucitaremos, a todos se nos darán cuerpos glorificados. Seremos personas, como
vimos esta mañana en el caso de Moisés y Elías. Esta es la promesa de la Palabra de Dios.
Los cristianos no creen en la reencarnación, en algún tipo de ciclo interminable, en el que
usted puede regresar como un ser humano o un insecto. No creemos en la aniquilación,
como algunas religiones enseñan. No creemos en el sueño del alma. Creemos que después
de la muerte, viviremos. Viviremos como espíritus, pero nos uniremos a nuestros cuerpos
y para siempre seremos como Cristo; un espíritu eterno viviendo en un cuerpo resucitado
y eterno. Esta es nuestra esperanza.
Esto fue muy importante para la gente que viva en el mundo antiguo y esa es la razón por
la que el Apóstol Pablo habla del tema. Porque en el mundo antiguo hubo todo tipo de
burladores cuando se hablaba de este asunto de la resurrección. Porque, en el mundo
antiguo, por lo menos en el mundo griego, se había vuelto algo dualista y creían que el
espíritu era bueno y la materia era mala y que el fin definitivo de toda la gente debería ser
la liberación completa de todas las cosas que eran materiales para que usted terminara
como un espíritu flotante, viviendo en un mundo de espíritus. No vamos a tomar el
tiempo para entrar en todos los detalles de eso, si usted quiere más información lea el
comentario de 1ª de Corintios 15 y usted encontrará todo ese tipo de cosas indicadas ahí.
Pero el Apóstol Pablo quiere que los creyentes sepan que en contraste a lo que la filosofía
popular enseñaba iba a haber una resurrección. Los filósofos antiguos inclusive hablaban
de los horrores de tener que vivir en otro cuerpo. Porque la única manera en la que
podían definir un cuerpo era el tipo de experiencia que ellos conocían. Y anhelaban
trascender las capacidades del cuerpo, las limitaciones del cuerpo, los refrenos del cuerpo
y el resto de la culpabilidad que iba a convivir con una persona corrupta en un mundo
corrupto. La liberación parecía ser la mejor posibilidad, la mejor esperanza para le futuro y
ellos esperaban que eso sucedería y los liberaría de las restricciones que eran una parte
tan grande de la vida en este mundo.
Pero el cristianismo enseña algo muy diferente que eso, y el mensaje del Nuevo
Testamento, y ese mensaje necesitaba ser presentado claramente a los Corintios. Y es
que: Usted vivirá para siempre, pero usted no vivirá como un cuerpo desmembrado, esto
es sin cuerpo, usted vivirá como una mujer resucitada, como un hombre resucitado. Y
entonces en el capítulo 15 usted tiene esta presentación muy muy detallada y minuciosa
de la resurrección. Ahora, todo comienza en los versículos de apertura con una mirada al
Evangelio porque nuestra resurrección está basada en la resurrección de Cristo. Fue Jesús,
recordará usted, quien dijo en un versículo que para mí es absolutamente crítico: “Porque
yo vivo, vosotros también viviréis.” Su resurrección es la garantía de nuestra resurrección.
Él es las primicias de aquellos que durmieron.
Filipenses nos dice que tendremos un cuerpo semejante al de la gloria suya. El cuerpo de
Él era uno que podía ser tocado. Como lo sabemos en el caso de Tomás, su cuerpo era un
cuerpo que podía hablar y socializar como vimos con las apariciones post resurrección de
nuestro Señor a tantos, en tantas ocasiones. Y entonces es que la resurrección de Cristo es
el punto inicial de una explicación de la resurrección, pero es el cimiento. El resto que
sigue se concentra en nuestra resurrección. Este es un vistazo de su futuro glorioso, el de
usted. Usted debería preocuparse por esto porque esto es lo que usted recibirá por parte
de Dios. Ahora, entrando al capítulo 15, Pablo habla del Evangelio de la resurrección. Ése
es el punto inicial.
Permítame leerle los versículos de apertura hasta el versículo 11: “Además os declaro,
hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual
también perseveráis. Por el cual, asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois
salvos, si no creísteis en vano.” Y aquí viene: “Porque primeramente os he enseñado lo
que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados conforme a las Escrituras y
que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras. Y que apareció a
Cefas, y después a los doce. Después apareció a más de 500 hermanos a la vez; de los
cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. Después apareció a Jacobo; después a
todos los apóstoles y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí. Porque yo
soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque
perseguí a la iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy y su gracia no ha sido
en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos. Pero no yo, sino la gracia
de Dios conmigo. Porque, o sea yo o sean ellos, así predicamos, y así habéis creído.”
Aquí está el testimonio que se ha recogido acerca de la resurrección de Cristo, esto es
absolutamente crítico. Como dije, es elemental. Pablo comienza al decir: “Además os
declaro, hermanos” esta es una introducción enfática y una declaración enfática. ¿Y qué
es lo que él está dando a conocer? El Evangelio. El evangelio. “Yo”, literalmente él dice
aquí, “los evangelicé, el cual les prediqué, el cual también recibisteis, en el cual también
perseveráis, por el cual sois salvos.” Este es el punto inicial de cualquier explicación acerca
del futuro de nuestras vidas. Todo comienza con el Evangelio. Lo habían recibido de Pablo,
él se los había dado. Usted recuerda que él fue el que Dios usó para ir a Corinto y predicar
el Evangelio de regreso en el capítulo 4, versículo 15 él dice: “Podrían tener paidagogos
innumerables” maestros pedagógicos, tutores, personas que les dan instrucciones. “Pero
no tienen muchos padres, padres espirituales. Porque en Cristo Jesús yo os engendré. Yo
me volví su padre a través del Evangelio.” Lo que él está diciendo ahí es que yo fui el que
el Señor usó para traerles el Evangelio, para darles vida. Ustedes son mis hijos espirituales.
En ese sentido, comenzamos entonces hermanos, nuestra explicación de la resurrección al
comenzar en el punto del Evangelio que ustedes recibieron de mí. Y en el cual ustedes
también perseveráis, tiempo perfecto, adoptaron su postura ahí, todavía están ahí. La
implicación es que han recibido el Evangelio y el Evangelio involucra la muerte de Cristo y
la resurrección de Cristo. Por lo tanto, ya entienden la importancia, la realidad de cimiento
de la resurrección. Ustedes adoptaron su postura en el Evangelio, lo recibieron, todavía se
aferran a él, todavía permanecen de manera permanente en el Evangelio. Son salvos,
están siendo salvos mediante su fe continua en el Evangelio. Este es un tiempo presente,
es el Evangelio que continúa aferrándose a ustedes, dándoles salvación y es un Evangelio
de resurrección.
Ahora, esto es verdad. De ustedes, y él incluye esto porque había ciertamente algunas
personas en la iglesia corintia que no eran creyentes genuinos. Estaban ahí, pero no eran
genuinos. ¿Cómo sabemos eso? Porque en 2ª de Corintios 13:5 escribiéndole a la misma
iglesia él dice: “Examinaos si estáis en la fe.” Pablo sabe lo que cualquier pastor sabe, que
en la iglesia hay personas que no son creyentes. “Examinaos a vosotros mismos” en ese
mismo versículo, para saber si están en la fe, o no reconocen esto acerca de ustedes
mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que, de hecho, fallen la prueba. Él
entiende que en esa iglesia han llegado a haber incrédulos. Fueron los que
probablemente, inicialmente, le dieron pie a los falsos maestros que despedazaron esa
iglesia. “El Evangelio” dice él, “ha hecho todo esto, los ha salvado, están permaneciendo
en él”. A menos de que creyeron en vano. A menos de que su fe fue en vano. Y si tuvieron
una fe en vano, una fe vacía, no se van a aferrar al Evangelio.
La perseverancia siempre es una señal, esto es lo que llamamos la perseverancia de los
Santos. Usted cree en el Evangelio, usted recibe el Evangelio, usted permanece en el
Evangelio y usted se aferra a la palabra del Evangelio. Entonces si ustedes están entre
aquellos que se aferran a la palabra, eso siendo el Evangelio que les prediqué, y no han
creído para nada entonces ya entienden. Esta es la implicación, la importancia de la
resurrección, la resurrección. Creo que el acontecimiento inicial en Corinto en Hechos 18
fue un acontecimiento monumental, uno de los aviamientos más grandes, una de las
respuestas evangelísticas más grandes en el registro del Libro de los Hechos. Ciertamente
hubieron personas que estuvieron ahí que caen en la categoría de la tierra dura, tierra
llena de piedras o tierra con arbustos o tierra con espinas, tomando el retrato de nuestro
Señor.
Inmersos en el emocionalismo hicieron una profesión sin que realmente fueran salvos,
creyeron, literalmente sin efecto. Su fe no tiene valor, es fe de demonios, usando el
término de Santiago. Es fe sin compromiso. Hubo algunos que no se estaban aferrando,
pero hubieron algunos que sí perseveraban, Juan 8: “Si perseverareis en mi palabra
entonces son mis mathētēs alethos, mi discípulo real.” Hubo muchos, como usted sabe,
que habían seguido a Jesús. Hubo muchos que aparecieron estar interesados en Jesús de
regreso en Juan 2, él dijo que él no se encomendaba a ellos porque él sabía lo que estaba
en sus corazones. En el capítulo 6 del Evangelio de Juan hubo muchos de sus discípulos
que no andaban más con Él. Le dieron la espalda y se fueron.
Pero para aquellos que perseveran, es prueba de que su salvación es real. Son los
hacedores de la palabra y no los oidores. Son los que son genuinos. Y para ellos ya existe
una fe comprometida en la resurrección. Ustedes creyeron, ustedes recibieron, ustedes
perseveran, ustedes se aferran al Evangelio como un cristiano verdadero. Y ese Evangelio
como él dice entonces en los versículos 3 y 4, es un Evangelio que incluye la resurrección.
Entonces ustedes debido a que son cristianos ya creen en una resurrección real, física,
corporal, literal. Esto los va a distanciar de la multitud común y corriente en una sociedad
dualista, en una sociedad de filósofos que menospreciaban la idea de una resurrección
física ustedes están alejados de eso.
Ustedes entonces no deberían tener problema con creer en su propia resurrección. Aquí
tenemos entonces la primera área de evidencia para la resurrección corporal y realmente
es la fe salvadora. La primera área de evidencia es la fe salvadora o por así decirlo, el
testimonio de los redimidos. Si usted es un creyente, un creyente verdadero, no uno falso,
no uno que cree por nada, porque es una fe sub salvadora. Si usted es un creyente
verdadero usted tiene, debido a esa fe verdadera, usted ha abrazado ya una resurrección
física. Pablo estaba tratando de ayudarles a pasar, a superar este asunto, lo cual era algo
que se debatía mucho en su sociedad. Un Mesías crucificado no sería un Mesías en lo
absoluto. Un Mesías que quedó en la tumba, no sería un Mesías en absoluto. Un Salvador
en la tumba no sería un Salvador en lo absoluto. Fue la resurrección, Romanos 1:4 que lo
proclamaba a Él como el Hijo de Dios con poder. No hay poder demostrado en la cruz, el
poder está demostrado en la resurrección.
Kenneth Latourette uno de los grandes profesores de historia cristiana dice: “Fue la
convicción de la resurrección de Jesús que levantó a sus seguidores de la desesperanza a
donde su muerte los había llevado y a lo cual llevó a la perpetuación del movimiento
comenzado por Él. Pero para su creencia profunda que el crucificado se había resucitado
de los muertos y que ellos lo habían visto y hablado con Él. La muerte de Jesús, inclusive,
Jesús mismo probablemente habría sido todo, pero no olvidado”. Fin de la cita. No hay
resurrección dice Latourette y usted tiene un argumento para la desaparición de Jesús de
los registros históricos. Pero Él resucitó y creemos en su resurrección y la salvación
demanda eso. Romanos 10:9–10: “Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y
creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.”
La iglesia entonces, la iglesia redimida, es el primer testimonio de la resurrección corporal.
No estamos teniendo una discusión acerca de que, si va a haber una resurrección
corporal, sabemos que la hay. Decir que los creyentes no tienen una resurrección corporal
es desafiar el hecho mismo de que es necesario ser salvo y que es creer en la resurrección
corporal de Cristo quien vive para que vivamos. La fe de resurrección, por cierto, es
absolutamente parte del cristianismo. Los relatos originales de Buda los cuales identifican
lo que es el budismo, nunca le atribuyen algo como una resurrección. De hecho, los
relatos más antiguos de la muerte de Buda, en los documentos, indicaban que él murió y
cito: “Falleciendo en lo que nada permanece.” Así quedó Buda.
Mahoma murió el 8 de junio del 632 d.C. a la edad de 61 años en Medina, y su tumba es
visitada anualmente por cientos de miles de musulmanes. Nunca ha habido indicación
alguna, por parte de alguno de ellos, de un Mahoma resucitado. Lo que hace que la iglesia
sobresalga y sea excepcional es que somos salvos porque creemos en un Cristo
resucitado. Usted vio esos testimonios esta noche en el bautizo. ¿Qué es lo que ese
bautizo simbolizó? Estaban descendiendo en el agua porque Romanos 6 dice que fueron
sepultados con él en el bautizo. Hablando espiritualmente, salieron del agua porque han
resucitado con él en vida nueva. Simboliza nuestra unión con Cristo en su muerte en la
que Él llevó nuestro pecado y su resurrección en la que Él nos resucitó para la vida.
Entonces el primer gran testimonio de la resurrección corporal es el testimonio de la
verdadera iglesia redimida, salvada por fe, en un Cristo resucitado. Los Corintios, ya
entonces, creían en la resurrección corporal no deberían haber sido influenciados por
aquellos que la negaban. Pero hay más, está el testimonio de las Escrituras, el testimonio
de las Escrituras. Observe los versículos 3 y 4: “Os he enseñado” y usted recuerda que él
acaba de decir eso, les prediqué en el versículo 1, les prediqué en el versículo 2, es lo
mismo – regrese a ese Evangelio: “Os he enseñado, primeramente” como prioritario, de
primera importancia, “lo que así mismo recibí.” Él lo había recibido por revelación divina.
Observe Gálatas 1: “Quiero que sepan” versículo 11, “hermanos, que el Evangelio que fue
predicado por mí, no es según hombre”, no vino a mí de una fuente humana, no lo
inventé, alguien más no me lo dio, ni lo recibí de hombre, ni se me enseñó. Este es Pablo,
mirando hacia atrás post conversión, post camino a Damasco. “Lo recibí mediante una
revelación de Jesucristo.” “Porque vosotros habéis oído de mi antigua manera de vivir en
el judaísmo, cómo solía perseguir a la iglesia de Dios sin medida y traté de destruirla. Y
estaba avanzando en el judaísmo más allá de muchos de mis contemporáneos, entre mis
compatriotas, siendo más celoso de mis tradiciones ancestrales. Pero cuando Dios, quien
me apartó desde el vientre de mi madre y me llamó por su gracia, agradó revelar a su hijo
en mí para que lo predicara entre los gentiles, no consulté inmediatamente con sangre y
carne, me fui a Jerusalén con aquellos que eran apóstoles antes de mí. Fui a Arabia, Arabia
Nabatea, regresé una vez más a Damasco”.
“No vi” versículo 19, “a ninguno de los otros apóstoles, excepto por Jacobo, el hermano
del Señor. Nadie me enseñó este Evangelio, ningún hombre me lo dio, así como Dios me
arrebató en el camino a Damasco y me redimió” como leyeron de eso esta mañana, “el
Señor mismo me enseñó. Esto es lo que he recibido del Señor directamente por revelación
de Él.” Él dice lo mismo en capítulo 11, versículo 23: “Porque yo recibí, del Señor, lo que
yo también os he enseñado” y después él procede a hablar de la última cena. Él no estuvo
ahí, y creo que cuando él estuvo en esos tiempos prolongados ahí en Arabia Nabatea, él
estaba recibiendo su teología directamente del cielo. El señor se la estaba dando,
incluyendo, el darle información acerca de lo que sucedió en esa última noche de la
Pascua.
Entonces él dice: “Les enseñé, como primera prioridad” en primer lugar, las cosas
primordiales, “lo que recibí. Aquí está, que Cristo murió por nuestros pecados conforme a
las escrituras. Que Él fue sepultado y que Él resucitó en el tercer día.” Conforme a las
escrituras, hechos históricos. Los hechos más grandes verdaderos del Evangelio; la muerte
de Cristo, la resurrección de Cristo, la resurrección claro – mostrada en el bautizo, la
muerte de Cristo mostrada en la comunión, que Cristo murió por nuestros pecados –
expiación sustitutiva; “Murió por nuestros pecados”. Que Él fue sepultado, prueba de que
Él estaba muerto y que Él fue resucitado conforme a las Escrituras. Conforme a las
Escrituras, ¿Qué quieres decir conforme a las Escrituras? ¿Escrituras del Nuevo
Testamento? No, Escrituras del Antiguo Testamento. Dos veces él se refiere al Antiguo
Testamento, los escritos sagrados.
¿Acaso los escritos sagrados del Antiguo Testamento hablan de la muerte, sepultura y
resurrección de Jesucristo? Bueno, me imagino que sí. Observe Lucas 24; Lucas 24:25,
nuestro Señor en el camino a Emaús con algunos de los seguidores que están en tristeza
severa porque su Señor ha sido crucificado y él les dijo, versículo 25 de Lucas 24: “¡Oh
insensatos, y tardos de corazón en creer todo lo que los profetas han hablado!” ¿No era
necesario que el Cristo, el Mesías padeciera estas cosas y entrara en su gloria? Después,
comenzando con Moisés y con todos los profetas, les explicaba las cosas que tenían que
ver con Él en todas las Escrituras. Algo de esto fue profecía directa, algo que de esto fue
tipo.
Él pudo haber comenzado en Génesis 22, con el sacrificio de Isaac. El retrato de una
expiación sustitutiva. Él pudo haber ido al Salmo 22 para describir los detalles de la
crucifixión y las palabras mismas que Jesús dijo en la cruz. Ciertamente él pudo haber ido
a Isaías 53 en donde usted tiene al Cordero sacrificado por pecadores, herido por nuestras
transgresiones, herido por nuestra inequidad, el castigo de nuestra paz cae sobre Él y por
su llaga somos sanados. Y no termina ahí, porque Dios le muestra el camino de la vida a
través de la muerte, saliendo por el otro lado a la vida. Él pudo haber ido al Salmo 16, el
Salmo 16 fue el pasaje que Pedro expuso – Pedro, por cierto, fue un predicador expositivo.
Su primer sermón en el día de pentecostés fue una exposición del Salmo 16, usted sabe
que estoy a favor de la predicación expositiva, alguien dijo: “Todo predicador debería
predicar únicamente predicación expositiva, excepto por una vez al año él debería
predicar un sermón temático y después arrepentirse”. Salmo 16, nos dice, versículo 10:
“Tú no abandonarás” esta es la oración del Mesías, la alabanza de confianza del Mesías,
“no abandonarás mi alama al Seol, ni permitirás que tu santo enfrente putrefacción. Tú
me darás a conocer el camino de la vida”.
Entonces, usted tiene el testimonio de la iglesia, de la realidad de una resurrección
corporal. Usted tiene el testimonio de las Escrituras, de la realidad de una resurrección
corporal. El Apóstol Pablo está dándole a los creyentes corintios y a nosotros un buen
cimiento solido para creer en la resurrección. Añadido a eso, en tercer lugar, usted tiene el
testimonio de testigos oculares. El testimonio de testigos oculares. Y el versículo 5 dice: “Y
que apareció a Cefas.” Esto ahora está comenzando el día mismo de la resurrección de
Cristo. Pablo registra en orden cronológico, un número de apariciones post resurrección
del Salvador resucitado. Las cortes humanas, claro, siempre han basado su operación
sobre el testimonio de los testigos oculares especialmente aquellas que son inteligentes,
tienen confianza, dignas de confianza, sensatas, que poseen integridad.
Entonces, Pablo habla de ese tipo de personas, ese tipo de personas. El profesor Thomas
Arnold fue el autor de una historia famosa de tres volúmenes de Roma, él fue designado
como el jefe de la Facultad de Historia Moderna en Oxford. Él dice esto, escribiendo en el
Siglo XIX: “La evidencia para la vida y muerte y resurrección de nuestro Señor, podría ser,
y con frecuencia se ha mostrado como algo satisfactorio. Es bueno conforme a las reglas
comunes para distinguir la evidencia buena de la mala. Miles y decenas de miles de
personas la han analizado parte por parte con tanto cuidado como todo juez lo hace al
analizar una causa importante.
Yo mismo lo he hecho muchas veces, no para persuadir a otros, sino para satisfacerme a
mí mismo. Y he sido usado por muchos años, para estudiar las historias de otros tiempos y
examinar y pesar en la evidencia de aquellos que han escrito acerca de ellas, y yo no
conozco de ningún otro hecho en la historia de la humanidad que ha sido probado por una
evidencia mejor y más plena de todo tipo para el entendimiento de alguien que investiga
de manera honesta, que la gran señal que Dios nos ha dado de que Cristo murió y resucitó
de los muertos.” (Fin de la cita) Ese es un hombre que escribió una historia histórica de
Roma de tres volúmenes.
Otro escritor dijo: “Es el mejor acontecimiento certificado en la historia antigua”. Pablo
nos da razones del por qué, versículo 5: “Y él apareció” podríamos detenernos ahí, “él
apareció”. ¿Cuál es la mejor evidencia de que ha resucitado de los muertos? Aparécete. Él
apareció. Él no meramente fue el invento de su deseo, no fue una alucinación en masa
porque querían que pasara. Él apareció. Ya leímos acerca de su aparición en el camino a
Emaús. Conocemos de su aparición a María Magdalena y a las otras mujeres en la tumba.
Pero Pablo va directamente a los testigos apostólicos, los testigos más formidables,
creíbles de todo Cefas. O es la palabra aramea para roca, “petros” es la palabra griega.
Usted recuerda en Lucas 24:34, Pedro dice: “Él está vivo”. Él está vivo.
Él le apareció a Simón, el registro dice: “Cuan sorprendente que Él primero le apareció a
Pedro, porque fue Pedro quien le negó.” En esa apariencia hay todo tipo de amor,
perdonador y gracia, Jesús necesitaba a Pedro para el ministerio estratégico. Pedro había
llorado de manera incansable por su deserción, él quería ser restaurado, él quería que el
Señor supiera que lo amaba. Él le dijo: “Lee mi mente, tú sabes que te amo”. Juan 21,
Jesús vino a él, él se volvió un testigo ocular de la resurrección, después él le apareció a los
doce. El título oficial, nada más que para ahora únicamente son once porque Judas ya no
está porque se suicidó, y los once siguieron y predicaron la resurrección.
Ese es su mensaje en el Libro de los Hechos, todos fueron predicadores de la resurrección.
Cuando estaban llenando las filas, seleccionando a alguien para que tomara el lugar de
Judas, en el Libro de los Hechos, tenía que ser alguien que fuera un testigo ocular de la
resurrección. Versículo 22 de Hechos 1: “Comenzando con el bautismo de Juan hasta el
día en que fue llevado de nosotros arriba, uno de estos debe volverse un testigo con
nosotros de su resurrección.” Añadieron, como usted sabe, a Matías, y Matías fue otro
que completó a los doce, quien daría testimonio del Cristo resucitado.
Y entonces usted tiene más testimonio de testigos oculares, además de estos doce
apóstoles. Y el versículo 6 dice que él apareció a más de 500 hermanos. 500, y lo más
probable es que fue en Galilea. No solo a los apóstoles, sino a otros, y un número enorme
de otros. Él apareció a ellos en una ocasión, aparentemente, una vez. Esto no es una
alucinación en masa, esta es una aparición real, y la mayoría de ellos están todavía vivos
cuando esto es escrito y, por cierto, 1ª de Corintios fue escrito antes de alguno de los
cuatro evangelios que dan el registro de su resurrección.
Entonces estaban dando testimonio de la resurrección antes de que hubiera un testimonio
escrito de la resurrección, aunque algunos de ellos habían dormido, algunos de ellos
habían muerto, la mayoría estaban vivos. Y después, en el versículo 7, él añade a Santiago
o Jacobo – probablemente no el Apóstol Santiago. Hubo doce en los apóstoles; Jacobo el
hijo de Zebedeo el hermano de Juan y Jacobo el hijo del Alfeo. Pero, probablemente este
es Jacobo el hermano de nuestro Señor. Jacobo el hermano de nuestro Señor o Santiago,
quien se volvió en cierta manera el líder de la iglesia de Jerusalén y convocó el concilio de
Jerusalén.
Sabemos que esta es una realidad maravillosa porque en Juan 7 dice que sus hermanos no
creían en él. De hecho, según Marcos 3:21 ellos pensaban que él estaba loco, querían ir a
sacarlo de en medio del público porque él estaba tan loco. Pero llegaron a creer en él y
Jesús le apareció a su hermano, su medio hermano, Jacobo. Jacobo tuvo una reunión post
resurrección con su salvador y su hermano. Pedro y Jacobo son testigos pocos probables
porque ambos negaron a Jesús, entonces dos de sus apariciones fueron a hombres que de
manera cruel lo habían herido mediante su incredulidad y habían sido perdonados.
Después le apareció a todos los apósteles, y eso simplemente los vuelve a incluir de
manera parecida a los doce. Él les apareció a los doce en el versículo 5, y de nuevo dice,
que Él le apreció a todos los apósteles. Probablemente apareciéndole a los doce, están las
apariciones inmediatas después de la resurrección: Una, ese domingo por la noche y de
nuevo el próximo domingo por la noche. Pero Él le apareció a todos los apósteles.
Probablemente se refiere a Hechos 1, en donde dice que Él se reunió con los apósteles y
los instruyó acerca del Reino de Dios durante un periodo de 40 días. Esto es suficiente
evidencia de testigos oculares. Piense en la naturaleza de estos testigos, estos son
hombres quien le dieron al mundo la enseñanza más elevada que jamás se ha conocido.
Y estos son hombres que se aferraron a esa enseñanza y murieron por esa enseñanza,
frente al odio y la hostilidad y la persecución. Este no es un pequeño grupo de cobardes
derrotados, que están escondiéndose en algún lugar, en un aposento alto un día y unos
cuantos días después saliendo, desaparecieron en la multitud. Estas son personas que
literalmente predicaron este mensaje hasta que sus vidas se acabaron y son creíbles.
Cuando los discípulos, los apósteles de Jesús, proclamaron la resurrección lo hicieron
como testigos oculares. Y lo hicieron con personas que tuvieron contacto con otros
testigos oculares. Hubieron 500, por lo menos, flotando por ahí que habían visto al Cristo
resucitado. Su testimonio podía ser corroborado. Pasa los límites de la credibilidad pensar
que los primeros cristianos inventaron la resurrección.
Entonces la evidencia se acumula. Si Pablo pudiera establecer la resurrección corporal de
Cristo por la iglesia, por la fe que salva los que verdaderamente son redimidos por el
testimonio, no solo de la iglesia, sino el testimonio de la escritura y el testimonio de
testigos oculares, entonces él podía establecer que esa resurrección es una realidad
valida. Eso es lo que él está buscando y este es un argumento muy completo. Número 4, el
testimonio de un testigo especial, versículos 8 al 10: “Y al último de todos, como a un
abortivo, me apareció a mí. Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy
digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios. Pero por la gracia de
Dios soy lo que soy, y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más
que todos ellos. Pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo”.
Aquí está el testimonio excepcional de Pablo, quién también vio al Cristo resucitado. Él es
el escritor entonces, esto es de primera mano. Él es el último que lo ve. Él es el último. Por
favor observe eso y que al último, quiero decirle, a la última persona a la que nuestro
Señor se apareció fue a Pablo y Él no ha hecho apariciones subsecuentes a los evangelistas
de la televisión. Es una buena palabra para aquellos que siguen diciendo que Jesús se les
aparece. Después de su ascensión, Él le apareció únicamente a Pablo en varias ocasiones y
en forma de visión, en el Apocalipsis, Juan lo vio en una forma glorificada. Usted necesita
ser muy sospechoso, de hecho, necesita descartar todas las afirmaciones de que Jesús se
aparece desde que le apareció a Pablo.
Pedro lo dice de esta manera: “A quién amáis sin haberle visto” 1ª de Pedro 1:8. Bueno
¿Cuándo pasó esto? Y al último de todos, como un abortivo, alguien que nació fuera de
tiempo, ektrōmati, refiriéndose a un nacimiento prematuro. Un nacimiento anormal,
fuera de lo común y corriente. Él inclusive usó esa palabra, por cierto, para referirse a un
feto abortado. A mí, fuera de lo común y corriente, también se apareció. Pablo se llama a
sí mismo un aborto. ¿De qué está hablando él? Uno que no viene cuando debe venir,
fuera de lo normal, un nacimiento fuera de tiempo.
Y él está haciendo dos cosas aquí. Lo que él está diciendo ahí es “realmente no pertenezco
en el lugar normal de un apóstol” y él también podría estarse refiriendo a las
deformidades de su propia pecaminosidad. Pablo el aborto. Él es un hombre humilde. Él
es un pedazo de carne muerto, vil, sin valor, a sus propios ojos porque él es un
perseguidor de la iglesia. El Señor le apareció. 1ª de Corintios 9:1, él dice, “¿Acaso no he
visto a Cristo nuestro Señor?” Y él vio otras apariciones de Cristo; Hechos 18; Hechos 23,
el versículo 9 es enfático: “Yo”, yo, esto está apuntando a la muestra de condescención
sorprendente de venir a él. “Yo soy el último de los apóstoles”, el más pequeño de los
apóstoles, el más insignificante y no apto para ser llamado un apóstol porque “yo perseguí
a la iglesia de Dios.”
Él está fuera de tiempo, él es indigno, él es deforme, él está deformado por su propia
pecaminosidad, pero él vio a Cristo, y fue todo, según el versículo 10, por la gracia de Dios.
Estrictamente un acto soberano de amor y perdón inmerecidos. No hay manera en la que
este hombre inventara una resurrección, ¿verdad? Por favor. Pablo es un problema aquí,
si dice usted, oh, bueno, todos los 500 y los otros apóstoles simplemente lo inventaron.
¿Cómo lo explicas a él? Él está matando a cristianos, él es un incrédulo, un pecador,
indigno, un apóstata, alguien que odia a Cristo. Y él ha sido absolutamente transformado y
él se vuelve un predicador del Cristo resucitado.
No hay explicación para eso fuera de la obra poderosa de Dios y la resurrección que Pablo
predicó. Él no tenía razón para predicar si no fuera verdad. Lo leímos esta mañana,
¿verdad? En el camino a Damasco. “¿Quién eres, Señor?” “Yo soy Jesús, a quién tú estás
persiguiendo.” Entonces él dice, la gracia de Dios hacia él no fue en vano, no fue en vano.
“Antes he trabajado más que todos ellos, pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.”
Trabajé inclusive de manera más abundante que todos ellos por el poder del Espíritu
Santo. Él estuvo trabajando duro, Colosenses 1 dice eso, ese es simplemente un gran
testimonio de su celo. Ese versículo es uno de mis favoritos por que se relaciona al
ministerio.
Él dice en el versículo 29: “Trabajo, esforzándome conforme a su poder el cual obra
poderosamente en mí.” ¿Cómo es que el perseguidor más grande de la iglesia se convierte
en el predicador más grande de la iglesia, que trabaja más que otros, más que todos los
demás en términos de extensión e impacto de su ministerio? Por una visión del Cristo
resucitado. Un encuentro personal con Cristo que se repitió varias veces. Él lo vio, él lo vio.
Hay una palabra final aquí, el testimonio de la iglesia, el testimonio de la escritura, el
testimonio de testigos oculares, el testimonio de un testigo especial, y después un
testimonio de un mensaje común. Si usted tiene esta cantidad de personas inventando
algo, usted va a tener dificultades en controlar el mensaje. ¿No estará de acuerdo usted?
¿Entendemos eso?
¿Sabe usted algo de una corte de ley? ¿Sabe usted qué difícil es entrar a una corte de ley y
tratar de presentar una defensa inventada, cuando usted tiene a todo tipo de personas
que vienen de todo tipo de dirección, teniendo que contar la misma mentira? Eso es lo
que los abogados destruyen. Es incoherencia lo que destruye el caso. Pero él tiene una
gran afirmación en el versículo 11: “Porque, o sea yo o sean ellos” ¿ve usted el punto?
“Porque, o sea yo o sean ellos, así predicamos y así habéis creído.” Sean los apóstoles o
los asociados de los apóstoles, sean los doce o Pablo que viene después, sean los hombres
o mujeres que constituyen a los 500, el mensaje fue el mismo, el mismo.
La uniformidad de la predicación y el testimonio acerca de la resurrección, “así
predicamos y así creyeron la cruz, la resurrección”. Todos tuvieron el mismo mensaje. No
todos fueron engañadores. No tuvieron esa inteligencia como para presentarlo de manera
uniforme, esa es una evidencia poderosa de su resurrección. Bueno, ese es un punto
inicial. Vea usted el versículo 12: “Pero, si se predica de Cristo, que resucitó de los
muertos”. ¿Cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? ¿Ve
su punto?
Usted no tiene un argumento que se sostiene. ¿Cómo pueden decir ustedes que, en una
iglesia, como un creyente que profesa serlo, que no hay resurrección cuando su fe está
basada en una resurrección de la cual se da un testimonio tan perfecto? Esa es la
evidencia para la resurrección. Y ahora la próxima vez vamos a ver el versículo 12 y vamos
a tratar con aquellos que quieren negar la resurrección de los creyentes. Bueno, ha sido
un gran día, ¿verdad? Un día maravilloso rico de comunión y adoración y estudio de la
Palabra de Dios. Llevémoslo a su fin en oración.
Padre, te damos gracias por las riquezas conforme, de nuevo, somos expuestos a Tu
palabra de la profundidad de las páginas de la Santa Escritura. Gracias por la unción que
viene del cielo, inclusive el Espíritu de Dios quien nos enseña todas las cosas. Gracias por
la iluminación. Te damos gracias por la resurrección de Cristo. Gracias por el Cristo
viviente. Gracias porque Él vive, un día nosotros también viviremos.
Te agradecemos porque un día tendremos un cuerpo semejante al de la gloria suya.
Señor, esperamos a que llegue ese día glorioso. No hay nada en este mundo que inclusive
pueda acercarse. No hay experiencia que pueda darnos una probada de cómo será, no hay
evaluación que pueda hacer eso. No puede venir de manera experimental, intuitiva o
empírica. Todo lo que sabemos es lo que Tú nos has revelado y todavía no lo podemos
comprender. Ojo no ha visto, ni oído ha oído lo que el Señor ha preparado para aquellos
que le aman.
Anhelamos ese día cuando entraremos en esa gloria de resurrección y seremos como
nuestro Cristo resucitado. Que seamos fiel a Él y a la verdad de su resurrección. Que
prediquemos la cruz y la resurrección para que otros, como aquellos que dieron
testimonio en las aguas del bautizo esta noche, puedan venir y hacer lo mismo en el
futuro. Úsanos para ser predicadores del Evangelio, predicando al mismo Cristo, la misma
cruz, la misma resurrección, dándonos testimonio uniforme para que el mundo sepa que
Tú vives y que Tú has preparado una resurrección para aquellos que te aman. Gracias en el
nombre de Cristo, y todos dijeron, amén.
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El impacto completo de la resurrección


Escritura: Escrituras Seleccionadas

Código: 81–76
John MacArthur
Por medio siglo he estado aquí de pie en el púlpito de Grace Community Church y he
hablado de la resurrección, no solo el Domingo de Resurrección sino a lo largo de los años
de la vida en esta iglesia como congregación, nos hemos concentrado en la realidad de la
resurrección. La resurrección para nosotros no es una plática de una vez al año, es una
realidad constante para nosotros, vivimos cada día de nuestras vidas a la luz de la
resurrección de Jesucristo.
En esta época del año el mundo se detiene y reconoce el acontecimiento histórico de la
resurrección. La mayoría de la gente está contenta con aceptar el hecho de que quizás
sucedió, quizás no sucedió, pero parece tener cierto valor sentimental para la gente y no
quieren discutir si sucedió o no. En cierta manera se infiltra como un día festivo
reconocido, pero parece que cada año cuando llegamos a esta época encontramos en la
televisión programas y documentales que están diseñados para cuestionar la resurrección,
eso no es sorprendente.
Me acuerdo hace unos años atrás cuando un supuesto arqueólogo y eruditos y estudiosos
dijeron que habían descubierto la tumba de la familia de Jesús y en ella encontraron Sus
huesos. Dijeron que este descubrimiento no debería molestar a los cristianos el hecho de
que los huesos de Jesús todavía estaban en la tumba. No debía quitar nada de su
experiencia, debido a que realmente era la idea que su espíritu resucitó y era lo que daba
vida a la religión del cristianismo. Obviamente, esa es historia mala, y teología mala, y
resultó ser arqueología mala, y periodismo malo porque unos cuantos dias después de
que eso fue transmitido por todo el mundo, fue quitado de la televisión cuando se
reconoció que todo era un fraude, una falsificación y nunca debía volver a aparecer. No
fue sorprendente, porque negar la resurrección ha sido un plan primordial de Satanás.
Si usted regresa al libro de Mateo, y llega al capítulo 28 en el evangelio de Mateo, en el
versículo 11. Después de la revelación de la resurrección del Señor, en el versículo 8 de
Mateo 28 dice, “Que ella saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a
dar las nuevas a sus discípulos, y mientras iban a dar las nuevas a los discípulos, he aquí
Jesús les salió al encuentro diciendo: “Salve.” Las mujeres que fueron a la tumba vieron al
Cristo resucitado. Entonces, Jesús les dijo, “No temáis. Id dar las nuevas a mis hermanos,
para que vayan a Galilea y allí me verán.”
Y, después esto en el versículo 11 de Mateo 28, “Mientras ellas iban, he aquí unos de la
guardia,” la guardia de la tumba, la guardia romana, “fueron a la ciudad y dieron aviso a
los principales sacerdotes de todas las cosas que habían acontecido.” ¿Y que había
acontecido? Que el ángel había quitado la piedra, Jesús no estaba ahí, la ropa de la tumba
estaba ahí, la resurrección se había llevado a cabo. “Y reunidos los ancianos y habido
consejo, dieron mucho dinero a los soldados,” los líderes de Israel les dieron un, le dieron
mucho dinero a los soldados diciendo, “Decid vosotros, sus discípulos vinieron de noche y
lo hurtaron, estando nosotros dormidos.”
En otras palabras, los sobornaron para mentir. Este es el día mismo en el que la
resurrección se llevó a cabo, no le tomó mucho tiempo a Satanás para comenzar a tratar
de desacreditar la resurrección que había sucedido el mismo día. No fue un plan muy
bueno, decir que los discípulos estando nosotros dormidos, ¿cómo habrías sabido eso si
estabas dormido? Y además dijeron, “Si esto lo oyera el gobernador, nosotros le
persuadiremos y os pondremos a salvo, perpetuaremos esto engaño y mentira al nivel
más alto. “Y ellos tomando el dinero, hicieron como se les había instruido. Este dicho se ha
divulgado entre los judíos hasta el día de hoy” años después, cuando Mateo está
escribiendo su evangelio.
La negación de la resurrección sucedió en el día mismo de la resurrección y
constantemente ha sido así durante dos mil años, que la resurrección de Jesucristo en
cuanto a su realidad histórica ha sido negada. Ninguna de estas negaciones ha tenido
éxito, ninguna de ellas jamás ha roto la cadena de evidencia que está ligada de manera
inquebrantable a la realidad de la resurrección, en ninguna de ellas se ha podido explicar
la tumba vacía, la ropa de la tumba estando ahí dónde estaban, que habían estado en su
cuerpo. Nadie ha podido explicar el testimonio ocular de los discípulos y las mujeres,
nadie ha podido explicar el cuerpo que no está ahí, como se movió la piedra, la presencia
angelical, más adelante en Galilea quinientos testigos oculares al mismo tiempo, del Jesús
resucitado. Nadie ha podido explicar cómo fue la transformación de los discípulos siendo
de cobardes que huían por su vida, a predicadores de Cristo. Nada de esto ha tenido éxito,
pero no significa que no ha continuado. Destruir el cristianismo demanda que usted
destruya la resurrección.
Entonces, esencialmente los que atacan al cristianismo atacan la resurrección, porque en
la resurrección están todas las realidades centrales del cristianismo, la verdad de la
resurrección durante dos mil años ha sido el cimiento del cristianismo verdadero. El
apóstol Pablo, en ese gran capítulo, capítulo 15 de 1 Corintios, resume la importancia de la
resurrección en estas palabras, “Si Cristo no ha resucitado, entonces nuestra predicación
es vana, vana es también vuestra fe. Y somos hallados falsos testigos de Dios, porque
hemos testificado de Dios que Él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los
muertos no resucitan, porque si los muertos no resucitan tampoco Cristo resucitó, y si
Cristo no resucitó vuestra fe es vana, aun estáis en vuestros pecados.”
Si no hay resurrección de Cristo no hay perdón de pecados, no hay esperanza para el cielo,
no hay escape del juicio eterno. Del lado positivo, Pablo dice en Romanos capítulo 10, que
la salvación viene para aquellos que confiesan a Jesús como Señor, y creen en su corazón
que Dios lo levantó de los muertos.” Romanos 10:9–10. La resurrección se encuentra en el
cimiento mismo de la fe cristiana, si no hay resurrección el cristianismo no vale nada, es
una mentira y es un engaño. Debido a esa importancia de la resurrección, ha sido atacada
incansablemente.
Y quiero mostrarle la importancia de la resurrección en varias maneras como son
reveladas para nosotros en la Escritura. En primer lugar, la veracidad de la Palabra de Dios
es vista en la resurrección. Le leí de Lucas capítulo 24, como Jesús se había encontrado
con algunos discípulos en el camino a Emaús, y abrió las Escrituras del Antiguo
Testamento y las habló de las cosas que estaban escritas de Él en el Antiguo Testamento.
De hecho, Él cubrió todo el Antiguo Testamento, los profetas, la ley, y los escritos.
Y Él les mostró esos libros tan conocidos para el pueblo judío, que básicamente habían
llegado a conocer y reverenciar los judíos creciendo, revelaban que el Mesías primero iba
a padecer, y después resucitaría. Él tomó el Antiguo Testamento en ese camino a Emaús, y
explicó su importancia, sus profecías mesiánicas que habían sido cumplidas en Jesús. Más
adelante, esa noche, nuestro Señor se reunió también con los apóstoles que estaban ahí
en Jerusalén e hizo lo mismo, cubrió el Antiguo Testamento y explicó las cosas acerca de Sí
mismo, con respecto a Su sufrimiento y Su gloria, Su muerte y resurrección.
Entonces usted termina el evangelio del registro de Lucas, finalmente con los discípulos
entendiendo que el Mesías va a sufrir y resucitar, y que todo esto estaba contenido en el
Antiguo Testamento. Entonces, debido a la enseñanza de nuestro Señor en ese día de la
resurrección, esa tarde en el camino a Emaús, esa noche con el resto de los apóstoles,
ellos ahora entienden las profecías mesiánicas del Antiguo Testamento en su plenitud y
riqueza.
Entonces, no nos sorprende, conforme Lucas continúa escribiendo al libro de los Hechos,
encontramos los resultados de esas lecciones que el Señor les ha enseñado acerca de las
profecías mesiánicas en el Antiguo Testamento. Observe Hechos capítulo 2, Hechos
capítulo 2, aquí está el primer sermón predicado por los apóstoles, predicado por Pedro,
él habla del hecho de que Jesús el Nazareno, versículo 22, “Varón aprobado por Dios entre
vosotros, con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de
Él, como vosotros mismos sabéis, a este ha entregado por el determinado consejo y
anticipado conocimiento de Dios.”
En otras palabras, Dios lo había planeado, había revelado ese plan en el Antiguo
Testamento, “prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole. Al cuál Dios
levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por
ella.” Ustedes lo mataron, Dios lo resucitó de los muertos. Este, un cumplimiento de
profecía del Antiguo Testamento, versículo 25, “Porque David dice de él: ‘Vi al Señor
siempre delante de mí, porque está a mi diestra no seré conmovido. Por lo cual mi
corazón se alegró y se gozó mi lengua, y aun mi carne descansará en esperanza. Porque no
dejarás mi alma en el Hades, ni permitirás que tu santo vea corrupción. Me hicisteis
conocer los caminos de la vida, me llenaras de gozo con tu presencia.”
Todo eso sale del Salmo 16, versículo 8 al 11, y es una profecía del Mesías, y está
presentada en un formato interesante porque es primera persona singular, es el Mesías
mismo, es el Hijo de Dios mismo hablando, y Él está hablando de su resurrección. A partir
del Salmo 16, “Vi al Señor siempre delante de mí” ese es el Mesías diciendo que el Señor
está conmigo. “Él está a mi diestra no seré conmovido. Por lo cual mi corazón se alegró y
se gozó mi lengua, y aun mi carne descansará en esperanza, porque no dejarás mi alma en
el Hades, ni permitirás que tu santo vea corrupción.” La corrupción sucede rápidamente
después de la muerte, de hecho, los judíos solían decir que para el cuarto día no quería
usted acercarse a un cuerpo muerto, había entrado a un estado de corrupción más allá de
lo que era reconocible, pero aquí el Hijo de Dios, el Ungido, el Santo, dice, “No dejarás que
tu santo vea corrupción, me hicisteis conocer los caminos de la vida. Me llenarás de gozo
con tú presencia.”
Cuando David dijo eso él no estaba hablando de sí mismo, su alma a la tumba, su cuerpo
se corrompió, nadie jamás dijo que David resucitó de los muertos, entonces la
resurrección debe referirse a alguien más porque se refiere a alguien más llamado Tú
santo, Tú santo, uno quien es apartado de los pecadores, ese es un nombre bien conocido
para el Mesías. Cuándo el ángel vino en Lucas capítulo 1 para traer el anuncio de que se
iba a volver un niño, dijo: “Este santo ser.” Y cuando usted entra al libro de Lucas en los
primeros capítulos, capítulo 4 por ejemplo, al final del capítulo 1 de Marcos, los primeros
seres, las primeras criaturas que reconocen que Jesús es el Santo, son demonios. Es
correcto, demonios, Lucas 4; Marcos 1, los demonios lo identifican como el Santo.
Entonces, esta es una profecía del Santo, del Hijo de Dios nacido de una virgen, en la
profecía que no se corrompería, que su cuerpo no se descompondría en la tumba, sino
que más bien saldría de la tumba, y resucitaría de los muertos. Este no es David, observe
el versículo 29 de Hechos 2, “Se puede decir libremente del patriarca David que murió y
fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy. Pero siendo profeta y
sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de su descendencia en cuánto a la
carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono, viéndolo antes, habló de la
resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades ni su carne vio corrupción.”
Y después el cumplimiento, “a este Jesús resucitó Dios de lo cual todos nosotros somos
testigos.” Lo primero que usted necesita entender es que la veracidad de la Escritura es
probada por la resurrección, su argumento está claro, el Salmo 16 se refiere a alguien que
resucitaría de los muertos, alguien que no entraría en corrupción, él resucitaría de los
muertos. No puede ser David, David no resucitó, pero tiene que ser alguien en la familia
de David, alguien en la línea de David, un hijo de David en algún punto a lo largo de la
historia, y el registro del evangelio del Nuevo Testamento comienza con Mateo que da
una genealogía de David al Mesías.
Entonces, Jesús está en la línea de David, debe referirse a uno quien es un santo, y eso
está restringido a solo uno persona que jamás vivió, y ese es el Hijo de Dios, el Santo
inocente, apartado de los pecadores, inocente, sin mancha, y Él debe venir y Él debe
morir, y no ser corrompido y resucitar de los muertos. Y eso es exactamente lo que Él hizo.
Y por primera vez, los apóstoles ahora, están citando el Antiguo Testamento con un
entendimiento claro, con una mente que entiende. La diferencia entre los apóstoles antes
del camino a Emaús y después de la noche de la resurrección cuando Jesús se apareció y
les enseñó el significado del Antiguo Testamento en relación a Él, es que ahora entendían
el rango completo de la verdad mesiánica establecida en el Antiguo Testamento. Se
habían vuelto instantáneamente eruditos del Antiguo Testamento.
En el capítulo 13 del libro de los Hechos, de nuevo una ilustración de la relación entre la
Escritura, de las Escrituras hebreas en el Antiguo Testamento con la resurrección de
nuestro Señor, capítulo 13 dice, capítulo 13 versículo 30, “Más Dios le levantó de los
muertos y él se apareció durante muchos días a los que habían subido juntamente con él
de Galilea a Jerusalén, los cuales ahora son sus testigos ante el pueblo.” Esto es, Él le
apareció a los apóstoles, “Y nosotros también os anunciamos el evangelio de aquella
promesa hecha a nuestros padres, la cual Dios ha cumplido a los hijos de ellos, a nosotros,
resucitando a Jesús como está escrito también en el Salmo 2do, “Mi hijo eres tú, yo te he
engendrado hoy.” ” Ese es el Salmo 2.
Y ahora entienden por primera vez, el Salmo 2, que en el Salmo 2 estaba la promesa de la
resurrección, “Mi Hijo eres Tú eternamente, pero habrá un día cuándo Yo te daré vida,” la
resurrección. Y en cuanto a que le levantó de los muertos, para nunca más volver a
corrupción, lo dijo así, “Os daré las misericordias fieles de David”, y eso es citado de Isaías
55, versículo 3, Dios está garantizando que Jesús mediante la resurrección es el heredero
esperado por mucho tiempo del pacto davídico y todas sus promesas. Versículo 36,
“Porque a la verdad, David, habiendo servido a su propia generación, según la voluntad de
Dios durmió y fue reunido con sus padres, y vio corrupción.” Fue David el que vio
corrupción, no fue David el que cumplió esta profecía, versículo 37, “Más aquel a quien
Dios levantó no vio corrupción.”
Entonces, de nuevo, los apóstoles se refieren al Salmo 2, se refieren a Isaías 55, se refieren
al mismo pasaje que vimos en Hechos 2; Salmo 16. “Sabed pues”, versículo 38 dice, “esto,
varones hermanos, que por medio de él se os anuncia perdón de pecados, y que de todo
aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo
aquel que cree.” Este es el Mesías quien vino para traer salvación. Él es al que Dios levantó
de los muertos.
Más adelante en el libro de los Hechos, simplemente para verlo a lo largo del libro en el
capítulo 26, de nuevo, este es el mensaje constante apostólico, el capítulo 26 dice, así en
el versículo 22 “Pero habiendo obtenido auxilio de Dios,” Pablo dice, hablándole al Rey
Agripa, “persevera hasta el día de hoy dando testimonio a pequeños y a grandes, no
diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de
suceder,” refiriéndose al Antiguo Testamento, “que el Cristo o el Mesías había de padecer,
y ser el primero de la resurrección de los muertos para anunciar luz al pueblo y a los
gentiles.”
De nuevo, los apóstoles amaron la resurrección a las promesas en el Antiguo Testamento.
Otra porción importante de las Escrituras es el 2do capítulo del evangelio de Juan, en
dónde incluso Jesús hizo una profecía registrada en la Escritura. Jesús dice en el versículo
19 de Juan 2, “Destruid este templo y en tres días lo levantaré. Dijeron luego los judíos,
‘En cuarenta y seis años fue dedicado este templo, refiriéndose al templo de Herodes, ¿y
tú en tres días lo levantarás? Más él hablaba del templo de su cuerpo.”
Entonces, aquí está una Escritura dónde Jesús predice su propia resurrección, “Por cuanto
cuándo resucito de entre los muertos,” versículo 22, “sus discípulos se acordaron que
había dicho esto, y creyeron la Escritura, y la palabra que Jesús había dicho.” Desde el
principio comenzaron a darse cuenta en Juan 2, que la Escritura predecía la resurrección
del Mesías. Pudo haber parecido vago en ese entonces, porque no parecía que lo
entendieron sino hasta que finalmente en el camino a Emaús todo se volvió claro, y
cuando Jesús resucitó de los muertos ellos creyeron de manera plena en la Escritura. ¿Qué
está en juego en la resurrección? Es la veracidad de la Escritura, la veracidad de la Palabra
de Dios.
Y, en segundo lugar, la deidad del Hijo de Dios. La deidad del Hijo de Dios. En Romanos,
capítulo 1, nos dice con respecto al Hijo de Dios, versículo 4, “que fue declarado Hijo de
Dios, con poder, según el espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos.”
Él fue declarado Hijo de Dios, con poder, por la resurrección de entre los muertos. La
resurrección es prueba de Su deidad. Hechos 13:30 dice que “Dios lo levantó de los
muertos.” Romanos 6:4 dice, “que Cristo fue resucitado por la gloria del Padre.” Efesios 1
dice que “el Padre de gloria resucitó a Cristo de los muertos, y lo sentó a su diestra en el
trono.” La resurrección fue la declaración del Padre de que éste es Mi Hijo.
Y de nuevo, los predicadores del evangelio desde Hechos capítulo 2, entendieron esto.
Regrese al sermón de Pedro, y podemos retomarlo en dónde nos quedamos, y vemos a
partir del versículo 32, “A este Jesús resucitó Dios, de los cuales todos nosotros somos
testigos,” y después esto, “así que exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del
Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís,” esto es,
el derramamiento del Espíritu Santo en el día de Pentecostés, “porque David no subió a
los cielos, pero él mismo dice, “Dijo el Señor a mí Señor, siéntate a mi diestra hasta que
ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.” ” Tomado del Salmo 110. ¿De quién está
hablando el salmista? “Dijo el Señor a mi señor.” ¿tenemos dos señores? Sí, tenemos al
Señor quién es Padre, y al Señor quien es el Hijo, y el Hijo se sienta a su diestra, y el Padre
hace que sus enemigos sean por estrado de sus pies. Eso también es indicado en el Salmo
2. Por la resurrección el Padre declara que este es Su Hijo.
Entonces, versículo 36 dice, “Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que, a
este Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.” En ese
momento, entra el pánico, versículo 37, “Al oír esto se compungieron de corazón, y
dijeron a Pedro y a los otros apóstoles, ‘Varones hermanos, ¿qué haremos?’ reconociendo
que habían matado al Príncipe de la vida, habían matado al Hijo de Dios, habían matado a
aquel quien era Señor y Mesías, pero les dijo, ‘Arrepentíos’, y sabemos que muchos se
arrepintieron, muchos en ese día mismo, miles ese día mismo fueron añadidos a la iglesia.
Y miles más día tras día, en el libro de los Hechos cuando reconocieron que el Mesías, a
quién habían rechazado era verdaderamente el Hijo de Dios que había venido a
redimirlos. Si no hay resurrección, entonces Jesús es simplemente un hombre en un
esfuerzo noble, como un maestro que quería hacer una diferencia en la vida de la gente
como el resto de la gente muere y desaparece de la historia. Pero él fue resucitado de los
muertos, y Dios mediante esa resurrección declaró que era Su Hijo eterno.
Ahora, eso lleva a una tercera realidad muy importante, estamos hablando de la fuerza
plena de la resurrección, tiene usted no solo la verdad de la Palabra de Dios, la deidad del
Hijo de Dios, sino que usted tiene el término de la salvación de Dios. Lucas 19:10, “El Hijo
ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido,” Él vino a salvar no vino a ser un
buen maestro, no vino a ser un impacto moral en el mundo, Él vino a salvar a pecadores.
Y, ¿salvarlos de qué? a salvarlos de Dios, a salvarlos de la ira de Dios, a salvarlos del
infierno eterno y el castigo. ¿Podía hacerlo? ¿podía de hecho hacer eso? es agradable
saber que Él vino a buscar y a salvar a los perdidos, la pregunta es: ¿podía de hecho hacer
eso? ¿podía lograr la salvación que Él buscó llevar a cabo? Eso nos lleva de regreso a 1
Corintios 15.
Y podemos retomarlo de nuevo en el versículo 17. “Y si Cristo no resucitó vuestra fe es
vana, aún estáis en vuestros pecados, entonces también los que durmieron en Cristo
perecieron.” ¿Escucho eso? Sí Cristo no resucitó, aquellos que están asociados con Él han
perecido, Él no los salvó. Porque versículo 19 dice, “Si en esta vida solamente esperamos
en Cristo”, si lo vemos como un maestro moral, un líder temporal, somos los más dignos
de conmiseración. ¿Por qué? porque confiamos en alguien que nos salvara del infierno
eterno, y él simplemente era un hombre, sino hay resurrección. Pero debido a que Él
resucitó, versículo 20, “Más ahora Cristo ha resucitado de los muertos, primicias de los
que durmieron es hecho, por cuánto la muerte entró por un hombre, también por un
hombre la resurrección de los muertos, porque, así como en Adán todos mueren, también
en Cristo todos serán vivificados.”
No puede salvar a nadie, si Él no está vivo, pero resucitó y conquistó la muerte, y fue
vindicado por Dios habiendo ofrecido el sacrificio que fue satisfactorio para Dios, para
satisfacer su justicia y proveer el castigo requerido por el pecado. El apóstol Pablo
reconoce esto también, en el cuarto capítulo de Romanos, en una afirmación muy
importante, en el versículo 24, “Si no también con respecto a nosotros, a quienes ha de
ser contado, esto es, a los que creemos en él, que levantó de los muertos a Jesús, Señor
nuestro.” Y después él describe esto, esto es, “el cual fue entregado por nuestras
transgresiones y resucitado literalmente para nuestra justificación.” Si él no ha resucitado,
no estamos justificados.
Él resucitó a Jesús de los muertos para certificar Su sacrificio suficiente y comprando la
justicia para nosotros. Esta es la obra de Cristo. No es solo para elevar la naturaleza moral
de la gente, no es solo para traer algún tipo de una vida gentil religiosa al mundo. No.
Jesús vino a buscar y a salvar lo que se había perdido, para rescatar a personas del infierno
eterno. Esa es la obra de redención. El murió en la cruz, para llevar entonces el pago, la
furia completa por todos los pecados de todos los que creerían en Él. Murió para
satisfacer la ira de Dios, la pregunta es, ¿acaso Dios quedó satisfecho con Su ofrenda?
¿Pudo Su muerte de hecho ser aplicada a pecadores que creen? La respuesta es: Sí.
Él fue resucitado para nuestra justificación, ¿Qué quieres decir, justificación? Él fue
resucitado para que pudiéramos ser declarados justos. Todo aspecto de la salvación
dependía de su resurrección, concediendo vida eterna. Jesús dice, cuando Él está con
María, Marta, y resucitando a Lázaro, Él dice, “Yo soy la vida, el que en mí cree, no
morirá.” Y esa es la razón por la que Pablo escribe “como en Adán todos mueren, así
también en Cristo todos serán vivificados”. En Juan 14:19, “Porque yo vivo, vosotros
también viviréis.”
Entonces, nuestra vida depende de Su resurrección. Nuestra vida como cristianos también
depende del Espíritu Santo, el Espíritu Santo es el que nos da vida, nos regenera, establece
residencia en nosotros y nos capacita para mantener la fe, permanente, eterna, en la vida
eterna. Y si Él no resucita no hay venida del Espíritu Santo. En el Aposento Alto con los
apóstoles en Juan 13; 14; 15, y 16, Jesús repite varias veces voy a enviar al Espíritu Santo,
voy a enviar al Espíritu Santo, pero Él dice, “No puedo enviar al Espíritu Santo hasta que
regrese a la gloria.” Él no había muerto aún. Él tenía que morir todavía, resucitar,
ascender, ir al cielo, y cuando Él ascendiera al cielo, y lo encontramos en Hechos 1,
inmediatamente en el capítulo 2, Su Espíritu viene.
El Espíritu es Aquel que capacita la predicación del evangelio en el Día de Pentecostés, el
Espíritu es Aquel quien produce la salvación de toda alma que recibe vida, y el Espíritu
solo puede llevar a cabo Su obra en base a la resurrección de los muertos en su ascensión
a la diestra del Padre. El perdón de pecados, el perdón de pecados depende de la
resurrección de Cristo, leímos eso en el libro de los Hechos. Debido a que Él resucitó de los
muertos Él provee el perdón de pecados. La destrucción de Satanás es un resultado de la
resurrección de nuestro Señor, eso es presentado en manera en clara y explícita en
Hebreos capítulo 2, la cual es una porción muy importante en la Escritura.
Escuche el versículo 14, “Así que por cuantos los hijos participaron de carne y sangre, él
también,” hablando de Cristo, el Hijo de Dios, “participó de lo mismo, para destruir por
medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos
los que por el temor de la muerte estaban durante la vida sujetos a servidumbre, porque
ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham.
Por lo cual, debió ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser en todo
semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel Sumo Sacerdote en lo que
a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. Pues en cuanto él mismo padeció
siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.”
Debido a que Él resucitó, Él hizo impotente al diablo quien tenía el poder de la muerte. Y
liberó a todos nosotros del poder de Satanás eternamente. Su resurrección es la evidencia
de que Él conquistó a Satanás, que Él provee perdón de pecados, que Él envió a Su
Espíritu, que Él concede vida eterna. Su resurrección también, en el libro de Hebreos que
acabaos a leer una porción de eso, en el capítulo 2 lo provee como nuestro intercesor,
Aquel que vive para interceder por nosotros para sostenernos hasta la gloria eterna.
Escuche Hebreos 4:14, “Por tanto, teniendo un gran Sumo Sacerdote, no solo que resucitó
de los muertos, sino que traspasó a los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra
profesión porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de
nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin
pecado. Acerquémonos pues confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar
misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
Y después, capítulo 7, versículo 25, “Por lo cual, nuestro Sumo Sacerdote, permanente a la
diestra del Padre, puede también salvar perpetuamente a los que por Él se acercan a Dios,
viviendo siempre para interceder por ellos. ¿Cuál es su intercesión? Es su apoyo sostenido
y oración al Padre a favor nuestro, que asegura nuestra salvación eterna. Todo lo que
tenemos como creyentes, desde el regalo de la vida eterna, a la derrota de Satanás, hasta
la gloria final, es un resultado directo de la resurrección. Si no hay resurrección, no hay
vida eterna para nadie, porque Él vive, nosotros vivimos. La resurrección afirma entonces
la Palabra de Dios, al Hijo de Dios, la salvación de Dios.
En cuarto lugar, también afirma la iglesia de Dios. Jesús dijo, “Edificaré mi iglesia.” Pero
esa iglesia dependía de que Él resucitara de los muertos. Efesios capítulo 1, y versículo 20,
dice que Dios Padre operó en Cristo resucitándole de los muertos, y sentándole a Su
diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y
sobre todo nombre que se nombra, no solo en este siglo sino también en el venidero.” Y,
¿Qué operó? ¿Qué produjo esto? “Y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por
cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de aquel que todo
lo llena en todo. La resurrección de Cristo es lo que establece a la iglesia.
Él está vivo, y Él vive en Su iglesia, esa afirmación maravillosa, maravillosa del versículo 23,
“la iglesia es su cuerpo, la plenitud de aquel que todo lo llena en todo.” ¿Qué significa
estar en la iglesia? Significa estar lleno de Cristo, lleno de Cristo, este es el honor más
elevado de la iglesia, escribió Juan Calvino, que hasta que él esté unido a nosotros, el Hijo
de Dios se considera a sí mismo, hasta cierta medida incompleto. ¡Que consolación es
para nosotros aprender que no, sino hasta que estemos en Su presencia, es que Él posee
todas Sus partes o quiere ser considerado como completo! Sorprendente, Él no está
completo hasta que Su cuerpo esté completo, los redimidos están en unión con Él.
En el capítulo 4 de Efesios leemos más de esto, el Señor, versículo 10, “Quién descendió,
es el mismo quién también subió, no solo murió, sino que resucitó y subió a los cielos. Y él
mismo constituyó a la iglesia, unos apóstoles, otros profetas, otros evangelistas, otros
pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la
edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del
conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto a la medida de la estatura de la
plenitud de Cristo, para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de
todo viento de doctrina, por estratagemas de hombres que para engañar emplean con
astucia las artimañas del error. Sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo
en aquel que es la cabeza, esto es Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido
entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de
cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.”
Hay mucha teología poderosa en eso. Y el resumen de esto es, el Señor resucitado vive y
le da a Su iglesia, apóstoles, profetas, evangelistas, pastores que enseñan, para edificar al
cuerpo, para conformarse a su propia imagen. La iglesia verdadera viviente está en unión
con el Cristo viviente. Las religiones del mundo, ven algún tipo de fuente o persona que
está muerta, pero no en el caso de la iglesia de Jesucristo. Nosotros no rastreamos nuestra
historia de regreso a alguien que está muerto, vivimos en la presencia de Aquel quien
eternamente está vivo. La iglesia verdadera está viva, a pesar de todo lo que soporta y
sufre está viva. La vida de resurrección de su Señor es la vida misma de la iglesia. Porque
Él vive nosotros vivimos.
Y usted puede hacer la pregunta, ¿qué congregó a los apóstoles dispersos? ¿qué los
transformó? ¿qué tomó a ese pequeño grupo de seguidores de Jesús, estaban pasando
por momentos difíciles y eran muy temerosos. ¿Qué los llevó al punto de que literalmente
voltearon de cabeza al mundo con el mensaje de Jesús como Señor y Mesías? ¿qué fue?
La resurrección, la resurrección. Eso se volvió el mensaje de los apóstoles, el mensaje
esencialmente que establece a la iglesia, y siempre extiende a la iglesia. ¿Cuán importante
es la resurrección de Jesucristo? Indica la veracidad de la Palabra de Dios, la deidad del
Hijo de Dios, el término de la salvación de Dios, y el establecimiento de la iglesia de Dios.
Hay otra realidad que está ligada a la resurrección, la inevitabilidad del juicio de Dios.
Jesús resucitó no solo para ser Señor de Su iglesia, Jesús resucitó no solo para ser la vida
de Su iglesia, sino que Jesús resucitó para ser el Juez del mundo. En el octavo capítulo de
Juan, los judíos le dicen a Él, “¿Ciertamente no se matará a sí mismo, oh sí? Debido a que
dice, ‘Adónde yo voy vosotros no podréis venir, se estaban burlando de que sí que si
cometías suicidio no entrarías al reino. Él dijo que iba a ir Su Padre, ¿quiere decir que se va
a matar a sí mismo y no vamos a poder ir porque nosotros vamos al cielo, y él va al
infierno debido al suicidio, ¿eso es lo que Él quiso decir? Esto es burla.
Él les dijo en el versículo 23, “Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba. Vosotros sois de
este mundo, yo no soy de este mundo. Por eso os digo que moriréis en vuestros pecados,
porque si no creéis que Yo Soy,” ese es el nombre de Dios, “a menos de que crean que Yo
Soy Dios, en vuestros pecados moriréis.” Entonces, le dijeron, ¿“Tú quién eres?” Entonces
Jesús les dijo, “Lo que desde el principio os he dicho,” después versículo 26, “Muchas
cosas tengo que decir y juzgar de vosotros,” mmm. O es el Salvador de usted, o es Su Juez.
Mateo capítulo 25 lo presenta como el Juez de las naciones, el apóstol Pedro lo presentó
el Juez de los ángeles, pero más que eso es presentado como el Juez de todo individuo. Y
ese juicio es un retrato aterrador.
En el capítulo 20 del libro de Apocalipsis, podemos avanzar a ese capítulo, el cual nos
revela el juicio final. Apocalipsis 20, versículo 11, “Y vi un gran trono blanco, y al que
estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se
encontró para ellos. Y vi a los muertos grandes y pequeños de pie ante Dios, y los libros
fueron abiertos, y otro libro fue abierto el cual fue el libro de la vida. Y fueron juzgados los
muertos por las cosas que están escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó
los muertos que había en él y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en
ellos. Y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados
al lago del fuego, esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la
vida, fue lanzado al lago de fuego.”
Dios mantiene un registro exacto, aquí está el pasaje más solemne y amenazador en toda
la Biblia, 1 Corintios 16:22 dice, “Si alguno no amare al Señor Jesucristo sea anatema”,
maldito. Aquí está esa maldición en su forma final. Dios mantiene, de nuevo, registros
exactos. Y todo pecador será juzgado por los libros, y lo que los libros registran es pecado.
¿Quién es este Juez? ¿Quién es este Juez? La respuesta a eso está de regreso en el
evangelio de Juan, capítulo 5, y leemos en el versículo 25, “De cierto, de cierto os digo,”
Jesús está hablando, “viene la hora, y ahora es cuando los muertos oirán la voz del Hijo de
Dios y los que lo oyeren vivirán.” ¿Quién es aquel que resucita todos los muertos y los trae
al juicio final? Es el Hijo de Dios.
“Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en
sí mismo. Y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del hombre. No
os maravilléis de esto, porque vendrá la hora cuando todos los que están en los sepulcros
oirán su voz.” Todos. Toda persona resucitará. Todo saldrá, y los que hicieron lo bueno
saldrá en la resurrección de vida, más lo que hicieron lo malo a resurrección de
condenación. Nuestro Señor dice, “No podría hacer nada por mí mismo, según oigo, así
juzgo y mi juicio es justo porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió,
la del Padre. Si yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio no es verdadero,
otro es el que da testimonio acerca de mí, y sé que el testimonio que da de mí es
verdadero.” Él simplemente está diciendo, “No estoy diciendo esto por Mí mismo, Yo
estoy reiterando lo que el Padre ha dicho.”
Es suficiente decir que Él es el Juez, Él vino para buscar y a salvar a los perdidos. Y aquellos
que lo rechazan Él juzgará. Es imposible entender el rango completo de importancia
conectado con la resurrección de Jesucristo. A menos de que usted vea estas cosas que
son el resumen de todo el propósito redentor de Dios. La veracidad de la Palabra de Dios,
la deidad del Hijo de Dios está en juego, el término de la salvación de Dios está en juego,
el establecimiento de la iglesia está en juego, la inevitabilidad del juicio de Dios, la
veracidad de la Palabra de Dios está en juego. Todas estas están ligadas a la resurrección.
Y una realidad final, el gozo final del pueblo de Dios. El gozo eterno del pueblo de Dios. Un
pasaje amado en Juan 14, en dónde Jesús les dice a sus discípulos en ese Aposento Alto en
la noche de la última Pascua, la noche de su traición, al día siguiente iba a ser arrestado,
“No se turbe vuestro corazón, creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre
muchas moradas hay, si así no fuera yo lo hubiera dicho. Voy pues, a preparar lugar para
vosotros, y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo,
para que dónde yo estoy vosotros también estéis.” Porque Él vive, Él tiene el poder para
cumplir Su promesa de reunir a Su pueblo para la gloria.
Escuche lo que Pablo dice al final de ese gran capítulo de 1 Corintios 15, “Pero esto digo
hermanos, que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción
heredará la corrupción. He aquí os digo un misterio, no todos dormiremos, pero todos
seremos transformados,” no toda persona va a morir, algunos simplemente van a ser
transformados camino hacia arriba. Ese es el rapto de la iglesia. Va a suceder en un
momento, “en un abrir y cerrar de ojos. A la final trompeta, porque se tocará la trompeta
y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados, los
muertos resucitarán y el resto de los creyentes serán congregados a la presencia del
Señor.”
Esto corruptible se vestirá de incorrupción, y esto mortal se vestirá de inmortalidad. Y
cuando esto corruptible sea vestido de incorrupción, y esto mortal sea vestido de
inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita, ‘absorbida es la muerte en
victoria ¿dónde está oh muerte tu aguijón? ¿dónde oh sepulcro tú victoria?’ ya que el
aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado la ley, más gracias sean dadas a
Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.” ¿Qué victoria? La
victoria sobre la muerte, la victoria sobre la muerte. Todo en nuestra redención está
conectado a la resurrección, esta es la realidad que abarca todo, que establece la verdad
de la Palabra de Dios, la deidad del Hijo de Dios, el término de la salvación de Dios, el
establecimiento de la iglesia de Dios, la inevitabilidad del juicio de Dios, y la maravillosa
esperanza del pueblo de Dios en el cielo. Todo está ligado a la resurrección. Esa es la
fuerza completa de la resurrección.
La invitación es esta, las palabras conocidas de Pablo en Romanos 10, dice esto: “Si
confesares con tu boca, que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó
de los muertos serás salvo, porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se
confiesa para salvación. En ese mismo pasaje en Romanos 10, Pablo cita del profeta Joel,
“Todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo.” La resurrección es la evidencia
final de que Él puede hacer lo que Él vino a hacer, salvar a Su pueblo de sus pecados.
Padre te damos gracias por la claridad con la que la Escritura habla de la gloria y
centralidad de la resurrección. Te damos gracias por darnos, por lo menos de manera
breve, un retrato de la fuerza plena de este acontecimiento incomparable, te damos
gracias porque nuestro Salvador vive, y porque Él vive, todos los que están en Él viven
también. Y debido a que Su vida es eterna, también es la vida que le pertenece a todos los
que le pertenecen a Él. En Él vivimos de manera eterna, en gozo. Gracias por resucitar a
Cristo, y porque un día nos resucitarás a todos nosotros, de tal manera que no seremos
meramente espíritus desmembrados en Tu presencia, sino que todos nosotros tendremos
cuerpos de resurrección como Pablo dice, como su cuerpo glorioso de resurrección aptos
para el servicio eterno, y la gloria de Aquel que nos dio vida.
Te alabamos por este Domingo de Resurrección, por nuestra propia resurrección. Ya
hemos sido resucitados de la muerte espiritual, pronto seremos resucitados de la muerte
temporal, a la vida eterna en Tú presencia. Anhelamos esa realidad, pero hasta ese tiempo
queremos ser fieles, fieles en cumplir el llamado que Tú nos has dado, en estas palabras,
“Así que hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del
Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.” Que nosotros
que tenemos vida, porque estamos en Cristo, y Cristo está en nosotros trabajemos de esta
manera, nos esforcemos por el evangelio y por causa del reino. Que nuestras vidas sean
una expresión fuerte de gratitud mediante obediencia y adoración por el regalo que
hemos recibido, esto es, nuestra vida eterna en Cristo.
Y pedimos estas cosas en Su Nombre. Amén.
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El Salvador calla a los saduceos


Escritura: Lucas 20:27–40

Código: 42–248
John MacArthur
Lucas capítulo 20 es nuestro texto, Lucas capítulo 20. Y, quiero leerle los versículos 27 al
40. Lucas capítulo 20, versículos 27 al 40. Vamos a ver este texto y encontrar revelación
fascinante de la majestad del Señor Jesucristo, aquí. Y usted no pensaría que el contexto
produciría ese resultado, debido a que es un ataque por parte de enemigos que lo quieren
muerto. Pero al final, como siempre, Él sale siendo gloriosamente triunfal.
Versículo 27, “Llegando entonces algunos de los saduceos, los cuales niegan la
resurrección, le preguntaron, diciendo: Maestro, Moisés nos escribió: Si el hermano de
alguno muriere teniendo mujer, y no dejare hijos, que su hermano se case con ella, y
levante descendencia a su hermano. Hubo, pues, siete hermanos; y el primero tomó
esposa, y murió sin hijos. Y la tomó el segundo, el cual también murió sin hijos. La tomó el
tercero, y así todos los siete, y murieron sin dejar descendencia. Finalmente murió
también la mujer. En la resurrección, pues, ¿de cuál de ellos será mujer, ya que los siete la
tuvieron por mujer?
Entonces, respondiendo Jesús, les dijo: Los hijos de este siglo se casan, y se dan en
casamiento; más los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo, y la
resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento. Porque no
pueden ya más morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios, al ser hijos de la
resurrección. Pero en cuanto a que los muertos han de resucitar, aun Moisés lo enseñó en
el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de
Jacob. Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven.
Respondiéndole algunos de los escribas, dijeron: Maestro, bien has dicho. Y no osaron
preguntarle nada más.”
Siempre me ha parecido fascinante que la humanidad tiene una expectativa de la vida
después de la muerte, palpita en el corazón humano en toda sociedad, en toda época de
la historia. Usted puede remontarse al libro egipcio de los muertos, y encontrar ahí una
creencia prominente en la vida después de la muerte. En la mayoría de las épocas más
antiguas de la historia humana, en la tumba del Faraón Keops, sellada más de 5,000 años
atrás, los arqueólogos encontraron el barco solar, el cual él había construido para navegar
por los cielos en la vida después de la muerte. En la religión griega antigua, una moneda
de plata con frecuencia era colocada en la boca de un cadáver, para pagar su cuota para
cruzar por el río místico de la muerte, para llegar a la tierra de la resurrección de la vida.
Inclusive los indios norteamericanos, con frecuencia colocaban dentro de la tumba de un
guerrero muerto su arco y sus flechas, y algunas veces su pony muerto, para que él
pudiera tenerlos en el lugar de la Casa Feliz. Hombres que también fueron sepultados en
Escandinavia, eran sepultados con un caballo muerto, y armadura para continuar con la
vida en el mundo venidero. En Groenlandia, niños muertos eran sepultados con un perro,
para guiarlos por el lugar frío y desierto venidero.
La humanidad siempre ha sentido la atracción hacia la vida después de la muerte,
inclusive en las más primitivas de las sociedades. En las sociedades mucho más
sofisticadas, por ejemplo, Benjamín Franklin, quien no fue un cristiano, no obstante, creyó
en la vida después de la muerte. Franklin, escribió su propio epitafio, el cual está en su
lápida hasta el día de hoy, en la iglesia de Cristo en Filadelfia, expresa su sentimiento
acerca de la vida después de la muerte. Esto es lo que Franklin escribió: “El cuerpo de
Franklin, impresor, como la tapa de un libro antiguo yace aquí como alimento para los
gusanos. Su contenido está destrozado y está despojado de sus letras y su brillo, pero el
trabajo no será perdido porque aparecerá una vez más, en una edición más elegante y
nueva, revisada y corregida por el autor.” Así dijo Franklin. Sea que usted esté en una
sociedad antigua primitiva o una sociedad más sofisticada, palpita en el corazón humano
el creer en la vida después de la muerte.
Los judíos no eran diferentes, tenían una creencia fuerte en la vida de la resurrección.
Usted lo encuentra en muchos de sus escritos. Por ejemplo, en 2 Macabeos, uno de los
libros contenido en los libros apócrifos, escritos no escriturales entre el período del
Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento en esos 400 años. Este libro en particular, los
Macabeos, 2 de Macabeos, escrito en el año 1 AC, se estima, nos da una idea interesante
de la idea de la resurrección. Es una muy cruda y primitiva. Aquí está.
Macabeos cuenta de un anciano cuyo nombre fue Razis. “En lugar de caer en las manos de
los griegos odiados, él tomó una espada y se sacó las entrañas a sí mismo. Después,
estando de pie en una roca que estaba inclinada, él metió la mano,” dice este libro
apócrifo “y arrancó las entrañas que le quedaban y las arrojó a la multitud. Y entonces se
murió,” dice el escrito, “invocando aquel quien es Señor de la vida y el espíritu, para que
se los volviera a restaurar de nuevo.” Así dice, 2 Macabeos 14:46. Mientras que esto es
apócrifo, no es verdad, no es histórico y ciertamente no es escritural, es una indicación de
la manera de pensar de la época.
Otro escrito del siglo 1 después de Cristo, un escrito judío, Baruc. Baruc tiene una
indicación semejante, dice esto: “La tierra entonces, ciertamente restaurará los muertos,
no habrá cambio en su forma, pero como fueron recibidos así los preservará, y como
fueron entregados, así también los resucitará.” Esto también es un escrito después de
Cristo, lo coloca, claro, cerca del tiempo de Cristo. La gente habría conocido esto. Eran la
idea de que habría una resurrección, pero que cuando usted fuera resucitado de los
muertos, usted sería resucitado de la misma manera en la que usted murió. En la misma
forma, y en las mismas relaciones.
Y después Baruc procedió a decir, “Sucederá que cuando hayan reconocido a aquellos a
quienes ahora conocen,” en otras palabas, van a regresar igual que como dejaron a todo
mundo, de tal manera que todo mundo, van a saber quiénes son, “que su esplendor será
glorificado en cambios. Serán transformados al esplendor de los ángeles y serán hechos
iguales a las estrellas, y serán cambiados en toda forma que ellos desearon, de la belleza,
lo hermoso, y la luz al esplendor de la gloria.” Entonces, usted regresa exactamente como
usted se fue. Y entonces, cuando usted reconoce a todo mundo, una metamorfosis
comienza y usted comienza a cambiar en lo que usted quiere volverse.
El Apocalipsis de Esdras, el Apocalipsis de Enoc, etc., otros escritos judíos expresan la
misma esperanza de resurrección con tipos parecidos de confusión. No obstante, como
todos los pueblos en todas las épocas, existe este sentido general de que esta vida no es
todo que hay. Se habla de manera común de la resurrección del cuerpo en el Talmud, el
cual es la fuente de enseñanza rabínica que básicamente expresa la teología judía
tradicional, acumulada a lo largo del tiempo. Pero además de todo eso, los judíos claro,
tenían la Escritura, y ellos conocían la Escritura, y sabían que la Escritura prometía la vida
de resurrección. Salmo 16:9 el salmista David escribe, “Mi corazón está gozoso y mi gloria
se regocija, mi carne también morará en seguridad, no abandonarás mi alma al Seol,” o la
tumba, “ni permitirás que tu santo enfrente corrupción. Me darás a conocer el camino de
la vida. En tú presencia hay plenitud de gozo, delicias a tu diestra para siempre.” David
expresa la esperanza que aunque muere, él no permanecerá en la tumba, él encontrará el
camino de la vida, el Señor lo llevará a Su presencia en dónde él vivirá para siempre en
placer. Eso es bíblico.
En el Salmo 49, también y únicamente voy a mencionar un par de estas, pero en el Salmo
49, versículo 15, el salmista de nuevo dijo: “Dios redimirá mi alma del poder de la tumba.
Él me recibirá.” Ahí de nuevo está esa confianza. Job dijo, “Aunque él me matare, aún me
regocijaré. Sin embargo, confiaré en él. Voy a despertar a su semejanza,” dice el salmista.
Tenían esa confianza presentada ahí, conforme a las Escrituras. Otro, en el Salmo 139,
creo que es el versículo 8, se hace una afirmación muy parecida, dice esto, “Si asciendo al
cielo, tú estás ahí, si hago mi cama en el Seol, he aquí, tú estás ahí.” En otras palabras,
adónde quiera que usted vaya, al cielo o la tumba, usted está en la presencia del Señor, lo
cual significa que usted todavía existe en Su presencia.
Oseas capítulo 6 dice lo mismo, Isaías 26 dice lo mismo, quizás otro que le puedo leer
específicamente está al final de la profecía de Daniel, capítulo 12, versículo 2, “Muchos de
aquellos que duermen en el polvo, del suelo despertarán. Estos ha vida eterna, y los otros
a desgracia y a vergüenza eterna.” Habrá la resurrección de todo mundo, algunos para
vida eterna, algunos para vergüenza eterna. Algunos al cielo, y algunos al infierno.
Entonces, tenían Escritura, como también como sus ideas tradicionales de la vida de la
resurrección. Se cree de manera común, entre los judíos a lo largo de su historia, y
ciertamente en la época de Jesús, que habría vida después de la muerte, habrá vida en la
presencia de Dios, o fuera de la presencia de Dios, y habrá un cuerpo de resurrección. Una
resurrección para vida, o para vergüenza y desgracia. Ese es el trasfondo del texto que
tenemos frente a nosotros. Ahora, había algunos que disentían con esa perspectiva entre
los judíos. Eran conocidos como saduceos. Les son presentados con una descripción
simple y breve de lo que no creían, en el versículo 27, “Ahora vinieron a él algunos de los
saduceos, que dicen que no hay resurrección.” Dicen que no hay resurrección.
A pesar de la creencia judía común en la resurrección, a pesar de la Escritura del Antiguo
Testamento, algunas de las cuales le mencioné a usted con respecto a la resurrección, hay
un grupo de judíos que de manera abierta rechazaba esa idea; son los saduceos. Porque
no hay vida venidera, no hay esperanza para el futuro, Hechos 23:8, de nuevo los
caracteriza, porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni un ángel, ni un espíritu.
Pero los fariseos reconocen todo esto. Esto es espíritus, ángeles, y resurrección. Entonces,
estaban en el polo opuesto de los fariseos, que creían en la resurrección, en ángeles, y en
espíritus.
Ahora, éste grupo no era una secta judía impresionante evaluándolo desde el punto de
vista de números, era muy pequeña. Pero era impresionante en poder. Son los
aristócratas, quienes eran los saduceos, los ricos, los influyentes, los principales
sacerdotes, mencionados al final del capítulo 19 versículo 47, mencionados al principio del
capítulo 20 en los primeros versículos, los principales sacerdotes eran saduceos en su
mayoría. Los sumos sacerdotes eran saduceos. La mayoría de los miembros del Sanedrín,
esto es, los setenta hombres que eran los líderes de Israel, el Concilio que emitían los
juicios para la nación, la mayoría de ellos eran saduceos. Entonces, estaban sentados en
los lugares de poder, e influencias y no eran grandes en números.
Al llegar al texto, entonces, comencemos con el enfoque de los saduceos. El enfoque de
los saduceos en el versículo 27. “Llegando entonces algunos de los saduceos,” ellos se
acercan a Jesús. Y como sabemos, esto es miércoles, ¿se acuerda de eso? Mateo de hecho
presenta el relato paralelo de Lucas, en Mateo 22, Marcos presenta el relato paralelo en
Marcos 12. Mateo dice que vinieron el mismo día, el mismo día que el cuestionamiento
previo por parte de los fariseos, lo cual lo coloca el miércoles, el miércoles fue un día
ocupado para Jesús, la última semana de Su vida, Él es crucificado el viernes, el miércoles
Él está enseñando en el templo, y Él está en diálogo con la gente, y Él está en conflicto con
estos líderes.
Los fariseos han venido tras Él, los herodianos han venido tras Él, y ahora es el turno de los
saduceos. Y ellos están furiosos contra Jesús. Cuando usted estudia los relatos del
evangelio, usted no ve con mucha frecuencia a los saduceos, usted no los ve en el
ministerio de Jesús en Galilea, usted no los ve conforme Él se está moviendo por la tierra
de Judea. En dónde usted los ve es en dónde ellos siempre estuvieron y eso es en el
templo. Entran en juego en los momentos en los que Jesús limpia el templo. Él lo hizo al
principio de Su ministerio, lo volvió a hacer al final, como usted recuerda, lo estudiamos
en el capítulo 19. Ellos estaban a cargo de la operación del templo, muy lucrativo, muy
poderoso, eran ricos. Y Jesús interrumpió su negocio tan exitoso, lo odiaban. Estaban
enfurecidos con Él, por lo que Él acababa de hacer en cuestión de horas antes de este
acontecimiento, en la limpieza del templo, expulsando a los que compraban y a los que
vendían, y a los cambistas.
Y entonces, Él los había atacado, así como Él había atacado la teología de los fariseos, Él
había atacado la economía de los saduceos. Ellos tenían el poder sobre la operación del
templo. Ahora, permítame tan solo, darle un poco más de trasfondo acerca de ellos.
Políticamente, ellos estaban dispuestos a cooperar con Roma, debido a que no había
resurrección, debido a que no había nada porque preocuparse en la vida venidera,
invirtieron todo en esta vida, buscaron todo el poder, toda la riqueza, toda la posición,
todo el control que podían obtener. Y para hacer eso, tenían que cooperar con Roma,
porque eran un país ocupado bajo el poder romano. Fueron los romanos quienes le dieron
el derecho de hacer lo que hacían. Tenían una autoridad delegada de los romanos. Y
entonces, hacían todo lo que podían por quedar bien con Roma, para mantener el favor
de Roma y mantener su posición.
El pueblo los odiaba, los odiaba. Esa es la razón por la que no habían muchos de ellos. No
era algo popular ser Saduceos. El pueblo los odiaba, porque querían quedar bien con
Roma y los odiaban por la corrupción del sistema al cual el pueblo estaba sujeto cada vez
que venían al templo. Buscaban políticas que agradaban a Roma, y por lo tanto buscaban
políticas que hacían enojar a los judíos. Y su operación corrupta del templo, era una
irritación continua para la nación. Por cierto, en la destrucción del 70 DC cuando los
romanos finalmente acabaron con los judíos que se estaban rebelando contra ellos y
vinieron destruyeron Jerusalén, destruyeron el templo, aplastaron a la nación. De hecho,
masacraron a la gente hasta mil ciudades y aldeas alrededor de Israel. Cuando los
romanos finalmente destruyeron todo, los saduceos dejaron de existir. Una vez que su
posición sacerdotal y el poder fue quebrantado, su historia se acabó.
En términos religiosos, eran muy estrechos y muy estrictos. Algunas personas han
pensado que eran liberales, eran liberales en el sentido de que no creían en una
resurrección y ángeles y espíritus, y esa es una postura como los teólogos liberales
adoptan en la actualidad. Pero al aplicar la justicia en la tierra, y al aplicar la ley,
virtualmente eran crueles, era parte de cómo mantenían su poder, siendo crueles. Josefo
nos cuenta, que eran más salvajes que cualquier otro grupo de judíos. “Los fariseos.” dice
él, Josefo dice, “eran ligeros en su trato hacia la gente, comparado con los saduceos. Eran
brutales, al implementar su voluntad sobre el pueblo, conforme interpretaban la ley de
Dios para mantener su poder y su posición.” Eran vistos entonces, como fundamentalistas
y tradicionalistas que se rehusaban a aceptar la ley oral, y la ley de los escribas, la cual por
cierto los fariseos aceptaban de manera plena. Los fariseos aceptaron la Escritura y la
tradición oral, y los escritos de los escribas. Pero los saduceos, no. Únicamente aceptaban
la Escritura. Se enorgullecían por estar comprometidos con la fe pura, nada más.
Interpretaban la ley mosaica de manera más literal que cualquier otro, y eran muy
quisquillosos más allá de cualquier otro en asuntos de pureza levítica. Negaban cualquier
vida futura, de bendición o recompensa en absoluto. Creían, dice Josefo, que el alma y el
cuerpo perecen juntos en la muerte. No hay castigos en la vida venidera, no hay vida
venidera, no hay recompensa, son conocidos por eso. Y esa es la manera en la que son
definidos por el Nuevo Testamento.
Ahora, la pregunta surge, ¿cómo es posible que pudieran llamarse a sí mismos literalistas,
fundamentalistas, tradicionalistas, puristas, adhiriéndose a la Escritura, y no aceptar las
Escrituras que le acabo de leer a usted acerca de la resurrección? Y la respuesta es, que es
muy probable que se aferraron a la supremacía y a la prioridad de la ley mosaica, esto es,
los cinco libros de Moisés, los cinco libros de Moisés. El pentateuco, los cinco libros. Todo
estaba subordinado a los libros de Moisés. Debido a que eran protectores de la fe pura,
aparentemente afirmaron la prioridad absoluta de Moisés y dijeron, “los demás libros del
Antiguo Testamento, meramente son comentarios de esos cinco libros. Y debido a que en
ningún lugar en esos cinco libros se menciona la resurrección, por lo tanto, la resurrección
no es una parte de la fe pura, y cualquier otro intento de hablar de la resurrección es una
aberración, inclusive por parte de otro escritor bíblico. La doctrina de la vida de la
resurrección no puede ser hallada en el pentateuco,” decían entonces, “la resurrección
como una realidad debe ser rechazada.”
“Debido a que el resto del Antiguo Testamento únicamente es un comentario de Moisés, y
no estuvo en los escritos de Moisés, debe haber otra manera de entender ese comentario,
que creer en la resurrección.” Así se definían a sí mismos. Vivían la vida como si no
hubiera un mañana, siendo sumamente quisquillosos, por un lado, tratando a la gente de
manera cruel y brutal con la ley, pero con miras a usar eso para mantener su poder para
que pudieran satisfacer su deseo en toda área que querían, a expensas del pueblo.
Ahora, por otro lado, los fariseos eran muy, muy precisos acerca de la resurrección. Y a los
fariseos les encantaba hablar de la resurrección. Me parece que, en cierta manera,
siguieron el flujo de Baruc, y algunos otros escritores que usted sería resucitado de la
misma manera en la que usted murió, porque los fariseos discutían cosas como, ¿cuándo
usted sea resucitado de los muertos, usted estará desnudo o tendrá ropa puesta? Bueno,
no podían comprender que toda persona en la resurrección estaría desnuda, entonces
llegaron a la conclusión que usted tendría ropa. Y después la pregunta era, ¿de dónde
sacaría usted la ropa? Y después el debate era si usted iba a usar ropa nueva, o si iba a
resucitar en la misma ropa que usted solía usar. De hecho, la ropa misma con la que usted
fue sepultado.
Y después, la pregunta que les encantaba discutir era si usted tenía defectos en esta vida,
defectos físicos, o defectos mentales, o lo que sea, ¿cuándo usted resucite de los muertos,
usted va a tener esos mismos defectos? Y muchos de los fariseos pensaban que usted
resucitaba en la misma ropa que usted moría, y usted resucitaría con los mismos defectos
que usted tuvo en esta vida. De hecho, algunos de ellos creían que todos los judíos
resucitarían, todos los judíos que habían muerto a lo largo de toda la historia resucitarían
en la tierra de Israel. En otras palabras, en el lugar en el que murieron resucitarían todos
en la tierra de Israel. Y, de hecho, se sugería que debajo de la tierra, hay una red masiva
de túneles y de alguna manera todos están inclinados de tal manera que cuando los judíos
entraban a la tierra, terminaban todos rodando por una serie de túneles, hasta que todos
aterrizaban en un montón en Israel.
Entonces, estaban todos ahí de manera cómoda, como un resultado de este complejo de
túneles, y todos serán resucitados ahí. A los fariseos les encantaba discutir este tipo de
cosas, y ocasionalmente las discutían con los saduceos. Los saduceos pensaban que esto
era ridículo, como lo es, pensaban que era absurdo. Y les encantaba burlarse de cosas tan
ridículas. Se volvieron burladores de la resurrección, estaban tan definidos a no creer en la
resurrección que habían dominado el arte de hacer enojar a los fariseos y al resto de la
gente con sus argumentos. Se burlaban de la resurrección.
Y una de las cosas que era absurda e irracional acerca de la resurrección para ellos, era
que, si alguien se había casado muchas veces en esta vida, en la próxima vida si usted
regresaba en la misma ropa, en la misma forma, con los mismos defectos, y en las mismas
relaciones, ¿quién va a ser su marido y su mujer? Y aparentemente esta pregunta, nunca
había sido respondida de manera adecuada, porque cuando viene su turno de presentar
una pregunta al rabino Maestro, esta es su mejor pregunta. Son muy buenos, y muy
hábiles en defender su incredulidad de la resurrección, lo han estado haciendo por mucho
tiempo. Sacan su mejor arma.
Entonces, vienen a Él, es miércoles, y vienen acercándose a Él con la intención de
deshacerse de Él, porque Él es una amenaza para ellos. Eso se presenta de manera clara
en las palabras de Juan 11; Juan 11:47, los principales sacerdotes, quien habrían sido los
saduceos, y los fariseos tuvieron un consejo, un concilio. No pueden estar de acuerdo en
la teología, pero pueden estar de acuerdo en que quieren a Jesús muerto. Vimos la
semana pasada el enfoque de los fariseos: que sea arrestado por los romanos. Pero los
principales sacerdotes adoptaron un enfoque diferente. Realmente no creo que querían
que fuera arrestado por los romanos, no creo que necesariamente les preocupaba eso,
eventualmente se alinearon con eso, creo que estaban muy preocupados porque Roma se
involucrara en algo que hiciera algo para irritar a Roma, y amenazara su seguridad.
Pero en esta unión de fuerzas de fariseos y saduceos en Juan 11:47, se unen, tiene una
junta y dicen, “¿qué estamos haciendo? Este hombre está haciendo muchas señales,”
nunca negaron sus milagros, inclusive la resurrección de Lázaro de los muertos. “Si
dejamos que siga así, todos los hombres van a creer en Él, y los romanos vendrán y nos
van a quitar nuestro lugar y nuestra nación.” Eso era lo que temían. Temían perder su
posición, perder su lugar. Y si no hacemos algo acerca de Él, los romanos van a venir y nos
van a quitar nuestra posición. Ese tiene que ser el sentimiento de los principales
sacerdotes. Los fariseos quieren que los romanos vengan, y lo arresten, y el pueblo
inmediatamente va a saber que Él no es el Mesías porque Él no puede superar al enemigo.
Pero los saduceos, no quieren que los romanos se involucren en esto, porque piensan que
van a perder su posición.
Entonces, uno de ellos, de los principales sacerdotes, Caifás, quien es un saduceo, les dijo:
“Ustedes no saben nada, ¿han considerado que es mejor para ustedes que un hombre
muera por el pueblo, y que toda la nación no perezca?” En otras palabras, tenemos que
hacer que Él muera. Él tiene que morir, de lo contrario, todos vamos a perecer. Y
entonces, los fariseos y los saduceos se unen, aunque los fariseos lo querían muerto, con
toda seguridad, los saduceos quizás no necesariamente lo querían muerto, pensando que
Roma podría invadir, Caifás entra, él es el sumo sacerdote y dice, “esperen un minuto, Él
tiene que morir o todos vamos a perder todo.” Están determinados en que Jesús tiene que
morir.
El enfoque de los saduceos es desacreditarlo enfrente del pueblo, al hacerle una pregunta
que nadie jamás ha podido responder. Esta es su pregunta definitiva, esta es la que pisó a
todo mundo, estoy seguro, a lo largo del proceso de los debates. Esta es su mejor arma.
Hagamos verlo torpe, hagamos verlo como un necio, con esta pregunta de la resurrección.
Entonces, vemos la estrategia de los fariseos, en segundo lugar, lo absurdo de la
resurrección. Lo hacen ver como algo absurdo.
“Lo cuestionaron diciendo:” versículo 28, “Maestro,” era algo muy honorable llamarlo así,
como recordamos a partir del versículo 21, reservado para los rabinos más notables,
“Maestro,” ellos ahora están elevando la norma, por así decirlo al reconocerlo de esta
manera honorable, esperan que Él les dé una respuesta sabia, “Moisés nos escribió: Si el
hermano de alguno muriere, tendiendo mujer, y no dejare hijos, que su hermano se case
con ella y levante descendencia a su hermano.” Sacan a Moisés, claro, sacan al
pentateuco, claro, sacan Deuteronomio 25; Deuteronomio 25. Simplemente le recuerdo,
Deuteronomio 25, parte de la ley de Dios para la nación de Israel.
Esto es lo que dice, versículo 5, “Cuando hermanos habitaren juntos, y muriere alguno de
ellos, y no tuviere hijo, la mujer del muerto no se casará fuera con hombre extraño,” hay
varios hermanos, uno de ellos se casa, muere antes de que pueda tener un hijo para
propagar la familia, ella no debe casarse con un extraño, su cuñado se llegará a ella y la
tomará por su mujer, y hará con ella parentesco. Y el primogénito que ella diera a luz
sucederá en el nombre de su hermano muerto, para que el nombre de éste no sea
borrado de Israel. En el momento en el que Israel está al borde de entrar a la tierra al libro
de Deuteronomio, van a entrar, la tierra va a ser dividida, familias, tribus van a recibir
ciertas porciones de la tierra, es muy importante para esas tribus tener descendencia,
continuar con la promesa del pacto de Dios y la promesa está en el entregar la tierra a
esas tribus, que sucede si alguien tiene una esposa y nunca a da a luz un hijo, un
hermanos en la misma familia, entonces, toma a esa mujer como su propia esposa, para
levantar la descendencia para que la familia avance porque esa fue la promesa y el
propósito del pacto de Dios.
Esa fue una manera de proteger y preservar a la nación y la identidad de la gente y los
lugares que Dios había diseñado, es llamado matrimonio levirato, del latín que significa
hermano. Primero aparece en el Antiguo Testamento, por cierto, atrás en Génesis 38 en la
casa de Judá, hijo de José. Onán se rehusó a hacer esto, y tener un hijo con la esposa que
había sido de su hermano que había muerto. Y resultó en que Dios le quitó la vida a Onán
en Génesis 38. Dios quería proteger y preservar a Su pueblo, y las tribus de Su pueblo,
para el cumplimiento de Su plan y profecía, y ésta es la manera en la que Dios lo hizo.
Entonces, los saduceos conocen el pentateuco, y conocen esa ley como todos los judíos. Y
entonces, se la presentan a Jesús. Quizás la ilustración más notable de eso, es Rut,
Elimelec, usted recuerda murió sin tener un heredero. Y entonces cuando Rut regresó a
Israel, el pariente de Elimelec, Booz vino, tomó a Rut como su esposa, y tuvo un hijo
llamado Obed, y de Obed viene Isaí, de Isaí viene David, y de Isaí de ultimas viene el Señor
Jesucristo. Dios tuvo un propósito para esta ley en los primeros años de su historia.
Entonces, sacan esta ley, y después presentan su situación ridícula. Aquí está, “Hubo,”
versículo 29, “pues, siete hermanos.” Y, por cierto, el relato de Mateo dice, siete
hermanos con nosotros. ¿Están diciendo con eso, que esto realmente sucedió? No sé.
Pero aquí simplemente dice, quizás de manera hipotética, quizás es algo que sucedió en
algún momento, en algún lugar. “Hubieron siete hermanos, y el primero tomó esposa y
murió sin hijos. Y la tomó el segundo el cual también murió sin hijos. La tomó el tercero y
así todos los siete, y murieron sin dejar descendencia.” Wow, esta es una dama peligrosa.
Creo que si yo soy el hermano número cuatro, yo me voy de la ciudad. Ciertamente si soy
el hermano. Ciertamente si soy el hermano cinco, seis, y siete, voy a desaparecer. Esta
mujer es fatal. Wow, siete hermanos se casan con ésta mujer y todos mueren.
Y después, versículo 32, de manera misericordiosa finalmente murió también la mujer.
¡que regalo es ése! No sabemos cuántas vidas más fueron salvadas por eso. Y entonces,
presentan esta situación absurda, y después dicen, “¿en la resurrección, pues, de cuál de
ellos será mujer? Ya que los siete la tuvieron por mujer.” Usted puede ver la sonrisa en el
rostro de ellos. ¿Cuántas veces habían presentado esa pregunta antes? ¿Cuántas burlas
habían hecho de lo ridículo que era la resurrección, usando este tipo de ilustración o
analogía? Los fariseos eran los que decían que en la próxima vida seremos como en esta
vida. Misma persona, mismas características, misma ropa, mismas debilidades y
fortalezas, mismas relaciones, ¿estás bromeando?
Y hubieron algunos como Maimónides, quien de hecho dijeron que hijos nacerían después
de la resurrección. Él es el mormón original. Eso no es nuevo. Entonces, presentan lo
ridículo de la resurrección. Es una broma para ellos, en la manera en la que fue entendido
en ese entonces. Entonces, de la estrategia, a lo insensato, finalmente a la respuesta de la
Escritura, la respuesta de la Escritura. Versículo 34, y vamos a avanzar más rápido aquí.
“Entonces, respondiendo Jesús,” Oh, y tengo que detenerme ahí, no me gusta hacer eso,
porque algo se quedó afuera aquí que está incluido en Mateo, y no puedo pasarlo por
alto. Mateo 22, el cual es el pasaje paralelo, presentando el mismo relato añade esto,
Mateo 22:29, “Jesús respondió y les dijo,” escuche esto, “erráis ignorando las Escrituras, ni
el poder de Dios.” Wow, si usted piensa que fue doloroso para él entrar con un látigo y
limpiar el negocio de ellos, ¿cuán doloroso habría sido para ellos, ser confrontados de esa
manera en su teología? Se enorgullecían a sí mismos de ser intérpretes de la Escritura.
Erráis, del verbo plana, el cual significa, causar desvío, desviar a alguien. Significa ustedes
han hecho que ustedes mismos se desvíen. Ustedes se han desviado, ustedes se han
guiado al desvío. Ustedes se han desviado de la verdad, y la realidad. Usted entiende
porque, porque no entienden las Escrituras. Que condenación es esa.
Les digo, yo podría acampar en eso. Ni siquiera estamos en Mateo, entonces no lo puedo
hacer, pero puedo acampara en eso, no entender las Escrituras y hablar por mucho
tiempo de las implicaciones de no entender las Escrituras, pero el meollo es, usted no
entiende nada de manera correcta. Interpretar la Escritura de manera precisa es la fuente
de todo el entendimiento verdadero. No entender las Escrituras, usted no les podría haber
dicho algo más doloroso a ellos que eso. Ustedes son intérpretes ignorantes de la
Escritura, ustedes están equivocados, se han desviado a sí mismos, ustedes se han
desviado de la verdad, ustedes no entienden las Escrituras, y eso podría describir a todo
falso maestro en toda la historia. Se enorgullecían del conocimiento de la Escritura, no lo
tenían.
Y después, ignoran o no entienden las Escrituras, dice él, ni el poder de Dios. Si hubieran
conocido las Escrituras, si realmente hubieran conocido las Escrituras, habrían sabido que
Dios promete la resurrección. Si hubieran conocido el poder de Dios, habrían entendido
que Dios puede resucitar a la gente en un estado en dónde todas sus supuestas ridiculeces
están ausentes. Estaban espiritualmente ciegos. Y entonces, Él les va a decir la verdad,
versículo 34, “Entonces, respondiendo Jesús les dijo: Los hijos de este siglo se casan y se
dan en casamiento,” los hijos de este siglo es un hebraísmo para gente que vive en este
mundo, nosotros, humanos temporales.
¿Qué es lo que Jesús está diciendo? La cuestión del matrimonio, sexo, la reproducción, el
dar a luz hijos, y todo lo que acompaña, eso es para esta vida, no la siguiente. Es para esta
vida, no la que sigue. Para esta época, está el casamiento y darse en casamiento. Eso es
parte de esta época. Mormones, escuchen, no pasarán toda la eternidad en su propio
planeta teniendo sexo celestial y produciendo hijos sobrenaturales. Musulmanes,
escuchen, no estarán en almohadas verdes teniendo relaciones sexuales con 72 vírgenes,
en la vida venidera. El matrimonio es únicamente para esta vida.
Versículo 35, “más los que dieren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo,” no este
siglo, aquel siglo, esto es, vida eterna en la presencia de Dios, “y la resurrección de entre
los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento.” No va a haber matrimonio ahí, no va a
haber familias ahí. ¿Por qué? el versículo 36 debería presentarlo de manera obvia,
“porque no pueden ya más morir.” Nadie va a morir. Nadie tiene que ser reemplazado.
Usted no necesita reproducirse porque nadie va a morir, pues son iguales a los ángeles.
Ese es un verbo que Lucas diseña, isangeloi, igual a los ángeles. Es usado únicamente aquí.
Los ángeles todos fueron creados en un momento, no procrean, y no mueren. Su número
es fijo. No hay necesidad para el matrimonio, porque no hay necesidad para propagarse.
No hay necesidad para reemplazarse. No hay necesidad para continuidad en la raza.
Tampoco hay necesidad para ese tipo de unión, porque tener una relación con Dios y
Cristo, como nuestro verdadero novio, y tener una relación perfecta con todo el resto de
la gente en la gloria del cielo, hace a un lado la necesidad de tener alguna otra relación
menor. Y entonces, Él dice, “No entienden las Escrituras, no entienden el poder de Dios. El
matrimonio es para ésta época, pero aquellos que son considerados dignos de alcanzar
ese siglo y la resurrección de los muertos, ni se casan, ni son dados en casamiento.
Observe esa pequeña frase en el versículo 35, “fueren tenidos por dignos de alcanzar
aquel siglo y la resurrección de entre los muertos.” Eso presenta la pregunta, ¿por qué
dice Él eso? creo que esa es una advertencia. Creo que es una advertencia directa para los
saduceos. De hecho, les está diciendo, implicándoles, obviamente ustedes no son dignos
de alcanzar esto, debido a que ustedes ni siquiera creen en esto. Es una advertencia.
Ustedes ni siquiera creen en ángeles, hijos de Dios, hijos de la resurrección, ese siglo
venidero, la resurrección de los muertos, ustedes rechazan todo eso. Obviamente, ustedes
no son dignos.
Por otro lado, ¿cómo es que uno sería considerado digno de entrar al cielo? ¿cómo es que
uno es considerado digno de volverse hijo de Dios, un hijo de la resurrección? Respuesta,
por fe en el Señor Jesucristo. La Biblia es clara en eso. No tenemos ninguna dignidad en
nosotros mismos, todas nuestras justicias son trapos de inmundicia. El Antiguo
Testamento fue claro en eso. Isaías dijo eso. La dignidad es porque se nos concede el
mérito de Cristo, o se nos concede la justicia de Dios mediante la fe en Cristo, por gracia
soberana. Pero creo que Jesús les está diciendo, aquellos que son dignos de alcanzar ese
siglo, implicando obviamente, ustedes no lo son, no en este punto. Y, la resurrección de
los muertos, ni se casan, ni son dados en casamiento, olviden esa idea.
Su pregunta es absurda, porque no hay matrimonio en el cielo, en absoluto. ¿Por qué?
versículo 36, “Porque no pueden ya más morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos
de Dios.” ¿Qué quiere decir eso? Ellos adoptan la vida de Dios, la vida de Dios, la cual no
es sexual. Adoptan la vida de Dios, la cual es una vida eterna. Se vuelven hijos de la
resurrección. Donde quiera que usted ve en la Biblia, hijo de, hijos de este siglo, hijos de
Dios, hijos de la resurrección, y usted ve eso repetido a lo largo de los evangelios,
simplemente es una manera de identificar la naturaleza esencial o cualidad esencial
definitiva de algo. Si usted es un hijo de Belial, la cualidad esencial es satánica, si usted es
un hijo de Dios la esencia esencial de vida es divina. Si usted es un hijo de la resurrección,
usted posee vida de resurrección. Esa es la realidad definitiva. Si usted es un hijo de este
siglo, la humanidad es su realidad que lo define a usted. Si usted es un hijo del siglo
venidero, la eternalidad es la realidad que lo define.
Y entonces, Él dice, aquellos que vienen a la época de la resurrección, adoptarán la
naturaleza de los ángeles, que no procrean, que no tienen ese tipo de relaciones, adoptan
la naturaleza de los hijos de Dios, esto es, que serán poseedores de la vida de Dios pura, la
cumplirá. Y van a adoptar la naturaleza de la resurrección, vida nueva. El matrimonio no es
necesario, el matrimonio no define aspecto alguno de vida en el siglo venidero. Y
entonces, nuestro Señor corrige su teología. Si usted quiere más de eso, lea 1 Corintios 15,
y comience en el versículo 35, lea hasta el final del capítulo, en dónde el Señor mediante
el apóstol Pablo nos da una mirada a la forma del cuerpo de resurrección. Será un cuerpo
como el cuerpo glorioso de resurrección de Jesús como nos dice en Filipenses 3:21.
Entonces, Jesús los corrige, el matrimonio no es para la resurrección. Entiendan eso, eso
elimina la necesidad de su pregunta. Pero esa no es la respuesta primordial. La respuesta
primordial viene en el versículo 37, y es una respuesta poderosa. Escuche esto, “Pero en
cuanto a que los muertos han de resucitar,” en otras palabras, regresemos al punto.
Olvídense del asunto del matrimonio y ya cerramos eso, “pero en cuanto a que los
muertos han de resucitar, aún Moisés lo enseñó.” Wow, ahora Él los está confrontando en
su propio territorio, ¿verdad? en su propio territorio. Porque eso es lo que importa, no
está Moisés no puede ser.
Entonces Él dice, “Aún Moisés lo enseñó, en” la zarza, en el texto acerca de la zarza, el
pasaje de la zarza, la zarza ardiente, Éxodo 3. ¿Qué? ¿en Éxodo 3, Moisés mostró la verdad
de la resurrección? ¿Cómo es que hizo él eso? porque estaba ahí, cuando llama al Señor
Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Bueno, ¿Qué quiere decir eso? Bueno,
creo que lo que es importante que usted sepa es que cuando en Éxodo 3:6 dice, escuche
esto, aquí hay una cita, “Yo soy el Dios de Abraham, Yo soy el Dios de Isaac, Yo soy el Dios
de Jacob,” cuando Él dijo eso, enfáticamente, y el Yo Soy está registrado en la versión de
Mateo de esto en Mateo 22:32, creo que es, cuando Él dijo, “Yo soy el Dios de Abraham,
Isaac, y Jacob.” Él no dijo, “Yo fui el Dios de Abraham, Yo fui el Dios de Isaac, Yo fui el Dios
de Jacob. Yo soy. Yo soy, y por lo tanto ellos son.” ¿Sigue usted eso?
Un poco de una exegesis cuidadosa de tiempos verbales, Él no dice, “Yo fui su Dios,” Él
dice, “Yo soy su Dios. Y Yo son, y son ellos.” No, “Fui y ellos fueron.” En Génesis 26; 24, en
Génesis 28:13, Dios se llama a Sí mismo el Dios de Abraham, y Abraham está muerto. En
Éxodo 3:6, 15, 16, de nuevo en el capítulo 4, Dios se llama a Sí mismo el Dios de Abraham,
Isaac y Jacob, y los tres están muertos. Entonces, ¿acaso Dios es el Dios de gente muerta?
Versículo 38, No, “Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos
viven.” Desde nuestra perspectiva, ellos están muertos, desde Su perspectiva, ellos están,
¿qué? vivos. Todos viven para Él. El Dios que dice, “Yo soy el Dios de Abraham, Isaac, y
Jacob, no está estableciendo Su gloria en base a que Él es adorado por cadáveres. Eso no
le traería a Él honra alguna.”
Observe que cada uno es presentado de manera singular, en términos individuales. El Dios
de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob, enfatizando la realidad personal de cada
uno. Cada uno está vivo, para Dios, en la presencia de Dios, en relación con Dios, aunque
muertos desde una perspectiva mundana. No, Él no es Dios de muertos, sino de vivos,
pues para Él todos viven. Para Dios, todos los que son de Él están vivos, y en unión con Él,
en Su presencia, así como el Antiguo Testamento dice. La muerte no termina la existencia
de uno. Hay otra vida, una vida después de la muerte, una vida de resurrección, para
aquellos que pertenecen a Dios en Su presencia. “Yo soy dijo,” Jesús en Juan 11, “la
resurrección y la vida, todo aquel que en mí cree, aunque muera, vivirá.”
Nosotros viviremos para siempre, y si le pertenecemos a Cristo viviremos para siempre en
la presencia de Cristo, y en la presencia de Dios. Esto es devastador. Acaban de quedar
aplastados, despedazados sería una buena palabra. Aplastados, le dieron a Él su mejor
argumento, su ridiculez más probada, y Él los desmanteló al decirles que no entendían la
Escritura ni el poder de Dios. Él desmanteló perspectivas falsas de la resurrección que
presentaban Sus adversarios, que, si usted va a estar casado en la resurrección y la vida,
va a ser muy parecida a la vida aquí. Y después, Él realmente asestó el golpe final cuando
Él les probó que Moisés afirmó en su escrito, y no solo Moisés sino Dios mismo en el
registro que Moisés escribió, que Él es el Dios de los vivos.
Y eso nos lleva al último punto, el asombro de la multitud, el asombre de los escribas, y
creo que usted podrá decir, el asombro de los saduceos. “Respondiéndole algunos de los
escribas, dijeron: Maestro, bien has dicho.” Los escribas eran los expertos en la Ley, eran
los teólogos, eran los que pensaban con mayor cuidado y profundidad en las Escrituras.
Quedaron asombrados. Quedaron impresionados. Está es una manera suave de decirlo,
“bien has dicho,” Mateo 22:33 dice, “Oyendo esto la gente, se admiraba.” La palabra
‘admiraba,’ y podrían haber un numero de palabras en el griego, pero la que es usada en
Mateo 22:33 es ekpleso, y un léxico, creo, presenta un buen matiz, esto es lo que
esencialmente significa “poner los pelos de punta.” Es una manera antigua de decirlo.
Nosotros diríamos esto, “los dejó boquiabiertos.”
Eso es exactamente lo que significa. Los dejó boquiabiertos, simplemente estaban
sorprendidos ante la enseñanza de Jesús, sorprendidos, impresionados, perplejos,
maravillados. Y los saduceos estaban acabados. Versículo 40, “No tuvieron valentía,” el
griego verbo es “presumir” o “atreverse.” “Y no osaron preguntarle nada más.”
Presentaron su mejor arma, estaban acabados. Habían sido aplastados económicamente,
y habían sido desmantelados espiritual, y teológicamente. Están acabados. Ellos
desaparecen.
Y, por cierto, en lo que al evangelio de Lucas concierne, esa es la última pregunta que
alguien hace, ese es el último encuentro con los líderes. Ahora, Jesús comienza en el
versículo 41, a hacer las preguntas que llevan a la cruz. No obstante, de nuevo, Mateo
tiene que entrar en juego, porque Mateo registra, aunque Lucas no lo hace, que los
fariseos eran imparables, quieren hacer un intento más. Entonces, Mateo 22:33, “Oyendo
esto la gente, se admiraba de su doctrina. Entonces los fariseos, oyendo que había hecho
callar a los saduceos, se juntaron a una. Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó,”
ellos simplemente son glotones de castigo, ¿no es cierto? Él calló a los saduceos, ellos
presentaron una pregunta más. ¿sabe usted cuál fue? ¿Cuál es el gran mandamiento? Y
claro que Mateo nos da ese relato.
Oh, por cierto, después de esa pregunta, inclusive los fariseos fueron acabados, Mateo
22:46, “Y nadie le podía responder palabra; ni osó alguno desde aquel día preguntarle
más.” Él había sido confrontado por los líderes religiosos llenos de odio, que querían
desacreditarlo, cada uno tiene su propio estilo, y estrategia. Él no es afectado por sus
ataques insignificantes, Él únicamente manifiesta mayor gloria, produce mayor asombro,
mayor impresión, y Lucas dice que ahí se acabó. No tuvieron la valentía de venir y
preguntarle más acerca de algo.
¿Qué extraemos de este texto? Es como siempre es en el evangelio de Lucas, lo que
extraemos de esto es la maravilla de Cristo, ¿verdad? sorprendente. Esto es lo que veo, la
sabiduría majestuosa de Jesús. Su sabiduría le permitió que controlara toda conversación,
toda discusión, sabiduría sobrenatural evidente. La segunda cosa que veo es devoción a la
Escritura, interpretada correctamente. Y la tercera cosa, la afirmación de la promesa de la
resurrección.
Entonces, los enemigos de Jesús, los saduceos, le dan una oportunidad, una oportunidad
grande y gloriosa, le dan una oportunidad de demostrar Su sabiduría sobrenatural, Su
devoción imparable hacia la Escritura y Su afirmación de la promesa de la resurrección. Y
entonces este pasaje, el cual es una derrota para Sus enemigos, es un triunfo para Sus
amigos, ¿verdad? Mientras que ellos quedan sorprendidos y terminan fríos en un silencio
duro, salimos nosotros regocijándonos porque nuestro Señor es infinitamente sabio,
nuestro Señor está comprometido con una interpretación verdadera y precisa de la
Escritura, y su aplicación, y nuestro Señor afirma con Sus propios labios las promesas de la
Biblia acerca de la resurrección.
Y entonces, descanso aún más en mi Señor Jesucristo, siempre viviente, todo sabio,
todopoderoso, todo verdadero, y este gozo únicamente es para aquellos que son dignos
de alcanzar a aquel siglo y la resurrección de entre los muertos. ¿Y quiénes son aquellos?
Aquellos que confían en el Señor Jesucristo y en Su sacrificio, Su muerte y resurrección,
únicamente, y no confían en sus propias obras, aquellos que vienen arrepintiéndose y
diciendo Dios, no tengo justicia propia, te ruego que me perdones y me apliques la justicia
que le pertenece únicamente a Cristo, y la apliques a mi cuenta. En un acto de fe somos
perdonados de todos nuestros pecados, somos cubiertos con la justicia de Cristo,
recibimos las promesas de la vida eterna, y de esta manera por Su dignidad hemos sido
hechos dignos de alcanzar la resurrección de los muertos. Vivimos entonces en esa
esperanza, afirmada por las palabras de nuestro Salvador mismo, en este gran encuentro.
Señor, conforme cerramos este tiempo juntos, nosotros oiremos los ecos de estas
palabras, esperamos por mucho tiempo: hijos de Dios, hijos de la resurrección. ¡Qué
privilegio! ¡Qué privilegio! Te damos gracias por la esperanza de la vida eterna, que se
encuentra en Cristo, y en Cristo únicamente, porque Él vive, nosotros también viviremos.
Todo aquel que en Él cree, nunca morirá. Te damos gracias porque en Cristo, y
únicamente en Cristo, nos hemos vuelto hijos de la resurrección. Entraremos en una vida
de resurrección no como esta vida en absoluto, sino como Tú vida, y como aquella de los
ángeles santos glorificados, eternos.
¡Que promesa tan gloriosa, de la cual somos indignos! Nos aferramos a la dignidad de
Cristo. Haznos fieles para vivir, para honrarlo a Él, y proclamar Su evangelio. Amén.
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
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Intercambiando la muerte viviente por vida moribunda


Escritura: Efesios 2:1–10

Código: 80–186
John MacArthur
El hecho de que Jesús resucitó de entre los muertos es más que una primicia histórica. No
sólo es un evento que eclipsa a todos los que han afirmado haber tenido experiencias
cercanas a la muerte. La Resurrección de Jesús tampoco es tan solo un testimonio de que
el Espíritu de Jesús está vivo de alguna manera mística, tal como en el dolor de los pobres
y la sonrisa de un niño.
La Resurrección de Jesucristo tampoco pretende ser una ilustración, un medio para
enseñar una lección, para que las personas puedan superar sus dificultades y triunfar
sobre sus tragedias. No es sólo un ejemplo de que a veces en los caminos de desilusión,
que no tienen salida, se puede tener esperanza. Todos estos son sentimientos agradables,
pero no tienen nada que ver con el significado de la Resurrección de Jesucristo.
De hecho, para entender la Resurrección de Jesucristo, usted tiene que entender que se
trata de un medio… y el único medio… por el que las personas pueden entrar en el Cielo
eterno y escapar del infierno perpetuo. En conclusión, eso es lo que significa la
Resurrección.
Es el medio por el cual la gente entra en el Cielo y escapa del infierno. Y cualquier
definición o discusión de la Resurrección de Jesucristo que no se ocupe de esta cuestión,
no tiene sentido.
La Resurrección de Cristo es, pues, el acontecimiento más determinante de todos los
tiempos; ya que por ella, el destino de cada persona está, en última instancia,
determinado. Es la cosa más impactante que haya sucedido en la historia de este mundo.
Cómo usted responde a la Resurrección determinará si usted pasa la eternidad en el Cielo
o en el infierno.
Hablando de la Resurrección, quiero enfocarla desde el punto de vista de las paradojas del
cristianismo. Hay una serie de contrasentidos en el cristianismo… cosas que parecen
discordantes, pero que no lo son.
Por ejemplo, cuando se habla del cristianismo o el Reino de Dios, o de la soberanía de Dios
en los corazones de aquellos que creen en Él y le conocen. Cuando se habla del
cristianismo, está lleno de paradojas. Por ejemplo, es un Reino en la tierra, con una ciudad
capital en el Cielo. Es un reino en la tierra sin país terrenal. Es un reino en la tierra
despreciado por los hombres, pero amado por Dios.
Este Reino, paradójicamente, está compuesto por personas exaltadas que una vez fueron
esclavos, justos que una vez fueron malvados, gente honrada que una vez fue criminal,
conservadores que alguna vez fueron provocadores rebeldes, amigos que alguna vez
fueron enemigos. Está compuesto por gobernantes que al mismo tiempo son siervos,
vencidos que son al mismo tiempo súper-conquistadores, héroes cuya gloria es su
debilidad, vencedores cuyo más alto objetivo es la humildad.
Y todas estas personas en el Reino se rigen por una Ley que produce libertad absoluta; y
una libertad que está íntimamente ligada a la Ley de Dios. Todos en este Reino están
gobernados por un Rey que murió por sus súbditos, un Juez que fue castigado por los
culpables en Su corte, un Gobernador de la Gloria Celestial coronado con espinas
terrenales, el Señor de la Vida, que fue asesinado, el Creador de los hombres, que fue
ejecutado por ellos. Y las paradojas culminan en un rey muerto que resucita a la vida.
Debido a esta realidad, podemos intercambiar la muerte en vida por la vida que muere. Es
de esa última paradoja que quiero hablar, el intercambio de la muerte en vida por la vida
que muere. Esas son dos afirmaciones paradójicas, pero tienen sentido si entendemos las
Escrituras.
La Biblia indica que todo el mundo fuera del Reino de Dios, fuera de la fe cristiana sin
Cristo, todo el mundo exterior está muerto en vida y los que están dentro, son los vivos
que están muriendo. Fuera, todos están muertos en vida; dentro, todos tienen una vida
que se apaga. ¿Qué queremos decir con eso? Hay un pasaje de la Escritura que nos lo
despliega bajo la inspiración del Espíritu Santo de Dios: Efesios, Capítulo 2. El tema de la
Resurrección es el centro de esta cuestión; si usted está o no entre los muertos en vida o
los vivos que perecen. La Resurrección de Jesucristo fue concebida por Dios para llevar a la
gente de la muerte en vida a la vida que se extingue… y lo vamos a explicar en un
momento. Permítanme leer este texto. Efesios 2:1: “Y Él os dio vida a vosotros, cuando
estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo,
siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el
espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos
nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de
la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los
demás. Pero Dios, que es rico en misericordia, por Su gran amor con que nos amó, aun
estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois
salvos), y juntamente con Él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares
celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas
de Su gracia en Su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.”
Ahora vamos a ver el texto más detenidamente. Pero por el momento quiero que vean el
versículo 5: “Aun estando nosotros muertos, Él nos dio vida”. Este es el significado de la
Resurrección de Jesucristo. La esencia de la fe cristiana. El Evangelio de Jesucristo. La
distinción del cristianismo. La Verdad de Dios.
Apartados de Dios, todos los hombres están muertos. Vamos a hablar de los muertos
vivientes. Versículo 1: “…cuando estabais muertos”. Está escribiendo a los que ahora
creen y recordándoles que ellos solían estar entre los que estaban muertos. Físicamente
vivos, sí. Espiritualmente… muertos. Espiritual y eternamente muertos. Y no sólo es cierto
de aquellos a los que él escribió, pero notará al final del versículo 3, esa pequeña frase “…
lo mismo que los demás” e incluye a toda la humanidad. Esta es una condición universal.
“No sólo tú, sino todos los demás”.
Nadie puede negar que nuestro mundo está en problemas, nadie puede negar que
tenemos problemas; tenemos personas que resuelven problemas por todas partes. Gente
que nos dice que la respuesta es cambiar esto o aquello, una mejor educación, una mejor
comprensión de los demás, la disminución de las tensiones raciales, la elevación de la
autoestima, etc.,etc. La gente nos dice que los verdaderos problemas que el hombre
enfrenta son los problemas sociales, la incapacidad de vivir en armonía con su entorno
social, que no puede llevarse bien con la gente a su alrededor, tiene que ser socialmente
consciente, socialmente sensible, socialmente educado.
Otras personas dicen que el verdadero problema del hombre no es psicológico. No es
social, no se trata de sus relaciones con los demás, se trata de su relación consigo mismo;
no puede ponerse en contacto con su propio sentir interno, no puede calmar sus propias
ansiedades internas, de alguna manera necesita estar en paz consigo mismo, cultivar la
autoestima, poder resolver sus problemas psicológicos y recomponerse a sí mismo, para
poder fácilmente unirse con alguien más.
Hay otros que dicen que el problema del hombre no es realmente social o psicológico,
sino que es el medio ambiente, la forma en que ha sido tratado. La gente lo ha
traumatizado, abusado, golpeado y muchas cosas más; y él no se adapta a la complejidad
del mundo, no la entiende y no puede cumplir sus sueños. Y realmente es su entorno el
que lo arruina.
Por lo tanto, el hombre no está en armonía con la gente a su alrededor, no está en
armonía consigo mismo, está fuera de armonía con su entorno y ése es su problema.
Pero ese no es su problema en absoluto. Esos son los síntomas de su problema. El
problema del hombre es que está muerto -por completo. Está alejado de la vida de Dios.
Efesios 4:18 lo dice: “ajenos de la vida de Dios”. Está muerto espiritualmente. Su cuerpo
vive, pero el hombre está muerto. Él está carente de la vida que reconoce a Dios. Él no
puede conocer a Dios, no puede entender a Dios, es insensible a Dios, no puede
comprender a Dios, no puede tener una relación con Dios, no puede hacer la voluntad de
Dios, no puede cumplir con la Palabra de Dios y es por eso que no puede disfrutar de la
bendición de Dios. El hombre incrédulo no está simplemente enfermo, está muerto. ¿Y
qué es la muerte? La incapacidad para responder a estímulos. No puede responder a Dios.
No puede responder a la realidad divina. Está muerto a ella.
Un día estaba en mi oficina cuando recibimos una llamada telefónica de una madre que
lloraba desesperada porque había encontrado a su bebé muerto en su cuna. Y preguntaba
si alguien podía ir. Y corrí por la calle tan rápido como pude, llamé a la puerta y me
hicieron pasar. Ella estaba sola con este pequeño bebé acostado en su cama, azul, muerto
y frío.
Tenía al bebé como lo haría una madre; lo besaba, lo abrazaba y lo frotaba, haciendo todo
lo posible; pero no había ninguna respuesta. Y si hay algo que es cierto de la vida humana,
es que un bebé responde al amor y al cariño de su madre. Pero este pequeño bebé, de tan
solo meses, no respondió en absoluto. Y esa es la naturaleza de la muerte… una
incapacidad absoluta y total para responder a cualquier estímulo. Y es precisamente la
definición que la Escritura da a la gente que está fuera del Reino de Dios. Están totalmente
aislados de Dios. Viven como si Él no existiera. No son capaces de responderle.
A través de los años, he tenido una serie de funerales de pequeños bebés. Y mientras que
ellos yacían en el ataúd en la mortuoria; algunas madres han subido y levantado la
cabecita, besando a ese pequeño bebé en un último esfuerzo, por así decirlo, de dar vida a
ese niño. Y no hubo absolutamente ninguna respuesta. Así es la muerte. La incapacidad de
responder.
Y la Biblia dice que la gente fuera de Jesucristo está alienada de la vida de Dios… muertos
a todos los estímulos divinos. Todos los pecadores están en la misma condición,
absolutamente muertos. Por lo tanto, no pueden hacer lo que agrada a Dios, no pueden
disfrutar de Su bendición y Su favor. Todos los pecadores están muertos. La única
diferencia entre los pecadores es el estado de su decadencia. Están todos muertos. El
mundo, entonces, es el cementerio de los muertos vivos. Se mueven como si estuvieran
vivos, pero no lo están. La Escritura dice que están muertos mientras viven.
John Eadie, el predicador escocés del siglo 19, dijo: “Los hombres sin Cristo son muertos
que caminan. Las bellezas de la santidad no atraen al hombre en su insensibilidad moral,
ni las miserias del infierno lo disuaden”. Usted puede hablarle acerca del Cielo, no le
interesa. Usted puede hablarle acerca del infierno, no tiene miedo. Ahora bien, este tipo
de hombre no necesita transformación, expiación, restauración, resucitación; necesita
resurrección. Necesita vida, porque está muerto.
Ese es el problema de la humanidad. Ese es el problema del mundo… está lleno de
muertos en vida, que están, literalmente, aislados por completo de la vida de Dios. Ellos
no lo pueden conocer, por lo que no pueden oír Su voz, no pueden entender Su verdad,
para ellos es una locura, una necedad, es incomprensible; no responden a ella y, por lo
tanto, no pueden disfrutar de Sus bendiciones.
Ahora bien, este estado de muerte en vida puede entenderse fácilmente con seis palabras
en este texto que lo describen. La primera palabra: pecado. La primera palabra que nos da
la naturaleza de esta muerte espiritual es la palabra pecado. Note en versículo 1 que
estabais muertos en vuestros delitos y pecados; ambas se refieren simplemente a la
categoría de pecado. El mal moral. Hacer lo que está en contra de Dios. Hacer lo que viola
la Ley de Dios. Y por supuesto, si el hombre está muerto para Dios, alejado de la vida de
Dios, si es un cadáver y no puede responder a ningún tipo de estímulo divino, entonces
por supuesto que no puede hacer lo que agrada a Dios, lo que Le honra; sino que está
muerto en el ámbito del pecado. “En” se refiere al ámbito, el terreno, la posición. No nos
convertimos en pecadores porque pecamos y no estamos muertos porque pecamos;
somos pecadores y pecamos porque nacemos muertos. Nacemos espiritualmente
muertos. Nosotros pecamos porque hemos nacido muertos, en una condición de falta de
vida. En delitos y pecados. Pecados es la palabra hamartia. Literalmente, significa error
fatal, errar al objetivo. ¿Y cuál es el objetivo de Dios? “Sed santos como Yo soy santo”, Él
dijo. Jesús dijo: “Sed perfectos como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”. El
modelo de Dios es la perfección; y nadie lo alcanza. Es por eso que Romanos 3:23 dice:
“Por cuanto todos están destituidos de la gloria de Dios”… todos nos quedamos cortos.
La mayoría de la gente piensa en pecadores, ladrones, asesinos, pedófilos, violadores y
delincuentes. Pero el pecado tiene más que ver con lo que el hombre no puede hacer que
con lo que hace. Aunque lo que hace es sin duda pecaminoso, la naturaleza del pecado del
hombre se manifiesta en su incapacidad para cumplir con el estándar de Dios. Es lo que él
no puede hacer que muestra su pecado; y lo que no puede hacer es ser perfecto y santo.
Inclusive un hombre moral, que alcanza el nivel de bondad humana, fracasa en el modelo
perfecto de Dios de santidad absoluta.
La segunda palabra es la palabra delitos, que significa deslizarse o salirse del camino.
Significa perder el camino. Se utilizaba si alguien se desviaba del camino y se perdía. El
hombre tiene un problema serio. Está muerto y es totalmente incapaz de alcanzar el
objetivo de Dios -y por lo tanto satisfacerle- y está perdido. Deambula en un estado de
muerte, completamente insensible a Dios, incapaz de responder a un estímulo divino, muy
por debajo de lo que Dios requiere y tan perdido como sea posible. Es por eso que
hablamos de pecadores perdidos… ellos se han desviado del camino. Se han ido por el
camino equivocado en términos de verdad y virtud, lejos de Dios. Y hay un camino que les
parece correcto, pero el fin de ese camino es la muerte, como dijo Thomas.
Así pues, estas dos palabras describen de un modo simple al hombre en su estado de
muerte. Él está rodeado en patrones constantes de pecado implacable, donde no alcanza
el modelo de Dios y se aleja más y más de Él. Esas dos palabras incluyen todo pecado, toda
manifestación del pecado en pensamiento, palabra y acción. Es la iniquidad detallada. Un
fracaso total y colosal. El hombre deambula perdido en su pecado insensible por completo
a Dios, cayendo por debajo de Su modelo porque es totalmente insensible a Él.
La segundo palabra, mundano. El versículo 2 dice en el que todos -por supuesto antes de
su conversión- anduvieron siguiendo la corriente de este mundo. ¿Qué es lo mundano?
¿Cuál es la corriente de este mundo? ¿Cuál es el camino de este mundo? Bueno,
realmente está hablando del sistema del mundo. La palabra mundo es cosmos. En el
Nuevo Testamento, esa palabra significa el sistema de vida en la tierra alejado de Dios. Es
una palabra que significa orden, lo contrario del caos. Caos significa desorden, cosmos
significa orden. Es este sistema mundial ordenado. Y si miramos al mundo, está muy
organizado. El mundo está muy, muy bien organizado. Es increíble la capacidad
organizativa de un hombre: en sus redes sociales -donde crea vínculos y conexiones, cómo
se organiza para estructurar su vida social, su vida económica, su vida política, su vida
recreativa, su vida de entretenimiento y todo demás que hace. Una criatura muy
organizadora.
Y mientras que se organiza, desarrolla este cosmos, este orden de vida. Pero es el orden
de la vida que está de acuerdo con el mundo, no con Dios. Es el espíritu de la época. Es el
sistema del mundo. Y mientras que el hombre está muerto para Dios, está vivo para el
sistema del mundo. Él siente todos sus impulsos. Está muerto en el mundo de Dios, pero
está vivo en este. ¿Qué significa eso de ir de acuerdo con el curso del mundo? Significa
una forma de conducir su vida de acuerdo a los tiempos. Cualesquiera sean los temas del
momento, en esos está involucrado. Cree todo por lo que abogan, lo que permiten, piden,
los valores que expresen, lo que digan que es importante, sus tolerancias, cualesquiera
sean sus prioridades o lo que promuevan. Porque esos son los estímulos que a lo
movilizan. La gente recibe consejos de las encuestas, de los periódicos, revistas y libros. Y
de sus compañeros, la televisión, las películas, la música y los políticos. Y de los
educadores. Los valores que el sistema mundial sustente, son los valores que ellos
respaldan. Hoy en día, está dominado por el humanismo, el materialismo y el sexo; y la
gente cree en las peculiaridades de la época.
Pero hay algunos, por supuesto, que son religiosos; y eso es parte del espíritu de la
época… el espíritu de la época que también inventa sistemas religiosos falsos, altamente
sofisticados y altamente organizados. Y hombres y mujeres están sumidos en los
pensamientos, palabras y actividades del sistema del mundo. Y no hay escapatoria,
porque están muertos para cualquier otro entorno; pero ellos están realmente vivos para
ese, susceptibles a todas sus influencias.
La descripción continúa descendiendo; hay más desolación a medida que llegamos a la
tercera palabra. Y es la palabra Satanás. Utilizo esa palabra porque en el versículo 2
describe al príncipe de la potestad del aire, también llamado el espíritu que ahora opera.
El hombre, estando muerto para Dios, sólo puede responder a su entorno terrenal. Y su
entorno terrenal es un sistema de maldad que domina su era. Y detrás de ese sistema del
mal hay un poder sobrenatural orquestando todo. Aquí, se llama el príncipe de la potestad
del aire. El aire es el reino, el entorno en el que viven los muertos que caminan. Es la
atmósfera de los muertos en vida; y él es el príncipe que gobierna. Satanás también es
llamado el dios de este mundo. A la gente le gusta pensar que son libres; eso es algo
importante hoy en día. Todo el mundo es libre de hacer lo que quiera, hacer lo que se
sienta bien… eso no es ser libre. Usted no hace su propia voluntad. Está encerrado en una
muerte espiritual, completamente insensible a las realidades de Dios, a la esfera divina; es
hipersensible a las influencias del sistema malvado a su alrededor, está sumido en su
propio pecado; y el sistema perverso va en contra de su carácter pecaminoso por medios
muy sofisticados que están siendo orquestado por un ser sobrenatural que la Biblia llama
Satanás, quien alguna vez fue el ángel más poderoso en el cielo de Dios.
Esto no quiere decir que Satanás está en realidad trabajando personalmente en cada
individuo que no es creyente; pero junto con sus demonios, él está detrás del sistema
mundial. El sistema mundial anti-Dios, malas influencias que dominan a los pecadores; y
Satanás es el que ha diseñado el sistema mundial. No son libres. Y puedo añadir que la
religión es la herramienta de engaño más sofisticada de Satanás. Él quiere deshacer la
obra de Dios, intenta oponerse a todo lo que Dios desea; y sabe que para hacer eso, tiene
que inventar falsos sistemas religiosos para los que sean religiosos, quienes de otra
manera podría volverse a la Verdad. Y es por eso que aparece como si él fuera el ángel de
la luz en sus sistemas mundiales malditos que son religiosos.
Esta es la condición de muerte espiritual… aislados de la vida de Dios, envueltos en pecado
implacable, bajo la influencia del sistema del mundo que nos rodea y todos sus valores,
que están siendo controlados totalmente por el principal ser anti-Dios sobrenatural en el
universo, llamado Satanás; y es llevado a cabo a través de todos sus millones de demonios
que hacen su voluntad.
El panorama es aún más sombrío a medida que llegamos a la cuarta palabra,
desobediencia, en el versículo 2. El “príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora
opera en los hijos de desobediencia”. Satanás está obrando en las vidas de estos muertos
vivientes. Por cierto, los “hijos de desobediencia” es una forma semítica de referencia
para describir una vida caracterizada por la desobediencia. Cuando una persona se
caracterizaba por ser desobediente, dirían que es un “hijo de desobediencia”. En el
Antiguo Testamento, si era particularmente malo, ellos dirían que era un “hijo de la
maldad” o un “hijo de Belial”, que es el antiguo nombre de Satanás.
Naturalmente, la gente separada de Dios, cubierta en pecado, susceptible a todas las
influencias de un sistema orquestado y energizado por Satanás, va a desobedecer a Dios…
eso es obvio. No pueden obedecer a Dios. Satanás odia todo lo que Dios desea; y Satanás
nutre al sistema del mundo y a todo este odio de Dios. Y puesto que la gente cree todo lo
que el mundo está vendiendo, se involucran en actividades que Dios odia, anti-Dios, anti-
Cristo.
Cuando la Biblia dice que ellos son hijos de desobediencia, no es un problema menor.
Simplemente dice que se caracterizan por ser contra Dios. Desobedientes. Satanás se
opone a todo lo que Dios desea que los hombres hagan. Su objetivo es conducir a los
pecadores a desafiar a Dios en cada momento posible; de manera frontal, con desmedida
perversidad o con su religión hipócrita que es falsa. Satanás trabaja para lograr que los
hombres desafíen a Dios. Este es el estado de los muertos vivos.
Hundiéndonos aún más en su descripción de la depravación humana llegamos a una
quinta palabra, lujuria, versículo 3. Solíamos vivir en los deseos de nuestra carne, haciendo
la voluntad de la carne y de la mente. Si usted está muerto a Dios, no puede responderle,
tal como un cadáver no puede responder a un estímulo físico; usted está literalmente
enterrado en la injusticia, está bajo la influencia continua del sistema perverso del mundo
que le rodea, hábilmente energizado y orquestado por Satanás, de modo que usted vive
en un patrón constante de desobediencia a lo que le agrada a Dios. Y detrás de todo esto,
está la motivación personal que lo dirige que es la lujuria. Usted hace lo que su cuerpo o
mente deseen, eso es lo que está diciendo.
Puede ser que algunas personas mantengan las dos en una especie de equilibrio; algunas
personas realizan algunas de sus pasiones carnales y cumplen algunas de sus pasiones
intelectuales al mismo tiempo. Algunas caen en el lado de la mente y se pierden en lo
académico o se pierden en los vericuetos de la religión falsa; y algunas caen por completo
en el lado de las pasiones corporales y se pierden en la perversión sexual. En cualquier
caso, sea cual fuere el alcance, esas son las áreas en las que opera la lujuria.
Sin la Ley de Dios que conmueva su corazón, sin la voluntad de Dios que lo estremezca, sin
ser capaz de entender a Dios, usted se convierte entonces en el Dios de su universo, el
centro de su mundo y lo que le importa es lo que usted quiere. Lo que su cuerpo pida, lo
que su mente exija. Esta es la naturaleza humana corrupta, controlada e impulsada por
sus pasiones internas, que trata de existir y sentirse realizada totalmente separada de
Dios. La vida está controlada por los anhelos personales. Y es así que Satanás confabula en
el sistema mundial, el cumplimiento de esos peores y más espantosos anhelos personales
en contra de Dios que son una tentación en nosotros. Y como he dicho, para algunos la
religión es pasión, hipocresía, para otros la perversión sexual es pasión; y en el medio de
eso, hay de todo.
La naturaleza, pues, de las personas no regeneradas sin Cristo es estar muertas. Esto
significa ser pecaminoso, mundano, satánico, rebelde y estar motivado por la lujuria
personal.
La última y sexta palabra nos dice dónde termina esto. Es la palabra ira. Versículo 3:
“Éramos por naturaleza hijos de ira”. Ahí es donde todo concluye. Están tan asociados con
la ira que puede decirse que son hijos de la ira tal como fueron llamados hijos de
desobediencia. Es su naturaleza ser destruidos. Nacen para ser condenados. Es por eso
que los llamamos los muertos vivientes… ahora están muertos y entrarán en la muerte
eterna, que es otra palabra para infierno, que es sufrimiento consciente; una especie de
muerte aterradora que es una separación permanente de la vida de Dios. Nacido para ser
condenado. De hecho, en Juan 3:18, Jesús dijo que ya han sido condenados.
Así, describe a los muertos en vida. De ese modo son todas las personas. Todos llegamos
al mundo de esa manera. Y lo que los muertos necesitan es resurrección.
Y eso nos lleva a la siguiente sección –magníficamente- a partir del versículo 4.
Brevemente, quiero lo vean. El versículo cuatro. Aquí está la vida que muere. Primero fue
la muerte en vida, aquí la vida está muriendo. “Pero Dios”. Tenía que ser iniciada por Dios,
porque los muertos no pueden resucitarse. Ni siquiera podemos responder. Tenía que ser
algo fuera de nosotros, y así fue. “Pero Dios, que es rico en misericordia, por Su gran amor
con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida”. Versículo 6:
“Y nos resucitó”. Eso es exactamente lo que necesitábamos. Y he aquí la gran, maravillosa
verdad de la Pascua, la gran verdad de la Resurrección. Las personas muertas pueden
tener vida. Los muertos espiritualmente, eternamente muertos, pueden venir a la vida.
Podemos cobrar vida. Dice en el versículo 5: “Él nos dio vida”. Versículo 6: “Nos resucitó”.
Seis palabras clave definen esta vida así como seis palabras clave definen la muerte.
La palabra número uno es misericordia. Versículo 4: “Pero Dios, que es rico en
misericordia…” ¿Qué es la misericordia? Definida simplemente, la misericordia no es dar a
los pecadores lo que se merecen, aplacando lo que debería venir. De hecho, en el Salmo
103:10 hay una excelente definición. Dice: “No ha hecho con nosotros conforme a
nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nuestras pecados”. La misericordia
habla de lo que Dios no nos hace, aunque lo merezcamos. Merecemos ser castigados, ser
juzgados, merecemos ser condenados, ser enviados al infierno. Pero Dios, rico en
misericordia, detiene Su juicio. Se compadece. Y, por cierto, dice en el verso 4 que Dios es
rico en misericordia, no tiene tan solo un poco de misericordia. Plucias en griego,
ilimitada. Inagotable. Desmedida.
La segunda palabra es gracia. Note de nuevo al final del versículo 5: “por gracia sois
salvos”. Por gracia. Por misericordia se compadece y contiene, y la gracia perdona y libera.
La misericordia suspende el juicio de Dios, el perdón libera gracia de Dios. La misericordia
no nos da lo que merecemos, la gracia nos da lo que no merecemos. A pesar de nuestros
pecados, a pesar de nuestros delitos, a pesar de nuestra mundanalidad, a pesar de estar
dominados por Satanás, a pesar de vivir en desobediencia y estar impulsados por nuestras
pasiones y deseos, a pesar de merecer la ira divina, Dios interviene y muestra misericordia
y gracia a los pecadores. ¿Por qué hace eso? Esa es la tercera palabra. ¿Por qué hace eso?
Bueno, no es por nada en nosotros, somos lo contrario de todo lo atractivo para Él. Dios
tiene ojos puros y no puede ver el mal, no puede ver el agravio. Dios odia el pecado, odia
al pecador, está airado contra el pecador cada día. Dios no tiene pecado en Su presencia,
aborrece la iniquidad. La Escritura nos dice todo esto.
Y, sin embargo, Dios acude a los pecadores con misericordia, que detiene el juicio; y
gracia, que liberta el perdón… ¿por qué? … Versículo 4: por Su gran amor con que nos
amó. Se trata de un amor que está más allá de nuestra comprensión. Sabemos sobre el
amor en nuestra vida… sabemos lo que es amar. Amamos lo que es digno de ser amado.
Amamos lo que nos atrae. Lo que nos conviene. Lo que nos gusta. Lo que se ajusta en
nuestras fórmulas para la vida. Ciertas cosas son de interés para nosotros, otras no.
Ciertas personas son de interés para nosotros, algunas personas no. Básicamente,
amamos sobre la base de una atracción de algún tipo. Eso es muy diferente del amor de
Dios… Dios amó a los que eran todo lo contrario de lo que era atractivo para Él. Él ama a
los pecadores que eran la antítesis de todo lo que amaba. Este es el tipo de amor que nos
es extraño.
Pablo lo llama un Gran Amor, y estoy seguro de que podría haber utilizado una docena de
adjetivos, pero él sólo lo resumió como un gran amor. Es inexplicable, está más allá de la
comprensión; Dios nos amó cuando aún éramos enemigos, Dios demostró Su amor para
con nosotros, en que siendo aún pecadores -Romanos 5:8- Cristo murió por nosotros. Él
demostró Su amor para con nosotros cuando todavía éramos pecadores. Dio a su Hijo a
morir por nosotros. El inmenso amor de Dios se puede ver en dar a Su hijo a morir en la
cruz por los que eran la antítesis de todo atractivo para Él. Y nadie tiene mayor amor que
este, que uno ponga su vida por sus amigos, el amor más grande de todos los amores es el
sacrificio de la vida, y Dios nos amó lo suficiente como para dar Su vida por nosotros.
La cuarta palabra, y aquí llegamos a la palabra principal, es resurrección. La misericordia,
la gracia y el amor de Dios conducen a la resurrección, versículo 5. Aun estando nosotros
muertos en pecados, Aquel que nos ha amado -Dios- quien es rico en misericordia y
gracia, nos dio vida. Versículo 6, Él nos resucitó. Eso es lo que necesitábamos.
Ahora bien, ¿de qué está hablando? Bueno, él está hablando de la resurrección. ¿Qué
clase de resurrección? ¿Qué clase de muerte? Muerte espiritual. Así que nos dio la
resurrección espiritual… ¿qué significa? Pues, una muerte espiritual significa que éramos
insensibles a Dios, la resurrección espiritual significa que nos volvimos sensibles a Él. Nos
despertó, en términos de nuestra capacidad de comprender a Dios, de conocerlo, de estar
en comunión con Él, de escucharlo, servirlo y ser bendecidos por Él. Sólo hay una cosa que
un hombre muerto necesita: vida. Y eso requiere resurrección.
Eso es lo que los hombres necesitan, eso es lo que necesita nuestra sociedad, eso es lo
que nuestro mundo necesita… no necesita una mejor educación. No necesitamos mejor
psicoanálisis, ni una mejor capacidad para manejar nuestras emociones. No necesitamos
una mejor relación con los demás o nuestros grupos familiares; necesitamos vida. Eso es
lo que necesitamos. Necesitamos la vida de Dios en el alma de los hombres; y eso es
exactamente lo que se nos ha dado aquí. Dios mira a los que están muertos en espíritu y,
porque los ama, quiere mostrarles misericordia y gracia. Él les da vida. Les infunde vida.
¿Qué tipo de vida? Vida espiritual y vida eterna.
¿Cómo se hace eso? Bueno, nos lo dice la siguiente palabra. La siguiente palabra es Cristo.
¿Cómo lo hizo? Versículo 5: “Él nos dio vida juntamente con Cristo”. Versículo 6:
“Juntamente con Él nos resucitó”. Usted ahora está vislumbrando lo que la resurrección
significa. Jesús dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté
muerto, vivirá”, Juan 11:25. ¿Qué está diciendo? Bueno, lo que la Escritura dice es que
Jesús no sólo murió por nuestros pecados, sino que resucitó para darnos vida. La
asombrosa verdad del Evangelio es que los pecadores estaban muertos en vuestros
delitos y pecados. Y como tal, éramos objeto de la ira de Dios que aquí se llama “hijos de
la ira”. Pero Dios tomó Su ira, la desvió lejos de los pecadores y la derramó sobre Cristo en
la cruz, que murió bajo la ira de Dios; sufrió la ira por nosotros.
Luego, fue a la tumba y resucitó del sepulcro por nosotros. Su muerte fue aplicada a
nosotros, Su resurrección se aplica a nosotros. Junto a Cristo -eso es lo que significa. Junto
con Él. Romanos 6:4–5, probablemente mejor que en cualquier otro pasaje: “Porque
somos sepultados juntamente con Él para muerte por el bautismo, a fin de que como
Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en
vida nueva”. Cuando entró en la tumba, era espiritualmente por nosotros. Y cuando salió,
fue por nosotros. Dios lo aplica a nosotros. Versículo 5: “Porque si fuimos plantados
juntamente con Él en la semejanza de Su muerte, así también lo seremos en la de Su
resurrección.”
Este es el gran milagro del Evangelio. Este es el corazón de la fe cristiana. Esto es lo que
usted debe entender. Esto es el cristianismo. Es lo siguiente: los pecadores se dirigen a la
condenación eterna porque están en un estado de muerte espiritual. Dios les ofrece la
vida. ¿Cómo? Al encargarse de su pecado, tal como la justicia requiere, derramando toda
Su ira sobre Cristo, mediante la resurrección de Cristo de entre los muertos, después de
haber vencido a la muerte, por nosotros. Su resurrección puede ser nuestra resurrección.
Ese es el significado de la resurrección de Cristo… no sólo una manera de ilustrar el hecho
de que usted puede triunfar sobre sus problemas, no sólo una resurrección espiritual,
mística, enigmática del Espíritu de Jesús, que era bueno con los pobres y los niños y
debería estar vivo en nosotros hoy; la resurrección fue un hecho histórico… Jesús murió y
resucitó. Pero cuando murió, cargó nuestros pecados; y cuando salió de la tumba, Él
estaba dándonos vida. Y Dios aplicó Su sacrificio y Su resurrección a nosotros. Esa es la
gloria de la Resurrección.
Hay una sexta palabra, celestiales. Versículo 6: “Juntamente con Él nos resucitó, y
asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús”. ¿Qué sucedió
después de nuestra resurrección? Escuchen cuidadosamente; está muy claro. Cuando
fuimos levantados de entre los muertos por el poder de la resurrección de Cristo, fuimos
sentados en los lugares celestiales… fuimos literalmente levantados. ¿Qué significa eso?
Bueno, simplemente significa que de repente, estuvimos vivos para Dios. Los cielos es la
esfera en la que vive Dios. Es el reino de la presencia de Dios. Cobramos vida para Dios;
hasta ahora habíamos estado muertos para Él. De repente, conocimos a Dios. De repente,
comprendimos quién era. De repente, le amamos. De repente, deseamos servirle y
conocerle, tener comunión con Él y adorarle y alabarle. Y de repente, Su palabra tuvo
sentido para nosotros y anhelamos hacer Su voluntad y seguir Su camino; cumplir Su
propósito y traer honor a Su nombre. De repente, nos sobrevino todo el mundo de la
realidad espiritual; y por primera vez, empezamos a amar lo que era puro y único, justo y
bueno. Y por primera vez, pusimos nuestro afecto en las cosas que estaban arriba y no en
las de la tierra. Y por primera vez, empezamos a luchar contra la carne y a batallar contra
los deseos de la mente; y empezamos a luchar contra influencias impuestas por el mundo
alrededor nuestro porque tenemos una agenda nueva Celestial. Y tuvimos un nuevo
poder, una nueva voluntad, una nueva vida, una nueva disposición y una nueva dirección.
Esos son los lugares celestiales.
Él nos llevó y nos sentó en medio de ese contexto, en el que ahora tenemos vida celestial
y la tendremos para siempre. Dios no sólo nos resucitó dejándonos para que
anduviéramos por el cementerio. Él nos levantó a un mundo completamente distinto.
Somos ciudadanos del Cielo. Es por eso que la canción dice: “Este mundo no es mi hogar,
solo estoy de paso, mis tesoros pondré en algún lugar más allá de aquí”. Toda nuestra vida
está allá arriba. Vemos las cosas completamente diferentes. Todo se ve a la luz de la
eternidad. Todo se ve a través de los ojos de Dios, por así decirlo. Todo el mundo es
diferente para nosotros, porque vivimos en los lugares celestiales.
Por supuesto, la carne está ahí, los deseos están ahí, el mundo está ahí, Satanás está ahí,
la batalla está ahí… pero entendemos la batalla. Y entendemos la alternativa y también
entendemos la voluntad de Dios y la gloria de Dios y el propósito de Dios; y todo es fresco,
vívido, hermoso y claro para nosotros.
Esa es la diferencia entre los muertos en vida y los vivos que están muriendo. Esa es la
diferencia entre existir muertos en vida y una vida que agoniza… estamos muriendo
físicamente, pero estamos vivos espiritualmente; y eso será para siempre.
La última cuestión es responder a la pregunta crucial, ¿cómo pasar de una a la otra?
¿Cómo puedo dejar de estar entre los muertos vivientes y llegar a estar entre los vivos que
están muriendo? La respuesta, versículos 8 y 9. El resumen de todo… ésta es la respuesta.
¿Cómo es posible? Porque por gracia hemos pasado por eso, sí; pero ¿cómo ocurre? Por
medio de la fe. Y esto no de vosotros. No es un trabajo que usted hace, pues es don de
Dios; no es por obras para que nadie se gloríe. No hay lugar para el esfuerzo propio, para
jactarse, para la autocomplacencia, el logro humano; no es por obras, dice que es por
medio de la fe. Entonces, ¿qué es eso? ¿Qué quiere decir por medio de la fe?
Le daré una definición sencilla de la fe. La fe es una convicción dada por Dios de que la
promesa de la vida de resurrección, el perdón de los pecados y el cielo eterno, por medio
de Jesucristo, es cierta. ¿Lo ha entendido? La fe es la convicción provista por Dios de que
la promesa de la vida de resurrección, el perdón de los pecados y el cielo eterno, por
medio de Jesucristo, es cierta. Y esa convicción impulsa la voluntad de pedir a Dios por ese
regalo. Esa es la fe salvadora. La convicción de que es verdad, que infunde la voluntad de
pedir a Dios por ese regalo.
El hecho de la Resurrección es indiscutible, Jesús resucitó de entre los muertos. La
evidencia establece creer en ese evento y en Esa persona.
Asimismo, los hechos del Evangelio son verdaderos, en Cristo hay resurrección de la
muerte espiritual, el perdón total de los pecados y la promesa del Cielo eterno. Ore a Dios,
para que Él le otorgue esa convicción, para que actúe en su voluntad de simplemente
pedirle ese don. Si usted tiene esa convicción, ¿ha pedido: “¡Oh Dios, dame el don de la
vida en Cristo, el perdón de los pecados y el Cielo eterno”. ¿Le ha pedido eso?
El Titanic -un barco famoso. Una noche, en el frío Atlántico, murieron más de 2.000
personas. El Titanic, el barco que no se podía hundir, se hundió. Lo asombroso de la
historia -y creo que es lo que fascina a la gente sobre esto- es que muchos llegaron a ese
punto voluntariamente. Incluso, tengo entendido que la banda seguía tocando. ¿Cómo
llegaron a ese punto de muerte voluntariamente? Rehusaron con desprecio un bote
salvavidas. El bote se alejó medio vacío, ellos estaban convencidos de que el barco no
podía hundirse. Así fueron a su muerte.
Considero que el Titanic es una metáfora para el mundo; que el mundo no es más que un
enorme Titanic. Este mundo se está hundiendo rápidamente. Y todos los ambientalistas,
todos los políticos, todos los educadores, todos los psicólogos, todos los religiosos, no
pueden detener las filtraciones. El mundo entero está zozobrando rápidamente. Y la
banda está tocando. Y para algunas personas, la vida sigue como de costumbre. Pero nos
estamos hundiendo. Y Jesús es el único bote salvavidas… el único bote salvavidas… que
salva de una muerte inevitable y nos lleva a la orilla del cielo inmortal de Dios. ¿Qué necio
muere voluntariamente? Jesús se ofrece a sí mismo como su bote salvavidas.
Vamos a orar juntos. Dios, rogamos que hoy tengas misericordia de todos nosotros. Que
nos concedas amor, gracia, misericordia y resurrección a través de Cristo, y nos libres de
este mundo que se hunde, que está a punto de sumergirse en el abismo. Guarda Señor a
los que de otra manera morirían en un navío de necios, rechazando el bote salvavidas. Oh
Padre, ten piedad de todos nosotros, danos la convicción de que la Resurrección de
Jesucristo, el perdón de los pecados y la promesa de la vida eterna son reales. Y teniendo
esa convicción, que podamos pedir recibir el don de la vida en Él.
Para aquellos de nosotros que ya te conocemos y amamos, te alabamos y te agradecemos
por la vida que ya gozamos gracias a Jesucristo. Te lo pedimos en Su gran nombre, Amén.
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La naturaleza única de nuestros cuerpos de


resurrección
Escritura: 1 Corintios 15:35–49

Código: 90–496
John MacArthur
Abramos nuestras biblias en 1 Corintios capítulo 15, y veamos el capítulo de Pablo acerca
de la resurrección, la resurrección de los creyentes es el tema de este capítulo. La Biblia
promete una redención del cuerpo, no solo el espíritu, no solo el alma, no solo la persona
interior. Romanos 8:23 dice que estamos esperando la redención de nuestro cuerpo.
De hecho, el apóstol Pablo dijo de manera clara que el espíritu de un hombre, sin un
cuerpo está desnudo. En 2 Corintios capítulo 5, él dice: “No queremos ser desvestidos, no
queremos estar desnudos, sino tener nuestro cuerpo de arriba.” El tabernáculo es
llamado, ‘no hecho por manos, eterno, en los cielos.’ Dios creó al hombre como cuerpo y
alma o cuerpo y espíritu, y lo redimirá como cuerpo y espíritu. Todos viviremos con Dios
para siempre, en el cielo de los cielos, en cuerpos de resurrección.
En Juan 11, Marta le dijo a Jesús: “Si hubieras estado aquí mi hermano Lázaro no hubiera
muerto. Incluso ahora sé que lo que tú le pidas a Dios, Dios te lo dará. Jesús le dijo: Tu
hermano resucitará. Marta le dijo: Sé que resucitara en la resurrección en el día postrero.
Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida, el que en mi cree vivirá aun si muere.” Jesús
promete ahí la resurrección.
En Juan 6:44 leemos: “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajera.” Y
después Él dijo esto: “Y yo le resucitaré en el día postrero.” De nuevo, la promesa de la
resurrección. El cuerpo no va a ser descartado eternamente, el cuerpo no es meramente
una prisión para el alma, el cuerpo pertenece a la esencia misma del hombre, como fue
creado por Dios. Incluso en esta vida para los creyentes, el cuerpo es exaltado al ser hecho
el templo del Espíritu Santo, 1 Corintios 6:19 presenta eso de manera clara, Dios no va a
desertar el cuerpo en la tumba, Él lo va a resucitar de los muertos.
Jesús dijo en Juan 5:28, “La hora viene cuando todos los que están en los sepulcros oirán
la voz del Hijo del hombre y saldrán.” Esta es una doctrina muy importante. La
resurrección del cuerpo del creyente que irá con su espíritu glorificado. Es una verdad
cristiana esencial. Pero estaba enfrentando algo de oposición en Corinto, y esa es la razón
por la que Pablo escribe esta Escritura. Si usted ve 1 Corintios 15, versículo 12, usted
encuentra una indicación ahí de lo que estaba pasando. ¿Cómo es que hay algunos entre
vosotros que dicen que no hay resurrección de los muertos? Eso es lo que se estaba
diciendo/
El apóstol Pablo escribe este capítulo para tratar con eso. Esto básicamente era lo que era
enseñado por los filósofos griegos. La noción de la filosofía griega era que el espíritu es
bueno, la materia es mala, entre más pronto usted se deshace de la materia, más pronto
usted se deshace del cuerpo, está mejor. El cuerpo simplemente se va a la tumba, entra
en descomposición y el espíritu entonces regresa a su fuente, enseñaban los filósofos, los
filósofos religiosos, y se pierde en la deidad universal, es absorbido y pierde su
individualidad; no hay resurrección. Eso es lo que la filosofía griega enseñaba.
Entonces, Pablo tenía que reafirmar el hecho de la resurrección corporal. Había suficiente
confusión acerca de eso en el mundo pagano. Pero incluso en el mundo judío, también
había confusión. Los rabinos tenían una perspectiva bastante rara de la resurrección.
Sabían que había una resurrección, porque Job dijo: “Aunque él me matare aun confiaré
en él.” ¿Por qué? “Porque en mi carne yo veré a Dios.” Aunque los gusanos destruyan este
cuerpo, en mi carne yo veré a Dios. Daniel habló de la resurrección de los justos al final de
la historia humana.
Entonces, los rabinos sabían que iba a haber una resurrección del cuerpo. Algunos de ellos
enseñaban que el cuerpo de resurrección sería idéntico al cuerpo que moría, una noción
más bien extraña. Por ejemplo, el escritor de lo que se llama el Apocalipsis de Baruc,
pregunta si habrá algún cambio cuando los hombres resuciten. Y la respuesta de los
rabinos es, y cito: “La tierra ciertamente restaurará entonces a los muertos, no hará un
cambio en forma, sino como recibió así también restaurará.” En otras palabras, su cuerpo
se va a la tumba, y cuando sale de regreso es exactamente como cuando entró. Estaban
negando una diferencia en el cuerpo de resurrección.
Y claro, ese tipo de enfoque torpe de la resurrección alimentaba a las nociones de los
griegos escépticos. Era tan torpe, parecía tan ridículo, de que el mismo cuerpo sería traído
de la tumba después de la descomposición, que fue combustible para su propia negación
de la resurrección. Celso había dicho que la revolución corporal era la esperanza de los
gusanos, porque que alma de un hombre querría más el cuerpo que ya se había podrido.
Entonces, se burlaban de la idea. Pablo enfrenta tanto la filosofía como la teología mala de
los judíos, con ésta sección de la resurrección. Y cuando llegamos a la porción para esta
noche, llegamos al versículo 35. Hemos llegado hasta el versículo 35, y esta es la pregunta
que será presentada. Alguien dirá, si hay una resurrección, ¿cómo es que los muertos son
resucitados? Y ¿con qué tipo de cuerpo vienen? Ésta entonces es la pregunta acerca del
cuerpo de resurrección.
Los escépticos han presentado dos preguntas, ¿cómo son los muertos resucitados? Eso
quiere decir, mediante qué medio, porqué poder, y con qué tipo de cuerpo vienen. Los
escépticos son vistos como negando a la resurrección porque parece tan ridículo para
ellos. Ven la muerte, ven la descomposición y concluyen que no puede haber resurrección.
No se necesita mucho tiempo para que el cuerpo se descomponga, estaban muy
familiarizados con eso en el mundo antiguo, parecía ridículo.
Entonces las preguntas comenzaron a surgir, ¿cómo puede un cuerpo en estado de
putrefacción, de descomposición, resucitar? Y ¿qué hay acerca del cuerpo que ha sido
despedazado en algún tipo de desastre? Y, ¿qué hay acerca de cuerpos que han sido
quemados y han terminado hechos cenizas en un incendio? Y, ¿qué hay acerca de cuerpos
que han caído en el mar y han sido consumidos por tiburones o lo que sea? ¿Cómo
pueden ser resucitados? ¿Cómo es eso posible?
Pablo mismo, recordará en Hechos 26, versículo 8, le preguntó al rey Agripa, “¿Por qué
debe pensarse como algo increíble para ti, que Dios resucite a los muertos?” Agripa había
aceptado la filosofía de que no había resurrección. ¿Cómo pueden las cenizas arrojadas al
viento después de que la gente ha sido cremada, cómo es que los huesos que han sido
esparcidos en el fondo del océano, cómo puede la carne que se desintegra en el polvo ser
traída de regreso y vuelta a ser constituida y resucitar de los muertos? De ésta manera las
preguntas, ¿cómo son los muertos resucitados y con qué tipo de cuerpo vienen? Estas
tienen la intención de ser preguntas de burla, escépticas.
Pero, quiero que observe la respuesta inmediata del versículo 36, a aquellos que hacen
esa pregunta. Necio. Bastante directa. Literalmente, insensato. Insensato. Esta es la
respuesta de Pablo al que cuestionó una reprensión severa que asume que el que se
oponía, se enorgullecía por su inteligencia, y de hecho es un insensato. Este con
frecuencia es el caso, por cierto, con los que se oponen, piensan que saben que hay una
falla en la doctrina, y golpean esa falla pensando que son sabios y terminan como necios al
final. Se ríe de la resurrección el escéptico, vive como si no hay resurrección, versículo 32,
se acuerdan de que, si los muertos no resucitan, comamos y bebamos porque mañana
moriremos.
Vive la vida al máximo, sé un hedonista, saca de la vida lo que puedas, satisface toda
lujuria y todo deseo, tu cuerpo va a las cenizas y nunca regresa. Esa es una filosofía muy
cómoda, por cierto, es un tipo de religión muy conveniente el creer en eso. Y también es
muy conveniente que cuando usted muere su espíritu de alguna manera es absorbido de
regreso a la deidad universal, y usted deja de existir como una persona. Porque si todo eso
es verdad, entonces no habrá que pagar nada por su pecado. No habrá juicio. Ese es el
tipo de filosofía que apela a aquellos que quieren vivir una vida hedonista.
Entonces, Pablo necesita tratar con eso, porque como le dije la última vez, si no
resucitamos, entonces como recordamos en el pasaje anterior, no tenemos ningún motivo
real para la salvación por parte de aquellos que han muerto en Cristo. Sino resucitamos,
no tenemos ninguna motivación real para una vida de santificación, no tenemos
esperanza alguna de rendición de cuentas eterna o de recompensa eterna, si tan solo en
cierta manera flotamos como espíritus desmembrados, sin ser identificados.
Entonces, Pablo en su inteligencia inspirada por el Espíritu Santo y su entendimiento de la
Escritura, y los temas de la eternidad, no tiene problema con explicar el cuerpo de
resurrección. Esta es una escritura fascinante para mí, y espero que lo será para usted.
Ahora, cuando se habla del cuerpo de la resurrección solo le puedo decir lo que está aquí,
no le puedo decir nada más de lo que está en la Biblia. No voy a inventar nada, o especular
en nada, únicamente vamos a tratar con lo que sabemos que la Escritura ha dicho y eso
francamente es suficiente.
Ahora, Pablo tiene cuatro líneas de argumento. En primer lugar, hay una analogía. Él habla
de una analogía para ayudarnos a entender la resurrección. Después el habla de la forma
de la resurrección, después él habla de los contrastes y después el prototipo de un cuerpo
de resurrección. Comencemos con la analogía en el versículo 36. “Necio,” eres necio
porque crees que eres inteligente y eres un necio. Escucha lo que tengo que decir acerca
de la resurrección.
Primero él comienza con una analogía. Es la analogía de la semilla, el plantar semilla que
produce algún tipo de resultado en lo que sale de esa semilla. “Lo que tú siembras no se
vivifica si no muere antes. Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano
desnudo.” Quizás un grano de trigo o algo más, ya sea de trigo o de otro grano. “Pero Dios
le da el cuerpo como él quiso y a cada semilla su propio cuerpo.” Esta es una analogía o
ilustración realmente clara, poderosa, útil, la semilla es colocada en el suelo, cualquier
semilla, toda semilla es colocada en el suelo y muere. Muere, se descompone en el suelo.
Y a partir de esa semilla descompuesta viene una vida de resurrección, una planta se
levanta, y esa planta es un tipo de cuerpo muy diferente que el de la semilla. De hecho,
usted nunca podría identificar al ver a la semilla, como se verá el cuerpo resucitado de la
planta. Usted no podría saber, al ver la planta tampoco, como se vería la semilla. Hay
disolución, y hay una diferencia, pero al mismo tiempo hay una continuidad. Una muere, y
al morir da vida, es muy diferente de lo que produce. La semilla es disuelta, se
descompone, después vuelve a salir. Hay una diferencia vasta, una diferencia vasta.
De hecho, entendemos que arboles enormes salen de una pequeña semilla, la diferencia
no solo está en la forma, sino en el volumen, en las características. Es la misma semilla de
la cual sale la misma vida genética, básicamente impulsada por el mismo código genético
en las células de la semilla. Sin embargo, el cuerpo que sale de la semilla es absolutamente
diferente de la semilla misma. Así es en nuestro caso, nuestros cuerpos serán sepultados,
ésta es la analogía, y conforme se disuelven y se desintegran en el suelo, Dios va a hacer
que nosotros resucitemos en una forma diferente.
Pero, el fruto permanece en que será la misma persona, cambiada por la muerte y la
resurrección. Pero la misma vida, la misma persona saliendo en una forma diferente.
Nuestro Señor, de hecho, usó esta misma analogía al referirse a Sí mismo y Su propia
resurrección la cual podría ser en dónde el apóstol lo vio. Él dice de Sí mismo, “La hora ha
venido para que el Hijo del Hombre sea glorificado,” Juan 12:23, versículo 24, “De cierto
de cierto os digo, a menos de que un grano de trigo caiga a la tierra y muera, permanece
solo, pero si muere da mucho fruto.” Jesús entonces ve que Su propia muerte es un tipo
de plantación de semilla, un tipo de disolución, desintegración, que resulta en una
resurrección grande y gloriosa y fructífera.
Entonces esto, la lógica sigue esta línea de pensamiento. El misterio del cuerpo de
resurrección no es mayor que esa analogía. El misterio del cuerpo de resurrección no es
más grande que esa analogía. Si usted dice que no cree en la resurrección porque usted no
entiende como una cosa puede morir y algo más puede salir de eso, entonces, bien podría
decir, no creo en la cosecha, no creo en las plantas. Sucede, sucede incesantemente.
Sucede de manera masiva, repetida, de manera innumerable. A partir del grano viejo y la
muerte del grano viejo, viene una planta nueva.
Tiene la misma vida. Lleva la misma definición del código genético. Sin embargo, es algo
muy nuevo y único. Nuestros cuerpos serán nuestros cuerpos, pero serán diferentes. Decir
que usted no cree en la resurrección del cuerpo no es diferente que decir que usted no
cree que un roble puede salir de una semilla, pero es el mismo organismo. La realidad
espiritual de nuestra identidad será preservada por Dios, y resucitaremos para ser quienes
somos, con una nueva forma, un nuevo cuerpo. Y resucitaremos para ser quienes somos
con una nueva forma, o un nuevo cuerpo.
Ahora, usted en cierta manera tiene una idea de esto conforme vive. ¿Se ha dado cuenta?
Su cuerpo ahora es diferente a lo que solía ser. Es bastante claro. Y continúa volviéndose
en algo diferente, muy diferente del infante que salió del vientre de la madre. Muy
diferente. Usted es el mismo a una edad avanzada, como lo era en la infancia. Usted es el
mismo ser, pero no es el mismo cuerpo. Usted es la misma persona con la misma
personalidad, con las mismas características, con los mismos elementos divinamente
integrados que hacen que usted sea usted. Y usted desde su nacimiento hasta su muerte,
será usted como ha sido diseñado por Dios. Lo que Pablo está mostrándonos es que lejos
de la composición de que el cuerpo sea un obstáculo para la resurrección, la
descomposición del cuerpo simplemente es la manera en la que la vida nueva sucede a lo
largo de la creación del mundo. Es una analogía maravillosa y fácilmente entendida.
Y, por cierto, Dios determina lo que es ese cuerpo. Versículo 38, “Dios le da un cuerpo
como él quiso.” Fue Dios el que dijo que esta semilla se vería como un roble y que fuera
un roble. Fue Dios quien dijo que la semilla del maíz se volvería una planta de maíz. Fue
Dios quien dijo que un grano de trigo se volvería una espiga de trigo, y que se vería así. Es
Dios quien dice, esta semilla va a producir esta flor, y otra semilla otra flor, y otra semilla
una flor diferente, y una planta diferente. Y hay cuerpos innumerables, virtualmente
interminables que Dios diseña para cada semilla. Si usted coloca en un montón todas las
semillas, de hecho, se ven bastante parecidas. Hay variaciones, pero tienden a ser
pequeñas y más bien ásperas y sin color, pero salen en un arco iris de variedades. Toda
semilla produce su propia planta debido a la voluntad de Dios, debido al diseño de Dios.
El punto es este, si Dios le da a todos los productos de la tierra su propia forma, ¿por qué
no puede Él determinar la forma para la resurrección de los cuerpos de Su propio pueblo?
Esto no es algo exagerado. Usted no puede inferir como se verá el árbol a partir de la
semilla. Usted no puede inferir como se verá la flor a partir de la semilla, y es igual de
insensato tratar de determinar a partir de su cuerpo actual, como es que su cuerpo de
resurrección se va a ver. Pero las buenas noticias son estas, su cuerpo de resurrección
estará en una relación con este cuerpo como la de una flor hermosa con una semilla fea,
áspera. Entonces, la analogía es ¿por qué es tan difícil para ti creer en la resurrección del
cuerpo cuando lo ves ilustrado en el mundo de las plantas?
En segundo lugar, Pablo pasa de la analogía a la forma de la resurrección, ahí en el
versículo 39. Permítame leerle hasta la primera parte del 42. “No toda carne es la misma
carne, sino que una carne es la de los hombres, otra carne es la de las bestias, otra la de
los peces, otra la de las aves. Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero una es
la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales. Una es la gloria del sol, otra la gloria
de la luna, y otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria.”
Versículo 42, “Así también es la resurrección de los muertos.”
De manera clara, toda semilla produce su propia planta, y esto depende de manera total
del diseño de la voluntad de Dios. Esto es lo que el versículo 38 dice. Es lo que Dios quiere
que sea, y Dios ha querido que haya muchas, muchas formas que existan, y entonces en el
versículo 39, “No toda carne es la misma carne,” el siguiente versículo, “hay cuerpos
celestiales y cuerpos terrenales,” está la gloria de uno y la gloria de otro, y así será en la
resurrección. En lo que a los cuerpos conciernen, Dios manda las posibilidades más
amplias, hay diferencias tan vastas que no pueden ser contadas.
Esto es más científico quizás de lo que parece. Me acuerdo hace algún tiempo atrás
estudiando los aminoácidos, hay seiscientos octodecilliones de combinaciones de
aminoácidos, y los aminoácidos determinan en esas combinaciones, en que difieren la
carne. Es tan vasto, tan incomprensible que Dios pudiera tener una mente para crear
tantos diferentes tipos de carne, tantos tipos de cuerpos.
Entonces, ¿por qué pensaríamos que sería algo muy grande para Él crear cuerpos para
santos resucitados, incluso incrédulos resucitados? En el versículo 39, él dice, “hay carne
de hombres, hay carne de bestias,” y lo que varía de bestia a bestia; otra carne de aves y
lo que varía de ave a ave; otra de peces, y eso varía de pez a pez. Hay casi una
combinación interminable de aminoácidos que crean distintos tipos de cuerpos.
Entonces, su ilustración pasa de semillas a criaturas creadas. Y después en el versículo 40
él va más allá de esta tierra y dice, “Y hay cuerpos celestiales, además de los cuerpos
terrenales; pero una es la gloria de los celestiales y otra la de los terrenales.” En otras
palabras, hay terrestres, en una traducción, eso se refiere a organismos terrestres. No hay
fin para la realidad de los organismos terrestres, creo que siempre asumimos que la vida
es mucho más simple de lo que realmente es hasta que llegamos hasta esta área con el
microscopio, y creo que fue hasta apenas al final del siglo IXX cuando la gente comenzó a
descubrir la patología de la vida existente a tantos, tantos niveles. Es sorprendente, va
más allá de la imaginación que Dios pueda crear tantas formas de vida en el mundo
microscópico, que la vida existiendo aquí en la tierra. Los organismos terrestres van más
allá de la comprensión en su variedad.
Y después hay, claro, cuerpos celestes. Cuerpos celestes, ¿a qué se refiere eso? Bueno,
“los cuerpos terrestres,” lo lleva hasta el organismo más pequeño, más minúsculo,
microscópico, hasta la creación del hombre. Los cuerpos celestes, eso significa todo lo que
hay en el espacio, todo lo que hay en el espacio, incluso está presentado para usted, el sol,
la luna, las estrellas, diferentes estrellas, incluiríamos a los planetas, y hay galaxias que
están más allá de nuestra galaxia que ahora se cuentan en algún nivel del infinito.
Hay diferentes tipos de cuerpos en la tierra y hay diferentes tipos de cuerpos en los cielos.
De hecho, todo cuerpo celeste es único. No hay uno que sea una copia al carbón, no hay
uno que sea un sello, la cantidad innumerable de billones y billones y trillones y trillones
de cosas en el espacio exterior creado por Dios, cada uno en sí, como una creación,
cuerpos celestes, y son más gloriosos dice él, tienen una gloria que es mayor, la gloria del
celestial, la gloria del terrenal es otra, pero la gloria del sol y la gloria de la luna y la gloria
de las estrellas y la gloria que difiere de estrella a estrella es un tipo trascendente de
gloria.
Entonces, él va desde el microcosmos al macrocosmos, simplemente llevándonos a todo
lugar en el universo para imaginarnos todas formas corporales, por así decirlo, que Dios ha
hecho. Donald Peattie en el Reader’s Digest de hace algunos años escribió, como las
flores, las estrellas tienen sus propios colores. A primera vista, conforme usted ve todas
las estrellas brillan como si fueran cristales congelados, pero si usted se concentra en esta,
y esa la observa, usted va a descubrir un aspecto sutil en las estrellas. La calidad de su luz
es determinada por sus temperaturas. Por ejemplo, en el cielo de diciembre usted ve
Aldebarán como un rosa pálido; Rigel como un blanco azulado, otra de un naranja, un
amarillo, etcétera, etcétera, etcétera. Ninguna estrella es como otra estrella, incluso en su
color.
Entonces así como las semillas varían, como los cuerpos terrenales, los cuerpos de
animales, los cuerpos de plantas, los cuerpos de aves, peces, varían, así como los cuerpos
celestes varían, ¿por qué tenemos un problema pensando que Dios no podría crear
cuerpos de resurrección? Hay una gloria. Me encanta esa palabra, hay una gloria en el
versículo 41, en el sol. Hay una gloria en la luna, hay una gloria en las estrellas. El
significado fundamental de gloria es manifestación, manifestación.
El punto es que los cuerpos celestes tienen su propia manera en particular de manifestar
su propia identidad, conforme al propósito creador de Dios. Podríamos pasar mucho
tiempo hablando más de eso, pero es suficiente decir, por ahora, él lo resume en el
versículo 42, “Así también es la resurrección de los muertos.” Ilustraciones de la tierra,
ilustraciones del espacio, ilustraciones de la naturaleza, ilustraciones de la astronomía, nos
muestran que puede haber cuerpos que Dios diseña sin límite, y que todo cuerpo es
diferente de cualquier otro. Para ir más allá de lo que acabo de decir, toda flor es una flor
que es única.
Todo animal es un animal que es único. Es increíble reconocer el poder masivo,
incomprensible, creador de Dios. No hay dos personas que son iguales, no hay dos plantas
que son iguales, no hay dos animales que son iguales, no hay dos flores que son iguales,
no hay dos pedazos de pasto que son iguales, así también es la resurrección de los
muertos. No vamos a ser resucitados como una especie de clones que nos vemos todos
iguales. Vamos a ser quienes somos de manera única, como un cuerpo difiere de otro, así
el cuerpo de resurrección del creyente va a diferir de este cuerpo. Eso es lo que él dijo.
Y existe la posibilidad de que en la resurrección seamos únicos. Ese es el segundo punto
que él está presentando. Eso quiere decir que su personalidad humana, su personalidad
no será quitada, será preservada para siempre en perfección, pero con sus distintivos y
con sus diferencias. Así como usted se distingue del resto de la gente ahora, usted
también en ese entonces, así como usted lo es ahora, será en ese entonces, de tal manera
que usted va a conocer a otros en el cielo. Dice usted: Bueno, ¿nos reconoceremos unos a
otros? No será cuestión de reconocernos, será cuestión de conocimiento innato, porque
no habrá nada que usted no conozca, usted conocerá como usted es conocido.
Entonces, la forma no es un problema para Dios, no es un problema para Dios, Él puede
preparar un cuerpo. Erich Sauer escribió y cito: “Entonces las tumbas de los hombres se
vuelven los lugares de semillas de la resurrección. Y los cementerios del pueblo de Dios se
vuelven los campos de resurrección de su perfección prometida.” Ahora, habiendo dicho
eso, hay dos puntos más en los pensamientos de Pablo aquí. Número tres, hemos visto la
analogía en la semilla, hemos visto la forma al ver todos los cuerpos por todo el cielo y la
tierra, los contrastes están en su mente comenzando en el versículo 42, los contrastes.
Esto es muy interesante, hablando de la resurrección de los cuerpos, cuerpos de
resurrección, se siembra en corrupción, en cuerpo perecedero, resucitaran en corrupción,
resucitará en un cuerpo sin corrupción. Se siembra en deshonra, resucitará en gloria. Se
siembra en debilidad, resucitará en poder. Se siembra en cuerpo animal, resucitará cuerpo
espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual. La objeción primordial del griego
que negaba la resurrección era que el cuerpo era corruptible y el cuerpo estaba sujeto a
descomposición.
Entonces, Pablo nos está mostrando como esto deja de ser un problema en la
resurrección mediante una serie de contrastes. Tenemos estos contrastes de manera muy
clara en los versículos 42 y 43, sí. Lo que murió era perecedero, lo que resucita es
imperecedero. Lo que murió fue sembrado en deshonra, pero es resucitado en gloria.
Sembrado en debilidad, resucitado en poder. Sembrado natural o animal, resucitado
espiritual. Estos son contrastes, permítame tan solo ver un poco más de cerca estos
contrastes.
Una versión solía decir, sembrado en corrupción resucitado en incorrupción. La vida
entera para el hombre desde la cuna hasta la tumba está en este temor de corrupción.
¿Qué significa eso? Significa que el primer aliento que usted toma es el comienzo de su
muerte. Esto es corrupción de polvo a polvo. El momento en que usted nace comienza a
morir. La corrupción comienza a funcionar y operar, es una propiedad del cuerpo terrenal
del hombre. He estado leyendo por mucho tiempo un libro fascinante llamando El
Emperador de Todas las Enfermedades, escrito por un doctor médico brillante de la India,
él es un escritor brillante, brillante. Él ha escrito un segundo libro que he comenzado a
leer, llamado Genes.
Pero en el libro El Emperador de Todas las Enfermedades, él describe el cáncer. Y él relata
esencialmente la historia entera del cáncer, y la historia de la batalla en contra del cáncer.
Y después de unas 1500 páginas, él llega al final y dice esto: “Nunca jamás conquistaremos
el cáncer. Nunca.” ¿Por qué? Porque él dice: “El cáncer es lo que significa ser humano. Es
inconquistable porque es corrupción.” Después de todas las páginas, de hablar de la
historia entera del cáncer, después de la historia entera de tratar el cáncer hasta la técnica
más moderna en la actualidad, el resumen de su investigación entera dice: No podemos
deshacernos de él. Es lo que nos define como humanos. Estamos en el proceso de
corrupción.” Él dice eso como un incrédulo. Vivimos en este temor a la corrupción, algo
nos va a sacar tarde o temprano.
Pero hay una resurrección, regrese al versículo 42, entonces, “se siembra cuerpo
perecedero, corrupto,” literalmente dice, hay una resurrección de un cuerpo
imperecedero o incorruptible. Entonces, la vida de resurrección no es solo traer de
regreso, como el rabino dijo algún cuerpo corruptible, sino es resucitar un cuerpo
incorruptible. Pedro está hablando de eso cuando él dice de la vida futura del creyente,
que promete una herencia que es “incontaminada, incorruptible, inmarcesible, reservada
o guardada en el cielo para vosotros,” 1 Pedro 1:4. Así como nuestra herencia es
incorruptible, imperecedera, así los que heredamos eso somos incorruptibles e
imperecederos.
Y, en segundo lugar, el no solo dice este cuerpo de resurrección es sembrado un cuerpo
perecedero, sino resucitado uno imperecedero, versículo 43, “es sembrado en deshonra,
es resucitado en gloria.” Hay siembra en deshonra, ésta es la deshonra de la muerte, esta
es la deshonra de la muerte, no importa cuán inteligente sea usted, no importa cuán
apuesto sea usted, no importa cuán brillante sea usted, no importa cuán exitoso sea
usted, no importa cuanto haya logrado usted, usted comienza a mostrar señales de
deshonra, de corrupción.
El pecado cobra su factura. El pecado muestra sus efectos. Y toda su belleza y juventud,
brillo y fortaleza y poder e influencia comienzan a desvanecerse, y usted va de sea cual sea
honra que usted recibió a deshonra. Y si usted ha llegado a preguntarse por eso,
simplemente vaya a visitar un lugar para gente mayor, y vea algunas de las personas más
brillantes y más honorables en un estado de deshonra total. Todos llegaremos ahí, al
menos de que nuestra vida sea arrebatada antes. El pecado en últimas va a deshonrarnos,
va a convertirnos en algo que necesita ser quitado de la sociedad, y guardado y encerrado.
La vida humana eventualmente se vuelve deshonrosa en ese sentido, en el sentido
corporal. Siempre me sorprende asistir a un funeral y ver lo que le hacen al cuerpo para
tratar de darle algo de honor, maquillaje, vestir a cadáveres en su mejor ropa de domingo,
colocarlos en un ataúd elegante. Sin embargo, todos sabemos que ésta es la indignidad
definitiva, la deshonra final. Pero, dice Pablo, “es resucitado en gloria,” es resucitado en
gloria. ¿Qué significa eso? En el retrato de eso, Mateo 17, gloria de transfiguración de
Cristo. La gloria de transfiguración de Cristo es resucitado en gloria radiante, es resucitado
en la manifestación completa de la intención divina en la creación.
Esto no significa que seremos como Adán. No, no seremos como Adán antes de que él
cayó. Seremos como Adán habría sido si él nunca hubiera pecado. Seremos glorificados.
Romanos 8, él dice eso, a quién Él ha escogido, Él justificó, y glorificó. Cuando salgamos de
la tumba no habrá deshonra, seremos todo lo que Dios diseñó que la humanidad fuera
cuando la creó. Gloria humana completa, incluso radiando la gloria de Dios brillando a
través de nuestra humanidad redimida y resucitada. Seremos como Cristo en Su
transfiguración, gloria radiante. Los santos son vistos en retratos en el libro de Apocalipsis,
literalmente como radiando luz, vestimentas de luz y gloria radiante. Cuando morimos
somos sembrados en el suelo como una semilla que es perecedera, somos resucitados
imperecederos, somos sembrados como una semilla que está en deshonra, somos
resucitados en gloria.
En tercer lugar, en el versículo 43, “somos sembrados como una semilla en debilidad,
resucitados en poder.” Nada es más débil que un cuerpo muerto. Incluso somos débiles
cuando estamos vivos. Nos debilitamos conforme pasa la vida, estamos sujetos a la
enfermedad, al dolor emocional, al fracaso, a las heridas, no podemos cumplir nuestros
sueños, no podemos cumplir nuestros deseos, no podemos conquistar nuestras
debilidades, no podemos superar nuestras tentaciones, finalmente la muerte, somos
totalmente inútiles. Somos sembrados entonces en debilidad, nada hay más débil que un
cuerpo muerto, pero somos resucitados en poder. Resucitados en poder.
Cuando somos resucitados no habrá debilidad, seremos resucitados poseyendo poder
eterno, poder divino, el poder que es generado en y a través de nosotros por la vida
misma de Dios en nosotros. No más el aguijó de la derrota, no más la amargura de la
decepción, no más la vergüenza del fracaso, no más la imposibilidad de ciertos logros y
esfuerzos. Viviremos en una esfera de poder y triunfo y victoria. Esa es la razón por la que
en el versículo 55, llegaremos ahí más adelante, el versículo 54 dice, “la muerte es
absorbida en victoria,” saldremos de la tumba victoriosos. “¿Dónde está, oh muerte, tu
victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? El aguijón de la muerte es el pecado, y el
poder del pecado es la ley. Pero gracias sean dadas a Dios quien nos da la victoria a través
de nuestro Señor Jesucristo.”
Martin Lutero dijo del cuerpo humano, “Por muy débil que sea ahora, sin poder y
capacidad cuando yace en la tumba, será tan fuerte eventualmente cuando el tiempo
llegue, que no habrá nada imposible para él, tendrá la mente para hacerlo, y será como la
luz,” dice Lutero, “tan ágil, que en un instante puede flotar aquí abajo en la tierra o arriba
en el cielo.” Describiendo nuestro movernos de un lugar a otro en los cielos nuevos y la
tierra nueva. Sí, la tumba declara que el cuerpo es sembrado en corrupción, en deshonra,
en debilidad y se descompone.
Ni importa cuán grandioso sea el reconocimiento, no importa que bien vestido esté el
cadáver, no importa cuántos adornos hay en el funeral, no importa cuán dulces sean las
fragancias, no importa cuán hermosas sean las flores, es muerte, es descomposición, la
semilla sembrada. Pero cuando la resurrección venga, de la tumba saldrá para el creyente,
un cuerpo nuevo será un cuerpo resucitado, imperecedero, resucitado en gloria y
resucitado en poder.
Y resumiéndolo en el versículo 44, se siembre cuerpo animal, o natural, resucitará cuerpo
espiritual. Hay cuerpo animal y hay cuerpo espiritual. Animal o natural, significa que
pertenece a la carne. Animal o natural significa que pertenece a esta vida. Tiene que ver
con la vida actual, es el hombre natural, 1 Corintios 2:14, para eso es este cuerpo. Cuando
vamos a la tumba vamos sembrando, ese cuerpo está siendo sembrado como un cuerpo
natural, un cuerpo diseñado para encajar con nuestra vida actual. Es psuchikon, es psuche,
carne, vida natural.
Mientras que vivamos en la tierra somos plagados por ser naturales. Por esta razón hay
corrupción, deshonra y debilidad, todo eso es parte del pecado, claro. El cuerpo natural
entonces, no es apto para la vida venidera, tiene que ser sembrado, tiene que morir para
que otro cuerpo pueda salir, no un cuerpo natural, sino que será resucitado un cuerpo
espiritual. Esto es un cuerpo que es apto para la esfera espiritual, no un espíritu, sino un
cuerpo apto para la esfera espiritual.
Y de nuevo, quizás debo leer 2 Corintios 5, me referí a ese pasaje antes, Pablo dice: “Si
este tabernáculo terrenal que es nuestra casa, es derribado, tenemos un edificio de Dios,
una casa no hecha con manos, eterna en los cielos.” Es un cuerpo eterno. De hecho, en
esta casa gemimos, anhelando ser revestidos con nuestra morada del cielo, así como
habiéndonos vestido de ella, no seremos hallados desnudos. De hecho, mientras que
estamos en este tabernáculo gemimos, siendo cargados, porque no queremos ser
desvestidos, sino ser vestidos de tal manera que lo que es mortal será tragado por la vida.
Y después él procede a decir, este es el propósito de Dios para nosotros, rendimos un
psuqué, carne, por un pneumatikon sōma un cuerpo que encaja con la esfera espiritual, la
esfera en dónde Dios mora. Es apto para la vida espiritual. El cuerpo que tenemos ahora
está adaptado a este lugar más bajo, el cuerpo que recibimos en la resurrección será
adaptado a ese lugar más alto. Es pneumatikon sōma, un cuerpo transformado por el
poder que da vida del Espíritu Santo, y adaptado para nuestra nueva residencia en el cielo,
será un cuerpo de gloria. Gloria significa que será un cuerpo en dónde la manifestación de
Dios radiará de nosotros, poseeremos vida divina en todo sentido. Radiaremos la gloria
misma de Dios.
Ahora, usted se está diciendo a sí mismo. Ahora, espera un minuto, todavía no sé cómo se
va a ver esto. Entonces, permítame darle el punto final que Pablo presenta, el prototipo,
versículo 45. “Así también está escrito, el primer hombre Adán, alma viviente, el postrer
Adán, espíritu vivificante; más lo espiritual no es primero, sino lo animal, luego lo
espiritual. El primer hombre es de la tierra, terrenal, el segundo hombre que es el Señor,
es del cielo. Cuál el terrenal, tales también los terrenales, y cuál el celestial, tales también
los celestiales. Y así como hemos traído la imagen del terrenal traeremos también la
imagen del celestial.”
Mmm. A Pablo le encanta hacer comparaciones entre Adán y Cristo, y lo hace mucho, lo
hace mucho, lo hace mucho. Y él lo hace aquí otra vez, comparando a Adán con Cristo, las
cabezas de dos familias. Adán, claro, es la cabeza de todos los que son terrenales. Cristo es
la cabeza de todos aquellos que son celestiales. Él hace un contraste entre estos dos. Está
Adán, quien se volvió un alma viviente, citando de Génesis 2, y él nos ha dado vida
natural, vida que es de la tierra, terrenal.
Pero después está Cristo, quien es el postrer, o el último Adán, quien se vuelve un espíritu
que da vida, quien nos da vida espiritual, esto es vida celestial, el último Adán nos da vida
apta para el cielo, así como el primer Adán nos dio vida apta para la tierra. Todos
descendemos de Adán, todos estuvimos en los lomos de Adán, todos nosotros hemos
venido de Adán y Eva, y la naturaleza de Adán básicamente es nuestra naturaleza, somos
como Adán, Adán es el prototipo de la vida natural del hombre en un cuerpo natural con
pecado. Jesucristo es el prototipo de la vida espiritual del hombre en un cuerpo espiritual.
Entonces, usted hace la pregunta, ¿cómo será su cuerpo? Será como el cuerpo resucitado
de Cristo, eso es lo mejor que podemos decir. Y lo vieron, lo reconocieron, hablaron con
Él, Él comió con ellos, Él atravesó paredes, Él se movió de un lugar a otro de manera
instantánea sin tener que cruzar por el espacio que estaba en medio de esos dos puntos.
Él tuvo una gloria en Él que era trascendente, Él se movió de la tierra al cielo. Adán, como
fue creado originalmente nos dio a todos, nuestra vida natural, y con ella la muerte. Cristo
resucitado de los muertos nos da nuestra vida espiritual, incorruptible, glorificada, una
vida poderosa espiritual.
Pablo de hecho dice en Filipenses 3:21, tendremos el cuerpo de Su gloria. Ahí está otra vez
esa palabra ‘gloria’. 1 Juan 3:2, lo veremos tal como Él es, seremos como Él; diferente,
radiante, trascendente, poderoso. Sin embargo, se podía tocar y sentir, y Cristo todavía
tuvo las cicatrices de las heridas, todavía se le podía reconocer el mismo Jesús, se acuerda
usted de Hechos 1:11, Jesús ascendiendo al cielo, el ángel dijo, éste mismo Jesús quien es
tomado de vosotros vendrá. Es el mismo Jesús. Ese es el prototipo para la resurrección.
Entonces, todo lo que conocemos acerca de Cristo resucitado es lo que conocemos acerca
de nuestros cuerpos de resurrección. De nuevo, vea Filipenses 3:20–21 cuando pueda, vea
todos los registros en los evangelios de Cristo, después de su resurrección, y usted verá el
prototipo de vuestros cuerpos resucitados. Ahora, llevamos la imagen de Adán, el cuerpo
de descomposición, entonces llevaremos la imagen de Cristo, el cuerpo de gloria.
Ahora somos terrenales, entonces seremos celestiales. Ahora llevamos la imagen del
terrenal, versículo 49, entonces la imagen del celestial. Seremos copias del Señor
Jesucristo después de Su resurrección. Es simplemente algo increíble darnos cuenta de
esto. ¡Qué regalo tan sorprendente y asombroso! Eso va a pasar. Esa resurrección va a
pasar cuando nuestro Señor venga.
Escuche 1 Tesalonicenses 4. “Creemos,” versículo 14, “que Jesús murió y resucitó, así
también Dios traerá con Él aquellos que han dormido en Jesús, porque esto os decimos
por la palabra del Señor, que los que vivimos y permanezcamos hasta la venida del Señor,
no precederemos a aquellos que han dormido.” En otras palabras, los muertos resucitarán
primero. “El Señor mismo descenderá del cielo, con grito, con voz de arcángel, con
trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero, después nosotros los que
vivimos y permanecemos en el rapto, seremos arrebatados juntamente con ellos en las
nubes, para encontrarnos con el Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.”
¿Qué sucede en el rapto cuando todos nos vamos a ir hacia arriba en el aire, aquellos que
están vivos y aquellos que están saliendo de las tumbas? Versículo 51 de 1 Corintios 15
nos dice: “Os digo un misterio, no todos dormiremos, todos seremos cambiados, todos
seremos transformados en un momento, en el abrir y cerrar de un ojo, en la última
trompeta. Porque la trompeta sonará y los muertos resucitarán imperecederos, y seremos
cambiados.” Y ahí es cuando esto perecedero debe vestirse de lo imperecedero, y esto
mortal se vestirá de inmortalidad. Eso es cuando la muerte es tragada o absorbida en
victoria.
Esa es la resurrección. Eso es lo que el Señor tiene preparado para nosotros, un cuerpo
apto para la vida completa del cielo, un cuerpo del cual la gloria de Dios radiará, un cuerpo
de poder, un cuerpo sin ninguna restricción humana de tiempo o espacio, un cuerpo que
puede comer, pero nunca necesitar comer. Un cuerpo que puede volar y moverse de un
lugar a otro de manera libre, un cuerpo sin edad, sin límites de tiempo, un cuerpo que
existe en un presente eterno de gozo y paz, que no conoce pasado, y no conoce futuro,
sino simplemente un momento eterno de paz y gozo.
Un cuerpo exaltado para ser capaz de hacer todo lo que Dios diseñó que el hombre
hiciera, y mucho más allá de lo que podemos imaginar, un cuerpo totalmente feliz,
totalmente contento, totalmente en paz, totalmente satisfecho en dónde no hay dolor, no
hay lágrimas, ni tristeza, ni lloro, ni muerte, un cuerpo de esplendor, descrito como
refulgente, como transparente, como brillando como la luna y las estrellas, como el brillo
del cielo, como el sol en su fuerza, y como el Señor Jesucristo en gloria completa de
resurrección. Esta es una promesa sorprendente y asombrosa. R E S U C I T A R E M O S.
Ahora, eso nos lleva al párrafo final glorioso, y eso será lo que sigue para nosotros.
Entraremos a detalle en eso, para hablar del acontecimiento que leímos que produce esta
resurrección gloriosa. Padre, te damos gracias de nuevo por la oportunidad de
congregarnos en esta noche y celebrar el amarte a Ti, el servirte, el congregarnos para
adorarte en comunión unos con otros, simplemente estamos abrumados por la grandeza
de Tu promesa. Esto es simplemente asombroso para nosotros, no solo no vamos
simplemente a pudrirnos en una tumba, ni vamos a ser resucitados para condenación
eterna, porque te pertenecemos. Todo eso está preparado para nosotros, no porque lo
merecemos. No lo merecemos. No porque nos lo ganamos. No los lo ganamos. Si no
porque Tú nos has amado con amor soberano y de gracia.
Te agradecemos Señor por una promesa tan asombrosa para pecadores indignos. Haznos
agradecidos, y que esa gratitud sea demostrada porque vivimos todo momento para traer
gratitud a Ti, por una promesa eterna tan sorprendente. Bendecimos Tu nombre. No
somos dignos. Ayúdanos a ser fieles y a vivir con gozo sin importar lo que esta vida traiga,
sabiendo lo que está por venir. Estando dispuestos a llevar cualquier sufrimiento aquí, por
el peso eterno de gloria, la herencia apartada para nosotros en Tu presencia.
Y te bendecimos y te agradecemos en el nombre de Cristo. Amén.
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La resurrección: La clave de todo


Escritura: Escrituras seleccionadas

Código: 80–114
John MacArthur
Siempre es un desafío maravilloso para mí cuando llego a este domingo en particular en el
año el saber lo que el Señor quiere que diga después de haber estado aquí en los últimos
veintitrés domingo de resurrección y compartiendo tantas cosas acerca de la resurrección
de Jesucristo. Conforme estaba meditando y buscando conocer la mente del Señor con
respecto a este día del Señor, hice una pregunta simple en el proceso de un meditar y esa
pregunta es: ¿qué es lo que Dios Padre querría que yo dijera acerca de la resurrección?
No tanto lo que la gente querría oír y no tanto lo que llamaría su atención y la cautivaría,
no tanto lo que podría ser un detalle con respecto al domingo de resurrección y la Pascua,
en lo que no han pensado. Pero, ¿qué es lo que el Padre querría que yo dijera? ¿Qué
mensaje simple, directo podría traer que el Padre mismo querría que yo dijera con
respecto a la resurrección de Su Hijo? Ciertamente, se han escrito muchos libros y muchos
artículos y muchas disertaciones y tesis a lo largo de los años acerca de la resurrección.
Han habido muchas conferencias y discursos y sermones y discusiones acerca de la
resurrección.
La mayoría de esto se enfoca en cómo probar la resurrección. De hecho, los libros que han
sido escritos acerca de probar la resurrección llenarían muchísimas repisas de bibliotecas.
Y eso no es raro, porque con frecuencia en esta época del año, surge la pregunta de cómo
podemos probar la resurrección. Si es tan importante para la fe cristiana, ¿cómo la
probamos? ¿Qué es lo que Jesús prueba que Jesús realmente resucitó de los muertos?
La respuesta a esta pregunta es muy simple, la Biblia. Ahora que hemos respondido a esa
pregunta, quiero pasar a otra pregunta. No quiero hablar acerca de cómo probamos la
resurrección. La Biblia prueba la resurrección. Es la Palabra de Dios y dice que Jesucristo
resucitó de los muertos y eso cierra el tema. El asunto francamente no es lo que prueba
que la resurrección sucedió. El asunto es: ¿qué prueba la resurrección? ¿Qué es lo que
prueba la resurrección? Y la respuesta es básicamente el plan redentor completo y el
propósito de Dios. De hecho, la resurrección es la clave de todo.
Si usted quita la resurrección de Jesucristo del cristianismo, usted no tiene cristianismo.
Usted literalmente quita el corazón de la misma. Nosotros aceptamos que la resurrección
sucedió por la fe, la fe en las Escrituras. La fe nos es dada por el Espíritu Santo. Hemos sido
convencidos por el Espíritu Santo de que la Biblia es verdad y la Biblia dice que Jesús
resucitó de los muertos y eso cierra la discusión. Y en las páginas de las Escrituras, hay
amplia y convincente evidencia.
Pero la pregunta es ¿qué es lo que significó la resurrección de Jesucristo? ¿Qué verificó?
¿Qué logró? ¿Qué probó? Bueno, quiero observemos varias realidades que son probadas
por la resurrección, varias que son probadas de manera contundente por la resurrección.
Y yo pienso que usted encontrará que son muy básicas en el mensaje de la Escritura.
Primero que nada, la resurrección prueba la veracidad de la Palabra de Dios. Prueba la
veracidad de la Palabra de Dios. Eso es realmente revertir el enfoque normal. Podemos
decir que bueno, la palabra de Dios prueba la resurrección. Pero veámoslo al revés y
veamos cómo la resurrección prueba la Palabra de Dios.
Abra su Biblia en Hechos capítulo 2. Hecho capítulos 2 nos lleva a un gran día en la historia
de la Iglesia, su primer día, el día en el que nació la Iglesia, el día de Pentecostés. Los
creyentes habían sido llenos del poder del Espíritu Santo y ahora Pedro se pone de pie
para predicar un gran sermón, el cual habiendo sido oído causó que tres mil personas
fueran salvas. Y la Iglesia nació. Pero conforme él entra a su sermón, él cita a un pasaje del
Antiguo Testamento comenzando en el versículo 25 de Hechos 2. Él está hablando acerca
de Cristo y Su muerte en el versículo 23, habla de Su resurrección en el versículo 24
cuando dice que Dios le levantó sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible
que fuera en retenido por ella.
Y después, pasa a citar el Salmo 16. “Porque David dice de Él: Veía al Señor siempre
delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido. Por lo cual mi corazón se
alegró, y se gozó mi lengua, y aun mi carne descansará en esperanza; Porque no dejarás
mi alma en el Hades, Ni permitirás que tu Santo vea corrupción. Me hiciste conocer los
caminos de la vida; Me llenarás de gozo con Tu presencia.”
Él está citando a David. David fue el autor del Salmo 16 y David estaba escribiendo esto.
Ahora, algunos podrían decir que David estaba escribiendo esto acerca de sí mismo. Pero
eso no es verdad. Porque el alma de David fue al Hades y el cuerpo de David enfrentó
corrupción y David, el hombre que era en un cuerpo físico no ha regresado a los caminos
de la vida. Entonces, no podía referirse a David.
Observe cómo Pedro interpreta esto en el versículo 29. “Varones hermanos, se os puede
decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con
nosotros hasta el día de hoy.” En otras palabras, Pedro está diciendo que David no pudo
haberse estado refiriendo a sí mismo. David ha sido abandonado, por así decirlo, a la
muerte. Él todavía está en la morada de los muertos. Su tumba todavía está presente,
todavía se conoce por el pueblo. Ellos inclusive sabían su ubicación. David no ha regresado
a los caminos de la vida. Entonces, no podía estar refiriéndose a David.
Versículo 30: “Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado
que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en
su trono, viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en
el Hades, ni su carne vio corrupción.”
En otras palabras, él dice David estaba profetizando como profeta la resurrección de
Jesucristo. Fue Jesucristo, cuya carne permanecería en esperanza, cuya alma no sería
abandonada en el Hades y quien como el Santo nunca enfrentaría corrupción. Fue
Jesucristo a quien se le devolvería el camino de la vida y quien regresaría lleno de gozo
frente a frente a la presencia de Dios. David no cumplió eso. Su tumba todavía estaba
sellada ahí cerca de Siloam. Pero David fue profeta y David estaba prediciendo la
resurrección del Mesías.
Para resumir el argumento de Pedro, su lógica sería así. El Salmo 16 se refiere a alguien
siendo resucitado. No puede ser David. El Mesías debía venir como el hijo mayor de David,
de los lomos de David. El Salmo se refiere al Mesías. El Mesías, por lo tanto, sería
resucitado de los muertos. Y después, él concluye en el versículo 32: “A este Jesús resucitó
Dios.” El Antiguo Testamento, entonces, en el Salmo 16 predice la resurrección del Mesías.
Si el Mesías no resucita, si Jesucristo no resucita de la tumba, la Biblia no nos está diciendo
la verdad. Pero la resurrección de Cristo prueba que la Biblia habla verdad. ¿Qué prueba
entonces la resurrección? La veracidad de la Palabra de Dios.
Observe Hechos capítulo 13; y aquí encontramos al predicador, no a Pedro en este caso,
sino a Pablo. Y Pablo, de una manera coherente con Pedro, también estaba predicando la
resurrección, la cual era el corazón de la fe cristiana. Y en Hechos, capítulo 13, quiero que
observe el versículo 30. Versículo 29, claro, está hablando de la cruz y Cristo siendo
colocado en el sepulcro.
Y después, Pablo dice conforme proclama a Cristo a los judíos, versículo 30: “Mas Dios le
levantó de los muertos. Y Él se apareció durante muchos días a los que habían subido
juntamente con Él de Galilea a Jerusalén, los cuales ahora son Sus testigos ante el pueblo.
Y nosotros también os anunciamos el Evangelio de aquella promesa hecha a nuestros
padres.”
Ahí está de nuevo. Estamos predicando la resurrección. Son buenas nuevas. Somos
testigos de eso. Y eso es aquello que fue prometido a los padres, los padres judíos, los
santos del Antiguo Testamento. Versículo 33: “la cual Dios ha cumplido a los hijos de ellos,
a nosotros, resucitando a Jesús; como está escrito también en el Salmo segundo: Mi hijo
eres Tú, Yo te he engendrado hoy.” Y él está diciendo, cuando el salmista dijo eso, él
estaba prediciendo que Jesús sería resucitado de los muertos.
Versículo 34: “Y en cuanto a que le levantó de los muertos para nunca más volver a
corrupción, lo dijo así: Os daré las misericordias fieles de David.” Esa es una profecía de
Isaías capítulo 55, versículo 3, la cual promete que el Mesías no perecerá, sino que el
Mesías heredará las bendiciones santas y seguras prometidas a David. Esa es toda la
promesa del Reino.
Y después, él dice, en el versículo 35, regresando al Salmo 16 que vimos anteriormente:
“Por eso dice también en otro Salmo: No permitirás que Tu Santo vea corrupción. Porque
a la verdad David, habiendo servido a su propia generación según la voluntad de Dios,
durmió, y fue reunido con sus padres, y vio corrupción. Mas aquel al que Dios levantó no
vio corrupción”
De nuevo, usted ve, aquí está Pablo y en base a tres profecías del Antiguo Testamento, él
predice la resurrección de Jesucristo. Las Escrituras están en juego. Si Jesús no resucita, el
Salmo 2 está mal, el Salmo 16 está mal, Isaías 55 está mal y cualquier otro pasaje del
Antiguo Testamento que indica la resurrección de Jesucristo está mal. Por lo tanto, la
Biblia no puede ser confiada. No siempre es verdad. Y entonces ¿quién puede discernir
cuándo lo es y cuándo no? Y el hombre es dejado con un documento sin esperanza alguna,
totalmente torcido, confundido, inapropiado en las Escrituras. Pero si Jesús resucita de los
muertos, las profecías son verdad, la Palabra de Dios es confirmada como hablando
verdad.
En Hechos capítulo 26, leemos en el versículo 22: “y entonces habiendo obtenido ayuda
de Dios, estoy de pie en este día testificando a tanto grandes como pequeños, no diciendo
nada que los profetas dijeron que iba a suceder.” Y, ¿qué fue lo que dijeron los profetas?
¿Y qué fue lo que Moisés dijo inclusive ahí atrás en el Pentateuco? “Jesucristo iba a sufrir y
que por medio de Su resurrección de los muertos, Él sería el primero en proclamar tanto a
los judíos como a los gentiles.
De regreso a la ley, de regreso a los profetas como también en la hagiógrafa, los escritos
sagrados, los Salmos; vemos en la ley, los profetas y los escritos. El Mesías morirá y el
Mesías resucitará. Las Escrituras están en juego cuando Jesús resucitó entonces. Todas
estas profecías y muchas más fueron cumplidas y la Palabra de Dios probó ser verdad.
Ahora, quiero que pase al segundo capítulo del Evangelio de Juan, Juan 2:19 y nuestro
Señor Jesús está hablando, está hablándole a los judíos que le estaban pidiendo una señal.
Respondió Jesús y les dijo “¿quieren una señal cerrar? Se las voy a dar. Versículo 19:
“destruiré este templo y en tres días lo levantaré.” Esto es una profecía. Esto es una
escritura hablada por Cristo registrada en el Evangelio de Juan.
Los judíos, en su ignorancia, dijeron: “Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue
edificado este templo,” el templo físico de Herodes, “¿y Tú en tres días lo levantarás? Mas
Él hablaba del templo de Su cuerpo. Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, Sus
discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús
había dicho.”
Ellos sabían que la Escritura prometía una resurrección. Ellos sabían que Jesús, al hablar
escrituras del Nuevo Testamento prometió una resurrección y cuando sucedió, ellos
creyeron en la Escritura. La resurrección de Jesucristo debe afirmar nuestra fe y confianza
en la veracidad, la inerrancia de las Escrituras. ¿Qué prueba la resurrección? Prueba que
las Escrituras son verdad.
En Lucas, capítulo 24, una escena conocida en el camino a Emmaus conforme dos
discípulos tristes caminan pensando que su Señor ha perecido para siempre, sin saber de
Su resurrección. Ellos están tristes. Todo está perdido. Y conforme Jesús llega junto a ellos
en el versículo 25 de Lucas 24, le dice: “¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer
todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas,
y que entrara en Su gloria? Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los
profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de Él decían.”
El retrato de un Mesías muerto y resucitado está por todos lados en el Antiguo
Testamento, cada vez que hubo un sacrificio de un Cordero. Cada vez que un sacrificio así
es registrado en las Escrituras, habla de un Mesías muriendo. Pero cada vez que habla de
un Mesías reinando y gobernando y el Reino, habla de un Mesías viviente, y por lo tanto
es obvio que el que muere debe regresar a la vida. Está por todos lados en el Antiguo
Testamento. Y la veracidad de las Escrituras está en juego en la resurrección.
En 1 Corintios 15:3, usted se acuerda de estas palabras maravillosas: “os he entregado en
primer lugar lo que recibí, que Cristo murió por nuestros pecados de acuerdo con las
Escrituras y que fue sepultado y que resucitó en el tercer día de acuerdo con las
Escrituras.” Tal como dijo el Antiguo Testamento que sería, así como Él dijo y los escritores
del Nuevo Testamento dijeron que sucedería.
En segundo lugar, la resurrección no sólo prueba la veracidad de la Palabra de Dios,
prueba la deidad del Hijo de Dios, la deidad del Hijo de Dios. De hecho, no hay mayor
prueba que exista para probar la naturaleza divina de Jesucristo que Su resurrección de los
muertos. Esto es lo más monumental que hizo para verificar que Él era Dios, porque sólo
Dios puede dar vida, sólo Dios puede conquistar la muerte.
Si usted ve el Nuevo Testamento, usted encontrará muchos individuos dando testimonio
de Cristo como Dios. Algunos de ellos son más sorprendentes, otros los podríamos
esperar. Por ejemplo, los demonios afirman la deidad de Cristo en Marcos 5:6–7. El
demonio dijo: “el demonio dijo: Jesús Hijo del Altísimo.” Inclusive los demonios, inclusive
los siervos del infierno, los ángeles caídos saben de Su deidad. Ellos saben que Él es el hijo
del altísimo.
En Juan capítulo 9 usted conoce a un hombre que nació ciego, un hombre a quien Jesús
sanó, un hombre que estaba enfermo para la gloria de Dios. Y Jesús le dice si cree en el
Hijo del Hombre. Y le respondió y dijo ‘¿y quién es Él, Señor, para que crea en Él?’ Y Jesús
dijo: ‘lo has visto y Él es el que está hablando contigo.’ Y él contestó: ‘Señor, yo creo.’ Y él
lo adoró. Él sabía que él estaba hablando con Dios. El resto de la gente dijo ‘no sabemos
de dónde es Él.’ Y el hombre y ciego dijo: ‘¿quieren decir que Él abrió mis ojos y ustedes
no saben de donde es Él?’
Luego escribieron los discípulos, quienes dieron testimonio. Pedro, en nombre de todos
dijo ‘Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente’. Tomás dijo: ‘Señor mío y Dios mío’.
Nataniel dijo: ‘Tu eres el Hijo de Dios’. Mateo dijo: ‘Él es Dios con nosotros’. Marcos dijo:
‘Él es Jesucristo, el Hijo de Dios’. Lucas dijo: ‘Él es el hijo de Dios’.
Los apóstoles, los escritores del Nuevo Testamento afirman la deidad de Cristo. Estuvo
Juan el Bautista, usted recordará, Su primo, que dijo: ‘vi y doy testimonio de que éste es el
Hijo de Dios.’ Estuvo Marta, la hermana de María, quien dijo afirmando de manera clara:
“he creído que Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que viene al mundo,” Juan 11:27. Hubo
un testimonio de un soldado romano en Su crucifixión, ‘verdaderamente éste es el Hijo de
Dios’. Y Cristo de manera repetida hizo afirmaciones así. Él dijo: ‘si me habéis visto a Mí,
habéis visto al Padre. Yo y el Padre uno somos.’
Usted tiene testimonio de todos estos individuos acerca de la deidad de Cristo, pero
ninguno de ellos es tan potente como el testimonio de un individuo más. Observe
Romanos 1:4. En el versículo 1 se nos presenta la frase ‘el Evangelio de Dios’, Romanos
1:1. El versículo 2 dice “Dios lo prometió a través de los profetas.” El versículo 3 dice: “Fue
el Evangelio de Dios acerca del Hijo de Dios.” Después, el versículo 4 dice que: “fue el
Evangelio de Dios acerca de Su Hijo “quien fue declarado el Hijo de Dios con poder por la
resurrección de los muertos.”
El Padre habló del cielo y dijo: “este es Mi Hijo amado, a Él oíd.” Y esa fue una palabra
fuerte por parte de Dios, pero una palabra inclusive más fuerte por parte de Dios es que
Dios lo resucitó de los muertos. Y Dios, en esencia, estaba diciendo “este es Mi Hijo amado
y se ha probado que Él es Mi Hijo al ser resucitado de los muertos, con toda seguridad y
por toda razón escúchelo a Él.” Romanos 1:4 es el testimonio de Dios el Padre. Él es el
testigo supremo.
En Hechos 13:30 dice: “Dios lo resucitó de los muertos;” y Dios dio testimonio de su
deidad. En Romanos 6:4, nos dice también que Cristo fue resucitado de los muertos “a
través de la gloria del Padre.” El Padre quiso resucitarlo de los muertos, para que a través
de Su gloria o de Su poder, Sus atributos, Su esencia, Él resucitó a Cristo de los muertos.
Efesios 1:19 habla de la grandeza del poder de Dios. ¿Qué tan grande es? Versículo 20, es
el poder mediante el cual Él llevó a cabo la resurrección de Cristo de los muertos y lo
sentó a Su diestra. De nuevo, Dios es quien resucitó a Cristo y lo hizo para dar testimonio
de la deidad de Él. Él se ha vuelto en su resurrección tanto Cristo como Señor. La
resurrección, Pedro dice en Hechos 2:36, los presenta a Él como Señor y Cristo.
Entonces, la resurrección no sólo prueba que Jesucristo vino al mundo para salvar a
pecadores, sino que prueba que Él era Dios. Romanos 4:25, podría ser el versículo más
maravilloso, el más potente con respecto a la aplicación de Su resurrección. Y presenta un
tercer punto, y quiero que entienda este tercer punto. El primer punto, Su resurrección
prueba la veracidad de la Palabra de Dios. El segundo punto, Su resurrección prueba la
deidad del Hijo de Dios. En tercer lugar, Su resurrección prueba la conclusión de la
salvación de Dios, la conclusión de la salvación de Dios.
Escuche Romanos 4 - una verdad maravillosa, verdad sobre la cual edificamos nuestras
vidas. “Él fue entregado por nuestras trasgresiones y resucitado por nuestra justificación.”
Para que Dios no justificara, para que Dios nos declarara justos, Él tuvo que resucitar a
Jesús de los muertos. Cuando dice ‘Su nombre será llamado Jesús, porque Él salvará a Su
pueblo de sus pecados’, eso es exactamente lo que los hizo. Pero para hacer eso, tuvo que
resucitar a Cristo de los muertos.
Esta fue una evidencia indispensable de la conclusión y valor eficaz de Su muerte. Fue la
manera en la que el Padre dijo ‘Tu muerte cumplió el propósito con el que se planeó’. Fue
Dios resucitándole de los muertos que afirmó que lo que Él hizo en la cruz satisfizo la
justicia santa de Dios. Si Él no hubiera resucitado, entonces todo lo que Él es Jesucristo
superestrella y Su muerte es la muerte de un hombre ordinario y no tiene un valor para la
salvación. Pero Él resucitó de los muertos y Él fue resucitado por el Padre para nuestra
justificación. Él fue resucitado para que a los ojos de Dios, pudiéramos ser hechos justos;
para que a los ojos de Dios, pudiéramos estar sin pecado, para que nuestro pecado
pudiera ser hecho a un lado y perdonado.
Cuando Él fue resucitado, fue como si Dios dijera ‘Yo acepto el sacrificio, lo acepto’. Hay
tantas características esenciales en nuestra salvación que dependen de la resurrección.
Puedo tomar Romanos 4:25 y dividirlo en diferentes componentes. El conceder o dar vida
eterna depende de la resurrección. Como en Adán todos murieron, así en Cristo todos
vivirán. Porque ‘Yo vivo, vosotros viviréis también’. En otras palabras, fue en la muerte de
Cristo y Su resurrección que Él nos concedió vida eterna. Si Él nunca resucitó, entonces
demostró que Él no podía conquistar la muerte.
Si Él nunca resucitó, no estaría vivo. Si Él no estuviera vivo, no podría darnos vida. Pero Él
resucitó y Él dijo en Juan 11:25: “Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en Mí aunque
muera, volverá a vivir.” Entonces, la vida eterna depende de la resurrección. Ese es un
componente en la conclusión de la salvación de Dios.
En segundo lugar, el descenso del Espíritu Santo. Si Jesús no hubiera resucitado de la
tumba, Él nunca habría ascendido de regreso al Padre. Si Él no hubiera ascendido de
regreso al Padre, nunca habría enviado al Espíritu Santo. Él mismo dijo que no podría
enviar al Espíritu Santo hasta que hubiera regresado al Padre.
Juan 16:17: “Pero Yo os digo la verdad: Os conviene que Yo me vaya; porque si no me
fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando Él
venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.” Cuando Él venga, Él nos va
a guiar a toda la verdad. Cuando Él venga, Él les va a recordar todas las cosas. Cuando Él
venga, Él los va a colocar en el cuerpo de Cristo. Cuando Él venga, se va a volver la garantía
de su vida eterna. Cuando Él venga, Él va a establecer residencia en ustedes y ustedes se
convertirán en Su templo. Cuando Él venga, Él va a capacitarlos para el servicio. Cuando Él
venga, Él los va a guiar. Cuando Él venga, Él los va a instruir en la Palabra de Dios.
Él va a hacer la unción que les enseña para que no necesiten maestros humanos. El
ministerio de entero del Espíritu Santo dependía de la resurrección de Jesucristo. Si Él no
resucitó, Él no podía descender, si Él no podía descender, Él no podía enviar al Espíritu. No
resurrección, no ascensión; no ascensión, no Espíritu Santo; no Espíritu Santo, no Iglesia.
Cuando usted habla acerca de la resurrección probando la conclusión de la obra salvadora
de Dios, usted está hablando acerca del corazón del cristianismo. Él tenía que resucitar
para darnos vida eterna. Él tenía que tener vida para darla. Él tenía que resucitar para
regresar al Padre para enviarnos al Espíritu Santo.
En tercer lugar, Él tuvo que resucitar para perdonar nuestros pecados. Si Él no hubiera
resucitado de los muertos, entonces nosotros sabríamos que el Padre no estaba contento
con Su sacrificio, Su sacrificio no fue eficaz, no fue exitoso, no funcionó, no expió nuestros
pecados y por lo tanto, el Padre no lo exaltó y lo llevó a la gloria, porque Él no hizo lo que
debía hacer.
Por otro lado, si Jesús fue resucitado de los muertos, llevado a la diestra de Dios, sentado
en el trono de Dios a Su diestra, afirmado por Dios como habiendo cumplido de manera
perfecta nuestra redención, entonces hay perdón de pecados. Entonces está concluido.
Entonces Él, quien vino con el propósito expreso de morir para quitar la muerte y el
pecado, cumplió Su propósito.
Él dice, fue hecho como Sus hermanos en todas las cosas para que Él se pudiera convertir
en un sumo sacerdote, misericordioso y fiel en todas las cosas que pertenecen a Dios, para
ser propiciación para los pecados de Su pueblo. Eso es Hebreos 2. Más adelante, dice en
Hebreos que Él ha perfeccionado para siempre a aquellos que son santificados mediante
la ofrenda de sí mismo, esto es Su sacrificio funcionó, nuestros pecados fueron cubiertos
de manera total y el Padre lo afirmó en la resurrección.
En cuarto lugar, Jesús debe resucitar a los muertos para estar a la diestra de Dios
intercediendo por nosotros. Su resurrección está ligada de manera inseparable a Su obra
de intercesión conforme Él presenta sus peticiones a favor de los cristianos débiles,
tentados e intercede por ellos delante del trono de la gracia. Juan dice en 1 Juan 2:1–2
‘abogado tenemos para con el Padre quien siempre está rogando a nuestro favor’.
Hebreos capítulo 4 y Hebreos capítulo 7 dice que tenemos un Sumo Sacerdote
misericordioso, fiel, tentado en todo según nuestra semejanza pero sin pecado y Él vive
para siempre para hacer intercesión por nosotros.
Él siempre está a la diestra de Dios. Satanás está acusándonos. Él está ahí
defendiéndonos. Él es nuestro abogado, nuestro defensor. Si Él no resucitó de los
muertos, Él no podría haber ascendido, y si Él no ascendió, nosotros no tendríamos
defensor ahí, no tendríamos a nadie rogando por nosotros. Nosotros no tendríamos al
Espíritu Santo en nosotros rogando a favor nuestro con gemidos indecibles porque Él no
pudo regresar y enviar al Espíritu y no lo tenemos ahí tampoco abogando a nuestro favor.
La resurrección, por lo tanto es necesaria no sólo para el perdón de los pecados, sino por
la intercesión perpetua, para que nunca seamos tentados más allá de lo que podamos
enfrentar y para que siempre haya un camino de escape.
En quinto lugar, la resurrección es crucial para la entrega de los dones espirituales, para la
entrega de los dones espirituales. ¿Qué son estos? Esas son capacidades divinas que el
Espíritu de Dios le da a todo cristiano para que podamos servir a Dios. En Efesios, capítulo
4, dice que Cristo ascendió y después de que ascendió, “Él constituyó a algunos apóstoles
y a algunos profetas y a otros evangelistas y a otros pastores maestros a fin de
perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de
Cristo.”
Él regresó al cielo y después, comenzó a trabajar u operar a través de hombres dotados y
dones espirituales para edificar Su Iglesia y para que su Iglesia fuera fuerte. “A cada uno
de nosotros,” versículo 7, “fue dada la gracia de acuerdo a la medida del don de Cristo.” Y
Él nos dio ese don cuando Él ascendió a lo alto, cuando Él llevó cautiva a la cautividad y dio
dones a los hombres. Jesús, resucitado de los muertos, asciende al cielo, envía a dones
espirituales de regreso, hombres dotados, para que podamos servir a Dios. Todo eso está
basado en Su resurrección. Si Él no resucita, no asciende, Él no envía dones, ni al Espíritu
capacitador.
En sexto lugar, la resurrección también concede poder espiritual; poder espiritual. Jesús
dijo en Mateo 28:18: “toda potestad Me es dada en el cielo y en la tierra.” Después, en
Hechos 1:8 Él dice “cuando venga el Espíritu se los estoy dando. Y ahora, pueden hacer
mucho más abundantemente de lo que puedan pedir o entender según el poder que
actúa en vosotros.” Ustedes tienen el poder, dice Efesios, que resucitó a Jesús de los
muertos operando a través de ustedes. Jesucristo entonces, nos envía poder, el poder
capacitador y la autoridad del Espíritu de Dios.
Le puedo dar un séptimo componente de la salvación de Dios y éste es: Jesucristo en Su
resurrección nos ha dado una nueva posición de bendición, una nueva posición de
bendición. En Efesios 1:3 dice que somos bendecidos con toda bendición espiritual en los
lugares celestiales en Cristo. Cristo está en los lugares celestiales y debido a que Él está
ahí, Él derrama toda bendición espiritual en nosotros. Efesios 2:7 dice que para siempre
derramará las riquezas inescrutables de Su gracia y Su bondad hacia nosotros.” ¡Que
bendición tan inmensa!
La salvación de Dios demandó vida eterna, la venida del Espíritu, el perdón de pecados,
intercesión continua, el conceder dones espirituales, el conceder poder espiritual, el
derramar bendición eterna y todo eso depende de la resurrección. Si Cristo no resucita,
nada de eso sucede en absoluto.
La pregunta entonces no es qué prueba la resurrección, sino qué es lo que la resurrección
prueba. Prueba que la Palabra de Dios es verdad. Prueba que el Hijo de Dios es deidad.
Prueba que la salvación de Dios está completa.
En cuarto lugar, la resurrección prueba el establecimiento de la Iglesia de Dios. Nuestro
Señor dijo que Él edificaría Su Iglesia. Se acuerda usted de estas palabras en Mateo 16,
predicamos acerca de ellas hace unas semanas atrás. “Edificaré Mi Iglesia y las puertas del
Hades no prevalecerán contra ella.” ¿Qué son las puertas del Hades? Es una expresión
judía que significa ¿qué? Muerte. Yo edificaré Mi Iglesia y la muerte no la va a detener, ni
su muerte ni la mía. Jesús estaba diciendo ‘Yo voy a morir, pero voy a resucitar. La muerte
no va a detenerme, edificaré mi Iglesia.’
Efesios 1:20 dice que Cristo fue resucitado de los muertos sentado a la diestra en los
lugares celestiales por encima de todo dominio, autoridad, potestad, todo nombre es
nombrado, no sólo en esta época sino en la época venir. Y Él ha colocado en sujeción
todas las cosas bajo Sus pies y lo dio como cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual
es Su cuerpo, la plenitud de Él que lo llena todo en todo.
Cuando Él resucitó, Él se sentó, Él se volvió la cabeza de la Iglesia. La resurrección es
esencial para el establecimiento de la Iglesia. Si no hay resurrección, no hay Iglesia.
Cualquier persona que dice que pertenece a una Iglesia que no cree en la resurrección, no
pertenece a una Iglesia. La verdadera Iglesia es la Iglesia de aquellos que han recibido vida
a través de la resurrección de Jesucristo.
Juan Calvino escribió, y cito: “éste es el honor más alto de la Iglesia que hasta que Él esté
unido a nosotros, el Hijo de Dios se considera a sí mismo de alguna manera imperfecto.
Sin consolación es para nosotros el aprender que no es sino que estemos en Su presencia,
es que Él posee todas Sus partes o Él quiere ser considerado como completo.” Fin de la
cita.
En otras palabras, el Mesías mismo no está completo sin Su cuerpo. Él es una gran cabeza
sin Su cuerpo. La Iglesia es lo que lo completa. Y esa Iglesia nació en la resurrección. Fue la
resurrección lo que transformó a los apóstoles de ser cobardes y personas que dudaban,
que estaban dispersas y eran temerosas y eran infieles en apóstoles que cambiaron el
mundo. El pequeño grupo de discípulos calumniados y perseguidos creció hasta llenar
Jerusalén con su enseñanza y pronto volteó de cabeza al mundo. Los judíos están reunían
en el día de reposo durante siglos y milenios, de pronto se volvieron cristianos que se
reunían en el domingo. El día de reposo ya no era el día, el domingo lo fue porque Jesús
resucitó y la Iglesia ha marchado a lo largo del tiempo de manera triunfal en el poder de
su Cristo resucitado.
Bill Gaither escribió, y cito, “Dios siempre ha tenido un pueblo. Muchas veces un
conquistador necio ha cometido el error de pensar que debido a que él ha expulsado a la
Iglesia de Jesucristo, la ha quitado de su vista, él ha callado su voz y ha quitado su vida.
Pero Dios siempre ha tenido un pueblo. La corriente poderosa del torrente de un río no es
disminuida porque se fuerce a ir por abajo de la tierra. El agua más pura es el arroyo que
emana con agua cristalina a la luz del sol después de que ha peleado para poder salir en
medio de la roca sólida.” Fin de la cita.
Ha habido charlatanes quienes como Simón el mago buscaron comerciar de manera
abierta con ese poder que no puede ser comprado o vendido. Pero Dios siempre ha tenido
un pueblo, hombres que no podían ser comprados y mujeres que estaban más allá de la
compra. Y Dios siempre ha tenido un pueblo. Ha sido mal representado, su Iglesia,
ridiculizada, ha sido objeto de escarnio. Estos seguidores de Jesucristo han sido escoltados
al borde de la tumba, de acuerdo con los caprichos de los tiempos, elevados como líderes
sagrados y martirizados como herejes. Sin embargo, en medio de todo esto, marcha este
ejército poderoso de los mansos, el pueblo escogido de Dios que no podía ser comprado,
asesinado, martirizado o callado.
A lo largo de las edades marcha la Iglesia, la Iglesia de Dios triunfal, viva, con bienestar. Y
la Iglesia vive en la actualidad a pesar del ataque constante y la corrupción y el engaño.
Vive porque es sustentada por poder de resurrección. La resurrección prueba, entonces, la
veracidad de la Palabra de Dios, la deidad del Hijo de Dios, la conclusión de la salvación de
Dios, el establecimiento de la Iglesia de Dios.
En quinto lugar, y tristemente, la resurrección prueba la inevitabilidad del juicio de Dios, la
inevitabilidad del juicio de Dios. Cuando nuestro Señor vino al mundo la primera vez, Él
fue objeto de burla, y escarnio, odio, varón de dolores, experimentado en quebranto, Él
fue humillado. Él permitió que lo trataran de una manera tan terrible. La gente dijo que Él
era del infierno. Lo golpearon, le escupieron, le metieron una corona de espinas en Su
cabeza, le clavaron clavos en Sus manos y pies, metieron una lanza en Su costado, lo
desplegaron desnudo como un objeto de burla. Pero esa no es la última escena que el
mundo tendrá de Jesús.
Él resucitó de los muertos para ser su juez. Lo ejecutaron como a un criminal. Y Él
regresará como su juez. Escuche Juan 8, un testimonio muy, muy poderoso. Él le dice a los
judíos que lo han rechazado, versículo 26, “tengo muchas cosas que hablar y juzgar acerca
de vosotros.” Esto no se ha acabado, Él dijo. De regreso en el versículo 21, Él dijo “porque
no me conocen, en vuestros pecados moriréis, porque a donde Yo voy vosotros no podéis
venir.” Tengo más cosas que decirles, dice Él y juzgar acerca de vosotros.
De regreso en Juan 5:22, Él habla de manera específica acerca de ese juicio. Él dice en el
versículo 22: “todo juicio es dado al Hijo. Dios lo ha hecho el juez y le ha dado a Él todo el
juicio.” Versículo 21, “así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así el Hijo
también da vida a quien Él quiere. Y entonces, ni siquiera el Padre juzga a nadie sino que
al Hijo ha dado todo juicio.” Ahí en el versículo 25: “de cierto, de cierto os digo que la hora
viene y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del hijo de Dios y los que oyen vivirán.
Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así dio al Hijo el tener vida en sí mismo y
le dio autoridad para ejecutar juicio.”
¿Qué tipo de juicio? Versículo 28, “algún día las tumbas van a oír Su voz, van a salir, y los
que hicieron buenas obras a la resurrección de vida y los que cometieron obras malas a
una resurrección de juicio.” No puedo hacer nada por mí mismo. El versículo 30, “como Yo
oigo, Yo juzgo. Y Mi juicio es justo.” Él regresa como un juez justo. Él va a regresar como
juez, ejecutor.
Y Dios ha certificado de eso. Él fue matado como un criminal. Él regresará como un juez
resucitado. Escuche Hechos 10:42, de hecho comienza en el versículo 40. “Dios lo resucitó
al tercer día, después de haber sido colgado en una cruz,”: versículo 39. “Dios lo resucitó
al tercer día, y concedió que Él fuera visible no a todo el pueblo, sino a los testigos que
fueron escogidos de antemano por Dios, estos es a nosotros que comimos y bebimos con
Él después de que Él resucitó de los muertos.”
¿Por qué le apareció a los apóstoles? Versículos 42: “y Él nos ordenó a predicarle al pueblo
y testificar de manera solemne que Este es aquel que ha sido designado por Dios como
juez de los vivos y los muertos.” Él regresará como un juez designado por Dios. En Hechos,
capítulo 17, Pablo estaba predicando en el areópago conocido como el monte Marte en
Atenas y Pablo dice en el versículo 30 de ese sermón que Dios de manera paciente “ha
pasado por alto los tiempos de la ignorancia del hombre, pero ahora está mandando a
todos los hombres en todo lugar que se arrepientan, Hechos 17:31, porque ha
determinado un día, el día del Señor en el cual Él juzgará al mundo en justicia a través del
varón que Él ha designado. ¿Y cómo es que Él probó que Cristo era el hombre? “Al
resucitarlo de los muertos,” dice Pablo.
La resurrección, entonces, es el acto mediante el cual el padre designa a Cristo como juez.
Ahora, usted puede ver cuántas realidades tan importantes de la fe cristiana nos son
abiertas en la resurrección de Cristo. Él es resucitado no sólo para nuestra justificación, los
que creemos, sino para la condenación de aquellos que no creen. Y el Padre dio
testimonio de Él como Salvador, como Hijo y como juez mediante Su resurrección de los
muertos.
Estoy pensando en Romanos 14:9, el cual dice: “Cristo murió y volvió a vivir para que
pueda ser Señor tanto de los muertos como de los vivos.” Y luego en el siguiente versículo
dice: “todos tenemos que estar ante el tribunal de Dios.” Él no sólo es el juez del
incrédulo, Él es el juez de los creyentes. Todos debemos estar ante el tribunal de Cristo,
Pablo dice en 2 Corintios capítulo 5, y Él estará ahí para probar nuestras obras, para ver si
son madera, heno y hojarasca u oro, plata y piedras preciosas.
El Señor Jesucristo resucitado de los muertos prueba la veracidad de la Palabra de Dios, la
deidad del hijo de Dios, la conclusión de la salvación de Dios, el establecimiento de la
Iglesia de Dios, la inevitabilidad del juicio de Dios y un último punto: La bendición eterna
del pueblo de Dios.
Su resurrección es la garantía de nuestro cielo eterno. Escuche estas palabras tan
conocidas y maravillosas. Jesús, hablando en Juan 14, “No se turbe vuestro corazón; creéis
en Dios, creed también en Mí. En la casa de Mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera,
Yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os
preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a Mí mismo, para que donde Yo estoy,
vosotros también estéis. “
Ahí Jesús estaba prediciendo Su resurrección. Él va camino a la muerte. Pero Él dice: “voy
a atravesar la muerte para llegar a la casa del Padre para preparar un lugar para ustedes y
regresaré para venir por ustedes.” Si no hay resurrección, no hay lugar preparado para
nosotros. Si no hay lugar preparado para nosotros, no hay cielo para nosotros. Todo
depende de la resurrección.
Nuevamente, vuelvo a decir lo que dije al principio. El verdadero asunto no es si usted
puede probar la resurrección. El verdadero asunto es qué prueba la resurrección. Usted
quita la resurrección y usted ha sacado el alma de la fe cristiana y usted no tiene al
cristianismo sin la resurrección. Todo el plan completo redentor de Dios depende de esta
realidad clave. Y esto nos trae nosotros, ¿no es cierto? Todo el plan redentor de Dios en
Su totalidad concluida a través de la resurrección de Jesucristo va a significar para usted el
cielo o va a significar para usted el infierno.
Él va a regresar para o llevarlo al lugar que ha preparado para usted o Él va a regresar para
enviarlo al lugar que Él ha preparado para enviar al diablo y a sus ángeles. Él va a regresar
o para congregarlo y llevarlo a Su cielo o para enviarlo al infierno está fuera de Su
presencia para siempre. Él va a regresar para derramar sobre usted bendición eterna o
castigo eterno.
Usted va a resucitar de los muertos algún día a la resurrección de la vida en Su presencia o
la resurrección de condenación fuera de Su presencia. Toda la realidades del Evangelio
dependen de Su resurrección y Su eternidad, la eternidad de usted está en juego. Usted
puede tomar una decisión. No me parece que sea una gran decisión que considerar.
Escoger el cielo, el perdón, la bendición, el gozo, satisfacción, en Su presencia; o
condenación, castigo, infierno para siempre fuera de Su presencia. Pero esa es la
alternativa.
Este es día de resurrección. El día en el que celebramos la resurrección de Cristo y el día
en el que debemos celebrar Su resurrección en Cristo. Ore conmigo.
Padre nuestro, al llevar a este servicio a su conclusión, estamos muy conscientes del
hecho de que éste no es simplemente un mensaje. Este es un mandato. Cree en el Señor
Jesucristo y serás salvo. El Evangelio es un mandato. Cuando el Padre dijo “este es mi hijo
amado, a Él oíd.” Ese fue un mandato. O lo obedecemos y respondemos en fe en Cristo, le
entregamos nuestras vidas, le pedimos que nos salve de nuestros pecados y nos lleve al
cielo, o lo rechazamos y desobedecemos y se nos designa un lugar con los condenados y
los impíos.
Padre, oro porque Tu Espíritu Santo lleve a cabo Su obra en toda vida, todo corazón, toda
mente, para que nadie pueda evadir este mensaje, esta verdad. Esto no es simplemente
algo que puede ser ignorado, tratado con indiferencia. El destino eterno depende del
asunto de que voy a entregar mi vida al que resucitó para ser mi Salvador o lo rechazaré y
lo enfrentaré como mi juez.
Señor, oro porque todos en el mundo en el día de hoy, conforme la resurrección está
siendo predicada, el cielo se esté regocijando porque muchos se volverán de la muerte a
la vida, de las tinieblas a la luz, del infierno al cielo, de la desesperanza a la esperanza, del
pecado a la justicia. Lleva a cabo tu obra en todo corazón y para la gloria de Cristo lo
pedimos, amén.
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
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La resurrección de los creyentes


