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CAPITULD la historia de la literatura argentina _ a Leopoldo Lugones CAPITULO Ja historia de la literatura argentina 26. Leopoldo Lugones Este fasciculo ha sido proparado por of profesor uilermo Ara, redactado en el Departamento Li- terara. del Contr itor de. América Latta, y ta tendo una letura final a cargo del profesor fo Prieto, CAPITULO constituird, a través de sus 56 fasciculos, una Historia de la Literatura Argentina, ordenada _cronolégicamente desde la Conquista y la Colonia hasta nuestros dias. EI material grafico con que se ilustraré la Historia, estrechamente vin- ‘culado con el texto, brindaré a los lecto- Fes una vision viva y amena de nuestra literatura y del pais: Cada fasciculo serd, a su ver, un trabajo organico y completo sobre un aspecto, tendencia, periodo o autor de nuestras letras. En CAPITULO NP 27: (MODERNISMO Y NARRATIVA: ENRIQUE LARRETA —EL MODERNISMO Y EL RELATO —NARRADORES MODERNISTAS ARGENTINOS —LARRETA: SU VIDA * —"LA GLORIA DE DON RAMIRO” —EL ESTILO EN LARRETA . —DESDE “ZOGOIBI” HASTA “GERARDO” Junto con el fascieulo, ef libro LA GLORIA DE DON RAMIRO, de Enrique Larreta Pare el material erifico del presente fescue, ba antada con la corte. colaboraion et fuchv’Grfca (i ls Naci, de la Bibitece Natio, dela Sociedad ‘Argentina de'Eseritores y de la eolecclin particular de Horacio Jocze Beco. Oportunamente se suminstrarn portals con titaes ae tamos capitulo para que os asics puedan fteuederase. La Diescon reser el deetho. de ust cualuera de ls tls. annie Archivo Historico de Revistas Argentinas | www.ahira.com.ar | Leopoldo Lugones El modernismo tuvo en la Argentina su expresién més cabal y tepresen- tativa en Leopoldo Lugones. Su nom- bre y su obra constituyen un hito importante, no sélo en la historia del modemismo Iatinoamericano, al. que en parte exceden, sino en la de la lirics total del continente. Sera pre iso, entonces, estudiarlo con la de- tencién que su obra y la influencia pproyectada por ella sobre su época exigen Su vida: Nacio el 13 de junio de 1874, en el seno de una familia eor- dobese de antiguo linaje. Vivi6 sa adolescencia en Cérdoba y alli iniid su vida literaria y de periodista. Se definié temprano como anticlerical fen el Pensamiento libre. Fund6 el jalista de Cérdobe, én en Buenos Aires, esde 1800, “bizarro muchachén de veintidds aos, de chambergo yan teojos’, como To vio Ruben Dario, mientras observaba al “fanitico”, al “convencido inconquistable”. Desde 1897 es empleado de coreos, como Dario, y hace erénica roja Besde-La Montafa, junto con Jose Ingenieros. En 1900 es inspector de ensefianza media, y en 1903, separado del gru- po socialista, apoya la candidatura de Quintana a la presidencia, Para en- tones Lugones goza de prestisio co- mo poeta, orador y polemista, La Biblioteca, revista que dirige Grous- ‘sac, publica capitulos de La guerre *gaucha y Las montafias del oro des- de 1897, el aiio en que nace su tinico hijo. Viaja por el interior y siembra admiracionesy descontentos como inspector de ensefianza secundaria Los creptisculos del jardin (198) son tin triunfo reciente cuando viaja a Europa en 1906, viaje que repeti, ‘en 1911 cuando ya ha escandalizado ‘con el Lunario sentimental (190), ¥ rendido su homenaje a la patria en 1 centenario con las Odas seculares, ica, Piedras rchivo Leopoldo Lugones sy Prov * “salario” al Ist6rico de Revistas Argentinas] WWWiahtra-2om.ar Modernismo y anarquismo El modemismo fue sobre todo un movimichto de tendencias literarias, con ccardeter francamente esteticista. AA veees se confabulé con vocaciones nacionales 9 americanistas. F anti-burgués en fuerza de su odio a lo vulgar, a lo retérico, a Ia avidez 1aterialista y a Ia chatura mental, como se ve en El rey Burgués, el euento de Dario. Pero hitbo excepciones y Lugones fue la de més relieve. Cuando el Partido Socialista propone su expulsién por inconseeuencia, Lugones protesta en nombre de reales servicios prestados a In ‘causa. Lo cierto es que entre 1596 y 1903 Lugones integra con Roberto Payr6, con Alberto Gerchunoff, con Manuel Ugarte y con José Ingenieros, el grupo de cxaltados rebeldes contra el orden social ¥ politico que Juan B. Justo, tes Aéeadas después, pintaria asi: “Eran rmanifestaciones del mismo romanticismo fuera de lugar y de tiempo, que entonces hacia adoptar a Ingenieros 'y Lugones cl calendario de Ia Revolucién Francesa y fechar en el mes de Novoso Jos ntimeros de enera de un periédico editado en esta ciudad de Buenos Aires” YY Payré habria dicho: “Se amaba todas Ins libertades, se maldecia de todos los moldes y se aspiraba a todas Ins conquistas”. Emilio Bécher, tibiamente influido por la cortiente socializante, aplaude en Manuel Ugarte el haber afirmado “la necesidad de que el escritor sea, delante de los pueblos hhumanos, una especie de columna de fuego", pero Io cierto es que fuera de ciertas’contaminaciones de un modernismo refinado y decorative, In estética de Lugones seguiré prociamando la “aristocracia intelectual” del arte, mientras su prédica politica y doctrinaria, su propia oratoria, inh desentendiéndose cada vez mis del poeta o del creador en prosa. Un poema de Ricardo Rojas se embandera de Marx y Kropotkin, rima “igualitario” euerdo 401, del anarquista ruso Ia imagen del Mazeppa byroniano. Lugones llegado ‘8 Buenos Aires como “liberal rojo, subersivo e incendiario” segiin las palabras de Romagosa, lee en el Atenco fm Profesién de fe. “La Vangua coments que en ella, Lugones “canta fa In cieneia ya la iguakdad, fulmina al dios Millon, desprecia al clero, ‘espera de la’ agitacién del pueblo, ‘excita a a lucha por la idea, pinta sus dolores y predica su triunfo" Menos lagresivo que Lugones, Payré s6lo at a proclamar la urgencia de un cambio para “salir del estado neutro en que ‘stamos" ¢ Ingenicros enumera los enrolados “en el efército del progreso fen euyas filas han luchado y'Tuchan ‘Mars, Bebel, Adler, De Amicis, Engels, Ferri; Tolstoi...". Por su parte, Mantel Ugarte canta en La vor del Pucblo (Vendimias Juveniles, 1905) a “la enorme y funeral canalla’, a “la obscura plebe fascinada”, “al ‘triste y colosal rebafo” y en Los ébreros anuncia “Ja aurora roja que elarea". Por xiltimo Inace suya la frase de Jean Jaurds: “Del comunismo politico que es el sufragio universal, tenemos que. pasar al comunismo econémico que es el socialismo”. Una colaboracién de Gerchunoff en Ideas y Figuras, del 18 de mayo de 1900 es el mis cercano 4 lor testes acontecimientos que eaulminaron con la muerte del coronel Ramén Faleén, Se lama Los terroristas rasot en Buenos Aires y con una fronia tefiida de sarcasino vapulea al Zobiemo que al descubrislos demuestra Fim exfuerzo de buen humor estimable”. Este grupo se disocié pronto. Cada tuno de sus elementos asumié su propio umbo, en mayor o menor medida alejado del incendiari i Lugones con su hijo 1.cOom. ar meteo. El regreso de 1912 suscita en I aspiraciones de afirmacién nacio- nal, y las conferencias sobre Martin Fierro, que integrarén la primera y tinica parte de El payador, se suman a su Sarmiento del aio anterior. En 1913 vuelve a Europa, enviado por La Nacién. El regreso se precipita al estallar 1a guerra, cuyos prepara- tivos el cronista ha ido comentando con acentuado patetismo. Esté en Buenos