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LA NUEVA EVANGELIZACIÓN: ESCUELA DE FE.

Juan Felipe Cardozo Ramírez

Profesor:

Pbro Andrés Felipe Arredondo Pulido

ESCUELA DE TEOLOGÍA, FILOSOFÍA Y HUMANIDADES


PROGRAMA EN TEOLOGÍA
ASIGNATURA
MEDELLÍN

Octubre , 2022
Introducción

Solo en la fe, don de Dios, se puede establecer una relación personal con Él y estar a la
altura de la vocación de discípulos, en consecuencia, la fe es indispensable para realizar los
signos de la presencia del Reino de Dios en el mundo. El episodio de Pedro caminando
sobre las aguas para acercarse a Jesús con miedo, permite reconocer la actitud de muchos
fieles y comunidades cristianas, sobre todo en los países de antigua evangelización, que
viven el alejamiento de los fieles debido a su poca fe, la vida sacramental y la praxis
cristiana, pasando incluso a la categoría de no creyentes. Otros, experimentan el cansancio
o el miedo frente a las situaciones complejas del mundo actual. Frente a ello, la salvación
proviene solo del Señor Jesús, el único que puede tender su mano y guiar hacia el lugar
seguro en el camino de la fe.

En este sentido, el Santo Padre Benedicto XVI convoca el Año de la fe que inició el 11 de
octubre de 2012, recordando el 50 aniversario de la apertura del Concilio Ecuménico
Vaticano II y el 20 aniversario de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica. De
este modo, se define el tema de la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los
Obispos, que tuvo lugar del 7 al 28 de octubre del mismo año, abriendo nuevamente “la
puerta de la fe” (Hch 14,27).

En este contexto, la evangelización tiene como finalidad la transmisión de la fe cristiana, en


primer término, a la comunidad de discípulos de Cristo, organizados en Iglesias
particulares, diócesis y eparquías, que se reúnen para transmitir el tesoro de la fe a las
familias y comunidades de sus parroquias, a través de la propuesta y del testimonio de la
vida cristiana, del catecumenado, de la catequesis y de las obras de caridad, siendo una
actividad habitual de la Iglesia, evangelización ordinaria que con ayuda del Espíritu Santo,
debe ser animada por un nuevo ardor, a través de la búsqueda de nuevos métodos y formas
expresivas que transmitan al hombre contemporáneo la perenne verdad de Jesucristo, con la
finalidad de dar ánimo a los proyectos pastorales, vivificar las estructuras existentes y
suscitar la creatividad pastoral a la altura de las necesidades del hombre y la sociedad actual
y sus expectativas.
Pero también incluye el impulso a la actividad misionera, para llevar la fe a todas las
personas que no conocen a Jesucristo o de modo particular a aquellos que se han alejado de
la Iglesia y de la praxis cristiana, para que, a través de una nueva evangelización, descubran
la belleza de la fe cristiana y la alegría del encuentro personal con el Señor, en la Iglesia,
comunidad de los fieles.

Esta escuela de fe tiene claridad en sus objetivos, estructura, método, ámbitos de cobertura,
contenidos a desarrollar y recursos a emplear, aspectos que se abordan en el presente
ensayo con la finalidad de precisar sus características para responder a las necesidades de la
Iglesia y del hombre de hoy.

Desarrollo

Las transformaciones sociales y culturales del mundo actual, han contribuido con la
difusión de una desorientación, que se traduce en formas de desconfianza hacia el sentido
de la vida y en una escasa disponibilidad a adherirse en modo total y sin condiciones a lo
que nos ha sido entregado como revelación de la verdad profunda de nuestro ser. Este
fenómeno del abandono de la fe, se ha manifestado progresivamente en sociedades y
culturas desde hace siglos adheridas al Evangelio. La fe, considerada como un elemento
cada vez más relacionada con la esfera íntima e individual de las personas, se ha
transformado en una presuposición para muchos cristianos, que han continuado a
preocuparse de las lógicas consecuencias sociales, culturales y políticas de la predicación
del Evangelio, pero que no se han preocupado suficientemente por mantener viva la propia
fe y la de sus comunidades. Este riesgo, se ha transformado lamentablemente en una
realidad.

