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14. LA TENDENCIA ANTISOCIAL [Trabajo leido ante la Sociedad Psicoanalitica Britdnica el 20 de junio de 1956) La tendencia antisocial le pl problemas tedricos y précticos dificiles de tratar, En su intro- duecién a La juventud desearriada, de Aichhorn, Freud de- mostré que el psicoandlisis no sélo ayada a comprender la delincuencia, sino que ademas se enriquece al eomprender la labor que realizan quienes deben tratar con deli He optado por referirme a la tendencia antisocial, y no a la delineuencia, porque la_defensa_antisoci al psicoandlisis algunos la cuestin. En eambio, la tendencia antisocial se puede es- tudiar tal como aparece én el nifio normal 0 ‘emocional, “Comenzaré por dos simples referencias al material clinico: Para mi primer andlisis de un nifio, elegt a un delincuente, El ‘muchacho asistié con regularidad a las sesiones durante un afo, hasta ‘que se puso fin al tratamiento a causa de los disturbias que provocaba cn la clinica. Dirfa que el andlisis iba bien y que su terminacién fue ppenosa para ambos, pose a las malas pasadas que me jugé en varias ‘casiones: se escapaba y subfa a los techos, y otra vez hizo eorrer tal cantidad de agua que 310; violenté la cerradura de mi auto, se subié a él y, del arranque automético lo puso en. ‘marcha con el motor en primera. La elfnica ordené dar por terminado cl tratamiento para bien de los demds pacientes, El muchacho fue Gerivado a una escuela de readaptacién social En Ia actualidad tiene 85 afios; ha podido ganarse Ia vida con un ‘trabajo adecuado a su temperamento inquieto, esta easado y tiene varios hijos. No obstante, temo seguir su caso porque podria volver 144 ‘8 comprometerme con un psiedpata; prefiero que Ia sociedad siga cargando con la responsabilidad de su manejo. ion, iente demuestra, en cambio, con qué fi podemos tratar a veces una tendencia ai la ¢ complementaria de una asistencia ambiental especializada, Una amiga me con Mamado John. Le era impos porque su esposo se oponia respecto al mayor de sus eustro hijos, traerlo abiertamente a mi 0 la psicologia por razones religiosas, de ‘modo que sélo podia reunirse ella (conmigo) para conversar acerea de Jos robos compulsivos del muchacho, que iban tomando un cariz bastante grave: para entonees, ya robaba en gran escala tanto en los comereios como en el hogar. Por motives practicos, la madre y yo sélo pudimos concertar un almuerzo répido en un restaurante, durante el cual ella me conté sus euitas y me pidié consejo. Toda ayuda domi Parte seria imposible, a menos que pudiera prestdrsela en ose ‘momento y lugar. Asi pues, le expliqué el significado de los robos y Je sugeri que buscara un buen momento en gu relacién con John y le hiciera una interpretacién de tales actos. Al parecer, todas las noches ella y John mantenfan por breves instantes tna buena relacién recfproca cuando el nifio ya se habia acostado; entonees él solia hablarle de la Tuna y las estrellas. Ella podria aprovechar ese ‘momento. Le propuse iiente: “Digale que usted sabe que él no porque desee 0 necesite lo que roba, sino porque busea algo a lo que tiene derecho: esté formulando una demanda a su madre y su padre] pues se siente deprivado de su amor”. Le aconsejé que usara u Tenguaje comprensible para el nifio. Sus padres eran miisicos y yo bastante bien como para percibir de qué modo hasta cierto puntoen un nino deprivado, pese a toner un buen hogar. ‘Tiempo después recibi una carta de mi amiga, comunieéndome que habia seguido mi consejo: “Le dije que cuando robaba dinero, comida ¥¥ objetos, en realidad queria tener a su mamé, Debo admitir que en verdad no esperaba ser comprendida, pero al parecer me entendié. Le pregunté si pensaba que no lo amabamos porque a yeces era muy esobediente; 6 me contests sin ambages que no se erefa muy amado, 145 'No puedo expresarle lomal que me sent. Le die