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ganz1912 EL HOMBRE, ESPIRITU ENCARNADO COMPENDIO DE ANTROPOLOGIA FILOSOFICA Ramon Lucas Lucas Este libro tiene una vocacién eminentemente pedagogica. Ha nacido a la sombra de la docen- cia universitaria y tiene como objetivo propor- cionar una sintesis de facil y clara lectura sobre la antropologia filosofica. Pero también puede resiltar muy util a quienes pretenden formarse una coherénte y bien fundada idea sobre el ser humano. Tres son las partés que articulan este manual. En primer lugar, las 2actividades psiquicas» que conforman al hombre: la vida bioldgica y su evo- lucién; el conocimiento, compuesto por las sen- Saciones, la percepcion y la inteligencia; el que- rer, integrado por la voluntad, la libertad y el amor; la afectividad, comprendida por los sen- timientos, las emociones, el placer y el dolor. A Continuacion se aborda el tema de las dimensio- hes huimanas, es decir, la corporeidad, la his- toricidad y la intersubjetividad. Por ultimo se plantea la cuestion del hombre como persona, siendo nuicleos fundamentales el concepto del ser sustancial, la trascendencia y espiritualidad humanas, la muerte y la inmortalidad. La reflexion filosdfica sobre el hombre es, sin duda, Una cuestion permanente a lo largo de la historia del pensamiento. Su orientacion y sus Consecuiencias determinan el futuro. Ramon Lucas Lucas (San Martin de Tabara, Za- mora 1955) es catedratico de Antropologia filo- Sofica y Bioética en la Pontificia Universidad Gregoriana (Roma). Pertenece a la Congrega- cién de los Legionarios de Cristo. ganz1912 RAMON LUCAS LUCAS EL HOMBRE, ESPIRITU ENCARNADO Compendio de antropologia filoséfica QUINTA EDICION EDICIONES SiGUEME SALAMANCA 2008 Cubierta disefiada por Christian Hugo Martin Traduccién del autor, Ramén Lucas Lucas, sobre el original italiano L’uomo, spirito incarnato © Edizioni Paoline s.r.l., 1993 © Ediciones Sigueme S.A.U., Salamanca 1999 C/ Garcia Tejado, 23-27 - E-37007 Salamanca / Espatia TIf.: (34) 923 218 203 - Fax: (34) 923 270 563 ediciones@sigueme.es www.sigueme.es ISBN: 978-84-301-1391-0 Depésito legal: S. 1302-2008 Impreso en Espaiia / Union Europea Imprime: Graficas Varona S.A. Poligono El Montalvo, Salamanca 2008 ganz1912 PREMISA Esta sintesis de filosofia del hombre ha nacido como resultado de las clases impartidas en la Universidad Gregoriana. Por tanto, estd dirigida sobre todo a los estudiantes que van a afrontar el complejo mundo de los problemas filos6ficos. Fruto de la experiencia diddcti- ca, tiene una finalidad prevalentemente pedagégica. Por este motivo, mds que un tratado especializado, quiere ser una «sintesis», de facil y clara lectura, consciente de que «la claridad es la educaci6n del fi- lésofo». Sobre cada capitulo se podrian escribir libros enteros. Aqui se ha buscado presentar los elementos mds importantes, a través de los cuales emerge una visién del hombre coherente y bien fundada. Es por eso que el libro se dirige también a todas aquellas personas que, fuera de un ambiente estrictamente filoséfico, desean entender quién es el hombre. «Nova erigere, vetera conservare». Bajo la apariencia de un es- quema «cldsico» se ha querido integrar el gran dinamismo de la an- tropologia contempordnea. El lenguaje y el punto de vista existencial ofrecen la clave para el didlogo con pensadores «no-cldsicos»; de no ser asi los prejuicios lingiiisticos y conceptuales impedirian toda re- lacion. El libro contiene una serie de esquemas-resumen al inicio de ca- da capitulo y un glosario-recapitulacion situado al final del libro. La finalidad del glosario es encauzar la atencién del lector hacia los términos claves: para comprender un tema es indispensable comen- zar por la comprension de los conceptos esenciales. Por esta razon, el glosario no estd ordenado alfabéticamente, sino que reproduce la secuencia real del texto y respeta el orden de los capitulos. De este modo, su funcién no es s6lo la de un repertorio léxico, sino la de una recapitulacion esencial de la materia tratada y del orden expositivo en que ésta aparece. Recapitulacién que no se reduce a una repeti- cién del texto, ya que en la misma aparecen elementos nuevos o se tratan de forma diversa. Esto hace que el glosario y la recapitula- cién constituyan un todo unico con el texto, del cual pueden repre- sentar el primer y el iiltimo paso de la lectura. INTRODUCCION ESQUEMA I. Actualidad y urgencia del problema filos6fico del hombre 1, Instancias antropolégicas totalizantes de signo absolutista 2. Instancias antropolégicas totalizantes de signo liberal II. Origen del problema filos6fico del hombre 1. El estupor y la admiraci6n 2. El sentido de frustracién y desilusién TIT. ,Qué es la filosofia del hombre? 1. Significado de la expresion 2. Definicién y objeto de la filosofia del hombre 3. Método de la filosoffia del hombre IV. Esquema general del curso EI siglo XX es, sin duda, una de las épocas en las que mas se ha hablado del hombre y de los derechos humanos. Sin embargo, es uno de los tiempos en el que se han vivido las angustias mas profundas, las violaciones sistematicas de los derechos y la pérdida del sentido del hombre. Recuerdo la pelicula «El tercer hombre». En una escena el prota- gonista —un hombre mal vestido, de cabellos largos y sucios, que ven- de penicilina envenenada— sube a la torre que se yergue sobre una pla- za y desde allf muestra a su amigo la masa de gente que hormiguea abajo. {Qué le dice? Mas 0 menos esto: «Yo nunca harfa dafio a un hombre particular, pero no me importa nada sembrar la muerte en la masa. Vista desde aqui, la humanidad es una masa anénima que no suscita en mi ningun sentimiento. ;Qué me importa si mi penicilina en vez de salvar vidas las mata?». {Cinismo? No. Con motivaciones diversas, es precisamente lo que se hace en nuestros dias. En la guerra nadie osaria enviar a la muerte a una patrulla de soldados si tuviera que escoger individualmente a los hombres que la componen. Pero por el contrario, se puede diezmar a un ejército entero porque en la guerra el hombre individual es una par- te perdida en la masa abstracta del ejército. Todo hombre aspira a realizarse en armonjia con la propia identidad respetando la dignidad de los otros. La crisis de los valores es hoy la crisis del hombre, que no reconoce su dignidad personal y, por eso, no respeta la dignidad de los demas. Los antiguos griegos partian cons- tantemente