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Ciencia y Arqueologia Mucho se ha hablado y escrito en foros, seminarios, simposia y otros, ¥ en la litera- tura arqueolégica de los ditimas veinte aos, acerca de la importancia de deficir ber que los autores han denominado una teoréa ar- quenlégica, en un intento par cantirmar el cardcter cientifico de la disciplina’. Cierta- mente, en las Ultimas dos décadas latenden- ia hacia la busqueda de la “verdadera tea- tia arqueolégica” ha acaparado los wabajos publicados, ha persistida como un interés que se taduce en innumerable: articulos aparecidos en revistas especializadas, donde se ofrecen disertaciones en torna a Toque en adelante denomunaremos el objeto de conocimiente ¥ el objeto de irabajo de * ate temo os pane de la.cbra “Arqueaiogla. ciencia y sociedad, Ensayo tbe teotla anaveniga ya form (Oe erenamica social Winal en Venexurla’. que ba utara excibid em TST, se ener aun indy En ‘sta primera parte we fata sw hs jews ce ores ‘pscion en Ls amuecloga y las categories y concepts ‘at eran IN. del Cermen fseal "5 une disciplina es centfica eniances debe tartar {Con 1 propso Ceripo be noCue concept, cateRo- ‘at byes, es dc, com una tee iraida vargas arenas* arqueologia, ciencia y sociedad Ja arqueclogla. Puede decirse que en estas himas décadas se ha abrervado un cambio notable en relacion al quehacer arqueol- pica de los atios 50 y 60, sober todo €n bo que se refiere a la catacterizacién de! abje- tivo de conorimiento de la disciplina. La historia del conacimiento eh general nos demuestra que el objetivo de connci- miento de toda ciencia se halla en constante cambio, porque dicho abjeto se restringe y amplia simulianeamente. La naturaleza de ‘estos cambios obedece a que, en la profun: dizacién de los conocimientos, se desc ‘been aspectos, facetas y leyes nuevas, 90 ‘studiadas ni descublerias amties. Es asi que cada forma histiiica de conocer confiere cualidades y calidades cistintivas al objeto de estudio, Esta dindmica del conociminnto, ‘que penera variaciones en el objeto de estu- dip de la arqueologia, ha permitido que hay dia reconozcamos dos pastutas tedricas en toa ala esencia del objeto estudiado por la arqueologia. Una de ellas dice, por ejem- plo, que la arqueologfa es unaciencia social que explica fendmenos culturales ahistiei cas y, en consecuencia, debe basarse en la aorta general de-la antropologia para logra sus interpretaciones. ‘ésta come la clencia que estutia la variabilidad cultaral, 6 BOLETIN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA # 14 Por atralado, otra corrente de pensamienio: define también la arqueologia como una iencia social, pero establece como su ob- jetiva al igual que el de otras ciencias so- clales— explicar los distintos aspecios que caracterizan al desarrollo de la sociedad Dado que las sociedades con las cuales tra tnaja el arquedlogo son peeteritas, suexplica i6n servird para conocer Las particularida. des dei drsarrolia hitérico de la sociedad en general y utlizard por tanto en 313 expl- caciones, el marco de Ia teoria general de la historia. De esa manera, esta postura in- tenia reconover cimo, ¢n las sociedades pretéritas, se cumplen de manera concretas las leyes generales del desarrollo de lasocie~ dad. ‘os fines del presente trabajo abviare- mas la discusién sobre la primera pastura ~conocida cama Nueva Arqueaingia— y nas concentraremos en la segunda. refiriéndo- nos sameramente a si existe la que podria- mas denominar una teoria atqueol6gica Por una pute, consideraremos ~ la arqueo- logia es una ciencia— el pape! de la teria sustantiva o general; es decir, aquélla que eiplica su abjeto de conocimiento; por la otra, si se puede hablar de una teoria de rang medio ligaca a