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FELIX DE LLANOS Y TORRIGLIA DELLA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA SANTAS ¥ REINAS Ala memoria demimadee |APUNTES BIOGRAFICOS SEGUNDA EDICION EDICIONES FAX Plaza de Santo Deminso, 13 MADRID 19 43 DORA MARIA DE CASTILLA Cuatro. Reinas espafiolas que presidieron desde el Trono de Portugal la epopeya de los descubrimientos DISCURSO LEIDO EN LA FIESTA DE LA HISPANIDAD ORGANIZADA FoR | EL INSTITUTO DE ESPARA’Y. CELEBRADA EN LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA KL DE OCTUBRE DE 1341 or dda ‘aan Ficonootnas Sin arta \ Reinas espaiiolas que desde ol Trove de Portugal pre. Sidloron Ta epopeyt de los detexbrimtentats espera de Don Manuel do Portugal, O Venturoso. | Dofa Isabel de Ca Ninguna vide de las que van a desfilar ante a pantalla ds [ westra atencién mas’ tenaz e intensamente dramética que la aya. Desde que en Duefias rondaban el palacio de los Acufias, | donde naciera, los partidavios de Ia Beltraneja para arrebatir- ‘tla & sus pidres, los Reyes Catblicos de después, hasta que ale- 228 SANTAS Y _REINAS vosa la Muerte la hizo suya junto a la cuna de su ieeién nacido unigénito, el arama apostilla eruel le cr6niea de sus veintiocho aflos, no déjando de sombrear sino muy pocos. Chieuela era euan- i ox. galopada a liberar. ron tomarla por rehén, Andrés Cabrera, esposo espera de que su edad ‘Alfonso, nieto del reeonquistadas, Su gentil fig junto a 'a fuente de Archidona, de la legada de su madré al coro de Mélaga, del “coro de ninfas” que, en frase de Pedro Mai fueron tivamente al pareeer, las guerras luschispanas que, como dijo en su bula Sixto IV, promoviera antes “la maléfica influencia det hubo, a orillas del Betis, fiestas esplendoro. las cuales, el 11 de noviembre, la Princtsita se des- dia de los amantes brazos de sus padres. Las bodas en Evora atin sobre las descoloridas pfginas de los anales de In ép0- wubo, segiin Resende, muchos y singulares momos reale vieos y_galantes que ereo que nunea otros tales fueran tos", y retos y banquetes, y dertoche de brocados y de velludo, | vista por muchos co UG NS BOROLAS 20 estiuendo de caramélas y sacabuches,. baile hasta el amanecer, ‘Tamafa fiesta—asegura un testigo—, “que sino hubiera sido Al presente estan vivos, vo no me hubiera Pero, 1ay!, ya el drama no se satisfacia jor en su vida misma. Aquel amor conyugal, entre un novio de quince aftes y una joven: vveinte, no duré sino siete meses. lel 12 de julio, corriendo el recién easado a ca- reel, que cay6 al suelo y arras- Sin habla ni sentido lo re- as poeas horas, expiraba. regazo de su aterrada mujercita, La catéstrofe estremeci6 gal, que en aque) muchacho cifraba tantas esperanzas, En sseguran las erénicas coctineas—los hombres se daban ssi de bofetadas y se mesaban las barbas, “e as molheres has e maos a fermosura de seus rostros, que Ihe corrido em sangue”. Pero conmovié ademés al mundo en- tero. Nuestros cancioneres y los lusos y aun las letras francesas (éase a Menéndex y Pelayo en su Antologia) Isabel, como i final de gu mari age os prin Le el mayor y mis igual, esforzado, lindo, euerdo y clque mas cs pudo amare © como Luys Enriquez cuando ponfa en labios de la desolada Prineesa aquellas estancins jorgemanriquettas: 410 amor de my querer, ‘quetide del corazon mas que mi vida comienzo de ani pasion ‘desmedida! 