del hombre, de su realidad concreta. Para ellos el hombre era la base, la medida de todas las cosas!. El pensamiento grecorro- | Protégoras: «Ildvtwv xonndtwv pétpav dvOpwmov eivat» (citado por Pla- ton en el Teeteto 151e-152a); Diels, 80 B 1. mano, al que sigue el medieval, puede ser visto en su totalidad como un humanismo abierto. Aun dentro de la diversidad de los autores, en el centro de la reflexién antigua se hallaba siempre el hombre y su des- tino: el hombre en relacién consigo mismo, el hombre en relaci6n con el mundo y el hombre en relaci6n con Dios. Un hombre particular, concreto, individualizado, que se conoce a si mismo, que piensa, que es persona y, por ello, que es un ser individual. {Qué ha ocurrido, en cambio, en los tiltimos dos siglos? El hombre de Sécrates, de san Agustin, de Boecio, de Descartes, en fin, el hombre que la filosoffa habia cultivado durante veinticinco siglos, se ha di- suelto en una entidad genérica y universal como el Espiritu Absoluto, la Materia, el Inconsciente, etc. I. ACTUALIDAD Y URGENCIA DEL PROBLEMA FILOSOFICO DEL HOMBRE 1. Instancias antropolégicas totalizantes de signo absolutista El desprecio sistematico de la dignidad humana es uno de los fru- tos de la filosofia idealista y de la politica totalitaria. Con Feuerbach (1804-1872) se inicia aquel cambio especifico que convierte en inma- nente la antropologia hasta ahora trascendente. Para él «el contenido y el objeto de la religién son absolutamente humanos; el misterio de la teologia es la antropologia, el misterio del ser divino es el ser hu- mano»?. Las consecuencias, a nivel practico, se manifiestan en un materia- lismo e inmanentismo absolutos: «si el ser humano es el ser supremo para el hombre, en la practica, la ley suprema serd el amor del hombre hacia el hombre»?, El humanismo de Feuerbach es un humanismo ateo y materialista: . 24]. Kant, Anthropologie in pragmatischer Hinsicht, Vorrede, en Kant's Ges- seammelte Schriften, Georg Reiner, Berlin 1917, vol. VIL, p. 119. 19 estudia al hombre entero (objeto material) y establece la existencia y la naturaleza del principio primero de su ser y de su obrar (objeto formal quod), mediante la reflexién critica sobre sus propios actos (objeto for- mal quo). Se trata, por tanto, de esclarecer, segtin la reflexion filos6fica, la pregunta que el hombre se formula: qué significa «ser hombre»? Se podria también decir que la filosoffa del hombre es la disciplina que toma al hombre como objeto de su investigacién para aclarar los as- pectos fundamentales de su ser. En este sentido la filosofia del hombre se diferencia fundamental- mente de las otras ciencias humanas. Las ciencias, en efecto, estudian al hombre como objeto, y desde puntos de vista relativos y parciales: psicolégico, biolégico, politico, econémico, etc. Ninguna abraza el cuadro completo y ninguna se propone responder a la pregunta: gquién es el hombre en cuanto hombre? La filosoffa del hombre estudia al hombre como sujeto personal y en su globalidad. Busca una respuesta total, Ultima, una respuesta en grado de esclarecer plenamente quién es el hombre tomado globalmente, en’su integridad. «Estudio global» significa que el hombre se presenta como unidad originaria y proble- mitica: {quién es el hombre? ,quién soy yo? «El hombre nos interesa en su totalidad, no por este o aquel as- pecto. Las ciencias particulares especializadas (antropologia, lingiifsti- ca, fisiologia, medicina, psicologia, sociologia, economia, ciencias po- Iiticas), a pesar de sus esfuerzos, tienden a limitar la totalidad del indi- viduo, considerandolo desde el punto de vista de una funcién o de un impulso particular. Nuestro conocimiento del hombre se hace afiicos: a menudo cambiamos una parte por el todo. Este es el error que nos pro- ponemos evitar»25, La filosofia del hombre considera al hombre en cuanto ser y pre- tende comprender su naturaleza y sus principios constitutivos, en el doble sentido que tiene el verbo comprender; es decir, determinar su esencia y entenderlo por el andlisis de sus causas tltimas. En este sen- tido la filosofia del hombre mantiene relaciones estrechas con otras ciencias humanas, especialmente con la psicologia experimental y la pedagogia. 25 A. Heschel, Who is man?, Standford University Press, Standford 1965. 20 Representa el fundamento y la clave de interpretacién de la psico- logia en cuanto: 1) esclarece el porqué tiltimo de los fendmenos psi- colégicos; 2) manifiesta el sentido del comportamiento del hombre en su complejidad; 3) hace posible las relaciones interpersonales basados en el concepto de persona que ofrece. El psic6logo que posee los prin- cipios de la filosofia del hombre, ademas de haberse enriquecido cul- turalmente como persona, tiene una clave de lectura més amplia para resolver los casos de patologia médica que se presentan a la psicologfa. Asf, sin entrar en campos de competencia ajena, puede descubrir el porqué de las patologias psiquicas, hacer andlisis y dar juicios perso- nales acertados y prudentes evitando reduccionismos y respetando to- das las dimensiones del hombre, porque lo conoce profundamente en su totalidad. La relaci6n entre la filosofia del hombre y la pedagogfa se basa en el concepto de persona y en las relaciones interpersonales. El andlisis que la filosofia del hombre hace del conocimiento y de la afectividad humana, asf como la insistencia en la dignidad de la persona, ofrece a la pedagogia la auténtica técnica de ensefianza y educacién: la que de- sarrolla las prerrogativas de la persona humana, evitando el riesgo, siempre presente, de la manipulacién, de la masificacién y de las ten- dencias antipersonalistas que reducen la persona a una cosa y la con- vierten en un instrumento. De este modo la filosoffa del hombre des- vela al pedagogo quién es el hombre en su miseria y en su esplendor. 3. Método de la filosofia del hombre Al elaborar un curso de filosoffa del hombre se pueden seguir di- versos métodos. Joseph De Finance? presenta dos. El primer tipo de filosofia del hombre tiene como tema el animal racional. Considera al hombre ante todo como un ser objetivo perte- neciente al mundo de la naturaleza y que emerge de ella mediante la racionalidad. Las antropologfas de este tipo buscan comprender al hombre a partir de la vida biolégica. Formas caracteristicas de este ti- po son las filosofias de Aristételes y de Teilhard de Chardin. 