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TERRATENIENTE Y¥ SOCIEDAD COLONIAL A COMIENZOS DEL SIGLO XIX i 2m qué sentieta se puede hablar ee fetilatismo on el contento Gmericenc? y, especialmente, edénde y céma se puede encor'- Trae? Creo que las caractertoicas ee la tenencia ce ka tiewar serfs eu pranto de Parte itt Ruggiero Recrana, sociedad colonial: algunas hipotesis para el debate Sin conatiuie uaa extepeitin dentro de la América conquistada por tsp! y pese a 4us multiples pasicularidsdes contrasies regionals, el twrreinao del Rio de Ia Plaia, que abareabs a las acuales Bolivia, Part uy, Uruguay 7 Argentina, puede set ctrucertzido como una forma Sién econdmico-soclal colonial, can relaciones.de procucciia. predo- isamement: feudaleS®9 gran peso se It esclaviuc. En la region de las praderas rioplatenses, 18 ampafa bonaerense 1 ancoy Ameghino. tuuaran, 6 descadnimiente dela compile Rese de Ariopolor a wR Bs a, OD “nieneroe pot feudal un meco de pedicel en cl cual, en comenpondenchs 2 unt determi fave Jt esrrlin se au fuereas produciras materiel relations socials fe prodecelén esta Seeemmimdae poc “una ablgaciin igus a produstor por te fees cndependemteeerie de 1a volusad, de cumpin cies exigenlas econimias 3 #0 wafers cobren er [a forma de sercion a preset © de-obigacine.a pug enn ‘iesonric Ea fuerea Goerchiva puede #4" pour flat del auperorfewdals leeombee feipaidada om sig Upe de prceecmiersa Adio w la ficiza de a ley. Oo, Maurie ‘ils sober of denarrte lad copter Siglo 2X0. Bs. AB 1976, pS ‘th caraciunascybe que efezunmgs no es aa pata! de Is panfenandades repens, sien a put de clas, 1 favor de aus propa repeetickades ¥foriaphistrcan cocereé ot ceritetors, Respandhende » lt exigenciaa edicas que Peri st defini: como aye Faaninni colonial nidin roplatcnss 90 debe parecer hidriamanis alco a 6 evar Bina que [h cles domieartea oe apropien ‘el eedmme econOretopoeciO pot mano sec Sorcoeita a uabais mediante eearciones exraccondmias (compulsiones lysis © Cereectodetas ecareroncmicaa-. Panar, Rey “Es lon eommiemzos de una econsania Selous cea” Desarolc Reoadenica 086 Buecea Aes, 197 m1 “prindaba el medio geagrifico de asentamiento a una sociedad donde froduccion agricola y pecuaria —Disicamcnte tg0, mulas, cueres, seo y ‘ime part el abasto— s¢ hallaba genevalizada en las vonas de antigug [poblinwenia, aunque alrededor dé 1790 son muy fueres las evidenciag hoe indican que In ganadevia vacusd, a favor de una demand exterior en ‘greensa y otras factores favorables, reafirmabs inevestionablemente sy ‘Condicion de produccion fandasestal, coma se expres en el interés por lesnzar la propiedad de las terras fronterizas con Ia perspectiva de insta Jue estancias de ganados mayores+ ‘Sin dejar de tener en cuenta Ia importancia de la produccién de gra- nos —destinada en grin medida al abasto de los centros urbanos—, la campafa de Ia Banda Oriental registra un ritide y constante predominio, de la produccion ganadera, toda ver que constituia La principal zona pro» weedora de cueros para el Comercio de exportacién del vireinato. En ambas miygenes del rio de [1 Plata, los productores directos de los centenares de miles de cueros y miles de finegas de granos que se cliboeaban anwaimente, fueron €ampesinos —acomodidos, medsanos, pobres y campesinos jotwialeros—.* en su gran mayodla carentes del dom- fia difecto sabre el medio de produccion fundamental, y en muchos Casos forcados arrendatarios de los tcrrateniemes que monopolizaban ls propiedad de las mejores tietras, a excepeién de los terrence realengos, neneralmente fronterizas, sobre los que también avanaaba a fines del siglo >a Ia codicia terratenieme Estos campesinos. en especial 1a subeutegoria de las jomaleros, muchas veces aparecen retratados por lis fuentes epocales como peones, ‘agsegados, vaqueanos, arrier6s, arvimados, troperos, waqueros, desollado- tes, ct. Mientras que en otres eases su descripcién coincide: con image: nes mis ficilmente discemibles, conte labradores, cosecheros, agriculiores ¥ chacarerns; resultando a menudo también parte del campesinado muchos de los conocides por eriadores, estancieras, Ihacendados y otras enominaciones de similar contenida, siempre que no se exi@ aludiendo a terratenientes5 1. La expan terrains Baruerense a fines dt silo AVI, Boneacia prevemiads en las 32V Jomacas de Hints Economics, MAMEUNC, Coed a, 1998, (ecuy Ameghine, Eduardo, Clases sociale y rlaciomes de prowuccin am of den ere ein Dk ose hs Sent Wine Ca HA 5 eh un cua un axfoeren grind, que a menda las ocumenios no faiion, dere ala case earsterserte de oto sera al eta pel ganacer nz dete ocular ‘wiuraieza Ge campesinos pastores 9/0 ugitliores. a Cosereacion aparencat, super 42 En el caso panicalar de Ia Banda Oriental, y sabre todo fuera de la region de Maldonado, Colonia-Soriano y bas inmediaciones de Mantevt- deo, el emergente campesino mas tipico es sin dud el pastor: el pen de festancia; el agregado a cambio de casa, comida ¥ vicios; el trabajadec + Sgeneralmente desolladar— conacida come changador 0 gaucho; ua. sector considerable dé las epacalmente denominaclos hacendsdos cuando fea denominacién aparencial encubre Ia presencia de productores direc- tos campesinas, pobre y aun medlianos; y también tod una serie de categorias sociales que se subocdinan al patvén a través de relaciones diversas de clientela, de prestaciones y contraprestaciones; las libertos que normalmente siguen sujetos al antiguo amo; Indios en condiciones semiserviles, etc 3 “Fades ellos dedicados al pastoreo y cuidido del’ ganado junta a ous tareas anewas o derivachs de la explotaciOn pecuatta, como la abten- ‘On de mueros y salazén de cames, en beneficia de un putudo de sran- das estancieros que contralaron 1o-esencial de estas producciones, sesul- fondo en-poricular muy signiticativa I laboe de faenamiento de animales ryesteaccian de sus pieles en los lntifundios de los terratenientes ausentis {as y en fos campos reatengos.? Visio en su conjunto, el raggo fundamental de la mayor