Ante esta situación, la Iglesia y sus Pastores se han puesto en acción para rescatar a los
hombres hacia la amistad con el Hijo de Dios, imaginando nuevos instrumentos y nuevas
palabras para hacer audible y comprensible la palabra de la fe verdadera en Dios, lo cual
requiere el crecimiento en la Iglesia del coraje y las energías a favor de una nueva
evangelización, que lleve a redescubrir la alegría de creer y ayude a encontrar nuevamente
entusiasmo en la comunicación de la fe. Se trata de vivir la fe en una dimensión de anuncio
de Dios.

 Origen

El origen de esta acción evangelizadora se puede fijar en el Concilio Vaticano II, con la
voluntad de dar respuestas a la desorientación experimentada por los cristianos, idea que
animó el magisterio y ministerio apostólico del Papa Pablo VI. Pero fue el Papa Juan Pablo
II quien introdujo la expresión «nueva evangelización» (Polonia, 9 de junio de 1979; Haití,
9 de marzo de 1983), que viene a ser una llamada apremiante para que la Iglesia no solo
cumpliera con la tarea del anuncio del Evangelio: “Vayan por todo el mundo y prediquen el
Evangelio” (Mateo 28,19), sino que la realizara teniendo siempre presente su índole
misionera, pero con “nuevo ardor, nuevos métodos y nueva expresión”, por lo cual invitó a
la Iglesia a que realizara lo que se comenzó a llamar “ nueva evangelización”.

El Papa Benedicto XVI, dando continuidad a cuanto ya expresaba Juan Pablo II, puso todo
su empeño en esta misión, colocando la nueva evangelización en el primer puesto de la
agenda pastoral de toda la Iglesia. Para ello, creó el Pontificio Consejo para la promoción
de la Nueva Evangelización. Con la llegada del Papa Francisco, este proceso adquiere un
mayor impulso, pidiendo que la Iglesia siempre vaya a todos, en especial a las periferias
humanas, con una conciencia de discipulado y de misión.

 Sujetos

El espacio geográfico dentro del cual se desarrolla la nueva evangelización, sin ser
exclusivo, se refiere primariamente al Occidente cristiano. El sujeto de la transmisión de la
fe es toda la Iglesia, que se manifiesta en las Iglesias particulares, Eparquías y Diócesis.
Según el Sínodo de Obispos (2012), “La nueva evangelización empeña a todos los sujetos
eclesiales (individuos, comunidades, parroquias, diócesis, Conferencias Episcopales,
movimientos, grupos y otras realidades eclesiales, religiosos y personas consagradas) en
vista de una verificación de la vida eclesial y de la acción pastoral, asumiendo como punto
de análisis la cualidad de la propia vida de fe, y su capacidad de ser un instrumento de
anuncio, según el Evangelio” (p.38). Entre los sujetos de la transmisión de la fe, se da
mucho espacio a las figuras de la familia, de la vida consagrada y del propio cristiano.

 Objetivos

Este programa fue entendido por San Juan Pablo II como la relación de la Iglesia con el
externo, pero presupone, ante todo, una constante renovación hacia el interno, un continuo
pasar de evangelizada a evangelizadora, redescubriendo su vocación de Ecclesia mater,
para asegurar el crecimiento de una fe límpida y profunda. Así, según el Sínodo de Obispos
(2012), “la evangelización consiste en el ofrecimiento del Evangelio que transfigura al
hombre, a su mundo y a su historia” (p.17). La Iglesia evangeliza cuando, gracias a la
fuerza del Evangelio que anuncia (cf. Rm 1,16), hace renacer cada persona, a través de la
experiencia de la muerte y de la resurrección de Jesús (cf. Rm 6,4), impregnándola de la
novedad del bautismo y de la vida según el Evangelio, de la relación del Hijo con su Padre
para sentir la fuerza del Espíritu (cf. Ef 2,18).

Pero también, la nueva evangelización es la capacidad de parte de la Iglesia de vivir en


modo renovado la propia experiencia comunitaria de la fe y del anuncio dentro de las
nuevas situaciones culturales que se han creado en las últimas décadas. En consecuencia, su
finalidad principal es tratar de orientar la libertad de las personas, hombres y mujeres, hacia
Dios, fuente de la verdad, de la bondad y de la belleza. La renovación de la fe debería hacer
superar los obstáculos que se oponen a una vida cristiana auténtica, según la voluntad de
Dios, expresada en el mandamiento del amor a Dios y al próximo (cf. Mc 12,33).

