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RESPONSABILIDAD CIVILSAN

UNIVERSIDAD – X CICLO
PEDRO

RESPONSABILIDAD
CIVIL DEL
ABOGADO

GRUPO N° 03: MORENO CERDÁN, WILLIAM


RENATO; MACHUCA CALDERÓN, JOSUÉ;
HARO REINA, SHAONNY; LONGOBARDI
TOLENTINO, BENJI; UGAS HUAMANCHUMO,
THAYLI.

CHIMBOTE-PERU
2021

1
DEDICATORIA

Este trabajo de investigación monográfico se lo dedicamos a Dios


y a nuestros padres; a quienes les debemos todo lo que tenemos
en esta vida; y quienes nos apoyan en las derrotas y celebran
nuestros triunfos.

A nuestros docentes, quienes son nuestros guías en el


aprendizaje, dándonos los últimos conocimientos para nuestro
buen desenvolvimiento en la sociedad.

2
INDICE

INTRODUCCIÓN..............................................................................5
CAPÍTULO I......................................................................................6
EL ABOGADO EN LA SOCIEDAD..................................................6
CONCEPTO DE ABOGADO.............................................................6

EL ABOGADO ANTE LA SOCIEDAD POLÍTICA.............................6

EL ABOGADO Y SU LEALTAD CON EL CLIENTE.........................7

CAPITULO II.....................................................................................9
EJERCICIO PROFESIONAL DEL ABOGADO................................9
FUNCION DEL ABOGADO...............................................................9

DEBERES DEL ABOGADO:.............................................................9

ABOGADO INDEPENDIENTE (LITIGANTE)..................................11

EJERCICIO PROFESIONAL DEL ABOGADO EN INSTITUCIONES


PÚBLICAS.......................................................................................13

EJERCICIO PROFESIONAL DEL ABOGADO EN INSTITUCIONES


PRIVADAS.......................................................................................13

CAPITULO III..................................................................................14
RESPONSABILIDAD CIVIL – ÉTICA Y ADMINSITRATIVA DE LOS
ABOGADOS...................................................................................14
RESPONSABILIDAD CIVIL DEL ABOGADO EN EL CÓDIGO
CIVIL PERUANO.............................................................................14

INICIO DE LA RELACIÓN ABOGADO – CLIENTE........................14

NATURALEZA DEL CONTRATO BAJO EL QUE EL ABOGADO


PRESTA SUS SERVICIOS..............................................................15

OBLIGACIÓN DE MEDIOS O DE RESULTADO............................16

3
LA RESPONSABILIDAD CIVIL.......................................................17

EL ARTÍCULO 1762........................................................................17

ESTÁNDAR DE ACTUACIÓN.........................................................19

LA RESPONSABILIDAD ÉTICA.....................................................20

RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA.......................................22

DERECHO A LA INFORMACIÓN................................................23
IDONEIDAD DEL SERVICIO........................................................23
RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA DERIVADA DEL
CODECO.......................................................................................24
INSTANCIAS A LAS QUE RECURRIR FRENTE AL DAÑO
OCASIONADO POR EL ABOGADO..............................................24

PODER JUDICIAL – RESPONSABILIDAD CIVIL.......................25


COLEGIO DE ABOGADOS – RESPONSABILIDAD ÉTICA.......25
INDECOPI – RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA...............27
¿POR QUÉ LOS CLIENTES NO RECURREN A ESTAS
INSTANCIAS?..............................................................................30
CAPÍTULO IV..................................................................................31
DERECHO COMPARADO..............................................................31
DERECHO COMPARADO RESPECTO A LA RESPONSABILIDAD
CIVIL DEL ABOGADO....................................................................31

COMPARACION DE LOS CODIGOS DE ETICA DE LOS


COLEGIOS DE ABOGADOS..........................................................32

CONTRASTACIÓN DE LOS CÓDIGOS DE ÉTICA.....................33


CONCLUSIONES:..........................................................................34
BIBLIOGRAFÍA...............................................................................35

4
INTRODUCCIÓN

La presente monografía se ha elaborado con la finalidad de presentar al lector un


análisis del tema denominado “Responsabilidad Civil del Abogado” trabajo que
tiene como objetivo investigar los diferentes tipos de responsabilidad en los que puede
incurrir un abogado o una abogada en el transcurso de un patrocinio para determinar si
actualmente las personas afectadas por un patrocinio deficiente pueden recibir una
reparación al daño sufrido.

En este trabajo queremos evaluar la responsabilidad del abogado desde la perspectiva


de las personas que contratan a un abogado para que los represente en un proceso o
para una asesoría de un tema específico. Cuando una empresa o un estudio de
abogados, por ejemplo, contrata a un abogado como trabajador, la relación es distinta si
bien no deja de ser abogado y debe observar el código de ética, existe subordinación y
un seguimiento del trabajo de abogado que normalmente funciona para prevenir el mal
accionar del abogado. El empleador puede dirigir y supervisar el trabajo del abogado, así
mismo tiene a su alcance sanciones laborales que puede ejecutar directamente.

5
CAPÍTULO I

EL ABOGADO EN LA SOCIEDAD

CONCEPTO DE ABOGADO.

El abogado es el profesional que ejerce la defensa jurídica en un juicio, así como los
procesos judiciales y administrativos ocasionados o sufridos por ella. Además, asesora y
da consejo en materias jurídicas. Los abogados son profesionales con conocimientos en
diversas áreas de la legislación (penal, laboral, comercial, administrativa, tributaria, entre
otras) y su formación implica conocimientos de historia, filosofía, cultura, literatura,
oratoria, economía, sociología, teleología, ciencias forenses y política, por lo cual suelen
ejercer cargos jerárquicos en la administración del Estado y su gobierno.

Pueden orientarse hacia un perfil privado, como asesor y representante de personas


naturales y/o jurídicas, o bien tener un perfil público ligado al gobierno y la administración
pública. En la mayoría de los ordenamientos de los diversos países, para el ejercicio de
esta profesión se requieren estudios universitarios en Derecho —licenciatura en Derecho
—, estar inscrito en un colegio de abogados o bien tener una autorización del Estado
para ejercer.

No solo se necesita conocer el Derecho en términos estrictamente técnicos, sino que


también hay que adquirir una serie de competencias que serán necesarias en el ejercicio
de la profesión. Se espera que un letrado sepa escuchar a sus clientes, o, por ejemplo,
sea eficaz a la hora de redactar un escrito.

El abogado tiene un deber primario y especial de lealtad respecto de aquellos dos sujetos
que han depositado en él su confianza de modo directo e inmediato: respecto de la
institucionalidad jurídica y la justicia, encarnadas en los diversos órganos e instituciones
del Estado, en cuanto representantes de la sociedad política, y respecto de su cliente, a
quien representa. De modo indirecto y mediato, en cambio, debe lealtad a todos aquellos
que, confiando en su decencia, no han realizado un acto explícito de autorización, pero
esperan razonablemente de él una conducta acorde a la dignidad de su investidura y la
nobleza de su función social: principalmente al juez, a su contraparte y al gremio en
general.

6
EL ABOGADO ANTE LA SOCIEDAD POLÍTICA.

La abogacía es una profesión liberal. En cuanto tal, está directamente ordenada a ciertos
bienes sociales que trascienden con mucho las estrictas necesidades o intereses de los
particulares. Es esta la razón por la que se exige una autorización explícita (una
“licencia”) para ejercerla. En su caso, ese bien social al que se ordena su actividad es la
justicia.

El primer deber del abogado, por lo tanto, en virtud del cual adquiere cualquier otro,
incluso con sus clientes, es un deber respecto de la sociedad política. Este deber primario
y radical es, de hecho, aquel que especifica su profesión: el abogado (como el juez) es en
primer lugar un defensor y un servidor de la justicia, pues es solo esta defensa de la
justicia lo que explica su facultad de participar en los procesos judiciales (y jurídicos en
general) como representante de alguna de las partes. Si no fuera por esta necesidad de
obtener el mayor grado de justicia que sea posible en una sociedad imperfecta, en la que
nuestro conocimiento de la verdad (sobre todo la verdad relativa a lo que es debido al
otro) es siempre parcial y limitado, no se explica la existencia de hombres
profesionalmente consagrados a la defensa de lo que haya de justo y verdadero en las
pretensiones e intereses de cada una de las partes.