parte_del campesinado instalado en ambas orilas del rio de fa Flaia —en particular dé Tos campesinos pobres y campesines jornaleros, muméricamente mayo Rarios— foc su dependencia personal con respecto a los terratenientes yr aun de algunas eampasings-acomodydds 7 fsa virtual inexistencia a escala social de un campesinado inde- ae confuncétor en ef seno de a clase cermtenlente, bai un concepto Que Nemo wie favo pero que ahora debemor sofa Ql © gor arrla poea candad als hora del snc Ch tasendates’ A2cuy Ammegting, By Gresorea, G. Probiendicas y omanizaciir de Ot bcolados tomoarenase 1795-1795. IX fornia de Huston Eeoonmnica, AAHEAINES. Bus es seh, 1988 sein ce Tourn, LD la Tore, Ny Raciguea, J. Bendenana ecomsmicowocial ke uti, Pcblon Grit, Menten, 1957 Pha soca feucal ergendr® uns mana de his del tues, deere, pobl inc palnente eat que, sine tenia pena Oe eMucrc ise unl #38 sha ert fotos fla conquistadors corsa sucess eon los changes uc oe cocetuSaiad pra is o2qveyat om tx and Orieral y terminacaséstaa purab Tas woerasrharcas' Vargas, On, Sole a eda de roducckin ocuiante aa vrmnat set Bio de ua al, Age, 83,9. 16%. TY quedars por explora ol po de dependencia que en suesliad de vasalos deta coruna se eaabiccls ere low campesinos 2 ceri esta colonial Coca Ia ie) #2 fants rprenananie deca del poder newopolkane. i a5 también en cecal ie sus propios medios de ‘legal a los medios de sut pero decisiva ragén. cua ‘sobre un presunto carscier capitalista de la prod agropecuaria ‘De este modo, ln relstva fats de fueres de abajo tibse 60 on campesimida predominantemen dependiente, peiflando en 6 40. Doe. wr, 4 3)a0. Et 12.139 tt uy Amephina, & ‘Economia ¥ s.edid eelomil en a Seto yun! bormerense:” fem.) Ecomumia « Historia. Goniniuciones a ta bsaria ecandett cin Ba An 19H. cuore, Horio capil, comercin y caplliace: 2 propésinn del lara ‘capi mescal.” Env amadoulan, €3 y cttoy Abul de Preduccstn en Amérca Catina. j Prsania, Ha As, 197 zamos una sociedad definida centralmente camo colonial, es posible paste jreciar In significaci6n y sobre todo el sentido historico de 1a accién del ‘apital comercial entie fines del siglo xv y comicnzos def xx, al que no ppacos autores le asignan un papel tal que ‘el fincionamiento de la econo nia colonial se caraciesiza bisicamente por estar bajo el dominio del capi tal comercial”? Sin profundizar por ahora en esta definicion, nos gustaria sin embar- g0 puntualizar que tras su apariencia unilineal lo que ella establece puede eotenderse en dos sentidos diametralmente opvesios. En el primer caso. tno s@ estaria sino ante Ia constatacién de que los grandes mercaderes colontales iniermediarios y las circuitos comerciales que operan hacen 2 la esencia del sistema de Ia dominacién metopolitana; y entonces, “la ‘egemonia del sector comercial aparece impuesta por las cosas mismas: ‘es un aspecta necesario del orden colonial. La prosperidad de Buenos ‘Aires y 1a mis modesta de los centrns de comercio y transporte sobre ba ula Peruana, deriva bisicimente de Ia panticipacion (sin duds en situs ‘in subordinada) en los beneficios que ese orden otorgaba 2 los comer- cializadorea —emisarios de la economia metropolitana— sobre los pro- ductores! 29 En este sentido los 11.487.475 pesos de diferencia enire lo exponado y lo importado por el virreinato entre 1792 y 1796, y los 9.324.541 comes- pondientes al periodo 1779-1784, muestran como a un promedio para tetas dos series de casi dos millones de pesos aruales! se iba transftien- do a Europa bueaa parte del botin colonial # en tanto el “comercio” —ast ‘como el sistema de telbutos impuestos— constinufa uno de los mecanis- nos privlegiados mediante los cuales se transportaba a la metsépoli lo esencial del plusproducto arrancado a los productores directos americanos en base a los moxos de produccién vigentes en Hispancamérica En esta primera interpretacién pues, e| papel relevante de los ‘comercializadores” resulta inescindible de su rol de agentes de la econo mia del conquistador y del modo en que este organizo y se beneficid de lh produccién local. De manera qué el origen y papel del sector mercantil 1 Gara, pa €. Comercio slimial expenrin yevkie CEDAL, BE A, 1975 2 Hlpein Donab Talo. Beotvon ygutrn.-p 11. Aacay kien, Eason, Comercio cmarpomarcie dearer om roa de idea Pies, Dssthes de Tajo 3, RUA, 1088 iF Nem puede nel seni del permaens superar de “atin comes” ane tal la ald iacinres ales come lee coos se cnmeciniscién, papel del contr, te. dues por ots pate que ols macatenble ol concepts oe “bana come” en Srevatcs ConalesSl nocra pepo se bar 4 saqueo al ave Babbler ean debe explicarse mediante él anilisis del conjunto dal sistema. colon incluida Espaia y el régimen de peoduccl6n vigente alt, en. to solo se puede responder a la pregunta respecto a qué produceion produ: (determina) a estes comercializadores, ¢ por ende cull es el sentido sico de su actionar en el contexto virreinal- Obviamente nada de lo dicho resulta excluyente con la presencia de una sociedad de tipo feudal ~ feudal esclavista— en tanto este rasgo #5 definido'no en el plano de li circulacién (colonia) sino en ef de [46 relaciones sociales que se cstable cen al desaroliar la producci6n en minds, haciendas, obrajes, estanc: chacras, 1c om Tl segundo modo en que puede entenderse In hipotesis del papel dominante del capital comertial consiste a mi juiclo.en una versiOn. rena vada —y muy perfeccionada en base a las etticas que oportunamerte tecibiers— de las desis del capitalism comercial y de las formacioney sociales de transiiéa al estto de las postuladas por Sweezy:*) Desde ya aque en casas Como el de Garavagiia aquel dominio del capital mercanah debe anicularse con sus afirmaciones mis recientes sobre que en ls cam. ppaaa fitoral ‘comenzaban a peedaminar” las relsciones de produccion fapitalstas a mediades del siglo 010, com Io cual la formulacion pierde todo su “mistesio® en tanto: mado de inducie una comprensin favorable a las tesis captalisas apelanco a a sugestin yal ‘o0-se pero puede ser" fn