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HISTORIA

9. La crisis del sistema de la restauración y la caída de la monarquía (1902-1931)

9.1 Alfonso XIII y la crisis de la Restauración. Las fuerzas políticas de oposición


El reinado de Alfonso XIII se inicia en 1902, en medio del Desastre del 98 y con una crisis política
causada por la debilidad del turnismo tras la muerte de Cánovas y Sagasta y el debilitamiento del
caciquismo. Además, crecieron los movimientos de oposición al sistema de la Restauración.
Entre 1902 y 1905 hubo cinco gobiernos conservadores y de 1905 a 1907, seis liberales. En 1905,
con los liberales en el gobierno se produjo el enfrentamiento de los militares con el catalanismo por
una caricatura que se había publicado en una revista satírica catalana. Bajo la presión de los
militares, se aprobó la Ley de Jurisdicciones (1906) por la que las ofensas contra la patria serían
juzgadas por tribunales militares. Esta ley puso de manifiesto la influencia del ejército en la política.
Para conseguir cierta estabilidad, los partidos buscan reforzarse eligiendo nuevos líderes fuertes:
Antonio Maura en el Partido Conservador y José Canalejas en el Partido Liberal. El conservador
Antonio Maura (1907- 1909) intentó hacer hondas reformas políticas por iniciativa del propio
Gobierno sin alterar las bases del régimen e intentando evitar la revolución. La crisis de su gobierno
llegó con la Semana Trágica de Barcelona (1909): la política exterior tras el Desastre del 98 se
centró en Marruecos (Zona del Rif), un territorio habitado por bereberes que se rebelaron contra los
intentos de ocupación por parte de España. Por ello, Maura envió tropas de reserva, siendo la
mayoría de estos reservistas catalanes pertenecientes a las clases obreras, ya que los ricos se
estaban evitando ir gracias a pagar ciertas cantidades de dinero. Los sindicatos convocaron una
huelga general y el ejército llevó a cabo una dura represión para dominar los disturbios. Durante este
periodo se acusó al anarquista Ferrer I Guardia de ser uno de los cabecillas de la rebelión, por lo
que se llevó a cabo su ejecución. Su muerte provocó una gran conmoción dentro y fuera del país, lo
que motivó la dimisión de Maura.
Se inicia entonces el gobierno de Canalejas (1910-1912), del Partido Liberal, segundo intento de
regeneración del sistema de la Restauración desde el poder. Trató de abordar todos los problemas
del momento, con la Ley del Candado (se reducía el poder de la Iglesia), con leyes laborales para
mejorar la situación de los obreros o con una Ley de reclutamiento que eliminaba la posibilidad de
evitarlo por dinero. Además, llevó a cabo una política exitosa en Marruecos, definiendo finalmente el
protectorado con negociaciones con Francia, aunque no terminó el proyecto porque fue asesinado.
Al margen de la Restauración comenzó a crecer la oposición republicana (Partido Radical de
Alejandro Lerroux), nacionalista (el nacionalismo catalán, con la Lliga Regionalista que defendía la
autonomía de Cataluña; y nacionalismo el vasco, con el PNV que defendía la independencia del
Estado vasco) y anarcosindicalista (los anarquistas se organizaron en dos sindicatos: Solidaridad
Obrera y CNT, que defendía la acción directa mediante disturbios).

9.2 La intervención en Marruecos. Repercusiones de la Primera Guerra Mundial en España. La


crisis de 1917 y el trienio bolchevique
La Primera Guerra Mundial (1914-1918) contribuirá a acentuar la crisis en España. Durante la
Guerra, el gobierno decidió que España permanecería neutral, teniendo en cuenta la debilidad
económica y militar. La sociedad se dividió entre los que apoyaban al bando aliado (los liberales), los
que defendían a los alemanes (conservadores) y los anarquistas y socialistas que permanecieron
neutrales. La burguesía se enriqueció pero las clases productivas empeoraron las condiciones por la
subida de precios, aumentando las desigualdades y provocando el crecimiento del movimiento
obrero.
En medio de este contexto se produce la crisis de 1917 con tres conflictos principales: el problema
militar, el político y el social. El problema militar de las Juntas de Defensa se produjo por el rechazo al
sistema de ascensos que era por méritos y no por antigüedad, lo que llevó a que se crearan Juntas
por todo el país exigiendo esos cambios, por lo que el gobierno tuvo que ceder. La crisis política se
produjo cuando el presidente Dato, temiendo una respuesta a las concesiones que había hecho a los
militares, disolvió las Cortes. La Lliga Regionalista convocó a los diputados de la oposición en una
Asamblea de Parlamentarios en Barcelona, en la que reclamaron la dimisión del gobierno pero la