Aires cuando muere Dario, amigo de veinte afios, “hermano en ef misterio de la lira’, como dice de él fen su oracién de homenaje, una no- che de 1916. Dos volimenes de dis- cursos y polémica doctrinaria. entre- ga antes de 1920: Mi beligerancia y Santiago M. Lugones, La torre de Casandra, Son los tilt padre del pocta ‘mos en los que arde todavia una conviecién republicana que ya mues- tra ciertas evidentes fracturas. Los estudios clisicos integran en 1919 el tomito sobre Las industrias de Atenas el poeta ha reunido en EU libro de bos pabjes (187) tmchas clabors | Fotade de ue ejemplar de 1807 ciones de entonces para La Nacién, ona Después de 1920, Lugones aparece ‘como un curioso investigador de la fisica moderna en El tamaiio del es- pacio (1921), como un rezagado sim- bolista en Las horas doradas (1922) y como un avanzado en ideas poll- icas que se Te vienen imponiendo desde el fin de la gran guerra y se manifiestan eruptWvamente un “dia del Coliseo que titulé Ante la doble de julio de 1923 en su conferencia PENSAMIENTO . ‘amenaza, Vociferan contra su nacio- eis Custodia Argiello de Lugones, ies a eae nalismo, “que pretende copiar los Portada del primer mitmero j ice ar fe eores modelos extranjeros”, Criitea del Persamiento Libre, y La Argestina, Alfredo Palacios des- periddico dirigida por Lugones . de su citedra de la Facultad de De- i recho, y en la Cimara de Diputados | Jo latman “chauvinista”. En 1024 Le i Bones ¢s al mismo tiempo el autor tmultifacétion de Romancero, Filoso- ficula, Estudios helénicos y Cuentos aiceore eat any anes 1 lurticante proclamador de doctrinas | Archivo Historico déevistas Argentinas | www.ahira.com.ar Asi como de alguna manera Ruben Wuiw es la cabeza y la figura mas influyente del modernismo hispanoamericano TLugones no tarda en convertirse, consagrado por el gran nicaragiiense, en el mds representativo de los poetas del movimiento modernista en nuestro pais. Rubén Dario en su lecho de muerte yww.ahir a.com.ar En losses aios que siguen Lngones rosigue sus estudios helénicos, en- Evga. periddicamente a La Nactin Jos poemas que ingresarin luego. a Romances del Rio Seco, publiea La organizacion de ta paz, La patria fuerte, y en 190 consigue ver cum- pplido el triunfo de una revolueién mi- Hitar que é1 mismo habia proclamado necesaria. Soporta virilmente los ata- {ques de los sectores mae diversos. La idn sostenida de Ia historia y las tra- Aecepeién lo refugia en una medi. diciones del pais. EI verso termina por reducirse a Ia estricter del octo- sflabo payadoresco. Completa la se- rie de los romances y redacta el Roca, queda inconcluso. I 18 de febrero de 1938 se suicidé en un cuarto del reereo “El Tropezén", en una isla del Tigre, La obra de Lugones. El poeta. — 1 modernismo, escuela 0 movimien- to dentro del cual se insttibe gran parte del verso y la prosa artistica de Lagones, se define por su evidente tendencia a la solucién formal de los problemas estéticos. Partiendo de Jos antecedientes de’ Gutiérrez Néje- ra, Asuncién Silva, Julidn del Casal y Marti, concrota aspiraciones en el ‘Azul de Rubén Dario (1888), y des- arrolla ese fermento de disconfor- ‘mismo y reaccién contra el roman- ticismo trasnochado y contra la len- ‘gua espatiola en cuanto significa es- {atismo 0 impermeabilidad frente a Jos cambios culturales.y_cientifices. El lector conoce ya estos risgos ted- icos del movimiento, sus transfon- dos historico-culturales americanos, de modo que aqui sélo corresponde observarlos en la técnica y Jos asun- tos lugonianos, en particular desde Las montafias del oro hasta Los cre- prisculos del jardin, cielo que puede Bans a pairs Bechivo Aistorics hasta Lunario sentimental (1900), li bro clave para entender, janto con EL cencerro de cristal '(Guiraldes, 1915), la revolucién ullraista. poste: rior a 1920. ‘Las lineas generales del modernis- mo sirven, pues, para la ubicacién de Laugones, y’ algunos libros en parti lar, para ejemplifcar lo mis. decisi- vo de esa tendencia: para el_ verso, Los creptisculos del jardin (1908) para la prosa, La guerra gaucha, del mismo aio: predominio de la forina sobre el fondo, decorativismo y fas- tuosidad elocutiva, refinamiento sen- sorial, matizacién’extremada. de las Impresiones, makiplicala ealoracion acentual y métriea, rima rica y sen- bualided ‘crepuscular en el "verso, mientras Ia prosa juega con parado- jal esplendidez en la pintura del ho- rror, el chogue sangriento, twos de podredumbre y masueres que exigen €l verismo mas audaz ‘A poco de llegar a Buenos Aires, Lu gones se presenta en el Ateneo y lee alli su flam{gera “Profesiin de fe" La critica de La Vanguardia acierta a destacar que el pocta “canta a la ciencia y a la igualdad, fulmina al dios millén, desprecia al clero, espera de la agitacién del pueblo, excita a Ja lucha por la idea, pinta sus dolores y predica su triunfo". Y el crtico se- fiala sus reparos: "En una composi- cién tan socialista como puede serio de un poeta, no falta quien eche de ‘menos en ella algo concreto, alguna alusién més directa a los desgarra- mientos de Ja lucha que earacteriza a Ja sociedad actual...” En 1897 aparece Las montaias del oro. Lagones, lector de la Biblia, ad- ‘mirador de Hugo, de Witman, de An- Grade y de Almaluerte, los encumbra fen fu poema junto a Homero y Dan- te. Ellos presiden y orquestan la or- ganizaciin de los temas y faciitan tuna técnica que en poema Los mun- dé Revistas Argent Dario y Lugones Dario y Lugones estrecharon wna intima amistad desde el primer encuentro en Buenos ‘Aires, en 1896, La impresion que el pocta condobés produjo en el autor de Azul quedé patente en estas palabras que siguieron al ingreso de Lugones en El Atenco: “Un dia aparecié Lugones, audaz, joven, fuerte, fiero como un cachorro de hecatéaquero. Llegaba de su Cérdoba natal con la seguridad de su triunfo y de su gloria’. Después escribiria en sus Cabezas: “He visto los comienzos de este otro y_americano ‘spectable magnifique’. Enorme suma de condiciones geniales, apoyadas por Ia mis potente y sana yoluntad....;Un astro! nos ‘comunicamos todos, con el gentill eentusiasmo que alli snimaba a coctincos ¥ menores. Nuestra unanimidad Yaticiné cosas grandes... Y todas las previsiones tenidas se han ido ccumpliendo”. Lugones, por su parte, hizo en cada ocasién propicia, el elogio del poeta con el cual, para él, se iniciaba una revolucién en el campo de Ia lengua espaiiola. El discurso con que en 1916 Buenos Aires rindié hhomenaje al poeta muerto, resume la totalidad de virtudes que nuestro pocta admird en el nicaragtiense. He aqui el retrato de Dario: “Llevabs entonces barbado el rostro de cilida palidez, la cual dilatahase como sofiando en Ja marmérea culminaeién de su frente, El cabello crespo y negrisimo, que rmumea se inflé en melena, iba regular, sin compostura. Los ojos faunescos encendianse de alegre franqueza que facilmente oblicuaba en chispa iréniea; pero su mirada era sobre todo, fraterna. La ancha nariz, Ia ruda boca, repetian la miscara verleniana ...”