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{DONDE ESTUVO DIOS DURANTE EL HOLOCAUSTO? Dr, Pinyas Pett Dr. Pinjas Peli es Profesor de Tradicion y Valores Judios en Ja cdtedra Norbert Blechner en la Ben-Gurion University ‘of the Neguev, Beer-Sheva, Israel; y Profesor visitante en el Seminario Rabinico Latinoamericano, en Buenos Aires, Argentina. Tomado de The Jerusalem Post, Abril 1983. La opinién sobre si el Holocausto no tiene precedentes en la his- toria judia, pareceria cierta, si no desde el punto de vista del Ambito de ja destruccién (en términos absolutos 0 yelativos) si en cuanto se con- sidera la declaracion explicita del objetivo v la precision del planeamiento que lo precedié. Desde la perspectiva general asi como Ja humana tam- hién, el Holocausto personificd una perfecta combinacién de elementos: por primera vex métodos tecnolégicos sofisticados —orgullo de la época pordema. fueron empleados para servir los designios mas degradados y crueles. Muchos sostienen que el Holocausto es vinico no sélo porque es ja en- carnacién de la més feroz y poderosa maldad de los tiempos modernos, sino porque también socava ciertas teorias aceptadas, de historiosoffa, sociologfa y antropologfa. Estas y otras disciplinas comienzan justamente a adaptarse a este hecho. Muy pocos sienten en todo su ser el horror pleno de las atrocidades. Muy pocos son Ievados por el sentido de ur- gencia paar conceptuar Vv comprender el Holocausto, aunque sdlo sea para evitar su repeticién, Todos estin de acuerdo en que ésta es una tarea de las mds dificiles, deprimente y repulsiva. De cualquier modo ésto no disminuye su urgencia y necesidad. Para la persona creyente y para la fe en general, la necesidad de luchar con un problema especial Frera de los muchos que involucra, est impregnada de una especial ur- gencia. En la forma mas simple se expresa vor Ja pregunta: gdénde es- taba Dios durante el Holocaust? Esta pregunta aun en su formulacién simple, casi trivial, no es tan simple como puede parecer a primera vista. Enearnadas en ella estén también las preguntas siguientes: 4Cudl fue el rol de Dios antes del acontecimiento? Es decir, gtomé EI parte en la decisién de permitir que ocurra? (supuesto que “nadie Teventa su dedo mefiique aqui abajo, que no esté decretado desde arriba”) Si El lo hizo la pregunta es: gpor qué? gDénde estuvo Dios durante el Holocausto? En otras palabras ges- tuvo en medio de los horrores y de los sufrimicntos terribles? De ser asi iatonces la pregunta es: ze6mo pudo haber estado (desde que El es “un Dios clemente”)? gCudl fue el rol de Dios después del Holocausto, ésto es, ahora que oat MAJ SHAVOT el mundo volvié a la normalidad, que la rutina diaria se ha establecido? gPodemos ir a la sinagoga v cumplir Sus mandamientos, como si nada hubiese sucedido, y que no se conmueva la fe nuestra en Dios, desde tiempo inmemorable? Si este es el caso zc6mo puede ser posible? Desde el tiempo del Holocausto, muchos trataron de evitar estas pre- guntas. Algunos procuraron trasladarlo a otro planeta, a otro plano en tiempo y espacio. A causa de su tremendo impacto existencial y emocional es dificil conceptuar 0 comprender conscientemente el Holocausto. Por Jo tanto estaban quienes procuraron ponerlo a distancia, transferir el pe: riodo 1939-1944 a la meta-historia o a la meta-geograffia. El término mismo —Holocausto—, en hebreo shed, ayuda a desarraigar aquellos afios de. Ja corriente regular de la historia normativa humana. Esto se transfor- md oe 7 una represién consciente y deliberada y permitié a muchos contemplar con ecuanimidad el srecit Theresienstadt y Treblinka. Se en Apropiindose de este enfoque metahistérico y metageografico, tam- bién metafisico y teolgico, estén listos para proponer una “demonizacién” del Holocausto, u otras teorfas que liberan a Dios de la responsabilidad de lo sucedido. Estos intentos pueden quizi proveer momenténeamente la evasién de enfrentar directa y dolorosamente el problema que sdlo puede inquie- tar al judfo que quiere creer, cada vez que Iega al contacto con el Crea- dor ,durante la oracién o en el cumplimiento de mitzvot. Recordard que toda Ja Tora v los escritos proféticos son recordatorios de “recuerda los dias de antafio, busca el sentido de cada generacién”. Mas all4 de una especulacién teolégica abstracta, el