Escritura: 1 Corintios 15:50–58

Código: 90–497
John MacArthur
Abramos la Palabra de Dios al capítulo 15 de 1ª Corintios. Permítame leer los versículos 50
al 58. 1ª Corintios 15.
“Pero esto digo, hermanos, que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni
la corrupción hereda la incorrupción. He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos;
pero todos seremos transformados.” Ese es el versículo famoso que se tiene ahí en los
cuneros, versículo 52 dice: “En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final
trompeta, porque se tocará la trompeta y los muertos serán resucitados incorruptibles, y
nosotros seremos transformados.”
“Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista
de inmortalidad. Y cuando esto corruptible sea vestido de incorrupción, y esto mortal se
haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es
la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu
victoria? Ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas
gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor
siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.”
Si fuera a titular esto simplemente lo titularía: “Victoria sobre la muerte.” La palabra
victoria aparece en el versículo 55, y es de manera clara, victoria sobre la muerte.
Permítame comenzar al citar a otro predicador. Hay un predicador de la escuela antigua,
pero él predica con tanta valentía como siempre. No es popular, aunque el mundo es
dónde predica, y él viaja a toda parte del globo, y habla en todo idioma. Él visita a los
pobres, él llama a los ricos, él les predica a personas en toda religión y personas de
ninguna religión. Y el tema de su sermón siempre es exactamente el mismo.
Él es un predicador elocuente, con frecuencia conmueve a la gente con sentimientos que
ningún otro predicador podría, y trae lágrimas a los ojos que nunca lloran. Sus argumentos
nadie los puede refutar, ni hay ningún corazón que jamás ha permanecido sin ser
conmovido por las fuerzas de sus apelaciones. Él despedaza la vida con su mensaje. La
mayoría de la gente odia este predicador, todo mundo lo teme, su nombre es la muerte.
Todo sepulcro es su púlpito, todo periódico imprime su texto, y un día cada uno de
nosotros será su mensaje.”
Thomas Gray dijo, “La jactancia de los heraldos, la pompa del poder, y toda esa belleza, y
toda esa riqueza que jamás se dio, esperan por igual la hora inevitable. Los caminos de
gloria no llevan sino a la tumba.” Así es para toda la humanidad, pero para el cristiano,
esperamos con expectativa la muerte. Me acuerdo hace muchos años atrás, creciendo y
siendo llevado con frecuencia a Filadelfia, y encontrando la tumba de Franklin en la iglesia
de Cristo en Filadelfia, y me sorprendió cuando la leí, porque esto es lo que decía: El
cuerpo de Franklin, Impresor, como la tapa de un viejo libro su contenido despedazado y
despojado de sus letras y brillo, está aquí como alimento para los gusanos. Pero el trabajo
no será perdido porque aparecerá una vez en una edición nueva y más elegante, revisada
y corregida por el Autor.”
Ahí en el mausoleo magnífico que contiene los restos de la Reina Victoria y los de su
marido real, se encuentran grabadas estas palabras: “Aquí finalmente descansaré contigo.
Y contigo en Cristo también resucitaré.” Los escépticos, tanto de la antigüedad como los
modernos han atacado la verdad de la resurrección, mofándose de la idea de que el
cuerpo que se desintegra en la tumba, o el cual es virtualmente destruido en un incendio
o en el fondo del mar o en alguna otra manera, pudiera llegar a resucitar de los muertos.
La filosofía dualista, la cual todavía es muy, muy popular tiene la idea y siempre ha dicho
que lo que es físico es malo, débil, malo, y lo que es espiritual o la mente, no cuerpo es
noble, y que el fin definitivo del hombre sería ser puro en su mente, sin la debilidad del
cuerpo. Los dualistas filosóficos negarían cualquier resurrección porque eso sería
perpetuar lo que es malo en esta vida. Y les gustaría pensar que la vida venidera es mejor.
El apóstol Pablo enfrentó ese tipo de dualismo filosófico porque existía en el mundo
antiguo, es una filosofía antigua. Habían personas que habían entrado a la iglesia corintia
que habían sido influenciadas por el dualismo, que pensaban que la idea de la
resurrección realmente era un pensamiento inexpresable. Negaban la resurrección. Ahí
atrás en el versículo 12 de este capítulo, Pablo dice: “¿Cómo hay algunos de vosotros que
dicen que no hay resurrección de los muertos?” Esa era una filosofía popular de la época,
así como la fue antes del tiempo del Nuevo Testamento. Habían algunos, y todavía los hay
que niegan la resurrección corporal. Versículo 35 del capítulo 15, “Alguien dirá, ¿Cómo
resucitan los muertos? Y, ¿con qué tipo de cuerpo vienen?” Cómo si se mofaran de la
noción misma de esto.
Entonces, es importante para el apóstol Pablo ayudar a los corintios, porque tienen esta
influencia en ellos de que una resurrección sería algo terrible porque perpetuaría aquello
de lo que se quieren deshacer, sus limitaciones y debilidades físicas. Pablo necesita
instruir a los corintios con exactitud, acerca de la verdad de que habrá una resurrección. Y,
de hecho, como les señale antes de que entráramos a 1ª Corintios 15, toda persona que
jamás ha vivido, será resucitada de los muertos con un cuerpo apto para el lugar en dónde
pasarán la eternidad, o en el infierno eterno, un cuerpo apto para el castigo eterno, sin
alivio. O el cielo eterno, un cuerpo apto para gozo, paz, satisfacción, y bendición eternos.
Todos resucitaremos de los muertos. Jesús nos va a resucitar a todos nosotros, toda la
humanidad, como él dice en el capítulo 5 de Juan.
Entonces Pablo escribe este capítulo, este capítulo profundamente importante, 58
versículos, para ayudarnos a entender la resurrección. Vimos la evidencia de la
resurrección, vimos la importancia de la resurrección, vimos la secuencia de la
resurrección, vimos los incentivos de la resurrección, hemos visto las implicaciones de la
resurrección, y después en nuestro último estudio vimos el cuerpo mismo de la
resurrección. E Hicimos eso, recordará, comenzando en el versículo 36, o por ahí, 39, por
ahí, y llegamos hasta el versículo 49.
Entonces, hemos visto la resurrección en todas estas maneras. Ahora, llegamos a los
versículos 50 al 58, y llegamos a la conclusión del tratado de Pablo de la resurrección. Él
nos lleva a una conclusión que realmente es un pasaje emocionante de alabanza. Es un
himno de alabanza por la gran realidad de la resurrección. Él ya no está discutiendo, esto
es alabanza pura. Esta es su respuesta. De hecho, con frecuencia he pensado que cuando
lleguemos al cielo vamos a encontrar una sinfonía celestial y que de hecho se manda tocar
mientras que recitamos esta conclusión maravillosa de los versículos 50 al 58. Es una
canción triunfal de victoria de los creyentes sobre la muerte, en la esperanza de la
resurrección.
Por cierto, ha sido colocada en música. Handel la colocó en música en el “Mesías,” y
Brahms la colocó en música en su gran réquiem, y hay otros también. La victoria triunfal
de los creyentes sobre la muerte en la resurrección, ese es el tema de esta sección
maravillosa de la Escritura. Ahora hay cuatro líneas que seguir aquí. Está primero la gran
transformación, después el gran triunfo, después la gran gratitud, y después el gran así
que. Esa es simplemente una manera en la que podemos dividirlo para que podamos
accesar con cierto nivel de entendimiento sus verdades maravillosas.
Entonces, comencemos con la gran transformación que se lleva a cabo en la resurrección,
versículo 50. “Pero esto digo, hermanos, que la carne y la sangre no pueden heredar el
reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.” Ésta es una afirmación de
transición de la sección anterior. Pablo ha estado hablando del hecho de que Dios va a
diseñar cuerpos especiales para nosotros. Hay cuerpos de resurrección. Él dice eso ahí
atrás en el versículo 42, la resurrección de los muertos es así, se siembra cuerpo
corruptible, esto es cuando va a la tumba, resucita cuerpo incorruptible. Se siembra en
deshonra, es resucitado en gloria. Se siembra en debilidad es resucitado en poder, se
siembra cuerpo animal, y se resucita cuerpo espiritual.
Entonces, ya se nos ha presentado este cuerpo diferente, versículo 48. “Como es el
terrenal así también son los terrenales. Y como es el celestial, así son los que son
celestiales.” Así como hemos llevado la imagen del terrenal, también llevaremos la imagen
del celestial. Entonces, él ha estado hablando del hecho de que tendremos un cuerpo apto
para la vida eterna en el cielo. No será como el cuerpo terrenal, que heredamos de Adán.
Adán nos dio un tipo de cuerpo, él dice eso ahí atrás en el versículo 45, en la resurrección
Cristo nos da un cuerpo diferente. Ahora tenemos un cuerpo como Adán, tendremos un
cuerpo como el cuerpo de resurrección de Cristo.
Y eso es exactamente lo que se nos promete al final del versículo 49. Llevaremos la
imagen del celestial, quien es el Señor mismo. Necesitamos un cuerpo especial para el
cielo. Ese es el punto. Vaya al versículo 50 ahora, y entiéndalo en ese contexto, que la
carne y sangre no puede heredar el reino de Dios. Usted no puede llevar lo perecedero, lo
corruptible adentro de la esfera imperecedera de la eternidad. La carne y la sangre se
refiere a nuestros cuerpos como ahora están diseñados para la vida en esta tierra. Y
sabemos muy bien lo que eso significa, sabemos lo que es vivir en carne y sangre. Hebreos
2:14 dice, “Los hijos comparten en carne y sangre.” Esa es simplemente una manera de
describir nuestra naturaleza física.
Ahora, nuestra naturaleza física como la tenemos en este mundo, no puede heredar el
reino de Dios. No puede ser llevada a la esfera de Dios. La carne con frecuencia se usa en
la Escritura de una manera moral, así como en Romanos, capítulo 7, y otros lugares. Pero
aquí no es usada en un sentido moral, en dónde es combinada con sangre, simplemente
significa física, física. Carne y sangre se refiere simplemente a nuestra naturaleza física. No
podemos entrar al reino celestial en la manera en la que estamos.
Dice usted: “Espera un minuto, en el Antiguo Testamento Enoc entró, y Elías entró.” Esto
es verdad, usted tiene a esos dos, pero le prometo una cosa, en base únicamente en este
versículo, algo pasó entre el momento en que se fueron de aquí y llegaron allá, porque la
carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios. Debemos ser cambiados. ¿Qué es el
reino de Dios? Aquí, se refiere a más que tan solo vivir en el reino espiritual de Dios. Tiene
referencia al reino celestial futuro.
Si usted regresa al versículo 24, en el capítulo 15, es cuando llegamos al final y Cristo
entrega el reino a Dios Padre, cuando Él ha abolido todo gobierno, toda autoridad, todo
poder, y Él reina y Él ha abolido al último enemigo, y es la muerte. Él nos lleva hasta ese
reino que sigue a ésta vida, al reino futuro de Cristo en el reino que es eterno. Este es el
concepto aquí, la resurrección se vuelve necesaria, porque somos criaturas de carne y
sangre, y lo corruptible no puede heredar lo corruptible, y lo perecedero no puede vivir en
un mundo imperecedero, y la carne y la sangre no son aptas para las realidades del cielo
eterno.
Como consecuencia, necesitamos una transformación radical, una transformación radical
debe llevarse a cabo. La muerte se vuelve entonces, como el plantar la semilla que
irrumpe en vida nueva después de la resurrección. El apóstol Pablo usó es ilustración,
como lo señalé antes en el capítulo. La transformación realmente es descrita en los
versículos 35 hasta el versículo 49. Y aquí él simplemente nos está recordando esto, que
es necesaria. Es necesaria.
Entonces, eso presenta una pregunta, eso presenta una pregunta. Y aparentemente la
pregunta en la mente del apóstol Pablo, conforme él piensa en como los corintios y otros
van a responder a esto es, ¿qué hay acerca de creyentes que estén viviendo cuando Cristo
venga? ¿qué hay acerca de ellos? ¿qué les va a pasar si no han muerto? ¿tienen que morir
para experimentar esta transformación? ¿tienen que ser metidos al suelo y entrar a un
estado de descomposición antes de que esto pueda pasar?
Pablo responde a esa pregunta al entrar en este himno lirico de alabanza, en los versículos
51 al 57. Se va a llevar a cabo una transformación completa de todos los creyentes, dice él,
muertos y vivos. Muertos y vivos. Esas personas que estén vivas en el momento en el que
Cristo regresen, y lleve a cabo la resurrección, ¿qué les pasa a ellos? Lo descubrimos en el
versículo 51, “He aquí os digo un misterio: No todos dormiremos. No todos vamos a
morir.” No todos los creyentes van a morir, algunos estarán vivos cuando Cristo regrese, y
resucite a Su pueblo. “No todos dormiremos, pero todos seremos transformados.” Como
puede ver, eso responde a la pregunta. Si está vivo cuando el Señor venga por Su iglesia,
aunque usted no haya muerto, su cuerpo no se ha descompuesto, camino hacia arriba
usted tendrá una experiencia como la de Enoc y Elías, usted será transformado.
Ahora, ¿por qué Pablo dice: os digo un misterio? ¿qué es misterioso acerca de esto?
Bueno, misterio en nuestra sociedad es muy diferente que mysterion en el griego, y es
usado en el Nuevo Testamento. Esto no es algo que es difícil de entender, está no es una
adivinanza, misterio en el Nuevo Testamento significa algo previamente desconocido que
ahora es revelado. Algo, alguna verdad, alguna realidad previamente desconocida ahora
revelada. ¿Qué quieres decir, previamente desconocida? No clara en el Antiguo
Testamento. No revelada claramente en el Antiguo Testamento, sino claramente revelada
en el Nuevo Testamento.
Jesús llama a la enseñanza del Nuevo Testamento: los misterios del reino, las cosas que
estaban escondidas en el pasado, y ahora son reveladas. Simplemente, para darle en
cierta medida un contexto en que pensar, Dios tiene algunos secretos que nunca le revela
a nadie. Eso es Deuteronomio 29:29, “Las cosas secretas pertenecen al Señor.” Hay
algunas cosas que Dios conoce que nunca conoceremos en este mundo, algunos secretos
que nunca entenderemos.
Por otro lado, Dios tiene algunos secretos que Él le revela a todo mundo, a todo mundo.
De hecho, Romanos es muy claro en que Dios se ha dado a conocer en el mundo, Él ha
hecho aquello que es verdad acerca de Él, evidente a toda persona, a partir de la creación
del mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder, su naturaleza divina han sido
claramente vistos siendo entendidos a través de lo que ha sido hecho, de tal manera que
no tienen excusa. Hay algunas cosas que Dios no le ha revelado a nadie. Hay algunas cosas
que Dios le ha revelado a todo mundo. Y hay algunas cosas que Él le revela únicamente a
los suyos.
Como el Salmo 25:14 lo dice de esta manera: “El secreto de Jehová está con aquellos que
le temen.” O Proverbios 3:32, “Su secreto está con los justos.” Y Jesús sigue en esta línea
en Mateo, al decir: “Estas cosas han sido escondidas del mundo, y son reveladas a
ustedes.” Dios tiene algunos secretos escondidos de todo mundo, algunos secretos
revelados a todo mundo, algunos secretos revelados únicamente a los suyos a Su pueblo,
y algunos secretos revelados únicamente en el Nuevo Testamento. Son los misterios de
los que Pablo habla con frecuencia y de los que nuestro Señor habló en Mateo 13,
simplemente a manera de comentario a pie de página.
Cuando usted lee acerca de un misterio en el Nuevo Testamento usted está leyendo
acerca de algo escondido en el pasado, ahora revelado. Hay varios de ellos identificados
como misterios. Cristo en vosotros es llamado un misterio, el Mesías morando en una
persona, la iglesia es un misterio. Judío y gentil uno en la iglesia es un misterio. La
iniquidad es un misterio, en el sentido de que el desarrollo de la maldad, como es
revelado en el Nuevo Testamento no era conocido antes.
Y uno de los misterios es revelado aquí. Y aquí está. “No todos moriremos, pero todos
seremos transformados.” No todos moriremos, todos seremos cambiados. Tenemos que
ser cambiados porque no podemos ir al cielo así, esto no es apto para eso. Nosotros,
nosotros, todos los cristianos, Pablo está hablando de manera colectiva, todos nosotros
congregados en ese pronombre, en un sentido colectivo, todos seremos cambiados, no
todos moriremos.
Bueno, ¿cuándo sucede esto, este cambio? 1ª Tesalonicenses capítulo 4 describe este
acontecimiento, versículo 13. 1ª Tesalonicenses 4:13. Y aquí la pregunta es la pregunta
opuesta. La pregunta con los corintios era, ¿Qué tal si no mueres? ¿Cómo puedes ser
resucitado y cambiado? Aquí la pregunta de los tesalonicenses era: ¿Y qué si mueres, y
Jesús viene y estás muerto? Y él dice: “No queremos hermanos que ignoréis acerca de los
que duermen, de los que mueren para que no os entristezcáis como los otros que no
tienen esperanza.”
Los tesalonicenses estaban preocupados porque los creyentes que habían muerto se
perdieran la venida de Cristo. Él dice: No, “porque si creemos que Jesús murió y resucitó,
así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en Él. Por lo cual os decimos esto en
palabra del Señor, que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del
Señor, no precederemos a los que durmieron.” Van a venir primero, después los que están
vivos van a ser los que vienen, “porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de
arcángel y trompeta de Dios descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán
primero.”
Oh, muy bien, entonces, ¿qué les va a pasar a la gente que murió? Su resurrección va a ser
primero, y después aquellos que vivimos, los que hayamos quedado seremos arrebatados
juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre
con el Señor. Ésta es la gran resurrección que ocurre en un acontecimiento que llamamos
“el rapto,” ese arrebatamiento de los santos, y usted se dará cuenta que ahí sucede
cuando el Señor viene del cielo, hay un grito, hay una voz del arcángel, hay una trompeta
de Dios, y los muertos en Cristo resucitan primero en sus cuerpos de resurrección.
Aquellos que están vivos son arrebatados en el aire y son hechos eternos, se les da un
cuerpo eterno camino hacia arriba para que puedan reunirse con el Señor en el aire y
estar con Él para siempre.
Ahora, regrese a 1ª Corintios y permítame añadir esto. ¿Es este un proceso? No, no es un
proceso, no es un proceso. Ahora, le voy a mostrar en el versículo 55 para que sea
bastante claro. Sucede en un momento, no es un proceso. La resurrección de los muertos
no es como el crecimiento lento de una semilla. Me acuerdo, leyendo de un rey antiguo
que había vivido una vida impía, y él quería asegurarse que nunca tuviera que salir de la
tumba para estar delante de su Juez, su Dios.
Entonces, él se aseguró de que su tumba fuera hecha de concreto, la cubrió con una
piedra enorme de mármol, para que él nunca tuviera que salir para enfrentar el juicio por
sus pecados. Conforme siguió la historia, la semilla de alguna manera se metió en una
fisura, y a lo largo de los años creció un árbol y rompió el sarcófago y lo hizo pedazos.
Simplemente una pequeña semilla puede hacer eso. Pero esto no es así. Permítame
mostrárselo.
“En un momento,” ésta es la palabra átomos, de la cual obtenemos ato, átomo, A T O M
O. ¿Qué es un átomo? En el idioma griego un átomo es aquello que no puede ser dividido.
Lo sé, no me voy a poner científico aquí, se de neutrones, y potrones, y electrones. Pero
un átomo es una unidad singular, es la unidad indivisible. Es aquello que no puede ser
dividido. Indica entonces algo que no puede ser algo menor que lo que es. No puede ser
más pequeño, no puede ser más rápido, no puede ser más corto, es la unidad indivisible.
Entonces, esta transformación, esta resurrección de aquellos que están muertos y ésta
transformación de aquellos que están vivos sucede en un momento. Ese átomos, de
hecho, significa aquello que no puede ser cortado. El tiempo más corto posible. De hecho,
es como un abrir y cerrar de ojos, no es parpadear, parpadear es diferente que el abrir y
cerrar de ojos. Dice usted, ¿qué es el abrir y cerrar de ojos? Y, por cierto, su ojo se vuelve
más rápido que cualquier otra parte de su cuerpo humano. Pero esto no es que tan rápido
se mueve su ojo. Esto no es parpadear, esto es un movimiento rápido y lo que significa
esencialmente viene de una palabra griega usada del movimiento más rápido posible.
Ahora, ¿cómo puedo explicar esto? Alguien dijo que sería como una sexta parte de un
nanosegundo, porque se está refiriendo al tiempo que se necesita para que la luz entre al
iris y llegue a la retina. ¿Qué es una sexta parte de un nanosegundo? Bueno, un micro
segundo es una millonésima de un segundo. Un nanosegundo es una milésima de un
microsegundo. Y el abrir y cerrar el ojo es una sexta parte de un nanosegundo. Esto es
realmente rápido.
Ahí está, así de rápido usted va a ser cambiado. ¿No es interesante que se nos dice esto?
Dice usted: Bueno, estas son buenas noticias, son buenas noticias. ¿Cuándo va a pasar?
Versículo 52 dice que será a la final trompeta. ¿No leímos acerca de una trompeta en 1
Tesalonicenses? Sucederá en la final trompeta, la trompeta tocará y en una sexta parte de
un nanosegundo seremos completamente transformados.
Ahora, cuándo dice la final trompeta no significa absolutamente la trompeta final que
jamás se tocará en toda la historia redentora, porque incluso después de la trompeta que
es la trompeta final, antes de la resurrección, incluso después de eso, sabemos que
durante el tiempo de la tribulación, el período de tribulación, después de que ya hayamos
sido arrebatados y resucitados a la gloria, sabemos que hay un período de tribulación
sobre la tierra, y sabemos que Dios juzgará a la tierra, y esos juicios, esos juicios, serán el
resultado de siete sellos, y del séptimo vendrán siete juicios de trompetas.
Entonces habrán más trompetas, pero esta final trompeta es la trompeta final que la
iglesia identifica como el momento de su transformación y resurrección. Es llamada en 1ª
Tesalonicenses 4:16, como leímos, la trompeta de Dios. habrá un grito del Señor, habrá la
voz del arcángel, habrá una trompeta que se toca, y en la sexta parte de un nanosegundo
los muertos resucitarán y seremos arrebatados, y todos nosotros cambiados camino al
cielo. En el Antiguo Testamento, o el Nuevo Testamento, en la enseñanza de nuestro
Señor, incluso en el judaísmo contemporáneo, las trompetas están asociadas con
acontecimientos.
Acontecimientos significativos que congregan al pueblo, están asociados con
acontecimientos que tienen que ver con festividad y victoria y triunfo, ésta es la trompeta
que es la señal para que los muertos resuciten. Nos llama a todos a Dios. Recordará, creo
de regreso en Éxodo 19, el pueblo de Israel fue llamado a que viniera y se reuniera con
Dios al sonido de una trompeta. Isaías 27 dice que Dios va a congregar a Israel en el
tiempo del final al tocar una trompeta.
Entonces, este es el fin como lo experimentaremos, la iglesia de Jesucristo, el fin para
nosotros. Seremos sacados, el juicio será desatado sobre el mundo, como el libro de
Apocalipsis lo establece. Durante ese período de siete años de juicio, Israel será salvada. Al
final de ese tiempo el juicio volverá a venir, regresaremos con Cristo, y Él establecerá Su
reino de mil años seguido por el estado eterno. Por favor observe, al final del versículo 52,
“nosotros seremos transformados,” nosotros seremos transformados. Tenemos que ser
transformados porque lo corruptible no puede vestirse de incorruptible, lo imperecedero
no puede vestirse de imperecedero, es exactamente la misma palabra usada en Hebreos
1:12, “Y como un manto tú los enrollarás, como un vestido también serán cambiados,
pero tú eres el mismo.”
Los cielos cambiaran cuando Dios cree un nuevo cielo y una nueva tierra, esa será una
implosión dramática del universo como lo conocemos, en un holocausto atómico increíble
que será reemplazado por un nuevo cielo y una nueva tierra. Sin duda alguna, con la
misma velocidad con la que seremos cambiados. Tiene que ser de esta manera, el
versículo 53 nos recuerda: “Porque es necesario que esto corruptible se vista de
incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.” Usted necesita tener un cuerpo
diferente para estar en el cielo, este no sirve ahí. Me gusta la idea de vestirse. Vestirse es
la palabra normal para vestirse, la palabra normal en el idioma griego para ponerse ropa.
Con eso en mente vaya a 2ª Corintios capítulo 5, un capítulo conocido, maravilloso,
versículo 1; 2ª Corintios 5. “Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este
tabernáculo se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos,
eterna en los cielos.” Entonces, el siguiente cuerpo es una casa hecha por Dios, un edificio
de Dios no hecha por manos, no producido humanamente y es eterna. En la casa actual
gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial, queremos
vestirnos de ella, versículo 3, queremos vestirnos de ella, pues así seremos hallados
vestidos y no desnudos.
Pues así mismo los que estamos en este tabernáculo, versículo 4, gemimos con angustia,
porque no quisiéramos ser desnudados, no queremos salir al espacio y estar perdidos en
alguna nada cósmica, queremos volver a aparecer vestidos para que lo mortal sea
absorbido por la vida. Esa es la promesa, el cuerpo ahora es la ropa del hombre real, su
cuerpo es su ropa. El mío, pero cuando vayamos a la gloria necesitamos tener una ropa
diferente. Este es el acontecimiento llamado el “rapto de la iglesia,” cuando la iglesia es
arrebatada. 1 Tesalonicenses 4 no dice nada de juicio, 1 Corintios 15 no dice nada de
juicio.
Y hay otro pasaje que debe ser considerado y ese es Juan 14, el cual es la primera vez en la
que esto realmente es mencionado, versículo 1, nuestro Señor le dice a los discípulos: “No
se turbe vuestro corazón, creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre
muchas moradas hay, si así no fuera yo lo hubiera dicho, voy pues a preparar lugar para
vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez y os tomaré para mí mismo,
para que dónde yo estoy vosotros también estéis.” Voy a regresar por ustedes, no hay
juicio ahí, después hay un acontecimiento descrito en Juan 14, descrito en 1 Corintios 15,
y descrito en 1 Tesalonicenses 4, hay un acontecimiento en el que el Señor viene a llevarse
a Su pueblo al cielo, y para cambiarlos.
Él viene para que aquellos que han muerto y aquellos que están vivos, no hay juicio, no
hay acontecimiento de juicio en el 14 de Juan, no hay acontecimiento de juicio en 1
Corintios 15, no hay acontecimiento de juicio en 1ª Tesalonicenses 4, este es un
acontecimiento que no incluye un juicio, es una promesa, es una promesa. Y su primera
mención de ésta promesa es ahí en Juan 14, en dónde nuestro Señor dice, voy a venir para
recogerlos.
Ahora, no sabemos mucho más de eso hasta que llegamos a 1 Corintios, y descubrimos
que al venir por nosotros Él tiene que transformarnos. Y después descubrimos en el pasaje
de 1ª Tesalonicenses, el cual explica el rapto, que cuando Él venga por nosotros ha
recogernos, la gente que esté muerta va a ser transformada primero y el resto de nosotros
reunidos con ellos y cambiados camino hacia arriba. Este acontecimiento único, éste
arrebatamiento de la iglesia, ésta resurrección de la iglesia viva y muerta es el
acontecimiento que es el siguiente acontecimiento en el calendario profético de Dios.
No hay señal para esto, es un acontecimiento sin señal y puede suceder en cualquier
momento, en cualquier momento. Proféticamente nada necesita suceder antes de esto.
Ésta es la razón por la que decimos como creyentes, que creemos en la inminencia, que
hay un regreso inminente de Cristo, un acontecimiento sin señal. Y cuando suceda, todos
seremos transformados. Va a ser un acontecimiento sorprendente. Involucra al Señor
quien va a gritar y hablar, involucra al arcángel que va a hablar, involucra esta trompeta,
después esta transformación instantánea.
Este es el secreto sagrado que solo es revelado en el Nuevo Testamento, una generación
entera de creyentes que todavía estará viva, en sus cuerpos naturales, en ese momento
experimentará una transformación instantánea en un nanosegundo o una sexta parte de
un nanosegundo. Si usted quiere saber cuánto tiempo tarda para que la luz pase de afuera
del ojo al interior del ojo, del cual recibirán sus cuerpos gloriosos, pero no antes de que
aquellos que están muertos reciban los suyos, y serán congregados al cielo juntos. Esto
tiene que suceder, versículo 53 dice, “porque vamos al mundo imperecedero y vamos al
mundo inmortal, y aquello que es perecedero y lo que es mortal no puede venir ahí. Esa
es la gran transformación.
Después Pablo en el versículo 54 habla del gran triunfo. Ese es un momento triunfal. No
tengo que preguntarle cuál es su problema más grande. ¿Es usted verdad? Todos sus
problemas son usted. Sus problemas de pecado, sus problemas mentales, sus problemas
emocionales, sus problemas físicos, son todos usted. Yo sé, usted piensa que la gente
provoca lo peor en usted algunas veces, pero todavía es usted. Su problema es usted,
usted sabe, hemos encontrado al enemigo y el enemigo somos nosotros.
Y usted no puede arreglarse a sí mismo de manera completa, pero un día el Señor lo hará,
y será triunfal. Ese es el versículo 54, “Y cuando esto corruptible sea vestido de
incorrupción, cuando usted cambie este tabernáculo, esta tienda, este atuendo de su
carne y sangre y se vista del nuevo cuerpo de resurrección imperecedero, cuando esto
mortal sea vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita,
sorbida es la muerte en victoria. Ese es el gran triunfo, el triunfo sobre la muerte.
Ahora, usted sabe, no es cierto, que la muerte es un proceso. Cuando usted nació en el
mundo, usted comenzó a morir. Así fue, usted comenzó a morir, y usted está más cerca de
la muerte ahora que jamás lo ha estado antes. Mañana usted estará un día más cerca.
Todos simplemente estamos muriendo. Así es, la muerte es un enemigo, la tememos, nos
escondemos de ella, la evadimos, la enmascaramos, tratamos de evitarla, vamos a un
funeral y la gente está en un ataúd, se ven como un miembro horizontal de una fiesta de
coctel, estamos tratando de hacer que se vean como si estuvieran vivos.
Mi opinión sería que cerremos la tapa. Tenemos razón por odiar la muerte. Tenemos
razón por temer a la muerte porque no le damos la bienvenida. Rompe relaciones
amorosas largas y uniones, quita aquellos que son muy necesitados, golpea las mejillas
más hermosas de los bebés y los rostros con las arrugas más profundas. Nos arrebata a
personas. Hay pocas razones para que cuestionemos que la muerte es un enemigo. Es un
enemigo. Pero un día la muerte será absorbida en victoria, en ese día. ¿Cuándo es eso?
Pero cuando esto corruptible. ¿Qué quieres decir con cuándo? ¿Cuándo? En la
resurrección. En la resurrección la muerte será conquistada, la muerte será destruida.
Por cierto, esa afirmación, ‘sorbida es la muerte en victoria’ es una cita de Isaías 25:8, el
hebreo literalmente dice, “Él tragará la muerte para siempre.” Sorbida o tragada es un
verbo dramático, ¿no es cierto? Usted se traga algo y desaparece. La muerte no es
meramente debilitada, se va. Es destruida, de tal manera que no puede dañar más. La
destrucción de la muerte es total. Todas sus victorias que viven por poco tiempo y son
aparentes, son deshechas para los hijos de Dios. Lo que se ve como una victoria para la
muerte, y una derrota para nosotros, cuando nuestros cuerpos mueren y se
descomponen, es revertido de manera absoluta, y la muerte muere en la resurrección.
Nuestros cuerpos vuelven a vivir en belleza y victoria absolutas, triunfales y eternas.
De hecho, esto hace que el escritor de la Escritura desafíe a la muerte, versículo 55,
“¿dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿dónde, oh sepulcro, tu victoria?” Y eso es tomado
de Oseas 13:14, también del Antiguo Testamento. La muerte se presenta como una figura
de un animal, de un insecto que tiene algún tipo de aguijón venenoso que mata. Aguijón
es kentrom, se refiere a abejas, y también se refiere a la mordida venenosa de serpientes.
En el momento de la resurrección, el aguijón de la muerte se acaba, realmente el aguijón
de la muerte fue sentenciado a la muerte en el Calvario.
Podría decir que la muerte metió su aguijón en Cristo y ha estado tambaleándose desde
ese entonces, muriéndose. Simplemente una realidad sorprendente y maravillosa, ¿dónde
está oh muerte tu aguijón? ¿dónde oh sepulcro tu victoria? No tiene, no tiene victoria.
Después él interpreta el versículo 55 en el versículo 56, “ya que el aguijón de la muerte es
el pecado y el poder del pecado, la ley.” No es la muerte misma que mata, la muerte no
tiene poder, a menos de que haya pecado no perdonado.
Entonces la muerte es mortal. La muerte no tiene aguijón para el creyente, porque no hay
pecado no perdonado. Todo está bajo la sangre. Todo ha sido pagado, todo ha sido
perdonado, todo es quitado, todo ha sido expiado. El poder del pecado es la ley. Si usted
quebranta la ley de Dios, usted ha pecado, y si usted permanece en esa condición como
alguien no perdonado que ha violado la ley, la muerte tiene poder definitivo. Pero, si
todos sus pecados son perdonados en Cristo, entonces la muerte no tiene poder, y usted
puede desafiar a la muerte. La muerte realmente es como un amigo al que le damos la
bienvenida. Pablo dice: “Porque para mí el vivir es Cristo, el morir es,” ¿qué? “ganancia.”
No hay aguijón. Mucho mejor partir y estar con Cristo, Satanás es un león sin dientes, y la
muerte es una abeja sin aguijón.
Ahora, eso lleva a Pablo, de la gran transformación, al gran triunfo, a la gran gratitud en el
versículo 57. “Más gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro
Señor Jesucristo.” Por esta perspectiva triunfal de la muerte, por esta gran promesa de
resurrección, ¿a quién debemos agradecerle? Al Señor. Es la obra de Cristo que satisface
lo que la Ley demanda. Es la obra de Cristo que pagó el precio por nuestro pecado. Cristo
llevó la maldición por nosotros. El aguijón de la muerte para el cristiano se acabó. Cristo
ha llevado ese aguijón por nosotros, y la muerte ahora es un amigo bienvenido. La muerte
es desarmada, a la muerte se le han quitado sus colmillos. La muerte simplemente nos
lleva a la presencia de Cristo. La muerte para nosotros ha sido destruida.
Entonces, la gran transformación, el gran triunfo lleva a la gran gratitud. “Más gracias sean
dadas a Dios que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.” En otras
palabras, es estar en Él, lo que nos permite triunfar sobre la muerte. Y después,
permítame tan solo cerrar con un punto de conclusión vital, lo voy a llamar el gran “Así
que,” Así que, no es eso fascinante, 57 versículos de doctrina y un versículo de aplicación.
¿Usted piensa que la doctrina es importante? Sí, 57 a1. Así que, hermanos míos amados,
estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro
trabajo en el Señor no es en vano.” Que gran afirmación.
No sean arrastrados de aquí para allá con sus emociones, no sean volátiles en sus temores
y dudas. No estén errando con los pensamientos por todos lados, desanimándose
fácilmente. Hermanos míos amados, resucitarán de los muertos, esa es la promesa de
Dios. Esta es una apelación completa y amorosa que realmente pide dos cosas de
nosotros. Sean estables e inamovibles. Lo que eso significa es, ‘permanezcan firmes por la
verdad.’ Estad firmes es un adjetivo y significa ‘sentarse’. Es la idea de estar establecido,
sentado, fijo, firme, sólido, establézcanse, contengan sus emociones, controlen sus
emociones, estén establecidos, van a resucitar de los muertos. Él nos exhorta a afirmar
nuestras convicciones, a no titubera en este asunto como los corintios lo estaban
haciendo, sino ser constantes.
Esa realmente es una palabra interesante, ‘constantes’, es una palabra compuesta en
algunos idiomas, como lo es en el original griego, pero viene de un verbo ‘gineme’ lo cual
significa, hacer que algo entre en moción, en movimiento o cambio, “dejen de moverse”.
Pablo dice, no estén en movimiento, doctrinalmente, estén establecidos, sean constantes,
estén firmes, no se muevan. No, Hebreos 13:9 dice: “No sean llevados de aquí para allá
por enseñanzas diversas y extrañas.” Tenemos cosas así que se nos mandan por toda la
Escritura. No sean como niños, Efesios 4, llevados por doquier de todo viento de doctrina.
Estén estables sobre la realidad que es tan sólida como la roca, de la promesa de la
resurrección. Sin moverse. Esa es la parte doctrinal de eso.
En segundo lugar, váyanse a trabajar. “Creciendo en la obra del Señor, siempre.”
Creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es
vano, van a ser resucitados a la gloria, y van a ser recompensados por su trabajo.” No solo
lo hagan a medias. La gente me dice con tanta frecuencia en la actualidad, ¿Cuándo te vas
a jubilar? ¿Cuándo te vas a retirar? ¿Qué significa eso? ¿Por qué me estás preguntando?
Cuándo ya no pueda pensar, entonces alguien me va a arrastrar. ¿Qué quieres decir,
retirarme de que, del reino de Dios abundando en la obra del Señor? La gente dice, ¿no te
cansas? No sé lo que es no estar cansado. Es una especia de condición feliz en la que he
vivido por mucho tiempo, pero es algo maravilloso, es algo maravilloso estar agotado por
abundar en la obra del Señor.
Permítame decirle algo, el resultado práctico de la doctrina sana es un compromiso con el
trabajo duro en el reino, porque ahí es adónde su doctrina lo lleva. Y no es que usted lo
hace de una manera superficial, sino que usted abunda en ello, y abunda en ello siempre.
Perisseuó es la palabra. Literalmente significa haciéndolo de manera excesiva, más de lo
esperado, más de lo suficiente.
Ahora mire, si no hay resurrección, olvídelo, retirémonos todos, jubilémonos todos. Si tan
solo vamos a perdernos en la nada, olvídelo. Pero hay una resurrección, y vamos a estar
con nuestro Señor para siempre, y el cielo va a estar lleno de gente que otros creyentes
estaban acostumbrados a alcanzar. Hay una resurrección.
Entonces, esté firme y constante en la teología de la resurrección, y después siempre haga
en exceso la obra del Señor. Obra es ergón, eso es exactamente lo que significa, trabajo,
trabajo. Porque un trabajo así, no es en vano. No es para nada, es para el Señor, y vamos a
pasar la eternidad con Él. No podemos regresar y volverlo a hacer, no podemos decir: Tú
sabes Señor, trabajé por Ti un rato, realmente, realmente fui bueno, y después
simplemente me ocupé. Oh Señor, lo hice hasta que tenía 62 años. Tú sabes, es momento
de jubilarme, los últimos 18 años de mi vida descansé. ¿En serio? Usted no puede
regresar. No. Esa no será la actitud de alguien que entendió el “gran así que,” aquí.
Ciertamente no fue la actitud de Pablo, o de Epafrodito, ¿se acuerda de él? Filipenses 2.
Epafrodito, mi hermano, mi colaborador, mi compañero de milicia, él anhelaba a todos
vosotros, estaba afligido porque habían oído de que él estaba enfermo. Él estuvo enfermo
al punto de la muerte, pero Dios tuvo misericordia de él, y no solo de él sino también de
mí, para que yo no tuviera tristeza sobre tristeza. Él estuvo enfermo al punto de la muerte,
ministrando de manera incansable, enfermo al punto de la muerte.
¿Cómo sabes eso? Versículo 30, estuvo cerca de la muerte por la obra de Cristo,
arriesgando su vida para completar lo que estaba deficiente en su servicio para mí. Una
situación ideal, simplemente, cansarse en servicio. Y después aférrese de la promesa de
Apocalipsis 22:12, “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para dar a todo
hombre.” Ese galardón está basado en nuestro trabajo. Permanezca firme en la
resurrección, trabaje duro.
Entonces mire, cuando hablamos de la resurrección estamos hablando de una verdad que
tiene implicaciones poderosas para nuestra vida, y ese es el versículo 58, usted debería
encerrar en un círculo el versículo 58, o haga lo que usted hace en su Biblia, subráyelo, la
promesa de resurrección de Dios, ésta promesa increíblemente grande, llena de gracia,
maravillosa, incomprensible, que vamos a ser resucitados como Cristo, y tendremos un
cuerpo de resurrección como el de Él, como vimos en un estudio anterior que el Señor nos
está dando eso para siempre y como consecuencia, lo que está pidiendo de nosotros en
este pequeño velo de lágrimas que se desvanece y desaparece como un vapor, en los
pocos años que tenemos, estemos estables no titubeando, no moviéndonos por todos
lados, no vacilando en nuestras convicciones, y en todo momento haciéndolo de manera
excesiva en el trabajo del Señor porque nuestro trabajo en Su nombre no es en vano.
Padre, te damos gracias por nuestro tiempo en este capítulo. Que experiencia tan
sorprendente ha sido cubrirlo. Te agradecemos por la teología que es el cimiento de
nuestra conducta. Sabemos que toda la teología es teología aplicada. Toda la teología es
teología práctica. No hay verdad teológica que no tenga implicaciones prácticas
inmediatas, implicaciones prácticas inmediatas. Entonces, estamos tan agradecidos por
todo lo que has hecho por nosotros, y queremos que se aparezca en nuestras vidas. Y esa
es nuestra oración. Amén.
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Lo que la resurrección significa para usted


Escritura: 1 Corintios 15:29–34
Código: 90–495
John MacArthur
Estamos regresando al capítulo 15 de 1ª Corintios en esta tarde, y a una porción muy
interesante, breve, de este capítulo que creo que usted va a encontrar muy práctica y muy
útil. Conforme avanzamos a lo largo de este capítulo largo, hasta el versículo 58, hemos
llegado aproximadamente a la mitad del capítulo, con el versículo 29, y quiero leerle los
versículos 29 al 34, para prepararnos para el estudio de la Palabra de Dios para nosotros
en esta noche.
“De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los
muertos resucitan? ¿Por qué, pues, se bautizan por los muertos? ¿Y por qué nosotros
peligramos a toda hora? Os aseguro, hermanos, por la gloria que de vosotros tengo en
nuestro Señor Jesucristo, que cada día muero. Si como hombre batallé en Efeso contra
fieras, ¿qué me aprovecha? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, porque
mañana moriremos. No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas
costumbres. Velad debidamente, y no pequéis; porque algunos no conocen a Dios; para
vergüenza vuestra lo digo.”
Esa es una sección pequeña fascinante, fascinante. Varias preguntas y una advertencia
muy seria, seguida de una condenación. ¿Qué es exactamente lo que está pasando aquí?
Durante veintiocho versículos, desde el comienzo de este capítulo, hemos estado
aprendiendo de la resurrección, que todos vamos a ser resucitados en cuerpos
glorificados, todos los creyentes, todas las personas que mueren serán resucitadas, pero
esto trata de creyentes y todos nosotros seremos resucitados en cuerpos glorificados,
seremos congregados al cielo en nuestra forma final glorificada, espíritus eternos, almas
eternas, pero con cuerpos eternos aptos para el cielo.
Este es el plan de Dios, esto es lo que Dios está cumpliendo en la historia redentora, y
algún día todo llegará a su culminación. Y eso es lo que vimos en los versículos 26 al 28,
cuando todo mundo finalmente sea congregado al cielo en esa forma final en nuestros
cuerpos de resurrección, todos estaremos reunidos en Cristo, y Cristo mismo se entregue
y a todos nosotros al Padre para que Dios sea todo y en todos. Esa es una especia de
momento culminante a la mitad de este capítulo, y nos ha estado indicando de manera
clara, que hay una resurrección real. Resucitaremos.
Y lo que eso dice es que seremos los que somos en la vida venidera, no vamos a creer en
las filosofías de los griegos, conforme Pablo se dirige a ellas aquí, de que en cierta manera
todos nos disolvemos en el ser eterno, en cierta manera todos desaparecemos y nos
disolvemos en la deidad definitiva. Seremos quienes somos para siempre, seremos
nosotros para siempre, Dios tiene un plan para nosotros, no en algún tipo de masa
indefinida, sino como personas individuales. Todos resucitaremos en cuerpos glorificados
para ser para siempre quienes somos. Eso es claro a lo largo de la Escritura.
Ahora, esto tiene algunas implicaciones serias, el hecho de que usted será usted para
siempre en el cielo, que yo seré yo para siempre en el cielo, en alguna forma
perfeccionada, tanto en alma como en cuerpo, tiene algunas implicaciones muy serias.
Esas implicaciones pueden ser vistas en este texto, pero en cierta manera presentándose
en el texto, simplemente le recuerdo que esta era la confianza de los santos a lo largo de
la Escritura. Job quien sufrió tanto, soportó ese sufrimiento, nunca desapareció su fe, él
incluso dijo: “Aunque Él me mataré, aún confiaré en Él.” Pero él dijo esto: “Yo sé que, en
mi carne, yo veré a Dios.”
Sabemos eso, sabemos que cuando Jesús se apareció en el monte de la transfiguración, Él
apareció ahí con Moisés y Elías, quienes eran Moisés y Elías. Sabemos que Jesús dijo: “Yo
soy el Dios de Abraham, e Isaac.” Fue una declaración por parte de Dios acerca de esos
hombres, después de que habían muerto físicamente, pero Dios todavía era su Dios
porque todavía estaban vivos en Su presencia. No es nada corto de esa realidad de
resurrección, esa esperanza y confianza de resurrección que causó que Esteban, por
ejemplo, se ofreciera a sí mismo, por así decirlo, bajo las piedras sangrientas y muriera
como un mártir, dándose cuenta que él en su propia persona en forma glorificada,
entraría inmediatamente a la presencia del Señor. Fue esa confianza que causó que Pablo
dijera, “porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia. Mucho mejor partir y estar
con Cristo.”
No fue menos que esa esperanza de resurrección que debió haberle permitido a Andrés
enfrentar el martirio con confianza al ser amarrado a una cruz, y haber sido dejado ahí
durante días para morir. O Pedro, siendo crucificado de cabeza. O Jacobo siendo
decapitado. Nada sino la esperanza de resurrección pudo haber hecho que el apóstol
Pablo colocara su cabeza sobre un bloque, y que hubiera sido separada de su cuerpo en la
confianza de que no era el fin de él, que realmente era el comienzo, un apóstol perfecto y
eterno.
Éste es precisamente el punto de Pablo aquí. Ahora, la religión promete la vida después de
la muerte, como usted bien sabe, si usted está siguiendo lo que dicen los terroristas en la
actualidad, están viviendo en el engaño de que, si matan a infieles y si en el proceso de
matar infieles se quitan la propia vida, van a terminar con 72 vírgenes en algún lugar
especial en el cielo, en dónde todas las vírgenes estarán esperándolos en almohadas
verdes, para satisfacerlos para siempre. Una mentira que viene del infierno mismo, por
cierto. pero una mentira por la cual muchos entregan sus vidas.
La verdad es que solo en Cristo usted resucitará a la gloria celestial, y no será nada bajo,
será semejanza a Cristo, y la justicia misma que Él posee pertenecerá a nosotros. Vivimos
nuestras vidas esperando la resurrección, sabemos que se nos prometen recompensas,
recompensas personales. Sabemos que nos espera una herencia, esperándolo a usted,
esperándome a mí. Sabemos que hay una corona de vida, una corona de justicia, una
corona de gozo que nos serán concedidas a nosotros personalmente. Esta realidad de
nuestra personalidad eterna en forma glorificada, espíritu y cuerpo es esencial para la fe
cristiana.
Ahora, Pablo ve esa realidad en los versículos que le acabo de leer. Y encontramos que él
ve esto como un incentivo a tres niveles. Un incentivo, un incentivo contundente a tres
niveles. Y es una porción fascinante de la Escritura, permítame ayudarle a ver cuáles son
esos niveles. En primer lugar, creo que Pablo está diciendo aquí, que el hecho de que
seremos quienes somos, en formas glorificadas, seremos eternamente nosotros, pero en
una realidad perfeccionada en el cielo, tanto en alma como en cuerpo, es una motivación
para la salvación. Ese es el primer punto que quiero que vea, es una motivación para la
salvación.
Ahora, usted podría estar luchando por ver eso, pero permítame tan solo ayudarle con el
versículo 29, uno de los versículos más difíciles de toda la Escritura, y confieso en este
punto que no puedo ser absolutamente dogmático, ni siquiera puedo ser dogmático, pero
puedo darle lo que creo que es el entendimiento que es el mejor y más simple de este
versículo. Versículo 29, como si dijera: “Si no hay resurrección,” lo cual él ha estado
afirmando durante los primeros veintiocho versículos, “Si no hay resurrección, sin la
resurrección, ¿Qué harán aquellos que se bautizan por los muertos? Si en ninguna manera
los muertos resucitan, ¿Por qué pues se bautizan por los muertos?” ¿De qué está
hablando esto? ¿Qué es el bautismo por los muertos? Si usted se ha confundido por eso,
bienvenido al club.
Recuerdo un amigo mío que hizo una disertación a nivel post-grado, de las posturas de ese
versículo, y él cubrió cuarenta de ellas. Podrían haber cien. Este versículo en particular ha
sido para muchas personas una especie de laberinto. Pero quiero darle lo creo que es la
manera, la mejor manera, y la más simple en la que puedo entender lo que el apóstol
Pablo está diciendo. Y no creo que él está tratando de ser oscuro o vago, como siempre él
está tratando de darnos algo que es muy práctico.
Pero permítame retroceder de la verdad y usted conoce algo, y darle a conocer algo del
error. No quiero darle demasiado de esto, pero una secta muy conocida es el
mormonismo. Los mormones enseñan el bautismo vicario, y dicen que lo encuentran en
este versículo. Que necesitamos, dicen como mormones, no solo ser bautizados por
nosotros mismos, sino ser bautizados de manera vicaria por personas que ya están
muertas. Esa es teología mormona. Los líderes mormones enseñan que los espíritus de
aquellos que han muerto están suspendidos en algún lugar, y no entran al cielo hasta que
otro mormón es bautizado por ellos, lo cual entonces lo saca de dónde quiera que están y
entran al cielo.
Ésta también fue la postura de algunos de los primeros herejes Sarent and Marción, quién
Marción fue una especie de gnóstico antiguo, él tenía mucha herejía, él creía que Jesús era
un espíritu sin cuerpo, pero él también creía en un bautizo en lugar de alguien que estaba
muerto. Esta postura afirma que Pablo está enseñando que un cristiano que ya ha sido
bautizado, y que se vuelve a bautizar y quizás una y otra vez y otra vez y otra vez por
personas que han muerto sin bautizo, y eso sería de manera categórica personas no salvas
que no pueden entrar al cielo.
Entonces, el bautismo de ese creyente, digamos, por sustitución es acreditado a la
persona muerta, y la persona muerta entonces tiene acceso al cielo. Ahora, obviamente la
Escritura no enseña eso. De hecho, su propio bautismo no lo salvó a usted. Y no puede
haber un bautismo de usted que salva a alguien más, su bautismo no lo salva a usted. No
existe algo tal como ser salvo por ningún bautismo, sea por usted o por alguien más, no
existe algo tal como salvación vicaria.
Éste es el error grave del bautismo de infantes, la idea de que el niño es bautizado en
ignorancia completa del evangelio, pero es colocado en el pacto, en algún tipo de lugar
seguro, en dónde algunos dicen que usted incluso podría presumir la regeneración en
base a la fe de los padres que trajeron al bebé para ser bautizado. Eso es una salvación, de
nuevo, por lo que alguien más, por lo que alguien más hace, el bautismo no salva a nadie
en ningún momento jamás, ni a bebés, ni a adultos. Y el bautismo ciertamente no salva a
incrédulos muertos.
¿Pero de qué está hablando él aquí? Veámoslo un poco más de cerca. Él reconoce que hay
personas que están siendo bautizadas con alguna referencia a personas muertas. ¿Qué es
lo que eso podría significar? Bueno, comencemos y vamos a desmenuzarlo. Él dice: “¿Qué
harán los que se bautizan por los muertos?” Deténgase ahí. Él tiene que estar hablando
del bautismo cristiano, el bautismo cristiano, el acto de proclamar la unión de uno con
Cristo, realizada en respuesta a la fe salvadora. El creyente que ha colocado su confianza
en Cristo atraviesa por una inmersión, como símbolo de su muerte, sepultura y
resurrección en Cristo. Esto es tan sinónimo con el cristianismo, que el bautismo de hecho
se volvió un sinónimo para salvación.
En la Gran Comisión, al final del evangelio de Mateo nuestro Señor dice esto: “Por tanto id
y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo.” Ese es el esfuerzo evangelístico; asume fe en Cristo. El bautismo era
tan inseparable de la fe salvadora que se habla de eso en su lugar. Lo mismo sucede en
Efesios 4 dónde usted tiene la afirmación: un Señor, una fe, un bautismo. Y ese bautismo
es el bautismo en agua que estaba tan conectado de manera tan universal en la primera
iglesia con la fe salvadora, que se hablaba del bautismo como si fuera la fe salvadora
misma.
Entonces, estamos hablando del bautismo cristiano aquí, el bautismo de creyentes. ¿Y que
significa que los creyentes son bautizados por los muertos? Bueno, sabemos lo que
muerto significa. ¿Qué hay acerca de ‘por los muertos’? Permítame ayudarle con eso. La
preposición aquí traducida ‘por’ en su Biblia es ‘húper’ de lo cual obtenemos ‘hiper’ en
español, pero es ‘húper’ y puede traducirse de muchas, muchas maneras. Es una
preposición muy flexible, puede significar: por encima, sobre, más allá de. Puede
significar: en lugar de, en nombre de, el cuál es el significado que adoptan los mormones.
Puede significar a favor de o puede tener un significado de causa, y puede significar:
debido a, debido a.
Si tomamos ese significado tan normal para la palabra, lo leeríamos de esta manera:
“¿Qué harán aquellos que son bautizados debido a los muertos?” ¿Qué significa eso, ser
bautizados debido a los muertos? ¿Por qué alguien sería bautizado debido a una persona
muerta? Bueno, sabemos que el bautismo está conectado a la salvación, entonces algunas
personas han sido salvas y bautizadas debido a personas que están muertas. Eso no está
muy lejano, ¿verdad? Hay muchas personas que vinieron a la fe en Cristo al leer algo
escrito por alguien que está muerto o al recordar un testimonio dado por alguien que
ahora está muerto, un padre, un amigo, o incluso por la influencia del testimonio de
alguien que estaba muriendo que ahora está muerto. El bautismo se refiere a la salvación.
Algunas personas están siendo salvadas y bautizadas viniendo a la salvación, entrando a la
familia de Dios, el cuerpo de Cristo debido a la influencia de creyentes que están muertos.
Eso podría significar tres cosas, eso podría significar, número uno: debido al testimonio de
creyentes que ya se han adelantado. El testimonio de creyentes que conocemos que
enfrentan la muerte, en segundo lugar. En tercer lugar, debido a, y este es uno clave, la
promesa de una reunión. Inevitablemente cuando usted asiste al funeral de un creyente,
la gente va a decir que todos nos volveremos a reunir otra vez. Cuando alguien pierde a un
hijo, alguien pierde a un cónyuge o alguien pierde a un muy buen amigo, un ser querido,
quien es un creyente, tenemos la esperanza de la reunión.
Eso siempre se menciona en un servicio memorial. La esperanza de la resurrección, y la
reunión que sigue a la resurrección es un incentivo para la salvación. Tendría sentido
entonces leer este versículo, entendiendo que hay aquellos que son bautizados, que
vienen a la fe en Cristo, y que pasan por el bautismo cristiano debido a la influencia de
personas muertas, cuyo testimonio ellos oyeron y leyeron, y ahora ya no están, o debido
al estar ahí y ver cómo la gente enfrenta la muerte y cómo murieron, o, en tercer lugar,
debido a la esperanza de la reunión con esas personas que están muertas.
Un buen lugar para ver esto, en cierta manera desarrollándose es el capítulo 11 de
Hebreos, permítame invitarlo a que me acompañe al capítulo 11 de Hebreos. Este es un
capítulo que esencialmente dice exactamente lo que acabo de decir. El escritor de
Hebreos quiere que tengamos fe, fe en el evangelio, a lo largo de Hebreos él está diciendo
no retrocedan, no se aparten, vengan hasta la verdad, lleguen al evangelio, vengan hasta
llegar a Cristo.
El versículo 39, el cuál termina en el capítulo 10 dice: “No somos de aquellos que
retroceden para perdición, sino de aquellos que tienen fe para la preservación del alma.”
Muévanse hacia adelante en fe salvadora. Y después, para proveer motivación para eso, él
entra al capítulo 11, y el capítulo 11 está lleno de muchas personas muertas. Muchas
personas muertas cuyo testimonio es un motivo para la fe en Cristo, la fe en Dios.
En el versículo 4 él habla de Abel, habla de Enoc, habla de Noé. En el versículo 8 entra
Abraham; versículo 11, Sara. El versículo 13 lo resume, todos murieron en fe, todos
murieron en fe. Un testimonio de su fe frente a la muerte es el registro del Antiguo
Testamento. Y después él llega a Isaac y a Jacob, José, y Moisés en el versículo 23. Después
él llega Rahab la ramera, en el versículo 30. Y después en el versículo 32, es Gedeón,
Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel, los profetas, “que por fe conquistaron reinos, hicieron
justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos,
evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas,
pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. Las mujeres recibieron sus muertos mediante
resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener
mejor resurrección.”
Todas estas personas están muertas, todas muertas, todos vivieron una vida de fe
esperando una resurrección. “Otros experimentaron vituperio y azotes, y a más de esto
prisiones, y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de
espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres,
angustiados, maltratados.” ¿Por qué hicieron esto? Hicieron esto hasta llegar a la muerte,
porque sabían que había una mejor resurrección. Son ejemplos de una vida de fe. Son los
muertos que nos dan un retrato de la vida de fe.
En el capítulo 12, versículo 22, Hebreos dice, se han acercado al monte Sion cuando han
venido a Cristo, “han venido al monte Sion a la ciudad del Dios viviente, Jerusalén la
celestial, y a muchos ángeles y a la congregación general y a la iglesia de los primogénitos
que están en el cielo, y a Dios el Juez de todos y a los espíritus de los justos hechos
perfectos, y a Jesús el Mediador de un nuevo pacto.”
Él dice, cuando vienen a Cristo han venido a la comunión de la asamblea general, y a la
iglesia de los primogénitos que están inscritos en el cielo. Serán congregados un día con
los justos que ahora han sido hechos perfectos en el cielo, y a Jesús el Mediador de un
nuevo pacto. Al principio del capítulo 12 él dice: “Incluso Jesús, el Autor y Perfeccionador
de nuestra fe, quién soportó la cruz por el gozo que fue puesto delante de él,
menospreciando el oprobio y se ha sentado a la diestra del trono de Dios.” La manera en
la que Jesús enfrentó a la muerte es como muchos santos enfrentaron la muerte,
esperando una vida mejor, una vida después de la muerte, una vida de resurrección.
El punto de Pablo es este: Si los muertos no resucitan, entonces ¿cuál es el punto de todos
estos testimonios? ¿cuál es el punto de ver a los santos que han seguido y nos han dejado
su testimonio, o habiendo visto como murieron en fe, incluso cuando fueron cortados por
la mitad, o les cortaron la cabeza, o fueron matados de alguna otra manera? El punto de
Pablo es este: Si los muertos no resucitan, si estas personas simplemente dejan de existir y
se vuelven parte de la neblina amorfa de alguna deidad impersonal, entonces, ¿cuál es el
punto de las promesas de reunión? La reunión es un incentivo fuerte, fuerte, para la
salvación.
Tantas veces he hablado de eso en servicios memoriales y funerales. Y le he recordado a
miembros de familias y amigos que se pueden volver a reunir en la presencia de Cristo.
Hay esperanza para una reunión, hay esperanza para aquellos que son parte de la
asamblea general, los primogénitos y los espíritus de los hombres justos hechos perfectos,
y aquellos que son resucitados en la venida de Cristo, de congregarse en torno al trono de
nuevo. Si no hay resurrección, si no hay reunión, sino vamos ahí para reunirnos con las
personas que conocemos y amamos, y que han ido antes de nosotros y nos han dado el
testimonio de una vida de fe, ¿cuál es el punto? ¿cuál es el punto?
Incluso David, ahí atrás en 2 Samuel 12, cuando el bebé pequeño, concebido en su
pecado, por Betsabé murió, usted recuerda la reacción de David. David tenía tristeza,
estaba llorando por la muerte de este bebé, hasta que el bebé murió. Y cuando el bebé
murió, David se lavó su rostro, se limpió, limpió sus lágrimas y dijo: Yo iré a él. ¿Yo iré a él?
Él no está hablando de ser sepultado en el mismo cementerio, él está hablando de una
reunión. Yo iré a él. Cuándo su hijo adulto, Absalón, quien básicamente fomentó una
rebelión en contra de él, cuando él murió, cuando se le atoró su cabello en un árbol y fue
matado, David no podía ser consolado. Era imposible consolarlo, porque él no lo volvería a
ver, jamás.
Cuándo vamos al cielo seremos quienes somos. Pablo dice al escribirle a los
tesalonicenses, ¿quién es nuestra esperanza o esperanza o gozo o corona de exaltación?
¿No sois vosotros en la presencia de vuestro Señor Jesús, en su venida? Vosotros sois
vuestro gloria y gozo. Pablo dice: Ustedes saben cuál es la atracción del cielo. Son ustedes.
Son ustedes tesalonicenses. Ustedes son la corona de gozo, ustedes son la esperanza.
En el cuarto capítulo de 1ª Tesalonicenses en el versículo 13, “Porque no quiero que
ignoréis hermanos de los que durmieron, o han muerto, para que no os entristezcáis como
los que no tienen esperanza, porque creemos que Jesús murió y resucitó, así también Dios
traerá con él a aquellos que han dormido en Jesús.” Todos nos vamos a volver a reunir.
Esto es reunión. Éste siempre ha sido un incentivo para que la gente venga a Cristo.
El testimonio de aquellos que han muerto en el pasado, y han dejado sus testimonios con
nosotros, ¿cuántas personas han sido salvas al leer el testimonio de un gran predicador
que ya no está aquí, un testimonio de un gran misionero que hace mucho que no está
aquí. Quizás una carta de alguien que había muerto. ¿Cuántos han venido a Cristo al ver a
alguien morir y ver su fe frente a la muerte? ¿Cuántos han venido a Cristo motivados por
el incentivo de la esperanza de la reunión?
En el séptimo capítulo de Hechos, creo que podríamos asumir que algo así se estaba
llevando a cabo mientras que Esteban estaba siendo apedreado. El final del sermón que
Esteban predicó, registrado en el libro de los Hechos, el pueblo se sintió convencido de su
pecado por lo que dijo. Y él les había declarado que Cristo era el Mesías, y el pueblo eran
los traidores y asesinos de su propio Mesías.
“Oyendo estas cosas,” versículo 54, “se enfurecían en sus corazones, y crujían los dientes
contra él. Pero Esteban lleno del Espíritu Santo, puesto los ojos en el cielo, vio la gloria de
Dios y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos y al
Hijo del hombre que está a la diestra de Dios. Entonces ellos, dando grandes voces, se
taparon los oídos y arremetieron a una contra él, y echándole fuera de la ciudad le
apedrearon. Y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba
SAULO. Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi
Espíritu. Y puesto de rodillas clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado.
Y habiendo dicho esto, durmió. Y Saulo consentía en su muerte.”
Mmm. Simplemente me pregunto, simplemente me pregunto si más adelante cuando
Saulo, en el camino a Damasco fue confrontado por Jesús, no fue sacudido de nuevo por
el momento inolvidable y las palabras moribundas llenas de esperanza y confianza, y
triunfales de Esteban, que él había oído algunos años antes. Él podría encontrarse con
Esteban, en cuya muerte él participó. Pero si los muertos no resucitan, no hay reunión. La
tumba es el final, no hay esperanza, no hay nada.
Entonces, como puede ver, si negamos la resurrección perdemos este gran incentivo para
la salvación. Hay un segundo incentivo aquí, que creo que el apóstol Pablo nos presenta
acerca del cual realmente no hay duda, está en los versículos 30 al 32, ¿Y porque nosotros
peligramos a toda hora? Os aseguro hermanos por la gloria que de vosotros tengo en
nuestro Señor Jesucristo que cada día muero. Si como hombre batallé en Éfeso contra
fieras, ¿qué me aprovecha? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos porque
mañana moriremos.”
¿Cuál es el punto de servir al Señor? ¿cuál es el punto del sacrificio? ¿Por qué estoy
haciendo esto? ¿Por qué estoy viviendo mi vida entera en peligro a toda hora? ¿cuál es el
propósito de vivir diariamente? ¿Por qué estoy peleando con bestias salvajes en Éfeso?
¿Por qué no simplemente como bebo y me muero? Si no hay resurrección no hay motivo
para el servicio o para soportar de manera sacrificial el servicio que conlleva sufrimiento. Y
Pablo sirvió de la manera más valiente. Él incluso se identificó a sí mismo con un soldado,
un guerrero, como un boxeador, como un luchador, como un corredor.
Pablo y los otros apóstoles básicamente vivieron en peligro su vida entera. En cualquier
hora un golpe de persecución podía derribarlos. Y de hecho sucedió. ¿Por qué estoy
viviendo así? ¿Por qué estoy arriesgando mi vida? ¿Por qué estoy en peligro en todo
momento, desde el momento mismo de mi conversión cuando fui visto inmediatamente
por los judíos como un traidor? ¿Por qué tuve que ser descolgado por encima de un muro
para escapar de las tramas de los judíos ahí en Damasco, en el comienzo mismo de mi vida
cristiana? ¿Por qué fui enviado a Tarso por los discípulos en Jerusalén, porque los griegos
estaban buscando matarme desde el comienzo?
¿Por qué he soportado todas las cosas que están enlistadas en la carta a los corintios, la
segunda carta a los corintios? ¿Por qué tengo que ser afligido de toda manera? ¿Por qué
tengo que ser afligido de toda manera? ¿Por qué tengo que ser perseguido, azotado? ¿Por
qué siempre tengo que estar llevando en el cuerpo la muerte de Jesús? ¿Por qué es esto
necesario? ¿Por qué la muerte se está cumpliendo en mí todo el tiempo? ¿Por qué
necesito estar en la cárcel? ¿Por qué estoy siendo acusado falsamente? ¿Por qué estoy en
naufragios, pasando noche y día en el océano? ¿Por qué he sido golpeado con varas tantas
veces y azotado por los judíos? ¿Por qué?
Versículo 31, “Os aseguro, hermanos, por la gloria que de vosotros tengo en nuestro Señor
Jesucristo, que cada día muero.” Eso no es algo místico espiritual, literalmente él dijo,
espero morir cada día. De hecho, morir. Cuándo él dice, os aseguro, ésta es una partícula
griega que presenta un juramento. Él literalmente está presentando un juramento. Les
estoy dando un juramento, y tengo un derecho de declarar esto; muero diariamente. ¿Por
qué estoy haciendo esto? Para que pueda gloriarme en la fe de ustedes, sino resucitamos.
No es que él está orgulloso de sí mismo, es que él está agradecido por la obra que el Señor
ha hecho. La frase, ‘cada día muero,’ o la afirmación ‘cada día muero’ es muy, muy fuerte.
Realmente está diciendo, ‘juro que cada día por causa de ustedes estoy a la puerta de la
muerte. ¿Por qué estoy haciendo esto si no hay resurrección? ¿cuál es el punto de
jugarme la vida? No tiene sentido. Y él incluso se refiere a un incidente en particular en el
versículo 32, si por motivos humanos yo peleé, o literalmente, humanamente hablando,
batallé en Éfeso contra fieras, ¿qué me aprovecha?
Ahora, ¿de qué está hablando él aquí? Realmente no tenemos nada en el libro de los
Hechos o en el registro de la vida de Pablo que indique que él fue arrojado a una arena
con bestias salvajes en Éfeso. Pero en el capítulo 19 del libro de los Hechos leemos esto en
el versículo 23. Cuándo él estuvo en Éfeso no hubo un disturbio pequeño, un hombre
llamado Demetrio, un platero quién hacía pequeños templos de plata de Artemis, la diosa
de los efesios, no traía un pequeño negocio a los artesanos, estos se congregaron con los
artesanos de oficios semejantes y dijeron:
“Hombres, vosotros sabéis que nuestra prosperidad depende de este negocio, ved y oíd
que no solo en Éfeso, sino en casi en toda Asia, éste Pablo ha persuadido y alejado
número considerable de personas, diciendo que los dioses hechos con manos no son
dioses en absoluto. No solo hay un peligro de que este comercio nuestro se acabe, sino
que también el templo de la gran diosa Artemis sea considerado como sin valor, y ella
quien toda Asia y todo el mundo adoran será derrocada de su magnificencia.”
“Cuando oyeron esto se llenaron de enojo y comenzaron a clamar diciendo: “Grande es
Artemis de los efesios.” La ciudad se llenó de confusión y juntos llegaron al teatro en
dónde Pablo estaba arrastrando a Gallo y Aristarco, los compañeros de Pablo de
Macedonia. Y cuándo Pablo quiso entrar a la reunión, los discípulos no lo dejaron. Usted
conoce la historia de su escape, ¿acaso se refiere a eso? ¿acaso en cierta manera son esas
bestias salvajes metafóricas, o hubo alguna otra ocasión cuándo él de hecho fue arrojado
a una arena con bestias salvajes? Podría ser alguna de las dos.
No hay razón necesariamente para asignarle esto al incidente que leí en Hechos 19. Bien
podría ser que de hecho él fue arrojado en una arena con animales salvajes, muy parecido
a Daniel. Hay leyendas acerca de eso. Hay una leyenda de que, quizás es tomada de
Daniel, que Pablo fue colocado en una arena con bestias salvajes, y las bestias salvajes lo
trataron de la misma manera en la que los leones trataron a Daniel, simplemente se
sentaron ahí y nunca atacaron. La palabra usada aquí es el tipo de descripción que vemos
conectada a los gladiadores que peleaban contra los leones en la arena. No sabemos. No
sabemos. Sea lo que sea, Pablo dice: ¿Por qué estoy haciendo esto? ¿Por qué estoy
viviendo diariamente al filo de la muerte humanamente hablando? Esto no me sirve. ¿Cuál
es el punto de esto? ¿Por qué estoy llevando en mi cuerpo las marcas de Cristo? Gálatas
6:17.
“Si los muertos no resucitan,” por favor, “simplemente comamos y bebamos porque
mañana moriremos.” Simplemente seamos hedonistas. Esas palabras, por cierto, se citan
de manera directa de Isaías 22:13, en dónde hay una expresión del hedonismo del Israel
apóstata. La Israel era tan hedonista, en el día de Isaías, que básicamente vivían esto,
“comamos y bebamos porque mañana moriremos.” ¿Qué tipo de hedonismo impío?
Oigan, si no hay resurrección, si no existo en el futuro, entonces, ¿por qué estoy haciendo
esto? ¿por qué estoy esperando una reunión con los más nobles y lo mejor de la
humanidad, aquellos que han llegado a conocer al Dios verdadero, y a vivir para Él? ¿Por
qué estoy entregando mi vida? ¿Por qué estoy sacrificando algo? Es necio. Si no hay
resurrección entonces vivamos como animales.
Esto es lo que creo que estaba asustando a Salomón, al escribir Eclesiastés. Escuche las
palabras de Eclesiastés capítulo 2. Esto es sabiduría humana, hablando humanamente,
“No hay nada mejor para un hombre,” Eclesiastés 2:24, “que comer y beber, y decirse a sí
mismo que su labor es buena.” Se acabó, come y bebe, es lo único que hay. Capítulo 3,
versículo 12, sé que no hay nada mejor que regocijarse y hacer bien en la vida de uno, y
que todo hombre debe comer y beber y ver el bien en su labor.
En el capítulo 5, versículo 18, “Esto es lo que he visto que es bueno y apropiado, comer y
beber y disfrutar de toda la labor en la que uno se esfuerza debajo del sol, durante los
pocos años de su vida, que Dios le ha dado, porque ésta es su recompensa.” Ese es un
cinismo hedonista absoluto. Saca de esta vida todo lo que puedes obtener, esto es lo
único que hay.
En el capítulo 8, en el versículo 14, leemos: “Hay vanidad que se hace en la tierra, y es
esta. Hay hombres justos a quienes les pasa conforme a las obras de los impíos. Por otro
lado hay hombres malos a quienes les sucede conforme a las obras de los justos. Digo que
esto también es vanidad. Entonces, recomendé el placer porque no hay nada mejor para
un hombre bajo el sol más que comer y beber y disfrutar, y esto estará con él en su
esfuerzo, a lo largo de los días de su vida, que Dios le ha dado bajo el sol, debajo del sol.”
Y si lo único que hay es lo que hay debajo del sol, y si usted simplemente es un
protoplasma que espera a convertirse en estiércol, ¿cuál es el punto de servir a Dios, de
sacrificarse? Ve entonces, capítulo 9 de Eclesiastés, versículo 7, “come tu pan en felicidad,
bebe tu vino con un corazón contento, porque Dios ya ha aprobado tus obras. Que tu ropa
sea blanca todo el tiempo, y que no falte ungüento en tu cabeza. Disfruta la vida con la
mujer que amas, todos los días de tu vida pasajera, porque esta es tu recompensa debajo
del sol.” Jesús nos contó de un rico insensato en Lucas 12, quien dijo: “Come y bebe y
regocíjate, porque mañana moriremos.”
La literatura clásica está llena de esto. Esto infectó el mundo griego, el mundo romano.
Heródoto, el historiador griego, nos cuenta de una costumbre entre los egipcios. En las
reuniones sociales entre los ricos, cuando el banquete ha terminado, un siervo lleva por
todos lados un ataúd a varios invitados, en los que está una imagen de madera de un
cadáver que está grabada y pintada para representar una persona muerta lo más posible.
El cadáver de madera se le presenta a todo invitado y a todo invitado se le dice: Ve aquí,
bebe y disfruta porque cuando mueras serás así.” Pero si hay una resurrección, entonces
existe toda razón para servir y recibir una recompensa completa.
Y como le leí en Hebreos 11, hay una resurrección mejor. Resucitaremos, 2 Corintios 5,
“Sabemos que, si el tabernáculo terrenal, el cual es nuestra casa, y es derribado, tenemos
un edificio de Dios, una casa no hecha con manos, eterna en los cielos,” otro cuerpo
eterno, un cuerpo de resurrección. Pero si no hay resurrección no hay incentivo para una
reunión, entonces, si usted simplemente va a dejar de existir, no tiene sentido. No hay
incentivo para el servicio, si esto es lo único que existe, más vale que usted aproveche
todo el placer que pueda.
Hay un tercer incentivo que Pablo menciona, no solo como un incentivo en la resurrección
para la salvación y el servicio, sino para la santificación. Esto es muy importante, versículos
33 y 34, “No erréis,” y esa es una advertencia muy común. Gálatas 6:7, “no erréis, todo lo
que sembrareis esto también cegaréis.” 1 Corintios 6:9, “No os engañéis”. Santiago 1, “No
erréis.” Es un tiempo presente, podría leerse, deténganse, dejen, dejen de ser engañados,
las malas compañías corrompen las buenas costumbres.” Hay tanto que podría decir de
eso, pero no lo voy a hacer. Es una afirmación increíblemente importante. Las malas
compañías corrompen las buenas costumbres.
Ahora, usted ve la palabra ‘compañía’ o conversaciones, no sé lo que su versión podría
decir, pero esa no es realmente la mejor traducción. Compañías es una palabra demasiado
benigna, ésta es una palabra mucho más profunda. Es la palabra griega, homilía, homilía.
Su significado básico es asociación, comunión. De hecho, es usada únicamente aquí en
todo el Nuevo Testamento. Pero cuando es usada en el Antiguo Testamento griego, la
Septuaginta, en Éxodo 21:10, tiene referencia a las relaciones sexuales en el matrimonio.
Es un tipo de asociación muy significativo. Pero más que eso, es usada de nuevo en el
Antiguo Testamento, y únicamente en esos dos lugares, en Proverbios 7:21. Y ahí es
traducida, ‘palabras seductoras.”
Entonces, lo que es tiene tonos de seducción. Incluso de conducta sexual. Esto debe
saberlo usted. Las asociaciones malas, el exponerse a las palabras seductoras, y en otros
escritos griegos se refiere a una clase o lección, incluso un sermón. Podríamos resumirlo y
decir esto: La mala enseñanza corrompe los valores buenos. La mala teología corrompe los
valores morales buenos. Las malas asociaciones corrompen los valores morales buenos.
¿De qué tipo de asociaciones estamos hablando? La respuesta viene en el Salmo 1.
“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en caminos de
pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado.”
Usted no camina en el consejo de los impíos. Usted no debe escuchar su instrucción, no
puede detenerse y relacionarse con pecadores. Y usted no se sienta y es instruido por
escarnecedores. La mala doctrina, las percepciones malas, la información mala corrompen
los valores morales buenos. Y aquí hay mala información, no hay resurrección. Eso
corrompe los valores morales buenos. Si usted tiene la esperanza de Cristo, dándole la
bienvenida a usted a Su presencia, entonces usted entenderá 1 Juan 3:3, versículo 2,
“Somos los hijos de Dios ahora, pero aún no se ha manifestado lo que seremos. Pero
sabemos que cuando él se manifieste, seremos como él,” una persona que se puede
reconocer.
“Y lo veremos como él es, y todo aquel que tiene esta esperanza, en él se purifica a sí
mismo, así como él es puro.” La esperanza de la reunión de resurrección con Cristo, es una
esperanza purificadora. La teología mala, la instrucción mala, la enseñanza mala, las
creencias malas corrompen los valores morales buenos. La gente vive su teología, viven
sus convicciones, viven lo que creen. Los compañeros malos, las asociaciones malas, lo
exponen a usted a la teología mala, a la doctrina mala. Y eso corrompe los valores morales
buenos.
Entonces, en el versículo 34, él dice: “Sean sobrios como deben, y dejen de pecar, porque
algunos no tienen conocimiento de Dios. Y esto lo digo para vergüenza de ustedes.” Si
están siguiendo a estas personas que son completamente ignorantes y están siguiendo su
teología mala, deberían avergonzarse de ustedes mismos. Dejen de pecar. La doctrina
equivocada produce conducta mala.
Tucídides cuenta de cómo cuando la plaga fatal vino a Atenas, la gente cometió todo
crimen inconcebible, vergonzoso. Él dice: “Se entregaron a todo placer de lujuria, porque
creían que la vida era corta y no había resurrección. No tendrían que pagar precio alguno
por su vicio.” El poeta romano Horacio, escribió esto: “Diles que traigan vinos y perfumes,
y los dos retoños de la rosa hermosa que viven poco. Mientras que las circunstancias y la
edad y las cuerdas negras del destino todavía nos permiten hacerlo.” Entregarse al placer.
Uno de los poetas más famosos, de los poetas latinos es Catulo. Usted lo puede buscar por
Google, y encontrar algunas cosas interesantes. Catulo escribió esto: “Vivamos mi Lesbia,”
Lesbia era su seudónimo para su amante, a quien le escribió muchos poemas, que todavía
existen. “Vivamos Lesbia mía, y amemos. Y valoremos los cuentos de hombres de la
antigüedad, austeros, de manera barata.” En otras palabras, inútiles y baratos. “Los soles
se puede poner y después regresar, pero para nosotros una vez que nuestra luz breve se
pone, no hay más que una noche perpetua, en la que debemos dormir para siempre.
Vivamos, amemos antes de que dejemos de existir.”
Quite usted el pensamiento de la vida venidera, quite el pensamiento de la resurrección,
quite el pensamiento de la rendición de cuentas, quite el pensamiento del castigo, quite el
pensamiento de la recompensa y la vida se vuelve un desastre hedonista. Una metáfora
para eso es simple y visible para todos nosotros, vea las noticias, cuando hay
manifestaciones en una ciudad y la gente sabe que la policía no puede detenerlos,
destrozan el lugar, porque saben que no habrá consecuencias. La consecuencia definitiva,
claro, para el incrédulo es el infierno. La esperanza definitiva para el creyente es el cielo.
Ambos colocan un peso serio en la manera en la que vivimos nuestras vidas.
Entonces, versículo 34, “Vuélvanse sobrios en su manera de pensar”. Piensen con claridad,
vivan de manera justa, dejen de pecar, detengan su conducta vergonzosa. ¿Importa la
resurrección? Claro que importa. Vamos a vivir para siempre. La resurrección de Cristo es
una realidad, y debido a que Él vive, nosotros también viviremos. La salvación entonces
puede ser buscada esperando una reunión de resurrección y la vida de resurrección. El
servicio puede llevarse a cabo con sufrimiento, incluso con martirio porque producirá una
recompensa eterna en la resurrección. La santificación debe ser la meta de nuestras vidas
aquí, la pureza la meta de nuestras vidas aquí, porque seremos recompensados
eternamente en la presencia del Señor. Cualquier cosa menos que esto es un engaño
vergonzoso.
Señor, gracias de nuevo en esta noche por Tu Palabra. Simplemente nos cautiva con su
claridad, sus verdades, su poder. Y Señor entendemos que esta vida es una neblina que
aparece por un poco de tiempo y después desaparece, y vivimos para siempre. Vivimos
para siempre. Nosotros que somos tuyos vivimos para siempre contigo. Oramos porque
Tú hagas que vivamos a la luz del cielo, esperando las reuniones gloriosas ahí con todos
los santos que han ido antes de nosotros, incluyéndote a Ti, nuestro Cristo bendito. Que
viviremos vidas de servicio sacrificial, sabiendo que seremos recompensados en Tu
presencia, y podremos arrojar nuestras coronas a Tus pies.
Que viviremos vidas de santificación siendo purificados en la esperanza de esa
resurrección que nos unirá a Ti. Queremos oír: “Bien, buen siervo y fiel.” Te damos gracias
Señor por la promesa de vida que quita toda la vaciedad e inutilidad de vivir debajo del
sol, y la reemplaza con la esperanza para cómo vivimos aquí, como amamos aquí, como
servimos aquí. Nos volveremos a aparecer en nuestra bendición eterna, y por ella
podremos disfrutar y glorificarte por los siglos de los siglos. Que nuestros corazones estén
prontos para abrazar la vida que está por venir. Y que no nos aferremos a las cosas de este
mundo.
Estas cosas pedimos en el nombre de Cristo. Amén.
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La salvación

Ceguera espiritual, 1ª Parte


Escritura: Marcos 8:11–21

Código: 41–37
John MacArthur
Abramos la Biblia en Marcos capítulo 8, Marcos capítulo 8. Estamos tan bendecidos por
estar de regreso en Marcos. He estado esperando con la boca abierta para retomar la
historia en donde nos quedamos en el capítulo 8, versículo 10, y ahora llegamos a los
versículos 11 al 21. Ahora, el tema de esta sección del 11 al 21, lo he identificado como
“Ceguera Espiritual”. De hecho, solo hay una referencia en el texto entero, versículo 18, al
asunto de poder ver y no ver. Pero esa pequeña frase, en cierta manera, arroja una
sombra sobre la sección entera; y entender esta sección realmente es entender el asunto
de la ceguera espiritual mediante dos ilustraciones. La primera, es un encuentro entre
Jesús y los líderes de Israel, la élite religiosa; la segunda, es un encuentro entre Jesús y los
discípulos. Ambas nos ilustran dos tipos de ceguera: ceguera permanente, y ceguera
temporal.
Tiene que ser dicho desde el principio antes de que veamos el texto mismo, que la
ceguera espiritual es un mal universal, es una condición humana universal; todo ser
humano nacido en este mundo, desde la caída de Adán, ha nacido estando ciego
espiritualmente. Y no es una ceguera superficial, es una ceguera profunda, es una ceguera
total, es una ceguera completa; esencialmente es vivir en la oscuridad sin luz en absoluto.
Ese es el diagnóstico bíblico de la condición humana universal. Y sé que eso va en contra
de lo que la gente piensa, porque todos somos expuestos a aquellos que se dicen ser
personas muy espirituales, ¿no es cierto? “Soy una persona muy espiritual”, usted lo oye
con frecuencia, como si tuvieran algún tipo de entendimiento real de la esfera espiritual.
Inclusive, hay personas que son espiritualistas profesionales, que pueden conectar a la
gente con la dimensión espiritual; y hay esos grandes líderes espirituales, esos gurús
trascendentales, que han sido identificados con la parte oriental del mundo, pero hay
muchos de ellos que vienen en diferentes formas y tamaños, que han cruzado por todo el
planeta, y se han vestido con diferentes vestimentas, que van más allá del hinduismo; esas
personas que pueden ver la esfera espiritual que creen que han ascendido a algún nivel de
dominio de realidad espiritual. Toda religión sobre el planeta, toda religión dice tener la
clave de la puerta al mundo espiritual, todas lo dicen, es lo que venden; todas mienten,
todas mienten. Ninguna religión en el mundo, fuera del cristianismo verdadero, puede
darle vista a alguien; toda persona en toda religión, fuera de la verdadera, está en la
oscuridad, y es una oscuridad profunda, y es una ceguera profunda; no hay maestros
trascendentales, no hay almas elevadas, no hay espiritualistas que conocen la verdad
espiritual de manera genuina; eso no viene dentro del marco de una vida humana no
alterada.
Este es el testimonio de las Escrituras. Abra su Biblia en Juan capítulo 1, Juan capítulo 1,
versículo 5. El Señor Jesús es presentado aquí como la luz en el versículo 4, “en Él estaba la
vida, y la vida era la luz de los hombres”, Jesús es llamado la luz; Él mismo dijo que Él era
la luz, Juan 8:12: “Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas”, esa es
la única manera en la que podemos salir de la oscuridad, seguir a Cristo, no hay otra
manera de salir de la oscuridad; no hay maestros espirituales, solo hay gente que sigue a
Cristo, y solo Él saca de la oscuridad; Él es la luz, la luz brilla en la oscuridad; versículo 5
dice: “La oscuridad no la comprendió”. Esta ceguera espiritual universal no tiene la
capacidad de comprender la luz. La luz verdadera vino, la oscuridad no la comprendió.
Vino un hombre de Dios, enviado por Dios, cuyo nombre era Juan, Juan el Bautista, el
precursor de Cristo, él vino como un testimonio para dar testimonio de la luz; esto quiere
decir que la luz vino, inclusive antes de que la luz viniera, un profeta vino para decirle a la
gente que la luz venía. Y Juan hizo eso, él dio testimonio de la luz para que todos creyeran
mediante Él. Él no era la luz, pero él vino para dar testimonio acerca de la luz. Ahí estaba
la luz verdadera, esto es Cristo, que venía al mundo, ilumina a todo hombre; Él estuvo en
el mundo, el mundo fue hecho por Él, y el mundo no lo conoció. Él vino a los suyos, los
judíos, aquellos que eran los suyos, y no lo recibieron; ahí está la oscuridad; esta es la
condición humana universal.
Cuando la luz está brillando en su punto más elevado, cuando la luz está de pie, en frente
de usted, viéndolo al ojo; cuando usted puede estirar la mano y tocar la luz; cuando puede
oír la voz de la luz; cuando puede ver el poder de la luz desplegado en milagro tras
milagro, día tras día, tras día; aún así no hay capacidad en la oscuridad del corazón
humano para comprender la luz. Y esta es una condición aquí descrita de Israel, que creían
en sí mismos, por lo menos la gente más iluminada sobre el planeta; tuvieron las
Escrituras del Antiguo Testamento, tuvieron La Ley y los Profetas, tuvieron las Ordenanzas,
tuvieron los Pactos, lo tuvieron todo, tuvieron la revelación completa de Dios a lo largo de
todo el Antiguo Testamento como había sido revelado, como vimos de todo, al principio
Dios habló en muchas maneras mediante muchos medios en muchas porciones, y les dio
las Escrituras, y les dio la luz, y no la entendieron.
Y tuvieron una religión apóstata que emanó de esa revelación verdadera, se desviaron de
ella, y la pervirtieron al grado que tuvieron una forma apóstata del judaísmo en el tiempo
de Jesús cuando Él vino; la luz los estaba viendo en el rostro, y no lo pudieron entender.
Así de profunda es la ceguera humana. En Romanos 1, el punto es esparcido a todos; en
Juan 1, Juan está hablando de los judíos primordialmente, “a los suyos vino, y los suyos no
lo recibieron”; pero aquí los gentiles son los que se presentan en Romanos 1, la ira de Dios
es revelada en el versículo 18, “contra toda impiedad e injusticia de los hombres que
detienen con injusticia la verdad”. Esta ceguera, esta oscuridad es tan profunda, que
inclusive cuando son expuestos a la verdad, la retienen. Esto está hablando de todos los
hombres.
Y él continúa diciendo: “Porque lo que es conocido de Dios, les es conocido, dentro de
ellos está en su interior”. ¿Y cómo se manifiesta esto? Dos maneras. Una, la razón. La
razón humana lo lleva a usted a una causa para todo efecto, y la razón humana enseguida
lo va a llevar a usted a la causa primordial, a la causa definitiva, a la primera causa de
todos los efectos; usted tiene que ir ahí, tiene que haber una causa primera, tiene que ser
Dios; la razón humana. Capítulo 12 él dice: “La ley de Dios es escrita en sus corazones”,
esa es la ley moral, una ley ética. Entonces, Dios se ha desplegado a Sí mismo en la razón y
en la moralidad en todo ser humano, eso es luz, eso es luz; eso les ha sido manifestado.
Más allá de eso, la creación del mundo despliega, versículo 20, sus atributos invisibles, su
eterno poder y Deidad. Cuando vemos la creación no solo como un efecto de una primera
causa, sino viendo el efecto mismo, y analizándolo, aprendemos mucho acerca de Dios,
¿no es cierto? Aprendemos de la magnitud de su mente, el poder infinito masivo que Él
posee, la atención al detalle que Él le ha prestado a los detalles de la estructura atómica
del universo; aprendemos tanto del poder de Dios, de sus atributos también aprendemos
de la vida humana en las relaciones que Dios nos ha comunicado, al comunicarnos
atributos que son verdaderos de Él, que poseemos. Entonces, sabemos de Él en términos
de su poder, sabemos de Él en términos de su personalidad; entonces el mundo entero
tiene esta cantidad de luz.
No obstante, habiendo conocido a Dios, versículo 21, no le glorificaron como a Dios, ni le
dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos y su necio corazón fue
entenebrecido. Lo que sucedió es que la luz que tenían, se apagó, se apagó; se alejaron de
la luz. En Efesios, capítulo 4, hay otra descripción de esto que es digno de nuestra
consideración. En Efesios 4:17 habla de las naciones o los gentiles, los etnos, grupos
étnicos, “Andan”, dice en el versículo 17, “en la vaciedad de su mente”; con una cabeza
vacía, no pueden llegar a la conclusión a la que debe llevarlos la luz que está en ellos,
siguiendo la razón a Dios, siguiendo la ley moral en el corazón a un dador de la ley, a un
estándar de justicia, a un Dios que es justo.
Entonces, en esta existencia en donde su mente está vacía, versículo 18 dice: “Se
entenebrecieron en su entendimiento”; excluidos de la vida de Dios debido a la ignorancia
que hay en ellos, debido a la dureza de su corazón; corazones duros, mentes ignorantes,
entendimiento entenebrecido. Así es como todos los seres humanos son definidos. El
Salmista dijo en el Salmo 82:5: “La gente anda en tinieblas”. El profeta dijo: “La gente
tiene ojos pero no puede ver”; Isaías dijo eso, Jeremías dijo eso. Los Proverbios dicen: “El
camino el impío es oscuridad”. La ceguera en la oscuridad caracterizan a la naturaleza
humana; eso es simplemente parte de ser humano.
La luz está ahí, pero la capacidad de seguir esa luz a una luz más completa no está ahí. Esta
ceguera, como dije, no es una ceguera superficial, es una ceguera profunda, una ceguera
profunda. Permítame mostrarle un poco más, a partir del primer capítulo de Juan, observe
el tercer capítulo de Juan. Juan capítulo 3, aquí nuestro Señor está hablando acerca de la
luz; versículo 19: “Y esta es la condenación: Que la luz vino al mundo”. Ahora usted tiene
luz, no solo la luz de la razón y la luz de la ley moral, y la luz de la creación, sino que usted
tiene la luz de Cristo viniendo al mundo. “Y los hombres amaron las tinieblas más que la
luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo aborrece a la luz, y
no viene a la luz para que sus obras no sean reprendidas. El que practica la verdad viene a
la luz para que sus obras puedan ser manifiestas que han sido hechas en Dios”.
Los ciegos son profundamente ciegos por naturaleza, es la naturaleza humana. E inclusive,
su ceguera es más profunda porque no solo son pecadores, sino que aman su pecado; y
ese es un tipo de segundo grado de su ceguera; el primer grado es su naturaleza de ser
ciegos, lo segundo es que su pecado es lo que aman, y eso hace que su ceguera sea aún
más profunda, más contundente; y no termina ahí. Observe 2ª de Corintios, capítulo 4, el
Apóstol Pablo está hablando del mismo asunto exactamente, 2ª de Corintios 4:3 y 4, él
dice: “Si el Evangelio que él predica acerca de Cristo, acerca de la luz, está velado, está
velado para aquellos que están pereciendo, no lo pueden ver; en cuyo caso, el dios de este
mundo –refiriéndose a Satanás– ha cegado las mentes de los incrédulos”.
Entonces, son ciegos por naturaleza, doblemente cegados por el pecado, triplemente
cegados por Satanás, de tal manera que no pueden ver la luz, el Evangelio de la gloria de
Cristo. De nuevo, no estamos hablando de una ceguera superficial, sino de una ceguera
profunda; cegados por naturaleza, cegados por el pecado y el amor del mismo, cegados
por Satanás y su poder sobre el alma. Y hay otro tipo de ceguera que muestra la
profundidad de esto. En el capítulo 19 de Lucas, llegamos supongo a lo que podría llamar
“Ceguera Soberana”. Jesús se acercó a Jerusalén, en el versículo 41 vio la ciudad y lloró
por ella y dijo: “Si hubieseis conocido en este día tú las cosas que traen tu paz, si tan solo
hubieras sabido que estuve aquí, la paz con Dios (¿qué?) vine para traer. Pero ahora han
sido escondidas de tus ojos”.
Hombre, éste es el más triste de todos los aspectos de la ceguera, cuando la ceguera no
puede ser remediada; ahora está escondida. “Tuviste tu momento, tuviste tu oportunidad,
tuviste tu tiempo, no respondiste, se acabó; a partir de ahora, no puedes ver lo que no
quisiste ver. Y los días vendrán cuando tus enemigos vendrán contra ti y te rodearán”,
hablando de la destrucción de Jerusalén, “y te destruirán hasta el suelo, y tus hijos dentro
de ti; no dejarán una piedra sobre otra porque no reconociste el tiempo de tu visitación.
No supiste quién fue el que te visitó, no abrazaste la luz porque amaste a las tinieblas, y el
juicio va a venir, y vas a morir, y tus hijos morirán”, y cientos de miles de judíos, claro,
murieron en ese ataque romano horrendo en el 70 después de Cristo, y todos aquellos
que no vieron la luz de Cristo fueron llevados al infierno, y el infierno es descrito en la
Biblia de manera repetida como las tinieblas ¿de qué?, de afuera. Tinieblas de afuera.
Esta es ceguera profunda. La ceguera de la naturaleza, la naturaleza humana; la ceguera
del pecado, la ceguera de Satanás, la ceguera del juicio, la ceguera del castigo eterno. Esta
es la condición de toda persona. Ahora, todos nosotros estamos en esa condición, pero
estamos en dos categorías: aquellos que son permanentemente ciegos, y aquellos que son
temporalmente ciegos; aquellos que son ciegos permanentemente, y aquellos que son
ciegos temporalmente. Para algunos, la ceguera es para siempre; para otros, la ceguera es
solo por un tiempo. Y usted está en uno de esos dos grupos. El texto que tenemos frente a
nosotros es muy instructivo con respecto a este asunto, y presenta tanto la ceguera
permanente como la temporal. Y vamos a verlo esta mañana y la próxima vez.
Permítanme leerle el texto. De regreso a Marcos, capítulo 8, versículo 11, y conozcamos a
los ciegos permanentes. “Vinieron entonces los fariseos, y comenzaron a discutir con Él,
pidiéndole señal del cielo para tentarle. Y gimiendo en su espíritu dijo: ¿Por qué pide señal
esta generación? De cierto, os digo, que no se dará señal a esta generación. Y dejándolos,
volvió a entrar en la barca, y se fue a la otra rivera. Habían olvidado de traer pan, y no
tenían sino un pan consigo en la barca, y Él les mandó diciendo: Mirad, guardaos de la
levadura de los fariseos, y de la levadura de Herodes; y discutían entre sí diciendo: Es
porque no trajimos pan. Y entendiéndolo Jesús les dijo: ¿Qué discutís porque no tenéis
pan? ¿No entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón? ¿Teniendo
ojos no veis, y teniendo oídos no oís? ¿Y no recordáis cuando partí los cinco panes entre
cinco mil, cuántas cestas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Doce. Y cuando
los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos recogisteis? Y
ellos dijeron: Siete. Y les dijo: ¿Cómo aún no entendéis?”.
Y Mateo añade un comentario a ese pasaje al final de su relato paralelo, él dice: “Y
entendieron”. El primer grupo son dejados en oscuridad, el segundo grupo son llevados a
la luz; los fariseos, oscuridad permanente; los discípulos, temporal, y para ellos la luz
siguió expandiéndose día tras día, cada día que pasaban con Jesús. Ahora, usted tiene que
comparar este pasaje con el pasaje paralelo en su totalidad en Mateo 16 si usted va a
estudiarlo, Mateo 16:1–12 cubre lo mismo, y añade unos cuantos detalles aquí y allá, que
siempre enriquecen conforme los escritores de los Evangelios ven los mismos
acontecimientos desde dos perspectivas; pero la resolución viene al combinar los dos
relatos como usted sabe. Este encuentro con los fariseos incluye también a los saduceos.
Mateo 16 dice que los saduceos estuvieron ahí también.
Este es nuestro conflicto final con los líderes de Israel en Galilea. Recuerde, su ministerio
galileo está llegando a su fin, Él va a descender a Judea durante los últimos meses de su
vida antes de que vaya a la cruz; Él está cerrando este tiempo de más de un año que Él ha
pasado en un área muy pequeña de Galilea. Éste es el último encuentro con los fariseos y
los saduceos también, es un punto crucial realmente lo es, es un punto crucial porque es
la última vez que estos líderes de Israel verán a su Mesías y Salvador en esa área. Aquí se
acabó. A partir de aquí, y en adelante, cuando Él se relaciona con ellos, Él se relaciona con
ellos como un juez condenador.
Hasta este punto ha habido invitaciones que se les han extendido a los líderes de Israel a
que crean, pero ya no más; ahora, denuncia. Pero es un punto histórico por una segunda
razón, y corolario, debido a que ya terminó con los líderes de Israel, también terminó con
la gente que sigue a los líderes de Israel. Y desde este punto en adelante, la instrucción de
nuestro Señor, sus despliegues de poder, ya no para los que rechazan, sino para aquellos
que creen. Entonces, de aquí en adelante, todo lo que sucede se dirige de manera directa
a los discípulos. Por ejemplo, si usted ve el capítulo 9, versículo 30, Él volvió a salir en un
último viaje por Galilea, pero no quiso que nadie supiera de esto porque Él estaba
enseñándole a sus discípulos; entonces, a partir de aquí, los discípulos son el enfoque
tanto de su poder milagroso como de su instrucción.
Él los está preparando para el ministerio futuro, y ellos están en un punto crítico,
realmente la cúspide del libro entero de Marcos está en el capítulo 8, versículo 29, en
donde Pedro, en nombre de todos los seguidores de Jesús, dice: “Tú eres el Cristo, Tú eres
el Cristo”; ellos vieron la luz, ellos reconocieron la luz, ellos lo entendieron. Esa es la cima,
el punto medio de este Evangelio; lo que llamamos la gran confesión de los seguidores de
Jesús. ¿Entiende usted que es en este punto que Jesús es un hombre que ha sido
vituperado? Él es abierta y públicamente desacreditado, Él es denunciado por los líderes
de Israel, Él es rechazado por la gente que sigue a los líderes de Israel; todos ellos en la
oscuridad, en las tinieblas, que aman las tinieblas y aman su pecado; Él es rechazado por
todos ellos; ahora lo único que quieren hacer es matarlo, entonces, están buscando
cazarlo para matarlo.
Aquellos, por lo tanto, que lo siguen, saben que están rompiendo con su religión antigua,
están dejando a sus rabinos y a sus sacerdotes, y a sus principales sacerdotes, y a sus
sumos sacerdotes, y a los fariseos y a los escribas; están dándole la espalda al judaísmo
apóstata que ha sido su vida; están siguiendo a un líder desacreditado, menospreciado,
odiado, que ha sido objeto de burla, que ha sido blasfemado, Jesús, porque están seguros
de una cosa, y lo dicen aquí finalmente: “Él es el Cristo, Él es el Mesías”. La luz les ha
llegado, la oscuridad ha sido disipada, y la luz va a ser más y más brillante conforme Él
pasa día tras día con ellos, ahí, cruzando al otro lado de la tumba, y durante 40 días con
ellos, instruyéndolos acerca del reino antes de la ascensión, y enviando al Espíritu Santo
cuando estén listos entonces para predicar el Evangelio hasta los fines de la tierra.
Este es un gran momento histórico cuando la ceguera permanente de los líderes de Israel
y aquellos que los siguen es fijada, y cuando la ceguera temporal de aquellos que
siguieron a Cristo se acaba, y la luz comienza a brillar con mayor brillo.
Tenemos que comenzar esta mañana con la ceguera permanente, versículos 11 al 13, de
nuevo nuestro Señor está cara a cara con aquellos que lo odian, aman su pecado, aman su
justicia personal, el cual era su pecado primordial, aman su hipocresía, son ciegos por
naturaleza, son ciegos por su pecado, son ciegos debido a Satanás; y ahora están a punto
de ser cegados soberanamente, y lo serán eternamente en la oscuridad. Simplemente
para explicar la escena un poco, ha pasado un tiempo, y en este punto en el ministerio de
Jesús, Él acaba de regresar de un viaje por las áreas gentiles. Recuerde allá atrás en el
capítulo 7, allá por el versículo 24, cuando dice que dejó Galilea y se fue al norte, a Tiro y a
Sidón, eso es territorio gentil, y Él pasó por ahí durante un periodo de tiempo extendido;
fue al norte del Mar de Galilea, y después bajó a la porción sureste, la parte sureste del
Mar de Galilea, un área llamada Decápolis, que significa “diez ciudades”, eran ciudades
gentiles; y su ministerio fue gentiles, y Él estaba enseñando a sus discípulos que este
Evangelio no es solo para los judíos, sino que es para todos; necesitaban ver eso,
necesitaban aprender eso.
Y en Decápolis, recordará usted, el capítulo 8 comienza con un milagro asombroso que Él
hizo ahí, que realmente es un paralelo del milagro que hizo en Galilea. En Galilea, Él
alimentó a cinco mil hombres, más mujeres y niños; en Decápolis, el área gentil, Él
alimenta a cuatro mil hombres, más mujeres y niños; un milagro de alimentación muy
parecido; ahí es donde termina en el versículo 10. Después de ese milagro, el cual sucede
en la parte sureste del Mar de Galilea, Él cruza la barca al noroeste, a Capernaúm, a un
lugar llamado Dalmanuta; usted nota eso en el versículo 10, o Magadán es otro nombre
para esa área, cerca de Capernaúm, ahí era su cuartel general. Entonces, Él va al territorio
judío, y tan pronto como Él llega, versículo 11, los fariseos salen y comienzan a discutir con
Él; simplemente son imparables, están atacándolo. Él nunca los buscó, Él nunca los tiene
que encontrar, ellos están ahí; Él acaba de regresar del otro lado, ahí en su pequeño
barco, en un lugar llamado Dalmanuta, se bajó de la barca, no lejos de Capernaúm, y en
algún punto inmediatamente en el camino, en donde estuviera de la costa de Capernaúm,
la cual quizás estaba en la dirección a donde se dirigían, estaban listos para Él.
Y tan pronto como la palabra se dispersa de que Él ha llegado, y Él ha estado fuera por
mucho tiempo, semanas, están ahí frente a ellos sin desperdiciar tiempo alguno con su
ataque. Odian la luz, odian el mensaje del arrepentimiento, odian el mensaje de la fe y la
gracia; aman su pecado de justicia personal, aman el sentido de alcanzar su propia
redención mediante su propia moralidad y su propia ceremonia religiosa. Están
enamorados de eso, odian la verdad, y entonces salen de nuevo. Quieren desacreditarlo
públicamente. Siempre hay una multitud que lo rodea, y entonces en esta pequeña
sección, versículos 11, 12 y 23, vemos tres características que marcan a los que son ciegos
espiritualmente, y salen de manera muy clara.
Número uno, y tengo que apurarme en esto, son la gente que es espiritualmente ciega,
está cómoda solo con otros que están también ciegos, inclusive si son enemigos. Es
sorprendente ver cómo los ciegos de manera universal odian la luz. Esto quiere decir que
la gente de todas las religiones falsas colectivamente, aunque son antagonistas el uno al
otro en sus religiones, están de acuerdo en odiar la verdad. ¿Verdad? Aquello en lo que las
múltiples religiones falsas del mundo están de acuerdo es en que todas se oponen al
cristianismo, todas se oponen al Evangelio, en eso están de acuerdo, aún si son enemigos
mortales.
Los fariseos, y Mateo 16:1 añade, y los saduceos, sin que “Él” sea repetido, los fariseos y
saduceos, un artículo, es una manera griega de unificarlos; no podían ser más antagonistas
el uno hacia el otro, sería imposible. Los fariseos odiaban a los saduceos y viceversa, eran
enemigos severos a nivel teológico. Sin embargo, se volvieron uno, y están unidos en un
odio en común contra la luz, eso es característico de la oscuridad; la oscuridad está
cómoda con otras personas en la oscuridad. Los sistemas pueden variar, los puntos de
vista pueden variar, pero las tinieblas en común los une. Usted tiene a los legalistas, esos
serían los fariseos, los ritualistas; usted tiene a los saduceos que serían los liberales o los
racionalistas; son uno en odiar al Hijo de Dios.
Los saduceos no son mencionados mucho en el Nuevo Testamento, solo unas cuantas
veces, están ahí siendo testigos del trabajo bautismal de Juan el Bautista; aparecen
probando a Jesús sin los fariseos durante su semana de la pasión; o confrontan y Él los
confronta y los denuncia; y después usted tiene este incidente aquí registrado en Mateo y
Marcos; y nuestro Señor solo se refiere a ellos en Mateo 16, porque realmente no eran los
teólogos de la gente, no eran los que estaban a cargo de la operación del templo, y la
gente no los quería porque extorsionaban a la gente, les sacaban dinero, ¿verdad?
Básicamente elevaban los precios de los animales para el sacrificio, y examinaban los
animales que la gente había comprado, y descalificaban al animal para que fuera apto
para el sacrificio, y los hacían comprar uno de sus propios animales que se vendía ahí en el
templo en un precio exorbitante; no aceptaban el dinero que la gente compraba, tenían
que cambiar su dinero; y extorsionaban a la gente, les sacaban el dinero en el
intercambio; ellos estaban a cargo de un negocio en el templo. No tenían muchas
convicciones acerca de asuntos morales porque eran liberales, esto es, adoptaban un
enfoque liberal, negaban la existencia de la resurrección, negaban la existencia de los
ángeles; de hecho, eran escépticos con respecto a lo sobrenatural.
Por otro lado, usted tenía a los fariseos que eran los legalistas que querían imponer,
encontrar algo espiritual en cada palabra minúscula de las Escrituras. Eran hijos del
movimiento acético, los acidim, lo cual significa los piadosos, los santos; eran los judíos
que en primer lugar estaban comprometidos con la ley de Dios, y como una realidad
secundaria odiaban la cultura griega, odiaban la cultura griega, odiaban las cosas
helenistas, y por lo tanto odiaban la presencia de los romanos que eran un grupo helenista
de paganos. Los fariseos eran separatistas, odiaban a los paganos, odiaban a los romanos,
odiaban a los paganos; se separaban a sí mismos de los publicanos y pecadores, se
separaban a sí mismos de la población judía en general; se separaban a sí mismos de
cualquier tipo de contaminación que pensaban que los hacían ceremonialmente
inmundos. Eran los literalistas, y los legalistas, y los separatistas.
Los saduceos, por otro lado, eran todo menos separatistas. Estaban contentos porque los
romanos estaban ahí, se lamentaban junto con los romanos y obtenían dinero de esto;
eran los que hacían concesiones, todo menos hostiles a la cultura griega; ellos se sentían
atraídos a la cultura griega, eran los aristócratas y racionalistas, escépticos, materialistas,
eran oportunistas que negaban la información escritural y se unieron con sus enemigos los
fariseos. De hecho, en Hechos 23 hay un relato que se da, en donde los saduceos y los
fariseos están el uno contra el otro; rechazaron la tradición, rechazaron los profetas del
Antiguo Testamento, eran muy diferentes que los fariseos. El punto es este: No deberían
haber estado juntos sin ninguna causa en común, realmente no querían tener nada que
ver el uno con el otro; pero tenían este enemigo en común, la verdad, la luz, Jesucristo. Y
entonces, esa fue la base de su unión.
Y así es como las tinieblas operan. Si usted está en las tinieblas, usted está cómodo con
otras personas en las tinieblas; sin importar cómo definan sus tinieblas, todavía son
tinieblas; sin importar cómo definan su ceguera, todavía es ceguera. La compañía mala es
mejor que la compañía justa, aún si la compañía mala es su enemiga. Entonces, comienzan
a discutir con Él, simplemente se acercaron y comenzaron a pelear. Aquí está su
estrategia, ésta es una disputa. La palabra griega “disputa”. Querían desacreditarlo
delante de la gente, entonces esto es lo que desean: buscan de Él una señal del cielo para
probarle. Como una prueba, ellos querían que hiciera una señal del cielo; ahora, hay una
razón para esto. Los judíos tenían una superstición, la superstición de los judíos es que
Dios podía hacer milagros celestiales, pero los demonios solo podían hacer milagros
terrenales; que Dios podía hacer milagros celestiales, pero los demonios podían hacer los
terrenales.
Usted sabe cómo los magos en la corte de faraón, cuando imitaron los milagros de Dios a
través de Moisés, y pudieron falsificar sus milagros ahí; esto quizás las actividades
sobrenaturales de los demonios a lo largo de los siglos, habían creado este tipo de noción
de que los demonios podían hacer milagros terrenales por así decirlo, pero solo Dios podía
hacer celestiales. Y entonces vienen a Jesús y dicen: “Mira, has una señal del cielo
literalmente, desde el cielo, un milagro del cielo, detén el sol como Josué lo hizo; has que
descienda fuego del cielo, Elías lo hizo; has que haya un eclipse de la luna. Reordena las
constelaciones, comienza y detén una tormenta”, y lo hicieron para probarlo. Realmente
querían desacreditarlo, y claro, esto era como colocarlo entre la espada y la pared; si Él
dice: “No voy a hacer eso”, entonces la gente va a saber que no puede; y si no puede,
entonces Él es desacreditado, Él es un farsante.
“Quizás Él lo está haciendo lo que Él hace por el poder de Satanás”, lo cual es lo que ellos
habían dicho a lo largo del ministerio de Jesús. Y si Él dice que puedo, y lo haré, entonces –
y ellos no creen que puede, entonces Él va a fracasar. Entonces, en cualquiera de los dos
casos, este es el dilema que Él no puede evitar. Si Él dice que no lo va a hacer, entonces la
gente puede asumir que no puede, y lo único que puede hacer es lo que Satanás hace; y si
dice que puede e intenta, Él va a fracasar porque Él no es el Mesías, Él no es de Dios.
Estaban seguros de eso, y Él va a ser desacreditado de cualquier manera. ¿Realmente
necesitaban otra señal? ¿Y no era como si tuvieran señales que no eran del cielo? ¿Se
acuerda del maestro primordial? ¿Se acuerda del nombre del maestro principal entre los
fariseos? Su nombre fue Nicodemo, Juan 3, él vino a Jesús, y esta es su afirmación, Juan
3:2: “Rabino, sabemos nosotros quiénes somos los ‘nosotros’ ”, “Nicodemo, ¿de quién
estás hablando?”.
“Nosotros, mi grupo”, “¿Quién es tu grupo?”, “Los fariseos, sabemos que Tú has venido de
Dios como Maestro, porque nadie puede hacer estas señales que haces, a menos de que
Dios esté con Él”. No necesitaban más señales, más evidencias, tenían suficientes. Pero
después de todo, usted sabe, existía la noción de que en el tiempo de la llegada del
Mesías, y el establecimiento del reino, y el juicio y todo eso, habría señales en el cielo.
¿Acaso Joel, capítulo 2, no dijo que el sol se oscurecería, y la luna se convertiría en sangre,
y habría señales en el cielo? Digo, el profeta dijo eso. Y, oh, por cierto, eso sucederá
cuando Jesús regrese para establecer su reino y juzgue a los impíos. Lea Mateo 24, en
donde Jesús mismo es una señal en el cielo, y todos sus ángeles santos con Él.
Lea el libro de Apocalipsis; vendrán señales en el cielo. Pero esto es tan ridículo, como si
necesitaran alguna prueba, cuando su propio líder da testimonio de que ellos sabían que
Él tenía que venir de Dios, porque nadie podía hacer las señales que Él hizo. Así de
profunda es la oscuridad. Lo primero que usted ve de la gente en la oscuridad es que está
cómoda con otras personas en la oscuridad, y la segunda es que la oscuridad se
profundiza. Ellos están cómodos con la gente que está en oscuridad, y son consignados a
una oscuridad más profunda; entre más evidencia le da usted, más profundo van ellos.
Ellos se acercan a la superficie, se hunden en mayor profundidad en la oscuridad entre
más brilla la luz. Crear alimento para las masas, crear ojos para gente ciega, oídos para
gente sorda, cuerdas vocales para gente que no podía hablar, piernas y brazos y órganos,
resucitar a gente de los muertos, ¿eso no es suficiente?
Jesús dijo que lo fue. Juan 5:36: “Creedme por causa de las obras”, ¿cómo puede usted
explicarlas? Bueno, Nicodemo las explicó: “Tú vienes de Dios, nadie puede hacer las
señales que Tú haces, a menos de que venga de Dios”; pero no eran diferentes de faraón.
¿Usted se acuerda después de todas las señales y maravillas que Moisés hizo? Él dice que
faraón endureció su corazón; esa es la segunda realidad que es tan trágica. Están cómodos
con otros en la oscuridad, y son entregados a una oscuridad más profunda; entre más luz
brilla usted en ellos, más profunda se vuelve la oscuridad.
Me acuerdo leyendo hace años atrás Voltaire, el ateo francés, y algunas de sus
afirmaciones escépticas, una de ellas se me quedó, él dijo esto: “Aun si un milagro fuera
realizado en la plaza comercial públicamente ante diez mil testigos sobrios, yo preferiría
no confiar en mis sentidos que admitir un milagro”. Bueno, usted tuvo una generación
entera de voltaires en Israel; la incredulidad siempre ha encontrado una manera de
rechazar la verdad, y entrar en mayor profundidad en la oscuridad.
Fue esa figura trágica, Woody Allen, quien dijo en una ocasión: “Si Dios me diera una señal
clara, creería; como si hiciera un depósito grande a mi nombre en un banco suizo”, fin de
la cita. La ceguera que nunca veremos es aquella que solo busca la oscuridad para
encontrar su comunión, y se hunde en mayor profundidad en esa oscuridad cuando la luz
aparece. Jesús vio esto en el versículo 12, “gimiendo profundamente en su espíritu”, esa
es una afirmación tan interesante; solo es usada una vez en el Nuevo Testamento, aquí es
ese verbo en forma compuesta, la forma simple es usada en el capítulo 7:34 cuando Él
suspiró; es una expresión griega, “Él suspiró por un sufrimiento físico”, leemos de eso en
el capítulo 7, la sordera, “Él suspiró”; aquí es compuesto, Él está gimiendo
profundamente.
Hay una emoción más fuerte por la ceguera espiritual que por el sufrimiento físico; rompe
su corazón, esa es la razón por la que Él lloró cuando Él entró a Jerusalén, Lucas 19; Juan
11; Él lloró en la tumba de Lázaro cuando Él vio el poder del pecado, el impacto del
pecado de producir dolor; su tristeza es profunda por esta incredulidad dura, de corazón
obstinada, frente a la enorme evidencia, señales enormes. Él lamenta la ignorancia
deliberada de los que lo rechazan, y Él dijo esto, es un soliloquio realmente hablándose a
Sí mismo: “¿Por qué esta generación busca una señal? ¿Por qué razón? ¿Qué más se
podría hacer?”, y Él ve más allá de los fariseos, “esta generación”, esta “genea”, la gente
en esta época eran simplemente como sus ancestros.
Deuteronomio 32:20, son condenados ahí los judíos, son una generación perversa, hijos
en quienes no hay fidelidad. El Salmo 95 añade a esa condenación de Israel. “De cierto, os
digo, ninguna señal será dada a esta generación. No voy a hacer una señal del cielo, no
voy a hacer otra cosa”, una resolución fuerte. “De cierto, os digo”, esa frase es usada aquí
y en el capítulo 3, versículo 22 por Marcos, y es algo inalterable que está por ser dicho.
“Ninguna señal les será dada a esta generación”. Me gustaría que le pudiera mostrar la
construcción griega en eso, es una cláusula condicional, pero es una cláusula condicional
excepcional, que si usted la tradujera con precisión, se escucharía así: “Si le diera una
señal a esta generación, yo podría morir”, así de fuerte es esa afirmación. “Ya no voy a dar
ninguna señal”.
Y esto entonces es lo tercero. Lo primero es que los ciegos están cómodos con los otros
ciegos, y son entregados a una oscuridad más profunda. Y en tercer lugar, son condenados
a la ceguera permanente, son condenados a la ceguera terminal; se acabó, no más. Ahora,
si usted fuera a comparar Mateo 16 lo puede leer. Jesús dice unas cuantas cosas que
Mateo registra, que Marcos no registra. Jesús les dijo: “Ustedes pueden distinguir el clima,
pero no pueden distinguir las señales de los tiempos”, ¿se acuerda de esa afirmación? En
otras palabras, “Ustedes son mejores meteorólogos de lo que son teólogos; y
simplemente son primitivos en la meteorología, pero realmente son malos en la teología”.
Esa es la razón por la que en Mateo 15:14 Él llamó a los fariseos líderes ciegos de los
ciegos. En Mateo 23 Él los llamó guías ciegos, necios, hipócritas. Él dice: “Ustedes no
pueden discernir los kairos, los tiempos, las épocas, no lo entienden. Ustedes no saben
qué tiempo es éste; éste es el tiempo de la salvación del Señor”. Después Él les dice, según
Mateo 16, “Ustedes son una generación impía y adúltera”, y no solo dice grupo, sino
generación; eso significa: “Todos ustedes, líderes, y toda esta nación que los siguen a
ustedes”, es una afirmación fuerte, “Ustedes tendrán una señal más”, según Mateo 16
Jesús lo dijo en esa misma ocasión, y es la señal de Jonás, ¿se acuerda de eso? Una señal
de Jonás es dada por nuestro Señor en Mateo 12:39–40, Él dice: “Así como Jonás estuvo
en el pez, en el gran pez, durante tres días, yo voy a estar en la tierra por tres días”, esa es
la única señal que se les dará, no más señales.
Y cuando esa señal vino, y le llegó la noticia a los líderes de Israel que Él había resucitado
de los muertos, según Mateo 28:11–15, llamaron a los soldados que estaban cuidando en
la tumba, y los sobornaron para mentir acerca de la resurrección. Eso es oscuridad fija.
Ellos lo negaron cuando supieron que sucedió. Estar en la oscuridad es estar cómodo
únicamente con aquellos que están en la oscuridad, ser entregado a una oscuridad más
profunda, literalmente ser condenado a la oscuridad eterna, versículo 13, una palabra, “lo
dejaremos ahí”, “dejándolos”, “se acabó”. Los abandonó, como Romanos 1, los entregó,
los entregó, los entregó, una acción muy simbólica. El último encuentro con ellos en
Galilea, “dejándolos”, eso es trágico, ¿no es cierto?
El mundo entero está lleno de gente así que vive en la oscuridad. Oh, pueden pensar que
son espirituales y que han trascendido, y que están conscientes a nivel místico de la esfera
espiritual, pero la verdad es que están en oscuridad total. Son entregados a una oscuridad
aún mayor, más profunda, y son condenados a oscuridad eterna permanente. Por otro
lado, en lugar de que sean los ciegos que nunca verán, están los ciegos que verán y los
veremos la próxima vez, ese es nuestro grupo.
Señor, de nuevo es tan maravilloso escarbar en Tu Palabra, y sus tesoros son inagotables.
Otro día, otra experiencia con nuestro Señor. Gracias por la verdad que nos expresa, que
nos trae; la disfrutamos, la valoramos; gracias por ella. Señor, te damos gracias porque has
prometido que el que “a Mí viene, no andará en tinieblas. Yo soy la luz del mundo, el que
a Mí viene no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”. La luz es la vida, la luz
es la verdad. Gracias, Señor, porque todavía está rogándonos. Hay personas aquí que
están en la oscuridad, pero la oscuridad todavía no ha sido fijada; quizás están siendo
expuestos a la luz, hundiéndose en una oscuridad más profunda, y se dirigen hacia la
oscuridad eterna; pero Señor, oramos porque Tú extiendas tu gracia a ellos, y que se
conviertan y se vuelvan a la luz, al que es luz, al único que puede sacarlos de la oscuridad,
el Señor Jesucristo, la luz del mundo.
Atrae a hombres a Él ahora, y a mujeres, a jóvenes, sacándolos de esa oscuridad.
Rescátalos de esas tinieblas de afuera, esa oscuridad eterna. Te damos gracias, Señor, por
hacer eso para tantos aquí. Gracias porque en el pasado fuimos oscuridad, y ahora somos
luz; hemos sido librados del reino de las tinieblas, al reino de tu Amado Hijo. Te damos
gracias por eso, gracias por ese regalo de gracia y misericordia, y que vivamos vidas de
gratitud en todo lo que hacemos. Oramos en el nombre de Cristo. Amén.
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Ceguera espiritual, 2ª Parte


Escritura: Marcos 8:11–21

Código: 41–38
John MacArthur
De regreso en el Evangelio de Marcos, si son tan amables. Estaba leyendo esta semana, y
me encontré con un pequeño relato interesante. En Francia hace algunos años atrás, vivía
una niña invidente, pobre, y ella había obtenido, según el escritor, un Evangelio de Marcos
en braille, y era todo lo que ella tenía; ella lo leyó con las yemas de sus dedos, y lo leyó, y
lo leyó y lo leyó, hasta que sus dedos desarrollaron cayos, y su sentido del tacto disminuyó
de tal manera que ya no podía distinguir las letras. Y en un esfuerzo no muy bien pensado
por recuperar la sensibilidad en sus dedos, ella los cortó en los extremos, lo cual los hizo
menos sensibles, y el escritor dice que ella sintió que debía orar. No volver a leer su
amado libro de Marcos, y lloró, hasta que lo presionó contra sus labios diciendo: “Adiós,
adiós, dulce palabra de mi Salvador”.
Para su sorpresa, sus labios sentían más de lo que sus dedos sentían, las formas de las
letras, y toda la noche ella leyó con sus labios el libro de Marcos, abrumada de gozo ante
su nueva adquisición. No sé qué tan preciado el libro de Marcos es para usted, pero
espero que sea preciado, lo es para mí, y entre más estudio este libro, entre más horas
paso en este libro, más preciado se ha vuelto para mí. Abramos la Biblia en Marcos,
capítulo 8, versículos 11 al 21; Marcos capítulo 8, versículos 11 al 21: “Vinieron entonces
los fariseos y comenzaron a discutir con Él pidiéndole señal del cielo para tentarle; y
gimiendo en espíritu dijo: ¿Por qué pide señal esta generación? De cierto os digo que no
se dará señal a esta generación. Y dejándolos, volvió a entrar en la barca, y se fue a la otra
rivera. Habían olvidado de traer pan, y no tenían sino un pan consigo en la barca, y Él les
mandó diciendo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos y de la levadura de
Herodes.
Y discutían entre sí diciendo: Es porque no trajimos pan. Y entendiéndolo Jesús les dijo:
¿Qué discutís porque no tenéis pan? ¿No entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis
endurecido vuestro corazón? ¿Teniendo no veis, y teniendo oídos no oís? Y no recordáis
cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas cestas llenas de los pedazos
recogisteis? Y ellos dijeron: Doce. Y cuando los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas
canastas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Siete. Y les dijo: ¿Cómo aún no
entendéis?”. Ahora, la última vez cuando comenzamos a estudiar este texto son dos
partes, les dije que íbamos a hablar de ceguera espiritual.
En primer lugar, la ceguera espiritual es permanente; en segundo lugar, la ceguera
espiritual es temporal. En los versículos 11 al 13 usted ve la ceguera espiritual
permanente, y después a la mitad del versículo 13 hasta el versículo 21 ceguera temporal.
Le dije en esa ocasión que toda persona que nace en el mundo nace en la oscuridad, nace
en ceguera espiritual; toda persona que nace en el mundo debido a que es humana, está
aislada de la realidad espiritual. Sé que la gente cree que es espiritual, inclusive hay
espiritualistas; pero la realidad es que 1ª de Corintios 2:14 dice que el hombre natural no
entiende las cosas que son del Espíritu de Dios porque para él son locura, y no las puede
entender porque se han de discernir espiritualmente, y él está muerto espiritualmente.
Entonces, todo ser humano llega al mundo ciego, en la oscuridad, debido a que es
humano. Añade eso el hecho de que el pecado multiplica la ceguera, Juan 3:19 y 20: “Los
hombres amaron más las tinieblas que la luz porque sus obras son malas”. El pecado
multiplica la ceguera natural, según 2ª de Corintios 4:4, Satanás entonces la vuelve a
multiplicar; el dios de este siglo ha cegado las mentes de los incrédulos para que no les
resplandezca la luz del Evangelio; el hombre está cegado naturalmente, está cegado
pecaminosamente, está cegado satánicamente; hay una ceguera profunda que envuelve
las almas de todo ser humano. También puede volverse una ceguera soberana. Hay
ilustraciones de eso en el ministerio de nuestro Señor Jesús, como también en otros
lugares en las Escrituras. Pero en Lucas 19, Jesús básicamente le dijo a los judíos: “No más,
no más, se acabó. Ustedes ignoraron el día de su visitación celestial, y ahora no tienen
oportunidad”; y fueron confirmados en su oscuridad. Eso lleva a un quinto tipo de
ceguera, ceguera eterna.
El infierno son las tinieblas de afuera. Todos llegamos al mundo ciegos, pero no todos
dejamos el mundo ciegos; algunos de nosotros llegamos a ver, algunos de nosotros somos
librados del reino de las tinieblas al reino del Hijo Amado de Dios; algunos de nosotros
llegamos a la luz del mundo, en quien toda oscuridad es disipada; algunos de nosotros
quienes fuimos oscuridad, ahora nos hemos vuelto luz; algunos de nosotros andamos en
la luz, estábamos ciegos, algunos permanentemente y algunos temporalmente. Ya para
este punto, en el Evangelio de Marcos, para cuando llegamos a este punto han pasado
más de dos años en los que Jesús ha estado ministrando abierta y públicamente, y
haciendo milagros que literalmente no se podían contar.
El Evangelio de Juan termina con una afirmación de que todo lo que hizo ni siquiera podía
ser contenido en todos los libros del mundo. Sus milagros fueron públicos, abiertos,
innegables; inclusive Nicodemo, el maestro de los judíos, dijo: “Sabemos que has venido
de Dios porque nadie puede hacer las obras que haces, a menos de que Dios esté con él”;
pero no importa qué tan brillante estaba brillando la luz, los pecadores aman la oscuridad,
y cuando la luz llegó buscaron esconderse debajo de la roca como insectos. El pecador se
hunde en mayor profundidad a la oscuridad para evitar la luz; la luz vino, pero ellos no
comprendieron la luz. Juan dice: “Los líderes de Israel amaron las tinieblas, odiaron la luz,
la gente que los siguió estaban en la misma categoría”.
Los líderes de Israel y la gente que los siguieron estaban entregados a su engaño de
justicia personal, su engaño de religión ritualista, ceremonial, legalista; pero por otro lado,
hubo un pequeño grupo de hombres y mujeres que vieron la luz, y siguieron la luz, son
conocidos como discípulos, eso incluye a los apóstoles y otros seguidores de Jesús;
discípulo es la palabra “mathetés”, significa “aprendices”; siguieron a Jesús, le dieron la
espalda a la oscuridad, siguieron la luz, y este es un punto crucial aquí en el ministerio de
Jesús en Galilea porque es aquí que los líderes de Israel, representando a la nación,
emiten su veredicto final de que Jesús no es su Mesías, no es su Salvador, lo rechazan
finalmente. Y según el versículo 13, cuando dice: “Dejándolos”, usted puede ver eso
metafóricamente, no solo Él los dejó físicamente en la costa noroeste de Galilea, sino que
los abandonó en el sentido de Romanos 1, a su oscuridad y su incredulidad.
La pregunta entonces fue, ¿quién seguiría a Jesús? Porque toda persona que siguiera a
Jesús estaría dándole la espalda a la religión de sus ancestros, la religión de su nación, la
religión de su vida pasada, y eso es exactamente lo que los discípulos hicieron. Aquellos
que fueron con Jesús, siguieron la luz; la ceguera espiritual para ellos fue únicamente
temporal. ¿Entiende usted que el corazón endurecido es un problema para la gente
religiosa? ¿Entiende eso? Un corazón ignorante no puede endurecerse a sí mismo en
contra de la verdad. ¿Entiende usted eso? Un corazón ignorante no puede endurecerse a
sí mismo en contra de la verdad. Para endurecerse uno mismo en contra de la verdad, uno
mismo tiene que estar expuesto a la verdad; solo un corazón que conoce, puede
endurecerse a sí mismo.
Esa es la razón por la que aquellos que estaban más cercanos a Jesús, esto es los líderes de
Israel y la gente que lo siguieron, y los discípulos, estaban en el mayor peligro de
endurecer el corazón; y también cualquier persona que se sienta bajo la verdad. Los
líderes de Israel y la nación que los siguieron, los siguieron a una ceguera permanente, a
una ceguera judicial, al juicio y a las tinieblas de afuera. Le di tres características de esas
personas en los versículos 11 al 13; uno, estaban cómodos con otros en la oscuridad,
aunque eran sus enemigos, los fariseos y los saduceos quienes eran enemigos entre sí,
ambos en la oscuridad odiaban la luz, y por lo tanto se unieron en contra de Jesús.
En segundo lugar, aquellos que están permanentemente ciegos, no solo están cómodos
con otros en la oscuridad, sino que son consignados a una mayor oscuridad, entran y más
y más profundo conforme a la revelación cese, y finalmente son condenados a la
oscuridad permanente, la oscuridad exterior del infierno. Ahora, los versículos 13,
segunda parte del 13 hasta el 21, vamos a ver la ceguera temporal. Ahora, vamos a
movernos de esas personas que se endurecieron contra el Señor, a aquellas que lo
siguieron como la luz. El versículo 13 dice: “Él se volvió a embarcar”, esto es, Él regresó a
la pequeña barca en la que ellos habían cruzado la parte norte del Mar de Galilea,
regresando del noreste a la costa noroeste, ellos han estado haciendo eso mucho
recientemente en el Evangelio de Marcos, están en la costa noroeste cerca de Capernaum,
en donde fueron atacados por los fariseos; y esto, en un gesto simbólico, el Señor se va y
la luz viene y se va, y Él toma todos sus seguidores que han visto la luz, han abrazado la
luz, y están siguiendo la luz con Él.
Versículo 14 dice: “Y ellos”, eso significa los discípulos, los mismos que se embarcaron y
fueron al otro lado son mencionados en el versículo 10; los discípulos cruzaron al
noroeste, y ahora van de regreso al noreste. Ellos fueron ciegos en una ocasión, ellos
estaban tan ciegos como los que rechazaron porque eran parte de la religión del judaísmo,
judaísmo apóstata, de la que eran parte los fariseos; estaban tan ciegos como ellos. Pero
ahora han llegado a ver la luz, sus ojos han sido abiertos, la luz les ha brillado, han
entendido la luz, y la luz cada vez es más brillante conforme siguen a Cristo; son los
creyentes, ellos han maldecido la oscuridad de la ignorancia, ellos han maldecido la
oscuridad del pecado, ellos han buscado caminar en la luz, ellos entienden el costo, el
precio; ellos lo han dejado todo. Ellos van a ser expulsados de la sinagoga, van a ser
aislados, van a ser rechazados por familiares y amigos; van a seguir la luz, el Señor es la
luz, el Señor es el Maestro de ellos; Él se mete en la barca y ellos también se meten, y
pudieron haber habido inclusive varias barcas.
Entonces, nuestro Señor se lleva a sus discípulos de regreso por barca para cruzar el lago
después de una visita breve al lado noroeste; esto fija el rechazo de los líderes de Israel, y
es la última vez que nuestro Señor ministra públicamente en Galilea. Habrá un ministerio
más adelante en Galilea, si usted ve el capítulo 9, versículo 30, habrá una campaña más en
Galilea; dice, Él comenzó a cubrir Galilea, pero no quería que nadie supiera de ello; no más
ministerio público porque le estaba enseñando a sus discípulos. Este es un punto de
transición, están fijados en su oscuridad, este es un momento monumental en la historia
del ministerio de nuestro Señor.
Y usted habría pensado que los discípulos habrán dicho: “Señor, ¡wao! Esto es dramático.
¿Podrías contarnos más acerca de esto? ¿Podrías decirnos lo que todo esto significa?”,
pero eso no estaba en sus mentes. Versículo 14 dice: “Se habían olvidado de traer pan, y
no tenían más que un pan en la barca con ellos”; estaban pensando en la comida.
Entonces, fuera cual fuera la luz que habían visto, y no era mucha luz; esta lucha básica
por el alimento es parte del mundo primitivo, entendemos eso; pero estar preocupados
con la comida cuando estos asuntos tan grandes estaban desarrollando acerca de la fe y el
rechazo, parece bastante miope para los hombres. Entonces, sea cual sea la cantidad de
luz que ven, sea cual sea la luz que está brillando, hay mucha ceguera que queda.
Pero veámoslo un poco más, e identifiquemos las cosas positivas. Si usted está en la luz,
punto uno, usted está cómodo con la luz; la gente en la oscuridad estaba cómoda con la
oscuridad; éstos están cómodos con la luz, esa es la razón por la que fueron, esta es la
razón por la que se metieron en la barca; siguieron a Jesús, buscaron la verdad, ellos le
dieron la espalda a la oscuridad, escaparon de la ceguera. Los judíos amaban su oscuridad,
dejan a los fariseos y saduceos ciegos y su sistema religioso atrás, y siguieron al Señor
rechazado, al que ellos saben que es la luz del mundo; y al seguirlo van a tener aún más y
más luz. Jesús les había dicho: “Miren, se les ha dado a ustedes el entender la verdad,
pero no se les ha sido dado a ellos”, ellos están interesados en la verdad, siguen de cerca a
Cristo, dejan a los guías ciegos atrás, dejan a los líderes ciegos de los ciegos atrás, dejan a
los enemigos de la verdad atrás, eso es lo primero que caracteriza a la gente de la luz,
corre a la luz, la luz de la santidad y la luz de la verdad.
Y Jesús les habla a ellos acerca de un asunto muy importante, si van a sostener su
fortaleza de este compromiso, este es un rompimiento para ellos, este es un rompimiento
muy grande, le han dado la espalda a su sociedad entera, y necesitan estar conscientes de
que están en peligro. Y entonces, nuestro Señor les dice, en el versículo 15, Él les estaba
dando órdenes, Él les estaba dando tiempo imperfecto repetidamente, esta es una barca,
está llena de gente, esta es una conversación y Él les estaba hablando, ¿y qué es lo que les
está diciendo? “Guardaos de la levadura de los fariseos, y de la levadura de Herodes”,
doble advertencia, imperativos presentes, intensivos, advertencias severas en contra de la
influencia de los fariseos, y en contra de la influencia de Herodes. Mateo, en el relato
paralelo en Mateo 16, añade que Él también dijo: “Guardaos de la levadura de los
saduceos”, toda la gente influyente.
Los fariseos eran los legalistas, los saduceos eran los liberales, y Herodes, los herodianos
eran los secularistas; “Guardaos, cuídense, les estoy advirtiendo”, eso es tan importante
para los nuevos creyentes, ¿no es cierto? Porque son tan susceptibles a ser arrojados por
doquier, por todo viento de doctrina según Efesios. Hay una vulnerabilidad entre aquellos
que acaban de comenzar a ver la luz; “Guardaos de las influencias que siempre están
presentes, del legalismo, liberalismo, secularismo”. La levadura es una ilustración bíblica
de permear algo, de influencia, levadura, eso es lo que es; la levadura hace que la masa se
infle mediante la corrupción bacteriana; esto es de lo que está hablando. Por cierto, la
levadura es usada dos veces en el Nuevo Testamento de manera positiva.
En Mateo 13:33 y Lucas 13:21, para hablar de los acontecimientos del reino; el resto de las
veces es usada para hablar de la influencia del pecado, mala, que permea, como es usada
aquí. Necesitan ser advertidos de que todavía van a estar rodeados por la religión farisea,
todavía van a estar rodeados por el liberalismo saduceo, todavía van a estar rodeados por
las influencias del secularismo herodiano, y todas estas tienen un poder invisible que
permea y que corrompe cuando están expuestas a ellas. La levadura de los saduceos era la
levadura del liberalismo, ellos negaban lo sobrenatural; la levadura de los fariseos era la
levadura de la influencia, o la influencia corruptora del legalismo, el externalismo; la
levadura de Herodes, la influencia contaminante de estar involucrados políticamente, y
todos ellos rechazaron a Cristo: los fariseos, los saduceos y los herodianos; y todos se
unieron, aunque eran enemigos los unos de los otros, contra Él. Jesús está llamando a un
rompimiento total con todas las ideologías satánicas del pasado, porque todas esas cosas
los habían influenciado.
Cuando usted viene a Cristo, usted hace a un lado todo lo del pasado; usted hace un
rompimiento total con todas las ideologías pasadas. Estas influencias todavía son
peligrosas. Entonces, les dije a los padres, anoche me reuní con ellos: “¿Cómo pueden
algunas escuelas llamarse cristianas, universidades cristianas, y un alumno viene ahí,
asiste a ellas, hacen todo lo que pueden por exponer a los alumnos que vienen de familias
cristianas a ideologías contaminantes, mentirosas, engañadoras?”, esa es la obra de
Satanás, esa no es la obra de Dios. Usted debe huir de eso, usted debe correr de eso, y
usted debe proteger a la gente de eso. Jesús es el educador modelo, Él es el protector de
sus alumnos, Él les va a enseñar y Él los va a proteger, Él les va a decir lo que necesitan
saber, lo que necesitan conocer y lo que necesitan hacer, y de lo que necesitan estar
conscientes, y de lo que necesitan huir.
Bueno, versículo 16, aquí está su respuesta: “Comenzaron a discutir entre ellos el hecho
de que no tenían pan”. ¿Qué? Mire, solo tengo dos minutos para hablar de lo que Jesús
dijo en el versículo 15, y usted podría predicar para siempre acerca de eso, hay tanto ahí,
yo estaría haciendo cien preguntas; bueno, ¿cómo puedo reconocer la levadura? ¿Cómo
sé cuando estoy sucumbiendo ante ella? ¿Cómo la evito? ¿Qué hago para aislarme contra
ella? ¿Qué vamos a hacer para proveer una alternativa? Hay cien preguntas. Y están
viéndose el uno al otro y diciendo: “¿Qué vamos a hacer para comer?”, ¿qué? Es
sorprendente. Si usted cuestiona la paciencia de Jesús, usted no sabe qué tan paciente fue
con ellos. Cierta ceguera espiritual permanece de manera definitiva; estaban cómodos con
la luz, les encantaba estar con Jesús y con otros que querían estar con Jesús, pero
necesitaban más luz; y ese es el segundo punto, fueron llevados a más luz, ellos no
entendieron el significado de la advertencia.
¿Quieren conocer la verdad? En Mateo 16:12 dice, cuando Jesús dijo “levadura”, ellos
pensaron que estaba hablando de pan, ¡por favor! ¿Sabe una cosa? Aquí está Jesús
advirtiendo: “Guardaos”, y Él está hablando, y ellos están tan preocupados con la comida,
y lo único que oyen es la palabra levadura, y creen que les está advirtiendo que se
aseguren que no coman pan con levadura. “Quédate con el pan plano”, ¿qué? ¿Sabe una
cosa? Eso es algo que debe darnos miedo. Si Jesús tiene problemas manteniendo la
atención de su audiencia, ¿qué esperanza tengo? Y todos ustedes, los que están pensando
en comer, podrían estar extrayendo de todo lo que digo solo esas palabras que se
relacionan con su próxima comida; eso es lo que hicieron. Todos oímos a través del filtro
de nuestras preocupaciones, ¿no es cierto? Eso es desalentador.
No quiero hablar ya más de eso, pero en la bondad del Señor, ellos son guiados a mayor
luz. Ahora, acuérdese de algo, los fariseos y los saduceos habían dicho: “Muéstranos una
señal, muéstranos una señal, danos más luz”; han rechazado toda la luz que tuvieron, no
más luz. La gente que está permanentemente en la oscuridad está cómoda con la
oscuridad, únicamente van a experimentar más oscuridad, y van a ser condenados a
oscuridad eterna; pero aquellos que están en la luz, que están cómodos con la luz, serán
guiados a más luz; y el Señor muestra su paciencia aquí, y en el versículo 17 Jesús está
consciente de esto, Él obviamente está consciente de su conversación, Él les dijo: “¿Por
qué discuten el hecho de que no tienen pan? ¿Por qué es éste un asunto tan dominante
que no están oyendo nada de lo que estoy diciendo que es tan absolutamente crítico?”.
¿Sabe una cosa? Usted pensaría que éste es un grupo de niños de tercer año de primaria,
que no pueden poner atención. Después, una serie de preguntas retóricas: “¿Todavía no
ven o entienden? ¿Tienen un corazón endurecido? ¿Teniendo ojos no veis? ¿Teniendo
oídos no oís?”, todas esas afirmaciones ya las conocían ellos, porque Jesús ya les había
dicho antes que esas cosas se aplican a la gente de quien él ha escondido la verdad. Pero
Él dijo, como cité en Mateo 13: “A vosotros os es dado a conocer los misterios y
entender”, y ahora les está diciendo: “¿Ustedes no son mejores que ellos? ¿Están en
tantas tinieblas como ellos?”, esto es retórico.
No es sorprendente que les advirtió acerca de su influencia. “¿Y no os acordáis?”, Él dice,
“¿No se acuerdan cuando (versículo 19) partí los cinco panes entre cinco mil, cuántas
cestas llenas de los pedazos recogisteis?”, ellos dijeron: “Claro, nos acordamos, doce”, “Y
cuando los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos
recogisteis?”, y ellos dijeron: “Siete”, “¿Se acuerdan hace unas cuantas semanas atrás
cuando alimenté a los cinco mil hombres, más mujeres y niños, una multitud de 20, 25
mil?”, “Claro, nos acordamos de las 12 canastas, una para cada uno de los apóstoles”,
“¿Se acuerdan de la alimentación de los cuatro mil?”, eso fue, por cierto, en el capítulo 8,
versículo 1 al 8, eso es inmediatamente antes de esto, esto es como días antes, unos
cuantos días. Después cruzan y regresan, “¿Se les olvidó?”, “No, no, nos acordamos,
siete”, “Acabo de alimentar a 20 personas dos veces por lo menos, ¿y están preocupados
por la comida en la barca? ¿No se acuerdan?”.
¿No es sorprendente que en el momento actual, en la aflicción, en la presión del
momento actual, en el estrés del momento actual, olvidamos los cumplimientos de la
preocupación de Dios en el pasado? ¿Por qué están pensando en eso cuando deben estar
pensando en las cosas peligrosas que van a influenciar su alma? Pero Él es gentil con esto
y les dice: “¿No entienden todavía?”, como si dijera: “¿Qué más necesito hacer?”, y
algunas veces todo lo que necesita para entender el momento es el pasado, ¿verdad? Lo
único que necesita entender en la actualidad es el pasado, el pasado es el mejor indicador
de cómo ver el presente en la actualidad; si Dios ha sido fiel en el pasado, Él va a ser fiel en
el presente; si Él ha provisto en el pasado, Él puede proveer en el presente.
Necesitaban estar buscando el reino, ¿verdad? Necesitaban recordar el sermón del
monte, si podían recordar así de lejos. “No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis o
qué beberéis. Buscad primeramente el reino, y yo me voy a encargar del resto. ¿No
entienden todavía?”. Mateo es muy explícito en su relato paralelo, en Mateo 16:2,
escuchen: “Entonces entendieron”, y el resto del versículo: “Entonces entendieron que Él
no había dicho que se guardaran de la levadura del pan, sino de los fariseos y de los
saduceos”. “Oh, oh, no estabas hablando de que si podíamos comer pan con levadura,
estabas hablando de los fariseos y los saduceos”, ese es un pequeño paso, ¿verdad? Ese es
un paso intelectual muy pequeño, pero es un paso; ya dejaron la comida, y están
pensando en cosas más importantes. Jesús es un discipulador, ¿no es cierto?, y Él
simplemente los lleva a una luz mayor; aquellos que siguen la luz están cómodos con la
luz, y son guiados a más luz.
En tercer lugar, son compañeros permanentes de la luz, ellos llegaron a Betsaida en el
versículo 2, van junto con Jesús a las villas de Cesárea, Filipos; en el versículo 27, capítulo
9, se quedan con Él en Galilea, y se quedan con Él hasta el final. Algunos de ellos están
congregados en Galilea cuando Él hace una aparición después de la resurrección, ¿verdad?
Quinientos de ellos, testigos oculares, estarán en la comunión de la luz para siempre.
Jesús es la luz del cielo, ¿no es cierto? No hay luz ahí porque el Cordero es la luz allí. Todo
mundo es ciego, sea para siempre, o únicamente temporalmente. El Evangelio ofrece luz a
los ciegos, luz, la luz de la verdad, la luz de la santidad y la virtud a través de Cristo. Solo Él
es la luz; el que lo sigue a él, no andará en tinieblas.
Padre, te damos gracias por una mañana maravillosa, qué deleite ha sido tener comunión,
cantar, adorar, orar, leer Tu Palabra, dejarla hablarnos; pero Señor, al final lo que importa
es que estemos en la luz, que seamos hijos de la luz, y que no andemos en tinieblas. Para
aquellos de nosotros que estamos en la luz, no hay tinieblas en nosotros en absoluto. Oh
Señor, cuán agradecidos estamos porque nos has librado del reino de las tinieblas, a la
esfera de la luz de Cristo. Te damos gracias porque conforme seguimos la luz, se vuelve
más y más brillante, y más brillante conforme somos santificados y conforme somos
guiados a un entendimiento mayor y mayor. Seguiremos la luz hasta que estemos en la
gloria refulgente de esa luz en Tu presencia en el cielo.
Gracias por rescatarnos de las tinieblas. Señor, oro porque Tú rescates almas aun en este
momento, en esta hora misma, en este lugar, que han estado en las tinieblas y que no han
querido seguir la luz; que la luz irrumpa en ellos, que la luz gloriosa del Evangelio brille
para ellos; que Tú, el que dijo: “Sea la luz”, haga que esa luz brille en sus corazones; que
Cristo sea real y deseable, y que ellos maldigan las tinieblas y se vuelvan del pecado y la
ignorancia para seguir la luz. Oh Señor, gracias por la luz que nos has dado, y el gozo que
se incrementa cada vez más de una luz más y más brillante, hasta que la luz plena brille en
Tu presencia. Te damos gracias. Te alabamos.
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Cuatro maneras de perderse el cielo


Escritura: Juan 8:21–30

Código: 80–167
John MacArthur
Al llegar a un momento en el que preparamos nuestros corazones para la Cena del Señor,
siempre recordamos el hecho de que las Escrituras nos mandan a examinarnos a nosotros
mismos. Y esa evaluación tiene que comenzar en un punto de cimiento; y eso es en el
punto mismo de si conocemos o no al Señor Jesucristo. Al final de la carta de Pablo a los
corintios llamada 2 Corintios, él dice: “Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe,”
probados a vosotros mismos, “¿O no sabéis esto acerca de vosotros mismos, que
Jesucristo está en vosotros a menos de que no paséis la prueba?”
Ciertamente la autoevaluación cuando usted viene a la mesa del Señor comienza con una
examinación de su condición espiritual delante de Dios. ¿Conoce usted realmente a
Jesucristo? ¿Realmente ha creído en Él? Ése es el punto inicial.
Y no podemos engañarnos acerca del hecho de que porque alguien está en una iglesia o
porque asiste frecuentemente o inclusive regularmente, por lo tanto son cristianos. Más
bien, debemos suponer que en una congregación como esta, quizás hay mucho que no
han confiado en Jesucristo. Para ellos, esta mesa realmente es participar de juicio, si es
que participan. Pablo dice ‘si no se examinan a ustedes mismos, podrían traer juicio sobre
ustedes mismos al participar’.
Al celebrar de la muerte de Cristo, al tomar del pan y la copa, uno necesita conocer a
Cristo, haber venido a Él por la salvación; y después, haber confesado todo pecado
conocido y pedir que sea limpiado y tener una pereza de corazón para que no haya nada
entre usted y Cristo. Pero todo eso comienza en el punto de la salvación. Y a lo largo de los
años, conforme continúo el ministerio, sigo siendo consciente del hecho de cuántas
personas vienen a la iglesia -inclusive a esta iglesia- y no vienen a Cristo durante semanas,
meses, e inclusive, algunas veces, años.
Y entonces pensé que esta mañana iba a hacer lo que el Espíritu de Dios, estoy seguro, me
motivara a hacer esta semana, conforme estudiaba a lo largo del Evangelio de Juan a
detalle. Y esto es hablar a detalle en el tema de creer de hecho en el Señor Jesucristo para
salvación.
Quiero que abra su Biblia en el octavo capítulo de Juan, el octavo capítulo de Juan. Todos
hemos oído la expresión: “él no tiene a nadie a quien culpar, sino a sí mismo.” Ésa es una
expresión bíblica. Es una expresión que el Espíritu de Dios presenta en varios lugares en
las Escrituras con respecto al pecador. Si usted perece en su pecado, usted no tiene nadie
a quien culpar más que usted mismo. Y ningún pasaje presenta esto de manera más
incisiva o clara como el octavo capítulo de Juan. Juan, capítulo 8, y quiero comenzar
leyendo en el capítulo 21.
“Otra vez les dijo Jesús: Yo me voy, y me buscaréis, pero en vuestro pecado moriréis; a
donde Yo voy, vosotros no podéis venir. Decían entonces los judíos: ¿Acaso se matará a sí
mismo, que dice: A donde yo voy, vosotros no podéis venir? Y les dijo: Vosotros sois de
abajo, Yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, Yo no soy de este mundo. Por eso os
dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que Yo soy, en vuestros
pecados moriréis.”
“Entonces le dijeron: ¿Tú quién eres? Entonces Jesús les dijo: Lo que desde el principio os
he dicho. Muchas cosas tengo que decir y juzgar de vosotros; pero el que me envió es
verdadero; y Yo, lo que he oído de Él, esto hablo al mundo.”
Pero no entendieron que les hablaba del Padre. “Les dijo, pues, Jesús: Cuando hayáis
levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que Yo soy, y que nada hago por mí
mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo. Porque el que me envió, conmigo
está; no me ha dejado solo el Padre, porque Yo hago siempre lo que le agrada. Hablándole
estas cosas, muchos creyeron en Él.”
En los ocho capítulos que llegan a este punto en el Evangelio de Juan, Juan ha estado
hablando de las manifestaciones personales de Jesús, las cuales le dieron a Israel
suficiente evidencia para probar que Él era el Mesías y el Hijo de Dios. De hecho,
suficiente evidencia para qué ellos para creer en Él para salvación. Y en donde quiera que
había una disposición a creer, había suficiente evidencia. En la mente de Jesús, cualquier
persona que veía lo que Él hacía, oía lo que Él decía, experimentándolo a Él y a todas las
cosas que sucedían a Su alrededor y no creían, cualquier persona así llevaba la
culpabilidad de esa incredulidad porque la revelación era suficiente para hacer que la
incredulidad fuera injustificable.
En Galilea, por ejemplo, donde comenzó el ministerio de Jesús, Galilea, en la parte norte
de la tierra de Israel, Jesús estuvo haciendo milagros. Milagros de curación mediante los
cuales Él demostró que Él era Dios porque Él tenía control total sobre el mundo natural. Y
sólo Dios puede ejercer tal control. Él también anduvo por varios lugares expulsando
demonios, demostrando que Él tenía control total sobre el mundo sobrenatural, de nuevo
indicando que Él era Dios porque sólo Dios tenía tal control.
Su enseñanza fue tan asombrosa, sorprendente y profunda y con tanta autoridad, que
ellos nunca habían oído a nadie hablar como Él habló y ningún hombre presentó las
verdades de Dios de manera tan clara como Él. Era claro que Él tenía poder sobrenatural,
habilidad sobrenatural y Él habló cosas profundas como nunca nadie antes lo había hecho
antes.
Y de hecho, ellos fueron atraídos a Él por Sus curaciones. Ellos querían vida sin
enfermedad. ¿Acaso todo el mundo no quiere eso? Ellos querían eso. Y Él tuvo las marcas
de un rey. Él pudo haber sido el rey material si Él hubiera provisto una existencia libre de
enfermedad y de dolor. Todos querían eso. Y después, también fue aparente mediante las
diferentes ocasiones en las que Él alimentó a grandes cantidades de personas creando
alimento para ellos como que Él también podía proveer alimento para todo el mundo. Y
batallar por el pan era un tema enorme en la vida antes de una época de cultura rápida
como la que vivimos.
Aquí había alguien curador, alguien que podía neutralizar los poderes de las tinieblas, que
podía crear alimentos mediante una palabra. Él era un rey material. Él podía proveer un
estado de bienestar, de beneficencia como nunca antes nadie había concebido, libre de
enfermedad y libre de toda necesidad de trabajar para proveer para su propia vida y
comprar su propio pan. Aquí había Uno que podía ser el rey, siempre y cuando Él trabajara
en el área social, la esfera física. Siempre y cuando Él venciera a Satanás, quien debilitaba
la gente, ellos estaban interesados en Él.
Pero Él no se detuvo allí. Ellos realmente tenían otra agenda. Ellos habían esperado que Él
entrara a otra gran área, y esa área era el área política o militar, Él podría derrocar a Roma
y de esta manera, quitarle a Roma su control sobre Israel, liberar a la tierra de Palestina y
hacer que Israel fuera su propio estado soberano. Y ellos estaban esperando que Él
implementara una misión militar así contra Roma, guiando alguna rebelión inclusive de
manera milagrosa expulsándolos. Pero Él no hizo eso.
Lo que Él añadió a Su curación, Su expulsión de demonios y a la naturaleza profunda de Su
enseñanza, lo que Él añadió y la enseñanza más grande de todas es que Él demandaba
limpieza espiritual. Y Él habló acerca del arrepentimiento y habló acerca del
reconocimiento del pecado y de volverse del pecado a las bendiciones espirituales. Y ellos
perdieron el interés. Tan pronto como Él los confrontó con su pecado, ellos se fueron. Tan
pronto como Él se esforzó por enfrentar el asunto del arrepentimiento, ellos dieron la
vuelta y se fueron. Él dejó de ser el rey material en ese punto.
Partiendo de Galilea, llegó a la parte sur de Israel conocida como Judea, de la cual
Jerusalén es el centro de enfoque, y ahí nuevamente Él comenzó Su ministerio. Y la
respuesta fue similar a la de Galilea. La opinión siguió un patrón muy parecido. Y Él
demostró Su poder sobre el mundo natural y Su poder sobre el mundo sobrenatural. La
gente estaba enamorada de Él. Lo siguieron en grandes multitudes mientras que Él los
curó y los alimentó. Y algunos querían hacerlo rey.
Pero nuevamente, Él necesitaba filtrar a la multitud. Él necesitaba alcanzar a aquellos que
realmente tenían la perspectiva correcta y que estaban interesados en venir a Dios para la
salvación espiritual y la bendición espiritual y quienes, por lo tanto, estaban dispuestos a
arrepentirse de su pecado. Y entonces, comenzó a separar a la multitud al presentarles
verdad espiritual, al demandarles un reconocimiento del pecado, al condenar la hipocresía
y al condenar la religión falsa y al condenar a los líderes religiosos falsos. Y las multitudes
comenzaron a dispersarse. Su interés se convirtió en indiferencia y su indiferencia se
convirtió en enojo y eventualmente, su enojo se convirtió en hostilidad al grado de que,
en últimas, lo crucificaron. Sucedió lo que Juan dijo: “A los Suyos vino y los Suyos no le
recibieron”.
Pero una cosa es clara una y otra vez en el Evangelio de Juan y es esto: Ellos eran
responsables por lo que hicieron porque ellos vieron lo suficiente y oyeron lo suficiente
como para creer la verdad. Y algunos creyeron. En el 7:40: “Algunos de la multitud por lo
tanto cuando oyeron estas palabras estaban diciendo: “Este ciertamente es el profeta”,
refiriéndose al profeta quien predijo Moisés que sería el Mesías. Versículos 41: “Otros
decían: Este es el Cristo. Pero algunos decían: ¿De Galilea ha de venir el Cristo?”
Entonces, la multitud estaba ciertamente dividida. Pero algunos reconocieron que Él era el
profeta prometido y el Mesías prometido. La mayoría de la gente, no obstante, rechazó.
De hecho, es importante recordar que cuando Jesús finalmente fue Galilea después de Su
resurrección y le apareció a los discípulos en Galilea, hubo quinientos de ellos que se
congregaron, un grupo muy pequeño cuando se mide en contraste a gran población del
área de Galilea.
Y cuando los discípulos de Jesús estaban congregados en el aposento alto en Jerusalén,
representando a aquellos que creyeron en la parte sur del país, sólo había ciento veinte
reunidos cuando vino el Espíritu de Dios en el día de Pentecostés. Setecientas a
ochocientas personas que se aparecieron en esos grandes acontecimientos y estaban
contados entre aquellos que creyeron en Jesucristo, un número más bien pequeño
comparado con la nación entera de Israel.
Pero todos habían sido expuestos a Su enseñanza. Todos habían sido expuestos a Sus
milagros. Él había expulsado la enfermedad de toda Palestina. Y la palabra de Sus milagros
se había extendido por toda la tierra, incluyendo la resurrección de los muertos, de
manera más notable la resurrección de Lázaro de los muertos, la cual fue la más notable
todas las resurrecciones debido a que en ese caso Lázaro no sólo había muerto
recientemente, sino que había estado en la tumba durante varios días.
A pesar de todo eso, la multitud de las personas en la tierra de Palestina rechazó a
Jesucristo. Y el mensaje de Juan a lo largo de su Evangelio es que no tenían a nadie a quien
culpar más que a sí mismos. Si usted ha oído la verdad, si usted ha sido expuesto a la
verdad de Jesucristo y no cree, usted lleva el peso completo de esa incredulidad.
En el versículo 21 de nuestro pasaje, Jesús hace una afirmación sorprendente. Él le dijo a
ellos: “Yo me voy”, hablando de Su muerte pronta y Su ascensión final al Padre. “Yo me
voy y ustedes me buscaréis y en vuestro pecado moriréis. Adonde Yo voy vosotros no
podéis venir.” Y aquí Jesús cristaliza uno de los puntos principales en el Evangelio de Juan
y es este punto: la gente que rechaza a Jesucristo muere en sus pecados. Esto quiere decir
que mueren con pecado no perdonado. Ellos mueren con una vida de pecado que no es
expiada, que no es pagada, una vida de culpabilidad acumulada. Y como consecuencia, les
espera una eternidad de castigo continuo. Jesús les está diciendo a estos judíos que no
podrán seguirlo adonde Él irá. ¿Y a dónde va Él? Él va al cielo a estar con Su Padre y ellos
no irán ahí.
Ahí atrás en el capítulo 7, por un momento, observe en el versículo 33 y usted observa una
conversación parecida entre los Jesús y los fariseos y los principales sacerdotes. Jesús dice
en el versículo 33: “Todavía un poco de tiempo estaré con vosotros, e iré al que me
envió…” Hablando de Su muerte, resurrección y ascensión regresando al cielo, “… Me
buscaréis, y no me hallaréis; y a donde Yo estaré, vosotros no podréis venir.” Él les
anunció que iba a un lugar al cual ellos nunca verían.
“Entonces los judíos dijeron entre sí: ¿Adónde se irá éste, que no le hallemos? ¿Se irá a los
dispersos entre los griegos, y enseñará a los griegos?” Esta es una respuesta de burla. Ellos
están burlándose. Ellos odiaban a los gentiles y se están burlando de Él y están
preguntando ¿adónde cree que irá? ¿Acaso dejará el país y les ministrará a los gentiles
menospreciados? ¿Va a tratar de alcanzar a los judíos en la dispersión, que han estado
dispersos entre los gentiles? “¿Qué significa esto que dijo afirmando: Me buscaréis, y no
me hallaréis; y a donde Yo estaré, vosotros no podréis venir?”
Entonces, Él ya les dijo esto a ellos y ellos simplemente se burlaron de Él. Y Él lo dice
nuevamente, ahora regresamos a Juan 8, casi de manera idéntica: “Otra vez les dijo Jesús:
Yo me voy, y me buscaréis, pero en vuestro pecado moriréis; a donde Yo voy, vosotros no
podéis venir.” Ahí está el desastre supremo, amados, morir en su pecado, morir sin que su
pecado sea perdonado, morir sin que su pecado sea expiado, sin que la paga del pecado
sea pagada. Y cuando usted muere en su pecado, nunca irá al lugar en donde Jesús mora.
Todavía sucede en la actualidad. Las últimas estadísticas que leí es que alrededor de 100
personas mueren por minuto, y eso significa que unas 100 personas por minuto van al
infierno. Ellos mueren en su pecado. Ellos mueren sin perdón. Mueren con culpabilidad
plena y responsabilidad total por su propia iniquidad. Ellas mueren para experimentar la
separación de Dios, fuego eterno, sed, crujir de dientes, lloro, remordimiento incansable y
el dolor de una conciencia plenamente informada. Y aquí Jesús está advirtiendo en contra
de eso.
Juan escribió este Evangelio, dice en el 20:31: “Para que creáis y para que creyendo,
tengáis vida en el nombre de Jesucristo. Él escribió eso para que crean que Jesús es el
Cristo, el Mesías, el Hijo de Dios, el Salvador. Y al creer, pueda tener vida eterna. Pero para
aquellos que no creen, Juan de manera clara una y otra vez dice que ellos morirán en sus
pecados y nunca irán a donde Jesús está.
Las consecuencias inevitables de la incredulidad y el rechazo en cualquier época es estar
fuera de la presencia de Dios para siempre. Y no es aniquilación y no es que el alma
duerme y no es nada sino que es un tormento eterno. Jesús dice: recházame y morirás en
culpabilidad, serás culpable, la ira de Dios sólo será satisfecha mediante una eternidad de
tormento.
Debido a que muchas personas escogen este rechazo es importante que veamos este
texto y que entendamos lo que Juan está diciendo aquí. Y conforme nos examinamos a
nosotros mismos en el día de hoy, comencemos en el meollo y asegurémonos que
estamos en la fe y que no nos dirigimos hacia una muerte con culpabilidad total de pecado
y una eternidad de castigo.
En vuestro pecado moriréis, versículo 21. ¿Cómo sucede eso? Permítame darle cuatro
maneras para garantizarle que usted morirá en su pecado y las tomaré aquí de la palabras
de Jesús aquí. Cuatro maneras para garantizar que usted morirá en su pecado, cuatro
maneras para garantizar que la muerte de Jesucristo en la cruz no significa nada para
usted.
Número uno, crea que usted es lo suficientemente bueno en sí mismo. Eso es suficiente.
La primera manera garantizada para morir en sus pecados es estar totalmente satisfecho
con su propia capacidad de agradar a Dios. Creer que usted puede ser lo suficientemente
bueno, o lo suficientemente religioso u orar lo suficiente o ir lo suficiente a la Iglesia o ser
lo suficientemente moral o tener buenas hombres que van a ser más en alguna balanza
imaginaria que van a ganarle al peso de sus obras malas. Simplemente piense que usted
es lo suficientemente bueno por usted mismo.
Vea el versículo 22: “Decían entonces los judíos: ¿Acaso se matará a sí mismo, que dice: A
donde Yo voy, vosotros no podéis venir?” ¿Qué quisieron decir con esto? ¿Qué tipo de
respuesta fue ésta? Bueno, ellos torcieron las palabras de Jesús para que significaran que
Él debe ir al infierno. Ciertamente, nosotros vamos al cielo. Y Él debe estar yendo a una
parte del infierno reservada para aquellos que cometen suicidio.
¿Por qué dijeron eso? Bueno, el judío ortodoxo desprecia el suicidio, siempre ha sido así.
Según Josefo, el historiador un judío, la persona que cometía suicidio iba al pozo más
oscuro del Hades. El crimen más horrendo que uno podía cometer era el suicidio y la parte
más oscura del Hades estaba reservada para alguien que se mataba a sí mismo. Entonces,
de manera burlona, están diciendo: ‘bueno, quizás se va a matar a sí mismo y va a ir a ese
agujero oscuro en el Hades reservado para aquellos que cometen suicidio, un lugar en
donde ciertamente nunca iremos’.
Entonces, ellos lo ridiculizan. Ellos cierran sus oídos a la advertencia de que ellos morirán
en sus pecados, con todo el horror que eso involucra y lo convierten en una broma
burlona acerca de que Jesús se suicidará; y Él mismo irá a un agujero negro de castigo
eterno, creyendo que ellos mismos no van a ningún otro lugar más que el cielo. ¡Qué
engañados estaban!
Una vez más, como fue tan frecuente en Su tiempo en la tierra, los líderes judíos volvieron
su veneno el hijo de Dios. Si, Él iba a morir. Pero Su muerte no sería un suicidio.
Voluntaria, sí. Dispuesta, sí. Se iba a sacrificar a sí mismo, sí. Pero no por Sus propias
manos; y no por las manos de los hombres, por las manos de aquellos detractores que le
hablaron de esta manera.
Ellos de manera ignorante, burlona, hicieron esto debido a que pensaban que eran justos
por sí mismos. ¿Entiende usted eso? Se burlaron de Él porque no creían que necesitaban a
un Salvador. La idea entera de que ellos iban a morir en sus pecados será ridícula para
ellos. Después de todo, ellos eran los espirituales. Ellos eran los religiosos. Ellos serán los
ortodoxos. Ellos guardaban todas las leyes, todos los rituales y todas las rutinas, todas las
ceremonias y todas las tradiciones, con un detalle minucioso.
No tenían idea en absoluto de que ellos iban a estar en ningún otro lugar más que el cielo.
Ellos creían que eran tan buenos en sí mismos que la advertencia de Jesús fue una broma
y se rieron hasta que ellos murieron y lloraron y todavía lloran. Tenían tanta confianza en
su justicia personal que se podían burlar de un Salvador. Tenían tanta confianza en que
eran buenos por sí mismos que podían burlarse de la idea de que podía morir en sus
pecados.
Y le advierto, el pensar que usted es bueno es mortal. Es una garantía para morir en su
pecado. Si usted no admite su incapacidad para salvarse por sí mismo, si usted no admite
que su buenas obras no ayudan para nada para la salvación eterna, si usted no admite que
sus actividades religiosas, sus ceremonias y rituales y la asistencia a la iglesia y las
oraciones y lo que usted haga no produce nada para que usted gane la salvación eterna,
usted morirá en sus pecados.
Pero cuando usted admite que toda su moralidad y toda su actividad religiosa y todo el
ritual de religión que usted puede hacer no contribuye a su salvación porque su pecado es
tan profundo que ningún esfuerzo que usted pueda producir pueda tocarlo, entonces se
arrojará a sí mismo a los pies de un Salvador que proveyó el sacrificio para su pecado.
Pero fuera de eso, usted morirá en su pecado. Usted será como el fariseo en Lucas 18
diciendo ‘me da gusto que no soy como los otros hombres, ciertamente no como ese
pecador sucio que está ahí abajo. Yo doy diezmos y ayuno y hago todo esto. Jesús dijo que
ese hombre no se fue a casa justificado.’
Nos recuerda Proverbios 12:15 que dice que el camino de un necio es derecho a sus
propios ojos, a en su propia opinión. Y no hay un necio mayor que un necio que se cree
bueno en sí mismo, que se corta a sí mismo de la salvación por gracia porque cree que él
puede contribuir en algo a ello. “Aquello que es de alta estima a los ojos de los hombres
es una abominación ante Dios”, dice Lucas 16:15.
Esos judíos estaban tratando de ganarse la salvación como muchas otras personas. En
todo el mundo de las religiones de mérito humano, todas las religiones del mundo que
intentan ganarse la salvación mediante el esfuerzo humano, caen en la misma categoría.
Ellas creen que por sus propias buenas obras satisfacen el requisito de Dios y de esta
manera, han alcanzado la salvación y se dirigen al cielo. El único lugar al que Jesús no irá
es el infierno en algún lugar oscuro del infierno que pertenece a aquellos que se matan a
sí mismos.
Entonces, usted puede garantizar que morirá en su pecado simplemente al confiar en su
justicia, en su bondad personal. Simplemente asegúrese que usted no es un pecador.
Simplemente asegúrese que no necesita salvación. Simplemente invente un estilo de vida
de religión que le acomode. No admita que usted necesita un Salvador. No se golpee el
pecho y diga ‘Dios, sé propicio a mí pecador’. Confíe en sus obras, confíe en su religión,
confíe en sus rituales y le garantizo que usted morirá en su pecado.
Hay una segura manera garantizada en la que usted morirá en sus pecados en el versículo
23. “Y les dijo: Vosotros sois de abajo, Yo soy de arriba.” Ellos no entendieron lo que dijo.
Lo tenían al revés. Ellos pensaban que ellos eran de arriba y Él era de abajo. Ellos no tenían
al revés. Arriba está el cielo, abajo está el infierno.
Después, Él les dice esto: “…vosotros sois de este mundo, Yo no soy de este mundo.” Y
aquí están la segunda manera de garantizar que usted morirá en sus pecados. Y eso es sea
mundano, esté ligado a la tierra, otra garantía. Esté preocupado con el mundo, viva para el
mundo, viva para el sistema temporal, viva para las ideologías de este sistema del mundo.
¿Qué quiere decir Él cuando dice “vosotros sois de este mundo”? “Mundo” es una palabra
muy importante en el Evangelio de Juan, es usada repetidamente. Y es usada con
diferentes significados. Algunas veces se refiere a personas, algunas veces se refiere a
ideologías. Aquí tiene que ver con esas ideologías que envuelven las mentes de las
personas, claro. Pero cuando Él está hablando de este mundo, Él está hablando del
sistema invisible espiritual que domina al mundo. Es un sistema de maldad.
Satanás es el Dios de esta época, el príncipe de este mundo. Él es el que ha organizado un
sistema de creencia, un sistema de moralidad, un sistema de religión, un sistema de
ideologías, un sistema de conducta, un sistema de materialismo y todo eso que se opone a
Dios. Es como 2 Corintios 10, es toda altivez que se levanta contra el conocimiento de
Dios. Es todo el cosmos, es todo el sistema de maldad invisible espiritual.
Utilizamos la palabra mundo de ese modo. Nosotros hablamos del mundo de la política, el
mundo de los negocios, el mundo de la medicina, el mundo de los deportes. Lo que
nosotros queremos decir con eso es el ambiente o la esfera en donde esas cosas dominan.
Y hay un mundo en el que vivimos como seres humanos. Es el sistema organizado de
mentiras y engaños satánicos levantados en contra del conocimiento de Dios, el sistema
de Satanás que se opone al de Cristo.
Y en Lucas 16:8 Jesús llama a los incrédulos ‘hijos del sistema’. Ellos adoptan la ideología
en algún punto. El sistema es hostil a Dios. Es hostil a Cristo. Está dominado por el
materialismo, eso quiere decir una preocupación con aquello que es pasajero. Es
dominado por el humanismo, la adoración del hombre y la elevación de la mente del
hombre, inclusive al punto en el que él puede redimirse a sí mismo. Es dominado por el
sexo, por la satisfacción física en el placer, mediante la ambición carnal por el orgullo, la
avaricia, por el placer personal, por el deseo personal.
Sus opiniones están equivocadas. Sus objetivos son egoístas. Sus placeres son
pecaminosos. Su influencia no es moral. Su política corrupta. Sus honores son vacíos. Su
sonrisas son falsas. Su amor es débil, etc. etc. Ese es el sistema del mundo. Son muchas
filosofías y psicologías y religiones e ideologías que constituyen la manera de pensar no
regenerada, impía, no bíblica.
Y es un mundo que será destruido. El mundo y todo lo que hay en él, pasará, dijo Juan. Y
esa es la razón por la que él dijo en 1 Juan 2:15: ‘no améis al mundo ni las cosas que están
en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.’ En donde está el
amor del mundo, el amor del Padre no existe.
Jesús señala aquí este gran contraste. Él les dice en el versículo 23: “Vosotros sois de este
mundo, Yo no soy de este mundo.” Tenemos dos ideologías que compiten, dos sistemas
de pensamiento que compiten. “Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.”
Y la amistad con el mundo, dice Santiago 4:4, es enemistad con Dios. Éstos líderes judíos
aunque decían que eran religiosos y que eran espirituales, genuinamente estaban
cautivados y atrapados en el sistema de maldad satánico mediante el cual él gobierna al
mundo: almas egoístas que están ligadas al mundo viviendo en un sistema controlado por
el príncipe de este mundo y que estaban separados de Dios y de Cristo por un espacio
infinito.
Para que un hombre muera en su pecado, todo lo que necesita hacer es simplemente vivir
para este mundo, simplemente creer las mentiras de Satanás que están en este sistema.
Simplemente ame el sistema y todo lo que hay en él y le garantizo que morirá en sus
pecados.
Algunas veces, el Evangelio penetra ese tipo de mente y corazón por un tiempo como en
la parábola de Mateo 13, pero debido al amor de este mundo y al engaño de las riquezas,
muere. Debe haber una brecha y un rompimiento. Jesús no es de este mundo. Él le dijo a
Pilato: “Mi Reino no es de este mundo.” Primera de Juan dice: “El mundo entero está bajo
el maligno.” Nosotros como creyentes no estamos así. Hemos hecho esa distinción.
Santiago dice que inclusive deben vemos guardarnos sin mancha del mundo, no
influenciados por sus ideologías satánicas.
Hay una tercera manera y es el clímax del pasaje para que usted garantice que morirá en
sus pecados. En primer lugar, ser justo por usted mismo y pensar que usted no necesita un
Salvador, que se puede salvar a sí mismo, que puede hacer alguna contribución para
salvarse a sí mismo, cualquier contribución. En segundo lugar, al estar ligado al mundo y
eso es estar enamorado del sistema del mundo y no estar dispuesto a dejarlo. Y en tercer
lugar, versículo 24: “Por tanto os digo que en vuestro pecado moriréis porque a menos de
que creáis que Yo soy, en vuestro pecado moriréis.” Aquí está la manera tercera manera
de garantizar que usted con toda certeza morirá en su pecado. Sea un incrédulo; sea justo
en sí mismo, este ligado a Tierra y sea un incrédulo. Eso es realmente lo único que se
necesita. Sea un incrédulo.
La única manera de escapar el infierno es creer en el Señor Jesucristo. Y Juan, una vez
más, citando su tesis en el 20:31: “Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el
Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en Su Nombre.” Nadie tiene que
morir en sus pecados, pero el que persiste en rechazar, morirá en pecado a través de la
incredulidad.
Ahora, ¿qué tenemos que creer? Bueno, Él lo dice aquí. “A menos que creáis que Yo soy.”
Lo que Él está diciendo aquí es el nombre de Dios. A menos de que crean que Yo soy Dios,
que Yo soy el que fue enviado por Dios, el gran Yo soy. Él usa realmente lo que es el
Tetragrámaton hebreo, el nombre de Dios, el Yo soy el que soy. A menos de que crean
que Yo soy.
¿Qué significa yo soy? Significa todo lo que Él es. A menos de que crea de manera plena la
verdad acerca de Mí, eso es lo que está diciendo. ¿Cómo es que uno se convierte en
cristiano? Al creer la verdad acerca de Jesucristo. Esta es la pregunta del Hijo y esto es lo
primordial. Aquí estamos todavía debatiendo este tema. Me sorprende esto.
Recientemente estuve en Scottsdale, Arizona, en la Iglesia de Darryl L. DelHousaye, e hice
una serie acerca de la teología de la fe y di seis mensajes acerca de la teología de la fe. Y
hablando acerca de todo esto, continuamente me sorprende el darme cuenta que la gente
dentro de la categoría amplia de los evangélicos todavía está tratando de entender lo que
se necesita para ser cristiano. Me parece sorprendente. La pregunta que hacen es: ¿qué es
lo que alguien debe creer para que sea genuinamente salvo? Realmente no debe haber
confusión en esto. Es claro en las Escrituras.
Puedo resumirlo de manera muy simple con lo que Jesús dijo aquí: “Deben creer que Yo
soy.” ¿Qué significa eso? Usted debe creer que Cristo es quien es.
Bueno, ¿qué incluye eso? Le voy a dar lo que yo llamo el núcleo de la verdad del
Evangelio, las verdades absolutamente indispensables de la verdad del Evangelio. Aquí es
donde comenzamos. Si usted va a creer la verdad acerca de Cristo, esto es lo que incluye.
En primer lugar, tiene que creer en una Trinidad eterna porque Cristo dijo que Él era uno
con el Padre y que Él era eterno y que antes de que Abraham fuera creado, Él existió.
Entonces, debe creer que Él es parte de una Trinidad eterna. Cualquier cosa menos que
una Trinidad hace de Cristo algo o alguien diferente de quien Él es.
Entonces el corazón de la fe evangélica, el corazón de la verdad del Evangelio es trinitario,
es Dios en tres personas, sin embargo uno. Decir algo diferente de eso es estar
equivocado acerca de quién es Él y Él dice que debes creer que Yo soy quien soy.
Entonces, usted comienza al creer en la Trinidad. Aquellos que niegan la Trinidad no
entienden que Él es Jesucristo. No creen que Él es quien es.
En segundo lugar, usted debe creer que Él es encarnado en forma humana, que este
miembro de la Trinidad entró en la historia humana en el tiempo y espacio en un cuerpo
humano. Usted debe creer, entonces, en la encarnación de Dios en Jesucristo y eso
incluye el nacimiento virginal, el cual es la definición de Dios de cómo esta encarnación se
llevó a cabo, de tal manera que el Cristo pudiera hacer en este mundo sin pecado.
Entonces, usted debe creer que Él es Dios, que Él es eterno, que Él es un miembro de la
Trinidad eterna, que encarnó en el mundo a través de la virgen María.
Después, usted debe creer en la vida sin pecado, porque ese es el caso de Él también. Él
vivió una vida sin pecado. Él no podía nacer como nacen las personas normales, de lo
contrario no podría ser el Dios hombre. Y Él no podría tener un pecado en Su vida o una
debilidad en Su vida o fracaso en Su vida, o de lo contrario no habría cumplido toda
justicia, dicha justicia es imputada aquellos que creen en Él. Entonces, debe creer en una
Trinidad. Debe creer en la Trinidad eterna, que Jesucristo, un miembro de la Trinidad fue
encarnado, nació de la virgen María, vino al mundo y vivió una vida sin pecado la cual al
cumplir la justicia perfecta se volvió la justicia perfecta que puede ser imputada a aquellos
que creen.
Y después, usted debe creer que Él murió en la cruz como un sacrificio suficiente
sustitutivo, una expiación por el pecado y que Él murió allí y pagó la paga por todos los
pecados de aquellos que jamás creerían en Él, porque eso es de hecho quien Él es, el
Cordero de Dios. Usted debe creer que Su muerte satisfizo a Dios de manera completa y
que se llevó a cabo una expiación total. Y esa es la razón por la que Dios lo resucitó de los
muertos al tercer día y Él lo tomó y lo sentó a Su diestra, en donde se sienta como Señor y
le dio un nombre que es sobre todo nombre, ¿cuál es Su nombre? Señor. Él se sienta la
diestra del Padre intercediendo por los Suyos y gobernando; y algún día, regresará y
establecerá Su Reino sobre la Tierra y traerá la gloria a Su pueblo redimido, amado.
Ése es el corazón de la fe cristiana. Quite algo de eso y usted tiene a otro Jesús. Y Pablo
dijo: ‘Si alguno predica a un Jesús diferente, sea anatema, un Evangelio diferente, un
mensaje diferente’. Pablo le dijo a los corintios en 2 Corintios: ‘No quiero que sean
movidos de la simplicidad y devoción que tienen hacia Cristo. Si alguien predica a otro
Cristo, ellos no predican la verdad.’
¿Cómo es que tenemos dificultad en entender que éste es el Cristo en quien debemos
creer? Esta es la verdad y esto es lo que los cristianos creen. Si usted no cree eso, usted no
es cristiano. Usted dice ‘bueno, ¿qué hay acerca de las personas que creen en Dios?’ No
son cristianos. Ellos morirán en sus pecados. ¿Y qué hay acerca de personas que creen
todo eso acerca de Jesús, pero también creen que tienen que hacer algunas obras, que
bautizarse o hacer algunas ceremonias o guardar algunas leyes para añadir a su salvación?
Ellos tampoco van a llegar al cielo, van a morir en sus pecados y van a ir eternamente al
infierno. ¿Por qué? Porque no reconocen que sólo Cristo y Cristo de manera completa es
el sacrificio por el pecado al cual nada se le puede añadir.
Es por gracia a través de la fe únicamente. Cualquier intento de añadir algo a eso lo niega,
la gracia ya no es gracia. Cualquier cosa que usted trate de hacer para ganarse parte de su
salvación entiende de manera equívoca del sacrificio de Cristo. Y cualquier malentendido
del significado de Cristo en Su sacrificio es algo menos que el Evangelio. Créalo,
cristianismo, el cristianismo como tal, está lleno de personas que tienen mucha
información acerca de lo que acabo de decir, acerca del Evangelio, pero no tienen esa
confianza total en Jesucristo siendo únicamente quien es, y siendo el único y el sacrificio
completo por el pecado. Y por lo tanto, confían en sus propias obras o esfuerzos.
Es triste decir que muchos, muchos que nombran el nombre de Cristo y dicen ‘Señor,
Señor, hicimos esto, hicimos aquello’, no es son conocidos por Él y morirán en sus pecados
y a donde Él ha ido, ellos nunca irán.
Entonces, Jesús les dice: “A menos de que creáis”, en el versículo 24, “a menos de que
creáis que Yo soy el que soy, moriréis sin que vuestros pecados sean perdonados” y por lo
tanto, pagarán eternamente la paga.
Hay una última manera garantizada en la que usted puede morir en sus pecados y ellos lo
exhiben, obviamente. Crea que es lo suficientemente bueno por usted mismo, esté
anclado a este mundo o sea incrédulo; en cuarto lugar, sea ignorante de manera
deliberada o sea un ignorante de manera obstinada. Versículo 25, esto es tan
sorprendente: “Entonces le dijeron: ¿Tú quién eres?” Esto es absolutamente increíble que
ellos dijeran eso después de todo lo que habían visto, después de todo lo que Él ha hecho,
después de lo que ellos habían oído. “Entonces Jesús les dijo: Lo que desde el principio os
he dicho.” Habla de no querer entender. Tengo muchas cosas que hablar y juzgar acerca
de vosotros, que el que me envió es verdadero, las cosas que Yo he oído de él, esas hablo
al mundo. Él dice: “Yo he estado hablando y hablando y lo que he estado hablando, es la
palabra misma de Dios”.
Y para mostrarle lo mal que estaban, versículo 27, ellos no reconocieron que les había
estado hablando acerca del Padre. Aunque Él había dicho eso una y otra vez, “Yo y el
Padre uno somos, no hablo de Mi propia iniciativa, lo que el Padre me muestra, Yo hablo”.
Todo lo que había estado diciendo hasta el capítulo 8, ellos lo habían oído todo.
¿Qué es esto? Es, en primer lugar, burla. Tú, ¿quién eres Tú?, ¿quién te crees que eres Tú
para hacer las afirmaciones que estás haciendo? ¿Quién te da el derecho de suponer una
función como profeta y promotor de la Verdad? ¿Y quién te crees que eres que estás
hablando como hablas? Ellos deberían haber sabido quién era. Él lo había presentado de
manera clara una y otra vez, de manera repetida.
Ustedes recuerdan el siguiente capítulo, el capítulo 9, el hombre ciego quien fue curado
por Jesús y los líderes vinieron a él y le dijeron: “¿quién es este y de dónde es?” Y el
hombre ciego dijo: “no lo puedo creer”, en el versículo 30, “que ustedes no saben de
dónde es Él y Él abrió mis ojos.” Digo, era ignorancia deliberada.
¿Por qué eran ignorantes de manera deliberada? Juan 3 lo presenta de manera clara: “los
hombres aman a las tinieblas más que la luz”. Era oscuro porque ellos querían eso.
Siempre ha sido oscuro cuando usted ama su pecado. Era una oscuridad deliberada. De
regreso en el 8:19 Él dice: “Ustedes no me conocen a Mí, no conocen a Mi Padre. Si me
conocieran a mí, conocerían a Mi Padre.”
Ustedes no conocen a ninguno de nosotros. Ustedes están en la oscuridad y así es como lo
quieren porque ustedes aman su pecado. En el capítulo 7, versículo 17, Jesús dijo: “si
alguno quiere hacer la voluntad de Él”. Cuando usted llega al punto en el que usted estar
dispuesto a hacer la voluntad de Dios en lugar de su pecado, entonces conocerán Mi
enseñanza. La Verdad viene a aquellos que la desean.
Es como en el Antiguo Testamento que dice “Si me buscáis con todo vuestro corazón, me
encontraréis.” Cuando ustedes estén dispuestos a hacer la voluntad de Dios, ustedes van a
conocer Mi enseñanza. Entonces, conocerán que Yo hablo por parte de Dios. Pero
mientras que ustedes estén amando su pecado de manera obstinada y disfrutando su
pecado, inclusive el pecado de orgullo y justicia personal, morirán en su pecado.
Tenían una ignorancia que estaba satisfecha en sí misma, que se burlaba y que nacía de un
amor por su propio orgullo. Ellos habían oído muchas, muchas veces quien Él era. Ellos
tenían amplia evidencia de esto, pero el pecado produce incredulidad; y la incredulidad
produce ignorancia obstinada. Entonces, se rehusaron a conocer porque amaban su
pecado.
¿Quiere morir en su pecado? Crea que usted es bueno por sí mismo, esté amarrado a este
mundo, sea incrédulo, sea ignorante de manera obstinada y deliberada; y usted morirá en
su pecado. Jesús dice en el versículo 29, “deben saber que el que me envió está conmigo,
no me ha dejado solo, siempre hago las cosas que le agradan.” Ustedes deberían haber
visto a Dios en Mí. Ustedes deberían saberlo, ustedes deberían haberlo oído, pero no
quisieron.
Termina en una buena nota. Versículo 30: “conforme Él habló estas cosas, muchos
llegaron a creen en Él”. Esa sería mi oración en esta mañana, que conforme le he hablado
estas cosas, conforme he reiterado estas palabras de Jesús, que muchos lleguen a creer en
Él.
¿Quiere morir en sus pecados? Simplemente, continúe como está viviendo. Simplemente
crea que usted es lo suficientemente bueno como es. Simplemente, continúe en su
relación de amor con las ideologías humanas. Simplemente, rehúsese a creer las grandes
verdades acerca de Cristo. Ame su pecado tanto que usted escoge la oscuridad y es
ignorante de manera deliberada. Pero, para hacer esto, usted va a tener que tropezarse
con la cruz. Es correcto. Usted va a tener que pisar de manera cruel, irreverente la sangre
de Cristo, porque usted conoce el Evangelio. Entonces, usted va a tener que tropezarse
con la cruz.
Inclusive en esta mañana, conforme venimos a la Mesa del Señor, la cruz va a ser
demostrada una vez más; y usted tendrá que volverla rechazar para continuar con el curso
de vida que lleva. Realmente es inconcebible, ¿por qué usted va a morir, cuando usted
puede vivir? ¿Por qué usted no será como muchos que creyeron y no quiere morir en su
pecado? ¿Por qué no va a aceptar una expiación por su pecado? Esa es la pregunta de
fondo. Y la respuesta es que usted cree que es lo suficientemente bueno por usted mismo,
usted es lo suficientemente bueno como es, usted ama al mundo demasiado, o usted se
rehúsa a creer, usted ama su pecado y usted se deleita en la oscuridad y la ignorancia que
viene con ello. En cualquier caso, el precio es eterno. Inclinémonos en oración.
Padre, conforme pensamos en la potencia de las palabras de Jesús y la necedad de
aquellos que se rehúsan a creer, recordamos que esto se lleva a cabo en la actualidad
diariamente y quizás inclusive las batallas en las que Jesús se involucró en Juan 8 están
llevándose a cabo en los corazones de algunos aquí en esta mañana. Oro porque el poder
del Tu Espíritu rompa el poder de la idea de que son justos en sí mismos, el poder del
mundo, la incredulidad y el amor al pecado. Y que el corazón desee hacer Tu voluntad
para que el que está dispuesto a hacer Tu voluntad, conozca la verdad.
Padre, conforme llegamos a esta mesa, recordamos de nuevo el sacrificio que Jesucristo
pagó por nuestros pecados en la cruz, Él llevó nuestros pecados como leímos del profeta
Isaías, Él llevó nuestras tristezas, Él fue quebrantado por nuestras iniquidades, herido por
nuestras trasgresiones, el castigo de nuestra paz fue sobre Él. Por Su llaga fuimos nosotros
curados. Te damos gracias, Padre, por la promesa de que para todos aquellos que creen
en Jesús como Mesías y el Hijo de Dios, hay salvación completa y total. Con ese fin en
mente, oramos por toda persona aquí.
Y Señor, por aquellos de nosotros que somos cristianos, pedimos que cada uno de
nosotros examine su propio corazón como también, conforme llegamos a esta mesa,
afirmando que somos salvos, que Te pertenecemos, que de nuevo recordemos la tragedia
del pecado que interrumpe la dulzura de nuestra relación contigo y que confesemos todo
lo que es conocido y Te pedimos que nos limpies de todo lo que es desconocido también y
que vengamos a esta mesa con corazones puros.
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
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Debes nacer de nuevo


Escritura: Juan 3:1–18

Código: 81–97
John MacArthur
La voluntad de Dios para la iglesia en el mundo es proclamar el evangelio, ese es nuestro
llamado. Las iglesias se han distraído, dicho de manera suave, en esta atmosfera actual,
metiéndose en todo tipo de cosas que no son el evangelio, aunque quieren llamarlas el
evangelio. El evangelio es el evangelio.
Y éste es un tiempo para que nosotros lo entendamos de manera explícita y clara. La
semana pasada vimos la conversión de Mateo, el publicano. Y oímos las palabras de Jesús,
“No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.” Y esa es la realidad
sorprendente del evangelio, que Dios salva a pecadores, que cuando éramos enemigos Él
determinó salvarnos, que aquellos que son justos en sí mismo y religiosos por su propia
justicia personal están separados de la esperanza de salvación.
Vimos la semana pasada que fueron los fariseos religiosos los que pensaban que conocían
a Dios y eran los representantes de Dios, que fueron denunciados de manera más fuerte
por Jesús, que eran hijos del infierno, y hacían de sus discípulos más hijos del infierno. La
estrategia de Satanás está en la religión. La religión falsa es una estrategia satánica en
todo el mundo, cualquier desviación del evangelio puro y verdadero es una mentira
condenadora, pero da la ilusión de conocer a Dios. Usted recuerda en el texto que vimos
en Lucas capítulo 5, terminó al recordar que el hecho de que había una ilustración de
aquellos que eran religiosos, que estaban contentos con el vino antiguo y no queriendo
cambiar a nada nuevo.
Eso fue verdad de los fariseos, era tan verdadero de los fariseos, tan verdadero. Habían
seis mil fariseos o algo así, en la época de nuestro Señor en la tierra de Israel. Solo hay una
conversión de un fariseo en los cuatro evangelios, una. Amaban el vino antiguo, amaban
su religión, Jesús vino a aquellos que no eran religiosos, que fueron confrontados solo con
su pecado. El evangelio siempre va a aquellos que no se están aferrando a ninguna
religión falsa. Solo un fariseo en los cuatro evangelios viene a la salvación. Quiero contarle
su historia.
Abra su Biblia en Juan 3; Juan 3. Su nombre va a ser conocido por usted, su nombre es
Nicodemo, ese es un buen nombre, significa: “Victoria de la gente común.” Nicodemo. Y
quiero leer comenzando en el capítulo 3, y versículo 1: “Había un hombre de los fariseos
que se llamaba Nicodemo, principal entre los judíos, este vino a Jesús de noche y le dijo:
Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer estas
señales que tú haces sino está Dios con él. Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te
digo que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.”
Ahora, detengámonos ahí. Tenemos una responsabilidad como iglesia en cumplir la
voluntad de Dios al proclamar el evangelio. Y el evangelio es, aquí está expresado por
Jesús como, los pecadores necesitando nacer de nuevo, proclamando el nuevo
nacimiento, proclamando el nacer de nuevo, es la prioridad, la responsabilidad más critica
que tiene la iglesia. Nacer de nuevo es un término muy conocido, libros han sido titulados
“Nacer de nuevo.” Hay muchos libros acerca de cómo nacer de nuevo, cubrí uno de ellos
simplemente ésta semana, Cinco Pasos para Nacer de Nuevo, me viene a la mente. Cómo
Orar Para Nacer de Nuevo, un libro titulado: Cómo Nacer de Nuevo.
Todos esos son conocidos por nosotros porque la noción de nacer de nuevo es expresada
de manera tan común, es parte de la cultura pop, popular evangélica. Pero casi nadie
parece entender que es lo que nuestro Señor está diciendo, es una idea simple, nacer de
nuevo. De hecho, ahí en el versículo 12 del capítulo 3, Jesús lo llama algo terrenal. En otras
palabras, una ilustración terrenal. Aquí está la verdad, esto es tan simple que nunca
debería confundirse usted por lo que significa nacer de nuevo.
Aquí está una ilustración terrenal, y si usted no entiende esta ilustración terrenal,
versículo 12 dice: ¿cómo va a entender su significado celestial? Cómo cualquier ilustración
o parábola que nuestro Señor usó, Él recoge algo muy común y simple, si usted no puede
entender la ilustración, que para entrar al reino es necesario que nazca de nuevo, nunca
entenderá la realidad celestial del nuevo nacimiento. Y debe entender la realidad celestial
del nuevo nacimiento porque es una verdad básica de la salvación. Es necesario nacer de
nuevo.
Versículo 4, “Nicodemo le dijo: ¿Cómo?” Y veremos eso más de cerca en un momento.
“¿Cómo?” Si hubiera estado un evangelista ahí, hubiera dicho: Repite esta oración. Podría
haber dicho: Toma estos pasos. Eso habría perdido de enfoque el punto entero. Y, de
hecho, Nicodemo estaba entendiendo el punto. Y aquí está el punto, es necesario que
nazcas de nuevo, quizás es mejor traducido, debes nacer de arriba. Ȁnōthen (ἄνωθεν).
Otras dos veces más adelante en el evangelio de Juan es traducido ‘de arriba’, debes nacer
‘de arriba’.
Permítame decirle cuán simple es la analogía, ¿qué contribución hizo usted a su
nacimiento físico? Usted no hizo contribución alguna, su nacimiento físico. Y esa es
exactamente la idea en nuestro Señor al usar esta analogía. Asumir que usted tiene algo
que ver con su nacimiento físico es, es una idea absurda. Asumir que usted tiene algo que
ver con su nacimiento espiritual es igual de absurdo. Es ridículo. Esa es la razón por la que
nuestro Señor escogió esta analogía, porque es tan clara. Realmente no es posible si usted
lo piensa por un momento, perder de vista lo que está diciendo.
Nacer de nuevo, o nacer de arriba, es una obra en la que usted no tiene función alguna. Su
nacimiento le sucedió a usted, no tuvo parte alguna en él. Los mismo es verdad en el
nuevo nacimiento. El mensaje de nuestro Señor aquí es que es una obra de Dios, y es
totalmente una obra de Dios lo cual inmediatamente aplasta toda justicia por obras. Toda
la religión, toda la ceremonia, todo el ritual, todos los sacramentos no contribuyen en
nada a la vida nueva. Es lo que los teólogos llaman “monergistico”. No es algo que usted y
Dios hacen juntos, es algo que Dios solo hace. Usted no va a entrar al reino de Dios porque
usted trata más, con más esfuerzo de ser una mejor persona, o ser más religiosa, o más
moral, más filantrópica, o más virtuosa. Ese es exactamente el punto que el Señor está
presentando.
Y observe, se lo está presentando a un hombre que se nos acaba de presentar como un
principal entre los judíos. Y ahí en el versículo 10, un hombre que es llamado ‘el maestro
de Israel’. Esta es una analogía simple, terrenal, en cuánto al cimiento de la salvación. Es
únicamente la obra de Dios. Únicamente una obra de Dios. Esto detiene a un legalista, en
seco. Toda su vida, el legalista en este caso, el fariseo, específicamente Nicodemo, estaba
alcanzando el cielo, tratando de hacerlo mediante su justicia personal. Aquí nuestro Señor
dice: Todo es para nada, sin significado. Tu moralidad, tu supuesta virtud. Inútil. Este es un
momento dramático, dramático en la palabra de Dios. Revelación crucial que se nos
presenta en la historia de Nicodemo.
Ahora, quiero llevarlo a lo largo de esta historia, y es importante que usted entienda esto
porque así es como usted necesita explicarle a la gente el evangelio. ¿Muy bien? Estoy
tratando de enseñarle esto a usted para que usted se lo pueda enseñar a otros, para que
podamos hacer lo que Dios nos ha llamado a hacer en el mundo. Le voy a decir esto, he
estado aquí como usted sabe, cincuenta y un años, y nunca he visto un mejor momento
en los cincuenta y un años para que seamos la iglesia y proclame el evangelio. Es increíble.
Entonces, necesita saber cuál es el evangelio, si usted lo va a proclamar. Esto es más que
una historia, es una historia, es una historia increíble acerca del único fariseo que se
registra que vino a Cristo en los cuatro evangelios. Presenta de manera clara que la
salvación no es para aquellos que son buenos, no es para aquellos que tratan más duro,
no es para aquellos que viven mejor, no es para aquellos que son más morales, o más
religiosos, o que dejan ciertos vicios o repiten ciertas oraciones. Usted no puede orar para
que nazca usted, usted no tiene más función en su nacimiento espiritual de lo que tuvo
usted en su nacimiento físico. Usted está en la misma situación, usted no tiene ninguna
función. Todo es una obra de Dios. Esta es una realidad aplastante para los legalistas, con
toda certeza.
Ahora, expliquémoslo un poco. Regrese al capítulo 2, al versículo 23. “Estando en
Jerusalén, en la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre viendo las señales que
hacía. Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, y no tenía necesidad
de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre.”
Simplemente una nota pequeña aquí, por cierto, Jesús es Dios y por lo tanto es
omnisciente, nadie tiene que decirle lo que está pensando, porque Él lee sus mentes. Esto
es omnisciencia. Y Él sabía que estas personas, que estaban creyendo en Su nombre,
viendo las señales que hacía, los milagros, no estaban expresando una fe salvadora. Ellos
tenían fe en Él, pero Él no tenía fe en la fe de ellos. Él conocía sus corazones. Él sabía que
era superficial.
Si usted avanza un poco más en el evangelio de Juan, en el capítulo 6, usted ve un retrato
del mismo tipo de fe, ésta fe falsa, versículo 14, “Aquellos hombres, viendo la señal que él
había hecho,” esto es en la alimentación de los miles, “dijeron: Este verdaderamente es el
profeta que había de venir al mundo”, profeta prometido ahí atrás en Génesis. “Este es el
profeta.” Entonces, creyeron por lo menos que Él era el profeta. Y versículo 15, “pero
entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse
al monte él solo.”
Entonces, había aquellos que pensaban que Él era el profeta, quizás el profeta mesiánico.
Pensaban que Él era el rey mesiánico y querían forzarlo para que Él estuviera en su reino.
rodearon a Jesús, lo siguieron, si usted se acerca al final de ese mismo capítulo 6 y ve el
versículo 63, el Espíritu es el que da vida, esto de nuevo es la obra de Dios, es dar vida
espiritual, nacimiento, el Espíritu es el que da vida, la carne para nada aprovecha, las
palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida, pero hay algunos de vosotros que
no creen. Creen, pero no creen de manera salvadora, porque Jesús sabía desde el
principio quienes eran los que no creían, y quien le había de entregar.
Habían creyentes que no creían, siguiéndolo, creyendo que quizás era el Mesías, que
quizás era el profeta, y Jesús dice esto en el versículo 65, es sorprendente, “Por eso os he
dicho que ninguno puede venir a mí, sino le fuere dado del Padre.” Wow. Su propio
sentido acerca de Jesús no es suficiente para salvarlo a usted. Nadie viene a mí con fe
salvadora, al menos que le haya sido concedido a él por el Padre. Ese es un eco del
capítulo 6, versículo 44. “Ninguno puede venir a mí si el Padre que me envió no le trajera.”
Versículo 66, “Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás y ya no andaban
con Él.” Los discípulos falsos se fueron.
“Entonces, Jesús les dijo a los doce, ¿queréis acaso iros también vosotros? Le respondió
Simón Pedro: Señor,” ahí está la palabra, palabra Señor, no solo profeta, no solo Mesías,
Señor. “¿A quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y
conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.” Ellos sabían que Él era Dios, el
Santo de Dios, y que Él tenía las palabras de vida eterna. Eran los que se quedaron, el
resto se fueron.
Entonces, lo que usted ve, de regreso al capítulo 2, versículo 23, ésta fe superficial, y
rodeaba por todos lados a Jesús, eventualmente se alejarían. Y esa es una ilustración de
eso que vemos en el capítulo 6. Los discípulos que ya no andaban más con Él. Entonces, al
final del capítulo 2, están estas personas que creen algo acerca de Jesús, quizás que Él
potencialmente es el Mesías, el profeta, pero no creen de manera salvadora en Él, como
Señor y el Santo de Dios. Uno de ellos se nos presenta en el capítulo 3, Nicodemo. “Había
un hombre de los fariseos,” él es uno del grupo que creyeron, pero no de manera
salvadora.
Él creyó algo acerca de Jesús, y nos va a decir que creyó. Vino a Jesús y dijo esto en el
versículo 2, “Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro.” Entonces creía que
Jesús era maestro, ¿por qué? “Porque nadie puede hacer estas señales que tú haces si no
está Dios con él.” Él no necesariamente creía que era el Mesías, ciertamente no afirmó
que Él es Dios el Hijo, simplemente dice: sabemos, debes haber venido de Dios como
maestro por las señales que haces.”
Entonces, este es el tipo, nos da una ilustración de lo que significaba creer en el capítulo 2,
creer que era de Dios, un profeta, un predicador, un maestro, debido a las señales que Él
estaba haciendo, Dios debió haber estado con Él. Ahora, retrocediendo al versículo 1, por
un momento. “Había un hombre de los fariseos.” Los fariseos, ese es un término muy
conocido que significa “separados”, eran los legalistas, eran el corazón del judaísmo
apóstata corrupto. Para mostrarle cuán corrupto eran, lo único que tiene que hacer es
regresar al capítulo 2, versículo 13, la Pascua de los judíos estaba cerca y subió Jesús a
Jerusalén, fue al templo, Él va al templo, y Él está ahí en el corazón de la religión judía, y
claro que los fariseos eran los líderes de la religión judía, aunque eran los saduceos los que
operaban el templo, los fariseos eran los teólogos populares del judaísmo.
Él entra al templo, encuentra a la gente ahí, vendiendo bueyes, ovejas y palomas y a los
cambistas ahí sentados, y haciendo un azote de cuerdas echó fuera del templo a todos, y
las ovejas y los bueyes, y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas. Y dijo a
los que vendían palomas, dijo: Quitad de aquí esto y no hagáis de la casa de mi Padre, casa
de mercado. Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me
consume.
Jesús entró y aplastó su operación, sus operaciones corruptas. Los fariseos eran parte de
eso, eran corruptos. De hecho, se nos dice que eran amantes del dinero, amaban el
dinero. En Mateo capítulo 23, aprendemos más de ellos, y comenté de esto la última vez,
solo quiero referirme a la apertura de ese capítulo, una descripción de los fariseos.
Nuestro Señor dice esto, les dicen, hagan y observan, pero no hagan conforme a sus
obras, porque dicen y no hacen. Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las
ponen sobre los hombros de los hombres, pero ni con un dedo quieren moverlas. Antes,
hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres, pues ensanchan sus filacterias y
extienden sus flecos de sus mantos para que se vieran santos. Y aman los primeros
asientos en las cenas y las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las plazas,
y que los hombres lo llamen rabí, rabí.
Después Él sigue, comenzando en el capítulo 23, versículo 13: Ay, ay, ay, pronuncia
maldiciones sobre los fariseos. Y estaban en la parte de arriba de la pirámide teológica, y
pronuncia maldiciones fuertes hasta el capítulo 23, a lo largo del capítulo 23. Nicodemo
era uno de ellos. Era bastante sorprendente, que él por los menos llegó al punto, en el que
él creía que Jesús había venido de Dios, ya que el resto de los fariseos convinieron que
vino del infierno e hizo lo que hizo por el poder de Satanás. Nicodemo es un principal
entre los judíos. ¿Qué significa eso? Era un miembro del Sanedrín, esa es la Corte Suprema
de Israel. Setenta miembros más el sumo sacerdote. Entonces, tenían un voto impar si lo
necesitaban, era la Corte Suprema de Israel. Eran ricos, tenían dinero, eran eruditos, élite
de familias prominentes, ex sumo sacerdotes, y constituían la Corte judía. Nicodemo era
uno de ellos.
Entonces él estaba en la punta de la pirámide teológica como fariseo, y él estaba en la
punta de la estructura de la autoridad judaica al ser un miembro de la Corte Suprema.
Simplemente no hay mucha esperanza que un hombre tan bien ubicado en la vida, tan
contento con el vino viejo va a mostrar interese alguno en Jesús y esa es la razón por la
que esta historia es tan única, tan excepcional. No nos sorprende entonces, cuando dice
en el versículo 2, que éste vino a Jesús de noche, ¿verdad? hay mucho en juego si viene de
día.
Y le dice: Rabí, esto es bueno. Por cierto, rabí, lo reconoció como maestro. “Sabemos que
has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer estas señales que tú haces.”
Él vino, él estaba interesado, tenía curiosidad. Rabí es muy respetuoso, las señales, él
reconoce que tienen que ser hechas por Dios, no hay otra explicación para ellas. Dios
tiene que estar con Él, Él estuvo de acuerdo con muchos otros que no había explicaciones
posibles para los milagros que Jesús hizo. Él no está solo porque dice: “Sabemos que has
venido de Dios,” porque es parte del grupo del capítulo dos que creyó en algún punto,
hasta cierto grado.
Entonces, en primer lugar, aquí hay un testimonio de primera persona plural, de testigo
ocular de la autenticidad de los milagros de Jesús, como prueba de Su misión divina. Y
Nicodemo reconoce eso, y él es amable, y él es respetuoso, él es un religioso profesional.
Es un teólogo que ama el dinero, es un juez en la Suprema Corte de Israel, él está en la
parte de arriba de todo. Y, por cierto, algo de la teología de los fariseos era correcta.
Creían en el decreto divino, creían en la responsabilidad moral, creían en la inmortalidad,
creían en la resurrección corporal, creían en los ángeles. De hecho, creían en el castigo y
las recompensas en el futuro, pero pensaban que alcanzaban el reino de Dios al observar
el ritual, al guardar la ley, y debido a que nunca vieron el cambio en sus corazones,
pretendían ser santos. Este es Nicodemo.
Y caminó por el camino menos pisado, unos seis mil de ellos. Y vivió la vida más
restringida, era una vida horriblemente restringida. Por ejemplo, no debías ver nada que
reflejara tu rostro en el día de reposo, y podías ver una cana en el día de reposo y
quitártela y habrías violado el día de reposo. Podías tragar vinagre en el día de reposo
para tu garganta irritada, pero no podías hacer gárgaras. Pero el corazón de este hombre
está lleno de temor. Externamente él se ve como que él está en control de todo, ésta es la
preocupación del pecador. Aquí es en dónde la gente religiosa está, en la parte de arriba
del montón. Ellos tienen todo esto por fuera, pero conocen la putrefacción de sus
corazones, y no tienen confianza de que están en el reino de Dios.
Vamos de la preocupación del pecador a la palabra del pecador a la palabra del Salvador,
en el versículo 3. “Respondió Jesús y le dijo.” ¿Cómo que le respondió? Ni siquiera hizo
una pregunta. ¿Qué quieres decir con que, respondió Jesús? “Respondió Jesús y le dijo: De
cierto, de cierto te digo, el que no naciere de nuevo, o naciere de arriba, no puede ver el
reino de Dios.” Aquí Él está respondiendo, Él está respondiendo a la pregunta que está en
la mente de Nicodemo.
Regrese al capítulo 2, versículos 24 y 25, Él conocía los pensamientos de la gente.
Omnisciencia. Y Él conocía el temor de Nicodemo, que con todo su ritual, y toda su
religión y todos sus actos externos juntos, él no estaba relacionado con Dios, no estaba en
el reino. Y él tenía razón. Dios es rey, Salmo 93:1, dice: Jehová reina, reina sobre el
universo, Él es el rey universal, Él reina sobre la esfera de la salvación, Él reina sobre el
reino milenial que está por venir en el futuro, Él va a reinar eternamente.
Lo que Nicodemo quería en su corazón era estar en el reino, lo cual quiere decir, ser
aceptado por Dios. Tenía la esperanza de la vida eterna. Él quería estar en la esfera de los
redimidos, aquellos que son salvos del juicio, aquellos cuyos pecados son cubiertos y
perdonados. Él quería estar en relación con Dios para siempre y camino al cielo. Esa era la
pregunta en su corazón. Esa es una pregunta muy parecida a la del joven rico, en Mateo
19, que dijo: “¿Qué haré para tener la vida eterna?”
Eso no es preguntado por Nicodemo, pero eso está en su mente. Él tenía un lugar elevado
en el judaísmo, Abraham era su padre, pero él sabía que Dios no era su padre, y no tenía
lugar en el reino. La respuesta de Jesús es sorprendente. Versículo 3, “De cierto, de cierto
te digo”. Eso aparece veinticinco veces en el evangelio de Juan, “De cierto, de cierto,” es
enfático, es fuerte, significa esto es nuevo, esto es nuevo, escucha, esto es nuevo. La
religión antigua judía decía que todos los judíos estarían en el cielo, a menos de que
fueran culpables de apostasía o blasfemia. Eso se registra en el Mishna.
Entonces, al ser judío usted ya estaba en el reino, eso era lo que enseñaban. Pero Jesús
dice: Tengo algo diferente que decir de eso. Esto es nuevo, de cierto, de cierto te digo,
que el que no naciere de arriba no puede ver el reino de Dios. Ver quiere decir, participar.
Eso quiere decir que la religión es totalmente ineficaz, el judaísmo es ineficaz, incluso en
su nivel más alto, y las palabras de Jesús despedazaron de una vez y por todas cualquier
supuesta esperanza en la religión. Toda la religión combinada, en su nivel más alto es un
cero delante de Dios. Toda es inútil. Para estar en el reino, necesita nacer de arriba.
Para cuando usted llega al versículo 8 en este texto, nuestro Señor habrá dicho eso, cinco
veces. Nacer de arriba, nacer de arriba, nacer de arriba, cinco veces. Y por cierto, Juan
recogió eso de tal manera que en su primera epístola, 1 Juan, él habla de nacer de arriba,
seis veces. Y lo que nuestro Señor le está diciendo a Nicodemo es no hay nada que añadir
a tu vida, para ponerlo por encima y entrar al reino, lo cual Nicodemo debió haber
asumido, mira, estoy lo más alto que puedo llegar, ¿cuál es el siguiente paso? Y nuestro
Señor dice: No hay siguiente paso, tu religión no vale nada. No significa nada. Más bien
podría ser ateo, más bien podría adorar una roca. Estás tan alejado de Dios. Todas tus
obras son obras muertas, no dan vida, no tienes vida espiritual, no tienes relación con
Dios, para tener esa relación necesitas nacer de arriba. Algo tiene que sucederte a ti, que
es una obra del cielo.
Ahora, el Nuevo Testamento recoge esta realidad del nuevo nacimiento, 2 Corintios 5:17,
“Si alguno está en Cristo, nueva,” ¿qué? “criatura es,’ nueva creación. Mmm. 1 Pedro,
capítulo 1, versículo 3, “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su
grande misericordia nos hizo nacer de arriba, para una esperanza viva, por la resurrección
de Jesucristo de los muertos. Más adelante en ese capítulo, versículo 23, “Siendo
renacidos,” nacidos de arriba, “no de simiente corruptible sino de incorruptible por la
Palabra de Dios que vive y permanece para siempre.” Nuevo nacimiento. Tito 3 dice lo
mismo.
Pero vea por un momento Santiago 1. Santiago capítulo 1, en el versículo 17 y 18, vamos a
apurarnos en esto, “Toda buena dádiva, y todo don perfecto,” eso incluiría obviamente un
lugar en el reino, la salvación, “desciende de lo alto.” “Toda buena dádiva y todo don
perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces.” Un título antiguo judío para Dios,
quien es el Creador de la luz, “en el cual no hay mudanza ni sombra de variación. Él de su
voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad.” ¿Escuchó eso? Eso es inequívoco, es
claro. Toda cosa buena dada, y la salvación, y la vida, nacer de arriba, es una de esas cosas
buenas, es un regalo perfecto, viene de arriba, desciende de Aquel que creó la luz. “Y en el
ejercicio de su voluntad, nos hizo nacer,” Él nos dio vida. Las epístolas del Nuevo
Testamento reconocen esto. Efesios 2, estaban muertos en pecado, pero en Cristo se les
dio vida.
Entonces, esto es algo a lo que usted no contribuye. Esto es sorprendente. Esto es
sorprendente. Y Nicodemo, entiende. Versículo 4, él sabe que Jesús está hablando en
ilustración terrenal para presentar un punto espiritual. “Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede
un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar en el vientre de su madre y nacer?” Él
deliberadamente en cierta manera está haciendo algo torpe. Él dice: Bueno, esto es
ridículo, estás diciendo que necesita nacer de nuevo. Nadie hace eso, nadie puede nacer
de nuevo.
Él entiende el lenguaje figurado que se usaba de manera tan común por los rabís y los
maestros, y él entiende la analogía. Y su punto es inequívoco, y claro, Jesús está diciendo:
Es imposible. Eso es lo que Jesús está diciendo. ¿Quieres estar en el reino? Es imposible.
Ninguna contribución que has hecho o harás te coloca en el reino. Tienes que nacer de
arriba, tiene que descender del cielo. Esto es lo que es tan nuevo. De cierto, de cierto, esto
realmente es nuevo. En tu sistema legalista nunca has oído algo así. ¿Cómo puede suceder
eso? Es imposible. Es imposible.
Él no le dice: Bueno, eres un buen hombre, un hombre muy religioso, simplemente en
cierta manera haz esto, repite esta pequeña oración. No, tú estás en cero. En cero.
Aunque estás ahí arriba en la estratosfera religiosa, pero con Dios estás en cero. Y
necesitas nacer de arriba, y esa es una obra de Dios.
Entonces, Nicodemo dice” ¿Cómo es que eso pueda suceder? Eso es imposible. Yo no
puedo hacer nada para contribuir a mi nacimiento. Versículo 5, “Respondió Jesús: De
cierto, de cierto te digo.” Lo vuelve a decir, porque esto es nuevo, “el que no naciere de
agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios.” El que no naciere de agua y del
Espíritu, ¿qué es eso? He oído todo tipo de respuesta a esa pregunta, que el agua es el
nacimiento humano, porque la fuente de una mujer se rompe y eso se refiere entonces al
nacimiento humano. Bueno, ese es un coloquialismo moderno que no existía en el
hebreo, entonces, no está hablando de que al menos que nazcas físicamente y
espiritualmente, esa sería una afirmación ridícula, porque ya había nacido físicamente.
Algunas personas dicen: No, el agua es el bautismo. Y el bautismo es esencial para la
salvación. Nicodemo no habría conocido nada de que se rompiera la fuente, esa no era
una expresión coloquial en su lenguaje, y no habría sabido nada del bautismo cristiano,
porque aún no había sido implementado. Cuándo Jesús le dice a Nicodemo, “el que no
naciere del agua y del Espíritu, no puedes entrar en el reino de Dios,” Nicodemo debería
haber sabido de que estaba hablando. Él debería haber sabido.
Usted vaya al versículo 10. Jesús le dice: “¿Eres tú el maestro de Israel y no sabes esto?”
¿Es posible que tú eres el maestro en Israel y no entiendes estas cosas? Supuestamente
eres el experto en el Antiguo Testamento, y ¿no sabes que la salvación no es cuestión de
algo que haces, sino que es cuestión de algo que Dios hace al darte vida? ¿Te acuerdas de
Ezequiel 11? en dónde Dios dice en el versículo 18, “cuando vayan a ir van a quitar todas
las cosas detestables y todas sus abominaciones y les daré un corazón y un espíritu nuevo
pondré dentro de ellos, y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré
un corazón de carne para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y los
cumplan, y me sean por pueblo y yo sea a ellos por Dios.”
En otras palabras, se volverán mi pueblo, voy a volverme su Dios cuando yo los lave de
cosas detestables y coloque un nuevo espíritu en ellos. En Ezequiel 36, este es
simplemente una porción increíblemente importante en la Escritura, versículo 25, esto
está hablando del Nuevo Pacto. Versículo 25, escuche Ezequiel 36, este es Dios
prometiendo salvación a Israel, y a todos los que creen, “Esparciré sobre vosotros agua
limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias, y de todos vuestros ídolos os
limpiaré. Os daré corazón nuevo, pondré espíritu nuevo dentro de vosotros, y quitaré de
vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne, y pondré dentro de
vosotros mi Espíritu y haré que andéis en mis estatutos y guardéis mis preceptos y los
pongáis por obras.”
¿Se da cuenta usted ahí en el versículo 25, haré, haré? Versículo 26, “Daré.” Versículo 27,
“Pondré.” Y finalmente, “Pongáis.” Ustedes pondrán. Yo los limpiaré, esa es el agua. Yo
pondré el Espíritu mío dentro de vosotros, ese es el agua y el Espíritu. Esto no es oscuro en
el Antiguo Testamento, incluso el profeta Jeremías, un par de lugares, pero le voy a
mostrar uno en el capítulo 31, dice esencialmente lo mismo. Capítulo 31, versículo 31, “He
aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré un nuevo pacto con la casa de Israel,
y con la casa de Judá, no como el nuevo pacto claro que fue ratificado por la muerte de
Cristo. “No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos
de la tierra de Egipto.” No el pacto mosaico, la ley que rompieron, porque ellos
invalidaron mi pacto, pero este es el pacto que haré con la casa de Israel,” futuro, “daré
mi ley en su mente y la escribiré en su corazón. Y yo os seré a ellos por Dios y ellos me
serán por pueblo.” Daré, seré, daré.
El judaísmo apóstata había pensado que la religión debía ser alcanzada por fuera, la parte
exterior de la identidad humana, pero Dios siempre había dicho, yo voy a limpiarlos de sus
pecados, yo voy a colocar mi espíritu dentro de ustedes, ustedes deben nacer de agua, el
agua de la limpieza, la limpieza de la Palabra, Pablo la llama, y el Espíritu debe ser
colocado en ustedes para renovar su espíritu. Deberías saber eso. ¿Eres un maestro en
Israel y no sabes, y no conoces las promesas del nuevo pacto?
La segunda línea de razonamiento, versículo 6, Nicodemo debería haber sabido esto, lo
que es nacido de la carne, carne es. Debes saber eso Nicodemo, debes saber eso. Debes
saber lo que Pablo dice en Romanos 8:8, dice, “aquellos que están en la carne, no pueden
agradar a Dios.” Debes saber eso. ¿Por qué Nicodemo debía saber eso? Bueno, si usted
regresa a Génesis, “Mi espíritu no contenderá siempre con el hombre, porque es carne, es
carne. Todo designio de los pensamientos del corazón de ellos es de continuo solamente
mal.” Regresa a Génesis, eres carne, y todo lo que hay en ti es malo si eres carne. Y Dios
dice en el versiculo 13 de Génesis 6, “El fin de toda carne está delante de mí, porque la
tierra está llena de violencia.” Él dice, en el versículo anterior, “Toda la carne se ha
corrompido en su camino sobre la tierra.”
Job 15:14, “¿Qué es el hombre para que sea puro o aquel que es nacido de mujer que sea
justo?” Salmo 51, “Yo fui formado en maldad, y en pecado me concibió mi madre.” Yo fui
pecaminoso desde el principio. Escuche Isaías 64, “Si bien todos nosotros somos como
suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia. Y caímos todos nosotros
como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento. Nadie hay que invoque tu
nombre, nadie hay que invoque tu nombre.” Wow.
Nicodemo debería haber sabido eso. Él debería haber sabido que la salvación era interna,
no externa debido a esos pasajes del nuevo pacto. Él debería haber sabido que la carne
del hombre solo puede producir carne. Él debería haber sabido que el corazón es
engañoso sobre todas las cosas, y desesperadamente impío, y ¿quién lo puede conocer?
Jeremías 17:9. Él debería haber conocido Jeremías 13:23, “¿Mudará el etíope su piel, o el
leopardo sus manchas?” Entonces, ni tampoco ustedes, los que son malos pueden hacer
bien.
Nicodemo tenía en el Antiguo Testamento la doctrina de la depravación total, que debía
haberle dicho que ningún hombre, de su carne, podía producir algo para honrar a Dios.
Nicodemo debería haber conocido esos pasajes acerca del nuevo pacto. El lavamiento, y el
conceder un nuevo espíritu, y el Espíritu Santo. Entonces, Nicodemo, vea el versículo 7,
“No te maravilles de que te dije, os es necesario nacer de nuevo.” No deberías
sorprenderte, todo estaba ahí, y tú supuestamente eres el maestro en Israel. Deberías
haber sabido esto.
Entonces, vemos la preocupación de Nicodemo, y vemos las palabras del Salvador. Y
después finalmente llegamos a la obra del Espíritu. Versículo 6, “Lo que es nacido del
Espíritu, espíritu es.” Versículo 8, “El viento sopla de dónde quiere y oye su sonido, más ni
sabes de dónde viene, ni a dónde va, así es todo aquel que es nacido del Espíritu.”
Entonces, ahora sabemos que este nacimiento no es algo en lo que nosotros participamos
con Dios para lograrlo, es algo que desciende del cielo, Dios lo hace y es una obra en
particular del Espíritu Santo. Y es una obra tan soberana, versículo 8 dice, que es como el
viento. Aquí hay otra ilustración terrenal. “El viento sopla de dónde quiere y oyes su
sonido, más no sabes de dónde viene ni adónde va.”
En otras palabras, no puedes controlar el viento, el viento es de arriba. Es invisible, es
irresistible, es incontrolable, es impredecible, y así es la obra del Espíritu. Y así como el
viento depende de Dios, y es irresistible, así también el nuevo nacimiento depende de la
voluntad de Dios, igualmente irresistible. Lo que Él está diciendo aquí es, no repita esta
oración y vas a nacer de nuevo. Él dice: Bueno, esta es la obra del Espíritu. Todo esto es de
Dios, y Dios lo hace cuando Dios quiere. Y tanto Ezequiel como Jeremías, fue daré, daré,
pondré, pondré. Todo, la obra de Dios.
Nicodemo dijo en el versículo 9, “¿Cómo puede hacerse esto?” Wow. Wow. Él había sido
instruido, probablemente esta es una representación resumida de horas de conversación,
había sido instruido, de nuevo, a partir del Antiguo Testamento, de carne, produciendo
carne, entonces habría escuchado de los labios del Señor mismo la doctrina de la
depravación humana que hacía claro para él que no había manera posible en la que la
carne pudiera agradar a Dios. Y después, se le había dicho que toda su religión resultaba
en cero, y él necesitaba nacer de arriba, y eso no era lo que él podía hacer. Esta es la
condición verdadera del pecador, totalmente depravado, incapaz, indispuesto, y
completamente dependiendo de la misericordia de Dios.
Entonces, Jesús le dice en el versículo 10, “¿Eres tú el maestro de Israel y no sabes esto?
¿No tienes una doctrina de depravación total? ¿No entiendes la carne? ¿No entiendes que
la salvación de Dios no es una actividad externa, religiosa, sino que es una transformación
que lava tu pecado y te da un nuevo corazón, implanta el Espíritu de Dios dentro de ti?
Esto no debería haber sido nuevo. Pero el hecho de que Jesús dice dos veces, de cierto, de
cierto, significa que se lo estaba trayendo a Nicodemo como algo que realmente nunca
había conocido.
¿Cuál es el problema de Nicodemo? Versículo 11, “De cierto, de cierto,” otra vez, hay algo
nuevo otra vez, “te digo que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto testificamos,
y no recibís nuestro testimonio. Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, como creeréis
si os dijera las celestiales.” Él dice: Tú no eres un creyente, Nicodemo. Ese es el problema.
Tú no eres un creyente. Tú ni siquiera entiendes estas cosas. He tratado de darte
ilustraciones terrenales, pero tú, tú no pasas de la ilustración terrenal a la realidad
celestial. El problema es que no crees en mi testimonio.
Versículo 11 indica que Nicodemo no es un creyente verdadero. “No recibís nuestro
testimonio.” Versículo 12, “No creéis.” Ese es tu problema, no crees. Versículo 13, “Nadie
subió al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre. Y como Moisés levantó la
serpiente en el desierto así es necesario que el Hijo del hombre sea levantado.” Y Él está
hablando de Su cruz, “para que todo aquel que en él cree no se pierda, más tenga vida
eterna.”
Entonces, hay una realidad que se aplica al pecador. ¿Y qué es lo que el pecador debe
hacer? ¿Qué? Creer. Creer. Esto es simplemente asombroso. Este es un hombre que ha
trabajado su vida entera para entrar al reino, de manera religiosa, moral. Y él no está
adentro, ni siquiera está cerca. Y con todo ese mérito, Jesús dice en el versículo 15, “Todo
aquel que en él cree,” en el Hijo del hombre, “tendrá vida eterna.” Estas son literalmente
las peores noticias posibles para el legalista definitivo. Has desperdiciado tu vida. Toda tu
justicia es, ¿qué? trapos de inmundicia. Pablo lo llamó, excremento. Él era el único otro
fariseo que da su testimonio en la Escritura. Esto es simplemente aplastante para la gente
que está tratando de ganarse la entrada al cielo. Y peor, no solo no están en el reino, sino
que Dios le ofrece el reino a aquellos que no han hecho nada para ganárselo.
Y estamos de regreso a dónde estábamos la semana pasada, ¿verdad? No vine a llamar a
justos, sino ¿a quiénes? a los pecadores al arrepentimiento. Todo aquel que cree, ¿por
qué? “Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo unigénito, para que
todo aquel que en Él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.” El versículo más conocido
en la Biblia. Ustedes sabían que íbamos a llegar ahí, ¿verdad? No veas a Moisés, no veas a
Abraham, no veas al templo, no veas la ley, ve a Jesús. Ve a Jesús. “Porque no envió Dios a
Su Hijo,” versículo 17, “al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea
salvo por él. El que en él cree no es condenado, pero el que no cree ya ha sido condenado,
porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.”
Vaya al final del capítulo, versículo 36, “El que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero el
que rehúsa creer en el Hijo, no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.” Versículo
12, cree, cree. Versículo 15, cree. Versículo 16, cree. Versículo 17, indica que la salvación
viene mediante Él, al que, versículo 18, que cree, que cree. Usted no puede ganarse su
salvación.
Entonces, que hay acerca del resto de la historia. No vemos ningún comentario ahora, de
Nicodemo. ¿Qué pasó? ¿Qué pasó? Bueno, vayamos al capítulo 7, le voy a dar el resto de
la historia brevemente. Entonces, versículo 40, hay conflicto entre la multitud por Jesús.
Algunos decían Él es el profeta, otros decían es el Cristo, otros de Galilea ha de venir el
Cristo, estaban discutiendo por la identidad de Jesús, que no vendría de Galilea. ¿No dice
la Escritura que del linaje de David, y de la aldea de Belén? Huno entonces disensión entre
la gente a causa de Él, y algunos de ellos querían prenderle. Esto es arrestarlo, y quitarle la
vida. Pero ninguno le echó mano. Los alguaciles vinieron a los principales sacerdotes y a
los fariseos y estos les dijeron: ¿Por qué no le habéis traído? ¿Por qué no simplemente lo
arrestaron? Los alguaciles respondieron: Jamás hombre alguno ha hablado como este
hombre.
Entonces, los fariseos le respondieron: “¿También vosotros habéis sido engañados?” La
policía ni siquiera podía arrestarlo porque estaban asombrados por lo que dijo Él.
Versículo 48: “¿Acaso ha creído en Él alguno de los gobernantes o de los fariseos?” ¿Qué
está diciendo eso? Bueno, si los fariseos que son los más religiosos de todos no creyeron
en Él, y nadie en este punto había creído en Él, incluyendo Nicodemo, ¿Por qué alguien va
a creer en Él? Ellos son los expertos, más esta gente que no sabe la ley, maldita es.
En otras palabras, ellos menospreciaban al hoi polloi. Después vemos esto, versículo 50,
“Nicodemo, el que vino a él de noche, el cual era uno de ellos, les dijo: ¿Juzga acaso
nuestra ley a un hombre si primero no le oye y sabe lo que ha hecho?” mmm. Alrededor
de un año antes de la muerte de nuestro Señor aquí, entonces han pasado dos años y
Nicodemo no ha nacido de arriba. Pero ahora, él está defendiendo a Jesús contra el deseo
de los fariseos por quitarle la vida. Él todavía no es un creyente, pero no es parte de los
fariseos tampoco. Versículo 52, “Respondieron y le dijeron: Eres tú también galileo.” Ésta
es una broma. “Escudriña y ve que de Galilea nunca se ha levantado profeta,” burla y
sarcasmo en contra del maestro, rico y poderoso, miembro de la Suprema Corte. Han
pasado dos años y ahora él está defendiendo a Jesús.
Entonces, ¿cómo termina la historia? Vaya al capítulo 19, versículo 38, tan maravilloso.
Mmm, ésta es la sepultura de Jesús después de Su crucifixión. “Después de todo esto, José
de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero secretamente por miedo de los judíos, rogó
a Pilato que le permitiese llevarse el cuerpo de Jesús; y Pilato se lo concedió. Entonces
vino, y se llevó el cuerpo de Jesús.” También, José de Arimatea es un verdadero creyente
de Jesús, un secreto que guardó porque él temía por su vida. Pilato le dio el cuerpo de
Jesús.
Vea el versículo 39, “También Nicodemo,” oh, “el que antes había visitado a Jesús de
noche, vino trayendo un compuesto de mirra y de áloes, como cien libras. Tomaron, pues,
el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en lienzos con especias aromáticas, según es
costumbre sepultar entre los judíos. Y en el lugar donde había sido crucificado, había un
huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aún no había sido puesto ninguno.
Allí, pues, por causa de la preparación de la pascua de los judíos, y porque aquel sepulcro
estaba cerca, pusieron a Jesús.”
Dos hombres lo sepultaron, José de Arimatea, y Nicodemo. José de Arimatea, rico,
también un miembro del Sanedrín, pero no un fariseo, él había nacido de arriba. Y
después Nicodemo se apareció con unos treinta kilos de especias. Ése era un volumen de
especias apto para la gente más noble, resina en polvo, con áloes, y especias, y con
madera de sándalo, para cubrir el olor de la carne en estado de descomposición. Él es
ahora una nueva criatura. Él es osado, él ya no tiene miedo, ni tampoco José de Arimatea.
No tienen miedo, acuden a Pilato, quieren el cuerpo, no tiene miedo de Pilato, no tienen
miedo de los judíos. En algún punto entre Juan 7, y 19, el cielo descendió sobre Nicodemo.
¿Qué hay acerca del resto de la historia? Bueno, la tradición dice que Nicodemo presentó
una defensa de Jesús, en su juicio ante Pilato. La tradición dice que Nicodemo fue
bautizado por Pedro y Juan. La tradición dice que su confesión del Señor Jesús como
Salvador, lo llevó a ser privado de su función como fariseo, fue excomulgado, y fue
despedido y expulsado de Jerusalén por judíos hostiles.
La tradición dice que su familia fue reducida a pobreza total, tan severa que hay una
historia hermosa de su hija. Y su hija, en una de la familia, era tan pobres que fue reducida
a la vergüenza de escarbar en los montones de estiércol para encontrar un grano que
comer. La hija de Nicodemo es abordada por un rabí que lo ve buscando semillas en un
montón de estiércol, y le pregunta quien es ella. Y ella respondió: Yo soy la hija de
Nicodemo. A lo cual el rabí supuestamente dijo: ¿Qué le pasó a tu padre? Y la niña dijo: Él
siguió a Cristo y fue expulsado. Y el rabí se rehusó a ayudar. Fabio, unos cuatro siglos
después se refiere a un documento antiguo que registra que Nicodemo fue martirizado
por su devoción a Cristo al ser golpeado hasta la muerte, por una multitud.
Ahora, esa es la tradición. Tengo buenas noticias para usted. Pregúntele cuando llegue al
cielo. El cielo desciende y Dios hace que los pecadores sean nuevos. Eso es un milagro
divino. No contribuimos en nada, lo único que podemos hacer es creer, ¿verdad? Clame a
Dios, Señor, dame fe, dame vida. No es una oración en formula que usted repite. Clame al
cielo. Que Dios le conceda a usted vida y arrepentimiento, y fe.
Padre, te agradecemos por el tiempo en el que hemos podido estar juntos el día de hoy.
Es el tiempo más sagrado de todos porque doblamos nuestras rodillas ante Tu soberanía,
y Tú nos hablas mediante Tu Palabra. Te agradecemos porque Tú salvas a pecadores, no
en base a algo que ellos hayan hecho, sino que cuando reconocen que están totalmente
muertos y llegan al punto de bancarrota absoluta, y pobreza, y claman como el publicano:
“Dios sé propicio a mí, pecador.”
Que todo pecador, toda alma, toda mente reconozca que viviremos para siempre en el
reino de la luz, el reino del cielo, el reino de Dios, o el reino de las tinieblas, el reino del
infierno pagando una deuda interminable. Y que el reino solo está disponible para
aquellos quienes Tú das vida de arriba. Lo único que el pecador puede hacer es golpear su
pecho y decir, Dios sé propicio a mí, pecador, concédeme vida, concédeme fe, concédeme
arrepentimiento. Tenemos la promesa que todo aquel que viene a ti Tú nunca le echarás
fuera. Esos impulsos para venir a Ti son impulsos que Tú inicias.
Entonces, en dónde esos deseos se elevan en el corazón es Tú Espíritu operando. Trae a
gente a Tú reino, dales vida de arriba. Que ellos crean en Cristo, el Santo, el Hijo de Dios,
Señor y Salvador, crucificado y resucitado de la tumba. Y al creer que tengan vida eterna.
Ayúdanos a tener oportunidades para proclamar las glorias del nuevo nacimiento, que Tú
nos has enseñado de Tu Palabra. Oro Señor porque Tú bendigas esta congregación
preciada de personas, dales puertas abiertas para hablar de lo que significa nacer de
arriba. Y que ellos sean instrumentos que Tú puedas usar, así como el Señor le dijo a
Nicodemo, que encuentren a personas con quienes puedan compartir el evangelio, y que
Tú muestres gracia al abrir corazones.
Esa es nuestra oración para Tu gloria y honor. Amén.
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Liberación: Del error a la verdad, 2ª parte


Escritura: Escrituras Seleccionadas

Código: 80–223
John MacArthur
Bueno, hemos llegado a la mesa del Señor. Y este es un momento en el que vemos la Cruz
de Jesucristo, cuando recordamos la ofrenda de Dios de Su Hijo a favor nuestro como
Salvador.
Como ustedes saben, en las últimas semanas, he estado hablando acerca del tema de la
liberación, la doctrina descuidada. Me parece muy apropiado en esta mañana continuar
hablando de ese tema. Hemos llegado en el día de hoy a la mesa del Señor para celebrar
nuestra liberación. Aquellos que pertenecen al Reino de Dios a través de la fe en
Jesucristo han experimentado la realidad de la liberación. Y en esta mañana, lo que
realmente quiero hacer debido a que no pude terminar la última vez, es dar un
comentario al margen. Realmente no un mensaje, sino un comentario al margen del
último mensaje; y lo aliento a que si no estuvo aquí, consiga los dos últimos mensajes del
domingo por la mañana acerca de este tema de la liberación. Están disponibles para
usted. Pero no pude decir todo; y quiero en cierta manera, presentarle algunas de las
partes que no pude desarrollar la última vez.
Permítame decirlo de una manera general: la salvación es un gran tema. El tema de la
obra de Dios en las vidas de pecadores es el gran tema de la historia redentora. Y es el
gran tema de las Escrituras. No debe ser entendido como a usted le guste entenderlo.
Debe ser entendido tal como Dios lo ha revelado. Hay tantos elementos tan ricos de la
gran verdad de la salvación, pero están divididos, podría decir, en dos categorías. Están
esas realidades no experimentales en la salvación y están aquellas que son
experimentales. Están aquellas realidades con respecto a la salvación que ocurren a nivel
divino. Y están aquellas que ocurren a nivel humano. Están aquellas que afectan la manera
en la que Dios nos ve. Y están aquellas que afectan la manera en la que nosotros vemos a
Dios.
Hay realidades en nuestra salvación que no son experimentales. No son empíricas. Esto es,
usted no las puede sentir, no las puede ver, no las manifiesta. Hay realidades en nuestra
salvación que podríamos decir que son perspectivas divinas o directrices divinas o
veredictos divinos o decisiones o actos. Como tales, no son manifiestos en nuestras vidas,
tales como la justificación, la cual es Dios declarándonos justos en virtud de la aplicación
de la justicia de Cristo en nosotros debido a que nuestros pecados han sido pagados por Él
en la Cruz. Tales como la redención, un acto mediante el cual Dios nos compra de regreso
del pecado y la muerte y el infierno. Eso incluye la idea del rescate.
También está la idea de la adopción. La Biblia nos dice que en la salvación somos
adoptados en la familia de Dios. Ese es un estatus legal nuevo oficial. Y después, está la
gran verdad de la reconciliación. Que Dios ha quitado la enemistad que existe entre el
pecador y Dios, de tal manera que es apto para entrar en la presencia de Dios y disfrutar
de la vida eterna. Cosas tales como la justificación, la redención, el rescate, la adopción, la
reconciliación, son maneras en las que Dios cambia Su relación con nosotros mediante la
aplicación de la obra de Cristo a favor de nosotros, a través de la gracia. No son
experimentales, no son empíricas y no son manifiestas como tales.
Pero acompañando a esas realidades, hay algunas realidades manifiestas experimentales
en la salvación. No cambian nuestro estatus, no cambian sólo lo que Dios piensa acerca de
nosotros o cómo Dios nos ve; sino que nos cambian no sólo legalmente, sino en realidad.
Hacen una diferencia en nuestras vidas. Son manifiestas. Cambian nuestra naturaleza.
Cambian la manera en la que pensamos. Cambian nuestra voluntad. Cambian nuestro
deseo. Cambian nuestra manera de hablar. Cambian nuestra conducta.
Ahora, estas realidades espirituales en la segunda categoría son lo que constituye el
entendimiento de la gran verdad de la liberación. Los verdaderos cristianos no sólo tienen
un cambio en estatus, tienen un cambio en naturaleza. No sólo son nuevos en términos de
su posición delante de Dios, sino que son nuevos en términos de su creación. Ésa es la
razón por la que usamos términos como la regeneración, nuevo nacimiento, vida nueva,
conversión. No sólo disfrutamos de un cambio en estatus, sino también de un cambio en
naturaleza. Y para entender la doctrina de la liberación en su totalidad, necesitamos
entender el cambio dramático que se manifiesta en la vida de un alma liberada.
Como le he estado diciendo en las últimas dos semanas, este es un asunto de importancia
crítica en la vida de la Iglesia. No hay nada más importante en la vida de la Iglesia que
poder distinguir entre quién es un verdadero cristiano y quién es uno falso. Saber quién es
real y quién no lo es crítico por varias razones. Uno, porque sabemos que al enemigo le
gustaría sembrar en la Iglesia tanto creyente falto como sea posible para extraer la vida de
la Iglesia, para ser esa levadura que leuda toda la masa. Esto es ser como la manzana
podrida; y de esa manera pudrir el barril entero. Y entonces, al diablo le gustaría que la
Iglesia estuviera confundida acerca de quién es un verdadero cristiano para que los falsos
cristianos puedan vivir en un continuo estado de engaño y falsa seguridad. Cuando la
Iglesia no hace esta distinción, da lugar a la cizaña que el enemigo quiere sembrar, le
permite a la gente continuar viviendo engañados, pensando que pertenecen a Dios,
cuando en realidad no pertenecen a Él. Y literalmente destruye el gran impacto y el poder
de la Iglesia en el mundo cuando opera en su pureza verdadera de identidad.
Entonces, en esta breve serie, hemos estado viendo el asunto de quién es un cristiano al
examinar este asunto de la liberación. Y en particular, ese elemento de la liberación que
tiene que ver con el cambio en nuestra persona, el verdadero cambio que se lleva a cabo
en un creyente. Debemos ser capaces de ver a alguien y ver las características manifiestas
de la liberación.
Ahora, la última vez, y esto es donde quiero incluir un comentario, la última vez le dije, y
vale la pena repetirlo hasta que entre en profundidad de nuestros corazones: el primer
elemento de la liberación que será manifiesto en la vida de un cristiano es que han sido
liberados del error a la verdad. Han sido liberados del error a la verdad. Y le señalé en las
últimas dos semanas que existe esta nueva idea, nueva noción, nuevo movimiento en el
cristianismo que dice que usted puede ser un cristiano y no adoptar o no recibir la verdad.
Usted va a terminar en el cielo si es un budista fiel o un musulmán fiel. Usted terminará en
el cielo si usted es judío o si es ateo. Usted puede terminar en el cielo si es un mormón
fiel. Cualquier persona que esté en la Iglesia ortodoxa o en la Iglesia católica romana, o si
usted simplemente nombra el nombre de Jesús, o simplemente dice que es cristiano, eso
es suficiente. Esto es una especie de enfoque minimalista.
Pero cuando usted mira el Nuevo Testamento lo que usted ve es bastante diferente de
eso. Usted ve la obra manifiesta de Dios al liberar a creyentes verdaderos del error a la
verdad de tal manera que un creyente verdadero puede ser conocido por su afirmación de
la verdad. Regresemos a Colosenses, capítulo 1. Este es el texto que vimos y este es el
texto que necesita ser repetido en este comentario. Colosenses 1, lo llevo de regreso a los
versículos 12 y 13. “Dando gracias al Padre,” esto, por supuesto, es obvio, nosotros
agradecemos a Dios por Su salvación, “quien nos hizo aptos para participar de la herencia
de los santos.” Ahora eso sería forense. Eso sería algo no experimental, ese sería un
cambio en nuestro estatus, un cambian nuestra posición.
Pero, se nos ha dado el privilegio de compartir en la herencia de los santos en luz. Ahora,
eso se vuelve experimental porque Él nos liberó de la potestad de las tinieblas y nos
trasladó al Reino de Su Amado Hijo. Hemos sido liberados de las tinieblas a la luz y la luz es
sinónimo de Jesucristo, quien dijo que Él es la luz del mundo. Hemos sido liberados del
dominio del error, las tinieblas, siendo sinónimo del error, al dominio de la verdad, lo cual
es sinónimo con el Reino de Su Amado Hijo, quien en sí mismo es la Verdad.
Entonces, en primer lugar, una persona liberada ha sido liberada por el poder de Dios a
través de la obra del Espíritu Santo del error a la verdad. La verdad es nuestro dominio.
Entendemos la verdad. Creemos la verdad. Recibimos la verdad. Aceptamos la verdad.
Obedecemos la verdad. Amamos la verdad. Proclamamos la verdad. E inclusive tomamos
nuestra cruz y morimos por la verdad.
La verdad es sinónimo de Cristo quien es el camino, la verdad y la vida, quien es la luz.
Entonces, no es verdad decir que alguien va a ser incluido en el cielo, en el Reino de Dios,
que alguien tiene una relación verdadera con el Dios vivo, pero no cree en la verdad. Sólo
hay una manera de entrar en una relación con Dios y eso es al ser librado del error a la
verdad.
Regrese conmigo a Juan capítulo 8 y le voy a recordar un capítulo muy importante y
sobresaliente. Juan, capítulo 8. Por cierto, este asunto de quién es un cristiano y quién no
lo es, fue una verdad muy significativa e importante en la mente de Juan. Y por la
inspiración del Espíritu Santo, él presta mucha atención a este asunto en su evangelio así
como también en su epístola. Pero en Juan, capítulo 8, versículo 32 dice: “Y conoceréis la
verdad y la verdad os hará libres.” De regreso al versículo 31: “Si vosotros permaneciereis
en mi palabra,” la cual es sinónimo de la verdad, “seréis verdaderamente Mis discípulos.”
Un verdadero mathētēs alēthōs, un verdadero discípulo de Cristo permanece en la palabra
porque es la verdad lo que lo ha liberado del error. Es la verdad lo que se encuentra en el
corazón mismo de la liberación.
Ahora, pase al versículo 41. Los judíos están haciendo una profesión aquí. Dice “nosotros
tenemos un padre, que es Dios.” Eso lo que muchos están diciendo en la actualidad. Oh,
todos tenemos un Padre, todos adoramos al mismo Dios, no importa en dónde usted está
en este espectro religioso, esta especie de panteón de punto de vista monoteísta. No
importa dónde está, todos tenemos un padre, éste es Dios.
Eso es lo que los judíos estaban diciendo. Y supongo que es algo razonable que profesar.
Después de todo, ellos creían en Dios creador del Antiguo Testamento, ellos creían en
Elohim, Yahweh. Ellos creían en el Dios que era el creador y el Dios quien era el dios del
pacto que concedió el gran pacto a Abraham y los otros pactos, el Dios de Israel, el Dios de
Abraham, Isaac y Jacob. Ellos dijeron tenemos un mismo Dios. Tenemos exactamente al
mismo Dios. Y la mentalidad moderna del día de hoy es: Oh, claro que ustedes tienen al
mismo Dios. ¿No es maravilloso que tengamos todos el mismo Dios? ¿No es eso
maravilloso? Y Jesús les dijo: “Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais.” Así
de simple. Si alguien no ama a Jesucristo, Dios no es su padre. Eso no podía ser más claro.
Y cuando usted dice amar a Jesucristo, ¿qué quiere decir con eso? Quiere decir que usted
ama a Jesucristo de la misma manera que ama a Dios porque el versículo 42 dice: “Yo de
Dios he salido y he venido.” Amar a Cristo como usted ama a Dios. No me diga que usted
adora al mismo Dios a menos de que ame a Jesucristo como a Dios mismo. A menos de
que usted crea lo correcto acerca de Cristo y se aferre el concepto correcto acerca de
Cristo y lo ame, usted no conoce a Dios. Dios no es su padre. Usted no tiene una relación
con Dios. ‘Ningún hombre viene al Padre sino por Mí.’ De hecho, es muy serio. Versículo
44: “De hecho, ustedes son de su padre,” ¿quién? “el diablo.” Quien no cree en el
verdadero Cristo, el verdadero Cristo y Su obra verdadera; y una salvación verdadera
mediante los medios verdaderos los cuales las Escrituras han identificado, no tiene a Dios
como su Padre. Error en la persona de Cristo, error en la obra de Cristo, error acerca de la
salvación que es provista en Cristo; y usted no tiene a Dios como su Padre. De hecho, su
Padre es el diablo.
Ahora, Jesús no podría haberlo dicho de una manera más clara, ¿no es verdad? Y estaba
hablando de aquellas personas que se jactaban de conocer al Dios verdadero. Y la
evidencia está en el versículo 44 y es que “ustedes quieren hacer las obras de su padre; y
él era un mentiroso, un homicida desde el principio,” y escuche esto, “y no permanece en
la verdad porque no hay verdad en él.” Enséñeme a alguien que está en el error y le voy a
enseñar a un hijo del diablo. Eso es lo que Jesús está diciendo. La verdad es la línea
divisoria. Nadie es un hijo de Dios si no cree la verdad acerca de Jesucristo.
Y después, Jesús dice en el versículo 45: “Y a Mí, porque digo la verdad, no me creéis.”
Ahora escuche esto. Nadie que no crea la verdad acerca de Jesucristo y ame a Jesucristo
es un hijo de Dios. Y alguien que no cree la verdad acerca de Cristo inevitablemente,
obsérvelo, inevitablemente no cree cuando alguien proclama esa verdad. En otras
palabras, no cree en la verdad y no creen a personas que tratan de explicárselas. Jesús
dice: el hecho de que les estoy hablando la verdad les manifiesta a quién pertenecen
ustedes en realidad, porque no pueden relacionarse con ella. La verdad es nuestro
dominio. La verdad es nuestra esfera de existencia. La verdad es sinónimo de Jesucristo.
Versículo 46, Él dice: “Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis?” Y él
responde la pregunta en el versículo 47: “El que es de Dios, las palabras de Dios oye. Por
esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.” Son muy religiosos. Tienen el Antiguo
Testamento. Son muy devotos. Se preocupan mucho por su legalismo. Están muy
preocupados porque son la elite en el mundo, porque adoran al Dios de Abraham, Isaac y
Jacob, Dios el creador. Pero les digo en este momento, su padre es el diablo y ustedes no
conocen a Dios y ustedes no son los hijos de Dios, ustedes son los hijos del diablo. Y la
razón por la que sé que son los hijos del diablo es porque no me aman y no creen lo que
Yo digo. Esa es la línea que se debe trazar de manera inicial y definida entre un creyente y
un no creyente. No es cuestión de sinceridad, es cuestión de verdad.
Ahora, vayamos un poco más adelante. Vayamos a la primera epístola de Juan, 1 Juan,
capítulo 4. Versículo 5 de 1 Juan 4. Juan está hablando de los incrédulos. Y dice que ellos
son del mundo, por eso hablan del mundo y el mundo los oye. El mundo tiene su propia
frecuencia. Y todas las antenas están sintonizadas a esa frecuencia. Y el mundo se
entiende a sí mismo y se escucha a sí mismo. Nosotros, versículo 6, somos de Dios. El que
conoce a Dios, nos oye. ¡Esto es tan bueno! Ahora escuche, permítame explicarle esta
pequeña secuencia. En Juan 8, Jesús dijo que si usted pertenece a Dios como ‘usted me
ama’. Ustedes creen en Mí como el Dios mismo. Ustedes afirman la verdad acerca de Mí y
me aman. Y me escuchan y me obedecen. Aquí Él dice: “Si ustedes son de Dios, ustedes no
sólo escuchan a Jesús, sino que escuchan a Juan.” Esto quiere decir que ustedes afirman la
verdad de la doctrina apostólica. Ustedes afirman la verdad de la enseñanza de los
apóstoles. El que no es de Dios, no nos oye a nosotros. Juan lo está llevando un paso más
allá de Cristo, y él está diciendo: si ustedes son de Dios, van a escuchar lo que decimos.
Los apóstoles, y mediante los apóstoles y aquellos que están asociados con ellos, fue
escrito el Nuevo Testamento. Y un verdadero creyente cree en los escritos de los
apóstoles, cree en el Nuevo Testamento, cree que el mensaje de salvación, la verdad de
Dios es revelada de manera singular en las páginas del Nuevo Testamento. Y el que no es
del Dios, no lo cree.
Después en el versículo 6 él dice: “En esto conocemos el Espíritu de verdad y el Espíritu de
error.” Está el Espíritu de verdad, ¿quién es ese? Sólo hay un Espíritu de verdad, ¿quién
es? El Espíritu Santo, realmente. El Espíritu Santo es el Espíritu de verdad. Él es llamado así
en el Evangelio de Juan. “El Espíritu de verdad, cuando venga, los guiará a toda la verdad.”
Ahora hay muchos espíritus de error. Todas las huestes demoníacas y Satanás mismo, son
todos espíritus de error. Y el Espíritu de verdad está en conflicto con el espíritu de error. Y,
¿qué dice Juan? Él dice: “Nosotros sabemos cuando alguien está bajo el poder del Espíritu
Santo y cuando alguien está bajo el poder de un espíritu mentiroso. La manera en la que
lo sabemos es por cómo ven la enseñanza de los apóstoles.” ¿Que sucedió en el día de
Pentecostés en Hechos 2? La gente fue instantáneamente salvada ese día. Estas personas
judías en el día de Pentecostés, miles de ellos, como recordamos, fueron salvos en un día
e inmediatamente dice que perseveraban en la doctrina de ¿quién? De los apóstoles.
¿Cómo fue eso? ¿Cómo fue que pudieran hacer una transición de convicción, una
transición de confianza así, una transición de confianza absoluta, total? ¿Cómo pudieron
llegar a entender la autoridad total del Nuevo Testamento de una manera tan rápida?
Respuesta: la obra del Espíritu Santo de verdad, quien convenció sus corazones de pecado
y los convenció de la verdad.
Entonces, usted va a creer que Cristo es exactamente quien es revelado en las Escrituras y
usted va a creer en Él al punto en el que usted lo ama, lo cual significa que usted le da lo
que sólo le pertenece a Dios, a quien debemos amar con nuestro corazón, mente y
fuerzas. No sólo eso, usted va a creer y va a aferrarse a los escritos de los apóstoles
porque el Espíritu va a hacer eso en su corazón. Tenemos una unción - 1 Juan 2:27 - de
Dios, no necesitamos maestros humanos. La unción de Dios, el Espíritu Santo, nos enseña
todas las cosas. El Espíritu de verdad va a enseñarle todas las cosas.
Ese realmente no es el final. Vaya al versículo 7. Y damos otro paso. “Amados, amémonos
unos a otros porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama es nacido de Dios y conoce a
Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios.” Vaya al capítulo 5, versículo 1: “Todo aquel
que cree que Jesús es el Cristo es nacido de Dios. Y todo aquel que ama al que engendró
ama también al que ha sido engendrado por Él.” Ahora, siga el pensamiento… Juan está
diciendo que si usted es nacido de Dios, en primer lugar, usted va escuchar a los
apóstoles. Usted va a creer lo que los apóstoles han dicho porque el Espíritu de verdad lo
convencerá a usted de eso y usted va a aceptar la enseñanza apostólica y la verdad
apostólica. Y un paso más hacia adelante: usted va a amar a aquellos que son nacidos de
Dios. Eso, claro, incluye a Jesucristo. Pero eso va más allá de eso; usted va a amar a los
hermanos. Usted va a amar porque ha sido enseñado a amar por Dios y porque usted
conoce a Dios, usted va a amar a aquellos que también conocen a Dios.
Es ese amor manifiesto de los hermanos. Él ha hablado de eso varias veces. Regresando al
versículo 14 del capítulo 3: “Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida y a
porque amamos a los hermanos y el que no arma a su hermano permanece muerte.”
Ahora, véalo, en primer lugar, si usted ha sido liberado del error haga la verdad, usted
ahora cree que Jesucristo es esa verdad. Y usted cree en el verdadero Cristo, Su verdadera
obra y la verdadera salvación que Él provee. Usted también cree en la verdad escrita en
las Escrituras por los apóstoles; y usted no sólo se aferra Cristo y se aferra a la doctrina
apostólica, escuche, usted se aferra al pueblo de Dios. Usted se aferra a aquellos que
aman a Dios. Ahí es donde está su hogar. Ahí es donde está su corazón. Ahí es donde
usted pertenece y el Espíritu de Dios, de manera maravillosa, lo ha colocado en el cuerpo
de Cristo de manera que usted tiene un amor hacia la Iglesia y tiene una devoción hacia la
Iglesia, el verdadero pueblo de Dios.
La gente siempre me pregunta, usted sabe: “¿Puede ser un verdadero cristiano y estar en
una religión falsa?” Bueno, supongo que es posible ser un verdadero cristiano y asistir a
ceremonias y a servicios ahí, pero si usted está en un sistema falso, usted no puede ser un
verdadero cristiano si usted cree lo que ellos creen. Y ciertamente, no puede ser un
verdadero cristiano si ésa es la comunión que usted disfruta, si ésa es la comunión que
usted busca. Si usted está cómodo en esa comunión. La gente que ama a Cristo ama la
Verdad en Cristo. La gente que ama la sana doctrina también ama a la gente que ama a
Cristo y ama la doctrina sana. Esa es su gente. Ésa es la obra del Espíritu, el edificar al
cuerpo juntos.
Ahora, vea 2 Juan. De nuevo, no puedo decir todo lo que quiero decir, pero creo que usted
está comenzando a entender la idea. Aquí en 2 Juan versículo 9, esto es muy importante
como perspectiva, hice algunos comentarios, pero necesito hacer algunos más. Cualquiera
que se extravía, de hecho, que va más allá de esto, esa es la idea, se sale de la reja, hay
cierta reja o un muro alrededor de la verdad. Hay cierto cuerpo de verdad. Hay cierto
mandato de Dios. El verdadero mandamiento. Esta es la revelación de Dios, la verdad
acerca de Jesucristo. Cualquiera que se extravía más allá de eso y no persevera en la
doctrina de Cristo - eso no significa la enseñanza que Cristo enseñó sino en la enseñanza
acerca de Cristo - ¿muy bien? Cualquier persona que se sale de la verdad acerca de Cristo
que es enseñada en las Escrituras, cualquier persona que se sale de eso, no tiene a Dios.
Hombre, ¿es esto directo? Ellos no tienen a Dios. ¿Por qué? Porque si hay algo que el
Espíritu Santo hace, es que el Espíritu Santo nos guía a toda la verdad. Y usted tendrá la
verdad acerca de Cristo. Ésa es la obra del Espíritu Santo de Dios.
Entonces, si usted no permanece en la verdadera enseñanza acerca de Cristo, usted tiene
una perspectiva desviada acerca de Cristo, no tiene a Dios. Si usted no cree que Jesús es
Dios, si usted no cree que Jesús es el segundo Miembro de la Trinidad, nacido de manera
virginal, quien vivió una vida perfecta sin pecado, sin usted no cree los hechos acerca de la
muerte y la resurrección de Jesús, Su exaltación, si usted cree, como algunas de estas
raras personas de palabra de fe, que Jesús se volvió un pecador en la Cruz y se volvió
impío y Dios tuvo que enviarlo al infierno durante tres días para pagar por los pecados de
Él, entonces usted no cree la verdad acerca de Cristo.
Entonces, la pregunta es ¿está siendo enseñado por el Espíritu de verdad o está siendo
enseñado por el Espíritu de error? Juan hace que esto sea muy comprensible para
nosotros. Ahora, él dice que cualquiera que se extravía, versículo 9, y no persevera en la
doctrina de Cristo, la enseñanza verdadera bíblica de Jesucristo la cual fue, claro,
establecida en el Nuevo Testamento por los apóstoles y aquellos que tuvieron asociados
con ellos, quienes inscribieron bajo la inspiración del Espíritu. Si alguno no cree eso,
entonces no tiene a Dios. Por otro lado, el que persevera, - me encanta esa palabra - esto
no es alguien marginal, este es alguien que está aferrado, establecido en la verdadera
enseñanza. Ese sí tiene al Padre y al Hijo. Usted tiene la plenitud de Dios en Cristo cuando
usted se establece en la verdad.
Y después, viene una advertencia en el versículo 10. Si alguno viene a vosotros y no trae
esta doctrina, esto es algo que no es bíblico, algo que no es verdadero acerca de Cristo,
que está más allá de la esfera de la ortodoxia, afuera de la esfera de la verdad, si alguien
viene y trae esta enseñanza, no le recibáis en casa. Lo que significa es que no tenga
ninguna asociación con ese individuo y no se coloque en una posición para acomodarse a
esa persona conforme va caminando en su vida. Usted sabe, los maestros que iban
viajando y los oradores que iban viajando, buscaban quedarse con personas. Y al aceptar a
esas personas, habrían estado afirmando su ministerio. Este es un tema de separación. No
le dé la bienvenida en su casa, no lo salude. No significa que usted no le dice ‘hola’ sino
que no le desea que le vaya bien. Lo que usted puede decir es ‘lo siento, no se puede
quedar aquí y que Dios maldiga sus esfuerzos’. Digo, eso es esencialmente lo que está
diciendo. Se me acaba de ocurrir eso, pero eso es esencialmente lo que está diciendo.
Usted no los invita a pasar y les da una plataforma y dice ‘¿no son maravillosos? No tengo
problemas con ellos. Sólo quiero abrazarlos y amarlos y estoy seguro de que todos
terminaremos juntos en el cielo.’ Si usted los recibe y les desea que le vaya bien, dice el
versículo 11, usted ha participado en sus malas obras. Usted ha ayudado y contribuido al
Espíritu de error. Usted ha ayudado y contribuido al engaño.
Entonces, cuando una persona es liberada, son liberadas del error a la verdad. Eso
significa que el Espíritu de Dios ha entrado y el hombre natural, que no percibe las cosas
de Dios, a quien le son locura porque son discernidas, entendidas espiritualmente y está
muerto espiritualmente. El hombre natural que está muerto en delitos y pecados y no
tiene esperanza, sin Dios en el mundo, el hombre natural es literalmente transformado
por el Espíritu Santo para despertar a la verdad. Y de pronto, la persona cree en las
Escrituras; y el Espíritu de Dios despierta el corazón de tal manera que creen en las
Escrituras como verdaderas y creen que las Escrituras dan el camino de la salvación. Ellos
creen que las Escrituras pueden hacerlos sabios para la salvación.
Esto es esencial para la Verdad salvadora. Tiene que creer en las Escrituras. Tiene que
creer en el Evangelio registrado en las Escrituras. Y entonces, cuando el Espíritu de verdad
está operando para liberar a una persona de las tinieblas a la luz, la persona se ve a sí
misma como un pecador que no se puede ayudar a sí mismo. Usted cree que usted no
tiene ayuda, que no tiene esperanza, está perdido, está condenado. Y hay cierta aflicción
por ello; usted está bajo una maldición y juicio divinos. Y después, la persona cree que
Jesucristo es Dios que vino en la carne, un miembro de la Trinidad, la Trinidad eterna. La
Deidad que vino al mundo nacido de una virgen, convirtiéndose en el Dios hombre eterno,
creyendo que Cristo ha venido en la carne. Él cree que Jesús vivió una vida sin pecado,
perfecta, santa, nunca cometió un pecado, nunca fue culpable de ningún pecado, jamás,
que Jesús sólo hablo las palabras verdaderas de Dios. Que Jesús tuvo todos los atributos
de Dios. Que Jesús hizo milagros y demostró Su poder creador sobre el mundo material.
Que hizo milagros demostrando Su poder sobre los demonios y demostró Su autoridad
tremenda y la omnipotencia sobre el mundo espiritual de los demonios, así como también
sobre los ángeles santos, a los cuales Él pudo haber llamado por legiones, si Él hubiera
querido.
Ahora, si usted cree, cree lo que el Espíritu lo motiva a creer: que Jesús murió en la cruz
como un sustituto inocente, como un cordero sin mancha, uno que nunca cometió maldad
alguna, sino que sólo agrado a Dios. Él murió ahí como un sustituto en su lugar y que
resucitó de los muertos al tercer día, ascendió al cielo en donde Dios lo sentó a Su diestra,
que Él envió al Espíritu Santo para establecer la iglesia y morar en ella, que Él ahora está
intercediendo por nosotros y algún día retornará para establecer Su Reino eterno y Su
gloria.
También cree que la salvación es por gracia únicamente, a través de la fe únicamente, que
la justificación es por la fe, que no tenemos justicia propia nuestra sino que la justicia
perfecta de Dios nos es imputada por la fe en Cristo de tal manera que el Señor Jesús
nuestra justicia. Eso es lo que creemos. Aquellos que llegan a entender eso, creen eso, se
aferran a eso, se comprometen de manera singular con eso y aman al Señor Jesucristo de
manera dispuesta, de manera voluntaria y pronta llamándolo Señor, se someten y lo
obedecen. Ésos son los liberados. Ésos son los liberados; y somos los que le obedecen.
Juan habla más de eso - y diremos más de eso en otro estudio. Pero en el capítulo 4,
versículo 15, él escribe: “Todo aquel que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios
permanece en Él.” Usted tiene que confesar la plenitud de quién es Jesús, lo que Él hizo y
cómo es que esa salvación en Él es aplicada nosotros. De regreso al capítulo 3, versículo
23: “Este es Su mandamiento, que creamos en el nombre de Su Hijo Jesucristo y nos
amemos unos a otros.”
Entonces, ¿qué es un verdadero cristiano? Él cree en la verdad acerca de Cristo, la cual
Cristo mismo habló y la cual los apóstoles como también escribieron de eso y él también
ama a aquellos que aman a Cristo. Ésta es la obra del Espíritu Santo, exaltar la palabra de
Dios, y al hacer eso, al Hijo de los Dios. Ser librado de las tinieblas a la luz es sinónimo con
ser librado del dominio de Satanás al Reino de Su Hijo amado. Luz, verdad, sinónimos de
Cristo. Si usted está la luz, en la verdad, si el Espíritu de verdad ha llevado su obra
poderosa en usted, usted cree la Verdad, usted ama la Verdad y usted ama a la gente de la
Verdad.
Voy a cerrar con algunos comentarios de la obra maestra escrita por Jonathan Edwards
llamada “Obras distintivas de una obra del Espíritu de Dios.” La mente monumental de
Edwards entendió lo que significaba ser un verdadero creyente y él entendió el asunto de
la verdad. Y él escribió, y cito: “El Espíritu del error para engañar a los hombres va a
producir en ellos una opinión elevada de la regla infalible”, esto es las Escrituras, “y lo va a
inclinar a pensar de manera elevada de lo mismo y estar muy familiarizado con la misma.
El punto aquí es que cuando la gente está cuestionando la Biblia, manipulando la Biblia,
añadiendo a la Biblia, sustrayendo de a la Biblia, ese no es el Espíritu de verdad, ése es el
Espíritu del error. Además Edwards escribe, y cito: “¿Acaso el príncipe de las tinieblas va a
promover su Reino de las tinieblas guiando a los hombres al Hijo? El diablo siempre ha
mostrado un odio mortal hacia ese libro santo, la Biblia. Él ha hecho todo lo que está en su
poder para extinguir esa luz y alejar a los hombres de la misma. Él sabe que es esa luz
mediante la cual su reino de las tinieblas será vencido. Durante muchas épocas, ha
experimentado su poder al derrotar los propósitos de Él y echar a perder Su diseño. Es su
plaga constante,” escribe Edwards, “es el arma primordial que Miguel usa en su guerra
contra él. Es la espada del Espíritu que lo traspasa y lo conquista. Es esa espada afilada
que procede de la boca de él, quién se sentó en el caballo con la cual él hiere a sus
enemigos. Todo texto es un dardo para atormentar a la serpiente antigua. Él ha sentido el
aguijón mil veces, por lo tanto él está involucrado en contra de la Biblia y odia toda
palabra de la misma. Podemos asegurarnos que él nunca intentará elevar la estima de una
persona por la Biblia o sus afectos por la misma.” Fin de la cita.
Si usted ve a personas que están comprometidas únicamente con la Palabra de Dios,
totalmente y únicamente con la palabra de Dios, ésa es la obra del Espíritu de Dios. Y
cuando ellos quitan de la Palabra, le añaden a la Palabra, se elevan por encima de esa
Palabra, dicen: “Bueno, ahí está esta revelación, esa revelación, ese concilio, ese edicto,
ese documento papal, está esta visión, esta revelación, esta inclusión que se eleva por
encima de la Palabra.” Cuando ellos dicen que hay luz en algún otro lugar, están
demostrando el Espíritu de las tinieblas. Y después, Edwards escribió, y cito: “El verdadero
Espíritu confirma a la gente en cosas que están de acuerdo con la sana doctrina. El Espíritu
opera entonces, como el Espíritu de verdad. Él representa las cosas como son
verdaderamente. Él trae a los hombres a la luz porque lo que hace que la Verdad sea
manifiesta es la luz. Como observa el apóstol Pablo, todo lo que es expuesto por la luz se
vuelve visible porque es la luz lo que hace que todo sea visible.
Y después dice Edwards: “El Reino del diablo es el Reino de las tinieblas. Su Reino es
sostenido y promovido sólo por la oscuridad y el error. Satanás tiene todo su poder y
dominio por tinieblas. De esta manera, leemos del poder de las tinieblas y los demonios,
son llamados los gobernantes de las tinieblas de este mundo. Sea cual sea el espíritu que
quita nuestras tinieblas y nos lleva a la luz, nos quita el engaño, nos saca del engaño. El
Espíritu quien nos convence de la Verdad lleva a cabo esta gran bondad. Si yo soy llevado
a un punto de verdad y soy hecho consciente de cómo son realmente las cosas, mi deber
consiste en agradecerle a Dios de manera inmediata por eso,” me gusta esto, “sin
detenerme primero a inquirir por qué medio tengo yo este beneficio.” Fin de la cita. ¿Sabe
por qué no debería detenerse e inquirir? Porque no hay ninguna respuesta a la pregunta
de por qué tiene un beneficio tan grande fuera de la gracia de Dios.
Y Edwards después termina esta pequeña sección diciendo, y cito: “Cuando la operación,
cualquier operación espiritual, eleva la estima de la gente de Jesús, es una señal segura de
que es del Espíritu de Dios.” Fin de la cita. Cuando entienden de manera correcta quién es
Jesús, quién es, por qué vino, lo que Él hizo y cómo confiamos en Él para salvación, eso es
de Dios. La verdad absoluta acerca de Jesús es la única cosa que el Espíritu Santo siempre
promueve. ¿Lo entiende? Entonces, cualquier otra cosa diferente de esa, viene del
espíritu del error. Los verdaderos creyentes, entonces, creen todas las declaraciones de
Jesús. Ellos creen todos los escritos de los apóstoles. Aman la verdad en Jesús. Aman la
verdad en las Escrituras y aman a las personas que aman la Verdad. Porque la Verdad es
nuestro dominio, la luz es donde vivimos.
Hay gente que está contenta con sentarse en un sistema de tinieblas. Ellos no conocen la
Verdad o no aman la Verdad y no aman a la gente de la Verdad. Ésa es la primera área de
liberación. Y ése es el comentario al margen. Oren conmigo.
¿Qué podemos decir, Padre? Como lo expresó Jonathan Edwards, no sólo podemos
ponernos de pie y tratar de comprender cómo es que llegamos a conocer la Verdad, lo
único que podemos hacer es caer postrados sobre nuestros rostros y agradecerte. Gracias
porque una vez estábamos en tinieblas y ahora estamos en la luz. Y una vez conocíamos
únicamente el error y ahora conocemos la Verdad, la verdad acerca de Cristo, la verdad
acerca de la doctrina apostólica. Y amamos a la gente de la verdad porque somos súbditos
del Rey de verdad, quienes moramos en el Reino de la luz. ¡Oh, qué glorioso es esto!
Padre, si hay personas aquí que están en error y gente que está asociadas con el error,
que entiendan la situación seria de ser cautivos del diablo, de ser hijos del diablo, quien es
un mentiroso desde el principio y un engañador quien envía y produce mentiras a través
de todos sus demonios.
Señor, llévanos a la Verdad, la verdad de las Escrituras como es entendida claramente en
nuestros corazones por el Espíritu de verdad. Vemos y glorificamos al Espíritu Santo en Su
obra poderosa de transformación al transformarnos y liberarnos de las tinieblas a la luz.
Ésa es Su obra verdadera; y lo alabamos por ello y le damos gracias por ello.
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Dios únicamente salva pecadores


