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Las relaciones de producción constituyen la forma social y económica con que aparecen las fuerzas

productivas; son el conjunto de relaciones que establecen los hombres entre sí en el proceso de la
producción social de su existencia. Estas relaciones se refieren fundamentalmente al conjunto
complejo de formas de la división social del trabajo y a las condiciones y formas de control y
apropiación de las nuevas fuerzas productivas y del producto social. El conjunto de relaciones de
producción y las fuerzas productivas que le corresponden conforman la estructura económica de
la sociedad, que constituye una realidad objetiva independiente de la voluntad humana, y queso
rige de acuerdo a leyes propias. Las relaciones de producción no son, como se ha creído,
exclusivamente las formas de propiedad de los medios de producción, estas constituyen el aspecto
jurídico, la división social del trabajo y las formas de distribución de la riqueza social producida
constituyen elementos igualmente importantes. La unidad dialéctica de las fuerzas productivas y
las relaciones de producción constituyen un sistema que Marx denomino modo de producción. El
concepto de relaciones de producción es una abstracción útil para comprender la dinámica social,
pero en la realidad no solamente no encontramos dichas relaciones separadas de los factores
tecnológicos y materiales, sino que tampoco están aisladas del edificio social global. La
superestructura está constituida por el conjunto de instituciones que cumplen la función de
cohesionar a la sociedad y a la cultura en torno a la base económica, y de asegurar la reproducción
de esta última. Comprende asimismo el conjunto de concepciones, modo de pensar, actitudes,
sentimientos e ideologías que corresponden a dichas instituciones.

Por lo tanto, la superestructura está formada por el Estado, la estructura jurídica, los centros
educativos, la iglesia, los partidos políticos, etc..., y por las concepciones políticas, el derecho, las
corrientes del pensamiento social, moral, filosófico y religioso. Con estos términos se quiere
definir algo semejante a lo que abarcan los términos subdesarrollo o dependencia la situación de
su capitalismo consiste en la existencia, en los llamados países del tercer mundo de una estructura
socioeconómica y predominantemente capitalista pero subordinada a las potencias imperialistas,
pero además indica que esta estructura no está formada por todas las leyes de desarrollo del
capitalismo clásico europeo, ni se trata tampoco de una situación históricamente anterior al
modelo clásico. Se trata de una estructura en la que los procesos de transición al capitalismo han
quedado, por así decirlo, fijados y cristalizados por obra de la penetración y dominio del capital
extranjero. Por ello, una delas características del su capitalismo es lo que podríamos llamar una
acumulación originaria permanente, en la cual no logra cerrarse totalmente el ciclo de
acumulación que induce plenamente a la reproducción ampliada en su formación clásica y en la
que la violencia, típica de la acumulación originaria se convierte también en un fenómeno
permanente. Otra peculiaridad de este sistema es la existencia de modos de producción
neocapitalistas con el modo capitalista dominante. La estructura su capitalista no se entiende sin
su contrapartida: la estructura imperialista que la domina y que provoca los monstruosos
desequilibrios sectoriales de productividad, la existencia de mano de obra barata, la miseria, la
proliferación del parasitismo (escondido tras la llamada tercerización de la economía).El sistema
capitalista regido por ley de los desarrollos económicos y sociales desiguales e inversamente
proporcionales, con sus premisas fundamentales que explican el antagonismo existente entre
relaciones de producción y equilibrio social, es un sistema que ha puesto en peligro la
supervivencia de la especie humana y espiritual sobre nuestro planeta.

En el marco de las nuevas leyes de funcionamiento de la economía socialista, y para revertir el


estado de agresión a la naturaleza y al ser humano, debemos garantizar la correspondencia entre
relaciones sociales de producción y las fuerzas productivas del trabajo humano. La producción
económica socialista requiere de la eliminación del paradigma de la economía de competencia de
mercado, el manejo contra-natura de oferta-demanda y la trampa de “la libre determinación
privada de qué producir”.