otras modulaclones de esta segunda interpretacion el fenémeng del postalade control de los mercaderes sobre los proxuctores** suele apunlar a establecer que sc halla en cwso un proceso de desasealla del apitalisme por La va, siempre insegura, del comercianie que #¢ apadert Ge la produiceién. Esta idex puede reforarse a teavés de menciones al “trabajo a domicilio", [a “subsunci6n formal’ del trabajo al capital, ¥ Wm bidn can una crlica desaforada de las tesis feudales; comandose en todas Joe casos relativamente irrelewanies las determinaciones espeécificamente coloniales Inducablemente es en los importantes trabajos de Chiarariante,® {que posiblemente nunea ha dejada de pensar que el terratcniente ripe 2 Fton, Rody Cd), a foie dll ollie captain Grisib, Barina, 1m, En Exescetaria puotaiaae qe grithamenie todos le nore qe wtlinan ona hipate sis ooflnden y mezcan 4 producores direcos con trportmies propicutios ce fn cond clone de Brosueein;e8 dec Que lex “predutores” pueden ser, por eietpta, pobre labrdores muowubsinentes grandes versie Wc. EMigercmetas poco knpora: ing ann ol papel de a elcisnes socines de proves, 35 chiwamonte, Joné €. Formas aie soci y raat Hpancameica. Cos México, 1984 Charamcoae, Jost C Meader dl ioral PCE, BE. At, 191 i icase del lioral "ie acereabs mucho mis a Is naturaleza del burgués que} 1 la del sefor feudal” 25 donde esia inierpretacion alcanz. su mayor sole: jeaci6n; apayids en un excelente cficia historiogrifico, en Ia revision sbsolua, entre otros, del concepto marxista de modo de produccion —det que se excluyea las celaciones sociales en tanto se afirma que no estin englobadas por dicha categoria—, y en una fuerte presencia def eclectcis- mo tinto ene modo de anilisis como en la exposiciéa de tas conclusio~ nes {En concordiineia eon Ia primera interpretacién que hemos indicado, que enfatizaba la importancia de los factores especificamente coloniales en fa determinacién de las relaciones entre los grandes mereaderes inter- mediasios, las propiearios de las condiciones de produccién y los pro- ductores directos en el interior del sistema econdmica establecido por los gonquistadores, es necesario tener presente que “el desarrollo indepen- diente del capital comercial ée halla en raaén inversa'al grado de desarro- lo de la producciéa capitis En suma creemos correcta afirmar que la actin de los grandes ‘comerciantes virreinales se encuadeO en io Fundamental dentro de las ten denciae que sefialars Dobbs par ealificar el papel de los mercaderes en sociedades donde atin no han dado comiemzo —o son apenas incipien- tes los procesos propios de bb acumulacién originaria de capita: “como sus fortunas tenderin a ligarse al mado de produccion exisieate, es mis probable que se sientan inducdas 4 preservar ese modo de produccion y ‘ho a translormarlo. Es probable qué lichen por‘imbricarse’ en una for- ma existente de apropiaciéa del plustrabajo, pero no que intentein cambiar esa forma’. ‘Al igual que Ia anterior, otra temitica de importanela a tener en venta en el anilisis del econdmict-social virreinal es lx de los “salarios” coloniales, Al respecio queriamos solamente puntwalizas que no es peinci- palmente la presencia, forma o lipo dé “salar”, a que informa y descu- bre la raigambre de la sociedad, sino que 03 et conpanto de zelaciones sociales de produccién que predesinan en ella quien determina la carac- terizacién del salatio, y mis exacamente su existencia 0 su inexistencia. 3 cmramome Jost C “La eps Uuerida, 17903806" En Histone Aramtina: De fa congaita ala mponduncia. Pais, Bs. aa 1572p 3A, PGpommunches mem pale efociat us pier setalmients tanto de ls mises ome de ios problemas pie encontamas en in cals reciente obra de CHlamrmonme. Ancuy Gregoina, tovando, etka Silvgafies Se Marcadores del sta. Gevies Cie 3, TIRES, 1992 7 More Kal BE Capit. tip. 308. © Debt Maurice, uneibe obra desara de capstan. p. 32. 9 de Ia organizicién miliciama, 0 de comisiones obtenidas de los goberns tes expafioles para velar por los derechos de propiedad y persecuciéin dg) os “malcnueienidos’. fue esuechamenie controlado por los terratenicnteg principales en cada paricio —definido camo la rbita local de su influen, | a y predicamento doméstioa—, que procuraron modular la normatividag elonial con las diversas finalidades de su mis inmediate interés. De manera que, asi como legaliziba aquellos aendamientos forzosos. tam. bign redablaba “el celo sobre la,gente vaga, muy seguro que el nimerg de hombres que este viglancia converts en aplcados, 2 lo menos por algin tiempo, llevaria peones al trabajo" Sobre la base de fa inexistencia de mano de obra libre, y¢ muy vinew. torio se encuentra bien ejemplilicado por ef virey Sobremonte, cuando, —tecordando ardenanais entesoves “para que ne se entlenda que el tsns- 21150 del tiempo pudo hacerlas ineubsiicentes"— proclamata: "Convinien- do al buen orden desterar la holgazaneria en que viven muchos que debian estar ocupados en oficio 9 labranza 0 de peones de campo, orden que todos les que deben vivir asalariados por falta de oficio o bienes pio pios, se conchaben en el término de un mes y tomen papel de ama ce ip que ba su firma acredite estar a su servicio, renovandolo cada tmsees, eT que THERE aprendida sin dicho papel de conchabo se destin 3 dos meses de obray poblicas y si reincidiere s¢ duplicatin y reagravaran™.# En sums, se tata Ge una relacion de produccién donde, en lo fun- camental, ia renta en abajo es arrancaca a los productores. directos — peones— encubierta bajo ia apariencia de una “libre” relacién salarial, Yoda vez que ya sea por la obigaeion impuesta por ia fuerza de ta repre: ‘sion inmedints, 6 por la mis medhata @ inaprendibie de la coxumbre apo- yada en algin tipo de procedimiemto juridico —o dlirectamente er: la fuer- za de Ia ley es la coercion de tipo extacconSmizo la que desempesa, fen cima instanca, ot papel deciivo en el estiblecimiento a2 dicho ¥i- eulo social- producti 1G Pecesiclad que lleva a Jos propietaios de tas: caniticiones. de pro- ductiOn a desplegar estos variados repertorins computsivos, ee asienta fie memente én el hecho de que en la mayoria de los casos —en lng condi-, anes concieaas de: ja vimeiaa} rioplatense—el campesing Luspende del conchaho para la seproduccién de su existenci, ve ¢ todas mancras qued resuels, mils 0 menos “lgalmente!, 2 pari del emarar e kx sireyen. 