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Derecho Contitucional - Aspectos Sustanciales de Las Contituciones de América Latina en El Siglo XIX
Derecho Contitucional - Aspectos Sustanciales de Las Contituciones de América Latina en El Siglo XIX
Objetivo: ........................................................................................................................ 3
Introducción: ................................................................................................................. 3
3. Bibliografía ......................................................................................................15
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Aspectos sustanciales de las Constituciones de América Latina en el Siglo XIX
1. Unidad 1: Constituciones en
America Latina
Tema 1: Aspectos sustanciales de las Constituciones de
América Latina en el Siglo XIX
Objetivo:
Introducción:
Durante el último cuarto del Siglo XVIII, sucedieron en el mundo dos acontecimientos
que causaron transformaciones radicales dentro del orden político y constitucional,
© Universidad Estatal de Milagro – UNEMI
estos hechos estuvieron separados únicamente por 13 años, así surge la Revolución
Americana en el año 1776 y la Revolución Francesa de 1789. Este último, selló la
transición con un hecho político, como fue la declaración de derechos del hombre y del
ciudadano, enfrentando el estado con el poder Monarca, lo cual arroja como resultado
un cambio de sistema de gobierno dentro del mismo estado francés.
Este documento señaló como fuente de todos los derechos a la naturaleza, dando
realce al derecho natural, del cual no se podía despojar a ningún ser, pese a que se
encuentre en estado de sociedad; asimismo identifico al pueblo como origen del
poder. Así se puede recalcar que la Declaración de Derechos de Virginia pregono el
nacimiento del hoy conocido como constitucionalismo moderno, en numerando
derechos, y señalando criterios que se consideraron fundacionales. Aunque esta
declaración tuvo sus antecedentes en la Constitución de New Hampshire del 5 de
enero de 1776, y en la Constitución de Carolina del Sur de 26 de marzo de 1776.
Empero lo cual, aquellos documentos no reconocieron la soberanía popular, ni a los
derechos humanos propios del derecho natural e inherentes al hombre o a una
constitución como fundamento del gobierno, estando aun aferrados a sus
connotaciones tradicionales y siendo muy similares en lenguaje a la constitución
inglesa.
estructurales del gobierno que habían sido discutidos momentos previos, pero que por
primera vez aparecían en un documento público en forma coherente, siendo la base
del nuevo orden político. Su importancia radica en la soberanía del pueblo, principios
universales, derechos humanos, gobierno representativo, la constitución como ley
suprema, separación de poderes, gobierno limitado, responsabilidad y obligación de
rendir cuentas del gobierno, independencia judicial e imparcialidad, y el derecho de la
gente a reformar su propio gobierno, o poder constituyente del pueblo, mismos que
fueron contemplados en la Declaración de Derechos de Virginia.
Revolución Francesa
Primero, surge la idea de existencia de la Constitución como carta escrita política, que
emana de la soberanía popular, de esencia rígida y permanente, con normas de rango
superior; organizadora del aparato estatal (parte orgánica) y a la vez declarativa de
derechos y garantías (parte dogmática),
revoluciones del año 1810 hasta los años 1826 y 1830, incluso posteriores.
civilizado apegado a un orden constitucional. De tal forma que fueron las grandes
elites políticas las que promovieron la necesidad de una Constitución formal, quienes
se convirtieron posteriormente en constituyentes.
La idea de que todas las normas y las acciones del Estado deben ajustarse a la
Constitución y que esta conformidad puede ser objeto de examen judicial, se ha
extendido de forma vertiginosa hasta los más remotos lugares del subcontinente,
desde sus orígenes norteamericanos en la famosa sentencia del juez Marshall,
proferida en 1803 con ocasión del caso Marbury vs. Madison, y su reelaboración
europea en el artículo de Hans Kelsen "Wesen und Entwicklung der
Staatsgerichtbarkeit”. (Kelsen H. , 1929, p. 37).
