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¿Qué es la sociología?

- ¿Por qué estudiar sociología?


- Perspectiva sociológica
- Teorías y perspectivas teóricas
- Fundadores de la sociología
- Perspectivas en sociología (Comparación; Niveles de análisis: Microsociología y
macrosociología)
- Nuevas perspectivas en la teoría sociológica en la teoría sociológica: otras voces

Preguntas y respuestas a las cuestiones sociológicas

¿QUÉ ES LA SOCIOLOGÍA?

Nuestras oportunidades vitales y nuestras experiencias dependen del tipo de sociedad en que
nos ha tocado nacer. Y no podemos olvidar que no somos dueños de nuestras vidas, aunque
tampoco las dejamos al azar; Tomamos decisiones individuales, pero lo hacemos en un
contexto social, en sociedad. Siendo esta la premisa fundamental de la sociología: “El contexto
social en que vivimos orienta o limita nuestras experiencias y nuestras acciones.”

La sociología es el estudio sistemático, riguroso y científico de la vida social humana, de sus


grupos y sociedades.

Nos muestra la necesidad de adoptar un punto de vista mas amplio de por qué somos como
somos y por qué actuamos como lo hacemos. Nos enseña que lo que consideramos natural,
inevitable, bueno o verdadero puede no ser así, y que lo que consideramos “normal” está
influido por la historia y la sociedad.

PERSPECTIVA SOCIOLÓGICA

Para Peter Berger los sociólogos son capaces de identificar pautas generales em la experiencia
social de las personas, pero también reconocen que sus experiencias vitales van a ser unas u
otras dependiendo de la categoría a que pertenecen. Por ejemplo, las sociedades tienen
expectativas distintas para cada una de las etapas de nuestras vidas (infancia, adultez, vejez),
lo que a su vez presenta diferencias evidentes al comparar distintas sociedades, demostrando
así que no depende de las leyes de la naturaleza.

De igual modo, la forma en que vivimos depende en gran parte del lugar que ocupamos en la
jerarquía social (si ocupamos una posición privilegiada o una más desfavorecida). Podemos
observar también las diferencias de género (oportunidades y desventajas que se imponen
según el sexo con el que se nace) …

“El primer enunciado de la sociología es que las cosas no son lo que parecen” (Berger 1963, 34)
Es decir, cuestionar la idea de que las personas hacen lo que deciden hacer y, admitir. Por el
contrario, que lo que las personas hacen y piensan viene en gran parte determinado por la
sociedad en que viven.

En resumen, al nivel más general, la sociología nos muestra las pautas y procesos sociales que
terminan afectando nuestras acciones y decisiones.

A menudo la perspectiva sociológica contradice ideas o percepciones que nos parecen de


sentido común. La mejor muestra de cómo la sociedad influye en nosotros es quizá el estudio
del suicidio realizado por Emile Durkheim, pionero de la sociología al que nos volveremos a
referir más tarde.

Durkheim analizó datos sobre el suicidio en Francia y otros países, mostrando que la
probabilidad de suicidarse era significativamente más alta entre algunas categorías de
personas. Atribuyó estas diferencias al grado de integración social. Bajas tasas de suicidio
parecían corresponderse con personas que mantenían fuertes lazos sociales, mientras que
aquellas más individualistas o aisladas tenían tasas más altas de suicidio.

Después de un siglo, dicha hipótesis se sigue discutiendo, observándose que, en todos los
países, los hombres parecen seguir suicidándose más que las mujeres. De igual modo, las tasas
de suicidio en países del sur de Europa son más bajas que en los del norte.

Pero dichas pautas sociales no parecen relevantes cuando analizamos el suicidio en otros
países como China, donde ocurre un 40 por ciento de los suicidios mundiales, siendo la
mayoría cometidos por mujeres, generalmente en las zonas rurales.

Estas diferencias sugieren nuevos interrogantes. Y así es como progresa la sociología:


contrastando y comparando unas sociedades con otras, y manteniendo una perspectiva
global. Es decir, estudiando y analizando los fenómenos y acontecimientos que ocurren a nivel
mundial y de la posición que cada sociedad ocupa en relación a otras y dentro del sistema
mundial, concluyendo así que existen enormes diferencias en cuanto a calidad de vida.

Referido a los niveles de desarrollo económico, los países mas ricos son países industrializados
(Estados Unidos, Canadá, la mayoría de los países de Europa occidental, Japón, Israel y
Australia), países que producen la mayoría de los bienes y servicios del mundo y controlan la
mayoría de los recursos del planeta.

Una segunda categoría de países son los que disponen de una cantidad moderada de recursos
(la mayoría en Europa oriental y Latinoamérica). Estos tienen más probabilidad de vivir en
zonas rurales o de tener un nivel más bajo de escolarización. Además, presentan una gran
desigualdad social. Mientras que una pequeña minoría controla una inmensa cantidad de
recursos, mucha otra gente carece de vivienda o de una alimentación adecuada.