10 fin de todo, mi bien, venero de my tr'sturé ‘syn compést iSola_ yo? Dyrfn de quien se ‘partié buena. ventura "por jams, 230 SANPAS ¥ EEINAS ‘¥ {a princesil viuda, helada el alma; no habia invernado ain calor del hogar paterno. el espanto ain en los ojos. De volver- iera. Dos afios y medio después, toda- via Ig Reina Isabel oseri cesa no es de hacer euenta porque est determinada de no casar”; y sus padres le ofrecieron no violentaria ni apartarla de su de. terminacién. Era, sin embargo, demasiado bella, buena y bien dotada para que se aviniera a préscindir de pretenderla un seereto y antiguo amador, novio el mas apeteeible de toda la Cristiandad. Cuando atin estaban ambos en la nifiez la habia visto en Moura, por pri- ‘mera vez, el entonets Duque de Beja, don Manuel de Avis, primo ¥ cufiado del Monarca portugués reinante, y se unié a la mucha- cha con una afeccién de simpatia que no podia tener por enton- i Pero, ya en flor de juventud, volvi6 Jusas para casarse con el tan pr intidn afios, Alfonso; y el regio mozo de ‘que antes jug6 con ella como con una chiquilla, sintié su corazén intercsarse roméntico por la castellanita de veinte que iba a ser Ja esposa de su sobrino. Dominé, sin embargo, su entonces im. posible pasién, de la que probablemente la desposada ni ‘6lo’ cuando antes de cumpl del dia en que, la corona, el yor del nuevo Rey salia para Castilla con plenos poderes para sestionar el enlace con la hija mayor de los Monarcas esp: ‘Chocaron éstos.con la resuelta oposicién de la viuda, no 2 ese, sino a todo matrimonio. Nombraron, sin embargo, nuestros So- { beranos a Cisneros para entenderse’con el emisario portugués, se firmé un contrato antenupeial (en noviembre de 1496), estipu- Kindose valiosa dote para la futura Reina de Portugal; pero resistencia de ésta a contraer nuevos vineulos conyugales y ‘empefio que puso en no acceder a diente “hubiese de echir a todos fioriog antes que lla entrase en el fizo ella el desposorio”, entorpecieron y dilataron Ia ejecucién de 0 eonvenido, hasta el punto de que hubo uecesidad de un nuevo a su confesor, Talavera: “de la Prin- |. | Rey Venturoso? Un azar haba puesto en sus cuard_neinas HsrASorAs Bab “a Prineosa rauito joso y de raza pero j6n de regocijos; como prueba de adopei6n ni en la de origen no al fausto suceso, Padre 7 impuso que niven su patri asen festejos algunos en accsdieron, y en octubre Infanta castellana mano de esposa 2 don Manuel T en Valencia de Aleintara. ‘De todos modos, aunque nada se hubiera convenide respecto ‘a holgorios, la fatalidad se hubiera encargado de suprimizios. Tas galas 1 se trocaron ail garon estremecedor Joven, fel ‘muerte e] Principe don do, habia. previsto esa contingencia, et hado parecia depardrsela apresuradamente, Dentro de pocos afios serfa, con Isabel, Rey de foda le Peninsula, Cémo no esperario i 1a ventura pareefa ser la esclava deb Portugal; otro prometia entregarle fo la expedicién. Pero easndo el Rey Manuel, ya viudo, organi. ara en la playa de Belem—donde para conmemorar el sconteci- ‘magnifico monasterio jerénimo—la bri 16 del gran nauta, almirante desde entonees det xy éste le vefiriera aquella primera etapa de sus pabfa de Santa Elena en la costa occidental Mozambique, Mombara, jen, la aguada de San Blas, Nat it del sGindalo y del coro), no podrfa menos de consagrar tierno recuerdo a la Reinita del breve reinar, durants cuyo cor- islmo consorcio tantas veces comentarfan juntos las gestas de 22 Santas ¥ 8X RBINDS Z Gama, émulo de aquél visionarid Colén que ella habfa visto