125. 4 janice 12 hacras v.esuncias, el senuido del concepto de peonsje obliges cantral de Jos: medias de. producciéa elementales, en el. marco. de la pequefa produccion, ~ ‘Yau en los casos mis exsemos que involucran las condiciones de vida de los campesinosjornaleros, es decir los mis demunides que uen- dee 4 conchabarse come parte de su estrutegia de supervivencia, también, la pequeta produccion de medios de: subsistencia es el término perma- nnepie de su insersién social, en tanto deben recurnr forzosamente a ella para garantizar su alimenta y abrigo, en wird de las caracteristicas de bajo desarrollo de las fuerzas productivas, incluida una demanda de peo- es solo temporaria y fluctuante, Obviameme que al hacerlo velve 2 ver. s¢-envuelto-en los arrendtamientos obligatorios, @ en ta “vagancia® y ‘mala | vecindad’, ete es decir en el einculo viciogo de Ia gran masi del cxmpesi= ido, pobre ¥ dependieate de tos *sefiares del suelo". ‘No participando del conchabo, ni del arrendamienty —ya sea por resists, por no haber necesicad estacional dé jomalercs, o por una extre- ima pobreza no poder sailacer las requisitog exigidos por los thulares del “sefiotio de los tetengs— numerosas dé campesines buscaron agieganse.o arimarse en los ninchos y aséntamlentos en que cits como ellos teprocucian precariamente ‘su existencia realizanca pequeras siem- fo disponiends de algunos animabes, Si embargo la absoluta inseau- de eslos nitleos sodopriductivos, tipicos de una economia de sub- sistent en cbediciones de reirginalllad legal, conmibuyS a que una parte wpesinado “naturalmente™ destinaca a permanccet alli procurara ev tar bn sei00 oe na situacita que Ios. colocaba como mis.que. potencia blip de Li sepeesiéa buscando la proteceion de mis poderoscs —o por lo «oS mas “legales"— propietanios de lag condiciones de produccion, ‘Efectivamente, un agregado-en un niieleo de-campesines jomaleros, pobrés © aun ‘con. ‘apaniencias de ladon’, y fnal- s* ParadSjicumente, porque La figura del agregado fue sear ee eee ese arrintado en Ios campos de los detentadores del poder rural y de sus favo- recidos y clientelas, podits considerarse a salvo de persecuciones mientras se adseribiera al fuero de su “senor”. agregidos en unidades de: produccion coniroladss. por terrate- nienies y eventuaimente por campesinos acomadados debian rendir una ‘enta —habinalmenie en trabajo— a dichos propictarios, como contrs- ‘Bresiacion al derecho a disponer de techo, alimento ¥ algiin otro. const mo esenct}, y también para no ? ‘Sabre la base de estas evidencias coincidimos oan la opinion Fumerosos Nistoriadores que han sefialado con clarktad que el sls(e feudal signifies ta rigurosa swectan ecanémica de fa. gran masa del puebla ” yhumilde a unos pocos poderases, siendo valorida Ix rnisma tierra porque. ‘eapacitaba al seror para proveerse de tnembres.13 No ue posible en lay eampanas rloplavenses ta ocupacion de vem, ‘sin seftor, No existid terra libre pues toca ecupacion por el pobrerio — un, ef algunos casos, aquells consentca por 1os propietarios— se const. sderé legal y conteana a derecho. Cuando el potencial colono se instal fu en li tiewa realenga, mas tarde © mis tempruno aparecia el paderoso que bs denunciaba, subordinindolo 0 desalosindote: “no se puedle cance: ‘wir sea otra la causa de no haber terrenos bastantes para los vecinos — seftala el cabildo de Montevideo sino que un coriisimo nimero dé hacendiclce Seapantliae gels Ceara er GusGicejes was ereno at ledos Ins demas juntos; y no contentos con la mullitud de leguas que poseen, donde pudieran acomodarse 600 6 760 vecinos, han extandido fuera de ella solicitudes de campos realengos por medio de denuncias 0 campras de sueme que los demis 0 han de ser sus feudatarios © unos hol. ‘azanes, todo en perjuicia de la industria j la poblaciea’ >> Uno de los arguments *modemos" con él que cn ocasiones se pre: jende justificar las modalidades predominantemerte latifundisis de apro- pacién del suelo rioplatense, y no s6lo en el periodo vinreinal sino hasta bien entrado el sigio xx, consiste en explicar la “racionalidad econémi- af —en realidad Ia conveniencis— de que las cosas hayan ocumrido como ocurtieron, fundando asf una varlante economicista, apologists del papel rector de las condiciones del mercado, de Ia historia oficial. 5° En esta direccin proponemos pensar criticamente aquella afirma- én de Flalperin sobre la supuesta falta de tabas pars Ia colonizacién,’ insistienda en que tal sitaciGn s6lo existe en la imaginacl6n del histo- riador, toda ver que se halla suficientemente probada la existencia de sunt mayorfa social a La cual le estivo vedada toda posibilidad de acceso al derecho de propiedad, frreamente monopotizado por un sector de la ite vicinal. Cémo se puede hablar de terra “libre” cuando las fuentes documentales insisten en enfutizar Ia presencia de numerasos campesinos “que por falta de-tiera en que poblarse viven en la indigencia#® El punto a considerar, que invalids cualquier intento por disimular el sia grado de conficio social existente entre terratenientes y campesinos, se define a panir de tener claro que, como sefalé De ta Rosa, *no faltan por aquellas inmediaciones gentes pobres y honradas que correrfun con vos brizas abierias a cualquier partido ventajoso que se les hiciese’.