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Las Bendiciones Del Creyente!
Las Bendiciones Del Creyente!
Romanos 3:10-11
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, No
hay quien busque a Dios.
Lucas 19:10
Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había
perdido.
Date cuenta que Dios nos eligió aun antes de la creación del universo,
así que nuestra salvación depende completamente de su gracia, y no está
basada en nada que nosotros hayamos hecho. El nos eligió en Cristo, no
por nosotros mismos. Y nos eligió con un propósito: ser santos y sin
mancha. En la Biblia la elección es siempre para algo.
Es un privilegio que conlleva una gran responsabilidad.
Juan 3:1-18
3 Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un
principal entre los judíos. 2 Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí,
sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede
hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. 3 Respondió
Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de
nuevo, no puede ver el reino de Dios. 4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede
un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en
el vientre de su madre, y nacer? 5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto
te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en
el reino de Dios. 6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es
nacido del Espíritu,[a] espíritu es. 7 No te maravilles de que te dije: Os
es necesario nacer de nuevo. 8 El viento[b] sopla de donde quiere, y
oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo
aquel que es nacido del Espíritu. 9 Respondió Nicodemo y le dijo:
¿Cómo puede hacerse esto? 10 Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú
maestro de Israel, y no sabes esto? 11 De cierto, de cierto te digo, que lo
que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís
nuestro testimonio. 12 Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis,
¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? 13 Nadie subió al cielo, sino
el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo. 14 Y
como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el
Hijo del Hombre sea levantado, 15 para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna.
1 Pedro 1:22-25
22 Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad,
mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a
otros entrañablemente, de corazón puro; 23 siendo renacidos, no de
simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que
vive y permanece para siempre. 24 Porque: Toda carne es como hierba,
Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y
la flor se cae; 25 Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y
esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.
Gálatas 4:1-7
Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere
del esclavo, aunque es señor de todo; 2 sino que está bajo tutores y
curadores hasta el tiempo señalado por el padre. 3 Así también nosotros,
cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del
mundo. 4 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su
Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, 5 para que redimiese a los
que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. 6
Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de
su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! 7 Así que ya no eres esclavo, sino
hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.
Esto significa que no tienes que esperar hasta llegar a ser un anciano
para poder reclamar tus riquezas en Cristo.
Romanos 8:22-23
Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con
dolores de parto hasta ahora; 23 y no solo ella, sino que también
nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros
también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la
redención de nuestro cuerpo
Efesios 1:6
para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el
Amado,
No podemos hacernos por nosotros mismos aceptables ante Dios, pero él,
por su gracia, nos hace aceptos en Cristo. Esta es nuestra posición eterna
que nunca cambiará. Algunas traducciones dicen: “que gratuitamente ha
impartido sobre nosotros en el Amado” (LBLA). O, él nos ha congraciado
(traducción literal) con el Amado. Por la gracia de Dios en Cristo es que
somos aceptados ante él. Pablo usando el mismo argumento: escribió a
Filemón para animarle a que aceptara a su esclavo fugitivo, Onésimo. “Si
algo te debe, yo lo pagaré. Recíbele como me recibirías a mí” (Filemón
17–19, parafraseado). Es fácil ver la comparación entre los dos hechos.
B. BENDICIONES DE PARTE DE DIOS EL HIJO
(EFESIOS 1:7–12)
No debemos pensar que cada Persona de la deidad trabaja
independientemente, porque todos ellos trabajaron unidos para hacer
posible nuestra salvación. Pero cada Persona tiene un ministerio
especial que realizar, un depósito espiritual especial que hacer en
nuestra vida.
1 Pedro 1:18-19
18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la
cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro
o plata, 19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin
mancha y sin contaminación,
Colosenses 1:13-14
13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al
reino de su amado Hijo, 14 en quien tenemos redención por su sangre,
el perdón de pecados.
¡Si fuéramos esclavos, seríamos pobres, pero como somos hijos, somos
ricos!
Salmos 103:12
12 Cuanto está lejos el oriente del occidente,
Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.
—¿Por qué nos ha elegido Dios el Padre? ¿Por qué nos ha adoptado? ¿Por
qué nos ha aceptado? “Para alabanza de la gloria de su gracia” (v. 6).
—¿Por qué nos ha redimido Dios el Hijo? ¿Por qué nos ha perdonado?
¿Por qué nos ha revelado la voluntad de Dios y nos ha hecho parte de la
herencia de Dios? “A fin de que seamos para alabanza de su gloria” (v.
12).
—¿Por qué Dios el Espíritu Santo nos ha sellado y se ha convertido en la
garantía de nuestras bendiciones futuras? “Para alabanza de su gloria”
(v. 14).