Nunca podríamos aprender a ser valientes y pacientes, si solo hubiese

alegría en el mundo. (Helen Keller)

LA PACIENCIA
La paciencia es el valor que nos hace como personas: tolerar, comprender,
padecer y soportar los contratiempos y las advertencias con fortaleza y por ende
sin lamentos; esto es posible porque uno aprenda a actuar acorde a cada
circunstancia, moderando las palabras y controlando la conducta en esos
momentos. Paciencia, virtud que pocos tienen y quienes la tienen, se mantinenen
serenos con un fortaleza interior al saber esperar sin desesperar.
La paciencia es un rasgo del carácter que nos permite pasar por situaciones
caóticas sin derrumbarnos, permite educar a nuestros hijos sin gritos y aceptar a
los compañeros de trabajo sin deprimirnos; nos permite comandar sabiendo
aprovehar lo mejor del elemento humano para destacar lo más sobresaliente de
un grupo.
Paciencia es tener sobrada sabiduría sin importar alguna tonta habladuría y
es sabiamente aprender a escuchar lo que la mayoría se limita simplemente
a oír.
La persona que vive del valor de la paciencia, posee la sensibilidad para
afrontar las contrariedades conservando la calma y el equilibrio, logrando
comprender mejor la naturaleza de las circunstancias generando paz y
armonía a su alrededor.
Hasta el ser más imperativo de la vida presenta un grado de paciencia en su
manera de ser, aun cuando es sinónimo de dilación, también es semejante a
la calma, serenidad y tolerancia. Es aprender a valorar y disfrutar las cosas;
nada que se consiga rápidamente ofrece una gratificación duradera, la
paciencia da resultados muchos más duraderos, mucho más satisfactorios e
íntegros.

Señoras y señores.

KDTE DE IICM QUISHPE DE LA CRUZ ERICK JOEL