judio necesita examinar el sentido de los acontecimientos histéricos de los que participa o de los que es testigo, aun cuando sea un examen dificultoso y doloroso. No es siempre posible arribar a una explicacién razonable de lo que sucedié. En realidad la grandeza de muchos actontecimientos histéricos consiste precisamente en que permanecen en el misterio, excepto para El que “llama a las generaciones desde el principio (Isaias 41:4) y ante quien todos los misterios son revelados, Pero si en el caso del Holocausto puede no haber explicacién, puede haber una respuesta basada en el reco- nocimiento de que tiene un significado y que este significado no esté fuera de Dios ni fuera de la Historia y ciertamente més alld del lenguaje que debe expresar el significado. : __ Sefialemos de inmediato que no nos estamos refiriendo a la teo- dicea. En todo intento de esta clase hay de nuestra parte (nosotros que no estuvimos en el Holocausto) una medida de insolente orgullo, que bor- dea a veces una mojigaterla cruel. Toda vindicacién de Dios, implica imputacién de culpa de cualquier especie al pueblo judfo y es inaceptable a causa de la humildad y empatia que sentimos respecto de las victimas del Holocausto. En nuestra busqueda de un lenguaje religioso apropiado para el Holocausto, no intentamos explicar, mucho menos justificar 0 ex- cusar, Tampoco tenemos en la mente un lenguaje sacro, sino mas bien un vocabulario descriptivo, tomado de la esfera de la religién (aunque sto? gpONDE ESTUVO DIOS DURANTE EI, HOLOCAUSTO distinto de la terminologia cuantitativa de la estadistica, por ejemplo ), con el que podemos describir el Holocausto. Semejante | pregunta que iT nguaje, deberia por lo menos permitimos llegar a la Te Magnes planted a principios del aio académico de iversi legara a conocerse el pleno Oe. on In-Universidad Hebrea, antes de aue lleg 1 pleno aleatce de la destruccién. Magnes planted su pregunta —no accidental. mente— por boc: sent op a siguiente forma: “No pido Duefio del Universo que me re Jos misterios de a del gran amante de Israel, Rabi Levi Itzjak de Berd. Tus caminos— porque no los comprenderia. No quiero Ghar por qué sufro; mi tnico deseo es saber que sufro por Tu amos Pareceria que ésto “po : Tu amor” es pedir también demasiado quando buscames un punto de pastida para un vocabulario apropiado al imp: iciente reformular acto tremendo del Holocausto. Para nosotros es suficien| anu Ta parte final de la pregunta de Rabi Levi Ttzjak de este modo: “No ee saber por qué sufro... sino que Ta sabes que sufro”. se hablar ‘le'la vida religiosa es imposible aceptar la probibicién légica de Wittgenstein acerca del uso de frases metafisicas que no son descriptivas. El Tord y mitzvot Greyente, por 10 menos en el judaismo de la oracién, la Gque lo mantionen todo el tiempo en presencia de Dios examinaria el argumento de ‘Wittgenstein y sostendria que de lo que ¢s imposible hablar, debe ser hablado. ¥ si carece Wie un lenguaje descriptive debe esforzarse por encontrar uno o crearlo. Este es entonces el apremiante y dificil problema Lae um Ienguaje religioso adaptable al Holocausto; de su solucién depend en cierta medida la verdadera existencia v continuidad de una comuni- cacién en ambos sentidos entre el hombre Ia experiencia judia desde la Biblia en adelante. El Jenguaje que estamos buscando debe trat: mente ocurrieron, acontecimientos que fueron parte y Dios, que es Ja esencia de ax de cosas que real: de la historia humana y por tanto conocidos para Dios y de los que participd activa 0 pasi- vamente. De acuerdo a cualquier concepcié minarlo, por una hora 2 E existencia El est4 envuelto. La pisqueda de un lenguaje r que se pueda ningin caso fu provenientes d que nos puede con qué diluci no fue una simple eoincidencis, téricas y politicas, —segin la : : bien dee Pe Holocausto tiene significado para Dios, aue ve y sabi Dios no puede pel ese significado o su ausencia. Durante el Holocausto y chos intentos para intentos pueden cl mn judia de Dios, es imposible cli- siempre del mundo que El creé y en cuya oho. Ta bisa eligioso con el Neserrbir el Holocausto se basa en Ia suposicién de cue ‘ni una combinacién de circunstancias his- ‘abitual “costumbre del mundo”— sino més e todo. ve rsnecer fuera del significado del Holocausto y en expresar era del Jenguaje que los seres hhumanos usan para én los afios que le siguieron, se hicieron mu- comprender su significado en términos religiosos. Estos asificarse de acuerdo a unos pocos modelos arquetipicos el tesoro del pensamiento judio, especialmente de la Biblia. ayudar en la busqueda de un lenguaje religioso apropiado idar un enfoque del Holocausto. 