laamrebension y expl- cacién de su objeto de trabajo, 12 teoria a, Para aclarar si consideramas a la arrpueo- logia coma una ciencia, partiremos de cua- tro premisas bisicas 1. El objetivo fundamental de cualquier Ciencia es lograr la explicacign de la rea lidad, y toda tealidad tiene caracter de proceso, Ast pues, para defini el estatus cientifica de la arqueologia, discutire- ‘mos brevemente siesta discipling explica |a walidad (proceso oprocesos) yde cul realidad se trata, es decir, si esa realidad que explicaes Gnicamente. silo es, qué le confiere esa cualirad. 2. Como segunda premisa decimus: toda — pOsee un sistema de Conceptos. ue supone abstracciones de la fealdad ide o de fos pracesos) que ite tenta explicar; luego entonces, tatare- mos de ver si existen en la arqueclogia concepias que sean de su dominio parti cular y de cudles conceplos se trata. Asi- mismo, cudles de estos conceptos tienen ‘valor categanal, es decir, sirven para ex- piicar ta realidad y suponen la delimia- cidn del campo de la ciencia, del domi. ‘aio de la disciplina, en este caso, de la arqueologia. 3. La tercera premisa que manejamos es: todo proceso o procesos (dijimas reali- dad) esta regulado por leyes; toda ciencia deberia estar en capackiad de definir te- ‘yes cientificas. que permitan explicar el comporiamiento de los procesos. Asi pues, los procesos que estudia la arqueo- ‘ogia jestin reguladas por beyes! json esas leyes exclusivas de la arqueologia ‘por el contrario pertenecen a una esfera mayor -0 diferente del conocimiento?, 'y, 2e6mo explican ide qué: manera) tales leyes a la realidad? 4. La explicacidn de! objetivo de canoci- mientn de una ciencia se rige por lateora sustantiva, mientras que la explicacién de su objetivo de trabajo se-rige par una. teoria media, Entre ambas existe una re- lacidn de esencia a fenémena. Para tratar ef papel de la teoria sobre el ‘objeto de vabaja del arquedlogo, la hare- mos threvemente) partiendo de cuatra pre- misas fundlamentales que son: 1. Toda clencia vequiere que fos hechas que coniorman /a realidad sean conoci- dos, Este conocimienta se adquiere a tra- vés de la interaccién que mantenemas con len proceso’ (eealihac como sujetos cognoscentes y actuantes, mediante €! examen 'y observacion de la realidad Luego, ipodemosestahlecerla existencia de Una manera arqueologica de capra- cin de ta realidad 0 se teata mas bien de una manera de cuptar a realidad at- queolagica? 2. En toda ciencis los hechas conocidios deben ser ordenados, descritos y compa- rados. Esta labor debe realizarse usando un sistema de conceplos operatives, el ‘cual estard (o debe estar) en concord.an- cia con ef conjunto de canocimientos we agrupa la teorla general, de manera poder, finalmente, establecer yexphi- car tos vinculos entte lax hechos, que ‘eatin regidos por layer. Js posible en. IRAIDA VARGAS ARENAS tonces, en la arqueologia, precisar un sistema de ordenamiento, descripckin y comparacién de ks datos que sea afin con la teorta general, que es la que posee tas feyes explicativast, y mis aun, JE precisa pata ello, acaso, una teoria de faturaléza diferente a esa general alucii- dat 3, Larealidad a ordenar, describirycompa- rar no tiene siempre las mismas cualida- des. En el caso de la arqueologia, el dato arqueoligico puede ser de primera ee neralmente, « diversas épocas y son el Producto che cestenitas. ji converti¢ la informacién: obtenude “py di. versa maneras en datos que compartan una misma noturaleca teérica. En este sentido, la teoria no sélo es la que con- fiere la calidad al dato, la que converte un dato en informacién, sino también es. a que permite reconocer los vacios de Informaciéin existentes y las Lalas y acier- 105 presentes en interpreiaciones realiza- das dentro