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Sacramento Penitencia
Sacramento Penitencia
Que expresan el carácter permanente y dejan una marca indeleble en quien los recibe,
y por lo tanto solo puede ser administrado una vez a cada creyente. Son el Bautismo,
la Confirmación, el Matrimonio y el Orden;
Aquellos que se pueden administrar reiteradamente.
¿Por qué nos ha dado Cristo el sacramento de la Penitencia y la Unción de los enfermos?
El amor de Cristo se muestra en que busca a quienes están perdidos y cura a los enfermos. Por
eso se nos dan los Sacramentos de la curación y restauración, en los que nos vemos liberados
del pecado y confortados en la debilidad corporal y espiritual.
La Unción de los enfermos es el sacramento por el cual el sacerdote reza y unge a los
enfermos para estimularles la cura mediante la fe, escucha los lamentos de ellos y les
promueve el perdón de Dios.
Base teológica[editar]
La tradición de la Iglesia toma normalmente la afirmación de los apóstoles de Jesús, según
la cual este les había dado poder para perdonar los pecados en nombre de Dios. Los
sucesores de los apóstoles escribieron que estos les habían transmitido dicha facultad —
entre otras—. Como mayor referencia, se lee en el Evangelio de Juan:
Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se
los retengáis, les quedan retenidos.
Juan 20, 23
Mateo 9, 6-7
Santiago 5, 16
Además es sabido, por el libro de los Hechos de los Apóstoles, que la confesión de los
pecados era una práctica habitual en la Iglesia primitiva, por lo menos en su forma
pública.2
Por otra parte fue Dios mismo entregó el ministerio de reconciliación:
... y todo esto proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por Cristo, y nos encomendó el
ministerio de la reconciliación. Nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Somos pues
embajadores de Cristo, como si Dios exhortara por medio de nosotros. Os suplicamos en nombre de
Cristo ¡Reconcíliense con Dios! 2 Cor 5:18-20
HIJO PRÓDIGO
"Sólo Dios perdona los pecados (cf Mc 2,7). Porque Jesús es el Hijo de Dios, dice de sí
mismo: "El Hijo del hombre tiene poder de perdonar los pecados en la tierra" (Mc 2,10) y
ejerce ese poder divino: "Tus pecados están perdonados" (Mc 2,5; Lc 7,48). Más aún, en
virtud de su autoridad divina, Jesús confiere este poder a los hombres (cf Jn 20,21-23)
para que lo ejerzan en su nombre".5
La gracia sacramental que recibimos es: perdón de los pecados y estar en Gracia con Dios.