64 MAJ 'SHAVOT Entre quienes estin dispue ici : e spuestos a abandonar por anticipado todo un Ee lenguaje y los que estan dispuestos a anunciar que I Holocausto prueba que no existe Dios, hay todo un espectro de respuestas religiosas. Podemos presentar algunas de las principales, : Modelo A: El primer Adam Aqui el modelo es claro y sim s ple: Ia formula de pecado y castigo. pianist pee’. por tort el mandato de Dios, es expulsado dat jardin n casti; lO. Asi a deny iga ‘s un modelo clasico que aparece frecuentemente Uno puede plant: i i jeci aie pl plantear inmediatamente algunas objeciones a este ¢Existe un pecado suficientemente enorme como justifi : ntem para justificar un castigo como la muerte de seis millones de seres Thuaecon Taue fueron reunidos procedentes de diversos paises, para ser asesinados sélo porque oe una borin la de ser judios? El “pecado” por lo tanto, que Je ocasioné el castigo, debe estar con istica Seat aja ectado con esa caracteristica Si s6lo pecé una parte de los i : que fueron juzgados geémo pudo ser posible que todos hubiesen cometido el mi Pipatraue castigados los inocentes? ee Estas dos preguntas y el i i y el intento audaz de aplicar al Holocausto el te de pecado vy castigo fue contestado y comentado en los escritos rabinicos y en la literatura religiosa de Ja iiltima generacién, Las respues- tas no se limitan a una vaga declaracién general de que “Dios es justo no importa lo que nos suceda, en tanto actuamos inicuamente”, sino que apunta explicitamente a identificar el pecado que nos conduce a la des- Oa ae La segunda objecién contesta citando el principio bien cono- bie le que cuando la ira de Dios se enciende, sufren los justos junto a los pavers y el justo es juzgado junto con la comunidad perversa, éQué pecado existe que sea tan grave como ‘a causto? Se mencionan estos tres: a eee El pecado de sionismo, es decir el i . 1 pe 5 el intento de apresurar la redencién ene inmigrando en masa a Ja tierra de Israel ates de la Hegada del 7 a El intento se interpreta como una ruptura con el juramento que Dios hizo jurar al pueblo de que “no treparia la pared” (subir a la tierra de Israel como por una pared— es decir todos juntos), no rebelarse contra las naciones entre las que fueron dispersados y con quienes vivieron todo el tiempo del exilio (Talmud babilonio, Ketubot 11a) Esta ruptura motivd i j s que Dios los dejara ser presa facil de todos, desde que El, por Su parte estaba desligado de protegerlos. Esta idea os: desert lada con pasién y gran detalle por el Satmer Rebe, Rabi Yoel Teitelbaum. Tal como lo presenta en sus distintos libros el problema es Rete a causa de que los eee buscaron terminar con el exilio antes del momento sefialado, el exilio “terminé con ellos”. Aparte de este enfoque le que el pecado del sionismo “justifica” el Holocausto @ priori y a pos- ¢DONDE ESTUVO DIOS DURANTE EL HOLOCAUSTO? 65 terior’, encontramos exactamente lo opuesto en un modelo de ejemplo distinto de “pecado y castigo”. El pecado de oposicién al sionismo. De acuerdo a éste, Dios recordé al pueblo de Israel y fue su llamado pam que abandonara el exilio ¢ in- migrara a Israel; sin embargo muchos judios no prestaron atencién a estas sefiales de la proxima redencién y permanecieron donde se encon- traban, Desde que el pueblo no quiso terminar con cl exilio, el exilio terminé con ellos. Este enfoque es expresado de modo vivido en el libro Happy is the mother of sons (Em ha banim Smejd), de Rabi Isajar Solomon Teichthal. En contraste con el libro del Satmer Rebe, escrito y publicado algunos del Holocausto, el libro de Teichthal fue escrito ¢ impreso en Hungria mientras bramaba el Holocausto. El autor escribié con pleno conocimiento de lo que estaba ocurriendo; su argumento es claro y se apoya bien en numerosas citas de fuentes midrdshicas y textos piadosos, ‘asi como en analisis histéricos de las oportunidades de retorno a Ja Tierra de Israel, que fueron fatalmente perdidas. Las dos tesis citadas son totalmente