Por último, están los países pobres, escasamente industrializados, como en África y Asia, cuyo
único afán de la mayoría de la población es sobrevivir y salir adelante.

Razones para implementar la perspectiva global:


1. Porque las sociedades de todo el mundo están cada vez más vinculadas entre sí. En
cuestión de pocos años, las sociedades de todo el mundo han quedado
interconectadas a un nivel inimaginable hasta hace poco.
Todo esto está relacionado con el proceso de globalización, que implica unos vínculos
o lazos cada vez más estrechos entre las sociedades de todo el mundo, cada vez más
interconectadas.

2. Nos permite ver que muchos de los problemas que tenemos en Europa los están
sufriendo también otros países del mundo. La pobreza es un problema importante en
Europa, pero está mucho más extendida y es un problema muchísimo más severo en
Latinoamérica, Asia y África

3. Pensar en términos globales es un ejercicio excelente para entendernos mejor a


nosotros mismos y la sociedad en que vivimos.

SOCIOLOGÍA Y MARGINACIÓN SOCIAL

Cuanto mayor es el grado de su marginación social, mayor es la posibilidad de que estos


individuos desarrollen una perspectiva sociológica.

Esto implica poner entre paréntesis lo que, en nuestra sociedad, familia y grupo de amigos, se
da por supuesto y reconocer que hay muchas formas y muy distintas de organizarse
socialmente.

SOCIOLOGÍA Y CRISIS SOCIALES

C. Wright Mills, un sociólogo norteamericano, puso como ejemplo el caso de la Gran Depresión
de los años 30 para ilustrar la idea de que las personas en tiempo de crisis sueles replantearse
el funcionamiento social en todos los ámbitos.

En resumen, una introducción a la sociología es una invitación a mirar el mundo cotidiano de


forma distinta a como lo hacemos habitualmente. Esto nos lleva a preguntarnos cuáles son los
beneficios, siendo estos los que se expondrán a continuación:

1. La perspectiva sociológica termina convirtiéndose en una forma de pensar, que sirve


para poner en cuestión los valores, las normas, las definiciones o incluso la forma de
hacer las cosas que damos por supuestas. Esto nos pone en una situación privilegiada
para evaluar qué hay de beneficioso o perjudicial, de cierto o erróneo…

2. Nos permite conocer mejor las oportunidades y los obstáculos que podemos encontrar
en nuestras vidas. Nos hace ver que, para bien o para mal, la sociedad opera con
ciertas reglas, por lo que nos ayuda a entenderlas y a conocer cómo se aplican.

3. Hace que seamos miembros activos de nuestra sociedad al ser mayor nuestro
conocimiento sobre otras sociedades, al entender las instituciones, valores,
tradiciones, etc., lo que para algunos sociólogos puede significar aceptar la sociedad
tal cual es; pero para otros puede ser intentar transformarla, o incluso transformar el
mundo entero.
C. Wright Mills mantenía que desarrollar lo que él llamaba “la imaginación sociológica”
animaría a las personas a convertirse en ciudadanos más activos. Es decir, “pensar
distanciándonos”, siendo capaz de librarse de la inmediatez de las circunstancias
personales para poner las cosas en un contexto más amplio.
De igual modo nos permite darnos cuenta de que nuestras actividades estructuran el
mundo social que nos rodea y, al mismo tiempo, son estructuradas por él, siendo el
concepto de estructura social importante para la sociología, ya que se refiere a que
nuestra forma de comportarnos y las relaciones que mantenemos unos con otros
presentan regularidades.

4. La sociología nos ayuda a reconocer que existen diferencias entre las sociedades, a
reconocer el sufrimiento humano, y a afrontar el reto de vivir en un mundo complejo y
tan plural, en el que solemos ignorar otros estilos de vida al centrarnos en el propio.

Por otro lado, la perspectiva sociológica también presenta algunos problemas:

1. Es parte de un mundo en constante transformación, lo que requiere un cambio igual


de rápido en nuestro conocimiento.

2. Los sociólogos son miembros de una sociedad; esto es, son parte del objeto de
estudio, por lo que tienen muchas más dificultades para distanciarse del mismo.

También esta el problema del etnocentrismo, la tentación de valorar o evaluar otras


sociedades desde la propia perspectiva.

3. El conocimiento sociológico termina siendo parte de la sociedad. En otras palabras, la


sociología tiene un impacto sobre la sociedad.

LOS ORÍGENES DE LA SOCIOLOGÍA

El contexto que dio origen a la sociología fue el de la serie de cambios fulminantes precipitados
por la Revolución Francesa y el nacimiento de la Revolución industrial en Europa, a mitad del
siglo XVIII. La ruptura de los modos de vida tradicionales propiciada por estos cambios fue la
causa de que algunos pensadores intentaran comprender y explicar cómo se habían producido
y cuáles serían probablemente sus consecuencias.

