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VISION ANGUSTIADA Y GROTESCA EN EL LUGAR SIN LIMITES, DE JOSE DONOSO EDWIN SALAS ZAMORA AMBIENTE SOCIAL Y PERSONAJES Es tan fuerte ef contlicto personal vivido por la Ma- ‘nuela que el aspecto social pareciera desempefiar la funcién de un telén de fondo en el relato, Pero el anidlisis muestra que no es asf, y que ms bien la problematica social es la ‘ue origina buena parte de los conflictos personales. Si bien el retato empieza con la presentacion de la Me- uela, como personaje central, pronto aparece don Alejo, duefio absoluto del espacio fisico en que se dan los hechos, y dominador también absoluto de las conductas sociales ‘gue se desarrollan en ese medio social, La brevedad con que son tratados en la novela los aspectos econémicos y pol ti cos na le quita fuerza a los mismas, sino mas bien se la au: manta debido al estilo condensando en que se presentan. Queda claro, por ejemplo, que el pueblita La Estacién el Olivo es un apéndice del fundo vinatero, propiedad de don Alejandro Cruz, El pueblo suraié por las necesidades de re- coleccién y comercializacian de los productos del fundo, El terrateniente sigue exigiendo en aquél los privilegios que siempre tuvo sobre su propiedad, De agut se deriva la de- endencia total de os habitantes con respecto del terrate- niente, Y de este modo se explica la presencia amenazadora fe 61 8 lo largo de toda la novela, A la manera de los enco- nendaderos, don Alejo anda acompafiado de cuatra perros feroces para afirmar su autoridad y atemorizar a sus depen dientes. Los presencia amenazante del der violento, animal, en el que persiste la actitud ‘omendero hacia el indigena, E1 uso de los perros ca: menosprecio del latifundista par los que no son fina figura y sus modales reposados contrastan con esa forma cruel de amenazar a los débiles, como si fue ran animales, Los perros ademds, son los guardianes de sus osesiones, y cuanda don Alejandro duerme, se encargan con sus ladridos de recordarle al pueblo la presencia peren ne de su poder. Los ladridos de los perros configuran un clima de inquietud a fo largo de toda la novela, Los demas personajes son conscientes de ese poder le don Alejo y tratan de sacar provecho a su manera, Este es el caso de la Manuela, quien admira la riqueza y la bon- dad del terrateniente: “La Manuela se detuvo en la esquina para contem: 10 plarlas un instante, Viflas y vias y mésviflas por todes Jados hasta donde alcanzaba la vista, hasta la cordille ra, Tal vez no fueran todas de don Alejandro, Si no eran suyas, eran de sus parientes, hermanos y cufla- «40s, primos a fo sumo, Todos Cruz. El varilaje de las viflas corvergia hasta las casas de! fundo El Olivo, ro sieadss de un parque no muy grande pero parque a! fin, y por la aglomeracién de herrerias, lecherias, to- nelerias, glpones y bodegas de don Alejo. La Manue- la suspiré, Tanta plata, Y tanto poder: don Alejo, cuando heredé hace més de medio siglo, hizoconstruir ‘a Estacién E1 Olivo para que el tren se detuvieraallf mismo y se Hevara sus productos. Y tan bueno don Alejo. éQué seria de la gente de la Estacién sin 617”. El tftulo de la novela bien podria referirse al poder sin limite que muestra, en todo momento, el dominio de don Alejo sobre todo 1o que pasa en El Olivo, y como alu- sién a sus posesiones, que liegan hasta donde alcanza la vis: ta, Don Alejo castiga y premia, Es la tipica figura pater ral del latifundista. La Manuela fo compara con “‘tatica” Dies, Segin Fernando Moreno Turner, la caracterizacién de don Alejo contiene una parodia del Dios creador, con la res pectiva rebelién de Luzbel simbolizada en Pancho Vega, donde Ia versién del mito no es idéntica, No es una lucha entre el bien y ef mal, Se trata de un cielo al revés, como se da el caso en El Seftor Presidente, A este respecto, el critica recuerda el epigrafe con que se inicia El lugar sin li que establece una relaci6n temética con La tragica histo del doctor Fausto, de Marlowe ? En este sentido, los designics de don Alejo de hacer essparecer el pueblo parecieran ser una parodia del diluvio bifolico que Dios, arrepentido de su creacién, envi6 sobre la tierra. Solamente que don Alejo es un dios satido directa- mente de la época colonial de América Latina, Al igual que | encomendadero, el terrateniente sigue velando también por la vida espiritual de sus subordinados, Por eso les exige axistir a misa de igual modo que les exigiré sus deberes de eons, Es tal el dominio de don Alejo que no tiene conflictos ‘con sus peones. La novela no alude a ningin entrentamien- to con un sector social que esté précticamente ausente del Telato, y que solo es aludida a propésito de una vieja cam- pia politica de don Alejo para ser electo senador. Ironica- mente, la campatia se organiza en el prostibulo, bajo la direccién de la Japonesa Grande. EI triunfo se celebré con tuna gran fiesta en el prostibulo, hecho mal visto por las mujeres pero tolerado por respeto a don Alejandro Cruz ”.. porque se trataba de una fiesta en honor del seftor y Porque cualquier cosa que se relacionara con el sefior era ‘buena, por esta vez no dijeron nada". (pg. 64), EI poder de don Alejo tiene fa virtud de liberar to prohibido y de convertir fo malo en bueno a la vista de las mujeres. Poco después se hace notorio cémo ellas se com- ortan asi por necesidad econmica: “Claro que hoy no tenia importancia que se embo- rracharan. Esta vez la causa era buena, Que se estuvie- ran cerca de don Alejandro, eso era /o importante, que é1 los viera en su celebracién, que de pasade y como quien no quiere la cosa le recordaran el asunto de! terrenito, y de esa partida de vino que prometié venderles con descuento, si, que cantaran juntos, que bailaran, que hicieran las mil y mas, hoy no importa- ba con tal que las hicieran con el seffor”. (99, 65). La relacion de don Alejo con et prostibuto entra en contradiccién con su pretendida religiosidad. €1 contraste constituye una ironfa, como asimismo es irénica la protec cci6n que 61 brinda a la Manuela, Todo esto se engloba en lo que Hernan Vidal llama la sitira de un medio social tradi ional, Segin él, El lugar sin limites constituye una burla a {a tradici6n historica chilena, magnificada por el criollismo: tradicién de machismo vista aqui al revés pero no del todo ausente, pues sobre es0s elementos del criollismo es que Donoso construye su visién satfrica del mundo. A esto con- tribuye el predominio de los hechos cotidianos y la eusencia Gel heroismo y de personajes heroicos en la novela “En este tono menor y en el confinamiento de es- tas escenas a espacios cerrados —especialmente el de fa bajeza del prostibulo— se elimina el machismo y el sentido épico del criallismo que en las novelas ejem- plares de la narrativa hispancamericana de las prime- ras décadas del siglo buscé el conocimiento de los aspectos representatives de lo americano en la epope- ya a espacio abierto”’ >. Es evidente que se esté satirizando una