. nas | www.ahira.com.ar ane ls spac Fist cficaz. La “Introduccién” moviliza fen rotundas metdforas un ritmo cbs- rico que estrecha.vinculos con un ritmo humano, biolbgico, rasgos tran- sitados desde el Prometeo de An- drade con idéntica propensién mag- nificente. La materia de ese canto aparece mechada por un agitado sen- timiento do justicia, por un profe- tismo mesiénico que anuncia el es- plendor de los tiempos nuevos. En Jos tres ciclos que componen el cuer- po del libro se sostiene el mismo acento de versiculo biblico, que es su caracteristica formal. El influjo de Baudelaire, agénica sensualidad. zada de relampagos angustiosos, ge ra una avalancha de imégenes tortu- radas en “un corazén hinchado de dios — como un estuche de terribles joyas”, interrumpida por los “Salmos de combate”, retorno a la exhortacién por Ia lucha entre pendones que se agitan hostles. En el “Himno de las torres” —tercer ciclo — el poeta apa- rece como el centro terrenal y_o6s- imfeo de la lucha que predica, al tiem- po que traduce una violenta y pé- nica insercién en la naturaleza En 1905 publica Los oreptisculos det jardin, volumen nutrido en fuentes muy diversas. Es libro de languide- ces decadentes con una fuerte carga de sensualidad, que recuerda con fre- cuencia a Verlaine, y a Samain. En tun personaje normalmente. crepuscu- lar palpitan susurros de sedas y rasos entre alusiones plésticas y musicales asordinadas, Algunas composiciones son piezas de antologia: los sonetos de “Los doce go20s", “El pafiuelo” y “El solterén’, estas ‘ltimas_alimen- tadas por una amarga conciencia del tiempo y la soledad. Libro muy distanciado de los es mulos que determinaron los anterio- res, es Lunario sentimental, de 1908. Ya en 1904 provoos reacciones hosti- les el “Himno a la luna", publicado por el momento la cuerda dominante WARE PEPE Facsimil de un escrito de Lugones publicado por Caras y Caretas el 30-9-1916 en el libro anterior y se coloca adre- de en un nivel de casi hostlidad eri- de Ia realidad, de burla y juego irénico que él declara asf: *... Un li- bro entero dedicado a la luna. Espe- ie de venganza con que sueiio cast desde mi nifez, siempre que me veo acometido por la vida". Lo cierto es que Ja misma luna aparece también ‘entre los objetos condenados, despo- jada del roméntico_prestigio tradi- cional. Al rico caudal Iéxico del poe- ta ingresan junto con Tn jerga fa liar, caprichosos neologismos, voces dialectales, frases extranjeras| y vo- cablos tomados a la fisica y In-qui mica, Todo contribuye a quitar re- sonancia cordial o afectiva a los ob- jetos consagrados antes como obje~ tos “posticos”. La rima inusitada y caprichosa, la diversidad métricay ‘1 ingenioso juego acontual, procla- ‘man el desenfado funambulesco con ‘que procura sobrepasar a Jules La- forgue, su modelo francés en esta cit- cunstancia. La retozona alegria de estos poemas, se sostiene en el “Tea- tro quimérico” donde vuelven a apa- recer los personajes deta comedia “del arte” — Pierrot, Colombina, AT- Tequin, Polichinela—~ entre conjuros y juegos de alquimia y donde Ham- let se entrega con don Quijote a ma- labarismos y paradojas de afilado ci- nismo, La nota. sentimental. aflora, sin embargo, en “Abuela Julieta” y en “Francesca”, dos hermoios ejemplos de prosa poemética en medio de la general deshumanizacién que carac- teriza la unitaria diversidad de los poemas en verso. El soneto “La dle tima careta” muestra confabulados fen grotesco esgnince Ia burda con- Gein del -dlseecaravalesco on la entrafia trégica de Ia imagen di- critica, mordaz_y sangrienta, Diez aiios después apareceria evidente su actuatidad y su fuerza. Borges ter- minaria por ver en él el indiscutido antecedente de la moderna rien ar- Archivo Historico de Revistas Argentinas | www.ahira.com.ag, [EROPORDO LAIGONES LOWARIO SENTIMENTAL Portada de la primera edicion de Lunatio sentimental DE «LOS EREPUSCULOS DaL JARDIN, 1 woque ‘ce aed 0 ade 4 re ‘Soe it deb “ere Ese il muro, el pu rv Soe AS tips ot ity, ei. TRscpp ete pcr mn en! Yt ne pn: ae ate Sim ors Poema de Los crepiisculos del jardin, en el Mercurio de América, corregido por Lugones «prchivo Histérico de gentina, Lugones, por su parte, iba ‘ofrecer, en 1910 como homenaje al Centenario, una nueva y radiante prueba de ductilidad con sus Odas Seculares, redactadas en un_soste- nido y amplio despliegue celebrante. La Patria en sf requiere el primer canto, al que suceden tres seeciones: “Las cosas iitiles y magnifieas”, “Las ciudades” y “Los hombres”. Se re- conocen husellas helénieas y de Vie- gilio; pero también voces americanas ya clisicas: Andrés Bello y Manuel de Lavardén, pero la elaboracién de Jos motivos, la riqueza verbal, la emo- cién propieiatoria y Ia dignidad de la estructura. ciclicas con. virtudes no compartidas, del mejor Lugones. Una ripida_confrontaciin con el “Canto a la Argentina” de Rubén Dario, con- cebido con idéntica voeacién en igua- les circunstancias, permite destacar en favor de Lagones, una mis estre- cha tnidad de los fines, una mayor sobriedad en el manejo de alusiones mitolégieas_y desde Tuego una més fntima.familiaridad con la. historia y los motivos del canto. La substan- Cia épiea se sostiene con énfasis priz dente y atinado. En “A los gatichos” Ja décima suena con entonacién de romance tradicional y el lenguaje imi- {a por momentos al decir campesino mientras Ia “Oda a los ganados y las rmieses” muestra una expansién jubi- Tosa en la exaltacién de la tierra, los hombres y los frutos, sin rehuir pro- saismos certeros de cordial. resonan- cia. Desde el didlogo pintoresco que sitia con felicidad en su medio al criollo 0 al extranjero hasta el cua- dro:familiar a veces intimo y conmo- vvid6 de recuerdos, Lugones hace ex plicita una convivencia con el mun- do humano, animal o de humildad Diologica que sorprende por Ia ex- trema y sutil observacién. Hay ter- nnura y gracia en el diminutivo y las imAgenes justas multiplican ante el lector la hirviente variedad de ese vivo universo. Revistas Argentinas El Hbro fiel es de 1912, El poemario canta al amor de la esposa en un tor no que procura ser intimo y recatado ‘pero que escasamente consigue eludir el retoricismo que condena su poesia amorosa desde la iniciacién, El saber Iirico puede mAs que el sincero amor, reconocible en los mejores momentos. Lo demés es continuidad con Los creptisculos del jardin, aqui repre- sentado en cinco sonetos titilados al ‘modo de los movimientos en una sin- fonia: andante, adagio, scherzo, ete. Tal vez “Historia de mi muerte” y sobre todo “El canto de Ia angustia” puedan, con legitimo derecho, rele- gar el resto del libro a un decoroso ‘olvido, El estremecimiento y el te- ror, con reminiscencia de Poe, sos- tienen noblemente el clima de an- usta, Cinco aios separan este libro de El bro de los paisajes, escrito en un periodo que cubre casi totalmente la guerra mundial, Lagones ha dedica- do muchas horas a la observacién ca- rifiosa de los pajaros y esa misma de- vocién le hizo amar al poeta italiano Pascoli en los pequefios poemas im- presionistas con cantos y alas. Pasco- Ii esta presente en este bro hasta con un titulo que le pertenece: “La calzndria’. Lo més repetido del vor Tumen ha’ sido el “Salmo pluvial” y con justicia, pero también hay buena poesia en “Pleno sol” o en “Claridad’, aparte la serie de “Alas” donde la destreza y la sugestién exacta del co- lor o el sonido dan en formas de gr cia y soltura musical. Aqui la inge- nuidad no parece fingida: Ja impre- sién es fresca y la palabra facil y tiemo. Las horas doradas (1922) se abre con “El dorador”, especie