LOS FUNDADORES DE LA SOCIOLOGÍA

- AUGUSTE COMTE (1798.1857):


Fue él quien acuñó el término “sociología” por primera vez.
El pensamiento de Comte reflejaba los turbulentos acontecimientos de su época. La
revolución francesa había producido cambios sociales notables, y el desarrollo
industrial estaba alterando la vida tradicional de la población francesa. Comte intentó
crear una ciencia de la sociedad que pudiera explicar las leyes del mundo social del
mismo modo que las ciencias naturales explicaban el funcionamiento del físico.
Aunque Comte reconocía que cada disciplina científica tenía su propio objeto de
estudio, creía que todas compartían una lógica y un método científico comunes, cuyo
objetivo es mostrar leyes universales; había que aplicar el método científico para
entender y explicar la organización de la sociedad.

Para Comte, la sociología era una «ciencia positiva». El positivismo sostiene que la
ciencia debe centrarse sólo en las entidades observables que se conocen directamente
mediante la experiencia.
La sociología, según el enfoque positivista, puede producir conocimientos sociales
basados en datos empíricos procedentes de la observación, la comparación y la
experimentación.

Aunque las ideas que tuvo Comte para reconstruir la sociedad nunca se llevaran a
cabo, su aportación a la sistematización y unificación de la ciencia social fue
importante para la profesionalización posterior de la sociología como disciplina
académica.

- ÉMILE DURKHEIM (1858-1917):


Se había propuesto dotar a la sociología de una base científica. Para Durkheim, la
sociología era una ciencia nueva que podía utilizarse para dilucidar las tradicionales
preguntas filosóficas mediante análisis de tipo empírico. Al igual que Comte antes que
él, Durkheim creía que debíamos estudiar la vida social con la misma objetividad con
que los científicos se ocupan de la naturaleza.

Según Durkheim, la principal preocupación intelectual de la sociología es el estudio de


los hechos sociales. Los sociólogos tienen que analizar hechos sociales: aspectos de la
vida social, como la situación de la economía o la influencia de la religión, que
conforman nuestras acciones como individuos.
Según este autor, los hechos sociales son formas de actuar, pensar o sentir externas a
los individuos y tienen una realidad propia al margen de las vidas y percepciones de
sus integrantes. Sin embargo, la gente no suele reconocer ese carácter condicionante
de los hechos sociales. Esto se debe a que, en general, las personas aceptan los hechos
sociales libremente, creyendo que actúan por su propia voluntad.

Al estudiar los hechos sociales, Durkheim subrayaba lo importante que era abandonar
los prejuicios y la ideología.

A Durkheim le preocupaban, de igual modo, los cambios e en su época estaban


transformando la sociedad. Tenía un especial interés en la solidaridad de tipo social y
moral.

Durkheim contraponía dos clases de solidaridad —la mecánica y la orgánica—,


relacionándolas con la división del trabajo, el desarrollo de la diferenciación entre
diversas ocupaciones. Según Durkheim, las culturas tradicionales en las que se da una
reducida división del trabajo se caracterizan por una solidaridad mecánica. Les unen
las experiencias comunes y las creencias compartidas, de carácter represivo: la
comunidad castiga inmediatamente a cualquiera que cuestione las formas de vida
convencionales. Por lo tanto, se basa en el consenso y en la similitud de creencias.
Sin embargo, la especialización de las tareas y la creciente diferenciación social en las
sociedades avanzadas iban a producir un nuevo orden en el que habría una solidaridad
orgánica. Sociedades unidas la interdependencia económica de las personas y el
reconocimiento de la importancia de las aportaciones ajenas.

Sin embargo, los procesos de cambio que ocurren en el mundo contemporáneo son
tan rápidos e intensos que dan lugar a dificultades sociales aún mayores. Durkheim
vinculaba estas inquietantes condiciones a la anomia, la sensación de falta de sentido
o de desesperación que provoca la vida social moderna.

- KARL MARX (1818-1883):


Sus ideas contrastan vivamente con las de Comte y Durkheim. Para él, las
transformaciones más importantes de este período están vinculadas al desarrollo del
capitalismo, sistema de producción que contrasta radicalmente con los anteriores
órdenes económicos de la historia.

Marx identificó dos elementos principales: Capital, cualquier activo, ya sea dinero,
máquinas o incluso fábricas, que pueda utilizarse o invertirse para crear otros activos;
Trabajo asalariado, formado por el conjunto de trabajadores que no poseen los medios
para ganarse la vida y que deben aceptar el empleo que les dan los propietarios del
capital.
Marx creía que éstos, los capitalistas, forman una clase dominante, mientras que el
grueso de la población constituye una clase de trabajadores asalariados o clase obrera,
también denominada proletariado.

Según Marx, el capitalismo es inherentemente un sistema clasista en el que las


relaciones de clase se caracterizan por el conflicto, ya que dicha dependencia está muy
desequilibrada.