que nunca, era a dudar de nuestro earifo, que si alguna vez le asaltaba Ia duda me lo recordara y yo se lo reafirmaria. Por supuesto, pasar ‘mucho tiempo antes de que necesite que me lo recuerde, jfue un sacudén tan grande! Se dirfa que necesitamos este tipo de conmocio- nes, Por lo tanto, me muestro mucho més efusiva eon él para tratar de evitar que reeaiga en sus dudas. Hasta ahora, lo robos han cesado por compl ‘La madre habfa conversado con Ia maestra de John, explicéndo- le que el nifto necesitaba sor amado y apreciado. La maestra accedié ‘a cooperar, pese a que John causaba muchos problemas en la eseuela, ‘Transcurridos ya ocho meses, puedo informar que John no ha vuelto a robar y que sus relaciones con la familia han mejorado muchfsimo. ‘Al eonsiderar este caso debe recordarse que yo habfa conocido muy bien a la madre en su adolescencia y, hasta cierto punto, la habia atendido durante una fase antisocial. Bra la hija mayor de una familia. numerosa. Pertenecia a un hogar muy bueno pero su padre habia impuesto una disciplina rigida, especialmente cuando ella era una doble terapia al posibilitarle a esa mujer joven llegar a vislumbrar sus propias dificultades a través de la ayuda que pudo pres JCuando podemos ayudar a los padres a prestar ayud hhecho los estamos ayudando a tratar sus propios problemas. (En otro trabajo me propongo presentar casos clinicos trativos sobre el manejo de los nifios con tendencias anti les. Aqui solo intento enunciar brevemente en qué se basa mi itud personal ante el problema clinico.) S NATURALEZA DB LA TENDENCIA ANTISOCIAL Esta tendencia no es un diagndstico, ni admite una compa- racién directa con otros términos de diagnéstico tales como neurosis y psicosis. Se la puede encontrar en_u1 iduo nommal_o-en_una-persona neurifica o_psicilica. Aparece a cualquier edad, si bien, para mayor simplicidad, me referiré inicamente a los nifios antisociales. Podemos concatenar del siguiente modo las diversas expre- siones en uso en Gran Bretafia: Una criatura se convierte en nifia deprivado cuando se lo hogar o en un ambito mas amplio, ial del nifio puede imponer, con el tiempo, . Bl nitfo, » quedaré en libertad condicio- ‘orden judicial o ser enviado a una escuela de readap- ‘tacién social. Si el hogar de ese nitio deja de cumplir alguna ortante, la ley de Menores de 1948 autoriza al Comité de Menores a tomarlo a su cargo y proporcionarle “cuidado y proteccién”. Bn hogar adoptivo. Si estas medi ia antisocial se caracteriza por contener un ele- ‘mento que compele al ambiente a. al terapeuta compro: ‘ente del paciente y tratarl valiéndose de su manejo, tolerancia y comprensién, social,sino que manifiesta dicha tendencia en sus perfodos sspotanzades, Bsto podra ocasionar inconvenientes a la socie- dad (y a usted, sila biciclota robada es la suya...), pero quienes no se ven afectados en modo alguno por estos robos compulsivos pueden percibir la esperanza subyacente, Cabe preguntarse si nuestra propensién a encomendar a otros el tratamiento del delincuente no obedecerd, entre otras razones, a que nos desagrada ser vietimas de un robo. Comprender que el acta antisocial es una_expresiénde— constituye ui requisite vital para tratar a los nifios Gitrraenctn an il manifiesta. Una y otra vez. vemos eémo| icia 0 arruina ese momento de esperanza a causa ntolerancia. Es otro modo de decir se despei 147 Los especialistas en la materia saben desde hace mucho tiempo que hay una relacién directa entre la tendencia anti- social y la deprivacién, En la actualidad —y esto se lo debemos en gran parte a John Bowlby— se ha generalizado el recono- cimiento de que existe una relacién entre la tendencia antiso- cial individual y la deprivacién emocional; los casos tipicos se dan aproximadamente entre el arto y los dos afios de edad, 0 sea cuando la criatura deja de ser un bebé y empieza a dar sus primeros pasos. Cuando