concepcién es- tereotipada del campo, concebido como rudo e incontami nado, mito celebrado en las obras del criollismo anterior. EI lugar sin limites representa, de este modo, la desacraliza- clon de ese mito y de fa literatura que lo difunde, Esto plantea una inversion de valores culturales, y desencadena Una serie de otras inversiones: religiosas, morales, sexuales, etc, Segiin Moreno Turner: “El aspecto de la inversiOn se encuentra expuesto 2 Jo largo de toda la novela e incluye desde la caracte- rizacién de los personajes y su configuracién como entes ficticios, hasta pequefias actitudes y detalles de! Jenguaje. ..”” No por eso deja de ser absolute el dominio de don Alejo sobre ese medio humano, La necesidad que é! tiene. de seguir ejerciendo su autoridad incluso sobre los hijos de los peones, aun cuando aquéllos'no estén a su servicio, es lo que genera un conflicto con Pancho Vega, Este, hijo de un 1quilino, ha desertado del fundo para vivir su propia vida, Pero tiene una deuda con don Alejo y no puede independ zarse de 61, La ilusién de Pancho es comprar una casa para su familia, trabajar por su cuenta, no tener deudas, Pero ninguna de esas cosas puede hacer. Quiz por esto, adopta W Una actitud de bohemio y don Juan, de hombre sin escris pulos morales, todo ello para compensar su frustraci6n y su impotencia frente a don Alejo, Ya Pancho se haba rebelado Una vez, al irse de la casa de sus patrones donde era casi un hijo adoptive. Luego vuelve a depender de don Alejo al prestarle éste un dinero para comprar el camién. Esta segun da dependencia es la que fo aprisiona y, quiz por ello, ca- rraliza sus deseos de venganza y su agresividad hacia el Prostibulo, objeto protegido por don Alejo. Este le ha ad vertide a Pancho que no se acerque siquiera y que no moles- te a la Manvela, Se podria pensar que el deseo de ejecutar tuna transgresién: vengarse de la opresion de don Alejo, uien fue casi su padre, fo lleva 2 realizar otra transgresion: oseer a la Manuela, De hecho, cuando su cuflada le ayuda fa cancelar la deuda con don Alejo, es cuando Pancho viene a descargar toda su brutalidad en el prastibulo, todo lo cual concluye con la muerte de la Manuela, al no poder éste acu- dir a la protecci6n del terrateniente, quien contié demasiado en Ia advertencia que le habia hecho a Pancho. La Manuela es literalmente victima del horror que aquél tiene de apare- cer como homosexual ante su cufiado Octavio, quien pre- sencia las caranto‘ias de la Manuela; pero en el fondo éste es vietima de las frustraciones de Pancho y de su impotencia frente a don Alejo, Segin Nelly Martinez, la lucha de Pan- ccho no es tanto por liquidar a la Manuela cuanto por aniqui {ar su propia tendencia al homosexualismo *, Pancho es representante del "macho bruto"’, cuya vi- rilidad nadie pondrfa en duda. E1 mismo presume de su viri- lidad, al prociamar que intenta poseer a la Japonesita ya la Manuela, Esto queda en el ambiente como una amenaza de ‘agresiOn, como un castigo, y por ello la virilidad de Pancho fo se ve amenazada, Todo se interpreta como brama, como ‘exageracin. Cualquier duda se conjura con larrisa. No obs- tante, la Manuela sf estd seguro de que Pancho siente atrac- cin por ét: “Cuando me sujeté con fos otros hombres me dio sus buenos agarrones, bien intencionades, no va a darse ‘cuenta una con lo diabla y fo vieja que es”. (pg. 26). Severo Sarduy ve en esta atraccién que la Manuela ejerce sobre Pancho, uns de las tantas inversiones que se de- sarrollan en fa novela: el prototipo del “macho” atrafdo por un homosexual § Pancho reivindica su imagen varonil ante su cuado, ‘al matar a Manuela, pero a violencia de esa muerte es un sustituto sédico del deseo, una destruccién que se confunde ‘con posesién del objeto destruido: accién en la que se con- funden el acussdo y el juez y se lanzan a una venganza ple- ‘na de ambigtiedad sobre qué es realmente lo que se busca con ella “. .. lanzaron sobre él y lo patearon y le pegaron ¥ lo retorcieron, jadeando sobre 61, los cuerpos calien- tes retorciéndose sobre la Manuela que ya no podia ni gritar, los cuerpos pesados, rigidos, ios tres una sola ‘masa viscosa retorciéndose como un animal fantéstico de tres cabezas y miltiples extremidades heridas e hirientes, unides los tres por el vamito y el calor y ef dolor en el pasto, buscando quién es el culpable, cas- 12 tigindolo, castigéndola, castigsndose deleitados hasta en el fondo de la confusién dolorosa, . .”. (pigs. 132- 133). La actitud de don Alejo Cruz frente a la Manuela es de simpatfa, de proteccidn, Esa actitud se deriva en primer término de las relaciones que don Alejo tenfa con la Japo- ese Grande, y que lo atan sentimentalmente ala Japonesita Y por ende a la Manuela, En un segundo término, la simp. tfa de don Alejo se deriva de la inocuidad de la Menvela para los intereses patronales, pues a diferencia de Pancho o de otros personajes, la Manuela es incapaz de causarle al terra- teniente ninguna molestia, y més bien coopera con él auin- ‘gue sea inconscienterente, por ejemplo, en la compra del Prostfoulo que don Alejo pretende, Ademés, la Manuela admira a don Alejo y se pone de parte de éste en el asunto de la deuda de Pancho. La Manuela intenta agradar a los ca balleros, como muy bien Io dice, y don Alejo es identifica. do como caballero pero oposicibn con tos “rotos”, entre los. que la Manuela incluye a Pancho Vega, Don Alejo simboliza Una serie de aspiraciones que tiene la Manuela: riqueza, lujo, comodidades, cortesfa, etc. Por ello la Manuela admira tar. toa don Alejo, Hay también una curiosa simpatfa de don Alejo por la Manuela, simpatia que esté en el ambiente social de El Oti- vo, sobre todo entre la gente que frecuenta los prostibulos, Hay que notar que la Manuela tiene carrera como bailarina en otros prostibulos, lo cual indica que hay costumbre en ese ambiente social para aceptar a las “locas”. Desde este Punto de vista, es explicable la simpatfa de don Alejo por la Manuela, por la alegria que éste lleva a las fiestas. Queda descartada, por supuesto, la existencia de una atracci6n que fa Manuela pueda ejercer sobre don Alejo, Aquél lo supone en algén momento, pero intediatamente desecha tal posibi- liad, Para la Manuela bien puede separarse el rol de figura central del relato. El mundo novelesco es presentado en gran medida a través de su percepcién, El es una “loca”, ‘como no tiene empacho en definirse, un homosexual con aspiraciones de bailarina espafiola de flamenco. Procedente de Ia ciudad, la Manuela esté de paso en el prostitulo de ese Pueblo pequefio y olvidacio, Su aspiracién es triunfar como ballarina, ser aplaudido, agradar a los hombres, por quienes experimenta una irresistible atracci6n, Pero ha envejacido en el prostibulo, ef cusl no se decide a abandonar quién sabe por qué secretos temiores ante la vida, Es evidente que, desde ef punto de vista de sus aspiraciones, el haber acepta do ser socio del prostfbulo constituyé una verdadera tram- a para