Se ha reconocido que los gobiernos de turno deben estar atados al mástil que
representan los derechos fundamentales y las reglas del juego político establecidas en
la Constitución, para que no sucumban ante los cantos de sirena provenientes de las
coyunturas políticas. Se ha tomado conciencia de que el terrorismo, las crisis
económicas y los cataclismos telúricos, políticos y sociales, que en todo tiempo
acechan la estabilidad de nuestras naciones, incitan a la restricción sin límites de la
libertad y a soslayar que la pervivencia del Estado no puede pretenderse a costa de los
derechos fundamentales. (Pulido, 2007, p. 6)
Dieter Grimm (1991) ha señalado: "la extensión de las funciones del moderno
Welfare State trae consigo un déficit de reglamentación constitucional" y un déficit
operativo para la democracia. Esta aserción descansa sobre dos argumentos
principales. Tras el primero puede advertirse la melodía de la identificación kelseniana
Por esta razón, la jurisdicción debe limitar su actividad a controlar que el medio
seleccionado por el legislador o la administración para obtener un objetivo
constitucional legítimo no sea desproporcionado; que no restrinja otro derecho
fundamental más allá de lo debido. El juez debe convertirse entonces en un valedor de
la concordancia práctica que debe imperar entre los diversos principios
constitucionales. (Hesse, 1992)
© Universidad Estatal de Milagro – UNEMI
son demasiado flexibles manifestando los siguiente: Uno de los aspectos más
importantes y criticados de las nuevas Constituciones (por ejemplo, las recientemente
aprobadas en Ecuador y el Estado Plurinacional de Bolivia, o la Constitución de
Colombia de 1991, o la Argentina de 1994) es que ellas incluyen largas listas de
derechos (sociales, políticos, culturales, económicos). Las referencias a los derechos de
los ancianos, los niños, el derecho al deporte, a la alimentación adecuada, los derechos
de la naturaleza y un larguísimo etcétera han generado, habitualmente, burlas y
menosprecio sobre los nuevos textos. Si uno mira a la muy austera Constitución de los
Estados Unidos, que contiene siete artículos (y una veintena de enmiendas), y la
compara con los más de 400 artículos que uno encuentra en las Constituciones de
Brasil, Ecuador o Bolivia, uno no puede sino sorprenderse. Muchos han hecho
referencia, entonces, a las nuevas Constituciones latinoamericanas como “poéticas”:
Constituciones que no hablan de la realidad, sino que incluyen expresiones de deseos,
sueños, aspiraciones, sin ningún contacto con la vida real de los países en donde se
aplican.1
La etapa social de entre 1917 y 1980, con una influencia externa del continente
europeo que nace una tendencia a defender lo social, cuestiones humanitarias que se
olvidaron en las dos etapas anteriores, quieren ser reivindicadas con modificaciones en
esta etapa.
1 Por ejemplo, la nueva Constitución de la Argentina dio jerarquía constitucional a numerosos tratados
internacionales de derechos humanos, a través del artículo 75 inc. 22 (seguramente su principal
novedad, en materia de introducción de nuevos derechos); además de prescribir expresamente otros no
incorporados en su versión previa, como los relacionados con el medio ambiente, los consumidores, las
acciones de amparo y habeas data, etcétera (ver, por caso, artículos 41, 42 y 43). La Constitución del
Estado Plurinacional de Bolivia incluye, entre otros, los derechos de los grupos sociales (niños,
adolescentes, jóvenes: artículos 58 al 61), las familias (artículos 62 al 66), adultos mayores (artículos 67 a
69), personas con discapacidad (artículos 70 a 72), personas privadas de libertad (artículos 73 y 74),
pueblos indígenas (artículos 30 a 32), usuarios y consumidores (artículos 75 y 76). También hace
referencia a los derechos económicos, al medio ambiente (artículos 33 y 34), a la salud y seguridad
social (artículos 35 a 45), al trabajo (artículos 46 a 55), a la propiedad (artículos 56 y 57), a los derechos
sexuales y reproductivos (artículo 66); a la educación (artículos 77 a 90), las culturas (artículos 98 a 102),
el deporte (artículos 104 y 105), y la comunicación (artículos 106 y 107).
Esta constitución mexicana tuvo gran influencia y se podría decir que fue un
detonador para que varios países de la región realicen Constituciones similares como
en los siguientes países: Brasil en 1937, Bolivia en 1938, Cuba en 1940, Ecuador en
1945, Argentina en 1949 y Costa Rica en 1949.
En los años 1980 los países de la región establecieron normativa para este
fenómeno de la reelección de los primeros Presidenciables después de varios años de
dictaduras, Ecuador (en 1978), Guatemala (1985), Honduras (1982), Colombia (1991) y
Paraguay (1992).
3. Bibliografía
» Kelsen, H. (2000). La teoría pura del Derecho. Buenos Aires : Losadan S.A.