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¿QUÉ ES LA SOCIOLOGÍA?
Nuestras oportunidades vitales y nuestras experiencias dependen del tipo de sociedad en que
nos ha tocado nacer. Y no podemos olvidar que no somos dueños de nuestras vidas, aunque
tampoco las dejamos al azar; Tomamos decisiones individuales, pero lo hacemos en un
contexto social, en sociedad. Siendo esta la premisa fundamental de la sociología: “El contexto
social en que vivimos orienta o limita nuestras experiencias y nuestras acciones.”
Nos muestra la necesidad de adoptar un punto de vista mas amplio de por qué somos como
somos y por qué actuamos como lo hacemos. Nos enseña que lo que consideramos natural,
inevitable, bueno o verdadero puede no ser así, y que lo que consideramos “normal” está
influido por la historia y la sociedad.
PERSPECTIVA SOCIOLÓGICA
Para Peter Berger los sociólogos son capaces de identificar pautas generales em la experiencia
social de las personas, pero también reconocen que sus experiencias vitales van a ser unas u
otras dependiendo de la categoría a que pertenecen. Por ejemplo, las sociedades tienen
expectativas distintas para cada una de las etapas de nuestras vidas (infancia, adultez, vejez),
lo que a su vez presenta diferencias evidentes al comparar distintas sociedades, demostrando
así que no depende de las leyes de la naturaleza.
De igual modo, la forma en que vivimos depende en gran parte del lugar que ocupamos en la
jerarquía social (si ocupamos una posición privilegiada o una más desfavorecida). Podemos
observar también las diferencias de género (oportunidades y desventajas que se imponen
según el sexo con el que se nace) …
“El primer enunciado de la sociología es que las cosas no son lo que parecen” (Berger 1963, 34)
Es decir, cuestionar la idea de que las personas hacen lo que deciden hacer y, admitir. Por el
contrario, que lo que las personas hacen y piensan viene en gran parte determinado por la
sociedad en que viven.
En resumen, al nivel más general, la sociología nos muestra las pautas y procesos sociales que
terminan afectando nuestras acciones y decisiones.
Durkheim analizó datos sobre el suicidio en Francia y otros países, mostrando que la
probabilidad de suicidarse era significativamente más alta entre algunas categorías de
personas. Atribuyó estas diferencias al grado de integración social. Bajas tasas de suicidio
parecían corresponderse con personas que mantenían fuertes lazos sociales, mientras que
aquellas más individualistas o aisladas tenían tasas más altas de suicidio.
Después de un siglo, dicha hipótesis se sigue discutiendo, observándose que, en todos los
países, los hombres parecen seguir suicidándose más que las mujeres. De igual modo, las tasas
de suicidio en países del sur de Europa son más bajas que en los del norte.
Pero dichas pautas sociales no parecen relevantes cuando analizamos el suicidio en otros
países como China, donde ocurre un 40 por ciento de los suicidios mundiales, siendo la
mayoría cometidos por mujeres, generalmente en las zonas rurales.
Referido a los niveles de desarrollo económico, los países mas ricos son países industrializados
(Estados Unidos, Canadá, la mayoría de los países de Europa occidental, Japón, Israel y
Australia), países que producen la mayoría de los bienes y servicios del mundo y controlan la
mayoría de los recursos del planeta.
Una segunda categoría de países son los que disponen de una cantidad moderada de recursos
(la mayoría en Europa oriental y Latinoamérica). Estos tienen más probabilidad de vivir en
zonas rurales o de tener un nivel más bajo de escolarización. Además, presentan una gran
desigualdad social. Mientras que una pequeña minoría controla una inmensa cantidad de
recursos, mucha otra gente carece de vivienda o de una alimentación adecuada.
Por último, están los países pobres, escasamente industrializados, como en África y Asia, cuyo
único afán de la mayoría de la población es sobrevivir y salir adelante.
2. Nos permite ver que muchos de los problemas que tenemos en Europa los están
sufriendo también otros países del mundo. La pobreza es un problema importante en
Europa, pero está mucho más extendida y es un problema muchísimo más severo en
Latinoamérica, Asia y África
Esto implica poner entre paréntesis lo que, en nuestra sociedad, familia y grupo de amigos, se
da por supuesto y reconocer que hay muchas formas y muy distintas de organizarse
socialmente.
C. Wright Mills, un sociólogo norteamericano, puso como ejemplo el caso de la Gran Depresión
de los años 30 para ilustrar la idea de que las personas en tiempo de crisis sueles replantearse
el funcionamiento social en todos los ámbitos.