Trabajamos para establecer un valor óptimo referencial en base al valor mínimo probable de
producción directa socialista, que en el nuevo paradigma de decisión productiva tenga a bien el
"criterio social planificado que define las demandas" en los sectores tradicionales como son:
educación, salud, alimentación, vivienda, vestido, ciencia, tecnología y cultura. El retorno
financiero del capital privado invertido como criterio de decisión ¿qué producir? y ¿a quién
vender?, debe quedar en la prehistoria de la ciencia económica y social. En el esquema de
planificación estratégica democrática y participativa, donde toma plena vigencia el modelo
productivo-comunal de conciencia social, no tendrá ningún sentido la iniciativa individual del
empresario, quien ve únicamente su máxima rentabilidad. Es el reordenamiento del Estado y
sustitución de la legalidad económica capitalista actual por otra legalidad que estamos
construyendo, en base a un sistema de valoración productivo-material y valoración espiritual
diferente, cuando se dará solución a los grandes problemas de escases y necesidades que aquejan
a la gran masada población, conjuntamente con un sistema monetario y financiero bajo los
términos de otras equivalencias financieras-monetarias. El sistema económico productivo,
comercial y financiero de iliquidez, en concordancia con las leyes básicas y generales del sistema
capitalista, y el mercado sustentado por la propiedad privada de los medios de producción,
siempre hegemonizarán las decisiones políticas en materia de producción. En contraste, el modelo
productivo socialista debe ser autónomo e independiente del capital privado para llevar a cabo la
gran tarea de estabilidad de precios internos, asumiendo un nuevo patrón de equivalencias
financieras-monetarias regionales que impidan la pérdida del poder adquisitivo de la moneda, y
para conseguir esto, el poder popular organizado como protagonista- beneficiario principal, tiene
que radicalizar el proceso revolucionario ejerciendo su influencia en todos los poderes del Estado.
En lógica del razonamiento económico financiero capitalista es imposible concebir el proceso
productivo fuera del terreno de la ganancia y en el ámbito del trabajo-dinero-precio. Es decir,
lógica donde la inversión de capital prevista produce ganancias o pérdidas en términos
monetarios, resultado como se define, al actualizar mediante una tasa (de rentabilidad exigida)
todos los flujos de caja esperados de un proyecto. Requerimos los cambios estructurales que
alteren las relaciones de propiedad y producción de bienes y servicios sustituyendo las relaciones
de producción, distribución e intercambio capitalistas, por la única alternativa, el

Socialismo, “sistema basado en la producción para satisfacer las necesidades materiales de la


mayoría y no el beneficio monetario de unos pocos; remplazando el dominio de una minoría de
parásitos ricos por el dominio dela mayoría que produce toda la riqueza de la sociedad, en la
propiedad, control y gestión de las fuerzas productivas por la clase trabajadora”.