Escritura: Lucas 5:27–39

Código: 81–96
John MacArthur
Versículo 6 en delante de Romanos 5: “Porque mientras aun éramos inútiles en el
momento correcto, Cristo murió por los impíos.” Esa es una afirmación increíblemente
sorprendente, Cristo murió por los impíos. Versículo 10: “Mientras que aun éramos
enemigos, fuimos reconciliados con Dios.” Cristo murió por los impíos. Fuimos
reconciliados con Dios mientras que éramos enemigos. Y después, versículo 8 lo dice:
“Porque aun siendo pecadores, Cristo murió por nosotros.”
Ahí se encuentra la naturaleza única del evangelio. La naturaleza única del evangelio es
ésta, la salvación es ofrecida y la salvación es posible, únicamente para los impíos, y
únicamente para pecadores y únicamente para enemigos. Es una afirmación
sorprendente, que Cristo murió por los impíos. Con eso en mente quiero que vea una
ilustración de esto, en Lucas capítulo 5.
Entonces vayamos a Lucas 5, y vamos a estar ahí para el resto de la tarde. Quiero
mostrarle una ilustración de como Cristo murió por pecadores, como Dios redime a los
impíos. En Lucas capítulo 5, llegamos al versículo 27, y leemos: “Después de estas cosas
salió,” siendo el Señor Jesús, “y vio a un publicano llamado Leví- o Mateo- sentado al
banco de los tributos públicos y le dijo: “Sígueme.” Y dejándolo todo se levantó y le siguió.
Y Leví le hizo gran banquete en su casa, y había mucha compañía de publicanos y de otros
que estaban a la mesa con ellos. Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los
discípulos diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores? Respondiendo
Jesús les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No
he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.”
Versículo 32 resume la esencia de lo que leí, de Romanos capítulo 5. La salvación es
ofrecida por Dios únicamente a pecadores, únicamente a personas impías que han
confesado que los son, no para aquellos que se consideran a sí mismos buenos, o lo
suficientemente buenos. Y, por cierto, esa realidad es opuesta a toda religión en el
mundo, porque todas las religiones ofrecen la salvación a aquellos que son buenos. Dios
solo salva al miserable que se confiesa como tal, impío. Esa es una verdad totalmente
devastadora que en sí misma exhibe toda religión falsa, satánica. De nuevo, todas las
religiones falsas, ofrecen salvación, de manera engañosa, pero ofrecen salvación a
aquellos que son los suficientemente buenos como para recibirlas. La naturaleza única del
evangelio cristiano comienza con el hecho de que solo hay un Salvador, y ese es Cristo. Y
no hay salvación fuera de Él, ¿verdad?
Escuche la Palabra de Dios, Juan 14:6, “Jesús dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida,
nadie viene al Padre sino por mí.” Hechos 4:12 “Y en ningún otro hay salvación, porque no
hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” O Juan
20:31, “Estas se han escritos para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para
que creyendo tengáis vida en su nombre.” O 1 Corintios 16:22, “Si alguno no amare al
Señor, sea anatema.” Gálatas 1:8, “Si alguno predicare otro evangelio, él es anatema.”
O 1 Timoteo 2:5, “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres,
Jesucristo hombre, el cual se entregó a sí mismo en rescate por todos.” O 1 Juan 2:1–2
“Abogados tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo, y él es la propiciación por
nuestros pecados, y no solo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.” O 1
Juan 5:11, “Dios nos ha dado vida eterna, y ésta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo
tiene la vida, el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.”
Y un texto que añadir a esos, está en el décimo capítulo de Romanos, y usted tiene que
comenzar en el versículo 10 para oír la singularidad de la salvación mediante el Señor
Jesucristo. “Que si confesares con tu boca, que Jesús es el Señor,” Romanos 10:9, “y
creyeras en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.” Esa es la
exclusividad de la salvación basada en fe en Cristo, en Su resurrección, confesándolo como
Señor.
“Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
Pues la Escritura dice, todo aquel que en el creyere no será avergonzado, porque no hay
diferencia entre el judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos es rico para con
todos los que le invocan, porque todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo,
¿cómo pues invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de
quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quién les predique? ¿Y cómo predicarán si no
fueren enviados? Como está escrito, ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la
paz, de los que anuncian buenas nuevas! Mas no todos obedecieron el evangelio; pues
Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído en nuestro anuncio?”
Y después esto: “Así que la fe es por el oír, y el oír por la Palabra de Dios,” o de Cristo. No
hay otro salvador fuera de Jesucristo. El cristianismo es la única fe verdadera, el resto son
mentiras. Pero, el segundo distintivo fuera de la identidad de Cristo como el único
Salvador, es el hecho de que Dios solo salva a aquellos que son indignos de salvación. Eso
es tan contra intuitivo. La salvación viene únicamente mediante el Señor Jesucristo, por la
fe en Él, y solo para aquellos que son indignos de ella.
Estas últimas dos semanas se realizó una nueva encuesta de los evangélicos, realizada por
Lifeway. Ésta es otra encuesta y los hacen cada año. Y una de las preguntas en la encuesta,
ésta es una encuesta de los evangélicos, fue: verdadero o falso, Dios acepta la adoración
de todas las religiones, incluida el cristianismo, el judaísmo, y el islam. Esa fue la pregunta.
Cincuenta por ciento de los evangélicos dijeron: verdadero, verdadero. ¿Es eso verdad?
Entonces, lo que significa el ser evangélico no significa lo que debería significar. Y en 1860,
en el Segundo Concilio Vaticano, una afirmación que se hizo y afirmada desde ese
entonces por la iglesia Católica Romana, le voy a dar palabras del Papa, quién salió del
Segundo Concilio Vaticano. Esta es la afirmación, “El evangelio enseña que aquellos que
viven conformes a las bienaventuranzas, y que soportan amorosamente los sufrimientos
de la vida, entrarán al reino de Dios.” (Fin de la cita). Esas son buenas personas.
Pedro Kreeft, un apologista católico romano dijo esto: “Son salvos si viven vidas buenas y
son sinceros.” Me acuerdo leyendo estas palabras, creo que toda persona que ama a
Cristo, conoce a Cristo, sea que estén conscientes de esto o no, -sea lo que sea que eso
significa- sea que vengan del mundo musulmán, o del mundo budista, o del mundo
cristiano, o del mundo incrédulo, son miembros del cuerpo de Cristo porque han sido
llamados por Dios, y quizás ni siquiera conozcan el nombre de Jesús, pero saben que
necesitan algo, y creo que son salvos y van a estar con nosotros en el cielo. Necesitan
algo.”
Un apologista que desertó después que él comenzó en el ministerio como, -por lo menos
trató de convencer que creía en la Palabra de Dios-, terminó su carrera al decir esto:
“Cuando nos acercamos al hombre de una fe diferente a la nuestra, será con un espíritu
de expectativa descubrir cómo es que Dios le ha estado hablando a él, y que
entendimiento nuevo de la gracia y amor de Dios podamos descubrir de este encuentro.
Nuestra primera tarea al acercarnos a otra religión, es quitarnos nuestros zapatos porque
el lugar que estamos pisando es santo. Podemos olvidar que Dios llegó ahí antes de
nuestra llegada.” Y después él cerró este párrafo con esto: “Dios está haciendo más a
manera de redención, de lo que pasó en el primer siglo en Palestina.”
Raimon Pannikar escribió El Cristo Desconocido del hinduismo. Y él dijo: “El hindú de
buena fe y bueno, es salvado por Cristo y no por el hinduismo. Pero es mediante el
sacramento del hinduismo, mediante el mensaje de la moralidad y la buena vida, que
Cristo salva al hindú.” Afirmaciones raras, totalmente engañosas. Pero la idea de que
todas las religiones es que Dios, sea quien sea que ellos conciben que sea, la idea es que
Dios va a salvar a las personas buenas, ¿verdad?, a las personas morales, a la gente
devota, a la gente religiosa, la gente moral. Esta es la mentira más popular, diseminada
por Satanás sobre el planeta, que la salvación viene a buenas personas, sea cual sea la
religión. Esa es la mentira de Satanás. Ni siquiera es verdad para el judaísmo. En su nivel
más devoto, el judaísmo no salva. No el judaísmo que encontramos característico de los
escribas y los fariseos.
En Mateo capítulo 23, Jesús vio a los escribas y fariseos y dijo: Ustedes son hipócritas,
cierran el reino de los cielos de la gente. No entran ustedes mismos, ni permiten que
algún otro entre. Ay de vosotros hipócritas, lo dice una y otra vez. Ay de vosotros guías
ciegos, necios, hombres ciegos. Él dice, hombres ciegos de nuevo. Ay de vosotros
hipócritas, guías ciegos. Ay de vosotros escribas y fariseos. Hipócritas, una y otra, y otra, y
otra vez; y después él cierra su diatriba: Vosotros serpientes, generación de víboras,
¿cómo escaparéis de la condenación del infierno. Ustedes son los judíos más de religiosos,
ellos eran los judíos más religiosos e iban camino al infierno y estaban produciendo otros
hijos del infierno.
Esa es siempre la mentira de la religión falsa, que Dios deje que entre al cielo la gente
buena. Eso nos es lo que Jesús dijo. Regrese al texto de Lucas capítulo 5: “No he venido a
llamar a justos, -a la gente buena-, sino a pecadores al arrepentimiento.” Éstas siempre
han sido las buenas noticias, que la salvación no es para la gente que es buena, y la razón
es, porque nadie es, ¿qué? bueno. “No hay justo ni aun uno.” Romanos 3. “No hay quien
entienda, no hay quien busque a Dios. Todos a una se desviaron.” La salvación no es para
aquellos que se imaginan que son dignos de ella, que se imaginan que son justos, o
pretender serlo, la salvación es para gente impía.
Y en Lucas, capítulo 5, le leí una ilustración maravillosa de eso, la historia impresionante,
inolvidable de Leví o Mateo. Ahora, regresemos al texto de Lucas 5 conforme comienza el
relato, estamos alejándonos de Jesús, conforme lo que recogemos en el versículo 27, en
dónde leí, de una casa en Capernaum, en dónde Él había sanado a un hombre que era un
paralítico, y había perdonado sus pecados.
Ahora, Jesús está caminando con sus amigos, junto a la costa del lago, y Él es seguido por
una multitud enorme que iba siguiendo sus pasos en fascinación y asombro. Sabemos eso
a partir del pasaje paralelo de Marcos. Entonces, va ahí junto al lago de Galilea y el Señor
tiene su siguiente cita divina, Él se encuentra con un pecador. De hecho, se encuentra con
un pecador que será considerado el peor de los pecadores, el peor tipo de los pecadores.
Su nombre es Leví.
Entonces, retomemos la historia. “Después de estas cosas salió y vio a un publicano
llamado Leví, sentado al banco de los tributos públicos.” Ahora, necesitamos detenernos
ahí por un minuto, por un momento. Algunas veces en la traducción del Nuevo
Testamento la palabra no es recaudador de impuestos, podría ser publicano. Usted ha
visto esa palabra, publicano. ¿Qué es tan malo acerca de ser un recaudador de impuestos?
Por favor, no responda, sé lo que va a decir. Estoy pensando más bien bíblicamente, en
lugar de la Comisión de Impuestos del gobierno actual.
Mateo se llamó a sí mismo Mateo. Marcos, quién le da a usted un relato paralelo usa Leví.
Eso no es raro, muchos, como en la actualidad tenían dos nombres. Otros apóstoles,
Simón Pedro, Bartolomeo Nataniel, Tomás Dídimo. Mateo significa regalo de Jehová,
entonces, si él hubiera tenido una opción, Mateo habría usado ese nombre y lo usó. Por
cierto, Mateo humildemente se refiere a sí mismo solo dos veces en su evangelio, solo dos
veces, una vez al contar esta historia, y otra ocasión al dar una lista de los apóstoles.
Mateo era extremadamente humilde. Él no dice nada en las narrativas de los evangelios,
él escribió el evangelio de Mateo y antes de eso no dijo nada que es registrado. Él fue un
recaudador de impuestos.
Ahora, desde el punto de vista de los judíos, los recaudadores de impuestos eran los hijos
del infierno. Habían muchas razones porque era así. Si usted va al capítulo 15 de Lucas y
ve la apertura, ahora, todos los publicanos, todos ellos, “y los pecadores se acercaban a
Jesús para oírle. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: Este a los pecadores
recibe, y con ellos come.”
Entonces, es muy probable que comenzó con el llamado de Mateo. Y Juan el Bautista,
había traído algo de interés por parte de los recaudadores de impuestos, y pecadores,
pero este es Jesús, y Él llega a este hombre llamado Leví, o Mateo, y le dice: “Sígueme,
quiero que seas uno de mis seguidores.” Esto presenta la pregunta, ¿a quién salvará el
Señor? ¿a quién salvará el Señor? Los escribas y los fariseos eran los que pensaban que
eran religiosos, y pensaban que eran los representantes de Dios, y usted oyó lo que Jesús
los llamó a ellos, “hijos del infierno, hipócritas, guías ciegos de ciegos, serpientes.’
Entonces, aquí está uno que ellos habrían considerado el pecador real, lo peor de los
pecadores, y le voy a decir porque, Roma ocupaba la tierra de Israel. Roma había
conquistado Israel y se había apoderado. Había soldados romanos por todos lados, estaba
Pilatos, a quienes los judíos odiaban y trataron de chantajear en varias ocasiones, estaba
Herodes el Idumeo, quien era un rey títere, quien también gobernaba sobre los judíos, no
era judío. Odiaban esto, porque básicamente odiaban a los gentiles, cuando un judío salía
de la tierra de Israel y entraba a un área gentil y al regresar y cruzaba la frontera a Israel,
se sacudía el polvo de sus pies para que no trajera polvo gentil a su tierra.
Los romanos extraían impuestos de la gente a la que conquistaban, y básicamente
gobernaban el mundo durante la época del Nuevo Testamento. Vendían franquicias de
impuestos a traidores judíos, traidores a su pueblo, quienes entonces eran pagados por
Roma para recaudar impuestos del pueblo. Al final del año el recaudador de impuestos le
pagaba al gobierno, y lo que el recaudador de impuestos había conseguido por encima de
eso, se lo llevaba para él. Habían impuestos fijos que los romanos establecieron, había un
cierto tipo de impuestos, simplemente el tipo de impuestos que usted pagaba cuando
usted salía y volvía a entrar en el país y sacaba o metía algo, como algún tipo de impuesto
por exportaciones o importaciones. Y habían diferentes impuestos por la tierra, impuestos
por el grano y otros productos por los que los romanos cobraban impuestos.
Pero los romanos establecían una cuota para la paga anual, que el recaudador de
impuestos tenía que darle al gobierno romano, y lo que usted cobraba por encima de eso
se lo quedaba. El pueblo odiaba el pagarle impuestos a Roma, y entonces para conseguir
los impuestos y sacárselos a la gente tenía un grupo de golpeadores que lo rodeaban a
usted para asegurarse de que si no pagaban sus impuestos le rompías las piernas o lo que
fuera. Los judíos que tomaban estas franquicias romanas de impuestos eran culpables de
extorsión, y de explotar a la gente. Básicamente podían detener a la gente en cualquier
momento, en cualquier lugar y cobrar impuestos por lo que trajeran en sus manos, de
manera arbitraria les cobraban impuestos.
Estaban rodeados por guardias y el resto de la escoria de la sociedad, gente que no podía
ir a la sinagoga, que habían sido expulsados de la sinagoga. Los judíos que hacían esto
eran los más odiados de todos los judíos. Mateo Leví era un traidor miserable como estos.
Él extorsionaba, él recibía sobornos de romanos ricos, él abusaba de su propio pueblo, él
servía a los gentiles paganos que adoraban a los ídolos. Y claro que los judíos creían que
solo había un solo Dios, quien era el Dios verdadero, y todos los ídolos eran blasfemos.
Y entonces, aquí tiene usted un judío sacando dinero al servir a idolatras y sacando dinero
de los adoradores del Dios verdadero. Como dije, habían sido expulsados de la sinagoga,
de hecho estaban identificados junto con los animales inmundos. Se aplicó un estigma así
para ellos, no se les permitía testificar en una Corte, estaban clasificados con las
prostitutas y los ladrones, y esa es la razón por la que usted ve algunas veces a los
recaudadores de impuestos y la palabra colectiva, pecadores, o recaudadores de
impuestos, y prostitutas. Toda la escoria, todos los que eran los parias estaban juntos con
los recaudadores de impuestos.
Había un tipo de recaudador de impuestos- habían dos tipos, y ésta es una historia
fascinante. El general era llamado un gabbai, el cuál es g-a-b-b-a-i, una palabra que
básicamente identificaba a alguien que recaudaba el impuesto normal, por la tierra, el
ingreso, exportaciones, importaciones, y más allá de eso podía extorsionar lo que él
quisiera. Conocemos uno de ellos en el capítulo 19 de Lucas, llamado Zaqueo, y él
básicamente extorsionaba a la gente y se volvió extremadamente rico, lo veremos en un
momento.
Pero, había otro tipo de recaudador de impuestos fuera del gabbai, y era llamado un
mokhes, éste en particular era para todo lo que era comprado y vendido, todo camino,
todo puente, todo puerto, los impuestos en todas las ciudades. Y después inventaron
impuestos por los animales que jalaban carros, el número de ejes, el número de ruedas, el
número de pacas, el número de animales con pacas, el número de peatones, los caminos,
los mercados, los barcos, los paquetes. Cobraban impuestos por las cartas que estaban
siendo transportadas. Eran los mokhes los que eran los criminales, quizás los peores de los
criminales entre los recaudadores de impuestos.
Por cierto, eran tan malos que el Talmud permitía que los judíos les mintieran para
protegerse a sí mismos. Decían, “un gabbai nunca podría ser perdonado, el mokhes nunca
jamás podía recibir favor de Dios, porque estaban pegados a idolatras gentiles, paganos.”
En el capítulo 18 de Lucas, usted tiene esta historia maravillosa, en dónde Jesús dice que
habían dos hombres, versículo 10, que subieron al templo a orar, uno era fariseo y el otro
publicano. Y aquí está la ilustración perfecta: “el fariseo puesto en pie oraba consigo
mismo.” Esto es lo que los legalistas hacen, no le hablan a Dios, se hablan a sí mismos
porque ellos son dios.
“El fariseo puesto en pie oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias que no
soy como los otros hombres; ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como éste publicano.”
Abajo de los ladrones, injustos, adúlteros, usted llega al fondo y es el publicano. El fariseo,
de manera orgullosa oraba consigo mismo diciendo: Ayuno dos veces a la semana, doy
diezmo de todo lo que gano. Más el publicano, estando lejos no quería ni aun alzar los
ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.”
Y entonces, ¿a quién va a salvar Dios? “Os digo,” dijo Jesús, versículo 14 que éste
descendió a su casa justificado, antes que el otro.” ¿Quién recibió salvación? ¿el fariseo?
No. El pecador, porque Dios no vino a llamar a los justos, sino a los pecadores al
arrepentimiento.” Leví, será llamado por el título “un pequeño mokhes”. Estos eran los
peores, los mokhes grandes tenían muchos mokhes pequeños que trabajaban para
diferentes oficinas de impuestos. El pequeño era el que se sentaba, y de hecho, tomaba el
dinero.
Y entonces, él era la persona más odiada en Capernaum, Galilea y toda Israel. Jesús lo vio
a este pequeño mokhes, sentado ahí en su banco de los tributos públicos, extrayendo el
dinero y lo vio, y le dijo: Sígueme. Ese es un mandato explícito. Sígueme. ¿Por qué es que
Él lo llamaría a que fuera uno de sus discípulos? Esta escoria, esto es lo peor de lo peor.
Jesús conocía el corazón de Mateo, nadie necesitaba decirle lo que había en el corazón del
hombre. Él sabía lo que había en el corazón del hombre, lo dice en Juan 2, Jesús vivía ahí
en el área de Capernaum y Galilea. Mateo trabajaba ahí.
Y Jesús, cuando lo vio no solo estaba familiarizado con quien era él, quizás lo estaba,
quizás no, pero Él podía leer su corazón. Y lo que vio fue un corazón quebrantado, un
corazón penitente, y un corazón de fe. Jesús sabía que Mateo había estado expuesto a su
ministerio en esa área, y que Mateo no solo reconoció quien era Él, sino que Mateo
reconoció su propia condición miserable. Y no solo fue el estigma social de ser un
publicano, fue la condición más profunda, miserable, delante de Dios, la desesperanza de
aquel que acabo de leerles, el que se golpeaba el pecho y decía: Sé propicio a mí, pecador.
Y dice en el versículo 28: “Y dejándolo todo, se levantó y lo siguió.” Este es el fin de su
carrera, y él entra a seguir a Jesús, y jamás puede regresar. Jamás puede regresar. Porque
alguien más va a tomar su franquicia de impuestos rápidamente. Muy diferente de los
pescadores que fueron llamados, siempre podían regresar a pescar. Mateo nunca podía
regresar. La obediencia de Mateo al llamado de Cristo fue un acto mayor de fe y devoción
que aquellos pescadores. Ellos podían regresar, y de hecho regresaron, por lo menos
trataron de regresar, pero el Señor redirigió los peces, y no podían pescarlos. Pero para
Mateo no había regreso.
Escuche, esto es transformación. No oímos la historia de la fe de Mateo, no oímos la
historia del corazón penitente de Mateo, no necesitamos oírla. Jesús dijo: Sígueme, “y
dejándolo todo, se levantó y le siguió.” Él se volvió un seguidor de Jesús, el pecador más
miserable a los ojos de esa sociedad. Está es transformación real. Él le dio la espalda a
todo, un rompimiento decisivo, regenerado, nueva voluntad, nuevo corazón, nueva
mente. Él no había buscado a Jesús como el paralítico lo buscó, en el incidente anterior,
pero Jesús sabía que su corazón estaba quebrantado, estaba penitente, y fue perdonado
por el Señor. Algo que el sistema apóstata ha pervertido del judaísmo, nunca le ofrecería a
un publicano y Jesús lo llamó, y cuando Jesús lo llamó, su respuesta fue inmediata.
Mateo Leví, traidor, extorsionador, ladrón, expulsado, jefe de criminales, él se volvió el
apóstol y el evangelista de Jesucristo que escribió el primer evangelio. Él debió haber
estado sin palabras, en absoluto. Perdió una carrera temporal, y lo que era considerado
injusto y no recto, un crimen, ganó un destino eterno. Él perdió posesiones materiales,
ganó un futuro espiritual. Perdió seguridad terrenal y ganó herencia eterna, celestial. Él
perdió a compañeros pecadores, y ganó al Hijo del Dios Santo. Él entiende que Jesús vino
para salvar a pecadores. Él no dice nada aquí, y probablemente es porque se quedó sin
palabras.
Ahora, ¿cómo sabemos que esto realmente pasó? Porque el versículo 31 y 32 es el
comentario acerca de lo que acababa de pasar. “Respondiendo Jesús, les dijo: Los que
están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a
justos, sino a pecadores al arrepentimiento.” Aquí estaba uno que sabía que estaba
enfermo, y sabía que estaba enfermo, aquí estaba uno que era un pecador que deseaba
arrepentirse, aquí estaba uno que sabía que era un pecador y deseaba arrepentirse y el
comentario de esos dos versículos indica lo que pasó en su alma.
La respuesta de Leví fue, gozo. Versículo 29, “Y Leví le hizo gran banquete en honor a
Jesús, en su casa. Y había mucha compañía de publicanos, y de otros.” Y llene ahí el
espacio en blanco, escoria, “que estaban a la mesa con ellos.” Con el gozo de su salvación,
encendiendo el fuego en su corazón, el deseo de Mateo consistió inmediatamente en
hacer, ¿qué? contarle inmediatamente a toda aquella persona que conocía. Y fue, era una
multitud bastante mala. El gozo de su conversión y su deseo era presentarle a todo mundo
al Salvador. Y Él sabía que si el Salvador lo salvaba a él, Él podía salvarlos a ellos.
Un gran banquete, un gran banquete, eso significa que él tenía una casa grande, y eso
significa que él era bueno en extraer dinero. Un banquete suntuoso. Él gastó su dinero en
honor a Jesucristo, y Él hizo esto para traer a todos sus amigos pecaminosos al lugar en
dónde Jesús pudiera influenciarlos a ellos. Entonces, todos los mokhes pequeños y los
mokhes grandes, y los gabbai y toda la escoria impía ahí alrededor de Galilea se apareció,
y eran pecadores, y son llamados ‘otros,’ por Lucas. Ladrones, y prostitutas y la escoria de
la sociedad, imagínese, están comiendo de manera personal con el Hijo de Dios.
Si usted conoce algo del antiguo medio oriente, cuando usted se sentaba o se reclinaba
con alguien esa era una tarde de comunión, al hacer eso mismo usted estaba afirmando
su amistad. Jesús estaba afirmando su amistad con él. Dice que estaban reclinados en la
mesa con ellos, Jesús con ellos. Esa es la razón por la que Jesús se, en Mateo 11:19 Él fue
llamado de manera odiosa como el amigo de pecadores. Como dije, pudo haber
comenzado aquí con esta cena de despedida evangelistica, conforme Mateo estaba
dejando su vida antigua atrás.
Por un momento vaya a Lucas 18. Y quiero recordarle esto, se lo acabo de leer, versículo
14, fue el publicano, el recaudador de impuestos que estaba golpeándose el pecho
diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador, quien se fue a casa justificado, no el fariseo. Eso
lo lleva a usted al capítulo 19, en esta historia increíble de Zaqueo. “Habiendo entrado
Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era
jefe de los publicanos, y rico. Zaqueo procuraba ver quien era Jesús, pero no podía a causa
de la multitud, pues era pequeño de estatura, y corriendo adelante subió a un árbol
sicómoro para verle, porque había de pasar por allí. Cuando Jesús llegó a aquel lugar,
mirando hacia arriba le vio y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es
necesario que pose yo en tu casa.” Esto es absolutamente una conducta ridícula, Él va a ir
a reclinarse en una comida con un recaudador de impuestos quien es rico, ha
extorsionado dinero de la gente, en el servicio de la Roma idólatra, blasfema.
“Entonces él, descendió a prisa y le recibió gozoso. Al ver esto todos murmuraban,
diciendo que había entrado a morar con un hombre pecador. Entonces Zaqueo puesto en
pie dijo al Señor: He aquí Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres, y si en algo he
defraudado a alguno se lo devuelvo cuadruplicado.” Bueno, le puedo decir que lo tenía y
podía devolver cuadruplicado. “Jesús le dijo: Hoy, ha venido la salvación en esta casa, por
cuanto él también es hijo de Abraham.”
Y después esta afirmación maravillosa: “Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar
lo que,” ¿qué? “se había perdido.” Digo, usted puede reducir toda la hostilidad contra la
vida de Jesús en su actitud hacia la gente miserable. Esa es la razón por la que lo odiaban,
esa es la razón por la que lo mataron, porque Él llamaba a la gente justa, sepulcros
blanqueados. Y Él estaba en casa con los pecadores.
¿Entiende usted que esto es lo que hace que el cristianismo sea distinto? Cualquier otra
religión en el mundo promete una relación con Dios a las personas buenas. Esa es la
mentira más difundida por Satanás. Jesús promete salvación y la da, solo a aquellos que
confiesan que son miserables pecadores. En 1 Timoteo 1, usted tiene este testimonio
sorprendente de Pablo, versículo 12: “Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús
nuestro Señor, porque me tuvo por fiel poniéndome en el ministerio, habiendo yo sido
antes blasfemo, perseguidor e injuriador. Más fui recibido en misericordia, porque lo hizo
por ignorancia e incredulidad. Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe
y el amor que es en Cristo Jesús. Palabra fiel y digna de ser recibida por todos, que Cristo
Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales,” ¿qué? “yo soy el primero.”
¿Ve usted cuan distinto es esto de la religión?
De regreso a Lucas 5. Entonces, los fariseos están furiosos, versículo 30: “Los escribas y los
fariseos murmuraban, quejándose.” De hecho, es una palabra onomatopéyica, gongguzō,
ngun ngun ngun ngun, se oye como lo que significa. Y entonces, se acercaron a los
discípulos, y les dijeron, versículo 30: “¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y
pecadores?” Nunca superaron el hecho de que Él los condenó, y eran los más religiosos, y
Él proveyó salvación y comunión para aquellos que eran los más miserables.
Ellos tenían moralidad, no tenían santidad. Estaban preocupados por lo externo, estaban
preocupados por lo que la gente podía ver, eran morales, pero no sabían lo que era ser
santo. Cuándo le imponían su moralidad a la gente, los hacían, escuche, ‘hijos del
infierno’, no hijos del cielo. Jesús estaba haciendo que gente mala fuera santa. Y los
fariseos estaban haciendo que la gente mala fuera peor.
Esta es una reprensión incisiva. “Respondiendo Jesús les dijo: Los que están sanos no
tienen necesidad de médicos, sino los enfermos.” Una analogía muy simple y obvia, no
son aquellos que están bien, o que piensan que están bien, aquellos que están enfermos,
que necesitan un médico. A lo largo de su ministerio, este conflicto siguió y siguió y siguió,
y siguió. Sus enemigos, de, los escribas y fariseos pensaban tenían que ser los enemigos de
Dios.
Entonces, Jesús debido a que Él era parte de la escoria, Él tenía que ser un enemigo de
Dios, también. Él tenía que ser el agente del diablo. Oh, “lo que Él estaba haciendo,” ellos
dijeron, lo hacía por el poder de Satanás. Ellos eran los justos y Jesús y sus amigos de vida
baja, era impío y era tan obvio, que necesitaban matar a Jesús por causa de Dios, porque
la obra justa sería matar a este hombre que era un amador de pecadores de una vida tan
baja.
Y de nuevo, solo le señalo que está es la naturaleza única del evangelio. Él vino a salvar a
los perdidos, Él vino para salvar a aquellos que se confesaban a sí mismos como
pecadores. Los fariseos, la gente religiosa, cualquiera de ellos, están metidos en la justicia
personal, orgullosos por su religiosidad, metidos en sus sacramentos, ceremonia externa,
aferrándose fuertemente a la tradición, amando la aprobación de los hombres, realmente
buenos en presentar el ritual, y presentar un show en la carne.
Pero la historia realmente no puede terminar ahí, porque esto lleva realmente una
respuesta fascinante. Regrese al versículo 33, “Entonces, ellos le dijeron: ¿Por qué los
discípulos de Juan ayunan muchas veces y hacen oraciones, y así mismo lo de los fariseos,
pero los tuyos comen y beben?” ¿Qué está mal con ustedes? Ustedes están teniendo una
fiesta, ¿no lo entienden? Nosotros ayunamos. Y en el capítulo18, “damos diezmos,”
nosotros ayunamos, ¿qué está mal con ustedes? No lo entienden, la religión tiene que ver
con ayunar, tiene que ver con orar, tiene que ver con todos esos deberes. Y lo único que
ustedes hacen es comer y beber, están teniendo una fiesta. ¿No saben que la religión es
muy severa, muy seria, muy demandante, debe haber algún sacrificio personal?
Jesús respondió de esta manera: “¿Podéis acaso hacer que los que están de bodas
ayunen, entre tanto que el esposo está con ellos?” Qué respuesta tan simple y profunda.
No ayuna usted en una boda, ¿o sí? Ésta realmente es una parábola la que les está
presentando. Él les está diciendo, de nuevo en el versículo 36, una parábola, una
ilustración, “Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo y lo pone en un vestido viejo,
pues si lo hace no solamente rompe el nuevo, sino que el remiendo sacado de él no
armoniza con el viejo. Y nadie hecha vino en odres viejos, de otra manera el vino nuevo
romperá los odres y se derramará, y los odres se perderán. Más el vino nuevo en odres
nuevos se ha de echar.”
¿De qué está hablando Él? Ellos están diciendo a los discípulos de Jesús: Miren, miren,
miren, tienen que ayunar, tienen que orar, no pueden dejar estos estándares. Necesitan
aferrarse a esto.” Supongo que ellos dirían: Muy bien, concedemos que hay un elemento
de gracia en la salvación, pero debe estar, debe ir de la mano con la ley, tienen que hacer
estas cosas.” Jesús dice en primer lugar, este es un tiempo de celebración, porque,
aunque no lo saben, el Esposo está aquí, el Hijo de Dios está aquí, analógicamente
hablando.
Y después Él asesta un golpe mortal a cualquier compatibilidad entre la salvación a la
manera de Dios, y la salvación en cualquier otra manera. Es simplemente un dueto
poderoso, poderoso, de ilustraciones. Nadie corta un pedazo de vestido nuevo y lo pone
en un vestido viejo, pues si lo hace no solamente rompe el nuevo, sino que el remiendo
sacado de él no armoniza con el viejo. Simplemente no puede coser el evangelio de la
gracia en el judaísmo antiguo. No puede hacer que el evangelio sea un parche en un
sistema de obras. Jesús no vino para fusionar el cristianismo con el judaísmo. Él no vino a
parchar el sistema antiguo. Jesús está diciendo, esto está totalmente separado del
judaísmo apóstata de esa época, y continúa incluso en la actualidad.
El evangelio del arrepentimiento y el evangelio de la gracia, para pecadores que se
confiesan como tales, no pueden mezclarse con ninguna religión de ritual o de obras. El
vestido viejo, aquí, es el judaísmo de esa época. Aquí está la naturaleza única del
evangelio, la gracia no puede ser fusionada con la ley, es nueva. Y después Él da esa
segunda ilustración de echar vino nuevo en odres viejos, y lo único que eso va a hacer es
que va a romper los odres y el vino nuevo se va a derramar. Él usa la palabra nuevo en esa
pequeña sección, siete veces, siete veces. No puede usted fusionar lo nuevo en lo viejo.
Ninguna mezcla del evangelio en ninguna religión por obras es posible, debido a que todos
los sistemas por obras son del infierno.
Y Él dice: Es difícil para ustedes aceptar eso. Y Él lo dice en el lenguaje del versículo 39,
“Ustedes han estado bebiendo el vino antiguo, viejo, por tanto tiempo que no quieren el
nuevo, porque dicen, el añejo, o el viejo, es mejor. Se aferraron a su judaísmo. El
evangelio de gracia permanece de pie por sí solo. Gálatas 5:4, leemos, “De Cristo os
desligasteis, los que por la ley os justificáis, de la gracia habéis caído.” ¿Escuchó eso? El
evangelio cristiano permanece en pie por sí solo, de manera única. El camino de la
salvación mediante la gracia únicamente, mediante la fe únicamente, mediante Cristo
únicamente es incompatible con cualquier otro sistema religioso. La fe, y la fe únicamente.
Es difícil para la gente rendir su religión, ¿no es cierto? Porque es muy difícil rendir su
justicia personal, eso es lo que significa el versículo 39, han estado bebiendo el vino
antiguo de justicia personal por tanto tiempo, que no tienen apetito alguno para el nuevo.
Dicen: Oh el viejo ha sido lo suficientemente bueno, y piensan que todavía es lo
suficientemente bueno. ¿Y qué pasó? Los fariseos y los líderes de Israel vieron a Jesús y le
dijeron: No queremos tu vino nuevo. No queremos tu evangelio de gracia. Queremos
nuestra justicia personal, y lo mataron a Él para detenerlo de predicar ese mensaje.
El cristianismo no es compatible con cualquier otra religión. Y todos los demás evangelios
son falsos y condenadores. Si cincuenta por ciento piensan que Dios acepta la adoración
del judaísmo y del islam, eso le va a decir a usted que sea lo que sea un evangélico, ni
siquiera conoce la verdad del evangelio. Y le digo a usted, querido amigo, no hay salvación
en la religión, solo hay salvación cuando usted se da cuenta de que usted no vale la pena
ser salvado. Y todo es un acto de misericordia. Cuándo usted llega al fin de sí mismo y
usted se golpea su propio pecho y dice: Dios, sé propicio a mi pecador y sálvame. Cuándo
usted clama por gracia, cuándo usted viene con nada en su mano.
A ellos les encantaba su judaísmo, les encantaba su vino tradicional, antiguo. Cultivaban
un gusto por él, y el gusto se había apoderado de ellos. Les encantaba, les encantaba su
religión porque los satisfacía a sí mismos el pensar que ellos habían alcanzado una relación
con Dios. Esa es la mentira del diablo. Las únicas personas que se reconcilian con Dios son
aquellos que se confiesan a sí mismos como pecadores, que en desesperación claman a Él,
sálvame, muéstrame gracia oh Dios, sálvame, no puedo salvarme a mí mismo. El judaísmo
del tiempo de Jesús satisfacía de manera personal la religión falsa. Siempre es así,
¿verdad? Por todo el mundo, satisface mucho. ¡Cuán triste! ¡cuán triste!
Quizás, algunas palabras registradas por Mateo sería un buen lugar en dónde terminar, la
enseñanza de Jesús en el capítulo 13. “El reino de los cielos es semejante a un tesoro,”
versículo 44, “el reino de los cielos –salvación- es semejante a un tesoro escondido en un
campo, el cual un hombre halla y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo
lo que tiene, y compra aquel campo. También el reino de los cielos es semejante a un
mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió
todo lo que tenía y la compró.”
Estas dos parábolas son tan simples, sin embargo tan profundas. Si usted quiere salvación
verdadera, si usted quiere ser parte del reino de los cielos, usted tiene que vender toda su
religión antigua, personal, de justicia personal. Usted tiene que volverse un prisionero
pobre, ciego y oprimido, tiene que tener una actitud de bienaventuranza, que esté en
bancarrota espiritual, que sea pobre, que esté vacío, que esté teniendo hambre y sed por
aquello que usted sabe que no tiene. Le he mostrado, como probablemente se le ha
mostrado varias veces, que el tesoro es Cristo, y en la salvación, la perla es Cristo, y la
salvación. Y se, y les será dado a aquellos que dejan todo lo demás. De nuevo, tomando
esas palabras de Pablo, si usted se aferra a alguna obra, usted nulifica, invalida la gracia.
Y entonces, le llamo a que deje cualquier supuesto sentido de su bondad, de su justicia, de
su rectitud, y reconozca que su rectitud a los ojos de Dios son trapos de inmundicia. Pero
eso es exactamente en dónde usted necesita estar, porque ahí es cuando usted puede
recibir la salvación que Él ofrece solo a pecadores.
Nuestro Padre, te agradecemos por la verdad de Tú Palabra preciosa, realmente no hay
duda, ni error en sus realidades. Gracias por abrir nuestros corazones y mentes para
entenderla, para que sea aquello que más amamos. Te amamos a Ti, amamos Tu verdad,
amamos a Tu pueblo, amamos a Tu iglesia, amamos porque Tú nos amaste primero. Nos
amaste cuando no éramos amorosos, nos hiciste hijos cuando éramos enemigos, nos
concediste la justicia de Cristo imputada a nosotros por la fe, cuando éramos pecadores
miserables. Y todo fue por gracia, y siempre lo es, gracia sobre gracia, sobre gracia. De tal
manera que somos lo que somos por Tú gracia, no tenemos nada de que jactarnos, la
salvación de nadie es el resultado del mérito moral de alguien, cualquier ritual religioso,
cualquier bondad humana. Lo mejor que somos juntos es trapos de inmundicias.
Y entonces, Te agradecemos porque un día Tú nos vistes como viste a Leví, y Tú vistes
nuestros corazones quebrantados por el pecado, y anhelando el perdón, y Tú dijiste:
“Sígueme”. Y dejamos todo, vendimos todo para comprar la perla, para comprar el tesoro,
el tesoro sin precio de la salvación eterna. Y ahora, por todas nuestras vidas, incluso en la
eternidad, Te alabaremos y Te adoraremos por una gracia tan abundante. Y Señor, yo pido
que Tú salves a pecadores, incluso este día, incluso en este momento, que Tú los veas, que
Tú veas el corazón penitente, y el corazón quebrantado, Tú traigas redención a ese
corazón. Y que Tú cubras a ese pecador con Tu justicia.
Te agradecemos porque la justicia misma que Tú posees, nos la has imputado, nos la has
acreditado por gracia, mediante la fe en Cristo, que Su justicia, lo que nos cubre. Y esa es
la razón por la que estamos aquí, adorándote a Ti, motivados por la gratitud. Y estamos
viendo que no solo Tu justicia nos ha sido imputada, nos ha sido acreditada como si
fuéramos justos, sino que gradualmente Tú nos estás haciendo más justos, conforme Tú
nos santificas y nos mueves a semejanza de la imagen de Tu Hijo amado.
Gracias por estas personas preciadas. Lleva a cabo Tú obra perfecta en cada corazón, y te
lo agradecemos en el nombre del Salvador. Amén.
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
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Usted podrá reproducir este contenido de Gracia a Vosotros sin fines comerciales de acuerdo con
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El citatorio divino
Escritura: Juan 3:1–10

Código: 43–14
John MacArthur
Ahora, abra su Biblia, si es tan amable, al tercer capítulo del Evangelio de Juan. Éste, claro,
es un capítulo crítico en todas las sagradas Escrituras. Establece el tono para nuestro
entendimiento de la salvación y la verdad de este capítulo, claro, es desarrollada a lo largo
del resto del Nuevo Testamento. Permítame leer estos 10 versículos. Quiero que estén en
su mente. Y después, lo que voy a decir esta mañana va a ser una especie de apéndice o
anexo a lo que ya hemos cubierto en estos versículos.
“Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos.
Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro;
porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. Respondió
Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver
el Reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede
acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu,
no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es
nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de
nuevo. El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni
a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. Respondió Nicodemo y le dijo:
¿Cómo puede hacerse esto? Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no
sabes esto?”
Como hemos estado diciendo, cinco veces en esos breves versículos, hay una referencia
nacer de nuevo o nacer de arriba. Cualquiera de las dos está bien y ambas son
traducciones precisas. Necesitamos nacer de nuevo. Esto es, habiendo nacido físicamente,
ahora necesitamos nacer espiritualmente. Ese nacimiento viene de arriba. En un sentido,
nuestro primer nacimiento, claro, fue una creación directa también de Dios. Inclusive en el
sentido físico. Y también lo es con nuestro segundo nacimiento que desciende de arriba.
No obstante, no hay ayuda humana para este nacimiento, así como la hay en el
nacimiento físico. Es una obra divina de Dios. Esa es la razón por la que se refiere como
nacer del Espíritu. Nacer del Espíritu. Es la obra del Espíritu darnos vida. Eso es lo que
significa nacer de nuevo. Y la razón por la que el Señor usa esta analogía es porque nos
expresa el hecho de que no participamos en este nacimiento. Usted no tuvo nada que ver
con su primer nacimiento. Es un nacimiento físico. Y usted no tendrá nada que ver con su
nacimiento espiritual. Es una obra divina de Dios. Los teólogos la llaman monergista en
lugar de que sea sinergista. Usted no participa en ello. Yo no participa en él. Ninguna
persona que nace de nuevo contribuye a eso. No hay manera alguna de llevarlo a cabo.
Esa es una obra Divina de Dios.
Para verlo quizás en una ilustración inolvidable, recuerde lo que dije acerca de Lázaro.
Lázaro está muerto. Él está en la tumba. Él ha estado muerto cuatro días. Su cuerpo está
en un estado de descomposición. El Señor viene a su tumba y lo resucita de los muertos.
Él lo hace mediante un llamado. Él dice: “¡Lázaro, sal!” Y Lázaro viene a la vida, sale de la
tumba como una nueva criatura. La ropa de la tumba le es quitada. Él está completamente
vivo.
Somos una raza de Lázaros, espiritualmente muertos. Dios nos da vida y lo hace mediante
un llamado. Mediante un llamado. Jesús dio vida a Lázaro y Él declaró esa vida llamándolo
fuera de la tumba. Y así es con aquellos a quienes se les da vida, y así es con aquellos a
quienes el Espíritu Santo les da vida. Es un llamado Divino. Dios habla y la vida viene a
nosotros.
Quiero que lo piense de esta manera porque esa es una manera muy importante en la que
el Nuevo Testamento se refiere a que Dios nos da vida. Nos hace estar vivos. Es mediante
un llamado Divino.
Cuando hablamos de ser llamados de Dios, en primer lugar y sobre cualquier otra cosa,
estamos hablando del llamado para venir a la vida. A salir de la tumba. Es un llamado a la
reconciliación, sí. Es un llamado a la justificación, sí. Es un llamado a la redención. Es un
llamado entrar al Reino eterno de Dios. Es un llamado a ser hijos con todos sus derechos y
privilegios. Es un llamado al amor y al servicio. Y a la obediencia al Señor. Es un llamado de
la esclavitud a la libertad. Es un llamado al gozo y a la paz. Es un llamado a la santidad. El
llamado del Evangelio es presentado por los escritores de las epístolas como un
llamamiento alto, un llamamiento santo, un llamamiento celestial. Evidentemente, es un
llamado raro. Es un llamado innegable. Es un llamado irreversible.
El lenguaje del Nuevo Testamento habla mucho del hecho de que nuestra regeneración
vino en respuesta al llamado de Dios. El llamado de Dios. Y estoy diciendo esa palabra de
manera repetida porque quiero que vea esta palabra conforme se desarrolla en el resto
del Nuevo Testamento.
Entonces, cuando usted lee el Nuevo Testamento, esta palabra en particular va a saltar de
la página con un significado nuevo y fresco. Este es un llamado que es un citatorio Divino.
Es un citatorio Divino a venir a la vida. A venir a la familia de Dios. Al Reino de Dios. A la
corte de Dios, a estar delante de Dios y ser declarado perdonado y justo y libre para
siempre de cualquier juicio, de cualquier condenación.
Los teólogos han hablado de este llamado y han incluido muchos adjetivos junto con él.
Ha sido llamado un llamado eficaz, un llamado irresistible, un llamado poderoso, un
llamado determinante. Un llamado decisivo. Un llamado conclusivo, un llamado operativo.
Y todos esos ciertamente son apropiados. Es un llamado a la salvación, es un llamado a la
vida.
Quiero que pase Romanos 8, conforme añadimos algo así como un apéndice a nuestro
estudio de Juan 3. Y quiero que comencemos a entender lo que el Nuevo Testamento dice
acerca de este llamado, para que entienda la maravilla plena del mismo. Romanos 8 es
muy conocido por nosotros, en el versículo 28 en particular, un versículo que amamos,
que aplicamos muchas veces en nuestra experiencia cristiana. “Y sabemos que los que
aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien, esto es a los que conforme a Su propósito
son llamados.” Dios hace que todo sea para nuestro bien porque somos llamados por Él.
Si usted pasa el versículo 29, usted lee: “porque a los que antes conoció, también los
predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de Su Hijo, para que Él sea el
primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a estos también llamó. Y a
los que llamó, a estos también justificó. Y a los que justificó, a estos también glorificó.”
Ahí usted tiene una definición muy clara de la naturaleza absolutamente eficaz de ser
llamado. Somos predestinados, llamados, justificados y glorificados. A quien Dios
predestinó, Él llamó. A quien Él llamó, Él justificó. A quien Él justificó, Él glorificará. Todo
comenzó con la predestinación y termina con ser conformado a la imagen de Su Hijo. Éste
es el propósito divino. Y conforme ese propósito se desarrolla a lo largo de la historia
redentora, Dios hace que todas las cosas sean para bien, para llegar al resultado final
desde su predestinación original.
Dentro del plan de Dios, desde la predestinación hasta la gloria eterna, está el
llamamiento o el llamado y la justificación. Todos los que han sido elegidos, serán
llamados. Todos los que son llamados, serán justificados. Todos los que son justificados,
serán glorificados.
En el capítulo 11 de Romanos, una promesa maravillosa para aquellos de nosotros que
hemos sido llamados, versículo 29 de Romanos 11, “porque irrevocable son los dones y el
llamamiento de Dios. Los dones del llamamiento del Dios son irrevocables. Estamos
hablando de un llamado que es un llamado absoluto, eficaz. A quien Él llamó, Él justificó y
glorificó.
Ahora, hablemos de la palabra llamado. Una palabra simple en el lenguaje inglés y
español, kaleo, significa citar o llamar a alguien a la presencia de uno. Llamar a alguien
para que venga a usted. La palabra es descriptiva, tan descriptiva que los creyentes son
identificados como los llamados. Literalmente, somos “los llamados,” de tal manera que
usted toma el verbo y lo convierte en un nombre o sustantivo. Todos nosotros hemos sido
llamados y somos, según Romanos 8:28, los llamados.
De hecho, eso es lo que es una Iglesia. La Iglesia verdadera es la congregación de los
llamados. La palabra para “iglesia”-nos encanta la palabra Iglesia- no nos dice nada acerca
de quiénes somos, la palabra en español Iglesia. Pero la palabra en español Iglesia es una
traducción de la palabra griega ekklesia. Ekklesia viene de ekkaleo, significa los llamados.
Kaleo, con una preposición al frente, ek, significa fuera de. Somos los llamados fuera de.
Hemos sido llamados de la tumba, hemos sido llamados fuera de la muerte, llamados
fuera de la ignorancia, llamados fuera de la ceguera. Somos los llamados. La Iglesia es
ekklesia. Son los llamados fuera de, fuera de. Sería maravilloso que hubiera una palabra
en español que explicara mejor esa obra de Dios que la palabra más bien estática que es la
palabra Iglesia porque también es usada para describir organizaciones y edificios.
Entonces, podemos referirnos a nosotros mismos lo más que podamos, como los
llamados. Los llamados. Y para ayudarle a familiarizarse con eso, permítame llevarlo
rápidamente a lo largo de las epístolas del Nuevo Testamento. Podemos comenzar en
Romanos, en donde comienzan las epístolas. Romanos, capítulo 1. Pablo, versículo 1, se
identifica a sí mismo como esclavo de Jesucristo, llamado, llamado individualmente, claro.
Y después, él pasa a hablar de los redimidos. Él habla de aquellos quienes en el versículo 5
han recibido gracia y la obediencia a la fe entre las naciones por causa de Su nombre. Y
después, en el versículo 6, entre los cuales estáis vosotros, ustedes, los llamados, llamados
de Jesucristo. Versículo 7, vosotros sois los amados de Dios en Roma, llamados a ser
santos.
En 1 Corintios capítulo 1, Pablo de nuevo demuestra cuán conocido es este lenguaje.
Primera de Corintios 1, Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios,
Sostenes, nuestro hermano, a la ekklesia, a los llamados afuera de Dios que está en
Corinto, aquellos que han sido santificados en Cristo Jesús, santos por llamado. Santos por
llamado. O llamados a ser santos.
Pase al versículo 9, fiel es Dios mediante quien habéis sido llamados a la comunión con Su
Hijo Jesucristo, nuestro Señor. Y cuando estoy leyendo esta palabra llamado, quiero que
esté pensando en Lázaro. Fue el llamado. Lázaro, sal, ven fuera que lo sacó de la tumba.
Y es este mismo llamado que nos ha dado vida. Si usted pasa al versículo 23, predicamos a
Cristo crucificado, para los judíos tropezadero y para los gentiles locura, pero a los
llamados, tanto judíos como griegos, Cristo poder de Dios y sabiduría de Dios. Él puede
predicar el Evangelio y será locura y será una piedra de tropiezo, hasta que cumple con el
propósito de Dios y vendrán a la vida. Versículo 26 entonces, considerad vuestra vocación
o vuestro llamado, hermanos. Considerad vuestro llamado.
¿Cómo sucedió? Versículo 27, Dios escogió. Versículo 28, Dios escogió. Esa es la razón por
la que usted fue llamado. Llamado por la decisión soberana de Dios. En Gálatas capítulo 1,
Gálatas capítulo 1, Pablo nuevamente se presenta a sí mismo al principio de su epístola y
esto con mucha frecuencia está al principio de las epístolas porque identifica a los
creyentes a quien él escribe. Él está preocupado por las iglesias en Galacia, porque hay
concesiones serias ahí en sus vidas. Ellos han caído en confusión y entonces, en el
versículo 6, él dice: “estoy maravillado de qué tan rápidamente habéis dejado a aquel que
os llamo por la gracia de Cristo.” Este es un llamado salvador, de nuevo, aquel que os
llamo por la gracia de Cristo. De nuevo, Dios los ha llamado, no se desvíen de la
obediencia a todo lo que ese llamado implica.
En la maravillosa carta a los Efesios, capítulo 4, versículo 1, Pablo identificándose
nuevamente a sí mismo como el prisionero del Señor, dice: “os ruego que andéis como es
digno de la vocación o llamado con el que habéis sido llamados.” El llamamiento con el
que habéis sido llamados. En el versículo 4, él lo identifica de nuevo, hay un solo cuerpo,
un Espíritu y fuisteis llamado en una esperanza de vuestro llamado.
En Colosenses capítulo 3, de nuevo el lenguaje no se desvía de este verbo singular.
Colosenses 3, hablando de lo que es haber sido resucitado en Cristo y estar sentado a la
diestra de Dios y haber muerto y nuestra vida siendo escondida con Cristo en Dios, Cristo
ahora es nuestra vida. Hemos sido regenerados. Ése es el lenguaje de la regeneración.
Pero ahí en el versículo 15, y la paz de Cristo gobierne vuestros corazones a la cual de
hecho habéis sido llamados en un cuerpo y sed agradecidos.
Primera de Tesalonicenses, capítulo 2, usted puede ver que este lenguaje en cada una de
estas epístolas. No le estoy dando cada vez que aparece, simplemente algunas muestras.
Ahora, le estaba hablando a los Tesalonicenses en el capítulo 2, versículo 12, “para que
andéis de una manera digna del Dios que os llama a su Reino y gloria.” No hay confusión
absoluta en este lenguaje. No hay intento alguno por retroceder. No hay intento alguno
por causar alguna confusión o evitar la ofensa que este tipo de lenguaje pueda provocar.
Es directo, es lenguaje glorioso, es celebrado y es para producir obediencia y adoración.
Segunda de Tesalonicenses, capítulo 2, este es uno de los grandes duetos de versículos en
el Nuevo Testamento, 2 Tesalonicenses 2:13 y 14, “debemos siempre estar agradecidos a
Dios por vosotros, gracias a Dios por vosotros. Porque la razón por la que ustedes son lo
que son es por lo que Dios ha hecho, hermanos amados por el Señor.” Y ahí es donde
comienza, el Señor decidió amarlos, porque Dios os ha elegido desde el principio para
salvación. Él os ha escogido para vosotros desde el principio para salvación mediante la
santificación por el Espíritu y fe en la verdad. Fue para esto que Él os llamó mediante
nuestro Evangelio, para que tengáis la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Usted tiene toda
la obra de la redención resumida en dos versículos. Comienza con amor y después, la
elección y después, llamado y después, salvación y después, glorificación. Y en la
salvación, viene la obra del Espíritu para producir fe en la verdad. Esta es la razón por la
que Él lo llamó a usted, para llevarlo a la gloria eterna. Esto nos lleva de regreso a
Romanos 8. Predestinado, llamado, justificado, glorificado, irrevocable y ninguno se
pierde.
Escuchemos una palabra del escritor de Hebreos. El escritor de Hebreos, capítulo 3,
versículo 1, esta es una afirmación maravillosa. Hebreos 3:1, por tanto, hermanos santos,
participantes del llamamiento celestial. Hermanos santos, participantes de un
llamamiento celestial. ¿Cómo es que llegamos a ser santos? ¿Cómo es que nos deshicimos
de nuestra corrupción? Nuestra condición miserable, nuestra condición caída, nuestra
depravación. ¿Cómo nos convertimos en hermanos santos? Recibimos un llamamiento
celestial. El cielo nos llamó para salir de la muerte, para salir de la oscuridad, para salir de
la ignorancia, para salir de la ceguera y entrar a la vida y la luz y la verdad.
Pedro, 1 Pedro 2, de nuevo, todos los escritores del Nuevo Testamento celebran nuestro
llamado. Este realmente es uno de los textos más ricos de todos acerca de este tema.
Primera de Pedro 2:9, “más vosotros sois linaje escogido,” hablándole a la ekklesia, los
llamados, “vosotros sois linaje escogido, nación santa, pueblo adquirido por Dios para que
anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.” Eso es
totalmente claro. ¿Cómo es que llegamos a ser un grupo de personas especiales, real
sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios que pudieran anunciar sus virtudes?
¿Cómo es que eso sucedió? Él nos llamó de las tinieblas a Su luz admirable porque
vosotros antes no erais pueblo. Ahora, sois el pueblo de Dios. “Vosotros no habíais
recibido misericordia, pero ahora, habéis recibido misericordia.” Este es el llamado de
Dios. Versículo 21: “porque para esto habéis sido llamados.” Y él acaba de hablar del
sufrimiento - llamados a sufrir por Cristo para ser glorificados con Cristo.
Cuando usted piensa en quién usted es como cristiano, quizás cristiano ciertamente es
una manera de definir a sí mismo y quizás, está bien en pensar acerca de usted mismo
como una parte de la Iglesia de Jesucristo. Pero creo que para hacer eso aún más
estrecho, saber que usted ha sido llamado por Dios a la vida de los muertos, porque Él
escogió colocar Su amor sobre usted antes de que el mundo comenzara, da un
entendimiento fresco a eso. Nuevamente, en 1 Pedro capítulo 3, Pedro nos alienta
bendecir a la gente no devolviendo maldición por maldición, insulto por insulto, sino
bendecir y ¿por qué? Porque habéis sido llamado por el propósito mismo, para que podáis
heredar una bendición. Eso ve la gloria eterna. Fuisteis llamados a la gloria eterna. Fueron
llamados a recibir una bendición de Dios. Mientras que están aquí, den bendición. No den
mal por mal, no se venguen, no den insulto por insulto. Bendecidos, Dios los llamó para
darles bendición eterna.
Y después, en el último capítulo de 1 Pedro, capítulo 5, versículo 10, Pedro dice: “después
de que habéis padecido por un poco de tiempo.” Así es en esta vida. El Dios de toda
gracia, que os llamó a su gloria eterna en Cristo, el mismo os perfeccione, afirme,
fortalezca y establezca. A Él sea la gloria por los siglos de los siglos, amén. Esa es una
doxología. Y hombre, nos da toda razón para que sea una doxología porque acaba de leer
ahí que Su llamado, de Dios, está seguro para siempre. Seguro para siempre. Él lo escogió
a usted porque Él colocó Su amor sobre usted. Él lo llamó a usted, lo justificó y promete
glorificarlo.
Sí, usted sufrirá en este mundo. Pero el Dios de toda gracia simplemente es para
recordarle que esto no tiene que ver con usted, esto tiene que ver con Él. Esto no tiene
que ver con que usted merezca el recibir la salvación o mantener la salvación. Esto
consiste en gracia pura por parte de Aquel que lo llamó a usted y Él lo llamó a usted no a
una salvación temporal, sino que lo llamó a usted a Su gloria eterna en Cristo. Y ahí es en
donde usted va a estar. Ahí es en donde usted va a estar. Él lo llamó a eso.
Segunda de Pedro, no puedo resistir esto, Pedro se presenta a sí mismo como un esclavo,
un apóstol de Jesucristo. Y después, dice en el versículo 1, bastante interesante, “aquellos
que han recibido una fe igual de preciosa que la nuestra por la justicia en nuestro Dios y
Salvador, Jesucristo.” ¿De dónde obtuvo usted su fe? ¿De dónde consiguió usted su fe?
Usted la recibió. Estuvo en el paquete cuando Él lo llamó a usted. Usted recibió su fe,
usted recibió fe por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo. Es un regalo de la
gracia de Dios. “Gracia y paz sean multiplicadas a vosotros en el conocimiento de Dios y de
Jesús, nuestro Señor.”
Después, observe el versículo 3: “viendo que Su poder divino nos ha concedido todo lo
que pertenece a la vida y a la piedad.” Ahora, escuche eso, por Su poder Divino, Él nos dio
todo lo que pertenece a la vida ya la piedad. ¿Qué significa eso? Elección, llamado,
regeneración, justificación, santificación, glorificación, todo - Él nos concedió todo
mediante el conocimiento verdadero de Aquel que nos llamó por Su propia gloria y
excelencia.
De nuevo, ahí está otra vez esa obra unilateral, monergista de Dios mediante la cual Él nos
llama y nos da todo lo que pertenece a la vida y a la piedad. Ahora, ¿entiende usted que
esta no es alguna designación oscura del pueblo de Dios? Así es como los escritores de las
epístolas del Nuevo Testamento se refieren a nosotros.
Ahora, este no es un llamado general. Este no es un llamado externo. Este no es un
llamado que un predicador o evangelista hace. Este es un llamado interno de Dios que no
puede ser resistido. Hay un llamado externo, cuando yo predico el Evangelio, cuando un
evangelista predica el Evangelio, cuando usted le da el Evangelio a un amigo. Cuando
usted le testifica a alguien y los llama a venir a Cristo y a responder a Él y a abrazarlo a Él y
a entregarse a Él y a Su Evangelio, éste es un llamado externo que los humanos hacen. Y
en ese sentido, usted puede tomar el lenguaje de Mateo 22:14 y la parábola que Jesús dio,
en donde Él dijo: “muchos son llamados, pero pocos escogidos.” Usted recuerda que los
que inicialmente fueron llamados al banquete, no vinieron. Ese es un llamado externo. El
llamado del Evangelio externamente sale y la gente rechaza ese llamado. Muchos son
llamados, pocos escogidos. Eso se refiere al llamado general, al llamado externo.
Pero cuando usted llega al Nuevo Testamento y usted comienza con Romanos, y usted
sigue en el resto del Nuevo Testamento, cada vez que la palabra llamado o llamamiento o
vocación, traducido así en ciertas versiones, aparece en la categoría del Evangelio, es un
llamado interno, eficaz, de Dios que lleva al pecador muerto a la vida. Así es como los
escritores del Nuevo Testamento se refieren a este. Es un citatorio por parte de Dios a
venir a Su corte para recibir vida, para ser traído a Su corte, para que no sea condenado,
para que no sea juzgado, sino para que sea declarado perdonado y justo y liberado. Y
después, para ser adoptado como un hijo y reconciliarse de manera plena con Él. Es un
llamado soberano de Dios, salvador, conforme Él ejerce Su propia voluntad y mediante Su
propia gracia magnífica toma al pecador elegido y lo lleva a su presencia para declarar su
perdón de ese pecador y concederle a ese pecador la justicia misma de Cristo, hacerlo un
hijo y prometerle riquezas eternas en gloria.
Por maravilloso que es este, molesta a algunas personas. Así es. Ellos dicen: “por favor,
Dios no va a traer a pecadores a sí mismo. No los va a traer mientras que están gritando y
pateando. Él no se va a sobreponer a ellos contra la voluntad de ellos y violar la decisión
de ellos.” Algunos dicen que Dios no puede hacer eso. Él no lo puede hacer porque Él nos
ha dado libertad y tenemos libertad y libre albedrío y Dios no puede violar eso. Oh, ellos
dicen, Dios puede romper la tapa del ataúd para que la persona muerta pueda tener un
pequeño vistazo de luz y verdad suficientes para creer. Dios, en cierta manera puede abrir
la mente un poco. Pero Él no puede forzarlos. Ellos tienen que tener la oportunidad, esto
es todo, simplemente, la oportunidad.
Hay un libro escrito, un libro popular escrito en tiempos recientes por un teólogo bien
conocido llamado Elegido pero Libre. Y presenta la realidad del llamado de Dios realmente
como una doctrina inaceptable. Él dice que hace que Dios sea un dictador con poder para
aplastar nuestra libertad y nos arrastra a Su Reino. ¿Así es como usted se sintió cuando
usted fue salvo? No creo. Creo que usted no pudo apresurarse lo suficiente como para
llegar ahí. No creo que usted ahora se sienta como que lo peor que jamás le sucedió a
usted fue su salvación. Porque, ¿es posible que Dios lo arrastró a usted pateando y
gritando en esto? Esa es una idea totalmente ajena a esto. Usted está tan completamente
agradecido cada día de su vida por la salvación que Dios le dio. Ese es el tipo de
pensamiento que no es bíblico, verdadero y que no es una representación apropiada de lo
que la Biblia enseña. Nadie jamás es salvo en contra de su voluntad. Nadie. Usted no fue
salvo en contra de su voluntad. Yo no fui salvo en contra de mi voluntad. Nadie jamás ha
sido salvo en contra de su voluntad. Cualquier persona que ha sido salva, ha querido ser
salva. Cualquier persona que se ha arrepentido y creído en el Evangelio, ha querido
arrepentirse y creer en el Evangelio. De hecho, cualquier persona que ha sido salva, ha
tenido un deseo tan poderoso y contundente por ser salvo que literalmente se esforzaron
por entrar al Reino. Jesús dijo: “Se ven cautivados a hacer esto.” Vienen con lágrimas,
vienen golpeándose el pecho. Dios, sé propicio a mi pecador. Están dispuestos a esto.
¿Porque están dispuestos a hacer esto? Porque Dios los hace estar dispuestos. Salmo
110:3: “Tu pueblo se ofrecerá libremente en el día de Tu poder.” Tu pueblo se ofrecerá
libremente en el día de Tu poder. Cuando el Señor emite el llamado, “Sal,” y la vida entra
en su alma muerta, esa vida activa su voluntad. Esa vida produce arrepentimiento. Esa
vida produce fe. Y usted no viene pateando y gritando, sino que viene llorando con gozo.
Entonces, la pregunta es cómo es que el pecador tuvo la de disposición de venir. Ningún
pecador tiene lo que se necesita para estar dispuesto a venir. Cuando enseño la doctrina
de la depravación total, la naturaleza del hombre caído, hablo del problema del hombre
en dos maneras: él es incapaz de ser salvo por sí mismo y no está dispuesto a ser salvo.
¿Muy bien? Incapaz e indispuesto. Esa es la esencia de la depravación. No sólo es que no
puede, sino que no quiere. Eso es Romanos 3. No hay quien busque a Dios, no es justo ni
aún uno. Efesios 2, muertos en delitos y pecados, viviendo según el curso de este mundo,
según el príncipe de la potestad del aire, el Espíritu que opera en los hijos de
desobediencia. Romanos 5:6, débiles, inútiles es la palabra usada. Inútiles, sin esperanza.
No pueden entender las cosas de Dios. Son locura para él, como vimos en 1Corintios 1 y 2.
Segunda de Corintios 4, “cegados por Satanás, el Dios de este siglo, ha cegado sus
mentes.”
Ningún pecador dejado a sí mismo tienen ni el deseo ni la capacidad de venir a Dios. La
corrupción es demasiado profunda, demasiado amplia. Dios, entonces, debe venir en Su
poder soberano y citarnos a creer. Él debe, en el día de Su poder, hacernos estar
dispuestos. No es una obra en la que pateamos y gritamos resistiéndonos, es una
regeneración de gracia poderosa, sobrenatural, celestial de nuestro ser interior entero
que nos hace estar dispuestos en el día de ese poder.
Bueno, ¿qué hay acerca de la libertad y la voluntad? ¿Qué hay acerca de eso? ¿Acaso no
somos libres? Seguro. Usted tiene el libre albedrío. Todo el mundo en el mundo tiene libre
albedrío. Usted sabe, usted toma decisiones todo el tiempo. Usted tomó la decisión de
estar aquí. Usted toma decisiones a lo largo del día. No creo que usted viva bajo algún tipo
de sentido horrible de estar bajo algo que lo obliga a usted a hacer algo en contra de su
voluntad, a menos de que usted sea adicto a algo. Pero simplemente en general en la vida,
usted tiene libertad.
Pero aquí está el problema: si usted no ha nacido de nuevo, si usted no es regenerado,
esta es la extensión de su libertad. Usted puede escoger cualquier conducta, actitud que
usted quiera que deshonra a Dios. Escójala. Pero usted no puede agradarlo. Usted no
puede. Usted puede escoger su pecado. Y la gente lo hace todo el tiempo. Usted puede
escoger su pecado, usted tiene libertad. La gente habla de que quiero mi libertad. La
tiene. Usted puede escoger su pecado. Bueno, usted podría estar restringido un poco
porque usted no quiere terminar en la cárcel de por vida. O podría estar un poco
restringido porque usted no quiere chocar su auto, entonces usted limita cuánto usted
bebe. O usted puede refrenarse un poco porque usted no quiere perder a su esposa y a
sus hijos. Y entonces, usted escoge su inmoralidad. Pero usted puede escoger su pecado.
Nada más que usted no puede escoger nada más. Usted no puede escoger no pecar.
Usted no puede escoger lo que agrada a Dios.
Jonathan Edwards escarbó con mayor profundidad en esta área y Jonathan Edwards,
ciertamente en mi mente, el teólogo más grande de Estados Unidos jamás ha conocido y
quizás, el pensador más brillante. Él escribió esto: “lo que escogemos realmente no está
determinado por la voluntad.” Lo que escogemos realmente no está determinado por la
voluntad. Está determinado por la mente. Lo que la mente piensa es lo que toma la
decisión. Y la mente no es neutral. La mente no es neutral. La mente, y estoy
parafraseando a Edwards en este punto, la mente es corrupta, la mente, tomando la
palabra de Jeremías, la mente del hombre es engañosa sobre todas las cosas y perversa.
Entonces, la mente no es neutral. Piensa en algunas cosas que son lo mejor y tiene la
libertad de escoger. “Cuando es confrontada con Dios, Edwards continúa, la mente del
pecador nunca piensa que seguir u obedecer a Dios es una buena opción.” Nunca piensa
en eso. Su voluntad está libre para escoger a Dios. Nada lo detiene de escoger a Dios, pero
su mente no le permitirá someterse a Dios porque eso no es deseable para él. Por lo
tanto, dice Edwards, a menos de que Dios cambie la manera en la que pensamos, nuestras
mentes siempre nos dirán que nos volvamos de Dios, lo cual es precisamente lo que
hacemos.
El pecador está en una posición en la que él no puede hacer nada más. Entonces, si él va a
querer arrepentirse y va a querer creer, Dios tiene que cambiar su mente. Cambiar cómo
el piensa. Cambiar lo que él desea, lo que él ama, lo que él odia. Lo que él anhela. Esto con
frecuencia es llamado gracia irresistible. Y está bien. Funciona bien con el pequeño
acróstico tulip en inglés, gracia irresistible. Pero no sé si me gusta eso, porque irresistible
es negativo y no pienso en eso como una experiencia negativa, ¿usted sí? Digo, si usted
llama a esto Su gracia irresistible, yo fui salvo por la gracia irresistible de Dios, en cierta
manera, nos da la idea de que tuve algo que yo necesariamente no quise. Además, decir
gracia irresistible es redundante porque francamente la gracia irresistible es irresistible
debido a que es soberana. Y entonces, decir gracia irresistible en cierta manera da una
descripción de gracia y en cierta manera, lo hace de manera excesiva y la subestima.
Gracia es más que algo que resistir. Y es por naturaleza un regalo de Dios que es
irresistible.
Podemos explicarlo de una mejor manera. Podríamos llamarlo gracia salvadora, gracia que
da vida. Un pecador no puede cambiar su voluntad porque su mente es corrupta. Él no
puede mover su voluntad hacia Dios no por la lógica, no por una persuasión, no por
predicación inteligente y no por música emocional. Dios tiene que ir a la tumba y decir,
“sal” y darle un llamado soberano sobrenatural que cita al pecador de los muertos y en
ese punto, todas sus facultades reciben una nueva vida, una mente nueva, una voluntad
nueva conforme el Dios poderoso lleva a cabo una obra de regeneración.
En el año 1996, hubo una junta de algunos de mis amigos y algunos de los más nobles y
los mejores que sirven al Señor y piensan en cosas bíblicas, llamada La Alianza de los
Evangélicos que Confiesan. Se reunieron en Boston y produjeron lo que se llama la
Declaración de Cambridge. Uno de los párrafos en esa declaración de Cambridge dice
esto: “la gracia de Dios en Cristo no es meramente necesaria, sino que es la única causa
eficiente de salvación. Confesamos que los seres humanos nacen espiritualmente muertos
y que son incapaces inclusive de cooperar con la gracia regeneradora.” Gran afirmación.
Son incapaces inclusive de cooperar con la gracia regeneradora. Digo eso porque no
quiero que piensen que yo inventé eso. Sé que no lo saben porque se lo mostré en las
Escrituras, y simplemente están viendo exactamente lo que vieron ustedes hoy.
La salvación de ninguna manera es una obra humana. Los métodos humanos, las técnicas
humanas, las estrategias humanas no pueden llevar a cabo la regeneración. La fe no es
producida en nuestra naturaleza humana no regenerada. Recibimos fe, recibimos una
mente nueva. Recibimos una voluntad nueva.
Una de mis partes favoritas de la historia de la Iglesia es regresar a Charles Wesley.
Charles Wesley negó su doctrina esencialmente. Él fue un arminiano en teología. Esto es,
siguiendo a un teólogo de hace años atrás llamado Arminio, quien negó que la salvación
en su totalidad es una obra de Dios. Él la vio como una obra sinergista entre Dios y el
hombre. No solo, claro, esa postura tiene problemas con Juan 3 y el resto del Nuevo
Testamento y la idea entera del llamado, pero, no obstante, llegó a desarrollarse en una
teología amplia que todavía existe.
Charles Wesley tuvo algunos problemas con la teología, aunque él la promovió y la afirmó
junto con su hermano Juan. Pero, como usted sabe, cuando usted llega al corazón de
Charles Wesley, creo que él encontró algo diferente. Escuche usted lo que Charles Wesley
escribió. Y usted conoce estas palabras, escuche esto: “por mucho tiempo, mi espíritu
estuvo encarcelado, esclavizado en pecado y la noche de la naturaleza. Tu ojo disipó un
rayo, me desperté en el calabozo lleno de luz, cayeron mis cadenas, mi corazón fue
liberado. Me levanté para seguirte a Ti.” El hombre es un calvinista de clóset. ¿Estás
bromeando conmigo? No puedes decirlo mejor que eso.
Jim Boice, un buen amigo, quien ahora está con el Señor, escribió una pequeña historia
acerca de John Newton. Voy a cerrar con esto. Newton fue criado en un hogar cristiano en
el cual se le enseñaron versículos de la Biblia, pero su madre murió cuando él tenía tan
sólo seis años de edad. Y él fue enviado a vivir con un pariente que odiaba a la Biblia y que
se burlaba del cristianismo. Entonces, John Newton huyó al mar. En esos años, era muy
desobediente y era conocido por poder decir palabras vulgares durante dos horas sin
repetir una sola. Él se vio forzado a enlistarse en la marina británica. Pero el desertó, fue
capturado y fue golpeado públicamente como un castigo.
Eventualmente, Newton se metió en la marina como un comerciante y se fue a África. En
sus memorias, él escribió que él fue a África por una razón, únicamente una y cito: “para
que pudiera pecar sin límite.” Newton terminó con un comerciante de esclavos portugués,
en cuyo un hogar él fue tratado de manera cruel. Este hombre, con frecuencia salía en
expediciones de esclavos; y cuando él no estaba, él le dejaba su autoridad a su esposa
africana, la mujer primordial del harén. Ella odiaba a todos los hombres blancos y
descargaba su odio en Newton. Él dice que durante meses él se vio forzado a comer su
alimento del piso como un perro. Él fue golpeado sin misericordia si tocaba la comida.
Con el tiempo, habiendo perdido peso y demacrado, Newton se fue al mar en donde fue
recogido por un barco británico que iba a la costa de Inglaterra. Con el capitán del barco
supo que el joven sabía algo de navegar, como resultado de haber estado en la marina
británica, él lo incorporó a la tripulación. Pero inclusive entonces Newton se metió en
problemas. Un día, cuando el capitán estaba en la costa, Newton abrió la bodega de ron
del barco y emborrachó a la tripulación. Él mismo estaba tan borracho que cuando el
capitán regresó y le pegó en la cabeza, Newton se cayó y se habría ahogado si uno de los
marineros no lo hubiera sacado rápidamente.
Cerca del final de un viaje, conforme se acercaban a Escocia, el barco estuvo en mal clima
y se desvió. Cayó tanta agua que el barco comenzó a hundirse. El joven rebelde fue
enviado al casco para bombear agua. La tormenta duró por días. Newton estaba aterrado.
Él estaba seguro de que el barco se hundiría y que él se ahogaría. En el casco del barco,
conforme él bombeaba agua de manera desesperada, el Dios de toda gracia a quien él
trató de olvidar, pero quien nunca se olvidó de Newton, trajo a su mente versículos de la
Biblia que él había aprendido en su hogar como niño. El camino de la salvación le fue
abierto. Él nació de nuevo y fue transformado totalmente.
Más tarde, cuando él volvió a estar en Inglaterra, él comenzó a estudiar teología y
eventualmente, se convirtió en un predicador en una pequeña ciudad llamada Olney y
más tarde, en Londres. Su historia está contenida en estas palabras: “sublime gracia, cuán
dulce el sonido que salvó a un miserable como yo.”
Padre, Te damos gracias por la verdad. Gracias por la obra de salvación, la obra poderosa
de salvación que has llevado a cabo en nosotros. Somos indignos. Cuando hemos hecho
todo lo que deberíamos haber hecho, tenemos que decir, “siervos inútiles somos, toda la
gloria es para Ti, toda la alabanza es para Ti.
Para la alabanza de tu gloria está escogido, nos has redimido. Tu nos has justificado, nos
has regenerado, nos has adoptado, nos han santificado. Tú nos has colocado en la
comunión de los santos y nos has prometido gloria eterna. Y todo esto es Tu obra
poderosa por la cual te alabamos. ¿Cómo no Te vamos a adorar, cómo no te vamos a
amar? ¿Cómo no te vamos a obedecer? ¿Cómo no vamos a encontrar gozos interminables
en lo que has provisto para nosotros? Que nunca nos estanquemos en nuestras mentes y
corazones. Te damos gracias, Te damos la alabanza.
Padre, gracias por el tiempo que hemos podido apartar del mundo que nos rodea y hemos
podido venir a este lugar maravilloso para congregarnos con Tus santos a adorarte y para
que nos hables de manera tan poderosa mediante Tu verdad. Sella todas estas cosas en
nuestros corazones y llénanos de gratitud, oramos. Lleva a cabo Tu obra en toda vida y Te
daremos toda la alabanza y toda la gloria. Amén.
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El gozo de la salvación, 1ª Parte


Escritura: 1 Pedro 1:6–7

Código: 60–7
John MacArthur
Esta noche para nuestro tiempo en la Palabra de Dios juntos, regresamos a 1 Pedro
capítulo 1. Estamos viendo los versículos 6 al 9 en esta epístola maravillosa. Antes de que
veamos 1 Pedro 1:6–9 permítame recordarle uno de los capítulos más preciados en toda
la palabra de Dios, este es Lucas capítulo 15. No necesita pasar ahí, únicamente quiero
referirme a él.
En Lucas capítulo 15, nuestro Señor Jesús cuenta tres historias, una de ellas es acerca de
un hombre que tenía cien ovejas y perdió una, otra es de una mujer que perdió una
moneda de valor, otra es de un padre que perdió a un hijo, a quién ahora conocemos
como el hijo pródigo. En cada caso, la historia representa salvación. La oveja perdida es
hallada, la moneda perdida es hallada, y el hijo perdido es hallado. Cada una de ellas
retrata un alma perdida traída de regreso a Dios, perdonada y bendecida. Y en cada
historia hay una respuesta en común.
Al final de la historia acerca de la oveja perdida, dice: “Y cuando él viene a casa, él llama a
sus amigos y a sus vecinos diciéndoles, regocíjense conmigo porque he hallado mi oveja
que estaba perdida. Y después nuestro Señor dice: Os digo que de la misma manera habrá
más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve personas
justas que no necesitan arrepentimiento. En el caso de la moneda perdida, cuando ella la
encontró, ella llamó a sus amigas y vecinos, diciéndoles: Regocijaos conmigo porque he
hallado la moneda que había perdido. Y después nuestro Señor dice: De la misma manera
os digo que hay gozo en la presencia de los ángeles de Dios por un pecador que se
arrepiente.
En la historia del hijo perdido que fue hallado, el padre les dijo a sus esclavos:
Rápidamente, traigan la mejor túnica y póngansela, y coloquen un anillo en su mano, y
sandalias en sus pies, y traigan el animal engordado, mátenlo, y comamos y
regocijémonos, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a vivir, estaba perdido y
ha sido hallado, y comenzaron a regocijarse. Ahora, cuando su hijo mayor estaba en el
campo, y cuando llegó y se acercó a la casa oyó música y baile. En cada caso, hubo gozo
tremendo, gozo tremendo. Lo que quiero que observe es que la salvación y la celebración
van de la mano. La salvación y el gozo van juntos. Llevar a una persona a estar bien con
Dios es causa de gozo. Gozo por parte de Dios, gozo por parte de la iglesia, gozo por parte
de Cristo, por parte de los ángeles, y gozo por parte del que es redimido.
Ahora, este gozo de salvación es el tema de Pedro. Si me acompaña ahora a 1 Pedro
capítulo 1, él menciona la salvación en el versículo 5, “una salvación que será manifestada
en el día postrero.” En el versículo 9, “la salvación de vuestras almas,” en el versículo 10,
“en cuanto a esta salvación los profetas escudriñaron.” Tres veces, del versículo 5 al 10 él
usa la palabra ‘salvación’. La salvación entonces es un elemento en el tema de Pedro.
Observará también en el versículo 6, que él habla acerca de gozo, “en lo cual vosotros os
alegráis.” Versículo 8, él dice al final, os alegráis grandemente con gozo inefable y lleno de
gloria.”
Ahora, lo que yo concluiría de manera muy simple a partir de eso, es que Pedro tiene en
mente aquí que no solo debemos entender la salvación, sino también su implicación, esto
es gozo. El gozo de la salvación está en el corazón de Pedro en este pasaje. Es apropiado
porque refleja lo que Pedro conoce acerca de la revelación de Dios. El salmista, por
ejemplo, en el Salmo 4:7 dice: “Dios puso gozo en su corazón.” Isaías escribiendo en el
capítulo 35, versículo 10, dijo que los rescatados o redimidos del Señor vendrán con gritos
de gozo con gozo eterno. Él también dijo en el capítulo 61, que Cristo venía para dar el
ungüento de gozo.
Y él habló por todos los redimidos, en el versículo 10 de ese mismo capítulo, cuando dijo:
“Me regocijaré grandemente en Jehová, porque Él me ha vestido con la vestimenta de
salvación.” También recordará que cuando los ángeles anunciaron el nacimiento de Cristo,
dijeron que venía un salvador y que su venida traía buenas nuevas de gran gozo, Lucas
2:10. El gozo y la salvación estuvieron unidos por el apóstol Pablo, él escribió que los
tesalonicenses habían recibido el mensaje del evangelio con gozo, 1 Tesalonicenses 1:6.
Ahora, el resumen de todo es simplemente para recordarnos que el gozo es un resultado
del regalo de Dios, de la salvación. Y todos nosotros que somos salvos, debemos
experimentar ese gozo. Esa es la razón por la que Pablo exhortó a los cristianos en 1
Tesalonicenses 5:16, con estas palabras conocidas: “Estad siempre gozosos.” A los
filipenses él les dijo: “Regocijaos, y otra vez digo, regocijaos.” ¿Por qué? porque el gozo y
el regocijo es un elemento dentro de la obra salvadora de Dios. No obstante, cuando el
pecado entra a la vida de un creyente, el gozo se irá.
Y David expresó eso, no es cierto en el Salmo 51:12, cuando saliendo del pecado terrible
de adulterio y homicidio, él clamó a Dios y dijo: “Restáurame el gozo de tu salvación.” El
gozo es un elemento de la salvación. Puede ser perdido por el pecado, y en ese punto
debemos ser exhortados a experimentar de nuevo el gozo que Dios ha provisto para
nosotros. La salvación entonces tiene gozo incorporado, de tal manera que todo creyente
debe experimentarlo constantemente.
Ahora, la pregunta que viene a nuestra mente es, ¿cómo experimentamos ese gozo?
¿cómo cautivamos ese gozo? Enfrentémoslo, la mayoría de nosotros no estamos llenos de
gozo todo el tiempo. No todo el tiempo estamos experimentando regocijo. ¿Qué es
entonces lo que restaura ese gozo? ¿Qué es lo que motiva ese gozo? ¿Qué es lo que
cautiva ese gozo? ¿Qué es lo que descubre ese gozo? Bueno, eso es exactamente lo que
vamos a descubrir a partir de Pedro, en los versículos 6 al 9. Antes de que veamos esos
versículos específicamente, recuerde que es importante para Pedro mencionar el tema del
gozo, porque sus lectores necesitan recordarlo tanto; están en una situación muy difícil.
Ya hemos estudiado suficiente acerca de ésta epístola en nuestro tiempo breve aquí, para
saber que aquellos a los que él les escribe están enfrentando persecución. Han estado
entre esos cristianos de ese mundo antiguo, culpados por incendiar Roma, eran
menospreciados, odiados, rechazados por muchas personas, incluso sin ese ingrediente
añadido. Y entonces, estaban bajo persecución muy severa. En el capítulo 2, por ejemplo,
versículo 12, Pedro dice: “Manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles,
para que en aquello en lo que os calumnian como malhechores, debido a vuestras buenas
obras, y demás…” Estaban siendo calumniados como malhechores.
En el versículo 19, la implicación es que literalmente estaban teniendo que sufrir de
manera injusta, y Pedro dice: “Soporten bajo este sufrimiento injusto.” En el versículo 20
dice, estaban siendo tratados mal, y llamados a soportarlo con paciencia. En el versículo
21, él les dice: “Porque para esto mismo habéis sido llamados, Cristo también padeció por
vosotros dejándoos ejemplo para que sigáis sus pisadas.” Él sufrió y ustedes también
sufrirán.
En el capítulo 3, versículo 9, él les dice: “No devuelvan mal por mal, ni maldición por
maldición, sino más bien, bendecid.” La implicación es que estaban cometiendo maldad
estos cristianos, estaban insultando estos cristianos, no debían vengarse, versículo 14
dice, están sufriendo por causa de la justicia, y de esta manera son bienaventurados. Y él
procede a recordarles que den una defensa para la fe y la esperanza que está en ellos, y
santifiquen al Señor Dios en sus corazones, y si es necesario en el versículo 17, sufren por
lo que es correcto en lugar de aquello por lo que está mal.
En 1 Pedro capítulo 4, versículo 1, “Debido a que Cristo ha padecido en la carne, armaos
vosotros con el mismo pensamiento.” Capítulo 4, versículo 12, “No os sorprendáis del
fuego de prueba que ha venido entre vosotros, que viene para vuestra prueba, como si
algo extraño les estuviera pasando. Al grado en el que comparten los padecimientos de
Cristo, sigan regocijándose para que, en la manifestación de su gloria, se puedan regocijar
con exaltación.” El versículo 14 nos dice que estaban siendo menospreciados por el
nombre de Cristo. Estaban sufriendo, el versículo 16 dice, como un cristiano y no debían
avergonzarse, sino glorificar el nombre del Señor. El versículo 19 dice que, si sufren, se
encomienden a Dios. 1 Pedro capítulo 5, versículo 10, dice: “Después de que halláis
padecido por un poco de tiempo, Dios mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y
establezca.”
Ahora, todos esos versículos nos presentan de manera clara que estaban en un momento
muy, muy difícil, era un tiempo que fácilmente podía haberles robado su gozo. Y esa es la
razón por la que Pedro une el gozo a su salvación, recordándoles la bendición de conocer
a Dios mediante Cristo, y que debían conocer gozo a pesar de todo eso. Están enfrentando
dificultades que de ninguna manera deben disminuir su gozo.
Ahora, veamos los versículos 6 al 9, y escuche conforme leo. “En lo cual vosotros os
alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en
diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro,
el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra
cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo,
aunque ahora no le veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de
vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.”
Esa es una afirmación rica, maravillosa, profunda. Y nos abre este asunto entero del gozo.
Pedro realmente responde a la pregunta, aquí de manera implícita, que hicimos antes, ¿en
qué se deben concentrar los creyentes para recuperar su gozo cuando están en medio de
los problemas? ¿Adónde acudo para encontrar mi gozo cuando mis circunstancias no son
todo lo que quisiera que fueran? Simplemente en general, ¿se dio cuenta de que
conforme leí que el gozo está conectado a esa especie de trio santo, y conocido de fe,
esperanza y amor, estos tres se presentan en esta sección?
Cómo puede ver el gozo no es una emoción superficial breve, es algo muy profundo, algo
unido a la fe, algo unido a la esperanza, y algo unido al amor. El gozo no viene de manera
barata, viene a gran expensa para Dios. Él coloca el tesoro del gozo en el cielo mediante el
sacrificio de Cristo, Él provee ese gozo a través de todas nuestras pruebas por el ministerio
del Espíritu de Dios, y entonces el Padre tuvo que darnos al Hijo y al Espíritu para que
pudiéramos experimentar gozo.
Y recordará que cuando estábamos estudiando Filipenses, hace varias semanas atrás,
dijimos que el gozo es producido por cosas que son mucho más profundas que las cosas
que producen felicidad. Las circunstancias positivas producen felicidad, una relación
positiva con el Dios viviente a través de Cristo, produce gozo. La felicidad viene de
acontecimientos positivos, el gozo viene de una confianza profunda de que su vida está
escondida con Cristo en Dios. El gozo está conectado con la salvación.
Entonces, dice usted: Bueno, John, ¿en dónde busco en mi salvación para conseguir ese
gozo, para descubrir ese gozo, para enfocarme en ese gozo, para cautivar ese gozo? Pedro
nos dice cinco puntos de contacto para redescubrir su gozo. No sé dónde está usted en su
vida cristiana, pero si no se está regocijando siempre, si usted no se está regocijando
siempre en el Señor, si usted no tiene ese sentido profundo de paz y satisfacción, ese
corazón que está brillando, esa emoción ardiente en su vida sin importar que
circunstancias está enfrentando, usted necesita recuperar su gozo y Pedro nos da cinco
perspectivas.
Su gozo va a venir de la profundidad de su ser, no está relacionado a su circunstancia, no
está relacionado a lo que usted está experimentando en un sentido. En otro sentido le voy
a mostrar lo que es, viene de tener confianza en ciertas cosas. La primera: viene de
confianza en, uno, una herencia protegida, una herencia protegida. Ésta es la primer gran
verdad que trae el gozo de la salvación. Observe el versículo 6, “en lo cual vosotros os
alegráis.” ¿En qué? “Lo cual” se refiere de regreso a los versículos 3 al 5, “en lo cual
vosotros os alegráis.”
Esa palabra “alegráis,” es un término muy, muy expresivo. Jesús lo usa en Mateo 5:12 en
las bienaventuranzas y se traduce en una versión, “estén excesivamente contentos.”
Pedro la usa tres veces y Pablo nunca la usa. Es una palabra mucho más fuerte que la
palabra ‘regocijarse,’ kairo, mucho más fuerte. Significa estar excesivamente contento,
estar superabundantemente feliz en el sentido profundo, no en el sentido de las
circunstancias.
Entonces, él llama a un regocijo grande. La palabra siempre es usada de gozo espiritual,
nunca de gozo temporal. Siempre se usa de gozo que viene de una relación con Dios,
nunca usada de gozo que viene de una relación con alguien más. Y debido a que está en la
voz media presente en el griego, tiene la idea de un gozo exuberante, continuo y
contentamiento. Usted podría traducirla: “Estén jubilosos. Estén contentos de manera
exuberante.”
Entonces él llama a un regocijo grande. ¿Por qué? “En lo cual,” dice él, “os alegráis.” ¿A
qué se refiere, ‘lo cual’? Tenemos que regresar a los versículos 3 al 5, “Bendito el Dios y
Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer
para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una
herencia incorruptible, incontaminada, e inmarcesible, reservada en los cielos para
vosotros que sois,” aquí está, “guardados por el poder de Dios mediante la fe para
alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.”
Estudiamos eso la última vez, y dijimos que Pedro aquí está hablando de una herencia
protegida que cada uno de nosotros en Cristo tenemos con Dios. Dios mediante Su
misericordia nos ha hecho renacer a una esperanza viva y esa es una esperanza que
siempre vive. Y esa esperanza es que recibiremos una herencia eterna, la herencia que
nunca puede perecer, la herencia que nunca puede ser contaminada, la herencia que
nunca puede desvanecerse, y nosotros nunca podemos quedar descalificados porque
somos protegidos por el poder de Dios.
Entonces, tenemos una herencia eterna protegida, en lo cual, dice él, están jubilosos. ¿En
dónde está buscando su gozo? Esa es la pregunta. ¿Está buscando su gozo en sus
circunstancias? No está ahí, las circunstancias lo van a traicionar. Pero si usted reconoce
que su gozo puede ser encontrado en su herencia protegida, nada puede tocar eso. La
promesa maravillosa de Dios para todo creyente es que tenemos una herencia
incorruptible, eterna, incontaminada, inmarcesible, la cual es nuestra glorificación
definitiva en la salvación final, está reservada en la actualidad para nosotros, mantenida
en el cielo segura hasta el último momento cuando veamos a Jesús cara a cara. Esa
eternidad gloriosa que Dios Padre por misericordia nos ha concedido mediante el nuevo
nacimiento, es la esperanza que llena nuestros corazones, “en lo cual vosotros os
alegráis.”
Amados, quite sus ojos de este mundo, deje de buscar su satisfacción aquí. Es su gloria
eterna en el cielo lo que es el enfoque. Pablo lo dijo, “Poned la mira en las cosas” ¿qué?
“de arriba,” Colosenses 3, “no en las de la tierra.” Usted tiene la promesa de una salvación
plena y eterna, reservada para usted en el lugar más seguro en el universo; el cielo santo
de Dios. Nada puede pasarle, y nada puede pasarle a usted. ¡Qué fuente de gozo!
Entender que nuestra herencia plena está esperándonos, que estamos seguros, nada
jamás puede alterar eso, y esperamos ese momento inevitable cuando recibamos la
herencia. Eso es causa de gozo, causa de gozo.
Hubo un momento en el Nuevo Testamento cuando ese gozo quizás no era alcanzable, el
gozo de una herencia protegida. En Juan 16 recuerde usted, Jesús hablándole a los
discípulos Él dijo: Un poco de tiempo y no me veréis, de nuevo, un poco de tiempo y me
veréis. De cierto de cierto os digo, lloraréis y os lamentaréis, pero el mundo se regocijará,”
¿por qué? “porque estaré muerto. Me iré. Y ustedes van a llorar, y el mundo se va a
regocijar. Ustedes van a estar tristes.” Y después Él dijo: “Pero vuestra tristeza será
convertida en,” ¿qué? “en gozo.”
Cuando una mujer está en trabajo de parto, ella tiene tristeza porque su hora ha venido,
pero cuando ella da a luz al hijo, ya no se acuerda de la angustia más, por el gozo de que
un hijo ha nacido en el mundo. Por lo tanto, vosotros también ahora tenéis tristeza, pero
os volveré a ver, y vuestro corazón se regocijará y nadie quita vuestro gozo de vosotros.”
Hubo una hora oscura, el tiempo cuando Jesús estuvo en la tumba, y el gozo realmente no
era algo que se podía alcanzar porque la herencia prometida realmente todavía no había
sido verificada. Estuvo bien que Jesús dijera, “Voy pues a preparar lugar para vosotros y
voy a regresar y llevarlos para que estén conmigo.”
Pero cuando Él estuvo muerto en la tierra, fue un poco difícil aferrarse a eso. Y hubo un
momento de tristeza. Pero cuando Jesús salió de la tumba y vio a esos discípulos su
tristeza se convirtió en gozo, porque la promesa de vida después de la muerte para ellos
parecía más creíble debido a que Cristo había conquistado la muerte por Sí mismo. Incluso
fue aún más implícito, en ese texto, en Juan 16, yo creo que Jesús incluso iba a ir más allá
de Su resurrección y hablar de la venida del Espíritu. Todavía venía un tiempo de
dificultad. Incluso cuando Jesús resucitó de los muertos, cuando los discípulos estaban
luchando en sus corazones con todo lo que estaba pasando, debido a que no habían
recibido aún al Espíritu Santo para que residiera en ellos.
Y después Jesús dijo: “Me voy y os enviaré al Espíritu, y el Espíritu establecerá Su
residencia en su vida.” Y el Espíritu es la fuente de gozo, porque Gálatas 5 dice, el fruto del
Espíritu es amor, gozo. Jesús tenía ambos en mente sin duda, cuando Él dijo: “Su tristeza
vendrá, pero su tristeza se convertirá en gozo, porque van a llorar por un tiempo, pero
después su tristeza se convertirá en gozo, el cual nunca jamás nadie quitará de ustedes
porque es un gozo basado en la resurrección, gozo basado en la venida del Espíritu.”
Por un momento breve en el tiempo las promesas de Dios mediante Cristo a los suyos
parecían imposibles de alcanzar y el gozo parecía estar ausente. Pero cuando la
resurrección vino, y poco después el Espíritu Santo vino el gozo de la herencia futura llegó
a la vida, y nadie jamás volverá a quitarlo, nunca más. Esa es la razón por la que Pablo en
Romanos 5:2 dice: “Nos regocijamos en la esperanza de la gloria de Dios.” Esa es la razón
por la que él dice en Romanos capítulo 12, versículo 12, “Regocijándonos en esperanza.”
Porque su esperanza está en la resurrección y su esperanza es generada por el Espíritu
Santo quien vive en nosotros, quien, escuche, es la garantía de nuestra herencia
protegida.
En Efesios capítulo 1, en esa porción maravillosa de la Escritura, el versículo 12 dice que
tenemos esperanza en Cristo. Y después en el versículo 13, habla del mensaje, el evangelio
de salvación, y habiendo creído fuisteis sellados en él con el Espíritu Santo de la promesa,”
escuche esto, “quien es dado como garantía de nuestra herencia.” El Espíritu de Dios es el
enganche de nuestra herencia protegida, de su herencia protegida. Él es el arrabōn, Pablo
usa esa palabra, significa anillo de compromiso para verificar que la boda realmente se va
a llevar a cabo. Ustedes se pueden regocijar, amados, por su herencia gloriosa, guardada
para ustedes, y ustedes guardados para ella. Y nada jamás puede robar su gozo porque
ese gozo está edificado sobre hecho histórico, la resurrección de Cristo. Está edificado en
una experiencia actual, el poder y presencia del Espíritu de Dios que mora en ustedes, eso
es gozo y eso es gozo por una herencia protegida.
Ahora, si usted está pasando por pruebas en la vida, en lugar de ver este mundo temporal,
mundano, con todos sus problemas, necesita ver su herencia eterna, protegida. Si está
teniendo problemas con eso, escuche la serie del cielo, y repásela. Ahora, no estoy
hablando de motivar la emoción, ¿entiende usted eso? No estoy hablando de algo
artificial, falsificado, no sincero. No estoy pidiendo que usted pretenda tener un gozo que
no es real. No creo que usted puede manufacturar el gozo. No quiero que usted niegue el
dolor, no le estoy pidiendo que niegue el sufrimiento. No le estoy pidiendo que niegue la
tristeza, o niegue el problema. No se va a ir.
Pero estoy diciendo, decida adónde va a mirar. Usted ve en la vida desde una ventana.
Usted está en un tren. Imagínese un tren que está pasando por las montañas. Todos
hemos tenido esa experiencia, o la mayoría de nosotros. Y de este lado del tren, y es un
tren con muchas ventanas, quizás usted está en el vagón de observación. Y de este lado
hay una montaña alta y usted va muy cerca de ella, y lo único que puede ver es una
sombra oscura. Del otro lado, valles magníficos y planicies y arroyos y lagos, y los ve hasta
dónde su ojo puede ver. ¿Qué es lo que usted va a ver?
Bueno, algunas personas en la vida simplemente escogen quedarse viendo a la montaña
oscura. Esa es su perspectiva. Por otro lado, si usted quiere regocijarse, vea su vida nueva,
su esperanza nueva, su riqueza nueva, su seguridad en Cristo. Cuán torpe es sentarse
atormentado por la oscuridad, porque usted escogió ver por la ventana equivocada. Sin
duda alguna, la razón por la que tantos cristianos son miserables, cargados, llenos de
culpabilidad y aspiraciones insatisfechas y resoluciones quebrantadas, es porque no ven
su herencia gloriosa, protegida, eterna.
Su gozo, ahora escuche con cuidado, debe ser en gran parte el gozo de la expectativa, el
gozo de la expectativa. Y eso es válido. Oiga, usted vive con el gozo de la expectativa en un
sentido temporal. Usted se motiva meses, y meses y meses antes de que salga de
vacaciones. Normalmente la expectativa es mejor que la realidad. Usted ya está tres días
de vacaciones y usted está diciéndose porque estoy gastando todo este dinero. Pero le
voy a decir una cosa, así es la vida. Usted espera un nuevo auto y poco después no es lo
que usted pensaba que era, una nueva casa y poco después no es lo que usted pensaba
que era. En este caso, la realidad excederá por mucho la expectativa. Pero la expectativa
es suficiente para darle a usted gozo. Mantenga sus ojos en su herencia protegida.
En segundo lugar, la siguiente fuente de gozo de salvación no solo es una herencia
protegida, sino una fe probada, una fe probada. Esto es tan práctico. “En lo cual vosotros
os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos
en diversas pruebas.” Este es un concepto muy rico, quizás ni siquiera pueda terminar
esto en esta noche. Probablemente no lo haga, pero van a escuchar una gran lección aquí.
Ahora, escúcheme con cuidado. Le acabo de decir que se concentre en el gozo de la
expectativa, ahora aquí está el equilibrio. Aquí hay otro tipo de gozo, aquí hay un gozo
que, aunque ahora usted está pasando por varias pruebas, ahora eso lo trae de regreso a
este mundo. De tal manera, que eso, ahora observe esto, no solo es cómo ve usted su
futuro, sino cómo ve usted su presente. El gozo viene, ahora escuche con cuidado, no a
pesar del problema sino debido al problema. Viene a través del problema. ¿Cómo? Porque
el problema, versículo 7, es la prueba de su, ¿qué? su fe, la cual es mucho más preciosa
que el oro.
Dios trae pruebas a su vida para probar su fe. Algunas personas piensan que la
persecución severa, las pruebas severas de los creyentes roban el gozo de la expectativa.
No. Añaden al gozo de expectativa, añaden a él. ¿Por qué? Porque el gran ladrón del gozo
de la expectativa es la duda, ¿acerca de qué? de la salvación. Si yo estoy preocupado si soy
salvo o no, es muy difícil para mí disfrutar el prospecto de mi futuro. Entonces, esto es
muy importante.
Entonces, Pedro pasa del futuro al presente, de lo que podría parecernos como
expectativa y entra a la realidad. Como le he dicho a lo largo de los años, Dios tiene una
manera de decir cosas con una economía de palabras que absolutamente va más allá de la
comprensión humana. Y en un pequeño versículo 6, hay una descripción del problema que
es tan profunda, de hecho, no lo vi hasta que seguí leyéndolo una y otra vez, y realmente
entendí la profundidad de esta afirmación. Simplemente todo lo que usted necesita
conocer acerca del problema está en ese versículo.
Ahora, permítame mostrárselo. Permítame dar algunos principios, ¿muy bien? Principio
número uno: el problema no dura. ¿No es bueno saber eso? No dura. Versículo 6, “en lo
cual vosotros os alegráis, aunque ahora, por un poco de tiempo,” o una temporada, es
temporal, es por un momento. Se va a ir con esta vida. Hay un segundo principio aquí, el
problema no dura, pero el problema sirve para un propósito. Observe el versículo de
nuevo. “En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo,” siguientes
palabras, “sí,” ¿qué? “es necesario.” ¿Sabe usted porque el problema viene a su vida?
¿Porque es qué? necesario. El problema cumple con un propósito.
Dice usted: “¿Cuál es el propósito? No entiendo el propósito.” Bueno, permítame
recordarle. Para humillarnos, es suficiente. Para alejarnos de cosas mundanas, para
ayudarnos a ver el cielo. Para revelar lo que realmente amamos. Para enseñarnos el valor
de la bendición de Dios en contraste al dolor de la vida. El problema viene para
capacitarnos para ayudar a otros. El problema viene para desarrollar una fortaleza
perseverante en nuestra vida, y el problema viene algunas veces para disciplinarnos por
nuestro pecado. Cumple con un propósito.
En el capítulo 5, Pedro dijo en el versículo 10, “Después de que habéis padecido por un
poco de tiempo, el Dios de toda gracia, que os llamó a su gloria eterna en Cristo, Él mismo
os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.” Dios tiene un propósito en esto; hacer
que usted sea mejor. Tercer principio que sale de este pequeño versículo: el problema
trae dolor. Nadie jamás negó eso. “Aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario,
tengáis que ser afligidos.” Dios lo sabe. Esa es la razón por la que lo trae. Él está hablando
aquí de angustia mental, no solo física, sino angustia mental, tristeza, decepción,
ansiedad. Seguro, el problema trae dolor.
Entonces, tenemos una pequeña teología del problema aquí. El problema no dura, el
problema cumple un propósito, el problema trae dolor. Debe ser doloroso, ¿entendió
usted eso? Ese es su punto. Debe afligirlo a usted para alejarlo del mundo y acercarlo al
Señor, para limpiarlo de su pecado, para refinarlo, para que usted sea más útil. Hay un
cuarto principio, el problema viene en muchas formas, ¿se ha dado cuenta? El versículo 6
dice: “Aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en
diversas pruebas.” Peirasmos, problema, pruebas, viene en muchas formas. La palabra es
poikilos, significa ‘muchos colores’, el problema tiene muchos colores.
Por cierto, Pedro usa esa misma palabra una ocasión más cuando él describe la gracia
multicolorida de Dios, ese es un pensamiento hermoso. El problema tiene colores
múltiples, y la gracia de Dios es poikilos, multicolorida. Es como si no hay una prueba de
cierto color que Dios no pueda encajar con un color de gracia. Es un pensamiento
hermoso. La gracia para encajar con toda prueba. Viene en muchas formas. Usted apenas
piensa que ya superó uno y otro viene. Pero último, principio pequeño, el problema no, no
debe disminuir el gozo.
Observe el versículo 6, “en lo cual vosotros os alegráis,” aquí está, “aunque ahora, por un
poco de tiempo, si es necesario tengáis que ser afligidos en diversas pruebas.” Ustedes se
alegran, aunque están en una prueba, el punto es que el problema no disminuye el gozo,
no debe disminuir el gozo. ¿Por qué? ¿Por qué no debe disminuir el gozo? Le voy a decir
porque, versículo 7, “para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el
oro, el cual, aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y
honra cuando os sea manifestado Jesucristo.”
Ahora escuche a esto con mucho cuidado, esta es una verdad profunda. Pedro dice, esta
es la razón por la que las pruebas no les quitan el gozo. Aquí está la razón por la que las
pruebas producen gozo, porque si pasan la prueba su fe se vuelve aprobada. No se usted,
pero ese es un pensamiento emocionante. Las pruebas prueban la validez, la legitimidad
de nuestra fe. Ese es un beneficio tremendo. Si usted pasara la vida y nunca tuviera
ninguna prueba, nunca tuviera ningún problema, su fe nunca fuera probada, usted no
sabría si su fe es real. Eso es básicamente lo que él está diciendo.
“Para que,” refleja propósito, las pruebas vienen, varias pruebas vienen, lo afligen a usted,
son necesarias, son temporales, no roban su gozo, vienen para que la prueba de su fe, o
en un sentido de adjetivo, esa frase debe ser traducida “el residuo probado de su fe,”
viene como fuego para quemar la escoria del metal, para ver si hay algo real ahí. La fe
realmente es revelada en la prueba, es genuina si hay algo ahí cuando el fuego ha
terminado de quemar. El propósito de Dios en el problema, escuche con cuidado, es
probar su fe. ¿Para quién? ¿Él? ¿Él necesita probar su fe? ¿Acaso Dios necesita hacer algo
para descubrir si usted es real? No, Él sabe lo que hay en su corazón, ¿verdad?
Entonces, ¿a quién va a beneficiar la prueba? A usted. A usted. La palabra para prueba
aquí en el versículo 7 es usada porque es tomada del proceso de evaluar el metal. Y ese
tipo de evaluación de metal era para determinar su naturaleza verdadera, descubrir su
pureza, colocarlo en el fuego y quemar todo lo demás, y lo que quedaba era el contenido
verdadero. Por cierto, si colocaban algo en el fuego y nada quedaba, ellos sabían que no
había metal real, no había oro en absoluto. Eso le pasó a Judas, ¿no es cierto? Fue metido
a la prueba, al fuego, el probó ser cero.
Dios prueba al creyente para revelar si su fe es genuina. Así como Él prueba el oro. Y
menciona el oro en el versículo 7, que es probado por fuego. El fuego equivale a las
pruebas, el oro es su fe real. Y cuando el fuego viene y toda la escoria es quemada, la fe
real es revelada. Ahora, en cierta manera funciona así, piense en esto, ¿muy bien? Su
corazón está triste, ¿muy bien? Usted está pasando por problema, prueba sufrimiento,
dolor, y usted está en medio de la ansiedad y todo esto. El ambiente a su alrededor se
está colapsando, nada está saliendo como usted quiere que salga, usted está pasando por
todo tipo de dolor y preocupación, y usted comienza a buscar a su alrededor, para
encontrar algún lugar en dónde encontrar consuelo. La mayoría de la gente en el mundo
en el dinero, los amigos, el alcohol, las drogas, el sexo, la venganza, lo que sea. Y el
problema quema todo, porque todo aquello en lo que confían también va a ser
consumido, nada de eso dura, todo va a quemarse en el fuego.
El cristiano se levanta por encima de todo eso. Él se levanta por encima de todo lo que
está sujeto al cambio y la putrefacción, él arroja su ancla, como Hebreos dice, dentro del
velo en los lugares celestiales, en dónde el gozo es inalterable. La fuente de gozo es
permanente. Y eso es exactamente lo que Pedro está diciendo aquí, cuando usted pasa
por una prueba, si usted trata de resolver eso con más basura del mundo, se va a ir con lo
demás. Pero si usted se levanta por encima de eso por fe, y se aferra a Dios y a Cristo, su
fe es probada. El punto es que, si usted sale del otro de la prueba creyendo en Dios,
confiando en Dios, creyendo en Cristo, confiando en Cristo, entonces usted sabe que su fe
es que, es real, es real.
Ahora es precisamente lo que nuestro Señor dijo en Mateo 13, que alguna semilla cae al
suelo, la planta sale, el sol sale, seca la planta, no hay vida real ahí, no hay manera de
llegar a las raíces y bajo la persecución y la aflicción eso se seca y muere, y nunca da fruto.
Créame, la prueba, la persecución, el problema, revela la naturaleza de la fe. El problema
viene para probar si su fe es genuina. Veamos eso por tan solo un momento.
De regreso a Génesis capítulo 22. Usted recuerda a Abraham, Dios le dijo a Abraham sube
y mata a tu hijo en el monte Moriah. ¡Que prueba tan tremenda! El hijo de la promesa, el
hijo del pacto, ve y quítale la vida. Y usted recuerda que Abraham en obediencia absoluta
a Dios subió ahí y levantó el cuchillo listo para hacerlo, después de todo Dios dijo que lo
hiciera y él iba a creer en Dios aun si Dios tenía que resucitar a su hijo de los muertos. El
escritor de Hebreos dice que la razón por la que él estuvo dispuesto a matar a su hijo fue
porque él creía en el Dios que resucita a los muertos, aunque él nunca había visto una
resolución hasta adónde sabemos, él nunca había visto una resurrección. Él creyó que
Dios haría eso porque él creía que Dios tenía que hacer eso para guardar su pacto si Isaac
era matado.
Entonces, él llegó allá arriba listo para matar a su hijo, y el ángel de Jehová en el versículo
11 vino a él desde el cielo diciéndole: Abraham, Abraham. Abraham, Abraham. Y él dijo:
Heme aquí. Y él dijo: No estires tu mano contra el muchacho, ni le hagas nada, versículo 2,
porque ahora sé que temes a Dios. Esa fue una prueba. Esa fue una prueba. Ahora
sabemos que temes a Dios, no creo que Abraham jamás dudó de eso mientras que él
vivió.
Job fue probado y la fe de Job mostró ser real, mostró ser genuina, porque sin importar lo
que Satanás hizo con Job, él nunca dejó de confiar en Dios. Cuando sus amigos vinieron
con sus sugerencias no sabias, él aún confió en Dios. Cuando su esposa le dijo que
maldijera a Dios y muriera, él todavía confió en Dios. Dios trae pruebas para probar la fe,
para mostrar que la fe es real, para el que tiene la fe para que uno pueda vivir en
confianza. Éxodo 16:4, el Señor dijo a Moisés: He aquí haré llover pan del cielo para
vosotros, y el pueblo saldrá y recogerá la porción de cada día para que los pruebe, para
saber si van a andar o no en mis instrucciones.
Dios está ocupado en probar, no para que Él pueda saber, sino para que los hombres
puedan conocer el estado de sus corazones. “Recordaréis,” Deuteronomio 8:2, “que
mientras Jehová vuestro Dios te guio en el desierto estos cuarenta años, para humillarte,
para probarte, para saber lo que había en vuestro corazón, para saber si guardarías sus
mandamientos o no, para mostrarte la condición de tu corazón.” No para Él sino para ti.
Ahora, observe lo que dice de regreso a 1 Pedro 1, esto es tan bueno. La fe probada. La fe
probada es más “preciosa que el oro, el cual, aunque perecedero se prueba con fuego.”
Aunque el oro va a pasar la prueba del fuego, el oro es perecedero, la fe probada es
mucho más preciada. ¡Qué pensamiento! ¿Por qué es más preciosa que el oro? Porque la
fe probada es eterna, es eterna. Aunque el oro es refinado, y pasa la prueba de fuego, no
pasa la prueba de la eternidad. La fe probada es más preciosa.
Ahora, ¿por qué Pedro usa el oro como su analogía? Debido a varias cosas. El oro era el
bien estándar. Solíamos estar en un estándar de oro, y ya no lo estamos. En tiempos
antiguos el oro era el bien estándar que respaldaba las transacciones monetarias, era el
más preciado de los metales, el más valorado de todos los metales y el estándar de todas
las transacciones monetarias. Era el bien más preciado. Y entonces, Pedro está diciendo: El
oro, el cual es tan preciado, soporta la prueba del fuego, pero no soporta la prueba de la
eternidad, por lo tanto, la fe probada es más preciosa que el oro puro. Así como el fuego
separaba el oro verdadero del falso. Así Dios usa el sufrimiento para separar la fe
verdadera de la profesión superficial. Es más preciosa que el oro. ¿Puede alguien estimar
el valor de la fe probada? ¿Vive usted con duda en su vida?
Entonces Dios sabe que necesita más pruebas, porque eso va a probar su fe para usted. Yo
no dudo de mi fe. Hubo un momento cuando era joven y dudaba. Ya no dudo de mi fe.
¿Sabe porque? Porque mi fe ha soportado las pruebas. Ese no es un reconocimiento para
mí. He tenido muchas pruebas porque Dios ha tenido que enseñarme mucho para
entender el mensaje. Mi fe es real. No le puedo expresar el valor de saber que mi fe es
real, ¿puede usted entender eso? ¡Qué confianza tan tremenda es esa! ¿Quién quiere vivir
en duda? La fe verdadera, verificada, porque ha sido probada.
Amados, denle la bienvenida a las pruebas. El propósito de Dios en ellos es que la prueba
de su fe pueda llegar a ser más preciada para usted que los bienes más preciados del
mundo. Es un pensamiento tremendo, absolutamente tremendo. Los apóstoles se fueron
regocijando, dice en Hechos, porque fueron considerados dignos de sufrir por Cristo. Y si
puedo atreverme a decir, podría añadir que debieron irse confiados también, confiados en
la realidad de su salvación porque habían oído de Jesús tantas veces esta frase:
“Hombres,” ¿de qué? “de poca fe.”
Y cuando llegaron a la cruz, lo dejaron y huyeron, y después estaba Pedro ahí en sus
negaciones, y cuan cansada era su debilidad. Sin embargo, llegaron al punto a través del
sufrimiento en dónde permanecieron fieles a Cristo, y no titubearon. Y se fueron
regocijando, no solo por la dignidad del sufrimiento, sino por la confianza de haber pasado
la prueba. Amados, tenemos esperanza. Y la esperanza nos trae gozo. Nuestra esperanza
está fijada en una herencia protegida en el futuro, y en una fe probada en el presente. Y
ahí se encuentra nuestro gozo. No hay razón por la que usted no viva a la luz de ese gozo,
no hay razón en absoluto. Ese gozo es de usted. Jesús dijo: “Ningún hombre puede
quitarlo de ustedes.”
Cierro con esto. Aquellos de nosotros que somos escoceses por descendencia, soportamos
de mucha tristeza por parte de personas que piensan que los escoceses son miserables. Y
las historias están repletas de dichos escoceses. Una que en cierta manera es conocida, y a
lo largo de los años ha sido así es la historia del escocés que llegó a Liverpool listo para
embarcarse en un barco para llegar a Estados Unidos. Él había comprado su boleto en el
barco, él vio las pocas monedas que constituían su capital terrenal total, y decidió que el
viaje iba a ser por un par de semanas y para poder cumplirlo y tener suficiente alimento él
tendría que economizar cuidadosamente, para que le quedara un poco cuando llegara a
Nueva York, para comenzar su vida.
Entonces, él fue a una pequeña tienda, y empacó su provisión en su equipaje, una
provisión grande de galletas y queso, para que pudiera sobrevivir el viaje. Conforme
progresó el viaje, el aire del mar hizo que él tuviera mucha hambre. Y para empeorar las
cosas, la humedad en el aire hizo que sus galletas saladas se suavizaran y su queso se
endureciera. Amados, colocar queso duro sobre galletas saladas suaves no es un
prospecto feliz. Él terminaba normalmente con unas cuantas migajas. Él estaba
desesperado por el hambre al final de la primera semana, y para empeorar las cosas él olía
continuamente la comida que estaba en las charolas que llevaban los meseros a los
pasajeros que lo rodeaban.
Él determinó en una ocasión, que él disfrutaría de una buena comida. Entonces fue al
comedor, comió, y al final pidió el recibo. El mesero dijo: “Señor, no hay recibo. Está
incluido en su boleto.” Pobre hombre, él pudo haber ahorrado todo su dinero que él gastó
en galletas saladas y queso. Él podría haber ido al comedor y haber comido todo lo que
hubiera querido. Quiero sugerirle que he conocido a muchos cristianos de galletas saladas
y queso. No deje de disfrutar de la provisión de gozo de Dios. Oremos juntos.
Gracias Padre, por esta palabra para nosotros en esta noche. Gracias por el testimonio
rico de Pedro, quien ciertamente pudo haber sido acusado de ser un creyente de galletas
saladas y queso, pareciendo nunca haber disfrutado de lo que ya era suyo por derecho
debido a que su fe era débil. Gracias por el testimonio en su propio corazón de como su fe
fue fortalecida por la resurrección y la venida del Espíritu. Señor ayúdanos a nosotros que
somos tan dados a la debilidad, tan dados a la insignificancia espiritual, tan dados a la
ridiculez de no aprovecharnos del gozo que Tú nos has dado.
Ayúdanos a vivir a la luz de una herencia protegida, y una fe probada. Ayúdanos a
regocijarnos en la vida venidera, porque es un escape de las pruebas a la gloria eterna, y
ayúdanos a regocijarnos en medio de las pruebas, porque prueba nuestra fe, y podemos
irnos regocijándonos sabiendo con confianza que tenemos una fe que permanece de pie.
Que conozcamos el gozo en toda su plenitud, para que seamos un testimonio de la gracia
de Cristo cuyo gozo es el que hemos recibido, porque Él dijo: Mi gozo les doy.
Gracias Padre por el gozo del Señor, el cual de hecho es nuestra fortaleza. Y oramos en el
nombre de Cristo. Amén.
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El gozo de la salvación, 2ª Parte


Escritura: 1 Pedro 1:8–9

Código: 60–8
John MacArthur
Esta noche de nuevo, al llegar a nuestro tiempo en la Palabra de Dios quiero llevarlo a 1
Pedro capítulo 1, 1 Pedro capítulo 1. Esta mañana vimos los versículos 3 al 5, esta noche,
así como la semana pasada queremos avanzar a los versículos 6 al 9. 1 Pedro 1:6–9. El
tema de Pedro es el gozo de la salvación. Él sale de la doxología maravillosa de alabanza a
Dios en los versículos 3 al 5, y en el versículo 6 dice, “en lo cual vosotros os alegráis.” Y él
llama a la alabanza para que sea dada a Dios por la salvación, por la herencia eterna y
gloriosa que le pertenece al creyente.
Comencemos, y siga conforme leo los versículos 6 al 9. “En lo cual vosotros os alegráis,
aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos por
diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe mucho más preciosa que el oro,
el cual, aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra
cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo,
aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de
vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.”
Es claro que el tema aquí es gozo. Ahí atrás en los versículos 1 y 2, la indicación es que
aquellos que le pertenecen a Cristo son escogidos por Dios. Los versículos 3 al 5 nos dicen
que esa decisión soberana de Dios en base a su gran misericordia nos ha hecho renacer a
una esperanza viva mediante la resurrección de Cristo. Y por lo tanto se nos ha prometido
una herencia que es nuestra salvación plena y final. Y esa herencia nunca puede
corromperse, ser contaminada o desvanecerse, está reservada para nosotros y estamos
reservados para ella. Como consecuencia nos gozamos grandemente, el gozo de la
salvación es el tema que Pedro tiene en su corazón.
Cómo usted sabe a lo largo de la Escritura, aquellos que conocen al Señor, y aquellos que
caminan con Dios, aquellos que colocan su confianza en Él experimentan gozo. Por
ejemplo, si usted fuera a leer a largo de los Salmos usted encontraría ese como un tema
resonante en los Salmos; el gozo. En el Salmo 4:7 dice, “Tú has colocado gozo en mi
corazón.” En el Salmo 5:11, “Que todos los que toman refugio en Ti estén contentos, que
siempre canten por gozo.” En el Salmo 9:2, “Estaré contento y me exaltaré en Ti,” o me
regocijaré en Ti, “cantaré alabanzas a Tu nombre, Oh mi Altísimo.”
En el Salmo 32:11, creo que es, “Estén contentos en Jehová y regocijaos vosotros justos, y
griten de gozo todos aquellos que son rectos de corazón.” En el Salmo 37:4, bien
conocido, “Deléitate en Jehová.” Salmo 43, versículos 3 y 4, “Envía tú luz y tú verdad y
déjalos guiarme, que me lleven a Tu monte santo, a los lugares de Tu morada, entonces
iré al altar de Dios.” Y después esta frase maravillosa, “A Dios mi gozo excesivo, y sobre la
lira te alabaré a Ti. Oh Dios, mi Dios.” Y después él hace esta pregunta, ¿Por qué estás en
desesperanza, oh alma mía?” Cuándo usted ha recibido salvación, usted nunca debe estar
en desesperanza. Usted siempre debe experimentar gozo. Para resumirlo podríamos decir
que el deber del cristiano es estar tan gozoso como él puede estar. También podríamos
decir que es el propósito de Dios y el plan de Dios y la voluntad de Dios ver que estamos
tan gozosos como podemos estar.
Ahora, la pregunta viene, ¿cómo podemos aferrarnos a ese gozo? Tantas veces no
tenemos ese gozo. Necesitamos oír lo que Pablo dijo, el mandato, “Regocijaos,” porque
hay ocasiones cuando no lo hacemos. ¿Cómo capturamos ese gozo? ¿Cómo aprendemos a
enfocarnos en ese gozo? Pedro nos da la respuesta. Él nos dice aquí como podemos hacer
que ese gozo de salvación sea una realidad en nuestras vidas. Y es cuestión de enfoque.
Realmente todo depende en que escoge ver usted, en que escoge usted concentrarse.
La primera cosa y le debemos varias, la primera es que es una herencia protegida. Esa es
la primera causa de gozo a la que Pedro se refiere. Y obsérvela en el versículo 6, “en lo
cual vosotros os alegráis.” Y explicamos esto la última vez. ¿Qué quiere decir con ‘en lo
cual’? Él se refiere a la salvación descrita en los versículos 3 al 5, en la herencia eterna
reservada en el cielo para usted, la cual es incorruptible, incontaminada, e inmarcesible.
Debido a que Dios le ha prometido a usted una herencia protegida, la cual es la plenitud
de la salvación eterna, usted debe regocijarse. Regocíjese en esto, que usted tiene una
herencia protegida.
En Hebreos capítulo 10, versículo 32 dice: “Acordaos de los días antiguos cuando después
de haber sido iluminados, soportasteis un gran conflicto de sufrimiento, en parte siendo
hechos un espectáculo público a través de menosprecios y tribulaciones, y en parte al
volverse participantes con aquellos que son tratados así. En otras palabras, sufrieron
como creyentes, porque mostraron compasión hacia los prisioneros, y aceptaron
gozosamente que les quitaran su propiedad. ¿Por qué? Sabiendo que tiene para vosotros
una mejor posesión y una permanente. ¡Qué gran afirmación!
El escritor de Hebreos dice, han aceptado con gozo, que les quitaran su propiedad
terrenal, porque saben que tienen una posesión mejor, y una permanente. Esto es una
propiedad, una posesión, una herencia que nunca podría ser quitada, y nunca podría ser
confiscada, nunca podría ser robada. Ese el gozo de esperar su herencia protegida.
Amados, debemos tener gozo continuamente, porque nada puede quitarnos nuestra vida
eterna, y nada puede quitarnos de eso.
Ahora, la segunda fuente de gozo de salvación que señalamos la última vez, no solo es una
herencia protegida, sino una fe probada. Esto es tan vital. El versículo 6 también dice,
“Aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en
diversas pruebas.” En otras palabras, ustedes se regocijan, aunque están pasando por
pruebas. Y después en el versículo 7, “Porque la prueba de vuestra fe.”
Ahora, recordará usted que vimos la semana pasada que en ese gran versículo 6, Pedro
nos da una teología real del problema. Él nos dice que el problema no dura cuando él dice,
“por un poco de tiempo,” él nos dice que el problema sirve un propósito cuando él dice,
“si es necesario.” Dios lo trae porque es necesario para nuestra perfección espiritual, nos
dice que trae dolor, y lo dice al decir “habéis sido afligidos,” él nos dice que viene en
muchas formas al decir “varias pruebas.” Y él también nos dice que no tiene que disminuir
el gozo, por esa pequeña frase “aunque ahora.”
En otras palabras, aunque usted está teniendo una prueba, no toca su gozo. Tiene un
propósito, viene en muchas formas, trae dolor, pero no dura. Es para su perfección, es
para su desarrollo espiritual. Spurgeon, en una ocasión dijo: “Los pasos por los que
ascendemos al lugar del gozo, normalmente están mojados de lágrimas.” Y él dijo: “En
medio de las cenizas de nuestro dolor, se encuentran las chispas de nuestro gozo, listas
para encenderse cuando son infundidas por el Espíritu Santo.” El gozo sale del dolor.
Ahora, ¿por qué esto es así? ¿Cómo podemos tener gozo en el dolor? Versículo 7, “porque
pruebe la validez de nuestra fe.” Prueba nuestra fe, y prueba que nuestra fe es más
preciosa que el oro, el cual es perecedero, aunque es probado por fuego. Tenemos una fe
probada. ¿Se acuerda usted que dijimos la semana pasada que el gran consuelo del
creyente es saber que su fe es real? No al probarle su fe a Dios. Él lo sabe. No al probarle
su fe a Dios. Él lo sabe. Si no probar su fe a usted, para que usted tenga confianza y
descanse en esa fe.
Algunas veces alguna persona vendrá y dirá: “Hombre, estoy inseguro. No sé si soy salvo.
No sé si mi fe es real. Dudo si mi fe es real en ocasiones, no estoy seguro de que soy
salvo.” Y con mucha frecuencia no hay nada que pueda ser dicho para incrementar esa
confianza, porque esa confianza va a venir cuando esa persona pase por pruebas. Y
cuando las pruebas severas vienen y se van, y todavía usted está creyendo, y usted no ha
levantado su puño ante el rostro de Dios y se ha ido, esa es la evidencia de que su fe es
real.
Y cuando usted tiene esa fe probada y revelada y genuina, entonces hay gozo en su
corazón, emoción en su corazón y usted verdaderamente se puede regocijar. Me regocijo
en una fe probada, lo cual para mí es mucho más precioso que el oro, incluso cuando ha
sido probado por el fuego. No puede tocar el tesoro de una fe probada. ¿No se regocija
usted en eso? ¿No se regocija usted en la confianza de que su fe es real y que su salvación
es real y su herencia de manera genuina se cumplirá?
Ahora vayamos al tercer pensamiento aquí. Pedro nos está dando razones para el gozo y
nos recuerda que una fe probada, junto con una herencia protegida debe causar que nos
regocijemos constantemente. Después en tercer lugar, nos presenta otra realidad muy
importante y ese es un honor prometido. Un honor prometido. Y yo creo que en el
versículo 7, él nos lo presenta en términos magníficos. Él dice, la prueba de vuestra fe,
mucho más preciosa que el oro, el cual, aunque perecedero se prueba con fuego, sea
hallada en alabanza, gloria, y honra, cuando sea manifestado Jesucristo. Usted se regocija
en su herencia protegida, usted se regocija en su fe probada, y le voy a decir, usted se
regocija en su honor prometido.
Yo me regocijo cuando veo hacia adelante, me regocijo ante el prospecto de lo que Dios
tiene para mí en el futuro, por Su gracia. Ahora, simplemente un aspecto técnico en este
versículo, la palabra “para que,” al principio del versículo 7 ‘hina’ con un subjetivo en el
griego, indica propósito. Y lo que él está diciendo aquí es que la prueba de su fe, y después
él describe la fe como más preciosa, pero es la fe que será hallada para resultar en
alabanza, gloria y honra en la manifestación de Jesucristo.
Entonces, no solo es el gozo de la fe probada, sino que es el gozo de la recompensa que se
espera. La prueba de la fe no es aquí el pensamiento principal, la prueba de la fe no es el
propósito, la prueba de la fe es el medio para llegar al propósito, el medio para llegar al
fin, el medio para llegar a la meta. Y la meta es alabanza, gloria y honra en la
manifestación de Jesucristo. Esa es la meta; su recompensa eterna.
Entonces, usted se regocija mucho debido a su salvación eterna. Usted se regocija mucho
en medio de todas las pruebas y aflicciones de la vida, las cuales simplemente son
maneras de probar su fe, porque una fe probada en últimas, será una fe honrada. Y la fe
verdadera va a superarlo todo, y al final alabanza, honra y gloria en la manifestación de
Jesucristo.
Ahora, no quiero quemar sus fusibles espirituales, pero quiero que entienda algo aquí, la
alabanza, la gloria y el honor, creo yo, tiene que ver con usted. Tiene que ver con usted.
En otras palabras, Dios quiere concederle alabanza, y Dios quiere concederle gloria, y Dios
quiere concederle honor. No dice aquí que resultará en que nosotros alabemos,
glorifiquemos y lo honremos a Él, sino que nosotros seamos hallados debido a nuestra fe,
dignos de alabanza, dignos de gloria, dignos de honor, debido a nuestra fe, dignos de
alabanza, dignos de gloria, dignos de honor, cuando Jesús venga.
Es increíble pensar en eso. Digo, imaginarnos que algún día veremos al Señor y
recibiremos de Él alabanza, es increíble. Increíble. Vea el capítulo 2, versículo 20. A la
mitad del versículo, “si cuando ustedes hacen lo que es correcto,” ¿lo ve usted ahí? “Si
cuando ustedes hacen lo que es correcto y padecen por él de manera paciente y lo
soportáis, esto haya,” ¿qué? “favor con Dios.” ¿No es maravilloso saber que usted puede
tener favor con Dios, que usted puede agradar a Dios? Regrese a Mateo capítulo 25, por
un momento. Ese gran sermón de nuestro Señor, de la segunda venida.
Mateo capítulo 25, usted recuerda esta afirmación en la parábola de los talentos, versículo
21, su amo le dijo, al siervo que ganó cinco talentos más, “Bien buen siervo y fiel, en lo
poco has sido fiel, te pondré a cargo de muchas cosas. Entra,” ¿a qué? “al gozo de tu
Señor.” ¿Sabía usted que usted puede hacer que Dios se regocije? Yo puedo hacer que
Dios se regocije. Dios va a decir: “Bien, buen siervo y fiel. Te voy a poner a cargo de
muchas cosas, entra al gozo de Tu Señor.” El versículo 23 dice lo mismo, al que ganó dos
talentos, lo mismo exactamente. Recibiremos alabanza de Dios debido a la salvación.
Observe Romanos 2:29, “Él es judío el que lo es internamente, y la incircuncisión es
aquella que es del corazón por el Espíritu, no por la letra,” y escuche, “y su alabanza no es
de los hombres, sino” ¿qué? “de Dios.” La fe verdadera recibe alabanza de Dios, eso es
algo increíble porque la fe verdadera es un regalo de Dios. ¡Qué pensamiento! Él nos la da,
y después nos alaba por ella. ¡Qué generosidad! Cuándo estemos cara a cara con
Jesucristo en la manifestación, en Su aparición, en el Apocalipsis, en el descubrimiento, en
la manifestación de Cristo, recibiremos alabanza de Dios. Yo creo que eso tiene que ver
con alabanza verbal, yo creo que es cuando Dios nos va a reconocer verbalmente, “Bien
buen siervo y fiel.” Encontraremos alabanza de Dios hacia nosotros.
El segundo término que Pedro usa es ‘gloria,’ alabanza y gloria. Y yo creo de nuevo, que él
hace referencia aquí a la gloria que recibimos. Observe Romanos 2:7 mientras que está
ahí. Dice: “Aquellos que, por perseverancia en hacer el bien, buscan gloria y honra e
inmortalidad implícita, Dios concederá vida eterna.” En otras palabras, aquí él está
hablando de creyentes, y él dice que es la búsqueda de los creyentes el buscar gloria y
honra, e inmortalidad. Versículo 10 dice: “gloria, y honra y paz,” implícito, será dada a
todo hombre que hace justicia, al judío primero y también al griego. Y de nuevo, Dios nos
va a dar gloria.
Si la primera alabanza significa reconocimiento verbal, esto significa, perfección de
persona, perfección de persona. Dios no solo nos va a dar reconocimiento verbal, Él nos va
a dar Su gloria, Él nos va a conceder Su gloria. Jesucristo, recordará usted dice en la
Escritura, Juan 1:14, “fue Dios encarnado,” Él dice “y vimos su gloria, gloria como el
Unigénito del Padre, lleno de gracia y verdad.” Jesús fue la gloria de Dios encarnada, y la
Biblia dice que cuando le veamos seremos, ¿qué? seremos como Él.
Entonces, poseeremos la gloria de Dios. Entonces recibiremos reconocimiento verbal y
perfección, perfección gloriosa, eterna, de persona, la semejanza de Cristo. Y la tercera
palabra que Pedro usa es ‘honra’. ¿Qué quiere decir con eso? Probablemente
recompensas. Si examinamos estas palabras realmente podrían ser sinónimos que se
solapan, pero si buscamos un significado único en cada uno, el primero es reconocimiento
verbal; el segundo es perfección de persona; y el tercero es recompensas, honra de Dios
dada a nosotros debido a nuestro servicio prestado a Él.
En Apocalipsis 22:12 Jesús dijo: He aquí yo vengo pronto y mi galardón conmigo para dar a
todo hombre conforme a Su obra. Y Él viene a dar recompensas, 1 Corintios capítulo 3,
explica el servicio que prestamos y el hecho de que Él va a venir para recompensarnos. 2
Juan 8, nos advierte a no perder esas recompensas, si no en fidelidad recibir una
recompensa plena. Realmente es un pensamiento increíble. Realmente un pensamiento
absolutamente increíble, que Dios, quien solo Él que es digno de alabanza, Dios quien solo
es Él es digno de gloria, y Dios quien solo Él es digno de honor, nos dará los tres a
nosotros.
Dice usted, ¿cómo puede pasar eso? Porque en ese momento en el tiempo seremos a la
imagen exacta de ¿quién? de Cristo. Y debido a que somos hechos a la imagen de Cristo,
poseedores plenos de la justicia de Cristo, recibiendo de manera plena esa perfección de
cuerpo y alma que solo la eternidad puede producir, entonces seremos dignos de
alabanza y dignos de gloria y digno de honor. ¿Y cuándo pasará eso? En el Apocalipsis, en
la manifestación de Jesucristo. Eso se refiere al día de Cristo, al momento en el que Él
regresa a juzgar y recompensar a Su pueblo redimido.
Observe el versículo 13 del capítulo 1, Pedro realmente tiene esto en su mente como lo
tienen todos los creyentes que sufren, creo yo. “Ceñid los lomos de vuestro
entendimiento,” dice 1 Pedro 1:13, manténganse sobrios en espíritu, mantengan sus
prioridades. “Fijen su esperanza completamente en la gracia que será traída,” ¿qué?
¿cuándo? “en la manifestación de Jesucristo.” ¿Y que es esa gracia? ¿qué es ese regalo de
gracia que Dios dará? “alabanza, gloria y honra en la revelación de Jesucristo.”
Capítulo 4, de 1 Pedro, versículo 13, él dice, “al grado que compartan los padecimientos
de Cristo, síganse regocijando, para que también en la revelación de su gloria, se regocijen
con exaltación.” Regocíjense ahora, que en su fidelidad y regocijo aquí, serán
recompensados con un regocijo mayor en la revelación de Jesucristo cuando Él venga. En
algún sentido nuestra recompensa eterna, claro, está conectada a nuestra fidelidad aquí. Y
él parece estar diciendo que seremos recompensados con un gozo más grande, si hemos
expresado un gozo más grande en esta vida.
1 Corintios 1:7 también se refiere a “la revelación de nuestro Señor Jesucristo,” y en el
siguiente versículo, “el día de nuestro Señor Jesucristo.” Entonces, amarraríamos la
revelación del Señor Jesucristo al día del Señor Jesucristo, el cual es ese tiempo, con el
cual el Señor viene a recompensar a Su pueblo redimido. Ese es nuestro honor prometido.
Será desarrollado en ese momento. ¡Qué realidad gloriosa es esa! reconocer lo que Pablo
dice en 2 Tesalonicenses, él dice que el Señor viene, pasaje maravilloso, Él viene.
Ésta es una indicación clara, versículo 5, del juicio justo de Dios para que sean
considerados dignos del reino de Dios, para el cual de hecho están padeciendo, porque
después de todo es únicamente justo, retribuir con aflicción por parte de Dios a aquellos
que los afligen, y dar alivio a ustedes, que son afligidos, y a nosotros también, cuando el
Señor Jesús sea revelado desde el cielo. Él vendrá desde el cielo y nos dará alivio de toda
aflicción. Él va a dar retribución a todos aquellos que no conocen a Dios, y aquellos que no
obedecen el evangelio del Señor Jesús, y estos pagarán el castigo de destrucción eterno,
alejados de la presencia del Señor y de la gloria de Su poder, cuando Él venga para ser
glorificado en sus santos en ese día.
Entonces, Él viene para juzgar a los impíos y para ser glorificados en Sus santos, en ese día.
Pablo dice en ese texto familiar que mencioné esta mañana, “los sufrimientos de esta vida
no son dignos de ser comparados con la gloria que en nosotros se manifestará en aquel
día.” Y entonces, la prueba de nuestra fe aquí, será hallada como genuina aquí, será
recompensada de manera gloriosa en el Apocalipsis de Cristo. Observe una cosa, no dice
que nuestra fe tiene que esperar para el rapto para que sea hallada genuina. Nuestra fe ya
ha sido probada como genuina, espera su recompensa eterna. No hay inseguridad en esto,
la prueba de la fe ya probada, resulta en el honor, la gloria, y la alabanza.
Entonces, esto no está enseñando que nunca sabremos sino hasta ese momento,
podemos saber conforme nuestra fe es probada. No hay inseguridad aquí, solo que una
promesa es muy clara, una fe probada, verificada como algo real mediante las pruebas,
puede vivir en una expectativa de recompensa eterna. Si eso no le da gozo a usted, usted
está amarrado a la tierra. Piense en lo que tendrá en el cielo.
Explicamos algo de esto en esta mañana, la perfección de cuerpo y espíritu, la autoridad y
dominio, el poder y presencia del pecado, quebrantados para siempre, jamás su efecto
negativo en la vida y las relaciones, libertad perfecta de toda maldad, nada que
contamine, placer perfecto, conocimiento perfecto, consuelo perfecto, amor perfecto,
deleite perfecto, paz perfecta, gozo perfecto. Y nos regocijamos ahora en el prospecto de
eso.
Entonces, en ese gran tiempo cuando el Señor Jesús venga y sea revelado, Él viene para
juzgar a los impíos y recompensar a los suyos, estaremos con el Señor en comunión. Esa es
la relación suprema del cielo. Veremos al Señor en comunión cercana, íntima. Esa es la
visión suprema del cielo. Seremos amados, y ese es el honor supremo del cielo.
Reinaremos y compartiremos su gloria, el privilegio supremo del cielo. Y serviremos, y ese
es el deber supremo del cielo. ¡Qué honor!
Se acuerda usted de Lucas capítulo 12, permítame referirme a él brevemente, versículo
35. “Vístanse, estando listos y mantengan sus lámparas encendidas, y sean como hombres
que están esperando a su amo cuando él regrese de la fiesta de bodas, para que
inmediatamente abran las puertas a él cuando él venga y toque. Bienaventurados esos
siervos cuyo amo encontrará alerta cuando él venga. De cierto os digo, que él se va a ceñir
para servir.” ¿Se acuerda usted que en nuestra serie del cielo hablamos de la increíble
realidad de que cuando Jesús venga por nosotros, no solo le vamos a servir, sino que Él,
¿qué? nos va servir? Él nos va servir. Él se va a reclinar en la mesa y va a venir y nos va a
servir. Alabanza, gloria, y honor dados a nosotros.
Pedro dice: No importa cuales sean sus circunstancias, no importa cuales sean sus
pruebas, deben tener gozo pleno, deben regocijarse grandemente en su herencia
protegida, su fe probada, su honor prometido. En cuarto lugar, y esto es tan magnífico,
encontramos gozo en una comunión personal, una comunión personal. Y yo, quizás diría,
que, en muchas maneras, esta es la fuente más dulce de gozo de todas. Es maravilloso
contemplarlo, observe el versículo 8, “a quien amáis sin haberle visto, en quien, creyendo,
aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso.”
¿Por qué se regocija usted? ¿Por qué se regocija grandemente? ¿Por qué su gran gozo es
inefable y lleno de gloria? Porque usted lo ama, y porque usted confía en Él. Esas son las
dos cosas que él dice. Usted lo ama, y usted cree en Él. Y usted nunca lo ha visto. Pedro
exalta el amor y la confianza. ¿Puedo decirle en este momento, que esa es una afirmación
profunda en ese versículo? Estoy convencido sin lugar a dudas, de que los dos
ingredientes clave en cualquier relación significativa son amor y confianza. Amor y
confianza. Esa es la esencia de una relación. Es la fuente de gozo excesivo en cualquier
relación. Viole el amor y la relación se desintegra. Viole la confianza y la relación se
desintegra. Hay un pathos profundo, real en este versículo, un pathos profundo.
¿Cuál de los apóstoles, fuera de Judas, demostró más una confianza y fe débil en Cristo?
¿Cuál? ¿Cuál? Pedro. ¿Cuál de los apóstoles de Cristo, fuera de Judas, tuvo que enfrentar a
Jesucristo y enfrentó que su amor fue cuestionado? ¿Cuál? Pedro. Pedro fue el líder a
quien se le dijo: “hombre de poca fe.” Pedro fue el líder a quien Jesús le dijo tres veces,
Pedro, ¿qué? ¿me amas? Yo veo aquí una humildad muy hermosa. Y Pedro reconoce a
estos creyentes que están sufriendo, y les dice: “Nunca lo han visto, y lo aman. Y ustedes
no lo ven ahora, pero creen en Él.”
Y el pathos en el trasfondo, es la actitud humilde de Pedro porque en su corazón él está
diciendo, “ustedes están mucho más allá de dónde yo estoy, o dónde yo estuve, porque
yo lo vi, y no pude sostener mi amor. Y lo vi, y no pude sostener mi fe.” Pedro, en
humildad verdadera reflexiona en la diferencia entre él mismo en el pasado y estos
cristianos afligidos. Él había visto a Cristo, había caminado con Cristo, había estado con
Cristo por más de tres años, y él demostró una fe débil y un amor débil. Ellos nunca habían
visto a Cristo, sin embargo, su fe era fuerte, y su amor era verdadero, en medio del mismo
tipo de pruebas, ante los cuales Pedro sucumbió.
Entonces ahí hay un pathos profundo en este versículo hermoso, en el corazón de Pedro,
como un hombre humilde, humilde, se abre. Observe esa primera frase en el versículo 8,
“sin haberle visto, aunque no lo han visto.” Oh, esa es una afirmación tan profunda. Cómo
puede ver es normal confiar y amar a alguien a quien usted ha visto, a alguien a quien
usted ha tocado, alguien a quien usted ha conocido, pero estos cristianos nunca habían
conocido a Jesucristo como nosotros, nunca habían visto su cara, nunca lo habían tocado,
nunca habían comido con Él, nunca habían caminado con Él, nunca habían hablado con Él,
nunca habían oído su voz, nunca habían sentido sus manos, nunca habían visto sus ojos.
Sin embargo, dice él, lo aman. Presente activo indicativo, agapao, ustedes lo están
amando, constantemente. El amor de la decisión, esa palabra expresa el amor de la
voluntad, han escogido ser fieles al Amado. Y eso para mí es la esencia del gozo. Es esa
relación de amor íntima que tienen con Cristo.
Ahora, permítame tan solo llevar esto en mayor profundidad. Creo que lo que Pedro está
diciendo aquí es categóricamente la descripción de la esencia de lo que significa ser un
cristiano. Si usted me pregunta que es un cristiano, le voy a decir es alguien quien ama a
Jesucristo con el amor de la voluntad, quien lo ama. No creo que hay una mejor manera
de describir la expresión esencial de la nueva naturaleza que decir que ama a Cristo
continuamente.
Me encanta una traducción de 1 Pedro 2:7, “Para aquellos que creen Él es preciado.” Y
Pablo dice en 1 Corintios 16:22, “Si alguno no amare al Señor Jesucristo, sea,” ¿qué?
“anatema,” entregado a destrucción, maldito. El cristiano puede ser mejor descrito como
alguien que ama al Señor Jesucristo. Y ahí es, realmente, en dónde usted necesita analizar
cuando busca determinar la relación de alguien con Dios, pregúntele que piensan de
Jesucristo. Y si describen un amor íntimo, consumidor, hacia Cristo, esa es la marca de un
corazón transformado, amar a Cristo.
1 Juan trata con eso de manera tan maravillosa. 1 Juan, se acuerda del capítulo 4,
versículo 19, “Nosotros lo amamos a él,” ¿por qué? “porque él nos amó primero.” Esa es
una relación recíproca, es la esencia de la vida espiritual, amar a Cristo. Esa es la razón por
la que la Escritura dice que la ley es cumplida, el amar al Señor su Dios, con todo su
corazón, alma, mente y fuerzas.
Escuche lo que Pablo dijo en el último versículo de Efesios, capítulo 6, versículo 24, “la
gracia sea con todos aquellos que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor inalterable.”
¿No es eso maravilloso? La gracia sea con todos aquellos que aman a nuestro Señor
Jesucristo con un amor inalterable, incorruptible. Eso es básico. Yo me atrevería decir que
alguien que dice que no ama al Señor Jesucristo, jamás podría ser cristiano. Esa es la
esencia del cristianismo.
Jesús lo dijo en Juan 14, versículo 15, “si me amáis guardad mis mandamientos”. Versículo
21, “el que tiene mis mandamientos y los guarda, éste es el que me ama.” Versículo 24,
“el que no me ama no guarda mis palabras.” En otras palabras, Jesús unió el amarlo a Él
con obedecerlo, amarlo, con guardar sus mandamientos.
Entonces, un creyente es alguien que ama a Cristo. Entonces, Pedro dice, “realmente sé
que su gozo fluye de su amor hacia Cristo, un amo invisible a quienes ustedes aman.” Y
después en segundo lugar él dice: “Y aunque no lo veráis ahora,” implícito, con los ojos
físicos, pero creen en Él.” Eis, de hecho, en el griego. En otras, aunque no lo ven creen en
Él, confían en Él.
Entonces, ahí están los dos elementos de la relación: amor y confianza. Y se acuerda, estoy
seguro de que se acuerda en Juan 20:29, Jesús le dijo a Tomás: “¿Por qué me has visto,
crees? Bienaventurados son los que no ven, y” ¿qué? “creen.” Bienaventurados los que no
han visto sin embargo creyeron. Esas son las dos cosas que nos ligan a Cristo en intimidad,
lo amamos y confiamos en Él. Amados, quiero decirles que el alma que cree no puede
evitar el amar y el alma que ama no puede evitar el creer. ¿Se acuerda usted de 1
Corintios 13? “El amor todo lo cree”.
Permítame decírselo de esta manera, la fe acepta el registro de Jesucristo. Ese registro lo
presenta en toda Su belleza y en todo lo hermoso que es Él, y nos lleva a amarlo. Entre
más la fe puede conocer de Cristo y tener ese conocimiento en el corazón, más fuerte se
vuelve el amor, porque entre más la fe cree la verdad de Cristo, más maravilloso y
hermoso es visto Él, y entre más confianza hay, produce más amor a Aquel que es tan
maravilloso.
Entonces, creed y amar; amar y creer define nuestra comunión íntima con Cristo. Ustedes
lo aman y creen en Él. ¿Cómo se manifiesta eso? ¿Anhela usted promover Su gloria? ¿Es
ese su anhelo? ¿Anhela usted servirlo con su corazón y alma y mente y fuerzas? ¿Usted se
deleita en su belleza, usted le encanta hablar de Él, le encanta leer de Él, le encanta tener
comunión con Él? ¿Usted desea conocerlo mejor y conocerlo en mayor profundidad?
¿Usted tiene un fuerte deseo en su corazón por ser como Él? Esa es la expresión de la
relación de amor y confianza.
Robert Layton escribió en el 1853 en un comentario maravilloso de 1 Pedro, dijo esto:
“Crea y usted amará. Crea mucho y usted amará mucho. Trabaje por tener una persuasión
fuerte y profunda de las cosas gloriosas que se hablan de Cristo, y esto llevará al amor.
Ciertamente si los hombres de hecho creyeran en su dignidad, entonces lo amarían,
porque la criatura razonable no puede sino afectar aquello que cree con mayor firmeza
como lo más digno del afecto. ¡Oh, esta incredulidad engañosa que hace que el corazón
sea frío y muerto hacia Dios! Busque entonces creer en la excelencia de Cristo y su amor
hacia nosotros, y nuestro interés en Él, y esto avivará tal fuego en el corazón que lo hará
ascender en un sacrificio de amor hacia Él.” (Fin de la cita)
Ese es el corazón viviente de nuestra relación con Cristo, confiamos en Él, y lo amamos.
¿Disfruta usted de ese tipo de relación? Eso es causa de gozo, ¿no es cierto? ¿Usted
simplemente lee acerca de Cristo y se regocija? ¿Usted llega a estar de rodillas en oración
habiendo tenido comunión con Él y se regocija? ¿Usted simplemente se regocija porque
usted cree en Él y tiene confianza en esa fe? ¿Usted algunas veces simplemente siente una
emoción en su corazón porque usted tiene el gozo de amarlo?
En términos personales yo creo que todos estaremos de acuerdo en que el amor sentido
es mucho más maravilloso que el amor recibido. Mi amor hacia otros es mucho más
emocionante para mí que el amor de ellos hacia mí. Yo estoy mucho más emocionado al
amar a otros de lo que yo estoy en que ellos me aman, porque cuando yo los amo yo
experimento el amor, y me regocijo en mi corazón a partir del gozo de amar a Cristo. Eso
es emocionante para mí, en muchas maneras más que Él me ame a Mí, porque yo puedo
sentir profundamente mi amor hacia Él.
Entonces nos regocijamos. ¿Y que nos hacer regocijarnos? Una herencia protegida, una fe
probada, un honor prometido, y una comunión personal. Y nos da, observe al final del
versículo 8, una alegría que es un gozo inefable. ¿Qué significa eso? Aneklia, es por encima
del lenguaje, por encima de las palabras, más alto que las palabras es lo que literalmente
dice. Es tan divino que excede el poder de las palabras y el pensamiento. Usted no lo
puede comunicar. Es bastante difícil comunicar el amor a otras personas. Digo, tratamos
en la esfera humana. Las canciones del amor son ad infinitum and ad nauseum, ¿no es
cierto? Simplemente seguimos apilándolas tratando de expresar todos los sentimientos
del amor de humano a humano, pero el amor que tenemos por Él es inexpresable.
Más alto que las palabras, por cierto, ese es el único lugar en el que esa palabra se usa. Y
después añade esta afirmación increíble. “Y glorioso,” ¿qué significa eso? Creo que
significa, es capacitado por gloria divina. Es algo dado de manera sobrenatural. ¡Qué
pensamiento! ¡Qué pensamiento! Es el fruto del Espíritu, amor; es el fruto del Espíritu,
gozo. El amor que tenemos por el Señor no es un amor humano, es una gloria divina
infundida en nosotros, lo cual capacita nuestros corazones para amar a Dios con un amor
que Él nos da. Y nos regocijamos con un gozo que es el gozo del Espíritu. Nuestro gozo
entonces es la radiación de un gozo celestial, porque nuestro amor es la radiación de
nuestro amor celestial porque nuestro amor es la radiación de un amor celestial.
Entonces, nos regocijamos.
Y después Pedro nos da un pensamiento final. Debemos experimentar gozo
constantemente debido a una liberación presente, una liberación presente. Más allá de la
herencia futura, y el honor, y junto a la comunión personal presente, está la promesa de
una liberación presente. Versículo 9, “Obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación
de vuestras almas.” No creo que él estaba viendo al futuro aquí, él no dice, obtendrán, es
tiempo presente, obteniendo. Aquí y ahora, presente. Usted podría literalmente traducir
esto, “recibiendo en la actualidad para ustedes mismos.” Es la voz media.
La palabra, por cierto, komiz significa ‘recibir lo que es merecido,’ ‘ganar algo que se les
debe a ustedes,’ y el gozo inefable y glorioso liga no solo al versículo 8, sino también al
versículo 9, “fluyendo de esa comunión personal que tenemos con Cristo mediante el
amor y la confianza, está el resultado de nuestra fe, lo cual hemos obtenido aquí y ahora,
esto es, la salvación de sus almas.”
Entonces, ustedes ahora poseen el resultado de su fe, o el resultado, o el fin, el resultado
de su fe, el fin lógico de ella, el resultado lógico de ella. Incluso esto es la salvación de sus
almas. ¿Qué salvación? Esa liberación en tiempo presente continua. ¿Qué significa alma?
La persona entera, la persona entera. Usted. Usted podría leerlo de esta manera, se
regocijan porque en el presente han obtenido y continúan disfrutando del resultado lógico
de su fe probada. Esto es, la liberación constante de ustedes mismos. ¿De qué? Oh, ¿de
qué necesitamos ser librados continuamente? Del pecado, la culpabilidad, la condenación,
la ira, la ignorancia, la aflicción, la confusión, la falta de esperanza, todo lo que es caído y
contamina.
No está hablando de algo futuro, estamos librados, estamos librados del poder del
pecado. Somos librados, somos librados del poder del pecado. Somos librados de sus
deleites, de sus pasiones y placeres. Y a cambio de eso Él nos da vida nueva y gozo
inefable. Tenemos una salvación en tiempo presente constante, de eso está hablando
aquí, el resultado presente de su fe probada es la liberación continua que ustedes
disfrutan. Nuestra salvación aquí y ahora nos rescata de deleites terribles, condenadores,
que dejan cicatrices y nos hace anhelar a Cristo. Nuestra salvación en tiempo presente
para presentar un retrato coloquial, llama a los hombres y a las mujeres a no beber más
del charco sucio, vil, del lodo de pecado, sino de los arroyos de cristal de la fuente de la
vida eterna.
Y entonces, aquí estamos en este mundo, y estamos bajo todas las presiones, pero el
pecado ya no tiene, ¿qué? dominio sobre nosotros. Ya no somos sus esclavos, ya no
estamos en esclavitud a él, y entonces tenemos gozo. Gozo no solo en el futuro, gozo en el
presente, debido a una liberación presente. Entonces, hay gozo incluso en nuestras
pruebas porque el Señor nos libera de todas esas. No hay prueba que jamás enfrentemos
para la cual el Señor no presentará una manera de escapar. Bueno, realmente no hay
razón por la que debamos perder nuestro gozo, ¿verdad? Podemos ver una herencia
protegida, podemos agradecerle a Dios por una fe probada, podemos esperar un honor
prometido, y podemos disfrutar de una comunión personal y una liberación presente.
Amados, necesitan disfrutar de los recursos del gozo que están disponibles para ustedes
como cristianos. Jesús dijo en Juan 15:11, “Estas cosas os he hablado a vosotros, para que
mi gozo esté en vosotros y para que vuestro gozo sea cumplido,” o pleno. Él quiere que
conozcamos gozo. Y conoceremos ese gozo conforme nos concentramos en estas grandes
realidades.
Hace muchos años atrás, Jean Sofía Pigott escribió un himno hermoso. Las palabras de una
frase van así: “Jesús, estoy descansando, descansando en el gozo de lo que Tú eres. Estoy
descubriendo la dulzura de Tu corazón amoroso.” ¿No es eso hermoso? ¿Está usted
descansando en el gozo de quien es Él y encontrando la dulzura en Su corazón amoroso?
Muchos siglos atrás, Bernard de Clairvaux escribió lo que ahora se ha vuelto un himno
conocido, “Jesús, Tú Gozo de Corazones Amorosos”.
No es nada nuevo, sea que usted regrese un par de generaciones a la dama que escribió el
himno, o siglos a Bernard de Clairvaux, los cristianos que disfrutan de sus recursos
espirituales viven en gozo, sin importar cuales fueron las circunstancias. Y no creo que
Dios espera que vivamos de una manera diferente. Confío en que usted conocerá el gozo
que Cristo anhela darle a usted. Inclinémonos juntos en oración.
Sería tan amable en tomar tan solo un momento en silencio y si necesita hacerlo, repetir
la oración que David hizo: “Señor, restáurame el gozo de tu salvación.” ¿Y podría pedirle
usted al Señor que le dé la plenitud de Su gozo? ¿Y podría pedirle usted a Él que le ayude a
ver esa herencia protegida, y agradecerle por esa fe probada, y ese honor prometido? ¿Y
le podría decir que usted lo ama y confía en Él y usted se está regocijando en esa relación
personal? ¿Y podría agradecerle por esa liberación constante presente, que incluso ahora
usted disfruta, conforme le da a usted victoria porque su fe ha vencido al mundo? Pídale
que llene su vida de gozo, el gozo del Espíritu.
Padre, oramos también por aquellos que no conocen a Cristo, para quienes este gozo es
una fantasía. Oh, Señor Jesús, que te reciban hoy abriendo su corazón, aceptando el
regalo de salvación que Tú ofreces mediante Tu muerte y resurrección; recibiendo el
perdón de pecados y vida eterna. Lleva a cabo Tu gran obra en todo corazón, para que
conozcamos gozo que redundará para Tu alabanza por los siglos de los siglos.
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El gran gozo de Dios en la redención


Escritura: Lucas 15:11–32

Código: 81–90
John MacArthur
Regresemos a Lucas capítulo 15, y cómo ustedes saben, como dije la semana pasada
normalmente cubrimos unos cuantos versículos, pero en estos días estamos
esforzándonos por cubrir porciones más grandes de la Escritura, y quiero llevarlos de
regreso al capítulo 15 de Lucas, uno de los capítulos más poderosos en todas las Sagradas
Escrituras.
Hay un tema único en la predicación, dije esto hace quince años atrás cuando cubrimos el
evangelio de Lucas y llegamos a este capítulo, no me acuerdo cuantos mensajes prediqué
de este capítulo, pero creo que fueron por lo menos diez o más. Y en ese momento dije
que quizás les estaría presentando algo a ustedes que nunca habían oído antes, esto es el
gozo de Dios. Pensamos en Dios en muchas maneras, pero normalmente la gente no
piensa de Dios como alguien que está gozoso. Pero Dios hace todo lo que hace para Su
propio gozo.
Fue Jonathan Edward quien dijo: “El fin singular de Dios en la redención es su propio
gozo.” Dios tiene un interés contundente en la recuperación de pecadores para su propio
gozo. Por otro lado, la Escritura dice que Dios no tiene gozo en la muerte del impío,
Ezequiel 18. Mismo capítulo: “No quiero la muerte del que muere,” declara Jehová. “Por
tanto, volveos y vivid.” En Ezequiel 33:11 leemos, “Mientras viva,” dice Jehová Dios, “no
quiero la muerte del impío, sino que más bien el impío se vuelva de su camino y viva.
Volveos, volveos de vuestros malos caminos, ¿Por qué moriréis?” No quiere la muerte del
impío, pero Dios encuentra gozo en el arrepentimiento y la salvación de pecadores.
Escuche Deuteronomio capítulo 30: “Porque Jehová Dios se gozará sobre vosotros, si
obedecieres la voz de Jehová vuestro Dios, para guardar sus mandamientos y sus
estatutos que están escritos en el libro de la ley. Y si os volvéis a Jehová vuestro Dios, con
todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma.” El profeta Sofonías dice en el capítulo 3:
“Jehová vuestro Dios está en medio de vosotros, Él se regocijará sobre vosotros con gritos
de gozo.” Realmente no pensamos en Dios como gritando de gozo, pero en eso consiste
Lucas 15, trata del gozo de Dios en la recuperación de pecadores.
En el capítulo 15, versículo 1, encontramos el contexto. “Se acercaban a Jesús todos los
publicanos y pecadores para oírle.” Todos los pecadores. Todos los parias, las elites
religiosas son mencionadas en el siguiente versículo. “Y los fariseos y los escribas
murmuraban diciendo: Este a los pecadores recibe, y con ellos come.” Los fariseos y
escribas, que pensaban que eran buenos en sí mismos, detestaban aquellos a quienes
consideraban como pecadores, los veían como parias, rechazados, personas inmundas de
vida baja, y pensaban que su menosprecio en su justicia personal hacia los pecadores era
la actitud de Dios hacia los pecadores, después de todo eran los agentes de Dios, eran los
representantes de Dios en el mundo y expresaron las virtudes mismas de Dios.
Y simplemente estaban seguros de que Dios no tenía nada más que menosprecio hacia los
pecadores. La respuesta de nuestro Señor hacia ellos en este capítulo es que no conocían
a Dios en absoluto, estaban tan lejos de Dios que no entendieron que el gozo de Dios se
encuentra encerrado en la salvación de pecadores. De eso trata este capítulo. Ellos no
conocen a Dios, ellos no conocen a Dios en absoluto. Ellos no representan a Dios, están
tan lejos de Dios como usted puede estar. La respuesta de nuestro Señor a ellos es tan
poderosa, al grado que es abrumadora. Los versículos 3 al 6 se les presenta una parábola,
una parábola de un hombre que perdió una oveja, y salió a buscarla, y cuando la encontró,
reunió a sus amigos, y tuvieron una celebración.
En el versículo 7, la aplicación de eso es esto: “Os digo que así habrá más gozo en el cielo,
por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan de
arrepentimiento. Y, por cierto, las noventa y nueve personas justas solo eran justas a sus
propios ojos. Él está diciendo: “Hay más gozo en el cielo cuando un pecador rechazado se
arrepiente, que por todas ustedes personas que son justas en sí mismas que no piensan
que necesitan arrepentimiento. Dios no encuentra gozo en la justicia personal, porque Él
no encuentra gozo en la muerte del impío, y la justicia personal es ser tan impío como
usted puede serlo.
Él cuenta otra historia para amarrar el punto. En el versículo 8, una mujer tiene diez
monedas de plata. Esto esencialmente habría sido la cantidad entera de ahorro que habría
asegurado el futuro de ella. Ella pierde una de esas monedas de valor, la encuentra, ella
llama a sus amigos y vecinos para celebrar, y la aplicación viene en el versículo 10: “Así os
digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente. Hay
gozo en la presencia de los ángeles de Dios, y, ¿quién sería que estaría gozoso en medio
de los ángeles? Dios mismo. Y los ángeles se unirían en ese gozo. Cada vez que un alma es
salvada, cada vez que un pecador es rescatado, el cielo hace erupción en gozo. Y siendo
así el caso, hay un gozo que nunca se detiene en el cielo, porque en todo momento, de
todo, de un pecador, de algún lugar está siendo redimido.
El cielo está en un estado constante de regocijo. Lo que nuestro Señor les está diciendo es
ustedes acudirían a una fiesta para un hombre que habría encontrado una oveja. Irían a
una celebración para una mujer que encontró una moneda, ¿pero no se pueden regocijar
por un pecador que es redimido? Cuán lejos están de Dios. Cuán materialistas son. Las
historias, realmente, en cierta de manera derriban de manera aplastante a estos líderes
que eran justos en sí mismos. ¿Cómo es posible que puedan afirmar el gozo de un animal
rescatado, o una moneda hallada y no celebrar la recuperación de un alma eterna?
Y después Él les cuenta la historia de todas las historias. Versículo 11: “Un hombre tenía
dos hijos.” Un cuento de dos hijos. O, por cierto, ésta no es una historia acerca de la
crianza de hijos. Hay algo que usted va a aprender de todas las parábolas de Jesús,
siempre son acerca de la salvación. Y usted necesita conocer algo de la cultura judía. Lo
que dominaba la cultura judía era una perspectiva de vergüenza y honor. Usted hacía su
mejor esfuerzo por tratar de evitar la vergüenza, y adquirir honor. Los fariseos y los
escribas eran el depósito básico de la cultura de vergüenza y honor, y determinaban quién
era vergonzoso, y quien era honorable. Ésta era la distinción cultural más importante en el
judaísmo.
Entonces, Jesús les cuenta la historia más vergonzosa posible. Con el genio creativo de Su
mente divina, Él lleva la vergüenza a su nivel extremo. Esta es una historia que está tan
llena de vergüenza como cualquier historia puede estarlo. Y de manera sorprendente,
toda persona en esta historia es vergonzosa, toda persona. Y conforme Él cuenta la
historia, el medidor de vergüenza en las mentes de los fariseos y los escribas va subiendo
hasta el punto máximo. Todo es vergonzoso.
Ahora, veamos la historia. “Un hombre tenía dos hijos. Y el menor de ellos dijo a su padre:
Padre, dame la parte de los bienes que me corresponden.” Esa es una petición
vergonzosa. Entonces, conocemos a un hijo vergonzoso, estás fuera de rango. Tú eres el
hijo menor, y tú no recibes tu herencia hasta que tú padre está muerto. Esencialmente,
¿qué es lo que éste hijo está diciendo? “Me gustaría que estuvieras muerto.”
Irrespetuoso, lleno de odio, egoísta, y la antena de los fariseos subiría y les indicaría,
vergüenza. ¿Qué hijo haría eso? “Dame la parte de los bienes que me corresponde? Tēs
ousias, la propiedad, los bienes.
Y él no está pidiendo estas cosas para que él pueda administrarlas y dejar incluso más
para la siguiente generación. Él no está pidiendo que su padre lo haga cuidador de esto
para incrementar la riqueza de la familia. Él no quiere tener nada que ver con el padre, él
resiente al padre, él menosprecia al padre, él quiere su dinero, él lo quiere ahora, y quiere
irse. Esa es la vergüenza de toda vergüenza, que un hijo se sienta así acerca de su padre. Él
quiere libertad, él quiere independencia, él no quiere rendir cuentas, él no quiere refreno,
él no quiere un padre. Simplemente no hay precedente para esto en el judaísmo. Es
conducta que cruza los límites de lo que es propio, porque los judíos sabían que Dios
había establecido, honra a tu padre, y vas a tener vida larga.
Los fariseos y los escribas podrían asumir que la siguiente parte de la historia era que el
padre lo tomó de la túnica y lo abofeteó. O, quizás lo que es más probable, el padre lo
tomó y lo golpeó, por una insolencia como ésta. Porque el padre tiene que proteger su
honor a costa de lo que sea, el honor es todo. Pero el padre no hace eso. De regreso al
versículo 12: “Y les repartió los bienes.” Oh, ahora usted tiene un padre vergonzoso. ¿Qué
padre en su juicio cabal le daría eso a un hijo quien era tan insolente?
Otro escándalo, esto es absurdo. Tenían que esperar hasta que el estuviera muerto, y
después dos terceras partes iban al mayor y una tercera parte iría al menor, si solo eran
dos. ¿Pero este padre está cediendo a esta petición vergonzosa de un hijo vergonzoso?
Ridículo. Y el hecho de que el padre se lo da, lo hace deshonroso. Y están pensando
consigo mismos, ningún joven judío honorable odiaría a ese grado a su padre, y ningún
padre judío honorable odiaría a su hijo a tal grado como para darle lo que él quiere de una
manera tan vergonzosa. Por cierto, el hijo mayor no está ahí.
Entonces las primeras dos personas que conocemos son vergonzosas, empeora. Versículo
13: “No muchos días después, juntándolo todo, el hijo menor se fue lejos, a una provincia
apartada y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente.” Esencialmente lo que eso
significa es que lo liquidó, lo convirtió en efectivo. No sé en qué habría consistido el
patrimonio en tiempos judíos, no habría sido efectivo, pudo haber sido propiedad, pudo
haber sido animales, pero tenía que liquidarlo, él no solo es vergonzoso, él es torpe,
porque él toma su patrimonio y lo descuenta para que pueda gastárselo en unos cuantos
días. Una venta barata, rápida. Este no solo es un hijo vergonzoso, sino que este es un hijo
torpe. Y él se va a un país lejano, ¿qué es un país lejano, una provincia lejana? Un país
gentil. Los judíos no querían ir a países gentiles. Si lo hacían por necesidad, cuando
regresaban se sacudían el polvo gentil de su calzado, y también sacudían su atuendo.
Entonces, ¿qué habría pasado? ¿Qué habrían estado pensando los fariseos y los escribas?
Bueno, cuando el hijo se fue de ahí habría habido un funeral oficial, éste no es hijo mío. Él
no solo es vergonzoso, él no solo es torpe, él es pecaminoso de manera miserable. Él va a
un país gentil y desperdició su patrimonio, viviendo perdidamente. Y ahora, los fariseos y
los escribas simplemente están encogiéndose de sorpresa, de conmoción, porque ni
siquiera pueden imaginar a un joven tan torpe. Esta es la razón por la que él es llamado el
prodigo, porque prodigo significa que desperdicia. Él lo quería ahora, él lo liquidó con
descuento, y después lo desperdició viviendo perdidamente. ¿Cuál fue la vida perdida?
Bueno, no tenemos que preguntarnos. Versículo 30, su hermano mayor dijo que había
consumido sus bienes con rameras, prostitutas. Y ahora, los fariseos y los escribas están
buscando oxígeno, se han quedado sin aliento. Esta vida está en el fondo.
Empeora, versículo 14: “Y cuando todo lo hubo malgastado.” O, eso también, él liquida su
patrimonio entero con prostitutas. Él tenía control de eso, pero él no tiene control de lo
que viene a continuación. “Vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a
faltarle.” ¿Qué sucede cuando hay hambre? Bueno, sabemos históricamente que la gente
come basura, comen animales callejeros, se comen su calzado. Él tenía control de eso para
comenzar, y ahora la vida se ha vuelto contra él, y hay algo que él no puede controlar.
Versículo 15, “Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra.” Literalmente
dice, “se pegó a sí mismo.” Esto indica que él se volvió un mendigo, él se volvió un
mendigo. Y el hombre a quien se pegó quería deshacerse de él, podemos asumirlo,
entonces lo envió a sus campos a alimentar cerdos. Esto habría sido el escandalo más allá
del escándalo, porque los cerdos eran animales inmundos. Y a él no se le pagó. Él no le dio
nada, nada. No le pegó, simplemente se deshizo de él. “Sal, y vive con los cerdos.”
El hecho de que no tenía nada es claro a partir del versículo 16, “Y deseaba llenar su
vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba.” Realmente esto está
volviéndose demasiado ridículo. Esta es una historia imposible. Ningún joven judío
terminaría alimentando cerdos y viviendo con cerdos, y desearía que pudiera comer
alimento para cerdos. A los cerdos se les daba cierto tipo de alimentos, su sistema
digestivo podía digerirlos, el sistema digestivo humano no podía digerir lo que comían los
cerdos, entonces él quería llenar su estómago con las algarrobas, pero no podían comerlas
porque él no podía digerirlas, habrían despedazado su interior.
Entonces, él está viviendo con cerdos, en el lugar de vergüenza definitivo y extremo,
muriéndose de hambre, ni siquiera puede comer el alimento para cerdos. Jesús acaba de
crear la situación más desesperada que alguien puede imaginar. ¿Esto? ¿quién esto? esto,
amigos míos es el pecador. Pobre, hambriento, sin esperanza, bajando más y más y más,
siendo plenamente responsable, estando más allá de la situación en la que se le puede
ayudar, inclusive más allá de la compasión.
La lección es esta, el pecado es rebelión contra el padre. El pecado es rebelión contra la
bondad del padre y la ley del padre, el pecado es más que la ausencia de una relación con
Dios. Este joven no tenía relación con Dios, eso es verdad, pero el pecado es mucho más
que la ausencia de una relación, es menosprecio hacia la persona de Dios, es menosprecio
hacia el gobierno de Dios, es menosprecio hacia la autoridad de Dios, es menosprecio
hacia la voluntad de Dios, es menosprecio incluso hacia las bendiciones de Dios.
El pecado es volverse en contra de Dios, evadiendo y dándole la espalda a toda
responsabilidad y a toda rendición de cuentas. Es negarle a Dios cualquier lugar, odiarlo y
desear que estuviera muerto en lugar de amarlo. Es deshonrarlo, es tomar todos sus
regalos amorosos y la vida y desperdiciarlos por nada más que por deseos malos. Es correr
lo más lejos de Dios que usted puede correr. Es desperdiciar su vida en disipación egoísta,
en lujuria sin refreno, dándole la espalda a toda la bondad de Dios e incluso a la
oportunidad del evangelio.
El pecado es maldad fuera de control. Es buscar la satisfacción egoísta, y trae privación y
muerte. La libertad de la voluntad del pecador es la esclavitud más horrenda. El pecado
siempre busca satisfacción fuera y lejos de Dios. Nunca la encuentran. De hecho, el
pecado deja al pecador agotado. El rebelde está vacío, pobre, está hambriento y no tiene
esperanza. Sí, el retrato es extremo, el tipo de pecado más abierto, turbulencia moral, que
Jesús podía imaginar, bancarrota moral. Jesús inventa al pecador definitivo.
Después la historia gira. Otro tipo de vergüenza comienza en el versículo 17. “Y volviendo
en sí.” Eso da esperanza, ¿no es cierto? “Y volviendo en sí, dijo: !!Cuántos jornaleros en
casa de mi padre tiene abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!” Él contempla
una evaluación correcta de su condición, él volvió en sí. Él fue un hombre honesto, en ese
momento, viendo adónde se había llevado a sí mismo, al borde de la muerte, sin que
nadie le ayudara. Y él recuerda al padre, y él entiende que el padre no tiene suficiente, él
tiene más que suficiente, y él da más que suficiente, incluso a hombres contratados,
jornaleros, las personas más bajas en la jerarquía socio-económica.
Él recuerda la bondad de su padre, la generosidad de su padre, y la compasión de su
padre, y él recuerda la bondad de su padre. Él está apenado, él requiere regresar a su
padre, aquí es dónde el arrepentimiento comienza, cuando usted vuelve en sí, y se da
cuenta del pecado en el que está. Él está apenado, a él le espera una reunión difícil, difícil,
eso es lo que espera. Pero él dice: “Me levantaré e iré a mi padre y le diré: Padre, he
pecado contra el cielo y contra ti.” Esto es tan penoso. Él está regresando sin nada, él
tiene que admitir que ha desperdiciado todo con prostitutas, él debió haberles dicho eso
porque el hermano mayor supo. Él tiene que regresar y corregir.
Ahora, según la ley judía de familia, él tenía que regresar y trabajar por años, trabajo duro,
al nivel del sueldo de un siervo, para recuperar la herencia de la familia que él había
desperdiciado. Él regresaría a tomar el martillo y el montón de rocas durante décadas,
ésta era la única manera en el judaísmo legalista, para recuperarse. Él sabe que su pecado
trasciende al padre, porque él dice: “Padre, he pecado contra el cielo, y contra ti.”
Literalmente, he pecado en el cielo, el cielo está consciente de esto, incluso podría
interpretarlo, mis pecados son tan altos como el cielo.
Él no pide privilegios, versículo 19: “Ya no soy digno de ser llamado tu hijo, hazme como
uno de tus jornaleros.” Ningún privilegio, ningún derecho, él conocía el sistema, ningún
perdón. Él perdió todo, sin excusas, él le va a decir a su padre simplemente hazme un
trabajador a quién se le paga por día. De nuevo, el más bajo en la jerarquía socio
económica porque solo eran contratados un día a la vez. Él es como la parábola de Mateo
18, el hombre que le dijo al rey, a quien le debía una deuda impagable: “Te lo voy a pagar
todo.” Porque eso era lo que usted tenía que hacer en el sistema legalista. ¡Qué
escenario!
Entonces, aquí está el pecador que ha llegado a la desesperación completa, que se ve a sí
mismo y dice: “No quiero estar aquí, tengo un padre quien es generoso, y amable, y tiene
suficientes recursos.” Él se arrepiente y quiere reconciliación, pero él también cree que, y
él verdaderamente lo creía, porque era lo que enseñaban, que él tiene que regresar. Y
para conseguir la restitución él tiene que ganar otra vez todo lo que él perdió, incluso si le
toma su vida entera. Y los fariseos finalmente podrían decir: “Al fin, algo que no es
vergonzoso.”
Eso es exactamente lo que ese hombre necesita hacer, necesita regresar y volverlo a
ganar todo. Este es el primer momento honorable en la historia entera. El hijo vergonzoso,
y el padre vergonzoso que le permite tener su herencia, después la vergüenza masiva que
el hijo acumula. Finalmente él vuelve en sí, finalmente reconoce la bondad del padre,
finalmente la entiende que tiene que ganarse otra vez lo que había perdido. En el
versículo 20 leemos: “Y levantándose vino a su padre.”
Los rabinos decían que la reconciliación viene únicamente debido a la restitución. ¿Qué
esperaba cuándo él llegara al padre? ¿Distancia? ¿Abuso? ¿Castigo? ¿Prepararse para ir a
trabajar? Quizás si usted trabajaba por suficiente tiempo y con suficiente dedicación usted
podía volverse a ganar su herencia. Él esperaba que su padre que había sido tan
deshonrado cuando le diera la libertad de hacer esto, mantuviera un poco del honor vivo
en su vida, a no dejar que el hijo volviera a entrar de inmediato, quizás que se mantuviera
de pie a la distancia, para que él presentara una apariencia de lo que él sentía en su
corazón. Tú no eres mi hijo, la única manera en la que puedo preservar mi honor,
finalmente como padre, es asegurarme de que restaures todo lo que has desperdiciado. Él
podría decirle al hijo: “Besa mis pies. Prepárate para trabajar.” Eso es lo que los fariseos y
los escribas habrían esperado.
Pero observe el versículo 20: “Y cuándo aún estaba lejos, lo vio su padre y fue movido a
misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello y le besó.” Hombre, estamos de regreso a
dónde estábamos, éste es un padre sin esperanza. ¡Corrige tú vida! ¡Recupera un poco de
honor! Esto de nuevo, es una reconciliación vergonzosa. Un padre ya avergonzado, quién
le dio libertad a un hijo impío, es avergonzado incluso más por su recepción.
Los detalles son importantes. “Y cuando estaba lejos lo vio su padre.” ¿Qué le dice eso?
¿Quién estaba buscando a quién? Cuando aún estaba lejos, lo vio su padre. ¿Lejos de
dónde? De la entrada a la aldea. Él lo vio porque su padre estaba esperando que
regresara, su padre sintió compasión por él. ¡Cuán débil es este padre! Ridículo. Usted no
tiene compasión por alguien así, usted siente menosprecio. Él se fue a un país gentil y
vivió con los cerdos, él desperdició todo. Esto es tan vergonzoso, que va más allá de la
comprensión.
Y después el padre hizo algo que usted no hace; el padre corrió, él corrió. La gente noble,
en el medio oriente, no corre. Usan túnicas. La palabra para túnica es macbut, eso significa
aquello que me da honor, aquello que me da honor. Usted ve en la actualidad en el medio
oriente, y usted ve a hombres honorables con una túnica que llega hasta el suelo, no
corren. O hacen el movimiento de caminar sobre la luna, o se resbalan. No corren.
Levantar su túnica y correr, es traer más vergüenza sobre usted. Mostrar alguna parte de
su anatomía es vergonzoso.
Pero él corre y cruza la aldea, él cruza la aldea con su túnica jalada hacia arriba, trayendo
más vergüenza sobre sí mismo. Él no se preocupa porque esto es amor abnegado, ¿no es
cierto? Esta es una condescención que se vacía a sí misma, y él llega al joven antes que los
burladores lleguen a él. Él llega al joven antes de que la gente de la aldea llegue, él llega al
joven para absorber la vergüenza. Esto es conducta escandalosa. “Y se echó sobre su
cuello,” joven que apestaba a cerdo, lo abrazó, esta es una señal de reconciliación
completa, él abraza a ese pecador rebelde. No solo eso, le besó.
En el texto original, le besó repetidamente. Se acostumbraba expresar amor al cubrir la
cabeza con besos. Este padre no se preocupa por su propio honor a los ojos de los líderes
judíos. ¿Qué debería haber hecho? Están pensando: “Bueno, él debería haber golpeado al
joven en público, enfrente de toda la aldea.” Porque eso es lo que él merecía y de esa
manera el padre podía mantener algo de honor. Y después él debería haber dado un
anuncio público de que él se iba a volver un trabajador contratado por día, para ganarse
su camino de regreso, para recuperar lo que había perdido. ¿Pero que hizo el padre? Él lo
amó. Él corrió por él, lo abrazó, siguió besándolo. ¿Qué es esto? Le doy la palabra…
‘gracia’.
Y los fariseos y los escribas no tenían categoría para la gracia, eran legalistas. Bajo este
acto abrumador de gracia, el hijo dice en el versículo 21: “Padre, he pecado contra el cielo
y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo.” Pero él no incluyó la última parte de su
discurso que había ensayado, versículo 19, el terminó su ensayo como: “hazme como uno
de tus jornaleros.” Él no dice eso, ¿por qué? Porque él ya ha sido recibido de manera
completa, él no tiene que ganarse su derecho de estar de regreso. Dejo la parte de
jornalero, eso podría ser un insulto a la gracia.
Y francamente, la gracia es el ataque más grande, la afrenta más grande en contra de la
religión legalista. Están en un estado de escándalo tal, y lo lleva de regreso, no es cierto, el
versículo 2: “Los fariseos y los escribas murmuraban porque este hombre recibe a
pecadores.” Y eso es exactamente lo que él hizo con ese hijo. Él recibe reconciliación,
restauración, y perdón. Y es increíble la generosidad, observe el versículo 22: “Pero el
padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido y vestidle; y poned un anillo en su mano, y
calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta.”
Oh, esta es la tercera historia de celebración, ¿no es cierto? ¿Qué podemos decir acerca
de este padre? ¿Quién es este padre? Dios en Cristo, descendiendo del cielo al polvo de
nuestros lugares donde vivimos, ciudades, para buscar y salvar al pecador perdido, y Dios
inicia la búsqueda, Él es el Buscador, quien encuentra al pecador antes de que el pecador
pueda encontrarlo a Él. Y el amor de Dios hacia el penitente es generoso, y es gracia pura,
de manera independiente de cualquier obra, y Dios encuentra Su gozo consumado en la
salvación de un pecador perdido, de tal manera que todo el cielo está en una erupción de
celebración.
2 Corintios 5:19 dice: “Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo. No
tomándoles en cuenta sus pecados en contra de ellos.” Eso es gracia. No estamos
acostumbrados a ver a Dios así, ¿verdad? No pensamos de Dios como estando feliz,
pensamos de Él como alguien que está sombrío y es sobrio. Él es ira perfecta, pero
también es gozo perfecto, Él es tan expresivo en Su amor, y Él no considera en absoluto lo
que el joven hizo en términos del pecado. Él no pidió un registro de su iniquidad. Fue
suficiente.
El padre lo buscó, lo encontró, lo amó, le mostró generosidad. Esto simplemente es gracia
salvadora mostrada, apunta a la realidad de que Dios en Cristo, va a absorber toda la
vergüenza del pecador. Él va a jalar su túnica y se va a avergonzar a sí mismo para correr
cruzando la aldea, para rescatar a un pecador. Él va a abrazar a un pecador que apesta a
pecado, y lo va a besar por toda su cabeza, Él va a llevar la vergüenza. Nada que el
pecador tenga que hacer más que confesar su desesperación, su indignidad, y recibir
gracia.
Versículo 22, el padre manda entonces a sus siervos: “Sacad el mejor vestido, y vestidle; y
poned un anillo en su mano y calzado en sus pies. Y traed el becerro gorro…” Y esto por
cierto en términos de lo que les preocupaba a los fariseos, simplemente un trato
vergonzoso por parte de este padre. Otro motivo de enojo, pero aprendemos que el amor
generoso y la gracia no retiene nada. Y para los fariseos y los escribas y todos los
legalistas, este padre es el prototipo de torpe que continúa amontonando vergüenza
sobre sí mismo al amontonar perdón sobre este hijo que peca.
Pero observen que el padre no se contiene, “Sacad,” versículo 22, “Sacad,” e incluye la
idea tacú, en el griego: rápidamente; esto realmente habría hecho que miraran al cielo.
Sin contemplarlo, sin platicarlo, rápidamente, saquen una túnica, la túnica era el símbolo
de la dignidad del padre. Saquen el anillo, ese era el símbolo de la autoridad del padre;
saquen el calzado, ese era el artículo que declaraba la responsabilidad del padre, que
había sido transmitida al hijo porque los esclavos no usaban calzado. El padre le da su
dignidad, su autoridad, y le entrega su responsabilidad al hijo, y le ofrece el lugar pleno
como hijo.
Esto le da un golpe en contra de toda la religión que dice, llega a Dios a través de lo que tú
haces. Dios no se rehúsa a recibir al pecador penitente, Él corre, Él abraza, Él sigue
besando al pecador vil, lo recibe como hijo con todos sus derechos. “Trae el becerro
gordo,” “Matadlo y comamos y hagamos fiesta.” ¿Por qué? “Porque este mi hijo muerto
era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.” Eso es lo
que leemos en el versículo 7, una fiesta cuando la oveja fue encontrada; versículo 10, una
fiesta, una celebración cuando la moneda fue encontrada; y ahora una celebración
realmente significativa cuando el hijo fue encontrado.
La fiesta, imagínese, es en honor al padre vergonzoso y el hijo vergonzoso. A los ojos de
los líderes judíos, esto va más allá de lo escandaloso. Los legalistas no tienen categoría
para la gracia, todo esto va más allá que tan solo ser algo que irrita, está ofendiendo sus
sensibilidades, ningún personaje tan vergonzoso debería existir, ni se pueden imaginar
que un personaje así exista; esto es ficción, esto es fantasía. Pero esto es la verdad, esto es
Dios en Cristo y el pecador siendo reconciliados.
Eso nos lleva a la conclusión sorprendente de la historia. “Y su hijo mayor estaba en el
campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas.” Por primera
vez desde que fue mencionado, por lo menos a principio de la historia en el versículo 11,
él aparece, él ahora está en la historia. Ahora, permítame identificárselo, él es los fariseos
y los escribas en la historia. Él se aparece con el enojo. Él no tiene relación con el padre, él
también odia al padre, él no ha sido parte de esta planeación, ni siquiera sabe lo que está
pasando, lo cual demuestra que él no tiene relación con su padre porque él ni siquiera
está ahí, ni el padre lo invita a que esté ahí en el momento más grande de toda la familia.
El padre no le envía ningún mensaje porque él no tiene relación alguna con él. Él cumple
con su deber, él se quedó en casa, él es el religioso, él es el que piensa de sí mismo como
moral, pero él está alejado en su corazón.
Versículo 26: “Y llamando a uno de los criados, le preguntó que era aquello.” Esto indica
que no tiene relación con el padre, ni siquiera sabe lo que está pasando. El siervo le dijo
en el versículo 27, “tu hermano ha venido, y tu padre ha hecho matar el becerro gordo,
por haberle recibido bueno y sano.” Bueno y sano, je, Shalom en hebreo. ¿Cuál piensa
usted que fue su respuesta? Versículo 28: “Entonces se enojó.” Seguro, él es los fariseos y
los escribas, sin categoría para la gracia, quienes están enojados ante toda la vergüenza.
Y después de todo, él no estaba dispuesto a entrar. Él no podía unirse a la celebración
porque él no tenía categoría para la gracia. Su padre sale y comienza a rogarle como Jesús
lo hizo con tanta frecuencia con los escribas y los fariseos. “Más él, respondiendo, dijo al
padre: He aquí.” Eso es bastante vergonzoso, dirigirse a su padre de esa manera, “tantos
años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para
gozarme con mis amigos.” Legalista, quejumbroso. No hiciste esto para mí, y he estado
aquí, esto es lo que el legalista diría. No puede celebrar la gracia. Él no tuvo una fiesta, él
no tuvo una relación con el padre. No había nada por lo que el padre se regocijara.
Pero el versículo 30, él dice: “Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes
con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo.” Esto realmente es el enojo final.
Observe cuan amable el padre ha sido. Versículo 31: “Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre
estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas.” Es algo amoroso, él no usa uios, hijo, él usa
teknon, hijo, niño. Todo ha estado aquí para ti. Todas las riquezas, todas las bendiciones.
La salvación es ofrecida a dos tipos de pecadores, el reprobado extremo y el legalista
extremo, y toda persona en medio de estos dos puntos extremos. Pero el legalista es el
más duro.
Y entonces les digo, es mucho más fácil traer a un pecador abierto a la salvación, que a un
legalista religioso. ¿Qué hace que Dios se regocije? ¿Qué hace que Dios se regocije? ¿Qué
diez mil pecadores han sido salvos? No. Cuándo uno, cuándo un pecador. El cielo no está
conteniendo su gozo, la celebración se lleva a cabo todo el tiempo porque la salvación y la
redención es con el propósito del gozo de Dios. “Siempre he estado ahí para ti.” La gracia
siempre estuvo ahí pero no podías ir más allá de tu justicia personal.
“Más era necesario hacer fiesta,” versículo 32. “Era necesario hacer fiesta y regocijarnos,
porque este tu hermano era muerto y ha revivido, se había perdido y es hallado.” ¿Eso le
parece a usted un final incompleto? No hay final aquí. Hay un sistema de estrofas o
párrafos en el estilo de contar historias entre los judíos. Y hay cierta manera en la que está
estructurada. Este fin, de hecho, debería haber tenido ocho partes, pero, se detiene con la
séptima, ése no es el final. ¿Qué le pasó al hijo mayor? ¿Cuál fue su reacción?
Mm, permítame escribir un final. ¿Muy bien? No añada esto a la Escritura. Aquí está el
final. Cuándo el padre dijo: Tenemos que hacer fiesta, tenemos que regocijarnos por el
pecador perdido que fue hallado, al oír esto aquí está mi final… “Al oír esto, el hijo mayor
se enfureció, tomó un pedazo de madera y golpeó a su padre hasta matarlo, enfrente de
todo mundo.” Dice usted: Eso es un poco extremo. Pero, solo serían unos cuántos meses
hasta que mataran a Cristo, con madera, y se habrían aplaudido a sí mismos porque
habían matado a esta persona que ofrecía gracia, y ellos habían preservado su legalismo
en justicia persona.
Incluso dijeron: su sangre sea sobre nosotros. En el lenguaje de la parábola el hijo al final
está golpeando al padre con golpes aplastantes que lo están matando diciendo: “Tú eres
malo, tú eres malo, alguien necesita terminar con tu conducta vergonzosa. Yo lo voy a
hacer.” Y golpea al padre hasta matarlo. El giro irónico final es que el padre, quien debería
haber golpeado al hijo impío, más bien es matado por el hijo legalista. En el acto más
grande de maldad jamás cometido, pensando que él era justo.
Sin embargo, Dios, ese Padre Salvador de gracia, usa esa ejecución para proveer salvación
para todos los pecadores. La historia termina en la cruz, y encontramos nuestra salvación
ahí, ¿no es cierto?
Padre, te agradecemos por Tu Palabra para nosotros. Gracias por la grandeza de la
Escritura, su poder contundente, su veracidad, su obra penetrante en nuestras vidas.
Gracias porque nos congregamos para adorarte hoy. Estamos tan llenos de gozo y
gratitud, tan agradecidos porque nos has hallado. Sabemos que el cielo está teniendo una
celebración y estamos aquí para tener también esa celebración. La adoración es una
celebración. La adoración es una celebración de salvación, y celebraremos la salvación que
Tú nos has dado a cada uno de nosotros como pecadores indignos.
Y Señor, es mi oración que la Palabra de nuestro Señor en este capítulo alcance muchos
corazones el día de hoy, y que muchos pecadores sean hallados, llevados al
arrepentimiento, y abrazados, y besados y que se les dé una túnica de justicia, autoridad
espiritual, y responsabilidad espiritual como tus propios hijos. Gracias por comprarnos en
la cruz. Y te agradecemos Padre, por la gloria de la resurrección, la cual garantiza también
nuestra resurrección eterna. Nos has bendecido de manera generosa, con toda bendición
espiritual en los lugares celestiales en Cristo, somos ricos más allá de la imaginación y no
nos hemos ganado nada de esto. Heredamos todo lo que el cielo tiene como co-herederos
con Cristo nuestro hermano verdadero. Nos regocijamos en eso.
Llena nuestros corazones de gozo, y en la salvación que es nuestra, y que nos unamos a la
celebración celestial. ¡Qué privilegio! Oye nuestra oración. Oramos en el nombre de
nuestro Salvador. Amén.
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
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la política de Derechos de Autor de Gracia a Vosotros.
El himno de seguridad, 1ª Parte
Escritura: Romanos 8:31–34

Código: 45–67
John MacArthur
Hola, abramos nuestras biblias en Romanos capítulo 8, y comencemos lo que tendrá que
ser una gran aventura para nosotros, conforme llegamos a la conclusión de este octavo
capítulo monumental. Y honestamente, uno pensaría que Pablo ya había dicho todo lo
que podía ser dicho acerca de la seguridad del creyente. Si usted ha estado con nosotros
en nuestra serie en Romanos capítulo 8, usted sabe que él ha estado hablando de la
seguridad del creyente a lo largo de este capítulo. Y especialmente él llegó al clímax de su
enseñanza de eso en los versículos 28 al 30. Y nuestro estudio de esos versículos ha
probado por lo menos en mi propio corazón, ser la más grande experiencia que jamás he
tenido en mi vida al entender la seguridad del creyente.
De hecho, para cuando usted termina con los versículos 28 al 30, usted está seguro que
nada más podría ser dicho, y es cuando Pablo nos deja caer otros nueve versículos,
simplemente para decir que todavía no ha terminado, todavía hay más. Y el cierra este
capítulo, realmente con un crescendo increíble de preguntas y respuestas, para concluir su
enseñanza acerca de la doctrina de la seguridad, él realmente quiere que quede esta
verdad clara. Es como si él se adelanta a que esta verdad va a ser rechazada, es como que
si él se adelantara al hecho de que van a haber personas que rechacen, presentando sus
objeciones.
Es como si él bien sabe, bajo la inspiración del Espíritu Santo que la gente va a venir y
decir, no, no estás seguro en Cristo, podrías perder tu salvación. Hay personas que
podrían quitártela, hay ciertas circunstancias que podrían causar que la abandones. Él
sabe que eso va a suceder y entonces, él reacciona a eso al darnos más instrucciones en
los versículos 31 al 39. Y aunque es parte de su argumento, se presenta como un gran
crescendo un gran himno triunfal de seguridad, pero no es tan solo emoción, y no es tan
solo alabanza, también es una parte muy importante de su presentación.
Ahora, permítame tan solo retomar algo de lo que ya vimos, el concepto de la seguridad
del creyente realmente fue presentado en el capítulo 5, porque en el capítulo 5, Pablo
estaba comenzando a hablar de los resultados de la justificación. Y en el 5 to capítulo, él
dijo los resultados de la justificación son estos: paz con Dios, estar firmes en la gracia,
esperanza de gloria, certeza de amor, certeza de liberación y gozo. Y cuando estudiamos
esos resultados de la justificación o de la salvación en el capítulo 5, señalamos en ese
momento que esas cosas también hablan de manera muy, muy clara, del asunto de la
seguridad.
Si tenemos paz con Dios, estamos seguros con Él. Si estamos firmes en la gracia, y la gracia
cubre nuestro pecado, entonces estamos seguros. Si tenemos la esperanza de gloria,
entonces estamos seguros. Si tenemos la certeza del amor inmortal de Dios, estamos
seguros. Si tenemos la promesa de su liberación, estamos seguros. Y si tenemos gozo en
Dios es porque estamos seguros, entonces lo vimos realmente presentar indirectamente
la doctrina de la seguridad en el capítulo 5.
Pero es en el capítulo 8 que él aborda de manera directa esta doctrina maravillosa de la
seguridad del creyente, y hemos estado viendo a lo largo de este capítulo, y viendo a
como estamos seguros en Cristo, debido al plan de Dios, la obra de Cristo, y la obra en
particular del Espíritu Santo. Entonces el capítulo 8, es una presentación sin paralelos, de
la seguridad eterna de toda persona que abrace el evangelio de Jesucristo, en fe.
Ahora, conforme a los argumentos se han estado apilando, para mí, de cualquier manera,
llegó a un gran clímax en los versículos 28 al 30. Pero no ha terminado, ahora viene la
coup de grace (golpe de gracia), y él asciende inclusive más allá de eso, a lo largo de este
gran himno de triunfo, este gran himno de seguridad, y es el elemento final en su
presentación.
Ahora, esto es lo que él hace, cualquier presentación clásica o argumento de teología,
debe adelantarse a sus objeciones. Por ejemplo, con mucha frecuencia cuando usted lee
una teología, o usted lee un comentario, usted encuentra que el escritor va a presentar su
postura, y después él va a presentar las posturas que se oponen adelantándose a lo que
son, y la rechaza.
Ahora, ese es simplemente una técnica clásica al presentar un argumento, firme, sólido. Y
eso es exactamente lo que Pablo hace en los versículos finales de Romanos 8. Él se
adelanta a las objeciones que podrían venir y las responde a todas, y literalmente desarma
al enemigo, él toma el argumento de la boca del enemigo, lo expresa y lo desarma. Y por
lo tanto, calla cualquier persona que de manera posible lo rechace. Ahora, todo comienza
con la pregunta, observe el versículo 31, y difícilmente necesita un bosquejo aquí, porque
usted es llevado a lo largo de esto de manera tan clara, por el texto mismo. “¿Qué pues
diremos a esto?” ahora esa es la pregunta.
¿Cuál es nuestra respuesta? Digo, acabamos de oír la realidad increíble, increíble para la
mente humana, que todas las cosas operan para el bien de aquellos que aman a Dios,
aquellos que son los llamados según su propósito, porque Dios ha echado a andar que Él
tiene a toda persona que Él ha planeado por su conocimiento anticipado en la eternidad
pasada, para que sea glorificada en la eternidad futura. Estamos seguros en el hecho
entonces, de que, si Dios predeterminó que fuéramos glorificados, todo lo que esté a la
mitad va a operar para nuestra gloria y nuestro bien.
Ese pensamiento maravilloso ha sido nuestro pensamiento en las últimas semanas, y
ahora él dice, “¿qué, entonces decimos a esto?”, ¿Qué decimos a la enseñanza acerca de
la seguridad eterna o la perseverancia de los santos? Esto es, que los que han sido salvos
perseverarán hasta la gloria. ¿Qué diremos acerca de eso? ¿Cuál es nuestra reacción?
¿Cuál es nuestra conclusión? ¿Cuál es nuestra respuesta? Creo que la frase, ‘esto’,
simplemente se refiere a las verdades de nuestra seguridad eterna. Podría ir más allá de
eso, incluir la doctrina entera de la justificación por la fe, porque esa doctrina incluye
también la seguridad.
Pero creo que él en particular está enfatizando el hecho de que estamos eternamente
seguros, una vez que somos redimidos. ¿Cómo respondemos? Bueno, en su mente él sabe
que algunos van a rechazar eso. Se van a oponer a eso. Algunas personas van a decir, no,
no estamos seguros. Podemos perder nuestra salvación, podríamos cometer ciertos
pecados o Dios podría hacer ciertas cosas o el diablo podría hacer ciertas cosas, o Cristo
podría enojarse con nosotros por cómo estamos viviendo. Quizás los demonios o la
tentación del mundo, o la carne podría infiltrarse en nosotros, nos podría abrumar, y
podríamos escoger alejarnos de las cosas de Dios en desobediencia.
Inclusive, podríamos cambiar nuestro parecer acerca de cosas, podríamos vernos
tentados, alejarnos. Y entonces el que se opone va a decir, bueno, existe una posibilidad
de que podríamos perder, y entonces nos oponemos a esa doctrina. Y entonces Pablo
quiere responder al que se opone, de hecho, las objeciones que Pablo trata son obvias y
muy amplias. Básicamente podrían ser divididas en dos categorías. Algunas personas se
oponen y dicen, si, puedes perder tu salvación porque hay ciertas personas que podrían
quitarla.
En segundo lugar, hay ciertas circunstancias que podrían hacer que fuera rechazada. O
usted únicamente puede tener personas y circunstancias. Y entonces en ese sentido su
argumento es más bien amplio. Hablemos de personas, ¿hay alguna persona en algún
lugar que podría quitar nuestra salvación, bajo alguna circunstancia? Los versículos 31 al
34 tratan con eso. Retomémoslo de nuevo en el versículo 31, “¿Qué pues diremos a
esto?” ¿cuál es nuestra respuesta? Bueno quizás alguien podría venir y decir, bueno, Dios
podría siempre quitarla, o quizás el diablo podría quitarla. En otras palabras, si caemos
presa, Satanás, él nos va a colocar en una posición en la que perderíamos nuestra
salvación, y Dios la quitaría porque hemos escogido desobedecer.
Y entonces, su respuesta a esa oposición a la que se adelanta, sin siquiera expresar el
rechazo, el simplemente dice: “Si Dios es por nosotros”, ¿qué?, ¿quién puede estar en
contra de nosotros? Y esa es la manera en la que él trata esa objeción. Bueno, alguien
podría quitarnos nuestra salvación, y entonces él dice, bueno, si Dios en por nosotros,
aquí viene, ¿Quién? simplemente, quien podría hacer eso. Digo, el quien, el que hiciera
eso tendría que superar al Dios que estaba por nosotros. Sea quien sea, quien esté en
contra de nuestra salvación tendría que vencer al Dios que está por ella, ¿verdad?
¿Usted conoce alguna persona que puede vencer a Dios? esa es una afirmación tremenda.
¿Hay alguna persona en algún lugar en el universo que pueda quitarnos nuestro estatus
de no condenación? ¿Hay alguien que sea más fuerte que Dios? ¿Hay alguien que sea más
grande que Dios? ¿Hay alguien que sea más puro que Dios? ¿Hay alguien que tenga un
estándar más elevado que Dios, una obligación más santa que la de Dios, una ley más
grande que la de Dios? ¿Hay alguien más allá de Dios que pueda quitarnos nuestra
salvación o que pueda ser que sea quitada, ¿Qué hay acerca de los judaizantes? ¿pudieron
hacérselo a los Gálatas cuando los acusaron de no ser realmente salvos, porque no habían
guardado la ley mosaica, no se habían circuncidado, y no habían obedecido toda la ley?
¿realmente les quitaron la salvación a ellos?
¿Qué hay acerca de la iglesia católica romana, cuando excomulga a alguien por un pecado
mortal, acaso quita la salvación si de hecho esa persona la posee? Usted sabe, han quitado
a ciertas personas de su iglesia, las han excomulgado, las han quemado en la estaca
porque creyeron en la doctrina de la justificación por la fe, ¿al hacer eso, quitan el
pecado? ¿puede la iglesia romana quitar su pecado? Más bien, ¿quitar su salvación?
¿pueden los judaizantes quitar la salvación?
Que hay acerca de nosotros mismos, ¿podemos quitarnos nuestra propia salvación. Usted
sabe, seamos muy honestos en esto. Hay persona a las que les gustaría quitarnos a Cristo,
¿verdad? Con frecuencia estoy seguro de que hay personas que tienen a miembros en su
familia, parientes, que les gustaría alejarlos de Cristo, que les gustaría que perdieran su
salvación. Educadores seculares en nuestro país, y filósofos seculares y gente hedonista, y
aquellos que viven para la carne, le gustaría alejarnos de Cristo, y abandonarnos a las
cosas de la lujuria, la soberbia.
A los legalistas les gustaría alejarnos de la pureza del evangelio, las sectas, los falsos
profetas, los falsos maestros, la religión falsa, Satanás, demonios, hay suficientes personas
a las que les gustaría hacer eso. Les gustaría alejarnos de la salvación y hacer que
termináramos perdidos. ¿Pero Dios nos va a dejar en algún punto? ¿Hay personas que
están en contra de nosotros que sean más grande que el Dios que, (que), que está por
nosotros? Ciertamente, no. Y entonces la objeción que podría haber alguna persona que
nos quitara, alguna persona que tuviera la suficiente fuerza para quitarnos, alguna
persona que estuviera de tal manera en contra de nosotros que nos pudiera alejar, él dice,
bueno, si Dios es por nosotros, ¿Quién puede, con éxito, estar en contra de nosotros? Y
esa es la idea. ¿Quién puede tener éxito en estar en contra de nosotros?
Permítame darle una ilustración. Abra su Biblia en Lucas 22 por un momento. En Lucas
22:31, nuestro Señor Jesús le está hablando a Pedro, y cuando Pedro actuaba en una
manera que era menos de ser obediente, él lo llamó por su nombre antiguo, Simón. Él
estaba actuando como era antes, y el Señor dijo: “Simón, Simón, he aquí Satanás os ha
pedido para zarandearos como a trigo”. Satanás te quiere, es correcto. Ahora, Satanás es
la persona más poderosa en el universo, fuera de Dios y la Trinidad, ¿verdad? El más
poderoso. Él es el más elevado de todos los ángeles caídos, y en el sentido de estar afuera
de la esfera de aquello que es santo y puro, y las huestes angelicales, él es el más
poderoso.
Y Satanás desea al creyente, no solo a Pedro, sino a todos los creyentes, pero el versículo
32 dice: “pero Yo he rogado por ti, para que tu fe no falle”. ¿A quién oró? al Padre. “Y
cuando te vuelvas, fortalezcas a tus hermanos”, cuando salgas de esta prueba, entonces
vas a poder fortalecer a otros, ¿Qué está el Señor asumiendo? Que su oración va a ser
¿qué?, respondida. ¿Por qué? Porque él conoce el corazón del Padre, él conoce la mente
del Padre, y él sabe que no hay poder en el universo, ni siquiera Satanás mismo, que
jamás pueda sacar a un creyente de los brazos de Dios. Si Dios es por nosotros, ¿Quién
puede con éxito estar en contra de nosotros? La respuesta a la pregunta es, nadie.
Absolutamente nadie puede estar en contra de nosotros.
Algunas personas van a tratar como dije, Mateo capítulo 10, nos da otra ilustración.
“Porque he venido”, dice en el versículo 35, “a poner al hombre contra su padre, y a su
hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra, y los enemigos del hombre serán los
de su propia casa”. Algunas veces es la casa. Una dama me dijo esta mañana, “acabo de
pasar por una tragedia en mi vida, y vine aquí para reunirme con Dios, mi marido no cree,
y no quiere que yo esté aquí, pero estoy aquí de cualquier manera porque necesito a
Dios”. Y existe esa atracción de la familia con mucha frecuencia. Y entonces el Señor dice,
“los enemigos de un hombre serán los de su propia casa, pero si estamos dispuesto”, él
dice “a perder tu vida y pagar el precio, la hallarás”. Si vienes a mí a pesar de eso, serás
recompensado de manera maravillosa y eterna.
Entonces, tenemos aquellos que están contra nosotros. En Hechos 20 hay otra ilustración,
en el versículo 29. Y aquí ocurre inclusive en la iglesia, conforme Pablo les habla a los
ancianos efesios él dice, “porque yo sé que después de mi partida, lobos rapaces entrarán
en medio de vosotros, y no perdonarán al rebaño. Y su deseo es”, dice en el versículo 30,
“junto con aquellos que de vosotros mismos se levantaran hablando cosas perversas, para
llevarlos”. Digo, créame, Satanás y todos sus demonios y todos sus agentes en el mundo, y
todos aquellos que son parte de su reino de las tinieblas, les gustaría hacer que los
creyentes perdieran su salvación. Podría ser directamente de Satanás, podría ser de sus
demonios, podría ser de su familia, podría ser falsos maestros que se levantan en la
comunión o que azotan la comunión desde afuera. Pero, ¿quién puede estar en contra de
nosotros si Dios es por nosotros? ¿verdad?
Dice usted, bueno, me gustaría saber si Dios es por nosotros. ¿Ha estado usted leyendo
Romanos con nosotros? Dios es por nosotros. Ese es el punto entero. Pablo ni siquiera
prueba eso en Romanos 8, él ni siquiera hace una afirmación para afirmar esto. Él
simplemente dice: “Si Dios es por nosotros”, y, por cierto, eso es lo que llamamos una
partícula condicional, ei, “si”, lo cual significa una condición cumplida, y debería ser
traducido mejor, y quizás podría marcarlo en su margen, “debido a que Dios es por
nosotros”, debido a que Dios es por nosotros, ¿quién puede dañarnos? ¿hay alguien que
sea más poderoso que Dios?
Hay tantas escrituras que hablan de este asunto, pero permítame tan solo pedirle que me
acompañe a dos salmos, Salmo 27; Salmo 27, comienza de esta manera. “Jehová es mi luz,
y mi salvación, ¿de quién” (que), “temeré?” Digo, si el Señor es mi salvación, ¿quién es
más grande que el Señor? Jehová es la fortaleza de mi vida, ¿de quién me atemorizaré? ¿Y
cuál es la respuesta? De nadie. “Cuando los impíos, inclusive mis enemigos, y mis
adversarios, vienen sobre mí para comer mi carne, tropezaron y cayeron. Y aunque un
ejército acampara en contra de mí, mi corazón no temerá, aunque la guerra se levantara
en contra de mí, en esto tendré confianza, una cosa he deseado de Jehová, esa buscaré,
que esté en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para mirar la belleza de Jehová, e
inquirir en su templo”.
En otras palabras, él dice, cuando vine al Señor y vine en estos términos que toda mi vida
estaría en su presencia, que todos mis días estaría morando en la casa de Jehová, que
siempre vería su belleza, y vine a Él en esos términos, y Él me recibió en esos términos, y
esa es la implicación, y entonces, no tengo temor. Versículo 5, “porque en el tiempo de
angustia él me esconderá en su pabellón. En el secreto de su tabernáculo él me
esconderá. Él me establecerá en una roca”. En otras palabras, no hay manera en la que tú
puedas llegar a este hombre. Él está protegido, él está aislado, él está cubierto, y entonces
ahora, mi cabeza se levantará sobre mis enemigos que me rodean, por lo tanto, ofreceré
en su tabernáculo sacrificios de gozo, cantaré, sí, cantaré alabanzas a Jehová. Que gran
pensamiento.
Y él cierra en el versículo 14 al decir, “espera en Jehová, tened ánimo, y Él fortalecerá
vuestro corazón. Espera, digo yo, en Jehová”. ¿Tiene usted un corazón débil? ¿Siente que
quizás se vuelve en contra del Señor en momentos de dudas? Espere en el Señor. Él
fortalecerá su corazón, él nunca deja a los suyos, y nadie es más poderoso que Él. Vaya al
Salmo 46. Salmo 46. El versículo 1 dice, “Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro
pronto amparo en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea
removida, y aunque los montes sean arrojados en el medio del mar. Aunque las aguas
rujan y bramen, aunque los montes se sacudan, no tememos eso”. Versículo 10, “estad
quietos, conoced que Yo soy Dios, seré exaltado entre las naciones, seré exaltado en la
tierra, Jehová de los ejércitos está con nosotros. El Dios de Jacob es nuestro refugio, Él es
por nosotros”.
Quiero que observe el capítulo 40 de Isaías. Palabras tan consoladoras. El 40 de Isaías.
Dice, “Él es el que se sienta”, en el versículo 22, “Él es el que se sienta en el círculo de la
tierra, y los habitantes de la tierra son como langostas que estiran los cielos como una
cortina, y los estira como una tienda para morar, que hace que los príncipes sean nada, Él
hace de los jueces de la tierra como vanidad. Sí, no serán plantados, sí, no serán
sembrados, sí. No establecerán su raíz en la tierra y él también soplará sobre ellos, y se
secarán y el viento los llevará como hojarasca. ¿A quién me asemejareis? O ¿a quién seré
semejante?” ¿Cuál es la respuesta? A nadie, a nadie.
“Entonces, levantad vuestros ojos en alto, y mirad quien creó estas cosas, quien llama a
sus ejércitos por nombre, él los llama a todos por nombres, tal es la grandeza de su poder,
y la fuerza de su dominio.” Versículo 28, “¿No habéis sabido? ¿no habéis oído que el Dios
eterno es Jehová, el creador de los fines de la tierra? No desmaya ni desfallece con
cansancio. No hay quien escudriñe su entendimiento, él da esfuerzo al cansado, y a los
que no tienen fuerza Él multiplica la fuerza. Los muchachos se fatigan y se cansan, los
jóvenes caminan y se caen, pero los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas.
Levantarán alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no desmayarán.
La fortaleza está ahí para los que son débiles y están cansados, porque, ¿Quién es como su
Señor?” Él dice, nadie.
Dios es por nosotros, Romanos capítulo 3, versículo 21 al capítulo 8 versículo 30, toda esa
sección entera nos dice que Dios es por nosotros, Dios es por nosotros. Él envió a Su Hijo
para redimirnos. Dios nos ha amado de tal manera que Su Hijo vino al mundo para
comprar nuestra salvación, Dios es por nosotros. Y debido a que Dios es por nosotros,
nadie, en ningún momento, bajo ninguna circunstancia puede con éxito estar en contra de
nosotros. En ultimas, subráyelo en algún lugar, si es tan amable, en ultimas somos
invencibles. En ultimas, somos invencibles.
Me encanta lo que Dios le dijo a Abraham en el capítulo 15, creo que es el versículo 1, “Yo
Soy tu escudo”. Tremendo, un escudo sale enfrente del soldado para desviar lo que le
arrojan, para que nunca toquen al soldado. Dios dice, “voy enfrente de ti, soy tu escudo”.
Y Dios les había dicho a los hijos de Israel en varias ocasiones, cuando salgan a la batalla
voy enfrente de ustedes. Esa es la razón por la que, con tanta frecuencia, cuando pelearon
el coro iba enfrente del ejército, si usted se puede imaginar eso, porque Dios estaba al
frente.
El ángel le dijo a Gedeón, “Jehová está contigo, Jehová está contigo”. “Todos me han
dejado”, dijo Pablo, “pero el Señor estuvo a mi lado”. Y Dios dijo, usted recuerda, “no
temas Pablo, porque Yo estoy contigo”. ¡Oh que consuelo, que consuelo! No temas,
porque Yo estoy contigo. ¿Se acuerda usted de la Palabra del Antiguo Testamento, “no
teman, porque los que están con nosotros son más de los que están con ellos?” Dios es
por nosotros, Dios es por nosotros. ¿Quién puede estar en contra de nosotros, y tener
éxito? Absolutamente nadie, absolutamente nadie. Que confianza tan tremenda. Ahora
observe el versículo 32, “el que no escatimó ni a Su propio Hijo, sino que lo entregó por
todos nosotros, ¿Cómo no nos dará también con Él, todas las cosas?”
Ahora, alguien podría venir y decir, ‘oh si, Dios te va a proteger siempre y cuando Él esté
por ti, pero, Dios podría dejar de estar por ti’. Digo, quien va a decir que Dios no va a ver y
va a decir, este hombre causa más problemas de lo que él vale la pena guardar. Si yo
hubiera sabido esto cuando entré, no habría aceptado. Digo, si vamos a creer que los
hombres van a ser salvos por su propio acto y es simplemente Dios el que responde al
acto de ellos, quizás Dios responde finalmente al decir, realmente no están viviendo como
quiero, simplemente los voy a rechazar de nuevo. Quizás Dios es el que lo va a hacer,
quizás Dios es la persona que pueda quitarnos nuestra salvación. Dios es la persona que
podría rechazarnos.
Digamos, usted sabe, no eres lo suficientemente bueno para mantenerte, no eres lo
suficientemente bueno para quedarte aquí, has pecado y has sido desobediente, y demás.
Y realmente no puedes quedarte, vas a irte, te lo di y te lo voy a quitar. Y entonces en el
versículo 32 él dice, mira, “el que no escatimó ni a Su propio Hijo, sino que lo entregó por
todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” Digo, si él tuvo que
entregar a Su Hijo para salvarnos cuando éramos pecadores miserables, no cree usted que
él va a ser cosas menores para mantenernos ahora que estamos adentro. Digo, si él tuvo
que hacer la cosa más grande para redimirnos, ¿acaso él va a hacer lo que es menor de
eso para guardarnos?
Es un argumento muy típico de Pablo, es un argumento de lo más grande a lo más
pequeño. Eso es esencial en su identidad, es muy típico. Y él está diciendo, si Dios nos amó
lo suficiente cuando éramos pecadores miserables, viles, dar a Su único Hijo en la cruz
para redimirnos, ¿acaso Él no dará cosas menores que el regalo de Su Hijo para
guardarnos? Digo, si Él hizo eso para salvarnos, ¿acaso Él no hará lo que se necesite para
hacer lo que es menos que eso, para guardarnos? Ese es el argumento de Pablo. Ahora,
usted tiene que mantener esto en mente, que la razón por la que Dios entregó a Su Hijo
por nosotros es muy simple, un motivo básico, primordial, que está por encima de
cualquier cosa, es esto: “porque de tal manera, (¿qué?) amó Dios, que Él dio a Su Hijo
unigénito.” Juan 3:16 Dios entregó a Su Hijo porque Él amó.
Y Él nos amó cuando éramos miserables. Él nos amó cuando lo odiábamos. Él nos amó
tanto que Él dio la cosa más grande que Él podía dar, Él se dio a Sí mismo, en la forma de
Su Hijo en la cruz. Su amor es tan fuerte, Su amor va mucho más allá de nuestra capacidad
de concebir que Él entregó a Su Hijo para salvarnos. ¿Acaso el amor que hizo eso, no hará
cosas menores para mantenernos, como perdonar nuestros pecados? Como puede ver, el
Padre habiendo entregado lo máximo en nuestra salvación, el Padre habiendo entregado
lo mejor en nuestra salvación, no conoce una manera de retener el resto. Él no conoce
manera alguna de retenerlo, habiendo entregado lo mejor, ¿Cómo es que él va a entregar
lo menos? Hacer eso desafiaría la naturaleza de su amor que dio lo máximo, para
comenzar, y también desharía la obra que Cristo hizo.
Digo, ¿usted cree que realmente Dios entregaría a Su Hijo para morir en una cruz, para
redimir a hombres, y después quitaría la salvación por la que el Hijo pagó el precio para
comprar? Difícilmente, difícilmente. Quiero que observe el versículo 32. “El que no
escatimó ni a Su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará
también con Él todas las cosas? Si Él hizo eso para salvarnos, ¿no hará lo que necesite que
es menos que eso, para mantenernos?
Pase a Génesis 22, y a un pasaje conocido, es un pasaje de Abraham e Isaac.
Y él dijo en el versículo 12, esto es el ángel a Abraham. Abraham tiene a su hijo preparado,
toma el cuchillo, lo levanta en el aire, listo para matarlo en el altar, el ángel dice, no
pongas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada, porque ahora sé que temes a Dios,
viendo que no me has retenido a tu hijo, tu único hijo, de mí. Isaac fue un retrato de
Cristo, ¿no es cierto? Claro que lo fue. Isaac fue un hijo único, Isaac fue un hijo de la
promesa, Isaac fue uno en quien todas las naciones de la tierra serian benditas, Isaac fue
uno a través de quien en ultima la salvación vendría, e Isaac iba a ser ofrecido como un
sacrificio en la muerte.
Y así como Abraham no retuvo a su hijo Isaac, Dios no retendría o libraría a Su Hijo
Jesucristo. El paralelo termina en ese punto, porque Isaac fue librado, y la analogía se
convierte en una analogía de comparación y contraste. En el versículo 15, el ángel de
Jehová llamó a Abraham del cielo, por segunda vez, y le dijo, ‘por mí mismo he jurado dice
Jehová, que porque has hecho esto y no has retenido a tu hijo, tu hijo único, y el procede
a decir, aprecio tu disposición maravillosa de entregar a tu hijo, y serás bendecido por eso,
pero no tienes que hacerlo, porque en el versículo 13, Dios proveyó otra ofrenda. Y
entonces el paralelo en un sentido, termina en ese punto, y se convierte en una analogía
de comparación y contraste. Cuando llegó a Dios Padre, él fue como Abraham, dispuesto a
entregar a su hijo, no librando o escatimando a su hijo.
Ahora, de regreso a Romanos 8:32. Entonces él dice, el que no escatimó, no retuvo. Acaso
Isaías no es en el 53 donde él dice, que agradó a Jehová herirlo, agradó al Señor herirlo, y
dice él, él el Señor lo puso, esto es a Cristo, en tristeza. Dios no libró nada. Dios no mitigó
el juicio, Dios no contuvo su furia. Y note de nuevo el versículo 32, el que no escatimó y
esto es algo hermoso, a su propio hijo. Idios, en el griego, no solo Su Hijo, sino Su propio
Hijo. ¿Por qué colocar eso ahí? Porque eso enfatiza la posesión peculiar, íntima, privada,
en la que el Padre tuvo al Hijo. Su propio Hijo, como si dijera, Su propia posesión privada,
que Él no tenía que darle a nadie. Digo, él no retuvo en entregar a alguien, lo que él no
tenía que dar. No era demandado por ninguno otro poder más elevado. Nadie le dijo a
Dios que tenía que entregar a Cristo, pero lo hizo. Y escuche, si Él, bajo ninguna presión de
alguien, sino por su propia decisión libre, basada en su propio amor abrumador, escogió
entregar a Su Hijo como un sacrificio y no librar a Su Hijo para redimirnos, Pablo dice,
¿cómo es posible, que pudiera llegar a imaginar que Él no haría algo menor para aferrarse
a nosotros? ¿entiende usted? Inconcebible.
Un entendimiento de la cruz, entonces, amados, es el cimiento de un entendimiento de la
seguridad. Usted entiende la cruz. Usted entiende la obra redentora de Cristo en la cruz,
usted entiende lo que el Padre dio, y usted entenderá la seguridad. Él lo entregó, Él lo
entregó. ¿Qué significa eso? bueno en Lucas 22:53, usted no necesita buscarlo, hay una
afirmación interesante. El Señor dice, “cuando estaba a diario en el templo con vosotros,
no pusieron mano sobre mí, pero esta es vuestra hora”, cuando él estaba siendo
traicionado. Y él dice esto, “esta es vuestra hora, y el poder de las tinieblas”. Creo que
podemos, con toda seguridad decir, que Él entregó a Jesucristo al poder de las tinieblas, a
Satanás, a Satanás.
El Padre entregó al Hijo a Satanás, porque fue Satanás quien tuvo en su mano el poder de
¿qué?, de la muerte. Y entonces él fue librado al poder de las tinieblas. Y esa es la razón
por la que en la cruz él dijo, “Dios mío, Dios mío, ¿porque me has desamparado?” Dios lo
entregó a Satanás para que Satanás usara el arma que tiene, la cual es la muerte, para
ejecutar al Hijo de Dios por los pecados del mundo entero. 2da de Corintios 5 dice, “Él”,
esto es Dios, “lo hizo”, esto es Cristo, “fuera pecado por nosotros”. Escucho eso, ¿Por qué
hizo eso por nosotros? Porque el ¿qué? Porque él nos amó. ¿Por qué nos amó Él? no me
pregunte. Solo Él sabe eso.
Gálatas 3:13 dice Cristo fue hecho una maldición por nosotros, por nosotros. Y el punto es
simple, Gálatas 1:4, quien se entregó a Sí mismo por nuestros pecados. Si Él se entregó a
Si mismo por nosotros, si el Padre lo entregó por nosotros, si Él lo entregó al diablo para
que Él fuera matado por nosotros, ¿acaso Él no hará menos que eso, para mantenernos
salvos? Eso es absolutamente aparente. No hay argumento en contra de ese tipo de
pensamiento. Hay una especie de, supongo que usted podría llamarlo un poema de verso
libre que expresa ese pensamiento. ¿Quién entregó a Jesús a morir? No Judas, por dinero.
No Pilato, por temor. No los judíos, por envidia. El Padre, por amor.
Y dice en el versículo 32, lo entregó por todos nosotros, por todos nosotros. Podría ser tan
atrevido en este texto en particular como para decir que, las preposiciones que aparecen
aquí, o las formas que aparecen aquí, por todos nosotros, no se detiene únicamente con la
idea, para nuestro beneficio, sino que conlleva la implicación también de nuestro lugar,
entonces, cuando usted ve ‘por todos nosotros’, aunque realmente no puede verlo en la
gramática griega, es inherente en el acto de Cristo, que el ‘por todos nosotros’ significa
nuestro lugar, y hay muerte vicaria ahí. Dice usted, ¿quién es el ‘nosotros’? bueno, el
nosotros, debe ser el mismo nosotros en el versículo 31, si Dios es por nosotros, y el
nosotros en el versículo 31 debe ser el nosotros del versículo 28, todas las cosas ayudan a
bien a los que aman a Dios, a los que son los llamados conforme a Su propósito, a los que
Él conoció de antemano predestinó, llamó, justificó y glorificó. Entonces el ‘nosotros’, es el
nosotros de aquellos que creen, los redimidos. Él lo entregó por nosotros, por todos los
creyentes, por todos los creyentes. ¿Y cómo es que Él, no también, nos dará todas las
cosas?
Todas las cosas ahí, al final del versículo significa toda bendición espiritual. Efesios 1:3, Él
nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales. La gente no entiende
ese versículo, ese es un gran versículo de la seguridad también. Por qué si cuando usted se
convirtió en cristiano, usted fue bendecido con toda bendición espiritual, en los lugares
celestiales, entonces usted recibió todo lo que hay por recibir, ¿verdad? Y una de las cosas
que hay por recibir es la gloria eterna, y entonces si usted tiene gloria eterna, usted lo
tiene todo. Si el Padre no escatimó al Hijo, sino que lo encontró para salvarnos, ¿acaso no
nos dará también todo lo demás? Es un pensamiento tremendo, un pensamiento
tremendo.
Por cierto, puedo extraer otra nota a pie de página, que creo que es fascinante en este
versículo, al final del versículo 32 dice, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?
Ahora, ese verbo es muy interesante, dará, y fui en cierta manera desafiado en mi mente
esta semana, y busqué ese verbo. Y comencé a buscarlo, y arrastrarlo por todo el Nuevo
Testamento, Charizomai. El verbo es usado frecuentemente en el Nuevo Testamento para
traducirse así, perdonar libremente. Ahora, aquí dice, dará. Pero en otros lugares en el
Nuevo Testamento es traducir, perdonar libremente, por ejemplo, en 2da de Corintios 2:7
dice: por el contrario, más bien perdonen y consuelen, no sea que alguien así se
absorbido, es la misma forma verbal, mismo concepto, perdonar.
También aparece en el mismo verbo en el versículo 10, con la palabra ‘perdonar’.
Ahora regrese al versículo y véalo con eso en mente. Es un pensamiento maravilloso.
El que no escatimó ni a Su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros como no
nos perdonará libremente también con él todas las cosas. Ahora, si de hecho ese es el
énfasis, y el énfasis apropiado, entonces lo que eso está diciendo es que no importa que
pecado podamos cometer, Él ¿qué? Él lo perdonará. Entonces, nunca podremos ser
sacados de nuestra salvación, porque nunca podremos tener algún pecado que Dios
retenga en contra de nosotros.
Ahora, no sé si podemos decir de manera dogmática, que esa es la manera en la que el
verbo debería ser traducido, pero sé que podemos decir dogmáticamente que esa es la
verdad. Porque 1ra de Juan 1:9 dice que, si somos los que estamos confesando nuestros
pecados, entonces Él es el que continuamente está siendo fiel, en perdonar nuestros
pecados. Y entonces, nunca podemos ser hechos responsables por un pecado que el
Salvador llevó, y Dios nunca se va a volver en contra de nosotros, porque si Él ha hecho lo
más grande, Él hará lo menor para cuidar de nosotros.
Ahora, alguien más viene y dice, tengo otra objeción, ¿Qué hay acerca de Satanás? ¿está
seguro de que Satanás no puede acudir a Dios y convencerlo de que no deberíamos ya, ser
creyentes. ¿Acaso no podemos ser condenados por nuestros pecados? ¿acaso el acusador
no puede acercarse a Dios y acusarlos? Observe el versículo 33, ¿Quién acusará a los
escogidos de Dios? ¿quiere decir que alguien va a hacer eso? claro. Pero el punto aquí es
que quien puede con éxito, hacer eso. ¿Quién puede con éxito, ir y demandar otro juicio
para nosotros? ¿Quién puede ir delante del tribunal de Dios y decir, mira, quiero traer
otra vez este caso, creo que este hombre debería ser condenado?
Dice usted, ¿acaso alguien hace eso? Por cierto, la palabra ‘acusará’ significa traer un
cargo o acusación legal en contra de alguien. Es un tipo de palabra de ley, de Corte. ¿acaso
alguien, puede alguien ir ante el tribunal de Dios y decir este, no debería ser salvo, este
hombre no debería tener la posesión de la salvación, esta mujer no debería tener la
salvación, mira esto, mira aquello, mira este pecado, mira este otro pecado, mira la
manera en la que viven su vida, mira lo que hacen y no hacen y demás. Y si caemos en
pecado, ¿acaso alguien no viene antes del trono de Dios para acusarnos? Bueno, la
respuesta es sí, en el versículo 34, ¿Quién es el que condenará? Vuelve a asumir que
algunas personas van a ir delante de Dios y nos van a condenar. Realmente la pregunta al
principio del 33 y 34 es la misma manera pregunta expresada de dos maneras. El punto
aquí es que ¿quién puede condenarnos con éxito? ¿quién puede con éxito, traer una
acusación en contra de nosotros, que pueda quitarnos nuestra salvación?
Ahora, ¿Quién es el acusador? ¿Quién haría esto? ¿Quién tiene acceso a la presencia de
Dios para hacer esto? Satanás la tiene. En Job, capítulo 1 versículo 9 él viene delante de
Dios y él dice, mira, no tienes a nadie en esta tierra que te sea fiel, y que te sea leal, si les
permites enfrentar toda la calamidad que pueden enfrentar. Si tu toleraras ese tipo de
calamidad, todo el mundo te abandonaría, y te daría la espalda. No tienes a nadie fiel. Y él
estaba acusando a todos aquellos que pertenecen al Señor. Y claro, se mostró que él
estaba mal, como Dios lo señaló en la vida de Job. Pero Satanás siempre es el acusador, en
Apocalipsis capítulo 12 dice, el acusador de nuestros hermanos es derribado para
acusarlos delante de nuestro Dios, día y noche.
Usted sabe, alguien dijo, ¿Qué está haciendo Satanás? Dice usted, oh, está por todo el
mundo haciendo cosas, no. Satanás pasa gran parte de su tiempo en el cielo, molestando
a Dios por nosotros. Es correcto, día y noche. Él está ahí arriba diciendo, MacArthur no
tiene nada que hacer en venir a este lugar. Él no es santo, él pertenece a mi reino. Y no
tienes nada que hacer aferrándote al hombre, o nadie más que trabaja con él, o va a su
iglesia. Estoy seguro que nos acusa a todos. Satanás es el acusador. ¿Acaso él puede con
éxito, acusar? ¿Acaso el con éxito, puede venir delante de Dios y acusarnos de tal manera
que Dios va a rechazar la salvación que Dios nos ha dado?
Hay una ilustración de esto en Zacarías, capítulo 3. El me mostró a Josué, el sumo
sacerdote, de pie ante el ángel de Jehová, y el profeta en su visión, ve a Satanás de pie a
su diestra para resistirlo. En otras palabras, Satanás está en contra de este hombre. Y el
Señor le dijo a Satanás, Jehová te reprenda Satanás. Inclusive Jehová, que ha elegido a
Jerusalén, te reprenda. ¿No es esta una rama arrebatada del fuego? Me encanta esto.
Digo, aquí hay un hombre, y Satanás realmente está acusándolo, y Dios dice, nada sirve
Satanás, ese es uno de los míos, una rama que rescaté del fuego, Yo lo rescaté. Y la
realidad del asunto es de que él estaba ahí con ropa sucia, pero inclusive en su ropa sucia
él estaba bajo la protección de Dios, un pensamiento tremendo.
Entonces el versículo 33, dice, ¿Quién va a acusar a los escogidos de Dios? versículo 34
dice, ¿Quién es el que condenará? Y aquí viene la respuesta, versículo 33, acaso Dios, Él
que justifica. O justifica. Dios, literalmente dice, Dios, él que está justificando. Acaso Dios,
digo, ¿acaso Dios va a condenar a uno que Él acaba de pronunciar justo? Es imposible.
Solo Dios condena, y solo Él justifica, pero Él no puede condenar y justificar al mismo
tiempo. Él no puede condenar y justificar a la misma persona. Y el punto es este, si Dios, la
fuente más elevada de verdad en el universo, la corte más elevada que existe, pronuncia a
una persona justa, entonces el mismo Dios no puede pronunciar a la misma persona
condenada.
Y si Dios ya ha dicho, él es justo, cuando estábamos en pecado, entonces el pecado no va a
ser un problema. No entramos por nuestra bondad, no nos quedamos ahí por nuestra
bondad, y no podemos salirnos por una falta de bondad.
Escuche, si pudiéramos dejar de ser salvos por una ausencia de bondad, nunca podríamos
llegar a ser salvos, para comenzar. Pero el punto es este, si Dios nos declara justos,
entonces el mismo Dios que nos declara justos, no puede ser un Dios que nos condena. Y
entonces, siempre estamos siendo acusados, yo sé que el diablo está ahí arriba, siempre
diciendo que no deberías recibir lo que les estás dando, a Dios. Pero el Juez más elevado
ya ha emitido su veredicto. Y una vez que la corte alta de todo el cielo, y toda la eternidad,
emite el veredicto, justo, justo, justo, recto, recto, recto, entonces no existe acusación
alguna que pueda hacer que Dios cambie ese veredicto. Dios escribió la ley, Dios
implementa la ley, Dios interpreta la ley, Dios sabe que fue satisfecho en Jesucristo y si
Dios sabe a quién redime y trae a sí mismo y los declara justos, Él les imputa la justicia de
Jesucristo, y una vez que eso es hecho, no puede haber, por tanto ¿qué? condenación.
Una vez que Dios justifica, eso lo cierra.
Hizo que Juan Wesley escribiera, ‘con valentía estaré en ese gran día, porque ¿que
acusación en contra de mí permanecerá en pie? Porque a través de ti absuelto estoy, de
pecado y temor, de la culpabilidad y la vergüenza.” ¿Y quiénes son estos que son
absueltos?, versículos 33, los escogidos de Dios, los escogidos de Dios, aquellos escogidos
en Él desde antes de la fundación del mundo. Aquellos conocidos de antemano, del
versículo 29, predestinados, llamados, y justificados. Y allí está la clave de nuevo, amados,
nuestra seguridad está ligada en el propósito de elección de Dios. “Aquellos que están en
la barra”, dice Marcus Loane, “no son algunos forajidos, son los elegidos de Dios”, y usted
no puede acudir a la barra de Dios y acusar a sus elegidos con éxito. Nuestra seguridad
entonces, se encuentra en nuestra elección, se encuentra en el hecho de que antes de que
el mundo comenzara fuimos elegidos en Él.
Y esa es la razón por la que, en Juan, capítulo 10, ese texto tan lleno de esperanza y tan
conocido, “mi Padre que me lo dio es mayor que todo y ninguno puede quitarlos de la
mano de mi Padre”, que pensamiento, nadie puede sacar a ese creyente de la mano del
Padre, nadie, hay seguridad en la mano del Padre, y no estamos ahí debido a nuestra
bondad, sino debido a Su propósito de elección, debido a Su predeterminación de
amarnos y nos quedamos en esa misma base. En Lucas 18:7, “y acaso Dios no vengará a
sus propios escogidos que claman a Él día y noche, acaso Dios no se va asegurar de que Él
se encargue de sus propios escogidos, esa es la fuente de nuestra seguridad.
Dice usted, bueno muy bien, Dios no nos puede sacar, y el diablo no nos puede sacar,
porque él tendrá que convencer a Dios que tenemos que ser condenados, y el mismo Dios
que nos justificó no nos puede condenar y, por cierto, Él no va a oír de Satanás algo que
no haya ya oído de él de cualquier manera. Bueno quizás Cristo lo podría hacer, quizás
Cristo podría venir y podría dejar de rogar por nosotros y Él ya no va a pedirle al Padre
algo a favor nuestro, y entonces estaríamos fuera. Entonces el versículo 34 dice, “¿quién
es el que condenará? Cristo, Cristo el que murió, más aún el que también resucitó, el que
además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros, tienes que estar
bromeando, Dios no puede justificarnos y condenarnos al mismo tiempo, Cristo no puede
redimirnos y condenarnos al mismo, y Cristo no puede interceder por nosotros y
condenarnos al mismo tiempo, Cristo no va a condenarnos, Él murió por nosotros.
¿Cree usted que quiere deshacer su muerte, deshacer el significado de su obra redentora?
Juan 3:16, “por tal manera amó Dios al mundo, que dio a su hijo unigénito para que todo
aquel que en él cree no se pierda más tenga vida eterna, porque Dios no envió a su Hijo al
mundo para condenar al mundo, sino para que le mundo a través de Él sea salvo, el que
en Él cree no es condenado, pero el que no cree ya ha sido condenado porque no ha
creído, pero el que no cree ya ha sido condenado porque no cree, el que en Él cree no es
condenado, eso es lo que Él dice. En Romanos 8:34, aquí simplemente reafirma esa
verdad, Dios no se va a volver en contra de nosotros, después de todo Él nos escogió,
después de todo Él nos dio el regalo más grande, ¿acaso no nos dará los menores para
mantenernos salvos?
Y ninguna persona puede venir a Dios y acusarnos, ni siquiera Satanás mismo con éxito, y
sin importar lo que puedan intentar, ¿si Dios es por nosotros quien puede estar en contra
de nosotros? Y ahora finalmente, en esta parte del argumento, inclusive Cristo, Él no va a
venir en contra de nosotros, hay una protección cuádruple y cerraremos con esto en el
versículo 34, una protección cuádruple, primero Cristo murió, Cristo murió. Amados el
punto es que, cuando Cristo murió, Él recibió el castigo por nuestro pecado ¿verdad? Él
recibió el castigo por nuestro pecado. Si Él ya pagó el castigo por nuestro pecado, Él ya
llevó la condenación por nosotros, entonces no hay nada porque seamos condenados.
Si Él de hecho, condenará el creyente al infierno, Él estaría diciendo que lo que Él hizo en
la cruz fue algo inadecuado ¿verdad? Su muerte es la única condenación que jamás
conoceremos, piénselo. La muerte de Cristo es la única condenación que un creyente
jamás conocerá. Y después en segundo lugar, la segunda de la protección cuádruple, “si o
más aun”, sería una manera de traducir eso, “más aun el que resucito”, si lo único que
dijera es Cristo murió, podríamos decir, bueno quizás Él hizo su mejor esfuerzo, Él hizo su
mejor esfuerzo por llevar nuestra condenación, pero no funcionó. Pero cuando dice, “el
que también resucito”, oh, mostró que Él la logro, la muerte de Cristo borró nuestros
pecados y esto es afirmado por su resurrección.
Recuerde usted Romanos 4:25, “Él fue entregado por nuestras trasgresiones y resucitado
para nuestra justificación”, Él no solo fue entregado a la muerte por nuestras ofensas, Él
fue resucitado para nuestra justificación, ese es el corolario, su muerte pagó el precio por
nuestros pecados, y su resurrección probó que el precio fue pagado. La resurrección fue la
verificación, cuando Dios resucito a Jesús de los muertos, Él demostró que Cristo había
ofrecido satisfacción, que el sacrificio le agradó, que expiación suficiente había sido
llevada a cabo por su muerte. Y entonces Cristo, resucitó. Y después el tercero de la
protección cuádruple.
“El que está a la diestra de Dios”, eso básicamente es un eco del Salmo 110:1 en donde
dice, ‘Jehová le dijo a mi Señor’, El Señor, eso básicamente es un eco de Salmo 110:1, en
donde dice el Señor dice a mi Señor, siéntate a mi diestra, ¿Qué significa esto? significa
que el Padre tomó al Hijo y lo llevó a la Gloria y lo sentó a Su diestra y ese es el asiento de
exaltación, ese es el lugar de honor. Dice usted, ¿bueno que significa eso? eso significa
que el Padre quedó satisfecho con lo que el Hijo hizo ¿verdad? Entonces Jesús murió
pagando nuestro castigo, sufriendo nuestra condenación, Él resucitó mostrando que de
hecho tuvo éxito, Él es exaltado a la diestra de Dios mostrando que el Padre dice, es una
ofrenda satisfactoria, ninguna otra ofrenda necesita ser realizada.
Y esa es la razón que en Hebreos 1 dice, que cuando Él había hecho sacrificio por nuestra
pecados, Él se sentó, ningún sacerdote jamás se sentaba, jamás, ni siquiera había un lugar
en donde sentarse en el tabernáculo porque la obra nunca se acaba, pero Jesús se sentó.
La exaltación a la diestra del Padre, lugar de honor y lugar de Majestad, es el Padre
diciendo, ‘en quien tengo complacencia’, tengo complacencia. Y entonces estamos
seguros amados, alguien podría venir y decir, bueno Cristo podría quitarte, has pecado
muchas veces, y has hecho esto muchas veces, y le has fallado al Señor muchas veces,
Cristo te va a quitar, ¿estas bromeando? Cristo que murió por ese pecado, cuya obra fue
tan perfecta, que fue exaltado a la diestra de Dios, el Padre, por haber perfeccionado
nuestra salvación en ese acto, ese Cristo va a condenarnos, cuando Él mismo ha logrado la
paga de esa condenación, no, imposible, imposible.
Y después hay una cuarta, el que también intercede por nosotros, ese es el punto alto, no
es lo que Él hizo, es lo que Él hizo y lo que Él continúa haciendo, Él continúa intercediendo
por nosotros. El profeta Isaías del Antiguo Testamento dijo que así seria. La última parte
de ese capítulo 53 dice, hizo la última frase de Isaías 53, ‘habiendo hecho intercesión por
los trasgresores’. Él continúa intercediendo por nosotros, Él continúa intercediendo.
Abogado tenemos para con el Padre, Jesucristo el Justo, dice 1ra de Juan 2:1. Y Hebreos,
esa mirada emocionante maravillosa del sacerdocio de Jesucristo, en Hebreos 7:24 dice,
‘Él tiene un sacerdocio inmutable, Él es poderoso también para salvarlos de manera total’.
En otras palabras, Él nos salva de manera total hasta la gloria ¿Cómo? Viviendo para
siempre para ser intercesión por ellos, y cuando pecamos Él ruega por nosotros, Él
intercede por nosotros, Él viene a nuestra defensa. Entonces, por un lado, usted tiene a
Satanás y a todas sus acusaciones, por otro lado, tiene al abogado defensor, el Señor
Jesucristo quien le habla al Padre, y el Padre siempre responde la intercesión del Hijo.
Porque como el Espíritu, el Hijo siempre ora según la voluntad del Padre. Juan 11:42, Jesús
dijo en la tumba de Lázaro cuando le oraba a Dios, Él dijo “yo se Padre que Tú siempre me
oyes, siempre me oyes, oh, estamos seguros, estamos seguros por el primer acto
sacerdotal de Cristo, su muerte en la cruz y por cualquier otra obra sacerdotal de
intercesión cada vez que pecamos y Él intercede a nuestro favor. Esa es la primera mitad
de esta gran sección.
Y permítame tan solo resumirlo en unas cuantas palabras, ¿que, pues diremos a esto?,
que estamos eternamente seguros. Oh alguien va a decir, ¡no, no lo estas! hombre si caes
en pecado por aquí, vas a descubrir que lo vas a perder, Dios te va a dejar, Cristo te va a
dejar, y Satanás va a subir ahí, él te va a acusar y Dios te va a dejar. Y la respuesta de Pablo
a eso, eso es absolutamente absurdo, acaso Dios será intimidado por alguien más, si Él es
por ti, quien con éxito puede estar en contra de ti, acaso Dios te va a abandonar, cuando
Él entregó el regalo más grande para redimirte acaso Él no dará uno menor para
mantenerte, acaso Cristo, quien murió por ti pago el precio por tu pecado deshará su
propia obra, una obra por la cual, Él fue resucitado de los muertos y exaltado a la diestra
de Dios.
Acaso Él dejará de interceder por ti, mientras que Él esté vivo, cuando Él ya murió para
redimirte. Y entonces la objeción que algunas personas podrían decir, que puedes perder
tu salvación es absurda, en el pasaje que queda la objeción es, bueno podría haber
algunas circunstancias que podrían hacer que perdieras tu salvación, y este siempre es el
antiguo argumento arminianos, bueno nadie lo puede hacer, pero tú lo puedes hacer, tú
mismo, y eso lo que Él va a responder en nuestro próximo estudio.
Oremos, que gozo tenemos en esta noche Padre, al aprender tu Palabra, ¡oh que cosas
tan maravillosas!, ayúdanos a oír estas cosas, como si fueran agua para una persona
sedienta moribunda, que las oigamos como palabras vivas de la boca del Espíritu de Dios,
que llene nuestros corazones con gozo y alabanza, nosotros que no valoramos esta gran
salvación. Mientras cerramos tan solo en un momento de silencio con su cabeza inclinada,
ofrezca su gratitud. Mi corazón está tan abrumado con estas cosas, sé que mis palabras no
pueden acercarse a expresar lo que siento, pero que salvación, cuan agradecidos
deberíamos estar porque Dios en su propósito de elección nos ha pre ordenado a la gloria.
Un misterio, oh si, un misterio infinito, que no es para nosotros entender, pero, oh es
nuestro el estar agradecido. Ofrezca gratitud porque nadie jamás con éxito puede acusarlo
a usted ante Dios, nadie jamás puede acusarlo y presentar una acusación que se
mantenga en pie, nadie jamás puede con éxito puede condenarlo a usted, porque Dios es
por usted, y nadie es más grande que Él. si usted no es cristiano, venga a Cristo, venga a
Cristo, abra su corazón a Él, para que usted pueda conocer la seguridad que Él trae. Y
ahora Padre pedimos que conforme nos vamos de este lugar, no olvidemos como con
frecuencia tendemos a hacerlo, la grandeza de lo que hemos aprendido, la gloria de esto,
te damos gracias oh Dios porque no ha retenido nada de nosotros.
No nos has dejado en algún tipo de misterio pensando que si pensábamos que
estuviéramos inseguros podríamos estar mejor. No eres así, nos has dicho de hecho, lo ha
reforzado tanto que es impresionante ver cuán seguros estamos y sabemos Señor que si
tenemos esa esperanza en nosotros, realmente nos purifica, porque llena nuestros
corazones de alabanza y humildad, porque somos tan indignos, y nos motiva a desear
corresponder ese amor a Aquel que nos ama tanto. Bendice toda vida. Trae al cuarto de
oración a aquellos cuyos corazones están abiertos. Haz que todos vivamos vidas de
alabanza y adoración al que nos ha dado tanto. Ofrecemos nuestra alabanza y nuestra
gratitud en el nombre del Señor Jesucristo. Amén.
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
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El himno de seguridad, 2ª Parte


Escritura: Romanos 8:35–39

Código: 45–68
John MacArthur
En esta noche como usted sabe regresamos al octavo capítulo de Romanos para nuestra
última mirada en esta serie. Conforme avanzamos a lo largo de esta epístola maravillosa. Y
quiero que abra su Biblia si es tan amable al octavo capítulo de Romanos, y como la
introducción de nuestro mensaje en esta noche, quiero leerle comenzando en el versículo
35.
Romanos capítulo 8. “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿tribulación, o angustia, o
persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito, por causa de
ti somos muertos todo el tiempo. Somos contados como ovejas de matadero, antes en
todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó. Por lo
cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades,
ni lo presente, no lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada, nos
podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro.” En Jeremías
capítulo 31, y versículo 3, Dios le dijo a Su pueblo Israel, “Con amor eterno te he amado.”
Y así es como Dios expresa su amor aquí en Romanos 8. Es un amor eterno. Es un amor del
cual no puede haber separación.
Un escritor de un himno, desconocido para nosotros lo expresó de una manera tan
hermosa cuando él escribió: ‘Cuan firme cimiento vosotros santos del Señor, es
establecido para vuestra fe en su palabra excelente. ¿Qué más puede él decirles a ustedes
de lo que él ya ha dicho? A vosotros a quienes a Jesús para encontrar refugio han huido.
No temas, estoy contigo. Oh no desmayes porque soy tu Dios y aún te ayudaré. Te
fortaleceré, te ayudaré y haré que permanezcas en pie. Sostenido por mi mano justa,
omnipotente, cuando a través de las aguas profundas te llame atravesar. Las aguas de la
tristeza no te vencerán, porque contigo estaré para bendecir tus problemas y santificarte
en tu aflicción más profunda. Cuando a través de pruebas ardientes tu camino se
encuentre, mi gracia toda-suficiente será tu provisión. Las flamas no te herirán, solo
diseño consumir tu escoria y tu oro refinar. El alma que en Jesús se ha apoyado para
encontrar reposo, yo no, yo nunca dejaré en manos de sus enemigos. Esa alma, aunque
todo el infierno se esfuerce por sacudir, yo nunca, no nunca, nunca desampararé.’
¡Que promesa! Es la promesa de tantos siglos de Dios para Su pueblo redimido. Es
expresada en las palabras hermosas y conocidas del Apóstol Pablo en 2da de Timoteo 1:12
cuando él dice, “Porque yo sé en quien he creído, y estoy persuadido de que es poderoso
para guardar aquello que le he encomendado para aquel día.” Y entonces podemos estar
de pie en nuestra salvación con gran confianza de que Él que nos amó nos ha amado con
un amor eterno, del cual no puede haber separación. Que aquello que le hemos
encomendado, Él guardará. Que confianza. Esto, claro, es la verdad de la seguridad
eterna. Esta es la verdad de la salvación vista en su plenitud. Que aquellos que son
redimidos, son redimidos para siempre.
Y ese es el tema de hecho del final de Romanos 8, como es realmente el tema del capítulo
entero. Pablo ha estado presentándonos de manera muy poderosa, la verdad de la
seguridad eterna. Él resumió su presentación en el versículo 28 cuando dijo: “Y sabemos
que a los que aman a Dios, todas las cosas ayudan a bien, esto es a los que conforme a Su
propósito son llamados. Porque a los que antes conoció también los predestinó para que
fuesen conformados a la imagen de Su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos
hermanos. Y a los que predestinó a estos también llamó, y a los que llamó a estos también
justificó y a los que justificó a estos también glorificó.” En otras palabras, la razón por las
que todas las cosas en ultimas operan en conjunto para nuestro bien eterno, es porque
cuando Dios nos llamó, Él nos llamó a la gloria, y nada puede cambiarlo. Un consuelo
maravilloso es lo que eso trae a nosotros.
Y entonces, a lo largo del capítulo hemos estado aprendiendo acerca de cómo estamos
seguros en Cristo, debido al ministerio del Espíritu y eso culmina en los versículos 28 al 30,
en la expresión de la confianza que tenemos en el plan de Dios, de que todas las cosas
están operando en conjunto para nuestro bien definitivo, porque esa es la manera que
Dios lo planeó desde un principio. Primero vino el pre conocimiento, después la
predestinación, después el llamado, después la justificación, y después la glorificación, y Él
nos escogió para la gloria. Y entonces, estamos en el camino. Y entonces hemos estado
celebrando la seguridad del creyente. Y ¡oh que cosa tan maravillosa ha sido para
nosotros!
Y conforme él lleva a una conclusión estas grandes verdades, él hace la pregunta en el
versículo 31, como usted recordará a partir de nuestro último estudio, ¿Qué pues diremos
a esto? ¿Cuál debe ser nuestra respuesta? ¿Cuál debe ser nuestra reacción a estas
promesas grandes, profundas, acerca de nuestra seguridad eterna? Bueno, él se adelanta
a que algunos se van a oponer y algunos van a decir: No, podemos perder nuestra
salvación. Bueno, podríamos perder nuestra salvación. No, podríamos rechazar nuestra
salvación, podríamos abandonarla, o se nos podría perder. Y entonces, conforme cierra el
capítulo, él en cierta manera tiene un dialogo recurrente con alguna objeción posible que
pudiera surgir.
¿Cuál debe ser nuestra respuesta? Bueno, algunos podrían decir. Bueno, quizás Dios va a
cambiar su parecer, o quizás algo nos va a sacar de la mano de Dios o quizás Dios no está
determinado en aferrarse a nosotros. Quizás él deliberadamente nos va a soltar. Quizás
hay alguna manera en la que Dios nos podría perder y dejar ir. Y entonces, él responde a
ese pensamiento, en el versículo 31 al decir, “Si Dios es por nosotros, ¿quién contra
nosotros? ¿conoce usted a alguien más poderoso que Dios? ¿Quién va a ser que Dios abra
su mano? ¿Quién va a ser que Dios deje de aferrarse a sus hijos redimidos, aquellos por
los que Cristo pagó el precio supremo de su propia sangre? ¿Quién es lo suficientemente
poderoso para hacer eso? especialmente cuando 1ra de Juan 4:4 dice: “Mayor es el que
está en vosotros que el que está, (¿en dónde?) en el mundo.” ¿Quién es más grande que
Dios? Y la respuesta, claro, es un ‘nadie’ resonante. Nadie.
Como puede ver y debido a que Dios es Dios, y Dios es como Dios, Infinito en poder, es
totalmente imposible estorbar su voluntad. Es totalmente imposible detener que Él
complete Su plan eterno, y si Él nos salvó a la gloria, nada puede cambiar eso. Debido a
que mi Dios es infinito en poder puedo decir, “no temeré lo que el hombre pueda
hacerme”. Debido a que mi Dios es infinito en poder, puedo decir, “cuando temo, en Él
confiaré’. Debido a que mi Dios es infinito en poder, diré,” en paz me acostaré, y dormiré,
porque tú Señor me haces morar en seguridad.”
Debido a que mi Dios es infinito en poder, puedo decir con Moisés, “el Dios eterno es mi
refugio, y acá abajo están los brazos eternos.”
No. Estamos seguros en Dios. El Salmista lo resume de manera tan maravillosa en el Salmo
91, obsérvelo por un momento. Lo leo con frecuencia.
“El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente.”
En primer lugar, moramos en secreto. Estamos escondidos, por así decirlo, del enemigo.
Estamos escondidos en el lugar secreto, en donde el Altísimo mora, y estamos bajo Su
sombra, esto significa, estamos bajo Su protección. Y Él, versículo 2, es nuestro refugio. Y
Él es nuestra fortaleza. En Él confiamos. Y Él te librará del lazo del enemigo, y el ruido de la
pestilencia, y Él como un águila que está sobrevolando sobre nosotros y Él nos está
cuidando.
Somos sus aguiluchos, y Él nos mantiene seguros de las redes de aquellos que quieren
atrapar a las aves. Él nos cubre con sus alas. Debajo de sus alas confiaremos, su verdad es
nuestro escudo y adarga, de tal manera que no tememos del temor de noche o de la
flecha que vuela de noche. Ni de la pestilencia que camina en la oscuridad, ni de la
destrucción que está ahí al atardecer. Y mientras que mil puedan caer a nuestro lado, y
diez mil a nuestra diestra, nunca se nos acerca. Lo único que jamás veremos con nuestros
propios ojos es la recompensa de los impíos, no lo experimentaremos, solo lo veremos.
Porque hemos hecho, a Jehová quien es nuestro refugio, al Altísimo nuestra habitación.
De tal manera que ninguna maldad nos caerá, ni ninguna plaga se acercará a nuestra
morada porque Él manda a sus ángeles a cuidarnos en todos nuestros caminos, y ellos nos
llevan en sus manos, no sea que caigamos o tropezamos sobre una piedra. Y pisaremos al
león y al áspid, el joven león y la serpiente pisamos bajo los pies. ¿Por qué? ¿Por qué él
había hecho, que? porque Él colocó Su amor sobre mí. Por tanto, dice Dios, Yo lo libraré y
lo colocaré en las alturas, porque él ha conocido Mi Nombre. Y cuando alguien ama a Dios,
correspondiendo a Su amor, cuando alguien cree en el nombre de Dios, Él nos coloca en
las alturas, esa es la promesa.
Él me invocará, dice Dios, Y yo le responderé. Yo estaré con él en los problemas. Yo le
libraré, y lo honraré. Con larga vida lo satisfaceré y le mostraré mi salvación, de tal manera
que usted no solo puede ir a Romanos 8 para ver la maravilla infinita de una salvación
segura. Usted la puede ver en el Salmo 91. En Números 14:9 la Escritura dice que el
pueblo dijo: “Jehová está con nosotros, no los temáis.” Esa fue la palabra de Josué y Caleb.
En Deuteronomio 33:29 dijo, “Bienaventurado eres Israel, ¿Quién es como tú, oh pueblo
salvado por Jehová? El escudo de tu ayuda, quien es la espada de esa excelencia. Y usted
recuerda Josué 10:42, en donde dice: “Jehová, el Dios de Israel peleó por Israel.”
Y en la misma manera Dios permanece en pie para defender a Su pueblo redimido.
Y entonces es una verdad grande y gloriosa que, si Dios es por nosotros, nadie con éxito
puede estar en contra de nosotros. Nadie con éxito puede estar en contra de nosotros,
nadie. Ciertamente no Dios. Versículo 32, ‘el que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que
lo entregó por todos nosotros, ¿Cómo es que con él’, esto es con su Hijo, ‘no nos dará
libremente todas las cosas’, ¿acaso el Dios quien entregó a su Hijo para redimirnos, no nos
dará lo que necesitemos? Acaso, dicho de otra manera, ¿el Dios que nos redimió del
pecado nos guardará?
Dicho de otra manera, ¿acaso el Dios que nos dio lo mayor en el regalo de su Hijo para
salvarnos, no nos dará menos que eso para guardarnos? Como puede ver Dios
predeterminó establecer su amor sobre nosotros, y a partir de esa predeterminación a un
amor eterno, estamos seguros en una salvación eterna que nos lleva a la gloria,
habiéndonos dado lo más grande, el regalo de su Hijo, Dios no retiene lo menor, o lo
menos, las otras cosas para mantenernos salvos. Como puede ver, si entendemos la cruz,
si entendemos lo que Dios hizo para salvarnos del pecado, entendemos lo que significa
entonces, estar seguros en su salvación.
Si podemos ver que Dios nos amó cuando éramos miserables, y cuando éramos
miserables e impíos, Él nos amó lo suficiente como para salvarnos, ahora que le
pertenecemos a Él y estamos en Cristo, ¿acaso Él no nos ama lo suficiente para
guardarnos? Y si Él es lo suficientemente poderoso como para redimirnos de nuestra
esclavitud al pecado, ¿acaso Él no es lo suficientemente poderoso para guardarnos en su
Hijo? Y entonces entendemos que Dios no nos abandonará. Negar la seguridad del
creyente es malentender el corazón de Dios, es malentender el regalo de Cristo, es
malentender el significado de la cruz, es malentender la definición Bíblica de la salvación.
regrese a Romanos 5 por un momento y el versículo 8, ‘más Dios muestra su amor para
con nosotros en que siendo aún pecadores’, esa es la afirmación importante, ‘Cristo murió
por nosotros’.
Dios nos amó tanto que mientras que éramos pecadores, Cristo murió por nosotros,
mucho más ahora habiendo sido justificados por su sangre, seremos sangre de la ira a
través de Él, si ya hemos sido justificados mediante la sangre de Cristo, ciertamente en
ultimas vamos a ser salvos de la ira. En otras palabras, si Él nos salvó aquí y ahora, Él nos
salvó para la gloria. Si su sangre fue aplicada ahora para que fuéramos salvos, Él nos salvó
ahora y entonces, de la ira que es venidera. Porque si cuando éramos enemigos, el
versículo 10 dice, fuimos reconciliados con Dios mediante la muerte de su Hijo, mucho
más habiendo ya sido reconciliados estamos siendo salvos por su vida.
En otras palabras, Pablo dice esto, si cuando éramos enemigos fuimos salvos por la
muerte de su Hijo, no cree usted que ahora que somos hijos, seremos mantenidos salvos
mediante la vida de su Hijo. Si en su muerte, Él pudo redimirnos, en su intercesión viva no
puede él guardarnos, la respuesta es claro. y entonces el 32 dice, que Él nos dará todas las
cosas para mantenernos en el lugar de la seguridad, Él nos ha salvado para la gloria
eterna, y eso es incambiable. Y esa es la razón por la que Filipenses 4:19 es tan amplio, ‘mi
Dios suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús’, y la
necesidad más grande que tenemos es la necesidad de ser salvos y mantenernos salvos y
alcanzar la gloria.
Dice usted, ¿pero que si pecamos? 2da de Corintios 9:8 dice, ‘y poderoso es Dios para
hacer toda gracia abundar hacia vosotros, entonces entender el amor de Dios y la obra de
Cristo es la base de un entendimiento de la seguridad. Dice usted, ¿pero y que si caemos
en pecado, y que si nos enredamos en algún tipo de pecado? Versículo 33, viene otra
objeción que es respondida, ‘¿quién acusará a los escogidos de Dios, quien va a venir a la
corte y va a demandar que haya otro juicio para aquellos que son los escogidos de Dios?
¿quién va a hacer eso? ¿Dios lo hará? el que justifica. En otras palabras, si Dios es la corte
suprema del universo y Él ya emitió su veredicto de que somos justos en Cristo, si Él ya nos
perdonó, nos liberó de nuestros pecados, si eso ya fue hecho por Dios.
¿Quién va a hacer una corte más elevada? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios?
Satanás intenta, él es el acusador, vimos eso la última vez, Apocalipsis 12:10, noche y día
acusando a los hermanos, delante de Dios y siempre siendo rechazado, porque Dios ya ha
emitido su veredicto. Dice usted, bueno quizás Cristo va a cambiar su mente, versículo 34,
¿quién es el que condena, Cristo? Cristo el que murió, más aún el que resucito, el que está
a la diestra de Dios, quien hace siempre intercesión por nosotros, difícilmente. Ahora en
los versículos 31 al 35, como le dije en la última vez, Él está tratando con personas, ¿hay
alguna persona que puede quitarnos la salvación? bueno, realmente solo podríamos decir
que quizás Dios podría, y encontramos aquí que Él no lo hará, Él se aferra a nosotros con
un amor eterno, y si Él nos dijo a su Hijo para salvarnos, Él nos dará menos que eso para
guardarnos.
Cristo no lo hará porque Él fue a la cruz por nosotros, Él resucitó por nosotros, Él ascendió
por nosotros, y Él intercede por nosotros, y entonces Él no nos va a condenar. Dice usted
Satanás, sí, pero Satanás no es una corte más elevada, y él es expulsado cada vez que
viene con sus acusaciones. En Isaías 50, versículos 8 y 9, escuche lo que el profeta dice, ‘el
que justifica esta cerca, ¿quién contenderá conmigo? Que gran afirmación, el que me
justifica está cerca, quien contenderá conmigo, estemos de pie juntos, quien es mi
adversario, acérquese a mi aquí, Jehová Dios me ayudará, ¿quién es el que me condenará?
Y quizás simplemente el pensamiento de Pablo vino de Isaías mediante la inspiración del
Espíritu Santo.
Si somos los escogidos de Dios, si Dios nos ha hecho justos en Jesucristo, si Cristo ha dado
su vida por nosotros, murió, resucitó, ascendió y está intercediendo, si todo eso ha sido
hecho a favor nuestro, ¿acaso Él no guardará aquellos por quienes Él ha entregado su
vida? Observe Hebreos 9 por un momento, y quiero mostrarle unos cuantos versículos,
Hebreos capítulo 9, y quiero que vea los versículos 7 al 11; Hebreso 9:7 pero en la
segunda, esto es en la parte interna el lugar santísimo, iba el sumo sacerdote solo, una vez
al año, no sin sangre, la cual él ofreció por sí mismo y los errores y los pecados del pueblo,
este es el día de la expiación, el sumo sacerdote entra y ofrece su ofrenda en el lugar
santísimo, el Espíritu Santo estaba así, mostrando que el camino al lugar santísimo todavía
no se había manifestado, mientras que el primer Tabernáculo estaba todavía en pie.
En otras palabras, simplemente fue un acto simbólico, y el Espíritu Santo estaba
mostrando que el sacrificio real no había sido hecho, porque si ya hubiera sido hecho, el
sacerdote no hubiera tenido que estar entrando cada año ¿verdad? Entonces estaba
simbolizando lo que estaba por venir, únicamente fue una figura, lo cual es símbolo para
el tiempo presente, según el cual, se presenta en ofrendad y sacrificios que no puedes
hacer perfecto en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto. En otras palabras,
únicamente eran símbolos, no podían perfeccionar al individuo, ya que consiste solo de
comidas y bebidas de diversas abluciones y ordenanzas acerca de la carne, impuestas
hacia el tiempo de reformar las cosas o el Nuevo Testamento.
Todos esos símbolos del Antiguo Testamento estaban retratando algo que estaba por
venir en el versículo 11. Pero estando ya presente Cristo, subraye eso en algún lugar en su
Biblia. Pero estando ya presente Cristo, o enciérrelo en un círculo, Sumo Sacerdote de los
bienes venideros por el más amplio y más perfecto Tabernáculo no hecho de manos, es
decir, no de esta creación, y él sigue hasta versículo 14 para hablar como mediante la
sangre de Cristo, hemos sido limpiados para servir a Dios. Como puede ver, Jesucristo fue
ese sacerdote perfecto, quien ofreció esa ofrenda perfecta para hacernos perfectos al
traernos a Dios, y negar la seguridad del creyente es negar la suficiencia de la obra de
Cristo, la suficiencia de la obra de Cristo. Estamos seguros.
Retroceda a Hebreos 6 por un momento, versículo 17, cuando Dios quiso mostrarnos la
seguridad de su salvación dice en el versículo 17, él quiso mostrarles a los herederos de la
promesa la inmutabilidad, esto es, la naturaleza incambiable de su consejo. Entonces Dios
dice, quiero mostrarles que no voy a cambiar de parecer. Si los salve ahora, los voy a
salvar para siempre. Y quiero mostrarles eso al confirmarlo mediante un juramento, para
que, mediante dos cosas inmutables, y las dos usted las puede escribir en el margen: su
promesa y su juramento. El hizo una promesa y el juró guardarla, en la cual es imposible
para Dios mentir, para que tuviéramos una fuerte esperanza, aquellos que hemos huido
para encontrar refugio, para aferrarnos a la esperanza que fue establecida frente a
nosotros. Y dicha esperanza tenemos como un ancla del alma, segura y firme.
Simplemente piénselo. Tremendo.
Dios nos ha dado un pacto de gracia en Cristo, es el nuevo pacto del cual él está hablando
aquí. Y ese nuevo pacto, fue prometido, y Dios juró guardarlo de tal manera que por dos
cosas inmutables, su promesa y su juramento, de Dios, por parte de Dios que no puede
mentir, Él promete guardarnos. Y eso se convierte para nosotros en una esperanza fuerte,
aquellos que hemos acudido para encontrar un refugio y una esperanza a la que podemos
aferrarnos. Y aquí de hecho hay una. Y nuestra esperanza, versículo 19, me encanta esto,
es un ancla del alma. Es como que si Dios nos ha anclado. ¿Y dónde está el ancla? Dice al
final del versículo 19, “entró dentro del velo”. El Señor tomó el ancla y él ancló en el
santuario celestial. Entonces están anclados. Si usted es salvo, usted tiene una cuerda,
espiritualmente hablando, que va atrás del velo celestial, y está anclada en el lugar
santísimo y en el cielo del cielo por la obra de Jesucristo.
Entonces no hay persona, no hay persona alguna, ni Dios, ni Cristo, ni Satanás, ni nadie,
que pueda hacer que Dios pueda hacer que usted se pierda o que cambie de parecer o
rompa su promesa. Y su promesa fue para la vida eterna en Cristo. Ahora, otra persona
que se opone podría venir y decir, Bueno, espera un minuto. Quizá no una persona, pero
tú mismo. Y aquí es cuando la gente que trata de enseñar que usted puede perder su
salvación, normalmente aterrizan, dicen que usted puede salirse por rechazo,
incredulidad, o cambiar de parecer o darle la espalda o pecar y apartarse. Es algo así como
si hubiera una resbaladilla y usted puede resbalarse hasta cierto punto, pero si usted pasa
cierto punto usted no puede regresar, y esa es la resbaladilla del pecado. Y usted puede
resbalarse hasta cierto punto, mediante rechazo deliberado. Usted puede salirse.
En otras palabras, dicen, los pecados y circunstancias y tentaciones y presiones y todas
esas cosas pueden hacer que usted rechace su salvación. Y después invariablemente van a
decir, porque yo conozco a este hombre y el solía ser cristiano, y él le dio la espalda y se
apartó y en cierta manera así es como es siempre defendido. Y entonces en los versículos
35 al 37, el apóstol Pablo trata con el hecho de las circunstancias. ¿Qué tal si bajo la
presión, por ejemplo, bajo la presión de la tentación, caemos y rechazamos a Cristo y nos
sacamos? Observe el versículo 35, ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Qué le va a
hacer eso a usted? ¿Qué lo va a sacar a usted? Y el “que” aquí es la misma palabra tis
como el “quien”. Y la única razón por la que el “quien” está en el versículo 33, y el “que”
está en el versículo 35, es porque en el versículo 33 obviamente está hablando de
personas y en el 35 está hablando de ciertas circunstancias: tribulación, angustia,
persecución, y demás.
Entonces, ¿Qué es lo que va a hacer que usted haga eso? ¿Qué es lo que va a hacer que
usted le dé la espalda a Dios o se aparte o pierda su salvación, algún tipo de situación,
algún tipo de presión, que? ¿tribulación o angustia, o persecución o hambre o desnudez, o
peligro de espada? Ahora, esas son las situaciones pesadas. Digo, ¿acaso es que usted se
mete en ese tipo de cosas y usted simplemente se va, se aparta? Observe esto, ¿acaso eso
nos separa del amor de Cristo? Note esto si es tan amable, que el amor de Cristo no está
hablando de su amor hacia Él sino es su amor hacia usted. ¿Qué puede hacer que Él deje
de amarlo a usted? Porque escuchen amados, su salvación, la salvación de ustedes no se
basó en su amor hacia Él. Usted únicamente lo ama porque usted ¿qué? primero lo amó
usted y su salvación está basada en el amor de Él.
Entonces, si usted se está saliendo, Él tiene que cambiar de parecer. ¿Y qué va a hacer
eso? ¿Qué va a hacer que Él deje de amarlo a usted? Sabemos que es el amor que Cristo
tiene por usted, porque el versículo 37 enfatiza aquel que nos amó. Versículo 39 vuelve a
enfatizar del amor de Dios que es en Cristo Jesús. Entonces el 37 y 39 unidos con el 35 nos
dicen, que Él está hablando del amor que Cristo tiene por nosotros, que va a romper ese
vínculo. Oh, dice usted, cosas que vienen a la vida de una persona y abandonan. ¿Qué tipo
de cosas? Bueno, todas estas cosas que él nombra. Y creo que esa es la razón por la que él
simplemente las nombra. Son las cosas más fuertes que podrían ser nombradas. Bueno,
que puede hacer eso.
Escuche Juan 13:1, “Ahora antes de la fiesta de la pascua cuando Jesús sabía que su hora
había venido, que él debía irse de este mundo al Padre, (escuche esto) habiendo amando
a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin”, dice, es amor incambiable.
2da de Tesalonicenses capítulo 2, no sé si usted en algún punto ha leído esta pequeña
bendición al final del segundo capítulo. “Ahora, nuestro Señor Jesucristo mismo y Dios
nuestro Padre, quien nos amó y nos dio consolación eterna, y buena esperanza a través de
la gracia, consuele vuestros corazones, y os establezca en toda buena obra.” ¿Qué nos ha
dado Dios? Él nos ha amado y nos ha dado consolación eterna y buena esperanza
mediante la gracia.
Si la razón por la que tenemos consolación eterna y la razón por la que tenemos un amor
interminable es porque sabemos que cuando pecamos Él nos da, ¿qué? gracia. Es
consolación eterna y buena esperanza a través de la gracia que consuela nuestros
corazones. Entonces, ¿qué va a cambiar el amor de Dios? Bueno, veamos la lista. ¿Qué hay
acerca de tribulación? Es una palabra interesante, thlipsis en el griego, es cuando usted
está acorralado y queda sin alternativas. Tiene que ver con una presión tremenda. De lo
que recuerdo, nuestra palabra en ingles tiene que ver con una especie de golpiza. Tenían
cierto instrumento que usaban para golpear el trigo, para que pudiera liberar al grano y
separar a la cizaña, y eran un par de partes de madera con una tira de piel a la mitad y
usted lo flagelaba, y eso en cierta manera está tras bambalinas, una presión intensa.
La palabra con frecuencia es usada de dificultades externas en las Escrituras, de ser
acusado de ciertas cosas, de ser rechazado por la gente en su grupo, o su sociedad o su
familia, o lo que sea. De soportar daño corporal y demás, cuando la presión real viene,
cuando realmente el calor es intenso, cuando el sol comienza a quemar y hay un precio
por que pagar por ser un creyente. ¿Acaso eso lo separa del amor de Cristo? ¿Qué hay de
la angustia? Esa es otra palabra interesante. Eso tiene que ver más con la dificultad
interna. La palabra en el griego steno chria, dos palabras: estrecho y espacio. Y significa
estar atrapado en un espacio estrecho, estar atrapado sin salida. A usted se le acabaron
las alternativas. Y creo que quizás tiene que ver con tentación. Mientras que en 1ra de
Corintios 10:13 dice que vamos a ser llevados a través de la tentación, la única salida es
atravesar. Cuando usted está en medio de la tentación Dios va a proveer un camino de
escape, ¿para que usted pueda qué? no salir, ¿sino qué? soportarlo.
Y entonces, no solo presión exterior, y amenazas exteriores y tipos de dificultades
exteriores, sino una tentación interna, en la que no hay salida, es fuerte, que viene en
contra de usted. ¿Acaso eso puede causar que usted sea separado del amor de Cristo?
¿Qué hay de la persecución? Digmos…del testimonio de Jesucristo, físico, sufrimiento
mental o físico en manos de aquellos que rechazan a Cristo. ¿Puede eso causarlo? ¿Qué
hay acerca de hambre? No tener alimento, estar totalmente privado, ser metido en una
celda y ser dejado ahí para que muera debido a su fe en Jesucristo.
¿Qué hay acerca de la desnudez? Eso significa, no literalmente desnudez, sino no tener
ropa, ser tan pobre, y estar tan privado que difícilmente puede vestir su cuerpo. No tiene
alimento, no tiene ropa.
¿Qué hay acerca de peligro? El usa la palabra peligro ahí, lo cual básicamente significa ser
expuesto a peligro. Él siempre había sido objeto de peligro, de complot. Él usa la palabra
peligro ahí, lo cual básicamente significa ser expuesto a traición a peligro, a complots. Él
siempre fue objeto de complots, y la palabra es machaira, la daga del asesino, y significa
muerte. Digo, todas estas cosas son cosas muy pesadas. Rechazo externo, enemistad, y
amargura. Tentación interna y luchas y aflicción, la persecución que viene, la privación que
puede venir en contra de alguien que abraza a Cristo, que no tiene nada que comer y que
no tiene ropa, y el peligro de quedar expuesto a la traición y a complots de aquellos que
odian lo que usted ama, inclusive la muerte.
Estos son los peores ataques posibles. Digo, estas son las peores situaciones de presión
posible. ¿Acaso nos llevan a rechazar a Cristo? ¿Podrían alejarnos de su amor y afecto?
¿Podrían llevarnos a dudar de Él? ¿Podrían llevarnos a dudar de su amor y afecto?
¿Podríamos tambalearnos en esos tiempos, y podríamos debilitarnos y podríamos
preguntarnos, e inclusive podríamos caer en un pecado, y el Señor simplemente nos va a
desechar y expulsar?
Por cierto, esto no es tan solo teoría. Todo en el versículo 35 lo experimentó Pablo, ¿sabía
usted eso? Lo único que tiene que hacer es recordar 2da de Corintios, y la lista entera está
ahí. La lista entera. “He estado en trabajos abundantes, en azotes sin números, prisiones
con frecuencia, con muerte con frecuencia. De los judíos, cinco veces recibí 39 azotes, tres
veces fui golpeado con varas, una vez fui apedreado, tres veces estuve en naufragio, una
noche y un día estuve en las profundidades, en viajes con frecuencia, en peligros de aguas,
peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la
ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligro entre falsos hermanos, y en
cansancio, dolor, en desvelos con frecuencia, hambre, sed, ayuno, frio, y desnudez.”
Cada una de esas y muchas más que son enlistadas ahí en Romanos, también están
enlistadas en 2da de Corintios capítulo 11. Esto no es teoría, esta es la vida de Pablo.
Y Él está diciendo, ¿acaso la tribulación, aflicción, persecución, hambre, desnudez, peligro
o espada, me separaron de Cristo? Acaso eso causó que, en mis momentos de debilidad,
Él dijera, él no vale la pena el problema, ¿lo voy a abandonar? ¿Acaso eso rompió el
vínculo del amor de Cristo que me sostiene? ¿Cuál es la respuesta? Versículo 36, “Como
está escrito”, ¿Qué tiene que ver con algo? “por causa de ti somos muerto todo el tiempo,
somos contados como ovejas de matadero. Y él cita el Salmo 44:22 de la Septuaginta, la
traducción griega del Antiguo Testamento. Y lo que él está diciendo es, ‘oigan, esto es
viejo, esto no nos saca del amor de Dios. Esto simplemente muestra porque estamos en
Él.’ Digo, esto no es nada extraño, ‘por causa de ti somos matados todo el tiempo. Digo,
esta es la historia de aquellos que aman a Dios.
Por cierto, en ese pasaje, es un ruego porque Dios libre a Israel en la aflicción. Y lo que
Pablo está esencialmente diciendo es, al tomar ese texto es que todos los santos de todas
las épocas han soportado esto, va con el territorio. Es parte del paquete. Digo, Mateo
10:37–39, ‘si usted no está dispuesto a decirle no a su padre, y a su madre, y a su hogar, y
a todo lo demás. Si no está dispuesto a tomar su cruz y seguirme, si no está dispuesto a
pagar el precio, calcular el costo, y venir en pos de Cristo. Usted no es digno de, ¿qué? de
ser su discípulo. Entonces Pablo dice, no es esto lo que nos aleja de Cristo, esto
simplemente nos recuerda que le pertenecemos a Él.
Como puede ver, dice en 2da Timoteo 3:12 como lo he señalado muchas veces, “Y
también todos los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán
persecución.” Digo, simplemente es la manera en la que sabemos que estamos ahí. Ahora,
dice usted, ¿qué tal si ese tipo de cosa realmente le pasan a la gente y los alejan de Cristo?
Entonces, la realidad del asunto es que nunca fueron salvos. Y eso es lo que 1ra de Juan
2:19 dice, y usted debería conocer este versículo, porque es un versículo muy importante,
dice en el versículo 19: “salieron de nosotros”. 1ra de Juan 2:19, “salieron de nosotros,
pero no eran de nosotros, porque si hubieran sido de nosotros habrían continuado con
nosotros, pero, salieron de nosotros para que se manifestase que no todos eran de
nosotros”.
¿Entiende usted el punto? Cuando alguien se va, eso no significa que perdieron la
salvación, es prueba de que realmente nunca la tuvieron, nunca la tuvieron. Oh no,
versículo 36 dice, “por causa de ti somos muertos todo el tiempo”, y eso es simplemente
algo que pasa todo el día, eso no es nada nuevo. Observe la pequeña frase, “por causa de
ti”, “por causa de ti” expresa una disposición. Lo expresa, expresa una disposición
hermosa por parte de los que verdaderamente son redimidos por Dios, y están dispuestos
a soportar la cruz. Y es simplemente lo que el salvador dijo. Aquellos que son
verdaderamente mis discípulos están dispuestos a tomar la cruz, por causa de ti estamos
dispuestos a sufrir. Por causa de ti estamos dispuestos a pagar un precio, a calcular el
costo.
Eso es exactamente lo que Jesús estaba confrontando en Lucas capítulo 9, versículo 57: “Y
sucedió que conforme iban por el camino, cierto hombre le dijo: Señor te seguiré adonde
quiera que vayas. Pero Jesús le dijo: las zorras tienen agujeros, y las aves del cielo tienen
nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reposar su cabeza.” Ahora, esa es una
buena manera de desanimar a un seguidor, dile que no tiene ningún lugar adonde ir, y no
tiene recursos. Y otro hombre siguió, el Señor dijo: Sígame. Y él dijo, Señor simplemente
necesito ir primero y sepultar a mi padre. Lo que él no le dijo es que el padre no estaba
muerto, él quería quedarse hasta que recibiera su herencia. Y Jesús le dijo: deja que los
muertos entierren a sus muertos, y tu ve y predica el reino de Dios.
“Y otro le dijo: Te seguiré. Permíteme primero irme a despedir de aquellos que están en
casa. Y Jesús le dijo: ningún hombre, habiendo colocado su mano en el arado y mirando
atrás es apto para el Reino de Dios.” Como puede ver, la persona que coloca su mano en
el arado y mira atrás, no solo no está en el Reino, sino que no es apto para estar en el
Reino. Entonces, cuando una persona coloca su mano en el arado, y se divide no está en el
reino y después afuera, ni siquiera son aptos para estar en él. Usted viene con un
compromiso de seguir, sea cual sea el precio, sea cual sea el costo.
El creyente verdadero persevera a través de estas cosas, como tribulación, aflicción,
persecución, hambre, desnudez, peligro y espada. El creyente verdadero persevera en
eso, él avanza en medio de eso. Y esa es la razón por la que dice en Hebreos 3, “porque
nos hemos vuelto participantes de Cristo, si nosotros estamos aferrándonos al principio de
nuestra confianza, firmes hasta el final.” Versículo 14, un versículo muy importante.
¿Cómo puede saber si alguien se ha convertido en participante de Cristo? Porque él se
aferra de manera fiel hasta el final. ¿Lo ve? Él se aferra de manera fiel hasta el final. No se
aparta.
Y entonces, hay una disposición por seguir hasta el final. Aun si es necesario enfrentar la
muerte, para aquellos que nombran el nombre de Cristo en algunas circunstancias.
Entonces, regresemos a Romanos 8. Pablo dice, “¿Quién nos separará del amor de
Cristo?” Y él enlista estas cosas muy serias que podrían tentarnos a abandonar nuestra fe,
o llevarnos a pecar. ¿Acaso estas cosas lo van a hacer? No, totalmente lo opuesto, esto es
algo que encaja simplemente de manera perfecta. Esto es simplemente como ha sido
escrito acerca del pueblo de Dios. Por causa de Él somos matados todo el tiempo. Siempre
somos como ovejas llevados al matadero. Eso simplemente significa que somos como
ovejas en camino a ser matadas. Y eso no es nada nuevo.
Y después viene su respuesta en una palabra en el versículo 37, No, no, no estas cosas no
nos separan del amor de Cristo. No, de hecho, en todas estas cosas somos, ¿qué? más que
vencedores, por medio de Aquel que nos amó. No en nuestra propia fortaleza, a través de
Él que nos amó, en todas estas cosas. ¿Qué cosas? Tribulación, aflicción, persecución,
hambre, desnudez, peligro y espada. Esas cosas nunca causaran que un creyente
verdadero deje su fe. Nunca harán que Dios nos deje ir. Y la razón por la que usted se
mantiene salvo, no es porque usted se aferra, es porque Él se aferra, y Él no va dejarlo ir a
usted a través de esas cosas. Y usted, de su lado, va a perseverar. Él no lo deja ir a usted, y
usted tampoco, porque usted es fiel hasta el final.
Esa es la marca de un creyente verdadero. Juan 8:31–32. “Muchos creyeron en su nombre
y Él les dijo, si continúan en mi Palabra, entonces, son mis discípulos reales.” Son los que
continúan, los que se aferran, los que dan evidencia de que Dios se está aferrando a ellos.
Y entonces en todas estas cosas no solo no nos hace perder la salvación, sino que en lugar
de eso nos volvemos súper vencedores. La palabra aquí es una palabra tremenda,
hypernikomen. Usamos la palabra nike o nique para hablar de un misil. Es esta palabra,
vencedor. Nikao, el verbo. Nike, conquistando.
Y somos los súper niques, somos los súper conquistadores, ganadores de una victoria
avasalladora, abrumadora. No solo ganamos, ganamos por mucho. Digo, cuando somos
azotados por la tribulación, y somos azotados por la aflicción y la persecución y somos
azotados por el hambre y la desnudez, y el peligro y la espada, no nada más apenas lo
superamos, salimos venciendo de manera avasalladora, súper vencedores.
Dice usted, ¿cómo puede ser un súper vencedor? o ganas o pierdes. Bueno no, es más que
eso. No solo ganamos. Salimos siendo súper vencedores por dos razones. Razón número 1
es que cuando salimos, la situación entera nos hace mejor que cuando comenzamos.
Porque todo lo que sucede en nuestras vidas nos está refinando, ¿verdad? Como le dije
antes, cuando atravesamos ese tipo de luchas, salimos odiando el pecado más, amando
más la justicia, deseando más de Dios, entendiéndonos más a nosotros mismos mejor,
capaces de ayudar a otros porque lo hemos vivido. Simplemente nos enriquece de
cualquier manera que usted lo vea. La persona que ha atravesado estas cosas y ha visto lo
horrible que es su propio pecado, y ha visto su propia debilidad, y su propia carne y ha
visto todas las luchas que tienen, sale del otro lado con un mejor entendimiento de sí
mismo, un mayor anhelo por Dios, una mayor hambre por santidad y todo eso es bueno.
Entonces, no solo es una victoria, es una victoria de la que salimos mejor. Somos súper
vencedores, no solo eso, permítame darle una segunda razón por la que somos súper
vencedores. Es porque cada una de esas cosas opera para nosotros, produce para
nosotros un peso mayor de gloria. En últimas, va a haber una recompensa más grande.
Cada vez que atravesamos ese tipo de cosas, las cuales no nos separan del amor de Cristo,
sino que nos refinan, no solo salimos siendo mejores aquí y ahora, sino que salimos siendo
destinatarios de una mayor recompensa en el futuro. Y ese es el aspecto de súper
vencedores.
Es un gran pensamiento. Es un gran pensamiento.
Y entonces, digo, Pablo realmente desarma ese argumento. ¿Piensa usted que ese tipo de
cosas va a separarlo a usted del amor de Cristo? Simplemente lo opuesto, simplemente lo
opuesto. Cuando un creyente verdadero atraviesa ese tipo de cosas, de pronto el espíritu
de gracia y gloria reposa sobre él. Y ve cosas que nunca antes vio acerca de lo que él
debería ser, él ve sus debilidades, sí, y él ve la fortaleza de Dios. Él quiere huir de su propio
pecado y huir a la santidad de Dios con un sentido mayor de dirección de lo que jamás
quizás tuvo, y de ahí sale una devoción pura a Jesucristo, y un peso de gloria eterno más
grande. No nos separan.
¿Y quién hace eso posible? Todo es a través de Aquél que nos amó. A través de Aquel que
nos amó él se aferra, él se aferra. El vínculo nunca se rompe, nunca se rompe. Pablo
escribió esto creo, durante el inverno en Corinto, y ni Pablo, ni la iglesia de Roma, estoy
seguro, podían haber entendido cuan poco tiempo pasaría antes de que estuvieran en la
necesidad de esta verdad consoladora. Porque cuando las flamas de la persecución
comenzaron a azotar, y vieron a la gente sufrir, podría haber causado que ellos se
preguntaran acerca de la doctrina de la salvación, ¿verdad? Y lo único que tenían que
saber era que los creyentes verdaderos atravesarían y saldrían de eso como súper
vencedores. Y si la gente se iba y abandonaba la fe, únicamente era evidencia de que
habían salido de nosotros porque no eran de nosotros. Cuan útil es entender eso.
Y entonces, cuando usted ve a alguien que parece haber creído y abandona la fe, sepa
esto, que como la semilla que fue plantada en pedregales no hubo raíz real ahí. Floreció
por un poco de tiempo y cuando el calor vino, se secó y murió. Pablo mismo habría sido
matado con un sufrimiento único. Los lectores de esta epístola habrían sido hombres y
mujeres, cuya sangre mojaría las arenas del anfiteatro romano. Y enfrentarían la muerte
cantando las alabanzas de Jesucristo, ¿no es cierto?
Como puede ver, no hay persona en el universo que pueda acusar a los escogidos de Dios,
y alterar la salvación que Dios ha prometido, y no hay circunstancia que pueda romper el
vínculo de amor que mantiene unido a un creyente y a su salvador. Él no los deja, y
nosotros tampoco. Esos queridos romanos, que tuvieron que sufrir como mártires,
debieron haber sido consolados por esto, aquellos que fueron masticados por bestias
salvajes, aquellos que fueron empapados en brea y ardían en las fiestas de Nerón como
antorchas en su jardín, aquellos que pelearon con hombres, y con bestias y demonios del
infierno, siempre estuvieron seguros en los brazos seguros de amor del salvador. Que
pensamiento.
Ahora, después de afirmar que ninguna persona, ninguna circunstancia podría jamás,
jamás, jamás quitar nuestra salvación, Pablo lo resume, versículos 38 y 39. Y comentar en
esto es como embellecer una flor hermosa, es como tomar un pincel y tratar de pintar un
atardecer y añadirle más color. Simplemente, no hay mucho que usted puede hacer,
inclusive para explicar la maravilla de esto, pero, permítame intentarlo. Aquí está su
resumen final. “Por lo cual estoy seguro”, deténgase ahí. Usted tiene que saber lo que
esto significa, es una conclusión estable. Él no está diciendo, hombre, ciertamente lo
espero. He llegado a una convicción estable, absoluta.
Este es un hecho, es como 2da Timoteo 1:12, “por lo cual estoy seguro de que Él es
poderoso para guardar eso”. Lo sé. Tengo una certeza de confianza, estoy persuadido, ¿de
qué? Y aquí viene, “ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo
presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá
separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús, Señor nuestro.” Simplemente una
explosión, y la lista es, digo, tuve que revisar esta lista. Estoy seguro de que ni la muerte,
el gran enemigo, las puertas del Hades, la muerte no puede separarlos. De hecho, la Biblia
inclusive dice, “estimada es a los ojos de Jehová la muerte de sus santos”. La Biblia
también dice que Él está con nosotros conforme caminamos en medio del valle de sombra
de muerte.
Y siempre recuerdo al Doctor Barnhouse, la muerte de su esposa cuando los hijos todavía
eran jóvenes y ella murió y se para estar con el Señor. Él estaba manejando del funeral en
su auto y él estaba tratando de pensar en una manera de explicarle a sus hijos lo que
había pasado y un tráiler doble pasó al lado de ellos rápidamente, y los oscureció con la
sombra sobre el auto y lo sorprendió. Y él entonces pensó, y él sabía que tenía su
ilustración. Y les dijo a sus hijos, niños, ¿preferirían que los atropellara un tráiler o la
sombra de un tráiler? Y ellos dijeron: eso es fácil papi, la sombra. Eso no duele. Y él dijo:
Sí, y mamá pasó por el valle de la sombra de muerte, no hay dolor ahí. La muerte no nos
puede separar. Lo único que hace la muerte es ¿qué? llevarnos a su presencia. Porque
estar ausente del cuerpo es estar presente con el Señor.
Y después él dice: “ni la muerte, ni la vida”. La vida con todos sus peligros. La vida con
todas sus dificultades. La vida con todos sus problemas y tentaciones de aflicciones. La
vida con todo lo que nos puede arrojar. Todo el dolor y toda la tristeza y todas las heridas
y todas las ansiedades de la vida, ¿lo puede hacer? No, no. No la vida. Ningún estado de
ser, ni la muerte ni la vida. Y después él dice. Ni los ángeles, probablemente pensando en
los ángeles buenos, aquí, ángeles santos. Dice usted, bueno, ¿acaso un ángel santo querría
alterar nuestra salvación? No, pero eso no importa. Él simplemente está diciendo que no
podría suceder si lo hiciera.
Y él dijo lo mismo en Gálatas 1 cuando él dijo, “aunque un ángel del cielo predicara otro
evangelio. Sea anatema sino es la verdad.” Simplemente, es hipérbole. En un sentido,
digo, no podría suceder, pero si sucediera, inclusive un ángel un ángel santo no podría
hacerlo. ¡Ah, pero los demonios! Ni los principados, dice él. Y eso parece ser un término
que probablemente lo usa aquí, aunque es usado tanto para los buenos y los malos.
Parece de manera más dominante, referirse a ángeles malos. Por lo menos, así se usa en
Efesios 6. Ni ángeles buenos, ni ángeles malos. Ninguno estado de ser, y ningún ser
sobrenatural puede cambiarlo.
Y después él dice, “ni lo presente, ni lo por venir” ni algo aquí y ahora, y nada algo allá y en
ese entonces. Ni algo en esta época, ni algo en la eternidad. Ninguna dimensión del
tiempo, ni ahora, ni nunca. Usted no puede perder su salvación, él dice, no ahora, ni
nunca. Ni en la muerte, ni en la vida, ni por los ángeles santos tomándola, ni los demonios
tomándola. No. Imposible. Ninguna dimensión de tiempo, ningún ser, y ningún estado de
ser. Y después al final del versículo 38, él dice: “ni potestades”. Esa es una palabra algo
interesante. Los comentaristas luchas con lo que significa. Permítame darle la postura de
MacArthur. Cuando es usada en el plural, en el Nuevo Testamento, la forma dunamis,
cuando es usada en el plural, en la mayoría de los casos se refiere a milagros, u obras
poderosas. Y viene podría ser que eso es lo que Pablo tiene en mente. Ningún milagro,
ninguna obra poderosa, ninguna cosa sobrenatural, nada más sea de nuestro control,
jamás puede separarnos de Cristo.
Ningún estado de ser, ningún ser, ningún tiempo y ningún poder. Y después él incluye
esto: “ni lo alto, ni lo profundo”. Bueno, ¿qué es lo que eso tiene que ver con esto? ¿qué
es lo alto y lo profundo?
La palabra hupsoma era usada para hablar de una estrella en su zenit. Y cuando una
estrella estaba en su zenit, decían que la estrella estaba en lo más alto. Entonces, tiene
que ver con ir a la infinidad del espacio. Y la profundidad es la palabra bathos, y era
astronómicamente usada para hablar de una estrella en su punto bajo. Entonces, lo que él
está diciendo es esto, nada al final de un espacio exterior allá afuera. Y nada, tampoco del
otro lado, en el otro extremo, de un fin del infinito al otro, porque la altura es infinita, y la
profundidad es infinita. Porque lo alto es infinito, y lo profundo es infinito. Y entonces, el
resumen de esto, nos deja perplejos, ¿en dónde es que usted va a perder su salvación?
Si no puede suceder en la muerte, y no puede suceder en la vida, y los ángeles santos no
lo pueden hacer, y los demonios no lo pueden hacer, y las cosas presentes no lo pueden
hacer, y las cosas que están por venir no lo pueden hacer, y nada de la orilla infinita del
espacio allá arriba, a la orilla infinita del espacio allá abajo no lo pueden hacer, oh, pero va
a ver alguien que va a decir, Oh sí, pero, pero yo mismo lo puedo hacer. Entonces, él dice,
“ni ninguna otra cosa creada.” ¿Se da cuenta? Es como, Romanos 3 en donde él dice, “por
cuanto todos pecaron”. Él habla de toda la pecaminosidad del hombre. Él dice, no hay
justo. Y usted sabe que alguien va a decir, excepto por mí. Entonces él dice, “no hay justo,
ni aún uno”. Y aquí él simplemente incluye, “ni ninguna otra cosa creada, podrá
separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús, Señor nuestro”.
Es el amor de Dios en Cristo, nuestro Señor, lo que nos sostiene. En los versículos 31 al 34
creo que se centra en el amor de Dios, en los versículos 35 al 39 se centra en el amor de
Cristo. Estamos escondidos con Cristo en Dios, ¿verdad? Y no deberíamos sorprendernos
ante esto. Sabe una cosa, no deberíamos sorprendernos por esto. Escuche Juan 17:23,
Jesús ora acerca de nosotros al Padre, él dice, “Yo en ellos, Tú en Mí, para que sean
perfectos en uno”. Él ora para que la gente que Él redime sea llevada a la perfección.
¿Cree usted que sus oraciones son respondidas? Él está orando porque la gente a quien Él
redime lleguen a la perfección. Creo que sus oraciones son respondidas. “Para que el
mundo sepa que tú me has enviado, y me has amado, así como me has amado. Padre,
quiero que los que me has dado, estén conmigo adonde yo estoy, para que vean mi gloria
que tú me diste, porque tú me has amado desde antes de la fundación del mundo.” Padre,
él dice, quiero que los que me has dado estén conmigo en la gloria. ¿Cree usted que Dios
respondió esa oración? Claro. Entonces, no nos sorprende que estamos seguros.
En una ocasión, hubo un hombre, un hombre de Dios escoces llamado Jorge Matheson.
Jorge Matheson el 6 de junio de 1882, escribió en un himno que se ha convertido en un
favorito de cristianos. Uno de los himnos más hermosos del amor seguro de Dios, que
jamás ha sido escrito. Él nació en Glasgow alrededor de 1842, y como niño él únicamente
tuvo visión parcial, y su vista progresivamente empeoró con el tiempo. Él llegó a estar
completamente ciego a la edad de 18 años. A pesar de esta discapacidad, por cierto, él fue
un erudito brillante, y se graduó de la Universidad de Glasgow y siguió a estudiar en el
seminario. Se graduó ahí, y se convirtió en el pastor de una iglesia que tenía dos mil
personas en Edimburgo, predicando sin ver. Él se volvió uno de los más grandes
predicadores y uno de los oradores más grandes de su época, y él nunca se casó. Él tuvo
una gran herida en su corazón porque él estaba enamorado de una joven quien decidió
que, aunque estaban comprometidos, ella no se iba a casar con él, pero le devolvió su
anillo porque ella no podía estar contenta con un hombre que estaba ciego, y entonces lo
dejó.
Y a partir del dolor de esa experiencia, él escribió un tributo al amor de Dios, y esto es lo
que él escribió: “Oh amor que no me dejarás, descanso mi alma cansada en ti. Te devuelvo
la vida que debo, para que, en las profundidades de tu océano, su flujo sea más rico, más
lleno”.
Inclinémonos en oración. Padre, todos nos regocijamos en el amor que no nos dejará.
Todos nos regocijamos con el texto de Jeremías, “con amor eterno te he amado”. Oh
Padre, cuán bendecidos son las personas que están seguras en ese amor. Cuan
agradecidos estamos porque nunca nos dejarás. Ninguna persona, ni circunstancia jamás
puede alterar nuestra salvación eterna, fundada en tu amor predeterminado, de amarnos
hasta la gloria. Gracias, oh Dios, por oír la oración de Cristo, quien dijo, Padre, oro porque
los que me has dado estén conmigo en donde yo estoy, para ver mi gloria. Anhelamos ese
día.
Tome un momento, y agradézcale al Señor en su corazón, por las maravillas de esta
salvación. Nos has sacudido ahora, por meses y meses de Romanos 3 a lo largo de
Romanos 8, y termina en el crescendo de gloria, el himno de seguridad.
Ofrezca su gratitud.
Algunos de ustedes quizás estén diciendo: No puedo. No puedo hacer eso, porque no
tengo esa salvación. Bueno, es ofrecida a usted como regalo, y yo le pediría que abra su
corazón a Cristo. Cree en el Señor Jesucristo dice la Biblia, y serás salvo. Confiese con su
boca, que Jesús es el Señor, crea que Dios lo levantó de los muertos. Si el Espíritu de Dios
motiva su corazón, simplemente ore una oración simple: Señor Jesús, sé mi Salvador,
perdona mis pecados, dame esa salvación eterna.
Escuche querido amigo, si hay alguna duda en su mente, disipe esa duda con una oración
honesta de sumisión al señorío de Cristo, y someta su corazón a Él en fe. Padre nuestro, te
pedimos que tú toques toda vida, con tu verdad. Y tu Espíritu, convenza de pecado a
aquellos que están sin el Salvador. Atráelos a Él para que conozcan las glorias de nuestra
salvación maravillosa. Haznos estar siempre agradecidos, siempre llenos de alabanza y
maravilla por un regalo tan grande e inmerecido como el que poseemos.
Oh Dios, ¿qué podemos decir? Si, que vivamos para tu alabanza. Para que tu sepas de que
nuestra gratitud es genuina. Y trae al cuarto de oración, conforme cerramos, a todos los
que tu deseas que vengan, para que podamos ayudarles a encontrar un camino para
conocerte.
Oramos en el nombre de Cristo. Amen.
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El poder de Jesús sobre la ceguera