La función del jurista en general y del abogado en particular es la recomposición de las


relaciones interpersonales que constituyen el tejido social lacerado por los conflictos; y el
abogado la cumple, sobre todo, traduciendo los intereses de su cliente en razones
jurídicas capaces de fundar el propio derecho y de impugnar los intereses contrarios. La
representación de los intereses del propio cliente, por lo tanto, no se opone, sino que se
funda en la radical ordenación de la actividad jurídica a la mayor realización
humanamente posible de la justicia. La defensa técnica de esos intereses, traduciéndolos
en derechos, es precisamente lo que exige esa justicia política a la cual el abogado se
debe en primer lugar.

De modo que su primer deber de lealtad respecto de la sociedad, la primera obligación


que le impone la fidelidad a la función social que le ha sido encomendada y a cuyo
cumplimiento se ha vinculado con solemne juramento, no es un abstracto y etéreo ideal
de justicia respecto del cual nada se puede prometer, porque escapa a las capacidades
de un solo hombre, sino la defensa fiel y competente de los legítimos intereses de sus
clientes. Y no primariamente en cuanto son justos, sino en cuanto son de su cliente.

7
EL ABOGADO Y SU LEALTAD CON EL CLIENTE.

En la relación del abogado con su cliente se hace particularmente explícita la vinculación


de la lealtad con la buena fe y, por lo mismo, la naturaleza rigurosamente personal de su
fundamento. En efecto, esta relación tiene su causa y está constituida por un acto de
confianza.

Tiene su causa en la confianza, pues la relación profesional se constituye en el momento


en el que el cliente confía sus pretensiones e intereses al abogado y le revela su propia
situación personal: sus fines, las circunstancias, las dificultades que enfrenta para
obtenerlos y las causas de esas dificultades. Todos aspectos estrictamente personales y
no pocas veces íntimos.

La naturaleza personal y vinculante del deber de lealtad se hace particularmente evidente


en estos casos de cese de servicios, pues está en el límite de lo exigible en justicia. Así,
por ejemplo, parece evidente, dado el tipo de vínculo adquirido y el fin al que se ordena,
que el abogado no puede dejar indefenso a su cliente. Asimismo, una vez concluida la
relación profesional el abogado que tomare conocimiento o recibiere noticia de un hecho,
directamente en razón de un encargo profesional anterior, y de cuya ignorancia puede
devenir algún perjuicio para el cliente, deberá informárselo a la brevedad posible.

Aquello que es personal e íntimo no es la naturaleza de la relación, la cual es, por el


contrario, y como lo indica su nombre, rigurosamente profesional, sino su fundamento. Es
decir, la relación entre el abogado y su cliente queda circunscrita a aquellos ámbitos en
los que aquel ha sido explícitamente facultado para representarlo o aconsejarlo. De
hecho, terminada la relación profesional, no subsiste más deber de lealtad entre ambos
que el relativo a esa relación pasada. Al respecto, no tiene ya deber alguno de defender
los intereses del cliente, pero sí de no atentar contra ellos.

Lo contrario de la lealtad, el comportamiento desleal, consiste siempre en una cierta


violación de la confianza dada, sea porque se actúa contra los intereses del cliente o bien
porque, sin actuar contra ellos, se la utiliza para fines ajenos a la relación profesional en
provecho del abogado. Se trata, en ambos casos, de una traición de la confianza
depositada en él. (Letelier Widow, 2014)

8
CAPITULO II

EJERCICIO PROFESIONAL DEL ABOGADO


Previamente para determinar la responsabilidad civil del abogado, se debe abordar las
funciones, deberes en la ética del ejercicio profesional del Abogado.

FUNCION DEL ABOGADO.

La abogacía como profesión liberal, cumple una función social al servicio del Derecho y la
Justicia, siendo su objetivo esencial la convivencia social de los hombres como fuente
fecunda de paz, libertad, progreso y bienestar general y cuya acción no se limita al solo
éxito de la causa que patrocina o de la función que cumple en el órgano jurisdiccional o
en una entidad pública o privada, sino que busca conseguir que la convivencia social sea
fuente fecunda de paz, libertad, progreso y bienestar general, lo que implica cumplir
deberes con la comunidad, con los colegas y consigo mismo, que si bien interesan a la
propia dignidad, pero influyen de manera indirecta en el prestigio de esta noble profesión.

DEBERES DEL ABOGADO:

 El abogado y la abogada son servidores de la justicia y su deber profesional es


defender los derechos de sus patrocinados, honrando la confianza depositada en
su labor; la cual debe desempeñarse con estricta observancia de las normas
jurídicas y de una conducta ética que refleje el honor y la dignidad profesional.
 Actuar con sujeción a los principios de lealtad, probidad, veracidad, honradez,
eficacia y buena fe; así como del honor y dignidad propios de la Profesión;
 Orientar su actuación al servicio preferente de la sociedad y apoyar en especial a
los sectores carentes de recursos económicos, para hacer prevalecer el Derecho
y alcanzar Justicia;
 Cumplir oportuna y eficientemente los demás deberes y obligaciones
profesionales establecidas en la ley y en las normas del Colegio de Abogados al
que pertenece.
 El abogado debe obedecer la ley, no debe inducir a otros a que la infrinjan, ni
aconsejar actos ilegales. Debe promover la confianza del público en que la justicia
puede alcanzarse con el cumplimiento de las reglas del Estado de Derecho.
 El abogado debe inspirar con sus actuaciones la confianza y el respeto de la
ciudadanía por la profesión de abogado. Debe abstenerse de toda conducta que
pueda desprestigiar la profesión.

9
 En sus manifestaciones, el abogado debe exponer con claridad los hechos, el
derecho aplicable al caso, y las pretensiones de su cliente. No debe declarar con
falsedad. El abogado no debe realizar citas doctrinarias o jurisprudenciales
inexistentes.
 Es deber del abogado ejercitar la puntualidad en el cumplimiento de sus
actividades profesionales.
 El abogado debe actuar en todo momento, conforme a lo establecido por el
Código de Ética del Abogado. No debe utilizar a terceros para eludir el
cumplimiento de dichas obligaciones.
 Es deber del abogado defender el interés del cliente de manera diligente y con un
elevado estándar de competencia profesional.
 El abogado debe actuar atendiendo estrictamente a las instrucciones del cliente;
no actuará en un asunto sino por voluntad expresa del cliente y de acuerdo con el
encargo encomendado. El abogado no debe contrariar la voluntad del cliente, aun
cuando crea que ello sería lo más adecuado para la defensa del interés del
cliente.
 En el supuesto que la voluntad del cliente pudiese perjudicar su propio interés, el
abogado deberá explicarle oportunamente las implicancias de lo que desea lograr;
no obstante, deberá respetar la decisión de su cliente respecto a los objetivos de
la representación y los medios a utilizar para lograrlos.
 Cuando la capacidad del cliente para tomar decisiones razonadas sobre su propio
interés esté afectada por minoría de edad, condición mental o cualquier otra
razón, el abogado deberá consultar con individuos o entidades que tienen la
capacidad de tomar decisiones para proteger el interés del cliente. El abogado
debe adoptar las medidas que estime pertinentes si considera que la persona
responsable está tomando decisiones que afectan el interés del cliente.
 El secreto profesional es el deber de reserva que tiene el abogado para proteger y
mantener en la más estricta confidencialidad los hechos e información referidos a
un cliente o potencial cliente que conoce con ocasión de la relación profesional.
 El abogado no debe aceptar, ni continuar con el patrocinio, cuando su ejercicio
profesional pueda verse afectado por intereses personales, por motivo de
amistad, parentesco, factores ideológicos, políticos, culturales u otros análogos.
 El abogado debe respeto a la Autoridad en todas sus actuaciones, conforme a lo
establecido en la Ley Orgánica del Poder Judicial, Ley Orgánica del Ministerio

