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NUESTRA LENGUA EN AMBOS MUNDOS ANGEL ROSENBLAT TECA GENERAL yV AYU EL CASTELLANO DE ESPANA Y EL CASTELLANO DE AMERICA UNIDAD Y DIFERENCIACION Ha dicho Bernard Shaw que Inglaterra y los Estados Unidos estin separados por la lengua comin. Yo no sé si puede afir- marse lo mismo de Espafia e Hispanoamérica. Pero de todos mo- dos si es evidente que el uso de Ja lengua comin no esté exento de conflictos, equivocos y hasta incomprensién, no sdlo entre Es- pafia e Hispanoamérica, sino entre los mismos paises hispano- americanos. Los conflictos y equivocos surgen también apenas se plantea el cardcter del espafiol hispanoamericano. Porque alternan o' se entremezclan a cada paso tres visiones de cardcter distinto: la visién del turista, la vision del purista y 1a visién del fildlogo. 1. Visién del turista. El turista en Méjico Detengimonos. en Ia visién del turista. Un espafiol, que ha pasado muchos afios en los Estados Unidos lidiando infructuosa- mente con el inglés, decide irse a Méjico, porque alla se habla espafiol, que es, como todo el mundo sabe, lo cémodo y lo na- tural. En seguida se leva sus sorpresas. En el desayuno le ofrecen bolillos. ¢Seri una especialidad mejicana? Son humildes paneci- los, que no hay que confundir con las feleras, y aun debe uno saber que en Guadalajara los Ilaman virotes y en Veracruz copi- malas Al salir a Ja calle tiene que decidir si toma un camion : hore es el émnibus, la guagua de Puerto Rico y Cuba), © wath aun ruletero (es el taxista, que en verdad suele dar mas que una ruleta), A no ser que le ofrezcan amistosamente ll Eseaneado con CamScanner un aventoncito (un em ujoncito), que acercarlo al punto de dea ara colra en veoett cordial de Puerto Rico). Si quiere limpiarse los zapatos debe a ann ea bolero, que se los va a bolear en un santiamén, Llama aa fono, y apenas descuelga el auricular oye: «Bueno! mee le parece una aprobacién algo prematura, P, ‘2 y le laman la atencién letreros diversos: «Se rentay, d partes (le recuerda el inglés to rent, y comprende eee ae © casas que se alquilan) ; «Ventas al mayoreo y menudeoy (lo de mayoreo lo entiende, pero le resulta extrafio), «Ricas botanas todos Jos dias» (lo que en Espafia Maman tapas, en la Argentina ingre. dientes y en Venezuela pasapalos). Ve establecimientos lamados lonchertas, tlapalertas (especie de ferreterfas), miscelineas (peque- fias tiendas o quincallerias) y atractivas rosticerias (conocia las rotiserias del francés, pero no las rosticerias, del italiano). Y un cartel muy enigmatico: «Prohibido a los materialistas estacionar en lo absoluto» (los materialistas, a los que se prohibe de manera tan absoluta estacionar alli, son en este caso los camiones, 0 sus conductores, que acarrean materiales de construccién). Lo invitan a ver el Zécalo, y se encuentra inesperadamente con una plaza, que es una de las mds imponentes del mundo. Pregunta por un amigo, y le dicen: «Le va muy mal, Se ha Ilenado de drogas.> Las drogas son las deudas y, efectivamente, ayudan a vivir, siem- Pre que no se abuse. Le dice al chofer que lo leve al hotel, yle sorprende la respuesta: —Luego, sefior. —jCémo luego! Ahora mismo. —Si, luego, luego. Est4 a punto de estallar, pero le han recomendado prudencia. Después comprendera que /wego significa cal instante». Le han ponderado la exquisita cortesia mejicana, y tiene ocasién de com- probarlo : —aLe gusta Ia paella? —Claro que si! La duda ofende, ae —Pos si no tiene inconveniente, comemos una en la casa de usted. No podia tener inconveniente, pero le sorprendia que ei demas se convidaran tan sueltos de cuerpo. Encargé en su Lee una soberbia paella, y se senté a esperar. Pero en vane, pore 7 los amigos también lo esperaban a él, en Ja casa de usted, que era 12 Eseaneado con CamScanner de ellos. La gente lo despedia: «Nos estamos viendo», lo