Sus objetivos para Fernández (2012), son, en primer lugar, ser canal y modelo del
Evangelio, de forma que por el testimonio y la proclamación se susciten conversiones
radicales a la persona de Jesucristo. El segundo, es construir una cultura humana
evangelizada, en la que todas las relaciones que se establezcan deban humanizarse de
conformidad con el plan de Dios.

 Estructura
El programa de la nueva evangelización surgido del Sínodo de los Obispos (2012), el
llamado Instrumentum laboris, fue estructurado en cuatro capítulos: (1) el redescubrimiento
del corazón de la evangelización, es decir, la experiencia de la fe cristiana en el encuentro
con Jesucristo, Evangelio de Dios Padre para el hombre; (2) el discernimiento sobre las
transformaciones que están influenciando el modo de vivir la fe, que inciden en las
comunidades cristianas; (3) el análisis de los lugares fundamentales, los instrumentos, los
sujetos y las acciones a través de los cuales la fe cristiana es transmitida: la liturgia, la
catequesis y la caridad; y (4) los sectores de la acción pastoral dedicados al anuncio del
Evangelio y a la transmisión de la fe.

Sin embargo, para hablar de una estructura de la nueva evangelización, es necesario


remitirse a las palabras del Papa Benedicto XVI, “La nueva evangelización debe someterse
al misterio de la semilla de mostaza y no pretender producir rápidamente el gran árbol”
(Ratzinger, s.f., p.3). En otras palabras, debemos aceptar el misterio de que la Iglesia es al
mismo tiempo un gran árbol y una pequeñísima semilla.

 Escenarios

La nueva evangelización ha sido capaz de discernir nuevos escenarios que se han venido
creando en las últimas décadas en la historia de los hombres, convirtiéndolos en lugares de
anuncio del Evangelio y de experiencia cultural. El primero, es el escenario cultural, que
lleva a confrontar la expansión de la secularización, recuperando lo humano como punto
natural de inserción de la fe y, por tanto, lugar privilegiado de la evangelización.

El segundo escenario es más social, el fenómeno migratorio, que viene propiciando un


encuentro y mezcla de las culturas, produciendo formas de desmoronamiento de las
referencias fundamentales de la vida, de los valores y de los mismos vínculos de identidad
y acceso al sentido de la vida, creando un clima de extrema fluidez en el cual hay cada vez
menos espacio para las tradiciones, incluidas las religiosas. Este escenario está vinculado al
fenómeno de la globalización, que debería ser interpretado como momento de crecimiento,
en el cual la humanidad puede aprender a “desarrollar nuevas formas solidarias y nuevos
caminos para compartir el progreso de todos hacia el bien” (Sínodo de Obispos, 2012, p.
29).

Un tercer escenario es el económico, el cual ha puesto en evidencia las tensiones y las


formas de violencia concomitantes como consecuencia de las desigualdades económicas
provocadas dentro de las naciones y entre ellas, pero sobre todo la disparidad entre ricos y
pobres. Es allí donde las Iglesias en su ideal evangélico de pobreza, deben lograr la
sensibilización y acciones concretas, aunque aun no tengan el suficiente espacio en los
medios de comunicación.

El cuarto escenario es el político, marcado por la crisis de la ideología comunista con la


que finalizó la división del mundo occidental en dos bloques, lo que ha favorecido la
libertad religiosa y la posibilidad de reorganización de las Iglesias históricas, situación rica
de potencialidades, pero llena de riesgos y nuevas tentaciones de dominio y poder,
haciendo necesario el logro de la paz, el desarrollo y la liberación de los pueblos, una mejor
regulación internacional y la interacción de los gobiernos nacionales, la investigación de
nuevas formas de diálogo y colaboración entre las diversas culturas y religiones, la defensa
de los derechos humanos y de los pueblos, la promoción de los más débiles, la salvaguarda
de la creación y el empeño por el futuro del planeta, temas que las diversas Iglesias ya
sienten como propios y que deben custodiar y promover en la vida cotidiana de las
comunidades.

La investigación científica y tecnológica se convierte en un quinto escenario, con


múltiples aspectos positivos, pero con constantes peligros de excesivas esperanzas y de
manipulaciones, corriendo el riesgo de transformarse en nuevos y falsos ídolos. Se agrega
como sexto escenario de enormes posibilidades, el comunicativo, que representa un gran
desafío para la Iglesia, debido al poder del internet que ha dado origen a un nuevo espacio
social, cuyas relaciones son capaces de influenciar la vida de las personas.