26 J. De Finance, Animal raisonnable, esprit incarné. Acta VII Cong. Thom. Int.: De homine, I, Bibliotheca Pontificiae Academiae Sancti Thomae. Roma 1970, pp. 53-72. 21 EI segundo tipo de filosofia del hombre podemos Ilamarlo filosofia del espiritu encarnado. El hombre es considerado ante todo como un sujeto personal, consciente de si y de su existencia encarnada. A este segundo tipo de filosofia del hombre pertenece la visin antropoldgica de santo Tomas de Aquino, que pone sobre todo el acento en el espiri- tu encarnado: el espiritu humano es un espfritu de grado inferior que tiene necesidad de un cuerpo como soporte para realizar las propias capacidades. Una segunda antropologia de este tipo es la filosofia exis- tencial y personalista, que esta polarizada en torno a la idea de la exis- tencia o ser-en-el-mundo a través de un cuerpo. Los dos tipos de filosofia del hombre tienen cada uno sus propios valores y defectos. En este libro hemos hecho una eleccién en favor del segundo, privilegiando el drama existencial del espiritu humano. Lo especffico del hombre es su interioridad y su libertad. El fulcro de esta filosoffa del hombre es la experiencia que se necesita vivir, y el hacer algo, sin que por otra parte esté claro qué hay que hacer. El hom- bre se contempla atin en camino hacia la realizacién de su existencia, homo viator?’. En esta perspectiva, la existencia humana es esencialmente pro- blema y drama. En el centro se encuentra, por tanto, la experiencia de la libertad. La libertad es un privilegio tremendo y una gloria de la que el hombre goza y sufre, porque es lo que hace dramitico su ser. De to- da circunstancia cabe evasién; de lo que no cabe evasién posible es del tener que escoger, del tener que decidir. El hombre es libre a la fuerza. La estructura propia de este espiritu encarnado, existente libre, es la historicidad. Su ser se realiza en la apertura y en la relacién de didlogo con los demas existentes libres en la socialidad y, sobre todo, en la re- lacién con el Primer Existente libre. El drama existencial del espiritu humano determina el método que hay que seguir en la filosofia del hombre. El espiritu encarnado que debe expresar y realizar la propia existencia humana a través de milti- ples actos espacio-temporales, no puede alcanzar nunca la visién de su ser de modo directo e inmediato. El método a seguir sera por ello un método de reflexidn critica sobre los propios actos para entender su 21G. Marcel, Homo viator, Prolégomenes a une Métaphysique de I' espérance, Montaigne, Clamecy 1963. 22 significado y el significado del ser que los produce. Tal método se pue- de llamar también fenomenoldgico-reflexivo. El problema del método de la filosoffa del hombre ha sido muy discutido. Husserl indicé el método fenomenoldgico; Gadamer y Ri- coeur el método hermenéutico. Fabro propone el método de la intros- pecci6n; Lévi-Strauss el método estructural; Marcel la reflexién tras- cendental. La filosofia del hombre, por su indole especifica, exige un método bastante complejo en el que se pueden distinguir dos fases distintas, pero no necesariamente separadas: el andlisis fenomenolégico y la re- flexi6n critica. En la fase fenomenolégica se analizan los datos relati- vos al hombre; en la fase de reflexién critica se desvela el significado y las causas Ultimas que los hacen posibles. El método de la filosofia del hombre se distingue del de las ciencias empiricas, porque ya en la fase fenomenolégica esté presente la reflexién «introspectiva», para usar una palabra apreciada por Cornelio Fabro”8. La raz6n es bastante obvia: los actos humanos son fenémenos muy complejos en los que el aspecto fisico esta profundamente ligado al psiquico y viceversa; hay que estudiarlos, por tanto, valiéndose de dos procedimientos: el de la observacion objetiva mediante el andlisis fenomenolégico, y el de la introspeccién mediante la reflexién critica??, Se trata de un procedi- miento que parte de los fenémenos y va hacia sus causas ultimas. No se trata de un método deductivo a priori, como decia Wolff, sino que més bien el andlisis fenomenolégico-reflexivo tiene un carac- ter inductivo: parte de los fenémenos y los estudia en profundidad con el fin de descubrir las causas tltimas. Es un método que, sin estar te- 28 C. Fabro, L’anima. Introduzione al problema dell’ uomo, Stadium, Roma 1955. Cfr. Introduccién, 3. Método de la psicologfa: la introspeccién, p. 25: «La puerta normal de acceso a la realidad psiquica es la reflexi6n critica sobre sus pro- pios actos que es llamada introspeccién o método introspectivo». 29, Fabro, op. cit., Cfr. Introduccién, 3. Método de la psicologfa: la intros- peccién, p. 25: «mientras el conocimiento directo sensitivo e intelectivo se dirige respectivamente a los objetos de los datos concretos sensibles y de las esencias 0 contenidos formales abstractos (la Wesensschau de la escuela fenomenolégica), la introspeccién es el conocimiento indirecto que el sujeto obtiene reflexionando so- bre el acto y sobre el proceso que el acto Ileva consigo». 30 €. Wolff, Logica methodo scientifica pertractata, Discursus praeliminaris, cap. IIT, n. 112, ed. Veronae 1779, p. 28. 23 matizado, lo han seguido Aristételes, Agustin, Tomas de Aquino, Blon- del. Blondel describe su método antropolégico tomando como punto de partida los «datos reales y los pensamientos concretos» en los cuales, «debemos explicitar lo que éstos suponen, en el sentido etimolégico de la palabra, eso que los hace posibles y sélidos... Implicar no es ya in- ventar, deducir; es mas bien descubrir lo que ya est presente, pero no revelado, no conocido y formulado atin explicitamente»3!, Blondel de- fine su método como «método de la implicacién y de la explicitacién». Al método fenomenolégico-reflexivo se puede objetar que el ana- lisis y la reflexién critica versan siempre sobre «actos pasados» que no pueden ser observados nunca en el momento mismo en el que se pro- ducen. Ademés, la atencién interna tiende a modificar, mds o menos, los hechos de conciencia, imponiéndoles una cierta rigidez que no tie- nen: {cémo observar una distracci6n sin suprimirla? La objecién no debe hacernos perder de vista la posibilidad de comprender el fenémeno psfquico como tal en la auténtica realidad de su desarrollo. Ha sido mérito de la fenomenologia husserliana, reco- brando el concepto de intencionalidad de la filosoffa tomista, esclare- cer que todo contenido de experiencia directa se puede aislar y