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Público y leyes complementarias, así como leyes orgánicas de organismos
públicos que cuentan con tribunales o salas especiales nacionales.
 El abogado debe instruir a su cliente que no debe ofrecer, directa o
indirectamente, regalos, prestaciones en especie, ni otras dádivas o beneficios de
cualquier índole a la autoridad. Si su cliente incurre en esta inconducta, el
abogado tiene el deber de renunciar al patrocinio.
 El abogado debe aconsejar a su cliente que cumpla las órdenes de la autoridad;
debiendo informar al cliente sobre las consecuencias legales de incumplir los
mandatos de la autoridad. En el supuesto que el cliente realice actos indebidos o
actuaciones indecorosas el abogado deberá exhortarle que rectifique y cese su
inconducta, caso contrario podrá renunciar al patrocinio.
 El abogado no puede destruir pruebas pertinentes al caso, ni solicitar o inducir
directa o indirectamente que otra persona lo haga. No debe participar en la
falsificación o adulteración de pruebas, ni obtenerlas vulnerando los derechos de
terceros.
 El abogado no debe utilizar medios que representen una injerencia para el
ejercicio imparcial e independiente de la autoridad, sin perjuicio del ejercicio de su
derecho a la libertad de expresión. Asimismo, el abogado debe instruir a su cliente
que no debe ejercer influencia sobre la autoridad apelando a vinculaciones
políticas, familiares, de amistad, o de otro tipo que sean ajenas al patrocinio.
 En sus manifestaciones, el abogado debe exponer con claridad los hechos, el
derecho aplicable al caso, y las pretensiones de su cliente. No debe declarar con
falsedad. Incurre en grave responsabilidad, el abogado que induzca a error a la
autoridad utilizando artificios que oculten la verdad de los hechos o expongan una
falsa aplicación del derecho. El abogado no debe realizar citas doctrinarias o
jurisprudenciales inexistentes o tendenciosas, es decir, exponerlas en forma tal
que se aparten de la opinión o sentido brindado por el autor
 Los abogados deben mantener debido respeto y consideración con los demás
colegas y la parte contraria.
 El abogado debe esforzarse por ser un ejemplo de idoneidad ética para sus
colegas, en especial para los futuros profesionales del Derecho. (Perú, 2012)

ABOGADO INDEPENDIENTE (LITIGANTE).

Naturaleza jurídica de la relación abogado-cliente, la mayoría de los juristas consideran


que se trata de contrato de arrendamiento de servicios, otros un contrato de mandato;
Nosotros consideramos que no puede ser ninguno de ellos, puesto que, si fuera

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arrendamiento, habría subordinación ante su cliente por parte del abogado; y si es
mandato, el abogado estaría al mandato del mandante (como sabemos el Abogado al
cumplir su función, lo hace con total independencia). Por consiguiente, consideramos que
se trata de un Contrato de Locación de Servicios, donde el cliente se obliga a pagar los
honorarios; y el Abogado a asumir la defensa con diligencia y responsabilidad.

El contrato de servicios profesionales del Abogado, es muy diferente a los otros tipos de
contrato que plantea la doctrina, porque aparte de que el Abogado asumirá con
responsabilidad su función y el cliente pagarle su honorario, lo que prima en este contrato
es la lealtad, confianza (elemento fundamental de la profesión del abogado) que debe
mostrar el abogado al cliente. (Garrido Suarez, 2010)

Si hablamos por ejemplo de un proceso penal, donde por medio está en juego la libertad
del patrocinado, éste deposita incluso su fe de quedar libre en el abogado; otro ejemplo,
en un proceso civil, cuando el patrocinado está por perder su única casa, para la defensa
de ello, deposita toda su confianza en el abogado.

Como se observa con estos ejemplos, la función del abogado, no sólo tiene
transcendencia privada, también tiene trascendencia pública (la comunidad, que es grupo
de personas dentro de una ciudad, saben de antemano a que abogado acudir en caso de
tener problemas judiciales, porque han escuchado comentarios de otros miembros de la
comunidad que tal o cual abogado es bueno o malo).

La doctrina mayoritaria, al considerar que la obligación contractual del abogado es de


medios y no de resultados; puesto que lo que se debe exigirse al abogado, es la
diligencia, responsabilidad, desplegar todos sus conocimientos acordes a los avances del
derecho, sea cual fue el resultado.

Si bien la doctrina en el campo jurídico tiene diferentes planteamientos en cuanto a la


naturaleza jurídica de la relación abogado-cliente, lo que debe primar, lo más importante,
sea cual sea el tipo de contrato, a través del cual se contrata servicios de un Abogado, es
la confianza que debe existir en la persona del letrado, quién tiene en relación a su cliente
una responsabilidad ética y moral.

Actualmente también está en debate el daño moral por la llamada perdida de oportunidad
del cliente, este tipo de daño se produce, cuando el abogado no interpone una demanda,
una excepción, un medio de defensa, en el plazo oportuno; entonces la pregunta viene en
el sentido: ¿Qué hubiera pasado si el abogado, hubiera planteado el medio de defensa
en el plazo establecido?

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EJERCICIO PROFESIONAL DEL ABOGADO EN INSTITUCIONES PÚBLICAS.

En este rubro está comprendido los abogados que trabajan en el Poder Judicial
(magistrados en sus diferentes niveles: vocales supremos, superiores, jueces; relatores,
secretarios, asistentes, etc.); Ministerio Público (fiscales supremos, superiores,
provinciales, adjuntos; asistentes, etc.); abogados que trabajan en las Oficinas de
Asesoría Jurídica; Procuradurías (Anticorrupción, Regionales, Municipales, etc.);
Defensoría del Pueblo. Abogados que trabajan como asesores de Gerentes, de
Directores de Instituciones Públicas.

EJERCICIO PROFESIONAL DEL ABOGADO EN INSTITUCIONES PRIVADAS.

Dentro de ello, tenemos a los abogados que trabajan en ONGs., fundaciones, Empresas
privadas (Cooperativas, Cajas, etc.). (Palomino Meza, 2014).

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CAPITULO III

RESPONSABILIDAD CIVIL – ÉTICA Y ADMINSITRATIVA DE LOS


ABOGADOS
Las decisiones y actuaciones de los abogados deben respetar la legislación vigente. Así,
en el caso de que causen algún tipo de daño a su cliente, bien sea por negligencia, por
falta de profesionalidad o de forma consciente, deberán responder por ello. Es lo que se
conoce como la responsabilidad profesional del abogado.

Durante la representación de su cliente, el abogado debe respetar tanto las leyes


vigentes como los códigos deontológicos y éticos y, en caso de incumplimiento y de que
cause un perjuicio a su cliente, sea por acción u omisión, será necesario depurar las
pertinentes responsabilidades en que se incurra: civil, penal y disciplinaria. (Revista,
2020)

RESPONSABILIDAD CIVIL DEL ABOGADO EN EL CÓDIGO CIVIL PERUANO.

Si se revisa el Art. 1762 de la norma sustantiva civil, que prescribe: "Si la prestación de
servicios implica la solución de asuntos profesionales o de problemas técnicos de
especial dificultad, el prestador de servicios no responde por los daños o perjuicios, sino
en caso de dolo o culpa inexcusable", encontramos que esta regulación de la
responsabilidad civil por la prestación de servicios profesionales (donde está
comprendido el Abogado), supone un privilegio del status del profesional, toda vez que
limita su responsabilidad por los servicios prestados, sólo a su actuar con dolo o culpa
inexcusable y obliga con la carga de la prueba al perjudicado, así lo expresa el Art. 1330
de la norma sustantiva civil: "La prueba del dolo o de la culpa inexcusable corresponde al
perjudicado por la inejecución de la obligación, o por su cumplimiento parcial, tardío o
defectuoso".

Esta regulación limita la posibilidad de exigir la responsabilidad civil del abogado por
culpa en todas sus formas, ello va en perjuicio de los litigantes. Es decir, al abogado, se
le puede demandar, siempre y cuando su negligencia fuera muy grave imperdonable,
caso contrario no pasa nada. Si bien el Art. 1320 del Código Civil regula la culpa leve, en
el caso de negligencias de los profesionales no se toma en cuenta, hecho que va en
perjuicio del litigante.

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INICIO DE LA RELACIÓN ABOGADO – CLIENTE.

Consideramos que es un buen aporte el del Código voluntario de buenas prácticas del
abogado el de establecer la pauta para determinar cuándo se inicia la relación
profesional, esto particularmente importante porque en gran parte de los casos
patrocinados por abogados de forma individual no se suele firmar contratos.

El artículo 10 del Código voluntario de buenas prácticas del abogado establece que “La
relación Abogado-Cliente se establece cuando el Cliente Potencial manifiesta al Abogado
su intención sería de que este le proporcione servicios profesionales, y el Abogado
consiente expresa o tácitamente en prestarlos.”

Aún si no media un contrato escrito ni se han entregado, por ejemplo, documentos


necesarios para cumplir determinado encargo, u honorarios profesionales, consideramos
que desde el momento en que se dé lo señalado por el artículo 10 se debe entender que
se ha iniciado el patrocinio bajo un contrato verbal.