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reunión fue disuelta por la Guardia Civil. Tras esta situación, culminó la descomposición de los
partidos dinásticos y el fin del turnismo lo que acentuó la inestabilidad política con gobiernos débiles.
En las zonas agrarias, especialmente en Andalucía, creció la conflictividad social, pues el
campesinado estaba harto de sus terribles condiciones de vida y trabajo, dando lugar a diversas
movilizaciones iniciando el llamado “trienio bolchevique” (1918-1920) en el que consiguieron el
control de algunos ayuntamientos y la ocupación de tierras. A la vez se dieron movilizaciones obreras
en las ciudades llegando al culmen con la huelga de la Canadiense de Barcelona (1919), una
empresa eléctrica, que dejó prácticamente paralizada la ciudad un mes. Los enfrentamientos entre
patronal y obreros se volvieron tan violentos que el gobierno declaró el estado de guerra y dio el
control a los militares, que realizaron una dura represión con ejecuciones sin juicio previo.
La crisis final de la Restauración llegó con el desastre de Annual (1921), ya que tras terminada la
Gran Guerra, Francia retomó su política colonial en Marruecos, amenazando la presencia española
en la zona. El gobierno español, decidió completar la ocupación efectiva del territorio, donde el
general Berenguer inició la conquista del sector occidental y ordenó al general Silvestre parar los
enfrentamientos en el Rif. Sin embargo, Silvestre ignoró las órdenes y avanzó en la conquista, lo que
hizo que el líder rifeño, Abd-el-Krim, atacase a las tropas nacionales. Todo ello supuso la pérdida del
territorio, así como la muerte y desaparición de miles de soldados, incluyendo al general Silvestre.
La tragedia conmocionó a la opinión pública y el gobierno creó una comisión para investigarlo. Se
debatió sobre las responsabilidades, implicando al ejército, a los partidos y al rey y se intensificó la
crítica contra los militares. La comisión de investigación creó el Expediente Picasso en el que se
reconstruía lo sucedido y se proponía el cese de numerosos oficiales. En este contexto, el general
Primo de Rivera encabezó un golpe de Estado imponiendo así una dictadura.

9.3 La dictadura de Primo de Rivera. El final del reinado de Alfonso XIII


El 13 de septiembre de 1923 Primo de Rivera, lideró un pronunciamiento militar contra el gobierno,
motivado por el descontento del ejército en el desastre de Annual y el deseo de algunos generales de
evitar consecuencias del Expediente Picasso, además del rechazo del nacionalismo, republicanismo
y el movimiento obrero. Desde un contexto internacional, propicio con el triunfo del fascismo en Italia.
Primo de Rivera presentó la dictadura como un régimen provisional para solucionar la crisis,
liberando al país del turnismo, del caciquismo, de la revolución social y de la inestabilidad política.
Tuvo grandes apoyos de todos los sectores sociales excepto de los anarquistas y los comunistas.
El 15 de septiembre, el rey Alfonso XIII encargó a Primo de Rivera la formación de un nuevo gobierno
y le concedió el cargo de presidente y ministro único, iniciando el Directorio Militar (1923-1925). Se
constituyó presidente único asesorado por un Directorio Militar. Mantuvo el estado de guerra, prohibió
la bandera, el himno y la lengua catalanas en el ámbito público, impuso medidas represivas contra
los sindicatos y formó un partido único (la Unión Patriótica) siguiendo el modelo fascista italiano. Por
otro lado, venció definitivamente a Abd-el-Krim con el Desembarco de Alhucemas (1925) en una
ofensiva conjunta con Francia, lo que le dio gran popularidad. A finales de 1925 inició el período de
Directorio Civil (1925-1930) con la sustitución de los asesores militares por políticos de derechas
como Calvo Sotelo, con la intención de mantener el poder. La escasa conflictividad de la dictadura
se explica por la represión (contra los anarquistas) combinada con cierta política social pero en 1926
su dictadura entró en crisis, tras perder el apoyo de parte del ejército al establecer los ascensos por
méritos y disolver el Cuerpo de Artillería cuando se opusieron a la medida. También creció el
movimiento estudiantil, el republicanismo y los nacionalismos. Tras el crac de la bolsa de Nueva
York (1929), los problemas económicos aumentaron el descontento social y Primo de Rivera dimitió.
Alfonso XIII nombró jefe de Gobierno al general Berenguer iniciando la llamada “Dictablanda” en el
que se intentó volver al turnismo anterior. Sin embargo, los partidos republicanos, socialistas y
nacionalistas firmaron el Pacto de San Sebastián (1930) comprometiéndose a instaurar una
república con la intención de avanzar en las ideas políticas. Berenguer dimitió en 1931 dando paso a
un gobierno presidido por el almirante Aznar, quien convocó elecciones municipales y tras un triunfo
aplastante de los republicanos y los socialistas, precipitaron la abdicación del rey y la proclamación
de la República el 14 de abril de 1931.

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