de marcastedricos dierentes, La.iltima premisa general que considera. mos es aguiélla que nos dice que los fe- némencs, lo que se nos manifiesia de inmedhata en las inwestigaciones arqqueo- tégicas, no constituye ia esencia, lo que puede servirnos para interpretaciGn cien- tifica. Los fendmenos son para nosatros, Sigulendo aos (1967-23), a presen tacidn del dato, de la esencia de los pro- cesos, no la esencia misma. La Arqueologia: Ciencia Historica Segin nuestra concepcion de ciencia, a ‘cial se define por su objeto de conocimien- to, concebimas a La arqueolagia como una ciencia histdvica, cuyo objetiva (abjeto de conocimiento} es reconstruir € desarralio de las sociedades antiguas; estudiar sus pro- weios de vanstormacite hasta su unide con saciedadies mis recientes. Esta visivin del ab jetive de la arqueotogia considera que las sociedades antiguas son el sustento. de la ‘historia, los inicios de procesos que unen » ARQUEOLOGIA, CIENCIA ¥ SOCIEDAD 7 las sociedlades pretéritas con tas contempo- rineas, Estos proces no: son solamente acumulativos sino qué Se Crean y recrean continuamente, se transotman ys proyee- tan hacia el futuro. Pera e! comportamiento de los procesos siempre se-rige por leyes. Las leyes que explican el desarrollo sacial son leyes histdricas basadas en los conoci- mientos obtenidos de procesos societarios en los cuales se observan similares compor- Famientos cuando 3 cumplen determina- clones claras y abjetivas. De esta manera. elevamos al ranga de la teoria de la historia os conocimientos que extraemos de los da- tos, al observar en ellos determinadas regu- lardades empiricas. La realidad arqueois- gica permite entances comprender como se transforma la sociedad, no tan s6lo en sus aspecios generales pero. sobre todo en bos particulares; en otras palabras, conocemas can la arqueologia las estructuras y causas del desarrollo social y la intrinc aca red que se manitiesta en procesos sociales concre- tos, Dado que los procesos sociales estan suietos a leves, es decir, Uenen un orden y tuna causalidad especificos, los estudios so- bre las saciedades pasadas permiten expli- car cdimo se manifiestan regularmente tales leyes generales en el material que dichas sociedades dejan sobre el planeta. Tales ma- teriales reflejarin, en consecuencia, el o- den ¥ la causalidad de lor process socia La teoria general sobre lo cual se sustenta Ja arqueotogia para lograrexplicar su objeto de conocimiento es entonces la teoria de la historia, ya que es la que sirve para explic ar |a existencia objetiva de sociedades, su de- sarrallo, desenvolvimiento, interaccianes, cambio, elementos que se-expresan con una Ernie purio de fa irusiey non parece pine it Siguiente cia de Lope: "La amzing cima riencok social, lene come dbjetve de: consacimments el desa- tears de a rec ‘ide ys velaciOn ca la tea el histori, caret ‘izandi los procedirmiertos que operde jaa la enero idee hipgeess enenarc ada por una sae de ee ep tes sobve la lindmica de formsciin y treesbormacion, she tor contentos arqueologic as. 8 BOLETIN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA 8 14 variabilidad histtirica. En este sentido, Bate ha aclarado—con muchoacierto—el carécter histérico del objeto de conocimiento de la arqueologia (Bate, 1982: 17), Por otra parte, aceptamos que ka arqueo- fogla tiene como objeto. de estudio Jos ma- teriales arqueoi6gicos, es decir, lox restos culturaes de las sociedades desapareciclas. La arcieeologia, tal como la concebimes, ve estos mates ite. como la expresiin conc teta de una senie de actividades de ios tambres asi como las. sociedades- 189 son inmmuta- boles sina que cambian histéricamente. Por ello, los restos arqueoltigicas constituyen in- dicaciones sensibles de los