NATURALEZA DEL CONTRATO BAJO EL QUE EL ABOGADO PRESTA SUS


SERVICIOS

El abogado presta sus servicios en el marco de algún contrato de prestación de servicios


verbal o escrito. Se considera que la prestación de servicios no es, pues, en sí, un
contrato, por lo cual no puede celebrarse un contrato de prestación de servicios, ya que
carece de contenido propio. Sólo pueden celebrarse, a título de prestación de servicios,
los contratos nominados o innominados de que tratan los artículos 1756 y 1757 del
Código Civil. (De la Puente y Lavalle , 1996)

Entre los cinco contratos nominados de prestación de servicios que establece el Código
Civil sólo dos son aplicables al servicio que brindan los abogados. Lo más común es que
se trate del contrato de Locación de servicios, aunque también es posible que se trate del
contrato de mandato.

La locación de servicios está regulada de forma general con los demás contratos de
prestación de servicios en el capítulo primero del título IX del Libro VII Fuentes de las
Obligaciones del CC, y específicamente del art. 1764 al 1770 del CC.

El art. 1764 define este contrato: “Por la locación de servicios el locador se obliga, sin
estar subordinado al comitente, a prestarle sus servicios por cierto tiempo o para un
trabajo determinado, a cambio de una retribución.”

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Este contrato tiene naturaleza sinalagmática pues las prestaciones (realizar el servicio –
pagar los honorarios profesionales) son recíprocas y una tiene su razón de ser en la otra.
Esto es importante porque si una prestación deviene en imposible, o sencillamente se
incumple, la otra prestación no tiene razón de ser por lo que no debe ser cumplida o, si
cabe, debe ser devuelta.

Por ejemplo, un cliente encarga a un abogado iniciar un proceso judicial y le paga el 50%
del monto acordado a título de honorarios profesionales, si el abogado no interpone la
demanda y más aún el plazo de prescripción se cumple, y ya no es posible accionar, no
hay razón para que el abogado retenga la prestación recibida y debe devolverla. Además,
el cliente ya no está obligado a abonar el 50% restante de lo pactado como honorarios
profesionales.

OBLIGACIÓN DE MEDIOS O DE RESULTADO.

Esta distinción es importante para la verificación del incumplimiento y los diferentes


remedios aplicables. Generalmente se señala que en la obligación de resultados lo que el
acreedor espera, la razón por la contrató y el objeto del contrato es un resultado
específico de modo que si este no se consigue habrá incumplimiento.

En cambio, en las obligaciones de medios si bien se persigue determinado resultado, el


objeto de la prestación es desplegar los medios necesarios para alcanzar el resultado
esperado, no habrá incumplimiento necesariamente si no se alcanza el resultado.

EN la obligación de resultado el deudor se compromete a obtenerlo (el resultado) siempre


que no se lo impida una causa no imputable a él; en la obligación de medios, en cambio,
además de la causa no imputable, el resultado puede escapar, por otras razones ajenas
que tanto deudor como acreedor conocen, a la actividad de aquél. En la obligación de
resultado los medios son indispensables para obtenerlo, pero también son suficientes
para ello, salvo causa no imputable; en la obligación de medios, éstos también son
necesarios para obtener un resultado, pero no son suficientes, pues existen además
factores aleatorios que están conocidamente fuera del dominio del deudor. (De la Puente
y Lavalle , 1996)

Por ejemplo, podemos evaluar la naturaleza de algunas prestaciones comunes:

a. No iniciación de demanda o no contestación, en este caso se trata de una


obligación de resultado pues depende únicamente del trabajo del abogado
(suponiendo que el cliente ha entregado toda la información y documentación

16
necesaria) redactar el escrito de interposición de demanda o de contestación y
está bajo su control que estos escritos contengan la información recibida y lo que
en forma y fondo exige la ley. Por ejemplo, el abogado no interpuso la demanda a
pesar de haber recibido los documentos necesarios y haber cobrado una parte de
los honorarios profesionales pactados.
b. El éxito del proceso en sí, esta se trata de una obligación de medios pues nadie
puede garantizar que un proceso judicial o de otro tipo se va a ganar pues
depende de factores externos a la labor del abogado. En este caso la obligación
del abogado es únicamente procurara con diligencia la obtención del resultado
esperado y no necesariamente es responsable si se pierde el proceso.
c. No presentar las pruebas de descargo, presentar en el proceso las pruebas
facilitadas oportunamente por el cliente es una obligación de resultados pues
depende únicamente del abogado, para poder cumplir esta obligación el abogado
esto debe conocer la forma y plazo para presentar pruebas de acuerdo con el
proceso del que se trate.

LA RESPONSABILIDAD CIVIL

La responsabilidad civil contractual se da cuando una parte en un contrato incumple una


de sus obligaciones contractuales y genera un daño.

Para que tenga lugar la Responsabilidad Civil Contractual, aparte de los requisitos
generales de la Responsabilidad Civil, se requiere de dos presupuestos básicos: Que
exista un vínculo contractual válido anterior al hecho perjudicial y, que se produzca un
daño como consecuencia del incumplimiento de una o más obligaciones contractuales,
precontractuales, post-contractuales o de la ley. También puede derivarse tal
Responsabilidad del incumplimiento de una obligación nacida de una manifestación
unilateral de voluntad. (Jaramillo Sánchez, 1988)

El daño que se alega debe ser probado por el que dice haberlo sufrido. En los casos de
los servicios prestados por los abogados, entre otros, es de aplicación una norma
especial: el artículo 1762

A diferencia de la responsabilidad extracontractual, en la responsabilidad contractual sólo


se obliga al deudor a resarcir los daños previsibles al tiempo que fue asumida la
obligación a menos que el incumplimiento derive del dolo. (León & Reyes, 1998)

17
EL ARTÍCULO 1762.

El artículo 1762 se encuentra en la sección de disposiciones generales de la prestación


de servicios y regula la responsabilidad contractual del prestador de servicios respecto
del comitente:

Artículo 1762.- Si la prestación de servicios implica la solución de asuntos profesionales o


de problemas técnicos de especial dificultad, el prestador de servicios no responde por
los daños y perjuicios, sino en caso de dolo o culpa inexcusable. Este artículo claramente
aplica para el servicio prestado por los abogados porque se trata de “asuntos
profesionales”.

Este artículo prescribe una excepción a la norma general del art. 1321 por la que los
profesionales solo responden por dolo o culpa inexcusable a diferencia de la regla
general en la que se responde también por culpa leve. Cabe precisar los diferentes
conceptos utilizados en el artículo 1762.

El dolo en el incumplimiento es definido por el art. 1318 del Código Civil: “Procede con
dolo quien deliberadamente no ejecuta la obligación” Manuel de la Puente y Lavalle cita
la Exposición de motivos del Código Civil donde se señala que el dolo existe cuando el
deudor tiene la voluntad de no cumplir su obligación, ya sea con el propósito de causar
un daño al acreedor o no; y esta característica, justamente, hace el dolo diferente de la
culpa, sea que se trate de culpa inexcusable o culpa leve. (De la Puente y Lavalle , 1996)

El dolo aparece cuando el incumplimiento del deudor le es reprochable por haber querido
infringir el deber de cumplir con la prestación a que estaba sujeto, sin que importe si
existió o no la voluntad de causar un daño al acreedor, por lo tanto, define el dolo como la
intención y voluntad de no cumplir con la prestación que se debe. Las consecuencias por
incumplir una obligación deliberada o voluntariamente son que el deudor va a tener que
responder por todos los daños y perjuicios causados al acreedor que constituyan
consecuencia inmediata y directa de este incumplimiento

Por ejemplo, se evidencia dolo por parte de un abogado que claramente tenía la intención
y voluntad de no cumplir con la prestación a la que se había comprometido. A pesar de
haber recibido los documentos necesarios para iniciar la demanda de nulidad de acto
jurídico, y a pesar de haber recibido una parte de los honorarios profesionales totales
pactados, no realizó acción alguna sin informar al cliente o señalar una razón. Más aún,
cuando el cliente le reclamó y le solicitó la devolución de sus documentos y del dinero el

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abogado no le explicó por qué no había cumplido la prestación comprometida (en este
caso se trataba de una obligación de resultados) y no le devolvió ni los documentos ni el
pago a pesar que no tenía ningún título para retener el dinero.