antitéticas; ambas pasadas en textos autorizados de fuentes halajicas y agfdicas v de literatura homilé- tica. Es interesante que ambas fueron escritas por rabis eruditos surgidos en el mismo medio socio-econémico de la juderia hingara. Ellos escribie- ron lo que resulté de un hondo impulso espiritual, luego de que ellos presenciaron y experimentaron el Holocausto. Quizé este ultimo punto puede atenuar algo la crueldad del verda- dero acto de defender el juicio de Dios como justificacién de lo que ocu- rria, Sin embargo, Ia contradiccién evidente entre Jos dos conceptos, cues- tionan la validez de las suposiciones teoldgicas de “pecado y castigo”. A pesar de ésto, el modelo sirvié de punto de partida a otras explicaciones. Sélo mencionaremos una més: El pecado de asimilacién. Los que apuntan a este pecado ven corre- lacién directa entre el proceso de alienacién del judaismo y su negacién, que suftié la juderia europea desde Ja Haskala y su destruceién por el Holocausto. La conexién entre ambas es demostrada en este caso, también con citas de fuentes tradicionales e intentos por teologizar procesos socio- légicos. Como ejemplo de esto ultimo, algunos han entendido el principio de “medida por medida” (midé knegued middé del sistema divino de re- compensa y castigo), actuando en el hecho de que los decretos de des- truccién sé originaron en Alemania, cuna de la Haskala europea; este hecho, se considera prueba de la conexién organica entre el pecado-asi- milacién y su castigo-holocausto. Este razonamiento es paralelo en cierto sentido a los dos primeros el exilio como el factor que ocasiona el poder enfoques, en que se sefiala que destruye a los que viven en él. Sin embargo este razonamiento se formula de, modo distinto a los otros; si el Holocausto no hubiera ocasio- nado la destruccién fisica de los judfos, en todo caso habrian sufrido Ja afios’ después 66 MAJ’SHAVOT a uilacién espiritual. Mejor morir como judios que seguir viviendo, ellos, = js y sus nietos como 0 judios. La justificacién del juicio de Dios seno de la teologia, sino que apare ie S gumentos sociolégicos seculares. Seon oe in justificativo del “castigo”, esta vez. si i > in el componente religi puede allarse en el diseurso de Isaac Tabenkn, ideslogo secular soca, -sionista, en el ‘ongreso sionista: “Tema un holoc fa que habria uno. Tengo miedo atin mis a la asimilacion, lay clgo nest i iedo ja asimilacién. Hay al que i destin de los juios? La asimilaciin es parte de la destruc. judfos. Un judfo que ha sido muerto, no s imilado”. i , ¢ ha asimilado”. iat Javad ine con los argumentos procedentes uno puede plantear a éste jones inmediatas. ¢Dejé de crecer la asimilacién después del Holocausto? ¢No se ha vuelto el jeole ae ole een Holocausto® eNo se ha vuelto el pueblo judio més pobre espiitualmente Cualquier razén basada en el azén bas modelo de “pecado y castigo” - lca en pels asi elias por Herr Berkovite en el prdlogo : i ‘er Holocaust. 3Cémo vodemo: s vimos en el infierno de los cam qa id ie ees ' Ic ipos de muerte, justificar lo que id cuando entre los que alli estuvieron, no lo justifieaton? Y aunque hub 7 gu edie . eat lo que a ellos se les permite, est prohibido ae ob ee oe Tob somos Job. somos solamente el hermano le Job”. 10 de Job ni i sicién ni justificacién del juicio. ee eee Este es quizd uno de los moti I jotivos de por qué los que buscan teodicea del Holocausto, no estén satisfechos con el modelo del primer Adam, con el bi a « pe He sustitutos, osquejo de “pecado v castigo”, sino que buscan modelos Modelo B: Cain mata a Abel Dios doté a los seres humanos de Ii ] d 2 le libre albedri i ae as a y el pee ol a y la muerte. A esta, idea Site al al en Ia ley judia: “La libre voluntad es i se lnmano Sung quire eneinase por een eras er de hacerlo, Si i irigi ino r pores et a ees : a gee dirigirse al camino malo y ser or Io tanto lo que sucedié en el Holocausto, n ‘ i jog , NO es Te ii te oeoreen cn pee See ane us6 la -pabiided oe apein : ios v eligié la maldad, Fue el h blecié como rey del mundo, despué ventar de €l al Dice de ls blecié Tey , después de ahuyentar de él al Di justicia y misericordia; i fone naoe ee ie a miserieordia; en el reino del hombre solamente pudo y tuvo Dios pregunté a Cain des a in pués de matar a su hermano Abel 2“Qué ee ee Pero Cain evité la responsabilidad, actué Sa, y pregunté a sa a soy al guardiin de mi hermano?” Por lo tanto él s lema de Dios sino del hombre; y el I iold la palabra de Dios y rehusé aceptar la responsabilidad de ait pinion rr gDONDE ESTUVO DIOS DURANTE EL HOLOCAUSTO? 