de epistola mo- ral con algo del If de Kipling. A ca- da serie de estructuras condicionales Je sucede la consecuencia ética ex hortativa. www.ahira.com.ar Hay poemas breves, de metro corto (7H lene", “ET bosque encanta. do", y_ sobre todos hermoso “El ca- minito”), que persiguen wna pintura instantinea con definicién, al mis- ‘mo tiempo, del contemplador. Hay malabarismos como “El vue- 10°, poema hecho de infinitivos; su- tilezas de pensamiento y forma como “El brindis’, “Le bacante’, “La rosa de a aurora”; y por momentos un Brave sentimiento de muerte que se traduce con nobleza y reeato, como en “La alameda’. El modernismo pro- longa su prestigio en Lugones, como se verd cuando el ultraismo martin- fierista inicie una prédica irreveren- te contra el maestro y las persisten- ias del “rubenismo”, el “confesiona- lismo” y la “circunstanciacién’. Por el momento nadie recuerda las ax- dacias de Lunario sentimental, inne- gable anticipo de la ficbre métafori- zante que acuciaré a los jévenes de Florida: Borges, Girondo, Gonzalez Lanuza, Brandin Caraffa... y la aparicién del Romancero, en 1924, al- ‘eanzard el agravio de ser Raman-cero para los voceadores de la ‘nueva sensibilidad”. La lectura actual de este libro. fampoco impone mayor espeto, Hay motivos deportivos, le- yendas orientales, coloquios de’ da- ‘mas y cabelleros, presuntas ‘imitacio- nes instrumentales (“fagot”, “clari- nete’, violoncello”) y veksos rima- dos as: Candor de luna en Ta laguna, Blancor de ganso en el remanso, de modo que el mismo poeta parece ofrecernos pie para la bromay la esti- macién extrapostica de su libro, En compensacién, los Poemas solariegos de 1927 imponen al lector una valo- racién prudente. Fuerzan el elogio desde el comienzo: “Dedicatoria a Jos antepasados”, de verso aforistico, lapidario; "Regreso matinal”, de eo- lor, fresco en Ia descripcién que in- Archivo Historico ed rs ar RS de Revistas Argentinas | www.ahira.com.ar ‘Odas Seculares 10 barns Ate LVeimogénita ilustre det Plata, En solar apertura hacia el Es Donde atailo a tu cinta celeste Va el gran rio color de len: Hella sangre de présperas raza: Esclarece tu altvo linaje, Y en Ja antigua doncella salvaje inta en oro su noble sazén. ‘Area Suerte de nuestra esperanza Fusteinsgne de nuesto devec Como el Bronce lal sobre el pec ‘Asegura al pats ts honra fe {a genial Libertad, en ta cielo Fino manto la patria blasona, Y tres ti quien fe porta en orons Ei decoro natal et taurel, En tu frente, magnifica torre De in estirpe,tranqula campea ‘Como amable pals le idea eter grata ow hombres de yan Su esperanza la impulse y pareer Gande asi au remonteacudalae ‘Que de cielo le empluma fa als Nauelsoplo pjante y andaz Joya humata del ‘ite te exalts 4s en venidery Como et alba anicipa at tucero ‘un dona en st paid tal Cadaver que otro fa dorate ‘Te aproxima dla nueva ventura eel sol te Inangura os mis hondos de azul Certdumbre de dias mejores Ta igualdad de lon hombres te ini, Eh an varto eplendor'e justia Sin ili, sn sable y sn ey Cajovvl de ignoranca y miseria ‘eta espinado veoh, chte la Sepera Cras ve Bon he troratt en los tempos il ep Poema de las Odas seculares, en Caras y Caretas, el 1-1-1910 609 En el periodo de su madurez, Lugones desempeita el papel de guia de una parte de la intelectualidad argentina, tan venerado por unos como combatido por otros. Esta polémica no impide, sin embargo, que su obra de escritor, al margen de sus ideas, sea reconocida por todo el pais. chee eon sae eee “Los burritos", ya famosa desde vein- a Sted ee irl cee ak tiene 7 er lige aalseanis faeces coaptcieent recen perdurar: “La muerte del ma- til (mallee ol (Be te oe ee Tameesde) ain cad deodorant Sinchon “Eanonpes potent” traspatio”. Aparte lugares con rifa- gas do agua o frusracin ay ex Dairies orem lait bee ssuanga. enti “El Gru oe serie —las “Coplas del payador” — cnt coales Lugones era. wn fen yon we dae a oat ie sora on sates wy oie anttdeen be oes Rio Seco, volumen péstumo cuyas ibe: Fon aici! Ee Neotin basta 1608" Asam ata Gisojedn Tore 7 coe cnt Ingersoll flab pare Laganes ol abandons that do ot tees ¥ tne trtanento come require mat wa Ls ome te ie ge ta cién fue publicando en alternancia com lu Romance thay se Hoes de continuidad no disuelta en la poe- sia de Lugones esa es Ja linea que se {nla con el algutramicnto tee ees crestor 2 190, lone aoe ol {onadamentealera‘con moor me tor fasttons y de cergu humans sala Inmedite y personal Esto. ign ats Ia vo de ks Romatows tp at en Ja culminacién de un proceso aun- aie a seprevnt ds algea solo ‘encuentro mis sostenido con el con- roo Werke de ey. Tales titi al componeris i. coc deo oe hued os apenas Tees eno tals camino ds 50 ima poesia de mesilo profand Jee eer = enema ireateal eyes canes a oa i ie c resulte en el fondo— la imagen de Sa aoa eee aca PREMISE Mii de Revistas Argentinas | WWAYaMiFCOM at natal después de un prolongado vie- ie por lugares prestigiosos y remotos, con cierto hartazgo de exotismos y fvido de rescatar un peril definitive y verdadero. Se puede observar, pues, que la poe- si erocions en Lagones, pero que cesta evohicién esta representada més bien por un movimiento pendular, con cierta irregularidad en los tiempos de oscilacién, y que, en definitiva ol poeta, siempre sincero y reacio a im- provisaciones de la moda, respondia, Segtin cireunstancias y dictados de la intuicién o la conciencia, a impos: ciones profundas 0 modos adquiri- dos desde temprano, La actitud de {ntransigencia en que se muestra con relacién a las ideas estéticas lo con- firma, En esas ideas es necesario Aetenerse ahora un instante. Lugones y las soluciones forma- Neer—\Luxonée a0 ve: planted: sico ceasionsimente —en Jas eelebracio- nes tenario, por ejemplo — el problema de los temas y_ motives posticos. Solia decir que Ia “estética es una ética”. Pero como identificaba boelleza, moral y verdad, el dilema de forma y fondo se resolvia para él en la bisqueda dé cierta muficalidad y de un ropaje verbal adecuado y de- coroso. Sin duda algo quiere decir que antes de 190 tratara temas pam- Peanes en sonetos endecasilabos, y que después de 1920 los resolviera en cl ctosilabo tradicional. Es en ese sentido en que podemos imaginarlo atento a la do un tema y al ‘correlative desarrollo métrico. Asi Jo sostuvo naturalmente y de acuerdo 1 su concepcién de Ja belleza como ‘una aristocracia del pensamiento, ‘concepeién compartida por casi to- dos Jos modernistas de su tiempo y segiin el pensamiento impuesto desde eer: Istorico fue asi en él atin en medio del com- ‘bate anarquista en que por poco tiempo se vio envuelto a principios de siglo. En. efecto, los poemas “re- volucionarios” se revisten de la mis- ‘ma pairpura y el mismo enjoyamien- to del erotismo finisecular que lo domina. Entonces afirmaré que “el arte tiene una lengua propia para hablar, un cerebro propio para crear, un corazén propio para sentir” (Ei Tiempo, julio 1L de 1896). En 1897 Je decia al Ministro de Instruccién Piblica después de inaugurar éste el Museo de Bellas Artes: “jAh,_ se- fiorl No vuelva usted a creer que Arte y Socialismo son antagénicos. Esa re- vvoluei6n social que aspiramos los hijos de la libertad, es toda Arte..”, Guarda tanto prestigio la forma en Lugones que elogia 2 Payré porque no introduce en su obra didlogo gau- chesco 