meter entre paréntesis (Einklamerung), es decir, se puede estudiar en si y cap- tar su esencia. La inteligencia humana no puede abarcar simultdnea- mente, con una sola mirada, la realidad total de las cosas en su esencia. Cuando busca conocerla del mejor modo posible, se ve obligada a dis- tinguir en ellas gran variedad de aspectos para examinarlos separada- mente, uno tras otro. Esta diversidad de aspectos de la realidad no implica necesaria- mente que las distinciones sean reales, en el sentido de que cuanto se aprehende en la realidad por abstraccién como distinto y separado es- té en ella realmente separado. Una cosa es, por lo tanto, considerar sec- torialmente, separadamente, los diversos aspectos de una realidad, y otra, muy distinta, es suponer que tales aspectos estén realmente sepa- rados y dotados de una individualidad propia. El acto psiquico es un acto dindmico totalizante, de modo que sus momentos parciales no se pueden entender sino en relacién al todo. No hay duda sobre la nece- sidad de una cierta vuelta al pasado. Pero la conciencia refleja y los 31M. Blondel, Exigences philosophiques du Christianisme, PUF, Paris 1950, p. 278 y 288, 24 factores mneménicos se entrelazan con la conciencia actual, que acom- pafia todos los actos psiquicos y penetra su significado. Es el sujeto mismo, en primera persona, quien realiza el andlisis fenomenolégico-reflexivo. No puedo entender el dolor, el placer, el amor, etc., si no es refiriéndome a mi experiencia personal. Soy yo, por lo tanto, sujeto que veo, siento, entiendo, el mismo que reflexiona so- bre mi ver, sentir y entender para captar el sentido de estas acciones. El hombre, antes de comenzar a hacer una reflexion filos6fica, ya ha vi- vido desde hace mucho tiempo; tiene un bagaje de experiencias y de conocimientos, y ha reflexionado sobre la propia existencia. Al hacer filosofia del hombre, el sujeto debe valerse de todo esto. El suefio de una filosoffa del hombre, deductiva a partir del «cogito ergo sum», co- mo la querfan los racionalistas, ya se ha desvanecido. Para comprender el propio ser, el hombre no puede cesar de existir. IV. ESQUEMA GENERAL DEL CURSO En la primera parte se trata de estudiar las actividades psiquicas del hombre partiendo del nivel més elemental, que es la vida humana y la evolucién biolégica, para pasar luego al conocimiento humano en general, y después al intelectual de modo mis especffico. El mundo del conocimiento intelectual humano nos conduciré progresivamente hacia el estudio de la voluntad, de la libertad, de la afectividad y de los sentimientos. En la segunda parte afrontaremos las dimensiones fundamentales del hombre. Un ser que se presenta existente-en-el-mundo mediante la corporeidad; capaz de interioridad y con un proyecto de vida frente al cual es libre y responsable, porque su ser no le es dado, sino que debe hacerse en la libertad; un ser personal, intransferible, cuya estructura propia es la historicidad, participada por los otros hombres hacia los cuales estd abierto, de modo particular mediante el lenguaje, constitu- yendo asf la intersubjetividad. En la tercera parte procuraremos construir una metafisica del ser humano analizando el hombre como persona: unidad sustancial del hombre, valor y dignidad de la persona humana; trascendencia y espi- ritualidad del hombre; insuficiencia de las interpretaciones materialis- tas del hombre; la creacién del espiritu humano; la muerte y la inmor- talidad. 25 PRIMERA PARTE Las actividades psiquicas del hombre Elespiritu encarnado, que debe manifestarse y realizar su existen- cia humana a través de una multiplicidad de actos espacio-temporales, no puede comprender su ser si no es a través de su misma actividad psi- quica. La inteligencia humana no puede alcanzar simulténeamente y con un solo acto la esencia de toda la realidad humana. Cuando trata de conocerla del mejor modo posible, se ve obligada a distinguir en ella una multiplicidad de actos para examinarlos separadamente, uno des- pués de otro. Llamamos actos psiquicos a los fenémenos cognosciti- Vos, apetitivos y afectivos. Los actos humanos son fenémenos muy complejos en los cuales el aspecto fisico est4 profundamente unido al psiquico y viceversa; del mismo modo que la sensibilidad est infor- mada y penetrada de inteligibilidad, asf la inteligibilidad humana es siempre una inteligibilidad encarnada. Por medio de la reflexién critica sobre las actividades psiquicas del hombre, buscamos captar su sentido y el significado del ser que las realiz: CAPITULO I LA VIDA HUMANA ESQUEMA isién histérica 1. El mecanicismo 2. El vitalismo II. Elementos constitutivos del ser vivo 1. Significado prefilos6fico de la vida 2. La vida como acci6n inmanente autoperfeccionante a) La nutrici6n b) El crecimiento c) La reproduccién III. El principio vital y los grados de la vida 1. Naturaleza del principio vital: la forma sustancial 2. Los grados de la vida 3. La vida psiquica 4. Caracteres de la vida psiquica en cuanto psiquica a) Intencionalidad de la vida psiquica b) Conciencia de la vida psiquica IV. Origen de la vida 1. La generacién espontanea de la vida 2. La vida ha sido creada por un ser superior: Dios Es evidente que el hombre, en su totalidad, es y permanece un ser vivo, y que, en cuanto tal, se halla sometido a las leyes de lo org4nico, de manera que el comportamiento del hombre depende, desde el pun- to de vista biolégico, de la conservaci6n de la vida: es humano mien- tras vive. Si el fendmeno de la vida es un dato cierto, su significado no es tan obvio, dado que abraza una gama vastisima de seres con caracte- risticas muy diferentes entre si; por ejemplo, de la flor que no habla y esta quieta en un tiesto, decimos que vive; del ciervo que brama y co- rre por los bosques decimos que vive: ,qué es, por tanto, la vida? I. VISION HISTORICA: MECANICISMO Y VITALISMO La pregunta sobre qué es la vida es tan antigua como el estudio de la naturaleza. Los estudiosos en todo tiempo se han dividido en dos ca- tegorias opuestas: mecanicistas y vitalistas. 1. El mecanicismo El mecanicismo reduce el ser vivo a un agregado de substancias que actéan una sobre la otra con una compleja actividad fisico-quimi- ca; y dado que el mecanicismo reduce las actividades fisico-quimicas a acciones mec4nicas (movimiento local) esta teorfa, que niega la dife- rencia especiffica entre ser vivo y ser inanimado, se llama mecanicis- mo; el ser orgdnico no seria otra cosa que una maquina mis perfecta!, reducible y divisible en sus elementos. Entre seres vivos e inorganicos no existirfan diferencias esenciales 0 cualitativas, sino solamente dife- IR. Descartes, Traité de homme, cap. XVIII, en Oeuvres, a cargo de Adam y Tannery [A.T.], Paris, Vol. XI, pp. 119-120; Les passions de l’dme, art. Ill, A.T., vol. XI, p. 329. 