Los Estados Nacionales asociados a las Multinacionales del Capital Privado en función de
privilegios y ganancias de los inversionistas, jamás podrán reinventar una nueva relación material-
económica-espiritual que dé cuenta de los factores productivos y matriz de producción actual de
avanzada tecnología. Esto es tarea de las ciencias del socialismo revolucionario. Es el caso que en
Decreto Ley No. 9.052 del 15 junio 2012, se regúlalas formas asociativas entre el Estado, las
empresas comunitarias y la empresa privada, a través de Alianzas Estratégicas, Empresas
Conjuntas y los Conglomerados. El Estado participa de la propiedad accionaria, como mínimo con
el 40% del capital total. Si en este modelo se plantea una nueva cultura del trabajo distanciada del
modelo rentístico, mercantil, capitalista, ¿cómo entonces se determinará en esas asociaciones con
empresas privadas, el tema del retorno del capital, de la rentabilidad exigida?, mientras que Sede
cámaras, Con se comercio, Cabildea, Con industria, se están abriendo a esta iniciativa y
posibilidades de emprendimiento privado con el apoyo del Estado, porque para ellos al trabajador
se le retribuye con el salario, en un mercado “libre”, y por consecuencia no hay explotación
económica del trabajador, sino intercambio igualitario de valores expresados en precio. De otro
lado, en la tarea de asegurar la satisfacción de las necesidades sociales de las grandes mayorías,
restringirse sólo al ámbito local, es incongruente. Es necesario superar las barreras nacionales y así
lo determina, la concepción de empresa Gran nacional de los países del Albane donde se ensaya la
integración productiva configurando una zona de comercio justo. En la globalización neoliberal,
sólo se contempla lo concerniente a los niveles de producción que requieren diferentes
combinaciones de trabajo y capital, o lo relativo a dónde el recorte del gasto social e inversión
pública es necesario y sostener crecimiento económico para el capitalista a consciencia del
deterioro de las condiciones de vida de la población, negándole, por ejemplo, el derecho universal
que tiene cada uno de nuestros ciudadanos, sin exclusión a recibir salud y educación gratuita. En
Venezuela, el Estado a través de la Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno y de la acción de
esta importante institución surgida en el proceso revolucionario, transfiere recursos financieros y
funciones al pueblo, a las comunidades organizadas en Consejos Comunales, Comunas en
construcción y otras organizaciones de base del Poder Popular, porque tiene confianza en su
responsabilidad y capacidad creadora, para que ellas dispongan y determinen el uso social de una
parte importante de la renta petrolera. Para que ellas planifiquen su desarrollo humano integral
sostenible en los territorios, articulándose y complementándose con los gobiernos local, regional y
nacional; algo que no había ocurrido nunca antes ni en Venezuela ni en el mundo; este hecho debe
defenderse a toda costa, para preservar y fortalecer la independencia nacional y continuar
construyendo el socialismo bolivariano.

El uso adecuado, eficaz y eficiente de estos recursos, implica una gran responsabilidad social y
política de alcance mundial, por parte de los voceros del Poder Popular y de los servidores
públicos que acompañen los procesos de elaboración, ejecución y control de planes de desarrollo
y proyectos comunitarios. El fortalecimiento de la independencia nacional y la construcción del
socialismo se hacen de manera concreta en cada territorio, en cada comunidad. Los recursos que
transfiere el Estado, son el medio financiero para ello; pero son las comunidades y sus voceros los
que, en los territorios concretos, deben aportar con su conciencia, trabajo y gestión, la
direccionalidad política, para que en su ejecución se desarrollen nuevas relaciones sociales libres
de toda forma de explotación, es decir socialistas, con las que el trabajo adquiere un significado
liberador, y una nueva cultura socialista con nuevas formas de vivir, producir, distribuir y
consumir; para quien cada territorio específico, no se reproduzca el sistema del capital; o en todo
caso, para que éste se vea constreñido y tienda a desaparecer, mientras los elementos nuevos de
socialismo, la economía de propiedad social comunal con sus cadenas y redes socio-productivas
territoriales articuladas con las empresas del Estado (propiedad social indirecta), reconstruyen, se
consolidan y se extienden. Es el factor conciencia, que incluye valores, principios, conocimientos,
afectividad, el que en última instancia, determina el comportamiento de los sujetos sociales, y por
tanto, el que determinará si los recursos que el estado transfiere a los consejos comunales,
terminan reproduciendo y ampliando el capitalismo, o si cumplen con su fin de ser medio para
fortalecer el poder popular, la independencia nacional y construir el socialismo en Venezuela. Por
ello, es esencial fortalecer al máximo posible, en este nuevo período de gobierno, 2013-2019, que
está en curso; en el que se pone inejecución el segundo plan socialista de desarrollo económico y
social de lunación, contenido en la propuesta del programa de gobierno, el programa de la patria,
la formación continua, colectiva e individual, de todos los sujetos sociales de la revolución:
trabajadores de las empresas y el estado, campesinos, pescadores, comunidades organizadas,
jóvenes, mujeres, luchadores revolucionarios. Este plan, que debe servir como instrumento base
formativa, será enriquecido con las propuestas del pueblo. Una parte importante de los recursos
públicos, deben destinarse a la formación de la conciencia socialista, a escala nacional y en los ejes
territoriales específicos, aún a costa de disminuir la cantidad de proyectos, acciones o demandas a
financiar, a fin de que, los que se decida realizar, cuenten con el factor consiente que asegure su
direccionalidad socialista y sus resultados. Cada área y Eje Territorial de desarrollo con los
proyectos, acciones demandas sociales, deben estar acompañados del plan de formación continua
de sus sujetos sociales con los recursos correspondientes, en primer lugar de los voceros del Poder
Popular y de los servidores públicos que realizarán el acompañamiento. Un plan de medios de
comunicación masiva, que incorpore radio, televisión y prensa, a escala nacional y de ejes
territoriales construido científicamente, es necesario; y aunque costoso, permite llegar a la
conciencia y emocionalidad de millones de personas. Se requiere un periódico mensual o por lo
menos un boletín por eje territorial, y las Emisoras Comunitarias, bien direccionadas, que permitan
la formación, información y comunicación multidireccional para orientar la acción socialista del
pueblo. Las escuelas de formación socialista por ejes territoriales, junto con observatorios de
construcción del socialismo, bien dotados y financiados, cola didáctica y los recursos necesarios,
cuyas actividades formativas estén asociada a la ejecución progresiva de los planes de desarrollo y
sus proyectos, son medio necesario para desarrollar la conciencia socialista junto con la base
económica como sustento del Poder Popular y el socialismo.