Por otro lado, el art. 1319 establece que: “Incurre en culpa inexcusable quien por
negligencia grave no ejecuta la obligación.” Y de acuerdo con el 1320 “Actúa con culpa
leve quien omite aquella diligencia ordinaria exigida por la naturaleza de la obligación y
que corresponda a las circunstancias de las personas, el tiempo y del lugar.” La
negligencia en este caso consiste en una acción u omisión no querida, pero que obedece
a la torpeza o a la falta de atención del deudor.

La culpa inexcusable es fundamentalmente, un concepto de la responsabilidad


extracontractual, que puede generar ciertas dificultades al ser trasladada al campo de la
responsabilidad contractual. Parecería que, en el salto de una responsabilidad a la otra la
culpa inexcusable ha quedado simplemente reducida a la culpa grave clásica. La culpa
grave no consiste en causar daños graves sino en no obrar con la diligencia que las
personas menos cuidadosas y más estúpidas hubieran puesto, cualquiera que sea la
gravedad de los daños se requiere un mínimo de diligencia. (De Trazegnies Granda,
2001)

La culpa inexcusable (o negligencia grave de acuerdo con este autor) “es el grado más
alto de la culpa y consiste en la omisión de todos los deberes de diligencia. Se trata de un
grado de culpa tan grave, “que no tiene perdón para el derecho”, al punto de asignarle las
mismas consecuencias que al incumplimiento doloso de la obligación.

Para determinar en cada caso si se trata de culpa leve o inexcusable el juez evaluará las
circunstancias de las personas, el tiempo y el lugar. Consideramos que para este
propósito se debe tomar en cuenta lo dispuesto por el código de ética del abogado como
estándar de conducta.

ESTÁNDAR DE ACTUACIÓN

No hay problemas con el dolo pues si se demuestra éste, la responsabilidad es clara. La


dificultad está en determinar cuándo se trata de culpa leve y cuándo de culpa inexcusable
pues de esta determinación depende que el abogado sea responsable por daños y
perjuicios o no.

19
Consideramos que es de utilidad mencionar la reflexión de León y Reyes respecto del art.
1314 (Quien actúa con la diligencia ordinaria requerida, no es imputable por la
inejecución de la obligación o por su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso).

Estos autores postulan que el art. 1314 tendría que ser de aplicación restringida a los
casos de obligaciones de medios, pues en estas “la diligencia cumple un rol fundamental
para establecer cuándo el comportamiento del deudor ha coincidido con lo
razonablemente exigible para el logro de ese interés (…)”.

Por el contrario, en las obligaciones de resultado los estos autores consideran que: (…)
no es admisible la diligencia como criterio para la medición del comportamiento del
deudor dirigida a la exoneración de la responsabilidad. (…). El abogado que compromete
frente a su cliente la elaboración de un informe, como el odontólogo que debe diseñar
una prótesis dental, (…) y no cumplen con la entrega de lo adeudado no pueden
pretender quedar al margen de las consecuencias jurídicas de su actuar, por el solo
hecho de que actuaron diligentemente. ¿Dónde está la diligencia, si el resultado
esperado no se ha verificado? ¿De qué es demostrativa la diligencias en estos
supuestos? (León & Reyes, 1998)

Respecto del art. 1762 estos autores consideran que es un despropósito interpretarlo de
forma literal pues los asuntos profesionales y los problemas de especial dificultad a los
que se refiere la norma comprenden a toda la actividad profesional del abogado. Estos
autores coinciden con la propuesta de interpretar el art. 1762 de forma restrictiva.
Consideramos que estas reflexiones son pertinentes para el caso que evaluamos y
coincidimos plenamente con León y Reyes en que el estándar de diligencia sólo es
aplicable a las obligaciones de medios.

En conclusión, el art. 1762 debería ser sólo de aplicación para las obligaciones de medios
y en este caso también se debería evaluar objetivamente si el encargo específico es uno
de “especial dificultad”. De lo contrario se sobreprotege a los profesionales, en este caso
a los abogados, en desmedro de los clientes.

LA RESPONSABILIDAD ÉTICA.

El Código de ética del abogado vigente fue promulgado en abril de 2012 por la Junta de
Decanos de los Colegios de Abogados del Perú. Este Código de obligatorio cumplimiento
para todos los abogados colegiados en todo territorio nacional.

20
De acuerdo con el art. 1 del Código, el abogado debe observar las normas del mismo en
el ejercicio de la profesión, en la actividad pública o privada que desarrolle o en el cargo
público que desempeñe por elección o designación, incluye la función jurisdiccional y
notarial.

En el art. 3 se establece que la misión de la profesión es “la defensa de los derechos de


las personas y la consolidación del Estado de Derecho, la justicia y el orden social.

La probidad e integridad de la conducta del abogado, cualquiera fuere el ámbito en el que


se desempeñe, es esencial para el adecuado funcionamiento del sistema de justicia, la
vigencia del Estado de Derecho y la vida en sociedad.

Consideramos que este artículo es muy importante porque enfatiza que el abogado en
ejercicio de su profesión tiene un rol muy importante dentro del adecuado funcionamiento
del sistema de justicia.

En forma general se establece, art. 5, que el abogado debe “defender los derechos de
sus patrocinados, honrando la confianza depositada en su labor; la cual debe
desempeñarse con estricta observancia de las normas jurídicas y de una conducta ética
que refleje el honor y la dignidad profesional.”

En cuanto al inicio de la relación profesional, el Código establece que el abogado “debe


explicarle al cliente con claridad, suficiencia e idoneidad los alcances e implicancias de la
relación profesional. (art. 15)” se recomienda establecer por escrito el alcance del
encargo.

El Código también establece (art.51) que el abogado debe ser transparente y claro con el
cliente al inicio de la relación profesional respecto de sus honorarios y los gastos que
representa en cumplimiento del encargo, se recomienda pactar los mismo por escrito.

De acuerdo con los casos que hemos podido conocer este deber raramente se cumple,
particularmente cuando se trata de abogados que ejercer su profesión individualmente.
Este deber es muy importante pues con esta información esencial el cliente puede decidir
si va a contratar con el abogado o incluso si desea continuar con el encargo.

La falta de claridad en los honorarios y sobre todo en los gastos en los que el cliente va a
incurrir para poder ejecutar adecuadamente el encargo puede ser particularmente dañosa
para el cliente pues quizás de haber conocido esta información habría podido evaluar si
podía afrontar estos gastos o no, y sus opciones en este caso, por ejemplo, solicitar
auxilio judicial o no llevar adelante el encargo.

21
Muchas veces los abogados no son claros con los gastos y honorarios y durante el
desarrollo de la relación profesional informan por primera vez de la necesidad de realizar
ciertos gastos, más grave aún no suelen rendir cuentas del dinero recibido por concepto
de gastos.

Hemos podido observar que estos deberes se incumplen frecuentemente, normalmente


el abogado no informa al cliente de sus actuaciones ni le explica las diferentes estrategias
u opciones que tiene para que pueda decidir.

La comunicación no suele ser muy fluida por lo que no preguntamos como el abogado
podría conocer la voluntad de sus clientes si no se comunica con estos ni pone en su
conocimiento sus actuaciones para su consideración. Más grave aún, en algunas
ocasiones el abogado no sigue las instrucciones de su cliente y contraria su voluntad. Si
bien es cierto que el abogado puede y debe informar al cliente que una decisión particular
podría perjudicar su interés, es el cliente el que decide y el abogado debe actuar de
acuerdo con esta voluntad.

Es verdad que los clientes también deben observar una mínima diligencia en verificar las
actuaciones de sus abogados, pero debido a la confianza, a que consideran que se trata
de un asunto especializado, y a que el abogado suele asegurar que se va a encargar de
todo y el cliente no debe hacer nada, normalmente no lo hacen

El secreto profesional, art. 30, es el deber de reserva que tiene el abogado “para proteger
y mantener en la más estricta confidencialidad los hechos e información referidos a un
cliente o potencial cliente que conoce con ocasión de la relación profesional.” El cliente
confía en el abogado y comparte información privada y reservada con este por lo que el
abogado no puede revelarla a menos que el cliente lo permita o se dé un supuesto de
revelación obligatoria.

El art. 38 señala “El abogado no debe aceptar, ni continuar con el patrocinio, cuando su
ejercicio profesional pueda verse afectado por intereses personales, por motivo de
amistad, parentesco, factores ideológicos, políticos, culturales u otros análogos. El
abogado cuidará que su renuncia no perjudique sustancialmente el interés del cliente,
debiendo comunicar su intención de renunciar con la debida antelación, facilitando la
intervención de otro abogado y la entrega de la documentación que le fuera
encomendada vinculada con el patrocinio, así como el dinero adelantado por honorarios
que correspondan a servicios no prestados y gastos no incurridos.