® as tesiimonias en este sentido son abrumadores: “acaso dirin algu- fnas que las mencionados pobladores podifan presentarse pidenda tierras y que 3e le daria, pero no se hablaria ast si se supiese que son pobres yque no pueden castear tas dligencias, ni aun agitarlas” Contra lo que pretendian y recomendaban sus beneficiarios, i gran propiedad no-era de ningin modo la tinica dimension posible, ni deses- bie, né “racional” de acuerdo a las necesidades (gde quienes?) de escala productiva de la época, para tas unidades de produecion coloniales. No la Mi Mla gine de li racionlidad se confunde por lo tao con la gies de ts procice on eercanul captalica los primeros hornet racinales los principles perwnaizy | 2s sociedad burguss ef comercatec, binquere 7 ame todo al emeresati. Urgamor {| buees ura apotogh det apratiamo qu ative om pose de a de on turer el iba Baca ox bs |e Goceter, Marke Maciad e rarcionalilad be esaramia. Sign 18, Merics, 52 acs BTS. ane 52 For emo: Bloch, Mare. fa sete Jia as charet 9 l goblems defor Ueha, México, 1979, p.190. - “3 femte, Care. space cofomat a adhwin acide asia em Monti Bue amon Montevideo, 1944, @ 163 3 AGN I BE. 2 pur sie Core Conde, Robes Hl progr drgebinn:Sudamciana,SH AS, oo 1 Veron spp te thes de concepohalperneano de ae wei" place 5 sencnari ie Agicibura uaatay Comers Borla del We mea de 180 3 AGH IR L75, AD. Doc #1, © aa, Pex. omen p. 17. 126 127 een ly pristica —aunque fuer, sf, fa dominante—, y no lenta por seslo en las politicas de énajenacin de la Werra realenga. 8 i La exisencia de inieatos por entree" eras sranitamente los que desearan colonizarias, a pesar dé su muy fesiringida aplicacién. peamite fy emergencia de los oprimides, al reconocerse la presencia de “los que por 's indigenca irian veluntaries a pablar, (pera) no pueden hacerlo por fale 1 de [os fondos necesstios para subvenir 3 los gastos preliminures que rnecesitun hacer para establecerse: resulta pues que el sistema de vender las tiermas ¢= destructor de la poblacién, opuesto a la felicidad piblica y perjudicial al erario’. En este sentido vale alertar que si, como se planiea actualmene con fuerza en algunos medios académicos, se acepta que ta labor del historia. dor debe mantenerse atenta 2 no “confundir un cierto ideal con lo posi- bile, atmbuyendo las desviaciones de la realidad recpeco del ideal a la ineapacidad, ittacionalidad, © mala voluntad de los actores —y siguiendo tuna tradicién argentina, al Estado peincipalmente entre elloc— y no a las condiciones concretis lel proceso” queduséa automivcumente cancels. da la viabilidid de toda empresa historiogrifica comprometida can Ia penpectiva de las clases sociales, organizaciones y derigentes, que en dis- Ginics momentos —de fa colonia 2 [2 actualidade procuraron la consecu- ion de reformas profuindas y/o revoluetonaras, enendidas como Hi par secusion de “un cierto ideal Nos fesistimas terminantemente, come historiadlores modemos que 10 desechan los apones teGricos y metodokigicas mis diversas que va reel 61 Commo se ha wo an ts eagles amterone, 4 Fines il che NVUE laters le ba jes los puricuises eject deecbes de propievad o balan efor ou sieminea acacr lerrseniersat Ue tetas aiscaios om lak Meas Ge ani s pobbesst, en 1 ea scedes ralea, Al eopesto debe [roped fue fecuenmnerie obvereaca Ja mera sipesti > devconfinaa -e evanto 2 ma rol aociecondme con qu= 1 irae fe cmpenos inmaiacn come arendatarica © Tapa eal, 9 dood cpr ma ala de saetinencia to ts tipo de fomerta ni exirao, Sr poweae sobre oe compos. p. 525. {4 iguex Edunido |. ar expanain agraria dla papa sta 480-124) Fond cea cignae de us alas Baueseok ANwktib IEE, Tan, |S fropio de un pasioda de avance teatia de la poriaines cnuereacceas'y feacrinae fa a esetla munca, ate smpsrae. eaveo en ‘betas —procuanas biende la disciplina, a escribir ia Iistoria de los que ganan, de la ranba de Jos que ganan, en nombxe de “las condiciones concretas del proceso”. Presentc 7 pasado, historia y politica, se muestran aqui en todas sus smbltiples vinculaciones y deteeminaciones: ya desde la época colonial exist un gran hambre de tierras en el paisanaje,© sobre todo en Ia regain frontetiza al norte del rio Salado, en Buenos Aires, y al sur del rio Negro y ¥i, en la Banda Oriental, tornaindose por ello viables las polii- f45 que apuniaron a la democratizacian del régimen de Ia propiedad tersi- tonal, ¥ con él, mbién de las relacianes entre los hombres ‘no s@ Arita de nagar la “coherencia econdmica" del proceso hist6- ‘ie que estudiamas, sing, mis entiquecedoramente, de indicar que frente af coberenca de oq que triunfaroa —imponienda sus criterios y su racionalidad sobre ef devenir sociceconémico— existiexon otras coheren- clas €eandmicas (winculadas a las clases oprimidas) que no deben ser exctuidas de la historia, ni consideradas menos viables, por haber sido, en quel teipo, lugar y ciscunstancias, derrotadas por quienes legraron comcentrar mayor poder de fuego 2 la hora de las definiciones. Tomese por caso la historia del aniguismo, tan inimamente vinguls «ts 4 la critica que ya en el perfodo colonial se habia desplegado respecto 4 latifundio oriental: Artigas fue derrotado porque tendi6 “a vonfundir un Seito ideal con lo posible’? Sin perjuicio de que se tratara de un fenmeno relativamente exten- dido a toda la regién en el dltimo cuarta del siglo xvul —determinado ‘enue otros Factores por una mist legalidad y parecidos esttmulos econs- micos—; fue en particular la situacién de la Banda Oriental la que inspico lis mayores crticas de ins impuanadores del ségimen de enajenacitn de {a tena sealenga, ya que alli “se invilé al vecindario de Buenos Aires para qué formasen sus particulares cstablecimicntos en aquella banda, pevo.sin dispensaries de la ley que dispanta se vendicsen a individuos espafioles tas tras de th América. A todos los que designaban un terre- ‘no. 9 les permitia que fvesen a tomar su pasesiéa dentro de los térmi- 'n03 que querian. por lo general inmensos... en todos los referidos estable- cimienias se ha notada e! desurreglo de no haberse evitado la inmensidad Ge las posesiones’.75 Fl mismo Lasarria resumiia la nanuraleza de los grandes terratenien- texal plantear que “hay incendados que poseen més de cincuents Jeguas ¥ que cuentan mis de doscientos depenclientes’.