Finalmente, el séptimo escenario es el religioso, que permite comprender el retorno al


sentido religioso y la exigencia multiforme de espiritualidad que caracteriza muchas
culturas y sobre todo, las generaciones más jóvenes, fenómeno que ha tocado a la Iglesia
católica y que favorece la experiencia religiosa, pero que sin embargo, se presenta con
rasgos poco liberadores, al verse empobrecido por fenómenos de fundamentalismo y la
proliferación de nuevos grupos religiosos o sectas, que confunden el estilo cristiano del
anuncio, haciendo necesario que las comunidades cristianas refuercen el cuidado de la
propia fe, adquiriendo aún más sentido el encuentro y el diálogo con las grandes tradiciones
religiosas. Es en este escenario donde cobran particular importancia el diálogo ecuménico y
el diálogo interreligioso.

 Método

La nueva evangelización consiste en imaginar situaciones, lugares de vida y acciones


pastorales, que permitan a las personas salir del “desierto interior”, imagen usada por el
Papa Benedicto XVI para representar la condición humana actual, prisionera de un mundo
que ha prácticamente excluido la cuestión de Dios del propio horizonte. Tener el coraje de
introducir el interrogante sobre Dios dentro de este mundo; tener el valor de dar
nuevamente cualidad y motivos a la fe de muchas de nuestras Iglesias de antigua fundación:
ésta es la tarea específica de la nueva evangelización (Sínodo de Obispos, 2012, p.42).

El Papa Benedicto XVI, afirma que se deben usar razonablemente los métodos modernos,
sin buscar atención para si mismos, ni aumentar el poder y la extensión de la Iglesia, sino a
partir del servicio al bien de las personas y de la humanidad, dando espacio a Dios que es la
Vida. En este sentido, evangelizar no es simplemente una forma de hablar, sino una forma
de vivir: vivir en la escucha y hacerse voz del Padre (Ratzinger, s.f., p.4).

A partir de ello, el Papa Francisco en Evangelii gaudium (E.G), propone: “primerear”,


involucrarnos, acompañar, fructificar, festejar. Este movimiento se realiza en unos ámbitos
concretos: el tiempo – la realidad – la unidad – el todo, que generan principios propios de
acción (Universidad Católica del Táchira, 2016).

“Primerear” significa que los discípulos de Jesús deben tomar también la iniciativa para el
encuentro y la realización de la obra evangelizadora con sentido misionero, sin temores ni
aprehensiones, con la seguridad de la ayuda de Dios. Involucrarnos es ir al encuentro de
todos los seres humanos para presentarles la Palabra de Dios con su fuerza transformadora,
dando sentido de encarnación a la acción evangelizadora. Acompañar se refiere a
“contemplar, conmoverse y detenerse ante el otro, cuantas veces sea necesario” (E.G.169).
Fructificar es tener la intencionalidad de obtener frutos con perseverancia, venciendo dos
tentaciones, el desaliento y el pensar que solo debemos quedarnos con el acto de sembrar.
Por último, festejar es celebrar cada pequeña victoria, cada paso logrado en la
evangelización.

 Contenidos

A partir del fundamento de las Escrituras, la tradición eclesial ha creado una pedagogía de
la transmisión de la fe, que ha desarrollado en los cuatro grandes títulos del Catecismo
Romano: el Credo, los sacramentos, los mandamientos y la oración del Padre Nuestro,
esquema general del Catecismo de la Iglesia Católica, instrumento con una doble acción:
contiene los conceptos fundamentales de la fe e indica la pedagogía de su transmisión.

Por tanto, en palabras de Fernández (2012), “La nueva evangelización, no es producto de


una nueva teología ni nace de un avance determinado en la investigación de la fe” (p.24).
En cuanto a sus contenidos esenciales, el Papa Benedicto XVI, establece en primer lugar la
conversión, que permite dejar entrar a Dios en los criterios de la propia vida, sin estar
pendiente del juicio de los demás. Esto no implica reducir el cristianismo a la moralidad.