La perspectiva de Marx se basaba en lo que él denominó la concepción materialista de


la historia. El cambio social está primordialmente inducido por influencias económicas.
El conflicto entre las clases constituye el motor del desarrollo histórico: es el motor de
la historia.
También examinó cómo se habían desarrollado las sociedades en el curso de la
historia. Para Marx, los sistemas sociales pasan de una forma de producción a otra,
bien de forma gradual o mediante una revolución, en virtud de las contradicciones que
se producen en sus economías.

Marx creía en la inevitabilidad de la revolución obrera que había de derrocar al sistema


capitalista y propiciar una nueva sociedad sin clases, es decir, carente de divisiones a
gran escala entre ricos y pobres. Con esto no quería decir que fueran a desaparecer
todas las desigualdades entre los individuos, sino que la sociedad ya no estaría dividida
entre una pequeña clase que monopoliza el poder económico y político y una gran
masa de personas que apenas se benefician de la riqueza que genera su trabajo.
- MAX WEBER (1864-1920):
Rechazaba la concepción materialista de la historia y consideraba que los conflictos de
clase eran menos relevantes de lo que suponía Marx. Para Weber, los factores
económicos son importantes, pero el impacto de las ideas y los valores sobre el
cambio social es igualmente significativo. Sugiere que los valores religiosos tuvieron
una importancia fundamental en la creación del capitalismo.
Señaló que la motivación y las ideas del ser humano son las fuerzas que impulsan el
cambio: las ideas, los valores y las creencias tienen poder para producir
transformaciones. Los individuos disponen de la capacidad para actuar libremente y
conformar su futuro. No creía, como Marx y Durkheim, que hubiera estructuras fuera
de los individuos o independientes de ellos.

Weber presentaba esta preocupación por la acción social, al analizar el carácter


distintivo de la sociedad occidental en comparación con otras grandes civilizaciones.
Tras comparar los sistemas religiosos dominantes en China y la India con los
occidentales, Weber llegó a la conclusión de que ciertos aspectos de la doctrina
cristiana habían tenido un papel fundamental en la aparición del capitalismo. Al
contrario que en Marx, esta perspectiva no surgía únicamente de las transformaciones
económicas, sino que, para Weber, las ideas y valores culturales ayudan a que se
constituya una sociedad y conforman nuestras acciones individuales.

Un elemento importante en la perspectiva sociológica de Weber era la idea del tipo


ideal, un modelo conceptual y analítico que puede utilizarse para comprender el
mundo. Se refieren a características básicas que no tienen porqué coincidir todas
juntas en el mundo real.

Los puntos ideales sirven para ordenar las observaciones y los datos, para describir
contextos y para entender las acciones de las personas.

Para Weber, la aparición de la sociedad moderna fue acompañada de importantes


cambios en las pautas de acción social. Los individuos cada vez realizaban más cálculos
racionales e instrumentales que tenían en cuenta la eficiencia y las futuras
consecuencias de sus acciones.
La sociedad moderna se caracterizaba por la racionalización de un número creciente
de áreas vitales, que iban desde la política y la religión hasta la actividad económica.

En opinión de Weber, la Revolución industrial y el surgimiento del capitalismo eran


muestras de una amplia tendencia que conducía a la racionalización. Sin embargo,
temía que la sociedad moderna fuera un sistema que aplastara el espíritu humano al
intentar regular todas las esferas de la existencia. A Weber le inquietaban sobre todo
las consecuencias potencialmente asfixiantes y deshumanizadoras de la burocracia y
sus implicaciones para el destino de la democracia.

TEORÍAS Y PERSPECTIVAS TEÓRICAS:


Una teoría es un enunciado que expresa cómo y por qué unos determinados hechos
están relacionados.
Pero buscar un sentido a los datos, o mostrar que existe alguna relación entre ellos no
es garantía de que uno ya esté en posesión de una teoría correcta o satisfactoria. Hay
que tener en cuenta muchas cosas: cómo se han conseguido los datos, si éstos son
válidos, etc.

Un paradigma teórico es una imagen básica de la sociedad que guía no sólo la


investigación, sino también las reflexiones teóricas del investigador.

Hay sociólogos que subrayan la capacidad de las sociedades para mantenerse estables
y en equilibrio, y otros que insisten en el cambio y el conflicto social.
De forma semejante, hay sociólogos que estudian los factores que hacen que las
personas creen y mantengan instituciones sociales que les permitan cooperar o
mantener relaciones estables, mientras que otros estudian cómo las sociedades
pueden fragmentarse según divisorias económicas, étnicas, raciales, etc.
También, mientras que algunos sociólogos sólo buscan explicar las sociedades tal
como son, otros quieren además promover ciertos cambios sociales y según sus
criterios o valores.

PRINCIPALES PARADIGMAS O PERSPECTIVAS EN SOCIOLOGÍA


- PERSPECTIVA EVOLUCIONISTA:
Es la primera perspectiva teórica en sociología. Basada en las obras de Augusto Comte
(1798-1857) y Herbert Spencer (1820-1903) pareció ofrecer una explicación
satisfactoria acerca del origen y del desarrollo de las sociedades humanas.

