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Conrado Hock Los cuatro Ua eer LC Ce UTP) y¥ educacion de la persona Apostoles de la Palabra Conrado Hock LOS CUATRO TEMPERAMENTOS Su influencia en la formacién y educacion de la persona Prélogo Pocas personas ilegan a darse cuenta de fa impartancia que tienen en [a vida e! conecimienta del propio temperamento. La ignorancia o impropledad comienza desde llamarlo caracter. Muchas veces escuchamos en las conversaciones familiares la queja de tener un mal cardcter.., Olmos también decir: iqué earacter tan voluble!; o iqué bonito caracter!, a «es todo un caracter». Calificativos tales son impropios si los consideramas desde el punto de vista etimalégico y psicolégico. Etimolégicamente cardcter, de! griego jarakter, significa s@fal impresa o grabada; de alll pasd a significar algo indeleble, que ne puede borrarse. Por eso se dice que los Sacramentos del Bautismo, Confirmacion y Sacendocia, imprimen caracte; es decir, imprimen en quienes los reciben una sefial que permanece en el alma para siempre, aun en fos condenados, Este origen etimologico de grabar, indica tante el instrumento como la accién y el efecto, por efemplo, el cincel y ef buril con los que se labra ef marmal o el brance. Si se pasa de la significacién material a la psicaligica y moral, es decir a ja que resulta def actuar de! hombre, descubrimas en el cardcter una triple realidad: 1. En ef exteriog, una marca moral que distingue al sujeto de Jos demas y que le da fisonomia. «La fisonomia, dice un autor maderno, es el retrato del alma, su reflejo constante en el cuerpo, la que le da forma y vida. La fisonomia nos delata, nos descubre sin quererlo y nuestra vida, por ocul- tay obscura que sea, nos sigue a todas partes, como un honor o como una afrenta»'. 21, GUIBERT, £ cardeter, p. 9. Editorial Difusién, $.4. Tueurnén 1859 = Buenos Aires, Argentina, 1943, 2. Enel interior descubrimos el alma, que es lo que da la vida a la marca exterior. El alma constituye nuestro ser que se revela en las acciones, las que a su ver descubren el caracter individual de cada persona. 3. En ese constitutivo interior del cardctes que es e! alma, descubrimos Jas tres facultades espirituales: ef entendi- miento, ja voluntad y la memoria. ¥ de esas tres facultades caracteristicas del hombre, écudl es la que da forma, vida y energia al cardcter? La voluntad. La facultad de querer y fo querer, de decidir entre lo mediocre y lo mejor, entre lo buena y fo malo. Un hombre de caracter sera siempre un hombre de voluntad, Con razdn el gran Lacordaire definia el cardcter come «la energia sorda y constante de la volun- tad, un no sé qué de inalterable en las resoluciones, algo mas inalterable aun en la fidelidad a si mismo, a las pro- plas convicciones, alas amistades, a las virtudes; una fuerza interna que emana de la persona, ¢ inspira en todos esa certidumbre que llamamos seguridad», \Veamos ahora cul es la relacién entre eltemperamento y elcaracter. Desde luego que el temperamento es algo natural con que nacemos, y si debemos agradecer a Dios el don de la vida, en ese acto de accidn de gracias que repetimes diariamente debe de estar incluido el temperamento que la acomparia, de donde se deduce que e! temperamento no lo podemos cambiar en otro, sino educario. Si alguien nace con temperamento colérico no puede cambiarlo por un sanguinea. Todas los temperamentas, como dones que son de Dios san buenos. Todos tenen su lado bueno y su lado defectuase. Lo importante es conocerio para aprovechar, educar y perfeccionar las buenas cualidades, y los defectos para corregirios. Ese trabajo es ef que va realizando poco a poco /a voluntad, de parte nuestra, y la gracia de parte de Dios: labor ascética de lucha y mortificacién que en la vida espiritual consiste en adquirir virtudes y corregir defectos, Ese esfuerze constante de la voluntad es lo que forma, fo que imprime caracter. * Cita en). GUIBERT, op. cit, p. 13. 4 Jlustremos estos conceptos con una comparaciGn: ef tem- peramente es una pefia o un trance sin forma, ef caracter es la voluntad que, ayudada del entendimiento, conoce y se da cuenta del valor natural de la pefia o del tronco y en ella jabra con el cincel o el buril de Ja voluntad el cardcter, la obra de arte de la perfeccién moral y de la santidad, contando siempre con la ayuda de la gracia. Esas sencillas reflexiones nos hacen comprender la importancia de! temperamento, tanto para ef conocimiento propio, come para conocer y tratar a las demas, de donde se deriva el éxito o ef fracaso ya sea dentro de la familia o en la educacién de la escuela, 0 en las empresas a en las comunidades religiosas, seminarios, etc. Creemos sinceramente, y la experiencia nos lo ha confir- mado, que la simple y atenta lectura de Conrado Hock, nos revelaré nuestro yo al descubrir nuestro temperamento, como lo confirma ef siguiente testimonio: «Nunca me llequé a conocer tan bien como cuando me vi pintada de cuerpo entero en esas lineas; pero tampoco nadie me ha dicho tan francamente la verdad como este librito». Estamos seguras que este misma ocurrird a las personas que jean LOS CUATRO TEMPERAMENTOS de CONRADO HOCK.7 2 Habrd otras clasificaciones y divisiones més numerosas, come la de Heymans, que propone @ Uipos de temperamentos: nervinsos, senti- mentales, sanguiness, flemsticos, colérices, apasionados, amorfos y apiticos (cfr. Espase Vol. 60, p. 697). Ciertamente estos tempera: mentos estan incluides en los 4 tradicionales como se pueden com: probar con la lectura del libro de Comrade Hock, Primera Parte LOS TEMPERAMENTOS EN GENERAL Capitulo 1 LA EXCITABILIDAD El Br. Jorge Hagemann escribe en su Psicologia: «Las modificaciones (0 las diferencias) de los estados generales del alma se refieren menos al conocimiento que al sentimiento, o sea menos al espiritu que al corazén. No tanto en el modo de conocer cuanto en la manera de sentir y apetecer se manifiesta la inclinacién particular de cada persona. En esto, sobre todo, se manifiesta cémo el corazin, centro de los sentimientos y afectos, es en unos y otros mas facil o lenta, mas profunda 0 superficial- mente excitable, Esta diversa excitabilidad del corazdn o el diverso temple, con que un alma se inclina a un determinado sentir o apetecer, se llama temperamento. ‘S| consideramos los rasgos fundamentales de los tempe- ramentos individuales y los agrupamos seguin su semejanza, se pueden dividir en 4 grupos, a los cuales ya la antigledad dio sus nombres estables, uniendo arbitrarias teorias con acertadas observaciones: temperamentos sanguinea, colérico, melancolico y flematico, Estos temperamentos se distinguen entre si en quanto que la excitabllidad del sanguineo es facil y superficial, la del colérico facil y honda, la del melancdlico lenta y profunda, y por fin, la del flematico es fenta y superficial. Ya que el corazén (el sentimlento y afecto) esta tan intimamente relacionada con el espiritu y la fantasia, la diversa excitabilidad del mismo tiene, en consecuencia, una diversa actitud en el mismo entendimiento y fantasia mental del alma, que se manifiesta particularmente, cuando ésta recibe una impresién, ya sea por ideas y represen- taciones o bien por acontecimientos exteriores, El temperamento nos da la contestacién a esta pregunta: éCémo se conduce el hombre?, équé sentimientos lo embargan? équé mévil le impulsa a obrar?, écudndo algo le impresiona? Asi por ejemplo: écdmo se porta el alma, cuando es alabada oreprendida, cuando se la ofende, cuando advierte en si cierta simpatia o tal vez antipatia hacia tal persona, o cuando, en ocasi6n de una tormenta o de noche en un camino solitario, le sobrevie- ne el pensamiento de un inminente peligro? Aqui cabe hacer las siguientes preguntas: 1. Ante tales impresiones, és¢ excita el alma con rapidez y fuerza o por el contrario con lentitud y debilidad? 2. Bajo tales impresiones, ése siente el alma impulsada a obrar de inmediate y a reaccionar con rapidez, o bien siente la inclinacién de esperar y estarse tranquila? éLa mueven tales casos a obrar con ardor, o a postrarse mas bien en un estado de pasividad? 3. éEsta excitacién del alma dura por largo o corto tiempo? éQuedan grabadas en el alma por mucho tiempo tales im- presiones, de manera que con su solo recuerdo se renueve la excitacién o sabe el alma sobreponerse de inmediato y con facilidad, de modo que el recuerdo de una excitacion no llega a provocar otra nueva? La contestacién a estas preguntas nos lleva como de la mano a los cuatro temperamentos y nos da al mismo tiempo la clave del conocimiento de cada temperamento particular € individual. 10 Capitulo 2 REACCION FRENTE A LAS OFENSAS El colérico se excita facil y fuertemente; se siente impulsado areaccionar de inmediato; la impresién queda por mucho tiempo enel alma y facilmente conduce a nuevas excitaciones, El sanguineo, asi como el colérico, se excita facil y fuertemente, sintiéndose asimismo impulsado a una rapida reaccidn; pero la impresién se borra luego y no queda mucho tiempo-en el alma. El melancélico se excita bien poco ante las impresiones del alma; la reaccién, 0 no se produce en él o llega después de pasado cierto tiempo. Las impresiones, sin embargo, sé. graban muy profundamente en el alma, sabre todo si se repiten siempre las mismas. El flematico no se deja afectar tan facilmente por las impresiones, ni se siente mayormente inclinado a reaccionar; y las impresiones, por su parte, muy luego se desvanecen. Los temperamentos colérico y sanguineo son activos; el melancdlico y el flematico son mas bien pasivos. En el colérico y el sanguineo hay una fuerte inclinacién hacia la accion, y en el melancélico y el flematico por el contrario hacia la tranquilidad. Los temperamentos coléricos y melancélicos son apasio- nados; conmueven y repercuten muy hondamente en el alma; al paso que los sanguinegs y los flematicos no tienen grandes pa- siones, ni inducen a fuertes arranques del alma. ‘Si queremos conocer nuestro propio temperamento, no debemos comenzar averiguando si tenemos 0 no en nosotros los lados fuertes y débiles, anotados mas arriba a cada tempe- ramento, sino que debemos contestar ante todo a los tres preguntas enumeradas anteriormente. 