men digando protecciGa, aiio tras aio, de sus padres en los intervalos de la campafia de Granada. Zaxpazo erudelisimo de la adversidad, al que otro no menos trascendental seguiria, borraron presto de la retina de don Ma- nuel gus més risuefias perspectivas de Rey y de marido, El 28 jo ensofiado, el don apenas si_habrian que no quedase en Ia gel que bajé al mundo aunque por poco tiempo, el hogar del Rey Descubridor, nada se sabe hoy de Jas cenizas de la. primogénita de los Reyes Catolicos, Se la enterré en una fosa abierta 1a Real, de Toledo, fundactén que por gin se me ha asegurado, recientes obté tencia del mas minimo resto. No en polvo, en humo se volatilizé coro de Santa Isabel va tal nombre, ¥, se- cuanto fueron mortales despojos de la infelicisima esposa det Felicisimo, que, de haber vivido, hubiera compartido eon 61, ade: mas de la integra soberania peninsular, la de un imperio batido por las olas de todos los océanos y asentado en la tierra de eua- tro continentes, Dojia Maria de Castille, En fiagrante contraste con su herman: que’ la sucedi6 en el télamo y trono, abe juagar do lejos ya través de los libros, de las Reinas dicho- sas, Tiblamente acariciada por una serena euforia doméstica; suavemente arrullada poi Segunda expota de Don Manuel Ja Reina dofia Maria, | paradigms, en lo que | | retenida por el naci 2a 7" _SUAIHO RELNAG ssPAOLAS te fastuosa, quo era un emporio de arte, de belleza y de cultara, Maria de C eriatura do eleccién'de la suerte, se deslizd Por el plécido lago de su vida, que hasta tuvo la suerte de no co- hocer Ja senectud, como un, cise que apenas si mucve las aguas ni deja huella de su nadar. Felices, sinas consortes que més aGn, si compartieron el solio con un Rey , fiel, honesto, hogarefio en Ja vida privada, fos de la fortuna on lk vida piblica, merecs como don Manuel T el dictado env: Reineidiendo en su afin, que en char lazos con Castilla, el viudo de Is ‘que toda- via aleteaba, aunque debilillo, el hijo de ésta, habia diputado en prineipios de 1500 a Ruy de Sande para solicitar de los Reyes encia de casarse con la pentitima hije de éstos, y , Ia Infanta Maria, demanda, en mayo re, lograda Ia dis- pensa del Papa, celebrébase weer do Sal. Maria ‘babia eumplido dieciccho abriles. Su madre la habia alumbrade en Cordoba el 29 de junio de 1482, primer fruto de un extrafio, por dilatadisime, parto doble, que al cabo de treinta y cinco horas termin6 eon otra Infanti ordinaria peripecia relacionada e: ‘in otro suceso notable ocurrié en su vida infantil ni en su ado- lescencia que mereciese mencién especial de los cronistas, Pollue- 4a bajo el ala de la madre, con ella anduvo, hasta que se casé, por ‘campos y campamentos y preseneié guerras y paces en el algo Secundario lugar de una mozuela regia a quien slo correspondia el euarto taburete junto al trono de sus progenitores, Bs ‘antados de haberla empina ve en prestaneia, af que se despi la mandaron ‘a Portugal; no to de su tercer vastago, pude acu de dotia Isabel. sboa—“noble figura, alta, esbelta, blan- portuguesa—el pais entero hervia con la flebre de jentos. Meses antes habfa levado anclag en el estua- vio del Tajo, al mando de Pedro Alvarez Cabral, It primera ver- dadera escuadra que se flet6 con diez earabelas y tres grandes aos, y cuya misién era consolidar el fruto de Isg iniciadas ex- plordcjones en la India eatequizando a aquellos rajahs pare la

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