Sus sociólogos buscan las pautas de cambio y desarrollo que aparecen en diferentes
sociedades para ver si pueden encontrarse algunas secuencias generales.

- Perspectiva funcionalista:
Sostiene que la sociedad es un sistema complejo cuyas diversas partes funcionan
conjunta y ordenadamente, de acuerdo con una serie de reglas y valores compartidos
por la mayoría de los miembros, para generar estabilidad y equilibrio.

En la perspectiva funcionalista cada grupo o institución desempeña ciertas funciones y


persiste porque es funcional; las pautas de comportamiento surgen porque, de igual
modo, son funcionalmente útiles.

Con frecuencia, los funcionalistas, entre ellos Comte y Durkheim, han recurrido a una
analogía orgánica para comparar el funcionamiento de la sociedad con el de un
organismo vivo. Señalan que las partes de una sociedad funcionan al unísono, al igual
que lo hacen las del cuerpo humano, en beneficio del conjunto.

Para los funcionalistas, una sociedad está en su estado normal cuando hay orden y
equilibrio: esa armonía social se basa en la existencia de un consenso moral entre los
miembros de tal sociedad. Por ejemplo, según Durkheim, la religión refuerza la
adhesión de las personas a los valores sociales centrales y, por ello, contribuye al
mantenimiento de la cohesión social.

Dos de sus partidarios más sobresalientes fueron Talcott Parsons (1902-1979) y Robert
K. Merton (1910-2003), ambos muy influidos por Durkheim. Merton distinguía entre
funciones manifiestas y latentes. Las funciones manifiestas son aquellas que
reconocen y pretenden los participantes en determinado tipo de actividad social. Las
funciones latentes son aquellas cuyas consecuencias no son deliberadas por quienes
las realizan. Una parte fundamental de la teoría sociológica, según Merton, es
descubrir las funciones latentes de las actividades y las instituciones sociales.

Merton diferenciaba también entre funciones y disfunciones. La búsqueda de los


aspectos disfuncionales del comportamiento social supone centrarse en rasgos de la
vida social que representan un desafío al orden establecido.

Por su parte, Talcott Parsons, el máximo representante del paradigma funcionalista.


Concebía la sociedad como un sistema que tiende al equilibrio y la supervivencia.
De este modo, al producirse un cambio social se rompe el equilibrio, pero al poco
tiempo se obtiene uno nuevo.
Así, un valor o una práctica que es funcional en un tiempo o lugar puede llegar a no
serlo en otro tiempo o lugar.

Podemos concluir que, si un cambio social promueve un equilibrio armonioso, se


considera funcional; si rompe el equilibrio, es disfuncional; y si no tiene efectos, es no
funcional.

A modo de ejemplo, expondremos posibles preguntas que realizarían los


funcionalistas: “¿En qué forma este valor, esta práctica o esta institución colaboran a
satisfacer las necesidades de la sociedad?” “¿Un cambio lo haría más o menos útil para
la sociedad?”

EVALUACIÓN CRÍTICA:
La característica más relevante del funcionalismo es su visión de la sociedad como un
todo comprensible, ordenado y estable. Los sociólogos funcionalistas combinan esta
visión con métodos científicos de investigación a fin de entender qué es lo que hace
que una sociedad funcione.

Los críticos al funcionalismo se preguntan cómo es posible asumir que la sociedad


tiene un orden “natural”, infravalorándose la desigualdad y los conflictos sociales,
como los conflictos entre clases sociales o entre razas o etnias.

- LA PERSPECTIVA DEL CONFLICTO:


Los sociólogos que utilizan las teorías del conflicto subrayan la importancia que tienen
las estructuras dentro de la sociedad. Rechazan la importancia capital que atribuye el
funcionalismo al consenso. Por el contrario, hacen hincapié en la importancia social de
las divisiones. De este modo, se centran en cuestiones como el poder, la desigualdad y
la lucha. Suelen considerar que la sociedad se compone de grupos diferentes que
persiguen sus propios intereses.
Es decir, es la otra cara de la moneda del paradigma funcionalista: ya no se trata de
explicar el equilibrio y la cohesión social, sino que es precisamente lo contrario, la
fragmentación y los conflictos sociales que son consecuencia de la desigualdad social
(económica, por razones de género, de etnia o raza…)

Los teóricos del conflicto examinan las tensiones sociales que se registran entre los
grupos dominantes y los desfavorecidos, y pretenden comprender cómo se establecen
y perpetúan las relaciones de control, pues consideran que la sociedad se mantiene
unida por la fuerza de los grupos dominantes. Afirman que “los valores compartidos”
de los que hablaban los funcionalistas es un consenso artificial impuesto por dichos
grupos dominantes.