1 Lo mas facil sera considerar esas preguntas, en cuanto se refieren a las ofensas que recibimos. Y lo mejor de todo sera atenernos al orden siguiente: éSuelo aceptar las ofensas con dificultad y a regafiadientes? éAcostumbro guardarlas en mi in- terior? Tal vez contestemos lo siguiente: generalmente no puedo olvidar las ofensas; las quardo en mis adentros; su recuerdo me renueva la excitacién, por mucho tiempo guardo mal humor; por varios dias y aun por semanas enteras trato de evitar la palabra y el encuentro de la personas que me ofendid. Si éste es nuestro caso, estemas entonces ciertos de ser coléricoso melanedilices, Podemos, en cambio, decimmos: No suelo guardar rencor, ni mos- ‘trarme enojado con otros por mucho tiempo; no puedo menos: de quererlos, a pesar de la ofensa; y aunque quisiera mostrar mal humor y mala cara, no puedo hacerlo mas que por una o dos horas. En este caso somos sanguineos o flematicos. Convencidos de ser coléricos o melancélicos, sigamonos preguntando: ¢Me afectan con fuerza y rapidez las ofensas? £Lo dejo entrever en mis palabras y maneras? {Siento un fuerte impulso al inmediato desafio y réplica ofensiva? £0 soy capaz de mantenerme exteriormente tranquilo, mientras hierve el interior? éMe abochornan, perturban y desalientan de tal modo las ofen- sas que no hallo una palabra conveniente o el animo necesario para contestar resignandome par ello al silencio? CNo me acon- tece a menudo el no sentirme ofendido en el momento mismo de la ofensa para caer unas horas después o al dia siguiente, en un extrema estado de postracién? Si nuestra contestacion a la primera serie de preguntas es afirmativa, somos coléricos, y sia la segunda, somos melancolicos. éHemos legado a la conviccién de ser sanguineos o flematicos?, entablemos con nosotros mismos el siguiente inte- rrogatorio: al recibir una ofensa, éme enciendo y encolerizo al instante queriende obrar con precipitacién?, £0 consigo mante- ner la tranquilidad? éMe muestro indiferente a las ofensas? éPersisto en mi estado de tranquilidad? En el primer caso somos sanguineos, en el segundo flematicas. Sélo si con este ejemplo hemas llegado a conocer nuestro temperamento, podemos averiguar si poseemos las notas caracteristicas particulares, tales como mas adelante se las ha 12 de sefialar a cada temperamento. Podemos entonces profundi- zar el conocimiento de nosotros mismos, y en especial podemos- llegar a conocer el grado de desarrollo a que han llegado los lados fuertes y débiles de nuestro temperamento, descubriendo al mismo tiempo las modificaciones que nuestro temperamento predominante haya podido sufrir por mezclarse con otra. 43 Capitulo 3 DIFICULTADES PARA CONOCER EL TEMPERAMENTO De ordinario parece cosa dificil el conocer ef temperamen- to propio y el ajeno. Con todo, la experiencia demuestra que aun personas sin mayor formacién superior lieqan de una manera relativamente facil al conocimiento de su propio temperamento, el de los que le rodean y el de sus subalternos, con tal que se les dé una instruccién adecuada para ello. Pero la investigacidén de los temperamentos ofrece especiales dificultades en los casos siguientes: 1, Cuando el hombre comete aun muchos pecados. Entonces la pasién pecaminosa resalta mas que el temperamento. Asi, por ejemplo, puede un sanguineo por su condescen- dencia con la ira y la envidia molestar mucho al prdéjime y causarle grandes pesares, aunque por su temperamento: se incline a llevarse bien can todos. 2. Cuando el hombre ya ha progresado mucho en la, Los lados débiles del temperamento, como se manifiestan ordinariamente en cada hombre, son entonces apenas perceptibles. San Ignacio de Loyola, un colérico apasionado, logré tal dominio sobre sus pasiones que en lo interior aparecia tan exento de pasiones que los que le rodeaban le tenian por flematico. En el sanguineo San Francisco de Sales se hablan extinguido por completo los arrebatos y explosiones de ira; lo cual no lo obtuve ciertamente, sino después de 22 afios de continuo combate cansigo mismo. Los Santos melancdlicos nunca dejan exteriorizar la tristeza, el mal humor y el desaliento, a que tende su temperamen- to, sino que con una mirada al Crucificado saben dominar, 15 después de breve lucha, esa peligrosa disposicién de ani- mo, 3.- Cuando ef hombre posee poce conocimiento de si mismo, El que no conoce tanto sus buenas como sus malas cualidades, el que no es capaz de formar un juicio sobre la intensidad de sus pasiones y el modo de su excitabilidad, tampoco podra darse cuenta de su temperamento, y preguntando por otras que quisieran ayudarle con el conocimiento de su temperamento, da respuestas falsas, no con intencidn, sino precisamente por no conocerse a si mismo. Por eso los principiantes en la vida espiritual no llegan generalmente hablando a conocer su temperamen- to, sino después de haberse ejercitado durante algun tiempo en la meditacién y en el examen particular 4.= Cuando ef hombre es muy nervioso. Pues las manifestacio- nes de nerviosidad, como lo variable en la conducta, la irritacién, la inconstancia de sentimientos y resoluciones,. la inclinacion a la tristeza y al desaliento, aparecen en hombres nerviosos én tal grado que las exteriorizaciones: del temperamento quedan relegadas a segundo término. Particularmente es dificil conocer el temperamento de personas histéricas, en las cuales el asi llamado «caracter histérico» esta ya de! todo desarrollado. 5.- Cuando el hombre tiene un temperamento mixto. Uamamos: temperamentos mixtos a aquellos en los cuales predomina un temperamento determinado mezclado al mismo tiempo ‘con propiedades de otras. Sobre temperamentos puros y mixtos ya se ha escrito mucho. Una solucién satisfactoria de los multiples problemas que surgen en esta materia se halla, tomando en cuenta el tempera- mento de los padines del interesado. Si el padre y la madre poseen un mismo temperamento, de igual temperamento seran también los hijos. £Son, pues, ambos, padre y madre de indole colérica? Los hijos asimismo lo seran. Pero en el caso de temperamentos distintos, los hijas tendran un temperamento mixto, Asi por ejemplo, si el padre es colérico y la madre melancdlica, los hijos serdn o coléricos con 16 tintes melancélicos, a melancdlicos con tintes coléricos, segdin que los hijos se parezcan mas 0 menos al padre o a la madre, Para averiquar en un temperamento mixto cual es el temperamento predominante, hay que atenerse exactamente a las preguntas formuladas més arriba para llegar a conocer un temperamento. Sucede sin embargo, aunque no tan a menudo ‘como muchos lo creen, que en una persona se hallan tan entre- lazados dos temperamentos, que ambos se manifiestan siempre ‘con la misma intensidad y fuerza. Por eso es naturalmente muy dificil tomar una dexisiGn al respecto al temperamento que ha de atribuirse a tal o cual persona. Mas, es probable que con el correr de los afios, a causa de pruebas y dificultades, se ponga de manifiesto el temperamento predominante. Nos presta también eficaz ayuda en el conocimiente del temperamento mixto y mas atin del temperamento puro, ja ex- presién de los ojos y en parte también el modo de andar; la mirada del colérico es resulta firme, enérgica, ardiente; la del sanguineo, serena, alegre, despreocupada; mas la mirada del melancdlico es ligeramente triste y preocupada, al paso que la del flematico es languida e inexpresiva. Al colérico lo vernos andarcon firmeza y decisién y avanzar de prisa; el sanguineo es agil y ligero de pie, de paso corto ya weoes danzante; el paso del melancdlico es lento y torpe, el flematico camina perezosamente y a sus anchas. Muy facilmente s5€ reconoce la mirada del colérico (cuyo tipo es la conocida mi- rada de Napoleén, Bismarck) y la del melancdlico (la conocida mirada de Alban Stolz). No pudiendo encontrar en los ojos ni la decisidn y energia del colérico, mila suave tristeza del melancdlico, creemos hallamnos ante un sanguineo o flematico. También los ‘9/05 nos descubren el temperamento que predomina en el tem- peramento mixto. Después de haber adquirido cierta experiencia en la distincién de las miradas, muchas veces se puede ya al primer ‘encuentro con una persona y aun basta haberla visto de paso en la calle para determinar su temperamento. Detalles del cuerpo, que se apuntan ademds como notas caracteristicas de los cuatro temperamentos (como la formacién del craneo, e] color de la cara y del cabello o la constitucién del cuello y de la nuca) no son, a mi parecer mas que un simple entretenimiento. 