existe_una_tendencia antisocial hq_habido aye los sucesos temprangs y tardios, el aa casi normal Al enuneiar la “posicién depresiva” de Klein con mi propia terminologia, procuré dejar en claro la estrecha relacidn exis- tente entre el concepto de Klein y el énfasis puesto por Bowlby en la deprivacién. Las tres etapas de reaccién clinica que describe Bowlby con referencia a un nifio de dos afios que es hospitalizado pueden formularse, teéricamente, en términos de gradual de la esperanza provocada por la muerte del objeto interno o versin introyectada del objeto externo 1, Beta idea parece estar implicita on la monografta de Bowlby, Maternal Care and Mental Health (Loe euldadas maternosy la salud mental), pag. 7, {donde compara sus cbservaciones con Ins de otro investigadores y suglere que las diferencias en los resultados se explican por Ia diferencia de edad entre los cl momento de su deprivacién, 148 perdido. Se puede profundizar la discusién de la importancia relativa que tendria la muerte del objeto interno por la rabia y el contacto de “objetos buenos” con productos del odio con- tenidos dentro de la psique, asf como la madurez o inmadurez, del yo en tanto afecte la capacidad de mantener vivo un deprivacién, pues s6lo asf podré abordar este tépico especial de la tendeneia antisocial. Dicha tendencia presenta siempre dos orientaciones, si bien ‘a veces el acento recae mas en una de ellas. Una de esas orientaciones esta representada tipicamente por el robo y la otra por la destzuctiuidag. Mediante el primero, el nifio buse al iia parte y, al no eres eo er ee suerpo o los brazos de la madre. Podemos discernir una serie| (©) encuadramientos: el cuerpo de la madre, sus brazos, la| Aelacién parental, el hogar, la familia (ineluidos los primos y| idad de residencia| otros parientes cercanos} con sus comisarias, el pais con sus leyes. Alexaminar los comportamientos casi normales y las raices tempranas de la tendencia antisocial (encaradas en funcién del desarrollo individual) deseo tener presentes en estas dos orientacioné 2, Véase el eapttulo 16. [N. de los Comps) 149 EL RORO y ambos ocupan el centro ‘Far, (Aqui conviene aclarar dos puntos: el niio no pudo haber ‘ereado a su madre; ademés, el significado que ella tenga para el nifio depende de Ia ereatividad de éste.) Cabe preguntarse si es posible acoplar las dos orientaciones: fel nimio y esa union representa una tendencia a la autocuracién, entendiéndose por tal la cura de une de-fusion_de Tos mnstmtos,. ————___——— Cuando en el momento de la deprivacién original hay cierta fasién de las rafees agresivas (o de la motilidad) con las libi- jifo reclama a la madre valiéndose de un compor- tamiento mixto —roba, hace dafio, arma lios— que varia conforme a los detalles especificos de su estado de-desarroll "mayor ue ta [isch comctaces cance i fenvelirae aee vorable, por cuanto indica una vez més la po "En el cuidado corriente del hebé, la madre debe habérselas constantemente con su tapacidad de causar fastidio. Por 3bé se orine sobre el regaz® de la as mama. Mas adelante, este acto aparece como momenténea durante el suefio o al despertar exageracién de esta capacidad de causar io puede indicar la existencia, en el bebé, de cierta deprivacién y tendencia antisoc Esta tendencia se manifiesta en el robo, la menfira, la incontinencia y, en general, en Tas conductas 150 inconsciente en gran parte, pero no necesariamente en su totalidad. PRIMERAS SENALES DE LA TENDENCIA ANTISOCIAL En mi opini6n, las primeras setales de deprivacién son tan comunes que pasan por normales. Tomemos como ejemplo la conducta imperiosa del nifio, que 1a mayoria de los padres de realidad psiquica y no de conducta. vvoracidad es un sintoma antisocial muy comin, estrecha- mente Tigado a Ta inhibicion del apetito. voracidad encontraremas-eLcomplaya de deprivacién. En otras: palabras, si un bebé se muestra voraz es