2. Nos permite conocer mejor las oportunidades y los obstáculos que podemos encontrar
en nuestras vidas. Nos hace ver que, para bien o para mal, la sociedad opera con
ciertas reglas, por lo que nos ayuda a entenderlas y a conocer cómo se aplican.
3. Hace que seamos miembros activos de nuestra sociedad al ser mayor nuestro
conocimiento sobre otras sociedades, al entender las instituciones, valores,
tradiciones, etc., lo que para algunos sociólogos puede significar aceptar la sociedad
tal cual es; pero para otros puede ser intentar transformarla, o incluso transformar el
mundo entero.
C. Wright Mills mantenía que desarrollar lo que él llamaba “la imaginación sociológica”
animaría a las personas a convertirse en ciudadanos más activos. Es decir, “pensar
distanciándonos”, siendo capaz de librarse de la inmediatez de las circunstancias
personales para poner las cosas en un contexto más amplio.
De igual modo nos permite darnos cuenta de que nuestras actividades estructuran el
mundo social que nos rodea y, al mismo tiempo, son estructuradas por él, siendo el
concepto de estructura social importante para la sociología, ya que se refiere a que
nuestra forma de comportarnos y las relaciones que mantenemos unos con otros
presentan regularidades.
4. La sociología nos ayuda a reconocer que existen diferencias entre las sociedades, a
reconocer el sufrimiento humano, y a afrontar el reto de vivir en un mundo complejo y
tan plural, en el que solemos ignorar otros estilos de vida al centrarnos en el propio.
2. Los sociólogos son miembros de una sociedad; esto es, son parte del objeto de
estudio, por lo que tienen muchas más dificultades para distanciarse del mismo.
El contexto que dio origen a la sociología fue el de la serie de cambios fulminantes precipitados
por la Revolución Francesa y el nacimiento de la Revolución industrial en Europa, a mitad del
siglo XVIII. La ruptura de los modos de vida tradicionales propiciada por estos cambios fue la
causa de que algunos pensadores intentaran comprender y explicar cómo se habían producido
y cuáles serían probablemente sus consecuencias.
Para Comte, la sociología era una «ciencia positiva». El positivismo sostiene que la
ciencia debe centrarse sólo en las entidades observables que se conocen directamente
mediante la experiencia.
La sociología, según el enfoque positivista, puede producir conocimientos sociales
basados en datos empíricos procedentes de la observación, la comparación y la
experimentación.
Aunque las ideas que tuvo Comte para reconstruir la sociedad nunca se llevaran a
cabo, su aportación a la sistematización y unificación de la ciencia social fue
importante para la profesionalización posterior de la sociología como disciplina
académica.
Al estudiar los hechos sociales, Durkheim subrayaba lo importante que era abandonar
los prejuicios y la ideología.
Sin embargo, los procesos de cambio que ocurren en el mundo contemporáneo son
tan rápidos e intensos que dan lugar a dificultades sociales aún mayores. Durkheim
vinculaba estas inquietantes condiciones a la anomia, la sensación de falta de sentido
o de desesperación que provoca la vida social moderna.
Marx identificó dos elementos principales: Capital, cualquier activo, ya sea dinero,
máquinas o incluso fábricas, que pueda utilizarse o invertirse para crear otros activos;
Trabajo asalariado, formado por el conjunto de trabajadores que no poseen los medios
para ganarse la vida y que deben aceptar el empleo que les dan los propietarios del
capital.
Marx creía que éstos, los capitalistas, forman una clase dominante, mientras que el
grueso de la población constituye una clase de trabajadores asalariados o clase obrera,
también denominada proletariado.
Los puntos ideales sirven para ordenar las observaciones y los datos, para describir
contextos y para entender las acciones de las personas.
Hay sociólogos que subrayan la capacidad de las sociedades para mantenerse estables
y en equilibrio, y otros que insisten en el cambio y el conflicto social.
De forma semejante, hay sociólogos que estudian los factores que hacen que las
personas creen y mantengan instituciones sociales que les permitan cooperar o
mantener relaciones estables, mientras que otros estudian cómo las sociedades
pueden fragmentarse según divisorias económicas, étnicas, raciales, etc.
También, mientras que algunos sociólogos sólo buscan explicar las sociedades tal
como son, otros quieren además promover ciertos cambios sociales y según sus
criterios o valores.
Sus sociólogos buscan las pautas de cambio y desarrollo que aparecen en diferentes
sociedades para ver si pueden encontrarse algunas secuencias generales.