17 Capitulo 4 VENTAJAS DE CONOCER EL TEMPERAMENTO Por mas dificil que sea en ciertes casos llegar a conocer el temperamento de un hombre, no por eso debiéramos ahorrarnas el trabajo de averiguar nuestro propio temperamento y el de los que nos rodean o de las personas que tratamos con mas frecuencia, pues la utilidad es siempre grande. Conociendo el temperamente de nuestro prdjimo llegare- mos a comprenderio mejor, a tratarlo con mas justicia y a sobrellevario con mas paciencia, Estas son ventajas para la vida social, las cuales nunca podremos apreciar debidamente. Llegaremos a comprender mejor a nuestro préjimo. El Dr. Krieg en su obra: «La ciencia de la direccién espiritual en particulars dice en la pagina 141; «No podremos entender a nuestro préjimo mientras no llequemos a conocer su temperamento, sus aspiraciones y tendencias, pues conocer a un hombre significa sobre todo conocer su temperamento». Trataremas con mas justicia a nuestro préjime, Aun eolérico sé le conquista exponiéndole sosegadamente las razones; las palabras severas e imperiosas le mortifican, lo obstinan y lo initan hasta lo extremo. El melancdlico se vuelve timido y taciturno con una palabra dura o una mirada recelosa, mas un tratamiento atento le veremos mas dado, confiado y fiel. De la palabra de un colérico blen puede uno fiarse, pero no de las promesas mas formales de un sanguineo. Desconociendo, pues, el tempera- mento de nuestro prdéjimo nuestro trate redundard sin justicia en dafio propio y ajeno. Sobrellevaremos con mas paciencia a nuestro prdjimo. Sabiendo que los defectos y flaquezas del prdjimo estan fundados: en su temperamento, sé lo disculparemoas. Si un colérico es agria, duro, impetuoso (es decir, que se mueve de modo violento y rapido) y obstinado (perseverante, tenaz); o si un melancdlico 18 se porta timida e indecisamente, si no habla mucho y si lo que tiene que decir, lo dice de un mado improplo; o si un sanguineo s€ muestra locuaz (es decir, si habla mucho), ligero y veleidoso (inconstante); o si un flematico nunca sale de su acostumbrada tranquilidad. Es de grandisima provecho el conocer su propio tempera- mento. Conociéndolo nos comprenderemos también mejor a hosotras mismos, nuestras disposiciones de animo, muestras propiedades y nuestra vida pasada. Una persona muy experi- mentada y encanecida en la vida espiritual, al leer los siquientes conceptos sobre los temperamentos confesd: «Nunca me llequé @ conocer tan bien como cuando me vi pintada de cuerpo entero en estas lineas; pero tampoco nadie me ha dicho tan franca- mente la verdad como la hace este librito». ‘Coneciendo nuestro temperamento, trabajaremes con mas acierto en nuestra perfeccién, puesto que todos nuestros esfuerzos en pro de nuestra alma se reducen Gnicamente a cultivar las buenas cualidades de nuestro temperamento y a ‘combatir sus deficiencias. De manera que el colérico siempre tendrd que luchar ante todo contra su terquedad, ira y orgullo; el melanodlice contra su desaliento y miedo a la cruz; el sanguinea contra su locuacidad e inconstancia, y el flematico contra su pa- chorra y pereza. ‘Conociendo nuestro temperamento, seremos mas humil- des, ya que nos iremos convenciendo, de que lo buena en nosotros no es tanto virtud sino consecuencia de nuestra naturaleza y de nuestro temperamento, Entonces el colérico hablard con mas modestia de la fuerza de su voluntad, de su energia e intrepidez; el sanguinee de la serena concepcidn de la vida, de la facilidad de tratar caracteres dificiles; el melancélico de la profundidad de su alma, de su amor a la soledad y a la oracidn; el flematico desu suavidad y sosiego de espiritu. El temperamento, por ser innate en el hombre, no puede por lo tanto cambiarse con otro. Pero si podemos y debemos cultivar y desarrollar la parte buena del mismo y combatir y neu- tralizar sus influjos nocivos. Cada temperamento es bueno en si mismay con cualquie- ra de los cuatro se puede obrar el bien y llegar al cielo, Es, por ende, insensatez e ingratitud desear otro temperamento. «Todos 19 los espiritus alaben al Sefiore (Sal 150,6). Todos los movimientos y propiedades de nuestra alma han de servir a Dios contribuyen- do asia la gloria de Dios y salvacidn de las almas, Hombres que tienen diversos temperamentos y viven juntos no debieran rechazarse mutuamente sino completarse y ayudarse. Cuando mas adelante se diga: el colérico, el sanguineo, etc, hace asi o de otro modo, no quiere eso decir: «tiene que hacerlo asi», o «lo hace siempre asi», sino: «lo hace ordinariamente asi» o «se inclina a hacerlo asi». Segunda Parte LOS TEMPERAMENTOS EN GENERAL Capitulo 1 EL TEMPERAMENTO COLERICO I. Su esencia El alma de! colérico por las influencias que recibe, se excita de inmediata y con vehemencia. La reaccién surge al instante. La impresién queda en el alma por muche tiempo. II. Distintivo del colérico, asi del bueno como del malo El colérico siente y se entusiasma por lo grande, no busca lo ordinario, sino aspira a Jo grandioso y sobresaliente. Tiende a lo alto, sea en las cosas temporales ambicionando un fortuna grande, un comercio muy extenso, una casa magnifica, un nombre prestigioso, un puesto destacado, o sea en las cosas de su alma, sintiendo en si un vehemente deseo de santificarse, de hacer grandes sacrificios por Dios y por el prdjimo y de salvar muchas almas para la eternidad. La virtud innata del colérico es la generosidad, que desprecia lo bajo y vil y suspira por lo noble, grande y heraico. En sus aspiraciones a lo grande le apoyan: 1. Un entendimiento agude, Las mas de las veces, si bien no siempre, el colérico es un buen talento; es un hombre intelectual, al paso que su fantasia y especialmente su vida interior no se hallan desarrolladas, sino han quedado un tanto raquiticas. 2. Una voluntad fuerte, que no se desalienta ante las dificultades, sino, por el contrario, emplea toda su vitalidad y persevera a costa de grandes sacrificios hasta llegar a su meta. No conace lo que es pusilanimidad y desaliento, 3, Un gran apasionamiento, El colérica es el hombre de las grandes pasiones: rebosa de violento apasionamiento, 23 sobre todo cuando encuentra resistencia 0 persigueé Sus altos proyectos. 4. Un instinto a menudo inconsciente de dominar y sujetar a Jos demas. El colérico ha nacido para mandar, esta en su elemento cuando puede ordenar y organizar a las grandes masas del pueblo. La imprudencia es para el colérico un obstaculo sumamen- te peligroso en su aspiracién hacia lo grande. El es al punto absorbido por lo que una vez ha deseado y se lanza apasionada y cegamente hacia la meta concebida, sin reflexionar siquiera si el camino fue elegido en un momento de pasién y de poca reflexién, sin darse cuenta de que por otro camino pudiera llegar a su fin con mucha mas facilidad y seguridad. Encontrandose ante grandes obstdculos en un camino equivocado puede, cegado por la soberbia, resolverse con dificultad a desandar lo andado, y prueba aun lo imposible por conseguir su fin, Liega, por decirlo asi, a perforar la pared con la cabeza, teniendo al lado una puerta que le franquea la entrada. De este modo, malgasta sus energias, se ve alejado poco a poce de sus mejores amigos y acaba por estar aislado y mal- visto en todas partes, Después de echar a perder sus mas bellos éxitos, todavia niega que él mismo es la causa principal de sus fracasos. Esta imprudencia en la eleccién de medios la pone de manifiesto también en sus aspiraciones a la perfeccién, de modo que a pesar de todos sus grandes esfuerzos no llegard a la per- feccidn. El colérico puede prevenir este peligro sometiéndose décil y humildemente a las normas del director espiritual III. Cualidades malas del colérico .- Orgulla Se manifiesta sobre todo en los siguientes puntos: a) &I colérico es muy pagado de si mismo. Tiene en alta estima sus cualidades personales y sus éxitos y se tiene por algo excepcional y llamado a altos destinos. Hasta sus mismas faltas, por ejemplo, su orgullo, testarudez y célera, las considera como justificables y aun dignas de toda aprobacin. b) El colérico es muy caprichoso y egoista. Cree tener siempre la razon, quiere tener la ultima palabra, no soporta las 24 contradicciones y no quiere ceder en nada. €) El colérico se fia mucho de si mismo. Es decir, de su ciencia y facultades. Rechaza la ayuda ajena, gusta hacer solo los trabajos, ya por creerse mas apto que los demas en la plena seguridad de su propia suficiencia para llevar a feliz término la obra emprendida. Dificiimente se convence de que aun en cosas de pequefia importancia requiere el auxilio divina; por lo cual, no es de su agrado impetrar la gracia de Dios y quisiera con sus propias fuerzas resistir victoria- samente a grandes tentaciones. Por esta presuncién, en la vida espiritual cae el colérico en muchos y graves pecados y es.ésta también la causa por que tantos coléricos, a pesar de sus grandes sacrificios, no llegan nunca a hacerse santos. En #] radica una buena parte del orgullo de Lucifer. Se conduce como si la perfeccién y el cielo no debieran atri- buirse en primer lugar a la gracia divina, sino a sus personales esfuerzos. d) El colérico desprecia a su prdjimo. A los demas los tiene por tontos, débiles, torpes y lerdos, por lo menos en comparacién suya. Este menosprecio por el prdjimo lo pone de manifiesto en sus palabras despreciativas, burlonas e inconsideradas y en su proceder altanero con los que le rodean, sobre todo con sus sUbditos. ) El colérica es ambicioso y manddn, Siempre quiere figurar en primer término, ser aplaudide y suplantar a los demas. Su ambicion le hace empequefiecer, combatir y perseguir a aquellos que se le cruzan en el camino, y ésto no raras veces con medios poco nobles. f) El colérico se siente hondamente herido cuando es avergonzado y humillade, No sin mal humor recuerda sus pecados, pues le obligan a tenerse en menags y no pocas veces llega hasta desafiar a Dios. 2.- Célera El colérico se excita profundamente por la contradiccién, resistencia u ofensas personales. Este estado de dnimo se exterioriza por palabras duras, que si bien pronunciadas en forma cortés y correcta hieren, no obstante, hondamente, por el tono en que las dice. 25 No hay nadie que pueda herir tan dolorosamente con menos palabras que un colérico. Pero lo mas agravante es que el colérico, en la vehemencia de su ira, hace recriminaciones falsas y exageradas, y, en su apasionamiento, llega a interpretar mal y tergiversar las mejores intenciones de que se cree ofendido, y estas falsamente supuestas ofensas, las reprocha con las expresiones mas amargas. La injusticia con que trata a sus semejantes hace que se enfrien sus mejores amistades. Su ira culmina no pocas veces en el paroxismo de la rabia y el furor; de aqui hay un solo paso al odio reconcentrado. Los grandes insultos jamas los olvida. El colérico en su ira y orgullo se deja llevar de acciones que él sabe muy bien que le seran perjudiciales, por ejemplo, a su salud, trabajo, fortuna; accio- nes por las cuales se vera abligado no sdlo a. abandonar su empleo, sino también a romper con viejas amistades. El colérico es ca- paz de abandonar proyectos acariciados durante largos afos, solamente por no ceder a un capricho. Dice el P. Schram en su Teol, mist., IL. 66: «£! colérico prefiere la muerte a ja humilla- Gan», 3.