31 rencias accidentales o de cantidad. El fenémeno de la vida no tendria nada de verdaderamente nuevo, con respecto al fisico-quimico, salvo una mayor complejidad. Ademés de una cierta concepcién filos6fica, esta teorfa esta res- paldada por diversos motivos que podemos sintetizar principalmente en dos: 1) la quimica orgdnica ha conseguido fabricar sintéticamente ciertas substancias que se crefa que s6lo los seres vivos podrian elabo- rar; 2) se ha descubierto que también en los seres vivos, como en los cuerpos inorgdnicos, acaecen cambios y transformaciones de energia; por tanto, se piensa que los futuros progresos de la quimica orgdnica permitiran fabricar artificialmente la vida, y que las asf llamadas acti- vidades vitales no serian otra cosa que procesos fisico-quimicos muy complejos. Se pueden considerar mecanicistas Demécrito y Leucipo, funda- dores del materialismo atomistico; Descartes con su analogia entre or- ganismo y maquina; los materialistas en general, que niegan cualquier diferencia esencial entre ser vivo e inorgénico por motivos diversos: prejuicios antirreligiosos, cientifismo. 2. El vitalismo El vitalismo sostiene la existencia de una diferencia esencial entre ser Vivo e inanimado, y admite en el ser vivo un principio vital. Se con- sideran vitalistas: Arist6teles, santo Tomas de Aquino, los escoldsticos y neo-escolasticos, y algunos de los cientificos mas ilustres: Pasteur, Lamarck, Driesch?. Il. ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DEL SER VIVO El término vida expresa un concepto abstracto formal tomado del verbo vivir. Vivir es el conjunto de los actos que caracterizan a los se- tes vivos; lo que existe en la realidad no es la vida, sino los seres vivos que realizan los asi llamados actos vitales. Distinguimos, por tanto, el nivel del ser del nivel del obrar. En el plano del ser tenemos al ser vivo, 2H. Driesch, Der Vitalismus als Geschichte und als Lehre, Leipzig 1906. 32 esto es, aquel que realiza las actividades; en el plano del obrar tene- mos el vivir, es decir, las actividades que el ser vivo realiza. {Cudles son las actividades exclusivas del ser vivo? 1. Significado prefilosdfico de la vida Para formarnos un concepto del ser vivo partamos de una fenome- nologfa de la vida misma y después busquemos una profundizacién fi- los6fica del concepto obtenido. {Qué es la vida desde un punto de vis- ta no cientifico? Si formulamos la pregunta en general, el sentido co- min del hombre responde: vive aquello que se mueve. Si durante una excursion a la montafia encontramos una serpiente que repta amena- zadora delante de nosotros, decimos: jcuidado, una serpiente! Si des- pués, con palos y piedras 1a dejamos fuera de combate, decimos: est4 muerta. Cuando la serpiente se movia amenazadora deciamos: esta vi- va; cuando ya no se mueve, decimos que esté muerta. Por tanto, la vi- da esté en el movimiento y un primer concepto de vida es la capaci- dad de moverse. Surge enseguida una doble dificultad; si entendemos el movimiento s6lo en el sentido de movimiento local, debemos decir que la piedra que cae est viva porque se mueve de un lugar a otro, mientras la flor que est4 en un tiesto no vive porque est4 siempre alli y no se mueve; pero nada nos autoriza a restringir asf el significado de «movimiento»; por otra parte, nosotros distinguimos el movimiento de la piedra y el movi- miento de la serpiente: el ser vivo se mueve, la piedra no se mueve, sino que es movida. La vida estd, por tanto, en el movimiento inmanente. 2. La vida como accion inmanente autoperfeccionante Profundizando filos6ficamente esta primera aproximacién al con- cepto de vida, podemos llamar ser vivo a aquel ser que es capaz de un movimiento inmanente autoperfeccionante. El movimiento, como ya lo definié Aristoteles, no es s6lo el movimiento local, sino «el acto del ente en potencia en cuanto en potencia»>. Por ser vivo entendemos en- tonces un ser capaz de hacerse pasar a sf mismo de la potencia al acto. Moverse a si mismo significa ejercitar una accién que termina en el su- 3 Aristételes, Phys., III, 1, 201a 10; Phys., III, 2, 202a 8. 33 jeto agente, y se llama accién inmanente; se contrapone a la accién transitiva que termina en un objeto distinto del sujeto agente; la accién inmanente en el ser vivo es una accién que enriquece, que perfecciona al mismo sujeto agente, y tenemos asf una accién inmanente autoper- feccionante+. Elemento constitutivo del ser vivo es, por tanto, la accién inma- nente autoperfeccionante, que no es sélo una diferencia de grado de mayor o menor complejidad, sino una caracteristica esencial, una di- ferencia irreductible, un salto cualitativo. El ser vivo realiza activida- des inmanentes autoperfeccionantes esencialmente diversas de aque- Ilas de los seres inorgdnicos e irreductibles a ellas. Se trata de resolver el problema de si existe una diferencia esencial 0 cualitativa entre ser vivo y ser no-vivo. El problema se resolveria facilmente si se pudiese conocer directamente la esencia de las cosas. Sin embargo, la esencia de los seres escapa a nuestro conocimiento inmediato. Nosotros cono- cemos la esencia de las cosas indirectamente, mediante el conoci- miento de sus propiedades. Dado que la naturaleza o esencia de un ser es la causa por la cual ese ser tiene esas propiedades en vez de otras, el criterio para establecer una diferencia esencial entre dos seres sera es- tudiar sus propiedades o manifestaciones esenciales. Pues los efectos estan proporcionados a las causas. Ahora bien, si todas las propiedades de un ser son reducibles a las propiedades de otro ser, y entre las propiedades de uno y otro hay sélo una diferencia cuantitativa, evidentemente, los dos seres no difieren esencialmente, sino s6lo de modo accidental. Por ejemplo, el hielo, el agua y el vapor de agua, no difieren esencialmente porque las propie- dades que los distinguen son entre ellas reducibles. Pero si las propie- dades de un ser se revelan realmente irreductibles a las propiedades de otro ser, por lo que entre ellas no se trata de un més o un menos sino de una total diferencia y de un comportamiento nuevo, se concluye que entre los dos seres hay una diferencia cualitativa y esencial, no sola- mente cuantitativa; los dos seres son esencialmente diversos. 