él, Después no se atreve 8 abandonar el negocio y erder su parte, aunque es claro que anhela irse. La Manuela aparece viejo y achacoso, pero atin asf no se deja vencer por el aburrimiento y sigue alimentando ilusiones. Se entretie ne conversando con las prostitutas, visitando a una amiga y planeando conquistar a un hombre: Pancho Vega, Los senti- mientos de la Manuela por Pancho Vega son amibiguos, con tienen a su vez temor y deseo. La Manuela se horroriza Porque Pancho ha regresado al pueblo, pero ese mismo hecho {a impulsa a remendar su vestido de bailarina, fo cual signiti- 2 que desea bailar ante &l, a posar de considerarla un “ma: cho bruto” y abusive. La Manuela sabe 0 sospecha que bajo 8 apariencia de hombria se esconden otros sentimientos y e808 son los que é| intenta explorar. PUblicamiente, él mani- fiesta su temor por Pancho, esto lo hace ante su hija la Ja- Ponesita, ante las prostitutas y ante don Alejo, a quien pide proteccién. Su temor es externo, piblico; pero en su pensa miento anide el deseo y se atizan las brazas de su pasién homosexual, La Manuela vive a fondo su condici6n de “loca. No se averaiienza ni se preocupa por lo que puedan pensar o de Cir los demés, Se podrfa afirmar que hay un buen grado de ‘autenticidad en su actitud, La Manuela se acepta tal como es, cosa que no acepta su hija, quien sigue experimentando una cierta vergienza de tener un padre homosexual, La Manuela, en cambio, sufre hondamente cuando su hija lo Hama papa y le recuerde con ello no sélo su condicién de hombre, sino la trampa de haber ejercido como varon. El No se ve como hombre, y su realidad de var6n con el nombre de Manvel Gonzalez Astica constituye una amenaza para fo que él suefia con ser: la gran Manuela, Esa tragedia (ntima lo hace vivir una vida inauténtica, en un medio social que no lo favorece, y que tampaco lo acepte dentro de sus céno: nes de hombria, como se puede ver al final cuando le dan muerte los dos persequidores, La Manuela es victima de los valores machistas de un medio social; pero logra poner en evidencia que muchas ve ‘ces ese machismo y esa brutalidad son una careta que escon de otra realidad, algo a lo que se le teme tanto que se le conjura con la muerte, Dice la Manuela refiriéndase a Pan cho: “Tanto hablar contra las pobres locas y nada que les hacemos... y cuando me sujet6 con los otros hombres me dio sus buenos apretones, bien intencionados, no va a darse cuenta una con lo diabla y lo vieja que es", (nda, 26). La Manuela se queja de la violencia con que los hom= bres conjuran el terior de ser homosexuales; pero el texto también pone de manifiesto otro tipo de mecanismo protec tor: {a risa, el chiste, la ironfa, Los varones del fundo gustan de reirse y hacer chistes sobre la condicién de la Manuel Don Alejo fe recuerda en broma a la Manuela que Pancho 10 anda buscando, y en la fiestaen honor a don Alejo, éste in- vita a Manuela a bailar y le da otras bromas, La Manuela a veces se pregunta si don Alejo sentiré atraccién por él, Con especto a Pancho Vega, éste bromea con la seorita Lila sobre su amor por la Manuela, En la fiesta de don Alejo, los hombres deciden echar al agua a 1a Manuela, Este comenta “No sé por qué siempre me hacen esto o algo parecido cuando bailo, es como si me tuvieran miedo, no sé por qué, siendo que saben que una es loca, menos mal que ahora me metieran al agua només, otras veoes es mucho peor. . .” (pig. 84), La Manuela logra poner en evidencia los sentimientos homosexuales del més viril, Pancho Vega, Esto le cuesta la muerte, con la cual aquél quiere borrar ante su cufiado cual: ‘uier sospecha sobre su virilidad, Desde ef punto de vista novelesco, la Manuela es un ersonaje puesto en un medio social en el que hace surgir ta crisis sobre un aspecto tabli de las zonas rurales hispanos mmericanas. Donoso logra con este personaje ahondar en un ‘medio social tradicionalmente reservado a la hazafia varonil ‘con sus numerosas variaciones tal como las consagré la no- vela criollista. La Manuela le permite sacar a luz una proble- mética insospechada en el medio rural, y con ello alcanzar un buen grado de originalidad en su novela, El desplazamiento de su novelistica hacia un esp rural, y la configuracién del terrateniente todopoderoso no significan, sin embargo una preocupacién del novelista por hacer un enfoque social de ese ambiente, Si es un enfoque social de mentalidad colectiva, como 10 ha interpretado Hernén Vidal 7, pero elaborado més profundamente al nivel Individual del personaje. La Manuela es simbolo de una busqueda de autentici dad, Su vida se frustra por vivir en un medio hostil a sus anhelos. Pero es que la Manuela s6lo en ese medio podia 13, individualizarse y Megara la dimensi6n humana que adquie. re, En un medio urbano quizé no se pondrfa tan de mani: fiesto esa distancia que va de la intimidad a le apariencia en las personas, distancia que la Manuela contribuye a diluci- dar, La Manuela cambia su libertad y su futuro por una apariencia de seguridad. Cuando te proponen el negocio, él cabila asf: “Propietaria, una, Nadie va a poder echarme, y si es cierto que el pueblo éste se va a ir para arriba, en- tonces, claro, (a vida no era tan mala, y hay esperanza hasta para una loca fea como yo, y entonees la desgra- cia no era desgracia sino que podia transtormarse en una maravilla gracias a don Alejo, que me promete que las cosas pueden ser maravillosas, cantar y refrse y bailar en fa luz todas las noches, para siempre”. (pa, 88). Cuando sobrevienen la vejez y el desengafio, anhela irse pero no se atreve, ZNo as esa la situacién del ser huma- Ro en muchos casos? La Manuela pocrfa ser particularmen- ‘te una metéfora de Ia situacién de ese ser humano, encerrado en sus compromisos y sus ilusiones frustradas, y expuesto al escarnio y hasta a la muerte, si se atrave a mostrarse a los ddemés tal cual es en su realidad profunda, La Manuela es victima del horror de Pancho de apare- cer como homosexual ante su cufiado, pero también victi- ma de las frustraciones de aquél y de la impotencia frente al todopoderaso terrateniente, Se patentizan de este modo dos formas de frustra- cin: fa de la Manuela en su deseo de ser mujer y la de Pan. cho en su deseo de independizarse, Todav{a se da otra forma ‘més: la frustraci6n de la Japonesita por ser como es: fea, Poco femenina, aburrida, y por no poder mejorar el prosti- bulo con una “Wurlitzer” debido a la falta de electricidad en el pueblo. La Japonesita es caracterizada por la Manuela ‘como un ser anormal: “De repente, en invierno sabre todo, cuando le daba tanto frfo a la pobre y no dejaba de tiritar desde la vendimia hasta la poda, empezaba a decir que lo gustaria casarse y tener hijos, iHijos! Pero si con sus diecio- cho afios bien cumplidos ni la regia le Nlegaba todavia. Era un fendmeno”. (pg. 24-25), Hija de un homosexual y de la duefia det prostibulo, la Japonesita se dedica al negocio de la prostitucion por hdbito, porque hereda ol prostftuilo y