cual le parecia una afirmacién obvia, pero querfan decirle: «Nos volve- remos a ver.» Va a visitar a una persona, para la que lleva una carta, y le dicen: «Hoy se levanta hasta las once.» Es decir, no se levanta hasta las once. Aspira a entrar en el Museo a las nueve de la mafiana, y el guardian le cierra el paso, inflexible: «Se abre hasta las diez» (de cémo en la vida se puede prescindir del antipé- tico mo). Oye con sorpresa: «Me gusta el chabacano» (el chaba- cano, aunque no lo parezca, es el albaricoque). Abre un periédico y encuentra titulos a tres y cuatro columnas que lo dejan aténito: «Sedicente actuario que comete un atraco» (el actuario es un fun- cionario ptblico), «Para embargar a una sefiora actué como un goriloiden (como un bruto), «Devolverdn a la nifia Patricia. Pa- recen estar de acuerdo los padres y los plagiarios» (los plagiarios son los secuestradores), «Boquetearon un comercio y se llevaron 10.000 pesillos» (boguetear es abrir un boquete), «Después de balaceados los Ievaron presos» (la balacea es el tiroteo), «Se ha establecido que entre los occisos existia amasiato» (es decir, con- cubinato). Pero el colmo, y ademas una afrenta a su sentimiento nacional, !e parecié el siguiente: «Diez mil litros de pulque deco- misados a unos toreros.» El toreo es Ja destileria clandestina o la venta clandestina, y sorero, como es natural, el que vive del toreo. Nuestro turista se veia en unos apuros tremendos para pro- nunciar los nombres mejicanos: Netzahualcéyotl, Popocatépetl, Iztaccihuatl, Tlalnepantla y muchos mas, que le parecian traba- lenguas, Y sobre todo tuvo conflictos mortales con la x. Se burla- ron de él cuando pronuncié Méksico, respetando Ia escritura, y aprendié la leccién : —El domingo pienso ir a Jochimilco. —No, sefior, a Sochimilco. Se desconcerté de nuevo, y como queria ver la tan ponderada representacién del Edipo Rey, le dijo el ruletero: —AI Teatro Sola. —éQué no serd Shola? jAl diablo con la x! Tiene que ir a Necaxa, donde hay una presa de agua y, ya desconfiado, dice : —A Necaja, Necasa 0 Necasha, como quiera que us:edes digan. —zQué no sera Necaxa, seffor? 12 Eseaneado con CamScanner jOh si, la x también se pronunci eae in ! 3 y decidiéd marcharse. Los caine le ditto? Pudo Soportar még ‘ nM una ‘i mis pence sentaron a su lado, como homenaje, a ie de des. le las jovenes. Quiso hacerse simpatico y le dijo, mas aBraciada tiga J, con sana inten, —Sefiorita, usted tiene cara de vasca, i Mej rf fi ofenida: La barce co el wont (Care Cony oe PET a que a él a veces Je dab bascas), y tener cara de basca es lo peor que le puede cs una mujer, y hasta a un hombre. acoder, a Nuestro espafiol ya no se atrevia a abrir la boca, y eso que no le pasé lo que segtin cuentan sucede a todo turista que legs a tierra mejicana. Que le advierten en seguida: «Abusado, joven, no deje los velices en la banqueta, porque se los vuelan» (abusado, sin duda un cruce entre avisado y aguzado, equivale a jojo!, jcuida- do! ; los velices son las maletas; la banqueta es la acera, y se los vuelan, bien se adivina). Nuestro espafiol li6 los petates y buscé refugio en mi tierra venezolana. 2. El turista en Caracas Aqui comienza el segundo acto de su drama. Ya en el aer0- puerto de Maiquetia, le dice un chofer: shancleta y lo pongo en Caracas —Musiti, por seis cachetes le piso la c st od : recisamente cl de lengua espt ‘musi es todo extranjero, aunque no PI c re fae y su femenino es musitia; los cachetes, que ae ca carones, lajas, tostones, ojos de buey 0 duraznos, fat fee nadas de plata de cinco bolivares; la chancleta, 0 chola, = qSe me revento El chofer que lo conduce exclama de oe - rages una tripa.» El automédvil empieza a trastabill on y Por ees ne. Pero no es tan grave: la tripa ae complacid neumatico del carro, y tiene facil eas pega pi campechano, lo tutea en seguida y le 1 s . ies fi que es