Uno de los enfoques más influyentes dentro de la teoría del conflicto es el marxismo,
así llamado por Karl Marx, cuya obra hacía hincapié en los conflictos de clase. No
obstante, no todas las teorías de conflictos tienen un enfoque marxista, y algunos
teóricos del conflicto se han visto influidos por Weber. Un buen ejemplo de ello es el
sociólogo alemán Ralf Dahrendorf (1929).
El conflicto, afirma Dahrendorf, surge principalmente de los diferentes intereses que
tienen los individuos y los grupos. Marx contemplaba esa diversidad de intereses en
términos de clase, pero Dahrendorf la relaciona con un contexto de autoridad y poder
más amplio. Todas las sociedades se dividen entre los gobernantes (tienen la
autoridad) y los gobernados.

La obra del filósofo estadounidense G. H. Mead (1863-1931) resultó muy influyente en


el pensamiento sociológico, especialmente a partir del punto de vista denominado
interaccionismo simbólico. El interaccionismo simbólico surge de la preocupación por
el lenguaje y el significado. Mead sostiene que es el lenguaje lo que nos hace seres
autoconscientes.

Con frecuencia, los sociólogos que están influidos por este enfoque se centran en la
interacción cara a cara que tiene lugar en la vida cotidiana. Subrayan el papel que
desempeña esa interacción en la creación de la sociedad y de sus instituciones.

EVALUACIÓN CRÍTICA:
Se ha visto criticado este paradigma porque al destacar tanto las desigualdades y los
conflictos sociales parece dejar de lado aquellos otros mecanismos que favorecen el
equilibrio y la paz social.

Además, se ha criticado a sus sociólogos de tener objetivos políticos que les impiden
realizar una investigación científica.

- EL PARADIGMA DE LA ACCIÓN:
Tanto la sociología funcionalista como la sociología del conflicto tienen una orientación
macro, esto es, estudia las sociedades “desde arriba”, busca una comprensión global.
La teoría de la acción, por el contrario, tiene otro punto de arranque, que es el de las
personas, cómo éstas se orientan y actúan en sus relaciones, y sobre los significados o
entendimientos acerca del mundo. Esto implica una orientación micro, el nivel de
análisis del que se parte son las interacciones entre las personas en distintos contextos
sociales.

El origen del paradigma se encuentra en la obra del sociólogo Max Weber, quien
insistía en entender un contexto social desde la perspectiva de los individuos que
participan en él.

Según esta perspectiva, las acciones de los individuos y el significado que dan a esas
acciones van configurando la sociedad. Weber reconocía que fenómenos objetivos y
tangibles (los avances tecnológicos, por ejemplo) también contribuían a configurar una
sociedad.

Así, la sociedad moderna no es el producto de los avances tecnológicos o del


capitalismo, sino de un nuevo modo de pensar. Este énfasis en las ideas contrasta con
el énfasis que ponía Marx en el mundo de la economía y la producción.

- LA PERSPECTIVA INTERACCIONISTA:
Dentro de esta tradición de la sociología de la orientación micro está el
interaccionismo simbólico. Este no sugiere grandes teorías puesto que la “sociedad”,
“el Estado” y las “instituciones sociales”, son abstracciones conceptuales, y sólo las
personas y su interacción pueden estudiarse directamente.

Esta corriente se desarrolló a partir de la obra del filósofo George Herbert Mead (1863-
1931), quien se centraba en explicar cómo las personas van construyendo su identidad
y definiéndose a sí mismas a través de sus interacciones.

Según el interaccionismo simbólico, una sociedad es el producto o resultado de las


interacciones cotidianas de las personas, que van definiendo o dotando de significado
al mundo social.

Interaccionistas como G. H. Mead se concentran en esta interacción entre individuos y


grupos mediante símbolos, signos, gestos y por medio de palabras escritas o habladas.
Una palabra no tiene significado inherente, pero se convierte en palabra cuando las
personas se ponen de acuerdo en que este ruido tiene un significado especial

Las personas no responden directamente, sino a los significados que atribuyen a las
cosas y a los sucesos que los rodean.
Uno de los primeros sociólogos, W. I. Thomas (1863-1947) acuñó la frase “definición
de la situación”, haciendo notar que podemos actuar coherentemente sólo después
que decidimos sobre la clase de situación de que se trata.

Interaccionistas modernos como Goffman (1959) y Blumer (1962) hacen hincapié en el


hecho de que las personas responden a lo que imaginan que son otras personas; la
“realidad” se construye en la mente de las personas cuando se evalúan mutuamente y
tratan de adivinar los sentimientos e impulsos respectivos. Que una persona sea un
amigo, un enemigo o un extraño es para mí lo que yo percibo de ella, por lo menos
hasta que cambie mi percepción.

La perspectiva interaccionista ha permitido profundizar mucho en el desarrollo de la


personalidad y en el comportamiento humano.

EVALUACIÓN CRÍTICA:
La sociedad consiste, básicamente, en individuos que están en contacto entre sí e
interactuando continuamente. Por decirlo de otra manera, los enfoques micro nos
ayudan a entender cómo los individuos van creando y recreando infinidad de
interacciones que se suceden en infinidad de actividades.