- Perspectiva funcionalista:
Sostiene que la sociedad es un sistema complejo cuyas diversas partes funcionan
conjunta y ordenadamente, de acuerdo con una serie de reglas y valores compartidos
por la mayoría de los miembros, para generar estabilidad y equilibrio.
Con frecuencia, los funcionalistas, entre ellos Comte y Durkheim, han recurrido a una
analogía orgánica para comparar el funcionamiento de la sociedad con el de un
organismo vivo. Señalan que las partes de una sociedad funcionan al unísono, al igual
que lo hacen las del cuerpo humano, en beneficio del conjunto.
Para los funcionalistas, una sociedad está en su estado normal cuando hay orden y
equilibrio: esa armonía social se basa en la existencia de un consenso moral entre los
miembros de tal sociedad. Por ejemplo, según Durkheim, la religión refuerza la
adhesión de las personas a los valores sociales centrales y, por ello, contribuye al
mantenimiento de la cohesión social.
Dos de sus partidarios más sobresalientes fueron Talcott Parsons (1902-1979) y Robert
K. Merton (1910-2003), ambos muy influidos por Durkheim. Merton distinguía entre
funciones manifiestas y latentes. Las funciones manifiestas son aquellas que
reconocen y pretenden los participantes en determinado tipo de actividad social. Las
funciones latentes son aquellas cuyas consecuencias no son deliberadas por quienes
las realizan. Una parte fundamental de la teoría sociológica, según Merton, es
descubrir las funciones latentes de las actividades y las instituciones sociales.
EVALUACIÓN CRÍTICA:
La característica más relevante del funcionalismo es su visión de la sociedad como un
todo comprensible, ordenado y estable. Los sociólogos funcionalistas combinan esta
visión con métodos científicos de investigación a fin de entender qué es lo que hace
que una sociedad funcione.
Los teóricos del conflicto examinan las tensiones sociales que se registran entre los
grupos dominantes y los desfavorecidos, y pretenden comprender cómo se establecen
y perpetúan las relaciones de control, pues consideran que la sociedad se mantiene
unida por la fuerza de los grupos dominantes. Afirman que “los valores compartidos”
de los que hablaban los funcionalistas es un consenso artificial impuesto por dichos
grupos dominantes.
Uno de los enfoques más influyentes dentro de la teoría del conflicto es el marxismo,
así llamado por Karl Marx, cuya obra hacía hincapié en los conflictos de clase. No
obstante, no todas las teorías de conflictos tienen un enfoque marxista, y algunos
teóricos del conflicto se han visto influidos por Weber. Un buen ejemplo de ello es el
sociólogo alemán Ralf Dahrendorf (1929).
El conflicto, afirma Dahrendorf, surge principalmente de los diferentes intereses que
tienen los individuos y los grupos. Marx contemplaba esa diversidad de intereses en
términos de clase, pero Dahrendorf la relaciona con un contexto de autoridad y poder
más amplio. Todas las sociedades se dividen entre los gobernantes (tienen la
autoridad) y los gobernados.
Con frecuencia, los sociólogos que están influidos por este enfoque se centran en la
interacción cara a cara que tiene lugar en la vida cotidiana. Subrayan el papel que
desempeña esa interacción en la creación de la sociedad y de sus instituciones.
EVALUACIÓN CRÍTICA:
Se ha visto criticado este paradigma porque al destacar tanto las desigualdades y los
conflictos sociales parece dejar de lado aquellos otros mecanismos que favorecen el
equilibrio y la paz social.
Además, se ha criticado a sus sociólogos de tener objetivos políticos que les impiden
realizar una investigación científica.
- EL PARADIGMA DE LA ACCIÓN:
Tanto la sociología funcionalista como la sociología del conflicto tienen una orientación
macro, esto es, estudia las sociedades “desde arriba”, busca una comprensión global.
La teoría de la acción, por el contrario, tiene otro punto de arranque, que es el de las
personas, cómo éstas se orientan y actúan en sus relaciones, y sobre los significados o
entendimientos acerca del mundo. Esto implica una orientación micro, el nivel de
análisis del que se parte son las interacciones entre las personas en distintos contextos
sociales.
El origen del paradigma se encuentra en la obra del sociólogo Max Weber, quien
insistía en entender un contexto social desde la perspectiva de los individuos que
participan en él.
Según esta perspectiva, las acciones de los individuos y el significado que dan a esas
acciones van configurando la sociedad. Weber reconocía que fenómenos objetivos y
tangibles (los avances tecnológicos, por ejemplo) también contribuían a configurar una
sociedad.