tomarse unos tragos, para Jo cua : ee a A ireccién presceita. i le ‘contra la direcc’ : : decir, entra en una cal a Caracas, Y pai Nuestro turista llega fee eal nuevas desazones, con los nombres d 4 cara, llas, lechosas, rinones), de las coms jas Eseaneado con CamScanner auyama, mapuey), de las monedas (puyas o centavos, lochas 0 cuar- ‘illos, mediecitos, reales). Oye que una sefiora le dice a su criada: —Céjame ese flux, péngalo cn ese coroto y guindelo en el escaparate (cl fl es el traje; un coroto es cualquier objeto, en este caso una per- cha; guindar es colgar y el escaparate es el guardarropa o ropero). A nuestro amigo espafiol lo invitan a comer y se presenta a Ja una de la tarde, con gran sorpresa de los anfitriones, que lo esperan a las ocho de la noche (en Venezuela la comida es la cena). Le dice a una muchacha: «Es usted muy mona», y se lo toma a mal. Mona es la presumida, afectada, melindrosa. Escucha, y a cada rato se sorprende: «Est4 cayendo un palo de agua», «Fulano de tal pronuncié un palo de discurso», «Mengano escribié un palo de libro», «Zutano es un palo de hombre». Y el colmo, como elogio supremo: «j Qué palo de hombre es esa mujer!» Pero lo que le sacé de quicio fue que alguien, que ni siquiera era muy amigo suyo, se le acercara y le dijera con voz suave e insinuante: —Le exijo que me preste cien bolivares. —Si me lo exige usted —exclamé colérico—, no le presto ni una perra chica. Si me lo rucga, lo pensaré. No hay que ponerse bravo. El exigir venezolano equivale a rogar encarecidamente (el pedir se considera propio de mendi- gos, y la exigencia es un ruego cortés). Ademis, le exasperaron las galletas, mas propiamente las galletas del trifico (los tapones de Puerto Rico), las prolongadas y odiosas congestiones de vehiculos (el engalletamiento caraquefio puede alcanzar proporciones pavo- rosas). Y como le dijeron que en Colombia se hablaba el mejor castellano de América, y hasta del mundo, alla se dirigié de cabeza. 3. EI turista en Bogoté Por las calles de Bogota le sorprenden en seguida los gamines © chinos, los pobres nifios desharrapados. Y Ja profusién de par- queaderos, donde parquean los carros, es decir, estacionan los auto- méviles, y las salsamentarias, mezclas de salchicherias y resposterias, indudablemente de origen italiano. Le ofrecen unos bocadillos, y se encuentra con unos dulces secos de guayaba. Llaman monas a las mujeres rubias, aunque sean mas feas que tropezén en noche 15 Eseaneado con CamScanner oscura. Pide un tinto y le dan, no el esperado vaso de vino, sino un café negro: «Le provoca un tinto?» O bien le ofrecen un perico, que es un pequefio café con leche (el marroncito de Ve- nezuela, el cortado de Madrid). Quiere entrar en una oficina y gol- pea discretamente con los nudillos. Le contestan energicamente ; —iSiga! Se marcha muy amoscado, pero salen diligentemente a sy encuentro. Siga significa «pase adelanten. Un alto personaje se excusa de no atenderlo debidamente: «Estoy muy embolatado con el trabajo» (enredado, hecho un lio). Para limpiarse los za. patos tiene que recurrir, no a un bolero como en Méjico, sino 2 un embolador, que se los embola por cincuenta centavos. La gente dice a cada paso con la mas absoluta inocencia: «Fulano, o Fula. na, no me pone bolas» (es decir, no me presta atencién). Y oye un continuo revolotear de alas: «jAla!, gcémo estas?», «Ala, pero vos sos bobo! », «; Ala, esa chica es bestial! » (bestial quiere decir atractiva o magnifica), «j Ala, pero qué vieja tan chusca!» (la vieja tan chusca es una nifia de unos quince afios, bien gra- ciosa), «; Ala, pero qué chisga! » (la chisga es la ganga), «; Alita, pero fijate y verés!» (son las formas del voseo bogotano). Una persona envia a otra saludes. Y dos amigas se despiden: «;Que me pienses!», «| Piénsame!» Habla de un nifio y explica: «Era asi de, alto» (pone la mano horizontal a la altura del pecho). Pero no les gusta, porque de ese modo se habla generalmente de un animal. Para especificar la altura de una persona lo corriente en Bogota es extender Ja palma de Ja mano en posicién vertical, pero de canto. En Méjico se llega en este terreno atin a mayor sutilezs. 