sigue en él. Segin la ‘Manuela, la Japonesita no puede ser prostituta aunque aui: siera, por lo flaca y poco atractiva, Pero es ahorrativa, casi avara. Todo el dinero que gana lo guarda en el banco, y no desea gastar ni para las necesidades m{nimas de la casa. Sin anhelos de mujer, la Japonesita se va sumiendo en una ruti- ra que la ervejece. Hay un momento en que la Manuela lo- fra entusiasmarla y se decicle a dejarse poseer por Pancho Vega, pero tampaco se le cumple ese deseo. Lo Ginico que ogra entusiasmarla es la ilusion de la Wurlitzer para mejorar el establecimiento, pero como ni aun eso es posible por estar 14 de por medio don Alejo, la Japonesita se prepara a permane- cer con su prostibulo en ese pueblo alvidado y polvoriento, 2 punto de ser tragado por las vifias de don Alejandro Cruz, La Japonesita es el prototipo del ser meramente circunstan: cial. No desea cambiar; més bien admira a flor Céspades, eon del latifundista, por su absoluta resignaci6n y falta de anhelos. Es un personaje desilusionado, que vive como por inercia, No tiene interés en mirar més allé del prostibulo, y Jo nico que se le ocurre es lamentarse porque los tiempos Ya no son como cuando estaba la Japonesa Grande. La Ja- Ponesita y don Céspedes son producto casi directo del tipo de ambiente degradado: a decadencie del prostioulo en uno y la desolacién de! pueblo en el otro, Al final, la Japo- nesita piensa que no quiere irse de E1 Olivo: “Aunque viniera cada vez menos gente, todo con- cluyéndose. Las cosas que terminan dan paz y las co- ‘sas que no cambian comienzan a concluirse, estén siempre concluyéndose, Lo terrible es a esperanza, Voy a ir a Talca como todas los lunes a depositar en el Banco y voy a volver después de! almuerzo con las ‘compras para la semana, lo de siempre, azticar, mate, fideos, sal, aff de color, lo de siempre”. (pq, 137). Los personajes de El lugar sin limites sufren una gran soledad. Ya se ha visto en el caso de ta Manuela, y sobre to- do en el de la Japonesita, Pancha Vega también padece la soledad, como tos otras hombres que vienen al prostibulo a buscar compafifa, Ludovinia es una mujer sola también, Ella renunci6 pata siempre a la compaiifa, en el momento, fen que decidid echar sus anteojos junto al féretro de su ma rido para quedar casi ciega y no fijarse nunca mas en los hombres. Esa soledad existencial de los personajes se com- plementa con la soledad ffsica y el aislamiento de Estacién EI Olivo, un pueblo précticamente abandonado y a punto de desaparecer definitivamente ®, Dice Pancho cuando llega al prostfbulo y no logra divertirse: “Quiero refr. No puede ser todo asf tan triste, este pueblo que don Alejo va a echar abajo y que va a arar, rodeado de les viflas que van a tragér selo, .."". (pg. 123). Ese olvido total es el que teme profundamente le Ma: ‘nuela, que quiere hacerse famoso: la gran Manuela, para su: perar el destino comin de los otros personajes, no parecer Gefinitivamente. La Manuela y Pancho Vega en el fondo se arecen: no aceptan ser como los dems quieren que ellos sean, Esto es 10 que empuja a Manuela a superar ef aburi miento y sobreponerse a Ia vejez y las enfermedades: ‘vieja estaria, pero se iba a morir cantando y con las plumas pues tas", (pag. 14) Entre todos esos personajes, llama la atencién Octa- vio, el cuado de Pancho Vega, Octavio no parece suftir la opresion y fa soledad, De hecho, 61 no pertenece al ambien te de EI Olivo, y su condicién de foréneo le permite juzgar con cierta claridad las intenciones de don Alejando Cruz con respecto del pueblo. Le dice a Pancho: “Que no fuera idiota, que se diera cuenta de que el viejo jams se habia Preocupado de la electricidad del pueblo, que era puro) ‘cuento, que al contrario, ahora le conventa que el pueblo No se electrificara jams”. (pa, 100), Octavio queda fuera del ambiente social dominado Por don Alejo. Ejerce una actividad que no se relaciona con el fundo: el negocio de la gasolina, Al casarse con la herma: ra de Octavio, Pancho Vega participa en alguna medida de 32 situacén independiente, y ello explica de algén modo Su actitud rebelde frente a don Alejo, Pero Pancho teme, no 8 como Octavio, que se atreve a enfrentarse al todopodero. 50 latifundista, sin miedo a sufrir represalias, La actitud de Octavio frente a don Alejo contribuye a rescatar definitiva- mente a Pancho de la dependencia econémica y hasta senti- ‘mental frente a don Alejo, Pero Octavio tampoco se salva del ambiente pasional ue predoming en el solitario Otivo y termina asemejéndo- se @ Pancho al compartir con éste los sentimientos de vio- lencia y miedo frente a la Manuela, a quien é1 contribuyea ‘matar. En apariencia, Octavio mata por salvar 2 su cufiado de Ia infamia de ser tachado de homosexual; pero al detallar fa muerte de ta Manuela, el narrador sugiere la misma ambi- giedad de sentimiento en Octavio que en Pancho, En todo 280, al no querer que se manchara el nombre de su cuftado, Octavio estaba defendiendo su propio buen nombre que también se verfa menascabado, ORGANIZACION DE LOS ACONTECIMIENTOS El dosarrotlo de los acontecimientos en El lugar sin limites no presenta ninguna complejidad, Hay una linea ba: sica de hechos que se organizan alrededor de la Manuela, y ocas veces se abandona ese hilo de accién para presentar Sttos aspectos del relato, Esa linea bésica se desarralla en ln presente de Ja narracién, desde “cinco para las diez” de fa maffana de un domingo hasta las cinco de la mafiana del lunes. Ese lapso temporal esta totalmente dominado por la actitud de espera de la Manuela con respecto de Pancho Ve- 92. Actitud ambigua de temor y de zazobra pero también de deseo y esperanza. Esto crea un cima de inquietud que intensidad a lo largo del relato hasta que la Manuela aparece staviada con su vestido de bailarine espafiola frente a Pan. cho Vega, en el prostfbulo, Esa tensi6n se ve interrumpida brevemente en el ini- Gio del capitulo IV, donde se narran las ilusiones que la Ja- Ponesita tiene de que electrifiquen el pueblo, y recuerda on nostalgia fos tiempos buenos de la Japonesa Grande, Luego vuelve a instaurarse ef clima generado por la espera de Pancho, Asimismo, el capitulo V trata en sus inicios de fa ofer- {@ de compra de don Alejo a la Japonesita con respecto de {a casa, Pero el capitulo vuelve a desembocar en la espera, El capftulo VI y Vil narran la llegada de la Manuela al Jeblo cuando se da la eleccién de don Alejo, y estos he- constituyen retrospecciones en relacién con la historia rincipal; pero no producen ningiin efecto especial en la na- on. EI capftulo VII! trata de la cancelacién de la deude Octavio fe hace a don Alejo en favor de Pancho Vega, Los dos capftulos que siguen son dedicades a la espera y parece ya en la primera pagina de la obra y va creciendo en Negada de Pancho Vega al prostibulo, y el ltimo esté dedi- cado a los comentarios de la Japonesita y don Céspedes s0- bre los perros de don Alejo, Se da, pues, un cierto contra Punto en la organizacién