Escritura: Marcos 8:22–26

Código: 41–39
John MacArthur
Quiero que abra su Biblia en el octavo capítulo del Evangelio de Marcos. Cada uno de
estos párrafos, cada una de estas secciones es única; varían en énfasis y en tono, y en
teología; es difícil ser coherente en caer en algún tipo de patrón semana tras semana,
porque son tan diferentes, únicos en sí. Estos registros maravillosos de los
acontecimientos históricos de la vida de nuestro Señor, los sermones cambian en forma y
estilo de semana a semana, dependiendo de la naturaleza del texto. Y simplemente digo
esto esta semana que vamos a estar estudiando una historia de un milagro en los
versículos 22 al 26, y en una primera lectura podríamos decir que leemos la historia, y
agradecerle al Señor por el milagro, y terminar en oración porque es lo suficientemente
simple como para que un niño lo entienda, no necesita mucha explicación; es una joya con
toda seguridad, como lo son todos los milagros de Jesús, claro; pero es el contexto en el
que es colocado que le da un significado excepcional.
Y a expensas de ser un poco técnico, quiero asegurarme de que entienda, no solo la
historia, sino la importancia de la historia, y cómo encaja en el Evangelio de Marcos; en la
cronología de la vida de Cristo, en el lugar de la instrucción con respecto a los discípulos, y
cómo eso se aplica a nosotros. Entonces, vamos a ver tres cosas. La importancia de la
historia será lo único que veremos, la historia en sí misma; pero antes de que hagamos
eso, veremos el contexto en el que la historia es contada; esto puede parecer un poco más
como un salón de clases, y está bien, porque queremos aprender juntos.
Capítulo 8, versículo 22: “Vino luego a Betsaida, y le trajeron un ciego, y le rogaron que le
tocase. Entonces, tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea, y escupiendo en
sus ojos, le puso las manos encima, y le preguntó si veía algo; él, mirando, dijo: Veo los
hombres como árboles, pero los veo que andan. Luego le puso otra vez las manos sobre
los ojos, y le hizo que mirase, y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos. Y lo
envió a su casa diciendo: No entres a la aldea”. Ahora, si usted ha estado con nosotros en
Marcos, hay algunas cosas conocidas aquí, ¿no es cierto? Usted podrá decir: “Entiendo
esto de manera perfecta”, y probablemente estaría en lo correcto; pero quiero enriquecer
el contexto y la importancia de esto.
En primer lugar, no podemos llegar a estar tan familiarizados con los milagros, que
pasamos por alto la realidad de qué cosa tan asombrosa, fue un milagro en esa era de la
historia humana. Las enfermedades estaban en todos lados, realmente no había
conocimiento de lo que causaba la enfermedad; no habían curas para nada; la primera
cura real no apareció sino hasta el siglo XIX. Fuera lo que fuera que usted tenía, usted lo
tenía y vivía con ello; y los inventos que se ofrecían para curar las enfermedades eran
raros y hasta simpáticos, si no es que patéticos. La cura para la ceguera, según una fuente
muy confiada, era sangre de gallo mezclada con miel de abeja, frotada en los ojos.
Los defectos congénitos y la enfermedad venérea, y una falta de salubridad, infecciones,
accidentes, enfermedades de todo tipo, todo esto contribuía a que la gente fuera ciega, y
muchas personas estaban ciegas; y de hecho, Juan el Bautista envió a algunos de sus
seguidores a Jesús para ver si de hecho Él era el Mesías, porque aunque Juan lo presentó
como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, no parecía como si Él estuviera
quitando el pecado del mundo, o que estuviese estableciendo el reino mesiánico; y Juan
quería revisar y asegurarse de que tenía la persona correcta, y entonces dijeron:
“¿Realmente eres el Cristo o debemos buscar a alguien más? Nuestro maestro Juan quiere
saber”, y Jesús respondió de una manera muy interesante, Él respondió a decir en una
afirmación: “Dile a Juan, los ciegos reciben su vista”.
Esta fue una marca de su ministerio en un mundo en donde nadie jamás realmente era
curado de nada. La gente ciega normalmente eran expulsados por la sociedad, eran vistos
como habiendo sido maldecidos por Dios, esa es la razón por la que en Juan 9 los líderes
de Israel vienen a Jesús, y lo desacreditan en toda manera que pueden; usted recuerda la
historia. Aunque Él acaba de curar a un hombre que nació ciego, ¿recuerda la historia en
Juan 9? ¿Y usted recuerda el testimonio del hombre cuando dijeron: Quién es este Jesús; y
él dijo: No sé quién es, pero sé que antes era ciego y ahora veo? ¿Y usted se acuerda cómo
iniciaron la conversación? Ellos dijeron: “¿Quién pecó? ¿Este hombre o sus padres?”, Juan
9:1–2, porque si usted era ciego, según su teología, usted había sido maldecido por Dios; y
ese era el caso de cualquier deformidad, cualquier defecto, cualquier enfermedad.
Su teología básicamente se alineaba con la de los amigos de Job, quienes asumieron que
debido a que Job estaba teniendo muchos problemas, había mucho pecado en su vida.
Entonces, eran expulsados de la sinagoga este tipo de personas, y eran aislados de
cualquier actividad social y la vida, y quizás únicamente su familia y los amigos llevaban a
tocarlos, eran los intocables, los fariseos no los tocaban, los saduceos –otros separatistas–
no querían tocarlos, los rabinos no querían tocarlos; entonces, estas personas están en
una categoría desesperada. Tiene que entender, de nuevo, que el hecho de que Jesús
entrara en ese mundo, en ese tiempo, con esa cantidad tan grande de enfermedades
como parte de la vida; y una teología que junto con eso, junto con la enfermedad por
todos lados, básicamente decía que está siendo maldecido por Dios; y literalmente Él
expulsó la enfermedad de la tierra de Israel y curó a todo mundo que vino a Él.
Hubo una afirmación inmensa que se estaba haciendo acerca de la compasión de Dios, y el
poder de Cristo. Digo, no había habido nada como esto en la memoria de alguien porque
nunca nada jamás había habido algo así en la historia del mundo. Entonces, no podemos
descontar el impacto masivo de la revelación de Jesucristo como el que expulsó la
enfermedad de Israel durante los años de su ministerio. Jesús realizó miles de milagros,
este simplemente es uno; pero resulta que está en un contexto excepcional, y tiene una
importancia única.
Permítame hablar del contexto simplemente para entender la historia. En primer lugar,
tiene el elemento excepcional de ser uno de dos milagros que usted encuentra solo en
Marcos. Hay muchos milagros que cuentan Mateo y Lucas, que Mateo, Lucas y Juan
cuentan, que están por lo tanto en más de un Evangelio; solo hay dos en el Evangelio de
Marcos que no están en ningún otro lugar, y estos dos aparecen; éste, y el que está en el
capítulo 7, en donde Jesús curó al que era un hombre sordo y mudo. ¿Se acuerda de ese?
Ahí en el versículo 32, del capítulo 7, es interesante leerlo debido a los paralelos. Le
trajeron a uno que estaba sordo, así como le trajeron al hombre ciego; le rogaron que le
colocara su mano sobre él, así como le pidieron que al hombre ciego Jesús lo tocara; y de
nuevo, Jesús lo tomó a un lado de la multitud, así como lo hizo con el hombre ciego, lo
sacó de la aldea, le colocó sus dedos en sus oídos, lo tocó; escupió, tocó su lengua, así
como tocó los ojos del hombre ciego, y les colocó saliva. Y después de nuevo en el
versículo 36, Él dio órdenes que no le contaran a nadie, así como lo hizo en el caso del
hombre ciego que acabamos de leer.
Entonces, hay algunas semejanzas en estos dos relatos, lo cual nos lleva a creer que éste
fue un patrón en la manera en la que Jesús curó. Pero en esta historia en particular del
hombre ciego, y la que acabo de leer del capítulo 7, son las únicas dos que Marcos registra
que tienen estas semejanzas que los otros escritores no registran; y entonces, nos dan una
idea cómo Jesús curó. Cronológicamente el milagro que le acabo de leer acerca del
hombre ciego en Betsaida, es el último milagro en Galilea registrado por Marcos, es la
firma final de Jesús. Ahora, usted sabe que estamos al final de su ministerio
cronológicamente en Galilea, ¿verdad?
Ahí atrás en el versículo 13 dice: “Dejándolos”. Él había estado en la costa noroeste, en el
área que estaba primordialmente poblada, un área dominada por los judíos, y Él se fue;
después de un conflicto final, su último conflicto galileo con los fariseos y los saduceos, Él
se fue; y eso es simbólico. Y Él esencialmente dejó Galilea, y se fue a la costa noreste;
técnicamente estaba todavía en Galilea, pero en la ciudad de Betsaida; usted realmente
estaba bajo el gobierno del tetrarca de Felipe Herodes, el hijo idumeo de Herodes el
Grande, y Él estaba bajo Roma, entonces había una influencia romana.
Y Betsaida había sido renombrada Betsaida Julia, debido a que Herodes la había
nombrado Julia en honor a una de las hijas de César Augusto; entonces Él estaba pegado a
Roma, había cierta presencia romana, y era una especie de ciudad que estaban en la orilla
de Galilea, no lejos inclusive de Decápolis que era un área gentil, un poco al este y al sur.
Entonces, Él se está alejando de Galilea. Después de esto, Él va a más de 30 kilómetros al
norte, a otra área gentil llamada Cesarea de Filipos, hace un milagro ahí, pero esa no es
Galilea. Y después hace un círculo de regreso por Galilea una vez más, con el único
propósito de enseñarle a sus discípulos, y no tiene ministerio público, y va camino al otro
lado del Jordán, y después por la parte de atrás del Jordán, por el territorio gentil
dirigiéndose a Judea, para unos cuantos meses finales en la parte sur de Israel, y después
a Jerusalén para morir y resucitar.
Entonces, cronológicamente éste es el último milagro de su ministerio en Galilea. Tiene
algo de peso entonces debido a que está al final de todo lo que Él había hecho en Galilea.
Geográficamente, como dije, está en la ciudad de Betsaida, el cual aunque es considerado
parte de Galilea, y ciertamente judío, después de todo tres de los apóstoles eran de esa
ciudad: Pedro, Andrés y Felipe. Realmente se está alejando del centro de Galilea. Ahora,
usted sabe, ¿no es cierto?, que desde el capítulo 7, versículo 24, Él comenzó un ministerio
ahí en Tiro, Sidón, y después bajó a Decápolis; Él había estado moviéndose por áreas
gentiles; realmente había acabado en Galilea, y la geografía muestra eso.
Es un día triste para Galilea. E inclusive en este caso, cuando le traen este hombre, y no
sabemos por qué Él estaba en Betsaida, pero Él estaba ahí para enseñar a sus discípulos;
ellos estuvieron con Él cuando Él fue ahí. El ministerio público se había acabado, alguien
supo que Él estaba ahí, y trajeron a este hombre, pero ya no habrá más ministerio público;
y entonces Él saca al hombre de la aldea, lo aísla. ¿Se acuerda usted de que dijo ahí atrás
en el versículo 12, cuando dijeron: Queremos una señal del cielo? En el versículo 11 Él
dijo: “De cierto, os digo, que ninguna señal será dada a esta generación, a esta gente, ya
acabé con las señales, he hecho suficientes, no necesitan más”. Entonces, inclusive la
geografía es importante conforme se mueve al borde de ahí y se va.
Inclusive hay un cambio literario aquí también. Este milagro realmente es el principio del
acto segundo del drama histórico de Marcos. El primer acto es el ministerio público de
Jesús con la gente, el segundo acto es el ministerio privado de Jesús con los discípulos, el
tercer acto es la pasión de Jesús. Muy bien. Entonces, estamos entrando en su ministerio
privado. Un milagro privado final da lugar a su tiempo privado con los discípulos, y a partir
de ahí Él va con ellos a Cesarea de Filipos, y de regreso por Galilea, sin ningún ministerio
público, es tiempo para la preparación de sus discípulos. Algunos escritores han dicho que
este es un punto tan importante históricamente, que podría ser llamado la división
continental del Evangelio de Marcos; todo lo que está antes de esto está llevando a este
punto, y todo lo que viene después de esto se desprende de aquí.
Y la cúspide real de la división continental es el capítulo 8, versículos 27 al 30, el siguiente
pasaje que veremos la próxima semana en donde Pedro dice: “Tú eres el Cristo”, esa es la
confesión de pináculo; ningún ser humano ha dicho eso en Marcos aún; los demonios lo
han dicho, los demonios han dicho: “Sabemos que eres el Santo de Dios”, pero esa
confesión no ha salido de los labios de ningún ser humano aún. Se vuelve la confesión de
pináculo. Capítulo 8, versículos 27 al 30, y esa confesión indica la conversión verdadera de
los apóstoles, su salvación, y después su preparación inicia de manera seria hasta llegar a
la pasión de Cristo, el cual es el acto tercero y final. Entonces, ese es el contexto en el que
este pequeño milagro aparece. Lleva el ministerio galileo a su fin, y comienza el ministerio
privado de Jesús con sus discípulos.
Ahora veamos la historia, ese es el contexto, veamos la historia. Y tiene el sentir de un
relato de un testigo ocular, eso no debe sorprendernos; dice usted: “Bueno, Juan Marcos
no habría estado ahí”, no, claro que no, él no fue uno de los apóstoles ni fue uno de los
primeros discípulos de Jesús, él vino después. Entonces, ¿cómo es que esto se convierte
en un relato de un testigo ocular? ¿Quién fue el mentor de Juan Marcos? Juan estaba
escribiendo su Evangelio a los Romanos en la ciudad de Roma, bajo la influencia, y como
su fuente, Pedro; Pedro fue su fuente. Entonces, Pedro, quien era de la ciudad de la aldea
de Betsaida, habría estado familiarizado con esto, y se convirtió en la fuente de esto para
Marcos; entonces tiene conexiones de un testigo ocular.
Vayamos al versículo 22: “Vino luego a Betsaida”, lo cual significa ‘casa de pesca’, y eso,
por cierto, fue cerca de donde Jesús alimentó a los cinco mil hombres más mujeres y
niños, ¿verdad?, registrado allá atrás en el capítulo 6, versículos 33 al 34; quizás 20 a 25
mil personas, Él creó peces y pan para ellos, ¿se acuerda de eso? Eso sucedió cerca de
aquí. Ahora, un milagro de alimentar a 25 mil personas habría sido bien conocido para la
aldea local, y muchas de las personas en esa aldea habrían sido alimentadas en esa
comida; están muy, muy familiarizadas con Jesús, muy familiarizadas. Otra cosa que
debemos señalar, el lugar aquí es llamado en el versículo 23, ‘la aldea’, ‘la aldea’; pero
Lucas 9:10 se refiere a ella como una ciudad, una ‘polis’, ¿era una aldea o era una ciudad?
Bueno, la respuesta es que se volvió una ciudad; siempre había sido una villa. Se volvió
una ciudad porque Herodes Felipe quería mejorarla, agrandarla, desarrollarla, e hizo eso;
se involucró en algo de desarrollo de Betsaida, y ahí fue cuando la nombró en honor a la
hija de César Augusto, y la desarrollo hasta llegar a ser una ciudad; pero siempre había
sido una aldea. Y sí, este es el relato de un testigo ocular, y Pedro es el testigo ocular,
probablemente él habría sido conocido a él y su familia antes de él como la aldea de
Betsaida, una aldea, su nombre sentimental, su nombre conocido, una ciudad y su nueva
identidad. No está lejos de Capernaúm, al este de Capernaúm.
Los milagros que Jesús realizó en Capernaúm se dispersaron hasta Nazaret, el cual estaba
más al oeste que Betsaida que estaba al este. Entonces, fuera cual fuera lo que el Señor
estaba haciendo, fuera el lugar en el que lo estuviera haciendo, la noticia se había
esparcido por todos lados; de hecho, la verdad del asunto es que Betsaida había sido muy
expuesta a Jesús y a su poder milagroso, entonces Jesús se aparece aquí en la aldea; dice
usted: “¿No habría tratado Él de mantenerlo en silencio?”. Pero recuerde, éste es el hogar
de Pedro, éste es el hogar de Andrés, éste es el hogar de Felipe, y los jóvenes que venían
de ese lugar verían a su familia, y se habría esparcido la noticia de que Jesús estaba ahí.
Y unas personas locales entonces traen a un hombre ciego a Jesús, y saben que Él sana a
todo mundo de todo, y le rogaron que lo tocara. Ahora, solo quiero comentar algo de
esto. Jesús curó al tocar a la gente, y usted tiene que entender que eran intocables. La
institución religiosa no tocaba a la gente como ésta, maldecía a la gente; eran inmundos
ceremonialmente, gente expulsada de la sinagoga; pero Jesús simplemente violó ese
enfoque convencional, y realmente es algo maravilloso ver esto si usted regresa al
capítulo 1, porque caracterizó todas sus curaciones.
La suegra de Simón estaba enferma con una fiebre, y le hablaron a Jesús acerca de esto,
entonces Él vino a ella, versículo 31, y la levantó por la mano. Ahí en el versículo 40, un
leproso viene a Jesús, cae sobre sus rodillas, y dice: “Si quieres, puedes limpiarme”, y
movido con compasión, Jesús estiró su mano y lo tocó y le dijo: “Quiero. Sé limpio”. Usted
no toca a la gente, usted no toca a los leprosos con toda seguridad; Jesús tocó a estas
personas. Capítulo 3, versículo 10, Él curó a muchos con el resultado de que todos
aquellos que tuvieron aflicciones le rodeaban para tocarlo. Él fue identificado como
alguien que curaba mediante un toque, y la gente clamaba por acercarse lo suficiente a Él
para recibir ese toque.
Cuando una multitud grande se congregó en torno a Él, ahí en la costa del lago, versículo
22 del capítulo 5, uno de los oficiales de la sinagoga llamado Jairo, se acercó y cayó a sus
pies y le contó de su pequeña hija, y él dijo: “Ella está al punto de la muerte. Por favor ven,
y coloca tus manos sobre ella”. Todo mundo sabía que así era como Él curaba; Él coloca
sus manos sobre ti, todo tiene que ver con el toque, Él te toca, tú lo tocas a Él. Y en medio
de esa multitud, mientras que Jairo espera que Jesús se vaya y venga, una mujer aparece,
quien ha tenido una hemorragia durante 12 años, y ella ha oído de Jesús, en el versículo
27, y ella está convencida de que si ella tan solo pudiera tocarlo, ella se va a curar, dice el
versículo 28; entonces así lo hizo, y ella se curó.
Capítulo 6, versículo 5, Él no pudo hacer milagro ahí en su propia ciudad debido a su
incredulidad, fuera de que Él colocó sus manos en unas cuantas personas enfermas, las
curó. Versículo 56, del capítulo 6, a donde quiera que Él entraba, en aldeas o ciudades o
en el campo, estaban colocando a los enfermos ahí en los lugares, rogándole que ellos tan
solo pudieran tocar la orilla de su túnica, y todos lo que la tocaron eran curados. Hay algo
muy tierno en esto, algo muy compasivo; Jesús no mantiene la distancia, Él no es como los
líderes de Israel, Él toca a la gente, la gente lo toca a Él; éste es el Hijo de Dios que puede
ser tocado. Hay algo tierno en eso, hay algo de compasión en eso. Ese es el corazón de
Dios.
Dios no es indiferente, Dios no es trascendentalmente indiferente, Dios no está alejado.
Me encanta lo que dice en Hebreos, que Él es afectado con los sentimientos de nuestras
debilidades; y en su ser tocado en el corazón con la compasión, se manifestó en la
encarnación con un toque físico. Ese es el toque personal que Dios quiere traer a la vida
de toda persona que viene a Él. Él responde. Ellos sabían que así era como Él curaba; Él
responde, versículo 23, al tomar al ciego de la mano, Él lo sacó de la aldea, después de
escupir en sus ojos y colocarle sus manos sobre él, Él le preguntó: “¿Ves algo?”. Él hizo lo
que ningún líder honorable, religioso haría; tomó a un hombre ciego de la mano,
reconociendo, claro, que la gente ciega necesita ser guiada; Él lo sacó de la aldea para
efectos de aislamiento y de privacidad.
Y después Él hizo lo que Él hizo con el hombre sordo en el capítulo 7. El hombre ciego en
Juan 9, Él escupió en sus ojos, y Él colocó sus manos sobre él. ¿Por qué hace esto? No
conozco la respuesta a eso, fuera de decir que éste es un símbolo de la transferencia de
poder de Él al hombre; el toque, la saliva saliendo de su propia boca, tocando al hombre,
simbolizó la transferencia de poder. No es un invento mágico, raro; el poder está en
Cristo, el poder está en Cristo; fluye de Él a los ojos, de Él a los oídos, de tal manera que
puede haber vista y oído.
Ahora, este es el único milagro en todos los cuatro Evangelios, en donde Jesús le pregunta
a la persona curada algo, Él le hizo una pregunta: “¿Ves algo?”, este es el único milagro en
dos etapas. Esto quiere decir, en donde Jesús, en dos toques, curó a un hombre. En una
ocasión, Él colocó lodo en los ojos de un hombre, y el hombre tuvo que ir y lavarse, pero
no fue sino hasta que él se lavó que él pudo ver. Aquí el hombre ve en dos etapas; este es
el único milagro, y es el único en donde Jesús le pregunta al hombre que describa lo que le
ha pasado. Entonces, al final del versículo 23 Él dice: “¿Ves algo?”, y él vio hacia arriba.
Ahora, eso no lo expresa muy bien, él vio hacia arriba, porque usted no sabe si él está
curado si usted lee, “Y él vio hacia arriba”, porque ver hacia arriba en cierta manera
significa que usted levanta su cabeza hacia nosotros. El verbo en sí es “anablepsis”,
significa “blepo”, “ver”, “él levantó para ver”, sería una mejor manera de traducirlo; él
recuperó su vista. Es exactamente el mismo verbo usado en el capítulo 10, versículo 51 y
52, para describir la curación de Bartimeo, el ciego, mismo verbo; y en ese caso es
traducido “recuperar la vista”. Entonces, lo que realmente está diciendo es que él podía
ver; es el mismo verbo usado en Juan 9, versículos 11, 15 y 18, para describir al hombre
que nació ciego que Jesús curó; es la palabra que significa que él recuperó su vista.
Él vio, verbo compuesto. Él miró hacia arriba en el sentido de que él levantó sus ojos y vio.
Y él dice eso, “veo hombres”; en el griego dice “veo los hombres”, “los hombres”. Él sabía
que Jesús estaba asociado con los hombres, los apóstoles, los discípulos que estaban con
Él, que habían cruzado con Él en la barca, que estaban con Él durante este periodo de
preparación; querían ir a Judea con Él, y que se volverían parte del cimiento de la iglesia
en el Día de Pentecostés, los apóstoles. “Ve a los hombres”. Quizás en la conversación que
se estaba llevando a cabo afuera de la aldea, él descubrió quiénes eran los hombres, “veo
a los hombres; no obstante, los veo como árboles andando, caminando”. ¿Qué está
tratando de decir eso? No están enfocados. ¿Qué tal eso?
Ahora, si usted es ciego, aunque usted hubiera nacido ciego, usted básicamente sabe
cómo es una persona, ¿verdad? Y usted sabe que hay una semejanza entre un árbol y una
persona; las personas son verticales, y también los árboles; y su experiencia le indicó a él,
que él podía ver a los hombres, pero no podía diferenciarse de los árboles, lo cual significa
que no había un enfoque claro, era indistinto, vista imperfecta. Versículo 25: “Luego le
puso otra vez las manos sobre los ojos y le hizo que mirase, y fue restablecido y vio de
lejos y claramente a todos”. Tres palabras son usadas ahí, tres verbos son usados ahí para
describir lo que le sucedió a este hombre después del segundo toque. Él tocó sus ojos otra
vez.
Este es el único lugar en los cuatro Evangelios en donde Jesús llevó a cabo una curación en
dos toques, y todo verbo, todo verbo compuesto que podía ser usado para describir la
vista es usado en este pasaje, –hay unos cinco de ellos– todo tiene que ver con la vista
desde todo aspecto; y las dos palabras para los ojos son usadas. Él escupió sobre sus ojos,
Marcos usa una palabra; la segunda vez, Él coloca sus manos sobre sus ojos, y usa otra
palabra; la primera palabra es “somata”, la segunda es “ophthalmos”, de donde obtiene
usted oftalmología. Hay una riqueza aquí, todo verbo y toda palabra para ojo es usada.
Y el segundo toque trae una curación clínica de la manera más magnánima, cuando dice:
“Mirase”. Eso es “diablepo”, literalmente “ver a través de”, una vista penetrante; se acabó
la neblina, “ver a través de”, “ver con precisión” sería otra manera de entenderlo; y
después él dice: “Fue restablecido de”, “apocatistemi”, lo cual significa “de regreso a la
visión perfecta”. Creo que ver 20/20 es perfecto, por lo menos así lo categorizamos.
Entonces, él de manera instantánea vio de manera perfecta, 20/20, o algo quizás inclusive
más maravilloso que eso, más claro que eso, su vista fue restaurada lo que debía ser por el
cador mismo; entonces él ve con precisión, él ve perfectamente.
Y después hay otro verbo, el último, “él comenzó y vio de lejos y claramente”. Hemos visto
“anableplo”, “diablepo”, y aquí es “emblepo”, lo cual significa “fijar los ojos de uno”, esa
simplemente es otra manera de decir que él podía enfocar sus ojos perfectamente y ver. Y
la palabra es claramente, y de hecho significa “de lejos”. Su visión de cerca era perfecta, y
su visión a distancia era perfecta. Dice usted: ¿Por qué estás siendo tan detallado en esto?
Porque quiero que sepa que toda curación que jamás Jesús llevó a cabo, trajo a la persona
de regreso a la perfección absoluta.
No hubo curación parcial, no como los curadores, sanadores de televisión; esta es visión
perfecta, vista penetrante, una visión 20/20 perfecta, él puede ver de cerca claramente, él
puede ver de lejos claramente; su visión de cerca y lejana es perfecta; el poder de enfocar,
el poder de concentrarse, el poder de distinguir; él puede ver lo más pequeño en su mano,
y él puede ver claramente lo que está lejos. Y este es un tipo de curación coherente,
constante; no hubo rehabilitación, no hubo ayuda; una visión perfecta instantánea, total,
completa, en dos pasos.
¿Por qué los dos pasos? No leo nada aquí que lo explique. ¿Usted sí? Voy a especular un
poco más adelante acerca del porqué quizás; pero por ahora dejémoslo así. El versículo 26
entonces dice: “Y lo envió a su casa”; Él le dijo: “Ni siquiera entres, vete a casa”. Eso es lo
mismo que Él hizo con el hombre sordo y mudo ahí en el capítulo 7 atrás, en el área gentil,
pero ese hombre no obedeció, y la gente que estuvo ahí y vio el milagro no obedeció, y lo
esparcieron por todos lados; pero esto es muy privado, y podemos asumir que el hombre
hizo lo que se le dijo, lo envió a casa. La persona habría salido rápidamente, pero no sino
hasta que Jesús y sus discípulos estuvieran fuera de la aldea.
Ahora recuerde, no hay más milagros en Galilea. “Ni siquiera entres a la aldea”. Esta
instrucción es dada por nuestro Señor muchas veces, ¿acaso no la hemos visto muchas,
muchas veces a lo largo del Evangelio de Marcos? “No le digas a nadie, no le cuentes a
nadie, no le digas a nadie”, y hemos hablado del hecho de que Él no quiera traer a las
multitudes que solo vienen para buscar emociones y milagros, Él no quiere incrementar el
conflicto con los fariseos que realmente se vuelven más y más peligrosos, y amenazan más
y más conforme Él se vuelve público; pero hay más que eso aquí. “No vayas a la aldea y no
le digas a nadie”, hay algo muy especial para Betsaida en eso. Hablaremos de eso en unos
minutos.
Pero también hay otro elemento en esto, y le he dicho esto también: Jesús no quiso ser
conocido simplemente como un obrador de milagros, ¿verdad? E inclusive le dijo a los
discípulos: “No digan nada”, porque el mensaje no va a estar completo hasta que la cruz y
la resurrección sucedan, ¿verdad? Hasta la cruz y la resurrección, continuarán habiendo
este tipo de prohibiciones. Bueno, esa es la historia.
Ahora, finalmente, ¿cuál es la importancia de esto? Vimos el contexto, la historia, ¿cuál es
la importancia de esto? ¿Por qué es que Marcos, solo Marcos, registra este milagro, el
último en Galilea? ¿Por qué razón? Bueno, le dije, este es el inicio del acto segundo, la
preparación de los doce, este es un milagro privado, es para ellos. Y hay varios énfasis que
se unen y brotan de este milagro; voy a ver si puedo ayudarle a entenderlos. Número uno,
es una demostración de su Deidad, es una demostración de su Deidad. Sabemos que en la
próxima sección, versículos 27 al 30, inmediatamente siguiendo este milagro,
inmediatamente después de este milagro en la siguiente sección, viene el testimonio de
Pedro en nombre de los discípulos, en su relato más pleno que es dado en Mateo: “Tú
eres el Cristo, el Hijo del Dios Viviente”; proclaman su Deidad y su identidad como Mesías.
Y es una afirmación uniforme de lo que ellos han comenzado a entender cuando Él caminó
sobre el agua, y ellos han dicho: “De cierto, verdaderamente Éste es el Hijo de Dios”, y
ahora todo se une, Él es el Hijo de Dios, Él es el Mesías prometido, “Tú eres el Cristo, el
Hijo del Dios Viviente”, esa es la gran confesión que es la cima, que establece la división
continental en el Evangelio de Marcos. Nadie ha dicho eso aún; esa gran confesión viene
aquí, siguiendo esta demostración de que Él es Dios, manifestado en el poder desplegado
en este milagro; no es que necesitaban otro milagro, simplemente este es el milagro
culminante, el final de toda la cantidad de miles de milagros que evidenciaron su Deidad,
que los llevaron bajo el poder de Dios mismo a hacer esta confesión. Es una demostración
de su Deidad, como lo fueron todos los milagros.
En segundo lugar, es una probada de su reino, es una probada de su reino. Los discípulos
están preguntándose: “¿Qué está pasando con el reino? Miren, ¿dónde está el poder? No
está en nuestras manos”, ellos querían sentarse a la diestra, a la mano derecha y a la
mano izquierda de Jesús en el reino, ¿dónde está este reino? ¿Dónde está el poder?
¿Dónde estaba la autoridad? ¿Dónde estaba la gloria? ¿Dónde estaba el cumplimiento de
todas las promesas hechas a Abraham y a David? ¿Dónde estaba la salvación de Israel, la
salvación de las naciones? ¿Qué está pasando aquí? No estaba cumpliéndose como a ellos
se les había enseñado, que supusieran cuando el Mesías viniera. Pero, no obstante, están
recibiendo un vistazo del reino.
El salmista lo expresó de esta manera, viendo el poder de Dios que será desplegado en el
reino: “Jehová”, Salmo 146:8, “abre los ojos de los ciegos, Jehová levanta a aquellos que
están postrados, Jehová ama a los justos”. Isaías profetizó que ese tipo de vista dada a los
ciegos marcaría al reino del Mesías cuando Él viniera, en Isaías 29:18 él dice: “En ese día el
sordo oirá las palabras de un libro, y de su tristeza y oscuridad los ojos del ciego verán”; y
de nuevo Isaías en el capítulo 35, describiendo el reino milenario, habla del hecho de que
vendrá un día, versículo 5, “cuando los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los
sordos serán abiertos, y los cojos brincarán como un venado, y la lengua de los mudos
gritará de gozo, y las aguas irrumpirán en el desierto, y los arroyos en el desierto”, y sigue.
Un camino de santidad, un camino que será llamado “camino de santidad”, será para
todos aquellos que sean limpios, y ningún necio andará por ese camino; este es una
probada, un anticipo, un adelanto de la gloria del reino, cuando las enfermedades físicas
disminuyan. Y si alguien muere a la edad de 100, morirá como un bebé. No es un mundo
del Edén, pero es un mundo pre-diluvio, vida larga, y bendición están por regresar. “Yo soy
el Rey, este es una probada, un anticipo, un adelanto del poder del reino”; entonces usted
tiene aquí una afirmación del reino, como también una demostración de la Deidad.
En tercer lugar, usted tiene una confirmación de juicio, tiene una confirmación de juicio.
Betsaida no es nada más cualquier aldea, han sido muy expuestos a Jesús; y si usted
recuerda esto, en el capítulo 11 de Mateo, Jesús, en el versículo 20, comenzó a denunciar
las ciudades en donde la mayoría de sus milagros fueron hechos, las ciudades en donde la
mayoría de sus milagros fueron hechos, porque no se arrepintieron; entonces, Él las
denuncia, aquí están: “Ay de ti Corasín, ay de ti Betsaida”. Betsaida fue una aldea en
donde la mayoría de sus milagros fueron realizados. Después Él dice esto, ¿cuál es la
maldición?: “Si los milagros hubieran ocurrido en Tiro y en Sidón, que se hicieron en ti,
Betsaida, se habrían arrepentido hace mucho tiempo atrás en silicio y en cenizas; no
obstante, te digo, será más tolerable para Tiro y Sidón en el día del juicio que para ti”.
Y después Él pronuncia el mismo juicio contra Capernaúm, su cuartel general para su
ministerio en Galilea, y eso es repetido en Lucas 10:13, lo mismo. Betsaida, el hogar de
tres apóstoles, la escena de muchos, muchos, muchos milagros, incluyendo la
alimentación de la gran multitud. Habían sido expuestos mucho al Señor y a su poder, sin
embargo, fueron maldecidos. ¿Y cuál es esa maldición? Que en el juicio del Gran Trono
Blanco, en el futuro, cuando todos los impíos lleguen al tribunal final, y todos llegarán ahí,
todos los que jamás han vivido, todos los impíos vendrán al tribunal final del juicio del
Gran Trono Blanco, y Dios los juzgará y los enviará al infierno eterno para siempre; ese
juicio será pronunciado individualmente para la gente y los lugares.
Tiro y Sidón, idólatras, paganas, gentiles, notoriamente impías, una costa, un puerto
conocido por su crimen, vicio, prostitución, violencia, por ser profanos, por ser injustos,
avaros, condenados por el profeta Jeremías en el capítulo 25 al 47 de su profecía;
culpables por vender esclavos judíos según Amós, capítulo 1, versículo 9, éste era un área
vil, vil, vil. Tiro y Sidón fueron dos ciudades impías. Por otro lado, estaba Betsaida, judía,
orgullosa de su legado religioso, orgullosa de su lealtad religiosa, una aldea con una
sinagoga. La gente que viajaba al templo y a la adoración y al sacrificio, Jesús dice: “El
infierno estará más caliente para los habitantes de Betsaida que para los habitantes de
Tiro y Sidón, mucho peor”. Juicio mucho peores caen sobre ellos.
Nuestro Señor se va de Betsaida, nuestro Señor está negándole al hombre el derecho de
regresar y contarle a la aldea lo que le había pasado a él; y de esta manera, asegurándole
a los discípulos de la seriedad de esta maldición. Sí, necesitan entender la gracia,
necesitan entender la compasión y la ternura de Jesús, y el toque de Jesús; pero sus
discípulos necesitan entender también el juicio. Y debido a que Betsaida no se arrepintió
cuando tuvieron tanta exposición a Cristo, tendrán un juicio mucho mayor. ¿Cuál es el
punto de este milagro? Demostrar la Deidad, adelantar el reino, confirmar el juicio.
Hay un cuarto punto de quiebre que viene aquí. Jesús ahora se va de este lugar, y esta es
la salida final, y no le ha ido bien desde el punto de vista de los discípulos, no ha salido
bien, y Él ahora se va. ¿Va a mejorar la situación? No. Lo cuarto que quiero que observe es
la declaración de muerte. Ellos saben que Él ha sido rechazado, y necesitan saber lo que
está por venir. Entonces, a partir de aquí, conforme Él avanza en los últimos días en esa
área, hay un tema en su enseñanza. Pase al versículo 31 del capítulo 8: “Y comenzó a
enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por
los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar
después de tres días”. Él comenzó a enseñarles acerca de su muerte y resurrección; su
rechazo, su trato terrible, su ejecución y su resurrección.
Capítulo 9, versículo 31, están viajando por Galilea, esa pequeña gira privada, versículo 30,
no quería que nadie supiera de esto, Él estaba enseñándole a sus discípulos acerca ¿de
qué? “El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán, pero
después de muerto resucitará al tercer día”. Capítulo 10, versículo 32: “Iban por el camino
subiendo a Jerusalén, y Jesús iba adelante, y ellos se asombraron y le seguían con miedo.
Entonces volviendo a tomar a los doce aparte, les comenzó a decir las cosas que le habían
de acontecer. He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los
principales sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte, y le entregarán a los
gentiles, y le escarnecerán, le azotarán, y escupirán en Él, y le matarán; mas al tercer día
resucitará”.
Simplemente es una lección tras otra acerca de su muerte y resurrección. La sombra de la
cruz ahora cae en el pequeño grupo. El tiempo se está agotando, Jesús habla siempre de
su muerte y resurrección. Esto da lugar a un problema, y ese es otro asunto que tiene que
ser visto aquí, y eso es la eliminación de la ignorancia. Ahora, los discípulos están teniendo
dificultad en entender simplemente todo. De regreso en el capítulo 8, ¿se acuerda los
versículos 17 y 18? Él está tratando de hablarles de la herejía y el peligro de la herejía, o la
levadura de los fariseos, saduceos y herodianos; y lo único en lo que pueden pensar es en
la comida, y entonces están hablando de eso, de dónde está el pan.
Y en el versículo 17, Él dice: “¿No ven, no entienden? ¿Tienen un corazón endurecido?
¿Teniendo ojos no ven? ¿Teniendo oídos no oyen? ¿No se acuerdan?”, esto muestra que
necesitan mucha ayuda, necesitan que se elimine su ignorancia, tienen huecos enormes
de ignorancia. “Sí, Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios Viviente, aquí estamos, hemos dejado
la oscuridad, y le hemos dado la espalda al judaísmo, te estamos siguiendo”; hombre, pero
más allá de eso no entendieron mucho; y de hecho, su ignorancia aparece rápidamente
cuando Jesús habla de su muerte.
Vea el versículo 31 del capítulo 8, en donde acabo de leerle, Él habla de que Él iba a ser
matado, versículo 32, Él estaba presentando el asunto de manera clara, esto es bueno.
¿Sabe una cosa? Lo mejor que la gente jamás me puede decir como predicador es: Eso fue
claro. Lo claro es bueno, ser simple es bueno. Es fácil que la gente tenga dificultad en
entenderlo. Algunas veces se oye a la gente hablar y dice: “Hombre, eso yo no lo entendí”;
mire, es fácil que la gente tenga dificultad en entenderlo. Lo único que usted necesita es
que usted no sepa de qué está hablando; y si usted no sabe, nadie más va a saber, ¿muy
bien? Es difícil ser claro porque tiene que entenderlo usted. Jesús fue claro, no dejó nada
afuera; ya no hay un malentendido necesario aquí; no fue por parte del Maestro.
Y para mostrarle lo difícil que fue para ellos aceptar esto, Pedro lo jala a un lado y
comienza a reprenderlo; eso es ser bastante osado: “No, Señor”. Entonces, oye lo que Él
dijo, y se rehusaron a aceptarlo. Capítulo 9, versículo 31, lo leí, Él lo dice – y otras veces Él
lo dice esto claro, de manera regular; todos estos verbos están en tiempo imperfecto, lo
cual significa que están repetidos, son continuos: “El Hijo del Hombre va a ser entregado
en manos de hombres, y ser matado, y después va a resucitar”, versículo 32. No
entendieron la afirmación, pero les dio miedo preguntar. ¿Por qué les dio miedo
preguntar? Le voy a decir por qué. Porque el último hombre que habló de esto se metió
en problemas serios, porque Jesús le dijo: “Quítate de delante de Mí, Satanás”, eso va a
callar a tu grupo rápidamente.
Me acuerdo cuando estuvo en el seminario, un hombre hizo una pregunta, le preguntó
algo al Dr. Charles Feinberg el primer día de clase, Feinberg oyó la pregunta y le dijo: “Si
no tienes preguntas más inteligentes que hacer, no tomes tiempo de la clase”. Oh, bueno,
no creo que hubo otra pregunta el resto del semestre. Nadie va a decir nada después de
que Pedro acaba de ser reprendido. Entonces, ahora ni siquiera quieren enfrentar esto. En
el capítulo 10, el cual también leí, lo mismo, versículo 33 donde Él dice: “Voy a ser
entregado en manos de los principales sacerdotes y los escribas, y me van a matar, y me
van a entregar a los gentiles, se van a burlar de Mí, me van a escupir, me van a matar”.
Escuche esto: Jacobo y Juan, los dos hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús diciendo:
“Maestro, queremos que hagas lo que nosotros te pidamos”. Es como que Él no dijo nada.
Acaban de escucharlo, ignorarlo, a rechazarlo. “Hablemos de dónde vamos a estar en el
reino, olvídate de eso”. Digo, eso es tan humano, ¿no es cierto? Cuando usted no lo quiere
oír, primero lo oye; y si no lo quiere oír, usted hace una pregunta torpe, y eso lo cierra; y
después usted termina ni siquiera oyéndolo. Necesitan ayuda, ¿no es cierto? Necesita que
su ignorancia sea eliminada.
Entonces, ¿qué va a pasar? Capítulo 8, versículo 27, después de la gran confesión,
comenzando en el versículo 31, es instrucción, instrucción, instrucción, pero es tan difícil
para ellos. Pueden entender la parte del divorcio, pueden entender la parte del reino,
pueden entender muchas de las lecciones que Jesús da; pero con lo que realmente tienen
problemas es que Él va a morir; y ellos no lo entienden hasta su muerte, ¿no es cierto? En
el camino a Emaús, Lucas 24:45–47, van caminando por el camino a Emaús, y están
quejándose y gimiendo porque está muerto, y Él se aparece y los lleva al Antiguo
Testamento y les muestra cómo Él tenía que sufrir y morir, y después resucitar, y Él se
revela a Sí mismo a ellos. Entonces, ellos no estaban dispuestos a dejar que la luz de la
muerte de Cristo y la resurrección de Cristo brillara en su mente oscurecida, sino hasta
después de que sucedieron los acontecimientos; aunque estoy seguro de que fue un tema
de la conversación de Jesús diariamente durante meses y meses y meses y meses.
Inclusive Marcos termina su Evangelio – Él termina el Evangelio en sí de Marcos, en el
original termina en el 16:8, y lo último que usted encuentra en el 16:8 es la confusión de
estos hombres por su muerte y resurrección. El versículo 8 termina de esta manera:
“Salieron y huyeron de la tumba temblando en asombro, y no dijeron nada a nadie”,
estaban temerosos; esa parte simplemente no podían aceptarla su muerte y su
resurrección. Entonces, a partir de aquí, va a haber instrucción incluyendo su muerte y
resurrección, la cual fue la parte más dura de entender para ellos, aunque hubieron
muchas otras lecciones que les enseñó. Entonces, este milagro marca un momento muy,
muy importante en la cronología de la vida de nuestro Señor.
Quiero decir algo más. Creo que este milagro sirve como una ilustración de vista espiritual,
una ilustración de vista espiritual. Este es un enfoque secundario resistible al texto. Muy
bien, no lo estoy interpretando, simplemente lo voy a usar como una ilustración. Usted ya
escuchó la interpretación del texto. Pero una pregunta se queda en mi mente: ¿Por qué
en dos pasos? ¿Por qué un milagro en dos pasos? ¿Por qué no tocar al hombre, colocar la
saliva en el hombre y él ve? ¿Por qué dos etapas? Podría ser – no puedo ser dogmático
porque el texto no lo dice, pero podría ser que esta es la única ocasión en la que usted
tiene un milagro en dos etapas, encontrándose en el punto de quiebre en donde los
discípulos vieron algunas cosas, pero no veían todo claramente. ¿Por qué está aquí, y solo
Marcos lo tiene aquí y está aquí? Ellos creyeron, ellos se habían vuelto de la oscuridad y
caminaban en la luz, ellos salieron de la oscuridad a la luz, salieron de la muerte a la vida;
pero su capacidad para ver viene en etapas.
¿Acaso Marcos coloca esto aquí porque así es como nuestra vista espiritual viene en
etapas? Este es un milagro inolvidable. ¿También tenía la intención de ser una analogía
inolvidable, como el hombre cuya vista vino en etapas? ¿Y así también la vista espiritual
de los discípulos viene en etapas, gradualmente, más y más? Primero, no tiene enfoque, y
finalmente, eventualmente después de la cruz, y después de la resurrección se vuelve
clara, y lo ven perfectamente. Un escritor dice, y cito: “Como los hombres ciegos, los
discípulos tienen ojos, pero no pueden ver, y oídos, pero no pueden oír”, fin de la cita. Su
capacidad para ver tanto física como espiritualmente, dice él, son un regalo de Dios, no
una capacidad humana. No hay una pista aquí conforme su fe creció, su curación
progresó, su curación a partir de una vista que no funcionaba a la vista parcial y a la vista
completa, vino únicamente a partir del toque repetido de Jesús, ¿no es así como nos pasa
a nosotros? Comenzamos con un poco de vista, un poco más, y un poco más, hasta que
llegamos un día a la vista completa; esta es la obra de Dios a través de nuestro Señor,
mediante su Espíritu Santo.
Padre, gracias por la ilustración de esto. Pero ayúdanos a entender en donde quiera que
estemos en el viaje, a partir no de entendimiento a mal entendimiento, a entendimiento
perfecto. Pero ayúdanos a entender de donde estamos en el viaje, de no entender a
entender mal, a entender perfectamente. Es un camino que Tú debes proveer. Tu Palabra
es la luz, Tu Palabra es el camino, Tu Palabra expande nuestra visión. Nuestra visión es
imperfecta y está borrosa. Como los discípulos, ciertamente sería imperfecta, y estaría
borrosa si no entendiéramos el significado de la cruz y la resurrección; nadie puede ver
claramente hasta que han visto perfectamente la cruz y la resurrección; entonces todo es
claro.
Gracias por llevarnos al entendimiento completo de quién eres Tú, el entendimiento
completo de Tu vida, Tus milagros, Tu enseñanza, y más importante que eso, el
entendimiento completo de la cruz, y la resurrección en la cual entendemos todo. Y
después, Señor, después de que un entendimiento mayor viene a nosotros, conforme
abrazamos más de la gloria de Tu Palabra, llevándonos en mayor profundidad y mayor
amplitud a la esfera de la luz. Gracias por Tu verdad, inclusive en esta mañana. En el
nombre de Cristo. Amén.
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El principio inicial del discipulado


Escritura: Lucas 9:23
Código: 42–119
John MacArthur
Vayamos a Lucas 9. Todos y cada uno de los pasajes de las Escrituras vienen de Dios y son
ricos e instructivos, pero este que ahora analizamos lo es en particular. Los versículos del
23 al 26 expresan: «Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí
mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la
perderá; y todo el que pierda su vida por causa de Mí, éste la salvará. Pues ¿qué
aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo?
Porque el que se avergonzare de Mí y de Mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del
Hombre cuando venga en Su gloria, y en la del Padre, y de los santos ángeles».
Este es un pasaje breve, no tiene muchos versículos, ni siquiera muchas y abundantes
palabras, pero está en el corazón de las enseñanzas de Jesús. Es oro bíblico y puro. Es un
diamante de la verdad, claro y brillante. El tema es seguir a Jesús: «Si alguno quiere venir
en pos de Mí».
Este es un texto de cómo seguir a Jesús, cómo convertirse en cristiano, cómo ser salvo,
cómo ser redimido y nacido de nuevo. Es una enseñanza crucial. Hay algo que le
impresiona al inicio: Ir en pos de Jesús implica la autonegación. «Si alguno quiere venir en
pos de Mí, niéguese a sí mismo». El Evangelio es un llamado a la autonegación; no es un
llamado a la realización personal.
Esto pone al Evangelio verdadero en oposición al mensaje evangélico moderno, el cual se
basa en la realización personal y la ayuda propia. A Jesús se le ve a menudo como un genio
práctico. Usted frota la lámpara, Él da un salto afuera y dice: «Tendrás todo lo que
quieras». Usted le entrega su lista y Él cumple. Están aquellos dentro del evangelicalismo
quienes le dicen que Jesús quiere su bien y si usted no está bien, es que no ha reclamado
su sanidad. Jesús quiere verlo próspero y rico; si no lo es, es que no lo ha reclamado. Jesús
quiere verlo libre de deudas y si usted envía dinero suficiente a los televangelistas, en
virtud de su fe, usted se liberará a sí mismo del demonio de deuda, porque como se dice
frecuentemente, Jesús no quiere que usted tenga ningún problema o dificultad. Su
salvación es garantía de salud, riqueza, prosperidad y felicidad. El psicológico, hombre-
céntrico evangelista le dice que Jesús vino a darle paz y alegría. Jesús le hace un vendedor
mejor y le ayuda a dar más jonrones. Jesús realmente quiere hacerlo sentir mejor acerca
de sí mismo y quiere elevar su imagen propia y poner fin a sus pensamientos negativos.
Es interesante ver como esta tendencia ha llegado a la iglesia. La he observado a través de
los años. He vivido lo suficiente como para verla llegar. Esta tendencia arribó más
explícitamente a través del ministerio de Robert Schuller. Hace unos años atrás, él escribió
un libro nombrado Self-Esteem: The New Reformation. Yo revisé aquel libro, que apareció
en una publicación nacional. Yo hice la revisión porque pensé que era un punto crítico, era
una tentativa de una reforma nueva. Era una tentativa de reemplazar el Evangelio bíblico
por un Evangelio nuevo. Y funcionó. En aquel libro, Self-Esteem: The New Reformation,
Robert Schuller escribe; cito: «Es precisamente en este punto que la teología clásica ha
errado en su insistencia de que la teología sea “Dios-céntrica” y no “hombre-céntrica”»
([Waco, Tex.: Word, 1982], p. 64). Fin de la cita. Este es un comienzo iconoclasta. Lo
primero que tenemos que hacer es poner fi n a la teología clásica. Nosotros tenemos que
poner fin a la teología Dios-céntrica y reemplazarla con la teología hombre-céntrica. Esto
es bien descarado, pero fue exactamente lo que prosiguió.
Él escribió luego, y cito: «Dios diseñó este plan maestro alrededor de las necesidades más
profundas del ser humano: la dignidad propia, el respeto propio, el merecimiento propio,
el amor propio» (Ibíd., p. 71). Para Schuller, la perla de alto precio es el respeto propio y el
amor propio genuinos. Escribió además, y cito: «Si seguimos el plan de Dios tan fielmente
como podemos, nos sentiremos bien acerca de nosotros mismos» (Ibíd., p. 76). Este es el
mensaje del evangelicalismo, es el evangelio del siéntase bien. Siéntase bien acerca de
usted mismo.
Entonces, sigue diciendo, y cito: «Dios lo necesita a usted y a mí para ayudar a crear una
sociedad de personas que se estiman a sí mismas» (Ibíd., p. 79). Perdónenme si no me
uno. No concibo un grupo al que me gustaría unirme menos. Entonces, en este esfuerzo
por una reforma nueva, lo primero que tiene que hacer es anular lo clásico, Dios-céntrico,
la teología histórica y reemplazarlo por una teología hombre-céntrica, sicológica y de
autoestima, de este modo el obedecer toda la Biblia y el Evangelio conduce a ayudar a las
personas a sentirse mejor acerca de ellos mismos para cumplir sus sueños y sus
aspiraciones. Adelante dice, y cito: «El objetivo fundamental de Dios es transformarnos a
usted y a mí en personas seguras de sí mismas» (Ibíd., p. 80). Una cita más: «Una vez que
una persona cree que es un “pecador indigno” se siente inseguro de si puede realmente,
honestamente aceptar la gracia salvadora que Dios ofrece en Cristo» (Ibíd., p. 98).
Si quiere ser salvo en el Evangelio nuevo, no puede pensar de usted mismo que es un
pecador indigno. ¿Cuán distorsionado es esto? ¿Cuán contrario a la verdad? Sin embargo,
este es el Evangelio hombre-céntrico y de amor propio que tomó Bill Hybels, el discípulo
número uno de Robert Schuller, y lo transfirió hacia el movimiento buscador–amistoso
que ha absorbido el evangelicalismo. Es un tipo de narcisismo cuasi-cristiano, de amor
propio, característico de los falsos maestros.
De acuerdo con 2 Timoteo 3:1–2: «vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres
amadores de sí mismos». El cristianismo se ha convertido en un movimiento «obtén lo
que quieres» en lugar de un movimiento de «entrega». Se ha prostituido la intención
divina para el Evangelio. Se ha reemplazado la gloria de Dios por la satisfacción del
hombre. El abandonar tu vida para la honra de Cristo se ha reemplazado por Cristo te
honra. Todo está tergiversado y el Evangelio ya no está de moda. Hubo un santo de
muchos siglos atrás quien lo entendió bien. Esta es una oración que él escribió, y cito:
«Señor, superior y santo, humilde y manso, hacedme ver por la paradoja que el camino
bajo es el camino alto, que estar abajo es estar en lo alto, que el corazón roto es el
corazón sano, que el espíritu contrito es el espíritu con regocijo, que el alma arrepentida
es el alma victoriosa, que no tener nada es poseerlo todo, que soportar la cruz es llevar la
corona, que dar es recibir. Permitidme encontrar la luz en mi oscuridad, el gozo en mi
aflicción, vuestra gracia en mi pecado, las riquezas en mi pobreza, vuestra gloria en mi
valle, vuestra vida en mi muerte» (Arthur Bennett, ed., The Valley of Vision [Edimburgo:
Banner of Truth, 1975], oración introductoria).
¿Vuestra vida en mi muerte? Eso es el Evangelio verdadero. No se trata de exaltarme a mí,
se trata de matarme a mí. Jesús dijo: «Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí
mismo, tome su cruz cada día y sígame». Es la muerte del ego. Usted gana cuando pierde.
Usted vive cuando muere. Ése es el núcleo, el mensaje central del Evangelio. Esto es el
centro del discipulado. Lucas 9:23–25 no es un pasaje oscuro. No difiere de la enseñanza
usual de Jesús. Estos son principios que Él enseñó reiteradamente a través de Su
ministerio en contextos diferentes.
Déjeme mostrarle algo. Volvamos a Mateo 10:34. En los versículos anteriores, Jesús había
estado hablando acerca de confesarlo a Él como Señor y Salvador: «A cualquiera, pues,
que me confiese delante de los hombres Yo también le confesaré delante de Mi Padre que
está en los cielos» (v. 32). Entonces, en los versos del 34 al 36 dice: «No penséis que he
venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he
venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la
nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa».
Lo primero: si usted viene a Cristo, esto puede empeorar su familia, no mejorarla. Puede
transmitir un distanciamiento hacia su familia y otros, que usted nunca antes
experimentó. Pero es así si usted entrega su vida a Jesucristo. Habrá un abismo
intransitable entre usted y las personas de su familia que no entregan sus vidas a Cristo. El
versículo 37 dice: «El que ama a padre o madre más que a Mí, no es digno de Mí; el que
ama a hijo o hija más que a Mí, no es digno de Mí». Si usted no está dispuesto a correr el
riesgo de un distanciamiento permanente en su familia o pagar el precio de un trauma
mayor, el conflicto, el sufrimiento en su familia, usted ni siquiera es digno de ser Su
discípulo.
En el verso 38 Él dice: «y el que no toma su cruz y sigue en pos de Mí, no es digno de Mí».
La cruz se asociaba con algo en particular y sólo con eso: Era un instrumento de muerte,
de ejecución. Jesús está diciendo: «Si no estás dispuesto a sufrir conflictos familiares, no
eres digno de ser Mi discípulo. Si no estás dispuesto a padecer conflictos con el mundo al
punto que pudiera costarte la vida, no eres digno de Mí». El versículo 39 dice: «El que
halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de Mí, la hallará». El foco de Su
enseñanza es la pérdida de tu vida. Esta no es una teología hombre-céntrica; es teología
Cristo-céntrica. Usted debe estar dispuesto a dar todo a Cristo no importa lo que le
cueste.
Marcos 10 es otra ilustración de esta verdad que está absolutamente en el corazón de las
enseñanzas de Jesús. En Marcos 10:21, Jesús está hablando a un jerarca joven rico quien
quería la vida eterna. En el versículo 17 él le pregunta a Jesucristo cómo obtener la vida
eterna. Jesús le habla al respecto y finalmente confronta su pecado. Él no lo admitirá ni
renunciará a su propia justicia que es su peor pecado. Jesús lo confronta acerca de su
dinero, pero no está dispuesto a renunciar a su dinero. Él quiere a Jesús, quiere la vida
eterna, pero Jesús se asegura de hacerle saber que él tiene que desistir de su propia
justicia; tiene que reconocerse a sí mismo como indigno, miserable, pecador y tiene que
estar dispuesto a abandonar todas sus posesiones terrenales si Jesús le pide que lo haga.
Él no lo va a hacer.
El versículo 21: «Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda,
vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven,
sígueme». Jesús dijo: «El precio es estar dispuesta dejarlo todo. Yo pudiera no pedirlo,
pero podría. El precio es estar dispuesto». «Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste,
porque tenía muchas posesiones» (v. 22). Él prefirió su dinero y sus propiedades a Jesús.
Él no fue digno de ser Su discípulo. Si no estás dispuesto a estar separado de tu familia, si
no estás dispuesto a estar separado del mundo, si no estás dispuesto a estar separado de
los bienes materiales que posees, entonces Jesús no es tan valioso para usted. Debe ser
un principio de todo o nada.
Ahora, en Lucas 9:57–58 Jesús andaba por el camino con algunos de los que serían Sus
discípulos cuando «uno le dijo en el camino: Señor, Te seguiré adondequiera que vayas. Y
Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del
Hombre no tiene dónde recostar la cabeza». Jesús le está diciendo: «Nosotros no vamos al
más lujoso hotel; espero que esto no te afecte negativamente. Pero tienes que saber: Yo
no tengo ningún lugar dónde recostar Mi cabeza. Si me sigues, lo perderás todo. Ése es el
precio».
Jesús no dijo: «Oh perfecto, sígueme, serás feliz, serás saludable, rico, próspero y
exitoso». «Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a
mi padre» (v. 59). La implicación es que su padre ni siquiera estaba muerto. ¿Qué quiso
decir con «vaya y entierre a mi padre». ¿Significa ir al funeral? No, él quiere decir no hacer
nada hasta que obtenga su herencia. Él acababa de escuchar a Jesús decir que no iba a
tener nada si le seguía y Jesús no tenía nada que darle, por tanto él quiso haraganear en
casa hasta que pudiera empacar la fortuna en su bolso y entonces, seguir a Jesús. Él
también desapareció.
Jesús estableció el estándar de la abnegación total. En Lucas 14 encontramos que el
mensaje es siempre el mismo. En el 14:25 hay una gran multitud que acompaña a Jesús «y
volviéndose, les dijo: Si alguno viene a Mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e
hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser Mi discípulo»
(vv. 25–26). No es acerca de usted, no es acerca de su amor propio, es acerca de su
pecado, su desesperación y su necesidad de ver a Jesús tan inestimable y valioso como su
Salvador del pecado y de la muerte y del infierno, que usted voluntariamente lo dejaría
todo, aun si esto le costara su familia o su matrimonio. En el versículo 27 Jesús dice: «Y el
que no lleva su cruz y viene en pos de Mí, no puede ser Mi discípulo». No puede haber
algo más claro que esto.
En Lucas 17:33 Jesús dice: «Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la
pierda, la salvará». Es el mismo principio. Si usted trata de aferrarse a sus planes, su
agenda, su éxito y su autoestima… pierde. El apóstol Juan no dejó esta enseñanza central
de Jesús fuera de su Evangelio. En Juan 12:24 Jesús dice: «De cierto, de cierto os digo, que
si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho
fruto».
Si usted va a ser fructífero al seguir a Jesús, le costará la vida. «El que ama su vida, la
perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. Si alguno
me sirve, sígame» (vv. 25–26). El sendero que recorría era un sendero de persecución y
muerte. Entonces ¿quiere seguir a Jesús? Le costará absolutamente todo. Tal vez el Señor
no tome su vida, quizá no tome todo su dinero, quizá no tome su familia o su conyugue,
quizá no tome su trabajo, pero usted necesita estar dispuesto a renunciar a ellos, si esto
es lo que Él quiere. Usted necesita estar lo bastante desesperado para aceptar a Cristo sin
importar el precio.
Vayamos a Mateo 16 porque usted no puede entender toda la ilustración del pasaje de
Lucas sin compararlo con su pasaje paralelo que está en Mateo 16. Veamos el contexto, es
el momento del examen para los discípulos, sólo hay una pregunta en el examen: «Él les
dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy Yo?» (v. 15). Después de dos años de instrucción,
revelación, y milagros y señales y maravillas que Jesús había hecho, junto con todas Sus
enseñanzas, llegó el momento del examen final en la escuela de discipulado y aquella
pregunta fue: «¿quién decís que soy Yo?» Ellos respondieron bien. «Respondiendo Simón
Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús:
Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino Mi
Padre que está en los cielos» (vv. 16–17).
Los discípulos aceptaron la revelación de Dios, ellos habían visto lo que Dios había estado
revelando a través de Cristo y supieron que era la respuesta correcta. Ése es el punto
máximo de toda instrucción de discipulado. Ellos arribaron a la conclusión correcta acerca
de Jesucristo, lo cual es absolutamente necesario para la salvación. Jesús es el Cristo de
Dios, el Mesías de Dios, el Hijo de Dios, El Salvador de Dios, todo lo que el Antiguo
Testamento prometió, todo lo que Jesús afirmó es de hecho verdadero. Esa es la gran
confesión, la confesión suprema.
El Evangelio fue «escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que
creyendo, tengáis vida en Su Nombre» (Jn. 20:31). Ellos creyeron y tuvieron vida en Su
Nombre; este fue su gran momento de confesión. En respuesta a esta afirmación vienen
estas palabras a Pedro: «Y Yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca
edificaré Mi iglesia» (Mt. 16:18). Hay un contraste aquí: «Tú eres Pedro, tú eres una roca
pequeña, pero sobre este yacimiento de roca, yo edificaré Mi iglesia». ¿Cuál es el
yacimiento de roca? Es la confesión sobre quién es Jesús, la realidad de quién es Él. Jesús
dice: «edificaré Mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella» (v. 18). Las
puertas del hades simplemente representan la muerte. Satanás tiene el poder de la
muerte, Hebreos 2:14 dice que él ejerce el poder de la muerte en el mundo. Pero ni aun el
poder de la muerte de Satanás va a detener al Señor de formar Su iglesia. Esta es una nota
triunfante. Jesús está diciendo: «Has logrado la respuesta correcta para la pregunta,
pasaste el examen con la máxima calificación y les digo amigos que es en esta grande y
gloriosa realidad que Yo edificaré Mi iglesia y el gran poder de la muerte de Satanás no
prevalecerá contra ella».
Jesús añade: «Y a ti te daré las llaves del Reino de los cielos» (Mt. 16:19). En otras
palabras, ellos iban a abrir la puerta del Reino y permitir a las personas entrar. ¿Cómo?
Ellos van a proclamar el Evangelio. ¿Cómo entra al Reino de los cielos? ¿Cuál es la llave
que abre la puerta? Es el Evangelio. Por tanto, ellos iban a ser Sus predicadores del
Evangelio. Él dijo: «y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que
desatares en la tierra será desatado en los cielos» (v. 19). La atadura y la libertad era un
concepto rabínico antiguo. El rabino le diría a una persona que no se arrepintió: «Está
atado al pecado». Le diría a aquel que se arrepintió: «Eres libre del pecado porque Dios
perdona a quienes se arrepienten». Jesús les está diciendo a los apóstoles: «Ustedes
harán lo mismo. Ustedes abrirán el Reino con el Evangelio y le dirán a los pecadores que
no se arrepienten que están atados en su pecado. Ustedes serán mis representantes,
ustedes serán mis agentes autorizados en el mundo y ustedes llevarán las personas al
Reino». Pueden intuir el entusiasmo que brota de los discípulos: «Esto es, esto es lo que
hemos estado esperando los últimos dos años. Él es el Mesías, Él va a construir la iglesia y
nada lo detendrá. Nosotros seremos los que tendremos la autoridad para abrir y cerrar el
Reino, no la religión establecida del judaísmo, no los escribas y los sumos sacerdotes y los
ancianos. Nosotros seremos los preeminentes en el Reino».
Pero en un insólito planteamiento en el versículo 20 dice: «Entonces mandó a Sus
discípulos que a nadie dijesen que Él era Jesús el Cristo». Esto no tuvo sentido para ellos.
Justo se habían sentido elevados por la emoción de momento, en la realización de la
autoridad y en la invencibilidad de la iglesia y la divinidad de Jesús; ahora Él dice: «No le
digan a nadie». El verso 21 dice: «Desde entonces comenzó Jesús a declarar a Sus
discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los
principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día». ¡Qué
tristeza! Jesús está diciendo: «No le digan a nadie porque el plan para Mí no es tomar Mi
Reino ahora. El plan para Mí no es entrar en Mi gloria ahora. El plan para Mí es que los
líderes judíos me matarán». Eso tuvo que ser absolutamente demoledor para los
discípulos. Se habían exaltado por la realidad de que Él es el Mesías, que Él construiría la
iglesia, que ni siquiera el poder de la muerte prevalecería contra ella y que esta autoridad
se les delegaba. Ellos pudieron saborear el Reino. Pudieron sentir la gloria venidera. Usted
podría decir que pudieron sentir el calor de la shekiná. Salud, riqueza y prosperidad
estuvieron al doblar la esquina. Seguramente, Jesús destruiría a los líderes apóstatas del
judaísmo y ellos serían los líderes nuevos de Israel. Seguramente, destruiría al opresor
romano y a los paganos. Seguramente, Él sanaría todas enfermedades y proveería
alimentos como lo hizo cuando alimentó a las multitudes. Éste era el momento grande,
glorioso que todos ellos habían estado esperando por tanto tiempo.
Entonces, Jesús dice: «No digan nada, tengo que morir primero». El versículo 22 continúa
la narración: «Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo:
Señor, ten compasión de Ti; en ninguna manera esto Te acontezca». ¡Hablemos de tu
personalidad tipo A! Pedro reprende al Hijo del Dios viviente. Las palabras sencillamente
manan de su boca diciendo de hecho: «Ven acá, necesitamos hablar en privado. Tengo
que rectificarte. Eso no va a pasar; Tú no vas a morir; ése no es el plan». Entonces el
versículo 23 dice: «Pero Él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de Mí, Satanás!;
me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los
hombres». Pedro tenía una agenda hombre-céntrica. Este podría ser el lema para el
evangelicalismo moderno: tú no estás poniendo tu mente en los intereses de Dios, sino en
los del hombre.
La reprensión a Pedro es lo mismo que el evangelicalismo moderno necesita escuchar:
«Esto es todo acerca de usted. Es todo acerca de lo que usted quiere. Es todo acerca de la
gloria y el poder. Esto es todo acerca de la corona y el galardón y la autoridad. Usted no lo
obtuvo. El camino arriba es hacia abajo. Usted no va a obtener una corona sin una cruz».
En el verso 24 Jesús introduce el principio a Sus discípulos, los apóstoles y el resto de la
multitud: «Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz».
Lucas 9:23 añade: «cada día, y sígame».
Con esto, pasamos nuevamente a Lucas 9. Esta fue una experiencia chocante para los
apóstoles, considerando que llegaron a esta confesión gloriosa, pero se les dice que no
digan nada y entonces se les dice que Jesús va a morir. A esto se añaden estas palabras de
Jesús en Lucas 9:23: «Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su
cruz cada día, y sígame». Con ese planteamiento, Jesús presenta la paradoja del
discipulado.
Veamos el principio en el versículo 23. No es difícil determinar el principio. Es
sencillamente esto: si quiere seguir a Cristo, si quiere ser un cristiano, tienes que negarse
a sí mismo, tomar su cruz y seguirle. ¿Escuchó ese mensaje en el Evangelio moderno? ¿Lo
escuchó alguna vez? ¿Lo escuchó alguna vez en un mensaje dado por un predicador en
televisión o un evangelista? ¿Escuchó alguna vez a alguien ponerse de pie ante una
multitud y decir: «Si quieres ser cristiano mátate a ti mismo, niégate a ti mismo todas las
cosas que anhelas y ansías. Disponte a morir y sumisamente sométete en obediencia a
Jesucristo». Este mensaje no vende, no es una promoción inteligente. Pero resulta ser
exactamente la verdad.
¿Por tanto, qué quiere hacer? ¿Tener a alguien artificialmente convertido? Esa es la
manera popular. Darle a las personas la ilusión de que son salvos cuando no lo son, de
manera que un día cuando enfrenten a Cristo ellos van a decir: «Señor, Señor» y Él les
dirá: «Nunca os conocí; apartaos de Mí» (Mt. 7:22). El Evangelio tiene que ser el
Evangelio. El principio es: usted llega a su fin, si quiere seguir a Cristo. Es el fin de usted.
Usted no existe más. Pablo lo dijo de esta manera: «Porque para mí el vivir es Cristo, y el
morir es ganancia» (Fil. 1:21); «Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia» (4:12);
«Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea
que vivamos, o que muramos, del Señor somos» (Ro. 14:8). Ésa es la actitud. Los hombres
quieren la gloria, ellos quieren salud, ellos quieren riqueza, ellos quieren felicidad y
quieren todo lo que sus sentidos necesitan encontrar. Ellos quieren una vida sin dolor.
Ellos quieren la corona sin la cruz. Ellos quieren la ganancia sin la dolencia. Así piensa la
gente y ese no es el interés de Dios.
El autor de nuestra salvación, de acuerdo con Hebreos 2:10, se perfeccionó a través del
sufrimiento. Nosotros venimos a ser maduros cuando Dios nos lleva a través del crisol del
sufrimiento. Donde necesitamos sufrir primero es en la muerte de todas nuestras
esperanzas, todas nuestras ambiciones, todos nuestros deseos, todos nuestros anhelos,
todas las necesidades que son humanas.
Entonces, quiere ser cristiano, déjeme decirle que no es fácil. Usted había pensado que
era fácil por lo que escuchó: si quiere ser cristiano, sólo haga esta pequeña oración y será
un cristiano. Pero no es fácil. Mateo 7:13 es parte del Sermón del Monte y contiene estas
palabras conocidas: «Entrad por la puerta estrecha». Ante todo, para ser un cristiano,
usted va a pasar a través de una puerta estrecha. «Estrecha» significa aquí angosta. No
puede llevar nada a través de ella. Tiene que pasar por ella sin nada. Pero «ancha es la
puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición» (v. 13).
Hay una puerta religiosa ancha por la que la gente pasa con todo su equipaje, con todas
sus necesidades, con su amor propio en su sitio y con todos sus deseos de logro y de
satisfacción propia. Pero este camino no va al cielo; dice que va al cielo, pero termina en el
infierno. Y muchos van por ese camino. Sin embargo, «porque estrecha es la puerta, y
angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan» (v. 14). La idea es que
es difícil de encontrar.
Estoy de acuerdo con que es difícil de encontrar. Es especialmente difícil de encontrar hoy
día. Puede ir iglesia tras iglesia y nunca encontrarla. En Lucas 13:23, hay más elementos de
esta misma enseñanza: mientras Jesús pasaba de una ciudad y villa a otra en Su camino
hacia Jerusalén: «Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan?» Ésa era la
implicación de la enseñanza de Jesús. Si esta es una puerta tan estrecha y es tan difícil
encontrarla, la reacción natural es que parece que son sólo unos pocos los que se van a
salvar. Entonces Él les dijo: «Esforzaos [gr. agonizomai] a entrar por la puerta angosta;
porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán» (v. 24).
¿Por qué es tan difícil de encontrar y por qué es tan difícil de atravesar? Porque es muy
difícil negarse a sí mismo. La realidad reinante en los caídos es que el hombre es el amo de
su propia alma, el capitán de su propia fe, el monarca de su propio mundo y el rey de su
vida. Decirle que tiene que matarse a sí mismo, negarse a sí mismo, eso es muy difícil para
que él lo acepte. Usted predica un Evangelio que no incluye esa verdad y las personas
harán filas para salir del infierno al cielo. Usted comienza a predicar el verdadero
Evangelio que llama a la autonegación total y absoluta, al reconocimiento de que no tiene
nada por lo cual usted es digno, nada por lo cuál puede ser alabado y nada en usted que
se necesite para ser salvo y verá una respuesta diferente. Estar dispuesto a matar todo lo
que usted es —sus esperanzas, sus sueños y sus ambiciones— por causa de la perla, por
causa de Cristo, no es fácil. Es difícil, ante todo encontrar esa verdad y es aún más difícil
una vez que lo ha escuchado someterse a ello porque el hombre se adora a sí mismo. Él es
su propio Dios.
Lo que necesitamos decirle a las personas es: no venga a Cristo para sentirse bien acerca
de usted mismo. Jesús no necesita encontrar sus necesidades mundanas, terrenales, y
humanas. Él quiere que usted esté dispuesto a decir: «Yo abandonaré todo aquello que
creo que necesito por la causa de Cristo». Veamos Lucas 14:28–30: «Porque ¿quién de
vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si
tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después que haya puesto el cimiento, y
no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, diciendo: Este
hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar».
Si usted va a venir a Cristo, tiene que tomar en cuenta el costo. Tiene que hacerlo así
antes de pretender venir a Cristo. ¿Entiende que hay un precio que pagar? Sabemos que
el precio es: aborrecer a su padre y a su madre si es necesario, aborrecer su propia vida y
cargar su cruz. Ése es el precio. No debe haber nada en el mundo que usted valore lo
bastante como para perder a Cristo. Jesús entonces dice: «¿O qué rey, al marchar a la
guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil
al que viene contra él con veinte mil? Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le
envía una embajada y le pide condiciones de paz» (vv. 31–32). Usted necesita hacer la paz
con el enemigo si no puede conquistarlo, o por el contrario, asegurarse que ha conseguido
las tropas que necesita para ganar la batalla.
En otras palabras, Jesús está diciendo: «No vengas a Mí a menos que hayas aceptado
primero el precio». El precio es la autonegación, la autocrucifixión y la autosumisión. En el
versículo 33 Él establece el punto: «Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a
todo lo que posee, no puede ser Mi discípulo». Tiene que estar dispuesto a abandonarlo
todo. Usted no va a ser salvo por deshacerse de sus bienes terrenales, pero tiene que
estar dispuesto a dejarlo todo. Ésa es la medida de su devoción a la causa de Cristo.
Tendrá que negarse a sí mismo todos sus deseos mundanos, tendrá que negarse su
derecho mismo a la vida y entregará su vida si es necesario, para la causa de Jesucristo.
También se someterá a Su voluntad, siguiéndole a dondequiera que Él le pida ir. En Mateo
13:44–46 hay dos parábolas significativas que Jesús enseñó. Él dice que hubo un hombre
que encontró un tesoro oculto en un campo y él reconoció el valor del tesoro, por lo que
vendió todo lo que tenía para poder comprar ese campo. Entonces, dijo que había un
hombre que encontró una perla de gran valor y él vendió todo lo que tenía para comprar
esa perla. La venta de todo es la esencia de la salvación. Usted tiene que estar dispuesto a
abandonarlo todo, negarse a sí mismo y ofrecer su vida en términos de muerte, si es
necesario y en términos de obediencia en vida.
Ése es el mensaje del Evangelio. Por tanto, cuando predique el Evangelio, eso es lo que
tiene que decir. Usted dirá: «Pero las personas no van a comprar eso». Es cierto, las
personas no van a comprar eso, no a menos que el Espíritu de Dios esté trabajando en sus
corazones. El Espíritu de Dios tiene que hacer el trabajo de convencimiento, de despertar
al corazón muerto y de fe regeneradora. Pero el Evangelio es el único mensaje verdadero
conectado con el trabajo del Espíritu que producirá salvación real. No reinvente el
Evangelio según le convenga. Eso es lo que se hace hoy día. Si alguien desea venir en
busca de Él, usted tiene que creer en Jesús. Usted tiene que confesarlo como el Cristo, el
Hijo del Dios Viviente, Dios y Señor y Salvador. Entonces, será capaz de distanciarse de su
familia, en su matrimonio, un distanciamiento del mundo que puede costarle la vida y un
distanciamiento de sus ambiciones personales. Entonces, podrá someter toda su vida a
seguirle a Él y hacer lo que Él le pida.
Jesús dijo: «No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el Reino de los cielos, sino el
que hace la voluntad de Mi Padre» (Mt. 7:21). La voluntad del Padre es que usted se
someta al Hijo. Este es el Evangelio. Es un evangelio de autonegación. Es un evangelio de
autosacrificio y autosumisión. Niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, arriesgue su
vida por la causa de Cristo y sígale en el sentido de hacer lo que Él le pida. Si usted entrega
algo menor que esto como términos del Evangelio, quizá alguien lo reciba. Usted dice:
«Pero ¿qué pasa si no responden?» Ese no es el asunto. Está dentro del poder de Dios el
determinarlo. Su responsabilidad es comunicar la pureza del Evangelio.
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El progreso de la salvación
Escritura: Romanos 8:29–30

Código: 90–181
John MacArthur
Romanos capítulo 8. Y estamos viendo los versículos 28 al 30, como la sección en la que
estamos en este gran, gran capitulo. Hemos estado estudiándolo por unos cuantos meses,
y hemos estado discutiendo el hecho de que este capítulo nos asegura de que nuestra
salvación es eterna. Tantas personas se preguntan y debaten acerca del asunto, si usted
puede o no perder su salvación. Ha sido un tema que ha dividido al cristianismo entero en
dos lados. Como lo estábamos señalando la última vez, aquellos que se llaman a sí mismos
calvinistas, y aquellos que se llaman a sí mismos arminianos.
Y este ha sido un asunto serio en medio de la historia cristiana, y es triste porque el texto
de este capítulo es tan claro acerca del asunto de la seguridad de un creyente. De hecho,
estos tres versículos, versículos 28, 29 y 30 realmente resumen la afirmación más
poderosa de la seguridad en toda la Biblia. El versículo 28 dice:” Y sabemos que a los que
aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es a lo que conforme a su propósito
son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen
hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos
hermanos. Y a los que predestinó, a estos también llamó. Y a los que llamó, a estos
también justificó. Y a los que justificó, a estos también glorificó.”
Esto dicho de manera suave, es una porción monumental de las Escrituras. Y estos tres
versículos garantizan sin variación, sin lugar a dudas, y sin excepción, la gloria final de
todos aquellos que son salvos. Ahora señalamos en el versículo 28 que la palabra ‘bien’ se
refiere a la gloria final. Dios hace que todas cosas les ayudan a bien, en conjunto para
bien, bien siendo esa gloria eterna, la cual ha sido el tema de su discusión en el versículo
18. Ahora, esa gloria definitiva es predeterminada por Dios, y Dios desarrolla y se encarga
de que se cumpla. Todo eso en cierta manera se resume al final del versículo 28, en la
frase, ‘conforme a Su propósito’.
Dios hace que todas las cosas operen en conjunto para nuestra gloria eterna, porque eso
es lo que Él ha determinado que sea su propósito. Su propósito fue salvarnos de manera
definitiva. Estamos seguros para siempre, porque así es como Dios lo planeo. Y hemos
estado diciendo que el Hijo, mediante su intercesión sumo sacerdotal, la asegura, y el
Espíritu mediante Su intercesión la asegura. Ahora, al llegar a lo versículos 29 y 30,
comenzamos a leer la explicación de la frase ‘conforme a su propósito’. Toda su vida está
operando hacia su gloria eterna, si usted es un creyente. El Espíritu Santo está
intercediendo por usted, versículos 26 y 27.
El Señor Jesús, está intercediendo por usted, versículo 34. Él está a la diestra de Dios
intercediendo por nosotros. Y el Espíritu está intercediendo por nosotros, para que
seamos llevados a la gloria, y el Hijo está intercediendo por nosotros para que seamos
llevados a la gloria, porque ese es el propósito de Dios. Entonces, todo miembro de la
Trinidad está involucrado en cumplir el propósito divino, para que aquellos de nosotros
que creemos seamos llevados a la gloria. Ahora, al llegar a los versículos 29 y 30, ya hemos
hablado de algunos de los elementos en esta sección en particular, de las Escrituras.
Queremos en cierta manera, terminar esto en esta noche.
Y queremos hablar del pre conocimiento, predestinación en particular, y como eso nos
lleva a la promesa y la garantía de la gloria eterna. Conforme hablamos del pre
conocimiento, conforme hablamos de la predestinación, estas son verdades muy
profundas, y conforme tratamos de entenderlas con nuestras mentes limitadas, conforme
tratamos de entender el propósito de Dios, tenemos que recordar que estamos
embarcados en un viaje que nos lleva a una esfera de verdad, para la que no estamos
equipados de manera completa. En otras palabras, tenemos que reconocer desde un
principio que vamos a llegar a profundidades bastante profundas, y esto va más allá de
nuestro entendimiento.
De hecho, vamos a ir mas allá de nuestra capacidad para comprender, vamos a
embarcarnos en un viaje a la infinidad divina del propósito eterno, y no hay una búsqueda
más elevada que existe y tenemos limites, realmente, hasta donde podemos llegar. Ahora,
quiero que entienda algo desde el principio, es absolutamente imperativo que usted
entienda que cualquier limitación en esta doctrina, cualquier limitación en el
entendimiento de esta doctrina, no es la limitación de Dios, sino la suya. No es algo vago
para Dios, Él no está confundido en absoluto por ella, no es contradictorio para Él, Él
entiende de manera perfecta. La limitación no es de Dios, no es Su entendimiento ni Su
revelación las que están limitadas, la limitación es nuestra.
Entonces, cualquier intento de que acusemos de alguna manera a Dios de que sea no claro
o injusto, es una tentación para ser profanos. Es una tentación para ser blasfemos.
Cuestionar la sabiduría de Dios es pecaminoso. Cuestionar la justicia de Dios es
pecaminoso. Cuestionar el amor de Dios es pecaminoso. Lo único que necesitamos
cuestionar, es lo frágil que son nuestras mentes. Cualquier cuestionamiento de la
sabiduría de Dios, o su justicia, o amor, es ridículo. Él es perfectamente sabio,
perfectamente justo, perfectamente amoroso, y su plan está de acuerdo con todas esas
perfecciones. También quiero recordarle que usted no debe llegar a ninguna conclusión
antes de que usted realmente llegue al entendimiento completo de esta doctrina
increíble.
Voy a tratar de darle tanto como puedo darle, para llevarlo a donde usted puede llegar
intelectualmente con nuestras mentes finitas, como dije, tenemos límites. Pero usted no
debe darse por vencido demasiado rápido, hasta que usted haya entendido esta verdad
tremenda en el equilibrio que creo que es presentado en la Palabra de Dios. Debemos
creer exactamente lo que la Biblia dice, no más, no menos, y no diferente. Usted jamás
debe inclinarse ante algún concepto absurdo, al comenzar su afirmación diciendo, bueno
creo que así es como esto debe ser, o mi concepto de esto es este. Usted simplemente
debe venir humildemente a la mente infinita sagrada de Dios.
Y reconocer que usted únicamente puede entender tanto, como Él le ha revelado a usted,
inclusive eso, va a ser demandante para usted. La razón humana no es la corte en la que la
doctrina de la predestinación será juzgada. La lógica humana no es el juez que está
sentado ahí en el banco. El entendimiento humano no es un juzgado adecuado, ni siquiera
el entendimiento humano colectivo es un juzgado adecuado, para emitir una decisión con
respecto a la teoría de la predestinación. En ultimas, esta doctrina no puede ser
reconciliada con la razón humana, no puede ser reconciliada con la lógica humana en toda
su plenitud, y ciertamente no puede ser reconciliada con tendencias caídas.
El único momento, en el que usted va a llegar a encontrar paz al entender esta doctrina,
es cuando usted la acepta por la fe, entendiendo sus limitaciones. Las de usted. Ahora, la
verdad general dada por el Espíritu Santo mediante el escritor inspirado Pablo, es que Dios
hace que todas las cosas nos lleven a la gloria eterna, porque así es como Él lo planeó. El
versículo 31 dice, ‘Si Dios es por nosotros, quien contra nosotros.’ En otras palabras, si
Dios quien es el poder supremo del universo, está cumpliendo este plan, ¿quien puede
llegar a evitar que se cumpla? Respuesta: nadie. Estamos seguros eternamente, en el
propósito de Dios.
En Efesios capítulo 1 se nos recuerda, en el versículo 4, al final del versículo: ‘en amor’,
habiéndonos predestinado para ser adoptados como hijos mediante Jesucristo, para sí
mismo, según el beneplácito de Su voluntad. Versículo 9, ‘según su beneplácito, el cual Él
determinó en Cristo.’ Versículo 11, habiendo sido predestinados según Su propósito. Todo
se remonta a Su propósito. Todo se remonta al hecho de que Dios es Soberano, Dios está
en el trono. 2 Tesalonicenses 2:13 “Dios os ha escogido a vosotros desde el principio para
salvación.” 2 Timoteo 1:9 “Nos salvó, nos llamó, con llamamiento santo, no según
nuestras propias obras, sino según su propio propósito.”
Ahí está de nuevo, todo esto está encerrado en el consejo eterno de Dios, que Él mismo
determinó desde antes que el mundo comenzara. Y esa es la razón, por la que como le
dije la última vez, Juan 1:12 dice: “que hemos llegado a ser hijos de Dios, no por la
voluntad de la carne, no por la voluntad del hombre, sino de Dios.” Diciéndolo,
afirmándolo de manera simple, la salvación no ocurre por lo que usted decide. La
salvación ocurre por lo que Dios ya ha decidido, todo está encerrado en Su propósito
eterno. Y gran parte del evangelismo moderno en la actualidad, no entiende esto. Gran
parte del evangelismo moderno, deja a la gente con la idea de que de alguna manera su
destino eterno está basado en una decisión que ellos toman.
Las Escrituras francamente, tienen un énfasis bastante diferente. En primer lugar, un
hombre no regenerado está muerto en delitos y pecados y es totalmente incapaz de
responder al evangelio. El dios de este siglo ha cegado su mente, él es ignorante, él está
cautivo al pecado, a tal grado que según 1 Corintios 2:14 dice: ‘el hombre natural, (este es
un hombre no convertido) no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son
locura y no las puede entender. No puede. Por sí mismo, él no puede tomar esa decisión.
Es imposible.
En Juan capítulo 8, en el versículo 43, Jesús dice algo que creo que es muy importante, Él
dice: ¿Por qué no entienden lo que estoy diciendo? (a los judíos que le estaban
escuchando), es porque no pueden oír mis palabras. No pueden.
‘Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Y
cuando él habla mentira, él habla de su propia naturaleza. Él es mentiroso y padre de
mentiras, pero debido a que les hablo la verdad, no me creéis.’ No pueden. Ustedes
pertenecen a Satanás, sus mentes están cegadas, están muertos en pecado, son esclavos a
la iniquidad, son hombres naturales que no pueden entender las cosas de Dios. No puedes
tomar esa decisión por ti mismo, es imposible. Esto tiene que ser iniciado por Dios. Juan,
capítulo 6, si usted retrocede tan solo un poco, y esto es muy conocido, entonces no voy a
pasar mucho tiempo aquí.
Juan 6, versículo 44, ‘Ninguno puede venir a mí, (Jesús dijo) a menos de que el Padre que
me envió le trajere.’ Ninguno puede venir a mí si el Padre que me envió no le trajere, y yo
le resucitaré en el día postrero. Esa es la misma promesa, usted no puede ser salvo, usted
no puede tomar una “decisión” (entre comillas) por Cristo, a menos de que el Padre lo
traiga a usted. Y a todo aquél a quien el Padre trae, Cristo lo va a resucitar para la gloria
eterna. Nadie se pierde a la mitad. Este es el plan y el propósito de Dios desarrollándose
en la historia redentora. En el séptimo versículo de Romanos 8, dice ‘la mente (esta es la
persona no regenerada, de nuevo) la mente concentrada en la carne es hostil hacia Dios, y
no se sujeta a sí misma a la ley de Dios, porque ni siquiera puede hacerlo.
Aquellos que están en la carne no pueden agradar a Dios. Como puede ver, cuando usted
habla de la depravación humana, hablamos mucho de lo que la depravación humana es, la
depravación humana, la depravación pecaminosa, no significa que todo mundo es tan
miserable como puede serlo. Algunas personas básicamente, humanamente hablando,
son mejores que otras, son más morales, más amorosas, más amables, hay más bondad
en sus vidas y cosas como esas, no todo el mundo es tan malo como puede ser. Pero la
doctrina de la depravación total, la depravación humana, el estado caído, no quiere decir
que todo mundo es tan miserable como puede serlo, sino que todo mundo es totalmente
incapaz de hacer algo para cambiar su condición pecaminosa.
Nadie va a venir y tomar una decisión por Cristo a menos de que Dios los atraiga, eso es
esencial. El hombre no puede dar un paso hacia Cristo, hasta que Dios lo mueve en esa
dirección, en línea con su propósito eterno. Entonces, este pasaje basa la seguridad de
nuestra salvación no en lo que hemos decidido o decidiremos en el futuro, sino en lo que
Dios decidió hace mucho tiempo atrás, en el pasado, antes de que el mundo comenzara. Y
debido a que la salvación es su plan, y su propósito, en ultimas, por el amor de su Hijo,
para que Él le dé una novia a Su Hijo, debido a que Dios escogió en salvar a algunos de la
raza humana, para que fueran una novia para Su Hijo, Él es el que lo determinó, y Él es el
que promete cumplirlo.
Es su plan, es su propósito, y será cumplido por su voluntad y su poder. Respondemos por
fe, al impulso del Espíritu de Dios, eso es verdad, pero es Su propósito. Ahora regresemos
a Romanos capítulo 8. Y con eso en mente, simplemente algunos elementos básicos para
entender esto, vayamos al versículo 29. Hablamos del propósito de la salvación, hablamos
de eso la última vez, únicamente lo voy a mencionar brevemente. El propósito de la
salvación, según el versículo 29, de Romanos 8, es este: en primer lugar, que seamos
conformados a la imagen de Su Hijo. Eso es que, el propósito de la salvación, desde el plan
inicial de Dios, al final del versículo 28, ‘conforme a su propósito’.
¿Y cuál es su propósito? Que seamos conformados a la imagen de Su Hijo. Él quiso darle,
como dije, una novia a Su Hijo, pero Él quiso darle a Su Hijo esta humanidad redimida, que
pudiera reflejar su gloria, que, de alguna manera, sea conformada a Él. Hablamos de eso la
última vez, fuimos salvos en esperanza y algún día seremos conformados a la imagen de
Cristo, Filipenses 3:21. Tendremos el mismo cuerpo gloriosos que Él tuvo en su
resurrección, seremos hechos como Él. De tal manera que el plan de Dios, desde la
eternidad pasada no fue que iniciáramos, sino que termináramos. Esa es la razón por la
que con frecuencia oímos la pequeña expresión, el Señor no ha terminado conmigo aún.
Él nos está llevando a lo largo de la justificación, y después hasta la glorificación. Y
entonces, el primer aspecto del propósito de Dios es indicado, que seamos conformados a
la imagen de Su Hijo. El segundo aspecto de este propósito es, para que Él, el Hijo, sea el
primogénito, el primordial, el prōtotokos entre muchos que son como Él. Él quiso crear
una comunión, Él quiso crear una hermandad, Él quiso crear a una humanidad entera
redimida, que sería hecha como Jesucristo, para que Él fuera el primordial, uno entre
muchos que se reflejara su gloria, para que la gloria del Hijo fuera el objetivo de la
adoración de la humanidad redimida. Entonces hablamos del propósito, y ese es
básicamente el propósito.
Y eso es simplemente un repaso breve. En esta noche quiero hablar del progreso, el
progreso. Esto es muy, muy importante. Regresamos al versículo 29 y al 30, para el
progreso.
Conocemos el propósito, Dios determinó desde antes de que el mundo comenzara, desde
antes de la fundación de la tierra, que Él salvaría a algunos a partir de la raza humana,
para que fueran llevados al cielo, para que recibieran la imagen misma de Jesucristo, para
que fueran tanto como Él, como la humanidad glorificada puede ser como la deidad
encarnada, tanto como puede ser así. Para que fueran como Él, para que Él fuera el
primordial entre muchos hermanos que pasaran para siempre sirviéndolo, honrándolo,
exaltándolo, y glorificándolo.
En otras palabras, fuimos salvos por causa de Cristo y no por nuestra causa. Hay algunos
beneficios secundarios para nosotros, maravillosos, pero el propósito definitivo fue su
gloria.
Ahora veamos como el plan se desarrolló en los versículos 29 y 30. Comienza a principio
del versículo 29. “Porque a los que antes conoció, también los predestinó”. Ahora
versículo 30, “Y a los que predestinó, a estos también llamó, y a los que llamó a estos
también justificó. Y a los que justificó a estos también glorificó.” Ahí está la progresión.
Vimos el propósito de la salvación, aquí está el progreso de la salvación. Y Pablo bosqueja
el propósito eterno de Dios, que se está desarrollando en cinco pasos.
Pre-conocimiento, predestinación, llamado, justificación y glorificación. Es muy, muy
importante que entendamos estos, porque ahora usted va a poder entender el progreso
del propósito salvador de Dios desarrollándose. Tomemos el paso uno: ‘porque a los que
antes conoció’, pre-conocimiento. Pre-conocimiento es el primero, este es el primero
porque es el más elemental de estos pasos. Esto quiere decir que es el primero. Es el
inicial, es el más esencial. El propósito de la salvación, el propósito de traer a hombres y a
mujeres a la gloria eterna es que puedan manifestar la imagen de Cristo, es determinado
inicialmente en pre-conocimiento. Ahora, ¿Qué significa eso?
Cuando usted oye la palabra pre-conocimiento, ¿en qué piensa usted? ¿Qué significa eso?
Bueno, permítame darle algunas opciones. Algunas personas creen que significa ‘ver por
adelantado’, ‘pre-visión’, significa que Dios, esto es para algunas personas un gran escape
de la carga de la doctrina de la predestinación. Y quieren decir, bueno, esto es pre-visión.
Dios debido a que Él es Dios, y conoce todo, pasado, presente, y futuro, puede ver a lo
largo de la historia lo que todavía no ha sucedido y ver quien iba a creer, y Él podía ver
quien iba a decidir por Cristo, y quien no iba a decidir. Y una vez que Él vio a lo largo de la
historia y vio lo que todos nosotros íbamos a hacer, entonces Él predestinó a aquellos a
quienes Él vio que iban a creer y ser salvos, en base a lo que Él vio que ellos iban a hacer.
Bueno, admito, es verdad, Él puede ver la historia antes de que suceda, Él puede escribirla
antes de que suceda, y lo hace. Él conoce todo. El problema con esa doctrina es un
problema muy serio. Y es este, el hombre impío e ignorante, ciego, incapaz de entender la
verdad, incapaz de entender el evangelio, incapaz de comprender a Dios, incapaz de
superar su iniquidad, quien odia a Dios, es el enemigo de Dios, ama su impiedad, está
muerto en delitos y pecados, no puede tomar la decisión por Cristo. Eso es lo primero que
tenemos que reconocer. En segundo lugar, aún si usted estuviera de acuerdo con que Dios
simplemente vio lo que la gente iba a hacer, usted realmente no salva a Dios de alguna
injusticia imaginaria.
Porque aún usted tiene que hacer la pregunta, si Él supo eso, y si Él supo que la gente iba
a escoger en contra de Él e irse al infierno para siempre ¿por qué los creó? Y si usted dice
que Él no tuvo poder alguno, si ellos fueron creados o no, usted realmente tiene un
problema porque ahora usted tiene un dios que es menos que soberano, usted tiene un
dios que no es el rey del universo, y él no está en control. Y ese no es el Dios de la Biblia.
Después usted tiene que hacer la pregunta, muy bien, si Él tan solo ve a lo largo del
camino y ve algunas personas creer y algunas personas que no creen, usted tiene que
hacer la pregunta, ¿de dónde vino su fe? ¿es natural para un pecador, no regenerado,
impío, ciego, sin esperanza, sin capacidad en sí mismo, de pronto ejercer fe salvadora en
Jesucristo?
No, no es natural. Es imposible, ¿verdad? Es absolutamente imposible, no puede suceder,
no lo puede hacer. Digo, la terminología es: muerto en delitos y pecados. No puede
entender las cosas de Dios, cegado, ignorante, sin esperanza, desesperadamente impío,
sin conocimiento de Dios en ellos, aman las tinieblas. No hay manera en la que esto podría
significar pre-visión.
Dios tiene pre-visión, y ve aquellos, escuche esto, Él ve aquellos que van a tener fe, pero
es la fe que Él mismo concede, que Él ve por adelantado. Pero eso no es lo que la palabra
pre-conocimiento significa. Digo, Él sabe. Claro que Él sabe, porque Él sabe todo, pero hay
algo preliminar a esa información.
¿Sabe usted lo que dice en Juan 3:3? No puedes entrar en mi Reino. Nicodemo, un
hombre no puede entrar en el reino de Dios, a menos que, ¿qué? nazca de nuevo. ¿Cómo
va usted a producir eso? ¿Cómo va usted a hacer eso? El profeta dice, ¿cambiará el
leopardo sus manchas? No puede ser hecho. Usted no lo puede hacer. ‘Ninguno puede
venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere’. Es imposible. Filipenses 1:29. “Porque a
vosotros” (esto es tan bueno) “Porque a vosotros os ha sido concedido por causa de
Cristo, no solo que creáis en Él, sino que también que padezcáis por Él.” Escuche ese
versículo. Dios le concedió a usted el privilegio de creer por causa de Cristo, para la gloria
de Cristo, para el honor eterno de Cristo.
Él le permitió que usted creyera. Usted no puede creer fuera de eso. Usted que está
muerto en delitos y pecados. Bueno, si no significa pre-visión, ¿qué significa? Bueno,
algunas personas sugieren que significa pre-ordenado. Simplemente significa, que Él
simplemente decreta. Que Él simplemente dice: decreto que tal y tal va a ser salvo.
Bueno, eso es verdad. Dice en 1 Pedro 1, versículo 1: ‘elegidos según la presciencia de
Dios Padre.’ Algunas personas creen que eso simplemente significa, que Él simplemente
pre-ordenó. Pero hay más en ese concepto que eso. Contiene ese concepto, en la doctrina
de la predestinación contiene ese concepto, aunque hay más que eso en la palabra
presciencia o pre-conocimiento.
Únicamente estoy pensando en la palabra pre-conocimiento, también aparece en 1 Pedro
1, versículo 20, Cristo fue conocido de antemano, antes de la fundación del mundo.
Hechos 2:23 dice que Cristo fue a la cruz, escuche esto, por el determinado consejo y
anticipado conocimiento de Dios. Ese es un versículo muy importante, Hechos 2:23.
Consejo es boulé, es usado en el griego clásico para concilios que toman decisiones, esta
es una decisión para un curso pre-decidido de acción. El consejo determinado de Dios,
significa que Dios determinó el curso de acción. Determinado es un participio perfecto,
habla de una acción completada con resultados continuos.
Literalmente la palabra es horizó, de la cual obtenemos ‘horizonte’, la cual habla de limites
o fronteras que son establecidos, Dios entonces pre-decidió un curso de acción y delineó
las fronteras de esa acción. Esto es el consejo determinado y anticipado conocimiento.
Anticipado conocimiento significa en ese pasaje, debido a una regla griega antigua que
algunos de ustedes conocen, la regla de Granville Sharp, anticipado conocimiento en el
pasaje de Hechos 2:23 significa lo mismo. Entonces, anticipado conocimiento significa
determinado consejo. Ese pasaje es muy importante para llegar a esa convicción.
Anticipado conocimiento no significa tan solo que Dios sabe lo que va a suceder, es
consejo predeterminado.
Es un curso de acción pre-decidido con los límites y fronteras delineados. Eso equivale a
pre-conocimiento. Entonces, definitivamente tiene el aspecto de pre-ordenar ahí, pero
eso no dice lo suficiente, eso no dice lo suficiente. Es verdad que en la predestinación Dios
en su omnisciencia puede ver a lo largo de la historia, y es verdad que Dios en su pre-
conocimiento a pre-determinado y pre-ordenado el flujo de lo que va a suceder. Pero hay
otro componente en esto que quiero señalarle y es este. El concepto de pre-conocimiento
abraza la idea, incluye la idea de una predeterminación, no solo de tomar un curso de
acción, sino de tomar un curso de acción motivado por amor.
Motivado por amor, y esto es muy, muy importante. Es predeterminar una expresión de
amor. Dios estaba predeterminado inclusive al preconocer a Cristo, como vimos, una
expresión de amor hacia Cristo, la cual llevaría, o traería a Cristo gran gloria para siempre,
a través de la redención. Es una relación de amor predeterminada, pre-ordenada,
prevista, nacida en el propósito eterno de Dios. Y quiero mostrarle eso.
A lo largo de las Escrituras el concepto de conocer es más que información. Si usted
regresa en el Antiguo Testamento, usted no necesita seguirme, únicamente voy a citarle
estas cosas porque tengo un par de ellas aquí. En Amós, capitulo 3, esta es una afirmación
muy muy simple, pero en Amós 3:2 escuche lo que dice, Dios hablándole a Israel. “A
vosotros solo (literalmente) he conocido”. A vosotros solos he conocido de todas las
familias de la tierra. Ahora eso significa que las familias de la tierra, de todas las familias
de la tierra, ¿ellos son los únicos de los que Él sabe algo? No. No es información aquí. Es
predeterminación. De hecho, una versión traduce la palabra conocer aquí, como
‘escogido’.
Entonces, ahí está ese aspecto de pre-ordenación, pero detrás de la idea de conocer hay
una verdad muy íntima. Por ejemplo, si usted regresa hasta el libro de Génesis y dice, Caín
conoció a su esposa. Ahora, eso significa más que él sabía quién era ella o donde estaba o
como ella era, porque lo sigue al decir, conoció Caín a su esposa y ella dio a luz un hijo.
La palabra conocer en cierta manera es usada como un eufemismo en las Escrituras, para
expresar la más íntimas de las expresiones de amor. Y José, usted recordará, en el Nuevo
Testamento fue conmovido cuando María estuvo embarazada, porque él nunca la había
conocido.
Él nunca la había conocido, el concepto de conocer entonces conlleva ese amor hermoso,
intimo que une a dos personas. Tiene la idea de preocuparse por alguien. En Oseas, por
ejemplo, 13:5 ‘te conocí en el desierto, en la tierra de sequía’. Y una traducción la traduce,
cuidé de ti. Pero es la palabra ‘conocer’, te conocí. Hay una expresión maravillosa, intima
en la palabra conocer. Esto es verdad en el Nuevo Testamento. Podría mostrarle otros en
el Antiguo. Pero escuche 1 Corintios 8:3, “pero si alguno ama a Dios, él es conocido por
Él.” Ahora, desde un punto de vista de conocimiento, usted no tiene que amar a Dios para
ser información en su mente infinita, Él conoce a toda persona sobre la faz de la tierra.
Pero aquí está conocer en un sentido íntimo. Si alguno ama a Dios, él es conocido por Él,
en el sentido de una relación de amor íntima. Usted recuerda en Mateo, capitulo 7,
“muchos me dirán Señor, Señor, y entonces les diré, apartaos de mí, nunca (¿qué?) nunca
os conocí”.
¿Acaso Él quiere decir, no sé quiénes son, o nunca he oído de ustedes, de dónde vinieron,
ustedes no están en la lista? No, Él quiere decir, yo no tengo ninguna relación íntima con
ustedes. Yo no tengo ninguna relación de amor con ustedes. No les pertenezco a ustedes,
y ustedes no me pertenecen a mí. Gálatas 4:9, ‘ahora que habéis llegado a conocer a
Dios’. Me encanta esto, o más bien, haber sido llegados a ser conocidos por Dios.
Cuando usted se convierte en cristiano, usted llega a ser conocido por Dios, no como
información, sino en intimidad. Juan 10:14, ‘mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco’. Es
un concepto absolutamente hermoso, un concepto hermoso. Inclusive en la actualidad, en
una especie de manera perversa usted tiene la expresión, conocimiento carnal. Lo cual
realmente viene de aquí, para expresar una intimidad carnal. En 2 Timoteo 2:19 dice, ‘el
Señor conoce a los que son de Él.’ El Señor conoce a los que son de Él. Entonces de
regreso a Romanos capítulo 8.
Cuando usted ve la frase ‘antes conoció’ ahí, claro que hay un elemento de pre-
ordenación ahí. Y claro que hay un elemento de previsión, conforme Dios puede ver a lo
largo del camino. Pero también hay un amor predeterminado ahí. Dios pre-ordena,
predetermina amar a cierta persona. Una relación de amor predeterminada, prevista,
nacida en el propósito eterno de Dios. Esos son a los que antes conoció. Él llegaría a
conocerlos. Esa es la razón por la que ‘antes’ está ahí. No había sucedido aún, Él los
conoció de antemano. Él llegaría a una relación íntima con ellos, en un punto de la historia
redentora. Entonces lo que usted tiene es esto, Dios tiene un propósito, y ese propósito es
expresar su amor a pecadores.
El predetermina en base al deseo de expresar su amor a pecadores, y a esos pecadores el
los pre-ordena a la salvación, quienes serán los destinatarios de su intimidad eterna, su
amor eterno, y el de Su Hijo. La segunda palabra entonces en el versículo 30, de hecho, en
el versículo 29, ‘a los que antes conoció Él también predestinó’, ahí en el versículo 30, ‘y a
los que predestinó’. Entonces comienza con esta pre-ordenación, previsión, pre-amor,
este es el paso uno, ese es el elemento de inicio. Esas personas a las que Él pre-ordenó
para tener una relación de amor, para tener una relación de intimidad amorosa, a ellos Él
los predestinó, proorizó, ‘marcar’, marcar.
Él los marcó, escribió sus nombres, aquellos a quienes Él predeterminó amar, a ellos Él los
predestinó, Efesios 1:5 como lo leí hace un momento, los predestinó para ser adoptados
como hijos suyos, mediante Jesucristo, para sí mismo. Según el beneplácito de su
voluntad. El amor de Dios por el Hijo hizo que nos escogiera. El amor maravilloso de Dios
por nosotros hizo que nos escogiera. Apocalipsis 13:8 dice, cuyos nombres no habían sido
escritos desde la fundación del mundo, en el libro de la vida del Cordero que ha sido
inmolado. Lo mismo en Apocalipsis 17, Él nos marcó al escribirnos en su libro desde antes
de que el mundo comenzara. El comenzó con una predeterminación a amarnos, y en base
a eso nos seleccionó, nos marcó.
Hombre, que verdad tan tremenda es esa. En Hechos 4 dice que Dios hará lo que su mano
y propósito predestinó que ocurrieran. Hechos 4:28. Lo que Él predestina que ocurre,
sucederá.
Después usted llega a una tercera palabra, y esa es la palabra ‘llamó’. Eso está en el
versículo 30. A los que predestinó a estos también llamó. Y con este elemento, este es
muy importante, con este elemento pasamos de la eternidad pasada al tiempo presente.
En la eternidad pasada Él predeterminó y pre-ordenó amar, y marcó a los objetos de ese
amor pre-ordenador. Ahora llegamos al tiempo. Y en el tiempo, Él activa su plan pre-
ordenado, predestinado, al llamarnos. Ahora esto es central, hay cinco de estos términos
aquí.
Dos preceden al llamado y dos lo siguen. Ahora, esto en cierta manera, esta es la verdad
central. Como lo estudiamos en el versículo 28, regrese al versículo 28, ‘Y sabemos que a
los que aman a Dios, o Dios hace que todas las cosas operen en conjunto para el bien de
aquellos que aman a Dios, a los que conforme a su propósito son llamados. Los llamados.
Ahora, quiero apresurarme para recordarle que este es un llamado interno, no un llamado
externo. Esto no significa toda la gente que oyeron algún predicador, o que oyeron algún
evangelista. Este es un llamado interno, este es el llamado salvador, redentor, esto es Juan
6:44. Esto es el Padre atrayendo. Es un llamado salvador, redentor, y es realizado en el
tiempo y es realizado a través de la predicación del evangelio, pero por el Espíritu de Dios.
Entonces Dios predeterminó, y pre-ordenó establecer su amor sobre algunos hombres y
mujeres, marcó específicamente quienes serían, eso es predestinación. Después en el
tiempo, Él nos llamó. Él nos llamó para ser suyos. Él nos llamó para ser apartados, santos.
Romanos 1:7, Él nos llamó a ser santos, eso es apartados para la santidad. En el versículo
11 de Romanos 9, dice hablando de Jacob y Esaú, los gemelos no habían aún nacido, ni
habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios, conforme a la elección
permaneciese, no por las obras, sino por aquel que ¿qué? que llama. Antes de que
nacieran Dios determinó a quien llamaría Él.
El primer capítulo, de nuevo, 2 Timoteo, “Nos salvó (¿cómo?) al llamarnos con un
llamamiento santo”. Cada vez que usted ve un llamado en las Epístolas del Nuevo
Testamento, muy bien las Epístolas, no los evangelios necesariamente, sino las epístolas,
siempre significa un llamado interno, salvador. 1 Pedro 1:15, “sino como Aquel que os
llamó es santo, sed vosotros santos”. Dice usted, bueno ¿qué es este llamado? ¿qué
quieres decir? Es cuando el Padre lo atrae a usted. 1 Pedro 2:9, habla de las virtudes de
Aquel que os llamó de las tinieblas a Su luz admirable. Él comenzó a moverse en su
corazón oscurecido. Él comenzó a moverse en su mente oscura. Él comenzó a moverse en
su estado de mortandad espiritual.
Y comenzó a despertar y avivar, y a darle entendimiento. El espíritu de Dios comenzó a
moverse, y usted comenzó a sentir la convicción de pecado. Y cuando usted oyó el
evangelio, la verdad del evangelio, comenzó a ser entendida en su mente. Y eso es todo, el
llamado de Dios conforme Él comienza a mover, a moverlo a usted de la muerte a la vida,
y de la ignorancia a la verdad, y de las tinieblas a la luz. El primer versículo de Efesios 4
dice que debemos andar de una manera digna del llamado con que hemos sido llamados.
Hemos sido llamados a Dios, ¿cómo viene este llamado? Gálatas 1:6 y 15 dice, viene por
gracia.
2 Tesalonicenses 2:13–14 dice que viene mediante el evangelio.
Dios los ha escogido a vosotros desde el principio. Después, versículo 14, y fue para eso
que Él los llamó a través de nuestro evangelio, para que adquirierais, ganareis, la gloria. El
evangelio vino, y por el evangelio, el despertó su corazón, y usted oyó, y usted creyó, y se
arrepintió para que usted pueda ganar la gloria. Usted no va a caerse por las grietas, entre
ese momento y la gloria eterna. La doctrina de que usted puede perder su salvación es
una aberración aterradora de las Escrituras, que se rehúsa a recibir la instrucción clara de
las páginas de la Palabra de Dios. Dios viene, Él despierta su vida muerta, ilumina su
oscuridad, moviéndose conforme el Espíritu de Dios viene, en Juan 16, y convence al
mundo de pecado, justicia y de juicio.
Usted siente el peso del pecado, la carga del pecado, el dolor del aislamiento, y la
separación de Dios. Y todo eso es la obra que despierta, y viene al oír el evangelio. Pablo
dice, soy mensajero y predico el evangelio, para que los elegidos de Dios puedan oír y
creer. Tito 1.
No es mi trabajo llamar a la gente, no puedo hacer eso. Mi trabajo simplemente consiste
en presentar la verdad del evangelio, porque la fe viene al oír la Palabra. El llamado de
Dios ocurre en un contexto de un entendimiento del evangelio. Usted podría oírlo de un
predicador, usted podría oírlo de un maestro, podría leerlo en un libro, podría leerlo de las
páginas de las Escrituras, a partir del testimonio de un amigo o un miembro de familia.
Pero la convicción de pecado y el deseo por la justicia, y una comprensión del perdón y el
entendimiento de la muerte y resurrección de Jesucristo. Cuando el corazón responde a
todo eso, ese es el llamado de Dios. A quien Él predeterminó y pre-ordenó amar
eternamente, Él marcó como predestinados, para que fueran hasta la gloria y fueran
conformados a la imagen de Jesucristo. Ese fue el plan antes de que el tiempo comenzara.
Después en el tiempo, Él ha estado llamando, llamando, llamando, y llamando. Y a todos a
los que Él ha ordenado que oigan el llamado y crean, y después viene el cuarto gran
termino. No necesitamos pasar mucho tiempo en este, aunque podríamos pasar años en
este.
Y a los que llamó, a estos también justificó, justificó. Esto simplemente significa, declarar a
alguien justo. Es un término legal. Es un término legal. Es un término de posición delante
de la barra de Dios. Le recuerdo que usted no es justo, y yo no soy justo. Yo soy como
Pablo, miserable de mí, el primero de los pecadores. Yo peco, fracaso, me quedo corto, no
amo a Dios de manera perfecta con todo mi corazón, mente, alma y fuerzas todo el
tiempo. O a mi prójimo como a mí mismo. No cumplo la ley de Dios de manera perfecta.
Yo fracaso, caigo, tropiezo. No obstante, estoy justificado. Esto simplemente significa que
Dios me ha declarado justo, justo. Significa recto, justo significa recto.
Dice usted, ¿cómo es que llegaste a ser declarado justo? Porque Dios me llamó, y vine y
creí, conforme Él impulsó mi corazón. Las Escrituras dicen, el me dio la justicia de Cristo.
Filipenses 3, Pablo dice, ahora tengo una justicia que no es mía, propia, Filipenses 3:9,
derivada por guardar la ley, sino una justicia que es por la fe en Cristo, la justicia que viene
de Dios en base a la fe. Usted cree en Cristo y Dios le da a usted justicia, simplemente se la
da.
Y usted recuerda, en 2 Corintios 5:21, ese versículo tan importante y notable del tema,
dice, al que no conoció pecado (a Cristo), por nosotros lo hizo pecado para que fuésemos
hechos justicia de Dios en Él.
Lo que sucedió fue simplemente esto, en la cruz Dios trató a Jesús como si Él hubiera
cometido todos los pecados de todas las personas que jamás creerían, ¿muy bien? En la
cruz, Dios trató a Jesús como si Él hubiera cometido todos los pecados jamás cometido por
toda persona que jamás creería. Dios simplemente castigó a Jesús por todos los pecados
de todas las personas que jamás creerían. De tal manera que sus pecados fueron
cubiertos.
Dios le dio a Jesús nuestros pecados y después se volteó y nos dio su justicia. Se reduce a
esto, en la cruz Dios trató a Jesús como si Él hubiera cometido todos esos pecados,
aunque no cometió ninguno de ellos.
Para que Él pudiera tratarnos a nosotros, como si hubiéramos vivido la vida perfecta de
Jesús, aunque no la vivimos. Debido a que la justicia de Dios fue satisfecha por el sacrificio
de Cristo, el pecado no necesita más castigo. Dios habiendo sido satisfecho porque Cristo
llevó nuestros pecados en su propio cuerpo en la cruz, y nos concede su justicia. Y como
he dicho con tanta frecuencia, Cristo, simplemente pudo haber venido al mundo, morir en
una cruz y hubiera partido. Pero Él se quedó aquí por 33 años y vivió una vida perfecta.
¿Por qué? porque necesitaba haber una vida perfecta. Él necesitaba cumplir toda justicia,
vivir una vida perfecta, para que esa vida perfecta pudiera ser acreditada a nosotros.
Esa es la verdad increíble de la justificación y es por la fe, y la fe únicamente. Usted no se
la gana, no es un honor que usted consigue porque usted hizo algo de cierta manera. Dios
lo declara a usted recto delante de Él y lo trata como si hubiera vivido la vida perfecta de
Jesucristo, simplemente porque usted creyó en Él. Eso sucedió porque Él lo llamó a usted,
y lo trajo a usted. Él lo declara a usted perdonado, sus pecados pagados en Cristo, y usted
lleva su justicia. Esto es increíble ¿no es cierto? Pre-conocimiento, predestinación,
llamado, justificación, finalmente versículo 30, Y a los que justificó a estos también
glorificó, no se pierde nada aquí.
Nadie se va a quedar atrás, nadie se baja del autobús a lo largo de este camino. De hecho,
dice en el tiempo pasado, “Y a los que justificó a estos también glorificó, como si ya
hubiera sucedido. Esto es lo que es llamado un ‘aoristo proléptico’ lo cual es un término
técnico para aquellos de ustedes que son estudiantes del griego, para que ustedes sepan
que me mantengo al día con eso. Es el uso de un aoristo, para expresar una realidad ya
cumplida porque es totalmente segura. Es decir, algo como si ya hubiera sucedido, porque
es tan seguro que va a pasar. Mire, no podría salvarme a mí mismo, yo no me salvé a mí
mismo, y no puedo mantenerme a mí mismo salvo. No tengo que preocuparme por eso.
El Dios que me escogió, debido a su amor predeterminado, el Dios que colocó los límites
en torno a mi vida y dijo, este me pertenece a mí. El Dios que me llamó, me sacó de las
tinieblas, de la muerte, para que yo confiara en Jesucristo con arrepentimiento. El Dios
quien entonces se encargó de mis pecados con el sacrificio de Jesucristo, y me imputó la
justicia de Cristo, va a ser el Dios que me trae a la gloria. Yo no comencé esto y no tengo la
capacidad de terminarlo. Francamente, yo simplemente estoy aquí en este viaje y es un
viaje sin paralelos.
No es de manera independiente de mi fe, pero es por la motivación del Espíritu de Dios
que puedo creer. Dice usted, bueno, eso es todo muy claro, todo eso es verdad, y todo
está ahí sí.
¿Pero qué acerca de la gente que no cree? ¿No son ellos responsables? Si, si usted no
cree, si usted rechaza el evangelio, usted se va al infierno en su condición natural, ciega,
muerta. Es porque usted lo merece, y usted va a llevar el castigo por eso, porque usted es
responsable por eso. Dice usted, no lo entiendo. No entiendo eso. No entiendo si te vas al
cielo porque eres escogido, como puede ser que la gente que se va al infierno es
responsable porque no fueron escogidos. No, no funciona así. Se van al infierno porque no
creyeron. Dice usted, pero, no entiendo eso. Claro que usted no entiende eso, yo tampoco
lo entiendo, porque no es comprensible.
Pero puedo clamar a todo pecador sobre la faz de la tierra y decirle, arrepiéntete y cree en
el evangelio de Jesucristo. Arrepiéntete y se salvo. ¿Porque vas a morir? Escoge en este
día a quien vas a servir. Venid a mí todos los que están cargados y trabajados. Todo aquel
que quiera venir que venga. Dice usted, eso parece una contradicción.
Bueno, parece una contradicción porque usted está tan limitado en su comprensión y yo
también. No es un problema para Dios. No sé cómo funciona, pero mire, usted tiene la
doctrina de la predestinación por aquí, usted tiene la doctrina de la responsabilidad
humana por aquí, y tenemos esta tentación tremenda simplemente de ir de este lado.
Y acampar aquí en esta y terminar con alguna idea rara de predestinación doble como si
Dios está ahí arriba en el cielo diciendo, muy bien, estos van al cielo, y el resto de ustedes
van al infierno, y no, no es así. A los pecadores se les dicen que crean, y si no creen van a
perecer, Jesús dice, adonde yo voy ustedes no pueden venir, porque no creen en mí.
Jesús dijo, ‘Id por todo el mundo y predicar el evangelio’. ¿A cuántas personas? A toda
criatura. Y si no creen es su culpa, son culpables y van a perecer. No entiendo como esto
opera en conjunto, no puedo. Pero mire, las cosas que no entiendo superan las cosas que
entiendo.
Yo no entiendo, si usted me pregunta quien escribió Romanos, no estoy seguro de que
entiendo eso de manera completa. Usted dice, bueno, Pablo escribió Romanos. Sí, pero
fue inspirado por el Espíritu Santo. Bueno, toda palabra fue de Pablo. Sí, pero toda palabra
fue inspirada por el Espíritu Santo. No entiendo cómo opera eso en conjunto, cuando
alguien me dice, ¿cuál es el secreto para vivir la vida cristiana? Me paralizo en ese
momento, ¿es usted o es Él? ¿sabe una cosa? hay gente que dice, déjate ir y deja que Dios
lo haga. Y tu simplemente te quedas ahí de pie y Dios lo va a hacer. Y usted oye a gente
decir, quiero vivir la vida crucificada, simplemente estoy tratando de matarme a mí
mismo, matarme a mí mismo, simplemente estoy tratando de no hacer nada y de ser
nada, ni nadie, y dejar que Él viva a través de mí.
Y después por otro lado, usted tiene la gente que está leyendo las palabras de Pablo,
golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre, y necesito ser obediente a Dios. Y usted se
ve y dice, ¿quién está viviendo mi vida cristiana? Bueno, ciertamente no soy yo, debe ser
Cristo en mí.
Bueno, no sé, pero después soy responsable. ¿Por qué están todos estos mandatos en la
Biblia si no soy responsable? Entonces usted dice, bueno, se reduce a esto. Cualquier cosa
mala soy yo, cualquier cosa buena es Dios a través de mí. Sí, pero usted tiene
responsabilidad en eso. Pablo enfrentó el problema, Gálatas 2:20. Con Cristo estoy
juntamente crucificado, él dijo, mas yo vivo, pero no soy yo.
Él tampoco lo entendió, nadie lo entiende. No hay manera en la que cuando usted hace
que Dios baje como John Murray dijo, cualquier doctrina importante en las Escrituras, de
manera inherente en ella tiene contradicciones aparentes y una verdad inescrutable que
usted ni siquiera puede entender con su cerebro tamaño chícharo. Simplemente sé que
los pecadores son responsables a Dios por creer, y simplemente sé que estamos aquí en la
tierra, para asegurarnos que todo pecador oiga el evangelio y debemos rogarles que se
reconcilien con Dios, ¿no es cierto? No sé cómo Dios entiende todo eso, pero le voy a
decir una cosa, Él no invierte energía tratando de entenderlo todo, para Él es totalmente
claro, para nosotros, no.
Y realmente creo, esa es una de las razones por las que creo en la inspiración de las
Escrituras, por las contradicciones aparentes y las cosas inescrutables como esas.
Mire, yo escribo libros. Conozco editores, y si yo tengo una contradicción en algún punto
en lo que yo escribo, ellos lo arreglan. Y existen estas verdades masivas, incompresibles,
inescrutables, aquí, que nadie jamás ha tocado, porque está es la Palabra del Dios
Viviente.
Y una de las razones por las que yo sé que Dios escribió la Biblia, es porque esas cosas
están ahí. Que van mucho más allá de la capacidad del entendimiento humano, estoy
consolado en ese misterio, y estoy contento por decir que Deuteronomio 29:29 es mi
versículo de por vida: “Las cosas secretas pertenecen al Señor”.
Y usted realmente comienza a crecer como cristiano, cuando usted entiende cuantas
muchas de estas cosas hay. ¿Y sabe una cosa? siempre he dicho que la persona que
conoce más en el mundo entero, es un alumno de seminario de último año, que
sistemáticamente conforme pasan su vida, aprenden menos y menos y menos, y menos, y
los misterios comienzan a multiplicarse. Y me da tanto gusto por eso, me da tanto gusto,
porque este libro es trascendente. Me da tanto gusto, escuche, si entendiera de manera
completa la Biblia, mi mente sería igual a la mente de Dios. Y si mi mente sería igual a la
mente de Dios, estaríamos en problemas serios si tuviéramos un Dios como ese. Me
regocijo en la doctrina de la predestinación, ¿usted no?
Me da, dice usted, bueno, ¿acaso eso no te hace flojo en el evangelismo? En absoluto.
Estoy tan emocionado con este plan, estoy tan emocionado tan abrumado, estoy tan
agradecido por él, y se me garantiza éxito en mis esfuerzos como un evangelista y
predicador, ¿no es cierto? Porque va a suceder como Dios determinó que sucediera, no
estoy tratando de cambiar el plan de Dios, pero que emoción es estar involucrado en un
plan que será cumplido.
Entonces, él determinó en el principio, llevarnos a la gloria, y nadie en ese proceso se
pierde.
Bueno, podría decir mucho más que eso, y eso es lo que el predicador normalmente dice
cuando se le acaba de terminar el material.
Hermanos, podríamos seguir y seguir, ustedes saben, pero ya es tarde, y usted sabe que
usted ya no tiene otro pensamiento en su cabeza o en sus notas. Usted sabe. Oremos.
Padre que gran tiempo hemos pasado en esta noche. Que mirada tan gloriosa, gloriosa, a
la grandeza de tu plan, y simplemente estamos asombrados de todo esto. Simplemente
abrumados de como todo esto es, no somos algún tipo de complejos de átomos que
accidentalmente está volando en una existencia sin significado. No salimos de algún tipo
de material de, en algún lugar, de algún tipo de big-bang en algún lugar, y estamos en
algún tipo de ciclo evolucionario sin significado.
Oh no, este es un plan, y se está cumpliendo, y tú nos has creado para la gloria eterna, y
vamos camino a la gloria. Oro por cualquier persona que aquí, aún no ha venido a Cristo
para recibir la salvación y la gloria eterna. Que este sea el momento en el que tu Espíritu
llama y son atraídos al arrepentimiento y a la fe. Y que ellos sean tan abrumados, y que
estén tan emocionados ante la victoria que nos espera, que salgamos a predicar el
evangelio y a dar testimonio con disposición sabiendo que tú nos usaras para cumplir tu
propósito. Que promesa. Te alabamos por ella, en el nombre de Cristo. Amén.
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El propósito de la salvación
Escritura: Romanos 8:29

Código: 90–180
John MacArthur
Estamos estudiando el capítulo 8 de Romanos, Vida en el Espíritu, o supongo que lo
podríamos llamar Seguridad en el Espíritu. Nos encontramos en la sesión de Romanos 8,
que es muy conocida. Romanos 8:28 al 30, en donde dice ‘y sabemos que a los que aman
a Dios, todas las cosas les ayuden a bien, esto es a los que conforme a su propósito son
llamados, porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos
conformes a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos,
y a los que predestinó, a estos también llamó, y a los que llamó a estos también justificó, y
a los que justificó a estos también glorificó’.
Ahora, esta es una porción muy conocida y muy importante de las Escrituras, que ya
hemos estado estudiando. De hecho, hemos avanzado a lo largo del capítulo hasta el
versículo 28, y nos encontramos en esta noche en los versículos 29 y 30. Permítame
retroceder y presentarlo un poco. Muchas personas se preguntan y debaten acerca de
este asunto, si usted puede perder su salvación. Es algo triste, pero es un asunto que
incesantemente está bajo debate, inclusive en la actualidad, y lo ha estado por siglos en la
iglesia. Ha sido un asunto que ha dividido al cristianismo en dos grupos, típicamente
conocidos como calvinistas o reformados, y arminianos o wesleyanos.
Y en un lado, está la creencia que la salvación es eterna y usted no puede perder su
salvación, por otro lado, está la creencia de que la salvación no necesariamente es eterna
y poder ser perdida por el pecado. Este es un debate innecesario creo yo, porque la
Palabra de Dios es tan abundantemente clara en el asunto de la seguridad del creyente.
De hecho, estos tres versículos presentan la afirmación más clara y más poderosa de la
seguridad en todas las Escrituras. Garantizan sin desviación, garantizan sin variación, sin
excepción, que todos aquellos que genuinamente son salvos entraran en la gloria final. Y
el versículo 28 comienza aclarando esta garantía al decir ‘y sabemos que a los que aman a
Dios todas las cosas les ayudan a bien’.
Aquellos que son los verdaderos amantes de Dios, aquellos que han venido a Cristo en fe,
Dios hace que todas las cosas, esto es, cosas buenas y cosas malas, y cosas neutrales,
todas las cosas sin importar lo que sean. Vimos la lista entera de esas cosas, Él hace de
que todas las cosas operen en conjunto para bien. Y usted recordará, le dijimos que el
bien al que Pablo se está refiriendo es gloria eterna, el bien al que se está refiriendo aquí
es el bien al que se refirió en el versículo 23, como nuestra adopción como Hijos, la
redención de nuestro cuerpo, es el bien del versículo 21, la libertad de la gloria de los hijos
de Dios.
La sección entera previa está hablando de esperanza, la gloria que está por ser revelada
en nosotros en el versículo 18, la redención del cuerpo, la adopción como hijos, el hecho
de que vamos a entrar a la libertad de la gloria de los hijos de Dios, que todavía hay algo
que está por delante, y ese algo es la gloria eterna. Ese es el bien al que se refiere en el
versículo 28. Y Dios está haciendo que todas las cosas, sean cosas buenas o cosas
pecaminosas, o cosas neutrales que operen en conjunto al final, para producir el bien de
nuestra gloria eterna, esa es la promesa del versículo 28. Y la pregunta entonces surge
¿Por qué es que Dios está haciendo eso? y la respuesta se encuentra al final del versículo
28.
Porque hemos sido llamados conforme a su propósito, es claro que esa es la frase clave. El
propósito de Dios es cumplido al guardarnos hasta la gloria, el propósito de Dios cumplido
únicamente cuando somos llevados al bien definitivo último, el cual es nuestra gloria
eterna. Estamos seguros para siempre porque Dios lo determinó de esa manera y el Hijo
lo asegurará. Pase al versículo 34, ‘el Hijo está a la diestra de Dios intercediendo por
nosotros, para asegurarse de que lleguemos a la gloria. Regrese al versículo 27 o el
versículo 26, ‘el Espíritu está intercediendo por nosotros, con gemidos para la gloria, que
son demasiado profundos para palabras’. Son algún tipo de comunión inter-trinitaria.
Entonces el propósito de Dios es nuestra gloria eterna, la intención de la intercesión de
Cristo es nuestra gloria eterna, la intención de la intercesión del Espíritu es nuestra gloria
eterna, todos eso opera en conjunto para el propósito de Dios. Esta intercesión del
Espíritu Santo, versículo 27, es conforme a la voluntad de Dios. La voluntad de Dios
entonces, es que aquellos que son salvos, sean traídos a la gloria eterna, y el Hijo y el
Espíritu están asegurando el cumplimiento del propósito divino. Ahora, el propósito divino
entonces, es desarrollado en los versículos 29 y 30. De hecho, usted podría decir que los
versículos 29 y 30 modifican la frase final del versículo 28.
‘Llamados conforme a su propósito, el cual es que a los que antes conoció y predestinó
para ser conformados a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos
hermanos, a los que predestinó Él llamó, a los que Él llamó, Él justificó, a los que Él
justificó, Él glorificó, ese es el plan, ese es el propósito de Dios, esa es la voluntad de Dios.
Esos dos versículos entonces, definen para nosotros el propósito eterno en la salvación.
Dicho propósito es la razón por la que Dios está haciendo que todo opere en conjunto
para nuestra gloria eterna, entonces el Hijo está intercediendo por nosotros, y el Espíritu
está intercediendo en nosotros con la misma meta en mente.
Ahora, vamos a ver los versículos 29 y 30, eso nos va a llevar a una discusión del pre-
conocimiento y la predestinación primordialmente y conforme abordamos este tema,
tengo que confesarle que esto nos va a llevar en mayor profundidad de lo que realmente
podemos ir, y soy el primero en admitir eso. Conforme tratamos de entender esta verdad
vasta y limitada infinita con nuestras mentes insignificantes, vamos a tener algunos
problemas. Problemas que no son resueltos por la razón, problemas que no son resueltos
por información añadida, sino problemas que son resueltos por la fe, confianza. Estamos
embarcándonos en un viaje en esta noche, es uno breve, pero estamos embarcándonos
en un viaje a la infinidad divina, y no existe una búsqueda más elevada.
Ahora, hay muchas cosas como esa que usted puede buscar, y encontrarse a sí mismo sin
esperanza alguna dando vueltas en un estado de confusión. Por ejemplo, simplemente
piense por un momento, acerca del hecho que Dios siempre ha existido, y probablemente
si usted lo piensa por mucho tiempo se va a encontrar en la cama, repitiendo el alfabeto
griego, inclusive si usted no lo conoce. Tratar de concebir algo que no tiene comienzo,
alguien que no tiene comienzo va más allá de nosotros. Y después si usted quiere otro
ejercicio en delinear la futilidad de su mente finita, simplemente comience a pensar
acerca del hecho de que va vivir para siempre.
Debido a que usted no tiene ninguna capacidad de concebir en su mente algo que no
tiene un comienzo y un fin, y eso simplemente son los conceptos iniciales acerca de Dios, y
esa es la razón, esto es que Él siempre ha sido y siempre será y difícilmente podemos
enfrentar esos, porque pensamos de que alguna manera podemos entender con nuestros
cerebros insignificantes, la infinidad en el punto del propósito soberano de Dios que se
está desarrollando. No podemos y entonces, desde el principio debemos admitir que
enfrentamos limitaciones grandes inmensas y las tentaciones, escuche con atención, las
tentaciones van a hacer pensar que son las limitaciones de Dios, no nuestras.
Porque somos tan dados a la soberbia y tan dados a definir todas las cosas en términos de
nuestras propias capacidades, tendemos a pensar que el problema debe estar con Dios.
De alguna manera Él no es justo, o no es equitativo, o Él es demasiado fatalista, o Él nos ha
dejado afuera en esto. Por otro lado, Él es justo, Él es amoroso y, por lo tanto, Él nos ha
dado toda responsabilidad a nosotros, y Él no puede haber determinado todo esto por sí
mismo. Y por cierto esto es profano si usted no resiste esa tentación. La limitación no es
en Dios, sino en nosotros.
Cuestionar la sabiduría de Dios, cuestionar la justicia de Dios, cuestionar el amor de Dios,
cuestionar el que Dios defina al hombre como responsable, cuestionar el castigo de Dios
en contra del hombre por ejercer su decisión de rechazar el evangelio, cuestionar a Dios
por cualquiera de esas cosas es meramente una manifestación de su mente que es
ridícula, en términos de que es insignificante y soberbia. Ahora, no trate de llegar a
muchas conclusiones a lo largo del proceso voy a tratar de darle a usted una perspectiva
equilibrada, dentro del sentido de nuestras limitaciones, y presentar tanta Escritura como
nos es disponible, no más no menos.
No quiero que usted se incline en el punto absurdo en el que usted diga, bueno creo que,
bueno eso es bueno, pero realmente no estamos interesados. Y no estamos interesados
en que usted diga, bueno, mi concepto de esto es, por favor resérvese cualquier tipo de
insensatez, simplemente venga humildemente a doblar su rodilla ante la mente sagrada
infinita de Dios, y déjenlo ahí. La razón humana en el mejor de los casos, la lógica humana
y el entendimiento humano no son adecuados para la tarea, pueden llegar hasta cierto
punto y no más. En ultimas, no podemos reconciliar esta gran verdad en nuestras mentes
insignificantes porque no podemos entender la mente infinita de Dios, únicamente la fe
nos puede dar paz con esto, muy bien, únicamente la fe puede darnos paz con esto.
Ahora la verdad general es esta, la verdad general dada por el Espíritu Santo es que Dios
hace que todas las cosas, muy bien eso es lo que dice, y Él hace que todas las cosas operen
en conjunto para nuestro bien eterno, nuestro bien siendo la gloria eterna, ¿por qué?
Porque ese es su propósito, y si Dios hace eso va a suceder ¿Por qué? versículo 31, ¿si Dios
es por nosotros, quien en el universo puede estar en contra de nosotros con éxito? Nadie,
debido a que Dios es superior. Entonces estamos seguros eternamente, en el propósito de
Dios, es el propósito de Dios salvarnos eternamente. Esto no solo es enseñados en el
octavo capítulo de Romanos, es enseñado en Efesios capítulo 1.
Voy a tomar tan solo un momento para ver esto, y no estoy bajo ninguna ilusión de que
vamos a acabar esto en esta noche, y está bien porque quiero que entienda este gran
tema. Pero en Efesios capítulo 1, y en el versículo 4, comencemos ahí, bueno comencemos
en el versículo tres, ¿por qué no? Aquí es en donde todo comienza, ‘bendito sea el Dios y
Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los
lugares en Cristo’, la fuente de toda bendición es Dios, Él nos bendice. Y después Él
comienza a desarrollar esas bendiciones, ‘según nos escogió en Él antes de la fundación
del mundo para que seamos santos y sin manchas delante de Él’, esa es una afirmación
monumental.
Antes de la fundación del mundo, eso significa antes de que hubiera una creación, antes
de Génesis 1:1, antes de que algo fuera creado, antes de que el espacio existiera, antes de
que el tiempo existiera, antes de que la materia existiera, cuando solo estaba Dios, antes
de que los ángeles existieran, cuando solo estaba Dios, Él nos escogió, antes de la
fundación del mundo, para que fuéramos salvos del pecado, no, para que fuéramos santos
y sin mancha ¿en dónde? Delante de Él. Otra manera de decir, eso es en su presencia. Dios
nos escogió antes de la fundación del mundo, para hacernos absolutamente santos, y
completamente irreprensibles en su presencia, esto quiere que Él nos escogió para
traernos a la gloria.
Él no escogió y usted debe recordar esto, Él no escogió el comienzo de nuestra salvación,
Él determinó el fin de ella. No entiendo porque la gente no ve esto, cualquier
entendimiento apropiado de las Escrituras lo deja tan claro. Versículo 5, ‘Él nos
predestinó, para ser adoptados como hijos mediante Jesucristo para sí mismo según el
beneplácito de su voluntad’, de nuevo leemos la misma idea, fue su voluntad, fue su
propósito, predestinarnos, lo cual es otra manera de decir que Él nos escogió en Él antes
de la fundación del mundo, y Él escogió hacernos sus hijos mediante Jesucristo. Y después
versículos 6 dice, ‘para llevarnos para alabanza de la gloria de su gracia’.
En otras palabras, Él escogió llevarnos a la salvación y para alabanza de la gloria de Su
gracia, eso significa que Él tuvo que traernos hasta la gloria. Si nos perdiéramos a lo largo
del camino, la gente diría que Su gracia no fue suficiente ¿no es cierto?. Si Dios tiene el
tipo de gracia salvadora que viene y se va, viene y se va, es ganada y perdida, capturada y
perdida, y de aquí para allá, eso es algo corto de un tipo de gracia aseguradora ¿no es
cierto? En términos de naturaleza digna de alabanza. Entonces Él nos ha escogido, Él nos
ha predestinado, y Él nos ha escogido, hasta la santidad y ser irreprensibles en Su
presencia, y Él nos ha predestinado hasta el punto de que seamos para alabanza de la
gloria de Su gracia.
Versículo 7, ‘en Él tenemos redención por su sangre, el perdón de nuestros pecados’, eso
significa perdón total y completo de todos nuestros pecados, ‘según las riquezas de su
gracia, que Él derramó en nosotros’, en otras palabras, Él ha derramado un tipo de gracia
abundante, y en esa gracia abundante generosa, su perdón consumado y completo de
todos los pecados que garantiza nuestra gloria eterna, porque si todos nuestros pecados
son perdonados entonces, eso asegura nuestra gloria eterna. Esa es la razón por la que
podemos decir en Romanos 8:28, ‘todas las cosas operan en conjunto para bien’, inclusive
nuestro pecado activa la gracia de Dios, produce perdón y termina en nuestra gloria
eterna.
Y después en el versículo 8 en Su sabiduría y entendimiento, versículo 9, Él nos dio a
conocer el misterio de su voluntad’, ¿Cuál es el misterio de su voluntad? Bueno el misterio
de su voluntad es de nuevo, aquí está la misma idea, ‘es según su beneplácito que Él
determinó en Cristo’. Aquí estamos de regreso a la voluntad de Dios, el propósito de Dios,
el beneplácito de Dios ¿y cual fue? ‘Traer’, versículo 10, a la mitad del versículo, ‘traer
todas las cosas en Cristo, cosas que están en los cielos y cosas que están sobre la tierra. En
Él hemos tenido una herencia, habiendo sido predestinados según su propósito, el
propósito del que hace todas las cosas según el consejo de su voluntad, con el fin de que
nosotros que fuimos los primeros en esperar en Cristo, fuéramos para alabanza de su
gloria’.
Simplemente está repitiendo lo mismo una y otra vez, Él nos salvó, nos dio una herencia,
esa herencia involucra una predestinación, de nuevo, según su propósito, y según ese
propósito Él opera todas las cosas según el propósito de su voluntad, para que Él nos lleve
para que seamos para alabanza de su gloria. El versículo 14, ‘Él nos ha dado el Espíritu
Santo como garantía de nuestra herencia, con miras a la redención de la posesión de Dios
para alabanza de su gloria’. Él nos va a llevar a la gloria, Él nos va a redimir de manera
completa y el Espíritu Santo nos es dada como una garantía. Digo usted no puede
entender esta gran verdad, Dios tiene un propósito, Dios tiene una voluntad, Dios tiene un
plan.
Versículo 5, Dios tiene un beneplácito. De nuevo versículo 9, ‘según su beneplácito que Él
determino’. Versículo 11, ‘según su propósito’. Versículo 14, ‘una garantía de nuestra
herencia con miras a la redención de la posesión propia de Dios para alabanza de su
gloria’. El propósito de Dios es traernos a la gloria. Usted no puede escapar a eso. Está en
todos lados en la enseñanza del Nuevo Testamento de la salvación. De hecho, vea el
capítulo 2 por un momento, y estamos familiarizados con los versículos 8 y 9, ‘por gracia
sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros pues es don de Dios, no por obras
para que nadie se gloríe’.
Pero el versículo 7 nos dice porque nos salvó, ‘para que en los siglos venideros Él pueda
mostrar las riquezas sobreabundantes de su gracia en su bondad hacia nosotros en Cristo
Jesús’. ¿Sabe usted porque nos salvó? Para que Él pudiera llevarlo a usted a la gloria, lo
cual está en los siglos venideros, y derramar todas las riquezas sobreabundantes de su
gracia y su bondad en usted. Usted no fue salvo simplemente para ayudarle
temporalmente en esta vida, si usted puede aferrarse a la salvación. Usted fue salvo para
que usted fuera traído a las riquezas sobreabundantes de su gracia y su bondad en los
siglos venideros. Y debido a que este no es asunto de obras, el ser salvo, no es cuestión de
obras el mantenerse salvo ¿verdad?
Fue gracia lo que lo salvo a usted, es gracia lo que lo mantiene y es gracia lo que lo lleva a
usted a la gloria. De hecho, creo que es apropiado decir que la salvación no está basada en
lo que el hombre y la mujer hace, ¿y usted está listo para escuchar esto? ni siquiera está
basada en lo que un hombre o mujer decide en el sentido más puro. Juan 1:12, ‘más a
todos lo que le recibieron, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios, esto es a los que
creen en su nombre’, escuche esto, ‘los cuales son engendrados’, esto está hablando de su
nuevo nacimiento, su salvación, ‘no de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de
varón’ ¿sino de qué? ‘De Dios’, de Dios.
La razón por la que tenemos confianza en nuestra salvación eterna es porque ese es el
plan, ese es el plan. Digo, el hombre natural en 1ra de Corintios 2:14, no puede entender
las cosas de Dios, entonces ciertamente no se puede salvar a sí mismo, realmente no tiene
esperanza en hacer algún esfuerzo para hacer eso, debido a que está ciego, y es ignorante,
y es rebelde de manera deliberada, y es inicuo, sin esperanza. Jesús dijo en Juan 8:43, ‘a
aquellos que le rodeaban Él dijo, ¿por qué no entienden lo que estoy diciendo? es porque
no pueden oír mi palabra porque debido a su padre el diablo’. Y mientras que usted este
muerto en delitos y pecados, y mientras que usted este ciego, y mientras que ustedes
sean de su padre el diablo, no pueden entender la verdad.
No solo es cuestión de que son lo suficientemente inteligentes para tomar la decisión
correcta, tiene que haber una obra poderosa de Dios, no es la voluntad del hombre, es la
voluntad de Dios y eso se repite una y otra vez, pero quiero que vea a Juan 6 por tan solo
un momento. Este es un texto conocido pero, simplemente para repetirlo brevemente,
Juan 6:37, ‘todo lo que el Padre me da vendrá a mí’ y esa afirmación, en algún punto debe
estar en la mente de toda persona, ‘todo lo que el Padre me da vendrá a mí’, en otras
palabras, el asunto entero de la salvación es iniciado por la voluntad del Padre, ‘todo lo
que el Padre me da vendrá a mí’, pase al versículo 44, ‘ninguno puede venir a mí si el
Padre que me envió no le trajere’.
Ahora, observe esto, nadie viene a menos de que el Padre que me envió lo trajere. Yo
haré mi mejor esfuerzo para aferrarme a él hasta el final, es eso lo que dice, no. ¿Yo que?
‘Yo lo resucitaré en el día postrero’. Ahora, nadie se pierde en el proceso, el asunto entero
de la seguridad del creyente es identificado claramente aquí, por la voluntad de Dios son
atraídos a Cristo, quien los guarda todos y los resucita en el día postrero. De regreso en el
versículo 39, ‘y esta es la voluntad del que me envió, que de todo lo que me ha dado no
pierda ninguno, sino que lo resucite en el día postrero, porque esta es la voluntad de mi
Padre que todo el que vea al Hijo tenga vida eterna, Yo mismo lo resucitaré en el día
postrero.
La voluntad de Dios es que a quien Él atrae, Cristo recibe, que a quien Cristo recibe, Él
guarda, y a quien Él guarda, Él lo resucita para gloria eterna. Esa es su voluntad. Usted se
acuerda de esa sección tan notable del capítulo 17 de Juan y le recuerdo esta sección
porque es una de las verdades más magnificas que nos ayuda a entender esto. Jesús
estaba tan consciente de su responsabilidad de aferrarse a los creyentes que cuando Él iba
hacia la cruz, Él se dio cuenta de que iba a haber un problema, porque iba a haber un
tiempo en la cruz, se acuerda, cuando Él dijo, Dios mío, Dios mío, ¿porque me has
desamparado? Iba a haber un tiempo en la cruz, cuando Él iba a estar espiritualmente de
alguna manera aislado de Dios, y Él no podía aferrarse o sostener a los suyos.
Ahora, eso era una preocupación para Él, entonces Él ora al Padre en Juan 17, y en el
versículo 11, esto es lo que Él dice, y Él está viendo hacia adelante al tiempo en la cruz, ‘ya
no estoy en el mundo, sin embargo, ellos están en el mundo, y yo voy a ti, Padre Santo’,
observe esto, ‘guárdalos en tu Nombre’. ¿Sabe usted lo que Él realmente le está diciendo
al Padre? Padre va a haber un tiempo cuando no voy a poder aferrarme a ellos, por favor
¿podrías encargarte durante ese tiempo y guardarlos por mí?. Versículo 12, ‘mientras que
yo estuve con ellos, yo los estaba guardando en tu Nombre’.
Aquellos que tú me diste, yo me aferre a ellos, esa fue tu voluntad, ese fue tu propósito,
eso fue lo que tu dijiste, eso es lo que tu querías, y eso es lo que yo he hecho. Los guardé y
ninguno de ellos perecieron, sino el que debía perecer, el que nunca fue un hijo
verdadero, un creyente verdadero para que las Escrituras se cumplieran, refiriéndose a
Judas. Jesús está diciendo, Yo los guardé Padre, pero va a venir un tiempo, cuando yo no
los voy a poder guardar, ese tiempo en el que voy a llevar el pecado en la cruz, y tienes
que guardarlos por mí. Que verdad tan tremenda. En el versículo 15 él define lo que
quiere decir, él también se da cuenta que él va a regresar a la gloria, y él no va a estar ahí
para estar presente y cuidar de ellos. Él dice, no te pido que los saques del mundo, sino
que los guardes del maligno.
Cuando le pide al Padre que los guarde, él se refiere a guardarles de Satanás, ¿en qué
sentido? Permítame decirle lo que Satanás quiere hacer. Satanás quiere hacer esto, él
quiere destruir la fe salvadora. Usted necesita entender eso. Ese es el mensaje entero del
libro de Job, ¿se acuerda de eso? el punto entero del libro de Job no es que un hombre
está sufriendo, y un hombre y sus consejeros, y un hombre que pierde todo y recibe más
después. La historia del libro de Job es esta historia, es la historia de la incapacidad de
Satanás de destruir la fe salvadora. Satanás viene delante del trono de Dios en los
primeros dos capítulos, él le dice a Dios, la única razón por la que alguien, inclusive se
mantiene fiel a ti es porque tu Dios, es porque tú los bendices todo el tiempo.
Y si tu dejas de bendecirlos y la vida fuera lo suficientemente difícil, te maldecirían. Y Dios
dice, muy bien, toma a Job y haz lo que quieras con él y veremos. Y Satanás ataca la vida
de Job de las maneras más devastadoras que podemos imaginarnos. Él pierde todo, digo,
literalmente todo excepto su esposa, quien le dio un consejo malo, como el resto de la
gente que lo rodeaba. Él pierde todos sus hijos, todos son matados. Él pierde todos sus
cultivos, él pierde toda su fortuna, él pierde su salud, todo menos su vida, y él quizás le
hubiera gustado haber perdido eso para salir de la miseria absoluta. Él fue de riqueza a
pobreza, él fue de tener una familia a tener nada.
Él fue de ser un hombre de salud, a ser un hombre que estaba lleno de ulceras, y se estaba
rascando su piel con un pedazo de barro roto, en dolor y agonías totales. Pero a través de
todo eso, nunca perdió su fe en Dios. Y el punto entero al final del libro es que él dice que
es más fuerte de lo que jamás ha sido. ‘De oídas te había oído, más ahora te veo y me
arrepiento en polvo y cenizas.’ Lo que sucedió fue que, a través de todo este sufrimiento,
su fe no fracasó. De hecho, en un punto él dijo, ‘aunque me matare, todavía confiaré en
Él’.
A través de todo el sufrimiento, su fe no fracasó, fue fortalecida. Y Dios estaba probando
el punto, la fe salvadora no puede ser destruida.
Entre más fuerte sea la prueba, más fuerte la fe. Como puede ver, esa es la razón por la
que Santiago dijo, ‘tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas’, porque
ese tipo de experiencia tiene un efecto positivo, ¿no es cierto? Produce paciencia, y la
paciencia tiene una obra perfecta. Pero Satanás quiere destruir la fe salvadora, eso es lo
que él quiere hacer. El plan del Padre no es permitirle hacer eso, y el Padre dice, ‘nunca te
dejaré que seas tentado más de lo que ¿qué?, puedas ser tentado’, sino que siempre
proveeré un camino de escape para que puedas soportarlo. El Señor nunca va a permitir
que usted atraviese por algo que usted no puede soportar, y en medio de ello, siempre va
a proveer un camino de escape.
El Señor siempre va a proveer la fortaleza de la intercesión del Espíritu Santo, la fortaleza
de la intercesión del Hijo, para asegurarse de que no importa lo que suceda, usted sea
guardado por el poder del Padre, porque ese es su propósito. Ese es su plan, sin importar
lo que Satanás quiera hacer. Y entonces veamos en Juan 17:15 Jesús está diciendo,
simplemente protégelos del maligno, usted está seguro amado, porque ese es el
propósito del Padre. Pero usted está seguro porque el Hijo y el Espíritu están
asegurándose de que el proposito del Padre sea cumplido, y el Espíritu está
constantemente de manera incesante intercediendo por usted desde la tierra, conforme
Él mora dentro de usted y el Hijo está intercediendo de manera incesante por usted, en la
presencia de Dios, a la diestra del trono.
Y en medio de los dos, usted está seguro. ¿Por qué? versículo 24 de Juan 17, deseo que
ellos a los quien tú me has dado estén en donde yo estoy. Quiero llevarlos a la gloria, tú
quieres llevarlos a la gloria, quiero llevarlos a la gloria, el Espíritu Santo está gimiendo por
Su gloria. Vimos en Romanos 8 como la creación entera está gimiendo, y en segundo lugar
estamos gimiendo por la redención de nuestros cuerpos, la creación entera está gimiendo
por la tierra milenaria gloriosa, estamos gimiendo por nuestros cuerpos glorificados y el
Espíritu Santo está gimiendo también por nuestra gloria eterna. El Espíritu lo quiere, el
Hijo lo quiere, el Padre lo quiere, yo quiero llevarlos a la gloria para que estén en donde yo
estoy, para que puedan ver min gloria que tú me has dado.
Quiero que vengan a la gloria, para que puedan venir a la gloria. Ese es el plan, ¿se
acuerda que le he dicho de esto en el pasado? La salvación consiste en que Dios quiere
crear y redimir una humanidad, un grupo de seres humanos que puedan ir al cielo, con el
propósito de glorificar el Hijo, ¿verdad? Y Él dice, Yo quiero que el plan se cumpla. Quiero
verlos llegar hasta la gloria para que vean mi gloria, la gloria que tú me has dado, porque
tú me amaste antes de la fundación del mundo. Antes de la fundación del mundo, el Padre
debido a su amor por el Hijo le dijo, voy a darte una humanidad redimida, te los voy a dar
hasta la gloria. Van a llegar a la gloria con el propósito expreso de alabar y glorificar tu
gran nombre.
Esa fue la manera en la que el Padre expresó su amor al Hijo, al darle una humanidad
redimida, y el plan del Padre fue escoger quienes serían, salvarlos, y entonces el Hijo iba a
proveer el sacrificio para esa salvación. Y el Hijo y el Espíritu en una obra intercesora
mediante la cual guardan esas personas, las mantienen seguras y las llevan hasta la gloria.
Y Jesús hizo su parte, está haciendo su parte, como también el Espíritu y el propósito de
Dios permanecerá. Entonces como puede ver, ahora regresemos a Romanos capítulo 8,
usted ve la afirmación maravillosa en Romanos 8, ‘conforme a Su propósito son llamados’.
Esa frase abre todo, eso abre todo. Y después el versículo 29, ‘porque a los que antes
conoció también los predestinó para que fuesen conformados a la imagen de su hijo.’
Escuche, Él no lo predestinó para el comienzo de su salvación, sino para el fin de la misma,
lo cual es ser conformado a la imagen de Su Hijo. Cuando estemos finalmente en la gloria
seremos como Jesucristo, y hablaremos más de eso conforme avanzamos por esto.
Ahora, conforme vemos estos dos versículos, quiero que veamos tan solo dos puntos, y
vamos a ver tan solo esta noche, por tan solo unos cuantos más minutos, y después
terminaremos la próxima vez.
Pero quiero que veamos el propósito de la salvación y el progreso de la misma.
El propósito de la salvación y el progreso de la salvación.
Hay una afirmación clara del propósito de la salvación, y está ahí en el versículo 29. Él nos
predestinó para ser conformados a la imagen de Su Hijo, para que Él sea el primogénito
entre muchos hermanos. El propósito de la salvación, odio sorprenderlos demasiado, pero
el propósito de la salvación no fue primordialmente para usted. El propósito de la
salvación no fue primordialmente librarlo del infierno y llevarlo al cielo para que usted
simplemente se pudiera sentar en una nube y tocar un arpa y disfrutar de un gran tiempo
por toda la eternidad. Eso en ciertamente es un beneficio secundario y corolario. El
propósito de la salvación no fue para que usted pudiera ir al cielo, y vivir en alguna
mansión ahí arriba como a la gente le gusta pensar, en Juan 14.
El propósito no fue para que usted pudiera caminar por la Nueva Jerusalén, esta ciudad en
forma de cubo, transparente, de oro, con joyas. El propósito de su salvación no fue para
ser una persona perfecta que pudiera vivir para siempre en la bendición eterna del cielo,
en un gozo consumado, in-mitigado, interminable. No. El propósito de su salvación fue
para que usted sea consumado a la imagen de Su Hijo. Bueno, ¿qué significa eso? Bueno el
plan de Dios en la salvación fue que los salvos sean como el Hijo, hacer que los salvos sean
como Cristo. El perdón de pecados, ese es un beneficio maravilloso. El quitar la
culpabilidad, el conceder paz, y gozo y amor y todo eso, todo eso es parte de la realidad
de la salvación, pero la meta es hacerlo como Jesucristo.
Y la salvación, escuche con atención, para que sea salvación no puede quedarse corta de
eso, de lo contrario, no es la salvación que Dios planeó. ¿Entendido?
No puede simplemente terminar con llamado, que Dios simplemente llame, y después
espera.
No puede terminar con justificación. Él justifica, pero nunca va más allá de eso, y Él en
cierta manera espera que llegue a la gloria. No. El plan de Dios, el propósito de Dios, el
beneplácito de su voluntad es que seamos llevados hasta la gloria, y después esta gran
frase, ‘conformados a la imagen de Su Hijo.’ Hemos sido salvos en esperanza, dice ahí
atrás en el versículo 17, 19 y 21.
Y la esperanza en la que hemos sido salvos, es que algún día, seremos como Cristo.
Ahora veamos esa frase, ‘para ser conformados’.
Literalmente significa, traer la misma forma con. Esto realmente es inconcebible, pero
este es el plan de Dios. Filipenses 3:20, escuche, ‘porque nuestra ciudadanía está en los
cielos, de donde también esperamos al Salvador, el Señor Jesucristo, (escuche esto) el cual
transformara el cuerpo de la humillación nuestra en conformidad al cuerpo de la gloria
suya.
¿Cómo es posible que Él vaya a hacer eso? por el poder que él tiene, inclusive para sujetar
todas las cosas a sí mismo.
Dice usted, ¿Cómo es posible que Él va a hacer eso? la gente me hace las preguntas más
simpáticas. Me dicen, bueno estoy un poco preocupado por la cremación, porque ¿Cómo
es que el Señor va a encontrar todos los pedazos al final, para que Él me pueda dar el
cuerpo glorificado? No se preocupen, no se preocupen.
Si usted no es cremado, si usted se queda en la tumba por un buen tiempo, y usted va a
tener el mismo problema porque hay desintegración. Cómo puede ver es el mismo poder
Como Filipenses 3 dice, es por el mismo poder que Él ejerce sobre todo en el universo. Él
creó el universo entero, ¿de qué? de nada. Él va a tener que concedernos una forma como
el cuerpo glorioso de Jesucristo.
Dice usted, ¿qué significa eso? ¿vamos a vernos como Él, y de treinta y tres años de edad,
tener cabello que nos llegue al hombro, y una barba? Bueno algunas de ustedes damas,
realmente no serían demasiado atractivas en esas condiciones. No.
Está hablando, está hablando de su santidad, su condición de ser irreprensible, su justicia,
su perfección espiritual. No sé lo que todo eso significa, fuera de decir que usted va a
tener un cuerpo como Su cuerpo glorioso, y lo único que sabemos de su cuerpo glorioso,
es lo que sabemos por sus apariciones post-resurrección. Él fue visible, él podía ser
tocado, él podía hablar, él podía comer, él podía transportarse de manera sobrenatural
rápidamente, él podía vivir en el tiempo y el espacio, adentro y afuera de él.
Él fue perfecto y sin pecado, y visible a todos aquellos que él escogió revelarse a sí mismo.
Pero vamos a ser llevados a la misma forma, como el cuerpo de resurrección de Jesucristo.
En cualquier manera en la que la humanidad glorificada puede ser como la deidad
encarnada, seremos como Cristo. Y es una realidad espiritual, sin embargo, habrá un
cuerpo glorificado. Observe la palabra ahí, ‘conformados a la imagen’. Esto es interesante.
Imagen es eikōn, de la cual obtenemos la palabra ícono, de la cual, usted sabe lo que es un
ícono, es una estatua, ¿no es cierto? ¿una réplica? Y la palabra eikōn es usada en otros
cuatro versículos con referencia semejante a Jesucristo. 2 Corintios 3:18; 2 Corintios 4:4;
Colosenses 1:15 y Colosenses 3:10.
Y se refiere a una semejanza derivada de manera deliberada, no una accidental.
Cuando usted va a producir un ícono, produce una réplica de alguien más, no es
accidental.
Una estatua es una réplica, y eso es exactamente lo que la palabra expresa. Vamos a ser a
imagen de Jesucristo, y de alguna manera Dios nos va a moldear en una réplica de
Jesucristo. No seremos Jesucristo, como un hijo no es su padre, sino que llevaremos la
imagen de Jesucristo, como de algunas maneras un hijo es la réplica de su padre.
Cuando Dios hizo al hombre, lo hizo a su imagen y a su semejanza, Génesis 1:26.
Pero esa imagen original, imago dei, como llamada con frecuencia fue distorsionada por el
pecado, de tal manera que el cuerpo original tuvo que ser descartado en la tumba. Pero
va a venir un tiempo en la gloria eterna, cuando la intención de Dios de que el hombre
fuera hecho a su imagen será restaurada de nuevo.
Él se volvió uno de nosotros, para que nosotros pudiéramos ser conformados a Él. Esto es
algo increíble. 1 Juan 3, es la promesa conocida, escuche, versículo 1. Mirad cuán gran
amor el Padre nos ha dado, cuán grande es el amor de Dios hacia nosotros, esto es
maravilloso, para que seamos llamados hijos de Dios, y lo somos. Por esta razón el mundo
no nos conoce, porque no le conoció a Él. El mundo no puede reconocer a los hijos de
Dios, ni siquiera lo reconoció a Él. ¿Cómo puede reconocernos? Amados, me encanta esto,
versículo 1. Ahora somos hijos de Dios, es verdad, somos ahora hijos de Dios, pero todavía
no se ha manifestado lo que seremos, esta no es la imagen final.
Sabemos que cuando Él se manifieste, seremos ¿qué? como Él. Guau. El plan entero de la
salvación es hacernos como Él. Internamente y externamente, en nuestro espíritu
redimido, justo, santo, y nuestro cuerpo glorioso perfecto, sobrenatural de resurrección
vamos a ser como Cristo. No seremos Cristo, pero seremos tan parecidos a Cristo cómo es
posible, para la humanidad glorificada ser como la deidad encarnada, y amados esa es la
meta de nuestra salvación. Eso es lo que Dios tuvo en mente antes de la fundación del
mundo. Eso es lo que Dios tuvo en mente cuando Él nos salvó, y eso es exactamente lo
que va a suceder.
Escuche Hebreos 2:10, aquí está de nuevo, es Cristo por medio del cual son todas las
cosas, me encanta esta frase a la mitad del versículo 10, en llevar a muchos hijos a la
gloria.
Como puede ver de nuevo, ese es el punto, el punto es que Él trae a sus hijos a la gloria,
para perfeccionar al autor de su salvación. Si Cristo no trae a muchos hijos a la gloria, si él
no nos lleva hasta la gloria, entonces él no es el autor perfecto de nuestra salvación.
El propósito definitivo entonces para nosotros es ser glorificados.
¿Pero porque quiere Él esto? hay una razón inclusive para eso. Hay una razón y un motivo
detrás de eso, de regreso al versículo 29, para que Él sea el primogénito entre muchos
hermanos. ¿Por qué nos quiere hacernos como Cristo? Para que haya muchos hermanos
entre los cuales Cristo sea el primogénito.
Primogénito es la palabra prōtotokos y significa el primordial, no en cronología, significa el
primordial. Siempre fue el que era el hijo más notable, el que heredaba todo, el que tenía
los derechos el privilegio y honores. Es la posición de preeminencia.
Como puede ver, Dios tuvo un plan y el plan fue que Él congregara en torno a Cristo, una
realidad redimida hecha a su imagen, que lo viera como el preeminente, y de esta
manera, por los siglos de los siglos, lo alabaran, y lo honraran y glorificaran su nombre, y
esa es la razón por la que fuimos salvos. ¿Porque necesitamos ser como Él? Porque eso
nos permite, no solo alabar y honrar su nombre, por lo que reconocemos que Él es, sino
para reflejar eso a través de nuestra semejanza a Él.
Simplemente es otra manera de manifestar su preeminencia. Como puede ver, el fin
definitivo de la salvación es la gloria del hijo. Y la gloria del hijo llama a que su
preeminencia entre una humanidad redimida, entera, a quien verá su preeminencia y por
los siglos de los siglos lo glorificará. El objetivo definitivo en hacernos a su imagen, es que
Él sea el más glorioso entre muchos que son gloriosos. Dios quería a seres santos
glorificados, quienes por los siglos de los siglos reconocieran la majestad, y la maravilla y la
preeminencia de Su Hijo.
Simplemente es un concepto tremendo, Él es el preeminente entre muchos hermanos.
Hebreos 2 dice que Él no se avergüenza llamarnos hermanos.
¿No es eso maravilloso? Tendremos una relación íntima con Él, pero Él será el primordial.
Él recibirá toda la alabanza, y toda la honra y toda la gloria. La única gloria que tendremos
es aquella que es derivada de Él. La única justicia que tendremos es la que es concedida de
Él. La única belleza y magnificencia que tendremos será, porque tenemos Su imagen.
Es algo sorprendente, Pablo dijo, que Dios me apartó inclusive desde el vientre de mi
madre, y me llamó mediante Su gracia. Y Él me llamó para alcanzar este gran fin, esa es la
razón por la que Pablo les dijo a los Gálatas, no estoy satisfecho hasta que Cristo sea
formado completamente en ustedes. David lo dijo así, solo estaré satisfecho cuando
despierte a tu semejanza. El punto central en la historia de la redención es la gloria del
hijo, desplegada por toda la eternidad, ante los santos redimidos y los ángeles. Él debe ser
glorificado eternamente, eternamente debe ser exaltado.
Él está por encima de la multitud de los redimidos, como su rey, sacerdote, profeta y
salvador. Y amados, esa es la razón por la que inclusive aquí en esta vida, antes de que
lleguemos ahí, el objeto de nuestra vida es glorificar a Cristo, ¿no es cierto?
Esa es la razón por la que la adoración es una prioridad tan importante para nosotros, esa
es la razón por la que no estamos pasando nuestro tiempo cuando nos congregamos en
cosas torpes. Esa es la razón por la que no estamos tratando con cosas triviales,
enredándonos con entretenimiento y cosas centradas en el hombre, sino que hemos sido
redimidos, hemos sido ordenados desde antes de la fundación del mundo, con el fin de
que le demos la preeminencia a Cristo y eso es lo que hacemos.
Y hasta que lleguemos a ese punto, todavía buscamos esa meta. Eso es Filipenses, les he
dicho muchas veces, Filipenses 3, prosigo a la meta, ¿cuál es la meta? La meta es el
premio del supremo llamamiento. ¿Cuál es el premio del supremo llamamiento?
Semejanza a Cristo. Ese es el premio del supremo llamamiento, cuando vaya a la gloria. Es
la meta en la vida mientras que estoy aquí, entonces busco la semejanza a Cristo aquí,
porque esa es la razón por la que fui salvo en primer lugar. Ese es el propósito de la
salvación, ahora, eso nos lleva al progreso de la salvación, pero no tengo tiempo.
Entonces, haremos eso la próxima vez.
¿Cómo es que Dios nos lleva a cumplir este propósito? Y el progreso, los vamos a ver en
las palabras, antes conoció, predestinó, y amó, justificó y glorificó, y guardaremos eso
para la próxima vez.
Padre, este ha sido un día tan maravilloso juntos con tu pueblo preciado. Estamos tan
agradecidos por esta iglesia amada, y el derramamiento de tu gracia sobre nosotros,
estamos tan agradecidos por la manera maravillosa en la que tu gracia continúa
trasformando vidas, como hemos oído de los testimonios de aquellos que se bautizaron
esta noche.
Estamos tan agradecidos por la Palabra, la Verdad, la Palabra Viva que desafía tan
poderosamente, convence de pecado, instruye y ordena nuestras vidas. Te agradecemos
Padre por todo lo que nos das en la fortaleza del Espíritu que mora en nosotros.
Por la fidelidad de nuestro gran Sumo Sacerdote, quien ha sido tentado en todo según
nuestra semejanza, pero sin pecado, quien conoce el camino del escape, y quien intercede
por nosotros. Te damos gracias porque nada puede condenarnos, porque tú nos has
declarado justos, y no hay una corte más elevada. Nada puede separarnos del amor de
Cristo, quien ya ha dado su vida por nosotros. Te damos gracias porque estás a través de
Jesucristo, estás llevando muchos hijos a la gloria, y a todos los que tú has escogido tú
llamarás, y todos los que tú llames, vendrán. Y a todos los que tu llamas Cristo recibe, y
todos los que Él recibe, Él guarda, y todos los que Él guarde, Él resucita.
Te damos gracias Padre, por la esperanza de la gloria eterna, y por esa gloria que esperará
hasta el tiempo cuando seamos hechos perfectos, y el propósito para el cual nos llamaste,
el propósito por el cual tu nos predestinaste desde el principio. Y esto es, que le diéramos
la preeminencia eternamente a Jesucristo, en las perfecciones del cielo eterno y esto se
llevará a cabo. Pero hasta ese día que sirvamos para el propósito por el cual estamos
siendo redimidos, inclusive ahora y que exaltemos a Jesucristo por alabanza y obediencia.
Y oramos en su gran nombre. Y todo mundo dijo, Amén.
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El regalo de Dios de justicia


Escritura: Romanos 3:21–25
Código: 80–344
John MacArthur
Estamos, como usted sabe, viendo el libro de Romanos. Y esta noche llegamos al capítulo
3, en el versículo 21. Romanos, capítulo 3, versículo 21. Permítame leer los versículos 21,
hasta la primera parte del versículo 25. Romanos 3:21–25, por lo menos la primera parte
del versículo 25: “Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios,
testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo,
para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y
están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia,
mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por
medio de la fe en su sangre”.
Ahora, conforme abordamos esto a manera de introducción breve. Job, ese libro tan
antiguo sin duda, describiendo a un hombre que vivió en el período patriarcal, el período
del Pentateuco. Job, ese hombre justo, ese hombre que fue reconocido por Dios por su fe,
hizo la pregunta más importante que cualquier persona puede hacer. Es presentada en el
capítulo 9 de Job y versículo 2. Y esta es la pregunta que Job, hizo: “¿Cómo puede el
hombre justificarse con Dios?”. Esa es la pregunta más contundente. ¿Cómo puede un
hombre estar bien, o estar en la posición correcta delante de Dios?
Y después él procede a mostrar por qué este es un dilema tan serio. Versículo 3, “Si uno
quisiera disputar con Él, Él no le podría responder una vez en mil veces. Sabio en corazón,
y fuerte en fortaleza; ¿Quién lo ha desafiado, sin daño? Es Dios quien mueve los montes,
no saben cuándo Él los vuelve en su enojo; quien sacude la tierra de su lugar, y sus
columnas tiemblan; quién manda al sol no brillar y establece un sello en las estrellas; el
único que extiende los cielos y pisa las olas del mar; quien hace del Oso, Orión, y la
Pléyades, y las cámaras del sur; quien hace grandes cosas, inescrutables, obras
maravillosas sin número. Si Él fuera a pasar junto a mí, yo no lo vería; si Él fuera a moverse
pasando junto a mí, yo no lo percibiría. Si Él fuera a arrebatar, ¿Quién podría refrenarlo?
Quién podría decirle: “¿Qué estás haciendo?”
Dios no va a volver su enojo detrás de Él. Se agachan los que ayudan a Rahab. ¿Cómo
puedo yo responderle, y escoger mis palabras delante de Él? Porque, aunque yo tuviera
razón, no podría responder; yo tendría que implorar la misericordia de mi juez. Si llamara
y Él me respondiera, yo no podría creer que escuchara mi voz. Porque Él me azota con una
tempestad, y multiplica mis heridas sin causa. Él no me permitirá obtener mi aliento, sino
que me satura de amargura. Si es una cuestión de poder, he aquí, Él es el fuerte; si es una
cuestión de justicia, ¿quién puede convocarlo? Aunque yo soy justo, mi boca me
condenará; aunque soy inocente, Él me declarará culpable”. Esto es como Pablo diciendo:
“Aun cuando no sé nada en contra de mí mismo, por esto no soy justificado. No puedo
traer mi caso delante de Dios”.
Aquí está un hombre, esto es, Job, con un sentido de su condición perdida; con un sentido
de su insignificancia; con un sentido de su culpabilidad, su vaciedad; temiendo la muerte,
estando aterrado del castigo en manos de un Dios santo que no puede con éxito presentar
su defensa aun cuando él dice: “He escudriñado mi vida y no puedo ver nada pecado
continuo. Sé que, no soy por mi propia percepción, justificado así, debido a que mi
percepción es tan limitada”. ¿Cómo puede un hombre estar en una posición correcta con
Dios? ¿Cómo es que usted llega a estar bien con Dios?
Dios es santo, Dios es un juez, y Dios castiga a los pecadores, y Dios castiga a los culpables
que son pecadores. ¿Cómo puede eso cambiar? ¿Cómo puede un hombre estar bien con
Dios y particularmente un Dios como éste, un Dios quien va mucho más allá de mí? Y,
claro, como usted o yo, Job pasa por toda una lista de las cosas que son verdad acerca de
la inmensidad de Dios. ¿Cómo yo, este individuo frágil, débil, no importante, puedo
establecer justicia delante de un Dios tan grande, y glorioso y santo? ¿Cómo puedo yo, por
lo tanto, escapar de su juicio?
Ésa, por cierto, es la pregunta básica de toda religión intenta responder. Esa es la pregunta
básica que toda religión intenta responder. Toda religión está tratando de responder a la
pregunta: “¿Cómo puedo escapar del juicio de Dios y estar en el lugar del favor de Dios —
sea cual sea el dios de esa religión— y terminar en el lugar correcto cuando muera?”. Esa
es la pregunta universal que la religión de manera universal intenta responder. Y tantas
sugerencias se presentan. Pero todas las religiones, de todos los tipos, y de todos los
géneros, básicamente da la misma respuesta. Usted puede alcanzar ese estado de estar
bien. Usted lo obtiene mediante su atención al ser una buena persona y cumplir con los
rituales religiosos necesarios, y derechos y prácticas y ceremonias.
En todo caso, usted llega a estar en la posición correcta con Dios por algo que usted hace.
Ahora, todos van a admitir que Dios es amable, hasta cierto punto. Por lo menos Él le va a
permitir a usted la oportunidad de tratar de hacer eso. Y en diferentes religiones, la
voluntad de Dios es más o menos una gran parte de nuestros esfuerzos. Pero al final,
todas las religiones humanas inventan lo mismo: usted hace el esfuerzo por entrar. Pero la
Biblia demuestra de manera clara y confirma que nadie jamás estará en una posición
correcta con Dios así. Nadie. Nadie va a escapar del juicio y entrar en la bendición. Nadie
va pasar de estar bajo el juicio de Dios y pasar al favor de Dios mediante sus propios
esfuerzos, mediante su propio esfuerzo.
Entonces, si vamos a encontrar un camino para estar bien con Dios, no va a ser hallado en
nosotros. No va a ser hallado en las religiones que inventamos. Si hay una manera de estar
bien con Dios, entonces Dios va a tener que determinar ese camino, porque él es el que ha
sido ofendido. Y ahí está el dilema que toda religión intenta responder. Pablo ha mostrado
claramente, comenzando en el capítulo 1 hasta el capítulo 3, versículo 20, en donde
terminamos la última vez, que nadie puede estar bien con Dios en base al esfuerzo
humano. Así es como el versículo 20 termina esa sección entera al decir: “Por las obras de
la ley, ninguno será justificado delante de Él”. Nadie estará bien con Dios mediante las
obras de la carne. Eso es guardar la ley moral de Dios o algún tipo de ceremonia.
De hecho, toda la raza humana se queda corta. Todos están bajo pecado. Capítulo 3,
versículo 9, “judíos y griegos todos están bajo pecado”. Y Romanos 1:18, “La ira de Dios se
revela desde el cielo contra toda injusticia”. Entonces, todos son injustos, todos están bajo
pecado y, por lo tanto, todos están bajo juicio, y nadie tiene la capacidad en sí mismo de
cambiar esa situación, sin importar cuán moral él intente ser o cuán religioso sea. Esa es la
condenación de los capítulos de apertura.
Entonces, no hay manera, en la que un hombre alcance la justicia por sí mismo. Esto en
particular es devastador para la gente religiosa. Y los judíos eran los más religiosos de los
religiosos. Y creían que podían alcanzar un lugar correcto con Dios, una posición correcta
con Dios, aceptación de Dios, favor de Dios, incluyendo vida eterna en el cielo al guardar la
ley de manera meticulosa. Bueno, eso es exactamente lo que Pablo quiere disipar. Bueno,
pregunta usted: “Bueno, ¿de qué sirve la ley, entonces, si usted no puede, por la ley, ser
hecho justo, recto?”. Bueno, Pablo ya ha respondido eso, ¿no es cierto? No somos hechos
justos por la ley. De regreso el capítulo 3, versículo 20, sino que más bien, “Porque por
medio de la ley es el conocimiento del pecado”.
Entonces, el propósito de la ley no es salvar a alguien; es condenar a todo mundo. El
propósito de la ley no es mostrarle cuán bueno es usted, sino mostrarle cuán malo es
usted. Y, claro, la ley presenta demandas máximas: “Sed santos, porque yo soy santo”.
“Sed pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”. El
estándar de la ley nunca es rebajado. Siempre es igual; demanda perfección. Gálatas 3,
dice: “Si violas una parte de la ley, eres culpable de todo”.
Entonces, Miqueas hace la pregunta penetrante, en el sexto capítulo de su profecía,
versículo 6 y 7, “¿Con que vendré al señor y me postraré ante el Dios que está en lo alto?
¿Vendré a Él con holocaustos, con animales? ¿Acaso el Señor se deleita en miles de
carneros, en decenas de miles de ríos de aceite? ¿Presentaré mi primogénito por mis
actos rebeldes, todo de mi cuerpo por el pecado de mi alma? ¿Dios quiere animales?
¿Debo entregar mi bebé? ¿Acaso eso satisfacerá a Dios? ¿Acaso eso va a ganarme una
relación con Él? El camino a Dios no es mediante el sacrificio humano religioso más
extremo el sacrificio animal, hasta el sacrificio humano, ofrecer el fruto de su cuerpo, su
propio hijo, como si eso de alguna manera apaciguara a Dios, como se decía, usted
recordará por aquellos que adoraban a Moloc.
Entonces, todos los pecadores, y eso significa todos los humanos, están bajo juicio. Todos
los pecadores son incapaces por igual, por sus propios esfuerzos, moral y religiosamente,
de ganarse el favor con Dios. Los estándares de la religión verdadera son perfección
divina. Esa es la única cosa que Dios acepta, y no podemos alcanzar eso. Esa es la razón
por la que hemos estado aprendiendo que en la apertura del capítulo 3 tiene la intención
de callar al mundo entero. De regreso el versículo 19, “Porque todo lo que la ley dice, se lo
dice aquellos que están bajo la ley, para que toda boca sea callada (toda boca sea callada;
no hay defensa; no tienes nada que decir) y todo el mundo sea responsable (o culpable)
delante de Dios”.
Antes en ese capítulo, Pablo, citando el Antiguo Testamento, dijo: “No hay justo, ni aún
uno”. Entonces, la situación del hombre es oscura, es de desesperanza. En sí mismo no
tiene esperanza. En su religión no tiene respuesta real. Él va camino al juicio divino, y no
hay remedio. La ley únicamente lo condenará, la ley no le ayudará; la ley lo maldecirá; la
ley va pronunciar una sentencia de muerte sobre él. ¿Qué esperanza tiene él? Y después
usted llega al versículo 21, y las primeras dos palabras son una transición de esperanza a la
que le damos la bienvenida, “Pero ahora”, pero ahora. Hemos tenido suficiente de lo
horrendo de los tres capítulos de apertura.
Ahora necesitamos algo de esperanza. “Pero ahora”, literalmente en estos tiempos
actuales, un momento muy crucial en la historia redentora. Esta es la plenitud del tiempo.
Y en este tiempo, fuera de la ley, la justicia de Dios se ha manifestado. Exactamente
cuando el hombre necesitaba justicia, apareció en la plenitud del tiempo — en este
tiempo actual, ahora— hablando de la era del Nuevo Testamento y la llegada, claro, del
Señor Jesucristo — una justicia— “La justicia (literalmente) de Dios ha sido manifestada”.
La justicia del hombre es inepta. Si vamos a estar bien con Dios, necesitamos otra justicia
que no sea la nuestra.
Debido a que no podemos ser justos por algo hecho del lado humano, la única manera en
la que podemos ser justos es por algo que se nos dé del lado divino. Necesitamos una
justicia igual a la justicia de Dios. La única justicia que es igual a la justicia de Dios es la
justicia de Dios. Buenas noticias: “Aparte de la ley, (la cual únicamente puede condenarlo
a usted) la justicia de Dios se ha manifestado”. Esta es la única solución. Una justicia tiene
que descender a nosotros. Una justicia que está fuera de nosotros. Dios mismo tiene que
venir a rescatarnos. Dios tiene que darnos una justicia que está fuera de nosotros, por
encima de nosotros y que va más allá de nosotros.
El mismo que dio la ley para condenarnos, también deben darnos la justicia para
salvarnos. Esta es la ley del Evangelio glorioso de Jesucristo brillando en nosotros. La
justicia que usted necesita y que yo necesito para ser salvo, Pablo dice, viene de Dios. Es la
justicia de Dios mismo. Me acuerdo de Isaías 45:8, que dice: “Desciendan, ustedes cielos,
de arriba, que los cielos derramen justicia (el versículo sigue) que la tierra se abra, que
produzca salvación, que la justicia brote junta. (Y después cierra) Yo el Señor, la he
creado”. Esta es la justicia de Dios que desciende a nosotros. Es, como dije, una justicia
que está fuera de nosotros.
Se acuerda del testimonio del apóstol Pablo en Filipenses capítulo 3, el cual, claro es, algo
así, en el versículo 8: “Todo lo tengo por basura comparado al valor de conocer a
Jesucristo mi Señor, por quien he padecido la pérdida de todas las cosas, las tengo por
basura para que pueda ganar a Cristo y ser hallado en Él, no teniendo una justicia mía
derivada de la ley, sino aquella que es mediante la fe en Cristo, la justicia que viene de
Dios en base a la fe”. Esta es la enseñanza simple, clara del Nuevo Testamento acerca de
la justicia necesaria para salvación que estuvo perdida literalmente por un milenio más, en
la historia, y que fue recuperada por la reforma. No desapareció de manera completa.
Hubo personas fieles, creyentes que entendieron esto a lo largo de esa era, pero la Iglesia
romana dominante fue edificada y todavía opera en base a que los hombres tienen, en
ellos, suficiente bondad, junto con la gracia de Dios, para alcanzar una justicia satisfactoria
con Dios que los salva. No obstante, esto, no es eso. Esta es la justicia que le pertenece a
Dios, que desciende de Dios y nos es dada. Es descrita aún más, en Daniel 9:24 y el Salmo
119:142, como una justicia eterna. Es, Isaías 61 que dice: “Mi justicia será para siempre”.
Es una justicia eterna que trasciende todo en el mundo de la experiencia humana. Es el
tipo de justicia que cumple la ley. Y en la vida de Jesús, es manifiesta. Jesús, siendo Dios,
fue perfectamente justo. Él manifestó esa justicia perfecta en su obediencia activa. En su
obediencia activa. Él fue perfectamente obediente a la ley. Él nunca violó la ley. Él estuvo
sin pecado.
Entonces, Él fue el modelo viviente de perfección justa en su obediencia activa. Él también
cumplió de manera perfecta la paga de la ley en la cruz en su obediencia pasiva, en donde
Él pudo pagar el precio infinito, sufrir muerte y sufrir la experiencia del infierno y resucitar
de los muertos. Entonces, Jesús es el modelo perfecto de justicia en el sentido de que Él
vivió una vida perfectamente justa. E inclusive modela la justicia, conforme demanda un
castigo y Él cumplió ese castigo al morir en la cruz. El tipo de justicia, entonces, que es
mostrado en la justicia activa de Cristo, en su perfección, es el tipo de justicia que es
requerida. Y debido a que no podemos alcanzarla, tiene que descender del cielo.
Esa la razón por lo que es tan asombroso pensar en Hebreos 10:14, el cual dice que
cuando usted coloca su vida en las manos de Dios mediante la fe en el Señor Jesucristo,
cuando usted regenerado, nacido de nuevo, usted es perfeccionado para siempre. Usted
es perfeccionado para siempre. La santificación es, pensamos únicamente en ella en su
sentido progresivo, pero la santificación es una palabra más grande que esa. El versículo
dice: “Siendo perfeccionados”. Somos perfeccionados para siempre los que estamos
siendo santificados. Entonces, santificación es una palabra que tiene un aspecto
progresivo, pero también significa algo que va más allá de eso, llevándonos hasta la
perfección.
Entonces, cuando pensamos en justicia, estamos pensando en una justicia perfecta,
justicia divina, aquello que es verdad de Dios, y aquello que fue manifiesto en Jesucristo,
un tipo de justicia que es perfección misma, el tipo de justicia que es eterna. Se nos dice,
en el Nuevo Testamento, que en el nuevo cielo y en la nueva tierra mora la justicia. Es esa
justicia misma que le pertenece a Dios que es eterna. Esto es lo que se requiere; esto es lo
que necesitamos tener. No podemos alcanzarla; se nos tiene que dar, y se nos tiene que
dar mediante la gracia. ¿Verdad?
Si usted no se la puede ganar, es un regalo de gracia. Y esa es la gloria del Evangelio. Esa
es la razón por la que fue tan emocionante en el capítulo 1, versículo 16, para Pablo,
bueno, en el versículo 15, decir: “Estoy pronto a predicar el Evangelio; porque no me
avergüenzo del Evangelio; porque es poder de Dios para salvación para todo aquel que
cree, al judío primeramente y también al griego. Porque en Él la justicia de Dios se revela”.
Es el Evangelio que trae la justicia de Dios a nosotros.
Ahora, hemos estado hablando en este capítulo, la semana pasada, del hecho de que hay
una escena de corte. El hombre está siendo juzgado; no hay defensa. En el juicio delante
de Dios, somos declarados culpables. Sin embargo, Dios es amoroso y lleno de gracia y
desea justificar al pecador, declarar al pecador culpable, justo. Pablo inclusive dice, y
llegaremos a esto más adelante, capítulo 4, versículo 5, que Dios justifica a los impíos.
¿Cómo puede hacerlo Él? ¿Cómo puede hacerlo? ¿Cómo puede Él justificar al impío o
hacer que el impío esté bien con Él? ¿Cómo puede el hacer eso? Eso es impresionante
para el legalista. Eso sería impresionante para el judío porque Proverbios 17:15 dice que:
“El que justifica al impío es abominación a Jehová”. Éxodo 23:7, dice, citando a Dios, “No
justificare al impío”.
Pablo, volteando la mesa y diciendo: “Dios justifica al impío. Él justifica al impío. Él
manifiesta su justicia aparte de la ley. Eso quiere decir, que estar bien con Dios depende
no de usted sino de Dios. No en lo que usted se ganó, sino en lo que Dios da. Esta es la
majestad del Evangelio. Todo depende de Dios. Todo depende de Dios. Ahora, conforme
vemos la justicia de Dios, únicamente quiero en cierta manera desglosarla un poco y darle
algunas maneras para avanzar a lo largo del pasaje, porque este es el corazón de nuestro
Evangelio cristiano. Usted necesita saber esto por la riqueza que trae a su propio corazón.
Como creyente, necesita conocerlo para que pueda declarárselo a otros con claridad y
exactitud.
Entonces, dividámoslo un poco. Varios elementos aparecen. La justicia de Dios, en primer
lugar, es aparte del legalismo. ¿Muy bien? Número uno, es aparte del legalismo. Es el
principio mismo del versículo 21, “Ahora, aparte de la ley”, aparte de la ley. Eso está en la
posición enfática, sea lo que sea que viene primero en el orden de la oración griega es
enfático: “Pero ahora, a parte de la ley, la justicia de Dios se ha manifestado”. Mientras
que el tema principal es la justicia de Dios, la posición enfática es aparte de la ley.
Esto necesita estar en la posición enfática porque es característico de todas las religiones
falsas, sea judaísmo o cualquier otra religión, que usted es hecho recto con Dios al guardar
alguna ley. Esta justicia no tiene nada que ver con guardar la ley. Como leímos de regreso
en el capítulo 3, versículo 20, ya que por medio de la ley viene únicamente el
conocimiento del pecado, no la justicia. Ahí en el capítulo 5, versículo 20, “La ley vino para
que la transgresión incrementara”—incrementara. No ayuda; inflama el pecado incita el
pecado; trae una maldición. La ley no le ayuda a usted.
Entonces, esta justicia es aparte de la ley, sin la cooperación de algún esfuerzo legalista.
Capítulo 4, versículo 15, “La ley trae ira”. Lo único que hace es producir ira. En el capítulo
2, él dijo: “Mientras que los hombres viven, continúan amontonando ira para el día de la
ira”. Continúa empeorando, y empeorando, y empeorando, entre más viven, y Dios
mantiene un registro de cada pecado. Entonces, si alguien va a estar bien con Dios, va a
ser de manera total, independiente de cualquier cosa que algún hombre pueda hacer. No
puede pasar. Robert Haldane escribió: “A esa justicia el ojo del creyente siempre debe
estar dirigido”.
Esa justicia que es la justicia de Dios. En esa justicia debemos descansar. En esa justicia
debe estar la vida. En esa justicia debemos morir. En esa justicia debemos aparecer ante el
juicio. En esa justicia debemos estar para siempre en la presencia de un Dios justo.
Tenemos que alejarnos de manera total de cualquier tipo de justicia humana. El error más
grande sobre el planeta es cometido por personas religiosas al seguir la salvación y el cielo
en base a su propia justicia. Esta justicia, la cual es requerida, es aparte de la ley.
En segundo lugar, está construida sobre la revelación. No es algo que hasta este entonces
se había desconocido. Versículo 21, “Testificada por la ley y los profetas”. La ley y los
profetas es un eufemismo para el Antiguo Testamento. La ley y los profetas simplemente
significan el Antiguo Testamento. El Antiguo Testamento nunca prometió que la salvación
vendría al guardar la ley. Ese no fue el mensaje del Antiguo Testamento. Pase al capítulo 4,
versículo 3, por un momento. “Porque si Abraham fue justificado por las obras —versículo
2— él tiene que gloriarse, pero no delante de Dios”. Versículo 3: “Pero ¿qué dice la
Escritura?” ¿Qué dice? Esto está citando Génesis 15:6, “Abraham creyó a Dios, y le fue
contado por justicia”. Se le dio una justicia por parte de Dios en base a la fe. Versículo 7,
más bien, versículo 6, “David habla de la bienaventuranza del hombre a quien el Señor
acredita justicia aparte de las obras: Bienaventurados aquellos cuyas transgresiones han
sido perdonadas, y cuyos pecados han sido cubiertos. Bienaventurado a quien el Señor no
toma en cuenta su pecado”.
Entonces, esta no es una desviación del Nuevo Testamento de lo que el Antiguo
Testamento enseñó, como si el Antiguo Testamento enseñara salvación al guardar la ley,
usted sabe, si cumples con suficientes requisitos morales de la ley, y si haces suficientes
ceremonias las veces necesarias, te vas a ganar el favor con Dios. Eso nunca fue lo que el
Antiguo Testamento enseñó. Las ceremonias y las prácticas del Antiguo Testamento no
podían dar vida. 2 Corintios 3, dice: “La letra de la ley, (¿hace qué?) mata, pero él Espíritu
da vida”.
Entonces, el testimonio del Antiguo Testamento fue de una justicia que viene por la fe y
no por obras. Y eso nos lleva al tercer punto. La justicia de Dios es aparte del legalismo,
está construida sobre la revelación y es adquirida por la fe. Adquirida por la fe. Versículo
22, “Esto es la justicia de Dios (él lo dice otra vez, repitiendo del versículo 21) mediante la
fe en Jesucristo para todos aquellos que creen, porque no hay diferencia”. De nuevo, la
justicia no es la justicia del hombre, sino que es la justicia que le pertenece a Dios. No
puede ser alcanzada mediante las obras porque ningún hombre tiene la capacidad de
desempeñar, de cumplir la justicia de Dios. No puede venir mediante las obras; si es la
justicia de Dios, no puede ser por algo que hacemos.
Y esto es reafirmado aquí. Viene mediante la fe. Mediante la fe. Pase al capítulo 4,
versículo 5, “Al que no obra, sino que cree en el que justifica al impío, su fe le es contada
por justicia”. Capítulo 5, versículo 1, “Por tanto, siendo justificados por la fe”. Efesios 2:8 y
9, “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros”. La fe es el
instrumento mediante el cual recibimos el regalo de la justicia de Dios. Es simplemente al
creer. Al creer.
Hablando de Abraham, en el capítulo 4, versículo 20, dice: “Y no titubeó en incredulidad,
sino que se fortaleció en la fe, dando gloria a Dios estando plenamente convencido de lo
que Dios había prometido, que Él podía cumplirlo. Eso le fue contado por justicia”.
Eso define la fe para nosotros. ¿Qué es la fe? No es incredulidad, sino que es una creencia
fuerte que da gloria a Dios. ¿Y cómo es que usted hace eso? Al creer que lo que Dios
promete Él lo hace. Lo que Dios promete esta revelado en la Escritura, revelado en el
Evangelio. Cuando usted cree en el Evangelio, usted está creyendo en la promesa de Dios.
¿Cómo recibe usted la justicia de Dios? Al creer en la promesa del Evangelio de que él le
dará a usted su justicia si usted coloca su confianza en Cristo. Simplemente creer. Fue
verdad de Abraham; fue verdad de David; es verdad de toda persona. Esa es la razón por
la que la salvación es llamada el regalo de Dios, no de obras, Efesios 2:9.
Habiendo creído, recibimos como un regalo la justicia de Dios dada a nosotros. ¿Creído
qué? Creído en la promesa de Dios. La promesa de Dios en el Evangelio es una promesa en
Cristo. Esa es la razón por la que Romanos 10 dice que la fe que salva viene al oír el
mensaje acerca de Cristo. Y después Romanos 10, dice, que si confesares con tu boca a
Jesús como Señor y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
Esa es la razón por la que, como protestantes, siempre decimos: “La salvación es mediante
la gracia únicamente, mediante la fe únicamente, en Cristo únicamente”. Sola fide, solo
Christus, sola gratia; esas son las solas de la Reforma. Sola Scriptura: la Biblia siendo la
única fuente de la verdad del Evangelio.
Y también sabemos que existe la fe falsa, ¿no es cierto? Lo hemos repetido en el bautizo
esta noche. La gente tiene una fe falsa. Es mostrada en el Nuevo Testamento en personas
que tienen un interés superficial en Jesús y eventualmente se alejan. Los discípulos, por
ejemplo, en Juan 6, ya no andaban más con él. O sus palabras en Juan 8: “Si continúas en
mis palabras, entonces eres mi discípulo real”. O 1 Juan 2:19, “Salieron de nosotros
porque no eran de nosotros. Porque si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido
con nosotros.
Pero salieron de nosotros para que se manifestara que no son de nosotros”. O la parábola
de las tierras. La parábola de las tierras tan conocida por nosotros en el capítulo 13 de
Mateo, en donde vemos que la semilla es arrojada suelo, y entra al suelo, y comienza
germinar un poco, y se aparece en la tierra y después muere. Hay fe falsa. Eso no es
verdad en la fe salvadora. La fe salvadora y verdadera permanece. La fe salvadora
verdadera crece y florece y se manifiesta a sí misma en evidencias de una vida
transformada.
Creo que la fe salvadora probablemente es definida de la manera más clara en su sentido
puro allí en el capítulo 6 de Romanos y en el versículo 17: “Más gracias sean dadas a Dios,
que, aunque erais esclavos del pecado, os volvisteis obedientes del corazón aquella forma
de enseñanza, —de doctrina— a la que fuisteis entregados; y habiendo sido liberados del
pecado, os volvisteis esclavos de justicia”. Ahí está la evidencia de la salvación real. Esa es
la sustancia real. Ustedes, ustedes fueron esclavos del pecado. El versículo 16, dice eso, el
pecado resultando en la muerte. “Más gracias sean dadas a Dios que, aunque antes erais
esclavos del pecado, ahora, habéis sido obedientes del corazón”. Entonces, aquí tiene
usted la obediencia emanando de un corazón transformado, demostrado no sólo en
conocer la enseñanza, sino en estar comprometido con esa e enseñanza y ser obediente a
ella.
Ahora, regrese a Romanos 3, por un momento, y recuerde que ésta no esté en algo
nebuloso, sino que la justicia de Dios mediante la fe en Jesucristo, fe dirigida a Él, quien es
Él. Esa es la razón por la que dijimos: La fe vienen por el oír la verdad acerca de Cristo.
Usted no puede colocar su fe en aquel de quien no conoce usted. ¿Cómo oirán sin un
predicador? ¿Cómo predicarán a menos de que sean enviados? Entonces, cada uno
construye sobre el otro.
Es esencial, entonces, que proclamaremos que la justicia está disponible para aquellos que
creen en las promesas de Dios en Cristo, y, por lo tanto, creyendo en las promesas de Dios
en Cristo, coloquen su confianza en Cristo. Y para todos aquellos que creen, porque no
hay diferencia. Judío, gentil; religioso, no religioso; sea cual sea trasfondo, hombre, mujer;
esclavo, libre, no hay diferencia. Pablo presenta esto de manera clara y repetida,
ciertamente Romanos y también en el libro maravilloso de Gálatas.
Entonces, la justicia de Dios, es aparte del legalismo, aparte de mérito personal en guardar
la ley. Está construida sobre la revelación. No es algo nuevo; es el mismo mensaje antiguo
remontándonos a Génesis 15:6. Es adquirida por la fe, y después vimos aquí que es
provista para todos, para todos los que creen. No hay distinción porque todos están en la
misma situación. Versículo 23: “Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria
de Dios”. Es para todos los que creen, porque todos están en la misma situación trágica.
No toda persona es tan mala como el resto de la gente. Pero toda persona está en la
misma situación de incapacidad total. Solía ilustrarlo muchos años atrás, cuando estaba
hablándole a jóvenes, al decir: “No todos saltamos igual de bien, ni tan alto, ni tan lejos”.
Solía estar en el salto a distancia y en el salto de altura cuando estaba en la preparatoria y
la universidad, y podía saltar más lejos que algunas personas y no tan lejos como otras
personas. Esa es la razón por la que no fue una carrera muy larga para mí. Podría saltar
más alto que algunas personas y no tan alto como otras personas. Pero si todos nos
alineáramos en cierta manera en la costa del Océano Pacífico y saltáramos, ninguno de
nosotros terminaría en Japón. Ninguno de nosotros terminaría en Hawái. Nadie inclusive
llegaría a Catalina.
Esto simplemente va más allá de nuestra capacidad. O si, quizás, inclusive de manera más
dramática, todos decidiéramos estar de pie al borde del Gran Cañón, y el objetivo fuera
saltar al otro lado, todos estaríamos en lugares diferentes en el fondo. Pero todos
igualmente muertos. O si usted quisiera ser la misma analogía desde el punto de vista de
altura, no todos nosotros tenemos la misma altura; algunos de nosotros somos más bajo
de estatura, y otros más altos. Pero en relación a la estrella más cercana, estamos a una
distancia relativamente infinita.
No todos han pecado al mismo grado, pero todos no tienen la capacidad de llegar algún
lugar, algún punto que estuviera cercano del estándar que Dios ha establecido, y eso ya ha
sido delineado claramente en este libro. Versículo 23: “Por cuanto todos pecaron y están
destituidos”. Todos caemos en diferentes niveles, en diferentes alturas, pero todos
quedamos cortos. Quedamos cortos de la gloria de Dios. La gloria de Dios simplemente es
una manera de definir justicia de Dios, la perfección de Dios, la santidad absoluta de Dios.
No nos acercamos, ni siquiera nos acercamos.
Entonces, todos estamos en el mismo predicamento, tenemos una provisión que todos
necesitamos. Entonces, estar bien con Dios es aparte del legalismo, está construido sobre
la revelación, es adquirido por la fe, provisto para todos, y después, en quinto lugar, dado
gratuitamente mediante la gracia. Dado gratuitamente mediante la gracia. Versículo 24,
“Siendo justificados”, esa es la misma palabra como la palabra “justicia/justo” de “dikaios”
o “dikaioō”, el verbo. “Siendo justificados (o declarados justos) como un regalo por su
gracia”. Ese, es el corazón del Evangelio aquí. No hay manera de darle la vuelta a esto.
Cualquier religión que dice que usted hace alguna contribución a su salvación es un
Evangelio falso, y cualquier persona que lo predica, Gálatas 1, dice, debe ser condenado.
Que sea anatema. Lo que Pablo quiere decir al usar el verbo “dikaioō” aquí es
simplemente que alguien sea justo delante de Dios. Y la única manera en la que puede
llegar a pasar es como un regalo. Y “un regalo” es usado, la palabra es usada para
distinguirlo de algo que usted se gana. No es un sueldo; es un regalo para establecernos
como justos delante de Dios, es algo que es de manera pura un regalo. Es un regalo de
gracia.
¿Y qué es gracia? Favor inmerecido, bondad que no nos hemos ganado. Significa que,
aunque no lo merecemos, aunque no nos lo hemos ganado, Dios nos trata como si somos
justos. ¿Cómo es que Él hace esto? Al concedernos su propia justicia. Esta es una realidad
sorprendente; éste es el distintivo del Evangelio cristiano. Cualquier error en esta área y
usted le ha quitado el corazón al cristianismo. Y es realizado como un regalo por su gracia.
Algunas de las traducciones más antiguas dicen, “gratuitamente por su gracia”. De hecho,
literalmente es un regalo, sin pago, sin mérito humano. Y de nuevo, si usted quiere un
testimonio del Antiguo Testamento, recuerde Isaías 55:1, “Vengan, compren salvación, (en
la metáfora de alimento y bebida) sin dinero y sin precio”. Es un regalo. “No de obras —
Efesios 2:9— para que nadie se gloríe”. Gratuitamente como un regalo.
Esta misma palabra “regalo” o don, o dádiva, es usada en el Evangelio de Juan, hablando
de Cristo de ser castigado, sin causa. Es usada en Gálatas 2:21 para referirse a Cristo
muriendo sin una razón. Eso es exactamente lo que significa. Se nos es dada la justicia sin
una causa en nosotros mismos, sin una razón en nosotros mismos. Puramente por su
gracia. Pablo usa el término “charis”, cien, más de cien veces en sus epístolas, y es por
gracia. Pero no fue barata. Mientras que esta salvación, esta rectitud con Dios es aparte
de la ley, está construida sobre la revelación, es adquirida por la fe, es provista para todos,
es dada gratuitamente mediante la gracia. Requirió un gran precio; ese es el sexto punto.
Requirió un gran, gran precio.
Observe el versículo 24, “Mediante la redención es en Cristo Jesús; a quien Dios mostró
públicamente como una propiciación en su sangre mediante la fe”. Redención significa
rescatar mediante el pago de un precio. Nosotros no pagamos es un regalo. Pero alguien
paga. Alguien compra el regalo. Cuando usted recibe un regalo, usted no paga. Sabe una
cosa, yo podría ser una de las personas más dotadas, no en el sentido de que estoy
hablando de mí mismo como ser dotado, sino en el sentido de que estoy hablando de que
otras personas me den un regalo a mí. Yo recibo tantos regalos. Digo, recibo todo tipo de
regalos. Simplemente esta mañana se me dieron varios regalos, lo cual es un domingo
típico para mí.
Recibí una hermosa chamarra, una especie de saco, o algo. Éste es el emblema de las
fuerzas militares que operan en Guantánamo, en la costa de Guantánamo, debido a que
uno de los hombres estuvo en nuestro servicio esta mañana y escucha, y me escucha
predicar todo el tiempo a través de su computadora, lo que sea, él quería agradecerme al
darme abrigo, su saco. Alguien más se me acercó esta mañana y me dijo: “Observe esto,
—él dijo— este es un vertebrado de 70 millones de años de antigüedad”. Y después ese
rio y dijo: “Por lo menos eso es lo que me dijo, y me gustaría que lo tengas”. Se veía de
manera clara como un vertebrado. ¿70 millones de años de antigüedad? No.
Entonces, lo añadí a mi colección de colmillos. Tengo colmillos de mastodontes que fueron
extraídos de la parte norte de Rusia en la tundra, ahí en el Círculo Ártico. Y cuando
desenterraron los mastodontes que estaban ahí, los abrieron, y en su estómago hay
plantas tropicales. ¿Por qué? Porque ese fue un paraíso tropical como el resto del mundo
antes del diluvio. Y se ahogaron en el diluvio, y en la tundra congelada, ahí por el Círculo
Ártico, lo que estaba en su estómago todavía está ahí. Eso es algo interesante. Tengo un
colmillo de un animal que existió alrededor del tiempo de Noé. Por cierto, un hombre ahí
quería que lo tuviera, y él grabó en el colmillo la forma de un mastodonte.
Entonces, es un mastodonte que está grabado en un colmillo de mastodonte antes del
diluvio. Es un regalo bastante interesante. Recibo muchos regalos bastante interesantes.
También tengo muchos regalos que realmente son inútiles. Pero, recibo arte y todo tipo
de cosas que la gente me da, y todas son expresiones de amor. Alguien paga por esto. El
amigo que me dio el colmillo lo consiguió de un hombre en una choza en el Círculo Ártico.
Sé que alguien paga un precio por el regalo.
Ahora, podemos entender eso, ¿verdad? Es gratis para mí. Pero la historia de cómo llegó a
mí algunas veces es mucho más interesante que el regalo mismo. Mucho más interesante.
Algunas veces el precio es muy elevado. Recibí un regalo durante la conferencia de
pastores que era una caja grande y larga, y la abrí, y había ahí un palo. Digo, un palo
bastante grande y pesado. Tan ancho y pesado como un bate de béisbol de más de un
metro ochenta de longitud. Y estaba grabado en todos lados, en todos lados, todo tipo de
versículos bíblicos grabados y mi nombre y grabado, y grabado, y grabado. Una cantidad
increíble de trabajo como una expresión de amor.
Ahora la pregunta contundente es, ¿qué hago con este palo grande? Podría caminar de
manera lenta y cargarlo. Pero decidí que, si me lo llevaba para caminar, acabaría agotado
en cinco minutos simplemente al cargar eso. Pero usted entiende. Todos recibimos la
gracia de muchos, muchos regalos, pero alguien paga un precio profundo por lo regalos. Y
aquí encontramos cuál es el precio. Tuvo que haber una redención. Tuvimos que ser
rescatados. Tuvimos que ser comprados porque, de hecho, recibimos un regalo y nos
volvemos un regalo del Padre para el Hijo. Redención es una palabra tan hermosa,
“apolutrōsis”. Aparece unas 10 veces en el Nuevo Testamento. Siempre expresa la idea de
liberación mediante el pago de un rescate.
En este caso, somos librados de Dios. Es un concepto interesante. Dios literalmente paga
un precio para redimirnos de sí mismo en el sentido de que Él nos redime de su ira a su
misericordia. ¿Quién va a pagar por nosotros? ¿Quién va a pagar el precio por nosotros?
Bueno, Él nos dice: “La redención que es en Cristo Jesús”. El griego inclusive podría
permitir, “la cual es por” Cristo Jesús. Entonces, fue el precio que fue pagado por Cristo en
la cruz lo que nos redimió. ¿Cómo podía hacer eso? Versículo 25: “A quien Dios puso como
propiciación por medio de la fe en su sangre”. ¿Qué significa eso? ¿Qué significa
“propiciación”. Propiciar a alguien significa satisfacerlo.
Cuando decimos que Dios es propiciado, queremos decir que Dios queda satisfecho. Su
justicia es satisfecha. Es una palabra hermosa, “hilasterion”. Y realmente es la idea de que
el pecado puede ser borrado porque la justicia es satisfecha. Su uso común era referirse al
el cual era el propiciatorio, la tapa que cubría el Arca del Pacto en el Lugar Santísimo en
donde la sangre era rociada en el día de la expiación. Y entonces, Dios pagó un precio. ¿El
precio? Sangre sacrificial. La sangre sería la sangre de su propio Hijo, el Señor Jesús. Eso es
lo que Él requería.
Entonces, Jesús va a la cruz, según 2 Corintios 5:21, “Él fue hecho pecado por nosotros”.
Esto es, Dios lo trató como si hubiera cometido nuestros pecados y lo castigó de manera
plena con toda su ira. Hablamos de eso, ¿no es cierto? En el Evangelio de Lucas en
cuestión de horas, Jesús, debido a que Él es un ser infinito, puede tomar una cantidad
infinita de castigo. Y él llevó toda la ira de Dios por todos los pecados de todos los que
jamás creerían en unas cuantas horas en la cruz. Y Dios quedó propiciado. Dios fue
satisfecho. Dios mostró públicamente a Cristo como su propiciación. Y nosotros recibimos
el regalo, él lo vuelve a decir, “mediante la fe”.
Y este es el Evangelio cristiano. Esto es lo que inició la reforma. Esta es la verdad que
salva. Usted recibe el regalo por la fe. No se lo puede ganar. No tenemos que esperar
hasta que muramos para saber si vamos a llegar al cielo. Los católicos romanos creen que
es presuntuoso pensar usted va a ir al cielo; no sabremos hasta que muramos. Y el 90% de
nosotros no vamos a entrar directamente al cielo de cualquier manera; vamos al
purgatorio. Y después, todo en el purgatorio depende en qué tan bien nos portamos aquí
y que tan bien la gente ora aquí por nosotros para sacarnos de ahí, y de cuánto tesoro de
mérito puede ser transferido a su cuenta.
Eso no es lo que la Escritura enseña, que usted tiene que ganarse su camino al cielo en
esta vida y después quizás ganarse su camino al cielo en la vida después de la muerte.
Usted no se gana su camino al cielo en absoluto, usted coloca su fe en Jesucristo, y Dios es
satisfecho con el sacrificio de Cristo a favor de usted y a favor de mí. Horacio Bonar, el
predicador escocés, escribió: “No lo que mis manos han hecho pueden salvar mi alma
culpable / No lo que mi carne cansada ha hecho puede hacer que mi espíritu quede
completo / No lo que yo siento o lo que hago puede darme paz con Dios / No todas mis
oraciones, y el tamaño de mis lágrimas pueden llevar mi carga terrible / Tu gracia
únicamente, oh Dios, para mí puede hablar perdón / Tu poder únicamente, Oh Hijo de
Dios, puede romper esta esclavitud / Ninguna otra obra puede salvar más que la Tuya,
ninguna otra sangre lo hará / Ninguna fortaleza, más que aquella que es divina, puede
llevarme con seguridad “.
Y esas son las buenas noticias que siguen a las malas noticias en los capítulos de apertura.
Hay tanto más que puede ser dicho acerca de la gloria de este Evangelio, y será abierto
para nosotros conforme continuamos la próxima vez.
Señor, gracias de nuevo por tu Palabra; simplemente es tan alentadora para nosotros.
Entendemos estas cosas, muchos de nosotros las entendemos. Hay algunos que no. Para
muchos, esta noche es la primera vez que realmente entienden esto, y estamos tan
agradecidos por eso, la claridad de la Escritura que nos habla con una pureza tan
magnífica.
Gracias por el entendimiento incorporado en la Escritura y el doble entendimiento que
viene mediante el ministerio de enseñanza del Espíritu Santo. Gracias por la gloria del
Evangelio; este Evangelio en el que permanecemos firmes, mediante el cual somos salvos,
al cual nos aferramos con esperanza eterna.
Salva pecadores esta noche, Señor, que han pensado, quizás que su bondad puede
ganarles lugar en Tu reino. Únicamente van a descubrir que lo único que su bondad les
ganó fue un infierno eterno porque quedaron tan cortos. Tráeles gracia y salvación por la
fe, oramos en el nombre de Cristo, amén.
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El señorío de Cristo: Introducción


Escritura: Escrituras Seleccionadas

Código: 90–20
John MacArthur
Esta noche quiero hablarle acerca de un tema muy, muy importante, el tema del señorío
de Cristo, en y por sí mismo fuera de cualquier asunto, fuera de cualquier discusión
contemporánea teológica en la iglesia el tema sobresalió por sí mismo. Ciertamente tratar
el tema del señorío de Cristo debería ser un estudio primordial para cualquier creyente.
Hay un sentido en el que preferiría que ni siquiera tuviera que discutir este asunto desde
el punto de vista desde el cual lo tengo que discutir en esta noche. Quiero abordar el tema
desde una especie de punto de vista polémico. Esto es me gustaría defender el señorío de
Cristo en contra de lo que yo creo que es un ataque actual. Creo que este ataque en
contra del señorío de Cristo ha estado ya viniendo durante mucho tiempo.
Me acuerdo como un niño pequeño oír a gente que le decía con frecuencia a los
cristianos, oía predicadores decirlo, oradores, maestros. Dirían, “Necesitas hacer de Cristo
el Señor de tu vida.” ¿Cuántos de ustedes han oído a alguien decir eso? Necesitas hacer de
Cristo el Señor de tu vida. Muchos, de hecho casi todos levantaron su mano. “Cristo ha
sido mi Salvador.” Oye usted a gente dar testimonio y decir, “Y ahora quiero hacerlo el
Señor de mi vida.” Con mucha frecuencia asistíamos a una conferencia o retiro o alguna
especie de conferencia con un énfasis en particular y la gente decida, “Sí, he sido un
cristiano y Cristo ha sido mi Salvador. Pero él nunca ha sido Señor de mi vida.” Y
normalmente la gente que dice eso está tratando de explicar cómo es que puede suceder
que en algún punto en su vida aceptaron a Cristo como Salvador y nunca nada a cambió
básicamente. De hecho esa podría ser una experiencia que muchos de ustedes podrían
afirmar. Regresan a algún punto su vida como niño o joven cuando aceptaron a Cristo e
hicieron una decisión por Cristo y ven eso como el momento de su salvación aunque
básicamente nada realmente cambió en su vida. Llegó a otro punto en su vida, a un punto
de crisis y quizás alguien le dijo a usted que necesitaba hacer de Cristo el Señor de su vida
y lo hizo pensando que ese era algún segundo paso y las cosas cambiaron.
Existen personas que dicen que usted puede ser salvo y no hacer de Cristo el Señor, no
reconocer que Cristo es Señor, aceptarlo únicamente como Salvador. Hay personas,
muchas de ellas, miles y miles de ellas que dicen que fueron salvas en algún punto cuando
tomaron una decisión de creer. En ese punto recibieron el perdón total. En ese punto
recibieron la vida eterna y no le devolvieron absolutamente nada a Dios, absolutamente
nada, no le entregaron nada a Dios. Se les dijo que eran cristianos porque hicieron ‘una
decisión’ estuvieron prontos, créame, en adoptar la noción popular de que usted puede
tener a Jesús como Salvador y no necesariamente reconocer Su señorío. En algún punto
más tarde en su vida tomaron en serio la vida y en ese momento pudieron pasar de tan
solo ser cristianos ser cristianos de señorío.
Esta perspectiva es tan popular que recientemente cuando estaba en una conferencia
bíblica en una de las instituciones más importantes cristianas en Estados Unidos, un
hombre le habló al alumnado diariamente durante la semana, como yo también lo hice, él
les dijo, “El punto en el que ustedes realmente se convierten en un discípulo. El punto en
el que realmente haces a Cristo el Señor de tu vida normalmente viene en algún punto en
tus años treinta.” Y yo entré en shock, por decirlo de manera suave, porque básicamente
le acababa de decir a un grupo de jóvenes que esperaran para comprometerse
espiritualmente hasta que llegaran a sus años treinta. Él se estaba aferrando a una
postura que dice que es suficiente aceptar a Jesús como Salvador. Recibe o toma tu
perdón, toma tu garantía del cielo y después vive como quieras hasta que llegues a algún
punto de crisis, esperamos antes que después, cuando haces de Cristo Señor.
Ahora, permítame decirle cuán influyente es este concepto. Y voy a explicarlo en mayor
profundidad conforme avanzamos. Francamente está detrás de todo el evangelismo
contemporáneo. Casi todo el evangelismo contemporáneo refleja esta mentalidad. Sea
evangelismo de televisión, evangelismo en cruzadas, estadios, tiendas de campaña,
iglesias, lo que sea. La mayoría de los tratados evangelisticos y libros y cosas así están
basados en este tipo de manera de pensar. Lleva a la gente a tomar una decisión. Lleva a
la gente a que en un momento del tiempo admita su necesidad y acepte a Cristo, reciba a
Cristo, a que tome una decisión. Y eso va a sellar su vida eterna y después diles que
pueden estar seguros de que son salvos y ora porque en algún momento en el futuro
hagan de Cristo Señor. Pero hasta ese tiempo puedes esperar que no haya
necesariamente ningún cambio su vida. De hecho en el proceso de hacer que estas
personas tomen una decisión puedes usar cualquier técnica que quieras.
¿Realmente debes hablar del Evangelio? Hay que admitir que quieren hablar del
Evangelio. Debes usar mucha emoción, con frecuencia hay presión sutil y con mucha
frecuencia manipulación, cantando estrofas multiplicadas de canciones emotivas
esforzándose por hacer que la gente se mueva, inclusive existe la estrategia en muchas,
muchas cruzadas evangelisticas en donde la gente es instruida a que cuando la invitación
comienza, y esto es bastante común en iglesias también, hay ciertas personas que han
sido escogidas para comenzar a caminar por los pasillos para echar a andar a la gente,
para iniciar el flujo. Y lo que estas personas están haciendo realmente es presionar a la
gente para que la gente actúe.
Hay padres que se aferran al hecho de que en algún punto en la vida de su hijo tomaron
una decisión por Cristo. Y aunque en la actualidad están viviendo en pecado abierto y en
un desafío de la ley de Dios y ni siquiera reconocen a Jesús como Señor, todavía son salvos
debido a esa decisión, nada más que no lo han hecho aún Señor. Padres me han dicho,
“Yo sé que mi hijo es un homosexual. Él ha escogido ese estilo de vida. Sé que mi hija no
tiene interés alguno en las cosas de Cristo, pero sé que fueron salvos. Me acuerdo del
momento en el que hicieron su decisión.” Los padres se aferran a esto. Los cónyuges
pueden aferrarse a esto para su cónyuge. Los amigos pueden aferrarse a esto por alguien
a quien aman profundamente.
Expresa la idea de que la salvación es alguna transacción momentánea que asegura para
siempre pero no necesariamente transforma tu vida. Y no involucra reconocer a Jesús
como Señor de tu vida y someter tu vida a Él. Ese tipo de mentalidad está detrás de la
mayoría del evangelismo contemporáneo. Escuche, cuándo es que usted oye a alguien
decir, “¿Estás dispuesto a comprometer tu vida para seguir a Jesús?” Cuándo es que usted
oye a alguien decir, “¿Estás dispuesto a arrepentirte de tu pecado y doblar tu rodilla en
sumisión al señorío de Cristo? ¿Estás dispuesto a permitir que Jesucristo gobierne como
rey y gobernante de tu vida?” Lo que usted oye es, “Acepta Cristo, recibe a Cristo, haz una
decisión por Cristo.”
Ahora, quiero que entienda que este es un problema serio. Porque yo creo que en muchos
casos lo que crea es una masa entera de personas que cree que es salva pero no es.
Ahora, permítame ayudarle a entender esto un poco más. Una revista cristiana popular
recientemente publicó un artículo defendiendo que el señorío de Jesús es un tema
inapropiado para mencionarse al dar testimonio a los perdidos. Es inapropiado hablar del
señorío de Cristo dijo la revista. Esta es una revista que es muy, muy bien conocida. Dijo, y
estoy citando la revista, “Debido a que la decisión de hacer que Cristo sea Señor es posible
únicamente para aquellos que ya han confiado en Él como Salvador. La presentación del
Evangelio no debe contener nada acerca de ceder en sumisión a Cristo como el Señor a
quien hay que obedecer.” Fin de la cita.
La presentación del Evangelio no debe contener nada acerca de ceder en sumisión a Cristo
como Señor dijo la revista. Usted ni siquiera debe hablar de eso. Vi una película esta tarde
por segunda vez, la vi un día antes, porque la primera vez que la vi no podía creer lo que
estaba viendo. Fue una película diseñada para instruir a la gente en cómo guiar a alguien a
Cristo. La película usó algunas gráficas, presentó algunas preguntas y después preguntó si
eran verdaderas o falsas.
Permítame decirle cuáles fueron algunas de las preguntas que presentaron y cuál fue la
respuesta. Al presentar el Evangelio el narrador de la película dijo, “¿Debería usted en
algún momento hacer estas preguntas? Aquí están las preguntas. Pregunta número uno,
¿debería usted decirle a alguien quieres entregar tu corazón a Cristo? Respuesta, falsa.
Usted nunca debe decirle eso a nadie. Usted nunca debe preguntarle a alguien o pedirle a
alguien que le entregue algo a Cristo. Usted no debe pedirle que entregue su vida a Cristo.
Usted simplemente debe pedirle que crea. Segunda pregunta, ¿rendirás tu vida a Cristo?
Falso. Nunca le pidas a alguien que rinda algo. Pregunta tres, ¿entregarás tu vida a Cristo?
Falso. Nunca le pidas alguien que haga eso. Pregunta cuatro, ¿harás de Cristo el Señor de
tu vida? Nunca le pidas alguien que reconozca que Él tiene que ser el Señor de su vida.
Pregunta número cinco, ¿te arrepentirás de tus pecados? Falso. Nunca le pidas a alguien
que se arrepienta de sus pecados. Pregunta seis, ¿estás dispuesto a dejar tus pecados?
Falso. No le pidas alguien que haga eso. Es suficiente entonces – dijo el narrador – pedirles
o preguntarles, ¿crees que Jesús murió por tus pecados? Eso es suficiente.” ¿Eso es
suficiente? Los demonios creen – y qué – y tiemblan.
Otra revista cristiana recientemente publicó un artículo titulado esta supuesta llamada
salvación de señorío. El artículo comenzó con una pregunta. Aquí está la pregunta. ¿Debe
una persona hacer de Cristo Señor o reconocer a Cristo como Señor como una condición
para salvación? En no menos de 10 veces en el artículo de dos páginas el autor habló de
hacer a Cristo el Señor de la vida de uno. Y claro, en la postura del autor no era necesario
hacer de Cristo Señor para ser salvo. Eso es algo que usted hace después. Usted hace a
Cristo Señor, usted lo tomó como Salvador y más tarde lo hizo Señor. 10 veces dijo eso en
un artículo de dos páginas. En ningún lugar en las Escrituras jamás dice que un cristiano
debe hacer de Cristo Señor. Si usted cristiano Él es Señor, y dice de manera muy explícita
en las Escrituras que a menos de que usted reconozca que Él de hecho es Señor usted
nunca puede ser salvo para empezar. Eso es obvio. Contener el señorío de Cristo de
alguien. Contener de ellos el hecho de que necesitan rendir su vida a su guía. Refrenar de
ellos que necesitan confesar y arrepentirse de su pecado es condenar a la persona a un
engaño de que son salvos cuando no lo son. Contener el señorío de Cristo de alguien
mientras que les da el Evangelio es una contradicción completa.
La Biblia dice que la salvación es concedida únicamente a aquellos que reconocen a Jesús
como Señor y están dispuestos a someter su vida a él. Decir que usted nunca debe hablar
de eso, que lo único que una persona tiene que hacer es creer que Jesús murió por ellos
no dice lo suficiente. Un escritor que está guiando el desfile en contra del señorío de
Cristo, quien probablemente ha escrito, estoy seguro, más que cualquier otra persona del
tema y quien es citado con mucha frecuencia en mi libro dice en contra del señorío de
Cristo esto, y cito, “Es precisamente este hecho impresionante de que el Señor no pide
compromiso espiritual, lo que distingue al Evangelio verdadero de todas sus
falsificaciones.” ¿Escuchó eso? Él dice es precisamente el hecho de que el Señor no pide
compromiso espiritual lo que distingue al Evangelio verdadero de toda sus falsificaciones.
En otras palabras, si le pides a alguien que entregue su vida Cristo y deje su pecado y siga
a Cristo y que sea obediente a Él tienes un Evangelio falsificado.
Ahora, esto está por todos lados amigos míos, esto está por todos lados. Otro profesor de
seminario escribió, “El mensaje esencial de las buenas noticias que deben ser creídas para
salvación. Uno, el hombre es un pecador. Dos, Cristo es Salvador. Tres, Cristo murió como
el sustituto del hombre. Cuatro, Cristo resucitó de los muertos. Eso es lo que tienes que
creer para ser salvo.” Los hechos. El hombre es un pecador, Cristo es el Salvador, Cristo
murió, Cristo resucitó. Simplemente creer dicen ellos esos hechos es lo único que se
necesita.
Ahora, estos hombres dicen que si usted le informa un incrédulo que Cristo tiene algún
derecho sobre el soberano de gobernar su vida usted ha – escuche esto – corrompido el
Evangelio. ¿Escuchó eso? Es aterrador. Si usted le dice a un incrédulo que Cristo tiene un
derecho soberano de gobernar su vida y que necesitan doblar su rodilla a él para ser
salvos usted ha corrompido el Evangelio.
Otro escritor dice, y estoy citando, “Es posible, inclusive probable que cuando un creyente
que está fuera de comunión cae en ciertos tipos de filosofía. Si él es un pensador lógico se
va a convertir en un creyente incrédulo. Los creyentes que son agnósticos todavía son
salvos, aún son nacidos de nuevo. Escuché este. Tú inclusive es puedes convertirte en un
ateo, pero si tú aceptaste a Cristo como Salvador una vez no puedes perder tu salvación
aun que has negado a Dios.” Fin de la cita.
Yo no creo que puedes perder tu salvación, pero creo con todo mi corazón que si la tienes
nunca serás un creyente incrédulo. Y nunca negarás a Dios. Jesús dijo en Mateo 10, “Si me
niegas delante de los hombres – yo qué – yo te negaré delante de mi Padre.” Pablo
escribiéndole a Timoteo en 2 Timoteo 2:12, lo estudiamos recientemente, él dice, “Si lo
niegas – misma idea – él te negará a través i.” La salvación es para siempre pero solo si es
real. Pero lo que esto promueve es que puedes tomarlo como Salvador, no tener cambio
en tu vida, inclusive convertirte en un incrédulo, un agnóstico, un ateo, porque no
necesariamente va a cambiarte. Me impresionó de manera absoluta el descubrir que el
escritor que es más prolífico en esto está diciendo que si crees en el momento de la
salvación nunca necesitas volver a creer por el resto de tu vida porque es solo ese
momento lo que cuenta. Aterrador. Mucho menos someterte al señorío de Cristo.
Inclusive puedes convertirte en un incrédulo, agnóstico, ateo. Él dijo, “Perseverad en la
fe.” Esto es continuar en la fe, no es un factor de la salvación verdadera.
¿No lo es? Mi Biblia dice en Colosenses que eres salvo si continúas – en qué – en la fe.
Todo el llamado al discipulado dicen, cada vez que Jesús dice, “Deja Padre, madre, y deja a
todos y sígueme.” Y lo dice una y otra vez, “Toma tu cruz, niégate a ti mismo. Debes estar
dispuesto a morir. Si colocas tu mano en el arado y ves no eres digno de ser mi discípulo.
Si tienes que ir y sepultar a tu padre y no estás dispuesto a seguirme a costa de lo que sea
no puedes ser mi discípulo.” Usted sabe, todos esos llamados al discipulado, llamados a la
muerte, llamados al sacrificio, llamados a poner tu vida, llamados a la obediencia,
llamados a la sumisión. Dicen todos esos son Jesús llamando a gente ya redimida al
segundo paso. Entonces toman el ministerio de Jesús y en lugar de que sea evangelismo
se convierte en llamados a gente que ya son salvos para que venga al segundo nivel. El
problema con eso es que Jesús dijo, “No he venido a llamar a los justos sino – a qué – a
pecadores al arrepentimiento.” El hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se
había perdido. Usted acaba de sacar al Señor Jesús de su ministerio evangelistico si usted
tiene esa perspectiva. Pero le voy a decir una cosa, usted no puede aferrarse a la postura
de no señorío a menos de que usted le haga eso a todas esas invitaciones de Cristo porque
todo llamado al discipulado que el dio fue tan fuerte. Entonces Jesús realmente no está
evangelizando, Él está llamando a los cristianos a que vengan al segundo nivel y hacerlo
Señor. Entonces descarta la intención evangelistica del ministerio de nuestro Señor e
ignora el hecho de que Él vino a buscar y a salvar a los perdidos.
Esto se remonta inclusive al a la teología sistemática de Lewis Sperry Chafer quien fue en
una ocasión presidente del seminario de Dallas en donde dice en el volumen 3, página
1385, “Imponer una necesidad de rendir una vida a Dios como una condición añadida para
la salvación no es razonable. El llamado de Dios a los no salvos nunca se dice ser al señorío
de Cristo.” Fin de la cita.
¿El llamado de Dios a los no salvos nunca se dice ser al señorío de Cristo? Otro escritor
llega a la conclusión sorprendente de que es una perversión del Evangelio invitar a una
persona no salva a recibir a Jesucristo como Salvador y Señor. Ahora, esto ha existido por
mucho tiempo. Estoy citando de fuentes que son algo antiguas, pero nunca alcanzó una
influencia tan amplia como a la que ha llegado en la actualidad. Y creo que en parte ha
sido cristalizado quizás porque yo estoy sacudiendo el asunto un poco. Pero necesita ser
mencionado.
Otro escritor escribiendo en una revista, la cual es la revista De Regreso A La Biblia, dice,
“Presentar a Cristo como Señor a un no cristiano es añadir enseñanza escritural acerca de
la salvación.” Esto es lo que se está promoviendo. No se necesita dejar el pecado, no es
necesario un cambio en el estilo de vida, no es necesario un compromiso ni someterse
Cristo. ¿Qué tal el si alguno está en Cristo nueva criatura es? “Todas las cosas pasaron. He
aquí, todas son hechas nuevas.”
Y le voy a decir de una que me impactó el otro día. Regresé al libro ya cuando había
terminado y lo coloqué ahí. 1 Pedro 2:7 dice, “Para vosotros que creéis Él es precioso.”
¿Alguna vez ha pensado en ese versículo? Le voy a decir, si una persona es cristiana, ¿es
Cristo preciado? Aquellos que creen Él les – qué – el es preciado, el es preciado. ¿Qué
significa eso? De valor, costoso, con una alta estima. Eso es su señorío. El es preciado para
el verdadero creyente.
Ahora, el resultado de esto, y podría seguir y seguir y hay muchas otras cosas que se
podrían decir y tantas otras ilustraciones. Pero el resultado de esto es una doctrina
defectuosa. El resultado de todo esto es una salvación que es menos de lo que la Palabra
de Dios enseña. El Evangelio moderno es vago. El Evangelio moderno le ofrece una
esperanza falsa a pecadores que tienen un momento en el que quieren disfrutar del
perdón cuando quieren aferrarse del cielo en el futuro, mientras que al mismo tiempo
viven como quieren. Quizás más adelante se preocuparan acerca de Cristo como Señor si
llegan a saber de eso, y no lo saben porque nadie supuestamente les debe decir.
¿Quieres saber cuál es el efecto de esto? Uno punto millones de personas dicen que son
cristianas. ¿Usted cree eso? ¿Cree que millones de personas en el mundo son cristianas?
Una encuesta del Grupo Gallup, un tercio de todos los estadounidenses son cristianos.
¿Sabe usted lo que eso me dice? Millones de personas están engañadas. Millones de
personas están engañadas.
Uno de estos escritores dijo, “Si aceptamos el hecho de que debes tomar a Jesús como
Señor para ser salvo entonces unas cuantas personas realmente serán salvas.” Y un signo
de admiración. Eso es exactamente lo que Jesús dijo, “Estrecha es la puerta y pocos son
los que la hayan.” Uno de los escritores dice por ejemplo que la lista de Pablo de los
pecadores es escandalosos y sus vicios en 1 Corintios 6:9–10, “¿No sabéis que los injustos
no heredarán heredaran el reino de Dios? No os engañéis. Ni los fornicarios, ni los
adúlteros, ni los idólatras, ni los afeminados, ni los homosexuales, ladrones, avaros,
borrachos, calumniadores, engañadores heredarán el reino de Dios.” Él dice, “Todos esos
son creyentes. Todos esos son cristianos que no heredarán el reino. Entran al reino pero
no lo heredan.” ¿Qué significa eso? No sé. La gente de primer nivel va a ahí, la gente de
segundo nivel heredan.
Entonces creo que hay un área de pobreza en el reino para el grupo de primer nivel. Él
añade que la descripción de esas personas en Galatas 5 dice, “Las obras de la calle son
inmoralidad, impureza, sensualidad, idolatría, hechicería, enemistades, contiendas, celos,
enojos, disputas, disensiones, peleas, envidias, embriaguez, cosas como esta. La gente que
hace esas cosas, que las practican no heredarán el reino de Dios.” Él dice esos son
cristianos también, nada más que no heredarán. En otras palabras, la idea entera es dar
lugar para que la gente que hizo una incisión que en un momento en el tiempo hizo algo,
aceptó, creyó, lo que sea, y nunca nada cambió en su vida y queremos que todos sean
salvos. ¿Entonces de dónde viene? ¿Por qué la gente está haciendo esto? Creo que hay
dos razones para esto.
Realmente nació de una preocupación seria por la gracia, querían que la gracia fuera tan
gracia, como lo dijo un escritor, “Si te atreves que Dios te salve, Él va a tener que salvarte,
así de grande es su gracia.” Ellos querían que la gracia fuera tan grande que en un
momento del tiempo si algún pecador dijera yo creo, Dios instantáneamente lo salvaba y
lo salvaba para siempre sin importar nada. Y la segunda cosa que creo que ha motivado el
movimiento moderno es porque la gente está tratando de desarrollar una teología para
salvar algunas personas que murieron en incredulidad que en el pasado hicieron una
decisión. Más gente rechaza la doctrina del infierno motivados por sacar a sus parientes
del infierno que cualquier otro asunto teológico. Dice usted, “¿Qué quieres decir con
eso?” Quiero decir que la gente que tiende negar el infierno eterno es la gente que no
quiere admitir que alguien a quien aman fue ahí. Entonces quiere negar la doctrina para
que puedan sacar a la gente en su propia mente.
Lo mismo es el caso de esta teología. Creo que nace de una confusión por gente que una
vez tomó una decisión y después vivió una vida de negación de todo lo que
supuestamente en un momento decidieron reconocer. Y quieren asegurarse de que son
salvos por la eternidad y entonces desarrollan una teología que los va a incluir en el reino,
están adentro, nada más que no lo heredan. Sea cual sea esa distinción. Esa es la razón
por la que uno de los libros se titula Los Hambrientos Heredan. Las bienaventuranza es
entonces se refieren al segundo nivel de cristianos. El resto de los cristianos no heredan.
Los de segundo nivel heredan. Poseen algunas cosas que las personas de primer nivel no
poseen.
Esto también ha sido descrito como el cristiano carnal. El cristiano carnal es el que tomó la
decisión para salvarse, tomó el perdón, recibió la garantía del cielo y después vive una
vida de desorden total consigo mismo, aún en el trono solía haber un pequeño folleto que
cruzada estudiantil público. Tenía un círculo con todo tipo de caos y al yo en el trono, ese
era el hombre natural no regenerado. El segundo círculo tenía todo tipo de caos con el yo
en el trono de la vida y después el Espíritu Santo metido en el círculo. Esa es la persona
salva. El Espíritu Santo está ahí, nada más que no está cargo. El tercer círculo tenía un
orden perfecto en la vida, un pequeño trono y el Espíritu Santo estaba en el trono y el yo
estaba en la esquina. Ese es el cristiano espiritual. Entonces reflejaba una categoría de
gente que es salva pero todavía gobierna su vida y su vida está en caos total. Nada
realmente ha sido transformado. Es el mismo caos como en el círculo número uno, el no
regenerado, nada más que el Espíritu Santo está ahí en algún lugar. Pero él no tiene
control de nada. Y es la misma idea. Esas son las personas que heredan el reino. Esas son
las personas que no han hecho de Cristo Señor en esta manera de pensar en particular.
Entonces el llamado típico a la salvación es así: acepta a Jesús, pide Jesús que entre a tu
corazón, haz una decisión, cree. Y eso parece ser todo.
Ahora, todos esos son pensamientos y conceptos bíblicos, no es que en sí mismos son
mentiras, nada más que están tan incompletos. Oímos a la gente decir, “Bueno, necesitas
orar para recibir a Cristo.” Y después le dicen alguien que hace esa oración pequeña,
“Ahora puedes estar seguro de que eres salvo.” Y después le dan algo de certeza sin
hablar de qué tipo de invitación Jesús habría usado como, “Sígueme, deja todo, pon tu
vida, sométete a Mi autoridad, deja tus pecados, arrepiéntete, obedece.”
En las siguientes tres semanas vamos a discutir las tres áreas primordiales, la Biblia habla
de este asunto. ¿Cuál es la esencia de la fe salvadora? Vamos hablar de eso. ¿Cuál es la
naturaleza del arrepentimiento verdadero? ¿Y qué significa ser un discípulo? Vamos a
cubrir eso a detalle.
En esta noche únicamente quiero introducirle conceptos a usted. Estos realmente son lo
que hemos llamado puntos de vista de creencia fácil. Quieren asegurarse de que la
salvación simplemente y de manera fácil es cuestión de reconocer a Jesús como Salvador.
Otro promotor escribiendo en una pleura publicación teológica dice esto, “Es herejía
aferrarse a la postura de que para la salvación una persona debe confiar en Jesús como
Salvador del pecado y también debe comprometerse con Cristo como Señor de su vida
sometiéndose a Su autoridad soberana. Es herejía creer eso.” Dice él. No quieren la
palabra compromiso. No quieren la palabra someterse. Únicamente quieren la palabra
apropiarse, creer, recibir.
Un pastor local en nuestra área bien conocido realmente tiene un ministerio eficaz, dice,
“La fe salvadora no es el compromiso de la vida de uno al Señor.” Fin de la cita.
Enseñan que los creyentes genuinos pueden sucumbir a la apostasía, pueden dejar de
manera total la fe. Observe Marcos capítulo 8 versículo 34, “Llamando a la multitud de sus
discípulos y les dijo, si alguno quiere venir en pos de Mí niéguese a sí mismo, tome su cruz
y sígame. El que quiere salvar su vida la perderá, el que quiere perder su vida por causa de
Mí en el Evangelio las salvará. ¿Qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo y
perdiera su alma?” Escuche, esta es una invitación a un incrédulo, no es un cristiano a un
segundo nivel. Esto le está hablando un hombre que si no actúa él va a perder – qué – su
alma. ¿Qué va a dar un hombre a cambio de su alma? “Todo aquel que se avergüenza de
Mí y Mis palabras en esta generación adúltera y pecaminosa, el Hijo del hombre también
se avergonzará de él.” Si usted se avergüenza de Cristo Él se va avergonzar de usted.” Pero
dicen esto le está hablando a cristianos carnales tratando de elevarlos al siguiente nivel de
compromiso con el señorío de Cristo, no es así. Él está hablando de gente que si no hacen
esto van a perder su alma eterna.
Bueno, hay tantas otras ilustraciones. Uno de los escritores escribiendo del ofrecimiento
del Evangelio en Juan dice, ¿se acuerda usted cuando hablando con Nicodemo en ese
tercer capítulo? Jesús habla de que la serpiente es levantada y todo el que miró a la
serpiente fue curado. Y si el Hijo del hombre, y si la gente lo ve a Él será perdonado y
demás. Y Dios, esto es dicho en el Evangelio de Juan más adelante, y después en ese
capítulo el habla del hecho de que Jesús le ofrece a Nicodemo la verdad del nuevo
nacimiento, versículo 14, “Porque así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así
debe ser levantado el Hijo del hombre. Y todo aquel que cree en Él pueda tener vida
eterna.” Y dicen, “Como ves ahí, lo único que tienes que hacer es mirar y creer,
simplemente mira y cree. Simplemente mira y cree.” Citando de uno de ellos que dice,
“No hay idea de comprometer la vida. No hay duda acerca del que ve al que es levantado.
No hay posibilidad de rendirse al objeto de la visión.” Simplemente mira, cree, eso es
todo. Van a Juan 4, la mujer en el pozo, y dicen que todo lo que Jesús dijo fue bebe, bebe.
Pero lo que se olvidan es cuando la mujer dijo, “Dame del agua para que pueda beber.” Él
no se la dio a él, Él comenzó a hablarle – de qué – de su pecado. Todavía había algo que
debía ser cubierto.
En Mateo capítulo 13 versículo 44 la parábola es muy similar, el reino de los cielos es
como un tesoro escondido en un campo el cual un hombre encontró y lo escondió por
gozo. Él va y vende todo lo que tiene y compra el campo. Otra parábola. El reino de los
cielos es como un comerciante que busca perlas finas. Al encontrar la perla de gran precio
el vendió todo lo que tenía y la compró. Una parábola muy simple. El hombre encontró
algo de valor, vendió todo lo que tenía, lo tomó. Estoy hablando de salvación. Un hombre
se tropezó en un campo, otro hombre lo estaba buscando durante toda su vida, ambos lo
encontraron y cuando lo encontraron vendieron todo lo que tenían para tener el tesoro.
Es un retrato del intercambio, entregó todo lo que soy por todo lo que él les.
¿Qué va a hacer usted con esa parábola? Bueno, si usted se va a aferrar a una salvación de
no un señorío, y si usted va a creer que no tiene que entregar nada usted no puede tener
esta parábola, ser un pagano o un hombre no salvo o entregar todo lo que él es para
recibir todo lo que Cristo ofrece. Entonces usted la interpreta esta manera. Lo que está
sepultado en el campo es la iglesia, la persona comprándola es Cristo. Entonces la
parábola de manera típica por parte dispensacionalista ha sido que Jesús encontrando a la
iglesia entrega todo en la cruz para comprar a la iglesia. El problema con eso es que el
tesoro estaba en el campo y la perla era de gran precio y yo me atrevo a cuestionar a
cualquier persona que afirme que la persona no regenerada en este mundo porque en
Cristo murió valió algo. Además me parece que es un trato más bien oscuro.
Un escritor muy conocido por nosotros, quien inclusive ha publicado una Biblia de estudio
muy maravillosa y muy popular dice, “Los cristianos pueden dejar a Dios fuera de sus vidas
y vivir según la naturaleza vieja.” Es lo mismo, todo esto se opone a la enseñanza clara de
las Escrituras. Todo esto se opone a la enseñanza clara de las Escrituras. Entienden de
manera equivocada la gracia. Están tratando de acomodar, creo yo, a los amados que se
han desviado, quieren que más gente llegue al cielo y por lo tanto estiran el Evangelio.
Pero simplemente no encaja con las Escrituras, simplemente no encaja. Simplemente no
es lo que la Biblia enseña. Detrás de todos los llamados a la salvación en las Escrituras está
el señorío de Cristo soberano autoritativo y tiene que ser reconocido. Digo, cómo me
sentiría como pastor si tuviera que decirle a usted, “Ahora sé que algunos de ustedes
únicamente están en el nivel uno. No han hecho de Cristo Señor, entonces no tengo nada
que decirles porque ustedes simplemente están haciendo ahí haciendo lo que quiere.
Pero para aquellos de ustedes que han llegado al segundo nivel, necesitan fortalecerse
compromiso. Necesitan vivir ese compromiso.” Eso no tiene sentido.
Cuando usted le entregó su corazón y alma a Cristo y se sometió y dobló la rodilla ante Él
en salvación sumisa y cedió su vida a Él y todo bajo el poder del Espíritu de Dios, usted
comenzó una vida en la cual Él es Señor y de manera progresiva subida debe estar dando
evidencia a la obediencia a su señorío. En el libro de los Hechos usted tiene la predicación
apostólica de la cruz. En el libro de los Hechos usted tiene el patrón de predicación para el
resto de los siglos y la vida de la iglesia. 92 veces en el libro de los Hechos Jesús es llamado
Señor, dos veces llamado Salvador. De manera dominante Él es Señor, Él es Señor. El
señorío se encontró en el corazón mismo de la predicación del Evangelio en la primera
iglesia. El corazón mismo de esto fue a afirmar su señorío. Pedro dice en Hechos 2, “¿Será
que la salvación viene a todo aquel que invocare el nombre de – qué – el Señor?” El Señor.
No hay duda al respecto. Está absolutamente en todo lugar en las Escrituras. “Cree en el
Señor Jesús.” Hechos 16:31, al carcelero de Filipos, “Y serás salvo.” Serás salvo. En Juan,
quiero que observe el capítulo 3 versículo 36, escuche esto, el que sigue este
pensamiento, “El que cree en el hijo tiene vida eterna – escuche esto – pero el que no
obedece al hijo no verá la vida.” Por lo tanto el creer está ligado, ¿a qué? A la obediencia.
Son inseparables, absolutamente inseparables. En Romanos capítulo 10 versículo 9, “Si
confesares con tu boca que Jesús es – qué – Señor. Y creyeres en tu corazón que Dios le
levantó de los muertos serás salvo.” Versículo 12, “Porque no hay diferencia entre judío y
griego. Porque el mismo Señor es Señor de todos. Porque todo aquel que invocare el
nombre del Señor – versículo 13 – será salvo.” Él es Señor y señorío implica que Él es
soberano, implica que Él está a cargo.
Usted regresa lo largo de los Evangelios y el Nuevo Testamento en su totalidad y usted
tiene afirmación tras afirmación del señorío. Estaba tan solo pensando en el capítulo 14 de
Romanos versículo 9, “Porque para esto Cristo murió y volvió a vivir para que Él sea – qué
– Señor.” Él es Señor. Ese primer evangelismo afuera de Israel, capítulo 10 de Hechos
versículo 36, la palabra que Él envió a los hijos de Israel, Pedro dijo predicando, “Paz
mediante Jesucristo. Él es Señor de todos.”
Ahora, algunos han dicho, “Bueno, sí, sí. Pero Señor significa deidad. Simplemente
significa deidad. Simplemente significa Dios. No significa amo soberano, no implica
obediencia, no implica rendición, no implica sumisión. Únicamente significa deidad. Tú
simplemente tienes que creer que Jesús es Dios, no tienes que someterte a Él. De hecho
un escritor dice que si haces de curio Señor significar amo soberano, despojas el llamado a
la fe de su deidad. Eso es ridículo. Puedes decir Señor y referirte tanto a que Él es deidad
como amo soberano. No es así. No es necesario eliminar el concepto de deidad de la
palabra Señor simplemente porque implica la idea de amo soberano. Señor se refiere a
deidad. Señor significa que Jesús es Dios. Pero Dios significa que Él está a cargo.
Estaba comiendo un día con alguien que se aferra esta postura y él dijo, “Yo creo que
curio simplemente significa que Jesús es Dios.” Le dije, “Muy bien, aceptemos eso, lo
acepto, curio significa que Él es Dios. Permíteme hacerte una pregunta. ¿Qué significa ser
Dios? ¿Significa que tú estás a cargo? Si no significa que tú estás a cargo entonces no
significa Dios. No ganas nada al decir eso. Si Él es Dios Él está a cargo. Si Él es deidad Él es
soberano. No puede significar nada menos.” Tomás lo reconoció. ¿Qué dijo Tomás cuando
vio a Jesucristo después de la resurrección? “Señor mío y Dios mío.” ¿Qué cree usted que
quiso él decir? ¿Cómo cree usted que usó la palabra Señor para referirse a deidad? ¿Acaso
él dijo Dios mío y Dios mío? No, Dios reconoció deidad, ¿Señor reconoció que? Soberanía.
Inherente en el término está la autoridad, dominio, el derecho de gobernar, el derecho de
mandar, la obligación de ser creído y obedecido.
En 1 Timoteo 1:16 dice, “Y por esto hallé misericordia para que en mí como el primero
Jesucristo pudiera demostrar su paciencia perfecta como un ejemplo para aquellos que
creerían en Él para vida eterna. Por tanto al Rey eterno, inmortal, invisible, al único Dios.”
Y digo, ¿quién es el único Dios? Él es el Rey, Él es el Rey, la persona viviendo en rebelión
en contra de eso y no lo reconoce a Él como Señor, no lo afirma a Él como Señor, no
somete su vida a Él, no puede ser salvo.
Entonces dicen esto, “Sí, pero MacArthur, lo que estás enseñando es salvación de obras
humanas.” Están diciendo, “Como puedes ver, estás diciendo que antes de que una
persona pueda recibir la gracia de la salvación tienen que por sí solos reconocer a Jesús
como Señor y ningún ser humano muerto en pecado jamás podría hacer eso. Y entonces
estás presentando una salvación de obras humanas. Tienes que arrepentirte, tienes que
reconocer que Jesús es Señor y entonces puede ser salvo.” No, no estoy diciendo eso. No
estoy diciendo eso en absoluto.
Le voy a decir lo que estoy diciendo. Estoy diciendo que la Biblia dice, y lo que la Biblia
dice en 1 Corintios 12:13 es bastante claro, “Por tanto os digo que nadie que hable por el
Espíritu de Dios dice que Jesús San es anatema.” Ahora observe esto, “Y nadie puede decir
que Jesús es Señor más que – por qué – por el Espíritu Santo.” El arrepentimiento no es
una obra humana, es una obra que Dios hace.
Ahora, lo que estamos diciendo es que cuando Dios salva a alguien le concede
arrepentimiento, le concede la afirmación por su Espíritu de que Jesús es Señor. Ahora
vamos a hablar de esto detalle, pero quiero que entienda el asunto. Juan Flabel, el
puritano inglés del siglo XVII describió, “El ofrecimiento del Evangelio de Cristo incluye
todos sus oficios. Una fe en el Evangelio simplemente lo recibe para someterse a Él como
para también ser recibido por Él, imitarlo en la santidad de su vida como también cosechar
los beneficios y frutos de su muerte. Debe ser una recepción entera del Señor Jesucristo.”
Fin de la cita.
A. W. Tozer, con quien muchos de nosotros estamos endeudados por escritos maravillosos
escribió, y cito, “Instar a los hombres y a las mujeres a creer en un Cristo dividido – esto es
salvador pero no Señor – es mala enseñanza porque nadie puede recibir la mitad de
Cristo, un tercio de Cristo o un cuarto de Cristo. No somos salvos al creer en un oficio o
una obra.” Fin de la cita. ¿Qué quiso decir? Somos sabios al creer en una persona. La
totalidad de todo lo que Él es como también lo que Él hizo.
Para ver esto de manera clara, de manera muy clara, necesitamos tan solo ver una
ilustración en Mateo 19, y voy a cerrar con esto. Y usted lo conoce bien, lo hemos
estudiado. En Mateo 19:16, aquí está la mejor ilustración del evangelismo de Jesús.
Versículo 16, uno vino a Él y le dijo, “Maestro, ¿qué bien haré para heredar la vida eterna?
¿Cómo puedo tener vida eterna?” Esa es la pregunta. ¿Cómo consigo la vida eterna? Jesús
dijo, “¿Por qué me dices bueno? Solo hay uno bueno. Si quieres entrar a la vida – haz qué
– guarda los mandamientos.” ¿Es esa la respuesta correcta? ¿Es esa la respuesta correcta?
Si alguien viniera y te dijera, ¿qué hago para obtener la vida eterna? Le dirías guardar los
mandamientos, dirías esas son obras, son obras, son obras. ¿Por qué es que Jesús dijo
eso? ¿Por qué Jesús no dijo cree, acepta, toma una decisión en un momento del tiempo
cree? No, él dijo guardar los mandamientos. Él dijo, “¿Cuáles?” Versículo 18, Jesús dijo,
“No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu
padre y a tu madre, amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Él escogió la segunda mitad
del decálogo de los 10 mandamientos y Él quiso decir no solo externamente sino
internamente, porque en las palabras de Jesús en el Sermón del Monte dijo lo que la ley
dijo no solo lo dijo para las acciones de un hombre sino para la vida de pensamientos de
un hombre. Entonces Él dijo guarde sus mandamientos. El joven digo dijo, “Todo esto he
guardado. ¿Qué me falta?” Como puede ver, él dice, cuando veo mi vida soy perfecto. No
mato, no odio a nadie, nunca he cometido adulterio, nunca he tenido un pensamiento
malo acerca de hacerlo, nunca he robado, ni siquiera he codiciado, nunca he mentido, ni
siquiera he pensado en mentir, he honrado perfectamente a mi padre y a mi madre toda
mi vida y he amado a todo mundo tanto como me amo a mí mismo.” Mentiroso.
Escuche, si la salvación fuera cuestión de creer algunos hechos y aferrarse y recibir perdón
en el cielo Jesús le habría dicho al hombre, “Aquí están los hechos. Cree.” Pero lo que le
dijo es lo primero que tienes que hacer es reconocer – qué – tu pecado y arrepentirte. Y
no lo quiso hacer, no lo quiso ser. Jesús entonces le dijo versículo 21, “Si quieres ser
completo, perfecto, quieres entrar al cielo de Dios, ve y vende lo que tienes, dalo a los
pobres y tendrás tesoro en el cielo y ven – qué – sígueme.” “La primera prueba vas a
admitir tu pecado, la segunda prueba vas a someterte a mi señorío. Y el primer mandato
que te estoy dando es vende todo lo que tienes y dalo a los pobres.” Dice usted, “¿Te
salvas al hacer eso?” “No, pero te voy a demostrar si estás dispuesto a seguir los
mandatos de Cristo o no.” Él dijo, “No tengo un deseo tan fuerte por la vida eterna.” Y se
fue triste. Él tenía muchas posesiones. Él tomó la propiedad, poseyó su propiedad y ganó
el infierno trágicamente.
Jesús quiso dos cosas que fueran claras para ese joven. Cuando quieres la vida eterna no
es tan simple como una decisión, creer algunos hechos, debe haber un reconocimiento y
un dejar el pecado y debe haber una disposición a someterte a mi autoridad aún si te pido
que hagas lo más difícil en tu vida, entregar aquello que más amas. Establezcamos número
uno, la profundidad de tu pecaminosidad. Y número dos, la altura de mi soberanía. Ese es
el punto, el hombre se fue. Esa es una ilustración muy, muy lúcida. Cuando usted viene a
Cristo y es verdaderamente salvo el Espíritu de Dios se va a mover en Su Espíritu y usted
va a llamar a Jesús – qué – Señor.
La próxima vez veremos la esencia de la fe salvadora. ¿Qué es? ¿Cómo opera? Oremos
juntos.
Gracias Padre por nuestro tiempo en Tu palabra en esta noche, confirma estas verdades
en nuestro corazón y ayúdanos Señor a poder predicar apropiadamente Tu verdad
salvadora para que la gente no sea engañada, sino para que sea salva por causa de Jesús.
Amén.
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El valor supremo de conocer a Cristo