4 Se podria objetar que éste es un concepto contradictorio, porque omne quod movetur ab alio movetur. Este principio dice que una cosa no puede estar en mo- vimiento y mover bajo el mismo aspecto y con respecto al mismo término, pero no impide que el mismo sujeto esté segtin un aspecto en acto y segtin otro aspecto en potencia. 34 Por tanto, el problema de la naturaleza de la vida se resuelve esta- bleciendo si existen realmente en los seres vivos propiedades o mani- festaciones irreductibles a las fisico-quimicas’. Puesto que el problema concierne a la diferencia entre el ser organico (cualquiera que éste sea) y el ser inorgdnico, es necesario considerar las actividades comunes a todos los seres vivos. El ntimero de actividades inmanentes y el grado de autoperfeccionamiento, aumentan o disminuyen en la medida en que el ser vivo es mds o menos perfecto; mas atin, son éstas las que constituyen una mayor o menor perfeccién. Hay, sin embargo, un nt- mero minimo de actividades inmanentes autoperfeccionantes que to- do ser vivo, por ser tal, tiene; y éstas son: /a nutricidn, el crecimiento y la reproducci6n®. a) La nutricién La nutrici6n es una actividad que en los seres inorganicos no se da ni siquiera de modo rudimentario; en éstos se puede dar yuxtaposicién pero no nutricién, pues ésta consiste en un continuo cambio de materia © metabolismo vital por el cual el organismo elige sustancias quimi- cas que le son convenientes y las convierte en sustancia propia (ana- bolismo o asimilacién) y elimina las que no le convienen (catabolis- mo). La nutrici6n supone, es verdad, acciones transitivas, pues des- compone y trasforma las sustancias que tiene que asimilar, pero no consiste propiamente en estas acciones que el ser vivo ejercita sobre otras sustancias, sino en el apropiarse de la sustancia asimilada y, lue- go, en el conservarse, perfeccionarse y enriquecerse a s{ mismo. El fe- némeno de la nutricién es, por tanto, una actividad inmanente y auto- SP. Grassé, L’ évolution du vivant, Albin Michel, Paris 1973, p. 13: «Afirmar que los seres vivos estan constituidos por los mismos elementos que componen los cuerpos inertes y que son sede de los fenémenos quimicos y fisicos que encontra- mos en estos tiltimos es, en el fondo, algo de una inmensa banalidad y sin gran sig- nificado, ,Cémo imaginar que los seres vivos posean otra composicién desde el momento en que existe una sola y nica materia multiforme? (...) Una de las dife- rencias radicales que oponen el fendmeno fisico al fenémeno biolégico se funda en la coercién absoluta del primero a obedecer las leyes de la materia, (...) Pero el ser vivo no sufre la ley fisica sin reaccionar. Puede en diversa medida evitarla». 6 Estas actividades estan bien ilustradas en un libro de 1946, pero que conserva todavia pleno valor: V. Marcozzi, La vita e ’ uomo, Cea, Milan 1946, pp. 12 ss. 35 perfeccionante; su novedad, con respecto a las actividades fisico-qui- micas, no consiste en la mayor complejidad de los fenémenos fisico- quimicos, sino en la organizacion de éstos que la constituyen, precisa- mente, diversa y superior no solo cuantitativamente, sino cualitativa y esencialmente. b) El crecimiento El crecimiento y el desarrollo son fenédmenos tipicos de los seres vivos. Asumiendo la materia del ambiente circundante y reorganizan- dola segtn las estructuras propias, el ser vivo, de una sola célula ini- cial, llega a millones de células con un entrelazamiento extremada- mente complejo de actividades. El crecimiento y el desarrollo del ser vivo no es de ninguna manera solamente cuantitativo; es una cons- trucci6n no por simple ampliacién o yuxtaposicién de materia, sino por epigénesis o evoluci6n interna hacia formas no presentes en el em- bri6n, a no ser en potencia. El desarrollo manifiesta algunas caracte- risticas que lo diferencian esencialmente de las actividades y transfor- maciones del ser inorgdnico, pues el desarrollo comporta una diferen- ciacién creciente, adaptable, en estadios sucesivos e irreversibles. La diferenciaci6n creciente se refiere tanto a las estructuras mor- folégicas como a las funciones fisiolégicas: asi en el hombre emergen células especializadas que forman tejidos que, a su vez, se combinan en 6rganos diversos, y cada una de las partes asume funciones propias. Tal diferenciacién lleva a una adaptacion al ambiente, cada vez mas auténoma: asi se pasa del bebé que necesita los cuidados maternos al adulto que es auténomo. El crecimiento del ser vivo se realiza en estadios sucesivos e irre- versibles de los cuales cada uno presupone el precedente. De hecho, el ser vivo puede detenerse en su desarrollo, con riesgo de su vida, pero nunca podré retroceder y encontrarse de nuevo en un estadio de desa- rrollo precedente, mientras que las actividades fisico-quimicas son siempre reversibles. Si tomamos como ejemplo el crecimiento de los cristales, argumento que algunos usan para rebatir el razonamiento pre- cedente, se vera la diferencia con respecto al crecimiento del ser vivo. Por ejemplo, en los cristales puestos en el agua madre, el crecimiento se debe al hecho de que las particulas se depositan sobre las caras del cristal mismo y sin reaccién quimica; los cristales, por tanto, crecen por aposicién externa. En el ser vivo, por el contrario, el aumento 36 acontece en el interior del organismo. En los cristales el fenémeno es reversible: puestos en una soluci6n no saturada, se disuelven, lo cual no sucede en los seres vivos. Por tanto, también el crecimiento y el de- sarrollo siguen leyes diversas y opuestas a las del ser inorgdnico, y es- to muestra que entre el ser orgdnico y el inorgdnico hay una diferen- cia cualitativa. c) La reproducci6n La reproduccién consiste en la capacidad de parte de un organismo de dar origen a otros organismos. Santo Tomas define la generacién como «origo alicuius viventis a principio vivente coniuncto»’. Todas las formas de reproduccién muestran dos caracterfsticas: 1) la repro- ducci6n se realiza para conservar la especie; 2) el impulso a reprodu- cirse parte del interior del organismo. Hay, por tanto, en la reproduc- cién un doble aspecto: finalista e inmanente. Estos dos aspectos no se encuentran en los fenémenos del mundo inanimado