- LA PERSPECTIVA INTERACCIONISTA:
Dentro de esta tradición de la sociología de la orientación micro está el
interaccionismo simbólico. Este no sugiere grandes teorías puesto que la “sociedad”,
“el Estado” y las “instituciones sociales”, son abstracciones conceptuales, y sólo las
personas y su interacción pueden estudiarse directamente.
Esta corriente se desarrolló a partir de la obra del filósofo George Herbert Mead (1863-
1931), quien se centraba en explicar cómo las personas van construyendo su identidad
y definiéndose a sí mismas a través de sus interacciones.
Las personas no responden directamente, sino a los significados que atribuyen a las
cosas y a los sucesos que los rodean.
Uno de los primeros sociólogos, W. I. Thomas (1863-1947) acuñó la frase “definición
de la situación”, haciendo notar que podemos actuar coherentemente sólo después
que decidimos sobre la clase de situación de que se trata.
EVALUACIÓN CRÍTICA:
La sociedad consiste, básicamente, en individuos que están en contacto entre sí e
interactuando continuamente. Por decirlo de otra manera, los enfoques micro nos
ayudan a entender cómo los individuos van creando y recreando infinidad de
interacciones que se suceden en infinidad de actividades.
Pero, por otro lado, es fácil perder de vista la influencia de otras variables macro o
variables estructurales, siendo necesario estar familiarizado con los tres.
Cada perspectiva considera a la sociedad desde una posición ventajosa diferente, formula
preguntas diferentes y llega a conclusiones diferentes.
Los evolucionistas enfocan su atención sobre las similitudes en las sociedades cambiantes; los
interaccionistas se fijan más en la conducta social real de las personas y los grupos; los
funcionalistas prestan mayor atención al consenso de valores, al orden y a la estabilidad; los
teóricos del conflicto consideran principalmente la desigualdad, la tensión y el cambio.
Sin embargo, dichas diferencias hacen que cada una de las perspectivas pueda ser de gran
utilidad.
Algunos de estos nuevos enfoques teóricos son, en realidad, desarrollados en los enfoques
clásicos que acabamos de ver. Aunque también hay otros nuevos movimientos teóricos dentro
de la sociología que lo que hacen es destacar otras perspectivas o puntos de vista, dar voz a
otras personas que han tenido pocas oportunidades de expresarse.
¿Cuáles son entonces estas nuevas voces? Son las de las mujeres, las minorías raciales, los
pueblos colonizados, los gays y lesbianas, los viejos, los minusválidos y las voces de otros
grupos marginados.
1. La sociología ha sido cultivada por hombres, que han investigado sobre lo que importa
a los hombres y para el beneficio de los hombres.
2. Aquellos temas que más han afectado a otros grupos de personas han sido
tradicionalmente relegados.
3. La sociología ha sido tradicionalmente sexista, racista y homófoba.
EL PENSAMIENTO TEÓRICO EN SOCIOLOGÍA:
Las teorías se centran en un campo más concreto y suponen intentos por explicar condiciones
sociales o acontecimientos particulares. Generalmente forman parte del proceso de la
investigación y a su vez sugieren los problemas que deberían investigarse. Un ejemplo sería la
teoría del suicidio de Durkheim a la que hicimos referencia anteriormente en este capítulo.
Existen opiniones diversas en cuanto a si es deseable o resulta de alguna utilidad que los
sociólogos se comprometan en proyectos teóricos de gran alcance. Robert K. Merton (1957),
por ejemplo, defiende enérgicamente que los sociólogos deberían concentrar su atención en lo
que denomina «teorías de escala media». En vez de intentar crear grandes propuestas teóricas
(al estilo de Marx, por ejemplo), deberíamos interesarnos por desarrollar teorías más
modestas. Las teorías de escala media son lo suficientemente específicas como para poderse
comprobar directamente mediante la investigación empírica, aunque lo suficientemente
generales para cubrir una gama de fenómenos diferentes. Ése sería el caso de la teoría de la
privación relativa. Esta teoría sostiene que las personas evalúan sus circunstancias en función
de con quién se comparan.
No podemos olvidar que ambos están íntimamente relacionados. El análisis a gran escala es
esencial para comprender la base institucional de la vida cotidiana; A su vez, los estudios a
pequeña escala son necesarios para esclarecer cuáles son las pautas institucionales generales.
En primer lugar, la sociología nos hace ser conscientes de las diferencias culturales, lo que nos
permite contemplar el mundo social desde muchas perspectivas.
En tercer lugar, y en cierta manera ésta puede ser la consecuencia más importante, la
sociología puede ayudarnos al autoesclarecimiento, proporcionarnos herramientas para
aumentar nuestro propio conocimiento personal.