Escritura: Filipenses 3:8–11

Código: 50–32
John MacArthur
Abramos nuestra Biblias en Filipenses capítulo 3. Quiero llevarlo a nuestro texto en esta
mañana el cual está en los versículos 8 al 11. Filipenses, capítulo 3, versículos 8 al 11. Aquí
Pablo escribe: “Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia
del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo
tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en Él, no teniendo mi propia justicia,
que es por la ley, sino por la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a
fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos,
llegando a ser semejante a Él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección
de entre los muertos”.
Ese es un pasaje muy personal, por cierto; por la forma en la que aparecen varias palabras
vemos que Pablo se refiere a sí mismo. Él está hablando de manera muy personal desde el
punto de vista de su testimonio de primera persona. Este, de hecho, es el testimonio de
Pablo de lo que estaba pasando en su corazón en el momento de su conversión. Pero
antes de que veamos específicamente el texto, permítame recordarle una de las
afirmaciones más grandes que jamás salieron de los labios del Señor Jesucristo. Es
registrado para nosotros en varios lugares en los Evangelios; fue una afirmación tan
importante, lo suficientemente importante, que el Espíritu Santo la registró en varios
Evangelios diferentes.
Pero para nosotros lo veremos en Mateo 16, versículos 25 al 26. Aquí está una afirmación
conocida de Jesús, escúchela: “Porque todo aquel que quiera salvar su vida, la perderá;
pero todo aquel que la pierda por causa de mí, la hallará. Porque ¿qué aprovechará al
hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O dará el hombre a cambio de por
su alma?”. Ahora, Jesús estaba hablando de un intercambio, Él estaba hablando de perder
algo para ganar algo. Lo que Él dijo fue: “Para que tú ganes, tienes que perder tu vida. Si
quieres ganar tu alma, te va a costar tu vida. Si deseas salvar tu vida, te va a costar tu
alma”. En otras palabras: “Si te aferras a las cosas que para ti son preciadas, y rechazas las
cosas que para Dios son preciadas, te va a costar tu alma eterna”, ese es el intercambio.
Y Jesús dijo: “¿De qué sirve si has ganado todo lo que el mundo tiene que ofrecer y
pierdes tu alma eterna?”. Estarías mucho mejor haciendo algún intercambio de lo que
tienes en esta vida, por aquello que Dios te ofrece en la vida venidera. Sea cual sea el
intercambio que necesitas hacer para ganar tu alma eterna, debes hacer eso. Ese es un
principio espiritual muy significativo. Hay un intercambio en la salvación, hay un
intercambio de todo lo que soy por todo lo que Cristo es; hay un intercambio de todas mis
actividades, ceremonias religiosas, obras justas, por la persona de Jesucristo; hay un
sentido en el que pude haber pasado toda mi vida en méritos religiosos, pero tenga que
perderlo todo para ganar a Cristo. Sea lo que sea, en lo que he pasado mi vida
acumulando, inclusive si gano el mundo, no significaría nada si perdiera a Cristo. Entonces,
voy a intercambiarlo todo por Él. Eso es lo que Jesús está diciendo.
La persona sabia ve a todo en esta vida, lo mide a la luz del valor de la pérdida de su alma
eterna y dice: “No vale la pena, voy a entregar esto para ganar mi alma eterna”. Como
puede ver, la persona que viene a Dios es la persona que está dispuesta a pagar lo que
Dios requiere, sea cual sea el precio, sea cual sea el costo, la persona que está dispuesta a
abandonarlo todo por Cristo. Como puede ver, estamos de regreso a Mateo 13, ¿no es
cierto? El hombre que encontró el tesoro y vendió todo lo que tenía para comprarlo; el
hombre que encontró la perla y vendió todo lo que tenía para comprarla; y el tesoro es la
salvación y la perla es la salvación. El tesoro es Cristo, la perla es Cristo, y la salvación
viene con Él. Y el hombre que halló el tesoro dijo: “Esto vale más que todo lo que tengo, y
me voy a deshacer de todo esto para tener eso”. Y el hombre que encontró la perla dijo:
“Esto vale más de cualquier cosa que jamás he poseído. Voy a deshacerme de todo lo que
tengo y voy a tener eso”. Esencialmente ese es el mismo principio.
¿Qué es lo que usted va a dar a cambio de su alma? Eso es lo que importa. El joven rico
enfrentó el mismo dilema. Jesús vino a él y le dijo: “Esto es lo que tienes, esto es lo que
posees. ¿Estás dispuesto a dejarlo todo, a entregarlo todo por Cristo?”, y recuerde usted,
él no estuvo dispuesto a hacerlo; el precio fue demasiado alto. Y entonces él mantuvo sus
posesiones y perdió su alma eterna. Él tomó una decisión necia, una decisión con un costo
eterno el cual inclusive en el momento, en este momento, en el infierno está pagando por
ello. Toda persona enfrenta esa decisión cuando confronta a Cristo. Aquí está Jesucristo y
Él dice: “Voy a salvar tu alma eterna si entregas todo lo demás, aquello, todo aquello en lo
que estás confiando”; algunas personas dicen “sí”, algunas personas dicen “no”; su
destino eterno es determinado por lo que dicen.
Un hombre quien dijo con un “sí” resonante fue Pablo. Y acabamos de oír “sí” en este
texto. Pablo está diciendo aquí: “Vi todo lo que tenía, y dije, es pérdida, lo voy a
intercambiar por Cristo”, eso es exactamente lo que él dijo. Y si usted le pregunta a Pablo:
¿Qué es lo que un hombre va a intercambiar por su alma? Pablo dice: “Voy a entregarlo
todo a cambio de mi alma. Mi alma tiene ese nivel de valor”. Él estuvo dispuesto a
entregarlo todo y eso es lo que expresa aquí. El corazón del texto es el versículo 7: “Pero
cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo”.
“Voy a intercambiarlo todo por la perla, voy a intercambiarlo todo por el tesoro, voy a
dejar todo por Cristo, voy a hacer cualquier transacción por salvar mi alma eterna”, y
entonces usted tiene el gran registro de la conversión de Pablo.
Si usted quiere el registro histórico, acompáñeme por un momento a Hechos capítulo 9.
En Hechos capítulo 9, Lucas registra el registro observable de la conversión de Pablo, eso
quiere decir lo que de hecho pasó. Salvo el versículo 1 de Hechos 9, estaba respirando
amenazas y homicidio en contra de los discípulos del Señor, entonces fue al sumo
sacerdote, le pidió cartas —esto es autoridad— de él para las sinagogas de Damasco, para
que, si encontraba alguno que perteneciese al Camino, esto es lo que llamaban el
cristianismo porque Jesús dijo que era el camino; ambos, tanto hombres como mujeres,
para que los trajere presos a Jerusalén.
Entonces, Pablo fue y consiguió autoridad para ir a matar cristianos. “Sucedió —versículo
3— que conforme se acercaba a Damasco, de pronto una luz del cielo resplandeció
alrededor de él, y él se cayó al suelo. Él oyó una voz diciéndole: Saulo, Saulo, ¿por qué me
persigues? Él dijo: ¿Quién eres Señor? Él dijo: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues”. Ahora,
aquí usted tiene en el camino a Damasco que el Apóstol Pablo es confrontado con Cristo.
Hasta este punto, él ha considerado toda su religión como utilidad, y Cristo como pérdida.
Esa es la razón por la que está matando cristianos. Todos sus méritos religiosos como algo
de valor, Cristo como una pérdida; “Tenemos que deshacernos de Cristo, tenemos que
deshacernos del cristianismo, tenemos que deshacernos de los cristianos”. Pero ahora él
se encuentra con Cristo.
Lucas registrando este incidente en particular no nos dice nada acerca de lo que estaba
pasando en el interior de Pablo. Lucas simplemente registra lo que fue oído, lo que fue
visto, lo que sucedió. Pero en el proceso de leer a lo largo del capítulo 9, es obvio que
Pablo fue convertido. Es obvio. Porque cuando usted llega al versículo 11, Pablo está
orando, él está orando. Para cuando usted llega al versículo 15, él es llamado a ser un
Apóstol. Para cuando usted llega al versículo 20, él está proclamando a Jesús en todos
lados diciendo que Él es el Hijo de Dios. Entonces, sabemos que él se convirtió porque no
dice nada de lo que él estaba pensando, lo que estaba pasando en su mente.
Y entonces, usted podría concluir: Bueno, la conversión en cierta manera es este
acontecimiento sobrenatural, usted sabe. Simplemente, vive su vida y de pronto usted es
salvo; de pronto usted se levanta, escupe el suelo de su boca, usted es ciego, Dios lo salva
y usted sigue como un Apóstol. Y usted, por lo tanto, podría concluir que de alguna
manera en el acto soberano de salvación las facultades humanas son aniquiladas o
echadas a un lado, y usted no tiene nada que ver con ello, y yo no tengo nada que ver con
eso. Eso no es verdad.
El corolario de Hechos 9 y Filipenses 3, lo que usted no tiene en Hechos 9, usted lo tiene
en Filipenses 3. Usted tiene el incidente externo que se observa en Hechos 9, usted tiene
la respuesta interna de Pablo en Filipenses 3. Esto es lo que estaba pasando en su corazón
cuando él se encontró con Cristo. Dice usted: “Bueno, ¿entendió él quién Cristo decía
ser?”. Sí, esa es la razón por la que estaba matando cristianos. Él entendió de manera clara
quién decía ser, Él decía ser el Mesías, Él decía morí como un sacrificio por el pecado, Él
decía haber resucitado de los muertos; él conocía los hechos.
Él también sabía lo que los cristianos predicaban. Él sabía que predicaban un Evangelio de
gracia, no un Evangelio de ley, y eso era algo que él pensaba que también era herejía. De
hecho, él entendía quién era Cristo, él entendió los hechos de su vida, él también entendió
los hechos del Evangelio que fueron predicados por cristianos, y él no habría perseguido
una herejía que no entendía. Entonces él lo entendió, entonces él sabía de Cristo y él sabía
del Evangelio. Pero eso es diferente de ser confrontado con Cristo, ¿no es cierto?
Y cuando en el camino a Damasco Jesús lo detuvo y él fue confrontado por Cristo, y el
Espíritu Santo comenzó a iluminar su corazón duro y quitar la ceguera de su
entendimiento, él comenzó a considerar a Cristo por primera vez. Por favor, observe esto.
La salvación es un acto soberano de Dios mediante el cual Él invade la oscuridad del
pecador, le da luz y lo salva; pero la salvación no aniquila, destruye o hace a un lado las
facultades humanas. Estimula las facultades humanas.
Y entonces, lo que usted tiene en Filipenses 3 es el registro de lo que estaba pasando en la
mente de Pablo, y la emoción, y la voluntad en el interior conforme estos días en Damasco
estaban pasando. ¿Qué estaba él experimentando? ¿Qué estaba él sintiendo? Bueno, él
siempre había confiado en su carne. Esa frase, de regreso en los versículos 3 y 4. Él
siempre había confiado en su capacidad humana, su religión, su sinceridad, su raza, su
tribu, su rango, su justicia personal. Y él lo tenía todo en la columna de utilidad.
Y ahí estaba toda su confianza para la salvación, él creía que él era salvo debido a su
privilegio religioso y su mérito religioso. Y ahora de pronto él confronta a Cristo, el Espíritu
de Dios le da entendimiento, y él ve a Cristo por primera vez como el valor verdadero, la
perla real, el tesoro; y después él ve la pérdida, que está en esta columna, que una vez él
identificó como utilidad, y él está dispuesto a meter todo en una bolsa y echarlo a la
basura y tomar a Cristo, porque Cristo es de valor incomparable. Él hizo el intercambio
correcto. ¿Qué dará el hombre a cambio de su alma? Pablo lo entregó todo. Pablo vendió
todo para comprar el tesoro, vendió todo para comprar la perla.
Entonces, esta es la descripción personal interna de lo que Pablo hizo cuando él le entregó
su vida a Cristo. Esta es una porción tremendamente importante de la Escritura. Como dije
antes, la clave está en el versículo 7. Él dijo: “Cuantas cosas eran para mí ganancia, las he
estimado como pérdida por amor de Cristo. Porque Dios me mostró tan claramente las
glorias de Jesucristo, porque Dios me mostró tan claramente que solo Jesús podía
salvarme y solo Cristo podía proveer el camino al reino de Dios, y únicamente Cristo podía
proveer la vida eterna, y debido a que Dios me mostró que yo podía recibir eso por la fe
únicamente, no por obras, estoy dispuesto a tirar la basura y todo lo demás por Cristo”. Y
amados, ese es el mensaje aquí. Si usted está contando en algo para su salvación que no
sea Cristo, usted está engañado. La salvación no está en nada más que Cristo. “No hay
otro nombre bajo el cielo dado a los hombres por el que podamos ser salvos, que el
nombre de Jesucristo”, dice Hechos 4:12. Ningún otro nombre. No hay otro salvador.
Ahora, recuerde, Pablo dice: “Mira, he acumulado muchas cosas”; regrese al versículo 4, él
dijo: “Si alguien debe tener confianza en la carne, yo podría…”, versículo 5: “Fue
circuncidado al octavo día de la nación de Israel, de la tribu de Benjamín, la tribu
estimada. Soy un hijo hebreo, de padres hebreos, he guardado la tradición; en cuanto a la
ley soy un fariseo; he llegado al límite del compromiso definitivo de guardar la ley; en
cuanto a celo y sinceridad he perseguido a la iglesia. Así de sincero soy. Y en cuanto a
justicia que es por la ley, nadie jamás me ha encontrado externamente reprensible”. Y él
dice: “Durante todos estos años mi salvación ha sido edificada sobre mi ritual, mi raza, mi
rango, mi tradición, mi religión, mi sinceridad y mis obras. Y después me encontré con
Cristo, y vi que todo era pérdida. Todo era pérdida. Y con gusto lo entregué, lo cedí por
causa de Cristo, por causa de Cristo”. Eso es tan elemental.
Ese día en el camino a Damasco el Cristo Viviente irrumpió la ceguera increíble de Saulo
de Tarso quien era un fariseo, quien era un legalista, quien era alguien que trabajaba en
sus obras, se preocupaba por ganarse la salvación por sus obras; y despedazó su confianza
en todos sus méritos religiosos. Y la raíz de confianza personal fue para siempre arrancada
de su corazón, y él hizo que Jesucristo afuera de él. Él vendió todo para ganar a Cristo.
Quiero señalar otra cosa. Él no dijo: “Tenía algo bueno, esto es mejor”. Él dijo: “Esto es
pérdida, esto no es de utilidad, esto es pérdida, esto no es neutral, eso no es bueno, eso
es malo.
Las pérdidas son malas. Esa es una pérdida, no una utilidad”. ¿Qué quieres decir con eso?
Quiero decir que todas esas cosas no son buenas y Cristo es mejor, sino que todas esas
cosas son malas. Dice usted: “Ahora espere un minuto. ¿Es malo ser circuncidado en el
octavo día? ¿Es malo ser judío? ¿Es malo ser de la tribu de Benjamín? ¿Es malo ser hebreo
de hebreos? ¿Es malo ser religioso? ¿Es malo ser celoso?”; sí, en este sentido: Si usted
depende de eso para que lo salve, entonces es malo. ¿Por qué? Porque engaña de manera
tan fácil a la persona.
¿Sabía usted que la persona más dura qué alcanzar en el mundo para Cristo es la persona
que es religiosa? Y entre más religiosos son y más sinceros son, y más aferrados están a la
tradición, y más ceremoniales son, más difíciles son de alcanzar. ¿Por qué? Porque toda su
confianza está en eso. Y como consecuencia, dependen de eso para su salvación. Pablo
dice: “Eso no solo es bueno, y esto es mejor”. Eso es malo. ¿Por qué? Porque la religión
condena el alma. La religión falsa engaña la mente y condena el alma.
Entonces, él dijo: “Cuando vi la verdad de que todo eso no era bueno, era malo, estaba
condenando mi alma, fue una certeza falsa, una esperanza falsa, una salvación falsa; lo
arrojé todo a la basura y tomé a Cristo”. Ahora, ¿qué ganó? La semana pasada vimos lo
que él perdió. Cinco cosas él ganó. Estas son verdades profundas que lo abarcan todo.
Cinco cosas que usted gana cuando viene a Cristo. Cuando usted tira a la basura lo demás
y viene a Cristo. Estas cinco: Conocimiento, justicia, poder, comunión, gloria. Sígame,
vamos a volar a lo largo de estas. Oh, son ricas. De hecho, son tan ricas que llenan el
Nuevo Testamento. Podríamos pasar toda la vida en estas cinco.
Número uno. La salvación comienza con el conocimiento de Jesucristo. Esa es la primera
cosa que él ganó. Él ganó el conocimiento de Jesucristo, él ganó el conocimiento de
Jesucristo. Por cierto, Dios está impresionado con estas cosas; Él no está impresionado
con los versículos 5 y 6. Pero Dios está impresionado con esto. Él no está impresionado
con nuestro rango, nuestra raza, nuestra tradición, nuestra sinceridad; Él está
impresionado con esto. En primer lugar, el conocimiento de Jesucristo. Observe el
versículo 8: “Y ciertamente, aún estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia de
conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo y lo tengo
por basura para ganar a Cristo”.
Ahí a la mitad, él dice el valor incomparable de conocer a Cristo. Ese es el punto aquí.
Conocer a Cristo sobrepasa por mucho esas otras cosas, con gusto me voy a deshacer de
esas para conocerlo. De hecho, él quiere presentar el punto con tanta fuerza que él
comienza en el versículo 8—en su Biblia podrá decir más que eso, toda edición dice algo
diferente. La razón es que no se puede traducir. Lo que usted tiene aquí es una secuencia
extraña de cinco pequeñas partículas. Y si usted las lee, de hecho, en griego, sería así:
“Pero más bien, por lo tanto, por lo menos, inclusive”, simplemente un montón de
partículas; se ven como si afueran aventadas ahí, sin pensar. Y lo que él está tratando de
hacer con esas partículas es tratar de hacer que un punto fuerte sea más fuerte.
En el versículo 7 dice: “He considerado todo lo que era ganancia para mí como pérdida por
causa de Cristo. Sino que, más bien, por lo tanto, por lo menos, inclusive”, usted sabe, él
está tratando de resumir esto; “Pero más, mucho más allá de todo eso, considero que
todo es pérdida, no solo esas cosas”, él usa esa frase, “esas cosas”, en el versículo 7; y él
se refiere, de regreso a lo que dijo en los versículos 5 y 6: “Y no son solo esas cosas que
veo como pérdidas, sino que veo todo como pérdida comparado con Cristo”. Usted no
puede confiar en nada, no solo esas cosas, sino en su propia sabiduría, su propio intelecto,
su propia mente, sus propios instintos religiosos; usted no puede confiar en nada. “Todo
lo tengo por pérdida”.
Dice usted: “¿Qué quiere decir con todo?”. Él se refiere a cualquier tipo de lealtad o
cualquier tipo de acto por el cual uno piensa que gana mérito ante Dios, mediante el cual
podamos ganarnos el favor de Dios por nuestra propia fuerza. Todo es pérdida, todo es
basura. Cuando una persona religiosa piensa que él puede jactarse de alto, esa es una
pérdida en su vida porque él está reclamando algo que no le pertenece a él, ¿verdad?
Podría pasarle a un cristiano, ensoberbecerse por su vida de oración o por su estudio
bíblico, o porque testifica, o pensar que Dios se agrada debido a su esfuerzo humano.
¿Sabe usted que si usted ora y si usted estudia con eficacia la Palabra de Dios y usted da
testimonio eficazmente, todo el crédito va para quién? A Dios, quien lo hizo a través de
usted por su Espíritu. Pablo dice: “Miren, cualquier cosa que alcancé en el pasado,
cualquier cosa que puedo hacer en la actualidad, es pérdida si se considera como una base
de suposición de mérito pensando que Dios entonces me debe por lo que he hecho”. Es
algo perjudicial. Entonces, él dice: “Miren, no solo lo tengo”, ese es un verbo de tiempo
perfecto en el pasado, “Sino que —versículo 8— estoy considerando”, tiempo presente en
el presente, “He considerado todo como pérdida”, todo lo que mencioné en el versículo 5
y 6, “Y ahora continuamente considero como pérdida todo en mi vida, todo lo demás”, es
algo continuo, todo es pérdida. Simplemente no se puede comparar con Cristo, no hay
nada en la vida que pueda compararse; ningún mérito, ninguna actividad religiosa.
Entonces, él realmente está diciendo: “Continúo resistiendo la tentación recurrente a
confiar en mis obras en lugar de la gracia de Dios para mi posición”. Dice usted: “Bueno,
Pablo, ¿cómo puedes hacer una afirmación tan amplia? Digo, esto es vender todo. ¿Todo
lo tengo por basura? ¿Continúo teniéndolo por basura? ¿Continúo teniéndolo como
pérdida? ¿Continúo vendiendo todo por la perla, vendiendo todo por el tesoro? ¿Por qué
haces eso, Pablo? ¿Cómo puedes separarte de manera total de todo?”. Les voy a decir por
qué. Porque el versículo 8: “Por el valor incomparable de conocer a Cristo Jesús, mi
Señor”. Por el hecho de que conocer a Cristo sobrepasa todo lo demás. Lo entrego todo
por conocer a Cristo.
Como puede ver, eso es lo que lo abrumó en el camino a Damasco. Juan lo enseñó, lo
detuvo y habló con él, y el Espíritu de Dios comenzó a iluminar su corazón acerca del
Evangelio; él comenzó a ver en su corazón bajo la iluminación del Espíritu el valor
incomparable de conocer a Cristo, y él se dio cuenta de que todas sus credenciales
religiosas eran estiércol y conocer a Cristo era todo. Ahora, la palabra aquí, “el valor
incomparable” simplemente significa eso; algunas Biblias lo traducen “excelencia”,
algunas la traducen “grandeza incomparable”, eso es lo que significa. La palabra para
“conocer a Cristo” de hecho es un sustantivo, no un verbo; es el “conocimiento de Cristo”.
El conocimiento. Y la palabra es “gnosis”.
Una palabra muy importante. Permítame decirle lo que significa porque implica cosas muy
fuertes en este texto. Pablo dice: “Miren, yo contaría todo por basura comparado con
conocer a Cristo”. ¿Qué quieres decir “conocer a Cristo”? Tenemos que entenderlo. El
valor incomparable de conocer a Cristo. ¿Quieres decir conocer intelectualmente acerca
de Cristo? No, ese no es el verbo que significa “conocer intelectualmente”, ese es de
“guinosko”, lo cual significa “conocer experimentalmente” o “conocer personalmente”, o
“conocer por involucramiento personal con alguien”. Eso es lo que él está diciendo.
Ahora, es elemental en el cristianismo que ser un cristiano es llamado conocer a Cristo,
¿verdad? Aquellos que son cristianos conocen a Cristo. Juan 10, ese gran capítulo del buen
pastor. Jesús dice: “Conozco mis ovejas y ellas me conocen a mí”. Conocer a Cristo.
Cuando Jesús oró la oración sumo sacerdotal de Juan17 y versículo 3, su oración para los
creyentes, aquellos que estaban vivos y aquellos que estaban por nacer y ser redimidos,
es resumida de manera muy simple en ese concepto. Dice esto: “Esta es la vida eterna:
que te conozcan, el único Dios verdadero y a Jesucristo a quien Tú has enviado”. La vida
eterna está conectada con conocer a Dios al conocer a Cristo.
En 1ª de Juan hay una afirmación tremenda que se presenta en 1ª de Juan capítulo 5, ahí
al final de la Epístola, versículo 20: “Sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado
entendimiento para que conozcamos a Aquél que es verdadero, Jesucristo”. La salvación
es conocer a Cristo. No es saber de Él intelectualmente, es conocerlo experimentalmente.
En 2ª de Corintios 4, versículo 6, Pablo dice: “Dios es el que ha resplandecido en nuestros
corazones”, eso es iluminación, “Para dar la luz del conocimiento de la gloria de Dios en la
faz de Cristo”. En otras palabras, Pablo está definiendo el Evangelio y la obra del Espíritu.
Él dice: “Dios viene al corazón, hace que brille la luz que revele el conocimiento de
Jesucristo”.
De nuevo, conocer a Cristo es sinónimo con la salvación. Efesios 1:17, Pablo ora que
tengamos el Espíritu de sabiduría y revelación en el conocimiento de Él. 2ª de Timoteo
1:12, usted sabe lo que dice: “Porque yo sé en quién (¿qué?) he creído”. Ahora, podríamos
ver muchas otras escrituras, pero es suficiente decir que la salvación es una relación en la
cual yo conozco a Cristo. No que conozco acerca de Él, conozco los hechos de Él, conozco
que Él vivió, cuando murió, conozco unos cuantos otros hechos de lo que Él enseñó; no
eso. Sino que lo conozco a Él muy diferente que conocer acerca de alguien.
Hay muchas personas de las que yo conozco que no conozco, y usted puede conocer
acerca de Cristo y no conocerlo en absoluto. Ahora, permítame ayudarle a entender la
palabra gnosis para que usted la pueda entender. Entre los paganos se referían a este
gnosis o a este conocimiento como el entendimiento elevado, secreto, de culto místico, de
comunión con una deidad. Ellos tenían una fiesta con borrachera, una fiesta bacanal, y
bebían, y bebían, y bebían; Pablo se refiere a eso en Efesios 5, a su embriaguez; y creían
que en su estado de embriaguez ascendían a una situación en la que percibían a sus
deidades en intimidad.
Timothy Leary solía decir que si usted toma drogas usted va a ascender un plano más alto
y tener comunión con Dios. Eso no es nuevo, eso es lo que los paganos han hecho durante
siglos y siglos y siglos. Entonces, el paganismo decía: “Hay un conocimiento ascendiente,
hay un conocimiento trascendente, hay un conocimiento de iniciación, al cual unos
cuantos entran y han ascendido más allá de lo mundano para comprender la verdad de su
deidad”. Eso todavía es verdad. En las religiones paganas eso es lo que los gurús dicen, eso
es lo que los monjes budistas dicen, eso es lo que las religiones ocultas, extrañas del
mundo dicen, conforme se sientan y pasan por sus actividades extrañas de lo que sus
religiones prescriben para que puedan ascender de lo mundano y entrar a la esfera divina
para percibir a los dioses. Esa es la gnosis, el conocimiento místico, profundo,
trascendente de un dios.
Inclusive en el cristianismo los gnósticos desarrollaron eso de la misma palabra. Usted ha
oído de eso, ¿no es cierto? Había personas que decían conocer al Dios verdadero
mediante un tipo de elevación ascendente, trascendente, que solo ellos habían
experimentado. El resto de la gente estaba en el plano bajo, en el nivel bajo, pero ellos
habían encontrado a Dios accesible a ellos debido a su conocimiento elevado. Por cierto,
Pablo escribe en contra de los gnósticos, Juan dirige sus ataques en contra de los gnósticos
en el Nuevo Testamento, por lo menos lo que más tarde se convirtió en gnosticismo.
Colosenses es una buena ilustración de una carta que trata con este tipo de suposición
gnóstica. 1ª de Juan sería otra en donde inclusive se hace referencia a esto. Pero lo que
usted tiene entonces es este concepto de gnosis, lo cual significa un conocimiento místico,
elevado, trascendente de la deidad en intimidad que la mayoría de la gente jamás
experimentará.
Cuando Pablo entonces le dice a estos filipenses que salen de esa sociedad pagana, él
dice: “Entrego todo por el conocimiento incomparable de Cristo Jesús, mi Señor”, ellos
entienden lo que él quiere decir por la palabra gnosis, que él no está hablando de algunos
hechos, sino que él está hablando de una experiencia trascendente de tener comunión
con Cristo el Señor. Y en ese sentido es preciso. Pero hay más. Hay un contexto del
Antiguo Testamento para esa palabra también. La palabra gnosis es una palabra de
guinosko, es usada para traducir la palabra del Antiguo Testamento “yada”. Esa palabra en
el Antiguo Testamento habla de una unión de amor. Cuando usted ve yada en el Antiguo
Testamento Hebreo puede ser guinosko que es traducida en el griego, significa “conocer”,
pero expresa un vínculo de amor.
Por ejemplo, dice: “Adán conoció a su mujer, y ella dio a luz un hijo”. No significa que él
sabía quién era ella. Él sabía, claro, quién era ella, pero tuvo una relación de amor íntima
con ella. Dice en Amós 3:2: “A Israel únicamente he conocido”, y lo que significa es que
son las únicas personas de las que yo sé; no. Tengo un vínculo de amor íntimo con ellos.
Hay una intimidad ahí. La palabra “conocer” implica la unión de amor. En el caso de Israel
tuvo que ver con la elección y gracia. Fue un vínculo en amor íntimo. Jesús dijo: “Mis
ovejas oyen mi voz y yo las conozco y tengo un vínculo de amor”. Jesús dijo: “Apartaos de
Mí, nunca os conocí, nunca tuve un vínculo de amor contigo”.
Entonces, hay una intención judía en la palabra como también una especie de gentil. La
intención gentil es hablar de un amor de comunión con Cristo que es profundo, que
sobrepasa todo, que es místico, es íntimo. Y en la intención hebrea expresa esa unión de
amor, ese vínculo de amor, que une de manera íntima a la gente, y todo eso está en la
palabra. Entonces, cuando Pablo dice: “Entrego todo por el conocimiento incomparable
de Cristo Jesús, mi Señor”, él está llenando esa palabra “conocimiento” con todo ese
significado rico. Él está diciendo: “Es un conocimiento de amor, es una unión de amor que
es íntima, que es sobrenatural, que es trascendente, que es mística; es algo que va mucho
más allá de lo que puedes experimentar, cualquier cosa que puedas experimentar en esta
vida, en este mundo”.
Y después para añadir calidez a esto, él añade el pronombre personal: Mi Señor. Él ve a su
Señor como Señor; eso es soberano, eso es realeza. Él ve a Jesús como Jesús. Ese es el
Salvador, esa es la función Sacerdotal. Él ve a Cristo, al Profeta, el mensajero de Dios, él lo
ve como Profeta, Sacerdote y Rey. Cristo siendo Profeta, Jesús siendo Sacerdote, Señor
siendo Rey. Los tres nombres enfatizan los tres cargos. Y conforme él lo ve en esa
plenitud, él ve en Él intimidad, “Él es mi Señor personal”. Eso es lo que el cristianismo trae,
eso es ganancia, ¿lo ve? Su raza no va a traerle eso, su rango, su tradición, sus ceremonias,
su sinceridad; la única manera en la que usted llegará a un conocimiento profundo,
íntimo. Un vínculo de amor con Jesucristo es mediante la salvación por la gracia a través
de la fe. Entonces, él dice: “Tengo todo eso como pérdida para ganar el conocimiento de
Cristo, el conocimiento profundo de amor”.
F. B. Meyer escribió: “Podemos conocerlo de manera personal, íntima, cara a cara. Cristo
no vive atrás en los siglos ni en medio de las nubes del cielo; Él está cerca de nosotros, con
nosotros, rodeando nuestro camino, al acostarnos, y Él conoce todos nuestros caminos.
Pero no podemos conocerlo en esta vida mortal, excepto por la iluminación y enseñanza
del Espíritu Santo. Y ciertamente, podemos conocer a Cristo, no como un extraño que se
aparece para visitar de noche, o como el rey exaltado de los hombres; debe haber un
conocimiento interno, como aquellos a quienes Él considera como sus propios amigos
conocidos, a quien Él encomienda sus secretos, que comen con Él de su propio pan.
Conocer a Cristo en la tormenta de la batalla, conocerlo en el valle de la sombra;
conocerlo cuando la luz del sol brilla sobre nuestros rostros, o cuando son oscurecidos con
decepción y tristeza; conocer la dulzura de cómo Él trata con las cañas cascadas y los
pábilos que humean; conocer la ternura de su empatía y la fortaleza de su diestra. Todo
esto involucra muchas variedades de la experiencia por nuestra parte. Pero cada una de
ellas, como las facetas de un diamante, van a reflejar la belleza prismática de su gloria
desde un ángulo nuevo”. Fin de la cita.
Eso es conocer a Cristo. La salvación comienza con el conocimiento de Cristo por el cual
Pablo dice: “Voy a intercambiar lo que sea por ese privilegio”. ¿Qué quiere decir con eso?
¿Cuán profundo es el conocimiento? ¿Qué tan profundo es? Siga su pensamiento.
Observe lo que dice. Versículo 9: “Y ser hallado en Él”. Así de profundo es. Usted está tan
entrelazado en un vínculo de amor íntimo y conocimiento con Cristo que usted está en Él.
A Pablo le encanta ese concepto. Se refiere a este concepto por lo menos 164 veces en sus
Epístolas: “Estamos en Cristo”. “Con Cristo estoy juntamente crucificado y ya no vivo yo,
mas vive Cristo en mí. Y la vida que ahora vivo, la vivo por la fe del Hijo de Dios quien me
amó y se entregó a Sí mismo por mí”.
En otras palabras: “No soy yo, sino Cristo. No sé dónde termino yo y dónde comienza Él, y
dónde Él termina y yo comienzo; estamos entrelazados de manera íntima”, así de íntimo
es el vínculo, así de profundo es el conocimiento. “Él se mueve a través de mí, yo tengo la
mente de Cristo”. Eso es conocimiento profundo. Entonces él dice: “Todo lo tengo en mi
vida por basura. Considero todos mis méritos religiosos como basura por esa relación de
amor íntima profunda con el Cristo Viviente. Entonces, por Él he sufrido la pérdida de
todas las cosas”, e incluye un artículo definido, “Y las tengo por basura”, excremento,
basura, “A fin de ganar a Cristo. He sufrido la pérdida de todas las cosas”, dice él, “Y no me
importa en absoluto”. Todo es “skubalon”.
Como Isaías 64:6, “trapos de inmundicia”, lo cual es un término del Antiguo Testamento
para referirse a “ropa menstruosa”. “Lo considero como algo que debe ser arrojado a la
basura, como excremento humano. Puedo intercambiar cualquiera de esas cosas por
Cristo, el conocimiento de Cristo, a fin de ganar a Cristo”. Ganar quiere decir—ganar, el
verbo significa “apropiación personal”, “hacerlo mío”. Como puede ver, conocer a Cristo
hacer de Cristo mío, despoja todo, absolutamente todo.
En segundo lugar, la salvación involucra el conocimiento de Cristo. En segundo lugar, la
justicia de Cristo, la justicia de Jesucristo. Versículo 9: “Y ser hallado en Él, no teniendo mi
propia justicia que es por la ley, sino al que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios
por la fe”. ¿Sabe usted en qué había pasado su vida entera? ¿Su vida adulta entera?
Haciendo lo que él dice en la primera mitad del versículo 9, tratando de ganar una justicia
propia derivada de la ley. En eso pasó su vida entera. Esa es la razón por la que era un
fariseo, él era uno de los 6,000 fariseos élite, un pequeño número que creían que podían
alcanzar la salvación por el apego perfecto a la ley de Dios. ¡Qué carga! Qué carga tan
increíble; qué culpabilidad, qué engaño.
Él dijo: “Lo rindo todo. Yo rindo todo eso de tener una justicia personal derivada de la ley
con gusto”. ¿Qué tipo de justicia es esa? Es la justicia del dominio propio, la justicia de la
moralidad externa, la justicia del ritual y las ceremonias religiosas, la justicia de las buenas
obras. Es justicia personal. Es la justicia producida por la carne. Justicia simplemente
significa hacer lo correcto, es hacer lo mejor que usted puede hacer. Como el comercial
del ejército dice: “Sé lo mejor que puedas ser”, bueno, desde el punto de vista de Dios no
es lo suficientemente bueno. Como puede ver, Romanos 3:19–20 dice: “Por las obras de la
carne o las obras de la ley, ninguno será justificado”. Por las obras de la ley ninguna carne
será justiciada o hecha justa; usted nunca será hecho justo por lo que puede hacer.
Pero él pasó su vida entera tratando, su vida entera. Y él no estuvo solo. En Romanos 10
su corazón se rompe por Israel, se rompe porque no conocen acerca de la justicia de Dios
y están buscando establecer la suya. Ese es su problema. Un esfuerzo de por vida por
establecer su propia justicia por obras, tradición, sinceridad, ceremonia ritual, ir a la
adoración. Él dice: “Mira, voy a intercambiar con gusto toda esa molestia de guardar la
justicia legal farisaica, la cual he tratado de guardar todos estos años por Cristo”, ¿por
qué? Porque, versículo 9: “Porque de Él, mediante la fe en Cristo, viene la justicia que
viene de Dios en base a la fe. Voy a recibir la justicia que es mediante la fe en Cristo, no de
obras. Porque por gracia sois salvos por medio de la (¿qué?) fe, no por obras para que
nadie se gloríe”.
Como puede ver es cuestión de fe. Dice usted: “¿Qué es fe?”. Creer. Pero más que creer,
no es nada más afirmación intelectual, es confianza personal y rendición completa. Eso es.
Alguien dijo: “Es el sí del alma a Dios”. Es colocar toda la confianza en Cristo. Así es como
usted es salvo. Y cuando usted coloca su fe en Cristo, Dios le da a usted su justicia, ese es
el versículo 9, que es la justicia que es mediante la fe en Cristo, la justicia que viene de
Dios en base a la fe. No justicia humana en base a las obras que no agradan a Dios. Dios no
está impresionado. Porque lo mejor que usted puede hacer son trapos de inmundicia, lo
mejor que puede hacer es estiércol, lo mejor que puede hacer es quedar corto de la gloria
de Dios.
¿Cómo es que usted va a ganar la justicia? ¿Qué es justicia? Es tener una posición correcta
con Dios, significa que Dios lo acepte a usted. ¿Cómo es que usted va a ser aceptado por
Dios? Por su propio esfuerzo no. Usted va a ser aceptado por Dios cuando usted toma por
la fe la justicia que Él le da a usted, porque Cristo pagó la paga por su pecado. Cuando
usted toma a Cristo, Dios le da a usted en Cristo justicia. En otras palabras, Él acepta a
Cristo en lugar de usted. Y debido a que Cristo satisface de manera perfecta a Dios y usted
está en Cristo, Dios está satisfecho con usted.
Como puede ver, Pablo está dispuesto a perder esa túnica que se desvanece y que es
delgada de la reputación, por la túnica gloriosa, pesada de justicia que viene en Cristo.
Una relación correcta con Dios no es por obras, es por fe. Hombre, esa es la clave de este
pasaje entero. Dice usted: “¿Qué es esta fe?”. Permítame darle una definición. Escuche
con mucha atención. La fe es mejor descrita de esta manera: La fe es la confesión de
confianza continua, de dependencia total de, y confianza en Jesucristo, para los requisitos
necesarios para entrar al reino de Dios. ¿Escuchó eso? Fe es la confesión continua de
confianza, de dependencia total de, y confianza en Jesucristo, para proveer los requisitos
necesarios para entrar al reino eterno de Dios.
No es nada más creer que Jesús vivió y murió; es confiar en Él y depender de Él para que Él
satisfaga los requisitos a favor de usted para darle entrada al reino de Dios. Es rendición
de su vida en confianza a Él para hacer lo que usted no puede hacer, es decir, no lo puede
hacer Pablo tuvo una vida de tratar. Y por un tiempo todo estuvo en la columna de
utilidad. Ahora él dice: “Es basura. No quiero una justicia propia derivada de la ley; va a
quedar corta del estándar de Dios y me va a condenar”. La justicia personal condena tanto
porque es tan engañosa. Cumple con el estándar del hombre y lo excede, pero queda
infinitamente corto del estándar de Dios; ese es el engaño.
Entonces, él dice: “Cristo es ganancia para mí por dos razones: porque en Cristo tengo el
conocimiento de Él, una unión rica, mística, profunda con el Cristo Viviente en el cual
nuestras vidas están entrelazadas”. En segundo lugar, tengo la justicia de Cristo. ¡Oh,
bendito sea Dios! Él se volvió pecado por nosotros para que fuésemos hecho la justicia en
Él. Él tomó mi pecado en la cruz para que yo pueda tomar su justicia. En tercer lugar, la
salvación provee el poder de Jesucristo. Qué más es ganancia para mí, Pablo dice, el poder
de Cristo, versículo 10: “A fin de conocerle”, este es un conocimiento continuo ahora, él ya
comenzó en esa dirección con el conocimiento profundo de Cristo, desde el versículo 8.
Pero hay un anhelo por conocer más. Y así es en una relación íntima y profunda. “A fin de
conocerle, y el poder de su resurrección”.
Eso es lo que él quiere decir por este conocimiento profundo. Pablo dice: “Entrego todo
para que pueda conocer su poder”. ¿Qué quieres decir, Pablo? El poder de su
resurrección. Como puede ver, debido a que conozco a Cristo íntimamente, debido a que
tengo la justicia de Cristo, tengo a mi disposición energía espiritual, dinámica, que viene
de Él. Como en Daniel 11:32, en donde el profeta dice que el pueblo que conoce su Dios
mostrará fortaleza y tomará acción. Pablo dice: “Todo a Cristo debido al poder”. ¿Quiere
saber una cosa? No hay poder en la ley, no hay poder para superar el pecado en mi carne,
no hay poder real para el servicio espiritual en mi carne, no hay poder para la victoria en
mi carne, no hay poder para dar testimonio en mi carne. Él dice: “He estado operando sin
poder, y ahora veo todo el poder en Cristo”.
Dice usted: “¿Cómo lo ve?”; es en su resurrección. ¿Por qué dice él el poder de su
resurrección? Porque fue en su resurrección que Él demostró de manera más vívida la
extensión de su poder. ¿Qué otra obra de Cristo es tan poderosa como esa? Ninguna.
Resucitar de los muertos, así mismo mostró que Él tenía poder sobre el mundo físico y
también sobre el mundo espiritual; Él tenía poder sobre la esfera humana y la muerte, y Él
tenía poder sobre la esfera demoníaca, y todos los demonios que querían mantenerlo
cautivo.
Como puede ver, la muestra más grande de poder que Jesús jamás logró fue su
resurrección de los muertos, y Pablo dice: “Ese es el tipo de poder que quiero
experimentar”, eso es lo que está diciendo. ¿Por qué voy a echar a la basura estas cosas y
tomar a Cristo? Debido a su poder, su poder. Él conoció su poder de resurrección en dos
maneras. La primera manera fue poder de resurrección que lo salvó, cuando él fue salvo.
Según Romanos 6, él fue sepultado en Cristo en su muerte, y él resucitó con Cristo para
caminar en vida nueva. Entonces, él ya ha experimentado el poder de resurrección en su
salvación. Toda persona que viene a Cristo, en un sentido espiritual, morimos con Cristo y
resucitamos.
Entonces, el poder de resurrección está en nosotros, pero más que eso, él quería poder de
resurrección para que continuara siendo su recurso. Él quería ese poder del que habla
tantas veces en las Epístolas, el poder por ejemplo para conquistar la tentación, el poder
para servicio a Cristo, el poder para vencer las pruebas que lo hace a usted fuerte cuando
usted es débil, el poder para dar testimonio y tener valentía. Él quería ser fortalecido por
el Espíritu en el hombre interior, él quería conocer —Colosenses 1:11— la gran potencia
de Cristo. Él quería la expresión de ese poder del cual él habló en Efesios 3:20 cuando dijo:
“Y Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas, mucho más allá de lo que podemos
pedir o entender según el poder que actúa en nosotros”. Él dijo: “¿Por qué tomé a
Cristo?”, y le dije—debido a que en Cristo hay poder, hay poder sobre el pecado, hay
poder sobre la tentación, hay poder para el servicio, hay poder para dar testimonio, hay
poder sobre las pruebas.
¡Hay poder en mi vida! Que de otra manera sería impotente. Esa es la razón por la que lo
tengo todo por pérdida, por el poder que hay en Cristo, para el alma que cree. El poder de
la vida de Cristo se derrama en nosotros, emana de nosotros para darnos victoria en esta
vida. Pablo dice: “¿Qué voy a intercambiar por eso? Esa es la única manera en la que
puedo conquistar el pecado, esa es la única manera en la que puedo tener una vida
eficaz”. ¿Qué ganó en Cristo él? El conocimiento de Cristo, la justicia de Cristo, el poder de
Cristo.
En cuarto lugar, la salvación también le trajo comunión con Jesucristo. Comunión con
Jesucristo. Él dice en el versículo 10: “Hay algo más que considero ganancia: la
participación de sus padecimientos siendo conformado a su muerte”. Él ya había sido
conformado a su muerte en el sentido salvador; cuando él creyó en Cristo él fue sepultado
con Él en el bautismo, y resucitó para caminar en vida nueva como vimos en Romanos 6,
lo señalamos hace un momento. Él ya había tenido participación en los padecimientos de
Cristo de una manera salvadora, y no quiero que usted malinterprete eso; cuando usted
es salvo, de alguna manera sobrenaturalmente Dios lo coloca a usted en Cristo, y usted
muere en Cristo y usted resucita con Él; él ya había experimentado ese tipo de
sufrimiento, ese tipo de sufrimiento.
Pero lo que él tiene en mente aquí es algo más. No una unión salvadora con Cristo en su
muerte y resurrección, sino una comunión, una comunión profunda de sufrimiento. ¿Qué
quieres decir, Pablo? ¿De qué estás hablando? Estoy hablando de esto, estoy hablando del
hecho de que una de las cosas que gano en Cristo es a alguien con quién tener comunión
cuando sufro. ¿Entendió eso? Alguien con quien tener comunión cuando sufro. Alguien
que ha sufrido mucho más allá de cualquier sufrimiento que jamás conoceré, mucho más
sea de cualquier sufrimiento que jamás sentiré o experimentaré y necesito un compañero
en mi sufrimiento. Cualquier cristiano sobre la faz de la Tierra le va a decir a usted que los
momentos más profundos de comunión espiritual con el Cristo Viviente son el resultado
directo de sufrimiento intenso. No hay duda al respecto.
El sufrimiento siempre nos acerca a Cristo. ¿Por qué? Porque cuando encontramos ahí al
Sumo Sacerdote misericordioso, que nos ayuda, que es empático, que se preocupa; el
amigo que siente nuestro dolor, que fue tentado en todo según nuestra semejanza, que
conoce nuestras debilidades y flaquezas. Y él está diciendo: “Cuán bendito soy de ser
perseguido, y saber que simplemente estoy siendo aquel que fue perseguido antes de mí,
y en cuya comunión encuentro consuelo”. Cristo fue rechazado, Cristo fue objeto de burla
y menosprecio y odio, y fue matado; y Pablo enfrentó eso también. Él dijo: “Quiero
decirles: lo mejor acerca del sufrimiento es que tengo un compañero en mi sufrimiento”.
¿Sabes? Cuando soy muy débil voy a Cristo —2ª de Corintios 12— y encuentro en Él mi
fortaleza, y eso es lo que él quiere decir. Oiga, es un mundo triste en el que vivimos, ¿no
es cierto? Es solo cuestión de cuándo va a venir su dolor y cuán intenso va a ser. Todos lo
sufrimos. ¿Y a dónde va usted? Bueno, la mayoría del mundo va a la botella o va al
psiquiatra, o me imagino que va al centro comercial. ¿A dónde va usted cuando quiere
consuelo real? Cuando quiere participación en el sufrimiento, ¿a dónde va usted para que
alguien sienta lo que usted siente? Usted va a Cristo, ¿no es cierto? Esa es la participación
de padecimientos.
Una última cosa. La salvación resulta en la gloria de Jesucristo, en la gloria de Jesucristo.
Versículo 11: “Si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos”. ¿Sabes
qué más considero como ganancia? El alcanzar la resurrección. Y, por cierto, la manera en
la que él presenta esto en el griego, “A fin de que alcance”, casi se oye como si se sintiera
un poco inseguro de esto; eso no es inseguridad. Eso es humildad, eso es humildad. Nunca
lo dejó el hecho de que era indigno, nunca lo dejó el hecho de que no merecía esto. Pero
él dice: “Anhelo la gloria de Cristo, la resurrección de los muertos”. Él usa una palabra para
resurrección nunca usada en ningún otro lugar en la Biblia, es la “afuera resurrección”,
añade la preposición ek, es la “afuera resurrección”, es vívida; después la frase “de los
muertos”; significa “de los cadáveres”, de entre los cadáveres.
Esa es la manera en la que se lee literalmente. “Quiero alcanzar la afuera resurrección de
entre los cadáveres”. ¿Qué es eso? Es el rapto. Ese es el momento en el que él se va a
estar con el Señor y él recibe un cuerpo nuevo, de eso está hablando. Él está hablando de
ese momento en el abrir y cerrar del ojo cuando los muertos en Cristo resucitarán y serán
cambiados en incorruptibilidad. Él está hablando de ese momento cuando los muertos en
Cristo resucitan, y aquellos que están vivos van a ser arrebatados juntos para reunirse con
ellos en el aire; 1ª de Corintios 15; 1ª de Tesalonicenses 4. Él está hablando del día de
resurrección, de la afuera resurrección de entre los cadáveres.
Cuando los creyentes son tomados de entre el resto de los cadáveres muertos, que no son
resucitados sino hasta el final del reino milenial. Pero los creyentes son sacados y
transformados a la imagen de Cristo. Él habla de esto en el versículo 20: “Nuestra
ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos con expectativa al Salvador, al
Señor Jesucristo, el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra en semejanza al
cuerpo de la gloria suya”. Eso es lo que él quería, él odiaba la carne como debilidad; él
gemía con esos en Romanos 8, que gemían esperando la manifestación gloriosa de los
hijos lo cual significaba la resurrección, la afuera resurrección de entre los cadáveres; eso
es lo que él quería.
Él quería el fin del conflicto de la carne y el espíritu del que él escribía en Gálatas 5; él
quería el fin del gemir de Romanos 8, la redención de su cuerpo; eso es lo que él quería. Y
él dijo: “Obtengo eso en Cristo, obtengo eso en Cristo”. Hágase usted una pregunta: ¿Qué
dará usted en intercambio por su alma? Como puede ver, Cristo le ofrece a usted unión
con él, justicia, poder, comunión, gloria. ¿A qué se va a aferrar usted que se iguale a eso?
¿Y qué bienestar va a traer si usted ganare el mundo entero y perdiere su alma? Esa es la
pregunta.
¿Qué ganamos en Cristo? El conocimiento de Cristo; los teólogos llaman a eso
“identificación”. Ganamos la justicia de Cristo; los teólogos llaman a eso “la justificación”.
Ganamos el poder de Cristo; los teólogos llaman a eso “la santificación”. Ganamos el
sufrimiento con Cristo; los teólogos llaman a eso “participación”. Y ganamos la gloria de
Cristo; y llamamos a eso “glorificación”. Esa es la perla, ese es el tesoro. Las personas
sabias venden todo para que esto sea de ellos.
Oremos juntos. Gracias, Padre, de nuevo, por la gran riqueza de verdad que ha venido a
nuestros corazones. Gracias por los santos preciados, queridos, que te aman y a quienes
Tú amas, que te conocen, que tienen tu justicia, que son los poseedores de tu poder, que
tienen comunión contigo en las cosas profundas de la vida, y que un día serán glorificados
contigo en tu trono mismo; gracias por ellos. Gracias, Señor, por todo lo que ellos
significan para todos nosotros conforme compartimos la riqueza de su vida en la
participación de esta iglesia.
Te damos gracias, Señor, por salvarnos. Te damos gracias por el día en el que nosotros
también tuvimos nuestro camino a Damasco; quizás no tan dramático históricamente,
pero igualmente dramático internamente, porque nosotros también tuvimos que darle la
espalda al resto de las cosas que habíamos acumulado en seguridad, pensando que este
mundo haría que estuviéramos bien contigo, y dijimos “es basura”, y tomamos a Cristo.
Gracias por ese día.
Oramos que este pueda ser ese día para aquellos que nunca han venido a Cristo, para
aquellos que todavía están confiando en su columna de utilidad, sus méritos humanos, su
sinceridad, su moralidad, su religión. Oh, Dios, que puedan verlo por lo que es: engaño
condenador, peligroso, perjuicio; y que se entreguen a Cristo quien es para nosotros
conocimiento, justicia, poder, comunión y gloria. Oramos en Su querido Nombre. Amén.
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Elegidos por Dios, 1ª Parte


Escritura: 1 Pedro 1:1
Código: 60–2
John MacArthur
Nuestro texto es 1 Pedro 1, versículos 1 y 2. “Pedro, apóstol de Jesucristo, a los
expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos según
la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con
la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.”
Ahora, la esencia de esta salutación conforme Pedro comienza su carta es enfatizar que
aquellos a quienes él escribe son elegidos según la presciencia de Dios padre. Y de esta
manera, Pedro se sumerge en profundidades teológicas desde el principio de esta carta.
La lección para nosotros esta noche va a tratar con la elección o ser escogido por Dios.
El dotado maestro bíblico y erudito A.W. Pink, quien por cierto murió en el año 1952,
comenzó un sermón en una ocasión diciendo esto: “voy a hablar en esta noche de una de
las doctrinas más odiadas de la Biblia, esta es la doctrina de la soberanía de Dios en la
elección.” Tenía razón. Es una doctrina odiada. Más adelante él escribió -y me parecen
muy útiles- “la elección soberana de Dios es la verdad más odiada y menospreciada por la
mayoría de aquellos que dicen ser creyentes. Que se ha anunciado claramente que la
salvación no se originó en la voluntad del hombre, sino en la voluntad de Dios porque si
no hubiera sido así, nadie querría ni podría ser salvo. Porque, como resultado de la caída,
el hombre ha perdido todo deseo y voluntad hacia aquello que es bueno y que inclusive el
elegirse a sí mismos demanda que sean hechos dispuestos y fuertes serán los clamores de
indignación en contra de una enseñanza como esta.”
Después, él dice esto: “los promotores del mérito no permiten la supremacía de la
voluntad Divina y la impotencia de la voluntad humana. Como consecuencia, aquellos que
con mayor amargura denuncian la elección por el placer soberano de Dios son los más
cálidos en clamar por el libre albedrío del hombre caído.” Fin de la cita.
Lo que él está diciendo es que es difícil para algunas personas aceptar la doctrina bíblica
de la elección soberana. Es difícil para el hombre reconocer el hecho de que su salvación
es un acto de Dios. En su estado caído, él quiere asumir alguna responsabilidad, aún si es
un poco de responsabilidad por haber creído. Él quiere algún crédito de manera
desesperada por haber tomado la decisión correcta.
Además, la doctrina de la elección parece ser repulsiva para nosotros porque, por
nuestros estándares, parece injusto que Dios, de todo el mundo de seres humanos, escoja
a algunos a su propia discreción para ser salvos y no al resto. Pero usted entiende, no es
cierto, que la razón por la que el hombre quiere de manera tan desesperada tener una
parte es debido a su estado caído, él quiere ejercer su orgullo.
Entonces, podemos eliminar eso como un problema real. Únicamente es una expresión de
su condición caída. ¿Qué hay acerca de la parte de ser injusto? ¿Acaso es Dios injusto? No,
Dios nunca debe ser medido por algún estándar humano, ciertamente no por el estándar
humano de justicia, el cual también es un reflejo del estándar ¿qué? Caído del hombre.
¿Acaso somos tan necios como para suponer que nosotros, que somos criaturas caídas,
pecaminosas, tenemos un estándar más elevado de lo que está bien del que tiene un Dios
infinitamente y eternamente Santo? ¿Qué tipo de orgullo es ese? Ahí yace el problema
real.
En el Salmo 97:2 dice: “justicia y juicio son el cimiento mismo del trono de Dios.” Justicia y
juicio son el cimiento mismo del trono de Dios. Esto quiere decir que lo que Dios hace
procede de una base de justicia y de juicio. Quizás no sea justicia humana y juicio humano,
pero es divino.
En estas palabras conocidas de Isaías 58:8–9, las Escrituras dicen de Dios: “porque Mis
pensamientos no son vuestros pensamientos ni vuestros caminos Mis caminos, declara
Jehová, porque como están más altos los cielos de la tierra, así son Mis caminos más altos
que los vuestros y Mis pensamientos más altos que vuestros pensamientos.”
Como criaturas caídas, no estamos en posición para determinar si lo que Dios hace es
justo, correcto o apropiado. Usted ha cruzado la línea cuando dice usted que Dios hace
algo que no es justo.
¿Qué es la justicia divina entonces? Permítame darle una definición. Es un atributo
esencial de Dios -esto es, pertenece a Su esencia misma- mediante el cual Él es perfecta e
infinitamente justo en sí mismo, de sí mismo, para sí mismo y ningún otro. James Usher,
hace muchos años atrás, escribió: “la fuente de justicia de Dios es Su propia libre voluntad
y nada más. Porque todo lo que Él quiere es justo y debido a que Él lo quiere, por lo tanto,
es justo. No porque es justo, por lo tanto, Él lo quiere.” ¿Entiende usted eso? Algo es justo
porque Dios lo quiere. Él no lo quiere porque es justo por estándares divinos. Él establece
el estándar. La justicia divina es de un orden totalmente diferente y de una naturaleza
totalmente diferente que la justicia divina.
Y, por cierto, la justicia de cualquier manera no es el punto. Usted no debe hablar
demasiado acerca de justicia cuando usted habla de la salvación porque si Dios nos diera a
todos justicia, todos seríamos enviados al infierno. Como puede ver, el Creador no le debe
nada a la criatura, ni siquiera lo que Él en Su gracia se agrada en darle a los elegidos. Él no
les debe eso. Entonces, ¿cómo puede ser entonces Dios ser llamado injusto cuando todo
lo que Él hace es justo y el hecho de que Él eligió a algunos para ser salvos cuando ellos no
lo merecían de cualquier manera?, ¿cómo puede ser eso injusto?
La salvación nunca es cuestión de justicia, siempre es cuestión de gracia, gracia pura.
Usted realmente no debe de tratar de entender eso desde el punto vista de lo que es
justo. Dios lo hizo. Esto lo hace justo. Dios establece el estándar de lo que es justo. Si
usted no entiende lo que Dios hace, eso no significa que Él no vive al nivel del estándar de
usted, esto significa que su estándar no está al nivel del estándar de Él. Él es Dios.
Ahora, al explicar la doctrina de la elección, realmente no hay una mejor sección, más
condensada de las Escrituras de la que tenemos frente a nosotros. Y Pedro francamente
entra a las profundidades de la teología desde el comienzo. Él ni siquiera ha salido del
primer versículo antes de que presente ‘elegidos’. Y después, entra a una afirmación muy
breve pero profunda de la esencia de la elección.
Ahora, conforme él se dirige a sus lectores, su intención consiste en estos primeros dos
versículos en identificarlos como los que son elegidos por Dios. Él los identifica en dos
maneras. Primero, él los identifica en relación con su lugar en la tierra; y en segundo lugar,
él los identifica en relación con su lugar en el cielo.
En lo que a la tierra concierne, ellos residen en la dispersión en el Ponto, Galacia,
Capadocia, Asia y Bitinia. En lo que al cielo concierne, ellos son elegidos según la
presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu para obedecer y ser rociados con la
sangre de Jesucristo. Entonces, él identifica su identificación terrenal y también su
celestial.
Ahora, veamos brevemente su identificación terrenal. Los lectores a los que Pedro escribe
se dice que están residiendo como expatriados o extranjeros, dispersos en el Ponto,
Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia. Ahora, necesitamos tocar eso porque necesitamos
entender a quién le escribe.
Sea tan amable de notar la palabra “dispersión.” Es una palabra conocida para cualquier
estudiante del Nuevo Testamento. Es la palabra diáspora en griego. Quizás haya oído la
palabra diáspora. Significa dispersión. En los Evangelios, es un término técnico para la
dispersión de los judíos por todo el mundo. Así es usada en Juan 7:35. También es usada
de judíos dispersos por todo el mundo en Santiago 1:1.
Es mi convicción que Pedro no la está usando aquí de una manera técnica tal como lo hace
Santiago. Observe el capítulo 1, versículo 17. Él está escribiendo a estas personas
dispersas. Él dice: “y si invocáis por padre a Aquel que sin acepción de personas juzga
según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación.”
La implicación aquí es que su duración terrenal, su estancia terrenal, lo cual nos lleva a
creer que él está hablando acerca de personas que no son tan extrañas en una cultura
extranjera, sino extraños en la tierra misma.
Capítulo 2, versículo 11: “amados yo os ruego como extranjeros y peregrinos que os
abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma.” Y de nuevo, aquí el
extranjero y peregrino parece ser la persona que está en un ambiente que es extranjero,
diferente de su naturaleza y está llevando a cabo una batalla en contra de su alma.
Entonces, él no está preocupado por hablar de un judío que es nacionalmente un
extranjero, tanto como lo está en hablar de un creyente que espiritualmente es un
extranjero, una audiencia mucho más amplia, lo cual ciertamente incluiría a algunos
cristianos judíos como también gentiles. Los judíos, quizás, estaban en la minoría.
Supondríamos que en las provincias gentiles a las que esta epístola se dirige.
Entonces, lo que él está diciendo no es: “a ustedes judíos que están dispersos en países
extranjeros,” sino “A ustedes cristianos que son extranjeros a la tierra,” ustedes son
extranjeros verdaderos, y peregrinos y extraños. Ustedes no pertenecen aquí. La Iglesia es
un grupo de extraños dispersos por todo el mundo lejos de su hogar verdadero.
De hecho, en Filipenses 3:3, Pablo dice: “nosotros, cristianos gentiles, todos nosotros en la
Iglesia, judíos y gentiles, la Iglesia entera, somos la circuncisión de una naturaleza
espiritual.” Y aquí, creo que Pedro está diciendo ‘somos los dispersos,’ la diáspora en un
sentido espiritual.
Entonces, la idea es que él está escribiendo a creyentes quienes en el mundo son
extranjeros o extraños. Él está dirigiéndose a la Iglesia. Así de simple. Él está dirigiéndose a
la Iglesia. La Iglesia en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia.
Por cierto, esta son provincias. Ocupando que en la actualidad conocemos como Turquía
moderna. Eran parte del Imperio Romano en el tiempo de Pedro. Pero él está escribiendo
a cristianos dispersos por todas estas provincias romanas. Entonces, concluimos que la
carta tuvo una audiencia muy alta. En esas provincias habría habido muchas iglesias.
Sabemos que, en la provincia de Asia, por ejemplo, por lo menos, hubo siete u ocho
iglesias. Siete de las iglesias de Asia han recibido cartas de nuestro Señor Jesús en
Apocalipsis 2 y 3. Y hubo otras iglesias en Asia, como Colosas, que no se menciona en
Apocalipsis.
Entonces, pudo haber habido varias iglesias en Ponto, varias iglesias en Capadocia, varias
iglesias en Bitinia también. Los cristianos dispersos como extranjeros en un país
extranjero, esto es el mundo no regenerado.
Entonces, Pedro le está escribiendo a muchas personas. ¿Y por qué una audiencia tan
amplia? Porque la persecución que había venido en contra de los cristianos como
resultado de que ellos habían sido culpados por el incendio de Roma estaba por todo el
Imperio Romano. Y a donde quiera que la persecución iba, los cristianos iban a tener que
pagar el precio del sufrimiento. Y entonces, él escribe como si los abrazara a todos en esta
epístola la cual enseña cómo enfrentar el sufrimiento triunfalmente.
Pero más importante que su relación con la tierra es su relación con el cielo. Y lo que él
quiere que más sepan es que son elegidos por Dios. Él quiere que entiendan esta realidad
que es tremendamente confortante. En medio de su persecución, cuando pudieron haber
estado cuestionando tanto, él quiere que sepan que son elegidos de Dios. Y entonces, al
final del versículo 1, él dice: “A los expatriados de la dispersión, elegidos.”
Tomemos la palabra expatriados, que son elegidos. Expatriados significa extraños, como
hemos dicho. Aquellos que están en una tierra que no es suya. Puede significar residencia
temporal. Puede significar extranjeros. De cualquiera de las dos maneras, eran residentes
temporales y eran extranjeros. Su ciudad no era una hecha con manos, sino que era
eterna, está en los cielos. Ellos estaban temporalmente en la tierra hasta que fueron
llamados a Sion, la cual está arriba, como la llama el escritor de Hebreos.
Estos extranjeros, la Iglesia, los redimidos, los creyentes, son los elegidos, eklektos, los
llamados afuera. Es un adjetivo verbal aquí. Significa seleccionar o escoger. De hecho,
inclusive usted podría traducirlo de esta manera, y esto sería hermoso, “extranjeros
selectos. Extranjeros escogidos.” Es un término para cristianos, eso es todo. Los elegidos,
los salvos son los elegidos.
Por cierto, inclusive fue un término para Israel de la antigüedad para identificarlos. En
Deuteronomio, usted quizás recuerda este versículo conocido, Deuteronomio 7:6:
“porque vosotros sois un pueblo Santo para Jehová vuestro Dios. Jehová vuestro Dios os
ha escogido para que seáis un pueblo Suyo de todos los pueblos que están sobre la faz de
la tierra.”
Bueno, más vale que usted entienda esto. Dios no estaba sentándose en el cielo diciendo
‘espero que alguna nación crea en Mí y me escoja.’ No. “De toda la gente de la tierra, Yo
te escogí a ti. Israel, Mi elegida.” Eso es Deuteronomio 7:6. Deuteronomio también, 14:2:
“porque vosotros sois un pueblo Santo a Jehová vuestro Dios y Jehová os ha escogido para
ser un pueblo Suyo de todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra.” Él repite lo
mismo. Escogidos. Salmo 105:43 llama a Israel Sus escogidos. Salmo 135:4 dice: “porque
Jehová ha escogido a Jacob para sí mismo. Ha escogido a Israel para Su propia posesión.’
Israel fue elegida.
Usted pregunta si también este es el caso con la Iglesia. Dios no ha cambiado Su plan. Dios
no ha cambiado Su método. El Antiguo Testamento dijo: “no hay quien busque a Dios.” El
Antiguo Testamento dijo: “no hay justo, ni aún uno.” Dios escogió a Su pueblo, Israel por
Su propia libre voluntad. Y así lo hace con la Iglesia. Y somos los elegidos.
Permítame mostrarle esto. En Mateo 24, versículo 22, simplemente para retomar el
pensamiento de que somos los elegidos, versículo 22: “y si esos días, esto es los días de la
gran tribulación no fueran acortados, ninguno sería salvo.” Escuche esto: “pero por causa
de los elegidos, los escogidos, estos días serán acortados.” ¿Quiénes son los elegidos? Los
creyentes. Versículo 24. “Falsos cristos, falsos profetas se levantarán y harán grandes
señales y maravillas para engañar, si fuera posible, inclusive a los ¿qué? Elegidos,” los
escogidos, los creyentes. Es un término para creyentes, para cristianos. Versículo 31,
cuando Él envía a Sus ángeles con una gran trompeta en la Segunda Venida, ellos
recogerán a Sus ¿qué? Escogidos de los cuatro vientos de un fin del cielo al otro.”
En el Evangelio de Lucas 18, versículo 7 dice: “¿acaso Dios no traerá justicia para Sus
escogidos que claman a Él día y noche y se tardará mucho en responderles?” Llegamos a
Romanos, la gran epístola de Pablo, ese maravilloso octavo capítulo, versículo 33: “¿quién
acusará a los escogidos de Dios?” Somos escogidos.
Colosenses capítulo 3, versículo 12: “vestíos, pues, como elegidos de Dios, escogidos de
Dios, santos y amados, de entrañable en misericordia.” Y demás. Usted ha sido elegido por
Dios para ser santo y amado. Él determinó establecer Su amor en usted y en mí por
ninguna otra razón fuera de Su libre voluntad estrictamente. Los elegidos de Dios. Eso es
lo que somos.
Segunda de Timoteo 2:10, “por esta razón,” Pablo dice, “todo lo soporto en mi ministerio
por causa de los escogidos para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo
Jesús.” Estoy llevando acabo mi ministerio evangelístico para traerle el Evangelio a los
elegidos, los escogidos. Tito. Cuando Pablo escribe esa carta, él no pudo haberlo dicho de
manera más directa. “Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, por la fe de aquellos
que son escogidos de Dios.” Entonces, como puede ver, cuando Pedro dice “le estoy
escribiendo a los elegidos de Dios o los escogidos,” él realmente se refiere a los creyentes.
Ahora, sea tan amable en observar esto. El término elegido o escogido es sinónimo con
cristiano, con salvo, con nacido de nuevo. Y la rica realidad de ese término es para
recordarnos que somos los elegidos de Dios. Él tomó la decisión, no nosotros. Y lo que
Pedro está diciendo, creo, es tan maravilloso. Lo que él le está diciendo a estos cristianos
perseguidos es: “oigan, quizás no sean la elección del mundo, pero ustedes son la elección
de Dios.” ¿Puede entender eso? Eso es confortante. Esa es una realidad rica. Escuche,
tuvo la intención de ser un aliento para creyentes perseguidos.
Ahora, conforme vemos más de cerca a esto, quiero darle una pequeña lista de los
elementos de la elección. Veamos qué tan lejos llegamos.
Número uno, la naturaleza de nuestra elección. Y simplemente lo vamos a tomar frase por
frase. Es tan rico. La naturaleza de nuestra elección. Versículo 1: “elegidos.” Elegidos.
Capítulo 2, versículo 9, por favor obsérvelo, “vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio,
nación santa, pueblo adquirido por Dios.” Ustedes son una raza escogida.
Amados, ¿pueden entender esa realidad? Usted es un cristiano porque usted fue escogido
para ser uno por Dios. Eso es lo que dice la Biblia. Son los elegidos los que son los salvos. El
término, como dije, significa seleccionar, escoger, llamar a fuera de en medio de. Y Pedro
simplemente está diciendo que los cristianos son la gente que Dios ha escogido para que
le pertenezcan a Él mismo. Esa es la naturaleza de la elección. La naturaleza de la elección
es que Dios ha escogido a un grupo de personas para pertenecerle a Él; y somos esa
gente. Dios escoge a gente de todo el mundo para que le pertenezca a Él.
En Hechos 15, versículo 14, creo que este es el versículo correcto, leemos esto, sí. “Simón,
o Pedro, ha contado cómo,” este es el concilio de Jerusalén, “cómo Dios primero se
preocupó por tomar de entre los gentiles a un pueblo para Su nombre.” El plan entero de
Dios consiste en tomar a un grupo de personas, escoger a un grupo de personas.
Ahora, algo en su interior se resiste a esto, ¿no es cierto? Usted dice: “ahora espera un
momento, ¿quieres decir que nada más somos elegidos?” Y usted pelea contra esto. Su
condición caída pelea contra esto porque nos gustaría pensar que en parte esto dependió
de nosotros. Eso es orgullo. También nos gusta pensar: “bueno, eso no parece justo.” Ese
es el orgullo diciendo: “Dios, te voy a corregir cuando llegue al cielo.” Usted no entiende lo
que es justo. Usted tiene que retirarse a la fe, amigo mío. Usted tiene que retirarse a la fe.
¿Qué enseña la Biblia? ¿La Biblia enseña que somos elegidos por Dios o no? Tengamos
una pequeña lección bíblica, ¿muy bien? Tome su Biblia, y ábrala en Mateo capítulo 20 y
prepárese. Vamos a movernos. Debe entender esto. Usted tiene una parábola ahí. El
Reino de los cielos es como el dueño de una tierra, salió en la mañana para contratar a
trabajadores para su viña. Él acordó con los trabajadores que les iba a pagar un denario.
Los envió a su viña. Él salió en la tercera hora. Vio a otros que estaban de pie sin hacer
nada ahí en lugar de comercio. Y atravesó por el proceso, los contrató, los contrató, los
contrató. Los escogió, los seleccionó. La parábola entera hasta el final, él escogió a quien
le hizo y los recompensó con vida eterna. Esa es la esencia de la parábola. Muy simple. Él
los seleccionó. Los llamó a su servicio. Los envió a servir. Los recompensó justa, fiel y
generosamente. Este es un retrato de la elección.
Juan 15. Juan 15, ¿se acuerda de este versículo? Jesús se lo dijo a Sus discípulos: “vosotros
no me ¿qué? Elegisteis a Mí, sino Yo os elegí a vosotros.” Y los he puesto para que vayáis y
deis fruto y para que vuestro fruto permanezca, para que todo lo que pidáis del Padre en
Mi nombre, Él os lo de.” Ustedes no me escogieron a Mí. Yo los escogí a ustedes.
Usted dice: “bueno, espera un momento. Yo también te escogí a Ti.” No, Tú no me
escogiste a mí, Yo escogí a ti.” Eso es lo que dice. Así es. Observe Juan 17:9, Él dice de los
cristianos orando al Padre, nuestro Señor. “Pido por ellos,” esta es la oración sumo
sacerdotal de Cristo. “No pido por el mundo, sino por los que Tú,” ¿qué? “Me has dado.”
El Padre nos escogió nos entregó a Cristo como un regalo de amor. Porque Tuyos son.
Observe Hechos capítulo 13, muy interesante. Muy interesante. Hechos capítulo 13,
versículo 48. Aquí Pablo está predicando a los gentiles. Una multitud enorme el día de
reposo. Y dice, versículo 46, empecemos ahí. Pablo y Bernabé hablaron con denuedo. Dijo
que fue necesario que la Palabra de Dios fuera hablada a ustedes primero debido a que la
repudiaron. Y ustedes consideran que son indignos de vida eterna. He aquí, nos volvemos
a los gentiles. Esto es que se volvieron de los judíos a los gentiles porque así nos mandó el
Señor, “te he colocado como luz para los gentiles para que traiga salvación hasta el fin de
la tierra.” Y cuando los gentiles oyeron esto, esto es el mensaje del Evangelio, comenzaron
a regocijarse y glorificaban la Palabra del Señor. Y creyeron todos los que estaban, ¿qué?
Escogidos para vida eterna. Los elegidos creyeron. Aquellos que fueron designados para
vida eterna, creyeron.
Observe Romanos 9:14. Aquí está el antagonista obvio que va a responder. Dios está
hablando acerca de escoger. Él dice: “A Jacobo amé. Y a Esaú aborrecí.” Dios tomó Su
decisión. Versículo 14: “¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna
manera. “Mē genoito, en el griego. No, no, no. No hay injusticia. “Pues a Moisés dice:
Tendré misericordia del que Yo tenga misericordia, y me compadeceré del que Yo me
compadezca,” lo cual significa: ‘haré precisamente lo que quiero hacer.’
Versículo 16, observe esto. “Así que no depende del que quiere,” la salvación, “ni del que
corre, sino de Dios que tiene misericordia.” Misericordia soberana. Mmm. Y alguien en el
versículo 19 dice: “Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a Su
voluntad? Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios?” Va más
allá de ti. “¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así? ¿O no tiene
potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y
otro para deshonra? ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar Su ira y hacer notorio Su poder,
soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción?”
Escuche, Dios tiene tanto derecho para usar Su atributo de destrucción e ira y mostrar eso
en contra de los impíos, como lo tiene en mostrar Su gracia y amor y misericordia para
aquellos que Él elige. Muy claro. No discuta con Dios. Usted sólo está mostrando su
orgullo. Y la ignorancia de su mente finita. Si usted no puede entenderlo, créalo. Eso es lo
que dice. Eso es exactamente lo que dice. No depende del hombre que quiere ni del que
corre, sino de Dios que tendrá misericordia del que Él quiera, del que decida tener
misericordia.
Romanos 11:5, de la misma manera entonces, como en el caso del profeta Elías y siete mil
hombres que no doblaron la rodilla a Baal, de la misma manera, entonces, en el tiempo
presente ha llegado a haber un remanente según, escuche esto, la elección ¿qué? De
gracia de Dios. La elección de Dios. Primera de Corintios capítulo 1, versículo 9: “Dios es
fiel mediante el cual fuisteis llamados a la comunión con Su Hijo. Su salvación fue una obra
directa de Dios. Él lo llamó la comunión con Su Hijo. Observe Efesios, capítulo 1, versículo
3: “bendito sea el Dios y padre de nuestro Señor Jesucristo que nos bendijo con toda
bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, versículo 4. ¿Está listo? “Según nos
escogió en Él, esto es en Cristo, antes de la fundación del mundo.
¿Cuándo sucedió? ¿Cuándo fuimos elegidos? Antes de que naciéramos. Antes de que
alguien naciera. Antes de que hubiera un mundo. Fuimos elegidos. ¿Puede entender este
pensamiento? Desde que ha habido Dios, hemos sido elegidos. Recuerde eso. Usted dice:
¿desde cuándo ha existido Dios? Para siempre. Para siempre. ¿Quiere saber algo? Usted
fue elegido en la eternidad pasada. Desde que Dios ha existido, Sus elegidos han estado
en Su mente. Increíble. Elegidos.
En la base de Su elección, versículo 5: “Él nos predestinó para adopción como hijos por
medio de Jesucristo para sí mismo según Su beneplácito, para que fuésemos para
alabanza de la gloria de Su gracia.” No la nuestra. Él nos eligió. Desde que Él h asido Dios,
hemos sido elegidos. Este es un pensamiento increíble. Desde que Dios ha existido John
MacArthur estaba en el plan. Yo estaba en su mente. Y también usted si le pertenece a Él.
Este es un pensamiento intensamente emocionante.
Observe 1 Tesalonicenses capítulo 1, versículo 4. Pablo está tan animado por la Iglesia
tesalonicense que él dice en el versículo 2: “damos siempre gracias a Dios por todos
vosotros haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones”. Como la Iglesia filipense,
esta era una congregación amada. Él no los conocía también. Él no se había quedado con
ellos tanto tiempo, sólo tres días de reposo. Pero él los amaba.
Y él dice: “veo su vida y veo,” versículo 3, “la obra de vuestra fe, del de trabajo de vuestro
amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo. Porque
conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección.” Él los eligió. Eso es aparente. Él
los eligió. Segunda de Tesalonicenses capítulo 2, versículo 13. Escuche esto: “pero
nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros. Debemos dar gracias a
Dios. Hermanos amados por el Señor, ¿no es eso bueno? Que Dios os haya ¿qué? Escogido
desde el principio. Usted pregunta qué es eso. No sé. No sé qué es desde el principio.
¿Qué principio? No sé. Desde el principio para salvación. Dios los ha elegido desde el
principio para salvación. ¿Escuchó eso? No sé cómo puede ser dicho de manera más clara
que esto. ¿Cómo puede alguien no ver lo que eso dice?
Segunda de Timoteo 1:9. Aquí hay otro de estos que pone a girar nuestra mente. Él habla
de Dios al final del versículo 8, después, él dice: “Dios, quien nos ha salvado y nos ha
llamado con llamamiento santo no según nuestras obras, sino según Su propio propósito y
gracia que nos fue dado en Cristo Jesús desde toda la eternidad.” Ahora, estamos
descubriendo lo que es el comienzo. Toda la eternidad. Él ha sabido que éramos los
elegidos desde toda la eternidad. Él nos ha concebido en su mente desde que Él ha
existido, que fuésemos salvos. Y todo es según Su plan y según Su propósito y según Su
gracia y no nosotros. Sorprendente. Verdad sorprendente.
Observe 2 Timoteo 2:10. Pablo dice: “en mi ministerio todo lo soporto,” y él soportó
mucho, “por amor de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es
en Cristo Jesús con gloria eterna.” “Mi ministerio consiste en alcanzar a los elegidos, dice
él, alcanzar a los escogidos.”
Apocalipsis, capítulo 13, en Apocalipsis 13:8, escuche esto, habla de la bestia y el anticristo
del tiempo de la tribulación en el futuro. Dice: “y la adoraron todos los moradores de la
tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue
inmolado desde el principio del mundo.”
¿Cuándo fue escrito su nombre? Desde la fundación del mundo. ¿Cuándo fue eso? No sé.
Pero desde que Dios ha existido, Él me ha tenido en Su mente. Desde que Dios ha existido,
me ha tenido a mí y a usted como cristianos en su mente y ha predeterminado armarnos y
hacernos como Su Hijo y Él escribió nuestros nombres en Su libro antes de que el mundo
comenzara.
Apocalipsis capítulo 17, versículo 8. Y aquí de nuevo la bestia será adorada. Dice: “y los
moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del
mundo en el libro de la vida.” Y de nuevo, se nos dice de manera inversa que los cristianos
son aquellos cuyos nombres han sido escritos en el libro de la vida desde el principio.
Desde la eternidad. Desde la fundación del mundo.
Entonces, cuando alguien le pregunta de qué religión usted es. Usted le puede decir “soy
de los elegidos”. “¿Elegidos por quién?” “Dios.” “¿En serio? ¿Cuándo?” “Para siempre.
Desde que Dios ha sido Dios, Él me ha elegido a mí. Me ha amado a mí. “¿Por qué?”
“Ciertamente no tuvo nada que ver conmigo. Yo sólo me aparecí y era elegido. “Bueno,
¿hiciste alguna obra buena para merecerlo?” “No, no existía yo cuando Dios lo decidió.”
Versículo 14 de Apocalipsis 17: “pelean contra el Cordero,” esto es el ejército del
anticristo, “y el Cordero los vencerá porque Él es Señor de señores y Rey de reyes y los
que están con Él son llamados y ¿qué? Elegidos y fieles.” Somos los elegidos.
Una mención final, capítulo 20. Esto es sorprendente. Juicio final. Gran trono blanco. “Y
aquel cuyo nombre no fue hallado escrito en el libro de la vida, fue ¿qué? Arrojado en el
lago de fuego.” ¿Cuándo fueron los nombres colocados en el libro? Desde antes de la
fundación de la tierra. Hombre, elegidos. Eso simplemente es parte de lo que las
Escrituras dicen de esto. Resistimos eso. Algo nosotros luchar con eso.
Observe Lucas 4. Lo va a confortar. No está sólo. Lucas 4. Es interesante. Jesús, en este
acontecimiento maravilloso en la sinagoga en Nazaret, abrió el libro del profeta Isaías, se
puso de pie en la sinagoga, abrió el libro, lo leyó. Esto es lo que leyó, versículo 18, y aquí
hay una profecía que Él estaba cumpliendo de Isaías 61. “El Espíritu del Señor está sobre
Mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar
a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A
poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor. Y enrollando el
libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en Él. Y
comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. Y todos daban
buen testimonio de Él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de Su
boca, y decían: ¿No es éste el hijo de José?”
Hasta aquí, todo iba bien. Hasta aquí, todo iba bien. Pero observe lo que sucede. Versículo
25: “Y en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el
cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra.”
Muchas viudas, pero ¿qué?, “pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer
viuda en Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo;
pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio.” ¿Sabe de qué les está
hablando? Gracia soberana. Muchas viudas y muchos leprosos. Y Dios no escogió a
ninguno de ellos. Más que a una viuda en Sarepta y a un leproso llamado Naamán, quien
ni siquiera era judío. Era sirio.
“Al oír estas cosas, todos en la sinagoga se llenaron de ira; y levantándose, le echaron
fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada
la ciudad de ellos, para despeñarle.”
Permítame decirle algo: los líderes respetables religiosos de Israel menospreciaron la
doctrina de la elección especialmente cuando señalaba que ellos no eran los elegidos.
Usted no puede debatir con la verdad. Esta es la verdad. Usted no puede debatir contra
ella. Ellos no quisieron oírla. Muchos en la actualidad no quieren oírla. Pero es la verdad.
Como puede ver, en Apocalipsis 19:6 se nos dice: “Que el Señor Dios omnipotente reina.”
Dios en el cielo es el controlador y el que dirige a todas las criaturas.
Las Escrituras dicen que el Altísimo gobierna los ejércitos del cielo y nadie puede detener
Su mano y decirle: ¿qué haces? Él es el Todopoderoso que hace todas las cosas según el
designio de Su propia voluntad. Él cumple todos Sus propósitos, hace que se cumplan
todas Sus promesas. Él es el alfarero celestial que toma la masa de arcilla, humanidad
caída y la moldea como quiere moldearla. Él es el que decide y el que determina el destino
de toda persona. Él es el controlador de todo detalle en toda vida de todo individuo, lo
cual es simplemente otra manera de decir que Dios es Dios.
Arthur Pink, dijo, de nuevo: “la única razón porque alguien cree en la elección es porque la
encuentra enseñada en la Palabra de Dios. Ningún hombre o varios hombres jamás
inventaron esta doctrina. Como la doctrina del castigo eterno, entra en conflicto con los
dictados de la mente carnal y es repugnante para los sentimientos del corazón no
regenerado. Y como la doctrina de la Trinidad Santa y el nacimiento milagroso de nuestro
Salvador, la verdad de la elección debe ser recibida con fe simple que no cuestiona.”
Entonces, la naturaleza de la elección. La voluntad Divina de Dios selecciona a algunos
para salvación. ¿Es difícil escuchar esto para usted? Le confieso que lucho con eso. Lo creo
con todo mi corazón porque la Biblia la enseña. Hay algo bastante emocionante en ella,
¿no se siente usted así? Hay algo bastante emocionante acerca de esta realidad. Hay algo
inmensamente humillante en eso. Inmensamente humillante. Digo, literalmente destruye
el orgullo. Digo, ¿qué podemos reclamar? Nada.
Usted pregunta entonces qué hay acerca de las personas que no son elegidas. Bueno, la
Biblia dice que se van al infierno debido a su incredulidad. Y Dios no asume
responsabilidad por eso. Usted dice que no entiende eso. Está bien. Yo tampoco lo
entiendo. Pero entiendo a mi Dios y entiende lo que Él dijo en Su palabra. Y Él dijo:
“ustedes son condenados porque no creen en Mí.” Usted pregunta cómo armonizó esto.
Yo no lo armonizó. Dios lo hace en justicia perfecta.
La razón por la que Dios nos dio la doctrina de la elección fue para decirnos dos cosas.
Una, Él está a cargo. Dos, Él tiene tanta gracia para nosotros que nunca nos la podríamos
haber ganado, que debemos pasar nuestra eternidad alabando Su nombre glorioso. La
doctrina de la elección no es dada para confundirnos. Es dada para devastar nuestro
orgullo y motivar nuestra alabanza. Y vamos a descubrir más acerca de eso el próximo día
del Señor. Esa es una de cinco. John Zimmer pensó que no iba a terminar ésta. Oremos
juntos.
Señor, hay tanto más que decir acerca de esto. Simplemente, hemos tocado la superficie.
Pero Señor, comenzamos a entender lo que Tu Palabra dice. Aun si no podemos entender
de manera completa en nuestras mentes lo que todo eso implica. Ayúdanos a caminar en
fe sabiendo que Tú eres un Dios que es coherente, perfectamente justo y que no tienes
contradicción en absoluto en Tu persona. Nosotros que somos salvos somos salvos porque
fuimos elegidos en Tu mente desde que has sido Dios y no hicimos nada para contribuir.
Tú inclusive produjiste la fe nosotros. Tú inclusive produjiste y nos concediste
arrepentimiento. Tú produjiste obediencia por Tu Espíritu.
Y Señor, también entendemos que aquellos que pasan a la eternidad y no Te conocen son
responsables por su propia incredulidad. Porque eso es lo que las Escrituras dicen. Y
entonces, clamamos a los incrédulos porque crean. Y Te alabamos por elegirnos. Y
dejamos la resolución en Ti.
Gracias, Dios, por elegirnos. ¿Por qué, oh, por qué? Estamos tan agradecidos. Y que esa
gratitud se manifieste en una vida de compromiso amoroso agradecido contigo. Y
anhelamos el día cuando podamos estar en Tu presencia y alabarte para siempre sin
estorbos y sin restricciones por los siglos de los siglos, por elegirnos.
Oramos por aquellos que no creen. Oramos, oh Dios, porque los hombres no Te den la
espalda. Porque Jesús dijo: “el que a Mí viene, no le echo fuera.” Y que aquellos de
nosotros que somos salvos seamos confortados por la doctrina de la elección y que los
perdidos no se alejen por esa doctrina, sino que oigan las palabras de Jesús: “venid a Mí
todos los que estáis trabajados y cargados y Yo os daré descanso.”
Acabamos de comenzar a estudiar esto. Queremos entender esto conforme a lo mejor
que nuestras mentes finitas pueden entenderlo. Sé con nosotros. Ayúdanos para que
podamos alabarte por Tu gracia soberana. En el nombre del Salvador. Amén.
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
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Elegidos por Dios, 2ª Parte


Escritura: 1 Pedro 1:2

Código: 60–3
John MacArthur
Estamos viendo 1 Pedro capítulo 1. Estamos considerando los primeros dos versículos. Él
comienza esta epístola maravillosa con las palabras: “Pedro, apóstol de Jesucristo, a los
expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos según
la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con
la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.”
Parece que en un comienzo tan pequeño no nos encontraríamos inmersos de manera tan
profunda en la teología. Pero tan pronto como Pedro dice: “elegidos conforme la
presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la
sangre de Jesucristo,” él nos mete a una arena profunda y de amplias implicaciones de
pensamiento. Esto es el asunto de la elección. La elección.
La razón por la que él la menciona desde el principio es por su capacidad de confortar a
cristianos perseguidos. Como usted sabe, estos extranjeros, estos extraños en el mundo,
que realmente eran ciudadanos del cielo estaban dispersos. Eran considerados por la
sociedad en la que vivían de muchas maneras como parias. Como expulsados. Estaban
enfrentando una persecución que se estaba incrementando, que realmente comenzó con
el hecho de que fueron culpados por el incendio de Roma. Era importante para ellos
entender que aunque no eran estimados en el mundo, fueron elegidos por Dios. Y esa es
la razón por la que Pedro presenta su epístola como lo hace. Él los conforta con la realidad
de que pueden ser rechazados y que pueden ser perseguidos por el mundo, pero son
elegidos por Dios.
Ahora, notamos a partir de estos dos versículos varias cosas acerca de la elección. En
primer lugar, la última vez señalamos la naturaleza de nuestra elección. La naturaleza de
nuestra elección. Al final del versículo 1, elegidos. Y hablamos del hecho de que eso
significa que Dios nos ha elegido soberanamente por Su voluntad Divina no afectada,
estrictamente en base a Su propia gracia soberana libre. Él predeterminó establecer Su
amor en ciertas personas de todo el mundo; y son los elegidos. Esa es la naturaleza de
nuestra elección.
Después, hablamos de la condición de nuestra elección. Debido a que somos elegidos,
estamos viviendo como extranjeros. Esto quiere decir que somos extranjeros, somos
extraños, somos una raza extranjera. Estamos viviendo temporalmente en la tierra, pero
somos ciudadanos del cielo. Somos una sociedad dentro de una sociedad. Somos una
cultura sobrenatural dentro de una cultura terrenal. Somos gobernados por Dios. Somos
gobernados por Dios mediante Su palabra. Somos morados por el Espíritu Santo. Tenemos
convicciones y creencias e ideas y credos y ética y hábitos y emociones y estándares de
vida y principios y pensamientos y búsquedas y placeres que son totalmente diferentes a
los del mundo. No encajamos. Somos totalmente distintos.
No amamos al mundo, Juan nos dice en 1 Juan. No estamos preocupados con el mundo,
dice Santiago, de tal manera que podríamos ser llamados amigos del mundo. Somos
enemigos del mundo. Somos extranjeros en el mundo por la condición misma porque
somos los elegidos. De hecho, no somos elegidos simplemente para existir como personas
diferentes, somos elegidos para dar testimonio al mundo en el que somos extraños. Y
damos testimonio no sólo por lo que decimos, sino damos testimonio por lo que somos.
La plataforma para lo que decimos es lo que somos.
Somos embajadores de Cristo, dice Pablo en 2 Corintios capítulo 5. Y se nos ha
encomendado el ministerio de la reconciliación. Esto es, que debemos decirles a los
hombres que pueden ser reconciliados con Dios mediante Cristo. Somos enviados al
mundo como testigos. Jesús dijo: “vosotros sois Mis testigos en Jerusalén, Judea, Samaria
y hasta lo último de la tierra.”
Entonces, aquí estamos, esta sociedad extranjera dentro de esta sociedad, esta cultura
sobrenatural dentro de una cultura. Somos este grupo de personas desposeídas que viven
a la luz de un estándar totalmente distinto. No podemos ser amigos del mundo. No
amamos al mundo. Somos enemigos del mundo. Debemos hablarle al mundo y debemos
vivir de tal manera que se vean atraídos a escuchar lo que tenemos que decir. Ese es un
desafío.
No es fácil ser eficaz al dar testimonio al mundo. En un sentido, tendemos a retirarnos a
nuestra pequeña sociedad, ¿no es cierto? Y usted puede imaginarse que en un ambiente
de persecución como el de los lectores de esta gran epístola, la tendencia sería retraerse
más y más y más por causa de buscar protección, apoyo, amor, compañerismo, comunión,
protección, claro, guiando a todo. Y entonces, claro que Pedro, mediante esta epístola, le
va a recordar a los creyentes perseguidos que no deben centrarse en sí mismos, retraerse;
porque esa es la tendencia. Nos amamos el mundo no al otro mucho. Tenemos tanto en
común el uno con el otro. Una de las grandes amenazas en contra del cristianismo es que
entre más tiempo usted es cristiano, menos intercambia su vida en absoluto con la gente
incrédula. Nos envolvemos tanto en nuestra propia cultura cristiana, en nuestra sociedad
cristiana.
Alexander McLaren dijo: “la semilla en una canasta no está en el lugar correcto, pero
cuando es sembrada en el campo, estará dando trigo en uno o dos meses.” Y debemos
resistir la tentación debido a nuestra condición a volvernos un grupo de personas que
están inmersas en sí mismas, de tal manera que nos convertimos en una sociedad de
personas hablando entre nosotros en lugar de evangelizar a un mundo perdido. Dios ha
ayudado al proceso un poco. Cada vez que Él viene en contra de la Iglesia para perseguir y
dispersar a los creyentes, comenzando con Hechos 8, la Iglesia creció. Cada vez que la
semilla es vaciada de la canasta y es arrojada en el campo, los resultados son el trigo que
se cosecha. Entonces, debemos recordarnos, inclusive conforme pensamos en nuestra
condición como extranjeros, que no estamos aquí simplemente para existir, sino que
estamos aquí para alcanzar al mundo.
Como puede ver, esa es la razón por la que no pertenecemos a los monasterios. Esa es la
razón por la que no pertenecemos a las cuevas, a estar metidos ahí en algún agujero en
algún lugar. Esa es la razón por la que no pertenecemos a las torres educativas, aislados
de todo el mundo durante toda nuestra vida. Debimos dispersarnos. Somos embajadores
extranjeros de Cristo, debemos tomar el mensaje redentor al mundo y resistir la atracción
constante interna en donde nos volvemos totalmente inmersos en nosotros.
Entonces, ésa es la condición de nuestra elección. Extranjeros en el mundo. No esperamos
ser tratados como los del mundo. No esperamos que los oriundos nos traten como tratan
a los otros sólo oriundos. Estamos en el mundo. No somos del mundo. Y deseamos un
lugar mucho mejor, un lugar que es nuestro hogar y real.
Hablando de Abraham en Hebreos capítulo 11 dice que él estaba viendo la ciudad que
tiene cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. Esa es nuestra ciudad. Esee
realmente es nuestro hogar. William Barclay llamó a los cristianos los exiliados de la
humanidad. Hay una descripción cristiana famosa, realmente una descripción de
cristianos, no escrita por un cristiano. Pero en tiempos antiguos, algún escritor describió a
los cristianos de esta manera tan interesante. Escuche: “los cristianos no se distinguen del
resto de la humanidad por su país o su manera de hablar o sus costumbres. Ellos viven en
ciudades tanto griegas como bárbaras, cada uno como su suerte es echada. Siguen las
costumbres de la región en ropa y en alimento y en las cosas externas de la vida,
generalmente.
Sin embargo, manifiestan la naturaleza maravillosa y abiertamente paradójica de su
propio estado. Habitan las tierras de su nacimiento, pero como residentes temporales de
la misma. Toman su parte de todas las responsabilidades como ciudadanos y soportan
todas las discapacidades como extranjeros. Toda tierra extranjera es su tierra oriunda y
toda tierra oriunda es una tierra extranjera. Pasan sus días sobre la tierra, pero su
ciudadanía está en el cielo.” Fin de la cita. Y así es. Esos somos nosotros. Eso es
precisamente correcto.
Me acuerdo creciendo como un pequeño niño cantando en grupos de jóvenes: “este
mundo no es mi hogar. Sólo estoy pasando. Mi tesoro está colocado en algún lugar más
allá del cielo azul.” Entonces, ésta es la condición de nuestra elección.
En tercer lugar, necesitamos hablar de la fuente de nuestra elección y eso nos lleva a un
pensamiento muy, muy importante. Versículo 2. Aquí está la fuente de nuestra elección.
Ahora, sabemos que hemos sido elegidos por Dios y, por lo tanto, hemos entrado en una
familia que nos hace extranjeros en este mundo. La fuente de la elección de Dios, dice en
el versículo 2, es según la presciencia de Dios Padre.” Fue a partir de la presciencia de Dios
que Él nos eligió.
Ahora, ya hemos aprendido que Dios Padre es el que lleva a cabo la elección. Es Dios
Padre quien tomó la decisión. Y si necesito recordarle de manera breve esto, simplemente
lo llevaría a Romanos 11, versículo 5, de la misma manera entonces ha llegado en la
actualidad, dice Pablo, “un remanente según la decisión de gracia de Dios.”
Y Efesios capítulo 1, “bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.” Versículo
cuatro: “según nos escogió en Él.” Él nos eligió. Entonces, es Dios quien nos ha escogido
para ser salvos. Él tomó la decisión. Él llevó a cabo la elección. Y, por cierto, Dios lo hace
de manera independiente de cualquier persona. Él lo hace independientemente, ¿está
listo para escuchar esto? De cualquier circunstancia.
Ahora, necesita entender eso. No hay persona que se mueva en la voluntad de Dios para
hacerlo a Él tomar la decisión. No hay circunstancia que, de alguna manera, precipite la
elección de Dios.
En Daniel 4:35, leemos: “todos los habitantes de la tierra son considerados como nada,
pero Él hace según Su voluntad en el ejército del cielo. Y en los habitantes de la tierra. Y
no hay quien detenga Su mano y le diga ¿qué has hecho?” Nadie lo puede cuestionar.
Nadie está involucrado en el proceso de manera alguna. Dios eligió a ciertas personas en
Su propia mente, tanto entre los ángeles, los ángeles santos y elegidos, como son
llamados en 1 Timoteo 5:21 y entre los hombres. Y Él los escogió para vida eterna y
bendición. Antes de que los creara, Él decidió su destino. Podría decirlo de esta manera: la
gente elegida está constituida de la gente elegida. Los elegidos están constituidos por la
gente elegida.
Pero, ¿cuál fue la fuente de la elección de Dios? Versículo 2. Ahora sigue esto, “según la
presciencia de Dios.” Ahora, algunas personas dicen: “¿lo ves? Ahí está. Nosotros somos
elegidos porque Dios supo de antemano lo que haríamos.” ¿Alguna vez ha oído eso? Ese
es el tipo de explicación tradicional más común de la elección. Ellos dicen: “bueno, como
puedes ver, presciencia significa ver por adelantado.” O significa y lo oído explicado
muchas veces de esta manera, “Dios vio hacia adelante a lo largo de las épocas de la
historia y vio mediante Su omnisciencia futura lo que usted haría y lo que yo haría y
cuando vio que nosotros creeríamos, Él nos escogió. Y cuando vio que no creeríamos, Él
no nos eligió.”
Algunas personas creen que eso es lo que significa. Que Dios, en Su omnisciencia sabía lo
que usted haría, sabía lo que toda persona haría. Entonces, de alguna manera
sobrenatural, el observó a la historia antes de que fuera escrita y por Su observación,
eligió a aquellos que Él vio por adelantado que creerían. A los hombres les encanta esa
doctrina. Les encanta eso. Quieren creer eso. Algo en mí quiere creer eso. Algo en usted
quiere creer esto. Sí, eso se oye mejor. ¿Sabe por qué usted quiere creer eso? Número
uno, porque en su condición caída, usted desesperadamente quiere alguna
responsabilidad por su salvación.
En segundo lugar, en su condición caída, la otra se oye como si fuera ¿qué? Injusta. Pero
debido a que nuestras mentes están contaminadas por el pecado, no estamos en una
posición para exaltar nuestro propio orgullo y llamarlo virtud o jalar hacia abajo la justicia
de Dios y llamarla algo menos que eso. Eso no es lo que presciencia significa.
¿Sabe lo que está mal con esta postura? Le voy a decir. Le voy a dar unas cuantas razones.
Usted las puede anotar. Lo primero, si usted fuera a traducir la idea aquí presciencia,
como conocer por adelantado, y asumir que Dios simplemente vio a lo largo de la historia
hacia el futuro y vio lo que haría y lo escribió porque vio lo que usted iba a hacer, lo
primero que esto hace es hacer del hombre soberano, ¿verdad? Somos soberanos. Lo
estamos haciendo y Dios está diciendo: “Yo veo, voy a escribir eso. Él iba a hacer eso.”
Entonces, el hombre es soberano.
Ahora, usted va a tener un problema con eso en Juan 15:16, en donde Dios dijo: “no me
elegisteis vosotros a Mí, sino ¿Qué? Yo os elegí a vosotros.” Ahora, ¿quién es soberano?
¿Es el hombre soberano? ¿Es usted soberano? ¿Y yo soy soberano? ¿Y todo el mundo es
soberano? ¿Todos pueden escoger lo que quieran y Dios simplemente está ahí tratando
de mantenerlo todo alineado y de asegurarse de que el hombre correcto esté del lado
correcto de la línea? No. Como puede ver, si usted cree eso, entonces usted ha hecho del
hombre soberano.
En segundo lugar, esa postura también le da al hombre el crédito por su salvación en
alguna manera y le permite compartir la gloria. Y como he dicho, al hombre le encanta
eso. He oído a una persona dar un testimonio la otra noche diciendo: “estoy tan contento
porque tuve el sentido de recibir a Cristo”. Y quería ponerme de pie y decirle: “no, no lo
tuviste. Ni siquiera te conozco. Pero sé que no tuviste el sentido de recibir a Cristo, porque
nadie tiene el sentido de recibir a Cristo.” Ese no es un acto de sentido humano.
Me da tanto gusto que tuve el sentido de entregar mi vida a Cristo. No. No lo tuvo. Pero
queremos un poco de esa gloria. Dios nos eligió. Primera de Corintios 1:29 dice: “A fin de
que nadie se jacte delante de Dios. No por obras, para que nadie se gloríe.” Efesios 2:9
dice lo mismo. Entonces, si usted toma la presciencia y lo hace significar que Dios supo por
adelantado lo que usted haría, entonces usted acaba de hacer al hombre soberano y en
segundo lugar, usted le puede dar al hombre crédito por ser lo suficientemente inteligente
como para venir a Cristo y por lo tanto, Él comparte la gloria por el regalo de la salvación.
El tercer problema con eso asume que el hombre puede buscar a Dios. Asume que el
hombre en su estado caído, puede en cierta manera, analizar la información disponible y
buscar a Dios. Romanos 3:11 dice: “no hay quien busque a Dios.” La razón por la que usted
es salvo no es porque usted buscó a Dios, sino porque Dios ¿qué? Lo buscó a usted. Y
usted nunca respondió buscando hasta que Dios lo buscó primero a usted y movió su
corazón hacia Él.
En cuarto lugar, esa perspectiva hace de la salvación el resultado de una obra humana. ¿Y
cuál es esa obra? Creer. Si usted puede creer estrictamente en base a su propia capacidad
humana, entonces usted se ha apropiado de la salvación mediante una obra humana.
Usted dice: “bueno, ahora espera un momento, ¿acaso no tienes que creer para ser
salvo?” Sí, pero el hecho de que usted crea para ser salvo también fue un regalo de Dios.
Dios le concedió a usted la fe. Si Dios está sentado ahí en la eternidad viendo hacia
adelante y simplemente esperando ver lo que usted haría, entonces la fe que usted ejerce
es su fe, no de Él. Y, por lo tanto, es una obra humana. Hace de la salvación una obra
humana. Una obra de fe, pero aun así, todavía una obra humana. Fe humana.
En quinto lugar, esa perspectiva hace de Dios una víctima de la elección del hombre. Hace
de Dios una víctima de la elección del hombre. Dios está sentado ahí en el cielo diciendo:
“mmm, eso va a hacer una diferencia en Mi plan. ¡Hombre!, si ese hombre tan sólo
hubiera dicho ‘sí’, entonces Yo podría haber hecho esto. Y podría haber hecho esto otro.
Pero ahora, simplemente no va a salir así.” Eso difícilmente queda corto de una
perspectiva blasfema de Dios. Dios hace todas las cosas según el designio de Su voluntad.
Dios hace todo Su beneplácito. Dios, en ninguna manera es frustrado por algo en ningún
momento hecho por nadie. Esto es tan vital para que nosotros lo entendamos.
Isaías 46:9: “Yo soy Dios, no hay otro. Yo soy Dios, ninguno hay como Yo que declare el fin
desde el principio y desde la antigüedad las cosas que no han sido hechas,” escuche esto,
diciendo: “Mi propósito permanecerá y haré lo que Yo quiero.” Dios no es una víctima.
Ahora, si usted adopta la postura de que Dios simplemente mira hacia el futuro y ve quién
va a creer, usted ha hecho del hombre soberano, usted le da a el hombre el crédito por
una parte de su salvación para que Él reciba algo de la gloria, usted asume que el hombre
por sí mismo va a buscar a Dios, no motivado por Dios mismo. Usted ha hecho de la
salvación una obra humana de fe y usted acaba de hacer a Dios una víctima de lo que los
hombres harán. Eso no es lo que esta palabra significa.
Ahora, esas son razones teológicas por la que eso no puede ser verdad. Permítame entrar
al texto y darle una razón que es inherente en la Palabra misma. La palabra aquí, si es tan
mal amable, observe, presciencia, es la palabra prognōsis. ¿Ha oído esa palabra?
Prognōsis. Es una palabra muy importante. Pedro también la usa una vez en este mismo
capítulo. Por favor, véala en el versículo 20. El versículo 19, y hablando de Cristo, dice en
el versículo 20: “ya destinado desde antes de la fundación del mundo,” misma palabra,
forma de proginōskō, misma palabra. ¿Acaso significa ver por adelantado aquí? Acaso
significa que Dios estaba viendo ahí desde el cielo por adelantado y diciendo: “oh, veo lo
que Cristo va a hacer. Oh, lo veo. Ah, lo entiendo.” ¿Acaso Dios está mirando hacia
adelante en el camino de la historia para ver lo que Cristo hará? Difícilmente.
Bueno, lo que prognōsis significa en el versículo 2, significa también en el versículo 20.
Pedro ciertamente no va a tratar de confundirnos. Y si Cristo fue destinado desde antes de
la fundación del mundo, y yo fui conocido de antemano desde antes de la fundación del
mundo, entonces yo fui conocido de antemano de la misma manera en la que Cristo fue
conocido de antemano, ¿verdad? La misma palabra proginōskō, se traduce aquí
‘destinado desde antes’.
¿Cómo debo de entender eso? Observe Hechos capítulo 2. Hechos 2:23, hablando de
Cristo, Pedro predicando aquí. A él le gusta esta palabra, este es Pedro en el día de
Pentecostés. Habla de Jesús de Nazaret. Y él dice en Hechos 2:23, “este hombre
entregado,” escuche esto, “por el determinado consejo y” ¿qué? “Y anticipado
conocimiento de Dios.” Ahí está. “Clavasteis una cruz por las manos de hombres impíos y
lo matasteis.” Ahora, espera un momento. Cristo fue entregado a morir por el plan
predeterminado y anticipado conocimiento de Dios, por la presciencia de Dios.
Amados, ¿lo entienden? La presciencia está ligada al plan predeterminado de Dios. La
presciencia o el conocimiento de antemano es una elección deliberada. Una elección
deliberada. Es una relación predeterminada, una relación predeterminada en el
conocimiento de Dios. No significa que Él observó por adelantado, significa que Él planeó
por adelantado. Es conocer no en el sentido de observación, sino que es conocer en el
sentido de hacerlo una realidad.
Por ejemplo, permítame darle algunas ilustraciones para que no se confunda. Jeremías
1:5. Dios dice de Jeremías: “ante de que te formarse en el vientre,” ¿qué? “Te conocí.” Ese
es el tipo de conocimiento. ¿Qué quieres decir? Predeterminé una relación contigo. Eso es
lo que significa. Predeterminé una relación contigo.
Amos 3:2: “A Israel sólo conocí.” ¿Qué es lo que él quiere decir? ¿Acaso Israel es la única
nación de la que sé algo? ¿Son los únicos que estoy observando? No. Son los únicos con
quienes tengo una relación íntima predeterminada.
Estoy pensando en Isaías. Quiero que usted entienda esto de manera completa porque
esto confunde a tantas personas. Isaías 49:1: “escuchadme, oh islas, y poned atención
vosotros, pueblos lejanos. Jehová me llamó desde el vientre, desde el cuerpo de madre
me nombró y Él ha hecho mi boca como una espada afilada.” Este es el profeta Isaías
diciendo que todo sucedió antes de que él siquiera naciera. Antes de que él llegara a
hacer. Dios tenía todo planeado. Jehová me conoció. ¿Qué quieres decir? ¿Que él sabía
quién era? No. Él predeterminó una relación única de intimidad con ese profeta.
En Éxodo 33, las Escrituras dicen: “te he conocido por nombre y también has hallado favor
a Mis ojos.” Dios hablándole a Moisés. El Señor le habló a Moisés en el versículo 17.
“También haré esto de lo que has hablado porque tú has hallado gracia en Mis ojos. Te he
conocido por nombre.” En otras palabras, ligado en este conocimiento es el vínculo
predeterminado de Dios, la relación predeterminada de Dios.
Usted ve lo mismo en Mateo 7. ¿Se acuerda de lo que dice ahí? “Muchos me dirán ‘Señor,
Señor,’ y entonces les declararé,” versículo 23, “nunca,” ¿qué?, “’Os conocí.’ ” ¿No supe
quiénes eran ustedes? No. Él sabía quiénes eran. Nunca tuve una relación predeterminada
con ustedes.
Juan 10:14: “Yo soy el buen pastor y Yo conozco a Mis ovejas.” ¿Se da cuenta? Yo tengo un
vínculo con ellas, más de saber quiénes son, tengo una relación con ellas encerradas en
una decisión predeterminada.
Bueno, esta es la idea. Regresemos entonces a Pedro. Entendamos completamente lo que
él está diciendo. Cuando él dice: “elegidos según la presciencia de Dios Padre,” él quiere
decir la relación predeterminada que Dios estableció en Su propia mente en el plan
predeterminado. Eso es exactamente lo que él quiere decir. La fuente de la elección
soberana entonces, es el acto previamente determinado por parte de Dios de establecer
una relación con nosotros. Todo eso fue parte de Su plan. No es que Dios está viendo
hacia adelante en la historia y diciendo “voy a tener que reaccionar a lo que ellos hacen.”
Dios lo supo porque Él lo ordenó.
¿Quiere oír algo? Escuche esto, si es tan amable. Todo lo que existe en el universo existe
porque Dios lo permitió, quiso que pasara, pensó y quiso que existiera. ¿Escuchó eso?
Usted pregunta qué hay acerca del pecado. Él no lo hizo, pero lo permitió. No hay nada
que suceda, ha sucedido o sucederá, que no esté sucediendo, que ha sucedido, que
sucederá porque Dios supo y quiso que sucediera. ¿Escuchó eso? Usted pregunta cómo
encaja el pecado. No lo sé. Pero Él lo permitió y Él tiene un propósito para eso. Si no hay
ningún otro propósito, permitió que existiera para destruirlo para siempre para que ya no
fuera el potencial que manchara Su Reino Santo.
Esta no es algo fácil de entender. Pero lo que usted tiene que entender es que Dios
predeterminó en Su plan establecer Su amor sobre ciertas personas. Esa es presciencia. Él
lo conoció de antemano a usted. Cristo ciertamente es un buen modelo. Cristo, 1 Pedro
2:6, la piedra del ángulo escogida, preciosa, así como Él eligió a Cristo mediante
presciencia, Él nos elige a nosotros mediante presciencia. Verdad tremenda.
Entonces, la naturaleza de la elección, elegidos por Dios. La condición de la elección,
extranjeros en el mundo. La fuente de la elección, vino de una relación predeterminada
con Dios que Él ordenó como parte de Su plan.
En cuarto lugar, al considerar a la elección aquí, hay tantas cosas más que decir. Pero
vayamos al cuarto pensamiento: la esfera de nuestra elección. La esfera de nuestra
elección.
Versículo 2. Esto es tan maravilloso. Ahora, note esto: “en santificación del Espíritu.” En
santificación del Espíritu. Ahora escuche, por favor. Ser elegido y ser salvo son dos cosas
diferentes. ¿Escuchó eso? Son dos cosas diferentes. ¿Está listo para escuchar esto? Usted
puede ser elegido y no ser salvo. ¿Qué quieres decir con eso? Todos nosotros fuimos
elegidos y no salvos en algún punto, ¿verdad? No es decir “bueno, soy elegido. Creo que
no necesito ser salvo.” No. La esfera en la que la elección va de ser un plan a una realidad
es la salvación. La realidad de la elección llega a los elegidos mediante la obra
santificadora del Espíritu. Así es como el decreto Divino y eterno se vuelve un hecho de la
historia.
¿Desde hace cuánto han sido elegidos los elegidos? ¿Se acuerda? ¿Por cuánto tiempo ha
sido usted elegido? Para siempre. ¿Durante cuánto tiempo ha sido usted salvo? Unos
cuantos años. Usted ha sido elegido por mucho tiempo antes de que fuera salvo. Y usted
fue elegido cuando usted estaba vivo y estaba perdido. Hay una diferencia. La elección, el
plan de Dios se vuelve realidad en la vida de los elegidos en la esfera de la obra
santificadora del Espíritu Santo.
Este es un pensamiento maravilloso, porque si usted tiene el término santificación usado
para referirse al todo de lo que los teólogos llamarían “la obra salvífica”, la obra de la
salvación. Y yo creo que lo que Pedro tiene en mente por la obra santificadora del Espíritu
es el nuevo nacimiento: la salvación, la regeneración, la fe, el arrepentimiento, todo lo que
el Espíritu produce.
Esta obra santificadora, hagiasmos, palabra de la cual obtenemos santo, significa
separado, apartado, consagrado, santo, santificado. Y el genitivo subjetivo aquí parece
indicar que el Espíritu produce esta santificación. El Espíritu viene, lo hace a usted santo lo
cual significa que lo aparta a usted, lo aparta. Lo santifica, lo consagra a Dios en la obra de
salvación. Usted ha sido elegido y yo también, desde toda la eternidad. Pero todos
nosotros en un punto en el tiempo éramos parte de la masa de la humanidad no redimida.
Estábamos viviendo en una condición no redimida, hasta que el Espíritu Santo vino y nos
apartó, nos salvó. Santificar significa apartar y puede referirse a la salvación y todo lo que
sale de ella. El Espíritu Santo hace esta obra maravillosa.
Capítulo 2, versículo 9 de 1 Pedro. Véalo por un momento. “Más vosotros sois linaje
escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para que anunciéis las
virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas - ahí está la obra santificadora – a Su ¿qué?
Luz admirable.” Ahí es cuando usted es apartado. Esa es su consagración. Esa es su
santificación.
Y después, versículo 10: “vosotros que en otro tiempo no erais pueblo,” aunque eran los
elegidos, “pero que ahora sois pueblo de Dios,” en un punto implícito, no habíais
alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia. Y entonces, él está
diciendo han sido elegidos por mucho tiempo, pero ustedes fueron salvos desde que la
obra santificadora del Espíritu se llevó a cabo cuando Él los apartó del pecado a Dios. Los
apartó de las tinieblas a la luz. Los apartó de la incredulidad a la fe. Los apartó del amor a
la iniquidad al arrepentimiento. Todo eso es la obra santificadora del Espíritu.
Hechos 15:7. Escuche esto. Mucho debate en el concilio de Jerusalén. Pedro se puso de
pie y les dijo: “hermanos, vosotros sabéis que, al principio, Dios escogió que por mi boca
los gentiles oyeran la palabra del Evangelio y creyeran.” Dios tomó una decisión. Él eligió a
Pedro para predicar y Dios, quien conoce el corazón, les dio el testimonio a ellos, esto es a
los gentiles, dándoles el Espíritu Santo, así como lo hizo con nosotros y Él no hizo
distinción entre ellos y nosotros. Y escuche esta línea: “limpiando, purificando sus
corazones por la fe.” ¿Quién hizo eso? El Espíritu Santo. Limpió sus corazones por medio
de la fe. Dios envía a Su Espíritu Santo, esa es la razón por la que la Biblia dice “os es
necesario nacer del Espíritu.” Nacer del Espíritu. Es el Espíritu quien viene y nos aparta del
pecado y la incredulidad a la fe y a la santidad. Nacemos del Espíritu. Es la obra del
Espíritu.
En Tito - usted se va a acordar de esto - vamos a este versículo con tanta frecuencia
porque es un versículo tan tremendo. Escuche. “Nos salvó,” Tito 3:5, “no en base a obras
que nosotros hubiésemos hecho.” El no vio por adelantado la historia y dijo: “oh, eso es lo
que ellos van a hacer y entonces, esto es lo que voy a hacer.” No, Él nos salvó sin
considerar lo que habíamos hecho, sino según Su misericordia. Y aquí está cómo nos salvó.
“Por el lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo.” Dios planeó la
salvación. Cristo compró la salvación. El Espíritu Santo aplica la salvación. Él lleva a cabo la
obra regeneradora.
Primera de Tesalonicenses 1:4, él dice: “conociendo, hermanos amados de Dios, Su
elección de vosotros. Yo sé que Dios los ha elegido. Porque nuestro Evangelio no vino a
vosotros en palabras solamente sino en poder y en el Espíritu Santo.” ¿Cómo sabemos
que somos elegidos? Porque vimos al Espíritu venir con poder y cambiar su vida. Esta es la
única manera en la que usted puede saber. Ahí es cuando la elección se vuelve una
realidad.
En 2 Tesalonicenses 2, de regreso a ese versículo que vimos la última vez, dice, ahora
escuche esto, “Dios os ha elegido a vosotros desde el comienzo para salvación.” ¿Como?
Segunda de Tesalonicenses 2:13: “mediante la santificación por el Espíritu y fe en la
verdad.” El Espíritu produce un cambio, limpia, separa. ¡Oh, qué gran verdad! Dios lo
planeó. Cristo lo llevó a cabo. El Espíritu lo hace una realidad.
En Romanos 15:16, Pablo dijo que él “fue hecho un ministro de Jesucristo a los gentiles,
ministrando como sacerdote el Evangelio de Dios, para que su ofrenda de los gentiles
pudiera ser aceptable, santificada por el Espíritu Santo.” Ahí está la misma frase usada
para referirse a la salvación. La obra santificadora del Espíritu es que Él aparta a la gente
para Dios.
¿Qué es lo que Pablo le dice a los Corintios? Capítulo 6, versículo 11: “y esto erais algunos
de vosotros,” esto es ustedes solían ser fornicarios, idólatras, adúlteros, afeminados,
homosexuales, ladrones, avaros, borrachos y todo eso. “Pero ahora habéis sido lavados,
fuisteis santificados.” Y entonces, con frecuencia pensamos en la santificación, creo, como
algo que sucede después de que usted es un cristiano e incluye todo. Significa que usted
es apartado del pecado a Dios. Es un sinónimo aquí para salvación en 1 Pedro. Y es la obra
crítica del Espíritu Santo en la conversión. Él nos aparta. Esa es la razón por la que
debemos recordar que somos nacidos del Espíritu.
Ahora escuche. Una vez que usted es apartado, Él continúa santificándolo a usted y
consagrándolo y haciéndolo más santo; y eso es el proceso de santificación. Y se lleva a
cabo toda nuestra vida. La salvación es una obra del Espíritu. Usted es nacido del Espíritu.
Usted es nacido del Espíritu. Esa es su obra. El Espíritu le concede fe. La fe es un regalo de
Dios. El Espíritu abre su corazón para que usted crea. El Espíritu hace que usted entienda
el mensaje del Evangelio. El Espíritu lo convierte de pecado hacia Dios. ¿Por qué? Porque
Él está cumpliendo la realidad del propósito electivo de Dios. Es una verdad tremenda.
Tremenda. El Espíritu Santo nos hace santos.
Efesios 1:4 nos dice que fuimos elegidos para que fuésemos santos. Hebreos 12:14 dice:
“seguid la santidad sin la cual nadie verá al Señor.” Ahora, eso no significa perfección. Eso
significa separación. Yo soy santo. ¿Sabía usted eso? Usted es santo si usted es cristiano.
No soy tan santo como debiera ser y usted no es tan santo como debiera ser. No soy tan
santo como lo voy a ser. Usted no es tan santo como va a ser. Pero hubo una ocasión en la
que no era santo en absoluto. No estaba separado del pecado, la incredulidad, las
tinieblas. Y ahora, lo estoy. Y ahora estoy creciendo más y más para ser como Cristo.
Conforme crezco espiritualmente, la frecuencia decreciente del pecado es la realidad que
se incrementa de la santidad. Ese es un proceso. Pero comienza con el acto salvador del
Espíritu Santo. Realmente, este es el nuevo pacto en una gran manera.
De hecho, permítame tan sólo hacer un comentario a pie de página por un minuto aquí.
Sería una contradicción decir, y necesito explicar este punto, entonces, es bueno que
pensé en hacerlo. Sería una contradicción decir que Dios eligió a un hombre para estar en
Cristo, pero no lo hizo santo. ¿Entendió eso? Contradicción total. Contradicción total. Si
usted ha sido sacado de las tinieblas y colocado en la luz, si usted ha sido sacado de la
muerte y colocado en la vida, si usted ha sido sacado de la incredulidad y se la ha dado fe,
si usted ha sido separado del pecado, usted es santo. Usted no es tan santo como debiera
ser, pero usted es santo. Sería absolutamente imposible para Dios escoger a un hombre
para estar en Cristo, enviar al Espíritu Santo para hacer la obra y no separar a ese hombre
de alguna manera del pecado.
Digo, dicho simplemente, tome las palabras de Pablo. En Romanos 6:22: “y libertados del
pecado y esclavizados a Dios, derivan su beneficio resultando en santificación.” Claro.
Claro. Entonces, alguien dice: “bueno, soy cristiano, pero nunca ha habido un cambio en
mi vida.” ¡Espera un momento! ¿Qué significa eso? ¿Qué estás diciendo con eso? Si el
Espíritu Santo te separó de la incredulidad a la fe, Él te separó del amor al pecado al odio
hacia el pecado. Si te separó en todas esas maneras de la muerte a la vida y de las
tinieblas a la luz, tú eres santo. Y se manifestará en la manera en la que vives. No entender
eso ha creado un malentendido diabólico del Evangelio. Usted no me puede decir que hay
gente que han sido santificadas por el Espíritu Santo, apartadas del pecado a Dios, pero no
las puede identificar. Espere un minuto. Tiene que haber una diferencia. Tiene que haber.
Ustedes solían ser esclavos del pecado. Ahora son los siervos de justicia. Es un cambio
total en su naturaleza.
Estaba pensando en Gálatas 4:6, debido a que son hijos, Dios ha enviado al Espíritu de Su
Hijo a nuestros corazones. Hombre. Esa es otra cosa que el Espíritu Santo hace. Viene a
vivir en nuestros corazones. ¿Cree que eso hace de usted una persona diferente? Espero
decirle que sí. ¿Cómo puede alguien decir que una persona puede ser salva por la obra
santificadora del Espíritu Santo, y como algunos están diciendo en la actualidad, y no
creer? ¿Y no estar separados?
Ciertamente va en contra de lo que enseñan las Escrituras. Bueno, la esfera de la elección.
¿Qué es? El ambiente de su cumplimiento es la salvación. Ocurre en la salvación. La obra
santificadora del Espíritu Santo que hace de la persona impía santa. Segunda de Pedro 1:3.
Veámoslo. La salutación en esta carta, versículo 2, es parecida. Gracia y paz y demás.
Habla de Jesús nuestro Señor, viendo que “Su poder divino nos ha concedido, observe
esto, todo lo que pertenece a la vida y a la piedad.” Hombre, pero, ¿cómo lo obtuvimos?
Mediante el conocimiento verdadero de Él. Cuando usted llega a conocer verdaderamente
a Cristo, usted recibe todo lo que pertenece a la vida y a la piedad.
Usted pregunta qué es eso. El arrepentimiento tiene que ser parte de esto. Ciertamente,
el arrepentimiento pertenece a la vida espiritual y a la piedad. Fe, virtud, justicia, amor por
Dios, deleite en la obra del Espíritu, todo está ahí.
Bueno, la naturaleza de la elección, Dios nos eligió independientemente de cualquier
influencia externa. Usted pregunta por qué. Nosotros no respondemos esas preguntas. Él
lo hizo. Eso es todo. ¿La condición de nuestra elección? Somos extranjeros residiendo en
un lugar extranjero. Nos amamos unos a otros, vivimos a la luz de un estándar totalmente
diferente de vida y tenemos que resistir la tentación de estar enfocados en nosotros a tal
grado que perdemos el propósito por el que estamos aquí, el cual es ser sal y luz, esparcir
la semilla.
¿La fuente de nuestra elección? Vino de un plan predeterminado, en el cual Dios, desde
antes de que el mundo comenzará nos conoció, nos conoció no en el sentido de
observación. Él conocía todo en el sentido de observación. Conociéndonos en el sentido
de relación predeterminada. Esa es la fuente. Estuvo en su propia mente. Él lo conoció y lo
hizo realidad. Él supo y determinó que existiera antes de que jamás sucediera.
¿Y cuál es la esfera en la que la elección se vuelve una realidad? La esfera de la salvación.
Teóricamente, si usted fuera a morir sin llegar a abrazar a Cristo, se iría al infierno aún si
teóricamente usted fuera elegido. Ahora, esta es una imposibilidad, pero usted entiende
lo que yo estoy diciendo. La elección es inválida hasta que es confirmada por la obra
santificadora del Espíritu. Y esa es la esfera en la que se lleva a cabo.
Tengo que darle un adelanto, una probada. Número cinco es el propósito de nuestra
elección. ¿Está listo para escuchar esto? ¿Cuál es el propósito de nuestra elección? Digo,
esto es tan directo. Para que nosotros, ¿qué cosa? Para obedecer a Jesucristo. Ahora, ese
es el propósito de nuestra elección. Él lo salvó para que usted pudiera obedecer a
Jesucristo. Eso es tan básico. Ese no es un deseo. Ese es un hecho. Efesios 2:10. “Porque
somos hechura Suya, creados en Cristo Jesús para” ¿qué? “Para buenas obras, las cuales
Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” Ese no es un deseo, ese es
un hecho.
Vamos a hablar del hecho de la obediencia y después, vamos a hablar de lo que significa
ser rociado con Su sangre. Esa verdad, por sí sola, es una de las más contundentes que
jamás he encontrado en el Nuevo Testamento. Pero quiero guardarla, porque tiene que
ser desarrollada en su totalidad. Entonces, esperaremos hasta la próxima vez.
Escuche. No se desconecte. No cierre su mente. La doctrina de la elección es tan práctica.
Es tan poderosa. Cuando yo la entiendo, literalmente cambie la vida entera de uno el
entender esta doctrina. Cuando usted entiende que usted es elegido, las ramificaciones
prácticas de esto cambiarán la manera en la que usted vive diariamente.
La doctrina de la elección va a enfrentar su orgullo. Es correcto. Se encargará del asunto
de la adoración en su corazón. Se encargará del asunto del gozo. La doctrina de la elección
le va a decir todo lo que necesita saber acerca de beneficios y privilegios espirituales. La
doctrina de la elección lo va a motivar a vivir de tal manera como ninguna otra doctrina
jamás lo va a motivar. La doctrina de la elección producirá poder en su vida en maneras en
que quizás usted nunca habría podido entender si usted no entendiera esta doctrina. No
la puede ignorar. Usted no la puede ignorar de manera alguna.
Escuche lo que es Spurgeon dijo, y voy a cerrar. “Antes de que la salvación viniera a este
mundo, la elección marchó al frente. Y cumplió la tarea de preparar el camino para la
salvación. La elección fue por el mundo y marcó las casas en las que la salvación debería
llegar y los corazones en donde el tesoro sería depositado. La elección vio a toda la raza
del hombre, desde Adán hasta el último; y marcó con un sello sagrado a aquellos para
quienes la salvación fue diseñada. Él necesita ir a Samaria, dijo la elección. Y la salvación
debe ir ahí.
Después, vino la predestinación. La predestinación no solamente marcó la casa, sino que
marcó el camino por el que la salvación debía viajar a esa casa. La predestinación ordenó
todo paso del gran ejército de la salvación. La predestinación ordenó el tiempo cuando el
pecador debería ser traído a Cristo. La manera en la que él debería ser salvo, el medio que
debía ser empleado, marcó la hora y el momento exacto cuando el Espíritu debía dar vida
a los muertos en pecado y cuando la paz y el perdón deberían ser hablados mediante la
sangre de Jesús. La predestinación marcó el camino de manera tan completa a la casa que
la salvación nunca se sale de ese camino y nunca se pierde del camino. En el decreto
eterno de Dios soberano, los pasos de la misericordia fueron ordenados uno por uno.” Fin
de la cita.
Es una ilustración hermosa, ¿no es cierto? La elección marcó la casa. La predestinación
estableció el camino y el tiempo. Y la salvación siguió ese camino. Un regalo de Dios.
Inclinémonos juntos en oración.
Confesamos, Padre, que estamos abrumados. Abrumados por pensar en Tu gracia infinita
hacia nosotros. No la entendemos. ¿Por qué nos elegiste? Pero siempre nos
regocijaremos. Oh Dios, gracias. ¡Gracias! Te bendecimos. Señor, cómo nuestras vidas
deben reflejar nuestra gratitud. Ayúdanos, Señor, a recordar siempre que somos
extranjeros aquí. Somos elegidos para otro lugar, un lugar perfecto. No dejes que nos
aferremos a lo que está aquí. Mantennos con un enfoque claro en nuestro hogar
verdadero, nuestro destino eterno.
Llena nuestros corazones con tal gratitud por la gracia, que estemos motivados y
centrados en la dedicación, generosidad, en el servicio incansable, en invertir el tiempo,
talento y dinero en la exaltación de Tu nombre bendito. Sálvanos, Señor, de estar jugando
con este mundo pasajero con el que no tenemos parentesco. ¡Gracias, oh Dios, por
apartarnos! Motívanos por el camino de la santificación para volvernos diariamente más
como Cristo. Porque sabemos que esa es la obra continua del Espíritu.
Y Señor, oramos porque haya algunos cuya elección se vuelva realidad en esta hora,
quienes, habiendo sido elegidos por Dios, ahora sean los que reciben la misericordia y la
gracia salvadora, a quienes se les concede arrepentimiento y fe y los apartes del pecado a
Ti. Lleva a cabo esta obra, Señor, para Tu gloria. Amén.
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Elegidos por Dios, 3ª Parte


Escritura: 1 Pedro 1:2

Código: 60–4
John MacArthur
Primera de Pedro 1:1–2. ¿Sería tan amable de pasar a este texto? Nos esperan riquezas
maravillosas en esta noche, conforme compartimos la verdad preciada de Dios.
Pedro abre esta epístola, como usted sabe, al llamar a sus lectores ‘elegidos’. Elegidos.
¡Qué pensamiento tan tremendo! Somos elegidos de Dios. Elegidos por Dios para disfrutar
del privilegio de conocerlo a través de Su Hijo, Jesucristo. Esto no es nuevo. Siempre ha
sido el patrón de Dios el elegir de manera soberana. Nehemías 9:7 dice: “Dios escogió a
Abraham.” Génesis 21:12 nos dice: “Dios escogió a Isaac.” Romanos 9:8–15 dice: “Dios
escogió a Jacob.” El profeta Hageo en el 2:23 dice: “Dios escogió a Zorobabel.” Isaías 42:1
y 1 Pedro 2:6 dice: “Dios escogió a Cristo.”
El Evangelio de Juan inclusive nos recuerda las palabras de nuestro Señor en Juan 15 que
Él escogió a los discípulos, los apóstoles. Gálatas 1:15 nos dice que Él escogió a Pablo, un
instrumento escogido. Y aquí de nuevo somos confrontados con el hecho de que Él eligió a
la Iglesia mediante elección soberana. Dios eligió a aquellos que Le pertenecerían.
Recordamos en Efesios 1 en donde dicen el versículo 4: “según nos escogió en Él desde
antes de la fundación del mundo.” Y 2 Tesalonicenses 2:13: “Dios os ha escogido a
vosotros desde el principio para salvación.”
Y hemos estado examinando esta gran y rica verdad de que somos los elegidos de Dios.
Pedro comienza su epístola con eso, porque quiere recordarles a sus hermanos y
hermanas perseguidos que quizás no sean los elegidos del mundo, pero son los elegidos
de Dios. Quizás, no sean elegidos según el estándar del mundo, pero son elegidos según el
estándar de Dios. Su propósito para ellos se desarrolla a lo largo de toda la eternidad, sin
importar lo que el mundo pueda hacer. En ese entonces, en el momento en el que él
escribe, están siendo rechazados, perseguidos, sufriendo por su fe. Y él les recuerda que
son el pueblo escogido de Dios. ¡Qué aliento tan tremendo es éste para los creyentes
perseguidos!
Y conforme él introduce el hecho de que son elegidos, él nos da algunos de los elementos
de la gran doctrina de la elección. En la palabra elegidos está la naturaleza de nuestra
elección. Esto es, somos los seleccionados de Dios en Su gracia. Él después discute la
condición de nuestra elección. Debido a que somos los elegidos, residimos, versículo 1,
como extranjeros. No pertenecemos a aquí. Somos ciudadanos de otro Reino, miembros
de otra familia. Somos extranjeros aquí en un exilio temporal, por así decirlo. Esa es la
condición de nuestra elección.
En tercer lugar, la fuente de nuestra elección en el versículo 2. “Según la presciencia de
Dios Padre,” Dios nos escogió en base a una relación predeterminada. Somos elegidos por
Dios en base a Su propio pre conocimiento. Y dijimos que eso no significa ver de
antemano. Eso no significa una información obtenida mediante la observación. Esa es una
relación predeterminada.
Ese mismo término, presciencia, es usado en el capítulo 1, versículo 20, en donde dice que
Cristo fue conocido de antemano desde antes de la fundación del mundo. No puede
significar que Dios escogió a Cristo para que fuera el Salvador en base a observación o
conocimiento de antemano. Debe significar una relación predeterminada y plan. Un
diseño deliberado.
Entonces, la fuente de nuestra elección se encuentra ligada en el plan predeterminado de
Dios llamado pre conocimiento, presciencia. La esfera de nuestra elección siguió a
continuación y lo señalamos en el versículo 2, que entramos en la experiencia en sí de
nuestra elección mediante la obra santificadora del Espíritu. Esto es, la elección se vuelve
una realidad en la vida de una persona elegida mediante la obra de ser apartado por el
Espíritu Santo. Santificación significa apartar. Fuimos apartados del pecado. Fuimos
apartados del mundo. Fuimos apartados de ser hijos de Satanás a ser hijos de Dios.
Fuimos apartados de la muerte a la vida. Esta es la obra de ser apartado, la obra de
santificación del Espíritu Santo de Dios.
La santificación, entonces, comenzó en la salvación y es un proceso de purificación que se
lleva a cabo hasta que veamos a Jesucristo cara a cara. Hemos sido elegidos, dice Efesios
1:4, para ser santos. Hemos sido elegidos para buscar la santidad. Y entonces, la obra
santificadora comienza en la salvación, cuando somos apartados del pecado a Dios, de la
muerte a la vida, de Satanás a Cristo; y después, esa obra de ser apartados continúa
progresivamente hasta que nos volvemos más y más santos, y más y más como el Señor
Jesús mismo.
Entonces, la esfera de nuestra elección es un ambiente de santificación. La obra
santificadora del Espíritu Santo hace de los impíos santos.
Ahora, eso nos lleva en quinto lugar, y esto simplemente fue un repaso, al propósito de
nuestra elección en el versículo 2. La obra santificadora del Espíritu ha sido llevada a cabo
para obedecer al Señor Jesucristo.
Ahora escuche esto, es muy básico. Fuimos apartados del pecado a Dios para que
obedeciéramos a Jesucristo. La obediencia entonces es el resultado. Efesios 2:10 dice que
hemos sido hechos obras maestras, por así decirlo. Hechura de Dios, ordenados para
buenas obras, las cuales Dios ha predeterminado que hagamos.
En otras palabras, la salvación es por definición una vida de obediencia. Una verdad muy
importante. Hemos sido apartados a Dios por la obra del Espíritu para que podamos
obedecer a Jesucristo. Esto sigue a la realidad anterior. La elección, entonces, trae, a
través de la salvación, una vida de obediencia.
Ahora, no obedecemos como debiéramos obedecer de manera completa, pero, no
obstante, somos redimidos para obediencia, separados a la obediencia. Se convierte en un
patrón en nuestra nueva vida. Nos volvemos sumisos a la ley de Dios, Romanos 7. Nos
volvemos sumisos a Dios como nuestro amo, Romanos 6. Ya no somos los esclavos del
pecado, sino ahora somos los siervos de Dios. La justicia caracteriza nuestra conducta. La
virtud es un patrón de nuestra vida. Nos volvemos fieles y fructíferos, y servimos y
amamos a Cristo. La verdadera salvación produce obediencia - no obediencia perfecta,
pero obediencia.
En 1 Timoteo 6:3, Pablo dice: “si alguno enseñare doctrina diferente y no se conforma con
las sanas palabras, las de nuestro Señor Jesucristo y la doctrina que es según la piedad.” Y
lo que él quiere decir ahí es la doctrina verdadera de Cristo, la doctrina verdadera de la
salvación, de manera inherente conlleva el ser conformado a la piedad. La realidad
bendita de la salvación da lugar al fruto amoroso de la obediencia. Y eso, también, es la
obra del Espíritu.
Sería tan amable de ver conmigo por un momento 1 Tesalonicenses 1, en donde Pablo
escribe junto con sus compañeros Silas o Silvano y Timoteo a la Iglesia de los
Tesalonicenses. Él da gracias a Dios siempre por ellos, versículo 2. En el versículo 3, él
mantiene en mente la obra de fe, la obra de amor y la constancia en la esperanza. Y
después, él dice en el versículo 4, observe esto, “sabiendo, hermanos amados por Dios,
vuestra elección de vosotros.”
Yo sé que son elegidos, él dice. “Yo sé que son escogidos.” ¿Cómo lo sabes? Porque
nuestro Evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino en poder en el Espíritu
Santo y con plena certidumbre. Note el versículo 6: “y vosotros también os volvisteis
imitadores de vosotros y del Señor.” Y versículo 7: “se convirtieron en ejemplo a todos los
creyentes.” Y versículo 9: “y os volvisteis de los ídolos a Dios para servir al Dios vivo y
verdadero y esperar a Su Hijo de los cielos.”
Él dice: “yo sé que son elegidos.” ¿Cómo lo sé? ¿Porque ustedes lo dijeron? ¿Porque
ustedes levantaron la mano? ¿Porque ustedes fueron una vez bautizados? No. Yo sé que
son elegidos porque ustedes nos imitaron, imitaron a Cristo, recibieron la palabra en
tribulación, experimentaron gozo, se convirtieron en un ejemplo, versículo 8, resonó la
palabra de ustedes. Versículo 9, se volvieron de los ídolos. Versículo 10, están esperando a
Cristo. Todos estos son factores de una experiencia de regeneración. De una vida
regenerada. Esas son las cosas que caracterizan a la elección verdadera. Eso es básico.
A. W. Pink presenta esta pregunta. Él dice: “¿cómo puedo conocer mi elección?” ¿Cómo
puedo saber que soy elegido? Y después, él la responde de esta manera, y cito: “en primer
lugar, por la palabra de Dios habiendo venido en poder divino al alma, de tal manera que
mi satisfacción conmigo mismo es despedazada y mi justicia personal es renunciada. Es
dejada. En segundo lugar, porque el Espíritu me ha convencido de mi condición terrible,
condenada, culpable, perdida. En tercer lugar, porque se me ha revelado que Cristo es
suficiente y apto para satisfacer mi caso desesperado. Y mediante una fe divinamente
dada, me ha causado que me aferre a Él y descanse en Él como mi única esperanza. En
cuarto lugar, por las marcas de una nueva naturaleza dentro de mí. Un amor hacia Dios.
Un apetito por cosas espirituales. Un anhelo de santidad. Un buscar la conformidad a
Cristo.
En quinto lugar, mediante la resistencia a la cual la nueva naturaleza hace que la antigua,
la vieja, haciéndome que odie el pecado, me odie a mí mismo por lo mismo. En sexto
lugar, al evitar cualquier cosa que es condenada por la palabra de Dios y al arrepentirme
de manera sincera de y confesar humildemente toda transgresión. El fallar en este punto,
con toda certeza y rápidamente va a traer una nube oscura sobre nuestra certeza,
causando que el Espíritu refrene Su testimonio.
En séptimo lugar, al prestar toda diligencia en cultivar las gracias cristianas. Y usar todos
los medios legítimos con este fin en mente. De esta manera, el conocimiento de la
elección es acumulativo.” ¿Cómo sabe usted que es elegido? ¿Cómo sabe que usted es
elegido? Resumiendo lo que él dijo, usted lo sabe porque la Palabra de Dios le enseña y se
mueve en su vida y lo convence de pecado y despedaza su complacencia personal. Usted
lo sabe porque de pronto, su Espíritu ha sido despertado a su pecado, a la realidad de
Cristo. Y después, usted recibe esa naturaleza nueva, ama a Dios, ama a Su Palabra y
anhela servirlo, glorificarlo. Odia el pecado. Quiere resistirlo y demás. Todo esto
realmente en el término más común refleja un corazón obediente. Usted obedeció a la
Palabra. Usted obedeció a la convicción del Espíritu. Usted obedeció a la obra de Cristo.
Usted obedece lo que las Escrituras lo llaman a hacer. La obediencia es la marca, es el
resultado. Es la respuesta que viene a uno que realmente es redimido.
Entonces, Pedro nos está diciendo que esa obra de elección produce obediencia a
Jesucristo. No es obediencia perfecta. Y en donde fracasamos, habrá un corazón de
quebrantamiento y confesión. Pero es característico de un creyente verdadero obedecer a
Jesucristo.
Y después, para sellar esa verdad, Pedro menciona el sexto aspecto de la elección que
quiero que vea. Llamémosle -y hay muchas maneras en las que podríamos llamarlo.
Llamémosle la seguridad de nuestra elección. Inclusive, podríamos llamarlo la obligación
de nuestra elección. Inclusive, el pacto de nuestra elección. Pero quiero que lo vea, es
profundo, maravilloso, práctico.
Él dice esto: “para obedecer a Jesucristo,” ¿y cuál es la siguiente frase?, Puede subrayarlo
en su Biblia o en su mente, “y ser rociado con la sangre de Jesucristo.” Esta frase necesita
una atención muy cuidadosa. ¿Qué es lo que quiere decir Pedro cuando dice que, de
alguna manera, el rociarle sangre a la gente, de alguna manera está conectado con la
obediencia? ¿Qué quiere decir con eso?
Usted dice bueno, quiere decir salvación. No, la cronología del versículo coloca a esto
como consecuencia de la salvación. ¿En qué frase ocurrió la salvación en el versículo 2?
¿En qué frase? Elegidos según la presciencia de Dios Padre. Eso fue en la eternidad
pasada. Y después, la salvación ocurrió bajo la frase ¿qué? Por la obra santificadora del
Espíritu. Ahí es donde la santificación se llevó a cabo, llevó a la obediencia y, siendo
rociado con Su sangre. Es algo que es consecuente con la salvación, lo cual es expresado
en la frase santificación por el Espíritu. Pero, ¿qué quiere decir entonces, que es
consecuente con el acto de la salvación que involucra el ser rociado con sangre?
Bueno, si usted estudia las Escrituras como lo hice el investigar esto, sólo hay unas cuantas
ocasiones en donde hubo personas que de hecho fueron rociadas con sangre. Y no en la
expiación, no en el día de la expiación, cuando la gente rociaba con sangre. En ninguna de
las ocasiones de las ofrendas de pecado, ofrendas por transgresión. En ninguna de esas
ocasiones alguien fue rociado con sangre.
El altar fue rociado con la sangre de los animales, pero no la persona. De hecho, la gente
fue rociada con sangre en dos ocasiones en la ley levítica. Muy interesante, por cierto. Una
de ellas, fue un leproso. Y en la limpieza simbólica de un leproso, Levítico 14:6 en
adelante, la sangre de un ave fue rociada en un leproso. Y la sangre de un carnero fue
rociada sobre Aarón y sus hijos en la limpieza simbólica y la consagración de Aarón y sus
hijos al sacerdocio. Según Levítico 8; Éxodo 29. Las únicas dos ocasiones. La sangre de un
ave rociada sobre un leproso, Levítico 14. La sangre de un carnero rociada sobre Aarón y
los sacerdotes cuando fueron apartados al sacerdocio. Ninguna de las dos encaja con esto.
Pero no está hablando de un leproso y no está hablando de sacerdotes.
¿Qué otra ocasión ocurre en el Antiguo Testamento que viene a la mente de Pedro que
tiene que ver con rociar sangre a la gente? Sólo hay una, y sólo sucedió en una ocasión. Y
es muy claro que eso es exactamente lo que Pedro tiene en su mente. Sólo ocurrió una
vez. Y ocurrió antes de la legislación levítica. Está fuera de la legislación levítica. No fue
parte de esa legislación para Israel. Sin embargo, esa ocasión es tan significativa que es
mencionada dos veces en Hebreos - Hebreos 9:19 y Hebreos 12:24, las únicas dos veces
en las que se hace referencia a este incidente.
Ahora, vayamos a encontrarlo en Éxodo, capítulo 24. Esto es fascinante. Éxodo, capítulo
24. Voy a leer los versículos 3 al 8. Sígame conforme leo. “Y Moisés vino y contó al pueblo
todas las palabras de Jehová, y todas las leyes; y todo el pueblo respondió a una voz, y
dijo: Haremos todas las palabras que Jehová ha dicho. Y Moisés escribió todas las palabras
de Jehová, y levantándose de mañana edificó un altar al pie del monte, y doce columnas,
según las doce tribus de Israel. Y envió jóvenes de los hijos de Israel, los cuales ofrecieron
holocaustos y becerros como sacrificios de paz a Jehová.
Y Moisés tomó la mitad de la sangre,” de esos animales, “y la puso en tazones, y esparció
la otra mitad de la sangre sobre el altar. Y tomó el libro del pacto,” la Palabra de Dios, la
instrucción de Dios, “y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: Haremos todas las cosas que
Jehová ha dicho, y,” ¿Qué?, Subraye eso. “Obedeceremos. Entonces,” versículo 8, “Moisés
tomó la sangre y roció,” ¿sobre quién?, “Sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del
pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas.”
Ahí está la única ocasión en donde sangre fue rociada sobre personas fuera de las dos que
mencionamos. Sólo sucedió una vez. Y es llamada la sangre del pacto.
Ahora, permítame rastrear esta idea. Escuche con atención y vea lo que esto significa. Los
puntos principales que debemos notar son estos. Moisés proclamó al pueblo la Palabra de
Dios. Y el pueblo respondió con una promesa a hacer ¿qué? A obedecerla, versículo 3.
“Todas las palabras que Jehová ha hablado, haremos.” Moisés entonces escribió las
palabras, construyó un altar, envió a jóvenes a ofrecer holocaustos y ofrendas sacrificiales
de paz, de bueyes a Jehová. Y después, la mitad de la sangre de esos sacrificios, esa
sangre, la roció sobre el altar y al resto, según el versículo 6, la colocó en algún tipo de
tazones.
Y después, él tomó el libro del pacto, el cual es la Palabra de Dios que él había escrito, lo
leyó ante todo el pueblo de nuevo y ellos respondieron con otra promesa de obediencia
en el versículo 7. Dijeron: “lo haremos todo. Seremos obedientes.”
Ahora, escuche con atención. Ellos estaban haciendo un pacto de obediencia con Dios
mediado por el sacrificio. Era una promesa de obediencia. La otra mitad de la sangre,
Moisés entonces la tomó de los tazones y la roció sobre el pueblo diciendo: aquí, la sangre
del pacto que el Señor ha hecho con vosotros según todas estas palabras, versículo 8.
En tiempos antiguos, cuando dos personas hacían un pacto, ese pacto normalmente se
sellaba con sangre. Y había ocasiones en las que esa sangre era normalmente colocada en
ambas partes. Y ese era un pacto de sangre de compromiso para que guardaran un pacto.
Era común en culturas antiguas. Y sucedió ese día. Y el pacto fue éste: prometemos, oh
Dios, que los nosotros ¿qué? Obedeceremos Tu palabra. Era un pacto de obediencia. Un
pacto de obediencia. Sellado en sangre.
El propósito primordial de rociar sangre fue para consagrar, para obligar a las partes del
pacto. Se estaba haciendo un vínculo entre Dios y el pueblo. Ahora siga esto. Usted no
debe perder esto porque hay una conclusión tremendamente emocionante en esto. Hay
un vínculo que se hace entre el pueblo de Dios. El pueblo está prometiendo que va a
guardar Su palabra. Y la sangre sobre ellos indica su parte del pacto. La sangre sobre el
altar indica la parte de Dios del pacto. Rociar la sangre sobre el pueblo simbolizaba el
compromiso de ellos con la obediencia. Rociar la sangre sobre el altar simbolizaba el
compromiso de Dios con la fidelidad. Y yo creo que eso es exactamente lo que Pedro tenía
en mente. Este es el único lugar en las Escrituras en donde usted tiene esa conexión entre
la obediencia y el rociar sangre. Y Pedro, claro, siendo un judío y conociendo bien ese
pasaje, encuentra en él un paralelo tremendo para el cristiano y el asunto de la elección.
Escuche, cuando estos creyentes fueron salvados, a quienes Pedro escribió, cuando fueron
salvados por la obra santificadora del Espíritu Santo haciendo de su elección pasada una
realidad presente, fueron metidos en un pacto con Dios que fue sellado por sangre.
Sellado con sangre. Fue un pacto de obediencia.
Quiero decirle que en la muerte de Jesucristo no sólo se proveyó en el nuevo pacto
salvación, sino que también se incluía ahí un pacto de obediencia. Cuando venimos y
aceptamos el sacrificio de Cristo por nosotros, no sólo estamos aceptando el beneficio de
Su muerte a favor nuestro, sino que estamos haciendo un pacto con Él en obediencia. Y
eso es consagrado por sangre mediante la muerte de Cristo.
El rociar la sangre sobre el altar es visto en el sacrificio de Cristo en la cruz satisfaciendo a
Dios. De hecho, le podría parecer interesante el saber que Jesús, cuando Él murió, cito
Éxodo 24, las palabras exactas cuando Él habló de Su sacrificio como la sangre del pacto. Y
de manera inherente en el nuevo pacto había una promesa. Y la promesa era que el Señor
vendría y nos redimiría y nosotros, responderíamos en guardar Su palabra. Crear una
salvación sin ese pacto es crear un pacto falso.
El rociar sangre presupuso un derramamiento de sangre. La consagración de un nuevo
pacto presupuso el sacrificio en la cruz, en donde Cristo ofreció Su sangre, Su vida, por
causa del hombre por la voluntad de Dios. Lo hizo para que hubiera un pacto.
El punto de Pedro, resumiendo, es este. La obra de Cristo satisface a Dios conforme Él
muere de como una expiación perfecta por el pecado. Pero va más allá de eso y mete a los
hombres en un pacto de obediencia sellado en sangre. Una verdad vital y profunda.
Y entonces, decimos que lo que Pedro está concluyendo es que cuando usted fue
apartado por el Espíritu Santo, usted fue apartado a Dios para una vida de obediencia
sellada en la sangre de Cristo. La obediencia es inseparable del rociar sangre.
Cuando Cristo derramó su sangre, se proveyó un pacto de obediencia. Esta es la razón por
la que dice en Hechos 5:32: “somos testigos de estas cosas. Y también lo es el Espíritu
Santo, quien Dios ha dado a aquellos que lo obedecen.” La obediencia es inherente en el
pacto. La salvación y la obediencia son dos lados del nuevo pacto. Son dos lados del nuevo
pacto.
En Romanos 6, ahí por el versículo 17, creo, “mas gracias sean dadas a Dios que aunque
erais esclavos del pecado, os volvisteis obedientes.” Usted no puede hablar de salvación
sin hablar de obediencia. Usted no puede hablar de un nuevo pacto sin hablar de
obediencia. Y la sangre fue rociada simbólicamente en nosotros como nuestra parte de
obediencia y en Dios como Su parte de fidelidad. Hemos sido elegidos para obedecer.
Elegidos para obedecer.
Y hay un pensamiento más, y éste es el que me emociona. Escuche esto. Usted pregunta:
“bueno, ahora, ¿por qué la sangre rociada sobre el altar? ¿Cuál es la parte de Dios?”
Escuche esto: la sangre rociada sobre nosotros simboliza nuestro compromiso con la
obediencia. La sangre rociada sobre el altar sobre Dios simboliza Su compromiso con el
perdón. ¿Escuchó eso? Con la gracia. Un pensamiento maravilloso.
Ese es el pacto. El pacto es que prometemos obedecer y Dios promete perdonar cuando
no obedecemos. ¿No es éste un pacto maravilloso? Eso es lo que la sangre proveyó. Esos
son los dos lados del pacto de obediencia y esa es la seguridad de nuestra elección.
Estamos seguros como elegidos debido al pacto. Somos metidos en un pacto de
obediencia y nuestra vida se caracteriza por la obediencia. Y si usted le dice alguien
“conviértete en cristiano y no te preocupes por la obediencia,” usted no le está dando el
mensaje verdadero. Cuando usted llama a alguien a la salvación, usted lo está llamando a
un pacto. Nuestra parte obedecer y la parte de Dios el perdonar cuando fracasamos. Y ese
es el pacto. Ese es el pacto.
Cuando usted viene a Dios a través de Cristo, usted dice: “Oh Dios, te entrego mi vida a Ti.
Quiero obedecerte, te prometo que viviré para Ti, amarte, servirte, conforme lo mejor que
yo pueda.” Y usted es rociado con la sangre de Cristo simbólicamente. Y sus pecados son
lavados. Usted se convierte en Su hijo. La sangre rociada sobre el altar es su parte. Es su
vínculo, su obligación para con usted de que cuando usted falle en guardar el pacto, Él
está dispuesto a mostrar gracia y perdonar su pecado. Es un pensamiento tremendo. Un
pensamiento tremendo.
La seguridad de nuestra elección viene del hecho de que no sólo fuimos rodeados en el
pacto, sino que Dios en el altar fue rociado y Él guardará Su lado cuando nosotros
fracasamos en guardar nuestro lado. La misma sangre que selló el pacto cubre el pecado
del cristiano desobediente. Esta es la seguridad de nuestra elección. Esta es la razón por la
que Él continúa limpiándonos de todo ¿qué? Pecado. Qué verdad.
Entonces, vemos la verdad de la elección: su naturaleza, condición, fuente, esfera,
propósito, seguridad. Finalmente, las ventajas de nuestra elección. Y simplemente, voy a
extraer estas verdades a partir de la afirmación de conclusión en el versículo 2: “gracia y
paz os sean multiplicadas.” Eso es repetido con frecuencia en el Nuevo Testamento por los
escritores de las epístolas. El regalo de salvación es gracia. El resultado es paz. Pedro dice:
“quiero que lo tengan en abundancia.” Ese es un deseo. Ese es un verbo optativo. Ustedes
estudiantes del griego saben que expresa un deseo. Deseo para ustedes gracia. Deseo
para ustedes paz en la máxima medida. Deseo para ustedes todo lo mejor, todo lo que
Dios tiene, todo lo que Dios puede dar, multiplicado una y otra y otra vez. En otras
palabras, les deseo todas las bendiciones de ser los elegidos. ¿No es eso bueno?
Ahora, permítame decirle algo. Hay algunas bendiciones tremendas por ser elegido. Si me
permite, voy a saltar a partir del pensamiento de Pedro y cerrar simplemente al darle una
pequeña lista.
¿Cuáles son las ventajas de la elección? Pensamos en la doctrina de la elección y en cierta
manera, nos retraemos. No queremos hablar de ella. Es demasiado profunda, demasiado
confusa, demasiado difícil para entenderla. Permítame decirle lo que la elección debe
producir en su corazón, las respuestas que usted debería tener. Usted no debe huir de
ella. Usted debe correr a ella. Usted no debe temer de esta doctrina. Usted debe
regocijarse en ella. Y aquí está el por qué.
La elección, en primer lugar, es la doctrina que más aplasta nuestro orgullo en las
Escrituras. Es correcto. Produce humildad. Produce humildad. Es la verdad más humillante
que hay, que usted no tuvo absolutamente nada que ver con su salvación. Simplemente,
aplasta su orgullo espiritual y religioso. Spurgeon la llamó la doctrina más despojadora en
el mundo. Lo despoja a usted de todo. Él escribió esto: “yo no conozco nada, nuevamente,
nada, que sea más humillante que esta doctrina de la elección. Algunas veces, he caído
postrado ante ella cuando estoy esforzándome por entenderla. Pero cuando me acerqué a
ella y un pensamiento me poseyó, ‘Dios desde el principio te escogió para salvación,’ fui
abrumado por este pensamiento poderoso. Y desde la elevación tambaleante, vino a mi
alma postrado y quebrantado diciendo: “Señor, yo no soy nada. Yo soy menos que nada.
¿Por qué yo? ¿Por qué yo? Y esa es una doctrina que aplasta al orgullo y esa es una
bendición porque Dios da gracia a los humildes.
En segundo lugar, es una doctrina que exalta a Dios. Le da toda la gloria Dios. Declara que
el arrepentimiento es de Dios, la fe es de Dios, que el poder para la obediencia es de Dios.
E inclusive cuando fracasamos, Su parte en el pacto es cubrir nuestras fallas. No es
sorprendente que respondemos ‘no a nosotros, no a nosotros oh Jehová, sino a Tu
nombre da gloria.’ El hecho mismo de que nuestra voluntad actuó fue un resultado de que
Él se movió. Es el elemento que más exalta Dios de la doctrina de la salvación, así como es
el elemento que más aplasta el orgullo.
En tercer lugar, produce gozo. Produce gozo. Escuche, nuestra única esperanza es ser
elegido. ¿Escuchó eso? Esa es nuestra única esperanza. Entonces, eso nos trae gozo
supremo. Cuando pienso en el hecho de que Dios me eligió, ese es el gozo supremo
porque yo no habría tenido esperanza de salvación fuera de eso. No tendría esperanza
alguna si Dios en Su misericordia soberana no me hubiera elegido. ¡Qué pensamiento tan
gozoso llena mi corazón!
Romanos capítulo 9: “si Jehová no nos hubiera dejado posteridad, como Sodoma
habríamos llegado a ser,” versículo 29. Habríamos sido destruidos como el resto de los
impíos si el Señor no nos hubiera elegido. El Salmo 65:4 dice: “bienaventurado el hombre
a quien Tú eliges,” escuche esto, “y haces que se acerque a Ti para que en tus atrios pueda
morar.” Salmo 65:4 “bienaventurado es el hombre a quien Tú eliges.” Oh, amados, eso
debe inspirar gozo. Dios lo ha amado a usted desde que fue Dios y siempre ha sido Dios. Y
siempre lo amará a usted.
En cuarto lugar, es la doctrina que más privilegios concede en la salvación. Es la que más
aplasta el orgullo, la que más exalta a Dios, la que más gozo produce, la verdad que más
privilegios concede, porque nos concede toda bendición espiritual en los lugares
celestiales en Cristo Jesús, Efesios 1:3 dice. Recibimos beneficio, sobre beneficio, sobre
beneficio. Según el capítulo 2, versículo nueve 9, hemos sido hechos un linaje escogido, un
real sacerdocio, una nación santa, un pueblo adquirido por Dios para que anunciéis las
virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a la luz. Observe los privilegios que
tenemos. Privilegios increíbles a partir de la elección. Debería amar esa doctrina. Debería
aferrarse a esa doctrina.
En quinto lugar, de todos los elementos de la salvación, es el que más promueve la
santidad. ¿Qué más podría haber para motivarme a vivir para la gloria de Dios que saber
que Él me eligió motivado por Su amor únicamente? A partir de gratitud absoluta, debería
verme motivado a vivir una vida de pureza. Realmente, creo que cuando la doctrina de la
elección no es enseñada de manera apropiada, ni entendida apropiadamente, la gente
vive suponiendo que ellos hicieron algo por su salvación y debido a que creen que fue en
parte la responsabilidad de ellos, no se ven motivados a servir y a amar y a glorificar a Dios
cuyo acto de salvación únicamente fue atribuido a Él.
Usted no le ayuda a la gente al no ayudarles a entender esto. ¿Por qué cree usted que
Pablo en Colosenses 3:12 dice: “vestíos pues como escogidos de Dios, santos y amados, de
entrañable en misericordia, benignidad, humildad, paciencia y demás?” Entiendan que
debido a que son los elegidos de Dios. ¡Qué cosa tan absolutamente motivadora es esta!
La elección debería producir obediencia.
Spurgeon nuevamente dijo, y cito: “nada bajo la influencia de gracia del Espíritu Santo
puede hacer que un cristiano sea más santo que el pensamiento de que él es elegido.
¿Pecaré, dice él, después de que Dios me ha escogido? ¿Transgrediré después de un amor
tan grande? ¿Me desviaré después de tanta misericordia y gracia? No, Dios mío. Debido a
que Tú me has elegido, Te amaré, viviré para Ti, me entregaré a Ti para ser Tuyo por
siempre, consagrándome solemnemente a mí mismo a Tu servicio.” Fin de la cita. Es algo
que nos motiva.
En sexto lugar, la doctrina de la elección, de todos los elementos de la salvación, la
doctrina de la elección es la que más fortaleza nos da. ¿Qué quieres decir? Si soy elegido,
estoy seguro. Si entré en un acto de obediencia a través del rociamiento de la sangre y la
sangre fue rociada en el altar representando a Dios, significa que Dios está obligado a
guardar el pacto. Mi parte es obedecer. Su parte es perdonar mi desobediencia. Estoy
seguro en eso. Es el elemento que más fortaleza da, el saber que el que comenzó en
vosotros la buena obra la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. Jesús dijo: “el que a Mí
viene, no le echaré afuera. Todo lo que el Padre me da vendrá a Mí. Y no he perdido a
ninguno de ellos, Yo lo resucitaré en el día postrero.” ¿Por qué? Porque son los elegidos.
Escuchen, amados, si son elegidos, eso sella su eternidad. Qué verdad tan fortalecedora es
esta. Y de nuevo, regreso a lo que Spurgeon dijo en este tema. Escuche a esta cita más
bien larga, pero rica.
Él dijo, y cito: “ningún hombre va a ser tan valiente como aquel que cree que él es elegido
de Dios. ¿Qué le importa al hombre si él es elegido por su Hacedor? ¿Qué le importan a él
los cantos insignificantes de algunas pequeñas aves cuando él sabe que él es un águila de
raza real? ¿Le importará cuando el mendigo le apunta, cuando la sangre real del cielo
corre por sus venas? ¿Acaso Él temerá, aunque el mundo estero esté en contra de él? Si la
tierra estuviera en contra de él, él mora en paz perfecta, porque él está en el lugar secreto
del tabernáculo del Altísimo, en el gran pabellón del Todopoderoso. ‘Yo soy de Dios,’ dice
él. Yo soy distinto del resto de los hombres. ¿Acaso mi nombre no está escrito en el libro
de Dios? ¿Se preocupa por el mundo? No. Como el león no se preocupa por el perro le
ladra. Él sonríe a todos sus enemigos. Y cuando se acercan a él, él se mueve y los
despedaza. Él camina como un coloso, mientras que los hombres pequeños caminan
debajo de él y no lo entienden. Su ceño está hecho de hierro, su corazón, de pedernal. ¿Le
importa a él el hombre? No. Si un suspiro universal viniera del mundo entero, sonreiría
ante él y diría: “el que ha hecho a Dios su refugio, encontrará una morada sumamente
segura.” Fin de la cita.
Es correcto. ¿Qué tememos? Somos los elegidos. Nada puede hacer que un hombre sea
más valiente, más fuerte, que tenga más denuedo, más seguro que eso. ¿Ve usted qué tan
maravillosa es esta doctrina? Es una doctrina maravillosa. Aplasta nuestro orgullo, nos
hace humildes. Exalta a Dios. Produce gozo, gozo desde las profundidades de nuestro ser.
Concede privilegios, motiva a la santidad, da fortaleza y valentía. ¿Puede ignorar ese tipo
de doctrina? Si la Iglesia ignora esa doctrina, observe de lo que se pierde. Es una verdad
tremenda.
Amados, necesitamos entender lo que Dios nos ha dado en Su gracia y no debemos ser
ignorantes porque en toda doctrina que Dios provee, está el privilegio de darle una
respuesta de alabanza a Él. Y, por lo tanto, ignorar la doctrina de la elección sería retrasar
nuestra capacidad de agradar y glorificar a Dios. Oremos juntos.
Cuán agradecidos estamos porque Tú nos escogiste. Estamos asombrados y sí, no lo
entendemos en su totalidad. Pero oh, Dios, ¡cómo nos regocijamos en ello! ¡Cómo nos
regocijamos en ello! Estamos en el pacto de obediencia. Cuando vinimos a Cristo, fue el
deseo de nuestro corazón obedecerlo. Y estamos tan agradecidos porque fue Tu deseo y
Tu promesa a través de la sangre el perdonar nuestra desobediencia.
Nosotros, como el Israel de la antigüedad, hemos recibido promesas grandiosas para que
obedezcamos. Y nosotros, como el Israel de la antigüedad, hemos hechos promesas
grandiosas de que obedeceremos. Y nosotros, tal como ellos, hemos fracasado. Gracias
por la sangre que cubre nuestros fracasos. Gracias por elegirnos, gracias por elegir a Tu
Iglesia. ¡Oh, misterio, misterio, misterio! Pero lo que es misterio en nuestro intelecto es un
rayo de sol en nuestros corazones. Gracias por lo que has hecho por nosotros. Amén.
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Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe, 1ª


Parte
Escritura: Escrituras Seleccionadas

Código: 1377
John MacArthur
Como dije al principio de nuestra comunión en esta mañana, la Cena del Señor creo yo
que es el acto de adoración más maravilloso, más sagrado y más excepcional que la Iglesia
comprada con la sangre de Jesucristo pueda experimentar. Es sagrada en muchas
maneras. Es sagrada porque es una memoria sagrada de la Cruz. El pan habla de Su cuerpo
y la copa habla de Su sangre y apuntan a la cruz donde Su cuerpo fue crucificado y Su
sangre fue derramada. Y entonces, es sagrada debido a Su memoria.
Pero más que eso, la Mesa del Señor es sagrada porque es una comunión presente con el
Cristo viviente. Él se reúne con nosotros aquí. El apóstol Pablo dice “La copa que bebemos
y el pan que partimos ¿no es el cuerpo y la sangre del Señor Jesucristo?”; literalmente,
tenemos comunión con Él aquí. Y en tercer lugar es sagrado, creo yo, porque Jesús dijo en
Lucas 22:19 y 20: “Haced esto.” Y entonces, es sagrado porque es un acto de obediencia. Y
la obediencia es algo sagrado y santo.
Y entonces, la Mesa del Señor es especial. Vengo a la Mesa del Señor con tanta frecuencia
como puedo; y con mucha frecuencia en mi propia vida, tomo las cosas más comunes en
mi mano y en mi corazón se vuelven símbolos del cuerpo y la sangre de Jesucristo porque
son tan significativos para mí. Y sin embargo, conforme pienso en esto, hay muchos
cristianos quienes rara vez o nunca vienen a la Mesa del Señor, así como hay muchos que
nunca son obedientes en el bautismo. Y creo que mi enfoque siempre ha sido, ‘Bueno,
quizás simplemente son ignorantes, no entienden la importancia de la Mesa del Señor o
no entienden la importancia del bautismo. No saben lo que es dar un testimonio público
en obediencia al acto del bautismo. No saben lo que es tener comunión con Jesucristo y el
cuerpo y celebrar la Cruz. Simplemente son ignorantes.’ Y creo que también me he dicho a
mí mismo “Quizás simplemente son desobedientes, quizás simplemente están actuando
carnalmente.” Pero después, últimamente, he estado pensando en algo más y éste es el
mensaje que le quiero compartir esta mañana.
Últimamente, he estado pensando que si alguien no tiene deseos de dar testimonio en el
bautismo y si alguien no tiene comunión en la Mesa del Señor, quizás no es que sea un
cristiano débil… quizás es que no es cristiano en absoluto. Podrían pensar que lo son. Pero
no lo son. ¿Qué hay acerca de usted? ¿Es usted un cristiano? Usted dice “Bueno, soy
cristiano. Yo creo. Yo he tomado la decisión por Cristo.” Y créame, hay muchas personas
que apuntan al pasado para verificar el cristianismo o para verificar la salvación. Y la Biblia,
nunca apunta al pasado; la Biblia nunca habla de una decisión en el pasado. ¿Realmente
es usted cristiano? “Bueno,” usted dice, “yo vine a Jesús. Yo invité a Jesús a mi vida.” ¿Es
eso suficiente?
Permítame mostrarle algo. Todos sabemos que 1 Corintios capítulo 11 habla acerca de la
comunión. Ahora, permítame recordarle brevemente lo que dice. Primera de Corintios,
capítulo 11, en el versículo 27: “De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere
esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.”
Ahora, eso es bastante fuerte. Le voy a decir algo. ¿Sabe lo que es peor que nunca venir a
la Mesa del Señor? Venir a la Mesa del Señor cuando usted no merece estar ahí, eso es
peor. Porque hacer eso es comer y beber indignamente y ser culpado del cuerpo y la
sangre del Señor. Y entonces, el versículo 28 dice: “Por tanto, cada uno de vosotros
examínese a sí mismo y coma así del pan y beba de la copa. Porque el que come y bebe
indignamente, come y bebe juicio para sí.” Es muy serio venir a la Mesa del Señor. Es serio
el hecho de que un creyente venga a la Mesa del Señor mientras que está entreteniendo
el pecado en su vida. Es serio el hecho de que un cristiano venga a la Mesa del Señor
cuando no se arrepiente de todo y desea sobre cualquier otra cosa la justicia y la santidad
y se vuelve de cualquier pecado conocido. Es serio. Pero lo que es inclusive más serio es
venir a la Mesa del Señor y beber indignamente porque usted no es cristiano en absoluto.
Pablo llama a examinarnos en otro pasaje y quiero que observe esto. Está en el último
capítulo de 2 Corintios, capítulo 13, versículo 5. Y quiero que observe lo que dice. Segunda
de Corintios 13:5, sólo la primera oración: “Examinaos a vosotros mismos si estáis en la
fe.” Pruébelo. Eso lo que está diciendo, pruébense a sí mismos. ¿Usted le dice alguien que
usted es cristiano? Sí. ¿En qué se basa eso? ‘Bueno, hace tantos años atrás tomé una
decisión.’ Eso no significa nada. La Biblia nunca verifica la salvación de alguien en base al
pasado. Siempre es en base al presente. Y si usted no tiene la prueba evidente de la
salvación real en su vida ahora, hay una posibilidad muy real de que usted no sea cristiano
en absoluto, sin importar lo que sucedió en el pasado. Entonces, examínese a usted
mismo para ver si usted está en la fe. Pruébese a sí mismo.
Usted preguntará ‘John, ¿cómo hago eso? ¿Cómo sé si realmente soy cristiano? Yo creo.’
Quizás usted inclusive fue bautizado. ‘Yo voy a la iglesia. Yo creo que soy cristiano.’
Acompáñeme a Mateo capítulo 5 y descubrámoslo. Cuando Jesús llegó a la escena, los
judíos ya habían decidido en qué consistía el vivir de manera correcta. Ya habían diseñado
su propio código. Ya habían desarrollado su propio sistema. Y ellos habían establecido de
manera precisa lo que era ser santo; y todo era externo. Todo era justicia personal y
obras. Y Jesús vino y despedazó eso y dijo: ‘quiero darles un nuevo estándar para vivir.
Quiero darles un nuevo criterio mediante el cual evalúen si son redimidos o no. Quiero
decirle cómo un ciudadano del Reino realmente vive.’ ¿Quiere probarse a sí mismo? Aquí
está la prueba. Usted tome su vida y deje que el Espíritu de Dios la compare con los
hechos del sermón del monte y el resultado será una evaluación; y el resultado final será
si usted es cristiano o no. Y aquí está el estándar. Y la clave en todo esto es una palabra.
Ahora observe esto, es la palabra justicia. Ésa es la clave.
Jesús está diciendo en el sermón del monte que si usted es un hijo del Rey, si usted
realmente es convertido y usted realmente pertenece a Dios, si usted realmente ha sido
redimido, la característica de su vida será justicia. Y hay muchas personas que dicen ser
cristianas y usted observa esperando mucho tiempo para ver si hay algo de justicia en sus
vidas. Alguien me dijo la semana pasada, hay una señora en nuestra iglesia que dice que
es cristiana; y desde que ha sido cristiana, ella ha estado viviendo con un hombre que no
es su marido. Y Primera de Corintios 6 dice: “Los fornicarios no heredarán el Reino de los
cielos.” ¿Por qué? Porque ese es un estado constante de injusticia. Y la conversión se
caracteriza por la justicia.
Obsérvelo en el versículo 20; éste es el versículo clave del sermón entero. Capítulo 5,
versículo 20. Jesús dice: “Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de
los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los cielos.” Escuche, iban al templo
diariamente, pagaban sus diezmos, ayunaban, oraban, eran fanáticos religiosos, por así
decirlo. Y Él dice: ‘no me importa nada de eso a menos de que su justicia, este es el
requisito mínimo, exceda eso, no entrareis en Mi Reino.’ Como puede ver, la justicia es el
sin ecua non; la justicia es el meollo, la justicia es aquello que nos aparta como
convertidos; y la justicia es simplemente una palabra larga para vivir de manera correcta,
vivir bajo los estándares de Dios, vivir a la luz de la definición de Dios.
En 2 Timoteo 2:19 dice: “El Señor conoce a lo que son Suyos,” y ¿quiénes son? “Son
aquellos que invocan al nombre de Cristo y se apartan de iniquidad.” En Tito, capítulo 1,
en el versículo 16, él dice: “Algunos profesan conocer a Dios pero en sus obras lo niegan
porque son abominables y desobedientes.” En otras palabras, la profesión no significa
nada a menos de que haya obediencia ahí, a menos de que haya justicia, a menos de que
haya santidad, a menos de que haya un apartarse de la iniquidad. Dios tiene todo el
derecho de esperar eso. Y el otro día oí a una persona decir mientras que estaba
predicando “¿no es maravilloso que usted puede venir a Jesucristo y no tiene que cambiar
nada por fuera o por dentro?” Esa es una mentira que viene del infierno. Más vale que
haya una transformación.
En 2 Corintios 5:17 es resumido: “Si alguno está en Cristo nueva criatura es; las cosas
viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas.” Primera de Juan capítulo 1, versículo 9
dice que “los cristianos están constantemente confesando sus pecados.” Ser justo en un
sentido, justicia práctica, no significa que usted nunca peca. Significa que usted enfrenta
su pecado cuando lo hace, lo confiesa y se vuelve del pecado y se arrepiente del mismo y
lo menosprecia y lo odia. Usted no lo ama. Significa en el capítulo 2, Juan dice: “Si
realmente Me aman, van a guardar Mis mandamientos en esto sabemos que le
conocemos, cuando hacemos lo que Él nos manda.”
Además, en el capítulo 2 dice que un verdadero creyente será el que ama a su hermano; el
que odia, el que aborrece a su hermano está en tinieblas aun hora.” Además, Él dice: “Si
alguno al mal mundo, el amor del Padre no está en él.” Y Santiago lo dijo de este modo:
“¿No sabéis que la amistad con el mundo es enemistad contra Dios?, ¡oh almas adúlteras!
No pueden ser amigos del mundo y amigos de Dios.” Además, en el capítulo 3 Él dice que
el que es nacido de Dios no continúa cometiendo pecado, él no puede porque una nueva
simiente está en él; y él no puede continuar cometiendo pecado.
Ahora, ¿qué estoy diciendo? Yo estoy diciendo esto: Dios está diciendo que si usted es
realmente salvo, habrá justicia, habrá santidad, habrá un nuevo enfoque a la vida. Tendrá
pecados, sí, pero verá una frecuencia decreciente de pecado; y cuando el pecado
aparezca, usted lo va a menospreciar y lo va a odiar como Pablo lo odió en Romanos 7 y lo
va a confesar y va a volver del mismo y va arrepentir del mismo y va a tener hambre y va a
tener sed por aquello que es lo correcto y va a obedecer y va a amar a su hermano y va a
odiar el sistema maligno del mundo. Así es si usted es realmente salvo. Usted no puede
decir ‘Bueno, soy cristiano’ y puede continuar bailando un vals por el mismo camino
antiguo en el que ha estado. Pruébelo, dice que es cristiano, pruébelo.
Me imagino que ya no estoy contento con decir que si usted dice que es cristiano, usted
debe verlo; y si usted tomó una decisión en algún lugar, en alguna reunión o en alguna
conferencia o caminó por un pasillo y entró a algún cuarto y alguien lo hizo atravesar por
unos pasos en un pequeño libro, o lo que sea; lo que sea está bien. No creo que ni siquiera
ese sea el criterio bíblico de la salvación. El criterio bíblico de la salvación es en este
momento, cómo es su vida ahora. Y créanme amados, y digo esto con un dolor en mi
corazón, estoy seguro que hay muchas personas, y digo que hay muchas personas en
Grace Community Church que no son cristianas. No sabemos eso y quizás ellos ni siquiera
están dispuestos a enfrentarlo. Usted preguntará cuáles son los estándares.
Veamos Mateo capítulo 5 al 7, el Sermón de la Montaña. Ahora, quiero que vea el criterio.
Jesús se sienta y nos enseña los principios de vivir en Su Reino. Y aquí es donde comienza.
Versículo 3: “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los
cielos.” Y aquí se indica el griego enfático. Sólo de ellos, únicamente de ellos, de nadie más
mas que de ellos. En otras palabras, los únicos que entran al Reino son aquellos que están
quebrantados en su espíritu, aquellos que enfrentan su bancarrota espiritual, aquellos que
se ven a sí mismos como pecadores, aquellos que saben que por dentro no pueden traerle
nada a Dios. Están azotados por su pobreza en términos de su propio espíritu. No tienen
nada en qué depender. No tienen esperanza para sí mismos, pobres en espíritu.
Y el resultado es en el versículo 4: “Ellos lloran,” y de nuevo, enfáticamente, “Sólo ellos
serán consolados”. Las únicas personas que reciben salvación, dice Él, las únicas personas
que llegan a entrar a Su Reino son las personas que están quebrantadas por su pecado y
que lloran por su pecado. Y después, en el versículo 5, son personas que están aplastadas
y llevadas a ser mansas, sólo ellas heredan la tierra, sólo ellas son los ciudadanos del
Reino. Y a lo que lleva todo esto, cuando usted está quebrantado en Espíritu, está llorando
y está aplastado para ser manso, en el versículo 6, usted tendrá hambre y sed de justicia; y
sólo ellos serán llenados.
Escuche, si usted no vino a Jesucristo quebrantado por su pecado, si usted no vino a
Jesucristo literalmente despedazado hasta las profundidades mismas de su ser por su
pecaminosidad, si usted no ha llorado por su pecaminosidad, si usted no tiene hambre y
sed de justicia más que cualquier otra cosa, hay una muy buena probabilidad de que usted
ni siquiera sea cristiano. Ése es el criterio que da nuestro Señor. En primer lugar dice,
habrá una entrada apropiada al Reino. Ahí es donde comienza el Sermón del Monte. Un
ciudadano del Reino puede ser determinado por su propia abnegación, el menospreciarse
a sí mismo, su propio sentido de bancarrota; y de saber que no posee nada más que su
pecado.
Hay muchas personas que vienen a Jesucristo porque creen que a Él le gustaría tener lo
que ellos tienen. Podemos enfrentar eso también. Decimos: “¿No sería maravilloso si tal o
cual persona famosa se volviera cristiano porque hombre, el Señor podría…?” Él no
necesita eso. ¿Qué lo hace a usted pensar eso? ¿Usted piensa que Él necesita de su
habilidad además de Su poder? ¡No señor! Si usted no vino a Jesús en Sus términos,
entonces usted no viene en absoluto. Y Sus términos son quebrantamiento, llorar,
mansedumbre y tener hambre y sed de justicia. ¿Y quiénes son estos ciudadanos del
cielo? Versículo 7. Son los misericordiosos, son los puros de corazón, son los pacificadores,
son los que son perseguidos, son los que son menospreciados.
¿Y quiere saber una cosa?, si usted viene a Jesucristo quebrantado, contrito, llorando y
teniendo hambre y sed de justicia - y por cierto esa es la única manera en la que usted
puede venir - no creo que nadie sea un cristiano si no se arrepiente de su pecado. Usted
pudo haber tomado una decisión años atrás. Esa no fue su salvación sino involucró esto. Y
años más tarde quizás usted regresó al Señor quebrantado por su pecado, ése es el
momento en el que se volvió real, ese es en el momento en el que usted entró al Reino. Y
usted va a vivir de esa manera el resto de su vida, amando la justicia y odiando el pecado.
Una de las características de un cristiano es que cuando peca, menosprecia eso. Lo odia,
no es lo que quiere. Es el pecado en él, es el pecado en él que hace eso y usted lo odia. Y
cuando usted viene en esos términos, el Señor será misericordioso y lo hará puro de
corazón y un pacificador. Y usted trata de vivir así en el mundo; y ellos nunca podrán
soportarlo a usted.
Y entonces, ¿qué sucede? Versículo 10, usted es perseguido; versículo 11, es calumniado.
Usted enfrenta todo tipo de cosas en contra de usted. Usted es menospreciado, se va a
decir todo tipo de cosas de usted de manera falsa. Pero eso está bien. Esté contento. ¿Por
qué? Porque usted es un ciudadano del Reino. Ahora, lo primero que quiero que vea
entonces es que si usted realmente es cristiano, usted viene en esos términos, llorando
por el pecado. Ahora, lo segundo acerca de esto, examínese a usted mismo. Si usted no es
cristiano, no sólo la entrada al Reino va hacer en esta condición, sino que su testimonio
también será diferente. Y ahí es donde entra en el versículo 13. “Vosotros sois la sal de la
tierra.” Y después, en el versículo 14, “Vosotros sois la luz del mundo.”
Ahora escuche lo que voy a decir, si usted es realmente cristiano, su testimonio va a ser
claramente distinguible del resto del mundo. Eso es lo que está diciendo. Como puede ver,
el mundo es como carne que está en estado de putrefacción, está pudriéndose. Y usted
sabe que la sal es un preservante y estamos aquí en el mundo para preservar la
decadencia y la destrucción del mundo. Esa es la razón por la que la Tribulación es tan
horrible, cuando la Iglesia ya no está y la sal es quitada. Y estamos aquí para preservar
esto y somos distinguidos del mundo. Somos una agencia preservadora en medio de una
civilización decadente y que está en estado de putrefacción. Y debemos ser una luz que
está colocada en un monte y debemos ser sal que tiene sabor. En otras palabras, Él está
diciendo no sólo si tú eres cristiano vienes por el camino correcto, sino que vas a tener
testimonio que es identificable de manera clara del resto del mundo.
¿Qué hay acerca de su testimonio? ¿Es muy evidente a todo el mundo alrededor suyo que
usted es diferente o hace lo que todo el resto del mundo hace? ¿Está en el flujo de la vida
con el resto de la gente? Cuando usted se volvió cristiano, ¿cambió las cosas en su vida? Si
no fue así, entonces no pasó nada. No pasó. Nuestro Señor va más allá. Él dice otra cosa
que caracterizará a alguien como Su hijo del Reino y es la obediencia. Versículo 17: “No
penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino
para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota
ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera
que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres,
muy pequeño será llamado en el Reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los
enseñe, éste será llamado grande en el Reino de los cielos.” Y luego continúa diciendo que
su justicia más vale que exceda la de los escribas y los fariseos.
El punto es este: Si usted verdaderamente es salvo, será obediente. Será obediente. Habrá
actos de obediencia. La ley de Dios será algo que usted anhela. De nuevo, Romanos 7,
Pablo anhelaba hacer la ley de Dios, él tenía hambre de la ley de Dios, él se deleitaba en la
ley de Dios, él amaba la ley de Dios aunque el pecado siempre estaba jalándolo a él.
Entonces, examínese a usted mismo. ¿Realmente es salvo? ¿Entró llorando por su
pecado? ¿Entró quebrantado por su corazón maligno? Examínese a usted mismo. De
manera evidente, ¿se puede identificar como diferente del resto del mundo? Examínese a
usted mismo. ¿Está obedeciendo a Dios? ¿Es el gran anhelo de su corazón a hacer Su
voluntad?
Y Él avanzó un poco más, si usted realmente se ha convertido, va a pensar de manera
diferente. Eso es correcto. Él habla acerca de pensar correctamente a partir del versículo
21 en adelante. Usted ve a los judíos hacer lo de afuera, ellos simplemente no podían
hacer lo de adentro. Y entonces, el Señor les dice “Han oído que no deben matar y el que
mata estará en peligro de juicio.” Pero Él dice, quiero llevarlos un paso más hacia adelante
y llevarlo adentro y decir que ni siquiera deben tener malos pensamientos en su corazón
en contra de alguien.
En otras palabras, un hijo de Mi Reino no es alguien que no asesina. Es alguien que por
dentro en su corazón no desea lastimar a nadie y Él empuja todo hacia adentro. Si usted
realmente es un hijo del Reino realmente tendrá un corazón diferente. Ezequiel 36, el
Señor dice cuando son redimidos, Él quita el corazón de piedra, el corazón de obstinación
y coloca un corazón de carne, un nuevo corazón. Y además, Él dice en el versículo 27:
“Ustedes oyeron que no deben cometer adulterio. Pero permítame llevarlo hacia dentro,
ni siquiera quieren desear hacerlo. No deben ver alguien de ese modo, no deben pensar
en ese pensamiento.”
En otras palabras, un ciudadano del Reino es diferente. Y cuando alguien dice ‘Bueno, yo
soy cristiano, simplemente tengo problemas en esa área,’ y ellos continúan siendo
adúlteros, o continúan siendo fornicarios o continúan siendo un homosexual o continúan
en algún tipo de cosas así, siempre voy a 1 Corintios 6 y digo ese tipo de personas no
heredarán el Reino de los cielos. Usted no vino a Cristo en Sus términos. Vino en los suyos
y eso no es suficiente hasta que esté quebrantado y despedazado por esas cosas, hasta
que usted llore y entre arrastrándose a Su Reino llorando por justicia, usted nunca
conocerá lo que es la verdadera redención.
Además de pensar de manera correcta, Él dice, si realmente eres un hijo del Reino vas a
tener las palabras correctas; no sólo pensar de manera correcta, sino hablar de manera
correcta. Y en el versículo 33, Él habla de eso. Él procede a hablar del perjurio y acerca de
jurar y acerca de su comunicación debe ser sí, sí y no, no. En otras palabras, va a salir lo
correcto porque de la abundancia del corazón habla la boca. Y entonces, nuestro Señor
está diciendo ‘si tu vida está establecida, está dirigida a tener hambre y sed de justicia,
resultará en obediencia’. Y la obediencia significa que usted tiene que pensar de manera
correcta y cuando usted abre la boca, las palabras correctas van a salir. Y cuando usted
actúa, versículo 38, van a seguir las obras correctas. Eso va a ser el resultado. Usted no se
va a vengar, sino que más bien va a ser amable y si alguien le pide uno, le dará dos. En el
versículo 43, usted amará a su prójimo. Y después, más adelante, inclusive va a amar a su
enemigo. Inclusive va a amar a los publicanos. De hecho, en el versículo 38, él dice ésta es
la idea entera. Sea como Dios, Él ama a Sus enemigos.
¿Ve el punto? Pruébese a usted mismo. No me diga que usted es cristiano porque hace
cinco años atrás usted caminó por un pasillo. No me diga que es cristiano porque una vez
firmó una tarjeta. No trate de decirle a Dios que es cristiano porque pasó al frente en una
reunión, porque entró al cuarto de oración, porque habló con un consejero y no se diga a
usted mismo que es cristiano porque algún consejero le dijo que era cristiano porque él
tampoco sabía. Lo peor que usted le puede decir alguien es hablarles de Cristo y cuando
han hecho una oración y han invitado verbalmente a Cristo a su vida, sentarse ahí y
asegurarles que realmente son salvos, porque usted no tiene idea si lo son. Esa es la obra
del Espíritu Santo. Él es el que concede certeza. Y Él la concede por el testimonio interno,
Romanos 8, y por la muestra externa de obras que lo prueba porque la fe sin obras está
muerta.
¿Y sabe una cosa?, uno de los legados que hemos recibido del tipo de evangelismo que se
ha llevado a cabo en nuestro país es que creemos que la salvación está ligada a una
decisión. Pero la certeza de la salvación no tiene nada que ver con la decisión en el
pasado. Tiene que ver con lo que está pasando en el presente, en la actualidad. Jesús lo
expresó de esa manera en Juan 8: “Si continúan en Mi Palabra, entonces serán Mis
discípulos verdaderos.” Siempre hay continuación, siempre es tiempo presente. Entonces,
nuestro Señor dice, ‘si realmente eres un hijo de Dios, vas a entrar por el camino correcto,
llorando por tu pecado; y tu vida es totalmente diferente, distinguible de la del mundo. Y
eres caracterizado por la obediencia, por pensar de manera correcta, por hablar de
manera correcta, por hacer lo correcto.’
Y Él avanza. Motivos correctos, el tipo correcto de expresión religiosa. El tipo correcto de
adoración, lo podríamos llamar. Cuando usted adora a Dios, en el capítulo 6, es real; no es
como los farsantes que suenan una trompeta y vienen y oran para hacer un desfile. Él
habla de los hipócritas cuya religión es falsa. La de ustedes es real y cuando ustedes oran,
oran lo correcto. Ustedes oran ‘Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea Tu
Nombre.’ Él está diciendo si algo realmente ha cambiado en tu vida, tú religión no es falsa,
es real. Sus oraciones no son como las de los farsantes, son oraciones reales. Y su ayuno
no es como el ayuno del despliegue público. Es el ayuno del clóset acerca del cual nadie
sabe.
Entonces, Él dice ustedes obedecen, ustedes van a pensar de manera correcta, van a tener
las palabras correctas, actos correctos, adoración correcta, y relaciones correctas también.
Usted no va a amar el dinero, versículo 19 del capítulo 6. Y simplemente lo estoy llevando
a lo largo del texto entero. Él dice: ‘No se van a hacer para ustedes tesoros en la tierra. No
van a atorarse en servir al dinero, porque usted no puede servir al Dios y al dinero.’ No
diga usted que es un siervo de Dios cuando su vida entera está amarrada, estado enfocada
en obtener dinero. Ambos, esas dos metas son incompatibles. Usted está tratando de ser
un amigo del mundo y un amigo de Dios y usted no puede. Si usted es un amigo del
mundo, usted es enemigo de Dios. Si usted ama al mundo, el amor del Padre no está en
usted. Él está diciendo: ‘Los ciudadanos de Mi Reino tienen una relación correcta con el
dinero’.
Después, desde el versículo 25 al 34, Él dice, en el capítulo 6, que ellos tienen una relación
correcta con las cosas materiales. Ellos no siempre están preocupados por lo que van a
vestir y por lo que van a comer o por donde van a dormir porque ellos saben que Dios se
va a encargar de eso. Dios se encarga de todo eso. Versículo 31: “¿Por qué van a estar
afanados diciendo ‘qué comeremos o qué beberemos o qué vestiremos? Eso es lo que los
paganos y los gentiles buscan. Si eres un hijo de Mi Reino, tú sabes que Dios el Padre se
encarga de eso.” Y entonces, tienes una relación correcta con el dinero y las cosas
materiales e inclusive tendrá una relación correcta con la gente, dice el capítulo 7. No va a
estar por todos lados juzgando a las personas de manera equivocada. No va a estar por
todos lados tratando de hacerse el piadoso cuando tiene problemas en su propia vida.
Entonces, como usted puede ver, el Señor realmente está estableciendo algunas cosas
elementales, ¿no es cierto?
Él está diciendo ¿quieres saber si realmente eres cristiano? ¿Cómo viniste a Cristo?
¿Viniste simplemente diciendo: “oye Jesús, si me puedes dar una vida feliz, la voy a
aceptar.” ¿Le gustaría tener una vida feliz? ¿Le gustaría tener una vida abundante? ‘Tengo
un plan maravilloso para tu vida.’ ¿Quiere saber una cosa? Dios tiene un plan terrible,
horrendo, para su vida fuera de Cristo y usted sólo viene a Él en Sus términos, no en los
suyos. Entonces, usted viene quebrantado, contrito, despedazado por su pecaminosidad y
Él lo cambia a usted de inmediato y le da un nuevo corazón y usted es diferente. Usted se
convierte en la sal y en la luz y está en un monte y el mundo lo puede ver. Y entonces,
realmente se puede distinguir si usted es cristiano. Y su vida se caracteriza por un hambre
de justicia, lo cual significa que usted va a querer obedecer más que cualquier otra cosa. Y
eso va resultar en pensar de manera correcta y hablar de manera correcta y actuar de
manera correcta y tener un tipo de adoración correcta y un tipo de relaciones correctas.
¿Y sabe una cosa?, inmediatamente alguien va a decir: “Bueno, ¿quién puede llegar a vivir
así?” Muy bien. Me da un gusto que usted llegó a ese punto. Porque no puede. ¿Quiere
saber una cosa? Todo eso es imposible.
Se lo puedo ilustrar al ver Mateo 19. Mateo 19, versículo 23, Jesús le acabó de hablar al
joven rico, le dijo que vendiera todo lo que tenía, se lo diera a los pobres y luego fuera y lo
siguiera. Y el rico amó a su dinero más de lo que amó a Jesús y entonces tomó su dinero y
se fue. Ahora, observe lo que dice Jesús: “De cierto os digo, que difícilmente entrará un
rico en el Reino de los cielos. Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo
de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.” Escuche esta afirmación. Ahora,
permítame hacerle una pregunta, ¿puede un camello entrar al ojo de una aguja? Usted
dirá ‘bueno, no entiendes, esa es la puerta de la aguja.’ No, esa no es la puerta de la aguja.
Eso es exactamente lo que significa. Es más fácil que un camello entre por el ojo de una
aguja que un hombre rico se salve.
Usted dirá que eso es imposible. Eso es exactamente lo que el Señor quería que usted
concluyera. Versículo 25: “Sus discípulos, oyendo esto, se asombraron en gran manera,
diciendo: ¿Quién, pues, podrá ser salvo?” Si Él hubiera estado hablando de una puerta de
la aguja, ellos no habrían estado sorprendidos. Y entonces ellos dijeron ¿quién entonces
puede ser salvo? Ellos sabían que Él estaba diciendo que un hombre rico no puede ser
salvo. Eso es lo que Él estaba diciendo. “Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto
es imposible; mas para Dios todo es posible.”
¿Qué estaba diciendo? Simplemente esto. El estándar es imposible. Nadie, en ningún
momento, jamás puede ser salvo, pero con Dios es posible. ¿Ve usted lo que Él está
tratando de decir? No tenemos los recursos con nosotros mismos. No podemos hacerlo. Y
esa es la razón por la que usted tiene que estar listo para quitarse de todo el equipaje que
trae y arrojarse en la misericordia de Dios y el hombre rico no estaba dispuesto a hacerlo.
Él estaba dispuesto a subirse al vagón religioso cargando su equipaje del materialismo y él
no se podía subir con eso. Es como tratar de entrar por el ojo de una aguja con un
camello. ¡Imposible! Ése es el punto. La única manera en la que alguien puede llegar al
Reino es cuando se da cuenta de que no puede y se despoja de todo hasta quedar
desnudo y regresa a Mateo 5:3 ‘quebrantado en espíritu y llorando y teniendo hambre y
sed de justicia’ lo cual es absolutamente imposible que él llegue a alcanzar.
Usted dirá ‘pero la mayoría de las personas no quieren cumplir con esas condiciones’.
Tiene razón. La mayoría de las personas quieren irse al cielo a su manera. Y quieren irse
con todas sus cosas. Son como un hombre que se fue de viaje con cuatro valijas. Aquí está
la mundanalidad, el pecado, Satanás y sí mismos. Y se van a meter. Y están diciendo
“Jesús, quiero la felicidad que me vas a dar. Quiero escapar del infierno. Aquí vengo.” Hay
un camino por cierto para ello, regrese a Mateo 7:13 y permítame mostrárselo. Mateo
7:13.
Como puede ver, los discípulos en ese momento, junto con la multitud, están
probablemente diciéndose a sí mismos “Hombre, con ese tipo de estándares, ¿quién llega
a entrar?, ¿quién se salva?, ¿quién califica?” Escuche esto: “Entrad por la puerta estrecha;
porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son
los que entran por ella;” ¿por qué? Usted puede entrar por ahí con todo su equipaje. Es
una puerta ancha. Es una puerta espaciosa, es enorme. Usted simplemente se mete con
toda la basura que quiere ahí. Todas sus obras y justicia personal y la manera de pensar ‘lo
voy hacer a mi manera y quiero a Jesús, pero también quiero a las otras cosas’.
Es como el hombre que estaba diciendo que era un cantante en Las Vegas. Y después, se
salvó y continuó siendo un cantante en Las Vegas. Eso me parece que es tratar de entrar
por la puerta estrecha con un montón de basura. ¿Sabe una cosa?, la puerta estrecha y la
puerta amplia son diferentes en ese sentido. Versículo 14: “Estrecha es la puerta y
angosto el camino que lleva a la vida y pocos son los que la hayan.” Escuche, es un camino
difícil. Y la palabra literalmente significa un camino comprimido. Usted no puede entrar
con toda esa basura por ese camino. En primer lugar, usted no puede entrar por la puerta
estrecha. ¿Alguna vez ha tratado de entrar por una puerta giratoria con cuatro maletas?
No puede. No puede. No puede entrar por ese camino. Tiene que dejar toda la basura,
tiene que entrar totalmente desnudo y despojado.
Ahora, quiero que observe algo. El camino ancho es el que lleva a la destrucción, no es el
camino al infierno, no. Escuche, esa no es la gente que está amontonándose en el camino
al infierno. Este es el camino al cielo, nada más que es el camino equivocado. Ellos creen
que van al cielo. Ellos están metiéndose todos por el camino de Jesús. Este es el camino
ancho. Usted no tiene que dejar nada, no tiene de que vivir de ninguna manera diferente,
usted no tiene que pensar de manera diferente, usted no tiene que hacer nada. Lo único
que tiene que hacer es decir tomé una decisión. O fui bautizado, caminé por un pasillo,
pasé adelante, llené una tarjeta cuando era niño. Mi mamá me ayudó. Y usted
simplemente puede entrar con toda su basura y apilarse ahí. Nada más que es un camino
ancho que lleva a la destrucción.
Y la parte triste es que muchos están ahí, muchos. Y estrecha es la puerta y la única
manera en la que usted puede entrar por ahí es dejar su pecado, a Satanás, a usted mismo
y al mundo. Y difícil o comprimido es el camino que lleva a la vida y pocos son los que lo
hallan.
Escuche, en Grace Community Church hay de esos pocos, pero también hay de esos
muchos que están en el camino equivocado. Usted está en ese camino y tiene toda su
mundanalidad, toda su justicia personal pensando que usted es muy bueno por sí mismo.
Y el resto de la basura. Y usted nunca ha cortado la cuerda con el mundo, nunca ha
cortado la cuerda con su estilo de digna vida maligno, nunca ha cambiado su propia
justicia personal para acercarse a Dios. Usted cree que son buenas obras y cree que va a
llegar. Y le voy a decir que está en el camino ancho y usted va a terminar un día en la
puerta misma del cielo, como dice Juan Bunyan, y va a descubrir que hay una entrada al
infierno desde los portales del cielo. ¿Y quiere saber una cosa? Mucha gente va por ese
camino porque es fácil y hay muchas personas que están vendiendo boletos para ese
camino. ¿Sabía eso?
De hecho, habla de ellos en la siguiente sección. “Guardaos de los falsos profetas,”
versículo 15. ¿Qué están haciendo? Ellos están tratando de mantenerlo por el camino
ancho. Están tratando de mantenerlo en el camino fácil. No tiene que cambiar nada.
Simplemente súbete y recibe a Jesús, ¿se da cuenta? ¿Pero sabe qué va a pasar cuando
usted llega al final de su camino? Nos lo dice el versículo 21. “No todo el que me dice:
Señor, Señor, entrará en el Reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de Mi Padre
que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en
Tu Nombre, y en Tu Nombre echamos fuera demonios, y en Tu Nombre hicimos muchos
milagros?” ¿No puede ver que esta es la multitud entera en el camino, en el camino
espacioso? Ve la palabra “muchos” en el versículo 13. Muchos están en ese camino. Y
después, en el versículo 22, cuando finalmente llegan le dicen ‘Señor, Señor ¿no hemos
hecho todas estas cosas?
Somos el grupo de la Iglesia por ahí, Señor. Estábamos involucrados en el ministerio de
liberación. Estábamos predicando. Hicimos obras maravillosas. “Y entonces les declararé:
Nunca os conocí; apartaos de Mí, hacedores de maldad.” Van a decir ‘Señor, Señor’. Como
puede ver, va a haber mucha gente que no va a saber que está en el camino equivocado
sino hasta el final. Y creo que esa es la razón por la que le estoy diciendo lo que le estoy
diciendo. No puede hacer esto. Digo, no se adormezca. Pocos son los que la hallan porque
pocos están dispuestos a entrar en los términos de Dios, ¿se da cuenta? Y después, Él da
una ilustración para cerrar.
Ahora, si quiere saber cómo esto funciona, Él dice, permítame contarles una historia
acerca de un hombre sabio, versículo 24, quien construyó su casa sobre la roca.
“Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no
cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que Me oye estas palabras y
no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y
descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella
casa; y cayó, y fue grande su ruina.” Este es un hombre que vino en los términos de Dios y
él estaba en la roca y edificó su casa la roca y permaneció.
Escuche, este hombre construyó una casa igual de hermosa. ¡Hombre!, su religión se ve
tan bien. Lados hermosos, grandes ventanas, grandes paredes, el techo es maravilloso,
una casa religiosa fabulosa. “Oh, hemos profetizado y echado fuera demonios. Señor, mira
lo que hemos hecho.” Lo único que nunca entró en los términos de Dios y por eso el
cimiento era arena; y cuando descendió la lluvia y vinieron los vientos y golpearon contra
esa casa, cayó y grande fue su ruina. ¿Ve lo que está diciendo? ¡Qué desastre es llegar al
momento del juicio y despertar de manera terrible ante la realidad de que lo único que le
espera a usted es el infierno porque usted nunca vino en los términos de Dios! Y entonces,
les repito, amados, examínense a ustedes mismos si están en la fe; pruébense a ustedes
mismos. Éstas son las condiciones de Dios.
Inclinemos nuestras cabezas. Recuerdo las palabras de Isaac Watts: “Cuán inútil es la
naturaleza culpable, inconsciente de su carga. El corazón no cambiado nunca puede llegar
a la felicidad y a Dios. La voluntad perversa, las pasiones cegadas en un camino desviado,
la razón pervertida nunca puede encontrar el camino seguro estrecho. Sólo puede un
poder divino someter la voluntad obstinada. Esto es Tuyo, Salvador Todopoderoso, Tuyo,
el formar un corazón nuevo. ¡Oh, cambia estos corazones miserables nuestros y dales vida
divina!; entonces, nuestras pasiones y nuestras capacidades, Señor Todopoderoso, serán
tuyas.”
Padre, te pedimos que nos cambies. Para cualquiera que está con nosotros en esta
mañana, que tiene una salvación que es inválida, que sean sacudidos de esa confianza.
Sacude esa certeza. Llévalos al lugar de la penitencia, que puedan venir en Tus términos,
diciéndole adiós a sí mismos y al pecado y a Satanás y al mundo, para que abracen Tu
santidad sin la cual ningún hombre te verá. Entonces, Padre, despídenos con Tu gracia y
misericordia. Gracias por nuestro tiempo de adoración el día de hoy. Esperamos con gusto
el volver a compartir este tiempo en esta noche en el gozo del testimonio de aquellos a
quienes se les ha dado un nuevo corazón. Oramos en el nombre de Cristo. Y todos dijeron
‘Amén ‘.
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Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe, 2ª


Parte
Escritura: Escrituras Seleccionadas
Código: 1378
John MacArthur
Como les mencioné esta mañana, vamos a tomar un pequeño descanso en nuestro
estudio de las bienaventuranzas porque el Señor realmente ha colocado en mi corazón el
compartir con usted a partir del libro de Hebreos un mensaje especial. Entonces, si me
acompaña al libro de Hebreos, vamos a estudiarlo juntos.
Ahora, como usted sabe, hace unas semanas atrás hablé del tema ‘examinaos a vosotros
mismos si estáis en la fe’. Fue en un domingo por la mañana. previo a nuestro tiempo de
comunión y estaba muy preocupado porque había muchas personas aquí en Grace
Community Church que venían y escuchaban y quizás inclusive creyeron, pero nunca
habían entregado sus vidas a Cristo. Y se habrían quedado cortos en el día del juicio. Y
continuamente enfrento ese temor.
Sé que en la Iglesia hay trigo y cizaña. Sé que siempre estarán los falsos entre los
verdaderos. Es tan fácil en una iglesia del tamaño de la nuestra, con muchos miles de
personas, esconderse y nunca realmente ser confrontado con la realidad de si usted ha
entregado su vida a Cristo no. Y usted puede simplemente vivir desaparecido con el resto
de la gente; y mi corazón está muy preocupado por la realidad de que alguno de ustedes,
personas muy preciadas, por quienes Cristo murió, han estado viniendo y han estado
viniendo y han estado oyendo los mensajes y quizás inclusive creyendo que es verdad,
pero realmente nunca han venido Jesucristo. Por alguna u otra razón se está resistiendo.
Una dama me llamó por teléfono y expresó eso. Ella dijo ‘yo vengo pero no estoy soy
cristiana, pero estoy interesada’. Y si oí eso de esa dama y he recibido cartas acerca de eso
y un hombre me dijo ‘vengo, no creo lo que usted dice, pero me gusta el modo en que lo
dice’. Y si eso es verdad, si es verdad con personas que hablan conmigo probablemente
inclusive haya otros que se sientan de esa manera y escuchan y por uno u otro motivo,
nunca hacen un compromiso con Cristo. En cierto modo sólo permanecen pasivos,
neutrales. En cierta manera, están ahí escuchando. Y quizás usted ha estado viniendo
conforme hemos estado estudiando el Evangelio de Mateo, usted comprende que Jesús
ha establecido los estándares para estar en Su Reino.
Y para el día de hoy, usted ya sabe que Él dice “para estar en Mi Reino, usted debe ser
pobre en Espíritu, debe llorar por su pecado y ser manso. Y debe tener hambre y sed de
justicia y ser misericordioso y puro de corazón y ser un pacificador.” Y probablemente, ha
oído que cuando usted cumple con esos requisitos y busca a Dios en Cristo y es redimido,
usted se vuelve un poseedor del Reino. Se vuelve un destinatario de las bendiciones de
toda la bondad de Dios. Se vuelve un hijo de Dios en el sentido más puro. Pero aunque
usted conoce los requisitos y también inclusive conoce las consecuencias y las bendiciones
de esto, quizás todavía no se ha entregado a Jesucristo. Y me atrevo a decir que esto es
verdad por todos lados y por todo el mundo. Hay personas que saben, pero nunca hacen
el compromiso. Nunca dan el paso. Por uno u otro motivo su momento no ha llegado.
Simplemente lo hacen un lado y lo hacen a un lado y lo hacen a un lado.
Vaya conmigo por un minuto antes de que examinemos al libro de Hebreos a Juan
capítulo 12. Y quiero que vea lo peligroso que es este retraso. En Juan capítulo 12, en el
versículo 32 nuestro Señor dijo: “Y Yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a Mí
mismo. Y decía esto dando a entender de qué muerte iba a morir. Le respondió la gente:
Nosotros hemos oído de la ley, que el Cristo permanece para siempre. ¿Cómo, pues, dices
Tú que es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado? ¿Quién es este Hijo del
Hombre?” En otras palabras, hemos oído que el Mesías va a venir. ¿De qué estás hablando
que Él va a ser crucificado? ¿Quién es este Hijo del Hombre? “Entonces Jesús les dijo: Aún
por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os
sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va. Entre tanto
que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz. Estas cosas habló Jesús, y se
fue y se ocultó de ellos.”
¡Qué ilustración! Él dice: “Mas vale que crean mientras que pueden creer.” Y después,
para ilustrar eso Él fue y se escondió donde nunca podían hallarlo para que pudieran
comprender lo que significaba no tenerlo cerca de ellos. Y en el versículo 37 dice: “Pero a
pesar de que había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en Él; para que se
cumpliese la palabra del profeta Isaías, que dijo: Señor, ¿quién ha creído a nuestro
anuncio? ¿Y a quién se ha revelado el brazo del Señor? Por esto no podían creer, porque
también dijo Isaías: Cegó los ojos de ellos y endureció su corazón; Para que no vean con
los ojos y entiendan con el corazón, y se conviertan, y Yo los sane.”
Ahora observe, Jesús dice: “Más vale que crean cuando pueden creer. Más vale que
entren a la luz cuando la luz está disponible porque vendrá el tiempo cuando no esté
disponible.” Y después, lo ilustró con la profecía de Isaías que se cumplió. Ellos no creían,
por lo tanto, no podían creer. Y Dios cerró el día de la gracia. Eso es lo que Isaías está
diciendo. Esta fue, por cierto, la última apelación de Jesús. Una última invitación en el
Evangelio de Juan. El día de gracia estaba acabándose y en el siguiente capítulo Él se reúne
con Sus discípulos el día antes de Su juicio y en última, Su muerte. Esta es Su última
invitación. Él dice: “No voy a estar aquí por mucho tiempo. Más vale que actúen mientras
que pueden actuar, antes de que sean confirmados en la soberanía de Dios en su
incredulidad.”
En Juan, capítulo 8, y aquí Él dice lo mismo por lo menos en tres veces. En el versículo 12:
“Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en
tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” Ésa es la primera invitación. Él está diciendo “si
me siguen, pueden caminar en la luz.” Pero después, Él dice en el versículo 21: “Otra vez
les dijo Jesús: Yo me voy, y me buscaréis, pero en vuestro pecado moriréis; a donde Yo
voy, vosotros no podéis venir.”
Esta es la segunda invitación realmente porque es una advertencia, que si no aceptan la
luz, mientras que la luz está disponible, vendrá un día cuando la luz no estará disponible. Y
después, en el versículo 24 repite la advertencia por tercera vez: “Por eso os dije que
moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que Yo soy, en vuestros pecados
moriréis.” Como puede ver, Jesús siempre estaba extendiendo Su amor; pero siempre
diciéndoles que había un límite.
Regrese al capítulo 7, versículo 33: “Entonces Jesús dijo: Todavía un poco de tiempo estaré
con vosotros, e iré al que me envió. Me buscaréis, y no me hallaréis; y a donde yo estaré,
vosotros no podréis venir.” Ésa es la misma idea. ¿Sabe una cosa?, antes de que Dios
enviara el Diluvio en Génesis capítulo 6, en el versículo 3, Dios dijo: “Mi Espíritu no
siempre contenderá con el hombre.” En otras palabras, en llega un momento en el que a
Dios se le acaba la paciencia. Y después, vino el Diluvio y el mundo entero fue destruido.
En Isaías, capítulo 63, lo encontramos ilustrado en los versículos 7 al 10. El profeta Isaías
dice: “De las misericordias de Jehová haré memoria, de las alabanzas de Jehová, conforme
a todo lo que Jehová nos ha dado, y de la grandeza de sus beneficios hacia la casa de
Israel, que les ha hecho según sus misericordias, y según la multitud de sus piedades.”
¡Qué versículo! Habla de la misericordia y la alabanza y la bondad y la clemencia de Dios.
“Porque dijo: Ciertamente Mi pueblo son, hijos que no mienten; y fue su Salvador.”
¡Qué retrato de Dios! Él fue tan amoroso, Él fue tan misericordioso. Él fue tan amable. Él
fue tan lleno de gracia. Él fue su Salvador. Y versículo 9: “En toda angustia de ellos Él fue
angustiado, y el ángel de su faz los salvó; en Su amor y en Su clemencia los redimió, y los
trajo, y los levantó todos los días de la antigüedad.” ¡Oh, qué retrato! ¡Qué Salvador tan
amoroso! Pero el versículo 10 viene como un shock, como un relámpago que sale de lo
azul para despedazar la paz de la escena. “Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar Su
santo espíritu; por lo cual se les volvió enemigo, y Él mismo peleó contra ellos.” ¿Puede
usted creer en ese tipo de cambio en la sección de tres versículos? Dios es paciente, Dios
es amable, Dios es bueno, Dios es un Dios de gracia, Dios es misericordioso, Dios no quiere
que ninguno perezca, pero la misericordia de Dios tiene límites. Más vale que venga a la
luz mientras que la luz está disponible. Ése es el mensaje.
Ahora, el libro de Hebreos nos da un retrato vívido de esta maravillosa verdad, esta
invitación de advertencia maravillosa de Dios. Y quiero que vea Hebreos y vamos a ver lo
que tiene que decir. Ahora, el libro de Hebreos básicamente es escrito a cristianos,
cristianos judíos. Esa es la razón por la que su título es Hebreos. Eran creyentes judíos
pero, escuche esto, intercalado a lo largo del libro de Hebreos, el cual es escrito a
cristianos judíos, hay advertencias, advertencias. Advertencias para confrontar a esas
personas que conocen el Evangelio intelectualmente, que entienden el llamado de
salvación pero nunca hacen el compromiso. Muy bien. Entonces, conforme el escritor
desarrolla el libro escribiéndole a los creyentes de vez en cuando, se detiene y él dice
“ahora yo sé que en esta congregación algunos conocen que la Verdad pero nunca han
hecho el compromiso. Y de esta manera, están estas advertencias.
En el caso de los lectores de esta carta a los Hebreos, ellos eran judíos. Ellos estaban
intelectualmente convencidos de que el Evangelio era verdad. Ellos estaban
intelectualmente convencidos de que Jesús era el Mesías. Pero ellos no comprometían su
vida con Él. No tomaban ese acto simple de fe semejante a la de un niño y se arrojaban en
Su gracia y misericordia. No venían a Cristo. Tenían miedo de ser aislados de su
comunidad. Tenían miedo de ser rechazados por sus familias. El precio a pagar era
demasiado alto y entonces ellos estaban ahí en la reja temiendo ser perseguidos o
aislados o rechazados y que tuvieran que dejar a un lado, rendir su estilo de vida actual.
Ahora, usted quizás encaja ahí en algún lugar. Usted conoce la Verdad. Usted sabe que
Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Usted conoce el Evangelio y cree que es verdad,
pero usted se resiste a hacer el compromiso personal con Cristo porque teme ser aislado
por su familia, teme ser rechazado por sus amigos o las personas con las que está o con las
que usted trabaja. O usted tiene miedo de que quizás sea perseguido y el precio a pagar
sea muy alto. O quizás simplemente usted no quiere rendir su pecaminosidad actual y
entonces, usted se queda ahí sabiendo que es verdad pero nunca hace el compromiso.
Bueno, si ese es el caso, entonces Hebreos le habla a usted directamente.
Leamos los cinco pasajes de advertencia de manera breve y veamos lo que dice. Capítulo
2, versículos 1 al 4, es el primero. Capítulo 2, versículo 1 al 4. “Por tanto,” ¿qué significa
“por tanto”? Nos lleva de regreso al capítulo 1 y eso habla de la majestad de Jesucristo.
Todo acerca de la gloria de Jesucristo, todo trata acerca del que ascendió para estar a la
diestra de la majestad de las alturas, la diestra de la majestad de Dios. El que es mejor que
los ángeles, Jesucristo mismo. Debido a lo que hemos aprendido y lo que hemos
aprendido acerca de Jesucristo, debido a que sabemos quién es Él, debido a que ahora
sabemos cómo Dios lo ha exaltado, debido a quien Él es en Su majestad, “Por tanto, es
necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos
deslicemos.”
Escuche, si usted sabe que Él es quien es y si usted ha oído el mensaje, entonces el
escritor está diciendo ‘más vale que pongan atención a lo que han oído no sea que nos
deslicemos’. Siempre pienso en el hombre que había reducido su fortuna entera a un
diamante, el cual el colocaba en su bolsillo para llevárselo a Europa. Y mientras que él
estaba ahí en un barco, él lo estaba aventando al aire. Y el barco se movió y el diamante
cayó al mar. No sea que nos deslicemos.
Versículo 2: “Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles” ¿Cuál fue la palabra
dicha por medio de los ángeles? Esa fue la ley del Antiguo Testamento, la ley de Dios, dada
por Dios en el monte de Sinaí. Esa ley fue ministrada por los ángeles. Entonces, si la ley del
Antiguo Testamento, si la ley mosaica, si los diez mandamientos hablados por los ángeles
fue firme, esto es la gente tenía que guardarla y toda transgresión y desobediencia recibió
justa retribución. En otras palabras, si Dios dio la ley mosaica y demandó obediencia
absoluta y juicio en contra de todos los que desobedecieron, ¿cómo escaparemos
nosotros si descuidamos una salvación tan grande como la que está en el nuevo pacto en
Jesucristo? ¿Se da cuenta?
Si la gente bajo la economía mosaica que nunca escapó del juicio de Dios, ¿qué le hace
pensar que usted lo hará? Si la gente que vivió en el Antiguo Testamento antes de Cristo
no escapó el juicio de Dios y Dios era más tolerante en ese entonces, ¿qué lo hace a usted
pensar que escapará por rechazar la gran salvación en Jesucristo? Eso es lo que está
diciendo. Y el nosotros aquí, ‘nos’. Él dice cómo escaparemos nosotros. La idea aquí es
pluralidad en el versículo 3; es judía en el contexto, es nacional. “Si nosotros que somos de
Israel, que hemos oído el Evangelio, si nosotros sabemos que aquellos que estaban en la
economía antigua no escaparon cuando negaron la Palabra de Dios, ¿qué nos hace pensar
que nosotros escaparemos si negamos la Palabra de Dios?” Es un pasaje poderoso. Juicio
cierto resultará. Dice en el versículo 2: “Toda transgresión y desobediencia recibió justa
retribución.” Es una recompensa negativa. ¿Cree usted que puede darle la espalda a
Jesucristo? ¿Cree usted que puede darle la espalda a una salvación tan grande como la
que Él ofrece y escapar a pesar de eso? No. Ellos no pudieron escapar bajo el pacto
antiguo, mucho menos bajo el nuevo.
Veamos la segunda advertencia en Hebreos capítulos 5 y 6. Hebreos, capítulos 5 y 6. No
tenemos tiempo para entrar a todo esto a detalle, pero simplemente veamos el capítulo 6
y nos saltaremos parte del principio. Pero Él está diciendo en el versículo 12, esta es una
advertencia: “Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis
necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las
palabras de Dios.” Las palabras de Dios son las leyes del Antiguo Testamento. En otras
palabras, él dice: “ustedes deberían ser maestros del Evangelio, tienen suficiente
información como para ser maestros del Evangelio. Pero en lugar de eso, alguien necesita
enseñarles de nuevo las leyes del Antiguo Testamento. Son primitivos cuando deberían ser
avanzados. No han respondido a lo que un oído.” Ahora, vaya al versículo 4 y Él los
advierte: “Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don
celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena
palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados
para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y
exponiéndole a vituperio.”
Ahora escuche, ésta es de nuevo es una advertencia. Esto no es para cristianos y esto no
es para no cristianos abiertos, desafiantes. Esto es para el que está neutral. Esto es para la
persona que dice ‘sé que es verdad, pero nunca he hecho el compromiso’. Y lo que Él está
diciendo es esto: ‘Miren, si han sido iluminados” - en otras palabras, iluminados es
comprensión mental, entendimiento mental; “si han gustado el don celestial” ¿y quién es
el don celestial sino el Espíritu de Dios? ¿Y cómo han gustado del Espíritu de Dios? Porque
el Evangelio predicado a ellos había sido confirmado por señales y maravillas y dones del
Espíritu como dice en el capítulo 2, versículos 3 y 4. Entonces, el Espíritu de Dios había
estado operando en medio de ellos. Lo habían gustado. No habían comido y participado,
en un sentido lo habían probado. Y en un sentido completo necesitaban participar. Pero
en cierta manera, eran participantes parciales y buscadores parciales. Inclusive gustaron
de la Palabra de Dios, gustaron del poder de la época venidera. Como puede ver, los
milagros que fueron realizados en la primera Iglesia y los milagros que fueron hechos en el
tiempo apostólico fueron un precursor de los milagros que serán hechos en el Reino.
Y los milagros, claro, que Cristo hará cuando Él regrese. Entonces les dice “su mente ha
sido iluminada y han tenido una probada de lo que el Espíritu ha hecho.” Y como usted
sabe, muchos judíos, el Espíritu Santo fue el poder a través de Cristo que alimentó a los
cinco mil. Y todos los que comieron pescado y pan ese día cuando Jesús los alimentó
estaban probando lo que el Espíritu había hecho. Habían participado de Sus milagros,
habían participado de Su enseñanza, habían participado de Su palabra, pero nunca lo
habían hecho suyo, propio. Y entonces Él les dice ‘si han tenido esta revelación y han
probado y han visto y el poder ha sido desplegado y le dan la espalda y ustedes se
apartan, es imposible que se salven’. El punto es este, si usted rechaza cuando tiene la
revelación plena, usted no tiene esperanza. Porque, qué más podría ser Dios, ¿verdad?
Por cierto, ningún término el versículo 4 o 5, ni el término iluminado, gustado del don
celestial, participantes del Espíritu Santo, han gustado de la buena palabra o los poderes
venideros, ninguno de esos términos es usado en ningún lugar en ningún momento en la
Biblia para salvación. Estos no son términos de salvación. Son términos que están
hablando de ser expuesto al Evangelio y ser expuesto al poder de Dios y ser expuesto a la
vida de Cristo. Ya habían visto suficiente y habían oído suficiente y si con toda esa
información se apartaban, nunca podían ser salvos porque escuchen amados, si usted no
acepta a Jesucristo cuando tiene la luz completa, usted nunca lo aceptará. Porque Él no
puede hacer más que eso. Entonces, es una advertencia severa, un juicio severo, un juicio
cierto.
Después, Él da una ilustración en los versículos 7 y 8. “Porque la tierra que bebe la lluvia
que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es
labrada, recibe bendición de Dios;” ¿No es eso algo hermoso? Él dice “La tierra recibe la
lluvia y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada.” ¿Y sabe cuál es el
retrato ahí? Es el retrato de un corazón que está listo y la lluvia del Evangelio cae. Y el
corazón que está listo recibe la lluvia y produce el fruto de salvación. Pero el versículo 8
dice: “Pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida,
y su fin es el ser quemada.” La lluvia es verdad espiritual. La lluvia es el Evangelio. La lluvia
es alumbramiento espiritual. Un pedazo de tierra produce hierbas buenas, uno produce
espinos. Y los espinos son el fruto del esfuerzo religioso. Como puede ver, es un sistema
de justicia por obras. No produce nada, producen lo equivocado, ¿se da cuenta? Están,
muy ocupados, son muy productivos pero no son hierbas que pueden comer, son espinos.
Y lo único que quiere hacer con los espinos es mantenerlos alejados de su camino. Son
inútiles. El esfuerzo religioso personal es maldecido.
Y entonces, Él le dice a estos judíos, escuchen: “Se pueden quedar en su judaísmo y
pueden producir toda esa justicia personal y cuando todo haya sido hecho y dicho,
ustedes van a tener espinos. O pueden recibir la lluvia de este alumbramiento, pueden oír
el Evangelio y pueden creer en su corazón y dejar que entre en la tierra de su vida y
producir lo que Dios quiere que produzca.” La decisión es de ustedes. La decisión es de
ustedes. Esa es otra advertencia.
Permítame llevarlo a la tercera advertencia en el capítulo 10. La tercera advertencia en el
capítulo 10, versículo 26. Y aquí está el mismo pensamiento. Él va confrontar de nuevo a
estas personas que están en la orilla. Estas personas que siguen viniendo pero nunca
hacen un compromiso, estas personas que lo oyen todo pero nunca hacen nada al
respecto. Estas personas que dicen ‘todo es maravilloso y creo; y un día, voy a hacerlo. Lo
voy a hacer.’ Y Él los vuelve a confrontar. Y dice: “Porque si pecáremos…” Y el pecado aquí
es el pecado del rechazo, “voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de
la verdad,” no ha recibido la salvación, recibió el conocimiento del mismo, usted sabe lo
que es, usted lo entiende y si usted lo rechaza deliberadamente, entonces, “…Porque si
pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya
no queda más sacrificio por los pecados.”
Él les está diciendo a los judíos: “Ustedes pueden matar a todos los corderos que quieran,
pueden matar a todos los cabritos que quieran, pueden matar a todos los animales que
quieran, pueden matar a todos los bueyes que quieran, pueden matar a todas las palomas
que quieran, pero ya no hay más sacrificio si rechazan a Jesucristo. No hay nada. Si
conocen la verdad y le dan la espalda a Cristo, no hacen nada acerca de Cristo. No hay otra
cosa que puedan hacer. No hay otro sacrificio.”
Y como puede ver, estas personas judías no querían venir a Cristo, ellos tenían miedo de
ser expulsados de la sinagoga, usted sabe, sacados de la sinagoga, perder a todos sus
amigos y a toda su familia. Y entonces, continuaban en su judaísmo y no venían a Cristo
sino que mantenían sus sacrificios. Y Él dice “eso es ridículo, si le dan la espalda Jesucristo,
si pecan voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la Verdad, ya no
queda más sacrificio por los pecados. Ustedes están condenados por lo que sólo Cristo
puede hacer.” Y lo que sucederá, dice el versículo 27 es que habrá: “una horrenda
expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.” En otras
palabras, Dios va a venir en juicio.
Ahora, usted dice ‘bueno, creo que Dios probablemente va a ser más amable con la gente
que más conocía y venía más a la Iglesia y recibió más información.’ ¿Quiere saber la
verdad? Él va a ser más duro con ellos. Entre usted menos sepa, será mejor para usted en
la eternidad. Y si usted se ha expuesto a usted mismo, por la gracia de Dios, a la totalidad
de la Verdad de Dios, usted es el más responsable de todos. Y el hervor del juicio lo está
esperando a usted si rechaza a Jesucristo. Y eso es exactamente lo que dice en los
versículos 28: “El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos
muere irremisiblemente.”
Escuche, usted simplemente desprecia a la ley mosaica, la ley que fue dada en la tierra, la
ley que vino en el monte Sinaí, si usted sólo despreciaba las tablas de piedra, usted era
matado. ¿Por qué? “¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo
de Dios…” Si usted violaba a Moisés y moría, ¿Que cree usted que va a pasar si usted viola
el hijo de Dios? ¿Se da cuenta? Ese es el punto. Si usted ha tenido “…por inmunda la
sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia” Como
puede ver, desobedecer la ley era morir. Tratar el pacto con falta de respeto era morir.
Violar la ley era morir. Cuanto más severo será el castigo para el que le da la espalda al
hijo de Dios y considera la sangre de Su pacto algo inmundo y menosprecia el Espíritu de
gracia. “Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. “Y
después, versículo 31: “¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!”
Hombre, eso es bastante fuerte. Esa es una advertencia para usted si usted conoce la
Verdad y le da la espalda: “Mía es la venganza, Yo daré el pago, dice el Señor.” Horrenda
cosa es caer en manos del Dios vivo.” Un problema tan serio. Y entonces, Él vuelve a
advertir que si usted conoce la Verdad y no la recibe hay una responsabilidad más
profunda y mayor porque usted está pisando al Hijo de Dios. ¿Puede imaginarse eso?
Usted dice “yo nunca haría eso, todavía no me he decidido.” No, así no es como la Biblia lo
ve. Usted lo puede ver como estar indeciso, Dios lo ve como pisar al Hijo de Dios.
Hay una cuarta advertencia en Hebreos capítulo 12, versículo 25. Y resume básicamente el
mismo pensamiento, es lo mismo. Dice: “Mirad que no desechéis al que habla.” Por cierto,
ese es Dios. Ese es Dios. Él es el orador principal en este capítulo. Más vale que no
deseche a Dios. Ahora escuche, “Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que
los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta
desde los cielos.” ¿Sabe usted cuándo es que Dios habló desde la tierra? Al dar la ley. Y
Dios pronunció Su voz desde el monte Sinaí, ahí en la tierra. Dios habló desde la tierra y las
montañas temblaron; y Él dice “si ellos no escaparon cuando desecharon al que habló en
la tierra, ¿qué le hace pensar que van a escapar cuando rechazan al que habla desde el
cielo?” Usted preguntará quién es ese. Ese es Dios. Dios dijo desde el cielo varias veces. “Y
la voz dijo desde el cielo varias veces este es Mi Hijo amado, a Él oíd.” ¿Ve eso?
En el Antiguo Testamento, Dios habló desde una montaña terrenal y dijo “Hagan esta ley.”
En el Nuevo Testamento, Dios habló desde el cielo y dijo: “Oigan a Mi Hijo.” Y si ellos no
escaparon cuando escucharon la voz de Dios en la tierra, ¿qué le hace pensar que
escaparán si rechazan lo que Dios ha hablado desde el cielo? El los resúmenes versículo 29
diciendo: “Porque nuestro Dios es fuego consumidor.” Él es fuego consumidor y un día, Él
no sólo va a conmover a una montaña sino que va a conmover los cielos mismos en Su
juicio. ¡Qué advertencia!
La advertencia final y quiero compartirla. Está en los capítulos 3 y 4; capítulos 3 y 4. Ahora
quiero que usted piense conmigo a medida que avanzamos de una manera más bien
rápida. Porque es la advertencia más larga en el libro, simplemente voy a leer algunos
versículos y hacer algunos comentarios. Capítulo 3, versículo 7, aquí de nuevo el Espíritu
Santo se detiene y le dice a la persona sentada en la congregación: “Oye, tú que conoces
la verdad, tú que lo has oído todo, tú a quien se te ha dado todo, tú que quieres ser
religioso, tú que sabes que es la verdad, por favor, mientras que la luz todavía está
disponible, antes de que sea demasiado tarde, antes de que se acabe la gracia de Dios,
antes de que se termine la misericordia de Dios, por favor, dile ‘sí’ a Jesucristo.” Observe
el versículo 7, “por lo cual,” y después hay un paréntesis hasta el final del versículo 11,
“como dice el Espíritu Santo, si oyereis hoy Su voz, no endurezcáis vuestros corazones.”
¿Ve eso? Hoy, él dice. Se oye como Pablo en 2 de Corintios 6:2, “hoy es el día de salvación,
hoy; ahora es el momento.”
Hoy, Él dice. Es ahora y aquí ahora. Siempre pienso en D. L. Moody en la noche que
predicó en Chicago y dijo “quiero que vayan a casa y piensen en lo que he dicho y vengan
de regreso mañana en la noche listos para tomar una decisión para Cristo.” Y esa noche
hubo un incendio en Chicago y una gran parte de su audiencia murió. Él dijo: “Nunca le
vuelvo a decir a alguien ‘mañana’.” Hoy, si oyereis Su voz no endurezcáis vuestros
corazones. Y Él da una ilustración, “como en la provocación.” ¿Qué fue eso? “En el día de
la tentación en el desierto.” Él dice, ‘les quiero dar una ilustración: Hubo un pueblo que
endureció su corazón, hubo un pueblo quien tuvo un día de puebla, un tiempo en el
desierto. Y en lugar de decirme ‘sí’ y en lugar de responder y oír Mi voz, endurecieron sus
corazones.’ ¿Cuándo fue? Versículo 9: “Donde me tentaron vuestros padres; me probaron,
Y vieron mis obras cuarenta años.” Ahora sabemos dónde estamos, ¿verdad? Tenemos el
desierto en el versículo 8. Cuarenta años en el versículo 9. Estos son los 40 años de Israel
en el desierto.
Y el versículo 10 dice: “A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, Y dije:
‘Siempre andan vagando en su corazón, y no han conocido mis caminos. Por tanto, juré en
mi ira: No entrarán en mi reposo.’ ” La palabra reposo ahí significa Canaán. Esas personas
no van a Canaán. Y eso es lo que pasó, ¿verdad? ¿Qué le pasó a toda la generación en el
desierto? Todos murieron. Dios juró ‘no entrarán en Mi reposo’. Y hasta lo último de esa
generación murió en el desierto y nunca entró a la tierra prometida.
Y entonces, él dice, versículo 12: “Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros
corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo;” más vale que vea su propia
vida y se asegure de no hacer lo mismo. Aquí Dios está listo para llevarle a Su reposo. Aquí
está Dios listo para llevarlo a Su Reino, aquí Dios está listo para llevarlo a la salvación; pero
usted endurece su corazón y es sorprendido en el acto malo de incredulidad, apartándose
del Dios vivo. ‘¡Oh, no dejes que eso te pase a ti!,’ dice él, ‘como le pasó ellos.’
Como puede ver, hubo un día cuando se le acabó la paciencia a Dios. Él fue paciente por
un tiempo y después dijo ‘fue suficiente’. Y ellos murieron en el desierto y nunca llegaron
a la tierra que debía ser su reposo. Cuatrocientos años de esclavitud, cuarenta años de dar
vueltas. ¡Oh, cuánto anhelaban llegar a Canaán, la tierra que fluye con leche y miel y
nunca llegaron ahí! Murieron en el desierto debido a la incredulidad. Ellos no creyeron en
Dios. Así de simple. Y le voy a mostrar a usted por qué en un momento. Versículo 13 dice:
“antes exhortaos los unos a los otros cada día.” Y es por eso que estoy haciendo este
mensaje. Exhorten a la gente diariamente. Díganle: “…entre tanto que se dice: Hoy; para
que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.” Hoy es el día. No deje
que pase otro día. Si usted rechaza a Cristo y será más fácil mañana. Si es más fácil
mañana, será más fácil al día siguiente y así continúa; y usted se endurece a sí mismo.
Porque, versículo 14: “Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que
retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio.” Esa es la prueba, si
realmente somos redimidos, “entre tanto que se dice: Si oyereis hoy Su voz, No
endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación.” Y todo esto es citado del Salmo
95. “¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que
salieron de Egipto por mano de Moisés? ¿Y con quién estuvo Él disgustado cuarenta años?
¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto? ¿Y a quiénes juró que
no entrarían en Su reposo, sino a aquellos que desobedecieron? Y vemos que no pudieron
entrar a causa de incredulidad.” Y la incredulidad es la razón final por la que no viene a
Cristo.
Usted no cree. Usted no cree lo suficiente. Usted no cree que Él puede transformar su
vida. Usted no cree que vale la pena. Usted no cree que Él puede hacer de su vida lo que
debe ser. Usted quiere aferrarse a lo que tiene. Usted no quiere arrojarse en fe a Él. Usted
quiere proteger su reputación, quiere proteger su ocupación, quiere proteger sus
relaciones familiares. No quiere ser perseguido. No está listo para dar un paso de fe y
entregar su vida a Jesús. Y entonces, debido a la incredulidad terminan muriendo en el
desierto y sus cadáveres terminan ahí; y nunca entran al reposo de Dios.
Bueno, esta es una ilustración vívida, ¿no es cierto? Vívida. ¿Puede imaginarse lo vívido
que debe haber sido ver los cadáveres de un par de millones de hijos de Israel ahí en el
desierto? Bastante vívido. Murieron a causa de incredulidad. Nunca entraron en Su
reposo. Ahora, todo eso es un retrato de lo que el escritor de Hebreos quiere decir en el
capítulo 4. Y quiero que lo vean conmigo. Proverbios 29:1 dice: “El hombre que
reprendido endurece la cerviz, de repente será quebrantado, y no habrá para él
medicina.”
Ahora escuche, Dios ofrece un reposo a la gente. Está disponible. Y entramos al reposo de
Dios por fe. Creo que el reposo del que está hablando aquí es la salvación. Y le mostraré
conforme avanzamos lo claro que es. Yo creo que es la salvación. Y hemos estado viendo
el Sermón del Monte y hemos visto que es un camino muy estrecho, ¿verdad? Y que no
muchas personas lo encuentran. Es un camino difícil y es un camino estrecho, pero, ¡cuán
maravilloso es reconocer que Dios también lo llama un reposo! ¿No es eso maravilloso?
Usted dirá: ‘bueno, ¿cómo puedes equiparar eso, un camino comprimido, estrecho difícil
con un reposo?’ Es esto, es tan difícil y tan estrecho que usted no lo puede hacer y
entonces, se entrega a Jesús. Usted reposa en Él y Él lo hace por usted. Como puede ver,
éste es el reposo. Y entonces Él dice ‘quiero que entrena Mi reposo, no es un sistema de
obras’. Usted entra por creer, así es como usted creer, así como usted es dejado afuera
por no creer. No es lo que usted hace o no hace, es lo que usted cree o no cree.
Ahora, quiero que entienda esto conforme vemos el capítulo 4. Quiero que vea, en primer
lugar, la disponibilidad del reposo. Quiero que oiga la invitación que Él le hace a la gente
que está sentada ahí de manera neutral. Escuche, versículo 1: “Temamos,” nuevamente
en plural. Esta es la congregación judía a la que le está hablando, les estoy hablando a
ustedes. “Temamos pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en Su
reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado.” Digo, lo que está diciendo es
“Oh, ¿no sería terrible saber que Dios nos ha dado la promesa del reposo pero quedamos
cortos de ella?”
¿Puede imaginarse si usted fuera usted uno de esos hijos de Israel viviendo en esclavitud
en Egipto, cómo habría sido usted oprimido y cómo habría sido empujado como esclavo
de una cosa a la otra tratando de hacer ladrillos sin paja, y habría sido golpeado y abusado
y golpeado? Y durante años y años su familia habría atravesado por eso siglo, tras siglo,
tras siglo, tras siglo. Y finalmente, Dios envía un liberador, un liberador poderoso llamado
Moisés. Moisés tuvo una vida dispuesta y la entregó a Dios. Y Dios hace que saque a estas
personas. ¿Puede imaginarse cómo el Mar Rojo se abrió y pasaron por ahí, y se voltearon
y vieron al ejército del faraón ahogarse? Y continuaron, regocijándose, listos para ver lo
que Dios había preparado para ellos, la tierra de Canaán, la tierra fluyendo con leche y
miel. Saliendo del esclavitud increíble y nunca la vieron, ¿se da cuenta? Quedarán
muertos, con los cadáveres ahí en el desierto.
Y él dice “más vale que teman, no sea que Dios habiendo colocado frente a ustedes el
mismo tipo de promesa, el mismo tipo de Canaán, el mismo tiempo de tierra de leche y
miel nunca lleguen ahí. Aunque en un sentido han escapado de la esclavitud, es como
Pedro dice. “Han escapado de las corrupciones del mundo, han sido sacados de las
corrupciones del mundo pero nunca entran en el Reino de Dios, ¿se da cuenta? Ustedes
tienen una reforma, no una regeneración. Hay mucha gente que quiere a Jesús como
Salvador, quieren a un liberador que los saque de la esclavitud. Nada más que no quieren
a un Señor en quien confiar para llevarnos a Canaán, ¿se da cuenta? ¿Y sabe lo que le pasa
a las personas que sólo quieren a un salvador? Mueren en el desierto, nunca conocen a
Dios. Él es Salvador y Señor.
Y entonces, él dice: “Queda en un reposo para nosotros,” versículo 1. ¿Sabe una cosa?,
esa simplemente fue una ilustración ahí atrás. Canaán, ése fue un retrato. Todavía hay un
reposo. No es demasiado tarde. Él les dice a estos judíos. No es demasiado tarde. Dios
tiene otro reposo. No es un reposo de Canaán, sino un reposo espiritual. Y es salvación. Y
todavía está disponible y está ahí. ¡Oh, qué tragedia sería si ustedes quedarán cortos de
eso como sus ancestros quedaron cortos de Canaán! El reposo del cual habla es la
salvación, entonces es la disponibilidad del reposo. Dios ha extendido Su amor a ustedes,
Dios ha abierto Sus brazos. Y dice que hay un reposo para ustedes. Es reposo, reposo de
su actividad personal de justicia personal, reposo de sus temores, reposo de sus
ansiedades, reposo de sus frustraciones, reposo de la culpabilidad del pecado. Reposo que
está disponible. Y Jesús dijo: “El que a Mí viene, no le echo fuera.” No le echo fuera. Está
disponible para cualquier persona que viene. Y que todo aquel que quiera, venga. Es un
reposo.
¿Pero sabe una cosa? Usted puede saber acerca de Él, creer en todo esto y sentarse ahí
escucharlo y quedarse corto y su cadáver morirá en el desierto de la incredulidad y nunca
entrará en la tierra prometida. Así es como son muchas personas. Quieren un salvador
para sacarlos de la esclavitud. Quieren un salvador para liberarlos de la esclavitud. Pero no
quieren a un Señor para encomendar su vida a Él. Observe la base del reposo, versículo 2
en adelante.
Usted preguntará cómo obtenemos este reposo. Muy simple: “Porque también a nosotros
se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la Palabra,
por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.” ¿Sabe a cosa?, no importa lo que Dios
dice si usted no lo cree. ¿Sabe lo que Dios le dijo a esas personas? Les dijo ‘los voy a llevar
a esa tierra, los voy a meter en esa tierra, voy a colocar esa tierra debajo de sus pies, voy a
poner esa tierra a sus pies, les voy a dar a esa tierra de arriba hacia abajo desde Dan hasta
Beerseba; les voy a dar esa tierra desde el Éufrates al Mediterráneo. Esa es su tierra. Es
dada a ustedes por Mí, es Mi regalo a ustedes, su tierra.’ Él lo presentó.
Y usted sabe, Números capítulo 14, llegaron al fin de la tierra y Josué dijo: “bueno, vamos
a revisarla.” Y entonces, él escogió a 12 hombres. Y él les dijo que fueran e investigaran
todo acerca de la tierra. Doce hombres entraron, diez hombres salieron y dijeron “Josué,
nunca hemos visto personas tan altas en nuestra vida. Ellos son gigantes en la tierra y
nosotros somos como saltamontes. Nos van a pisar, Josué. No podemos tomarla.” Más
bien, eso se lo dijeron a Moisés, me confundí con mis hombres. Josué y Caleb salieron y
dijeron “Está bien, podemos hacerlo. Podemos enfrentarlo. Con Dios de nuestro lado, no
hay problema.” Y claro, ¿a quién le creyó el pueblo? Le creyeron a los 10 espías, ¿verdad?
Les creyeron a los espías en lugar de creer a los dos. ¿Y sabe lo que pasó? Debido a que no
le creyeron a Dios, murieron en el desierto. Dios le dio toda la información. Dios les contó
acerca de esto. Dios les dijo que era el reposo pero debido a que no creyeron, fueron
condenados a dar vueltas durante 40 años y después morir. ¿Se da cuenta? ¿Y sabe una
cosa? La única razón por la que dieron vueltas era simplemente para que todos murieran.
Sus cadáveres quedaron en el desierto porque no creyeron.
Estaban listos para ser salvados de Egipto. Querían a un salvador, pero no estaban listos a
obedecer en fe y tener un Señor. ¿Y qué es lo que está diciendo? Miren, él está diciendo,
la disponibilidad del reposo es ofrecida. La base del reposo: deben oír el Evangelio y
mezclarlo ¿con qué? Con fe. Tiene que creerlo. Tiene que creerlo. Todo predicador en el
mundo podría predicar hasta que muriera. Jesús mismo podría estar aquí y predicarle a
usted el Evangelio. Usted lo puede leer y podría oírlo hasta que muriera. Pero si usted
nunca cree con su corazón y entrega su vida a las manos de Dios, usted morirá sin Dios.
Francamente, no sé cuánto tiempo usted tiene. La vida es como neblina que aparece por
un poco de tiempo y después se desvanece, dice Santiago. No sé cuánto tiempo usted
tiene. No sé cuántos días usted vivirá. No sé por cuánto tiempo estará disponible la luz. No
sé por cuánto tiempo estará ahí antes de que haya endurecido su corazón tantas veces,
que Dios endurecerá su corazón y se acabará y usted será un apóstata. Yo no sé eso.
Pero él dice ‘si no está mezclada con fe, no importa’. Versículo 3: “Pero los que hemos
creído entramos en el reposo.” Son sólo aquellos que creen los que entran. El siguiente
dice: “De la manera que dijo ‘Por tanto juré en Mi ira no entrarán en Mi reposo.’ ” Aunque
las obras Suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo. ¿Sabe una cosa?, Dios
desde el principio del mundo estaba creando un paraíso. Es correcto. Versículo 4: “Porque
en cierto lugar dijo así del séptimo día ‘Y reposó Dios de todas Sus obras en el séptimo
día.’ ” Él dijo: “Ahora va a ser así, un paraíso para el hombre.” Él reposó de todas Sus
obras. Y Él dice ‘aquí está el reposo que le ofrezco al hombre.’ ” Pero el hombre escogió
creerle al diablo en vez de a Dios y el hombre perdió este reposo.
Algunos entrarán, versículo 6. “Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y
aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de
desobediencia.” ¿Y qué es lo que está diciendo este versículo? Oh, dice esto. Dios siempre
tendrá un remanente, ¿no es cierto? Dios siempre tendrá algunos que entrarán. Siempre
habrá unos pocos. Y después, viene el ruego nuevamente en el versículo 7. Dice, y escuche
esto, “Otra vez determina un día.” ¿Escuchó eso? Determina un día. Diciendo después de
tanto tiempo, por medio de David como se dijo de regreso al Salmo 95: “Si oyereis hoy Su
voz, no endurezcáis vuestros corazones. ¿Se da cuenta? Es el mismo mensaje
nuevamente. Entonces, él dice que está disponible.
Usted preguntará cómo. ¿Cuál es la base de este reposo? La base es que usted lo mezcla
con fe, que usted lo crea. Si usted no cree, Dios jura que nunca entrará en Su reposo.
Aunque Él creó el mundo para que fuera para reposo. Aunque Él lo creó para que usted
pudiera entrar en Su salvación. Y aunque muchos rechazan, dice el versículo 6, algunos
creerán.
Entonces, Él regresa a su misma premisa. Hoy, si oyereis Su voz, no endurezcáis vuestros
corazones. “Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día.”
¡Oh, qué gran afirmación! Si Israel hubiera entrado en el reposo en ese entonces, Josué no
habría tenido que hablar acerca de un reposo futuro. ¿Sabe usted que nunca conocieron
el reposo? Nunca lo conocieron. Inclusive los pocos que entraron en la tierra nunca
conocieron el reposo porque cuando entraron en la tierra, desobedecieron a Dios y nunca
mataron a los enemigos de la tierra, ¿verdad? Entonces, nunca conocieron el reposo.
Algunos de ellos murieron en el desierto y nunca entraron en el reposo. Aquellos que
entraron en la tierra nunca conocieron el reposo porque nunca mataron al enemigo.
Nunca lo enfrentaron como Dios le dijo que lo hicieran. La generación entera. Entonces,
Dios tomó la idea entera de la salvación para Israel y la pospuso. Y como dice Romanos 11,
algún día Israel será salvo.
Todavía hay un reposo. Dios todavía está ofreciendo un reposo. No es el físico como
Canaán, es uno espiritual. Y el escritor de Hebreos está hablando y diciendo ‘el día de hoy,
en este momento, pueden entrar en el reposo de Dios por la fe en su corazón’. Y me
encanta el versículo 9. ¿Qué dice? “Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios.”
En otras palabras, ése no fue el fin. Dios no nada más dijo “Oh, queda maldecida la raza
humana, se acabó, es todo. No hay salvación, no hay más reposo. Renuncio. Me doy por
vencido. He hecho todo por ustedes. Ustedes me dan la espalda y ese es el final.” No, Él
no dijo eso. Él dijo “Bueno, si no van a tomar el reposo que les ofrezco aquí en Canaán que
les ofrezco en un sentido físico como un símbolo de la salvación que les ofrezco
espiritualmente, mantendré Mis armas de gracia abiertas hasta que lo reciban.” ¿No es
eso maravilloso?
Entonces, en un sentido general, la gracia de Dios ha sido siempre extendida a Israel y a
los gentiles y al mundo entero. Los brazos de Dios todavía están abiertos y, dice el
versículo 9, que queda un reposo para el pueblo de Dios. Creo que aquí ‘el pueblo de Dios’
es un término técnico para Israel. Él realmente está diciendo ‘todavía hay una
oportunidad para el judío’. Y todavía el día de hoy podemos decir eso, ¿no es cierto?
¿Sabe una cosa?, a pesar de que Israel nunca entró a la tierra de Canaán del modo que
Dios quiso, aunque nunca tomaron la tierra como Dios quiso, a pesar de que crucificaron a
su propio Mesías, Dios les dijo a través de la predicación de Pedro en el día de
Pentecostés: “Y mataron al Mesías.” Y en la siguiente línea, él dice “pero todavía son los
hijos del pacto.” No rompió la promesa de Dios. Hay todavía un reposo que permanece
para Israel.
¿No es maravilloso que al día de hoy podamos ir con el pueblo judío y llamarlos en
Jesucristo para que sepan que todavía hay un reposo para ellos? ¿No es maravilloso que
cuando fallamos en el huerto Él no nos dio la espalda? ¿Cuando le fallamos a Dios en
Canaán, Él no nos dio la espalda? ¿Cuando todo el mundo se congregó, judío y gentil por
igual para crucificar a Su propio Hijo, Él no nos dio la espalda? Cuando la Iglesia sido
apóstata, Él no nos dio la espalda. Él todavía mantiene abiertos Sus brazos con amor.
Todavía hay un reposo para el pueblo de Dios. Y después, en el versículo 10 él dice:
“Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de
las suyas.” ¡Oh, qué gran declaración! Usted entra por fe, no por obras. Usted entra por fe,
no por obras.
Y usted vive por fe, no por obras. No es un sistema de obras, es un reposo en la obra de
Cristo. Y Él opera a través de nosotros. Nosotros no lo hacemos en nuestra carne,
procuremos pues, dice el versículo 11, entrar en aquel reposo. Ahora, ahí hay una
dicotomía. Él simplemente dice ‘hay un reposo y no entran por obras’ y después, él dice
‘trabajemos por entrar’. Laboremos por entrar. ¿Qué quiere decir con eso? ¿De qué tipo
de labor está hablando? No es la palabra trabajo, es la palabra spoudazō. Y quiere decir
‘apúrense’. Escuche, él dice ‘este es un reposo al que Dios quiere que entren’. Apúrense y
entren para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia. No sigan el
ejemplo de Israel, no fallen, no caigan.
Bueno, he tratado de mostrarle la disponibilidad del reposo, la base del reposo. El
versículo 11 nos da la urgencia del reposo. Apúrense. Apúrense y entren. Usted
preguntará por qué. Versículo 12 y 13; y cerraremos con esto. Tiene que apurarse. ¿Por
qué? “Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos
filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne
los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no sea
manifiesta en Su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos
de Aquel a quien tenemos que dar cuenta.” Deténgase ahí.
Ahora escuchn esto, él está diciendo apúrense, spoudazō. Apúrense. Apresúrense para
entrar en el reposo. Y el reposo es la salvación. Él está diciendo ‘Por favor, adelante,
entren. ¿Cómo van a escapar si descuidan una salvación tan grande? ¿Que van hacer si
pecan voluntariamente después del conocimiento de la verdad? Va a ser imposible que
ustedes sean renovados al arrepentimiento una vez que han crucificado al hijo de Dios y lo
han avergonzado de manera pública.’ Si ellos no se rehusaban a decirle no al Dios que
habló de una montaña terrenal, ¿cómo van a escapar si oyen la voz de Dios que habló del
cielo? Todas estas advertencias están resumidas; y él dice en el versículo 11:
“Apurémonos a entrar en el reposo de Dios.” No lo haga a un lado, no lo deje para
mañana. No digan ‘mañana’, no digan ‘cuando entienda más’. Hágalo ahora. Con
diligencia. ¿Por qué? Porque la Palabra de Dios es una espada, ésa es la razón.
Ahora, algunas veces, usted oye a personas usar este versículo para hablar de lo
confortante y lo hermoso y lo maravilloso que la Biblia es. No está hablando de eso. La
Palabra de Dios es una espada de venganza. La Palabra de Dios es una espada de ira. Y los
dos filos significan que usted no puede escapar. De ambos lados. Entra en ambos lados.
Adonde quiera que usted se mueva, le va a llegar. Como puede ver, va a penetrar y va a
dividirlo en lo más profundo y lo va a dividir en las profundidades de su ser y va a revelar
sus motivos y lo va a abrir en su totalidad. Eso es lo que está diciendo. Todo esto es un
retrato de una espada que es metida en un individuo que abre las coyunturas y los
tuétanos. Discierne los pensamientos. Discierne los motivos. Escuche, la Palabra de Dios
penetrará el corazón de un individuo. Y aunque han sido religiosos y aunque han ido a la
Iglesia y han estado ahí en la orilla e inclusive han creído con su mente, la palabra de Dios
va a diagnosticar la verdadera condición del corazón. Dios penetrará el corazón de un
individuo. Y aunque han sido religiosos y aunque han ido a la Iglesia y han estado ahí sin
tomar una decisión es inclusive han creído con su mente, la Palabra de Dios va a
diagnosticar la verdadera condición del corazón, va a mostrar si la profesión es real o falsa
y lo va a abrir en su totalidad delante de Dios.
Ahora, como puede ver, aquí la Palabra es presentada como una espada que es usada en
juicio. Está viva. Es poderosa. Es eficaz. Divide. Discierne. Y nada escapa. Usted nunca
escapará a esto. Eso es lo que el versículo 13 dice. “Y no hay cosa creada que no sea
manifiesta en Su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos
de Aquel a quien tenemos que dar cuenta.” Usted nunca escapará porque Él sabrá.
Escuche. Esta pequeña frase es poderosa “Todas las cosas están desnudas y abiertas a los
ojos de Aquel a quien tenemos que dar cuentas.” En tiempos antiguos, cuando un criminal
era llevado a juicio, una daga con la punta hacia arriba era colocada debajo de su barba, y
estaba amarrada a su cuello de tal manera que su rostro fuera empujado hacia arriba por
esa daga y no podía bajar la cabeza. ¿Por qué hacían eso? Porque era común que un
criminal ante un juez inclinara su cabeza en vergüenza buscando esconder su rostro.
Lo que el escritor de Hebreos está diciendo es que en ese día, su rostro va a ser colocado
hacia arriba para ver ojo a ojo el juicio de Dios. Usted no podrá ocultar nada. Y la Palabra
va a desenmascarar la verdad de que si usted conoció a Dios o no. Ahora, éste no es un
mensaje fácil de predicar y no estoy tratando de destruir la esperanza de nadie. Sólo
quiero que conozca a Jesucristo. Quiero que usted entre al reposo de Dios. Sabe una cosa,
sé lo que va a pasar. La Biblia me lo dice. Va a haber muchos cadáveres en el desierto y
serán de personas muy religiosas, muy religiosas.
Ellos pueden creer que Jesús murió y resucitó, podrían haber querido que alguien los
sacara de la esclavitud de su vida. Pero nunca se sometieron a un Señor en quien creyeron
y entonces, morirán en el desierto, personas religiosas. Oh, creen que va a estar bien pero
no es así. No va a estar bien en el final. Va a ser terrible en el final cuando la espada del
juicio de Dios caiga. Hoy, hoy es el día para entrar en su reposo.
Escuche esto, el explorador Edward Parry estaba explorando el polo Norte. Él llevó a su
tripulación a las extremidades de ese desierto blanco y se esforzaron por caminar lo más
lejos que pudieran en dirección al norte. Los días eran largos, lo más lejos que pudieron en
dirección al norte. Entonces, mientras que la noche continuaba y estaban rastreando las
estrellas y determinando su posición exacta y después caminaron por horas y horas y
horas y horas hasta que finalmente volvió a oscurecer. Habían caminado por esa región
blanca por horas. Conforme las estrellas salieron, examinaron las estrellas y volvieron a
revisar para ver qué tan lejos habían avanzado. Para su sorpresa, descubrieron que
estaban más al sur de cuando comenzaron. La realidad es que estaban caminando hacia el
norte en un flujo glaciar que iba hacia el sur.
Y me atrevo a decir que muchas personas que están esforzándose, caminando de manera
vigorosa en un flujo glaciar de obras en las que están ocupados para hallarse que están
más al sur que cuando comenzaron. Escuche, si usted está tratando de llegar ahí por sí
mismo, o usted cree que simplemente saber o conocer la Verdad es suficiente, usted está
equivocado. Hasta que usted se entregue a Jesucristo, usted estará viviendo en un peligro
inminente del juicio de Dios. Oremos.
Padre, Te damos gracias por la claridad con la que nos hablas en Tu Palabra. ¡Oh, cómo
penetra! Padre, simplemente oro tanto en este momento con todo mi corazón por
aquellos que pueden estar aquí en esta situación. Señor, no sé cuántos hay aquí. Y no sé
quién esté escuchándome predicar en este mismo sermón pero oh Dios, si hay alguien
que sabe que es verdad pero todavía no ha abierto su corazón a Jesucristo, que éste sea el
momento en el que hagan eso.
Mientras que sus cabezas están inclinadas y sus ojos están cerrados, permítame hacerle
una pregunta al cerrar. ¿Por qué no entrega su vida al Señor en esta noche? ¿Por qué no
se arrepiente y por qué no le dice ‘Señor, quiero saber si realmente soy cristiano’?
Simplemente, examínese a sí mismo. No debería tener miedo de hacer eso si realmente lo
conoce. Si tiene algunas dudas y no sabe si realmente ha hecho ese compromiso con
Cristo, entonces probablemente no lo ha hecho. Y quizás necesite decir “Señor Jesús, he
sido pasivo durante mucho tiempo y he conocido la Verdad durante mucho tiempo y
ahora quiero entregarle mi vida a Jesucristo, someterme al Rey. Quiero dejar mi pecado,
quiero comer someterme a Él. Quiero aceptar Su salvación. Quiero caminar bajo Su
Señorío.” Quizás usted simplemente necesita decir “Cristo, dejo mi pecado. Creo en Ti, me
someto a Ti como Señor.”
Realmente no sé qué pasó en su corazón, obviamente. El Señor sí. Espero que no salga en
esta noche y diga ‘mañana’ y diga ‘bueno, voy a hacer eso’. Quizás no hay un mañana para
usted. Quizás esto no suceda. Y el mañana puede ser peor que hoy. Porque usted ha dicho
‘no, una vez más, será más fácil la próxima vez’. Si usted sabe que necesita a Jesucristo y
sabe que es la verdad, en una fe semejante a la de un niño diga ‘Señor, yo creo. Me
entrego a Ti. Límpiame de mi pecado. Me arrepiento y reina como Señor.”
Padre, Te damos gracias en esta noche por Tu Palabra y te damos tantas gracias por su
verdad tremenda. Señor, cómo toca la vida. Es tan obvio que es Tu libro porque nadie
podría conocer estas cosas, todas estas cosas que pasan en nuestros corazones más que
Tú. Gracias por hablarnos. Bendice a toda persona aquí. Que ninguna persona se acueste
en esta noche al dormir que no haya recibido a Jesucristo y se haya arrepentido y haya
nacido de nuevo en Su Reino. Oramos esto en Su maravilloso nombre. Amén.
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
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Gracia salvadora, 3ª Parte