Pero, por otro lado, es fácil perder de vista la influencia de otras variables macro o
variables estructurales, siendo necesario estar familiarizado con los tres.

COMPARACIÓN DE LAS PERSPECTIVAS:

Cada perspectiva considera a la sociedad desde una posición ventajosa diferente, formula
preguntas diferentes y llega a conclusiones diferentes.

Los evolucionistas enfocan su atención sobre las similitudes en las sociedades cambiantes; los
interaccionistas se fijan más en la conducta social real de las personas y los grupos; los
funcionalistas prestan mayor atención al consenso de valores, al orden y a la estabilidad; los
teóricos del conflicto consideran principalmente la desigualdad, la tensión y el cambio.

Sin embargo, dichas diferencias hacen que cada una de las perspectivas pueda ser de gran
utilidad.

NUEVAS PERSPECTUVAS EN LA TEORÍA SOCIOLÓGICA: OTRAS VOCES

Algunos de estos nuevos enfoques teóricos son, en realidad, desarrollados en los enfoques
clásicos que acabamos de ver. Aunque también hay otros nuevos movimientos teóricos dentro
de la sociología que lo que hacen es destacar otras perspectivas o puntos de vista, dar voz a
otras personas que han tenido pocas oportunidades de expresarse.

¿Cuáles son entonces estas nuevas voces? Son las de las mujeres, las minorías raciales, los
pueblos colonizados, los gays y lesbianas, los viejos, los minusválidos y las voces de otros
grupos marginados.

Críticas que se han hecho a la sociología clásica:

1. La sociología ha sido cultivada por hombres, que han investigado sobre lo que importa
a los hombres y para el beneficio de los hombres.
2. Aquellos temas que más han afectado a otros grupos de personas han sido
tradicionalmente relegados.
3. La sociología ha sido tradicionalmente sexista, racista y homófoba.
EL PENSAMIENTO TEÓRICO EN SOCIOLOGÍA:

Las teorías se centran en un campo más concreto y suponen intentos por explicar condiciones
sociales o acontecimientos particulares. Generalmente forman parte del proceso de la
investigación y a su vez sugieren los problemas que deberían investigarse. Un ejemplo sería la
teoría del suicidio de Durkheim a la que hicimos referencia anteriormente en este capítulo.

Existen opiniones diversas en cuanto a si es deseable o resulta de alguna utilidad que los
sociólogos se comprometan en proyectos teóricos de gran alcance. Robert K. Merton (1957),
por ejemplo, defiende enérgicamente que los sociólogos deberían concentrar su atención en lo
que denomina «teorías de escala media». En vez de intentar crear grandes propuestas teóricas
(al estilo de Marx, por ejemplo), deberíamos interesarnos por desarrollar teorías más
modestas. Las teorías de escala media son lo suficientemente específicas como para poderse
comprobar directamente mediante la investigación empírica, aunque lo suficientemente
generales para cubrir una gama de fenómenos diferentes. Ése sería el caso de la teoría de la
privación relativa. Esta teoría sostiene que las personas evalúan sus circunstancias en función
de con quién se comparan.

NIVELES DE ANÁLISIS: MICROSOCIOLOGÍA Y MACROSOCIOLOGÍA:

Suele denominarse microsociología al estudio del comportamiento cotidiano en situaciones de


interacción cara a cara. Por el contrario, llamamos macrosociología al análisis de grandes
sistemas sociales, como el sistema político o el orden económico, o de procesos de cambio a
largo plazo, como el desarrollo de la industrialización.

No podemos olvidar que ambos están íntimamente relacionados. El análisis a gran escala es
esencial para comprender la base institucional de la vida cotidiana; A su vez, los estudios a
pequeña escala son necesarios para esclarecer cuáles son las pautas institucionales generales.

¿POR QUÉ ESTUDIAR SOCIOLOGÍA?

En primer lugar, la sociología nos hace ser conscientes de las diferencias culturales, lo que nos
permite contemplar el mundo social desde muchas perspectivas.

En segundo lugar, la investigación sociológica proporciona una ayuda práctica a la hora de


evaluar los resultados de las iniciativas políticas.

En tercer lugar, y en cierta manera ésta puede ser la consecuencia más importante, la
sociología puede ayudarnos al autoesclarecimiento, proporcionarnos herramientas para
aumentar nuestro propio conocimiento personal.

CUESTIONES SOCIOLÓGICAS:

El construccionismo social es una teoría que parte de la premisa de que la realidad social es, en
diferente medida, el producto de la interacción entre individuos y grupos, algo que no es
evidente para todo el mundo.