22
RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA

El Código de protección y defensa del Consumidor (CODECO), en plena vigencia desde


el 2011, establece que protege al consumidor en una relación de consumo o en una
etapa anterior a ésta, y aplica a las relaciones de consumo celebradas en el territorio
nacional o cuando sus efectos se producen en éste.

Consideramos que el CODECO aplica para las relaciones abogado-cliente pues en el art.
IV.1 define a los Consumidores o usuarios (en este caso los clientes) como “Las
personas naturales o jurídicas que adquieren, utilizan o disfrutan como destinatarios
finales productos o servicios materiales e inmateriales, en beneficio propio o de su grupo
familiar o social, actuando así en un ámbito ajeno a una actividad empresarial o
profesional.

Así mismo en el art. IV.2 define a los Proveedores como “Las personas naturales o
jurídicas, de derecho público o privado, que de manera habitual fabrican, suministran
productos o prestan servicios de cualquier naturaleza a los consumidores.”

Por otro lado, el CODECO define el Servicio en el Art. IV.4: “Es cualquier actividad de
prestación de servicios que se ofrece en el mercado, inclusive los servicios técnicos y
profesionales. No están incluidos los servicios que prestan las personas bajo relación de
dependencia.”, y a la Relación de consumo en el Art. IV.5 “Es la relación por la cual un
consumidor adquiere un producto o contrata un servicio con un proveedor a cambio de
una contraprestación económica.

DERECHO A LA INFORMACIÓN

El CODECO establece como una obligación de los proveedores (art.2) la de brindar la


información relevante que se necesaria para tomar una decisión o realizar una elección
adecuada de consumo y que la información debe ser veraz, suficiente, de fácil
comprensión, apropiada, oportuna y fácilmente accesible, debiendo ser brindada en
idioma castellano.” entre otros. Así mismo está prohibida, en el art. 3, toda información o
presentación u omisión de información que induzca al consumidor a error. En el caso de
los abogados esta obligación debe observarse al momento de ofrecer los servicios
profesionales, el abogado debe informar como mínimo clara y suficientemente su
propuesta para abordar el proceso o los pasos a seguir en la realización del encargo; los

23
honorarios profesionales a ser cobrados señalando claramente el monto y la oportunidad
en la que los mismos deben ser abonados; los gastos adicionales que el encargo o
patrocinio importa y las probabilidades de éxito cuando se trate de una obligación de
medios, particularmente en el caso de un proceso.

Según hemos podido recoger, suele suceder que los abogados aseguran un resultado
positivo y rápido cuando son plenamente conscientes que nadie puede garantizar ese
ofrecimiento porque depende de muchos factores externos.

Así mismo muchos de los abogados no señalan claramente el monto y oportunidad de los
honorarios profesionales ni los costos que implican determinados procedimientos y por el
contrario van solicitando durante el patrocinio los diferentes montos, y muchas veces con
carácter de urgencia, de modo que el cliente no puede planificar adecuadamente el
dinero que va a tener que abonar o no puede preveer desde el principio el costo total
aproximado, información con la que quizás su decisión hubiera sido diferente.

IDONEIDAD DEL SERVICIO

En el caso del servicio que brindan los profesionales del Derecho lo que el cliente espera
se deriva de lo ofrecido por el abogado, de lo conversado y acordado con el mismo y lo
que incluye una mínima diligencia en el patrocinio.

La mínima diligencia incluye realizar acciones que se dirijan a la obtención del resultado
tanto si se trata de una obligación de medios como de resultado, e informar al cliente del
desarrollo del patrocinio.

Esto podría parecer obvio pero una queja recurrente de parte de las personas
entrevistadas y los casos atendidos es precisamente que a pesar de haber abonado los
honorarios profesionales y haber entregado la información y documentos pertinentes el
abogado “no hace nada” no realiza ninguna acción para impulsar el proceso, no inicia la
demanda, no presenta los documentos pertinentes y ciertamente no informa al cliente.

Así mismo el cliente razonablemente espera que el abogado conozca la normativa


aplicable a su caso si ha aceptado patrocinarlo, y más aún si se presenta como
especialista en la materia, o en su defecto que va a averiguarla por lo que equivocaciones
respecto a este tema normalmente no son excusables.

24
Además, es razonable suponer que el abogado conoce y adecúa su comportamiento a lo
dispuesto por el Código de Ética del abogado. Si el abogado actúa dolosamente en
contra del interés del cliente es evidente que esta obligación se ha omitido.

RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA DERIVADA DEL CODECO.

El proveedor que infrinja alguna disposición del CODECO es administrativamente


responsable de acuerdo con el art. 104: El proveedor es administrativamente responsable
por la falta de idoneidad o calidad, el riesgo injustificado o la omisión o defecto de
información, o cualquier otra infracción a lo establecido en el presente Código y demás
normas complementarias de protección al consumidor, sobre un producto o servicio
determinado.

Si un cliente considera que su abogado ha incumplido alguna disposición de CODECO en


su perjuicio puede denunciar al abogado ante Indecopi.

INSTANCIAS A LAS QUE RECURRIR FRENTE AL DAÑO OCASIONADO POR


EL ABOGADO

Ante el mal accionar de un abogado es posible acudir ante diferentes instancias de


acuerdo a la competencia de cada una. Es teóricamente posible accionar en las
siguientes instancias de forma concurrente.

PODER JUDICIAL – RESPONSABILIDAD CIVIL

Una primera opción para el cliente que considere que su abogado le ha causado un daño
como parte del patrocinio es acudir al Poder Judicial e iniciar un proceso de conocimiento
demandando la responsabilidad contractual del abogado.

Se puede pedir la resolución de contrato, la devolución de las prestaciones, si cabe, en


cuanto la otra parte (al abogado) no haya cumplido y los daños y perjuicios. Es una
opción si se puede acreditar un incumplimiento de acuerdo con lo que hemos señalado
respecto del art. 1762.

En materia de daños y perjuicios cabe solicitar lo perdido por concepto de daño


emergente (empobrecimiento), lucro cesante (se deja de percibir un ingreso patrimonial
cierto), pérdida de la chance (se pierde la oportunidad de obtener una ventaja, por
ejemplo, ya no se podrá evaluar su pretensión en un juicio), daño moral y daño a la
persona.

25
El plazo de prescripción es de diez años de acuerdo con el art. 2001.1 pues se trata de
una acción personal.

COLEGIO DE ABOGADOS – RESPONSABILIDAD ÉTICA

Los Colegios Profesionales en general cumplen una función pública muy importante en el
control del ejercicio profesional de sus miembros. En el caso del Colegio de Abogados
consideramos que su actuación es muy importante para prevenir actuaciones muy
dañosas de los abogados para la sociedad en general pues al ser parte del sistema de
justicia contribuyen a su mejor funcionamiento y prestigio o, todo lo contrario.

De acuerdo con el art. 20 de la Constitución los Colegios Profesionales son “instituciones


autónomas con personalidad de derecho público.” y la Sentencia del Tribunal
Constitucional recaída sobre el expediente N.º 3954-2006-PA/TC21 señala en su
considerando que “los colegios profesionales poseen un ámbito propio de actuación y
decisión.”, esta autonomía es administrativa y económica.

En el considerando 8 de la misma sentencia el Tribunal Constitucional considera que los


Colegios Profesionales son instituciones creadas para tutelares intereses públicos, cuyos
fines guardan estrecha relación, o están directamente conectados, con los intereses
profesionales propios de sus integrantes. Puede afirmarse entonces que su finalidad
esencial, pero no la única, es el control del ejercicio profesional de sus miembros.

Finalmente, el considerando 7 de esta sentencia señala, citando a Luis Calvo que:

La justificación última de la constitucionalización de los colegios profesionales radica en


“incorporar una garantía, frente a la sociedad, de que los profesionales actúan
correctamente en su ejercicio profesional. Pues, en último extremo, las actuaciones
profesionales afectan directamente a los propios ciudadanos que recaban los servicios de
los profesionales, comprometiendo valores fundamentales que los ciudadanos confían a
los profesionales. Semejante entrega demanda por la sociedad el aseguramiento de la
responsabilidad del profesional en el supuesto de que no actúe de acuerdo con lo que se
considera por el propio grupo profesional, de acuerdo con sus patrones éticos, como
correcto o adecuado. (Calvo Sánchez, 1998)

El Colegio de Abogados no otorga indemnizaciones a favor de denunciantes pues no es


de su competencia. De acuerdo con el art. 106, la acción disciplinaria “prescribe a los
cinco años desde el día que se cometió el último acto constitutivo de la infracción. El
inicio del proceso disciplinario interrumpe el cómputo del plazo de prescripción.”