porque experimenta cierto grado de deprivacion y cierta compulsién.a buscarle una terapia por intermedio del ambiente. La buena disposicién de la madre a prover lo necesario para satisfacer la voracidad del bebé expliea el éxito del tratamiento en la gran mayoria de los casos en que tal compulsio é Entre paréntesis, he oido decir a veces que una madre debe fallar en su adaptacién a las necesidades de su bebé. Me pregunto si no sera una idea equivocada, basada en la con: doracién de las necesidades del ello y la desatencién de las ides del yo. Una madre debe fallar en cuanto a la 1¢ €5 la mas delicada. Si una madre hace esta terapia como una formacion reactiva generada por sus propios eomplejos, decimos que es demasiado indulgente con el bebé, que lo maleria, Esta terapia suele dar birenos resultados en tanto la'madre sea capaz de practicarla, rata -gaaplacién do'ln madre. Beta frocsea porque percibe la necesidad de atender a los reclamos del nitio, forzosamente en su empeflo por mantener un alto graie de de complacer su voracidad compulsiva. Quizd comprometa no adaptacién a las necesidades del ello, con la consiguiente s6lo a la madre, sino también al padre y al resto de la familia, lidad de que todo infante se vea deprivado hasta cierto ieada zona entre la terapia materna eficaz e ineficaz, Con observamos cémo una madre maleria al bebé y jue esta terapia no tendré éxito, porque la depriva- hha sido demasiado grave para “curarla de primera intencién’, como dirfa un cirujano refiriéndose a una herida. alaue ca 2 Asi como la voracidad puede ser uma manifestacién de la Y-preeursora del robo; la madre puede atenderla-y-curarla reaccién ante la deprivacién y de una tendeneia antisocial, lo mediante su ad: nfundj- mismo puede decirse de la enuresis, Ia destructividad compul- da con la indulzenicia excesiva. Debemos sefialar, sin embargo, siva y la tendencia a fastidiar o armar ‘Todas estas que la accién de la madre —sea cual fuere— manifestaciones estan estrechamente relacionadas entre si, En las dela poy este en edad de mantener esta introyecién, pe- I antisocial a reclamar el derecho a orinar sobre el cuerpo de la madre, Para estudiar més a fondo el_roho tendria que referirme al deseo compulsivo de salir a comprar algo, una manifestacién Corns we avert, anngue al labs na at obligado en comin en la tenden contramos en nuestros absoluto hacia la pacientes psicoanaliticos, El terapeuta puede hacer un andlisis impu'so de amor prolongado e interesante de un paciente sin alterar este tip de sintoma, que no pertenece a la sicstica ia_antisocial origi- nada como reaceién ante una deprivacién espegifica, ocarrida en un momento determinado. De esto se infiere con claridad La terapia materna puede eurar al bobs, pero ‘no es amor maternal. que los regalos de cumpleafios, asi como el dinero que se da Este modo de ver la actitud indulgente de eae a los nifios 0 adolescentes para sus gastos personales, absorben una enuneiacién del quehacor materno més €ompleja nue la parte de Ia tendencia antisocial no comtinmente aceptable. A menudo se concibe él ‘materno: Siempre desde el punto de vista cl », dentro de la categoria a que pertenece el salir a comprar algo encontramos Jas salidas sin finalidad alguna, a modo de rabonas, manifes- que es una ane sedans taciones de una tendencia centrifuga que reemplaza el gesto madres, i centripeto implicito en el robo. 152 153 LA PERDIDA ORIGINAL, |[madurez del yo que este tipo de percepeién [se desarrolle una tendencia antisoci entisociales que sus padres logran tratar con éxito en sus etapas tempranas. Empero, los nifios antisc les presionan constantemente para obtener esta-curs mediante una provi- . Dichas jones pueden ser inconseiontes, © tener motivaciones in- conscientes,) Pareceria que la deprivacién original acontece durante el Periode en que el nino de corta edad esta en vias de as (0 de la id) del