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Ciudadanía Pluralista y Democracia Radical en Chantal Mouffe
Ciudadanía Pluralista y Democracia Radical en Chantal Mouffe
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Para mi exposición elegí lo que me parecía que eran las nociones más
importantes en su teoría y que se refieren a su propuesta de nuevo modelo de
democracia, estos son la definición de la comunidad política y el tipo de ciudadanía
que corresponde a esa comunidad. Ambas nociones están estrechamente
vinculadas, a tal punto que son dos modos de abordar el proyecto de una nueva
izquierda.
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práctica articulatoria la llaman discurso. La unidad del discurso es entendida como
sistema diferencial o, -tomando el concepto de Foucault de formación discursiva-
una regularidad en la dispersión. Por tanto, la constitución del sentido discursivo
pasa por la articulación de posiciones diferenciales de modo que no hay unidad que
pueda hallarse en un a priori trascendental, sujeto fundante o experiencia originaria
del sentido sino en el mismo discurso.
Para terminar de definir el contexto teórico del uso del término hegemonía
y su uso en la radicalización de la democracia nos queda explicar dos conceptos, el
de antagonismo y el de equivalencia. Habíamos dicho que no es posible una
fijación última de sentido apoyada en un concepto de sociedad como un sistema
cerrado y objetivo, sino que lo social es una superficie discursiva en donde el
sentido es fijado temporalmente a través de puntos nodales. La forma discursiva
que muestra la imposibilidad de una objetividad permanente es el antagonismo.
La relación antagónica no es una relación objetiva entre dos elementos cuyas
identidades son plenas sino que es la imposibilidad de constitución de las mismas.
Si lo social es el intento de instituir un sistema objetivo y cerrado, el antagonismo
es el límite de lo social dado que constantemente subvierte el sentido que pretende
clausurar el espacio.
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medida que son usadas para expresar algo que subyace a todos. Pero si todos los
rasgos positivos se anulan, lo que la equivalencia expresa es una identidad
negativa: algo que el objeto no es.
Creo que con lo antes expuesto contamos con la base teórica necesaria
para comprender el pensamiento de nuestra autora aplicado a problemas concretos
que se define como el proyecto para la nueva izquierda. El contexto en el que se
ubica la reflexión sobre la comunidad política y los sujetos políticos es el del
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“triunfo” del modelo de democracia liberal, como única forma legítima de gobierno,
después del fracaso de la Unión Soviética y a la vez, el incremento gradual de los
descontentos frente a dicho modelo que se expresa en la multiplicación de
conflictos étnicos, religiosos, identitarios. Frente a esto es necesario replantear la
naturaleza de la democracia moderna y la naturaleza de lo político. Comencemos
por lo que Mouffe entiende como democracia liberal moderna.
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La propuesta de la democracia radical es más bien desactivar el
antagonismo potencial creando instituciones que lo transformen en agonismo
político. Esto se vincula con lo que entiende por político, y ligado a la dimensión de
antagonismo y de hostilidad y diferente de la política que apunta al establecimiento
de un orden, es por eso que reconoce la doble raíz de político/a: polis pero también
pólemos. Es aquí donde, provocativamente, echa mano a conceptos de Carl Schmitt
para definir a lo político, a la lógica de la democracia, a la lógica del liberalismo,
alejándose de este autor en el momento en el que supone que democracia y
liberalismo son radicalmente incompatibles.
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democracia liberal consiste en que la soberanía del pueblo está limitada por el
marco de los derechos humanos que no son negociables, sin embargo, el modo en
que se definen e interpretan esos derechos innegociables dependen de una
hegemonía prevaleciente que puede ser puesta en cuestión de acuerdo a otra
interpretación. En esta línea la configuración izquierda/derecha desempeña un
papel crucial.
Rawls sostiene una prioridad del derecho sobre el bien, ya que los
principios de justicia no derivan de ninguna concepción religiosa, moral o filosófica.
Lo que la autora recupera de la crítica comunitarista es el rechazo de toda idea de
bien común que hace Rawls. Para esta autora hay una imposibilidad en aceptar que
la prioridad del derecho es una consecuencia del ordenamiento simbólico de las
relaciones sociales características del régimen democrático liberal, por tanto, dicha
prioridad deriva de una idea de bien constituida por los principios que definen la
asociación política. Por su parte, el peligro de los comunitaristas, que recuperan la
tradición republicana de participación ciudadana y la idea de bien común, es no
reconocer la novedad de la democracia moderna y la contribución del liberalismo
(defensa del pluralismo, idea de libertad individual, separación de Iglesia y Estado,
desarrollo de la sociedad civil). Para evitar este peligro es necesario distinguir entre
bien común moral y bien común político, y si la democracia liberal moderna debe
ser independiente de toda concepción de bien moral (prioridad del derecho sobre el
bien) no puede ser independiente de los valores propios del régimen, la libertad y la
igualdad.
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Hasta ahora he evitado mencionar el otro concepto que me proponía
presentar, el de ciudadanía pluralista, aunque yo creo que en lo antes dicho ya
están implícitas algunas de las ideas que voy a presentar a continuación. Y es que
en el pensamiento de Chantal Mouffe la comunidad política también es definida por
el tipo de identificación política que esta genera. De la misma manera que es
necesario un consenso para evitar un déficit democrático en la concepción de la
democracia, también es necesario dar lugar a la expresión del conflicto o, dicho de
otro modo, según la lógica liberal, es necesario dar lugar a la constitución de
identidades diferenciadas, que los ciudadanos tengan la posibilidad real de escoger
alternativas reales dentro de la superficie discursiva de la democracia. LA distintas
interpretaciones de los principios democráticos son el fundamento de legitimación a
diferentes tipos de demandas, creando formas particulares de identificación. La
tendencia a la eliminación de diferencias entre la derecha y la izquierda, lejos de
mejorar las condiciones de la democracia, la pone en peligro dado que, si no se
tiene acceso a expresar las identidades colectivas, estas no desaparecen sino que
se convierten de posibles adversarios en enemigos a los que hay que destruir.
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libertad, dado que muchas de las luchas articuladas dependen de la lógica de la
igualdad pero muchas otras de la lógica de la libertad y ninguna puede ser dejada
de lado.