- Hipocresia y disimula La soberbia y terquedad conducen al colérico no pocas veces a medios tan ruines como el disimulo e hipocresia, pudiendo ser, por otra parte, muy noble y sincero por naturaleza. No querienda: confesar una debilidad o derrota, disimula. Al ver que sus pro- yectos no salen a pedir de boca, a pesar de su empefio, no le resta mas que fingir y valerse de fraudes y mentiras. El P. Schram dice en otro lugar: «Si es castigada, no corrige sus vicios, antes Bien los oculta», 4.- Insensibilidad y dureza El colérico es, ante todo, un hombre intelectual; tiene, por decirlo asi, dos inteligencias, pero un solo corazén. Esta deficiencia en la vida sentimental le trae no pocas ventajas. No se apesadumbra al verse privado de consolaciones sensibles en medio de la oracién y puede soportar por largo tiempo el estado: de aridez espiritual. Es ajeno a sentimientos tiernos y afectuosos. y aborrece las manifestaciones delicadas de amor y carifio que suelen nacer de las amistades particulares. 26 Tampoco una mal entendida compasidn es capaz de hacerle abandonar el camino del deber y de obligarse a renunciar a sus principios. Pero esta friaidad de sentimientos tienen también sus grandes desventajas. El colérico puede permanecer indiferente @insensible frente al dolor ajeno y si su propio encumbramienta lo reclama, no vacila en pisotear despiadadamente la felicidad que otros disfrutan. Seria de desear que los superiores de indole colérica se examinaran diariamente, si no han sido tal vez duros y exigentes con sus stibdites, particularmente con los enfermi- 205, débiles de talento y remisos, es deci, con los que son flajos ode escasa actividad. IV. Cualidades buenas del colérico Cuando el colérico pone su vitalidad caracteristica al servicio del bien, llega a ser un instrumento sumamente apto para la gloria de Dios y la salvacién de las almas, redundando todo ello en su propio aprovechamiento espiritual y temporal. A todo ello contribuye sobremanera la agudeza de su entendimiento, su asplracién a lo noble y grande, el vigor y decisidn de su varonil voluntad y esa maravillosa amplitud y claridad de miras con que concibe sus pensamientos y proyectos. Con relativa facilidad puede llegar el colérico a la santidad. Los santos canonizados por la Iglesia son, en su gran mayoria, coléricos o melancdlicos. Un colérico sélidamente formade no siente mayores dificultades para mantenerse recagido en la ora- cidén; pues, con la energia de su voluntad, desecha facilmente las distracciones; y ello se explica ante todo tomando en cuenta que por la naturaleza sabe reconcentrar con gran prontitud e intensidad toda su atencién en un determinade asunto. ¥ ésta es probablemente también la razén porque los coléricos llegan tan facilmente a la contemplacién, 0, como la llama Santa Teresa, a la oracién de la quietud. En ningin otro temperamento podra hallarse la contemplacién propiamente dicha con tanta frecuen- cia como en el colérico, El colérico bien desarrollado, es muy paciente y fuerte en sobrellevar dolores corporales, sacrificado en los sufrimientos, constante en penitencias y mortificaciones interiores, magnani- ma y noble para con los menesterosos y débiles, lleno de repug- nancia contra todo Jo vil y bajo. Y aunque la soberbia penetre el 27 alma del colérico, por decirio asi, en todas sus fibras hasta las ltimas ramificaciones, de modo que parezea no tener otra pasién mis que la soberbia, sabe no obstante sobrellevar y aun buscar voluntariamente las mas yergonzosas humillaciones, si seriamente aspira ala perfeccién. Por su naturaleza insensible y dura tiene pocas tentaciones de concupiscencia ( es decir, el apetito desordenado de placeres deshonestos) y con gran facilidad pue- de llevar una vida casta. Sin embargo, entregandose el colérico yoluntariamente al vicio de la impureza y buscando en él su sa- tisfaccién, resultan atroces y horrendas en él las erupciones de esta pasion. El colérico logra hacer grandes cosas también en su labor profesional. Por ser su temperamento activo, se siente incitado continuamente a la actividad y al trabajo. No puede estar desocupado y sus trabajos los hace con rapidez y aplicacién. Todo le va muy bien, En sus empresas es persistente y no se amedrenta ante dificultades, Puede colocarsele sin cuidado en puestos dificiles y confidrsele grandes cosas. En el hablar el co- lérico es breve y conciso; ni es amigo de indtiles repeticiones. Esa forma breve, concisa y firme en su hablar y presentarse da a los coléricos, que trabajan en la educacidn, mucha autoridad. Las educadoras coléricas tienen algo de varonil y no dan a sus alumnos el brazo a torcer como les pasa muchas veces a las melancolicas indecisas. Los coléricas ademas saben callarse como un sepulcro. V.- De lo que el colérico tiene que observar particularmente en su propia educacién. 1. El colérico debe sacar grandes pensamientos de la palabra de Dios (meditacién, lectura, sermén), o de la experiencia de su propia vida. Ellos han de arraigarse bien en su alma yentusiasmarle siempre de nuevo hacia el bien y las cosas de Dios. No hace falta que sean muchos esos pensamientos. Al colérico San Ignacio de Loyola, le bastaba el de «Toda para la mayor gloria de Dios»; al colérico San Francisco Javier: «Qué aprovecha al hombre ganar ef mundo entero si con ello dafia su alma?», Un buen pensamiento que cautiva al colérico le servira de norte y guia para conducir- lo, a pesar de todas las dificultades, a los pies de Jesucristo. 28 2. Un coléricg debe aprender a pedir diariamente a Dios con constancia y humildad su ayuda divina. Mientras no haya aprendido esto, no adelantara mucho en el camino a la perfeccién. Pues también para el colérico vale la palabra de Cristo: «pedid y recibiréis». ¥ si ademas se venciera para pedir un consejo y apoyo a su prdjimo, aunque no fuera sino a su superior o confesor, adelantaria ain mas, 3. Un coldrico debe dejarse Nevar en todo por este buen propdsito: No quiero buscar nunca a mi propia persona, sino he de considerarme siempre: a) como instrumento de Dios que EI puede usar a discrecin, y b) como siervo de mi préjimo, que diariamente se sacrifica por los demas. Debe obrar segun la palabra de Cristo: «Quien entre vesotros quiera ser el primero, sea el siervo de todos». 4, Un oolérico tiene que iuchar continuamente contra ef arguilo y (a ira. El orguibo es su desgracia, la humildad su salvacién, Por fo tanto: a) iHaz sobre este punto tu examen particular por muchos afos!, b) iHumillate por propia iniciativa ante los superiores, el prajimo y en la confesidn! iPide por una parte a Dios y a los que mas de cerca te rodean, humillaciones, y por otra, acepta con generosidad las que te sobrevengan! Vale mds para un colérico ser humillado por otros, que humillarse a si mismo, VI.- De lo que hay que observar en la educacién de un colérico El colérico puede con sus facultades ser de grande utilidad a la familia, a los que le rodean, a la comunidad y al Estado, pues ha nacido para ser jefe eincansable organizador. El colérico bien educado va en pos de las almas extraviadas sin descanso ni temor al qué dirdn. Propaga con constancia la buena prensa y trabaja de buena gana.a pesar de malos éxitos en el florecimiento de las asociaciones catdlicas, siendo asi una bendicién para la Iglesia, Pero, por otra parte, si el colérica no combate las malas cualidades de su temperamento, la ambicién y la obstinacién le 29 podran llevar al extremo de causar, como la polvora, grandes estragos y confusidn en las asociaciones publicas y privadas. Por lo cual, el colérico merece una esmerada educacién, sin escatimar trabajos y sacrificios, ya que son grandes los bienes que ella aporta. 1. Al colérico hay que perfeccionario bien en quanto sea posible, 30 a fin de que aprenda realmente algo, siendo sus aptitudes excelentes. De lo contrario, querra él mismo perfeccionar- se més tarde, descuidando su labor profesional 0, lo que es mucho peor, envaneciéndose muchisimo de sus habilidades, aunque en realidad no haya cultivado sus aptitudes, ni en rigor haya aprendido algo. Los colérices menos aprovechados de talento o con sus facultades poco desarrolladas (en las fuerzas de sus facultades), pueden llegar, una vez independientes o.con el cargo del superior en las manos, a grandes desaciertos y amargar la vida de los que les rodean, obstinandose en sus Grdénes, aunque no entiendan mucho ni tengan claros conceptos de Io que se trata. Tales coléricos obran a menudo segtin aquel famoso axioma: «Sic volo, sic jubeo; stat pro ratione voluntas» (Asi lo quiero, asi lo ordeno; basta mi voluntad por razén). . Hay que inducir al colérico a que se deje educar voluntariamente, es decir, a que acepte voluntaria y ale- gremente todo lo que se le ordena para humillar su orgullo y refrenar su cdlera. No se corregira el colérico con un tratamiento duro y orgulloso, antes bien, se agriara y en= durecera mas; en cambio, proponiéndole razones y motives: sobrenaturales se le podra llevar facilmente a lo bueno. En la educacién del colérico no hay que dejarse llevar por la ira diciendo: «A ver si llego a romper la terquedad de este hombre». Al contrario, hay que quedarse tranquilo y esperar a que también el alumno se tranquilice; luego, se le podra hablar en estos términos: «Sea sensato y déjese conducir de manera que puedan subsanarse sus faltas y ennoble- cerse lo bueno en usted, También en la educacién del nifio colérico lo principal sera él sugerirle buenos pensamientos, ponerle ante los ojos su buena voluntad, su pundonor, su repugnancia a lo bajo, insinuarle su felicidad temporal y eterna e inducirle a corregir bajo la direccién del educador sus faltas y perfeccionar sus buenas cualidades, por iniciativa propia. No conviene agriar al nifio colérico con castigos vergonzosos, sino mas bien, hay que persuadirlo de la necesidad y justos motivos del castigo impuesto, Resumen del Temperamento Colérico 1,- Su esencia y distintivo: Ante la influencia que recibe, se excita de inmediato y vehementemente y la impresidn queda por mucho tiempo. 2.