En segundo término, propone como contenido el Reino de Dios, anuncio del Dios vivo que
“está presente y actúa en el mundo, en nuestra vida, en mi vida” (Ratzinger, s.f. p.6). Así la
teología debe volver a ser teo-logía, un hablar de Dios y con Dios y la evangelización, ante
todo, debe hablar de Dios, anunciar al único Dios verdadero: el Creador, el Santificador, el
Juez (cf. El Catecismo de la Iglesia Católica). Pero no solo es hablar de Dios, también es
hablar con Dios a través de la oración y una liturgia que retome su significado profundo, la
presencia del misterio que trasciende todas las palabras.

El tercer contenido es Jesucristo, para que el asunto “Dios” se haga realmente concreto.
Pero no un Jesús histórico o mítico, sino aquel que se ofrece como camino de vida, con una
meta más elevada: unirse con Cristo, es decir, llegar a la unión con Dios. Este seguimiento
de Cristo es participación en su cruz, unirse a su amor, a la transformación de nuestra vida,
que se convierte en nacimiento del hombre nuevo, creado según Dios (Cf. Ef 4,24).

Para el Papa Benedicto XVI, el cuarto y último contenido es la vida eterna. De este modo,
el artículo de fe sobre el juicio, su fuerza en la formación de las conciencias, es un
contenido central del Evangelio y es realmente una buena nueva.

 Acciones

Para concretar la nueva evangelización, se deben propiciar: familias que son signo
verdadero de amor, de participación y de esperanza abierta a la vida; comunidades dotadas
de un verdadero espíritu ecuménico; el coraje de sostener iniciativas de justicia social y de
solidaridad; la alegría de donar la propia vida siguiendo una vocación o una consagración.

 Recursos

Villar (2012), señala que “El Catecismo de la Iglesia Católica es un instrumento de


evangelización que debe servir primariamente a la nueva evangelización de las
comunidades, mediante una actividad formativa que consolide la específica experiencia
cristiana como don ofrecido por Dios para alcanzar la plenitud de la verdad religiosa y
humana” (p.107). De esta manera, el Catecismo se convierte en el principal recurso para la
formación cristiana, sostenida y acompañada por una auténtica apología de la fe, que preste
seguridad y certezas a los creyentes ante las vicisitudes del mundo actual.

Adicionalmente, la instrumentalización de la nueva evangelización requiere otros recursos


físicos como espacios para reuniones, presupuesto para suministros, materiales
catequéticos, información de contacto de profesionales y del tribunal diocesano, entre otros
(Comité de Evangelización y Catequesis, 2012).

 La Nueva Evangelización en América Latina

Para Keller (s.f.), el proceso de la nueva evangelización en América Latina debe


considerarse a la luz de las Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano,
organizadas por el CELAM. En Medellín (1968), la acción pastoral quedó definida en torno
a tres líneas fundamentales: la opción por los pobres, el compromiso por la liberación
integral, y la comunidad o comunidades eclesiales de base. El método privilegiado para
evangelizar así es el testimonio de una Iglesia fiel a Dios y al hombre; pobre, misionera y
pascual; viva en sus comunidades y comprometida con el proceso de liberación integral;
evangelizada y evangelizadora por medio de la catequesis, la liturgia, la pastoral de
conjunto y la actitud profética (Pastoral de élites 13; Juventud 15; Pastoral de conjunto 2-4;
Catequesis y Liturgia…).

Ya en Puebla (1979), con su documento conclusivo “La evangelización en el presente y el


futuro de América Latina”, elaborado de acuerdo al método ver-juzgar-actuar, se ofrece un
mensaje o respuesta de la Iglesia: evangelización liberadora para la comunión y la
participación, proponiendo una aplicación pastoral concreta, las opciones preferenciales:
pobres, jóvenes, acción con los constructores de la sociedad y acción a favor de las
personas.

De la siguiente Conferencia, Santo Domingo (1992), su documento “Nueva evangelización,


promoción humana, cultura cristiana”, es considerado menos rico e impactante, sin
embargo, asume el objetivo de “impulsar con nuevo ardor una nueva evangelización, que se
proyecte en un mayor compromiso por la promoción integral del hombre e impregne con la
luz del Evangelio las culturas de los pueblos latinoamericanos” (SD 1).

En Aparecida (2007), se proclama el Evangelio de la vida plena para todas las personas y
para nuestros pueblos, que exige una Iglesia en estado de misión: comunidad de discípulos
y misioneros en actitud de conversión pastoral y renovación permanente. La nueva
evangelización se concreta en una misión continental permanente.