CUESTIONES SOCIOLÓGICAS:
El construccionismo social es una teoría que parte de la premisa de que la realidad social es, en
diferente medida, el producto de la interacción entre individuos y grupos, algo que no es
evidente para todo el mundo.
También es interesante señalar cómo los elementos presentes en los diversos enfoques
teóricos pueden ayudarnos a entender las cuestiones planteadas por el estudio de Humphreys.
Un interaccionista se preguntaría: ¿Cómo intervienen los procesos de interacción en este
comportamiento? ¿Qué tipos de interacción tienen lugar? Humphreys observó que ambas
partes deben colaborar para que la aproximación sexual se lleve a término. Un funcionalista
podría preguntarse: ¿Qué elementos aportan los salones de té para facilitar la continuidad de
la sociedad en su conjunto? La respuesta sería que proporcionan una válvula de escape para la
actividad sexual que, si se mantiene en secreto, permite a los participantes y a otros miembros
de la sociedad continuar siendo gente «normal» en su vida cotidiana sin desafiar al orden
establecido. El enfoque marxista preguntaría: ¿Puede inferirse alguna relación económica de
clases en el comportamiento de los salones de té? Humphreys afirmaba que este tipo de sexo
impersonal poseía una cualidad democrática, ya que los salones de té juntaban a hombres de
toda raza y clase social para sus contactos sexuales. Por último, un enfoque feminista se
preguntaría qué lugar ocupan las vidas de las mujeres en un estudio exclusivo de varones.
Aunque dicho punto de vista no fuera dominante en la época en que se realizó el estudio, una
feminista actual podría preguntarse de qué manera afecta a las vidas de las mujeres —tal vez
esposas que desconocen completamente las actividades de sus parejas masculinas— el
comportamiento secreto de los salones de té.
Uno de los objetivos de la sociología es penetrar por debajo del nivel superficial de
comprensión de la vida ordinaria, tal y como hizo Humphreys. Los temas de los que se ocupan
los sociólogos, tanto en su formulación teórica como en sus investigaciones, suelen ser
similares a los que preocupan al resto de las personas. Pero los resultados de tales
investigaciones chocan con frecuencia con lo que consideramos de sentido común.
Los sociólogos tratan de responder a estos y a otros muchos problemas. Sus conclusiones no
son en modo alguno definitivas. El buen trabajo sociológico intenta plantear las preguntas con
la mayor precisión posible y trata de encontrar pruebas objetivas antes de llegar a una
conclusión. Para alcanzar esta meta, debemos conocer cuáles son los métodos de investigación
más útiles para cada estudio y cuál es la mejor forma de analizar los resultados.
Muchos de los temas que se plantean los sociólogos en sus investigaciones tienen que ver con
preguntas factuales. Por ejemplo, hay muchos aspectos del comportamiento sexual que
necesitan investigarse desde un punto de vista sociológico de forma directa y sistemática; Se
precisa bastante investigación.
Con frecuencia, los sociólogos utilizan preguntas comparativas, que relacionan un contexto
social con otro o que contrastan ejemplos tomados en sociedades diferentes.
Auguste Comte consideraba que la sociología era una ciencia emergente, que debía adoptar
los métodos satisfactorios (positivistas) de ciencias naturales como la física o la química.
Durkheim, Marx y el resto de los clásicos del pensamiento sociológico también consideraban
que la sociología era una ciencia, pero ¿podemos realmente estudiar la vida social humana de
forma científica? Para poder responder a esta pregunta, debemos primero entender el
significado del término. ¿Qué es la ciencia exactamente?
Sin embargo, no es lo mismo estudiar a los seres humanos que observar los fenómenos del
mundo físico, y la sociología no debe considerarse exactamente una de las ciencias naturales.
A diferencia de los objetos de la naturaleza, las personas son seres conscientes que confieren
sentido y finalidad a lo que hacen.
Los sociólogos se benefician del hecho de poder plantear preguntas directamente a aquellos a
los que estudian —otros seres humanos— y obtener respuestas que pueden entender. Esta
oportunidad de conversar con los participantes de los estudios y confirmar las interpretaciones
del investigador supone que los resultados de las investigaciones son, al menos en potencia,
incluso más fiables y más válidos que los de las ciencias naturales.
Sin embargo, esta situación crea dificultades con las que no tropiezan los científicos de la
naturaleza, porque las personas que saben que sus actividades se están estudiando muchas
veces no se comportan del mismo modo en que lo hacen normalmente. Consciente o
inconscientemente, pueden dar una imagen de sí mismas que difiere de sus actitudes
habituales.