0 lo “ahorra cuanto puede”. Pues, como afirma, “el gaucho no sir- ve hablando, porque no sabe ni pen- sar ni hablas”, Ast Lugones se obliga ‘con Ia gesta de Giiemes a mechar de arcafsmos_y neologismos la len- gua de-La guerra gaucha (1905), elu- diendo el dicharacho vulgar del hom- bre cuya épica s6lo puede ser canta- da por el poeta en un Tenguaje en- araiado de cultismos. Esta posicién acerco de Ia belleza y la uiilidad del arte ofrece Inego alguna variante. En el prélogo a Lunario sentin ‘obra de juego verbal y deshumaniza- do, Lagones afirma Ja utilidad de la poesia como sorvicio prestado al pro- ‘greso de las ideas y de la lengua. Lega més‘lejos al eee a ee 10 donde descut ara Fotos ol te tube conic 2 Jos objetos, fueran del culto 0 de in- dustria doméstica. Pero la misién del poeta retoma en Tugones a ser un privilegio de orden religioso y- mesié- nico cuando en 1923 se ve obligado a declarar que “el destino del poeta n0 18e sino revelar”, Que el poe- : deRevistas Argentinas www.ahira.com.ar, Lugones, agitador de ideas Gran parte de Ia eritica sobre Lugones tiene que ver con sus ideas. El mismo acieateaba protestas y réplicas con una fidelidad a sus cambios que alguna yex hall6 esta expresién: renovarse continua tt cambiar. As{ proceden Ios el fen nuestro organismo....” Roberto F. Giusti sintetiz6 asi estos cambios: de desde el socialismo tet anarquismo, a Tas posiciones extremas ‘comtinmente dichas de derecha, de lag ltacién de las multitudes al nietscheismo de la edad madura, del socialismo fraternizador de los pueblos al nacionalismo belicista, del Tiberalismo ateo, por consiguiente, del valores 1896 Lugones proclama la ia del odio y In agresién contra In inanidad de Ia tolerancia:y el pparasitismo social. Pero a fines de 1908 Lugones elogiaba al general Roca y Inacla Ta apologia del doctor Quintana — su hombre — Ia concurrenci en vivas alsocialismo yal partido Radical..." La guerra del 14 Apresuré su desconfianza por las s liberales y antes de 1920 ostensible inclinacién por el niacionalista. Ya en 1913 hablaba de la mayoria como de Ia “fuerza brats” y calificaba de “sarcasme bizantino”™ al yoto secreto y obligatorio. Todavia en “La torre de Casandra” algunos discursos enumeran la justicia, la Tibertad y In dad como elementos de In victoria aliada. Las conferencias del Coliseo (1935) Te acarrearon ‘muchos enemigos. Poco antes La Vanguardia ataca al “detractor del socialismo". Una de aquellas noches del Goliseo se le oy6 gritar: “—Juro n este instante siento que todo ‘manchar! (en sus manos ponia en alto la bandera argentina.) Y continuaba: “Y Inimdanse los eielos antes due ocurra tal infamia!”. Los enemigos respondieron puntualmente: La Vanguardia Jo llama “koloso (con k,) del pensamiento” Y ataca su nacionalismo “que pretende ‘opiar los peores modelos extranjeros", “Ayer —acusa ante las efmaras el diputado Saceone— fue comunista, hace poco maximalista, ahora fascista... g¥ quién puede asegurarse que un hombre tan barométrico y movedizo en su ideologia no puede tambign variar mafana sus actuales conceptos 0 doctrinas?” Un Charria de la Torre habla de su despacho de “canonjia opipara”, Y de nuevo La Vanguardia de “la erisis mental de tun poeta burocritico”. La revista Martin Fito hablast doy "yretided de Lagones que corre de Homero a las minas de hulls y las jangadas, pasando por la paleontologia de Ameghino” pero en cuanto a ideas asumiri esta dlefensa: “Algunos quisieron embarrarlo del todo por su curiosidad, por su inguietud, porque es un hombre que comete ef delito de evolucionar: Lugones eseandaliza; luego, existe”, Se adelante a su tiempo y predice: “Seguiran ladrindole euze0s garroneros hhasta que Hlegue el dia que cese el czimen de producir y crear, cuando el pr6logo de historia de las oraciones Finebres lo coloquen... entre la media docena de nombres admirables en virtud de cuya pasada existencia, es cosa de orgullo.y digna, lamarse. argentino” Ya el Martin Fiero de 1919 respondia a las amenaaas de agravio: “Si Ud juzga que a Lugones se le debe contestar con insultos, no lea el Martin Fierro” Después de su clamoross declaracién nilitarsta de Lima, en 1924, precedida por In denuncia de los estudiantes Argentinos a los de Lima, erece el furor de sus enemigos. Lugones se atreve contestar que “la guerra consituye tina funcién vital, resultado ee su indole conquistadora y agresiva”. Levanta en triunfo las victorias de la vrlidad emoledora y escribe: “Toda potencia ¢s imperilista de styo, Desarmarse importa renunciae a este ventajoso estado superior’. “Por fin —escribe Luis Alberto Sinchez — el libertario so hizo catélico,.. lo més probable es que ea sul ya mareada actitad resecionaria influyera (como ayer el triunfo de Lenin, como la ostentosa marcha sobre Roma, como el auge anarquista) el aparatoso Congreso Eucarstco de Buenos Aires, que hirié su retina profundamente.., Y asi tenemos que el Soberbio conductor de movimiento, el zallardo animal de presa, obedecia 2 corrientes tumultuosas y decorativas al imperativo suntuario de su estétiea novecentista. Adal y gregaro, poderoso artifice que imprimia sello de insolencia a lo que ya primaba en las desdenadas masas de descamisados dle Barcelons, de bolcheviques de Petershurgo, de eamisas negras de Roma, de devotos de Buenos Aires” Después de su muerte, en 1938, los comentadores.procuran mayor hendura en el juicio y se hard casi general a consideraeiin de que “estos convencimientos no alteraban en el fnimo de Lugones st fraternal catiio hacia todos los hombres” y que “tal ver, cansado de lidiar consigo mismo, hhubiera aceptado el sosiego de ln norma eatéliea, pero munea hubiera sido cristiano; del mismo modo = agrega Foleo Testena — no somos jocos Tos que, aceptando la norma Cristiana para nuestra vida, no lograremos nonea la paz de una fe erstalizada en el dogma”. Archivo Historico de Revistas Argentinas | www.ahira.com.a 613 FILOLOGIA: = Una"“macana’” ta =lo dice a propésito de El gri- lo de Conrado Nalé Roxlo— es el “agente de la belleza” a través del cual la naturaleza entrega sus secre- tos a los hombres por obra de una “sénsibilidad pénica”. Es aqui don- de una vez més Lugones, en abierta polémica con los ultraistas, habla del verso cuyos elementos musicales, son: Ja cantidad silabice, el acento’ y Ja rima, porque no hay “buen poeta que no sea buen rimador”, En la Exposi- de la nueva poesia argentina (1938), de César Tiempo y Juan Vig- nale, Gitiraldes, que a su tiempo ha- ia recibido también el “espaldara- zo" de Lugones, parece replicarle ceuando dice: “No comprendo y ya lo he dicho, que se tiente a un queso, a Ja mamé, a le buna, a una fiesta pa- tria y al ‘atardecer inefable’ en forma de soneto. El sonetista tiene un mol- ito de budin en la mano y mete lentro todo To que se Te pone iro”, Fs, al parecer, una ingrata respuesta a quien, elogiando el Don Segundo Sombra, habla escrito: “Giiraldes pinta bien el campo no porque Jo co- : orca sino porque es artista. Aqui 1 2 también se reconoce la sinceridad y el. ‘La “Hapa del “baqulane”.—Si no fueras un “bagual”, no hubieras hecho coras. de aleance mental de Lugones que por ‘Miahanche! wetiendo el dedo cn ef torre. sobre equivocos juicios anteriores ter- ‘mina reconociendo la ibertad del ar- tista_y la individualidad de la. obra de arte, su derecho a ser considerada ‘como tun hecho independiente, ‘con ‘sus propios leyes. Caricaturas de Lugones y Croussac en Martin Fierro (N? 5-6, 15-5-1924) La obra en prosa.