26
En estricto estas sanciones no suponen una reparación para los daños patrimoniales que
un cliente ha podido sufrir, pero podrían ser una reparación al daño moral sufrido, es
decir el daño extra patrimonial (por no ser cuantificable en dinero) que importa un
sufrimiento del afectado.

Algunas causas de este daño moral podrían ser sufrimiento ante lo que se considera
tiempo perdido si no se llegó a ningún resultado por una negligencia del abogado y se
debe empezar de nuevo, el sufrimiento por una oportunidad perdida cuando, por ejemplo,
el mal accionar del abogado ocasiona la pérdida de la opción de accionar en un proceso,
entre otros.

En el caso del daño moral podría significar una reparación el tener el reconocimiento del
daño, de la infracción ética cometida por el abogado y que este sea sancionado
incentivando así que no vuelva a repetir la conducta dañosa y que otros abogados
tampoco cometan esta infracción.

Estas resoluciones han sido apeladas por algunos abogados sancionados a través del
recurso de amparo ante jueces especializados en lo constitucional, llegando incluso ante
el Tribunal Constitucional.

Cabe resaltar que la sanción disciplinaria que el Colegio de Abogados pueda imponer es
independiente a cualquier otra sanción o pago de indemnización que se determine en
otro fuero con otra competencia, el art. 79 del Código de ética especifica que “La
celebración de una conciliación o una transacción con el cliente, e incluso el pago
indemnizatorio, no eximen al abogado de la responsabilidad disciplinaria que deba asumir
con arreglo a lo establecido en este Código.”

INDECOPI – RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA.

Otro camino que pueden tomar los clientes afectados por un abogado que no cumplió el
servicio de forma idónea es presentar una denuncia ante Indecopi en base a los derechos
y deberes establecidos para proveedores y consumidores en el Código de Protección y
Defensa del Consumidor (CODECO).

Si un cliente considera que su abogado ha incumplido alguna disposición de CODECO en


su perjuicio puede denunciar al abogado ante Indecopi. El objetivo sería que Indecopi

27
inicie en contra del abogado un procedimiento sancionador por infracción a las normas de
protección al consumidor.

De acuerdo con el art. 107, los procedimientos sancionadores se inician de oficio y su


origen puede ser la “denuncia del consumidor afectado o del que potencialmente pudiera
verse afectado”. No se trata de un proceso entre el proveedor denunciado y el
consumidor que denuncia con Indecopi como un ente imparcial como en el Poder Judicial
sino que se trata de un procedimiento sancionador de Indecopi como autoridad
administrativa y el proveedor como administrado pero, de acuerdo con el art. 107, el
consumidor que ha denunciado puede constituirse como parte y puede “participar en el
procedimiento e interponer los recursos contra la resolución que deniegue el inicio del
procedimiento y contra cualquier otra resolución impugnable que les produzca agravio.”
Así mismo, el consumidor afectado puede solicitar medidas correctivas a su favor.

Si en el procedimiento sancionador se encuentra responsabilidad administrativa en el


proveedor, en este caso el abogado, Indecopi puede establecer sanciones
administrativas en su contra de acuerdo con el art. 110. Estas sanciones pueden ser
amonestación o multas de hasta cuatrocientos cincuenta (450) Unidades Impositivas
Tributarias (UIT) de acuerdo con la gravedad de la infracción, las infracciones se
clasifican en leves (amonestación o multa de hasta 50 UIT), graves (multa de hasta 150
UIT) y muy graves (hasta 450 UIT). En el mismo artículo se precisa que Las sanciones
administrativas son impuestas sin perjuicio de las medidas correctivas que ordene el
Indecopi y de la responsabilidad civil o penal que pueda corresponder.

Cabe resaltar que el plazo de prescripción de la infracción administrativa es de 2 años


desde el día que se cometió la infracción o desde que cesa si se trata de una infracción
continuada (art. 121).

Como hemos señalado, el consumidor constituido como parte puede solicitar medidas
correctivas en su favor (art.), estas pueden ser reparadoras o complementarias, ambas
también pueden ser dictarlas de oficio y en el caso de las primeras siempre que se haya
informado expresamente de esa posibilidad al proveedor en la notificación del
procedimiento (art. 114).

Las medidas correctivas reparadoras tienen el objeto de resarcir las consecuencias


patrimoniales directas e inmediatas ocasionadas al consumidor por la infracción
administrativa a su estado anterior y la aplicable para los abogados son los siguientes.

28
 Cumplir con ejecutar la prestación u obligación asumida; y si esto no resulte
posible o no sea razonable, otra de efectos equivalentes, incluyendo prestaciones
dinerarias.
 Cumplir con ejecutar otras prestaciones u obligaciones legales o convencionales a
su cargo.
 Devolver la contraprestación pagada por el consumidor, más los intereses legales
correspondientes, cuando la reparación, reposición, o cumplimiento de la
prestación u obligación, según sea el caso, no resulte posible o no sea razonable
según las circunstancias.
 En los supuestos de pagos indebidos o en exceso, devolver estos montos, más
los intereses correspondientes.
 Pagar los gastos incurridos por el consumidor para mitigar las consecuencias de
la infracción administrativa.
 Otras medidas reparadoras análogas de efectos equivalentes a las anteriores.

Respecto del supuesto del literal f el art. 97 regula de forma específica los casos en los
que el consumidor tiene el derecho a una nueva ejecución del servicio, o a la devolución
de la contraprestación pagada. Entre los casos señalados taxativamente consideramos
que el único que puede ser aplicable al caso de los servicios prestados por abogados es
el literal f: “art. 97.f. Cuando el producto o servicio no se adecue razonablemente a los
términos de la oferta, promoción o publicidad.

Este caso se da cuando el servicio no se ajusta a lo ofrecido por el abogado. No es un


caso poco común, los abogados suelen ofrecer una solución rápida y satisfactoria a
sabiendas que no es posible asegurar un resultado cuando se trata de procesos que
dependen de factores fuera de su alcance.

También suelen ofrecer que van a prestar toda la atención debida al patrocinio y que van
a mantener informado al cliente de toda actuación dentro del patrocinio y no lo hacen,
más grave aún ofrecen llevar a buen término la demanda y ni siquiera la interponen.

Respecto de lo establecido en el literal g en relación a la devolución de pagos indebidos o


en exceso el art. 99 establece el plazo de prescripción de la acción para solicitar la
devolución de los pagos en exceso en 2 años desde la fecha en que tuvo lugar el pago, y
5 años para el caso de los pagos indebidos.

29
Este caso se puede dar, por ejemplo, cuando el abogado solicita abonar al cliente cierto
monto para los gastos de tramitación de una demanda, de inscripción de un título o
gastos notariales y el monto solicitado es mayor al costo real de los trámites.

También se puede dar el caso de un pago indebido cuando se pagan los honorarios
profesionales pactados pero el abogado no realiza ninguna actuación, en el momento de
la entrega no se trataba de un pago indebido, pero deviene en tal pues al no haber
realizado su contraprestación, el abogado no tiene título para retener el dinero pagado.

Las medidas correctivas reparadoras si bien pueden incluir, por ejemplo, las devoluciones
de los pagos hechos al proveedor no constituyen indemnizaciones pues este no es
potestad ni objetivo de Indecopi. En la realidad pueden constituir para el consumidor una
reparación al daño emergente (daño que constituye empobrecimiento de la víctima) por lo
que deben ser descontadas si la victima obtiene también una indemnización, de otro
modo el consumidor de beneficiaría de forma indebida.

Respecto de las medidas correctivas complementarias, estas tienen el objeto de revertir


los efectos de la conducta infractora o evitar que esta se produzca nuevamente en el
futuro (art. 116) el artículo 116 contiene una lista no taxativa. Algunas que pueden
resultar aplicables son: a. Que el proveedor cumpla con atender la solicitud de
información requerida por el consumidor, siempre que dicho requerimiento guarde
relación con el producto adquirido o servicio contratado. b. Declarar inexigibles las
cláusulas que han sido identificadas como abusivas en el procedimiento.

¿POR QUÉ LOS CLIENTES NO RECURREN A ESTAS INSTANCIAS?

