El granito de maiz

Habia una vez un granito de maiz que llego con el viento a una granja muy triste. Alli no habia
plantas, el se quedo asustado.
De repente sintio un picotazo en su espalda, se dio la vuelta y, ¡oh¡, un pollito gigante lo
miraba y miraba. Se alisto para volver a picotearle, por la semilla de un brinco se oculto
debajo de la tierra. El pollito busco y busco y nunca lo encontro. Espantado, el granito de
maiz, temblando de miedo, se durmio no sabemos cuanto tiempo, pero desperto y se sintio
mojado, era porque habia llovido. Y despues salio el sol y se sintio calientitito. Asi pasaron los
dias, comenzo a engordar, tenia la necesidad de sacar sus piecitos… Estiro y…
¡uuuuff¡ ¡saco sus piernitas!
Pasaron los dias, se sintio mas gordito y… ¡Estiro sus brazos!
Eran las raices que se sujetaron fuertemente de la tierra.
Despues queria sacar su cabeza y ¡salio de la tierra! ¡se pego un susto porque vio que el pollito
se acercaba y… no sabia como ocultarse! Pero el pollito no lo vio. Se fue corriendo porque
seguia buscando su semillita. No se dio cuanta de que el granito se habia convertido en una
linda plantita de maiz.
A medida que pasaba el tiempo la planta se volvio mas alta y podia ver todo desde arriba. Vio
que el pollito tambien habia crecido, pero nunca le alcanzo. Al final se volvieron amigos
porque la plantita le explico que cuando madure le iba a invitar muchas semillas. El pollito,
que se convirtio en gallito, le agradecio mucho y prometio cuidarlo.