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1.

Adaptaciones a la salinidad de animales de agua dulce y salada


Cada ambiente requiere adaptaciones particulares y por lo tanto alberga distintos grupos de
organismos. El agua dulce es un medio distinto del agua salada y de la tierra firme. Muy pocas
especies son capaces de vivir en ambientes de agua dulce y marinas, sobre todo por las
diferencias en salinidad. Asimismo, no hay muchos organismos capaces de vivir en agua dulce y
en tierra firme, aunque muchos animales tienen etapas juveniles que habitan en ambientes de
agua dulce mientras que los adultos son terrestres. En este caso se notan adaptaciones diferentes
durante las distintas etapas del ciclo de vida, por ejemplo, los renacuajos tienen branquias
mientras que las ranas tienen pulmones.
Los grupos de macroinvertebrados que habitan en agua dulce muestran una gran variedad de
adaptaciones, incluyendo importantes diferencias en sus ciclos de vida. Algunos grupos pasan
todo, o casi todo, su ciclo de vida en el agua. Ejemplos incluyen chinches (Hemiptera), la
mayoría de los escarabajos (Coleoptera; aunque la pupa es generalmente terrestre), crustáceos,
moluscos, sanguijuelas y planarias. Por otro lado, los órdenes de insectos Ephemeroptera,
Odonata, Plecoptera, Megaloptera, Trichoptera, Lepidoptera y Diptera tienen adultos terrestres
(Hanson et al,2010).
Los fluidos corporales de la mayoría de los invertebrados marinos, como las anémonas o las
estrellas de mar fluctúan con el medio ambiente. Estos animales son osmoconformistas y no
pueden regular el balance hídrico y salino. Algunas especies intermareales pueden tolerar
diluciones frecuentes del agua marina, mientras otros toman activamente iones a través de las
branquias para compensar la pérdida de iones por la orina.
Los animales que regulan sus flujos de sal y agua, tales como peces y mamíferos marinos se
denominan osmorreguladores. Los peces óseos pierden agua por ósmosis y contrarrestan la
pérdida bebiendo agua salada y excretando el exceso de sal a través de la superficie branquial.
Los tiburones y las rayas generan concentraciones osmóticas en sus fluidos corporales
semejantes a las del agua marina, para así tolerar los niveles altos de urea. El exceso de sal
procedente de la dieta se excreta a través de una glándula salina situada en el recto. Los
mamíferos marinos producen una orina alta en sal y urea.
Los animales de agua dulce tienen fluidos corporales osmóticamente más concentrados que el
agua en la que viven y son todos osmorreguladores. El agua tiende a entrar en sus tejidos por
ósmosis y debe ser expulsada para evitar que inunde el cuerpo. Los protozoos simples (como la
ameba) utilizan vacuolas contráctiles para recoger el exceso de agua y expulsarlo (BIOINNOVA,
2015).

2. Histéresis
La histéresis es un fenómeno no lineal que se presenta en distintas disciplinas que van desde la
física a la biología, de la ciencia de los materiales a la mecánica, y de la electrónica a la
economía. El ejemplo más común del fenómeno de la histéresis se encuentra presente en una
inductancia con núcleo magnético en un circuito eléctrico (Avila, 2012).