Escritura: Tito 2:11–14

Código: 56–20
John MacArthur
Bueno, qué gozo es estar de regreso en el libro de Tito. Vamos a regresar a Tito, capítulo
2, y versículos 11 al 14, en donde nos quedamos hace algunas semanas atrás, y regresar a
esta gran sección de la gracia salvadora. Y este será nuestro tercer mensaje en esta
sección en particular.
Para que regresemos al texto en esta mañana, quiero comenzar leyendo en el versículo 11
y hasta el versículo 14: “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos
los hombres, enseñándonos que renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos,
vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza
bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,
quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí
un pueblo propio, celoso de buenas obras”.
Este es uno de los textos más magníficos acerca de la salvación en toda la Biblia. Es el
corazón y alma mismos de la fe cristiana. Simplemente dice que Dios salva a los hombres
del pecado. Dios es un Salvador. Ese es el punto. Quiero recordarnos que el propósito
mismo de la encarnación de Jesucristo, como también el propósito mismo de nuestras
vidas cristianas en el mundo, es demostrar que Dios es un Dios Salvador. En el versículo 11
la gracia de Dios se ha manifestado para salvación, y en el versículo 14 nosotros aquí en la
tierra somos celosos de buenas obras para que también podamos demostrar el poder
Salvador de Dios.
El mensaje simple del cristianismo es que Dios salva a los hombres del pecado. Ese es el
mensaje del cristianismo. Ese es el mensaje de la iglesia. Ese es el mensaje de los
misioneros que han seguido a Nuestro Señor a lo largo de toda la historia de la iglesia.
Dios salva a pecadores. Jesús vino y su nombre fue Jesús porque él salvará a su pueblo de
sus pecados. Él vino para buscar y salvar lo que se había perdido. 1 a de Timoteo 2 dice:
“Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al
conocimiento de la verdad”. Y este es uno de esos grandes textos que nos recuerdan que
Dios es un Dios Salvador. Y ese es el mensaje de la iglesia cristiana. Ese es el mensaje que
no podemos perder, no podemos oscurecer, no podemos encubrir, no podemos adulterar,
no podemos modificar. Dios salva a los hombres del pecado. Ese es el mensaje.
Y la razón por la que este texto es colocado en este capítulo es porque está ligado a la
conducta cristiana. Dios es un Salvador y Él ha demostrado su poder Salvador mediante las
vidas de aquellos a quienes Él ha salvado. Esa es la razón por la que es algo tan importante
para nosotros vivir vidas piadosas, para que podamos demostrar el poder Salvador de
Dios. Dios desea mostrar su gloria al salvar a pecadores de su pecado y después, en lugar
de que más bien los tome inmediatamente y los lleve al cielo, Él los deja en la tierra para
que el resto del mundo pueda ver cómo se ve un pecador salvo, para que pueda ver el
mundo el poder salvador de Dios. Nada despliega la gloria de Dios como la obra milagrosa,
sorprendente de redención, trayendo a pecadores indignos a la justicia.
Ahora, hemos estado aprendiendo esto, conforme hemos estado avanzando a lo largo del
capítulo 2. Usted recordará que el capítulo 2 dirige la atención de Tito a todo grupo de
toda edad en la iglesia: ancianos, ancianas, hombres y mujeres jóvenes, inclusive siervos. Y
todos ellos son llamados a la piedad. Todos ellos son llamados a una vida santa, conducta
justa, para que, versículo 10 dice: “Adornen la doctrina de Dios Nuestro Salvador en todo
sentido”.
En otras palabras, para que podamos desplegar el poder Salvador de Dios, en donde
quiera que usted viva, donde trabaje, donde vaya a la escuela, donde compre o donde
pueda ser. En donde quiera que sea su oportunidad de tener relaciones dentro de su
familia, con su familia extendida, usted es una demostración viva que respira del poder
Salvador de Dios. Usted debe mostrarlo. Usted debe dejar que su luz brille delante de los
hombres para que vean vuestras buenas obras, y por lo tanto, concluyan que Dios es un
Dios Salvador y le den gloria por su poder salvador.
Entonces, todos los mandatos hacia la conducta en los versículos 1 al 10 están edificados
sobre la verdad de los versículos 11 al 14. Dios lo salvó a usted. Ahora quiere que usted lo
adorne como un Salvador para mostrar su poder salvador mediante su conducta piadosa.
Usted entonces en los versículos 11 al 14 tiene el fundamento doctrinal de los deberes
dados en los versículos 1 al 10. Somos llamados a una vida santa para que podamos
demostrar, entonces, el poder salvador de nuestro Dios. Si la gente no puede ver que
hemos sido salvados del pecado, entonces Dios no es glorificado de manera apropiada.
Entonces debemos vivir una vida santa, no solo para que podamos ser bendecidos, sino
para que Dios pueda ser honrado. Esa inclusive debe ser la motivación más elevada.
Entonces, comenzando en el versículo 11, Pablo comienza esta explicación breve pero
muy rica del poder salvador, de la gracia salvadora. Y creo que la manera más fácil de
resumirlo, en cierta manera, es describir la gracia salvadora mediante cuatro
características, cuatro aspectos, cuatro perspectivas, cuatro puntos de vista.
En primer lugar, dijimos en los últimos dos mensajes que la gracia salvadora está diseñada
para librarnos en primer lugar, de la paga del pecado. La paga del pecado. Y aunque no es
el punto primordial en este texto, debemos añadirlo, porque es tan elemental. La paga del
pegado es el infierno. La paga del pecado es muerte. Esto es muerte eterna. Y si no
colocamos nuestra fe en Jesucristo, Juan 3 dice que pereceremos. Jesús dijo en otros
lugares, en el Evangelio de Juan: “En vuestros pecados moriréis y a donde yo voy nunca
vendréis”. Jesús de manera repetida dijo que el infierno era un lugar en donde habría lloro
y crujir de dientes, en donde el gusano de ellos nunca muere y el fuego nunca se apaga,
juicio eterno.
La gracia salvadora nos salva, nos libera de esa paga eterna, aterradora. Regresemos al
versículo 11 por un momento y hablemos de ese versículo de manera muy breve. La gracia
de Dios se ha manifestado. Ahora recuerde, eso se está refiriendo a la encarnación. La
gracia ahí es personificada en una persona, quien es el señor Jesucristo, así como en el
versículo 4 del capítulo 3. La bondad y el amor son personificados en la persona de Cristo.
La gracia apareció en el versículo 11. La bondad y el amor aparecieron en el versículo 4 del
capítulo 3 y todo eso incorpora los atributos de Cristo, quien Él mismo apareció como la
gracia encarnada, la bondad encarnada y el amor encarnado ese día en Belén. La razón
por la que Él nació, la razón por la que Él apareció, fue para traer salvación. Él vino para
buscar y salvar lo que se había perdido.
Y después esa afirmación tan importante al final del versículo 11, trayendo salvación a
todos los hombres. Y eso nos indica la extensión del amor y gracia de Dios. Que Él trajo
una salvación que se extendió a todos los hombres. El amor de Dios en un sentido,
entonces, define la extensión de su provisión. Y el amor en el que su salvación se origina,
es amor hacia el mundo, según Juan 3:16. Porque de tal manera amó Dios al mundo que
dio.
Y entonces su gracia se extiende a la amplitud de su amor, el cual se extiende al mundo.
Esta semana pasada, mientras que estuve en Inglaterra, tuve la oportunidad de leer, entre
los momentos en los que estuve predicando. Y estaba leyendo a Juan Brown, un volumen
antiguo que he tenido por muchos años. Realmente no lo había leído a fondo
recientemente, pero ahora está en tres volúmenes llamados “Discursos y dichos de
nuestro Señor”. Él fue uno de los últimos, sino es que el último de los puritanos escoceses.
Y él tiene una sección interesante ahí, y se la voy a leer.
Para aquellos de ustedes que están interesados en este asunto de la extensión de la
expresión, creo que él realmente captura de una manera muy útil la esencia de esto. Él
dice: “No puede haber duda en la mente de una persona que entiende la doctrina de la
elección personal; que aquellos que de hecho son salvos son los objetos de un amor
especial por parte de Dios; y que el Salvador tuvo un diseño especial en referencia a ellos;
pero, puede haber poca duda de que la expresión de Cristo tiene una referencia general a
la humanidad en general, y que tuvo la intención de mostrar amor por parte de Dios hacia
nuestra raza culpable.
No meramente fue la expresión ofrecida por Cristo Jesús suficiente para la salvación del
mundo entero, sino que tuvo la intención y fue apta para quitar del camino de la salvación
de pecadores, generalmente, todo estorbo los cuales las perfecciones de la virtud moral
divina y los principios del gobierno moral divino presentaron. Como consecuencia de esa
expresión, todo pecador puede estar, y si él cree en Jesús, ciertamente será perdonado y
salvado. La revelación de misericordia hecha en los evangelios se refiere a hombres como
pecadores, no como a pecadores elegidos”. Pablo lo dijo de esta manera: “Dios estaba en
Cristo reconciliando al mundo”.
Entonces Dios, al enviar a Jesucristo, ha demostrado su amor hacia el mundo y le ha
ofrecido al mundo una oportunidad de salvación. Esto debe ser entendido, junto con el
entendimiento del propósito especial de Dios para los elegidos. Y el propósito de salvación
entonces, inicialmente y en últimas, es librarnos de la paga del pecado, la cual es muerte y
cuando usted mira al Señor Jesucristo y coloca su fe en Él, y usted reconoce que Él murió
en una cruz y resucitó para su justificación, y usted cree, y usted viene en arrepentimiento
como un pecador rogando por salvación, Dios en su misericordia no lo va a dejar fuera a
usted. Dice en Juan 6: “Usted será librado de esa paga final definitiva, la cual es el
infierno”. Usted será librado del infierno y estará camino al cielo. No obstante, por
importante que es eso, no es el corazón y alma de la salvación, y no es el corazón y alma
de este texto.
La gracia salvadora sí nos libra de la paga del pecado, pero un asunto más importante es
que la gracia salvadora nos libra del poder del pecado, y ese es el segundo punto. Nos
libra del poder del pecado. Esto realmente es lo que está en la mente de Pablo aquí, y esto
es lo que es tan crucial en este texto, versículo 12. La gracia de Dios se ha manifestado y le
ha traído salvación a todos los hombres. Una salvación enseñándonos que renunciando a
la impiedad y a los deseos mundanos vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente.
La salvación no solo lleva a cabo un cambio en nuestro futuro, lleva a cabo un cambio en
nuestro presente. No solo elimina la paga del pecado, sino que se vuelve para nosotros un
maestro. Aquí usted tiene la gracia de Dios apareciendo en Cristo, ahora personificada
como nuestro maestro. Por primera vez, ahora, en nuestras vidas desde que fuimos
salvos, estamos recibiendo instrucción constante que viene dentro de nosotros acerca de
la justicia y la piedad. La gracia salvadora rompe el dominio del pecado.
En Romanos capítulo 6 y versículo 14 dice que el pecado ya no se enseñorea de nosotros,
ya no nos domina. La gracia salvadora rompe el poder del pecado, rompe el dominio del
pecado, rompe el dominio y el control del pecado. De hecho, esto es tan evidente que el
apóstol Juan nos recuerda en 1º de Juan, capítulo 3, en algunas palabras contundentes:
“Hijitos, nadie os engañe, el que practica justicia es justo, así como Él es justo. Dios es
justo. Fuimos hechos justos en Cristo, y por lo tanto practicamos justicia.” Versículo 9:
“Nadie que es nacido de Dios practica el pecado, porque su simiente -esto es la simiente
de Dios-, permanece en él. Él no puede pecar, él es nacido de Dios”.
Él tiene una vida nueva, él tiene una nueva naturaleza, él es una nueva criatura, y el
dominio del pecado es quebrantado, y él no vive en un patrón continuo, habitual,
ininterrumpido, inquebrantable, continúa practicando el pecado. Eso es muy básico. La
salvación no solo trata con nuestro futuro, trata con nuestro presente. Mientras que hubo
un tiempo en el que no podíamos hacer ninguna cosa buena. “No hay justo -Romanos 3
dice-, ni aún uno; no hay quien entienda, no hay quien haga el bien. Veneno de áspides
está debajo de sus labios. Todos nos hemos desviado por las obras de la ley.
Ninguno de nosotros puede ser justificado”. Dicho en términos de Efesios 2: “Estábamos
bajo la potestad del príncipe del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de
desobediencia”. Y éramos por naturaleza los hijos de ira. Estábamos condenados a la
condenación y estábamos viviendo en un patrón ininterrumpido, no quebrantado de
pecado continuo. No podíamos hacer nada que fuera correcto. En el punto de la salvación
se nos dio una nueva naturaleza. Nos volvemos nuevas criaturas. No solo somos cubiertos
con la justicia forensica de Cristo, sino que hay una obra santificadora que se lleva a cabo
en el interior. Somos limpiados. Una nueva creación establece su residencia -por así
decirlo- dentro de nosotros, en la que el espíritu de Dios mora y nos motiva hacia una
santidad que se va incrementando.
La salvación, entonces, no solo trata con el futuro, sino que trata con el presente. Ahora, si
parece que estoy enfatizando mucho este punto, tiene razón, lo estoy haciendo. Una de
las cosas que debe entender es que la gracia salvadora reprograma su computadora
espiritual. Saca todos los discos antiguos y los deshecha, y reprograma su computadora
espiritual con anhelos hacia la santidad y justicia y la virtud y bondad y Dios. Eso es lo que
ocurre en la transformación de la salvación.
Entonces él dice, “la gracia -en el versículo 12- se vuelve nuestro educador, nuestro
instructor.” Él usa la palabra “paideuo”, de la cual obtenemos nuestra palabra en inglés
“pedagogía”, la cual usamos para referirnos a un instructor o maestro. “Paideuo” es como
usted lo dice. Esa palabra nos dice que cuando usted se vuelve cristiano, usted entonces
es colocado bajo la tutela de Dios y su espíritu y su palabra, y un proceso de preparación
se lleva a cabo. La palabra de hecho significa “preparar, entrenar como un niño”.
Entonces, el proceso de preparación se lleva a cabo conforme somos entrenados en el
proceso de la santificación para ser hechos más y más como Jesucristo.
Ahora, sigue este pensamiento. La salvación, entonces, fue un rompimiento decisivo con
el poder del pecado. Escúchelo. La salvación fue un rompimiento decisivo con el poder del
pecado. Mediante Jesucristo, Juan 1:17 dice, la gracia y la verdad fueron cumplidas.
Cuando usted viene a la salvación en Cristo, hay un rompimiento serio con el poder del
pecado y empieza a moverse hacia la gracia transformadora. Romanos 5:21: “El pecado
reinó en la muerte. Ahora la gracia reina mediante la justicia”. Entramos a la justicia y a la
gracia, y la justicia comienza a dominar nuestras vidas.
Ahora tenemos un patrón de justicia, un patrón de santidad, un patrón de bondad. Es
interrumpido por el pecado, como Romanos 6 y 7 lo señalan, porque todavía tenemos la
carne que no ha sido aún glorificada y redimida, pero en Cristo somos una nueva criatura.
“Las cosas viejas pasaron y aquí todas son hechas nuevas”, según el Corintios 5 dice.
Gálatas 2:20: “Con Cristo hemos sido juntamente crucificados, mas ya no vivimos, sino
que realmente no somos nosotros, sino Cristo viviendo en nosotros”. Y eso nos mueve
hacia la santificación.
Ahora, amados, permítanme tan solo hablar de esto por un momento breve. En 1988
cuando escribí el libro “El evangelio según Jesucristo”, el cual ustedes conocen, tratamos
con uno de los asuntos que es muy, muy importante en la vida de la iglesia. Ese es el
asunto del señorío de la salvación, o lo que realmente sucede cuando usted es convertido.
Y este año pasado salió un nuevo libro “La fe” obra, la cual espero que haya estado
leyendo. Es un libro inclusive más importante y más detallado y más cuidadoso que el
primer libro. Y ese libro está siguiendo con el mismo asunto. Y el asunto básico
simplemente es este: Cuando una persona es convertida, ¿hay una transformación o no la
hay? Esa es la médula.
Todos estamos de acuerdo con que la salvación nos va a salvar de la paga del pecado.
Pero estoy convencido de que no solo nos salva de la paga del pecado, sino que rompe el
poder del pecado. Aquellos que quieren negar lo que es llamada “la salvación de señorío”
quieren negar eso, quieren decir que es posible ser librado de la paga del pecado y
continuar bajo el dominio total del pecado, al punto en el que usted inclusive negaría a
Cristo, negaría la realidad de Dios, se volvería un agnóstico, un ateo, etcétera, etcétera.
O en donde, aunque usted puede ser un cristiano, usted puede vivir en un patrón
continuo de pecado no quebrantado, el cual en realidad es decir que mientras que la
salvación trata con su futuro, puede o no tratar con su presente. Esa no es la salvación de
la que el apóstol Pablo escribe aquí en este texto, o cualquier otro texto en el Nuevo
Testamento. Lo que él nos está diciendo aquí es esto: que cuando la gracia de Dios
aparece y trae salvación, inherente en eso hay una transformación que involucra
reprogramar al hombre interior mismo. De tal manera que, versículo 12, somos instruidos
a negar algunas cosas y a afirmar algunas cosas.
Entonces, está tanto la característica negativa como la positiva en lo que Pablo dice en
este proceso de santificación, alejándonos del pecado, separándonos más y más, lo que
santificado significa, y más y más hacia Cristo, hay tanto un negativo como un positivo.
Observe el negativo, versículo 12, somos instruidos en el punto de salvación a negar algo.
Simplemente significa “rechazar, renunciar”. Y creo que expresa la idea de un acto
decisivo inicialmente. Ciertamente con implicaciones continuas. Y quiero decirle, cuando
usted vino a Cristo usted vino porque quería ser librado del pecado, ¿verdad? Hay algunas
personas que dirían, “Bueno, no, cuando fui salvo lo único que quería era un seguro
contra incendio, cuando fui salvo lo único que quería era asegurarme de que no fuera al
infierno”. Pero francamente, usted podría cuestionar a alguien que viene así.
Estoy seguro de que es posible que alguien podría, de manera verdadera y genuina, ser
salvo motivado por nada más que termo. Pero cuando usted ve una conversión que
realmente es genuina, normalmente está marcada no solo por una preocupación por el
temor del futuro, sino por un deseo por ser librado del poder de la maldad actual. En otras
palabras, la persona está abrumada por su pecaminosidad. No es tanto que la persona
esté diciendo “Bueno, me gustaría continuar con mi vida como está, pero ciertamente no
quiero morir e ir al infierno…”
Esa no es la médula del arrepentimiento genuino, porque cuando el Espíritu Santo
convence, según Juan 16, Él no está convenciendo al mundo del infierno. ¿Él está
convenciendo al mundo de qué? Del pecado. La gente viene para ser salva del pecado. Ser
salvo del infierno es una consecuencia. Reducir, en algún tipo de mentalidad
reduccionista, la salvación, la liberación del infierno, y no liberación del pecado, es
adulterar la salvación bíblica, y realmente tratar de manera impropia, injusta y con gran
error, con respecto a la obra del Espíritu Santo y la convicción de pecado. En el punto de la
salvación hay una negación. Y hay una negación de impiedad, Él dice, y deseos mundanos.
Hay algo decisivo que sucede y hay un rechazo de patrones antiguos. Hay un decir “no” a
la manera en la que solía ser. Hay una transformación que involucra nuevos deseos y
nuevos anhelos. El alma salva es hecha por Dios para romper el poder del pecado.
Y lo primero que se va es, veamos la palabra “impiedad, asebeia”. Lo que significa es una
falta de reverencia hacia Dios. Si hay algo que es verdad acerca de la persona no
regenerada es que son irreverentes. Ciertamente usted podría encontrar la irreverencia
definida claramente en Romanos 1:18–32. Ahí usted tiene la ira de Dios revelada desde el
cielo en contra de todas esas personas que conocen la verdad de Dios y la rechazan.
Cualquier concepto irreverente de Dios es castigable por la muerte eterna, como usted
bien lo sabe. Y entonces, cuando una persona se vuelve un creyente, lo primero que pasa
es que hay un rompimiento con la irreverencia.
Hay un rompimiento con todas las ideas falsas acerca de Dios. Toda falta de respeto, falta
de honor, falta de adoración: un fracaso por no adorar a Dios. Cuando la salvación viene,
el pecador abandona todas sus perspectivas equivocadas de Dios e instantáneamente es
transformado en un adorador. Filipenses 3:3 define a un cristiano como “el que adora a
Dios en el espíritu”. Juan 4 dice que “el Padre busca adoradores verdaderos que lo adoren
en espíritu y en verdad”. No existe algo tal como un cristiano que no es un adorador,
porque cuando usted es salvo usted fue transformado en un adorador. Usted no podría
ser un agnóstico. Usted no podría ser un ateo. Usted no podría ser alguien que niega a
Dios y un adorador al mismo tiempo y usted fue salvo y hecho un adorador.
Entonces, lo primero que usted niega es impiedad. Cualquier cosa que es un concepto
irreverente, actitud irreverente o pensamiento irreverente hacia Dios. Y eso significa que
usted ahora está concentrado en el Dios verdadero, con una perspectiva verdadera,
creyendo en Él como el Dios que de hecho es. La gracia salvadora entonces hace que
usted rompa de manera decisiva con la vida antigua y le enseña a usted quién es Dios en
realidad. Le da a usted pensamientos dignos acerca de Él.
Y después él añade un segundo componente. Él dice: “La salvación lo instruye a usted no
solo a negar la impiedad, sino los deseos mundanos, cósmicos”. “Epithumias” significa
deseos pecaminosos que son característicos del sistema humano impío, deseos que
reflejan la sociedad impía. Pedro los llama los llama “deseos carnales”. Pablo los llama
“deseos necios”. Él también los llama “deseos que dañan”. Y escribiendo en 2 a de
Timoteo, él habla de “deseos juveniles”. Pero usted aquí tiene deseos mundanos. La
pasión mundana, carnal, juvenil, que daña, que es necia.
En el punto de la salvación hay un rompimiento decisivo con ideas equivocadas acerca de
Dios, y hay un rompimiento decisivo con patrones de vida que fueron dominados por los
deseos pecaminosos. Hay una renuncia y una transformación. Hay una reprogramación.
En Colosenses 3 creo que habla de eso, en los versículos 9 y 10: “No os mintáis los unos a
los otros, ¿por qué? Porque habéis hecho a un lado, os habéis despojado del viejo hombre
con sus malas prácticas y os habéis puesto el nuevo hombre, el cual está renovado a un
conocimiento verdadero”. Y ahí el apóstol Pablo está reconociendo que la salvación no
solo trata con el futuro, sino que trata con el presente. No solo trata con la paga del
pecado, sino que trata con el poder del pecado. Usted ya no está bajo su dominio,
entonces no ceda a él.
Sería absolutamente antibíblico decir que una persona podría ser salva de la paga del
pecado y tener un concepto equivocado de Dios, sea el concepto de un agnóstico, un
ateo, cualquier otra perspectiva torcida de Dios, que lo haría algo menos que adorar al
Dios verdadero, y que él podría ser salvo y continuar con un patrón no quebrantado de
deseos mundanos sin cambio visible en la vida. Eso es una violación flagrante de lo que el
texto está diciendo. Ahí acaba el versículo 12. Observe el positivo. No solo la salvación se
vuelve un pedagogo inmediato que nos enseña a negar algunas cosas, sino a afirmar
algunas cosas. Esto es a afirmar el vivir de manera sensata, justa y piadosa en este siglo
presente. Este es el lado positivo. Aquí viene la evidencia de la transformación en tres
expresiones que realmente en cierta manera resumen cómo hemos sido librados del
poder dominante del pecado.
Una cosa que hace el pecado es que le enseña a usted a vivir de manera insensata, injusta,
impía, ¿verdad? Simplemente lo opuesto. Entonces, el dominio del pecado es
quebrantado y vivimos sensiblemente de manera justa y piadosa. Sensiblemente es esa
misma palabra “sofronos”, que hemos visto una y otra vez, y significa “dominio propio”.
Ya la hemos visto cuatro o cinco veces en esta epístola. Una vez en el capítulo 1. Creo que
cuatro veces antes de que llegamos a este versículo. Significa “dominio propio”. Una de las
cosas que le sucede a usted cuando usted es salvo es que usted tiene dominio propio.
Usted se puede controlar a sí mismo, el hombre natural no puede.
Él no puede hacer las cosas de Dios, es imposible para él. Él es impotente para hacerlas, lo
único que hace es pecar, pecar, pecar y más pecado. Pero un cristiano puede controlarse.
Usted puede traer la carne no redimida bajo el control del Espíritu de Dios en el hombre
interior redimido y hacer lo que es correcto. El dominio propio significa “equilibrio
apropiado, prioridades espirituales, decisiones sabias”, todo eso. Después él dice, en
segundo lugar, pasando del individuo mismo y su propio dominio propio, él menciona
“justamente”. Lo cual significa que usted obedece el estándar divino de lo que es correcto.
Usted comienza a vivir de manera correcta y después usted afecta a todo mundo. La gente
que vive de manera correcta, claro, impacta a aquellos que lo rodean.
Entonces él está diciendo, en primer lugar, cuando fueron salvos hizo un cambio en
ustedes. En segundo lugar, hizo un cambio en cómo viven hacia otros. Vive de manera
justa, demostrando lo que viví de manera correcta. En tercer lugar, él menciona la palabra
“piadoso”. Y eso mira hacia Dios. Usted se volvió reverente, usted se volvió respetuoso de
Dios, usted honró a Dios, usted adoró a la voz, usted vivió bajo su autoridad. Entonces
aquí está la evidencia de la transformación. La salvación, entonces, nos libra de la paga del
pecado en el futuro -esto es el infierno- y el poder del pecado del presente -esto es el
patrón no quebrantado de pecado continuo-. Y ahora estamos en un patrón de santidad,
ya no practicando el pecado como 1º de Juan dice en el capítulo 3, como leí antes en el
versículo 10, porque tenemos la vida de Dios en nosotros, tenemos la simiente de Dios en
nosotros. Juan dice: “Ya no continuamos en la práctica del pecado”.
Ahora, observe el final del versículo 12: “Esta piedad, justicia y sobriedad, este dejar los
conceptos equivocados de Dios y vivir por pasión debe ser hecho en el tiempo presente.
Esto no es el futuro, esto es ahora, aquí y ahora, la esfera en la que vivimos”. La frase
particular es repetida por el apóstol Pablo por lo menos cuatro veces, de lo que yo sé,
significa “el tiempo presente”. La gracia salvadora, entonces, no solo nos libra del infierno
futuro, sino que nos educa, nos prepara para la santidad presente en el aquí y el ahora.
Eso es esencial para entender el asunto de la salvación.
Veamos un tercer punto aquí. Tercer punto, versículo 13: “Aguardando la esperanza
bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”. Un
tercer punto que Pablo presenta aquí muy, muy importante, es que la gracia salvadora
nos libra de la presencia del pecado. La gracia salvadora nos libra de la presencia del
pecado. “Vivimos en esperanza”, versículo 13 dice. Y la esperanza es que algún día Jesús
vendrá, y cuando él venga, sabemos que él nos librará de la presencia del pecado. Somos
librados de su castigo, somos librados de su poder, y anhelamos ser librados de su
presencia.
Esa es la razón por la que Pablo dijo: “Mucho mejor partir y estar con Cristo”. Esa es la
razón por la que Pablo dijo: “Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia”. Es un
mejor lugar. Esa es la razón por la que Pablo dijo que “la creación entera gime esperando
la adopción, la redención de nuestros cuerpos”. Esa es la razón por la que anhelamos la
manifestación gloriosa de los hijos de Dios. Esa es la razón por la que nos deleitamos en 1º
de Juan 3:2: “Seremos como él porque le veremos tal como Él es”. Y después se
manifestará lo que realmente somos como los hijos de Dios.
Entonces, el anhelo del corazón del creyente es que algún día sea librado de la presencia
del pecado. ¿Qué significaría la salvación si no fuera en últimas librarnos de la presencia
del pecado? Si el pecado cargara mi corazón, si el pecado me preocupara y me debilitara y
me aplastara y si odiara el pecado cuando fui un incrédulo, no lo odio menos, lo odio más
y quiero el tipo de salvación que me promete que algún día no existirá. Esa es nuestra
esperanza. Esa es la razón por la que él dice en el versículo 13, “esperando”. Literalmente
significa “esperar”, “esperando”. No estamos deseando, estamos esperando con
expectativa. Conlleva la idea de expectativa, anhelo y ¿qué estamos esperando?
La esperanza bienaventurada. La esperanza bienaventurada. ¿Qué significa eso? La
esperanza que bendecirá, la esperanza que traerá bendición. ¿Y cuál es la esperanza
bienaventurada? Es la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador
Jesucristo. Esa es nuestra esperanza bienaventurada. Jesús viene. Esa es la esperanza que
va a bendecir. Y cuando él venga habrá gozo y riqueza y paz y recompensa y perfección,
ausencia de pecado y gloria. Vivimos en esa esperanza. Vivimos anhelando esa esperanza.
Algunas personas quieren dividir esto un poco y ven en la frase “esperando la esperanza
bienaventurada” el rapto de la iglesia y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y
Salvador Cristo Jesús.
La segunda venida, siete años después. El rapto siendo antes del tiempo de la tribulación,
la segunda venida viviendo después. Pero realmente no creo que Pablo está empujando
algún tipo división aquí. Creo que simplemente está diciendo: “Estamos esperando la
esperanza bienaventurada”. Y la esperanza bienaventurada es la aparición del Señor. Él
simplemente está resumiendo el todo de la segunda venida. No creo que el está tratando
de aislar el rapto del regreso, aunque entendemos que son dos partes de la gran venida de
Cristo, la epifanía, la aparición, la llegada.
Creo que Pablo simplemente está diciendo: “Vivimos con la expectativa de que Jesús
viene”. Y cuando él venga, ciertamente en el rapto y más adelante en la gloria que viene
después, a favor de los Santos del Antiguo Testamento y los Santos de la Tribulación,
seremos librados de la presencia del pecado en nuestra forma glorificada. La esperanza
bienaventurada es una realidad fija, histórica, que anhelamos. De hecho, él dice: “La
esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa”. ¿Y quién es la gloria? De hecho, la
gloria es nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.
Entonces, en este texto el Señor es llamado “gracia”. En el versículo 11 Él es llamado
“gloriosa o gloria”. En el versículo 3 Él es llamado “bondad”. En el versículo 4 del capítulo 3
Él es llamado “amor”, en el mismo versículo. Él es la personificación de gracia y gloria y
bondad y amor. Vimos la bondad, el amor y la gracia en su primera venida. Veremos la
gloria en su segunda venida. Creo, como es frecuente en otras parte de la Escritura, usted
no tiene una separación del rapto llamada “la esperanza bienaventurada” y la segunda
venida llamada “la manifestación”, aunque podríamos hacer esas distinciones ciertamente
en nuestra escatología. Creo que Pablo simplemente está abarcando el concepto entero
del regreso de Cristo como la culminación de la salvación final, la cual nos libra de la
presencia misma del pecado.
Entonces recibiremos cuerpos inmortales. Esto corruptible se vestirá de incorruptible. Esto
mortal se vestirá de inmortalidad y seremos triunfales en nuestra santidad absoluta.
Una nota acerca del final del versículo 13. Él llama a Cristo por este título: Nuestro gran
Dios y Salvador Jesucristo. Ahora, aquí hay otro de esos pasajes tan, tan poderosos de la
escritura que quitan la duda acerca de que Jesús es o no Dios. Siempre hay personas que
quieren negar la deidad de Cristo y pequeñas afirmaciones como este gran título aquí son
útiles para afirmar la deidad de Cristo. Frecuentemente en la escritura la deidad de Cristo
nos es presentada. Pienso en otro texto, que no es diferente a este, en Hebreos 1:3 en
donde dice que Cristo Jesús, su hijo, el hijo de Dios es el resplandor de la gloria de Dios y la
representación exacta de su naturaleza. Ahí está uno de esos versículos que se refiere de
manera definitiva al señor Jesucristo como igual a Dios en la esencia misma y en la
naturaleza misma.
Otro que viene a mi mente, estaba leyendo antes, en Romanos 9, versículo 5, una gran
afirmación. Dice: “Cristo, quien está por encima de todos, Dios bendito por los siglos”.
Entonces aquí hay una afirmación que simplemente dice: “Nuestro gran Dios y Salvador,
Cristo Jesús”. Él vino en un estado humilde la primera vez, con gracia. Él viene en un
estado exaltado la próxima vez, con gloria. Él viene a glorificar su iglesia en el rapto y
después para regresar en gloria con su iglesia, para glorificar a los santos que quedan y
establecer su reino.
Otro comentario. Conforme usted ve esa afirmación, nuestro gran Dios y Salvador
Jesucristo, podría ocurrírsele a usted que podría mover la coma después de la palabra
“Salvador” a antes de la palabra “Salvador” y hacer las dos personas. Nuestro gran Dios, y
Salvador Cristo Jesús, de tal manera que uno se referiría a Dios, el otro, el Salvador Cristo
Jesús y evitar la conexión necesaria con que Jesús es Dios.
Hay varios problemas con eso. Se los menciono. Es mejor verlo como refiriéndose a una
persona por varias razones. Hay un artículo aquí, un artículo definido en lugar de dos.
Usted también observará en el versículo 14, “quien se dio a sí mismo por nosotros”. Toma
el título entero, con un pronombre singular, por lo tanto, refiriéndose a un individuo. Esa
palabra “gran”, ahí sería bastante interesante. “Nuestro gran Dios”. No tendría sentido
usarse si se está refiriendo solo a Dios. Nunca es usada en el Nuevo Testamento para
referirse a Dios. ¿Por qué con tanta frecuencia en el Antiguo Testamento Dios es llamado
“grande”. Parece ser afirmado, y no es usado en el Nuevo Testamento. “Gran” o “grande”
es usado en el nuevo testamento para referirse a Cristo en varias ocasiones. “Él será
grande”. Jerusalén es llamada la ciudad del “gran rey”. “Un gran profeta se ha levantado
entre nosotros”, Lucas 7:16. “Un gran sacerdote sobre la casa de Dios”, Hebreos 10:21.
“Un gran pastor de las ovejas”, Hebreos 13:20.
Entonces “gran” es usado de manera repetida para hablar de Cristo en el Nuevo
Testamento, nunca de Dios. Y cada vez que “gran” es usado para hablar de Cristo, creo
que lo liga como Dios con el uso de “gran” en el Antiguo Testamento, refiriéndose a Dios
Padre. Pero el punto más importante en esto es que nunca en la escritura el padre está
unido al hijo en su segunda venida. Entonces, usted no podría hablar de la aparición de la
gloria de nuestro gran Dios y Jesucristo. El padre nunca acompaña al hijo en la segunda
venida. La epifanía, la aparición, la llegada de Jesucristo es de maneras singular, Jesucristo.
Entonces todas esas cosas nos indican que el entendimiento apropiado es nuestro gran
Dios y Salvador Cristo Jesús. Y por lo tanto se vuelve un testimonio masivo de la deidad de
Cristo, quien de hecho es llamado Dios y el Salvador.
Entonces, Él viene en el futuro para salvar a su pueblo. ¿En el sentido de qué? De librarlos
de la presencia del pecado. Esa es la razón por la que Pablo en Romanos 13 dice ahora:
“Vuestra salvación está más cerca de lo que antes creísteis”. ¿Qué tipo de salvación? La
salvación de la presencia del pecado. Ya tenemos salvación de la paga y el poder, pero
todavía no de la presencia del pecado. Pero nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo va a
venir y nos va a librar de la presencia misma del pecado en nuestra propia carne.
Filipenses 3:20 dice que cuando viene, versículo 21, “transformará el cuerpo de la
humillación nuestra para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya”. Él nos va a hacer
como Él mismo. Seremos como Él. Porque le veremos tal como Él es. Y esa gran
transformación elimina de nuestra persona misma cualquier presencia del pecado. Aún si
regresamos y reinamos sobre la tierra en el reino milenial no podemos ser tentados, no
podemos ser tentados por el pecado. Seremos puros y eternamente santos.
Esa es la esperanza bienaventurada. Y realmente creo que eso es lo definitivo que la gente
ha estado esperando. Ser librado de la paga del pecado, ser librado del poder del pecado,
pero en últimas, de la presencia del pecado en su totalidad. Y hay otro pensamiento aquí.
Y no voy a agotar esto. Vamos a terminarlo la próxima vez, pero se lo voy a presentar. La
gracia salvadora viene para librarnos de la posesión del pecado. La posesión del pecado.
Versículo 14: “Quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y
purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras”. ¡Oh, esta es una verdad tan
maravillosa! El pecador no regenerado es la posesión del pecado. Él es posesión de él, es
controlado. Romanos 6; 16 y 17: “Él es un esclavo de injusticia”.
La gracia salvadora rompe esa posesión. Como Romanos 7 dice: “el primer marido muere,
y el cónyuge ya no está en esclavitud”. El primer marido era el pecado y está muerto y ya
no hay esclavitud. Hay liberación completa. Y nos volvemos -me encanta esto, Versículo
14- pueblo propio. Esto es posesión de Él. Y nos volvemos de Él. Él nos sostiene. Usted
puede ir por toda la escritura y leer esto. Que estamos escondidos con Cristo en Dios.
Ninguno puede sacarnos de su mano. “Nunca nada nos separara del amor de Dios, que es
en Cristo Jesús”, Romanos, capítulo 8. Estamos seguros para siempre. Ese es un
componente esencial de la salvación, amados. Tenemos una salvación que nos libra de la
posesión del pecado permanentemente.
La gracia salvadora rompe para siempre esa posesión. Usted no puede regresar. ¿Por qué?
Porque el señor pagó el precio. Y la justicia de Dios quedó satisfecha, y la compra fue
realizada. El hecho de que alguien venga y le enseñe que puede perder su salvación,
básicamente es decir que Dios no pagó un precio suficiente por una compra eterna.
Básicamente es decir que Dios pudo iniciar con nosotros, pero puede perdernos a lo largo
del proceso. Habla de que Él es menos que omnipotente. También es básico si usted cree
que puede perder su salvación, que tiene que afirmar que, en algún punto en el universo,
en algún lugar del universo, alguien es más poderoso que Dios. Como puede ver, a menos
de que usted entienda la esencia de lo que está en este texto acerca de la salvación y en
otros lugares del Nuevo Testamento, usted puede estar muy confundido. Usted podría
pensar que la salvación solo es liberación del infierno. No lo es. Es liberación del poder del
pecado, como también la paga.
Usted podría pensar que hay alguna duda si en el futuro de hecho vamos a ser librados de
manera plena de la presencia del pecado y existir como seres santos por los siglos de los
siglos, así será. Y podría pensar que, en algún punto, usted sabe en cierta manera
podríamos entrar y salir de esto. Si alguna de esas posturas equivocadas son verdad,
entonces vamos a tener dificultad convenciendo al mundo de que tenemos un Dios
Salvador, ¿no es cierto? Si Dios puede perdernos, si en cierta manera podemos entrar y
salir de la salvación, ese es el tipo de salvador que la gente en nuestro mundo está
buscando, cuando un pecador llegue al fin de su vida -por así decirlo- y quiere redención y
quiere salvación y quiere perdón, ¿acaso quiere un Dios que no puede sostenerlo? ¿Cómo
podemos adornar la doctrina de Dios?
¿Cómo podemos mostrarle al mundo que nuestro es un Dios salvador si no enseñamos
que nuestro Dios guarda a quien Él salva, que nuestro Dios perfecciona a quien Él salva,
que nuestro Dios rompe el poder del pecado en las vidas de aquellos a quienes Él salva,
como también liberarlos del infierno eterno? Es el paquete que despliega Dios. Tenemos
un Dios que puede estar en control de todos los demonios del foso y del infierno.
Tenemos un Dios que puede romper la infección devastadora del pecado, la cual está en la
médula de los seres humanos. Tenemos un Dios que en últimas va a transformar a tal
grado nuestros cuerpos que nunca conoceremos el pecado en la eternidad. Tenemos un
Dios cuya posesión nos volvemos, cuya posesión nos volveremos por la eternidad y nunca
nadie jamás podrá cambiar eso.
Entonces, si vamos a demostrar la grandeza de nuestro Dios y su poder salvador, entonces
exaltémoslo por ser el Salvador que Él es, y no inventemos algún tipo de salvación que es
algo menos de aquello que de manera apropiada exalta a nuestro gran Dios. ¿Qué
significa ser un cristiano? Significa ser salvo de la paga del pecado en el futuro, el poder
del pecado en el presente, algún día de la presencia del pecado, y ser por toda la
eternidad la posesión de Dios. Un pueblo propio, hecho puro, librado de toda obra impía y
redimidos. Versículo 14 dice que Él se dio a sí mismo para llevar a cabo esto. El sacrificio
de Jesucristo fue para llevar a cabo esta salvación completa y nada menos que eso.
Cualquier cosa menos que eso, no adorna la enseñanza de Dios nuestro Salvador en todo
sentido.
Padre, te damos gracias por nuestro tiempo en esta mañana en tu palabra de nuevo. Oh,
el tiempo pasa tan rápidamente y tanta riqueza que, Padre, te damos gracias de nuevo
por el recordatorio de que Tú eres un Dios Salvador. En tu gran misericordia y gracia tú te
inclinaste para salvar a pecadores indignos. Gracias, padre, por eso. ¿Por qué nos
escogiste? Nunca lo comprenderemos. Quizás inclusive en toda la eternidad nunca lo
entenderemos, pero estamos agradecidos porque lo hiciste. Estamos agradecidos porque
el día vino cuando el Espíritu de Dios convenció nuestros corazones y nosotros te
buscamos como pecadores sin esperanza y nos aferramos a una salvación como la que
acabamos de describir.
Padre, te damos gracias por la plenitud de nuestra salvación. Y oramos que podamos vivir
de tal manera, que podamos mostrarle al mundo qué Dios Salvador eres tú, para que
puedan ver en nosotros el gozo de uno que ha sido liberado para siempre de la paga del
pecado. Que puedan ver en nosotros la pureza de uno en quien el poder del pecado es
quebrantado. Que puedan ver en nosotros la expectativa, el anhelo, la esperanza, la
diferencia de la tierra, el sentido de expectativa celestial de uno que algún día será librado
de la presencia del pecado. Y que puedan ver en nosotros la confianza y la seguridad y el
gozo estable de uno que sabe que nada nunca puede cambiar, que para siempre somos tu
posesión personal.
Padre, que este tipo de salvación la mostremos a un mundo que observa la manera en la
que vivimos y la manera en la que hablamos y en la manera en la que actuamos, para que
otros al ver lo que has hecho en nuestras vidas se vean atraídos a ti y te den la gloria y
vengan a conocerte. Gracias por esta oportunidad maravillosa, Señor, de volver a estudiar
estas grandes verdades. Y te damos la gloria y te alabamos por lo que has hecho con ellas
en nuestras vidas y lo que harás en las vidas de otros, inclusive ahora que oyen este
mensaje, conforme tú los salvas por tu gracia. En el nombre de Cristo, Amén.
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
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La adopción del creyente


Escritura: Gálatas 4:1–11

Código: 48–19
John MacArthur
Estamos regresando al libro de Gálatas para ver la siguiente sección aquí, y esa sería el
capítulo 4. Entonces puede abrir su Biblia en Gálatas capítulo 4. Y comenzaremos por lo
menos examinando el tema de los hijos de Dios, los hijos de Dios. Y la doctrina, la doctrina
maravillosa de la adopción. A manera de recordatorio, todas las religiones, todas las
religiones sin excepción, todas las religiones como también las formas falsas del
cristianismo, y hay muchas como ellas, enseñan que la gente es librada del juicio, salvada
del castigo divino, mediante sus propias obras. Obras de moralidad, obras de religión, y
eso claro es la gran mentira de Satanás, y ha cubierto el planeta a lo largo de toda la
historia humana desde la caída.
El evangelio, el evangelio verdadero de la salvación por la fe únicamente,
independientemente de las obras, había sido sepultado bajo el poder montañoso,
monolítico de la iglesia católica romana durante mil años hasta la reforma. La reforma
consistió en recobrar el hecho de que la salvación era por la fe únicamente y no por la fe
más las obras, como el sistema romano siempre había dicho, y todavía lo dice. No
podemos malentender el evangelio sin deshonrar a Dios, deshonrar a Cristo, deshonrar al
Espíritu Santo, confundir a la iglesia y perder el poder de nuestra misión en el mundo.
Debemos entender el evangelio verdadero. Aquí estamos quinientos años después de la
reforma, y la iglesia de Jesucristo, la iglesia profesante de Jesucristo todavía está tratando
de entender el evangelio. No es sorprendente debido a que Satanás trabaja muy duro
para derrotar la verdad y colocar el error en donde la verdad ha sido quitada.
Entonces siempre estamos en toda generación peleando por el evangelio verdadero. La
mayoría de los protestantes evangélicos creen que la salvación es por la fe y obras, esa es
la razón por la que hubo una reforma para deshacer esa herejía. Aquí estamos de nuevo
necesitando esa reforma nueva. No es solo gente que son cristianos falsos, los que creen
que la salvación es mediante la fe y obras, sino que hay cristianos verdaderos que han sido
engañados, como leímos al principio del capítulo 3, “Oh, gálatas insensatos, ¿quién os ha
engañado?” Gente que ha sido engañada, que ha sido turbada al creer en un evangelio
distorsionado, aunque ellos mismos fueron convertidos al creer en el evangelio verdadero.
Es posible que los creyentes verdaderos sean engañados y estén confundidos y acepten
un evangelio falso, y por lo tanto sean ineficaces y eventualmente inútiles en la
proclamación del evangelio verdadero.
El apóstol Pablo aquí, está escribiéndole a iglesias en región de Galacia alrededor del
Mediterráneo. En el primer siglo, él había plantado iglesias en varias ciudades al predicar
el evangelio de la gracia únicamente mediante la fe únicamente, en Cristo únicamente,
para la gloria de Dios únicamente. Pero algunas personas judías habían venido desde
Jerusalén, diciendo ser creyentes en Cristo, diciendo haber sido enviados por Jacobo,
quien fue el hermano de nuestro Señor y la cabeza de la iglesia en Jerusalén, y enviados
con el mensaje de que creer en Cristo no es suficiente, deben ser circuncidados según la
ley de Moisés y deben adherirse a todas las prescripciones que están en la ley mosaica. La
salvación, dijeron ellos es cuestión de fe, pero también cuestión de obras. Pablo dice, esto
es una distorsión del evangelio, es otro evangelio que no es un evangelio en absoluto, él
dice eso en el capítulo 1 y cualquier persona que predique este evangelio distorsionado
debe condenado, él dice eso dos veces ahí atrás, en el capítulo 1.
La gente sigue predicando un evangelio distorsionado inclusive en la actualidad y de esta
manera hemos llegado al libro de Gálatas, el cuál fue el libro que Lutero estaba leyendo un
par de años después de que él clavó sus tesis en la puerta de la iglesia en Wittenberg. Él
estaba leyendo Gálatas y fue entonces, al leer Gálatas y también Romanos cuando él fue
convertido un par de años después de que él había clavado sus tesis de protesta. Él
conocía el sistema religioso, él sabía que estaba mal, pero aún no se había convertido
hasta que el poder del libro de Romanos y Gálatas sacudió su alma en las manos del
Espíritu Santo. Tenemos que regresar y asegurarnos de que entendemos el evangelio, y
entonces el libro de Gálatas es un libro para todos los creyentes en todos los lugares y
todos los tiempos en la historia de la iglesia para asegurarnos de que estamos
aferrándonos a la verdad, y proclamando la verdad que únicamente salva.
Pablo es apasionado por el evangelio verdadero, él es agente de su aclaración, es Dios
quien lo escogió para escribir trece cartas en el Nuevo Testamento, y delinear la esencia
del Evangelio. Él corazón del mismo es que la salvación es mediante la fe,
independientemente de las obras y él escribe Gálatas para reafirmar esto. Y le recuerdo
por ejemplo del capítulo 2 versículo 16, en donde él dice, “un hombre no es justificado”,
esto es declarado recto por Dios, “un hombre no es justificado por las obras de la ley, sino
mediante la fe en Cristo Jesús”. Inclusive nosotros hemos creído en Cristo Jesús, de tal
manera que seamos justificados por la fe en Cristo y no por las obras de la ley. Debido a
que por las obras de la ley ninguna carne será justificada.
Él dice lo mismo tres veces en un versículo. No es por la ley, no es por la ley, no es por la
ley, es por la fe en Jesucristo. Ahí en el capítulo 3, y en el versículo 6, él usa Abraham
como una ilustración. Él dice, “Abraham creyó a Dios y le fue contado a él por justicia.”
Abraham fue salvo de la misma manera en la que toda persona es salva por la fe en Dios. Y
ahora que Cristo ha venido, la fe en Cristo es requerida, pero la salvación es por la fe.
Versículo 9, “aquellos que son de la fe, son bendecidos por Abraham, el creyente”.
Versículo 11, “que nadie es justificado por la ley ante Dios, es evidente. Porque el justo
por la fe vivirá”. Y ahí Pablo a Habacuc capítulo 2, versículo 4 del Antiguo Testamento. El
profeta está diciendo la salvación es por la fe. Él lleva este tema hasta el capítulo, llegando
hasta el versículo 22, la Escritura ha encerrado o ha encarcelado a todos bajo pecado, de
tal manera que la promesa, la promesa de salvación que vino originalmente a Abraham, y
mediante Abraham al mundo, la promesa por la fe en Jesucristo pueda ser dada a aquellos
que creen.
Versículo 24, “la ley se ha convertido en nuestro ayo para llevarnos a Cristo, para que
seamos justificados por la fe”. Versículo 26, “todos vosotrois sois hijos de Dios mediante la
fe en Cristo Jesús”. Este es el corazón maravilloso de la salvación, no es algo que usted se
gana, es un regalo que usted recibe al creer. Somos justificados por la fe, justificados
significa que Dios declara al pecador justo, o recto a sus ojos debido a que el pecador cree
en el Señor Jesucristo. Dios considera, ha dicho pecador que cree, como el destinatario de
su propia justicia. Esta es una realidad sorprendente que Dios justifica a los impíos que
creen. ¿Cómo es que Dios puede hacer eso? Él puede hacer eso porque Cristo pagó el
castigo por nuestros pecados. Regrese al capítulo 3, recuerde, versículo 10, “Todos
aquellos que son de las obras de la ley están bajo maldición. Escrito está, maldito todo
aquél que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley para
cumplirlas”. Si usted en algún punto quebrantara la ley de Dios, usted es maldecido, es
maldito.
Después leemos esta afirmación maravillosa del versículo 13, “Cristo nos redimió de la
maldición de la ley, habiéndose convertido en una maldición por nosotros”. Esto es de lo
que hemos estado hablando, Cristo toma nuestro lugar en la cruz, él muere una muerte
sustitutiva, él es nuestro sustituto, él está en nuestro lugar, él paga el castigo por nuestros
pecados, su justicia nos es dada, porque nuestros pecados fueron colocados en él, él vivió
una vida perfectamente recta que es acreditada a nuestra cuenta. Nosotros vivimos una
vida totalmente pecaminosa que fue acreditada a su cuenta, y por lo cual él sufrió la ira
divina y tomó nuestro castigo.
Pablo ha estado presentando un contraste entre lo que la ley hace y lo que la fe hace, y no
pueden ser mezclados. Cuando los judaizantes vinieron y dijeron es fe más obras,
mezclaron cosas que no pueden ser mezcladas. La ley tiene un propósito, de regreso en el
versículo 19 del capítulo 3, “porque la ley”, no para salvar, “fue añadida debido a las
transgresiones”. ¿Por qué la ley? Y le di a usted cuatro razones para la ley. Razón número
uno, para definir el pecado en su nivel más amplio. Obviamente hay una ley escrita en el
corazón de todo mundo, y todos tenemos una conciencia, entonces todo mundo sabe lo
que está bien y lo que está mal. Y lo saben porque la ley de Dios está escrita en el corazón,
pero esa no es una ley completa y entonces Dios reveló Su ley a Moisés y en toda su
totalidad para definir el pecado en el nivel más amplio posible.
En segundo lugar, él reveló su ley para demostrarnos que el pecado no solo es algo que
está mal con nosotros, es algo que está fuera de línea con nosotros, que afecta nuestras
relaciones con otras personas y trae malas consecuencias, en cierta manera, de manera
natural. Pero la violación de la ley, es de hecho rebelión abierta en contra de Dios, es un
crimen elevado. La ley entonces dice que el pecado es más que un defecto, es un acto de
rebelión en contra de Dios.
La tercera razón que Pablo nos dice que hemos recibido la ley es para que entendamos
qua habiendo violado la ley, y habiéndonos rebelado contra Dios, estamos bajo la
sentencia de muerte. La muerte viene a todos los hombres, la paga del pecado es muerte,
preguntamos ¿porque hay muerte?, ¿porque hay muerte? Porque todo mundo es un
quebrantador de la ley, la paga del pecado es muerte.
Y la cuarta razón por la que Dios envió la ley. La ley fue establecida desde Moisés a Jesús
durante todos esos cientos de años, fue para demostrar que la ley no podía salvar. Estuvo
en las manos de la gente judía que tuvieron la mejor oportunidad de cumplir la ley,
obedecer la ley, juraron que lo harían, hicieron un juramento de sangre ahí atrás en Éxodo
24, de que obedecerían la ley, no obedecieron la ley, de hecho, violaron el primero de los
mandamientos el cual era no tener dioses, se entregaron a la idolatría, violaron la ley de
Dios en todo punto. En ultimas el juicio cayó sobre sus cabezas, fueron llevados en la
cautividad, fueron sacados de su tierra, y en cierta manera hay algunos que gota a gota
están ahí aún en la actualidad, pero Israel todavía existen desobediencia, apostasía, y
rebelión en contra de Dios en un sentido colectivo.
Entonces, la ley de Dios tiene un propósito, su propósito es definir el pecado, declararlo
como rebelión, pronunciar una sentencia de muerte, y probar históricamente por la
ilustración de Israel, que la ley no salva a nadie. Esa es la ley. No tiene la intención de
salvar, tiene la intención de hacer exactamente lo que acabo de decir. Lo único que salva
es la fe, fe en Dios, fe en Jesucristo. Entonces, Pablo está presentando esa distinción entre
la ley y su obra, y la fe y como recibe la promesa.
Juan Wesley fue el iniciador de un grupo de personas en Inglaterra, llamado ‘El Club
Santo’, ese es un nombre bastante osado que adoptaron, una especie de auto declaración.
En sus días después de su graduación en Oxford, él fue parte del Club Santo. Juan Wesley
fue el hijo de un predicador, él fue muy religioso en su vida personal y práctica. Él fue
externamente moral en su conducta y él estuvo lleno de buenas obras externas. Él y sus
amigos, dice él, visitaban las prisiones y a los prisioneros, iban a las casas de trabajo en
donde estaban los pobres, trataban de traer alivio a los pobres, se compadecían de los
niños que estaban en basureros, proveían alimentos para ellos, ropa para ellos, inclusive
fundaron, proveyeron educación para la pobreza horrenda que se mostraba en los niños
que estaban en basureros, muchos de los cuales eran huérfanos.
Él y sus amigos observaban el día de reposo el sábado, y guardaban el día del Señor el
domingo. Entonces, tanto el sábado y el domingo se apegaban de manera minuciosa a sus
preocupaciones religiosas, daban generosamente limosnas a los pobres, y a la iglesia, leían
la Biblia, ayunaban, oraban. De esta manera eran ‘El Club Santo’. Pero Juan Wesley dijo
que él y sus compañeros estuvieron encadenados en las cadenas de su propia religión de
justicia personal, y no confiando plenamente en Cristo. ¡Que afirmación! Encadenados en
las cadenas de su propia religión de justicia personal, y no confiando plenamente en
Cristo. ¿En que estaban confiando? Estaban confiando en sus obras para su salvación.
Unos cuantos años después, Juan Wesley en sus propias palabras dijo y cito, “Llegué a
confiar en Cristo, en Cristo únicamente para salvación” (fin de la cita). Y después fue que
él experimentó por primera vez en su vida, lo que él dice que fue la certeza de que sus
pecados habían sido perdonados. En ese punto, el punto de su conversión, él miró hacia
atrás a sus días en el Club Santo y él escribió esto, “En ese entonces, tenía la fe de un
esclavo, y no de un hijo”. ¿Qué quiso él decir con eso? tuve la fe de un esclavo porque
estaba en esclavitud a la ley, no tenía la experiencia de la libertad de ser un hijo.”
Él se estaba refiriendo a Gálatas 4, permítame leerle algo de Gálatas, comenzando en el
versículo 1, “Pero también digo entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del
esclavo, aunque es señor de todo, sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo
señalado por el padre. Así también nosotros, cuando éramos niños estábamos en
esclavitud bajo los rudimentos del mundo. Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo,
Dios envió a Su Hijo, nacido de mujer, y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que
estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuantos sois
hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de Su Hijo, el cual clama: “Abba Padre”.
Así que ya no eres esclavo, sino hijo, y si hijo también heredero de Dios por medio de
Cristo”.
Juan Wesley dijo, “éramos esclavos y no hijos”. Y eso es exactamente el lenguaje del
versículo 7. ¿Qué significa eso? ¿Qué significa cuando él dice, era un esclavo? Él quiere
decir que él era un esclavo a la ley. Y la ley es un amo brutal y cruel. Porque no importa
cuánto se esfuerce usted por hacer obras buenas. Usted no puede hacer lo suficiente, y no
puede evitar el pecado. Y entonces la ley se convierte esencialmente en el ejecutor de
usted. Usted viola la ley y la sentencia de muerte es pronunciada sobre usted. La ley,
llevándolo a usted a ese punto de desesperación entonces tiene el propósito de regreso al
capítulo 3, versículo 24, de convertirse en un ayo, un paidagógos, una persona que tiene
la intención de cuidar de un niño, antes que en cierta manera era una especie de guardián
personal. La ley fue ese guardián que tuvo la tarea y la responsabilidad de llevarnos a
Cristo para que fuéramos justificados por la fe. La ley es para mostrarle a usted el infierno,
como la realidad inevitable al final de su vida. Y de esta manera en su desesperación,
llevarlo a Cristo, a quien usted recibe mediante la fe, y la fe únicamente.
Ese es el mensaje de Pablo a lo largo de Gálatas. Y aquí en el capítulo 4, él continúa con la
misma verdad de nuevo, presentando un contraste entre la condición del hombre cuando
él está bajo la ley y con su condición en Cristo, cuando él es el destinatario de la promesa,
como él pasa de la esclavitud a la ley, a la libertad en Cristo. Ahora, dice usted, bueno
¿porque otra vez hemos cubierto esto? lo hemos cubierto, ¿es esto repetitivo? No, en lo
absoluto, más bien en lugar de ser repetitivo es expansivo, amplia nuestro entendimiento
en maneras profundamente maravillosas y ricas. Y mantenga en mente, esto es tan
importante, la importancia absoluta de la verdad del Evangelio está en el corazón de la
misión de la iglesia en el mundo. Y es casi como si no pudiéramos decir lo suficiente acerca
de esto para que todo mundo entienda el mensaje. El tema todavía es la justificación por
la fe únicamente en Cristo únicamente, pero los términos son profundamente ricos,
conforme llegamos a entender la doctrina de la adopción, lo que significa ya no ser un
esclavo, sino ser un hijo.
La doctrina de la adopción es una de las doctrinas más preciadas de todas las doctrinas
cristianas, rodeando a la realidad de la salvación usted tiene la doctrina de la
regeneración, usted tiene la doctrina de la justificación, usted tiene la doctrina de la
conversión, usted tiene la doctrina de la unión, usted tiene la doctrina de la santificación,
pero también tiene usted esta doctrina maravillosa de la adopción. Si usted ve tan solo
unas páginas a la derecha, al capítulo 1 de Efesios, al primer capítulo de Efesios cuando
Pablo habla de bendición, el hecho de que somos bendecidos, versículo 3, “con toda
bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo”, él añade, “según nos escogió en
él desde antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha
delante de él, en amor él nos predestinó para ser adoptados como hijos de mediante
Jesucristo.”
La doctrina de la elección es con el propósito de la doctrina de la adopción, él nos escogió
para que el pudiera adoptarnos, y eso esencialmente es lo que es la adopción. Es cuando
usted escoge a alguien para que sea su hijo. Eso no sucede en el nacimiento, usted
simplemente recibe lo que se aparece. Usted no tomó una decisión y yo sé que después
de un rato a muchos de ustedes les hubiera gustado que fueran considerados un poco
más en la opción que se hizo a favor de ustedes, o en su lugar. Pero la adopción es donde
usted escoge y usted toma a un hijo que esencialmente viene de otra familia. Esa verdad
gloriosa es parte de la multiplicidad de las glorias de nuestra salvación, fuimos elegidos
por Dios de un mundo de pecadores para convertirnos en sus hijos adoptados.
Ahora, en estos siete de versículos de apertura, aprendemos tanto de las maravillas de
esta obra de Dios llamada la adopción. Vamos a llamarla, hechos hijos. Comencemos con
la preparación para ser hechos hijos. La preparación, en los tres versículos de apertura.
“Pero también digo, entre tanto que el heredero es niño”, (la palabra para niño es népios,
significa bebé, infante), “en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo, sino que
está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre”. Muy bien, ahora esa
es la ilustración simple, esa es la analogía simple, Pablo comienza al decir, ‘usemos una
ilustración natural para presentar el punto’. Un hijo podría ser un heredero, él podría ser
un heredero, pero él no difiere en absoluto de un esclavo, aunque él es el dueño de todo.
Porque como un infante él está bajo guardianes y gente que lo cuida hasta la fecha
establecida por el padre, cuando él pueda entrar a su herencia.
En el mundo antiguo el proceso de crecer era identificado de manera mucho más
dramática, en la cultura en la que vivimos, ni siquiera sabemos lo que alguien ya que
creció significa. tenemos a treintañeros que no han crecido. Tenemos a niños de diez años
que han sido tan sobrexpuestos a cosas en el mundo que su manera de pensar es de
adulto. Nosotros no definimos eso, hemos borrado esos momentos que definen de
manera tan clara el crecimiento humano, y hemos creado una especie de cultura entre la
niñez y la etapa adulta, y la llamamos la adolescencia, es una cultura de irresponsabilidad,
primordialmente. Pero en el mundo antiguo usted pasaba de ser un niño a ser un adulto.
Usted no tenía un punto medio. En el mundo judío, un niño en su cumpleaños número
doce, era preparado para venir al primer día de reposo después de su cumpleaños, y su
padre lo llevaba a la sinagoga. Y él era presentado en la sinagoga, presentado al rabino y
se le decía que él ahora era bar-mitzvah, un hijo de la ley.
Él ahora pasaba de estar en las manos de su padre, y él ahora es responsable ante Dios
por su adherencia a la ley. El padre pronunciaba una bendición, esto es lo que un padre
judío decía: “Bendito eres tú oh Dios, quien me has quitado la responsabilidad de este
niño”. Ahora, si usted no cree que hay un cambio en el mundo imagínese, entregar a su
hijo de doce años y darle libertad, quitando sus manos de la responsabilidad que usted
tenia, lo que el padre quería decir con eso, no era irresponsabilidad, sino que el niño
ahora está sujeto a ti, y a tu ley. El niño entonces oraba la siguiente oración: ‘Oh mi Dios, y
Dios de mis padres, en este día solemne y sagrado, el cual marca mi paso de ser un niño a
ser un adulto, un hombre, humildemente levanto mis ojos a Ti, y declaro con sinceridad y
verdad que a partir de ahora guardaré tus mandamientos y llevaré la responsabilidad de
mis acciones delante de ti. Eso es Bar-Mitzvah, ese fue un bar-mitzvah verdadero y
antiguo, no como son los bar-mitzvah contemporáneo. Es un grupo de personas que se
reúnen para darte dinero, primordialmente.
Pero esa era una línea que dividía de manera clara la vida. Y la gente en esa edad,
entonces contemplaba el matrimonio. En Grecia, era muy parecido. El niño estaba bajo el
cuidado de su padre hasta cierto tiempo, quizás un poco después que los niños judíos, a la
edad de doce, algunos años después de eso. Pero los Atenienses, por ejemplo, eran
divididos entre clanes. En algún punto a un niño se le asignaba un clan. Un festival muy
especial se llevaba a cabo, llamado una Apaturia, y el niño entonces venía a ese festival y
la señal de que él había llegado a un punto responsable en la vida, era de que su cabello
largo era cortado. Yo sé, algunos de ustedes, mamás están diciendo, ¿podríamos por favor
tener un Apaturia en nuestra casa? Su cabello largo era cortado, y a la niña también se le
cortaba su cabello largo y se ofrecía al dios que era su ídolo. Unos cuantos años después
de haber sido presentado a un clan, él se convertía en un ephébos, la palabra es ‘cadete’.
De ahí obtenemos esa palabra. Y durante dos años, él era un cadete, él era un ephébos, y
él estaba bajo la dirección del estado. Es como entrar en algún tipo de servicio civil, para
que usted sea preparado para ser un ciudadano bueno.
Bajo la ley romana, el año era fijado en algún punto entre la edad de catorce y diecisiete,
la familia tenía un festival sagrado llamado Liberalia. El niño era llevado al foro en Roma, y
era presentado a la vida pública, era un día definitivo, era el fin de la niñez, era el principio
de la edad adulta y el símbolo de este día para el niño y la niña era que traían sus
juguetes. Traían sus juguetes y colocaban ahí todos sus juguetes, y de manera tangible
hacían a un lado las cosas de niños. Pablo toma esa idea y aquí es lo que Pablo tiene en
mente. Todo mundo en el mundo antiguo sabía, que había un tiempo en el que un infante
entraba a la etapa de la responsabilidad, hasta ese entonces él no difería de un esclavo. Él
podía ser el heredero de un patrimonio increíblemente grande, él pudo haber tenido
poder latente, y un día ese poder sería de él, de él por promesa. Pero todavía no en
experiencia, todavía es un niño y por lo tanto todavía está bajo guardianes y gente que lo
cuida. Aunque él es el heredero, y aunque él es el que un día poseerá todo esto, el dueño
legal, el amo de todo, durante la niñez él no es mejor que un esclavo en este sentido. Él no
le dice a nadie que haga algo, le dicen a él. Él es heredero por derecho, pero él no es
heredero de facto, no es heredero de hecho.
Mientras que él es un niño, él está bajo guardianes y gente que los cuida. Guardianes y
administradores sería como paidagógos, el tutor, eran esclavos, esclavos en los que
confiaba la familia, era los que cuidaban del niño, muy parecido a sus mentores y sus
guardianes, cuidaban del niño como el paidagógos del que hablamos allá atrás en el
versículo 24, el capítulo 3. Él no puede recibir su patrimonio, él no puede administrar su
patrimonio, el de hecho no puede tomar su herencia, la promesa está esperando, pero su
espera es su madurez. Mientras que él es un niño, él no es diferente de un esclavo, él
recibe órdenes, él no las da hasta la fecha establecida por el padre. Ahora, recuerde,
hablamos de tiempos muy definidos, el padre establecía la fecha. Esta es la fecha cuando
tú te conviertes en un hombre, cuando tú te conviertes en alguien responsable a la ley, a
la ley de la tierra, si eres un griego-romano. A la ley de los dioses o a la ley del Dios
verdadero si eres un judío. Era un tiempo establecido fijado. Este es el retrato.
Así, versículo 3, “así también nosotros”. Ahora, él pasa de la ilustración a la aplicación. “Así
también nosotros, cuando éramos niños estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del
mundo”. Ese es el periodo de tiempo antes de que nos convirtiéramos en hijos maduros,
antes. Esto es verdad de los judíos, los judíos en un sentido, a los judíos se les dio la
promesa. La promesa vino a Abraham, a través de Abraham iba a ir a Israel y al mundo.
Fue reiterada como hemos dicho a través de David, a través de los profetas, y el Nuevo
Pacto, la promesa de la salvación fue dada, la herencia estaba esperando, pero no estaba
disponible para aquellos que estaban en la infancia.
Un infante está en la esclavitud, aquellos que controlan su vida. Y Pablo dice, ‘mientras
que éramos niños estábamos en esclavitud, bajo las cosas elementales del mundo’. Para el
judío, su esclavitud esencialmente era definida por la ley escrita de Dios, como también
por la voluntad de su padre. Para el gentil su esclavitud también, por la ley de Dios, pero la
ley de Dios escrita en su corazón, porque él no tenía una ley escrita, y también por las
decisiones de su padre. Y así como los padres creaban esclavitud para sus hijos, así
también la ley, la ley escrita en el corazón para los gentiles, la ley escrita en las escrituras
para los judíos, creaba un tipo de esclavitud y realmente nunca somos liberados de esa
esclavitud hasta que nos convertimos en hijos maduros.
Ahora, observe esa frase, “los rudimentos del mundo”. Esto ha causado que algunas
personas tengan algo de lucha, ¿qué es lo que exactamente esto significa? Y si usted ve
Colosenses 2 por un momento, recordará que se lo leí antes, versículo 8, “Mirad que nadie
los lleve cautivos mediante filosofías y engaños vacíos, según las tradiciones de los
hombres, según los rudimentos del mundo en lugar de según Cristo.” Y después ahí, en el
versículo 20, de ese capítulo, “Si habéis muerto con Cristo a los rudimentos del mundo”,
¿cuáles son los rudimentos o principios elementales del mundo?, son las cosas a las que
usted era cautivo antes de Cristo, lo que sea. Sea cual sea esa esclavitud, para un gentil
sería, si usted está viendo Colosenses, sería esto, filosofía, engaño vacío, tradiciones de
hombres, a los gentiles.
O sería ahí en el versículo 21, ciertas reglas, decretos, no toques, no gustes, no palpes. O
ahí en el versículo 23, la apariencia de sabiduría en religión auto inventada, de humillación
personal, trato severo del cuerpo, religiones que piensan que la santidad es alcanzada
mediante la flagelación, y aplicar dolor en usted mismo. Eso es una forma de rudimentos o
principios elementales del mundo, pero así también es la ley de Dios. Si estamos hablando
de judíos, dice en el versículo 3, “Éramos niños que estaban en esclavitud bajo los
rudimentos del mundo. Inclusive la ley es algo elemental. ¿Cuál es esta palabra en el
griego? Stoicheia, significa cosas alineadas, literalmente significa cosas en una fila. Es una
palabra que usted usa en la escuela elemental, A, B, C, D, E, F, G, uno, dos, tres, cuatro,
cinco, seis, siete, ocho, simplemente identifica cosas simples. Toda la religión, no importa
cuán sofisticada pueda parecer, inclusive el judaísmo, toda la religión realmente es
elemental, elemental. No hay una madurez real en ninguna religión básica, la ley era una
forma de religión que era elemental, era elemental. Y si usted se quedaba ahí era
condenado. El punto era pasar de ahí a Cristo. En Cristo viene la madurez completa.
Los principios elementales del mundo podrían ser filosofía. Bueno, ¿qué quieres decir con
filosofía? Cualquier idea impía que se levante en contra de la verdad de Dios, tomando el
lenguaje de 2da Corintios 10. Cualquier impía que se levante en contra del conocimiento
de Dios. Tradición. ¿Qué es tradición? Simplemente el patrón del pasado perpetuado de
manera interminable hasta el presente. Esta es una especie de ABC, uno, dos, tres, una
forma de religión simple, simplista, elemental. La religión sin Cristo es elemental, la
religión sin Cristo es inmadura. Romanos 1 dice que, “profesan ser sabios, pero son
necios”. Toda la religión fuera de Cristo es elemental.
Entonces, eso es lo que él está diciendo. Conforme hablamos de un niño estando en nivel
básico de la escuela, todos estábamos ahí cuando estábamos bajo la esclavitud a la
religión y a la ley, es meramente el ABC. No está mal si usted resulta ser un judío, porque
la ley de Dios es santa, justa y buena, y le enseña a usted la verdad. Entonces, si usted va a
estar en la escuela a un nivel elemental, sería mejor estar en el judaísmo o en las
Escrituras ahora del Nuevo Testamento para que por lo menos usted conozca la verdad.
Pero todos nosotros estamos encarcelados, estamos en esclavitud en nuestra infancia, lo
cual es nuestra condición pre-salvación, incapaces de tomar nuestra herencia, porque no
hemos llegado a la edad adulta.
Entonces, esa es la preparación para ser hijos, simplemente unos cuantos comentarios
acerca del segundo punto, el cumplimiento de ser hijos. El cumplimiento de ser hijos,
“Pero cuando”, aquí viene el punto de quiebre, “pero cuando vino el cumplimiento del
tiempo, Dios envió a Su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los
que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.” Esto es
simplemente lenguaje glorioso. “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo”. El tiempo
de Dios fue perfecto, Dios es paciente, la ley estuvo en existencia durante cientos y
cientos de años, cuando Cristo finalmente vino, con Cristo vino libertad de la ley y la edad
adulta.
La esclavitud fue larga, la esclavitud fue dura, pero cuando vino el cumplimiento de los
tiempos, eso simplemente se refiere a la nueva época de salvación, la llegada de Cristo, la
edad mesiánica. ¿Cómo sabes eso? “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios
envió a Su Hijo.” Eso marca la culminación de la historia humana. La esclavitud había sido
larga y dura esperando a que un redentor nos liberara. El cumplimiento del tiempo, el
tiempo perfecto, el tiempo exacto. Inclusive desde un punto de vista humano fue un
tiempo perfecto, la ley fue conocida por los judíos, y después de la cautividad babilónica,
cuando regresaron a la tierra, nunca más adoraron a un ídolo. La idolatría literalmente
había sido quitada de ellos en su cautividad.
Entonces, en términos religiosos la cautividad babilónica había resultado en que Israel
finalmente se volviera de los ídolos y se concentrara en el único Dios verdadero. Eso
limpió el camino en un sentido, en cierto sentido, para la venida de Cristo. También el
canon del Antiguo Testamento ya había sido terminado por un buen tiempo, y tenían la
ley y los profetas y los escritos sagrados, tan necesarios para entender a Cristo. Esa es la
razón por la que él dijo, “Si conocieran las Escrituras, sabrían quién soy yo”. Culturalmente
Alejandro Magno había hecho que fuera un mundo griego, lo cual significaba que había un
idioma en común, que se extendía por todos esos grupos étnicos múltiples en toda el área
del Mediterráneo, todos conocían un idioma en común, griego, el cual entonces permitió
que los libros del Nuevo Testamento fueran escritos en un idioma que todo mundo podía
leer.
Y después políticamente la pax romana, el poder del Imperio Romano que abarcaba tanto,
había construido caminos en todos lados para que el evangelio pudiera entonces ser
llevado al mundo. Leemos de eso en el libro de Los Hechos, entonces inclusive desde el
punto de vista de simplemente ver lo que estaba pasando en el mundo, era un gran
tiempo. Y más importante que eso, era el tiempo perfecto de Dios. Él envió a Su Hijo, no
dice que Él creó a Su Hijo, dice que Él lo envió. Él ya existía, “en el principio era el Verbo y
el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. Pero Juan 1:14 dice, “Aquel Verbo fue hecho
carne”, el Hijo eterno se convirtió en hombre, Dios envió a Su Hijo, Él es Dios, Él es la
representación exacta de Dios, Él es Dios en carne humana, y vimos dice Juan su gloria,
“gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.”
Y esa es la razón por la que los evangelios del Nuevo Testamento, presentan un mensaje
tan claro de la deidad de Jesucristo. Él no llegó a existir en este punto, ya existía, Dios
simplemente lo envió. Él es llamado en Lucas 1:32 y 35 “el Hijo del Altísimo”, eso quiere
decir que Él lleva la naturaleza del Dios Altísimo mismo. A él en su bautismo Dios le dijo,
“Tu eres mi Hijo amado”. Dios envió a Su Hijo, él es deidad, pero no solo deidad, él dice
que fue nacido de mujer, él fue nacido de mujer, humanidad completa, humanidad
completa. Él tuvo que ser Dios para cumplir la persona divina, vencer al pecado y la
muerte, pero él tuvo que ser hombre para ser el sustituto por nosotros. Él tuvo que ser
Dios para tener el poder de una vida eterna, él tuvo que ser Dios para conquistar el
pecado, pero él tuvo que ser hombre para tomar el lugar del pecador, él es el sacrificio
perfecto, él es hombre, nuestro sustituto, él es Dios quien vence inclusive el pecado y la
muerte por nosotros.
Además, dice acerca de él, que él nació bajo la ley. Cuando él vino la ley todavía estaba en
su lugar, y al se adhirió a la ley mosaica en todo detalle, él fue circuncidado en el día
octavo cuando él era un infante, él fue fiel a la ley, él fue santo, inocente, sin mancha,
separado de los pecadores, él cumplió con toda justicia, él guardó toda ley que Dios había
establecido, él fue nacido bajo la ley como cualquier otro hombre, cualquier otro hombre
judío, él era responsable como cualquier otro hombre judío, para con la revelación escrita
de la ley de Dios. Y él la guardó de manera perfecta. Y él entonces fue más allá de eso, y el
literalmente, aunque él era inocente se convirtió en una maldición por nosotros, capítulo
3, versículo 13 dice, “murió en nuestro lugar, como el sustituto perfecto por nosotros”.
Romanos 8:3, “porque lo que la ley no podía hacer, débil como era mediante la carne,
Dios lo hizo enviando a Su propio Hijo”. ¿Qué era lo que la ley no podía hacer? La ley no
podía salvar, la ley no podía traer perdón, la ley no podía quitar la sentencia de muerte e
infierno. Lo que la ley no podía hacer, débil como era para la carne, no era la culpa de la
ley, es santa, justa y buena, pero la carne es débil. Dios lo hizo enviando a Su Hijo, a
semejanza de carne pecaminosa y como una ofrenda por el pecado el condenó el pecado
en la carne, para que el requisito de la ley fuera cumplido en nosotros. Él no solo se
convirtió en una maldición por nosotros, sino que él la cumplió en su muerte, sino que en
su vida cumplió la ley por nosotros, de tal manera que nuestros pecados son imputados a
él en su muerte y su vida perfecta nos es imputada por la fe. Él envió a Su Hijo, ¿por qué?
Versículo 5, “para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la
adopción de hijos”. Él quería redimirnos, comprarnos de regreso de nuestra esclavitud,
pagar el precio.
La palabra ‘bajo’ aparece mucho aquí, ¿ha notado eso usted? bajo la ley, en el capítulo 3,
una vez en el capítulo 4, bajo una maldición, capítulo 3, bajo pecado, capítulo 3, bajo
rudimentos del mundo, capítulo 4, inclusive bajo un tutor, esto describe la vida de alguien
antes de Cristo. Bajo la ley, bajo pecado, bajo cosas elementales de religión básica, bajo
una maldición, todo esto refleja nuestra esclavitud. Nuestro Señor dice, “fue nacido bajo
la ley”, pero él la guardó perfectamente, esa es su justicia activa, su obediencia activa. Y
después él murió en nuestro lugar y ese es su obediencia justa, pasiva. Él lo hizo para
redimirnos, comprarnos de la esclavitud al pecado, ¿a fin de que? Y aquí viene al final del
capítulo 5, “a fin de que recibiésemos la adopción de hijos”. Este es un privilegio tan
honorable.
Dice usted, bueno, espera un minuto, nacimos en la familia de Dios, ¿verdad? nacimos,
fuimos regenerados, hablamos del nuevo nacimiento, hablamos de renacer, nacimos en la
familia de Dios. Ahora dice que somos adoptados, ¿cómo pueden ser ambas verdades?
porque ambas son símbolos de una realidad de la salvación, explican dos aspectos
diferentes de nuestra salvación. Fuimos regenerados, se nos dio vida, y también fuimos
escogidos y adoptados, ambas son verdad. Como dije, somos los destinatarios de muchos
aspectos de la salvación, regeneración, justificación, conversión, unión, santificación y
adopción. Pero hablemos de la adopción. ¿Cuál era nuestra familia de antes? “Vosotros
sois de vuestro padre el diablo” Juan 8. Hijos de desobediencia, hijos de ira, nuestro hogar
es el sistema del mundo. Estábamos en esclavitud al pecado y a la muerte y al infierno.
Nuestro padre es el diablo, esa es nuestra familia, esta es la condición universal humana.
Pero Dios mostró su gloria a través de amor y gracia hacia nosotros, en el capítulo 3,
versículo 26 dice, “todos vosotros sois hijos de Dios, mediante la fe en Cristo Jesús”.
Y después, como leímos en el versículo 5, él vino a redimirnos, para que pudiésemos
recibir la adopción como hijos. Fuimos regenerados, se nos dio vida, fuimos declarados
justos y ahora Dios dice,” estoy moviéndolos de la familia de Satanás a mi propia familia y
los estoy colocando en mi familia. Y entonces y de manera tan intrínseca los estoy
colocando en mi familia, que los estoy colocando en unión con Mi Hijo, en unión con Mi
Hijo”. Juan 1:12 “Más a todos los que lo recibieron, les dio autoridad de ser hechos hijos
de Dios”. Tenemos autoridad como los hijos de Dios.
Siempre me veo atraído a 1ra de Juan capítulo 3, escuche el versículo 1, “Mirad cuan amor
nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios”, cuán grande amor el
Padre nos ha dado, que seremos llamados hijos de Dios. Sí, de hecho, volvimos a nacer
para que seamos nuevas criaturas con vida nueva. Pero también fuimos doblemente
colocados dentro de la familia de Dios, al ser entonces escogidos y adoptados y sacados
del reino de las tinieblas. Romanos 8:17 habla de nuevo de esta verdad magnifica, “Y si
hijos”, ustedes los que son los hijos de Dios, si ustedes que ahora son hijos, “también son
herederos”. Herederos de Dios y co-herederos con Cristo. Esto es lo que significa ser un
hijo de Dios, y eso es lo que dice el versículo 7, un heredero a través de Dios. Usted ya no
es un esclavo, o es como un esclavo siendo un niño inmaduro. No, mejor que un esclavo,
usted ha sido librado de esa esclavitud. Ahora usted ha sido adoptado de manera
completa como un hijo.
Si usted vive apartado del evangelio de Cristo. Si usted vive apartado de la fe en Jesucristo,
no importa cuán religioso sea usted, cuan moral sea usted, usted está en esclavitud. Usted
bajo la ley, usted está bajo pecado, usted bajo una maldición, y usted es cautivo a las
cosas elementales de este mundo, las cuales no tienen poder para refrenar o sujetar su
carne pecaminosa, su carne mala. Y no puede hacer nada más que llevarlo al juicio eterno.
Usted es un esclavo. Hay promesa ahí, pero usted no puede entrar en ella hasta que usted
se convierta en un hijo, un hijo completamente maduro. Y eso sucede únicamente cuando
usted viene en fe a Jesucristo, y después la generosidad de Dios es asombrosa. Usted
literalmente se sienta con Cristo en Su trono en gloria, dicen las Escrituras, y se convierte
en un coheredero con Él de todo lo que Dios posee. Gracia asombrosa, para con los
pecadores.
Señor, nosotros que te conocemos, amamos Tu Palabra, nos encanta oírla, nos encanta
entenderla porque anhelamos obedecerla, y como nos regocijamos Señor en la grandeza
de tu bondad hacia nosotros. Bondad eterna para hacernos tan inmerecedores, para
hacernos coherederos con Tu Hijo. Debido a que estamos en él, todo lo que es de él, es
nuestro. Las glorias ilimitadas, incomprensibles del cielo eterno. Gracias Señor por darnos
vida, por regenerarnos, gracias por adoptarnos con todos los derechos y privilegios.
Gracias por sacarnos de nuestra familia antigua, una familia de tinieblas, el mundo,
Satanás, el pecado, y por colocarnos en tu familia santa para siempre, y amarnos como Tú
amas a Tu propio Hijo eterno. Estamos tan agradecidos. Te agradecemos en el nombre de
Tu Hijo. Amen.
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
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La Doctrina de la Elección, 1ª Parte


Escritura: Escrituras Seleccionadas

Código: 90–273
John MacArthur
Como usted sabe, hace un par de semanas atrás, terminamos nuestro estudio de la
epístola maravillosa escrita por Judas, que terminó con una promesa de que Dios es
poderoso para guardarnos sin caída y presentarnos irreprensibles delante de Su presencia
con gloria. Y debido a que eso nos presentó la doctrina maravillosa de la seguridad eterna,
o, mejor dicho, la perseverancia de los santos o la preservación de los santos, pasamos
unas cuantas semanas hablando de esa doctrina. Y en los estudios que tuve con usted
acerca de eso, dije que el fin es determinado por el principio. Nuestra salvación está
segura hasta el final debido a que nuestra salvación fue predestinada desde el principio
mismo para ser terminada.
Y recordamos que Romanos 8 hace una afirmación monumental y muy clara acerca de
eso, cuando en Romanos 8, el apóstol Pablo escribe: “porque a los que antes conoció los
predestinó para conformarlos a la imagen de Su Hijo.” Esto es, a todos a los que Dios
predestinó, serán conformados a la imagen de Su Hijo en la gloria eterna. Y de esta
manera, a los que predestinó, a estos también llamó. Y a los que llamó, a estos también
justificó. Y a los que justificó, a estos también glorificó.”
Entonces, dijimos que la gran verdad de cimiento que asegura nuestro futuro es el decreto
de Dios en la eternidad pasada. Es el hecho de que somos escogidos para salvación final
que hace que nuestra salvación se asegura.
La doctrina de la elección es una doctrina molesta para muchas personas. Es presentada y
representada de esa manera, es como si de alguna manera cuestionara la bondad de Dios,
la gracia de Dios. De hecho, hay afirmaciones literalmente alarmantes acerca de esta
doctrina que han presentado evangélicos prominentes. Por ejemplo, Tim LaHaye, el autor
bien conocido que es parte de la serie de Dejados Atrás y muchos otros libros, dice, y cito:
“sugerir que el Dios misericordioso y paciente y de gracia de la Biblia inventara una
doctrina aterradora como esta, la predestinación, que nos haría creer que es un acto de
gracia seleccionar a ciertas personas para el cielo y excluir a otras para el infierno, se
acerca peligrosamente a la blasfemia.” Fin de la cita. Estas son afirmaciones que estos
caballeros han impreso.
Arno Froese, de otro ministerio, escribe, y cito: “la teología fallida de la pre selección,” así
la llama él, “es un intento por eliminar la capacidad de ejercer su libre albedrío, la cual
reduce el amor soberano de Dios a un acto de un mero dictador.” Fin de la cita.
Otro auto pastor, autor y maestro en la radio dice: “esta doctrina hace que nuestro Padre
celestial se vea como el peor de los déspotas.”
Otro, el presidente de la Universidad de Santidad de Texas dice: “esta doctrina es el
diseño de teología más irracional, incongruente que se contradice a sí mismo, que
menosprecia al hombre y deshonra a Dios que jamás apareció en el pensamiento
cristiano. Nadie puede aceptar sus proposiciones contradictorias, mutuamente exclusivas
sin menospreciarse a sí mismo a nivel intelectual. Promueve un concepto tirano de Dios,
centrado en sí mismo, egoísta, cruel y nos lleva a adorarlo.” Fin de la cita.
Un pastor de la Capilla del Calvario escribe: “el calvinismo de cinco puntos,” el cual claro,
incluiría la doctrina de la elección, “hace de Dios un monstruo que tortura de manera
eterna a hijos inocentes. Remueve la esperanza de consolación del Evangelio. Limita la
obra expiatoria de Cristo, resiste el evangelismo, promueve la argumentación y la división
y promueve a un Dios pequeño, enojado, aquel que juzga en lugar de presentar al Dios de
la Biblia que tiene un corazón grande.” Otro dice: “decir que Dios soberanamente escoge a
quién va a ser salvo es lo más torcido que jamás he leído que hace que Dios sea un
monstruo no mejor que cualquier ídolo pagano.”
Otra página en la web de estudiantes de teología en Canadá dice: “esta doctrina hace de
Dios un monstruo diabólico y reduce al hombre, quien fue creado a la imagen de Dios, a
un mero robot.”
Y Dave Hunt, quien muchos de ustedes saben que ha escrito muchos libros útiles dice que
esta doctrina representa de manera equivocada a Dios y ha causado que muchos se alejen
del Dios de la Biblia como si fuera un monstruo. Y la palabra que usan de manera repetida
en todo esto parece ser monstruo. Que, de alguna manera, esta doctrina de la elección
convierte a Dios en un monstruo.
Ahora, estas son afirmaciones más bien severas de esta doctrina, pero representan una
gran cantidad del mundo evangélico. Y no estamos hablando de los analfabetos. No
estamos hablando de aquellos que sólo tienen un conocimiento limitado. Estamos
hablando de personas que son líderes de ministerio, pastores y escritores. Sin embargo,
esta doctrina es enseñada en las Escrituras.
La noción prevaleciente de estos escépticos y críticos de esta doctrina es que, de alguna
manera, la elección es injusta. De alguna manera, es injusta. No es equitativa. Pero, en
primer lugar, tenemos que explicar claramente que Dios no es medido por nuestro
entendimiento de lo que es justo. Tenemos que ser los primeros en admitir que nuestro
entendimiento de virtualmente todo, de alguna manera, es torcido y afectado por nuestra
propia pecaminosidad.
En el Salmo 50:21, Jesús dijo: “y tú pensaste es que Yo era como tú. Ciertamente, no es
así.” En Isaías 55, versículo 8: “porque vuestros pensamientos no son Mis pensamientos,
ni vuestros caminos Mis caminos, declara Jehová. Porque como son los cielos más altos
que la tierra, así son Mis caminos más altos que vuestros caminos y Mis pensamientos
más altos que vuestros pensamientos.” Y ahí está la clave. Dios tiene caminos y
pensamientos que para nosotros son incomprensibles, inescrutables, imposibles de
resolver.
Hay una gran bendición en el capítulo 11 de la carta de Pablo a Romanos, en la cual él dice
esto, versículos 33 al 36: “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia
de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién
entendió la mente del Señor? ¿O quién fue Su consejero?” ¿Quién podría pensar como
Dios piensa? ¿Quién puede atreverse a decirle a Dios como Él debe pensar? “¿O quién le
dio a Él primero, para que le fuese recompensado? Porque de Él, y por Él, y para Él, son
todas las cosas. A Él sea la gloria por los siglos. Amén.”
Es un entendimiento esencial de Dios que Él es Santo, que Su naturaleza es santa. Que Él
es infinita y perfectamente justo. Que Él es perfecto y no tiene falla moral alguna. Que Él
es perfección. Todo en Él y de Él y para Él y de Él y por Él es perfecto. Y entonces, lo que Él
dice que es justo, eso es la justicia. ¿Cuál es la regla de justicia de Dios? ¿Cuál es el
principio de la justicia de Dios? ¿Qué hay detrás de Sus juicios? Lo que está detrás es su
propio libre albedrío; y nada más. Dios hace determinaciones en base a nada más que Su
propio libre albedrío. Y lo que Él quiere es por definición justo, porque Él es justo. Es justo
porque Él lo quiere. No es porque Él ve que es justo que Él lo desea, sino que Él lo desea y
entonces, se convierte en algo justo.
William Perkins, un puritano, dijo: “no debemos pensar que Dios hace algo porque es algo
bueno y correcto, sino que más bien es bueno y correcto porque Dios lo hace. Dios no le
debe nada a la criatura, quien no entiende Sus caminos, no puede entender la mente de
Dios y no puede ser Su consejero. De cualquier manera, ¿cómo podría Dios ser llamado
jamás injusto por salvar a algunos, porque no hay nadie que merezca ser salvo? La
salvación nunca ha sido cuestión de justicia, sin embargo, eso es lo que la gente dice. “Eso
no es justo. Eso no es justo.” Pero usted no quiere lo que es justo, ¿o sí? La elección está
arraigada en gracia pura. Él le muestra Su gracia y parece que Él muestra Su gracia de la
manera más pura a aquellos a quienes la gracia parece ser menos inmerecida. No hay
muchos poderosos, no hay muchos nobles.
Pase a 1 Corintios capítulo 1. Y ése es un gran lugar en donde comenzar. Primera de
Corintios 1. No quería comenzar ahí, pero mientras que estaba sentado ahí cantando, este
pasaje vino a me mente. Y en 1 Corintios 1:26, leemos esto: “Pues mirad, hermanos,
vuestra vocación,” esto es Su llamado divino a la salvación, el llamado Salvador eficaz de
Dios, “que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles;
sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del
mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado
escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en Su
presencia.”
Cuando Dios escoge, cuando Dios determina mostrar gracia a quien Él quiere y
misericordia a quien Él quiere mostrar misericordia, parece como si Su gracia se agachara,
se inclinara a los que menos merecen de todos, de tal manera que nadie se pueda jactar.
El versículo 30 dice “mas por Él estáis vosotros en Cristo Jesús.” Si usted está en Cristo
Jesús es por lo que Dios ha hecho, no por lo que usted ha hecho. “Mas por Él estáis
vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación,
santificación y redención; para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el
Señor.”
Cuando hablamos de la gente que cree en el mensaje del Nuevo Testamento, son los
pobres y los retrasados y los débiles y las rameras y las prostitutas y los publicanos. Y Dios
pasa por alto a los poderosos y a los nobles y a los religiosos y a los preparados con mucha
frecuencia. Hay unos cuantos, la salvación no es una cuestión de justicia, es cuestión de
gracia pura. Y Dios ha escogido dar esa gracia a aquellos que parecería que son los menos
merecedores de ella.
Pero no podemos estar luchando con estas cosas a nivel intelectual como si hubiera
alguna respuesta en nuestra razón. Debemos venir a la Palabra de Dios y debemos ver lo
que las Escrituras dicen al revelar la verdad de esta doctrina. No debemos dejar que esta
doctrina se vuelva la víctima de nuestras mentes pecaminosas corruptas y nuestros
razonamientos egoístas centrados en nosotros mismos y orgullosos.
Y entonces, como cualquier otra verdad bíblica, simplemente abrimos la Biblia y nos
sometemos a lo que dice. Y debido a que es dolorosa, no cambia nada. El infierno es una
doctrina muy dolorosa. Eso no cambia nada. Y mientras que podía ser difícil para nosotros
entender esto, podía ser para nuestras mentes manchadas por el pecado y débiles menos
de lo que podríamos pensar que es justo, hacemos todo eso a un lado y nos sometemos a
la Palabra de Dios.
Ahora, algunas personas creen que esta doctrina de la elección es algo que no es parte de
Dios y de alguna manera, no es parte de Sus propósitos en el mundo. Pero eso
ciertamente no es verdad, no es como si de alguna manera la doctrina de la elección en
cierta manera saltara del Nuevo Testamento y nunca hubiera aparecido en el Antiguo
Testamento. Después de todo, es claro que, de toda la gente en el mundo, Dios escogió a
Israel. De toda la gente en el mundo, Dios escogió a Abraham y lo sacó de Ur de los
caldeos y los hizo el padre de una gran nación. Esa es la razón por la que Israel era llamada
en el Salmo 105:43, “Sus escogidos.” Salmo 135:4 dice “porque Jehová ha escogido a
Jacobo para sí mismo.”
Deuteronomio 7:6 y 14:2 dice: “Jehová vuestro Dios os ha escogido para ser un pueblo
propio de todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra.” Y Dios dijo no fue porque
eran mejores que cualquiera otra nación, no fue porque eran más atractivos de cualquier
otra nación. Dios dijo es “por Mi voluntad propia, Mi libre albedrío, que determiné
establecer Mi amor sobre ti y por ninguna otra razón, Israel, Mis elegidos,” Dios los llama.
Y usted llega al Nuevo Testamento y usted tiene el mismo tipo de lenguaje. La Iglesia es
llamada los elegidos. Los escogidos. Y éste no es algún término aislado en referencia a la
Iglesia, es repetido. En Mateo, capítulo 24, en ese discurso del Monte de los Olivos en
donde nuestro Señor está hablando de la segunda venida, Él dice: “A menos de que esos
días fueran acortados, ninguno sería salvo, pero por causa de los elegidos, los escogidos,”
ahí hay un sustantivo, hay un nombre, un término que describe a los creyentes, son los
elegidos, los llamados. Significa los escogidos, los seleccionados. Por causa de los elegidos,
de los escogidos.
Dos versículos después, en el versículo 24: “se levantarán falsos cristos y falsos profetas y
harán grandes señales y maravillas para engañar, si fuese posible, a los escogidos.” No son
llamados creyentes, no son llamados cristianos. Sólo llamados los escogidos. Y el versículo
31: “y enviará Sus ángeles cuando el Señor venga, cuando Él aparezca viniendo en el cielo
en las nubes con gran poder y gloria, Él enviará a Sus ángeles con una gran trompeta y
congregarán a Sus escogidos.” Sus elegidos. Elegidos por Él. Esa es una designación, así se
designa al pueblo de Dios.
En Lucas 18:6, el Señor dice: “oíd lo que dijo el juez injusto ¿acaso Dios no traerá justicia
para Sus elegidos que claman con el día y noche?” De nuevo, los creyentes son llamados
Sus elegidos, Sus escogidos, seleccionados.”
En Romanos 8, de regreso a esta epístola maravillosa de Romanos, en el capítulo 8,
versículo 33. “Aquellos de nosotros que somos salvos, aquellos de nosotros que somos
creyentes en la familia de Dios, quienes hemos sido redimidos, regenerados,
reconciliados, ahora pertenecemos a Dios.” Hemos sido declarados justos. La justicia de
Dios nos ha sido imputada mediante la fe en Cristo. Y entonces, el versículo 33 dice:
“¿quién acusará a los elegidos de Dios?” Dios es el que justifica, y si Dios declara que
somos justos delante de Él, nadie puede con éxito traer una acusación en contra de Sus
elegidos.
De nuevo, la Iglesia es llamada los elegidos. En cada caso de los últimos dos pasajes, los
elegidos de Dios, Sus escogidos. No es que nosotros elegimos, es que Él eligió. En
Colosenses 3:12: “y entonces,” Pablo escribe, “vestíos pues como escogidos de Dios.”
Como escogidos de Dios. Literalmente, “los elegidos de Dios.”
Los creyentes, entonces, son personas a quien Dios ha escogido para que le pertenezcan a
Él. Y en el Antiguo Testamento, debemos admitirlo, fue una nación de personas sobre la
tierra, una nación temporal. Un grupo de personas temporal. Y en el Nuevo Testamento,
los elegidos son un grupo de personas espirituales. El Nuevo Testamento simplemente
está lleno de esta enseñanza inescapable. En Juan, capítulo 15, y tenemos que cubrir esto
para establecer la claridad y la amplitud de esta designación, pero en Juan 15:16, Jesús les
dice a los discípulos: “vosotros no me elegisteis a Mí, mas Yo os elegí a vosotros.”
No sé cómo puede ser dicho de una manera más clara que esta. “Vosotros no me
elegisteis a Mí, mas Yo os elegí a vosotros.” En el capítulo 17 del Evangelio de Juan y el
versículo 9, y regresaremos a este concepto más adelante, pero en el 17:9 leemos esto.
Jesús en esta gran oración sumo sacerdotal, éste es el lugar santísimo de la Trinidad en
donde el Hijo tiene comunión con el Padre. Y Él dice: “y pido por ellos,” y Él estaba orando
por los suyos, “Yo no pido por el mundo sino por aquellos a quienes Tú me has dado,”
escuche esto, “porque Tuyos son.” Tuyos son. Te pertenecen a Ti, Tú los escogiste, que Tú
me los diste.
En el capítulo 13 del libro de los Hechos, de nuevo el lenguaje no es ambiguo. En el
capítulo 13 de Hechos, versículo 48, para aquellos que resisten esta doctrina, aquí hay un
versículo muy difícil de aceptar. Pablo y Bernabé estaban predicando. Y dice en el
versículo 48: “cuando los gentiles oyeron esto,” oyeron el mensaje acerca de la salvación,
“comenzaron a regocijarse y glorificaron la palabra del Señor,” y escuchen esto, “y todos
los que estaban ordenados para vida eterna,” ¿qué?, “creyeron.” Todos los que estaban
ordenados para vida eterna creyeron.
Regrese al capítulo 9 de Romanos. Este pasaje, de nuevo, fuerte e inequívoco, Romanos,
capítulo 9. Y podría de hecho, comenzar con los gemelos en el versículo 11. Jacob y Esaú.
“(pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de
Dios conforme a la elección permaneciese no por las obras,” ellos no hicieron ninguna
obra, todavía no habían nacido, “sino por el que llama), se le dijo,” esta es a Rebeca, la
madre de los gemelos, “El mayor servirá al menor…Como está escrito: A Jacob amé, mas a
Esaú aborrecí.”
¡Guau! Antes de que nacieran, antes de que hubieran hecho algo bueno o malo, sólo
debido al propósito de Dios según la decisión de Él. Él es el que llama. Él determinó que el
mayor serviría al menor. A Jacob amó, a Esaú aborreció. Usted dice ‘¡hombre, eso es
bastante claro!’ Absolutamente claro. Dios tomó esa decisión antes de que naciera. Y el
versículo 14 en cierto modo nos identificamos con esto, ¿no es cierto? “¿Qué, pues,
diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera.” mē genoito en el griego. ¡No,
no, no! Esto es impensable. Esto no es nada nuevo para Dios, tomar este tipo de decisión
entre dos. Esto no es nada nuevo para Dios porque Él le dice a Moisés ahí atrás en Éxodo
33: “Yo tendré misericordia del que Yo tenga misericordia y me compadeceré del que Yo
me compadezca.” Así que no depende del hombre que quiere o del hombre que corre,
sino de Dios quien tiene misericordia. Eso es decir que la decisión de Dios no depende de
la voluntad del hombre, sino de Dios. Y el versículo 18 dice: “De manera que de quien
quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece.” Absolutamente
inescapable.
En Romanos 11, versículo 5, continuamos en un panorama de la literatura, en Romanos
11:5 leemos esto. Él acaba de estar hablando del profeta Elías que pensaba que era el
único que quedaba y Dios dice: “Me he reservado siete mil hombres, que no han doblado
la rodilla delante de Baal.” No estás solo. Hay 7000 que son fieles. Y luego, en el versículo
5 dice: “Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente…” Escuche esto, un
remanente de judíos creyentes, en el presente cuando Pablo está escribiendo esto,
“escogido por gracia.” Escogido por gracia de Dios.
En 1 Pedro 1:1: “Pedro, un apóstol de Jesucristo,” 1 Pedro 1:1, “a los expatriados,” claro,
porque son creyentes, y, por lo tanto, son extranjeros, expatriados, dispersados en el
mundo, “de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos…”
Escuche esto. “Elegidos.”
Conforme usted lee a lo largo de las epístolas del Nuevo Testamento, lo cual significa que
usted básicamente está comenzando después del libro de los Hechos con el libro de
Romanos, conforme usted avanza a lo largo de las epístolas hasta el libro de Apocalipsis,
cada vez que usted ve la palabra “llamado” o “llamados”, se refiere a la elección eficaz
efectiva de Dios de llamar a alguien a la salvación. Los llamados son aquellos que son
llamados eficazmente, no sólo un llamado general como la afirmación en el Evangelio
“muchos son los llamados, pero pocos los escogidos.” Cuando el llamado es identificado
en las epístolas, es un llamado eficaz. Primera de Corintios 1:9: “Dios es fiel por quien
habéis sido llamados a la comunión con Su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.” Somos los
elegidos y los predestinados; y, por lo tanto, los llamados.
En Efesios, capítulo 1, continuamos. En Efesios 1:3: “bendito sea el Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo, quien nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares
celestiales en Cristo.” ¿Cómo es esto? ¿Cómo es que hemos sido bendecidos con toda
bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo? Versículo 4: “según nos escogió en
Él.” Esto es en Cristo, “desde antes de la fundación del mundo para que fuésemos santos y
sin mancha delante de Él.” Ahí está. Él nos escogió desde antes de la fundación del mundo
para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él, al final cuando seamos glorificados,
versículo 5, “según nos predestinó para adopción como hijos a través de Jesucristo para sí
mismo,” escuche esto, “según Su beneplácito para alabanza de la gloria de Su gracia que
nos concedió gratuitamente en el Amado.”
Todo ese lenguaje ahí dice que somos elegidos, que somos elegidos para santidad final y
ser irreprensibles en amor, fuimos predestinados para ser adoptados como hijos a través
de Jesucristo; todo esto debido a la intención amable de la propia voluntad libre, no
influenciada, de Dios para que al final, toda la gloria y alabanza vaya a Él por Su gracia
concedida gratuitamente a nosotros.
En 1 Tesalonicenses 1, versículo 4, Pablo escribe a la Iglesia de Tesalónica y escuche cómo
los identifica: “conociendo hermanos,” ¿y cómo sabe él? Bueno, versículo 3. “He visto su
trabajo de fe. He visto su labor de amor. He visto la permanencia de su esperanza en el
nuestro Señor Jesucristo en la presencia de Dios nuestro Dios y Padre. “Y conociendo o
sabiendo hermanos, todo eso, amados de Dios, su elección de vosotros.” Ustedes son los
elegidos. Ustedes son los escogidos. Es evidente a partir de su vida.
Y otro texto, 2 Tesalonicenses 2:13. Segunda de Tesalonicenses 2:13. Y Pablo, de nuevo les
dice a los tesalonicenses: “siempre debemos dar gracias a Dios por vosotros. Usted no le
agradece a la persona por ser lo suficientemente inteligente como para venir a Jesús,
usted le agradece a Dios. “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios debido a
vosotros, amados del Señor de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación
mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad.” No habría ninguna capacidad
para que una persona fuera santificada. Y la santificación comienza en el punto de la
salvación separada del pecado. No habría ninguna esperanza de santificación o ninguna
esperanza de fe en la verdad a menos de que Dios los hubiera escogido desde el principio
para salvación.
Y debido a que Él los escogió, dice el versículo 14, fue para esto, esta santificación, esta fe
en la verdad, que Él los llamó mediante nuestro Evangelio para que pudieran ganar,
adquirir la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Y todo este lenguaje es coherente. Él los
escogió desde antes de la fundación del mundo para que fuesen como Cristo. Él los
escogió para que fuesen irreprensibles y santos. Él los escogió para que en últimas,
estuvieran en la presencia de Su gloria. Él los escogió para que ganaran la gloria mismo del
Señor Jesucristo. Él los escogió para que llevaran Su imagen en el cielo. Él los escogió en el
pasado, los llamó a un llamado eficaz, poderoso, que los despertó de los muertos y les
concedió un entendimiento claro del Evangelio en el regalo de la fe salvadora.
Ahora, no hay manera en la que usted pueda concluir a partir de eso que esta es una idea
ambigua, ¿verdad? Esto no está en duda en la Biblia. Y lo he dicho con frecuencia, debido
a que he respondido esta pregunta múltiples veces en mi vida, la he discutido, la debatido,
lo he hecho a nivel privado, inclusive públicamente, y con frecuencia, he dicho: “si usted
cree en la Biblia, usted cree en la predestinación. Si usted cree en la Biblia, usted cree que
Dios escogió a quién sería salvo. Si usted cree en la Biblia, usted cree que Dios determinó
quién sería salvo y determinó que la salvación llegaría a su conclusión final cuando son
glorificados en el cielo. Si usted cree en la Biblia, usted cree que Dios llama de manera
eficaz a aquellos que Él escoge y les concede fe.” Sin embargo, con toda esa claridad, la
gente todavía resiste esta doctrina.
Observe Romanos 9. Y quiero que sepa cómo es que Dios enfrenta esto. Esto es tan
bueno. Regrese a donde nos quedamos ahí en el versículo 18, hablando de Jacobo y Esaú y
cómo Dios había determinado eso desde antes de que nacieran. Y después, en el versículo
19, el oponente, el adversario imaginario que le ayuda a Pablo en cierta manera a discutir
consigo mismo y continúa aclarando su enseñanza.
Su adversario imaginario dice: “Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha
resistido a Su voluntad?” Digo, esto es bastante claro, ¿verdad? Si todo esto es
determinado por decisión divina antes de que nazca, si Dios va a ser misericordioso con
quien Él quiere misericordioso y tiene compasión de quien Él quiera tener compasión, si
esto no tiene que ver con el hombre que quiere o con el hombre que corre, si todo esto
tiene que ver con Dios, entonces, ¿cómo pueden hombre tener la culpa? ¿Cómo puedes
culparme a mí si yo no creo? ¿Cómo puedo resistir a su voluntad soberana y eterna?
Esta es una respuesta bastante razonable, ¿no cree usted? Y este es el hueso que se le
atora a la gente y se le ahoga en la doctrina de la elección. Y Pablo lo esperaba. Usted va a
decir ‘esto no es justo, porque entonces, no me puedes condenar al infierno. No puedes
culparme a mí. ¿Cómo voy a resistir Su voluntad?”
El versículo 20 presenta una respuesta sorprendente. “Mas antes, oh hombre, ¿quién eres
tú, para que alterques con Dios?” Cierra tu boca. Eso no aclara nada. ¿Quién quieres crees
que eres? ¿Estás acusando a Dios de castigar injustamente a los pecadores? ¿Estás
acusando a Dios de condenación injusta? ¿Estás acusando a Dios de maldad? Más vale
que cierre su boca antes de que diga algo más.
Y la ilustración es sorprendente. “¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has
hecho así?” Cuando un alfarero hace una vasija, la vasija no habla. La vasija no dice
‘bueno, no quiero tener esta forma, hazme con otra forma. Esto no es justo. Me gustaría
ser como esta vasija o aquella vasija o esta otra vasija.’ Versículo 21: “¿O no tiene
potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y
otro para deshonra?” Esto es asombroso.
No se atreva a cuestionar a Dios. Dios es el alfarero, usted es el barro. El barro está muy
por debajo del alfarero. Es polvo no animado. No tiene el derecho siquiera de entretener
la idea de hablarle al alfarero. Por amplia que sea la distancia entre el vaso y el alfarero,
aún más grande es la distancia entre usted y Dios. El alfarero, versículo 21, ¿acaso no tiene
derecho de hacer el barro como él lo quiere hacer?
Y después, el versículo 22 es realmente muy, muy poderoso. “¿Y qué, si Dios, queriendo
mostrar Su ira y hacer notorio Su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira
preparados para destrucción,” y ¿qué si Dios quiere demostrar Su ira? ¿Acaso no tiene
derecho de demostrar Su ira? ¿Acaso eso no es parte de Su gloria? ¿No puede Él desplegar
Su ira? Él es Dios. ¿No puede Dios dar a conocer Su poder en Su juicio, en Su ira, en Su
condonación?
Sí puede. Pero por favor, note cómo termina el versículo 22. Pasa a verbos pasivos. Nunca
dice que Dios creó a vasos preparados para destrucción. Esa es predestinación doble. Y la
Biblia no enseña eso. Dice Él soportó con mucha paciencia vasos de ira, pasivo, preparados
para destrucción. No que Él los preparó para destrucción. Dios no ve la lista de humanos y
dice ‘muy bien, tú vas al cielo y tú vas al infierno. Y ustedes tres van al infierno y tú vas al
cielo. Ustedes diez van al infierno, tú vas al cielo.’ La Biblia no enseña eso.
La Biblia enseña que todos los hombres van camino al infierno. Dios escogió rescatar a
algunos y soportó a los otros que van en esa dirección no por algo que Dios hizo. No por
un decreto que Dios hizo individualmente para ellos, sino porque ellos continúan en sus
pecados y son plenamente culpables. Dios tiene todo derecho demostrar Su ira y Él es tan
glorificado en Su ira como lo es en Su misericordia.
Y el versículo 23 dice: “y para hacer notorias las riquezas de Su gloria, las mostró para con
los vasos de misericordia,” y aquí los verbos son activos. Él hace a los vasos de
misericordia. El soporta a aquellos que están preparados para destrucción. Dios está
activo en la redención. Él es pasivo en la reprobación.
En Apocalipsis 19 se nos dice que el Señor Dios reina. Usted sabe, oímos eso y pensamos
en una canción, usted sabe, “el Señor reina, el Señor reina.” No sé si siquiera sabemos de
qué estamos hablando cuando decimos eso. ¿Qué significa eso? Significa que Él toma toda
decisión que jamás ha sido tomada, esencialmente a, acerca de todo. Él reina. Como el
altísimo, Él gobierna los ejércitos del cielo y nadie puede detener Su mano o preguntarle
qué hace. Él hace todas las cosas según el consejo de Su voluntad. Él es el alfarero
celestial, quien toma nuestra humanidad caída como una masa de arcilla y Él a partir de
ahí nos forma para que seamos vasos de honra. Y Él tolera, Él soporta a aquellos que se
moldean a sí mismos para ser vasos de deshonra. Él es el que decide y determina el
destino de toda persona y el controlador de todo detalle en la vida de todo individuo. La
cual es simplemente otro modo de decir que Dios es Dios. Y le voy a decir lo que es
realmente repugnante para mí, es algún tipo de idea de que Dios está siendo
constantemente pisado por Satanás. Eso es blasfemia.
Pero esa doctrina de la elección es fácil de aceptar. Algunos de ustedes están sintiendo
algo de dolor en su mente en este momento. Esa doctrina duele un poco. De hecho, si
puedo hacerlo sentir un poco mejor, es tan dolorosa que la única razón por la que alguien
la cree es porque está en la Biblia. Simplemente, no la inventaríamos. Ningún hombre,
ningún número de hombres, ningún comité jamás terminaría con esto. Nunca
inventaríamos una doctrina del infierno eterno tampoco, porque estas son cosas que
están en conflicto con los dictados de la mente carnal. Son repugnantes para los
sentimientos del corazón carnal.
Mire, yo no entiendo la Trinidad, eso no significa que no es verdad. No puedo comprender
la Trinidad. Yo no sé lo que significa ser tres personas y, sin embargo, una. Y no puedo
comprender el nacimiento virginal. Eso es incomprensible. No puedo comprender la
naturaleza de Cristo, Su esencia. Hay tantas cosas que no puedo entender. Hay tantas
cosas que son incomprensibles para mí, pero las creo porque son reveladas en las
Escrituras. Ni siquiera me molesta que haya algo de tensión aquí. Ni siquiera me molesta
el hecho de que la Biblia también diga “todo aquel que quiera, la Biblia también dice que
Jesús lloró por Jerusalén y dijo “no queréis venir a Mí para que tengáis vida.”
Usted pregunta qué es todo eso. Eso es simplemente decir que cualquier persona que
quiera venir puede venir y toda persona que viene será recibida. Usted pregunta cómo
encaja esto con la elección. No sé. Pero, ¿acaso usted no es confortado por el hecho de
que no sé?, porque si mi mente fuera como la de Dios, eso sería horrendo.
Hay tantas cosas que no sé. Si yo le hago una pregunta muy simple y si le digo quién
escribió el libro de Romanos, ¿usted qué dirá? Usted ni siquiera puede responder eso, ¿o
sí? Usted, como puede ver, oí que alguno dijo Pablo. Y de pronto usted entonces está en
conflicto porque sabe que esa no es la respuesta completa, ¿verdad? Usted dice ‘bueno, el
Espíritu Santo lo escribió.’ Bueno, ¿fue Pablo o el Espíritu Santo? Bueno, fueron ambos.
Bueno, ¿qué significa eso? ¿Pablo escribió un versículo, el Espíritu Santo escribió un
versículo, Pablo escribió un versículo, el Espíritu Santo escribió un versículo? ¿Cómo
podemos comprender eso? Usted dice: “¿acaso toda palabra es de la mente de Pablo?
¿Toda palabra del vocabulario de Pablo? ¿Toda palabra de su corazón? Absolutamente.
Claro. Pero también, cada palabra vino del Espíritu Santo. ¿Cómo puede ser? Eso es tan
incompresible e inescrutable para mí.
Le puedo hacer otra pregunta debido a que respondieron tan bien esa. ¿Jesús fue Dios u
hombre? Sí. La respuesta correcta es sí. Pero, ¿cómo puede ser ciento por ciento Dios y
ciento por ciento hombre? Usted no puede ser doscientos por ciento de algo. ¿Cómo
puede ser todo hombre y todo Dios? Eso va más allá de nuestra comprensión. Cuando
nosotros decimos ciento por ciento de algo, se acabó. Si usted es totalmente hombre,
entonces usted no puede ser totalmente Dios. Si usted es totalmente Dios, usted no
puede ser totalmente hombre. Y, sin embargo, Él lo fue. Digo, simplemente sigue y sigue
así.
Le hago otra pregunta simple. ¿Quién vive su vida cristiana?, ¿qué dirá usted? Por favor,
tiene que hacer esto diariamente. ¿Quién vive su vida cristiana? Usted dice ‘yo’. En serio.
¿En serio?, ¿usted? Usted dice: “no, yo no.” Usted dice que es Cristo quien lo hace.
Entonces, ¿vamos a culparlo a Él? Digo, no le puedo dar a usted todo el crédito y no le
podemos echar a Él toda la culpa. Entonces, aquí tenemos un problema.
¿Y sabe una cosa?, estuvieron los pietistas que dijeron ‘voy a golpear mi cuerpo y
disciplinarme a mí mismo y voy a vivir mi vida cristiana.’ Y después, estaban los quietistas,
usted sabe, como los cuáqueros que decían “déjalo todo y deja a Dios.” Y simplemente
entraban en un modo pasivo, usted sabe. Y el movimiento de Keswick salió de ahí y la vida
crucificada y todas estas perspectivas raras quietistas. ¿Quién está viviendo su vida
cristiana? Usted responde ‘bueno, si hay algo mal soy yo y si hay algo bueno, es Él.” Y ellos
dicen que es un misterio que es inconcebible. El apóstol Pablo dijo esto acerca de eso; él
dijo: “con Cristo estoy juntamente crucificado,” Gálatas 2:20, “mas yo vivo, pero yo no.”
Como puede ver, él tampoco sabía. Tiene a - John Murray dijo hace muchos años atrás
que toda doctrina importante en la Biblia hay una paradoja aparente. Hay una paradoja no
resuelta que es trascendente. Y esto significa que Dios es Dios y el hecho de que hay
tantas de éstas en las escrituras significa que las Escrituras no fueron escritas por los
hombres. Conozco editores, ellos arreglan cosas como esa.
Entonces, debido a que creemos a que Jesús es Dios, no significa que no creamos que Él es
hombre. Debido a que creemos que Él nació de una madre humana, no significa que no
creemos que Él nació de Dios. Debido a que debemos perseverar en nuestra fe, no
significa que no estamos seguros. Debido a que la Biblia fue escrita por autores humanos,
no significa que no creamos que no fue escrita por el Espíritu Santo.
Debido a que tenemos que disciplinarnos a nosotros mismos para vivir la vida cristiana, no
significa que no creemos que no es Cristo en nosotros. Y debido a que creemos en la
doctrina de la elección, no significa que no creemos en la responsabilidad humana. Estas
son paradojas aparentes que no podemos resolver. Pero, el peligro es que usted destruye
la Verdad y termina con algún punto medio racionalista. Eso es peligroso.
Entonces, la enseñanza inequívoca de las Escrituras es la doctrina de la elección. Inclusive
el pre conocimiento, la presciencia de la cual habla Pedro en 1 Pedro 1, presciencia,
elegidos según la presciencia de Dios, vea esto por un momento. Voy a terminar esto aquí
y continuaremos el resto del próximo domingo por la noche. Pero vea uno Pedro 1:1, él
dice que somos elegidos, “elegidos.” Y después, en el versículo 2, según la presciencia de
Dios. Ellos dicen “¡oh, ahí está!” Ahí está la clave. De acuerdo a la presciencia de Dios. E
inmediatamente ellos dirán qué significa eso. Eso significa que Dios sabe lo que usted
hará, ¿verdad? Antes de que usted lo haga. Presciencia. Pre conocimiento.
Y Dios, ahí atrás, en la eternidad pasada, debido a que Él conoce todo lo que va a pasar,
miró hacia adelante en la historia y dijo, ‘Ahh, veo lo que va a pasar, ese John MacArthur
va a nacer en esa familia cristiana y él va a oír el Evangelio y él va a creer en el Evangelio y
entonces, lo voy a escoger.’ ¿Usted cree que eso es extraño? Eso es lo que la mayoría de
los cristianos cree. Eso es lo que la mayoría de los cristianos cree y enseña.
Pero eso es como previsión acerca de las que las personas harán. Ahora, el problema con
esto es que ¿cómo es que estos pecadores muertos van a resucitarse a sí mismos para
hacer esto sin la ayuda de Dios? Responda usted esa pregunta. ¿Cómo es que aquellos
que son totalmente depravados, están totalmente ciegos, están totalmente muertos, van
a llegar al punto en el que van a tomar esa decisión para salvación? ¿Cómo lo harán?
¿Cómo harán eso?
No pueden hacerlo. “¿Puede el leopardo cambiar sus manchas? ¿Puede el etíope cambiar
su piel? Tampoco pueden vosotros hacer bien, ustedes que son malos.” ¿Cómo es que va
a pasar el eso? Si Dios tan sólo ve quién va a tomar la decisión, entonces Su elección no
está basada en Su propio libre albedrío, está basado en el mérito de ellos, ¿verdad? Está
basada en el mérito de ellos. Los hombres buenos van a escogerme a Mí y entonces, Yo
los voy a escoger a ellos.
Esto no tiene nada que ver con todos esos versículos que leímos, absolutamente nada que
ver. Y, por cierto, dice somos elegidos según la presciencia de Dios. Pero quiero que vea el
versículo 19, ¿cuál es la última palabra en el versículo 19? ¿Cuál es? Cristo. Muy bien.
Cristo, ahora vea esto, Cristo, porque Él fue conocido antes de la fundación del mundo.”
Oh, tenemos un problema. Si pre conocimiento significa que Dios mira hacia adelante y ve
lo que va a pasar en el versículo 2, entonces conocer desde antes debe significar lo mismo
en el versículo 20, ¿verdad?
Entonces, eso significa que Dios vio a lo largo de la historia y hacia delante de la historia y
dijo ‘oh, mira esto. Cristo va a dar Su vida. Él va a entregar Su vida. Bueno, si va a hacer
eso, entonces lo haré el Salvador. Digo, obviamente pre conocimiento no puede significar
eso porque Jesús dijo que Él no vino para hacer Su voluntad sino la voluntad del Padre. De
Su Padre. Esa es la razón por la que Él es llamado Cristo, Mi escogido.
Usted pregunta entonces qué significa pre conocimiento. Es prognosis, prognosis. De ahí
obtenemos la palabra prognosis, que es usada en términos médicos. Es una decisión
predeterminada. Es una decisión predeterminada. Cristo fue preconocido. Esto es, Él fue
preconocido por Dios en el sentido íntimo como el Salvador, el Redentor, antes de la
fundación del mundo. Está hablando del tipo íntimo de conocimiento. Como dice en el
Antiguo Testamento, “a Israel sólo he conocido.” ¿Acaso eso significa que los judíos son el
único pueblo del que Dios conoce? No, es el tipo de conocimiento que usted tiene en
Génesis. Caín conoció a su esposa y ella le dio un hijo. Eso no significa que él conocía el
nombre de ella. Eso no significa que él sabía quién era ella. Significa que tuvo una relación
íntima con ella y a partir de eso salió un hijo.
Jesús dijo esto en Juan 10: “Mis ovejas oyen Mi voz y Yo las conozco.” Él está hablando de
una relación de amor íntimo. El shock, el asombro fue que María estaba embarazada y
José ni siquiera la había conocido. Hablamos de eso inclusive en la actualidad. Usamos la
expresión de conocimiento carnal, para referirnos a una unión sexual, un conocimiento
íntimo. Lo que usted tiene aquí en pre conocimiento es una intimidad predeterminada. Así
como el Padre tuvo una relación predeterminada con el Hijo que lo llevaría a hacer el
sacrificio por el pecado para derramar Su sangre preciada como un cordero sin mancha y
sin arruga, así el Padre tuvo una relación predeterminada con aquellos a quien Él escogió.
Pre conocimiento es una decisión deliberada.
Otro pasaje sella esto. Hechos 2:23, y les prometo que voy a cerrar con esto. Esto es
mucho que cubrir. Hechos 2:23. Esto termina toda discusión, si queda algo, acerca del
tema del pre conocimiento. Pedro se levanta en el versículo 22 y predica: “Jesús, el
Nazareno, un hombre certificado a vosotros por Dios con milagros y maravillas y señales,
que Dios hizo a través de Él en medio de vosotros. Este hombre,” versículo 23, este Jesús,
“entregado,” ellos pensaron que lo habían crucificado, ellos pensaron que era su plan. No,
no. “Este hombre entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de
Dios, prendisteis y matasteis por manos inicuas, crucificándolo.”
Son culpables. Lo hicieron. Lo hicieron por su propia voluntad. Pero Dios predeterminó
que fuera hecho. Fue establecido en Su plan predeterminado y conocimiento. Eso es
predeterminar, conocer de antemano, no es simplemente tener información acerca de lo
que sucederá, sino predeterminarlo. Entonces, entendemos que la Biblia es muy clara
acerca de la doctrina de la elección.
Y eso da lugar a la pregunta contundente de por qué Dios hizo esto. Y esa pregunta será
respondida el próximo domingo por la noche en lo que yo creo que es el entendimiento
más contundente, más poderoso, más profundo de la redención que podemos conocer. Y
creo que, si usted está con nosotros el próximo domingo por la noche, su mente no sólo
quedará satisfecha, sino que su alma quedará satisfecha y a partir de ahí, vendrá un gozo
mayor en su salvación de lo que usted jamás ha conocido. Pero nos esperaremos hasta la
próxima vez. Oremos.
Padre, estamos emocionados con esta verdad gloriosa, emocionados, asombrados de que
Tú nos hayas elegido y nos hacemos la pregunta de por qué nosotros. ¿Por qué nosotros?
Te damos gracias, oh Dios, por Tu salvación de gracia y te damos gracias porque esa
salvación, aunque no la podemos comprender, está abierta para cualquier persona que
vea a Cristo y crea en Él. Todo aquel que quiera puede venir. Cómo armonizas eso con Tu
elección soberana es algo que Tú debes entender y no para nosotros.
Pero nosotros sabemos que Jesús llora por aquellos que no vienen. Te damos gracias, por
un lado, por aquellos que no han aceptado a Cristo, que Tú despiertes sus almas muertas,
da vista a sus ojos ciegos, para que puedan ver a Cristo irresistiblemente frente a ellos y
corran a Él para salvación. Oramos en Su Nombre. Amén.
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La Doctrina de la Elección, 2ª Parte


Escritura: Escrituras Seleccionadas

Código: 90–274
John MacArthur
Vamos a regresar ahora al refrigerio, espero yo, de la Palabra de Dios. Estamos hablando
de la doctrina de la elección. Elegidos por Dios. Quién escogió a quién. Y esto, como
ustedes bien saben, no es sin controversia. La doctrina de la elección soberana, la verdad
de la pre destinación es muy discutida y la mayoría de las discusiones pueden degenerar
en algo muy acalorado.
De hecho, decir que hay personas que odian la idea de la predestinación no es una
exageración. Hay personas que odian el pensamiento de la elección Divina, la elección
soberana. De hecho, hay algunas personas que dicen que la doctrina es demoníaca, que la
doctrina en sí es satánica. Es una afrenta tal a su sentido de justicia y su sentido de lo que
ellos creen que es lo correcto, que hay personas que se llaman a sí mismas cristianas que
ven esto como una verdad que viene del enemigo de Dios y no de Dios mismo.
Para muchas personas, parece racionalmente injusto que Dios escoja a quién será salvo.
Para otras personas, es emocionalmente difícil aceptar y tolerar que Dios decida a quién
va a salvar. Para otras personas - y quizás a las mismas personas como las primeras dos -
parece como si fuera algún tipo de ataque a la libertad humana, el libre albedrío, el cual
muchas personas están convencidas que es una especie de derecho humano.
Y comprendo esos sentimientos. Es una doctrina difícil de aceptar. Todos nosotros, los que
hemos llegado a entender lo que la Biblia enseña acerca de la doctrina de la elección
hemos tenido que enfrentar los argumentos racionales que dicen que esto no parece ser
justo, no parece ser equitativo, no puede ser como es. Todos hemos tenido que enfrentar
los asuntos emocionales del hecho que es triste que Dios pase por alto a algunos
pecadores. Todos hemos tenido que enfrentar el hecho de que mientras que tenemos
voluntad, tenemos elección, y, en últimas, no es independiente de Dios.
Entonces, yo comprendo cómo usted se siente. Yo entiendo cómo piensa. Entiendo todas
esas cosas porque nadie llega a un entendimiento bíblico de la doctrina de la elección
soberana sin resolver esos asuntos. Pero de nuevo, lo que satisface la razón y lo que
satisface mi emoción y lo que satisface mi sentido de libertad no es lo que determina la
Verdad.
Y entonces, tenemos que regresar a ese punto. No soy Dios. Y mientras que las cosas,
quizás, no tengan sentido para mi razón; mi razón es caída. Y mientras que las cosas quizás
no tengan sentido para mi emoción, mi emoción está caída. Y mientras que las cosas no
parezcan encajar con mi sentido de libertad, mi libertad también está caída. Y una cosa
que no haré, y ninguno de nosotros realmente querría hacerlo de manera abierta, es crear
a Dios a nuestra imagen. No vamos a diseñar a Dios para que encaje con nuestra razón,
nuestra emoción y nuestra libertad. No podemos diseñar a Dios para que sea lo que
nosotros pensamos que debería ser. No podemos diseñar a Dios para que actúe como
nosotros pensamos que Él debería actuar.
Aun así, hay algunos que parecen tener el suficiente atrevimiento como para hacer el
intento. Parecen no verse molestados por el hecho de que, al rechazar la doctrina de la
elección divina, la predestinación, han creado a un Dios que no es el Dios de la Biblia. El
Dios de su creación puede ser más razonable para ellos, puede ser más cómodo para ellos,
puede encajar mejor con sus instintos, pero la realidad del asunto es que el Dios que han
hecho, no es el Dios verdadero.
Una mala representación de Dios, cualquier corrupción de Dios, cualquier minimización de
Dios es crear entonces a un Dios en su propia mente que no es el Dios vivo y verdadero; y
representaciones equivocadas como esas inevitablemente corrompen nuestra adoración.
Corrompen nuestro servicio a Él y pueden ser blasfemas como también ignorantes.
Una ilustración de eso a partir de otra área que tiene que ver con la naturaleza de Dios
sería la creación. Si usted cree en la evolución, si usted rechaza la idea de que Dios creó al
universo en seis días, si usted no acepta eso como un hecho, sino que cree que hay un
proceso de evolución que se está llevando a cabo, usted acaba de robar algo de la gloria
de Dios, ¿verdad? Porque Él debe ser glorificado como el Creador. Y el hecho de que el
tiempo está dividido de manera inexplicable, realmente fuera de la creación en siete
períodos de siete días, es un recordatorio constante de que Dios creó todo en seis días. No
hay otra razón por la cual se dividan las cosas en períodos de siete días. Pero la vida
humana en sí misma es un recordatorio constante en los ciclos del tiempo de que Dios es
el Creador y que Dios debe ser honrado como el Creador. Y aferrarse a una perspectiva de
que de alguna manera hay otras fuerzas o de alguna manera hay otras fuerzas operando
en la creación, más allá de lo que la Escritura atribuye a Dios, es entonces, disminuir Su
gloria.
Cualquier corrupción de la naturaleza de Dios, entonces, lo lleva a usted a un nivel por
debajo de la realidad de Dios y, por lo tanto, corrompe la adoración porque corrompe su
entendimiento de quien Él es. Tenemos razón, razón según Romanos 1, que nos permite
concluir que hay un Dios. Tenemos emociones, las emociones nos dan la facultad de
relacionarnos unos con otros. Algo que los animales y las plantas no tienen. Y las
emociones también nos dan el privilegio de relacionarnos con Dios.
Y tenemos voluntad. Actuamos en algunas maneras con una medida de libertad. Pero
nuestra razón cayó cuando Adán cayó y nuestra emoción cayó cuando Adán cayó. Y
nuestra libertad cayó cuando Adán cayó. Entonces, todas nuestras facultades, mientras
que son residuales, todavía son algunos elementos residuales de esas facultades dadas a
Adán antes de la caída. Todas nuestras facultades están a un grado u otro, corrompidas.
Nuestra razón está corrompida por la carne, nuestra emoción está corrompida por la
carne y nuestra voluntad y nuestra libertad ciertamente están corrompida por la carne.
Por lo tanto, para que la razón y la emoción y la voluntad funcionen, como Dios quiere que
funcionen, no pueden ser dejadas a sí mismas porque están caídas. Deben ser traídas bajo
la autoridad de ¿qué? Las Escrituras. Lo que es verdaderamente razonable no es lo que
nos parece razonable a nosotros. Lo que es verdaderamente satisfactorio quizás no sea lo
que es satisfactorio para nosotros. Lo que es verdaderamente una expresión de nuestra
voluntad, quizás no es lo que nuestra voluntad caída más anhela. La única manera en la
que jamás tendremos una perspectiva no corrupta de Dios es acudir a una fuente no
corrupta. ¿Y cuál es esa? Es la Palabra de Dios. Entonces, en todo asunto que se relaciona
con Dios, vamos a las Escrituras.
Y entiendo que la idea de que Dios escoge a personas para la salvación es algo duro de
aceptar. Entiendo que es difícil a nivel de la razón porque estamos tan preocupados con lo
que es justo a la luz de nuestro entendimiento. Y entiendo que es algo difícil
emocionalmente, y ciertamente, con respecto a la libertad de la voluntad humana. Pero
negar la doctrina de la elección o negar la doctrina de la predestinación no cambia nada;
porque si yo digo que usted es capaz de ir al cielo en base a su decisión y no la de Dios,
que usted es quien determina su destino eterno, que esto depende de usted, que Dios lo
deja totalmente en sus manos, la siguiente pregunta sería: ¿acaso Dios sabe lo que usted
hará? Y la respuesta a esa pregunta tendría que ser sí, porque Él conoce todo. Y porque Él
ya tiene un libro desde la eternidad en el cual los nombres de todas las personas que
creerán ya están escritos. Entonces, Él ya sabe.
Y entonces la pregunta es: si Él ya sabía que usted iba a creer, entonces ¿por qué lo creó a
usted? Digo, usted realmente nunca escapará el dilema. Y alguien podría venir y decir,
como la gente de la teología advierte y decir: ‘bueno, Él no sabe’. Bueno, si Él no sabe,
entonces, por causa de la misericordia, ¿por qué esto lo aventó al aire como una multitud
de pétalos de flor y dejó que cayeran en donde cayeran? Él ciertamente debió haber
conocido cómo terminaría. Él ciertamente sabía que Él había arrojado a Satanás, lo había
expulsado del cielo. Él ciertamente sabía que un tercio de los ángeles se iría con Él. Él
ciertamente sabía lo que estaban haciendo y lo que estaban haciendo en el huerto del
Edén. Él ciertamente sabía todo eso. ¿Por qué haría Él esto? ¿Por qué Él crearía a la raza si
inclusive existiera la posibilidad del infierno? Usted realmente nunca escapa el dilema.
Y al final, algo es claro: Dios nunca planeó salvar a todo el mundo. Usted pregunta cómo
sé eso. Porque no todo el mundo es salvo. Por lo tanto, Dios no podría haber planeado
salvar a todo el mundo, o de lo contrario todo el mundo sería salvo porque Dios puede
hacer lo que Él determina hacer, ¿no es verdad?
Entonces, la pregunta es por qué Dios pasa por alto a algunos y escoge a otros. Y el otro es
para Su propia gloria. Romanos 9 nos dice de nuevo que Dios es glorificado en Su ira como
lo es en Su misericordia. Ahora, este es un dilema enorme, pero negar la doctrina de la
predestinación o negar la doctrina de la elección no resuelve el problema.
Una cosa es clara. Dios no determinó salvar a todo el mundo. Eso es claro. Jesús lo dijo
cuando Él dijo “muchos están en el camino ancho que lleva a la perdición,” y entonces la
pregunta es: si Dios en Su propósito perfectamente justo, santo y soberano determinó
salvar a algunos, ¿por qué medio determinó hacer eso? ¿Acaso determinó hacerlo
simplemente de manera caprichosa por parte de personas que toman la decisión o acaso
Él mismo tomó la decisión?
En primer lugar, Él determinó, eso lo sabemos, no salvar a todos porque de lo contrario,
no habría un infierno eterno. Y no habría pocos que encuentran el camino a la vida eterna.
Entonces, la única pregunta que nos queda es quién escogió a quién. ¿Acaso la gente
escoge a Dios o Dios escoge a la gente?
Y la respuesta se encuentra ¿en dónde? En la Biblia. En la Biblia. La última vez, le di una
lista larga de textos de las Escrituras porque es tan importante ayudarle a entender esta
doctrina. No está aislada. Permítame darle unos cuantos más. ¿Muy bien? Deuteronomio
10; 14 al 15. Deuteronomio 10; 14 al 15. Quiero mostrarle que donde quiera que usted
vaya en la Biblia, usted se encuentra con esta verdad.
Esto es lo que dice. Hablando de Israel, Dios dijo: “he aquí a Jehová vuestro Dios
pertenecen el cielo y los cielos de los cielos, los cielos más altos, la tierra y todo lo que en
ella hay.” Ahora, ahí hay una afirmación acerca de la autoridad suprema de Dios. Él
controla el universo entero. Sin embargo, “a vuestros padres, Jehová estableció Su afecto
para amarlos. Y Él escogió a sus descendientes después de ellos, a ti por encima del resto
de los pueblos.” Ahora, lo que Moisés está escribiendo ahí en Deuteronomio capítulo 10
es que el Señor es dueño de todo. Todo en el cielo, y en el cielo más alto, todo en la tierra,
todo lo que hay pertenece a Dios. “Y de todo eso, Dios los escogió a ustedes.” La simiente
de Abraham y sus descendientes, y estableció Su afecto para amarlos por encima de todas
las naciones. Y Él tomó una decisión. Y pasó por alto al resto de las otras naciones.
Esto no es algo extraordinario que Dios hace en la era del Nuevo Testamento. Así es como
Él siempre ha operado, inclusive, Él escogió a Abraham. En el Nuevo Testamento, en
Mateo 11, versículo 27, Jesús dice: “todas las cosas me han sido entregadas por Mi
Padre.” Y después, esta línea importante: “y nadie conoce al Hijo sino el Padre ni nadie
conoce al Padre sino el Hijo,” escuche, “y todo aquel a quien el Hijo quiere revelarlo”. La
única manera en la que usted jamás conocerá a Dios Padre es si el Hijo quiere revelárselo
a usted. Todas las prerrogativas pertenecen a la Trinidad. Todas las prerrogativas que
pertenecen a Dios. Nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera
revelarlo.
En Mateo, capítulo 22, versículo 14, leemos: “muchos son llamados, pero pocos son
escogidos.” No sé si se puede hacer más claro eso. Muchos son llamados. Hay un llamado
amplio del Evangelio y pocos son escogidos.
En Marcos, capítulo 13, y es importante que cubramos estos porque son críticos en
esparcir esta enseñanza por todas las Escrituras, Marcos 13:20. Jesús está hablando acerca
del tiempo futuro de la tribulación y Él dice: “a menos de que el Señor hubiera acortado
esos días, ninguna vida sería salva, pero por causa de los elegidos, por causa de los
escogidos a quien Él escogió,” ahí está. ¿Quién escogió a quién? Él nos escogió a nosotros.
Él acortó los días. En el tiempo de la tribulación habrá cosas horrendas que se lleven a
cabo, juicios por todo el mundo y el tiempo es condensado, es corto. Es muy corto, o de lo
contrario los elegidos ni siquiera podrían sobrevivir por causa no de todo el mundo, no del
mundo entero, sino por causa de los elegidos a quien Él escogió.
En el capítulo 11 de Romanos, y no les estoy dando todas las Escrituras que he escrito,
pero estas son importantes, en el capítulo 11 de Romanos, versículo 4, ¿cuál es la
respuesta Divina para él? Hablando acerca de Elías y los profetas de Baal, “me he
guardado para Mí mismo 7000 almas que no han rodado la rodilla a Baal. ¿Qué dice Dios?
Usted sabe, Elías en su vida sale y confronta a los profetas de Baal y después, él comienza
a sentirse como si fuera el único que queda. “Y no hay nadie fiel al Señor,” versículo 3, “yo
sólo he quedado, y están buscando mi vida.” Usted recordará que la gente comenzó a
perseguir a Jezabel y él está huyendo de la ciudad, huyendo al desierto y pidiendo a Dios
que le quite su vida porque alguien lo va a matar y él piensa que es el único que queda.
Y la respuesta que viene en el versículo 4 es “me he reservado para Mí mismo a 7000 que
no han doblado la rodilla a Baal. Yo los escogí. Yo los guardé.” Y el versículo 5 explica que
de la misma manera, entonces, también han llegado a haber en el tiempo presente un
remanente según la decisión de Dios de gracia. Hubo unas 7000 personas quienes fueron
fieles a Dios, quienes creían en el tiempo de Elías, que Dios había escogido y guardado y
hay en el tiempo actual, cuando Pablo escribe esto, y en todo tiempo y en la actualidad,
un remanente según la decisión de gracia de Dios.
Es una decisión, versículo 7, que entonces, aquello que Israel está buscando y no ha
obtenido, pero aquellos que fueron escogidos, lo obtuvieron. Y el resto, fueron
endurecidos. Aquellos que no fueron escogidos, fueron endurecidos. Dios, de hecho, les
dio un Espíritu de endurecimiento, ojos que no ven, oídos que no oyen hasta el día de hoy.
Lenguaje fuerte acerca de la decisión soberana.
Segunda de Timoteo 2:10. Segunda de Timoteo 2:10. Pablo dice: “al entender esta
doctrina,” creyéndola con todo su corazón, Pablo dijo: “soporto”; él escribió esa epístola
romana. Él dice en 2 Timoteo 2:10: “por esto todo lo soporto por causa de los elegidos,
para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús.” ¿Por qué atraviesas
lo que atraviesas Pablo? Digo, la vida fue tan dura para él. Habla acerca de sufrir como
buen soldado de Jesucristo, él compite en el versículo 5 como un atleta, con esfuerzo. Él
trabaja, él labora en el versículo 6 como un granjero que trabajar duro. Digo, todo es
sacrificial. En el versículo 9 él habla acerca de sufrir penalidades, inclusive hasta prisiones
como un criminal. ¿Por qué haces eso? ¿Por qué lo haces? Por esta razón todo lo soporto,
por causa de los elegidos. Es inequívoco. Dios tiene a Sus elegidos y Su elección tiene que
ser confirmada por oír el Evangelio.
En Santiago 1:18. Santiago 1:18. Bueno, veamos el versículo 17, éste es un buen versículo.
Usted lo conoce bien. Santiago 1:17: “toda buena dádiva y todo don perfecto desciende,”
¿de dónde? Ahora, ¿cuál es el mejor regalo que podría descender del cielo? La salvación.
Toda buena dádiva, lo mejor sería la salvación, el don perfecto. El don, el regalo de la
perfección espiritual desciende de lo alto. “Del Padre de las luces en el cual no hay
mudanza ni sombra de variación.” Todo lo que es bueno, la salvación estaría en el primer
lugar de la lista, es de Dios. Entonces, en el versículo 18 dice: “Él de su voluntad nos hizo
nacer por la palabra de verdad para que seamos primicias de sus criaturas.” Él lo hizo,
descendió del cielo como un ejercicio de Su voluntad, Él nos hizo nacer y lo hizo por la
palabra de verdad. Esto es, mediante el Evangelio.
Santiago, capítulo 2, versículo 5. Santiago capítulo 2, versículo 5: “Oíd hermanos amados,
¿acaso Dios no escogió a los pobres de este mundo para que fuesen ricos en fe y
herederos del reinó que Él prometió a aquellos que le aman? ¿Por qué la mayoría de la
gente que son creyentes son pobres? Porque Dios escogió a los pobres. Eso es lo que dice.
Dios escogió a los pobres. ¿Acaso Dios no escogió a los pobres de este mundo?
Y después, en Apocalipsis 13:8; 17:8 dice que sus nombres fueron escritos en el libro de la
vida del Cordero antes de la fundación del mundo por una decisión que Dios mismo tomó.
Observe 2 Timoteo 2:19. Esto es simplemente introducción. Segunda de Timoteo 2:19,
aquí está el fundamento firme de su salvación. “Pero,” retrocediendo en el versículo 18,
“hay personas que se han desviado de la verdad. Y han trastornado la fe de algunos. No
obstante, el fundamento firme de Dios permanece.”
Dios ha hecho un fundamento que no se moverá. ¿Y cuál es ese fundamento? Aquí está.
Es como el gran fundamento de la Iglesia. ¿Y cuál es? ¿Qué hay en ese fundamento? Estas
palabras: “el Señor conoce a los que son Suyos.” El Señor conoce a los que son de Él. Él
sabe quién le pertenece a Él.
De regreso en Juan capítulo 3, el cual es territorio muy conocido para cualquier alumno
del Evangelio y de la Biblia, leemos esto: Jesús en Juan 3:13: “De cierto, de cierto os digo,
que el que no naciere de nuevo, no puede ver el Reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo
puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre
de su madre, y nacer?” Él está siguiendo la metáfora. Él entiende que Jesús está hablando
espiritualmente. Él lo sabe. Él simplemente está preguntando cómo puede suceder.
Y aquí está la respuesta, sorprendente respuesta. Jesús no dice “bueno, tienes que orar,
tienes que hacer esta oración y hacer esto y aquello.” Él dijo: “Respondió Jesús: De cierto,
de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino
de Dios.” Entonces, no va a pasar fuera del Espíritu Santo. Lo que es nacido de la carne,
carne es. Y lo que es nacido del Espíritu, Espíritu es. No te maravilles de que te he dicho
“debes nacer de nuevo”. Lo que sea, cuando esto pasa, cuando sucede en quien sucede,
es por la obra del Espíritu Santo. Es un nacimiento de arriba.
Y en el versículo 8 dice: “El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes
de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.” ¿No es eso
sorprendente? El viento va donde el viento quiere ir. Usted no le dice al viento a dónde ir.
Hemos estado viendo todas estas líneas, ¿no es cierto?, ahí en el golfo, todos estos
huracanes. Nadie le está diciendo a eso a dónde ir. Va donde quiere ir. Y así es el Espíritu,
Él va adonde quiere ir. Él sopla donde quiere soplar. Y Él hace de manera soberana lo que
quiere hacer en la vida en donde Él quiere hacerlo. Y al final, Él recibe toda la gloria. Digo,
Él recibe toda la gloria.
Permítame pedirle que pase conmigo a 1 Corintios capítulo 1. Y puedo ilustrar esto. Creo
que si usted está tratando con alguien a quien no le gusta la doctrina de la elección, si está
tratando con alguien a quien no le gusta la doctrina de la predestinación, si está tratando
con alguien, quien es como es conocido, pelagiano o arminiano, de Arminio, quien negó
esta doctrina; si usted está tratando con estas personas, aquí hay un pasaje que realmente
los detiene en frío. Primera de Corintios 1:26: “Pues mirad, hermanos, vuestra vocación,
que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles;”
simplemente, vea la congregación. Muy bien. Está sentado en la Iglesia en Corintio. Muy
bien. Miren a su alrededor. Vean a su alrededor. Vean a los que han sido llamados
eficazmente a la salvación. ¿Cuántos de los sabios del mundo están ahí? ¿Cuántos de los
poderosos del mundo están ahí? ¿Cuántos de los nobles están ahí? ¿Cuánta sangre real
hay ahí en su Iglesia?
Versículo 27: “Sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo
débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo
menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se
jacte en Su presencia.”
Le voy a decir una cosa: los arminianos están en problemas en este pasaje. Esto dice que
Dios quería ser glorificado. Dios quería recibir toda la gloria. Ninguna persona que es salva
podría jamás jactarse por su propia salvación y sirvió a la gloria de Dios de la mejor
manera el que Él escogiera lo necio, lo débil, lo bajo y lo menospreciado y a los nadas y a
los nadies.
Ahora escuche, si lo débil y lo necio escogió Dios, este pasaje no tiene sentido. Si lo débil y
lo necio escogió a Dios, ¿entonces quién recibe el crédito? Lo débil y lo necio. Entonces,
¿cómo termina esto con la jactancia humana? Convierte al pasaje entero en algo absurdo.
Y en el versículo 30, él dice: “más por Él,” esto es Dios, “estáis vosotros en Cristo Jesús.”
Usted está en Cristo Jesús porque Dios lo hizo para ¿qué? Dice el versículo 31: “como está
escrito, si te vas a gloriar, gloríate en el Señor.” Digo, está en toda la Biblia. Este no es un
pasaje de la decisión del hombre. Este pasaje no tiene nada que ver con la decisión del
hombre. Es de la decisión de Dios. Y si fuera de la decisión del hombre, entonces ¿cómo
termina con la jactancia humana? Convierte al pasaje entero en ridiculez total.
Bueno, mientras que estoy en el tema regrese a Romanos 9. Romanos 9. Ahora, esto es
simplemente algo obvio. En los versículos 8 al 13, habla de Jacob y Esaú. Y el versículo 13
dice: “A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.” A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí. De regreso
en el versículo 11, dice: “(pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal,
para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino
por el que llama), Dios escogió a Jacob no por algo que hubiera hecho, no para algún
mérito, no por alguna obra, sino puramente debido a su propio propósito. No dice nada
acerca de que Jacob escogió a Dios.
Y el versículo 14 lo sella. Observe el versículo 14: “¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay
injusticia en Dios? En ninguna manera.” ¿Entiende usted la importancia de ese asunto? Si
Jacob estuviera escogiendo, y si la gente estuviera escogiendo, y si alguien pudiera
escoger, y si dependiera de nosotros, entonces, ¿por qué tendría usted que defender la
justicia de Dios? ¿Por qué tendría usted que decir ‘bueno no hay injusticia en Dios,’ bueno,
si somos nosotros escogiéndolo a Él, entonces, ¿por qué Pablo se preocupa porque
pudiéramos pensar que Dios es injusto? Si es sólo nuestra decisión. Si Pablo está diciendo:
Dios sólo escoge a aquellos que lo escogen a Él. Bueno, entonces eso no es injusto. Nadie
necesita defender la justicia de Dios. Digo, nadie acusaría Dios de ser injusto si Él sólo
escoge a quien lo escoge a Él.
Pero Pablo sabe que la gente va a acusar a Dios de injusticia porque va en contra de la
médula de nuestra razón caída cuando oímos que Dios toma la decisión según Su propio
propósito. Y después, ahí en el versículo 20, dice: “Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú,
para que alterques con Dios?” ¿Por qué alguien altercaría con Dios? No estarían
altercando con Dios si Dios tan sólo escogiera a quien lo escoge a Él. Es que hay personas
que están tan ofendidas por el hecho de que Dios escoge que altercan con Dios.
Y Él dice: “¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así? Lo cual
presenta el punto de que si Dios no lo hubiera hecho como lo hizo a usted, entonces no
estaría altercando con Él acerca de eso. El argumento entero aquí sería totalmente
ridículo si no fuera claro que ésta es una decisión divina. Y esto lleva a la pregunta de la
justicia de Dios. Y lleva a la pregunta de los derechos del vaso en las manos del alfarero: si
es una decisión humana, no hay necesidad de objetar. Si es una decisión humana y Dios
simplemente escoge quien lo escoge a Él, no hay necesidad de defender la justicia divina.
No hay necesidad de defender la autoridad soberana de hacer lo que Él quiere con quien
quiere. Como puede ver, si usted niega la decisión soberana, si usted niega la doctrina de
la elección, usted altera estos textos y los convierte en algo ridículo o engaño total.
Ahora, en Romanos 11 hay una doxología que lo coloca en donde debe estar. Versículo 33,
una gran doxología. Y aquí es donde usted simplemente debe descansar. “Oh,
profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios. ¿Entiende usted que no
puede llegar a las profundidades del conocimiento y la sabiduría de Dios? ¿Entiende eso?
No tenga un concepto más alto de usted del que debe tener. Lo que quizás no le parezca
razonable para usted quizás no le parezca satisfactorio emocionalmente, no le parezca
justo para la voluntad y la libertad humanas, ¿usted simplemente entiende que no puede
ni siquiera comenzar a desafiar con su mente las profundidades de la sabiduría del
conocimiento que le pertenece a Dios? ¿Y no sabe cuán insondables son Sus caminos e
inescrutables Sus juicios? Nunca se atreva a colocarse a sí mismo en una posición de
cuestionar a Dios.
Versículo 34: “porque: ¿quién entendió la mente del Señor o quién fue Su consejero?
Digo, esto es absurdo. ¿Usted le va a decir a Dios lo que Él puede o no puede hacer? ¿Y lo
que a usted le parece razonable y satisfactorio y justo para la voluntad humana? ¿Acaso se
ha olvidado del versículo 36 que, de Él, por Él y para Él son todas las cosas, a Él sea la
gloria por los siglos de los siglos amén? Ahora, inclusive algunos de ustedes que aún un
poquito están todavía luchando con esta doctrina. Entiendo eso. Realmente lo entiendo.
Digo, toma tiempo entender esto y cuando acabamos, lo va a ver diferente.
Pero, ¿sabe una cosa? Aún ustedes que están luchando con esto un poco, ¿llega usted a
reconocerse y felicitarse a usted mismo por su salvación? ¿Ha hecho eso alguna vez? ¿Ha
simplemente mirado el cielo una vez y le ha dicho: ‘Dios, realmente debes estar orgulloso
de mí, de las decisiones que he tomado, la manera en la que he decidido dejar mi pecado
y creer en el Evangelio’? Digo, ¿ha entrado ese pensamiento alguna vez en su mente? ¿Ha
pensado alguna vez: ‘¿sabes una cosa? Mira todas estas personas torpes que rechazan el
Evangelio. Yo soy lo suficientemente inteligente como para verlo por lo que es. Yo lo creo
todo.’? ¿Alguna vez ha pensado: ‘ve a la escoria, digo, yo he encontrado algunos anhelos
santos y he buscado el Evangelio’? Usted no debe pensar así. Si usted le dice a alguien que
usted ama que está fuera de Cristo y dice ‘por favor, hombre. Por favor, abre tus ojos, por
favor, llega a las profundidades de tu ser, usa sus facultades.’ Usted no habla así.
¿Qué hace cuando usted quiere ver que alguien sea salvo? Ora. ¿Por qué? Porque espera
que Dios los escoja a ellos. Y cuando alguien es salvo, ¿a quién le agradece? ¿Se da
cuenta? Todos ustedes son calvinistas de clóset. Usted entiende que usted se estaba
ahogando y Él lo salvó a usted. Usted estaba muerto y Él le dio vida a usted. Usted estaba
ciego y le dio vista a usted. Usted estaba sordo y Él le dio oído a usted. Usted entiende
eso. Esa es la razón por la que Tito 3:5 dice ‘nos salvó’. Fue por Su poder, por Su voluntad,
según Su propósito. Venimos porque Él nos atrajo a sí mismo. No es de manera
independiente de nuestra voluntad. Él movió nuestra voluntad.
¿Y sabe una cosa?, cuando usted oyó los testimonios esta noche, oyó acerca de
culpabilidad, ¿no es cierto? Usted los oyó hablando de culpabilidad, convicción, estar
conscientes de su pecado, querer estar limpios, querer ser perdonados, querer salvación.
¡Claro! Usted oyó acerca de humillar su corazón.
Usted oyó acerca de una disposición por entregar su vida, un deseo por amar a Cristo con
todo su corazón. Él lo escogió usted. Él lo salvó a usted. Pero no de manera independiente
del Espíritu Santo activando todas esas respuestas espirituales verdaderas: penitencia,
humildad, amor, hambre de justicia. No, usted lo escogió a Él porque Él lo escogió a usted.
O dicho en las palabras de Juan, nosotros le amamos a Él porque Él nos amó primero. Es
inescapable en la Palabra de Dios, absolutamente inescapable.
No viola su libertad personal, activa su libertad. Y cuando nosotros queremos que alguien
venga al Señor, nosotros oramos. Oramos, oramos, oramos porque el Espíritu Santo
convierta sus corazones, los vuelva a Cristo que el huracán del Espíritu Santo venga a su
alma. Nosotros oramos porque el Espíritu los haga dispuestos a arrepentirse y dispuestos
a creer.
Nunca cuando oramos eso pensamos que estamos violando su voluntad. Usted no oraría
así: “Señor, tiene que ser de ellos. Tiene que ser su decisión. Así que no te metas con ellos.
Tiene que ser decisión de ellos. Tienen que hacerlo de sus propios corazones.” Eso es
absolutamente absurdo. Usted sabe que ningún pecador va a hacer eso a menos de que el
Espíritu se mueva.
Entonces, el hecho de que Dios nos escogió está por toda la Biblia. No es que Él nos
escogió porque Él sabía que nosotros lo escogeríamos a Él. Porque si Él no nos hubiera
escogido a nosotros, nosotros nunca lo habríamos escogido a Él. Le dije cuando hablamos
acerca de la doctrina de la perseverancia o de la preservación o la seguridad eterna que, si
yo pudiera perder mi salvación, la perdería. Y le digo esto, si yo pudiera perder mi
salvación, la perdería 10 veces al día. Diariamente. No puedo salvarme a mí mismo o
mantenerme a mí mismo salvo. Dios me escogió. Él despertó mi corazón y mi voluntad. Él
los activó en su totalidad para que yo pueda gozarlo a Él.
Ahora, quiero regresar a esta idea y dentro de dos semanas voy a tener más que decir, la
parte buena. Porque hay una respuesta para esto que está levantándose en el horizonte.
Mencioné que quiero hablar acerca de la teología de apertura. Algunos dicen que Dios no
puede escoger porque Él no sabe. ¿Muy bien? Realmente, una doctrina importante que
está flotando ahí afuera. Dios no puede escoger. Dios no sabe. La razón por la que Dios no
sabe es porque no hay nada que conocer porque nada ha pasado. Usted no puede
conocer lo que no ha pasado, dicen ellos. Esa es su opinión. Por lo tanto, ellos han creado
algo diferente del Dios vivo y verdadero. Pero, de todas maneras, por el bien de este
argumento, Él no puede saber lo que no ha pasado porque no ha pasado, porque lo que
no ha pasado, no existe y por lo tanto, ¿cómo puede usted saber?
Ése es un pequeño argumento. Se llama teísmo abierto, Dios está abierto como cualquier
otra persona. Él necesita leer el periódico de la mañana como todo el mundo lo necesita
para saber qué está pasando. Entonces, ellos dicen que Dios, su manera de salir de este
trauma emocional que esta doctrina de la elección produce en ellos, es decir que Él no
puede escoger a nadie porque Él realmente no sabe lo que van a hacer hasta que lo
hacen. ¿En serio? Entonces, Dios no conoce el futuro. Así es como ellos defienden a Dios.
¿Cómo es que Isaías 46:10 dice que Él conoce el fin desde el principio? ¿Qué quiere decir
eso? Bueno, como es que Isaías 41:21–22; Isaías 44:7–8 dicen que Su conocimiento del
futuro es lo que lo distingue de los dioses falsos? ¿O cómo es que a lo largo de la Biblia Él
predice acontecimientos siglos antes de que jamás sucedan? ¿Cómo es, por ejemplo, que
en Isaías 44:28, Él nombra a Ciro como el gobernante que construirá Jerusalén, y, sin
embargo, el nombre de Ciro, su existencia inclusive como ser humano, dependió de una
serie inimaginablemente larga y compleja de decisiones humanas que separaron la
profecía de su cumplimiento? ¿Cómo es que Dios supo eso?
En 1 Reyes 13:2, Dios predice el nacimiento de Josías 300 años antes del acontecimiento.
¿Cómo es que Él supo eso? Y 2 Reyes 19:25, Él dice de manera explícita que Él había
ordenado y planificado las victorias militares de los asirios mucho antes de que jamás
sucedieran. Dios predice la opresión voluntaria de los egipcios de Israel en Génesis 15:13.
Él predice el endurecimiento del corazón de faraón en contra de Moisés en Éxodo 3:19. Él
predice el rechazo del mensaje de Isaías por los israelitas en Isaías 6:9. Él predice la
rebelión de los israelitas después de la muerte de Moisés en Deuteronomio 31:16. Él
predice la traición voluntaria de Judas a Cristo, Juan 6:70–71. Y demás, y demás, y demás.
Ahora, estos teístas abiertos dicen: ‘bueno, tú sabes, Dios realmente es inteligente. Él
realmente es bueno al analizar las tendencias. Y Él es bueno, en cierta manera, en predecir
con precisión lo que podría suceder porque Él en cierta manera entiende el flujo.” Eso es
absurdo. Esto no funciona. Usted está hablando acerca de acontecimientos proféticos que
están al final de millones de decisiones humanas. Ridículo. Pero le voy a decir lo que hace
que todo esto sea ridículo en extremo. Si Dios no conoce el futuro, ¿está listo para
escuchar esto?, Si Dios no conoce el futuro, Él no sabe que Jesús va a morir. Eso es un
problema.
Aquí es donde toda esta idea de apertura se acaba. Hechos 2:23 dice: “Jesús fue
entregado a Sus enemigos según el plan definido, plan determinado y pre conocimiento
de Dios.” ¿Acaso Dios planeó el arresto de Jesús? ¿Acaso Dios planeó la crucifixión de
Jesús? ¿Acaso Dios planificó eso en detalle? Se lo hicieron, según Hechos 4:28, porque la
mano de Dios y el plan de Dios habían predestinado que eso sucediera. Eso es lo que dice
en Hechos 4:28.
Por favor, usted no cree que simplemente Dios estaba reaccionando a lo que le estaba
sucediendo a Jesús a medida que sucedía. Yo creo que Él fue un Cordero inmolado desde
antes de la fundación del mundo, ¿usted no? Eso es lo que dice la Biblia. Ahora, si Dios no,
escúcheme, si Dios no ejerce poder, control sobre los seres humanos y sus acciones y si
Dios no controla esas acciones o hace que esas acciones cumplan Su voluntad, y si Dios ni
siquiera tiene un plan, porque Él no sabe lo que va a suceder, ¿entonces cómo sabía Él
que Jesús terminaría en una cruz, sino conoce el futuro? Si no conoce el futuro, ¿cómo
sabía que los judíos cooperarían? ¿Cómo supo que los fariseos cooperarían? ¿Cómo supo
que Pilato cooperaría? ¿Cómo supo que Judas cooperaría? ¿Cómo supo que Judas no se
saldría dos años después de haber empezado? ¿Cómo supo que Judas permanecería lo
suficiente como para traicionarlo? ¿Cómo supo que Judas arrojaría el dinero al piso?
¿Cómo supo eso? ¿Cómo sabría eso? ¿Cómo sabría si Jesús sería resucitado como una
serpiente en el desierto? ¿Cómo sabría algo de eso si no conoce el futuro?
Él no sólo conoce el futuro, Él ordena el futuro y si Él ordena el futuro, Él hace que el
futuro suceda. Y si Él no conociera el futuro, Él no sabría que los soldados romanos
siquiera crucificarían a Jesús. ¿Cómo sabría que Pilato no diría: ‘no quiero tratar con este
hombre justo, déjenlo ir? Denle una escolta romana, llévenlo fuera de la ciudad, llévenlo a
Grecia, piérdanlo en una multitud.”?
Si Dios no conoce el futuro, entonces Dios no sabe que Su Hijo va a morir por sus pecados.
Eso es ridículo. Él no sólo conoce el futuro, Él ordena el futuro. Y la crucifixión de
Jesucristo, un escritor lo pone de esta manera, “la crucifixión de Jesucristo, la cima de la
historia y la condición indispensable de nuestra salvación no fue ciertamente dejada en las
manos de la decisión humana. Fue ordenada desde la fundación de la tierra y es imposible
que no pudiera haber ocurrido. La Biblia en ningún lugar sugiere y ni siquiera permite la
interpretación de que Judas, Caifás, Pilato y los soldados fueron víctimas no dispuestas por
Dios, forzadas a cometer un crimen horrible. Ellas actuaron libremente y de acuerdo con
sus propios motivos y propósitos, y, sin embargo, hicieron exactamente lo que la mano de
Dios y el plan de Dios habían predestinado que sucediera.” Gran afirmación. Dios ordena
todo. Él conoce el futuro porque Él lo ha escrito. Y todas las decisiones son de Él.
Ciertamente, la decisión para la salvación de los pecadores perdidos muertos y ciegos.
Y nuevamente digo lo que dijo Juan: “nosotros le amamos a Él porque,” dígalo, “Él nos
amó primero.”
Muy bien, ésa es la introducción. Dentro de dos semanas, aún no hemos llegado al
mensaje, pero nos estamos acercando. Ore conmigo. Tengo que escribir en dónde terminé
porque en dos semanas quizás no me acuerde.
Padre, ¡qué gozo es celebrar las glorias de nuestra esta doctrina inmensa! No sólo acerca
de que Tú de manera soberana determinaste nuestra salvación, sino es acerca de que Tú
eres soberano y determinas todo. Esto es simplemente un componente, pero ¡cuán rico es
entender esto! Tú haces lo que haces para Tu gloria, no te cuestionamos, nunca, nunca
tendríamos un pensamiento de que Tú pudieras ser injusto o no amoroso. Pero Tú eres
Dios. Y no podemos llegar a la profundidad de Tu conocimiento, no podemos llegar a la
profundidad de Tu sabiduría. Tus caminos están más allá de nosotros, son inescrutables y
estamos contentos con dejar Tus decisiones contigo para Tu propia gloria.
Pero sabemos que inclusive cuando esta doctrina maravillosa de la elección soberana, Tú
también has dicho: “el que quiera venir, puede venir y el que a Mí viene, no le echaré
fuera.” No entendemos el decreto secreto. No entendemos la historia hasta que se
desarrolla. No tenemos esa capacidad. Pero sabemos que el Evangelio ha venido a
nosotros y que se nos ha dicho que creamos. Y para algunos de nosotros, el Espíritu de
Dios está moviéndose en nuestros corazones y necesitamos ser obedientes y responder
en fe, sabiendo que Tú oirás y Tú salvarás a todos los que vienen a Ti.
Te damos gracias por esa promesa. No necesitamos preocuparnos por las cosas que no
podemos entender. Nosotros sólo necesitamos responder al Evangelio. Y si no lo
hacemos, por misterioso que sea, Tu Palabra dice que es nuestra culpa, es nuestra
responsabilidad. Es nuestra culpabilidad, es nuestro rechazo, es nuestra incredulidad lo
que nos condenará. Cómo eso encaja con Tu voluntad y gloria soberanas es quizás para
que nosotros lo entendamos en la eternidad, pero por ahora, para que clamemos a Ti por
misericordia y salvación mientras que podamos.
Te damos gracias, Señor, por la gracia que ha venido a nosotros en Cristo y que vendrá a
otros hasta que toda la Iglesia sea redimida y entremos en Tu presencia para siempre.
Esperamos eso con gozo en el nombre de Cristo. Amén.
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La doctrina de la elección, 3ª Parte


Escritura: Escrituras Seleccionadas

Código: 90–275
John MacArthur
En los últimos dos domingos por la noche, cuando he estado con ustedes, hemos estado
hablando del tema de la elección divina. Quién escogió a quién. Y comprendo que esta no
es una controversia pequeña. Cuando usted habla de la doctrina de la elección, hay
muchas personas que sienten, como lo señalé en nuestro mensaje original, que esta es
una doctrina peligrosa. Que esta es una doctrina que vuelve a Dios un monstruo. Que esto
es casi blasfemo. Que esto es un tipo de herejía.
Y, sin embargo, sin importar cuánto la razón humana, la preferencia humana pueda luchar
contra esta doctrina, es enseñada de manera inescapable en las Escrituras. Y necesitamos
doblar nuestras rodillas ante esta gran verdad de la elección divina. Y una vez que lo
hacemos, se puede convertir para nosotros en la más preciada de todas las doctrinas.
Entiendo lo que la Biblia dice acerca de estos temas de la salvación. Y entiendo que la
Biblia dice en 1 Timoteo 2:4 que Dios quiere que todos los hombres sean salvos y vengan
al conocimiento de la Verdad. También sé que la Biblia dice en 2 Pedro 3:9 que Dios no
quiere que ninguno perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento. Y sé que la Biblia
dice que se nos manda a predicar el Evangelio a toda criatura. Y sé que la Biblia manda a
todos los hombres en todo lugar a arrepentirse y que Dios demanda que todos consideren
a Su Hijo, en quien tiene complacencia, y lo oigan.
Y que el Evangelio es esencialmente un mandato. Hablamos acerca de él como un regalo.
Hablamos acerca de él como una oferta. Pero esencialmente es un mandato a creer en el
Señor Jesucristo. También entiendo que la Biblia enseña la responsabilidad humana y la
voluntad humana. La Biblia dice “escoged hoy a quién serviréis”. Sé que Jesús dijo “venid a
Mí todos los que estáis trabajados y cargados y Yo os daré descanso”. Yo sé que Él dijo “el
que quiera venga y tome gratuitamente del agua de la vida”. Y Jesús hizo la pregunta
“¿por qué moriréis?, no queréis venir a Mí,” dijo Él, “para que tengáis vida”. Y sé que Jesús
lloró por la ciudad de Jerusalén y dijo: “aunque me hubiera gustado reunirlos como una
gallina reúne a sus polluelos, no quisisteis.” Sé que Dios lloró por una Israel rebelde,
incrédula y lloró a través de los ojos de Jeremías como se registra en Jeremías capítulo 13.
También sé que la Biblia condena a toda la gente como pecadores. Y todos los pecadores
son culpables a nivel personal de violar la ley santa de Dios y merecen la ira Divina y el
castigo eterno. Y sé que la Biblia indica que todos los pecadores tienen suficiente
revelación como para ser responsables por su pecado. Mediante la creación en Romanos 1
y mediante la conciencia en Romanos 2, al pecador se le ha dado luz, la cual, si es seguida,
lleva a la Verdad. Si no la siguen, perecerán bajo la ira de Dios.
Ahora, entiendo todo eso y también usted; y todo eso está en las Escrituras. Pero al
mismo tiempo, sin contradicción alguna, sólo en una dificultad aparente en nuestras
mentes, hay un misterio que se desarrolla en las Escrituras que nos dice que ningún
pecador es capaz de entender la Verdad. El hombre natural no entiende las cosas de Dios,
son incomprensibles para él. La predicación de la cruz es locura para él. Ningún pecador
por sí mismo es capaz de arrepentirse.
De hecho, como dice Hechos 11:18, la única manera en la que un pecador jamás podría
arrepentirse es si Dios le concede arrepentimiento. E inclusive el creer va más allá de la
capacidad de los seres humanos. Juan 1 dice: “mas a todos los que le recibieron, les dio
potestad de ser hijos de Dios, a los que creen en Su Nombre que nacieron no de sangre, ni
de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.” El creer no viene por la
voluntad del hombre o la voluntad de la carne.
La Biblia entonces dice que la gente es incapaz de comprender la Verdad, la Verdad del
Evangelio. Ellos entonces son incapaces de arrepentirse. Son incapaces de creer. De tal
manera que la única manera en la que un pecador puede ser redimido es por la obra de
Dios. Dios tiene que conceder entendimiento, conceder arrepentimiento, conceder fe.
Dios tiene que superar la muerte espiritual y dar vida, superar la ceguera espiritual y dar
vista, superar la ceguera espiritual y dar verdad, superar el amor por el pecado y
reemplazarlo con un deseo por la justicia.
Si alguien llega a ser salvo, es porque Dios supera todas las incapacidades naturales
normales. Esa es la razón por la que decimos que la salvación es toda de Dios. No es sólo
toda de gracia, es toda de Dios. Ahora, eso es nunca de manera independiente de la
voluntad humana, nunca viola la voluntad humana. La realidad profunda inescrutable es
que nadie jamás escogería a Cristo si Dios no lo hubiera escogido primero a él. Somos
salvos y tenemos vida porque Dios escogió libremente dárnosla.
Comencemos en Juan 6:64. A lo largo de estos primeros dos mensajes, les he dado
muchas escrituras para que las consideraran. Aquí hay otra que pueden añadir a su lista.
Versículo 64. Jesús dice: “ahora, hay algunos de vosotros que no creen, porque Jesús sabía
desde el principio quiénes eran los que no creían, como también quién era el que lo
traicionaría,” esto es, Judas. Versículo 65: “y Él estaba diciendo: “por esta razón os he
estado diciendo que nadie puede venir a Mí a menos de que le haya sido dado del
Padre.” ”
No sé si se puede decir eso con mayor claridad. No pueden venir, no quieren venir, a
menos de que Dios le conceda a usted el entendimiento, el arrepentimiento y la fe. Ahora,
eso es lo que le dijimos en los primeros dos mensajes, que la salvación es una obra de
Dios. Y eso nos deja con una pregunta muy, muy importante que debemos responder en
esta noche y es esta pregunta: ¿por qué Dios hizo esto? ¿Por qué tomó Él esta decisión?
¿Por qué Dios escogió rescatar a pecadores de Su juicio justo?
Y la respuesta es realmente asombrosa. Para entender por qué Dios hizo esto, quiero
ayudarle a entender algunos textos muy, muy poderosos de las Escrituras. Comencemos
en Tito, capítulo 1. Tito, capítulo 1. Y quiero que usted entienda el panorama general de
esta doctrina gloriosa de la elección. Al principio de Tito, Pablo se presenta a sí mismo. Y él
se presenta a sí mismo en modos que son esenciales a su llamado. Él es: “un siervo de
Dios y apóstol de Jesucristo.” En el sentido amplio, él sirve a Dios. En el sentido más
específico, él sirve a Dios como un apóstol de Jesucristo.
Ahora, al cumplir su servicio a Dios y su apostolado en nombre de Jesucristo, hay varios
elementos en su ministerio. En primer lugar, él dice: “conforme a la fe de los escogidos de
Dios.” O como algunas traducciones lo expresan: “por la fe o para la fe de los elegidos de
Dios.” Entonces, lo primero que Pablo dice es que Dios lo ha llamado a ese servicio.
Y, por cierto, la conversión de Pablo y el llamado de Pablo es una descripción de la
conversión de todo pecador. Él va camino a Damasco. Su corazón está lleno de odio por
Cristo. Él se dirigía a perseguir a más creyentes. Él es detenido y salvado soberanamente
por Dios. Él entonces se convierte en un siervo de Dios y en un apóstol de Jesucristo y su
primera tarea es para la fe de los escogidos. Esto quiere decir que él debe traer al
Evangelio a los elegidos para que lo puedan oír y creer.
Bueno, debido que Pablo no sabe quiénes son los elegidos, debido que no hay una manera
de identificarlos, debido a que el decreto de Dios y Su manera soberana es secreta y
escondida, Pablo entonces predica el Evangelio donde quiera que va, sabiendo que el
Señor lo usará para traer el Evangelio a los elegidos quienes creerán. Esto es el
evangelismo, y éste fue el primer aspecto del ministerio de Pablo. Éste es el ministerio del
evangelismo. Usted trae el Evangelio a los elegidos para que puedan oírlo y creer.
Y después hay un segundo aspecto de su ministerio. Comienza con evangelismo y se
mueve hacia la edificación. Él dice que no sólo es llamado por Dios para representar a
Jesucristo al traer la Verdad a los elegidos, para que la puedan oír y creer, sino que para
aquellos que creen, él trae el conocimiento de la verdad que es según la piedad. Ése es el
segundo aspecto. Una vez que la gente ha creído, necesitan ser instruidos con la verdad
para que puedan crecer en la semejanza a Cristo.
Entonces, usted podría decir que el primer aspecto de su ministerio fue salvación, el
segundo la santificación. Él dice ‘yo predico el Evangelio para que los elegidos puedan
oírlo y creer y enseñó la Palabra de Dios para que aquellos que creen, puedan entender la
Verdad la cual produce piedad.’
Y hay un tercer aspecto del ministerio y es verdad para él y para todos nosotros, versículo
2: “en la esperanza de la vida eterna.” El tercer aspecto es ese elemento de aliento y
consolación y esperanza que ve hacia la gloria futura. Entonces, resumiéndolo, él dice: “en
primer lugar, yo predico el Evangelio para que los elegidos puedan oírlo y creer. Después,
enseñó la Palabra para que aquellos que creen puedan crecer en el conocimiento de la
Verdad hacia la piedad. Y después, les hablo acerca de la vida eterna venidera para que
puedan vivir en esperanza y esa esperanza se convierte en su gran consuelo.”
Entonces, en su ministerio hay el aspecto de salvación, un aspecto de santificación, un
aspecto de glorificación. Y todos tenemos esa responsabilidad. Digo, eso es lo que todos
hacemos, traemos el Evangelio y después, aquellos que creen, los instruimos para que
puedan crecer. Y después, llenamos sus mentes con la esperanza de lo que está por venir
en la herencia gloriosa que nos aguarda en el futuro.
Pero quiero que se enfoque en el versículo 2. Tito 1:2. “Todo esto,” dice él, “todo esto,
desde la justificación a través de la santificación a la glorificación, todo esto viene de Dios
quien no miente y quien lo prometió.” Y dice, “hace eras atrás.” El griego dice “antes de
que comenzara el tiempo.” Antes de que comenzara el tiempo. Antes de que comenzara
el tiempo, Dios prometió que Él salvaría y santificaría y glorificaría a creyentes.
Ahora, la pregunta es antes de que el tiempo comenzara, ¿a quién hizo Él esta promesa?
Ciertamente no se lo prometió a ningún ser humano, porque no había ninguno. Antes de
que el tiempo comenzara es antes del día uno de la creación. Él ciertamente no le
prometió eso a ángeles porque no hay ángeles salvos, hay ángeles santos quienes nunca
caen, quienes nunca cayeron y hay ángeles caídos quienes nunca son redimidos; sino que
se dirigen a un lago de fuego preparado para ellos. Nunca ha habido la salvación de ningún
ángel. Entonces, él no hizo una promesa de salvación y santificación y glorificación a los
ángeles y él no se la hizo a personas porque no había ninguna persona. De hecho, es muy
probable que cuando fue hecha esta promesa no había ningún ángel tampoco, ya que los
ángeles parecieron ser creados alrededor del mismo tiempo que el resto de la creación
fue creada.
Entonces, ¿a quién le hizo esta promesa? Bueno, tiene que ser una promesa inter
Trinitaria. Tiene que ser Dios haciendo una promesa dentro de la Trinidad. ¿Y a quién
entonces está haciendo esta promesa? Acompáñame a la segunda carta de Pablo a
Timoteo y sigamos el camino de esto. Segunda de Timoteo, capítulo 1, en el versículo 9. El
versículo 8 termina con una referencia a Dios y después, el versículo 9 dice refiriéndose a
Dios: “quien nos salvó y llamó con llamamiento Santo, no conforme a nuestras obras, sino
según el propósito Suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús, y aquí está
exactamente la misma frase griega como en Tito 1:2, “antes de los tiempos de los siglos.”
O antes de comenzar el tiempo.
No sé por qué los traductores en Tito 1:2 la tradujeron hace épocas atrás y aquí la misma
frase la traducen desde toda la eternidad en algunas versiones. Lo que significa es antes
de que el tiempo comenzara. Lo que significa es antes de que hubiera tiempo, Dios
prometió salvar a pecadores y santificarlos y glorificarlos.
La pregunta es a quién le hizo la promesa. No se la hizo a los pecadores. No estaban ahí.
¿A quién se la hizo? Bueno, el versículo 9 y dice “nos fue dada en Cristo Jesús.” Y le quiero
decir que ahí está la clave. El Padre le hizo una promesa al Hijo. La totalidad de la salvación
viene de Dios. Todo tiene que ver con Su propio propósito y es concedida a favor de
Cristo. Entonces, lo que usted tiene, para entender esta gran doctrina de la elección es
esto: El Padre, en algún punto en la eternidad pasada, le dice al Hijo: “Yo voy a redimir
pecadores y lo voy a hacer por Ti. Lo voy a hacer por Ti.”
¿Por qué haría Dios eso? Porque Él ama al Hijo y en el capítulo 17 de Juan, como veremos
más adelante, el Hijo celebra el amor mutuo que tiene con el Padre. Y el amor da y el
Padre determina en Su amor eterno dentro de la Trinidad que Él expresará Su amor por el
Hijo al darle al Hijo un regalo. Y ese regalo, esencialmente va a ser una humanidad
redimida, por así decirlo, Él le da a Su Hijo una novia.
En el mundo antiguo, los padres escogían las novias para sus hijos. Así era hecho. Nadie
escogía para sí mismo. Esa era la responsabilidad del padre. Y aquí usted tiene el patrón
Divino conforme Dios determina que Él escogerá una novia para Su Hijo. Es una manera en
la que el Padre podía expresar Su amor a Su Hijo. Es un modo que Él determinó hacerlo,
que le daría a Su Hijo una humanidad redimida.
Siga ese pensamiento al capítulo 6 de Juan, una sección de las Escrituras a las que nos
referimos con frecuencia en nuestros estudios en la Palabra de Dios porque es tan
importante. En Juan, capítulo 6, versículo 37. Esto es crítico. “Todo lo que el Padre me da
vendrá a Mí.” Aquí es donde tiene que ser entendido. Toda persona salva es un regalo del
Padre al Hijo. El Padre determinó en la eternidad pasada que Él le daría al Hijo una novia,
que Él le daría al Hijo una humanidad redimida. La Biblia nos dice que Él de hecho escribió
sus nombres en el libro de la vida del Cordero sabiendo que inclusive desde antes de la
fundación del mundo, el Cordero tendría que ser inmolado para pagar el precio para esa
redención.
Siempre hubo un precio pagado por una novia, pagado al padre por el que tomaba la
novia. En este caso, el Padre tuvo que entregar a Su propio Hijo, el Hijo tuvo que entregar
Su propia vida para pagar el precio para comprar a Su novia. Todo individuo salvo es parte
de esa novia. Inclusive los santos del Antiguo Testamento están incluidos en la novia y
establecen su residencia en la nueva Jerusalén, que desciende del cielo como una novia
adornada para su marido, se convierte en la ciudad capital de la eternidad, la ciudad
novia. La totalidad de la historia redentora tiene que ver con el Padre buscando una novia
para Su Hijo. Y el Padre determinó antes de la fundación del mundo quién sería la novia y
escribió los nombres de tal manera que toda persona que viene a Cristo es dada a Cristo
por el Padre. Simplemente, es una verdad asombrosa y gloriosa.
De hecho, observe el versículo 44: “ninguno puede venir a Mí si el Padre que me envió no
le trajere.” Usted no puede venir. Usted no puede entender. Usted no puede arrepentirse.
Usted no puede creer. Es simplemente lo que leímos en el mismo capítulo, versículos 64 y
65. “Os he dicho nadie puede venir a Mí si no le fuere dado del Padre.” Esta es una
concesión Divina.
Entonces, ¿cómo es que la gente salva? Son escogidos. Sus nombres son escritos en el
libro de la vida del Cordero antes de la fundación del mundo. Cada uno de ellos es un
regalo personal del Padre al Hijo.
Y después, de regreso al versículo 37, “todo lo que el Padre me da vendrá a Mí.” Si usted
es dado, usted vendrá. Eso es lo que los teólogos a lo largo de los siglos han llamado gracia
irresistible. Si usted es elegido, si usted es un regalo del Padre al Hijo, usted vendrá. A
usted se le dará vida y entendimiento y arrepentimiento y fe. Y el versículo 37 dice: “y al
que a Mí viene, no le echo fuera.”
¿Por qué? ¿Por qué hay algo inherente de valor en el pecador? No. Esta es una de las
ilusiones evangélicas en la actualidad, que somos tan maravillosos que Dios no puede
resistirnos. Él simplemente nos ama tanto por lo que somos. No es eso en absoluto. El
valor no está en el regalo. El valor está en el dador del regalo. Es debido a que el Hijo ama
de manera tan perfecta al Padre que lo que el padre le da al hijo adopta un valor infinito
debido al dador, no el regalo.
Digo, creo que entendemos eso en el sentido natural. Hay personas que nos dan regalos
que amamos que adoptan un valor que va mucho más allá de su valor inherente que estar
ahí en la repisa. No es que no haya algo particularmente glorioso maravilloso en nosotros,
es debido a que hemos sido dados al Hijo por el Padre que nos volvemos preciados al Hijo.
Y Él nunca rechazaría un regalo de Su Padre.
Y después, versículo 39: “y esta es la voluntad del Padre, el que me envió, que de todo el
que me diere no pierda Yo nada.” No pierda Yo nada. “Sino que lo resucite en el día
postrero.” Versículo 40: “y ésta es la voluntad del que me ha enviado: que todo aquel que
ve al Hijo y crea en Él”, porque el Padre le permite hacer eso, lo capacita para hacer eso,
“toda persona que hace eso tenga vida eterna y Yo le resucitaré en el día postrero.”
¿Está comenzando a entender? El Padre escoge una novia, escribe el nombre, en el
tiempo, conforme la historia se desarrolla, aquellos a quienes el Padre ha escogido son
dados al Hijo conforme se arrepienten y creen, el Hijo los recibe, el Hijo no los rechaza, el
Hijo nunca pierde a uno de ellos, sino que los resucita en el día postrero. Y no está en
basado en un valor inherente en nosotros. Nosotros nos volvemos preciados porque al
Hijo le encantan los regalos de Su Padre.
Este mismo lenguaje lo volvemos a ver en el capítulo 17 de Juan. Si quiere acompañarme
ahí, algunos lo han llamado a este capítulo el lugar santísimo de las Escrituras. Aquí usted
entra a la profundidad de la comunión dentro de la Trinidad entre el Padre y el Hijo. En
Juan 17, Jesús está hablándole al Padre acerca de nosotros, hablándole al Padre acerca de
Su novia. Aquellos que el Padre le ha dado.
Versículo 9: “Yo ruego por ellos. No ruego por el mundo. No estoy hablando del mundo,
sino por los que me diste. Porque Tuyos son.” Y en ese sentido, los elegidos han sido de
Dios desde que fueron escogidos. Siempre le han pertenecido a Él. Y Él se los da como
regalo de amor al Hijo. Y el Hijo dice que está pidiendo por ellos. “Estoy orando por ellos.
No estoy orando por el mundo, sino por aquellos que Tú me has dado.”
Versículo 11. Él se adelanta a Su partida, acercándose a la cruz. Y dice: “Y ya no estoy en el
mundo; mas éstos están en el mundo, y Yo voy a Ti. Padre santo, a los que me has dado,
guárdalos en Tu Nombre, para que sean uno, así como nosotros.” Ahora, este es
realmente un momento profundo en la oración de Jesús. Dice que está por partir. “Y ellos
van a estar aquí y Yo voy a Ti. Te estoy pidiendo, Padre, que los guardes. Yo los he
guardado hasta ahora. Las cosas van a cambiar. Y quiero que Tú los guardes.”
Versículo 12, dice: “Cuando estaba con ellos en el mundo, Yo los guardaba en Tu nombre;
a los que me diste, Yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición,
para que la Escritura se cumpliese.” Judas, claro, quien nunca fue real.
Como puede ver, Jesús dice: “Yo los guardé, Padre, los guardé porque Tú me los diste a
Mí.” Yo pienso que Jesús está sintiendo la separación que está por venir. Y Él está diciendo
“Padre, va a venir un tiempo aquí durante el cual Yo no los voy a poder guardar. Padre,
¿podrías guardarlos durante ese tiempo cuando Yo no los podré guardar y cuando Yo
regrese a Ti, los guardarías también?” En ese momento, cuando Jesús fue separado de Su
Padre, Dios entró en acción y guardó a los Suyos. Y desde que Cristo ascendió a la gloria, Él
envió al Espíritu Santo quien es la garantía, el enganche que nos guarda, que nos sella.
¿Por qué todo esto? Porque somos preciados. ¿Por qué somos preciados? No porque
somos inherentemente mejor que cualquier otra persona, sino porque hemos sido dados
al Hijo como regalos de amor del Padre. De nuevo, en el versículo 24: “Padre, aquellos que
me has dado, quiero que donde Yo estoy, también ellos estén conmigo” Padre, quiero que
vean mi gloria. Padre, quiero que ellos vengan a la gran boda, quiero que Tú los guardes.
Él no perderá a ninguno. El Padre no perderá a ninguno. El Espíritu nos sella para la
redención eterna.
¿Cuál es el propósito de todo esto? Bueno, el Padre ha escogido darle al Hijo una novia.
¿Por qué razón? Para amar al Hijo por siempre, para servir al Hijo para siempre, para
adorar al Hijo para siempre, para glorificar al Hijo para siempre.
Digo, tan sólo piense en esto, digo, desde el punto de vista de una analogía muy terrenal
sería como decirle a su esposa, caballeros “oye, yo te amo tanto, simplemente no sé cómo
expresar ese amor y entonces, lo que he hecho es que he recolectado a un grupo enorme
de personas y van a pasar todo su tiempo y van a usar toda su energía siguiéndote a
donde quiera que tú vayas, sirviéndote, alabándote. Van a ser tu propio privado de
aleluyas, simplemente exaltando tus virtudes, haciendo todo lo que tú quieres que ellos
hagan. Y no sólo eso, sino que van a reflejar tu gloria, van a ser tan parecidos a ti como sea
posible. Ellos van hacer un coro aleluya enorme de clones. Simplemente, vamos a irradiar
todo lo que es hermoso acerca de ti.”
Usted dice eso es raro. ¡Claro! Porque no podemos concebir que ningún ser humano
merezca ese tipo de alabanza. Pero Cristo sí y en la mente del Padre, Él es digno de una
humanidad redimida quien va a llenar los cielos eternos con alabanza y honra dadas al
Hijo. Estarán, como los retrata Apocalipsis 4 y 5, congregados en torno al trono de Dios
clamando por los siglos de los siglos que “digno es el Cordero. Digno es el Cordero.” Y ellos
servirán a Cristo y aún más que eso, ellos serán hechos como Él porque le verán como Él
es. Tendrán un cuerpo semejante a Su cuerpo de resurrección, Filipenses 3:20–21 dice.
Tanto como la humanidad glorificada puede ser como la deidad encarnada, seremos como
Cristo. Ésta es la manera en la que uno debe entender la lección. Ésta es la manera en la
que uno debe entender la elección. Esto es lo que Pablo llama en Filipenses 3 el premio
del supremo llamamiento, el premio de ser llamado es ser hecho como Cristo. Ser hecho
como Cristo para que podamos reflejar Su gloria, de tal manera que Él es el prōtotokos, el
primordial, el premier entre muchos hermanos, esto es entre muchos que son hechos
como Él. Vamos a llevar Su imagen.
La historia redentora termina cuando el último nombre sea redimido. Se acaba. Y al final,
el Padre habrá congregado a la novia en total y habrá presentado a la novia a Su Hijo. Y
será que, en esa ubicación final y gloriosa, la nueva Jerusalén, que es adornada como una
novia para su marido, eternamente será la ciudad de la novia. Y todos los santos de todas
las edades van a constituir esa humanidad redimida y todo lo que haremos por los siglos
de los siglos de los siglos será honrar al Señor Jesucristo. Y eso satisfará al Padre, quien
tiene un amor perfecto por el Hijo.
Permítame mostrarle otra característica asombrosa de esto. Pase a 1 Corintios 15.1
Corintios 15. Hay mucho acerca de la consumación aquí, del fin de todo. Pero el versículo
25 habla de cómo Cristo va a reinar y finalmente va a colocar a todos Sus enemigos a Sus
pies. Esto está viendo hacia el final de todo. Y el versículo 26, la abolición de la muerte que
viene al final mismo de este universo como lo conocemos.
Y al final del versículo 27 dice: “porque todas las cosas las sujetó debajo de Sus pies.” Ahí
es donde el Padre lleva a la novia y le entrega la novia al Hijo.” Todo está ahí. Todo está
sujeto a Él, lo cual significa toda la humanidad redimida. Todos estaremos allí. La historia
de la redención será terminada. Esta tierra y universo como los conocemos serán disueltos
como los elementos derritiéndose en el calor ardiente, dice Pedro. Todo se habrá
acabado, la historia humana. Y la novia estará completa y será entregada al Hijo, todo
colocado en sujeción a Él.
Y después, observe el versículo 28, realmente asombroso. “Pero luego que todas las cosas
le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a Él todas las
cosas para que Dios sea todo en todos.” ¡Hombre!, esa es una mirada asombrosa a la
gloria de nuestro futuro.
¿Que está diciendo? Está diciendo esto: que cuando el Padre le de la novia al Hijo, cuando
todo se haya acabado y la redención se haya terminado y todos los redimidos sean
congregados, y el Padre le haya dado al Hijo la novia, el Hijo en un acto de amor recíproco
le entrega la novia y a sí mismo de regreso al Padre para que Dios sea todo en todo.
Si usted tiene alguna comprensión superficial de la salvación, esto lo ha llevado a lugares
adonde su mente nunca antes estado. Estamos siendo salvados, amados, porque estamos
en medio de una expresión gloriosa, Divina de amor entre el Padre y el Hijo. Va mucho
más allá de nosotros. Somos, en un sentido, salvados no como un fin en nosotros mismos,
sino como un medio para alcanzar un fin. Nosotros no merecemos ser salvos. El infierno
no es injusto. El infierno es justo. El castigo eterno es justo.
Pero Dios es misericordioso hacia nosotros no por algún valor que poseamos, sino porque
Él valora a tal grado a Su Hijo como para darle a Su Hijo una humanidad redimida, quien lo
adorará para siempre por salvarnos, añadiendo una dimensión de adoración y alabanza
que los ángeles no pueden dar. Y el Hijo, habiendo recibido a su novia, se entregará a sí
mismo y a Su novia de regreso al Padre en un acto recíproco de amor.
Aquí es donde todo termina finalmente. Esto es lo que Pablo debe haber tenido en mente
cuando él escribió a los gálatas y dijo: “tengo dolor hasta que Cristo sea formado
totalmente, completamente en ustedes.” “Quiero presentarlos,” les dijo a los corintios,
“como una virgen pura a Cristo.” Él entendió esto.
Esta doctrina de la elección no es algo filosófico. No es alguna abstracción. Es el corazón y
el alma de toda la redención. Y usted es un cristiano porque el Padre lo escogió a usted, el
Padre escribió su nombre, el Padre lo atrajo y, por lo tanto, usted vino. El Hijo lo recibió y
el Hijo no lo perderá y el Hijo lo resucitará a usted y el Padre lo glorificará a usted porque
eso es lo que Él determinó hacer en el principio. Usted es preciado por lo que usted ha
sido escogido a ser a lo largo de toda la eternidad.
El precio - el Padre le dijo al Hijo, “hay un precio para tu novia,” y fue un precio profundo.
Él llevó en Su propio cuerpo nuestros pecados en la cruz. Fuimos redimidos no con cosas
corruptibles como oro y plata, sino con la sangre preciada, la sangre de Cristo como un
Cordero sin mancha. Él, quien era y rico, el Hijo, rico en riquezas celestiales se volvió
pobre para que nosotros mediante Su pobreza nos pudiéramos volver ricos.
¿Sabe una cosa?, cuando usted piensa en la doctrina de la elección desde ese punto de
vista, simplemente es tan asombroso. El Padre hace al hijo pecado para pagar el precio
para una novia indigna. No somos muy diferentes de la esposa Oseas sea quien era una
prostituta; y Oseas salió al mercado y pagó el precio para comprarla y sacarla de su
prostitución. Y después, él escogió amarla como si fuera una virgen, dice. Somos una novia
preciada, comprada con el empobrecimiento del Hijo y mediante Su propia muerte somos
preciados ahora porque hemos sido escogidos por el Padre para el Hijo.
Permítame decirle al cerrar cómo usted debe pensar acerca de la doctrina de la elección.
La elección aplasta el orgullo. Eso es lo primero en lo que quiero que usted piense. No
produce nada más que humildad. No es que usted creyó porque usted fue más inteligente
que alguien más o mejor que alguien más o más sabio que alguien más. Es que usted fue
escogido. Spurgeon llamó a esta doctrina la doctrina que más despojaba en todo el
mundo. Él dijo: “yo no sé de nada, nada de nuevo que sea más humillante que esta
doctrina de la elección.” Él dijo: “algunas veces me he caído postrado ante ella cuando me
esfuerzo por entenderla. Pero cuando me acerqué y un pensamiento me poseyó, Dios me
ha escogido a mí desde el principio para salvación, me tambaleé por ese pensamiento
poderoso y descendió de la elevación mi alma postrada y quebrantada diciendo ‘Señor, no
soy nada. Yo soy menos que nada. ¿Por qué yo? ¿Por qué yo?’ ”
Eso, mi querido amigo, aplasta todo orgullo. Es el corazón mismo de la adoración, ¿no es
cierto? Por otro lado, esta doctrina que exalta Dios. Esto le da toda la gloria Dios. Esta
doctrina declara que el entendimiento de la verdad, la creencia en la verdad, el
arrepentimiento del pecado y el poder para la obediencia al Evangelio, todo viene de Dios.
‘No a nosotros, no a nosotros oh, Jehová, sino a Tu nombre da gloria.’
Y creo que esta doctrina, en tercer lugar, no sólo aplasta el orgullo y exalta a Dios, sino
que produce gozo. De hecho, planta en su corazón una especie de gozo abrumador. Es el
misterio de esta doctrina que contribuye al gozo. Es la falta de esperanza en nuestras
propias habilidades que fortalece ese gozo. Digo, simplemente continúo estando
aplastado de gozo.
El Salmo 65:4 dice “bienaventurado el hombre o el varón a quien Tú escoges y haces que
se acerque a Ti.” Si el Señor no nos hubiera escogido nosotros, seríamos como Sodoma,
destruidos. En lugar de sentarnos y cuestionar los sentimientos racionales que algunas
veces se apegan a esta doctrina, celébrela. Usted ha sido amado por Dios con un amor
eterno.
En cuarto lugar, es una verdad que concede privilegios. Nos concede beneficios
inexpresables. Y beneficios que nunca jamás podríamos ganarnos. Hemos sido bendecidos
con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.
No sólo eso, en quinto lugar, es una doctrina que produce santidad. Yo no sé usted, pero
yo no puedo pensar en nada más motivador para vivir una vida piadosa que gratitud por
este llamado santo. Realmente creo que entender la doctrina de la elección es producir la
motivación más significativa para la vida Santa. Spurgeon dijo, nuevamente: “Nada, nada
bajo la influencia de gracia del Espíritu Santo puede hacer de un cristiano más santo que el
pensamiento de que él es elegido. ¿Pecaré después de que Dios me ha escogido?
¿Trasgrediré contra tal el amor? ¿Me desviaré en contra de tal misericordia?
¿Menospreciaré una bondad eterna como esa? Mi Dios, debido a que Tú me has escogido,
Te amaré, viviré para Ti, me entregaré a mí mismo a Ti para siempre.
Y número seis, da fortaleza. Francamente, me hace estar en paz en toda situación. Soy
elegido. Y Filipenses 1:6 dice: “el que comenzó en vosotros la buena obra la perfeccionará
hasta el día de Jesucristo.” Y si el Padre lo atrae a usted y usted viene y usted cree, y el
Hijo lo recibe, y Él nunca lo pierde a usted sino que lo resucita en el día postrero, ahí hay
gran aliento, gran fortaleza sin importar cuáles son las circunstancias de la vida.
Hay cierta valentía, cierta confianza, cierta firmeza, una fortaleza, una falta de temor, si
usted quiere, que pertenece a aquellos que comprenden que son elegidos. Y que los
dones y llamados de Dios son irrevocables. Esta es la bendición de esta doctrina. Aplasta el
orgullo, exalta Dios, produce gozo, concede privilegios, promueve la santidad y da
fortaleza.
¿Y debemos atrevernos a ignorar una doctrina como esta? Si la ignoramos o la negamos o
la rechazamos, le robamos la gloria a Dios. Debemos glorificar a Dios como nuestro de
Redentor. Debemos glorificar a Dios como el dador de vida y entendimiento y
arrepentimiento y fe de la cual somos incapaces. Si nosotros negamos esta doctrina,
entonces nos quedamos con un mal entendimiento de nuestra propia debilidad y
perdemos el sentido entero del panorama de toda la historia de la redención.
Y en este punto alguien dirá: ‘bueno, ¿cómo sabes si eres elegido?’ ¿Crees en el
Evangelio? ¿Te has arrepentido del pecado? ¿Deseas obedecer al Señor? ¿Amas al Señor
Jesucristo? Ésa es la prueba porque eso no es posible fuera de la obra poderosa soberana
de Dios.
Podríamos decir mucho más acerca de la doctrina de la elección, pero estamos estudiando
algunas cosas muy importantes. Comenzamos con la perseverancia, que nuestra salvación
es eterna. Y le dije que tiene que ser eterna porque está basada en la elección. Y entonces,
retrocedimos a la doctrina de la elección.
Y ahora vamos a retroceder a otra doctrina, la doctrina de la depravación humana. La
razón por la que usted no podría ser salvo a menos de que Dios escogiera salvarlo a usted
es porque usted es incapaz de creer. Y eso nos presenta la doctrina de la depravación.
La gente que no entiende la preservación, perseverancia o la seguridad eterna no la
comprende porque ellos no entienden la doctrina de la elección. Las personas que
rechazan la doctrina de la elección y creen que el pecador escoge creer por sí mismo no
comprenden la doctrina de la depravación. Si usted va a creer que los pecadores pueden
ser salvos por sí mismo, entonces no sólo es una obra de Dios, es algo que los pecadores
hacen; entonces, usted no comprende la naturaleza del pecado.
Entonces, el próximo domingo por la noche vamos a continuar en nuestro viaje en
retroceso a lo largo de la doctrina a la doctrina de la depravación. Oremos.
Padre, Te damos gracias por esta verdad gloriosa tan conmovedora y abrumadora. Todo
esto va más allá de nosotros. Simplemente nos deja cojeando por un lado y abrumados de
gozo por otro lado. Te damos gracias por redimirnos. No sabemos por qué nos escogiste.
No sabemos por qué Tú nos despertaste o por qué inclusive en esta noche aquí en esta
Iglesia Tú despertarás de los muertos a otros y Tú harás que ellos puedan entender lo que
nunca antes habían entendido como vimos en los testimonios de bautismo en esta noche.
Como Tu poder despedazador entra y trae vida en donde hay muerte y luz en donde hay
oscuridad y verdad en donde hay engaño y arrepentimiento en donde hay amor a la
iniquidad. Pero oh, Dios cómo Te agradecemos porque nos has escogido y Te pedimos que
Tú continúes que sigamos siendo llenos de alabanza. Que nos volvamos bien versados en
esta vida, en hacer lo que haremos para siempre, alabando y glorificando Tu Nombre por
nuestra redención.
Y oramos en esta noche, Señor, porque Tú salves a otros pecadores, añadiéndolos a Tu
Iglesia, a Tu novia y nos uses como instrumentos como Pablo usaste a para traer la Verdad
para que los elegidos puedan oírla y creerla y para que aquellos que creen, puedan tener
el conocimiento que produce piedad y aprendan a vivir en la esperanza de nuestra gloria
eterna.
Sabemos que esto es lo que Tu planeaste antes de que el mundo comenzara y Tú lo
concluidas. Te alabamos y Te agradecemos y estamos abrumados de gozo porque nos has
elegido. Respondemos sólo como podemos responder, en obediencia y fidelidad a Ti, para
expresar nuestro amor, Te amamos porque Tú nos amaste primero. Nos ofrecemos
nuevamente a Ti en el nombre de Tu Hijo. Amén.
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La Doctrina del Llamado Eficaz de Dios


Escritura: Escrituras Seleccionadas

Código: 90–296
John MacArthur
Esta noche vamos a hablar de un tema maravilloso, tomé un poco más del tiempo que
debía tomar, en un sentido; pero quería compartir con ustedes lo que hice. Entonces,
vamos a tratar de comprimirlo en el tiempo que nos queda.
Quiero que abra su Biblia en Romanos 8. Romanos, capítulo 8. Y comencemos en
Romanos 8 con parte de la revelación de Dios que es muy conocida.
Versículo 28, el cual es conocido por todos nosotros, es un muy buen punto inicial.
Romanos 8:28: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,
esto es, a los que conforme a Su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció,
también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de Su Hijo, para
que Él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos
también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos
también glorificó.”
En nuestro estudio doctrinal, hemos hablado del pre conocimiento. Hemos hablado de la
predestinación o la doctrina de la elección. Hemos hablado un poco acerca de la
justificación. Y hablaremos acerca de la glorificación. Pero la palabra en la que quiero que
se enfoquen esta noche es la palabra “llamados”. Llamados. En el versículo 28: “son
llamados”. En el versículo 30: “y a los que predestinó, a estos también llamó. Y a los que
llamó, a estos también justificó.”
Ahora, una de las palabras más simples en el idioma español es la palabra llamar. Todos
entendemos esa palabra. La usamos de una manera cotidiana. Es una de las palabras más
comunes en nuestro vocabulario. Llamamos a nuestros hijos para que vengan a cenar
esperando que van a responder. O llamamos a nuestro marido para que venga a cenar y
esperamos que él va a responder. Llamamos a nuestros amigos por teléfono y esperamos
que ellos hagan a un lado la opción de dejar que la máquina contestadora tome la llamada
y respondan.
Se vuelve poco más importante cuando una Iglesia llama a un pastor esperando que él
acepte el ofrecimiento de venir y pastorearlos. Y cuando usted es llamado por su jefe, el
llamado se vuelve igualmente obligatorio. Me acuerdo cuando era niño, y me llamaban a
la oficina del director. Me acuerdo cuando en la universidad recibí lo que se llamaba un
“papel de llamado” para concurrir inmediatamente a la oficina del director. Algunos de
ustedes han recibido un llamado de una corte. Un citatorio es un llamado que usted
realmente no debe ignorar, porque si usted es llamado para ir a una corte, probablemente
debería aparecer o quizás usted podría recibir una visita de parte de oficiales de la ley.
Quizás un poco más fuerte que tan sólo un citatorio es una orden de comparecencia. Una
orden de comparecencia es un citatorio que manda a la persona designada a que aparezca
bajo pena de no hacerlo.
Y entonces, realmente hay todo tipo de llamados. Hay una especie de llamados
minimalistas que usted en cierta manera le ofrece a alguien para que llegue a la mesa o
esas llamadas telefónicas que usted espera que alguien responda, hasta algo más serio
como un llamado por parte de su jefe o un llamado de una Iglesia o un llamado por parte
de la oficina del director o un llamado, una citación de una corte con una amenaza por no
responder. Entonces, hay tipos de llamados que son mucho más obligatorios.
Pero en todos esos casos, usted todavía puede escoger ignorarlos. Usted puede resistir
cualquiera de esos llamados y hacer lo que usted quiera hacer. Pero las Escrituras revelan
una verdad acerca de un llamado, un citatorio que no puede ser ignorado y no puede ser
resistido. Es el citatorio obligatorio contundente por parte de Dios. Es una orden de
comparecencia para aparecer delante de Él en Su corte con el propósito de ser declarado
justo; ser declarado justo, que todos sus pecados sean perdonados y ser liberado de
cualquier juicio o cualquier condenación.
Éste es el llamado del que usted lee en Romanos 8. Es un llamado que justifica. Es un
llamado que viene según el propósito Divino. Es un llamado que viene a aquellos que son
predestinados, a aquellos que son elegidos, a aquellos que son escogidos. Es un llamado
que lleva desde la justificación hasta la gloria eterna. Los teólogos han llamado a este
llamado un llamado efecto eficaz, un llamado determinante, un llamado decisivo, un
llamado conclusivo, un llamado operativo y un llamado irresistible. Es el llamado a la
salvación. Es el citatorio divino. Es el citatorio divino no para juicio y no para castigo, sino
para que usted pueda ser declarado justo, libre de la condenación, perdonado. Es el
llamado de salvación.
La pregunta es ¿puede ser negado? ¿Puede ser resistido? ¿Es posible no conformarse a
ese llamado? Bueno, el versículo 30 dice: “a los que predestinó, a estos también llamó.”
Entonces, ese llamado está limitado a aquellos que son los elegidos. No estamos hablando
aquí acerca de un llamado general, simplemente un llamado amplio que abarca todo el
mundo. El tipo de llamado general que el apóstol Pablo habla al citar al profeta del
Antiguo Testamento, ni estamos hablando de las palabras de Mateo 22, “muchos son
llamados, pero pocos escogidos”. No estamos hablando acerca de lo que podríamos
llamar el llamado general del Evangelio, la invitación externa general del Evangelio.
Estamos hablando acerca de algo que viene sólo a los predestinados y que resulta en
justificación. Y esa es la razón por la que es llamado un llamado eficaz o un llamado
efectivo.
Ahora, quiero que vea aquí la palabra “llamados”. Es parte de un grupo de palabras que
salen de una raíz kaleō … kaleō. Kaleō significa llamar a la presencia de uno o citar. Es
usada por ejemplo Mateo 2:7, en donde dice “Herodes llamó a los magos a su corte y
vinieron.”
La palabra puede ser usada en circunstancias menos serias, pero es la palabra que es
utilizada en las Escrituras para hablar de una orden de comparecencia. De hecho, están
descriptiva que nosotros como creyentes de hecho somos “los llamados”. Somos los
llamados, la Iglesia es la ekklēsia, no de kaleō, sino de ekkaleō. Kaleō es ser citado.
Ekkaleō es una palabra más fuerte, un citatorio más fuerte, ser llamado y la Iglesia
entonces se convierte en la forma del nombre de ese verbo, los llamados. Entonces, usted
pregunta qué es una Iglesia. Es la asamblea de aquellos llamados, citados.
Ahora, esto se vuelve muy claro a lo largo de las Escrituras, no sólo en Romanos 8. Y
entonces, quiero hacer un estudio bíblico con ustedes. Regrese a Romanos 1. Y creo que
usted lo va a disfrutar y va a estirarlo a una nueva categoría maravillosa de entendimiento.
Romanos 1:1: “Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el
evangelio de Dios,” él es una persona apropiada que podemos estudiar para este tipo de
llamado porque cuando el llamado de Dios vino a la vida del apóstol Pablo, fue un
citatorio soberano, divino, de gracia irresistible. Él fue azotado en el polvo en el camino a
Damasco con nada que hacer más que responder. Él es llamado como un apóstol.
Ahí en el versículo 6, él está hablando de la obediencia de la fe. En el versículo 5, “para la
obediencia a la fe en todas las naciones por amor de Su nombre; entre las cuales estáis
también vosotros, llamados a ser de Jesucristo; a todos los que estáis en Roma, amados
de Dios, llamados a ser santos…” Llamados apartados. Ustedes son los amados, los santos,
los llamados.
Observe 1 Corintios 1:1. Nuevamente, versículo 1, Pablo llamado a ser apóstol. Eso no
quiere decir que es su título. Él quiere decir que fue llamado por Dios, por la voluntad de
Dios a ser un apóstol de Jesucristo. Y nuevamente, no era algo que él podía resistir.
Versículo 2: “A la Iglesia de Dios que está en Corinto, aquellos que han sido santificados en
Cristo Jesús, santos por llamado.” Entonces, sea lo que sea que es este llamado, hace de
usted un santo. Romanos 8 lo justifica a usted. Aquí, lo santifica a usted. Y el versículo 9,
“Dios es fiel, mediante quien fuisteis llamados a la comunión con Su Hijo Jesucristo
nuestro Señor.” Ustedes fueron llamados a la comunión que ustedes disfrutan con el
Señor Jesucristo, llamados por Dios.
Ahí en el versículo 23: “nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos
ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos
como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.” Ahora siga esto: si usted está
entre los llamados, entonces cuando Cristo crucificado es predicado, Él se convierte para
usted en el poder de Dios y la sabiduría de Dios. Para los judíos es tropezadero, para los
gentiles es locura; pero para los llamados sean judíos o gentiles, Cristo es el poder de Dios
y la sabiduría de Dios.
Este es un llamado que hace a aquel que es llamado parte de los llamados, la ekklēsia.
Versículo 26: “pues considerad vuestro llamado.” Considérelo. Considere su citatorio.
Considere su citatorio Divino. “Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois
muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio
del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios,
para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que
no es, para deshacer lo que es…” Dios ha escogido las cosas débiles del mundo para
avergonzar a las cosas que son fuertes. Y las cosas bajas del mundo y lo menospreciado
Dios ha elegido.
Y ahí tienen su llamado, hermanos, es un llamado basado en el hecho de que Dios ha
elegido. Dios ha elegido. El versículo 30 lo resume al decir: “más por el estáis vosotros en
Cristo Jesús.” Cristo se vuelve para usted la sabiduría de Dios en justificación y
santificación y redención por lo que Él hizo. Él los eligió, ustedes son los predestinados y Él
los llamó. A quien Él predestina, Él llama, a quien Él llama, Él justifica y glorifica. Estamos
hablando aquí, entonces, acerca del llamado a la comunión de los santos, en la comunión
con Su Hijo.
Pasear Gálatas capítulo 1 y vea la coherencia de esta verdad. Gálatas 1, versículo 6. Pablo
dice ‘estoy sorprendido,’ los gálatas estaban desviándose siendo engañados por algunos
falsos maestros, aunque eran creyentes. Él dijo ‘estoy sorprendido que tan rápidamente
están desertando a Aquel que os llamó por la gracia de Cristo.’ Estoy sorprendido de qué
tan rápidamente están dejándolo a Aquel que los llamó por la gracia de Cristo. Y él está
diciendo aquí que Dios los llamó a sí mismo. Los citó a sí mismo a través de la gracia de
Cristo y estoy sorprendido de que están desviándose de eso siguiendo un evangelio
engañoso, distorsionado y diferente.
En el versículo 11 él dice ‘quiero que sepan, hermanos, que el Evangelio que fue predicado
por mí no es de acuerdo al hombre. No lo recibí del hombre o fui enseñado. Yo lo recibí a
través de una revelación de Jesucristo. Vosotros habéis oído de mi vida anterior en el
judaísmo, solía perseguir a la Iglesia de Dios sin medida, tratando de destruirla y estaba
avanzando en el judaísmo.’ Y esta mañana hablamos de eso, ¿no es cierto? Si quiere
avanzar en el judaísmo, mate a cristianos. Así de apasionados eran acerca de su religión.
Entonces, él estaba avanzando en el judaísmo mucho más allá de mis contemporáneos
entre mis compatriotas, siendo mucho más celoso de mis tradiciones ancestrales. ‘Pero
cuando le agradó a Dios, quien me apartó aún desde el vientre de mi madre y me llamó
por Su gracia revelar a Su Hijo en mí,’ cuando a Dios le agradó alcanzarlo, sabiendo que
todavía había sido determinado inclusive desde el vientre de su madre y Él lo llamó
mediante Su gracia, cuando le agradó, Él reveló a Su Hijo en Mí para que predicara entre
los gentiles.
Pablo entendió que simplemente había sido tomado del cuello por Dios y despertado a la
gloria de Cristo y salvado y hecho un apóstol. Observe Efesios capítulo 4. Y nuevamente,
esto es para que usted entienda que este es lenguaje tan común en el Nuevo Testamento,
Efesios 4:1. “Yo, pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la
vocación con que fuisteis llamados.” Esto no puede ser un llamado general. Esto no puede
ser un llamado que usted pueda tomar o dejar. Este es un llamado mediante el cual usted
ha sido llamado que demanda que usted viva su vida de cierta manera. Por lo tanto, es un
llamado transformador, un llamado justificador, santificador. Y entonces, usted debe vivir
“con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en
amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; un cuerpo, y un
Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación, un
Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y
en todos.”
Este es un llamado a salvación y nada más. Este es un llamado a un cuerpo, a un Espíritu, a
una esperanza, a un Señor, a una fe, a un bautismo, a un Dios y un Padre de todos
nosotros que es sobre todos y por todos y en todos. Es un llamado, entonces, que supone
una respuesta de una vida que es vivida de una manera digna. En donde quiera entonces
que usted ve la idea de un llamado a la salvación en las epístolas del Nuevo Testamento,
siempre es este llamado eficaz, determinante, operativo, el llamado Salvador.
Pase a Colosenses 3:15. Y aquí dice en este versículo conocido: “la paz de Cristo gobierne
en vuestros corazones, a la cual de hecho han sido llamados a un cuerpo.” Aquí de nuevo
ustedes fueron llamados al cuerpo de Cristo. Fueron llamados a paz a través de Cristo,
quien ahora gobierna en su corazón. Pasea 1 Tesalonicenses capítulo 2 y de nuevo, él dice
lo que dice en Efesios 4, esto es Pablo. “Para que andéis de una manera digna de Dios,”
escuche esto, “quien os llama a Su propio Reino y gloria.”
Este es un llamado a comunión. Este es un llamado a una relación con Jesucristo. Este es
un llamado a la santidad. Este es un llamado al cuerpo de Cristo, a unirse con el Espíritu, el
Señor, la fe, el único Dios y Padre de todos nosotros. Y éste es un llamado a Su Reino y
gloria. Y de nuevo, repito, y los teólogos quienes entienden la Palabra de Dios en su
simplicidad magnífica siempre han dicho, este es un llamado Salvador. Esta es una orden
de comparecencia. Me gusta llamarlo el citatorio obligatorio de Dios.
En 2 Tesalonicenses 2:14. Versículo 13: “siempre debemos dar gracias a Dios por vosotros,
hermanos amados por el Señor, porque Dios os ha elegido desde el principio para
salvación.” Ahí está la gran doctrina de la elección. Dios os ha elegido desde el principio,
desde antes de que el tiempo comenzara en los consejos de la eternidad, dentro de la
Trinidad, “Dios os eligió para salvación mediante la santificación por el Espíritu y fe en la
verdad.” Versículo 14: “y fue para esto que Él los llamó.”
Fueron llamados porque fueron elegidos. Fueron llamados porque fueron elegidos desde
el principio para salvación. Fueron elegidos para ser santificados por el Espíritu, fueron
elegidos para creer en la Verdad y Él los llamó mediante nuestro Evangelio para que
pudieran ganar la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Ahí lo tiene de nuevo. La elección
llevó a un llamado, lo cual llevó a la salvación, justificación, santificación y la glorificación
final.
De nuevo, versículo 14: “fue para esto que Él los llamó mediante nuestro Evangelio,”
¿para qué?, “Para que pudieseis ganar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.” Uniéndolo
todo, sea quien sea quien el Señor llama, Él llama a Su Reino, sea quien sea a quien Él
llama, Él llama a la salvación, Él llama para fe en la Verdad, Él llama para la santificación
por el Espíritu y Él llama a la gloria eterna. Esto de nuevo es un llamado salvador.
Segunda de Timoteo 1, aquí son presentados de manera paralela, al final del versículo 8:
“Dios, quien nos salvó y nos llamó con un llamamiento Santo,” esas son dos maneras de
decir lo mismo. Dios, quien nos llamó y nos llamó con un llamamiento Santo. Aquí no dice
Dios quien nos llamó con un llamamiento Santo y debido a que respondimos, Él nos salvó.
No dice eso. Dice: “nos salvó,” lo cual quiere decir Él nos llamó por un llamado o
llamamiento Santo, no según nuestras obras sino según Su propio propósito y gracia que
nos es concedido en Cristo Jesús antes de que el tiempo comenzara. Ahí usted regresa
nuevamente. Él llama a quien Él predestina y elige. Enseñanza inequívoca de las Escrituras.
Primera de Pedro 2:9. Este es un versículo rico, rico. Versículo 9: “mas vosotros sois linaje
escogido, real sacerdocio, nación Santa,” estas son simplemente designaciones
grandiosas, “linaje escogido, real sacerdocio, nación Santa, pueblo adquirido por Dios para
que proclaméis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a Su luz admirable.”
Ahora, creo que probablemente cuando usted estudia su Biblia, cada vez que usted
encuentra esta palabra ‘llamados’ en las epístolas usted la verá saltando de la página. Este
no es un acto que Dios anhela, el llamarlo a usted. No es como llamar a los niños a cenar.
Este es un llamado eficaz, efectivo, determinante, operativo. Él lo llamó de las tinieblas a
Su luz admirable. Él no lo llamó de las tinieblas esperando que usted viniera, Él lo llamó a
usted de las tinieblas a Su luz admirable. Ahí es a dónde usted fue cuando Él lo llamó a
usted.
Cuando Él lo llamó usted, usted vino a Su corte y usted fue declarado justo. Cuando Él lo
llamó usted, usted vino a su cuerpo y usted se volvió parte del cuerpo de Cristo. Cuando Él
lo llamó a usted, usted vino a la comunión. Cuando Él lo llamó, usted se volvió santo.
Cuando Él lo llamó a usted, usted fue santificado. Cuando Él lo llamó a usted fue para que
usted fuera finalmente glorificado. El versículo 21 dice que usted fue llamado para este
propósito, para seguir los pasos de Cristo. Un llamado a seguir su vida siguiendo el
ejemplo del Salvador.
Capítulo 3, versículo 9: “mantengan armonía,” versículo 8, “muestren compasión,
amables, mostrando amor fraternal, sean humildes en espíritu, no devolviendo mal por
mal o insulto por insulto, den gran bendición en lugar de esto; porque para esto fuisteis
llamados con el propósito mismo de que podáis heredar una bendición.” Este es un
llamado que lo hizo una persona que pudiera ser una bendición. Este es el llamado que lo
trajo a la vida que debe vivir de una manera digna. Este llamado tiene un efecto.
Primera de Pedro 5:10. Primera de Pedro 5:10. Esto es tan maravilloso. “Después de que
habéis padecido por un poco de tiempo, el Dios de toda gracia quien os llamó a Su gloria
eterna en Cristo.” ¡Qué afirmación! Dios lo ha llamado a justificación. Él lo ha llamado a
usted a santificación y santidad. Él lo ha llamado a comunión con los santos. Él lo ha
llamado a vivir una vida piadosa y virtuosa y a vivir de una manera digna de Su llamado y
adornar Su nombre. Y Él lo ha llamado a Su gloria eterna en Cristo.
Y Él lo ha llamado porque lo escogió a usted y lo predestinó para este fin. Segunda de
Pedro 1:3, bueno, versículo 2: “Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de
Dios y de nuestro Señor Jesús. Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad
nos han sido dadas por Su divino poder, mediante el conocimiento de Aquel,” escuche
esto, “que nos llamó por Su gloria y excelencia.” Él nos llamó por Su propia gloria. Él nos
llamó por Su propia excelencia. Y Él nos dio todo lo que pertenece a la vida y a la piedad.
Esto realmente es sorprendente.
El predicador puede llamar a la gente al arrepentimiento. El predicador puede rogarle a la
gente a que venga a salvación en Cristo. Podemos hacer nuestro mejor esfuerzo. Los
profetas lo han hecho y los apóstoles también. Y los predicadores todavía lo hacen. Ése es
el ruego general externo, muy diferente del llamado interno que salva.
Finalmente, Hebreos 3:1. Aquí está la diferencia. Aquí está la diferencia. Hebreos capítulo
3, versículo 1: “por tanto, hermanos santos,” me encanta eso. Tengo que referirme a
ustedes con mayor frecuencia de ese modo. Es verdad, es verdad, todo es verdad.
Separados, con justicia imputada. “Por tanto, hermanos santos,” aquí está, partícipes de
¿qué? ¿Cuál es la palabra?, “Un llamado celestial.” Aquí no estamos hablando del
predicador. Aquí estamos hablando de Dios. Este es un llamado Divino, un llamado
celestial. Ustedes son santos debido a este llamado Divino. Esta es una verdad gloriosa.
Una verdad gloriosa, este llamado. Esto no es oscuro, ¿verdad? Esto está en todos lados y
hay más. Hay más.
¿De qué estamos hablando aquí? Estamos hablando de un llamado de Dios que resulta en
la salvación de una persona. Y voy a decirlo de nuevo. Cada vez que se usa la palabra
llamado con respecto a la salvación en las epístolas del Nuevo Testamento, no se refiere a
un llamado externo sino a un acto salvador específico, interno, eficaz por parte de Dios.
Es, en ese sentido, un citatorio obligatorio por parte de Dios al cual usted responderá. Esta
es la razón por la que los teólogos lo han llamado gracia irresistible.
Me gusta más la palabra llamado. Y me gusta la idea de un citatorio obligatorio porque
eso enfatiza la obra salvadora obligatoria de Dios en lugar de enfatizar la resistencia del
hombre. No obstante, encaja el pequeño bosquejo en la teología de Calvino de la gracia
irresistible. Cuando Dios busca salvar y llama a un pecador de las tinieblas a Su luz
admirable, la pregunta es: ¿puede el pecador resistir?
Por cierto, 1 Corintios 7:17, acabo de pensar en esto, no quiero dejarlo afuera, “así como
el Señor le dio a cada uno como Dios llamó a cada uno de esta manera, así ande.” Esto
está hablando de que usted sea soltero o casado o lo que sea. Pero de nuevo, indica que
Dios ha asignado algo a cada uno. Dice: “así como el Señor ha asignado a cada uno,” o
dado, otra manera de decirlo, así como Dios ha llamado a cada uno. Entonces, lo que
usted aquí tiene es una palabra llamado en comparación con la palabra asignado.
Dios ha predeterminado esto por Su propio propósito en la eternidad pasada. Él ha
asignado la salvación a algunos y Él los salva mediante este llamado. Él los llama de las
tinieblas. Él los llama de la incredulidad. Él los llama de la confusión y el caos. Él los llama
del pecado y la impiedad. Este es el llamado soberano Salvador de Dios. Y Él impone su
poder al ejercerlo para hacer que el pecador elegido venga a Su corte, entre y sea
presentado como perdonado y justificado y camine a la gloria eterna.
Ahora, decir esto molesta a algunas personas. No me molesta decirlo porque la Biblia lo
dice. Molesta a algunas personas. Ellos dicen que no está bien. Que no está bien decir que
Dios va a traer a los pecadores a sí mismo pateando y gritando. Decir esto es decir que
usted no puede pelear contra esto. No lo puede resistir. Dios va hacer lo que Él quiera en
contra de la voluntad del pecador y violar la libertad del pecador.
Y hay muchos que dicen que Dios no va a violar nuestro libre albedrío. Oigo eso todo el
tiempo. ‘Dios no va a violar nuestra bien libertad para elegir.’ Y ellos quieren decir: ‘bueno
mira, Dios hace sugerencias realmente fuertes. Eso es lo que Él dice. Y como usted sabe,
algunas veces Él realmente convence. Él es muy persuasivo. Y muchas veces Él hace
sugerencias realmente fuertes mediante buenos predicadores que realmente son muy
persuasivos. Y podemos orar y podemos pedirle a Dios que haga contundentes esas
sugerencias fuertes. Nosotros podemos pedirle a Dios que abra las mentes y los corazones
de la gente y que quite su ceguera y que los haga responder; pero no podemos forzarlos a
venir. Nosotros podemos pedirle a Dios que les dé oportunidad y mucha información y
motivación. Pero al final, va a depender de ellos.’
Un erudito notable quien es muy útil en muchos de sus escritos, Norman Geisler, escribió
un libro llamado Escogido pero Libre. Y él presenta la realidad de la gracia irresistible o
este llamado salvador, este llamado eficaz, según él, hace que Dios sea un dictador con el
poder que aplasta nuestra libertad al arrastrarnos a Su Reino.
Bueno, todo eso realmente es innecesario porque no es lo que dicen las Escrituras. Nunca
nadie jamás fue salvado en contra de su voluntad. Nunca nadie fue metido al Reino
protestando, pateando, gritando. Nunca nadie fue salvo quien fuera arrastrado contra su
voluntad. Eso no es lo que enseñan las Escrituras. Nunca nadie jamás ha sido salvado
contra su voluntad. Y nunca nadie lo será. Toda persona que es salvada es salvada porque
quieren creer el Evangelio. De hecho, lo quieren con todo su corazón y alma, quieren creer
en el Evangelio. Nunca nadie es salvado sin que Él tenga la disposición. Es un acto de la
voluntad el creer.
La pregunta es ¿qué los hizo tener esa disposición? o ¿quién los hizo estar dispuestos?
¿Fueron ellos? ¿Fue el predicador? Eso es lo que tendríamos que concluir en ese tipo de
sistema. De alguna manera, son ellos al final. Y de alguna manera, aunque no estaban
dispuestos, se volvieron dispuestos, encontraron en algún punto que podían por sus
propias fuerzas pasar de la indisposición a la disposición. O el predicador destrozó su
resistencia y mediante la predicación que hizo, los hizo estar dispuestos.
Hay un pequeño versículo que se encuentra en el Salmo 110. Usted no tiene que buscarlo,
simplemente escúchelo. Salmo 110:3. Dice esto: “Tu pueblo estará dispuesto en el día de
Tu poder.” Realmente bueno. “Tu pueblo estará dispuesto en el día de Tu poder.” Ningún
pecador jamás estará dispuesto hasta que el poder de Dios venga sobre este pecador. No
hay nada en el pecador para hacerlo dispuesto. No hay nada en el pecador inclusive bajo
los mejores esfuerzos del predicador. Es sólo cuando el poder de Dios lo hace estar
dispuesto que él se vuelve en alguien dispuesto.
¿Estoy seguro de eso? Absolutamente. Ningún pecador tiene la capacidad de estar
dispuesto. ¿Puedo probárselo? Observe Romanos capítulo 3, simplemente aquí un par de
pasajes. Romanos capítulo 3. Yo creo que voy a tener suficiente tiempo y nunca tengo el
suficiente. Romanos 3:10: “no hay justo, ni aún uno. No hay quien entienda, no hay quien
busque a Dios.” Eso es bastante completo, ¿no es cierto? Todos a una se desviaron, a una
se hicieron inútiles. No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto
es su garganta. Con sus lenguas engañan, veneno de áspides hay debajo de sus labios Dios
y su boca está llena de maldición y amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre.
Quebranto y desventura hay en sus caminos. Y el camino de paz no conocieron, no hay
temor de Dios delante de sus ojos.”
Yo diría que esa es una condición bastante triste. Esa es una manera dilatada de decir que
engañoso es el corazón, más que todas las cosas y perverso. Nadie busca a Dios. Nadie por
sí mismo está dispuesto. Efesios 2:1. Aquí está la razón. Efesios 2:1: “y Él os dio vida a
vosotros cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados.” La gente muerta no
responde. “En los cuales anduvisteis en otro tiempo siguiendo la corriente de este mundo
según el príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de
desobediencia viviendo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y
de los pensamientos y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.” Eso es
usted. No hay esperanza.
Primera de Corintios 2:14: “pero el hombre natural no percibe las cosas que son del
Espíritu de Dios porque para él son locura.” Segunda de Corintios 4:3–4: “pero si nuestro
Evangelio está encubierto, está encubierto de aquellos que no creen; y ellos no creen
porque el Dios de este siglo ha cegado sus mentes, para que la luz de la gloria del
Evangelio no les brille.” Hemos estudiado esto a gran detalle. Esto es lo que queremos
decir con depravación total, la incapacidad total del pecador a estar dispuesto.
Ningún pecador dejado a sí mismo es capaz. Ningún pecador dejado a sí mismo está
dispuesto a comprender, está dispuesto a arrepentirse, está dispuesto a creer, está
dispuesto a escoger a Dios, a Cristo y la salvación. La corrupción es demasiado profunda y
afecta demasiado a nivel espiritual. No podemos escoger eso. No podemos buscarlo. El
pecador sólo se puede vuelve dispuesto en el día del poder divino. Dios debe desplegar Su
poder soberano al darnos el deseo de creer. Él debe hacernos estar dispuestos. “Tu
pueblo estará dispuesto en el día de Tú poder.”
Pero no es que el pecador venga gritando y pateando y protestando y tratando de resistir,
porque cuando el citatorio viene, el pecador es hecho alguien que quiere. De hecho, es la
pasión de su corazón. Cuando el Evangelio viene, el pecador está tan dispuesto a
responder. Como pecadores perdidos, la gente tiene la libertad de escoger. Es correcto. Su
voluntad es -véanlo, vean a los pecadores. Ellos operan libremente. Y, ¿qué es lo que
hacen? Ellos escogen pecar. Ellos simplemente escogen qué tipo de pecados.
El pecador perdido tiene libre albedrío. En la salvación, también tenemos libre albedrío,
pero en lugar de escoger el pecado, escogemos a Cristo y la diferencia se debe a que
hemos sido citados por un llamado divino. Jonathan Edwards dijo: “lo que escogemos
realmente no es determinado por la voluntad como si existiera independientemente. Lo
que escogemos,” dijo Edwards, “es realmente determinado por la mente y lo que la
mente cree que es lo mejor.” Y, por cierto, la mente no es neutral y la mente no es
objetiva. La mente es corrupta. Entonces, lo que la mente piensa que es lo mejor es lo que
escogemos. Tenemos libertad de escoger lo que nuestra mente cree que es lo mejor y
fuera de Dios y fuera de Cristo, nuestra mente es corrupta y cree que el pecado es lo
mejor.
Edwards dice: “cuando somos confrontados con Dios, la mente del pecador nunca cree
que seguir u obedecer a Dios es una buena alternativa.” La voluntad del pecador nunca es
escoger a Dios. Nada lo está deteniendo a él, pero su mente no considera la sumisión a
Dios y al Evangelio como algo deseable, entonces, de tal manera que a menos de que Dios
cambie la manera en la que nosotros pensamos, nuestra mente siempre nos dirá que nos
revelemos en contra de Dios y el Evangelio. Lo cual es precisamente lo que nosotros
hacemos.
El pecador resistirá hasta que la gracia amable del cielo descienda; un llamado celestial.
No me gusta la idea de la gracia irresistible porque irresistible es negativo y prefiero verla
como un citatorio obligatorio por parte de Dios en lugar de verlo como algo negativo. En
segundo lugar, porque gracia irresistible es redundante. Si la gracia es toda de Dios,
entonces es irresistible porque dice en Romanos que Dios dice: “tendré misericordia del
que Yo tenga misericordia,” también en el libro de Éxodo. Es por definición irresistible. Si
Dios decide mostrar gracia, entonces es todo de Él y eso es suficiente.
Entonces, no me gusta la palabra irresistible porque es negativa y es redundante. Y, en
tercer lugar, define de manera excesiva la gracia. La gracia es mucho más que irresistible.
La Biblia no llama a esto la gracia irresistible, la llama un llamamiento celestial, un llamado
a la santidad, un llamado a la santificación, un llamado a la justificación, un llamado a la
comunión con los santos, un llamado al cuerpo de Cristo. Y esa palabra simplemente sub
define eso.
¿Qué tal si tan sólo lo llamamos un llamado salvador? Podría echar a perder su pequeño
acróstico, pero está bien. Ese es el regalo de Dios para nosotros, Efesios 2:8–9. ¿Se
acuerda de eso? Efesios 2:8–9. “Porque por gracia sois salvos y esto por medio de la fe y
no de vosotros, porque es un regalo de Dios no por obras para que nadie se gloríe.” Todo
esto es un regalo de Dios. Todo viene como un regalo de Dios a nosotros.
Me encanta lo que dice Filipenses 1:29: “porque a vosotros os es concedido por causa de
Cristo no sólo creer en Él sino también padecer por Él.” Les ha sido concedido por causa
de Cristo el creer. El llamado lo trajo a la fe. El llamado lo trajo a entender. Lo trajo a la
convicción, al arrepentimiento, fe. Es claro, entonces, que este es un llamado salvador y
nada menos que eso muestra un entendimiento correcto de las Escrituras.
Es como Hechos 13:48 en donde dice: “y creyeron todos los que estaban ordenados para
vida eterna.” ¿Cómo es que aquellos que fueron ordenados para vida eterna creyeron?
Porque Dios los llamó de su ignorancia. Los llamó de su confusión. Los llamó de su
oscuridad. Los llamó de sus tinieblas, los llamó de su iniquidad, los llamó de su pecado. Y
el llamado fue un llamado eficaz activado por el poder de Dios que los trajo a la luz, la
verdad, el arrepentimiento y a la fe.
Es como Lidia en Hechos 16:14. Dice que el Señor “abrió su corazón.” Me encanta eso. “El
Señor abrió el corazón de Lidia.” Ese es el llamado eficaz. El Señor abre la mente y el
corazón y el que no está dispuesto es hecho dispuesto. Hechos 18:27 dice Pablo: “ayudó
mucho a aquellos que por la gracia habían creído.”
Entonces, simplemente podríamos llamarlo gracia. Es la gracia que de hecho salva. Es la
gracia que de hecho salva. El pecador no puede cambiar su voluntad, no puede promover
su voluntad hacia Dios. ¿Se acuerda de Juan 1:12? “Más a todos los que le recibieron, a los
que creen en Su nombre les dio potestad de ser hijos de Dios, los cuales no son
engendrados de sangre ni de voluntad de carne ni de voluntad de varón, sino de Dios.”
Nadie estaría dispuesto a menos de que Dios primero estuviera dispuesto y lo activara.
No es porque el pecador vuelva en sí. No es porque el pecador sea persuadido por la
predicación inteligente o una apelación emocional. Todas esas son ilusiones engañosas.
No es porque usted es tan amable o usted ha hecho que Jesús se vea también. La gente es
salvada porque Dios los cita y Él los cita bajo la proclamación o el entendimiento del
Evangelio. Olvídese de todo lo que es ridículo. Únicamente el Evangelio es lo que Dios usa
para despertar al pecador y lo hace estar dispuesto, de otra manera, aun cuando nunca
antes había estado dispuesto.
Yo soy parte de un grupo de pastores y teólogos llamado La Alianza de Evangélicos y tengo
el gusto de ser parte de esto. Es un grupo formidable de teólogos importantes del país y
estoy muy honrado por estar con ellos. En el año 1996, la alianza de evangélicos publicó lo
que es llamado La Declaración de Cambridge. Y esto es lo que dice: “la confianza sin
reservas en la capacidad humana es producto de la naturaleza humana caída.” Buena
afirmación. La confianza sin reservas en la capacidad humana es producto de la naturaleza
humana caída. La única razón por la que pensamos que nosotros podemos querer ser
salvos es porque nuestro pensamiento es corrupto.
Y continúa diciendo: “esta confianza falsa ahora llena el mundo evangélico del Evangelio
de la autoestima y del Evangelio de la salud y la prosperidad, de aquellos que han
transformado al Evangelio en un producto que debe ser vendido y pecadores que han sido
convertidos en consumidores que quieren comprar a otros que tratan a la fe cristiana
como ser simplemente verdadera porque funciona. La gracia de Dios en Cristo no es
meramente necesaria. La gracia de Dios en Cristo no es meramente necesaria, sino que es
la causa única eficiente de salvación. Nosotros confesamos que los seres humanos nacen
estando espiritualmente muertos y son incapaces inclusive de cooperar con la gracia
regeneradora.”
Además, la declaración dice: “reafirmamos que en la salvación somos rescatados de la ira
de Dios por Su gracia únicamente. Es la obra sobrenatural del Espíritu Santo que nos trae a
Cristo al liberarnos de nuestra esclavitud del pecado y resucitarnos de la muerte espiritual
a la vida espiritual; y negamos que la salvación sea en algún sentido una obra humana.
Métodos humanos, técnicas o estratégicas estrategias por sí mismas no pueden lograr
esta transformación. La fe no es producida por nuestra naturaleza humana no
regenerada.” Fin de la cita.
Ahora, me encantan los himnos. Ayer y hoy estaba leyendo himnos, leyendo los salmos,
ayer, porque se me dio una Biblia del año 1672, de unos 330 años de edad. Y en la parte
de atrás, alguien ha tomado los 150 salmos y los colocó en metro y rima y estoy leyendo a
lo largo de esto. Estoy determinado a escribir algunos himnos más en los años venideros.
Simplemente me encanta la buena música. Y uno de mis escritores favoritos, Charles
Wesley - ahora usted tiene que entender que los hermanos Wesley eran anti calvinistas.
¿Y sabe una cosa? El calvinismo al que se oponían era bastante malo.
El calvinismo se había corrompido en los días de los Wesley y era áspero, inflexible y
muchas de las personas que promovían al calvinismo no tenía nada de cristianos. Pero
Charles Wesley, quien escribió tantos himnos desde un punto de vista armiñano o anti
calvinista, creyendo en la libertad del hombre, el libre albedrío y la libertad del pecador de
escoger, a pesar de su teología, tenía un mejor entendimiento. Porque escuche lo que él
escribió. Usted lo reconocerá. Es de un himno que él escribió llamado “Cómo Puede Ser.”
Esto es lo que dice:
“Por mucho tiempo mi espíritu encarcelado yacía, esclavizado, encadenado en el pecado y
en la naturaleza de la noche. Tu ojo envió un rayo y me desperté en el calabozo lleno de
luz. Cayeron mis cadenas, mi corazón fue liberado. Me levanté, y salí para seguirte.”
Ahora, sólo un calvinista podía escribir eso. ¿Qué? Por favor, Charles, di la verdad. Usted
es un prisionero en la oscuridad y la noche, hasta que Dios hizo que brillara la luz y rompió
sus cadenas, nada podía cambiar. Ésta es la gloria de esta gran verdad. Al final, todo va a
Dios.
Quiero terminar. A lo largo de los años, varias veces hemos tenido al doctor Jim Boice
predicando aquí. Gran, gran siervo de Dios, gran erudito, predicador, vida monumental. Y
sus libros todavía son una bendición para mí. Ciertamente lo consideré como un mentor.
De hecho, un día R. C. Sproul me dijo un día que la muerte de Jim Boice fue el juicio de
Dios en contra de Estados Unidos. Él ha dejado un agujero inmenso. Boice, quien ama los
himnos y escribió himnos, escribió en uno de sus libros acerca de John Newton. Fue en
1779 cuando John Newton escribió “Gracia Admirable,” la cual todos conocemos. Pero no
sé si ustedes conocen la historia de este hombre que nació en el año 1725 y que murió en
el año 1807. Permítame tan sólo leerle un poco de lo que Boice escribió acerca de él.
Newton fue criado en un hogar cristiano en el cual se le enseñaron versículos de la Biblia,
pero su madre murió cuando sólo tenía seis años de edad. Y fue enviado a vivir con un
pariente que odiaba la Biblia y se burlaba del cristianismo. Newton huyó al mar. Él era un
hombre descarriado en esos años y era conocido por poder decir groserías durante dos
horas sin repetir una grosería. Él fue forzado a enlistarse con la armada británica, pero
desertó, fue capturado y golpeado públicamente a manera de castigo.
Eventualmente, Newton se metió con los marinos mercantes y fue al África. En sus
memorias, él escribió que cuando fue a África, él fue únicamente por una razón: “para
poder pecar a mi gusto.” Newton terminó con un traficante de esclavos portugués en
África, en cuyo hogar él fue tratado de manera cruel. Este hombre frecuentemente se iba
en expediciones de esclavos y cuando él no estaba, su autoridad pasaba a su esposa
africana, la mujer principal de su harem. Ella odiaba a todos los hombres blancos y
descargaba su odio contra el pobre Newton.
Él dice que durante meses fue forzado a estar en el polvo, comiendo su alimento en el
piso como un perro. Él fue golpeado sin misericordia si tocaba el alimento. Esto quiere
decir que tenía que comer con su cara y no con sus manos. Conforme pasó el tiempo,
flaco y desnutrido, Newton llegó al mar, en donde fue recogido por un barco británico que
iba hacia la costa de Inglaterra. Cuando el capitán del barco supo que el joven sabía algo
de la navegación como resultado de haber estado en la marina británica, él lo hizo su
asistente.
Pero aún entonces, Newton se metió en problemas. Un día, cuando el capitán estaba en la
costa, Newton sacó la provisión de ron del barco e hizo que toda la tripulación se
emborrachara. Él estaba tan borracho que cuando el capitán regresó y le pegó en la
cabeza, Newton se cayó y se habría ahogado si uno de los marineros no lo hubiera sacado
rápidamente del mar. Cerca del fin de uno de los viajes conforme se acercaban a Escocia,
el barco encontró mal tiempo y se desvió de su curso. El agua que había caído en el barco
era tal que comenzó a hundirse. El joven desenfrenado fue enviado abajo para bombear
agua. La tormenta duró días. Newton estaba aterrado. Él estaba seguro de que el barco se
hundiría y que él se ahogaría.
Pero en la parte de abajo del barco, conforme él desesperadamente bombeaba agua, el
Dios de toda gracia, a quien él había tratado de olvidar pero que nunca se había olvidado
de él, trajo a su mente versículos de la Biblia que él había aprendido en su hogar como
cuando era niño. El camino de la salvación le fue abierto a él, él nació de nuevo ahí, en esa
parte de abajo del barco. Él fue transformado profundamente y tiempo después, cuando
estuvo de nuevo en Inglaterra, Newton comenzó a estudiar teología, él eventualmente se
convirtió en un predicador, primero en un pequeño pueblo llamado Olney y más tarde en
Londres.” Fin de la cita.
De esta tormenta, William Cooper -realmente el poeta británico excepcional- quien se
convirtió en un amigo personal de Newton y vivió con él durante varios años, escribió
esto, Cooper escribió acerca de la tormenta en la que Dios llamó Newton. Esto es lo que él
escribió. Usted se acordará de estas palabras, y cito: “Dios se mueve de una manera
misteriosa, para llevar a cabo Sus maravillas. Él planta sus pasos en el mar y se monta
sobre la tormenta.” Fin de la cita.
Y así lo hace, dice Boice. Newton fue un gran predicador de gracia porque él había
aprendido que en donde el pecado abunda, la gracia abunda mucho más. Él es prueba de
que la gracia de Dios es suficiente para salvar a cualquier persona y que los salva mediante
la gracia únicamente.”
Y ahora, usted sabe que cuando John Newton escribió “gracia admirable, cuán dulce el
sonido,” fue cuando él oyó el llamado del sonido de la gracia de Dios que él fue
despertado. Y los creyentes desde ese entonces han estado cantando de la gracia
admirable, la gracia que cita conforme Dios llama al pecador a sí mismo. Inclinen sus
cabezas conmigo.
Esta gran verdad, Padre, emociona nuestros corazones hasta la médula, que Tú te has
inclinado para llamarnos porque Tú nos escogiste para la gloria. Te bendecimos, te
alabamos, te agradecemos. Y que vivamos vidas que son dignas de este llamado celestial,
habiendo sido llamados a la santidad, llamados a comunión, llamados al cuerpo, llamados
a la unión íntima con Cristo, llamados a ser mensajeros. Que caminemos de una manera
digna de este llamado. Y Te alabamos en el nombre de Tu Hijo. Amén.
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
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La extensión de la seguridad del creyente