— Cuando La- 2 Zones inicia su labor de periodista en EL Pensamiento libre, de Cordoba (1868), es ya un prosista maduro y un habil polemista, El continuo ejer- cieio de la palabra hablada y escrita, Ia diseiplina a qué sometié la frase para que quedara més severa y cla- rs, rindieron un fruto de eficacia y Espiritu de combate, Lugones es- crib prose perodistica armada, eo defensa de principio estéticas e ideo- Ybgicos. Sus discursos alcanzan nor- ‘malmente el mismo tinte dialéctico yj refutador, Es on ellos dando des una frase més ampulosa y de Sore cconferencias socialistas de hacia 1906, asf la que definitivamente lo aleja del socialismo con el elogio de Quintana en 1908 y los incendiarios discursos militaristas que conducen al de Li- ma en 1924. Periédicamente reunié Lugones. esos discursos junto con ar- ticalos de diarios, vinculados con problemas afines. Asi Mi beligeren- cia (1917), La torre de Casandra (1919), Accién (1923) y entre otros La patria fuerte (1932). De otra in- dole son los libros en prosa que ex- pponen una teoria o esclarecen una osicién estética, politica o ideol6- ica pero de més aliento, como La reforma educacional (1803), Las i- maduras de Hephaestos. Piedras li- minares (1910), Didéctica (1910), 0 Le Argentina, EL. payador (1916) participa de la ‘polémiea que es ealdo comin de casi todos estos libros en prosa, pero se inclina a la labor de exégesis y critica literara, mientras los Estudios helénicos, son ejercicios de comprensién de la vida, el arte y la literatura griega, de ext. esis de Homero y tradiiceién de fragmentos de la Mada. + Esta escueta enumeracién obliga a una répida revisién do las ideas sus- tentadas por Leopoldo Lugones en el ‘campo ideolégico y a trazar, en Jo posible, las lineas de conexién y dis- continuidad a lo largo de .cuarenta fio. Lugones, hombre de ideas. — En una entrevista publicada en el PERS SSIS de junio de 1931, Lugones se ex: presaba: “Un hombre realmente equi librado ¢ inteligente, pasa por estos tres estados: a los dieciocho afios rom- pe vidrios... a los treinta debe po- ner vidrios; a los cuarenta, debe fa- bricar vidrios. Lo intolerable es que Jos cuarentones sigan rompiendo vie drios... A estos regresivos — que hhan vivido en balde— es a los que hay que contener.” Lugones tenia algo mis que cuarenta afios cuando prohijé In revolucién del 30. A esto alude Deodoro Roca en escritos in- famantes que echan escasa luz sobre Jas ideas de uno y otro (Deodoro Ro- ca, El dificil tiempo nuevo, 1956) Interesa_ ver en Lugones al mucha- cho que “rompe videios”, a los 18 aiios. Entonces despacha desde su ‘ribuna cordobesa andanadas anticle- ricales y hostiga a “esa generacién de ‘escépticos, sin calor en el corazén, sin fdeas en Ia cabeza, sin pudor siquie- ra en la lengua... degradada por la bajeza, corrompida por el mercanti- lismo, esterilizada por la duda, embo- tada por el sensualismo y que apenas conserva el valor, como una incorrup- tibilidad de raza”, En el mismo pe- ribdico —Pensamiento libre — que dirige, en ese afio de 1893, se decla- 1a “liberal convencido y valiente”, se declara contra los ultramontanos que To amenazan “con las calderas del fiero” y al margen de su anticleri- calismo exalta a San Francisco que “tuvo fe, mucha fe en el triumfo de- finitive de su causa". Después, en Buenos Aires, deste 1896, I labor pe- riodistica de Lugones muestra emo este socialista. ha soportado vis en el estudio de los textos biblicos, pone su fe en los estados del Norte y exhorta a una imitacién para que aprendamos “su sinceridad, su con- viecién intrépida, su indomable bra- ‘vara de la vide", Pero al propio tiem- ‘po hace el elogio del “horror hacia el advenedizo, la urbanidad aristocri- Ge Riveter saery in Lugones y el problema de la lengua “La posesién del idioma —eseribié Lagones en Didacticn ~ es esencial en Ia constitucién de la patria. La uniformidad del idioma, expresa 1s solidaridad espiritual de la patria...” Logos jazgaba que mucsto idioma es uno de los idiomas “mejor scondicionados para prosperar Y también decfa: “La entidad patria compuesta por el hombre, de ewerpo y.de espiritu, denomina estos dos elementos imprescindibles, tervitorio idioma. Uno de los dos que falta, ‘ocasiona su mn. En 1905 Lugones publioé La guerra gaucha, Los eriticos han sefialado cl parentesco de esta prosa con la de Quevedo y Gracién. La guerra gaucha es un alarde de conocimiento profundo del idioma y una prueba de sus enormes posibilidades; sin embargo Lugones no deploraba el uso del 10 pues, como él afirmaba, nuestra cultura es hija de Francia. En El payador traz6 Ia imagen épica del gaucho, vinculé Ia payada a la mis antigua raix. helénica y propuso al Martin Fierro como modelo de Titeratura argentina, Pero, al mismo tiempo, destacé la necesidad de ehudie la féeil imitacién del dialecto pempeano pues consideraba que el espiritu de esa tradicién no necesitaba apoyarse en deformaciones conscientes del idioma. Este pensamiento es el que sostuvieron Jos rominticos que con Echeverria y hasta Rafael Obligndo eseribieron poesia gauchesea pero en lengua culta- En ese modo redacté Lugones sus coplas de payada y sus Romances del Rio Seco. las | www.ahira.com.ar Habitualmente -y por justificados motivos— estimado como poeta, Lugones también fue notable prosista; probablemente uno de los més refinados y silidos de su generacion. En La guerra gaucha, por ejemplo, su profundo conocimiento del idioma otorga al libro un tono y un sabor especiales. Gaga, donile, nacié hygones. ¢n:Gérdoba\ vias", Io cual demuestra —en su en- tender— “que consideramos posible Ja alianza de Ja fuerza con la gi cia...” En 1901 la fe socialista de Laugones queda sometida por el poe ta a un andlisis espectral que lo he- ce Tamar, al partido Socialista, 1 “partido del ensuerio”. Ese partido, sin embargo, consigue poco después la representacién de Pa- Tacios y en 1919 el ascenso de Enri- que del Valle Therlucea al Senado. Por entonces Lugones observa los preparativos de Ja guerra mudial: es- ti de parte de las democracias pero ha perdido Ia fe en el sufragio y las soluciones populares. Crece su cou- viceién en la fuerza como “suprema razén", mientras Yrigoyen asciende a In presidencia de Ia Republica y se sueeden huelgas y represiones san- ‘frientas. Preconiza la reforma uni- versitaria de 1918 pero desde 1923 vive esperando para el pais solucio- nes militares. De espaldas a.tas “pa- radojas demoeriticas” y a las “dé. divas del soberano”, EI segundo as- censo de Irigoyen al poder Jo halla firme en el campo de una revolu- ‘ién, que Mega en setiembre de 1980. Poco después padece una decepeién, Se quicbra su iiltimo ideal “de un ‘gobierno presidido por estadistas, mi- “Titares © intelectuales de derecho, por completo impermeables a la in- fluencia deletérea del comité”, como dice Armando Tagle. Su muerte vor Tuntaria coincide, como también se- fala Tagle, con la ascensién al go- Dierno de la formula Ortiz-Castillo. Podlemos volver ahora a su Tabor Ii- teraria, obra paralela y sin contacto le con Ja que estimulara en el edlogo la desconcertante trayectoria historiea del pais Arc ei7 Hipélito Yrigoyen en 1914 sidente, José Félix Uriburu, de prestar juramento colucign de 1930 La obra literaria en prosa.