61 De este modo Abraham Heschel transfiere el problema del Holocausto al dominio humano: “Nuestro mundo no parece distinto a un pozo de vi- boras, No caimos en el pozo en 1939 0 ain en 1938. Bajamos a éf hace generaciones y las viboras transmiticron su veneno en la corriente sangui- nea de la humanidad, paralizandonos gradualmente, entumeciendo nervio tras nervio, embotando ‘nuestra mente, oscureciendo nuestra vision... El estallido de la guerra no fue una sorpresa. Llegé como secuela, larga- mente esperada, de un desastre espiritual”. En su enfoque Heschel es fiel a su punto de vista de que la Biblia no es la teologia del hombre, un libro acerca de Dios, sino mas bien la antropologia de Dios, la preocupacién de Dios por el hombre. El Holo- causto no €s mas que otro capitulo —oscuro y doloroso— en la antropo- logia divina. El hombre fracas de nuevo. Cain y Abel Hegaron al mun- do y se les concedié el poder de constituir Ia raza humana, construir el mundo, vivir bien y largamente en él, aunque Cain se alzé contra Abel y lo asesiné (Génesis 4:8). Toda la culpa esté en Cain. Sin embargo los sabios también estin descosos de no aceptar este ravonamiento. Compusieron muchos relatos y midrashim alrededor de este tema, el primer asesinato del mundo. ¢Por qué Cain maté a Abel? pre- guntaron. Y trataron de descubrir los motivos. Y contestaron: a_ causa de jntereses conflictivos en asuntos de religién, propiedad, rivalidad por una mujer y otras razones. Pero si Cain es culpable (y acepta su castigo) geudl fue el pecado del asesinato de Abel? {Por qué murié? Si los nazis ejercieron su libertad humana, para clegir y cligieron la maldad gpor qué fueron especialmente los judios sus victimas? Heschel responde que el pueblo judio es “el jalén de Dios en este mundo”; testigo de la presencia de Dios en el mundo y es por lo tanto el primero en ser atacado por los que niegan Su presencia y conspiran contra Su gufa. Sin embargo los sabios no estan dispuestos a aceptar este razona- miento. No estan dispuestos a liberar a Dios de la responsabilidad de la accion “libre” de Cain. “De este modo hablé Cain gsoy el guardian de mi hermano? Tui eres el guardian de todas las criaturas y sin embargo Jexiges cuentas de mi? gA qué se parece ésto? Es como el Jadrén que robé de noche algunas va- Siias y no fue capturado. Sin embargo por la mafiana el vigilante To pren- did y le dijo: gpor qué robaste las vasijas? Y él resp mdié: soy un ladrén y no hice més que ejercer mi oficio, Tt eres el vigilante, tu obligacién es cuidar las puertas gpor qué no usas tu oficio? De este modo hablé Cain: Cierto yo lo maté, pero Ta creaste en mi la inclinacién al mal. Ta cuidas a todas las criaturas humanas zcdmo pudiste permitirme que Jo mate? Fuiste Ta quien lo asesiné”. Hay un comin denominador en todos los intentos de crear una tipo- logfa de modelos o categorias para tratar el Holocausto y que es el deseo de fijar este fenémeno “nico en precedentes histéricos 0 mitolégicos. Adam es el modelo de “pecado y castigo”. Cain v Abel y el modelo de libertad incontenida fue tratado anteriormente; extraido de la Biblia, tal como em los modelos siguientes: 6 MAJ'SHAVOT Modelo C:La atadura de Isaac Muchos otros modelos tomados de la Biblia y del pensamiento judio en generaciones sucesivas, fueron propuestos en un intento de fijar el Holocausto en la tradicién judia, Sin embargo, con un examen atento uno descubre que la diferencia entre la realidad y el modelo pesa mds que cualquier similitud aparente. Témese por ejemplo el modelo de la ata- dura de Isaac, que es usado ampliamente en Ja literatura del Holocausto y aparece en las palabras finales de los que estan por morir (hasta donde nos han llegado). A pesar del vinculo empético que sentimos entre “Toma a tu hijo, tu tinico hijo a quien amas” (Génesis 22:2) y las victimas del Holocausto “a quienes amamos”; jqué exagerada es la comparacién! ePuede tno imaginar que es Dios quien ordené la atadura y sacrificio de seis millones? ¢¥ quién escuché la orden? ;Overon las tropas de Hitler lo que oyé Abraham? Y finalmente