Fig. Ejemplo de histéresis


Ejemplos generales en biología
La linealidad predecible confiere tranquilidad a quienes investigan y administran sistemas físicos
y biológicos. En cambio, los procesos no lineales (Scheffer et al., 2001) que son detectables solo
en el largo plazo son una pesadilla a la hora de entender y manejar ecosistemas complejos. Un
ecosistema exhibe un comportamiento no lineal cuando experimenta efectos de histéresis, es
decir, cambios abruptos y no predecibles a través del tiempo y del espacio. Ocurre cuando ciertos
umbrales críticos son rebasados y el ecosistema puede transitar hacia estados alternativos de
equilibrio (Groffman et al., 2006). Esta transición o histéresis es común de lo que se cree en los
procesos de degradación de tierras. Se han reportado numerosos ejemplos de procesos
vinculados a la desertificación (Reynolds et al., 2007), inundaciones, contaminación de aguas,
incendios y erosión de suelos en los cuales la dominancia de un retro-control positivo
(desestabilizador) sobre uno negativo (estabilizador) dispara cambios no-lineales que se traducen
en degradación.
Todos los ecosistemas y, en particular, los acuáticos que aquí nos conciernen no presentan nunca
la misma respuesta a una misma perturbación. Hay siempre un cierto grado de histéresis en su
comportamiento que es difícil de valorar, aunque probablemente sea mayor cuanto más grande
sea el sistema y más cerrados sean los intercambios de materiales y especies. En ese sentido, los
sistemas lacustres y los humedales pueden presentar un componente mayor de histéresis (Comín
et al. 1992). Hay muy pocos estudios en ese sentido y como ejemplo vale la pena constatar que
en lagos alpinos la dinámica productiva y las poblaciones de Chironómidos parecen seguir un
ajuste con el clima a escalas de varias decenas de años (Catalán et al.,2002). Por lo tanto, es
probable que los efectos incipientes del cambio climático que ya se está produciendo, se
muestren de forma mucho más clara en la próxima década (Álvarez et al., 2015).
Existen numerosos ejemplos que ilustran la ocurrencia de histéresis en sistemas de pastizal que
son sometidos a presiones crecientes de pastoreo (Kinzig et al., 2006). Inicialmente, la presión
creciente de pastoreo tiene un pequeño efecto sobre la receptividad del pastizal, pero un pequeño
aumento puede eventualmente empujar al sistema más allá de un umbral crítico donde el pastizal
graminoso colapsa y dispara una invasión arbustiva del sistema.
Aunque se reduzca la presión de pastoreo, el sistema no retorna naturalmente a su estado original
porque entró en un equilibrio inestable que ya no es reversible. La histéresis representa la
identificación de un umbral crítico que fue superado.
3. Micronutrientes y función en organismos acuáticos.
Los micronutrientes son elementos que se necesitan y se encuentran en menor cantidad y entre
estos están el hierro, el cobre y el zinc. Aun si se necesitan en pequeñas cantidades estos
nutrientes son importantes para los organismos acuáticos ya que la falta, así como el exceso,
puede ocasionar efectos negativos. Se ha observado que la deficiencia férrica en peces causa
anemia hipocrómica microcitica, anorexia, crecimiento pobre, reducción del contenido férrico en
el suero, saturación de transferrina, y aumenta la capacidad total de unión al hierro.

Bibliografía
Avila, C. (2012). HISTÉRESIS Y OSCILADOR DE VAN DER POL. Bogota: Universidad
Javerina. Obtenido de
https://repository.javeriana.edu.co/bitstream/handle/10554/55195/AvilaPatarroyoCristian
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BIOINNOVA. (2015). Grupo de Innovación sobre la Docencia en Diversidad Biológica.
Obtenido de
https://www.innovabiologia.com/biodiversidad/diversidad-animal/osmorregulacion-en-
el-medio-acuatico/
Miguel Álvarez Cobelas, Jordi Catalán y Diego García de Jalón. (2015). IMPACTOS SOBRE
LOS ECOSISTEMAS ACUATICOS CONTINETALES. Obtenido de
https://core.ac.uk/download/pdf/36028862.pdf
Groffman, P.M., Baron, J.S., Blett, T., Gold, A.J., Goodman, I., Gunderson, L.H., Levinson,
B.M., Palmer, M.A., Paerl, H.W., Peterson, G.D.
Hanson, Paul, Springer, Monika y Ramírez, Alonso. (2010). Capítulo 1: Introducción a los
grupos de macroinvertebrados acuáticos. Revista de Biología Tropical , 58 (Supl. 4), 3-37.
Recuperado el 10 de noviembre de 2022, de http://www.scielo.sa.cr/scielo.php?
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