4. El turista en Buenos Aires No tiene suerte en Bogota, a pesar de que la gente es servicial, y perdido por perdido decide irse a Buenos Aires, donde es fama universal que se habla el peor castellano del mundo. Efectisa mente, le asombré tanto che, tanto chau, tanto vos, tanto “r i tanto avivato, tanto atorrante, tanta macana. Pero despues me dura experiencia no le parecié peor ni mejor castellano 9 estt- de otras partes. El habla de Buenos Aires suele Pree el sk pefaccién de los turistas. Un periddico recogia hace a . < isi6n = guiente relato, que esta enteramente dentro de esa vi 16 Eseaneado con CamScanner Ayer, justamente, hablando con un sefior extranjero recién Hegado al pais, nos deefa que, a pesar de poscer correctamente el castellano, le resultab casi imposible andar por nuestras calles sin utilizar los servi Gos de un intérprete. Ya al bajar del vapor se le habfa presentado el primer inconveniente idiomatico. AV preguntar cémo podfa trasladarse ala casa de un amigo, al cual venfa recomendado, un muchacho le respondi ; a ; ha : —Cache el bondi... [es decir, coja el tranvia, del italiano cacciare y 1 brasileio bondi], y le dijo un niéimero. Poco después sotprendié esta conversacién entre algunos jévencs, al parecer estudiantes, por los libros de texto que Hevaban bajo el brazo: —Che, ¢sabés que me boché en franchute el cusifai? [=me suspen- dig en francés.el tipo ese). " —2Y no le tiraste la bronca? —Pa'qué... Me hice el otario... En cambio me pelé un diez maca- nudo... —3En que? casteyano... Las aventuras de su espafiol le ensefiaron a nuestro turista la discreta virtud del silencio. En Buenos Aires aprendié a agarrar el tranvia, como en Venezuela a botar la colilla y en Méjico a pedir blanguillos. En Buenos Aires un amigo le dio una extensa lista de palabras que no se pueden pronunciar en buena sociedad 0 en presencia de damas, y fue contraproducente, pues las expre- siones mas anodinas se le contaminaban de mala intencién (en ese _ terreno es preferible la mas absoluta ignorancia, 0 inocencia). Ya en Venezuela le habian aconsejado no preguntar a nadie por su madre (hay que preguntar por sz mamd, hasta a un anciano) y contado que en los colegios ni siquiera se puede mencionar la _ isla de Sumatra, porque los alumnos contestan automaticamente: «jLa sutra!» 5. El turista, de regreso en Espaiia Por Espafia. Porque si hubiera recorrido las distintas regiones de i Peninsula hubiera encontrado parecidos motives de asombro, » Contaba Unamuno que una persona habia visto, en una pobla- clon de Andalucia, el siguiente letrero; «K PAN K LA». No Podia entenderlo, pero era muy sencillo: capancald, cal para enca- lat. Me cuentan ‘otros dos episodios, Una sefora de Malaga, muy fina, da a sus amigas de Madrid Ia receta de una carta: «Tanto Conviene -advertir que nuestro turista no ha hecho turismo a Eseaneado con CamScanner de leche, tanto de huevos, tanto de azuicar... y hatina, 1 fa siguic é bla carp: Al dia siguiente la Maman por teléfon Haina la Cy, omit, se encuentra en los ultramarinos». j Qué se iba a os ta ng carmita es «la que admitay. Y durante la Ultima cote quera, entraban los parroquianos en una tienda de comestig® prteguntaban esperanzados: « ¢ Hay café?» El dependiente oa taba, con su acento andaluz: «No; sebé tosté». Si se iba a ‘nse valia la pena quedarse, y asi se formé una larga cola, Al llegar al mostrador reclamaba cada uno: «;Pero esto no es café! ¢ »Y a, sin apearse de su acento, contestaba imperturbable: «Ya se Ig dije a usté: sebd tostén, Les daba efectivamente cebg tostd, es decir, cebada