% [Las pastulaciones reformistas de algunos pocos funcionarios colonia e377 que muy esporidicmente pudieron planificar y llevar a 1a prictica algunos reparios de exersiones moderadas de tierras entre aurénticos colo- ‘nos —en particular con la finalidad de ascgurar fromieras— fueron genesal- mente desofdas por cl obiermo espatiol, que se mantuvo firme en la apli= cacién de la Instruction de 1754, mis alld de la presunta preccupacién que algunos casks pareci6 manifestat ante aquellas juicios eriticos 7 Nota del (enlethe poberiador Quer al lntersemic Paula Sanz. fechada el 25:12 aL Env Mander Emad JA. Miorta aconcmica ae Comenier am al periods reins! Ase eda Naconal dela Hiaoca. Bs Aa, 1381, 2189. "1 Dado el desntafe ea lon tempos de a expansion verily garaders en una y ora nds del Pata, pure dackwe que le oeupacitn de ls ralengos crermales caine peehgu- ‘acta desnesuaa Ge que inksndo on Bs. AN alrededor ee 1790 26 content Parco cien aos, durante lo cuales fieron arebaiace «lon indiza millones de heiress fe ug nt caleba e Pca pessoa donee terateniense conseuyece geenealier, goes orton ‘Dee, pe 75 ott tp BS 77 aD. Doe #2, 10, 12 13714 BI Come sjemplo de lo afiemado, y namuralmente enirelarado con by peoblemitica det "areglo de los cimpos',* revisaremos ahora otro expe, Giente™ de sustancial Importancta para el esclarecimiento de las posicio= nea en tomo a Ja enajenacion de los terrenos realengos. Se trata del cris prado en la res] orden del 29 de mayo de 1784, “de resultas del proyecto remiida a $.M, por Don Juan de Sagasth* 7? ‘A la luz de estos debates, sostenidos en fas ciécadas de 1780-90, se podri establecer sin ningiin margen de duda el origen colonial dé los {erratenientes noplatenses, ast como desmentir opiniones que podsian ‘consideriné uni humorada si no fuera por las consecuencias ideolOgicas ‘que apareja afiemar tamafas inexactiwdes: “el estado colonial fue muy celoso y reticente frente a Ios intentos de aeaparas la vieera realenga." %® Hl informe que Sagastl dirigiera al rey en 1782, tena como objeto. icist severamente |i modslidad predominante de enajenaciém de la tierra realeng:. Su especies raz6n de ser consistis en sonalar, precisa: mente, que la Insteucciéa de 1754 —y su aplicacién peletica, concreta— no era ni celosa, ni reticente, respecto a la tansferenct de los realengs a dominic particalar, y que por é%0 mista conizibuia eficatmente af acapa- ranwerto de la tesa: ‘a los ojos viene que de venderse # ua individuo wn terreno de veinticinco leguas, cincuenta, a cien, lejos de culivario, poblar- sc y hacer comercio, queda inculto, despoblado y sin comerew, y que de vendere ol mismo terreno a veinie, treinia o cuarenta vecines quedard poblida, cuhivado y con comercio, Que de venderse el mismo terreno tn paderoso, infinitos pobres labradores andan vagando errantes. paviendo ocuparse honestamenite: en los mismos terrenos’.* (© sea cue vemos nuevamente retratada la esencia de ta politica inetropolitana respects al manejo de su oferta de terras realengas: todas fequas que pudieran o descaran comprar —a veces simplemente log “poderosoe", cran puestas de modo franca #4 dispos sesamiae ome punt ea el cape I (ie lus porciopes de bs Giparia de fos paricipantes en ef expedients sacenacin ¥ relat) Juan Jeet Sapaei, Reprenerucsin sabre Ie comer fey suns om pauses orange els eras realenga baldls pando ot fs vena en wound extenacone eb peril al Real Erarla. Checerve le Hone Regions Tost Tosubany, Manam Ungago [Sry oka tera ol lereo li vere! ap aay IN 3039, 50 radi, i 2 Rater aptaria diode ta Plata. 2 [Ene o> de opiniones missin la comseniensia de que en forma previa i ln necear jperacion de la hixerograa radian’ wa etucie conenlereciente & fn de rom ‘pesaislon panes pasvos Th AG BN 2856238 ion, Y como contrapartida de esto, ia insuperable imposibil sapere ch ast oe ernie Gone 6 aceeder & remates y composiciones, tanto como para prolongay en ol Yempo el dominio Otil que obtenfan de hecho al asenterse precariamenie Ses yee ane sable para Ia reproduccién de su vida: “apenas hay un labrador que tal se pa gidbe depuis ru emttiopeldahentiaed © por favor que les haga el propietario de iss tierras, echan en ellas un poe Ge semila sn mds culdado que consis pars au eustoda una choza = aja que est dudando si el vienta o el duefio de las tierras les e+ més presto de elas”. ‘a at Gas coh uae a oer rae “Goo se Sf, aro BR te fone bsciernty om rerty rard Bai sty eu ape cae cana sb uel eae ee Scat ee ete eee ee ae progresiva dependencia del campesinada sespecto al pader crecientc de re En una segunda nota al rey de mayo de 1783, acompaftando us cin Semone cnn Sake pce ace n ae : Parr Sa ee eee serio Sabemmos pues cual fue la politica colonial respecto a los terrenos realengos. Los papeles de Sagasti, pasados a consulta de funcionarics e eee ts ann cae ae eee algunas opiniones esclarecedoras sobre la mentalidad, intereses Y puntos: = pa tes grinds propicarias y anfundimas, y de quienes por una u otra maz6n conciliaron con cllos, dado que Sagasti habia propuesto no solo abe meodalidad de entrega de los terrenos. ene tambiéa “ha necesi rescindic y dar por unas las ventas se an eee ae Muy imponante fue el dictamen del comandante de resguaros, Francisco Ortega, dado que sesia hecho suyo por ef superintendente Pau- pobag leap oprererapelmeirpplooregaese =: ments rare es ee necesarias unas Causas mis graves para desalojar a sus duefias de fa pose. BE AD Dow, a2 5) Saruamaris, Daniel (preseason y nce) juan José Sagas. 