Escritura: Romanos 8:28

Código: 90–178
John MacArthur
Continuamos en esta noche nuestro estudio de Romanos, capítulo 8. Y en esta noche es
uno de los grandes pasajes, es uno de los pasajes conocido por todo cristiano, Romanos
8:28. Hemos estado estudiando este capítulo con mucha bendición, y ahora llegamos a lo
que en muchas maneras es el resumen del capítulo entero, versículo 28, e incluyendo
podríamos decir el versículo 29 y 30, y si usted quiere todo el resumen. Permítame leer
estos tres versículos para usted, Romanos 8, comenzando en el versículo 28, ‘y sabemos
que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a lo que conforme a
su propósito son llamados.
Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos
conformes a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos.
Y a los que predestinó a estos también llamó, y a los que llamó, a estos también justificó, y
a los que justificó, a estos también glorificó’. Uno de los primeros padres de la iglesia dijo
en una ocasión que sí, el todo de las Escrituras fuera un festín para el alma, Romanos 8 era
el plato principal. Y creo que hay algo de verdad en eso, y este plato principal, Romanos
capítulo 8, es resumido en esos tres versículos, los cuales realmente son la preparación del
corazón para la bendición que comienza en el versículo 31.
Comenzando en el versículo 31 y llegando hasta el final del capítulo, encontramos una
larga expresión de alabanza y viene inmediatamente después de este resumen en los
versículos 28 al 30. Retrocediendo un poco, recuerde que Pablo en la epístola a los
Romanos está explicando la doctrina de la justificación por la gracia mediante la fe, esto es
la verdad mediante la cual somos salvos, y él la está explicando en todas sus
características. Él habla de la condición del hombre en pecado en los primeros tres
capítulos, y después comenzando hacia el final del capítulo 3 y hasta el capítulo 7, él habla
de la justificación y sus frutos o sus efectos.
Después en el capítulo 8, él nos da la gran realidad de que la justificación es eterna, que
toda persona la que Señor justifica y glorifica, que cualquier persona que es salva al
principio será salva al final. En otras palabras, estamos eternamente seguros y
perseveraremos en la fe hasta el fin. Esa gran verdad del capítulo 8 es resumida en esos
tres versículos que le acabo de leer. Resumen, la doctrina entera de la seguridad eterna, a
quien el Señor conoció de antemano, a él predestinó, a quien él predestinó él llamó, a
quien él llamó él justificó, y a quien él justificó él glorificó, y nadie se pierde en el proceso,
y eso es porque Dios hace que todas las cosas sean para su bien, ese realmente es el
resumen de este texto maravilloso.
La justificación es eterna. Y como hemos estado aprendiendo en el capítulo 8, la
justificación y su naturaleza eterna, es asegurada para el creyente por el ministerio
maravilloso del Espíritu Santo, cuya obra es bosquejada a lo largo de este capítulo. Es el
Espíritu quien nos asegura en un estatus de no condenación, nunca seremos condenados,
estamos asegurados eternamente, justificados en un estatus de no condenación debido a
la obra del Espíritu Santo. Vimos de regreso en los versículos 2 y 3, que es el Espíritu quien
nos libera del pecado y de la muerte. En el versículo 4, es el Espíritu Santo quien nos
concede el cumplimiento de la ley, al concedernos la justicia de Cristo.
Es el Espíritu Santo en los versículos 5 al 11, quien cambia nuestra naturaleza. Es el
Espíritu Santo en los versículos 12 y 13, quien nos capacita para la victoria sobre el
pecado. Es el Espíritu Santo en los versículos 14 al 16, quien confirma nuestra adopción
como hijos de Dios. y después en los versículos 17 al 27, es el Espíritu Santo quien
garantiza nuestra gloria eterna. Y vimos la última vez que en ultimas el Espíritu Santo
garantiza nuestra gloria por lo que dice en el versículo 27, ‘Él intercede por los santos
conforme a la voluntad de Dios’. Es la obra continua intercesora del Espíritu Santo, lo que
asegura nuestra gloria eterna, esa es la gran verdad que vimos la última vez.
Entonces el Espíritu Santo lleva a cabo esta obra de seguridad, manteniéndonos en un
estatus de no condenación, lo hace en todas las maneras que hemos visto hasta el
versículo 27. Ahora en los versículos 28 al 30 hay un resumen, es un resumen. Y usted
tiene en este resumen una gran promesa en el versículo 28, y ahí es donde queremos
comenzar nuestro estudio. El versículo 28 muy conocido por los cristianos, quizás es la
más valorada de todas las promesas que disfrutan los creyentes, debido a que es tan
amplia. Dice que Él hace, Dios causa que todas las cosas operen para el bien de aquellos
que lo aman, y es el ‘todas las cosas’ ahí que es tan consolador.
Este gran texto necesita nuestra atención cercana y cuidadosa debido a su riqueza, y
vamos a prestarle nuestra atención cercana durante unas cuantas semanas. No podemos
hacerlo el próximo día del Señor porque tendremos el concierto, pero lo vamos a hacer
durante unos cuantos domingos por la noche que están por venir, debido a que la verdad
de este versículo es tan rica y de un alcance tan largo. Ahora si usted tan solo toma el
versículo 28, el cual como dije, es parte de este resumen de la seguridad del creyente,
podríamos dividirlo en cuatro secciones. El versículo 28 habla de la extensión de nuestra
seguridad, habla de los destinatarios de la seguridad, la fuente de la seguridad y la certeza
de la seguridad, viene en los versículos 29 y 30.
La extensión de la seguridad cubre todas las cosas, los destinatarios de esta seguridad a
aquellos que aman a Dios. La fuente de su seguridad, son llamados. La certeza de su
seguridad, que a todo aquel a quien conoció de antemano y a todo aquel a quien
predestinó y a todo aquel a quien él llamó, y a todo aquel a quien él justificó y glorificó.
Entonces vemos la extensión, los destinatarios, la fuente y la certeza de la seguridad. Si
alguien le llega a preguntar a usted, en donde la Biblia les habla de que están eternamente
seguros, aquí es a donde usted va en primer lugar y sobre cualquier otro lugar. Ahora
tomemos ese primer punto en esta noche y simplemente hablamos de la extensión de
nuestra seguridad.
¿Cuán seguros realmente estamos? Bueno aquí está la extensión de nuestra seguridad en
una afirmación simple. Y sabemos que Dios hace que todas las cosas operen para bien, esa
es la extensión de nuestra seguridad, esa es una afirmación tremendamente consoladora
y afirmadora, no podría haber una afirmación más consoladora que esa, ninguna
afirmación hecha a un creyente podría contribuir a que tuviera más esperanza, más
felicidad, más libertad y más gozo en el corazón que esa afirmación. Porque lo que dice es
que no importa el dolor, no importa que problema, no importa que fracasos, no importa
que dificultades, no importa que desastres, no importa que pecados, no importa que
sufrimiento, no importa que tentación, todas las cosas operan para bien.
La extensión es enfatizada en la palabra panta, en el griego significa ‘todas las cosas’, es
una promesa que abarca todo. Y el contexto no tiene límites, el contexto no coloca límites
aquí, no hay nada que aclara el ‘todas las cosas’, nada. Significa absolutamente lo que
dice, todas las cosas funcionan para bien. Dios toma todo y cualquier cosa que ocurre en
la vida de un creyente, y en lugar de potenciar la perdida de salvación del creyente, en
lugar de potenciar la condenación del creyente, Dios hace que opere para el bien
definitivo del creyente. Esta es la promesa más grande que podemos tener en esta vida,
no hay ningún límite en absoluto en esta afirmación, en este contexto, es ilimitada.
El versículo 32 creo que de nuevo reitera la naturaleza ilimitada de esta seguridad, cuando
dice, ‘el que no escatimó ni a su propio Hijo’. Si Dios dio a su regalo más grande, su Hijo
por nosotros, mientras que éramos pecadores, ‘¿cómo no nos dará también con Él todas
las cosas?’. En otras palabras, si Dios nos dio el mejor regalo, el cual es su Hijo, para
salvarnos cuando éramos pecadores, ¿acaso Dios no hará lo que sea necesario para
mantenernos, ahora que somos de Él? Ese es el punto. Él de manera libre, sin refreno nos
dará todas las cosas. Sea cual sea la extensión, sea cual sea la cantidad, sea cual sea la
intensidad, sea cual sea la naturaleza abrumadora de nuestro problema, todo es
entretejido por Dios para nuestro bien.
Observe de nuevo el versículo, el versículo comienza con esta confianza ‘y sabemos’.
Esto no es algo que es ambiguo, esto no es algo que es una posibilidad, esto no es algo
que es un potencial, esto es algo que es realidad. Y sabemos que Dios hace que todas las
cosas operen. Tomen ese verbo ‘operen’, es el verbo griego sunergeo del cual obtenemos
sinergismo, lo cual significa operar juntos. Todo es sinergia, todo se mezcla junto, todo
opera de manera cooperativa. En los Salmos usted tiene una afirmación parecida, en el
Salmo 25:10, en donde dice ‘todos los caminos del Señor son misericordia y verdad para
aquellos que guardan su pacto’.
Esa realmente es una promesa paralela en el Antiguo Testamento, para aquellos que son
de Él, que guardan su pacto, que creen en Él, que lo siguen, todos los caminos del Señor
son misericordia y verdad. Ahora todas las cosas entonces, son colocadas en una sinergia
por Dios, entrelazadas, unidas para producir bien. Escuche con atención, todas las cosas,
no necesariamente son buenas en sí mismas ¿verdad? Pero Dios toma todas las cosas y las
entrelaza en lo que es bueno. La palabra ‘bien’ necesita nuestra atención, es agatón, de la
cual obtenemos ese nombre antiguo que su tía mayor o su abuela tuvo, Ágata.
Y agatón significa bien en el sentido más puro y verdadero, lo que es moralmente bueno
lo que es prácticamente bueno. Hay otra palabra para ‘bueno’ en el Nuevo Testamento
kalos y significa lo que es hermoso, lo que se ve bien, bondad externa, belleza externa,
pero esta es la bondad inherente. Y Dios está tomando todo lo que sucede en la vida del
creyente sin importar lo que sea y a partir de ahí está produciendo bien definitivo, bien
moral, bien practico, bien real. Kalos apela al ojo, agathos apela al alma. Kalos apela al
ojo, agathos apela al sentido moral. Esta es bondad verdadera, no importa lo que suceda
en su vida, resultará bueno, y esa es la razón por la que usted nunca puede perder su
salvación, porque sin importar lo que pase, resulta ser ¿qué? bueno.
Esta es una promesa inviolable de que nada puede suceder en la vida de un creyente, que
pueda terminar en un mal definitivo, es otra manera de decir nada puede separarlo del
amor de Cristo, ahí en el versículo 35. Es otra manera de decir lo que está en el versículo
31, ‘si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?’. Es otra manera de decir lo que está
en el versículo 34, ‘quien nos va a condenar’, si todo opera junto para bien, entonces nada
podría de manera posible hacer que perdiéramos nuestra salvación, ese es su punto, es un
argumento absolutamente potente. Dios llama, justifica y glorifica, y nadie se cae por las
grietas, todo está causando en ultimas su bien eterno.
En Deuteronomio 8:16 en el desierto dice ‘te alimentó con maná que tus padres no
conocieron, a fin de humillarte para que te probara, para hacerte bien al final, ¿y sabe una
cosa? eso es realmente coherente con la naturaleza de Dios. Leemos eso en el Salmo 145
que Dios se expresa a sí mismo en gran bondad. Dios es bueno, la Biblia dice. Jeremías el
profeta exaltó la bondad de Dios en Jeremías capítulo 24, ‘así dice Jehová Dios de Israel’,
versículo 5, ‘como estos buenos higos, así consideraré como buenos a los cautivos de
Judá, a quienes he enviado de este palacio a la tierra de los caldeos, colocaré mis ojos en
ellos para bien, los traeré de regreso a esta tierra y los edificaré, y los plantaré y no los
desarraigaré ni los arrancaré, les daré un corazón para conocerme porque Yo soy el Señor
y serán mi pueblo y seré su Dios, porque regresaran a mí con todo su corazón’
Y él está hablando de los Israelitas llevados a la cautividad, quienes regresaran, y él dice a
pesar de su pecado, a pesar de haber sido llevados, les haré bien a ellos, es la naturaleza,
es la esencia de Dios, expresarse a sí mismo en bondad hacia aquellos sobre quienes
establece su amor, Él es un Dios de bondad. Génesis 50:20, esa afirmación maravillosa,
‘vosotros pensasteis mal contra mí, más Dios lo encaminó ¿a qué? A bien, a bien. Dios
hace que las cosas resulten para bien, no es automático, es por la obra del Espíritu Santo
que sucede. En el versículo 26, no sabemos cómo orar, entonces el Espíritu intercede por
nosotros con gemidos indecibles, no sabemos cómo aferrarnos a nuestra salvación, no
sabemos cómo hacer eso.
No sabemos cómo aferrarnos a nuestra fe, no sabemos cómo confrontar los problemas de
la vida, y como luchar contra el reino de las tinieblas, y como evitar las tentaciones que
nos abrumarían de manera absoluta. Entonces el Espíritu de Dios está ahí, intercediendo
constantemente por nosotros en estos gemidos ante el trono de Dios, y Dios, quien
escudriña los corazones conoce cuál es la mente del Espíritu porque Él intercede por los
santos según la voluntad de Dios. entonces el Espíritu Santo siempre está intercediendo
por nosotros, siempre orando por nosotros, siempre viniendo ante el trono de Dios en
armonía perfecta con la voluntad de Dios.
¿Y cuál es la voluntad de Dios? que vayamos de ser predestinados, amados, justificados, a
ser glorificados, esa es la voluntad de Dios, que nadie se pierda en el proceso, esa es la
voluntad de Jesús también, quien dijo que Él quería guardar a todo lo que el Padre le dio.
Y entonces el Espíritu es el que opera que la voluntad de Dios y el deseo de Cristo al
aferrarse a nosotros, intercediendo por nosotros incesantemente como el gran sacerdote
quien mora en nosotros, adentro de nosotros. El anhelo del Espíritu, el gemido recuerda,
es que todos lleguemos a la gloria final, ¿se acuerda que vimos que la creación entera está
gimiendo por la gloria final, y los creyentes están gimiendo por la gloria final y después en
los versículos 26 y 27 el Espíritu Santo está gimiendo para que lleguemos a la gloria final?
Él está intercediendo siempre con estas comuniones indecibles entre la Trinidad, para que
seamos llevados a la gloria. Es debido a eso que el versículo 28 es verdad, todas las cosas
están operando para bien, porque el Espíritu Santo está intercediendo por nosotros,
porque el Hijo a la diestra de Dios está intercediendo por nosotros como nuestro abogado
defensor y nuestro abogado, en contra de cualquiera que venga a condenarnos, y debido
a los propósitos de Dios que están siendo cumplidos. Bueno todo esto encaja, este
realmente es un pasaje monumentalmente importante, estamos seguros, estamos
seguros para siempre en un estatus de no condenación.
Debido a la obra intercesora del Espíritu Santo, y debido a esa obra intercesora del Espíritu
Santo y debido a la obra intercesora continua de Cristo a la diestra de Dios, y debido a que
es el plan de Dios y la Trinidad entera está en armonía, en que todos los que han sido
predestinados desde antes de la fundación del mundo sean llevados a la gloria. Ese plan
está desarrollándose, no solo porque fue dicho, porque fue dicho y está siendo hecho.
Debido a la obra cooperativa consumada del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, toda
persona que verdaderamente viene a la fe en Cristo será traída a la gloria. Esa es la razón
por la que Juan dice, ‘salieron de nosotros’, cuando alguien deja la fe niega a Cristo y se
va.
‘Salieron de nosotros porque no ¿qué? no eran de nosotros, porque si hubieran sido de
nosotros habrían continuado con nosotros’ ¿Por qué? porque ese es el plan del Padre, esa
es la voluntad del Padre, esa es la meta intercesora del Hijo, y esa es la meta intercesora
del Espíritu, sostenernos en un estatus de no condenación y llevarnos a la gloria. Ahora
tenemos en el versículo 28, el hecho de que todo debido a este plan de Dios, debido a la
voluntad de Dios, y debido a la obra intercesora del Espíritu Santo, particularmente en el
versículo 26 y 27, él de hecho puede decir en el versículo 28, que todo lo que sucede en su
vida operará para bien. Y el bien aquí, permítame decírselo claramente, el bien aquí es
gloria eterna.
Muy bien el ‘bien’ aquí es gloria eterna. Ahora eso no significa que el único bien va a ser
cumplido en la eternidad, el bien aquí va a sostenerlo hasta llegar a la eternidad, involucra
su gloria eterna, involucra llevarlo a usted ahí. Dice usted, ¿bueno que quieres decir con
todas las cosas aquí? Bueno no hay límites. Entonces hablemos de esto, veamos qué tan
lejos podemos llegar con esto. En primer lugar, le voy a dar dos puntos, porque solo hay
dos puntos que presentar aquí, solo hay dos cosas que pueden sucederle a usted ¿Cuáles
son? Cosas buenas y cosas malas, bastante simple ¿no es cierto? No me tomó mucho
tiempo identificar el bosquejo aquí.
Las únicas cosas que le pueden pasar a usted son cosas buenas o cosas malas, y en
cualquiera de los dos casos operan ¿para qué? para bien. Bueno hablemos de las cosas
buenas que operan para bien, eso es obvio, pero quizás tan obvio que si le preguntara
cuales son las cosas buenas que funcionan, operan para bien, usted no podría saber que
decir. ¿Qué cosas buenas operan juntas para bien? bueno, comencemos con la naturaleza
de Dios, eso es lo mejor que existe en el universo porque Dios es perfecto y
perfectamente Santo, Él es bondad pura y su naturaleza opera para nuestro bien ¿Qué
quieres decir con eso? bueno tomemos algunos de sus atributos.
Su gran poder opera para nuestro bien ¿Cómo hace eso? bueno, su gran poder nos apoya
¿no es cierto? en los problemas. No es Deuteronomio 33:27 que dice ‘debajo están los
brazos eternos’. Se acuerda de Daniel, Jonás, los tres hebreos en el fuego, en Babilonia
todos apoyados por el gran poder de Dios. 2da de Corintios 12:9 ‘mi poder se perfecciona
en la debilidad, es el poder de Dios que provee todo lo que necesitamos, es el poder de
Dios que conquista nuestro gran enemigo Satanás y a todos los demás enemigos, es el
poder de Dios que nos lleva a la victoria, es el poder de Dios mediante el cual vencemos la
carne y el pecado. Es la bondad, el poder de Dios entonces, que opera para nuestro bien.
En segundo lugar, podríamos decir que su gran sabiduría opera para nuestro bien, porque
es su sabiduría la que nos instruye, y él nos ha dado la guía a través de su Palabra,
‘lámpara es a mis pies tu Palabra y lumbrera a mi camino’, la sabiduría de Dios es revelada
en las páginas de las Escrituras, y conforme nos exponemos a la verdad de Dios, esa gran
sabiduría nos instruye y nos guía en un camino de obediencia, y por lo tanto nos lleva en
el camino de la bendición y el camino del gozo. ‘Bienaventurado es el hombre que oye mi
Palabra y la hace’ dijo Jesús. Entonces la bondad de la naturaleza misma de Dios lleva
bondad para nosotros, su poder, su sabiduría.
Es su poder en últimas que hará, que llevará a cabo la obra victoriosa sobre Satanás, es su
poder que en últimas nos sustenta, es su sabiduría lo que nos dio el evangelio, es su
sabiduría lo que proveyó el camino de justicia para nosotros, es su sabiduría la que diseño
el plan salvador en Cristo. Entonces esas cosas buenas acerca de la naturaleza buena
operan para nuestro bien, y su bondad, su gran bondad nos lleva al arrepentimiento dice
en Romanos capítulo 2, Dios es bueno y su bondad opera para nuestro bien. También
podríamos decir más allá de la naturaleza de Dios, y podríamos seguir con eso de manera
interminable. Todo en la naturaleza de Dios opera para nuestro bien, su gracia, su
misericordia, su compasión, inclusive su ley, la cual nos llama a la obediencia que produce
bendición.
Pero tomemos en segundo lugar, las promesas de Dios, no solo la naturaleza de Dios, pero
hablemos por tan solo un minuto acerca de las promesas de Dios. Las promesas de Dios
operan para nuestro bien, las promesas preciadas de Dios son la provisión para el alma
turbada cuando viene la culpabilidad, cuando viene la culpa y leemos en las Escrituras que
Él mantiene la misericordia para miles, Él promete mostrar gracia al humilde, Santiago 4.
Cuando la desobediencia es nuestra experiencia y cuando desobedecemos su Palabra, y
desobedecemos su ley tenemos la promesa de Oseas 14:4, ‘curaré sus desobediencias’. La
promesa de Miqueas 7:18, ‘quien es un Dios perdonador como tú’.
Hay gracia con Él, hay misericordia con Él, hay perdón con Él. Cuando viene el problema
tenemos la promesa del Salmo 91:15, ‘estaré con él en el problema. Salmo 37:39 ‘le daré
fortaleza en el tiempo de la aflicción’. Cuando la privación viene, cuando no tenemos
recursos humanos, Filipenses 4:19 dice, ‘mi Dios proveerá todas vuestras necesidades’.
Salmo 37:35 dice ‘no he visto al justo desamparado, ni a su descendencia que mendigue
por pan.
Jacob dijo ‘Señor, tú has dicho que me harás bien’, Génesis 32:12. Las promesas de Dios
aseguran la bondad de Dios para nosotros. Entonces la naturaleza de Dios es buena y nos
trae bondad, las promesas de Dios son buenas y producen para nosotros bondad.
Y únicamente necesito añadir no solo la naturaleza misma de Dios, la esencia misma de
Dios, las promesas mismas de Dios operan para nuestro bien, sino que todas las Escrituras
operan para nuestro bien, y tengo que añadir eso porque no quiero tan solo dejarlo con
las promesas, todas las Escrituras operan para nuestro bien. Dice en el capítulo 20 de
Hechos, y el versículo 32 ‘la palabra de Su gracia que tiene poder para sobre edificaros y
daros herencia entre los santificados’. Y todo a lo que la Palabra llama produce bien, todo,
adoración, obediencia, todos los mandatos de las Escrituras, todos los medios de la gracia
que están ahí aplicados cantando salmos, himnos y canticos espirituales, haciendo música
en su corazón para el Señor, sometiéndose, obedeciendo.
Todas las Escrituras operan para bien, todas. Esas son las cosas buenas, la naturaleza de
Dios, las promesas de Dios, la Palabra de Dios. Y permítame añadir en cuarto lugar, la
oración opera para nuestro bien. Este es un medio de la gracia que en cierta manera
seleccionamos la oración, opera para nuestro bien, realmente es la clave, que abre el
tesoro de la misericordia de Dios, la oración mantiene el corazón abierto a Dios y cerrado
al pecado. La oración mitiga los corazones inquietos y los deseos hacia la concupiscencia.
Fue el consejo de Lutero hace mucho tiempo atrás, un amigo que cuando él percibiera una
tentación comenzara a levantarse, que inmediatamente fuera a la oración.
Es lo que disipa la tristeza porque expresa la tristeza, consuela el corazón. Dice en 1ra de
Samuel 1 que cuando Ana había orado en su tristeza, ella se fue y ya no estaba triste más.
Estas son cosas buenas. Todo a lo que la Biblia nos llama, oración, adoración, la mesa del
Señor, cualquier forma de obediencia. Cualquier forma de sumisión al fruto del Espíritu,
amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza, cualquier
cosa en las Escrituras, cualquier cosa a la que llama, cualquier medio de gracia se
convierte en una fuente de bien. Bueno vayamos más allá de eso, vayamos más allá de la
naturaleza, la esencia de Dios, las promesas de Dios, las Escrituras y toda su plenitud, y
todo a lo que nos llama.
Hablemos de los ángeles, los ángeles son buenos, ángeles buenos, ángeles santos. ¿Y sabe
usted que operan para nuestro bien? Operan para nuestro bien, Hebreos 1:14 dice ‘los
ángeles son espíritus ministradores, enviados para servir a aquellos que heredan
salvación’. Ni siquiera sabemos lo que está pasando, pero todo el tiempo los ángeles están
asistiendo para llevarnos a la gloria, son enviados para servirnos para que heredemos
nuestra salvación, nos protegen de esas cosas que nos destruirían. Mateo 18, versículo 10,
una de las afirmaciones realmente asombrosas de Jesús, Él dijo esto ‘mirad que no
menospreciéis a uno de estos pequeños’, hablando de los creyentes, ‘estos pequeños que
creen en mí’, refiriéndose a los creyentes que son como niños, lo cual todos somos.
‘No menosprecien o tengan en poco a estos pequeños, porque os digo que sus ángeles en
el cielo, miran el rostro de mi Padre continuamente que está en los cielos’, y el retrato
aquí es que Dios en el cielo, y Dios está observando a sus hijos, y si usted menosprecia o
tiene en poco a cualquier creyente, se manifiesta como una preocupación para Dios, y los
ángeles siempre están viendo el rostro de Dios por así decirlo para ver esa preocupación
para ser enviados por Él para ayudar a esos creyentes, un concepto tremendo. Dios en su
naturaleza opera para nuestro bien, Dios en sus promesas opera para nuestro bien, Dios
en su Palabra ha producido todo tipo de medio espiritual para producir nuestro bien.
Y Dios inclusive le ha dado a los ángeles santos, la tarea de trabajar para nuestro bien, y
siempre están viendo Su rostro, para que estén en contacto pronto con Él, para ser
enviados para ayudar a aquellos por quienes muestra preocupación. Y después añadiría
otra categoría, solo queda una, y eso es la gente. Otros creyentes operan para nuestro
bien, eso es verdad, otros creyentes operan para nuestro bien. Creo que habría muchos
lugares en las Escrituras en donde usted podría ver esto, ninguno otro mejor que 2da de
Corintios 1:24, Pablo dice ‘somos colaboradores con vosotros para vuestro gozo’, somos
colaboradores con vosotros para vuestro gozo.
¿Sabe una cosa? el Señor ha distribuido a lo largo de todo el cuerpo entero de Cristo,
dones espirituales. Yo tengo dones en el área de enseñanza y predicación, usted tiene
dones en varias áreas y esos dones deben ser usados para fortalecer a los creyentes. Y yo
esperaría que la expresión de mi don y la expresión de mi vida, y la expresión de mi
ministerio opere para su bien, para su edificación espiritual, para su mayor conocimiento
de las Escrituras, su mayor amor hacia Cristo, su mayor amor hacia Dios, su mayor servicio
para el Señor, su mayor entendimiento de la verdad para que usted pueda honrarlo en su
Palabra. Hebreos 10:24 dice ‘cuando se congreguen estimúlense unos a otros al amor y a
las buenas obras’.
Entonces cuando nos congregamos para adorar con el propósito de estimularnos unos a
otros a la bondad, entonces los santos operan juntos para producir bien en las vidas unos
de otros. Esa es la razón por la que es una atrocidad cuando un creyente lleva a otro
creyente a pecar y esa es la razón por la que Jesús dijo en Mateo 18 también que, si usted
lleva a otro creyente a pecar, más vale que usted este ahogado con una piedra amarrada a
su cuello y arrojado en la profundidad del mar. Usted nunca debe guiar a otro creyente a
pecar, usted siempre debe buscar el bien de ellos. Santiago 5 habla, de que los
espiritualmente fuertes ayuden a los que son espiritualmente débiles y ore por ellos.
Entonces el bien puede ser traído por cosas buenas, nuestro Dios bueno está haciendo
bien para nosotros constantemente, como una expresión de la bondad de su naturaleza y
su persona. Nuestro Dios bueno, nos ha dado promesas grandes y preciadas, nuestro Dios
nos ha dado su Palabra buena, la cual ministra bien para nosotros como, conforme la
leemos y la aplicamos, y la obedecemos. Dios ha llamado a los ángeles buenos y santos
para ayudarnos, para hacernos bien, y Dios ha diseñado que los santos dentro de la
iglesia, se ministren de manera mutua bondad el uno al otro. Estas son las cosas buenas.
Bueno todo eso es importante y todo eso es verdad, pero francamente, realmente ese no
es el elemento importante del pasaje.
Regrese al pasaje por un minuto, lo que el pasaje realmente está tratando de decirnos
aquí, es que no solo son las cosas buenas que operan para nuestro bien, sino que son
cosas malas las que operan para nuestro bien. Si todo saliera exactamente como
queremos que salga, ni siquiera haríamos la pregunta si nuestra salvación seria sustentada
o no, no estaríamos haciendo la pregunta, podemos perder nuestra salvación si todo fuera
bueno. Pero a pesar de todo lo que Dios hace, a pesar de todo lo que él ha prometido y
nos ha jurado, a pesar de todo lo que está en su Palabra, a pesar de todos los caminos de
la obediencia por los que podemos caminar, y de esta manera ser bendecidos.
A pesar de la obra de los ángeles santos, a pesar de la estimulación mutua y bondad de
creyentes que nos rodean, a pesar de todo eso, nuestras vidas aun así están llenas de
cosas malas ¿no es cierto? El hombre nacido para la aflicción como vuelan las chispas al
aire.
Jesús dijo ‘en el mundo tendréis aflicción’, tribulación, y tenemos cosas malas en nuestras
vidas y esas se convierten en el problema real. ¿Acaso las cosas malas pueden separarnos
de Dios? ¿pueden las cosas malas sacarnos de un estatus de no condenación y llevarnos a
un estatus de condenación? ¿pueden las cosas malas causar que Cristo ya no nos ame?
¿pueden las cosas malas hacer que Dios nos quite nuestra salvación?
Bueno hagamos la pregunta y respondámosla. Hay tres categorías de cosas malas que
quiero que vea, tres categorías de cosas malas. Categoría número uno, simplemente la
vamos a llamar sufrimiento, sufrimiento. El sufrimiento es malo, digo, refleja la maldición,
Adán y Eva no sufrieron en el Huerto antes de la caída, no había dolor, no había tristeza,
no había lágrimas, ni siquiera hubo muerte. Pero la primera área de cosas malas que
tenemos que enfrentar, es el sufrimiento. La vida está simplemente llena de sufrimiento,
llena. Comienza desde el principio y se queda ahí, y se maximiza al final en los horrores de
la muerte. Simplemente la vida está, simplemente de cosas malas.
Ayer estuve en el hospital, orando con una pareja querida en nuestra iglesia que tienen un
bebé pequeño, que tiene tres y medias semanas de vida, y no puede respirar, y tiene una
enfermedad genética muy seria. Eso es algo que destroza, aplasta tu corazón cuando tu
primer pequeño está en esa condición, y únicamente es mantenido vivo por una máquina.
Conforme hablé con la madre y el padre que estaba cargando esa pequeña vida, que
estaba conectada en todo en la unidad de cuidado intensivo neonatal, recordé que la vida
estaba llena de dolor y sufrimiento, así es. ¿Y sabe una cosa? eso está dentro del plan de
Dios.
Ruth 1:21 dice, ‘el Todopoderoso me ha afligido’.
En Éxodo, Dios dijo ‘¿acaso no he hecho yo al ciego, al cojo y al mudo?’. Job dijo ‘Jehová
dio y Jehová ¿qué? quitó. Jeremías 24:5 dice ‘como estos higos buenos, entonces lo
reconocerá aquellos que son llevados cautivos y Judá quien es enviado de este lugar a la
tierra de los caldeos para su bien’ ¿no es eso sorprendente? Dios dice, estoy enviando a
Judá a la cautividad en Caldea, Babilonia para su bien. Eso fue algo malo en lo que a ellos
concernía, involucró la destrucción de Jerusalén, involucró literalmente aplastar la ciudad
de Jerusalén, involucró la masacre y muerte de muchas, muchas personas. Pero fue
sufrimiento de proporciones más bien monstruosas, pero inclusive el sufrimiento que es
malo, puede operar para bien.
1ra de Pedro 5:10 lo expresa de esta manera, ‘después de que hayáis sufrido por un poco
de tiempo, el Dios de toda gracia, que os llamó a su gloria eterna en Cristo, Él mismo os
perfeccione, afirme, fortalezca y establezca’. Esa es la razón por la que Santiago 1 dice,
‘tener por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas ¿verdad? Sabiendo que la
prueba de vuestra fe produce paciencia, más tenga la paciencia su obra perfecta’. El
sufrimiento produce bien, ¿por qué? aprendemos como enfrentar el dolor y, por lo tanto,
aprendemos a cómo ayudar a otros a enfrentarlo. Aprendemos con pasión, aprendemos
paciencia, aprendemos amabilidad, aprendemos la confianza, experimentamos la gracia
de Dios y la misericordia, y como nos sustenta.
La bondad de Dios puede salir del sufrimiento. Pienso en José, sus hermanos lo arrojaron a
un pozo, lo vendieron como esclavo, él fue arrojado a la cárcel, pero al final todo operó
para bien, eso es Génesis 50:20 ‘vosotros pensasteis mal contra mí, más Dios lo encaminó
a bien’. Y después estuvo Job, ahí hay un hombre que sufrió, perdió todo lo que tuvo,
absolutamente todo, todos sus hijos murieron, perdió toda su riqueza, todos sus cultivos,
toda su tierra, todo, todos sus animales, después terminó con úlceras, él estuvo en una
catástrofe sin paralelos.
A través de todo eso, Dios estaba operando todo para bien, y al final él dice ‘de oídas te
había oído más ahora mis ojos te ven, te veo y me arrepiento en polvo y cenizas’.
Él aprendió la grandeza y bondad de Dios a través de todo, fue una lección sorprendente,
sorprendente. Pablo, cargado en 2da de Corintios, capítulo 12 con un aguijón en la carne,
oró tres veces al Señor que lo quitara, el Señor dijo, no lo voy a quitar, lo voy a dejar ahí,
porque te humilla y porque en tu debilidad eres hecho fuerte. Cuando no puedes confiar
en ti, y cuando al final de tus propios recursos, entonces tienes que volverte a mí y
entonces te vuelves fuerte. Inclusive su ceguera en Hechos 9, lo acercó a Cristo. El
sufrimiento es bueno, Dios lo usa para hacer varias cosas, simplemente voy a repetir unas
cuantas, Él lo usa para enseñarnos a odiar el pecado.
¿Sabe una cosa? cuando usted ve todo el sufrimiento en el mundo, como cristianos, usted
no hace las preguntas que hace el mundo. El mundo dice ¿Por qué todo esto ha pasado?
¿verdad? ¿Por qué pasó esto? no entienden porque no hay reconocimiento del impacto
del pecado, pero cuando usted y yo vemos el sufrimiento en el mundo, odiamos el pecado
que causó el sufrimiento. Se acuerda usted de Jesús, estuvo en la tumba de Lázaro, y
comenzó a llorar, y usted puede hacer la pregunta ¿Por qué está llorando? Él está a punto
de resucitarlo de los muertos, Él no estaba llorando porque Lázaro estaba muerto, Él lo
quería muerto, esa es la razón por la que Él no había venido.
Cuando Lázaro se enfermó enviaron un mensaje a Él y le dijeron ven está enfermo, Jesús
no fue, Él quería que estuviera muerto, porque Él quería hacer este milagro enorme ahí,
por así decirlo, ahí en el patio de la temporada de la Pascua, porque todo fue parte de
preparar todo para la cruz y la resurrección, entonces Él lo quería muerto. Cuando Él
descendió y vio a la familia en tristeza y llorando, y el tormento de haber perdido a su
hermano amado, entonces Él lloró, y Él lloró no porque Lázaro estaba muerto, sino que el
lloró porque Él podía a partir de esa experiencia reconocer todo el sufrimiento de toda la
humanidad a lo largo de todos los años cuando seres queridos mueren, Él podía ver la
consecuencia del pecado.
Y entonces nos enseña a odiar el pecado, entendemos que todo el sufrimiento en el
mundo nos da un odio hacia el pecado y eso es bueno, esa es una buena lección que
aprender.
Y usted debería llegar a una conclusión en algún punto en su mente, que es el pecado a
una escala grande causa tanto desastres, causará el mismo desastre a una escala menor,
va a ser lo mismo en su vida, así como lo hace en el mundo. Y si su usted lo odia en el
mundo, usted debería odiarlo en su propia vida. En segundo lugar, el sufrimiento nos
enseña a ver la maldad que hay en nosotros, cuando sufrimos recordamos que todavía
estamos caídos, ¿no es cierto? La corrupción de nuestros corazones, se refleja en nuestro
sufrimiento.
Usted sufre ¿y qué sucede? Usted se vuelve impaciente, usted se amarga, usted comienza
a cuestionar a Dios, duda de Dios, y usted realmente comienza a ver el estado caído que
todavía está ahí. Usted inclusive, se enoja o podría revolcarse en su autocompasión o se
puede volver alguien que está muy centrado en sí mismo y ser soberbio, y hacer que todo
mundo lo sirva a usted en su dolor. El sufrimiento es bueno porque le enseñará a odiar el
pecado, le enseñará a ver la maldad que está en usted. El sufrimiento es bueno también
porque lo acercará a Dios, como Pablo, cuando usted llega al punto en el que no tiene
ningún lugar a donde acudir, usted termina acudiendo a Él y eso es bueno.
No se usted, pero entre mayor es el sufrimiento que experimento, mayor es mi vida de
oración ¿no es eso verdad? Cuando todo va bien en cierta manera tiendo a forzarme a
orar, pero cuando hay un desastre en algún punto, o cuando hay un sufrimiento real en
algún lugar me veo motivado a orar. En prosperidad el corazón se distrae fácilmente, en la
prosperidad el corazón se divide fácilmente, el sufrimiento expulsa al mundo y nos envía
de manera singular a Dios. Además, creo que el sufrimiento es bueno, porque nos
conforma Cristo, nos ayuda a experimentar la comunión de sus sufrimientos, comenzamos
a entender a nuestro Señor. Hacer como Pablo dijo en cierta manera llevar las marcas de
Cristo, sufrimos con Él.
Romanos nos dice, para que podamos reinar con Él, ahí en Romanos 8. Participamos en
Filipenses 3 en la comunión de sus padecimientos, nos ayuda a identificarnos con Él y a ir
a Él como nuestro gran Sumo Sacerdote. El sufrimiento también expulsa el pecado, el
sufrimiento expulsa el pecado. En Job 23, versículo 10 dice ‘y cuando Él me haya probado
saldré como oro’. El sufrimiento destruirá sus sueños y sus ambiciones y su soberbia, y en
muchos casos quemará la escoria en su vida. El Señor usa el sufrimiento como una
disciplina para expulsar el pecado, la disciplina severa algunas, veces inclusive hasta la
muerte. Algunos de ustedes están débiles y enfermos y algunos duermen le dijo a los
Corintios, porque Dios hizo que sufrieran, inclusive morir, debido a la manera en la
profanan la mesa del Señor.
Hay un pecado de muerte, 1ra de Juan dice ‘no hay sentido en orar por la persona que ha
cometido eso, no hay sentido en orar por la persona que el Señor está disciplinando hasta
la muerte’. Entonces puede haber disciplina bastante severa, en Hebreos dice ‘a quien el
Señor ama disciplina’. El sufrimiento es bueno porque puede expulsar nuestro pecado, es
bueno también porque en últimas trae gozo, en últimas trae gozo. Dice usted ¿Qué
quieres decir? Porque Job 5:17 tiene razón dice ‘bienaventurado es el hombre a quien
Dios corrige’, feliz es el hombre a quien Dios corrige. Usted necesita ver el sufrimiento que
viene a su vida y decir, debo ser un hijo de Dios porque Él azota a todo hijo ¿verdad? De
Hebreos 13.
Y si estoy atravesando sufrimiento y un dolor, el Señor me está refinando, el Señor me
está azotando, una o la otra, o quizás un poco de ambas, y después que haya sido
corregido mientras que parece ser triste por el momento, al final producirá gozo. Juan 12
Jesús dijo a los discípulos, van a sufrir, pero va a ser como dolores de parto, a partir de ese
sufrimiento va a salir gozo. Y después el sufrimiento es bueno porque produce una gloria
mayor, produce una gloria mayor, en 2da de Corintios 4:17, ‘la aflicción momentánea
ligera está produciendo para nosotros un peso eterno de gloria mucho más allá que toda
comparación’. Todo el sufrimiento en esta vida que usted soporta, será compensado en la
vida que está por venir en la gloria mayor, es algo maravilloso en que pensar, la bondad
que viene en el sufrimiento.
El sufrimiento es bueno, opera para bien, no es en sí mismo bueno, no se siente bien, es
un elemento de la maldición y de la caída, y está relacionada con las realidades
pecaminosas en nuestra existencia, pero es bueno porque nos enseña a odiar el pecado,
nos enseña a ver la maldad que hay en nosotros, nos acerca a Dios, nos conforma a Cristo,
expulsa el pecado, en últimas produce gozo, porque hemos sido refinados y corregidos y
nos gana un peso eterno de gloria. Este es un beneficio maravilloso, esta es una gran
bendición. En segundo lugar, no hablemos del sufrimiento, hablemos de algo más que es
malo en un sentido, pero produce bien, llamémosle lucha, lucha.
Y ahora nos alejamos del sufrimiento, lo cual con frecuencia tiene que ver con nuestro ser
físico, a la lucha, lo cual tiene que ver con las batallas morales espirituales que peleamos, y
lo que quiero decir con la lucha es luchar con la tentación, inclusive eso opera para
nuestro bien. Dice usted ¿cómo? Bueno en primer lugar nos lleva nuestras rodillas a orar,
usted sabe cuándo el animal ve venir al cazador él huye, para encontrar seguridad, y
ciertamente cuando el creyente ve al enemigo venir él huye a la presencia de Dios. El
Salmo 42, tentado a la desesperanza David fue llevado a Dios, la lucha con la tentación nos
lleva a nuestras rodillas. En segundo lugar, devasta nuestra soberbia espiritual, muestra
que realmente somos débiles.
Cualquier persona que desfila su soberbia, cualquier persona que cree que ha llegado a un
punto de madurez espiritual, y que son más espirituales y más piadosos, y más virtuosos
que alguien más, realmente no entiende que todos entendemos que son impíos, porque
una persona que verdaderamente es piadosa, realmente es humilde. Su soberbia
espiritual ha sido devastada, luchar con la tentación es la manera de hacer eso,
simplemente cuando usted cree que ha llegado a un punto de madurez espiritual, aquí
viene esa ola de tentación y esa lucha y usted pierde la lucha, y usted tiene que regresar y
preguntarse si realmente tiene tanta madurez espiritual como usted cree que tiene.
Entonces, inclusive la lucha con la tentación es buena para nosotros, hace que nos
apoyemos de la fortaleza de Cristo, ese es otro elemento.
Esa es la razón por la que en 2da de Corintios 12, Pablo acude al Señor en medio de su
lucha, además nos hace desear el cielo. No se usted, pero me canso de la lucha, esa es la
razón por la que Pablo dijo, prefiero partir y estar con Cristo, estoy cansado de esto morir
es ganancia. Entonces el sufrimiento puede operar para bien, la lucha puede operar para
bien, inclusive la tentación de manera sorprendente puede producir bien, puede
enviarnos a orar, quebrantar nuestra soberbia, enseñarnos cuan débiles en realidad
somos, forzarnos a apoyarnos en Cristo, anhelar el cielo. Pienso en Pedro quien perdió la
batalla en el arresto de Jesús, perdió la batalla, la batalla interna con la tentación, negó a
Cristo, salió y lloró amargamente.
Y esas fueron lágrimas de un hombre que había aprendido lecciones, él aprendió tanto
acerca de su debilidad, él aprendió tanto acerca de las estrategias de Satanás, él aprendió
tanto acerca de la importancia de orar en lugar de dormir, pero inclusive la tentación
podía convertirse en bien para nosotros si aprendemos las mismas lecciones. Creo que ese
fue el paso uno en el camino a que Pedro se convirtiera en el hombre que fue, en el libro
de los Hechos. Pero vayamos al asunto de fondo aquí, el sufrimiento es malo, eso produce
bien, la lucha es mala y eso produce bien. En tercer lugar, el pecado es malo, que opera en
conjunto para bien, y este es lo más notable de todos.
Inclusive los pecados de los creyentes operan para su bien, todo lo que he dicho hasta
ahora es verdad, pero realmente no es el punto aquí, este es el punto aquí. Dice usted
¿Cómo es posible que el pecado, pueda operar en conjunto para bien? ¿Como es que Dios
puede hacer que cosas pecaminosas operen y contribuyan a bien? no es por la naturaleza
del pecado, sino que es por la naturaleza de la gracia y misericordia de Dios, porque es
Dios quien saca la luz de las tinieblas y lo dulce de lo amargo. Esto en ninguna manera,
reduce la naturaleza vil sucia del pecado, pero muestra que el pecado, escuche con
atención, no puede en últimas triunfar en el creyente, porque Dios lo controla con su
gracia y resulta para bien.
¿Cómo puede ser bueno? Porque da una oportunidad para que Dios demuestre gracia, y
eso es bueno, porque es cubierto por la justicia de Cristo y eso es bueno. ¿Debemos pecar
para que la gracia abunde?, no no no no no. Nuestro pecado merece infierno eterno.
Ahora como creyentes nuestro pecado todavía merece infierno eterno tanto como lo
mereció antes de que fuéramos salvos, no cambia todavía es impío, todavía es pecado,
todavía es una ofensa hacia Dios, todavía merece la condenación y el castigo eterno. Pero
Dios en su misericordia a través de Cristo controla eso, y ese es el punto aquí. El punto
aquí no es solo que el sufrimiento en la vida y la lucha en la vida, Dios hace que operen en
conjunto para nuestro bien en la vida.
El punto real aquí es, que todo lo que sucede en la vida, lo peor de lo cual es el pecado, en
absoluto, puede superar el propósito salvador de Dios, ese es el punto principal. Esa es
simplemente una realidad increíble maravillosa. Nuestros propios pecados, para nosotros
pueden tener un resultado bueno, si nos hacen ser humildes, si nos hacen estar
arrepentidos, si nos hacen alabar a Dios por su perdón, si nos hacen anhelar la gloria, si
nos hacen buscar la santidad, si contribuyen a nuestras vidas de oración, si nos acercan a
la Palabra de Dios, y nos acercan a la rendición de cuentas espiritual, si nos acercan a la
fidelidad, si el cansancio con nuestro pecado nos mueve hacia una devoción mayor a Dios
y a Cristo.
Más adoración, más oración, más estudio bíblico, más fidelidad, más ministerio, entonces
hay bien a partir de eso, pero ese no es el punto primordial. El bien del que está hablando
aquí es el bien de la gloria eterna, y no hay ningún sufrimiento en la vida que pueda
alterar su gloria eterna, y no hay ninguna lucha en la vida que pueda alterar su gloria
eterna, y no hay ni siquiera pecado alguno en la vida que pueda alterar su gloria eterna.
Todo opera en conjunto para su bien en el tiempo y su gloria en la eternidad. Todos los
asuntos de la vida, sean los que sean, buenos, malos, todos, están siendo usados en
conjunto por Dios, cosas buenas como la naturaleza de Dios y las promesas de Dios y la
Palabra, y la oración y los ángeles, y los creyentes están operando para su bien.
Cosas malas como el sufrimiento y la lucha y el pecado operan para su bien al enseñarle a
odiar el pecado, enseñarle a ver su condición caída, ser humillado delante de Dios, desear
a Dios, ser conformado a Cristo, orar, ser penitente, estar arrepentido, anhelar la gracia de
Dios, estar agradecido por el perdón. Pero más allá de todas esas cosas que son cosas en
el aquí y en el ahora, todo lo que puede sucederle a usted en esta vida, bueno y malo, en
últimas será usado por Dios para traerlo a la gloria eterna, esa es la verdad monumental
aquí.
En conclusión, nada puede separarnos del amor de Cristo, porque todo opera en conjunto
para bien, lo cual significa nuestra gloria eterna.
Eso establece la doctrina de la seguridad eterna, y es reiterada en los versículos 29 y 30, a
los que antes conoció Él predestinó, Él llamó, Él justificó, Él glorificó y todo mundo llega
ahí.
Y esa es la razón por la que en el versículo 31, usted tiene esta explosión en esta gran
bendición de conclusión. Si todo opera para nuestra gloria definitiva, entonces nada
puede alterar eso, absolutamente nada. Entonces ese es el primer punto, la extensión de
la seguridad. No obstante, hay una limitación aquí, y eso va a ser para la próxima vez, pero
la limitación aquí es dada en el versículo 28, ‘a los que ¿qué? aman a Dios y conforme a su
propósito son llamados’.
No hay límite en lo absoluto en el ‘todas las cosas’, pero hay un límite con respecto a
quien se aplica el ‘todas las cosas’. Si puedo atreverme a darle una probada, todo en la
vida del creyente opera para su bien, y de la misma manera, nada en la vida de un
incrédulo opera en últimas para su bien, nada. Su bien o su mal, es delante de Dios
impiedad, y únicamente produce juicio eterno. Esta es la distinción que Pablo está
presentando, y la próxima vez vamos a ver a los destinatarios de esa seguridad, y quienes
son esos que aman a Dios, quienes son los llamados, afirmaciones muy importantes y ricas
de manera maravillosa. Haremos eso en dos semanas, a partir de esta noche.
Padre gracias por esta gran, gran porción de las Escrituras. Siempre sentimos que tenemos
que decir gracias porque estos no son nuestros pensamientos, estos son tus pensamientos
y como cautiva nuestros corazones, estamos abrumados nuestro Dios, ante tu bondad
hacia nosotros, tu misericordia hacia nosotros, tu gracia que nos predestinó, y nos llamó
cuando éramos pecadores. Nos justificó concediéndonos la justicia de Cristo, y ahora tú
estás haciendo que todo opere para nuestra gloria eterna y no somos dignos en absoluto,
que verdad tan tremenda, que gran promesa es esta. Te agradecemos por la intercesión
continua del Espíritu Santo, que asegura nuestro estatus de no condenación, conforme Él
intercede por nosotros conforme a tu voluntad, tu oyes y respondes esa oración.
Te damos gracias porque tenemos la esperanza de gloria y la herencia guardada para
nosotros y nada en esta vida, bueno o malo, puede alterar eso. Enséñanos aquí y ahora
Señor, lo que necesitamos aprender de las cosas buenas y las malas, y ayúdanos siempre a
vivir en esperanza de esa bondad definitiva de gloria eterna contigo, la cual nos ha sido
prometida por tu promesa y mediante la obra del Espíritu, y oramos para tu gloria, Amén.
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La función de Dios en la regeneración


Escritura: Juan 3:1–10
Código: 43–13
John MacArthur
Para esta mañana, quiero que abra la Palabra de Dios al tercer capítulo de Juan. De
regreso al tercer capítulo de Juan. Y en los primeros diez versículos. Ahora, aquellos que
han estado con nosotros en las últimas dos semanas saben cuán importante y crítica es
esta porción de las Escrituras. Saben algo ya que ya hemos en cierta manera penetrado
hasta el versículo 3. La buena noticia es que terminaremos hasta el versículo 10 esta
mañana. No sé exactamente cuándo, pero terminaremos el versículo 10.
Ahora, se la voy a leer y después, voy a decir lo que es obvio y después, escarbaremos
para ver lo que quizás no es tan aparente. Juan capítulo 3, versículo 1. Juan escribe:
“Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos.
Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro;
porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. Respondió
Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver
el Reino de Dios.
Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por
segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te
digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios. Lo
que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te
maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla de donde quiere,
y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es
nacido del Espíritu. Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto? Respondió
Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?”
Cinco veces en este pasaje, tenemos una referencia a nacer de nuevo o nacer de arriba. La
palabra anothen puede traducirse de nuevo o arriba y ambas son aplicables. Jesús está
diciendo que para que alguien entre al Reino de Dios, en la esfera de salvación, vida
eterna, perdón de pecados, esa persona debe nacer de arriba, nacer de nuevo. Esta es la
doctrina de la regeneración. Está en la médula misma de entender la salvación.
Hace unos 25 años atrás o algo así, el evangelista más publicado y más reconocido, Billy
Graham, publicó un libro. Y ese libro, ha sido parte del mundo evangélico durante estos 25
años y ha dado lugar a otros recursos.
El título de este libro es Cómo Nacer de Nuevo. Es un libro de cómo nacer de nuevo. Ese
libro da pasos para nacer de nuevo. El enfoque es bien intencionado, claro. Y llama al
arrepentimiento y la fe en el Señor Jesucristo. Pero ese libro y su título no entienden el
principio que Jesús está enseñando aquí.
El punto entero de este texto es que algo debe sucederle a usted en lo que usted no
participa. No hay un cómo nacer de nuevo. No hay pasos para nacer de nuevo. En ningún
lugar, Jesús le dice a Nicodemo “haz esto, di esto, ora esto.” En ningún lugar le dice cómo
nacer de arriba. Cómo nacer de nuevo. Sí, dice, un hombre debe nacer de nuevo. Y en el
versículo 8, él le dice a Nicodemo: “necesitas nacer de nuevo.” Pero ese no es un
mandato, esa es una afirmación.
El Reino de Dios únicamente es para personas a quienes se les ha dado la vida de Dios.
Usted no puede vivir en Su Reino a menos de que sea un participante de la naturaleza
divina, a menos de que sea una nueva criatura. Y la analogía es tan simple y tan básica que
difícilmente puede ser malinterpretada.
La analogía es el nacimiento. Y todo el mundo entiende eso. Usted no participó en su
propio nacimiento. No hay libros publicados que digan cómo nacer físicamente. Usted no
tiene nada que ver con eso y esa es la razón por la que nuestro Señor usó esta analogía.
Así como usted no tiene función alguna en su nacimiento físico, usted no tiene función
alguna en su nacimiento espiritual. Ese es el punto de la analogía. Jesús está diciendo: “el
Reino sólo se abre a personas que saben que es 100% un milagro Divino y quienes dejan
todo esfuerzo por participar.” ¿El Reino está abierto? ¿Qué queremos decir con el Reino?
La esfera de salvación, el camino a Dios, perdón de pecado, vida eterna, cielo, bendición
en el tiempo y la eternidad, todo eso es parte del Reino de la salvación. Todo eso está
disponible únicamente a personas que nacen de arriba mediante un acto creador llevado
a cabo por Dios en el cual no participan.
Le dije la última vez, los teólogos dicen que esto es monergístico en lugar de que sea
sinergístico. Este es una obra de Dios independiente del hombre. El pecador entonces,
debe ser el receptor de un milagro divino que desciende de Dios. Y no hay pasos, no hay
un cómo hacerlo. Ese es el punto simple, claro, inequívoco de usar la analogía del
nacimiento en lugar de que usara otra analogía. De nuevo lo digo, usted no hace nada
para contribuir a su nacimiento físico y usted no hace nada para contribuir a su
nacimiento espiritual.
Ahora, necesitamos entender esto. Como dijimos, esta conversación acerca de la
regeneración, el nuevo nacimiento, fluye a lo largo de tres características. Hay una especie
de tres segmentos aquí. Está la preocupación del pecador, vemos eso en Nicodemo. Está
la palabra del Salvador. Y después, finalmente, la obra del Espíritu. Y estamos analizando
la conversación y viendo a esas características. El mensaje de nuevo, para que lo entienda,
el Reino de salvación, el perdón de pecados, la vida eterna, el cielo, está abierto
únicamente para aquellos que abandonan todo esfuerzo personal. Es una obra de Dios.
Ahora, regresemos a la conversación. Primero, la preocupación del pecador. “Había un
hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Este vino a
Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque
nadie puede hacer estas señales que Tú haces, si no está Dios con Él.”
Permítame tan sólo darle un repaso breve. Nicodemo es un fariseo. Los fariseos eran un
grupo elite de estudiantes de la ley del Antiguo Testamento que obedecieron a esa ley
como también todas las tradiciones rabínicas que habían inventado en torno a esta ley. Y
lo hacían de manera quisquillosa. Eran los más devotos de todos los judíos del Antiguo
Testamento y a toda parte de su tradición judía. Eran los que se aislaban. Ellos no querían
tener nada que ver con la masa, el pueblo, el populacho.
De hecho, más adelante en el Evangelio de Juan, usted encuentra que ellos consideraron a
la población entera independiente de ellos y que debía ser maldecida. Eran los ignorantes
y los maldecidos. No se veía nada a sí mismos como si tuvieran algún tipo de función de
ministrar a la gente. Simplemente, se aislaban a sí mismos. Eran los hipócritas
consumados. Eran los hipócritas consumados de todos los hipócritas. Ellos estaban
lavados por fuera y llenos de huesos de muertos por dentro. Pretendían ser religiosos y
guiar a la gente al cielo. Y, de hecho, creaban hijos del infierno. Multiplican hijos del
infierno a todo lugar adonde ellos iban porque ellos mismos eran hijos del infierno.
Nicodemo es descrito en Mateo 23 como uno de esos en contra de quien Jesús pronunció
una serie de condenaciones y maldiciones. Nicodemo sería como el apóstol Pablo, quien
cuando dio su propio testimonio acerca de lo que era ser un fariseo, dice que él era celoso
por la ley, que él era irreprensible en la ley, que él guardó toda tradición y marchó según
los pasos que los fariseos demandaban en todo detalle, diezmando inclusive hierbas
insignificantes. Eran muy estrictos y cuidadosos en el área de su religión, pero eran
hipócritas.
Uno de ellos, como Nicodemo, lo vemos en Lucas 18, es descrito por nuestro Señor.
Nuestro Señor crea a este fariseo imaginario y este fariseo imaginario va a orar al templo y
le dice a Dios: “Dios, Te doy gracias porque no soy como los otros hombres. Te doy gracias
porque no soy como este publicano despreciable. Yo ayuno, yo diezmo de todo lo que
poseo. Yo hago todas estas cosas buenas. Ése es un fariseo. Ése es Nicodemo. Él no es sólo
uno. Él está en la cúspide del montón. El versículo 10 dice que él es El maestro en Israel en
el griego. Los fariseos eran maestros. Él es El maestro en Israel. Él es el maestro más
ilustre, el más noble. El maestro de maestros. Él es un miembro del sanedrín. Él es parte
del concilio judío de los 70. Ese era un grupo muy elite de personas que era la Corte
Suprema de Israel. Él es un experto del Antiguo Testamento. Él es inteligente, él es
brillante, él es inmensamente exitoso. Las tradiciones no dicen que él fue una de las
personas más ricas de la ciudad de Jerusalén. Su sabiduría, su capacidad para pensar y
razonar y negociar lo habían hecho extremadamente, extremadamente exitoso y rico. Él lo
tenía todo.
Y claro, desde el punto de vista de los fariseos, ellos amaban el dinero. Jesús dijo que ellos
amaban el dinero. Bueno, Nicodemo lo amó y lo ganó. Él se volvió muy, muy rico. Y claro,
él equiparaba las riquezas con la bendición de Dios. Entonces, él se consideraba a sí
mismo como bendecido por Dios grandemente porque él había sido tan rico. En su
corazón, él sabía que él era un farsante y él sabía que era un impostor. Y él sabía que él
era un hipócrita. La religión externa. Vacío en su temor, duda; la ansiedad destrozando su
alma. Aquí está su problema. ¿A quien acude? Él es EL maestro.
Y después, se encuentra con Jesús y ¿adivine qué? Jesús es un maestro que está a un nivel
más elevado que él porque él nunca ha hecho milagro. Él nunca ha observado un milagro.
Él nunca ha visto a alguien que hiciera un milagro o hubiera conocido a alguien que vio un
milagro. Entonces, él viene a Jesús y le dice: “mira, sabemos que has venido de Dios.” Y en
su propio corazón, él sabía que no había venido. Pero él sabía que Jesús era de Dios
debido a las señales que Él había hecho. Los milagros que Él había hecho. Finalmente, aquí
había un maestro que estaba por encima de sí mismo y su corazón clama por la realidad.
Entonces, él viene con esa introducción. Esa fue la afirmación en sus labios. Pero Jesús,
sabía lo que estaba en su corazón, versículo 3. Jesús ignoró lo que él dijo, versículo 3.
Versículo 3: “Respondió Jesús y le dijo,” en la tercera persona, entonces, vamos a tener
una discusión aquí, un diálogo, vamos a hablar de teología, vamos a hablar del Reino, esto
no es personal, está en la tercera persona, “De cierto, de cierto te digo, que el que no
naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” Aquí vamos a tener un diálogo. Vamos a
hablar de teología. Vamos a hablar del Reino. Esto no es personal, está en la tercera
persona.
“De cierto, de cierto te digo,” lo cual significa que esto es nuevo, totalmente nuevo. Y él lo
vuelve a decir en el versículo 5. “De cierto, de cierto te digo, que el que no nace de nuevo
no puede ver el Reino de Dios.” No vas a meter un pie en la puerta a menos de que nazcas
de nuevo. ¿Por qué dice eso? Eso no tiene nada que ver con lo que Nicodemo dijo en su
introducción. La razón por la que Jesús dijo esto fue porque él conoció la preocupación del
pecador. Él sabía lo que estaba preocupándole a Nicodemo. ¿Cómo supo eso? Regrese al
versículo 24, Él conocía a todos. Versículo 25, capítulo 2, “y no tenía necesidad de que
nadie le diese testimonio del hombre, pues Él sabía lo que había en el hombre.”
Y aquí está la ilustración de esto. Él tenía omnisciencia, Él sabía lo que los hombres
pensaban. Él conocía sus pensamientos, Él conocía los anhelos y deseos de sus corazones
explícitamente. Aquí hay un religioso leal, este es un fariseo. Este es un legalista de
legalistas. Él ha alcanzado el ápice del judaísmo y él no está en el Reino. Y él lo sabe y su
corazón está lleno de temor. Él no tiene paz. Él no tiene gozo. Él no tiene sentido de
certeza o perdón; y en su corazón, él está clamando qué hago, qué hago o qué dejo de
hacer, porque todo lo que él sabe hacer es un sistema de obras.
Y nuestro Señor le dice que nadie entra al Reino quien no es nacido de nuevo. Lo cual
quiere decir que tienes que regresar y comenzar de nuevo. Y le dije en las últimas dos
semanas que ese comentario simplemente dice esto: toda la religión acumulada, toda la
moralidad acumulada, toda la bondad humana acumulada es equivalente a cero.
Absolutamente cero con Dios, sin significado. Entonces, aquí está en la condición cero y él
lo sabe. Esa es la preocupación del pecador.
Ahora, llegamos a la palabra del Salvador en el versículo 3. Y Él dice: “el que no naciere de
nuevo o de arriba no puede ver o entrar o participar en el Reino de Dios.” Eso es
regeneración. Tienes que nacer. Tienes que tener una nueva naturaleza, nueva vida,
recreación. Y vimos eso a detalle no por la voluntad del hombre, capítulo 1, versículo 13.
No por la voluntad de la carne, no por sangre humana, sino por Dios. Vimos Santiago 1 y
es Dios quien nos dio vida. Vimos Efesios 2, nos dio vida juntamente con Cristo. Vimos Tito
3, el lavamiento de la regeneración. Vimos Primera de Pedro 1, renacidos. Vimos todos
esos pasajes en el resto del Nuevo Testamento y hay muchos, muchos más que apuntan al
hecho de que la salvación es una obra de Dios. Es un milagro Divino que desciende del
cielo en el cual no participamos. No participamos en nuestra elección desde antes de la
fundación del mundo y no participamos en nuestra regeneración en el tiempo. Esa es una
obra de Dios.
Entonces, ahora regresamos a la historia. Ahora, regresemos al versículo 4. Cómo
respondió Nicodemo a la afirmación de Jesús en el versículo 3, “el que no naciere de
nuevo, no puede ver el Reino de Dios.” Y Él estaba hablando en la tercera persona, están
teniendo una discusión teológica. Todavía no se ha vuelto personal. Los predicadores han
dicho: “bueno, Nicodemo no lo entiende. Él no tiene idea alguna de lo que Jesús está
hablando. Él está muy confundido.”
Entonces, en el versículo 4, “Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo
viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?” Algunas
personas piensan que está siendo sarcástico. Algunas personas, creen que él piensa que
esto es ridículo, que esto es una broma, no puedes nacer de nuevo. Que esto demuestra
su ignorancia y que él en cierta manera se está burlando y mofando de esto. Esto no es
correcto. Esto no es en absoluto lo que tenemos aquí.
Él sabe que Jesús acaba de leer su mente. Él no le dice a Jesús: “¿por qué dices eso? ¿Por
qué me estás hablando del Reino? ¿Por qué me estás hablando de esto?” Él no hace esta
pregunta. Él sabe que Jesús acaba de leer su mente. Y él sabe que Jesús acaba de decir:
“no puedes entrar al Reino por algo que hagas tú, así como tú no puedes producir tu
propio nacimiento.” Este hombre vive en un mundo de analogías. Los rabinos, ése era su
mundo. El mundo de las analogías, ilustraciones, parábolas. Ilustraciones de palabras,
paralelos. Él es brillante, él es EL maestro en Israel. Él es el lógico consumado. Él pasó su
vida entera en discusión y diálogo teológicos. Él entiende completamente lo que Jesús
dijo. Él lo entiende el cien por ciento. Y él entra a la discusión de tercera persona y él dice:
“¿cómo puede un hombre nacer cuando es viejo? Usaré tu analogía. Él no puede entrar
por segunda vez al vientre de su madre y nacer, ¿verdad?”
Eso prueba que él entendió de manera total lo que Jesús estaba diciendo. Jesús estaba
diciendo: “Tú entras al Reino, pero tú no puedes hacer nada al respecto.” Él lo entiende. Él
entiende el lenguaje figurado. Los rabinos y los maestros lo usaban todo el tiempo.
Entonces, él sigue con la analogía y él dice: “oye, Tú me estás diciendo que es
humanamente imposible. Imposible. Tú estás hablando de algo que es imposible para mí.”
No. Él no malinterpreta esto en absoluto. Él no lo malinterpreta en absoluto. Jesús no le
dice cómo nacer de nuevo. Él entendió que Jesús no dijo eso. Jesús le está diciendo algo
aquí para lo que no hay un cómo hacerlo. Él entendió mejor que la mayoría de los
evangélicos, me temo decirlo.
Si un hipócrita farisaico no salvo, parte de una religión falsa puede en una conversación
entender la verdad simple de la doctrina de la regeneración, ¿por qué es que la Iglesia
está tan confundida por esto? ¿Dónde hemos estado? ¿Y por qué hay tantos predicadores
que le dicen a la gente los pasos que pueden tomar para nacer de nuevo? Él estaba
reaccionando del modo que cualquier persona legalista reaccionaría. “¿Estás bromeando
conmigo? He pasado mi vida entera haciendo cosas para entrar al Reino y ahora me estás
diciendo que la única manera de entrar al Reino es mediante algo con lo que no tengo
nada que ver.”
Aquí está el corazón del Evangelio de la gracia, ¿no es cierto? Todo lo que él había
conocido, te lo ganas. Te lo ganas por la religión, ceremonia, ritual, moralidad, bondad
humana. Esa es la razón por la que Jesús dice: “de cierto, de cierto.” Porque Él está
diciendo esencialmente has estado enredado en la mentira condenadora de Satanás de
que puedes ganarte tu salvación. Y te estoy diciendo la verdad. La verdad, él la está
oyendo por primera vez en su vida entera. Y él ha tenido muchas discusiones teológicas.
Por primera vez en su vida entera, que Dios tiene que hacer algo en su alma que es una
obra de creación que desciende de arriba en donde él no participa en absoluto. Él está
asombrado por esto. Absolutamente asombrado.
Jesús pudo haberle dicho: “oh, sí, yo sé que es un gran cambio para ti. Yo lo sé. Lo siento.
Voy a tener que reprogramarte,” pero no lo hace. Ahí en el versículo 10, Jesús le dice:
“¿eres tú el maestro de Israel y no sabes esto? ¿Cómo llegaste a esa posición, si no
entiendes estas cosas?”
Él no deja que Nicodemo evada la situación. Es inexcusable que Nicodemo no entienda el
nuevo nacimiento. Es inexcusable que él no entienda la regeneración. Es absolutamente
inexcusable. Guau. Pero le va a ayudar. Entonces, le va a dar dos pistas.
Pista número uno, viene en el versículo 5, pista número 2 viene en el versículo 6; y esto
enseñanza buena. Así es como los maestros operan. Maestros eficaces. Guían al alumno.
No le dan la respuesta, guían al alumno. Entonces, aquí está la primera pista. “Esto es
nuevo para ti, Nicodemo, ¿y tú eres el maestro en Israel? ¿Esto es nuevo? Permíteme
decírtelo de otra manera,” versículo 5: “Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo,”
todavía en la tercera persona, todavía estamos hablando de teología aquí, “Respondió
Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede
entrar en el Reino de Dios.”
Sabe una cosa, cada vez que usted tiene una conversación y alguien le da una adivinanza,
¿qué es lo primero que usted pregunta cuando no lo puede entender? ¿Me puedes dar
una pista? Nicodemo acaba de chocar contra una pared. Él acaba de oír algo que nunca
antes había oído en su vida. ¿Me puedes dar una pista para esto? Jesús le dijo, “te daré
una pista, a menos de que alguien nazca de agua y del Espíritu, él no puede entrar al Reino
de Dios.” ¿Acaso eso abre tu mente, Nicodemo? Agua - Espíritu, agua - Espíritu; ¿has oído
eso?
Los sermones tradicionales acerca de esto dicen: “bueno, agua y el Espíritu significa esto:
el agua es el nacimiento humano porque decimos previo al nacimiento de un hijo que se
rompe la fuente. Entonces, tienes que tener un nacimiento humano, un nacimiento físico
y después, un nacimiento espiritual. En Entonces, debes nacer de agua, esto es nacido
físicamente y después, nacido espiritualmente. ¿En serio? ¿Quieres decir que Jesús le está
diciendo a Nicodemo, en primer lugar, Nicodemo, tienes que existir? Tienes que ser una
persona, porque los que no son personas, no pueden ser salvos. Eso es ridículo.
Además, nosotros en este mundo moderno hablamos de que se rompe la fuente. Los
hebreos nunca usaron esa expresión. Él no habría sabido nada de eso. Esto no es clínico. Él
no está hablando de eso. Otros dicen el agua es bautismo. Eso es muy popular. Los
comentaristas lo explican durante páginas porque tienes que hacerlo debido a que no está
ahí tratando de inventarlo. Y terminan con el bautismo cristiano, el cual no se apareció
sino hasta el segundo capítulo de Hechos. Nicodemo no sabe nada acerca del bautismo
cristiano. Él le está dando una pista.
¿En dónde estaba la mente de Nicodemo? ¿En dónde se vivía y movía y tenía su ser? ¿En
qué? En el Antiguo Testamento. ¿Acaso eso te recuerda algo Nicodemo? ¿Acaso eso te
recuerda algo? Escuche, él conocía el Antiguo Testamento. Él probablemente se había
memorizado secciones enormes del Antiguo Testamento. Él estaba muy familiarizado con
los profetas. Él lo sabía. Agua y el Espíritu. ¿Adónde iría su mente?
Regrese a Ezequiel 36. Ezequiel 36. Aquí hay un principio encerrado en uno de los pasajes
más maravillosos en el Antiguo Testamento entero, el cual describe la obra salvadora de
Dios en aplicación a Israel, claro. Pero al mismo tiempo, la obra salvadora en aplicación a
los gentiles como también a lo largo de la historia, como también judíos que vienen a la fe
en Cristo. Aquí está cómo funciona la salvación. Ezequiel 36:25, noten los verbos que
hablan de lo que Dios hace. ¿Por qué? Porque esta es una obra de Dios. Esta es esta la
obra monergista de Dios, del cielo. Y usted notará cinco veces que Dios habla de lo que Él
hace.
Dios está hablando: “Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas
vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y
pondré espíritu nuevo dentro de vosotros;” ahí, queridos amigos, está el agua y el Espíritu.
El agua y el Espíritu simplemente es una referencia a la creación, la nueva creación, la obra
regeneradora de Dios que Él lleva a cabo mediante Su propia voluntad en el corazón de un
pecador. Y aquí, Él está prometiendo hacerlo un día no sólo en judíos y gentiles
individuales, sino un día para la nación entera de Israel, “colocaré un corazón nuevo en
ustedes, un nuevo Espíritu en ustedes, quitaré el corazón de piedra de su carne y les daré
un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros Mi Espíritu, y haré que andéis en Mis
estatutos, y guardéis Mis preceptos, y los pongáis por obra. Lo haré, lo haré, lo haré. Y
después, ustedes serán cuidadosos en observar Mis ordenanzas.” “Y vosotros,” versículo
28, “seréis Mi pueblo y Yo seré vuestro Dios.” Esa es el agua y el Espíritu.
Este gran pasaje del nuevo pacto de Ezequiel 36 habría sido tan conocido para Nicodemo.
Él lo habría conocido bien. Y después, él habría conocido también en el capítulo 37, en
donde Dios ve la salvación futura de Israel y en el versículo 3, él le dice a Ezequiel,
llamándolo el hijo del hombre, “¿pueden vivir estos huesos?” Ahí hay un retrato del valle
de los huesos secos ilustrando la mortandad espiritual de Israel. ¿Pueden estos huesos
muertos vivir?
“Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes. Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles:
Huesos secos, oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí,
Yo hago entrar espíritu, ruach, en vosotros, y viviréis.” En otras palabras, Dios le dará vida
en el futuro a Israel. Él lo salvará no sólo como individuos, sino también como nación.
Versículo 12 de este mismo capítulo: “Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro
vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la
tierra de Israel. Y sabréis que Yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque
de vuestras sepulturas, pueblo mío. Y pondré Mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré
reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que Yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová.” Este es
la obra soberana de Dios dando vida en el futuro a la nación de Israel. Esa es Su promesa a
la nación y ese es Su plan y medio de salvación para todo individuo también. Es una obra
de Dios.
Usted puede regresar. Nicodemo conocía ese pasaje. Él conocía esos textos de Ezequiel. Él
también habría estado muy familiarizado con el capítulo 11 del amado profeta Ezequiel. Él
habría leído esto muchas veces, probablemente lo tenía en su memoria debido a la
promesa. Ezequiel 11:19: “les daré un corazón, colocaré un nuevo Espíritu dentro de ellos.
Quitaré el corazón de piedra de su carne. Les daré un corazón de carne para que anden en
Mis estatutos, guarden Mis ordenanzas y las hagan. Y serán Mi pueblo y Yo seré su Dios.”
Esta es una obra divina presentada claramente en el Antiguo Testamento.
Quiero que observen Jeremías, tan sólo dos pasajes en Jeremías. Jeremías 24:7: “les daré
un corazón para conocerme porque Yo soy Jehová y ellos serán Mi pueblo y Yo seré su
Dios. Regresarán a mí con todo su corazón.” Eso es recreación. Nuevo corazón, nuevo
espíritu, lavado, limpiado. Y después, el más conocido, Jeremías 31. Jeremías 31:31,
mismo versículo, mismo capítulo: “He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré
nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus
padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto;” ese pacto fue el
pacto mosaico, el cual quebrantaron, “porque ellos invalidaron Mi pacto, aunque fui yo un
marido para ellos, dice Jehová.” Versículo 33: “Pero este es el pacto que haré con la casa
de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré Mi ley en su mente, y la escribiré en
su corazón; y Yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.” Estoy creando un
nuevo pueblo. Estoy creando nuevas personas, dándoles un nuevo Espíritu, un nuevo
corazón, lavándolos, limpiándolos, purificándolos. Todo eso es lenguaje del nuevo pacto.
Ahora, quiero darle una ilustración de esto. Pase al Salmo 51. Cuando David escribió el
Salmo 51, él era un creyente. Él era un hombre según el corazón de Dios. Él había escrito
muchos salmos antes del Salmo 51. Pero en el Salmo 51, tenemos una situación
excepcional, Única con David porque él ha cometido un conjunto de pecados masivos
prolongado, premeditado, bien planeado.
Comenzó cuando estaba ahí caminando en su balcón y vio a Betsabé. Y él la codició. Y
después, se involucró para asegurarse de que él estuviera con ella. Él la trajo al palacio e
hizo que el marido de ella, que estaba peleando en defensa de Israel en el ejército de
David fuera dejado a la mitad de la batalla para que muriera. Entonces, hizo que sus
soldados fueran cómplices en el homicidio de su marido. Él la toma. Él comete adulterio.
Una situación terrible, trágica. Nace un niño, el niño muere. Usted conoce la historia
entera de horror. Pero fue un pecado prolongado, premeditado. Y este hombre está tan
abrumado y privado de la realidad de su propia condición que es como si ni siquiera fuera
salvo; como si no tuviera relación con Dios.
Y en el Salmo 51, él clama a Dios: “Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a Tu misericordia;
Conforme a la multitud de Tus piedades borra mis rebeliones.” Él estaba orando como un
hombre no convertido. “Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado.” Este
es lenguaje del nuevo pacto. Él está hablando como un pecador no regenerado porque así
es como se siente. “Contra Ti, contra Ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de Tus
ojos;
Para que seas reconocido justo en Tu palabra, Y tenido por puro en Tu juicio. He aquí, en
maldad he sido formado.” en otras palabras, nací como pecador. Él no quiere decir que su
madre lo ha concebido de manera ilegítima. Él quiere decir: desde la concepción, estuve
en pecado. “He aquí, Tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho
comprender sabiduría.” En otras palabras, necesito ser una persona diferente en el
interior.
Y entonces, él dice: “Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que
la nieve.” Y después, en el versículo 10: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva
un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de Ti, Y no quites de mí Tu santo
Espíritu.” Este es lenguaje del nuevo pacto. David está tan profundamente abrumado en
su arrepentimiento por su pecado que él ora como si fuera un hombre no regenerado. Él
sabía lo que significaba ser regenerado. Significaba ser lavado, ser limpiado, recibido un
nuevo corazón, un nuevo Espíritu, una nueva disposición. Ser una nueva creación.
Entonces, David lo sabía y lo registró en este Salmo 51. Y Nicodemo conocía este Salmo.
Recitó ese Salmo, lo conocía de memoria. Uno de los salmos más populares y conocidos
de todos. Cómo podría ser entonces, qué si él sabía que la salvación en base en el Antiguo
Testamento era cuestión de que Dios actuará soberanamente porque “Él lo hace, Él lo
hace, Él lo hace” Él es el que da un nuevo corazón, una nueva disposición y lava y limpia al
pecador de arriba, ¿Cómo es que él se enredó en la mentira condenadora de Satanás de
que él de alguna manera podía ganarse su salvación por algo que él hiciera?
Jesús no lo deja evadir esto. Él le dice: “¿cómo puedes ser el maestro de Israel y no saber
esto?” El judaísmo apóstata había ignorado la verdad de la salvación del nuevo pacto y
había creído la mentira de Satanás de que usted puede ganarse la salvación para entrar al
Reino. Esa fue la pista número uno.
Regrese a Juan 3 para la pista número 2, versículo 6. Ahora, vamos a razonar un poco. Lo
que es nacido de la carne, carne es. Deténgase ahí. Lo que es nacido de la carne, carne es.
Esa es tu segunda pista, Nicodemo. Aquí hay un principio fundamental que tú y tu sistema
entero han pasado por alto. Lo único que la carne puede producir es ¿qué? Más carne. No
puedes llegar de la carne al Espíritu. No puedes hacer eso. Lo que él básicamente está
haciendo es condenar a Nicodemo por no entender la doctrina del pecado en el Antiguo
Testamento. La doctrina del Antiguo Testamento de la depravación total. La incapacidad e
indisposición total es del pecador de hacer lo correcto.
Nicodemo, ¿cómo puedes ser tú el maestro de Israel y no saber acerca de la salvación del
nuevo pacto mediante el lavamiento de la regeneración, el lavamiento de la palabra? Y el
que Dios dio un nuevo corazón y un nuevo Espíritu e implantara el Espíritu Santo en el
corazón. ¿Cómo no puedes saber que esa es una obra de Dios que está presentada por
todo el Antiguo Testamento y cómo puedes no saber que la carne puede producir solo
carne? Esa es una pista. ¿En qué habría pensado Nicodemo? Bueno, regresemos para
entenderlo. Una de las Escrituras que él habría conocido muy, muy bien, sería Génesis 6,
cuando Dios da Sus razones por las que Él va a ahogar al mundo entero. Cuando digo al
mundo entero, quiero decir el mundo entero. Todos los millones de personas que habían
nacido desde Adán hasta Noé, todos van a ahogarse en un diluvio con la excepción de Noé
y su esposa y sus tres hijos y sus esposas, a ocho personas que fueron justificadas por Dios
mediante la fe por gracia.
Pero el resto del mundo, se ahogó. ¿Por qué? Aquí es en donde la raza humana entera
terminó. Versículo 3: “Mi Espíritu no contenderá con el hombre para siempre porque él
también es carne.” Este es el problema. Ahí está la misma palabra que Jesús usó. Carne.
Esa es la palabra para humanidad caída corrupta pecaminosa.
Y después, en el versículo 5, él muestra lo que la carne produce. “Entonces, Jehová vio que
la maldad de los hombres era grande sobre la tierra y que todo designio de los
pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.” Esa es una
afirmación tan clara de la depravación humana, de las más claras que usted encuentra en
la Biblia. Todo designio del pensamiento del corazón de ellos era de continuo solamente el
mal. La carne produce eso, porque eso es lo único que puede producir.
Si usted va a estar en el Reino de Dios, necesita un nuevo corazón. Capítulo 8, el diluvio
comienza a bajar, la raza humana entera ha sido abogada. Llegamos al capítulo 8,
esperamos un mundo mejor. Noé construyó un altar en el versículo 20, toma animales y
ofrecer sacrificios a Dios, lo cual significa que Noé reconoce que es un ¿qué? Un pecador,
porque esa es la razón por la que ofrecía sacrificios. Y el Señor olió el aroma fragante y el
Señor se dijo a sí mismo: “nunca más maldeciré la tierra por el hombre.”
Pero, por cierto, la intención del corazón del hombre todavía es mala desde su juventud.
Nada cambió. Excepto que Dios ya no nos ahogaría.” ¿Sabías esto, Nicodemo? Claro que
sabías eso. Tú sabías que nada en el hombre agrada Dios. Nada. Debes recordar el libro de
Job, Nicodemo. Debes recordar el testimonio de Job, capítulo 14, versículo 4: “¿quién
puede hacer limpio al inmundo? Nadie,” él dice. Nadie.
Debe recordar el testimonio de Elifaz en el capítulo 15. “¿Que es el hombre para que él
sea puro o el que es nacido de mujer para que sea justo?”, Imposible. Uno, quien es
detestable y corrupto, no puede ser hecho justo. Él debió haber recordado a Bildad en Job
25: “¿cómo puede entonces un hombre justificarse con Dios? ¿O cómo puede él ser
limpio, quien es nacido de mujer? Aún si la luna pierde su brillo y las estrellas no son puras
en sus ojos, mucho menos, ese gusano.”
Los amigos de Job y Job, todos conocieron la teología de la depravación total. Todos la
conocieron. Y Job fue escrito en el período patriarcal, alrededor del tiempo de Génesis.
Esta no es información nueva. Y después, estuvo el Salmo 51:5 que le leí a ustedes en
donde David dice en pecado me concibió mi madre. Fui inicuo desde mi concepción. ¿Cree
usted que Nicodemo conoció este versículo? Isaías 64:6, todas nuestras justicias son como
trapos de inmundicia. Todos nosotros morimos como una hoja y nuestra iniquidad es
como el viento. Nos lleva. No hay nadie que invoque Tú nombre. Nadie. Tú nos has
entregado al poder de nuestras iniquidades. Esa es la enseñanza del Antiguo Testamento
de la depravación. Y nuestro buen amigo Jeremías, no debe ser dejado afuera. Jeremías
17:9, engañoso es el corazón más que todas las cosas y perverso. Este es el corazón.
Ahora, hubo un tiempo cuando el apóstol Pablo pensó que era santo. Pensó que era justo.
Él realmente lo pensó. Y después, cuando llegó a la verdad, él consideró toda su justicia
como estiércol, dice en Filipenses 3. Pablo entendió la doctrina del Antiguo Testamento.
Pase a Romanos 3. En Romanos 3, Pablo está condenando a la raza humana entera. Judía
y gentil por su pecado. Él está diciendo que los gentiles son pecaminosos y los judíos son
igualmente pecaminoso. Y para probar lo que está diciendo, comenzando en el capítulo 3
de Romanos versículo 10, Pablo cita una serie de versículos del Antiguo Testamento,
comenzando en el versículo 10, llegando hasta el 18, todas estas son citas directas que
salen del Antiguo Testamento. La mayoría de ellas, de los salmos de Isaías.
Pablo dice: permítame definir el pecado: no hay justo, ni aún uno. No hay quien entienda,
no hay quien busque a Dios. Todos a una se desviaron, todos se volvieron inútiles. No hay
quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno, sepulcro abierto es su garganta. Con sus
lenguas engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios. Su lengua está llena de
maldición y amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre. Quebranto y
desventura hay en sus caminos y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios
delante de sus ojos. Cada una de esas afirmaciones es una afirmación del Antiguo
Testamento de la pecaminosidad del pecado. ¿Qué está mal contigo Nicodemo? Pablo, el
fariseo de antes, conoció todos esos pasajes y finalmente, vio la luz.
Versículo 20, ya que por las obras de la ley ningún ser humano sería justificado delante de
Sus ojos. La carne produce carne y nada más. Y esto, dice el versículo 21, es testificado por
David y los profetas, lo cual significa el Antiguo Testamento. El Antiguo Testamento,
entonces, enseña todo esto con respecto a la pecaminosidad del pecado.
Entonces, ¿qué enseña el Antiguo Testamento? La salvación es un acto de Dios por gracia
que Él lleva a cabo independientemente de cualquier acción por parte del hombre. El
hombre necesita un nacimiento espiritual completo. Él necesita ser lavado. Él necesita ser
transformado. Él necesita que su corazón sea reemplazado con un nuevo corazón. Su
Espíritu, reemplazado con un nuevo espíritu o disposición. Él necesita el Espíritu Santo
implantado dentro de él si va a entrar al Reino de Dios. Y eso no es algo que él puede
hacer, porque él es carne y la carne únicamente produce carne.
Entonces, Nicodemo, ¿cómo puedes ser el maestro El Israel y no saber esto? Él no deja
que Nicodemo lo evada. Entonces, él dice en el versículo 7: no te sorprenda. ¿Por qué te
sorprende que te dije? Y ahora, Él entra a la segunda persona. Es necesario que nazcas de
nuevo. No vas a entrar al Reino hasta que esto te pase y no puedes hacer una contribución
porque eres carne y la carne no puede hacer esto. Esta es la denuncia de toda la religión
fuera de la gracia soberana de Dios y el Evangelio de Cristo. No te sorprendas. ¿Por qué te
sorprendes? Tú conoces el Antiguo Testamento. Has sido cegado al creer las mentiras de
Satanás. No te sorprendas.
Esto lleva al punto final. La preocupación del pecador y la palabra del Salvador, el punto
final es la obra del Espíritu. Al final del versículo 6, lo que es nacido del Espíritu, Espíritu es.
Esta es una obra que solo el Espíritu Santo puede hacer. Bueno, ¿cómo funciona esto?,
versículo 8: “El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde
viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.” Ah, esta es otra
analogía. Esta es otra analogía, escúcheme, que quita el nacimiento espiritual de manera
total de las manos del pecador. ¿Qué haces para controlar el viento? Nada. Viene de
arriba, no puedes mandar al viento, no lo puedes despedir. No puedes escribir un libro
acerca de cómo incrementar el viento en tu comunidad. Usted no puede hacer eso.
¿Cómo incrementar el viento en su patio de atrás? Usted no puede hacer eso de manera
completa y total, es la obra soberana de Dios. El viento es invisible, es incontrolable. Es
irresistible. Es impredecible, no se le puede mandar que haga algo, no se aparece porque
usted quiere. No se va porque usted quiere deshacerse de él.
Esta es la segunda analogía que nuestro Señor usa con este rabino inteligente, brillante,
lógico, para decirle que ésta es una obra en la cual él no participa. Esto es gracia
irresistible, como Juan 5:21. El Hijo da vida a quien Él quiere. El mismo versículo dice, “y
Dios, quien resucitó a los muertos, da vida.” Es la voluntad de Dios y la voluntad del Hijo y
el poder del Espíritu. Es una obra de Dios. Es tan nuevo para Nicodemo. Simplemente, tan
contrario a todo lo que él ha conocido en su vida.
Versículo 9: ¿cómo puede ser esto? Digo, acabas de destruir mi vida entera, como Pablo
en el camino a Damasco. Pablo dijo todo es estiércol, todo es parte de lo mismo.
Nicodemo todavía no está ahí. ¿Qué puede hacer? Bueno, no puede hacer nada. No
puede hacer nada. Usted pregunta qué le paso. Él desaparece en el versículo 10 por el
momento. Él desaparece. Él desaparece con una pregunta. Una pregunta que nunca antes
había tenido en su vida entera en su mente. “¿Qué haré? Se me acaba de decir que no
puedo hacer nada. No entiendo eso. ¿Qué hago?”
Entonces, ¿qué le paso a Nicodemo? ¿Qué le pasó? Bueno, por ahora, él desaparece. Pero
después, vuelve a aparecer. Vaya al capítulo 7 de Juan. Capítulo 7, Jesús está en Galilea y
los judíos quiere matarlo. Y la fiesta de los judíos, la fiesta de los tabernáculos se acerca.
Entonces, ellos descienden y Él es confrontado una vez más por el sanedrín. Lo quieren
muerto. Él estaba predicando y enseñando en el templo, según el versículo 28. Y la gente
está escuchando y están diciendo todo tipo de cosas. Algunos, creen que Él es el Mesías.
Algunos, creen que Él es el profeta ahí en el versículo 40. “Este es el profeta, éste es el
Mesías.”
Y hay una división, según el versículo 43. Bueno, los líderes, lo quieren muerto. Entonces,
consiguen algunos guardias del templo para ir a arrestarlo para poder matarlo. Pero
querían atraparlo, pero nadie le puso la mano. Cuando llegaron ahí, no pudieron. No
pudieron atraparlo. Entonces, los oficiales regresan a los principales sacerdotes y los
fariseos, de quienes Nicodemo era uno. Y le dijeron, ¿por qué no lo trajeron? Los
enviamos para arrestarlo, ¿por qué no lo trajeron? Los oficiales respondieron, “nunca
jamás un hombre ha hablado de la manera en la que este hombre habla. No pudimos
pasar más allá de lo que Él dijo. Él nos paralizó con Sus palabras.
Y los fariseos entonces les respondieron: “ustedes no han sido engañados, ¿o sí? Ninguno
de los líderes o los fariseos ha creído en Él, ¿o sí?” Entonces, ahora sabemos que
Nicodemo no se ha convertido en un creyente. Esto es un año después. Y él estaba en el
sanedrín. Pero en el versículo 50, Nicodemo da un paso al frente. Nicodemo, quien vino a
Él antes de ser uno de ellos, uno de los fariseos y principales sacerdotes del sanedrín, les
dijo: “nuestra ley no juzga a un hombre antes de que primero oiga de él y sepa lo que él
está haciendo, ¿no es cierto?” Ordenemos esto, está mal lincharlo. No pueden hacer esto.
Inclusive los romanos nos dieron un proceso legal. Hmmm… Este es un paso valiente que
tomar cuando el grupo entero quiere a Jesús muerto, y tú defiendes la ley porque quieres
proteger a Jesús. Todavía no es un creyente.
La gente en el liderazgo vio a Nicodemo, El maestro en Israel, “oh, tú no eres de Galilea
también, ¿o sí?” Burla, sarcasmo. “Escudriña y ve que ningún profeta se levanta de
Galilea.” Ellos reprenden con sarcasmo y burla a éste, su maestro más ilustre. Él está
inclinándose hacia Jesús y se burlan de él. Se burlan de aquel que habían reverenciado y
elevado. Esto, por cierto, es de hecho dos años después de la reunión por la noche. Han
pasado dos años. Entonces, sólo queda un año antes de llegar a la muerte de Cristo.
Vayamos al capítulo 19.
Entonces, dos años después, Nicodemo todavía es un fariseo, todavía está en el sanedrín.
Pero él se eleva a un punto a favor de Jesús. Vamos al capítulo 19. Jesús está muerto,
versículo 38, “Después de todo esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero
secretamente por miedo de los judíos, rogó a Pilato que le permitiese llevarse el cuerpo
de Jesús; y Pilato se lo concedió. Entonces vino, y se llevó el cuerpo de Jesús.” ¡Oh, miren!,
“También Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, vino trayendo un
compuesto de mirra y de áloes, como cien libras.” Esa es una resina. Una resina con talco
que usaban para cubrir el cuerpo para disminuir el olor de la carne en putrefacción. Y
aloes, tiene una fragancia como de madera. Él trajo casi 40 kilos. Esa es una cantidad
enorme porque esa es una manera en la que ellos mostraban honor a una persona ilustre.
Este es un acto honorable por parte de Nicodemo, pero también es un acto valiente.
Nicodemo se une a su compañero, José de Arimatea, quien había sido un creyente, pero
no estaba dispuesto a confesarlo de manera abierta. Y ahora, Nicodemo es valiente y él
viene. Y ahora sabemos que él se ha identificado a sí mismo con el Señor Jesús. Y aquí
está. Él tomó el cuerpo de Jesús. Puede imaginarse esto. Nicodemo tratando este cuerpo
que él había pasado esa noche llevándolo en sus brazos, embalsamando del cuerpo de
Jesús con lino y colocando las especias en medio de todas las vendas, como era la
costumbre de la sepultura. Y junto con su amigo, José, colocaron a Jesús en el jardín, en
una nueva tumba en la cual nunca nadie había sido colocado. Ahí está él con el cuerpo de
Jesús en sus brazos.
¿Qué le paso a Nicodemo? Le voy a decir lo que pasó. Dios descendió, le dio vida, le dio un
nuevo corazón, una nueva alma, lo lavó, lo regeneró. ¿Qué pasó con el resto de la
historia? Bueno, ¿el resto de la historia, quieres decir? La tradición dice que él fue la única
persona que estuvo de pie en el juicio de Jesús ante Pilato y defendió a Jesús. La tradición
dice que él fue bautizado por Pedro y Juan. La tradición dice que su confesión del Señor
Jesús fue tan valiente que lo llevó a que fuera privado de su posición, lo privó de su
posición como maestro y lo privó de toda su fortuna entera y toda su propiedad, todas sus
posesiones. Y él fue expulsado de Jerusalén por el sanedrín, a quien él había servido. Él fue
reducido viviendo fuera de la ciudad, junto con su familia. Se quedó afuera de la ciudad
hasta llegar a la pobreza extrema.
Hay una historia tradicional maravillosa que dice que su hija fue tan pobre que ella llevó a
la vergüenza de escarbar los montones de estiércol para encontrar pedazos de grano para
comer y sobrevivir. Y un rabino vino y la vio y sintió compasión de ella y le preguntó quién
era. Y ella dijo: “yo soy la hija de Nicodemo.” Y el rabino dijo: “¿qué le pasó a tu padre?” Y
ella respondió: “él llegó a ser un seguidor de Jesús y fue expulsado.” Y el rabino se rehusó
a ayudarla.
Algunos y siglos más tarde, un hombre llamado Focio se refiere a un documento antiguo
que registra que Nicodemo fue matado como mártir en el primer siglo por su devoción a
Cristo. Cómo él fue golpeado hasta morir a manos de una multitud. Y esa es la historia
completa. Él perdió todo en este mundo, ganó todo en el mundo por venir. ¿Qué puede
hacer usted? Le voy a dar Juan 6:37,” el que a Mí viene, no le echo fuera.” Usted puede
rogarle a Dios para que le de vida, es su prerrogativa. Pero usted puede orar y Él no
rechaza una oración honesta. Usted puede decir con el publicano en Lucas 18, “Dios, sé
propicio a mí, pecador.”
Padre, Te damos gracias de nuevo por la historia maravillosa de Nicodemo, este relato
sorprendente de las Escrituras. Por toda la riqueza, por toda la magnificencia de verdad
Divina. No hay paralelo, nada ni siquiera se acerca, nada asciende a este nivel. Nada. Ese
es el tesoro más grande en el mundo, lo más importante en el mundo, la verdad Divina.
Más dulce que la miel que destila del panal, más preciada que el oro, que el oro refinado.
Te damos gracias por la dulzura, el valor, los gozos incomparables que disfrutamos al
entender la verdad Divina. La entendemos. La obtenemos. La verdad, escondida de los
sabios, revelada a los niños, para Tu gloria, únicamente Tu gloria.
Oro por aquellos que están aquí que son como Nicodemo, quizás religiosos, morales, pero
preocupados, temerosos, dudosos, conociendo la hipocresía de sus propios corazones.
Sabiendo que no están en el Reino. Sé misericordioso para Tu propia gloria. Sálvalos por
Tu voluntad, lávalos con el agua de Tu Palabra y dales un nuevo Espíritu e implanta Tu
Espíritu Santo dentro de ellos, dales vida nueva, regenéralos. Abre la tumba, déjalos salir,
transfiérelos del Reino de la muerte y la oscuridad al Reino de Tu amado Hijo y produce en
ellos arrepentimiento y fe y obediencia. Todo esto para Tu alabanza y Tu gloria.
Padre, gracias por este tiempo maravilloso de adoración. Úsanos, Señor, para proclamar
esta verdad con valentía y después, esperar en Tu poder y darte toda la alabanza. Oramos.
Amén.
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La gloria del nuevo pacto, 1ª Parte


Escritura: 2 Corintios 3:6–18

Código: 47–15
John MacArthur
Estamos a punto de embarcarnos en nuestro estudio de 2 Corintios, capítulo 3; en un
estudio muy, muy importante. Comenzando en el versículo 6 de este capítulo y hasta el
final del capítulo, vamos a estar estudiando la gloria del nuevo pacto. La gloria del nuevo
pacto.
Ahora, esta mañana quiero decirle algunas cosas que quiero que entienda como material
preliminar para este mensaje y esta serie en la que vamos a estar involucrados en este
capítulo. Esta es una de las secciones más difíciles, sino la más difícil en 2 Corintios. Difícil
de interpretar, difícil de entender, a menos de que se entregue con cierta devoción a su
estudio.
Al mismo tiempo, como es el caso con frecuencia, la dificultad, cuando es quitada, va a dar
lugar a la profundidad más grande de esta epístola. Esta sección en particular es profunda,
es presentada de manera brillante por Pablo. Es amplia y profunda en su impacto. Y,
además, no permanece sola.
Esta porción en particular de las Escrituras tiene ramificaciones amplias a lo largo de la
Biblia entera. Es uno de esos pasajes parteaguas que influencia en toda dirección.
Entender el corazón de lo que el apóstol Pablo está diciendo aquí es entender el Antiguo
Testamento y el Nuevo Testamento. Es entender la ley de Moisés y el Evangelio. Es una
sección profunda y estratégica de las Escrituras.
Ahora, también es inmensamente pertinente y sumamente aplicable al escenario en el
que nos encontramos en la Iglesia evangélica en Estados Unidos de Norteamérica en la
actualidad. Yo me atrevería a decir que, a primera vista, si alguno de ustedes leyera esto,
quizás estaría algo confundido por todo versículo, porque demanda algo de estudio y
discernimiento y estudio concienzudo para comprenderlo.
Y aun cuando quizás haya hecho eso, podría estarse rascando la cabeza y decir” “bueno,
todo eso es bueno y está muy bien, pero ¿qué tiene que ver esto con el punto en el que
estoy en la actualidad y la Iglesia en esta parte en particular del mundo en este tiempo en
particular?” Y simplemente, le quiero decir que se relaciona, como usted verá en esta
mañana y a lo largo de la serie, de maneras muy, muy específicas.
Voy a explicar este texto a detalle un poco, como sé que ocasionalmente se sabe que lo
hago a lo largo de los años. No voy a apurarme, porque quiero que entienda. Es
fundamental. Y un mensaje, necesariamente va a edificar sobre el anterior y no voy a
poder regresar y reestablecer el cimiento cada semana.
Entonces, si usted realmente va a entender esto y si usted va a llegar a entender las
implicaciones tremendas e impacto de esto, lo primero que tiene que hacer es venir cada
domingo, porque va ser muy difícil si usted no estuvo aquí, el poder entender y el poder
retomar lo que explicamos el domingo anterior y entenderlo que veremos la siguiente
semana. Entonces, quiero que sea fiel, quiero que piense y quiero que siga estas verdades
con cuidado no sólo para poder entender, sino por lo que ese entendimiento va a
significar para usted y para nuestra Iglesia y para la causa de Cristo.
Voy a ir tan lento, tan concienzudamente, de manera tan detallada como pueda,
conforme explico los detalles de este texto. Este es un pasaje de las Escrituras que he
estado esperando a lo largo de estos tantos años para predicar, finalmente. Y no voy a
apurarme para terminarlo. Voy a escucharme más como maestro que como predicador.
Me voy a oír más como profesor que como pastor. Y quizás, esto se pueda sentir más
como salón de clases que un servicio de Iglesia. Y al principio, quizás pueda sentirse más
preparado que motivado. Y pueda sentir que es más teológico que práctico. Pero sea
paciente. Esta es una parte muy, muy importante de las Escrituras.
Ahora, esa fue la introducción a la introducción. Aquí viene la introducción. El
entendimiento apropiado de la Iglesia cristiana y del ministro cristiano ha sido nublado
severamente por el sistema eclesiástico y ceremonial sacramental de la Iglesia Católica
romana, la Iglesia griega ortodoxa y los grupos protestantes ritualistas. El Evangelio puro,
verdadero, claro, del nuevo pacto, la fe cristiana auténtica ha sido amenazada
severamente por parte del catolicismo romano, la ortodoxia griega y el ceremonialismo
protestante - el ritualismo de la Iglesia elevada.
De hecho, fue esa batalla misma que llevó a la reforma -cuando los verdaderos
evangélicos se separaron a sí mismos del ceremonialismo, ritualismo, sacerdotalismo o el
sacramentalismo como es llamado, en donde la Iglesia se convierte en un reemplazo de
Cristo al cual usted está apegado mediante una ceremonia externa, ritual, sacramento,
función sacerdotal. La Iglesia se convierte en un reemplazo de Cristo haciendo a un lado al
Cristo verdadero y la gente tiene una conexión con la Iglesia mediante medios mecánicos
en lugar de una conexión con el Dios vivo mediante Cristo. Y muchos de ustedes
entienden esto.
Yo me atrevería a decir que probablemente el 50% de la gente que es parte de Grace
Community Church fueron salvados de un trasfondo de tipo católico romano o algún otro
tipo de trasfondo sacramental. La mayoría de ellos, de un trasfondo católico romano. Los
servicios de la Iglesia son ritualistas, son ceremoniales, son mecánicos y son externos. Los
ministros son vistos como funcionarios. El clero, sacerdotes que están haciendo algunas
cosas físicas y están involucrados en algunas rutinas físicas cumpliendo con ciertos rituales
físicos.
Esta no es la realidad del cristianismo auténtico, en donde el servicio de la iglesia es
adoración verdadera, espiritual, del corazón y donde los ministros son sacerdotes y el
clero. Pero ellos son profetas y heraldos y siervos y pastores y maestros. Y la distinción
entre ambos es tan grande como la distinción entre el antiguo pacto y el nuevo pacto en
las Escrituras.
La religión sacramental siempre ha sido vista en el cristianismo histórico ortodoxo como
una herejía mortal. Y es una herejía que ha plagado de manera incansable a la Iglesia
desde la época oscura, la ceremonia externa en lugar de la adoración interna. Un
reemplazo de Cristo en lugar del Cristo real. Un ritual impersonal en lugar de la salvación
personal. Ceremonias y sacramentos como medios de gracia en lugar de ser símbolos de
gracia.
Todo eso dio lugar a la reforma protestante. Los ministros no son vistos en fe cristiana
auténtica como hombres de rango exaltado eclesiástico quienes administran ceremonias,
sino que más bien los ministros en la fe cristiana verdadera son hombres que ven el rostro
del Dios y oyen en Su voz y salen de Su presencia a hablarle a Su pueblo.
Y amados, les quiero decir que la Iglesia necesita estar en contra de la corrupción
sacramental del cristianismo verdadero en la actualidad como siempre lo ha resistido. Y
eso es exactamente lo que usted va a ver a Pablo hacer en este capítulo. Él no está en
contra de un sacramentalismo en la forma en la que lo vemos en la actualidad en el
catolicismo romano, o la ortodoxia griega o digamos el protestantismo episcopal de la
Iglesia elevada. Él no está en contra de ese tipo de ceremonialismo, sino que más bien
está en contra del ceremonialismo inicial que plagó a la Iglesia y eso fue el judaísmo. Pero
realmente es el mismo tipo de problema.
El pasaje que tenemos frente a nosotros es una provisión maravillosa y rica para
ayudarnos a pensar con claridad acerca de este asunto de divorciar la fe cristiana
verdadera del ceremonialismo. De la ilusión engañosa y condenadora y la herejía que de
alguna manera usted puede tener una relación correcta con Dios mediante algún medio
externo.
Pablo, en el momento en el que escribe esto, estaba enfrentando la plaga devastadora de
ceremonialismo. Y estaba infiltrándose en la fe cristiana en la forma de los judaizantes que
estaban promoviendo las ceremonias mosaicas como componentes necesarios en la
salvación, incluyendo la circuncisión física. Ellos eran llamados del grupo de la circuncisión.
Estaban aferrándose a la ceremonia. Días de reposo, lunas nuevas, festividades, rituales.
Estaban promoviendo a las ceremonias como medios de gracia, medios de bendición.
Y, de hecho, eso es precisamente lo que estamos enfrentando en la actualidad. Y es
sumamente amenazador para la pureza de la Iglesia. Ilustración y punto que quizás usted
ha escuchado y quizás, no. Esta semana pasada recibí un documento que tenía ahí sobre
mi escritorio de 25 páginas en extensión, escrito por una coalición de eruditos católicos
romanos y líderes evangélicos bien conocidos, una afirmación de coalición entre
evangélicos y católicos.
Ahora, ellos se habían reunido para redactar una afirmación de cooperación y armonía y
alianza entre los evangélicos auténticos y el catolicismo romano. El documento es un
documento muy alarmante, extremadamente preocupante. Dice cosas como ésta:
“debemos reconocer como evangélicos que los católicos romanos son nuestros hermanos
y hermanas en Cristo.”
Me gustaría que eso fuera verdad. Hay cristianos en la Iglesia Católica romana, pero son la
excepción. Fue más allá de eso para decir esto: “necesitamos confesar nuestro pecado de
intentar convertirlos, reconociendo que eso es pecado.” Inclusive, dijo esto: “tenemos
algunos desacuerdos, pero no podemos dejar que esos desacuerdos nos separen porque
somos uno en Cristo.”
¿Qué desacuerdos? Desacuerdos como éste: los católicos ven el bautismo como un medio
de gracia. Nosotros vemos al bautismo como un símbolo de gracia. Ahí hay una diferencia
inmensa. El documento dice que no podemos dejar que esa diferencia separe nuestra
unidad en Cristo. Si usted ve al bautismo como un medio de gracia, usted no está en Cristo
porque esa es una salvación por obras.
Y el documento continúa así durante 25 páginas, celebrando el hecho de que somos uno
en Cristo como católicos romanos y cristianos. El reemplazo de Cristo, mecánico, la Iglesia
ceremonial, ritual siendo una y la misma con la Iglesia verdadera. Es algo al aterrador.
Realmente aterrador. Es un ataque contra la reforma.
Y eso es exactamente lo que Pablo estaba enfrentando aquí. De hecho, usted va a
encontrar que algunos de los líderes católicos romanos están rogando por esta unificación
porque quieren absorber a todo el mundo en su sistema. Y están rogando por esa
unificación en base a que el catolicismo es el único cristianismo verdadero, porque incluye
en su sentido espiritual al nuevo pacto en su sentido formal y al antiguo pacto. Y eso es
verdad. Antiguo pacto y nuevo pacto.
Y cuando dicen eso, están mostrando que no entienden que el antiguo pacto se acabó y
que no hay lugar para las ceremonias y que no hay lugar para los rituales que han cesado.
Ahora, eso es precisamente lo que está en el trasfondo de este texto conforme Pablo
escribe.
Ahora, permítame darle algo del cimiento para que podamos entender esto. Segunda de
Corintios es la carta más personal de Pablo. Diríamos que, en esta carta, él es sumamente
transparente. En el capítulo 6, él básicamente dice eso en el versículo 11: “nuestra boca se
ha abierto a vosotros, oh corintios, nuestro corazón se ha ensanchado.” Honestidad
absoluta. No he sido hipócrita. No he retenido nada. He dicho todo y he abierto mi
corazón y soy absolutamente transparente. Ustedes están viendo la profundidad de mi
alma.
Esta es su carta que más revela de él. Usted siente la profundidad de su corazón más en
esta carta que en cualquier otra carta que él escribió de las trece del Nuevo Testamento.
No sólo es que aquí a Pablo lo vemos de la manera más honesta y transparente, y no sólo
aquí es cuando él más se revela, sino que, en segundo lugar, esta carta fue escrita a la
congregación que más provocó su afecto. No sé por qué, pero él tuvo un amor por esa
congregación que era excepcional, excepcional. Él los llama en 1 Corintios 4:14, hijos
amados a quien él ha engendrado.
En 2 Corintios capítulo 12 él dice: ‘ustedes son hijos,’ versículo 14; después, en el 15: ‘yo
me gastaré gustosamente,’ esto es voy a entregar todo lo que tengo y ‘ser gastado a
entregar mi vida por vuestras almas. Y si los amo más, ¿seré amado menos?’ Él les está
diciendo yo los amo más. ¿Es apropiado que yo los ame menos?
Debido a que esta congregación produjo más afecto del corazón de Pablo que cualquier
otra, ellos tenían el potencial de lastimarlo con mayor profundidad. Y así fue. Su corazón
estuvo totalmente abierto para ellos. Él estaba totalmente expuesto, fue totalmente
transparente. Y él los amó con un afecto más allá de cualquier otro. Y lo lastimaron
profundamente en el corazón.
Debido a su fuerte amor hacia ellos, él genuinamente estaba triste. Y a él le dolía el
pecado de ellos. Y ellos, estaban en rebelión. Había tantos problemas para que él se
desanimara, amenazas y tramas en contra de su vida a diario. Y lo más probable es que él
estaba sufriendo de una enfermedad casi fatal. La frase ‘casi muerto’, de una u otra
manera, se repite a lo largo de esta carta.
En el capítulo 4, en el versículo 8 él dice: “estamos afligidos, perplejos”; versículo 9:
“perseguidos, golpeados”. Versículo 10: “llevando siempre en el cuerpo la muerte de
Jesús”. Versículo 11: “siendo entregado constantemente a la muerte”. Versículo 12: “la
muerte opera en nosotros”. Capítulo 6, versículo 4: “aflicciones, dificultades, golpes,
encarcelamientos, tumultos, labores, falta de sueño, hambre.” Capítulo 7, versículo 5:
“conflictos afuera, temores adentro”. Capítulo 11, versículo 23: “encarcelamientos, golpes
sin número, en peligro de muerte, cinco veces recibiendo 39 azotes. Tres veces golpeado
con varas. Apedreado, habiendo naufragado una noche y un día en las profundidades”. Y
todos los peligros que su vida soportó. Labor, dificultades, noches de desvelo, hambre,
sed, sin alimentos, expuesto, frío.
Y más allá de eso, lo peor de todo es la merimna, la ansiedad, versículo 28, la merimna, la
ansiedad de enfrentar a cristianos infieles. Esta Iglesia había quebrantado su corazón cien
veces al día. Ellos estaban capacitados de una manera tan rica con dones espirituales, dice
1 Corintios 1:5 al 7, que ellos habían recibido todo conocimiento, toda sabiduría y no
ejercían ningún don. Ellos estaban dotados de una manera tan eminente, estaban
ubicados de una manera tan estratégica, estaban tan bendecidos de manera tan singular
al tener a Pablo como su pastor durante casi dos años.
Y tenían tanto y, sin embargo, eran un desastre. Estaban llenos de conflicto y caos y
divisiones, celos, evidencias de orgullo, inmoralidad sexual, incesto, demandas entre
cristianos, prostitución, abusos del matrimonio, falta de amor hacia cristianos más débiles,
estaban involucrados en adoración de ídolos, abusaron de la mesa del Señor, llegaban a la
fiesta de amor borrachos, pervirtieron sus dones espirituales. Inclusive, maldijeron a
Cristo, caos en los servicios de adoración, errores en el área de la resurrección. Ellos se
rehusaron a darle a los santos pobres y todo eso lo enfrentó en 1 Corintios.
Ahora hay otro problema y este asunto es el tema de la herejía destructiva de los
sacramentalistas, el grupo de la circuncisión, los judaizantes que habían entrado a la
Iglesia y dijeron: “tienen que guardar la economía antigua. Tienen que guardar los días de
reposo, las leyes y las ceremonias y los lavamientos y las limpiezas y todos los rituales.”
Y aquí, él estaba otra vez con el corazón roto. Esta confusión devastadora de lo externo
ceremonial con un corazón verdadero por Dios lo entristeció. No era suficiente que él
estuviera enfermo con una enfermedad casi fatal. No fue suficiente que él estuviera triste
y entristecido por todos los pecados que él enfrentó en la primera carta. No fue suficiente
que él estuviera solo y estaba esperando que Tito viniera y se uniera a él. No fue suficiente
que él había enfrentado un tumulto por su ministerio en Éfeso y tenía que salir de ahí con
su vida en juego. No fue suficiente que él llegó a Troas y estaba tan desanimado y
golpeado que, aunque hubo una puerta abierta del ministerio, él le dio la espalda y dejó el
lugar en el que estaba en un desánimo tan profundo. Él tuvo suficiente dolor en la vida y
en su ministerio sin esto. Y el peor dolor de todos, la deserción de su amada Iglesia
entregándose al sacramentalismo, ceremonialismo y ritualismo.
A. T. Robertson escribió, y cito: “si Pablo puede ver el lado brillante de la vida del
predicador, él también sabe cómo es el lado oscuro. Hay bastantes nubes en su vida como
para oscurecer la luz. De hecho, cuando Pablo fue impulsado a jactarse de su trabajo en
comparación con aquel de los judaizantes en Corinto, es el catálogo de sus pruebas lo que
él relata. Él tiene prisiones, sus azotes, su náufrago, sus peligros de todo tipo. Sus
desvelos, su hambre y su sed. Si necesito gloriarme, me gloriaré de las cosas que tienen
que ver con mi debilidad,” dice él.
Pero simplemente ahora, Pablo no puede gloriarse ni siquiera en su debilidad. Él no puede
gloriarse en nada. A. T. Robertson dice que él es un hombre quebrantado, quebrantado en
espíritu y cuerpo. Así es como usted lo encuentra cuando él escribe. Ahora, usted tiene
que recordar algo: el pastor o el predicador puede entender esto porque aquí es donde
todos vivimos, dos cosas cautivan y entristecen el corazón del pastor: uno, son los pecados
de su congregación. Dos, es su abandono doctrinal. Y eso es precisamente lo que Pablo
está enfrentando en Corinto. La carta número uno enfrentó el asunto del pecado y la carta
número dos enfrenta el asunto de la doctrina.
Corriendo el riesgo de colocarme en una categoría en la que yo no pertenezco, creo que
entiendo lo que Pablo está sintiendo aquí, porque me he llegado a cargar de la misma
manera y me he afligido de la misma manera en mi alma y me he llegado a preocupar por
igual y he llegado a tener el mismo celo al combatir esos dos mismos asuntos. ¿Qué es lo
que destruye a la Iglesia? El pecado y la deserción doctrinal.
La gente me pregunta por qué escribo los libros que escribo. Porque me siento tan
obligado como el apóstol Pablo y cualquier otro hombre quien es fiel a su llamado, a
proteger a la Iglesia de caer en pecado y caer en el error. Batallar por la autenticidad del
cristianismo no es algo marginal, es lo que hacemos. No es un trabajo de fin de semana. Es
por lo que vivimos.
Ahora, yo entiendo esto. Yo entiendo la naturaleza triunfal del ministerio que él describió
en el capítulo 2, versículos 14 al 17. Yo comprendo que hay gozo y triunfo en el ministerio.
Y entiendo que Dios nos está usando y guiándonos en un desfile triunfal en términos de
ministerio.
Pero al mismo tiempo que estamos triunfando en Cristo en este llamado maravilloso de
ser predicadores del Evangelio, siempre estamos peleando en esos dos frentes.
Manteniendo a la Iglesia pura en su estilo de vida y pura en su teología. Pablo no quería
que nadie corrompiera las vidas de su congregación. Y él no quería que nadie corrompiera
la mente de su congregación.
Y una cosa que él dice acerca de un ministro adecuado, un siervo adecuado, comienza
todo este pasaje. Versículo 6, él dice: “el cual asimismo nos hizo ministros competentes de
un nuevo pacto.” Díganles a esos judaizantes que el antiguo pacto se acabó. Es historia.
Con todos sus sacrificios y todas sus ceremonias, se acabó.
El judaísmo tenía sacrificio, tras sacrificio, tras sacrificio, tras sacrificio, ¿verdad? Así
también el catolicismo romano. Misa, tras misa, tras misa, tras misa. Y usted sabe lo que
es la misa. Es el sacrificio de Cristo otra vez. Es un paralelo a los judaizantes de la Iglesia
del Nuevo Testamento.
Ahora, recuerde que, al defender la integridad y la autenticidad de su ministerio en contra
de los judaizantes, él dice: “un verdadero ministro es conocido porque él predica el nuevo
pacto.” Un hombre no es un ministro verdadero, quien se ve a sí mismo como algún
ceremonialista, un ritualista. El hombre que es un verdadero ministro predica el nuevo
pacto.
Y fue eso lo que lo llevó al resto de este capítulo. Y el resto del capítulo trata de la gloria
del nuevo pacto. La gloria del nuevo pacto. Y el término del antiguo pacto. El catolicismo
romano, la ortodoxia griega y el protestantismo de la Iglesia elevada básicamente es un
estilo de religión de antiguo pacto externo. Y muchos de ustedes lo saben porque salieron
de ahí. Y estuvieron ahí quizás durante años y nunca conocieron a Dios y nunca
conocieron a Cristo. Y nunca tuvieron certeza de su salvación porque no tuvieron
salvación. Simplemente, tenían un comité que se reunió y decidió que todos los católicos
romanos y los ortodoxos griegos y los sacramentalistas son hermanos y hermanas por
igual en Jesucristo. Es uno de los golpes más fuertes jamás dados en contra de los
evangélicos que jamás he escuchado en mi vida entera.
¿Qué vamos a decir? ¿Deja de testificar a la gente en esos sistemas? ¡Qué pensamiento
tan horrendo! ¿Vamos a confesar como un pecado el dar testimonio a alguien que está
cautivo en una de esas religiones ceremoniales externas y, por lo tanto, darle la espalda a
su necesidad espiritual? El ceremonialismo es una herejía mortal y debe ser vista como tal.
Ahora, Pablo dice que debemos ser siervos de nuevo pacto. Ahora sé que se están
preguntando qué es el nuevo pacto. “Quiero asegurarme de que lo entiendo.” Y voy a
hacer esto. Y esta mañana le voy a explicar acerca del nuevo pacto. Vamos a entrar a este
pasaje la próxima vez, pero quiero hablarle del nuevo pacto y quiero que escuche con
mucha, mucha atención porque esto es parte del nuevo nacimiento.
Mateo 26:28, no lo busque, simplemente escuche, Jesús dijo, con Sus discípulos, en el
aposento alto, en la última cena, con una copa en Su mano: “esta es Mi sangre del pacto.
Este es el nuevo pacto de Mi sangre que es derramada por,” ¿qué? “Por el perdón de
pecados”. Esta es la distinción del nuevo pacto. Es un pacto que provee mediante la
muerte de Cristo perdón por los pecados.
Ahora, tengo mucho que decir de esto. Y cuando haya dicho lo que le voy a decir esta
mañana, aun así, tendrán algunas preguntas. Pero serán respondidas en las próximas
semanas. Ciertamente, los corintios sabían esto. Ellos conocían el nuevo pacto. Después
de todo, tenían la mesa del Señor. Pablo había sido su pastor, les había enseñado todo
eso. Ellos fueron salvos al creer en el nuevo pacto. Ellos habían celebrado el nuevo pacto
cada vez que tenían comunión. Ellos conocían el nuevo pacto. Ellos entendían que era el
pacto en la sangre de Cristo mediante el cual el pecado podía ser perdonado de manera
permanente y para siempre. Esa es la razón por la que el sacrificio nunca más necesita
¿qué? Ser repetido.
Usted dice ‘si sabían eso, si sabían que el nuevo pacto perdonaba el pecado y que era la
provisión completa, ¿cómo es que llegaron a caer en eso? ¿Cómo es que aceptaron eso?
¿Cómo es que llegaron a creer esa mentira engañosa de que el ritual sacramental
ceremonial externo de alguna manera es un medio de gracia?’
¿Quiere saber algo? El antiguo pacto, por maravilloso y por glorioso que era, simplemente
apuntaba al Salvador. Simplemente son símbolos. Todos esos sacrificios, todos esos
lavamientos, todas esas ceremonias, circuncisión todo eso era simbólico, no real. Y todo
apuntaba a la realidad. Y usted no puede tomar la sombra y el retrato igual a la realidad, o
de lo contrario, habrá confundido a la realidad. Si usted hace del símbolo el medio de
salvación, usted ha confundido sin esperanza alguna la salvación.
Y Pablo sabía eso. Y esa es la razón por la que él está tan preocupado por hablar de esto.
¿Y sabe una cosa? Usted dice: “Bueno, seguramente los corintios sabían eso”. Sí. ¿No es
sorprendente que ellos sabían eso, se les enseñó eso y, sin embargo, aceptaron esta es
herejía mortal? Usted piensa que es sorprendente. Es sorprendente. Después de haber
sido pastoreados por Pablo, usted pensaría que ellos no habrían hecho eso. Pero escuche,
si una Iglesia en donde Pablo fue el pastor cayó en eso, no tengo ilusión alguna acerca de
esta Iglesia, porque usted sólo me tiene a mí. Esa es la razón por la que quiero ser un
vigilante. Entonces, necesitamos entender el nuevo pacto.
Ahora, lo voy a llevar a un pasaje, Hebreos 8. Hebreos, capítulo 8. Quiero que entienda el
nuevo pacto, ¿muy bien? Y la mejor manera en la que usted puede entender está aquí, en
Hebreos 8. Ahora, no podemos cubrir todo esto a detalle, pero usted va a recibir lo
suficiente para entenderlo. Versículo 6: hablando de Cristo, quien es un Sumo Sacerdote
mejor que Aarón o que cualquiera de los sacerdotes levíticos, dice, hablando de Cristo,
“pero ahora, tanto mejor ministerio es el Suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto,
establecido sobre mejores promesas.”
El nuevo pacto es un ¿qué? Un mejor pacto. Usted pregunta por qué es un mejor pacto.
En primer lugar, porque tiene un Mediador mejor. El nuevo pacto es el pacto en la sangre
de Cristo. Ese es un mejor pacto. Tiene un mejor mediador. Un mediador, ¿qué es eso?
Bueno, significa alguien que está entre dos partes y las une. Alguien que está en medio de
una disputa o un conflicto. Y para ser un mediador que realmente es bueno, tiene que
representar por igual a ambas partes, ¿verdad?
¿Sabe usted que en el Antiguo Testamento hubo algunos mediadores en el antiguo pacto?
Según Gálatas 3:19; Éxodo 20:19 y Deuteronomio 5:5, Moisés fue un mediador. Él fue un
mediador en el antiguo pacto. Él vino entre el hombre y Dios. Y los profetas fueron
mediadores en cierta manera porque trajeron la Palabra de Dios al hombre. Y los
sacerdotes fueron mediadores porque trajeron las necesidades del hombre a Dios. Moisés
fue un mediador. Los profetas fueron mediadores y los sacerdotes fueron mediadores.
¿Y sabe una cosa? Digamos que fueron mediadores reales, pero tuvieron un problema
serio. No representaban por igual a ambas partes. Moisés fue un hombre, pero él no era
Dios, ¿verdad? Los profetas eran hombres, pero no eran Dios. Los sacerdotes eran
hombres, pero no eran Dios. Un mediador perfecto tendría que ser tanto hombre como
Dios. Entonces, dice el apóstol Pablo escribiéndole a Timoteo: “tenemos un mediador
entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.”
Ellos fueron mediadores en sombra, tratando de reflejar lo que el mediador verdadero
sería. No fueron mediadores falsos. Ellos fueron mediadores reales. Hay algunas religiones
falsas que tienen mediadores totalmente falsos. Pero en el judaísmo, ellos fueron
mediadores reales. Sólo que fueron ineficaces, inadecuados, fueron sombras porque no
representaron realmente de manera completa a Dios.
Pero en el nuevo pacto, no necesitamos ningún sacerdote, ¿verdad? No necesitamos a
ninguna persona para que sea mediador entre nosotros y Dios. No necesitamos a ningún
santo. Tenemos al mediador, Cristo. Y no tenemos que ir a buscarlo. Él está en nosotros. Y
no tenemos que pedirle a María si fuera tan amable en suavizarlo por nosotros, para que
Él nos dé lo que queremos.
El nuevo pacto es un mejor pacto porque tiene un mejor Mediador. Y, en segundo lugar,
es un mejor pacto porque tienes mejores promesas. Mejores promesas. Todos los pactos
están basados en promesas. Eso es lo que son los pactos. Y el antiguo pacto hizo algunas
promesas.
Pero el nuevo pacto hace una mejor promesa. ¿Sabe cuál es? Por el sacrificio de
Jesucristo, una vez hecho para siempre, Él borró nuestro pecado para siempre. Esa es una
mejor promesa. El perdón de pecados realizados de una vez por todas mediante la sangre
de un sacrificio, el Señor Jesucristo. El punto es que eso es todo lo que usted necesita en el
nuevo pacto, ¿no es cierto?
Como puede ver, cuando usted ve el catolicismo romano, usted ve todos esos sacrificios
repetidos en la misa todo el tiempo. Usted ve a todas esas personas con los cuellos al
revés, siendo sacerdotes y papas y cardenales y todo eso. Y están operando como si
estuvieran bajo el antiguo pacto, bajo un formato diferente. Y mezclado con eso, el nuevo
pacto confunde la pureza de la fe cristiana auténtica.
Abrir sus brazos y aceptar eso sería como si el apóstol Pablo le estuviera diciendo a los
corintios en 2 Corintios “esta es una carta corta, estoy tan emocionado porque aceptaron
y recibieron a los judaizantes.” Firma, Pablo. Claro. Observe el versículo 7 de Hebreos 8:
“porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se habría procurado
lugar para el segundo.” Si el primer pacto pudiera haberlo hecho, no habría habido un
segundo pacto, pero no era perfecto.
De hecho, el versículo 8 dice “reprendiéndolos”. Después, el resto del pasaje, hasta el
versículo 12 es una cita directamente del profeta Jeremías en Jeremías 31. Y Jeremías
prometió el nuevo pacto y esto es tomado de ahí. El antiguo pacto tenía fallas. Tenía
algunas fallas reales.
Entonces, tenía que haber un nuevo pacto. Y hay siete factores descriptivos que muestran
la naturaleza del nuevo pacto. En primer lugar, él dice: “he aquí, vienen días, dice el Señor,
en que estableceré con la casa de Israel y con la casa de Judá un nuevo pacto.” Lo primero
acerca del nuevo pacto es que es de Dios. Es de Dios. Estableceré. Eso es lo que el Señor
dice. Está basado en la soberanía de Dios. Es Su propósito y Su plan y lo ha establecido
desde antes de la fundación del mundo.
En segundo lugar, es diferente. Él dice en el versículo 9: “no como el pacto que hice con
sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto.” No va a ser
así. Es diferente. No es una mejora. Es uno nuevo. Su naturaleza básica es diferente. Un
nuevo pacto, nuevo en el sentido de diferente.
En tercer lugar, esto es realmente importante, es con Israel. Este pacto es con Israel como
el antiguo pacto. Éste nuevo pacto va a ser con Israel. Observe lo que dicen el versículo 8:
“con la casa de Israel, con la casa de Judá. Y ahí en el versículo 10: “este es el pacto que
haré con la casa de Israel.”
Ahora, ¿está listo para escuchar esto? Piense conmigo. Dios nunca ha hecho un pacto con
gentiles. Jamás. Esa es la razón por la que Jesús dijo en Juan 4:22 “la salvación es de los
judíos”. Ahora, usted pregunta si eso acaso deja afuera a los gentiles afuera. No, no, no.
Muy, muy, muy atrás en el pacto Abrahámico, el cual precede al pacto mosaico, mucho
tiempo atrás en el tiempo Abrahámico Dios dijo: “voy a traer a un pueblo mediante los
lomos de Abraham y mediante este pueblo todas las naciones de la tierra serán benditas.”
Hace el pacto con el pueblo. El pacto no es exclusivo para esas personas. Simplemente,
son las personas que lo representan para el resto del mundo en nombre de ese pacto.
Gentiles por la fe pueden compartir en los beneficios del nuevo pacto, así como los
gentiles compartieron en los beneficios con el antiguo pacto. Los gentiles podían participar
en el pacto mosaico. Sería un gentil que temía a Dios, ¿verdad? Quien se comprometía
con obedecer el pacto mosaico y cumplir con los sacrificios.
Lo mismo es el caso en el nuevo pacto. Los gentiles pueden entrar en el nuevo pacto
mediante la fe. Vino, mediante Israel, la línea mesiánica vino a través de Israel. El Mesías
vino a través de Israel. El plan entero vino a través de Israel. El mensaje de los profetas
vino a través de Israel. El sacerdocio fue el sacerdocio Levítico que vino de los lomos de
Abraham.
Y cualquier gentil que cree, se convierte en un verdadero hijo de Abrahán, ¿no es cierto?
Gálatas, capítulo 3. Por lo tanto, escribe Pablo, son aquellos que son de la fe que son hijos
de Abraham. Y la Escritura, previendo que Dios justificaría a los gentiles por la fe, predicó
el Evangelio de antemano a Abraham diciendo “todas las naciones en ti serán benditas”.
Después, en el versículo 29 dice: “si vosotros pertenecéis a Cristo, sois descendencia de
Abraham.”
Pero, el pacto fue hecho con Israel y los gentiles participan de él. En este momento hay
más gentiles en el nuevo pacto que judíos, ¿verdad? Porque los judíos han rechazado,
pero Romanos nos dice que viene un día cuando todo Israel será salvo.
Entonces, el nuevo pacto es diseñado por Dios. Es diferente del antiguo. Es hecho con
Israel. Es uno nuevo. Eso significa que el antiguo es hecho a un lado.
En cuarto lugar, no es legalista. Versículo 9: “No es como el pacto que hice con sus padres
el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; Porque ellos no
permanecieron en Mi pacto, y Yo me desentendí de ellos, dice el Señor.”
En el nuevo pacto, Él continúa limpiándonos de todo pecado. No tenemos que regresar
otra vez para hacer otro sacrificio, hacer otra vez todo como en el antiguo pacto. Tratar de
regresar a Su gracia buena.
En quinto lugar, observe el versículo 10. Este pacto no sólo es escrito por Dios, es
diferente del antiguo, hecho con Israel, no es legalista, sino que es interno en lugar de ser
externo. Versículo 10: “Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel después
de aquellos días, dice el Señor: Pondré Mis leyes en la mente de ellos, Y sobre su corazón
las escribiré; Y seré a ellos por Dios, Y ellos me serán a mí por pueblo.” ¡Boom! Una
relación permanente, interna. Mentes, corazones, no piedras, no pergaminos, no afuera,
sino dentro. Ezequiel dijo que Él implantaría Su Espíritu en ellos. Esto es interno, no es
externo.
En sexto lugar, es personal. Versículo 11: “Y ninguno enseñará a su prójimo, Ni ninguno a
su hermano, diciendo: Conoce al Señor…” En otras palabras, usted no tiene que ir por
todos lados diciendo de todo el mundo afuera: “conoce al Señor. Conoce al Señor. Conoce
al Señor.” ¿Por qué? “Porque todos me conocerán,” será interior, estará adentro, “desde
el menor hasta el mayor de ellos.” Su ley en nosotros, Su Espíritu en nosotros. Ése es el
nuevo pacto.
Y finalmente, trae perdón completo. Observe el versículo 12: “Porque seré propicio a sus
injusticias, Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.” Esa es la
culminación del nuevo pacto. Esto es lo que los hombres necesitan más que cualquier otra
cosa, necesitan el perdón de pecados final, completo, total.
Y después, el escritor concluye en el versículo 13 con una de las afirmaciones más
poderosas en el Nuevo Testamento en esta área. Escuche lo que él dijo: “Al decir,” esto es
cuando Dios, hablando a través de Jeremías en el capítulo 31 de Jeremías, “Nuevo pacto,”
y literalmente la palabra pacto es añadida, “al decir nuevo pacto,” ¿qué?, “ha dado por
viejo al primero…” Se acabó. Él tomó al ceremonialismo y el ritualismo y a la religión
simbólica y los hizo obsoletos. Esa es la razón por la que usted no viene aquí y no estamos
caminando con todo tipo de cosas floridas que cuelgan de nosotros por todos lados. Y
usted no ve inmobiliario santo en las paredes. Y no hay incienso que esté ardiendo y
altares y humo y todo eso. Eso es obsoleto. Y cuando usted lo reintroduce, usted de hecho
está judaizando. Usted no puede nada más abrir sus brazos y meterlo en lo que es
Evangelio auténtico. Esa es la razón por la que hubo una reforma.
Usted no puede nada más decir: “bueno, para nosotros cristianos el bautismo es un medio
de gracia y para otros, es un símbolo de gracia” o de lo contrario le acaba de decir a miles
de anabautistas que entregaron sus vidas como mártires, que murieron por una trivialidad
porque murieron por el tema del bautismo. Y es obsoleto y no podemos dejar que entre.
Al final del versículo 13: “Y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a
desaparecer.” Ahora, esta es una palabra fuerte para los judíos. Si no lo cree, usted no la
próxima vez que vaya a Israel en una sinagoga jasídica local. Vea si puede salir con vida
cuando les diga que el antiguo pacto es obsoleto; pero así es.
Esta es una verdadera piedra de tropiezo para muchos judíos. Es difícil para los judíos
reconocer que el antiguo pacto con sus leyes y rituales y ceremonias fue simplemente un
símbolo y ahora la realidad ha venido y los símbolos se han acabado. Pero Dios lo explicó
claramente, ¿no es cierto?, cuando Él rasgó el velo en el templo de arriba hacia abajo en la
muerte de Jesucristo.
Y después, menos de cinco años después de que esta parte de Hebreos se escribiera,
Jerusalén ya no existía y el templo había sido destruido y la adoración ya se había acabado
y había terminado en la devastación que llevó a cabo el general romano Tito. Y todo el
sistema sacrificial se había acabado y todo eso se había acabado y aún en el día de hoy se
ha acabado.
¿Por qué? No necesita existir, habiendo inventado una forma de lo mismo en el
sacramentalismo que se llama a sí mismo cristianismo, hacer esto es resucitar lo que está
muerto y es viejo y es obsoleto; y confunde la simplicidad de la verdad cristiana auténtica.
El antiguo pacto fue reemplazado de manera total con el nuevo.
Ahora, quiero cerrar al pedirle que me acompañe al capítulo 9 por un par de minutos,
versículo 11. Esto le va a ayudar a entender este nuevo pacto. “Pero estando ya presente
Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros,” eso es el nuevo pacto, “por el más
amplio y más perfecto tabernáculo,” un mejor pacto, con un mejor sumo sacerdote y
mejores promesas y un mejor tabernáculo, “no hecho de manos,” es decir no de esta
creación, ahora, observe esto, “y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por
Su propia sangre, entró una vez para siempre…” ¿Cuántas veces tenían que entrar los
sumos sacerdotes ahí? Todo el tiempo, y en el lugar santísimo, una vez al año.
Jesús, una vez, entró, ¿obtuvo redención temporal hasta que la próxima misa se llevara a
cabo? ¡No! “Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos y las cenizas de la
becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más la
sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a
Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?”
Los antiguos sacrificios tuvieron una limpieza temporal de la carne, ¡cuanto más ha
logrado Cristo en la limpieza eterna! Y en el versículo 15: “Así que, por eso es Mediador,”
¿qué?, “de un nuevo pacto.” Se ha llevado a cabo una muerte para la redención de las
transgresiones que cometimos inclusive bajo el primer pacto, la muerte de Cristo lavó los
pecados de la gente del primer pacto. No había nada en ese pacto que podía hacer eso. El
nuevo pacto se remonta hacia atrás en la historia e inclusive salva la gente del antiguo
pacto.
Usted pregunta cómo podía hacerlo. Porque estaban viendo al antiguo pacto de manera
apropiada. Ellos estaban viéndolo como simbólico del Mediador que estaba por venir. ¿Se
acuerda cuando dice que Moisés veía hacia delante y vio a Cristo? Lo veían por lo que era,
era simbólico.
Pero los judíos del día de Jesús y aquellos que confrontaron a Pablo habían tomado los
símbolos y en lugar de verlos como aquello que apunta al Mesías, inventaron su religión a
partir de todos los símbolos y tenían una religión mecánica como un reemplazo el
cristianismo que tenemos en la actualidad. Si las cosas antiguas fueron símbolos buenos,
¡cuánto mejor es lo real que eso simbolizaba! Si lo externo y físico y temporal sirvió
también al propósito de Dios, ¡cuánto mejor el pacto interno espiritual eterno servirá Sus
propósitos santos y eternos! Tenemos un mejor sumo sacerdote con un mejor santuario
quien hizo un mejor sacrificio con una mejor promesa. No redención temporal, sino
redención eterna y de una vez por todas y para siempre, el perdón de pecados.
Isaac Watts escribió, y cito: “no toda la sangre de bestias matadas en altares judíos podía
darle a la conciencia culpable paz o lavar la mancha. Cristo, el Cordero celestial, quita
todos nuestros pecados, un sacrificio de un hombre más noble y una sangre más rica que
esos sacrificios.” Fin de la cita Este es el nuevo pacto y un ministro genuino y una Iglesia
genuina es el nuevo pacto.
Padre, acabamos de comenzar a entender estas verdades y Te bendecimos y Te alabamos
por la claridad con la que la Verdad viene a nuestros corazones. Te damos gracias porque
la sangre de Cristo, quien mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a
Dios, ha limpiado nuestra conciencia de obras muertas, de estos rituales antiguos para
servir al Dios vivo.
Te damos gracias porque Jesús hizo todo lo que Él hizo en la tierra en obediencia a Ti
mediante el Espíritu, especialmente Su sacrificio supremo. Y al hacer eso, Él proveyó la
limpieza de las conciencias. Él libera nuestra conciencia de la culpabilidad para que
podamos acercarnos con corazones limpios de una conciencia mala y cuerpos lavados con
agua pura. Padre, los sacerdotes de la antigüedad limpiaban lo de afuera sólo
simbólicamente, de manera imperfecta y temporal. Pero Cristo, limpia el interior.
Padre, no nos dejes enredarnos en aquello que es externo. Ayúdanos a ser fieles en
aquello que es el corazón. Que seamos una Iglesia genuina del nuevo pacto y cristianos del
nuevo pacto, ministros del nuevo pacto.
Te agradecemos, Padre, por un privilegio como este, el vivir en esta época. Una época
hacia la cual miraban y escudriñaban los profetas de la antigüedad, un tiempo cuando las
cosas han sido completadas, ¡cuán privilegiados somos! Haznos fieles a ese nuevo pacto.
Protege a Tu Iglesia de la infiltración de las mentiras antiguas, de las herejías mortales, del
ceremonialismo. Y oramos por toda persona que aquí, Señor, que Tu gracia especial
satisfaga cada necesidad espiritual. En el nombre de Cristo. Amén.
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
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La gloria del nuevo pacto, 2ª Parte
Escritura: 2 Corintios 3:6

Código: 47–16
John MacArthur
De nuevo en esta mañana, es nuestro gran gozo pasar a la Palabra de Dios. La adoración
debe ser en espíritu y en verdad. Ciertamente, hemos adorado en espíritu y ahora,
llegamos a ver la Verdad de Dios, la cual promueve esa adoración.
Abra su Biblia en 2 Corintios capítulo 3. Estamos progresando a lo largo de esta epístola
maravillosa, encontrándonos ahora en el tercer capítulo. Estamos viendo la sección que va
desde el versículo 3 al versículo 18 bajo el título “La gloria del nuevo pacto.” La gloria del
nuevo pacto.
La sección es presentada en el versículo 6. Permítame leérselo: “el cual asimismo nos hizo
ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra
mata, mas el espíritu vivifica.” Y vamos a detenernos en ese punto. Un nuevo pacto.
Es esencial que nosotros, como cristianos, entendamos la naturaleza del nuevo pacto.
Entendamos no sólo su naturaleza y definición, sino entender su relación con otros
pactos. Particularmente, con lo que es llamado el antiguo pacto o la ley dictada mediante
Moisés. Una comprensión del antiguo pacto y el nuevo pacto nos da un entendimiento del
panorama de la historia redentora y el propósito Divino. Mal entender esto pactos y su
relación es mal entender las Escrituras y el propósito salvador de Dios.
Es triste decirlo, pero ha habido y todavía lo hay, mucho mal entendimiento acerca de
este tema. Y quiero hacer lo mejor que pueda por ayudar a aliviar algo de eso y poder
trazar algunas líneas claras y distintivas, para que usted pueda encontrar un camino a la
comprensión.
Ahora, antes de que entremos a nuestro texto y hablemos del nuevo pacto, quiero que
abra su Biblia en Hebreos, capítulo 11, el cual quiero usar como introducción. Hebreos,
capítulo 11. Este capítulo ha sido llamado el salón de la fama cristiana o el salón de la
fama de la fe o los héroes de la fe. Enlista los nombres y las hazañas de los héroes del
Antiguo Testamento. Santos del Antiguo Testamento.
Estamos familiarizados con el concepto de un salón de la fama. En nuestra sociedad,
tenemos varios salones de la fama que honran a personas que han hecho diferentes
hazañas en diferentes ámbitos y diferentes áreas de la vida. Un salón de la fama es donde
los héroes son nombrados y presentados para que todas las generaciones los recuerden
debido a sus hazañas y debido a sus méritos y debido a su mérito excepcional.
Y aquí, hay un salón de la fama así. Aquí hay una lista que, por cierto, no es exhaustiva
realmente sino, que es una muestra. No todos los nombres que podrían estar aquí están
aquí, sino que son nombres a manera de muestras. Algunos de los santos del Antiguo
Testamento más nobles están aquí. Algunos, son únicamente referidos o mencionados en
base a sus hazañas.
Pero este, es un salón de la fama. Presenta a manera de memorial a todos los héroes que
el Espíritu de Dios identifica aquí debido a su fe. Es un tributo a la fe. A hombres y mujeres
que ejercieron una confianza excepcional, profunda, que transformó su vida en Dios en
medio de circunstancias muy difíciles.
De hecho, estos héroes de la fe son modelos para que nosotros, los imitemos y. Porque el
capítulo 12 comienza: “por tanto, nosotros también teniendo en derredor nuestro tan
grande nube de testigos, despojémonos de todo esto y del pecado que nos asedia, y
corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.” La carrera de la fe.
Estas personas son modelos para nosotros, son ejemplo. Son una nube o una gran
multitud de testigos. ¿De qué dan testimonio? De la validez de la fe. De los beneficios de
la fe. De la superioridad de vivir por fe. De la bendición de vivir por fe. Son testimonios
vivos de la fe. Y son nuestros héroes, nuestros ejemplos. Los modelos que debemos
seguir.
Regresemos de nuevo al principio del capítulo 11. Dice en el versículo 2: “porque por ella
alcanzaron buen testimonio los antiguos.” ¿Qué es ella? La fe. Es la certeza de lo que se
espera, la convicción de lo que no se ve. La fe fue la causa de su aprobación. Y su
aprobación no sólo fue por los hombres, sino más bien por Dios. Fueron aprobados por
Dios debido a su fe.
Estuvo Abel, versículo 4. Estuvo Enoc. Ahí, en el versículo 7 está Noé; en el versículo 8,
Abraham. Versículo 11, Sara. Ahí en el versículo 20, está Isaac; después, en el versículo 21,
Jacobo. En el versículo 22, José. En el versículo 23, Moisés. Y después, quizás alguien
excepcional, versículo 31, Rahab, la ramera, un modelo de fe. Y después, en el versículo
32, simplemente reuniendo a un grupo representativo, estuvo Gedeón y Barak y Sansón y
Jefté y David y Samuel y los profetas como Isaías y Daniel y Jeremías y Ezequiel.
Estos son los que están en el salón de la fe. Una lista no exhaustiva, sino representativa. Y
muchos otros podrían también ser enlistados, “que por fe,” versículo 33, “conquistaron
reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos
impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en
batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. Las mujeres recibieron sus muertos
mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de
obtener mejor resurrección. Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto
prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de
espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres,
angustiados, maltratados; de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos,
por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.” ¡Qué lista tan increíble!
¡Qué salón de la fama!
Y después, un versículo contundente, versículo 39: “Y todos éstos, aunque alcanzaron
buen testimonio mediante la fe,” y eso es exactamente lo que se dijo ahí atrás en el
versículo 2. El capítulo está encerrado entre corchetes por esa afirmación. Fueron
aprobados por Dios debido a su fe. Por grandes que fueron, por grande que fue la prueba
que probó su fe, por fuerte que fue su confianza, por lo ejemplar que fue su vida para
nosotros y aunque son modelos y los patrones que debemos seguir, al final del versículo
39 dice: “no recibieron lo prometido.”
¿Qué? ¿Quieres decir que hay personas que son el modelo de fe virtuosa, hay personas
que establecieron el estándar para cómo usted debe vivir su vida confiando en Dios en
medio de circunstancias extremadamente difíciles y que nunca vacilaron, quieres decir
que estos hombres y mujeres que realmente son los pináculos de la historia redentora del
Antiguo Testamento y con toda esa fe y toda esta aprobación Divina, no recibieron lo que
fue prometido? ¿Cómo puede ser eso posible?
Versículo 40: “proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros,” esto es en nuestra
época, “para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros.” Escuche esto: la
palabra “perfeccionados” en el libro de Hebreos se usa de manera sinónima con la
salvación.
Y lo que él está diciendo es que por grande que fue su fe, por noble que fue su fe, por
ejemplar que fue su fe, ellos nunca habrían sido salvos fuera de una promesa que es
cumplida en nuestro tiempo.
Bueno, ¿qué es lo que él está diciendo? Él está diciendo que fuera del nuevo pacto en
Jesucristo no habría salvación para esos santos del antiguo pacto. Eso es lo que está
diciendo.
Ahora, usted pregunta: “espera un momento, ¿está diciendo que no fueron salvos?” No,
obviamente lo fueron. Pero no fueron salvos al guardar la ley, la ley mosaica. “Porque por
las obras de la ley ningún ser humano será justificado.” No fueron salvos porque hubo algo
dentro de ellos que los hizo dignos de la salvación y Dios se la concedió en base a que ellos
alcanzaron el mérito.
La única manera en la que fue posible que ellos pudieran recibir perdón de pecados,
escuche esto, y se les concediera salvación fue si sus pecados hubieran sido expiados. Y
eso sólo sucedió en Cristo. Y la realidad maravillosa es que Dios, sabiendo de antemano,
ordenando de antemano la muerte de Su Hijo, aplicó lo que estaba por venir a ellos en el
pasado.
Pero si nunca hubiera habido un nuevo pacto, nunca habrían podido ser salvos. Eso es tan
importante de entender. No importa qué tan leales fueron, no importa qué tan devotos
fueron en seguir la economía mosaica, no importa qué tan grande fue su fe en Dios y qué
tan arrepentidos estaban por su pecado. Si Jesucristo no hubiera sido el Cordero matado
desde antes de la fundación del mundo, no habría habido para ninguno de ellos salvación
alguna.
Pero escuche con atención: Jesucristo fue la promesa. Él vino, Él murió. Él expió por el
pecado. Él resucitó de los muertos alcanzando una redención perfecta. Y Dios, antes de
que eso llegara a suceder, aplicó lo que Él sabía que se sucedería. Lo que Él planeó que
sucediera y lo que ya había pasado en Su propósito eterno atemporal a ellos en el pasado.
Usted pregunta cómo es que la gente en el Antiguo Testamento se salvaba. Eran salvados
por la fe. “Pero espera un momento: ¿acaso eran salvos únicamente porque creyeron?”
No. Fueron salvos porque Dios aceptó su fe, porque Jesucristo llevaría sus pecados. Tenía
que haber un sacrificio por el pecado y eso es exactamente lo que el escritor de Hebreos
está diciendo. Usted puede tomar los ejemplos más grandes de fe del Antiguo
Testamento, esas personas que atravesaron por el peor tipo de circunstancias posibles y
su fe nunca vaciló. Y usted puede decirles: “no importa qué tan grande fue tu fe, no
importa qué tan religioso fuiste, no importa qué tan devoto fuiste, no importa cuánto
trataste de vivir según la ley de Dios y mantener tu confianza en el Dios vivo, si Jesucristo
nunca hubiera ido a la cruz, perecerías en el infierno.” No por pudieron haber sido
perfeccionados sin nosotros. Lo que él quiere decir es que sin lo que ocurrió en nuestro
tiempo, sin el Evangelio, estaban esperando eso. Estaban esperando eso.
De hecho, aun Abraham, dice en el versículo 10 de Hebreos 11, estaba esperando la
ciudad cuyo cimiento y cuyo arquitecto y constructor es Dios. Él estaba viendo más allá de
su vida y tiempo y circunstancia. Moisés, observe el versículo 25, escogió soportar el
maltrato con el pueblo de Dios que disfrutaba de los placeres temporales del pecado, ¿por
qué? Porque el consideró el menosprecio de Cristo.
Espere un momento, ¿cómo es que él sabía del menosprecio de Cristo? ¿Cómo es que él
sabía de Cristo? Él sabía acerca de un profeta mayor porque Dios se lo había revelado. Él
sabía que Dios enviaría a un Redentor porque él podía ver eso prefigurado y simbolizado
en todo sacrificio animal que él jamás realizó.
Y él prefirió soportar el sufrimiento llevando el vituperio de Cristo porque él lo consideró
mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque él estaba viendo hacia adelante, a esa
recompensa. Los santos del Antiguo Testamento fueron salvos por fe. Fueron salvos por
fe. Fe en Dios y fe en que Dios proveería un sacrificio que quitaría sus pecados. Y lo hizo en
Cristo.
Pero si Cristo nunca hubiera venido y nunca hubiera muerto, los héroes más admirables,
más religiosos, los más fieles, los más leales, los héroes más sacrificiales de la historia
redentora, estarían en el infierno para siempre porque no hay manera de ser salvo fuera
de la provisión de Jesucristo en la cruz, la cual se extiende al pasado, el futuro y cubre los
pecados de todos los que creen. Dios proveyó, en Cristo, algo mejor. Algo mejor de lo que
tenían. Lo que ellos tenían era un pacto de ley. Era bueno. Estaba bien, era verdadero.
Pero tenía que haber algo más. Porque todo lo que el pacto de la ley hacía era apuntar a
su ¿qué? A su pecado. Y entonces, desde Abel y Enoc y Noé y Abraham y Sara e Isaac y
Jacob y José y Moisés hasta Rahab y Gedeón y Barak y Sansón y Jefté y David y Samuel y
los profetas y los demás, estaban esperando algo mejor. Estaban esperando una
redención completa. Y esa redención no podía suceder sin el Señor Jesucristo.
Esa es la razón por la que cuando usted ve 1 Pedro 1:10, 1 Pedro 1:10, dice: “acerca de la
salvación, en Cristo, los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros
inquirieron y diligentemente indagaron.” Aquí están los profetas. Y están recibiendo la
palabra del Señor, de que Dios va a quitar el pecado. El Señor nos va a traer sacrificio. El
pecado será quitado y escribieron acerca de esto.
Y cuando escribieron de esto dice que inquirieron y diligentemente indagaron. ¿Saben lo
que estaban haciendo? Ellos estaban estudiando lo que estaban escribiendo. Y dice en el
versículo 11 “escudriñando qué persona y qué tiempo, cuándo es que esto va a pasar y
quién será,” qué persona, qué tiempo es el que el Espíritu Santo está indicando cuando
anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo y las glorias que vendrían tras ellos.
Ellos sabían que estaba por venir un Siervo sufriente. Ellos sabían que vendría un Redentor
y ellos sabían que más allá del Redentor habría gloria. ¿Pero cuándo y quién? Su salvación
estaba basada en la fe de lo que Dios haría para proveer un Redentor; y Él lo hizo en
Jesucristo.
La gente en el Antiguo Testamento nunca fue salva al guardar la ley. Ellos fueron salvos al
confiar en la gracia de Dios y la misericordia de Dios y el perdón de Dios por sus pecados
que la ley señalaba. Ése es el punto.
Ahora escuche. Aunque su salvación no podía ser llevada a cabo sin el sacrificio de Cristo
en el futuro, eso no los hace creyentes de segundo nivel. No hay creyentes de segundo
nivel. Son creyentes de primer nivel. Son creyentes del nivel más elevado. De hecho, son
modelos tales de fe verdadera y piadosa que en Hebreos 11 son héroes que debemos
seguir. No son menos que nosotros. Son la nube de testigos que modelan para nosotros la
vida de fe.
Ahora, regresemos a nuestro texto. En nuestro pasaje aquí, Pablo está tratando con la
distinción entre el antiguo pacto y el nuevo pacto. Y él está tratando de señalar que el
antiguo pacto tuvo una función. Y su función fue simbolizar y apuntar hacia el nuevo
pacto. Pero ahora que ha venido el nuevo pacto, el antiguo pacto es obsoleto. Tal como lo
dice Hebreos 8:13 de manera exacta.
Pero como puede ver, en la Iglesia corintia habían entrado los falsos maestros. Y ellos
estaban enseñando el antiguo pacto. Ellos estaban diciendo que tenía que ser
circuncidado, guardar la ley de Moisés, seguir todos los rituales, todas las ceremonias, de
lo contrario Dios no lo aceptará. Y tristemente, algunos cristianos se estaban enredando
en esto, demandando que los creyentes vivieran bajo el antiguo pacto, así como también
el nuevo pacto. Y era una herejía. El antiguo pacto tuvo un propósito. Ese propósito es
hecho a un lado cuando viene el nuevo pacto.
Ahora, este asunto del antiguo pacto y el nuevo pacto obviamente es un asunto serio,
importante en el Nuevo Testamento. Está por todos lados, porque el Nuevo Testamento
estaba en esa transición. Y, de hecho, los judíos generalmente estaban enfurecidos con el
apóstol Pablo debido a ese asunto que quisieron matarlo. No estaban listos para aceptar
que el antiguo pacto era obsoleto y que había venido un nuevo pacto en Jesucristo. Pero
este era el hecho.
¿Y creería usted que inclusive hubo algunos que se asociaron con la Iglesia, que creyeron y
que todavía estaban tratando de aferrarse a prácticas del antiguo pacto? Algunos de ellos,
probablemente como los falsos maestros en Corinto, creyeron que mantener la parte de
las ceremonias del antiguo pacto era parte y médula de la salvación. Y, por lo tanto,
confundieron la salvación al grado que no podían ser salvos.
Pero para otros cristianos, vinieron a Cristo por fe y arrepentimiento; y fueron salvos. Y se
les dijo después: ahora que son salvos, deben guardar todas esas leyes mosaicas. Y
algunos de ellos pensaban que tenían que seguir el día de reposo. Y algunos de ellos,
pensaban que tenían que circuncidarse y circuncidar también a los gentiles. Y algunos de
ellos pensaban que tenían que seguir las leyes alimenticias.
Entonces, Pablo tiene que enfrentar ambos asuntos. Aquellos que alteran la doctrina de la
salvación al añadir obras y ceremonias a ella. Y aquellos que habiendo recibido una
doctrina pura de la salvación y habiendo ha venido a Cristo en términos correctos, ahora
creen que necesitan añadir a eso como asunto de obediencia, todas las ceremonias
mosaicas. Ambos casos están equivocados. No necesita las ceremonias mosaicas para ser
salvo y ya no necesita mantenerlas como creyente, porque esa ley es obsoleta.
Entonces, aquí, en este texto en particular en 2 Corintios capítulo 3, él sabe que él está
enfrentando estos legalistas judaizantes que están ahí en Corinto promoviendo este tipo
de religión ceremonial sacramental. Y él quiere enfrentar el hecho de que todo eso es
simbólico. Y todo hecho ha sido hecho a un lado porque la realidad está aquí, en Cristo.
Ahora, él dice en el versículo 6: “nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto.” De
un nuevo pacto. Y este nuevo pacto tiene siete cualidades distintivas. Siete cualidades
distintivas. Permítame dárselas: da vida. Produce justicia. Es permanente. Es claro. Está
centrado en Cristo. Es liberador. Y es transformador. Lo vuelvo a decir: da vida, produce
justicia, es permanente, claro, está centrado en Cristo, es liberador y es transformador.
Ahora, esas son las excelencias majestuosas del nuevo pacto que se nos da en el texto
frente a nosotros. Glorias maravillosas, maravillosas de un nuevo pacto. Tomemos tan
sólo la primera. Y ya explicamos esto hace algunas semanas atrás, cuando vimos el
versículo 6. Pero quiero volverlas a explicar. Entonces, quiero repasar el repaso. Pero
quiero decir algunas cosas más allá de lo que dije en el pasado.
Observe el versículo 6, lo primero: el nuevo pacto da vida. Somos ministros de un nuevo
pacto, no de la letra, sino del espíritu. Porque la letra mata, mas el espíritu vivifica. Ahora,
quiero que entienda lo que este versículo está diciendo. Y va a demandar que piense
cuidadosamente porque es muy, muy importante.
Notará en el versículo 7 que el antiguo pacto, la ley, es llamado el ministerio de la muerte.
Y en el versículo 9 es llamado el ministerio de la condenación. Muy bien, el Antiguo
Testamento es un homicida. Y señalamos esto la última vez. Ahora, siga esto con cuidado.
El Antiguo Testamento mata.
Vamos a mantenerlos alejados del versículo 6 por un momento. Vamos a tomar ese
concepto del ministerio de la muerte y el ministerio de la condenación. ¿Por qué es que
Dios dio la ley? El apóstol Pablo dijo que la ley vino debido a la transgresión. Muy bien.
Dios dio la ley para demostrarle al hombre qué tan pecaminoso es él como hombre. La ley,
dice Pablo, es nuestro tutor para llevarnos a Cristo. En otras palabras, nos muestra nuestra
necesidad desesperada de un Redentor. Dios establece una ley, un estándar. Una norma.
Es buena, es noble. No hay problema con la ley. El problema es con el pecador, ¿verdad?
Él no puede guardar la ley.
Ahora, escuche con atención. En esa ley hubo principios absolutos invariables morales que
nunca cambian. Pero también en esa ley hubo símbolos de la redención venidera.
Entonces, un judío practicante bajo el antiguo pacto estaría esforzándose por obedecer los
principios morales de la ley. Y al mismo tiempo, atravesando por las ceremonias que
simbolizaban esa moralidad y que simbolizaban la redención venidera. O más bien,
simbolizaban su pecaminosidad. El hecho de que quedaban cortos de esa moralidad, tales
como la circuncisión, la cual es un símbolo de limpieza que necesitaban tan
desesperadamente en el corazón, todos los lavamientos y bautizos y ceremonias eran
símbolos de la necesidad de ser lavado o limpiado.
Entonces, usted tenía un código moral real y junto con éste, tenía símbolos que debían
cumplirse externamente. El código moral, obviamente, el interior. Las ceremonias por
fuera, en el exterior. El código moral era el estándar de Dios para la vida y los símbolos
eran retratos y probadas y símbolos de la obra redentora que estaba por venir en Cristo.
Ahora, tomemos por un momento el punto moral. Aunque la ley era el camino a la vida,
un pecador no la podía guardar, no la podía guardar. Por mucho que tratara, no la podía
guardar. De hecho, el apóstol Pablo, de hecho pensaba que era un hombre bastante justo,
pensaba que era un hombre bastante bueno. Usted oye a personas decir eso todo el
tiempo: “bueno, creo que soy bastante bueno. Cuando lleguemos al final, estoy seguro de
que mis obras buenas que van a superar a mis obras malas.”
Bueno, el apóstol Pablo pensaba que era bastante bueno en el versículo 9 de Romanos 7,
él dice: “y una vez viví fuera de la ley, aunque pensé que estaba realmente bien. Y
después, vi la ley de Dios y morí. Estaba muerto. Y este mandamiento que supuestamente
iba a dar vida, resultó en muerte para mí.” Y después, él dice algo más: “el mandamiento,
el pecado, el mandamiento era bueno, el pecado me engañó y me mató.”
Ahora, quiero que siga esto: la ley, dice él, realmente me mató. Me mató en tres maneras.
En primer lugar, creó una muerte viviente. Pensé que estaba vivo y cuando vi la ley, morí.
¿Qué quieres decir que moriste? Estuve frustrado, en tristeza, en culpabilidad, sin
esperanza, en vergüenza, la muerte viviente mató mi gozo, mató mi paz, mató mi
confianza, mató mi esperanza, mató mi satisfacción. Pensaba que estaba bien hasta que
finalmente vi la ley de Dios. Y cuando finalmente vi la ley de Dios, me dije a mí mismo: “no
estoy bien, estoy en problemas serios. Y fui y me hundí en la desesperanza.” Esa es una
muerte viviente.
En segundo lugar, no sólo lo mató con un tipo de muerte viviente, sino que también lo
mató con la expectativa de la muerte eterna. Digámoslo de esta manera: muerte
espiritual, lo mató espiritualmente. En otras palabras, Gálatas 3 lo expresa de la manera
más clara posible. “Tantos que aquellos que son de las obras de la ley están bajo una
maldición.” Si usted trata de caminar en esta ley justa por sí mismo, por usted mismo, por
sus obras, usted está bajo una maldición.
¿Por qué? “Maldito es todo aquel que no permanece en todas las cosas escritas en el libro
de la ley para cumplirlas.” En otras palabras, si usted quebranta una ley una vez, usted
está condenado. Y no estamos hablando aquí de una maldición de que usted va a estar
frustrado y va a tener vergüenza y se va a sentir culpable. Estamos hablando de una
maldición en la que usted va a estar aislado de Dios para siempre. La ley realmente me
mató, me mostró que yo no era el hombre que pensaba que era. Y la vida, en cierta
manera, cobró un giro de muerte viviente, de frustración e insatisfacción. Me mató en el
hecho de que me sentenció a una maldición eterna.
Escuche: precisamente en ese punto, la ley había cumplido con su trabajo. Eso es lo que
debía hacer. Tenía la intención de callar a los hombres. Esto es, confinarlos sin escape
alguno a la realidad de que estaban condenados y eran pecadores condenados. Eso es lo
que debía hacer. Y entonces, cuando hizo eso, eso es exactamente lo que debía hacer. Era
un camino de vida. Era un camino de vida inalcanzable que dejaba al pecador con el
reconocimiento de que realmente estaba muerto. Y esa es la manera en la que era un
ministerio de muerte y un ministerio de condenación. Era un matón, un homicida
absoluto. Pero eso es exactamente lo que debía hacer.
Ahora, tomemos a un santo del Antiguo Testamento, ¿muy bien? Tomemos a quien usted
quiera, Moisés o cualquiera, Isaías, Jeremías. ¿Sabe lo que pasaba? Ellos sabían que la
salvación era por fe, porque ellos sabían que fue la fe de Abraham que hizo que Dios los
justificará, ¿se acuerda de eso? Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia,
¿correcto? Ellos sabían que Noé fue salvo por gracia. ¿Se acuerda? Noé halló gracia.
Entonces, la gente del Antiguo Testamento que realmente entendía, sabía que la salvación
venía cuando usted acudía a Dios en fe y recibía gracia. Pero, ¿qué era preliminar a eso?
Un sentido de su propio pecado, inutilidad, desesperanza. Como puede ver, está, en cierta
manera integrado en nuestra naturaleza caída el pensar que podemos reformarnos a
nosotros mismos, que podemos hacer lo que Dios quiere que hagamos y hacerlo por
nosotros mismos.
Y no es sino hasta que somos llevados a la bancarrota absoluta, hasta que estamos en el
punto en el que no tenemos confianza en nosotros mismos, hasta que estamos llorando y
golpeando nuestro pecho y clamando “Señor, sé propicio a mí, pecador”. ¿Se acuerda
usted de ese hombre, el publicano, haciendo eso en el templo en Lucas 18? ¿Entiende
usted que él no era un cristiano del Nuevo Testamento? Él era un pecador del Antiguo
Testamento bajo la convicción de la ley. Y la ley había hecho en su vida exactamente lo
que la ley debe hacer. Lo había llevado al punto en el que estaba golpeando su pecho y
diciendo ‘Señor, sé propicio a mí, pecador’. Y eso era lo que la ley tenía la intención de
hacer. Llevarlo a ver su pecado.
Ahora, antes de que hubiera la ley, los hombres realmente no entendían la profundidad y
amplitud de su iniquidad. Esa es la razón por la que Hechos 17 dice que el tiempo de su
ignorancia Dios pasó por alto. Y Él fue paciente. Y Él fue más tolerante porque Él sabía que
no había una norma muy estricta y clara presentada de esta ley, con la cual un hombre
pudiera ser medido. Y, por lo tanto, hubiera sido pronunciado impío. Y entonces, fue más
paciente. Pero cuando la ley vino, se estableció.
Y entonces, esto es lo que pasaba. Alguna persona del Antiguo Testamento, un judío y
quizás un prosélito de los gentiles era expuesto a la ley de Dios. Veía lo que él era. En
realidad, él podía ver la ley de Dios en su resumen más estrecho: ama a Jehová tu Dios con
todo tu corazón, alma, mente y fuerzas. Y a tu prójimo como a ti mismo. Y decía: ‘yo no
amo a Jehová mi Dios con todo mi corazón alma, mente y fuerzas.’ Hay muchas cosas ahí
que anhelan mi afecto, mis deseos. Él pudo haber entendido la ley y los diez
mandamientos. La primera mitad que tiene que ver con la relación con Dios. La segunda
mitad que tiene que ver con los hombres. Y él podía encontrar ahí lugares en donde había
violado la ley de Dios. O él pudo haber estado expuesto al código inmenso de la ley que
había sido dado en la economía mosaica, presentado en el Pentateuco, en el Antiguo
Testamento. Y en ese punto, él podía haber visto la ley de Dios y haber entendido y haber
dicho “no la puedo guardar”. Él entonces habría visto su incapacidad y su desesperanza y
haber dicho ‘estoy perdido’, tal como Pablo lo había dicho. Y el publicano. Se golpeaba el
pecho y decía “Señor, sé propicio a mí, pecador.” No puedo salvarme a mí mismo. Estoy
muerto. Soy un hombre vivo muerto. Me dirijo a una muerte eterna, ¿qué voy a hacer?,
¿Cómo salgo de aquí? Y él vendría a Dios porque él habría oído que Dios es un Dios de
gracia. Y ciertamente lo es. Cuando Moisés le dijo a Dios: “muéstrame tu gloria”, Dios le
dijo: “aquí está”. Te voy a dejar ver Mi misericordia y Mi gracia, porque esa es Su gloria.
Ellos sabían que Dios era un Dios de gracia. El hecho de que Adán y Eva vivieron en el
pasado en su pecado significa que Dios es un Dios de gracia, ¿no es cierto? Y que Dios les
permitió ser redimidos. Ellos sabían que Dios era un Dios de gracia. Y entonces, en la
desesperanza de su pecaminosidad, habiéndoseles dicho de manera clara cuál era su
pecado, porque ellos habían sido medidos según la ley de Dios, esa persona entonces
venía con un corazón arrepentido, penitente, como el publicano, golpeándose el pecho y
diciendo “Dios, no tengo ningún lugar adonde acudir, no tengo recurso. No puedo guardar
la ley, me está matando. Estoy muerto. Lo único que puedo hacer es arrojarme a Tu
misericordia y a Tu gracia. Por favor, sálvame.”
Y en ese punto, ejercían fe y eran salvos. Y usted pregunta cómo es que Dios podía
simplemente limpiar su pecado. Porque Jesucristo vendría y Su cuerpo llevaría el pecado
mismo que Dios estaba perdonando. Así es como la gente en el Antiguo Testamento era
salva. Por la fe mediante la gracia. Y la ley tuvo un propósito de gracia porque los llevaba a
ese punto. Eso es lo que debía hacer.
Pero, ¿sabe usted lo que pasaba? La ley tenía que matar en esas dos maneras. Pero hay
una manera tercera manera en la que la ley mataba. Y cuando mata de esta manera,
realmente mata. Realmente mata. Observe Romanos 9:31. Ahora, siga esto con mucho
cuidado, Romanos 9:31. “Israel, buscando una ley de justicia, no llegó a esa ley.”
¡Hombre!, aquí estaba Israel, ellos estaban buscando justicia por la ley. Nunca la
alcanzaron.
Ahora, escuche con mucha atención: la ley tenía la capacidad, escuche con atención, la ley
tenía la capacidad de llevarlo a usted a la justicia. ¿Como? Al manifestar su pecado, el
pecado de usted. Y en la desesperanza de ese reconocimiento, usted, en fe, se arrojaba en
la misericordia y gracia perdonadoras de Dios. De esa manera, la ley podía llevarlo a la
justicia. De esa manera, podría cumplir su propósito de gracia, aunque no podían ser salvo
al obedecerla porque no podía obedecerla perfectamente. Por lo menos, podía conocer su
imperfección. Y la ley, entonces podía llevarlo a usted a la justicia disponible por parte de
Dios, a aquellos que creen.
Pero Israel nunca jamás llegó a este punto en el que entendieron la ley en su intención.
¿Sabe lo que hicieron? Versículo 32, ¿por qué nunca llegaron a ese punto.? Porque nunca
la buscaron por fe. Si no la buscaron como si fuera por obras. ¿Sabe lo que hicieron? En
lugar de ver la ley moral y decir ‘me estoy quedando corto, soy un hombre vivo muerto.
Voy a una eternidad sin Dios. Dios, sé propicio a mí, pecador.’ No quisieron aceptar eso.
No quisieron aceptar esa evaluación de su condición.
Y entonces, se volcaron al lado ceremonial, ¿verdad? Y dijeron: ‘bueno, sabemos lo que
haremos. Nos vamos a volver justos al mantener todas las ceremonias.’ Y entonces,
desarrollaron todo este tipo de formato ritualista sacramental, sacerdotal, ceremonial,
litúrgico, religioso. Y eso es exactamente lo que Pablo quiere decir cuando dice que no
llegaron a la ley. Nunca llegaron allí en el sentido de que nunca comprendieron su
intención. Porque quisieron buscarla por obras. No pudieron cumplir con esta parte, la
parte moral, por las obras, pero claro que podían hacer esta parte, ¿verdad?
Ahora, ¿acaso esto le recuerda del mismo tipo de ceremonialismo sacramental que vemos
en la actualidad en los griegos ortodoxos, las Iglesias católico romanas e iglesias
protestantes litúrgicas? En donde la gente realmente nunca enfrenta la intención de la ley
moral de Dios llevándolos a la desesperación, a la penitencia, al quebrantamiento, a la
contrición y el arrepentimiento, sino que más bien sustituyen todo el formato, todo el
sentarse, levantarse, encender las velas, hacen todo, pasan por toda la mecánica de esto y
Dios los va a aceptar como religión verdadera y justicia.
Esa es la razón por la cual Dios odia el sacramentalismo. Porque es un engaño que
produce condenación. Porque usted nunca llega a la intención real. Y en Romanos 10:3,
dice que los judíos no supieron de la justicia de Dios. Y entonces, buscaron establecer la
suya.
Dicho de una manera simple, pensaron que Dios era menos justo que ellos. Pensaron que
Dios era menos justo de lo que Él era. Ellos pensaron que eran más justos de lo que ellos
eran, y entonces, estaban bien. ¡Qué engaño tan terrible, verdad! Y esa es la razón por la
que Jesús podía ver al ojo a las personas mosaicas más religiosas, ceremonialistas,
legalistas, en toda la economía mosaica, los fariseos y decirles: “vosotros sois de vuestro
padre el diablo. Y a donde Yo voy, vosotros nunca vendréis.”
Y amados, quiero decirles que hay personas no en la actualidad en el ceremonialismo
judaico, sino que hay personas enredadas en el ceremonialismo romano y en el
ceremonialismo ortodoxo y la liturgia así que están inmersas en símbolos y nunca han
enfrentado los asuntos morales de su estado de muerte espiritual y nunca han sido
llevados al quebrantamiento, arrepentimiento y contrición y nunca han aceptado a
Jesucristo por la gracia mediante la fe.
Esto es realmente mortandad, porque ahora usted ha rediseñado la intención entera de la
ley de Dios. Hable de estar muerto. Ahora está realmente muerto. Ahora, todo eso - ni
siquiera entré a mis notas - todo eso nos lleva al versículo 6, en donde ya hemos estado.
Ahora, observe lo que dice: “este nuevo pacto.” Ahora, escuche con atención: “no es de la
letra, sino del espíritu, porque la letra mata mas el Espíritu vivifica.” Escuche lo que le voy
a decir. ¿Sabe una cosa? Aún bajo el antiguo pacto la letra mataba y el Espíritu daba vida.
Aún bajo el antiguo pacto eso era verdad.
¿Qué es lo que él quiere decir con la letra? Bueno, creo que la letra aquí no es tan sólo un
sinónimo para la ley. No creo que eso es lo que es. No creo que sea un sinónimo directo
para la ley. Creo que es un término que expresa una distorsión de la verdadera intención
de la ley. La verdadera intención de la ley era expresar que una persona reconociera su
pecaminosidad, su incapacidad, su desesperanza. Y aquí está la persona perdida en el foso
de su propia iniquidad y sabe que no puede hacer nada al respecto y tiene que depender
de manera total de la misericordia y la gracia de Dios y viene en fe. Y cuando él viene, Dios
lo perdona de manera absoluta. Total.
Isaías 55:6–7 lo presenta de la manera más clara que puede ser presentada. Y también
muchos otros lugares en los profetas. De tal manera que, escuche, Pablo no usa “letra”
como un equivalente simple de la ley. Letra es más bien es con lo que el legalista se queda
como resultado de mal entender la ley o usar de manera equivocada la ley, porque la ley
es espiritual, Romanos 7:14 dice. La letra de la ley es en aislamiento del espíritu de la ley,
la cual es su naturaleza verdadera. Es lo que el comentarista Cranfield, quien escribió
acerca de Romanos, llamó la ley desnaturalizada. Es despojada de sus propósitos.
Entonces, los judíos llegaron a una ley que tenía la intención de desenmascarar su pecado
y llevarlos a Dios. La única manera en la que eso podía pasar era si realmente estaban
enfrentando el espíritu de la ley. Si realmente estaban enfrentando la intención de la ley.
Si realmente estaban enfrentando el interior. Y claro, eso involucra al Espíritu Santo
también. Usted puede tomar la palabra ahí como espíritu con una ‘e’ minúscula o la
intención, la esencia moral de la ley o con ‘E’ mayúscula de Espíritu Santo. Y estoy
contento con ambas.
Somos siervos del nuevo pacto. Y ahí, en el nuevo pacto, tratamos con el Espíritu Santo,
tratamos con las cosas del corazón cosas del espíritu, cosas del interior. No con la
ceremonia externa, porque la ceremonia externa mata, pero el Espíritu, el Espíritu Santo
aquí, claro, da vida.
Esto lleva de regreso de nuevo a una Escritura más; y después, cerramos. A Romanos 2:27.
Realmente es desafiante para mí presentar esto de manera clara conforme les hablo, pero
voy a seguir trabajando a lo largo de este pasaje. Vamos a avanzar un poco más el próximo
domingo. Pero el versículo 27 necesita ser presentado en Romanos 2. ¿Ve la frase la letra
de la ley? O simplemente la letra en el original, a la mitad del versículo 27. Señale esto
conforme lo leo.
“Y el que físicamente es incircunciso,” eso es un gentil, “pero guarda perfectamente la ley,
te condenará a ti, que con la letra de la ley y con la circuncisión eres transgresor de la ley.”
Ahí usted puede ver que la letra es distinta de la ley. Entonces, simplemente estoy
tratando de probar, de presentar el punto que estaba explicando en 2 Corintios 3, que la
letra no es equivalente a la ley, sino que la letra es una interpretación de la ley que la
despoja de su contenido moral espiritual y la hace puramente externa.
Alguien quien hace eso, versículo 28, no es un verdadero judío. “Pues no es judío el que lo
es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que
es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en
letra.”
Entonces, aquí de manera coherente, otra vez Pablo usa el término letra no como
sinónimo para la ley, sino como un modo de describir un mal entendimiento, una mala
definición o un mal concepto de la ley.
Guardar la ley significa atravesar por todas las ceremonias externas, mientras que nunca
enfrenta la intención moral, de tal manera que usted nunca enfrenta el pecado. Usted
nunca enfrenta el arrepentimiento real. Usted nunca viene por gracia mediante la fe a
Jesucristo. Usted simplemente anda dándole vueltas con todos estos símbolos. Y ese es un
engaño que lleva a la gente a pensar que se están conformando a la intención de Dios
cuando no lo están.
Ese es un matón real; un matón real. Es muy difícil recuperarse de eso. Usted puede
recuperarse de la intención de la ley de matarse y el hecho que lo lleva a la desesperanza
por su condición miserable, porque eso lo va a llevar a Cristo. Pero cuando usted llega a
ese punto y usted opta por la religión ceremonial, ahora usted ha ido más allá de
reconocer su pecado y está en un engaño condenador.
Como dije, no tenemos ese mismo problema judaizante en la actualidad, pero tenemos el
problema de la religión sacramental ceremonial, predominantemente en el sistema
católico romano, en donde multitudes y multitudes de personas creen que tienen una
relación con Dios porque cumplen con ciertas ceremonias externas; y el engaño es
aterrador.
Y como dije el domingo pasado, el hecho de que nosotros simplemente de manera ciega
abramos nuestros brazos y le anunciemos al mundo entero que todas esas personas son
hermanos y hermanas en Cristo porque usan Su nombre, y para nosotros, como el
documento que les mencioné la semana pasada, que demanda que nosotros confesemos
nuestro pecado de tratar de evangelizar a católicos, sería equivalente a unirnos a la
herejía. No podemos hacer eso. Sus almas eternas están en juego y la integridad de Dios
está en juego también.
Bueno, la semana próxima, veremos más. Oremos. Padre, te damos gracias por el nuevo
pacto en Cristo. El nuevo pacto que sólo provee vida mediante el Espíritu, porque el
Espíritu sólo podría entrar en un corazón, sólo podría ser parte de una vida en donde el
pecado es enfrentado.
Te damos gracias porque cuando el nuevo pacto vino, el antiguo fue obsoleto. Y toda esta
ceremonia externa y todo ese ritual y todo eso que era simbólico, de la limpieza real y el
sacrificio real y el lavamiento real en Cristo, todos los símbolos que acabaron. La realidad
está aquí y ahora. Nosotros, que éramos matados por la ley, debido a Cristo y el Espíritu
que mora en nosotros, ahora encontramos que la ley, esa misma ley, es un camino de
obediencia y un camino de vida y un camino de bendición y un camino de gozo y un
camino de satisfacción, porque por el Espíritu, podemos obedecer la ley. Como Pablo dijo
en Romanos 8: “entonces la ley nos mató.” Cristo nos dio vida y ahora la ley es nuestro
amiga y vida para nosotros y bendición.
Padre, oro por personas que están enredadas en el engaño de la religión externa, quienes
no tienen relación contigo. Que alcancemos a estas personas y que hagamos que no vean
la ceremonia, sino que vean los mandamientos de las Escrituras que desenmascaran su
condición miserable y su pecaminosidad y tienen la intención de llevarlos a Cristo.
Que hagamos lo que podamos por ayudarles a escuchar a la voz que los convence de
pecado, la voz del Espíritu Santo para que lleguen al punto de la penitencia real y estén
listos para recibir Tu perdón. Gracias por lo que has provisto en Cristo para los santos de la
antigüedad que no fueron perfeccionados sin Él y por lo que has provisto en Él para
nosotros. Ayúdanos hacer personas que viven por la fe. Y si llegara a existir un salón de la
fama para creyentes del Nuevo Testamento, que excedamos en gozo si es que se nos
permite llegar a ser mencionados.
Ayúdanos a vivir vidas ejemplares de fe en Cristo como pecadores arrepentidos que se
han volcado a Tu misericordia en Él. Oramos en Su nombre. Amén.
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
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La gloria del nuevo pacto, 3ª Parte


Escritura: 2 Corintios 3:7

Código: 47–17
John MacArthur
Ha sido nuestro privilegio en las últimas semanas, y lo será de nuevo esta mañana, estar
estudiando 2 Corintios capítulo 3, la rica carta desde el corazón de Pablo a su amada
Iglesia corintia. Y conforme estamos en el capítulo 3, estudiando los versículos 6 al 18,
estamos considerando el tema: la gloria del nuevo pacto. El nuevo pacto.
Les he recordado en las semanas pasadas que el nuevo pacto es el pacto en la sangre de
Cristo, esa es la promesa de la salvación mediante la muerte y la resurrección de
Jesucristo. El nuevo pacto es glorioso. El nuevo pacto es todo suficiente. El nuevo pacto
salva.
Es el nuevo pacto el que se encuentra en el corazón del Evangelio cristiano: que Jesús
murió, resucitó para proveer perdón de pecados, una justicia que cubre y vida eterna.
Predicamos el nuevo pacto. Predicamos el Evangelio. Y también lo hizo Pablo.
Desafortunadamente, Pablo se vio estorbado por parte de algunas personas que estaban
predicando el antiguo pacto también, tratando de confundir el tema de la salvación. El
Evangelio de Jesucristo es suficiente para salvar. Nosotros siempre decimos que la
salvación es mediante la gracia, únicamente, mediante la fe únicamente, en Cristo
únicamente. No tiene un ritual necesario que contribuya a la salvación. No hay ceremonia
y no hay obras humanas. Un pecador quebrantado y contrito y humillado por su propia
iniquidad, reconociendo que no hay manera de escapar del juicio y de la iniquidad, viene a
Dios, ruega por gracia, ruega por misericordia, ruega por perdón. Y Dios, en base a lo que
Jesucristo ha hecho para satisfacer Su propia justicia y proveer una expiación para ese
pecador, perdona, abraza el pecador, cubre al pecador con la justicia de Cristo y le da la
promesa de la vida eterna. Ése es el Evangelio cristiano.
No hay ceremonia alguna que se parte de eso. No hay ritual que se parte del mismo. Esa
es la razón por la que, en una Iglesia verdaderamente cristiana, en donde el Evangelio es
entendido, un ambiente verdaderamente del nuevo pacto, no tenemos ceremonias ni
símbolos, sino más bien la explicación clara de la realidad en Jesucristo. No dependemos
de símbolos para nuestra salvación, dependemos de la realidad de Jesucristo.
Pero siempre, siempre, sea en el día de Pablo o en nuestro día, están aquellos que quieren
venir con lo que nosotros llamamos la religión simbólica, un tipo de religión sacramental,
religión sacerdotal, que incluye, en algún tipo de conducta, significado espiritual, realidad
espiritual y gracia salvadora.
Hubo este tipo de personas en Corinto que hacían eso. Que venían y demandaban que las
personas que ya habían sido redimidas en Cristo, para validar su redención y para
asegurar su redención, necesitaban guardar la ley ceremonial de Moisés. Estos gentiles
necesitaban ser circuncidados. Ellos necesitaban asegurarse que hubiera un seguimiento
en los lavamientos, y sacrificios y demás. Estaban demandando un regreso a símbolos del
antiguo pacto que ahora eran obsoletos debido a que había venido la realidad. Regresar y
exaltar a los símbolos es algo fútil. No sólo rechaza la realidad del Evangelio, sino que
pervierte el propósito y el significado de los símbolos, los cuales nunca tuvieron la
intención de ministrar gracia, nunca tuvieron la intención de ministrar vida espiritual, sino
que fueron únicamente retratos de aquello que podría y haría eso.
Entonces, al enfrentar esto en Corinto, Pablo escribe en esta sección una preocupación
porque la gente comprenda la diferencia entre el nuevo pacto y el antiguo. O, mejor
dicho, que la gente entienda la transición del antiguo pacto al nuevo. No es que el antiguo
pacto y el nuevo pacto sean opuestos. No es que se oponen el uno al otro. Es que uno da
lugar al siguiente.
El antiguo pacto en y por sí mismo no estaba completo, no podía salvar, no podía
conceder justicia. Tenía que ser hecho a un lado y ser reemplazado por el nuevo. El
antiguo pacto, no obstante, cumplió con un propósito. Un propósito muy bueno. Y ese
propósito fue cumplido históricamente. Y cuando el tiempo vino para que ese propósito
se desvaneciera, se desvaneció. Y el nuevo pacto lo reemplazó.
Conforme he estado pensando en todo esto, he estado tratando de cubrir tanto como
pudiera para ayudarle a entenderlo, he llegado a estar más consciente de que hay algunas
personas entre los evangélicos que no entienden la relación entre el antiguo pacto y el
nuevo pacto. Entre la ley y el Evangelio. Entre la ley y la gracia.
Esto me fue señalado esta semana de una manera muy sorprendente y decepcionante.
Estaba hablando con un individuo que me contaba de su Iglesia, me contaba de su pastor.
Y él me estaba diciendo que después de años en el pastorado y después de años en esta
Iglesia en particular, él había acudido a su pastor para hacer algo de estudio como laico; y
le preguntó cómo era que se salvaba la gente del Antiguo Testamento. A lo cual el pastor
inmediatamente respondió: “al guardar la ley.” Y, por supuesto, no sé qué tan amplio sea
este malentendido, pero cuando usted lo encuentra al nivel del liderazgo espiritual, es, de
hecho, algo triste. Nadie jamás fue salvo por la ley en ninguna época. Jamás. La ley no
podía salvar.
Ahora, permítame hablarle un poco acerca de la ley. En cierta manera, vamos a regresar
entrando a un embudo para regresar a donde dejamos. Cuando hablamos acerca de la ley
en la Biblia, nosotros estamos hablando acerca de la ley que colocamos bajo la categoría
de la ley mosaica, esto quiere decir aquello que Dios le reveló a Moisés. Dios le reveló Su
ley a Moisés. Ahora, la ley que Dios le reveló a Moisés, que se registra en el Antiguo
Testamento, particularmente, claro, en la ley de los primeros cinco libros, esa ley, tiene
tres componentes básicamente. Tres componentes. Ley civil, ley moral y ley ceremonial.
Ahora, permítame ver si puedo ayudarle a entender los propósitos de esos. La ley civil fue
la instrucción dada por Dios para la vida socioeconómica de su pueblo, Israel.
Ciertamente, algunas de las cosas que Dios dio en su ley civil para la vida de ellos, los
trascendería. Pero primordialmente, Él le dio un tipo de orden para la vida social de ellos
que los aislaría del mundo que los rodeaba para que no fueran influenciados por el
paganismo y pudieran mantenerse a sí mismos como un testimonio puro del único Dios en
el mundo. Entonces, en la ley de Moisés hay un componente de la ley civil que estuvo
diseñado para hacer que Israel fuera una nación única.
En segundo lugar, hay un componente moral. Hay una parte de la ley revelada a Moisés
que es ética, que es moral. Y que no tiene nada que ver con conducta social en términos
de un sistema socioeconómico para hacer que una nación sea distinta. Tiene que ver con
la moralidad. Tiene que ver con conducta hacia Dios y hacia el hombre en una esfera
social, pero conducta que es moral. Es la parte moral de la ley. Tiene que ver con el
corazón. Tiene que ver con virtud, con justicia y con pecado.
El tercer componente de la ley es el componente ceremonial. El componente ceremonial
de la ley es una serie de retratos o símbolos. De una u otra manera, todos están ligados a
la redención. Todos están ligados al propósito salvador de Dios. Pueden demostrar la
pecaminosidad del hombre, lo cual retrata su necesidad de ser salvo. Pueden demostrar el
sacrificio de la cruz, por ejemplo, los sacrificios animales. Pueden demostrar la necesidad
de limpieza en el sentido de lavamiento. Pueden demostrar la meta o el beneficio de la
salvación, el cual el reposo, esto es el día de reposo.
Pero todos los componentes simbólicos de la ley mosaica están diseñados en torno al
propósito redentor de Dios, de tal manera que la ley, entonces, con esas tres partes,
abarcaba mucho. Dada a un pueblo especial identificaba cómo este grupo de personas
debía vivir en el mundo para que fuera un grupo de personas apartado. Usted sabe que
tenían leyes alimenticias y tenían ciertos festivales y festividades y todo esto prescribía su
rutina diaria. Ellos tenían ciertas costumbres y tradiciones en el modo en que se vestían y
cómo preparaban la comida y todo eso que los aislaba. Y había modos en los que tenían
que tratar con las cosas que poseían, sus cultivos y sus animales y todo eso, lo cual los
estructuraba como una entidad auto contenida, aislada en ciertas maneras del resto del
mundo.
Y, sin embargo, tenían que alcanzar al resto del mundo con la verdad acerca del único Dios
verdadero. Pero ése era el aspecto civil. La ley ceremonial, como dije, eran retratos y
símbolos. Nunca una persona fue salva al hacer un sacrificio animal. Nunca una persona
fue salva por atravesar por algún lavamiento ceremonial. Nunca una persona fue salva al
guardar el día de reposo o un año de jubileo. La gente no fue salva al guardar la ley
ceremonial, fue el retrato de la necesidad de ser salvo.
Ahora después, miramos a la del medio, más importante, la ley moral. Ahora, escuche
esto. Cuando viene el nuevo pacto, la ley civil, aquello que identifica de manera única a la
nación como la nación de Israel como un pueblo apartado, es hecha a un lado. ¿Por qué?
Porque el muro del medio ha sido derribado. Judío y gentil son hechos uno en Cristo,
correcto. Entonces, ya no hay más un código ético, único, civil y social para la Iglesia.
Ahora, en la actualidad hay algunas personas que creen que todavía lo hay. Algunas veces,
lo llamamos re construccionistas o teonomistas; y quizás, puede haber oído esos términos.
Si no los ha oído, bien. Y si usted no sabe de qué estoy hablando, aún mejor. Pero están
tratando de imponer la identificación civil del tipo de vida de Israel en la Iglesia, lo cual es
algo innecesario. Todo ha sido hecho a un lado. El Nuevo Testamento presenta esto de
manera clara para nosotros.
Ahora, la ley ceremonial fue hecha a un lado. Colosenses 2: “ninguno los haga guardar
ninguna de esas festividades de lunas nuevas y festivales.” Y claro, el libro de Hebreos
muestra que todo el sistema sacrificial ha sido hecho a un lado.
Pero el corazón y el alma de la ley entonces es la ley moral. La ley moral. La ley ceremonial
era temporal. Retratando al nuevo pacto que estaba por venir. Esa es la razón por la que
le dije en las últimas dos semanas que un tipo ceremonial de cristianismo sacramental,
sacerdotal, simbólico, es una perversión. Porque todo ese enfoque a la ceremonia en la
religión verdadera del judaísmo sólo era un retrato del nuevo pacto. Y una vez que viene
el nuevo pacto, usted no necesita nada de eso. Voy hablar un poco más de eso en un
minuto.
Ahora, veamos la ley moral. Tomemos esa parte del medio llamada la ley moral. Y
permítame decirle que hubo tres razones básicas para la ley moral. Tres razones. Razón
número uno, revelar a Dios. Usted nunca verá la existencia de Dios de manera más clara. Y
esa es la esencia de su naturaleza moral, Su santidad. Su atributo supremo de lo que usted
verá en Su ley revelada. Esto es Él. Ese es Dios. Es la expresión más verdadera de Dios que
viene, que se expresa en Su ley. Dios es revelado como el Santo, Santo, Santo que los
ángeles dijeron que era en Isaías 6, cuando usted ve a Su ley. Entonces, revela a Dios.
En segundo lugar, revela a la voluntad de Dios para la conducta del hombre. Y luego, hay
un tercer propósito de la ley. El tercer propósito de la ley moral, por lo tanto, es presentar
a un hombre como pecador, porque conforme el hombre pecaminoso viene a la ley y ve al
Dios tanto y el estándar Santo de Dios para él y ve en su propia vida, se da cuenta de que
queda corto, ¿verdad? Entonces, expone su pecado. El propósito de la ley entonces, en el
Antiguo Testamento, en una categoría, era identificar a un grupo único de personas que
viviría apartado del mundo como un testimonio del Dios verdadero.
El segundo componente de la ley, el ceremonial, era darle a ese grupo de personas
retratos vívidos, simbólicos de una redención que necesitaban desesperadamente, lo cual
estaba por venir más adelante en la promesa del nuevo pacto para ellos. Y la parte del
medio, la parte moral, era revelar a Dios, revelar la voluntad de Dios para el hombre y
dejar a los hombres muy conscientes de que quedaban cortos y que eran pecadores. Dios
nunca quiso que la parte ceremonial de la ley siguiera, y siguiera, y siguiera; y sin
embargo, eso era lo que los judíos quisieron hacer con ello.
Estas personas llamadas judaizantes o falsos maestros o falsos apóstoles o del grupo de la
circuncisión, iban por todos lados y seguían a Pablo. Y claro, adondequiera que había una
Iglesia, estaban confundiendo el escenario diciendo ‘tenemos que guardar las ceremonias,
tenemos que guardar las ceremonias, tenemos que guardar las ceremonias,’ porque se
habían confundido en algún punto y engañado al creer que esas ceremonias jugaban una
parte en la salvación. Y nunca, nunca tomaron parte en ello. Ellos estaban demandando un
regreso a los símbolos del antiguo pacto, lo cual era obsoleto debido a que la realidad
había venido.
¿Por qué necesita usted el símbolo? Ellos querían regresar y exaltar los símbolos; y eso es
absolutamente fútil. No sólo, como dije, rechaza la realidad del Evangelio, sino que
rechaza el significado del símbolo. Rechaza el significado del símbolo. Deja el Evangelio de
la realidad en Cristo y el Evangelio de la gracia y se vuelve al sacramentalismo vacío de
símbolos y sombras y retratos.
Y eso era lo que estaba pasando en Corinto; y eso es lo que Pablo tuvo que confrontar
para que entendieran que el antiguo pacto estaba bien. Tuvo su día, tuvo su gloria. Pero el
nuevo pacto había venido y el antiguo se había acabado. Y eso es lo que básicamente está
diciendo en este capítulo, como veremos.
Ahora, le he estado diciendo que hay un paralelo a eso en la actualidad. En la actualidad
tenemos una situación muy parecida. Tenemos cristianismo evangélico, ortodoxo,
fundamental que van por todos lados como nosotros, personas que creen en esto,
predicando el evangelio en Cristo, salvación por la gracia únicamente, mediante la fe
únicamente, en Cristo únicamente, el gran testimonio de las Solas de la reforma. Vamos
predicando el Evangelio y también confundiendo el escenario. Y atrás de nosotros está la
Iglesia Católica romana, la Iglesia griega ortodoxa y ciertas formas sacramentales
sacerdotales de alta Iglesia litúrgica del protestantismo promoviendo símbolos y retratos,
como si fueran la realidad.
Y esto es exactamente lo mismo que el apóstol Pablo estaba enfrentando. Nada más que,
en ciertas maneras, es peor. Por lo menos, los judaizantes tenían un grupo de símbolos
ordenados e instituidos por Dios. Por lo menos, ellos podrían decir ‘bueno, están en la
Biblia’. ‘Están en el Antiguo Testamento’. Por lo menos, los legalistas judíos podían
regresar a sistema que ahora, aunque era obsoleto, originalmente había sido instituido y
prescrito por Dios mismo en el Antiguo Testamento.
Por otro lado, el catolicismo romano ha sustituido los símbolos que nunca estuvieron en la
Biblia y los inventaron. Y son símbolos, créanme, que reemplazan la realidad. El
catolicismo, a lo largo de los años y formas de la ortodoxia griega y la ortodoxia oriental,
inclusive formas de protestantismo, han inventado sus propios sistemas no escriturales de
obras y ceremonias.
El sistema romano, por ejemplo, tiene el rosario, oraciones a los santos y a María,
oraciones en fórmula, penitencia, veneración de santos y ángeles, etcétera, etcétera.
Nada de eso es bíblico. Nada de eso es del Antiguo Testamento. Nada de eso es del Nuevo
Testamento. Ellos simplemente lo inventaron.
Y todo esto es el resultado de sus propias tradiciones e inventos y concilios y edictos. Este
tipo de cosas también aparecieron, por ejemplo, en el luteranismo, en donde usted tiene
la creencia de que la gracia se administra en la presencia real de Cristo en el servicio
mismo de comunión, en donde el ritual se convierte en una realidad. Ellos hacen la
afirmación blasfema, estos sacramentalistas, de que Cristo de hecho está presente en los
elementos. Él está en el pan y Él está en el vino y cuando la misa se lleva a cabo y está
siendo ofrecida para usted en la misa, Él está siendo sacrificado literalmente, realmente,
una y otra y otra vez. Inclusive, la peor forma del ritualismo judío, nunca llegó al punto de
inventar todo ese tipo de cosas absurdas.
Entonces, no hay nada que no experimentemos en la actualidad. La salvación verdadera,
simple, pura como se entiende en el nuevo pacto, siempre está siendo oscurecida por los
ritualistas. Así fue en ese entonces. Así es en la actualidad.
Ahora, Pablo quiere que entendamos que el antiguo pacto tuvo una gloria, pero fue una
gloria temporal. Cumplió su función bien. Tuvo su lugar. Cumplió con su propósito. Pero
ahora, ha venido el nuevo pacto y el nuevo pacto es el pacto salvador.
Regresemos entonces a nuestro texto, tanto que podría ser dicho de todo esto. El antiguo
pacto, entonces, viendo la ley moral, fue diseñado para producir una conciencia de
pecado. Fue diseñado para llevar a una persona al pecado. Ahora, si usted hubiera sido un
judío viviendo en el Antiguo Testamento, como le dije la última vez, y usted hubiera sido
expuesto a la ley de Dios tal como ellos fueron expuestos, y era leída todo día de reposo,
estaban conscientes de la ley de Dios, la enseñaban a sus hijos día tras día, sentándose,
poniéndose de pie, caminando, andando por el camino. Y conforme eran expuestos a la
ley de Dios, revelaban a Dios, revelaban el estándar Santo de Dios para su vida. Y como
consecuencia, exponía su pecado, porque nunca podían vivir conforme al estándar.
Nunca, nunca. Y entonces, despertaban a la realidad del pecado.
Y llevaba a esa persona del Antiguo Testamento, a ese judío del Antiguo Testamento a un
punto de desesperanza o a punto de quebrantamiento o contrición, como es usada esa
palabra. A punto en el que él decía: “no puedo vivir al nivel de la ley de Dios. Soy maldito.”
“Maldito es todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la
ley,” dice en Deuteronomio.
Y entonces, él sabía que, si él quebrantaba la ley, de cualquier manera, él estaba
condenado. Entonces, él tiene una revelación del propósito perfecto de Dios, la mente
perfecta de Dios, la naturaleza perfecta de Dios y la voluntad perfecta de Dios para el
hombre. Él no puede vivir a ese nivel. Él es un pecador miserable y no tiene esperanza. Él
no puede salvarse a sí mismo. ¿Qué va a hacer?
Bueno, la mentira era: “guarda todos los sacrificios. Y si tú tan sólo cumples con los
sacrificios y te apareces en el templo en los tiempos apropiados y guardas el día de reposo
y cumples con todos los lavamientos y guardas una dieta kosher y cuidas toda la ley del
día de reposo y simplemente, haces todo esto, eso te salvará. Eso te salvará.” Y éste es el
tipo de judaísmo falso con el que crecieron y engañó a la nación entera, de tal manera que
ya para cuando Jesús llega, todo el liderazgo de la nación entera de Israel cree que la
manera de enfrentar el problema del pecado es mantener las ceremonias. Y es el cumplir
con esos rituales diarios, con el propósito de orar en la hora correcta; es atravesar por la
multitud de cosas que hacen ceremonialmente, que los libra de la consecuencia de su
pecaminosidad.
Entonces, en lugar de ver la parte ceremonial de la ley como un retrato de la redención, la
vieron como un medio de redención, así como lo hace el catolicismo en la actualidad.
Usted puede ver los símbolos del catolicismo y decir ‘bueno, ciertamente son simbólicos
de la realidad’. Si tan sólo pudieran ver la realidad. Pero el símbolo oscurece la realidad y
el engaño es que, si cumples con los símbolos, te has salvado a ti mismo. Es el mismo
engaño.
Entonces, la ley que lleva a los hombres al pecado nunca tuvo la intención de darles una
solución para su pecado al guardar las ceremonias. Sin embargo, eso se convirtió en la
perversión del judaísmo y eso es en la actualidad la perversión de cualquier tipo de
religión sacramental sacerdotal. No es una relación, no es una realidad, es simplemente
una multitud de símbolos.
Pero el engaño es mortal porque el engaño, usted pensaría, es la solución al problema; y
no lo es. Entonces, tenemos a todas estas personas que son religiosas, muy religiosas. Y
usted puede ir a la tierra de Israel y usted ve a algunas personas judías religiosas, digo,
muy religiosas, y están guardando todas las ceremonias y atraviesan por todo. Digo, son
devotas y son ortodoxas y están atravesando por todo. He ido al templo, la sinagoga más
bien en donde estaba el templo. He estado ahí. He pasado horas ahí y he visto a estos
hombres estudiando la letra de la ley, los detalles de la ley. Los he visto con los pequeños
niños a sus pies conforme les están enseñando todo. Y están atravesando por esto y hacen
esto hora tras hora, y día tras día, y día tras día. Y su conclusión es que no pueden vivir al
nivel de la ley.
Y para acomodar esa incapacidad, guardan ciertas ceremonias y ciertos rituales y hacen
ciertas obras a un lado. Y ese es el medio Salvador. Y nunca son llevados al punto en
donde en desesperanza total y en horror total por su incapacidad y viendo su incapacidad
y lo inútil que es la religión ceremonial, no llegan al punto de acercarse a Dios clamando,
golpeándose el pecho diciendo: “Señor sé propicio a mi pecador y sálvame por gracia.”
Ellos nunca llegan a eso. Ellos sustituyen la ceremonia por la salvación que Dios provee en
Su Hijo. Y de nuevo, le digo que usted tiene lo mismo aquí. Usted lo tiene con los católicos
Romanos que están contentos con ir y asistir a la ceremonia semana tras semana, tras
semana, tras semana; y creen en su corazón que eso se encarga de su pecado. Y no es así.
No estoy diciendo esto porque no me caigan bien los católicos. Lo estoy diciendo porque
los amo. ¿Qué necio va a querer dejarlos en su engaño?
Entonces, el apóstol Pablo quiere llevarnos de regreso y dice: “mira, necesitas entender el
propósito de la ley en todos sus componentes; su componente moral, llevarte a la
desesperanza. Su componente ceremonial, mostrarte cuán desesperadamente necesitas a
Salvador. No debes ver la ley como tu salvación en su forma ceremonial. Circuncidar a las
personas no va a salvarlas. Hacerlos atravesar por ceremonias mosaicas no va a salvarlos
más de lo que algún esfuerzo personal por guardar la ley moral podría salvarte, no puede
ser, porque tan pronto como quebrantas un punto, estas condenado.
Esa es la razón por la que Pablo dice en el versículo 6 que cualquier verdadero predicador,
cualquier verdadero ministro, cualquier verdadero siervo de Dios es un siervo de un nuevo
pacto, de un nuevo pacto.
Como puede ver, todo lo que la ley tenía la intención de hacer era hacer que su pecado
fuera visible para usted. Voy a hablar de esto un poco más en un momento. Ahora, al
describir el mejor nuevo pacto que él presenta a partir del versículo 6, Pablo presenta
ocho puntos. Él sólo hizo siete la semana pasada, pero encontré otro. Entonces, esta
semana él va a presentar ocho. Pero él de hecho no hace ninguno de ellos, porque él no
va a llegar ahí. Pero yo encontré ocho maneras en las que él muestra la superioridad de
nuevo pacto aquí. Ocho maneras.
Da vida, produce justicia, es permanente, trae esperanza, es claro, está centrado en Cristo,
es liberador y transformador. No se preocupen por eso, llegaremos a ellos. Ocho
elementos superiores del nuevo pacto que hacen que coloquemos el antiguo pacto en su
lugar apropiado. Ha sido reemplazado. Maravilloso. Es una distinción emocionante,
maravillosa.
Ahora, permítame recordarle el primero. Entramos en ése la semana pasada. El nuevo
pacto da vida. Versículo 6. Véalo ahí: “el cual asimismo nos hizo ministros competentes de
un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu
vivifica.” Usted recuerda que explicamos eso. Que el nuevo pacto da vida porque es
espiritual. Es capacitado por el Espíritu Santo. Es interno, no es externo. Y la palabra letra
aquí no es tanto la idea de la ley misma, sino de la mala representación o formalidad o
ceremonia. Letra literalmente significa un mal entendido de la ley. Por cierto, es descrito
en Romanos 2:27 al 29, en donde habla del que está circuncidado físicamente y el que no
lo está. Dice, por ejemplo, en el versículo 27: “Y el que físicamente es incircunciso, pero
guarda perfectamente la ley, te condenará a ti, que con la letra de la ley y con la
circuncisión eres transgresor de la ley.” Y ahí, él distingue la letra de la ley. La letra de la
ley.
Y de nuevo, ahí en el versículo 29 él dice: “… no en letra; la alabanza del cual no viene de
los hombres, sino de Dios.” Entonces, la letra ahí es distinguida de la ley ahí. Ya señalé
esto la semana pasada. Entonces, no voy a entrar de nuevo a detalle.
La letra es un malentendido de la ley. La letra es lo que le dije. Es ver la ley moral y
después decir: “oh, la cura es guardar la ceremonia”. Y entonces, usted crea algún medio
externo, mecánico, de observancia de guardar físicamente estos códigos y estas
ceremonias; y, por lo tanto, mediante eso, un sistema de supuesta salvación. Eso es la
letra. Y eso es algo particularmente condenador. La ley es suficiente para matarlo a usted.
La ley lo va a matar en un sentido positivo porque lo va a llevar a la desesperanza. Y
esperamos que lo lleve a Cristo. La letra lo matará de una manera negativa. La letra va a
matar con toda certeza permanentemente, porque la letra parece ser la respuesta a su
dilema. Es el engaño de una religión falsa y sacramental.
La letra realmente es un matón, algo que mata. Entonces, Pablo está diciendo: “mira,
cuando tienes a estas personas que vienen imponiéndoles este tipo de cosas externas,
este malentendido, este mal concepto de la ley, los va a matar. Sólo el Espíritu puede dar
vida. Estamos predicando a Cristo y el poder del Espíritu en el Evangelio del nuevo pacto.”
El sistema sacramental hace que la gente busque la salvación por la letra, por el ritual
religioso, una distorsión condenadora del cristianismo verdadero.
Ahora, veamos el segundo punto. Este es el único que vamos a cubrir. De nuevo, les dije
que no me voy a apresurar, porque realmente quiero que entiendan eso. El segundo
punto es que el nuevo pacto produce justicia. El nuevo pacto produce justicia. Veamos el
versículo 7 y simplemente vamos a comenzar con éste. Y vamos a traducirlo de manera
diferente. “Debido a que el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con
gloria…” Deténgase ahí. Ahora, Pablo, con toda certeza, había sido acusado de despreciar
o menospreciar la ley de Dios. Él había sido acusado de estar en contra de la ley de Dios.
De hecho, lo arrestaron en Jerusalén por eso y dijeron: “él habla en contra de la ley”.”
Él fue llamado por los judíos un antinominiano, alguien que está en contra de la ley,
nomos siendo la palabra griega para ley. Él siempre estaba siendo golpeado con esa
acusación de que estaba en contra de la ley y las costumbres y las ceremonias del
judaísmo. Entonces, él aquí y que sepamos que no está en contra de eso. Él ve el antiguo
pacto y él ve a la ley en su perspectiva apropiada.
Pero su perspectiva apropiada es verla, a partir del ministro versículo 7, como un
ministerio de muerte. “Debido a que el ministerio de muerte,” él dice. El ministerio de
muerte. La ley mata. ¿Está listo para escuchar esto? La ley es el asesino en serie más
grande de la historia de la humanidad. Es correcto. La ley mata más allá que cualquier otra
persona que mata. Tiene un ministerio de muerte. La ley de Dios tiene el ministerio de
muerte. Simplemente, mata a toda persona que se le pone enfrente.
Permítame ilustrarle esto al pedirle que me acompañe a Romanos, capítulo 7. Romanos,
capítulo 7. Siga este pensamiento de Pablo ahora. Comencemos en el versículo 7. “¿Qué
diremos, pues? ¿La ley es pecado?” Bueno, la respuesta: “En ninguna manera.” Mē
genoito. No, no, no, no, no, y no nunca, nunca puede ser. La ley no es pecado. No hay
nada malo con la ley, es totalmente justa y buena. La ley no es pecado. Pero, por el
contrario, observe al versículo 7. Esto es tan poderoso. “Pero yo no conocí el pecado sino
por la ley;” ahora, ¿cómo es que yo sabría que estoy pecando si no hubiera una ley para
definir mi pecado? Y él da una ilustración: “Porque tampoco conociera la codicia, si la ley
no dijera: No codiciarás.” Yo no habría sabido eso. Ahora, si no hay ley, no hay manera de
definir el pecado. Entonces, Pablo dice: “la ley vino para definir el pecado. Fuera de la ley,
yo no sabría que estaba en pecado. Si no me dicen que la codicia es un pecado, no voy a
saber que está mal hacer eso.” Entonces, la ley vino, observe esto, la ley vino para definir
al pecado, para definirlo. Y donde la ley está, usted sabe que hay pecado.
Usted sabe cómo opera el ser humano. ¿Sabe cómo somos? Permítame tomar una
ilustración contemporánea de la actualidad. Remueva la ley de Dios de la sociedad, ¿muy
bien? Simplemente, saque la ley de Dios y remuévala de la sociedad. Ahora, ¿cómo
decidimos qué está bien y qué está mal? No podemos, ¿verdad? Entonces, la señora está
a cargo de algún departamento de la Universidad UCLA, estaba en la radio ayer y dice:
“hemos sido malentendidos en UCLA, alguien nos está acusando de discriminar contra
homosexuales y lesbianas porque tenemos un programa y debido a que el programa
militar tiene en su juicio una política discriminatoria homosexual, y debido a que UCLA
tiene un programa para aceptar militares, por lo tanto, UCLA discrimina en contra de los
homosexuales.” Y después, entra en un gran discurso acerca de esto todo. “Nunca
pensaríamos en hacer eso, no queremos hacer eso. UCLA tiene una política y nuestra
política es que queremos aceptar todo tipo de preferencia sexual, etcétera, etcétera.”
Aquí está la institución educativa en la parte sur de California que supuestamente está
educando a la siguiente generación de personas que van a guiar al mundo. Y no tienen
absolutamente idea de lo que está bien y lo que está mal. En absoluto. Y quieren correr lo
más rápido que puedan al programa de radio más cercano para asegurarse de que nadie
piense que ellos van a tener algún tipo de estándar que es tan anticuado como el bíblico.
Entonces, no hay manera de definir lo que está bien y lo que está mal.
Ahora, ¿qué mensaje quieren enviarles a los estudiantes, a los alumnos? Básicamente,
“hagan lo que quieran,” ¿verdad? Lo que quieran hacer, simplemente háganlo. Entonces,
lo que usted está diciendo es “simplemente, vive tu humanidad.”
Es lo que Hugh Hefner dijo en los años 1960. Nunca olvidaré cuando era un estudiante del
seminario. Leí un artículo en Cristianismo Hoy, esta revista que tenía una entrevista con él,
en la cual él dijo: “¿qué hay de malo con el sexo explícito?” Él estaba comenzando la
revista Playboy y todo esto, toda esa mentalidad. “Después de todo, ¿qué hay de malo
con esto? Es un deseo natural, ¿no es cierto? Tenemos un deseo natural de comer.
Tenemos un deseo natural de beber y dormir y tenemos un deseo natural de hacer esto. Y
esto es simplemente es ser humano y tenemos ese deseo de manera más bien frecuente
como tenemos por comer. ¿Qué tiene de malo hacer eso? Eso es simplemente conducta
humana.” ¿Y sabe qué? Esa mente depravada y caída simplemente dice ‘sí, sí’. Y
simplemente, hace eso. ¿Y usted cree que están ahí afuera diciendo: ‘oh culpabilidad,
culpabilidad, culpabilidad’? No, pero ellos no conocen las reglas.
Ese es el motivo por el que escribí el libro La Conciencia que Se Desvanece, porque no hay
sistema que informe al sistema de advertencia. Entonces, ¿por qué se van a sentir mal por
esto? Es sólo cuando viene una ley con autoridad que dicen: “espera un momento, ¿está
mal hacer eso? ¿Y me estás diciendo que soy un pecador y que los pecadores se van al
infierno?” Simplemente, saque la ley y usted no puede hacer que la gente entienda ningún
mensaje.
Pablo dice: “yo estuve bien hasta que me encontré con la ley. Y cuando me encontré con
la ley, dije: “codicia, codicia. No puedes hacer eso.” Yo simplemente pensaba que eso era
una conducta humana normal, codiciar, codiciar, codiciar. Yo codiciaba casi todo lo que
veía.” Entonces, define el pecado.
Ahora, le voy a dar el segundo pensamiento. No sólo él define el pecado. Observe el
versículo 8: “Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda
codicia…” Me encanta eso. Es como decirle a alguien: “no pienses en un elefante rosa. No
te atrevas a pensar en un elefante rosa.” Tan pronto como usted le dice eso a alguien, no
codicies, ¿qué van a hacer? Codiciar. Cuando usted continúa imponiéndoles la ley,
simplemente incita todo en ellos. Y es ese sentido de decir ‘esto está mal y ¡oh! Y de
pronto, comienza a ver que la codicia se ve por todos lados en su vida, ¿no es cierto? Está
por todos lados. Está por todo lugar. Estuvo ahí todo el tiempo, nunca fue definido para
usted.
Y después, cuando vino la ley, su condición caída dijo: “no me gusta esa ley.” Y algo en
usted comienza a empujarlo a hacer más de eso. Es como este pequeño niño que está ahí
en la tienda. Y ahí hay un pequeño letrero en la caja que dice “no tocar”. Y usted está ahí y
lo ve y su mamá voltea hacia el otro lado y él toca. “Manténgase lejos de las flores”. Y él
simplemente voltea y mete su pie ahí para poder decir que lo hizo.
Simplemente, la manera en la que la ley está hecha. Y cuando confronta la condición caída
del hombre, define su pecado y eso incita a su pecado. ¿Se acuerda del Progreso del
peregrino, cuando la ley entra y al cuarto y es como un siervo y comienza a desempolvar y
demás? Y nunca sabe lo sucio que está hasta que usted comienza a desempolvar, hasta
que entra la luz por la ventana y usted simplemente dice ¡hombre! Y así es la ley,
simplemente agita el polvo por todos lados. Eso es lo que hace. No puede producir
justicia. Es simplemente un homicida. Es un homicida en serie. Tiene el ministerio de la
muerte.
En el versículo 8: “porque sin la ley el pecado está muerto. Y yo sin la ley vivía en un
tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.” ¿Qué quiso decir?
Bueno, él murió una muerte espiritual. Él se dio cuenta que su condición era muerte
espiritual. Él se dio cuenta que estaba separado de la vida de Dios, que era un pecador
que estaba condenado. Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me
resultó para muerte. Versículo 11: “porque el pecado, tomando ocasión por el
mandamiento, me engañó, y por él me mató. De manera que la ley a la verdad es santa, y
el mandamiento santo, justo y bueno.”
El problema no es con la ley, el problema es ¿qué? Es conmigo, conmigo. Versículo 14:
“Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.” La ley, la
ley moral fue dada por Dios para matarlo a usted. Esa es la razón por la que tenemos que
predicarla. Esa es la razón por la que usted simplemente tiene que tener la ley moral.
Simplemente tiene que levantarla y mantener el estándar alto para que mate a la gente.
Observe Gálatas, capítulo 3, creo que voy a tomar un minuto con esto y después,
cerraremos. Gálatas 3. La ley entonces está diseñada para traerle a los pecadores el
conocimiento de su pecado, no para salvarlos. No puede producir justicia. Simplemente,
produce muerte. La ley es inferior. No puede salvar. Su propósito es revelar el pecado,
llevar al pecador arrepentido a la fe en Dios, rogándole el perdón de gracia por parte de
Dios hecho posible en el sacrificio de Cristo.
Observe el versículo 21. “¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? De ninguna
manera.” Me genoito de nuevo, “porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera
verdaderamente por la ley.” La ley no se opone a las promesas de Dios. Esto es la promesa
de Dios para vida eterna y salvación. La ley no se opone a eso. No es contraria a esto.
Simplemente, no la puede producir, no puede hacer que pase. Si pudiera, entonces la
justicia habría sido por la ley. Pero no puede. La ley no puede producir justicia. El antiguo
pacto no puede producir justicia
Ahora escúchenme. Nadie podía guardar la ley moral. Entonces, guardar la ley no lo
salvaba a usted. Y pasar por las ceremonias y los símbolos y los retratos no lo salvaba
porque eso tampoco lo podía salvar a usted. Y ser simplemente un judío en la comunidad
tampoco lo salvaba. Nada de esto lo salvaba. No hay nada inherente en la ley para
salvarlo. De hecho, de regreso en el versículo 10: “maldito todo aquel que no
permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley para guardarlas.” Si usted la
quebranta una vez, la ley lo va a maldecir. Entonces, la ley no lo va a salvar.
De regreso en el versículo 19 dice: “la ley fue añadida a causa de las transgresiones. En
otras palabras, la ley vino, históricamente, Dios trajo la ley para definir el pecado, para
incitar el pecado y para llevar al pecador a la desesperanza. Y versículo 22 dice: “Mas la
Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo
fuese dada a los creyentes.” La idea entera de la ley era cerrar al pecado en su pecado y
hacerlo correr hacia un Salvador. En el versículo 23: “Pero antes que viniese la fe,
estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. De
manera que la ley ha sido nuestro ayo,” nuestro paidagōgos, nuestro tutor, “para
llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.”
Y ese no es un tutor que se sienta en un salón de clases y da lecciones. Este es un guardián
moral. Esto normalmente era un hombre que era un siervo. No es que estaba tanto dando
información, que estaba siguiendo al niño por todos lados, disciplinando y conformando
su conducta a un estándar. La ley es nuestro tutor para llevarnos a Cristo para que
podamos estar justificados por la fe. Esa es la única manera en la que usted puede llegar a
ser justificado. Esa es la manera en la que Abraham fue justificado cuando él estuvo
delante de la ley. Y así es como toda persona es justificada, toda persona. Y todos los que
creen siguen la fe de Abraham, son los hijos de Abraham porque son de la fe.
La fe es el único modo en el que usted será salvo en cualquier período del tiempo, jamás.
La ley es simplemente para llevarlo a Dios. Y después, él dice esto en el versículo 25: “Pero
venida la fe, ya no estamos bajo ayo,” bajo tutor. Usted puede hacer eso a un lado. Su
propósito ha sido cumplido. Hágala a un lado. Nos trajo a Cristo. Y ahora, la ley está escrita
en nuestros corazones y ahora, podemos cumplirla… Romanos 8… Por el poder del Espíritu
Santo que mora en nosotros. Todo lo que la ley hace es matar.
Esa es la razón por la que en Romanos 3, él dice: “y por las obras de la ley ninguna carne
será justificada.” La ley simplemente trae el conocimiento del pecado. Eso es lo único que
puede hacer. Es entonces, un ministerio de muerte.
Regrese a 2 Corintios 3 y un comentario más ahí. Él dice: “y si el ministerio de muerte,” y
sabemos que está hablando de la ley debido a la siguiente afirmación, “grabado en letras
en piedras.” ¿De qué está hablando ahí? Los diez mandamientos, ¿verdad? Éxodo 32,
versículos 15 y 16. Usted recuerda que Moisés estaba en el monte. Dios le estaba dando la
ley. Le dio los diez mandamientos escritos en roca. Dice en esos versículos, Éxodo 32,
versículos 15 y 16: “Y volvió Moisés y descendió del monte, trayendo en su mano las dos
tablas del testimonio, las tablas escritas por ambos lados; de uno y otro lado estaban
escritas. Y las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios grabada sobre
las tablas.” Eso es lo que Pablo tiene en mente, esa misma escritura. Sin duda alguna,
grabada en tablas cuando escribe aquí de la ley grabada en piedra.
Ahora, ¿qué eran los diez mandamientos? Escuche con atención: era simplemente el
resumen de la ley moral. Era el resumen de la ley moral reducida a diez mandamientos.
Pero realmente, la ley entera está incluida en esos diez, así como los diez en su totalidad
están incluidos en los dos: “amarás al Señor tu Dios con toda tu alma, mente y fuerzas y a
tu prójimo como a ti mismo.”
Entonces, Dios escribió su ley moral en piedra y el propósito de eso era destruir. A lo largo
de los años de mi vida y ministerio, he recolectado muchos recuerdos fascinantes. He
viajado por todo el mundo, como ustedes saben. Por muchos lugares. Y he llegado a casa
con todo tipo de cosas que la gente me ha dado y son parte de mi vida. Y en cierta
manera, tengo muchos recuerdos que me rodean en mis diferentes oficinas y estudios.
Un tesoro muy preciado que me fue dado varios años atrás por parte de un amigo, algo
bastante pequeño y algo oscuro, pero al cual nunca veo sin tener una lágrima en mi
corazón, sino es que, en mis ojos, es un bosquejo hecho a lápiz enmarcado de alguien que
supuestamente es Moisés. Y en su cabeza, él tiene las tablas de piedra. Y él tiene esta
mirada enojada en su rostro. Y él está listo para traerlas sobre la cabeza de esta persona
que, es débil, que se ve temerosa, literalmente lista para aplastar su vida con la ley. Lo
único que rodea a esta alma pobre, débil, es Cristo. Y él tiene sus brazos en su pecho y sus
hombros sobre su cabeza y él está con totalmente protegido por el abrazo de Cristo, de tal
manera que nunca podría ser golpeado. La ley sólo podía pegarle a Cristo y claro, Él la
despedazaría en un millón de pedazos.
Y al ver eso y pensar en lo que eso expresa de manera magnífica, lo que la ley busca hacer
y sólo lo que Cristo puede evitar que la ley haga. Porque Cristo, dice Gálatas 3, llevó la
maldición. La ley descendió nada más que quitó la vida de ¿quién? La vida de Él. Destrozó
Su vida. Y al destrozar Su vida, fue destrozada en términos de su propia capacidad de
matar a quienes Él protege. ¡Tremendo! La letra en piedra mata. Hombre, cualquier
persona que esté pensando que llega al cielo al guardar la ley moral, al ser una persona
buena, moral, olvídelo. Va a aplastarlo hasta hacerlo polvo a menos de que usted esté
protegido por Cristo. Y cuando le pega a Él, nunca le tocará a usted. De hecho, Él morirá
en su lugar. Verdad tremenda.
Pablo dice: “esta ley, no me mal entiendan, vino con gloria. Vino con gloria. Hubo gloria en
el monte.” La nube estuvo ahí, los relámpagos, los truenos estuvieron ahí, los ángeles
estuvieron ahí porque la ley fue mediada por ángeles. Dios estuvo ahí escribiendo con un
dedo de fuego en tablas de piedra. Había gloria por todos lados. No piense que la ley es
despreciada. No piense que Moisés, Moisés elevó lo que Pablo menosprecia. No, Pablo no
menospreció la ley de Dios como decían sus enemigos. Él dice: “vino con gloria.” Fue con
gloria. Tuvo su lugar. Fue santa, gloriosa, justa y buena. Lo que Pablo menosprecia no es la
ley, sino el mal uso de la ley. La representación equivocada de la ley. La ley vino con gloria,
pero, al final del versículo 7, que la gloria de la ley fue ¿qué tipo de gloria? Gloria que se
desvanecía, gloria que se desvanecía.
Tuvo gloria, pero una gloria que pasó y que es reemplazada por la gloria del nuevo pacto.
El nuevo pacto da vida. El nuevo pacto produce justicia. La ley no podía dar vida, sólo
mata. No podía producir justicia, lo único que hizo fue incitar el pecado, produjo muerte y
pecado. El nuevo pacto, vida y injusticia.
Ahora, ese es el cimiento del resto del pasaje. El resto es una ilustración. ¿Y sabe cómo es
que él lo ilustra? Lo ilustra de una manera sorprendente y maravillosa al llevarnos de
regreso a un incidente con Moisés en ese monte cuando él fue a recibir la ley de Dios, vio
a Dios cara a cara y salió con la gloria de Dios reflejada, brillando en su rostro. Pablo
escoge este acontecimiento maravilloso, increíble en la historia redentora como su
ilustración de la gloria que se desvanece en el antiguo pacto para ser reemplazada por la
gloria permanente del nuevo. Entonces, la próxima semana regresaremos a Éxodo.
Viviremos con Moisés a través de ese incidente, el cual se convierte en el cimiento para el
resto del pasaje. Oremos juntos.
Estamos tan bendecidos, Señor nuestro, por tener un entendimiento. Inclusive un
entendimiento simple es Tu gran verdad profunda, de Tu provisión para nosotros en
Cristo. Estamos tan agradecidos porque nos has abierto un entendimiento apropiado de la
ley y el Evangelio, el antiguo pacto, el nuevo.
Padre, sabemos que la salvación siempre ha sido por Tu gracia mediante la fe simple del
pecador arrepentido, producida en su corazón por el Espíritu Santo. Señor, oramos por
alguien que está aquí en esta mañana, que esté viviendo bajo el engaño terrible, aterrador
de que de alguna manera pueden guardar suficientes leyes morales y ser lo
suficientemente buenos como para ganarse el cielo. Oh Señor, sálvalos de ese engaño
condenador.
Y Señor, salva a esa persona que cree que, si puede hacer suficientes ceremonias e ir a la
Iglesia lo suficiente y encender suficientes velas y seguir suficientes rosarios y repetir
suficientes oraciones y atravesar por un bautismo apropiado o estar en alguna misa
apropiada o involucrarse en un servicio de comunión, que eso, de alguna manera, los va a
salvar. Líbralos de ese engaño igualmente condenador. Y encierra a todo pecador en su
pecado. Que reconozca su pecado. Que su pecado sea incitado en toda dimensión de su
vida y así pueda ver la totalidad de su pecado. Y que él o ella entonces vengan rogando y
en arrepentimiento a Cristo, quien recibirá el golpe en lugar del corazón arrepentido. Te
damos gracias porque el nuevo pacto en Cristo da vida, vida abundante, vida eterna y
produce justicia, la justicia misma de Cristo imputada para cubrirnos. Padre, Te damos
gracias por esto.
Líbranos de que jamás regresemos a las cosas externas cuando la realidad es Jesucristo. Y
que nosotros, con Pablo demos testimonio del hecho de que solíamos hacer todo eso
hasta que vimos el valor que sobrepasa todo de conocer a Cristo y todo lo demás, se
convirtió en basura. Que nosotros con Pablo busquemos conocer a Cristo, el poder de Su
resurrección, la participación de Su padecimiento y que seamos conformados a Su muerte.
Danos vida centradas en Cristo para que seamos para Su gloria y alabanza, porque
pedimos esto en Su Nombre. Amén.
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
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La gloria del nuevo pacto, 4ª Parte


Escritura: 2 Corintios 3:7–11

Código: 47–18
John MacArthur
Bueno, no sé cómo están ustedes, pero estoy disfrutando mucho 2 Corintios, capítulo 3.
De hecho, esto es tan rico que podríamos estar aquí hasta el rapto. Capítulo 3 de 2
Corintios es nuestro estudio en esta mañana; y quiero animarlo a que abra su Biblia, si es
tan amable. Esta es la cuarta parte en una serie de los versículos 6 al 18 llamada La gloria
del nuevo pacto. No sé cuantas más partes habrán. Habrá más, obviamente. Esta es una
sección atesorada de las Escrituras, una que no queremos tomar a la ligera. Queremos
entender todas las riquezas lo más que podamos.
Segunda de Corintios 3:6–18 es casi como una versión reducida del libro de Hebreos.
Toma el libro de Hebreos, el gran concepto de la superioridad del nuevo pacto y
simplemente, lo reduce a este pequeño pasaje. Y cuando usted entra al pasaje, no nada
más tiene que estudiarlo, se ve forzado a expandirlo y salir de él y estudiar muchas otras
cosas que, como ya hemos señalado, se encuentran en el libro de Hebreos, así como
también en otras partes de las Escrituras.
A partir el versículo 6, hasta el final del capítulo, Pablo quiere explicar claramente que el
nuevo pacto es superior al antiguo pacto. La razón por la que es importante es porque en
la ciudad de Corinto, en donde él laboró de manera tan fiel y plantó una Iglesia tan grande
habían llegado falsos maestros y falsos apóstoles que querían afirmar que el antiguo pacto
es igual al nuevo pacto. Ellos quieren afirmar que las ceremonias mosaicas y los rituales
mosaicos y ritos deben ser mantenidos, que el antiguo pacto es tan permanente como el
nuevo pacto. Es tan eterno, por así decirlo, como el nuevo pacto. Es tan importante como
el nuevo pacto. Es igual al nuevo pacto.
Y entonces, están imponiendo en la simplicidad que es en Cristo todas las prescripciones
mosaicas, desde la circunscripción en adelante; y confundiendo a la gente y engañando la
simplicidad del Evangelio.
Y hablamos de cómo el ministerio sacramental y sacerdotal, lo cual es otra palabra para
un tipo de ministerio sacerdotal, el tipo de cosas ritualistas, ceremoniales, rutinarias
tienden a oscurecer la realidad espiritual. Obviamente, Pablo está defendiéndose a sí
mismo en 2 Corintios. La carta entera es una defensa de su propio ministerio, su propia
integridad.
Y una de las cosas que él utiliza para defenderse a sí mismo es que era un ministro del
nuevo pacto. Él dice en el versículo 6 que Dios “nos ha hecho competentes, ministros de
un nuevo pacto”. Y esto es a manera de contraste con los falsos maestros que todavía son
ministros del antiguo pacto. Pablo está diciendo que el nuevo pacto es mucho mejor y
cualquier verdadero ministro de Dios ministra el Evangelio del nuevo pacto. Verdad del
nuevo pacto, no ritual y el legalismo del antiguo pacto. El nuevo pacto es el Evangelio que
Pablo predica. El nuevo pacto es predicado por todos los predicadores fieles a lo largo de
toda la historia de la vida de la Iglesia.
Y entonces, como parte de su defensa de sí mismo y de su ministerio, él trata con este
tema del nuevo pacto. “¿Por qué se vuelven de mí, un predicador fiel del nuevo pacto, a
falsos predicadores del antiguo pacto? ¿Por qué van a hacer eso cuando el nuevo pacto es
tan superior al antiguo?”
Y entonces, mientras que se está defendiendo a sí mismo como un pastor verdadero, un
apóstol verdadero, un predicador verdadero y un maestro verdadero, debido a que él
enseña el nuevo pacto, él nos ayuda a entender las riquezas de este nuevo pacto.
Entonces, él va más allá en su defensa y entra a la teología del nuevo pacto, inclusive a lo
que es brevemente, pero ciertamente rico.
Él rechaza la salvación por obras. Él rechaza la salvación por circuncisión, por ritual, por
ceremonia. Él rechaza esas cosas de manera completa. Y él quiere que nosotros las
rechacemos también. La salvación no es cuestión de ceremonia, de ningún tipo de
ceremonia. No es cuestión de ritual, no es cuestión de liturgia; sin importar qué ritual o
qué liturgia. La salvación se encuentra en el nuevo pacto.
¿Qué es el nuevo pacto? El nuevo pacto es simplemente una promesa. Pacto significa
promesa. El nuevo pacto es una promesa de salvación, lo cual significa el perdón total de
todo su pecado hecho posible mediante la muerte y resurrección de Jesucristo. Esa es la
promesa de Dios. Dios prometió quitar su pecado, ya no acordarse de sus pecados,
alejarlos tan lejos como el oriente está del occidente, de manera completa y total
perdonarlos debido a lo que Jesucristo ha hecho en la cruz. Esa es la nueva promesa. Ese
es el nuevo pacto y ese es el nuevo Evangelio. El nuevo pacto y el Evangelio son lo mismo.
Pablo dice: “yo soy predicador del Evangelio. Yo soy predicador de nuevo pacto; y así lo es
cada predicador fiel.”
Usted pregunta: “bueno, ¿cuál fue el propósito del antiguo pacto?” Lo cubrimos ya en tres
semanas y no voy a entrar a todo fuera de decir que el antiguo pacto tenía tres
componentes: uno civil, uno ceremonial y un componente moral. El componente civil era
prescribir la vida en Israel de una manera tan excepcional que fueran una nación aislada
de las naciones paganas, politeístas de su día. Les permitía vivir una vida tan excepcional
que llamaríamos un estilo de vida kosher en el día de hoy. Los mantenía separados de las
naciones que contaminarían la vida de Israel y destruirían su testimonio.
La parte ceremonial de la ley, todos los símbolos y el sistema sacrificial y de la circuncisión
en adelante, los días de reposo y todos los festivales, se relacionaban todos al propósito
redentor. Siempre fueron para mostrar el plan redentor de Dios, la necesidad del hombre
de ser redimido y cómo Dios iba a llevarlo a cabo. Entonces, todo eso era simbólico. Todo
eso eran retratos.
La parte civil que identificaba a Israel como una nación excepcional única es apartada, es
hecha a un lado debido a que tenemos un pueblo judío y gentil en la Iglesia. La parte
ceremonial fue hecha a un lado debido a que los retratos o sombras se desvanecen
cuando viene la realidad. Y la realidad está aquí en Cristo.
La tercera parte de la ley era la parte moral. Esa es la parte permanente y eterna porque
en la ley moral Dios reveló Su naturaleza y Su voluntad para el hombre. Pero la ley moral
no puede salvarlo, así como la ley ceremonial no podía salvarlo. Sólo eran sombras,
retratos. La ley civil no podía salvarlo, era sólo un estilo de vida externo. La ley moral no
puede salvarlo tampoco. Lo único que hace es llevarlo al punto en el que ve su pecado por
lo que es. Y en su desesperanza, corre a Dios y ruega por misericordia y gracia. Y eso es lo
que un santo del Antiguo Testamento hacía. Eso es lo que hizo el remanente. Esto es lo
que un verdadero judío hizo. Él veía a la ley y veía a su vida y decía “no puedo guardar la
ley”. Y él clamaba por misericordia.
Pero el resto de los judíos, triste y trágicamente, vieron la ley moral y dijeron: “bueno, no
puedo guardar ley moral muy bien. Yo sé que la salvación está en la ley ceremonial porque
no puedo guardar la ley moral. Voy a usar la ley ceremonial como un medio de salvación.”
Y eso fue aún peor, porque no sólo la ley moral los mataba, sino que entonces tomaron la
letra de la ley ceremonial y la impusieron encima de la ley moral como si fuera un
componente salvador. Y después, realmente los mató. La letra de la ley realmente fue
mortal. Por letra, queremos decir el aspecto ceremonial externo de la misma.
Dios dio la parte ceremonial de la ley para mostrarle al hombre su necesidad de redención
mediante símbolos y retratos. Dios dio la parte civil de la ley para aislar a su pueblo, por
propósitos que le mencioné, para ser un testimonio en el mundo y para que no se
contaminaran por la interacción fácil con otras naciones. Dios les dio la ley moral para
quebrantar la espalda del hombre, para mostrarle la voluntad de Dios, para mostrarle Su
voluntad para el hombre y para mostrarle a un hombre que no podía vivir a ese nivel. Y
todo eso, entonces, lo debía llevar a arrojarse a la misericordia de Dios. Y Dios, en Su
gracia y misericordia, lo perdonaría mediante la obra de Jesucristo simbolizado en el
sistema sacrificial.
Ahora, ya hemos estudiado todo esto. No quiero entrar a más detalles fuera de eso.
Veamos ahora nuestro texto. Pablo está señalando el pacto mejor, el cual es el nuevo
pacto; el pacto superior, el cual es el nuevo pacto. Y al mostrar que el nuevo pacto es
mejor, presenta ocho puntos para mostrar la excelencia del nuevo pacto que sobrepasa al
antiguo pacto. Y al hacer eso, rechaza el antiguo pacto.
En primer lugar, él dice que el nuevo pacto da vida. Y entramos a eso en el versículo 6. No
lo volveremos a hacer. Él dice: “… un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque
la letra mata, mas el espíritu vivifica.” El nuevo pacto es un pacto que da vida. El antiguo
pacto no podía hacer eso. Todo lo que podía hacer la ley era matarlo, no le podía dar a
usted vida. De hecho, en el versículo 7, él lo llama el ministerio de la muerte. El antiguo
pacto mata. La ley mata.
Cuando usted lee la ley de Dios, y ve a su propia vida, usted está muerto. Bueno, ¿qué
significa eso? Cuando usted muere a un tipo de muerte en vida de vergüenza y
culpabilidad y remordimiento e incapacidad y frustración porque no puede vivir al nivel de
la ley de Dios. Y también lo mata eternamente porque ahora ha violado la ley de Dios.
Según Gálatas 3:10, usted está maldecido. Gálatas 3:13, está maldecido. Esa maldición
significa condenación eterna. Y entonces, la ley es un asesino en serie. Es el asesino en
serie más grande de todos los tiempos. Hace que todos los hombres estén condenados y
juzgados. La ley mata, pero el nuevo pacto da vida.
En segundo lugar, comenzando en el versículo 7, el nuevo pacto produce justicia. Ahora,
permítame leerle ese versículo 7: “Y si el ministerio de muerte grabado con letras en
piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de
Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer, ¿cómo no será más bien
con gloria el ministerio del espíritu? Porque si el ministerio de condenación fue con gloria,
mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación.”
Ahora, él hace otro contraste muy vívido entre la ley como un ministerio de condenación y
el nuevo pacto como un ministerio de justicia. El nuevo pacto trae justicia. Provee justicia.
Y ese es un punto muy, muy importante. Porque por las obras de la ley, ningún ser
humano será justificado, ¿verdad? Romanos 3. Ninguna carne fue justificada delante de
Dios. Usted no puede alcanzar la justicia. Usted no puede satisfacer a Dios como si usted
fuera virtuoso, santo y justo por su desempeño. Si usted quebranta, como dije en Gálatas
3, si usted quebranta una parte de la ley, usted es condenado por la ley. Simplemente, se
necesita una violación una vez y está condenado. Entonces, fue un ministerio de muerte.
Lo fue y él lo llama en el versículo 9 un ministerio “de condenación.” Pero es presentado
en contraste al nuevo pacto, el cual es un ministerio de justicia. Un ministerio de justicia.
Ahora, para ilustrar la superioridad del nuevo pacto, el apóstol Pablo va al Antiguo
Testamento, a uno de los relatos más extraños y fascinantes en todo el Antiguo
Testamento que se encuentra en Éxodo, capítulo 34. Regresemos a Éxodo, capítulo 34. Y
en particular, comenzaremos viendo el texto en el versículo 29. Esta es la experiencia de
Moisés en el monte Sinaí y es un relato fascinante. Moisés, como ustedes bien saben, fue
llevado ahí, al monte Sinaí, por el mandato de Dios para recibir la ley. Él llegó ahí arriba y
él conversó con Dios y Dios le dio a él la ley. Dios le dio la descripción que reflejaba Su
propia naturaleza como Santa y reflejaba Su voluntad para el hombre. La ley misma en
contra de la cual el hombre sería quebrantado y tendría que regresar a Dios y rogarle
gracia y misericordia, lo cual Dios daría en base a lo que Jesucristo algún día lograría a
favor del pecador arrepentido.
Pero en el versículo 29, comencemos a leer: “Y aconteció que descendiendo Moisés del
monte Sinaí,” y usted ve en el versículo 28 que Dios “escribió en tablas las palabras del
pacto, los diez mandamientos,” lo cual es un resumen del antiguo pacto, “…Y aconteció
que descendiendo Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, al
descender del monte, no sabía Moisés que la piel de su rostro resplandecía, después que
hubo hablado con Dios.”
Ahora, él había estado ahí arriba hablando con Dios. Ahora, Dios es Espíritu y usted sabe
que un Espíritu no tiene carne y sangre. Entonces, un espíritu es invisible. Pero Dios se
hizo a sí mismo visible y Dios se haría a sí mismo visible al manifestar la gloria de Su
naturaleza en luz. Lo llamamos la gloria “Shekhiná,” lo cual significa presencia. La gloria
Shekhiná de Dios aparece varias veces en el libro de Éxodo. De hecho, creo que es un
aspecto de la gloria Shekhiná de Dios que es designado como la nube y el pilar de fuego
por día y por noche que estaba guiando al pueblo de Israel. Usted se acuerda cuando el
tabernáculo es finalizado y al final del libro de Éxodo, la gloria de Dios, la nube de gloria,
esta nube de gran luz refulgente representando a Dios, desciende y se establece en el
lugar del tabernáculo.
Entonces, cuando Dios se manifestó a sí mismo, Él manifestó Su presencia espiritual al
reducir todos Sus atributos a luz visible. En un milagro, de una manera milagrosa, Dios se
manifestó a sí mismo a Moisés. Entonces, Moisés, usted recordará, había subido al monte.
Se acuerda que él le dijo a Dios en el capítulo 33: “muéstrame Tu gloria,” y Dios le dijo: “te
voy a dejar ver un poco de Mi gloria.” Y lo metió en una roca y Su gloria pasó. Bueno, fue
esa luz brillante que hizo que Dios fuera visible. Moisés había estado con Dios. Y él había
estado en la presencia de Dios. Y cuando él descendió del monte, él no sabía, claro,
porque él no podía ver su propio rostro, que la piel de su rostro brillaba porque él estuvo
hablando con Dios. Él descendió y él era como un foco de luz incandescente. Él estaba
encendido. Brillando. Y cuando hablo de brillante, quiero decir brillante.
Versículo 30: “Y Aarón y todos los hijos de Israel miraron a Moisés, y he aquí la piel de su
rostro era resplandeciente; y tuvieron miedo de acercarse a él.” Mantuvieron su distancia
porque estaba brillando. No era un brillo que se desvanecía, sino que era refulgente.
Refulgiendo al grado que en el versículo 31: “Entonces Moisés los llamó; y Aarón y todos
los príncipes de la congregación volvieron a él, y Moisés les habló.” En otras palabras, les
dijo vengan, vengan. No les de miedo.
“Después se acercaron todos los hijos de Israel, a los cuales mandó todo lo que Jehová le
había dicho en el monte Sinaí. Y cuando acabó Moisés de hablar con ellos, puso un velo
sobre su rostro. Cuando venía Moisés delante de Jehová para hablar con él, se quitaba el
velo hasta que salía,” esto era para que pudiera tener más gloria en su rostro. “Y saliendo,
decía a los hijos de Israel lo que le era mandado. Y al mirar los hijos de Israel el rostro de
Moisés, veían que la piel de su rostro era resplandeciente; y volvía Moisés a poner el velo
sobre su rostro, hasta que entraba a hablar con Dios.”
Así es como lo hacía. Él hablaba con Dios. Él salía, su rostro era como el sol refulgente. Era
como un pequeño sol. Estaba brillando. De hecho, estaba brillando al grado que la gente
no podía verlo. Podían ver a su alrededor, y en cierta manera sentir el resplandor y oír la
voz, pero no podían verlo de manera directa. Y después, cuando Moisés dejaba de hablar
las palabras directas de Dios, él coloca un velo sobre su rostro para que no continuara
cegando a la gente. Gloria enceguecedora. Después, él regresaba para hablar con Dios, él
se quitaba el velo. Y después, cuando él regresaba, él hablaba sin velo, y después, cuando
él acababa de hablar, él se volvía a colocar el velo.
Ahora, ¿qué está pasando aquí? Bueno, la analogía que Pablo quiere extraer de esto, la
ilustración que Pablo ve aquí es una ilustración de la gloria de la ley. Regresemos a
nuestro texto y veremos eso.
Versículo 7: “y si el ministerio de muerte,” el antiguo pacto, la ley, “grabado con letras en
piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de
Moisés a causa de la gloria de su rostro,” deténgase ahí. Ahí está el punto. Cuando Moisés
descendió del monte, en donde él se había reunido con Dios y recibió la ley, él llevaba en
su rostro el brillo mismo de Dios, la gloria misma de Dios, la Shekhiná. Lo más cercano que
usted encuentra en las Escrituras como paralelo a esto sería en Mateo 17, ¿se acuerda
cuando el Señor fue transfigurado? Nada más que cuando el Señor fue transfigurado y
estaba brillando tanto, Él asustó a la gente que estaba ahí. ¿Se acuerda que los discípulos
que estaban ahí se cayeron como muertos, desmayados? La diferencia fue que el Señor
Jesús hizo a un lado Su carne y la gloria vino desde adentro. En el caso de Moisés, la gloria
fue reflejada por fuera. Moisés era como la luna en ese sentido, él había reflejado gloria.
Pero notará en el versículo 7 que la ley vino con gloria. La gloria de Dios estaba en el
rostro de Moisés cuando él entregó la ley. Lo que él está diciendo es que “la ley es
gloriosa, refleja a Dios”. Como puede ver, el apóstol Pablo había sido acusado por los
judaizantes y el grupo de la circuncisión de estar en contra de la ley, de hablar en contra
de la ley, de denigrar la ley, de despreciar la ley, de ignorar la ley, de descartar la ley o
rebajar la ley. Él nunca hizo esto. El reconoció que la ley, el antiguo pacto, vino en gloria.
Vino con gloria.
Cuando Dios dio la ley, Moisés descendió llevándola, fue con gloria. De hecho, tanta gloria
que los hijos de Israel no podían ver fijamente al rostro de Moisés debido a la gloria en su
rostro. Él estaba brillando con tanto brillo y Shekhiná era tan grande que no podían verlo
fijamente. Este verbo significa fijamente o quedarse viviendo.
Ahora, usted puede salir en un día como hoy, en un día cálido, cuando el sol está brillando
y usted sabe que está ahí, puede sentirlo y su brillo es muy claro para usted. Y alguien
viene a su casa esta tarde y le dice que quiere tomar su foto. Se queda ahí de pie y usted
cierra un poco los ojos y entiende todo esto. Sin embargo, usted no está viendo al sol,
porque si usted mira al sol, usted no ve. Entonces, usted mira a su alrededor, hacia abajo,
alrededor, pero usted siente ese resplandor.
Y eso es exactamente lo que está pasando aquí. No podían mirar fijamente al rostro de
Moisés. Y este es Moisés. Conocían a este hombre. Nunca antes se había visto así. Le
había pasado algo muy glorioso, algo muy trascendente había pasado. Esto es que la ley se
dio en la presencia de Dios. La gloria era tan brillante, era tan grande, que era como si
estuvieran viendo al sol. No podían ni siquiera ver su rostro. Esa es la razón por la que
cuando él dejaba de hablar, las palabras del Señor y simplemente querían tener algo de
comunión normal con la gente, él se colocaba un velo sobre su rostro, porque de otro
modo, el los habría enceguecido.
El punto de Pablo es que la ley vino con gloria de Dios y esa gloria fue aparente a todo el
mundo que vio a Moisés descendiendo del monte y a toda persona que lee el registro. El
ministerio de muerte fue glorioso porque reflejaba la voluntad de Dios, la naturaleza de
Dios, la gloria de Dios, pero, aunque tuvo gloria, tuvo una gloria limitada porque fue de
Dios, sí. Pero mataba. Vino de Dios. Por favor, note el versículo 9, como un ministerio de
condenación, no como un ministerio de salvación. Fue un matón, un homicida. Fue
diseñado para atraer a los pecadores al conocimiento de su pecado. Fue un ayo, un tutor
para llevarnos a Cristo. Fue esclavitud que nos encerró. Gálatas 3, Pablo dice eso.
El antiguo pacto, con sus leyes civiles y morales y ceremoniales sólo podía mandar; sólo
podía ilustrar, sólo podía simbolizar. No podía dar vida y no podía producir justicia. Era
mortal. Y particularmente, cuando se redujo a la letra, lo cual es diferente, no es un
sinónimo con la ley. Usted puede ver eso en Romanos 2:27 al 29. Fue un matón, un
homicida, pero tuvo una gloria. Fue diseñado por Dios. Vino del cielo. Fue la voluntad de
Dios.
Ahora, si eso fue verdad, que el antiguo pacto tuvo gloria, observe el versículo 8: “¿cómo
no será más bien con gloria el ministerio del espíritu?” El término ministerio del Espíritu es
un término descriptivo de Pablo para el nuevo pacto. Él llama al nuevo pacto el ministerio
del Espíritu. La ley, escrita en piedra, fue un homicida. Pero escrita en el corazón por
medio del Espíritu Santo, es un dador de vida y produce justicia. La ley escrita en piedra
condena. La ley escrita en el corazón por el Espíritu Santo, salva.
Entonces, este pacto es mucho mejor que el antiguo pacto, “…como,” dice él, “como es
que este será más bien con gloria en ministerio del Espíritu.” Esa es una conclusión obvia.
Y como he estado diciendo a lo largo de este estudio, no quiero que se confunda. Varias
personas han hecho esa pregunta.
Como he dicho a lo largo de este estudio, el santo del Antiguo Testamento, la persona
quien fue un individuo genuinamente salvo en el Antiguo Testamento, fue salvado porque
él estaba quebrantado por la ley y él había que no podía guardar la ley. Y sabía que él era
un pecador. Y vino a Dios y rogó por misericordia y gracia y perdón de Dios. Él vino
penitente, teniendo hambre y sed de justicia, manso y llorando por su propia iniquidad,
así como la actitud de bienaventuranza de Mateo, capítulo 5. Y él le rogaba a Dios que
tuviera misericordia de él, pecador. Así como el publicano golpeándose el pecho porque él
sabía que Dios era un Dios de gracia y misericordia. Y Dios fue misericordioso y mostró
gracia a un pecador penitente y le perdonó todo su pecado en base a lo que Cristo haría a
favor de ese pecador en el futuro.
Y así es como la salvación operaba, nunca ha sido diferente. Siempre ha sido por gracia
mediante la fe en base a la obra de Cristo: fuera antes de la obra de Cristo o después,
cuando un judío del Antiguo Testamento era salvado por gracia mediante la fe, de pronto
esa ley, esa ley moral que llegó a ser en un punto un homicida para él, se volvió en un
camino de bendición. Y él tenía una actitud como el escritor en el Salmo 119 que dice:
“¡oh!, ¡cuánto amo yo Tu ley!, me delito en ella, medito en ella todo el tiempo.” De
pronto, en lugar de que la ley fuera un homicida, la ley era un camino de bendición. Era
más dulce para él que la miel. Y la que le destila del panal y más preciada que el oro. No
era que su actitud hacia la ley lo salvaba, sino que era ¿qué? Su salvación. Cambiaba su
actitud hacia la ley.
Después, en el versículo 9, el argumento de lo menor a lo mayor. “Porque si el ministerio
de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria en ministerio de
justificación.” Aquí, el ministerio de muerte recibe otro nombre: el ministerio de juicio, el
ministerio de condenación, el ministerio de condenación. El antiguo pacto tuvo una gloria,
tuvo una gloria, fue de Dios. Y cuando Moisés descendió del monte, hubo una gloria en su
rostro.
Ahora, si ese pacto mortal, homicida, ordenador, tuvo una gloria, mucho más el ministerio
de justicia abunda en gloria. ¿Cuál es el ministerio de justicia? Eso es simplemente el
nuevo pacto. El nuevo pacto. Tiene una gloria abundante porque produce justicia.
Regrese a Romanos 3:21. En el versículo 20, Pablo dice: “por las obras de la ley, ningún ser
humano será justificado delante de Él. Porque por medio de la ley es el conocimiento del
pecado.” Pero observe el versículo 21: “pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la
justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas, conforme vieron que el nuevo
pacto venía.” “Se ha manifestado la justicia de Dios,” versículo 22, “la justicia de Dios por
medio de la fe en Jesucristo para todos los que creen en Él.”
La ley nunca pudo proveer justicia. La justicia vino mediante la fe en Jesucristo para todos
los que creen. ¿Qué es lo que trae el nuevo pacto? El nuevo pacto trae justicia. El nuevo
pacto cambia la perspectiva de Dios del pecador. Cambia su actitud. Lo ve vestido en la
justicia de Cristo. Vestido con una túnica de justicia, lo llama Isaías. Cubierto con la justicia
de Cristo. Teniendo la justicia de Cristo imputada a él, colocada en su cuenta.
Permítame darle una buena ilustración de esto. Pase a Filipenses, capítulo 3. Y usemos a
Pablo como la ilustración. Uno de mis capítulos favoritos en todas las Escrituras. Pablo
sabía que el antiguo pacto vino con gloria. Pero cualquier persona que venía y predicaba el
antiguo pacto como medio de salvación, era enemigo del Evangelio. ¿Escuchó eso?
Cualquier persona que predicara al antiguo pacto como medio de salvación es enemigo
del Evangelio. De hecho, en el versículo 12 Filipenses 3, Pablo llama a este tipo de
predicadores “perros, malos obreros, guardaos de la circuncisión falsa.” Cualquier persona
que dice que la circuncisión o la ceremonia mosaica o cualquier cosa de ese tipo o
inclusive de alcanzar cierto nivel de moralidad según la ley diciendo que salva, es un perro
y un mal obrero. Perros, por cierto, eran sucios y se comían la basura.
Se hablaba de los perros con menosprecio en tiempos antiguos. “Como perros,” dice
Pedro, “que regresan y lamen su propio vómito.” Eran perros salvajes que estaban en la
calle. Y eso es lo que él dice de aquellos que predican el antiguo pacto como medio de
salvación o como un elemento que coopera en la salvación.
Pero veamos a Pablo. Y si hubo en algún punto un hombre que estuvo bajo el antiguo
pacto fue Pablo antes de su conversión. Y no sólo estuvo el bajo el antiguo pacto, sino que
él fue alguien que seguía la letra. Él estaba tratando de ser salvo al mantener la letra de la
ley. Lo externo.
Veámoslo. Él dice: “miren,” versículo 4, “aunque yo también tengo de qué confiar en la
carne, si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más.” Yo voy a apilar mis
méritos carnales con cualquier persona. Si vamos a ser salvos por la carne, si vamos a ser
salvos por las obras de la ley, si vamos a ser salvos por esfuerzo humano, según el ritual y
rutina y todo eso, voy a colocar mis credenciales al lado de quien sea. Aquí están:
Circuncidado al octavo día. Esa fue la prescripción y lo hice. Mis padres me hicieron
atravesar por eso. Nací de la nación de Israel, el pueblo escogido. Fui de la tribu de
Benjamín, una de las dos tribus más nobles que fueron fieles, Benjamín y Judá, cuando el
Reino fue dividido. Yo soy hebreo de hebreos.
¿Qué significa eso? Nunca violé mi tradición. Aguanté ahí. Hoy en día podríamos decir que
él era un hasídico ortodoxo. Nunca hizo concesiones en su tradición. Él fue tradicional. Él
siguió la tradición hasta la letra misma. “En cuanto a la ley, no sólo estaba comprometido
con la ley, sino que fui fariseo.” Unos 6000 de ellos en el mundo en ese entonces eran
fanáticos, eran raros en su trato con los detalles triviales de la ley. Él escogió estar lo más
profundo posible bajo la letra del pacto mosaico como él podía estarlo.
Y él llega al punto de decir: “cualquier persona que violaba algo en ese pacto, cualquier
persona que llegara y dijera que había algo mejor que el antiguo pacto, a esas personas
llamadas cristianas, yo las perseguí. Así de celoso fui por el antiguo pacto. En cuanto a la
justicia que podía ser alcanzada al guardar la ley, yo fui irreprensible. Todo lo que yo podía
hacer según la ley, lo hice. Y no hay nadie que podía venir en contra de mí y decirme: “tú
eres culpable de esto.” Él era alguien quisquilloso.
Aquí tiene a alguien que está bajo la letra. Yo no creo que él ni siquiera fuera salvo. Yo no
creo siquiera que él fuera redimido porque él estaba dependiendo de todo eso. Y no creo
que ni siquiera había llegado al punto de Romanos 7 en donde la ley revivió. Él vio a la
realidad, de lo que eso significaba y lo mató. Eso sucedió en algún punto en la experiencia
del camino a Damasco cuando se vio a si mismo por lo que realmente era.
Pero observe esto, cuando sucedió. Versículo 7: “todas estas cosas eran para mí ganancia,
yo había acumulado todo eso en las columnas de ganancias, eso era mi salvación, amigos.
Yo iba a obtener la justicia por la ley. Y entonces vi a Cristo e inmediatamente, cuando
vine a Cristo, tuve todo eso por” ¿qué? “Por pérdida.” “Más que eso,” versículo 8, “todo lo
tengo por basura, por pérdida a la luz del valor que sobrepasa todo, el conocer a Cristo
Jesús, mi Señor por el cual he sufrido la pérdida de todas las cosas. Y les voy a decir lo que
pueden hacer con todo el antiguo pacto, simplemente lo pueden colocar en el montón de
basura. Ahora, él no está menospreciando la ley moral de Dios, él simplemente está
viendo al antiguo pacto como medio de salvación.
¿Sabe usted lo que significa ser circuncidado al octavo día con referencia a la salvación?
Nada. ¿Sabe usted lo que significa ser de la nación de Israel en referencia a la salvación?
Nada. La salvación no es por ritual y no es por raza. ¿Sabe usted lo que significa estar de la
tribu de Benjamín? Nada, la salvación no es por privilegio. ¿Sabe usted lo que significa ser
un hebreo de hebreos? Nada. La salvación no es por tradición. ¿Sabe usted lo que significa
ser un fariseo, que guarda la ley? La salvación no es por observancia religiosa. ¿Sabe usted
lo que significa ser un perseguidor celoso de la Iglesia? Nada, no es por celo; y no es por
moralidad externa. Nada de esto es nada, todo eso es skubalon. Por cierto, esa es una
palabra para referirse a excremento humano o a cualquier excremento. Lo más vil. Él dijo:
‘vi todo eso y era basura.’ Suciedad.
Usted pregunta: “¿por qué eres tan rápido a tirar todo eso?” Versículo 9: “porque cuando
vi a Cristo y fui hallado en Él, no con una justicia mía derivada de la ley, sino una justicia
que es mediante la fe en Cristo, la justicia que viene de Dios por la fe.” Hombre, qué
afirmación tan clara. “Vi lo que siempre quise, justicia, pero estaba en Cristo. Y fue por fe,
no en la ley por obras. Y entonces, eso es basura. Es basura.”
Si, el antiguo pacto tiene una gloria. Regrese a 2 Corintios 3. El antiguo pacto tiene una
gloria, pero nada como la gloria del nuevo pacto. De hecho, observe el versículo 10:
“porque aun lo que fue glorioso, esto es el antiguo pacto, no es glorioso en este respecto
en comparación con la gloria más eminente. Entonces, cuando usted ve al antiguo pacto
en comparación con el nuevo pacto, es como si el antiguo pacto no tuviera gloria. Esa es
su afirmación. Aquello que tenía gloria en el antiguo pacto, cuando lo compara con el
nuevo pacto, el cual tiene una gloria tan inmensa, que parece no tener gloria. Y usted lo ve
y usted dice ‘basura’.
Pablo dice ‘no se atrevan a aceptar algún tipo de religión judaica de la circuncisión,
esotérica. No se atrevan a buscar un ceremonialismo que corrompe la simplicidad que
está en el Evangelio de Jesucristo.’ Hay tanta gloria en el nuevo pacto que el antiguo pacto
parece como nada. Nada.
Usted pregunta entonces si acaso la ley de moral de Dios todavía es importante. Claro que
lo es. Porque la ley moral de Dios todavía es la roca que tiene que quebrantar la espalda
del pecador. Y tenemos que predicar esa ley y exaltar esa ley. Y, por cierto, la ley moral es
repetida en el Nuevo Testamento, ¿verdad? La ley civil es hecha a un lado. Ya no hay más
Israel. Gentiles y judíos son hechos uno. La ley ceremonial es hecha a un lado. Ya no hay
más días de reposo, ni lunas nuevas y festividades y sistema sacrificial. El templo está
destruido. No hay más sacrificios, no hay más días de reposo, eso se acabó. Pero la ley
moral es repetida y recitada y reiterada del Nuevo Testamento y de nuevo, es reiterada y
traída al rostro del pecador para mostrarle su pecado.
Pero el antiguo pacto, si fuera por sí mismo, sería absolutamente inútil. Inclusive el reflejo
virtuoso de la Santidad de Dios es inútil para salvar. El nuevo pacto viene y por gracia,
mediante la fe, provee lo que el antiguo pacto no podía dar.
Y de nuevo, le repito, como puede ver, esa es la razón por la que la raza religión
sacramental, sacerdotal, lo cual significa de sacerdote, como la religión católica romana o
la ortodoxia griega o el protestantismo litúrgico, con el ponerse de pie, sentarse, encender
las velas, postrarse a hacer esto o aquello; todo ese externalismo, todo ese
ceremonialismo es una corrupción. Y como le dije la semana pasada, ni siquiera es bíblico
para comenzar. Por lo menos, los judaizantes tenían un pacto que tenía algo de gloria, a
pesar de que era una gloria que se desvanecía. Los evangélicos, o más bien debo decir el
tipo de ceremonialismo inventado por el cristiano, ni siquiera tiene un precedente bíblico,
nunca lo tuvo. No tuvo ninguna gloria. Entonces, es un enfoque no glorioso. Manténgase
alejado de eso. Lo único que necesita es gracia y fe en Cristo. La simplicidad de Cristo y
una relación personal hecha posible por el poder del Espíritu Santo operando en el
corazón.
Ahora, el apóstol presenta un tercer punto, ¿muy bien? Únicamente vamos a entrar a este
tercer punto y en terminaremos para esta mañana. La superioridad del pacto está basada
sobre el hecho de que da vida y produce justicia. En tercer lugar, es permanente. Observe
el final del versículo 7. El nuevo pacto es permanente. Notará que este es un punto
fascinante que presenta. Al final del versículo 7, él dice: “los hijos de Israel no pudieron
fijar la vista en el rostro de Moisés.”
Y después, él incluye esto: “A causa de la gloria de su rostro, la cual habría de parecer.” El
punto es que la gloria que estaba en el rostro de Moisés era temporal. Después de ese
encuentro y esa experiencia, se acabó. Se desvaneció. De hecho, se desvaneció inclusive
mientras que él estaba ahí, hablándole a la gente. Cuando él se colocaba el velo sobre su
rostro, se desvanecía. Era una gloria que se desvanecía.
El mismo verbo que es usado en 1 Corintios 2:6 traducido “está pasando”. La gloria de la
ley de esta manera es ilustrada por eso en la mente de Pablo. Él ve una analogía en la
gloria de la ley. Él ve un propósito de Dios en esa historia maravillosa para mostrarnos
que, aunque tenía una gloria, fue una gloria pasajera. Fue una gloria que se desvanecía. La
ley no fue una respuesta permanente. La ley no fue una solución final. La ley nunca tuvo la
intención de ser la última palabra para el problema de los pecadores. La ley nunca pudo
salvar. No podía ser la última palabra.
Me acuerdo en una ocasión cuando estuve hace muchos años atrás en Israel y me quedé
en un hotel al lado de una sinagoga. Mi habitación estaba tan cerca de esta sinagoga que
podía tocar la misma con mi brazo. Y fue el día de reposo y estaban teniendo esta
adoración y lo oí hora, tras hora, tras hora. Claro, reconociendo que estas personas están
encerradas en el antiguo pacto, no permiten el nuevo pacto, no lo toleran. Y si usted se los
presenta, se vuelven violentos y se turban en su rechazo.
Y usted les quiere decir, pero la ley nunca fue la última palabra para resolver el problema
de los pecadores, no puede salvar, nunca fue la revelación final completa del propósito
redentor de Dios y el medio por el cual la justicia podía ser provista. Sólo señalaba algo
mayor. No era adecuada, no era permanente. Podía prescribir los que los hombres debían
hacer, pero no podía capacitarlos a hacerlo. El antiguo pacto podía proveer una base de
condenación, pero no de salvación. Una base de condenación, pero no de justificación.
Una base de culpabilidad, pero no de pureza. Algo tenía que ser añadido.
Usted pregunta si acaso los judíos sabían que venía. ¿Se les dijo? Claro, Jeremías lo dice de
manera tan clara como podía ser dicho. Jeremías 31:31: “he aquí, días están por venir,
declara a Jehová, cuando haré un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.
No como el pacto que hice con sus padres en el día que los tomé de la mano para sacarlos
de la tierra de Egipto. Mi pacto que quebrantaron. No como ese. Este es un pacto que
haré con la casa de Israel después de esos días. Colocaré Mi ley dentro de ellos y en su
corazón la escribiré y seré su Dios y serán mi pueblo y perdonaré su iniquidad y no me
acordaré más de su pecado.” Ellos deberían haber sabido que el antiguo pacto no era el
último.
El contraste es entre lo que es temporal y pasajero y lo que es duradero y eterno. Lo que
Moisés representó era glorioso, pero era pasajero. El día llegaría cuando ese resplandor se
desvanecería. El nuevo pacto, no obstante, viene con una garantía de eterno. El nuevo
pacto no se desvanece.
Observe lo que el texto dice en el versículo 10: “porque aun lo que fue glorioso no es
glorioso en este respecto en comparación con la gloria más eminente. Porque, si lo que
parece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece.” ¿Quiere oír una buena
noticia? Hubo un antiguo pacto y un nuevo pacto y no estamos esperando un nuevo,
nuevo pacto. Este es el fin, este es permanente. El nuevo pacto es la última palabra. La
salvación por la gracia mediante la fe. El ministerio de muerte y condenación tuvo una
gloria. Fue diseñado por Dios, fue santo, justo y bueno. Estableció el estándar de justicia. Y
para los creyentes, para aquellos perdonados por Dios y salvados, fue un camino de
bendición. Pero el Nuevo Testamento tiene una gloria mayor, el nuevo pacto tiene una
gloria mayor. Y sin el nuevo pacto, el antiguo pacto simplemente habría llevado a la raza
humana entera al infierno.
El ministerio de los profetas del Antiguo Testamento, y no tenemos tiempo para entrar en
esto, el ministerio de los profetas del Antiguo Testamento fue llamar al pueblo a
arrepentirse. Una y otra y otra vez hasta Juan el Bautista ‘arrepiéntanse, arrepiéntanse,
arrepiéntanse, arrepiéntanse, arrepiéntanse.’ Ése fue el punto entero. Son traídos contra
la ley. La ley revela su pecado.
Usted es llamado a arrepentirse. Y como puede ver, lo que pasó es que la mayoría de los
judíos sabían que no podía guardar la ley moral y entonces, inventaron una manera de ser
salvos. ‘Oh, no podemos guardar la ley moral, pero lo que haremos, es guardar la ley
ceremonial. Y la ley moral nos salvará.’
Entonces, impusieron la ley ceremonial por encima de la ley moral como el salvador. Y eso
es lo que significa que adoraban según la letra de la ley. Y eso era condenador. Pero
tomemos a un judío verdadero que realmente creía. ¿Qué hacía? Llegaba a Dios
arrepentido, rogando por misericordia, rogando por gracia. Y él veía a la ley ceremonial
como simbólica de la provisión de Dios para él en algún punto a lo largo del futuro. Él
sabía que Dios proveería. Él sabía que Dios mostraría gracia. Y Dios sería misericordioso
porque ese es el tipo de Dios que era; y él se arrojaba, dependía de la misericordia de Dios
y era redimido en base a lo que Cristo haría a favor de él.
Pero para la mayoría de los judíos, la mayoría de ellos, fuera de ese remanente,
desobedecieron la ley, no ofrecieron arrepentimiento genuino, no ejercieron fe salvadora
en Dios. No dependieron de la gracia de Dios, sino en sus propias obras, guardando la
religión ceremonial externa. Y eso realmente fue un homicida. Y vinieron los profetas y los
llamaron al arrepentimiento. Y los llamaron al arrepentimiento y los llamaron al
arrepentimiento. Ése siempre ha sido el mensaje. Me sorprende cómo la gente puede
decir en la actualidad que no tenemos que predicar arrepentimiento. Ha sido el mensaje
siempre. Entonces, de hecho, lo que tuvo gloria, el antiguo pacto, en este caso parece no
tener gloria cuando es comparado con este pacto nuevo.
Ahora, versículo 11 y cerraremos con esto: “porque si lo que perece tuvo gloria, mucho
más glorioso será lo que permanece.” Moisés tuvo la gloria en su rostro y se desvanecía
porque no venía desde adentro, era simplemente un reflejo. Mientras él estaba en la
presencia de Dios, estaba reflejando, pero se desvanecía. Pero aquello que permanece,
tiene una gloria permanente. El nuevo pacto permanece porque es la consumación del
plan de Dios y es el más glorioso. Es la palabra final. El Evangelio es la palabra final. No hay
otra palabra. Eso es todo. Esto es todo. No es el antiguo pacto, el nuevo pacto más la
tradición, más Mary Baker, Eddy Patterson, Glover Frye, más el libro del mormón, más,
más, más. El ministerio del nuevo pacto es todo lo que se necesita. El Evangelio es todo lo
que necesita claramente en el Nuevo Testamento. Esa es la razón por la que al final del
libro de Apocalipsis dice: “si añades algo a esto, se te añadirán las plagas que están
escritas aquí.”
El ministerio del nuevo pacto continuará y nunca será reemplazado porque no hay nada
más que hacer; no hay nada más que decir. Todo ha sido hecho en Cristo. Él ha logrado
una vez y para siempre la redención de Su pueblo. No hay una verdad más elevada; eso es
todo. Oh, obtendremos entendimiento nuevo de las riquezas del Evangelio conforme
crecemos, pero nunca iremos más allá del Evangelio. Nunca iremos más allá del nuevo
pacto. No hay nada más allá de esto. No estamos sentados esperando que el testamento
número tres caiga.
Los falsos apóstoles y los falsos maestros en Corinto se jactaban de la antigüedad de sus
enseñanzas y se jactaban de que tenían la ventaja de la ceremonia mosaica. Y Pablo
destruye su fachada de templo brillante y prueba que no es nada más que un calabozo
disfrazado. Y el ministro o el predicador o el nuevo pacto trae el mensaje correcto, un
mensaje de esperanza y un mensaje de justicia, no un mensaje de condenación. No
necesitamos algún tipo de religión mística. No necesitamos algún tipo de ceremonias
exóticas que comunican una realidad espiritual. Tenemos la realidad en Cristo en el poder
del Espíritu Santo. Pablo clama porque los hombres no lleven el mensaje de piedra, sino el
mensaje de la cruz; no el mensaje del Sinaí, sino el mensaje del calvario. Él está
advirtiéndole a los corintios que se deshagan de los ceremonialistas judíos, aquellos que
están dedicando religión esotérica, los maestros enseñando Sinaí, la ley externa y
símbolos -la raíz seca de la religiosidad.
A. T. Robertson tiene un comentario interesante en esta sección. Él dice: “el amor de lo
externo mató la vida interna y crucificó a Jesús de Nazaret por Su énfasis en la vida
espiritual y la reprensión del mero ceremonialismo de los escribas y fariseos.”
“Esteban siguió los pasos de Jesús cuando él reprendió a los fariseos por su perversión de
la religión real y buscó dar la interpretación espiritual del Reino de Dios como fue
expuesta por Jesús. Pablo se volvió de ser un fariseo perseguidor a un intérprete espiritual
de Jesús y tomó el lugar de Esteban, en cuya muerte él se había regocijado.”
“Jesús y Esteban pelearon contra el fariseísmo oficial en el judaísmo actual. Pablo enfrentó
la batalla con el fariseísmo dentro del rebaño cristiano que estaba buscando colocar las
cadenas de su judaísmo pervertido sobre el cristianismo de Jesús. La esperanza de rescate,
escribe él, para el alma del hombre estaba en juego. El alma de Pablo fue agitada hasta
sus profundidades y él enfrentó el problema con toda la fuerza de su naturaleza. Él está en
el meollo de la batalla con estos cristianos judaizantes que están intentando destruir el
cristianismo espiritual, cuando él traza aquí el contraste entre el judaísmo y el
cristianismo. La batalla entre la esclavitud de legalismo y el cristianismo espiritual nunca
ha cesado. Pablo estableció el estándar en 2 Corintios, Gálatas y Romanos. Martín Lutero
lo retomó cientos de años después y el peligro siempre es real.” Fin de la cita.
La superioridad del nuevo pacto entonces: da vida, produce justicia, es permanente. Más
por venir la próxima vez. Oremos.
Padre, Te damos gracias otra vez por Tu verdad que es tan clara y tan potente. Nos habla
de manera tan poderosa a nuestros corazones. Padre, simplemente pedimos que Tú
alcances toda vida aquí con Tu Espíritu y traigas vida, produzcas justicia. Salva, Señor.
Salva a pecadores. Produce arrepentimiento, genera contrición. Que toda persona aquí
que no conoce verdaderamente al Salvador venga con un corazón dispuesto, penitente,
buscando perdón por gracia mediante la provisión de Cristo en la cruz.
Te damos gracias porque Jesús murió para pagar el castigo por nuestros pecados, para
que Tú pudieras extender gracia a los que creemos. Concede fe, concede gracia, concede
salvación. Padre, oramos por todo corazón necesitado. Y, oh Dios, cuánto Te agradecemos
porque no necesitamos estar atrapados a la esclavitud de legalismo, sino que podemos
disfrutar la libertad de la fe, la bendición de la gracia mediante Cristo. Amén.
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La gloria del nuevo pacto, 5ª Parte