LAS EMPRESAS DE PROPIEDAD SOCIAL DE PRODUCCIÓN Y SERVICIOS MÚLTIPLES

La Ley del Sistema Económico Comunal y su reglamentación, son de compleja aplicación por las
comunidades organizadas, -aún con el acompañamiento del gobierno-, para constituir y
desarrollar Empresas de Propiedad Social Comunitarias, por todo lo que implican sus aspectos
organizativos, jurídicos, contables y de gestión. Por áreas territoriales de planificación y en algunos
casos por ejes territoriales de planificación, con el apoyo del gobierno, se constituyan fuertes
empresas de propiedad social de producción y servicios múltiples, organizadas por secciones, con
contabilidad organizada por centros de costos por proyectos, y equipos de gestión permanente,
integrados por las personas con los perfiles adecuados que le den sostenibilidad. Esto facilitaría la
organización de la comunidad para ejecutar los proyectos y el acompañamiento del gobierno, así
como el ejercicio de la contraloría social correspondiente. Los propietarios de las empresas de
propiedad social comunitaria, serían los Consejos Comunales y/o comunas, del área o eje
territorial. Esta forma de organización de la economía comunal permite fortalecer la propiedad
social y sus fines socialistas y disminuir las tendencias propias de la cultura y la mentalidad
capitalista que por ahora son predominantes ella sociedad, lo cual hace que los recursos aportados
por el Estado, aún bajo la figura jurídica de empresa de propiedad social, sean manejados por
pocas personas, y por tanto, posibiliten la apropiación privada de una buena parte de los recursos,
los productos y los excedentes. Cada empresa de propiedad social de Producción y Servicios
Múltiples, tendría cuantas secciones sean necesarias para ejecutar su plan de desarrollo y sus
proyectos. Por ejemplo, Agricultura y alimentación;

Construcción y Vivienda; Recreación y Turismo; Transporte; Servicios Públicos. Esta forma de


organización del sistema económico comunal, permite una planificación centralizada y
desconcentrada a la vez, y la participación masiva de la población en los proyectos, empresas y
redes socio-productivas. Es la construcción de Empresas Comunitarias capaces de satisfacer las
necesidades sociales más importantes, en primer lugar el acceso a las fuentes de trabajo y medios
de producción, y enfrentar con éxito al sistema del capital y sus personificaciones en las áreas y
ejes territoriales, que con sus monopolios y organizaciones mafiosas tratan de estrangular ella
cuna al naciente socialismo bolivariano

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