— Por encargo del ministro del Interior Joaquin V. Gonzélez, Lugones publica ‘en 1904 Ei Imperio Jesuitico, obra de carlicter subjetivo en la que da. cauce a su anticatolicismo pintando un quatro de violencia despética que “permitia la igualdad en Ia miseria, como que todo existia por la provie dencia del padre director...” Sin visidn para entender el barroco, juz- ga como “charro” el estilo de los templos, Cervantes, pero elogia a Quevedo. Su frase describe sin efusién la natura- Teza do las Misiones y con remedos ‘gongorinos el rostro de las ‘mujeres criollas. A veces la palabra es sobria y la construccién parece imitar la Andadura ritmica de Quevedo. Esa sobriedad se hace virtud més soste- nnida en_la Historia” de Sarmiento (1911). Cierta afinidad con el maes- fro le’ permite una expansién mis adecuada a las ideas lberales que tentonces sostiene. Sobre bases antro- polio y aeudiondo o In grafologin ¥ la quiromancia, traza ums imagen el précer vélida por los hallazgos psicolégicos y por la poteneia plis- tica de los rasgos. Con mucha carga de experiencias personales habla, cuando se refiere al destino del ge. nio, de “Ia sorda pasividad del vulgS ‘que necesita de la muerte para ver en el genio su tamafio”, Con mano raestro describe los cuadros de arza- “bal, el “almacén” y el “compadre”, tie * po éste que define como “hibrido’tri- ple de gaucho, de gringo y de ne- delito Distinto juicio le despierta el gaucho, estudiado en re- Tacién con el Martin Fierfo, en El Payador, libro con certeros y eficaces momentog descriptivos de la lamura y el hombre, aunque forzado en el deal entranque del cantor con la progenie helénica. fines por el empefo de perseguir lo FLEW EMSCSMES Niega virtud al estilo de. como ideal humano, son sus, varios trabajos ya citados y que titulé Estu- dios helénicos (1924) y Nuevos estu- dios helénicos (1998), aparte de algu- nos folletos sobre los mismos temas. Responden, como se ha dicho, a una conespeién humanista que deberd triunfar de la mediocridad y Ia. co- icia material que esclaviza al hom- bre argentino contempordneo. Es también una preocupacion ética la que guia al ensayistacientifico de Elogio de Ameghino de 1915, mien- tras El tamafio del espacio, wna prue- ba mas de Ia avider, mental de Lu- gones, leva el subtitulo Ensayo de pesicologia matemética, Filesoficula, en cambio, aparece como un corona. miento especulativo, una ascesis éti corfiloséfica en la que la intuicién pottica actiia como vehiculo de es- clarecimiento. El libro aparecié en 1924, pero sus _pequefios relatos y cuentos, sus aforismos, pardbolas y Aidlogos comenzaron a adquirir for- ma veinte afios antes. El modo in- terior, comprensivo y cordial que do: mina todo el libro constituye su ma- yor encanto. Define Ia serenidad co- ‘mo “un estado de suprema belleza”, Relatos y cuentos. — En 1905 Lu- ‘gones reunié bajo el titulo de La gue- ‘7a goucha sus natraiones reves Yincaldas con, las guerrillas sone: nidas por los hombres de Giiemes contra los espaioles, Antes de ciar su redaceién habia Teido y tra: ‘ducido a D'Esparbes, el épico nara dor de las gestas napolednicas. Tal vex esos relatos inspiron los sy, Hay en La quer gauche wn alae de téenioa verbal que exige al cons tante empleo del diccionario. La fuerza tremenda do algunos dios consigue, imponerse al lenguaje y conmover al lector. La constante de REVS Lugones y la poesia. Sus: ideas estéticas Lugones fue para los jévenes modernistas del 900 un asombroso renovador del ‘verso. Sorprendié con la marcial y grave entonacién de los versiculos ‘que empleé un poco bajo el influjo de la Biblia y tras los pasos de Asuncién Silva, en Las montafias del oro, Pronto sintié la mecesidad de teorizar sobre el verso y al hacerse frecuente el empleo por Ia poesia de vanguardia, del verso sin medida ni consonancia, aparecié como un reaciconario, un empedemnido defensor del metro y sobre todo de Ia rima que consideraba imprescindible, Ast proclama como esencial lo que Hamaba Ia “musiealidad” del verso. Esta “musicalidad” de la que tanto se burlaban Marechal y otros martinfierristas, cra en cierto modo algo exterior, Togrado por asi decir para el oido y por eso Zum Felde se permitié esta distineién: “Si la misiea del poema no estuviera mis que en In sonoridad, ‘Lugones tendria razén, Pero su miisiea ‘sencial esti en otra parte; en Ia expresion de un fenémeno de sensibilidad especificamente lirico ¥y que no requiere necesariamente de In sonoridad de Ia rima, ni de ningin ‘otro elemento retérico, porque comunica de por si mismo a las palabras una coloracién y un acento propios, distintos de los de la prosa”. aisaje pen la acc Si BéFitinas | www.ahira.com.ar af0: La Guerra Gaucha Portada de la primera edicién de La guerra gaucha EL PAYADOR Portada de la primera edicién ee Archi¥é Histérico de Re 620 es en este libro una caracteristica un tanto abusiva. Ese mismo paisaje experimenta las convulsiones de la patria y concreta en sacudimientos estentéreos la rabia y el fervor de los soldados gauchos, retratados con vigor en el empuje y' el sacrifico, Tanto Las fuerzas extrafias (1906) como los Cuentos fatales (1924) per- tenecen a la literatura fantistica y algunos de ellos a la hoy lamada ciencia-ficcién. Las ciencias ocultas ejercieron sobre el poeta una casi per- ‘manente atraccién, testimoniada en los recuerdos de Rubén Dario, troducido como él en esas zonas de alucinante misterio. Por otra parte, el propio Lugones, con su Ensayo ‘de tuna cosmogenia en diez lecciones, nos esclarece la adhesin que prest6 @ lase iencias capiritualistas”. Por cier- to que los cuentos de Las fuerzas ex: fraftas no se originan sélo en esas conviceiones. Laigones era. un asiduo estudioso de la biologfa, Ia fisiea, Ja qufmica, Ia astronomia y Tas matemé- cas, y esto expliea la apariencia de vyerosimilitud cientifica que Togra en Ta concepcién de cada asunto y en el desarrollo formal, claro y_convincen- te, El primero de esos relatos fue Et mmilagro de San Wifrido, que publieé EI Tiempo de Buenos Aires en abril de 1697. Es también el de menor do- sis de ficcin cientifica, seatin Jo de- ‘muncia el titulo mismo. Los demés ‘euentos de ese libro pueden ser estu- diados a la luz de Ia doctrina que Lugones expone asi: “He aqui el es- piritualismo y la inmortalidad del al- “ma como soluciones racionales de una concepeién cosmogénica, es decir, aceptables sin conflicto con la cien- cia o con Ja razén, Posiein interme- ia, bien que s6lo por razones de dis- tancia, entre el materiaismo y el su- per-naturelismo, Ia nuestra considers todos los fenémenos como naturales, pero no los deriva totalmente de Ia titula “Nazraciin de un espfritu” y en efecto, casi al final del relato, lee- mos: “La médium callé, recostando fatigosamente su cabeza sobre el res- paldo del sofé...”, Lugones logra comprometer al lector en el ritmo de horror y asombro que dominan la yordgine vegetal y_unimal del mun- do creado y destruido, hasta el final ‘errando con un hermoso e imprevis- to toque de poesia, En Paychon La ones urde el cuento en iorno a Ia idea de reconocer Ia accién objetiva y, energética del pensamiento. En Viola Acherontia pormenoriza las ex: etieneias de