1 AGN IN 44, 133, ss6n en que estén", ¥ agregaba mis adelante, “Es inconcuso que los ‘pos no se deben conceder con nos Himites exorbitantes, pero no es misma que todos hayan de ser iguales, ni que pueda haber para esto und regla o medida fija, pues sunque en los gobiemos republicanos convenga Jn igualdad de fondos entre los vasallos, en lo# monirquicot sabe mediano politico no es itil el mismo sistema," 8 Por Ultimo Orega arremete sobre Ia alusiOny que Sagast realiza a log perjuicios que sufre Ia mayor parte del campesinado, exstampando und opinida cara a los reaccionarios de todas las épocas; “hasta ahora nadie hha dejado de sembrar en estos paises par falta de tiers, sino es por fal de ganas." ¥ concluye que los “Iabradores son unos entes que par aci s6lo existen en la imaginacién de Sagaeti.” ‘ Otto testinonio de interés una apologia de Ik gran propiedad sus detentadores— es el del sindico del cabilde de Montevideo, Francisco de Zufriategui, fechado en 1752. Veamos algunos de sus concepts) “Los paderosos y rioas homes de lu tierra son el cmamento de la corona, Estos debemos creer que sus caudales los conservan y aumantan como un esempefio de ta Majestad y del estado, como un socotro de la tnbulnei6n del publica, y como ura memoria perpetua de ta felicidad y fortuna que heredaron 0 adquitieron. fn ellos tienen los pobres sus aunulios, iénaloe Dios de piedad para su socorro, y abren literaimente fas manos con ellos, Los que tienen haciendas a2comodan capataces y peones; los que con hibradores, tienen sus cosecheros y arendatarios, que por una corta con: tribucién son duefios eel terreno que ocupan con sts lahores.." & Luego de sefialir que no tene senso dar peeferencta a los pobires fn lis ventas de los realengos pues en el caso que estos pudieran come prar un terreno seria tan pequeio que no les beindarla néaguns utilidad, continda aflemando, "No es nuevo que lus sins sean huerius ue inieeias tierras, como sucede en Europa con la granceza y algunas Farias reigion sis que Uenen tierra para corto, part labradio, para artenclar, trabajando Jos pobres com el reconocimiento y contribucién anual, Pues, ;por qué To que es alll concedido ha de ser aquf negada?” ¥ continga més adelante: “El Inbrador, ef anesano, el eriador, no pecesitan eras propias, 1o que Tes es necesario que tengan es amor al trabajo, que sufvan las incomodidades de la vida can la esperanza de recoger lo que siembran’; y por iltimo, en relaciéa can los desalojas — que Sapasti derwncia— de los antiguos pobladores de los realengos par © apts ath, 1 gw tc an-s 57 aan. D363 parte de los denunciantes de tleras, atrma Zufsiategui, invimiendo ol sen- tide del problema, que “el vecino que se introduce en unas tierras que ‘ibe qué Son ajenas fhvito Dilo, que hace sus ranchos, que no wabaja y ‘iene agregades; que si uatiaja no quiere neconcces el directo duefio per ‘medio del arrendamiento.—feudo general en todos los campos—, que ef pefiucicial al proplo duerio o a obs vecinos, © a otros vecinos extablesi- dos coa su consentimicnio, jno setd justa su expulsion? de acer’ queja del lanzamiento? ;podrd.tenerse par impiedae?'®5 En sua, “cl procurador no encuentra mérto para que se anulen las ventas hechas en terreno de grande extension.” Contra ka que resultaba habitual, el cabiido montevideano no suscri: bid el parecer de su stndico, por encontrario “muy distamte del sentir de le ayuntamiento, quizi acaso porque se valié de algGn sujeto a quien la vigilancia de los poderosos pudo tener prevenido”** ‘la perspectiva de los capinuiares de 1792 —emergentes dé un sector de lk propia elite montevideana Opuesto-al de “les poderasos"— los lleva a lien, indudablemente como parte de su juego politico, que “si se hubie- 58 aplieddo el oido a fos estrechos hogares ce tanto infeliz labrador y cria- dor de ganados que hacen no pequeiio nkimero entre los qué le austorizan -l-emples, 2¢ satisfarla de que Ia causa principal de s\ actualy tersida futu- a deeadencia no ¢3 oira que {a falta de terrencs pars extenderse." __ Dictamen sia desperdicio, reafimma las tesis de Sagasti, ‘en cuyo apo- 79 pudiera citar algunos cjemplires sobre la usada prictica de pretender ‘os duets de inmenss ticrras prohibir los cones para lefa, earban, made. 3 ete, sin que dls de la verdad in idea de tenes feudatanos, ni vender a subido precio los terrencs qué han adquiride por poco caste", Finalmente, frente a a escandslosa apropiacién Intfuncista de lox realengos, los capi. {ulus proponen "coartar los excesives terrenos que algunos poseen y te nen despoblades, haciendo de ellos reparto en. moderadas cantidades 2 estas desvalides, bajo las obligaciones de pagarlos a los precios que acne- los fos remacaron a senso al quitar como propone Sagasti" 22 ‘Como puede observarse, cn la contradiccién de intereses entre los mds importantes latfundistas + la perspectiva que deliende en este casa el eabildo —vineulado a medianos y grandes terratenientes que s2 ven parcialmente desplarados de posiciones que en muchos casos habian alcanzado a partir de los repartos de tierras del periodo fundacional ide Momevideo—, incuban pérmenes de Ia Futura politica agrana ariguie AD Doe, 5. AGW 1X S85, 9 AD. Dos. 1271 Hipétesis que se sustenta también en el hecho de hallarse entre los capitulares ei padre del revolucionario oriental, Martin Jose Amtigas; y ‘Marcos Monterroso, su mas estrecho colaborader. ‘Continuando con los testimonios de Tas eamtiooes consis das proptsito de lo propuesto por Sagasti, ins del sinslieo y cal ‘nos Aites resultarian peasy ‘con lo manifestado por el procurador ‘montevideano —al que citan ‘en sus dictimenes— pese a que en la capital virreinal la apropiaci6n latiuedisia, si bien signilicativa, no aicanzaba la envergadura de su similar de! onente; aunque hacia 1792, ‘ovando fes toca participar en el debate, ya se habla iniciado el proceso de ‘denuncia de los terreno realengos frentericos, hecho que probablemente ‘no haya sido ajeno a su juicios. a eeu ‘Diego Agiera, cuya mente sin duda reflexiona desde la experiencia bonaerense, encuentra al proyecto de Sagasti "envuelto en ppuras especulaciones’, atscando en particular aquellos puntos que pare- ‘cen propender a favorecer a los campesines de menares recursos, "Por que si fa peeferencia de tos labradores se solicitab en bas Werras destina- as para chicaras como propias para la labranza, estas estaban reparidas y enajenadas... y si la preferencia se solicitaba de los terenas de estancias: inmediatos a los pueblos lormados o distantes de ellos, fuera de estar también repartdos por merced 0 vendidos habia probibicion del gobierno para que en cllos se hicieran