semejantes a la re- produccién. Por ejemplo, la formacion de cristales de forma y natura- leza iguales al cristal que los origina, o la produccién de una sustancia semejante a la propia por parte de algunos compuestos quimicos, no es reproduccién porque falta el impulso interno, es decir, el cardcter inmanente; se trata en ambos casos de una reaccién quimica reversi- ble. En la reproducci6n, es verdad, el ultimo estadio da origen a una actividad transitiva: producir otro ser diverso del agente, pero en si misma es una acci6n inmanente porque el ser vivo prepara en si mismo ciertas sustancias que después dardn origen al nuevo ser. Por tanto, también la reproduccién obedece a leyes diversas de aquellas del ser inorganico y es una actividad irreductible a los solos componentes fi- sico-quimicos. Podemos, por tanto, concluir que la vida es un fenémeno esencial- mente diverso y cualitativamente superior a los fendmenos fisico-qui- micos. En el curso de la historia ha habido numerosos intentos de re- producir artificialmente la vida; estos intentos, si estan hechos con se- tiedad, son Utiles al menos porque evidencian mayormente el diferente comportamiento existente entre el mundo orginico y el inorgdnico y, en segundo lugar, contribuyen a profundizar el conocimiento del as- 7Cfr. Tomas de Aquino, Summ. Theol., 1, q. 27, a. 2. a pecto fisico-quimico de los fenémenos vitales. Todo aspecto de la vida vegetativa y sensitiva, usando una expresién de Maritain, es «mate- rialmente fisico-quimico, y formalmente vital». Bajo el aspecto mate- rial, los fenémenos de la vida sensible se desarrollan mediante reac- ciones quimicas y fisicas; pero formalmente considerados, muestran un comportamiento diverso. Las leyes que subyacen no son ya las fi- sico-quimicas, sino leyes nuevas. Este comportamiento nuevo exige, por el principio de causalidad, una explicacién adecuada. El mecani- cismo, reduciendo todos los fenémenos vitales a simples fenémenos fisico-quimicos, renuncia a una explicacién racional del comporta- miento nuevo y esencialmente diverso de los seres vivos y de los ina- nimados. El vitalismo da raz6n de este diverso comportamiento entre el ser orgdnico y el inorgdnico. If. EL PRINCIPIO VITAL Y LOS GRADOS DE LA VIDA Hemos visto que las actividades inmanentes hasta aqui explicadas requieren la existencia de un principio vital que les dé inteligibilidad; se ha resuelto asj el problema del az sit, de la existencia del principio vital. Necesitamos ahora clarificar cudl es su naturaleza, el quid sit. Tratandose, por tanto, de un problema metafisico, no nos sorprende que algunos bidlogos que aceptan la existencia del principio vital no estén de acuerdo en lo referente a su naturaleza. 1. Naturaleza del principio vital: la forma sustancial Una definicién podria ser la siguiente: el principio vital es la forma sustancial del ser vivo, superior a la del ser inanimado, llamada co- mUnmente alma. «Principio de la vida en los seres vivos —dice santo Tomés— es el alma: de hecho Ilamamos animados a los seres vivos e inanimados a los privados de la vida»’. El principio vital no es una ac- tividad vital como las otras, sino la forma sustancial del ser vivo y, co- mo tal, el primer principio de toda actividad. La forma sustancial es una sustancia, no un accidente, porque es un constitutivo esencial del ser vivo. Una sustancia, sin embargo, incompleta: no es ella misma, si- 8 Toms de Aquino, Summ. Theol., I, q. 75, a-1. 38 no mas bien el principio por el cual el compuesto es (ens quo), desti- nada a unirse con la materia para formar con ella una sola sustancia completa: el compuesto vivo (ens quod). El alma concebida como forma sustancial es aquello por lo cual el cuerpo vivo es lo que es; por lo tanto, no tiene sentido preguntarse cOmo se unen el alma y el cuerpo del cual es forma, ya que si no estu- viese unida al cuerpo, ella no seria lo que es, 0 sea, forma de, acto de ese cuerpo. Como primer principio de la vida, el alma es acto primero o sus- tancial?, que da el ser «simpliciter», y no acto segundo o accidental, que da el ser «secundum quid». A este respecto afirma Aristoteles que el acto se pone de dos modos: al modo de la ciencia o al modo de la ac- tividad pensante. Mientras de hecho el acto de la ciencia se pone tam- bién cuando uno duerme, el acto de la actividad pensante, no; por eso la actividad pensante presupone la ciencia. La actividad pensante, por tanto, es acto segundo respecto a la ciencia, y la ciencia es acto pri- mero. El alma es acto como es acto de la ciencia, o sea, acto primero, porque el ser vivo la tiene cuando duerme, incluso cuando no ejercita aparentemente actividades vitales. El alma, como forma sustancial, es por lo mismo el principio pri- mero y tnico de la vida, fuente tiltima de toda actividad. Si el principio vital es tinico en cada ser vivo, los principios préximos de la vida son tantos cuantos son las actividades vitales que el ser vivo realiza; asf, el ojo sera principio préximo de la vision, etc. El alma es el principio vital, pero como se dan actividades vitales tan profundamente diver- sas, nos parece apropiado distinguir tres principales tipos de alma: ve- getativa, sensitiva e intelectual. Ellos dan origen a los tres grandes ti- pos de seres vivos. Trazamos esta division segtin el criterio de la auto- nomia del ser vivo!?. 2. Los grados de la vida Hay tantos grados de vida como modos en los que la operaci6n in- manente depende del ser vivo: 9 Aristételes, De Anima, II, 1, 412a 27-28: «évtedéxeta TPATH ospaTo> dvoKkod Suvdper Cwiy Exovtoc». 10 Tomas de Aquino, Summ. Theol., I, q. 18, a. 3. 