un presunto jardinero capaz de obrar por sugestién sobre las flores y cargarlas de “exhalacién mortifera”, Cuando la curiosidad Ie hace sospechar al autor que el jardi- nneto ha regado con sangre de nifios @ Ta mandrigora, ve en él con ho- ror a un perverso y brutal hechi- cero. La fuerza Omega especula con ciertos axiomas del ocultismo que puestos en accién desintegran el ce- rebro del propio exporimentador. En La metamiisica el motivo esti dado por experiencias relacionadas con la audicién coloreada, experiencias que Than dado posteriormente conclusio- nes de mucho interés. Por momentos, puede pensarse en la obsesién de Rim- baud y otros poetas simbolistas. De Jos sonidos, en este caso guturales, y la posibilidad de reeducar all mono para que adquiera la palabra, trata Yeur, cuento que despierta en el lec tor pensamientos de honda piedad y de culpa. El escuerzo clabora una supersticién popular: el batracio rmuerto resueita y toma venganza so- bre el matador. El relato, muy bre- ve, crea el terror y sostiene un clima de alucinante misterio. Merecen particular andlisis dos de estos cuentos: La Uuvia de fuego —Evocacién de un desencarnado de Gomorra— y Los caballos de Abde- atm El gen dl ac cul eters or onal vistas Afgéentinas | wWwWweahira-con.ar gestion infernal y obsesiva. EL ver - Foulo del Levitico puesto. como La idea de la muerte epigrafe anuncia el azote del cielo terete ore aketieats y el texto denuncia el caos moral “amige Scbastiin Cordial como autor de a muerte fue lo justin, Los signos del cae fap avanan ea patel progrsin fon ln ansiedad del -protagonista. fevelan al mismo tiempo en. él st Sibartismo y_ su tdi. Semejante a Taur por la paulatina, humanizacion desu naturaleza. animal, ‘con remi evens Janine: “eS cemee aae a niseencias de centauros y leyendas oe Seca de amazonas, el cucnto de Loe ca- wie cee oe ballos de Abdera trac también re- enerdos de los “Yahoos” de Swift y de las hazafias de Hércules. Logones trabaja con libre y sorprendente ima- gginaciOn el tema y crea una leyenda de alucinantes contornas, La idea de fatalidad rige en gran medida la concepeién de To humano en Leopoldo Lugones, y los Cuentos i r eee faaler (1924) responden a una sine ; eal en bolizacién de esos implacables fac- tores determinantes de nuestro des- tino, Con excepeién del cueyjo Ague- icin, ae ee piles da, de ambiente argentino y trasfon- sions She shaming do de brujeria tradicional americans, rm y El seereto de don Juan, situado en caeanine Buenos Aires pero conectado -con la os de se figura hispiniea del burlador, ET vaso Sumer plies. Yao pair de alabastro, su continuacién Los ojas eater do la reina y EL putal recogen sis Imotivos en Oriente, Los dos primeres | sate aged relatos, ue recuerdan por momentos | Sika ya . a Théophile Gautier, confian su inte- 1S peers, donna Petitteerer Vetnecidaelckbe: - | |Peeet me racién erndita y a la sugestién que as despiertan secretas relaciones milena- Feguet., Ramer y yo, a profeamos tam- rao cl. sorpendes satel simultane com tan dace cvesy par Se eee ee erent eae Tes destinos. Son Tentos on el des. Sadat a penne octet arrollo, minuciosos en la informacién Hsiang perenie Ses ew omen finos en la pintura de rostros y ob Sein ta jetos, En ET pusial la accién es mi ae Jn accién ted en toro a la secta | pm ited ie aretoaut ie con Sees ee. 9 | eae ee PICHIVSMISOMCS de REVSEIS APBENTAAL | Wiw.ahira.com.ar mal Parte del borrador del acta de fundacién de la Sociedad Argentind de Escritores, de purio y letra de Lugones’ edicién de Cuentos fatales actualiza el interés que estos relatos de Lugo- nes han suseitado desde 1924. En cambio, El dngel de la sombra, de 1926, historia de un amor fatalmente condenado, libro decoroso en Ia for- ma pero pobre de estimulos narrati- 05, es slo curiosidad de estudiosos. Balance y estimacién.— Por la sintesis critica anterior puede verse que Lugones cubrié casi medio siglo de literatura argentina en’ la poesfa, la prosa de imaginacién y el ensayo. Como poeta fue el maestro admirado de In generacién del 900. Su Lunario sentimental de 1900 sin- tetiza una posicién’Tiriea que escan- dalirara diez afios después eon el ul- traismo y que hallaré a Lugones in- transigente en cuanto significaria sa- crificar la rima en el verso junto con Ios contenidos afectivos y anecdéticos, Junto con las Odas seculares, la faia de Largones como pocta se pro- Tonga en particular con los Poemas solariegos 'y los Romances del Rio Seco, que consttuyen la parte de su obra’ menos requerida por las inno- vaciones modernstas. De El libro de los paisees viven en permanente fres: cura algunas finas imigenes de pic jaros argontinos, Lugones fue un poe- ta de vena espontinea, de gran plas- ticidad, pero excesivamente seducido por la’ riqueza de las rimas y por lindgenes més elocuentes que profn- das. Muchos poemas, como se ha se- falado, sortean a fuerza ce experien- cia viva y profundidad esos eimodos atractivos. Con igual derecho sobre- vive lo més auténtioo de su pros, lo sostenido por un alto ardor intelec- tual y una conviccién severa de los valores culturales y estticos. Tienen ‘como humanists, alcanzan rigor for ‘mal y trasuntan’ saber profundo sus ensayos y iografias histéricos; los studios didécticos, superados en par- te par concpciones mis modemas, entusiasman atin por la pasién argen- tinista que proclaman. Sus incursio- nes en Ia ciencia —Elogio de Ameghi. no, EL tamaiio del espacto~ son. re- veladoras de idoneidad y agudeza, Un ensayo etnogritico y cultural como pone en evidencia sus co- nocimientos antropolégicos, de filolo- gia y literatura comparada, expresa- das ‘con fluidez y eficacia, Y como acabamos de ver, el escritor de ima- ginacién, el sensible catador de mitos y religiones antignas, el espiritu ag6- nico y fatalista, el revelador de los sisorog dal sot y Ja a un sutil ereador de tun convincente frecuentador de sim: bbolos extratios, i La imagen literaria de Lugones re- ci6 hasta el oropel_ ditirimbico a principios de siglo, Sufrié Inego de- terior y menoscabo transitorio por obra del grupo martinfierista.y/ el empuje revolucionario de las doctri- nas de vanguardia. Sobrepasada la marea iconoclasta, el prestigio de Lu- gones se vio reconstruido por aque- los mismos que lo negaron. Lo que aqui, importa es sefialar el viento de salud con que sacudié al polvorien- to idioma espafiol y la inyeccién de energia con que vitaliz6 el verso y Jk prosa finisecular. Ciertos excesos de autoestimaciéa, su proclamado es- ‘epticismo religioso, su aristocritica oncepcién del hombre y, en el es- critor, una frecuente sobreabundan- cia formal, perjudicaron un contacto més fatimo con el lector argentino, EL Lugones que el tiempo ha ido de- cantando es, eh consectencia, el de la sabiduria sin ostentacién, el ob- servador sutil y cordial del _mundo vivo, el poeta despojado de alardes Archivo Histérico de Revistas APZER EES] WW .ahira.com.ar ee | | Bibliografia* 8) Obras del autor. Lox mundos, poema. Impr. La Veloci- dad, Cérdoba, 1893. Las montafas del oro, poesias. Impr. J. A. Kem, Buenos Aires, 1897 La reforma educacional. Un ministro y dos académicos. Buenos Aires, 1903, EL Imperio jesuitico, ensayo histérico. Gia. Sudam, de Billetes de Banco, Bue- nos Aires, 1904. 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