tostada. El turista espafiol que recorre Hispanoamérica no sabe Por Io comin que la chuleria madrilefia tiene tradicionalmente su habla especial, bien pintoresca, que a veces ha servido de deleite al pu. blico de los teatros. En el ultimo tiempo las hablas especiales de ese tipo han rebasado sus viejas fronteras. La nueva juventud, fre- cuentemente rebelde, con o sin causa, aspira también a tener su propia habla, acufiada en los colegios, cafés y tabernas. éNo llama el {6sil al padre? Un cronista de nuevas escenas matritenses — esta- mos siempre dentro de la vision turistica — recoge, en Ia terraza de un café elegante, diilogos como los i —Quemasteis mucho caucho? —Coronamos Perdices a ciento veinte. —iHuy, qué piratas! Hablaban de sus hazafias autom n ‘ovilisticas. Se acerca el cama- fero, y le piden: —Sorpréndame con un vidrio, —Castigueme la Pepsi con yin. —Insistame en oro liquide con burbujas. Lo cual debe ser un whis| ky con gaseosa o soda. La nifi ide un cigarrillo; y en seguida, a! que se lo enciendan: —Ponme fumando. —Incinérame el cilindrin, Luego un intercambio de Ppiropos : 18 Eseaneado con CamScanner ET TET —Estds canuto con ese traje marengo. —Estds maizal, Chami. Después de lo cual se marchan a tumbar la aguja (del velo- cimetro, naturalmente). ¢Puede uno asombrarse entonces de que Jos cocacolos y las colcanitas de Bogota o los pavitos de Caracas tengan su jerga especial, o que haya un argot del tango y de los sainetes criollos? Y en cuanto a tabi verbal, los franceses, tan aristocraticos en el manejo de su lengua, aunque también mas desenfadados que nosotros en cierto sentido, ¢no han «convertido en fango» palabras tan limpias como fille-o baiser? No creo que la pudibundez hispanoamericana haya egado nunca a tal extremo. Ademas, si el turista, después de los afios de dura prueba pa- sados en América, regresa esperanzado a Espafia, se encuentra también con una serie de desencantos. Ni siquiera su lengua espafiola es igual a la que él dejé. La gente come, sin reparos, hamburguesas y perritos calientes (;qué horror!), y aparca sus coches. Los muchachos tienen su romance o su ligue («Inesita tiene un ligue), y se perecen por los posters y las peliculas de suspense. La radio, la televisién, el periddico, lo exasperan a cada rato. Las sefioras sueltan unas expresiones que antes ruborizaban a los co- cheros. gNo esta la lengua en grave. peligro? A cada paso se encuentra con expresiones que no conocia, 0 que antes tenian un 4mbito més bajo o més limitado. «Esto no pita», se dice de lo que no marcha bien o no sirve. «Se armé un folklore», quiere decir que hubo un alboroto o un cisco. «jEs de miedo!» 0 «jEs de panico!» se dice de una mujer que impresiona por su belleza (0 de cualquier cosa admirable), 0 bien «;Est4 como un tren! ». El rollo ha sustituido en gran parte a la Jata: «Solt6 un rollo es- pantoso», «; Menudo rollo me colocé! » (el rollista esta ocupando el lugar del pelmazo). O bien: «; Vaya re6foro! » «Fulano me cae gordon, se dice del antipatico. «; Vaya paquete!» 0 «jMenudo paquete! », se exclama ante un encargo fastidioso. «Ahora nos traen la dolorosa, ;y a retratarse!», dice alguien en la mesa del restau- rante (la dolorosa es la cuenta, y retratarse es pagar). «Fulano les da sopas con onda», quiere decir que supera con mucho a los de- mas (en unas oposiciones o en cualquier competencia). La pre- suncién ha adquirido rica terminologia : «Fulanita farda ua we «Eres un fardén», «j{ Qué fardén estas! », «j Menudo oat ha surgido un okey verniculo, que se repite hasta la ce os iVale! Y el chalequear, el incordiar y el chequear. Y la pro! ae de estraperlos, gamberros, guateques, haigas, hinchas 0 forofos, 19 Eseaneado con CamScanner ninas Popoff, topolinos (una topolino), machos o machotes y ma. romos. Obsérvese que al menos los guateques, los hinchas, las ‘nifias Popoff y los machos