de los hechos; pero ello no marca ‘ninguna tendencia especial en ef ordenamiento de los mis- mos, Reviste mayor interés técnico la condensaci6n de los hechos en un tiempo corto, concretamente en un domingo, ues esto logra crear un clima de tensién ereciente que fun. Giona como recurso de atraccién para el lector. Desde ese lapso en presente se orienta la narracién al pasado, prin almente, aunque también al futuro vislumbrado en varios aspectos, pero sobre todo en la espera de Pancho por la Manuela y la Japonesita, y en un plano més alejado en el tiempo, por el temor 0 casi seguridad de la desaparicién de EI Olivo por obra de don Alejo, Es curiaso que en la novela Este domingo también se organizan los hechos en un lapso breve, correspondiente precisaemte a un domingo, El dfa de fiesta es un dfa extraordinario, no comin, capaz de con vocar heches no comunes, ni deminados por la rutina de la en El Oliva, El domingo es dia de celebracién re- ero también dia de juerga, y esta doble situacién faclita la reunion de los distintos personajes que van a dar el espectdculo, Pero el texto va mds alld y probablemente explota otro hecho: el domingo es die del seftor. Pero ya se sabe que en El Olivo el Unico sefior es don Alejo. El texto se plantea, ast, como parodia, como ironta que desacraliza la cuestién religiosa, ya de por sf impugnada por las figuras de don Alejo y la Manuela, quienes manifiestan un sentido ‘eligioso grotesco, dade su sitvaci6n real Hablébamos de una gran retrospeccién en el relato, desarrollada en los capitulos VI y VII. Los acontecimientos sucedidos en ese pasado, vistos a un nivel literal, constitu- yen un complemento del tiempo presente, en el que se Ubi 15 ca Ia accibn, y como tales son una especie de hecho causal ‘que permite explicarse el por qué de la situacidn presente. No obstante, es relativamente claro que ese pasado instaura una nostalgia en los personajes por un tiempo mejor. Tiem= po de mucha clientela para el prost(bulo, tiempo de triunfo ¥ felicidad de la Manuela, Estos son los personajes que mas ‘aforan ese pasado. Especie de Paraiso perdido que se aiora desde el infierno de E! Olivo, para seguir las comparaciones religiosas, Para los personajes de El lugar sin limites todo fue mejor y todo seré peor, porque no hay posibilidad de salvacién en ese medio degradado. La desaparici6n de Et Olivo va precedida por la soledad que atenaza a los persona- jes que intentan permanecer anf, Pero hay la seguridad de que la soledad futura serd mds cruel todavfa, poraue seré la deseparicion del pueblo, y con éste el final de todo un mun- do particular de cada personaje, Segin Moreno Turner, la novela parece plantear un para{so perdido para los persona- js; ellos afioran tiempos mejores. Pero en realidad nunca hubo paraiso, el inflerno de ese lugar siempre fue igual y lo seguird siendo’ “sa perspectiva de la novela (esto es, la estructu- ra profunda de la obra, determinada por la especial configuracion que entrega ef hablante implicito) nos pone, frente # una situacién amarga y desalentado Hay un horror al final, pero es un horror que se da ‘como consecuencia de la incapacidad de !os personajes para plantearse alternativas de vida, hecho que es més evidente tn el caso de la Japonesita, aunque también en el caso de fa Manuela, Ast, el tiempo pasado y el tiempo futuro, planteados con sencillez en la novela, son muy significativos a nivel te- mético, pues tienen fa funcién de lanzar a los personajes ha- cia otros momentos no controlables de su vida, y con ello hacerles sentir més duramente el tedio y la angustia de su situacin presente, EL NARRADOR En el modo como se daa conocer el mundo novelesco de El lugar sin limites hay un predominio claro del punto de vista de los distintos personajes, Es a través de los perso- najes como se percibe en su mayorfa el mundo de fa novela También hay percepci6n de un narrador externo, que ase- ‘meja su lenguaje y sus valoraciones a las de los personajes del relato, La mayoria del mundo narrado es visto por la Manue- la, personaje cuya perspectiva te impone una caracteristica peculiar a la novela, caracter(stica que se podria denominar “vision grotesca”, por la mezcla encontrada de sentimientos de dolor y de humor que este personaje le imprime a todo Jo que ve, y porque despierta esos sentimientos sobre su misma persona, En la perspectiva de la Manuela, priva una vision nega. tiva sobre las personas y las cosas que lo rodean. Visién es 16 casamente compensada por los pocos momentos de ilusién Y por algunos recuerdos gratos de la Japonesa y de don Ale- jo. Manuela encuentra desagradable el prostibulo en que vi ve, debido a la suciedad y la miseria det lugar; asimismo te desagrada el pueblo por viejo y deteriorado, Desprecia a la gente por burda y mal educada, sobre todo a los campesinos ¥ la gente de las capas bajas. Su visién negativa se extiende a las prostitutas con las que convive, a su extratia hija, la Ja ponesita, @ incluso a su nica verdadera amiga, la Ludovinia, En lo personal, Manuela se compadece de sf mismo por la vejez y la enfermedad, por su condicién aborrecible de va- r6n y por su situacién actual fracasada. Por Ultimo, ve con amargura su vida anterior, su nifez triste, y le tiene horror al olvido que implica la muerte, En estas condiciones angus tiosas, la Manuela debe, no abstante, divertir a la gente, Su situaci6n se asemeja bastante a la del payaso, al protegerse detrés de una careta sonriente, Seain Moreno Turner: “A través de esta perspectiva se quiere expresar la visién de un mundo cuyas notas esenciales estén cons- tiuidas por la presencia de lo sbrdido y lo grotesce. Es un mundo degradado, donde los valores se han trastrocado (de alli la importancia de la inversién co- ‘mo norma estracturada) y donde los personajes viven una existencia vacia, sin libertad, sin caminos, sin sal- vacién. En este mundo no existe el amor, é! no forma parte de las relaciones humanas, pues este sentimiento implicarfa la superaci6n de la precariedad de la exis- tencia: s6lo cobra forma ef deseo sexual, e! acopla- miento, el amor pervertido” La Manuela contrarresta toda esa desgracia con los buenos recuerdos de su vida con la Japonesa, Asimismo ‘opone a la miseria y la bajeza la figura esplendorosa de don Alejo, un auténtico caballero, simbolo de los anhelos de la Manuela, Dentro de los pocos momentos gratos, cuenta con su ilusi6n de propietario del prost{tulo, ilusién que lo hizo caer en la trampa de engendrar una hija y quedar atado para siempre en la Estacién El Olivo. Esas cosas puede que no le sirvan en realidad como paliativo, Pera hay dos aspectos en su vida que definitiva mente lo transforman en lo que realmente 61 querfa ser: tuna es el considerarse como mujer y el otro es el anhelo de triunfar como bailarina, La Manuela se ve como mujer, y sufre mucho cuando alguien le recuerda su condicién de hombre, Al calor de la fiesta, Manuela se siente nifia, chiqul- Wa inexperta; asf se lo dice a Pancho Vega en el prostibulo. \Véase la irénico de esta declaracién = .me engafiaron para que me quedara aqui di- ciéndome que la Japonesita es hija rmfa, y td ves, qué hija voy a tener yo, cuando somes casi de la misma edad la Japonesita y yo, dos chiquillas”. (pag, 126). Sobre su condicién de mujer, 1a Manuela piensa lo si- guiente refiriéndose a la muerte “Pero la pelada era mujer como ella y como la Lu- do, y entre mujeres una siempre se las puede arregiar. Con algunas mujeres por Jo menos, como la Ludo, que siempre la habia tratado asi, sin ambigiiedad, como debia ser”. (p89, 24), El otro aspecto que entusiasina a fa Manuela es su de- 'se0 de triunfar como bailarina, Alegrar el ambiente, hacer twit a la gente y sor aplaudida, Como ella misma siente “Vieja estaria pero se iba a morir cantando y con ©) las plumas puestas. ..”