Escritura: 2 Corintios 3:12–16

Código: 47–19
John MacArthur
Abra su Biblia en 2 Corintios, capítulo 3. Regresamos a este texto de los versículos 6 al 18
acerca de la gloria del nuevo pacto de nuevo esta mañana; y confieso que estoy teniendo
muchas dificultades en avanzar en este texto. Sabía que así sería, pero está excediendo
inclusive mis propias expectativas. Hay tanto aquí, hay tantos asuntos que emanan de este
texto, que quiero hablar de ellos. Y por eso estamos tomando tanto tiempo a lo largo de
este texto.
Conforme vemos este texto, simplemente le recuerdo que el apóstol Pablo aquí está
defendiéndose a sí mismo en contra de algunas acusaciones de que él es un falso maestro.
Él está diciendo que él es un maestro verdadero por varias razones. Y una de ellas es que
él predica el nuevo pacto, tal como lo señala en el versículo 6. Él es un ministro, un siervo
del nuevo pacto. Conforme se defiende a sí mismo al identificarse a sí mismo con el nuevo
pacto, él entonces entra a una explicación que compara al nuevo pacto con el antiguo
pacto, porque los falsos maestros, los falsos maestros verdaderos que entraron en Corinto
eran el grupo de la circuncisión que estaba enseñando el antiguo pacto.
Pablo entonces, quiere que los corintios entienden un verdadero siervo de Dios, un
verdadero ministro, un verdadero predicador, un verdadero profeta, un verdadero
apóstol, predicará el nuevo pacto, la verdad del nuevo pacto, no la del antiguo pacto. Y
esa es la existencia de lo que lo lleva a esta explicación.
Una vez que se ha identificado a sí mismo como un predicador del nuevo pacto, él
entonces procede a explicar la superioridad del nuevo pacto sobre el antiguo pacto. En
cierta manera, hemos estado caminando en ese campo durante las últimas cuatro
semanas. Y esta es la número cinco.
Ahora, permítame darle un poco de trasfondo simplemente para traerlo a este texto. El
engaño más eficaz de Satanás es la religión. Esa es la razón por la que él se disfrazó a sí
mismo como un ángel de luz. Y esa es la razón por la que sus ministros también se
disfrazan como ángeles de luz. Mientras que, de hecho, todos son demonios de las
tinieblas y condenación, se enmascaran mediante la religión.
El impacto más poderoso y sutil de Satanás es al diseñar las religiones mediante el diseño
de religión que no salva, sino que condena a la gente, dándole la ilusión que todo está
bien entre ellos y Dios. Y el mundo, obviamente, está inundado en ese engaño satánico. El
mundo está inundado en la religión que no salva, religión que los condena al infierno
eterno.
Es la religión satánica de ceremonias, rituales u obras de justicia personal. Es la religión de
lo que uno hace. Es la religión del esfuerzo humano. La religión de los sacramentos que
envía a la gente a una eternidad sin Dios, engañada acerca de su condición real.
Como le he dicho muchas veces a lo largo de los años, sólo hay dos religiones en el
mundo. Sólo dos. Está el cristianismo verdadero, salvación por gracia mediante la fe en
Cristo únicamente. Y esta otra religión y esa religión es la del mérito humano. El mérito del
logro humano, el esfuerzo humano, la ceremonia humana. Y todas las religiones en el
mundo, fuera del cristianismo verdadero, realmente son otra forma de ese mismo engaño
único, condenador, falso. Que una persona puede estar bien con Dios mediante el
esfuerzo externo, mediante alguna actividad moral, mediante alguna ceremonia. Ese es un
engaño condenador que inunda a la mayoría del mundo.
Esto explica, por ejemplo, cómo el Papa puede decir que los budistas adoran al mismo
dios que él adora. Y deben ser considerados hermanos. Esto explica como él puede decir
que los musulmanes deberían ser considerados como hermanos y hermanas que adoran
al mismo dios que él adora. Esto explica por qué la madre Teresa y su hogar para los
enfermos y moribundos en Calcuta puede tener un retrato de un dios hindú. Porque todo
es la religión de la ceremonia. Todo es la religión del mérito humano, la justicia alcanzada
mediante el mérito humano o la justicia alcanzada mediante el sacramento o ceremonia o
ritual, lo que sea. De hecho, la Iglesia Católica romana y ciertas formas de la ortodoxia
griega y ciertas formas del protestantismo de la Iglesia elevada tienen más en común con
las religiones no cristianas que con el Evangelio verdadero de Jesucristo.
Son más afines a ellas porque con religiones de obras externas y ceremonia y sacramento
y desempeño externo y ritual. Son más como religiones no cristianas que el verdadero
cristianismo y esa es la razón por la que no nos sorprende cuando vemos al Papa hacer
algún tipo de comentario que abraza a gente que son distintivamente no cristianas;
mientras que al mismo tiempo nosotros, quienes somos distintivamente cristianos, no
podemos aceptar el formato pagano del catolicismo romano. Mantener el Evangelio puro,
separado de todas esas formas de religión, inclusive aquellos que dicen que estar
entregados al Dios de la Biblia es una de las tareas más grande del predicador. Es una
tarea que no podemos abandonar.
Pablo enfrentó esa misma tarea en Corinto. Usted recordará que él había llegado ahí y
había predicado el Evangelio. Y él había estado ahí durante casi dos años y había fundado
a una Iglesia. Todo iba bien, por lo menos externamente desde el punto de vista teológico.
Ciertamente, ahí había algunos problemas de pecado. Pero todo parecía estar bien en un
entendimiento del Evangelio, hasta que llegaron ahí algunas personas judías y dijeron que
para que realmente fueras cristiano, necesitabas no sólo aceptar a Jesús, sino que tenías
que guardar las ceremonias y rituales del Antiguo Testamento. Entonces, era salvación por
Cristo más ceremonia. Obras de ritual.
Y Pablo está diciendo en esta sección que no es así. No es el nuevo pacto y el antiguo
pacto. Lo que salva únicamente es el nuevo pacto. Los falsos maestros estaban enseñando
salvación por la circuncisión, lo cual es una ceremonia o ritual o mecánica por obras. Y, por
lo tanto, habían contaminado el arroyo puro de la verdad del Evangelio. Entonces, Pablo
escribe para informarles a los Corintios que lo que él predicaba era la verdad, el nuevo
pacto.
Y lo que usted ve que él está diciendo aquí es lo que todo pastor fiel tiene que hacer.
Usted tiene que proteger a su congregación de los engaños satánicos que entran en la
forma de la religión falsa. Y Satanás es lo suficientemente sutil como para inclusive
abrazarlos bajo el nombre del cristianismo, si tiene que hacerlo, si encaja con sus
propósitos y tratar de infiltrarlos con toda esa sutileza.
Todos aquellos, ahí atrás en el versículo 6, que verdaderamente son hechos ministros, son
siervos del nuevo pacto. El pacto en la sangre de Cristo. Deben tomar la responsabilidad
que Pablo ejerce aquí y advertirle a la gente acerca de la religión no salvadora, engañosa,
satánica, condenadora sin importar si tiene el nombre de cristianismo o no.
La Iglesia corintia y el resto de la gente deben rechazar de manera total todo esfuerzo de
contaminar el Evangelio por obras o por ceremonia o ritual. Y ya hemos cubierto todo eso.
Esto es un repaso.
Ahora, al explicar esto, Pablo explica cómo el nuevo pacto ha reemplazado el antiguo
pacto. Él quiere que vean que el antiguo pacto ahora ha sido abrogado, como dice en
Hebreos 8. Ahora, ha sido hecho a un lado. El libro entero de Hebreos trata con el nuevo
pacto comparado con el viejo pacto y es reducido en 2 Corintios. Entonces, regresemos al
texto más grande de este asunto, Hebreos, capítulo 9, versículo 15. Y escuche esto con
atención.
“Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto,” esto es Cristo, a quien se refiere ahí
atrás en el versículo 14. Ahora siga esto: “…para que interviniendo muerte para la
remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto.” ¿Vio eso?
En otras palabras, la muerte de Jesucristo proveyó redención para transgresiones
cometidas por personas que vivieron bajo el primer pacto, eso es lo que él está diciendo.
Ahí nuevamente usted tiene la indicación clara de que la gente bajo el antiguo pacto,
viviendo en el Antiguo Testamento antes de que Cristo jamás hubiera nacido o antes de
que Él hubiera muerto y resucitado, la gente viviendo en ese entonces, antes de eventos
del Evangelio fueron salvos por lo que Cristo haría.
Entender esto es algo muy, muy importante. Cristo, debido a Su muerte sacrificial perfecta
por el pecado se volvió el Mediador de un pacto nuevo y mejor. La única manera en la que
una persona jamás podría llegar a Dios era que la paga de su pecado fuera pagada de
manera completa mediante la muerte. Y este pago, Jesús lo llevó a cabo al morir como el
Sustituto para todos aquellos que creerían y se arrepentirían en toda época. Él se convirtió
en el Puente, se convirtió el Mediador, el único mediador entre Dios y el hombre,
uniéndolos para siempre.
Hebreos dice que Él logró eso en una ofrenda de sí mismo, todo lo que todas las ofrendas
que el sacerdote del antiguo pacto nunca podrían lograr. Ellas sólo podían ser un símbolo.
Fue Su muerte la tomó el lugar para la redención de las transgresiones. El precio fue
pagado en su totalidad, los pecadores fueron reconciliados para siempre con Dios. Pero
observe esto: ¿qué pecados? ¿Los pecados de quiénes? Las transgresiones que fueron
cometidas durante el primer pacto. No sé cómo la gente puede estar confundida con esto.
No sé cómo la gente puede pensar que las personas del Antiguo Testamento eran salvas
porque guardaban la ley o porque eran salvos debido a que tenían en sus corazones una
esperanza mesiánica. Podrían haber tratado de obedecer la ley y eso es algo noble de
hacer.
Obviamente, si ellos habían sido salvos, habrían visto las leyes del camino de la vida y las
habrían obedecido con mucho gusto, conforme habrían podido en su estado caído. Pero
las personas que creen que guardar la ley o tener alguna esperanza mesiánica salva en sí
mismo no entienden esto. Lo único que salvaba a esas personas era la provisión de
Jesucristo en la cruz. Esa es la razón por la que él dice que fue por las transgresiones
cometidas bajo el primer pacto. Véalo de esta manera: la muerte de Jesucristo fue
retroactiva, se remontó al pasado y cubrió al pasado.
Observe Romanos, capítulo 3, versículos 24 y 25. Claro que usted sabe que estoy
repitiendo este punto del Evangelio un poco; lo he repetido durante años y he escrito un
número de libros acerca de esto porque yo creo que la Iglesia está confundida en este
punto. Nada puede ser más importante que entender el Evangelio, ¿no es cierto?
Romanos 3:24 y 25: “siendo justificados gratuitamente por Su gracia, mediante la
redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación,” o como cubierta,
“por medio de la fe en Su sangre.”
Muy bien, la justificación es un regalo por gracia mediante la redención provista en Cristo,
Dios colocó en despliegue a Cristo como una cubierta por los pecados mediante la fe en Su
sangre. Ahora escuche esta próxima línea: “para manifestar Su justicia, a causa de haber
pasado por alto, en Su paciencia, los pecados pasados.” Ése es un punto crucial. Dios pasó
por alto los pecados de aquellos que creyeron en Él antes de la venida de Cristo, pero
Cristo tuvo que venir para que Dios pasara por alto esos pecados en un acto justo no.
¿Entiende eso?
Dios habría sido injusto si tan sólo hubiera ignorado sus pecados. Si Él tan sólo hubiera
pasado por alto sus pecados de manera caprichosa. Alguien podría haber dicho: ¿qué tipo
de Dios santo eres Tú? ¿Acaso simplemente pasas por alto los pecados? ¿Dónde está el
sacrificio para sus pecados? ¿Dónde está la satisfacción de la justicia?, ¿dónde está la
satisfacción de la rectitud?, ¿dónde está el requisito de la ley? ¿Cómo puedes nada más
perdonar a esto pecadores? ¿Cómo puede nada más ser misericordioso y mostrar gracia a
esos pecadores? Y hasta que Cristo vino, escuche esto, hasta que Cristo vino para ser el
sacrificio perfecto expiatorio, Dios pudo haber sido visto como alguien que fue injusto o
haber rebajado Su estándar.
Entonces, Pablo dice aquí que Dios estaba demostrando Su justicia y él necesitaba
demostrar que Dios tan justo era Él porque en el pasado Él había pasado por alto los
pecados que habían sido previamente cometidos. Y la gente diría “oye, ¿qué Dios santo
tienes? Él simplemente decide qué pecados va a perdonar y simplemente, los perdona.
¿Dónde está la justicia? ¿Dónde está la rectitud? ¿Dónde está la santidad ahí? ¿Dónde
está el estándar Santo? ¿Dónde está “el alma que pecare, morirá”? ¿Dónde está ese
principio?
Entonces, él despliega públicamente a Cristo y vemos entonces que Él es un Dios justo. De
hecho, Él es tan justo y es tan recto y está tan ligado a Su propia ley, que el pecado no
puede ser perdonado fuera de una muerte sacrificial perfecta. Él está tan comprometido
con esa ley que Él coloca en la cruz a Su propio Hijo amado. Ahí está la muestra de la
justicia absoluta y rectitud de Dios.
Entonces, Él demuestra Su justicia al colocar a Su Hijo en la cruz para que entendamos que
el pasar por alto el pecado en el pasado fue sólo temporal. El sacrificio para este pecado
estaba por venir, debido a que la sangre de Jesucristo todavía no había sido derramada
hasta que cientos o inclusive miles de años después de que muchos creyentes del Antiguo
Testamento murieron, su salvación, por así decirlo, estaba en deuda. Estaba en deuda.
Mediante su arrepentimiento y eso tiene que estar ahí, y mediante su fe en Dios, esto es
creer en Dios por lo que Dios había revelado acerca de sí mismo.
Obviamente, la revelación progresiva significa que, en cualquier punto en la historia del
Antiguo Testamento, Dios había revelado más, y más y más. Y más. ¿Qué era lo que una
persona tenía que creer para ser salva? Tenía que creer lo que Dios había revelado en ese
punto y tenía que creer que Dios era misericordioso, lleno de gracia y perdonaría su
pecado. Y tenían que creer que no había nada en sí mismos por lo cual el pecado podía ser
perdonado. Y tenía que saber en su corazón y en su mente que Dios de alguna manera iba
a proveer una expiación por su pecado.
Entonces, ¿que necesitaba creer una persona en el Antiguo Testamento para ser salva?
Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia. Arrepentirse del pecado y arrojarse
uno mismo en la misericordia y gracia de Dios, quien únicamente podía perdonar ese
pecado y saber en su corazón que Dios proveería un sacrificio apropiado.
En base a esto, la base de la fe arrepentida, Dios les concedió una salvación que estaba
por ser pagada, por así decirlo. Debido a la muerte de Cristo que estaba por venir, Dios fue
paciente hasta que el sacrificio fue hecho. Y Él pasó por alto los pecados de personas que
verdaderamente estaban arrepentidas y creían hasta que llegó el tiempo en el que Cristo
vendría y se encargaría del pecado de ellos.
Debido a que las ceremonias y sacrificios del Antiguo Testamento, ahora escuche esto,
únicamente simbolizaban el único sacrificio de Cristo, el único que salva, podemos
concluir entonces, que la salvación es entonces siempre ha sido por la gracia, siempre ha
sido por la fe y siempre ha sido mediante lo que Cristo hizo en el nuevo pacto. Entonces
Pablo, por lo tanto, está diciendo por qué quieren ustedes creer que necesitan guardar el
antiguo pacto como parte de su salvación. Pablo utiliza la ocasión entonces para
defenderse a sí mismo en contra de los falsos maestros y para mostrar que el nuevo pacto
es mejor que el antiguo.
Ahora, veamos nuevamente el texto. El hecho de que el nuevo pacto es mejor es
evidenciado en varias maneras. En primer lugar, da vida. Cubrimos eso en el versículo 6.
En segundo lugar, produce justicia, cubrimos eso en los versículos 7, 8 y 9. En tercer lugar,
es permanente, cubrimos eso en los versículos 10 y 11. La superioridad del nuevo pacto, y
por lo tanto de los predicadores del nuevo pacto, es indicada por la verdad de que el
nuevo pacto da vida, provee justicia, y es permanente.
Ahora, retomemos texto con el punto número cuatro. El nuevo pacto trae esperanza,
versículo 12. “Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza”. El nuevo
pacto trae esperanza.
¿Sabe una cosa? Si había algo que era verdad acerca del antiguo pacto era que ningún
sacrificio jamás fue definitivo, ¿no es verdad? Usted siempre tenía que tener otro. Pero el
nuevo pacto tuvo un tono de conclusión, de finalidad absoluta. Proveyó esperanza real. El
pecado realmente ha sido enfrentado, ha sido cubierto. La esperanza de vida eterna es
clara. Nuestra esperanza es tan segura, está establecida a tal grado, es tan irrevocable, es
tan conclusiva que Pablo dice que la predicamos con franqueza.
Ahora, ¿qué es esperanza? Bueno, es muy simple. Es la creencia de que todas las
promesas del nuevo pacto se cumplirán. ¿Y qué promete el nuevo pacto? Perdón total y
completo, permanente y eterno. Quitar sus pecados tan lejos como está el oriente del
occidente sería ciertamente parte de esto. Dios hizo eso también en el Antiguo
Testamento. Pero lo hizo en el Antiguo Testamento en base al mérito del nuevo pacto. El
nuevo pacto trae vida abundante, vida eterna, la esperanza del cielo, las promesas todas
se van a cumplir.
Por grande que sea la gloria del nuevo pacto, todavía no ha sido manifestada. Tiene
esperanza en él. El nuevo pacto nos trae no sólo un presente, sino nos trae un futuro, nos
trae un futuro glorioso. Fue ratificado en el pasado en la cruz. Es aplicado en el presente
en la fe; pero su totalidad es experimentada en el futuro. Entonces, hemos entrado a un
nuevo pacto, la totalidad del cual todavía no hemos experimentado, ¿no es verdad?
Absolutamente.
Observe Romanos, capítulo 8. Vivimos en esperanza, dice Pablo. Este nuevo pacto tiene
una es capacidad de esperanza. Como puede ver, el antiguo pacto tenía en cierta manera
una desesperanza en un sentido. El antiguo pacto en cierta manera lo mataba usted con
su pecaminosidad, martillaba de manera incansable una, y otra y otra vez. Martillaba al
pecador. El nuevo pacto, viene y trae esperanza.
En Romanos, capítulo 8, versículo 18 Pablo dice: “Pues tengo por cierto que las aflicciones
del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de
manifestarse. Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de
los hijos de Dios.” En otras palabras, lo que él está diciendo aquí es que no nos molesta
sufrir en esta vida porque tenemos esperanza para la gloria que habrá de ser revelada.
Estamos esperando ansiosamente la revelación de los hijos de Dios. La manifestación
gloriosa de los hijos de Dios todavía no ha sucedido.
“Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del
que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la
esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que
toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella,
sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros
también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de
nuestro cuerpo.”
Y aquí viene: “Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es
esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? Pero si esperamos lo que no
vemos, con paciencia lo aguardamos.” Somos salvos en esperanza. Pablo está diciendo
que de manera inherente en el nuevo pacto hay una esperanza. Una expectativa gloriosa,
emocionante y maravillosa de la manifestación gloriosa de los hijos de Dios.
Más adelante, en Romanos, capítulo 15, versículo 13 él da una bendición. Dice: “Y el Dios
de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por
el poder del Espíritu Santo.”
Como puede ver, vivimos en esperanza. Ayer fui al hospital, pasé como una hora Herb
Clingen. Él tuvo otro infarto y estaban haciendo algunas pruebas en su corazón para tratar
de determinar si el infarto tuvo algún efecto en su corazón, algún daño en su corazón. Y
simplemente estábamos hablando acerca de la dificultad de la vida cuando usted llega a
los 80 y todo eso, y con gozo y felicidad en su corazón, él habló de la posibilidad y la
realidad de la muerte, lo cual para él no es un tema de temor, porque lo lleva a la
presencia de Jesucristo.
Eso es lo que es vivir en esperanza. Eso es lo que significa vivir en esperanza. Eso es lo que
el apóstol Pablo estaba diciendo en Romanos, capítulo 13 cuando dijo “ahora vuestra
salvación está más cerca de cuando creísteis”. ¿Qué aspecto de su salvación? La totalidad
de ella. En Gálatas, capítulo 5, versículo 5 leemos más acerca de la esperanza que está en
el nuevo pacto: “porque nosotros mediante el Espíritu por fe estamos esperando la
esperanza de justicia.”
Escuche, yo soy salvo, pero veo a mi vida y francamente vivo en esperanza, ¿usted no?
Entiendo a Pablo en Romanos 7, quien dice: “porque lo que hago no lo entiendo, pues no
hago lo que quiero sino lo que aborrezco, eso hago. Miserable de mí, ¿quién me va a librar
de este cuerpo de muerte?, ¿verdad? Sé lo que es ser totalmente redimido, ser una
persona totalmente redimida viviendo en una carne no redimida y teniendo esta batalla
interminable. Y tengo esta gran esperanza de que algún día, la guerra se va a acabar y seré
total y completamente justo.
Entonces, mediante el Espíritu, nosotros, por fe, estamos esperando la esperanza de
justicia para que sea cumplida. En Efesios, capítulo 1, “oro porque los ojos de vuestro
corazón,” versículo 18, “sean alumbrados para que sepáis cuál es la esperanza de su
llamado. Cuáles son las riquezas de la gloria de Su herencia en los santos.”
Él dice: quiero que entiendan lo que deben esperar, quiero que entiendan cuál es su
recompensa eterna, la gloria del cielo, la justicia, ser hecho como Cristo. Quiero que vean
eso, vean hacia adelante, vean eso. Algún día, todavía no, aparece lo que seremos. Pero
algún día seremos como Él, cuando Él aparezca porque lo veremos tal como es Él. Esta es
nuestra gran esperanza.
Y somos salvos en esperanza. Tenemos lo que Pablo dice en Efesios 4:4, una esperanza de
vuestro llamado. Esa esperanza, claro, es volverse como Jesucristo. Pedro, ciertamente
esperaba esto como muchas otras Escrituras lo afirman. Pero escuche 1 Pedro 3: “bendito
el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo que según Su grande misericordia nos hizo
renacer a una esperanza viva mediante la resurrección de Jesucristo de los muertos.”
¿Cuál es nuestra esperanza? “Para obtener una herencia incontaminada, inmarcesible,
inefable, reservada en los cielos para vosotros.” Esa es nuestra gran esperanza. Fijen su
esperanza, dice él en el versículo 13, completamente en la gracia que os será traída en la
revelación de Jesucristo. Establezcan su esperanza en la gracia que van a recibir cuando
Jesús venga, versículo 21. Su fe y su esperanza están en Dios.
Entonces, Pablo dice de regreso a nuestro texto, versículo 12, “teniendo entonces una
esperanza así como en el nuevo pacto, usamos de mucha franqueza en lo que decimos.”
Literalmente, continuamos usando mucha apertura, exhibición pública o franqueza sin
reserva, sin timidez, sin titubeo, predicamos Verdad del nuevo pacto sin temor. Sin ningún
titubeo.
Ahora, usted sabe que el nuevo pacto fue un golpe severo para el pueblo judío. Usted
sabe eso. Fue un golpe severo. Pero él dice “debido a que el nuevo pacto está tan repleto
de esperanza, lo predicamos sin temor, sin importar qué tipo de golpes sean. Sin importar
las consecuencias que podamos enfrentar. Los cuales, claro, fueron dolorosos - por no
decir más.
Tome la palabra franqueza por un momento. Parrhēsía en el griego. Significa valiente.
Significa alguien que habla con apertura. Él está diciendo: tengo tanta confianza de la
promesa del nuevo pacto, por fe en Jesucristo, tengo tanta confianza que llena el corazón
de esperanza que el antiguo pacto nunca da, que quita la desesperanza y el temor y la
duda y coloca gozo y paz y esperanza en el corazón. Tengo tanta confianza y soy tan
valiente y hablo con tanto denuedo y sin titubeo y sin vacilación, sin importar qué tipo de
reacción severa pueda enfrentar. No puedo contenerme. No puedo titubear.
En contraste a la valentía de Pablo, su apertura, con la conducta de Moisés en el
acontecimiento que está detrás de este pasaje, ¿se acuerda del acontecimiento de Éxodo
34 cuando Moisés estuvo en el monte recibiendo la ley y vio la gloria de Dios, y hablamos
de esto la semana pasada? “Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza,
y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro.” Eso es interesante. Él colocó un
velo sobre su rostro. Moisés no tuvo esta franqueza, esa valentía. Hubo algo acerca de la
ley que cegaba, que quemaba, que cauterizaba. Usted no podía verlo sin que lo destruyera
a usted. Y Moisés tuvo que cubrirlo.
Pablo está, en cierta manera, presentando su propio enfoque a la luz del trasfondo de este
asunto en particular que él extrajo de éxodo 34. Moisés se resistía, hablaba y después
cubría su rostro inmediatamente para que la gloria refulgente de Dios que vino a él al
darle la ley no quemara a las personas. Era como mirar al sol, quemaría sus ojos. Era un
pacto que quemaba. Era uno, aunque glorioso, devastador, que dañaba. Entonces, Pablo
dice que el nuevo pacto da esperanza. Da esperanza. Es permanente, provee justicia, da
vida.
Número cinco: es claro. Es claro. Ahora, quiero llevarlo de regreso a la historia de Moisés.
Regresemos a Éxodo 34 por un momento. Pablo usa esto como dije, este relato, como una
ilustración. Entonces, tenemos que continuar haciendo intersecciones con ella. De regreso
en Éxodo 34, para aquellos que no han estado aquí, Pablo está mostrando la superioridad
del nuevo pacto en comparación al antiguo pacto. Y usa una ilustración o analogía de la
vida de Moisés cuando él subió al monte para recibir la ley de Dios y vio la gloria de Dios. Y
luego, bajo y habló al pueblo de la gloria de Dios que estaba en su rostro. Ése es el
trasfondo.
Pablo extrae varias conclusiones a partir de eso, varias conclusiones espirituales a partir
de esa ilustración maravillosa. Observe los versículos 33 en adelante. “Cuando Moisés
había terminado de hablar con ellos, él colocó un velo sobre su rostro.” Ahora, recuerde
que él les habló con la gloria refulgente en su rostro y tenían que ver al lado. Ellos podían
ver el resplandor, pero no podían verlo directamente. Pero cuando él dejó de hablar para
que pudiera tener algún tipo de vida normal, él se colocaba un velo sobre su rostro para
cubrir la gloria, para poder moverse entre el pueblo y que ellos no tuvieran este
resplandor que los cegaba. Se coloca un velo sobre su rostro.
Pero cuando Moisés entraba delante del Señor para hablar con Él, se quitaba el velo hasta
que salía. Y cuando él salía y hablaba a los hijos de Israel lo que se le había mandado, los
hijos de Israel veían al rostro de Moisés y veían que la piel del rostro de Moisés brillaba.
Entonces, Moisés colocaba el velo sobre su rostro hasta que entraba a hablar con Él.
Entonces, simplemente fue la idea de que él usaba el velo después de que él había dado el
mensaje y había salido de hablar con Dios, en donde él estaba descubierto. Él, de una
manera descubierta hablaba el mensaje para que pudieran ver la gloria de la ley de Dios
como él la vio. Y entonces, él se cubría el rostro.
Entonces, Pablo dice, observe el versículo 13: “no somos como Moisés quien solía colocar
un velo sobre su rostro.” ¿Qué es lo que él está diciendo ahí? El encubrimiento fue algo
inherente a la gloria que se desvanecía del antiguo pacto. Era demasiado penetrante. Era
demasiado devastador, era demasiado mortal. Estar expuesto de manera constante a ello
es enceguecedor.
Pero había más que eso. Usted también podría a partir de ahí, tener la idea de lo que
Pablo está diciendo es que el antiguo pacto en su totalidad, básicamente, era algo que
estaba encubierto. Estaba velado. Estaba en sombras. Usted sólo podía obtener un vistazo
de ello. Y después, venía el velo. Eran tipos, eran retratos, símbolos, misterios ilustrados
por el velo. Moisés comunicó la gloria del antiguo pacto con una cierta oscuridad.
Él colocó un velo sobre su rostro para esconder la gloria para no cegar a la gente. Él usaba
el velo porque la gloria de su rostro era grande, era brillante. Él no estaba tratando de
esconder la realidad de que era una gloria que se iba a desvanecer, no es que él quería
que creyeran que una gloria que se estaba desvaneciendo no se estaba desvaneciendo.
Ellos sabían que se estaba desvaneciendo. Él no se cubrió con el velo todo el tiempo. Sólo
cuando él había venido de ver a Dios y de haber recibido la gloria. Cuando él hablaba con
Dios, la gloria regresaba. Él probablemente estaba descubierto, como dije, y después, se
colocaba el velo hasta que la gloria se desvanecía. Pero hubo cierto encubrimiento y eso
es lo que Pablo está diciendo. Moisés simplemente se puso un velo.
Hay un elemento del antiguo pacto que encubre, ¿no es cierto? Recuerde ahora lo que
Pedro dijo, que los profetas del antiguo pacto escribieron y escudriñaron lo que
escribieron para descubrir lo que ellos quisieron decir con lo que escribieron. Hubo un
misterio ahí de. Un buen paralelo a esto lo estudiamos en el libro de Apocalipsis; hemos
de estado haciendo eso durante meses y meses. Y regresamos al libro de Apocalipsis y
hacemos lo mejor que podemos hacer por entender lo que está por venir en el futuro.
Pero honestamente, hay tanto en este libro que hacemos esfuerzo un valiente por
entenderlo; pero sólo la gente que viva en el momento que suceda realmente
comprenderá de manera total.
Entonces, es lo que hacemos. Escudriñamos, y escudriñamos y escudriñamos. Jim
Stitzinger me estaba diciendo hace dos semanas atrás que Calvino escribió un comentario
de todo el libro del Nuevo Testamento excepto del libro de Apocalipsis. Y él dijo que no
podía entenderlo. Es algo muy difícil de entender e inclusive cuando entendemos una gran
parte del libro, hay partes del libro que sólo la gente que esté viva en ese entonces va a
entenderlo. Y entonces, lo vemos como los profetas lo veían cuando escribían. Y nos
preguntamos qué significaba.
El antiguo pacto tuvo cierta cubierta, cierto elemento que lo encubría que el nuevo pacto
no tiene. Fue un pacto velado, un pacto que se desvanecía. La parte que se desvanecía fue
simbólica del hecho de que iba a desvanecerse, iba a cesar en su existencia.
El velo también indica la parte cubierta del mismo. Pero no hay nada velado, no hay nada
que se desvanece en el Evangelio del nuevo pacto. De hecho, en varias partes en sus
epístolas, el apóstol Pablo habla acerca de los misterios siendo revelados, ¿no es cierto?
Ahora, Pablo dice las razones por las que los judíos del día de Moisés no podían ver de
manera fija… La razón por la cual Moisés se colocó el velo fue para que la gente no tuviera
que estarlo viendo, porque no podían verlo de manera fija sin ser cegados. El término ahí,
observe nuevamente el versículo 13, no fijaran la vista, ese término significa ver de
manera física. Es usado de esa manera en Lucas 4:20 y también ahí atrás en el versículo 7
cuando lo vimos por primera vez. No entraremos a esto en detalle.
No había nada de malo con el antiguo pacto, tuvo una gloria. Fue la gloria de Dios. Pero
tuvo un cierto elemento que se desvanecía, no fue un pacto permanente. El nuevo pacto
fue y estuvo velado y hay más de su oscuridad. Versículo 14: “pero el entendimiento de
ellos se embotó porque hasta el día de hoy cuando leen el antiguo pacto les queda el
mismo velo no descubierto el cual por Cristo es quitado.”
Sus mentes fueron endurecidas, observe el versículo 15. “Y aún hasta el día de hoy,
cuando se lee a Moisés el velo está puesto sobre el corazón de ellos.” ¿Cuál es el velo?
Básicamente es incredulidad. Ellos no entendieron la gloria apropiada del antiguo pacto
debido a su incredulidad. Debido a su incredibilidad, el significado entero fue oscuro para
ellos. Hay cierta oscuridad de cualquier manera en el mismo. La incredulidad lo hace
totalmente oscuro.
Hebreos 13:8: “no endurezcáis vuestros corazones como cuando me provocaron como en
el día de la prueba en el desierto.” Hebreos 3:15: “si oyereis hoy Su voz, no endurezcáis
vuestros corazones.” Capítulo 4, versículo 7: “si oyereis hoy Su voz, no endurezcáis
vuestros corazones.” Pero lo hicieron, sus mentes fueron endurecidas, es porosis, obtuso,
ceguera intelectual. Moisés, recordará, descendió del monte, intentó mostrarles la gloria
de Dios representada en el antiguo pacto por la gloria en su rostro y fue rechazado. En
lugar de reconocer la gloria de manera deliberada, se endurecieron y fueron incrédulos
deliberadamente. Y todavía lo eran en el tiempo de Pablo hasta el día mismo de hoy, la
lectura del antiguo pacto, lo cual era hecho, por cierto, todo día de reposo en la sinagoga
de acuerdo a Lucas 4:17–21. Ellos entraban en la sinagoga y se leía el antiguo pacto. El
mismo velo permanece sin ser levantado.
El antiguo pacto todavía es obtuso, todavía es oscuro, ellos todavía no entienden el
propósito del mismo, ellos creen que supuestamente debe salvarlos. Y no es así. Ellos
creen que es un estándar menor de lo que es, ellos subestiman su justicia. En su intento
de revelar el pecado, es ineficaz; en vez de revelar su pecado, es usado como medio para
demostrar su justicia. Su propósito ceremonial era para simbolizar el plan redentor y
Cristo. Y claro que rechazaron a Cristo y rechazaron no sólo en la parte moral de la ley al
rebajar el estándar moral, rechazaron la parte ceremonial al no entender el propósito y el
punto del mismo.
Fueron tan ignorantes que los apóstoles tuvieron que predicar por todo Jerusalén que
Jesucristo debía sufrir y morir para cumplir la profecía mesiánica. No tenían idea. Su
ignorancia y su incredulidad en el significado en el antiguo pacto los hizo por lo tanto
ignorantes del nuevo pacto. Debido a que no entendieron apropiadamente que el antiguo
pacto era para llevarlos al pecado en su área moral, a llevarlos saber su necesidad de un
Salvador en el área ceremonial, debido a que no entendieron nada de eso, no podían
comprender el nuevo pacto. Entonces, los judíos del día de Pablo se rehusaron a ver el
propósito del antiguo pacto y, por lo tanto, no podían ver el propósito del nuevo pacto.
Ellos no comprendieron el propósito de la ley, y, por lo tanto, ellos no comprendieron que
Jesús fue el cumplimiento de la ley. Eran descendientes verdaderos de sus ancestros
condenados. Ellos verdaderamente eran los descendientes de sus padres condenados que
habían matado a los profetas y habían apedreado a toda persona que Dios les envío. Y
ellos habían rechazado.
Ahí atrás en Juan 5:43, Jesús dijo: “si creen a Moisés, Me creerían a Mí, porque él escribió
acerca de Mí. “Si ustedes no creen a Moisés, ustedes no entienden el antiguo pacto,
nunca entenderán el nuevo pacto.” Esta es la razón por la que el día de hoy es muy difícil
darle testimonio al pueblo judío. Ellos no comprenden el nuevo pacto. ¿Sabe por qué?
Porque ellos no comprenden el antiguo pacto. Ellos creen que no comprenden, pero no lo
hacen. Ellos no saben que tuvo la intención de llevarlos a estar en un estado de
desesperanza por su pecado y retratar mediante los símbolos y los retratos, el plan
redentor de Dios que apunta directamente a ningún otro que Jesucristo.
Pero debido a que no entienden el antiguo pacto, no pueden entender el nuevo pacto. El
velo de ignorancia oscurece el significado del antiguo pacto para el corazón endurecido.
Tuvo la intención de llevarlos a Cristo, ellos nada más que no lo comprendieron. De hecho,
inclusive los discípulos demostraron este tipo de ignorancia. Jesús les dijo en el camino:
“¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No
era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en Su gloria? Y
comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las
Escrituras lo que de Él decían.” No pudieron entender el nuevo porque no podían
comprender antiguo. Y Pablo está demostrando eso aquí.
Él dice, ‘este velo todavía está sobre ellos inclusive hasta el día de hoy’. Jesús dijo en Juan
5:38: “escudriñad las Escrituras porque en ellas pensáis que tienen la vida eterna y estas
son las que dan testimonio,” ¿de quién? “De mí.” Algunos judíos sí, a lo largo de la historia
y en esta época, algunos judíos habían visto la gloria plena del antiguo pacto. Algunos
sabían que apuntaba a la pecaminosidad del pecado y a la necesidad de un Redentor. Esto
es definitivamente verdad, hubo algunos judíos. Estuvo Simeón, no es cierto, en Lucas,
capítulo dos. Y estuvo Ana y hubo otros en el remanente. Pero para la mayoría, la
afirmación triste, triste del versículo 13 ‘los hijos de Israel que no podían mirar fijamente
al final de lo que estaba desvaneciéndose en el día de Moisés’ debido a que sus mentes
estaban endurecidas no eran diferentes de la gente que en el mismo día que al leer el
antiguo pacto y en el el mismo velo sin ser levantado. Ellos tampoco pueden entenderlo.
Cuando Moisés es leído, el velo está sobre su corazón. Dureza intelectual, no comprender
el antiguo pacto, rechazar el antiguo pacto, no entender el antiguo pacto. Por lo tanto,
separados de la importancia del significado del nuevo pacto. Hebreos 10:28: “cualquiera,”
escuche esto, “que hace a un lado la ley de Moisés muere sin misericordia.” “Cualquiera
que hace a un lado la ley de Moisés muere sin misericordia.” Pero, “cuanto más severo
será el castigo que merece el que ha pisado al Hijo de Dios quien ha considerado como
inmunda la sangre del pacto mediante la cual Él fue santificado y ha insultado el Espíritu
de gracia. Porque conocemos a Aquel que dijo ‘Mía es la venganza, Yo daré el castigo.
Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo.” Si usted cree que es algo terrible caer en
manos de un Dios vivo por violar el antiguo pacto, no se compara en nada con el que viola
al nuevo.
Pablo dice hay judíos en este día que violan el antiguo pacto con su ceguera y, por lo
tanto, ahora también están violando al nuevo. El antiguo pacto fue un pacto oscurecido,
velado, misterioso en parte. Pablo dice que un entretenimiento apropiado inclusive de su
naturaleza escondida que se estaba desvaneciendo y que tenía afirmaciones veladas, que
serían cumplidas, afirmaciones por tipos, por símbolos que serían cumplidas, el Mesías, un
entendimiento apropiado de eso, llevaría a una aceptación apropiada del nuevo pacto. El
nuevo pacto es claro. El creer en la ley de Moisés los habría preparado para creer en
Cristo.
De nuevo, regreso al publicarlo en Lucas 18, golpeándose el pecho decía ‘Señor, sé
propicio a mi pecador.’ Qué raro es encontrar en el Nuevo Testamento a alguien que
realmente estaba convencido hasta la médula de su corazón por la ley de Dios y estaba
verdaderamente arrepentido. Los judíos del día de Pablo inclusive en la actualidad no
entienden correctamente el antiguo pacto. Y, por lo tanto, rechazan el nuevo pacto.
Ellos están satisfechos con la ceremonia, están satisfechos con el ritual, han tomado la
parte ceremonial como dije la última vez y la usan para salvarlos de su fracaso de no
guardar la parte moral. Moisés, por cierto, entristecido por esta ceguera en su día, lo vio.
Era verdad en su día. La gente estaba ciega, sus corazones estaban endurecidos, ellos no
entendían cuáles eran los propósitos de Dios. Ellos no creyeron, carecieron de fe y
confianza en Dios.
De hecho, en el capítulo 32 de Éxodo, versículo 32, Moisés dijo: “que perdones ahora su
pecado, y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito.” Moisés estaba tan modesto, tan
entristecido por el pecado y la oscuridad de su pueblo que dijo ‘Señor, si no vas a salvarlo,
simplemente bórrame.’ ¿Y sabe una cosa? Pablo tuvo la misma actitud en Romanos 9:3
cuando dijo: me gustaría ser anatema por mi pueblo, Israel. La nación de Israel no
regenerada hasta el día de hoy todavía tiene el velo sobre su corazón, todavía no
comprende el uso del antiguo pacto. Todavía no ve el significado necesario, claro,
descubierto del nuevo pacto. Y como dije, una creencia verdadera en el antiguo pacto
habría quitado el velo para que pudieran ver el significado verdadero del nuevo pacto.
Bueno, el nuevo pacto es superior porque da vida, provee justicia, es permanente, trae
esperanza y es claro y no turbio. Número seis, y no voy a acabar con este punto, pero por
lo menos, lo vamos a introducir. Está centrado en Cristo. Está centrado en Cristo. Regrese
al versículo 14 por un momento. Al final del versículo 14: “el velo por Cristo es quitado.”
Sin Cristo, escuche esto, sin Cristo el Antiguo Testamento es incomprensible. Pero cuando
usted viene a Cristo, entonces todo el significado es claro, es levantado el velo. Cuando
alguien viene a Cristo, el velo es quitado, la perfección espiritual ya no está afectada y
todo se vuelve claro. El versículo 15 dice: “y aún hasta el día de hoy, cuando se lee a
Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos.” ¡Qué triste!
Según Hechos capítulo 13, versículo 27; Hechos 15, versículo 21, los judíos fueron fieles en
sus sinagogas y en sus lugares en donde se congregaban en leer la ley de Moisés. Dice en
Hechos 13:27: “aquellos que viven en Jerusalén y sus gobernantes, sin reconocerlo a Él ni
las palabras de los profetas que son leídas todo día de reposo, las cumplieron al
condenarlo.” Lo leen todo día de reposo y no tienen idea de lo que significa. Lo leen y no
lo entienden porque sus corazones están duros. Esto es lo que piensa el corazón duro,
simplemente esto: que creen que pueden salvarse a sí mismos. En otras palabras, un
corazón duro dice que va a guardar las ceremonias y eso lo va a salvar. Que va a hacer sus
obras justas y lo van a salvar.
Un corazón contrito y quebrantado dice ‘no puedo, la ley de Dios me quebranta, me
despedaza, me destruye, vengo como un pecador penitente, manso, llorando por mi
pecado y clamando y pidiendo por justicia y rogando por misericordia y perdón.’ Ese es un
corazón contrito y quebrantado. Un corazón duro toma la ley de Dios y dice ‘veo el
estándar y lo voy a guardar. Voy a dar mi máximo esfuerzo y voy a guardar eso. Y Dios va a
quedar complacido. Voy a hacer todas esas ceremonias y guardar esas ceremonias y cubrir
cualquier falla que tenga. Voy a ser salvo por el compromiso moral y voy a ser salvo por
guardar todos los aspectos ceremoniales.’ Eso es exactamente lo que toda religión en el
mundo hace, ¿no es cierto? Todas ellas.
Ahí es donde están los judíos. Y entonces, estaban leyendo la ley mosaica y no la
entendieron. Leyendo el antiguo pacto sin idea. Versículos 15 al 21 de Hechos, Moisés
desde generaciones antiguas en toda ciudad tiene aquellos que lo predican. Y es leído en
las sinagogas todo día de reposo. Y leían, y leían y leían y nunca se arrodillaron en la
desesperanza de su propia pecaminosidad ni rogaron por misericordia de Dios en base a
los méritos de la obra de Jesucristo.
Entonces, él dice en el versículo 15 que hasta este día cuando Moisés es leído y esto es
todo día de reposo, un velo está sobre su corazón. No hay nada de malo con el pacto, el
problema es el corazón, la falta de disposición a ser quebrantado, la falta de disposición a
confesar pecado, reconocer pecado y estar arrepentido.
Nuevamente, lo digo y lo he dicho a lo largo de los años, es inconcebible para mí que
cualquier persona en cualquier lugar pudiera inventar algún tipo de salvación de secta que
no incluya arrepentimiento. Es tan impensable. Es la médula de la salvación, es la
naturaleza de la salvación, es la esencia de la salvación. Es todo lo que es la salvación. Es el
punto entero de la dureza del corazón del pueblo de Israel que no quieren quebrantarse.
En donde hay un corazón contrito y quebrantado, por lo tanto, hay un entendimiento
apropiado del significado del antiguo pacto. Y entonces, la persona se arroja a sí misma en
la misericordia y gracia de un Dios que perdona. Inclusive los creyentes del antiguo pacto
sabían que era un Dios perdonador. El profeta había dicho ¿quién es un Dios perdonador
como Tú? Después, en el versículo 16: “pero cuando se conviertan al Señor, el velo que
quitará.” Cuando un hombre se convierte al Señor el velo es quitado. Pablo usa esa
terminología para referirse a lo que sucede cuando venimos a Cristo en fe. Cuando Moisés
entró a ver al Señor, él se quitó el velo porque él quería una visión directa de gloria. Él
estaba disfrutando lo que el pueblo no podía disfrutar.
Usted pregunta cómo es que Moisés sobrevivió a eso. No sé. Cómo es que el pueblo no
podía ver el rostro de Moisés, quien tenía una gloria mediada y Moisés podía mirar a la
gloria de Dios sin mediador. No lo sé. Usted dice que quizás no lo vio fijamente. Bueno,
quizás no lo hizo. De hecho, Éxodo 33 dice ‘no te puedo mostrar la gloria total, pero te voy
a dejar ver la parte de atrás de Mi gloria para que sea visible a ti.’ Entonces, él vio cierto
tipo de gloria reducida. Pero estuvo expuesto a una gloria tan grande que se reflejó en él.
Eso no se dice del pueblo. Entonces, fuera cual fuera la gloria que Moisés vio, fue una
gloria mayor porque se transfirió a él. Y entonces, lo que la gente vio en él, no se transfirió
a ellos.
Entonces, cuando seguimos la misma ilustración que Pablo dice aquí, así como Moisés,
cuando un hombre entra a la presencia del Señor, esto es cuando él se convierte a Cristo,
Él quita el velo y ve la gloria directa. Cuando los pecadores se convierten a la gloria de Dios
en la faz de Jesucristo, el velo es quitado. Es quitado. Y vemos. Vaya ahí al versículo 6 del
capítulo 4: “porque Dios, quien dijo que la luz resplandeciese de las tinieblas es el que ha
resplandecido en nuestros corazones para dar la luz del conocimiento de la gloria de Dios
en la faz de Jesucristo.” Hombre, qué verdad. Cuando venimos a Cristo, cuando venimos al
Señor Jesús, el velo es quitado. La gloria es clara, el conocimiento de la gloria de Dios brilla
en nuestros corazones y el rostro de Jesucristo también.
Phillip Hughes escribe acerca de esto: “más luz es arrojada en este pasaje cuando nosotros
consideramos lo que se llevó a cabo en la ocasión de la trasfiguración de Cristo. En ese
monte, ahí Moisés y Elías aparecieron con Cristo. Pero fue Cristo únicamente quien fue
transfigurado con el brillo celestial ante los ojos de Pedro, Jacobo y Juan. Fue su rostro el
que se mostró como el sol y Su atuendo se convirtió en blanco y refulgente. Fue de Él
únicamente de quien la voz desde las nubes dijo: “Éste es Mi Hijo amado en quien tengo
complacencia.”
Y a partir de ahí, los discípulos no vieron a ninguno más que a Jesús. Es Él quien
permanece en la gloria en la que Moisés y Elías aparecieron que no era suya, sino la gloria
de Cristo, la gloria que Él tuvo con el Padre antes de que el mundo fuese. Así como en el
desierto, la gloria que brilló del rostro de Moisés fue la gloria reflejada de Jehová, así
también en el monte de la transfiguración la gloria que lo rodeaba era la gloria del mismo
Dios. Cristo únicamente es la gloria plena, única, permanente, evangélica. Convertirse a Él
es convertirse a la luz del mundo. Convertirse a Él no es andar en tinieblas, sino tener la
luz de vida.” Fin de la cita.
Entonces, él dice que cuando un hombre se convierte al Señor el velo es quitado en el
momento por Dios. El entendimiento verdadero inunda el alma. El Evangelio se vuelve
claro, el velo es quitado. Entonces Pablo, nuevamente en este argumento tan complejo
apunta a la ilustración de Éxodo.
Escuche Romanos 10:4: “Cristo es el fin de la ley para justicia a todo aquel que cree.”
Cristo es el propósito de la ley para justicia para el que cree. El nuevo pacto es un pacto
superior. Es un pacto mejor, es un pacto mucho mejor. Y es un pacto incomparable. Por
todas las razones que Pablo nos ha dado. Da vida. El otro, era un homicida. Provee justicia.
El otro, simplemente acentuaba nuestra pecaminosidad. Es permanente. El otro, estaba
desvaneciéndose. Trae esperanza. El otro, no tenía esperanza. Es claro. El otro, estaba
oscurecido y velado en retratos y tipos. Y el nuevo pacto está centrado en Cristo.
“El velo, dice él en el versículo 14, “es quitado en Cristo”. Y después, en el versículo 16:
“pero cuando un hombre se convierte al Señor, el velo se quitará.” Qué pasaje tan, tan
maravilloso. Ahora escuche, vamos a detenernos en este punto. Pero algunas personas
me han estado haciendo una pregunta: ¿cuál es la función del Espíritu Santo en todo esto?
Y de manera particular, ¿cuál fue la función del Espíritu Santo en el antiguo pacto? ¿Acaso
la gente era regenerada? ¿Fueron renovados? ¿Fueron nacidos de nuevo? ¿Eran llenos del
Espíritu Santo? ¿Fueron capacitados por el Espíritu Santo? ¿Cuál fue la función del Espíritu
Santo?
Bueno, note que el versículo 17 nos presenta eso. Entonces el próximo domingo,
conforme concluimos con nuestro sexto mensaje, y no había anticipado que fueran
tantos, pero, funciona bien. Vamos a hablar de la función del Espíritu Santo en el antiguo
pacto, como también en el nuevo pacto.
Cuando me detengo a pensar en la gracia y misericordia de Dios para conmigo, y sé que
usted debe sentirse de la misma manera, estoy totalmente abrumado. ¡Qué pacto! ¡Qué
pacto! Ahora, usted dígame qué necio, qué necio se atrevería a llegar a predicar la religión
sacramental. Qué necio jamás se atrevería a predicar algo fuera del Evangelio de
Jesucristo que es el poder de Dios para salvación a todo aquel que cree, al judío
primeramente y también al griego. Qué necio jamás querría abrazar una herejía
condenadora, algún engaño condenador cuando usted tiene esta gran realidad.
Amados, sólo les advierto: no dejen engañarse por ninguna religión que se involucra en la
salvación por la moralidad o salvación por el sacramento, ritual o ceremonia. Por favor,
jamás suponga que alguna persona que usted conoce que está metido en eso es un
cristiano.
Cuando dije hace varias semanas atrás que ese acuerdo evangélico católico demandaba
que los cristianos evangélicos confesaran el pecado de evangelizar a católicos romanos y
pidieran perdón. Cuando yo dije eso en ese servicio, un hombre se me acercó después
junto con su esposa en lágrimas diciendo que estaban tan aterrados porque si no hubiera
sido por alguien que vino a ellos con el Evangelio verdadero de Jesucristo cuando
estuvieron esclavizados en el catolicismo, ellos habrían estado camino al infierno el día de
hoy. Ni por un momento suponga usted que hay alguna salvación para alguien o jamás la
ha habido mediante las obras, o mediante la justicia o ceremonia. No me importa cuál sea
la ceremonia o cuál sea la obra moral o las obras religiosas. La salvación es por la gracia
únicamente mediante la fe únicamente en Cristo únicamente. Nosotros predicaremos ese
mensaje a aquellos que no son religiosos y a aquellos que son religiosos, aquellos que
están en sistemas paganos de religión y aquellos que están entre comillas en sistemas
cristianos de religión esperando hasta que toda persona entienda el camino de la
verdadera salvación. Amén. Inclinémonos en oración.
Estamos tan agradecidos, Dios nuestro porque Tú has levantado el velo y porque Tú nos
has permitido ver la gloria de Cristo. Te damos gracias porque no has dado vida, has
provisto justicia, y que lo que has hecho por nosotros es permanente y eterno. Que nos
has llenado de esperanza y que nos ha llevado a la visión misma de Cristo. Y podemos ver
Su gloria. Ya nada está velado. Nosotros, a cara descubierta vemos la gloria.
Padre, no somos muchos nobles y no muchos poderosos y ciertamente, no los profundos.
Somos los comunes y corrientes y los de abajo, pero nosotros entendemos lo que la élite
religiosa del mundo no entiende. Nosotros vemos la gloria que está velada para ellos. Una
misericordia de esta magnitud nos abruma. Y Te damos gracias y Te alabamos por ella en
el nombre de Cristo. Amén.
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La gloria del nuevo pacto, 6ª Parte


Escritura: 2 Corintios 3:16–18

Código: 47–20
John MacArthur
Regresamos en nuestro estudio esta mañana a 2 Corintios, capítulo 3. Y todas mis buenas
intenciones de terminar en el día de hoy, ya se han ido. Y tendremos que esperar hasta el
próximo domingo; y creo que así debe ser, porque lo que queda cuando terminemos esta
mañana, debe quedar sólo como un mensaje del Señor para nosotros.
Segunda de Corintios capítulo 3, estudiando la gloria del nuevo pacto. Lo siento por
aquellos de ustedes que están visitando con nosotros o que han estado fuera por un
tiempo. Esta es la parte sexta en nuestra serie; el resto está disponible en cintas. Una de
las más importantes series que hemos hecho. Quiero alentarlos a que busquen las cintas.
Están disponibles en nuestro centro de cintas.
Estamos viendo la gloria del nuevo pacto aquí en este capítulo. Permítame tan sólo
comenzar al ponerlo al tanto de manera breve. El mensaje cristiano es que Jesucristo
murió para perdonar pecados. Ése es el Evangelio. Esas son las buenas noticias. Que Dios
promete perdonar pecado a todos los que creen en el Señor Jesucristo. Ése es el Evangelio
cristiano. Ése es nuestro mensaje.
Todos los hombres y todas las mujeres son pecadores. No pueden hacer nada para
rescatarse a sí mismos de la consecuencia de su pecado, la cual es infierno eterno, castigo
interminable bajo el juicio de Dios. Esas son las malas noticias. El mundo entero está
sentenciado al infierno. Toda boca está cerrada. El mundo entero es culpable. Toda
persona viva, pasada, presente y futura. Y todas van camino al infierno.
Las buenas noticias son que Cristo Jesús, Dios en carne humana, vino al mundo para pagar
el castigo por los pecados del mundo. Su muerte fue un sustituto de los pecadores para
satisfacer la ira de Dios y la justicia de Dios. Y de esta manera, permitir que Dios perdonara
debido a que la paga ya había sido pagada por Jesucristo. Ése es el Evangelio cristiano. Ése
también es el nuevo pacto. Ése es el nuevo pacto. Es la promesa del perdón de pecados
debido a la obra de Jesucristo en la cruz. Esa es la razón por la que Jesús dijo “este nuevo
pacto es en Mi sangre.” Es un pacto ratificado por sangre derramada. El nuevo pacto, el
Evangelio, las nuevas noticias, el mensaje cristiano, todo es lo mismo. Dios promete
perdón de pecados a todos los que creen en el Señor Jesucristo porque Cristo satisfizo la
justicia de Dios al morir una muerte que cumplió con la paga requerida por el pecado.
La muerte de Jesús en la cruz, por lo tanto, no fue una muerte por Él, sino que fue una
muerte por usted y por mí; por nuestros pecados. Y permite que Dios nos ofrezca la
promesa de perdón completo si nos arrepentimos y creemos. Ese es el nuevo pacto en Su
sangre. Esta es la promesa. El pacto es promesa. Esa es la promesa.
En el pasaje que tenemos aquí, comenzando en el versículo en el versículo 6 y hasta el
versículo 18, el Espíritu Santo presenta a través del apóstol Pablo la superioridad de este
nuevo pacto comparado con el antiguo pacto que vino a través de Moisés. El apóstol
Pablo en el versículo 7 llama al antiguo pacto un ministerio de muerte. Y en el versículo 9,
lo llama “un ministro de condenación”. Pablo dice: “vi la ley y morí.” Vi qué pecador era y
me mató.
Tuvo la intención de llevar al pecador a la desesperanza. Y en su desesperanza, él correría
a Dios y diría “no puedo guardar la ley. No puedo guardar el estándar. Sé que estoy bajo la
maldición de la muerte. Por favor, perdóname.” Y con un Espíritu penitente y
quebrantado y contrito, el pecador se arrojaría a la misericordia y a la gracia de un Dios
perdonador.
Como leímos en el Salmo 99 esta mañana, ellos sabían que Dios era un Dios perdonador.
Que era un Dios perdonador y que Él daba gracia y misericordia y perdón a aquel que
venía y pedía. Rechazamos cualquier mensaje que predica salvación por obras, por
moralidad, por ceremonia, por ritual. El único predicador verdadero, dice el versículo 6, es
el que es un siervo del nuevo pacto. Y debemos predicar que toda persona debe venir a
Jesús, el mediador de un nuevo pacto, como dice Hebreos 12:24, si quieren ser salvos.
Inclusive los santos del Antiguo Testamento, quienes, claro, vivieron mucho tiempo antes
de que Cristo naciera, aun así, tenían que venir a Dios y rogar por misericordia y gracia, la
cual Dios les daba en base a la muerte de Cristo, que no había sucedido. Pero cuando
sucediera, tendría un efecto retroactivo. Entonces, aprendimos que los santos del Antiguo
Testamento fueron salvos por la muerte de Cristo. No entendieron eso de manera plena.
Estoy seguro que sabían que Dios proveería por ellos, así como Abraham sabía que Dios
proveería un Cordero. Ellos sabían, pero no podían ver. Sin embargo, el efecto de la
muerte de Cristo fue retroactivo. Y entonces, le permitió a Dios la libertad de perdonar el
pecado que había sido pecado en el Antiguo Testamento; y, aun así, ser justo y recto
porque ese pecado sería expiado en el sacrificio del Cordero que fue matado desde antes
de la fundación del mundo.
Y llegaron falsos maestros a Corinto. Y estaban predicando al antiguo pacto. Y Pablo
estaba escribiendo y diciendo que no eran maestros verdaderos, que no eran apóstoles
verdaderos. Un predicador verdadero y un maestro verdadero y un apóstol verdadero es
un siervo del nuevo pacto. Predicamos el Evangelio, ése es el nuevo pacto. Las buenas
noticias.
Él se está defendiendo a sí mismo en esta epístola. Y aquí, él se defiende a sí mismo como
un predicador verdadero, en contraste a aquellos predicadores falsos porque él predica la
verdad del nuevo pacto. Y después, él procede en el versículo 6 a explicar la superioridad
del nuevo pacto. El nuevo pacto es superior al antiguo por varias razones.
Ahora, permítame darle las que ya cubrimos. Uno, da vida. Versículo 6. El antiguo, mata. El
nuevo, administrado por el Espíritu, da vida. En segundo lugar, provee justicia. El antiguo,
versículo 7, es un ministerio de muerte. Versículo 9, es un ministerio de condenación. El
nuevo pacto es un ministerio de justicia abundando en gloria, dice el versículo 9.
En tercer lugar, el nuevo pacto es permanente. Permanente. Esa es la razón por la que en
el versículo 11, al final dice “el nuevo pacto es aquello que permanece.” No está
desvaneciéndose. Permanece. Nunca más habrá otro. Éste es el último, éste es el final.
Esta es la culminación. Este es el punto elevado. Esta es la conclusión. Da vida, provee
justicia, es permanente.
En cuarto lugar, trae esperanza. En el versículo 12 dice: “así que, teniendo tal esperanza,
usamos de mucha franqueza.” El nuevo pacto es un pacto de esperanza. Después, en
quinto lugar, vimos que era claro. Recordamos ahora que todo esto está presentado en
torno al incidente de Éxodo 34, en donde Moisés vio la gloria de Dios y se colocó un velo
sobre su rostro.
Y hablamos de esto la última vez al terminar, que Moisés tenía que colocar un velo sobre
su rostro. Y después, cuando regresaba arriba, para ver al Señor en el monte, Éxodo 34:34,
dice que él se quitaba el velo y él veía la gloria de Dios. Y la gloria se reflejaba en su rostro
y él bajaba y le hablaba al pueblo. Y después, tenía que colocar un velo sobre su rostro.
Pablo explica que el antiguo pacto estaba velado. Había algo que le faltaba. Había algo en
el antiguo pacto que estaba escondido y estaba velado y estaba cerrado. Dice: “hasta este
día mismo,” versículo 14, “cuando usted lee a Moisés, el antiguo pacto, el velo está puesto
sobre el corazón de ellos.” Hay algo oscuro en él. Hay algo oscuro. Hay algo que no es
revelado.
Usted lo ve en la actualidad si usted ve a los judíos que también conocen al antiguo pacto.
Y en los judíos tradicionales que estudian el antiguo pacto. Sin embargo, hay un misterio.
Hay un misterio profundo. ¿A dónde lleva todo esto? ¿Qué es lo que todo esto significa?
¿A dónde va todo esto? Velado, oscuro. Inclusive ha hecho más difícil de comprender
porque sus corazones están duros y sus mentes están cegadas. Hace que velo es inclusive
peor.
Versículo 15 dice: “y aún hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto
sobre el corazón de ellos.” El nuevo pacto no es así. El versículo 13 lo dice. No es como
Moisés. Es claro. Es absolutamente claro. Vimos esa claridad cómo, cuando usted viene al
nuevo pacto, todo es claro. Un hombre, aunque desviado, aunque sea un necio, no
necesita errar. Usted se puede convertir como un niño pequeño. Es tan simple, es tan
claro. La nueva promesa en Jesucristo es tan clara. El antiguo era símbolos, misterios,
oscuridades. El nuevo es realidad. El misterio es disipado. Se acabaron las oscuridades. El
Evangelio simple y claro.
Ahora, vayamos a una sexta. Ese es el repaso. El nuevo pacto es superior porque está
centrado en Cristo. Está centrado en Cristo. Está centrado en Cristo. Regrese al versículo
14, al final del versículo. El velo es quitado en Cristo. Todos los retratos y símbolos y tipos
y oscuridades, todos los misterios son quitados como una neblina que es quitada por un
viento cuando usted viene a Cristo. En la realidad del nuevo pacto, el velo es levantado.
El amado profeta Isaías vio esto y escribió acerca de esto bajo la inspiración del Espíritu
Santo. En Isaías, capítulo 25, él habla acerca de lo que el Señor va a hacer algún día, qué va
a pasar algún día en el futuro, cuando Dios se exalte a sí mismo. “El Señor,” versículo 6,
“va a preparar un banquete suntuoso para todos los pueblos en este monte, un banquete
de vino añejado, de pedazos selectos, con vino refinado, una gran celebración.” Y
después, en el versículo 7, y eso ciertamente está hablando de la salvación. Eso está
hablando del tiempo cuando Israel sea salva. Y no solo Israel, sino todas las naciones,
cuando vengan y reconozcan a Cristo. Este es el tiempo al final. Él aquí está hablando de
tiempos escatológicos alrededor del tiempo del Reino.
Y en el versículo 7, “y en este monte, Él tragará la cubierta que está de todos los pueblos,
inclusive el velo que se estira sobre todas las naciones.” Va a venir un tiempo cuando el
velo sea quitado. Cuando vean a Aquel a quien traspasaron; y ahora, en lugar de verlo con
oscuridad y confusión, inclusive enemistad y hostilidad, van a ver a Aquel a quien
traspasaron y llorarán por Aquel como un hijo unigénito. El rostro de Jesús será claro para
ellos y todo adoptará un nuevo giro.
El velo es quitado en Cristo. La única manera en la que usted jamás entenderá el
significado de la ley de Dios, la única manera en la que usted jamás entenderá el antiguo
pacto y su propósito, es ver a Cristo. Es ver el rostro de Cristo y todo se vuelve claro.
Inclusive los santos del Antiguo Testamento, siga esto, los santos del Antiguo Testamento
que vieron la ley por lo que era, los llevaba al arrepentimiento. Ellos vinieron a Dios. Ellos
le rogaron a Dios por misericordia y gracia. Él les concedió eso en base a los méritos de
Cristo, quien moriría por ellos. Inclusive esas personas no podían entender en su totalidad
toda la gloria de Dios revelada en ese nuevo pacto, porque no conocían a Cristo. Él todavía
no había venido. Moisés, recordará cuando él regresó y volvió a subir al monte. Éxodo
34:34, volvió a entrar a ver a Dios otra vez y a hablar con Dios. Él se quitaba el velo. Y él
veía la gloria de Dios que le estaba siendo revelada a él ahí, al menos una porción pequeña
que fue revelada a él. Y él veía la gloria de Dios. Y así es para un cristiano. El velo es
quitado y usted ve la gloria refulgente de Dios en la faz de Jesucristo.
Observe el versículo 6 del capítulo 4. El versículo 6 del capítulo 4 dice: “porque Dios, quien
mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz.” Esto es Dios es el que trae la luz en el
medio de las tinieblas, es el que resplandeció en nuestros corazones. Él encendió la luz en
nuestros corazones para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de
Jesucristo. Eso es lo que sucede cuando usted es salvo. De pronto, Dios enciende la luz.
Usted ve a Jesucristo y usted ve en Él la gloria de Dios brillando.
Amigos, eso no es algo que suceda porque alguien ha venido con usted con una polémica
bastante inteligente. Eso no es algo que sucede porque usted de pronto se despertó un
día y dice: “esto es racional”. Esto no es algo que le sucede a usted porque de alguna
manera analizó los argumentos y tuvo sentido para usted desde algún punto de vista de
argumento, que Jesús probablemente fue Dios en carne humana en base a las cosas que
Él dijo e hizo. La razón por la que usted despertó un día y pudo ver el rostro de Jesucristo
por fe y ver en ese rostro la gloria refulgente de Dios es porque Dios mismo encendió la
luz en usted; y todo se volvió claro.
Pero antes de que fuera escrito el Nuevo Testamento, había tanta dificultad en entender
plenamente todo el proceso redentor. Y entonces, el santo del Antiguo Testamento
realmente no veía de manera plena en la manera en la que nosotros vemos.
El nuevo pacto es mucho más superior porque la gloria de Dios es revelada en la faz de
Jesucristo. No hay mejor manera de verlo. El santo del Antiguo Testamento podría decir:
“vi
la gloria de Dios una vez, estaba flotando en el cielo. Vi la gloria de Dios una vez, la vi en el
tabernáculo en el templo. Vi la gloria de Dios una vez, fue revelada.” E inclusive los
apóstoles pudieron haber dicho: “vi la gloria en la faz de Jesucristo, en Su transfiguración.”
Pero no hay nada aquí que se le compare. Pedro inclusive vio esto. No hay nada que se
compare con ver la revelación descubierta de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo
revelada en las Escrituras. Ahí es en donde usted realmente ve Su gloria. Usted no ve con
sus ojos humanos, usted ve con los ojos de la fe y el entendimiento que han sido movidos
por Dios mismo.
La gloria del nuevo pacto que ve en la faz de Jesús, ve la gloria de Dios. El velo es quitado.
Estamos entrando, caminando al monte, ahí en la presencia de Dios, ahí a Su gloria y
estamos viéndolo brillando en la faz de Jesús.
No tenemos que ver la palabra profética y tratar de entenderla y de quién está hablando y
cuándo pasará y cómo va a ser. No tenemos esa oscuridad. Podemos ver la revelación
refulgente de la gloria de Dios y la faz de Jesús. Comprendemos Su gracia. Comprendemos
Su misericordia.
Como puede ver, la gloria de Dios es simplemente Sus atributos manifiestos. Y todos están
encamados en Jesucristo. Esa es la razón por la que Juan, capítulo 1, versículo 14 dice: “y
el Verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros. Y vimos Su gloria, gloria como del
Unigénito del Padre lleno de gracia y de verdad.” ¿Que vimos en Él? Vimos gloria. ¿Qué es
gloria? Gloria es gracia y verdad, los atributos de Dios manifestados en la vida de
Jesucristo.
Un día, vimos a Jesucristo por la misericordia de Dios y vimos que el que hizo todas las
cosas en la creación fue hecho carne para proveer salvación. Vimos a Jesucristo un día y
encontramos que el que hizo al hombre fue hecho a semejanza de hombre. Que el que
hizo la ley, fue hecho bajo la ley. Que el que fue vestido con honor y majestad estaba
usando ropa que lo cubría. Que el que vino en debilidad, vendrá en poder. Vimos a
Jesucristo un día y todo fue tan claro. Vimos a Aquel que es la sabiduría de Dios, podía
incrementarse en sabiduría y estatura. Y de Aquel de quien se dice “he aquí tu Dios,”
también podía ser dicho por Pilato “he aquí el hombre.” Vimos a Cristo y vimos a Aquél
ante quien toda rodilla se doblará, doblar Sus rodillas y lavar los pies de los discípulos.
Vimos a Cristo, y vimos al que no conoció pecado, quien no cometió pecado, quien no
tenía pecado, en quien no había pecado y Él estaba llevando nuestros propios pecados en
Su cuerpo en la cruz.
Un día, la luz brilló y vimos a Cristo y vimos al que la tierra rechazó. No era ningún otro
que el que el cielo aceptó. Vimos al que llevó la corona de espinas, que va a ser coronado
con gloria y honra. El que estaba en un árbol iba a estar en un trono. El que apareció para
quitar el pecado ahora estaba apareciendo en la presencia de Dios por nosotros. El que
vino a morir, vendrá para reinar. Y todo se volvió claro para nosotros porque la luz brilló
en nuestros corazones para mostrarnos la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.
Y entonces, el versículo 16 dice, pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará,” no
habrá más oscuridad. Y él ahí está hablando de la salvación. Convertirse al Señor es un
término para salvación. Convertirse del pecado al Señor. Cuando eso sucede, el velo se
quita. No hay más oscuridad. Usted ve la faz, el rostro de Jesucristo y usted ve la gloria de
Dios. Todo está ahí.
¿Quiere saber cómo es Dios? Vea a Jesús. ¿Quiere saber cómo actúa Jesús? Vea a Jesús.
¿Quiere saber cómo reacciona Dios? Observe a Jesús. Él es la gloria de Dios manifiesta en
carne humana. Pero usted nunca lo verá y verá a esa gloria a menos de que Jesús
encienda la luz en el interior, ¿verdad? A menos de que Él le dé el Espíritu de sabiduría y
conocimiento y entendimiento de la revelación que Él ha hecho en Cristo.
Un versículo más contribuye a esta gran verdad de que el nuevo pacto está enfocado en
Cristo. Observe el versículo 18: “por tanto, nosotros todos.” Deténgase en ese punto.
Tengo que detenerme en ese punto. “Nosotros todos” es una afirmación muy interesante
porque hasta este punto en esta analogía con la experiencia de Moisés, sólo hubo una
persona que se quitó de hecho el velo y vio a Dios, ¿verdad? Moisés. Moisés fue el único
que podía ver la faz de Dios, por así decirlo. Quien podía ver la gloria de Dios y regresar al
monte, Éxodo 34:34, quitarse el velo y ver la gloria de Dios.
Ahora, Pablo dice: “no sólo Moisés, no sólo un hombre.” En una ocasión, puede ver la
gloria descubierta. Nosotros todos. Nosotros todos, no solo profetas y apóstoles y
predicadores, sino todos nosotros. Nosotros todos mirando a cara descubierta como en
un espejo la gloria del Señor. Todos podemos verla. Todos nosotros, todos los que
estamos en Cristo. ¿Por qué quiere usted regresar a las sombras? ¿Por qué quiere usted
regresar a los tipos, a las ceremonias y a los símbolos y rituales? No necesito ir a un
servicio religioso que haga esto. Quiero ir a un servicio religioso que exalta a Cristo. ¿Por
qué? Porque veo la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. No necesito ver inmobiliario
santo. No necesito meterme en ceremonias y rituales y rutinas. Sólo quiero ver a Cristo
revelado. Usted no tiene que mostrarme los símbolos. Puedo tomar la realidad. No es
demasiado para mí. El velo fue quitado y puedo ver la gloria de Dios revelada en la faz, en
el rostro de Jesucristo.
Él usa una pequeña expresión simple. Él dice: “es como ver en un espejo.” ¿Y por qué
escoge él eso? Bueno, debido a su claridad. Debido a su intimidad. Usted no debe tomarlo
más allá de eso. El énfasis no está en la idea del espejo. Y en lo que un espejo hace. Sino
que en la idea de que usted puede tomar eso a esa cercanía, a esa intimidad y verlo de
frente.
Los espejos, por cierto, eran metal pulido. Y en un tiempo en el que no había lentes, y
obviamente, la mayoría de la gente tiene problemas de vista, la gente no veía con
claridad. Pero usted puede ver claramente la gloria de Dios en la faz de Jesucristo como un
pedazo de metal pulido, preparado de una manera tan fina como pueda ser posible
prepararlo para hacer que la visión sea tan clara como puede ser posible que sea.
Acérquelo a su rostro y véalo. Eso es lo que él está diciendo. Nuestra visión de la gloria de
Dios en el rostro de Jesucristo es clara en el nuevo pacto.
Un pequeño comentario a pie de página, no puedo resistir esto. Esos espejos de metal
antiguos eran hechos de metal pulido, tan maleable como el metal podía ser, por difícil
que fuera el golpearlo y hacerlo plano, aun así, tenía algunas olas. No sería perfecto. No
tenían la técnica que tenemos en la actualidad.
Y entonces, la visión sería más clara que cualquier otra cosa y absolutamente sin estorbos
porque no hay nada entre mis ojos y lo que estoy viendo, pero sería poco menos que
perfecto. Ese es un lanzamiento apto, ¿no es cierto? Porque todavía no aparece lo que
seremos. Estamos viendo el espejo. Y estamos viendo la gloria de Dios revelada, pero no
estamos viendo como lo veremos cuando veamos perfectamente. Primera de Corintios 13,
“ahora conocemos en parte, algún día conoceremos como somos conocidos.” Hay una
perfección que está por venir.
Pero inclusive con esa vista imperfecta de la gloria de Dios que tenemos, vemos de
manera majestuosa y maravillosa y clara, ¿no es cierto? Con una vista sin obstrucciones en
el rostro de Jesucristo. Jesús es en quien la gloria de Dios se vuelve visible, Mateo 17.
Subieron al monte y Jesús simplemente, de hecho, les mostró eso. Él hizo a un lado el velo
de su cara, dice en los versículos 1 y 2, dice que fue transfigurado en frente de ellos. Pedro
escribe acerca de eso. Y en Segunda de Pedro 1, él dice “estuvimos en el monte santo y
vimos Su gloria”. Él es la gloria de Dios revelada a los ojos de la fe.
Una persona que no es cristiana ve a Jesucristo y no lo ve, ¿verdad? Los Romanos
ciertamente no lo vieron. Ciertamente, ellos amartillaron simplemente los clavos en Él y lo
clavaron a una cruz. Los líderes judíos ciertamente no lo vieron. Le escupieron y lo
maldijeron y se burlaron de Él y ellos querían asegurarse que no reinara sobre ellos. Pero
para el ojo de la fe, Él es la gloria de Dios. Y la búsqueda de la vida cristiana entonces se
convierte en la búsqueda de Cristo. Es sólo el nuevo pacto el que tiene el poder de quitar
el velo y darle a los ojos de la fe, la visión del Cristo sin velo. Hombre, fue un momento
monumental cuando eso le sucedió a Pablo. Digo, él tenía un velo pesado. Realmente, lo
tenían La gente piensa “bueno, él era un hombre muy devoto, muy religioso y muy celoso
como judío antes de que se convirtiera. Pero él era también un judío que pensaba que era
muy bueno. Y nada es más condenador que eso.
Cuando leo el testimonio de Pablo, no leo acerca de un hombre que fue quebrantado por
la ley de Dios. Leo acerca de un hombre que había alcanzado la salvación al guardar la ley
de Dios, pensaba él. Leo acerca de un hombre que tenía mucho orgullo espiritual. No leo
acerca de un hombre que realmente era un verdadero santo del Antiguo Testamento,
realmente guiado por Dios y guiado por el Espíritu de Dios. No estoy seguro de eso. Si
realmente hubiera sido guiado por el Espíritu de Dios, ¿acaso se habría involucrado en
matar a cristianos? ¿No habría habido ahí alguna transición más pronta a un tipo de fe del
Nuevo Testamento? Creo que fue un hombre orgulloso. Creo que fue un hombre que usó
mal la ley de Dios para ganarse la salvación.
Al mismo tiempo, creo que fue un hombre sincero. Pero creo que es evidente a partir de
su propio testimonio que él estaba buscando establecer su propia, ¿qué?, justicia. Él dice
eso. Él lo dice. Veamos Filipenses, capítulo 3. Y observe algo del despertar que sucedió en
la vida de este hombre. Él era un letrista. Él estaba bajo la ley, la letra que mata de la ley
tratando de alcanzar la salvación mediante un medio que no podía producirla. Observe lo
que dice en el versículo 3. “¿Quieren hablar de confianza en la carne?” Versículo 4:
“aunque yo puedo también de qué confiar en la carne, si alguno piensa que tiene de qué
confiar en la carne, yo más. Yo tengo lo más carnal en el archivo. ¿Quiere hablar de
mérito? Voy a apilar lo mío cuando quieran. Hablemos del mérito carnal.” Esa no es la
manera de hablar de un hombre espiritual. Esa no es la manera de hablar de un santo del
Antiguo Testamento. Esa no es la manera de hablar de un hombre quebrantado por su
propia iniquidad y pecaminosidad, rogando por misericordia y gracia con un corazón
penitente delante de Dios. No veo a alguien golpeándose el pecho aquí.
Este es un hombre que tiene confianza. “Oigan, les voy a hablar de confianza.
Circuncidado al octavo día, ¿salvación por ritual? Yo estoy ahí. De la nación de Israel.
¿Salvación por raza? Yo estoy ahí. De la tribu de Benjamín. ¿Salvación por privilegio? Yo
estoy ahí. Hebreo de hebreos. ¿Salvación por tradición? Guardé la tradición.” Eso es lo
que él quiere decir. Soy hebreo de hebreos, nunca me desvié de la tradición.
En cuanto a la ley, un fariseo. Salvación por religión, por legalismo, ahí estoy yo. Los
fariseos, quienes guardaban de manera minuciosa la ley. Seis mil de ellos había en esa
época, un grupo muy elite. “En cuanto al celo,” versículo 6, “era perseguidor de la Iglesia.
Si la salvación se relacionaba con celo, motivación, yo califico.” Y después, esto: “en
cuanto a la justicia que está en la ley, irreprensible.” Si la salvación es por moralidad, ahí
estoy yo. Salvo por ritual, raza, privilegio, tradición, religión, celo y moralidad. Yo lo tenía
todo.
Y después, en el versículo 7 él dice: “pero cuantas cosas eran para mí ganancia,” él
consideraba ganancia estas cosas en su salvación, hasta que él conoció a Cristo. Él iba a
Damasco y literalmente Dios encendió la luz, ¿verdad? No sólo internamente, sino, ¿en
dónde más? Por fuera. Dios lo cegó con una luz celestial. Y la luz se encendió
inmediatamente. Todas las cosas que él consideraba como ganancia, las tuvo, ¿Por qué?,
versículo 7, “Por pérdida.” El velo fue quitado. ¡Largo de aquí! Se fue. Fue claro.
El versículo 8, él dice: “y ciertamente aún estimo todas las cosas como pérdida.” Todo lo
demás es pérdida, “por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor.” Todo es
Cristo. Cristo es todo. He visto la gloria de Dios revelada en la faz de Jesucristo. Y
gustosamente, lo tengo por basura para ganar a Cristo. Todo lo que quiero es ganar a
Cristo. Cristo es todo lo que quiero.
¿Por qué? Versículo 9: “y ser hallado en Él no teniendo mi propia justicia que es por la ley
sino la que es por la fe en Cristo, la justicia que es de Dios por la fe.” Eso es exactamente
lo que él estaba tratando de hacer. Eso es exactamente lo que él estaba tratando de
hacer. Él estaba tratando de hacer que la justicia derivara de la ley; y no lo puede hacer,
porque por las obras de la ley ningún ser humano será justificado. Él escribió eso y el velo
fue quitado. Y él dijo: “quiero ser hallado en Él,” de pronto, “no teniendo mi propia justicia
que es por la ley sino la que es por la fe en Cristo y la justicia que es de Dios por la fe.”
El velo fue quitado. Él vio el rostro de Jesucristo. Él vio la gloria de Dios porque Dios
encendió las luces. Cristo se volvió todo para él. Todo lo demás era basura, era
excremento humano. Es la palabra realmente en griego ‘lo peor’. Y él dice que a partir de
hoy quiere conocer a Cristo, el poder de Su resurrección, la participación de Sus
sufrimientos y ser conformado a Su muerte. Cristo es todo. Cristo es absolutamente todo.
Esa es la gloria del nuevo pacto.
¿Por qué es que alguien quiere regresar a las sombras y a los retratos que no pueden
salvar y darle la espalda al nuevo pacto? ¿Por qué alguien quiere involucrarse en algún
tipo de religión que tiene sombras y que es simbólica y que es ceremonial y que es ritual,
en lugar de la realidad que está en la faz de Jesucristo? Es algo triste que oímos todo el
tiempo, todo el tiempo, acerca de personas a lo largo de la historia de esta Iglesia. No hay
una semana que pase en la que oigo esto de primera mano porque alguien viene a Cristo;
lo oye en las aguas del bautismo, lee una carta. Alguien me dice “he estado en la Iglesia
católica por años y años y nunca había conocido a Cristo.” O “he estado en la Iglesia
metodista y nunca había conocido a Cristo.” “He estado involucrado en esta forma de
religión y dice que es cristiana y nunca había tenido una relación personal con Cristo.” El
velo estuvo sobre el rostro todo el tiempo. Nunca vieron. No podían ver ls faz de
Jesucristo brillando con la gloria de Dios. Esa es una realidad del nuevo pacto. Y eso es lo
que le pasó al apóstol Pablo cuando Dios lo transformó y encendió la luz.
Entonces, el nuevo pacto es superior porque da vida, provee justicia, es permanente, trae
esperanza, es claro, está centrado en Cristo.
Ahora, el séptimo punto. Y sólo le voy a dar parte de este punto. El nuevo pacto es
capacitado por el Espíritu. El nuevo pacto es capacitado por el Espíritu. Lo dije antes y lo
repetiré una vez más. No había nada inherente en el antiguo pacto para capacitar la
obediencia. Pero en el nuevo pacto, está el poder del Espíritu Santo. Observe el versículo
17. Este versículo abre todo tipo de vistas de cosas. “Porque el Señor es el Espíritu, y
donde está el Espíritu del Señor, ahí hay libertad.”
La ley, permítame decirlo de manera simple, la ley era esclavitud. La ley era un carcelero.
La ley encerraba al pecador en la muerte y el infierno. Pero el nuevo pacto, libera. Y el
ministro de esa liberación no es ningún otro que el Espíritu Santo, quien es mencionado
ahí atrás en el versículo 6. El Espíritu da vida. El nuevo pacto entonces, libera al prisionero,
abre las puertas de la cárcel y deja que el prisionero salga de la cárcel de la vergüenza y de
la culpabilidad y el fracaso y el remordimiento y el temor y el terror y la muerte y el
infierno.
Observe la palabra porque. Porque, ¿qué quieres decir con ‘porque’? Porque cuando lo
pecadores se convierten al Señor, cuando el velo es quitado, el Señor es ese Espíritu quien
trae la libertad. Cuando la esclavitud del antiguo pacto termina y la promesa del nuevo
pacto de perdón comienza, es el Señor quien libera al prisionero. El Señor es el Espíritu
que libera.
Alguien podría decir: “bueno, no sé de qué trata este nuevo pacto, pero seguramente no
es de Jehová; porque el pacto de Jehová, el pacto de Dios claramente está presentado en
el Antiguo Testamento.” Y Pablo dice “el Señor es el mismísimo Espíritu liberador del
nuevo pacto.” Es el mismo Jehová, el mismo Dios, la libertad del nuevo pacto es la obra
del Dios del antiguo pacto. Dios nunca quiso que hubiera un antiguo pacto y nada más. Él
quiso que hubiera un antiguo pacto para llevar a los hombres a la desesperanza, para que
rogaran por misericordia y gracia concedidas en la base del nuevo pacto en Cristo.
La salvación, entonces, mediante el nuevo pacto es llevada a cabo por el Espíritu Santo.
Ningún otro que el Espíritu, quien es el Señor mismo. La salvación, escúcheme con
cuidado, en cualquier momento y de manera absoluta, en cualquier momento y de
manera absoluta, cuando usted está hablando, sea que usted esté hablando del antiguo
pacto, o el Nuevo Testamento en la salvación, en cualquier momento, está basada en el
nuevo pacto, en la obra del nuevo pacto de Cristo como lo es toda la salvación, siempre es
la obra del Espíritu Santo. Siempre.
Me sorprendente cuánto se ha confundido a la gente en este punto. No hay razón para
estar confundido. El Espíritu del Señor es el agente Salvador, fue el agente SALVADOR,
siempre será el agente de salvación. Es el Espíritu; siempre ha sido el Espíritu quien aplica
la salvación del nuevo pacto y la provisión del nuevo pacto al creyente arrepentido en
cualquier época. En cualquier época. La obra del Espíritu Santo es la obra de regeneración.
Y esto lleva a la pregunta, y sólo voy a responderla brevemente. Vamos a acabarla la
próxima vez. ¿Cuál fue la obra del Espíritu Santo del Antiguo Testamento? ¿Qué hizo Él? Y
un estudio cuidadoso del Antiguo Testamento revela eso. Y realmente no es algo difícil.
Toma algo de tiempo, pero realmente no es tan difícil.
Permítame explicarlo de la manera más simple que pueda. Si usted hace un estudio
panorámico del Antiguo Testamento en su totalidad, básicamente va a terminar con el
hecho de que la obra del Espíritu puede resumirse en cuatro categorías. El Espíritu Santo
operó en cuatro categorías en el Antiguo Testamento. Y quiero compartir esas categorías
con usted porque no quiero que esté confundido tal como muchos han estado
confundidos, particularmente aquellos que han salido de un legado dispensacional porque
se ha dicho tanto acerca del Espíritu Santo haciendo una cosa en una generación y otra
cosa en otra generación y otra cosa en la otra y otra dispensación o economía, cuando la
realidad es que la obra del Espíritu Santo es prácticamente la misma todo el tiempo,
siempre ha sido, siempre será, con unas cuantas variantes. Pero en general, es lo mismo.
Ahora, veamos las cuatro cosas que vemos que el Espíritu Santo hace en el Antiguo
Testamento. Número uno, creación. Creación. Creación. De manera muy clara, el Espíritu
Santo tiene una función muy importante en la creación. Como dirían los teólogos, no es
una creación ex nihilo, esto es decir una creación de la nada. Juan 1 nos dice que Cristo es
el Creador ex nihilo, esto quiere decir que todas las cosas fueron hechas por Él y sin Él
nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. Lo que quiere decir es que fue Jesucristo quien
creó la sustancia que sería tiempo, espacio, materia, energía. Pero en Génesis 1 dice:
“Dios creó los cielos y la tierra y la tierra estaba sin,” ¿qué? “Forma.” Estaba vacía. Fue
Dios quien es el creador maestro, claro, el Dios creador, quien, mediante la agencia de
Cristo, de la nada, hizo las cosas que constituyen la vida en el universo. El Espíritu Santo
entonces, estaba moviéndose, dice, sobre esa creación vacía y sin forma. Y fue Su función
el llevarla a que tuviera la forma que Dios había diseñado que la creación tuviera.
Dios tuvo el plan mediante la agencia de Su Hijo, el segundo miembro de la Trinidad,
materia, tiempo, espacio, energía fueron formadas. No tenía forma y estaba vacía, amorfa
hasta que el Espíritu de Dios se movió sobre ella y la llevó a su proforma apropiada.
Encontramos en el testimonio de Job 33, versículo 6, de nuevo, afirmando esto. Esto es
que el Espíritu de Dios es el que se está moviendo y dando forma a la creación. Job 33, de
hecho, versículo 4: “el Espíritu de Dios me ha hecho y el Espíritu del Todopoderoso me da
vida.” En el Salmo 104 y en otros salmos, usted tiene el mismo énfasis básico.
Simplemente un texto más que mencionaré es Isaías 40, en donde usted tiene la obra
creadora del Espíritu Santo mencionada de una manera muy interesante. Comenzando en
el versículo 12: “¿quién midió las aguas en el hueco de Su mano y midió los cielos con Su
palmo y midió el polvo de la tierra por medida y pesó los montes con balanza y midió los
montes con balanza?” Todo esto es obra creadora. Y el siguiente versículo, el versículo 13:
“¿quién dirigió el Espíritu del Señor o le dio consejo?” ¿Quien ayudó al Espíritu Santo a
crear?
Bueno, el punto que queremos presentar, explicar es que el Espíritu Santo estaba creando
y no necesitó ayuda alguna. Su deber en nombre de la Trinidad en la creación fue producir
la obra creadora de los seis días, llevar al universo a su estado final de diseño y orden, el
aspecto coronador, claro, el cual fue crear al hombre y a la mujer en la imagen de Dios. El
Hijo trajo las cosas ex nihilo, de no existir a la existencia. El Espíritu tomó la sustancia, y de
esta manera, creó. Y el principio de vida y formó las cosas diseñadas por el Padre en la
creación tal como la conocemos. Entonces, nosotros encontramos a lo largo del Antiguo
Testamento que el Espíritu está involucrado en la creación.
En segundo lugar, capacitación. Capacitación. Cualquier lector del Antiguo Testamento
sabrá que usted encuentra esta frase con frecuencia. Dirá: “y el Espíritu de Jehová vino
sobre tal y tal e hizo esto.” ¿Se acuerda de esta frase? Es repetida a lo largo del Antiguo
Testamento. Ocasionalmente, “y el Espíritu de Jehová se fue”. Eso es frecuente. Ahora,
escuche con atención lo que digo. Algunas personas han asumido que, debido a la
frecuencia de esa afirmación, es, por lo tanto, descriptiva de la relación normal del Espíritu
Santo con los creyentes del Antiguo Testamento. Esa no es su intención. Esa no es su
intención.
¿Por cuánto tiempo será alguien un creyente si el Espíritu Santo se fuera en cualquier
época? No lo sería porque la vida divina no es algo que usted pueda sostener
humanamente. Entonces, cuando usted lee que el Espíritu Santo vino y se fue, usted no
está hablando de la experiencia normal de los creyentes. Usted está hablando de una
capacitación anormal. Siempre es con referencia al Espíritu Santo capacitando a personas
especiales para alguna tarea divinamente designada que demanda capacidad más allá de
lo normal. Es para tareas especiales.
Ahora escuche, cada vez, cada vez que el Espíritu Santo se dice que vino o dejó a una
persona, fue para hablar de una capacitación especial lo que se tiene en mente. Y en
ningún momento es un tema de salvación personal. De hecho, usted puede tomar todas
estas Escrituras y usted encontrará que hay cuatro tipos de personas de quien se dice que
el Espíritu Santo vino sobre ellos o el Espíritu Santo se fue. Cuatro tipos de personas.
Número uno, jueces. Jueces que tuvieron una responsabilidad inmensa para la liberación
del pueblo de Dios, de Israel. Y hubo cuatro jueces sobre los cuales vino en el Espíritu y se
fue. Otoniel, Jefté, Gedeón y Sansón. Usted puede leer a lo largo de juez y verá eso. Sólo
fueron cuatro de ellos. Y en cada ocasión, hubo un propósito excepcional de Dios.
¿Qué le pasó a Sansón cuando el Espíritu de Dios se fue de él? ¿Se volvió qué? Débil. Él fue
como cualquier otro hombre. Y después, ¿qué pasó cuando el Espíritu de Dios vino sobre
él? Él pudo matar a multitudes. Él podía derribar un edificio entero. Eso es algo que va
más allá de la capacidad humana de Sansón o de cualquier otro hombre. Otoniel, Jefté,
Gedeón y Sansón fueron jueces en quienes el Espíritu vino.
La segunda categoría de personas que experimentó esto fueron obreros asociados con la
obra relacionada con la adoración de Dios. Ellos tuvieron una responsabilidad de diseñar
algo relacionado con la adoración de Dios que tenía que ser muy especial. Y entonces, el
Espíritu de Dios de manera única los capacitó para hacer eso.
En cuarto lugar, líderes. Líderes civiles. Los vamos a llamar así, líderes gubernamentales,
gobernantes. Cuatro de ellos tuvieron esa experiencia: Moisés, David, Saúl y Josué. Ellos
tuvieron la misma experiencia. El Espíritu vino y se fue. No tuvo nada que ver con su
relación personal con Dios. No fue la norma para su vida espiritual. Simplemente, fue la
capacitación divina para una función muy importante de liderazgo.
Esto es ilustrado de manera maravillosa en el Salmo 51:11 en donde David, después de
que él ha pecado con Betsabé y mató a su marido y está tan arrepentido por su pecado,
obviamente el Espíritu de Dios incitando a la convicción en su corazón, lo que le dice a
Dios es esto: “Señor, no quites Tu Espíritu Santo de mí.” ¿Qué está diciendo? ¿Él está
diciendo “no me dejes perder mi salvación”? Él está diciendo: “Dios, hay algo que tú haces
cuando Tú te enojas con alguien y ¿eso es que Tú le quitas la salvación?” O “Dios, Tú los
haces vivir una vida de fe sin Tu Espíritu.”
No es eso de lo que está hablando. Él está diciendo: “no quites la capacitación necesaria
Divina para que yo gobierne.” Eso es lo que él está diciendo. Tiene que ver con su función
como rey, no con su propia experiencia personal. Tiene que ver con el hecho de que a él
se le ha dado una responsabilidad tremenda de guiar a una nación teocrática de personas
y eso iba más allá de su capacidad y esto fue demostrado ciertamente por su
pecaminosidad. Y él está pidiéndole a Dios que no quite esa unción especial única que lo
hace ser un rey eficaz representando a Dios.
Sólo hay una otra categoría de personas acerca de las cuales se dice esto y esos son, en
cuarto lugar, los profetas. El Espíritu del Señor vino sobre tal y tal; y Él habló y esto fue
para revelación. Hubo muchos: Asías, Jahaziel, Zacarías, Balam, Amasai. Después están
Elías Eliseo, Miqueas y otros profetas. Dice de ellos que el Espíritu Santo vino sobre ellos.
¿Por qué? Para tener una capacitación única y especial de un deber único relacionado con
la revelación de Dios.
Una ilustración entre muchas podría ser tomada de Ezequiel, capítulo 11. Y esta sería algo
típica. Ezequiel, capítulo 11, versículo 5: “el Espíritu de Jehová vino sobre mí y me dijo,” y
eso es bastante típico. Así sucedía. El Espíritu del Señor viene y Él habla. Usted encuentra
ese tipo de situación repetida con los profetas.
Entonces, ¿qué tiene usted? Usted tiene un ministerio único del Espíritu en los jueces. Los
jueces simplemente fueron liberadores. Fueron hombres y mujeres levantados
ocasionalmente para la liberación de Israel. Fue una responsabilidad de liderazgo que
requería una intervención sobrenatural y Divina. Obreros involucrados de manera única
en lo que estaba relacionado con adorar a Dios. Líderes cívicos, Moisés, David, Saúl, Josué.
Estamos hablando acerca de líderes excepcionales; y esos son los únicos cuatro de quien
se dice que el Espíritu vino sobre ellos y profetas.
El primer ministerio entonces el Espíritu de Dios en el Antiguo Testamento de manera
clara es la creación. El segundo ministerio es capacitación. Y esta es una capacitación
especial para un servicio excepcional. El tercer ministerio, revelación. Revelación. Y esto va
de la mano con los profetas. El ministerio del Espíritu Santo era revelar la Palabra de Dios;
era revelar la Palabra de Dios.
Fue el Espíritu Santo básicamente quien fue el autor del Antiguo Testamento. Toda la
Escritura es dada por inspiración de Dios. Toda la Escritura es exhalada por Dios y es
exhalada mediante el aliento de Dios, quien es pneûma, el Espíritu de Dios. Toda la
Escritura viene del Espíritu Santo.
¿Qué dice Pedro? Segunda de Pedro 1:20: “ninguna Escritura es de interpretación privada,
sino que los hombres santos de Dios hablaron conforme fueron movidos por el Espíritu
Santo.” Él es el autor de las Escrituras. Escuche Zacarías 7, versículo 12: “E hicieron sus
corazones como el pedernal, de tal manera que no pudieron oír la ley y las palabras de
Jehová de los ejércitos, que Él había enviado por Su Espíritu mediante los profetas,”
Zacarías 7:12.
¿Qué hizo el Espíritu Santo en el Antiguo Testamento? Él claramente está involucrado en
la creación. Es el que está detrás de la forma. Él es el que está involucrado en
capacitación. Él es el que está involucrado en la revelación. Y, en cuarto lugar, y esto es
muy importante, Él está involucrado en la regeneración. Aquí es en donde vamos a cerrar.
Escuche con atención. Él está involucrado en el Antiguo Testamento en la regeneración.
La gente pregunta si acaso el Antiguo Testamento enseña que la gente fue regenerada.
Hay muchos que han escrito que no hay una enseñanza así, que no hay un nuevo
nacimiento, que no hay regeneración en el Antiguo Testamento. Pero yo creo que eso está
equivocado. Yo creo que el Espíritu es un Espíritu que da vida y que el poder del Espíritu
Santo operaba a favor del nuevo pacto que todavía no había sido aún cumplido en las
vidas de creyentes del Antiguo Testamento de tal manera que, de hecho, ellos nacieron de
nuevo. Ellos de hecho, fueron regenerados. Ellos de hecho, fueron renovados,
transformados, hubo una metamorfosis en ellos. Y nosotros no debemos enseñar que no
hubo regeneración en el Antiguo Testamento.
Ahora, antes de la regeneración, ¿qué es lo que hace el Espíritu Santo? ¿Qué es lo que Él
hace? Si escuchamos al Nuevo Testamento, Juan 16, Jesús dice: “el Espíritu convencerá al
mundo de pecado”. ¿Es eso nuevo? ¿Acaso el Espíritu jamás ha hecho eso? Yo creo que sí.
Regresando hasta Génesis, capítulo 6, Dios dice: “Mi Espíritu no luchará siempre con el
hombre.”
El Espíritu de Dios luchando con corazones pecaminosos no es algo que está aislado en el
Nuevo Testamento. El Espíritu de Dios trayendo la convicción de pecado no es algo aislado
en el Nuevo Testamento. Yo creo que la obra de convicción del Espíritu, la ha estado
realizando desde que el pecado entró al mundo.
Escuche, Juan Calvino no inventó la depravación total; él únicamente la definió. Ha estado
aquí desde la caída. La depravación total no comenzó cuando usted la comprendió. No
comenzó con el Nuevo Testamento. Y una persona que está totalmente depravada, dejada
a sí misma no va a concluir que es culpable. Esa es la obra de convicción del Espíritu de
Dios. Él no va a llegar a una evaluación apropiada de su propia impiedad, de su propia
pecaminosidad.
La gente del Antiguo Testamento era tan depravada como la gente de la actualidad. De
cualquiera de los dos lados de la cruz, no cambia. El estado caído del hombre, usted tiene
que regresar al huerto para eso. Cuando Adán cayó, la raza humana cayó. Y así ha sido
desde ese entonces.
Entonces, la gente del Antiguo Testamento estaba depravada; y la depravación significa
que usted no se puede salvar a sí mismo. Eso es lo que significa básicamente. Significa que
usted es pecaminoso. No todo es tan pecaminoso como todo el mundo, pero toda
persona es pecaminosa y toda persona está en la misma situación en donde no puede
hacer nada acerca de su pecado.
Escuche una definición del Nuevo Testamento de la depravación, Romanos 3… Pablo
escribió esto después de la cruz. Usted pregunta si acaso esto es el Nuevo Testamento.
¡Claro! Escuche Romanos 3, aquí hay una descripción comenzando en el versículo 10 de la
depravación. “No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a
Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles. No hay quien haga lo bueno, no hay ni
siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta. Con su lengua engañan. Veneno de áspides
hay debajo de sus labios. Su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se
apresuran para derramar sangre. Quebranto y desventura hay en sus caminos y no
conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos.”
¿Sabe de dónde vino cada una de esas palabras? ¿De dónde? Del Antiguo Testamento.
Todas. Pablo tomó todo eso del Antiguo Testamento. La mayoría de esto viene de los
Salmos. Esa es una descripción de la depravación del hombre. Ahora, usted dígame cómo
es que cualquier persona depravada que está tan mal, va a venir a Dios por sí misma. Eso
no puede pasar.
¿Cómo puede pasar eso? Mediante la intervención del Espíritu de Dios. Y dígame usted
entonces cómo es que una persona cuando interviene el Espíritu Santo, de pronto va a
poder decir: “¡oh, cuánto amo yo Tu ley!” si la salvación para él no fuera nada más que
algo forense. Si no fuera algo nada más que declarado y no hubiera regeneración, cómo es
que va a llegar al lugar en donde él ama al Señor su Dios con todo su corazón, mente, alma
y fuerzas. ¿Cómo es que llegó a ese punto en donde él ama la ley y en donde los estatutos
de Dios son su deleite, en donde son más dulces para sus labios que la miel y son más
preciados para él que el oro fino? ¿Cómo llega él al lugar en donde él quiere seguir la ley
de Dios y agradar a Dios y amar a Dios y exaltar a Dios y adorar a Dios? ¿Cómo es que él
puede tener una mentalidad de salmo si lo único que él recibió fue una justicia forense en
donde Dios, en cierta manera, sólo lo declaró justo, pero nunca lo regeneró? No podía.
Usted tiene que tener el ministerio de convicción del Espíritu. Usted tiene que tener el
ministerio de regeneración del Espíritu Santo, porque usted tiene depravación hasta la
médula de la existencia humana. Eran totalmente depravados. No tenían poder para
vencer su pecado. Jeremías dijo “engañoso es el corazón más que todas las cosas y
perverso.” Y el profeta dice “¿podrá el leopardo cambiar sus manchas? ¿Cambiará el
etíope ese color oscuro de su piel?” ¡Claro que no! No pueden hacer eso.
¿Cómo puede explicar usted Noé, quien podía ser llamado un hombre justo y perfecto en
su generación, si no fuera por el Espíritu Santo? ¿Acaso él podía volverse un hombre justo
y perfecto en su generación por sí mismo? ¿Qué tal Abraham, quien se volvió un hombre
poderoso de fe? ¿Por sí mismo? ¿Qué hay acerca de Moisés, quien llegó al punto en el
cual el vituperio de Cristo le era más importante que los tesoros de Egipto? ¿Quiere decir
que él lo hizo por sí mismo, ese Moisés depravado? O, ¿cómo se podía decir de David que
su corazón era perfecto con Jehová su Dios, 1 Reyes 15:3?
Más allá de eso, ¿cómo podía Abraham en Romanos 4 y Abraham en Gálatas 3 ser el
modelo para nuestra fe? ¿Cómo podía él ser el modelo de cómo se ve la fe regenerada si
él no fue regenerado? No estamos hablando de algo forense, de alguna cosa declarada, de
alguna cosa legal. Estamos hablando acerca de la realidad aquí y Abraham fue un hombre
cambiado. ¿Y quién lo cambió a él? Tuvo que ser el Espíritu de Dios.
Luego, usted va al capítulo 11 de Hebreos y usted lee acerca de todas estas personas y
todas son personas del Antiguo Testamento. Y estas son las personas que nos están
probando la validez de una vida de fe. Estas son personas que nos muestran cómo vivir. Y
es Abraham y es Jacob y Sara y es Moisés. Y son todas esas personas, todas esas personas
de quien el mundo no era digno. Y todas eran personas del Antiguo Testamento. Y
hacemos la pregunta: ¿cómo podían ellas vivir una vida ejemplar de fe?, personas que
debemos nosotros imitar, si no fueron regeneradas por el Espíritu Santo. Ellas tuvieron
que haberlo sido. Simplemente porque la teología no es definida de manera plena hasta el
Nuevo Testamento, eso no lo convierte en una realidad menor.
Voy a cerrar con una ilustración. Juan 3. Juan 3. Ahora, en Juan 3 - y quiero que usted
entienda esto - usted ya pasó en esa parte la mitad de su Biblia. Usted ya está en el Nuevo
Testamento para cuando llega a Juan. Pero usted todavía no está en el nuevo pacto, ¿está
usted listo para oír esto? Porque Jesús aún no ha muerto y Él aún no ha sido resucitado. Y
el Espíritu Santo aún no ha venido. Entonces, lo que usted aquí es tiene una conversación
del Antiguo Testamento entre Jesús y un hombre, un gobernante judío llamado
Nicodemo. Y los términos de esa conversación no se relacionan con la cruz y la
resurrección y la venida del Espíritu Santo en Pentecostés porque eso todavía no ha
sucedido.
Entonces, este hombre viene a Jesús en la noche y él quiere saber cómo entrar al Reino de
Dios. Él no está preguntando cómo puede unirse a la Iglesia local. Él quiere saber cómo
entrar al Reino. Y en el versículo 3 Jesús le dice a él: “De cierto, de cierto te digo que el
que no,” ¿qué?, “naciere de nuevo no puede ver el Reino de Dios.” Tienes que ser
transformado.
Ahora, ¿esta es acaso alguna verdad del nuevo pacto? No. Esa es una respuesta estándar
para un judío viviendo antes de la cruz acerca de lo que sucede si usted va a entrar al
Reino. Usted tiene que ser regenerado. Usted tiene que ser transformado o de lo
contrario, usted no verá al Reino de Dios. No es sólo para personas que tienen una justicia
declarada. Es para personas que han sido regeneradas, que tienen un principio de vida
nueva en ellos.
Nicodemo le dijo: “¿cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por
segunda vez en el vientre de su madre y nacer?” Ahora, antes de que usted juzgue
erróneamente a Nicodemo y piense qué cosa tan torpe para decir; él no está diciendo eso.
Digo, este es un hombre brillante. Digo, este es un hombre muy inteligente. Lo que él está
diciendo es que estoy tan metido en el camino de la religión ahora, que, ¿cómo voy a
comenzar con esto otra vez? ¿Qué estás diciendo?
Como puede ver, para ellos la religión era una vida entera de alcanzar la justicia.
¿Entiende eso? Simplemente como Pablo. Y él está preguntando: ¿qué? Yo ya estoy tan
lejos, tan avanzado en este asunto y he acumulado mi lista de cosas como Pablo que está
en la columna de ganancia. ¿Cómo voy a comenzar con esto otra vez? Y respondió Jesús:
“mira, de cierto, de cierto te digo que el que no naciere de agua y del Espíritu no puede
entrar al Reino de Dios.” Y el agua y el Espíritu vienen de Ezequiel 36, ¿no es así? En donde
en el nuevo pacto, en la salvación que Dios va a proveer a través de Cristo en el nuevo
pacto, que fue aplicada, claro, a los santos en el antiguo, ahí hay una limpieza, hay un
lavamiento. Y a eso se refiere el agua. Ahí hay una obra del Espíritu Santo.
Él dice: “mira, no vas a entrar al Reino fuera del Espíritu. Versículo 6: “lo que es nacido de
la carne, carne es. Y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. Y si tú continúas acumulando
las cosas carnales, acumulando la justicia carnal, es simplemente más y más carne. El
Reino espiritual depende del Espíritu de Dios. Lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No
te maravilles de que te dije ‘os es necesario nacer de nuevo’. El viento sopla de donde
quiere y oyes su sonido, mas ni sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo aquel que
es nacido del Espíritu.” Esto es algo que no puedes ver, esto es algo espiritual.
Ahora, ahí hay un retrato maravilloso de cómo testificaban en el Antiguo Testamento.
Decirle a un hombre que necesitaba ser purificado de sus pecados y regenerado por el
Espíritu Santo. Eso es conversión del Antiguo Testamento. Eso es lo que es. La evidencia es
que el Espíritu Santo convence. El Espíritu de Dios fuerza al pecador a ver su pecado.
Entonces, cuando el Espíritu de Dios produce fe en un santo del Antiguo Testamento, Él
regenera a ese santo. Y Él toma lo que ese individuo era y lo hace un amante de Dios que
ama la Verdad y ama la ley y quiere obedecer y que quiere agradar y que quiere adorar y
que quiere servir. Y todos esos deseos reflejan esa obra regeneradora del Espíritu Santo.
Bueno, eso quizás es un tercio de ese punto de lo que el Espíritu Santo hace. Tengo mucho
más que decir, pero eso será para la próxima vez.
Oremos. Te damos gracias por Tu Verdad, Padre. Y Señor, aunque estamos tratando con
algunas cosas teológicas y algunas cosas doctrinales, simplemente pedimos que Tu
Espíritu Santo nos haga entenderlas en nuestros corazones en el área práctica para que
podamos, en primer lugar, experimentar lo práctico que es la adoración y la alabanza y la
gratitud por Tu coherencia maravillosa.
Oh Padre, te damos gracias por las bendiciones del nuevo pacto y Te damos gracias por
todo lo que está en Cristo, que el Espíritu nos ha liberado. Señor, Te damos gracias porque
en donde quiera que está el Espíritu, hay libertad; que la letra mata, pero el Espíritu da
vida. Y Él siempre ha dado vida.
Él le dio vida a Noé y Él le dio vida a Moisés y Él le dio vida a David y Él le dio vida a todos
los héroes de la fe que están enumerados en Hebreos 11 y muchos más que no son
nombrados. Y les dio libertad de la esclavitud de la ley. Te damos gracias por Su obra
regeneradora, porque les dio un amor hacia Ti y un anhelo por adorar y alabarte y
obedecer y un odio hacia el pecado y un corazón de penitencia. Todas estas, evidencias de
poder regenerador. Te damos gracias por la coherencia de Tu obra, y que inclusive se lleva
a cabo de este lado de la cruz. Gracias porque Tú nos has dado la parte más fácil. Nosotros
podemos ver a Cristo. Nosotros podemos ver la gloria plena sin el velo, conforme vemos
Su rostro glorioso. Gracias, Padre, por todo lo que Tú has hecho por nosotros debido a Tu
amor, porque nosotros no merecemos nada. Y Te damos gracias desde el fondo de
nuestros corazones por todo esto. En el nombre de Cristo. Amén.
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La gloria del nuevo pacto, 7ª Parte
Escritura: 2 Corintios 3:17–18

Código: 47–21
John MacArthur
Abramos nuestras Biblias a 2 Corintios capítulo 3. Conforme llegamos a una conclusión a
este estudio maravilloso de un gran capítulo. Un capítulo acerca de la gloria de un nuevo
pacto. Tengo que disculparme con aquellos de ustedes que no han estado con nosotros en
esta serie, porque en cierta manera estamos concluyendo lo que queda pendiente. Y me
disculpo porque algo de esto es algo difícil de entender, ya que no ha tenido el beneficio
de tener el cimiento que ha sido establecido durante los últimos dos meses conforme
hemos estado estudiando este capítulo. Confiamos, no obstante, que el Espíritu de Dios
ministre la verdad a su corazón conforme Él lo hace.
En nuestro mensaje final de este capítulo rico, llegamos a un versículo que ha sido un
versículo favorito para mí durante muchos años. De hecho, con mucha frecuencia, cuando
firmo con mi nombre en un libro o en una Biblia, escribo 2 Corintios 3:18 debajo de mi
nombre, porque durante años y años me ha encantado este versículo. De hecho, solía
decir que era mi versículo favorito. Pero sigo vacilando y cambiando a versículos
diferentes, de vez en cuando, conforme el Señor los aplica a mi vida.
En una ocasión, hace años atrás, quizás hace 10, se me pidió que escribiera un libro acerca
de mí versículo favorito. Y entonces, escogí este y escribí un libro que algunos de ustedes
inclusive recordarán. Este versículo es un tesoro. Permítame leérselo. Versículo 18: “por
tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor,
somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen como por el Espíritu del
Señor.”
Ahora, ese versículo en realidad presenta qué es el proceso de crecimiento cristiano.
Presenta cuál es el proceso de santificación mediante el cual un creyente está siendo
conformado a la imagen de Jesucristo. Permítame tan sólo darle un poco de trasfondo. En
Romanos 8:29 el apóstol Pablo nos dice cuál fue el propósito de Dios al salvar a Su pueblo.
Él dice esto: “y a los que antes conoció, también los predestinó para ser conformados a la
imagen de Su Hijo.” El propósito salvador de Dios fue crear una humanidad redimida que
sería como Su Hijo. La imitación es la forma más elevada de reconocimiento. Y
ciertamente, fue el caso en la eternidad, conforme Dios le hizo una promesa eterna al Hijo
de crear una humanidad redimida que sería hecha a semejanza de Él.
Y entonces, fuimos salvos para convertirnos como Cristo. Esa es la razón por la que la
Biblia dice que aún no se manifiesta lo que seremos, pero cuando Él se manifieste,
seremos como Él. Esa es la meta. Ese es el propósito de nuestra redención. Esa es la razón
por la que Dios nos salvó, para hacernos como Cristo.
Y en el tiempo, conforme esperamos la realidad de eso, progresivamente nos volvemos
más y más como Cristo. Esa es la santificación esperando la glorificación. Nos estamos
volviendo más y más como Cristo. Pablo vio esto como la razón misma para la vida como
creyentes. Él dijo: “una cosa hago.” Esa es una formación bastante asombrosa. Si usted
puede tomar toda la teología Paulina con respecto a la vida cristiana y reducirla a una
cosa, esa es una cosa muy importante. Si él hizo una cosa, quiero saber qué fue eso.
Olvidando lo que queda atrás, él dijo: “prosigo a la meta. Al premio del supremo
llamamiento de Dios.”
¿Cuál es el premio? Semejanza a Cristo. Eso es lo que seremos cuando lleguemos al cielo.
¿Cuál es la meta? El premio en la eternidad, es la semejanza a Cristo. ¿Cuál es la meta? La
meta en el tiempo es la semejanza a Cristo. Pablo dice: “sé lo que voy a hacer; y estoy
buscándolo aquí y ahora.” Conocer a Cristo, participar con Sus padecimientos, ser
conformado a Su muerte, experimentar el poder de Su resurrección, ser como Cristo fue la
pasión de su vida. Fue la meta singular en la que estaba involucrado. Fue lo que él hizo.
Aquí, en este versículo se nos dice que conforme miramos la gloria del Señor, conforme
nos enfocamos en la realidad de Jesucristo, Dios revelado en Cristo, demostrando Su
gloria, conforme vemos esa gloria somos transformados por el Espíritu Santo de un nivel
de gloria a la imagen misma. En otras palabras, el Espíritu Santo está haciéndonos más y
más como Cristo. Esto es santificación. Esta es la meta de la vida cristiana.
Más que cualquier otro versículo, éste muestra cómo es que los creyentes se mueven y
son hechos en semejanza a Cristo. No hay duda alguna de que este es el objetivo de
nuestra vida. Todos llegamos a la medida de la plenitud de la estatura de Cristo. Según
Efesios 4, Pablo, escribiendo a los Gálatas en 4:19, Pablo dijo “estoy padeciendo dolores
de parto hasta que Cristo sea formado plenamente en vosotros.” Él les dijo a los
colosenses que “enseñamos a todo hombre para que presentemos a todo hombre
perfecto.” En otras palabras, queremos llevar a cada uno de ustedes tan cerca como sea
posible a la imagen misma de Cristo.
Esa es la meta de la vida cristiana y eso es lo que ese versículo está diciendo. Dios, por
medio de Su Espíritu nos mueve hacia la semejanza a Cristo llevándonos de un nivel de
gloria al siguiente, al siguiente y al siguiente. Entonces, este versículo realmente está en el
corazón de la experiencia cristiana. También es un versículo que habla acerca de la gloria.
Y la gloria es un tema clave en este pasaje, como usted lo sabe. Y lo que está diciendo aquí
es que hay una obra de gloria que se va aumentando en la vida de un creyente.
Ahora, entienda eso. Hay una obra de gloria que se va incrementando en la vida de un
creyente. Los creyentes del nuevo pacto experimentan una gloria que se va
incrementando. En contraste a Moisés, quien en su rostro tenía ¿qué tipo de gloria? Una
gloria decreciente. Una gloria que se desvanecía.
Ahora, la gloria de Dios, el hecho de que le fue revelada a Su pueblo no es nuevo. No hay
nada nuevo acerca de la idea de que Dios reveló Su gloria a Su pueblo. Lo hizo. Reveló su
gloria a Adán y Eva y en el huerto cuando Su presencia estuvo ahí y caminaba y hablaba
con Él en el aire fresco del día. Él reveló Su gloria a los hijos de Israel cuando apareció
como nube de día y una columna de fuego de noche. Y le he dicho en el pasado que Dios
literalmente tomó todos Sus atributos: misericordia y gracia y bondad y amor y santidad; y
de alguna manera, los transformó en luz visible. Y esa fue la representación de Su
presencia.
Y Él reveló Su gloria a Su pueblo. Él reveló Su gloria a Su pueblo cuando descendió al
tabernáculo y la gloria lleno al tabernáculo de tal manera que los sacerdotes ni siquiera
podían ministrar. Reveló Su gloria a Su pueblo cuando encendió al término del templo y Su
gloria fue manifiesta. Y los teólogos siempre han llamado a eso la Shekhiná, lo cual
significa presencia. La presencia de Dios es manifiesta en Dios debido a que Dios es un
Espíritu y usted no puede ver un Espíritu, Dios se manifiesta a sí mismo en esta luz
refulgente.
Pero ciertamente, la manifestación más excepcional de la Shekhiná ocurrió en Éxodo 34.
En Éxodo 34 tenemos el registro de Moisés y él asciende al monte. Y simplemente voy a
refrescar su mente, porque algunas personas quizás no lo oyeron y están detrás de este
texto, como lo hemos señalado. Moisés subió al monte, al monte Sinaí para recibir la ley
de Dios y ahí él estuvo cara cara con la gloria de Dios. Dice en Éxodo, versículo 29 de
Éxodo 34: “Y aconteció que cuando Moisés descendió del monte Sinaí y las dos tablas del
testimonio estaban en la mano de Moisés, conforme él descendió del monte, que Moisés
no supo que la piel de su rostro brillaba debido a que Él estuvo hablando con él.” Lo que
había pasado era que la gloria de Dios estaba sobre el rostro de Moisés. Estaba en él.
Ahora, la gloria de Dios no sólo había venido a los hombres, sino estaba sobre los
hombres. Por primera vez, la gloria de Dios literalmente estaba sobre el rostro de un
hombre.
Entonces, cuando Aarón y todos los hijos de Israel vieron a Moisés, he aquí, la piel de su
rostro brillaba y temían acercarse a él. Estaba brillando como el sol. Entonces, después
Moisés los llamó y Aarón y todos los gobernantes regresaron a él después de que huyeron
en cierta manera por el brillo. Y Moisés habló con ellos. Y claro, él les habló de las cosas
que Dios le había dado que hablara.
Y después, todos los hijos de Israel se acercaron y él les mandó a hacer todo lo que el
Señor le había mandado que hiciera en el monte Sinaí. Cuando Moisés había terminado de
hablar con ellos, colocaba un velo sobre su rostro. ¿Por qué? Para que pudieran verlo.
Para que pudieran estar con él sin ser cegados.
Pero cuando Moisés entraba delante del Señor para hablar con Él, se quitaba el velo hasta
que salía. Y cuando él salía y hablaba con los hijos de Israel, lo que se le había mandado,
los hijos de Israel veían el rostro de Moisés de tal manera que la piel del rostro de Moisés
brillaba. Y entonces, Moisés reemplazaba, colocaba el velo sobre su rostro, hasta que
entraba a hablar con Él. Cuando él entraba a hablar con Dios, él se quitaba el velo. Cuando
él salía para hablar con el pueblo, él no se colocaba el velo, para que vieran que era la
gloria de Dios resplandeciente. Ellos, de hecho, al ver la gloria del antiguo pacto, la gloria
manifiesta en el antiguo pacto, representada en su rostro, y después, cuando él había
recitado eso del antiguo pacto, lo que Dios quería que dijera, él se colocaba el velo para
que no cegara al pueblo.
Entonces, vemos a partir de este incidente, que la gloria de Dios vino en el tiempo del
Antiguo Testamento al pueblo inclusive en esta ocasión, sobre la gente. El antiguo pacto
tuvo una gloria, tanto en su componente civil, como ceremonial, como moral. El antiguo
pacto tuvo una gloria. Fue de Dios, fue santo, fue justo y bueno. Tuvo características
divinas. Fue la revelación divina. Esto quiere decir que reveló la naturaleza de Dios, reveló
la voluntad de Dios, reveló el propósito redentor y el plan de Dios.
Sin lugar a dudas, tuvo una gloria. Y Pablo quiere que eso sea conocido. De hecho, en el
versículo 7, él dice: ese ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria.
Pablo había sido acusado por los judaizantes y por el grupo de la circuncisión de depreciar
y de denigrar la ley de Dios. Y aquí, él dice que no es así. “Vino con gloria”. De hecho, tanta
gloria, dice en el versículo 7, que los hijos de Israel no podían ver fijamente el rostro de
Moisés debido a la gloria en su rostro.
Sí el antiguo pacto tuvo una gloria. Fue de Dios. Demostró la naturaleza de Dios, la
voluntad de Dios para el hombre. El plan y el propósito redentor es de Dios. Pero el nuevo
pacto, dice Pablo, tiene una gloria mayor. Y él dice en el versículo 9 que el nuevo pacto
llamado un ministerio de justicia abunda en gloria. Tiene en el versículo 10 una gloria que
sobrepasa. Tiene en el versículo 11 una gloria permanente.
Ahora, es esa gloria, esa gloria que sobrepasa, que abunda y que permanece del nuevo
pacto que es realmente el tema del versículo 18. Ahora, escuche conforme, en cierta
manera, concluyó con esto. El antiguo pacto tuvo una gloria que fue dada a los hombres
colocada sobre los hombres. El nuevo pacto tiene una gloria que es colocada en los
hombres. En los hombres.
Permítame explicárselo de la manera más simple que pueda. Tenemos más en común con
el Cristo transfigurado de lo que tenemos con Moisés. ¿Por qué? Usted recordará en
Mateo, capítulo 17, que Cristo hace a un lado el velo de Su carne. Y Él fue transfigurado
ante ellos. Él sufrió una metamorfosis, transformado. Y la gloria vino desde adentro. Como
en Juan 1:14, “y vimos Su gloria, gloria como del Unigénito de Dios, lleno de gracia y de
verdad.”
Es una gloria interna que irradiaba de Cristo. Con Moisés, fue una aplicación tópica de
gloria. Fue una gloria externa. Tenemos más en común con la gloria de Cristo manifestó en
Su transfiguración que con la gloria que Moisés manifestó en el monte, porque en Cristo
nuestra gloria es una gloria interna. ¿Por qué? Porque esa es la naturaleza del nuevo
pacto. La gloria es colocada dentro de nosotros. ¿Por qué? Porque el Cristo viviente es
colocado en nosotros. “Cristo en vosotros, la esperanza de,” ¿qué? “De gloria.”
Y entonces, cuando los judaizantes se llegaron a la ciudad de Corinto o a cualquier otro
lugar, como lo habían hecho ahí, y ellos comenzaban a predicar la gloria del antiguo pacto,
la ley del antiguo pacto, la ceremonia del antiguo pacto y promovían el hecho de que el
antiguo pacto era esencial para la salvación, que el antiguo pacto tenía un componente
salvador, el apóstol Pablo negaba eso.
Y aquí él lo niega en varias maneras. Como ya lo hemos señalado, culminando al decir que
el antiguo pacto tenía una gloria externa, pero el nuevo pacto tiene una gloria interna. De
hecho, conforme contemplamos la gloria del Señor, somos movidos, literalmente
transformados de un nivel de gloria al siguiente por el Espíritu Santo.
El antiguo pacto tuvo una gloria que se desvanece. El nuevo pacto tiene una gloria que no
se desvanece. El antiguo pacto tenía una gloria que decrecía, disminuía en el rostro de
Moisés y tenía que regresar y recibir otra carga de ella. El nuevo pacto no tiene una gloria
que se desvanece, que disminuye. Tiene una gloria que se incrementa. No hay un reflejo
que se desvanece de un pacto que no puede salvar. Hay una exposición que más y más se
incrementa de un pacto que puede y salva.
Y de esta manera, el nuevo pacto es superior al antiguo pacto. Ése es el punto final de
Pablo aquí. Él se está defendiendo a sí mismo y a todos los predicadores verdaderos que
predican el nuevo pacto. Pablo reconoce que el antiguo pacto no salvador tuvo una gloria,
pero fue una gloria que se desvaneció, fue una gloria velada. Tuvo que pasar y ser
reemplazado por el nuevo pacto. El antiguo pacto sólo podía ministrar muerte, dice el
versículo 7. Sólo podía ministrar condenación, dice el versículo 9. Sólo podía agitar el
pecado y hacer que los hombres fueran culpables. No podía salvarlos.
Por otro lado, el nuevo pacto es mucho más superior. ¿Por qué? Permítame recordarle de
los puntos. Da vida, versículo 6. La letra mata, pero el Espíritu operando mediante el
nuevo pacto da vida. En segundo lugar, provee justicia. En el versículo 9 él llama al nuevo
pacto el ministerio de justicia. Nadie por guardar la ley de Dios podía alcanzar la justicia.
En tercer lugar, es permanente. Es permanente. Permanece, dice el versículo 11.
Permanece en contraste con el antiguo pacto, el cual es reemplazado.
En cuarto lugar, el nuevo pacto es superior, porque trae esperanza. Versículo 12: “así que,
teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza al hablar.” El antiguo pacto era algo
que no traía esperanza. Lo único que hacía era llevar al pecador al punto de una
culpabilidad y vergüenza abrumadoras. Él reconocía su pecaminosidad. Él reconocía que
no había nada en él que podía cambiar eso. Él no tenía capacidad de alcanzar justicia por
sí mismo. Lo dejaba en desesperanza terrible clamando por la misericordia de Dios. Pero
el nuevo pacto trae esperanza.
En quinto lugar, señalamos que el nuevo pacto es claro. En los versículos 13 al 15, Pablo
habla del hecho de que la gloria del antiguo pacto tenía que ser velada. Y ahí hay una
ilustración de la oscuridad del antiguo pacto, tipos y símbolos y retratos y ceremonias y
ofrendas, nada de lo cual fue la realidad, sino que fueron todos retratos de la realidad que
estaba por venir. Y ahí había cierta oscuridad en el antiguo pacto que es revelada en
Cristo. Los misterios son revelados en el nuevo pacto.
En sexto lugar, el nuevo pacto es superior porque está centrado en Cristo. Me encanta
esto, él dice en el versículo 14, al final, “el velo es quitado en Cristo”. Versículo 16: “pero
cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará.” Todo se vuelve claro en una vida
centrada en Cristo.
Y entonces, el nuevo pacto es superior porque la vida, provee justicia, es permanente, trae
esperanza, es claro, está centrado en Cristo y número siete, es capacitado por el Espíritu.
Me gustaría haber terminado éste punto, la semana pasada no lo acabamos. Permítame
acabarlo hoy. Versículo 17: “porque el Señor es el Espíritu y donde está el Espíritu del
Señor, ahí hay libertad.” El agente divino operando a través del nuevo pacto es el Espíritu
Santo. Y el Espíritu no es otro más que Jehová.
En otras palabras, el mismo Dios que escribió el Antiguo Testamento es el escribió el
Nuevo mediante Su Espíritu. El mismo Dios que escribió la ley moral que condena a los
hombres es el mismo Dios que escribió el nuevo pacto que redime a los hombres. El
mismo Dios que declara que el mundo es culpable y cierra toda boca es el mismo Dios que
se manifiesta a sí mismo en Espíritu para liberar a hombres y para redimirlos. El mismo
Dios que los esclavizó bajo la ley es el Dios que les trae libertad mediante Su Espíritu.
En otras palabras, no hay conflicto. No es un Dios del Antiguo Testamento, antiguo pacto y
otro Dios del Nuevo Testamento, el nuevo pacto. Es el mismo Dios. El Señor es el Espíritu
mismo que libera de la esclavitud del antiguo pacto. Todo lo que el antiguo pacto tuvo la
intención de hacer era llevar a los hombres a la desesperanza. Y en la desesperanza, rogar
por misericordia y gracia por parte de un Dios amable y amoroso.
El Espíritu del Señor es ese poder salvador, quien aplica el nuevo pacto de salvación al
creyente arrepentido, escuche esto, en toda época. Cuando una persona en el Antiguo
Testamento veía a la ley por lo que realmente era, un ministerio de condenación, un
ministerio de muerte. Y cuando eran matados, por así decirlo, y cuando temían el infierno
y cuando reconocían su pecaminosidad y cuando la ley había llevado a cabo su trabajo y
tenían un corazón arrepentido y venían a Dios y rogaban por misericordia y rogaban por
gracia y rogaban por perdón, lo cual no merecían, pero rogaban por ello y Dios, en Su
gracia los veía y los perdonaba. Esa obra de transformación que ocurría ahí era la obra del
Espíritu de Dios.
Y Él estaba aplicando, escuche, la obra del nuevo pacto de Cristo retroactivamente a ese
pecador penitente. Pero era la obra del Espíritu. La salvación en cualquier momento, fuera
en el Antiguo Testamento o en el Nuevo Testamento o bajo el antiguo pacto o el nuevo
pacto era, es y siempre será la obra del Espíritu, quien es ningún otro que el Señor. ¿Y no
es maravilloso que el mismo Dios que escribió la ley sea el mismo Dios quien libera al
pecador arrepentido de la esclavitud de la ley? Como dice Romanos 8, lo libera para
guardar la ley. No como medio ya de muerte, sino como un medio de vida y bendición.
Ahora, al hablar de eso. Y eso fue el repaso, al hablar de eso, surgió la pregunta. ¿Cuál fue
la función del Espíritu Santo en el Antiguo Testamento? Porque si usted está involucrado
en un trasfondo dispensacional y en estudiar la Biblia, quizás pensó que el Espíritu Santo
no hizo nada en el Antiguo Testamento y no llegó hasta el día del Pentecostés. Y en cierta
manera, hubo un espacio grande en el Antiguo Testamento en términos del ministerio del
Espíritu Santo.
Nada podría estar más lejos de la verdad. Comenzamos a señalar eso la semana pasada.
Permítame tan sólo recordarle lo que dijimos. En el Antiguo Testamento, vemos al Espíritu
Santo operando en cuatro áreas muy claras. Sin duda alguna, esto es revelado en las
Escrituras.
Una es la creación. Entramos en eso. Dos, es capacitación. El Espíritu Santo vino sobre tal y
cual e hizo esto. Tres, es revelación. El Antiguo Testamento en su totalidad vino a los
escritores del Antiguo Testamento por medio del Espíritu Santo claramente, lo vemos en 2
Pedro 1:21.
En cuarto lugar, y esto es algunas veces en donde la gente se confunde, el Espíritu Santo
no sólo operó en creación, capacitación, revelación, sino en la regeneración. En la
regeneración. Los creyentes del Antiguo Testamento fueron regenerados, fueron nacidos
de nuevo, fueron hechos nuevos, fueron transformados por el poder de Dios mediante la
agencia del Espíritu Santo. Eso debe ser muy obvio.
¿Por qué? Bueno, en primer lugar, todos fueron pecadores miserables. Todos fueron
totalmente depravados. Sus corazones fueron engañosos y perversos más que todas las
cosas. No tenían la capacidad de cambiar, no podían hacer nada para alterar su condición
miserable. ¿Podrá el etíope cambiar su color y el leopardo cambiar sus manchas? Como un
profeta, la respuesta es no.
Entonces, todos fueron una humanidad atrapada en esa condición terrible de depravación
e incapacidad; ellos no podían hacer nada para agradar a Dios. Inclusive su justicia era
trapos de inmundicia. Ahora, ¿cómo, por sí mismos, van a comenzar a amar a Dios,
agradar a Dios, odiar el pecado, servir a Dios y adorar a Dios? No puede pasar. No puede
pasar. Son trapos de inmundicia. Tienen que ser regenerados.
También hemos visto en el Antiguo Testamento que el Espíritu Santo convence del
pecado. Ahí desde Génesis 6, el Espíritu Santo está luchando con los hombres. También
vimos en el Antiguo Testamento que los creyentes amaban a Dios. Ellos amaban Su
Palabra. Lea el Salmo 119: “oh, cuánto amo yo Tu ley.” Eso no es verdad de alguien que no
ha sido transformado. Ellos fueron transformados para amar a Dios, ellos fueron
transformados para amar y obedecer la Palabra, fueron transformados para odiar el
pecado. Esa fue la obra del Espíritu Santo. Ellos fueron regenerados, personas que
nacieron de nuevo. Fueron personas transformadas, así como nosotros. No hay duda
acerca de eso. De otra manera, no habrían tenido nunca la capacidad humana de cambiar.
Dios tuvo que cambiarlos.
Piénselo de este modo. Hebreos capítulo 11 y usted tiene a todos estos héroes de la fe,
comenzando con Abraham y en adelante. Todo esos son héroes de la fe. Y ellos son todos
ejemplos de fe para nosotros, para saber cómo vivir la vida de fe. Estamos rodeados por
una nube de testigos dando testimonio del poder de una vida de fe. Y todos son creyentes
del Antiguo Testamento. Son nuestros modelos. Abraham es el padre de nuestra fe.
Abraham fue un hombre regenerado.
Cerramos la última vez en Juan 3. Permítame llevarlo ahí y tocar esto ligeramente en Juan
3. En la conversación de Jesús con Nicodemo. Ahora recuerde que Jesús aún no han
muerto. Todavía no ha habido una resurrección. No hay Pentecostés. El Espíritu Santo no
ha venido. Todavía la Iglesia no ha sido formada. Y entonces, lo que usted tiene aquí es
una conversación del Antiguo Testamento, el antiguo pacto. El nuevo pacto fue ratificado
en la sangre de Cristo. Su sangre no ha sido derramada todavía, entonces el nuevo pacto
todavía no está en vigor. Entonces, usted tiene condiciones del antiguo pacto. Y Jesús le
dice a Nicodemo, este gobernante de los judíos: “de cierto, de cierto, te digo,” en el
versículo 3, “a menos de que un hombre nazca de nuevo no puede ver el Reino de Dios”. Y
ese es un principio estático en el plan redentor de Dios. Tú no entras a Mi Reino a menos
de que seas regenerado. Esto no es algo que sucedió después de Pentecostés. Esto es
mucho antes. Esto es antes de que Jesús inclusive muriera. Esto está en términos de la era
del antiguo pacto.
Él además dice en el versículo 6: “lo que es nacido del Espíritu, el Espíritu es.” Y después,
al final del versículo 8 habla de alguien que es nacido del Espíritu. El Espíritu es el agente
de esta regeneración. El Espíritu es el agente de esta transformación, este nuevo
nacimiento, esta metamorfosis que debe llevarse a cabo porque si no se lleva a cabo usted
no puede entrar al Reino de Dios. Y este fue el caso, eso fue verdad para Nicodemo. Y
Nicodemo estaba viviendo antes de que el nuevo pacto si fuera ratificado.
Entonces, cuando usted dice: “bueno, ¿qué es lo que el Espíritu Santo hizo con respecto a
la vida de un creyente en el Antiguo Testamento?” Le voy a decir lo que hizo. En primer
lugar, Él proveyó la revelación de la Verdad, porque el Espíritu Santo estuvo detrás del
haber revelación de la Verdad, que un creyente pudiera creer. Después, el Espíritu Santo
convencía de pecado. Después, el Espíritu Santo transformaba a la persona. Y capacitaba a
esta persona para que fuera obediente a Dios para amarlo, para odiar el pecado.
Además, voy a llevarlo un paso más allá. Yo creo que el Espíritu Santo mantenía a los
creyentes en el Antiguo Testamento, así como Él mantiene o los guarda ahora. Y usted no
podía salvarse a sí mismo. ¿Quiere saber algo? Usted no podría mantenerse a usted
mismo salvo tampoco. Usted es guardado por Su poder y eso tendría que haber sido el
caso también en el Antiguo Testamento.
Yo creo que el Espíritu Santo regeneró y preservó a todo creyente elegido. Fue Él quien
operó en sus corazones. Tome a Sansón. Sansón, quien cayó en el pecado profundo,
profundo con Dalila. ¿Cómo es que él término de manera tan triunfal? Le voy a decir
como: porque fue guardado por el Espíritu. En el medio de toda esa iniquidad, Dios nunca
abandonó a ese hombre. Él dependió del Espíritu. ¿Pudo haberse mantenido a sí mismo
en la gracia salvadora? No. Así como él no pudo haberse colocado ahí. ¿Se acuerda usted
de lo que David dijo cuando realmente estaba derramando su corazón en el dolor de su
propia confesión en el Salmo 51, confesando el pecado de asesinar a Urías y al tener una
relación con su esposa, Betsabé? ¿Se acuerda lo que él dijo? “Crea en mí un corazón
limpio, oh Dios y renueva un Espíritu recto dentro de mí.” ¿Qué estaba pidiendo? Él
estaba pidiendo intervención divina en su vida. Estaba pidiendo un lavamiento y limpieza.
Él no dijo “Señor, esto es difícil. Y ella era guapa, pero voy a hacer mi máximo esfuerzo.
Voy a hacer mi máximo esfuerzo. Voy a tratar de resistir la próxima vez.” Él no dependía
de sí mismo. Él sabía en dónde estaba la única fuente de limpieza y fortaleza que vendría.
Y esa era Dios. “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio. Si no lo haces, no lo puedo hacer.”
Él sabía. Pureza, santidad, santificación, preservación, todo esto es la obra del Espíritu
Santo en su totalidad.
Permítame darle otra ilustración que quizás no la haya visto y quizás nunca ha pensado en
ella. Observe en Lucas 8. Pero simplemente, me impactó esta semana. No sé si había
pensado en esto, pero conforme estaba leyendo a lo largo de Mateo esta semana, y a lo
largo de Lucas, para ver si podía encontrar alguna referencia al Espíritu Santo, me
encontré con Lucas 8:15. Y fue un versículo bastante sorprendente cuando lo leí en el
contexto de la obra del Espíritu Santo. Es acerca del sembrador y la semilla, ¿se acuerda
de eso? Y dice esto: “y la semilla en la buena tierra, estos son los que han oído la palabra
en un corazón honesto y bueno y se aferran a ella y dan fruto con perseverancia.” Y yo
pensé: “ahora, ¿quiénes son esas personas? ¿Estos son los que han oído la Palabra con un
corazón bueno y honesto? ¿Quiénes son ellos?”
Ahora, usted recordará que el sembrador salió a sembrar y parte de la semilla cayó en
suelo pedregoso y parte cayó en suelo con espinas y parte cayó en suelo duro y no dio
fruto. Pero parte de la semilla cayó en tierra buena, ¿se acuerda de eso? Y la semilla es la
buena tierra. ¿Qué es la buena tierra? Usted dirá “bueno, esa es la tierra, aquí está.” ¿Qué
es lo que la tierra representa? El corazón humano, ¿verdad? El corazón humano. Duro,
lleno de preocupaciones mundanas o no dispuesto a sufrir. Entonces, ¿quién tiene un
corazón bueno? ¿Hay un segmento de la humanidad que simplemente tiene corazones
buenos? No creo.
El corazón es ¿qué? Engañoso y perverso. No hay quien haga el bien, no hay ni siquiera
uno. Todos son miserables, viles. Todos se echaron a perder como leche echada a perder.
Veneno de áspides hay abajo de sus labios. No conocen nada más que iniquidad. No existe
algo tal como un corazón bueno. No hay nada como eso. No hay nada que exista como un
corazón bueno y honesto. ¿Qué es eso?
Le voy a decir lo que es. Es un corazón en el que ha operado el Espíritu Santo. Ahí está.
Usted tiene que tener a la acción del Espíritu Santo para producir eso. Y los que oyeron la
palabra en un corazón preparado la retienen y dan fruto con perseverancia. ¿Usted cree
que hacen eso porque hay algo mejor en ellos que otros?
Ahora, algunas veces decimos: “oh, usted sabe, tal y tal tiene un buen corazón.” Bueno, lo
siento. Después de que el Espíritu Santo ha operado en él, es un corazón bueno. Pero
antes de eso, no lo es.
Entonces, como puede ver, todo esto que leemos en el Antiguo Testamento y a lo largo de
los Evangelios con respecto a la salvación asume intervención Divina, operación Divina; y
esa es la obra del Espíritu Santo. Así como el Espíritu Santo se movió sobre la creación que
no tenía forma y estaba vacía y la hizo tener forma, así también Él es el agente del nuevo
nacimiento, la recreación o la regeneración, nacido por el Espíritu. La salvación, como
cualquier otra obra espiritual, no es por poder ni por fuerza, sino por Mi Espíritu, dice el
Señor, Zacarías 4:6.
Entonces, los santos del Antiguo Testamento experimentaron la obra del Espíritu. Ahora,
además, yo creo que el Espíritu estuvo ahí con ellos en su vida. Permítame mostrarle por
qué. Observe Juan 14. Juan 14. Y esta es una parte muy, muy importante de las Escrituras.
Capítulo 14, versículo 16 y 17. Jesús está en el discurso del aposento alto, dejando a sus
discípulos y Él está a punto de morir. Y ellos están sintiendo la pérdida severamente. Y Él
les dice: “Yo le pediré al Padre y Él les dará otro ayudante, igual que Yo”. Otro allos, no
heteros, otro del mismo. Él estará con vosotros para siempre. No van a estar solos. No se
preocupen. Me voy, pero alguien más va a venir. ¿Quién es? Versículo 17 el Espíritu de
verdad. El mundo no lo puede recibir porque no lo puede ver ni conocer. Ahora escuchen
esto: “pero ustedes ya lo conocen porque Él permanece,” ¿qué? “Con vosotros.”
Ahora, ahí hay una palabra clave. Sería imposible para esos hombres, para esos discípulos,
operar de alguna manera en agradar a Dios y el Espíritu Santo no estuviera con ellos para
guiarlos, para protegerlos, para preservarlos, para capacitarlos. “Vosotros lo conocéis
porque Él permanece con vosotros. Él está viviendo con ustedes.” Después, él dice esto: “y
estará,” ¿qué? “En ustedes.” Ahora, ahí está la gloria del nuevo pacto. Él ha estado con
ustedes, Él estará en ustedes.
Usted pregunta entonces cuál es la diferencia. ‘Es difícil para mi entender esto.’ Pero hay
una plenitud, hay un grado al que experimentamos el poder y la capacitación del Espíritu
de Dios que van más allá de la experiencia de un creyente del antiguo pacto.
Regrese conmigo por un momento a Juan 7. Juan 7, y observe el versículo 37. Jesús dice:
“si alguno tiene sed, venga a Mí y beba.” Y después, en el versículo 38: “el que cree en Mí,
como dice la Escritura,” y después, Él cita a Isaías: “de su interior correrán ríos de agua
viva.” “El que crea en Mí va a tener una fuente adentro de él desde lo más profundo de su
ser.” De su interior quiere decir en la profundidad de su hombre interior.
Versículo 39: “esto Él habló del Espíritu, a quien recibirían aquellos que creerían en Él.”
¿Qué? El acaba de decir en Juan 14 que Él está con ustedes. Bueno, ¿qué quieres decir
que lo van a recibir? Bueno, lo van a recibir porque el Espíritu no había sido dado todavía,
porque Jesús no había sido glorificado todavía. Él está con ustedes, sin embargo, todavía
no lo han recibido. ¿Qué? ¿Cómo puede Él estar con ustedes si todavía no lo han recibido?
Y la respuesta es que los santos del Antiguo Testamento experimentaron la presencia del
Espíritu Santo, de lo contrario nunca habrían sido santos del Antiguo Testamento. Pero
hay una plenitud y una riqueza y un grado y una profundidad a la cual el creyente del
nuevo pacto experimenta el Espíritu Santo desconocido para ellos. Y es una plenitud. Es
un río que está brotando desde el interior. Y esa es la razón por la que vuelvo a decir que
somos más parecidos al Cristo transfigurado de lo que somos parecidos al Moisés que
brillaba.
¿Cuál es la diferencia, entonces, entre la obra del Espíritu en un cristiano en el Nuevo
Testamento y un creyente en el Antiguo Testamento? La única respuesta que conozco es
el grado es diferente. La extensión es diferente. La manifestación, la plenitud es diferente
y podemos estar agradecidos y alabar al Señor porque tenemos el privilegio inmenso de
ser creyentes del nuevo pacto. Es lo suficientemente difícil vivir esta vida cristiana. Voy a
tomar toda parte de la totalidad del Espíritu que pueda obtener, ¿usted no?
A menos de que usted crea que eso se oye como si no es exactamente justo, que esas
personas deban tener menos que nosotros, quizás de este de río de poder, quiero
recordarle que tenemos menos que el siguiente grupo que viene. Eso es correcto. Usted
pregunta de qué estoy hablando. Bueno, lo que pasó en el día de Pentecostés, cuando
vino el Espíritu Santo y Jesús fue glorificado y el Espíritu vino y el río comenzó a fluir desde
el interior de los creyentes y todavía fluye en la actualidad, bajo la obra maravillosa de
Dios conforme Él nos da a Su Espíritu y nos volvemos el templo del Espíritu Santo que
tenéis de Dios y que Él está en nosotros. Por maravilloso que fue ese acontecimiento en el
día de Pentecostés, ésa sólo fue una probada de lo que Joel dijo en Joel, capítulo 2.
Y Joel dijo en Joel capítulo 2 y es repetido por Pedro en el día de Pentecostés en Hechos
capítulo 2 “vendrá un día en los días postreros cuando Yo derramaré Mi Espíritu en toda la
humanidad. Vuestros hijos, sus hijas, profetizarán. Sus jóvenes verán visiones, sus
hombres de edad soñarán sueños. En esos días, derramaré Mi Espíritu. Ellos profetizarán.
Concederé que haya grandes maravillas del cielo arriba y señales en la tierra abajo.” Y
todo esto. ¿Y de qué está hablando? Él está hablando del gran día del Señor y el
establecimiento del Reino de Jesucristo. Escuche esto: hay una plenitud del Espíritu Santo
que viene en el Reino de Cristo que es mayor a lo que estamos experimentando en la
actualidad.
Dios tiene la libertad de manifestar estos niveles de plenitud, al nivel y al grado que Él
escoge. Los santos del Antiguo Testamento no fueron hechos perfectos sin nosotros. Ellos
carecían algo del flujo, del río interno, el poder del Espíritu Santo que nosotros
disfrutamos. Pero nosotros carecemos algo de la plenitud de la expresión del Espíritu
Santo que disfrutarán en el futuro los que estén en el Reino venidero, en el Reino futuro
cuando Jesús reine en la tierra.
Entonces, los santos del Antiguo Testamento fueron renovados. Fueron salvos. Fueron
guardados por el poder del Espíritu Santo. Fueron ayudados por el Espíritu Santo. Él
estuvo ahí con ellos. Motivándolos hacia el amor y a la obediencia y a un odio del pecado.
Pero en el nuevo pacto, Él viene adentro y hay una plenitud y riqueza que no han sido
conocidas antes. Yo creo que viene mediante una intimidad en fortaleza, en poder, en
coherencia, conforme nos volvemos el templo en el que Él mora. Y después, usted tiene
que añadir la dimensión de 1 Corintios 12:13, en donde el Espíritu Santo nos hace un
cuerpo al constituir a la Iglesia.
Entonces, esa es la obra del Espíritu Santo. Regrese a 2 Corintios capítulo 3. Y como puede
ver, no es diferente en tipo. Es sólo diferente en grado entre el antiguo y el nuevo. Y las
grandes noticias son, versículo 17, en donde el Espíritu del Señor viene y ministra
regeneración, ahí hay libertad. Ahí hay libertad. Ya no hay esclavos a la ley, ya no hay
esclavos a Satanás, ya no hay esclavos al temor, ya no hay esclavos a la corrupción, ya no
hay esclavos al pecado, ya no hay esclavos a la muerte. El Espíritu libera a personas de
toda esa esclavitud y le digo que el Dios que dio la ley, no dio la ley para condenar a
hombres. Él dio la ley para llevarlos al hecho de que necesitaban un Salvador, para que
pudieran venir a Su provisión en el nuevo pacto. El mismo Dios por Su Espíritu, revelando
el antiguo pacto, Él reveló la libertad y la liberación que viene del nuevo pacto.
Eso nos lleva, entonces, al último punto. Finalmente, llegamos al versículo 18, parte de lo
cual ya explicamos. El nuevo pacto es superior porque da vida, provee justicia, es
permanente, tiene esperanza, es claro, se centra en Cristo y es capacitado por el Espíritu.
Y finalmente, el nuevo pacto es transformador. Es transformador. Es transformador de
una manera maravillosa. Cuando el velo es quitado, Cristo es visto. Capítulo 4, versículo 6:
“vemos la gloria de Dios revelada en la faz de Jesucristo.” Cuando esto sucede, somos
transformados.
Veamos el versículo 18. “Nosotros todos,” no sólo un hombre, no sólo Moisés, sino todos,
todos nosotros, “mirando a cada descubierta como en un espejo la gloria del Señor somos
transformados.” Una vez que usted ve a Cristo y usted ve la gloria de Dios revelada en
Cristo, eso es lo que el capítulo 4, versículo 6 está diciendo. Dios ha revelado Su gloria en
la faz de Cristo y una vez que ve la faz de Cristo y usted ve la gloria brillante de Dios, esto
es todo lo que Dios es, es revelado en Cristo, una vez que ve que Cristo es Dios y que Dios
es revelado en Él, una vez que lo ve por quien Él es, eso está hablando de salvación. Una
vez que el velo es quitado y usted ve tan claramente como si usted estuviera viendo en un
espejo que está enfrente de sus ojos, sin ninguna obstrucción. Y usted ve la gloria del
Señor, se lleva a cabo un proceso de transformación. Metamorphoō es la palabra. Una
acción de transformación continua, progresiva. ¿Y en qué somos transformados? En la
misma imagen. ¿Qué? En la imagen de la gloria de Dios. La imagen de la gloria de Dios
revelada en la faz de Jesucristo. ¿Qué significa? Continuamente estamos siendo
transformados a semejanza de Cristo. Continuamente siendo transformados a semejanza
de Cristo, moviéndonos de un nivel de gloria a otro nivel, a otro nivel, a otro nivel, a otro
nivel.
Esto simplemente está hablando de santificación progresiva, lo opuesto a la gloria sobre el
rostro de Moisés, la cual estaba decreciendo, decreciendo, decreciendo. Como creyentes
del nuevo pacto, la gloria está incrementándose. Incrementándose, incrementándose. No
es una gloria que se desvanece. Es una gloria brillante que se va incrementando. Vamos,
como dice el Salmo 84:7, de fortaleza, a fortaleza, a fortaleza, a fortaleza.
¿Y quién está haciendo eso? Al final el versículo 18: “como por el Espíritu del Señor.” El
Espíritu es el Espíritu quien nos da libertad de la ley. Él no quiere que nosotros regresemos
al antiguo pacto. No se enreden otra vez con un yugo de esclavitud. Cristo nos ha hecho
libres, dice Gálatas 5. No regresen. Si regresan a un yugo de esclavitud, han hecho que
Cristo no sirva de nada. Tienen el nuevo pacto, ¿por qué regresar a una gloria que se
desvanece?, ¿Que decrece? Cuando puede usted venir al nuevo pacto, ver la gloria de
Jesucristo. Y conforme usted ve Su gloria, ser transformado de un nivel de gloria al
siguiente. Nada puede tener eso. A los que antes conoció, Él predestinó. A los que
predestinó, Él llamó. A los que Él llamó, Él justificó. A los que Él justificó, Él ¿qué? Glorificó.
Nada puede detener el proceso, simplemente nos estamos moviendo de un nivel de gloria
al siguiente, de un nivel de manifestar a Cristo al siguiente. Cuando usted es un nuevo
cristiano, Cristo es, usted es un poco como Cristo, Él es manifestado un poco en su vida.
Oiga, tanto que los paganos inclusive lo pueden llamar cristiano. Lo hacían como un
término de burla porque estas personas estaban actuando como Cristo. Y conforme usted
crece, Cristo es más y más evidente en su vida. En eso, estamos involucrados. En eso
estamos involucrados, en santificación progresiva. Esa es la meta de mi vida. Yo sólo
quiero moverme de un nivel de gloria al siguiente, más y más como Cristo.
¿Se acuerda de la historia del patito feo? Gran cuento. Él era más grande, más raro y
menos atractivo que los otros patitos. Y se reían, se burlaban de su torpeza y su apariencia
rara. Abatido y desolado, él buscó un refugio en un hogar cuyas mascotas eran un gato y
un pollo. Pero también se burlaban de él, porque no podía ronronear o poner huevos.
“Ustedes no me entienden,” él se quejó, pero tan solo se burlaron más de él.
Un día, mientras que él estaba ahí afuera nadando en el lago, haciendo su mejor esfuerzo
por ser como los otros patos, él vio a algunos cisnes hermosos, elegantes. Él pensó que
eran las aves más hermosas que jamás había visto. Y conforme observaba sus
movimientos hermosos, los movimientos de los cisnes, un sentimiento extraño vino sobre
él. Él no podía quitar sus ojos de ellos. Y él no podía quitarse el nuevo sentido de destino
que de alguna manera lo había abrumado. Los cisnes volaron y conforme él estiró su
cuello para tratar de seguirlos, él pensó que le encantaba ver a esos cisnes más de lo que
él había visto antes en su vida.
Vino el invierno y durante todos los meses de frío, el patito feo pensó en las hermosas
aves que él había visto. Él no tenía ni idea de cómo se llamaban o de dónde habían venido.
Pero el esperaba volverlos a ver algún día. Finalmente, después de mucho tiempo, la
primavera derritió el hielo congelado sobre el lago y el patito feo pudo volver a nadar. Y
un día, cuando comenzaba la primavera, él vio a más de estas aves hermosas. Ellas
nadaron directamente hacia él. Y el temor acogió su corazón. Él estaba apenado porque
criaturas tan hermosas vieran el pato tan feo y torpe que él era. Y conforme se acercaron
a él, él inclinó su cabeza en humildad y cubrió su rostro con sus alas. Cuando él hizo eso, le
sorprendió ver por primera vez su reflejo en el agua. Él era exactamente como esas
criaturas hermosas. Él nunca fue hecho para ser un pato. Él era un cisne. Conforme quitó
sus alas de su rostro, él levantó su cabeza, no derecha como un avestruz, sino inclinado un
poco en gratitud y humildad.
Puedo ver una analogía en eso. Mi propia experiencia como cristiano es parecida. Mi
primera mirada a Cristo fue como la de un patito feo que vio por primera vez al cisne.
Tuve un sentido abrumador de pecaminosidad e indignidad y, sin embargo, una atracción
irresistible a Cristo que volteó mi corazón. Respondí desde lo más profundo de mi ser
porque sabía que Él representaba lo que yo fui hecho para ser. Y estoy tanto humillado
como emocionado por reconocer que el proceso de transformación se está llevando a
cabo y que yo me estoy volviendo más y más y más como Él todo el tiempo, por el Espíritu
Santo. Y esa es una operación del nuevo pacto.
¿No es verdad, usted sabe, que en definitiva nos convertimos como aquello que
adoramos? Si adoramos el dinero, nos volvemos materialistas. Si adoramos el poder y el
prestigio nos volvemos fríos. Si adoramos un ídolo, nos volvemos espiritualmente muertos
como una piedra sin vida. Por otro lado, si adoramos a Cristo, seremos conformados a Su
imagen. Si el velo es quitado y vemos la gloria del Señor que brilla en la faz de su Cristo, si
Él es lo que más nos preocupa, entonces, de manera imperceptible, somos transformados
a Su imagen por el Espíritu Santo.
Esta es la meta del nuevo pacto y este versículo monumental nos muestra la gloria que se
va incrementando de la santificación que se lleva a cabo por el Espíritu Santo en el nuevo
pacto. Las obras ceremoniales, sacramentales, sacerdotales, sistemas de justicia, no nos
ofrecen nada. No le ofrecieron nada a los corintios y no le ofrecen tampoco nada a usted.
Lo único que usted necesita es Cristo. Lo único que necesita es quitarse el velo, ver el
rostro, la faz de Jesucristo. El Espíritu de Dios comienza el proceso de conformarlo a usted
más y más a Su imagen. Eso es el cristianismo. No son silbatos y campanas, no son velas y
túnicas. No son Papas y cardenales. El cristianismo es una relación con Jesucristo. Es la
vida que consiste en una cosa: ver la gloria del Señor que brilla en la faz, en el rostro de
Jesucristo y ser transformados a Su imagen. Es la relación lo que importa. Inclinémonos en
oración.
Padre, Te damos gracias otra vez por Tu Verdad, el poder de Tu Verdad. Te damos gracias
por el privilegio de ser creyentes del nuevo pacto que han recibido todos los beneficios:
vida, justicia, esperanza, Cristo, el Espíritu Santo, transformación. Oh, Padre, Te damos
gracias porque no necesitamos buscar más allá del Evangelio puro; todo está ahí.
Ayúdanos a hacer eso, a enfocarnos en Cristo, de manera exclusiva para que la gloria que
brilla desde nuestro interior incremente más y más; y el mundo verdaderamente nos
llame cristianos, Cristos pequeños, porque manifestamos Tu gloria de tal manera que
brilla en Él.
Oramos Señor porque Tú quites de nuestras vidas esas cosas que disminuyen la gloria, que
las reemplaces con mayor gloria. Que conforme nos enfocamos, no en nosotros mismos,
sino en la gloria del Señor revelada en la faz de Cristo, conforme nos perdemos a nosotros
mismos en Cristo, que Tú nos muevas por Tu Espíritu para volvernos como Él. Que Cristo
sea el enfoque de nuestra vida, que Él sea nuestra preocupación. Y sabemos que verlo a Él
y a Su gloria significa abrir la Palabra y verlo en toda Su belleza.
Haznos fieles para mirar a ese espejo que es las Escrituras, que reflejan a nosotros la gloria
de Cristo y así volvernos más como Él, para que Él verdaderamente sea el primogénito
entre muchos hermanos, no sólo en la vida venidera, sino en esta vida. Que seamos un
honor para Su nombre, cuyo nombre llevamos y en cuyo nombre oramos. Amén.
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La grandeza de nuestra salvación


Escritura: 1 Pedro 1:10–12

Código: 60–9
John MacArthur
Esta noche vamos a estar viendo 1 Pedro, en nuestro estudio. Y que gozo es regresar de
nuevo a esta carta maravillosa, escrita por el querido apóstol a quien amamos tanto;
Pedro. Llegamos a los versículos 10 al 12, conforme él comienza realmente a abrir su
corazón en esta epístola maravillosa. Y si fuera a titular estos tres versículos breves, los
llamaría: “La grandeza de nuestra salvación”.
Eso me parece ser su tema, la grandeza de nuestra salvación. Comenzando en el versículo
10, Pedro escribe: “Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros,
inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando que
persona y que tiempo indicaba el espíritu de Cristo que estaba en ellos el cual anunciaba
de antemano los sufrimientos de Cristo y las glorias que vendrían tras ellos. A estos se les
reveló que no para sí mismos, sino para nosotros administraron las cosas que ahora os son
anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del
cielo, cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.”
Conforme Pedro comienza su carta, la realidad de la salvación está en su corazón. Él la
mencionó en el versículo 5, él la mencionó como acabo de señalarlo en el versículo 9, él la
vuelve a mencionar en el versículo 10. Él está escribiendo, recuerde, a algunos cristianos
perseguidos, esparcidos, rechazados, odiados, menospreciados, a quienes él llama en el
versículo 1, “expatriados de la dispersión”. Ellos están viviendo en un mundo hostil, han
sido culpados por el incendio de Roma y la persecución está incrementándose en contra
de ellos.
Y Pedro, en esta sección de apertura del capítulo 1, realmente está diciendo, “No importa
cuán difícil sea, no importa cuán severa sea la persecución, no importa cuán doloroso sea
el rechazo, siempre pueden mirar hacia adelante a la salvación de sus almas.” Ahí atrás en
el versículo 1 él implicó que podrían ser rechazados por el mundo, pero son escogidos por
Dios. Podrían ser maldecidos por el mundo, versículo 3, pero han sido bendecidos por Dios
quien debe ser bendecido.
Entonces, no importa cuán difícil sea, él quiere que sus lectores se concentren en la
salvación de sus almas. Ese rescate final, completo del pecado, Satanás, la muerte y el
infierno que Dios en Su gracia ha escogido darles a ellos mediante la fe en Su Hijo, el Señor
Jesucristo. Pedro está celebrando la salvación. Y algunas veces para los cristianos, a lo
largo de la historia de la iglesia, no ha habido mucho más que celebrar. Y Pedro les está
recordando, no importa que tan mal se ponga, no importa cuán privados estén, siempre
tienen la esperanza de su salvación eterna. Y en eso usted puede ser consolado.
Salvación, que palabra. ¿Hay alguna otra palabra en un idioma con tanta esperanza como
esa? ¿Hay alguna otra palabra en un idioma tan consoladora como esa, tan llena de
certeza y seguridad? No creo. La salvación, la salvación espiritual, el rescate del alma
humana del pecado, la muerte y el infierno y Satanás. El tema más grande de la Escritura.
Usted sabe lo que la Biblia dice, el hombre es culpable de pecado. Debido a que él es
culpable de pecado él se dirige al juicio eterno para pasar la eternidad en el tormento del
infierno. Él necesita desesperadamente ser rescatado de eso. Necesita ser salvado, ser
librado, y él no puede salvarse a sí mismo.
La Biblia presenta eso de manera muy clara, que, mediante sus propias obras, sus propios
actos y sus propios esfuerzos no se puede salvar a sí mismo, él no se puede rescatar a sí
mismo, no se puede librar a sí mismo. Pero el mensaje de la Biblia es que mientras que el
hombre no se puede salvar a sí mismo del tormento eterno como un castigo por su
pecado, Dios puede, y lo salvará. La Biblia nos dice que Dios ama al pecador, Dios muestra
Su amor para con nosotros en que siendo aún pecadores Cristo murió por nosotros,
Romanos 5:8, Dios no solo ama al pecador, sino que Dios puede rescatar a pecadores.
Salmo 3:8, afirmación maravillosa, “La salvación es de Jehová.” Él tiene el poder de hacer
eso. Dios no solo ama al pecador, y Dios no solo puede rescatar al pecador, sino que Dios
está dispuesto a rescatar al pecador. Dios, nuestro Salvador, el cual quiere que todos los
hombres sean salvos. Además, Dios ha planeado rescatar al pecador. 2 Timoteo 1:9, “Él
nos salvó conforme a su propio propósito.” Dios ama al pecador. Dios está dispuesto a
rescatar al pecador. Él puede rescatar al pecador. Él ha planeado rescatar al pecador. Y
Dios ha hecho que Cristo sea el medio para rescatar al pecador. Pablo dice: “No me
avergüenzo del evangelio de Cristo, porque es poder de Dios para salvación.” Cristo es el
medio de salvación.
Después Dios también ha ordenado que los predicadores anuncien que Cristo es el medio
de salvación. Dios está desarrollando el plan de rescate, Él ama al pecador, Él puede
rescatar al pecador, Él está dispuesto a rescatar al pecador, Él ha planeado rescatar al
pecador, Él ha hecho que Cristo sea el medio de rescate para el pecador, y Él ha ordenado
a predicadores para que anuncien el plan de rescate y llamar a pecadores a sí mismo,
llamar a pecadores al arrepentimiento.
Entonces, debemos adorar al Señor, ¿no es cierto? Por lo que Él ha hecho, por la salvación
que Él ha provisto, por Su decisión soberana, como se señaló ahí atrás en los versículos 1 y
2. ¡Qué regalo tan glorioso tenemos por parte de Dios en nuestra salvación eterna! Lo
triste de esto es que si no tenemos cuidado vamos a perder el sentido de gratitud. Alguien
que dijo: “La familiaridad da lugar al menosprecio,” tuvo razón. Y nunca debemos perder
ese corazón de gozo por nuestra salvación, pero es fácil hacer eso.
En 1 Crónicas 16:23 hay un buen recordatorio, “Cantad a Jehová, proclamad buenas
nuevas de su salvación de día en día.” Eso es sabiduría. Cante al Señor, y proclame las
buenas nuevas de Su salvación diariamente. Si no hay otra razón, simplemente para que
no lo olvide, para que no se enfríe ante la realidad de la grandeza de su salvación. En el
Salmo 96, versículo 2, usted tiene esa misma afirmación repetida, “cantad a Jehová,” y
después añade, “bendecid su nombre, proclamad buenas nuevas de su salvación, de día
en día.” Un corazón constante de alabanza por nuestra salvación cultivará nuestra
memoria.
Pedro quiere llamar a sus lectores y a nosotros a recordar la grandeza de nuestra
salvación. Adorar a Dios, agradecerle a Dios por el privilegio de disfrutar de un favor tan
grande como para haber sido salvados eternamente. Él ya ha mencionado ahí atrás en los
versículos 3 y 4, podría verlo, que tenemos “una esperanza viva por la resurrección de
Jesucristo de los muertos, que provee para nosotros una herencia incorruptible,
incontaminada, inmarcesible, reservada en los cielos para nosotros.” Y esa debería ser la
fuente de gozo más grande en medio de nuestros sufrimientos. No importa que tan mal se
ponga, el versículo 8 dice, debemos regocijarnos con gozo inefable y glorioso, porque
sabemos que hemos obtenido la salvación de nuestras almas. Este es un buen
recordatorio. No importa lo que pase en la vida, nos concentramos en la salvación.
Cuándo todo en la vida no va como nos gustaría, regresamos a este punto, la bendición de
nuestra salvación eterna. Ese es su tema.
Ahora, en estos tres versículos usted le va a parecer que esto es fascinante, él aborda la
grandeza de la salvación o la bendición de la salvación de una manera excepcional. Si me
sentara a escribir esta pequeña sección de la grandeza de la salvación, nunca la habría
abordado de esta manera. Probablemente habría hablado del hecho de que la salvación es
grande debido al gran Dios que la dio. La salvación es grande debido al gran Salvador que
la compró. La salvación es grande debido a la gran diferencia, el cambio, la alteración
dramática y demás en la vida que produce. Me habría concentrado en el plan de Dios, la
obra de Cristo, la transformación de la vida de una persona, y de esta manera hubiera
demostrado la grandeza de la salvación, pero el Espíritu Santo no hace eso.
En lugar de ver, y escuche esto porque necesita entender esto de lo contrario va a perder,
no va a entender la intención del pasaje. En lugar de ver la grandeza de la salvación a
través de los ojos del destinatario, él ve la grandeza de la salvación a través de los ojos de
los agentes que la trajeron. Él no ve la grandeza de la salvación desde nuestro punto de
vista, sino desde el punto de vista de cuatro personas clave. Una, profetas del Antiguo
Testamento que proclamaron el mensaje; dos, el Espíritu Santo que inspiró el mensaje;
tres, los apóstoles del Nuevo Testamento que fueron los predicadores del evangelio; y
cuatro, los ángeles. Y él demuestra la grandeza de la salvación por como los profetas la
vieron, como el Espíritu la vio, como los apóstoles la vieron, y como los ángeles la ven.
Que enfoque tan fascinante. No como la vemos, sino como los agentes que trajeron ese
mensaje la ven.
Entonces, podemos decir cuatro cosas, la salvación fue el tema del estudio de los profetas,
fue el tema de la inspiración del Espíritu, fue el tema del testimonio de los apóstoles, y fue
el tema del interés de los ángeles. Esto es tan rico, tan rico. El hecho mismo de que los
profetas del Antiguo Testamento estaban tan interesados en esto, que el Espíritu estaba
tan interesado en esto, que los apóstoles del Nuevo Testamento estaban tan interesados
en esto, que los ángeles estaban tan interesados en esto, habla de su grandeza. Habrían
habido muchas cosas en las que los profetas habrían estado interesados, muchas cosas en
las que el Espíritu habría estado interesado, muchas cosas en las que los apóstoles y los
ángeles en el Nuevo Testamento habrían estado interesados, pero este fue el corazón de
su interés.
Veamos en primer lugar el tema del estudio de los profetas en el versículo 10 y la primera
parte del versículo 11. Y ahora recuerde que lo que Pedro quiere hacer es que
entendamos cuán grande es nuestra salvación para que sin importar lo que pueda estarse
derribando a nuestro alrededor nos aferremos a esa salvación eterna de nuestras almas,
la cual sobrepasa tanto en su grandeza todo lo demás. El primer testimonio entonces
viene de los profetas, y él comienza en el versículo 10 acerca de esta salvación, la
salvación de nuestras almas, que acaba de mencionar. “Los profetas que profetizaron de
la gracia destinada a vosotros inquirieron y diligentemente indagaron, escudriñando que
persona y que tiempo…” deténgase en ese punto.
Ahora, él está hablando de los profetas aquí, los profetas del Antiguo Testamento. Y él
dice, ellos que profetizaron de la gracia destinada, la salvación que estaba por venir.
Inquirieron y diligentemente indagaron en esas profecías, tratando de determinar qué
persona o tiempo estaba involucrado. Literalmente estudiaron sus propios escritos
proféticos, para conocer todo lo que podían de la salvación prometida.
Ahora piénselo, de toda la verdad que pudieron haber estudiado, ¿por qué estaban tan
preocupados con esto? Porque este es el tema más grande en el universo, la salvación que
Dios ha provisto para pecadores. En este punto en particular en el tiempo y en este
pequeño teatro llamado “la tierra,” este es el tema más grande. De toda la verdad que
recibieron en su revelación divina, de lo que debían hablar y escribir, esta era su pasión,
querían entender la salvación. Esta fue la búsqueda de los profetas del Antiguo
Testamento.
Ahora, algo del detalle en cuanto esta salvación, él dice, y no hay artículo aquí en el texto
original, simplemente una referencia general; profetas que profetizaron, de Moisés a
Malaquías, todos esos profetas del Antiguo Testamento que hablaron para Dios estaban
concentrados en la salvación, realmente estaban fascinados por las promesas de la
salvación. Dice usted, “Bueno, ¿acaso no fueron destinatarios de la salvación?” Sí, pero,
aunque recibieron salvación, escuche esto, la recibieron no habiendo visto de manera
completa como se había cumplido.
¿Entiende usted eso? Recibieron el regalo de la salvación sin haber visto jamás, o haber
conocido al Salvador Jesucristo. Recibieron el regalo de salvación sin haber visto jamás o
haber entendido de manera completa todo lo que estaba involucrado en su vida, su
muerte y su resurrección. Recibieron una salvación, en un sentido, sin el beneficio
completo de ver como se cumplió esa salvación. Pero había más en eso que solo eso,
debido a que, en sus profecías, la promesa de Dios fue que esta salvación que estaba por
venir, era una salvación que iría más allá de Israel a todas las naciones de la tierra. Ese era
el misterio de la salvación. Esa era la naturaleza única de la salvación.
Entonces, sabían que Dios había revelado un gran plan de redención futuro, no solo para
Israel sino para el mundo, y que esa redención y liberación sería traída por el Mesías
prometido, el Sacerdote, Rey que estaba por venir, sabían que era futura la gracia que
vendría, y querían entenderla mejor. Estaban fascinados por ella. Observe esa pequeña
frase, “la gracia destinada”. El tema de su estudio intenso fue la gracia. Esa palabra ‘gracia’
es una palabra más grande que la salvación, la salvación habla del acto de salvar, la gracia
habla del motivo, e incluye todo el motivo de Dios detrás de Su obra salvadora.
Entonces, la gracia realmente incluye la salvación, pero es un término más grande.
Estaban fascinados por estudiar la gracia de Dios, la bendición inmerecida de Dios, el favor
inmerecido de Dios, la bondad perdonadora hacia pecadores. Estaban fascinados por
saber que Dios había prometido una salvación por gracia que incluiría al mundo. Ahora,
permítanme apresurarme a añadir amados, no deben pensar que debido a que dice:
“profetizaron de la gracia destinada,” que no hubo gracia en el Antiguo Testamento. Ese
es un error terrible que cometer, y muchas personas cometen ese error. Asumiendo que
el Antiguo Testamento era todo ley y nada gracia, eso no es verdad.
Dios, escuche esto, Dios por naturaleza es un Dios de gracia. ¿No es verdad? Dios por
naturaleza es un Dios de gracia. Él mismo Dios que muestra gracia en nuestra época fue el
Dios de gracia en esa época porque eso es lo que Él es. Dios no está en el proceso a pesar
de lo que la teología de proceso nos dice. Dios siempre ha sido incambiable, igual y
siempre lleno de gracia de manera incambiable. Él mostró gracia en la economía del
Antiguo Testamento, Él es un Dios de gracia en la economía del Nuevo Testamento. Dios
es un Dios de gracia y punto. Y mientas que ha habido Dios, y es eterno, y mientras que
haya Dios, y eso es eterno, Él es el Dios de gracia.
Ahí atrás en Génesis, primer libro de la Biblia, José levantó sus ojos, vio a su hermano
Benjamín, el hijo de su madre, y dijo: “¿Es éste tu hermano más joven de quien me
hablaste?” Él dijo: “Que Dios te muestre gracia, hijo mío.” Los patriarcas estaban
plenamente conscientes de la gracia de Dios. Ellos sabían eso, ellos conocían eso. En
Éxodo 22:27, atrás en el versículo 26, comenzamos, “Si llegas a tomar,” esto es Dios
dándole la ley, “si tomas la túnica de tu prójimo como una garantía debes devolvérsela
antes de que se ponga el sol, esa es su única protección, es su túnica para su cuerpo, ¿en
qué más dormirá? Y sucederá que cuando él clame a mí lo oiré” Dios dice, “porque yo soy,
misericordioso,” de gracia.
Dios siempre ha sido un Dios de gracia. En Éxodo 33, recuerda, Moisés estaba teniendo
una visión de Dios, y en el 33:19 leemos, Dios dijo: “Yo haré pasar toda mi bondad delante
de ti, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti, y tendré misericordia” o gracia, “de
quien tenga misericordia, y mostraré compasión a quien yo tenga compasión.” Esas son
unas cuantas muestras sacadas de los dos primeros libros del Antiguo Testamento. Dios
siempre ha mostrado gracia. Los Salmos están repletos de afirmaciones acerca de la gracia
de Dios. Los profetas sabían que Dios era un Dios de gracia. El hecho mismo de que Él no
los consumió en su pecado fue una indicación de Su gracia.
Jonás, por ejemplo, el profeta Jonás, capítulo 4, oró al Señor: “Por favor Jehová, ¿no era
esto lo que dije mientras yo estaba en mi propio país, por lo tanto, para detener esto hui a
Tarsis porque sabía que tú eres un Dios de gracia y de compasión?” ¿Sabe usted porque
Jonás huyó de Dios? Él tenía miedo de predicarle a los ninivitas. ¿Sabe usted por qué?
Porque él pensó que Dios los salvaría. Y él no podía soportar la idea de que los gentiles
fueran salvos. Era repulsivo. Entonces él huyó porque él sabía que Dios era un Dios de
gracia. Nunca hubo duda alguna en el Antiguo Testamento, si Dios era o no un Dios de
gracia. Siempre ha sido quien es Él.
Pero, había una gracia que sobrepasaba todo, que estaba por venir, había una gracia
mayor que estaba por venir, de lo que ellos jamás habían visto en Nínive o en Israel. Había
una gracia que iba mucho más allá de cualquier cosa que ellos habían asumido. Por
ejemplo, Isaías el profeta profetizó de esto en el capítulo 45, versículo 20, escuche lo que
Isaías dice del Señor: “Congregaos y venid; reuníos fugitivos de las naciones. No tienen
conocimiento que llevan su ídolo de madera y le oran a un dios que no puede salvar.
Declarar y presentad su caso, de hecho, consulten, ¿quién ha anunciado esto desde la
antigüedad? ¿Quién lo ha declarado desde hace mucho tiempo? No soy yo Jehová, y no
hay otro dios fuera de mí, un Dios justo y un Salvador.”
Aquí está Isaías diciendo que Dios está anunciando que Él es un Salvador a todas las
naciones. “No hay ninguno fuera de mí. Volveos a mí y sed salvos todos los fines de la
tierra, porque yo soy Dios y no hay otro. Yo he jurado por mí mismo, la palabra ha salido
de mi boca en justicia y no se volverá. Que ante mí toda rodilla se doblará y toda lengua
jurará lealtad. Dirán de mí, solo en Jehová hay justicia y fortaleza, los hombres vendrán a
Él.” Absolutamente increíble. Isaías está prediciendo que toda nación doblará la rodilla a
Dios, que entrarán a una salvación, una salvación de gracia. No habían visto aun eso
cumplido, sabían que estaba ligada al Mesías.
En Isaías 55, vea los primeros siete versículos, escuche lo que Isaías dice: “He aquí, a todo
aquel que tiene sed, venid a las aguas.” Esa es una invitación gratuita a toda persona, a
toda nación. “Y los que no tenés dinero, comprad y comed, venid comprad vino y leche sin
dinero, sin costo. ¿Por qué gastan dinero para lo que no es pan?” ¿Por qué siguen a dioses
falsos? él les está diciendo. “Y su sueldo para lo que no satisface. Escúchenme con
atención y coman de lo que es bueno y deléitense en abundancia, inclinen su oído y
vengan a mí. Escuchen para que puedan vivir y haré un pacto eterno con vosotros
conforme las misericordias fieles mostradas a David. He aquí lo he hecho un testigo a los
pueblos, las naciones, un líder y un comandante para los pueblos. He aquí todos a una
nación que no conocen, y una nación que no los conoce se volverá a ustedes porque he
aquí, porque todos serán una nación que no conocen, y una nación que no conoce no se
volverá a ustedes debido a Jehová vuestro Dios, incluso el Santo de Israel.” Dios dice, todo
mundo puede venir, y después él dice que las naciones van a venir y gente que no era su
pueblo se va a volver su pueblo; gentiles, gentiles.
Entonces, eso es lo que usted necesita entender, los profetas estaban escribiendo de una
salvación de gracia por venir que era mucho más grande que cualquier cosa que ellos
habían experimentado. Estaban escribiendo acerca del Mesías que traería una salvación
que tocaría al mundo. Sus profecías tuvieron varios hechos básicos, únicamente puedo
tocarlas de manera ligera debido al tiempo. Pero cuando ellos profetizaron acerca del
Mesías y la gracia de salvación, profetizaron en primer lugar que el Mesías sufriría; el
Salmo 22 detalla su crucifixión, Isaías 53 detalla Su sufrimiento. En segundo lugar,
profetizaron que el Mesías triunfaría. Los Salmos que dicen que Dios no dejará a Su Santo
ver corrupción; Salmo 2, que Él establecería Su Rey en Su monte santo, y Él gobernaría con
vara de hierro y un cetro. Isaías 9 dijo, que el gobierno estaría sobre sus hombros, sería el
Dios fuerte.
Entonces, los profetas profetizaron a un Mesías que sufriría y un Mesías que triunfaría. En
tercer lugar, profetizaron a un Mesías que salvaría. Un Mesías que salvaría, que curaría a
los quebrantados de corazón, que traería salvación hasta los fines de la tierra. Esa es la
razón por la que Jesús cuando Él fue a la sinagoga, en Nazaret, y se le dio el libro de la ley
del Antiguo Testamento, lo abrió y leyó de Isaías capítulo 61, estas palabras: “El Espíritu
del Señor está sobre mí, porque Él me ha ungido para predicar el evangelio a los pobres,
me ha enviado a proclamar liberación, o libertad a los cautivos, vista a los ciegos, a liberar
a aquellos que están afligidos, a proclamar el año favorable del Señor.” Esa es una profecía
mesiánica del Salvador venidero que salvaría. Y después Él cerró el libro y dijo: “Hoy la
Escritura es cumplida en vuestros oídos.”
Entonces los profetas del Antiguo Testamento dijeron: “Él sufrirá, Él triunfará, Él salvará.”
Quizás una buena ilustración del contenido del mensaje de los profetas del Antiguo
Testamento, mejor que cualquiera, es dada en Romanos por Pablo, conforme Pablo cita
algunos de estos profetas. Vea Romanos 9, simplemente vamos a tocarlo de manera muy
breve, Romanos 9, versículo 25, esto es tan bueno, tan rico. Y aquí Pablo está, claro,
presentando un argumento para la salvación. Es parte de su explicación amplia de la
salvación. Y aquí él habla del hecho de que los profetas del Antiguo Testamento vieron
salvación gentil. El versículo 24 menciona que un pueblo sería llamado dentro de los
gentiles, y después dice: “Cómo también dice en Oseas, el profeta del Antiguo
Testamento, llamaré a aquellos que no son mi pueblo, pueblo mío, y la que no era amada,
amada. Y será que en el lugar en dónde fue dicho a ellos, no son mi pueblo, ahí serán
llamados hijos del Dios viviente.”
¿No es eso maravilloso? Ahí está Oseas el profeta prediciendo una gracia que vendría, una
salvación que incluiría a los gentiles. Vaya al capítulo 9, versículo 33, dice: “Pongo en Sion
piedra de tropiezo y roca de ofensa, y el que cree en él no será decepcionado.” Y de
nuevo, el elemento de declaración no es una nación, no Israel, sino cualquier persona que
cree. Después en el capítulo 10, y puede ver si es tan amable, en el versículo 11, y él aquí
cita de Isaías 28:16, “Todo aquel que cree en él, no será decepcionado.”
La misma afirmación como al final del capítulo 9. Una salvación universal para cualquier
persona que cree. Observe el capítulo 10. El versículo 13 es citado de Joel capítulo 2:
“Todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” Y después ahí en el versículo
20, y el versículo 20 está citando de Isaías 65, “Fui hallado por aquellos que no me
buscaron. Me manifesté a aquellos que no preguntaron por mí.” Y eso es salvación de
gentiles por otro lado, traté todo el día de alcanzar a mi pueblo, y fueron desobedientes y
obstinados.
Vaya al capítulo 15, para un pensamiento final y aquí de nuevo Pablo está hablando de la
gracia de Dios en la salvación a los gentiles y él cita una vez más en el versículo 9 del
Antiguo Testamento. Y dice, “Para que los gentiles glorifiquen a Dios por su misericordia,
cómo está escrito, y él cita del Salmo 18:49, “Por lo tanto te alabaré entre los gentiles, y
cantaré a tu nombre.” Y después el versículo 10 de nuevo él dice, “Regocijaos oh gentiles,
con su pueblo.” Eso es tomado del Pentateuco, Deuteronomio 32, Moisés el profeta dijo
eso. Después versículo 12, el versículo 12 sale de Isaías, “Vendrá la raíz de Isaí, y el que se
levanta para gobernar entre los gentiles, y en él esperarán los gentiles.”
Entonces, usted entiende el panorama, salvación de gentiles. Ahí en el versículo 21, “Los
que no tenían noticia de él, verán, y los que no han oído, entenderán.” Tomado de nuevo
de Isaías 52. Ahora, observe lo que Pablo está haciendo, todas esas profecías, sea Moisés,
o Joel, Oseas, o Isaías, todos estaban prediciendo una gracia que vendría que sobrepasaba
cualquier cosa que ellos habían experimentado. El Mesías vendría y no salvaría
únicamente al judío, sino a las naciones.
Entonces, Pablo en Romanos, conforme él escribe acerca de la salvación que está por
venir en Cristo, regresa y escoge profecías selectas y dice: “Eso ahora es cumplido. En
Cristo está la gracia de la que los profetas escribieron.” Pero aquí está el punto, cuando
ellos escribieron de ella, no tenían Romanos, cuando ellos escribieron de ella, Cristo no
había nacido, ni había muerto, ni había resucitado. Cuando ellos escribieron de ella, la
iglesia no había nacido, entonces no había un cuerpo judío y gentil con el muro del medio
derribado. No había una gracia única que sobrepasaba todo, que se había extendido por
todo el mundo. Pero fue tan profundo su deseo por entender esa profecía maravillosa,
que él dice de regreso en el versículo 10, “los profetas inquirieron y diligentemente
indagaron,” estudiaron sus propios escritos, estudiaron sus propios escritos. Sabían que
estaban profetizando de la gracia que vendría a vosotros.
Esas pequeñas palabras, “a vosotros,” muy importante, sabían que estaban escribiendo
acerca de una generación futura. No a ellos, sino a alguien en el futuro. Y fue tan
fascinante para ellos estudiar acerca del Mesías y acerca de Su sufrimiento, y acerca de Su
triunfo, y acerca de Su salvación, y acerca del mundo viniendo a Dios, que inquirieron y
diligentemente indagaron. Esas dos palabras no creo que podemos dividir su significado y
decir que cada una significa algo distinto, realmente significan lo mismo. Simplemente
están enriqueciendo la idea al incluir dos palabras. Diligentemente estudiaron sus propios
escritos, escarbaron en sus propios escritos y los escritos de los otros profetas para
entender mejor la salvación.
Ahora, ¿qué estoy diciendo aquí? ¿qué está diciendo Pedro? Escuche, esto es lo que él
está diciendo: “La salvación fue una realidad tan maravillosa que incluso los profetas del
Antiguo Testamento pasaron tiempo tratando de entender sus maravillas.” Así de grande
es. Así de maravillosa es. De todas las cosas que pudieron haber investigado, esto es lo
que escogieron investigar. El corazón de Pedro es revelado aquí, ve la grandeza de la
salvación, simplemente observe como los profetas querían entenderla, los hombres
piadosos de la era del Antiguo Testamento, los siervos escogidos por Dios que escribieron
la Escritura, estaban enamorados del concepto de la salvación, la realidad de la historia de
la salvación en Cristo consumía sus corazones.
Inquirieron, esa es una palabra muy intensa, ekeo, una preposición siempre intensifica el
verbo. La buscaron diligentemente, diligentemente indagaron, otro término compuesto,
exaronao, escudriñad diligentemente, de manera intensa, porque no entendían de
manera plena. No podían entender. ¿Cómo podían entender? Cristo no había venido, no
había vivido, no había enseñado, no había muerto, no había resucitado. Los profetas no
entendieron, no entendieron muchas cosas.
En Isaías 6, versículo 11, Isaías dice: “Entonces dije, ¿hasta cuándo Señor?” Y en un sentido
él está admitiendo, me gustaría que pudiera entender esto. Habacuc, en el capítulo 1 dice,
“Señor, ¿hasta cuándo vas a permitir que éste abuso de tu pueblo siga?” Hubieron muchas
cosas que no entendieron, muchas cosas que pudieron haber estudiado, debieron haber
muchas cosas que les interesaban de manera tremenda. Daniel 7:15, “En cuanto a mí,
Daniel, mi espíritu estaba afligido dentro de mí, y las visiones en mi mente me estaban
alarmando. Y entonces me acerqué a uno de los que estaban cerca, un ángel, y le
pregunté el significado exacto de todo esto.” Él no lo entendió, el ángel le explicó algo de
esto para él.
Entonces, como puede ver, esos profetas tenían un dilema interesante. Estaban viviendo
tan lejos del otro lado de la cruz y de la obra de Cristo, que no había manera en la que
pudieran entenderlo todo. No había manera en la que pudieran absorberlo todo, no
habían manera en la que pudieran verlo claramente. Escuche Mateo 13:17, las palabras de
Jesús, “Porque de cierto os digo,” Él le dijo esto a sus discípulos, que muchos profetas y
justos desearon ver lo que ven y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron,” estaban
limitados, estaban limitados.
Y entonces estudiaron sus propios escritos, ¿y qué estudiaron? El Mesías y la salvación
que Él traería. No era únicamente investigación de eruditos, era una motivación que los
consumía apasionada por entender la grandeza de la salvación. Comentario al margen,
algunos han sugerido en este pasaje que esto refleja una actitud de los profetas antes de
que habían recibido alguna profecía. Algunos han sugerido que querían entender tanto
que Dios les dio las profecías acerca del Mesías, y que lo que usted tiene aquí es que están
inquiriendo y diligentemente indagando acerca de verdad que todavía no había sido
revelada. Y entonces, buscaron entender antes de que recibieron la Palabra de Dios,
entonces Dios les dio la Palabra para que pudieran entender.
No creo que eso refleje en absoluto el texto, esa postura, es mucho más fiel al texto
entender que debieron haber tenido primero algo de revelación, de lo contrario, ¿qué
habrían estudiado? ¿qué habrían inquirido? ¿en dónde habrían indagado diligentemente?
Y la verdad de esto, es que, si no hubieran tenido revelación alguna acerca de una gracia
futura que vendría en el Mesías, no habrían tenido ninguna pregunta que hacer porque
usted no hace preguntas acerca de algo que usted no sabe que existe. No.
Además, Dios no da revelación a personas que le ruegan, Él escoge a Sus profetas y Él no
les dio revelación simplemente porque eran curiosos, he tenido mucha curiosidad por
muchas cosas, y todavía no he recibido una revelación. Así no funciona. Y, además, debido
a que el versículo 11 dice exactamente en qué estaban interesados, y no fue la doctrina de
la salvación, no fue la doctrina del Mesías, no fue si el Mesías sufriría y triunfaría y
salvaría, lo que ellos querían saber qué persona era el Mesías, y en qué momento vendría.
Muy específico. Tenían suficiente revelación para que su interés fuera despertado, no
estaban esperando que viniera una profecía, estaban buscando entender la profecía que
ya había venido. ¿Y qué querían saber? versículo 11, “Escudriñando,” erauna, literalmente
traducido ‘buscando’, buscando para conocer, buscando entender que persona y que
tiempo, quien y cuando.
Ahora eso es comprensible, ¿no es cierto? Si usted fuera un profeta del Antiguo
Testamento y tuviera esta información increíble, usted se estaría preguntando: ¿quién es
este Mesías? ¿quién será? ¿quién será? Hay algunos judíos que todavía se preguntan eso,
¿quién será y cuándo vendrá? Y, ¿cuándo vendrá? ¿quién es el Mesías? Y ¿cuándo viene?
¿qué persona traerá esta salvación? ¿Quién será el Salvador, Juez, Rey, Profeta,
Sacerdote? ¿Quién será el Mesías? Y ¿qué kairos? ¿qué temporada, que época, qué era?
¿Quién fue el último profeta del Antiguo Testamento? ¿Quién fue el último profeta del
Antiguo Testamento? Juan el Bautista. Permítame explicarle algo, observe Mateo 11.
Juan el Bautista es una ilustración clásica de ésta actitud entre los profetas. ¿Sabe usted lo
que más quería Juan, lo que él más quería saber de todo? ¿Quién es el Mesías? Él estaba
en la línea de los profetas. Todos querían saber eso. Él no era diferente. “Sucedió,”
versículo 1 de Mateo 11, “que Jesús acabó de dar instrucción a los doce, partió de ahí a
enseñar y predicar en las ciudades. Y cuando Juan estaba encarcelado y oyó las obras de
Cristo, él envió palabra por sus discípulos. Los discípulos de Juan el Bautista vinieron a
Jesús y dijeron esto: ¿Eres tú el que esperamos? Esa siempre fue la pregunta que los
profetas se estaban haciendo. ¿Quién? ¿O buscaremos a alguien más? ¿Eres tú Él, y es
este el momento? ¿O es alguien más en otro momento? Eso es lo que él quería saber.
Como puede ver los discípulos de Juan estaban conscientes del ministerio de Jesús, según
el capítulo 9, versículo 14, y le habían reportado a Juan lo que Jesús estaba haciendo,
según Lucas 7 versículos 11 al 18, y Juan ahora tiene curiosidad, él quiere saber. Él quiere
saber lo que todos los profetas querían saber, ¿quién y cuándo? ¿es éste el tiempo? ¿y es
este el hombre? ¿eres Tú el que has de venir? ¿eres Tú el que esperamos?
Por cierto, uno de los títulos más comunes para el Mesías, el Esperado, El que está por
venir, porque todos estaban esperando y buscando, o debemos buscar a otro. En
respuesta, Jesús les dio sus credenciales, Él dijo: “Vayan y díganle esto a Juan. Díganle que
los ciegos reciben su vista, los cojos caminan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen,
los muertos son resucitados, y a los pobres se les predica el evangelio. Díganle eso. Dice
usted, ¿Por qué quieres decirles eso? Porque todo eso cumple la profecía del Antiguo
Testamento acerca del Mesías. Y si le dices eso, él sabrá, él sabrá.
Entonces, los profetas del Antiguo Testamento, incluyendo a Juan estaban viendo sus
propios escritos, sus propias profecías para asegurarse. Y no olvide esto, Juan ya había
dicho acerca de Jesús, “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo,” Y
aunque Dios lo inspiró para decir eso, él todavía se preguntaba lo que eso significaba.
Todavía estaba investigando su propia profecía, y quería asegurarse de que, si era de
hecho el tiempo, y si era ésta la persona.
Y el punto de Pedro es cuán grande es la salvación si es el estudio que preocupa a todos
los profetas. Si están tan preocupados por esto, tan emocionados por esto, tan deseosos
por entrar en las profundidades de sus verdades y entenderlo de manera plena. Y
entonces, cuán precioso debe ser para nosotros, ¿verdad? ¿Se da usted cuenta de que
generación tras generación, y siglo tras siglo esos hombres piadosos buscaron saber lo que
usted y yo damos por sentado? ¿Entiende usted eso? Y algunas veces somos apáticos. Fue
el tema del estudio de los profetas, así de preciado es.
Segundo punto, y los siguientes dos puntos son más cortos que el primero, así que
descanse. El segundo es que la gran salvación de la que Pedro escribe, es el tema de la
inspiración del Espíritu Santo. No solo los profetas estuvieron comprometidos con esto,
sino también el Espíritu Santo. Y Pedro nos da una verdad crucial del hecho de que toda la
revelación fue revelada divinamente por el Espíritu Santo, y la grandeza de nuestra
salvación es vista en el hecho de que fue el tema de la revelación del Espíritu Santo.
Escuche, todo lo que los profetas recibieron, lo recibieron ¿de quién? del Espíritu Santo.
Todo lo que los escritores del Nuevo Testamento recibieron lo recibieron del Espíritu
Santo. Todo lo que leemos, leemos lo que el Espíritu dijo. De regreso al versículo 11,
“Escudriñando que persona y que tiempo,” aquí está la clave, “indicaba el Espíritu de
Cristo que estaba en ellos, el cuál anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo y las
glorias que vendrían tras ellos.” Pedro nos presenta entonces la idea de que estos profetas
realmente querían entender la persona y el tiempo que el Espíritu de Cristo dentro de
ellos estaba indicando, conforme él predijo a través de ellos los sufrimientos de Cristo y
las glorias que vendrían después.
Ahora, las profecías que escribieron tenían esos dos elementos, los sufrimientos de Cristo
y la gloria venidera. Usted va al Antiguo Testamento y lea el Salmo 22, habla del
sufrimiento de Cristo. Lea el Salmo 69:1–21 trata del sufrimiento de Cristo. Lea Isaías
52:13 al 53:10 o por ahí, todo es de los sufrimientos de Cristo. Vea Daniel 9:24–26 los
sufrimientos de Cristo, el Mesías será cortado. Lea Zacarías 12:10, Él será traspasado,
Zacarías 11:7, más de los sufrimientos de Cristo. Escribieron de los sufrimientos de Cristo
bajo la inspiración del Espíritu Santo, no habrían sabido eso fuera del Espíritu Santo,
¿verdad? No podían leer el futuro, no podían ni siquiera entender lo que escribieron,
mucho menos tratar de escribir algo por sí mismos.
Y después él dice que escribieron de las glorias que vendrían tras ellos, ¿qué significa eso?
La resurrección de Cristo, la ascensión de Cristo, el que Cristo estuviera en el trono.
Escribieron acerca del niño que se volvería Rey, y el gobierno que estaría sobre sus
hombros; Isaías 9. Escribieron en Daniel 2 acerca del que sería el Rey definitivo, y Daniel 7,
y Zacarías 2, Y Zacarías 14, los profetas escribieron de la gloria, y escribieron del
sufrimiento, pero todo fue inspirado por el Espíritu Santo. Por cierto, los sufrimientos de
Cristo y las glorias de Cristo, son los temas principales de la profecía del Antiguo
Testamento. Apocalipsis 19:10 dice, “el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.”
Entonces toda la profecía realmente está dirigida a dar testimonio de Cristo. Y al dar
testimonio de Cristo está concentrado primordialmente en Su sufrimiento y Su gloria, lo
cual le permitió volverse el Salvador. En Lucas 24, Jesús dijo en el camino a Emaús, a esos
discípulos, “Oh insensatos y tardos de corazón en creer todo lo que los profetas han
dicho.” ¿Y qué dijeron los profetas? No era necesario que el Cristo sufriera estas cosas y
entrara a Su gloria. Sufrimiento, gloria, sufrimiento, gloria, siempre el tema, siempre el
tema. Ese tema fue el tema del estudio de los profetas, porque fue el tema de la
inspiración del Espíritu.
Entonces dice, el Espíritu de Cristo, por cierto, eso muestra que Cristo pre-existió antes de
su encarnación en una forma de espíritu. Observe la pequeña frase, en ellos, o dentro de
ellos, el Espíritu estableció residencia dentro de los escritores del Antiguo Testamento. Esa
es la razón por la que 2 Pedro 1:21 dice, “Ninguna profecía jamás fue traída por voluntad
humana,” escuche esto, “sino que hombres movidos por el Espíritu Santo hablaron de
Dios.” La palabra ‘movidos’ llevados por el Espíritu Santo, 2 Pedro 1:21, uno de los
versículos más importantes en el Nuevo Testamento.
El Espíritu residente en ellos los inspiró a escribir acerca de la salvación gloriosa que
estaba por venir. La palabra ‘indicando,’ ¿la ve usted ahí? el Espíritu de Cristo estaba
indicando en ellos, o algunas biblias podrían decir, ‘dando testimonio’ ‘promartumenos’
significa dar testimonio de antemano, dar testimonio por adelantado, entonces aquí
estaba el Espíritu inspirándolos, dando testimonio de una salvación futura, de tal manera
que lo que escribieron como 2 Timoteo 3:16 lo expresa fue, ‘respirado por Dios,’
‘respirado por Dios’. El versículo 12, por cierto, observe, también afirma esto. Ahí hacia el
final del versículo dice que los apóstoles del Nuevo Testamento predicaron el evangelio a
vosotros por el Espíritu Santo enviado desde el cielo.
Entonces el Espíritu Santo inspiró no solo a los escritores del Antiguo Testamento, sino a
los apóstoles del Nuevo Testamento también. Entonces, tanto Antiguo como Nuevo
Testamento son el aliento del Espíritu de Dios, origen divino. Entonces el Espíritu Santo
reveló esta gran salvación a esa generación. El versículo 12 dice, “a estos se les reveló,” “a
estos se les reveló,” esto es a los profetas del Antiguo Testamento, siga esto, “que no para
sí mismos,” que este mensaje entero no era para su generación; no para su tiempo. Eso es
tan importante.
¿Puedo tan solo retomar un momento y recordarle un versículo que probablemente usted
nunca ha leído o no ha pensado en él? Usted pudo haberlo leído, pero no haber pensado
en él, Números 24:17, escuche, simplemente escúchelo, “lo veo, pero no ahora, lo veo,
pero no cerca, una estrella saldrá de Jacob, y un cetro se levantará de Israel.” Pero no
ahora, y no cerca, ahí atrás en el Pentateuco, ya el Espíritu de Dios comenzando a dar
testimonio acerca del Mesías venidero. No estaban hablando de su época y su tiempo.
En Hebreos 12 se nos da más información, Hebreos 11:13 dice, “Todos estos murieron en
fe,” todos los patriarcas, “sin recibir las promesas, pero habiéndolas visto y habiéndolas
recibido,” en término de darle la bienvenida “a distancia”. Es correcto. Sólo podían verlas
a distancia, y después al final de ese capítulo 11, esos dos versículos finales maravillosos,
39 y 40, “Y todos estos,” todos estos héroes del Antiguo Testamento que han sido
nombrados en este capítulo, “habiendo adquirido aprobación mediante su fe,” escuche,
“no recibieron lo que fue prometido.” No lo recibieron, no era para su época. “Porque
Dios había provisto algo mejor para vosotros, para que, de manera independiente de
nosotros, no fueran hechos perfectos.” No fue para su tiempo, fue para nosotros.
Ahora el punto aquí no es que las profecías no tenían valor, tenían valor inmenso, pero
solo que el cumplimiento de las profecías no era para esa generación, sino para una
generación futura, que vendría. Y en últimas vendría un tiempo y una generación en la
que la salvación sería llevada a cabo y los gentiles estarían involucrados en bendición de
pacto gracias a la obra del Mesías.
Entonces los profetas vieron al Mesías, vieron la gracia que estaba por venir, vieron la
salvación, pero no sabían quién, y no sabían cuándo, pero les fue revelada, no fue en su
generación. Y Pedro nos dice que todo esto fue testimonio del Espíritu Santo. Cuán grande
es la salvación, que no solo es el tema del estudio de los profetas, sino también el tema de
la inspiración del Espíritu.
Tercer punto. Uno breve. Es el tema de la proclamación de los apóstoles. El versículo 12,
de nuevo dice: “Administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han
predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo.” Y esa afirmación
simplemente incluye a los apóstoles del Nuevo Testamento. “Estas cosas,” esto es la
gracia de salvación que está por venir, el sufrimiento y la gloria del Mesías, todo lo que el
Espíritu inspiró a los escritores del Antiguo Testamento a escribir, ahora les ha sido
anunciado a vosotros mediante aquellos que les predican el evangelio a ustedes. Esos son
los predicadores del Nuevo Testamento.
“Estas cosas,” se refiere directamente al quien y al cuándo. En estas cosas, el quien, qué
persona y el cuándo, que momento, son predicadas a vosotros. ¿Y no es eso lo que los
predicadores del Nuevo Testamento hicieron? ¿No vinieron y dijeron el Mesías es
Jesucristo y el tiempo, es que, ahora? ¿Acaso Pablo no dice, he aquí ahora es el tiempo
aceptable, hoy es el que, el día de salvación? Ha venido, está aquí, está aquí. Las cosas,
quien y cuando, los detalles de las profecías del Antiguo Testamento de Cristo son
cumplidas, les han sido anunciadas mediante aquellos que predican el evangelio.
¿Quiénes son? Lucas, Pablo, Bernabé, Felipe, Juan, los apóstoles. Lo predicaron. De hecho,
Pablo dijo, “He determinado no saber nada entre vosotros, más que a Cristo, y este,”
¿qué? “crucificado”.
Y ¿por qué predicó solo eso? Solo Cristo y Cristo crucificado y la salvación en Cristo, ¿por
qué estaba él listo a predicar el evangelio en todo momento? ¿por qué no se avergonzaba
del evangelio de Cristo? ¿Por qué? Porque fue la predicación de la cruz que para los que se
pierden se es locura, pero para nosotros que creemos es vida eterna. Ese fue su mensaje.
La predicación apostólica de la cruz fue el mensaje. Pablo dice en 1 Corintios 2, “No vine a
vosotros con sabiduría humana, no vine a vosotros con filosofía, vine a vosotros con la
cruz determinando no saber nada sino a Cristo, y este crucificado.”
Entonces, eso fue lo que ocupó el estudio constante de los profetas, aquello que ocupó la
inspiración constante del Espíritu, también se volvió el tema constante de los predicadores
del Nuevo Testamento. ¿Y cuán devotos estaban a ello? Escuchen amados, murieron por
ello. ¿No es cierto? Murieron por ello, dieron su vida por esto. Así de grande es la
salvación, el tema del estudio de los profetas, el tema de la inspiración del Espíritu, el
tema del testimonio apostólico.
Y finalmente, el tema del interés de los ángeles. Me encanta esto. Él simplemente incluye
esto en el versículo 12, “…cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.” ¿Alguna vez ha
querido ser un ángel? Cuando yo era un pequeño solía pensar, “Hombre, ¿no sería
increíble ser un ángel, simplemente volar, usted sabe, y ser bueno todo el tiempo? Ser un
ángel, aparecérsele a la gente, hacer buenas cosas, estar en la presencia de Dios. O
¿alguna vez se ha preguntado cómo sería ser un ángel? O ¿alguna vez se ha preguntado
cómo sería ser un ángel, alguna vez se ha preguntado cómo sería ver lo que los ángeles
ven en esa dimensión que no podemos percibir, la dimensión espiritual que no es visible
para nosotros?
¿Alguna vez se ha preguntado cómo es para los ángeles luchan con los demonios en esa
esfera que es un misterio para nosotros? Es un mundo invisible que simplemente es tan
real como el nuestro, que no se puede ver por el ojo físico. ¿Alguna vez se ha preguntado
cómo sería ser parte de ese mundo angélico y experimentar esa santidad eterna que los
ángeles santos tienen? Tengo noticias para usted, los ángeles están diciendo lo mismo. Me
pregunto cómo es ser salvo. Me pregunto cómo es recibir gracia. Me pregunto cómo es el
ser perdonado. Fascinante.
De regreso al versículo 12 al final, “cosas,” ¿qué quiere decir cosas? Asuntos de la
salvación, “que los ángeles anhelan mirar.” Esas dos palabras, “anhelan mirar,” están
cargadas de significado. ¿Sabe usted lo que la palabra “anhelan” es? Escuche esta,
epitumeo, ¿Sabe usted lo que esa palabra significa? Tener un deseo fuerte, en un sentido
negativo. Está describiendo un deseo fuerte, un impulso abrumador. Esto no es místico,
los ángeles no están diciendo, “Oh, por cierto, sería interesante ver cómo es la salvación.”
Ésta es una pasión para ellos, éste es un impulso fuerte. El término, en la forma
epithumousin aquí, el término básicamente significa un impulso que no está satisfecho, un
deseo que no está satisfecho. Y los ángeles tienen este deseo no satisfecho, por ver las
cosas de la salvación.
Ver, mirar, palabra maravillosa. ¿Sabe usted lo que literalmente significa? Estirar su
cabeza o agacharse. Es usada para describir lo que Pedro y Juan hicieron en la tumba. ¿Se
acuerda cuándo corrieron y se agacharon y vieron adentro? Mismo verbo, los ángeles
quieren agacharse, estar aquí abajo y ver esto. Tienen una pasión que los motiva por
entenderlo. ¿Por qué? Porque nunca lo experimentarán. Los ángeles santos nunca
necesitan ser salvos; los ángeles caídos no pueden ser salvos. Los ángeles santos se están
agachando para ver la realidad de la salvación en el mundo humano, y podría añadirle que
quizás también hay algunos ángeles caídos que están queriendo ver la salvación con la
esperanza de que puedan recibirla, pero nunca la recibirán. Nunca la recibirán.
Los ángeles han estado involucrados, los ángeles santos han estado involucrados en la
salvación. Los ángeles santos anunciaron el nacimiento de Cristo, los ángeles santos
ministraron a Él en Su tentación, le sirvieron ahí en la resurrección, asistieron en Su
ascensión, ahora están haciendo lo que Él manda a favor de los santos. Los ángeles caídos
estaban ahí, estaban atacándolo en Su tentación, estaban sitiándolo en Su vida, estaban
tratando de matarlo y mantenerlo muerto en la cruz, estaban tratando de mantenerlo en
la tumba, han atacado Su obra y a Su iglesia. Los ángeles y caídos han estado cerca de la
obra de salvación y ninguno de ellos jamás la experimentará.
Los ángeles santos no la necesitan, los ángeles caídos no la pueden tener, pero tienen un
deseo poderoso por ver en mayor profundidad la salvación inmensa, milagrosa, de gracia,
que nunca experimentarán. Creo que los ángeles santos son los que más se tiene en
mente aquí, simplemente ofrezco esa otra opción como un pensamiento posible. Y creo
que los ángeles santos quieren verla por la razón de que puedan entenderla mejor, por la
razón de que puedan glorificar más a Dios porque eso es lo que hacen, para eso existen.
No es mera curiosidad es para capacitarlos, para darle a Dios una mayor gloria. Dios ha
mostrado Su iglesia para ellos.
Se acuerda en Lucas 15 cuándo el pecador regresa, dice que los ángeles de los cielos
hacen, ¿qué? se regocijan. Los ángeles se regocijan y alaban a Dios por salvar a un
pecador. En 1 Corintios, creo que es en el capítulo 4, versículo 9, Pablo dice, “Dios nos ha
exhibido a los apóstoles como últimos de todo, como hombres condenados a la muerte,
porque nos hemos vuelto espectáculo al mundo, tanto a ángeles como a los hombres.”
Los ángeles están viendo a Pablo, están viendo al apóstol Pablo, están viendo el poder de
Dios en su vida.
En Efesios capítulo 3, versículo 10, dice que la sabiduría múltiple de Dios pueda ahora
darse a conocer mediante la iglesia, a los gobernadores y potestades en los lugares
celestiales. Dios está mostrando Su gracia en la iglesia ante los ángeles. Están viendo sus
ministerios, están viendo a su iglesia, están absorbiéndolo todo. Nunca participarán, pero
hay algo interesante, interesante, en Apocalipsis capítulo 5. Escuche esto. Dice, “El
Cordero tomó el libro,” ese es el título de propiedad de la tierra, el Señor Cristo el
Cordero, “y las cuatro criaturas vivientes,” esos son ángeles, “y los veinticuatro ancianos,”
representando a los santos, “cayeron postrados ante el Cordero, todo mundo tiene un
arpa, vasijas doradas de incienso, las oraciones de los santos, y cantaron una nueva
canción.”
Ahora, observe esto, aquí está la canción, “Digno eres de tomar el libro, y romper sus
sellos, porque tú fuiste inmolado, y compraste para Dios con tu sangre, hombres de toda
tribu y lengua y pueblo y nación.” ¿No es esa una canción maravillosa? ¿Puede usted
cantar esa canción? ¿Puede cantar la canción de redención? Claro, ha sido redimido. Pero
vea esto, versículo 11, “Y vi, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y las
criaturas vivientes y los ancianos, y millones y millones y miles de miles y todos dijeron:
Digno es el Cordero que fue inmolado, de recibir poder.” Los ángeles están entrando ahí
en la canción de redención, aunque no la han experimentado. Somos los que realmente
estamos cantando, la han visto como observadores y quieren ver esto como
observadores, y quieren verlo para que puedan unirse a la canción de redención y darle a
Dios la gloria. ¿No es eso un pensamiento maravilloso? ¡Qué salvación!
Entonces Pedro dice, “Miren, no importa cuáles sean sus pruebas, no importa cuales sean
sus dificultades, recuerde la grandeza de su salvación, una salvación que los profetas
estudiaron, que el Espíritu inspiró, de la que los apóstoles dieron testimonio, y que es
motivo de interés de los ángeles mismos. ¿Puedo hacerle una pregunta? ¿Es su salvación
así de preciada para usted? ¿O ha dejado usted su primer amor? Es una pregunta
apropiada. Fue preciada para usted al principio, ¿no es cierto? Su primer amor, cuando
usted fue salvo inicialmente, ¡oh eso fue grandioso! ¿cómo es ahora? ¿Ha perdido de vista
esto? Que esto reavive su corazón.
Dice usted, ¿Cómo? Bueno, la iglesia en Éfeso había dejado su primer amor, y se le
instruyó que hiciera esto, “Regresa y haz las primeras obras.” Regrese y comience a vivir
como vivía después de que usted fue salvo, con ese corazón ardiente, ese testimonio
apasionado, ese amor emocionante por Dios, ese sentido de hambre por la Palabra, ese
deseo de comunión cristiana, ese amor por la oración, las primeras obras. Si usted ha
dejado el primer amor, regrese y haga las primeras obras, eso es lo que dice en Apocalipsis
2. Y recuerde de nuevo la grandeza de su salvación. Oremos juntos.
Padre, hemos tomado mucho tiempo esta noche para explicar esto, pero por motivación
del corazón no había manera en la que pudiéramos dejar algo no dicho en esta porción
poderosa, abrumadora de la Escritura. Gracias, gracias por la salvación de gracia que
tenemos y que nos emocionemos en ella, que la disfrutemos incluso en medio de las
pruebas, que nunca perdamos nuestra perspectiva y sepamos que hemos recibido
salvación eterna, tan grande, tan gloriosa que pasaremos la eternidad alabándote por ella.
La gratitud no es lo suficientemente adecuada para expresar el clamor de nuestros
corazones porque nos has escogido para este regalo glorioso.
En el nombre de Jesús. Amén.
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
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La herencia que no puede perder
Escritura: Gálatas 4:7–11

Código: 48–21
John MacArthur
Abra su Biblia si es tan amable, al cuarto capítulo de Gálatas. Estamos viendo esta epístola
maravillosa la cual enfatiza la salvación por la fe únicamente, ese es el mensaje cristiano.
Esa es la razón por la que hubo una reforma protestante. La salvación no es por la fe más
obras, no es un esfuerzo de cooperación entre el pecador y Dios. Dios hace un poco y
usted hace un poco y juntos todo funciona para que sus pecados sean perdonados y usted
pueda entrar al cielo santo de Dios. Sino que más bien la Biblia es clara en enseñar que la
salvación es totalmente una obra de Dios, y lo único con lo que el pecador contribuye es
simplemente una mano abierta. Únicamente estiramos la mano para recibir el regalo al
creer en el Señor Jesucristo.
Como hemos estado diciendo a lo largo del estudio, no obstante, toda la religión falsa,
toda la religión falsa incluyendo formas falsas de cristianismo, quieren hacer de la
salvación una combinación de la obra de Dios y la nuestra. Fe y obras, que Dios hace una
parte y nosotros hacemos una parte, y ese tipo de sinergia hace que Dios produzca
nuestra salvación. Esa es la herejía que define a toda religión falsa, que de alguna manera
usted puede contribuir a ser rescatado del juicio por sus propias obras. Pablo predicó el
evangelio verdadero de salvación mediante la fe únicamente en Cristo, él plantó algunas
iglesias en Galacia como lo hizo en muchos otros lugares en el mundo mediterráneo en el
primer siglo.
Y no mucho tiempo después de que Pablo predicó el evangelio, e iglesias eran plantadas y
gente era convertida, no mucho tiempo pasaba hasta que algunos maestros judíos venían
y le decían a los creyentes que lo que Pablo les había dicho no era verdad, la salvación no
es por la fe únicamente, es por la fe más obras. Ese fue el mensaje de aquellos que
llegaron a conocerse como los judaizantes, porque trataron de hacer judíos a partir de los
gentiles que habían llegado a conocer a Cristo mediante el evangelio. Y lo que
básicamente estaban diciendo era, ‘tienes que guardar la ley de Moisés’.
Y por eso se referían a la ley externa, como se vuelve claro en el pasaje en la actualidad.
Las leyes ceremoniales, las leyes rituales, las leyes de las festividades, las fechas, los días,
los años, los meses, todas esas cosas que eran conductas externas y no la ley moral de
Dios. Fueron prescritas por Dios con el propósito de aislar a Israel y hacerlos un pueblo
único en medio de un mundo multi ídolos, debían ser los monoteístas que adoraban al
Dios Vivo y Verdadero. Y entonces Dios les dio algunas leyes externas simbólicas y rituales,
para apuntarlo en la especie de infancia del desarrollo de la religión verdadera. Pero
cuando Cristo vino todo esos ABC, todas esas cosas elementales cesaron y la esclavitud de
la ley se acabó y Cristo se convirtió en la sustancia y todo eso pasó como la mera sombra.
No obstante, hubieron judíos que decían venir de Jacobo, el líder de la iglesia en
Jerusalén, decían ser creyentes en Cristo, y promovían que usted necesitaba añadir obras.
Pablo en el libro de Gálatas está dando una serie de argumentos en contra de la salvación
por la fe y obras. Y el que estamos viendo en el capítulo 4, versículos 1 al 11 es un
argumento muy, muy poderoso. Tiene que ver con adopción. Y él le está diciendo a los
Gálatas, ustedes ya han sido adoptados como hijos de Dios, con todos los derechos y
privilegios que vienen con esa adopción, ¿por qué creen que algo les falta? ¿por qué
quieren regresar a lo que ustedes solían tener, la sombra, cuando ustedes tienen la
sustancia y la realidad?
Entonces, este es otro de sus argumentos para la salvación por la fe únicamente,
permítame leerle los once versículos de apertura. Capítulo 4 de Gálatas. “Pero también
digo, entre tanto que el heredero es niño en nada difiere del esclavo, aunque es señor de
todo, sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre. Así
también nosotros cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del
mundo. Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a Su Hijo, nacido de
mujer y nacido bajo la ley para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que
recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones
el Espíritu de Su Hijo, el cual clama “Abba Padre”. Así que ya no eres esclavo sino hijo, y si
hijo también heredero de Dios por medio de Cristo. Ciertamente en otro tiempo, no
conociendo a Dios servíais a los que por naturaleza no son dioses, más ahora conociendo a
Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los
débiles y pobres rudimentos a los cuales os queréis volver a esclavizar? Guardáis los días,
los meses, los tiempos y los años. Me temo de vosotros que haya trabajado en vano con
vosotros.”
Esto es tan serio que Pablo se pregunta si sus esfuerzos han sido para nada. Los gálatas
habían oído el evangelio verdadero de la salvación por la fe, lo creyeron, habían confiado
en Cristo y se habían convertido en creyentes verdaderos. Versículo 3 del capítulo 3,
“habiendo comenzado por el Espíritu”, eran creyentes verdaderos. Acabamos de leerle el
versículo 8, “no conocías a Dios, versículo 9, “pero ahora han llegado a conocer a Dios o
más bien han llegado a ser conocidos por Dios”. Él está afirmando la realidad de su
salvación, son creyentes, han comenzado en el Espíritu, han experimentado el poder del
Espíritu, han oído la verdad del evangelio, sus vidas han sido transformadas, ¿por qué
están regresando de conductas externas? Esa es la pregunta aterradora para la cual Pablo
presenta muchos, muchos argumentos en esta epístola breve.
Ahora, permítame tan solo señalar que en los versículos que leí, el asunto es adopción, él
habla de un niño, un niño que no difiere de un esclavo cuando es joven, él habla cuando
es pequeño, él habla del hecho de que cuando éramos niños en esa condición, estábamos
en la esclavitud a las cosas elementales del mundo, este quiere decir esclavitud a la ley,
esclavitud en el caso de los gentiles, a una religión falsa, después Cristo vino y fuimos
redimidos, llegamos a un punto de ser adultos, fuimos maduros en Cristo y recibimos la
adopción como hijos. Y él dice eso en el versículo 5.
Ahora, el tema aquí de la adopción, quiero pasar un poco de tiempo en este tema, y de
nuevo en el versículo 6, “sois hijos”. De nuevo en el versículo 7, “Ya no un esclavo, sino un
hijo”. Todo esto tiene que ver con adopción. Pablo es el único que usa la palabra
‘adopción’ en el Nuevo Testamento, y él la usa en el libro de Romanos, y en el libro de
Efesios, y en el libro de Gálatas. La palabra es simplemente una palabra compuesta en el
idioma griego, huios, hijos, tithemi, colocar, significa colocar a alguien como a un hijo. Eso
es lo que una adopción. La adopción, desde el punto de vista teológico, como Pablo la usa,
es Dios colocándonos como sus hijos en Su familia. Dios colocándonos en Su propia
familia.
Ahora, dicho eso de manera simple, no tiene toda la textura rica que quiero que entienda
usted acerca de la adopción. Entonces, le voy a dar un poco de trasfondo de esto. Como
siempre cuando estamos tratando con la Biblia, estamos tratando con un libro antiguo,
estamos tratando con costumbres sociales y tradiciones y conductas que tienen unos dos
mil años de edad. Cuando nosotros en Estados Unidos decimos adopción, y creo que en
noviembre es el mes de la adopción, cuando hablamos de la adopción estamos hablando
de algo muy diferente de lo que estaba en la mente de un ciudadano del mundo greco-
romano en los tiempos del Nuevo Testamento.
Y como siempre, con toda la interpretación bíblica tenemos que regresar y recrear la
estructura social, la estructura cultural, la estructura lingüística, para que sepamos lo que
algo significó en ese día porque eso es todavía lo que significa. Algunas veces usted oye a
la gente decir, necesitamos traer la Biblia a la época moderna, eso está mal, no
necesitamos hacer eso, necesitamos tomar a la persona moderna y llevarla a tiempos
bíblicos y recrear el contexto. Y eso es lo que siempre estamos haciendo al recrear las
Escrituras. Cuando Pablo menciona la palabra adopción, él no la define. No dice nada de
ella, no da sus características y eso es porque él sabía que ellos entendían esa palabra, en
cierta manera, y esa era la manera en la que él quería que ellos entendieran.
Y al entender eso, habrían entendido la realidad completa rica, de lo que él estaba
diciendo aquí espiritualmente porque ellos sabían lo que era la adopción en su mundo,
nosotros no. Entonces necesitamos regresar, necesitamos separarnos del concepto
contemporáneo de la adopción y regresar. Ahora, permítame tan solo decir esto en
primer lugar, Pablo está tratando con una idea romana aquí. No hay un conjunto de leyes
en el Antiguo Testamento con respecto a la adopción. ¿Acaso los judíos adoptaban? Sí,
adoptaban. Adoptaban por dos razones. Adoptaban, una, porque no tenían hijos y había
cierto estigma con no tener hijos, entonces adoptaban un hijo. Adoptaban en segundo
lugar, con mucha frecuencia, cuando los padres eran de edad avanzada y necesitaban que
alguien cuidara de ellos, adoptaban a alguien, para que en cierta manera cuidara de ellos.
Entonces, eso es conocido para cualquier historiador judío en términos de adopción judía.
Pero de nuevo, no tienen leyes de la adopción, y no hay afirmaciones con respecto a ella
en el Nuevo Testamento. Pablo no está hablando de eso, él está hablándole a gentiles en
el mundo greco-romano, él está en términos que ellos entienden. Entonces veamos si
podemos entender esto, va a redefinir completamente su entendimiento de la doctrina de
la adopción. Ahora, la adopción moderna es una especie de acción caritativa, la adopción
moderna es llevada a cabo por personas que quieren rescatar a niños primordialmente,
sean niños de un país extranjero, o que están en un orfanatorio, y están viviendo una vida
muy difícil o inclusive si es más difícil la situación, son hijos discapacitados, niños
discapacitados, niños enfermos, niños con defectos de nacimiento, lo que sea. Hay padres
cristianos amados y otros también que quieren aliviar el sufrimiento de esos niños, al
sacarlos de esos orfanatorios, sacarlos de ese tipo de ambiente y los traen a su familia
como bebes. Hay adopciones de esos bebes que nacen a madres que no querían un
aborto, pero no quieren tener al niño y entonces esos niños son adoptados.
Pero en términos típicos la adopción en el mundo occidental y en nuestro país es una
adopción de bebes o niños, niños pequeños de hogares que pueden ser adoptados
también. Pero básicamente la gente no adopta adultos, no adoptan adultos, adoptan a
niños. En el mundo romano antiguo no adoptaban a niños, adoptaban a adultos. Y
adoptaban a adultos hombres, rara vez se adoptaba una mujer. Esa es la razón por la que
cuando Pablo habla de la adopción él habla de hijos, porque la adopción se realizaba con
un hombre, hombres jóvenes, adultos. Rara vez alguien en nuestra sociedad adopta a un
adulto. No habría ninguna razón obligatoria para hacer eso básicamente en nuestra
sociedad.
Pero permítame contarle un poco acerca de la adopción romana. Casi siempre un hombre
adulto de veinte años de edad y más, inclusive llegando a los treintas. Eran adoptados por
familias ricas, familias de estatus, familias con un patrimonio, familias de prominencia, y
virtualmente todos esos tipos de familia adoptaban, inclusive si tenían hijos, inclusive si
tenían hijos hombres adoptaban, sino tenían hijos obviamente adoptaban para tener un
heredero, pero si tenían hijos que no pensaban que eran aptos para el futuro de la familia
ellos adoptaban a otro hijo. Y por cierto, había una facultad en la Roma antigua llamada
‘patria potestas’ la cual esencialmente dice el poder del padre, y un padre podía
desheredar a un hijo que había tenido biológicamente, con mayor frecuencia que no, sería
una niña.
Pero el padre también podía desheredar a un hijo, también podía vender a un hijo para
adopción, también podía matar a un hijo por la razón que él quisiera. Entonces el padre
tenía poder absoluto sobre sus hijos, y si no tenía hijos, o si tenía hijos que no quería que
se convirtieran en los herederos de su patrimonio, él adoptaba. Eran escogidos no como
bebes porque muchos bebes no sobrevivían la niñez. Usted no pasaba por toda la
adopción para tener un bebe que moriría. Además, usted no sabía qué tipo de hombre
joven este bebe se volvería. Entonces, se esperaban hasta que estuvieran en sus veintes o
treintas y pudieran ver su potencial de liderazgo, sus aptitudes mentales, su fortaleza
física, su sabiduría. Estaban buscando alguien que fuera el siguiente, ‘patrias familias’ el
padre de la familia.
El padre quería alguien que liderara el patrimonio, el propósito era realmente singular,
traer un heredero a la familia que fuera digno de este patrimonio, y pudiera garantizar el
futuro de que ese patrimonio siguiera en adelante. Y esto sucedía porque no tenían hijo,
porque no tenían hijo que pensaban que estaba calificado. Y había familias que tenían más
hijos de lo que necesitaban, tenían hijos para continuar con su descendencia y estaban
felices de que uno de sus hijos fuera adoptado por una de estas familias así. Con mucha
frecuencia de los plebeyos, las familias comunes y corrientes.
En tiempos romanos, la cabeza de la familia era tanto un administrador del patrimonio de
la familia, alguien que llevaba las cuentas y cuidaba de las finanzas para la fortuna de la
familia, y un sacerdote quien básicamente estaba a cargo de la religión de la familia.
Fueran cuales fueran los dioses que adoraban, fueran cuales fueran los dioses de la casa,
fueran cuales fueran las formas de adoración que eran parte de ese legado, eran su
responsabilidad. Él era ‘patria familias’, el padre de familia. Entonces, cuando adoptaban a
jóvenes, estaban buscando un heredero que ocupara esa función, muy, muy importante,
que fuera el que cuidaba la fortuna de la familia, y el que cuidaba la reputación de la
familia en el futuro.
Pobre, de nuevo, los padres menos nobles que tenían a hijos deseables como estos, con
gusto hacían que esos hijos estuvieran disponibles a una familia noble, por un precio, por
un precio. Y el precio podía ser muy alto. Era un honor, por cierto, no una deshonra, era
un acto honorable entregar a su hijo a una de las familias de los senadores, la gente que
eran de la elite. Y mantenga esto en mente, alguien podía decir, bueno espera un
momento, si usted realmente un hijo joven brillante, quizás él podría tomar a la familia en
la que está y elevar a la familia y hacer que suba esa familia por la escalera social para
hacerla una de las familias elite. No podía suceder, no sucedía, había una clase elite en el
mundo romano que esencialmente era inaccesible y no estaba disponible para el resto de
la sociedad plebeya.
Entonces, si usted quería que su hijo capaz, avanzara, esta era una gran manera de hacer
eso, y quizás la única manera de elevarlo. No era secreto, era muy público, era muy oficial.
De hecho, era tan oficial que, a un nivel alto, demandaba confirmación del Senado,
confirmación del Senado. Mucho estaba involucrado, usted está hablando de familias ricas
con patrimonios y reputaciones, muchas de ellas senadores, muchas de ellas por cierto
emperadores en Roma, entonces esto tenía un involucramiento del Senado. Era una
ceremonia muy larga, muy formal, como una boda. Era así de publica, era ese tipo de
celebración. Y como una boda, como cuando la novia se entrega al marido, ella no tiene la
intención jamás de volver a hablar con su familia. ella no tiene la intención de olvidar a su
familia, aunque se unen y crean una unión que es de ellos, continúan estando conectados
a la familia que fue la familia de su nacimiento. Crean una nueva familia, pero tienen una
nueva conexión a la familia del pasado, de alguna manera.
Eso era verdad en la adopción, no era un dejar de manera completa tu familia, de tal
manera que la familia en el futuro en ciertas maneras podía disfrutar algo del éxito del
hijo adoptado, conforme se mantenían conectados de alguna manera con él. No obstante,
él tomaba el nombre del padre, el nombre del padre nuevo, y él llevaba ese nombre para
el resto de su vida. Él recibía todos los derechos y privilegios de esa familia, de hecho, él
era el heredero de todo lo que esa familia poseía y él llevaba el nombre de su padre
nuevo. La adopción, aquí hay una definición. La condición de un hijo escogido, y dado a un
padre y familia a los cuales él no pertenece de manera natural. Para declarar a un hijo de
manera formal y legal, un hijo quien no es un hijo de nacimiento, sino un hijo por elección,
concediéndole derechos y herencia completas. Eso es la adopción romana.
Había cuatro resultados de esta adopción, número uno, usted tenía un padre nuevo, usted
tenía un padre nuevo. Número dos, usted era heredero de su patrimonio, y esa es la razón
primordial de esa adoración. Y si usted era adoptado para convertirse en el heredero
primordial, y la pareja tenía más hijos, esos hijos nunca podían reemplazar al hijo
adoptado, quien era declarado el heredero. Podían participar de la herencia como co-
herederos, pero ese hijo adoptado era el heredero definitivo. Tercera cosa, todas las
deudas y responsabilidades previas del hijo adoptado eran borradas. Si él debía algo a
alguien en algún lugar, todo eso se acababa, borraban su vida pasada, excepto por la
conexión con su familia, era como si él nunca antes hubiera vivido. Todo era hecho a un
lado, todo era borrado, él ahora de manera legal y absoluta era el hijo y heredero de su
nuevo padre y no hay vida pasada que considerar. El cuarto elemento es, él tenía que ser
comprado con un precio alto. La cual es una de las razones por las que las familias pobres
hacían que este hijo, era para ellos importante que este hijo sea deseable por una familia
rica. Entonces los resultados eran significativos.
Una cosa más que decir, según el libro de leyes sirio-romano, encontré una cita
interesante ahí, de este tema. Dice, y cito: “Un hombre no puede desheredar a un hijo
adoptivo.” (fin de la cita). Entonces, una vez que usted era adoptado, era permanente. Se
invertía tanto cuidado acerca de quién era adoptado, él hijo adoptado, escuche, entonces
está más seguro en su herencia que un hijo de nacimiento. El hijo adoptado está más
seguro en su herencia que un hijo nacido. Un hijo nacido podía ser desheredado, vendido,
adoptado por alguien más o inclusive matado, como dije antes. Este es un acontecimiento
tan noble que nueve de los Cesares fueron adoptados. Julio César no tuvo hijos, entonces
él adoptó a Augusto. Augusto no tuvo hijos entonces él adoptó a Tiberio. Nueve Cesares,
nueve emperadores fueron adoptados de otras familias para ser parte de la línea real.
Entonces, este es un retrato muy rico, con mucha textura de lo que los creyentes
cristianos experimentan al ser adoptados en la familia de Dios. Y si usted le ve en la
amplitud de eso, usted comienza a ver lo que los Gálatas habrían entendido, y lo que
Pablo quiso que ellos entendieran, que lo que sucede cuando Dios nos adopta como parte
de su familia y es en primer lugar, que estamos en otra familia. En términos comparativos
estábamos en una familia, estábamos en una familia sin futuro, sin esperanza de que
jamás lleguemos a alcanzar lo que esa familia nueva posee. Somos escogidos, somos
entonces comprados, después se nos da el nombre de la familia nueva, entonces nos
convertimos en herederos de todo lo que ese padre posee. Y eso nunca puede cambiar.
Eso es adopción.
Y decimos, “Abba Padre”. Tenemos un padre nuevo y estamos conectados de manera tan
íntima con él que decimos, ‘Papá’, ‘Papito’. Es así de intensa la relación. Y tenemos todos
los derechos y privilegios de tal manera que Jesús dice en Juan 1:12, “aquellos que
creyeron en él, él les dio la potestad o la autoridad de ser llamados hijos de Dios.” Es una
posición de autoridad. En el reino milenario gobernaremos y reinaremos sobre el mundo
con Cristo, en el cielo nos sentaremos con él en su trono, seremos como hemos leído en
Romanos 8, “herederos y coherederos con Cristo”, de todo lo que Dios posee.
Por cierto, en la ceremonia de adopción, según una fuente, había siete testigos, siete
testigos. ¿Por qué tendría usted testigos de la adopción? Para establecer la legalidad de la
adopción y el testimonio de ellos, en el caso de que en el futuro otros hijos de esa familia
rica quisieran desafiar esa adopción y dijeran, ‘espera un minuto’. Cuando él patrimonio
comienza a distribuirse y son pasados por alto, bien podría haber conflicto en la familia. Y
entonces una fuente dice que había siete testigos que eran requeridos, lo cual me
impresiona, porque tenemos en nuestros textos, si usted va ahí al versículo 6, “porque”
versículo 5, “hemos recibido la adopción como hijos”, versículo 6, “porque vosotros sois
hijos, Dios ha enviado al Espíritu de Su Hijo a nuestros corazones”. ¿Y qué es lo que el
Espíritu que es enviado a nuestros corazones hace? Romanos 8 dice, “para dar testimonio
de que somos hijos de Dios”. El Espíritu Santo es el testigo de que somos los hijos de Dios.
Y según Isaías 11:2 el Espíritu Santo es el espíritu séptuple. En Isaías 11:2 hay siete
características del Espíritu Santo, son demostradas en la ‘minora’ con sus siete flamas. La
plenitud del Espíritu es una plenitud séptuple. Y entonces la plenitud del Espíritu séptuple
es el testimonio de Dios de la legalidad de nuestra adopción, de que nunca puede ser
desafiada, debido al testimonio del Espíritu Santo. Hemos visto la preparación para
nuestra adopción, hemos visto la preparación para que nos volvamos hijos, en los
primeros versículos. El cumplimiento de que nos hicimos hijos, en los versículos 4 y 5,
cuando somos adoptados como hijos, la confirmación de que somos hechos hijos,
versículo 6, recibiendo al Espíritu en nuestros corazones quien da testimonio con nuestro
espíritu, de que somos los hijos de Dios. Todo esto está edificado en este retrato
increíblemente rico de la adopción romana.
Ahora, llegamos a la consumación de ser hechos hijos, en el versículo 7. La consumación
de ser hechos hijos. “Por tanto ya no sois esclavos”. Y, por cierto, los esclavos podían ser
adoptados, tanto esclavos como hombres libres podían ser adoptados. Los esclavos, por
cierto, no todos eran el tipo de esclavos en los que usted podía pensar, muchos de ellos
eran personas bien preparadas. Muchos de ellos eran personas profesionales, muy
capaces, ese era únicamente su estatus social. “Ya no eres un esclavo, sino un hijo”. Y aquí
viene, “Si hijo, entonces un heredero mediante Dios”. El punto de la adopción era dar
patrimonio a ese hijo adoptado. Era que él fuera el heredero a través de Dios, día, por la
agencia inmediata de Dios. Dios está escogiendo un heredero.
Piense de su salvación de esa manera. Él lo escogió a usted, antes de la fundación del
mundo para que fuera un heredero de todo lo que Él posee. Esta es la naturaleza
magnánima de la gracia y el amor de Dios. Esto es sorprendente, sorprendente. El tipo de
trivialidades necias, que usted oye de la gente que “predica”, (entre comillas) el evangelio
de la prosperidad, acerca del hecho de que Jesús quiere que usted tenga un auto nuevo,
una casa nueva, fuera de ser una mentira, es tierra sin valor comparada con heredar todo
lo que Dios posee en la gloria de su reino y presencia eternos. ¡Que me importa qué tipo
de auto manejo! ¡Que me importa algo en este mundo, comparado con la gloria que está
delante de mí!
Entonces, el punto de todo esto es que, mediante la decisión, y mediante el poder de Dios
nos hemos convertido en un heredero. Dios el Padre nos ha escogido, nos ha llevado a la
madurez en Cristo, pagó por nosotros por la sangre de Cristo, nos hizo hijos y herederos, y
todo es por amor y gracia. Y aquí está el punto más amplio, esto es lo que el evangelio de
la fe hizo por usted. Esto es lo que Cristo le dio a usted cuando usted creyó en él. Usted
tiene esa herencia, usted es un hijo, usted ha sido adoptado, usted tiene todo lo que Dios
puede darle, usted lo tiene todo. Vaya a Romanos 8 lo mencioné. Permítame llevarlo ahí
por unos cuantos momentos, porque este es el otro lugar en donde Pablo explica de
manera elocuente la adopción.
Hemos sido adoptados como hijos de Dios, versículo 15. Hijos de Dios, versículo 14. Hijos
de Dios, versículo 16. Hijos de Dios, versículo 17. Y usted dice, “Bueno, somos herederos,
versículo 17, somos herederos de Dios, coherederos con Cristo, ¿qué significa ser un
heredero de Dios?” Significa heredar todo lo que Dios posee. Heredar todo lo que Dios
posee. Todo será nuestro en la gloria del cielo. Y somos coherederos con Cristo. Eso quiere
decir que nuestra herencia, es la misma herencia que Cristo recibe, lo cual es todo lo que
Dios posee.
Dice usted, “Bueno, la vida es algo difícil aquí, no me siento como un heredero”. Digo,
“apenas estoy sobreviviendo”. Bueno, usted será glorificado con él si usted está dispuesto
a sufrir con él, versículo 17 y versículo 18. “Tengo por cierto que los sufrimientos de este
tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que en nosotros será
manifestada.” Coloque sus ojos en donde necesitan estar. Coloque su enfoque no en las
cosas de la tierra, sino en las cosas de arriba. El sufrimiento en esta vida no es digno de ser
comparado con la gloria que será revelada en nosotros, y esa es la gloria completa de
todas las posesiones de Dios. Y es sorprendente, promesas impresionantes.
Dice usted, “Bueno, ¿cómo sé que voy a recibir eso? vaya al versículo 28. “Y sabemos que
a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien. Esto es a los que conforme a su
propósito son llamados. Si usted ha sido llamado de manera salvadora, a su familia como
un hijo, todo lo que sucede en su vida, opera para bien. Todo lo que sucede en su vida
opera para bien. ¿Y que es bueno? Su herencia, su herencia eterna. Nadie va a ser
reemplazado, nadie va a ser desheredado, porque a los que antes conoció, a quién él
predeterminó conocer, establecer su amor sobre ellos, a estos los predestinó para ser
conformados a la imagen de su hijo, para que él fuera el primogénito entre muchos
hermanos. Todos somos predestinados por Dios para ser conformados a la semejanza de
Cristo. En el cielo, Cristo entonces tendrá muchos hermanos. Y a los que predestinó a ese
fin, él llamó, a los que llamó a estos también justificó, a los que justificó a estos también
glorificó, hablados en tiempo pasado como si ya hubiera sucedido.
Desde el conocimiento anticipado de Dios, la predestinación de Dios, el llamado de Dios,
la justificación de Dios a la glorificación por el poder de Dios, Él nos lleva a Su presencia.
“¿Qué pues diremos (versículo 31) a esto?” “Si Dios es por nosotros, ¿quién contra
nosotros?” ¿Quién con éxito puede estorbar el plan de Dios? nadie, nadie. “El que no
escatimó ni a Su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará
también con él, todas las cosas?” ¿quiere saber cuál es su herencia? Todas las cosas, todas
las cosas. Si Él envió a Su Hijo para morir, para redimirlo, para hacerlo a usted un hijo
adoptado. Si Él hizo eso, lo más difícil, razonando de lo mayor a lo menor, si Él dio a Su
Hijo para morir, para hacerlo a usted Su hijo, entonces Él también le dará a usted todo lo
que ser hijo de Él promete.
Bueno, alguien podría venir y presentar acusaciones en contra de nosotros, versículo 33.
“¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que
condenará? Cristo Jesús es el que murió”. De hecho, el que fue resucitado. Sea cual sean
los pecados que traigan en contra de usted, el Señor mismo dice, “por cierto, morí por
ese, morí por ese, morí también por ese, morí por todos esos. Todo está pagado. Pagado
de manera completa, pagado en total, en total.” Él está a la diestra intercediendo.
Entonces, “¿Quién lo separará del amor de Cristo? Tribulación o aflicción, o persecución, o
hambre, o desnudez, o peligro, o espada, porque está escrito, “por tu causa somos
matados todo el día, somos como ovejas llevadas al matadero, pero en todas estas cosas
conquistamos de manera abrumadora, por medio de aquel que nos amó.” ¿Por qué
conquistamos? Por qué llegamos hasta nuestra herencia a través de Él quien nos llamó
porque él nos amó, y él nos llevará a la gloria.
Entonces, “Estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni
lo presente, ni lo por venir, ni potestades, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra cosa
creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” Dios
nos amó, esa es la razón por la que Él nos escogió, y Él nos va a llevar a la culminación de
ese amor. Realidades sorprendentes, sorprendentes. Tienen todo por la fe en Cristo, él les
está diciendo a los Gálatas, tienen todo lo que Dios posee. Eres un hijo, como Cristo es un
hijo, un heredero. Un heredero y un coheredero. Tienes la herencia completa, todo es
tuyo, todo es tuyo, todo en el cielo glorioso de Dios es tuyo. Toda bendición en los lugares
celestiales que están en Cristo.
Ahora, todavía no lo tiene usted. Esa es la razón por la que Romanos 8 dice, “gemimos,
esperando la redención completa de nuestro cuerpo.” Gemimos en esperanza, pero
sabemos que hay una herencia incontaminada, inmarcesible, incorruptible, reservada
para nosotros en el cielo. Sabemos eso. Esa es la razón por la que él nos hizo hijos, para
darnos una herencia. Mantenga esto en mente, es algo simple. La adopción es con el
propósito de recibir la herencia. No tiene que ver con empatía o compasión, así como
nuestra adopción. Eso Dios lo tiene, pero la adopción como hijos en ese contexto romano,
y por lo tanto en el lenguaje paulino, es con el propósito de disfrutar del privilegio, el
derecho de tener una herencia y ¿cuál es esa herencia? Todo lo que Dios posee, para
siempre.
Ahora, usted tiene eso por la fe. Eso es lo que Pablo ha estado diciendo. La justificación
por la fe únicamente, fe únicamente, fe únicamente, es sin obras. Lo único que usted
recibe de las obras es maldito, hemos cubierto todo eso. Y aquí vienen los judaizantes y
dicen, “Whoa, no, no, no, no, no, no, tienen que ser circuncidados según la ley de Moisés.
Tienen que guardar los días, los días de reposo. Tienen que guardar las festividades y las
festividades de las semanas, meses y las estaciones, y los años. Tienen que hacer todo eso,
de lo contrario no van a lograrlo.” Y Pablo dice, “Eso es absurdo, de manera total”.
Observe el versículo 8, “vosotrois sois hijos”, eran esclavos, no obstante, en el tiempo
cuando eran esclavos, cuando no conocían a Dios, eran esclavos a aquellos que por
naturaleza no son dioses. “Pero ahora, que habéis venido a conocer a Dios, o más bien,
habiendo sido conocidos por Dios, ¿cómo es que ahora regresan a las cosas débiles, sin
valor, elementales, a las cuales quieren volver a esclavizarse? Observan los días, y meses,
y temporadas y años. Temo por vosotros que quizás he trabajado por vosotros en vano.”
Esto es un shock para Pablo. ¿están regresando a su vida antigua, llena de dudas, cargada
de pecado? ¿están regresando a su familia de antes, pobre? ¿están regresando a lo
infantil? de regreso a la esclavitud, a rituales, a la religión superficial. Inclusive, escuche,
inclusive el judaísmo antes de Cristo, es una forma de paganismo. Fuera de Cristo, el
judaísmo sin Cristo es paganismo. ¿Están regresando, están tan fascinados? Capítulo 3,
versículo 1, “¿son tan necios, que van a regresar a algo que es otro evangelio, pero
realmente no otro?” y cualquiera que lo predica debe ser maldito. Así es como él se siente
acerca de cualquier sistema religioso que requiere rituales. Sean cuentas, oraciones,
sacramentos, penitencias, o cualquier otro tipo de deberes externos. No es posible que
quieran regresar a eso.
Ahora, observe el versículo 8. Porque aquí encontramos la responsabilidad de ser hijos, la
responsabilidad de ser hechos hijos. La adopción traía responsabilidades en el mundo
antiguo. Usted necesitaba ser leal a su padre nuevo. Usted necesitaba mostrar gratitud
por su amor, gratitud por su gracia. Usted necesitaba mostrar un aprecio por la herencia
que se le daba a usted. En el momento, antes en el tiempo, antes de que llegaran a
conocer a Cristo, no conocían a Dios, versículo 8. Eran esclavos, “a aquello que por
naturaleza no son dioses”. Solo hay un Dios verdadero en el universo, solo un Dios
verdadero. El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, la única manera de conocer a Dios
es mediante Cristo. “Nadie viene al Padre sino por mí”.
Entonces, alguien que no viene a Dios, al único Dios verdadero mediante Cristo, no conoce
a Dios. La gente habla de Dios, no conoce a Dios. Tienen todo tipo de dioses diferentes,
inventan a su propio dios, la mayoría de la gente simplemente inventa su propio dios, o
tienen una religión que ha inventado el dios para ellos. Y hay dioses representados por
demonios. Pero el mundo entero de la gente religiosa, fuera de los cristianos, no conocen
a Dios. Usted oye a gente hablar acerca de Dios, orar a Dios, decir, “Que Dios te bendiga”,
“Creo en Dios”, “Soy una persona muy religiosa”, no conocen a Dios a menos de que
hayan venido al Dios Verdadero, mediante la fe en Jesucristo. No conocen a Dios. El que
ellos creen que es Dios, es el diablo. No conocen a Dios.
Cuando no conocían ustedes a Dios, Efesios 4, Pablo describe eso como estar alejados,
excluidos de la vida de Dios, teniendo el entendimiento entenebrecido, ignorantes, con el
corazón endurecido, entregados a la sensualidad y la práctica de todo tipo de impureza
con avaricia. Usted era avaro por su impureza, usted no conoce a Dios. 1ra de Corintios 1,
le dice a la gente que no conoce a Dios, “nunca encontrarán a Dios mediante la sabiduría
humana, Dios no puede ser conocido por la sabiduría humana. Agrado a Dios que él no
fuera hallado por la sabiduría humana. ¿Dónde está el escriba, donde está el sabio?
¿Dónde está el inteligente, no pueden conocer a Dios? ven el evangelio verdadero como
locura, pero ellos son los locos, los necios reales.
Romanos 1 dice, cuando conocieron a Dios, por lo menos tenían conocimiento innato de
Dios, no lo glorificaron como a Dios, sino que crearon a no dioses, se hicieron ídolos. El
mundo entero está lleno de gente que habla de Dios, pero no conoce a Dios de manera
absoluta, y lo que ellos creen que es Dios, no es Dios en absoluto, están adorando al trono
de Satanás, el promotor de la religión falsa. “Pero ahora, (versículo 9), que habéis llegado
a conocer a Dios.” ¿Qué significa la palabra conocer? Conocer en un sentido muy
profundo ahí, intimo. Dice en el libro de Génesis que Caín conoció a su esposa y ella tuvo
un hijo. Unión intima, tan íntima como puede ser en el mundo físico. Cuando María estaba
embarazada, el Nuevo Testamento dice que José no la había conocido. Ese es un
eufemismo para una relación sexual, la más íntima de todas las relaciones humanas.
En el Antiguo Testamento Dios dice acerca de Israel, Amos 3:2, “Solo a Israel he conocido”.
Bueno, no significa que la única gente que Dios conoció en el mundo eran judíos. Él quiere
decir Israel es la única nación con la que tuve un pacto íntimo, con quien tuve una relación
de amor íntimo. Usted no tenía eso, pero ahora la tiene. Ha llegado a conocer a Dios,
usted tiene esa relación intima de amor con Dios, de tal manera que puede clamar a Dios
“Abba Padre”, “Papi”, “Papito”, ahí es donde usted acude en las luchas de la vida. Y la
razón por la que usted conoce a Dios, me encanta esto, versículo 9, es porque más bien
usted es conocido por Dios. Ahí es donde todo comienza, usted no puede conocerlo hasta
que Él primero a colocado su amor en usted. Él inicia esa relación. Nosotros lo amamos a
Él porque Él nos amó primero. Lo conocemos porque Él nos conoció primero.
Él le dice a Nataniel en los primeros capítulos de Juan, “Te vi, te conocí cuando estabas
parado por ahí”. Él lo vio con los ojos de la omnisciencia. Él lo vio con los ojos de amor, él
los vio con los ojos de la predestinación, Dios lo conoció a usted primero antes de que
usted lo conociera a Él. Dios lo amó a usted primero antes de que usted lo amara a Él. Dios
lo llamó a usted antes de que usted clamara a Él. 1ra de Tesalonicenses 1:9 dice, “que
fuimos rescatados de los ídolos”, volviéndonos de los ídolos al Dios Viviente. Eso es lo que
significa conocer a Dios, tener una relación íntima con Dios. Usted ha llegado a conocer a
Dios, porque Él lo conoce a usted.
Juan 10, Jesús dice, “mis ovejas oyen mi voz y yo las conozco”. Y él sigue diciendo, “y me
conocen”. Y él quiere decir en esta relación íntima. Ustedes han llegado a conocer a Dios,
son creyentes, y él está hablando claro, de manera general, hasta donde él sabe. Esta es la
maravilla de la salvación. Ustedes que no conocían a Dios, ahora conocen a Dios y ahora
claman: “Abba Padre”. Y ustedes son conocidos por Dios porque nadie puede venir a Mí,
Jesús dijo, si el Padre que me envió no le trajere. Juan 6:44. Entonces, ahora que conocen
a Dios, porque Dios los conoce a ustedes, “¿cómo es”, versículo 9, “que regresan”, esa es
la palabra para convertido, ¿cómo es que ustedes están convirtiéndose de reversa, otra
vez, a las cosas débiles y sin valor elementales? Cualquier forma de religión, cual este
incluyendo, esclavitud a la ley mosaica por parte de los judíos, es algo elemental, débil, y
sin valor, cuando es comparada con el evangelio verdadero en Cristo.
¿Desean otra vez estar esclavizados? ¿Están convirtiéndose de regreso? ¿Están
regresando a su religión antigua? ¿Están regresando al judaísmo, el cual ni siquiera era su
religión antigua? Pero, ¿están regresando a una religión que, una vez fue el plan de Dios,
pero ha sido reemplazada? ¿Están regresando a lo que ahora es la concha de una religión
verdadera y en sí misma es falsa? El legalismo es una religión falsa, regresar a leyes
alimenticias, regresar a observar el día de reposo, regresar a festividades y festivales,
pascuas. ¿Están regresando a aquello de lo que fueron librado? ¿Se están regresando a su
familia antigua? ¿a su esclavitud antigua? ¿No es suficiente en ser hijos? ¿Están yendo de
regreso? Esto no es profundo.
Usted sabe, usted ve las religiones y usted piensa que algo en cierta manera es informal si
es como esto, y después usted ve representado, si usted ve una catedral o ve algo así en la
televisión y usted ve todos los disfraces, todo el brillo que constituye ese tipo de situación
y usted tiene el sentimiento que eso es profundo, esa no es religión que avanza, esa es
una religión que está atrás de regreso a las cosas elementales, débiles, y sin valor. De
regreso a cosas simples, simplistas. Esa no es religión avanzada, es una religión que ha
retrocedido. Esa no es religión profunda, esa es religión simplista. Lo que es religión
profunda es abrazar su relación como hijo, por la fe, y no enredarse en cosas elementales,
débiles, y sin valor, que constituyen la religión falsa.
Ustedes desean, él dice al final del versículo 9, “¿quieren volver a estar esclavizados?,
¿quieren ser como Israel?” Un poco de la historia de Israel sería una buena advertencia.
Israel fue sacada de Egipto, bastante dramático, ¿no lo diría usted? las plagas. ¿Acaso
vieron la mano de Dios? claro que la vieron. Vieron la mano de Dios en las plagas y su
protección, y salieron al desierto en el capítulo 14 de Éxodo. Faraón comienza a
perseguirlos, entonces estaban aterrados en el versículo 10 de Éxodo 14, y llegan con
Moisés y esto es lo que le dijeron: “¿Es porque no habían tumbas en Egipto que nos has
sacado para morir en el desierto?” Eso es simplemente sarcasmo. “Oh, ¿nos sacaste hasta
aquí porque no podías encontrar un lugar donde sepultarnos en Egipto? ¿Por qué nos has
tratado así, sacándonos de Egipto? No es esta la palabra que te dijimos en Egipto, te
dijimos, déjanos, para que podamos servir a los egipcios. Hubiera sido mejor para
nosotros servir a los egipcios que morir en el desierto.”
Y después, Moisés dice, “no teman, estad quietos, vean la salvación de Jehová”. Y el mar
Rojo se parte y pasan por el medio, y llegan al otro lado. Guau, me imagino que
aprendieron su lección. Capítulo 16, Inmediatamente después de eso, los hijos de Israel le
dijeron a Moisés y Aarón, versículo 3, “Hubiéramos muerto por la mano del Señor en la
tierra de Egipto”. No habían avanzado en absoluto. “Cuando nos sentábamos a las ollas de
carne, cuando comíamos hasta estar saciados, ¿Por qué nos habéis sacado a este desierto
para matarnos a todos nosotros con hambre?” Entonces ¿sabe usted lo que el Señor hizo?
El Señor proveyó agua, y el Señor proveyó carne. Oh muy bien, eso los va a ayudar a pasar
ese estorbo. Capítulo 17, versículo 3, “El pueblo tuvo sed de agua, se quejó contra Moisés
y dijeron, ‘¿Por qué ahora nos has sacado de Egipto para matarnos a nosotros, y a
nuestros hijos y a nuestro ganado, de sed?’. Y después Moisés responde al decir, me van a
apedrear si esto sigue.
Habían visto milagro tras milagro, tras milagro, incluyendo el mar Rojo abierto. Agua,
alimento creado. Y fueron seducidos para regresar a Egipto. Eso es lo que los judaizantes
estaban tratando de decirles a los creyentes gálatas que hicieran. Regresen a aquello de lo
que el Señor los había rescatado. ¿Y que era específicamente? Versículo 10, “Observan los
días y meses y años y temporadas.” Estaban comenzando a absorber el calendario
mosaico, rituales externos y ceremonias. Y escuche, ninguna de ellas, ninguna de ellas es
obligatoria para la iglesia, en ningún lugar de todo el Nuevo Testamento. No hay mandato
en todo el Nuevo Testamento a guardar el día de reposo o ningún otro de los
acontecimientos o eventos del calendario judío. Festivales, ritos, rituales, leyes
alimenticias, todo se acabó, están regresando, están yendo hacia atrás.
Colosenses 2:16, “No dejen que nadie actúe como su juez, con respecto a comida o bebida
o festival o luna nueva o día de reposo, cosas que son una mera sombra de lo que está por
venir, pero la sustancia pertenece a Cristo.” No regresen a eso, es ser fascinado. Es peor
que eso. Aquellos de ustedes que están desviándose de regreso, eso, versículo 11, “Temo
por ustedes que quizás he trabajado por ustedes en vano.” He trabajado por ustedes en
vano. Puedo pensar en una dama en nuestra iglesia, tenía mucho amor hacia ella. Ella es
una mujer judía y se convirtió a Cristo aquí, y parte de nuestra iglesia, ministrando de
maneras maravillosas, inclusive enseñando algo de la Biblia, y de pronto ella regresó a las
profundidades del catolicismo romano, profundidades del catolicismo romano. Ella de
hecho se convirtió y creo que todavía es una apologeta para el romanismo.
Después de toda la predicación, y toda la enseñanza y todas las conversaciones, entiendo
lo que Pablo quiso decir cuando dijo, “Temo por ustedes que quizás he trabajado por
ustedes en vano, porque han regresado a las cosas de las cuales el evangelio quiere
salvarlos.” Esa es la idea. Usted se gana su salvación al adherirse al ritual religioso. Eso es
ser fascinado. Entonces, ¿cómo es posible que usted no abrace de manera completa la
salvación por la fe únicamente, cuando usted se ha convertido en un hijo? Ha sido
adoptado y es un heredero de todo lo que Dios posee. La gente que regresa, ¿realmente
eran creyentes reales? No. 1ra de Juan 2:19, “Salieron de nosotros porque no eran de
nosotros. Si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros. Salieron de
nosotros, para que se manifestase que nunca fueron de nosotros.” Juan 8, Jesús dice, “Si
continuas en mi Palabra, entonces eres mi discípulo real”.
La teología de ser un hijo, la teología de la adopción realmente es el evangelio. Antes de la
salvación usted no conocía a Dios. usted era parte de la familia del diablo. El disfrazó la
condición verdadera con religión, pero usted estaba enredado en cosas sin valor, débiles,
elementales. Usted quizás pudo haber sido religioso, pero usted no conocía a Dios. Esa era
su condición antes de la salvación. En la salvación, Dios quien lo escogió a usted antes de
la fundación del mundo, lo predestinó a usted para conformarlo a la imagen de Su Hijo, se
movió en su vida por Su amor y gracia, Él lo conoció a usted, Él se unió a sí mismo a usted
en amor. Y despertó su corazón y usted respondió al unirse a sí mismo a Él. Él vino a usted
y usted vino a Él. Él lo conoció a usted y usted lo conoció a Él. Él lo amó a usted y usted lo
amó correspondiéndole. Y ahora, después de la salvación, usted está esperando para que
se desarrolle su herencia.
Este es el evangelio. Es acerca de lo que Dios ha preparado para aquellos que le aman en
el cielo. No es acerca de riquezas en esta tierra. De hecho, esta tierra está llena de
sufrimientos, inclusive los apóstoles sabían eso. Este es el evangelio, usted no conocía a
Dios, usted estaba en la religión débil y sin valor, estaba en esclavitud a la ley, al pecado.
Usted es alguien sin esperanza, inútil, ciego, ignorante, y después Dios desea tener una
relación íntima con usted. Y entonces el establece su amor en usted, y por el poder del
Espíritu, mediante la predicación y el oír el evangelio, Él establece una relación con usted,
y usted con Él. Él lo conoce a usted y usted lo conoce a Él. Él lo ama a usted y usted lo ama
a Él. Usted es liberado de la esclavitud, todo es por fe en Cristo únicamente y nada más.
Ahora, usted es un hijo adoptado esperando la herencia completa que está reservada para
usted en el cielo.
Usted no necesita añadir nada a eso. Y si usted lo hace, si usted regresa, entonces todo
este esfuerzo fue en vano. Todas sus deudas pasadas fueron canceladas cuando usted
vino a Cristo, su vida antigua fue borrada, Dios ya no se acuerda de ella, su familia antigua
se acabó, usted tiene una familia totalmente nueva, todo esto debido a la sangre preciada
de Jesucristo, siendo aplicada como un pago para que usted fuera hecho hijo.
Padre, te damos gracia de nuevo esta mañana, como siempre lo hacemos. Porque no
sabemos que más decir, cuando pensamos en lo que tú haces por nosotros, para tu gloria.
Simplemente, realmente es abrumador. Simplemente va más allá de la compresión que tú
nos concedas, riquezas eternas como estas cuando somos tan indignos. Que nunca jamás
pensemos ni por un momento, en regresar a la religión débil y sin valor, superficial,
externa, de regreso a la esclavitud de la cual fuimos librados, de regreso a la niñez, antes
de que fuéramos maduros, de regreso a la ignorancia antes de que te conociéramos a ti,
sino que nos regocijemos en nuestra condición de hijo, clamando Abba Padre. Y
experimentemos regularmente tu amor y tu poder en nuestras vidas, conforme tu
continúas derramando toda bendición espiritual en tus hijos. Y que esperemos
pacientemente, algunas veces sufriendo la gloria que está por venir, sabiendo que los
sufrimientos de esta vida no son dignos de ser comparados con la gloria que nos espera.
Concédenos paciencia y gozo, hasta que te veamos cara a cara y recibamos lo que tienes
para nosotros, y arrojemos de regreso la corona a tus pies, para que tu recibas toda la
gloria. Amén.
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
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