- Cualidades a) Aspiracién y entusiasmo por lo grande. b) Agudeza de entendimiento ordinariamente, c) Fortaleza de voluntad ante las dificultades. d) Apasionamiento en lo que emprende. e) Instinto de dominar, mandar y organizar. f) Constancia y fortaleza en lo que emprende. g) Paciencia y fortaleza en los sufrimientos. h) Activo y eficiente en lo que emprende. i) Digna de confianga y fiel en quardar secretos. Defectos: A.- Orguila, qué se manifiesta en mostrarse: a) Muy pagade de si mismo. b) Caprichaso y egoista, c) Se fia mucho de si mismo. d) Desprecia a los demas. e) Ambicioso y mandén, f) Imprudente, terco y poco reflexivo, 8.- Célera, que se manifiesta en: a) Enojarse profundamente ante la contradiccién y ofensas. b) Puede llegar al furor, al odio y al deseo de venganza. C) Dificilmente olvida los grandes insultes. d) «Prefiere la muerte a la humillacién». 31 C.- Hipocresia y disimulo, que se manifiesta en: Rebajarse, en fingir fraudes y mentiras, cuando fracasan SUS Proyectos. Si es castigado, no corrige sus vicios, los ‘oculta. D.- Insensibilidad y dureza, que se manifiesta en: a) Frialdad de sentimientos y ante el dolor ajeno. b) Para lograr su propio bien puede pasar sobre la felicidad de otros, ¢) Este defecto puede librarle de problemas afectivos y sentimentales relacionados con amistades particulares. Consejos para la autoformacién de un colérico. @) Deben procurar inspirarse en grandes pensamientos o ideales, en la meditacién diaria, en buenas lecturas y en grandes ejemplos. b) Debe ser constante en pedir diariamente la humildad y la ayuda de Dios. c) Debe humillarse en pedir consejo y direccién. d) Debe guiarse por este buen propdsito: No buscarse a si mismo sing considerarse como instrumento de Dios, como siervo del préjimo que se sacrifica por los demas. e) Debe luchar continuamente contra el orgullo y la ira. El orgullo es su desgracia, la humildad su salvacién, f) Ayddese del examen particular, si es menester por varios afios. Humillese por iniciativa propia y acepte las humillaciones que le sabrevengan. 5.- Normas para la educacién de los coléricos. a) Considérense que un colérico bien educado y orientado puede ser de gran utilidad para la familia, la sociedad y la Iglesia, atendidas sus cualidades de mando y organizacién. b) Hay que orientarlo a tiempo a que emprenda algo que ejercite sus cualidades. Los no educados y orientados pueden llegar, sintiéndose independientes, a grandes des- aciertos sobre todo si son superiores, 32 ¢) Hay que convencerlo a que se deje quiar voluntariamente, a que acepte de buena voluntad Io que se le ordena para humillar su orgullo y refrenar su cdélera. No emplear la dureza sino proponerle razones y motivos sobrenaturales, No emplear castigos vergonzosos sino advertirle de la justificacién del castigo. Alentar su voluntad con castigos nobles. Breve juicio del colérico Si se conoce a si mismo a tiempo y sabe aprovechar sus grandes cualidades para entusiasmarse por un ideal, llegara a alcanzarlo por su determinacién y constancia. Puede llegar también a ser un gran jefe y organizador, 33 Capitulo 2 EL TEMPERAMENTO SANGUINEO 1. Su esencia El alma del sanguineo se excita répida y vehemente por cualquier impresién y la reaccién sigue al instante; pero la impresién queda muy poco tiempo en el alma. El recuerdo de cOSas pasadas no provoca tan facilmente nuevas emociones. II. Disposiciones fundamentales del dnimo sanguineo (asi del bueno como del malo) d.- Superficialidad. El sanguineéo no penetra hasta lo profundo, ni va al todo, mas bien se contenta con la superficie y una parte del todo. Antes de concentrarse en un objeto, el interés del sanguinea ya Se paraliza y desvanece por las nuevas impresiones que le ocupan. Es amigo de trabajos faciles, vistosos, que no exigen demasiada labor intelectual. Y es dificil convencerle de este defecto suyo: la superficialidad; pues siempre cree haber entendido todas las cosas; asi por ejemplo, haber comprendide bien un sermén, aunque la mitad del mismo haya estado muy lejos de sus alcances intelectuales. 2.- Inconstancia. Por no quedarse mucho tiempo las impresiones en el alma sanguinea de inmediato se siguen otras. Consecuencia de ello es una gran inconstancia, que todos lo que tratan con sanguineos han de tener en cuenta, si no quieren desengafiarse bien pronto. El sanguineo es inconstante en su disposicién de dnimo; rapidamente pasa de la risa al lloriqueo y viceversa; es inconstante en sus opiniones: hoy defiende con tesén lo que 35 impugndé hace una semana; és inconstante en sus resoluciones: al proponérsele un nuevo punto de vista abandona sin remordi- mientos todos sus planes y proyectos anteriores; esta incons- tancia hace a veces sospechar que el sanguineo no tiene caracter ni principies, El sanguineo niega esta inconstancia, puesto que aduce nuevas razones para cada uno de estos cambios. No se fija lo bastante en que es necesario deliberar de antemano todas sus acclones para no entregarse sin mas ni mas a cualquier impresién uopinién. También en sus trabajos y diversiones es inconstante, queriendo sobre todo la variedad; se asemeja a la abeja, que volando de flor en flor, liba de todas ellas tan sélo lo mejor; oa un nifio, qué bien pronto se cansa del nuevo juquete recibido en regalo de sus padres. 3,- Interés por las cosas exteriores El sanguineo no se concentra de buena gana en su interior, sino que la gusta mas fijar su atencién en cosas exteriores, siendo en esto justamente lo contrario del melancdlico, quien, con pre- dileccién penetra en su vida interior y en el mundo de sus pensamientos, sin advertir lo que pasa en su exterior. Dicho gusto por las cosas exteriores se muestra en el interés que toma el sanguineo por la hermosura de la ropa, de la casa, por las formas elegantes del trato con los demas. En é! sobre todo son atractivos los cinco sentidos, al paso que el colérico trabaja mas con el entendimiento, y el melancélico con los sentimientos. El sanguineo todo lo tiene que ver y oir y de todo tiene que hablar. En él llaman mucho la atencién la facilidad, vivacidad e infinidad de palabras, la cual muchas veces es para los demas una gravesa locuacidad. Por su viva accién sensitiva tiene mucho interés para las cosas pequefias, cualidad favorable que mas o menos falta al colérico y al melancdlico. 4.- Serena concepcidn de la vida El sanguineo lo considera todo bajo su aspecto mas sereno. ‘Como es optimista no conace dificultades, sino que siempre confia en el buen éxito. Y si realmente le ha salido mal alguna cosa se 36 ‘consuela facilmente y no se aflige por mucho tiempo; teniendo én cuenta este gozo por la vida, se explica su peculiar inclinacion de burlarse de los demas, tomarles el pelo y hacerles victima de Sus bromas y malas jugadas; por lo cual supone el sanguineo, ‘como cosa natural, que los demas aguanten sus chaseos extra- vagantes y no puede menos que admirarse al ver que, por el ‘contrario, se le enfadan por sus bromas y burlas poco agradables. 5.- Carencia de pasiones arraigadas ‘Como se excitan tan facilmente las pasiones del sangui- neo, no penetran en lo profundo de su alma; y se parecen a un fuego de paja que por un momento produce fuerte chisporroteo, y muy pronto se hunde en si mismo; mientras que las del colérico son semejantes.a un incendio devorador. Esta carencia de afec- tos profundos le es de tanta mayor utilidad, cuanto que cas! siempre le priva de grandes tempestades internas y le ayuda a servir a Dios con clerta hilaridad y sosiego, libre del apasiona- miento del colérico y de la timidez y ansiedad del melancolico. III. Cualidades malas del sanguineo 1,- Vanidad y satisfaccién de sf mismo La soberbia del sanguineo no se manifiesta en un afan inmoderado de mandar o egolsta como en el colérico, ni en el miedo a las humillaciones, como en el melancdlico, sino en cierta vanidad y complacencia de si mismo. Experimenta una alegria casi pueril de si mismo, de su exterior, de su vestido y sus traba- jos; se mira de buena gana en el espejo o en el vidrio de puertas y wentanas. Al ser alabado se siente feliz y es, por consiguiente, muy adicto a la adulacin. Por medio de los elogios y lisonjas facilmente se deja inducir a las mayores necedades y aun a los mas vergonzosos pecados. 2.- Inelinacidn a los galanteos, la envidia y los celos Como el sanguineo se muestra tan susceptible a las palabras halagadoras y tan poco concentrado en si mismo, y dando por otra parte demasiada importancia a las cosas exteriores, se Inclina facilmente a las amistades particulares y a 37 los amonos. Pero por su amor inconstante no le penetran nasta e/ fondo del alma. El sanguineo bien educado quisiera contentarse en sus galanteos con sdlo las ternuras y exteriores muestras de afecto; sin embargo, su ligereza y culpable transigencia le arrastran a graves extravios, frutos, las mas de las veces, de su optimismo o sea de la opinién que tiene de que el pecado no le podria aca- rrear funestas consecuencias. Una mujer sanguinea de mala vida, se entrega sin temor ni vergilenza al pecado; ni después de ello se inquieta mayormente por los remordimientos. La vanidad y la inclinacién a los amorios llevan al sanqui- neo a la envidia, a los celos y a todas aquellas descabelladas ‘concepciones, miras estrechas y violaciones de la caridad, que la envidia y los celos traen consigo. Por dejarse absorber facilmente de las exterioridades y por su propensiGn a las amistades particulares, al sanguineo le cuesta mucho ser impartial y justo. Los superiores y educadores sanguineos tienen a menudo un favorito a quien anteponen a los demas. El sanguineo se siente impulsado a lisonjear a los que le agradan. 3.- Goce por la vida y afan de placeres El sanguineo no ama la soledad sino que busca la compa- fila y las conversaciones de los hombres; quiere disfrutar de la vida y en sus diversiones puede ser muy retozon, licencioso y 4, Miedo a las virtudes que exigen esfuerzo ‘Todo lo que significa sacrificio para el cuerpo y los sentidos le parece dificil. Cosas penosas son para él el refrenar la vista y los oidos, el dominar la lengua y observar el silencio. Tampoco son de su agrado la abnegacidn del paladar y la abstencién de manjares agradables; teme todo ejercicio de penitencia corpo- ral. Sdlo un perfecto sanquineo logra hacer penitencia de mu- chos afios por sus pecados anteriores. El sanguineo ordinario vive segun el principio de que la absolucién sacramental de la penitencia borra los pecados, y tiene, por tanto, camo inutil y aun perjudicial el apesadumbrarse por las faltas pasadas. 