representan una rica contribucién hispang. see nfiemos, pues, de Ja visién del turista. El turista anda por el mundo con la boca abierta y sdlo ve u.oye lo diferenci Jo extrafio, lo insdlito. En su propia tierra vive por lo comin sin ver nada, impermeable a Jo que pasa a su alrededor, y a su alre. dedor también pasan siempre cosas extraordinarias. Pero apenas sale por el mundo Ileva su provision de radar, unas Targas ante- nas y un precioso aparato fotografico ° cinematografico que lo registran todo. Y a veces percibe lo que nadie mas que a ha po- dido notar. Un turista que estuvo en Caracas vio efectivamente en un escaparate: «Un jamén: 300 bolivares.» Se marché ho- rrorizado de los precios, en lo cual no le faltaba razon. Pero un jamén significa una ganga, y lo que ofrecian por ese precio era una maquina de escribir. : 6. Visién del purista Si la visién del turista es inocente, pintoresca y hasta diver- tida, la del purista es mas bien terrorifica. No ve por todas partes mds que barbarismos, solecismos, idiotismos, galicismos, anglicis- mos y otros ismos malignos. El purista vive constantemente aga- zapado, con vocacién de cazador, sigue el habla del préjimo con espiritu regafién y sale de pronto armado de una enorme palmeta 0, peor atin, de cierto espiritu burlén con Ppresunciones de humo- tismo. Veamos su modus operandi, __En Espajia (salvo en partes de Andalucia, cia) dicen patata, y en América papa; es preciso que los ameri- canos nos amoldemos al uso espafiol. Pero papa es voz indigena, del Imperio incaico, y los espafioles al adoptarla, después di a resistencia, la confundieron con la batata, también er ue habia penetrado antes, ¢ hicieron patata (como lon wenn 4 tato). ¢Debemos acompafiarles en la confusién? Ma nae oe que ellos corrigieran sus patatas. Pero Dios nos li. JU? S# pretensién. No parece mal que los espafioles ten; ae es con tal que a nosotros no nos falten nuestras eet : 7 pe eas divergencia de este tipo poner en pelig ees. ¢Puede una i 0 Ia vi éNo es signo de riqueza que en Espafia ‘al vida de una lengua? elas, ju- Extremadura y Mur- dias y alubias? ternen habichy Eseaneado con CamScanner | cacahuates MEJICANOS (AC CALAN MAN} + fa, por influencia de la terminacién -buete de otras pa- En ee baie, por ejemplo), los convirtieron en cacahuetes pee en cacabuss, cacahueses, alcahués o alcabuetes). ;Quién tiene el derecho de corregir a quién? Pero no n0s eee a cO- mectores, oficio antipatico y peligroso, y dejemos que ca 7 uno satisfaga libremente su gusto, al menos en materia de cacahuates, cacahuetes 0 manies. 4 Las palabras mds expuestas a toda clase de deformaciones son los extranjerismos. Del francés chauffeur, Madrid hizo chéfer (es también la forma de Puerto Rico, sin duda por una influencia adicional del inglés). En América preferimos en general el chofer, més fieles a la acentuacién francesa. No han querido enmen- darnos la plana? La Academia, comprensiva al fin, ha acabado por autorizar las dos acentuaciones. Cosa andloga ha pasado con futbol o futbol, que de ambos modos puede y suele decirse (Mariano de Cavia, con intencién casticista, acufié hacia 1920 balompié — un calco del inglés con aire afrancesado—, admitido hace poco por la Academia en su 19.* edicién). La Academia también terminé por aceptar la al- ternancia pijama-piyama, aunque con preferencia por la forma peninsular: en Espajia, por la seducci6n de la grafia, son partida- tios imperturbables del pijama; Hispanoamérica, mas fiel a la Pronunciacién original (la voz ha Iegado a través del francés o del inglés), prefiere decididamente el (0 Ja) piyama. En cambio el academicismo esta imponiendo, frente al respetuoso restordn, el falsificado restaurante, Sin duda vencer4, pero no convencera. La comunicacién y las nuevas formas de vida traen inevita- blemente palabras nuevas. En Italia ha nacido el appartamento, de