39 a) la operacién depende sélo en lo que se refiere a la ejecucién; b) la operacién depende tanto en lo que se refiere a la ejecucién como a la forma; c) la operacién depende en lo que se refiere a la ejecucién, a la for- ma y al fin; Por tanto, tres son los grados de la vida. El ser vivo, como hemos dicho, es el ser capaz de un movimiento inmanente autoperfeccionante. Y en el movimiento se pueden consi- derar tres elementos: el fin por el cual uno se mueve, la forma o la esencia en virtud de la cual obra, y la ejecucién del movimiento. En virtud de estos tres elementos que definen el modo cémo la operacién inmanente depende del ser vivo, se distinguen tres grados de vida: la vida vegetativa, la vida sensitiva y la vida intelectual. En la vida ve- getativa la operacién depende del ser vivo sélo en cuanto a la ejecu- cién; en la vida sensitiva depende tanto en cuanto a la ejecucién como en cuanto a la forma; y en la vida intelectual depende en cuanto a la ejecucién, a la forma y al fin. Llamamos vegetativo al ser vivo que tiene en sf s6lo la ejecucién del movimiento, mientras que el fin por el que opera y la forma en vir- tud de la cual opera se los dan otros. Asi, una planta asimila, crece... para un fin que no ha escogido y actiia en una forma que no se ha pro- curado por sf misma, sino que le vienen concedidos por la naturaleza. En cambio el animal, o sea, el ser vivo que tiene un cierto conoci- miento, no escoge por si mismo su fin (por ejemplo, se dirige a su pre- sa movido por el instinto), pero acttia en virtud de una forma: la de la cosa conocida (debe percibir de algtin modo la presa para poder ten- der a ella); es decir, en virtud de una forma que se ha procurado por si con otra actividad, la actividad cognoscitiva. Por ultimo, el ser vivo in- telectual, el hombre, Ileva en sf no sélo la ejecucién y la forma, sino también el fin, en cuanto opera por un fin que se ha escogido libre- mente. La caracteristica del ser vivo en general es, por tanto, la activi- dad inmanente autoperfeccionante; la caracteristica del ser vivo sensi- tivo es el conocimiento sensible; y la caracteristica del ser vivo inte- lectual es la libertad fundada sobre el conocimiento intelectual. Hemos descrito asi los tres reinos de los seres vivos. 3. La vida psiquica Esta division de los seres vivos en tres grados nos lleva a otra dis- 40 tinci6n posterior dentro de ella: la de los seres provistos de vida fisio- légica —como las plantas— y la de los seres que, ademés de la fisiol6- gica, poseen un cierto grado de vida pstquica —como los animales y el hombre-. La vida puramente fisiolégica es la vida vegetativa. La vida psiquica tiene dos niveles: uno inferior dependiente intrinsecamente del organismo, que es la vida sensitiva (cognoscitiva y apetitiva), y otro superior, intrinsecamente independiente del organismo, que es la vida intelectual (cognoscitiva y volitiva). Los dos niveles producen en el sujeto unos estados sentimentales 0 afectivos que constituyen la vi- da sentimental o afectiva, tanto inferior como superior. Explicadas las caracteristicas de la vida vegetativa, las podemos resumir asi: a) La unidad: ya que quien vive no son propiamente las partes, si- no el todo por obra de sus partes. b) La inmanencia: dado que el principio y el término estan y per- manecen en el mismo sujeto. c) La finalidad: porque todas las actividades estén ordenadas a un fin que es la conservacién del individuo y de la especie. La vida psiquica, en cuanto vida, goza también de estas caracte- risticas porque hay una continua adquisici6n, asimilacién y produccién de conocimientos y tendencias ordenadas a la perfeccién y conserva- cién del sujeto. Pero la vida psiquica en cuanto psiquica tiene caracte- risticas propias que no se encuentran de hecho en la vida fisiolégica. Efectivamente, en toda la vida psiquica tiene siempre lugar, por una parte, una experiencia gracias a la cual el sujeto se da cuenta de algtin modo de estar en vida, es decir, de la propia actividad vital; y por otra, al mismo tiempo, se da cuenta de que por ella conoce un objeto o se orienta hacia lo que ha conocido precedentemente, todo lo cual deter- mina en el sujeto los estados sentimentales o afectivos. Asf, la activi- dad psiquica se divide en dos grandes grupos: la actividad psiquica cognoscitiva y la actividad psiquica tendencial. A estas actividades va siempre unido el aspecto sentimental 0 afectivo de la vida psiquica. En la actividad cognoscitiva el objeto se presenta al sujeto que lo conoce. En la actividad tendencial el sujeto va hacia el objeto presen- tado al conocimiento. Por tiltimo, el aspecto sentimental 0 afectivo es aquel aspecto puramente subjetivo que consiste en la impresién agra- dable o desagradable que se produce en el sujeto que conoce 0 apetece. En el conocimiento y en la tendencia existe siempre una relaci6n entre el objeto y el sujeto; en el sentimiento no existe relacién alguna con el 41 objeto, sino que es s6lo un modo de ser del conocimiento 0 de la ten- dencia. 4. Caracteres de la vida psiquica en cuanto psiquica En la vida psfquica en cuanto psiquica hay siempre tres elementos distintos: el sujeto, el objeto y la actividad. Cualquiera que sea el hecho ps{quico que se trate de calificar, en él siempre encontraremos el suje- to, el objeto y la actividad por la cual el sujeto se hace consciente del objeto y éste se presenta «intencionalmente» al sujeto. a) Intencionalidad de la vida psiquica La intencionalidad de la vida psfquica consiste en la referencia al objeto como algo distinto del sujeto. Toda forma y todo elemento de la vida psiquica (impresi6n sensible, percepcién, imagen, concepto, juicio, volicién, tendencia...) es lo que es por su referencia al objeto. Cuando se prescinde de la relacién al objeto, no se pueden considerar actividades de la vida psfquica. Se podraén considerar como algo que sucede en mi y que la ciencia fisica puede describir, pero sin la refe- rencia al objeto no pertenecen a la vida psiquica. La intencionalidad consiste, por tanto, en esta relacién entre el sujeto y el objeto; relacién que es esencial para la actividad propia de la vida psiquica. De hecho, es imposible conocer si no existe quien conozca y si no hay un objeto conocido; es imposible apetecer si no hay quien apetezca y si no exis- te el objeto apetecible. En conclusién, en la vida psfquica la intencio- nalidad esta siempre presente. He aqui algunos ejemplos entre los mds conocidos. En este mo- mento me estoy dando perfectamente cuenta de los caracteres tipogra- ficos de la pagina que estoy leyendo, del rumor que viene de la calle a perturbar mi atenci6n, de la resistencia que ofrece a mis brazos la me- sa en que me apoyo. Estos son también objetos que aparecen en mi ac- tividad psiquica suscitada por las impresiones producidas sobre mis sentidos externos: vista, oido y tacto. Del mismo modo, yo puedo replegarme sobre mi mismo y darme cuenta de que estoy estudiando; puedo darme cuenta de la necesidad que tengo de estudiar, del fin al que tiendo con el estudio y hacia el cual se orienta mi actividad. Estos son también objetos internos 0 ex- ternos a mi mismo que se presentan a mi mente por medio del pensa- 42

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