Para ello, la nueva evangelización en América Latina se lleva a cabo mediante una
experiencia muy original denominada “revisión de vida” empleando el método teológico-
pastoral ver-juzgar-actuar, que ha sido muy beneficioso en la motivación a participar en el
diseño de los planes pastorales y compromisos evangelizadores.

 Desafíos
El principal desafío de la evangelización ha sido siempre mantener viva y actual la novedad
del Evangelio. Esto, hoy día, implica superar modelos de pastoral inconsecuentes con la
renovación del Concilio Vaticano II y la tradición, que configuran modelos de una superada
y caduca evangelización. También, implica no repetir modelos esclerosados del pasado, o
aquellos que no expresen la novedad perenne del mensaje evangélico, considerando los
nuevos tiempos y contextos (Brighenti, 2013).

En consecuencia, se requiere una Iglesia en constante estado de aggiornamento, tanto en su


“ser” como en su “quehacer”.

Aporte personal

Sin duda, el alejamiento de los fieles debido a su poca fe, la vida sacramental y la praxis
cristiana, que los ha llevado a la categoría de no creyentes, ha sido el problema principal
que llevó al Concilio Vaticano II y a los Papas de esta época, a considerar la necesidad de
una nueva evangelización. La exposición de los cristianos a los constantes embates del
mundo actual, les ha hecho flaquear en su fe, lo que hace necesaria la renovación de los
métodos, contenidos, estrategias y recursos en este nuevo programa evangelizador, con el
mismo objetivo de siempre: vivir la fe en una dimensión de anuncio de Dios, aprovechando
las potencialidades que ofrece el Catecismo y la liturgia, desde un proceso de conversión, el
entendimiento del Reino de Dios, la comprensión de Jesucristo como concreción de Dios y
la creencia de la vida eterna. Esto se hace especialmente importante en el mundo occidental
y sobre todo en Latinoamérica, dadas sus características de pobreza y necesidad de
liberación, lo que trae implícitos una serie de desafíos, al tener que superar modelos ya
incongruentes con la realidad.

Conclusiones

La nueva evangelización es una llamada personal a profundizar la propia fe, tener confianza
en el Evangelio y poseer la voluntad de compartirlo. Este encuentro personal con la persona
de Jesús, trae paz y alegría y es la nueva evangelización la que ofrece un lente a través del
cual las personas pueden ver la Iglesia y el mundo que les rodea. De allí que, la nueva
evangelización se convierte en la esencia de la identidad de la Iglesia e invita a las personas
a experimentar el amor y misericordia de Dios a través de los sacramentos, especialmente a
través de la Eucaristía y la Penitencia y Reconciliación.

Referencias

Brighenti, A. (2013). Nueva evangelización y conversión pastoral: un abordaje desde la


Iglesia en América Latina y el Caribe. Theologica Xaveriana, 63 (176), 331-366.
Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia.

Comité de Evangelización y Catequesis (2012). Discípulos llamados a dar testimonio: La


Nueva Evangelización. Washington, DC: Conferencia de Obispos Católicos de los
Estados Unidos.

Keller, M. OSA. (s.f.). El reto de la Nueva Evangelización en América Latina. Panamá.

Fernández, J. (2012). Nueva Evangelización. Una propuesta para responder a la exigencia


Evangelizadora del nuevo milenio. N TH 15, 13-40.

Prado, J. (2013). Nuevos Evangelizadores para la Nueva Evangelización. México: Rema.

Ratzinger, J. (s.f.). La Nueva Evangelización. Conferencia pronunciada en el Congreso de


catequistas y profesores de religión. Escuela de Catequistas. Diócesis de Alcalá de
Henares.

Sínodo de los obispos (2012). XIII Asamblea General Ordinaria. La Nueva Evangelización
para la transmisión de la fe cristiana. Instrumentum laboris. Ciudad del Vaticano:
Secretaría General del Sínodo de los Obispos y Libreria Editrice Vaticana.

Universidad Católica del Táchira (2016). Un método para la Nueva Evangelización. Aporte
para la Semana de Teología.

Villar, J. (2012). Catecismo y nueva evangelización. Facultad de Teología. Universidad de


Navarra. Teología y catequesis 122, 107-121.

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