Las distintas razones expresadas por las personas de los casos que anexamos son:

 Representa una pérdida de tiempo porque probablemente no logre nada.


 Representa una pérdida de dinero por la misma razón.
 No hay certeza de obtener una indemnización o satisfacción.
 Los abogados no van a sancionar a un colega.
 Todavía no han resuelto el asunto por el que buscaron al abogado en primer lugar
por lo que prefieren concentrase en ese.
 Constituye otro problema.
 Pérdida de confianza en los abogados y el sistema en general.
 No conocen de abogados que hayan sido sancionados.
 Denunciar al abogado le ocasionaría otros problemas (en el caso en el que el
abogado es el abogado del sindicato).

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En general los clientes afectados concuerdan en señalar que no han denunciado a su
abogado porque no creen que vayan a obtener una reparación al daño sufrido y aun si la
consiguieran el proceso para obtenerla significa una inversión de tiempo y dinero y otro
abogado, además de otro problema que no están dispuestos a asumir. Los beneficios
parecen ser mucho menores a los costos.

Además, en muchos casos el asunto por el que habían contactado al abogado en primer
lugar aún no ha sido resuelto y prefieren concentrar su tiempo y dinero en resolver ese
asunto antes de iniciar nuevos procesos aun si estos significaran la reparación de los
daños sufridos. (Loaiza Porcel, 2016)

31
CAPÍTULO IV

DERECHO COMPARADO

DERECHO COMPARADO RESPECTO A LA RESPONSABILIDAD CIVIL DEL


ABOGADO

CÓDIGO CIVIL ARGENTINO

En este código se observa que el factor de conexión culpa, para responsabilizar al


deudor, está definido en forma amplia. Y con total precisión expresa que el pago del daño
moral procede en las indemnizaciones por responsabilidad contractual. En este código el
tipo de contrato celebrado por el abogado y su cliente, es una de locación de servicios.
(Martinez, 2000)

Revisado el Código Procesal Civil Argentino, en su Art. 5232, se tiene que el mandatario
debe abonar en el mismo proceso las costas, que fueran impuestas por su negligencia.

CÓDIGO CIVIL CHILENO

Tradicionalmente se ha creído que la principal fuente de inspiración del Código Civil


Chileno ha sido el Code Civil Napoleónico. Aunque esto es cierto en materia de
obligaciones y contratos, no lo es las demás áreas. La principal fuente fue las Siete
Partidas de Alfonso X. Se regula las obligaciones y contratos en el Libro Cuarto del
Código Civil.

Del análisis de los artículos del Capítulo Cuarto, manifiesto que el Código Civil Chileno,
regula la responsabilidad civil por culpa leve en las obligaciones de hacer, ello implica
que se indemniza no sólo en casos de culpa inexcusable, sino es amplia la regulación
que hace. Igualmente se tiene que los servicios prestados por un profesional, está
comprendido como un contrato de arrendamiento.

CÓDIGO CIVIL BRASILEÑO

Este código regula la indemnización por culpa en las obligaciones de hacer, en toda su
amplitud, es decir todo tipo de culpa. Regula la responsabilidad civil (daños y perjuicios
originados por responsabilidad contractual, extracontractual, por la comisión de delitos)
en su Título IX.

32
RESPONSABILIDAD CIVIL EN EL DERECHO CIVIL FRANCÉS

La gran novedad del Código Civil de 1804 es la afirmación del principio general de
responsabilidad civil extracontractual por culpa. A finales del Siglo XIX y en la primera
mitad del siglo XX tres puntos pudieron aparecer como esenciales en la evolución de la
responsabilidad civil, la primera la reparación de los daños y perjuicios que tiene su
origen en un accidente de tránsito; el segundo la distinción de las obligaciones de medios
y de resultados; y tercero la prohibición de acumulación de la responsabilidad contractual
con la extracontractual.

El actual Código Francés fue aprobado el 18/JUN/2003, mediante Ley 2003-516, procede
la responsabilidad por culpa en todas sus formas.

CÓDIGO CIVIL ITALIANO

Este código regula las obligaciones en su Libro Cuarto, y en cuanto a la obligación de


hacer de un profesional, expresa que tiene que ser con la diligencia, de ello se deduce
que procede la indemnización por daños y perjuicios por culpa en todas sus formas.

COMPARACION DE LOS CODIGOS DE ETICA DE LOS COLEGIOS DE


ABOGADOS.

Dentro de este rubro se analizará el Código de Ética de los Colegios de Abogados del
Perú; luego se hará una comparación con los Códigos de Éticas de otros países como:
Argentina, Chille y Brasil.

CÓDIGO DE ÉTICA DEL COLEGIO DE ABOGADOS DEL PERÚ

Este código es aplicable en toda su amplitud, cuando se trata de transgresiones a los


deberes, incurridos por los colegiados como profesional liberal (los que asumen la
defensa). Es un Código que establece las obligaciones de los abogados para con su
cliente; la relación con su cliente, con los operadores en el Poder Judicial y con los
colegas; establece las sanciones a imponerse.

CÓDIGO DE ÉTICA DEL COLEGIO DE ABOGADOS DE ARGENTINA

Contiene los deberes fundamentales respecto al orden jurídico institucional, deberes


fundamentales con el colegio, con los colegas, con su cliente; deberes fundamentales
respecto a la administración de justicia; y por ultimo regula la sanción disciplinaria.

33
CÓDIGO DE ÉTICA DEL COLEGIO DE ABOGADOS DE CHILE

Similar en su estructura a los Códigos de Ética del Colegio de Abogados del Perú y Chile,
con la única diferencia, que este código no contiene las sanciones disciplinarias a
imponerse. El procedimiento administrativo disciplinario de los abogados, está regulado
en su Reglamento.

CÓDIGO DE ÉTICA DEL COLEGIO DE ABOGADOS DE BRASIL

En este país, el ejercicio de la Abogacía se encuentra bajo la competencia de la Orden


Nacional de los Abogados (OAB).

Mediante la aplicación de la Ley N° 8.906. En este país es de destacar el requisito de


rendir examen (consiste en un aproximado de cien preguntas; al año la Orden organiza
casi cuatro veces, el abogado se puede presentar tantas veces que sea necesario hasta
aprobar) ante el OAB, para ser considerado como abogado habilitado. El cumplimiento de
este requisito hace que los abogados habilitados sean en si preparados para asumir la
defensa de los casos.

CONTRASTACIÓN DE LOS CÓDIGOS DE ÉTICA

Como primera contrastación se debe señalar que las transgresiones a las obligaciones
previstas en los Códigos de Éticas del Abogado tanto del Perú, como de los países de
Argentina, Chile y Brasil, traen como consecuencia la imposición de sanciones
administrativas que se aplican de acuerdo a la gravedad de la infracción, siendo la
infracción más grave la destitución del colegiado.

Muy interesante y para tener en cuenta, el requisito de rendir examen para lograr la
habilitación para un agremiado en el Colegio de Abogados de Brasil, veo que este
requisito, hace posible que los abogados que ejercerán la profesión de abogado, tengan
que ser bien preparados y capacitados.

34
CONCLUSIONES:

Una vez concluida la presente investigación, compete señalar las respectivas


conclusiones:

 En el Código Civil Peruano, es cerrado la normatividad en cuanto a la


responsabilidad civil de los profesionales, al no regular la responsabilidad de
los profesionales por todas las formas de culpa (sólo acepta la culpa
inexcusable).
 La normatividad civil sustantiva en cuanto a responsabilidad civil de los
profesionales (abogados), es perjuicioso para el perjudicado; porque sólo
procede la demanda por dolo y culpa inexcusable, donde esta segunda causal
es muy difícil de probar.
 La naturaleza del contrato por el cual el abogado presta sus servicios
profesionales es normalmente la Locación de servicios, se trata de un contrato
sinalagmático y puede contener obligaciones de medios, de resultado o
ambas.
 El abogado puede ser responsable civilmente si incumple el contrato y genera
daños a su cliente. De acuerdo con el tipo de obligación se toma en cuenta el
estándar de actuación establecido por el art. 1762
 Ante el mal patrocinio de un abogado, el cliente que se considere afectado
puede recurrir al Poder Judicial, al Colegio de Abogados y al Indecopi
concurrentemente pues cada institución tiene una competencia particular.
 El Colegio de abogados en particular tiene un rol importante en la prevención
de la mala praxis de los abogados para con sus clientes pues sus sanciones
pueden ser muy severas y particularmente disuasivas.

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BIBLIOGRAFÍA

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