ello. En el momento de esperanza él nifio hace To siguiente: Percibe un nuevo_medio, dotado de algunos elementos Experimenta un impulso que podriamos lamar delhisqueda de objeto. ~ " Recondce que la incompasién esta a punto de eonvertirse en una caracteristica, ‘Por consiguiente, agita el ambiente que lo rodea, en un frente al peligro y organizarse para tolerar el fastidio que él le cause, Si la situacién persiste, debe poner a prueba una y otra vez la capacidad de ese ambiente inmediato de soportar la agre- sién, prevenir o reparar la destruccién, tolerar el fasti Teconocer el elemento positive contenido en la tendencia antisocial, y suministrar y preservar el obj busead: 154 En cireunstancias favorables —o sea, cuando no hay unt exeeso de locura, cor lsién inconsciente, organizacién para- noide, ete— es posible que con el tiempo, y gracias a esas circunstancias, el nifio pueda encontrar a alguien a quien ea a ee sobre objetos sustitutos que han perdido su valor simb srgue guian a un nitioa través de todos estos procesos, hacen una terapia sin duda comparable al trabajo analitico. Por lo comtin, los padres llevan a cabo esta tarea completa con uno de sus hijos. No obstante, muchos progenitores per- fectamente eapaces de criar y educar a nifios normales fracasan con el hijo que manifiesta una tendencia antisoy En esta enunciacién he omitido adrede las referencias a la relacién entre la tendencia antisocial y: La actuacién [acting out]. La masturbacién, El superyé patolégico y el senti Las etapas del desarrollo I nto inconseiente de culpa, inal, a la fase previa a la preocupacién. La defensa paranoide. Los vineulos de la sintomatologia con el sexo. TRATAMIENTO En suma, el psicoandllsis no es el tratamiento indieado para Ja tendencia antisocial. El método terapéutico adecuado con- tar con Jos impulsos del ello. La terapia es broperdonad ‘por Ja estabilidad del nuevo sui 155 lj re are oportunidad para lag relaciones del yo, Por cuanto el nifio ha; = Si el nifio es un paciem alternativas(d) hacer pos fuera del matt anal prever que la tendencia antisocial aleanzard su maxima potencia dentro de la situacién analitica y estar preparado para soportar el impacto. 156 15. PSICOLOGIA DE LA SEPARACION [Articulo escrito en marzo de 1958 para uso de los asistentes sociales] Recientemente se ha escrito mucho sobre el tema de la se- paracién y sus efectos; éstos pueden enunciarse basdndose en los resultados de la observacién clinica. Hoy en dia se ha Tegado a un acuerdo considerable con respecto a qué se puede esperar cuando se separa de la figura parental al bebé, o nifio de corta edad, por un lapso demasiado prolongado. Se ha comprobado que existe una relacién entre la tendencia anti- social y la depriv A continuacién intentaré estudiar Ia psicologia de la reac- cién ante la pérdida, aprovechando los grandes aportes hechos a nuestra comprensién del tema desde que Freud publies su trabajo Duelo y melancolta, influido, a su ver, por las ideas de Karl Abraham. Para comprender a fondo la psicologia de la angustia de se- paracién, es necesario e importante que procuremos relacionar Ja reaccién ante la pérdida con el destete, la afliccién, el duelo y la depresién, Quienes trabajan con nifios deprivados deben adoptar ante todo, como base tedrica de su labor, el principio de que la enfermedad no deriva de la pérdida en si, sino de que esa pérdida haya ocurrido en una etapa del desarrollo emocional del nifio o bebé en que éste no podia reaccionar con madure: El yo inmaduro es incapaz de experienciar el duelo. Po tanto, cuanto haya que decir acerca de la deprivacién y la angustia de'separacién debe fundarse en una comprensién de la psicologia del duclo, PSICOLOGIA DEL DUELO El duelo en si es un indicador de madurez en el ‘Su complejo mecanismo incluye el siguiente proceso: el indi- 157

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