- Prov 28:13 El que encubre sus pecados, no prosperará: más el que los confiesa y se aparta, alcanzará misericordia. - Num 5:6-7 Habla a los hijos de Israel: El hombre o la mujer que cometiere alguno de todos los pecados de los hombres, haciendo prevaricación contra Jehová, y delinquiere aquella persona; Confesarán su pecado que cometieron, y compensarán su ofensa enteramente, y añadirán su quinto sobre ello, y lo darán a aquel contra quien pecaron. - Ps 32:5 Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Confesaré, dije, contra mí mis rebeliones á Jehová; y tú perdonaste la maldad de mi pecado. (Selah.) - Jas 5:16 Confesaos vuestras faltas unos á otros, y rogad los unos por los otros, para que seáis sanos; la oración del justo, obrando eficazmente, puede mucho. - 1John 1:8-9 Si dijéremos que no tenemos pecado, nos engañamos á nosotros mismos, y no hay verdad en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad. 2. Disculparse inmediatamente. - Ps 25:17-18 Las angustias de mi corazón se han aumentado: sácame de mis congojas. Mira mi aflicción y mi trabajo: y perdona todos mis pecados. 3. Aguardar el momento oportuno. 4. Legitimar la molestia de la persona ofendida. 5. Dar explicaciones sin dar excusas. Aunque tengamos buenas excusas, hay que asumir la responsabilidad del error, y no buscar a quién echarle la culpa: nosotros tenemos la culpa y punto. 6. Buscar soluciones. 7. Pedir perdón de nuevo. 8. Estar preparados para el rechazo. Al pedir perdón a la persona ofendida, podemos ser perdonados... o no. Si no somos perdonados, hay que aceptar esta situación. No hay nada más que hacer; ya hicimos lo que pudimos y hay que continuar. Si la persona acepta, démosle las gracias. 9. Perdonarse a uno mismo. 10. Excusas que tenemos que evitar. Son pretextos que debemos evitar a toda costa: - «Si ofendí a alguien, pido disculpas». Nada de «si ofendí a...». Eso demuestra un falso arrepentimiento. Por supuesto que sí hemos ofendido. - «Realmente estoy arrepentido, pero no soy el único culpable». ¿Qué importa si hay otros culpables o no? Lo que otros hacen no tiene relevancia. Con o sin otros culpables, nosotros tenemos la culpa y punto.