38 Temperamento «Temperamento es el modo espontaneo de reaccionar de una persona ante una impresion que afecta primariamente a sus sentimientos». TIPO SOCIABLE Rasgos Caracteristicos (Seguin ef PR. Elidcer Silesman) 1.+ Bondad con todos, 2.- Predisposickin a la caridad y a omabilked. 3.- Comprensidn y tolera 4.- Mansedumbre: buen sak 5. Es prudente. 6.- Naturalidad en su virtud 7 Paz, tranquilidad y alegria constante. 8.- Predisposicin a la hurnildad y bondad. §.« Obedece con carifio. 10. Le gusta que se haga justicia. L1.- Se siente orientado hacia el trato con todas. 12.- Uniformidad e igualdad en sus emociones. 13.- Es tolerante. 14. Encuentra faclimente satisfaccidn, 15.- Su dormir es profus 16.- Tode di manifesta blandurs. 17,- Extravertida: trata con todos. 1B.- Bajo la influencia del aicshol ae. wales mit readin ¥ mits: sociable, 9.- Necesidad de compaiiia en los momentos de 20+ Inclinacidn hacia a infancia y hacia las relaciones roe rashes. ESQUEMA De los Cuatro Temperamentos Colérico Sanguineo Excita- Fact! y fuerte Rapida y fuertemente bilidad Reacclén Inmediata y fuerte Magnificiencia, Superficialidad, aspiractén a lo grande | inconstancia, y noble, Desprecio interés por las cosas por Ja bajo y vil, exteriores, serena hombre intelectual, concepcién de la vida, apasionade instinta | carencia de pasiones de mandas, arraigadas. imprudencia, Actividad, Para con ‘entendimiento agudo, | sus sem : voluntad fuerte, trate facil, afabilidad, concentracién, hilaridad. constancia, Para con magnanimidad, sus superiores: liberatided. obediencia, sinceridad. ‘Cualidades malas | Orgullo, arrogancia, Vanidad, complacencia ira, hipocresia, de-si mismo, inclinacién insensibilidad y @ los galantess, dureza, obstinacidn. a la envidia, a los miedo al sacrificio. GENERAL Temperamentos Seguin Conrado Hock Diffell y débil en un principio. Fuerte Dificll y débil. por repetidas: impresiones Lenta ¥ débil en un principio. Fuerte: por impresiones. Inclinacién a la reflexién, Poco interés por las cosas ala soledad, a la quietud, exteriores, por el trabajo, 8 la tristeza, inciinacién a! Gescanso. seria concepcién de la vida, Indecision, Inclinaciin a la vida Interior, a la Perseverancia, paciencia, piedad, conmiseracién, bienhe- ecuanimidad, discrecién, chor de la humanidad, aptitud ‘carencia de mayores pasiones. para las cienclas. Pasividad, desaliento, Pusilanimidad, desconfianza, recelo, lrresolucién, Negligencia, fatta de energia y de miedo a las humillaciones un ideal ebevado. ya la cruz. 41 TIPO DE ACCION Rasgos Caracteristicos (Seguin el P. Bliécer Sdtesman) 1+ Colo y dinamisme en favor de los dembs, 2.- Fortaleza. Aguante para soportar ls penas. 3. Decisién. Lo que se prapone ia hace. 4° Magnanimided, generoso en dar y obrar. 5. Es constante. 6. Es capaz de mertificar su cuerpa, 2. Sinserkad. Actividad 3.- Predisposicién a la orackin vocal 9.- Le gusta obrar en favor de otros. 10.- Hace cumplir fa justicia, 11. Claustrofobia, o sea miedo a estar encerrada, 12> No- Bene ningun escripulo en user cualquier medio con tal de abtener to que desea. 13 Es libre en su hablar 14 Inditerencia espartana al dolor. 15.- Le gusta la estrepitosidad general, 1. Aspecto de excesiva madurez. 17+ Extravertide: trata con los que le gustan. 18, Bajo la influencia dei alcohol se vuelve agresive. 19,- Necesidad de acelin en las momentos de tristeza, TIPO DEL DEBER Rasgos Caracteristicos (Seguin ef Pt Eliécer Sdtesman) i+ Rigurosa conciencia para cumpiir bien e! deber. 2. Sentido de responsabilidad, 3.- Modestia, maderado en lo que dice y hace. 4. Fidelidad a las cosas. pequefias, 10.- Aprecia mucho la justicia, LL Agorsfobia, o sea miedo @ estar donde hay bastante gente. 12.- Es imposible predecir qué actitud va a tomar cuando egue una ocasi6n. 13.- Limitado en su hablar; fe fastidia el ruido. 14 Sumamente sensible al dolor. 15. Suefio muy débil. Siempre se siente fatigads. 16.- En sus modaies y en su aspecto parece javen. 17 Introvertide: no siente inclinackin al trato, 18.- Slente repugnancia por ef akobol y las drogas depresivas. 19.- Neaesidad de soledad en los momentos de tristeza, 20. Inclinacién hacia las edades mayores de la vida. 42 IV. Otras desventajas del temperamento sanguineo a) Los juicios del temperamento sanguineo son con frecuencia falsos, ya porque no averigua mas que la superficie de las cosas, ni ve las dificultades de las mismas, ya porque se muestra parcial en sus afectos de simpatia. b) Las empresas del sanguineo fracasan facilmente, pues confiando siempre en el buen éxito, no considera las difi- cultades e impedimentos; otro motivo de sus fracasos lo hallamos en su inconstancia que bien pronto y por cual- quier cosa le quita el interés. Prueba de ello es el hecho muy significative de que muchos de los que quiebran en sus negocios o sufren grandes pérdidas de fortuna, son de la indole sanguinea. ¢) El sanguineo es inconstante en jo bueno, Como se entrega de buen grado a la direccién de otros, se deja seducir con gran facilidad, cayendo en manos de hombres perversos y livianos. El sanguineo se entusiasma rapidamente por lo bueno, pero bien pronto languidece su entusiasmo. Como San Pedro, salta con valor de la navecilla queriendo caminar sobre las olas del lago, mas luego le sobreviene el temor de poderse sumergir; como San Pedro saca impetuosa- mente la espada en favor de su Maestro para huir poco después; como San Pedro se junta con la mejor intencién alos enemigos de Cristo y entre ellos muy pronto le niega por tres veces. d) Por disipar siempre su corazén y ser enemigo de toda recogimiento y de cualquier reflexién profunda sobre si mismo y sobre su modo de obrar, no alcanza un suficiente conacimiento de si mismo. €) La vida de oracién del sanguineo padece detrimento por estas tres dificultades: La primera, surge en las asi llamadas oraciones interiores, en las cuales se quieren reflexiones més largas y tranquilas; es decir, en la meditacién, la lectura espiritual y el examen particular. Luego la distraccidn, facilmente provocada por la viveza de sus sentidos y la intranquilidad de su fantasia, le impide llegar a una con- centracién mds profunda y duradera en Dios. Finalmente, da en su oracién excesiva impertancia a los sentimientos y al consuelo sensible, to cual, en tempo de aridez le quita el gusto por la piedad. 43 V. Cualidades buenas del sanguineo 1.- El sanguinea tiene muchas cualidades por las cuales puede flevarse buen con sus semejantes y hacérseles simpatico. a) Bien pronto conocido en todas partes, es confiado y locuaz con todas las gentes y s2 comunica facilmente con personas: desconocidas. b) Es afable y alegre en sus palabras y conducta y sabe entretener divertidamente a los que le rodean refiriendo interesantes narraciones, bromas y agudezas. c) Es muy atento y obsequicso. No presta un beneficio con la frialdad del colérico, ni con corazén tan afectuoso, como el melancélico, sino que lo hace de una manera tan alegre y serena que con gusto se le acepta el favor. d) Se muestra sensible y compasivo en las desgracias de su prdjimo, siempre dispuesto a ayudarle en su congoja con palabras serenas y alentadoras, €) Posee el don especial de hacer notar los defectos del projimo, sin que éste se sienta herido, nile cuesta mucho el dirigirle una reprensién. Si a alguno se le han de comunicar cosas desagradables convienen preparar el terreno por interme- dio de un sanguineo. f) Es verdad que, al ser ofendido, se enciende rapidamente y Su ira prorrumpe a veces en expresiones ruidosas y casi indeliberadas; pero después de haberse desahogado, lo olvida todo, sin guardar rencor a nadie. 2.- El sanguineo tiene muchas cualidades que le hacen simpatico a sus superiores. @) El sanguineo es décil y sumiso; por lo cual, la virtud de la obediencia, que generalmente se tiene por dificil de quardar, no le acarrea mayores dificultades. b) Es sincero y sin mayor sacrificio sabe desahogarse ante los superiores respecto a sus dificultades, estada de animo y aun Sus pecados vergonzosas. ¢) Si es castigado no guarda rencores, pues la obstinacién le es desconocida. Los suibditos sanguineos no causan mayores dificultades al superior. No obstante tenga éste cuidado con ellos, puesto que los tales pueden correspon- derle con la adulacin; lo cual pone en peligro la paz de la vida comin. Ni tampoco muestre el superior mayor preferencia por un sanguineo que por los coléricos y melancdlicas, ni reprenda a estos ultimes, por ser ellos tan reservados y por no poder expresarse ni desahogarse tan facilmente. VI. De lo que tiene que observar el sanguineo en su autoeducacién 1.- El sanguineo ha de aprender a reflexionar mucho, asi en los asuntos espirituales como en los materiales. Con especial esmero cultivara los ejercicios de piedad que requieren reflexién, como son la meditacién matutina, la lectura espiritual, el examen particular, la meditacién en el rezo del rosario y frecuentes actos de la presencia de Dios. La disipacién significa la ruina para el sanguinea, al paso que el recogimiento y el cultivo de la vida interior son su salvacién. Al ocuparse en sus negocios debera decirse siempre: No creas haber deliberado lo bastante el asunto; considera todos sus puntos y detalles; toma en cuenta las dificultades que casualmente te sobrevengan; no seas demasiado confiado, ni optimista. 2.- El sanguineo ha de ejercitarse diariamente en la mortificacién de los sentidos, dominar la vista, el oido y la lengua, endurecer su tacto, preservar su paladar de las golosinas, etc. 3.