donde el francés appartement y el inglés apartment, ¢Cémo hy que Iamarlo en espafiol? Lo natural es apartamento, asi como ca aeesemons oe lo jlamamos desde fines del xvin, departa- Academie ‘ 1a 3 pate los puristas. Corren al Diccionario de la exists Y co entran apartamento. Entonces ‘Sentencian: «No Pat ea en seguida descubren apartamiento, exclaman: eee a, que decir apartamientol». No ven, en su ce- accién de a sie que a apartamiento académico es otra cosa: bide a veens cpartarse, el lugar apartado, y, por extensién, tam- | Palacio Real, En i: hae recog a una residencia o en el mento, en Bspaiia Rare Be eee cada) Por el departa- lentemente ambiguas, pero el pain ‘0, denominaciones evi- » en Venezuela, Méjico, Parecido es el caso de los 21 Eseaneado con CamScanner Puerto Rico y otras partes, libr6 una heroi apartamiento. Y ahora la Academia, de nuevo compreng, Vor dy de aceptar el apartamento. ; Ya existe! va, Baby Tienen caracter muy parecido dos aberraciones del. puri | gentino: el contralor (con su contralorear) y el refirman an | siglo pasado penetré en el espajiol, Y feo que en todas las 1 d guas de Europa, el control francés Y_su correspondiente Controle, Los puristas argentinos corrieron al Diccionario de la Academia. dijeron: «No existe.» Y encontraron contralor, Entonces sent ciaron: «Hay que decir contralor y no control.» Pero no a que el contralor académico era otta cosa, era el controlador (de contréleur), un viejo funcionario de la Corte de Carlos v, encar. gado de la revisién de gastos y cuentas, especie de veedor; comj. sario 0 interventor. Hubo, efectivamente, contralores, en la Casa Real, en el ejército, en los hospitales. Y aunque en Espafia han desaparecido casi por completo, de ahi viene que tengamos en varios paises de América contralores generales de la Nacién y contralorias. Pero los puristas argentinos se satisficieron con la forma y, menospreciando las pequefieces del sentido, dijeron: ¢En- crguese usted del contralor de estas cuentas.» Y de este extrafio contralor sacaron un més extraiio contralorear: «jContralorear si, controlar no!» Ahora la Academia acaba de aceptar todos los con- troles, no sélo el francés, sino ademas el auto-control, de autén- tica factura inglesa. Pero, ¢quién apea a la prensa purista de Bue- nos Aires de su contralor? En 1925 la Academia no consignaba todavia el verbo reafir- mar, volver a afirmar, reiterar una opinién o una actitud, tan le- gitimo, tan bien formado, tan expresivo. Y si tenia refirmar, que parece mas bien «volver a firmar.» El purismo argentino (hay que recordar que «La Nacién», por ejemplo, tenia especialistas encargados de «limpiar» la prosa) sigue fiel al refirmar, y hasta es frecuente que las imprentas y periédicos de la Argentina le enmienden a uno la plana (conozco varios casos concretos) si se atreve a reafirmar. ica batalla a 7. El purismo lingiiistico Yo he revisado muchos textos de barbarismos y solecismos, En la mitad de los casos son ellos los disparatados. Los remedios que prescriben suelen ser Peores que la enfermedad. Sus autores tienen de la lengua general un conocimiento limitado y provin. Eseaneado con CamScanner los academicistas: control, tréfico (equiv: aoe més tolerante que or rf : miliares (para los puristas eran sélo los ctiados del Obispo), ap - ” a meticuloso (sélo era equivalente tedsico (sdlo admitian apotedtico), de medroso ), gra (aun a Rufino José Cuervo le parecia «una em- pecatada idea» usarlo como equivalente de tournée), lupa, autobii arribista, planificar, detective, tener lugar («La boda tendrd nee el 20 del Corriente») y hasta explozar por estallar. Los puristas que- _ dan en ridiculo ante cada nueva edicién del Diccionario académico, que procura seguir la marcha constante de la lengua. Pero ellos no se arredran. Son recalcitrantes. Siguen fieles a la vieja edicién, con Ja que adquirieron