. Sila fiesta se componta, y le rogabanun poquito, nno le costaba nada ponerse Jas plumas aunque pare. siera un espantapéjeros y nada twvieran que ver con su niimero de baile espaftol, Para que la gente se rex 1, nada més, y la risa me envuelve y me acaricia y los. aplausos y las felicitaciones y las luces, venga a tomar ‘con nosotros mijita, 10 que quiera, lo que quiera para que nas baile otra vez”. (pags. 14, 15). El deseo de triunfar como beilarina va asociado al de- de la Manuela de agradar a las hombres. Esto se pone de nifiesto en su relacién con Pancho, a quien Manuels te- yy desea. Y Manuela sabe que Pancho quiere verla bailar que en realidad lo que quiere es poseerls, As{ piensa nuela sobre tas amenazas de Pancho Vega “Me den unas ganas de ponerme el vestido delante de é! para ver lo que hace, Ahora, si estuviera aqui'en el pueblo, por ojamplo. Salir a la calle con el vestido puesto y flores detris de la oreja y pintada como mo- na, y que en la calle me digan adiés Manuela, por Dios que va elegante mijita, quiere que la acompale, Triunfando, una”. (p89, 26). La idea de que es mujer cala tan hondo en la Manuela, el Personaje no acts como mujer s6lo en relacién con 8x0, sino que su conducta en general se ofienta de acuer: ‘c0n Ios rasgos femeninos. Manuela piensa como mujer, Marra como mujer. Esto Gltimo es lo que ras nos interesa estas paginas: la vision femenina que Manuela tiene del 1d0, En fos cap (tulos iniciales de la novela, donde es més uente el punto de vista de este personaje, la narracién los hechos adquiere la configuracién del chisme o de fa \laduria caliejera: son una especie de mezcolanza que se 2 @ la conversacién liviana entre gente chismosa don- we habla con brevedad de un sinntimero de hechos, senti tos, personajes. Por eso solamente quedan aludidos aspectos de la vida de los personajes, todo ello con una dad y claridad notoria, Parece tratarse de un recurso Feproducir la forma de ser y pensar de la Manuela en el cto narrative de la novela. Los capitulos f y 1! son tipi en ese sentido. La abundancia de temas tratados le da al 10 una impresién de velocidad por ol hecho de que en lineas se despachan muchos asuntos, Asimismo el carécter de la Manuela, esa ambigileded el personaje genera sobre los dems personajes, le impr Ie @ la narracién un tono de burla, de doble sentido, que regna todo la relacionado con él, Pareciera que el mis mo personaje no esté seguro sobre lo que siente por fos otras: deseo, temor 0 sblo admiracion. Por ello las valora: clones que fe Manuela emite sobre los otros son a menudo contradictorias, y ponen de manifiesto una cierta inestal dad del personaje en el aspecto sentimental. Esto impregna al relato de esa especie de liviandad, de sentimientos expre- sados 6 medias, de frases inconclusas y puntos suspensivos, todo {o cual influye en la configuracién del mundo noveles- 0. De este mado, la narracién se ve influida por el persona- je, al depender de su perspectiva, y hay que recordar que gran parte de la novela se presenta desde el punto de vista de fa Manuela, La manera en que los otros personajes ven el mundo novelesco dlifiere de la forma en que es visto por fa Manuela debido @ que e50s personajes tienen una visibn menos osci- lante, més definids, menos ambigua cue ta de la Manuela, No obstante, esas visiones se asemejan entre sf, y con ta de la Manuela por su cardcter negativo sobre los personajes y objets det mundo narrado, Este es el caso de la Japonesita, quien sélo encuentra fro, aburrimiento y rutin en todo Io que hace, A pesar de vivir det prostfbulo, aborrece el peren. ne alor a vino en tos hombres. Asimismo sifre por la condi- cin de homosoxual de su padre, Ve destruida su ilusiért de ue haya electricidad en el pueblo paramejorar el prostibulo con un aparato de misica moderna: e! Wurlitzer. Aborrece «/ pueblo en decedencia, pero la costumbre, la vida rutinaria no la deja trasladarse a otro, Al final de la novela, reafirma su decision de permanecer en el pueblo y seguir su vida ruti- naria yo me quedo aqui, aqui donde estoy. Aunque viniera cada vez menos gente, todo concluyéndose. Las cosas que terminan dan paz y las cosas que no cambian comienzan 2 concluirse, estén siempre con- cluyéndose. Lo terrible es la esperanza, Voy a ira Talea como todos los lunes a depositar en el Banco, Y voy a volver después del almuerzo con las compras ara la semana, /o de siempre, azicar, mate, fideos, sal, aff de color, Jo de siempre”. (pg. 137). Ella adopta la forma de ser de don Céspedes, a quien envidia, La total ausencia de ilusiones, una existencia casi vogetativa, Este punto de vista impregna al relato de un ca. racter de soledad y frustraci6n que se venta dando ya desde la perspoctiva de la Manuela, El Gnico personaje que es capar de generar contlictos, en fa Estacién El Olivo es Pancho Vega: pero su visién de ta vida no difiere mucho de la de los demas, Es también una visi6n negativa sobre todo lo que le rodea, Recuerdos nos: télgicos de su infancia, anhelos frustrades, dependencia econémica de don Alejo, todo ello to hace llevar una vida de sobresaltos. Asimismo, y a pesar de su afici6n al prosti- bulo, Pancho detesta a las prostitutas y a la Japonesita También detesta a la Manuela, pero lo prefiere a las prosti- tutas por la capacidad de éste para hacerle relr y sentir en. ‘usiasmo por la vida aunque sea momentérieamente, Entre as pocas cosas que Pancho ve positivamenite esta la admira- clon por su cufiado Octavio debido a la situacién indepen- 17 diente de éste, y a su capacidad paraenfrentarse a don Alejo. Esto Ultimo es sobre todo lo que conmueve a Pancho, pues €1 nunca serfa capaz de enfrenter a don Alejo, por quien signte una mezcla de temor y admiraci6n. La vision de Pancho sobre el mundo de EI Olivo es ‘quizds ms sencilla que la de la Manuela, pero debido a su relacién con este personaje, su vision adquiere rasgos de ‘ambigiedad: Pancho no tiene muy claro el hecho de la atraccién que sobre él ejerce la Manuela, Esta posicién am- bigua es fa que lo hace llegar al asesinato esponténeo de Manuela sin posibilidad de aclarar sus sentimientos con res- pectoa éste, La