- El sanguineo deberd seguir las instrucciones de los buenos (no de los malos) y aceptar por lo tanto su ayuda y sus consejos en la direccién espiritual. Dice Schram (op. cit., p. 68): «Bien protegides los sanguineos llegaran a la santi- dad, Una fuerte muralla de amparo le ofrecera un horario bien regulado; y en la vida comin, la observancia de la regia de la casa o de la orden a que pertenece. 4,- La aridez de larga duracién es para el sanguineo una prueba particularmente saludable porque en ella se purifica su malsana vida sentimental. 5.- El sanguineo debe perfeccionar ademas sus buenas cualidades, come la caridad al préjimo, la obediencia, la sinceridad, la alegria del alma; y estas buenas cualidades las ha de ennoblecer por medio de las intenciones sobrenaturales. 45 ‘Combatira sin descanso aquellas faltas a las cuales se inclina mas su naturaleza, es decir: la complacencia de si mismo, la predileccién por las amistades particulares, la sensuali- dad, los celos, la ligereza, la superficialidad y la inconstancia. VII. Observaciones acerca de la educacion y del trato con los sanguineos La educacién y el trato con los sanguineos es relativamen- te facil. Se tendrd reducido a estrecha vigilancia; se insistira en que no deje sin acabar los trabajos comenzadas. No se debera dar demasiado crédito a sus palabras, propdsitos y promesas; hay que fijarse ademas en el culdado que puso en sus trabajos; nunea se le deberd tolerar una lisonja de su parte, ni anteponerle a los demds por su carécter atento, Por fin, téngase presente que el sanguineo no guarda en ‘sus adentros lo que se le haya dicho o lo que él haya observado en nosotros, sino que todo lo ha de comunicar a los demas. Por lo tanto, se deliberara bien todo antes de hacerlo confidente. En la educacién de un nifio sanguineo se tendran en cuenta los puntos siguientes: 1. Conducirlo con severidad a la abnegacion de si mismo, y en particular, al perfecto dominio sobre sus sentido, a la tenaz perseverancia en sus trabajos y a la observancia del buen orden. 2. Reducirlo a estrecha vigilancia y direccién; preservarlo cuidadosamente de las malas compafilas (ya que con facilidad se deja seducir). 3. No contrariarle ni quitarle su javialidad; manteniéndole, no obstante, en sus justos limites. Resumen del Temperamento Sanguineo 1.- Su esencia, lo distintivo: Se excita rapida y fuertemente por cualquier impresion, con la reaccién consiguiente, la que es de poca duracién y su recuerdo no provoca facilmente nuevas emociones. 2.- Manifestaciones generales: a) Superficialidad b) Inconstancia. Cc) Interés por las cosas exteriores. d) Serena concepcidn de la vida. e) Carencia de pasiones arraigadas. 3.- Cualidades: a) Comunicativo y simpatico, b) Afable y alegre. ¢) Atento y obsequioso. d) Sensible y compasivo. €) Facilidad para notar los defectos sin herir y para reprender sin lastimar. f) Olvida pronto las ofensas y no guarda rencor. g) Décil y sumiso con los superiores. h) Sincero y facil para desahogarse. i) Desconoce la obstinacidn y la terquedad. 4.- Consejos para la autoformacién 0 educacién de si mismo: @) Debe aprender a reflexionar mucho para proceder con mas tino y seguridad. b) Debe ejercitarse diariamente en la mortificacién de los sentidas. c) Debe ser ddcil a la direccién espiritual y al consejo de los buenos. d) Aridez de larga duracion le ayudara a purificarse, ) Debe procurar perfeccionar sus demas cualidades por medio de motives sobrenaturales, 5.- Normas para guiar y educar a los sanguineos: a) Que no deje los trabajos comenzados. b) Que cumpla sus promesas y propésitos. c) Por su tendencia a decir todo a otros, no confiarle confidencias. d) Usar de severidad para que domine los sentimientos, persevere lo comenzado y se habitde al orden. 47 ©) Preservarlo de malas compajiias por su facilidad en dejarse convencer f) Fomentar su jovialidad y optimismo en sus justos limites, Breve juicio del sanguineo Bebe aprovechar y cultivar sus cualidades de sociabilidad y optimismo, Siempre sera un buen elemento en un grupo o co- munidad por su alegria y facilidad de comunicacién. Debe vigilar constantemente su volubilidad y practicar con frecuencia la re- flexién, examinando su modo de proceder. Capitulo 3 EL TEMPERAMENTO MELANCOLICO I. Esencia del temperamento melancolico El alma del melancélico se excita débilmente por influen- clas externas; ¥ su reaccidn, si es que reacciona, es asimisma débil. Pero tal excitacian aunque siempre débil, permanece largo tiempo en el alma; y favorecida por nuevas impresiones, que se repiten en el mismo sentido, ahonda mas y mas hasta apoderar- sey mover con violencia el alma, y no dejarse arrancar luego sin dificultad. Las impresiones en el alma del melanedlico se parecen aun poste, que, a fuerza de martillazos, sé va hundiendo en la dura tierra con lenta pero creciente tensién, fijamdose con tanta firmeza, que no es facil arrancarlo. Esta nota caracteristica del melancolico merece especial atencién, puesto que nos da la clave para llegar al conocimiento de muchas cosas que en la conducta de| melancdlico nos parecen inexplicables. II, Principales disposiciones de 4nimo en el melancélico 1.- Propensidn a la reflexién En su modo de razonar, el melancolico se detiene demasiado en todos los antecedentes hasta las causas Ultimas. Como se da de buena gana a la consideracién de lo pasado, siempre vuelve @ recordar los acontecimientos transcurridos hace tiempo. Su pensamiente tiende hacia lo profundo; no se queda en la superficie sino que siguiendo las causas y la conexién de las cosas, indaga las leyes activas de la vida humana, los principios seguin los cuales ha de obrar el hombre; sus pensamientos, por fin, se extienden a un vasto campo, penetran en el porvenir y se elevan hasta lo eterno. 49 El melancdlico posee un corazén lleno de abundantes y tiernos afectos, en el cual siente en clerto mado lo que piensa. Sus reflexiones van acompafiadas de un misterioso anhelo. Al meditar sobre sus planes y particularmente sobre asuntos religiosos, se siente conmovido en su Interior, y aun profunda- mente agitado, pero apenas deja traslucir en su exterior estas oleadas de violenta emocién. El melancélico sin formacion incurre faciimente en un cavilar y sofiar despierto, porque no es capaz de resolver las multiples dificultades que de todas partes le asedian. 2.- Amora ja soledad Ala larga, el melancolico no se siente bien en la compania de los hombres, Prefiere el silencio y la soledad, Encerrandose en si mismo, se aisla de lo que le rodea y emplea mal sus sentidos. En presencia de otros se distrae facilmente y no escu- cha ni atiende, por ocuparse con sus proplas ideas. A causa del mal uso que hace de sus sentidas no se fija en las personas como si estuviera sofiando, ni siquiera saluda a sus amigos en la calle. Semejante desatencion y sofiar a ojos ablertos le acarrean mil contrariedades en sus tareas ¥ vida cotidiana, 3.- Seria concepcidn de la vida e inelinacién a la tristeza El melancélico siempre considera las cosas en su aspecto mas negro y adverso, En lo intimo de su corazdn se halla de continuo cierta suave melancolia, cierto «llorar interno»; lo cual no proviene, como afirman algunos, de una enfermedad o dis- posicién morbosa, sino de un profundo y vivo impulso que el melancélice siente en si hacia Dios y Io eterna, y al cual no puede ‘corresponder, atado come esta a la tierra por el peso y las cade- nas de la materia. Viéndose ausente de su verdadera patria y teniéndose por peregrina en este mundo, siente nostalgia por la eternidad. 4.- Propension a la quietud El temperamento melancolico es un temperamento pasivo. El melancélico no conoce el proceder acelerado, impulsivo y laborioso del colérico y del sanguineo; es mas bien lento, reflexiva 50 y cauto; ni es facil empujarlo a acciones rapidas; en una palabra, en el melancdlico se nota una marcada inclinacién a la quietud, a la pasividad. Desde este punto de vista, podra explicarse tam- bién su miedo a los sufrimientos y su temor a los esfuerzos interiores y a la abnegacién de si mismo, III. Especiales particularidades del melancdlico i.- El melanedlico es muy reservado El melanedlico dificilmente se acerca a personas extrafias, ni entra en conversacién con desconocidos. Revela su interior con suma reserva, y las mas de las veces sdlo a los que tienen mas confianza; y entonces no halla la palabra conveniente para declarar la disposicién del alma. El melancdlico siente la necesidad de expresarse de vez en cuando acerca del estado de su alma, porque de hecho experimenta grande alivio pudiendo comunicar a un hombre que le entienda los tristes y sombrios pensamien- tos que pesan sobre su alma, Pero hasta llegar a tal coloquio ha de superar numerosas dificultades, y en el mismo discurso sera fan torpe que, a pesar de su buena voluntad, no encontrara calma. Tales experiencias le hacen todavia mas reservado. Un educador ha de conocer y tener en cuenta esta nota caracteristica del melancdlico; de lo contrario, trataré a sus educandos melancodlcos con gran injusticia. Por lo general, al melancélico le cuesta mucho el confesarse, no asi al sanguineo. El melanedélico quisiera desahogarse por medio de un coloquio espiritual, pero no puede; el colérico pudiera expresarse, pero no quiere. 2.- El melancdlico es irresoluto Por sus demasiadas reflexiones, por su temor a las dificultades, por su miedo de que salga mal el plan o el trabajo a emprender, el melancélico no acaba de resolverse. Difiere de buena gana la decisi6n de un asunto, el despacho de un negocio. Lo que pudiera hacer en el instante, lo reserva para mafiana o pasado, para la semana siguiente; luego se olvida de ello y asi le sucede dejar pasar meses enteros lo que pudiera hacer en una hora. El melancdlico nunca acaba con una cosa, Muchos necesi- tan largos afios hasta poner en claro su vocacién religiosa y tomar el habito. El melancolico es el hombre de las oportunidades 51 perdidas. Mientras los demés estan ya al otro lado del fosa, él se esta pensando y reflexionando, sin atreverse a dar el salto. Des- cubriendo en sus cavilaciones varios caminos qué conducen a la misma meta, y no pudiende decidirse sin gran dificultad a un determinado camino, facilmente concede la razén a los demas, y no persiste con terquedad en sus opiniones propias. 