labranzas par el peruicio que eausaban a at Gras de ganados, de conformidad que las tertas realengas que quedaban sujetas 4 denuncia eran las feonterizas al indio infel w ocras muy remotas fn las que a ningin labrador le hacia cuenta Mjarse parque los costos de 1 conduecion de frutes a Jos pueblos consumidores importrian mas que fl valor de ellos.” #2 En siniesis, de una u or forma, 90 hay sitio para los “labradores! Le que se olvida de seftalar el sindico en sealidad miente— e3 que en los realengos feomterizas se encontraban asentados centenares de campe- sinos que desarrollarfan una larga y dificil Incha, infructuosa en la mayoria de los casos, por acceder al prometido dominio directo de Jos mismos por su condicién de pobladores, milicianos o blandengues También falsea ef heeho de que ya en 2783 se habian secogido en parte del cord6n fromterizo por lo menos 7102 fanegas de wigo™ y otras canti- 9% astuy Amighine Card Arig on a Busan ogentins Cerepicr, 88 a, 86 9 AD Die 7 2% Baud. G. 7 Cineton, O. AF intone por ls posmiomy propia ler \Chagsornit 1729-1822-08 Jorden de Misra Econdinica. AAHE-HES, UBA, 1986 AGTEK 12. 136 sdades de matz,# lo cual no es necesariamente contradictocio con los cos: os —reales— de “conduccién, ya que Ia inmenss mayotia de etiog carn pesinos trabaja pars subsistir y no para “ganar” o acumular. De manera que el eabildo de Buenos Aires, haciendo muyas las postac 148 de Agiiero, eoneluil su intervencida en el expeciente con las eiguicntes esclitecedoras —esperemas— conclusiones: “En la Europa SM. a exda ins. laste vende dehesas de extensivn crecica sin que lo embarace la necesicadl de ‘epartir a los pobres labradores y vecinos, ni haga impresién al que los compradores entrea en ellas con la esperanza de tener feudstarios, o se concepitien sefiores de vasallos.. el abitio de Sagasti para socortet a los pobres con la revisién de las ventas de terrenos de grande extensiSn con conocido y grave peruicio de os duets respectivas, es ¢scandaloso, no menos que efecto de ilusion todo su sistema y proyecto que por lo tanto dle relegorea y dexprectaree perpeniammentet=> Hasta ahofa tas razones de la élite bonacrense para sostener estos puntos de vista debiamos busearias, lo que sigue siendo parcialmente conecto, en ef hecho de que muchos de sus miembros eran propietarios e campos en Ja Bands Onenlal —epicentro dé la critica de Sagas y de {a inicial expansion ganadera roplatense—, como queda en parte eviden- Gido al evatuar las listas de latfundistas expropiades por el reglamento de setiembre de 181537 Sin embargo: hoy debemas agregar usa nueva y buena razén: su interés directa @ indirecio en favorecer Ia expansign del derecho de: pro- Piedad sobre lee realengos fronterizos que serian predominantemente dostinados a la ganideria, sobre ta base de que, como sefiala el cabiido en 1792, “el producto que proporcionan las estancias, y que es el nervio el comercio active dé la provincia con otras consiste en cl cucro" Efecivamente, én otras condiciones pera con parecidas comsecuien= joa, los terrenos realenigos bonaerenses también sc transformaban accle- radamente en abjeta de la codicia terrateniente. Por es0 sc podia afirmar en 1797 —en manifiesta discrepancia con los historiadores que, como PS ace ya oul de trench aos fe seas y cuamicads Mt crecienia poblarin ye emeria de las laboes agricola y ganas, las do fuentes producomas de bk riquera vonserarae, en la deat fieeritae gusme vse por lk Tinea de foanes y lone eforeda nie 1779 ¥ 1781 Marfany, Sabena Artie com los indi em zy flac le pee ‘Mor, Minna cela NaeiGn Aigentina ASCH, As, 1961, €1¥,p.274 38 AD. Doe. a8. © Sin de Toren, Lacs Racrgve, flo ¥ De Tome, Neon, Lt meen agrara sriguéia. Pueblos Unktos, Nomericeo, 1969. FAG. wT SS: “hemos visto, postulan que el estado colonial cnirenté el sezparamiento de era ey fr pe de tevneniatr pricuares—> ue ‘sia coe ‘que muchos apetecen continide, se van repariendo los terrenios. nea~ Tenor de esta fone en breve tempo los dominurt todos un cor, ‘ndmeto de sujétos, dejando én ln mayor miseria, y por consiguiente sin arbitrio para sw subsistencia a-una porcion de pobladoces que en ellos maniionen sus cortas haciendas y labranzas... sin poubilidad de excepcién de muy raro individuo para poder comprar mecia Iegua de tereno, para cuya razén vendides a otros poderosos précisamente fun de mudar de uacén, pues en la frontera carecen de cualquier oto arbitrio para man- tenerse-honradamente’.22 sta opinién del comandaate de ta frontera bonserense, 18 como las del resto de tos erfticas del avance de la'gran propiedad y el Fatitundio en amtas crillas del Plata, no s6lo nese inapandiia sine que fo Hevaria rece de las peligrosis consecuencias de denunciar el estado de cosas feinanje: “Yo quedo consentido en que Izquierdo, Obligade, Almeyra y emis imeresacios en dominar los terrenos de esti campatia, Wego que Jogren conocimiento de este informe se han de armar contra mi dé la ‘aayor indignacion,"!2 Al igual que De 12 Quintana’ en Buenos Aires, Sagasti, que seria sredlucido a una indigente v esirecha sitsci6n” por los *poderosos", vis- teva en su esis al rey fe rkaoe que conte: “se tambien que adlquiero poderosas enemigos pasticulares” : i tambien como ellos, Azara veflexionaria sobre el fraca- so de las inicistivas roformistas que habia peopiciado, conduyenda que © Saeig low autores ge fntasean con ura pollica eatatal celoney reese fren # fic niemes 3+ acaaar la sera rade” que, por simple en 4 Bane Oneal a mecior dos ot sigh) S10, fomectando al gablerho I poblacin (Sie) hacin mercedes de Hera # se emericta, 1 sonaiderbles que fay pobladoe duet de ochersscfen leguas de 1 ih Des Dara mas calat: ACF! Monmerideo. Coil 38 Leg. 130167 Exe. 18. GAY, Marte Fondo cx “Arhiva General adminktaib" Ube 4, C4647, (57, (61, ec: y erin phi (il de ete la. Oa AHP, 7-21 1 Hf comanane De a Quintana revuta wa buen exponense’ de Tap leiaciones ot ivothas de faa poturas crew: evnertewanns eu arcipear

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