cambios histor\- C08 ¥ 300 usadas pot los arquedlogs ara la reconsteuccion historica No todos los arquaciogns conciben ce la misma manera las acciones humanas re- flejadas en cl registro arqueolégica en Cuanto a las causas que las determinan. Para nosotres, las actividades de los hambkes sélo pueden ser entendidas en relacitin al trabajo. Los hombres para subsistir necesi- tan trabajar, es decir, realizar actividades productivas aprendidas socialmente, Me- sdiante el trabajo producen instrumentos, ar- tefarios, bienes, etc. que les permiten satis. facer las necesidacles primordiales; se con cluye que los restos.culturales con los cuates Se endrenta el arquediogo surgen Como con- Secuencia y $0n las expresiones objetivas de la actividad productiva de los hombres, no par uno solo sino por varias, y kas haen= bres viven en sociedad. Tales hombres se relacionan enionces, deniro de la sociedad ‘en la cual viven, unos con olfos, én tomo a las actividades que malizan, en torne a las actividades relacionadas con e! trabajo humana. Dado que el objetivo de la arqueningia. ‘8u abjeto de conoc imienio, san las antiguas sociedades, na solamente conocerlas sino. ‘explicar sus cambios y transiormaciones, el arquedloge necesita un cuerpo de catego- vias, es decir, una serie de conrepios can valor explicativo que le pe:nita deserdrafiar su desarrollo histirico. En este sentido, como histariader que es, usard categorias coreunes inde cence Noexisten Nuestro juicio, categorias que sean Solomons axqeuckigicar com ss rand vexplicar procesos histiricos generales ya que las cateyorias utilizadas por ef argues Jogo son las mismas que usa cualquier otro clentifico social, De acuerdo-con el materia- Iismo hisiérico, las categorias expticativas generales y centrales son las de Formacién Econdémico Secial y Made de Produccidn. Los hechos con bos que trabajael arqued- Joga: nohablan por si soles sina que siempre esti presente la teoria de la historia que per- mite interpretarios; sin embargo, es menes- ter establecer sus caracteristicas y la forma cdma se vineulan can dicha teoria. Solo asi dewerminay sobre qué nes intor- man las datos. Sienda las datos con los que labora ef aruedlogo su abjeto de trabajo, Jas restos culturales de las sociedades arii- guas, necesita de un cuerpo de conceptos que ie permita dar Cuenta de la realidad que obseeva, para orderurla, clasificarla y com- pararla de manwra de hacer inteligebies tales materiales en térrninas de la teoria general, 668 Herminos de la concepeidan de Como se ‘estructura y cambia la sociedad. Ee toeno a lo, ef abordaje de la realidad empicica requiere, previamente, de una proparicion acerca de la totaldad y su deservolvimien- 1a; hiego, aplicamos conceptos que lacilitan Y sistematizan su) prehension, tomando en consideraciém los resultados de las observar RAIA VARGAS ARENAS clones, de forma tal de arritsar a una interpre- tacién de las mismas ya un cuerpo de infe- fencias. Esta segunda instancia requiere también de un cuerpo tedivico sistematizade, con leyes € hipdtesis. El arquedlogo proce- deri, a partir de abora, por la via de la abs- traccidn a la bésqueda de la que hemos denominado, DICIEMBRE 1906 fiere su temporanidad; elorden de coexisten- cia, la esparialidad y los cumplimientas de dichas Grdenes. su movimiento, El cierto orden de coexistencia que 4 manifiesta en cada conjunto de rasgos arquealégicos, re- ferentes de las necesidades sociales que s3- lisfacen, implica la conexiin, ta continul- dad flsica de sus manifestaciones; dicha ca- nexidin nos lleva 2 Considerar las propieda- des que les son inherentes a los procesos sociales para que se peoduzcan los raspos Dicho en otras palabras, entender las rela- CCiones de determinacion que tiene la