3.+ El melancélico se desanima Al comenzar un trabajo, al ejecutar un encargo desagra- dable, al intemarse en un terreno desacostumbrado, muestra el melancdlico desaliento y timidez, Dispone de una firme voluntad, no le faltan talento y vigor pero si le faltan muy a menudo valor y dnimo suficientes, Por eso dicese con razén: «Al melancélico hay que tirarlo al agua para que aprenda a nadar». Si en sus empresas se le atravesaran algunas difioultades, aunque de poca monta, pierde el 4nimo, y quisiera dejarlo y abandonarlo todo, en vez de sobreponerse, de compensar y reparar los fracasos padecidos, redoblando sus esfuerzos. 4.- El melanodlico es lento y pesado El melanedilico es lento: a) En su pensar; tiene que considerar todo con atencién y examinarlo serlamente, hasta formarse un julcio discreto. b) En su modo de hablar: cuando se vea obligado a contestar apuradamente, o a hablar en un estado de perplejidad, o cuando teme que de sus palabras pudieran depender graves consecuencias, se intranquiliza, no encuentra la respuesta adecuada, la cual es a veces aun falsa o insuficiente. Su pesadumbre de espiritu es tal vez la causa por la que el melancdlico tropieza con frecuencia en sus palabras, deja sin acabar sus frases, emplea una mala sintaxis y anda en busca de la propiedad de expresiin. ¢) En sus trabajos: trabaja esmerada y sdlidamente, pero solo, sin empujes, y con mucha tiempo. El mismo, sin embargo, no se cree lento en sus trabajos. 5.- Elargullo del melancdlica Tiene su aspecto muy peculiar. El melancdlico no aspire a honores; tiene, por el contrario, cierto miedo de mostrarse en 52 publico y de aceptar alabanzas. Teme mucho los bechornos y las humillaciones. Se retrae a menudo excitando de este modo las apariencias de modestia y humildad; pero en realidad, no es ella una prudente reserva, sino mas bien cierto temor a la humilla- didn. En los trabajos, las colocaciones y oficios cede la presiden- cia a otras personas menos aprovechadas y aun incapaces; sintiéndose, sin embargo, herido en su corazdn por no habérsele respetado y apreciado lo bastante sus talentos, El melancdlico, si quiere realmente llegar a la perfeccién, ha de dirigir especialisima atencién hacia este despecho, arraigado en lo mas profundo de su corazén y fruto de la soberbia, como también hacia su sensibilidad y susceptibilidad a las mas pequefias humi- llaciones. De lo hasta aqui dicho siquese que es muy dificil tratar con melancélicos; pues por sus particularidades no los apreciamos en su justo punto, ni los sabemos tratar con acierto, Al sentir esto el melancdlico se vuelve alin mas serio y solitario, El melan- célice tienen pocos amigos, porque no son muchos los que le comprenden y los que gozan de su confianza. IV. Cualidades buenas del melancélico 1.- El melancdlice practica con facilidad y gusto la oracin mental La seria concepcién de la vida, el amor a la soledad, la inclinacién a reflexionar, le son al melancdélico de todo punto provechosos para conseguir una gran intimidad en su vida de oracién. El melancdlico posee, por decirlo asi, una natural dispo- sicién a la piedad, Contemplando las cosas terrenas, piensa en lo eterno; caminando en la tierra, el cielo le atrae. Muchos santos tuvieron un temperamento melancdlico. Gon todo también el me- lancolico encuentra precisamente en su temperamento una difi- cultad para la oracién, Porque, desanimandose en las adversidades y sufrimientos, le falta la confianza en Dios y asi se distrae con sus negros pensamientos de pusilanimidad y triste- za. 53 2.- En el trato con Dios, halla una profunda é indecible paz Nadie mejor que el melancdlico entiende la palabra de San Agustin: «Nos has creado para ti, oh Dios, e inquieto estd nuestro corazon hasta que descanse en ti». El corazon blando y lleno de afectos del melancdlico siente en el trato con Dios una inmensa felicidad, la cual conserva también en sus sufrimientos, caso de tener suficiente confianza en Dios y amor al Crucificado. 3.- El melancdlico es a menudo un gran bienhechor de la umanidad E| melancdlico es para los demas un guia en el camino hacia Dios, un buen consejero en las dificultades, un superior prudente, benévolo y digno de confianza. Las necesidades de sus cohermanos le despiertan extremada conmiseracién, junto con un gran deseo de ayudarles; y cuando la confianza en Dios le alienta y le apoya, sabe hacer grandes sacrificios en bien de su projimo, quedandose él mismo firme ¢ imperturbable en la lucha por sus ideales. Schubert en su «Ciencia del alma huma- na», dice respecto al natural melancolica: «Esta ha sido la forma predominante del alma de los poetas y artistas mas sublimes, de los pensadores mas profundos, de los inventores y legisladores mas geniales y sobre todo de aquellos espiritus que abrieron a su siglo y a su pueblo el acceso a un mundo feliz y superior, al ‘cual levanté él mismo su propia alma atraido por inextinguible nostalgia». ¥. Cualidades malas del melancolico 1. Los melancdlicos incurren per sus pecados en temibles angustias Penetrando mas que otros en lo prorundo del alma por el anhelo hacia Dios, el melancdlico se resiente muy en particular del pecado. Mas que nada le abate el pensamiento de estar separado de Dios por el pecade mortal. ¥ si alguna vez cae profundamente, no llega a levantarse sino con gran dificultad, ya que le cuesta mucho el confesarse, por la humillaci6n a que se debe someter. El melancdlico vive asimismo en constante peligro de recaer en el pecado; pues, de continuo cavilando sobre sus pecados pasados, le causan éstos siempre nuevas y graves ten- ad taciones, en las cuales de buen grado se deja llevar de sensiblerias y tristes sentimientos, que aurnentan mas la fuerza de la tentacidn. La obstinacién en el pecado o la recaida en él le sumergen en una profunda y prolongada tristeza que poco a poco le va privando de la confianza en Dios y en si mismo. Entonces es victima de semejantes pensamientos: no tengo las fuerzas ne- cesarias para levantarme; ni Dios me envia para ello su auxilio oportuno; Dios ya no me quiere, y, por el contrario, busca condenarme, Este estado puede llegar a convertirse en cansancio de la vida. El melancdlico quisiera morir, pero teme la muerte. Por fin su infeliz corazén se rebela contra Dios, haciéndole amargos reproches y sintiendo en sila excitacién del odio y de la maledi- cencia contra su Creador. 2, Los melancélicos sin confianza en Dios ni amor a la cruz son arrastrados en medio de sus sufrimientos a un excesivo desaliento y pasividad y aun a la desesperacidn. Si los melancdlicos tienen confianza en Dios y amor ala cruz se acercaran a Dios y se santificarén precisamente por los padecimientos, como enfermedades, fracasos, calumnias, tratos injustos, etc. Pero si les faltaran estas dos virtudes, su causa andara muy mal. Les sobrevendran penas, tal vez muy insignifi- cantes, y entonces se entristeceran deprimidos, enfadados y desazonados. No hablaran nada o muy poco y esto hasta de mala gana y con cara hosca; huiran de la compafiia de los hombre y lloraran de continuo. Muy pronto se les acabara el animo para seguir sus trabajos, perderan el gozo en su vida profesional encontrando su mayor complacencia en verlo todo negro. Su continua disposicién de animo sera: «en las 24 horas del largo dia no conozco mas que dolores y penas», Este estado puede llegar a convertirse en formal! melancolia y desesperacion. 3. Los melancdlicos que se abandonan a sus sentimientos de tristeza, incurren en muchas faltas contra la caridad y llegan a ser gravosos para sus projimas. a) El melancdlico pierde facilmente Ja confianza a sus semejantes, en particular a sus superiores y al confesor; y 55 esto sélo por algunos defectos insignificantes que en ellos descubre, o porque recibe de parte de los mismas algunas leves reprensiones. b) Interiormente se subleva e indigna con vehemencia por cualquier desorden e injusticia que nota, E| motivo de su indignacién puede a menudo justificarse, pero no asi el grado de su enojo; en eso va demasiado lejos. C) Dificilmente podrd olvidar las ofensas; de las primeras hace al principio caso omiso, pero si llegaran a repetirse las desatenciones, penetrardn éstas hasta lo mas profunde de su alma, excitandole un dolor dificil de superar, y desper- tandole hondos sentimientos de desquite. Gota a gota y no de repente va infiltrandose en el melancalico el virus de la antipatia hacia aquellas personas, de las cuales tienen que sufrir muché 0 en las cuales encuentra algo que criticar. Semejante aversidn llega a ser tan vehemente, que apenas se digna mirar a las tales personas, o dirigirles la palabra, llendndole al fin de disgusto y nerviosidad su solo recuerdo. De ordinario no se desvanece esta antipatia, sino cuando e] melancdlico esta separado y lejos de tal o cual persona, yentonces sdlo después de transcurridos meses y aun afles enteros, d) El melancdlico es muy desconfiado. Raras veces confia en un hombre, temiendo siempre que no se busque su bien. De este modo tiene a menudo y sin motivo alguno duras e injustas sospechas de su prdjimo; se imagina en él malas intenciones y tiene miedo a peligros que no existen. e) Lo ve todo negra: Al melancélico le gusta lamentarse en sus conversaciones, llamar siempre la atencién sobre el lado serio, quejarse luego con regularidad de la malicia de las hombres, dé los tiempo aciagos que corren y de la de- cadenela de las buenas costumbres. Su estribillo es: Vamos de mal en peor. También en las adversidades, los fracasos y ofensas considera y juzga las cosas peores de lo que son el realidad. Como consecuencia siquese a veces una exa- gerada tristeza, un grande e infundado enojo hacia los demas, cavilaciones varias sobre injusticias reales o sospechadas; todo lo cual dura dias y semanas. Los melancélicos que se abandonan a esta inclinacién de ver en todo lo obscuro y tétrice llegaran a ser pesimistas,

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