zdénde estaba el Angel que grité a ultimo momento “No pongas tu mano sobre el nifio ni le hagas nada”? EI relato de la atadura de Isade de acuerdo a la sencilla lectura del texto o de los midrashim compuestos acerca de él, no se adapta al Holo- causto, ni desde la perspectiva de Abraham ni Ja de Isaac. El uso de imAgenes literales para describir los temas del Holocausto no es sin embargo un fenédmeno nuevo; tiene muchos precedentes en la historia del martirologio judio, en los poemas y descripciones de los ju- dios que se sacrificaron por su fe. Pero pareceria que cualquier comparacién de esta clase, fortaleceria la suposicién del comienzo de este ensayo, de que el Holocausto perma- nece solo en su unicidad y particularidad, en toda la historia y en el mar- tirologio judfos. El Holocausto y el relato de la atadura de Isaac, con toda la mistica propia y sus numerosos comentarios seguirén siempre siendo dos mundos distintos y separados. Modelo D: Job __ Otro modelo biblico que acude a la mente como algo natural y por cierto usado con frecuencia, es el de Job. Puede formularse de varias maneras (y ya hemos mencionado que no es esencialmente vilido porque somos “hermanos de Job” y no Job mismo). Pero mAs allé de todas las dudas a de los intentos de tratar el problema central de la aparente falta de justicia en cl comportamiento de Dios, que lena el libro de Job, la intencidn es clara: tal como Dios convence finalmente a Job, no hay razén para que el hombre haga esfuerzos por comprender los caminos de Dios y por lo mismo es mejor que el hombre se mantenga en silencio (Job ba ve aqui que soy vil gqué te responderé? mi mano pongo sobre mi a”). ‘ ‘ Si alguien puede y debe hacer preguntas es Dios d manera (Job 40:7 “Cinete como carén tis lomos: yo te ae ee plicame”). El hombre debe estar satisfecho sabiendo que nunca enten- a oe gpONDE ESTOVO DIOS DURANTE EL HOLOCAUSTO? 69 der& los caminos de Dios (Job 42:8) v debe conformarse con el hecho de un simple contacto con Dios (Job 42:5). Modelo E: Silencio El silencio en presencia del asombro es sin duda una legitima res- puesta religiosa. En realidad el poder de la pregunta que hemos propuesto y nuestro respeto por las victimas, nos obliga a contestar con el silencio. Pero si este silencio es para que tenga sentido, no puede ser el de la conmocién que conduce a la parilisis del pensamiento; mas bien deberia ser el que se puede resolver en palabras y luego que eso mismo exija silencio, Fsto fue el silencio de Job que ocurrié después del discurso y no en lugar de él. Otro ejemplo de un silencio tremendo semejante es el de Aarén después de que murieron sus dos hijos “cuando se acerearon al Sefior” (Levitico 16:1). Esta clase de silencio no puede aliviar el dolor ni dar consuelo al alma atribulada. Al contrario contiene alguna sefial del heroismo nacido del sufrimiento. De esta manera explicaron los sabios el versiculo de la cancién de Moisés de alabanza a Dios (Exodo 15:11) gQuién como Tu entre los poderosos (elim)? gQuién como Tu entre Jos silenciosos (ilmim)? Aqui tenemos un silencio que no procede de la conmocién y la inca- pacidad 0 ausencia de interrogacién. Por el contrario llega como respuesta 4 la pregunta, a la perplojidad. Este silencio viene a coronar un terrible y poderoso misterio. Esta respuesta a nuestra pregunta, el silencio, es la mas dificil de todas las propuestas hasta ahora. En los bordes de este silencio, empiezan a reunirse las dudas, $i, debo permanecer en silencio. Pero gpuede ser realmente que este es el decreto de Dios? gEs ésto posible? Ha ofdo alguien explicitamente en nuestro tiempo Ja orden a Moisés “Silencio”? gTenemos en nuestros tiempos un Moisés que pudiera decir al descon- “olado Aarén “Tus hijos murieron sélo para que la gloria del Santo Ben- dito sea, sea santificada a través de ellos? Si la respuesta es la negativa —o aun Ja duda— entonces el silencio no es silencio. Y nuestra primera pregunta sigue atm sin respuesta. ¢Dénde estuvo Dios durante el Holocausto? Modelo F: El eclipse de Dios Los que buscaban respuesta encontraron una: “escondié Su cara”. El perfodo del Holocausto fue el periodo de “eclipse de Dios”, en la formu- Jacién moderna de Buber, similar al del sol o la luna. Este modelo tam- bién esté tomado de la Biblia, ya sea visto como uno de los misterios teoldgicos, uno