causa- lidad social sobre el lugar que ocupan tos asgos en el tiempa y su movimiento, Los rasgas arqueoligicos se manifiestan objetivamente en un espacio fisico, pero ste no. corstituye una suerte de recipiente dande ellos aparecen; es ~par el contrario— ‘el Conjunto de maniiestaciones de las pro- piedades espaciales, el orden de coexister- ‘cla que menciona Gortari (1979), En arqueatogia, la dimensian temporal se expresa en asoclackones espaciales, es decir, la nociéin de orden de coexistencsa (espacio) y la de orden iinico y comin de proceso: (tiempo), se manifiestan en ar- ‘queologia en un solo orden: el te coexisten- ‘cia, El principia de deposicides usado en ar- qucologia para definis la dimensidn tempa- ral, también ve basa en elementos espacia- les. Puesto que toda sociedad hace uso s0- cial del tiempo y el espacio, las diversas asoclaciones espaciales pademas abordar las coma momentos particulares 0 singula- res de la totalidad concrete que es una sacie- dad; es to que Bate ‘com. per} define come “contextos momentos”: “corjuntes de trans: foemaciones materiales de la naturaleza pe- nevada por la sociedad, los cuales constite- yer momentos de la totalidad viva". Esta concepciéa supone la relaciin necesaria entre la unided social y el espacio de esa unidad social como espacin vivida; este ul timo nos refiere, inmediatamente, a ta rr cin de vida cotidhana. Asi, un espacio vi- vido es la unidad donde se hacen observa- cianes sobre las actividades de la vida cot dizna que realiz0 ur unicad social ‘enieena, so propiedad tuadtamertal, sex elemento Scamsumidas socialmente” por cada grape social de una manera relativa, por a tanto hind. IRAIDA VARGAS ARENAS La cotidianeidad supone el “consumo” rutinario del tiempo. En ese tiempo, la repe- ncn proves de fos factores que gararitizn a seguridad social y protege a los grupos de lo aleatorio. Pera, aunque le monatonia ide las acciones diarias se da en un espacio —alli se objetiva la mpeticiin— también es ese expacio el lugar de la innowacion y carr bio, de fa creacitin y La translormacitier, Ast a cotidianeidad tiene también una “antolo- gia del movimienta”. Elespacia para el arquedlogo le permite ‘encontrar la constancia estructural de loco tidiana, pero también Je facilita medir ef ‘Gempa al constatar el devenit humano en su desarroflo y definir las facetas que adquie- re, de manera particular, ese desarrollo. £1 arquedioge accede a las regularidadies y ci- \clas.as/ como a las rupturas de fo cotidiane. Los contextos en la dasificacion (Cada rasgo u objeto en si tiene un determi- nado orden de coexistencia, lo cual equi vale a decir que ocupa vn dotemninao oF. pacio y, dijimes también, tiene un determi nado tiempo de uso; pero ni el espacio ni ‘el tempo de uso individuales de tos objetos tienen sentido para el arquedloga, al menos ‘80 para el tipo de arqueologia que propone- mas. Es s6lo lamanifestacién témporo-espua- al de un conjunto de materiales arqueolé- cos lo que nos interesa rescatar como dato aq Aunque cada objeto aislado fe: concebido por el arquedioga come el resultado cancreto de una o varias acciones sociales, los conjuntos aludidos constituyees tun sistema interrelacionado de elementos arqueolagicos cuya stgnificacion estnba no sélo en constituir referentes 3 4u ver~ de {un conjunte determiado de acciones socia- es, pero también de las circunstancias. como 3€ Reneraron ¥ cdimo 4 presentan en el re stro arquealagico. Ese conjunta se expresa en las relaciones de aociacidn que existen entre sus partes constituyentes, relaciones que se producen: cumo consecuencia de las acciones sociales ‘que les dieron origen y uso, A cada conjunto de asociaciones significative Jo flamames contexio y la calificacidn que le atorgamos estard en