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8.

LOS SISTEMAS DE CAMBIO

El tipo de cambio es el valor de una moneda expresado en el valor de otra. Como en América Latina la
divisa o moneda de referencia para las transacciones con el exterior es, por lo general, el dólar de EEUU,
el tipo de cambio alude corrientemente al valor del dólar expresado en monedas de cada país.

En principio, las autoridades pueden optar entre dos modalidades extremas para determinar el tipo de
cambio:

a) el sistema de tipo de cambio flotante o libre: con el cual se espera que sea el mercado el que
determine libremente el precio de la divisa, según su abundancia o escasez relativa y sin la
intervención de las autoridades económicas

b) el sistema de tipo de cambio fijo: con el cual se procura otorgar estabilidad a la economía, y
sobre todo brindar un mayor grado de certidumbre a las empresas exportadoras, mediante la
fijación del precio de la divisa por la autoridad económica

Desde luego, entre estas dos opciones existen muchas otras que resultan de una combinación entre
ambas. Examinemos estas alternativas con mayor detención.

Mediante el sistema de tipo de cambio libre los dólares se intercambian como cualquier otro bien sin que
las autoridades intenten influir en el precio de mercado. El tipo de cambio resulta entonces del juego diario
entre la oferta y la demanda de dólares.

Cuando el Banco Central acumula reservas (dólares) ello significa que está ingresando al país una
cantidad mayor de moneda extranjera que la que abandona el territorio. La Balanza de Pagos muestra
entonces un superávit ya que los flujos positivos (que determinan la oferta de dólares) superan a los flujos
negativos (que determinan la demanda de dólares).

En tales circunstancias, la abundancia de dólares hará bajar su valor nominal (su precio) tal como ocurre
con cualquier mercancía en mercados competitivos. En consecuencia, la moneda nacional se apreciará
(encarecerá) respecto del dólar o, lo que es lo mismo, el dólar se depreciará (abaratará) respecto de ella.
Desde luego, si la Balanza de Pagos es deficitaria, los cambios ocurrirán en la dirección contraria.

Una variación en el tipo de cambio impactará de diversas maneras sobre la actividad económica. Una
apreciación de la moneda nacional abarata las importaciones y disminuye la rentabilidad de las
exportaciones, a la vez que torna menos atractiva la inversión de capitales extranjeros en territorio nacional
y más atractiva la inversión de capitales nacionales en el exterior. Lo contrario ocurre al depreciarse.

Mediante el sistema de tipo cambio fijo el precio del dólar lo establece la autoridad, quien se compromete
a mantenerlo, sin importar los cambios que se produzcan en la demanda u oferta del mismo. Por ejemplo,
el gobierno chileno aplicó este sistema cambiario con un dólar fijo a $39 entre Julio de 1979 y mayo de
1982.
Como ya se indicó, el propósito de esta modalidad es ofrecer estabilidad a los exportadores e
importadores, cuyos ingresos o costos, se ven directamente afectados por el precio de la divisa1.

Si existe superávit de Balanza de Pagos, con un sistema de tipo de cambio fijo se incrementarán las
reservas. La abundancia de dólares reafirmará entonces a las autoridades en su empeño por mantener el
precio nominal comprometido.

Si por el contrario los dólares se tornan escasos, ello sólo creará y/o reforzará las expectativas al alza de la
divisa, agudizando así el déficit de la Balanza de Pagos puesto que los exportadores intentarán no cambiar
sus dólares en el mercado formal. Usualmente ello ha conducido a crisis muy costosas.

En muchos países se emplea un sistema intermedio entre el tipo de cambio fijo y el tipo de cambio libre,
como por ejemplo el sistema de banda cambiaria. En este caso el objetivo es permitir una cierta
flexibilidad al valor de la divisa, pero dentro de un determinado rango de estabilidad.

En consecuencia, el Banco Central sólo interviene (vendiendo o comprando dólares) si el precio


establecido por el mercado sobrepasa un límite superior denominado “techo de la banda” o desciende por
debajo de un límite inferior denominado “piso de la banda”, ambos establecidos por la autoridad.

Este sistema estuvo en aplicación en Chile hasta septiembre de 1999, cuando el Banco Central optó por
abandonar el objetivo nominal sobre el tipo de cambio —representado en la existencia de la banda
cambiaria— y adoptar un régimen de flotación o tipo de cambio libre.

Esto significa que en Chile el tipo de cambio es determinado ahora exclusivamente por el mercado,
reservándose el Banco Central la facultad de intervenir en el mercado cambiario en el caso de que, a juicio
de la autoridad monetaria, la situación así lo amerite.

1 En la práctica los gobiernos suelen utilizar el sistema de cambio fijo para combatir la inflación

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