vision ingenua de Pancho sobre don Alejo se ve superada en parte con ayuda de Octavio su cuflado, quien tiene més claridad sobre el dominio absoluto del latifundis- ta en el pueblo, Cuando Pancho es capaz de comprender los designios de destruccion que don Alejo tiene sobre E! Olivo, ‘3 vision negativa, su frustracién y su soledad se ven agua zadas a tal punto que ya no puede divertirse con las mujeres del prost{bulo, y por ello busca algo extraordinario, algo pe: figroso para su imagen varonil pero capaz de conmoverio en su angustia: la aceptacion y exteriorizaci6n de sus senti mientos por la Manuela: “No puede ser todo as/ tan triste, este pueblo que don Alejo va a echar abajo y que va a arar, rodeado de as vifkas que van a tragérselo, y esta noche voy a tener ‘que ir a dormir a mi casa con mi mujer y no quiero, ‘quiero divertirme, esa loca de la Manuela que venga salvames, tiene que ser posible algo que no sea esto, que venga’. (pég, 123). Desde ef punto de vista de los personajes, hay una se rie de otras visiones complementerias sobre el mundo de El Olivo, Entre éstas se destacan las visiones de la Japonesa Grande y don Céspedes, con respecto a don Alejandro Cruz. Predomina en estos personajes una actitud de admiracién y hasta temor debido al poder de don Alejo. Esta situacion se da también en otros personajes de la novela en relacion con el terrateniente; pero en la Japonesa y don Céspedes es més explicito, més desarrollada. La opinién de ta Japonesa sobre don Alejo se fundal fen una especie de amistad, quizés armonfa entre los dos, pero debido a la dependencia de ella con respecto de don ‘Alejo, se torna una vision interesada econémicamente: la Japonesa quiere surgir a la sombra del terrateniente y por eso ella lagra convencer a la Manuela de que permanezca en E! Olivo, porque "todo esto se va a ir para arriba”. Esa bue: ra relaci6n de la Japonesa con don Alejo incide en la futura visibn positiva que la Manuela y la Japonesita tendran sobre el terrateniente, La vision de don Céspedes es ingenua, Es la visién ad: mirada del sirviente por el poder del ser, y también por las extravagancias de éste. Asimismo hay una visi6n interesada del pueblo sobre don Alejo, una visién que surge de la situacién de depen dencia en que estén todos los personajes de E1 Oliva con respecto de don Alejo. La Gnica visi6n claramente negativa sobre el terrate- niente la tiene Octavio, por el hecho de estar fuera de fa in ‘luencia de don Alejo ¥ por tener mds informacién que otros personajes. La configuracién del mundo novelesco en El lugar sin limites también recibe el aporte de un narrador externo, no estrictamente diferente de los personajes en su visi6n de la realidad, pues al igual que ellos ejercita una valoracién nega tiva sobre los personajes y los objetos de ese medio degrada- do. A esa vision negativa sobre el prostibulo, y sobre la Manuela, afiade también su vision humoristica de ciertos personajes y su visién irénica sobre otros. De este modo el papel del narrador bésico viene a reforzar la vision grotesca ‘que domina en la novela, £1 mundo de El lugar sin limites parece no ser tomado en serio ni aun por el narrador, a pe ser de toda la miseria y la fealdad que se exhibe en ese n dio social, Al igual que los hombres de E1 Olivo se rfen de la Manuela, asf pareciera reirse el narrador de toda esa farsa que va desarrollando, Hay una vision humoristica; pero en realidad se trata de un humor negro, pues en todo momento estd presente el deterloro de todo: casa, personajes, objetos, al mismo pueblo. Con respecto del prost{bulo, el narrador dice lo siguiante. a “La casa se estaba sumiendo, Un dia se dieron cuenta de que la tierra de Ja vereda ya no estaba al mismo nivel que el piso del salén sino que més alto, y Ja contuvieron con una tabla de canto sostenida por dos cuffs, pero no dio resultado. Con los afios, quién sabe cémo y casi imperceptiblemente, la acera siguid subiendo de nivel mientras que el piso del salén, tal ‘vez de tanto rociarlo y apisonario para que sirviera pa- el baile, siguié bajando. La tabla que pusieron ja- formé grada regular. Los tacos de los huasos que traban dando trastabillones movian la tierra dejan- un hueco sucio limitado por la tabla que se iba -gastando, una hendidura que acumulaba fésforos que- _ mados, envoltorios de menta, trocitos de hojas, asti- - las, hilachas, botones, Alrededor de las cuftas a veces brotaba pasto”. (pég. 18), Ese énfasis en el deterioro de las objetas se ve com- lentado con la descripcibn de algunos personajes, sobre de la Manuela, las prostitutas y don Céspedes, Sobre ‘obsérvese la imagen que el nerrador da: “Siguié a Octa- y encaraméndose mds alto que éi en las gradas de los dos, dejé colgando sus pies encogidos, oscuros, deforma: Por las cicatrices y la mugre, metidos en sus hojotas lbarradas”. (pg, 31), Vision humor{stica, irénica, visi6n de deterioro y am- bigiedad son los rasgos generales de la perspectiva del narra- dor bésico. Hay una ambigiedad fundamental en el hecho de configurer al personaje central: Ja Manuela, La misma forma de actuar de este personaje, los sentimientos que ge- Nera en tos otros, la forma misma en que es descrito, como mujer y como hombre indistintamente, todo eso es ambi: uo, Pero este rasgo se ejerce mas explfcitamente al final de fa novela, sobre todo en dos oportunidades, Una es la des- cripcién del asesinato de la Manuela: “No alcanz6 a moverse antes que los hombres bro- tades de la zarzamora se abalanzaran sobre él como hambrientos. Octavio, 0 quizds fuera Pancho el prime- ro, azoténdolo con los puftos. . . tal vez no fueran elfas sino otros hombres que penetraron la mora y lo ‘encontraron y se lanzaron sobre él y lo patearon y le pegaron y lo retorcieran, jadeando sobre él, los cuer- ‘pos calientes retorciéndose sobre la Manuela, (pag. 132). Le ambigiiedad sobre quiénes mataron a la Manuela No es posible derivarla de los acontecimientos, pues la Me ruela venta perseguido por Pancho y Octavio solamente, y fa persecucién se da en un lugar solitario, 1o cual precisa- mente aterroriza més a la Manuela, La ambigiedad se postu. a como un cambio de identidad de los mismos personajes ‘2aresores, asf como también sobre fa naturaleza de la agre- si © violencia? Parece sugerirse un acto de sa- TO ejemplo explicito es con respecto a la Japone- sito de los perros de don Alejo que se oyen ta- ie y don Céspedes comenta: "Esta i ‘quiets esta noche, Es que hay luna, se dijo la Japonesita, 0 lo dirfa en Voz alta, 0 tal ver don Céspedes inclinado sobre el brasero lo dirfa, 0 tal vez solo lo pensara y ella lo sintio”. (pda, 136), EL ESPACIO En El lugar sin limites, diferencia de las novelas an- es de Donoso, predomina el espacio abierto: la via inabarcable, las calles del pueblo, la linea del ferrocarril y la carretera longitudinal, que contribuyen a prolongar ese es- Pacio abierto. No obstante, lo anterior, el espacio no es un paisaje agradable, sino mas bien opresivo, porque