relacion directa a Ia naturafeza de ARQUEOLOGIA, CIENCIA Y SOCIEDAD 23, lag acciones sociales que proclujeron ta na- nifestacidn de 1a asociscién ‘Como se infiere de ka anterior, no es prox sible 0 no es deseable trabajar Los datos ar- queoligicos utilizande avsladamente ef cri- terio temporal o el criteria espacial, puesto Que existe una relacién indisoluble entre tiempo y espacio; asimisme, puesto que tempo y espacio no tienen sentido si no consideramos al principia de asociaciiin (causalidad social de ios rasgos que poseen una temporalidad y una espacialdad), el trabajo arquevtogica debe partir de los con- textos. fsto comvierte 4 los cantextos en ef punto de partida para el esiablecimiento de las unidadles sociales significativas y, en ‘consecuencia, de las unidades minimas.cla- sificatarias, donde se conjugan tas variables espacio, tiempo y causalidad social. Lumbreras sefiala, en tomo a bo anterior, cémo *...uuna arqueologia basada en las as0- Claciones permite rescatar no slo los cam bios que se producea en los artefactor. a fo larga del tiempo y ¢! espacio, sino sobre todo posibilita define! conjunto de formas ‘especificas o generales de Ia conducta de Jos puebles en cada uno de los momentos de su histovia [..) et dato arquentigice, de simple indicador de cambios pasa a ser in- dicador de formas de vida’ (Lumbreras, 1984: 3), A conjunta inierretacionade: espacio tiempo-movimiento-causalidad social, ¢%- presado 4 su ver en aociaciones contextus- les especificas, es asado porel: tomo antdad ys Cees snerersen fos clatox como sistema de reterencia para fa ordenacidn de los materiales con los cua: Jes trabaja: Cada une de tales conjuntos po- see dimensiones espacio-temporales dofini- das, pero lo mas importame reside en el hecho de que cada unidad es determinada por ol Contenido que pose: en otras pala- bras, Cada contexto supone |a mandestacton objefiva de un conjunto de actividades so- ciales que puede ser distinguida de otro por la naturaleza y la forma como se realizaron las aceiones representadas. ‘Cuando podemos establecer, mediante ef analists de contenido, ta existoncia de contextos de asaciaciones recurrentes e el tiempo y en ef espacio, asumimos que tales contextos fueron producidos @ son ef 24 BOLETIN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA © 14 reflejo de circunstancias sociakes similares. Puesto que el cambio y la translormacion son inheremies a las acciones y, en canse- ‘cuencia, a los contentos, es necesavio tam bidn tratar de estabiecer ios ritmas de su dingmica. Establecemos entonces la existencia de dos principias hisicas que deben ser toma- dos en cventa para el anclisis arqeoldgico; por una pare. el principio de asociacidn +, por La otra, el principio de recurencia am bos nas femiten al abjetiva primordial que es-conaceria causalidad (Lumbreras, 19621. Eto convierte a los sitias arqunologicos fen Conjuntas de contextos los cuales anali- Eatemon usando el prncipio de recurrencia, sl, primero identificaremos los contexts presentes, caracterizando los elementos que los companen, y con un andlisis cruzado, accedemos a los ritmos de la vida cotidiana representarla en los sitios, El principio de asaciaciin regula la cam poticidin de les contextos ¥ el de recurrencia regula el de la funciGn social mediante la repeticidn de caracteristicas formales. en espacio que obedecen 2 actividades comu- nes. La funcién adquiere significado social por el usa recurrente de clementos forma Hes Para trabajar correctamente utilizando los principios de recurrencia y asactacién para realizar inferencias, es necesatio tomar ‘en consideracitn las process de formacisin ¥ transformacion de los contextas, discrimi nandla entre aquellos procesos saciales y los fatutales. Eo