de los atributos basicos de Dios, siendo que El se esconde a veces 0 se revela, 0 como castigo por los pecados de la humanidad. De este modo encontramos en Isaias (45:15) “Verdaderamente Ta eres el SA aa ETS ESS 70 MAJ’SHAVOT Dios que Te escondes” y en Deuteronomio (81:17-18) “Y mi furor se en- cendera contra ellos aquel dia y los abandonaré y esconderé de ellos mi rostro y serén consumidos y hallaran muchos males y angustias y diran en aquel dfa gno me habian hallado estos males porque no esta nuestro Dios en medio de nosotros? Y esconderé mi cara en aquel dia por todo el mal que habria hecho por haberme vuelto a otros dioses”. La misma sensacién de pavor que experimenta el hombre durante el eclipse de Dios, es expresada en muchos versiculos de Salmos, especial- mente en el 44:24-25: “Despierta gpor qué duermes Sefior? Despierta, no Te alojes para siempre, ¢Por qué escondes Tu rostro y Te olvidas de nues- tra afliccién y de nuestra opresién?” Sin entrar en el dilema teolégico de si Dios esta en eclipse a causa de Su naturaleza esencial, 0 a causa de nuestros pecados, algo se rebela ya en nosotros contra la aplicacién al Holocausto, de tales términos. Esta terminologia no nos permitird evitar la desgarradora pregunta {“Dénde estuvo El?” cuando la respuesta es: escondido, en eclipse. Queda la pregunta: gpor qué se escondié justo en el momento en que El era necesario mds que nunca? ¢Se resignaron a Su cclipse los que suftieron y murieron justamente en ese momento? gPudieron aceptar Su ausencia con despreocupacién filoséfica, con ecuanimidad teolégica? He aqui una parte del testimonio, en traduccién, de un aleman frente al Tribunal militar internacional de Nuremberg: “Yo, Hermann Friedrich Graebe, declaro bajo juramento: desde se- tiembre de 1941 hasta enero de 1944 fui director e ingeniero a cargo de una rama de la oficina en Sdolbunow, Ucrania...; en octubre de 1942 cuando visité el edificio en Dubno, el encargado, Hubert Moenikes, me dijo que en las cercanias del lugar judios de Dubno habian sido muertos y arrojados a tres grandes fosos de aproximadamente 80 metros de largo y 3 metros de profundidad. Se mataban alrededor de 1500 personas dia- riamente... por lo cual fui al lugar... Milicia ucraniana armada sacaba a la gente de los furgones bajo la supervisién de un miembro de la SS que sostenfa un perro o una fusta, Ellos debfan dejar sus ropas en lugares determinados clasificando zapatos, vestidos v ropa interior, Vi una pila de alrededor de 800 6 1000 pares, grandes pilas de ropa interior v ves- tidos. La gente se desvestia sin gritar ni Iorar v se reunia en grupos familiares, se besaba, se despedia y esperaba la sefial de otro SS que estaba cerca del pozo y también tenia un lAtigo en su mano. Durante los 15 minutos que estuve cerca del pozo no of lamentos ni pedidos de merced. Vi una familia de alrededor de 8 personas, un hombre y una mujer de alrededor de 50 con sus hijos de aproximadamente 1, 8 y 10 y dos muchachas mayores de aproximadamente 20 y 24 afios. Una an- ciana de cabellos blancos sostenia al mds pequefio en sus brazos, le can- taba y le hacia cosquillas. El nifio se arrullaba con deleite. La pareja miraba con légrimas en los ojos. El padre sostenfa la mano de un chico de alrededor de 10 afios y le hablaba dulcemente, el nifio luchaba con sus lagrimas. El padre sefialaba ‘el cielo, acariciaba su cabeza y parecia explicarle algo. En cierto momento el hombre del létigo de la SS grité e @DONDE ESTUVO DIOS DURANTE EL HOLOCAUSTO? vay algo a su camarada... Of una serie de tiros. Miré al pozo y vi cuerpos que se contraian y cabezas con movimiento sobre los cuerpos que yacian antes que las de ellos. : EI testimonio del alemdn continué con gran detalle. Nos gustaria saber que dijo el padre a su hijo de diez aiios mientras acariciaba la cabeza de su hijo y sefialaba cl ciclo. gLe diria que hay un Dios en el ciclo que conoce lo que esté pasando, que se fue por poco tiempo para almor- Jar y que retomaré enseguida? ¢Le explicaria qué es el complejo término “Deus-Absconditus”, el Dios escondido, y le explicaria por que estaba escondido precisamente en ese momento? La orden de disparar dada por el guardia de Ja $$ evité que oyéra- moé Jo que exactamente dijo el hombre a su hijo cuando sefialaba el cielo. Sus palabras desapareeieron junto con