al rodear al pueblo lo aisia y lo tora solitario. La monotonta de la extensién exacerba la monotonfa de Ia vida de fos persona- jes y produce el aburrimiento que se hace tan notorio en la Estaci6n El Olivo, Asimismo, o que hace el paisaje ilimitado {0 refuerza el deteriora y el abandono en que se encuentra el mismo pueblo. Ese deterioro predomina en el prostibuto ‘también, @ incluye a los personajes que estén dentro. La Manuela es quien mds agudamente lo siente; pero también Pancho Vega y la Japonesita, No se presenta el deteriora de las grandes casas de fa oligarqufa, como se daba en las novelas anteriores, pero al gual que en éstas, en El lugar sin limites predomina un es- Pacio en que algo acaba, se concluye, En este caso 10 que esta terminando es el pueblo mismo y con él una época que surgié al calor de las ilusiones de don Alejo, Este también ‘acaba. Le sobrevivird el espacio de sus vifias, como una prueba irrefutable de la pequefier de los hombres, incluso de los hombres grandes, por poderosos y ricos que sean, Con la desaparicién del pueblo se destruye su peque fia historia, lena de ilusiones y de amarguras, de suefios de triunfo y momentos de frustracién, E| espacio ilimitado, ‘amenaza con borrar todo y ocupar el primer lugar, el tinico lugar, que en realidad siempre tuvo a lo largo del relato. ENo es clerto que esa welta de EI Olivo a {a tierra es idénti- ca_a la welta de la Casa de Ejercicios Espirituales al suelo del cual se levant6 y quiso diferenciarse, tal como se plasma en El Obsceno pajaro de la noche? El horror de acabar, que en Coronacién y Este domin- 80 era un horror personal (centrado alrededor de Andrés y Alvaro Vives), se convierte en horror por el fin de una estir- be en El Obsceno, y ya en El lugar sin limites es todo of pueblo el que esté préximo a concluir. Entonces, el horror a la muerte sigue presente en las obras de Donoso, s6lo que va adquiriendo cada vez una dimensién mayor, de carécter co- lectivo, OBSERVACIONES FINALES I lugar sin limites no participa de la Iinea evolutiva ue se instaura en Este Domingo y El Obsceno pajaro de la noche, en lo que a técnicas narratives se refiere, Donoso he dicho que para escribir El lugar sin limites desgajé una pci. 19 na de El Obsceno y clabord aquella novela. En efecto, 3 nivel de detalles hay una serie de aspectos que muestran un parecido en las das obras, Por ejemplo, la escena de los cua- tro perros de don Alejo, cuando devoran las piltrafas sangui olentas que un pe6n les tira, es casi idéntica a la escena en que los perros de Jerénimo de Azcoy'ia devoran su comida, ‘Asimismo se sugiere una semejanza entre don Céspedes, of edn de don Alejo que se perdia en las bodegas-del fundo, y el Mudito, cuando se ocultaba en la casa de ejercicios. Tam= bién se parece la Ludovinia a las viejas de la casa, pues aqué- Ia, segin fa Manuela: ‘Ni siquiera se acordaba de qué cosas, tenfa guardadas en la multitud de cajas, paquetes, atados, rollos que escondifa en sus cajones 0 debajo del catre o en {os rincones, cubriéndose de polvo detrés del peinador, me- tidos entre el ropero y el muro”. (pig. 22). No es similar esta manta la de las viejas asiladas, de ‘guardar todo y hacer envoltorios? Los rasgas fisicos de don Alejo también son semejan: tes a los de Jerénimo de Azcoy'tfa Estas semejanzas no fe afladen ni le quitan valor a El lugar sin limites; son pruebas, quizés, de lo evidente: Dono. so escribié esta novela mientras elaboraba El obsceno péjaro de la noche. Algunos aspectos podrfan calzar perfectamente en una o en otra ‘Quiz’ sea més importante recordar que se trata de una bisaueda en otro sentido, en otra region de la existen- ia, El tema del homosexualismo no es un tema frecuente ‘en Donoso, El tema rural tampoco. Pero puestos a funcio: nar en conjunto producen algo a lo que no se le puede negar la originalidad, tanto como la capacidad de echar luz sobre diversas regiones de la personalidad humana. EI lugar sin limites es otra cosa, en relacién con las novelas anteriores, Su temética se aparta de esas otras nove- las, y en cuanto a las técnicas narrativas, El lugar sin limites no cae ya dentro de la indagacibn que Donoso se habfa pro- uesto en elias. El Obsceno pajaro de la noche constituye algo asf como el surnmum de esa indagacion formal. Por e50 cen El lugar sin limites el desarrollo de los acontecimientos es relativamente sencillo; las instancias narrativas son varia- das pero féciles de establecer; no hay juegos temporales se presenta la metaficcién explicitamente. Y en la Iinea de {a literatura como juego, que Donoso inicia en Este Domin- 80, y desarrolia exhaustivamente en El Obsceno, no hay se Fiales en El lugar sin limites. El parentesco entre esta novela y las otras, aparte de los detalles sefialados, habré que buscarlo al nivel de la inda gacién existencial comin a toda novela donosiang, a la frus- tracién tan profunda de las relaciones de todo tipo entre las, personas (amorosas, sociales) y entre éstas y el mundo cir- cundante, En el pensamiento predominante, que no deja ninguna salida a los personajes, a no ser la muerte y e! olvi do, En todo eso sf se parecen esas novelas y se parecen mu: cho, a pesar de lo que pueda separarlas en la formulacién articular de esas probleméticas, NOTAS 1, José Donoso, El lugar sin limites. Seix Barral, Barcelona, 4981, Pao, 20. En adelante solamente se indicaré la pégina ‘entre pardntesis en as referencias a esta novel, 2. Femando Moreno Turner. “La inversion como norma, A pro pposito de El ugar sin limites”. En José Promis Ojeds y otros. Donoso, La destrucelén da un mundo, Edit, Femando Garcia Cabeiro, Suenos Aires, 1975. Pag, 91 3, Heendn Vidal, Josh Donoso: Surreaismo y rebelién de los ins- ‘intos, Ediciones Aubi, Barcelons, 1972. Pig, 123. 4. dem. Pag, 83. 5, Nelly Martinez. Josh Donoso: a short study of his works. Books Abroad, N. 49, University of Oklahoma Press, 1975, ‘Oklahoma, U.S. Pig. 262. 6, Severo Sorduy, Escrito sobre un cuerpo, Editorial Sudameri cana, Buenos Aires, 1969, Pig, 45, 20 7. Hernén Vi b.cit, 8, Nelly Martinez se rofiere 2 la actividad destructiva de Dios como una constante en los relatos de Donoso: don Alejo (Dios) eres El Olivo para destruirlo, frustrando a sus het tes, (Vdase Nelly Martinez, Ob. Cit, Pég. 251), 9. Para Moreno Turner, don Alsjandro Cruz es una parodia de Dios, duefio y ereadcr, pero destructor también, El parecido realza ol contraste: perros disbélicos, eon nombre musuimén, fentran a la miss, La fiesta en su honor es una oraia en un prestibulo, (Véase Moreno Turner. Ob. Cit. Pégs. 92-93). 10, Idem. Pag. 97, 11, Moreno Turner. Ob. Cit, Pag, 97 12. Donoso incluso he dicho que e! caballero de un pueblo lejano ‘que visita et burdel en El lugar sin limites es Boy , cuando es. ape por unot dias de la Rincanads, (Véase Ronald Christ “An interview with José Donoso"), en Partisan Review. Vol. XLIX, No. 1, Boston University, Na,, U.S, Pég. 23,

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