el primer caso, tenemos que tener en mente que un contexta puede refe- nos Po solamente al conjunto expecifico de las actividades “fosilizadas” representa- das en #: también puede suministrar infor maciin sobre otras acciones conexas. A és: tas accedemos mediante una cadena de r- * umber (oom per. entiendte que tas asco contents pueden ser enlace en rebar idh a oe Canker conto, @incontren 2 segtertae a, peemitiende la presencia se contextas peimanios, foruatas y alterad, sespectivamenie Para ef misre ‘uta, un Comat Se Gein tomurdie en considera: dn a aciacign espacial, tatrmporaly la ncioral. Teale stay aac es ~a Paras pac 98 a festa expaciaimanm Targa el wermpa comme la has Clon. en forma y contenido, se manifiestan espacial. ree DICEMBRE 1908 zonamientos deductives que provee la ex- periencia v ha tenia y, establecemos las se cuencias de acrianes pasibles, cantingentes 'y necesarias vealizadas para que se pracluje- ran las representadas fisicamente en el regis- wo, Siendo asi, tomamoas en consideracién, también, lo que Bate (com.pers.) denorina Principio de sincronia posible y secuencia necesaria. Al elect, un contexte remite tas acciones posibles de haber sido efectua- as, es decir, aquéllas que pudieron haberse realizatlo para que se manifestasen las que estdn reflejadas en ef mismo. Lascontingen- tes serin aquéllas que pudieron ocurrir. ‘ocurTir everitualmente para que otras ve pro- dujeran y se reflejaran en ef contexto, y re miten al conocimiento y caracterizacién de acciones concretas. Las acciones necesarias sn aquélias cuyo cumplimiento fue indis- pensable para que ocur;riesan las representa- das, Asimsmo, empleando el principio de asnciacion y el de sincronia posible v se- vencia necesaria, es factible determinar el conjunto de acciones sincrénicas que ne- cesariamenie tuvieron lugar con las repre: sentadas. Segin lo anterior, podriamas enionces analizar los contextos de acverdo a las ac- clones representadas, manejandu el criterio- de cemtitud, empleando la contrastacion y comprobacién de las evidencias fisicas con las propuedtas y derivar de ello inlormacisn referencial acerca de otras, manejando los criterion. de powibilidad, contingencia, pte cedencia y relacién necesaria. Bate nos ofrece un interesante-e lustrado ejemplo de camo puede aperar un arqued- loga en este juego de induccidn-deduccién en la inferencia de contenidos sociales a partir de-abjetos arqueologicos, manejando ef principiode sincronia pasible y secuencia necesaria, Al referitse a una punta de-dardo- (Bate, 1977; 35) es posible inferir, vegan el autor “1. que se wata de un instrumento de cana 2, evidencia ef trabajo de La piedra talla- da. 3. presupone el trabajo de recoleccién de las materias primas, 4. da dalos sobre el medio ambiente. .so- bre las areas de desplazamiento de los cazadaees.. IRAIDA VARGAS ARENAS Para el punto 1, instrumente de caza, aunque el contexto’na presente elementos materiales que refieran al proceso de fabri- cation del instumento, es posible inferirlos como acciones precedentes neresariamente teallzadas para que se produjese fa punta, Asimisma, es posible planiear la existencia de La cacerfa como accianes que forman parte de la secuencia necesaria en el uso posterior de la punta de dando. La asaciacidn de esta punta con restos de un animal cazado con- vertiria a la caza en un conjunto de acciones en sincronla pasible can las que hemos in. ferida de la punta; si ademas los huesos prosentan evidencias de fuego, ésto nor por mmitiria plantear una sincronla de acciones ‘que pueden pertenecer @ crits secuencias ne- ‘cesarias, Para que s€ presenten los restos ‘ése0s quemudos de nuestro ejemplo, deben haberse realizado ~

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