el padre mismo y con todos los miembros de su familia, en ese pozo, cerca de la ciudad de Dubno, un pozo de 80 metros de largo y 8 metros de profundidad. Modelo G: La muerte de Dios Similar a Ja teoria del “eclipse de Dios”( hay otra mis ex habla de “la muerte de Dios”, Esta teoria no elimina la posil que Dios existe, ni aun de que se reveld al ser humano y al pueblo de Isracl, No es un tazonamiento que esté de acuerdo a “no hay juicio ni juez” (leit din ve leit dayan - Levitico Raba, pag, 28) ni tampoco se pa. rece ala afirmacién del necio en Salmos 1 v 53:2, que se decia a si mismo “no hay Dios”. Esos quiz son también razonamientos legitimos, pero estan terminantemente fuera del dominio del lenguaje religioso que estamos investigando. La teologia de “Dios esté muerto” que aparecio en el pensamiento cristiano y en menor grado en a judio, postula aue Dios existié alguna vez, pero en cierto momento dejé de existir, retirén- dose ‘a una especie de eclipse permanente. ; Toda la teologia cristiana de “Dios esté muerto asada en Ja decla- racién de un loco en el libro de Nietzsche, esta total y absolutamente opuesta al “Dios viviente” histérico del judaismo. Pero también en esta respuesta relativa a Dios en un momento te- rrible, durante cl Holocausto, hemos contestado sélo una de Jas tres partes de nuestra pregunta original. Las otras dos —dénde estaba Dios antes del Holocausto? y gdénde esté El ahora después del acontecimiento?— siguen ain sin respuesta. Si “nuestro Dios” esté muerto gqué sucedié al “Dios de nuestros padres”? ae Desde el punto de vista judio, es imposible ver a Dios sélo a través de los ojos de un individuo 0 momento especifico en Ja historia. El ver- dadero nombre del Dios de Israel, implica todos los tiempos y todas las conjugaciones —fue, es y sera. El Dios de los judios. el Creador del mundo y su guia, que hizo pacto con Abraham, Isaac y Jacob, debe durar siem- pre, si no dentro de Ja_ historia, por Jo menos por encima de ella. Aun cnando esté en eclipse, El sigue existiendo; es posible alcanzarlo, se onede penetrar las nubes con las que El se ha rodeado a Si mismo. Es el Dios 72 MAJ SHAVOr de nuestros antepasados y nuestro Redentor viviente del futuro, Esta li- gado (a pesar de El misino) al pueblo judio. Todavia se lo puede hallar en él, entre sus descendientes que siguen actuando y creando como ju- dios, que continiian o desean continuar como judios, aun después de Auschwitz, Por lo tanto aunque nunca seremos capaces de justificar el Holo- causto 0 comprenderlo, no nos libera de la obligacién, de la necesidad de encontrar un lenguaje apropiado, de modo que podamos hablar de él y darle un sentido apropiado en un lenguaje religioso, Este no es el len- Guaje del mercado y de la academia con el que uno puede expresar cual- quier cosa o todo. A diferencia del cientifico o de los mensajes simple- mente informativos, el lenguaje religioso esta Meno de silencios signifi- cativos, segiin lo expresado en L’Exil de la Parole de André Neher, “La alabanza espera en silencio para Ti” (Salmos 62:2). Aqui el silencio es parte de Ja conversacién, silencio que incluye una relacién con un “ti” (“para Ti”)— pero no un silencio que finaliza toda comunicacién y anula Ja posibilidad de descubrir un sentido. En realidad cuando venimos a pedir una explicacién, munca una respuesta a nuestra pregunta g“por qué”?, no tenemos eleccién sino envolvernos en el silencio. Pero la rea- lidad del Holocausto sigue hoy influyendo nuestras vidas y no podremos pasar por sobre él u oscurecerlo con el silencio, No tenemos eleccién, salvo declarar nuestro derecho a la vida, segin dijo Emil Fackenheim— alcanzar el nivel de lenguaje que nos permita por lo menos responder a ja pregunta g“qué’? Es decir qué sucedié en el Holocausto? sCémo po- demos describirlo en un plano metaffsico, religioso, mas all4 de Ja ter- minologia estadistica, histérica, sociolégica y politica, a nuestra dis- posicién? Planteamos la pregunta en la esfera de la religién, pero tiene un sentido y es decisivo también fuera de esa esfera, porque toca las raices de nuestra verdadera existencia y experiencia como judios, como judios que mantienen una vieja tradicién en la que el lenguaje es de inextrica- ble intervencién. Traduccién: Dr. José Kaplan

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