su sdlida formacién purista, En general saben poco de Ja vida de Ja lengua y de su rica y compleja his- toria. Y como saben poco, lo compensan con un inmenso dogma- tismo. Por Jo comin el purista convierte en norma universal el uso de Madrid. ;Por qué va a ser mejor, por ejemplo, Ja manita de Espafia que la manito de casi toda Hispanoamérica? Es verdad que otros derivados de mano (manija, manecilla, manaza) han adop- tado analégicamente la terminacién a. Pero la manito conserva con toda fidelidad la 0 de Ja mano, como el diita mantiene la a de el dia, La anomalia salva a veces a la lengua del rigido y rutinario juego analdgico. La visién del purismo es estrecha y falsa. No la tuvo la Es- Pafia de Cervantes, y si la del siglo xvil, mas débil, mas vulnerable a la influencia extranjera. ;Si hasta el surgimiento de Ia Acade- _ mia y aun el del purismo, que inicia entonces su amplia trayec- _ toria, tepresenta una influencia francesa, empezando por Ja pala- ca erate (del francés puriste), que fue al principio sélo una de- com a ian El ideal del purismo se parece al oi eae : pudieran a ee a la medida del Diccionario. Si los Sire “cién ae larian de la expresion todo Jo que ane su ine Pcie las rey - asu modo indios jibaros, aficionados a red le sus vecinos. Ya en el siglo xvii el P. Feijoo exclamaba: «; = aba: «/Pureza! ; Antes se deberia Ilamar pobreza, desnu- » Miseria, sequedad ! » } Eseaneado con CamScanner No todo es terrorifico, sin embargo, en la visién de} “ | A principios de siglo recomendaba un manual venezolano - ‘on digan: Fulano es un sinvergiienza, Digan: Fulano 6 tn ing® cundo.» Sinvergiienza 10 figuraba todavia en el Diccionario sa ‘Academia (ano existia»). Hoy no se explica uno cémo se ae hablar en espafiol sin esa palabra. ia Por lo demés gqué quiere decir pureza castellana? E] Castella, es un latin evolucionado que adoptd elementos ibéricos, visiast ticos, Arabes, griegos, franceses, italianos, ingleses y hasta indigenas de América. ¢Cémo se puede hablar de pureza castellana, 9 a qué momento podemos fijar el castellano y pretender que todg nueva aportacién constituye una impureza nociva? La llamada pu reza es en Ultima instancia una especie de proteccionismo aduanero, de chauvinismo lingiiistico, limitado, mezquino y empobrecedor, como todo chauvinismo. 8. Unidad y diversidad Nos hemos burlado de Ja concepcién turistica y consideramos falsa y dafiina la vision del purismo. ;No es hora ya de ensayar una visiéa filolégica? Tenemos que plantearnos dos cuestiones fun- damentales. Primera, si hay una unidad lingiiistica a la que pueda Iamarse «espafiol de América», 0 hay mas bien una serie diferen- ciada de hablas nacionales o regionales. Segunda, si ese supuesto «espafiol de Américan es una modalidad arménica y coherente den- tro del espafiol general, o si presenta, por el contrario, una dife- renciacién estructural y unas tendencias centrifugas que le augu- ran una futura independencia. Para abordar estas cuestiones voy a partir de dos perspectivas opuestas. La vieja Gramatica general, del siglo xvi, sostenia que cuanto més lenguas conoce uno, més Ilega a la conviccién de que no hay sino una sola lengua: la lengua del hombre. La Gramé- tica general postulaba una unidad fundamental entre las distintas lenguas del mundo, una comunidad de recursos expresivos esencia- les, ° de moldes esenciales, del lenguaje humano. Frente a ella la lingitistica moderna ha sido mas bien atomizadora, desintegra- dora. Esa unidad que se lama la lengua general, el espajiol, el francés, el inglés, es una abstraccién, una realidad inexistente.. No se habla igual en Madrid, en Salamanca, en Santander, en Za- ragoza, en Sevilla. Y dentro de la ciudad de Madrid no se habla ~ igual en el barrio de Salamanca que en Chamberi 0 en Lavapiés. Eseaneado con Camcanner

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