También es interesante señalar cómo los elementos presentes en los diversos enfoques
teóricos pueden ayudarnos a entender las cuestiones planteadas por el estudio de Humphreys.
Un interaccionista se preguntaría: ¿Cómo intervienen los procesos de interacción en este
comportamiento? ¿Qué tipos de interacción tienen lugar? Humphreys observó que ambas
partes deben colaborar para que la aproximación sexual se lleve a término. Un funcionalista
podría preguntarse: ¿Qué elementos aportan los salones de té para facilitar la continuidad de
la sociedad en su conjunto? La respuesta sería que proporcionan una válvula de escape para la
actividad sexual que, si se mantiene en secreto, permite a los participantes y a otros miembros
de la sociedad continuar siendo gente «normal» en su vida cotidiana sin desafiar al orden
establecido. El enfoque marxista preguntaría: ¿Puede inferirse alguna relación económica de
clases en el comportamiento de los salones de té? Humphreys afirmaba que este tipo de sexo
impersonal poseía una cualidad democrática, ya que los salones de té juntaban a hombres de
toda raza y clase social para sus contactos sexuales. Por último, un enfoque feminista se
preguntaría qué lugar ocupan las vidas de las mujeres en un estudio exclusivo de varones.
Aunque dicho punto de vista no fuera dominante en la época en que se realizó el estudio, una
feminista actual podría preguntarse de qué manera afecta a las vidas de las mujeres —tal vez
esposas que desconocen completamente las actividades de sus parejas masculinas— el
comportamiento secreto de los salones de té.

Uno de los objetivos de la sociología es penetrar por debajo del nivel superficial de
comprensión de la vida ordinaria, tal y como hizo Humphreys. Los temas de los que se ocupan
los sociólogos, tanto en su formulación teórica como en sus investigaciones, suelen ser
similares a los que preocupan al resto de las personas. Pero los resultados de tales
investigaciones chocan con frecuencia con lo que consideramos de sentido común.

Los sociólogos tratan de responder a estos y a otros muchos problemas. Sus conclusiones no
son en modo alguno definitivas. El buen trabajo sociológico intenta plantear las preguntas con
la mayor precisión posible y trata de encontrar pruebas objetivas antes de llegar a una
conclusión. Para alcanzar esta meta, debemos conocer cuáles son los métodos de investigación
más útiles para cada estudio y cuál es la mejor forma de analizar los resultados.

Muchos de los temas que se plantean los sociólogos en sus investigaciones tienen que ver con
preguntas factuales. Por ejemplo, hay muchos aspectos del comportamiento sexual que
necesitan investigarse desde un punto de vista sociológico de forma directa y sistemática; Se
precisa bastante investigación.

Con frecuencia, los sociólogos utilizan preguntas comparativas, que relacionan un contexto
social con otro o que contrastan ejemplos tomados en sociedades diferentes.

También es preciso comparar su presente y su pasado. Cuando ésta es la pretensión, se dice


que utilizamos preguntas progresivas.

La investigación factual, que los sociólogos prefieren denominar investigación empírica, se


ocupa de cómo ocurren las cosas. Siempre es preciso interpretar lo que significan, y para
hacerlo tenemos que aprender a plantear preguntas teóricas, que sirven para saber por qué
ocurren las cosas.

¿ES CIENTÍFICA LA SOCIOLOGÍA?

Auguste Comte consideraba que la sociología era una ciencia emergente, que debía adoptar
los métodos satisfactorios (positivistas) de ciencias naturales como la física o la química.
Durkheim, Marx y el resto de los clásicos del pensamiento sociológico también consideraban
que la sociología era una ciencia, pero ¿podemos realmente estudiar la vida social humana de
forma científica? Para poder responder a esta pregunta, debemos primero entender el
significado del término. ¿Qué es la ciencia exactamente?

Ciencia es la utilización de métodos sistemáticos de investigación empírica, análisis de datos,


elaboración teórica y valoración lógica de argumentos para desarrollar un cuerpo de
conocimiento sobre una determinada materia. Según esta definición, la sociología es una
empresa científica que conlleva la aplicación de métodos sistemáticos de investigación
empírica, el análisis de datos y la valoración de teorías según las pruebas existentes y con un
argumento lógico.

Sin embargo, no es lo mismo estudiar a los seres humanos que observar los fenómenos del
mundo físico, y la sociología no debe considerarse exactamente una de las ciencias naturales.
A diferencia de los objetos de la naturaleza, las personas son seres conscientes que confieren
sentido y finalidad a lo que hacen.

Los sociólogos se benefician del hecho de poder plantear preguntas directamente a aquellos a
los que estudian —otros seres humanos— y obtener respuestas que pueden entender. Esta
oportunidad de conversar con los participantes de los estudios y confirmar las interpretaciones
del investigador supone que los resultados de las investigaciones son, al menos en potencia,
incluso más fiables y más válidos que los de las ciencias naturales.

Sin embargo, esta situación crea dificultades con las que no tropiezan los científicos de la
naturaleza, porque las personas que saben que sus actividades se están estudiando muchas
veces no se comportan del mismo modo en que lo hacen normalmente. Consciente o
inconscientemente, pueden dar una imagen de sí mismas que difiere de sus actitudes
habituales.

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